Banks ha anunciado gira europea en presentación de ‘The Altar’ y esta pasará por España. La cantante estará el 15 de noviembre en la sala Apolo de Barcelona y el 16 de noviembre en La Riviera de Madrid. Las entradas salen a la venta este viernes 26 de mayo.
Recientemente Banks ha estrenado nuevo tema, ‘Crowded Places’, compuesto para la banda sonora de ‘Girls’, que se ha despedido este año. ‘Crowded Places’ es una co-producción junto a Jack Antonoff y Tim Anderson que nos habla, en palabras de Banks, sobre «enamorarse» y sobre «ansiedad social».
‘The Altar’ se publicaba el pasado 30 de septiembre y generaba singles tan claros como ‘Gemini Feed’ o ‘Fuck with Myself’, además de canciones destacadas como ‘Trainwreck’, ‘Judas’ o ‘This Is Not About Us’. El álbum lograba un top 20 en Estados Unidos y sucedía a ‘Goddess’.
Banks es uno de los iconos más reconocibles del nuevo pop alternativo americano gracias a canciones como ‘Waiting Game’ o la mencionada ‘Gemini Feed’: su estilo sombrío con conexiones al R&B experimental de James Blake, SOHN o FKA twigs ha cautivado a miles de fans en todo el mundo.
Este domingo se ha celebrado una nueva edición de los premios Billboard en Las Vegas y el héroe claro de la ceremonia ha sido Drake, que ha conseguido hasta 13 estatuillas, entre ellas el de Mejor artista y el de Mejor artista masculino. Beyoncé, que no acudió a la ceremonia debido a su avanzado estado de gestación, se llevó varios premios, entre ellos el de Mejor artista femenina y Mejor disco R&B por ‘Lemonade’.
Zayn se alzó como Artista revelación y Twenty One Pilots como mejor dúo. La curiosidad de la noche vino de mano de la boyband coreana BTS, que se llevó el premio a Mejor artista en las redes sociales, arrebatándoselo a Justin Bieber, Selena Gomez, Ariana Grande y Shawn Mendes.
Presentaron la ceremonia Vanessa Hudgens y el rapero Ludacris y por supuesto esta estuvo plagada de actuaciones llamativas como la de Nicki Minaj, que abrió la gala con un medley de ‘No Frauds’ y ‘Light My Body Up’; o la de Lorde, que cantó ‘Green Light’ en una especie de karaoke personalizado. También Miley Cyrus presentó su nuevo single ‘Malibu’ en clave puramente country y Halsey hizo lo propio con ‘Now or Never’. El ganador de la noche presentó ‘Gyalchester’ en las famosas fuentes de Bellagio de Las Vegas.
Cher, que esta semana ha cumplido 71 años, actuó en una gala de premios por primera vez en 15 años y Céline Dion recordó ‘My Heart Will Go On’ por el 20 aniversario de ‘Titanic’.
‘Lust for Life’, el nuevo álbum de Lana del Rey, no tiene aún una fecha de publicación confirmada aunque, si hacemos caso de la tienda online alemana JPC, podría ver la luz el día 21 de julio. Con la fresca. Hasta entonces (dos largos meses nos separan, justo desde hoy), posiblemente aún veamos y escuchemos algunas novedades más del disco que fue presentado meses atrás con ‘Love’ y, hace pocas semanas, refrendado con el tema que da título al disco, un tema colaborativo con The Weeknd.
En tanto esperamos que llegue el vídeo oficial para esta canción en las próximas horas (ha sido avanzado ya con un teaser), Lana ha ofrecido una nueva presentación en vivo, esta vez en el festival organizado por la emisora californiana de radio KROQ. Además de la adaptación al directo de ese single, acompañada no por Abel Tesfaye pero sí por su banda y dos coristas / bailarinas, Lana también ha mostrado un tema inédito que, imaginamos, estará incluido en ‘Lust for Life’. Se titula ‘Cherry’ y es una balada retro, bien dramática.
Y ‘Cherry’ no es la única canción nueva de Lana del Rey que escuchamos esta semana: hace pocos días lanzaba ‘Coachella – Woodstock on My Mind’, aquella canción por la paz en el mundo que improvisó en un bosque al salir de la última edición de este festival, al que acudía en esta ocasión como espectadora.
«¡Igual somos emo pero nos estamos dando cuenta ahora!», exclamaban Chvrches en una entrevista de 2015 en la que hablaban largo y tendido sobre cómo ha cambiado el concepto emo. «La gente te dice cosas como «te has hecho mayor, así que ya no puedes ser emo. Puedes serlo por dentro, pero tienes que ponerte otro tipo de camisetas»». Eso han hecho Paramore, y la comparación entre los dos grupos no es casual: Chvrches, aunque mucho menos rockeros, han hecho después de aquellas declaraciones sus pinitos versionando a Paramore y, de hecho, Hayley Williams ha terminado interpretando una canción del segundo disco de Chvrches junto a ellos mismos, ‘Bury It‘. Después de esto no sabemos quién entona ‘Tell Me How’, la balada final del nuevo disco de Paramore, si Hayley o Lauren Mayberry.
Paramore no se han hecho popis de un día para otro. Sus canciones siempre han sido poperas, como muestran las melodías cristalinas detrás de las guitarras de, por ejemplo, ‘Ain’t It Funny’, pero ahora sus portadas son más coloridas, los vídeos tienen más tonos pastel y sí, los arreglos son un poco más indie pop. Ahora encajarían más todavía en un festival como Dcode, donde actuaron My Chemical Romance el mismo año que The Ting Tings. Y este álbum puede gustar a los fans de unos y de otros sin dejar de llamar la atención de sus viejos seguidores, para empezar, porque las letras del disco, tratando la depresión de Hayley (‘Hard Times‘) o la incomprensión que ha sufrido por parte de su pareja (‘Rose-Colored Boy’) no dejan de ser eso: lo mismo pero con otra camiseta.
La diferencia es que ahora Paramore afrontan su nueva etapa, que supone también el regreso de su batería Zac Farro, con luminosidad y brío, ayudados por la co-producción de Justin Meldal-Johnsen (M83, Tegan and Sara, ellos mismos). Al mal tiempo, buena cara. ‘Hard Times’ es una de sus canciones más pegadizas y directas, los tarareos hacia el final de ‘Fake Happy’ -pese a su título emo- están hechos para salir del agujero, y ‘Pool’ presenta un desarrollo instrumental bastante electrizante.
Otra cosa es que su propuesta sea original. El grupo ha cambiado básicamente tomando unas ideas de aquí y otras de allá, pero aportando muy poca cosa. Hay un punto muy The Go! Team en ‘Rose Colored Boy’, un tema que había empezado en plan Cyndi Lauper. Passion Pit se asoman por el momento cumbre de ‘Fake Happy’. ‘Caught in the Middle’ podría ser un single de Gwen Stefani o No Doubt. El curioso y trepidante tema en el que repasan su carrera después de su reflexión sobre la fama de ‘Idle Worship’, sin la voz de Williams, ‘No Friend’, parece un tema de relleno de Blur de 1994. Y puestos a buscar parecidos, el estribillo de ‘Just Dance’ de Lady Gaga puede cantarse por encima del de la mismísima ‘Hard Times’. Eso sí, aunque no hayan sido mucho más originales que Two Door Cinema Club (ni el Carlos Sadness de hace 2 años) hay que reconocer que hay cosas que les han salido bien. ‘Forgiveness’ logra reunir una producción un tanto Police con un punteo ligerísimamente Smiths y, desde el segundo estribillo, suma unos estupendos coros ochenteros -como los de ‘Pool’- recién sacados de ‘Tango in the Night‘ de Fleetwood Mac. Ahora Paramore son tan guays como Chvrches o Carly Rae Jepsen, aunque un poco tarde.
Calificación: 6,5/10 Lo mejor: ‘Hard Times’, ‘Fake Happy’, ‘Pool’, ‘Told You So’ Te gustará si te gusta: las melodías de Chvrches sobre el fondo musical de Two Door Cinema Club Escúchalo:Spotify
El pasado 18 de octubre, la editorial Planeta publicó en España ‘La historia secreta de Twin Peaks’, la novela de Mark Frost sobre los orígenes de la historia o, mejor dicho, de las varias historias que acontecen y se entrelazan en la mítica serie de David Lynch y el propio Frost, que regresa con tercera temporada esta misma noche. ‘La historia secreta de Twin Peaks’, sin embargo, no es exactamente una “novela”, por no decir que no lo es en absoluto, a menos en el sentido clásico del término, sino una copiosa recopilación de documentos (manuscritos, mecanografías, fotografías, recortes de periódico, transcripciones, incluso el menú del Doble R), a modo de dossier policial, a través de los cuales se revelan secretos y misterios relacionados con Twin Peaks, desde los orígenes del pueblo hasta la muerte de Laura Palmer, en cuyo asesinato se basa la serie.
El libro es un deleite desde su misma producción, un tomo verde con grabados preciosos envuelto con una solapa de evocador diseño (la imagen principal es una imagen de las cascadas del pueblo, casi pueden oírse ecos de Julee Cruise cantando ‘Falling’ solo con observarla). Aún mejor, desde la misma solapa del libro se establece una ilusión de realidad con el lector a través de un escrito del agente Gordon Cole que nos advierte de la confidencialidad del dossier. Cole (interpretado en la serie por Lynch) se dirige a la “agente T.P.”, cuyo papel el lector, pues, asume como propio sin haber empezado a hojear. Es el truco perfecto, no solo para adentrarse, sino también para integrarse en el relato surrealista que constituye el libro.
‘La historia secreta de Twin Peaks’ dota a la serie de un contexto tan amplio que empieza en el origen mismo de Estados Unidos y termina, de hecho, en el mismísimo inicio de la serie: el misterio que envuelve al pueblo y a la muerte de Palmer se extiende mucho más atrás en el tiempo de lo que podía parecer. También se relata la vida del teniente coronel Douglas Milford, esencial en el libro, cuando en la serie su protagonismo es mucho menor, e incluso se revelan algunos de los mayores misterios de la serie, como los pasados de Josie y la Señora del Leño o el entramado de la explosión del banco. Leer ‘La historia de Twin Peaks’ es en parte como volver a ver la serie desde las perspectivas que no se desarrollaron en los 90, como desenterrar tomas alternativas descartadas durante el rodaje.
El misterio fundamental de ‘La historia de Twin Peaks’ se basa en una ocurrencia de la serie, como es, sin entrar en detalles reveladores, la existencia de dimensiones alternativas, que es, con toda seguridad, el argumento que desarrollará la tercera temporada. Pero el relato del libro orbita alrededor de una serie de acontecimientos reales protagonizados por personajes reales que acercan la historia de Twin Peaks todavía más a la realidad del lector. Un ejemplo notable es Aleister Crowley. Esta es la genialidad de ‘La historia de Twin Peaks’, que emplea la realidad del pasado y, sin manipulaciones, a través de ella erige un relato ficticio magnético y lleno de personajes carismáticos que perfectamente podrían haber existido.
No todo lo que nos cuenta el libro es igual de interesante ni resolutivo de los secretos de Twin Peaks (no esperes durante su lectura resolver todos los misterios de la serie), pero sí importante para atar muchos cabos, aunque también para crear nuevas cuestiones con los que encarar la tercera temporada de la serie con más interés. Y sobre todo, ‘La historia de Twin Peaks’ está excelentemente escrito y traducido por María José Díez Pérez y su diseño es poco menos que espectacular, de manera que su lectura (evidentemente muy visual y nada aburrida) no podría ser más dinámica y se pasa en un suspiro. Eso sí, ni se te ocurra tocarlo si no has visto la serie, que para algo es una precuela, aunque en forma de dossier.
Tras el lanzamiento este pasado viernes de otro single de su nuevo disco ‘Witness’, Katy Perry acudía en la pasada madrugada a presentar precisamente esa canción, la noventera ‘Swish Swish’, y su single previo, ‘Bon Appétit’, al popular show televisivo Saturday Night Live. Co-presentado por el actor Dwayne Johnson “The Rock”, Perry realizaba una interpretación bastante entretenida de su más reciente tema que, aunque no contó con la presencia de Nicki Minaj, como sí ocurre en la versión que conocíamos, tuvo numerosos invitados.
Concretamente, numerosas drags y otros maravillosos especímenes humanos como un contorsionista o una mujer cubierta de pintura metalizada que poco a poco iban desfilando por la pasarela central del escenario. El impacto final lo ofreció, precisamente, un chico de apariencia convencional que, sin embargo, se marcaba un llamativo baile balanceando sus largos brazos. Un efectista número que pretende poner el acento en el mensaje de esta canción que Perry ha definido en una entrevista con Jimmy Fallon como “un gran himno para la gente cuando alguien esté tratando de humillarles o acosarles. (…) ‘Swish Swish’ representa la liberación de todo la negatividad que no te sirve”. Perry ni desmiente ni confirma si, como se viene rumoreando, se trata de una respuesta a ‘Bad Blood’ de Taylor Swift.
La segunda actuación que ofreció Katy fue bastante más sosa y predecible. Para interpretar una ‘Bon Appétit’ que no tiene ninguna pinta de remontar en los charts, imitó solo la parte menos divertida-gore de su clip oficial y se tumbó en una mesa llena de fruta rodeada de unos comensales que incluía a los raperos de Migos. Y nada más que añadir. ‘Witness’ se publica el día 9 de junio.
Acostumbrados a que el reconocimiento del público para los grupos y artistas más personales en nuestro país es una cuestión de mucha perseverancia, resulta tan sorprendente como reconfortante ver cómo Rosalía está logrando un estatus casi de estrella en pocos meses desde la edición de su debut ‘Los Ángeles’, que previsiblemente será uno de los sleepers comerciales del año.
Mientras ofrece conciertos que agotan sus entradas con antelación, también sigue promocionando ese fantástico primer disco grabado en colaboración con Raül Fernández Refree. Tras presentar vídeo de ‘Catalina’, meses atrás, hoy tenemos un nuevo visual para una de esas canciones. Se trata de ‘De Plata’ y es una creación de MANSON (Agorazein, Extraperlo) bajo el auspicio de la productora CANADA, que ha llevado a la cantaora barcelonesa a rodar, precisamente, a Los Ángeles.
En Nowness, que ha estrenado el vídeo, MANSON explican el por qué: “Escogimos esta canción porque tiene un rollo Tarantinesco que creíamos que encajaba en la ciudad. Además, el film fue rodado en 16mm porque queríamos retratar a Rosalía como una clásica estrella de Hollywood, pero con una sensibilidad contemporánea”. Lo cierto es que se trata de una pieza audiovisual fantástica, muy alejada de las producciones a las que nos tiene acostumbrados el estudio de Barcelona, en la que vemos la poderosa figura de Rosalía cantar y bailar en un entorno insólito. Una auténtica gozada que reaviva el interés por un disco fabuloso y sugerente.
Quizá nunca sepamos si el timing de Leticia Sabater con ‘Toma pepinazo’ se vio un poco precipitado, allá por marzo, por su inminente entrada en el reality show Supervivientes. O sí, porque tampoco es que la ex-presentadora infantil se caracterice por morderse mucho la lengua. La cosa es que, con su marcha a la Honduras salvaje, la llama de su apuesta por convertir su último single en igualar la repercusión de ‘La Salchipapa’ se está apagando. Además, el público parece tenerla en estima y no parece probable que vuelva a España pronto.
Así las cosas, parece que se lo está poniendo en bandeja para que otro personaje singular de la cultura popular más trashy (cuyo paso por el último GH VIP fue decepcionante) sí se coma la tostada veraniega. Hablamos del youtuber, instagrammer, whatever Aless Gibaja, que insiste en probar suerte con el mundo de la música, tras ‘Re-Aless’ (gran título, todo hay que decirlo) y la famosa ‘Sexy Summer’.
Y ahora, en 2017 lanza la poco sutil ‘Menéalo’, junto al cantante cubano DKB (que, por cierto, también colabora con otra apuesta estival: la de Natalia de Operación Triunfo –siempre en el corazón de los fans de Astrud–). Este es en realidad el que lleva el peso de la canción, mientras que Aless se dedica a ¿rapear? El tema es una latinada machacona de cuidado pero ojo, porque se pega muchísimo.
Estrenado hace un par de días, lo cierto es que ya ha conseguido más de 100.000 visualizaciones (su teaser, estrenado hace tres semanas, va camino de las 400.000) de su vídeo oficial. Un clip que poco tiene que ver con el esperpentillo de Leti: Gibaja, rodeado de bebés en pequeños trajes de baño, pasea un look cercano al de El Joven Rappel sobre yates, a la vez que pasea por la playa en compañía de un tigre –no, Aless, eso no es un león– o una pitón albina. Ahí es ná. Cómo se nota dónde hay presupuesto. Veremos si, finalmente, logra acercarse o incluso superar los 2 millones de streamings que ya ronda ‘Toma pepinazo’.
Llueven los festivales en Madrid, y antes de MadCool, de Dcode o de True Music Festival, se celebra este fin de semana un aparentemente consolidado Tomavistas, que se celebra en el Parque Enrique Tierno Galván -bastante cercano al centro, pero tampoco céntrico- después de unos cuantos bandazos. A falta de conocer datos oficiales de asistencia, unas 7.000 personas se congregaron el viernes por la noche en este lugar para asistir a los conciertos de Lori Meyers, Goldfrapp o Hercules & Love Affair. No vendría nada mal una mejora en cuanto a señalización de accesos, camareros más eficientes y baños en más puntos del recinto, pero por el contrario hay que elogiar la calidad de la comida, la organización de los taxis a la salida o el variado e inquieto cartel. Se vio… de todo un poco, de indie a trap pasando por dance, electropop, kraut y experiméntal.
Comenzando con ‘Anymore’ -será un single decepcionante pero como «opener» está bastante bien- y siguiendo con la enorme ‘Train’ y la resultona ‘Ocean’, Alison se metió al público en el bolsillo en cuestión de segundos. Siempre ha sido todo actitud sobre las tablas y a ello contribuyen sus calculadas poses entre la niebla e indumentaria, ayer un traje galáctico en plata. Luego está el tema de su voz: desde el principio Goldfrapp han tenido que lidiar con los rumores de que hacían playback. Es verdad que llevan algún pregrabado y hay algún exceso de lata (¿por qué las teclistas no tocaban sintetizador alguno y se limitaban a bailar en la cumbre de ‘Ride a White Horse’?), pero lo que a Alison le ha gustado siempre de verdad ha sido adulterar voces en vivo. Y si en los primeros tiempos era habitual verla cantar por dos micrófonos distintos incluso dentro de la misma canción, parece que ahora la tecnología le permite hacer lo mismo con uno solo. O eso queremos creer.
Tengo ciertas reservas también sobre su repertorio: puedo entender que prefieran tocar canciones nuevas o que se reserven para sala ‘A&E’, ‘Annabel’ o ‘Utopia’, ¿pero de verdad es mejor tocar ‘Slide In’ y ‘Shiny and Warm’ que ‘Rocket’, ‘Caravan Girl’ o ‘Happiness’? Con todo, fue una gozada escuchar en vivo ‘You Never Know’, muy especialmente la celebrada ‘Number 1’ y, como colofón final, ‘Oh La La’ y una versión extendida de una de las canciones que mejor les han funcionado en directo desde siempre, ‘Strict Machine’.
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Poco antes de Goldfrapp actuaban en el mismo anfiteatro principal Lori Meyers, con el mismo show que vimos hace 15 días en We Are Murcia. Por supuesto, arrasaron. Se sigue percibiendo cierta indiferencia ante canciones nuevas como ‘Vértigo I’ al principio o ‘Pierdo el control’ hacia el final, pero la entrega del público durante hits como ‘Emborracharme’, ‘Mi realidad’ o ‘Luces de neón’ es absoluta, y también la del grupo, con un sonido y una profesionalidad intachables. De nuevo, destacar lo bonitas que son canciones nuevas como ‘Todo lo que dicen de ti’ y ‘Océanos’. Su técnico y la disposición del recinto lograban que pudieran seguirse sus letras desde cualquier punto del parque.
Otras artistas que triunfaron, con bastante público pero obviamente algo menos, fueron The Big Moon, que fueron todo simpatía. Pese a no haber dormido apenas, como contaron, varias de sus componentes tuvieron energía para dirigirse a la gente entre canción y canción, indicando que nunca habían estado en Madrid, pero que el público les parecía muy guapo («handsome», en concreto, fue la palabra elegida, no «cute», ni «beautiful»). The Big Moon ofrecieron un buen show en el que alternaron momentos áridos, más Anna Calvi, con otros un poco más románticos, más Last Shadow Puppets. Entre los primeros, una versión de ‘Beautiful Stranger’ de Madonna que se deshace de casi todo su gancho para decantarse por unas estrofas languidísimas en contraste con el ruidazo en el estribillo; y entre los segundos, ‘Pull the Other One’, mejor en vivo que en estudio. Reservaron para el final la estupenda ‘Sucker’ (bravo por ese «I’m a sucker for you»), para la que además se guardaron los mejores visuales, sobre los que ellas mismas habían llamado la atención durante el show. Son los de su vídeo Western.
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Entre los grandes triunfadores de la noche, C.Tangana, aunque le tocara en el escenario pequeño. A la postre, en verdad, un show de Agorazein, como decía el fondo del set o ellos mismos al grito de «A-GE-ZETA». Acudía un poco asustado porque se decía en los mentideros que Tangana abusaba de pregrabados, pero no es cierto. Se lo cantó todo o casi todo y se mostró como un frontman cada vez más carismático y solvente, logrando lo que solo consiguen las estrellas: que cada movimiento sobre las tablas sea seguido por un público que parece medio hipnotizado, y que responde a sus múltiples llamadas «¿Cómo estáis Madrid? ¿Qué necesitáis?». Necesitábamos a Rosalía, pero no salió. Eso sí, no faltaron temas como ‘Persiguiéndonos’, con su improbable estribillo «tienes que vender mucha más droga» y ‘Los chikos de Madriz’ aparece mejorada como si Tangana se hubiera empeñado en convertirla en himno pese a las malas críticas. Sticky M.A. apareció junto a otro miembro de AGZ para recuperar temas de estos y así, ‘Qué pasará’ y hacia el final ‘100k pasos’ contribuyen a que el setlist pase en un suspiro. Mención especial para el speech de C.Tangana en el que recordó la mierda que ha comido durante estos años, pero concluyendo con ‘Espabilao’ lo que es un secreto a voces: «Este año me llevo el sobre«. Seguiremos informando.
El punto experimental lo pusieron en ese mismo pequeño escenario grupos como Aquaserge y Schwarz. Los franceses actuaban hacia las ocho de la tarde con un show no tan Stereolab, muy acertado entre su equilibrio entre el kraut y los sonidos cósmicos, pero a su vez muy orgánico y folclórico, algo que se notaba en el vestuario de algunos de sus miembros. El uso de un saxofón alto en vivo a cargo de una de sus componentes, que llamaba la atención desde el otro lado del inmenso parque -quiero decir, fuera incluso del recinto-, jugó muy a su favor. Schwarz mostraron cuántos años de experiencia llevan a sus espaldas con un concierto que conseguía justo lo que buscaba: que el público se sumergiera en el ambientazo que sabían crear a partir de una doble percusión y unos brutales teclados. Hubo momentos para la fumada a lo ‘Vanishing Point’ de Primal Scream, pero supieron terminar en plan rítmico, con parte del público bailando. En el mismo escenario presentaban su nuevo disco Svper. Luciana Della Villa se quejó de algún problema de sonido, pero el dúo que forma con Sergio Pérez no ha perdido nada de chispa ni presencia escénica en estos años de parón (su sencillo set mola bastante) y parece que su segundo disco, del que estrenaron alguna canción («os estamos usando de conejillos de indias, de cobayas», bromearon) estará tan bien como el primero.
El fin de fiesta fue cosa de Hercules & Love Affair, una gozada de espectáculo de tintes queer, encabezado por dos vocalistas, que sería genial que cerrara cualquier festival. Andy Butler, en un discreto segundo plano junto a un cuarto componente, se mostró tan encantado de actuar y tan simpático como siempre, y su repertorio agradece profundamente la inclusión de canciones como ‘Do You Feel the Same?’, ‘My House’ o ‘You Belong’. La segunda, por cierto, fue interpretada en parte en castellano por… ¿Rouge Mary? («pon mi casa en orden»). En penúltimo lugar, como es habitual, la nueva versión de ‘Blind’, que 9 años después sigue siendo la mejor canción que salió en 2008.
Fotografías de Javier Rosa, cedidas por Tomavistas.
Meses atrás hablábamos de That Poppy una joven misteriosa (aunque ahora sabemos que se llama Moriah Pereira y que procede de Nashville, Texas), mezcla de cantante pop, youtuber (publica vídeos de estética cuidada y muy desconcertantes) y perfomer (ha publicado su propio Evangelio), que lanzaba su primer EP en la multinacional Island Records. Este año procedió a cambiar levemente su nombre, eliminando el “That” inicial y dejándolo en Poppy, oficiándolo a través de un single autoeditado llamado ilustrativamente ‘I’m Poppy’.
Hoy Poppy vuelve a lanzar otra nueva canción llamada ‘Computer Boy’, que prosigue en su línea de pop electrónico burbujeante –un poco PC Music, pero más accesible–, esta vez tirando de estética de sintetizadores vintage que encaja perfectamente con la temática de la canción. Y es que en ella Poppy cuenta que se ha enamorado del hombre del futuro, el hombre perfecto: un ordenador portátil.
Este lanzamiento sorprende también por estar albergado por Mad Decent, sello en el que participa artística y empresarialmente Diplo, aunque la canción no encaje exactamente en los patrones del típico artista del sello –que tiende más a albergar artistas de música de clubs, dancehall, indie reggaeton, etcétera–. Veremos si se trata de una colaboración puntual o si, por el contrario, Diplo y su equipo impulsan a Poppy en su carrera musical.
Shakira sigue ofreciendo adelantos de ‘El Dorado’, su nuevo álbum, que se publicará el próximo día 26 de mayo. Hasta ahora habíamos conocido varios temas del mismo, casi todos colaboraciones con otros artistas (Carlos Vives, Maluma, Prince Royce, Black M) a excepción de ‘Me enamoré’, dedicada a su pareja Gerard Piqué y cuyo vídeo ha sido un considerable éxito (en buena medida, por el cameo del futbolista en él). También ha demostrado con ellos que será un disco muy ecléctico, con muchos estilos bailables latinos y caribeños.
Así, con ellos muchos han echado de menos a la Shakira de sus inicios, la que presentaba en discos como ‘Pies descalzos’ o ‘Dónde están los ladrones’ toques de folk, pop o rock. Hoy la colombiana ha presentado un nuevo de avance del disco que, quizá, sirva para que ese sector del público se reconcilie con ella.
Se trata de la balada ‘Nada’, un tema cargado de dramatismo que la sitúa sola en Berlín, con la lluvia “mojándola por dentro” y “tirando su bolso Chanel del barrio chino” (directas a su larga lista de frases rarunas y memorables), añorando a otra persona. ¿A nadie más le trae ese “extraño tu voz” le recuerda por un instante a ‘Have You Ever Seen The Rain?’ de Creedence Clearwater Revival?
La aparición del director francés Olivier Assayas (‘Carlos’, ‘Las horas de verano’) en la vida de Kristen Stewart marcó un punto de inflexión en la carrera de la actriz californiana. Tras una década aguantando comentarios sarcásticos sobre sus dotes interpretativas y acumulando nominaciones a los razzies (cinco, casi todas por la saga ‘Crepúsculo’), su papel de asistente de Juliette Binoche en ‘Viaje a Sils Maria’ (2014) cambió la percepción que se tenía de ella. A partir de esa película le llovieron los reconocimientos (premio Cesar incluido) y las propuestas alejadas del cine para adolescentes: ‘Siempre Alice’, ‘Café Society’, ‘Certain Women’…
Assayas, que está preparando su primera incursión en Hollywood (el thriller ‘Idol’s Eye’, protagonizado por Rachel Weisz, Robert Pattinson y… ¡Sylvester Stallone!), ha vuelto a contar con Bella para su nueva película. Y esta vez como protagonista absoluta. ‘Personal Shopper’ es una desconcertante pero muy sugestiva combinación de elementos: la alta costura, el espiritismo, las casas encantadas, las enfermedades congénitas, Victor Hugo (interpretado por Benjamin Biolay), la precursora de la pintura abstracta Hilma af Klint… Una mezcla heterogénea de piezas que le sirven al director para componer el retrato de una mujer descompuesta por la pérdida de su hermano gemelo.
El personaje de Maureen, casi una prolongación de la Valentine de ‘Viaje a Sils Maria’, es una joven médium que trabaja como “personal shopper” para una celebrity francesa. A través de esta paradoja se articula la película: la sensibilidad espiritual al servicio del materialismo extremo. El problema es que este conflicto se queda casi siempre en un plano puramente intelectual, conceptual. El director no consigue que nos interesemos por él más allá de su enunciación. Pero eso sí: ¡qué enunciación!
Assayas nos deja varias secuencias para el recuerdo: la primera noche que pasa la protagonista en la casa de su hermano muerto intentando conectar con él (una escena impregnada de una melancólica e inquietante atmósfera de terror gótico), el momento liberador en el que se prueba los vestidos de su jefa (que conecta la película con los thrillers eróticos de los noventa), el hipnótico y hitchcockiano viaje a Londres en tren mientras mantiene una larga conversación por sms con un misterioso interlocutor (sin duda, la secuencia estrella de la película, de una significación y precisión narrativa sobrenaturales), y ese enigmático final donde se formula una pregunta que queda suspendida en la sala de cine como un ectoplasma: “¿Eres tú, o soy yo?”.
Está claro que Assayas no es un buen médium. Por lo menos en esta ocasión, no ha conseguido transmitir el misterio y la emoción que pretende. Pero sí es un cineasta muy audaz capaz de mezclar elementos muy variados, casi incompatibles, sin que parezca una fantasmada. 6’9
Esta semana han salido varios singles importantes escritos en base a una canción antigua: ‘Bad Liar’ de Selena Gomez emplea el bajo de ‘Psycho Killer’ de Talking Heads (aprobada, por cierto, por el propio David Byrne en Twitter); ‘Swish Swish’ de Katy Perry y Nicki Minaj se basa en ‘What They Say’ de Maya Jane Coles (un tema house ultranoventero publicado en 2010), además de la intro de ‘Star 69’ de Fatboy Slim; y ‘Crying in the Club’ de Camila Cabello debe parte de su estribillo a ‘Genie in a Bottle’ de Christina Aguilera.
Bebe Rexha no ha querido ser menos y ha publicado un nuevo single que también se construye en base al sample de una canción antigua, y no una cualquiera, sino a una tan mítica como ‘I Wanna Dance with Somebody’ de Whitney Houston. En ‘The Way I Are (Dance with Somebody)’, de hecho, Rexha empieza cantando «I am sorry, I am not the most pretty / I’ll never ever sing like Whitney / but I still wanna dance with somebody». Después parte de la melodía del clásico de Houston se utiliza en el estribillo de ‘The Way I Are (Dance with Somebody)’.
‘The Way I Are (Dance with Somebody)’ es una colaboración con Lil Wayne (al que has escuchado recientemente en el top 1 americano ‘I’m the One’ de DJ Khaled). Rexha ha dicho que es un «jódete» a las discográficas. «Cuando estás evolucionando como artista tienes que luchar contra el estereotipo que la gente espera que cumplas, cómo tendrías que ser, cuál debería ser tu aspecto, el color de tu pelo, cómo debería ser tu maquillaje y la ropa que llevas. Lo más importante es que tú te gustes a ti misma».
Por cierto, ‘The Way I Are (Dance with Somebody)’ no tiene nada que ver con ‘The Way I Are’ de Timbaland, aparte del error gramatical que ya se criticó de aquel single (sería «the way I am»).
La muerte de Chris Cornell, uno de los mayores iconos del rock de los 90 por su trabajo en Soundgarden y Audioslave, ha sorprendido a todo el mundo. Más inesperada todavía ha sido la confirmación de su suicidio. Aparentemente a nadie le ha sorprendido más esta noticia que a la familia de Cornell, y su esposa, ahora viuda Vicky Karayiannis ha explicado en un comunicado que el suicidio del músico podría haber ocurrido, no porque Cornell deseara realmente quitarse la vida, sino porque una sobredosis accidental de Ativan habría alterado sus facultades mentales, provocando su decisión de suicidarse.
Ativan es un medicamento que se prescribe comúnmente a adictos en rehabilitación para combatir la ansiedad y la depresión y Karayiannis escribe que, tras su último concierto, Cornell le contó por teléfono haber tomado más dosis de este medicamento de la recomendada. «Cuando hablamos después del concierto noté que Chris balbuceaba sus palabras y me dijo que igual se había tomado uno o dos Ativan de más. Entonces llamé a seguridad y pedí que le hicieran un chequeo», ha escrito. Kirk Pasich, abogado de la familia Cornell, comparte esta teoría: «la familia cree que, si Chris se quitó su propia vida, no sabía lo que estaba haciendo, y que las drogas y otras sustancias pueden haber influido en sus acciones».
Vicky asegura que Cornell amaba a su familia y que su trato reciente con ella no cuadra con la conclusión de su suicidio. «El mundo de Chris se revolvía en su familia primero y en su música después», ha escrito Vicky. «Chris voló a casa por el Día de la Madre para pasar tiempo con su familia. Se fue el miércoles al mediodía, el día del concierto [en Detroit], después de pasar tiempo con sus hijos. Cuando hablamos antes del concierto, comentamos nuestros planes de irnos de vacaciones y otras cosas que queríamos hacer».
«Lo que ha pasado es inexplicable y espero que el resto de investigaciones sean esclarecedoras. Sé que Chris amaba nuestros hijos y que jamás les haría daño quitándose su propia vida», ha concluido Karayiannis.
Beris, conocido por su participación en 84, banda madrileña que se separaba en 2014 después de la edición de 3 discos, ha publicado recientemente un disco de debut en solitario que ha financiado mediante crowdfunding, consiguiendo su objetivo en tan solo un día. Apoyaron su proyecto más de 200 mecenas y ahora el artista actúa en la Galileo Galilei de Madrid este sábado 20 de mayo para presentar su proyecto ante sus seguidores. El concierto forma parte del ciclo Escenarios Mahou.
La nota de prensa cita como influencia a artistas «como Wilco, Father John Misty o Richard Hawley», lo que muestra que Beris es gran seguidor del folk anglosajón y, sintiéndolo mucho por el de Sheffield, más bien el americano. Esas sonoridades pueden percibirse en pistas como en la estupenda ‘De viaje’, aunque el sello del artista vira hacia otras como C.R.A.G. o la canción de autor española en otros momentos del disco. Hay bastante variedad, como la que ofrece ‘Dime que sí’, un tema que podría ser de Kiko Veneno, o la inicial ‘134 veces’, un tema apto para seguidores de Lori Meyers y con frases tan coreables como «me has dejado 134 veces más de las veces que has dejado de quererme».
Aunque el disco, llamado ‘Tan solo un grito’, tiene cosas por pulir, como ese extrañísimo «necesito rellenarme» de la pista 5, que no sé si es abiertamente kitsch, presenta canciones tan recomendables como ‘Himno nacional’.
Por un lado, Pedro LaDroga, uno de los MC fundamentales de la nueva ola de trap hecha en España gracias a su participación en el colectivo LaDrogaLab y a su trabajo en solitario; por el otro, $kyhook, el proyecto del productor zaragozano Pablo de Echave, quien a su vez colabora con LaDroga en un proyecto común, SKYDRVG, y por último, Kaixo, MC en auge desde Vigo, integrante del colectivo Banana Bahía Music y con quien charlábamos hace unas semanas con motivo de su pasada gira. Estas tres estrellas del trap español actúan en concierto este 20 de mayo en la sala Razzmatazz de Barcelona: SKYDRVG presentarán su nueva mixtape, ‘Vía digital’ y Kaixo hará lo propio con su nuevo trabajo, ‘MALLORY’.
Además, LaDroga, $kyhook y Kaixo se verán de nuevo las caras en el «afterparty» de la sesión de cinco horas que los productores barceloneses Downites, Sanatruja y Toner realizarán en la cabina circular de Rex Room la misma noche del 20 de enero. Por cierto, Kaixo y Pedro LaDroga han colaborado en un tema, ‘Now’, producido por Royce Rolo. Parece seguro que sonará este fin de semana en Razz, como el resto de temas que os adjuntamos. Puedes encontrar entradas para el concierto de Skydrvg y Kaixo aquí, y para el afterparty aquí.
Dan Auerbach de The Black Keys tiene nuevo disco en solitario, ‘Waiting on a Song’, que sale el 2 de junio. Últimamente hemos escuchado a Auerbach sobre todo triunfando en su banda principal y también trabajando como productor o músico en proyectos tan notables como ‘Ultraviolence’ de Lana Del Rey, ‘Alone’ de The Pretenders o ‘Supernova’ de Ray LaMontagne, por lo que es fácil olvidar que Auerbach ya editó un disco solo en 2009, ‘Keep it Hid’, un año antes de que The Black Keys diera el verdadero salto de su carrera con ‘Brothers’.
‘Waiting on a Song’ es además el título del nuevo single de Auerbach, que si tiene un punto muy Nashville es porque es precisamente un homenaje a la cultura de la canción de esa ciudad, como lo es todo el disco, según ha declarado Auerbach a Rolling Stone. El músico ha grabado ‘Waiting on a Song’ en su propio estudio en Nashville y se ha rodeado de músicos locales de lujo como John Prine, que es co-autor del álbum junto a Auerbach; Jerry Douglas, Duane Eddy o Pat McLaughlin.
El vídeo de ‘Waiting on a Song’ de hecho incluye cameos de músicos de Nashville como David Ferguson, Michael Heeney y Luke Dick (Auerbach también sale), aunque no se centra en la ciudad de Nashville exactamente sino en el viaje de fin de curso de un grupo de adolescentes que disfrutan de sus sus últimos momentos juntos antes de separarse para empezar la universidad. Es además uno de tres singles que hemos conocido del disco: el resto son ‘Shine on Me’ -con Mark Knopfler a la guitarra- y ‘King of a One Horse Town’.
‘Waiting on a Song’:
1. Waiting On A Song
2. Malibu Man
3. Livin’ In Sin
4. Shine On Me
5. King Of A One Horse Town
6. Never In My Wildest Dreams
7. Cherrybomb
8. Stand By My Girl
9. Undertow
10. Show Me
Roberto C. Meyer moría el pasado verano a los 45 años, dejando impactada a toda una generación que le conocía como DJ residente del Donegal, uno de los bares más importantes del underground pamplonés. Pero había más… mucho más. Puede que sobre todo sea recordado por su gusto ecléctico a los platos, frente a un genial cartel que rezaba «el DJ no admite sugerencias», pero ese gusto tan variado también se desarrolló a través de proyectos musicales propios como The Glitter Souls o The Brillantina’s, el primero centrado en el glam a lo Bowie y T.Rex y el segundo en el surf instrumental a lo The Shadows.
Para la llegada de Alpha 60, su última banda, creada en torno a 2006 y dejando esta serie de canciones grabadas entre 2010 y 2011, esas influencias se habían diluido casi por completo. Por el contrario, desarrollaba ideas que también habían emergido a lo largo de su discografía: por ejemplo, con anterioridad había versionado a la Velvet pasada por el filtro de Suicide en lo que se denominó ‘Sweet Jane Suicide‘. Las 13 composiciones originales que ahora se recuperan en esta edición limitada de 250 unidades de doble vinilo presentan otras influencias, como dejan claro las 7 versiones aquí incluidas al final del disco, y que van de Nick Cave a Echo & the Bunnymen, pasando por Pulp o Willy DeVille.
Las versiones sirven para completistas, como curiosidad, y para revelar que el artista no ocultaba sus referencias, pero hay que centrarse en las composiciones propias de ‘Shelter from the Dark’, que ya habían sido publicadas anteriormente, pero de forma casera y testimonial, como recoge Noticias de Navarra. Roberto C. Meyer no era un chiquillo cuando escribió todo esto -ya habría tenido mérito que estos textos y melodías hubieran sido escritos por un chavalín de 18 años- y eso se nota, pues muestra a un hombre maduro y seguro de sí mismo en su propia versatilidad. Tras el arranque con la declaración de amor ‘First on the Line’, encontramos el retrato ultra Velvet Underground de ‘Laura’s Song’, con esa «Laura» tumbada en la cama con la luz apagada, escuchando el ruido del tráfico, y llorando sin saber por qué («It’s just the life»). Después, el cuento ‘Blackfriars Bridge’ a medio camino entre Magnetic Fields y Divine Comedy, pero con un histrionismo en la toma vocal un poco más Nick Cave, una referencia constante en este disco.
Hay lugar para el pop en una ‘Christmas Tree Nightingale’ que, seguramente sin pretenderlo, contiene una chulería a lo Roy Orbison que también puede interesar de manera colateral a los seguidores de ‘Un buen día’ de Los Planetas; y también para la experimentación, como muestra la sucia ‘That Woman’, una canción para una mujer que se mueve entre la admiración («no one is that woman’s friend / it’s a shame»), y la advertencia («that woman is the one you’d rather not meet»), pero también sirve como ensalzamiento de la libertad femenina (en algún momento Meyer quiso hacer un disco solo de versiones de mujeres). La canción aúna su gusto por la aspereza del blues con la experimentación electrónica de Suicide.
Es necesario hablar de la belleza de unos textos que por momentos parecen escritos por un nativo y así, a las historias de carácter bíblico de, por ejemplo, ‘Go Down Moses’, se suma el lirismo de la twang ‘Borrowed Prayers’. Los dylanianos 10 minutos de ‘Let the Rain’ se hacen cortos a través del gran arpegio que sirve de motivo principal, y también gracias a la letra representando la triste aceptación de un final: «Deja que la lluvia caiga sobre mí / ciérrame los ojos cuando llegue el momento / Mientras busco algo que tenga sentido / deja que la lluvia caiga sobre mí».
Indudablemente, tras su precipitada muerte, la canción adquiere un nuevo significado, hasta el punto de que es raro que no cierre el disco. Sí cierra la cara A del primero de estos vinilos de esta preciosa edición, acabada con letras doradas y que incluye letras, fotos y un texto de nuestro colaborador Jaime Cristóbal, miembro de la banda, y que escribió este bonito obituario a su compañero el año pasado. Pero ‘Goodbye’ no es en absoluto mal final para este disco (antes de las versiones), con su desbocados ritmo y luminosidad y su historia sexy en el medio oeste. Es en esa faceta más folk/country donde percibo al mejor autor, y para muestra la naturalidad del estribillo de esa ‘Resurrection Joe’ que parece habernos acompañado siempre, como un mismísimo clásico de Johnny Cash. Lou Reed, Bob Dylan, Lee Hazlewood y Hank Williams son las referencias que podían rondar su cabeza, pero en ‘Goodbye’ se oculta una melodía más universal y apta para todos los públicos que la banda sonora de ‘Grease’.
Puede que el acabado en producción no sea el idóneo, y que su voz grave hubiera agradecido un desarrollo más profesional, tanto en estudio como en la carretera, pero estas canciones tienen cosas grandes, bien a punto de emerger o bien a la vista de todos en la superficie. Una pena, pues, su prematura muerte. Pero bueno… «all of them are in heaven or in jail».
Este sábado 20 de mayo hay una presentación de la obra de Roberto C. Meyer en el Nébula de Pamplona y el jueves 1 de junio otra en Bilbao dentro del ciclo Izar & Star. Colaborarán en esta última ocasión Rober! de Atom Rhumba, Gari de Ornamento y Delito, Manu de Los Tupper, Charly Mysterio y Patricia de Souvenir.
Calificación: 7,5/10 Lo mejor: ‘Goodbye’, ‘Resurrection Joe’, ‘Christmas Tree Nightingale’, ‘Let the Rain’ Te gustará si te gusta: Nick Cave, Bob Dylan, Lou Reed, Los Bichos Escúchalo:Bandcamp
Camila Cabello, desertora de Fifth Harmony, edita su primer disco este año y el primer adelanto es uno de los lanzamientos de la semana. ‘Crying in the Club’ es otra una composición de pop tropicalete con xilófonos en la onda de ‘Cheap Thrills’ de Sia y precisamente Sia es una de sus co-autoras, aunque cualquiera diría que es quien interpreta la canción también, pues Cabello suena más a Furler que a sí misma. Cabello, no tenías que reproducir la maqueta de la canción tan fielmente… Por cierto, de ‘Crying in the Club’ destaca también parte de la melodía de su estribillo, claramente tomada de ‘Genie in a Bottle’ de Christina Aguilera, que fue número uno mundial en 1999.
El vídeo para ‘Crying in the Club’ se ha estrenado hoy y presenta a Cabello bailando en una discoteca, posando en lo que parece un almacén vacío y contemplando la vida (y posiblemente la muerte) en un baño. El vídeo se introduce de hecho con una canción distinta, ‘I Have Questions’, que es la que abre el álbum de Cabello, ‘The Hurting. The Healing. The Loving.’, y que la cantante reconoce haber escrito durante un periodo de depresión. «Estaba completamente destrozada en ese momento, sentía mucho dolor y era el capítulo de tu vida que no quieres leer en alto», ha dicho en nota de prensa. «No pude escribir otra canción en seis meses, porque escribir implicaba que tenía que sentir algo, y no estaba preparada para eso todavía.”
«Después de eso, escribí cada día una canción triste; todo lo que quería decir, lo dije todo hasta que me cansé de escribir sobre ello», ha dicho Cabello. «¡Hasta que me harté de las canciones tristes! Y según me ponía más y más contenta, me di cuenta de que las canciones eran también más alegres. Y me di cuenta de que ya no estaba haciendo música para un álbum sino que estaba haciendo música para curarme. No fue hasta que escribí suficientes canciones para escucharme que me di cuenta de que yo estaba volviendo a ser quien era, a través de ellas. No la escribí con la intención de enviar un mensaje, pero me di cuenta de que el mensaje estaba en ‘The Hurting. The Healing. The Loving.'».
Cabello viene de colaborar con Machine Gun Kelly en ‘Bad Things’, con Pitbull y J Balvin en ‘Hey Ma’ y con Cashmere Cat en ‘Love Incredible’. Su disco no tiene fecha de edición por ahora.
Divas pop vs indie rock: más que nunca, esta semana se enfrentan ambas facciones (compatibles, por otro lado) en nuestra playlist de lanzamientos discográficos. Entre las primeras, Katy Perry (que además de tres remixes de ‘Bon Appétit’ –destacamos el del trío MUNA–, ha lanzado ‘Swish Swish’ junto a Nicki Minaj), Selena Gomez con su comeback propiamente dicho, Iggy Azalea, Lana del Rey (su canción “paz en el mundo”) y Camila Cabello, que publica su primer single solo tras su salida de Fifth Harmony.
Y entre los segundos, tenemos los nuevos discos de Wavves y The Mountain Goats, además de adelantos de los próximos de Grizzly Bear, Broken Social Scene (de nuevo, con voz de Feist), The Pains of Being Pure At Heart, Mogwai, Mi Capitán (adelanto de su segundo disco), Royal Blood o Muse (aunque lo de estos tira más a ópera-rock). Por supuesto, entre ambas facciones, e incluso más allá de ellas, hay muchas más cosas.
Hoy se lanzan los nuevos álbumes de !!!, Aldous Harding, Russian Red (en realidad ‘Karaoke’ está disponible desde mediados de semana), Snoop Dogg, Land of Talk, Pumarosa, BMX Bandits, Cheetah Brava, Erasure, Museless, One Path o Linkin Park, además de un EP de Danny L Harle, perteneciente al colectivo PC Music, otro de Shinova, con invitados como Depedro o Rozalén, y el estreno de una nueva serie de 7” del sello Jabalina, que se abre con un disco de espiritusanto. También en los últimos días se ha lanzado ‘Inercia, el párpado del puercoespín’, disco homenaje a Lagartija Nick que cuenta con la participación de Amaral, León Benavente o Triángulo de Amor Bizarro, entre otros.
Además, hay varios avances de álbumes que están al caer, como los de Phoenix, Haerts, Mura Masa, Vince Staples, RAC (adelanta un single con Rivers Cuomo de Weezer), Nancys Rubias, Dolo (ex Pastora), Bebe Rexha, Oh Wonder o Cycle (anunciado para el próximo otoño). Entre los singles sueltos que podemos disfrutar tenemos la nueva versión de ‘Biking’ de Frank Ocean, un remix de un tema del debut de Francis And The Light regrabada junto a Chance The Rapper, la preciosa nueva canción del cantautor británico Nick Mulvey, la rapera Somadamantina, Modelo de Respuesta Polar (dos descartes de su último disco), el primer tema original de los DJs y productores ELYELLA, más Liam Payne (ex-1D), Bebe, Solo Astra, Bryce Fox, el productor de EDM Robin Schulz apoyado por James Blunt, y una curiosidad de Danger Mouse, junto a nada menos que Run The Jewels y Big Boi, para la BSO de la película ‘Baby Driver’. Y cerramos con la regrabación coral y solidaria de ’Y, ¿si fuera ella?’ de Alejandro Sanz y amigos. Va por Save The Children.
La Blumhouse lo ha vuelto a hacer. Tras las enormemente rentables ‘Paranormal Activity’, ‘Insidious’ o ‘The Purge’ (y sus secuelas), este año han saltado la banca con ‘Déjame salir’: 4,5 millones de presupuesto, más de 200 recaudados. La diferencia con las anteriores es que, además de millones, este nuevo éxito de la productora viene acompañado por una unánime y muy merecida lluvia de aplausos. En este sentido, se asemeja más a lo ocurrido hace dos años con ‘El regalo’: un modesto debut en la dirección de un actor (en este caso Jordan Peele, conocido por la serie ‘Key and Peele’), que da la sorpresa y se convierte en un gigantesco sleeper.
Te damos cinco razones para entrar a ver ‘Déjame salir’:
1. El prólogo. Aunque quizá proporciona demasiadas pistas sobre lo que ocurrirá después, lo cierto es que el plano secuencia con el que arranca la película es fabuloso. Por cómo está rodado, por la inquietud que consigue transmitir, por su perspicaz discurso (un hombre negro con miedo a caminar de noche en una zona residencial blanca) y por el diálogo que establece con otros célebres prólogos de películas de terror recientes: ‘It Follows’ y ‘No respires’.
2. La inteligente y muy sorprendente mezcla de referentes. Desde comedias costumbristas como ‘Adivina quien viene esta noche’ o ‘Los padres de ella’, a temas y personajes clásicos del género de terror como el mesmerismo, los zombis de tradición haitiana, el mad doctor, el encierro como premisa argumental o las comunidades raritas tipo ‘La semilla del diablo’. Una mezcla muy heterogénea que funciona como el reloj de un hipnotizador.
3. Más giros de guión, menos golpes de efecto. Sin desvelar nada, las argucias del libreto (firmado por el propio director) son constantes, inesperadas y muy, muy ingeniosas. Aunque alguna resulta algo forzada (esas fotos tan oportunamente dispuestas), la mayoría son para aplaudir en el cine subido a la butaca. Cada desvío argumental que toma Peele vale por cien sustos de James Wan.
4. Esto también es cine social. ‘Déjame salir’ nos recuerda que el cine de terror es un género privilegiado para detectar y dar forma (monstruosa) a las tensiones políticas y sociales que subyacen más o menos latentes bajo nuestra realidad. La potencia satírica de la película de Peele es apabullante. El director ironiza sobre los conflictos raciales y la hipocresía liberal con la misma saña con la que Jason apuñala jóvenes promiscuos. La frase legitimadora “habría votado a Obama una tercera vez” seguirá retumbando mucho tiempo en los cines donde se proyecte.
5. ¿Una cucharilla como recurso terrorífico? No digo más. 8,5.
Como cada viernes, toca un nuevo vídeo de El Editorial. Hoy hablamos de Manel Navarro, de su puesto en Eurovision (último, ni más ni menos) y del acoso y derribo que ha sufrido el representante patrio antes, durante y tras el festival. ¿Se merecía Manel tanto odio? ¿Quién es el verdadero responsable de nuestra deshonrosa posición en la clasificación del certamen? ¿Era la canción tan mala?
Una de las sorpresas más agradables de la temporada ha sido la constatación, gracias a su debut ‘Love In The 4th Dimension‘, del talento y potencial de The Big Moon, cuatro chicas radicadas en Londres cuyo rock suena tan enérgico y efervescente como atemporal. Hace unos días hablábamos por teléfono con su bajista, Celia Archer, que pese a padecer un señor resfriado nos atendía lo mejor que podía desde las oficinas del sello Caroline en Londres (aunque a veces entenderla suponía un auténtico triunfo). Nos contaba algunas curiosidades sobre la creación de su debut, su postura ante las influencias que se suelen citar para hablar de su música (Elastica, The Breeders), las dificultades de ser un grupo de guitarras hoy día y su próxima actuación en Madrid, dentro del festival Tomavistas, el viernes 19 de mayo.
Acabáis de publicar ‘Love In The 4th Dimension’, tras varios meses preparando el lanzamiento. ¿Cómo os sentís al respecto?
Estamos enormemente orgullosas y emocionadas. Lo grabamos el pasado agosto y en octubre estaba totalmente terminado, así que ya no podíamos esperar más para compartirlo con el público. Están siendo unos meses fantásticos, con críticas amables, conciertos increíbles… Es como un sueño.
Algunas de sus canciones fueron escritas hace bastante tiempo, ¿verdad?
Sí, sí. Jules [Ndr: Juliette Jackson, voz y guitarra] es la compositora principal, tenía unas canciones escritas, como ‘Sucker’, ‘The Road’, ‘Bonfire’, ‘Pull The Other One’… y decidió formar un grupo para tocarlas. Luego hubo otras que ya surgieron entre todas, como ‘Formidable’ o ‘Cupid’. Creo que en conjunto capturan un momento específico de nuestras vidas, como la foto de un momento.
¿Ha supuesto en cierto modo una liberación tenerlas publicadas al fin?
Sí, es bonito, estábamos emocionadas por mostrarlas y en los conciertos la gente las canta, se sabe las letras. Es fantástico, muy loco.
¿Cuál ha sido la última canción que escribisteis para el álbum?
Creo que ‘Happy New Year’.
¿Representa en cierto una idea más aproximada de lo que sois The Big Moon hoy?
Bueno, no sé, yo creo que lo es más el conjunto, como te decía antes, que una sola canción. Es lo guay de tener un álbum.
«[‘Sucker’] es ambigua. (…) como si nos dijera que ser honesto y seguir intentándolo merece la pena, incluso cuando parece que no»
Personalmente, me encanta ‘Sucker’, el single principal del álbum y que tiene ya un tiempo. ¿De qué va? Suena como una canción de amor, pero no la típica, ¿no?
Bueno, no podría decirte lo que significa específicamente, porque es de Jules y su letra es particularmente abierta en significado, es ambigua. Personalmente me encanta esta canción porque aunque en una parte muestra vulnerabilidad, acaba sacando una fuerza, como si nos dijera que ser honesto y seguir intentándolo merece la pena, incluso cuando parece que no.
También debo señalar ‘Formidable’ como una favorita particular, me parece un auténtico grower. Me parece un enfoque precioso de la amistad, o de un amor no-romántico. Sin embargo, no es la típica canción en la que uno piensa como single. ¿Por qué lo escogisteis?
Y… ¡ni idea! ¡Nunca sabemos bien lo que es un single! Simplemente hacemos las canciones y tienen un sonido que nos gusta y un mensaje que realmente queremos dar. Y la mostramos, sin más razón que esa.
La sensación al escuchar el disco es que, a medida que avanzan las canciones, el disco se vuelve más tranquilo y delicado. ¿Hay una estructura deliberada en él?
Si te digo la verdad, decidimos la secuencia sentadas en la acera, en un descanso del rodaje de un vídeo. Vino nuestra manager y dijo «hay que decidir esto ahora», y cogimos el papel y empezamos «esta canción, esta canción, esta canción, esta canción…», muy rápidamente. Y nos dimos cuenta de que coincidíamos en prácticamente todas y nos dijimos a la primera «sí, así está perfecto». Es como hacemos todo, no hay mucho análisis, simplemente lo hacemos.
Bueno, a veces las mejores decisiones surgen así…
Sí, totalmente.
Creo que habéis participado activamente en la producción [Ndr: que ha corrido a cargo de Catherine Marks –Foals, The Killers, Wolf Alice–]. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Sobre todo trabajamos en las primeras demos, pero la verdad es que la experiencia con Catherine ha sido genial, nos encantaban sus trabajos anteriores. Pero sí, sobre todo Jules se ha involucrado en parte y ha estado muy bien.
‘Love In The 4th Dimension’, la canción, me recuerda un poco a esa peculiar sensación de tener sexo drogado…
[Risas] ¿De verdad?
Bueno, es lo que pienso, sí. ¿Por qué os pareció un buen nombre para el disco?
La letra es más bien sobre cuando estás tan enamorada que te sientes en otro plano de la existencia, donde todo es perfecto. Respecto al título del disco, es un poco como lo que explicaba sobre el orden de las canciones… Le pregunté a Jules «¿Cómo crees que debería llamarse el disco?» y ella dijo «‘Love In The 4th Dimension’» y yo «¡Hey! ¡Yo también!». [Risas] Es un poco la canción que resume la esencia musical del álbum y, en cierto modo, también la música ejerce ese poder de transporte al que alude el título.
La letra de ‘Cupid’, en cambio, retrata una afilada imagen de ese horrible tipo de casanova que todos nos hemos encontrado alguna vez, ¿no? Me partí de risa con esa referencia del zumo de piña, que en teoría hace que el semen sepa dulce. ¿En qué momento se os ocurrió incluir algo así?
Bueno, es muy sencillo: un amigo de Jules tomaba (o toma, no sé) zumo de piña antes de salir, y es por eso. [Risas] Yo no tenía ni idea, supongo que es de esas cosas que se dicen en las revistas constantemente… [Risas]
En algunas críticas del disco se habla de indie-rock clásico… Pixies, Sleeper, The Breeders… Me permitiría añadir a esa lista a Elastica. ¿Estáis en algún modo de acuerdo con esas citas y las entendéis?
Nos encantan todas esas bandas, las escuchamos. En cualquier caso, no creo que sea algo consciente, no creo que nadie diga «voy a escribir una canción que suene como esa otra». Pero bueno, entendemos que ese tipo de comparaciones son algo útil para describir el sonido de un grupo, y si alguien tiene ganas de escucharte o ir a un concierto tuyo porque esas sugerencias le gusten, está bien.
Lo pregunto porque, aunque entiendo porque se usan, yo observo una onda de rock más clásico, no tan marcadamente indie sino más genérico. ¿Cuáles son de verdad vuestras bandas favoritas?
Todas escuchamos música muy distinta. Yo escucho mucho Pixies, The White Stripes, y también cantantes antiguos como Roy Orbison, Elvis… Me encantan Talking Heads, The National, St Vincent, Anna Calvi, Guided By Voices, Felt, Pavement, The Wedding Present…
«Nuestro tour manager sintoniza una emisora de radio en la que ponen clásicos de todo tipo(…) con los que nos ponemos a cantar todas juntas. Nos encanta, hay mucho amor en la banda ahora mismo »
¡Pues son un montón!
Casi todas coincidimos en estas bandas, aunque si te digo la verdad cuando vamos de gira nuestro tour manager sintoniza una emisora de radio [Ndr: le entiendo «FM FM», pero no la he encontrado en Internet] en la que ponen clásicos de todo tipo, desde Chris Isaak hasta cualquier tema cheesy, con los que nos ponemos a cantar todas juntas. Nos encanta, hay mucho amor en la banda ahora mismo. [Risas]
Debo decir, también, que temas como ‘The Road’ o ‘Zeds’ me recuerdan a los primeros The Wave Pictures. Quizá es por la voz de Juliette, cuya vibración me parece curiosamente similar a la de David Tattersall. ¿Os lo había dicho ya alguien? ¿Os gusta ese grupo?
¿Cuál?
The Wave Pictures…
No los conozco, pero por lo que explicas suena interesante. Me apetece escucharlos ahora.
Claro, pruébalo. Curiosamente, son bastante conocidos en el circuito independiente en España… En el pop de nuestros días, las guitarras han pasado a ser algo casi anticuado, ¿no? Las tendencias parecen imponer cosas más sofisticadas. ¿Habéis encontrado dificultades en vuestra carrera por ello? ¿Creéis que el rock volverá a estar de moda alguna vez?
Bueno, personalmente me gustan también ese tipo de sonidos, y no veo la distinción. Pero sí que te puedo decir que no creo que los grupos de guitarras vayan a desaparecer nunca, creo. Tampoco te podría decir si resultaría más fácil publicar un disco sonando distinto porque nunca lo he intentado. Es un poco difícil para mí decírtelo.
También habéis trabajado en el segundo disco de la cantautora rock Marika Hackman [Ndr: ‘I’m Not Your Man’, se lanza el 2 de junio] como banda de apoyo en el estudio. ¿Cómo surgió? ¿Cómo valoráis esa experiencia?
Conocimos a Marika en uno de nuestros conciertos, hará como año y medio. Vino al backstage y nos dijo «me encanta vuestra banda» y nosotras «y a nosotros tu música». Y ya está, nos hicimos muy amigas. Esa noche nos emborrachamos y estuvimos bailando hasta la mañana. Unas semanas más tarde estábamos en el pub, porque pasamos muchas horas en el pub [Risas], y ella estaba muy rara, nerviosa. Le preguntamos qué pasaba y después de dar muchos rodeos nos dijo que si nos importaría tocar para ella en el álbum. «Sí, totalmente», no dudamos ni un momento. Nos enseñó las canciones y fuimos al estudio como 3 días en mayo y 3 en agosto y ya está, lo grabamos.
¿Vais también a hacer algún tour con ella como banda o eso ya es otro tema?
Sí, habrá un tour por EE UU, en julio y agosto. Primero tocaremos nosotras solas y luego para ella.
En unos días estaréis actuando por primera vez (creo) en Madrid…
Sí, en «Tomavistas» [Ndr: lo pronuncia con un acento español bastante potable]
«Tocamos hace un año en Murcia, en el SOS (…). El público fue encantador y estaba muy borracho»
¿Cuáles son vuestras expectativas con ese show?
Nuestro único concierto en España fue hace como un año en Murcia, en el SOS [Ndr: se refiere al SOS 4.8 2016]… Fue un concierto muy divertido, el público fue encantador y estaba muy borracho. Así que no esperamos menos. Y esperamos pillar algo de sol, claro.
¿Alguna banda en particular que os apetezca ver?
Emmm… No me acuerdo de quién toca, lo siento…
Goldfrapp…
Ah, sí, Goldfrapp.. ¡Goldfrapp! ¡Dios mío! [Risas] Recuerdo que era un gran cartel. Pero ya sabes, una está emocionada pensando «¡wow, toco en este festival con toda esta gente!», y después llegas en la furgoneta, pruebas sonido, tocas y te vas. [Risas]
Hace unos meses tocásteis en Manchester con una banda de Madrid, precisamente, The Parrots. Hay cierto interés en la prensa musical británica especializada por algunas bandas de aquí. ¿Conocéis alguna más? ¿Qué os parecen?
Me encantan The Parrots, son geniales. Y obviamente Hinds, y también nos recomendaron a Los Nastys. Parece que hay una escena muy guay en Madrid. ¿Baywaves también son de Madrid?
Sí, también. Y tocan en Tomavistas.
Son muy guays.
Volviendo a vosotras… Teniendo en cuenta que muchas canciones del álbum ya son casi antiguas, ¿tenéis ya nuevas canciones para grabar o tocar?
Bueno, siempre estamos escribiendo, y cuando tengamos un tiempo supongo que las ensañaremos. Por el momento estamos disfrutando de tener el disco en la calle, ya veremos. Pero sí, me gustaría, especialmente porque como no las escribo estoy deseando que Jules me enseñe qué tiene y me sorprenda.
Lana del Rey mantiene el número 1 una semana más en nuestro top con su preciosa canción de despelote junto a The Weeknd… seguida por ‘Love’ en el número 2. Esta semana tenemos pocas entradas, pero una de ellas es muy alta: ‘Malibu’ de Miley Cyrus llega al puesto 3. También encontramos lo nuevo de The National en el puesto 20 y el último vídeo de Perfume Genius en el puesto 30. Pero más llaman la atención las salidas de la lista: lo nuevo de London Grammar y el temazo de Dua Lipa con Miguel ya no están entre lo más votado. Poco han durado. Podéis volver a votar por vuestras canciones favoritas aquí.