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Drake y Ariana Grande, en la lista española de singles

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La lista española sigue coronada por ‘Sin pijama’ de Becky G y Natti Natasha, seguida de ‘Te boté’ de Nio García, Darell y Casper Mágico en el puesto 2; y Ozuna y Manuel Turizo con ‘Vaina loca’ en el número 3. ’Ni la hora’ de Ana Guerra y Juan Magán baja del 2 al 7, mientras Luis Fonsi emerge al fin en el top 10 -en concreto en el puesto 9- con ‘Calypso’, que está funcionando de manera más paulatina que otros de sus éxitos.

Las únicas irrupciones nuevas en el top 50 son Drake, subiendo del puesto 67 al puesto 25 con el viral ‘In My Feelings’, un éxito global que ya ha sido número 1 en Estados Unidos y Reino Unido; y Ariana Grande, que protagoniza la entrada más fuerte. ‘God Is a Woman’ llega directamente al número 35 mientras la anterior ‘No Tears Left to Cry’ pasa su 13ª semana en el número 68 (en su momento fue top 9 en España). ‘God Is a Woman’ ha entrado al puesto 4 en Reino Unido y al puesto 11 en Estados Unidos. En ambos países ya cuenta Youtube, mientras que en España, no.

El resto de entradas en España llega ya a la parte baja de la tabla: un remix de ‘El anillo’ de Jennifer Lopez aparece en el número 69 (la original sigue en el 30, contando aparte); ‘Mujeres’ de Mozart La Para y Justin Quiles se cuela en el 81; ‘Rise’ de Jonas Blue y Jack & Jack llega al 85; ‘Escondidos’ de Juan Magán y B-Case al 87; ‘Ocean’ de Martin Garrix y Khalid al 88; ‘Taste’ de Tyga y Offset al 96; y ‘Jaque Mate’ de Maikel DelaCalle y Justin Quiles al 99.





Arctic Monkeys estrenan vídeo, actúan en la tele y Alex Turner se rapa el pelo

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Arctic Monkeys continúan con la promoción de su último álbum, ‘Tranquility Base Hotel & Casino’, un disco que ha gustado a gran parte de la crítica musical pero que está produciendo opiniones encontradas entre el público. Apenas un par de meses después de su edición, tan solo queda 1 canción del disco entre las 10 más escuchadas de Arctic Monkeys en Spotify.

Como para que eso cambie, el grupo está promocionando dos temas esta semana. En primer lugar estrenaban vídeo para la canción titular, con Turner paseándose por el “hotel”, de la habitación en albornoz a ese bar donde hace uso de un teléfono fijo. En segundo, se han pasado por el programa del famoso Stephen Colbert en Estados Unidos para interpretar en vivo ‘The Ultracheese’. En esta performance han optado por un elegante y atemporal blanco y negro, aunque la noticia que está copando los titulares es la decisión de Turner de raparse el pelo. En esta era había llamado la atención su look a lo Nick Cave, pero ahora se está presentando ya sin melena.

Arctic Monkeys han sido noticia recientemente en España por su paso por Mad Cool, que además fue retransmitido por La 2. El concierto fue seguido por 87.000 espectadores a través de RTVE, logrando un share del 1,1%, inferior a la media de La 2. Aun así, el álbum vuelve al subir del puesto 46 al 21 en ventas en España con motivo de su paso por Madrid.

La canción del día: ‘There’s a Reason’ encapsula el sonido de Wet en una emotiva canción de (des)amor

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El pasado 13 de julio, Wet publicaba su nuevo disco, ‘Still Run’. Extrañamente odiado por el influyente Pitchfork, que otorgaba a su debut de 2016 un 4/10 y a este trabajo un 5,2/10, el grupo de indie-pop de Brooklyn compuesto por Kelly Zutrau y Joe Valle goza en cualquier caso de una saludable base de fans, como demuestran sus escuchas en las plataformas de streaming y, en concreto, las de ‘There’s a Reason’, probablemente la mejor canción de su nuevo disco, en torno a los 3 millones.

Con un sonido entre el pop clásico y el R&B de los 90, entre Tennis y Rhye (ojo a la joya de sonido “girl group” que es ‘You’re Not Wrong’, que recuerda a Amber Coffman), Wet debe su éxito principalmente a dos cosas, en primer lugar, a sus cristalinas melodías, y en segundo, a la carismática y agradable voz de su vocalista, Kelly Zutrau, tan melódica y fina como la de Alaina Moore o la de Nini Fabi de Haerts, pero más comercial y arropada en este caso por unos arreglos más contemporáneos.

‘There’s a Reason’ encapsula el sonido de Wet en una emotiva canción de (des)amor, de gran estribillo, basada en la típica historia de la relación tóxica que todo el mundo ve menos tú. “No es problema de nadie, ¿qué más da si alguien nos escucha?”, se pregunta Zutrau, antes de reconocer que la “locura” en la que se encuentra envuelta empieza a calar en su conciencia. Asume ella no obstante que “existe una razón” por la que su amante y ella permanecen juntos, pese a que ahora haya “una distancia” entre ellos. La canción suena a esa ilusión que procede del auto-engaño, una ilusión efímera, pero hermosa cuando dura.

Bad Bunny se queja de un salón de belleza asturiano que se ha negado a hacerle las uñas

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Bad Bunny es uno de los artistas más exitosos de la actualidad, sobre todo en América Latina y España, pero también en Estados Unidos, donde acaba de ser número uno gracias a ‘I Like It’, su colaboración con Cardi B y J Balvin. Con este currículum, cualquiera estaría encantado de ofrecerle un servicio y poder contarlo por ahí. O no.

El cantante puertorriqueño se encuentra de gira por España y hace poco ha actuado en Gijón, aunque su recuerdo de su visita a Asturias es agridulce, ya que, durante esta parada, el artista cuenta que intentó hacerse la pedicura en un salón de Oviedo, pero que los responsables del local se negaron a hacérsela por ser hombre. En un post de Instagram ya borrado, ha explicado: «Nada, solo les quería contar que ando muy contento por España disfrutando de mi gira y que fui a este apestoso lugar para hacerme las uñas (manicura+pintarlas) y me dijeron que NO porque soy HOMBRE jajajaja real no sé qué pensar, pero me parece muy muy muy lamentable jaja. En que año estamos? En el puto 1960? cómo se llama a eso? Díganme ustedes».

Contestando a un seguidor de Instagram que le acusaba de querer arruinar el negocio a los dueños del salón de belleza, Bad Bunny ha defendido que en ningún punto del local se advertía que solo ofreciera sus servicios a mujeres. “Mis uñas están compuestas de lo mismo que las de una mujer, y mis manos son de carne y hueso igual”, ha añadido, insistiendo en que el salón debería “actualizarse” para adaptarse a los nuevos tiempos o viajar al pasado, donde solo las mujeres se hacen la manicura.

Damien Rice suma Madrid, donde actuará por primera vez, a su gira europea

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Damien Rice, uno de los cantautores más queridos de los últimos tiempos, tenía una cuenta pendiente: actuar en Madrid. Finalmente lo hará el 20 de septiembre en el Teatro Circo Price, como confirma Primavera Sound, en el que será su primer concierto en la capital. El próximo 29 de julio, Rice actúa en el festival Cap Roig de Calella de Palafrugell, el 2 de agosto en el Auditorium de Palma de Mallorca y el 7 de agosto en Teatre Principal de Maó Mahón, en Menorca.

Las entradas para el concierto de Rice en Madrid salen en preventa a partir de las 14h del martes 24 de julio, entre 25€ y 60€ a través de los canales del artista; y a la venta este jueves 26 de julio a partir de las 14h en la web de Teatro Circo Price. Todas las localidades serán con asiento y numeradas.

Rice acaba de publicar ‘100 Miles Across The Room’, una de las canciones que compuso durante su proyecto ’10 Days to Barcelona’, durante el cual viajó de Dublín a Barcelona en coche, escribiendo una canción al día. Fue en 2008, hace 10 años.

En 2014, Rice publicó su último trabajo hasta la fecha, un ‘My Favorite Faded Fantasy’ que fue uno de los mejores discos de 2014.

Tórtel y Alberto Montero / Alucinados

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Aunque sea un encuentro que no nos habíamos plantado a priori, este EP que une a los dos valencianos Tórtel (Jorge Pérez) y Alberto Montero (aunque este ahora reside en Barcelona) no podía tener más sentido. Como demuestran estas cuatro canciones (seis en su versión digital, con un outro y un reprise al final de cada “cara” y que no aparecen en su edición física), sus maneras de entender la psicodelia y aplicarla al pop pueden ser diferentes, pero también perfectamente compatibles. Con las aportaciones de Enric Alepuz (Tórtel), Jesús Maciá (Malva-Rosa), Cayo Bellveser (Maderita, Alondra Bentley, etcétera) y Abel Hernández (El Hijo, implicado también en labores de producción), Pérez y Montero crean en torno a sí mismos una suerte de C.R.A.G. de nuestros días, los Beach Boys de ‘Wild Honey’ transportados (por ácido, por supuesto) al mediterráneo, unos The United States of America que han podido asimilar el universo de Broadcast, abriendo la puerta del folk (en la particular manera, la más genuina, que lo hace Alberto en sus obras en solitario) y permitiendo que las melodías brillen para hacerse primordiales. Es lo que sucede, sobre todo, en las dos canciones realmente descomunales de este ‘Alucinados’: ‘La puerta dibujada’, una preciosa alegoría sobre el pasado que desarma con esa combinación de Rhodes y armonías, y la dulce (y a la vez audaz) ‘Nada será igual’, con efluvios medievales –la especialidad de Montero– y vocación de himno. ‘Canción para ningún lugar’ y ‘Nosotros, los animales’, siendo exquisitas, mantienen un perfil más discreto, perfectas escuderas para sus estandartes. Una verdadera delicia que, ojalá, si las respectivas agendas de ambos (que este año han publicado y publicarán álbumes propios con pocos meses de diferencia, por cierto) lo permiten, no quede sólo en una maravillosa anécdota.

Calificación: 7,3/10
Lo mejor: ‘La puerta dibujada’, ‘Nada será igual’
Te gustará si te gustan: Broadcast, Wild Honey y ambos artistas por separado, obviamente
Escúchalo: Spotify

Kylie Minogue anuncia su gira europea y toca ‘Golden’ en la tele

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El pasado mes de marzo, Kylie Minogue realizó una pequeña gira de conciertos íntimos en varios puntos de Europa para presentar ‘Golden‘, su último álbum. Una de las ciudades afortunadas en ver esta gira fue Barcelona, donde la australiana ofreció un divertido y emocionante recital en la Sala Bikini.

Minogue anuncia ahora la gira de ‘Golden’ “de verdad” nuevas fechas para la presentación de ‘Golden’ junto a su banda, que tendrán lugar el próximo mes de noviembre. Sin embargo, entre las fechas anunciadas no hay ninguna en España, al menos de momento. La gira sí pasará por Luxemburgo, Bruselas, París, Zurich, Padua, Munich, Viena, Frankfurt, Berlín, Colonia, Amsterdam y Hamburgo, y además Kylie promete una fecha más en Copenhague que se anunciará próximamente.

‘Golden’ está dando a Kylie una fructífera etapa en su carrera, muy ansiada tras el fracaso de ‘Kiss Me Once‘. De hecho, aunque no ha pasado gran cosa con ninguno de sus singles (que sí se encuentran entre lo mejor de su discografía), el disco sí se está vendiendo bien y acaba de ser certificado como Disco de Oro en Reino Unido, donde continúa entre los 100 álbumes más vendidos. En este lugar sigue su promoción, ahora con la interpretación de ‘Golden’ en la tele, en concreto en The Voice Kids, acompañada por un set de bailarines y sillas.

Rosalía, entre joyas y armas en el videoclip de ‘Pienso en tu mirá’

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Rosalía había revelado en Rockdelux que el segundo single de su nuevo disco, ‘El mal querer’, titulado ‘Pienso en tu mirá’, llegaría en julio. A poco de que termine el presente mes, el tema finalmente se estrenará esta medianoche. La cantante ha confirmado que a partir de las 0.00 ya podrá oírse en las plataformas de streaming.

De momento, Rosalía ha compartido en Instagram un avance del videoclip de ‘Pienso en tu mirá’, como ya hiciera con ‘Malamente’. E igual que el de aquel, el vídeo que se avecina es una producción de CANADA que promete imágenes impactantes y memorables, como la escena en la que Rosalía aparece llevándose una oliva negra en la boca, escopeta en mano, arropada por un abrigo de piel y sentada ante una botella de licor. Parece que el vídeo volverá a reproducir símbolos tradicionales de la cultura española a modo de “poema visual”, de nuevo, como ya hiciera el de ‘Malamente’.

La llegada de ‘Pienso en tu mirá’ llega poco después que se desvelara Rosalía formará parte del reparto de ‘Dolor y gloria’, la nueva película de Pedro Almodóvar, en la que la cantaora catalana debutará como actriz. Mientras, ‘Malamente’ continúa en el top 20 de los singles más escuchados en España (16), y ‘Brillo’ de J Balvin con Rosalía es top 29.

Actualización: El vídeo de’Pienso en tu mirá’ ya está disponible en Youtube, y el tema en las plataformas de streaming. CANADA dirige y produce esta pieza llena de simbología, en la que por ejemplo vemos a una Rosalía aparentemente de luto, siendo arropada por bailarinas que le colocan joyas o le rodean con sus manos, y también amenazada por varios hombres que le apuntan con escopetas o navajas.

Parquet Courts y no Liam Gallagher, lo mejor de la clausura del FIB

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Según datos de la organización, hubo 40.000 asistentes durante cada jornada del FIB. La del domingo fue la más plácida, al menos en apariencia. Durante la mañana una tormenta sorprendió a Benicàssim y alrededores pero, afortunadamente, por la tarde ya no quedaba ni rastro. El ambiente más relajado invitaba al picoteo más que a la degustación de conciertos enteros. Así, pude ver el folkie-pop intimista de Marem Ladson o comprobar el sorprendente tirón que tienen los Hudson Talylor con su sobadísimo country-folk-tabernario. En el escenario, buen rollito, cantos comunales, guitarras acústicas, la-la-las, un violín; incluso una flauta. No aguanté mucho. La pena fue perderse a King Khan & The Shrines, pero iban con retraso, mientras que el set de Madness se había adelantado.

Como un par de días antes en Sleaford Mods, Madness eran uno de esos grupos a los que aprecio a los que nunca había conseguido ver en directo. Nada mejor que hacerlo en pleno mogollón, rodeada de recios mozos británicos dispuestos a iniciarte un pogo en cero coma. La primera nos la metieron en la frente; ‘One Stop Beyond’. Locura, bailes, baños de cerveza y lololos. La voz de Suggs ya no es lo que era y cantaba varios tonos más bajo. Eso se hizo especialmente patente en ‘Our House’. Tampoco es, obviamente, la anguila eléctrica que se retorcía espasmódicamente. Pero continúa siendo el líder ultra carismático de la banda, un frontman divertidísimo y expresivo. Y aún sigue dando lustre al repertorio, gracias a su interpretación y su presencia. Lo que sí lucía tersa e inmaculada era la parte instrumental, especialmente los metales, encabezados por el saxo de Lee Thompson.

El de Madness fue un concierto de “oldies-but-goldies” que, no lo negaremos, era lo que esperábamos; bailar y hacer karaokes con sus hits. ‘Embarrassment’, ‘The Prince’ ilustrado con imágenes de Prince Buster como homenaje a él y al ska jamaicano al que Madness tanto deben, ‘My Girl’, un ‘Return of the Las Palmas 7’ que, a esas horas de la tarde, ejerció un efecto balsámico, como de crucero… El respetable lanzaba las lucecitas que llevaban incorporados los palitroques hinchables publicitario que regalaba Visa, el ambiente era de jolgorio total. En ‘Baggy Trousers’ se inició un señor pogo terrorífico del que me alejé porque un chavalote de 1,90 estuvo a punto de caerse encima de mí. Casi acabé muerta cantando en ‘House of Fun’, pero los momentos culminantes fueron ‘Our House’ y ‘It Must Be Love’, probablemente, la canción más coreada (a pleno pulmón y de corazón) de toda la edición del FIB. Había que ser muy cínico para no emocionarse en ese momento, viendo a absolutamente todo el mundo entonándola. Madness vivirán del recuerdo, sí… ¡pero qué recuerdo! Y, además, no fui arrollada en ningún pogo, así que alegría completa.

A Wolf Alice llegué con veinte minutos de retraso. El escenario Visa estaba repleto como no lo había visto en todas las jornadas del festival, incluso desbordaba por los laterales. Ellie Rowsell estaba ululando y el público parecía enfebrecido. Por detrás de la torre, el sonido llegaba flojo, la voz de ella muy por encima del resto, con lo que la marea de reverbs sonaba algo menos fiera de lo que debía. Aun así, se apreciaba la batería aporreada y toda su épica distorsionada y melancólica, que llegaba a recordar a My Bloody Valentine, bien conducidos por una frontwoman poderosa como Ellie.

Lo que sí que me sorprendió fue, en cambio, la escasa convocatoria que tuvieron Parquet Courts; una pena, porque fueron lo mejorcito del día. Su batidora ecléctica en directo dio prioridad al punk en general y a The Clash en particular. La voz de Andrew Savage emergía más rasposa que en disco y recordaba a la de Joe Strummer, su look parecía remedar el de Ian MacKaye en Minor Threat; Austin Brown parecía un joven Thurston Moore. No dieron tregua y encima del escenario resultaron más abrasivos, con más sustancia que en sus álbumes. Desde abrir con la muy hardcore ‘Total Football’, seguir con ‘Dust’, que les salió de lo más primitiva, tormenta de distorsión para rematarla, instar a un pogo chunguísimo en la punkie y bramada ‘Almost Had to Start a Fight/In and Out of Patience’, más pogos en ‘Master of the Craft’… Pero también hubo hueco para los recuerdos a los 90 alternativos, como ‘Freebird II’, los conatos de calma postpunk en ‘Before the Water Gets Too High’, incluso saqueo a los Talking Heads con la muy sambera (silbato y percusiones incluidas) ‘Wide Awake’… Un fiestón rematado con la jam que se montaron en ‘One Man No City’, alargada durante más de diez minutos, que oscilaba en espiral entre lo tropical, lo psicodélico y el punkfunk.

Tengo un recuerdo borroso de haber visto a Oasis sin Noel en el FIB de 2000. Creo que, desde entonces, no había vuelto a cruzarme con Liam Gallagher. Sentía curiosidad por ver cómo se manejaba en solitario. El suyo era el concierto principal del día y, como para subrayarlo, antes de empezar se escucharon unos gritos grabados de “Championes, championes” (sic), acompañando a las imágenes que, en la pantalla, nos mostraban a Liam saliendo de su camerino en elegante blanco y negro, con su eterno corte de pelo y su eterna parka. “This is a rock and roll star”, nos gritó para atacar, claro, ‘Rock ‘n Roll Star’. Atacar es la palabra porque, más que cantar, la vociferaba en su clásica postura de pegarse-al-micro, poner-las-manos-atrás. La banda parecía oírse muy por debajo de la voz de Gallagher. En otro de sus gestos típicos, Liam agarró la pandereta para interpretar el clásico de Oasis, ‘Morning Glory’. Aparte de vociferar, su voz parecía estar bastante ronca, especialmente en ‘Greedy Soul’. Él, por eso, parecía simpático y atento con el público. Obsesionada con que en mi zona el sonido no me llegaba bien, empecé a moverme hasta alcanzar la torre, en todo el meollo. Allí se escuchaba francamente mejor. Lo que ignoraba es que estaba en territorio hostil. Porque justo estaba Liam tocando el cuarto tema de su concierto, cuando me estrellaron una lata de cerveza en el cogote. Me giré furiosa y dolorida pero, entre la multitud, era imposible adivinar quién había sido el macaco que la había lanzado. Así que, muy enfadada, decidí marcharme y quedarme sin ver la evolución del show de Liam. Una pena que todas las jornadas plácidas y plenas de buen rollo que he vivido en el festival se vieran empañadas por la acción de un energúmeno. Y, por lo que parece, no fui la única víctima, porque luego me enteré de que al pobre Liam algún gracioso le lanzó un pescado. Definitivamente, hay gente que no debería salir de casa. Y no lo digo por mí (ni por Liam).

Beyoncé y Jay-Z están intentando alquilar el Coliseo de Roma

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Beyoncé y Jay-Z han puesto el listón alto en cuanto a los lugares que están escogiendo para grabar videoclips. El de ‘APESHIT’ transcurría nada menos que en el Museo del Louvre en París, y según informa ahora el periódico romano Il Messaggero, los Carters estarían planeando alquilar el Coliseo de Roma, aunque se desconoce para qué fin. ¿Grabar otro vídeo? ¿Quizá para ‘BOSS’, el mayor éxito de ‘Everything is Love‘ al margen de ‘APESHIT?

Como cuenta el mencionado periódico, Beyoncé y Jay-Z planeaban usar el Coliseo los días 7 y 8 de julio, cuando su gira ‘On the Run II’ pasaba por Roma, sin embargo, se dio la circunstancia que esas fechas en concreto ya estaban reservadas por el científico Alberto Angela, y así se lo hizo saber el Ministro de Patrimonio Cultural, que además señalaba la petición se había realizado “con poca antelación”, puesto que el Coliseo es un “lugar muy complicado”. Los Carters han procedido a realizar una segunda petición.

Curiosamente, Beyoncé ya grabó un vídeo en el Coliseo, concretamente un anuncio de Pepsi, en 2004, junto a Britney Spears, P!nk y Enrique Iglesias. Hacían ellas de gladiadoras -y versionaban ‘We Will Rock You’ de Queen- y él de emperador.

Hallada en un canastillo de pan la primera maqueta de David Bowie

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Antes de grabar como David Bowie el artista grabó como David Jones y formó parte de una banda llamada The Konrads. Si el primer álbum como David Bowie era bastante diferente al sonido con el que le identificamos ya a principios de los años 70, muy próximo al folk y a los musicales de mediados y finales de los años 60, lo que grabó antes es incluso menos reconocible aún.

La noticia ahora es la aparición en una cesta de pan de una maqueta de The Konrads, en la que David Bowie interpreta una de las canciones del repertorio de la banda de la época, llamada ‘I Never Dreamed’. Bowie la habría grabado con 16 años y podría ser su primera maqueta. Se espera que se venda por 10.000 libras según informa The Guardian y el hallazgo ha sido del que fuera batería de The Konrads, David Hadfield, que la ha encontrado durante una mudanza. También han aparecido fotos, documentos, cartas y cuentas de la banda.

El ex batería ha explicado que decidieron hacer una maqueta con un par de instrumentales y una canción original, decidiendo situar ‘I Never Dreamed’ la primera por ser la mejor. «También decidí yo que David era la persona más adecuada para cantarla e interpretarla bien. Así que fue la primera grabación de David Jones hace 55 años», dice refiriéndose a 1963. Os dejamos con otra de las canciones de The Konrads que circulan por la red y con un fragmento de ‘I Never Dreamed’.

Además, el próximo 21 de octubre se publica ‘Loving the Alien (1983-1988)’, una nueva caja que recopila los discos que David Bowie publicó en los 80, y con una producción nueva. Mario McNulty, quien trabajara como ingeniero en ‘The Next Day’ de Bowie, se ha encargado de producir de nuevo ‘Never Let Me Down’, mientras Nico Muhly ha realizado los arreglos de cuerda. El primer adelanto del álbum es una renovada ‘Zeroes’ que podéis escuchar a continuación:

Lorde se toma con humor un problema de vestuario con su top durante un concierto en Australia

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Lorde se encontraba este fin de semana actuando en un festival australiano llamado Splendour in the Grass, y en el que también actuaban Kendrick Lamar, Chvrches, Vampire Weekend o MGMT, cuando ha tenido que afrontar un problema de vestuario.

Como ella misma explica y muestra a la audiencia en un vídeo que se puede ver bajo estas líneas, su top plateado bajo su chaqueta plateada se despega, amenazando con salir disparado en cualquier momento y, entre risas y con todo el sentido del humor posible, indica que se va a ausentar unos segundos para resolver el problema. Muy poco después la cantante vuelve para interpretar el inicio de ‘Tennis Court’, que es abrazada por el público desde el segundo cero.

El «Melodrama Tour» de Lorde da sus últimos coletazos y, tras haber pasado estos días por Asia y Oceanía, terminará con cuatro últimas fechas en noviembre en América Latina. Varios medios han hablado de fracaso por la recaudación de esta gira, sobre todo en cuanto a sus fechas norteamericanas, donde actuaba para 6.000 personas en ocasiones en recintos con capacidad para 18.000, si bien desde The Guardian defendían su crecimiento desde lo artístico. ‘Melodrama’ fue el mejor disco de 2017 para la redacción de JENESAISPOP.

6ix9ine, hospitalizado tras ser secuestrado, justo tras estrenar vídeo con Nicki Minaj

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El rapero 6ix9ine, también conocido como Tekashi69, es noticia porque acaba de estrenar friqui-vídeo en compañía de Nicki Minaj. Sin embargo, la historia en la que se ha visto involucrado esta madrugada trasciende lo musical. El rapero está hospitalizado tras haber sido atacado en Brooklyn si bien según relata TMZ existen varias versiones de los hechos.

Según la primera versión fue secuestrado después de haber trabajado en un vídeo en Brooklyn. Su vehículo fue interceptado, 3 hombres se acercaron a su coche, le golpearon con una pistola hasta dejarle inconsciente y le secuestraron, llevándoselo en su coche. Entonces habrían acudido a casa de Tekashi, donde se habrían llevado unos 750.000 dólares en joyas y entre 15.000 y 20.000 dólares en efectivo. Después se habrían llevado al rapero de nuevo en el coche secuestrado, aunque finalmente habría logrado escapar, siendo trasladado, con varias heridas, al hospital. La segunda versión narrada por Tekashi a la policía indica que 2 hombres interceptaron el coche del rapero, fueron a su casa y allí le obligaron a llamar a su madre para que le llevara joyas. En esta versión, el rapero escapa desde su propia casa, no del coche.

6ix9ine ya había tenido otros problemas legales por haber usado menores en performances sexuales o por haber intentado estrangular a una joven de 16 años.

En cuanto al vídeo que se acaba de estrenar, se corresponde con una canción nueva llamada ‘Fefe’, en la que aparte de Nicki Minaj colaboran Murda Beatz y Cubeatz. El vídeo es un dispendio de color y estética de chuchería y helados, en contraste con la oscuridad de las bases trap que escuchamos.

6ix9ine ha lanzado este año una mixtape llamada ‘Day69’ con la que ha alcanzado el puesto 4 del Billboard 200. Su tema más exitoso es una ‘Gummo’ que llegaba al número 12 del Billboard Hot 100, siendo platino.

La Canción del Día: The New Raemon referencia a Marujita Díaz en «Charleston»

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The New Raemon está presentando su próximo disco ‘Una canción de cuna entre tempestades’, que publicará BMG en septiembre, con 3 singles de adelanto, cada uno de los cuales viene acompañado por una cara B. Si el pasado mes de junio pudimos escuchar ‘En el centro de baile‘ (y su gran cara B ‘Una belleza propia’), este viernes ha sido el turno de oír el tema llamado ‘Charleston (Flores y Dolores)’.

Según explica el propio Ramón Rodriguez en la nota de prensa enviada por La Trinchera, esta canción le hace «remontarse a su infancia, y con ella quiso hacer un guiño a algo que ya existía, poniéndolo en un contexto musical y lírico completamente opuesto, y a su vez; con todo eso crear algo relacionado con él y con sus canciones». Ese guiño es nada menos que a la canción que Marujita Díaz cantaba en ‘La corista’ (1960) y después interpretaron Enrique y Ana con el propio nombre de ‘Charlestón’, como ha contado el propio autor en Efe Eme.

El mítico «madre, cómprame unas botas, que las tengo rotas» conforma también el estribillo de esta composición nueva, aquí desprovista de aspecto jovial y hedonista y cargada de nostalgia y agotamiento en una instrumentación que incluye guitarras y sección de cuerdas y carece de ritmo saltarín. Ese «mis piernas cansadas, mis rodillas gastadas», sin duda, añade un punto más trágico, en sintonía con la decadencia mostrada en frases como «voy por el mal camino / el mal vivir en dirección opuesta», mientras la canción en sí es una petición de recibir flores, muy Marujita Díaz, cerrándose un círculo. Una gran idea que se suma a un repertorio caracterizado desde siempre por los sabores agridulces.

De nuevo hay que mencionar la calidad de la nueva cara B, una ‘Juan Basilio’ que, con ese anti-estribillo «mucho me temo» y ese crescendo próximo al post-rock, podría ser perfectamente un single del disco.




Teyana Taylor / K.T.S.E.

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La carrera de la cantante, actriz, bailarina y modelo de Harlem Teyana Taylor está desde hace rato ligada a Kanye West. Pocos recuerdan o saben que Taylor hizo coros en dos canciones de ‘My Beautiful Dark Twisted Fantasy‘, la obra maestra de West de 2010, concretamente en ‘Dark Fantasy’ y ‘Hell of a Life’, y también en el recopilatorio ‘Cruel Summer‘ de G.O.O.D. Music, el sello de Kanye, publicado en 2013. Un año antes, Taylor había fichado por este sello, y un año después, publicó a través de él su debut, ‘VII’.

Pero sería de necios negar que pocos conocían la existencia de Taylor antes de que protagonizara el videoclip de ‘Fade’ de Kanye West, estrenado en agosto de 2016 y, en el que, haciendo uso de su atlética forma física, la artista ejecutaba una coreografía impresionante en el estilo de ‘Flashdance’ en un gimnasio (y en la memorable última escena, se convertía en un humanoide felino). El vídeo ganó el premio a Mejor coreografía en los MTV Video Music Awards de 2017, pero sobre todo sirvió de vehículo para ampliar la figura de una artista con diversos talentos, pero sobre todo dotada de una voz portentosa, que merecía un disco a la altura de sus capacidades para ganarse su pequeño hueco en la historia de la música negra. Ese disco es ‘K.T.S.E.’ (“keep that same energy”).

Producido por un Kanye West que este año no puede parar de crear, ‘K.T.S.E.’ es un álbum de R&B clásico, con la diferencia de que ahora son sobre todo samples de canciones antiguas y no una banda de verdad los que proporcionan el fondo musical. Es la técnica favorita de Kanye West, la que le ha llevado a producir obras maestras del hip-hop como ‘Late Registration’ o canciones maravillosas para otros artistas como ‘I Want You’ de Janet Jackson, a la que, como ya comentamos, se parece la mejor canción del disco, ‘Gonna Love Me’. Mediante sample de The Delfonics, ‘Gonna Love Me’ es una verdadera exquisitez, una canción además muy emocionante por su retrato de las inseguridades que surgen en una relación, con una Teyana que se pregunta: “¿por qué es tan difícil mantener el contacto / cuando estamos tendidos el uno al lado del otro?”.

Los males del amor, el sexo y la fuerza para superar los retos de la vida ocupan el contenido de las letras de Taylor, quien da inicio al disco con el curioso juego de palabras “I got a man, but I got no manners”, en una ‘No Manners’ que aúna el sample de una voz distorsionada hasta lo fantasmal con un precioso arreglo de cuerdas. Se refiere la artista por supuesto a su marido, el jugador de baloncesto Iman Shumpert, a quien más tarde propone hacer un trío con una mujer en la intrigante ‘3W’ (“three way”), porque sabe que así lo desea él y “tres cabezas son mejor que una”. Es la mayor obscenidad (si es que se puede llamar así) de un disco que siempre guarda las “formas” en cuanto a lo musical, resultando elegante incluso cuando Teyana pide a su amante en ‘Hurry’ que mantenga su mirada puesta en su trasero y lo “agarre con las manos” si le “gusta lo que ve” (mientras Kanye rapea sobre querer ser su “daddy”).

Realmente, al margen del extraño tema house que cierra el disco, ‘WTP’ (“work this pussy”), que presenta la colaboración de Mykki Blanco y se inspira en ‘Paris Is Burning’, son los temas que toca ‘Gonna Love Me’ los que producen mejores canciones en ‘K.T.S.E.’. En ‘Issues / Hold On’, que utiliza un fragmento de ‘I Do Love You’ de GQ, Teyana expone abiertamente sus inseguridades, rogando a su amante que le repite que la ama, porque necesita esa “seguridad de vez en cuando”, llegando incluso a reconocer “no me importa que me mientas, puesto que no hay mucho que me dé aliciente estos días”, o a sumirse en algún momento de paranoia (“no me des razones para mirar tu teléfono”). La canción es otra maravillosa producción de West que fusiona un fondo muy Al Green con el efecto de una pistola láser. En papel no debería funcionar, pero lo hace, y en voz de Taylor, que parece la ahijada de Whitney Houston y Brandy, más todavía.

Pero la mayor sorpresa que deja ‘K.T.S.E.’ hacia el final de este disco de 8 pistas y 20 minutos es ‘Rose in Harlem’, un tema majestuoso que convierte el clásico ‘Because I Loved You Girl’ de The Stylistics en una conmovedora carta de Teyana a su yo del pasado en su natal Harlem. Pese a su mensaje “no te fíes de nadie”, ‘Rose in Harlem’ es una canción emotiva, nostálgica, en la que Taylor deja además una interpretación vocal digna de las grandes. Es quizás también la canción que mejor representa a una artista que es exactamente eso, una “rosa” procedente de Harlem preparada, al fin, para convertirse en la estrella que claramente siempre ha merecido ser.

Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Gonna Love Me’, ‘Issues / Hold On’, ‘Rose in Harlem’
Te gustará si te gusta: el R&B, sobre todo el clásico
Escúchalo: Spotify

Pet Shop Boys convencen más, con el mismo show, en Benicàssim

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La jornada del viernes fue la más multitudinaria gracias a The Killers. Pero el sábado guardaba la que, para mí, era la concentración de conciertos más interesantes. Foto de Pet Shop Boys: Pau Bellido.

Muchos fans de Pet Shop Boys vieron el concierto de Los Punsetes mientras guardaban ya las primeras filas. También hubo muchos fans de Pet Shop Boys que nos dedicamos a cantar y bailar las canciones de Los Punsetes. Leído en Twitter a Joan Vich de la organización: «Los Punsetes están haciendo unos crescendos que habrá gente que crea que han empezado Toundra». Tal cual. Anntona y los suyos sonaron espectaculares, enérgicos, como una apisonadora. Además, esta vez la parte visual no sólo corrió a cargo de los espectaculares modelitos de Ariadna, sino que también incluyeron unas proyecciones estupendas para cada canción. Empezar encima con «Que le den por culo a tus amigos» fue una manera certera de meterse al público en el bolsillo, público que iba predispuesto a cantarlo todo. Hits como ‘Dos policías’, momentos de bajona como ‘Tráfico de órganos de iglesia’ o ‘Museo de Historia Natural’, demostrando que, más allá de las risas, Los Punsetes tienen letras que destrozan a cualquiera. Pero al final primaron los himnazos; ‘Dinero’, ‘Opinión de mierda’, en la que juro que vi a Ariadna sonreír al comprobar el efecto que causaba en el público, aunque lo disimulara, ‘Arsenal de excusas’, ‘Me gusta que me pegues’, en que las proyecciones de las pin-up’s de los 50 (¿Betty Page?) atizándose quedaron perfectas con la canción, un ‘Maricas’ coreadísimo y el final con ‘Viva’ (me reí internamente mucho con lo de «Viva el presidente», acordándome de la visita al FIB de Pedro Sánchez). Y aunque parezca meloso, ver cómo los presentes entonaban cada sílaba y bailaban cada nota me hizo pensar que Los Punsetes han conseguido algo muy importante con su público: comunión. Foto Punsetes: Pau Bellido.

Melenas sudaron de lo lindo en la carpa VW. El sonido no acababa de cuajar, la voz de Ohiana se oía baja y, muy al principio, incluso parecieron algo deslavazadas. Pero enseguida se alineó todo en su sitio y ofrecieron su pop garajero a buena velocidad de crucero, con su frescura y efectividad habituales; las guitarras sonaron debidamente trogloditas y la batería de Lauri (me encanta cómo la aporrea) marcando el ritmo. Se sucedían sus para mí ya clásicos, con ‘Cartel de neón’ sonando como un tiro, ‘Tú me haces lo mismo’ muy divertida, una ‘Gira’ muy bonita y acabaron con un tema inédito. Ganazas de ver y vivir sus próximos pasos.

The Horrors me cautivaron. Suena cursi, pero es el verbo que más se ajusta a lo que sentí en el escenario Visa: cautivar. Faris Badwan, vestido como si Sueño de the Sandman se tratara, con los ademanes de los góticos de la vieja escuela, usando el palo del micro como báculo. Su voz emergía sugestiva, un poco a lo Ian Curtis, pero guardando un poso de esperanza en el fondo. Pero si sugestiva era su voz, más sugestiva aún era la parte instrumental. La banda se dedicaba a crear tormentas sónicas tremendamente atmosféricas, con introducciones largas, brumosas y extrañamente vitales. Una puesta al día, pero personal y fascinante, del pop oscuro de los 80, con toques shoegaze. Empezaron con una bonita tormenta sónica y atmosférica con ‘Machine’, los teclados brillando claros, y las luces azules creando sugerentes penumbras, lo que ayudó a meternos aún más en el concierto. La culminación llegó con ‘Sea Within a Sea’, que entró en modo torbellino, hasta rematarlo con esos teclados tan post punk y un final que incitaba tanto al baile introspectivo que hasta juro que entré en trance. La fuerte brisa que soplaba en aquel momento (que impidió que la banda pudiera desplegar la pantalla que traía preparada, por cierto) también parecía querer participar. Hechizaron con las trompetas sintetizadas y los crescendos de ‘Still Life’ y, sobre todo, ese final, a los mejores New Order de los 80, que fue ‘Something to Remember Me By’, con desmelene de Faris y el público durante su estribillo victorioso. Lo dicho; cautivadores.

‘Super’ tiene ya dos años, pero Pet Shop Boys siguen con su gira. La misma gira, porque repitieron el show del año pasado. De hecho, comparando setlists, la única diferencia fue que anoche añadieron ‘New York City Boy’. Lo demás, al menos en apariencia, se sucedió de manera muy similar. La entrada con los cascos, las espectaculares proyecciones, los tres músicos jovencísimos potenciando la parte rítmica, el repertorio mostrado en su versión más zapatillera, orientado al baile y a la euforia, Neil ejerciendo de animador… Pero, aun así, no fue exactamente el mismo concierto que les vi en el Cruïlla. Siempre hay sutiles cambios. El primero fue el ambiente, tremendamente más festivo y entregado en el FIB. Y también modificaciones, en parte basadas en ajustes de la manera de presentar los temas, en parte basadas en cómo las percibí. Así, ‘Inside a Dream’ seguía siendo igual de makinorra, pero me hizo bailar más. ‘Vocal’ sonó absolutamente pletórica, al escucharse en el ambiente más propicio posible para la canción. De hecho, fue emocionante cuando Neil entonó eso de «Expressing Passion/Expressing Pain», resumiendo a la perfección lo que buscamos en la música pop. La novedad, ‘New York City Boy’, mejoró ostensiblemente al quitarle los coros a lo Village People y reforzar su parte melancólica. ‘West End Girls’ recuperó su fuerza (por cierto, divertidísimo el momento en que Neil señaló a Chris, como diciendo «que también forma parte del grupo, aplaudidle»). El ‘It’s a Sin’ fue más canónico, un absoluto subidón. Lo que, lamentablemente, se mantuvo, fue la nueva versión de ‘Left to My Own Devices’. En serio, qué manera de destrozar una de sus mejores canciones. La parte divertida fue cuando Neil no llegó a tiempo a una estrofa y empezó a tararear «Something, something, something» hasta que recuperó el hilo. Una manera elegantísima de salvar los obstáculos.

Neil cantaba muy bien, aunque le noté la voz más aguda y le quedaban mejor los tonos más bajos. Especialmente emotiva entonó ‘Home and Dry’. Y lo mejor fue fijarse en sus muecas, expresivas, divertidas. Transmitía la sensación de estárselo pasando aún mejor que nosotros. También, pero, volvió a caer en esos tics que, particularmente, no soporto en los conciertos: hacer cantar estribillos enteros al público. Pero tampoco importó mucho, porque en la traca final de hits y bises se notó las ganas de fiesta del personal. Hicimos los coros de ‘Go West’, los de ‘Domino Dancing’ (especialmente, los «All day, all day») y el cierre, con la lluvia y ‘Always on My Mind’, con todos bailando y coreándola a pleno pulmón, fue especialmente eufórico, pletórico. Prácticamente el mismo concierto. Pero yo lo gocé aún más.

Entre que Pet Shop Boys acabaron quince minutos tarde sobre el horario previsto y salir del escenario Las Palmas, llegué a Belle and Sebastian a medio concierto. Stuart Murdoch estaba explicando que conoció a su mujer en Benicàssim… y entonces empezó a tocar ‘Judy and the Dream of Horses’, una de mis canciones favoritas de la vida. Calculo que tardé unos diez segundos en llegar del fondo del escenario a la primera fila a darlo todo, independientemente de que la guitarra se me clavara en los tímpanos. Stuart iba monísimo, como siempre, y destilaba simpatía. Pero, ay. Entre los parones, la banda que se oía fatal (ni el sonido ni la ejecución, aquello no acababa de chutar), la lluvia y la opa hostil de mis acompañantes, me fui mientras sonaba un ‘The Boy with the Arab Strap’ a medio gas. Acabamos en la carpa VW a ver a Rusos Blancos, y no me sonrojo en confesar que acudí en modo karaoke total. También pululaban por ahí un grupo de hooligans dando por saco entre cánticos que no tenían nada que ver con el concierto e intentos de construir «castells» con poca fortuna (de milagro no se rompió alguno la crisma ahí). Eso otorgó un plus de épica al concierto, porque las dos primeras filas éramos fans motivadísimos. Y eso que el sonido estaba ecualizado muy alto, muy agudo. ‘Tampoco nos hemos querido tanto’ o ‘No soy esa clase de hombre’, temazos como ‘Una excusa diferente’ y, para acabar, me dejé la voz con ‘A otra con esas’ y, sobre todo ‘Camas y trincheras’. Los hooligans trataron de iniciar un «lololo» a ritmo de ‘Seven Nation Army’, pero nuestros «tú siempre solías decir: el amor es la guerraaaa» ganaron claramente la partida. Foto Belle & Sebastian: Nerea Coll.

Otros que siguen de gira sin álbum nuevo son Metronomy, cuyo ‘Summer 08’ cumple también dos años. Llegaron todos de blanco, menos su bajista. Joseph Mount demostró su gran solvencia como cantante y músico, alternando instrumentos y falsetes sin parar. En su momento, a Mount no le gustaba tocar en festivales, pero viendo cómo se desenvolvió anoche, dio la sensación de que eso está ya superadísimo. Ayudó que su directo sea una fiesta de enérgico disco-funk espacial, muy orgánico, con puntuales huidas sinfónicas. Por lo menos, así fue durante el primer tercio del concierto, en que se dedicaron a enlazar temas sin pausa, como si fuera un megamix, uniendo ‘Miami Logic’ con ‘Old Skool’ con ‘The Bay’, mientras los operarios entraban y salían a dejar o sacar instrumentos diligentemente, para no estropear la continuidad de la actuación. Tras seis temas, llegó la primera pausa y los sonidos más ochenta, incluso algún instante para el bajón, como en ‘Mick Slow’, con sus teclados tubulares que, a esas horas (eran ya las tres de la madrugada), podían parecer una invitación al sueño. Pero los ánimos se caldearon de nuevo cuando, después de que Mount nos preguntara si «habíamos sentido el amor» («es un buen sentimiento», espetó con deje irónico), nos arreó con un ‘Love Letters’ acelerado. Y así, un final que nos empujaba al baile chic y a algo de desenfreno, con espasmos de guitarrazos psicodélicos a cargo de Mount. También con cambio de posiciones, con la batería cantando ‘Everything Goes My Way’, muy al estilo Isobel Campbell. Y el cierre, con el público entonando «lololos» sobre el teclado de ‘The Look’, mientras Mount se dedicaba a los solos prog y ‘Reservoir’, a la que la gente, que parecía que no tener sueño, se entregó totalmente.

Offset de Migos, detenido otra vez por posesión de un arma

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Continúan los problemas legales para Offset, uno de los tres raperos de Migos, el exitoso grupo autor de ‘Culture’ o más recientemente de ‘Culture II’. Si en 2015 se detuvo un concierto de Migos para detener a los tres artistas y se acusó a Offset de posesión de drogas y de armas mientras se había cometido un crimen, pasando el artista hasta 8 meses en prisión; este viernes ha sucedido algo similar.

En las inmediaciones de Atlanta se le ha detenido por estar en posesión de un arma y de una pequeña cantidad de marihuana. El sábado por la mañana fue liberado y alguien de su equipo tuiteó desde su cuenta que ya se encontraba en casa. Offset está casado con Cardi B y hace apenas 10 días nacía su hija con la cantante, la primera de ella pero el cuarto hijo ya del rapero, de 26 años. Offset también ha tenido problemas con la justicia por conducir con un carné no válido y ha tenido que disculparse por su uso de la palabra «queer» en una canción.

Además de como miembro de Migos, con los que ha colaborado por ejemplo con Katy Perry, Offset tiene una carrera en solitario. El año pasado publicaba ‘Without Warning’ y ha trabajado con Cardi B, Juicy K, Nicki Minaj o Drake. Su tema más exitoso por su cuenta es ‘Ric Flair Drip’ junto a Metro Boomin.

La Canción del Día: el vídeo con Willow Smith refuerza la colaboración de ZHU y Tame Impala

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El pasado mes de marzo se daba a conocer un tema del productor ZHU, conocido por ‘Faded’ o sus colaboraciones con AlunaGeorge, que tenía el privilegio de contar con la voz de Kevin Parker de Tame Impala, cuyo espectacular show en vivo de pantallas gigantescas acaba de pasar por Mad Cool.

Ahora se estrena el videoclip de esa canción, que se llamaba ‘My Life’, y no es un videoclip cualquiera: el trabajo de Ben Tan y David Altobelli (American Millennial) y Elliott Sellers es de los que sirven para reforzar la composición, entregada a la pista de baile sobre un bucle «déjame vivir mi vida» que ahora adquiere un nuevo sentido.

Protagonizado por Willow Smith, hija de Will Smith, también conocida por sus trabajos como actriz y como cantante, narra la historia de un trágico accidente de coche, volviendo después al pasado de los protagonistas. Una historia de las que hacen pupa y que dota a la canción de un sabor más amargo y evocador del que ya tenía como canción ideada para la pista de baile.

Este mes también se han editado una serie de remezclas para esta canción que, ojo, está acreditada a Tame Impala, no sólo a Kevin.

Post Malone bromea sobre su fealdad y supuesto mal olor tras ser sugerido para ‘Queer Eye’

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Estos días se ha confirmado que habrá una tercera temporada de ‘Queer Eye’, el programa de Netflix en el que 5 gays expertos en moda, cocina, estética, diseño y cultura asesoran a un hombre, normalmente heterosexual, para un cambio de imagen o una cita.

El nombre de Post Malone ha vuelto a circular como sugerencia para ser invitado al programa y el artista, que ahora mismo triunfa con ‘Better Now’, una de las mejores canciones de 2018, ha decidido contestar en Twitter en clave de humor. Cuando el propio Karamo Brown de ‘Queer Eye’ ha preguntado: “¿Pero por qué todo el mundo quiere que venga al programa Post Malone? ¿Lo ha pedido él?”, Post Malone, que había sido citado, ha respondido: “No (lo he pedido). La gente simplemente piensa que soy feo y huelo mal. Me encanta el programa, chicos. Seguid petándolo”.

A la postre, como veis, incluso existe un montaje con Post Malone en el programa que el artista ha retuiteado. Según Mediatraffic, ‘Beerbongs & Bentleys‘ es uno de los álbumes más vendidos del año, ya por encima de los 2 millones de copias.

‘Ya no quiero ná’ de Lola Indigo: ¿lo mejor que ha salido de OT o una copia de karaoke?

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Parte de la redacción evalúa el single de debut de Lola Índigo, número 1 en Youtube España:

“Con toda la purpurina y la semi-promesa de una nueva era “New Age” en el pop escondida en el nombre de Lola Indigo, esperaba que el nuevo proyecto de Mimi de Operación Triunfo 2017 se pareciera un poco más a Charli XCX y menos a la típica canción urban-pop con estribillo de vientos metal que se lleva haciendo en el pop mínimo desde que lo petó ‘Thrift Shop’ de Macklemore & Ryan Lewis. Se entiende qué busca lograr ‘Ya no quiero ná’, y sin duda su desbocado ritmo y actitud “I don’t give a fuck” sirven a Mimi y a sus bailarinas para expresar sus excelentes dotes para el baile en el videoclip, sin embargo, el tema no es tan bueno ni tan pegadizo como para evitar sonar a sucedáneo de todas las cosas en las que seguramente se inspira. Y es una pena porque se intuye en él un temazo, pero el resultado final no lo es”. Jordi Bardají

«En lo primero que vimos de este nuevo OT, aquella Gala 0, me fijé especialmente en dos personas: Amaia y Mimi. Me comentaban mis amigos en estos meses post-concurso que vaya ojo más raro tuve: pillé rápido a la ganadora, pero mi otra elección acabó siendo… ¡la primera expulsada! El caso es que había visto algo prometedor en Mimi en esa gala 0, un «algo» que se hizo más claro con el número de ‘A-YO’ antes de ser expulsada (y que ha acabado siendo uno de los momentazos esperados en cada concierto de la gira de OT) y que, con ‘Ya no quiero ná’, está siendo captado por cada vez más gente. Con el que ha sido para mí el mejor tema (por el momento) de los ex concursantes se han hecho bien las cosas desde antes incluso de su salida: en cuanto a diseño artístico, snippets o la propia concepción de Lola Índigo como banda, un movimiento arriesgado. Arriesgado como lo es sacar esto de single teniendo en cuenta el panorama pop mainstream español al que un ex concursante de OT (se supone que) podría aspirar. Por supuesto, Mimi Doblas / Lola Índigo no ha descubierto la pólvora con ‘Ya no quiero ná’, pero ha entregado un tema pop tremendamente efectivo, lleno de ganchos, con un chuleo reivindicativo fantástico (los comentados parecidos con ‘El Anillo’ se acaban con esa letra bastante distinta, y menos mal, a la de la canción de J. Lo) y que, como decimos, es distinto a lo que cabría esperar, incluso por su videoclip. El vídeo es más cercano a las grandes ideas que está teniendo el urban nacional últimamente que al típico clip genérico que simplemente sirve de acompañamiento: aquí, como la propia Doblas pretendía, el videoclip (y su coreografía) ES parte de la canción. ¡A seguir por aquí!». Pablo N. Tocino.

«Los concursantes de OT suelen tener el sambenito de considerarse cantantes de karaoke, imitadores de poca monta de los artistas de verdad. Mimi no logra quitarse ese peso de encima al presentar una canción que copia sin ningún pudor una canción de Jennifer Lopez que ha salido hace tan solo 3 meses y que además ha arrasado. También podemos comparar ‘Ya no quiero ná’ con trabajos de Diplo, Maluca, Delaporte… Pegarse se pega, bailarse se baila, pero esto no es más que una canción de Pastora producida con los trucos de Mad Decent, y cuál es la gracia de quedarse con los imitadores cuando existen los originales y valen lo mismo es algo que no puedo comprender». Sebas E. Alonso.

¿Qué te parece 'Ya no quiero ná' de Lola Indigo?

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Damien Jurado / The Horizon Just Laughed

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Tras demorar la llegada a plataformas digitales de ‘The Horizon Just Laughed’ con la bonita intención de premiar a los heroicos melómanos que siguen comprando discos físicos, la casualidad más sombría quiso que el nuevo disco de Damien Jurado se “re-publicara” un par de días después de conocerse la muerte de Richard Swift. Este se había convertido en el más fiel aliado en la carrera del cantautor de Seattle, traduciendo a magníficos arreglos sus ideas en álbumes notables como ‘Saint Bartlett’, la excelsa trilogía ‘Maraqopa’/‘Brothers And Sisters of The Eternal Son’/‘Visions of Us on the Land’ o el disco de versiones ‘Other People’s Songs Vol. 1’ que firmaban a medias en 2016. Suponemos que, en cierta medida, ahora le pesará a Jurado haber prescindido de su amigo para producir también este ‘The Horizon Just Laughed’ para hacerlo él mismo, por primera vez desde sus primeros pasos, más de dos décadas atrás.

No ha sido una mala decisión en lo estrictamente artístico, en todo caso, puesto que los arreglos, preciosos pero mucho más medidos y tenues, se adaptan muy bien al tono intimista de estas once nuevas canciones. Alejadas del sonido expansivo y la pretensión mística de sus tres obras previas, ‘The Horizon Just Laughed’ trae de vuelta lo prosaico y lo terrenal al universo Jurado, estructuradas en buena parte como mensajes o cartas escritas en la intimidad. Lo cual no significa que sea exactamente un disco confesional, puesto que esas misivas imaginarias se dirigen a menudo a escritores (‘Dear Thomas Wolfe’), actores (‘Marvin Kaplan’), músicos (‘Percy Faith’, Ray Coniff, Allan Sherman), inventores (Garrett Wolfe) o dibujantes de cómic (Charles Schultz) fallecidos y emplean figuras crípticas, a menudo relacionadas con las biografías de aquellos.

Sin embargo, en ocasiones es posible interpretar esos escritos como mensajes desde el presente al pasado de alguien que se siente fuera de tiempo, abrumado por la manera de vivir hoy en día. Y que, en cierto modo, encuentra en esas “conversaciones” con los muertos una manera de aliviar el desarraigo que conlleva la carrera artística y, en último término, expiar sus pensamientos suicidas. Las alegorías sobre la muerte propia se diluyen y confunden con la idea de asentarse fuera de Seattle y el estado de Washington por primera vez en su vida, casualmente o no, en los dos momentos álgidos de su decimotercer disco: ese tan minimalista como precioso ‘Over Rainbow and Rainier’ en el que se imagina viajando por encima de la gran montaña a los pies de la cual se expande su ciudad; y la springsteeniana ‘The Last Great Washington State’, una letra maravillosa y estremecedora que, como ha explicado recientemente, está dirigida de manera ambivalente tanto a sí mismo (si decidiera quitarse la vida) como a su estado natal. Al fin y al cabo, dice, trasladarse de una región a otra, es una manera de desaparecer, de morir.

La sutil forma en la que las cuerdas generan un crescendo en esa canción conducen a una suerte de valle central, enmarcado en dos cotas de mayor altura instrumental, con arreglos de claro corte retro a lo M. Ward: el inicio –con ‘Allocate’, de exuberante bajo, ‘Dear Thomas Wolfe’, digna del Nick Drake más amable, y ‘Percy Faith’, un country-blues casi ortodoxo, digno de un Bonnie “Prince” Billy adocenado– y el final –la exquisita bossa de ‘Marvin Kaplan’, el toque latino a lo Rodriguez de ‘Florence-Jean’ y la explosiva y rockera ‘Random Fearless’. Subidas y bajadas que, a la postre, logran que ‘The Horizon Just Laughed’ sea un disco de gran equilibrio en sus facetas más uptempo y las más susurradas.

Pero los que para mí son los cuatro mejores momentos del disco se sitúan en ese perfil semi-acústico y quedo que le caracterizó en sus inicios: a las grandes canciones citadas en el anterior párrafo se suman la emocionante ‘Lou-Jean’ –que evoca su vida en la carretera con tanta desolación como cariño, en las rutinas, a veces poéticas, a veces absurdas, que lleva a cabo desde pueblos perdidos en la geografía– y la preciosa ‘1973’: una desoladora parábola en la que Damien se dirige al creador de ‘Peanuts’ (los cómics de Snoopy, para aclararnos) buscando consuelo, empleando paralelismos entre sus personajes, Charlie Brown y Lucy, para verbalizar que su carrera musical, sus viajes, son en cierto modo un parapeto para eludir el hecho de que no ama a la mujer que le espera en su ciudad. Nuevas muestras de la gran capacidad compositiva y emotiva de Damien Jurado, mostrando que cantidad, calidad y calidez no tienen por qué estar en absoluto reñidas. Tratándose de él, claro.

Como es frecuente, Damien Jurado realizará una larga gira por España presentando ‘The Horizon Just Laughed’: el 20 de octubre estará en L’Auditori (sala 2) de Barcelona; el 21, en Teatro El Musical de Valencia; el 22, en el Teatro Calderón de Madrid; el 25, en el Teatro Principal de Ourense; y, por último, entre el 26 y el 27 de octubre formará parte del cartel de BIME Live de Bilbao, junto a Aphex Twin, Slowdive, MGMT, ionnalee o Jon Hopkins.

Calificación: 7,6/10
Lo mejor: ‘The Last Great Washington State’, ‘Over Rainbow and Rainier’, ‘1973’, ‘Lou-Jean’
Te gustará si te gustan: Father John Misty, M. Ward, Bonnie «Prince» Billy
Escúchalo: Spotify

La canción del día: ‘Love It If We Made It’ de The 1975 es un himno sobre el fracaso de la modernidad

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Tras el pelotazo guitarrero de ‘Give Yourself a Try’, The 1975 han vuelto este viernes con un single mucho más ochentero, ‘Love It If We Made It’, que a su vez es mucho más grande y épico que nada de lo que han publicado hasta ahora. Si su nuevo disco se llama ‘A Brief Inquiry Into Online Relationships’, este nuevo tema es exactamente eso, una “breve reflexión sobre las relaciones en internet”. Pero es más.

El bombazo de ‘Love It If We Made It’ llega cuando Matt Healy clama que la “modernidad nos ha fallado”. Sobre esta frase tan propia de Mark Fisher se levanta una canción que menciona problemas como la adicción a las drogas, la brutalidad policial o los combustibles fósiles o cita directamente a Donald Trump (“I moved on her like a bitch”) con la indiferencia con la que los seres humanos consumimos buena parte de las noticias hoy en día, que es mediante titulares que un algoritmo ha buscado por nosotros. La misma indiferencia con la que las redes sociales han convertido la crueldad en la máxima unión humana (ese “fuck your feelings!”) y la verdad en un mero “rumor”. Healy no puede sino llegar a la conclusión que lo único que nos queda es la “decadencia”.

Esta reflexión sobre la “modernidad” de The 1975 lleva al grupo a crear una canción que puede considerarse su propio ‘Chained to the Rhythm’. Como el clásico de Katy Perry, ‘Love It If We Made It’ aúna una letra preocupada por el mal devenir del ser humano con un ritmo ochentero épico que busca (y logra) la categoría de himno, dando lugar a una composición que, como ‘Chained to the Rhythm’, aunque desde un estilo más rockero, invita tanto a bailar como a llorar desconsoladamente. En el caso de The 1975, ‘Love It If We Made It’ expresa una angustia brutal mediante una melodía que no puede estar más al límite de explotar (casi podemos oír las venas del cuello de Matt Healy a punto de estallar) sobre todo en las estrofas. Y es que quizás el ser humano esté a punto de explotar, pero ya lo decía Katy: “it goes on and on and on…”

The Killers, estrella internacional del viernes del FIB; C. Tangana, la nacional

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¡Pues no vi a Brandon Flowers tan-tan guapo! Si me pongo quisquillosa, esa es la única pega que le puedo poner al concierto de The Killers; que su belleza no me arrebatara tanto como esperaba. Superficiales consideraciones físico-estéticas aparte, el show de anoche de The Killers (o, como Brandon se presentó en precario castellano, «Los Asesinos») fue estupendísimo. Independientemente de si eras fan o no de la banda, hicieron honor a ser cabezas del festival -escenario principal abarrotado, multitud de entradas de día- y ofrecieron un concierto vibrante, intenso, plagado de hits, sin apenas tiempos muertos. Lo que uno siempre espera de un concierto de festival, vamos. Foto: Nacho Brotón.

Ayuda bastante su repertorio. The Killers tienen esa ventaja. Se dedican al pop épico, pero tienen esa pátina de no tomárselo a la tremenda y un olfato infalible para lo que es el rock de estadio. Sus temas plagados de subidas, estribillos coreables, melodías reconocibles, funcionan a la perfección en un entorno como un festival. Ya nada más empezar, nos recibieron con explosión de confetti para cantar ‘The Man’. Y The Man, y estrella absoluta de la función, fue Brandon. El entertainer perfecto, en la buena tradición del rock, dinámico, animando al personal, dirigiéndose al público, dominándolo. Y sonriendo. Calculo que sólo debió dejar de sonreír un total de dos minutos en todo el concierto. En contraste, prácticamente el resto de la banda se veía estólida, reconcentrada, excepto el batería y las tres coristas. La escenografía estaba basada en pantallas y en los símbolos de los géneros; tres símbolos femeninos para las coristas, uno masculino para Brandon, tras el cual se escondía un teclado que a veces se dedicaba a tocar. El público iba predispuestísimo a pasarlo en grande y la locura se desató ya al segundo tema, que fue nada menos que ‘Somebody Told Me’. Los «oh-oh-oh» también se sucedían en ‘Spaceman’. Y juro que Brandon hasta puso cara y gesto de cantaor en ‘The Way it Was’. «Bienvenidos a nuestro espectáculo ¿Nos echasteis de menos?»; Brandon no cesaba de jalear al público, lo que enardecía aún más a todos los que ya venían calentitos de casa (o del cámping). La fiesta iba de más a más, Brandon no paraba de ronear al público, luces, lásers, se sucedían los temas más festivos, nada de seriedad. Pero la culminación llegó cuando Brandon descubrió a un muchacho en las primeras filas con un cartel en que se leía «I am a drummer from Spain. I can play Reasons’. ¿Y qué hizo Brandon? Pues subir al «drummer from Spain» al escenario a que tocara ‘For Reasons Unknown’. Y el chaval lo hizo francamente bien, no perdió una nota, siguió al resto de la banda sin desfallecer. Ahí fue el acabose, una locura total entre el público, una alegría contagiosa. La cosa queda tan arriba que luego solo nos queda el ratito melancólico del concierto. Hasta el ‘Runaways’, entre Springsteen y U2 pareció oscurecerse un pelín. Pero los ánimos se recuperaron de nuevo cuando engancharon esta a una pletórica ‘Read My Mind’ (que la cantó a dúo con alguien que no logré reconocer) seguida de ‘All These Things That I’ve Done’, en que ya se escuchaba más al público que a la banda, especialmente en su famoso «I got soul, but I’m not a soldier», con el coro desbarrando, con lluvia de confetti… Y cortina de fuegos artificiales para ‘When You Were Young’. Todas esas cosas que sirven para elevar el ánimo, vamos.

Los bises se hicieron esperar. Momento que parte del público aprovechó para cantar la coplilla «Pedro Sánchez, ¿dónde estás?», dadas las noticias que situaban al presidente del gobierno en el FIB (spoiler: parece ser que en la zona de invitados del escenario). Brandon emergió en traje de lamé dorado, cual Elvis Presley, chuleando con el rock a la ‘Personal Jesus’ de ‘The Calling’. Pero para llamadas, las tracas finales de los bises; ‘Human’, con unas buenas proyecciones (corazones robotizados) y una larga intro para crear aún más expectativa en la audiencia. Y se escuchaba más, pero mucho más, al público que a la banda. Y un ‘Mr. Brightside’ en que gran parte lo cantó la gente, acelerado, frenético. Todos acabamos exultantes. Especialmente el «drummer from Spain». Porque con el concierto ya acabado, apareció el batería de los Killers pidiéndole al muchacho que le pasara su número de teléfono. Si eso no es triunfar…

Si Brandon Flowers fue la súperestrella internacional, C. Tangana fue la nacional. Hace poco más de un año que lo vi en el Sónar y tengo la sensación de que hayan pasado cinco. Una cantidad apreciable de público llenó el escenario Visa, mayoritariamente españoles que se sabían los temas de pé a pa (y algún británico despistado). Calculo que su show fue el más ambicioso después del de Travis Scott. Hasta The Killers resultaron más comedidos. Acompañado de dos DJ’s, letras de neón rojo que escribían «ídolo», pool dancers, bailarines, proyecciones, fuego, humo, fuentes de fuegos artificiales… Hasta la entrada de Pucho fue espectacular, con dos motos de gran cilindrada corriendo en el escenario. Todo muy ostentoso, a juego con el personaje. Y de su repertorio del año pasado apenas sobrevive ‘Mala mujer’ o ‘Persiguiéndonos’. Personalmente, no me acaba de gustar la deriva de su última mixtape, ‘Avida Dollars’. Se me antoja un tanto… sosa. Pero Pucho está en un momento dulce, eso es innegable. Y, además, la cálida noche que se quedó se ajustaba como un guante a su repertorio más tropical. Pucho se dedicó todo el rato a vacilar al personal, amagando que se iba («¿esto ya está, no?»), preguntando si echábamos de menos canciones, etc. ‘Mala mujer’ cayó la tercera. En ‘Guerrera’, las pool dancers efectuaban acrobáticas coreografías en las barras, mientras Dellafuente sonaba grabado. Antón se dedicó a animar pogos moribundos entre chorrazos de humo en ‘Still Rapping’. En ‘Baile de la lluvia’ un montón de bailarines en sudadera y capucha se dedicaron a lanzar billetes con la efigie de Pucho, mientras este no disimuló demasiado las partes en que había playback. El momento más polémico fue cuando nos empezó a soltar una filípica: «Cuando empecé con 16 años no me escuchaban. Ahora a los medios les chorrea el papo cuando abro la boca (…) La diferencia entre Valtonyc y yo es que a uno le maneja el poder, y el otro maneja al poder. (…). La gente cree que el mensaje de C. Tangana es seguir la corriente y los fajos. No, el mensaje de C. Tangana es enseñar a los chavales a lidiar con gángsters y multinacionales». Y, claro, ¿qué tocó a continuación? Pues ‘Forfri’, el tema de su beef con Yung Beef, bien ilustrado con el famoso fotomontaje de la cara de Fernando como Che Guevara. En esta polémica reconozco que no me posiciono con C. Tangana, pero es el que mejor partido le ha sabido sacar. Hay que ser el más listo para acabar con ‘Llorando en la limo’, cantada por el público como un clásico. Y cierran todos, bailarines, Pucho, fogonazos, fuegos artificiales, en el escenario, mientras Pucho da las gracias “al mejor productor de España”, Christian Quirante, aka Alizzz, y recordando que eran ya platino. Excesivo, aunque al espectáculo en sí le faltó algo de unidad para acabar de epatar. Parecían más ideas sueltas que un show calculado.

Anna Calvi desafió al calor de la tarde en el escenario principal toda vestida de negro. Le acompañaban un batería y una teclista-percusionista que llevaba unos enseres bastante espectaculares; un gong y unos extraños platillos que caían en espiral. La música de Calvi, una suerte de blues rock turbio y sensual, contrastaba con el fuerte sol. Ella apenas se movía del centro del escenario, toda chula, distante y sexy, con un look que oscilaba entre PJ Harvey y Roy Orbison (no en vano, su música recuerda a ambos) mientras atacaba a su guitarra con bien de reverb en la irónica ‘I’ll Be Your Man’. También muy divertida, y menos oscura, resultó su canción más pegadiza, ‘Don’t Beat the Girl out of My Boy’, mientras se permitía desmelenarse a base de alaridos, sin apenas moverse. También tuvo sus momentos atmosféricos, casi vulnerables. Pero lo que primó fue la chulería, especialmente en ‘If I Was a Man’, acercándose a Nick Cave y gustándose con la guitarra. Hasta el final no perdió la compostura, con su versión de ‘Ghost Rider’ de Suicide, a la que añadió guitarrazos que distorsionaba revolcándose por el suelo.

Me acerqué a la carpa VW para ver a los guipuzcoanos Rural Zombies, de tan divertido nombre. Su música era purito indie mainstream, oscilando entre lo épico y el leve tropicalismo a lo Two Door Cinema Club con voz femenina. Pero al menos uno de los guitarras llevaba una camiseta de Dinosaur Jr, lo que siempre ofrece esperanzas. Y además, resultaron muy entrañables cuando explicaron que les había llevado 8 horas de coche llegar hasta el FIB y que no esperaban a tanta gente. Y hasta había chicas británicas bailando sus temas entusiasmadas, así que al menos a ellos la excursión les valió la pena.

Casi a la misma hora coincidían dos de las propuestas españolas más interesantes; Desert y Tulsa. Me decido por la bilbaína. Hay poca gente, pero rendida, para verla con su banda, en que destaca Javi Betacam. Y empiezan fuerte, con ‘En tu corazón sólo hay sitio en los suburbios’. Miren lo da todo, baila ausente y enérgica a la vez, como si estuviera en un lugar que nosotros no podemos alcanzar. Y en ‘Venda vendita venda’ hay incluso un momento que alcanza intensidad de copla al entonar el estribillo. Casi todo el repertorio estaba centrado en ‘Centauros’ y ‘La calma chicha’, energizando ‘Bilbao’, haciendo más confesional ‘Los amantes del puente’, subrayando el crescendo de ‘La miel que pudo ser’, haciendo más apasionado ‘Verano Averno’… Su rock esquinado y personal fue de lo más coreado en ‘Centauros’. Y, sobretodo, en el apocalipsis melancólico de ‘Matxitxako’. Hasta Javi Betacam la cantaba con fervor desde sus teclados (y sin micro). Para rematar, una ‘Oda al amor efímero’ casi a ritmo de vals. Miren nos explica que han tenido montones de problemas para llegar a la hora para tocar en el FIB y bromea con que eso «da épica» al concierto. Y no logra acabar el concierto a su gusto, porque le cortan la última canción ante su estupefacción. Horarios mandan.

Por A o por B, mi camino y el de Sleaford Mods no se habían cruzado todavía. Y no sería por falta de oportunidades. Andrew Fearn cumple con su ritual. Llega, se saca una birra de la mochila, toca una tecla de su portátil y suena la música, mientras se dedica a bailotear sincopadamente y a beber cerveza; a una distancia tal de Jason Williamson, que parece que tengan una orden de alejamiento. Quizás para darle más espacio aún a Williamson, porque todo el peso del show cae en él. Lo suyo es inhumano. Parece imposible que no se ahogue con esas rimas interminables a ritmo de postpunk cafre, o que no se quede ronco por la manera en que las vocifera. Dispara la saliva tan rápido que parece nubes de vapor. Está concentrado en su papel de hombre de mediana edad británico cabreado en su voz, que contrasta con lo payaso de sus ademanes. Es un espectáculo verle hacer mohínes de vedette de cabaret, bailar, jugar amaneradamente con un abanico… no sólo declama las canciones, las escenifica también. Todo un tour de force abrazado por unas bases abrasivas, asfixiantes. El personal británico que se concentra, poco pero muy fan, se va enajenando por momentos. Cuesta distinguir los temas, pero la energía que transmiten es brutal. Y llegan a sonar hasta casi alegres en ‘Drayton Manored’. Fearn también está atento a lo que ocurre a su alrededor y se chiva de que hay parte del público largándose, a los que Williamson les increpa, gritándoles que lo importante está ahí. El sentido del humor que no falte. Ni la furia, en la punkísima ‘Jobseeker’. El público se lo llevó The Vaccines, pero el macarrismo con mensaje fue para nosotros.