2017 ha sido un buen año para Camila Cabello, después de todo. Tras dejar Fifth Harmony, estas mantenían el nombre y publicaban a la primera de cambio un álbum sin ella con el que demostraban que la ausencia de la cubana no les había hecho tanta mella como parecía. Mientras esta daba sus primeros pasos en solitario con buenos –aunque nada espectaculares– resultados, tanto con su single ‘Crying In The Club’ como con sus colaboraciones junto a Major Lazer, Machine Gun Kelly o Cashmere Cat.
Sin embargo, llegó el verano y, de repente, se dio la vuelta a la tortilla. Con Fifth Harmony perdiendo peso –su single con Pitbull ha sido una insignificancia– ‘Havana’ se convertía en uno de los hits del año, poniendo a Camila en las miradas de todo el mundo. Días atrás Cabello anunciaba la próxima publicación el 12 de enero de su álbum de debut, ‘CAMILA’, con dos singles simultáneos: la enclenque aproximación acústica de ‘Real Friends’ y ‘Never Be The Same’, que se ha revelado como un grower.
Dice Cabello que esta canción es lo mejor que ha escrito nunca y, la verdad, es difícil negárselo –también porque su bagaje compositivo es aún corto, claro–. Lo cierto es que este medio tiempo sobre una relación tóxica –“como la nicotina, la heroína, la morfina”, canta en el precoro– se adhiere al cerebro gracias a los numerosos y estupendos ganchos que entona Camila con una voz tan aguda que parece apitufada –aunque se diría que no está autotuneada– y a una producción estupenda, obra del tándem Frank Dukes y Jarami, que juntos y por separado han trabajado con Frank Ocean (‘Chanel’, ‘Lens’, ‘Biking’), Drake (‘Fake Love’), ‘Post Malone (‘Congratulations’) o la propia ‘Havana’. Esas percusiones sabrosonas que emergen ocasionalmente dan la vida.
Otra cosa es su vídeo oficial, recién estrenado, que no tiene absolutamente nada que ver con la letra de la canción y que es una colección de imágenes –con un previsibilísimo filtro Super 8– de Camila con sus padres y hermana, actuando en directo, trabajando en el estudio, recogiendo premios o de vacaciones en el Vaticano o París. El WTF supino llega cuando, tras un interludio absurdo en el que un fan le gasta una bromita, introduce imágenes enviadas por sus fans cantando la canción. Parece que el clip se dirige exclusivamente a ellos, a los que emplaza a comprar ‘CAMILA’ en pre-order. Decepcionante, porque esta canción merecía algo mejor.