Esta noche en Nueva Zelanda se ha emitido un nuevo anuncio de Lorde que culmina con una fecha, 3 de marzo de 2017, esto es, este viernes. El anuncio presenta a la autora de ‘Royals’ en el asiento trasero de un coche picando y vestida para una ocasión especial. ¿A dónde se dirige Lorde? ¿A ‘Saturday Night Live’, donde actúa el 11 de marzo?
De manera notable, el anuncio contiene un trozo de lo que podría ser el nuevo single de la estrella kiwi, que consiste en una melodía de piano y un ritmo bailable en el estilo de… Coldplay. ¿Se viene Lorde con un single de pop influido por house después de haberse hecho un nombre con un estilo más bien tenebroso y minimalista en la línea de Purity Ring y Lana Del Rey? ¿Será 2017 el año en que Lorde haga ¿¿¿bailar??? a su público?
Lorde cumplía 20 años el pasado mes de noviembre, ocasión que aprovechaba para publicar una emotiva carta en las redes sociales sobre lo que ha sido su vida desde su salto a la fama. Anteriormente a eso, la cantante tenía el detalle de contestar por Instagram a un fan preocupado por la demora de su disco. «Soy una artista, escribo un disco cuando tengo historias lo suficientemente interesantes que contar, y es todo mío, cada melodía, cada letra, no es un equipo que haya encendido una máquina cada 18 meses como se enciende un reloj», explicaba.
Claramente no queda nada para que lo nuevo de Lorde llegue al mundo. Su nuevo single será lo primero que escuchemos de ella desde ‘Magnets’, su colaboración con Disclosure de 2016, y la excelente ‘Yellow Flicker Beat’, su excelente single para la banda sonora de ‘Los juegos del hambre: Sinsajo’. Han pasado cuatro años desde su exitoso álbum debut, ‘Pure Heroine‘, conque Lorde, más te vale que esto sea bueno…
Lorde ha publicado el anuncio en una nueva página web llamada «I am waiting for it». En la pestaña de la página puede leerse una palabra oculta, «M*******A».
Han pasado siete años desde que Jonna Lee y Claes Björklund fascinaran a medios y público por igual gracias a su proyecto audiosivusal iamamiwhoami, que fue un fenómeno viral durante 2010 gracias a sus videoclips codificados en las que la identidad de su protagonista (ella) tardó en desvelarse y que contenían una estética visual potente y enigmática conectada a la naturaleza nórdica, además de un estilo musical de electropop gélido similar al de Fever Ray que ha conseguido formar una base de fans de culto.
iamamiwhoami ha publicado tres discos desde entonces, ‘bounty’, ‘kin’ y ‘blue’, pero el proyecto parece haber llegado ya a su fin. Es lo que se desprende de su página web, que anuncia un nuevo single de Jonna Lee sola, ‘Samaritan’, para algún momento de este año. Ahora se hace llamar ionnalee.
‘Samaritan’ ya puede comprarse por anticipado en la web de Lee y es una colaboración de la sueca con la marca de ropa Comme des Garçons, lo que explica que la canción se venda en la web a 1 euro: la marca financia el proyecto, Lee promociona la marca y los fans no tienen que gastarse ni para un café para comprar el single. Lo que hacen las marcas, ¿verdad, Rihanna?
Curiosamente se anuncia este single como el de debut de Lee fuera de iamamiwhoami, pero Lee es autora de dos discos en solitario anteriores al proyecto que la hizo famosa, ’10 Pieces, 10 Bruises’, y ‘This Is Jonna Lee’, por su estilo folk-pop muy alejados a lo que Lee ha terminado haciendo. ¿Será que los repudia? Ahí en Spotify siguen…
Ariana Grande al fin ha estrenado el clip oficial de ‘Everyday’, el cuarto single de ‘Dangerous Woman’, tema en el que colabora el rapero Future que acaba de publicar dos discos de manera casi simultánea. Aunque por el momento la canción no está siendo tan exitosa como ‘Side to Side’, que aún se mantiene en listas muy por encima de esta, quizá este vídeo la ayude un poco a ascender.
Porque esta pieza, dirigida por Chris Marrs Piliero (ya trabajó para Grande en ‘Break Free’, y en su currículo figura también ‘I Wanna Go’ de Britney Spears), resulta bastante divertida. Muestra a Ariana cantando su canción en escenarios cotidianos en los que, nada casualmente, aparecen parejas de lo más variopinto enrrollándose con enorme pasión, dándose “esa buena mierda” a la que alude la letra de la canción. Parejas de toda condición sexual, edad y raza que se enrollan a lo bestia donde sea y delante de quien sea.
Ariana se encuentra en pleno ‘Dangerous Woman Tour’, una gira que tendrá parada en nuestro país el próximo mes de junio. En ella presenta un disco que con una estrategia atípica, la de ir pasito a pasito, ha convertido su último álbum en un éxito rotundo. Siguiendo en contra de la dictadura habitual del mercado, parece que Grande no se tomará un respiro cuando termine, sino que es más que probable que publique un nuevo disco en los próximos meses. La tendremos, pues, hasta en la sopa ahora que está a punto de estrenarse ‘La bella y la bestia’, versión con actores reales del célebre film Disney en el que ella interpreta con John Legend el tema principal, una revisión del que originalmente grabó Celine Dion.
Si hubiera una liga de discos pequeños-pero-prodigiosos, los de Renaldo & Clara tendrían bastantes números para ser los campeones de la categoría. Su anterior obra, ‘Fruits del teu bosc’, ya fue un álbum minúsculo pero precioso y repiten fórmula en ‘Els afores’: vuelve a durar 24 minutos, pero esta vez contiene diez canciones que no alcanzan los tres minutos; la voz (y el acento) de Clara Viñals sigue siendo la gran seña de identidad de Renaldo & Clara: aniñada y dulce, pero con un toque malicioso cuando es necesario. Eso y su construcción musical límpida, anclada en cierto pop británico de los ochenta, el Donosti sound y algo de folk, abrillantada por el sol mediterráneo de Julio Bustamante. De nuevo, una producción diáfana, de arreglos precisos e instrumentación primorosa (Víctor Ayuso vuelve a estar a cargo de la grabación). ¿Alguna diferencia entonces? Sí. Que ‘Els afores’ es todavía mejor. Viñals ha depurado su fórmula de pop delicado; ha desalojado parte de la melancolía y ha ganado en ímpetu, pero manteniendo intacta la frescura. El resultado son unas canciones palpitantes y vivaces, como pequeños animales silvestres.
Todos estas virtudes las resume ‘Fent amics’, el fabuloso primer single. Una joya de pop vivaracho, soleado y algo sixties, de estribillo sencillo y cautivador, en que destacan unos teclados locuelos que replican a Clara, mientras el resto de instrumentos suena como si también estuvieran invitado a la fiesta. Pero lo bueno del asunto es que ‘Fent amics’ no es el mejor tema del disco; el honor se lo disputan entre varios. Empezando por ‘Els afores’, en que una letra aparentemente banal sobre circular con el coche por las afueras, saltándose las normas de circulación entre carreteras desiertas, semáforos inútiles y descampados, se convierte en una vibrante gema salpicada de pequeños reproches envenenados. O ‘Sense voler’, una melodía memorable de pop sofisticado de los ochenta construida a base de juegos entre la línea de bajo, los leves sintetizadores y los coros. O ‘Fins un altre un dia’, cuyo enérgico estribillo remite a los mejores Belle & Sebastian. También cautiva la pereza estival de ‘Uns graus més’, la melancolía con poso soleado de ‘Els secrets’ o ‘Instruccions’, que es casi Bossa Nova rematada por un saxo soul…
Definitivamente, Viñals se ha convertido en una de las mejores compositoras de pop no de Cataluña, sino de toda España. Lo único que frena un poco mi entusiasmo por su disco es que se acaba demasiado pronto. Pero a buen entendedor, pocas canciones (y cortas, y preciosas) le bastan. Cuando ‘Els afores’ se termina, pues, simplemente hay que volver a darle al play.
Calificación: 8/10 Lo mejor: ‘Fent amics’, ‘Els afores’, ‘Uns graus més’, ‘Sense voler’ Te gustará si te gusta: El petit de cal Eril, Le Mans, Joan Miquel Oliver Escúchalo: Spotify
Eclipsada por la ceremonia de los Oscar 2017, precisamente, se producía la triste noticia del fallecimiento del actor Bill Paxton, a los 61 años. Al parecer, el actor fue sometido a una intervención quirúrgica de la que se derivaron una serie de complicaciones que han derivado en su muerte. Aunque su nombre no haya estado en la primera línea del cine en la última década, lo cierto es que el rostro de Paxton era muy frecuente como secundario e incluso como protagonista en numerosos filmes de los 80 y los 90.
En los primeros 80, Paxton daba sus primeros pasos en la interpretación figurando en un clip de Pat Benatar. Él mismo militaba en un grupo llamado Martini Ranch, y rodando un clip para ellos fue como James Cameron y él se conocieron y trabaron amistad, convirtiéndose más tarde en un actor fetiche para el director: contó con él en ‘Terminator’, ‘Mentiras arriesgadas’, ‘Aliens’ o ‘Titanic’, propiciando su entrada en la historia del cine como uno de los grandes scundarios del Hollywood contemporáneo.
Pero, al margen de sus trabajos para Cameron, Paxton también intervino en películas tan exitosas como ‘Calles de fuego’, ’Una chica explosiva’ (‘Weird Science’), ‘Depredador 2’, ‘Commando’, ’Twister’, ‘Apollo 13’, ‘Tombstone’ o ‘Límite vertical’. En la pasada década destacó en televisión al frente del reparto de la serie ‘Big Love’, por la que optó en tres ocasiones al Globo de Oro al mejor actor. Su último trabajo ha sido el de narrador en la adaptación con actores reales de ‘La Bella y la Bestia’, que se estrena en pocas semanas.
Tras ese giro de guión magistral con el que culminó la gala de los Oscar 2017, el error garrafal que hizo creer que la Mejor Película era ‘La La Land‘ cuando en realidad era ‘Moonlight‘ ya ha dado la vuelta al mundo cinco o seis veces, ha capitalizado la atención de estos premios y los memes se han cebado con el asunto. Sin embargo, nada hacía sospechar que aguardaba un vuelco final tan épico, y la ceremonia transcurría apacible hasta entonces. Repasemos en memes, cuán aburrida estaba siendo…
Y eso que Jimmy Kimmel dio ya alguna pista de que quizá la noche no iba a ser tan previsible como parecía, lanzando chuches desde los «cielos» en paracaídas, provocando la risa del respetable, alguna pérdida de papeles reclamando compartir las galletas, y el casi-aplauso de Nicole Kidman y sus descomunales manos. El presentador, además, se obcecó en trolear a Matt Damon, ¡incluso cuando estaba presentando un premio! Pero ni siquiera eso logró que todo fuera tan apacible que la propia esposa de John Legend, Chrissy Teigen, se echara un sueñecico en el patio de butacas.
En cualquier caso, el drama se ceñía sobre ‘La La Land’ tras perder varias categorías técnicas y la victoria de Casey Affleck sobre Ryan Gosling parecía un mal presagio, aunque luego Emma Stone y Damien Chazelle parecían dar la vuelta a la tortilla y cumplir con las previsiones. Sin embargo, llegó esa pirueta final del destino, con Warren Beatty y Faye Dunaway haciendo el papelón. Beatty ya intuía que algo no iba bien y le soltó la patata caliente a su compañera. A partir de ahí, drama, drama y más drama, leyendo en los labios de Emma Stone un ya célebre «Oh, my God!», recordando al célebre patinazo del presentador Steve Harvey en aquella gala de Miss Universo 2015, aludiendo al guión de la propia ‘La La Land’, y con M. Night-Shamalan atribuyéndose, genialmente, el plot-twist.
La polémica por la victoria de Manel Navarro en la final del concurso Objetivo Eurovisión sigue dando que hablar. Tras una rueda de prensa que levantó aún más suspicacias, RTVE ha buscado zanjar el asunto con un comunicado en el que da respuesta a una queja firmada por 600 personas y trasladada a través del Defensor del Espectador del ente público, Ángel Nogal. Básicamente, justifican que el jurado tenía el voto de calidad asignado previamente y que no hay reclamación posible. Por tanto, Manel Navarro y su ‘Do It For Your Lover’ seguirán siendo representantes oficial es de nuestro país en Eurovisión 2017. Este es el comunicado íntegro.
«Todo el proceso de elección del candidato a Eurovisión se ha realizado de acuerdo a las normas establecidas por la Unión Europea de Radio y Televisión, organizadora del festival. Todos los candidatos, 405, fueron informados y aceptaron las normas establecidas que se hicieron públicas con anterioridad al inicio de cada fase del proceso.
Además del candidato elegido a través del EuroCasting, TVE hizo un proceso de selección de otros cinco candidatos buscando entre cantantes y artistas con una carrera profesional ya iniciada. En su mayoría, estos cantantes habían participado en talent shows de TV o habían aparecido en otros programas.
El jurado de Objetivo Eurovisión 2017 estaba formado por tres reconocidos profesionales con criterio independiente, representantes de emisoras de radio de tres de los mayores grupos de comunicación de nuestro país: Prisa (Los 40 Principales), Atresmedia (Europa FM) y RTVE (Radio 3).
Por evidentes razones profesionales, los presentadores de radios musicales sueleen tener contacto con los artistas, cantantes y productores musicales. El jurado votó en primer lugar, sin conocer el voto del público. Cuando ejercieron “el voto de calidad” del desempate, ninguno de los tres modificó su primera votación.
Que el voto del jurado sea decisivo no es algo extraordinario. El año pasado, en la elección de Barei, los jurados nacional e internacional acumularon el 60% de representatividad y el público tan sólo el 40%. Este año el peso del público se incrementó al 50%, por lo que el llamado “voto de calidad” se asignó al jurado, práctica muy habitual en otros países.
Todo el proceso de televoto de la gala de Objetivo Eurovisión, como el Eurocasting, contó con la presencia de un notario.
TVE lamenta profundamente los incidentes que empañaron la final del programa Objetivo Eurovisión y es consciente de que este comportamiento fue seguido por unos pocos y que la mayoría de los seguidores de Eurovisión apoyan el festival y al representante español.
TVE por supuesto recoge todos estos comentarios que contemplará en futuras ediciones siempre con intención de mejorar».
Javier Bilbao lleva varios años sonando desde diferentes proyectos de música urbana underground, a veces más rap, como Infinitum, a veces más R&B, como su alias en solitario One Path. Pero siempre con un punto de vista heterodoxo, con altas miras en cuanto a producción y que, además, quiere y sabe cantar, no solo rapear. Hasta ahora venía siendo un secundario en la escena, trabajando de manera discreta pero constante. Pero cuando terminaba 2016 lanzó ‘Siempre parriba‘, una nueva mixtape con vocación de álbum, en la que se mira sin rubor en sus referentes (Kanye West, James Blake, Drake) y que contiene temas como ‘My muma’, ‘Koala’ o ‘No quisiste’ que tendrían que estar siendo ya un exitazo. Hablamos con el nuevo artista de la escudería Jägermusic para que nos hable de su visión de la escena rap estatal, de su vocación como cantante, de su alianza con la escena canaria
Has aparecido en nuestra web tanto como por Infinitum como por One Path, pero es probable que aún no suenes a muchos de nuestros lectores. ¿Podrías hacernos un resumen de tu bio musical? ¿Cómo has llegado a donde estás?
Empiezo a hacer música hace diez años y pruebo de todo hasta que me siento cómodo trabajando con Geri en Infinitum. Hacemos un par de discos de rap más allá de lo que casi todos consideran como rap y, cuando Geri decide que no quiere dedicarse profesionalmente a la música, me centro en mi proyecto en solitario como One Path, con una sonoridad más R&B, pero igualmente basado en el rap y la música contemporánea. Desde 2014 hasta ahora he estado haciendo música y vídeos sin parar, que he ido subiendo a internet y recopilando en varios discos que están en todas las plataformas digitales.
¿Para ti cuál es el gran paso artístico entre ‘Mi viejo choso’, tu primera mixtape como One Path, y ‘Siempre Parriba’, la más reciente? ¿Qué te gustaría que no pasara desapercibido?
Más allá de la evolución natural (y en parte no consciente) como artista, la mayor diferencia entre ambas es la cohesión que tiene la segunda. Mientras que en ‘Mi viejo choso‘ reúno temas hechos en 3 años distintos, los temas de ‘Siempre parriba’ se hicieron en un periodo de tan solo 6 meses, de modo que son menos variables en cuanto a sonido y planteamiento. Tras varios años de cambios, ahora estoy en una dinámica de trabajo en la que me siento cómodo y consigo crear de una manera en la que me siento más realizado y a la vez estoy públicamente en constante movimiento.
¿Cómo conociste a los Broke Niños Make Pesos y cómo surgió la idea de colaborar con ellos? ¿Qué crees que te han aportado ellos artísticamente, y al revés?
Nos conocimos hace años por internet cuando todos estábamos aún con nuestros proyectos anteriores. El punto de unión fue la afinidad musical respecto a lo que se hacía y las sonoridades que nos influían. Desde aquella época, hemos estado cerca casi todo el tiempo, colaborando a veces a la sombra y otras públicamente. La evolución de ambas partes ha sido distinta, pero considero que hemos tenido casi siempre puntos de apoyo comunes.
«[El término trap] se usa como un simple término de marketing»
Puede que haya quien caiga en la tentación de situarte en la escena trap, quizá por metodología de trabajo y generación, pero lo tuyo va por otro lado, ¿verdad? ¿Te molestaría caer en ese saco? Por otra parte, quizá te beneficiaría comercialmente, ¿no?
El conflicto principal con el uso de este término es la gran diferencia entre su origen (desde los 90s, el rap de Atlanta centrado en el conflicto del tráfico de drogas) y su sentido más habitual en la actualidad (asociado al nuevo sonido del rap y la música urbana, pero desligado de su origen en la mayor parte de los casos). Yo no suelo utilizar esta etiqueta para referirme a mi música, pero entendiendo que se usa como un simple término de marketing, tampoco me molesta especialmente que otros lo usen.
La gran diferencia, además de que te curras tus propias producciones y las cuidas mucho, es que para ti lo melódico es muy importante. ¿Es irrenunciable cantar para One Path? ¿Descartas rapear más?
Por lo general, cada canción la trato de forma distinta, según lo que en ese momento me salga, así que no suelo tener ningún planteamiento de base. En cualquier caso, en los últimos tiempos, el rap internacional tiende a ser cada vez más melódico, así que supongo que es simplemente una tendencia que desarrollamos con naturalidad.
Tú cuentas, y además se nota, que tu trabajo se inspira más en el R&B contemporáneo de James Blake o en el rap de más altas miras, como Kanye West o Drake. ¿Te preocupa que se puedan perder esos referentes al cantar en castellano, que tu público no lo aprecie?
Para mí, toda creación tiene referencias, a veces más claras, otras más escondidas. Esta intertextualidad me parece vital en el arte de nuestra época, hasta el punto de lidiar en ocasiones con conflictos de copyright. En cualquier caso, las referencias no son necesariamente una parte necesaria para comprender el discurso. Están ahí para el que quiera hacer una lectura más profunda, pero, para mí, lo importante en primer lugar es que la música se pueda disfrutar, más allá de cuáles sean sus raíces.
Me llama la atención que tu música haya conectado muy bien con el particular estilo de la generación de músicos y raperos canarios que han irrumpido en los últimos tiempos, tanto BNMP como los Locoplaya (Bejo, Don Patricio…). ¿Cuál crees que es la clave que te hace conectar con una expresión musical tan particular?
Creo que esto parte de una tendencia creciente de música de ánimo más desenfadado y positivo, el deseo generalizado de una visión distinta del rap, más fresco y de naturaleza más amable. El estilo de vida de las Canarias quizá conecte más con este mood.
«Siempre me ha parecido importante el trabajo que han hecho C.Tangana y AGZ abriendo camino a nivel mediático»
Y del resto del panorama estatal actual, ¿con quién crees que conectas más? ¿Quizá con Agorazein? Leí que ‘LOVE’S’ era uno de tus discos de cabecera, y francamente se nota en tu trabajo.
No hay nadie que represente de forma exacta el concepto de música urbana que yo trato de desarrollar, pero sí hay unos cuantos artistas que me gustan. Siempre me ha parecido importante el trabajo que han hecho C.Tangana y AGZ abriendo camino a nivel mediático, como representantes de este nuevo movimiento. En ese sentido, aunque no todo lo que han hecho me ha gustado como público, sí que son una de mis bandas de referencia en España.
¿Qué te parece ‘Siempre‘? ¿Te han dicho ya que la portada de ‘Siempre parriba’ recuerda un poquitín al bodegón de su portada?
Pregunta sin miedo, es obvio que está hecho a propósito. En el disco hay algunas canciones, como ‘Tentación’, que me enganchan bastante. A nivel de concepto creo que es un buen disco y sobre todo, muy necesario. Parriba.
He leído que eres un fan del formato mixtape y que te gusta que tengan tantos temas como sea posible. ¿Por eso has incluido las versiones de Kanye, Desiigner…? ¿Te planteas lanzar un álbum convencional y físico, de 10-12 canciones, dejando solo la crema?
Me gustan de siempre las mixtapes, que suenan mejor y más frescas que un álbum. Vivimos en una época donde la espontaneidad en la música se premia y creo que esto es un ejemplo de ello. Me he planteado hacer un disco más convencional, pero últimamente desarrollo todo de un modo mucho más natural y no tan premeditado. Hacer un disco de este tipo implicaría cambiar muchas cosas de mi método de trabajo que ahora mismo no me interesa cambiar, así que simplemente voy fluyendo. En cualquier caso, no tengo intención de editar en físico.
«Empezamos a acostumbrarnos a que muchos artistas peten en muy poco tiempo, pero yo siempre he visto lo mío como una carrera de fondo»
Me sorprende muchísimo que temas tan chulos como ‘No quisiste’, ‘Koala’, ‘No paro’ (aunque sea un original de Indigo Jams), ‘La muma’, ‘El jugo’… no lo estén partiendo en visitas de Youtube al nivel de otras cosas del rap nacional que, para mí, están lejos en calidad y aspiraciones de tus temas. ¿No te da coraje? ¿Qué crees que puede faltarte para contar las visitas por millones, petar salas por todo el país y aparecer por todas partes?
Empezamos a acostumbrarnos a que muchos artistas peten en muy poco tiempo, pero yo siempre he visto lo mío como una carrera de fondo. Por supuesto que me gustaría que me fueran mejor las cosas, pero lo único que puedo hacer es seguir trabajando e intentando jugar mejor mis cartas. Creo en mí mismo, el resto ya llegará.
También acabas de anunciar un nuevo proyecto junto a Recycled J. Cuéntanos más sobre él, por favor.
‘Milagro’ es un EP de 7 canciones que saldrá a lo largo de este mes. Cuatro de las instrumentales son mías y las otras tres, de horror.vacui. No hay mucho más respecto a la concepción del disco, es tan solo una contraposición de los estilos vocales de los dos.
«Me gustaría hacer música más universal y que un público cada vez mayor pudiera acceder a mi mensaje»
Hace solo unos días has lanzado ‘Guinda’, un tema nuevo que supone un acercamiento al pop bastante explícito. ¿Te gustaría progresar más hacia un estilo más universal, no tan encuadrado en los códigos del rap?
Para mí el rap es el punto de partida desde el que surge mi música y en este sentido me siento cómodo teniéndolo como punto de apoyo constante, pero sí me gustaría hacer música más universal y que un público cada vez mayor pudiera acceder a mi mensaje, lo cual es en definitiva mi misión, transmitir ideas positivas a la gente.
¿Te pones alguna barrera a la hora de avanzar en tu estilo? ¿Tienes «líneas rojas»?
Con el tiempo, mis gustos y mis intereses han ido variando mucho y, de tal modo, lo que me veo capaz de hacer o intentar va cambiando cada año. Intento no juzgar ninguna música e ir evolucionando según lo hace mi oído, encontrando nuevos terrenos que explorar, no tanto como una apertura hacia lo pop, sino a lo que me llama la atención en un momento concreto.
El clip es, también, muy distinto a lo que has hecho hasta ahora, con una mayor producción y cierta coartada artística. ¿Hasta qué punto trabajas también en tu evolución a nivel estético y visual?
Como artista, trato de centrarme en lo sonoro, pero obviamente tengo ciertas nociones sobre lo que me representa estética y visualmente. Sin embargo, debido a mis limitaciones, me es imposible desarrollar esta concepción sin dejar de lado la música. Ahora que el audiovisual es el formato casi obligado para nosotros, conseguir producir contenido regularmente es un gran reto que debemos salvar colaborando con otra gente, de modo que lo visual es en gran parte aportación de otros y no mía, por lo que el crédito debe darse al equipo con el que trabajo.
¿Hay algo más que estés preparando en este momento? ¿Actuarás para apoyar ‘Siempre parriba’?
No hay ningún proyecto concreto en marcha, sigo creando todo lo que puedo e iré publicando cosas sobre a marcha. Sí me gustaría girar con mi nueva música, aunque de momento no tengo muchas fechas.
«¿Puede ‘Moonlight’ arrebatar el Oscar a ‘La La Land‘?», nos preguntábamos hace unos días, añadiendo una serie de razones. Lo que no sabíamos es que podía hacerlo de una manera tan sumamente literal: se anunció que la ganadora era ‘La La Land’, su equipo subió al escenario, pero se tuvo que rectificar porque la ganadora era ‘Moonlight’.
En los últimos momentos de la ceremonia que ha tenido lugar esta noche, Warren Beatty leyó la tarjeta equivocada, la que contenía el premio a mejor actriz para Emma Stone. Un realizador tuvo que avisar a los productores de ‘La La Land’ de que no eran los ganadores. Fred Berger dice: «por cierto, hemos perdido». Jordan Horowitz irrumpe en el escenario y muestra el sobre que debían haber leído Warren Beatty y Faye Dunaway después de que alguien aparezca en el escenario y se lo entregue. Se trata de resolver el error histórico entre los sobres con humor, pero el asunto ya no tenía mucha gracia, como podéis ver más abajo. Imágenes de la ceremonia muestran a Leonardo DiCaprio saliendo del escenario con el sobre de Mejor Actriz, pues él lo había entregado, por lo que se le está acusando de haber propiciado el error involuntariamente.
Queda para ‘La La Land’ el consuelo de haberse hecho con el premio a mejor director (Damien Chazelle), mejor actriz (Emma Stone, derrotando a Isabelle Huppert y Ruth Negga), mejor fotografía, mejor diseño de producción, mejor banda sonora (Micachu se quedaba sin premio) o mejor canción (‘City of Stars’, interpretada por John Legend, vídeo debajo). Quien no ha ganado el premio a mejor actor ha sido Ryan Gosling, pues el galardón ha sido para Casey Affleck por ‘Manchester frente al mar‘, cinta que también se ha hecho con el mejor guión original.
‘Moonlight’ por su parte tiene, además del merecidísimo premio a mejor película y el de mejor guión adaptado, el de mejor actor de reparto para Mahershala Ali. El mejor montaje y la mejor mezcla de sonido han sido para ‘Hasta el último hombre‘ de Mel Gibson mientras que ‘Escuadrón suicida’, ‘El libro de la selva’ y ‘La llegada’ también han arañado premios técnicos. ‘El viajante’ ha sido la mejor película de habla no inglesa y el mejor corto ‘Sing (Mindenki)’ derrotando al español ‘Timecode’.
La ceremonia contó con un monólogo de Jimmy Kimmel, ya disponible en Youtube, con una actuación de Justin Timberlake (ver más abajo), con la protesta anti-Trump de Gael García Bernal (también debajo) o el recuerdo de Carrie Fisher.
Beatriz Luengo le ha dado las gracias por el vídeo en Twitter, pero metiendo la pata. En su texto indica que Diplo ha producido «todo el último álbum de Justin Bieber» y no es cierto. Diplo únicamente coprodujo con Skrillex el tema ‘Where Are Ü Now?’ de ‘Purpose’, que es casi un bonus track en el disco, pues salió meses antes.
Posteriormente Diplo ha seguido colaborando con Beyoncé, por ejemplo en canciones de ‘Lemonade’ como ‘Hold Up’ y ‘All Night’. Antena 3 recuerda los días que Diplo puso en Instagram que para él era un sueño hecho realidad colaborar con Beyoncé y que de hecho hacía coros en ‘All Night’. «No sé por qué ha dejado mi voz ahí», indicaba el productor.
Seguimos sin fecha para el nuevo disco de Major Lazer que en principio estaba programado para finales de 2015. Lo que sí hemos conocido es un nuevo single en el que aparecen Nicki Minaj y PartyNextDoor. ‘Run Up’ es número 25 esta semana en las listas británicas después de haber llegado a ser top 20. En Estados Unidos llegó al puesto 66, pero ya no aparece en el Billboard Hot 100. En España la canción está gustando más y esta semana alcanza una nueva cima, el número 63.
No es la primera vez que un director cae en la tentación de hacer una secuela tardía de una de sus películas más emblemáticas. Ni tampoco es la primera vez que se la podría haber ahorrado. ‘La última película’ / ‘Texasville’, ‘Wall Street’ / ‘Wall Street: El dinero nunca duerme’, ‘Dos tontos muy tontos’ / ‘Dos tontos todavía más tontos’, ‘Independence Day’ / ‘Independence Day: Contraataque‘, o la reciente ‘La niña de tus ojos’ / ‘La reina de España’. La excepción podría ser la excepcional ‘El buscavidas’ y la notable ‘El color del dinero’, pero a lo mejor tuvo algo que ver que no las dirigiera la misma persona.
¿Cuáles son los pros y los contras de ‘T2: Trainspotting’?
Lo mejor de ‘T2: Trainspotting’
1. El gag del principio. Superar la vigorosa secuencia de apertura a ritmo de ‘Lust for Life’ del primer ‘Trainspotting’ era casi imposible. Por eso, la habilidad de Danny Boyle para darle una vuelta irónica, comenzando la secuela con Ewan McGregor corriendo… de otra manera, es digna de aplauso.
2. Tiene subidones. ‘T2: Trainspotting’ avanza con la fluidez de un tren de mercancías del siglo XIX. Sin embargo, entre tanto frenazo, tiempo muerto y acelerón, hay algunas paradas que merecen la pena: la presentación de los personajes, el emotivo final a modo de homenaje autorreferencial o la enérgica y muy significativa secuencia del reencuentro y posterior persecución de Renton por «Franco». Si en la primera Mark huía de su futuro, aquí lo hace de su pasado.
3. La banda sonora mola. Vale, no tiene ni de lejos la fuerza icónica y la importancia narrativa que tenía en el primer ‘Trainspotting’. Pero hay que reconocer que las canciones que suenan en esta secuela, tanto las de artistas modernos (Young Fathers, Wolf Alice) como de clásicos (Frankie Goes to Hollywood, Blondie, Queen, The Clash…), le van como la aguja a la vena al tono nostálgico que planea por toda la película.
Lo peor de ‘T2: Trainspotting’
1. Pero, ¿qué me estás contando? Reunir veinte años después a los carismáticos protagonistas de una película icónica siempre genera curiosidad y cierto morbo. Pero su impacto dramático es de corto alcance. Si después de conocer «qué fue de…» y del pertinente reencuentro, la película no ofrece mucho más que un constante guiño-guiño, codazo-codazo, uno acaba con la misma cara de interés por la trama que la que tiene Spud por la vida. ¿Chistes sobre Viagra? ¿De verdad?
2. Su estilo visual (des)gastado. Toda la fuerza y la coherencia estilística que hizo de ‘Trainspotting’ una experiencia visual inolvidable, se convierte en esta secuela en un popurrí formal más o menos llamativo, pero sin mucho sentido y algo anacrónico. La estrategia de Boyle parece clara: buscar constantemente la complicidad del espectador iniciado a base de intercalar rimas visuales con el film anterior.
3. «Elige… no repetirte». La famosa diatriba nihilista con la que se abría ‘Trainspotting’ es redefinida aquí de la peor forma posible: con una perorata forzadísima y a destiempo que, independientemente de que la suscribas o no, tiene el mismo efecto dramático que alguien hablando de política en una clase de yoga. No es el lugar ni el momento. 5,9.
Aunque ‘Los impunes’ (Richard Price) es más sólida, ‘Hermano de hielo’ (Alicia Kopf) más sorprendente y ‘Tú no eres como otras madres’ (Angelika Schrobsdorff) más conmovedora (cualquiera de las tres pueden encabezar esta lista), el debut literario de Emma Cline es la novela que más me ha cautivado de 2016, la que me volvería a leer ahora mismo si no tuviera una montaña de novedades en la mesa a punto de derrumbarse como un alud. Cline escribe con una precisión y un desparpajo admirables. Su estilo está cargado de expresividad y sensualidad. ‘Las chicas’ huele a sexo, a sangre, a marihuana, a ropa sudada y a basura descompuesta. La autora atrapa la atención del lector como si fuera Manson con sus acólitos, embaucándole a través de una cautivadora narración situada en dos espacios temporales: el pasado, el verano de 1969, y el presente. Utiliza dos voces femeninas, la de la narradora durante la adolescencia y cuando es una mujer madura. Y lo hace con gran eficacia, demostrando su enorme habilidad para meterse en la cabeza (está narrada en primera persona) de una chica de catorce años de los sesenta y en la de una mujer de sesenta del presente.
El título original del libro, ‘The Whites’, hace referencia, por un lado, a la gran ballena blanca Moby Dick y, por otro, a “los blancos”, aquellos criminales que no pudieron ser arponeados por la justicia y quedaron impunes. Y de eso trata esta excelente novela, de un grupo de policías neoyorquinos que una noche ven cómo uno de sus “impunes” es asesinado en el metro. Cualquier novelista se conformaría con tirar del hilo de este argumento. Price no. Price amplía el campo de batalla e introduce una trama paralela tan (in)tensa y absorbente como la principal. Cualquier novelista se conformaría con tricotar estas dos tramas sin que se le deshilachen. Price no. Price hace punto de cruz. Cada jornada laboral del policía protagonista es una crónica de sucesos diferente, un crudo relato del día a día (en este caso, noche a noche) de un policía en la ciudad de Nueva York. Cualquier novelista se conformaría con escribir una buena novela policíaca. Price no. Price ha escrito un novelón.
Lo más sorprendente de la primera novela de Alicia Kopf, ganadora del Premio Documenta 2015, es su riqueza metafórica. Kopf escribe con un picahielo. Va rompiendo capítulos hasta quitar toda la capa congelada que la recubre. La capacidad de la autora para exprimir narrativamente las posibilidades metafóricas del agua congelada es impresionante. El hielo le sirve para reflexionar sobre el arte y los artistas, hablar sobre las relaciones familiares y poner imágenes evocadoras y llenas de lirismo a sus sentimientos: “He puesto el pie sobre hielo muy fino. Primero he resbalado. Ahora me hundo”.
La alemana Angelika Schrobsdorff, quien se hizo famosa en los sesenta por novelas de alto contenido sexual para la época como ‘Die Herren’, narra en este “relato real” la vida de su madre, Else Schrobsdorff. Por medio de las cartas que dejó escritas, los testimonios de amigos y familiares, y sus propios recuerdos, la autora reconstruye la existencia de una “mujer apasionada”, como reza el subtítulo del libro, que vivió intensamente y sin prejuicios la bohemia del Berlín de entreguerras, se casó tres veces, tuvo un hijo con cada marido y, dado su origen judío, tuvo que huir de su amada ciudad cuando los nazis llegaron al poder.
Los relatos de Berlín son terapéuticos. Están situados en lugares sórdidos, tristes, dolorosos: hospitales, prisiones, lavanderías, centros de desintoxicación… Están protagonizados por alcohólicos, inadaptados, fracasados, enfermos… Y hablan de adicciones, de problemas de salud, económicos, sentimentales, de infancias tristes. Sin embargo, están envueltos en una extraña alegría, en una ternura tan paradójica como vivificante. Y muy divertidos. Berlin demuestra tener un sentido del humor admirable. Sus relatos están atravesados por una luminosa y fina ironía en la que no cabe el cinismo (en esto se diferencia de Raymond Carver, con quien ha sido comparada).
El gran Michel Faber (‘Bajo la piel‘, ‘Pétalo carmesí, flor blanca’) vuelve con una ambiciosa historia de ciencia ficción “realista” a medio camino entre Stanislaw Lem (‘Solaris’, ‘Ciberíada’) y Douglas Adams (‘Guía del autoestopista galáctico’). ‘El libro de las cosas nunca vistas’ (Anagrama) se puede leer de dos maneras: como la apasionante odisea espacial y lingüística de un misionero intentando llevar la palabra de Dios a los habitantes de un planeta que está siendo colonizado por una gran corporación terrestre, y como la dolorosa historia de amor, epistolar e interplanetaria, entre un hombre y una mujer separados por una distancia sideral.
Podríamos definir ‘Tan poca vida’ como un cruce entre ‘Instrumental’ de James Rhodes, las novelas de Tom Spanbauer y las de Donna Tartt. Del primero es casi como su versión en ficción. Resultan sorprendentes los paralelismos entre la vida de Rhodes y algunas experiencias que se relatan con enorme crudeza en este libro. Yanagihara articula su novela a través del dolor, tanto el físico como el emocional. Escribe con una cuchilla de afeitar: abre tajos en la trama, la desangra, la infecta, y luego intenta a duras penas cauterizarla.
La segunda novela de Jenny Offill narra, desde el punto de vista de la mujer protagonista, la vida de una pareja en 46 pequeños capítulos: desde que se conocieron en Nueva York y “especulaban” sobre cómo sería su futuro, hasta que se casaron, tuvieron un hijo y el futuro les atropelló. Y lo hace sin estridencias, sin dramas; con una precisión, una ternura y un lirismo conmovedores. Offill estructura su delicado y minimalista relato a base de fogonazos, de parpadeos elípticos a través de los cuales la narradora desliza una impresión, describe un sentimiento, transcribe una cita o susurra una reflexión.
El autor demuestra su enorme pericia para combinar lo particular y lo general, el retrato psicológico del atormentado niño (Lemaitre juega con maestría con el punto de vista, con su percepción de la realidad) y la pintura de toda una comunidad, de un pequeño pueblo francés cuya aparente tranquilidad se verá alterada por un suceso terrible. ‘Tres días y una vida’ es una novela que se lee en tres días (son poco más de 200 páginas) pero que permanece en el recuerdo, quizá no toda una vida, como le ocurre al protagonista, pero sí lo suficiente para esperar con ansias la siguiente obra de este autor.
Siguiendo a su compatriota Patrick Deville, y por supuesto, al pionero de la novela de no ficción (que además aparece como un personaje en el libro), Truman Capote, Beigbeder construye un sugestivo, mitómano y muy, muy ameno biopic sobre el autor de ‘El guardián entre el centeno’ y la que fue su amor de juventud, Oona O’Neill (luego esposa de Chaplin y fuente de inspiración para ‘Desayuno en Tiffanys’). El autor mezcla con gran pericia realidad y ficción, documentación y fabulación, para crear una emotiva argamasa dramática con la que rellenar los huecos de la historia de (des)amor entre estas dos celebrities del siglo XX.
Anoche se celebró la última semifinal nacional sueca, conocida como Melodifestivalen. Loreen, ganadora en 2012 con ‘Euphoria’, era una de las últimas 7 aspirantes y presentó un tema oscurete llamado ‘Statements’ con una sombría pero lucida puesta en escena, en su línea. La canción, cuya letra tiene algo más que una doble lectura política, se representó con una bandera blanca, si bien lo más llamativo fue el puntazo Sia / Maddie de toda la puesta en escena.
‘Statements’ comenzó con una niña haciendo el playback de la voz de Loreen, y terminó centrado en la vejez añadiendo más interpretaciones al tema. Con todo, Loreen no fue una de las dos clasificadas para la final, aunque tampoco fue de las eliminadas. ‘Statements’ irá a una repesca de la que podría lograr el pase definitivo, si bien, si ni siquiera ha ganado en una semifinal, bajan sus posibilidades.
Los clasificados fueron Jon Henrik Fjällgren feat. Aninia con la étnica ‘En värld full av strider (Vearelde gusnie jeenh vigkieh)’ y Wiktoria con la festiva ‘As I Lay Me Down’.
Podéis seguir la actualidad eurovisiva en nuestro foro de Eurovisión, donde podéis encontrar opiniones tan interesantes como la de vdesantos («Mi teoría es: la gente ha estado ultrapendiente de su actuación y no de votar, y otro tanto habrá pensado que para qué votarla si se sabía que pasaba a la final. Eso, o que en ese país se les ha ido la olla») o Summy («Loreen le da mucho al porrito me da a mí. A mí tanto la actuación como la canción me han dado bastante igual.»).
Antes de que esta noche se entreguen los Oscar, se han anunciado los «ganadores» de los premios a las peores películas del año. ‘Batman v Superman’ y ‘Hillary’s America’ han sido las grandes «triunfadoras» de los Golden Raspberry Awards al hacerse con cuatro «Razzies» cada una. El documental político de Dinesh D’Souza, que ya había hecho una cinta anti-Obama y esta vez la ha hecho contra la aspirante demócrata a la Casa Blanca en 2016 es la peor película del año, tiene a la peor actriz (Becky Turner, que hace de Hillary en «recreaciones»), peor actor (el premio Dinesh D’Souza) y peor director (Dinesh D’Souza y Bruce Schooley). ¿Cuánta gracia tiene que en un documental recaigan los premios a los peores actor y actriz? ¡Bravo! Dinesh D’Souza ha tenido el valor de pronunciarse sobre su premio a través de un vídeo, que podéis ver más abajo (minuto 4).
Esta ha sido su declaración: «La razón por la que me lo habéis dado es que estáis demasiado amargados por que Trump ganara. No lo habéis aceptado y probablemente nunca lo haréis. Este tipo de premios son realmente buenos para mi carrera. Si hubiera ganado un Óscar, estaría acabado. No podría hacer otra película y mi público ni siquiera aparecería porque pensarían que me habría convertido en uno de vosotros».
Para ‘Batman v Superman’ ha ido el peor guión, la peor secuela, el peor actor secundario (Jesse Eisenberg) y el peor combo interpretativo (Ben Affleck y Henry Cavill). La gran «derrotada» de la noche ha sido ‘Zoolander 2’, que estaba nominada a 9 Razzies y sólo se ha llevado uno, el de peor actriz secundaria para Kristen Wiig. ‘Misconduct’, con Anthony Hopkins y Al Pacino, se ha llevado un premio al mayor fracaso en taquilla, mientras que Mel Gibson se ha llevado el premio al artista redimido por la buena aceptación de ‘Hasta el último hombre‘.
El cine bélico y los Oscar siempre se han llevado muy bien. Desde el principio. En la primera edición de los premios, la película ganadora fue ‘Alas’ (1927), un drama épico sobre la aviación militar. En la tercera, ‘Sin novedad en el frente’ (1930), otro drama bélico. Luego la lista seguiría aumentando con clasicazos como ‘De aquí a la eternidad’ (1953), ‘El puente sobre el río Kwai’ (1957), ‘Lawrence de Arabia’ (1962), ‘Patton’ (1970), ‘El cazador’ (1978), ‘Platoon’ (1986)… Y así hasta la más reciente: ‘En tierra hostil’ (2010). Sin olvidar la influyente ‘Salvar al soldado Ryan’ (1998), una de esas películas que, como ‘Doctor Zhivago’ (1965) o ‘Brokeback Mountain’ (2005), han pasado a la memoria cinéfila como ganadoras del Oscar aunque en realidad no lo consiguieran.
Según estos parámetros, por argumento, intenciones y presupuesto, la película más oscarizable de este año sería sin duda ‘Hasta el último hombre’. Cumple todos los requisitos: un intenso drama bélico de casi dos horas y media, centrado en la historia real de un héroe americano de la Segunda Guerra Mundial, con mensaje humanista (¿pacifista?), vocación comercial y realizada por un director, Mel Gibson, que ya sabe lo que es ganar un Oscar (con ‘Braveheart’, otra película que podríamos considerar bélica).
Sin embargo, hace tiempo que los Oscar se han «empequeñecido». En la última década, salvo el caso de ‘Argo’, que era una producción cara, las demás películas ganadoras (‘Spotlight’, ‘Birdman’, ‘The Artist’…) tenían el presupuesto y el espíritu de una película indie. De hecho, hasta hace muy poco, un filme industrialmente tan modesto (y negro, y gay) como ‘Moonlight‘, jamás habría estado nominado y, mucho menos, estar considerado uno de los favoritos.
‘Hasta el último hombre’, está claro, va a dar poca guerra en los Oscar. Salvo los premios de sonido (imprescindible “oírla” en una buena sala) y, quizás, el de montaje, la vuelta de Gibson al campo de batalla de Hollywood no va a dar en el blanco. Sin embargo, eso no quita para que sea una película notable. Un contundente drama épico, de vigorosa narrativa y muy bien interpretado por un esforzado Andrew Garfied, mucho mejor que en ‘Silencio‘. A pesar de sus debilidades (a veces cae en el melodrama más adocenado), solo por la secuencia de la salvaje batalla de Okinawa merece la pena pagar una entrada y aguantar el sermoneo cristiano y maniqueísta con el que nos bombardea Mel con más saña que los japoneses. 7,5.
A los opinadores/críticos/periodistas musicales nos va una coartada personal/sentimental en un disco. Nos pone to’ locos, vaya. Así que, imaginad: ‘Prisoner’ es el disco post-divorcio de Ryan Adams, que tras 6 años de matrimonio con la actriz y cantante Mandy Moore, ponían fin a su relación hace ahora dos años. ¿Oís el frotar de manos? Soy yo. Sin embargo, estas 12 nuevas canciones de Adams no han satisfecho mis ansias de salseo.
Porque en ellas encontramos al mismo Ryan sobrio, tranquilo, esmerado en hacer buenas y bonitas canciones de clásico rock and roll que venimos encontrando, con mayor o menor acierto, desde mediados de la pasada década con y sin The Cardinals. Y sí, eso incluye su versión íntegra de ‘1989’ de Taylor Swift. No hay en ellas grandes confesiones, ni relatos explícitos de lo que fue mal, de qué ocurrió. Son solo, nada más, 12 canciones en las que se intuye el esfuerzo del autor por que sean lo mejor posible. Y que, eso sí, deambulan de forma genérica por las dudas, los miedos y la desesperación del fin del amor.
Y lo consigue en buena parte del mismo, no hay duda. ‘Prisoner’ empieza de forma abrumadora, con los incontestables guitarrazos de ‘Do You Still Love Me?’, en voz de un amante desesperado por entender qué le está apartando de su pareja si aún hay amor. A ese gran nivel de classic rock and roll, crudo, directo y de quilates, rayan el tema titular del álbum (siendo la prisión una relación) y, sobre todo, ‘Doomsday’, un día del juicio final que el protagonista de la canción se marca como meta de su amor. Pero detrás está, como una sombra, la incertidumbre de la otra mitad, la certeza de que algo está roto. Y la armónica, duele.
Esa, además de un sonido espectacularmente sencillo, es la constante de ‘Prisoner’, si bien en esa triada inicial está el pico del álbum y a partir de ahí no es fácil mantenerse en lo memorable. Con todo, logra sostenerse por encima del notable durante un buen trecho, entre guiños al Springsteen de ‘Tunnel of Love’ (‘Haunted House’, ‘Shiver and Shake’), hondura electroacústica a lo Eagles (‘To Be Without You’, ‘Broken Anyway’) o ramalazos a medio camino de The War on Drugs (‘Outbound Train’) y sus adorados The Smiths (Marr subyace en las guitarras de ‘Anything I Say To You Now’). Aunque siempre está holgadamente por encima de lo correcto, sí se echa de menos algo más de chispa y, hacia su final, pierde fuelle mansamente. Pero, aun así, el decimosexto disco del músico de Jacksonville certifica que sí, que Ryan Adams, pese a sus viejos amagos de convertirse en el Curro Romero del rocanrol, es uno de los compositores más genuinos, fiables y dotados de su generación y su estilo.
Ryan Adams está confirmado entre los artistas que actuarán en los festivales Mad Cool (Madrid) y Cruïlla (Barcelona), el próximo mes de julio.
Calificación: 7/10 Lo mejor: ‘Doomsday’, ‘Do You Still Love Me?’, ‘Prisoner’, ‘Anything I Say To You Now’, ‘Outbound Train’ Te gustará si te gustan: el Springsteen de ‘Tunnel of Love’, The War on Drugs, The Jayhawks. Escúchalo: en Spotify.
Lana del Rey ha concedido una entrevista telefónica a BBC para hablar de los Brits que al final se ha ido por otro sitio. La locutora Jo Whiley pregunta a la artista dónde se encuentra y cuando ella responde que está ensayando, Jo repregunta para qué ensaya y… resulta que hay sorpresa. No está sola. A Del Rey le da la risa y entre jijijí jajajá, termina reconociendo que en la habitación de al lado está su colaborador, que resulta ser Miles Kane, quien también acaba poniéndose al teléfono.
Lana del Rey dice que están escribiendo juntos para un proyecto que no es The Last Shadow Puppets sino «otra cosa», que lo están haciendo «por diversión», pero que está yendo «muy bien». Lana plantea este proyecto como algo «divertido» y no puede parar de reír, pero la verdad es que una colaboración de Lana con Miles Kane tiene todo el sentido del mundo si recordamos la querencia que tienen ambos por los años 50 y 60, la estética retro de aquellos años, la una más centrada en Hollywood y Marilyn Monroe, el otro en el pop psicodélico y Morricone. Imaginad lo que puede salir de un encuentro entre ‘El bueno, el feo y el malo’ con ‘The Misfits’.
La noticia no es una sorpresa total si recordamos que hace unos días se vio a ambos compartir un karaoke junto al otro Last Shadow Puppet Alex Turner. Quizá menos gente recuerde que ambos iban a coincidir, aunque al final no fue posible, en un disco de Professor Green (sólo Kane lo hizo y como bonus track).
‘Love‘, el último single de Lana del Rey, se ha quedado a las puertas de alcanzar el top 40 en Reino Unido. Directo al puesto 41, habría conseguido al ansiado top 40 de no haberse filtrado y haber podido disponer de 7 días al completo.
Pocas finales nacionales eurovisivas de cualquier año, de cualquier país, han sido tan comentadas como la de este 2017 en España. Manel Navarro y Mirela empataban a puntos, y la organización había estipulado que en caso de empate, prevalecería el voto del jurado, en contra de lo que suele suceder en otros países como Suecia o en el nuestro en otras ediciones. Incluso hay quien sugiere que Manel Navarro abandone su puesto en el certamen para donárselo a Mirela.
Durante la tarde de ayer se rumoreó en varias webs que había dimitido el responsable de la delegación española, Federico Llano, que tantas veces ha sido acusado por representantes españoles como Barei, Ramón o Anabel Conde, de no querer ganar Eurovisión para no tener que organizar el festival, y de agobiarse en misteriosas llamadas telefónicas cada vez que España subía en las apuestas durante la noche del festival o recibía 12 puntos.
Hoy Eurovision-Spain confirma que el jefe de la delegación española en Eurovisión y subdirector de Coproducciones y Festivales de TVE no estará en la próxima edición. No se sabe qué pasará en próximos años, pero en 2017 Llano se ha retirado, aduciendo problemas «estrictamente personales y familiares», aparentemente de salud. Llevaba en el cargo desde 2002, el año de Rosa, paradójicamente el que comenzó a significar algo Eurovisión para muchos españoles.
Por otro lado, ‘RTVE responde’ ofrecerá esta semana una respuesta de la dirección de TVE a las quejas recibidas tras la gala Objetivo Eurovisión a través de un comunicado.
Coachella ha anunciado que su cabeza de cartel Beyoncé no podrá actuar en el festival debido a su embarazo y sustituir a la productora ejecutiva de ‘Lemonade’ en estos momentos es un marronazo de la hostia para cualquier promotora. NME ha elaborado un artículo valorando los favoritos de las casas de apuestas para reemplazar lo irreemplazable y la verdad es que son una risa. ¿Que no viene Beyoncé? ¡Mandemos a Jay Z! ¡No, espera, mejor a su hermana Solange! Porque todo el mundo sabe que Beyoncé y Jay Z tienen exactamente el mismo público y que Solange, que vende unas 10 veces menos que su hermana, está súper preparada para encabezar un festival el día después de Radiohead. Mato por micrófonos escondidos en la sala de reuniones de ese gabinete de crisis.
El grupo favorito según las casas de apuestas son Daft Punk, pero estos, ni después de haber pasado por los Grammys para acompañar a The Weeknd, terminan de dar un paso al frente para confirmar que en 2017 realizarán gira como hicieran en 2007 y 1997. Así que es raro que el dúo acuda al rescate de Coachella como salvavidas o grupo de sustitución. Si no pensaban encabezar el festival antes, ¿ahora van a decir que sí?
Más natural parece la sustitución de Beyoncé por otra cantante femenina de renombre. La más indicada es Lady Gaga. Aparece cuarta en las apuestas por detrás del dúo francés, «Mr. Knowles» y Kanye West, pero este cancelaba su gira del otoño pasado para evaluación psiquiátrica y su supuesta gira europea sigue sin fechas. Gaga acaba de arrasar en la Super Bowl, ‘Joanne’ vive un claro «revival», tiene tiempo de sobra hasta que arranque su gira en agosto y, para empezar, el vídeo de ‘Perfect Illusion’ se grabó en un desierto de Los Ángeles. Y Coachella está en California. Hasta estéticamente le pega: si yo fuera el mánager de Gaga, presionaría.
Otros nombres que suenan fuertes son Green Day o The Weeknd, que ciertamente tiene un hueco en abril entre Chile y Canadá, aunque el verdadero pelotazo quizá lo pegaría la organización si confirmara a Rihanna, Bruno Mars, Ed Sheeran, Drake o Taylor Swift, que también aparecen, aunque mucho más abajo, en las casas de apuestas. Por cierto, ¿por qué no mandan a Los del Río? ¿Cuántas semanas decís que fue número 1 en Estados Unidos la ‘Macarena’?
Parte de la redacción evalúa el single del grupo imposible: Calvin Harris, Frank Ocean y Migos.
«Confieso que tengo debilidad por los temas de Calvin Harris, por esos estribillos categóricos engastados en subidones épicos. Pero parece que, tras el fin de la EDM, Harris se va dulcificando. Aunque ‘My Way’ y ‘This Is What You Came For’ aún seguían tirando de zapatillazo, aquí se nos ha comedido, un poco como ha hecho Katy Perry en su último single. ‘Slide’ es suave (bueno, todo lo suave que puede ser Harris) disco soul, un masaje para los oídos en que vuelve a demostrar que tiene la mano rota a la hora de parir tonadas pegadizas. Y aunque me cuesta creer que Frank Ocean se haya prestado a compartir featuring con Migos, coronan la canción estupendamente: Frank Ocean gustándose y Migos con un flow elegante. Si le sumamos el plus de que han usado el autotune de manera discreta (¡yuhu!), pues tenemos otro caballo ganador». Mireia Pería.
«Me parece un gusto escuchar a Calvin Harris salir de su zona de confort, relajar los beats y ponerse funky (nadie recuerda ya ‘I Created Disco’, ¿verdad?) para ponerse a tiro de un Frank Ocean académico, al que casi no reconocemos ya sin Autotune (o como se llame ese software de Francis and the Lights). El estribillo de ‘Slide’ no es, en todo caso, para tirar cohetes, y el papel de Migos es poco menos que testimonial, pero un nuevo disco del escocés sin ir a piñón fijo resulta estimulante». Raúl Guillén.
«Calvin Harris sabe, antes y despúes de ‘We Found Love’, que se pueden hacer hits sin ser obvio. Aquí, se le ha ido un poco la mano con el rollo chill. Si quiero escuchar a Frank Ocean en un medio tiempo, me pongo su disco, pero para escucharle a él y a Calvin en este registro, ya teníamos a Chromeo. ¡Dame zapatilla, Calvin! ¿Por qué llevaré 24 horas enganchado a ‘Dance Wiv Me’?». Sebas E. Alonso.
«La buena noticia de ‘Slide’ es que Calvin Harris no ha montado a Frank Ocean en una base EDM propia de su trabajo reciente, así que el autor de ‘Blonde’ no corre peligro de conseguir el hit de su vida con una canción antagónica a su estilo. La mala es que ‘Slide’ tampoco es un número de post-disco especialmente memorable; sí es de agradecer escuchar a Ocean en otros contextos más cercanos a la pista de baile -la aportación de Migos es totalmente prescindible-, pero sonar a Melba Moore circa 1982 puede dar mejores resultados, como bien ha demostrado Bruno Mars. Esto se queda en relleno». Jordi Bardají.
Parte de la redacción evalúa el single de regreso de Future Islands, ‘Ran’. Os recordamos que el grupo actúa el 6 de mayo en Razzmatazz, Barcelona. Puedes comprar tu entrada para Future Islands en Ticketea.
«Desde la primera vez que vi a Samuel T. Herring golpearse el pecho en el show de David Letermann me hice fan del trío de Baltimore. Como mucha otra gente, imagino. No fue sólo por la telúrica interpretación de su frontman, sino por escuchar a una banda capaz de recoger todo aquello que más amo del pop ochentero y saberlo presentar como algo nuevo y brillante. Como resultado: mi canción y disco del año 2014. Vamos, que las expectativas las tenía altas. Y no me han defraudado. ‘Ran’ es otro gran single para darlo todo, aunque Samuel esté más dulcificado. Siguen tirando de la misma fórmula de ‘Singles’, pero llevándola a terrenos aún más ochenteros (Talk Talk, OMD). El bajo absolutamente omnipresente enmarca sus arrebatos, la melodía pegadiza, la épica cotidiana y un estribillo que te atrapa. Y lo hace porque no acaba de estallar. Se queda ahí agazapado; el esperado subidón se queda a medio camino y se deja vencer por la melancolía, dándole a la canción un carácter de euforia triste. No alcanza el nivel del pepinazo cósmico que es ‘Seasons’, pero es fabulosa». Mireia Pería.
«La primera impresión de ‘Ran’ de Future Islands fue buena: un tema bailable y tan válido para correr -con ese bajo- como bonito. Después… se olvida. Como se puede apreciar en la actuación en «Jimmy Fallon», hay algo forzado en él, un deseo algo desesperado por volver a molar tanto como en ‘Seasons’ y en su mítica actuación televisiva. Casi sorprende comprobar que lo ha producido una persona tan experimentada como John Congelton porque voz e instrumentos parecen ir cada uno por su cuenta». Sebas E. Alonso.
«Lo veo en mi cabeza nítidamente: se termina ‘A Dream of You and Me’, la fantástica canción que cerraba ‘Singles’ y, tras unos pocos segundos de silencio… arranca ‘Ran’, poderosa (de sonido incluso más apabullante y compacto), como si no hubieran transcurrido tres años entre ambas canciones. Todo lo bueno que nos dejó aquel disco imborrable parece subvertir en este ‘Ran’, cuya letra no podía ser más emotiva: “And what’s a song without you? When every song I write is about you, When I can’t hold myself without you, And I can’t change the day I found you”. Lágrimas». Raúl Guillén
La nueva edición de ‘Tu cara me suena’ está a punto de terminar después de haberse merendado, para alegría de muchos, a Sálvame Deluxe. Anoche, por ejemplo, lo superó en 5 puntos de share y un millón de espectadores. La ganadora fue Lorena haciendo de Shirley Bassey, pero también hubo otras imitaciones impagables como la de Yolanda Ramos haciendo de Dora la Exploradora o la de Beatriz Luengo haciendo de Beyoncé.
El tema elegido fue ‘Girls (Run the World)’, aquel single que presentó ‘4‘ inspirándose en un corte de Major Lazer mucho antes de que Major Lazer fueran lo que son hoy. No es uno de los más populares de Beyoncé pero sí uno de los más agitados, mejores y carismáticos. Beatriz Luengo, totalmente tiznada, se vuelve loca a dar cabezazos desde que se sube al escenario, pero lo mejor viene cuando decide subirse a la mesa del jurado y, ni corta ni perezosa, le quita las gafas a Àngel Llàcer y las lanza por ahí.
Como puede verse en un vídeo posterior, las gafas se partieron inmediatamente en 2, aumentando el presupuesto de la gala 17 de ‘Tu cara me suena’ en cientos, quizá miles, de euros.
La semana que viene se celebra la final, y en ella habrá una imitación de Bruno Mars.
El vídeo de porno gay con coprofilia de regalo de Brendan Maclean, finalmente borrado de Youtube, era justificado por el cantante en un texto para The Guardian en el que hablaba de la necesidad de homosexuales de décadas pasadas de comunicar sus gustos por señales. El caso es que ha reavivado lógicamente el interés por el EP o mini álbum (son 7 pistas) que contenía la canción y que el australiano editaba el año pasado. El tema llamado ‘House of Air’ no deja de ser un gran corte de electropop que lo mismo podían haber entonado Erasure (por cierto, acaban de anunciar disco para mayo) que más recientemente Frankmusik o Bright Light Bright Light, que además conecta aunque sea tímidamente con su ya indisociable representación visual a través de frases como «no hay muros, ni fronteras, hablamos sin necesidad de palabras».
‘House of Air’ no abre los ojos sobre nada relacionado con las parafilias sexuales pero sí sobre la calidad de las composiciones de Brendan: esta canción debería haber sido un hit y además las canciones que la acompañan en ‘funbang1’ merecen la pena. Se llaman cosas como ‘Free to Love’ o ‘Hugs Not Drugs (Or Both)’ y son demasiado dependientes de sus influencias, pero todas aprueban y algunas con nota.
‘Tectonic’ se parece a Duran Duran, ‘Free to Love’ es como mezclar a Andy Bell con Take That en falsete, las guitarras disco-pop de ‘Love at First Sight’ de Kylie y el final de ‘Walking on Sunshine’, y ‘Hugs Not Drugs (Or Both)’ parece un popurrí de Republica, Baxendale, Babylon Zoo y Liquido. ¿Se limita Brendan a copiar el pop petardo tomando una ideíta de algo más sofisticado tipo Hot Chip? Quizá, pero llama la atención lo bien que se le da esto y también hacer melodías bonitas como la de ‘Never Enough’ o el R&B de ‘Undetectable’, que no resulta tan edulcorado si atendemos a esa letra que menciona el popper («amyl nitrate»).
Como colofón final, ha llamado a Amanda Palmer para una cosa llamada ‘On the Door’ que parece una versión de ‘Let’s Have a Kiki’ de Scissor Sisters, pero mola todo. Se trata de una conversación telefónica entre alguien que quiere estar «en lista de puerta» de un evento de Amanda Palmer. Como reflexión de todas aquellas personas que no valoran el trabajo de la gente que pincha o actúa en las discotecas y además quieren aparecer en lista «más uno», deja un par de frases para la historia: «la lista de puerta es para la gente que quiero follarme o ver desnuda. Tú estás en lista de puerta, MENOS 1, MENOS 2, MENOS 3 y MENOS 4». Por cierto, Amanda y Brendan tienen una versión conjunta de ‘Laura’ de Bat for Lashes.
Calificación: 7/10 Lo mejor: ‘House of Air’, ‘On the Door’, ‘Undetectable’ Te gustará si te gusta: Erasure, Duran Duran, Scissor Sisters Escúchalo:Spotify
La repercusión de ‘Comanchería’, que opta a cuatro Oscar (película, actor de reparto, guión y montaje), aunque no vaya a ganar ninguno, ha puesto de moda un término que se empezó a popularizar a raíz del éxito de ‘No es país para viejos‘: el «neo-western». Como el «neo-noir», que se lleva utilizando mucho más tiempo, estas nuevas películas del oeste reformulan los viejos arquetipos del género adaptándolos a una sensibilidad contemporánea.
‘Comanchería’ (extraña traducción del original ‘Hell or High Water’) es un ejemplo paradigmático de neo-western. El versátil director escocés David Mackenzie (‘Convicto‘, ‘Rock’n’Love‘, ‘Perfect Sense‘) dispara tres veces en su nueva película. Y las tres da en el blanco. Con la temática: dos hermanos ladrones de bancos perseguidos por un ranger a punto de jubilarse (fantástico Jeff Bridges); la iconografía: los emblemáticos paisajes de Texas en cinemascope; y con la música: la imprescindible banda sonora de Nick Cave (que ya puso música a otros neo-westerns como ‘La propuesta’ o ‘El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford’). El resultado de este tiroteo es un sólido western contemporáneo lleno de diálogos afilados, fabulosas interpretaciones y un inesperado pero muy jugoso discurso social.
Pero ‘Comanchería’ no es el único neo-western reseñable que se ha estrenado últimamente. Aunque la mayoría han pasado por los cines silbando como una bala, es un buen momento para recuperarlos:
‘Lejos de los hombres’ (David Oelhoffen)
Esta adaptación del cuento de Albert Camus ‘El huésped’ (publicado en 1957 dentro de la antología ‘El exilio y el reino’), es un buen ejemplo de la enorme permeabilidad y porosidad del western como género. El director David Oelhoffen utiliza sus claves temáticas e iconográficas para narrar una emotiva historia de amistad y desarraigo en un contexto insólito: la guerra de Argelia. «Dos cabalgan juntos» por el Atlas sahariano (geniales Viggo Mortensen y Reda Kateb), en medio de un enfrentamiento armado (el séptimo de caballería francés contra los indios argelinos), que le sirve al director como metáfora de otro tipo de combate: el de la ley tribal contra la occidental. Todo ello acompañado por, cómo no, la estupenda música de Nick Cave.
Disponible: Filmin, Movistar+
‘Bone Tomahawk’ (S. Craig Zahler)
Caníbales en el oeste. El debut del metalero S. Craig Zahler (es el solista de Realmbuilder) fue una de las grandes sorpresas del festival de Sitges de hace un par años. Y no es de extrañar. ‘Bone Tomahawk’ es una irresistible y muy singular combinación entre el western más clásico (el tema de la incursión en territorio indio) y las películas de terror italianas con caníbales. Con un ingenioso guión firmado por el propio Zahler (es también novelista), ‘Bone Tomahawk’ reúne a un “grupo salvaje” (Kurt Russell, Patrick Wilson, Matthew Fox y Richard Jenkins) que, a caballo y luego a pie (fabuloso meta-gag), se adentran en lo más profundo del corazón de las tinieblas para encontrase cara a cara con el horror. Un neo-western donde las «colinas tienen ojos».
Disponible: Filmin, Movistar+
‘Mi hija, mi hermana’ (Thomas Bidegain)
Si la excusa argumental que ponía en marcha la anterior ‘Bone Tomahawk’ (el secuestro de una mujer blanca por los indios) recuerda mucho a ‘Centauros del desierto’, el argumento de ‘Mi hija, mi hermana’ (espantosa traducción del original ‘Les cowboys’) es casi un remake de la obra maestra de John Ford. El reputado guionista Thomas Bidegain (‘Un profeta’, ‘De óxido y hueso’, ‘Dheepan’) debuta en la dirección con este enérgico western ambientado en la Francia rural contemporánea, que narra la incansable y obsesiva búsqueda que emprende un padre junto a su hijo («les cowboys» del título) para encontrar a su hija «raptada» por los nuevos indios salvajes: los yihadistas. Una estimulante relectura del clásico de Ford repleta, a su vez, de interesentes lecturas sobre los conflictos sociales y los choques culturales de la Francia actual.
Disponible: Filmin
‘Frío en julio’ (Jim Mickle)
Thriller de estética ochentera (re)frito en abundante aceite de (neo)western. Así podríamos definir la última película del inquieto Jim Mickle (‘Stake Land’, ‘Somos lo que somos’). Con su estilizada puesta en escena y su machacona banda sonora, ‘Frío en julio’ remite al cine (o, mejor, al vídeo VHS) de John Carpenter, Walter Hill o a los primeros filmes de los Coen. Su trío protagonista, Michael C. Hall, Sam Shepard y Don Johnson, derrocha química y carisma en una película que avanza levantando polvo en cada giro del camino. Una sorprendente historia de venganza que se transforma en un relato policíaco y desemboca en un auténtico duelo en el Ok Corral.
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‘Slow West’ (John Maclean)
No podía faltar en esta selección el aplaudido debut de John Maclean, teclista de The Beta Band. Como dijimos cuando publicamos la crítica, ‘Slow West’ es un western muy singular. Una película que, por un lado, abraza sus referentes (de Sam Peckinpah a Jim Jarmuscha pasando por ‘Valor de ley‘ de los Coen), y por otro, aprieta fuerte hasta asfixiarlos. Como una canción folk trágica y de aliento mítico, la película narra el viaje que emprende un joven noble escocés por el salvaje oeste en busca de su amada. Un trayecto, tanto físico como emocional, que recorre un apasionado idealista a través de un mundo demasiado realista. A pesar del título, esto no es un western comatoso. Al contrario, es concreto y certero como un disparo entre ceja y ceja.
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