Qué bonito cuando un artista que parecía el próximo «one-hit-wonder» de turno termina callando bocas. Ava Max arrasó el año pasado con un single ultra-popero llamado ‘Sweet but Psycho‘ que fusilaba sin vergüenza alguna los «ma ma mas» de Lady Gaga, pero el éxito de Ava no no se ha quedado ahí ni de lejos: ‘So Am I’, un refrito de ‘Sweet but Psycho’ dedicado a los marginados del mundo, alcanzará pronto los 400 millones de streamings en Spotify, y ‘Kings & Queens’ es una de las canciones más escuchadas actualmente en el top 50 global de la plataforma sueca. Además, el debut de Ava es número 1 en las «midweeks» británicas.
El secreto de Ava ha sido recuperar (prácticamente) antes que nadie el europop que triunfaba a principios de siglo y el electro-pop formulaico que dominaba las ondas circa 2010, 2011 y 2012, cuando Dr. Luke era uno de los productores más respetados del mundo y no un paria social. De hecho, un antiguo protegido de Lukas Gottwald, el canadiense Cirkut, es productor único de todas las pistas de un ‘Heaven & Hell’ en el que apenas otros nombres como RedOne y Shellback (sí, definitivamente estamos en 2010) aparecen de manera auxiliar. La decisión de que principalmente Cirkut se haya encargado de la música de ‘Heaven & Hell’ es un acierto absoluto, pues el disco no puede sonar más cohesionado a pesar de dividirse en dos partes (de manera innecesaria, por otro lado). De hecho, la producción de ‘Heaven & Hell’ se asegura que este disco no vaya a ser considerado simplemente un «placer culpable» por los fans de la música pop: sin ser particularmente original ni mucho menos visionaria, sí suena mucho más pulida de lo que escuchamos en los primeros trabajos de Lady Gaga, Katy Perry o Kesha. Un poco lo que ha pasado con las espectaculares producciones de Dr. Luke (ahora MADE IN CHINA) para Kim Petras, solo que en este caso las melodías no miran solo a Max Martin, sino también a Eurovisión.
Porque de buenas canciones, ‘Heaven & Hell’ va sobrado. Es verdad que, si Ava fuera española (ella es americana de ascendencia albanesa), muchas de sus letras serían difíciles de digerir, pues su D-R-A-M-A no puede sonar más impostado en muchos casos, como en el single ‘Kings & Queens’ («si todos los reyes tuvieran a las reinas en sus tronos, beberíamos champán y brindaríamos») o en el digno electro-pop de ‘Rumors’ («les oigo hablar en la profundidad de la noche, siempre estás ahí en la escena del crimen»). Desde que a Ava le dio por hacerse la psicópata en ‘Sweet but Pyscho’ quedó claro que su propuesta no prioriza la autenticidad, sino el entretenimiento, de ahí seguramente que Ava haya dado por buenas ideas como hacerse la margi en ‘So Am I’ o cosas como los gritos de ayuda de ‘OMG What’s Happening’, el enésimo intento de escribir un ‘I Swill Survive’; esas risas enlatadas de ‘Who’s Laughing Now’ que dan un poquito de vergüenza ajena, o esas cuerdas de ‘Torn’ que imitan las del ‘Gimme! Gimme! Gimme!’ pero que no son un sample directo de ABBA… aunque al principio lo pareciera.
Sin embargo, cualquier fan del pop apreciará el buen gusto (sí, en serio, podéis seguir leyendo) con el que ‘Heaven & Hell’ ha abordado algunas de sus influencias. ‘Naked’, probablemente la mejor canción de Ava Max hasta la fecha (y menudo vídeo más 90s le han hecho), hace uso de unos teclados muy new-wave para confirmar que Ava también suena estupendamente en contextos más serios, menos caricaturescos; en un estilo similar, la heroica ‘Born to the Night’ incorpora el sonido de unas campanas y parte de la melodía de ‘Major Tom (Coming Home)’ de Peter Schilling para terminar aflorando en una composición preciosa que no habría desentonado en ‘Living Proof’, aquel olvidado disco que Cher sacó después del fenómeno de ‘Believe’; y ‘Tattoo’ es un pepinazo de EDM-pop que provoca ganas de reivindicar el ‘Electra Heart‘ de Marina, el último de Hilary Duff… y el ‘Break Free’ de Ariana Grande. ‘Belladonna’, con un sonido más nocturno, próximo al último The Weeknd y por tanto a Chromatics, tan apto para potenciar su historia sobre una mujer adicta a los líos de una noche («en cuanto acabo, me levanto y me voy, juro que no lo hago a propósito», canta Max con toda la convicción posible) es el corte más elegante de todos.
‘Heaven & Hell’ no está exento de puntos flacos: a pesar de que su gusto por el europop lo hace diferenciarse de la radiofórmula, situándose en un lugar próximo a ‘Chromatica‘ de Lady Gaga y ‘Future Nostalgia‘ de Dua Lipa al menos en cuanto a referencias, producciones y melodías de ‘Heaven & Hell’ no logran transmitir una gran personalidad: más bien parecen cómodas en la imitación y, por ejemplo, ‘Who’s Laughing Now’ suena a una copia burda del reggae-pop de Ace of Base, y las guitarras a lo Destiny’s Child de ‘Call Me Tonight’ a duras penas esconden una composición floja. Además, el punto relamido, sentimental y «kitsch» de las composiciones más eurovisivas de ‘Heaven & Hell’ parece condenado a dividir, y quien esto escribe no se cuenta entre los mayores fans de este sonido. Sin embargo, pocos mas peros se le pueden poner a un disco de pop tan divertido, entretenido y liberado de prejuicios, que está hasta bien producido.
Clasificación: 7,9/10
Lo mejor: ‘Kings & Queens’, ‘Naked’, ‘Tattoo’, ‘Born to the Night’, ‘Sweet but Psycho’
Te gustará si te gusta: Lady Gaga, Marina, The Weeknd, la Cher de ‘Living Proof’, Aqua
Youtube: vídeo de ‘Naked’