Tras el especial Revelaciones 2020 de artistas internacionales, llega el turno de mostrar nuestras apuestas en el panorama alternativo nacional. Una escena en la que cada vez más multinacionales echan sus redes buscando talentos de futuro, asentándose tras el furor por lo urbano y transitando hacia música más inclasificable y fluida entre estilos. Así, tras haber señalado a lo largo del año pasado a nombres como Yana Zafiro, Luna Ki, Cora Yako, dani, Lisasinson, Ginebras, Ciccio, Megansito El Guapo, Rebe, Debla, Gaua o Chloral, presentamos nuestras particulares apuestas para este curso, que añadimos desde hoy a la playlist «Revelación o Timo», donde recogemos todos los artistas que tienen cabida en esta sección. [Imagen interior: Paranoid 1966; imagen de portada: Pantocrator, por Claudia Martín.]
Recién «nacidas», Adiós Amores nos han eso, enamorado, de golpe y porrazo con su primer single, estrenado este viernes. Se trata de ‘Charlotte’, una maravilla que bien podrían haber entonado Jeanette o France Gall en los años 60, con guiño a Lole y Manuel en su letra, a los que adoran tanto como a The Brian Jonestown Massacre, The Flaming Lips, The Shadows o Beach Boys. Son referencias que aparecen en la nota de prensa de este proyecto que une, a caballo entre Sevilla y Granada, a Iman Amar y Ana Valladares. Confiamos en que su entrada en La Mina, el ya reputado estudio de Raúl Pérez, sirviera para grabar más canciones a la altura de esta y que las conozcamos muy pronto –su concierto del día 14 de febrero en la Sala Malandar de Sevilla, abriendo para All La Glory, es la primera oportunidad–. El clip de ‘Charlotte’, por cierto, sorprende aún más al revelar que ni son tan amateur ni tan naif como pudiera aparentar una errónea primera impresión.
Este cuarteto radicado en Madrid, en cambio, dio sus primeros pasos –siempre a través del sello Subterfuge– en el año 2017 con el single ‘What You Get‘. Desde entonces han seguido publicando singles como ‘Tricky Needs’ y el EP ‘Mercury Man‘, siempre cantando en inglés un rock con tintes de psicodelia que, recurriendo a referentes ampliamente conocidos, podría conquistar a fans de Radiohead y MGMT que añoren su pasado. Sin embargo a finales de 2019 AMBRE sorprendían con un nuevo giro, adoptando el español como lengua de expresión de sus canciones y texturas más sintéticas en lo sonoro. Así llegaba la magnética ‘Solo conmigo’, que suena a algo así como una mezcla entre Avi Buffalo, Temples e… Iván Ferreiro (!). Quizá esto último no les cuadre para nada, pero la semejanza de timbre y vocalización de Antonio Trapote –a la sazón, guitarrista de directo de Anni B Sweet– con el gallego en este tema en particular es considerable. Se trataba del primer avance de ‘Nunca pasa nada’, primer LP de próxima publicación. Este próximo viernes se publica oficialmente ‘Me siento tan moderno’, otro tema de adelanto que esta vez sorprende con reminiscencias de synthpop 80s, cuyo estupendo vídeo estrenamos en exclusiva en este especial. Un buen tema pop que nos hace presagiar que se acerca el espaldarazo definitivo para ellos.
Precisamente Antonio Trapote ha formado parte como batería ocasional de otro joven grupo madrileño que también tiene cabida en este listado. Se trata de Bum Motion Club que, formado por Pablo Vera y Alejandro Leiva, se afianzó con las incorporaciones de Iris Banegas (bajo) y Alberto Aguilera (teclados). Con ellos autoeditaban hace poco menos de un año su EP debut, un ‘Delta‘ producido y mezclado por Víctor Cabezuelo. El alma mater de Rufus T. Firefly demostró ser el idóneo para ayudarles a dar forma al concepto que ellos mismos acuñan como dream wave, entre el shoegaze y el dream pop. Así lo prueban canciones fantásticas como ‘April’ o ‘Fuentebravía’ (como parece, alternan inglés y castellano en sus letras) que invitan a pensar que en el segundo EP, en el que ya están trabajando, debería confirmar la buenísima impresión que dejan.
Desde Granada irrumpía Pablo Cobo en 2018 con un pelotazo como ‘Te he visto en el club‘, en el que sumaba un flow poderoso (por momentos recuerda al de Pedro Ladroga) con una base que, en cambio, huía de los tópicos del rap y el trap y se lanzaba a la pista de baile con decisión. No era una carambola de Chico Blanco, sino el ADN de su propuesta ética y estética, que redundaba en la aún más enfocada ‘WTF Is in My Cup‘, anticipo de su EP debut ‘Life After House‘ en el que UK garage, trance, eurodance y, sí, house, convivían con versos de hip hop. ‘Gominola’ –una suerte de apropación del gancho del bizarro Gummibär–, lanzada a finales de 2019 confirmaba su enorme atractivo, que este año promete expandirse como una gripe: ya está programado en numerosos festivales como en Sónar Barcelona, Bilbao BBK Live y otros.
Aunque ‘Nana triste’ con Natalia Lacunza fue un obvio empujón para la popularidad del joven Álvaro Lafuente, lo cierto es que él ya se había hecho bastante conocido antes gracias a las versiones –de Rosalía, entre otras– que subía a su perfil de Instagram, aderezadas con composiciones propias como ‘Guantanamera‘ –que no, en ese caso no era una adaptación del popular hit cubano–. Y siempre con una propuesta ascética en lo formal: su guitarra, un cajón flamenco (ocasionalmente) y su peculiar timbre vocal (el típico que odias o amas) en grabaciones caseras, con una austeridad que por momentos podría situarle como un The Tallest Man On Earth del Maestrazgo (es de Benicàssim, aunque sus raíces son turolenses). Su último tema conocido, ‘ABC’, es el mejor ejemplo, pero él asegura estar influido tanto por el folclore latinoamericano como por el flamenco, e incluso propuestas más contemporáneas: así, casi rapea en ‘Agua y mezcal‘ una letra en la que se refiere llamativamente a ‘Jacaranda’ de Bad Gyal. Esta propuesta tan común y a la vez tan personal conecta con el público de manera notable: todos sus singles cuentan sus streamings por millones (algunos por decenas de). Y hasta ha sido invitado, entre artistas tan populares como Alejandro Sanz, Dani Martín, Zahara o Bunbury, a participar en el exitoso disco-tributo a Sabina. De momento sin contrato discográfico multinacional –o que se sepa públicamente, al menos–, su aura de heterogénea estrella del folk pop es ya una realidad. Como tal, forma parte de la programación de festivales como Cooltural Fest o WARM UP o Arenal Sound.
Este blue monday se ha estrenado ‘Trihte’, el segundo single de la carrera musical en solitario –quizá haya quien recuerde al grupo Primary Colours, en el que cantó en una segunda etapa– de la también actriz Kimberley Tell –a la que, además de en las series ‘Hierro’, ’45 Revoluciones’ o ‘Buscando el norte’, hemos visto por aquí protagonizando vídeos de Verkeren, Kaydy Cain o Sticky M.A.–. El primero, ‘Lo que no me dices’, se puede llamar éxito al contar con más de dos millones de reproducciones pese a ser autoeditado. El secreto fue su inclusión en la selección musical de la serie adolescente ‘Élite‘, un altavoz inmejorable. Ahora, Sony Music confía en ella y apoyará el lanzamiento del primer EP de la lanzaroteña, producido por Matías Eisen (Najwa). Que, a tenor de este nuevo tema, parece abundar en un pop electrónico aderezado con R&B de cadencia suave y cálido, pero no demasiado evidente ni manido (la estructura de su estribillo es la mejor muestra). Una estupenda propuesta con una estética cuidada al máximo detalle que parece el inicio de algo muy sólido y seductor.
Naida Camarasa es una joven artista multidisciplinar radicada en Barcelona que emplea el alias de Le Nais. A finales de 2018 revelaba su primer single, la estupenda ‘Dancing‘, de instrumentación pop rock clásica y voz delicada y hetérea, en parte reminiscente de Lana Del Rey. Con ella lograba hacerse un hueco en el Roster Movistar, con el que la plataforma de comunicaciones apoya también a músicos, para poco después ser captada por el sello Luup Records. Allí, la producción de Aleix Iglesias (Pavvla) le ha servido para dar un acabado más electrónico a temas con un palpable poso soul, como la intensa ‘Burning’ –con un cuidadísimo vídeo– o ‘We Forgot‘. Ambas forman parte de su EP debut ‘When I Can’t Speak But I Can Sing’, que se publica el día 14 de febrero y tendrá ocasión de presentar en una plataforma inmejorable: el Primavera Sound 2020.
Desde Jaén, este sexteto irrumpía en 2018 con un llamativo EP homónimo que no conoce las limitaciones estilísticas y las etiquetas. Boogaloo, cumbia, mambo, rock and roll, garage, psicodelia, tropicalismo, soul y rhythm ‘n’ blues son algunos de los estilos que caben en la coctelera de Los Mejillones Tigre. Reciclando ecos de los años 60 y 70, de aquí y de allá, entregan temas eminentemente festivos como ‘Ayacayé’, ‘Cumbia de Pascual’ o el reciente ‘Encuentros misticoeróticos con Sheela’ –que referencia con sorna a la estupenda serie documental ‘Wild Wild Country
‘–. Todo eso cabe en ‘Tropical y salvaje’, el álbum de debut que publica en las próximas semanas el sello Clifford Records, y que parece evidente que se hará imprescindible para fans de Bifannah, The Limboos y hasta de sus compañeros de sello Novedades Carminha. El 7 de febrero presentan el disco en la Sala Malandar de Sevilla, abriendo para Camellos.Las primeras impresiones sobre Manola ya daban que pensar que podría ser una de las mayores sorpresas en el último cartel de Monkey Week. Y así lo confirmaría nuestro redactor en el festival sevillano Pablo N. Tocino, que destacaba en su crónica la versatilidad y capacidad de seducción de Teresa Ríos. La cantante y pianista, apoyada por los dos ex-Bittersweet Álex Fernández y Fran Montaño, había mostrado su dominio del clasicismo soul-rock y R&B en canciones de su EP debut homónimo, como esa ‘No más temores‘ que retrotrae al ‘Frank’ de Amy Winehouse. Pero es que además su más reciente single ‘La noche me eleva’ cuenta con arreglos muy ambiciosos, con tintes de funk y psicodelia contemporáneos que hacen arquear las cejas (y bailar) irremediablemente. El seguimiento a su progresión en este año es del todo obligado.
Tras unos años bajo el nombre de Los Crâpulas, este combo garajero zaragozano anunciaba a finales del pasado año que cambiaban su nombre a Mediapunta. En realidad, poco más ha cambiado en su estilo de garaje punk destartalado y ruidoso, al estilo de Los Nastys o The Parrots. Si acaso, una mayor devoción por las melodías bonitas y redondas, más cercanas a las de Mujeres, por ejemplo. Esto, como por arte de magia, ha supuesto una refundación total para el quinteto, que está captando en estas semanas la atención que tanto les costó durante años. La clave está en la complicidad que han creado con Carolina Durante, de los que habían sido teloneros meses atrás (también lo han sido de Los Punsetes, por ejemplo), y que propició que su cantante, Diego Ibáñez, cantara en el pelotazo ‘Fantasmas‘. O, probablemente, que el sello Sonido Muchacho les acogiera para publicar su primer EP con su nuevo apelativo, ‘Amor olímpico’. Ahora bien, hay algo innegable: sus canciones lo valen. Y no solo ese dueto con Ibáñez, sino también trallazos redondos y magnéticos como ‘Traición’ o ‘Boca de serpiente’, que hemos conocido después.
Además de ser batería en el dúo Yawners, Martín Muñoz tiene su propio proyecto musical en solitario bajo el apelativo de Mon Dvy –o sea, «monday»–. Y llama la atención lo mucho que difiere del grupo que forma con Elena Nieto, en el que dan rienda suelta a influencias emopunk como Blink-182. Pero Muñoz mostraba un perfil muy distinto en ‘Hxxligvn’, la primera mixtape que presentaba en 2018, claramente influenciada por el hip hop contemporáneo y el trap, rapeando fluidamente aunque poniendo el acento en lo melódico. Por entendernos, más próximo a Sen Senra o Lil Peep que a Yung Beef o Cecilio G. En 2019 Mon Dvy daba un paso adelante notable con tres nuevas canciones –’Nada nadie vacío‘, ‘En el punto de ira’ (sic) y ‘Peligroso como yo’– en las que avanzaba hacia sonidos más maduros y orgánicos, con estupendas producciones. Estas forman parte de un álbum debut que pinta mejor que bien y está a punto de publicarse. Este mismo jueves, 23 de enero, lo avanza en directo en la sala Costello Club de Madrid.
Germán y Joseca forman Morreo, un dúo de tecnopop oscurete no solo en lo sonoro –apelan a Golpes Bajos y a «los Svper más pop» como influencias– sino también en lo lírico: ‘Necroturismo’ era el título de su primera demo. Sin embargo, que esto no nos engañe, porque en realidad hay mucho sentido del humor y mucho pop –al estilo Elefant Records–. Ahí están ‘Cluedo’, que homenajea el icónico juego de mesa tanto como a Décima Víctima, o su versión de ‘El futuro‘ de Kikí D’Akí, que les han llevado a abrir conciertos para Aries o Lidia Damunt. ‘Formol’, su último single, abunda en esa deriva ochentera con ritmos explosivos y bailables –conectando un poco con proyectos coetáneos como Presumido–, y nos deja la certeza de que llega el momento de que algún sello se fije en ellos. Por el momento, actúan el 14 de febrero en el Café La Palma de Madrid junto a Casero, el proyecto pop de Mow, al que también conviene prestar mucha atención.
«Grupo de Barcelona, liderado por Marta Delmont, por Marina Correa, y por su pésima gestión emocional, ha publicado este año ‘Villacapullos‘, con Xiri Romaní a la batería y Robert Busquets a la guitarra, un disco powerpop y garage, con toques de realismo garrulo». Es la puto mejor autopresentación que podrían haber escrito para Pantocrator, así que ¿por qué no aprovecharla? Por complementar, pondría como obligatoria la observación minuciosa de ese bodegón basuril que ocupa la portada de dicho EP, mientras se escuchan las descomunales ‘Caballo de Troya’, ‘El ministerio de las básicas’ o ‘Calatrava’, visionaria descripción del moderneo y su tullida habilidad social en tiempos de redes, que es la de todos. Cuando lo descubres no puedes evitar querer más de eso… y estamos de suerte: mañana, 22 de enero, lanzan ‘La masacre de putis’, su segundo EP. Y el primer adelanto que han mostrado de él, ‘No te puto pilles’, un retrato del enésimo sociópata con ínfulas («Escribo en twitter cuatro tonterías / Que empiece la revolución / Soy guapete y autodestructivo / Voy a romperte el corazón / Podemos follar pero no te puto pilles / Lo hago por ti…») no nos podría traer más locos. En Murcia están de suerte, porque podrán verlas junto a Marcos y Molduras –últimamente señalados como teloneros por Carolina Durante– el próximo 15 de febrero, en La Yesería.
Resulta casi insultante el talento que desprende esta adolescente de Alicante llamada Victoria Weka, que sueña con ser actriz y lleva menos de un año publicando canciones bajo el nombre de Paranoid 1966. Su forma de cantar R&B y rapear con fluidez hipnótica –esto va mucho más allá del trap, afortunadamente– sobre las bases de su inseparable productor, Boixy, está a la altura de sus melodías excelentes, inmediatas, que podrían ser la envidia de muchas divas pop, nacionales o foráneas. Así, no sorprende que temas como ‘Niñxs Malxs‘, ‘Massocka‘, ‘A tomar x culo‘ o la reciente y potentísima ‘Tempo’ cuenten de manera orgánica con cientos de miles de reproducciones tanto en plataformas de streaming como en Youtube –también hay que señalar la imaginación con la que ella y el realizador Víctor Insomnia suplen los limitados presupuestos para sus vídeos–. Solo queda esperar a que la descubra la persona adecuada y sepa encauzar su desbordante talento.
Tras Rosalía, Niño de Elche, María José Llergo, Califato 3/4 o Rodrigo Cuevas, el nuevo eslabón del encuentro entre folclore y electrónica puede venir del tándem RomeroMartín. Es la unión de Álvaro Romero, un cantaor del Puerto de Santa María al que le interesa tanto Laurent Garnier como Pericón de Cádiz, y Toni Martín, productor de música electrónica con el que Romero conectó de inmediato. Tras ofrecer un sonado primer recital en la pasada Monkey Week, se anuncia la próxima publicación de un disco de ocho canciones cuyo primer adelanto es ‘Que sí, que no’, versión de un tema de Benito Moreno y Gualberto –iconos de la modernidad sevillana de los 70– que popularizó Remedios Amaya. «Siempre que iba a casa de un amigo de la infancia sus padres tenían puesto el disco ‘Luna gitana’ de Remedios Amaya», explica Álvaro sobre el porqué de esta elección. «Cada vez que sonaba la canción que hemos versionado me producía una fuerte emoción. Coincidió que era la primera vez que me enamoraba. Tenía como 9 años y había un chico en clase que me gustaba mucho, me tenía loco y sufría porque no me hacía caso. No entendía por qué no se podía enamorar de mí hasta que entendí que no se podía enamorar de otro chico. De ahí que esa canción sea tan especial para mí y haya decidido reinterpretarla, además de que muero con Remedios Amaya. Me emociona y es de verdad, y para mí la verdad va ligada a la honestidad». Aunque sólo hayan publicado este tema, parece suficiente para barruntar que su unión dará mucho que hablar en los próximos meses: sin ir más lejos, el 20 de febrero se presenta en la Sala El Sol de Madrid con artistas de sensibilidades próximas como Le Parody y Bronquio. Confiemos en que sea sólo un principio de algo duradero y emocionante.
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