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Radiohead estrenan ‘Spectre’ en directo y tocan ‘Blow Out’ por primera vez en 10 años

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Este fin de semana, Radiohead han iniciado una nueva gira por Estados Unidos en presentación de su último disco, ‘A Moon Shaped Pool‘. El concierto ha tenido lugar en Chicago y, como siempre, su setlist ha dejado alguna que otra sorpresa, ya que Thom Yorke y compañía han rescatado una de esas canciones que llevaban tiempo sin tocar, en concreto ‘Blow Out’, el tema que cerraba su debut de 1993, ‘Pablo Honey’. Radiohead no tocaban esta canción desde 2008, hace 10 años. En el concierto, los autores de ‘OK Computer’ han estrenado también en directo ‘Spectre‘, su tema (descartado) para ‘James Bond: Spectre’.

Radiohead han sido noticia recientemente después que viera la luz en internet la versión completa de ‘Come to Your Senses’, un tema inédito que tocaron en 2006 durante un ensayo en California, poco antes de la edición de ‘In Rainbows‘, y que era muy buscado por los fans del grupo. Sorprendía además el sonido country de la canción.

Recientemente hemos podido ver a Thom Yorke en la última edición del festival Sónar de Barcelona, donde ha presentado material nuevo de su trabajo en solitario, y también temas ya conocidos de sus proyectos ‘The Eraser’ ,’Atoms for Peace’ y ‘Tomorrow’s Modern Boxes’.

Ezra Furman / Transangelic Exodus

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Cuando vi a Ezra Furman en el último Primavera Sound, travestido, luciendo un ostentoso collar de perlas, pensé que se tenía que ser muy grande para llevar un complemento tan cursi y trasnochado como ese y que le quedara bien. Después versionó el ‘Hounds of Love’ y reflexioné sobre la cantidad de talento que se necesita para hacer tuya una de las canciones más famosas de Kate Bush. Algo similar me ocurre con su plasmaciones discográficas; esa sensación de que Furman se apropia de un montón de artistas que le gustan, los lleva a su terreno, los deglute y arroja un resultado en que su personalidad queda por encima de todo, a pesar de hacer tan evidente sus préstamos.

Si en su anterior disco, ‘Perpetual Motion People’, Ezra jugaba a ser una estrella del pop fastuoso de los 60, esta vez lleva el foco a los años 80 y 90, eleva un poco el histrionismo, desata la imaginería queer y se catapulta al Paraíso. ‘Transangelic Exodus’ es mejor, pero infinitamente mejor, que su predecesor. Como si de una road movie se tratara (¿acaso la portada no parece un cartel de película?), Ezra narra la huida con su amante de un entorno hostil. El álbum está dedicado a los inmigrantes, a los refugiados, a los encerrados a la fuerza en los armarios; a todos esos seres vulnerables, heridos y perseguidos por la sociedad y que buscan un mundo mejor. De hecho, a poco que escarbas las letras en Genius, te encuentras con una cantidad apabullante de información sobre la naturaleza cinematográfica y todos los significados de las canciones. Pero el contenido no sirve de mucho si el continente no te sacude. Y el continente es abrumador; pop melodramático con poco drama y sí con mucha euforia contagiosa. La que emana Ezra, con su voz poderosa, elástica, ligeramente nasal, levemente rasposa, dominando todo.

En su interpretación, Furman asemeja, a rasgos generales, a Ian McCulloch o David McComb, los líderes de dos de los grupos señeros del pop épico de los ochenta, Echo and the Bunnymen y The Triffids. Pero hay más, muchos más a los que vampiriza tiernamente. La primera y sensualísima (¡ese título!) ‘Suck the Blood from my Wound’ recuerda a los MGMT de ‘Time to Pretend’; es una pieza saltarina, basada en riffs de sintetizadores, casi de BSO de film de John Hughes. ‘Driving Down to LA’ refleja la épica del coche y la fuga romántica, entre el blues y Kate Bush. En ‘No Place’, juega a ser un Nick Cave enloquecido y la PJ Harvey de ‘To Bring You My Love’, peleándose con trompetas mariachis. O te lleva a unos Suede golpeando timbales en la fulgurante ‘The Great Unknown’. Pero también hay lugar para rendir pleitesía a hermosos perdedores como Daniel Johnston en la preciosa ‘Gods Lift up the Lowly’, conducida por un melancólico piano, leves arreglos de cuerda y con la voz de Ezra sonando como si proviniera de un viejo radiocasette. Hay un momento en que la suntuosidad de ‘Maraschino-Red Dress $8.99 at Goodwill’ (guitarras de puro rock bailable a lo INSX) y ‘From a Beach House’ (que juraría que también incluye recordatorio musical a la banda del mismo nombre) pueden parecen bajar un poco el nivel (sólo un poco), pero entonces irrumpe la divina, maravillosa, ‘Love You So Bad’, construida con cuerdas y batería, puntuada por unos coros de lo más guasón y coronada por un magnífico y pegadizo estribillo. Y cuando crees que ya no puede dar más de sí esa estupendísima historia de amor fou adolescente, va y la remata con unos “wah-wah-wah” y las cuerdas desatadas en velocidad ascendente hasta el final. Quizás mi canción favorita en lo que llevamos de año; glorioso pop en cinemascope. Hasta el final no emergen los únicos recordatorios a los 60, ‘I Lost My Innocence’ y ‘Psalm 51’, con claro robo del ‘She Said, She Said’ de los Beatles e inflexiones de Father John Misty.

Ezra Furman es un personaje fascinante que en su nueva película se presenta como un fugitivo. Pero lo que es en realidad es un ladrón de guante blanco, uno de esos que planean un golpe prodigioso y obtienen una recompensa exuberante. Pero los realmente agraciados somos nosotros.

Calificación: 8,2/10
Lo mejor: ‘Suck the Blood of My Wound’, ‘Driving Down to LA’, ‘Gods Lift up the Lowly’, ‘No Place’, ‘Love You so Bad’
Te gustará si te gusta: el pop melodramático, de Suede a Triffids, pasando por Nick Cave y Kate Bush.
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Crystal Fighters revientan el Río Babel

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Dice un viejo refrán que a quien los suyos se parece, honra merece. Durante largos años -e incluso actualmente- se ha tenido a infravalorar la música latinoamericana, estigmatizando géneros como la salsa, la cumbia o la bachata (ni hablemos ya del reguetón). Sin embargo, iniciativas como éste Río Babel recogen el testigo de una nueva generación de músicos para los cuales la fusión importa tanto como el rescate de los géneros que sus abuelos bailaban a lo largo de todo el llamado nuevo continente. Quien a los suyos se parece, honra merece. Ya no hay estigma que valga cuando se trata de géneros latinos. Foto: Daniel Cruz.

Y si no, que se lo digan a Los Caligaris, encargados de dar el pistoletazo de salida a la segunda y última jornada del Río Babel. Los argentinos sufren de todo menos vergüenza, ya sea de orígenes o estética. Bajo un concepto circense, los responsables del “Show más feliz del mundo”, como ellos mismos han bautizado su espectáculo, retaron al mismo solano de julio de Madrid, haciendo quitarse la camiseta a la concurrencia para abanicarla al aire al ritmo de su mezcolanza de rock, ska y funky. Un alarde de energía que incluso ellos mismos sufrían. “Ya me estoy cansando”, decía el vocalista, Martín Pampiglione, cuando faltaban pocos minutos para terminar el concierto. Sudorosos y sin camiseta, los argentinos daban paso a Quantic Live (¿quizás hubiera sido más acertado el orden inverso?)

A pesar de nacer como producción del DJ Will Holland, en Río Bbael Quantic Live se vio representada en formato de banda instrumental. Deshaciéndose en mezclas y temas propios de Joe Arroyo entremezclados con bases de jazz y blues, la Cumbia sobre el mar se desarrollaba bajo un concepto bailable que alcanzó su cénit con ‘Sol Clap’. A pesar del sol y el calor, la banda de Quantic trasladaba las visiones electrónicas del colombiano a través de un teclado, un saxofón y las sempiternas guitarra, bajo y batería.

Arco cumplía en esta jornada la misión que ya había satisfecho Juanito Makandé la anterior, aunque quizás con menor soltura y éxito. El ex vocalista del Puchero del Hortelano no lograba involucrar a parte de la audiencia con su registro cantautoril aflamencado, aunque sí entonó lo suficiente para servir de transición a Bebe, la primera de las cabezas de cartel de la tarde.

Comenzando con ‘Siempre me quedará’ y ella misma a la guitarra española, la extremeña tiraba de su faceta más latina, contoneándose y tirando de ¿silla de abuela? sobre el escenario para dar vida a la gráfica ‘Con mis manos’. Ella, y su abanico. No subestimes a esta bicha aunque tenga poca chicha en la cintura. Ni se nos ocurriría.

The Cat Empire fueron la sorpresa de la tarde -ya casi noche-. A pesar de la aparente languidez de sus discos de estudio, los australianos se marcaban un directo en el que hacían parecer que pasar del rock al ska es fácil una cuestión de buen rollo. Tanto, como pasar del pasodoble a la salsa y al reggae. Crystal Fighters llegaban en el punto en el que la energía parecía que ya no podría subir más. Pero subió.

Tras una intro de percusión indígena, ‘I Love London’ se convertía en el comienzo de un show en el que la energía no decayó en ningún momento. Serpentinas blancas explotando desde el escenario, cubierto por plantas selváticas y habitado por los vasco-británicos – los cuáles no dejaron de agradecer con el binomio gracias-eskerrik asko su implicación a la concurrencia. Incluso se permitieron el lujo de dejar espacio para el coreo de “otra, otra” y un bis que se antojaba imprescindible con ‘Plage’ y pelotas de playa y más serpentinas arrojadas al público, inconmensurable -llenando todo el recinto de Babel en el IFEMA- y extasiado.

Muchos de ellos, de hecho, abandonaron misión al comenzar Miranda!, quizás un tanto deslucidos tras la agresividad de la energía de Crystal Fighters. Los argentinos se marcaban el show más Orgullo del Babel con una indumentaria a base de lentejuelas doradas, visibles a kilómetros, y coreografías que traían a la mente a los también adorables Confidence Man.

Tras ellos, los peruanos Dengue Dengue Dengue, ataviados con sus habituales máscaras rituales, remataban el festival trasformando en música y remezcla la filosofía que exudaban estos días: capaces de partir de las bases de los ritmos indígenas para hacerlos confluir en la base de la brasileña y la salsa en un mismo tema, el dúo demostraba que lo latino trasciende con mucho la imagen que nos han vendido de él. Imposible parar de bailar. Imposible hacerse a la idea de esperar otro año más un nuevo Babel. Al menos nos quedan los tequeños.

Father John Misty / God’s Favorite Customer

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Que Joshua Tillman es uno de los más grandes compositores de música rock que ha explotado –tras sus buenas pero más taciturnas aproximaciones como J Tillman– en esta década que se aproxima a su final es un hecho. Father John Misty, el personaje inspirado en sí mismo que inventó para disfrazar sus debilidades, le ha llevado a un estado de gracia con el que había encadenado tres discos mayúsculos en varios niveles como ‘Fear Fun’, ‘I Love You, Honeybear’ y ‘Pure Comedy’. Sin apenas darnos respiro tras ese extenso y enrevesado álbum doble del pasado año, Tillman publica este ‘God’s Favorite Costumer’ que huele a fin de ciclo, a reflexión –no, no lo digo sólo por su pose meditativa en la portada del álbum, pero…– sobre lo que ese canalla desinhibido capaz de esparcir a los cuatro vientos toda su intimidad marital camuflada en sus reflexiones sobre la condición humana (o al revés) ha hecho a su propia vida privada.

Aunque a diferencia de los anteriores, según el autor, este no sea un disco-concepto, sí hay una unidad en ‘God’s Favorite Customer’. Y es que no puede ocultar que es un álbum surgido de y sobre el dolor y la tristeza que Misty vivió durante las seis semanas en las que estuvo viviendo en un hotel de Manhattan tras una ruptura (temporal, por suerte para él) con su esposa. Una separación derivada de un trabajo, el de él, que no sólo agudiza la pérdida de control sobre sus adicciones sino que empeora su tendencia a la depresión y, por supuesto, le separa durante largos periodos de Emma. Es cierto que, como prometió el cantautor de Maryland, se trata de un álbum que emplea unos ritmos más alegres y saltarines que su anterior disco, más lento y arisco. Pero estas diez canciones, paradójicamente, contienen más confesión personal, pena y lamento que todo aquel álbum en su conjunto. Él mismo lo ha etiquetado como “el auténtico ‘I Love You, Honeybear’”.

Incluso con sus abundantes (y habituales) trazas de humor –el retrato de su comportamiento errático en aquel hotel regala en ‘Mr. Tillman’ momentos tan hilarantes como sombríos, al igual que el patetismo de algún intento de poner en práctica su aura de fucker durante sus días de soltería en ‘Date Night’, la preclara visión de la depresión y las tendencias suicidas en ‘Hang Out In The Gallows’ o la fantasía ególatra de ‘Please Don’t Die’, en la que pone en voz de su esposa todo lo que le añora y cómo irrumpe de nuevo en su vida, en modo heroína, para rescatarle de las garras de la muerte–, todo apunta a un autofustigamiento por haber echado a perder esa relación preciosa que él mismo había sobreexpuesto en su álbum de 2015 –algo que lamenta abiertamente en los magníficos versos de ‘The Songwriter’, en la que juega a imaginar qué pasaría si su mujer fuera la compositora y él el que la espera en casa–. Finalmente, su empecinamiento (‘Just Dumb Enough To Try’) por salvar su relación le ayudan a ver que, en realidad, no existe el matrimonio idílico y, sólo asumirlo, puede librarles de la decepción y la ruptura definitiva (‘Disappointing Diamonds Are The Rarest Of Them All’).

Pero ‘God’s Favorite Customer’ también tiene un aire conceptual en lo musical y lo estético con el espíritu de inmediatez que desprende: tras la ultraproducida foto de portada de Pari Dukovic, el encarte presenta un cartoncillo con anotaciones y dibujos a mano, lleno de tachones sin duda nada aleatorios; para más inri, la galleta del vinilo es la empleada para las copias-prototipo, con una pegatina encima que aclara su autor y título. Pese a que no carece de arreglos elaborados (la producción se la reparte el propio JT con Jonathan Rado –Foxygen– o Dave Cerminara –ingeniero para Foster The People, The Neighborhood–; en sus créditos figuran arreglos y colaboraciones del oscuro The Haxan Cloak, Jonathan Wilson y hasta Mark Ronson), las composiciones parecen ir al grano y no dilatarse –salvo alguna excepción– más allá de unos 3 o 4 minutos, aportando una saludable sabor a improvisación al conjunto.

Cuando esto se conjuga con la inspiración de la que Tillman ha venido presumiendo en el último lustro, el resultado es un puñado da canciones sublimes como las concentradas en su cara A. Se trata, quizá, de la mejor sucesión de cinco canciones de toda su carrera y en las que, más que nunca, los nombres de John Lennon y George Harrison nos visitan como claros referentes. Su cara B, en cambio, alterna momentos tan brillantes como los de su anverso –‘Disappointing Diamonds Are The Rarest Of Them All’ y el corte titular en el que, con preciosos contrapuntos vocales de Weyes Blood, reclama ayuda a Dios en contraprestación por toda la devoción que le dispensó en su infancia gracias a su familia evangélica– con otros que destacan mucho más por qué y cómo lo que cuentan (la citada ‘The Songwriter’, ‘The Palace’) que por su vehículo musical. Pero que no todo ‘God’s Favorite Customer’ sea igual de deslumbrante no implica que no estemos ante otro disco magnífico, con el que Father John Misty parece cerrar un periodo de altísima producción artística que ya le ha reservado un nombre en letras doradas en la historia de la música popular de los 10s.

Calificación: 7,9/10
Te gustará si te gusta: el pop rock orquestal de otro tiempo, como el de John Lennon, George Harrison o Randy Newman.
Lo mejor: su cara A al completo.
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Nathy Peluso, Bunbury y Los Auténticos Decadentes, lo mejor de la 1ª jornada de Río Babel

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El Festival Río Babel, que el pasado año sorprendió por su acertada apuesta por la música latinoamericana, con bandas como Los Fabulosos Cadillacs, vuelve este segundo año de vida a demostrar que en Madrid no solo lo petan los Arctic Monkeys. También, otras apuestas alternativas y más cercanas a la comunidad latina, a la que quizás no se presta toda la atención que se debería, a la vista de la intensidad de la celebración del público durante esta primera jornada. Fotos: Hara Amros (Bunbury, Paco León).

Estrenando nueva ubicación, el Festival Río Babel arrancaba con los siempre simpáticos Jenny & The Mexicats y su particular apuesta por la fusión del rock, el sonido de la trompeta de Jenny y melodías bailables, reconocibles y de regusto a vieja feria (todo con la connotación positiva, no me vayan ustedes a malinterpretar). Ataviada con una gorra de béisbol, la inglesa no cesó en su intento de hacer bailar a una concurrencia que se escabulle del sol de la mejor manera posible. A pesar de la coincidencia en fechas con el Orgullo, no faltó audiencia para los segundos de la tarde, We The Lion. Los peruanos se aventuraron con un mash up de la intro de ‘Juego de Tronos’, así como un par de versiones bastante acertadas, como la de ‘Ho Hey’, de The Lumineers – efectivamente, We The Lion bebe mucho de la moda del folk y el ukelele-, terminando con su archiconocido ‘Found Love’.

Nathy Peluso, uno de los reclamos del cartel del día, recogía el testigo con todas las ganas de bailar del mundo y su particular interpretación del ‘Bang Bang’ de Nancy Sinatra y ‘Dos Gardenias’, dedicando incluso un tema entero al lucimiento de su DJ y la banda mientras ella demostraba que no solo la precede su voz, también una presencia magnética, fuerte y extremadamente carismática. Terminaba su actuación con ‘Corashe’, dejando tan solo unos pocos segundos a Juanito Makandé para el comienzo de su show.

El gaditano fue el único que hizo referencia al tema oficial del fin de semana con un escueto “ojalá llegue el día que no hablemos de hombres ni de mujeres, si no de personas. Mientras tanto, ¡viva las mujeres!” Y poco más. “Es un orgasmo estar aquí con vosotros”. Labia no le faltaba y ganas de convertir el Babel en un tablao, con su escenario decorado al más puro estilo de la Línea de la Concepción, tampoco. Un espectáculo bailable en el que no faltó ‘Niña voladora’ y que culminó con la versión de ‘Eres para mí’ de Julieta Venegas.

Bunbury sustituía al andaluz en el escenario contiguo ganándose al público con un “en este concierto haré un recorrido por toda mi carrera”. El público enfervorizó (pocas cosas podían dar más miedo que un Bunbury sin sus temas míticos de Héroes del Silencio). Más cansadete de lo habitual y con menos intensidad en sus típicas poses, pero con el mismo vozarrón infatigable y personalísimo, Enrique (nombre que el público coreaba una y otra vez) comenzó su show con su último single, ‘La actitud correcta’, terminándolo con el primero de los singles que le dio a conocer en solitario, ‘Lady Blue’. Entre medias no faltaron ‘Maldito Duende’, ‘Héroe de Leyenda’ o ‘El Extranjero’. Al maño hay que reconocerle su capacidad para llevar su espectáculo allá donde va sin dejar de lado en ningún momento al público, al cual agradeció cada uno de sus gestos.

Alamedadosoulna recogió la emoción depositada por el maño, transformándola en un puro pogo agitado con una barra mágica del ritmo (no, no se puede definir de otra manera) y un show de canciones continuas en las que poder corear “soy una culebra” o chocarse con el personal al ritmo de las covers encadenadas de ‘Crazy in Love’ o ‘Respect’. No parecían querer bajarse del escenario -algo que siempre les pasa- y, de hecho, la velocidad de su set hizo incluso que pareciera más corto de lo habitual (¿sería así?).

Los Auténticos Decadentes no se andaron por las ramas: globitos de colores para la concurrencia y visuales en los que los colorines no daban descanso a la retina, como tampoco los trajes de Cuto, Nicho y El Francés. Al contrario que ocurrió con Alameda, los argentinos pecaron de disminuir el ritmo de ‘Loco (Tu forma de ser)’, así como de acelerarlo en ‘No me importa el dinero’. Lo que no faltaron fue duchas de ¿cerveza?, ¿era cerveza? a los asistentes, bombona y pistola mediante desde el mismo escenario.

King Coya y las Queen Cholas se encargaban de rematar el primer día de festival al más puro estilo Babel: ellas dos disfrazadas con cabezas de lobo, él ataviado con una chamarra de chamán. Coreografías adictivas, ritmos afro-latinos y un dub soterrado en la electrónica y los remixes más heterogéneos de la Pachamama, directamente desde la confianza del Sónar.

Mañana sábado le tocará a Bebe, The Crystal Fighters y Cat Empire compensar la falta de Molotov. No les será difícil, pues ganas no faltan. (Y tequeños, en la zona de foodtracks, tampoco).

La canción del día: ‘Kream’ es el hit de rap duro que buscaba Iggy Azalea

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Iggy Azalea nunca volverá a tener un número uno, ni será “Best New Track”, y a estas alturas, es posible que jamás vuelva a sacar un disco, pero no puede negarse que al menos está sacando música interesante. ‘Mo Bounce’ era brutal, ‘Savior’ un hit tropipop perdido y su nuevo single de rap, ‘Kream’ con Tyga, es bueno y además el más creíble de todos.

El martirio de Azalea, esa rapera australiana, más blanca que la leche, ha sido siempre no haber logrado un verdadero éxito con una canción que fuera íntegramente de hip-hop, que no contara, en definitiva, con un gancho melódico diseñado para facilitar su digestión a las masas no consumidoras de este género. ‘Kream’ no está pensada para ellas, es puramente hip-hop, durilla, oscura e hipnótica, y tiene un sólido elemento “cool”, gracias a su fría base, a ese “ay” doblado que se repite a lo largo de la canción y a una serie de sonoras frases a cada cual más adictiva. Entre estas, “open up the safe, bitches got a lot to say”, “ass rules everything around me”, el nombre “Bella Hadid” y el diálogo entre Tyga e Iggy, cuando Tyga pregunta, “can you drop it down, make that ass talk to me?”, a lo que Iggy responde, “Keep that energy, gon’ up that Hennessy”.

Cabe preguntarse cómo es posible que se hayan necesitado hasta 15 personas para escribir una canción cuya gracia en realidad está en lo sencilla que parece, en la sensualidad fría y en la intriga que desprende con tan poco. Entre ellas se encuentra misteriosamente un Isaac Hayes que murió en 2008 y cuya presencia en ‘Kream’ ha de deberse a un sample (¿quizá ese “ahhhh” cortado que suena antes de cada verso?). En cualquier caso, ‘Kream’ es la primera canción de Iggy Azalea en mucho tiempo que no cuesta imaginar logrando un mini éxito espontáneo gracias a su completa naturalidad. Algunos singles antiguos de Azalea parecían forzados, este en absoluto: es “crema” pura.

Nicki Minaj y Ariana Grande hacen un vídeo desastroso para ‘Bed’

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Nicki Minaj ha estrenado el vídeo de ‘Bed’, su reciente colaboración con Ariana Grande, y las reacciones que este está suscitando en los fans no son demasiado positivas. Tras la dirección del vídeo se encuentra Hype Williams, quien ya trabajó con Minaj en el clip de ‘Va Va Voom’, y cuyo trabajo en ‘Bed’ parece cuanto menos apresurado: hay quien se está preguntando si esto no es en verdad un “fan edit”.

El vídeo de ‘Bed’ es un desastre. En él vemos a Minaj posar en una piscina, en la playa con una cola de sirena o en un hotel, mientras Grande canta su parte por su lado. Ambas se reúnen al final para ligar con dos maromos en una escena súper ensayada. En resumen, vemos en ‘Bed’ una serie de escenas unidas sin orden ni concierto que parecen de varios vídeos distintos, lo cual no tendría por qué ser un gran problema si no fuera por la extraña edición del vídeo en cuestión, que no brilla por su elegancia y fluidez precisamente. Las escenas de “product placement” son delirantes.

El vídeo de ‘Bed’ parece hecho ayer y sobre todo parece difícil imaginar que vaya a ayudar en algo al desempeño comercial de esta canción que, pese a la importancia de sus dos nombres involucrados, no está gustando demasiado a las masas. ‘Bed’ ha sido solo top 43 en Estados Unidos y en las plataformas de streaming está funcionando bien, pero no espectacularmente.

¿Hay espacio en el hip-hop americano para Bhad Bhabie, la chica del “cash me outside”?

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Esta noche actúa en la sala Razzmatazz de Barcelona una artista que en primer lugar fue personaje: tras Bhad Bhabie se esconde Danielle Bregoli, la joven de Florida que en 2016 alcanzó una enorme popularidad en Estados Unidos tras su visita, junto a su madre, al “talk show” del psicólogo Dr. Phil, en el que la madre de Bregoli buscaba poner solución al errático comportamiento de su hija. Atenta a la risa que suscitaba entre el público, durante un punto del programa Bregoli se enojó y espetó, con un extraño acento, la frase “cash me outside, how about da’” (“lo resolvemos en la calle, ¿qué te parece?”), que se ha convertido en icónica y de hecho está presente en la web de Urban Dictionary.

Como era de esperar, Bregoli ha buscado explotar su accidental fama y se ha pasado a la música, y en 2017 fichaba por Atlantic Records. Su primer single, ‘These Heaux’, entró en el Billboard y convirtió a Bhad Bhabie en la rapera más joven en lograr esta hazaña. Porque aunque parezca mentira, Bregoli nació en 2003: tiene solo 15 años, y es una risa leer en Twitter a fans más jóvenes incluso que ella lamentando no poder asistir al concierto al permitir este solo a personas mayores de edad. “Tía, no puedo ir a tu concierto y soy literalmente mayor que tú”.

Consciente de que tiene un producto potente entre manos, Atlantic Records no está dando a Bhad Bhabie sus peores canciones precisamente, y temas como ‘Trust Me’, con su punto R&B y colaboración del mismísimo Ty Dolla $ign, uno de los raperos más solicitados del momento (está en ‘Pyscho’ de Post Malone y ‘Accelerate’ de Christina, por ejemplo), y ‘Mama Don’t Worry (I Still Ain’t Dirty)’, no están nada mal. Ojo también el vídeo para ‘Hi Bich / Whachu Know’, porque está claro que Atlantic no se está andando con chiquitas con Bregoli tampoco en cuanto a presupuesto, y ahora que Cardi B ha pasado de ser una estrella de reality a la rapera más importante del momento, jugando bien sus cartas podríamos tener mucho Bhad Bhabie por delante.

Ready for the Weekend: Mala Rodríguez, Years & Years, Christine and the Queens, Justin Timberlake, Damien Jurado, Invisible Harvey…

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No hay duda que el lanzamiento destacado de este viernes 6 de julio -al menos en cuanto a singles- es ‘Gitanas’, el tema de regreso de Mala Rodríguez, del que hoy os hablamos más extensamente en nuestra sección “La canción del día”. Pero no es el único: Christine and the Queens ha publicado el segundo adelanto de su disco, ‘Doesn’t Matter’, en inglés y francés; Dellafuente y Justin Timberlake han sorprendido con sendas apuestas para el verano, ‘Me pelea’ y ‘Soulmate’, respectivamente, y Ana Guerra ha lanzado la que probablemente sí será una de las canciones del verano, ‘Ni la hora’, su colaboración con Juan Magán (ojo también a la de Pitbull, ‘Free Free Free’).

La semana ha sido generosa en singles. Salvador Sobral ha vuelto con la delicada ‘Cerca del mar’, Iggy Azalea con sus oscuras ‘Kream’ y Tokyo Snow Trip’, Francis and the Lights con la balada vocoderizada ‘Try Tho We Might To’, Poppy con una ‘Metal’ que no podría ser más Ladytron; Self Esteem (mitad de Slow Club y colaboradora de Django Django) con la gustosa ‘Wrestling’ ‘; Nicki Minaj con el sensual R&B de ‘Boo’d Up’, una canción en realidad de Ella Mai en la que también participa Quavo, y RAYE con un nuevo número tropical disfrutón titulado ‘Friends’. Por cierto, tras estrenarse en la web del colectivo PEOPLE, finalmente las canciones de Big Red Machine, el proyecto conjunto de Justin Vernon y Aaron Dessner, ya están en Spotify. Para el nuevo single de Azealia Banks habrá que esperar unos días.

El gran lanzamiento de la semana en cuanto a álbumes es por supuesto ‘Palo Santo’, el esperado nuevo disco de Years & Years, que llega aupado por el éxito en Reino Unido de ‘If You’re Over Me’. En nuestros foros están gustando otros temas como ‘Karma’, ‘Hallelulaj’ y ‘Rendezvous’. Damien Jurado publica hoy viernes también su nuevo álbum, ‘The Horizon Just Laughed’, de manera triste coincidiendo con la muerte de su colaborador Richard Swift. También Goldfrapp lanzan hoy la reedición de ‘Silver Eye’ con la cacareada colaboración de Dave Gahan y varios remixes y directos. Atención también a ‘No es justo que llegues ahora’, el segundo álbum de Invisible Harvey, el proyecto de Dimas Rodríguez de La Banda Municipal del Polo Norte, y al debut de la promesa del pop británico Tom Grennan, ‘Lightning Matches’.

Chris Brown, arrestado, se pregunta tras abandonar la cárcel “¿qué hay de nuevo?”

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Chris Brown fue más valiente que Drake el año pasado publicando, no un disco de 25 canciones, sino de 57, aunque su hit más reciente no está incluido en él, ya que es una colaboración con el rapero/cómico Lil Dicky, ‘Freaky Friday’, esa canción en la que Brown que canta sobre el tamaño descomunal de su pene y bromea sobre su violento pasado, y en cuyo vídeo aparecen desde Ed Sheeran a Kendall Jenner. 575 millones de streamings entre Youtube y Spotify para ‘Freaky Friday’ confirman que Brown no está tan acabado como parece.

Aunque su vida se le diga torciendo, como esta noche, cuando Brown ha sido arrestado al término de un concierto en Palm Beach, Florida, en relación a una orden de arresto por delito grave de lesiones que se emitió en Tampa el año pasado, cuando Brown supuestamente agredió a un fotógrafo en un club nocturno. Brown ha podido abandonar la cárcel abonando 2.000 dólares de fianza, y además ha acudido a Instagram para promocionar su siguiente concierto con una frase que no puede ser casual: “¿qué hay de nuevo?”, seguida de un emoji con cara de “eye-roll”.

What’s NEW🙄????? Show tomorrow!!!! ❤️

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Ariana Grande responde a la polémica por la broma sobre el ataque de Manchester de su prometido

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En los últimos días ha re-surgido en internet una broma que Pete Davidson, cómico y prometido de Ariana Grande, realizó el pasado otoño durante un evento solidario por Puerto Rico sobre el ataque terrorista en Manchester de 2017, en el que murieron decenas de fans de Grande tras un concierto. Davidson bromeaba entonces con la enorme fama de Grande apuntando que “Britney Spears no sufrió un ataque terrorista en su concierto”. La razón por la que esta broma ha vuelto a salir a la superficie es debido a que Charlotte Hodgson, madre de una de las víctimas del ataque, la ha calificado como “asquerosa” en un medio británico.

Grande ha contestado a la polémica después que un usuario de Twitter haya expresado que no entiende por qué “sigue” con Pete Davidson. “Este tema ha sido muy duro y conflictivo para mi corazón”, ha escrito. “[Pete] usa la comedia para ayudar a la gente a sentirse mejor sobre las cosas tan horribles que pasan en el mundo. Todos nos enfrentamos a nuestros traumas de manera diferente. Yo por supuesto no encontré la broma graciosa. Fue hace meses y su intención nunca fue maliciosa, pero sí fue [una broma] desafortunada”.

Grande ha vuelto a la actualidad musical con un single, ‘No Tears Left to Cry’, dedicado de manera indirecta a sus fans fallecidos en la tragedia de Manchester, y que ha sido un gran éxito en todo el mundo. Es el sencillo principal de su nuevo álbum, ‘Sweetener’, que se publica el 17 de agosto y del que también se ha dado a conocer el single ‘The Light is Coming’ junto a Nicki Minaj.

La canción del día: Mala Rodríguez reclama su trono con ‘Gitanas’

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Desde las 00:00h de este viernes llegaba a plataformas de streaming el audio oficial de ‘Gitanas’, el single de regreso de Mala Rodríguez –desde que publicara ‘Bruja’ en 2013, sólo había hecho colaboraciones con artistas como El Guincho, Benjamin Biolay o Ibeyi– y hace un par de horas, tras presentarse ayer como una exclusiva de El País, está disponible su vídeo oficial en Youtube. Lo cierto es que, ya con las notas de prensa de Universal Music en la “mano”, el misterio en torno a la canción es considerable. En el delirio informativo, las únicas declaraciones que encontramos de la artista en las últimas horas son… ¡sobre el Mundial de Fútbol!

Gracias a los créditos del single en Spotify encontramos que la canción ha sido compuesta en solitario por María Rodríguez y, en cambio, la oscura producción se atribuye a dos personas llamadas Franklin Rodriguez y José Aníbal Vásquez. Ni en Google ni en Genius hay referencias de otros trabajos o alias de esos artistas, si bien el hecho de que la nota esté ubicada en Miami puede indicar que ha trabajado con productores norteamericanos sin excesivo renombre, coordinados por la propia Mala. De lo poco interesante que explica la promo es que la rapera andaluza continúa trabajando en su álbum, mientras realiza fechas en Europa y Estados Unidos.

También ignoramos quién ha podido dirigir su vídeo, pero sí es obvio que ha sido filmado en España, como evidencian las escenas de unas bailaoras en lo que parece un tablao flamenco
con bien de historia por todas sus paredes, que luego se traslada a unas calles estrechas típicamente andaluzas y una plaza, quizá de su propio barrio, Santa Cruz, en Jerez de la Frontera.

Lo cierto es que, muy posiblemente, todo esto sean cuestiones accesorias para freaks (como nosotros). Lo que importa de verdad es que la Mala, tras un par de devaneos pop, ha retomado su camino de manera poderosa, reclamando un trono, el de reina del rap y la música urbana en español –esas falsetas de guitarra flamenca dicen “yo ya estuve ahí”–, cada vez más asediado por muchas jóvenes que se multiplican por días en esos géneros. ‘Gitanas’, una canción que es también un alegato al feminismo combativo, plantando cara a los agresores con tanta valentía y sororidad como ira (de la misma autora que ‘Nanai’, ‘Mátale’, ‘Egoísta‘…), es un claro y vigoroso puñetazo en la mesa.

Elvis Costello cancela su gira tras serle extirpado un cáncer «muy agresivo»

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Elvis Costello ha subido dos mensajes a su página web esta mañana, uno muy corto y otro mucho más extenso. El corto dice, sencillamente, que se ve forzado a cancelar las seis fechas aún pendientes de la gira europea que venía llevando a cabo. En el largo, se explica que esta cancelación ha sido insistentemente recomendada por su médico, después de que fuera intervenido para extirpar un cáncer «pequeño pero muy agresivo».

El comunicado incluye una detallada explicación de Costello, que comienza diciendo socarronamente que, seis semanas atrás, su médico le dijo que «debería jugar a la lotería», puesto que le había detectado un tumor que, en su caso, era «muy agresivo» pero lo suficientemente pequeño como para serle extirpado únicamente con una intervención quirúrgica. «Me sentí exultante y aliviado al saber que mi gira europea veraniega podría continuar».

Y así lo hizo, actuando durante todo el mes de junio en varias ciudades de Europa incluida Madrid, donde tocó en las Noches del Botánico, precisamente en el Día de la Música, el 21 de junio. Sin embargo, la realidad se ha impuesto a su deseo de terminar estos conciertos y ha aceptado que «recuperar las fuerzas» le va a «llevar mucho más de lo que hubiera deseado». El comunicado también revela que tiene listo un nuevo álbum de estudio junto a su banda habitual, The Imposters, que se publicará en el mes de octubre.

Ana Guerra se mira en Camila Cabello en ‘Ni la hora’, que rima con “hola”, “sola” y “controla”

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Aluna Guerra… Ana George… Disculpad la confusión… Ana Guerra (¡ahora!) ha publicado hoy su nuevo single llamado ‘Ni la hora’, que pretende suceder en las listas de éxitos a su primer hit (en ese caso, conjunto con Aitana) ‘Lo malo’ después de que la revisión post-Operación Triunfo de ‘El remedio’ –tema con el que optara a Eurovisión 2018– pasara mucho más inadvertido. Y la verdad es que no parece ir muy desencaminado.

Porque esta producción de Andrés Saavedra –músico colombiano conocido como Drew, ganador de varios Grammy latinos que ha trabajado con Alejandro Sanz, Luis Fonsi o Chayanne– se aproxima al estilo de pop con querencia caribeña que tan buenos réditos ha dado a Camila Cabello. De hecho, ella misma nos contó sin complejos en una entrevista que le gustaría seguir los pasos de la intérprete de ‘Havana’. Se trata de un tema ultrapegadizo y con suave ritmo reggaetonero, que además tiene uno de esos estribillos que se aprenden al segundo con rimas harto facilongas: “hola, mira qué bien me va sola. Nadie a mí me controla, y aunque lo pidas ya no te doy ni la hora”. Como ‘Lo malo’, tiene un mensaje positivo para las mujeres, rechazando una relación de sometimiento.

El hit también es probable por la participación del incombustible Juan Magán, que daba en el clavo comercial recientemente junto a Mala Rodríguez en ‘Usted’. Magán y Guerra protagonizan el vídeo oficial para el tema, pasándoselo muy bien encaramándose a un mobiliario con pinta de ser carísimo. Tuvo que acabar contento el responsable de atrezzo.

Hit de ayer: ‘Abandon Ship’ (1984), la joya del pop orquestado de April Showers

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La reciente publicación de uno de los discos con mejores melodías de lo que va de año -el fabuloso ‘Frontier Man’ de Gruff Rhys– ha vuelto a poner en la palestra de la actualidad una de las variedades más bonitas de la música pop: el pop orquestado. Desde que Leiber y Stoller empezaran a introducir arreglos de cuerdas en las canciones de los Drifters en los primeros 60 y los Beatles revolucionaran su uso pocos años después, la combinación entre cuerdas, metales y los sonidos modernos del pop se han ido adaptando a todas las décadas. En los 70 proliferaron en pop, country y soul (el sonido Philadelphia no habría siquiera existido sin ese recurso), y ni en los ultra-tecnológicos 80s cesaron de aparecer los arreglos de cuerda en todo tipo de géneros y estilos. Hoy precisamente toca hablar de la orquestadora más importante de aquella década: Anne Dudley.

En tiempos recientes se habla mucho de la poca representación femenina en la música, cosa muy cierta y que acarrea además otra lacra en asociación: el escaso reconocimiento de las que sí estuvieron ahí, fueron pioneras, y sin embargo son víctima de un evidente sesgo histórico. Figuras como Delia Derbyshire o Sister Rosetta Tharpe se empiezan a reevaluar como verdaderas precursoras, pero queda mucho por reivindicar: el caso de Anne Dudley es especialmente incomprensible. A pesar de haber ganado un Oscar (por la banda sonora de ‘The Full Monty’, en 1998), ser miembro (y la compositora de más talento) de los vanguardistas y comerciales The Art of Noise y haber trabajado como arreglista de orquesta para artistas como Paul McCartney, Pet Shop Boys (los fabulosos arreglos del ‘Very’), ABC, Pulp, Frankie Goes to Hollywood(la gloriosa ‘The Power of Love’) , Seal, Cher o las Spice Girls, su nombre sigue siendo muy poco conocido, o desde luego no a la altura de su obra. Además, como teclista de sesiones participó en infinidad de discos célebres: es responsable, por ejemplo, de las partes de sintetizador más chulas del ‘Everything She Wants’ de Wham!

Dudley ostenta también el curioso el honor de ser la única persona que podría haber advertido a Jarvis Cocker del plagio inconsciente en el que incurrió con ‘Common People’, porque siete años antes de colaborar en ‘Different Class’ había participado como arreglista en ‘Descanso Dominical’ de Mecano, incluída -sí- ‘Los Amantes’. En realidad en el disco de Pulp no intervino en esa canción en particular, pero sí en una de sus tres cumbres de pop orquestado, sus arreglos más fabulosos: ‘Something Changed’. Una canción emocionante de por sí, pero cuyas cuerdas la elevaban al mismísimo paraíso. ¿Las otras dos? Por un lado, el álbum ‘The Lexicon of Love’ de ABC (1982), una lección en orquestaciones para el pop que increíblemente fue su debut como arreglista (la realizó con veintitantos años). Y por otro, un single de 1984 tan poco conocido como fascinante, y que hoy ocupa este espacio.

Jonathan Bernstein y Beatrice Colin eran dos músicos de Glasgow que en 1982 formaron April Showers tras la salida de Colin del efímero grupo de pop The French Impressionists. Precisamente fue su antiguo sello el que les sacó el single de debut aquel mismo año. A pesar de su poca repercusión, un año después los ficharía un sello mayor, Big Star, que con más presupuesto y el apoyo de Chrysalis reclutó a Anne Dudley para producir el sencillo, cuya cara A era una completa joya titulada ‘Abandon Ship’ (abandonen el barco), compuesta por Jonathan. Para ella Anne Dudley, además de armar una producción con excelente sonido espacioso similar al de las producciones de su compañero en The Art of Noise Trevor Horn, y crear unos arreglos con los toques singulares justos para darle personalidad (ese extraño eco corto en la voz, un bajo “fretless” con su peculiar sonoridad), compuso un arreglo de cuerda absolutamente sublime, perfecto para envolver en fantasía esa letra sobre un encuentro amoroso durante la última noche del año, un delicioso carpe diem antes de que las cosas se estropeen: “abandona el barco antes de que mis problemas empiecen a inundarnos / abandona el barco, ¿por qué no te tiras? El agua está deliciosa”…

Quizá nunca se haya combinado con tanta perfección el pop de guitarras y el lustre de un arreglo de cuerdas… Anne Dudley siempre ha sostenido que un buen arreglo tiene que elevar el estribillo, aportar sutilmente un impacto mayor, sin restarle protagonismo. Y en ‘Abandon Ship’ consiguió su obra maestra. Aunque hay que decir que sus celestiales líneas melódicas, que abrazan, elevan, transportan, y dejan caer suavemente a la canción según el momento, cerca estuvieron de hacer sombra a la melodía principal. No es casualidad que en su versión 12” el single (que se vende por una pequeña fortuna en la actualidad) incluyera una portentosa versión instrumental que deja disfrutar cada nota, incluyendo esa magnífica conclusión del “middle eight” o puente en la que la orquesta se queda sola.

Anne Dudley está de actualidad en estos días por la reciente publicación del álbum ‘Anne Dudley Plays The Art Of Noise’, en el que recrea al piano algunos de sus éxitos con su antiguo grupo, unas reinterpretaciones realizadas con el previsible buen gusto que caracteriza a la inglesa.

‘Abandon Ship’ sonó en Popcasting #255 de Jaime Cristóbal, ya disponible en este enlace.

Pol Granch gana la final del Factor X más desangelado tras versionar a Izal y Antonio Vega

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Anoche se celebró la final de Factor X en Telecinco, registrando uno de los seguimientos más flojos de este talent-show desde que aterrizara en el canal de Mediaset (la gala, que contó con estrellas invitadas como James Arthur y Ruth Lorenzo, quedó por debajo del 10% de share por detrás de 2 películas random y un especial Al Rojo Vivo sobre las primerias del PP) y probablemente sólo pasará a la historia por ser la edición de los divertidos Glitch Gyals y su ‘Cómeme el donut’.

Tras descartarse a artistas prometedoras como Fusa Nocta, Poupie o Daniela DiCostas, anoche se medían cuatro promesas de artistas: Elena Farga, del equipo de Risto Mejide, que partía como la gran favorita; Pol Granch, protegido de Laura Pausini que llegó a esta final cantando ‘Pausa’ de Izal; el dúo femenino W Caps, del equipo del locutor Xavi Martínez y Samuel, un joven cantante melódico auspiciado por el productor Fernando Montesinos.

Tras descartarse esas dos últimas propuestas, Elena Farga (que comenzó interpretando, con cierta inseguridad vocal, ‘Set Fire To The Rain’ de Adele) y Pol Granch (que se ganó medirse a Farga cantando la emotiva ‘El sitio de mi recreo’ de Antonio Vega) se midieron reinterpretando sendas canciones que ya había cantado previamente. Finalmente, aunque Risto reclamara que no se votara contra él como mentor, sino que se valorar a Farga como intérprete, Granch se impuso con su versión del éxito en francés ‘Le Chant Des Sirènes’.

Granch, hispanofrancés de tan solo 19 años, nunca tuvo el papel de favorito debido a su timidez y su falta de confianza que, al parecer, le llevó incluso a dudar de qué canciones interpretar apenas minutos antes de subirse al escenario. Sin embargo, parece que Pausini ha reforzado esa confianza y le ha convertido (o disfrazado) en un remedo de Harry Styles. Por el momento, ha ganado un contrato discográfico con Sony Music para grabar su primer álbum y actuará en un festival junto con Pablo Alborán, Rozalén y Dani Martín.

Let’s Eat Grandma / I’m All Ears

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Cuando escribía por primera vez sobre ‘Hot Pink’, el primer single extraído de este ‘I’m All Ears’, comparaba las sensaciones a las experimentadas al enfrentarme por primera vez a nombres como The xx, James Blake o Lana del Rey, a esa excitación de sentir que alguien, en este caso Let’s Eat Grandma, irrumpía para redefinir los patrones del pop pasado, presente y futuro. La canción estaba (está) producida por SOPHIE y Faris Badwan (The Horrors, Cat’s Eye), y podríamos definirla como una especie de torrente de future pop eufórico, sin aparente control (recuperado con su brutal drop), perpetrada por Rose Walton y Jenny Hollingworth que, siendo dos casi niñas de Norwich (ciudad próxima a la coste este británica), sorprende revisitando la energía bubblegumpop de Shampoo. Sin embargo, poco más –apenas el aún más bailable y desmelenado ‘It’s Not Just Me’, también dirigido por Faris y SOPHIE– en este ‘I’m All Ears’ se aproxima a esa visión del pop. ¿Nos aboca eso a la decepción? En absoluto.

Bueno, puede que las primeras escuchas fuercen un poco a fruncir el ceño, máxime en una segunda mitad que muestra un perfil muy distinto de Let’s Eat Grandma: en ella alternan su faceta más experimental (aquella que estaba muy presente en su debut ‘I, Gemini’, un álbum irregular pero fascinante, con tintes de psicodelia), en la que todo se vuelve extraño, las guitarras cobran un papel crucial y las estructuras (y las convenciones) se vuelven inestables, permeables, volubles. El gran triunfo de ‘I’m All Ears’ está, en realidad, en cómo consiguen equilibrar dos vertientes tan aparentemente distantes, que en realidad son una única entidad.

Podemos considerar aquellas dos canciones co-producidas por la abanderada de PC Music como felices accidentes, el colorido portal de entrada al planeta de estas dos duendes millenials. Lo que encontramos una vez dentro de él es una producción menos invasiva a cargo del veterano David Wrench (responsable en buena parte del sonido de algunos de los mejores discos británicos recientes como los últimos de The xx, FKA Twigs, Sampha, Shura… o este mismo), que permite a estas amigas de la infancia sonar de manera más fiel a sus directos. Lo cual se traduce en un mayor peso de las guitarras y unos teclados de sonido cuasi-doméstico, sin aparentes filtros que los enmascaren. Esto, en lugar de ponerlas en algún tipo de evidencia, lo que se consigue es acentuar su autenticidad, esa pureza extraña que desprenden, propia del talento en su forma más primigenia, de sentir la música casi como un juego, remitiéndonos a aquella Lorde que con apenas 16 años lanzaba ‘Tennis Court’ o a la Björk que refulgía entre los Sugarcubes. Valiéndonos de esta analogía, podríamos decir que ‘I’m All Ears’ es su ‘Debut’ particular.

Todo esto puede sonar a coartada sesuda para justificar que el resto del álbum dista de aquellos adelantos, pero no es así. Porque una vibración similar a la de esos dos temas se repite, con otra paleta de colores, pero igualmente deslumbrantes, en ‘Falling Into Me’ y ‘I Will Be Waiting’, que compiten con aquellos en emotividad y bailabilidad (de nuevo, Lorde). Son hitos de un cuento que, entre simpáticos intros e interludios –un particular tono de móvil, el ronroneo musicado de un minimo en primer plano auditivo–, narra los primeros pasos en la juventud de Rose y Jenny, vislumbrando un leve atisbo de madurez post-adolescente. Sentimientos a flor de piel, deslumbrantes pero turbios como una veta de diamante aún por pulir (el amor obsesivo, la rebelión contra las convenciones de sexo y género, la amistad como algo inquebrantable, la dependencia afectiva, la empatía hacia los que sufren…) afloran en unas letras que se sitúan entre lo onírico y lo costumbrista (Donnie Darko VS un móvil iluminándose en el bolsillo de un pantalón), insinuando algún tipo de reveladora experiencia lisérgica.

Letras que demandan una mayor atención en la segunda mitad, menos hedonista, de ‘I’m All Ears’. Una vertiente abrupta en la que encontramos oasis de voz y piano como la preciosa ‘Ava’, ecos de los primeros Portishead y los últimos Radiohead conviviendo en la apabullante recta final de la recia ‘Snakes & Ladders’ y temas realmente difíciles de digerir como los más de nueve minutos de guitarras sinuosas de ‘Cool & Collected’, remitiendo a proyectos out-pop como Cocorosie o Avi Buffalo. Una faceta más áspera pero fascinante, en la que los estribillos pasan a ser más anecdóticos y el foco se centra en su inventiva para mantener el magnetismo sin necesidad de aquellos. Por improbable que parezca lo logran, y de qué manera, en los aventureros 11 minutazos de ‘Donnie Darko’, una experiencia psicotrópica convertida en canción con cierta querencia house (algo amateur, eso sí), con riffs y voces yendo y viniendo, tumbándose en el suelo y levantándose para bailar mezcladas entre la gente (básicamente esto es un resumen literal de lo que ocurrió durante su imperdible interpretación del tema en el pasado Primavera Sound 2018). Esta extensa peripecia cierra ‘I’m All Ears’ por todo lo alto, dejando a un lado la sombra del hype, permitiendo vislumbrar ya un futuro increíblemente prometedor para Let’s Eat Grandma.

Calificación: 8,2/10
Te gustará si te gusta: Lorde, Sugarcubes, Cocorosie, U.S. Girls
Lo mejor: ‘Hot Pink’, ‘It’s Not Just Me’, ‘Falling Into Me’, ‘Donnie Darko’, ‘I Will Be Waiting’
Escúchalo: Spotify

Iggy Azalea se aparta del pop y presenta los oscuros ‘Kream’ y ‘Tokio Snow Trip’

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Después del batacazo de ‘Savior’, el tema junto a Quavo que sampleaba un hit de Lisa Stansfield, la australiana Iggy Azalea vuelve para, tras meses de rumores, discos descartados y misteriosas complicaciones, avanzar su nuevo EP ‘Surviving The Summer’ (justo a tiempo). Tras lanzar diversos singles sueltos, este disco supone su primer lanzamiento de entidad desde que en 2014 publicara el exitoso ‘The New Classic’.

Aunque se rumoreaba que hoy, 6 de julio, vería la luz este nuevo disco de 6 canciones, parece que finalmente será el día 3 de agosto (según iTunes) cuando se lance oficialmente este mini-álbum del que hoy ya conocemos su portadón y, también, dos canciones nuevas que anticipan el sonido de este disco. En sintonía con la citada portada, donde la figura de la artista iluminada en rojo –y unas manos sujetando sus mamellas– destaca sobre un fondo negro, el sonido de ‘Kream’ y ‘Tokio Snow Trip’ se presenta oscuro y centrado en el hip hop, alejado de la faceta más pop que había mostrado en buena parte de aquel exitoso segundo disco y sus singles posteriores. Curiosamente esto sucede cuando la artista ha cambiado de división en Universal Music: del sello Def Jam, tradicionalmente especializado en rap, ha pasado a Island Records, por lo general dedicada al pop y al rock de corte más alternativillo.

La primera es un seco corte trap en el que colabora el MC Tyga (además de más de una docena de personas, incluido Isaac Hayes –en forma de sample, suponemos–), mientras que el segundo es aún más parco y minimalista (en las antípodas, sólo Azalea y el productor Bedrock participan en él). Se espera, según ha afirmado la propia Iggy en Twitter, que el clip oficial de ‘Kream’ sea liberado en las próximas horas.

Azealia Banks sigue en el camino del house con ‘Treasure Island’

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Pese a que aseguró que esto sucedería el 13 de julio, esta madrugada Azealia Banks ha presentado un nuevo adelanto de ‘Fantasea II: The Second Wave’, el nuevo álbum/mixtape que publicará “muy pronto”. Eso dice la descripción del vídeo para el audio oficial de ‘Treasure Island’, un single que sucede al ya conocido ‘Anna Wintour’ y que musicalmente continúa por derroteros similares a aquel. Esto es, house noventero –produce, de nuevo, Cirkut– a chorro para que Banks demuestre su gran flow –salvo en un estribillo que ralentiza sus BPMs, dejando paso a su faceta “chanteuse”–.

Mientras esperamos que llegue a plataformas de streaming, «Araceli» ha compartido en Twitter otra novedad sobre este nuevo volumen en su discografía: la portada de su edición física (parece que la digital será diferente). Se trata de un dibujo naif de ella misma con forma de sirena (una figura ya ligada a la primera parte de ‘Fantasea’, que se incluirá en un doble CD con este nuevo disco). Un disco que, siguiendo las pistas dadas por ambas artistas en distintas redes sociales, podría incluir algún tipo de colaboración con la canadiense Grimes.

Dado que ‘Fantasea II: The Second Wave’ llegará “pronto”, cabe fantasear (LOL) con la idea de que uno de los primeros lugares del mundo donde presentará en directo (porque esta vez no vas a cancelar last minute, ¿verdad, Az?) sus canciones será en la próxima edición de Arenal Sound –del 31 de julio al 5 de agosto en Burriana (Castellón)– donde compartirá escenario con una selección tan ecléctica como Bad Bunny, Crystal Fighters, Steve Aoki, Dorian, La Raíz, Lost Frequencies, Carlos Sadness, James Blunt, Taburete, Jess Glynne o Alfred García (OT 2017).

The Flaming Lips, Saint Etienne, Ride… Visor Fest quiere recuperar el espíritu festivalero de los 90

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Hoy se ha anunciado la primera edición de Visor Fest, una nueva iniciativa festivalera situada en la localidad levantina de Benidorm que se desmarca en varios aspectos de la competencia. Para empezar, se celebra en el mes de noviembre –los días 2 y 3–, alejándose de los meses de verano donde la oferta es amplísima, pasando a una estación menos saturada. Y para seguir, pretende recuperar el viejo espíritu de los primeros festivales de los 90 (de manera evidente se refiere a eventos como el FIB o el Doctor Music).

“La clave es ofrecer un cartel con artistas y bandas internacionales que nacieron hace varias décadas pero que siguen teniendo un discurso fresco y muy actual. Buscando rememorar el aroma de aquellos primeros festivales den los años 90, que nos hicieron amar la música en directo, y donde acudíamos a disfrutar de la misma”, dice su nota de prensa, asegurando que en Visor Fest no habrá varios escenarios ni, por tanto, solapamientos. “La intención es ofrecer a su público una experiencia similar a estar en una sala; huyendo de la locura que a veces supone ir corriendo entre escenarios y perdiéndose muchas de las bandas y actividades que se ofrecen”, aseguran al respecto, destacando una amplia oferta gastronómica, una “zona gamer” y el buen clima de Alicante en el otoño.

Lo que también deja claro que su público primordial es, en principio, aquel que disfrutaba de aquellas primeras ediciones de los festivales citados es su cartel: los primeros nombres internacionales anunciados son los de sobra conocidos The Flaming Lips (que acaban de publicar su primer ‘Greatest Hits‘), Saint Etienne (con el estupendo ‘Home Counties‘ aún bajo el brazo) y Ride en su segunda juventud, además de ChameleonsVox (el proyecto que emplea Mark Burgess para seguir interpretando las canciones de los legendarios The Chameleons) y Addictive TV (pionero dúo de electrónica, en activo desde 1992). Visor Fest se celebrará en el Poliesportiu Municipal de Folietes y los abonos de dos días ya están a la venta en Ticketmaster a un precio de 75 € + gastos.

Christine and the Queens detalla por fin ‘Chris’, su nuevo álbum, y presenta ‘Doesn’t Matter’

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El anticipado regreso discográfico de Christine and the Queens, proyecto musical de la francesa Héloïse Letissier, es ya una realidad, tras haber presentado algunos teasers y lanzado como adelanto el single ‘Girlfriend’, con colaboración del músico norteamericano Dâm Funk. El álbum se titulará ‘Chris’, como ya había insinuado en varias imágenes promocionales, y verá la luz el día 21 de septiembre. Su portada es una imagen en primer plano de Letissier, customizada con una cera blanda de color amarillo que también escribe el título del álbum.

Además, el anuncio llega con un nuevo single perteneciente al disco. Se titula ‘Doesn’t Matter’ y, como ocurriera con el citado ‘Girlfriend’, también se presenta en dos versiones, una íntegramente en inglés y otra en francés, que en este caso se titula ‘Doesn’t Matter (voleur de soleil)’. Se trata de un tema de corte funk, luminoso y bailable, que también se ha presentado con sendos vídeos, cada uno diferente, dirigidos por Colin Solan Cardo (Alicia Keys, Phoenix, Metronomy, Mura Masa), protagonizados por Christine y de nuevo centrados en la danza.

Recientemente nuestro redactor Jordi Bardají tenía ocasión de ver actuar en directo a Christine and The Queens en la presentación de la nueva APP de Youtube Music, donde interpretó, junto con un cuerpo de baile, varios de sus mayores éxitos y ‘Damn, dis-moi’, la versión francesa de ‘Girlfriend’. ‘Chris’ será presentado en una gira que, de momento, no tiene parada en España.

Bebe logra un hit en el hip hop con ‘Ficción’, single junto al polémico rapero Costa

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Hace casi dos años, cuando cerraba la etapa ‘Cambio de piel’, hablábamos con Bebe y nos sorprendía diciéndonos que quería “hacer reggaeton”. Los que no esperábamos, cuando dijo tal cosa, es que se refiriera también a otras tendencias del urban contemporáneo, que efectivamente diluye los límites del hip hop, la electrónica y la música caribeña. Y es lo que sucede en ‘Ficción’, un single publicado un par de semanas atrás en el que Bebe hace un featuring con Costa, un popular y veterano rapero madrileño que lleva más de una década establecido en el underground, con álbumes como ‘Inmortal’ (2014) o ‘Maldito’ (2018) en los que Ikki (ex-The Zombie Kids) daba una pátina bailable a sus canciones.

El tema con Bebe está producido por MygalX –al que recientemente encontrábamos en el álbum debut de King Jedet–, que ofrece una base sutil y elegante para que ambos cantantes (con Bebe mostrando un flow que recuerda al de Mala Rodríguez en ‘Usted’, su hit con Juan Magán) lamenten el final de una relación entre engaños. El vídeo oficial, en el que ambos comparten varios planos, está ascendiendo en las Tendencias de Youtube y se acerca a las 300.000 reproducciones en dos días. Está lejos de los 7 millones del vídeo oficial de ‘Respirar’ de la extremeña en solitario, obviamente, pero supone un acercamiento a un público diferente que parece recibirla con los brazos abiertos.

Tan sorprendente como la canción en sí es el hecho de que el elegido para esta colaboración sea el propio Costa (que en realidad se llama Hugo Ortiz): en 2016 fue noticia al cancelarse, tras la presión de diversos partidos políticos y colectivos ciudadanos, su participación en un festival de hip hop en Torrejón de Ardoz por sus letras machistas –tanto el PP como Ganar Torrejón señalaban barras como «Yo la zurro en los labios, no dice nada»; «esos ojos de guarra piden bofetón»; «La pego y la araño, en el club o en el baño no voy a dejar de darte hasta que te haga daño»; «Nueva zorra en el salón desnuda, descarada sin compasión una más de Madrid y una menos»; «Ya no eres tú mi puta, puedes vestirte e irte, ya no te quiero no, ni para escupirte”–. Él justificó sus versos como parte de su libertad artística y su origen humilde: «cuando grito «puta» o «zorra» en mis canciones, estoy hablando de mí mismo, de la vida que me ha tocado vivir».

Y sorprende sobre todo porque ‘Malo’ de Bebe se ha convertido, como ella reconoce, en un himno para mujeres que sufren de maltrato machista en la pareja. “A día de hoy sigue habiendo mujeres que me cogen, me abrazan y me dan las gracias, más allá de España y de Latinoamérica, por esta canción. ‘Malo’ les impulsó a que ellas mismas dijeran “chao””, nos decía Bebe en la citada entrevista. Paradójicamente, hace un año Bebe se desmarcaba públicamente de la etiqueta “feminista”: “no soy feminista; nunca lo he sido y nunca lo seré. Soy una mujer, eso es lo que soy” decía, aunque admitía que había un problema de desigualdad salarial para las mujeres en España.

Leo Merman da nueva vida a ‘Boys’ de Charli XCX en ‘Maricón’, anti-himno del Orgullo 2018

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Todavía estamos lamentando el hecho de que en su día se nos pasara, entre los cientos (no es un decir) de mails que recibimos diariamente en nuestra cuenta de correo con casi tantas propuestas musicales, un mensaje de Putochinomaricón donde nos presentaba una versión primaria de ‘Gente de mierda’. Por eso revisamos con mayor atención ese buzón y hoy no dejamos pasar la ocasión de presentar a Leo Merman, “artista multidisciplinar, hijo de Internet y pertenece a la generación pop que quedó fascinada con las Spice Girls, Embrujadas y Sailor Moon”.

Y es que si hemos citado a Chenta Tsai no es casualidad, porque lo que encontramos en el vídeo de debut de este joven artista de Albacete nos recuerda mucho estéticamente a lo que ha expuesto en ‘Corazón de cerdo con ginseng al vapor’ y, también, porque como él, Leo parece muy fan de Charli XCX. Tanto que su primer single, ‘Maricón’, es una adaptación –apropiación, en realidad– que insufla con una nueva perspectiva su single del pasado año, el fantástico ‘Boys’. Como aquel tema de la británica, Leo Merman también habla en su letra de los hombres pero, en su caso, desde la perspectiva de un homosexual desencantado con lo que ocurre en torno a la celebración del Orgullo LGTBI+.

Así, lo que Merman bautiza como “una oda a la frustración del homosexual moderno del s.XXI ante la abrumadora lucha de egos, estereotipos y convicciones que suceden ante sus ojos mientras hace scroll down en una APP de citas” se viste con estética ultrapop –los fans del manga, los juegos retro y las series juveniles gozarán encontrando referencias, desde Pequeño Pony a ‘Star contra las fuerzas del mal’ pasando por la Gameboy y los Furby–, deja versos tan impagables como “no voy a ir a tu sex party, ya veo que tienes muy pocas luces / no vas a tocar este body, qué difícil ser maricón / scrobbling down es la depresión” o “no voy a contestarte al móvil, mi conexión perfecta presume / tu novio hace pajas por hobby, qué pereza ser maricón” o el desopilante puente “dónde vas, dónde vas, suprimo / no quiero tus heces, sin gilipolleces”.

Por si fuera poco, Leo difumina su territorio musical interpelando con todo el morro temas como ‘Nothing In This World’ de Paris Hilton, ‘Dime’ de Beth o ‘Europe’s Living a Celebration’ de Rosa’. Un despiporre pop de proporciones épicas que, claramente, invita a no perder de vista a Leo Merman y, además, postula este ‘Maricón’ como el posible anti-himno de la conmemoración del Orgullo que este fin de semana culmina en Madrid, donde se congregarán millones de personas.