Mientras el mundo se prepara para el supuesto revival definitivo de los 90 (y yo que pensaba que ya había pasado), algunos de nosotros nos adelantamos para sentir una nostalgia inusitada y seguramente prematura por los años dos mil. Quizás porque algo flota el ambiente con la aparición de bizarros nuevos proyectos como Insecure Men y su exotica-pop melancólico, el burbujeante pop de dormitorio de Pi Ja Ma, o -muy especialmente- Superorganism y su pop ultrasaturado con banda intercontinental, mixta y multiedad, que nos recuerda a aquella refrescante nueva oleada 00’s de grupos de parecido popurrismo y sonidos chispeantes, como Cansei de Ser Sexy o los Black Kids.
En 2008 se publicaron los debuts de artistas con propuestas tan heterodoxas y ultrapop como Lykke Li, Little Boots, Ladyhawke, los Ting Tings o Empire Of The Sun, y también despegaron las carreras de Hot Chip o MGMT, lo que convierte a dicho año en uno de los picos máximos del pop de la década pasada. Durante el mismo acaeció también el auge y caída del grupo de Florida que nos ocupa hoy. Los Black Kids se habían dado a conocer con aquella ya mítica demo que contenía ‘I’m Not Gonna Teach Your Boyfriend How To Dance With You’, una explosión de euforia teenager que canalizaba el espíritu del Robert Smith más luminoso y presentaba a un grupo inusual, multirracial, que reciclaba con frescura y gusto guitarras con chorus, sintes, y un espíritu pop efervescente y electrizado. En 2007 JNSP les daba un merecido 9 (y mira que damos pocos), y al año siguiente juzgaba ecuánimemente su LP de debut.
Un debut que contenía seis temas nuevos más las cuatro canciones de la maqueta regrabadas bajo la producción de Bernard Butler, quien hacía un trabajo solvente aunque a ratos restase mucha de la gracia a las canciones originales (siendo ‘I’m Not Gonna Teach…’ el caso más evidente). Algo que no ocurría sin embargo con otra de las canciones más chulas de aquella maqueta inicial: ‘Hurricane Jane’ ganaba en empaque y acabó de hecho siendo el primer single elegido para lanzar el disco.
Se trata de una eficientísima canción de pop con estribillo algo melancólico pero muy pegadizo, perfecto para domingos de resaca con su letra algo intrascendente sobre fines de semana de soledad narcótica: “es viernes por la noche y no tengo a nadie / me tomé algo y me siento como en un combate de kárate / me ha dejado tirado, casi muerto”. La habitual fórmula de sinte y guitarra con reverbs de muelles y gran melodía de la banda llegaba en ‘Hurricane Jane’ a una de sus cumbres… antes del gran efecto rebote.
Porque si 2007 había sido el momento del hype, 2008 fue el año del “backlash”, y de hecho uno de los más cruentos de la historia del pop del siglo XXI. Ya a finales del 07 se empezaba a mascar la tragedia, cuando la misma blogosfera que los había aupado gracias a su maqueta inicial empezaba de la misma manera a sentenciarlos casi a muerte con una casi incomprensible fiereza. Era quizá el momento de cuestionar por parte de los propios blogs la influencia que estaban teniendo en los gustos populares, pero la forma en la que a los Black Kids les tocó pagar el pato sigue resultando pavorosa. Irónicamente, ocurrió justo en el momento en que los blogs empezarían su lento declive, con la aparición en ese eje 2007/08 de Bandcamp y Soundcloud, propiciada por la llegada de mejores conexiones a Internet que hicieron posible los streamings sin cortes (y la explosión de Youtube, que en 2007 consumió tanta banda ancha como todo internet en el año 2000). Poco después, a finales de 2008, Spotify empezaría también su despegue. Esa nueva tesitura haría que gradualmente ya no dependieras de que el bloguero de turno subiera un mp3 a su página para escuchar una canción.
Pero el hachazo más cruel (e injusto) fue el de Pitchfork y su sarcástica crítica sin palabras del disco, con un 3.3/10 que dejaría a la banda en estado terminal. Una catatonia que les impidió abordar su segundo disco sin inseguridades o presiones durante años, y se podría decir que arruinó su prometedora carrera. Todavía una década después, la maldición parece no haber desaparecido: en 2017 salió por fin esa segunda entrega, el disco ‘Rookie’, un álbum más que digno que fue totalmente ignorado por gran parte de la crítica musical (incluidos Pitchfork y nosotros mismos…).
‘Hurricane Jane’ suena en el último Popcasting de Jaime Cristóbal, ya disponible en este enlace.
Hace unos días, Soleá Morente subía una imagen en su perfil de Facebook haciendo cuernos con una mano bajo la cual lucía una muñequera con pinchos que le regaló su padre, el maestro Enrique, y que ella define como “su bandera”: “a favor de la evolución, de la traducción de la tradición, de la libertad, del respeto, del Progreso (sic) y absolutamente en contra del corrosivo anquilosamiento que no nos lleva a nada. Ábranse las puertas de la percepción. Viva la escuela de Enrique Morente, quien nos ha enseñado que no hay que tener miedo si antes te has preparado y si de verdad lo sientes”. Una declaración de intenciones perfecta para presentar lo que es su segundo disco en solitario, ‘Ole Lorelei’.
Ya en ‘Tendrá que haber un camino’ Soleá se mostró como una discípula muy especial de esa escuela intangible formada por su padre y cuyos libros de texto son sus descomunales obras, que van mucho más allá del tan traído y llevado ‘Omega’. La mediana de la familia del cantaor –al contrario que su hermana Estrella, primero, y su hermano Kiki, después, más cercanos a lo ortodoxo– se desmarcaba acercándose a la escena pop rock de su ciudad, Granada, colaborando en la grabación y producción con miembros de Los Planetas, Lagartija Nick (ambas bandas conformaban Los Evangelistas, al frente de los que Soleá cantó, homenajeando a su progenitor), Lori Meyers o Pájaro Jack (“toda Graná”, decía ella), y cantando composiciones de La Bien Querida, Jota o David Rodríguez. Con ello demostraba valentía y personalidad, incluso a pesar del riesgo de ser devorada ocasionalmente por los marcados estilos de todos ellos.
En ese sentido, ‘Ole Lorelei’ es muy distinto, puesto que es Soleá la que indiscutiblemente impone su sello a todo el conjunto de canciones que, aun tratadas de maneras muy atrevidas, suenan mucho más cohesionadas que en su primer disco en solitario. Buena parte de la culpa es que han sido gestadas por el mismo equipo creativo, un triunvirato formado por Morente, Alonso Díaz de Napoleón Solo (que produce, arregla y comanda la dirección musical) y Lorena Álvarez (con su carrera en un aparente stand-by, aquí co-escribe varias letras, hace coros y palmas al alimón con toda la familia Morente). Así, estamos ante un disco que se aleja del “ambiente indie”, por decirlo de alguna manera, y toma de todo tipo de palos del pasado y del presente con total naturalidad para acotar un espacio genuino y propio.
Un espacio artístico en el que el pop convive con el flamenco más reconocible y canónico –las alegrías de Morente ‘Grandes locuras’ y el fandango de Vallejo ‘Por tu querer como un niño’ tapan las bocas que menospreciaban su capacidad para interpretar flamenco clásico– con un pop aflamencado o un flamenco popizado o… algo que en realidad no requiere de etiquetas. Porque martinetes (‘La alondra’, con esas guitarras tan Gualberto de su recta final, evoca a aquellos solemnes inicios de conciertos de su padre, del que toma algunas líneas), tangos (‘Amores’, una adaptación a sus modos de ‘Tienes la cara’ del memorable ‘Sacromonte’) o soleares (‘La misa que yo voy’, un cante por Bernarda de Utrera filtrado con Auto-tune) no solo suenan armónicamente sino que articulan la dinámica del álbum y conectan de manera necesaria los cortes que se enmarcan en un formato de canción pop. Repletos, eso sí, de guiños a bulerías y rumbas que consigue ligar como un todo a ‘Ole Lorelei’.
Y son, para mí de manera evidente, esas canciones compuestas junto a Alonso y Lorena las que brillan y conforman ese espacio único de Soleá, ejemplificado en los temas que ya conocíamos: el que dio origen a esta colaboración, ‘Ya no sólo te veo a ti’ –las semanas han hecho más y más imponente esa colisión entre Las Grecas, Jeanette y el pop actual–, y siguiendo con las igualmente irresistibles ‘Baila conmigo’ –entre otros, Joe Crepúsculo (amigo de Soleá a raíz de sus diversas colaboraciones) sirve esa base bailable– y ‘Olelorelei’, otra maravillosa rumba funk.
La producción de esta última es especialmente crucial en el álbum. Porque su mismo espíritu convergente –caben aires flamencos, pop, funk, jazz y psicodélicos– impregna también ‘Amores’, la preciosa ‘Anoche me preguntabas’ (un eco lúgubre de ‘Ya no sólo…’) y ‘Por qué será’, con esos dramáticos arreglos de cuerda. Todas ellas hacen aflorar, aun resultando totalmente actual y vigente, el recuerdo de la singular producción que Teo Cardalda (Golpes Bajos, Cómplices) realizó para aquel maravilloso primer y único disco del desaparecido Ray Heredia, adalid de aquella amalgama etiquetada como Nuevo Flamenco, a finales de los 80. Un espíritu abierto que recorre todo este disco, muy centrado en lo personal y lo sentimental: sus letras son otro de los grandes hallazgos del disco que, emulando al sonido del álbum, aúnan clásicismo y contemporaneidad. Su, salvo en contados momentos, acentuado intimismo y cierta querencia a la oscuridad no invitan a pensar que esta pueda ser una obra que llegue fácilmente a un público masivo, pero no será porque no lo merezca o pueda. Como inspira su desarmante verso final (“deseo que pase algo, algo gordo de verdad, y me da igual bueno o malo. Puede que esté pasando ya”), ‘Ole Lorelei’ es muy “gordo” y la emancipación artística de Soleá está pasando ya.
El próximo 18 de abril, Soleá Morente y Napoleón Solo presentarán ‘Ole Lorelei’ en el Teatro Lara de Madrid. Las entradas están a la venta en Ticketea.
Calificación: 8,5/10 Temas destacados: ‘Ya no sólo te veo a ti’, ‘Baila conmigo’, ‘Olelorelei’, ‘La alondra’ Te gustará si te gustan: Ray Heredia, La Bien Querida y Joe Crepúsculo Escúchalo: Spotify
Antes de ganar Operación Triunfo, Amaia Romero participó en ‘El número uno’ de Antena 3 cuando tenía solo 13 años. Por la red han circulado vídeos en los que ya aparece cantando por ejemplo a los Beatles, que al entrar en la Academia defendía como uno de sus grupos favoritos. Noemí Galera ha comentado este fin de semana en S Moda que su salida del programa fue pactada y el mánager de Mónica Naranjo ha declarado que fue esta quien dijo a Tinet Rubira que Amaia no debía estar en un talent show debido a su edad.
Tinet Rubira de la productora Gestmusic ha decidido enviar un comunicado en el que explica lo que pasó: «Amaia pasó el casting de la primera edición de “El Número Uno” con 13 años. Siendo menor de edad, con el consentimiento de sus padres, Gestmusic puso en marcha el riguroso protocolo que vela por la contratación de menores en programas de televisión. Se solicitó permiso a la fiscalía de menores, nos coordinamos con su colegio y se contrató un profesor de apoyo que estaba con ella los dos días a la semana que estaba en Barcelona, los jueves y los viernes. A pesar de este apoyo, las notas de Amaia se resintieron, y al inicio del último trimestre de curso los padres trasladaron su preocupación a la dirección del programa. Para ellos, lo principal eran los estudios de la niña y que no perdiera el curso».
Continúa diciendo el texto: «Los padres de Amaia dejaron claro a la dirección del programa que lo primero eran los estudios y que, si en algún momento era “nominada”, que el jurado no fuera condescendiente con ella por ser menor, que abandonar el programa le supondría un disgusto, pero que era mejor no alargar su permanencia y menos a esas alturas del curso escolar. La dirección del programa trasladó esta preocupación al jurado, que en última instancia tomó con absoluta libertad la decisión que creyó conveniente».
Amaia fue expulsada en la sexta gala del programa tras quedar en la parte baja del ránking de popularidad. Recuerda Bluper que Natalia Jiménez salvó a Alberto, Miguel Bosé salvó a Amaia, David Bustamante salvó a Amaia, Ana Torroja salvó a Alberto, y Mónica Naranjo deshizo el empate salvando a Alberto.
Hace unos días presenciábamos un crossover de talent-shows televisivos: Aitana Ocaña y Ana Guerra acudían al plató del nuevo Fama ¡A bailar! (que ahora emite #0) para cantar en directo su hit ‘Lo malo’. Pero su presencia no era solo una manera de promocionar el concurso de bailarines, sino que se ha hecho habitual la presencia de música en vivo mientras los participantes hacen coreografías.
Una de las que se han visto en las últimas semanas fue la de Delaporte, que interpretaron su tema ‘Un jardín’ en el plató, un día después de que el grupo de concursantes y los profesores interpretaran una danza grupal para ella. Esta exposición ha dado visibilidad a una propuesta que, aunque parte de un ámbito independiente (su sello es MadMoonMusic: Nora Norman, Noise Nebula, BambiKina…), ha logrado una repercusión enorme: desde entonces, lleva instalada en el número 1 de la lista de Los 50 más virales de España de Spotify, donde acumula ya más de 300.000 escuchas.
Si alguien no recuerda quiénes son Delaporte, aquí estamos: se trata de un dúo que descubrimos hace unos meses como teloneros de Giorgio Moroder en Madrid, nada menos, y que toma su nombre del apellido real de su cantante y compositora, Sandra Delaporte, y que completa el productor italiano Sergio Salvi. Tras editar el pasado otoño su intersante EP debut, ‘One’, hace solo algunas semanas presentaron lo que supone su inmersión definitiva en lengua castellana, ‘Uno’.
Entre sus 6 atractivas canciones, que se devanean entre la riqueza de Chairlift, la sensualidad de Mueveloreina, el R&B moderno de James Blake o la electrocumbia (versión de la cumbia ‘Cariñito’, que también versionaran tiempo atrás Novedades Carminha), destaca (aunque en dura pugna con el nuevo single, ‘Me encanta‘) la canción que hoy nos ocupa. ‘Un jardín’ es a la vez elegante y salvaje, moderna pero no epatante, magnética y sexy, coronada con ese irresistible estribillo tribal. Un trasfondo perfecto para una letra cuidada y sentida, bonita y no demasiado obvia. Un verdadero acierto que obliga a mirar a Delaporte como posibles abanderados del nuevo pop urbano estatal.
Bad Gyal estrena hoy el vídeo para el segundo single oficial de su mixtape ‘Worldwide Angel’, correspondiente al tema ‘Candela’. El tema que sucede a ‘Blink’ presenta un vídeo dirigido por Manson y producido por Canada que definitivamente supone la internacionalización de su sonido y de su filosofía.
Si en el vídeo de ‘Fiebre’ veíamos calle y gente bailando entre focos caseros, aquí vemos lo mismo: calle y bailes solo que ahora con más presupuesto y desde Jamaica, donde la cantante también ha rodado un minidocumental además de este vídeo. Orquestando movimientos encontramos a Blacka di Danca, que ha creado coreografías para Rihanna, Major Lazer, Diplo o Drake. “Yo no quiero irme pa’ casa” dice muy claramente esa letra, por si a alguien le quedaba alguna duda.
Y es que la cantante se encuentra de gira por el mundo mientras estos temas y vídeos van saliendo a la luz. Acaba de pasar por SXSW y al término de su tour «internationally» estará el día 13 de abril en la Sala Apolo de Barcelona; mientras que el 5 de mayo será la protagonista de Trvmp Club (Sala Ochoymedio). Las entradas para ambos conciertos de Bad Gyal están a la venta en Ticketea desde 12 euros.
Olvida ‘Lo malo’, ‘Duro’, ‘X’, ‘Échame la culpa’… la canción del verano de 2018 apunta a que será ‘Scooby Doo Pa Pa’ de DJ Kass. El “pum pum pum pum pum” de Luis Rosa (así se llama su autor) se ha convertido en un mini fenómeno viral en América Latina en los últimos tres meses de verano, y ahora que empieza el calor en el otro lado del hemisferio, cabe preguntarse si ‘Scooby Doo Pa Pa’ se instalará en España dentro de poco.
Estrenada en septiembre de 2017, el trayecto viral de ‘Scooby Doo Pa Pa’ empezó el 1 de diciembre de aquel año, cuando la “influencer” venezolana Lele Pons colgó un vídeo de ella junto a su colega Inanna bailando la canción, disfrazadas de Daphne y Vilma de ‘Scooby Doo’, respectivamente. De ahí, ‘Scooby Do Pa Pa’ ha ido conquistando al público, que no ha parado de realizar “retos” de baile con la canción o por supuesto también “memes” a su costa, y el tema llegaba a Spotify finalmente el 16 de marzo, hace 4 días. En las redes sociales, el viral se ha expandido sobre todo a través de Lele Pons, pero la gente está escuchando el tema también a través de un remix no oficial de DJ Cobra que suma casi 34 millones de streamings.
Es fácil adivinar por qué ‘Scooby Doo Pa Pa’ ha creado un viral en algunas zonas de América Latina y por qué podría correr la misma suerte en España y quién sabe si en otros países del mundo: sus ganchos “y la cosa suena ra, y el pum pum pum pum pum, scooby doo pa pa” (más que inspirados en ‘Man’s Not Hot’ del cómico inglés Michael Dapaah en su alias Big Shaq) y “pasa la manguera, si no, te va’ a busca’ un problema” no podrían ser más pegadizos, el tema tiene sirenas y además su ritmo de champeta es contundente y perfecto para perrear.
En el último número de la revista Shangay se publica una entrevista con Tracey Thorn en la que habla sobre ‘Record‘, feminismo o cómo el público gay la ha convertido en una diva incluso antes de dedicarse a la música. Y merece la pena recuperar su declaración final: su respuesta a la pregunta por las críticas que recibe Madonna en la actualidad, «por seguir defendiendo a su edad todo aquello por lo que ha postulado desde que empezó». Estas son sus palabras: «Me admira que no haya cambiado y que le importe una mierda lo que puedan decir de ella. Siempre se la ha criticado: por el vídeo de ‘Like a Prayer’, por el libro ‘Sex’, por ‘Erotica’… Creo que le sigue poniendo que la pongan verde (risas). Me parece maravilloso que haya sido siempre tan fiel a sus principios. Porque no creo que una mujer tenga que ser ejemplo para las demás, sino que cada una debe hacer las cosas como las siente. Mi manera de pensar es completamente distinta a la de Madonna, pero me encanta que ella actúe tal y como siente. Madonna, sigue siendo como eres, ¡por favor!».
Tracey Thorn, que no es especialmente seguidora de la cantante, si bien sí llegó a escribir una muy recomendable columna de opinión sobre su caída en los premios Brits, ya no es que esté hablando de sororidad, sino de fidelidad a uno mismo y de respeto hacia las decisiones artísticas ajenas. Ni en los peores momentos críticos de David Bowie (gran parte de los 80, los 90 y los 2000), ni en los peores momentos críticos de Michael Jackson, ni en el momento más errático de la carrera de Prince, ni en los años de vacío y extraño silencio de George Michael, se escribieron tal cantidad de columnas en los medios indicando a ninguno de estos artistas lo que tenía que hacer para «salvar su carrera». Una constante en el caso de Madonna en los últimos lustros, que salpica hasta a sus fans.
Pero lo más extraño del caso es que no hay nada que salvar: Madonna continúa ingresando decenas de millones de dólares por gira, no tiene ni remotamente ningún disco tan mal considerado como ‘Invincible’ (51/100) y ni por asomo las peores reseñas de sus álbumes se acercan a las de, por poner un ejemplo recurrente, Charlie Puth (37/100). Sin embargo, la gota que colma el vaso es que incluso sus fans actúen como si así hubiera sido. Al anuncio de su encuentro con Cardi B, los foros de Popjustice y los nuestros se llenaron de páginas y páginas de decepción. De hecho, recientemente el site de «fans» de Madonna DrownedMadonna, se apropiaba de un artículo de Huffington Post en el que un redactor exigía a Madonna que no intentara hacer «ni el nuevo ‘Despacito’, ni el nuevo ‘Shape of You’, ni el nuevo ‘Havana'». Una serie de lugares comunes convertidos en vulgar corriente de opinión que culminaba así: «la gente joven no lo quiere, el público casual no lo quiere y desde luego sus fans no lo quieren». Y esta tuvo bastante gracia, porque Madonna ya insertó los ritmos tropicales en su disco anterior junto a Diplo antes que Ed Sheeran, lleva 30 años coqueteando con la música latina -de ‘La Isla Bonita‘ a ‘Lo que siente la mujer’-, y, para más inri, tiene una hija medio cubana que nació un año antes que la propia Camila Cabello. ¿En serio, cuándo vamos a dejar de indicarle a esta mujer el camino que tiene que seguir?
El discurso paternalista -o maternalista- para indicar a Madonna lo que tiene que hacer o no ha salpicado las mismísimas páginas de The Guardian, donde Laura Snapes, también crítica de Pitchfork, concluía que «Madonna puede no tener otro ‘Ray of Light’ dentro de ella, pero que bueno, al menos lo intente»; y a las nuestras. Si un artículo me arrepiento de haber firmado sobre Madonna fue aquel en el que sugería una serie de productores ideales para reflotar su carrera tras ‘Hard Candy’. Algunos nombres han desarrollado una carrera interesante, como Caribou, y otros no, como Hurts. Y sin embargo, ese no es el quid de la cuestión. El quid de la cuestión es que Madonna haya decidido siempre seguir su camino, y nunca hacer dos veces el mismo disco. Después, nosotros podemos concluir si ha acertado a lo grande (‘Ray of Light’, «Confessions») o si se ha equivocado (‘Bedtime Stories’, ‘American Life’), pero lo seguro es que da la sensación de haber actuado siempre como siente, incluso cuando ella misma dice que no lo ha hecho. No he conseguido comprender sus declaraciones sobre los «campamentos de escritura» (¿quiso pasar más tiempo con Avicii o con Diplo?), pero no me trago que nadie en Interscope (que ni siquiera es su sello en el sentido tradicional de la palabra) la obligara a perpetrar ‘Give Me All Your Luvin», ‘Gang Bang’ o ‘Bitch I’m Madonna’, y esa es la gracia del asunto. Gracias, Tracey, por arrojar un poco de luz en medio de tan predecible meltdown.
La del viernes 16 de marzo tenía que ser la gran noche de Putochinomaricón y El Último Vecino al compartir cartel en el Ochoymedio de Madrid, y lo fue aunque no con creces y al 100%, si bien por diferentes motivos. Chenta Tsai había de actuar «con gripe» como él mismo narraba tras la segunda canción, teniendo que recortar 10 minutos su actuación. Hasta que la sala no nos informó de esto, no notamos nada más que el hecho de que su show había sido muy corto. Pero tampoco era una marcianada: Putochinomaricón tiene hasta ahora solo media docena de canciones, y de un par de minutos cada una. Sonaron todas las que tenían que sonar, se avanzó alguna nueva, y todas lo hicieron de manera apoteósica. Fotos: Davit Ruiz.
Solo sobre el escenario, en principio apareciendo vestido como de Jason en Viernes 13, Putochinomaricón alternó el control de su reivindicado laptop con proyecciones, voces pre-grabadas en segundo plano y también voces clarísimamente en vivo, hayas leído lo que hayas leído en las redes sociales durante estos días. ‘Tu Puta Vida Nos Da [Un Poco] Igual’ suena en directo tan tronchante como cabía esperar, y promete la coreografiada ‘El Test De La Bravo Y La Superpop’, que será el siguiente single, sonando a medio camino de los Hidrogenesse de ‘Así se baila el siglo XX’ y los de ‘Eres PC eres mac’.
Pero la cumbre del set fue la interpretación de ‘No tengo wifi’ con voguing y aclamación popular ipso facto, dedicada al Ochoymedio porque ciertamente «su señal de wifi es una mierda»; y para terminar ‘Tú no eres activista’ y ‘Gente de mierda’ con dedicatoria a Jose Mota, Pablo Motos y Donald Trump, momento para el cual aquello ya era un fiestón con Putochinomaricón cantando entre las masas. Letras como «emoticono happy / emoticono sad / emoticono angry / menuda sociedad», con bastante más valor del que aparentan, prometen hacérnoslo pasar mejor que muy bien durante sus performances de los próximos meses. 8.
El Último Vecino parecían no poderse creer haber colgado el cartel de «sold-out» en el OchoyMedio de Madrid, con capacidad para entre 1000 y 1200 personas, cuando sus conciertos suelen tener lugar -eventos y festivales aparte- en lugares de capacidad más reducida. Gerard Alegre parecía estar realmente emocionado, e incluso mostró cierta dificultad para expresar con palabras sus sentimientos al respecto, primero agradeciendo al público haber ido creciendo con él durante los últimos 5 años; y después asegurando algo así como que aquello estaba siendo tan bueno que tenía que ser «malo». Solo para después negar con la cabeza en un agitar continuado de nervios y ademanes.
Alegre lo dio todo sobre el escenario, mostrándose como un líder totalmente entregado e histriónico, muy teatral, muy Morrissey, mientras la base rítmica del cuarteto era también muy Smiths, quizá demasiado. Si las guitarras nos llevaron constantemente a Johnny Marr, la batería era también tan importante que de hecho el baterista aparecía elevado en una plataforma, casi como una especie de co-líder muy visual a lo Yelle, con sus visibles pantalones de chandal Adidas y su camiseta blanca de tirantes rollo Abanderado. No dejé de tararear ‘Still Ill’ en toda la noche.
Sin bises ni tonterías, y solo perjudicadas por un par de acoples y un repertorio algo lineal, El Último Vecino presentaron un buen sonido y encajaron antiguos y nuevos hits, desde la inicial ‘Antes de conocerme’ hasta la reciente ‘Donde estás ahora’ pasando por ejemplo por ‘Mi escriba’, aunque sin dejar claros «highlights». Y no, no faltó la versión de La Zowi, soltada hacia la mitad pero, definitivamente, ‘Mi chulo’ ha polarizado a sus fans. 7.
La joven rapera Anier, que muchos conoceréis por temas recientes como ‘Fuego a tregua’ o ‘Carnaza’, ha sacado un single nuevo y ha tardado cero nanosegundos en volver a situarse entre lo más visto de Youtube España, en cuyo top 10 lleva asentado prácticamente 48 horas, desde su lanzamiento, acercándose ya a las 200.000 visualizaciones.
La canción se llama ‘Escarlata’ y la fórmula se repite: una base de hip-hop clásico, un instrumento tradicional contribuyendo a la creación de una melodía pop y, por encima de ambas, la voz de Anier, siempre crítica con su entorno, perceptible en frases de fuerte contenido social que alternan lo naíf con las verdades como puños: «Estoy gritando pero tú mientras agachas la cabeza y obedeces al sistema», «van llorando pero no mueven ni un puto dedo para resolverlo» o «Cada vez que salgo a la calle me enveneno / Niños tristes llorando, mirando para el suelo / Caras largas de currantes en el metro».
También hay espacio, en relación, con la autoafirmación: «No voy a vivir por vuestra mierda de sueldo / Tengo claro que me saco una choza con esto / Si me sale mal sé que me sobrará un huevo / Para buscarme la vida y vivir por cuatro euros (…) Es que la diferencia entre nosotros es esta; Yo sé lo que quiero y tú no sabes una mierda».
Os recordamos que podéis seguir a Anier a través de su Instagram.
Foster the People tienen muy difícil, por no decir imposible, repetir el éxito de ‘Pumped Up Kicks’, su hit de 2011 y uno de sus tantos grandes temas, que sorprendió aquel año haciendo “crossover” de las radios alternativas a las generales en Estados Unidos y de ahí llegando a triunfar en todo el mundo, llevando a Foster the People a vender 4 millones de copias de su primer disco.
Pero Mark Foster y compañía tienen una nueva esperanza. ‘Sit Next to Me’, su último single, contenido en el recomendable ‘Sacred Hearts Club‘, está funcionando bastante bien en streaming y ahora mismo es su canción más escuchada en la plataforma solo por detrás de ‘Pumped Up Kicks’, sumando cerca de 37 millones de reproducciones y medio a tiempo de redacción de esta noticia. El tema dobla los streamings del single ‘Doing it For the Money’ y triplica los de ‘Pay the Man’ y además solo va 8 millones de streamings por detrás de ‘Coming of Age’, el single que presentó el segundo disco de Foster the People… publicado en 2014.
Pero además, y de manera más importante, ‘Sit Next to Me’ está asomando la cabeza en la calle y llegando poco a poco a los oídos del público generalista, ya que acaba de colarse entre las 40 canciones más radiadas en las estaciones pop de Estados Unidos (32). Además, es top 1 en el Bubbling Under de Billboard (la lista que recoge las canciones que más están sonando en Estados Unidos pero que todavía no han llegado a la tabla oficial), por lo que podría estar a punto de entrar en el Billboard Hot 100, confirmando el “crossover”.
En streaming también está sonando bastante ‘Ride or Die’ de The Knocks, que incluye la colaboración estrella de Foster the People. El tema electropop acumula ya 1 millón de streamings y medio en Spotify y es actualmente una de las canciones más virales en todo el mundo en la plataforma. También está recibiendo atención un remix de ‘Sit Next to Me’ por Stereotypes.
Recientemente, Portugal. The Man se han hecho un Foster the People con su hitazo ‘Feel it Still’, que por cierto sigue en el top 30 de Estados Unidos más de un año después de su edición, tras ganar un Grammy, y en Reino Unido no solo no ha perdido fuelle, sino que acaba de conocer una nueva cumbre en el top 3. Su single ‘Live in the Moment’ también podría irrumpir pronto en las radios pop americanas, y habrá que estar atento al desempeño de otros temas alternativos como ‘No Roots’ de Alice Merton y ‘broken’ de lovelytheband.
Steven Tyler, líder de Aerosmith, actuará en el Universal Music Festival 2018 el próximo 30 de julio, acompañado de la Loving Mary Band de Nashville. El festival celebra los 200 años del Teatro Real de Madrid. Las entradas se ponen a la venta el 27 de marzo, con preventa abierta a partir de hoy 20 de marzo para abonados y amigos del Real. El ex Aerosmith presentará en el Teatro Real un repertorio que comprenderá sus éxitos más conocidos, la mayoría de ellos en Aerosmith (míticos son ‘Dream On’, ‘I Don’t Want to Miss a Thing’, ‘Crazy’, ‘Crying’, ‘Walk this Way’…), así como su último álbum en solitario, ‘We’re All Somebody From Somewhere’, publicado en 2016.
En su directo, Tyler contará con la colaboración del dúo de country compuesto por Ruby Stewart (hija de Rod Stewart) y Alyssa Bonagura (hija de Kathie Ballie y Michael Bonagura de Baillie & the Boys), que telonearán a la estrella del rock.
Con este show, Steven Tyler se suma a la programación del Universal Music Festival 2018, que ya incluye nombres como Gregory Porter (23 de julio), Pablo López (28 de Julio, entradas agotadas) y Pablo Alborán (31 de Julio, entradas agotadas).
Aerosmith anunciaron su separación en 2016, seguido de una gira de despedida, mucho antes de que se pusieran de moda, muy a pesar de Neil Young.
El Último Vecino no solo no se ha retirado, como anunció en un momento de debilidad hace unos meses, sino que vive el momento más dulce de su carrera: a su sold-out en el OchoyMedio de Madrid, con capacidad para algo más de 1.000 personas, hay que sumar la realización de la canción principal de la inminente serie de Soy Una Pringada, lo que sin duda le dará una exposición aún mayor a su música dentro de unas semanas.
Además, parece vivir una etapa especialmente fructífera. La continuación de ‘Voces’, uno de los mejores discos de 2016, no es un disco al uso, sino un EP. Su nombre, ‘Parte primera’, avisa de que habrá una «segunda» o, al menos, más canciones a lo largo de 2018. Tras la viralización de su versión de La Zowi, ‘Mi chulo’, su intención es entregarse a los imperativos de esta década del siglo XXI e ir grabando «más canciones con más productores» para ir publicándolas a lo largo del año de manera puntual.
‘Parte Primera’, mezclado en Nueva York por Connor Hanwick (The Drums, The Pains of Being Pure at Heart…) y masterizado por Carl Saff (Urge Overkill, Forest Swords, STRFKR…) y Guille Mostaza (Ellos, La Bien Querida, Javiera Mena), contiene 6 canciones, de las que se había presentado como sencillo principal una ‘Donde estás ahora‘ en la que despuntan unos gorgoritos que definitivamente alejan a El Último Vecino de The Drums para acercarlos aun más a sus padres, los Smiths y Morrissey. También resulta inmediata ‘Un secreto mal guardado‘, con uno de esos estribillos repetitivos que identifican al proyecto de Gerard Alegre Doria.
Aunque El Último Vecino sea cada vez más popular, aquella intención de sus inicios de que las grabaciones parezcan rescatadas de una cassette enterrada en una bolsa en la década de los 80, permanece ahí. También despunta su inequívoco aire cinematográfico. La declaración que resulta ‘Drama tras drama’ («yo sin ti seré drama tras drama») es como meter en la batidora a Miguel Bosé, OMD y A-ha, pero es que además, cuando parece que la canción ha terminado, vuelve una coda instrumental en lo que, visualmente, sin duda, representarían los títulos de crédito finales de algo.
Finalmente, que la referencia ochentera mande no significa que aquí solo haya hombreras y hits próximos al synth-pop. Aunque resulten más ariscas y/o peor acabadas, es de agradecer que ‘Justo encima de mí’ se acerque a la bruma dream pop de Cocteau Twins o Beach House (su final es ultra ‘Irene’ de ‘Bloom’, 2012) y que ‘Focos verdes’ esté tan llena de barro como la mayoría de la discografía de 4AD.
Calificación: 7/10 Temas destacados: ‘Donde estás ahora’, ‘Un secreto mal guardado’, ‘Drama tras drama’ Te gustará si te gustan: A-ha, The Smiths, Cocteau Twins Escúchalo: Spotify
Manu Tenorio se despide de su etapa “indie” publicando el recopilatorio ‘Colección indefinida’, tras lo cual empezará una nueva andadura en Universal. El cantautor ha concedido una entrevista promocional a 20 Minutos en la que hablado sobre temas de actualidad como el feminismo, dejando un titular tan confuso como el de Melendi hace unos días.
Tenorio “por supuesto” no apoya el feminismo, dice, porque es “extremo”. Explica: “No me considero feminista porque me parece absurdo, pero soy partidario y lucho en favor de los derechos de la mujer. Estoy plenamente convencido de que hay muchos frentes en los que las mujeres tienen que reclamar sus derechos”. El cantante continúa: “He crecido en un hogar matriarcal con mi madre, mi abuela, mi hermana y ahora con mi mujer. Conozco a la mujer en todas sus facetas, va a ser complicado que me sorprendan. Soy partidario de que se les dé el reconocimiento y el derecho que se merecen por mérito propio”.
El triunfito, conocido por temas como ‘Quiéreme’ o ‘Paso a paso’, ha hablado también del himno de España de Marta Sánchez, y ha reconocido que no le importaría componer su propia letra para el himno: “No tendría problema. Lo que hizo Marta Sánchez me pareció muy bonito. Es importante recuperar el orgullo de ser español, es natural”.
Laura Pausini no se pierde una visita al plató de Pablo Motos y esta noche ha visitado El Hormiguero por décima vez -le han dado hasta una tarjeta platino- para presentar su nuevo disco, ‘Hazte sentir’ (‘Fatti sentire’ en italiano), sobre el que ha dicho que su discográfica no quería publicarlo en un principio por ser “demasiado pronto”. Salió el 16 de marzo, por lo que este miércoles conoceremos en qué posición debuta en España.
Pausini, tan a gusto en El Hormiguero como de costumbre, ha hablado en El Hormiguero sobre su afición al horóscopo, bromeando con Motos con que si la mujer del presentador se llama Laura, como ella, es porque las estrellas le han querido decir algo. Motos y Pausini, de hecho, tontean de broma durante todo el programa, hasta el punto que protagonizan un “sketch” sobre las cuatro fases de una relación que termina con la pareja en edad anciana acurrucada en la cama.
La cantante italiana ha comentado también su admiración por Alejandro Sanz, de quien destaca su gentilidad e inteligencia y explica que comió una paella “riquísima” cocinada por el cantante. Además, ha jugado con Trancas y Barrancas, atendido a los inventos japoneses traídos por El Monaguillo e interpretado el single principal de su nuevo disco, ‘Nadie ha dicho’.
Le Monde informa que Nicolas Sarkozy, ex presidente de Francia y marido de Carla Bruni, ha sido detenido esta mañana y trasladado a las dependencias judiciales de Nanterres por la supuesta financiación ilegal de su exitosa campaña electoral de 2007 por parte de Libia, y por la que lleva siendo investigado desde 2013.
Desde 2012 pesa sobre Sarkozy, que presidió Francia de 2007 a 2012, la acusación de haber recibido de manera oculta dinero para financiar su campaña electoral de 2007 por parte del país norteafricano, entonces gobernado por Muamar el Gadafi. Y en 2016 el empresario Ziad Takieddine aseguró a Mediapart que fue él quien trasladó el dinero a Sarkozy en tres viajes realizados entre noviembre de 2006 y principios de 2007, un total de 5 millones de euros, según El Mundo, que en 2006 transfirió en mano a Sarkozy, entonces ministro de Interior, y a su posterior secretario general en el Elíseo Claude Guéant.
De momento, se desconoce en qué afectará esta detención a Carla Bruni, que, tras visitar España y pasarse por El Hormiguero, sigue de gira por Europa presentando su último disco de versiones, ‘French Touch‘. Tras realizar una serie de conciertos en Estados Unidos, el 28 de marzo la cantautora tiene un concierto programado en Lausanne y el 23 de mayo cierra gira en París. Sarkozy y Bruni contrajeron matrimonio en 2008.
Take That. Spice Girls. One Direction. Ya nos suena la historia: una “boy band” o “girl band” no nace, empieza a morir. La marcha de un integrante del grupo, sobre todo si este el más talentoso, es el mazazo definitivo para la continuidad de una formación de chicos o chicas “pre-fabricado” o de objeto principalmente comercial, y no hay nada que pueda reparar el daño causado en el seno del grupo salvo una reconciliación milagrosa. Quizá cinco miembros (como había en los tres grupos mencionados) sea demasiado y las buenas de Little Mix hayan hecho bien en limitar sus plazas a cuatro. Pero ellas ni de lejos han logrado el impacto logrado por One Direction o Fifth Harmony en todo el mundo y, bueno… ¿os suenan los Beatles?
Después de que Camila Cabello hiciera bomba de humo de Fifth Harmony a finales de 2016 para iniciar su carrera en solitario, publicando su debut el pasado mes de enero, las cuatro integrantes actuales del grupo -Dinah Jane, Normani Kunder, Lauren Jauregui y Ally Brooke- han anunciado que pausan su trayectoria conjunta para probar la misma suerte. Se veía venir, ya que, desde el principio, Cabello ha sido la Fifth Harmony con más posibilidades de triunfar sola, como acaba de confirmar su “sold out” doble en España, por lo que su marcha dejó al grupo seriamente tocado. Un daño perfectamente visible en los tibios resultados comerciales y de crítica producidos por su último disco (¡que es solo el tercero, como pasó con las Spice!)… y aquella desesperada colaboración latina con Pitbull que nadie había pedido. Sin uno de sus pilares fundamentales en el grupo, Fifth Harmony estaban destinadas a decir, al menos, un hasta luego.
¿Qué depara a las cuatro chicas ahora? Es difícil adivinarlo ya que el destino en solitario de los integrantes de una “boy band” o “girl band” después de una separación definitiva o temporal ha sido históricamente imposible de predecir. En los casos de los miembros con más talento, como Diana Ross tras abandonar The Supremes, Robbie Williams tras dejar Take That, Justin Timberlake tras dar la espalda a *NSYNC o Beyoncé tras dejar Destiny’s Child al margen, la decisión ha sido acertada y todos estos artistas han desarrollado carreras en solitario icónicas y con una entidad similar, igual o superior a la lograda por sus formaciones originales. Sin embargo, sus compañeros han tenido una suerte muy inferior. El ejemplo de Spice Girls es inusual: su primer miembro en abandonar, Geri Halliwell, no fue el que más éxito consiguió a la postre, que fue Mel C, pero aún así está claro que, en su caso, la unión ha hecho la fuerza, como ha sido también el caso de Backstreet Boys (que nunca se han separado oficialmente, pero de los que sí ha habido proyectos en solitario). Si ni siquiera juntas han conseguido reencauzar el grupo tras la marcha de Camila, ¿qué posibilidades tienen Fifth Harmony de repetir el éxito de One Direction?
El caso de One Direction es curioso: tanto Zayn como Harry Styles y Niall Horan han alcanzado un considerable éxito al margen de su formación original con sus respectivos debuts, y aunque Liam Payne y Louis Tomlinson no han publicado disco todavía, ya suman varios hits en su haber entre singles en solitario y colaboraciones. No está tan claro que lo mismo vaya a ocurrir con Fifth Harmony, pero nunca se sabe. Las chicas tienen talento y una base de fans potente. Si Dinah, Normani, Lauren y Ally mueven ficha inteligentemente, podrán decir que dejar Fifth Harmony ha sido la mejor decisión de sus vidas. Por mucho que les pese, a ellas ahora les interesa seguir los pasos de Camila y no acabar como esos miembros de *N SYNC cuyos nombres es imposible recordar. Si no, es posible que su legado empiece y termine en Fifth Harmony, lo cual sería un “final” para ellas demasiado temprano.
Animal Collective publicaron ‘Sung Tongs’, uno de sus discos mejor valorados debido a la suprema originalidad de sus composiciones de pop acústico y experimental, en 2004, pero nunca lo habían tocado en directo hasta el pasado mes de diciembre, cuando lo repasaron de principio a fin en el 21 aniversario de Pitchfork.
Ahora se anuncia que Avey Tare y Panda Bear (los únicos autores de ‘Sung Tongs’) repasarán este disco en salas de Reino Unido y Europa (además de Estados Unidos) este verano, y España es uno de los países afortunados que podrá escuchar clásicos del grupo como ‘Who Could Win a Rabbit?’ o ‘Visiting Friends’ por primera vez en vivo. Animal Collective tocarán ‘Sung Tongs’ el 19 de junio en Sala Apolo de Barcelona y 20 de junio en Joy Eslava de Madrid. Las entradas salen a la venta este viernes 23 de marzo, con preventa mañana 20.
En nuestro repaso a la discografía de Animal Collective, Marcos Domínguez apuntaba que ‘Sung Tongs’ marcó un cambio radical en el sonido de Animal Collective hacia unas canciones “más definidas” compuestas por las “melodías más originales de los últimos 10 o 20 años”: “ ‘Sung Tongs’ es un disco rompedor, adictivo y el paso definitivo del grupo hacia las estructuras del pop, a la preponderancia de la canción sobre la sensación”.
Dave and Noah will be on tour this summer playing Sung Tongs in its entirety throughout the US and Europe. Presale begins tomorrow at noon with code “sungtongs18” and general onsale is Friday. https://t.co/TUjCHCDomIpic.twitter.com/jsASwJ2IPX
Después de la exitosa marcha de Camila Cabello de la formación y de los resultados comerciales más bien mediocres obtenidos por su último disco homónimo (duró 4 semanas en el Billboard), Fifth Harmony han dado la noticia que sus fans veían venir desde hace un tiempo: las chicas aparcan el grupo para centrarse en sus carreras en solitario.
En un comunicado publicado en Instagram, Dinah Jane, Lauren Jauregui, Normani Kordei y Ally Brooke agradecen a sus fans el apoyo recibido en sus 6 años de carrera, desde sus inicios en Factor X hasta la actualidad, y escriben que su objetivo con el anuncio este descanso es “seguir siendo auténticas con nosotras mismas y con vosotros”, de manera que, tras una trayectoria de nuevas “experiencias, fortalezas y perspectivas” en solitario, puedan vertirlas en una posible reencarnación de Fifth Harmony en el futuro.
Pistas no han faltado del interés de las integrantes de Fifth Harmony por iniciar sus andaduras en solitario: Lauren Jauregui suma varias colaboraciones con Halsey (‘Strangers’), Ty Dolla $ign (‘In Your Phone’) y Steve Aoki (‘All Night’) y Normani Kordei acaba de publicar una canción con Khalid para la película ‘Love, Simon’. Por su parte, Dinah Jane estrenó ‘Boom Boom’ con RedOne, Daddy Yankee y French Montana el año pasado y Ally Brooke publicó ‘Perfect’ con Topic el pasado mes de enero.
Fifth Harmony es una de las bandas de pop que, junto a Little Mix y One Direction, han marcado a toda una generación en los últimos años gracias a éxitos com ‘Work from Home’ (cuyo videoclip fue el más visto de 2016 en Youtube), ‘Sledgehammer’, ‘Worth It’ u ‘All in My Head (Flex)’.
Sin estar claro aún si proseguirán con su emisión completa o se trata solo de una premier antes de que llegue a Netflix el 30 de marzo, Antena 3 se anotó anoche un tantazo (y una gran audiencia, de paso) al estrenar, pocas semanas después de hacerse en Estados Unidos, los tres primeros capítulo de la segunda temporada de ‘American Crime Story’. La serie, producida entre otros por Ryan Murphy (‘American Horror Story’, ‘Feud’), se centra en asesinatos especialmente controvertidos que ha vivido la sociedad norteamericana. Tras dedicar la primera temporada al caso de O.J. Simpson, logrando el beneplácito de público y crítica, esta vez nos cuentan –a su manera, claro- la historia tras el asesinato a balazos del diseñador italiano Gianni Versace (interpretado aquí por Edgar Ramirez) en la puerta de su casa de Miami, en el verano de 1997.
Pero el objeto de esta serie de 9 episodios no es, en realidad, contarnos quién era Versace, su vida y cómo logró que sus diseños fueran objeto de deseo de la alta sociedad y su amor por lo ostentoso inspirara estéticamente toda una época. Se cuenta, sí, pero muy de soslayo y apenas en el primer episodio, que comienza narrando la mañana de su asesinato. En realidad, es Andrew Cunanan (Darren Criss –’Glee‘–), su asesino, el que centra la dinámica de la temporada y sobre él gira el argumento desde el 2º episodio, no sin antes despachar ese primer capítulo que explica por qué los herederos de Gianni se desvincularon del proyecto y por qué Lady Gaga rehusó finalmente encarnar a su amiga Donatella (tarea que ha llevado a cabo Penélope Cruz de forma más que solvente): los Versace no salen muy bien parados, despreciando a Antonio D’Amico (Ricky Martin) y echándole mierda encima tras la muerte de su pareja y dibujando a la hermana como una mujer ambiciosa que deseaba intervenir en la parcela creativa del diseñador.
Pero, tras ese episodio dirigido por el propio Murphy, el argumento se dedica a retratar, mediante constantes –y a veces confusos– flashbacks y flashforwards a Cunanan y su carrera sangrienta hasta perpetrar la muerte de Versace. En ese sentido es loable que la trama se centre en otras de sus víctimas, dándoles casi la misma dimensión que a Gianni, y su esfuerzo por ahondar en los retorcidos métodos del criminal, tratando de dar un retrato psicológico del joven asesino en serie. Al menos a estas alturas de serie parece algo liviano y superficial, dando por supuestas sus motivaciones y poniendo el foco en cuestiones más bien accesorias.
Estamos, por tanto, ante un cóctel bastante engañoso, que alterna biopic, thriller psicológico y docu-drama pero logra mantener la atención incluso pese a no ser lo esperado. Sin quedar aún claro si los agujeros que los constantes saltos en el tiempo serán rellenados en capítulos venideros o son simplemente torpezas, lo peor sin duda es el tinte telefilmesco de bajo presupuesto que planea constantemente, con una realización especialmente chirriante por su pretenciosidad, abusando de planos cenitales y simbología cutre, casi hilarante (la escena del cuerpo de Gianni en la morgue junto al de la paloma que recibió otro disparo es de auténtica traca). Lo mejor, en cambio, es la muy lograda ambientación en los últimos 90, tanto con el vestuario, los escenarios reales de Miami y la música, una banda sonora de Mc Qauyle salpicada con ‘All Around The World’ de Lisa Stanfield, ‘You Showed Me’ de Lightning Seeds, ‘Easy Lover’ de Phil Collins y Philip Bailey, ‘Back To Life’ de Soul II Soul o el ‘Gloria’ de Laura Branigan. 6.
En tiempos de debate intenso sobre apropiación cultural, cuando hasta a Bruno Mars le caen palos por hacer música negra sin ser negro, Leon Bridges se ha hecho un nombre no solo replicando el soul de los 50 y 60 sino también su sonido técnico, empleando en su debut ‘Coming Home‘ equipos de la época que le hacían sonar, sin ningún tipo de disimulo, como si literalmente procediera de 1959. Si Bruno Mars se ha apropiado de la música, Bridges se ha apropiado de una época entera, estableciéndose en la actualidad como un verdadero anacronismo.
Bridges, por tanto, tenía dos opciones respecto al sonido de su segundo disco: seguir sonando intencionadamente anticuado, o no. Y ha escogido lo segundo, quizá porque el elemento “vintage” de ‘Coming Home’ no podría repetirse en su continuación sin que esta vez pareciera una pose. Por supuesto, las nuevas canciones de Bridges repiten fórmulas de un pasado remoto, pero la producción de Ricky Reed sintoniza con oídos (y equipos) actuales, situando a Bridges más en la línea de John Legend, Sam Smith o incluso Bruno Mars que en la de Sam Cooke y Otis Redding. Integrándolo en 2018, en definitiva.
La canción nueva de Bridges que mejor representa su evolución es la disco-jazz ‘Bad Bad News’ (con ella, el cantante ha pasado de los 50 a finales de los 70 en tres años), pero sin duda es la balada ‘Bet Ain’t Worth the Hand’ la que apunta a convertirse en una gran “fan favorite” gracias a su experta composición y conmovedora melodía, además de a su bellísimo arreglo de cuerdas; una canción, que como ‘River’ en el pasado, confirma a Bridges como un baladista de los pies a la cabeza, e inicia su nuevo disco, ‘Good Thing’, que sale el 4 de mayo, de la mejor manera posible.
De nuevo, ‘Bet Ain’t Worth the Hand’ es una canción clásica, muy años 50, y en ella Bridges lamenta el dolor de un amor imposible marcado por la distancia, dejando claro que no va arriesgarse a comprometerse con un amor inestable, pues no podrá soportar el dolor, a sabiendas de que pueda estar renunciando al amor de su vida. “I might regret that I can’t be your man, but sometimes the bet isn’t worth the hand”, canta. Es una canción desesperanzada que, sin embargo, logra sonar cálida y arropadora, preparada para consolar a corazones rotos como el suyo. Y vaya si lo consigue.
El SanSan Festival presume de un eclecticismo que busca que el certamen sea eso, una fiesta popular, más que un evento musical que muchos puedan ver como elitista y estirado. Por eso el año pasado tomaron la llamativa decisión de contar con Los Del Río, y por eso, de nuevo, en su edición 2018 encontramos junto a nombres como Lori Meyers, Iván Ferreiro, The Royal Concept, Viva Suecia, Varry Brava, Rufus T. Firefly o Sidonie otros tan diversos como Rulo y la Contrabanda, Juanito Makandé, Elefantes, Despistaos o Celtas Cortos, uno de los más llamativos reclamos del evento que se celebra entre el 29 y el 31 de marzo en Benicàssim, Castellón.
Por eso quisimos hablar con el grupo vallisoletano, concretamente con su compositor principal y cantante, Jesús Cifuentes (popularmente conocido como «Cifu»), sobre esta presencia en un festival de un corte algo distinto al que acostumbran. Aprovechamos para preguntarle por sus nuevos proyectos –nos adelanta que acaban de grabar un disco que, dice, nos va a sorprender– y por sus 30 años de carrera, en los que han fluctuado del éxito masivo al semivacío por parte de los grandes medios. Y también, obvio, por el machaque de su hit, ’20 de abril’.
El año pasado celebrasteis 30 años, publicando un álbum en directo y con algunos conciertos señalados. ¿Cómo valoras, ahora en frío, la atención del público en esa gira… y bueno, también a lo largo de estas 3 décadas?
Ufff… ¡Amplia pregunta! Sí, el año pasado celebramos esos 30 años lanzando en disco un proyecto sinfónico [Nde: ‘In Crescendo‘] que ya veníamos desarrollando en directo hace algún tiempo. Es un formato inusual tanto para nosotros como nuestro público, porque siempre habíamos tocado en formato eléctrico y somos un grupo de rockandroll. Y ha sido un lujo y un disfrute, porque estar acompañado por otros 60 u 80 músicos sobre el escenario es algo bastante sobrecogedor, emocionalmente muy intenso.
«A un grupo como el nuestro, que aparte de diversión ofrece un claro componente ideológico, nos ha pasado de todo»
En todo caso, han sido 30 años de trabajo imparable, vividos con muchísima intensidad, que los ha hecho posible la gente, que nos ha apoyado de manera incondicional, el público más habitual. Que, bueno, en tanto tiempo ha habido todo tipo de momentos: hemos estado abajo de la ola, en medio de la ola, y en la cresta, en todos lados. Eso te hace muy consciente de cuál es la realidad de la industria musical, de cómo están ahora las cosas en los medios… A un grupo como el nuestro, que aparte de diversión ofrece un claro componente ideológico, nos ha pasado de todo. Eso ha tenido su factura, pero no ha faltado el reconocimiento de la gente. Al final lo que queda es la verdad, y la verdad es lo que el tiempo acaba dictando.
En fin, son 30 años de una aventura muy chula que ya son 31, porque ayer mismo terminamos las mezclas de un nuevo disco de estudio, que publicaremos próximamente y con el que estamos supercontentos, porque va a haber (en él) una vuelta de tuerca importante.
¿Cuál crees que es la clave para que un grupo, como vosotros, resista tanto tiempo unido, sin caer en la desgana o el desánimo?
Pues, tío, ¡porque somos músicos! (Risas) Estamos intoxicados por esta droga, yo no entiendo la vida de otra manera que haciendo música y escribiendo canciones, se ha hecho (para nosotros) nuestro medio de expresión, el lugar en el que estás colocado en el mundo, para lo bueno y para lo malo. Ese combustible es lo que te da pilas. Por otra parte, no somos un grupo al uso, porque todo empezó por la amistad de sus componentes y así sigue siendo. No hay lucha de egos, nos lo pasamos muy bien, la convivencia es muy sana y eso es una pieza fundamental. La honestidad en la relación y en lo que hacemos es lo que sostiene todo.
¿Ha sido muy difícil resistir haciendo pop rock con toques celtas, un estilo que, tras el auge de vuestros tiempos, desapareció para las grandes audiencias?
Por cuestiones estéticas, no sé decirte si tiene una relación. Al final se trata de canciones, que conecten con la gente que las escucha. Desde luego, en 30 años hemos sido testigos de muchos cambios, transformaciones, querencias, de la emergencia de la electrónica, el entorno indie… pero hemos convivido (con ellos) sin ningún tipo de problema. Somos ávidos, voraces consumidores de música y, como todos los músicos, nos nutrimos de lo que hacen otros. Todo lo que te gusta te sirve como manantial de inspiración, estéticamente es un pozo sin fondo. Cuando se publique este nuevo disco, verás por qué palo van ahora las cosas… (Risas) Creo que esto que viene puede dar otra nueva vuelta de tuerca.
«[Sobre La M.O.D.A.] Ese toque folk lo han llevado a otro plano estético, pero es algo que venimos haciendo desde hace mucho tiempo»
Para vosotros siempre han sido un referente The Waterboys, si no me equivoco. Les ha ocurrido que, tras años en segundo plano, sus últimos discos han supuesto una nueva aceptación de la crítica y se les ha puesto en valor. Reescuchando algunos de vuestros discos recientes, simplemente por encima, suenan buenas canciones folk rock… ¿Te imaginas que algo así os pudiera pasar a vosotros o este país es demasiado cínico?
No lo sé, no quiero funcionar con la esperanza, porque es bastante traidora. Pero estamos muy satisfechos con este disco que vamos a presentar próximamente, y que se titula ‘Energía positiva’, eso sí te lo puedo decir. Sobre cómo el tiempo coloca o recoloca las cosas en su sitio, pienso que algo así sería positivo para la autoestima del grupo, claro. Pero no sé cómo nos valorará la gente, imagino que muchos nos meterán en el saco de lo viejuno, aunque a lo largo de nuestra trayectoria hemos ido incluso por delante en muchas cosas. Ha habido muchos grupos que ese toque folk, por ejemplo La M.O.D.A., lo han llevado a otro plano estético, pero es algo que venimos haciendo desde hace mucho tiempo. El tiempo y, sobre todo, la bondad de tus obras pone las cosas en su sitio. Mientras siga latiendo el corazón y el motor siga rugiendo cuando aceleras, me doy por satisfecho.
¿No resulta en cierto modo frustrante que, pese a los esfuerzos por seguir publicando otros álbumes y canciones, se os siga identificando solo por los álbumes de vuestros primeros 10 o 12 años?
Sí, a mí eso no es algo que me emocione. Sobre todo porque, en muchos ámbitos, nuestra implicación política nos ha pasado factura y, sin embargo, hay gente que desconoce eso y solamente se queda con ‘Cuéntame un cuento’, lo cual es un poco doloroso. Pero bueno, mucha gente no investiga, toma la parte por el todo, pero eso no lo podemos resolver, nada más que continuando con nuestro trabajo.
¿Os preocupa ser un grupo al que solo se acuda como un icono de una época, como un ítem nostálgico? ¿En qué medida crees que habéis conseguido alcanzar a audiencias más jóvenes?
Eso puede tener una parte de fundamento, pero en nuestros conciertos hay una presencia transgeneracional, porque hay gente de nuestra quinta que viene con sus hijos, o gente joven que te redescubre o que por lo que sea se asoma a la ventana de tu música. A veces por azar o por un amigo que te abre la puerta descubres otros universos paralelos. Eso, de alguna manera, sigue sucediendo.
«[Sobre ’20 de abril’] Casi temo la llegada del día. Es como… «no puede ser, ¡otra vez no!»»
’20 de abril’ siempre ha sido vuestro gran clásico, pero se ha renovado desde la llegada de Twitter, ¿recuerdas cuál fue el primer año que era trending topic? ¿Tú mismo has echado un ojo a las comentarios que se escriben sobre la canción ese día?
Sí, sí… Pero bueno, esto es ya de antes de Twitter, es una recurrencia máxima, casi temo la llegada del día. Es como… «no puede ser, ¡otra vez no!» (Risas) Pero bueno, también tiene un valor, que, aunque sea como de coña, ese día le atraviese a todo el mundo el cerebro Celtas Cortos. Eso siempre está bien.
Hace unos años publicamos un brevísimo análisis sobre el éxito de la canción: el género epistolar, tiene costumbrismo, la cita de una fecha, la cita de un bar que nos puede resultar familiar, los celos, la nostalgia, el gancho instrumental. ¿Vosotros mismos habéis diseccionado esta canción para tratar de averiguar el porqué de su alcance o aprendido de ella algún truco que usar en temas posteriores?
Vamos a ver… (Se ríe) La disección yo no la he practicado, pero vamos, lo que ocurre es que la emoción que transmite, el paso del tiempo, que la gente ha cambiado, es algo por lo que todos en algún momento, tarde o temprano, pasamos, por lo que es muy fácil reconocerse. Pero cuando se hizo esa canción, como todas, se hizo con mucha carga emocional, pero sin… Cuando yo escribo no pienso en la gente o «voy a cocinar los ingredientes que le gustan a la peña». Hay canciones más crudas, otras más alegres, pero todas tienen que tener honestidad y verdad. Como no salgan de la entraña más profunda, no son verdad. Jugar a la mentira… no soy capaz de hacerlo.
Seguís tocando ‘El emigrante’, por lo que vemos en Setlist. 20 años después, da un poco de miedo que su mensaje siga tan vigente, ¿no?
Absolutamente, pero… Hay tantas cosas en nuestro repertorio, de hace muchos años, que vienen reivindicando y siguen siendo totalmente vigentes: el desequilibrio social, la injusticia en la que se basa el funcionamiento de las grandes corporaciones… Es aterrador, da mucho pánico. Pero ese también es el sentido que le queremos dar. Como te decía antes, hemos nacido con un puño levantado y consideramos que las canciones pueden obrar transformaciones, abrir el sentimiento y las cabezas de la gente, que inciten al pensamiento.
«Hacer solo canciones de amor… El mundo real no es tan cuqui»
Últimamente se ha cuestionado mucho si los grupos han de hacer canción social o no: hay quien opina que es parte de su «obligación» llevar a un mensaje a la gente, pero también quien opina que el mensaje de los grupos con estas inquietudes suele ser un poco genérico y naíf. ¿Vosotros cómo lo habéis vivido a lo largo de estos años?
Es que no entiendo la música de otra manera si no tiene abierta esa ventana. Pero también se debe a algo: desde que me he forjado, que era un adolescente, he estado en esos movimientos sociales y he crecido en un entorno en el que ese tipo de valores se han cultivado. Me parece una parte absolutamente trascendente del ser humano: estamos aquí para intentar transformar la sociedad a mejor, y eso no se puede hacer de brazos cruzados. Cualquier persona implicada con los procesos sociales de su entorno, debe esforzarse por hacer el mundo algo mejor en el ámbito en el que trabaje. El mío es la música, tengo un arma perfecta para hacerlo. Y no concibo otra cosa. No sé, hacer solo canciones de amor… El mundo real no es tan cuqui. (Risas)
¿Creéis que vuestro mensaje se ha ido haciendo más complejo o lo importante es hacer una canción más clara y directa, para que su mensaje se entienda?
Depende. Cuando haces una canción, depende del envoltorio musical en el que estés clavando las palabras. Unas son más etéreas, más complejas, y otras son puñetazos directos a la cara. No hay una fórmula concreta, depende de lo que salga de la entraña, del grado de cabreo que tengas en ese momento para afilar las palabras… te pone en una tesitura o en otra.
«[Sobre su escasa presencia en festivales] ¿Qué hemos hecho? ¿Qué prejuicios o qué concepto tienen de nosotros?»
Estáis en el cartel de SanSan compartiendo cartel con gente como Lori Meyers, ¿para vosotros puede ser una oportunidad para actuar en festivales donde no lo habíais hecho hasta ahora?
Pues la verdad es que para mí es una alegría. De alguna manera, viendo cómo han proliferado los festivales en España y que no hayamos sido convocados es un rollo como… «¡No nos ajuntan!» ¿Qué hemos hecho? ¿Qué prejuicios o qué concepto tienen de nosotros? Pero bueno, eso es porque los pensamientos son muy cabrones. (Risas) En realidad me da igual porque, por fortuna, trabajo y público no nos faltan. Pero es una alegría que se abra esa ventana porque ya verás, estoy seguro de que cuando salgamos a tocar la gente lo va a disfrutar. Bueno, no sé, como a mí las cuestiones talibanas e hiperortodoxas no me van nada…
¿Has podido echar un ojo al cartel? ¿Qué artistas te gustan?
Te diré que no lo he visto… ¡Perdón! Sé que debería haberlo hecho, pero he estado tan metido en la grabación… Lo único que sí sé es que tocan La M.O.D.A. y en el mismo día que nosotros, eso me mola.
¿Cómo recordáis aquel Espárrago Rock en el que iban a actuar Lou Reed y Cranberries y ambos tuvieron que cancelar porque cayó una tromba de agua histórica? Creo recordar que Celtas Cortos tocaron justo antes.
Sí, sí, sí… Me acuerdo como si fuese ayer. Recuerdo que antes de nosotros tocaron Macaco y después Public Enemy. Y ahí, fue la debacle, a partir de ese momento todo se desmoronó. Al día siguiente pasé por allí y era un desastre absoluto, pero tuvimos suerte de poder tocar, sí.
En los albores de 2018, menos de un año después de su disco de consagración ‘Culture’, el trío de Atlanta y representantes del trap (el verdadero) por excelencia Migos publicaban un nuevo álbum. Imaginativamente llamado ‘Culture II’, es un disco extenso –24 cortes– en el que se rodean más que nunca de algunas populares estrellas del rap actual como Nicki Minaj, Travis Scott, 21 Savage, Cardi B (un de sus miembros, Offset, es su prometido) y Drake.
El canadiense, actualmente en lo alto de la lista de singles yanqui con ‘God’s Plan’ desde hace 7 semanas, aparece en uno de los temas más inmediatos del álbum, ‘Walk It Talk It’, que acaba de ser destacado con un vídeo bastante chanante, imperdible. El clip imita el set de ‘Soul Train’, aquel programa musical tan popular en los 60 y 70, aquí rebautizado ‘Culture Ride’ y presentado por el actor Jamie Foxx, peluca afro mediante.
Migos interpretan la canción en riguroso playback y perfectamente ataviados con chorreras, rizos y bigotes, lookazos imposibles que quedan relegados a un segundo plano cuando Drake irrumpe con una peluca de ricitos chorreantes de gomina, al más puro estilo Barry White. Una propuesta guasona que se agradece mucho más que la habitual violencia y ostentación de armas y oro habituales.
Drake ha sido noticia de nuevo en las últimas horas, además, por haber presentado un nuevo remix de ‘Lemon’, uno de los pocos temas salvables de ‘No_One Ever Really Dies’ de N.E.R.D, tema en el que también colaboraba su amiga Rihanna.
Brigitte Laverne, el proyecto de la barcelonesa Alexia Taulé, mantiene casi inalterable su pasión por los sonidos italo disco mostrada en Bandcamp desde 2013. Cinco años después de que diera sus primeros pasos y tres después de un primer EP para Foehn Records que contenía cuatro pistas, entre ellas su pequeño hit ‘Touch’, y pistas tan reivindicables como ‘Tokyo’ y ‘Cities’, publica un mini álbum de 7 canciones. Brigitte no ha estado quieta este tiempo y por ejemplo ha aparecido en la también interesante ‘Don’t Go’ junto a otra revelación de la electrónica del país, LOWLIGHT.
¿Por qué decimos «casi» inalterable? En este disco siguen reinando los sintetizadores que evocan al italo disco de los años 80, a la banda sonora de ‘Drive’ que cambió la vida a una generación de nuevos músicos (muy evidente en la final ‘Night Feelings’), y que en pistas de este pequeño álbum se tornan cósmicos, como en ‘Youth’, o profundamente hipnóticos. ‘Crush On You‘, que habla explícitamente sobre el deseo, logra el mismo efecto que busca: la canción termina clavada en tu cabeza tanto o más que la persona que representa ese objeto de deseo. Sin embargo, se han abierto otras pequeñas puertas a otros estilos.
Una de las más llamativas es la que abre tímidamente la veda del rock. Las guitarras eléctricas distorsionadas aparecen en ‘Not Always’, una canción sobre los amigos con derecho a roce, o muy significativamente en el nuevo y coreable single ‘Can’t Take It No More’, haciendo de este uno de sus himnos más emblemáticos. Aunque la verdadera curiosidad del álbum es esa ‘Tinder Love‘ que conecta a Najwa con Poppy, a Casiotone for the Painfully Alone (y por extensión un poquito a Magnetic Fields) con los referentes de Brigitte Laverne de siempre (Giorgio Moroder, Kraftwerk, etcétera). Todo ello para hablar de la decepción que producen los perfiles de Tinder, pura fantasía irreal.
‘Wasted’ es una palabra polisémica en inglés, cuyo uso más frecuente entre la gente joven es el de estar «pedo» o «mamado». Quizá por eso habría cabido esperar, tres años después de su EP de debut, que este disco fuera incluso un poquito más desbocado, desmadrado o, simplemente, más largo. Eso sí, el sonido de Brigitte Laverne, con la co-producción de Sergio Pérez (Svper), entre lo tristón y lo evocador (‘Youth’ habla sobre la pérdida de la juventud), entre lo bailable y lo emotivo, nunca deja de ser mágico.
Calificación: 7,4/10 Temas destacados: ‘Crush On You’, ‘Can’t Take It No More’, ‘Tinder Love’ Te gustará si te gustan: Giorgio Moroder, ‘Drive’, Najwa Escúchalo: Spotify
Tal y como habíamos anunciado días atrás, esta mañana se ponen a la venta las entradas para el concierto que se celebrará el día 11 de julio en el Estadi Olímpic Lluís Companys de Barcelona de ‘On The Run II‘, la nueva gira conjunta del matrimonio formado por Beyoncé y Jay-Z. Puedes adquirirlas en Ticketmaster desde las 10:00h de hoy. Se trata, como indican los números romanos de su nombre, del segundo tour conjunto que ambos realizan tras el primer ‘On The Run’, celebrado en 2014 y que, en aquel caso, no pasó por nuestra geografía.
En un artículo reciente analizábamos aquella gira –setlist, contenido, montaje…–, tratando de imaginar qué novedades podría traernos ‘On The Run II’. Una de las más significativas será la existencia de los dos últimos álbumes de ambos, ‘Lemonade’ y ‘4:44’, en los que en mayor o menor medida afrontaban una crisis de pareja ya superada. La gira de presentación de ese sobresaliente álbum de Beyoncé ya pasó en 2016 por el mismo escenario, con un lleno absoluto. Será, además, la primera gira mundial de ambos después del nacimiento de sus dos hijos gemelos.
‘On The Run II’ no está exenta, en todo caso, de polémica cuando aún ni ha empezado a celebrarse: la imagen promocional del mismo es un homenaje a la película senegalesa ‘Touki Bouki’, dirigida por Djibril Diop Mambéty en 1973, y los herederos del cineasta han asegurado estar molestos puesto que ni se cita la inspiración en el clásico del cine africano ni tampoco se han dirigido a ellos para informarles o pedir permiso.