Mala Rodríguez / MALA

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Mala Rodríguez / MALA

Lo tenía realmente difícil Mala Rodríguez para conseguir satisfacer a sus fans de siempre con un disco en el que, tras el misterio sostenido casi hasta el último momento, buena parte de su secuencia está copada por los singles que ha venido publicando desde finales de 2018 hasta ahora. Singles que, como sabemos, se posicionaban del lado del nuevo pop urbano, con ritmos de reggaeton, funk carioca y ecos jamaicanos, más que del rap duro y (más, aunque no del todo) ortodoxo de sus inicios. Si alguien siente la tentación de creer que su estatus de artista multinacional la ha empujado a hacerlo, no tiene más que revisar ‘Bruja‘ –publicado también vía Universal– para cerciorarse de que no es el caso. De hecho, más bien ese disco revela, a través de cortes como ‘Hazme eso’ o ‘Quién manda’, que su voluntad de acercarse a un sonido más pop, más luminoso y diverso ya estaba ahí.

De hecho, ‘MALA’ es, por eso, un consciente salto al vacío en el que muchos de sus viejos seguidores no la acompañarán. ¿No habría sido mucho más sencillo hacer otro disco de rap en sus cánones y no ver tambalearse su trono de reina indiscutible del hip hop español? Ya respondo yo: sí. Pero la jerezana, consciente de que no tiene sentido vivir ajena a la realidad y, en lugar de conservar su pedestal, opta por bajarse de él y compartir con sus armas el espacio del pop urbano que otras mujeres un poco más jóvenes estaban dominando. En la secuencia, ‘Aguante‘, ‘Contigo‘ y en menor medida ‘Dame bien‘, funcionan mucho mejor que como singles independientes, muestras de la capacidad de La Mala para hacer suyo cualquier palo.

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Pero, no contesta con eso, amplía el colorido y se adentra en cortes incluso más pop como el irresistible ‘Pena‘ –¿quién podría haber adivinado que en su dueto con el ínclito Cecilio G. jugarían a ser cantantes ad-hoc y no raperos?– o el potente dub-pop de ‘Peleadora‘. Por eso precisamente chirría un poco que, dada la amplitud de registros, se caiga en lo mimético en ‘Problema’, una colaboración con Lola Indigo –amadrinada por ella ya desde ‘Mujer bruja‘– que resulta excesivamente reiterativa de un patrón ya muy representado en el disco.

Esa relativa falta de sorpresa, sumada al hecho de que varios de sus temas no son precisamente nuevos, podía haber arruinado ‘MALA’. Especialmente si la apuesta por este perfil de pop urbano hubiese sido generalizada. Sin embargo, Rodríguez no es ni conformista ni una advenediza, y su inteligencia para construir una pieza artística sólida y personal queda fuera de toda duda con su espectacular arranque. Habilísima, abre con ‘Nuevas drogas’, el corte más duro y oscuro del disco y que conecta pasado y presente con rap escupido, quejíos flamencos y un beat (la de Paul Boutique, que dobla en ‘Peleadora’) muy audaz. A ella le sigue la inapelable ‘Like‘, que se sitúa como el perfecto punto medio entre la Mala de las dos décadas pasadas y la que comienza. Y a esta, la espectacular ‘Superbalada‘, que se proyecta hacia el futuro partiendo de la base construida, ampliando horizontes sin que la palabra «traición» tenga cabida. Su desgarro es realmente espeluznante, el momento más alto del disco junto a la delicadeza y el sentimiento de la balada al piano ‘Mami‘: otro canon del que se adueña la andaluza.

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Una de las grandes virtudes de ‘MALA’ es el fantástico encaje que tienen todas esas piezas, fruto de la visión de María como productora ejecutiva que es justo y necesario destacar. Su secuencia está realmente bien pensada, destinada a que, si hay alguna flaqueza (las señaladas un par de párrafos arriba) quede diluida en el conjunto. Y, pese a que todos los temas adelantados del disco se concentran –nada casualmente, adivinamos– a partir del corte 5, la segunda parte del disco apenas decae respecto a la primera gracias a sorpresas como ‘Antes de todo aquello’, de nuevo con un punto future pop al que sienta de vicio el andalucismo de su voz. Y si bien hay quien pueda verse decepcionado en el plano lírico, habida cuenta de que apuesta por un perfil íntimo más difícil de hacer universal, lo cierto es que, al margen de su perfil más hedonista, sus versos siguen plasmando en ‘Nuevas drogas’, ‘Superbalada’, ‘Mami’, ‘Ante de todo aquello’… una lucidez, una poesía y una fuerza al alcance de pocos MCs en castellano. La nueva Mala Rodríguez suena diferente, pero sigue siendo la de siempre. Es, como señala esa llamativa portada de ‘MALA’ que podría subtitularse «pues miradme tol coño», una maestra.

Calificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘Superbalada’, ‘Aguante’, ‘Nuevas drogas’, ‘Like’, ‘Mami’, ‘Pena’, ‘Antes de todo aquello’
Te gustará si te gusta: Lola Indigo, Bad Gyal… y La Mala de siempre.
Youtube: vídeo de ‘Dame bien’

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