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Hit de ayer: ‘Lucky Day’ de Nicola Roberts mereció ser más que un hit de culto

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Desde que Lana del Rey anunció su ‘Norman Fucking Rockwell’ no dejo de pensar en aquellos divertidísimos meses de 2011 en los que Peter Robinson -de nuestro querido blog Popjustice- se volvió totalmente majareta con la inminente publicación del disco de debut de Nicola Roberts y se refería a ella constantemente como ‘Nicola Fucking Roberts’ en un ejercicio de adoración extrema. Y puede que su entusiasmo fuese contagioso, porque a muchos aquí en JNSP aquel ‘Cinderella’s Eyes’ nos pareció fascinante, preludiado por ese adelanto maravilloso de ‘Beat of My Drum’, y lleno de pepitas de oro pop como la imponente ‘Porcelain Heart’ o ‘Yo-yo’.

Pero la joya de la corona era de lejos ‘Lucky Day’, compuesta con Martina Sorbara y Daniel Groom Kurtz de los fabulosos Dragonette, y producida por Traxstarz, un dúo que incluía a Si Hulbert, quien había trabajado anteriormente con Sugababes o One Direction. Los ingredientes eran inmejorables para la creación de algo que explotase la idiosincrasia vocal de Nicola (sin duda la Girl Aloud más interesante) y su visión de un pop muy comercial pero a la vez con personalidad. A tenor del resultado, ‘Lucky Day’, lanzada como single en septiembre de 2011, debería haber sido un éxito global. Pero para frustración de muchos se quedó en hit de culto, sin llegar ni siquiera a ese modesto nº 47 de la listas británicas que sí alcanzó ‘Beat of my Drum’.

La canción lleva el sello inconfundible de Dragonette, que hicieron toda la música y arreglos: secuencias de acordes ultrapegadizas, un ritmo contundente e incesante y melodías directas a la yugular. Nicola coescribió las letras, según ella “de estilo clásico”, sobre “un chico al que no convences hasta que finalmente lo consigues, y entonces es tu día de suerte”. En su afán por mostrar su rango vocal y por romper moldes (inspirada, dice, por su trabajo con Xenomania en la etapa Girls Aloud) entre las estrofas va introduciendo unos “woah woah woah woah” y “muah muah muah muah” que algunos fans no entendieron y que todavía causan cierta polémica en foros Nicolistas. Personalmente me parece que es uno de los toques distintivos más acertados de este misil pop:

La letra cubre la papeleta de expresar ese anhelo de un romance, pero tiene suficientes versos interesantes (“Kisses on my pillow / I’ve hundreds of those, though – I want something more” o “You’ve got a fast car / So why the hell we driving slow? / Zoom, zoom, zoom to me”) que el particular vibrato vocal de Nicola llena de vida y de sentido del humor. Una idiosincrática manera de cantar que alcanza otro momento sublime en ese verso del estribillo que dice “Are you gonna take this golden opportunity?”.

Hay algo más qu hace a ‘Lucky Day’ especial: es una canción con cuatro secciones (preludio con coros, estrofa, post-estrofa y estribillo) pero que usa un viejo truco de esos que sólo funcionan si haces las cosas muy bien: la secuencia de cuatro acordes es idéntica en todas las partes. Se necesitan muy buenas melodías en cada una de ellas para salir airoso sin que se note, y Dragonette y Nicola Roberts lo logran sin fisuras: con la misma secuencia de base las estrofas van sonando tentativas, después decididas, y acaban explotando en un estribillo de actitud arrolladora.

El relativo fracaso de Cinderella’s Eyes resulta una pena: canciones excelentes, colaboraciones acertadas como la de Diplo o de gente tan interesante como Dragonette o Metronomy, versión de un maravilloso hit de culto, y hasta un excelente descarte. Lo peor de todo es que dejaba la posibilidad de un supuesto segundo disco en poco más que una quimera. Sin embargo, el pasado febrero se oyó decir a Nicola que está trabajando en un nuevo disco, noticia que se confirmaba hace dos semanas en una entrevista sobre el nuevo disco de Cheryl Cole, que Nicola ha coescrito. Así que sólo queda esperar a que esta joya de electropop tenga su digna continuación.

‘Lucky Day’ suena en el último Popcasting de Jaime Cristóbal, disponible en este enlace.

C. Tangana y Becky G anuncian single conjunto, ‘Booty’

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C. Tangana y Becky G habían anunciado una colaboración, pero hasta ahora no habían trascendido demasiados detalles sobre la misma, más que se trataría de una canción “sensual” con un punto R&B y con letra en “spanglish”. El videoclip para el tema ya se habría rodado en Los Ángeles.

Y desde Los Ángeles, C. Tangana confirma finalmente que su canción con Becky G se titula ‘Booty’ y que su lanzamiento se acerca (Becky G confirma que sale “pronto” y no habría razón para creer que no sea este mismo viernes, día oficial de lanzamientos). Podéis ver la portada llena de mujeres en bikini de ‘Booty’ debajo de estas líneas. Parece que Alizzz (productor de C. Tangana) es productor de ‘Booty’, o así lo ha insinuado en Twitter.

Como algunos de nuestros lectores recordarán, ‘Booty’ ya era el título de otra colaboración pop, la que Jennifer Lopez e Iggy Azalea realizaron en 2014 (sin demasiado éxito, por otro lado).

C. Tangana acaba de publicar un espectacular videoclip para ‘Cuando me miras’, dirigido por Eduardo Casanovas y co-protagonizado por Úrsula Corberó. Por su parte, Becky G triunfa actualmente con ‘Cuando te besé’ con Paulo Londra.

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🍑 @iambeckyg se viene

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Neil Tennant de Pet Shop Boys cuenta la última vez que vio a George Michael

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Neil Tennant de Pet Shop Boys está a punto de publicar ‘One Hundred Lyrics and a Poem by Neil Tennant’, un libro que recopila las letras del grupo autor de éxitos como ‘West End Girls’ o ‘It’s a Sin’. Con motivo de este lanzamiento, Tennant ha concedido una entrevista a The Guardian donde ha hablado de arte, política, composición y curiosamente también de George Michael.

Tennant recuerda a Michael, fallecido el pasado 25 de diciembre de 2016 a los 53 años, y cuenta la última vez que ambos coincidieron, en los Juegos Olímpicos de 2012 en Londres. Explica: “Estábamos en los vestidores y la persona al lado de nosotros tenía la música increíblemente alta. Le comenté a mi tour manager si podía ir y pedirle que por favor bajara el volumen. Y de repente se abre la puerta y George, al que no había visto desde que estuvo en la cárcel, entra y dice: “¿me acabas de decir que baje mi música?”, y le contesté “sí”. Entonces me dice “dame un abrazo”. Y vuelve a su vestidor, pone otra vez la música y suena ‘West End Girls’, a todo volumen”.

Pet Shop Boys ultiman actualmente su nuevo disco, el último de su trilogía de álbumes con Stuart Price. Además, recientemente se han cumplido 30 años del lanzamiento de ‘Introspective’, que repasamos en cinco claves.

La canción del día: ‘Much to Touch’ de Planningtorock junto a Olof de The Knife es una pegadiza oda a la “muchedad”

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En 2010, The Knife y Planningtorock -además de Mt. Sims- colaboraron en ‘Tomorrow, in a Year’, una ópera sobre Charles Darwin. En los años siguientes, The Knife y Planningtorock han seguido colaborando (de hecho, son viejos amigos), pero nunca habían aparecido juntos en una canción original. Hasta que ha llegado ‘Much to Touch’, el nuevo single de Planningtorock.

‘Much to Touch’, el segundo adelanto de ‘Powerhouse’, que llega el 9 de noviembre, no es exactamente una colaboración con The Knife sino con uno de sus integrantes, Olof Dreijer, quien co-produce el tema junto a Jam Rastron. Se intuye en la producción de los ritmos -delicada, orgánica, casi tribal- la marca de The Knife, pero aquí quien brilla es Rastron y su gustosa producción vocal, que fluye entre robóticos graves y agudos para reflejar la identidad no binaria con la que Rastron se identifica, y que busca reflejar habitualmente en sus canciones, sin ir más lejos en el single que precede a este, ‘Transome‘.

Como ‘Transome’, ‘Much to Touch’ es una canción pop, aunque su exquisito ritmo y el delicado sintetizador que vibra debajo de él le infieren un sabor muy R&B. La melodía vuelve a ser inmediata -ese estribillo “I’m a much to touch, I’m a touch too much” se pega como un chicle- pero también sutil, aunque para inmediata su letra en frases como “hazme saber cuánto es demasiado para ti, y te daré más” o “has dicho que soy demasiado, entonces es que tú no eres suficiente”, con la que Rastron busca celebrar su “muchedad, especialmente cuando te enfrentas a gente que te dice que eres “demasiado”. El vídeo es una colaboración con la bailarina finesa Maija Karhunen, con quien Planningtorock ha preparado los conciertos de presentación de ‘Powerhouse’, que tendrán lugar el 16 y 17 de enero de 2019 en el mítico Berghan de Berlín.

Macy Gray / Ruby

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Macy Gray ha conseguido sustentar una carrera admirable tras el éxito mundial de su maravilloso primer single, ‘I Try’, hace más de 15 años. Lejos de quedarse en el “one-hit-wonder”, la cantante de Ohio ha seguido publicado álbumes que a su vez han seguido generando cierto interés, algunos de ellos tan buenos (y recientes) como ‘The Way’, de 2014; ha logrado un mini hit en streaming de ese mismo disco, ‘First Time’ (una de sus canciones más bonitas) y ha continuado dando conciertos por todo el mundo sin parar, aparecido en películas y colaborado con diversos artistas de relevancia como Justin Timberlake, Ariana Grande o Meghan Trainor. Esta última co-escribe ‘Sugar Daddy’, el sencillo principal de ‘Ruby’, el nuevo álbum de Gray, que no es la fusión de doo-wop y trap más sofisticada que se nos pueda ocurrir, pero sí una canción bastante mona cuya letra conserva el humor bobo que siempre ha caracterizado a la cantante que cantó una canción llamada “he cometido un asesinato”.

Ha declarado Gray que su intención con ‘Ruby’ ha sido hacer un disco pegadizo que guste a todo el mundo y se nota. ‘Sugar Daddy’ bebe claramente del pop adolescente de los 50 y 60, pero ‘Tell Me’ es abiertamente burlesque, ‘Over You’ tiene un punto muy beatlesco, ‘But He Loves’ representa el baldón dramático de rigor y ‘Witness’ es góspel. Muchas de estas canciones se mezclan con ritmos contemporáneos de hip-hop (‘Cold World’) o dance (‘White Man’), con mejores (‘Jealousy’) y peores (‘When it Ends’) resultados. La mejor de todas es ‘Buddha’, que aúna pop-rock y gospel al servicio de una melodía conmovedora con la que Gray expresa un mensaje de esperanza: “el futuro está en el aire, el pasado está en el suelo”. No hay clásicos ni nada que se le parezca, pero sí una autora cómoda en diversos estilos y con ganas de renovarse, aunque sea un poco.

Pese a las intenciones de ‘Ruby’, no puede pasarse por alto el carácter personal y profundamente introspectivo de estas nuevas canciones. En ‘Over You’, Gray celebra que ha superado sus problemas con la bebida, pero en ‘But He Loves Me’ interpreta a una víctima de violencia doméstica -que podría o no ser ella misma- y en varias ocasiones escuchamos a la cantante arrodillada ante Dios o Jesucristo con la intención de que sus “sueños se hagan realidad” (‘Buddha’), lo que incluye, en ‘Just Like Jenny’, visitar un “mundo maravilloso en el que me pueda colocar cada día, y donde pueda plantar un árbol del dinero”. En ‘Witness’, afectada por la decadencia del mundo, incluso desafía a Jesús: “sálvanos como prometiste / no es por nada, pero yo lo haría si fuera tú”.

Desde siempre, esto es, desde ‘I Try’, esa canción en la que Gray lamentaba el fin de una historia de amor, dejando para la posteridad un estribillo apasionante que llenaba el alma, el sufrimiento, y no otra cosa, ha producido el humor que impregna las canciones de Gray. “¿Cómo es que me siento tan sola, si todo el mundo conoce mi nombre?”, canta Gray en ‘Shinanigins’, pero cuando llega el estribillo es todo alegría. Ese contraste define a Gray tanto como su voz y ‘Ruby’ vuelve a ser un disco de canciones dolidas pero esperanzadas ante todo. No es su mejor disco, pero es otro disco personal, variado y a menudo emocionante de Macy Gray.

Calificación: 5,8/10
Lo mejor: ‘Buddha’, ‘Over You’, ‘Sugar Daddy’, ‘Jealousy’, ‘Shinanigins’
Te gustará si te gusta: John Legend y Alicia Keys pero también Ariana Grande y Meghan Trainor
Escúchalo: Spotify

Villagers: «A los 30 vuelves a buscar algo de espiritualidad, quizá por lo adictos que somos a los móviles»

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Villagers ha visitado Madrid este verano por primera vez para promocionar su disco, el excelente ‘The Art of Pretending to Swim’. Una vez con el disco en la calle, compartimos la conversación, en la que Conor O’Brien, el clarísimo líder del proyecto, habla sobre las letras y la producción no solo folk del disco, las alocadas grabaciones descartadas en el álbum y también música pop. O’Brien nos habla de tecnología o Spice Girls, y también sobre la escena alternativa y gay de Dublín o la muerte de Dolores O’Riordan. El artista actuará el 18 de noviembre en Bilbao (Kafe Antzokia), el 19 de noviembre en Madrid (Changó Live) y el 20 de noviembre en Barcelona (Razzmatazz 2). Foto: Rich Gilligan.

Has venido a Madrid exclusivamente para presentar el disco, no para tocar en este caso. Es como un «promo tour» a la antigua usanza, como el de los grandes.
Nunca había hecho una gira en España como la que voy a hacer, tenía 3 días libres, me dijo mi mánager que si quería venir de promoción y dije que sí. Solo había ido a Barcelona y a un festival de Bilbao. Nunca había venido a Madrid, es muy emocionante. Con la agencia hablé de ir a tocar a sitios donde no había ido.

Me da la sensación como de que tú y/o tu sello pensáis que es tu disco más importante…
Quizá. No sé, no puedo elegir, no puedo controlar lo que me pasa, así que cada disco no es como una elección para mí. No puedo juzgarlo porque cada disco es algo que no puedo controlar. Lo único que puedo controlar es el tiempo que paso trabajando en la música, pero aparte de eso, la dirección de la música sigue su propio camino.

¿Cuánto tiempo te ha llevado este disco?
Empecé como hace 2 años a escribir. Había más sonidos, pero decidí quitar la parte más loca de este disco y va a salir aparte. Hubo una conversación entre el sello y yo y de manera extraña estuve de acuerdo en que había que hacerlo así. Hay una canción llamada ‘This Is The Art of Pretending to Swim’, es la que da título al disco y no está en el disco. Saldrá aparte. Tiene sintetizadores pum-pum-pum, batería, un sample de un hombre de los 60 que habla y llora por algo que le da el gobierno americano. Estuvo en el disco, pero al jefe de Domino le pareció demasiado loca. Pero fue parte de él durante un tiempo.

Cuando dices «pum-pum-pum», ¿te refieres a que es tecno?
No, no es tecno, tiene batería como de heavy y mis voces están «pitcheadas».

«A los 30 vuelves a buscar algo de espiritualidad, porque es lo que te han enseñado. Coges un poco de budismo, de hinduismo, de esto, de lo otro, y lo unes. En Irlanda hay una espiritualidad creciente»

La religión es un tema en este disco, ¿verdad?
No diría que la religión organizada es un tema enorme en el álbum, sino más bien la idea de Dios. Para mí decir que he encontrado un lugar para Dios en mi corazón es como liberarme, porque tomo la palabra Dios y la hago mía. Consigo hacerla mía pese a la educación que he recibido. Dios puede ser solo una palabra para lo que quieras: para mandar a la mierda cosas o para ser amado, o para sentir orgullo, para cualquier cosa.

En ‘A Trick of The Light’ pareces reírte de ver una señal divina, cuando lo que puedes estar viendo es algo totalmente random.
Lo puedes interpretar así, pero la hice pensando algo así como “si algo me hace bien, me sirve, nadie me va a quitar eso». Si es un efecto luminoso, si solo es una ilusión, si esa ilusión te consigue dar fuerza, ¿qué más da? Si así te sientes mejor con tu entorno, más abierto, más conectado con los demás… Tu espiritualidad puede venir de donde pueda.

España ha sido un país muy católico, en el que la religión últimamente no parece tan importante. ¿Lo es en Irlanda?
Yo creo que es igual. En los últimos 15 años o 20, la gente ha dejado de ir a la iglesia o de rezar. Antes ibas a misa pero en las noticias salían noticias de abusos. Crecí pensando «¿qué es esto de la iglesia? Es raro, se les ha ido por completo». Pero yo rezaba cada noche, nombrando a todo el mundo que conocía para que estuvieran bien. Estaba obsesionado. De adolescente pasas, con 20 te concentras en tu vida y a los 30, ahora, vuelves a buscar algo de espiritualidad, quizá por lo adictos que somos a los móviles. Coges un poco de budismo, de hinduismo, de esto, de lo otro, y lo unes. En Irlanda hay una espiritualidad creciente. La tecnología nos ha tomado por completo. En 2 años no he leído un libro porque estaba obsesionado con mirar el móvil.

«La tecnología nos ha tomado por completo. Pasé 2 años sin leer un libro porque estaba obsesionado con mirar el móvil»

¿Y qué miras tanto?
El mail, Twitter, Instagram, Facebook. Para mis sobrinos es lo normal. A principios de año cogí unas vacaciones. Empecé a leer, reenfoqué mi vida, me leí como 4 libros cada 2 semanas y lo disfruté mucho. Sentía que mi cerebro volvía. La tecnología es bonita, pero nos jode también. Todo el mundo está publicando cosas todo el rato.

La canción de ‘Ada’ reivindica a una mujer muy creativa de hace 200 años, Ada Lovelace, la que se considera la primera programadora informática. ¿Te interesaba más reivindicar a una pionera por el lado feminista o realmente te interesan los algoritmos y las matemáticas?
Las dos cosas. Me interesa el primer algoritmo porque gracias a él tenemos ordenadores, máquinas con las que estamos todo el rato. Lo que hizo fue extremadamente hermoso para la conexión humana, pero a su vez terrorífico. La uso como metáfora. El tema no es solo la tecnología sino también un prisma más espiritual. Decir que «me siento como un sirviente de Ada» es como la liberación de estar controlado por el algoritmo. Somos solo un poquito más libres al darnos cuenta de lo pequeños que somos, y de esa conciencia, eres libre para empezar a experimentar de nuevo.

¿Dónde escuchaste hablar de ella por primera vez?
Leí sobre ella y la vi en un cómic que salió con su historia. La buscaba en Google todo el rato, como a Charles Babbage y su máquina analítica. Me documenté mucho sobre el inicio de los ordenadores, me parece muy guay.

He leído que John Grant y otra mucha gente de la música canta en la versión extendida de ‘Ada’, ¿alguien que te dijera que no o no se pudiera pasar?
Unos pocos…. (risas) no sé si lo quiero decir. Stuart Staples de los Tindersticks me dijo que estaba muy ocupado, y luego he visto que sí porque ha sacado disco. Me encanta su voz. Nico Muhly también estaba ocupado. Pregunté a demasiada gente (risas). No sé si has escuchado la versión larga de la canción, pero cuando el disco acaba en «fade out», aparecen como 8 minutos más de música con músicos, amigos míos… introduciendo sus respuestas a la canción: poesía, trozos de canción, texturas… Si te pones los cascos verás que hay muchas cosas distintas, y es como un viaje. Y acaba con la letra del inicio del disco.

En ‘Love Came With All That Brings’ oigo ecos de Moby, aunque no sé si será un referente para ti…
No mucho, crecí cuando aquel disco (NdE: ‘Play’) era tan masivo, pero en ese momento yo estaba más con Nirvana (risas).

Sí he leído que te encanta Floating Points.
Sí, lo vi en el Primavera. Muy «groovy».

¿Qué ha sido entonces lo que ha inspirado esta canción?
Creo que yo recordando descubrir a Portishead, Tricky y Massive Attack a finales de los 90, y la parte más espiritual del jazz tipo Alice Coltrane, también Al Green… El sample que hay es de un grupo de góspel llamado Dixie Hummingbirds, llegué a esa canción a través de otra canción, y eso plantea preguntas existenciales.

En ‘Hold Me Down’ hay trazos de una banda sonora, ¿es algo que te gustaría explorar?
Me encantaría, es la razón por la que me metí a hacer música. Me encantaría seguir por ahí. Me gustan los collages sonoros, grabar cosas como el tráfico, hacer una historia, también trabajar más en sintetizadores, música que potencie la imaginación.

Lo que oímos en ‘Again’, ¿es tu voz? Parece una canción muy divertida de grabar…
Sí, con el pitch modificado. Sí, fue muy divertida de grabar.

La radio es rara en Reino Unido. No han querido pinchar ‘Fool’ porque contiene la palabra «dopamina»

Me parece como el single claro, me parece súper pegadiza y me encanta cómo se desarrolla.
Al principio dijeron que sí, que fuera, pero pensaron que no sonaría mucho en la radio. La radio es rara en Reino Unido, de todas formas, dijeron que pincharían el primer single, pero no el segundo (‘Fool’) porque contiene la palabra «dopamina». Lo cual es bastante raro porque no es una palabrota, es una cosa que se produce en tu cuerpo.

¿Te refieres a Radio 1?
A Radio 2, dijeron que no querían que sonara a causa de esa palabra. Y mencionar a Dios es peligroso para la radio. Es un poco raro.

Me encanta cómo suena el «there’s an ocean in my body, there’s a river in my soul» del primer single. ¿Has hecho ahí algún tipo de homenaje a la americana, al folk…? Me suena como a una letra sacada de un clásico de góspel.
Puede ser, pero no en esa canción. Supongo que en el pasado he oído cosas así. Veo lo que quieres decir, aunque no me viene a la mente ninguna canción en concreto a la que me refiera. Qué interesante.

He ido a natación este verano, y me he dado cuenta de toda la gente que no sabe nadar a mi alrededor. No sé si te ha pasado algo parecido y por eso el disco se llama «El arte de fingir nadar».
(risas) Es más metafórico. Aunque lo gracioso es que empecé a nadar hace poco, me mudé de apartamento y me apunté a una piscina cerca hace poco. Así que igual está en mi cabeza (risas).

«No me gusta mucho Taylor Swift. Creo que es aburrida»

También está en ‘Fool’ la frase «one day I will precede my reputation». No sé si has querido hacer un guiño a Taylor Swift o ya lo tenías escrito de antes.
¿Cuál es la de Taylor Swift?

Todo su último disco gira en torno a esa idea y se llama ‘reputation’.
Es una expresión muy común (risas).

No te gusta la música pop.
Sí, pero ella no mucho.

¿Y eso?
Creo que es aburrida.

«He tenido que aprenderme las canciones de las Spice Girls para una boda, y me he dado cuenta de que estaban muy bien hechas»

¿Qué tipo de música pop?
Me gustaban las Spice Girls. Hace poco he tenido que hacer una boda y tuve que aprenderme las canciones de las Spice Girls, me he dado cuenta de que estaban muy bien hechas.

¿Has tocado las canciones de las Spice Girls en una boda?
La novia decía las canciones y yo tenía que cantar el estribillo.

¿Y esto está en Youtube?
¡¡NO!! (risas, tararea ‘Stop’) Esa canción es increíble.

¿Cómo ha evolucionado Dublín en los últimos años, en la escena alternativa y gay? No voy desde 2006 y me he quedado en el George…
(se parte) George es el sitio más antiguo, muchas veces ha sido el único sitio gay al que ir. Ahora hay más. Está el Panti Bar, no sé si conoces a Panti, la drag queen que lo lleva. También hay muchos sitios que son como mixtos. Dublín ha cambiado mucho, ya no hay tanto estigma. Si hubiera nacido 10 años después, habría sido muy diferente.

¿Y qué hay de la escena alternativa? Yo me la imaginaba un poco Glasgow, pero era como buscar una aguja en un pajar…
Club indie como tal… ¿Has estado en Whelan’s? Es el sitio al que la gente suele ir. Tiene capacidad para 450 personas, y los grupos van ahí y queda abierto hasta que se va la gente. Hay muchos sitios alrededor pero no son como clubs, son más bien como pubs.

¿Sales mucho? Por el tipo de música que haces no parece mucho…
(risas) Esto es lo más divertido de la entrevista. ¡Creo que puedes tener razón!

Oye, la nota de prensa dice que tu disco es bailable. Y creo que puede serlo a veces.
(risas) No es exactamente. No lo he escrito yo, fue otra persona… No salgo mucho, pero si salgo me vuelvo loco, tengo que parar, bebo como un alcohólico.

En serio, ¿crees que se puede bailar con este disco?
Sí… creo que sí, cada canción tiene un tempo diferente.

Aunque también me esperaba otra cosa cuando leí que ‘Real Go-Getter’ era «Villagers en modo pista de baile en éxtasis».
Sí, la verdad es que pensé lo mismo cuando vi eso. Quería hacer algo que fuera divertido de tocar, que la gente se moviera un poco y no se enfocara tanto hacia las letras de lo que yo tenía que decir. Me aburrí un poco de eso, de toda la parte excesivamente analítica, y quería hacer algo que fuera un poco más feliz, aunque también hay algo oscuro. Al final hay una mezcla de cosas.

¿La palabra «go-getter» («ambicioso») tiene algún tipo de connotación negativa para ti? ¿Como algo agresivo?
¿Como en el mundo de los negocios? No iba por ahí… Es una canción sobre la depresión, que retrata una especie de pacto interno de la persona. Es alguien diciendo: «Puedo hacer esto, puedo vivir feliz», pero sonando como si solo se lo creyera a medias. Por eso la voz tiene que ser emocionalmente neutra. Es una persona en el proceso de vivir, queriendo salir de un agujero negro.

«No puedo explicarlo si no has crecido en Irlanda, pero la voz y la presencia de Dolores O’Riordan era… Yo también lo sentí cuando murió. Es una parte de la historia nuestro país»

Según te oigo y hablando de Irlanda, no he podido evitar acordarme de la muerte de Dolores O’Riordan, me ha sorprendido mucho la reacción a su muerte en Irlanda. No fue precisamente el país en el que más triunfaron Cranberries. No pensé que fuera una persona tan querida.
Creo que mucho de lo que ha pasado es que mucha gente ha conectado grandes partes de su vida con un período concreto de la existencia de Cranberries. Igual en la última etapa no eran tan populares como los dos primeros discos, pero… No puedo explicarlo si no has crecido en Irlanda, pero su voz y su presencia era… (suspira) Yo también lo sentí cuando murió. Es una parte de la historia nuestro país. Tenía una fuerza en su voz… Recuerdo verla en MTV cantando ‘Zombie’ y pensar: «¿qué ha hecho con su voz?». Está cantando una canción sobre los problemas en Irlanda. Fue muy fuerte que una canción de un grupo de pop hablara de eso. Estaban por supuesto U2, pero había algo en ella realmente mágico, y por eso mucha gente se emocionó.

Finalmente, ¿realmente te gusta ver un directo random de Villagers tan alto en Spotify, el de ‘Nothing Arrived’?
¡Ya! No sé cómo ha sido…

Seguro que está en una playlist.
No sé, es la culpa de Ada (risas). Solo digo: «si más gente escucha mi música, yo estoy contento».

La canción del día: ‘The Rumble’ de Róisín Murphy es otra bailable y sofisticada llamada a la liberación

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Róisín Murphy ha publicado este viernes ‘The Rumble’ y ‘World’s Crazy’, el último par de singles que había anunciado en colaboración con el productor Maurice Faulton, y que pueden adquirirse en formato de vinilo de 12″ en la web de The Vinyl Factory, además de por supuesto degustarse en las plataformas de streaming.

Las ocho canciones publicadas por Murphy este año conforman, por tanto, un nuevo “álbum” de la cantante, aunque no haya sido esa su presentación (y parece que no lo será). Hablamos en cualquier caso de las canciones más abiertamente bailables de Murphy desde ‘Overpowered’, y en particular ‘The Rumble’ no podría ser más apta para las pistas con su ritmo house y su letra llena de ánimos a liberarse y a “entregarse al amor”, a llegar a un “lugar sagrado” y a buscar un “amor más elevado”, con rimas tan clásicas del género como “higher / desire”.

‘The Rumble’ tampoco es una canción de house al uso. Nunca lo han sido las producciones de Maurice Faulton, que se caracterizan por su sonido analógico y por su enfoque también muy retro, vinculable sin duda al house primigenio de los 70. Murphy es la diva perfecta para su sonido, como demuestra en la segunda mitad de la canción, cuando a partir de unos eufóricos “on and on” la cantante irlandesa empieza, en sus propias palabras, a “predicar” por ese amor del que nos ha hablado antes. Es al final cuando emerge casi por sorpresa la melodía de un organillo, alcanzando el tema, con él, el esplendor.

Liam Gallagher no entiende por qué Radiohead son “famosos”

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Radiohead y Oasis son dos de las bandas más emblemáticas de los 90, pero tienen tantos fans como detractores. Y entre los detractores de Radiohead se encuentra ahora Liam Gallagher, mitad de los extintos Oasis junto a su hermano Noel. Así lo ha hecho saber esta noche en Twitter en una serie de tuits un tanto confusos e inteligibles.

El músico empieza detallando que se encuentra en una casa “llena de locos” en la que todo el mundo habla maravillas de “Radio play” y prosigue indicando su escucha de “Planet tickle” y “The Bond”. “El rap en la mitad de ‘The Bends’ no puede ser verdad”, apunta entonces el músico, que concluye “¿Cómo se han hecho tan famosos?”. Gallagher llega a llamar a los miembros de Radiohead “teds”, que parece una abreviatura de “teddy boys”, por lo que podría estar llamándolos “niños pijos”… o puede que no.

Existen muchas razones por las que Radiohead son famosos. Nosotros hemos recopilado 50 con motivo del cumpleaños de Thom Yorke, que fue el pasado 6 de octubre.

Bobby Gillespie habla sobre su “horripilante” experiencia en This Week

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Bobby Gillepsie de Primal Scream ha protagonizado esta semana un episodio surrealista en This Week, un programa de política de BBC Two, cuando, al acabar su intervención y para concluir el programa, el presentador y sus colaboradores proceden a realizar el “Skibidi challenge”, el baile tonto de moda, para absoluto desconcierto del artista, que se niega a seguirles el juego y opta por quedarse sentado con la cara que le veis aquí, que se ha hecho viral.

Gillespie ha acudido ahora a Instagram para contar su experiencia, que fue incluso peor de lo que parece. El músico explica que fue a This Week para hablar sobre el progreso político de Reino Unido, concretamente para comentar que en su opinión “estamos retrocediendo a las desigualdades sociales de los años 30 debido al fracaso de 40 años de capitalismo de libre mercado”. Gillespie quería añadir que el retroceso político en Reino Unido tiene relación con el “auge del fascismo en Europa y en todo el mundo”, pero asegura que Andrew Neil, presentador del programa, le “interrumpió inmediatamente” para pasar su pregunta al colaborador Michael Portillo. En su opinión, el presentador de This Week “percibió una opinión alternativa por mi parte que no quería escuchar y me quitó la palabra”. El músico lo encontró una “persona arrogante, maleducada y presuntuosa”.

Gillespie detalla además la idea del baile. “Cuando llegué antes de la emisión del programa, los productores me preguntaron si quería participar en el baile al final del show, me negué y entonces su actitud hacia mí cambió. Cuando el programa terminó, Caroline Flint -diputada del Partido Laborista-, Michael Portillo, Andrew Neil y los productores y equipo del programa abrieron una copa de champán (¿o era vino?) y brindaron entre ellos. Ver aquello fue horripilante”. Gillespie comparte el vídeo del surrealista momento, que “resume la actitud de la clase política en este país y la de los medios que la apoyan”.

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I was asked to go on “This Week” show on @bbc last night to discuss “Progress”, My line of reasoning was that here in the U.K. we are not progressing but regressing back to the social inequalities of the 1930’s due to the failure of 40 years of Free Market Capitalism, and tying that in with the rise of Fascism in Europe & all over the world; I was immediately cut off by Andrew Neil who quickly handed the question over to Michael Portillo. I never got to say what I fully wanted, my impression was that Andrew Neil sensed an alternative opinion that he didn’t want to hear and closed me down. I found him to be arrogant, rude & smug. When I arrived before the show, the Producers asked me if I would take part in this ‘dance’ idea at the end of the show ; I refused, after that their attitude towards me changed. After it finished, the Labour M.P. Caroline Flint joined Michael Portillo, Andrew Neil & the Producer / crew as they cracked open the Champagne ( or Wine? ) and toasted each other, it was a sickening sight. This film sums up the attitude of the political class of our country, and the media who support / serve / enable them. You can watch the whole scene on @bbciplayer RG via @raven__smith

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‘Maniac’: pros y contras de la serie más HBOizada de Netflix

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Juegos de tronos’, ‘True Detective’, ‘Veep’, ‘Big Little Lies’, ‘Girls’… HBO es sinónimo de premios (Emmy, Globos de Oro) y prestigio (‘Westworld’, ‘The Night Of’, ‘The Leftovers’, ‘Heridas abiertas’, por citar solo series de esta década). Netflix, sin embargo, no. ¿Se puede ver ‘Maniac’ como la respuesta de la plataforma californiana a las multipremiadas series de la compañía neoyorquina?

A simple vista todo apunta a que sí. No parece casualidad que los creadores de ‘Maniac’, el guionista Patrick Somerville y el director Cary Joji Fukunaga, hayan trabajado en dos de las series más prestigiosas de HBO, ‘The Leftovers’ y ‘True Detective’ respectivamente. Tampoco parece una coincidencia que Netflix haya apostado por una historia arriesgada conceptual y narrativamente, y por un reparto lleno de estrellas de Hollywood, muy al estilo HBO: Emma Stone (la actriz mejor pagada del momento), Jonah Hill, Justin Theroux, Gabriel Byrne, Sally Field y la cada vez más solicitada Sonoya Mizuno (que será la protagonista de la serie que está preparando Alex Garland, director de ‘Ex Machina’). ¿Cuál ha sido el resultado de este cambio de rumbo de Netflix?

Lo mejor de ‘Maniac’

1. Lo arriesgado de la propuesta. ‘Maniac’ es la serie más ambiciosa creativamente de todas las que ha producido Netflix hasta ahora, un blockbuster de autor que recuerda a un tipo de cine estadounidense cada vez más ausente en las salas, a producciones arriesgadas protagonizadas por estrellas como las que filmaron directores como Terry Gilliam (‘El rey pescador’, ‘12 monos’), Jonathan Glazer (‘Birth’, ‘Under the Skin’) o Michel Gondry (‘Human Nature’, ‘¡Olvídate de mí!’). Si el guionista Patrick Somerville hubiera llevado esta historia a Hollywood –el remake de una ficción noruega que narra la delirante relación que establecen un depresivo esquizofrénico y una drogadicta traumatizada durante un experimento neurológico controlado por una computadora emocionalmente inestable- se la hubieran tirado a la cara. En ese sentido, ‘Maniac’ recuerda a la reciente ‘Aniquilación’, la película que tuvo que ser rescatada del cubo de la basura por Netflix al ser considerada por Paramount “demasiado intelectual y complicada”.

2. Su vertiente cómica y sus apuntes filosóficos. Además de divertidos ingenios como el robot comecacas (de perro) o el robot felador, hay una idea muy sugestiva en ‘Maniac’: la posibilidad de que nuestros pensamientos, sueños y fantasías estén visual y narrativamente dominados por las ficciones que hemos consumido a lo largo de nuestra vida, que nuestra imaginación haya sido “suplantada” como un ultracuerpo por la imaginación de otros: por Tolkien, Ian Fleming, Cervantes o el Hollywood de los ochenta. ‘Maniac’ explota esta idea, en el fondo tan triste, de forma cómica, a través de la parodia de esos relatos tan reconocibles por todos.

Lo peor de ‘Maniac’

1. La mezcla de tonos no funciona del todo. ‘Maniac’ quiere ser divertida, lúdica, delirante; y también trágica, profunda, emocionante. Lo primero lo consigue medianamente; lo segundo, difícilmente. Tal y como está narrada, con la tragedia aprisionada entre la comedia (la trama centrada en las relaciones de los científicos) y la parodia delirante (las mencionadas visiones de los experimentos), los conflictos familiares y existenciales de sus protagonistas nos acaban importando tanto como cualquier cosa que tengan que decir Andy y Lucas. Si a esto le añadimos una construcción de personajes bastante mejorable, sobre todo de los principales, el resultado es un intento frustrado de cosquillear nuestra mente, nuestras retinas y nuestro corazón al estilo de ‘¡Olvídate de mí!’.

2. La estética es atractiva pero, ¿no está demasiado vista? El diseño de producción de ‘Maniac’, el (retro)futuro imaginado por sus creadores, es visualmente muy llamativo. Sin embargo, es igual de imaginativo que la mente de los protagonistas de la serie: todo parecen ideas prestadas de otros. Una computadora al estilo HAL 9000, una ambientación a lo ‘Blade Runner’, un gusto por la tecnología retro y analógica que recuerda a Gondry, unas pinceladas (y pastillas) de ‘Matrix’, un poco de ‘Black Mirror’, otro de ‘Don Quijote’, el humor de ‘Guía del autoestopista galáctico’… En suma, un batiburrillo de referencias que parecen creadas por el propio algoritmo de Netflix para proporcionar a los potenciales espectadores de la serie un cómodo colchón de lugares comunes. 6.

Álvaro Soler: «La gente sabe quién soy pero no me pone cara»

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«Me encanta hablar», se interrumpe en un momento de la conversación Álvaro Soler para justificar cuánto habla. Pero la verdad es que no puede ser más interesante oír lo que tenga que decir, como protagonista de un fenómeno excepcional en el pop español. El cantante barcelonés asentado en Berlín desde hace 4 años conquistaba la Europa continental hace un par de temporadas con temas como ‘El mismo sol’ o ‘Sofía’, pero en contra de lo que muchos pronosticaron, ese no fue su techo. ‘La cintura’ ya es su canción más famosa, tras colarse en el top 50 de Spotify a nivel global. Suma más de 150 millones de reproducciones, una verdadera salvajada para un artista español que además no ha conquistado Reino Unido ni Estados Unidos como sí lograba Enrique Iglesias.

Con motivo de su nuevo disco ‘Mar de colores’, no desperdicio mi oportunidad de hablar con él en un hotel de 5 estrellas de Madrid, sobre cómo se ha producido su éxito en Francia, Suiza, Italia o Polonia, en parte causado por el empujón que desde Universal Alemania se le dio allí y en los países colindantes; su deseo de llegar a más gente en contraposición a la tranquilidad de seguir en el anonimato; la escena electrónica de Berlín o Eurovisión. Foto: Ben Wolf.

Hay lo que llamamos «sorpasso»: ‘La cintura’ ya es tu canción más reproducida de todas las que has grabado, superando la millonada de ‘Sofía’. ¿Has ido siguiendo esto porque te hacía ilusión?
Yo también he estado viéndolo. Al decirte esto, ya parece que lo estoy mirando todo el rato, pero me gusta comparar el porqué de las cifras, ver que Spotify ha crecido más que Youtube. En ‘La Cintura’ las reproducciones de Spotify y Youtube están igualadas, pero ‘Sofía’ tiene muchas más en Youtube, más de 400 millones. Mucha gente que escucha Spotify es premium, pero otra no y Youtube es gratis. La gente hace playlists en Youtube con los vídeos, e incluso he visto que se pincha así en bares.

Ahora con ‘La Cintura’, Spotify ha crecido mucho más, hay mucho más usuarios. Y así hemos llegado al top 50 mundial, que nunca lo habíamos conseguido. Hay algo que se está moviendo y por eso llegas a ese tipo de cifras sin ser música urbana, porque todo el mundo en el top 50 es Drake o J Balvin o alguno de estos (risas). Soy el españolito ahí…

«Todo el mundo en el top 50 global de Spotify es Drake o J Balvin o alguno de estos (risas). Soy el españolito ahí…»

No te voy a preguntar solo por cifras y estadísticas…
¡No, no!

Pero es que tu caso es muy interesante. Puedo entender lo de Italia, porque se exportó a Jarabe de Palo, a Rosana; pero hay otros lugares de habla no hispana que no se entiende cómo has llegado.
Polonia no se entiende.

¿Cómo lo has vivido? ¿Te ha ido informando tu sello? ¿Has estado pendiente y es algo que habéis podido programar a través de playlists de Spotify?
Depende. Cada país tiene sus éxitos, sus playlists, sus novedades de los viernes, y cuantas más playlists abarques, a más gente llegas. Te podría hablar 3 horas de este tema, es muy interesante. Lo que más me interesa es buscar por países, por culturas, comparar con otras canciones y ver en qué rango suena. Porque es casi imposible sonar en castellano en otros países sin ser «el señor del verano». ‘La cintura’ ha ido muy bien en Alemania porque en mayo hacía muy buen tiempo allí. El castellano no suele ser el idioma de consumo habitual, y es música que recuerda al verano, a unas vacaciones… Y esto tiene que cambiar porque lo que hacemos es música. Soy el único que hace promo en Europa constantemente. J Balvin viene una vez al año, pero yo estoy casi cada mes en estos países. Y esto es lo que hace que funcione. Hemos estado 10 veces en Polonia, me lo ha dicho mi product mánager de allí. Y yo: «¿esto no es lo normal?». Estamos todo el día currando, pienso que podría tener más vida personal, pero tenemos éxito porque vamos muchas veces.

«Soy el único que hace promo en Europa constantemente. J Balvin viene una vez al año, pero yo estoy casi cada mes en estos países»

Pero tampoco explica por qué entramos en tantos países. Cada país es distinto. Polonia lo hicimos a través de Universal de allí. Empezó a sonar una canción que no habíamos programado que se llama ‘Agosto’ y fue número 1 en Polonia y en ningún sitio más. Y a partir de ahí vino ‘El mismo sol’, ‘Sofía’… y ‘La cintura’ ha sido como el quinto número 1 en Polonia. No lo sabes entender muy bien. Ha sido mucha insistencia de nuestro equipo y de Universal Alemania. Cada país tiene un departamento de «export», y España no tiene un departamento de «export» hacia Europa, nunca lo han trabajado porque no tiene sentido porque todo el mundo mira hacia Sudamérica. Al entrar desde Alemania tienes otra base y otro punto de partida.

«España no tiene un departamento de «export» hacia Europa, nunca lo han trabajado porque no tiene sentido porque todo el mundo mira hacia Sudamérica»

En Reino Unido ya es más difícil entrar, ¿verdad?
Estamos en UK, entramos con ‘Te quiero lento’ en su New Music Friday.

¿Y eso? ¿Se lo curró tu sello?
Se lo curró Spotify. Vamos a hacer una campaña muy grande con Spotify desde Alemania, tratando de transmitir mi personalidad a la gente. Lo que es Álvaro Soler. Haremos posters en digital, impresos, en autobuses… Spotify se la ha jugado bastante con nosotros.

Cuando dices que quieres transmitir tu personalidad a la gente, ¿qué quieres decir? ¿Que tienes como una ausencia de imagen?
Perdona, no te lo he explicado bien. La gente sabe quién soy pero no me pone cara. Para mí es perfecto, porque voy tranquilo por la calle. Saben qué canción es ‘Sofía’, ‘El mismo sol’, pero no me ponen cara. La idea es que la gente conecte más, y así vendrá más a los directos. Es importante poner cara. Es un punto clave. Estamos haciéndolo en España. Comparar el éxito que tenemos en España y la presencia (que tengo) en los medios… es muy distinto.

«La gente sabe quién soy pero no me pone cara»

Por lo que has dicho de reconocerte por la calle, parece que la fama no te gusta mucho. ¿No te va a suponer un palo ver tu cara por todas partes?
No es un palo. Me gusta la campaña porque refleja muy bien quién soy. Son cosas divertidas, hechas con mucho humor. Me mudé a Berlín hace 4 años, y este mes me mudo a otro sitio, pero antes vivía en una habitación de 10 metros cuadrados y tengo una compañera de piso. La gente me pregunta: «¿cómo puedes ser número 1 y compartir piso?». Les hace gracia. Y yo: «pero si nunca estoy en casa, no necesito nada más». Y hemos usado todo esto para esta campaña.

Conozco Berlín bastante bien, porque viví allí, ¿en qué zona vives?
¿Dónde viviste tú?

En Friedrichshain.
Justo me mudo a Friedrichshain. Estoy en Neuköln.

«Neuköln se está volviendo demasiado alborotado, y yo quiero calma porque estoy siempre de viaje y quiero estar tranquilo»

¿Qué opinas de Neuköln? ¿Te parece el barrio de moda, te gusta porque lo has visto decadente, sigue molando…?
Es como el Raval en Barcelona. Si eres de Berlín nunca irías a vivir ahí. La gente de allí suele vivir en el oeste, donde los aliados. Esto es un poco complicado porque Neuköln es parte del oeste geográficamente, y de hecho cruzo cada día el muro para ir al estudio. Pero bueno. Es un barrio muy interesante, están subiendo los precios, es una zona muy hipster, sales a la calle, y ya ves dos bares, el canal, puedes beber en la calle, que para mí fue muy extraño, iba con la bebida y decía: «mejor la escondo un poco» (risas) Ves a la gente bebiendo en el metro. La gente hace el botellón yendo a la fiesta.

También depende de en qué punto de tu vida estés, para mí Neuköln se está volviendo demasiado alborotado, y yo quiero calma porque estoy siempre de viaje y quiero estar tranquilo. Por eso me voy entre Friedrichshain y Prenzlauerberg, una zona con un cementerio al lado, donde no va a haber mucha fiesta (risas).

No he escuchado música latina en Berlín, ¿tú?
En la radio, sí. Pero muy poco. O suena J Balvin o sueno yo y ya está.

¿Tú te has oído en Berlín?
Sí. Lo que más me ha chocado es que al lado del supermercado donde hago la compra en Neuköln hay un póster con mi cara, anunciando la gira por Alemania. Es muy raro verte en el típico barrio chungo de antes, en el póster anunciando las giras.

«Eso es Berlín. Da igual el día que sea, siempre tienes una fiesta, y está todo a reventar»

¿Te interesa el underground, la electrónica de Berlín, Berghain, todo esto?
Bueno, he estado en Berghain, en el Panorama Bar, que es la parte de arriba. Soy el que menos ha salido por Berlín de fiesta, pero tengo amigos que han ido a Kit Kat, a un montón de fiestas. Lo que me gusta de Berlín es que tiene cosas para todos los gustos, pero si te gusta lo underground y lo alternativo, te va a encantar. Hay un sitio que se llama Birgit und Bier, justo al lado de Bädeschiff. Al lado, hay un sitio en el que entras y es todo al aire libre, hay stands alternativos con pizzas, un italiano, un tío tatuado como todo el mundo en Berlín… y todo lo hacen allí, también cerveza sin pasteurizar. Es un sitio muy guay, y tienes 3 salas con techno, deep house, slowtempo, y puedes ir escogiendo. Eso es Berlín. Da igual el día que sea, siempre tienes una fiesta, y está todo a reventar.

Qué curioso tu caso: muchos españoles van a Berlín por el underground, pero tú representas más bien el movimiento de la música latina que se pincha en Francia, Suiza… países donde se está pinchando en castellano y no en inglés a Shakira. Y lo lógico es que hubiera un cantante español que triunfara…
Me encanta representar eso en Europa. Mola porque la gente está cada vez más abierta al castellano. Eso da cada vez más oportunidades.

«En Eurovisión sale ganando más el autor que el artista. Ir a Eurovisión estaría bien, pero como autor»

Hablando de «representar». ¿Representar a España en Eurovisión para ti sería degradarte?
No lo veo como degradarme, lo veo como diferentes vías. Sí que pienso que antes Eurovisión era mejor a nivel musical, aunque tengo muchos amigos que han escrito canciones para Eurovisión, y de hecho yo escribí una canción para Azerbaiyán el año pasado, pero al final nos dijeron que no, pero bueno. En Azerbaiyán son así.

¿La canción salió o se quedó colgada?
Se quedó colgada. Creo que en Eurovisión sale ganando más el autor que el artista. Hay muchas excepciones, pero para los artistas que ganan es complicado mantenerse. Si recuerdas a Sergio Dalma, Julio Iglesias, Céline Dion… hay nombres mundialmente conocidos. Hoy en día falta eso. Me da mucha pena porque es un programa enorme y podría darse el caso. Pero esto no es la razón por la que no voy. Para mí es como si fuera a un talent, y estoy teniendo otro tipo de trayectoria. Lo hemos trabajado de otra forma para ir subiendo, y Eurovisión estaría bien, pero como autor. Como autor me encantaría.

De todas formas, para ti no sería rollo «talent», sería llegar a un acuerdo con RTVE. Que alguien de tu equipo les dijera: «Álvaro Soler quiere ir a Eurovisión», pero ese caso no se va a dar porque no os interesa, ¿no?
No, creo que no.

No conozco a la gente que aparece en los créditos de tu disco, salvo RedOne, ¿cómo ha sido trabajar con tanta gente?
Cuando me mudé a Berlín, se me abrió la puerta del mundo creativo de la música. Conocí a dos productores: uno (Simon Triebel) tenía un grupo en Alemania, Juli, y el otro (Ali Zuchowski) era hijo de un compositor muy conocido allí de canciones para niños. Empezamos a trabajar sobre un par de canciones y eso se convirtió en un álbum. Algo que era diversión, se convirtió en algo muy raro: lanzar música española desde Alemania. Hacemos todo los 3 juntos, somos el equipo creativo. Nos llamamos «dynamic trio» para poder hacer todo: promo, producción… Hubo una época en que yo producía también a la vez que hacía promo y no puedes hacer eso porque te mueres. Luego queríamos escribir con otra gente, aunque eso a veces ha sido una excusa para escribir los 3 juntos otra vez, pero por ejemplo con RedOne y Jakke de su equipo, con ellos sí hemos escrito varias canciones, es una dinámica que entendemos muy bien.

«Cerrarte a escribir solo, yo creo que es un error. No es que no sepas escribir sino que quieres tomar influencias de diferentes sitios»

¿Habéis trabajado en persona o por mail?
En persona en Los Ángeles y Jakke vino un par de veces a Berlín. Lo que queríamos era abrir las puertas y escribir con gente de Norteamérica para ver cómo hacen las cosas allí. Enseguida vimos que cada uno tiene una visión. Está guay abrirte a nivel de autor. Es muy interesante. Hay mucha gente que dice que hay que escribir solo, pero cerrarte a escribir solo, yo creo que es un error. No es que no sepas escribir sino que quieres tomar influencias de diferentes sitios.

¿Qué te gustaba de RedOne? Porque en el synth-pop de Lady Gaga tampoco te veo.
Es un sonido de producción que tiene. Si oyes ‘Sofía’ y ‘La cintura’, flipas con el compresor de voz que usan ellos a nivel técnico. Me encanta. Tienen mezclas muy ordenadas: oyes todos los instrumentos y a la vez tienes la sensación de que todo te está… avalanchando.

En el disco hay tropical house, está ‘Veneno’ que es una canción latina tradicional… Hay varias cosas, ¿pero has evitado por ejemplo seguir la moda urbana?
Evitar, creo que no he evitado nada. He cogido todo lo posible y lo he mezclado. El primer álbum definía a Álvaro Soler. Ahora hemos decidido escribir con alguien del reggaetón y llevarlo a nuestro mundo. Y no es un reggaetón al final porque no es el estilo que estoy haciendo, pero sí que hay cosas de reggaetón que molan. O canciones más tradicionales. Evitar cosas habría sido un error porque eso nos habría limitado como autores.

Lo digo porque has mencionado varias veces a J Balvin, pero realmente no te pareces.
Es lo único que suena (en castellano) en Europa.

¿Quién te gusta realmente?
Juanes, Gloria Estefan, Dani Martín, el disco de Blas Cantó… un montón de cosas.

¿Algo de urbano tipo Rosalía o C. Tangana?
Rosalía me encanta, está en mi lista. Sobre todo por el follón que está montando, es increíble.

«La imagen que se tiene de mí es de canciones del verano, hits de la radio… Todo positivo, pero la gente también tiene problemas»

Cuando haces un disco, ¿te interesa el disco como conjunto? ¿Qué baremo usas como reconocimiento crítico, qué medio, qué colegas, quién de la industria? ¿De quién te fías en cuanto a crítica?
Pues de mis padres, de mi familia. Ellos son los que me conocen mejor. La música es muy subjetiva. No te digo que no me importe la opinión de la gente porque sí que me importa. Este álbum es más importante que ‘Eterno agosto’. El fundamento lo creamos ya, y con este estamos haciendo como la casa del edificio, enseñando a la gente qué hay detrás. Para mí el reconocimiento es muy bueno, pero tienes que saber controlarlo. Obviamente, los premios satisfacen a la gente, y es una parte. No te puedo negar que cuando gané la canción del año con Morat (NdE: Los 40 Principales), me hizo mucha ilusión como compositor, más que como artista revelación. El álbum para mí es una de las cosas más importantes. Mi sueño es que la gente vea otras facetas, y venga a ver el directo, que va a ser una experiencia muy guay.

También hay un baladón, ‘Niño perdido’. ¿Qué canción especial para ti te gustaría que escuchara la gente?
‘Niño perdido’ me encanta, sobre todo por el significado que tiene, el contraste que supone. La imagen que se tiene de mí es de canciones del verano, hits de la radio… Todo positivo, pero la gente también tiene problemas. Me gusta como contraste a todo lo que ha venido antes: crea una especie de ambiente.

LCMDF / Sad Bangers

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En una carta publicada en Facebook y titulada “No soy un robot”, Emma Kippanen explica con una sinceridad aplastante por qué han transcurrido 8 años desde ‘Love and Nature’, el debut de LCMDF –proyecto que sostiene con su hermana Mia desde hace unos 10 años–, hasta este ‘Sad Bangers’ que publicaban hace unos días. La artista finlandesa explica cómo, con veintipocos años, se dispuso a componer un segundo álbum del grupo de dance pop, a la vez que buscaba financiación, trabajaba en una emisora de radio, dirigía un club, ejercía de DJ, salía cada noche, bebía… Una situación que se volvió físicamente insostenible y que se agravó al comprobar cómo el equipo del que se habían rodeado para impulsar su carrera musical había tergiversado del todo el espíritu de Le Corps Mince De Françoise.

Tras lanzar ‘Rookie’ pero comprobar que aquel segundo trabajo no vería la luz como ellas querían, todo terminó con ataques de ansiedad, depresión y un agotamiento total que la llevó a quedar postrada en cama y abandonar todo lo relacionado con LCMDF (“nunca me he sentido más sola que entonces”, dice). Sin embargo, en medio de esa crisis personal, encontró que la música y el arte seguían siendo algo a lo que aferrarse, y reescuchó todo el material que habían grabado a lo largo de esos años. Así que, tras repensar todo el material encontraron al fin un productor que las escuchaba –Leo Jupiter– y decidieron que esas canciones sí eran dignas de ver la luz. Eso es ‘Sad Bangers’, que no podía titulares de otra manera que esa, “temazos tristes”, puesto que sus letras al menos, no son tan optimistas y luminosas como insinúa su sonido.

Lo cierto es que es una auténtica alegría que esta colección de canciones hayan visto la luz, porque muchas de ellas son fantásticos números de pop electrónico bailable, en línea con una Charli XCX primeriza o unas Icona Pop que han tenido, sencillamente, mejor estrella (pero no más talento) que las hermanas Kippanen. Es evidente que ‘Another Sucker’ es todo un glorioso himno de empoderamiento contra aquellos que quisieron manipular al dúo, pero es que hay más canciones en ‘Sad Bangers’ que le van a la zaga: aunque ‘Call It a Night’ –la favorita de Emma en este conjunto–, ‘It’s So Fucking Hard To Be Me’ y ‘Waterfalls’ están a un buen nivel, ‘Thank God I Didn’t Get To Know You At All’, ‘Whatever’ y ‘Glitter’ dicen a las claras que LCMDF merecen ser mucho más reconocidas de lo que lo son y, sobre todo, merecen ser bailadas con toda la furia de la que se sea capaz. Y, si bien es cierto que el trabajo de Jupiter no hace las canciones particularmente modernas (poniéndose quizá las cosas un poco más difíciles a sí mismas), eso las hace más perdurables, con pinta de envejecer bien. Aunque lo que sería realmente deseable es que ‘Sad Bangers’ suponga un nuevo punto de partida para las hermanas Kippanen, porque lo merecen.

LCMDF están presentando ‘Sad Bangers’ en Madrid y Barcelona este fin de semana: hoy, viernes 19 de octubre, lo hacen en la Sala Moby Dick, y mañana, día 20, lo harán en la Sala Razzmatazz.

Calificación: 7,0/10
Lo mejor: ‘Another Sucker’, ‘Glitter’, ‘Whatever’, ‘Thank God I Didn’t Get To Know You At All’, ‘Call It a Night’
Te gustará si te gustan: la primera Charli XCX, Icona Pop, la Robyn de ‘Robyn’
Escúchalo: Spotify

Jess Glynne se apunta otro top 1 en álbumes en Reino Unido

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Jess Glynne, que fue número 1 en Reino Unido con su debut ‘I Cry When I Laugh’, repite con su nuevo disco, ‘Always In Between’. Las ventas del álbum han sido muy sólidas durante toda la semana y en ningún momento ha corrido riesgo de ser superado por el que ha sido su más directo competidor: el disco de la banda sonora de ‘Ha nacido una estrella’, que pasa del puesto 1 al puesto 2.

El debut de Jess Glynne fue un disco de cabecera para mucha gente en Reino Unido, pues pasó nada menos que sus 39 primeras semanas en el top 10 después de haber sido número 1. A día de hoy es triple platino por encima del millón de copias solo en las islas. Al segundo, ‘Always In Between’, le quedaría un largo camino por recorrer para repetir esto, pues debuta con 36.000 unidades vendidas frente a las 59.000 con que debutó el primer disco, pero al menos tiene el oro casi asegurado, pues sus singles están funcionando bien.

En cuanto a sencillos, encontramos a Jess Glynne en el puesto 10 con ‘All I Am’, en el 24 entrando con ‘Thursday’ y en el 67 con ‘I’ll Be There’, que en su momento ya fue número 1. Además, Glynne también está de enhorabuena porque es co-autora de ‘Woman Like Me’, el tema de Little Mix y Nicki Minaj que entra al top 5. Os recordamos que Jess Glynne ha incluido España en su gira: el 1 de marzo estará en La Riviera de Madrid y el 2 de marzo en Apolo, Barcelona. Las entradas están a la venta.


The Good, The Bad & The Queen confirman nuevo disco, tras 11 años

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No sacan disco desde 2007, cuando debutaban con un disco homónimo, pero al fin están aquí de vuelta. Después de varios años de rumores, se ha anunciado un nuevo disco de The Good, The Bad & The Queen, otro de los proyectos del incombustible Damon Albarn.

El anuncio se ha hecho a través de la contratación de una página de publicidad en la revista Uncut. Un fan de Damon Albarn ha reparado en el anuncio y lo ha subido a Twitter, haciéndose después eco el NME. Sólo gracias a ese anuncio sabemos que el disco se llama ‘Merrie Land’ y saldrá al mercado en menos de un mes, en concreto el 16 de noviembre. De momento no hay single previsto.

El supergrupo contaba también con la presencia de Paul Simonon de The Clash, Simon Tong de The Verve y Tony Allen de Fela Kuti. Tony Visconti, mano derecha de los últimos años de David Bowie, ha estado involucrado en el proyecto, lo cual nos puede dar una idea clara de por dónde irán los tiros en este disco tan esperado que parece ser que distará bastante de los últimos trabajos de Gorillaz o el disco de Albarn en solitario. A falta de oír material nuevo, os recordamos ‘History Song’.

La canción del día: La Estrella de David se dirige a sus amores imposibles en ‘Cariño’

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Hoy se ha publicado ‘Consagración’, el disco que, aunque con sorna, pretende ser la ídem del proyecto personal de David Rodríguez, histórica figura de la primera ola indie implicada en proyectos como Bach Is Dead y Beef. Este tercer disco, avanzado semanas atrás con la estupenda ‘Noches de blanco Satán’, llega nada menos que 7 años después de ‘Maracaibo’ y se abre con ‘Me ha parecido que estuvo en mi cabeza’, un dueto con La Bien Querida, proyecto de Ana Fernández Villaverde en el que, como productor y músico, ha empleado su talento todo ese tiempo.

Pero nos centramos hoy en el que ha supuesto el segundo single de ‘Consagración’ –que publican en co-edición Sonido Muchacho, Terranova e Hi-Jauh USB?–, ‘Cariño’. Tras el desconcierto inicial de escuchar a David recitar los nombres de Isabel San Sebastián, Curry Valenzuela o Pilar Rahola, uno cae en que se trata de ejemplos de mujeres que están en las antípodas de él mismo –“sabes que soy de otro planeta”– pero que de alguna manera y pese a la imposibilidad de acercarse –“aunque lo intento, sigo dando tumbos, sigo dando tumbos”– se siente atraído por esa diferencia –“yo quiero estar en tu mundo”–.

Este tema de base kraut –una inspiración constante en su carrera– y guitarras que conectan con las de Florent Muñoz de Los Planetas, acaba por tener una clara vocación bailable que parece haber inspirado el vídeo oficial que Diego Jiménez ha dirigido para la canción. Sin haber podido abandonar aún el antro en el que ya le veíamos en ‘Noches de blanco Satán’, allí el barcelonés colisiona con otro mundo tan ajeno a priori como el de las señoronas del principio de la canción: el de los bakalas. Con un grupo de estos alterna y acaba de parkineo mañanero, en una chocante contraposición estética que anticipa el inevitable y desolador final de la relación: “cariño, aunque lo nuestro fue fuerte / la vida se abre paso inteligente / tú siempre fuiste la más lista y no querrás volver a verme”.

Operación Triunfo será de nuevo más moderno que la radio: ‘Pienso en tu mirá’ de Rosalía, en la Gala 5

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Si en Operación Triunfo 2017 tuvieron cabida muchas canciones que no tuvieron una oportunidad en la radio española, como fue el caso de ‘Shake It Off’ de Florence + the Machine, ‘Con las ganas’ de Zahara o ‘La revolución sexual’ de La Casa Azul, lo mismo va a pasar en la edición de 2018. Ya se sabe qué temas interpretarán los concursantes la semana que viene y en el listado está Rosalía, que ya fue un referente para Amaia Romero en la edición del año pasado y versionada en la Academia, aunque no en el programa de prime-time y máxima audiencia.

Esta vez sí, Julia y Natalia serán las encargadas de hacer una versión de Rosalía, en concreto de su último single ‘Pienso en tu mirá‘, nuestro top 1 semanal actual votado por el público, que ha sido top 5 en España y top 1 en Youtube, pero que en la radio… ni ha tenido su oportunidad ni de momento se espera. Un nuevo espaldarazo para el tema, que versa sobre el maltrato, y ya es platino en España. También la semana que viene Rosalía será imitada en Tu cara me suena, por Soraya Arnelas, quien esta semana ha sido noticia por opinar sobre la polémica de Mecano. Además, se acaba de anunciar que Rosalía actuará en los MTV EMA’s que se celebran en Bilbao el 4 de noviembre.

Volviendo a OT, hay sorpresa en la canción grupal, pues va a ser una versión de ‘Me encanta (I Love It)’ de Nancys Rubias, su adaptación de Icona Pop. Sonarán también temas de Jason Derulo (Carlos), Clean Bandit y Jess Glynne (Marilia) o Joaquín Sabina (Marta).


Bobby Gillespie de Primal Scream protagoniza, sin querer, el “momento televisivo de 2018”

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Bobby Gillespie ha acudido esta noche al programa de política This Week de BBC Two para hablar del Brexit. El líder de Primal Scream ha aparecido al final del episodio (puedes verle a partir del minuto 40.50) para hablar del progreso político en Reino Unido, que en su opinión está retrocediendo a niveles de los “años 30”.

Sin embargo, la aparición de Gillespie está siendo noticia por otro motivo. Al final de su intervención, por algún motivo el presentador Andrew Neil y sus colaboradores, Michael Portillo y Caroline Flint -diputada del Partido Laborista-, proceden a realizar el “Skibidi challenge”, el último baile bobo de moda en internet, para vergüenza supina del propio Gillespie, que en lugar de sumarse al ridículo opta por quedarse sentado con cara de circunstancia.

Las reacciones en Twitter son oro. Para algunos este es “el momento televisivo del año” y para otros un episodio como salido de ‘Twin Peaks’, mientras hay quien opina que la cara de Gillespie es la “expresión hilarante y la vez más deprimente del debate político en Reino Unido”. Un tuitero resume: “Bobby Gillespie representa el “mood” de la nación”. Por lo menos a Gillespie su visita a This Week la he servido también para recordar que Primal Scream acaba de publicar un nuevo disco, ‘Give Out but Don’t Give Up: The Original Memphis Recordings’, que recopila las grabaciones originales de su disco de 1994.

Portadón para ‘Norma’, el salsero nuevo álbum de Mon Laferte

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El pasado mes de febrero hablábamos con Mon Laferte, artista chilena –aunque reside en México desde hace años– que se ha convertido una de las mayores estrellas del pop en español en Latinoamérica. En aquella entrevista ya nos avanzaba que estaba trabajando de lleno en un nuevo álbum a pesar de que el anterior, ‘La trenza‘, se publicaba en la primavera de 2017 consolidándola completamente desde el punto de vista comercial. Y el lanzamiento de esa quinta obra de su carrera acaba de ser confirmada en los últimos días.

Se llama ‘Norma’ –aludiendo a su nombre de pila, Norma Monserrat Bustamante Laferte–, se publicará el 9 de noviembre –dato que reveló cuando actuaba en la última gala de Operación Triunfo, donde actuó– y acaba de ser presentada también su portada. Portadón en este caso: sobre un fondo rojo sangre vemos a Laferte con pelo suelto y una camisa blanca abierta, mientras empuña un gran cuchillo y una cebolla. Tope ‘Volver‘.

Se trata de un disco muy especial también en otros aspectos: fue grabado en los míticos estudios de Capitol Records en Los Ángeles, todo en una sola toma –»a la vieja usanza», dice su nota de prensa– y contando con la producción de un insigne músico latino como Omar Rodríguez-López. ¿Significa eso que Mon se ha aproximado al sonido aguerrido de At The Drive-In o The Mars Volta, los grupos en los que el músico texano se ha hecho legendario? A tenor de sus dos primeros avances, desde luego, no: ya el primer single, ‘El beso’, parte de un ritmo electro-cumbiero para tornarse luego salsero –nada menos que Diego Luna co-protagoniza su vídeo–; pero es que esa aspiración de reivindicar a Celia Cruz, Tito Puente y sus colegas de la Fania All Stars es aún más evidente en el segundo, ‘Por qué me fui a enamorar de ti’.

Además, en las próximas semanas seremos testigos de este giro estilístico muy de cerca, puesto que coincidiendo con la salida de ‘Norma’ Mon Laferte estará presentando sus nuevas canciones en una gira europea que, por supuesto, parte de nuestro país: el 7 de noviembre estará en el Teatro A Fundación de Vigo, el 8 de noviembre en la sala Joy Eslava de Madrid y, tras pasar por Reino Unido, Alemania y Francia, el día 13 de ese mismo mes actuará en la Sala Apolo de Barcelona.

‘No sabes mentir’ es la presentación de Cupido, la “boyband” pop de Pimp Flaco y Solo Astra

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Aunque era público que Pimp Flaco y Kinder Malo, héroes del nuevo rap-pop hispano, habían estado realizando algunas actuaciones con el grupo madrileño de indie rock Solo Astra, no nos podíamos imaginar que su unión acabaría fructificando en un proyecto paralelo. Se llama Cupido y ellos mismos lo denominan con cierta sorna (imaginamos) como una “boyband”: aunque es obvio que son un “grupo de chicos” y que hacen pop, su sonido en realidad poco tiene que ver con One Direction, Take That o similares.

En realidad, Cupido se sitúan en el “pop de dormitorio” –ellos mismos adoptan el término en nota de prensa– que recuerda a proyectos coetáneos como Cuco, boypablo o Clairo, más cercano a lo que hace el cuarteto de Subterfuge Records (salvo por el punto psicodélico). Y la primera muestra es ‘No sabes mentir’, una canción esforzadamente pop, sin ironías, redonda y lo suficientemente chiclosa como para quedarse con ella en la primera escucha, sobre la que el rapero barcelonés canta atiborrado de AutoTune pero empleando su flow habitual.

‘No sabes mentir’ –coeditado por HermanX (parte de la familia del Primavera Sound) y Universal Music– se ha presentado hoy con un videoclip al que vale la pena atender tanto como a la canción en sí. Con una estética colorida, tan deudora del cine francés de los 70 como de la televisión norteamericana (incluye planos divididos a lo ‘Brady Bunch’), está protagonizado por el propio grupo y la actriz francesa Claire Romain, contando una historia de amor y traición entre el Flaco y la chica a los pies de una piscina. Suponemos que esto le valdrá a Pimp Flaco aún más odio del que suele recibir por parte de la escena del post-trap más purista y malota, pero es evidente que los fans de su faceta más pop salen ganando. Y mucho.

Cupido estarán presentando sus canciones tanto en la próxima edición de Primavera Club 2018 –viernes 26 de octubre en Madrid; domingo 28 en Barcelona– como en el 10º aniversario de Monkey Week –22 de noviembre, en Sevilla–.

Hinds, otra entrevista absurda de La Resistencia

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Hinds han visitado esta noche el plató de La Resistencia para promocionar sus próximos conciertos, el 6 de noviembre en Madrid, el 14 de diciembre en Donosti y el 15 de diciembre en Barcelona. En este último tocarán de madrugada y las autoras de ‘I Don’t Run‘ recuerdan en la entrevista que ya actuaron de madrugada hace un tiempo, en un after de Bilbao. Tocaron en las mesas de un bar y dicen que el bolo salió “regular”.

Llama la atención en primer lugar la presencia de solo tres Hinds en el plató. Falta Ade, que se encuentra en la platea y como descubriremos después, parece que ha tenido que quedarse fuera de la entrevista por exigencia del programa (¿demasiadas personas en pantalla? ¿faltaban micros?). Sin embargo, Ade baja a plató minutos después, micrófono en mano.

Vuelve a reinar el absurdo en la entrevista de Broncano. Basándose probablemente en los vídeos de ‘I Don’t Run’, Broncano pregunta a Hinds si son buenas en algún deporte, a lo que Ade responde que al tenis. Da la casualidad que un chico del público ha traído una pelota de tenis con un pene pintado, así que Ade y Broncano practican con él un “lanzamiento”.

Entre las “curiosidades” de la entrevista, Hinds revelan que han acudido a ella después de comer, tranquilamente, al contrario de lo que sucedió cuando estuvieron en el programa de Stephen Colbert. El programa termina con una interpretación por parte de las chicas de ‘El ritmo de la noche’.

Alex Anwandter / Latinoamericana

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Locura’, el primer single del cuarto álbum en solitario de Alex Anwandter (por supuesto, incluimos el seminal ‘Odisea’), condensa en buena medida lo que se extiende a lo largo y ancho de este ‘Latinoamericana’: una audaz mezcla de ira, irreverencia, clasicismo, modernidad, energía, melancolía, baile y delicadeza, destinada a remover conciencias y emociones en torno a cuestiones tan fundamentales política y socialmente como la identidad de género, la identidad sexual, la identidad de los pueblos de América Latina y la identidad de clase. Todo eso cabe en esa fantástica canción en la que, entre ecos disco y funk de los 90, Alex lamenta su inacción ante un “mundo que se va a la mierda” y a la vez se siente a punto de estallar: es entonces cuando, en su potente videoclip –una suerte de diálogo del artista consigo mismo como espectador–, conduciendo de manera iracunda con una escopeta al lado, el ex-Teleradio Donoso pasa a la acción… y se pinta los labios con carmín.

Esa acción aparentemente frívola es todo un símbolo que marca crucialmente el discurso de todo el álbum: exhibir su condición queer es también una manera de comprometerse política y socialmente, un activismo que propone evitar el blanqueado –ya sea de género, racial, sexual o social–, en no ocultar quien realmente se es como forma de lucha. La agitación es uno de los motores de ‘Latinoamericana’, como muestra de manera evidente en el número de tecnopop clásico ‘Canción del muro’. Tema que, según ha explicado, no alude tanto a la política migratoria de Trump (qué también: claramente él debe ser el “presidente bufón” citado en la muy late-Bowie ‘Odio a todo el mundo’) como a las barreras interiores, los prejuicios que a todos se nos han inculcado de una u otra manera y que es necesario derribar (“si botamos el muro, lo botamos entero / empezamos de cero y lo hacemos bien”) para construir esa sociedad mejor que urge. “La vida se va / hagamos que valga la pena”, canta Alex al final del estribillo, con una de las frases más emotivas del álbum.

“Quiero pasar el tiempo / Con alguien que me aguante / Y que entienda lo que siento oh / Cuando estemos tristes / Porque el mundo siempre mira mal / A quien no evita ser distinto”, canta en la muy soft-pop y algo Motown ‘Axis Mundi’, uno de las canciones más tristes y a la vez más bailables de ‘Latinoamericana’. El triunvirato hedonismo/emotividad/activismo ha sido una constante en la carrera en solitario de Alex y en este cuarto trabajo del chileno alcanza una especie de sublimación, tanto a nivel lírico como musical. Porque en ‘Latinoamericana’ –título que juega perversamente con el concepto habitualmente acuñado para la música norteamericana de raíces– Anwandter logra un equilibrio prácticamente perfecto de elementos habituales en sus canciones: soul, rock, funk (con un componente punk, a lo DFA, que emerge en ‘No te puedes escapar’), disco y pop.

Un síntoma de esa madurez de su propuesta artística aquí exhibida es que el álbum está exquisitamente arreglado a base de pinceladas sutiles –en ese sentido, las cuerdas recuerdan a la exuberancia de la etapa ‘Odisea’, pero más contenidas–, técnicamente muy trabajado. Resulta especialmente admirable, por ejemplo, cómo logra resultar más poderoso que nunca trabajando con pocas capas sonoras, dando una profundidad y riqueza enormes a temas como el inaugural ‘Malinche’ (de una elegancia cercana a los Air de ‘Moon Safari’) o el propio corte que da nombre al disco. No es sorprendente que, siendo uno de los cortes más reposados y sinuosos del disco, le dé título, puesto que recoge otra de las temáticas principales del álbum: invocar la identidad de los pueblos latinoamericanos como un gran frente común para combatir el auge de la derecha más intolerante, que no sólo aumenta en Europa y Estados Unidos, sino también en Sudamérica.

Anwandter enarbola el mestizaje como discurso unitario entre los pueblos de su continente, y lo aplica desde lo humano y lo personal: además de algunas percusiones salpicadas aquí y allí –cuicas y timbales entran y salen con soltura de las canciones–, el de Santiago busca la conexión con sus raíces brasileñas a través de dos versiones. Las preciosas ‘Um girassol da cor de seu cabelo’ de Milton Nascimento –fantástico su arreglo espacial– y ‘Olha Maria’ de Chico Buarque, además de dos melancólicos y necesarios remansos de paz en el disco, están cargadas de simbolismo precisamente porque ambos mitos brasileiros eran dos artistas comprometidos política y socialmente, que además solían cantar en español, conectando con ese mensaje que el chileno pretende recuperar hoy.

Ese partir de lo personal, lo íntimo, para proyectar un mensaje global también emerge en otro de los aspectos cruciales de ‘Lationamericana’: el que atañe a la libertad sexual y de género y a la lucha contra la homofobia y el heteropatriarcado. Por ejemplo, en la ya citada y luminosa ‘Axis Mundi’ evoca de manera contradictoria y emocionante a su propia iniciación, con dudas y miedos, en el amor y el sexo, aludiendo incluso a un intento de suicidio. Esa hostilidad social por su condición queer (“Odio a todo el mundo / Y el mundo me odia / En mi cuadra todos nos quieren matar” canta también en ‘Odio a todo el mundo’) también se explicita en la magnética ‘No te puedes escapar’, con líneas definitivas como “Salgo de mi cama a la calle / Pero ya me encuentro ojos en la esquina / Me preguntan si soy hombre o si soy niña”. Una ambigüedad que, lejos de rehuir, Alex abandera, jugueteando constantemente a cambiar el género con el que se dirige a sí mismo o a segundas personas, incluso dentro de la misma frase: la intencionada confusión al final de cada “loco/a” en el estribillo de ‘Locura’, o identificar a un hombre con la ‘Malinche’ (la indígena que asesoró a Hernán Cortés en su despiadada ocupación de Sudamérica se erige en símbolo de traición y perfidia) son los ejemplos más llamativos.

Todas esas cuestiones atormentan a Alex Anwandter en su vida y así lo expresa magníficamente a lo largo y ancho de ‘Latinoamericana’, haciéndole acumular un descontento que irremediablemente abocan a la ira. Un enfado desatado en la liberadora y tragicómica fantasía de destrucción masiva recogida en ‘Odio a todo el mundo’: “Tuve un sueño profundo / El presidente bufón / Apretaba un botón / Y este mundo / Este odio / Se esfumó”. Pero no todo es tormento y disconformidad en esta obra. En su llamamiento a la unidad de los pueblos de Latinoamérica subyace una luz, una esperanza de que todo puede mejorar, resumida en el precioso y sencillo “bolero de la era de neón” que cierra el disco, ‘Finalmente’: “Estoy seguro que me voy a equivocar / Pero ese miedo masculino ya se fue / Y ahora puedo ser valiente y temer / Porque no hay contradicción en la verdad (…) Que finalmente / No tengo miedo / No, no tengo miedo / Vamos a la marcha / Quiero quererte más”. El mejor disco en la carrera de este singular artista no podía culminar de una forma más bonita e inspiradora.

Calificación: 8,3/10
Lo mejor: ‘Locura’, ‘Canción del muro’, ‘Latinoamericana’, ‘Axis Mundi’, ‘Malinche’
Te gustará si te gustan: Blood Orange, Javiera Mena, Christine and the Queens, Gepe
Escúchalo: Spotify

‘Burning’: cómo incendiar un cuento de Murakami y convertirlo en uno de los thrillers más sugerentes del año

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De los cuatro directores coreanos más celebrados de la actualidad y cuyas películas se estrenan regularmente en España, Park Chan-wook (‘La doncella’, ‘Stoker’), Bong Joon-ho (‘Okja’, ‘Rompenieves’), Hong Sang-soo (‘En la playa sola de noche’, ‘En otro país’) y Lee Chang-Dong (‘Poesía’, ‘Secret Sunshine’), este último es el menos conocido fuera de su país (donde, por cierto, fue ministro de cultura). El hecho de que Chang-Dong se haya centrado en un género menos popular y exportable como el melodrama y que su cine sea muy “coreano” (a diferencia del “afrancesado” Hong Sang-soo), puede haber influido en su (re)conocimiento. Sin embargo, esta consideración puede cambiar con ‘Burning’. Su selección en la sección oficial del reciente festival de Sitges nos da una clave de por dónde ha ido su cambio de registro.

‘Burning’ es la adaptación de ‘Quemar graneros’, uno de los relatos que componen el volumen ‘El elefante desaparece’ (Tusquets, 2016), escrito por Haruki Murakami. El cuento, inspirado en el famoso ‘Incendiar establos’ de William Faulkner (Alfaguara, 2009), tiene apenas una decena de páginas, pero Chang-Dong lo ha convertido en una película de dos horas y media. Las tres escenas principales del relato están en la película: la secuencia de la pantomima con la naranja, la cena de los tres protagonistas fumando marihuana mientras ven atardecer y la reveladora conversación entre los dos hombres en un café tiempo después. Lo que ha hecho Chang-Dong es unir esos tres momentos clave del cuento a través de un fino hilo narrativo hecho de misterios, incertidumbres y desesperación amorosa. El director ha cogido una historia melodramática como las que surcan toda su filmografía, y la ha incendiado con un mechero utilizando elementos de thriller como combustible.

El resultado de este incendio es una cautivadora película de misterio, lucha de clases y ardor romántico; un inquietante triángulo amoroso compuesto por un joven repartidor y aspirante a escritor que vive en una zona rural (como en el cuento, toda la película está vista a través de sus ojos), una compañera de la infancia a la que hacía años que no veía y un misterioso joven adinerado de Seúl (un gran Gatsby, le llama el protagonista) aficionado a extraños pasatiempos. Conforme la historia va avanzando, los enigmas (un gato, un pozo, un reloj) y las posibles lecturas de esos enigmas (¿podría ser todo parte de la febril actividad creadora que se apodera del escritor?), se van sucediendo hasta formar un puzzle al que le faltan piezas.

Aunque le cuesta algo prender al principio, ‘Burning’ va entrando poco a poco en combustión hasta acabar ardiendo en su tramo final como un bosque gallego en verano. El naturalismo inicial de las imágenes y su cristalina narrativa se va haciendo cada vez más compleja a medida que la sencilla historia de amor del principio se va transformando en algo mucho más extraño y ambiguo. Como es habitual en el cine del cineasta coreano, su atmósfera y narrativa, llena de sugerentes elipsis, nos va atrapando hasta conseguir que las dos horas y media que dura la película nos parezcan tan cortas como el cuento de Murakami. 8’5.

Marilyn Manson saca un consolador con su cara

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Marilyn Manson ha lanzado nuevo merchandising para Halloween, lo que incluye un consolador con su cara. El dildo mide 20 centímetros y medio de alto y 3,80 centímetros de ancho y según la descripción es un “dildo de Marilyn Manson parecido a la vida real”… ¿lo cual solo puede significar una cosa?

El consolador lleva la cara de Manson circa 1996 pintada en el glande (esto tiene que haber sido el sueño de alguien) y su nombre grabado en el tronco y viene con una “discreta” bolsa de terciopelo para guardarlo. Según la descripción, la tinta con la que se ha realizado la cara de Manson es “segura para el medio ambiente”, aunque “puede desteñirse” con el uso. El artefacto está disponible a un precio de 125 dólares, suficiente, más que para usarlo, para colocarlo en una vitrina.

Las últimas noticias sobre Marilyn Manson han sido menos “divertidas”. El pasado mes de agosto, el músico cancelaba un concierto de su gira con Rob Zombie tras desvanecerse debido al calor, días atrás hacía lo mismo por razones de salud y meses atrás había protagonizado un errática presentación en la que incluso llegaba a arremeter contra el público. Este 6 de octubre se ha cumplido un año del lanzamiento del último álbum de Manson, ‘Heaven Upside Down‘.

Britney, visto y no visto en el anuncio de su nueva residencia ‘Domination’ en Las Vegas

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Britney Spears ha anunciado una nueva serie de conciertos fijos (o “residencia”) en Las Vegas. ‘Domination’ arranca el 13 de febrero de 2019 en Park MGM, el mismo recinto donde Cher y Lady Gaga ofrecerán sus espectáculos en los próximos meses, con una primera tanda de 32 conciertos. Las entradas salen a la venta el 26 de octubre.

La presentación de ‘Domination’ se ha realizado al estilo americano, a lo grande, con la celebración de un evento retransmitido desde Las Vegas con proyecciones, bailarines, fuegos artificiales, presentador y por supuesto la presencia de unos fans emocionados. Sin embargo, según Forbes el evento en cuestión ha sido un “completo despropósito”. Britney apareció, pero al final y durante unos pocos minutos en los que saludó con las manos, posó incómodamente, cruzó una pasarela, se metió en un coche y se fue. Un visto y no visto.

‘Domination’ llegará poco más de un año después de la conclusión de ‘Piece of Me’, la primera residencia en Las Vegas de Britney, el pasado mes de diciembre. Este verano, la autora de ‘Glory‘ ha realizado una pequeña gira europea presentando este concierto, después de visitar Asia el año anterior. No hay, de momento, música nueva con la que promocionar esta residencia, si bien Britney ha declarado encontrarse trabajando en un nuevo álbum.