Camila Cabello / Romance

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Camila Cabello / Romance

La carrera en solitario de Camila Cabello hasta el momento puede definirse en un intento más o menos exitoso por su parte de no encasillarse dentro de la etiqueta de la música latina. ¿Alguien recuerda que su primer single oficial fue un tema co-escrito por Sia que sampleaba ‘Genie in a Bottle’? ¿Y la balada ‘I Have Questions’ que supuestamente iba a abrir su primer disco? ¿La urbana ‘OMG’? Todos estos temas quedaban eclipsados más tarde por el éxito monstruoso de ‘Havana’ y este año ha pasado exactamente lo mismo con ‘Señorita’: por mucho que Camila se empeñe en lanzar las canciones más intensas del mundo porque ella se considera la persona «más emo» sobre la faz, los temas que más le terminan funcionando son latinos. Quizá porque también son los más pegadizos, divertidos e inmediatos, desde luego más que baladas como ‘Easy’.

Es encomiable que Camila no se acomode al sonido que más le funciona y busque hacer de la versatilidad una virtud, pues tampoco hay que olvidar que ‘Never Be the Same’ es uno de sus mayores éxitos. En ‘Romance’, su segundo álbum, las influencias parecen ir del pop oscuro de Banks (‘Cry for Me’) a la balada clásica de Taylor Swift (‘First Man’) pasando por el R&B con destellos latinos (‘My Oh My’) y la música africana (‘Living Proof’), mientras el sonido Santana de rigor (‘Should’ve Said It’) o de hecho el de ‘Señorita’, aquí incluido aunque en principio era un single suelto, aparece contrarrestado antes o después con una colaboración como la de FINNEAS en la bonita balada ‘Used to This’. El disco de hecho abre con la sísmica ‘Shameless‘, en mi opinión una de las mejores canciones de la carrera de Camila gracias a su fusión del sonido The xx con electrónica oscura y percusiones flamencas, elevados por un precioso puente. Sin embargo, lo que la gente quiere escuchar al final es la boba ‘Liar’, otro de los mejores momentos del disco y el más exitoso al margen de ‘Señorita’, pero poco representativo de la dirección que este toma en su mayor parte, pues el disco de lo que está lleno en realidad es de intensidad, medios tiempos y baladas.

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Camila cuenta que su intención con ‘Romance’ ha sido crear una «historia de amor» que habite dentro de su propio mundo. La cantante llegó a traer «mood boards» y pósters al estudio «llenos de gente besándose» para dar a entender lo que quería expresar, y si todo esto no es suficiente para comprender que Camila está enamorada, ahí está su pública relación con Shawn Mendes para confirmarlo. En este sentido, lo mejor de ‘Romance’ es que en ningún momento da tanta vergüenza ajena como la entrega de esta pareja por inducir al «cringe» con según qué decisiones, pero lo peor es que puede hacerse tan plúmbeo como un disco entero de su novio. Al margen de su concepto, a ‘Romance’ le habría beneficiado ser tan corto como el anterior. La segunda mitad, con baladas tan soporíferas como ‘Easy’ o ‘This Love’, parece alargarse ad infinitum a partir de la pista 8, dejando muy atrás los momentos más carismáticos de la primera, como si lo que buscara Camila en realidad es hacer un disco de cantante seria a lo Leona Lewis. Quizá no tenga ni la edad, ni el público, ni el rango, ni mucho menos la voz (la atemporal balada ‘Feel it Twice’, preciosa en realidad, suena perjudicada por su quejumbroso registro), pero a su favor hay que decir que, cuando se entrega a su lado más melifluo, da con alguna canción apañada como la muy Coldplay ‘Dream of You’.

Y es que si hay una artista actualmente con la capacidad de venderte una canción ñoña (por mucho que el autotune se note demasiado), esa es Camila. En la balada a piano ‘First Man’, otra co-producción del hermano de Billie Eilish, la cantante habla por teléfono con su padre para explicarle que duerme en casa de su chico y que todo va bien, para después contarnos que ha conocido a su familia y que este puede ser el chico de su vida. La historia de la divertida ‘My Oh My’ con la revelación del hip-hop DaBaby es aún más clásica, casi propia de un musical tipo ‘West Side Story’: Camila se ha colgado de un chico malo y ha descubierto, oh Dios mío, que le gusta: «juro por mi vida que he sido una chica buena, pero esta noche no quiero ser ella», canta. Y en ‘Bad Kind of Butterflies’, que parece un vals siniestro de Melanie Martínez, el interés de Camila por un chico al tiempo que está con otro alcanza la categoría de pecado capital: «hay algo que quiero confesar, y es que tengo a una persona dentro de mi cabeza». Si Camila es una chica tan mojigata como parece -ha reconocido que le gusta ser un modelo a seguir para sus fans y en algún lugar Miley Cyrus ha soltado una carcajada al leerlo-, al menos lo es con la cabeza bien alta. Y al explorar este lado de su personalidad es capaz de extraer canciones tan interesantes -al menos en papel- como las mencionadas.

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El problema es que una canción interesante no es memorable por defecto, y muchas de las contenidas en ‘Romance’, ya sea por su punto clásico o porque simplemente suenan demasiado entregadas a la típica balada azucarada que triunfa en las listas de éxitos de Reino Unido durante la Navidad, simplemente no son tan buenas ni adictivas como una ‘Liar’ ni tan magnéticas como una ‘Shameless’. El falsete imposible de la africanista ‘Living Proof’ no está hecho para conquistar el mundo, si ‘Cry for Me’ recuerda a sus fans, además de a Banks a Marina, no sería uno de los mejores temas de la segunda, y nadie se explica por qué ‘Easy’ ha sido uno de los adelantos cuando las guitarras españolas de ‘Should’ve Said It’ tienen toda la pinta de convertirla en el próximo ‘Havana’. Aunque Camila hace bien en no encasillarse y en demostrar que puede cantar cualquier cosa, ¿seguro que a sus 21 años, y con todo lo que nos ha contado hasta el momento, se ha ganado hacer un disco tan «emo» y en realidad tan poco divertido?

Calificación: 6,7/10
Lo mejor: ‘Shameless’, ‘Señorita’, ‘Should’ve Said It’, ‘Liar’, ‘Feel it Twice’
Te gustará si te gusta: Selena Gomez, Shawn Mendes, Julia Michaels
Escúchalo: Spotify

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