En un alarde de grandeza inalcanzable para el resto de los mortales, Dua Lipa ofreció anoche un directo online que iba a reunir a varios invitados de primer nivel, a todos los niveles. Tenía bajo la manga a una leyenda como Elton John; tenía a FKA twigs, autora del mejor álbum del año pasado para numerosos medios; y tenía a jóvenes talentos más desconocidos como Angèle. Pero no los necesitaba. La autora de ‘Future Nostalgia‘ tenía repertorio de sobra -renunció a ‘IDGAF’ por ejemplo- para entretenernos durante más de una hora, pues durante los últimos años ha escrito algunos de los mejores éxitos que nos ha dejado la música pop últimamente: desde ‘New Rules’ hasta ese ‘Levitating’ que justo esta semana asciende al top 5 de las listas británicas y que jamás necesitó a Madonna y mucho menos a DaBaby.
Dua Lipa nos convidaba a un homenaje a la música de baile a lo largo de las décadas, comenzando en formato 4:3, pasando después al panorámico a medida que avanzaba su viaje en el tiempo. Algunas canciones no habían sonado en directo por obra y gracia de la pandemia y en ocasiones se notó para regular: la voz de Dua, que ha ofrecido directos excelentes en España tanto en el FIB como en Mad Cool, no estaba en principio nada desengrasada pese a que el evento no, no se emitía en vivo; y su cuerpo de baile tenía ese aire casero y medio amateur que no se consentía en las superproducciones de los años 80 tipo macroconcierto de Michael Jackson. Más preocupado por la diversidad y por la autoafirmación -que cada cual sea uno mismo y demás- que por la perfección técnica, este tipo de show no es mejor ni peor, es otra cosa.
Entre distintos escenarios ambientados en los 70, 80, 90 y los 2000, entre neones y mini raves acid, Dua Lipa hizo vibrar al público especialmente en ‘Break My Heart’ y ‘Physical’, dejando los números más perfectos para su canción de «breakthrough», ‘New Rules’ y para el tema final ‘Don’t Start Now’, alzado como su gran clásico y su mejor producción por el momento. Pero también hubo lugar para las decepciones. Si la aparición de FKA twigs bailando en una barra de stripper lució algo desangelada y encajada como por obligación -resolvieron con un artificial abrazo el hecho de que estaba pareciendo que «twigs» hubiera mandado su parte desde su casa con el móvil-, lo de algunas colaboraciones clamó el cielo. De Miley se proyectaron unos descartes del vídeo de ‘Prisoner’; y Bad Bunny y J Balvin para ‘One Day’ aparecieron sin más en una televisión. Pequeña. Entiendo que todo no se pueda hacer en una pandemia, ¡pero no nos «hypees»! ¡no los anuncies!
Mejor -al menos más grande- vimos a Elton John aportar ‘Rocket Man‘ a modo de interludio, pero quien robó la noche fue Kylie Minogue, que ha dejado atrás tropezones y horteradas escénicas varias para hacerse con toda la clase vista en la historia de la música disco. Subida en una mesa tipo piano-bar, decidió cantar un tema suyo y nuevo, no ninguna sobada reliquia, y con ‘Real Groove’ hizo callar bocas a todos los plastas que creen que ‘DISCO‘ está sobrevalorado después de haberlo escuchado por encimita y dos veces. Maravillosa.
Especialmente brillante en la sección club, con The Blessed Madonna poniendo unas canciones para una gente bailando y fingiendo que tomaba copas, el show, que terminó con una imagen hito de Dua Lipa, Kylie y Angèle bailando el ‘Hung Up’, tuvo incluso after-party. Más ancha que larga, Dua Lipa apareció portando una camiseta de sí misma y se pincharon unos temitas mientras el público comentaba lo que había sucedido. Estamos en mitad de una pandemia, hay toque de queda y no se puede hacer nada. En esta coyuntura, la cantante logró anoche que su set online fuera un acontecimiento que reunió a niños, adolescentes y gente-de-mediana-edad, y no sé quién pareció más lerdo, si aquellos que nos estamos acostumbrando a bailar en casa mirando una pantalla, o aquellos que decidieron perderse esto porque «quién va a pagar por un show online». Mucho me temo que es lo segundo. 7,5.