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Rick Astley aspira a ser como Chic (o Daft Punk) en ‘Beautiful Life’

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Pocos, muy poquitos artistas de los 80, han sabido reciclarse y llegar a nuestros días frescos (más o menos) como una lechuga. Y menos aún lo han logrado sabiendo reírse de sí mismos, como Rick Astley, que se tomó bastante bien todo aquello del Rickrolling. Pero no sólo ha logrado caer bien por ello a nuevas generaciones que difícilmente sabrían de él o actuar con Foo Fighters, sino que además ha vuelto a vender discos. ’50’, su álbum de 2016, vendió más de 300.000 copias y llegó a ser número 1 en Reino Unido, desbancando al jovenzuelo Tom Odell y pasándose por el forrete todo el ageism.

Pues bien, Rick vuelve. Su nuevo disco, ‘Beautiful Life’, se publica el día 20 de julio y, como ya hiciera en ’50’, no ha recurrido a ningún productor o músico externo: todo, absolutamente todo, lo ha hecho e interpretado él solo. Una heroicidad, casi, en días de “writing camps”. Claro que aprendió de los mejores, puesto que Stock, Aitken y Waterman fueron los autores de sus hits ‘Never Gonna Give You Up’ y ‘Together Forever’. Estas doce nuevas canciones se presentan con el corte que da nombre al disco y que, pese a esos coros que intentan hacer yodel, muestra una clara querencia por el funk de Nigel Rodgers. Aunque, también, mantiene ciertas aspiraciones contemporáneas, con esa paradita pre-estribillo y algunos truquitos rítmicos tan Daft Punk.

Además, el británico realizará una gira de presentación para este disco que recaerá en nuestro país: el día 10 de octubre estará en la sala Barts de Barcelona y, dos días después, en el Palacio de Congresos de Madrid, aunque las entradas aún no están a la venta. Si no erramos, la última vez que le vimos por estos lares fue con aquella celebración freak que se llamó YouFest.

Así es la música de Thom Yorke para el prometedor remake de la mítica ‘Suspiria’

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Como muchos aficionados al cine (de terror o no) sabréis, uno de los estrenos de la temporada es el del remake de ‘Suspiria’, icónica cinta del director Dario Argento estrenada en 1977. Si bien los remakes suelen ser tristes remedos para hacer caja ante nuevas audiencias con ideas ya amortizadas, la elección como director de Luca Guadagnino –uno de los cineastas de moda tras el éxito de su cinta ‘Call Me By Your Name’– y un casting bien interesante –la protagonizan Dakota Johnson, Tilda Swinton y Chloë Grace Moretz– invitaban a no desanimarse ante los resultados.

Además, también es llamativo que su banda sonora haya sido creada por Thom Yorke, el cantante y compositor de Radiohead, que debuta en unas lides en las que sí hemos visto con más frecuencia a sus compañeros de grupo Johnny Greenwood (‘The Master’, ‘El hilo invisible’) y Phil Selway (‘La huella del pasado’). Hoy, en su recién estrenado trailer, al fin podemos escuchar qué ha ideado Yorke para esta película que, en su versión original, ya contaba con un carismático trabajo de Goblin, un grupo de rock progresivo italiano con el que Argento solía trabajar.

La música que oímos en este clip de algo más de un minuto, no suena ni a rock ni a la deriva electrónica de Yorke en solitario, sino que alterna dramáticos arreglos orquestales con un ambient de sintetizadores retro. ¿Tendrá algo que ver con lo que presentará el músico británico en el próximo festival Sónar 2018? Más allá de lo musical, este críptico vídeo presenta escenas de verdadero impacto, que invitan a pensar que, quizá, esta nueva ‘Suspiria’ merezca la pena. Producida por Amazon, se estrena el día 2 de noviembre.

Kanye West / ye

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No se puede decir que no importe lo mentecato que puede llegar a ser Kanye West con algunas de sus declaraciones y “performances”. Cuestionar el esclavismo como “una opción personal” o secundar a un tipo como Donald Trump que ejerce políticas contra las minorías raciales de su país no es una frivolidad que se perdone con un gran disco. No esta vez. Incluso sus grandes valedores críticos, Pitchfork, le han dado la espalda en esta ocasión y ‘ye’ no sólo no es Best New Music –sólo el influyente ‘808 and Heartbreak’ no lo había sido hasta ahora–, sino que es, directamente, el disco peor valorado de West por parte de la web del grupo Condé Nast. Por no decir que la crítica Meaghan Garvey se permite el lujo de llamarle “gilipollas”.

Pero, ¿hay para tanto? La verdad, es inevitable pensar que sus posicionamientos político-sociales han pesado mucho esta vez, quizá detectando la impopularidad del artista, porque los logros musicales de buena parte de ‘ye’ no quedan tan lejísimos de ‘The Life of Pablo’ –aunque algo más de ‘Yeezus’–. Curiosamente, en contra del artista endiosado, mesiánico y arrogante de aquellos discos, West se muestra aquí frágil, dubitativo y humilde –por ejemplo, ha rehecho buena parte del disco para incluir referencias a esas polémicas recientes antes citadas para enmendarlas, al menos en parte–, manifestando públicamente sus problemas mentales e incluso sus tendencias suicidas (ambas cosas en ‘I Thought About Killing You’ y en el tontorrón mensaje de su portada). Kanye no es más “gilipollas” en ‘ye’ que lo que fue en sus obras pretéritas, ni mucho menos.

Cierto es que sus puntos de vista no son tan dignos de admirar como otras capacidades artísticas: pudiendo distinguirse con un discurso machista, ‘All Mine’ enfoca la infidelidad con pésimo gusto, con barras tan poco afortunadas como “me encantan tus tetas porque son la prueba de que puedo centrarme en dos cosas a la vez”; de manera similar, las teóricamente sanas intenciones de ‘Violent Crimes’ dedicadas a denunciar lo difícil que es ser mujer desde su punto de vista como padre, se tuercen cuando dice que preferiría que sus hijas North y Chicago se parecieran vistiendo a él (con ropa ancha) que a su madre (sin ropa), o que deberían aprender defensa personal contra los tíos. ¿No sería mucho más eficaz que un tipo tan influyente como él le dijera a esos “tíos” que le van a escuchar que el abuso no es una opción, que la violación no es una opción que contemplar incluso aunque no sean padres de niñas?

Pero, en todo caso, ‘ye’ es mucho más que esos aspectos como obra de arte. Así observada, estamos ante otro fantástico trabajo de un artista único, superdotado. Incluso aunque a todas luces este disco haya sido retocado in extremis y adolezca de profundidad en lo sonoro, con altas dosis de improvisación (las voces y las bases están mal mezcladas, saturadas hasta lo molesto al oído) y la baja fidelidad haya sido una opción estética obligada, es un gran disco. Quizá lo mejor sea, de manera bastante clara, su final, enlazando con la voz de la joven 070 Shake la gran ‘Ghost Town’, un nuevo ejercicio de soul clásico retorcido de manera coral –la pléyade de invitados en todo el álbum es, de nuevo, digno de estudio minucioso–, y la citada ‘Violent Crimes’, un emocionante medio tiempo guiado por el piano y un órgano hasta ese mensaje de Nicki Minaj que “inspira” una rima sobre sí misma. Pero no hay que menospreciar otros logros de un disco cuyo peor fallo es el de malograr buenas ideas.

El ejemplo más claro de esto último es ese delirio inicial, ‘I Think About Killing You’: un discurso aparentemente errático pero con sentido, en el que Ye enfoca el suicidio desde su enorme ego (“Hoy he pensado seriamente en matarte / (…) Pienso en matarme a mí mismo, y me amo a mí mismo más de lo que te amo a tí, así que…”, jugando una y otra vez a modular su tono de voz con la ayuda de su colaborador habitual Francis and The Lights, hasta que justo en su ecuador, introduce un bajo y comienza a rapear como sólo él sabe. Todo muy bien, hasta que en su minuto final decide rematar con una outro trapera y rimas algo pobres (incluso tararea alguna de ellas, incompletas). De misma manera, el fantástico coro que cantan Charlie Wilson y Kid Cudi en ‘No Mistake’, reminiscente de sus primeros años, termina en el retrete con una deriva oscura en su segundo minuto de duración. Asumimos tu bipolaridad, Kanye, pero no es necesario que la conviertas en música.

Parece mucho descalabro para un disco de 7 cortes y 23 minutos, cierto. Pero es que la lección de grandeza que, aparte de sus dos últimos cortes, imparte en ‘Yikes’ (un tema muy ‘Yeezus’ en el que da pistas de que ha tenido que huir de un exceso de opiáceos que podrían haberle costado la vida: “creo que Prince y Mike [Michael Jackson] trataban de avisarme”, canta con crudeza sobre la muerte de sus dos ídolos), la tan audaz como breve base de ‘All Mine’ (con tremendo gancho de Valee) y ‘Wouldn’t Leave’ (otro precioso ejercicio post-soul con Partynextdoor y Jeremih poniendo el punto melódico y él rapeando como un ángel sobre cómo Kim Kardashian le ama incluso a pesar de sus cagadas que ponen en riesgo su economía) son mucho, muchísimo. Este Kanye delirante, trabajador infatigable y entregado al arte a pesar de dejar las cosas a medio rematar, amante de la imperfección, está a la altura de su leyenda, para bien y para mal.

Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Ghost World’, ‘Violent Crimes’, ‘Yikes’, ‘Wouldn’t Leave’
Te gustará si te gustan: Chance The Rapper, Tyler, The Creator, Francis and The Lights.
Escúchalo: Spotify

No te pierdas: ocultismo y estética medieval adornan ‘Navaja certera’, el pelotazo de Medalla

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El pasado año los barceloneses Medalla destacaban con ‘Emblema y poder’, un álbum en el que se apostaban en un inédito punto medio entre Triángulo de Amor Bizarro y Queens Of The Stone Age. En su propuesta es muy importante la estética, que ellos conjugan con elementos de parafernalia medieval y heroica –basta recordar títulos como ‘Montaña cruces’, ‘Fortaleza’ o ‘Caballero triste’–, que parecían sólo aptos para grupos herederos de la edad dorada del heavy metal, como Ñu o Medina Azahara.

Ellos, con gran sentido del humor, han sabido darles un toque de vigencia y contemporaneidad. El mejor ejemplo es el vídeo oficial de ‘Navaja certera’, el gran trallazo de ‘Emblema y poder’ –que, como ellos dicen, invita a ser coreado puño en alto–, que hoy estrenamos en exclusiva en JENESAISPOP. El clip, realizado por Lidia Arruego (habitual colaboradora de la banda) y Eric Sueiro (guitarrista y cantante de los propios Medalla), mezcla ese gusto por la estética medieval y ocultista “con un imaginario a caballo entre lo quinqui y lo barroco, bañado por un filtro de cine de serie B”.

A través de diferentes bodegones se ilustra la historia de venganza que narra la canción: una pelea típica de callejón con cadenas, cuchillos y botellas rotas, que ilustra “la violencia inherente al ser humano desde su nacimiento”. Arruego y Sueiro muestran que bastan una buena visión fotográfica, sentido del humor, ingenio y algo de taxidermia para suplir un presupuesto ajustado y, al mismo tiempo, poner los pelos de punta y despertar una sonrisa.

Antes de volver al estudio para grabar su segundo álbum, que esperan se publique en 2019, Medalla continuarán presentando ‘Emblema y poder’ por todo el país en las próximas semanas: el 7 de junio estarán en la Sala Balboa de Sabadell) –en la fiesta-presentación del Festival Embassa’t 2018–; el 9 de junio en el Festival Palencia Sonora; el 30 de junio en Vida Festival; el 27 de julio en Pontevedra –sala pendiente de confirmar– y el 28 de julio en Basticore Festival (Oleiros).

Ni ‘Westworld’ ni ‘The Handmaid’s Tale’: la mejor serie de HBO es ‘Killing Eve’

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‘Killing Eve’, producida por BBC America, fue estrenada en HBO España en plena promoción de las dos series estrella de la cadena: la segundas temporadas de ‘Westworld’ y ‘The Handmaid’s Tale’. Fue algo así como un ligero aperitivo que ha resultado mucho más sabroso que los dos platos fuertes. Su creadora, Phoebe Waller-Bridge, ya demostró su talento en la divertidísima ‘Fleabag’ (disponible en Amazon). En ‘Killing Eve’, adaptación de las novelas de la serie ‘Villanelle’ de Luke Jennings (¿para cuando la traducción?), vuelve a poner de manifiesto sus dos principales cualidades como guionista: el sentido del humor, aquí más negro que el futuro del portero del Liverpool, y la enorme agilidad narrativa que imprime a sus tramas.

La historia que cuenta ‘Killing Eve’ es la misma de siempre, la de cientos de thrillers con asesinos perturbados: detective persigue a psicópata, y psicópata persigue a detective. La diferencia estriba en cómo está contado este juego del ratón y el gato. Lo primero que llama la atención es su dúo protagonista. Detectives ha habido muchas en las ficciones policíacas, con la Clarise de ‘El silencio de los corderos’ como gran referente. Pero asesinas sádicas y chifladas, pocas. Y que coincidan las dos, aún menos. El duelo –interpretativo y dramático- entre la gris y entregada agente del MI6 Eve Polastri (una estupenda Sandra Oh), y la glamourosa (atención al repertorio de vestidos) y sádica asesina a sueldo Villanelle (una magnética Jodie Comer), es uno de los puntos fuertes de la serie. La tensión sexual, intelectual y emocional que se establece entre ambas traspasa la pantalla como un cuchillo de sushi.

Lo segundo que sobresale de ‘Killing Eve’ es su estilo audiovisual. Las canciones de Julia Michaels, Cat’s Eyes, Cigarettes After Sex, el español Pshycotic Beats o Unloved (las más numerosas), ofrecen contrapuntos irónicos e inyectan densidad dramática a unas imágenes llenas de inventiva estilística y fuerza metafórica. En los asesinatos es donde se concentran las mayores dosis de creatividad en la puesta en escena. Cada capítulo ofrece uno o varios crímenes, con secuencias muy llamativas en las que se combina de manera muy armoniosa lo bello con lo siniestro, la elegancia formal con el contenido macabro.

Pero, sin duda, el aspecto que más destaca de la serie es su mezcla de tonos. Un mismo capítulo puede ser emotivo, trepidante, sangriento y cómico. Su discurso frívolo e intenso. Su narración ligera y espesa. No es fácil equilibrar tantos vaivenes dramáticos en tan poco tiempo (cada capítulo dura unos cuarenta minutos). Y Waller-Bridge lo consigue. Lo que más se resiente de esta ambición es su intriga, una trama de espionaje internacional algo desabrida. Sin embargo, lo compensa con una fabulosa caracterización de personajes (incluido los secundarios), unos giros de guión muy bien administrados y un extraordinario sentido del humor presente desde la primera a la última secuencia. Como era de esperar, la segunda temporada ya está en marcha. 8’5.

El nuevo vídeo de Die Antwoord para ‘Alien’ es siniestro y espectacular

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¿Cómo podía ser el vídeo de una canción llamada ‘Alien’ en la que aparecen frases como “soy un alien, no importa cuánto me esfuerzo, no consigo encajar, siempre voy por mi cuenta, y estoy triste y sola, lo único que quiero es que alguien juegue conmigo?” En el turbio mundo de Die Antwoord, por supuesto, uno protagonizado por un adorable (y un poco malrollero) alienígena.

Ninja, la mitad masculina de Die Antwoord, dirige este oscuro videoclip en el que Yolandi Visser interpreta al alien que vaga solo por el mundo, y cuyo aspecto puede llegar a dar tanto miedo como esos vídeos de Marilyn Manson y Aphex Twin que se emitían en la MTV en los 90. En el clip, la chica intenta entablar conversación con las personas presentes en un bar, pero no se le permite el acceso por ser alien, así que se retira a una especie de almacén abandonado y mugroso. Allí, en el momento más espectacular del vídeo, la alien desarrolla una pupa a través de su cabello con la que envuelve todo su cuerpo y renace en forma de ser humano, una chica adoelescente interpretada por Sixteen Jones, quien no es otra que la hija de Ninja y Yolandi.

‘Alien’ era una de las mejores canciones de ‘Mount Ninji and da Nice Time Kid‘, el último álbum de Die Antwoord, publicado en 2016.

Kylie Minogue canta ‘Where the Wild Roses Grow’ con Nick Cave en Londres, 5 años después

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Nick Cave & the Bad Seeds acaban de realizar un gran recital en el festival Primavera Sound de Barcelona, y este domingo 3 de junio han llevado su espectáculo al All Points East de Londres, donde han dado una sorpresa a su público. Para la interpretación de la macabra balada ‘Where the Wild Roses Grow’, Cave y banda han subido al escenario a su artista invitada, Kylie Minogue, con quien Cave no actuaba desde 2013, y quien ha cantado rosa en mano.

No ha sido este dueto tan frecuente en los años previos a aquella actuación en la sala Koko de Londres, que fue la primera que Minogue y Cave realizaban en 15 años (aunque hay que recordar que Cave sí accedió a re-grabar su parte de la canción para ‘The Abbey Road Sessions‘ de Kylie). La de Londres, por tanto, ha sido una ocasión rara de ver a los dos artistas cantando juntos su precioso clásico.

‘Where the Wild Roses Grow’ se incluyó en el celebrado ‘Murder Ballads’ de Nick Cave & the Bad Seeds y sigue siendo el mayor éxito comercial del grupo hasta el momento. Es también una de las mejores canciones de Kylie, al menos para la redacción de este site.

Amaia resbala y cae de culo por las escaleras en el inicio de un concierto de OT2017

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Este fin de semana, los concursantes de Operación Triunfo 2017 han actuado en Málaga, y el que tendría que haber sido un concierto cualquiera ha sido noticia después de que Amaia Romero, ganadora de la edición, resbalara y cayera de culo por las escaleras durante la canción de apertura. En los vídeos del momento se puede apreciar a Juan Antonio y Alfred (pareja de Amaia) yendo en su ayuda, si bien Amaia termina levantándose por cuenta propia sin problema, riéndose de lo sucedido.

La gira de OT2017 mantendrá a los concursantes ocupados hasta principios de julio, si bien algunos de ellos empiezan ya en encarrilar sus carreras en solitario. De hecho, Amaia acaba de realizar su primer concierto en solitario en Primavera Sound, interpretando un celebrado repertorio de versiones; y tanto Mireya como Cepeda publican sus primeros discos, ‘Tu reflejo’ y ‘Principios’, respectivamente, a finales del mes de junio (la primera el 21, el segundo el 26). Por su parte, Nerea forma parte de ‘La llamada’ de Los Javis, Alfred prepara su álbum, Miriam canta la canción principal de ‘Vis a vis’ y ‘Lo malo’ de Aitana War sigue triunfando a lo grande en nuestro país.

Más sobre OT2017, en nuestros foros.

Shakira inicia, al fin, la gira llena de hitazos de ‘El Dorado’ en Hamburgo

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Al fin, Shakira ha iniciado este domingo 3 de junio su nueva gira ‘El Dorado’ en Hamburgo, después de postergarla por varios meses debido a una hemorragia vocal, según la versión oficial, aunque a nadie se le escapa que el retraso del tour ha coincidido plenamente con los problemas de Shakira con Hacienda después de que esta le acusara de fraude fiscal. Shakira pagó 20 millones de euros a la Agencia Tributaria en febrero, pertenecientes al ejercicio de 2011, pero Hacienda investiga ahora sus fraudes en 2012, 2013 y 2014, que sumarían un total de 10 millones de euros. foto: Xavi Menos

La gira de ‘El Dorado’, que llega a España a finales de junio y principios de julio (las entradas están disponibles en Ticketmaster), por lo que se puede ver en los vídeos, no cuenta con grandes alardes técnicos, ya que en el escenario se pueden apreciar únicamente a Shakira y a su banda de directo. No hay bailarines que acompañen a la bailarina Shakira ni parece que haya tampoco una puesta en escena espectacular, más allá de los esperables vídeos de fondo, entre los que se encuentra uno sobre educación infantil que se proyecta justo antes de ‘Toneladas’ y ‘Hips Don’t Lie’. Claro que nosotros no hemos estado ahí y no podemos corroborar esto a ciencia cierta.

Naturalmente, el setlist de ‘El Dorado’ está plagado de hitazos. Porque al margen de alguna ausencia imperdonable (¿dónde están los ladrones ‘Trap’ y ‘Ojos así’? ¿Y la gran ‘Addicted to You’? ‘¿Ciega, sordomuda’?), pocos peros se le puede poner a un concierto pop en el que suenan tantas canciones que se sabe todo el mundo como ‘Whenever, Wherever’, ‘Chantaje’, ‘La bicicleta’, ‘Me enamoré’, ‘La tortura’, ‘Loca’ y ‘Hips Don’t Lie’. Bueno, sí, uno.

Conchita Wurst debuta look rubio, anuncia disco y estrena single, ‘The Sound of Music’

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Conchita Wurst ha actuado este fin de semana en Life Ball 2018, la gala anual celebrada en Viena que busca recaudar fondos para luchar contra el sida, y que es el “mayor evento filantrópico de Europa” según Efe. Wurst ha interpretado una versión de la canción principal de ‘Sonrisas y lágrimas’ e incluso ha debutado un sorprendente look rubio para parecerse a María von Trapp, el personaje interpretado por Julie Andrews en la película, como ha contado en una entrevista en la alfombra roja.

La ganadora de Eurovisión 2014 publica nuevo álbum junto a la Orquesta Sinfónica de Viena, ‘From Vienna with Love’, el 19 de octubre, en el que se incluirá la versionada canción compuesta en 1959 por Richard Rodgers con letra de Oscar Hammerstein II. El primer álbum de Wurst salió en 2015. Según un texto publicado en la web de Wurst, el álbum “contendrá baladas populares y apasionadas canciones de diva”.

El pasado mes de abril, Wurst revelaba que tiene VIH, si bien indetectable, después de que un ex novio suyo amenezara con contarlo. La cantante defendía: “no le daré a nadie el derecho de amedrentarme e influir en mi vida en el futuro”, y apuntaba: “Espero dar un paso más en contra de la estigmatización de las personas que se han infectado por el VIH, ya sea debido a su propio comportamiento o sin haber tenido culpa”.

La canción del día: Rufus T. Firefly deslumbran plasmando la grandeza y fragilidad de un “breve e insignificante momento”

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El pasado viernes los madrileños Rufus T. Firefly publicaban ‘Loto’, un disco avanzado por el homenaje a ‘Stranger Things’ de ‘Demogorgon‘ y que nosotros entendíamos como un apéndice de su álbum publicado el pasado año, ‘Magnolia’. Pero la banda de Aranjuez comandada por Víctor Cabezuelo y Julia Martín-Maestro aclara que, en realidad, se trata de la segunda parte de aquel disco y que conforman una única obra conceptual. Si nos atenemos al colorido de sus respectivas preciosas portadas, esta segunda parte ha de ser la luminosa, la brillante.

Y así lo refrenda al menos la canción que hoy etiquetamos como nuestra Canción del Día. Se trata de ‘Un breve e insignificante momento en la breve e insignificante historia de la humanidad’, una canción que persiste en ese retro-rock psicodélico a-la-Tame Impala de la primera parte de esta obra doble. Pero, como decíamos, junto a esa lisergia y ese trotón ritmo asincopado, también posee una particular vibración pop, luminosa y magnética, con un sintetizador haciendo un pre-coro que se incrusta sin remedio en la cabeza.

Pero, sobre todo, esta canción brilla rápidamente por su letra, que ha terminado por convertirse en la gran baza personal de Rufus T. Firefly. En ‘Un breve e insignificante momento en la breve e insignificante historia de la humanidad’, Víctor canta a esos contados momentos de felicidad cotidiana, instantes que suelen venir de aparentes pequeñeces (poner las cuerdas a una guitarra; una canción que nos gusta –en este caso “la última mierda de Cala Vento”–; pasear al perro –hasta su nombre, Fújur, guarda un explícito guiño literario–; un rayo de sol en la cara fumando hierba; recordar a alguien que ya no está a través de sus obras –Gata Cattana–…) y que suponen la frágil y efímera grandeza de la vida.

Antes de actuar en festivales como Mad Cool u O Son do Camiño, Rufus T. Firefly presentan ‘Loto’ esta semana en Valencia, en Festival de les Arts, más tarde en Festival de los Sentidos, en La Roda (Albacete) del 15 al 17 de junio, y también en Polifonik Sound 2018, en Barbastro (Huesca).

Azealia Banks acusa a RuPaul de plagio

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Mientras ultima su próxima “mixtape”, ‘Fantasea Two: The Second Wave’, que debería salir este mes, Azealia Banks añade un nuevo nombre a su lista de enemigos: RuPaul. Banks ha acusado a la conocida “drag queen” de plagio por el parecido de su tema ‘Call Me Mother’ con el single de ‘Slay-Z‘ ‘The Big Big Beat’.

Tras la acusación, el álbum de RuPaul que acoge esa canción, ‘American’, ha sido retirado de Spotify, y Azealia asegura ahora que, tras poner una demanda de plagio, RuPaul ha buscado “contactar” con ella. Escribe: “¿Pero dónde estaba esa energía cuando saqueabas mi trabajo y me usabas de inspiración para tu hortera programa de televisión? Estoy decepcionada con él sobre todo como persona negra. Se supone que me debería haber apoyado. Pero ha preferido sumarse el sentimiento popular de hombre gay blanco y sintió que yo era lo suficientemente desechable como para robarme y luego descartarme”.

El parecido entre ‘Call Me Mother’ y ‘The Big Big Beat’ es innegable, hasta el punto que parece la misma canción pero con distinta letra. El ritmo house y el “flow” del rap de RuPaul es idéntico al de Azealia Banks. Por cierto, para quien tenga dudas, el single de Banks salió en 2016 y el de RuPaul en 2017.

Parquet Courts / Wide Awake!

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Parquet Courts son divertidos y no tienen disco malo. Pero me generan cierto sentimiento contradictorio. Si este ‘Wide Awake!’ fuera obra de una redescubierta banda de Manchester del año 1979, me fliparía. Pero al ser el quinto álbum de un grupo de Brooklyn en pleno 2018, no puedo evitar arquear una ceja. Si en su anterior referencia, ‘Milano’, aparecía Karen O haciendo de Poly Styrene y en ‘Human Performance’ trataban de parecerse a Pavement; si en otros discos no se decidían entre saquear a The Fall o atracar a la Velvet, aquí vuelven principalmente a sonar a huestes post-punk británicas, a la alegría adolescente de Undertones y a la mala leche de Buzzcocks, con sus dosis de psicodelia y pop-a-la-Kinks.

Entonces… ¿debería ser menos prejuiciosa y gozar de la banda sin excusa? ¿O he ser más crítica con una música tan mimética y poco original –aunque bien ejecutada-? Pues voto a favor de la falta total de vergüenza y de la diversión. Y es que ‘Wide Awake!’ es otro artefacto irresistible; trece temas la mar de aparentes encajados en 38 minutos. La sensación de evasión y homenaje a los citados Undertones y Buzzcocks se dispara nada más comenzar, en ‘Total Football’. ‘Violence’ exuda cierta –claro está– sucia violencia post-punk, en la línea de Gang of Four. ‘Mardi Gras Beads’ se permite el lujo de mirar levemente a la psicodelia setentera (ay, esos riffs «para-pa-pa-pa»). ‘Almost Had to Start a Fight/In and Out of Patience’, desafinado y gritado, tiene la deseable efectividad punk amateur. La pequeña alusión a Lynyrd Skynyrd que es ‘Freebird II’ contiene un estribillo comunal a lo ‘Hey Jude’. En ‘Back to Earth’ parecen Franz Ferdinand tratando de recordar a Mark E. Smith, y en ‘Wide Awake’ bordan el toque disco-funky-festivo, de ritmo infeccioso, del que parecen tener la exclusiva !!!. También hay guiñito hardcore en ‘NYC Observation’ y a los Pixies en ‘Extiction’ (dos piezas brevísimas, inferiores a los dos minutos). Aunque el título de pieza mayor la tiene la estupenda, ‘Death Will Bring Change’, un arrebato lírico en medio de tanto despiporre y, a la vez, resumen de todo lo anteriormente dicho; he tenido que mirar bien los créditos para asegurarme de que no es una versión de ninguna hermosa canción pretérita, de lo familiar que resulta al oído.

Veredicto final, pues: Parquet Courts tienen terror a resultar aburridos o, peor aún, pretenciosos. Así que, en vez de sacarles faltas por exceso de referencias y cierta ausencia de personalidad, hay que dejarse llevar por la alegría y las ganas de fiesta que desprende este ‘Wide Awake!’.

Calificación: 7,2/10
Lo mejor: ‘Violence’, ‘Mardi Gras Beads’, ‘Almost Had to Start a Fight/In and Out of Patience’, ‘Death Will Bring Change’
Te gustará si te gustan: The Undertones, Buzzcocks, los primeros Franz Ferdinand.
Escúchalo: Spotify.

Los chilenos Dënver anuncian su separación

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El dúo chileno Dënver ha anunciado a través de un comunicado en Facebook que ha decidido poner fin a sus ya más de 10 años de carrera musical conjunta, dejando un hueco difícil de cubrir en el pop latinoamericano actual. Mariana Montenegro y Milton James debutaron en 2008 con ‘Totoral’, un disco de pop abierto y fantasioso –todavía un poco amateur– con un primer hit, ‘Miedo a toparme contigo’, que daba la medida de sus referentes y potencial. Foto de Diego Palma.

Dos años después se consolidó a lo grande con ‘Música, gramática, gimnasia‘, una insuperable obra de post-indie pop. ‘Fuera de campo‘, en 2013, resultaba incluso más ambicioso en cuanto a arreglos, mientras que ‘Sangre cita‘, su disco de 2015, que quedará como su obra final, se abandonaba al hedonismo bailable y a influencias disco y j-pop.

En su escrito, Mariana y Milton expresan su agradecimiento a fans, colaboradores, familia y amigos, y anuncian que emprenderán ahora sus respectivas carreras en solitario, aunque realizarán un último show de despedida el día 18 de agosto en un club de Santiago de Chile. Desde nuestro país, lamentaremos su desaparición y tendremos que conformarnos con los grandes momentos que nos regalaron en sus contadas giras y, sobre todo, con su fantástica discografía. Os dejamos con su comunicado completo.

Hit de ayer: Martha and the Muffins, el «milagro de un sólo éxito» llamado ‘Echo Beach’ (1980)

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1980 fue un año excelente para el pop de corte independiente. El post-punk trajo una era dorada en el alba de la nueva década en la que los nuevos modos en la música popular se combinaron con melodías redondas, inmortales: ‘Boys Don’t Cry’ de The Cure, ‘Enola Gay’ de OMD, ‘Love Will Tear Us Apart’ de Joy Division… y entre los tesoros de esa cosecha anual está sin duda también éste de un grupo que el tiempo ha ido volviendo remoto y desconocido. Es el sino de “milagros de un sólo éxito” como Martha and the Muffins.

Formados en 1977 en la fecunda escena del post-punk de Toronto, eligieron un nombre de corte naif para distanciarse de la imagen agresiva del punk, y para 1980 ya habían conseguido un contrato que les llevó al Reino Unido para grabar su primer disco, ‘Metro Music’. Curiosamente los Muffins compartieron en ese debut algunas cosas con las bandas mencionadas al principio: estaban en el mismo sello que OMD (Dindisc), compartieron productor (Mike Howlett) y la portada se la hizo Peter Saville, célebre por las carpetas de Joy Division.

Abriendo el disco, y como single principal del mismo, aparecía la imponente, inmortal, ‘Echo Beach’. Una oda a una playa imaginaria, la Playa del Eco, en la que el protagonista de la canción piensa para evadirse mientras sufre el tedio insoportable de un trabajo de oficina. Los primeros 36 segundos son una mini-lección sobre cómo iniciar una canción de pop con el mayor gancho posible. Inquietante arpegiador de sinte creando atmósfera, un riff-arpegio de guitarra irresistible, y un truco no muy habitual pero tremendamente efectivo: recorrer rápidamente a modo de “teaser” instrumental la estrofa y el estribillo antes de empezar a cantar:

Además de la excelente construcción melódica, el carácter narrativo y atmosférico de la letra encajaba a las mil maravillas con aquella y seguramente tuvo que ver con el éxito de la canción: una sucinta viñeta con la que es fácil identificarse. “Sé que está pasado de moda y es no es demasiado cool / Pero no puedo evitarlo, soy un tonto romántico / Tengo por costumbre ver la puesta de sol / En la Playa del Eco veo el sol ponerse / De nueve a cinco tengo que estar trabajando / Mi trabajo es muy aburrido, soy un oficinista / Lo único que me ayuda a pasar el tiempo / Es saber que algún día volveré a la Playa del Eco”. Completada con “visiones surrealistas” de un cielo luminoso y ese evocador “Echo Beach, far away in time” con el que se cierra a modo de mantra, la canción se redondea con un explosivo solo de saxo, conducida por un trepidante ritmo de batería. El resultado es una de las mejores canciones de pop de los 80.

Desgraciadamente los siguientes discos de la banda durante la década causaron mucho menos impacto ante la ausencia de canciones con el gancho de ‘Echo Beach’. Para 1993 el grupo se disgregó coincidiendo con el nacimiento de la hija de la cantante Martha Johnson y el guitarrista Mark Gane. En realidad el grupo tenía dos Marthas, y a pesar de ser Johnson y Gane el núcleo principal, personalmente me fascina la trayectoria de la otra Martha, Ladly, teclista, cantante y compositora de algunas de las canciones de los primeros discos. Tras dejar el grupo en el segundo álbum –del que diseñó la portada– trabajó de instrumentista y cantante para The Associates, Robert Palmer y hasta Roxy Music, y llegó a probar suerte con un par de dignos singles, para después iniciar una carrera de diseño junto a precisamente Peter Saville, que le llevó a formar parte de Real World Design (parte del imperio de Peter Gabriel) y ya en la actualidad ser profesora del Ontario College of Art and Design.

En 1987 hubo una desafortunada versión de ‘Echo Beach’ a cargo de la inglesa Toyah, y en 1994 Robert Forster de los Go-Betweens le devolvió la dignidad con un excelente cover con violín de Warren Ellis incluído.

‘Echo Beach’ suena en el último Popcasting de Jaime Cristóbal, ya disponible en este enlace.

Hits & Flops: George Ezra sumará otro platino, Franz Ferdinand no

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Hits


De manera muy clara el segundo disco de George Ezra está siendo uno de los álbumes más populares de 2018 en Reino Unido. Su debut fue cuádruple platino en las islas, por lo que este éxito va a ser casi imposible de igualar para lo que son las cifras de 2018, pero no se va a quedar muy lejos en cuanto a «chart run». ‘Staying At Tamara’s‘ fue entrada directa al número 1 a su lanzamiento hace un par de meses, despachando 63.000 unidades en una semana, y desde entonces se ha mantenido completamente estable. De hecho, su 9ª semana la pasa aún en el top 5 de las islas, animado por la buena aceptación de ‘Paradise’, que ha llegado a ser número 2 en singles y aún sigue en el top 10; y ahora de ‘Shotgun’, que esta semana sube de los puestos 45 al 41. Además, en su momento ya fue número 35, por lo que en verdad, el single radiofónico actual de George Ezra ya le había sumado otro top 40.

‘Staying at Tamara’s’ tiene bastante garantizado el platino en las islas (300.000 unidades), pues el disco de oro se le fue concedido en menos de 3 semanas, y desde entonces solo ha mostrado su solidez. Por supuesto su popularidad fuera de Reino Unido es mucho menor, pero al menos puede presumir de haberse colado en los tops 100 de España o de Estados Unidos y en los tops 10 de Australia, Austria, Holanda o Irlanda. Aunque no sea un álbum de rock estrictamente dicho, es uno de los mayores consuelos comerciales del género ahora mismo…

Flops


… porque por ejemplo Franz Ferdinand no pueden decir lo mismo. Lejos, muy lejos, de los días en que su debut se acercaba a los 4 millones de copias vendidos en todo el mundo, ‘Always Ascending‘ ha repetido la falta de certificación alguna de ‘Right Thoughts, Right Words, Right Action’ en 2013. Ni un disco de oro (ni de plata) siquiera para ninguno de los dos ni siquiera en su tierra Reino Unido, donde el primero había sido cuádruple platino, el segundo disco de platino y el tercero de Franz Ferdinand disco de oro.

Su carrera «descendente» más que «siempre ascendente» se certifica con los malos resultados en listas de ‘Always Ascending’. Ya no es que se vendan menos discos -que también- sino que este nuevo álbum solo ha aguantado 2 semanas en todo el top 75 de Reino Unido: una semana en el puesto 6 y otra en el puesto 65. Estados Unidos les daba también su peor dato (un puesto 59 en el Billboard 200) y la longevidad del largo ha sido inexistente: solo en España el último álbum de Franz Ferdinand ha estado más de 5 semanas en el top 100.

Una pena porque ‘Always Ascending’ no es una obra maestra pero sí es un muy buen disco, como ha coincidido la prensa casi por unanimidad. Parece que sacar discos cada 4 años, el momento actual de la música tan poco propicio para su estilo, un poquito el «ageism» y un poquito esa destartalada campaña que desvelaba todos sus temas en directo en Youtube meses antes de la edición debido a su gira, no ha jugado muy a su favor. Pero bueno, ya lo decían ellos mismos en una entrevista con JENESAISPOP: «El grupo no se mueve por estrategias de márketing». Cuando escogíamos ese titular, ya preveíamos que bien, bien, no iba a irles este año.


Los Mossos investigan una presunta agresión sexual múltiple en la sala Razzmatazz

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Según revelaba en la noche de ayer el diario El Mundo y confirmaba después la propia sala, una menor de edad fue atendida e ingresada en el Hospital Clínic de Barcelona en la noche del viernes, 1 de junio, tras haber denunciado una agresión sexual múltiple en la sala Razzmatazz de Barcelona. Según las informaciones, tres hombres agredieron a la joven en el backstage de la sala, donde esta había accedido con otro chico.

Al parecer, tras la agresión, una amiga de la chica llamó a los Mossos d’Esquadra, que asistieron a la joven y la trasladaron al centro hospitalario. Tras ser dada de alta, la víctima prestó declaración e interpuso una denuncia a los Mossos que ya trabajan en identificar a los tres supuestos agresores.

La sala Razzmatazz ha lanzado un comunicado oficial en el que condenan lo sucedido y aseguran que prestan la máxima colaboración al cuerpo policial para esclarecer los hechos. Además, la sala barcelonesa recalca que está adherida a “No callem”, un protocolo impulsado por el Ayuntamiento de Barcelona contra las agresiones sexuales y el acoso. Según La Vanguardia, la sala ha entregado todas las grabaciones de las cámaras de seguridad que controlan el acceso a la zona de backstage, aunque no hay grabaciones del interior del área restringida a los artistas y sus equipos por imperativo legal.

Ariana Grande estrena en directo ‘The Light Is Coming’ y sí, es un «banger»

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Una de las decepciones de este viernes 1 de junio fue encontrar que ‘The Light Is Coming’ no llegaba a las plataformas digitales y streaming, pese a que su intérprete, Ariana Grande, había mostrado un snippet en redes sociales días atrás, sin especificar cuándo llegaría. Pero la fecha de publicación de este nuevo single de ‘Sweetener’ ha sido revelada este fin de semana por la propia artista durante un concierto.

Ha ocurrido en Wango Tango, una fiesta anual de la popular emisora de radio californiana iHeartRadio. Allí Grande realizó un set de casi 40 minutos en directo. En él, además de sus grandes éxitos, la intérprete de ‘Dangerous Woman’ habló de su próximo álbum, que se publica en el mes de agosto se pondrá en preventa el 20 de junio. Ese día, precisamente, se lanzará ‘The Light Is Coming’. Sin embargo, hoy podemos saber cómo es esa canción, puesto que tras hablar de ella en el concierto, la interpretó.

Esta nueva colaboración con “su hermana mayor” Nicki Minaj que, en este caso, no la acompañó en persona. Aunque sí sonó su voz pregrabada en la intro de una canción que pretende reeditar el éxito de su anterior dueto, ‘Side to Side’. A tenor de lo escuchado –en el clip o en el minuto 25:30 de la actuación completa–, podría lograrlo perfectamente, puesto que tiene toda la apariencia de ser un banger. Esta producción de Pharrell Williams, tras un inicio marcial, tiene un ritmo vertiginoso y un gran gancho. Ahora sólo nos queda esperar tres largas semanas hasta que llegue su versión de estudio.

‘Sweetener’, el cuarto álbum de Ariana Grande, fue presentado semanas atrás con ‘No Tears Left To Cry’, que ya se ha convertido en un nuevo éxito de la artista norteamericana. Un tema uptempo con trasfondo triste, en parte por su ruptura con el rapero Mac Miller, en parte por la muerte de su abuelo y, también, por la tragedia del atentado de Manchester tras un concierto suyo que acabó con la vida de 22 personas.

Tracyanne & Danny / Tracyanne & Danny

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«Todas las canciones escritas por Tracyanne Campbell». Este es el rótulo referido a música y letra que puede leerse en los discos de Camera Obscura o en su defecto en la web de Elefant, los créditos de Spotify o la Wikipedia. Por mucho que entendiéramos a Camera Obscura como un grupo o que incluso alguien diera créditos de más a Stuart Murdoch de Belle & Sebastian, que se limitó a producir y tocar la guitarra en el single ‘Eighties Fan’ y a añadir arreglos de cuerda al primer disco, en lo que podemos establecer como otro ejemplo más del machismo en la asunción de créditos en todo su esplendor, Tracyanne era, es y esperemos que sea siempre Camera Obscura.

Y sin embargo la temprana muerte de Carey Lander, teclista y corista de la banda desde el segundo disco, ha dejado indudablemente tocada la carrera del grupo. Tracyanne, aun siendo la única autora de música y letras y la única por tanto que podía hablar de la temática de las canciones con total conocimiento de causa, permitía que otros miembros como Carey concedieran entrevistas a los medios en solitario en nombre de Camera Obscura. Una familia, más que una banda de Glasgow más, con gusto por el pop sesentero, la estética yeyé y las melodías atemporales.

Para Campbell ha tenido que ser, en parte, una liberación, entregarse a un disco como este. La carrera de Camera Obscura está en modo hiato tras la muerte de Carey, y también hay que decir que ‘Desire Lines‘ en 2013 no es que fuera su mejor creación (en verdad fue abandonar Elefant y perder algo de fuelle o, cuando menos, algo de efecto sorpresa). Sin estar nada mal, pues la banda jamás entregó nada parecido a un disco malo o mediocre, es pertinente que la autora de ‘Tears for Affairs’ se haya desquitado de toda presión con un disco escrito junto a otra persona por primera vez, en este caso Danny Coughlan de Crybaby. Además de servirle para quitar peso al que ha de ser el gran regreso de Camera Obscura, lo cierto es que siempre le ha pegado, por voz, estética y estilo compositivo, hacer un disco de dúo entre voz masculina y femenina como los de Nancy & Lee, Sonny & Cher, She & Him o Isobel Campbell y Mark Lanegan.

Escuchar ‘Tracyanne & Danny’ es por tanto un bonito y esperado reencuentro con una de las voces más bonitas, dulces y queridas del pop independiente de este siglo, ahora acompañada de Danny, apegado a un timbre de crooner que roza el de un Richard Hawley en algunos momentos, como sucede en ‘Celophane Girl’. El triunfo de ‘Tracyanne & Danny’ es el de las canciones que nunca pasarán de moda, y así, sucumbimos ante singles de adelanto como ‘Alabama’ y sus suculentos piano tipo Motown, slide-guitar y cuerdas («sí, me gusta Alabama y me gusta viajar (…) pero no consigo recordar un día en el que estuviera sin ti», dedican a la desaparecida Carey); ‘It Can’t Be Love Unless It Hurts’, cuyo título pesimista lo dice todo y su teoría de que el amor «solo puede ir de mal en peor» también; o ‘Home & Dry’, que ejerce de apertura. A la altura encontramos temas como la balada cincuentera ‘Jacqueline’, que de nuevo con ese piano tan doo-wop habría pegado tanto en The Roadhouse, o ese ‘Anybody Else’ que parece un single del disco póstumo de Roy Orbison, todas ayudadas por la producción del queridísimo Edwyn Collins en colaboración con Sean Red de Dexys Midnight Runner.

Es cierto que a veces el álbum cae en los clichés románticos, a los que no estaría mal desafiar en 2018 incluso musicalmente. Cuando uno escucha un «This is a fantasy» casi adivina que va a rimar con un «Baby it’s you and me», y, desde el punto de vista de la producción, es algo inaudito que todo el mundo copie a Nancy & Lee sin la menor intención de emular una canción tan loca como ‘Some Velvet Morning’. Por eso se agradecen los ligeros experimentos, como ese sample o modo obsesivo -no sé qué es mejor- de Danny de cantar «don’t» en la mirada a un amor del pasado que resulta ‘2006’; o las incursiones jazzies. En ‘Deep In the Night’ el saxo nos trae la misma «luz», el «mismo confort», la misma «cuna» de la que nos habla la letra; y la final ‘O’Keefee’ demuestra -pese a que su letra mencione Mexico y Santa Fe- que, como probó el galo Benjamin Biolay, Francia y Argentina están deliciosamente relacionadas.

Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Alabama’, ‘2006’, ‘It Can’t Be Love Unless It Hurts’, ‘O’Keeffe’
Te gustará si te gustan: She & Him, Nancy & Lee, La Buena Vida, la voz de Tracyanne Campbell
Escúchalo: Spotify

La canción del día: Kanye West y amigos retuercen el soul clásico en la cálida y delirante ‘Ghost Town’

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La gran noticia en el mundo de la música de esta semana ha sido la publicación de ‘ye’, el nuevo álbum de Kanye West tras lanzar en 2016 ‘The Life of Pablo’ y caer en una espiral de problemas de salud que le obligaron a retirarse y recuperarse. Tras hacerlo, ha vuelto con más energía que nunca, produciendo un disco completo al rapero Pusha T, otro para Nas y uno más para Teayana Taylor. Aparte de este ‘ye’ y ‘Kids See Ghost’, junto a Kid Cudi.

Precisamente Cudi es uno de los invitados en ‘Ghost Town’ que, a todas luces por su título y su participación, parecía destinada a ese otro disco. Pero, por lo que sea, ha terminado cayendo en ‘ye’, un disco de 23 minutos y con una portada de mensaje cuñadil (la boba broma “Odio ser bipolar me encanta”; pero tranqui, puedes cambiarla tú mismo en esta web). Y no sólo eso, sino siendo uno de los cortes más inmediatos y destacados.

‘Ghost Town’ parece una reunión de amigos. Y es que además de Kid Cudi (que canta en modo seductor el gancho) y West (que también retoma su faceta de cantante), aparecen John Legend (él retoma el sample de un blues de Shirley Ann Lee, ‘Someday’, cantando de forma, digamos, “desaseada” sobre otro sample, esta vez de ‘Take Me For A Little While’ de Vanilla Fudge) y 070 Shake, una artista que Kanye firmó el pasado año para su sello G.O.O.D. Music. Ella entona el verso final, tan emocionado como delirante en su trasfondo lírico: “aún somos los niños que solíamos ser / pongo mi mano en una estufa para ver si aún sangro / Y nada me duele ya, me siento como libre”. En uno de esos trucos tan propios de Kanye, la propia 070 Shake canta la introducción del siguiente tema del disco, la balada sobre la mujer y la paternindad ‘Violent Crimes’.

La audaz y alocada estructura de ‘Ghost Town’ también es un ejercicio colaborativo de West con más socios habituales, como Mike Dean y Francis and The Lights, y uno nuevo, Benny Blanco –el ganador de 4 Grammys por sus trabajos recientes para Ed Sheeran y Bruno Mars y pasados para Rihanna, se ha mostrado entusiasmado por poder trabajar con Kanye–. Una retahíla que, en realidad, se resume en un medio tiempo soul que, pese a sus hechuras clásicas, es retorcida constantemente con efectos delirantes, instrumentaciones que aparecen y desaparecen, y cierta querencia lo-fi (una producción vocal que, inesperadamente, evita Autotune y filtros). Una nueva joya de Kanye West que se eleva como un hito de ‘ye’.

Spiritualized anuncian algo llamado ‘A Perfect Miracle’ tras su glorioso concierto en Primavera Sound

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El pasado miércoles, Jason Pierce y su proyecto musical Spiritualized ofrecían un esperado concierto en Primavera Sound 2018. Un show en el que el británico y su banda se acompañaban de una orquesta y un coro gospel, para interpretar sus grandes éxitos y cuya crónica –que no publicamos en su momento por cuestiones editoriales– recuperamos más abajo. Y muchos se preguntarán “¿pero qué hay de aquel nuevo álbum que estaban terminando y publicarían en 2017, 20 años después del gran ‘Ladies and Gentlemen We Are Floating In Space’ y que nunca llegó?”

Pues bien, cuatro días después de ese show, Spiritualized han inagurado una cuenta en Twitter cuya primer publicación es un tanto extraña: un vídeo que reproduce en sonidos un código morse escrito sobre fondo rojizo. La web yanqui Stereogum ha descifrado el código y recoge las palabras “A Perfect Miracle”, a todas luces el título de lo que, deseamos, sea esa nueva música que prometió. Sea un álbum, un single o ambas cosas, apostamos por que no tardaremos mucho en saberlo.

Jason Pierce contaba en 2016 a NME que estaba ultimando su octavo disco de estudio, que había grabado junto al ex-Killing Joke Martin “Youth” Glover –que ya hablaba de esa grabación a inicios de 2015– y que se editaría exactamente el 16 de junio de 2017, lo cual no ocurrió, como bien sabemos. De confirmarse que es su nombre, ‘A Perfect Miracle’ será el octavo disco de estudio –el primero desde que en 2012 se editara ‘Sweet Heart Sweet Light‘– del proyecto de Pierce, iniciado tras la disolución de los cruciales Spacemen 3. Más abajo encontraréis la citada crónica de su concierto en Primavera Sound 2018.


Foto de Mireia Pería

Spiritualized ofrecen un concierto que pasa los anales del Primavera Sound: La expectación ante el concierto de Spiritualized con orquesta y coro desbordó todas las previsiones. Si los tickets de reserva se ponían a la venta a las 15h, a las 14h la cola ya era considerable, pantagruélica cuando empezaron a repartirse. Se agotaron antes de las cinco. El aroma de evento único animó el sold out un miércoles. Aún estaba entrando gente cuando arrancaron con ‘If I Were with Her Now’. Jason Pierce sentado en un taburete en un rincón del escenario, con camiseta blanca, que contrastaba con el negro de la orquesta y el coro –mayoritariamente femenino–, mientras la banda ocupaba el centro del escenario. El respeto del público era reverencial; fue curioso comprobar que asomaban muy pocos móviles sacando fotos en proporción a lo que viene siendo habitual. El volumen atronador, las guitarras distorsionadas que no desentonaban nada con las cuerdas, aunque su delicadeza se vio en muchas ocasiones devorada por la furia de las guitarras. Si todo el concierto fue un viaje maravilloso, los puntos álgidos fueron una definitiva y emocionantísima ‘Ladies and Gentlemen We Are Floating in Space’, especialmente cuando el coro rompió a cantar ‘I Can’t Help Falling in Love’. Y el tramo final en que cayeron, como martillos de Dios ‘I Think I’m in Love’, ‘Soul on Fire’ y ‘So Long You Pretty Thing’. El chico sentado al lado de mí se derrumbó cuando Pierce empezó a entonar “Help Me Lord, Help Me Jesus”. No fue para menos. La única frustración llegó al final. Pierce y la banda se retiraron, dejando a la orquesta y el coro. Se saboreaba el gran bis final. Pero sorprendentemente, se retiraron todos del escenario y el sueño se interrumpió ahí tras hora y media. Parece ser que ‘Come Together’ estaba programada, pero no sabemos por qué no se tocó al final. Igualmente, un concierto que pasará a los anales del Primavera. Mireia Pería.

Arctic Monkeys ofrecen un buen concierto de rock recibido con tibieza en Primavera Sound

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Foto Arctic Monkeys: Sergio Albert.

Crónica de la última jornada de Primavera Sound 2018 en el Parc del Fòrum, con los conciertos de Arctic Monkeys, Lykke Li, Lorde, Jane Birkin, Lift To Experience, Car Seat Headrest, The Blaze…

El sábado, Montero inició este último día añadiendo energía positiva, entregándose al completo presentando su nuevo trabajo con singles como ‘Vibrations’. Poco a poco, el australiano fue creando un ambiente festivo y cañero que estalló con ‘Talking the Night Away’ en la que el registro de voz de Benny Montero llega hasta los guturales dando lugar al tema más rockero de su show. Fue de menos a más: al principio costó arrancar, pero finalmente dejó un buen sabor de boca. Fernando García.

Car Seat Headrest han reeditado ‘Twin Fantasy’ siete años después de que el original (grabado con pocos medios) viera la luz. Esta vuelta, sin embargo, no ha sido un paso atrás, sino más bien al contrario. Cada vez gozan de mayor prestigio y el número de gente que comienza a escucharlos a raíz de este «nuevo» trabajo, no deja de aumentar. A pesar de no ser ni siquiera las 7 de la tarde, uno de los dos principales estaba bastante lleno, y no simplemente de curiosos que se acercan a ver qué tal hasta que llegase su banda favorita, sino de muchísimos fans que coreaban todas las canciones con entusiasmo. Es posible que estemos ante el principio del gran éxito de una banda que parece lanzada y dispuesta a conseguirlo. Fue un concierto que, sin duda, mereció la pena: sonaron con decisión y fuerza. Fernando García.

Gabriel Garzón Montano es pura música, la lleva en las venas, le sale por los poros de la piel y presenta los temas de su debut con una pasión desbordante, totalmente entregado a su energía y sensualidad, hasta el punto que por momentos parece que Prince canta a través de él (y no solo porque el cantante vistiera un traje blanco de torera y pantalones largos que podría haber llevado perfectamente el de Minneapolis). La confianza que desprende Garzón Montano en el concierto y su comando del escenario son dignos de una verdadera estrella. Temas como ‘Sour Mango’, ‘Bombo Fabrika’ y sobre todo ‘Crawl’ brillan, y el músico decide terminar su set con un arrebatador a capela de ‘La candela viva’ de Totó la Mamposina, incitando al público a hacer los coros. Un gustazo ver a este hombre en directo. Jordi Bardají

Josh T. Pearson hizo doblete. Si el viernes tocó su proyecto en solitario, el sábado recuperó a sus míticos Lift To Experience. La bandera de Texas, el aspecto de rednecks y el blanco sombrero de cowboy podían llevar a la confusión sobre lo que íbamos a encontrar. Pero aquello no tuvo nada de country y sí todo de post-rock melodramático, con la banda tocando sus largos temas, de crescendos intensos y calmas tortuosas. Josh olvidó completamente su faceta de humorista (excepto cuando nos hizo una foto para enviársela a su madre). Cantó con devoción de predicador, ora rogando, ora rezando, ora exigiendo. Una experiencia extática, de auténtica catarsis emocional. La única pega fue que la gente no paraba de charlar. ¡Pero como podían, cuando Pearson se estaba dejando el alma en cada canción! Mireia Pería.

Jane Birkin, acompañada de la gran orquesta sinfónica del Vallès, homenajeó al que fue su pareja y padre de su hija Charlotte, Serge Gainsbourg. Cantó sus canciones apoyada de las melodías de la orquesta. Pese a que no había demasiada gente, Birkin se sintió muy arropada por el público; emocionada y agradecida de estar cantando esas canciones de Serge y de poder haberlo hecho en las óptimas condiciones. Sonó precioso –pese a algún ruido molesto ocasional en uno de los altavoces–, aunque algo más corto (hubiese servido con terminar a su tiempo, ya que se excedió unos cuantos minutos) se hubiera agradecido al final. En cualquier caso, es insólito ver algo como lo de Jane Birkin en cualquier otro festival. Fernando García / foto: Eric Pàmies.

Justo después vino Lykke Li, a punto de sacar su nuevo disco ‘so sad so sexy’, que arrancó precisamente con uno de los primeros singles de este, ‘deep end’, y también hubo espacio para la canción que da título al disco (todavía inédita por unos días). Estuvo acompañada de una puesta en escena sencilla y misteriosa, pero la recepción del público no fue algo destacable, aunque algunos temas se celebraron mucho como ‘Gunshot’ o la muy reciente ‘two nights’ (un temazo en toda regla). En cambio, indudablemente lo que hizo que todo el mundo sacara sus teléfonos móviles para grabar fue ‘I Follow Rivers’, su único megahit que defendió a la perfección gracias a su brillante control vocal. Resultó extraño, sin embargo, que no fuese su última canción y sí la penúltima. Cerró con ‘Utopia’, un gran grower que además en directo mejora una barbaridad, pero no fue una buena elección como final. El resto del setlist no iba en esa línea, y tras ‘I Follow Rivers’ la gente comenzó a dispersarse y a dejar de prestar atención. Fernando García / foto: Sergio Albert.

Es indescriptible la sensación de júbilo que produce un concierto de Lorde. En cuanto la neozelandesa sale al escenario, ataviada con un vaporoso vestido blanco azulado, y empieza a sonar ‘Sober’, se crea en el lugar una magia muy especial, como son las canciones de Ella, que el público se sabe de pe a pa y que nunca dejarán de asombrar en su expresión del talento más inteligente y honesto. En un concierto de Lorde no se baila si no se llora al mismo tiempo y aunque ‘Magnets’ es una adición clubera muy bienvenida, son canciones como ‘Homemade Dynamite’, ‘Perfect Places’, ‘Buzzcut Season’ o ‘Ribs’ las que elevan el alma del público, llevándolo al éxtasis en la final ‘Green Light’. Hay cover sorpresa de ‘Lost’ de Frank Ocean el día después de que Jorja Smith versionara esta misma canción en el festival, pero el momento más bonito de la noche lo produce ‘Liability’, a través de la cual Lorde se reconforta en su público, y este con ella. Amor puro. Jordi Bardají / foto: Eric Pàmies

La de Arctic Monkeys era la actuación más esperada de todo el festival, la que congregó más multitudes. Instantes antes de que arrancara, parecía imposible encontrar un sitio que asegurara un mínimo de visibilidad y comodidad. Afortunadamente, conseguí una buena ubicación y pude seguir el show razonablemente bien. Impresiones generales del concierto: Alex Turner está infinitamente mejor ahora que cuando lo vi con The Last Shadow Puppets en 2016. Si entonces se le veía desnortado y pasado de vueltas, anoche fue el amo y señor de la situación. Protagonista absoluto, dirigiendo el cotarro con precisión, chulo pero contenido, con el histrionismo bajo control… ¡y qué voz! Él cantó maravillosamente, el grupo ejerció de banda de rock madura y ajustada, tocaron perfecto y el sonido fue buenísimo. Y, aunque las fotos promocionales nos hacían temer lo peor, el aspecto de la banda era muy sobrio, el look de Alex, entre Lennon y Bono. En cuanto el repertorio, confieso que me temía que iba a ser un tostón (efectivamente, soy de las que no les gusta ‘Tranquility Base Hotel & Casino’). Pero no, por suerte. Resultó equilibradísimo. Sin embargo, me dio la sensación de que el público estaba ligeramente decepcionado, que esperaba algo más desatado.

Arrancaron con una de las nuevas, ‘Four Out of Five’, pero en nada soltaron la artillería: ‘Brianstorm’ y ‘I Bet You Look Good on the Dancefloor’, que desataron la locura del personal. A partir de aquí, el asunto fue algo más calmado. Los Monkeys parecieron escoger de su repertorio antiguo los temas que más se ajustaban al sonido de su último álbum. El público, por su parte, respondía con tibieza a las nuevas. Se recuperó en ‘Do Me a Favor’ y un ‘Cornerstone’ en el que Alex se ufanó todo chulo. Sin embargo, cuando los Monkeys retornaban a las canciones con base de piano, cuando adquirían texturas de banda de lounge en sala de fiestas de hotel decadente, la multitud parecía caer en cierta apatía y, de nuevo, se levantaban los ánimos cuando atacaban piezas como ‘Knee Socks’. Pero la mejor pieza fue ‘Pretty Visitors’; Alex se quitó al fin la chaqueta y las hechuras de crooner que llevaba rato vistiendo y se dejó llevar por el histrionismo, que ya no abandonó ni en ‘Crying Lighting’ ni en ‘Do I Wanna Know’, celebradísimo. ‘Batphone’ marcó el regreso para los bises. Escuché a unos muchachos comentar “si la próxima no es animada, nos vamos”. No se fueron, no. Porque fue ‘The View From The Afternoon’ (abismal diferencia de recibimiento con la anterior) y remataron con ‘R U Mine’, recuperando el fervor del público. Al final no llegaron a los 90 minutos, pero el de los Arctic Monkeys fue un muy buen concierto de rock. Mireia Pería.

Siempre agradecidos de actuar en Primavera Sound ante un público que “ama de verdad la música”, como indica Bradford Cox durante un punto del concierto, y en este caso maravillados por haber podido ver a Jane Birkin unas horas antes, Deerhunter llenan su escenario y desgranan varios clásicos de su repertorio, como ‘Agoraphobia’, ‘Helicopter’ o una ‘Desire Lines’ cuyo final guitarrero nunca dejará de ser evocador y enorme. El grupo, que saca disco este año, tampoco deja de presentar algunos temas nuevos, entre los que destaca uno titulado ‘Futurism’ que parece ir en la onda de su anterior álbum. Jordi Bardají

En el poco concurrido Primavera Bits, Oneohtrix Point Never se marcó un gran show con su atmosférico ambient. Todo tipo de impresiones y sensaciones transmiten los sofisticados sonidos, ensalzados por unos visuales de lo más sugerentes. El concierto fue hipnótico y oscuro, como si durante una hora uno fuese abducido por algún alien de otra galaxia. Fernando García.

Llego tarde al concierto de Beach House, pero no tardo en caer rendido en la arrebatadora atmósfera creada por el grupo de Brooklyn, que más que canciones presentan conjuras con las que deja al público hipnotizado y subyugado desde el segundo cero. Presentan Victoria Legrand -qué portento de voz- y Alex Scally su disco más oscuro y denso hasta la fecha, ‘7’, y el poder en directo de temas como ‘Dive’, ‘Black Car’ o ‘Lemon Glow’ es tal que uno se pregunta si Beach House no lleva años componiendo solo para llegar a ellos. Por otro lado, es impresionante el magnetismo que desprenden siempre clásicos de su repertorio como ‘Myth’ y ‘Lazuli’ y más impresionante todavía lo que sigue creciéndose ‘Elegy to the Void’ en directo. Jordi Bardají

The Blaze no han hecho más que arrasar allá por donde pasan. El año pasado recién estrenado su excelente EP, estuvieron en el FIB (en el cartel en letra minúscula) y este, en el Primavera Sound, a la misma altura que nombres como Slowdive. No puede decirse que el prestigio haya sido cuestión de suerte, ya que en directo son excelentes. Los mejores momentos vinieron con Territory y Juvenile, sus dos grandes temas hasta ahora. La escenografía es inteligente a la hora de realzar la música: sitúa al dúo en el centro mientras a ambos laterales y al fondo, se proyectan difefentes imágenes. Fernando García.

C. Tangana insulta al Rey al ser preguntado sobre Valtonyc

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El festival Primavera Sound 2018 fue uno de los pocos festivales que se solidarizaron de manera expresa con el rapero Valtonyc tras su condena por insultos al Rey, emitiendo un comunicado primero y programándole en la edición que precisamente este fin de semana está teniendo lugar en Barcelona. El rapero mallorquín, como sabemos, no ha actuado porque optó por huir del país –presuntamente a Bélgica– antes de que cumpliera el plazo para que entrara en prisión.

Y precisamente en Primavera Sound ha sucedido lo que hoy contamos: una de las numerosas ruedas de prensa y coloquios que organiza el festival en torno a la industria musical, reunía ayer a C. Tangana, Yung Beef y Bad Gyal, a modo de declaración de intenciones de su compromiso con las nuevas músicas urbanas nacionales –los tres actuaban en este evento a lo largo del fin de semana–. Una entrevista de una hora de duración sobre música e industria, entre otras cosas, que puede verse en el canal de Youtube del festival.

Como destaca hoy en El Diario en base a un tuit, en un momento dado del encuentro, alguien preguntó su opinión a los tres artistas sobre la condena a Valtonyc. En el citado tuit que se acompaña de un vídeo, destaca la escueta pero incisiva declaración de C. Tangana al respecto, insultando al Rey en solidaridad con el rapero: «El rey soy yo, el rey es un gilipollas, la madre del rey me come los cojones. La que ahora llaman reina es una presentadora de televisión y es lo que sigue siendo para mí. Y que me metan a mí también en la cárcel, que me voy a ir a Bélgica a hablarles desde allí». Antes que él, Yung Beef decía sobre este mismo tema que cree que «la ley en España es una mierda», y también mostró su total apoyo al rapero condenado.