Natalia Lacunza estrena un single que recuerda a ‘Blinding Lights’ de The Weeknd de cara a su actuación en Madrid Brillante, festival matutino adaptado a los tiempos de la covid que la cantante inaugura el próximo domingo 6 de diciembre y del que JENESAISPOP es medio colaborador.
Es curioso el devenir de los acontecimientos en el último año. A finales del año pasado, cuando veía la luz el segundo adelanto de ‘After Hours‘, nos comíamos la cabeza intentando averiguar a qué canción nos recordaban esos ritmos galopantes y sintetizadores cósmicos tan ochenteros: en un punto medio entre ‘I’m So Excited’ de The Pointed Sisters, ‘Young Turks’ de Rod Stewart y las películas de John Hugues, ‘Blinding Lights’ era la propuesta retro con la que The Weeknd buscaba comerse el mundo. Y vaya si se lo ha comido: el bombazo de 2020 a pesar de haber sido ninguneado por los Grammys ha sido esta canción que hoy vuelve a ser editada con la participación de Rosalía, por alguna razón.
Por supuesto, dada la repercusión de ‘Blinding Lights’, ahora es esta canción la que va a influir otras, aunque no sea de manera directa y explícita, y es el caso de ‘Nuestro nombre’, un tema también muy synth-pop, muy ochentero, que se vale de sintetizadores y ritmos muy parecidos a los del single de Abel Tesfaye pero no para crear ningún tipo de réplica, sino para que Natalia se los lleve a su propio terreno. La finalista de Operación Triunfo 2018, que ya había experimentado con el synth-pop en su tema junto a Videoclub, uno de sus grupos favoritos de los últimos tiempos, ofrece una de sus mejores composiciones hasta la fecha rodeada de hasta 8 autores, entre ellos Anxo Ferreira de Noveades Carminha y Luis Sansó de Cupido, a la vez que empapa este sonido de la melancolía que mandaba en su último epé, y de un espíritu lo-fi presente en la producción de la canción y en el tratamiento de algunas voces que remite al trabajo de El Último Vecino.
Más contenida que explosiva, ‘Nuestro nombre’ es ni más ni menos que una canción de desamor. En ella, Natalia relata el fin de una relación en la que se ha agotado el amor. «Creo que no sé reconocer que puede que no quede amor, y que si ya no somos dos, ya no te quiero de verdad, por eso tengo que marcharme, ya no soy tu otra mitad», canta la artista, que ya tiene en mente «salir y pasárselo bien» para olvidar que ya no compartirá un futuro con esa persona amada. Una historia de amor marchitado la que propone ‘Nuestro nombre’ que Natalia interpreta en una de las actuaciones vocales más emotivas y convincentes de su corta trayectoria. Suena como pez en el agua en esta producción del mismo Anxo Ferreira que es capaz de sonar familiar y diferente a la vez, en el mejor de los sentidos.