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Sábado sin grandes vencedores en Vida Festival 2018

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Fotos de Iron & Wine, Mourn y Of Montreal cedidas por Vida Festival.

La tranquilidad volvió a hacer acto de presencia después de un viernes algo más concurrido de lo habitual. Y en gran medida eso ocurrió porque el festival en su tercera jornada tampoco contó con ningún cabeza de cartel que fuera realmente un gancho para atraer masivamente al público. Nada más poner el pie sobre el escenario Sam Beam, el cerebro detrás de Iron & Wine, ya dijo que disponía de poco tiempo y que iba a aprovecharlo para tocar el máximo de temas posibles. Su concierto fue toda una preciosidad perfecta para presenciar cómo caía el sol. Con su último ‘Beast Epic’ el estadounidense ha vuelto a sus raíces y a minimizar los arreglos, lo cual se notó con esa escueta banda de batería, contrabajo y chelo que le acompañó (y que hizo que de principio a fin todo sonara de lo más cristalino). Hubo números como ‘Last Night’ en los que parecía que estábamos viendo a una banda de jazz, y no faltaron ‘Muddy Hymnal’, ‘Call It Dreaming’, ‘Fever Dream’ o ‘Woman King’. Una pareja a escasos metros de donde me encontraba vieron todo el show fundidos en un abrazo: no se me ocurre mejor imagen para resumir lo vivido, no.

They Might Be Giants, por su parte, no acabaron de convencer del todo atendiendo a la espantada del público. Por mucho que la veterana banda se valga del sentido del humor nerd para su power pop, la mayoría de los ahí presentes no conectaron con la propuesta. Y tampoco ayudó demasiado que ejercieran de cabezas de cartel atendiendo a los nombres propios que en días anteriores se habían paseado por el festival. Hubo coñas por ejemplo al ‘Chandelier’ de Sia en ‘Particle Men’, pero se notaba mucho que su último ‘I Like Fun’, ni de lejos, puede competir con lo mejor de su extensa discografía. Los que decidieron irse a ver La Plata, que fueron muchísimos, acertaron sin duda.

Por su parte, Hookworms sí supieron aprovechar como se merece la presentación oficial en nuestro país de su gran ‘Microshift‘, demostrando que su giro sonoro ha sido todo un acierto. Ya sólo por la retahíla inicial de ‘Negative Space’, ‘Static Resistance’ y ‘Ullswater’ valió la pena, aunque después la banda no olvidó reverenciar temas pretéritos como ‘On Leaving’ o ‘Beginners’ con una fuerza arrolladora. Muchos curiosos que desconocían quienes eran quedaron gratamente sorprendidos, por lo que eso sólo puede valorarse como todo un triunfo.

Lo de Mourn siempre es sorprendente. La banda del Maresme sabe muy bien lo que se hace y, pese a su juventud, lucen una seguridad y una actitud sobre el escenario que parece que lleven décadas en esto. Siempre es un placer ver cómo Antonio aporrea la batería y cómo Jazz y Carla le ponen tanta pasión ante el micro. Venían a presentar su reciente ‘Sorpresa Familia’, y podemos afirmar que estos nuevos temas funcionan a las mil maravillas en vivo. ‘Barcelona City Tour’, sin lugar a dudas, ya es un hit con todas las de la ley tras la increíble reacción del público.

Ante una jornada tan dominada por el folk y las guitarras se agradeció, y mucho, que of Montreal pusieran el tono festivo las últimas horas. Siendo conocedores de que su reciente ‘White Is Relic/Irrealis Mood’ (que prácticamente tocaron de cabo a rabo) no puede considerarse lo mejor de su discografía, la banda solventó eso con toda una clase de carisma por parte de Kevin Barnes, quien apareció bajo los focos travestido a lo Lady Bunny con varios cambios de vestuario incluso. Divertidísimos y más que necesarios, siempre son una apuesta segura.

Madonna a Migos tras ver el vídeo de ‘Narcos’: “¡Esa es mi casa de Miami! ¿Qué hacéis ahí?”

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Migos le hicieron la cosqui al Primavera Sound, perdiendo el vuelo desde Atlanta que había de trasladarles hasta Barcelona y dejando al festival sin uno de sus cabezas de cartel para el sábado. El festival dirigido por Gabi Ruiz reaccionó rápido, primero reclutando al rey del grime británico, Skepta, y finalmente sustituyendo al trío de trap por Los Planetas. Diríamos que en sus antípodas, pero la presencia de Yung Beef para interpretar ‘Islamabad’ una vez más no lo deja tan claro.

¿Qué podrían estar haciendo Migos para perderse lo que hubiera significado su primera actuación en nuestro país? Pues una posibilidad sería que estuvieran ultimando la filmación del vídeo para ‘Narcos’, uno de los temas incluidos en su extenso álbum de 2018 ‘Culture II’. Como no podía ser de otra manera, dada la clara temática del tema que alude a Pablo Escobar insistentemente, Quavo, Offset y Takeoff representan a tres adinerados narcotraficantes que llevan a cabo sus bisnes en Miami, rapeando en una lujosa mansión.

Una lujosa mansión sobre la que Madonna, tal y como señala Billboard, tiene algo que decir: “¡Esa es mi casa de Miami! ¿Qué hacéis ahí?” ha espetado a Quavo en un comentario de Instagram sobre una foto del trío en el jardín del enorme casoplón. Quavo se ha limitado a contestar que “trapping” (un “haciendo trap” que no se limita al estilo musical, diversificado en la ostentación y el trapicheo con drogas), pero la verdad es que Madge –que obviamente debía saber que el grupo había alquilado su casa para la filmación– se ha quedado con ellos.

La canción del día: ‘Alright’ prueba que Jain no era sólo otra one-hit wonder

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Es posible que Jain no vuelva a verse en otra como aquel pelotazo que dio en 2016 con ‘Come’, una juguetona e irresistible canción semi-acústica que se convertía en un gran éxito en Francia. Y, por primera vez para un artista galo en mucho tiempo, también en nuestro país, aunque hubiera de ser gracias a su aparición en una campaña publicitaria. ‘Zanaka’, su álbum de debut, fue platino en su país de nacimiento gracias a ese single, claro, pero eso no quitaba que se tratara de un notable disco de pop contemporáneo con ecos de folclore africano y de oriente próximo, derivados de la vida nómada que Jeanne Galice –ese es su nombre real– y su familia llevaron durante años, residiendo en Dubai, Abu Dhabi o la República Democrática del Congo.

Dos años después de aquel éxito, Jain ha vuelto para demostrar que ella es mucho más que una one-hit wonder. Y vaya si lo hace: esta misma semana ha lanzado ‘Star’, un frenético nuevo single que anticipa su segundo largo, ‘Souldier’ (“soul” + “soldier”, obviamente), que se publica oficialmente el 24 de agosto y en el que pretende plasmar influencias tan variopintas como las de Kendrick Lamar, Tito Puente o Bob Marley.

Una muestra inmejorable de ese intento es su primer single, ‘Alright’, lanzado semanas atrás pero que ha sido impulsado por la presentación de un espectacular videoclip. Un vídeo que da una nueva dimensión a su letra sobre dejar atrás una relación fallida y mirar hacia el futuro con determinación. Ese mensaje se amplifica en un gran videoclip –dirigido por Greg et Lio, filmado en reconocibles pero no obvios emplazamientos de Barcelona– que protagonizan mujeres que se libran de ataduras de sexo y hacen cosas verdaderamente increíbles, a base de esfuerzo, tesón y confianza. Un inspirador clip que se complementa a la perfección con el carácter positivo y luminoso de la música, henchida de ecos jamaicanos –produce su colaborador habitual Yodelice– y absolutamente pegadiza.

Jain presentará estas nuevas canciones el día 13 de julio en Mad Cool 2018, en Madrid.

Tracklist de ‘Souldier’:

On My Way
Flash
Alright
Oh Man
Inspecta
Dream
Star
Feel It
Abu Dabi
Souldier

Niño de Elche / Antología del Cante Flamenco Heterodoxo

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¿Cuánto tiempo necesitamos para asumir lo que hay dentro de un disco? ¿Cuánto tiempo, cuántas oportunidades, estamos dispuestos a dedicarle a una obra de 106 minutos cuando cada viernes se editan unos 15 discos distintos de los que somos el público objetivo? Niño de Elche publicó su segundo álbum en solitario, el primero tras el premiado ‘Voces del Extremo‘ y su colaboración con Toundra bajo el nombre de Exquirla, el pasado 23 de febrero. Su nuevo sello, Sony nada menos, tuvo el detalle de enviarnos una escucha privada hasta con quince días de antelación para que pudiéramos preparar una entrevista con el artista.

‘Antología del Cante Flamenco Heterodoxo’ me gustó enseguida, hice la entrevista y me propuse realizar la correspondiente reseña del álbum para publicar en su semana de salida. Dos semanas escuchando un álbum suele ser tiempo más que suficiente para asumir lo que vas a hallar contenido en él. Cuando has escuchado (o reseñado) miles de discos, es raro que cambies de opinión después de una quinta o sexta escucha (hay excepciones y álbumes cuya percepción cambia con el paso del tiempo en función de las modas o de la evolución del artista). Desde el primer momento estaba muy claro que se trataba de un disco muy ambicioso que reflexionaba sobre los orígenes, el desarrollo y la libertad creativa del flamenco en un mundo más pendiente del apropiacionismo que del arte; excelentemente ejecutado, como siempre pasa con la producción de Refree (Rosalía, Sílvia Pérez Cruz, Rocío Márquez); con momentos que entran por los ojos de primeras, como el single ‘Rumba y bomba de Dolores Flores’; otros que van calando poco a poco, como el ‘Fandango cubista de Pepe Marchena’ y su trompeta («cuando canto un fandanguillo (…) lloro como un chiquillo»); y otros deliberadamente más esquivos e inmersos en el ambient, como un guión de pesadilla lynchiano musicado por Aphex Twin y llevado a imágenes por Chris Cunningham. Tenía una idea muy nítida de lo que era el disco, muy claramente uno de los más interesantes del año; y tenía mi entrevista llena de titularacos. El «problema» era que a cuantas más escuchas daba al disco, más lagunas se me abrían, al contrario de lo que suele ocurrir. A más escuchas, más dudas me entraban sobre si estaba entendiendo el álbum o me estaba gustando por las razones «equivocadas».

No soy necesariamente partidario de que se sobreexplique o sobreanalice la música popular. La sola idea de que algo pueda gustar a alguien por las razones «erradas» da grima. En ocasiones la música pop se compone de letras mediocres y funcionales que sus autores se empeñan en disfrazar en las entrevistas de supuestas reflexiones sobre el sentido o sinsentido de la vida, decorando con coartadas intelectuales textos sobre los que lo mejor sería decir que no esconden pretensión alguna. Pero este caso es distinto. Como su propio nombre evidencia, esto no es un disco, sino una «antología». Niño de Elche dice que puede pinchar durante un par de horas música referenciada en este largo -tanto tiempo como dura-, pero sus tentáculos han ido mucho más allá, llegando a otras artes como la literatura o incluso la pintura, y por supuesto también a lo socio-político. ‘Antología del Cante Flamenco Heterodoxo’ ha implicado antes que nada un arduo trabajo de documentación que lo convierte, más que en un disco, en una biblioteca, o más bien en una instalación multidisciplinar no exenta de performance que, quién sabe, quizá algún día pueda tener lugar en un museo a lo grande (ya hubo una presentación en CaixaForum, de hecho).

Por tanto, no es un álbum que escuchar en las plataformas de streaming, donde a la vista está que no ha tenido ningún tipo de sentido subirlo, pues no se ha viralizado ni ha circulado entre la gente de ninguna manera; sino que degustar con calma a través de su edición física, que incluye un generoso libreto donde no vienen lo que podríamos llamar las «letras» (¿lo llamará «letras» el artista?), pero sí los textos explicativos «canción por canción» del artista curtido en Bellas Artes Pedro G. Romero. Niño de Elche describe a su colega como un «intelectual de una categoría increíble», pues ha sido él quien se ha encargado del «aparato y dirección artísticos» de estas 27 canciones que llegaron a ser exactamente 99. Quizá con 100 ya todos los implicados habrían cortocircuitado, no sólo el público.

El camino no lo han puesto fácil. El oyente casual pronto advierte la falta de hilo musical o secuenciación «adecuada» a nuestros estándares. No es lo habitual que un disco, ni siquiera vanguardista, arranque con dos pistas como ‘Soledades de la pereza’, llena de bostezos; y continúe con un tema entre el ambient, el dream pop y los cantos monacales (sí, esto es posible), cuando el álbum doble contiene una decena de temas no que ya no den tanto susto, sino directamente comprensibles por todos, casi poperos. Niño de Elche resolvía de un plumazo esta duda: «Es una antología, que es algo que va o por orden alfabético o por orden historiográfico. Y esta va por orden historiográfico, ayudándonos a hablar de lo social y de lo político».

Esta intencionalidad está clara desde esa primera pista, en la que la voz de María Rosa Beltrán Ramón nos lleva a los pueblos del siglo XIX, constituyendo una reivindicación de Paul Lafargue, autor de ‘El derecho a la pereza’, quien además estaba casado con Laura Marx, sí, hija de quien estás pensando. Estamos en 1880 con algo llamado ‘Hay una pereza activa’. El viaje en el tiempo tan solo acaba de empezar y las paradas serán numerosas e interesantes por su temática principal (‘Pregón, lema y consigna de Nono’ incluye un «no pasarán» que se pasea entre la guerra civil y la lucha antifranquista) o por la colateral (en ‘Saeta del Mochuelo con la Mariana seguido de Plazoleta de Sevilla en la noche del Jueves Santo’ se restituye a María Lejárraga como verdadera autora de la ópera ‘Margot’ en lugar de su marido Gregorio Martínez Sierra, que la firmó).

‘Antología del Cante Flamenco Heterodoxo’ es un disco maravilloso cuando las mejores composiciones coinciden con las historias más apasionantes que ocultan. ‘El tango de la Menegilda’ es una canción llena de humor compuesta a partir de ‘Las que tienen que servir’ (1882), y el texto nos revela que esta canción llamó la atención de Nietzsche cuando la escuchó dentro de la zarzuela ‘La Gran Vía’ en Turín (“es lo más fuerte que he oído y visto, incluso como música, genial, imposible de clasificar” fueron sus palabras), pero es que el libreto nos indica además que fue un «himno de la hostigada comunidad gay» en Viena en la época… y lo comprendemos totalmente. Casi la pregunta es en qué estábamos pensando para no habernos dado cuenta antes.

Por su parte, ‘Fandangos y canciones del exilio’ tiene una letra y una melodía totalmente desoladas («a la mujer del obrero la pisan cuatro tunantes de esos que tienen dinero»), de claros tintes reivindicativos, entre humorísticos y existencialistas («¿qué culpa tiene el tomate que está tranquilo en la mata? Y viene un hijo de puta y lo mete en una lata y lo manda pa’ Caracas»); pero además es necesario saber que ha llegado a nuestras manos gracias al trabajo de un musicólogo mexicano que se encargó de recopilar el cancionero vinculado a la causa republicana durante su exilio. Rubén Ortiz fue miembro de Los Folkloristas y por allí se oían letras como esta de El Bizco Amate o Corruco de Algeciras, y pasaron Víctor Jara, Mercedes Sosa o Violeta Parra. Igualmente, ‘La Farruca de Juli Vallmitjana’, quien introdujo a Picasso en el mundo gitano, en catalán, además de ser una canción hermosa hasta lo escalofriante, pretende «llamar la atención sobre la tradición del flamenco en catalán ocultada por la ceguera nacionalista de tirios y troyanos». Bravo.

Esa «Farruca» saliendo después de la tensa ‘Recitando de Eugenio Noel’ es uno de los aciertos de secuenciación -supongo que por casualidad, a lo sumo por la hábil eliminación de lo que había en medio entre las 72 pistas que no han sido incluidas en el disco-, pero la más alucinante es la suma del trotón ‘Pasodoble con Rumba Original de Guy Debord’ a ‘Rumba y Bomba de Dolores Flores’. Y aquí es donde entra la parte en la que los malentendidos sobre el disco pueden ser más flagrantes. El «Pasodoble», sobre ‘Ay, Carmela’, incorpora una crónica de la represión stalinista contra la CNT en Barcelona. Según Niño de Elche se está aplicando un “détournement” «típico del situacionismo francés» para cambiar «un discurso comunista por otro anarquista». Lo que da miedo es lo actual que suena un texto antiguo como el recitado:

«Hoy en día no hay nadie tan ingenuo o tan desvergonzado que se atreva a negar que nos encontramos bajo un despotismo tan duro, envilecedor y difícil de soportar como el que hubo en tiempos de Franco y a medida que pasa el tiempo, será peor. Nosotros estamos ahora dispersos, cuando no desmoralizados. Hemos entablado una batalla que no supimos librar como debimos. Hemos tenido bajas, tenemos presos, la lucha por su liberación puede ser un punto de partida para un nuevo movimiento revolucionario más efectivo y coherente. El silencio y la inacción nos llenarán de oprobio. La historia jamás nos perdonará»

No sé si ese clarinete que se incorpora pretende situarnos en una banda sonora de película progre, aportar dramatismo o más bien algo de humor, porque Niño de Elche parece estar hablando por momentos de la era Rajoy, del 15-M, de la decadencia de Podemos y de los presos catalanes actuales a la vez. ¿Acaso ha escogido por casualidad lo más ambiguo y abstracto de aquel discurso tan concreto evitando la mención a lugares, la CNT o el anarquismo? Y de repente… una bomba a continuación, en concreto la de Lola Flores entre ritmos kraut y moroderianos, en reivindicación de cómo Lola fue alguien para la Factoría de Warhol (supuestamente este tema llegó a sonar con la guitarra de Lou Reed y los sintes de John Cale). Decía Niño de Elche: «ya no es un homenaje a Lola Flores porque es muy molona, no solo eso que también, sino que hacemos una conexión. (…) Lola Flores sonó como un himno para Warhol, a quien tenemos como alguien muy cool por su sentido pop. Nosotros le podemos interesar a ellos como flamencos, y el flamenco siempre ha tenido esa virtud de inmiscuirse en las grietas, llegar a sitios insospechados y llegar de manera anárquica».

Otras canciones que no son lo que el público interpreta a primera vista son ‘Tanguillos de Cádiz’, bajo cuyos aire lo-fi y diversión carnavalesca se oculta un texto espeluznante sobre el lanzamiento de la bomba de Hiroshima; o las ‘Coplas mecánicas de Juan de Mairena’. Niño de Elche declaró a Shangay que no sentía necesidad de definir su sexualidad: «Si soy gay, cuando mantengo relaciones con una mujer, ¿qué soy? Cuando masturbo a un hombre pero a la vez una mujer me hace una felación, ¿qué soy? Y si me acuesto con un trans, ¿dónde te colocas? En el mundo en que utilizas una etiqueta, trazas una línea que no tiene que ver con cómo yo vivo mi vida». Así, lo fácil es pensar que esta canción pretende derribar géneros con una reflexión sobre los roles de los mismos en los tiempos en que tanto se habla de género no binario o fluido. Pero también podría ser, si nos atenemos a la forma en que fue grabada, con una máquina de hacer versos de la época de los «ismos», una reflexión sobre el modo en que los “campamentos de escritura” construyen hits con cada uno de los 144 co-autores metidos en un disco añadiendo una coma. «¿Cómo funciona la máquina?», pregunta Juan de Mairena. “Pues como un grupo de aficionados al cante, toman unas copas, uno pone media letra, otra la otra media y se componen el fandango”. Al margen de la «paradoja» que supone crear una copla «queer» con una máquina hecha de todo menos para eso, de esta misma manera me imagino a unos cuantos hacedores de desalmados hits.

Cuando las canciones no son tan inmediatas como muchas de las mencionadas o ‘Polo de Manuel de Falla’, inspirada en su ‘Ay, guardo una pena en mi pecho’ de 1914; también pueden dejar momentos musicales realmente gloriosos. ‘El Prefacio de la malagueña’, de 9 minutazos, se basa en el himno eclesiástico ‘Vere Dignum’, y ha sido tocado con un órgano por Juan de la Rubia, para grabar el cual Refree se desplazó a la Iglesia de Sant Corneli en Collbató, Barcelona. Su parte central se mueve entre lo ceremonial y lo sublime, y su parte ambient es realmente asfixiante; como la de ‘Saetas de San Juan de la Cruz’, que nos lleva a las iglesias en que gitanos cantaban textos de Fray Luis de León o del Arcipreste de Hita desde finales del siglo XIX.

Entre pasos de Semana Santa, zapateados por Val del Omar (la imposible «Mensaje diafónico»), los dinamos de Stefan Voglsinger en la experimental ‘Martinete y Debla de Vicente Escudero’, y con un final de disco en el que lo mismo te aparece Tim Buckley reivindicando a Lorca (‘Deja que tu voz de mujer corra por tus venas, Lorca’) que Mikel Laboa en la «parodia» de los Lekeitios o hasta el siniestro Shostakóvich por peteneras, el disco va mostrando que los caminos del flamenco han sido, son y serán insondables. Y hasta, de manera divertida, incluyen su negación, pues el ‘Recitado de Eugenio Noel’ recoge unos textos de este predicador que recorrió España y Latinoamérica protestando contra los toros, el flamenco y las liturgias de Semana Santa, las tres grandes pasiones de su vida. «Max Aub dijo que Noel no había encontrado otra manera de abordar su pasión por las cosas flamencas que poniéndose en contra». Cuántas veces habremos visto esa misma actitud friqui en unos foros o en una red social…

‘Antología del Cante Flamenco Heterodoxo’ es una obra que oculta tantos significados como las decenas y decenas de artistas en ella referenciados. Y estoy seguro de que los oculta incluso hasta para su trío de autores principales, empezando por Niño de Elche, al que en las entrevistas se le puede ir alguno de los nombres adyacentes (en la nuestra llamaba al actor obsesionado con Lola Flores Mario Cortez en lugar de Mario Montez); o para el propio Romero, que se refiere en el libreto a Rafael el Entendío como «El Entendío» o «El Enterao», indistintamente. La anécdota no puede ser más irrelevante, pero sirve para hacernos reflexionar sobre, por un lado, el carácter excesivamente pretencioso del álbum, al que Romero quita hierro animando a la gente a hacer sus propias playlists; y por otro y sobre todo, sobre las prisas con que en 2018 decidimos cuánto mola un disco, cuán coñazo es o cuál es su valor. Everything Now.

Personalmente, me niego a que ‘Antología del Cante Flamenco Heterodoxo’ sea una de esas obras maestras que comprar obligatoriamente para acumular polvo en una estantería, tras haber afirmado «qué buena es». Fantaseo con el día en que comprenda por qué el disco termina con una lección de idiomas con sonido ambiente y a su vez con la llegada de un día en que descubra que uno de los múltiples referentes que incluye el álbum es totalmente inventado. El artista ha querido abrir aquí un debate sobre la paradoja que contiene este disco, también la del flamenco y su heterodoxia, pero ha abierto muchísimos frentes más. Muchos más de los asumibles para una breve crítica musical en la que el discurso es tan rico que casi ni he tenido tiempo de hablar de la valía de Niño de Elche como intérprete. Su trabajo en la ‘Canción de cuna de Crumb’, representando o dialogando con «el niño que busca su voz», que no es otro que el niño nonato de ‘Yerma’, es sobresaliente. Solo por eso en otro caso ya estaríamos elogiando su talento, ¿así que qué hacemos con el otro 99,99% que encontramos en este largo? ¿Cuántas maneras de sacar punta a este conjunto caben? ¿En serio puede dar pereza un disco que empieza hablando del derecho a la pereza? ¿En serio un disco tan presto a ser puntuado con un 0 o con un 10 incluye unas ‘Seguiriyas del silogismo’ en reivindicación del «término medio» por la vía de Tomás de Aquino? Hay que tener valor, pero no importa. Lo que importa es que esta o cualquier otra crítica de este álbum está inacabada. Durante los próximos semanas, meses o años tendremos aquí un disco con el que ahondar no solo en la historia del flamenco, sino en la de España, Europa o América, incluso destapando errores, incongruencias, nuevos sentidos enriquecedores o «paradojas» en su ejecución. Esa y no decidir la valía de este disco en cinco segundos antes de pasar corriendo al siguiente habría de ser nuestra labor.

Calificación: 10/10
Lo mejor: ‘El tango de la Menegilda’, ‘Fandango cubista de Pepe Marchena’, ‘Fandangos y canciones del exilio’, ‘Pasodoble con rumba original de Guy Debord’, ‘Rumba y bomba de Dolores Flores’, ‘La Farruca de Juli Vallmitjana’.
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Las artistas femeninas siguen escaseando en los festivales españoles de 2018

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Tras las polémicas y cada vez más voces que vienen reclamando una mayor paridad entre hombres y mujeres artistas en los festivales españoles, la Asociación de Promotores Musicales ha emitido un informe que vuelve a analizar la presencia de mujeres en los 25 festivales con mayor afluencia del país, tal y como recoge el diario Público. En el lado positivo, las cifras son mejores si las comparamos con las que facilitó un informe de 2017 realizado por Ticketea. En el negativo, es que siguen siendo desoladoras.

Si el pasado año el porcentaje de mujeres solistas o al frente de una banda ocupaba únicamente un 10% y el de grupos con alguna mujer entre sus miembros era del 13%, sumando un 23%, en 2018 la cifra global asciende apenas a un 26%, con un 3% más de mujeres solistas, sin que cambie la proporción de bandas mixtas, informa Teresa Corral en su reportaje. Llama la atención, observando los porcentajes de los 10 festivales con mayor afluencia, que los festivales centrados en el rock o el hard rock, tienen una presencia femenina mínima, casi anecdótica: en Download Festival hay un 4% de mujeres al frente de un proyecto y un 13% de grupos con mujeres (destacando entre estos Guns ’N Roses, con la teclista Melissa Reese); peor aún pinta la cosa en Viña Rock, que iguala ese porcentaje del 13% de grupos con chicas, pero que se desploma a un 2% en cuanto a artistas solistas.

No es, en todo caso, una exclusiva del rock: Weekend Beach, centrado en la EDM y la electrónica, presenta porcentajes solistas/grupos del 7%/5%; mientras que Cabo de Plata, certamen ecléctico con gran presencia de hip hop pero con concesiones al mestizaje, al flamenco y a la electrónica, se mueve en números de los festivales más heavies, un 2%/11%. En el resto de festivales, los de un perfil más ecléctico y alternativo, las cifras ascienden notablemente, encabezados por Primavera Sound (22%/13%), seguido de muy cerca por Sónar (21%/8%), BBK (15%/18%) y FIB (14%/20%), algo por delante de Mad Cool (12%/14%) y Arenal Sound (11%/17%).

El mismo diario online, además, ha realizado un ejercicio gráfico muy interesante y revelador: ha creado unas imágenes de los carteles que permiten verlos completos o, deslizando un scroll, sólo con los nombres de mujeres y grupos con mujeres (hay algún dato confuso, como el hecho de que se haya considerado que La Casa Azul es un grupo con integrante femenina). Las imágenes son claras y muestran que sigue quedando mucho margen para mejorar en cuanto a igualdad en esta parcela. Por suerte, iniciativas como Empower Music Fest, que nace con la propuesta de elevar la cifra global de mujeres sobre el escenario hasta un 70% se proponen cambiar las cosas.

Fangoria viven una inesperada repercusión en Italia gracias al grupo-homenaje La Badante

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Aunque en realidad no resulta descabellado, no deja de sorprender que Fangoria se estén convirtiendo en un nombre recurrente en el mundo del pop en Italia. Al parecer, la culpa es de La Badante, un grupo misterioso (no se conoce de quién es la voz tras estas canciones, pero según algunos medios, se trata de un cantante bastante conocido en el país transalpino) que se dedica a reinterpretar en italiano canciones de toda la carrera de Alaska y Nacho Canut como dúo.

A finales del pasado año algunos blogs se hacían eco del clip oficial de ‘Parole D’Amore’, su versión de ‘Retorciendo palabras’, en el que el conocido y polémico escritor Aldo Busi se marca un descamisado lip-sync del tema. Ya entrado 2018, La Badante presentaban otro single, en esta ocasión de ‘Eternamente inocente’, rebautizada como ‘Praticamente incosciente’ y que, como el primer single, venía auspiciado por Warner Italia.

Tras destacar ‘Geometria polisentimentale’ con un clip homoerótico en el día contra la homofobia, La Badante anunciaban ‘L’amore è un algoritmo borghese’ (título que retuerce ese “El amor es una construcción burguesa” inspirado por Pet Shop Boys que se recita en ‘Fiesta en el infierno’), un álbum completo editado a finales de mayo que está propiciando una inusitada repercusión de Fangoria en Italia y que, por supuesto, han dedicado «a esos genios de Alaska y Nacho Canut». Quién sabe si, incluso, propiciará su entrada en el mercado italiano, ahora que son más superventas que nunca aquí en España.

Gracias a EuroVacation por su sugerencia en el foro de JENESAISPOP.

Zahara brilla en la lluvia de estrellas de Operación Triunfo en el Santiago Bernabéu

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Anoche la generación de Operación Triunfo 2017 vivía uno de sus puntos culminantes con la celebración de un macroconcierto en el estadio del Real Madrid, el Santiago Bernabéu, ante la friolera de 60.000 personas. Los 16 participantes de esta edición se presentaban en el que, muy probablemente, será el concierto más multitudinario que den en sus carreras, como reconocía el propio Ricky Merino en Twitter. Foto tomada del Twitter de Universal Music Spain.

Uno de los momentos culminantes del show, aparte del beso de Aitana con Cepeda («Aiteda», según las redes), fue la interpretación que la misma Aitana y Amaia, la ganadora, realizaron de ‘Con las ganas’ junto a su autora e intérprete original, Zahara. La jienense, que tampoco tendrá fácil repetir ese momento, cantó de manera muy emotiva esta vieja canción suya, emocionando a todo el estadio, en el que se encontraba la periodista Ana Pastor. La conductora de ‘El objetivo’ subía un clip de la actuación, grabado desde las primeras filas, acompañado del texto “Ay Zahara ay 💚”. La autora de ‘Santa’ respondía a la periodista que estaba “en una nube”.

Otro de los momentos que más han dado que hablar en redes sociales también tenía que ver con Aitana, haciendo evidente su aura de futura estrella del pop: otro invitado al concierto fue el portorriqueño Luis Fonsi, que interpretó con ella ‘Déjame la culpa’, el exitoso dueto con Demi Lovato que aún sigue sonando muy fuerte en la radio. Según una decepcionada crónica del periodista Pedro Del Corral para El Mundo, el resto de invitados estelares fueron David Bustamante (versionando a Luis Miguel con Ana Guerra), Pastora Soler (que interpretó ‘Quédate conmigo’ con Nerea) y Raphael, que “arregló la escabechina” (según Del Corral) de los 16 jóvenes aspirantes a cantantes profesionales.

Esta crónica critica especialmente los problemas de sonido de todo el concierto (“sonido enlatado”, es su epíteto) y califica de “karaoke” algunas interpretaciones (es particularmente crítico con el ‘Eloise’ de Agoney). Como aspectos positivos, destaca el hecho de que adolescentes conozcan al dedillo, gracias al programa, canciones de Stevie Wonder, ‘La Bikina’ o ‘Todas las flores’ de Presuntos Implicados. También la emoción que, a diferencia de otros compañeros, imprimieron a sus interpretaciones Amaia y Alfred, llenas de “sentimiento”.

Hit de ayer: ‘Hélicoptère’ (1969), la joya escondida de Gainsbourg para Mireille Darc

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Bob Stanley de Saint Etienne ha sido siempre, además de excelente músico, un consumado estudioso de la música. Sus artículos en The Guardian -que escribe desde 2009- son de lectura más que recomendada, al igual que su excelente libro de hace unos años ‘Yeah Yeah Yeah’. Pero el área en la que lleva más tiempo brillando fuera de sus tareas como creador es la de selector y recopilador. A principios de los 90 empezó a escribir textos para los libretos de las reediciones y recopilaciones del sello inglés RPM -sobre todo de grupos de chicas de los 60- y para finales de la década ya estaba compilando y anotando junto a su compañero de grupo Pete Wiggs antologías de artistas tan dispares como Glenn Campbell o Françoise Hardy.

Pero es a partir de los 2000 cuando dichas antologías se volvieron más personales y excitantes, una suerte de mixtapes hechas disco en la que se podían hacer fabulosos descubrimientos musicales. Por ejemplo, ‘The Trip’, que pertenecía a una serie de recopilatorios que se extendió durante tres años, en la que diversos artistas seleccionaban su música favorita. Las ediciones (en doble CD o triple vinilo) eran excelentes, y las mejores fueron la de Jarvis Cocker y Steve Mackey y la de Stanley/Wiggs, que extendían sus selecciones fuera de las fronteras británicas, incluyendo maravillas de música soul, psicodelia, o pop europeo.

En los últimos diez años, con la nueva fiebre de los recopilatorios propiciada por la revitalización del vinilo, Bob Stanley ha seguido participando en infinidad de ellos (incluyendo una curiosísima serie de este año para los supermercados británicos Sainsburys). Pero sus dos más recientes para el sello Ace son, quizá, la cumbre de su trayectoria compilatoria: por un lado, ‘English Weather’ (2017), una exquisita selección de pop y rock británico de los 70 imbuido en el folk y la post-psicodelia, y por otro la reciente ‘Paris in the Spring’, editada esta primavera, en la que Stanley y Wiggs se zambullen en el pop francés post-68 de ritmos funk y orquestaciones sofisticadas, ese que Gainsbourg haría famoso en el continente pero que muchos más artistas practicaron, ayudados por los suntuosos arreglos de genios como Jean Claude Vannier o Alain Goraguer.

En dicho doble álbum aparece ‘Helicoptère’ de Mireille Darc. Considerada la típica canción de segunda fila de Gainsbourg -seguramente por él incluso- es sin embargo una de esas joyas escondidas que con el paso del tiempo no hacen sino ganar en encanto. Como en ‘Harley Davidson’, que es otra de sus canciones de cierta factura “novelty” -creada apresuradamente para un especial de televisión- el tiempo la ha ido revistiendo de aires de clásico.

Y como en ella (producida también por Gainsbourg) se inicia y acaba con efectos de biblioteca sonora, en este caso el sonido de un helicóptero. La letra retrata a una amante entre el desengaño y la obsesión casi acosadora: “Suspendida sobre ti, en un helicóptero, inmóvil, sólo te veo a ti / no veo el mar ni el cielo, ni siquiera las algas amargas, sólo te veo a ti”. De manera magistral, la orquesta de Michel Colombier sigue en paralelo las distintas emociones de la protagonista a lo largo de toda la canción: de la incertidumbre taciturna del inicio a la soledad en la distancia (“y tú no me ves a mí”) hasta -finalmente- el descubrimiento fatal (“Y hete aquí que una chica ha aparecido / Y se ha tumbado, completamente desnuda / Sobre la arena, junto a ti”):

Restando el sonido de los rotores ‘Helicoptère’ apenas roza los dos minutos y medio, en otro de esos ejercicios admirables de concisión pop, una hermosísima estampa de melancolía rota enmarcada en la escena surrealista, casi humorística, de una amante que espía de manera aerotransportada. Mientras la orquesta y piano bailan con la triste voz de Darc, la sección rítmica -aunque algo difícil de apreciar- aporta ese toque “funk europeo” que ‘Paris in the Spring’ explora tan certeramente y que apuntaba por dónde iría el pop francés (y parte del español e italiano) en la década de los 70. En contraste, el tema que Gainsbourg había hecho para Darc tres años antes (el precioso ‘La Cavaleuse’) sonaba ya totalmente anclado en el pasado orquestal y jazzy de los primeros años 60.

‘Helicoptère’ suena en el último Popcasting de Jaime Cristóbal, ya disponible en este enlace.

La canción del día: ‘Burn The House Down’, el «house gay del gueto» que Kiddy Smile ha llevado al Elíseo

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Hace algo más de un año os hablábamos de Kiddy Smile, parisino apasionado de la escena ball, de la música electrónica y del hip-hop que nos dejó boquiabiertos con el conjunto canción + vídeo ‘Let A Bitch Know‘ (a mi juicio, de los mejores videoclips de los últimos años). “Ser gay en el gueto, fuera del armario, ser orgullosamente gay y en su puta cara… eso es algo que nunca se ha hecho. Se trata de recuperar de dónde vienes, tomarlo y mezclarlo con quién eres.”, comentaba Kiddy y, aunque la canción era un temazo, a nivel extramusical su presencia era casi más importante y necesaria, por los temas que ponía sobre la mesa. Por entonces teníamos en el París pre-elecciones Le Pen/Macron a un rapero gay, negro, afeminado y, sí, también gordo; es otro de los temas que ha tratado de visibilizar, comentando que “la gente no entiende el estigma que conlleva estar gordo, es difícil aprender a amarse a uno mismo: una cosa es aprender a amar tu cuerpo y otra es creer que otras personas puedan amarte con este cuerpo”.

Trece meses después, el París de Le Pen no llegó, pero el París de Macron tampoco es ninguna maravilla y, en cuanto a Kiddy Smile, ha seguido avanzando tanto en su activismo como en su música. Esta semana lanzaba ‘Burn The House Down’, un tema que parece 100% sacado de una exhibición ball: el estribillo repetitivo y eficaz, la letra hedonista que invita a olvidarte de tus problemas y darlo todo por una noche, el house-pop noventero presente durante toda la canción, la base secundaria en estrofas que va in crescendo hasta el estribillo, los coros susurrados en el instrumental, etc, hasta llegar a un puente más cercano al pop que al house antes del último estribillo, devolviéndonos a la fusión que tanto le interesa a Kiddy.

El tema es muy distinto de ‘Dickmatized’, el lanzamiento entre ‘Let a Bitch Know’ y ‘Burn The House Down’ que apostaba mucho más por el humor (ese videoclip) y los versos hablados, y ambos estarán incluidos en su álbum de debut, ‘One Trick Pony’, que saldrá a finales de agosto y en cuyo tracklist encontramos dos títulos tan diferentes entre sí y a la vez tan Kiddy como ‘House of God’ y ‘Slap My Butt’. Parece, por tanto, que el francés quiere tocar distintos palos en su primer largo tras tantos temas sueltos (¡de 2012 data ‘Worthy of your love’!), y ‘Burn The House Down’ es un estupendo ejemplo de lo que se le da bien a Kiddy.

Y si el año pasado actuó en nuestro Sónar, hace unos días tuvo oportunidad de presentar éste y otros temas nada más y nada menos que en el Palacio Elíseo, en una fiesta electrónica que organizan los Macron (!) y donde también estuvieron Kavinsky y Chloé. Que el año pasado titulábamos el artículo «Por qué Kiddy Smile es necesario para hacer arder el París de Le Pen» y ahora Kiddy presente ‘Burn the House Down’ en el Palacio Elíseo con Macron es una de esas casualidades que parecen de coña. Lo que es seguro es que, entre coña y coña, entre canción y canción, Smile hizo arder (metafóricamente, metafóricamente) con su discurso más de una estructura monolítica en los prejuicios de los asistentes.

St. Vincent se consolida como diva en Vida Festival 2018; Nick Mulvey, gran sorpresa de la jornada

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Fotos de St. Vincent y Franz Ferdinand cedidas por Vida Festival.

Se notaba, y mucho, que la jornada del viernes contaba con algunos de los principales cabezas de cartel de Vida Festival 2018 que, por cierto, anunciaba a The Charlatans como primer gran nombre para su edición 2019. No hubo aglomeraciones alarmantes, pero sí que se apreciaba desde primera hora que la afluencia de público era mayor que la del jueves. St. Vincent y Franz Ferdinand fueron los que congregaron a las mayores masas, aunque antes de todos ellos Nick Mulvey se marcó un concierto que ni él mismo olvidará en mucho tiempo. Aunque empezó solo con su guitarra entonando ‘We Are Never Apart’, pronto se le sumaron a la causa un batería y un bajista. Muchos de los ahí presentes no estaban del todo familiarizados con el repertorio del británico. No obstante, y ahí está la gracia del asunto, Mulvey salió del escenario del todo triunfante gracias a números como la preciosa ‘Meet Me There’ y una ‘Unconditional’ coreadísima por los ahí presentes. Ha ganado un buen centenar de fieles fans en apenas una hora. “Me lo llevaría a casa”, escuché decir a una chica que justo estaba a mi lado. Y con razón.

Había ganas de St. Vincent, y más después de editar un ‘Masseduction’ que cuenta con algunos de los temas más accesibles y pop de toda su carrera. La estadounidense, vestida para matar de rojo, fue la diva del festival. Cierto es que centró gran parte del setlist en sus últimos temas (los cuales en vivo son mucho más eléctricos que en la versión del disco), pero no se olvidó de antiguas gemas como ‘Year of the Tiger’, ‘Cruel’ o ‘Cheerleader’. La puesta en escena fue del todo apabullante gracias a los trabajadísimos visuales que acompañaban buena parte del repertorio, y aún muchos nos seguimos preguntando cómo podían ver y tocar sin equivocarse su batería y su teclista con esa especie de media en la cara que les imposibilitaba ver lo que ocurría a su alrededor. Llegó, dio lo que se esperaba de ella y triunfó.

Algo similar puede decirse de Esteban & Manuel. Había bastante expectación por ver al dúo gallego, el cual no defraudó en absoluto en un escenario La Cabaña muchísimo más lleno de lo habitual. A base de cumbia y guirnaldas electrónicas (ya que el vocoder es uno de los principales protagonistas de su propuesta) la pareja dio una clase magistral de hedonismo latino que entró muy, pero que muy bien, antes de la medianoche. Si tienen ocasión de verles en directo de aquí en adelante, por favor, no se lo piensen dos veces.

Franz Ferdinand puede que no pasen por su mejor momento mediático, pero aun con esas saben lo que tienen que dar. Y más en un festival. Hubo momentos en los que temas como ‘No You Girls’ sonaron más a ralentí de la habitual sin que sepamos muy bien el porqué. Sin embargo, a sabiendas de dónde se encontraban, Alex Kapranos y los suyos se marcaron un concierto que fue pura nostalgia para aquellos que en 2004 fichaban cada noche en Razzmatazz con un arsenal de chapitas. Tras arrancar con ‘Love Illumination’, a la primera de cambio se quitaron de encima ‘Do You Want To’, ‘The Dark Of the Matinée’ o ‘Michael’, dejándose para la traca final las lógicamente celebradísimas ‘Take Me Out’ y ‘This Fire’. Sus álbumes desde hace años pueden ser algo irregulares, pero cuando los escoceses se suben al escenario saben perfectamente qué deben hacer. A profesionales pocos les pueden hacer sombra.

Joe Crepúsculo, acompañado de Aaron Rux, Sergio Pérez y Tomasito, no ofreció el mejor show que le hemos visto. Aunque eso sí: nadie puede discutir el gran número de hits que acumula y que verle en acción es divertidísimo y más que necesario. ‘Te Voy a Pinchar’, ‘El Día de las Medusas’, ‘Ritmo Mágico’ o ‘La Verdad’ son auténticos torpedos sonoros que con el tiempo no han perdido ni un ápice de su magia. Obviamente, como viene siendo habitual, con ‘Mi Fábrica de Baile’ todo el mundo se volvió loco y muchos aprovecharon el momento para subirse al escenario y pegarse unos bailes con el catalán. Pero desde aquí quiero aplaudir a ese barman que durante todo el concierto no paró de hacer cocteles para el Crepus y sus secuaces. Todos los artistas deberían tener a alguien como él, alguien que se preocupe y se desviva en todo momento de llenar los vasos por el bien de la hidratación. Genio y figura.

Por su parte, a modo de colofón final, Guille Milkyway se marcó una sesión en el escenario principal que tanto iba desde el ‘Good As Hell’ de Lizzo pasando por remixes del ‘Groove Is In the Heart’ de Deee-Lite y hasta el ‘Yo Quiero Bailar’ de Sonia y Selena. Fue un poco fiesta de pueblo, sí, pero quien no bailó era porque no le corría sangre por las venas.

Iron & Wine / Beast Epic

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Vaya pedazo de paradoja: tras años deseando que Iron & Wine, el proyecto de Sam Beam, regresara al perfil estrictamente acústico y campestre que nos enamoró con ‘Our Endless Numbered Days’, y ahora (hace casi un año, en realidad) que lo ha hecho en ‘Beast Epic’ –su primer disco en solitario en un lustro–, nos decepcionamos. No mucho, pero sí un poquito. No cabe duda de que se trata de un disco bonito pero, ahora que parecía haberle cogido el punto a la riqueza instrumental y de estilos en ‘Ghost On Ghost’, ahora la parquedad nos sabe a poco. Aunque, más que culpar a la escasez de recursos (que no es tal, en realidad, pues le acompaña toda una banda, tan exquisita como escueta, que, eso sí, es menos generosa en arreglos) tenemos que buscar en otras variantes para saber por qué ‘Beast Epic’ llega a ser algo aburrido en ciertos tramos.

Cabe apuntar a las canciones en sí, algo más previsibles y poco memorables que en aquel álbum de 2013, en el que Sam Beam parecía alcanzar su total plenitud como compositor. Hay canciones sublimes, claro: ahí están el maravilloso single ‘Call It Dreaming’, el magnífico trío inicial (‘Claim Your Ghost’, ‘Thomas County Law’ y ‘Bitter Truth’) aderezado con maravillas de aparente perfil bajo como ‘Summer Clouds’, ‘The Truest Stars We Know’ o el folk preciosista y quedo de la final ‘Our Light Miles’. Pero también nos encontramos con una somnolienta sensación de deja vu involuntario en números como ‘Right For Sky’, ‘About A Bruise’ o los inanes jugueteos de ‘Last Night’, que rebajan la emoción y el interés global por este álbum.

Más estimulante parecen, en este caso, unas letras que reflexionan con calidez y amor sobre madurar y hacerse adultos, aparcando por una vez todo lo horrible que eso parece y quedándose sólo con lo bueno de envejecer con una o más personas al lado, adultos o niños. Frases algo cursis pero exquisitas como “summer clouds doing good for going gray / tell me where all the love fits in the world / you can lie, give me all the rain you want” (‘Summer Clouds’) ejemplifican una poesía que trasciende una burda autoayuda de manual y enfatiza las cosas sencillamente bonitas. Visto así, uno se siente algo cínico por sacarle las flaquezas a un disco tan honesto y, a su manera, valiente.

Iron & Wine presentan las canciones de ‘Beast Epic’ este sábado, 30 de junio, en Vida Festival 2018.

Calificación: 7,1/10
Lo mejor: ‘Bitter Truth’, ‘Call It Dreaming’, ‘Summer Clouds’, ‘Claim Your Ghost’
Te gustará si te gusta: el folk pop intimista por encima de todo.
Escúchalo: Spotify

Las mejores canciones de lo que llevamos de siglo para Rolling Stone

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Rolling Stone, una de las revistas musicales más influyentes, se ha lanzado a la piscina y ha publicado una lista de las mejores canciones del siglo XXI hasta el momento. Una lista que es toda una gran curiosidad para fans de la música y que sirve para hacer un pequeño repaso a lo que ha dado de sí la excelencia musical en el periodo 2000-2018.

La mejor canción del siglo XXI por el momento para Rolling Stone es ‘Crazy in Love’, el primer single de Beyoncé en solitario y, como todo el mundo recuerda, su primera colaboración con el que terminaría siendo su marido, Jay-Z, cuyo ’99 Problems’ además aparece en el puesto 5. En el segundo puesto aparece ‘Paper Planes’ de M.I.A., seguida por ‘Seven Nation Army’ de The White Stripes y ‘Hey Ya!’ de Outkast, y en el top 10 aparecen también ‘Maps’ de Yeah Yeah Yeahs y ‘Rolling in the Deep’ de Adele, entre otros.

En el resto del top 100 encontramos ‘Despacito’ de Luis Fonsi y Daddy Yankee, en su remix con Justin Bieber, que ocupa el puesto 91, ya que representó un “punto de inflexión histórico para la música americana”; y varios hits en sus respectivos géneros esperados como ‘Young Folks’ de Peter Bjorn and John (78), ‘Thinking About You’ de Frank Ocean (68), ‘We Found Love’ de Calvin Harris y Rihanna (65), ‘212’ (55) de Azealia Banks, ‘Hurt’ de Johnny Cash (41), ‘Bad Romance’ de Lady Gaga (21), ‘Formation’ de Beyoncé (38), ‘Blackstar’ de David Bowie (18) y un largo etcétera.

Top 10

1.- Beyoncé ft. Jay-Z / Crazy in Love
2.- M.I.A. / Paper Planes
3.- The White Stripes / Seven Nation Army
4.- Outkast / Hey Ya!
5.- Jay-Z / 99 Problems
6.- Yeah Yeah Yeahs / Maps
7.- Kanye West ft. Pusha T / Runaway
8.- Adele / Rolling in the Deep
9.- Lorde / Royals
10.- The Strokes / Last Nite

George Ezra da la sorpresa y se hace con el top 1 en singles en Reino Unido

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Teníamos claro que el disco nuevo de George Ezra era uno de los grandes hits del año gracias a lo trepidante de su sencillo ‘Paradise’. El álbum ‘Staying At Tamara’s’, que ha sido un gran éxito en Reino Unido, ya pasó por nuestra columna Hits & Flops (en positivo). Pero esto sí que no lo esperábamos. En un momento en que la lista de singles está copada por canciones dance (‘One Kiss’ de Calvin Harris y Dua Lipa ha sido número 1 en las islas británicas durante 2 meses), trap, urban o incluso latino, el segundo single de este disco es el nuevo top 1 en Reino Unido.

Se trata de la folk-rock y veraniega ‘Shotgun’, que en su semana de salida llegaba simplemente al puesto 35, después se ausentaba hasta por 2 meses del top 40… solo para volver con más fuerza que nunca ascendiendo al 20, luego al 8, luego al 4, luego al 2 y finalmente al número 1 en lo que se puede considerar la gran escalada, el gran sleeper de la temporada.

‘Shotgun’ además presenta unas cifras regulares tanto de ventas como de streaming, siendo puesto 2 en ventas y puesto 4 en streaming. Os dejamos con su curioso videoclip, situado en varios escenarios voladores y cambiantes pero todos muy apropiados para las fechas que nos ocupan.

La Canción del Día: Charli XCX referencia Barcelona y la Coca-Cola en la pro-PC Music ‘Focus’

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Charli XCX no para. Cuando todavía no nos hemos recuperado del lanzamiento de su último single, ‘5am in the Morning‘, para el que estrenaba nuevo vídeo esta misma semana, la cantante ha subido otro single con dos temas a las plataformas de streaming. El principal se llama ‘Focus’ y está embadurnado de los sonidos PC Music con los que tanto ha jugado especialmente después de la edición de ‘Sucker’, por ejemplo en su excelente última mixtape, ‘POP 2‘.

‘Focus’ es una co-producción de A.G. Cook y el dúo sueco Jack & Coke llena de sonidos burbujeantes, momentos próximos al trance y bajos al borde de la distorsión, en la que Charli XCX canta una y otra vez sobre la necesidad de «concentrarse en el amor», dejando una rima tan improbable como pizpireta: «Make it pop, Coca-Cola / Keep it hot, Barcelona». Otra canción pegajosa precisamente como el mismo refresco que se añade a su nutridísima colección de «greatest hits», que hay que ir pensando en actualizar.

El segundo tema se llama ‘No Angel’, es una producción de Invisible Men y Salt Wives, y es más bien una actualización de ‘Fancy’, su hit junto a Iggy Azalea. El título, curiosamente, se contradice con el de otra mixtape de Charli, ‘Number 1 Angel‘.

Kendrick Lamar se reafirma y pide que los caucásicos no canten la palabra «nigga» de sus letras

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Hace unas semanas hubo cierta polémica en un concierto en Europa dado por Kendrick Lamar cuando subió a una fan al escenario y esta entonó la palabra «nigga» que aparecía más de 20 veces en la letra de la canción que interpretaban fan y rapero, ‘m.A.A.d. City’. Lamar detenía el concierto porque le parecía que algo no iba como debía y pedía a su fan que no dijera esa palabra, dejando un momento de lo más incómodo de ver.

Ahora el artista ha tenido la oportunidad de explicarse y lo ha hecho durante una entrevista con Vanity Fair, en la que indica, preguntado al respeto: «déjame explicártelo de la manera más simple posible. He estado en este planeta durante 30 años y ha habido muchísimas cosas que una persona caucásica ha dicho que yo no podía hacer. Tener crédito. Comprarme una casa en un barrio bonito. Muchas veces de «no puedes hacer esto», bien sea de lejos o de cerca. Así que si digo que esta («nigga») es mi palabra, déjame que esta sea mi palabra, por favor deja que tenga al menos esta palabra». La revista explica que lo normal es que una persona blanca aleje el micro de su boca cuando llega el momento de una canción de decir «nigga».

La entrevista de portada de Vanity Fair es también un recorrido por su concierto en el Madison Square Garden, incluye declaraciones sobre el premio Pulitzer o la atracción de Kanye West hacia Trump (Lamar no se moja mucho), así como elogios de otros artistas como Eminem.

Mimi presenta nuevo proyecto de baile, Lola Indigo

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Poco a poco se van conociendo los diversos proyectos que emprenden los concursantes de la exitosa última edición de Operación Triunfo. Tras el enorme éxito en España de ‘Lo malo’ de Aitana War, Mireya Bravo publicaba la semana pasada su debut y hoy viernes 29 de junio Cepeda publica el suyo, al tiempo que Mimi anuncia un proyecto con el enigmático nombre de Lola Indigo.

La primera expulsada de OT2017 prometía con su carisma y pasión por el pop enfocar su carrera hacia este género, y parece que así será. La primera imagen promocional de Lola Indigo, en la que abunda la purpurina rosa, no podría ser más pop, y Mimi asegura que su nueva música es “baile”, lo cual no es sorprendente teniendo en cuenta que Mimi llegó a concursar en ¡Fama! A Bailar muchos años antes de entrar en la Academia. De hecho, la cantante implica en un texto subido en sus redes sociales que Lola Indigo es un grupo musical de baile: “Por eso mi proyecto va directamente unido a la danza, cada canción que escribo esta pensada para el movimiento”, escribe. “No tendría sentido sin un grupo de bailarines que lo representaran conmigo, por eso no es sólo Mimi. Esto es Lola Indigo”. ¿Quién se esconde tras todo ese brilli brilli?

Nada más se sabe sobre Lola Indigo por el momento, si bien los fans de Mimi ya están creando sus propias teorías en torno al extraño nombre del proyecto, alabando la “mente cósmica” de la artista. Según una usuaria de Twitter, el nombre en cuestión relacionada el significado de “Lola” como “persona que está en el periodo de la vida entre la niñez y la edad adulta” con el de “adulto índigo”, que según UFO Spain se refiere a “niños que representarían un estado superior de la evolución humana en el contexto de la corriente de la Nueva Era o New Age”. ¿Se vienen Mimi y sus cuatro otro integrantes de futuristas pop?

Susan Sarandon, entre las casi 600 mujeres detenidas durante una manifestación contra la política migratoria de Trump

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Susan Sarandon es trending topic mundial después de haber sido detenida temporalmente junto a otras 575 mujeres durante una manifestación pacífica en contra de la política migratoria de Donald Trump, duramente criticada en los últimos días después de haberse revelado fotografías desde la frontera entre Estados Unidos y México en la que aparecen niños separados de sus padres y encerrados en “jaulas” o cercas.

La manifestación ha tenido lugar en una oficina del Departamento de Justicia en Washington, y durante la misma se han oído cantos de “a nosotras sí nos importa” (en relación a la polémica chaqueta de Melania Trump), “¿Qué queremos? ¡Familias libres!” y “a esto es lo que se parece la democracia”, según informa The Guardian. Sarandon y el resto de mujeres han sido detenidas y posteriormente liberadas con cargos.

Tras ser arrestada, Sarandon ha escrito en Twitter “Detenida. Permanezcamos fuertes. Sigamos luchando”, y antes compartía una imagen de la propia protesta junto a la frase: “acción poderosa y hermosa con cientos de mujeres que pedimos la reunión de las familias separadas por la inmoral política de la ICE [Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos]. Esto es a lo que se parece la Democracia”.

Pistas del último “3 a las 3” de la temporada, esta noche en Ochoymedio

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Ochoymedio celebra esta noche 29 de junio la última edición de la temporada de su evento especial “Tres a las tres”, en el que un grupo destacado toca tres canciones a las tres de la mañana, y cuya identidad es secreta hasta llegada esa hora. En “Tres a las tres” anteriores han actuado Izal, Las Bistecs, Love of Lesbian y Ojete Calor, entre otros.

Antes de la celebración de “Tres a las tres”, Ochoymedio comparte varias pistas sobre el misterioso artista o grupo en sus redes sociales. En este caso son

1) Tienen una de las canciones que más han sonado en la historia del Ochoymedio, y uno de los estribillos más cantados en festivales

2) Es un grupo de la mitad norte peninsular

Esta es la nota de Ochoymedio: “Ha llegado el momentazo del año, el último TRES A LAS TRES de la temporada. Os aseguramos que para este viernes nos hemos esforzado por conseguir a uno de los grupos más solicitados en vuestros comentarios en redes, y que esta vez van a subir los decibelios de la sala con los cantos al unísono de todo el mundo cuando descubráis qué grupo nos sorprenderá a las 3 de la mañana. Van a animar la noche los OCHOYMEDIO DJS SMART y MANAZAS. ¿A qué os están entrando los nervios? Pues hala, pedid lista”.

Más detalles, en la página de Facebook de Ochoymedio.

Mourn / Sorpresa familia

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Tercer largo y cuarta referencia (contando el EP ‘Over the Wall’, editado el año pasado) de Mourn y aún siguen generándome la misma sensación de sorpresa. Cada vez que escucho al jovencísimo cuarteto del Maresme me siento como si me montara en una máquina del tiempo que me transporta veinte años atrás. Porque suenan a todas aquellas cosas que atronaban en mi casa durante la segunda mitad de los noventa. Pero, como también es habitual en ellas, ni parecen impostadas, ni son de esos grupos que se limitan a tratar de mimetizar sonidos pretéritos, quedándose en la superficie. Su fe y fervor en los sonidos del rock alternativo de los 90 es genuino. Su personalidad, amalgama de toda esa escena, es sincera y fiera.

En ‘Sorpresa familia’ continúan cultivando la mayoría de sus características; canciones breves, guitarras cortantes, batería contundente, el bajo de Leia Rodríguez con un punto cavernícola y las airadas voces de Carla Pérez y Jazz Rodríguez conjugándose. Pero si en ‘Over the Wall’ había momentos que casi eran Bob Mould, aquí se asemejan a unas Babes in Toyland menos cafres, especialmente en los primeros temas. La furia hardcore llena ‘Barcelona City Tour’ y su estribillo vociferado (“What a shame!”). Más rebajadas en velocidad, que no en ira, se revelan en ‘Skeleton’. Pero, a partir de ‘Strange Ones’ (con un fragmento cantado en catalán), se muestran menos hardcore y más emocore. Las estructuras son más elaboradas, más densas, menos punk y su sonido parece querer expandirse hacia terrenos algo más “calmados” (nótese las comillas), hasta Built to Spill o Sunny Day Real Estate.

Más agudas y afiladas se exhiben en ‘Fun at the Geisers’ para, a continuación, despistar con la relativa dulzura de ‘Candle Man’ o con la calma fantasmagórica, que alcanza casi el espíritu 4AD, en ‘Orange’. ‘Doing Right’ entra con juegos de guitarras relativamente aplacados para meterse en una sugestiva tormenta de gritos y ruido, en la que las voces tratan de amansar la canción. Una cierta alegría se filtra en la oscuridad que siempre suele teñir las canciones de Mourn en ‘Bye, Imbecile!’ (deben de estar realmente contentas de haber perdido de vista al imbécil en cuestión). Pero las sombras, las guitarras quejumbrosas y los aullidos regresan en ‘Divorce’. ‘Epilogue’ es jubilosa y zalamera, dentro de las coordenadas del subgénero, mientras que ‘Sun’, el auténtico epílogo del álbum, prácticamente retorna a la senda de su primer disco, al ser la que más se acerca a la PJ Harvey de ‘Dry’.

‘Sorpresa Familia’ resulta finalmente más expansivo, menos árido que ‘Ha, Ha, He’ , su anterior LP. Otra demostración de la robustez de Mourn, que se mantienen sin perder su frescura y ferocidad juvenil tan sugestivamente anacrónica.

Mourn actúan este sábado en Vida Festival.

Calificación: 7,3/10
Lo mejor: ‘Barcelona City Tour’, ‘Strange Ones’, ‘Orange’, ‘Doing right’, ‘Epilogue’.
Te gustará si te gusta: Built to Spill, Sunny Day Real Estate, Babes in Toyland

Ready for the Weekend: Florence + The Machine, Drake, Gorillaz, Brisa Fenoy, Delafé, Bejo, Cepeda…

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Aunque el verano de 2018 tendrá algún que otro lanzamiento importante como los de Nicki Minaj o Dirty Projectors, este último viernes de junio viene a marcar el cierre del «curso» discográfico. Y lo hace a lo grande, con tres de los álbumes más importantes del año a efectos comerciales (ya veremos si también artísticos): Drake, Florence + The Machine y Gorillaz publican hoy sus nuevos discos. También lo hacen Sean Paul (un disco con estrellas del pop como Dua Lipa o Ellie Goulding), The Essex Green, Let’s Eat Grandma, Ray Davies (The Kinks) y Jim James (My Morning Jacket). En el plano nacional, King Jedet lanza su debut musical largo, al igual que el marciano (que no murciano) dúo Fru Katinka y el triunfito Cepeda. Lia Pamina publica EP con el italiano Dario Penti, formato con el que vuelve también la promesa británica Laurel. Por supuesto, no olvidamos que el pasado sábado se puso en circulación el disco de Teyana Taylor con Kanye West.

Donde sí parece que el verano no dará tregua, a tenor de lo visto y escuchado hoy, es en cuanto a nuevos singles: Charli XCX, How To Dress Well, Delafé, Brisa Fenoy, Orbital, Anitta, Miles Kane, Locoplaya y Bejo (uno de sus integrantes), Jain, The Blaze, All Saints, Joan Colomo, Pale Waves, Passenger, El Coleta, Breakbot, The Joy Formidable, Oscar (junto a Sarah de Kero Kero Bonito), Feroe (Myriam de The Bright debuta en solitario con ese nombre), Cómo vivir en el campo, James Vincent McMorrow, Recycled J, Labrinth ft Stefflon Don, la chilena Camila Moreno, Los Chaveas (nuevo proyecto paralelo y colaborativo de Joe La Reina), The Jayhawks, Ángel Stanich, HMLTD, Meg Myers, Fraser A. Gorman, OneRepublic, Tú no existes, Deaf Wish, Mansionair, Steven A. Clark (producido por Boys Noize), los franceses Hifiklub con Lee Ranaldo o Benny Benassi con Sofi Tukker presentan canciones.

Junto a estas, a lo largo de la semana hemos conocido temas de Sheryl Crow & St. Vincent, Roosevelt, Marissa Nadler, Years & Years, Aqua, Pupil·les, Monterrosa y Carolina Durante, con su anti-himno para ¿animar? a la selección española de fútbol en el actual Mundial de Rusia.

Aqua no juegan a la nostalgia 90s y vuelven con la balada ‘Rookie’

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Aqua, autores de una de los mejores álbumes de 1997 y por supuesto de uno de los mayores éxitos de aquel año y de todos los tiempos, un ‘Barbie Girl’ que ha pasado a la historia para bien por ser uno de los éxitos más pegadizos que dejó la década de los 90, y para mal por ser la típica horterada que ponen en las discotecas para echarte, vuelven.

Los daneses, ahora un trío, sin Claus Norreen, ya protagonizaron su propio “comeback” en 2011 con la publicación de ‘Megalomania‘, un álbum que se movía en los terrenos del pop de radiofórmula de la época (Katy, Kesha, Britney) y que estaba bastante bien. Pero en 2018, en plena efervescencia de la nostalgia 90s, Lene y compañía no juegan a hacer un nuevo ‘Barbie Girl’, un nuevo ‘Doctor Jones’ o un nuevo ‘Cartoon Heroes’ y publican una balada pop-rock bastante genérica que parece de Nickelback o similares.

En ‘Rookie’, Lene canta sobre haberse enamorado “como si fuera una novata” en un intento por emocionar que se queda totalmente a medio gas, y al que Aqua apenas han buscado sacar partido presentándola con un videoclip que muestra a los integrantes del grupo de gira durante su tour con Steps, ‘Summer of Steps’. Casi lo más interesante que pasa en el vídeo es descubrir la camiseta del ‘Witness Tour‘ que lleva Lene durante su trayecto al concierto… ¡Con las buenas baladas que hacían!

Chance the Rapper también tendrá su disco de 7 canciones con Kanye

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‘Ultralight Beam’ era una de las mejores canciones (¿la mejor?) de ‘The Life of Pablo‘, el séptimo álbum de Kanye West, no solo por su calidad musical -con una gran influencia del góspel- sino también, y de manera particular, por el verso que dejaba en ella Chance the Rapper, probablemente el mejor de su carrera.

No fue la primera colaboración entre Chance y su mayor ídolo en aquel 2016, ya que mientras Chance apareció en el disco de Kanye, este le devolvió el favor posteriormente apareciendo en ‘All We Got’, el tema que abría el exitoso ‘Coloring Book‘ -la primera “mixtape” de la historia en ganar un Grammy-.

Y dos años después, West y el joven Chance se verán de nuevo las caras en el estudio para trabajar en un nuevo álbum colaborativo de 7 pistas, como los que Kanye ha producido y ha ido publicado a lo largo de las últimas semanas para sí mismo, Pusha T, Kid Cudi (su álbum conjunto KIDS SEE GHOSTS), Nas y Teyana Taylor. Lo ha revelado Chance en una entrevista en Complex. El rapero ha confirmado también que trabaja en otro álbum junto a Childish Gambino, que será más largo, de unas 14 pistas.

Si parece que West va por ahí regalándose a los artistas como productor, es relevante atender a unas declaraciones que ha hecho recientemente Jon Camanarica, la persona que ha entrevistado a Kanye hace poco para The New York Times. El periodista revela que, entre las declaraciones que descartó para su artículo, se encuentra una en la que Kanye le comentó que le gustaría hacer “52 discos en 52 semanas”. Y ojo porque Def Jam incluso acaba de preguntar a sus fans en Twitter “a qué artista os gustaría que Kanye le produjera un disco?” Artistas, vayan sacando número y haciendo cola…

Visita el hilo de Kanye en nuestros foros.

Katy Perry en Barcelona: todos los caminos, divertidos o aburridos, conducen a ‘Swish Swish’

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Foto: Rony Alwin, facilitada por Doctor Music.

Anoche, en el Palau Sant Jordi de Barcelona, fui uno de esos padres que veis ahí con sus hijos en los conciertos de Katy Perry (o Madonna o Lady Gaga o Lana del Rey o incluso de Los Planetas). Este ‘Witness: The Tour’ se ve, sin duda, con otros ojos desde esa perspectiva. Todo parece más nuevo, más fascinante, más excitante con una criatura que descubre el mundo (el del pop y el otro) al lado… pero al final para ellos todos los caminos, los más divertidos y los más soporíferos, conducen a lo mismo: “¿cuándo va a cantar ‘Swish Swish’?”

Quién le iba a decir a Katy Perry cuando ella (es decir, su equipo) escogió al jovencísimo “chico mochila” Russell Horning para hacer ese histérico paso de baile, el “flossing”, en su performance de Saturday Night Live para ese single que ese sería el gran rédito histórico de ‘Witness’ en la carrera de la californiana. Ya parece evidente que esta será la gran aportación de esta era en su futuro y que, en buena medida, si esta gira y disco se han librado levemente del flop es por ese cruzaíto de brazos vs caderas. Puedo asegurar que muchos niños, pero también muchos adultos, esperaban con fervor ese momento en el que Perry se encarama a una canasta gigante para poder practicar, con total libertad, el condenado bailecito. [Ndr: y aquí es donde, si tienes la piel fina con los SPOILERS, agradecerás dejar de leer hasta el penúltimo párrafo. De nada.]

Katy también lo sabe, obviamente, y por eso le reserva un lugar privilegiado en su setlist: ese instante que buena parte del Palau ansiaba no llegó hasta el penúltimo tema, en una espectacular recta final que termina con ‘Roar’ y, tras una breve pausa, se pone de nuevo en marcha para el bis con ‘Pendulum’ –el otro gran hallazgo de ‘Witness’– y ‘Firework’ –que, al margen de la previsible pirotecnia, dejaba una estampa imponente con la artista cantando sobre «su propia» mano–. Hasta esos 15-20 minutos de gloria, hubo un camino de dos horas que nos llevó, sin duda, por un buen puñado de instantes de euforia y diversión. Estos, como ya contaba mi compañero Sebas E. Alonso, se concentran en buena medida en los dos primeros bloques temáticos, en los que se echa el resto en cuanto a parafernalia escenográfica: el “futurista”, con ‘Roulette’, ‘Dark Horse’ y ‘Chained to the Rhythm’; y el “ultrapop”, con el desenfreno de ‘Teenage Dream’, ‘Hot N Cold’, ‘Last Friday Night’ y ‘California Girls’. Una fase que culminaba con una ‘I Kissed A Girl’ en la que, muy atinadamente a cuenta de su polémica visión del lesbianismo y justo en el día en el que se conmemoraban las manifestaciones de Stonewall, alguien le arrojaba una bandera LGTBI+ que Perry sujetó con cierta frialdad en su mano, hasta que terminó el tema. Un muy buen tramo de show, en todo caso, en el que la voz de Katy estuvo mucho más que correcta y en el que también brilló su irrefutable magnetismo como entertainer, pese a lo forzadito del ya comentado (y pesadete) interludio con el famoso Left Shark.

Mucho más forzada y pesada es la segunda mitad del concierto, que comienza torpemente con unas prescindibles ‘Déjà Vu’ y ‘Tsunami’ y en la que apenas brilla ‘E.T.’. Pero la noche aún podía llegar a dar más pereza: pese a lo espectacular de su paseo a lomos de Saturno por las alturas del recinto cantando ‘Wide Awake’, el trastabillado tramo en la que invita a una niña del público a subirse a escena daba paso a una «versión de un tema de los 90» que «lleva tiempo queriendo hacer» y nos regaló en exclusiva en Barcelona. ¿Suena bien, verdad? Pues el resultado fue una meliflua, aún más ralentizada que la original, apropiación del himno ‘One Of Us’ de Joan Osborne, la que dice “what if God was one of us”, como ella se encargó de recalcar.

Katy puede expresarse como quiera en sus conciertos, obviamente, pero, habida cuenta de la cantidad de niños y niñas que observaban con relativa atención lo que decía, hubiera hecho mucho más por la educación de todos ellos si, en lugar de apelar al amor del Dios cristiano en varias ocasiones, se hubiera manifestado de manera más explícita en apoyo del Orgullo LGTBI+ (apenas citó un enfatizado “pride” soltado en medio de uno de sus prolongados discursos entre canciones). Al fin y al cabo, todos esos pequeños (buena parte de ellos no había nacido cuando lanzaba sus primeros éxitos) son ya su futuro fandom.

Pero esa contradicción es sólo una más en esta extraña era de Katy Perry, que ha encontrado la salvación en esta gira que se está defendiendo mucho mejor de lo que vaticinaban los más agoreros (anoche, por ejemplo, las gradas estaban prácticamente llenas y la pista parecía completa en un 70%, aproximadamente). Y eso que su espectáculo es, a todas luces, mucho menos dinámico que el de la era ‘Prism’ que pudimos ver, en ese mismo escenario, hace tres años. La Katy concienciada resulta ser un lastre para su gran circo, salvado de milagro gracias al “flossing”: la cara y los gestos de ¿cientos? ¿miles? de niños que evocaban ese instante sin parar mientras la canción tronaba por las ventanillas de los coches que se alejaban de Montjuic minutos después lo dejaban muy claro.