Batería para otros artistas como Kae Tempest, productora y por supuesto cantante, Georgia ha sido uno de los nombres más relevantes del dance underground de los últimos años. ‘About Work the Dancefloor’, extraída de ‘Seeking Thrills’, con su aire tan Robyn, fue una de las mejores canciones de 2020. Tras su álbum del año pasado, ‘Euphoric’, Georgia tiene nuevo single. Se llama ‘Too Much Too Little’ y es nuestra Canción del Día hoy.
Tras grabaciones más meditativas y ligeramente ambientales como ‘It’s Euphoric’, ‘Too Much Too Little’ es un regreso por todo lo alto a la pista de baile. El tema apunta al piano house en sus primeras notas, primero con una cadencia que la vincula a los mejores The Rapture (los de ‘How Deep Is Your Love’). Después, se decanta después por detalles electropop, más tarde trance, y por un momento el sonido New Order.
El tema contiene su reflexión sobre el mundo moderno y nuestro papel en el consumo de masas. Indica la propia artista: «Es muy difícil en este momento tratar de contemplar una vida equilibrada cuando están pasando tantas cosas, en las noticias, en las redes sociales, en todas partes. A veces me cuesta ver qué es realidad y qué es fantasía».
La letra habla en efecto sobre no saber si estamos ofreciendo «demasiado» o «demasiado poco», sobre tratar de encontrar el punto adecuado «intermedio».
Georgia celebra con esta canción que está realizando una gira como telonera de Kim Petras por toda Europa. El tour ya ha pasado por varias ciudades de Reino Unido y estos días llegará a Bruselas, París, Colonia, Ámsterdam, Berlín, Varsovia, Munich y Milán. Además, la artista acaba de ser confirmada en Tomavistas en Madrid. Comparte cartel con gigantes como The Blaze, Belle & Sebastian, Phoenix, The Jesus and Mary Chain, Villagers o Los Planetas tocando temas de ‘Super 8’. También estará por allí su gran amigo Joe Goddard.
Chenoa empezó la noche sola en el escenario. Ese escenario en el que hizo tantas cosas. Ayudó a brillar a sus compañeros (Verónica en ‘Stop’, Gisela en ‘Somebody Else’s Guy’), bajó las escaleras en ‘Lady Marmalade’ como si fuera la madame del burdel, se levantó del taburete en ‘El hombre del piano’ en el momento adecuado y le agarró el pelo a David Bisbal en ‘Escondidos’ como si no hubiera cámaras delante. Cantó ‘Simply The Best’, ‘Maybe This Time’ y ‘Lía’. Hay ganadores de OT con menos de la mitad de actuaciones memorables que ella.
Más de 20 años después, Chenoa volvió a cantar ‘Last Dance’ en ese mismo plató como la Rebecca de Hitchcock cuando soñaba que volvía a Manderley. Su viaje durante estas dos décadas, desde luego, parece sacado de una película. Chenoa empezó su edición como una ganadora y la terminó como una perdedora. Porque fue la mejor estrella de OT1 pero la peor concursante.
Esta semana se ha viralizado en Twitter un vídeo de unas fans que en 2002 aseguraban estar buscando pósters de Chenoa para quemarlos. Se ha usado como ejemplo de que en esa primera edición tan idealizada ya existían los fans tóxicos, pero también sirve como ejemplo de que en 2002 había gente que detestaba a Chenoa. En los foros de Portalmix se leían adjetivos como “sobrada”, “prepotente” o “soberbia”, básicamente porque ella era la única que hablaba como una mujer y no como una niña.
Ya en la gala 0 Carlos Lozano le preguntó si echaba de menos a sus “abuelitos” argentinos y ella levantó una ceja: si hubiera querido llorar por su familia habría ido a ‘Sorpresa sorpresa’. Chenoa no quiso jugar al reality, aunque el reality sí quiso jugar con ella: en la gala 2 repitieron dos veces (dos veces) su rabieta porque no le dejaban meter ningún verso en la letra de ‘Mi música es tu voz’. Quién sabe si ese vídeo se instaló en la cabeza de suficientes espectadores hasta costarle el 1,2% de los votos que la dejaron en cuarta posición.
Chenoa se resistió a entrar en el molde de los concursantes de talent show. Ni se dejaba simplificar, ni intentaba hacerse la graciosa, ni fingía inseguridades o humildad. Y aquella España sencillamente no sabía qué hacer con una mujer tan segura de sí misma. Para resultar agradable había que esforzarse en agradar y ella cometió la imprudencia de esforzarse solo en ser la mejor. Y en un país con una larga tradición de complejos de inferioridad, ganar por accidente siempre ha estado mejor visto que querer ganar. Por eso mucha gente sentía un rechazo irracional hacia Chenoa hasta el punto de que ni siquiera cuando David Bustamante estuvo nominado, dejando así un hueco para el tercer favorito, Chenoa salió en el top 3 de favoritos. Salió Manu Tenorio.
‘Last Dance’ fue quizá su mejor actuación en el concurso. Desde el principio, cuando se desabrochó la chaquetilla, dejó ver su sujetador negro e hizo un gesto para dar permiso a los bailarines a entrar en el plano como si tuviera poderes mágicos. Hasta el final, cuando se cambió el micro de mano por primera vez (un gesto que se acabaría convirtiendo en su seña de identidad). Aquella actuación es un ejemplo de autoridad, control y sentido del espectáculo. Pero no fue suficiente para erigirse como uno de los tres ganadores. Por eso aquel cuarto puesto supo a derrota.
Los fans de OT llevan 20 años intentando compensar con carácter retroactivo la sensación colectiva de que España no estuvo a la altura de Chenoa. En cierto modo, OT sirve para observar la evolución de cómo la sociedad española percibe a las mujeres: cada nueva Chenoa (Beth, Soraya, Natalia Lacunza) ha ido mejorando su resultado porque, ante cada nueva oportunidad de celebrar a una mujer segura de sí misma, España lo ha ido entendiendo mejor. Durante este tiempo la figura de Chenoa ha ido adquiriendo significados: mujer incomprendida, mujer perdedora, mujer soberbia, mujer inspiradora. Pero el público quiere como puede, no como debe, y a menudo la ha tratado con compasión, la cual se ha convertido en lástima, la cual se ha convertido en condescendencia. Y ella siempre se ha rebelado contra la infantilización de su imagen pública. Ha participado de la broma como ha podido, ha intentado ser canónicamente simpática (“y me salió un eccema”, aseguró) y ha aceptado que es un artefacto nostálgico. Así fue como se presentó en el plató de OT el 20 de noviembre: dispuesta a poner todos sus significados al servicio del formato que le dio todo lo bueno y todo lo malo que tiene en su vida.
Si aquella noche en la que quedó cuarta le hubieran dicho todo lo que le iba a pasar habría alucinado, pero seguramente lo que más le habría sorprendido es descubrir que el público la querría exactamente tal y como es. Y que le llamaría cosas como “madre”. Anoche al acabar ‘Last Dance’ levantó el brazo con el micro en el puño y una vez más fue como si todo lo que le ha ocurrido a Chenoa en estos 20 años mereciese la pena. Porque anoche trascendió todo lo que el público piensa de ella y alcanzó un significado más: Chenoa es la prueba de que se puede sobrevivir a OT.
Lucas irrumpió en el escenario más Lucaslucaslucaslucaslucas que nunca. ‘Pillowtalk’ es una canción sobre follar (lo cierto es que cualquier cosa que cante Lucas parece una canción sobre follar, pero en este caso es literal) no solo en el fondo sino también en la forma: el ritmo es perfecto para el sexo, tiene subidas y bajadas de intensidad como los mejores polvos y acaba… pues como tiene que acabar. En la edición más sexual y con los tatuajes más feos de todo OT, ‘Pillowtalk’ fue un colofón que coronó a Lucas como el rey del baile. Él siempre ha sido muy obediente con cada rol que le ha tocado interpretar y anoche no fue una excepción: meneó la pelvis, se humedeció los labios, mantuvo las piernas abiertas durante toda la actuación y no dejó de moverse para subrayar la connotación física de la canción. Lucas ha sabido dejarse cosificar. Se presentó en el escenario como una fantasía erótica femenina (atención a la delicadeza con la que se retiraba la camisa antes de empezar a follarse el aire) porque el programa entendió qué tipo de artista era Lucas incluso antes de que él se diera cuenta y su mayor éxito en el concurso ha sido dejarse moldear. Puede que haya quedado quinto, pero la peluquera que le cortó el pelo en la gala 6 debería recibir 3000 euros en su cuenta no cuenta. Y un premio Princesa de Asturias.
Cuando Lucas nació, los cantantes como él sufrían desprecios homófobos (a pesar de no ser gays) porque que un hombre quisiese ser deseado era percibido como una debilidad, como una mariconada. Pero hoy, en un mundo post-Magic Mike, los hombres más populares buscan la mirada lasciva ajena con descaro y sin pudor. Lejos quedan aquellas actuaciones en las que Bisbal y Bustamante movían las caderas como si estuvieran sufriendo una descarga eléctrica. Anoche Lucas evocó la frase que dice la protagonista de ‘Normal People’ cuando ve a Paul Mescal por primera vez jugando al rugby: “No es que quiera hacer el amor con él, es que me conformaría con verle haciendo el amor”.
En todo momento asomaban por el escote de la camisa los ojos tatuados de su novia, que parecían decir “a mí ya me gustaba cuando llevaba el pelo largo, cerdas”. Como esta semana recibieron la visita de sus familiares, el público ha podido comprobar que no solo los ojos están perfectamente recreados sino que las cejas también. Son esas cejas que parecen estar sospechando 24/7. Lucas colocó la voz muy bien e hizo la que quizá haya sido su mejor actuación en el concurso: consiguió que cada espectador y cada espectadora sintiera una conexión íntima con él. Ese talento puede construir carreras enteras.
Paul Thin despegó hacia su carrera en solitario hace varias galas. Anoche cantó ‘Baby Hello’, otra auténtica cochinada de canción que era como ‘Pillowtalk’ pero sin condón, con olor a porro y solo parcialmente consensuada. Nada de lo que Paul cantó eran realmente palabras, pero dio igual. El tío desafió la gravedad. Dominó los cambios de ritmo, de intensidad y de velocidad como si la canción fuera suya. No tenía energía de follar sino de fiesta, lo cual amortiguó letras tan de agarrarse las perlas como “quieres que te la eche dentro”, “vamoh a chingar después del nap” o “cuando en la cama te mate”. Pero es que Paul puede vender cualquier cosa. Incluso ese look imposible, que podrían ponerse tanto Prince en los 80 como Violeta en la graduación de su hermana pequeña. Corrió, bailó y botó por el escenario como un maniaco mientras entraba y salía por un decorado que parecía, sinceramente, un coño de papel albal gigante (y si esto te parece una vulgaridad, vuelve a leer la letra de ‘Baby Hello’). El éxito de Paul es tomarse completamente en serio todo lo que hace. No hay ironía en él. No hay guiños cómplices. Lo que hay son un hambre y unas ganas de desconcertar al público que solo pueden tener alguien que ha imaginado ese momento muchas veces en la oscuridad de su habitación. Salir en OT no garantiza una carrera pero, pase lo que pase a partir de ahora, el público siente que ya ha visto a Paul Thin dar varios conciertos. Él ha puesto el “triunfo” en Operación Triunfo.
Martin cantó ‘Golden Hour’, un título que Chenoa pronunciaba tan seguido que sonaba a Chiquito de la Calzada diciendo “gromenower”. Cantó bonito una canción bonita que, por otra parte, parece el preludio de una canción que nunca llega. De esas que a los dos minutos dices: “Ah, pero que eso era el estribillo”. Martin la eligió para lucirse vocalmente. Que él crea que su fuerte es la voz es el resultado de un concurso que en ningún momento le ha hecho pensar lo contrario. Pero él se fue contento, que es lo que más le importa a esta edición: tener concursantes felices. Y ninguno ha disfrutado tanto del paseo como Martin. Al terminar, Chenoa le dijo: “Y todo esto con 18 años, que no se te olvide”. Pero tener 18 años significa precisamente no ser consciente de lo que significa tener 18 años.
Fue una pena que Martin no bailase en su actuación final, porque cuando baila cobra vida, pero ‘Golden Hour’ es consecuente con su paso por el programa: es un chaval viviendo su mejor vida al que todo le ha salido bien. Hasta le quedaba fenomenal ese traje blanco que a cualquier otro nos haría parecer Raquel Morillas el día de su boda con Noemí Ungría. Martin es el mismo chico que entró el 20 de noviembre exclamando “Me gusta mi bigote”, pero encima con novio. En su vídeo de resumen dijo abiertamente que se ha enamorado en la academia. Verbalizaba así el primer romance homosexual en las doce ediciones de OT (probabilidades había, dada la alta proporción de concursantes LGTB de esta edición), lo cual es todo un hito para la tele española. Y que nadie se haya dado cuenta de que es la primera vez que ocurre en 22 años es un hito para la sociedad española.
El look de Naiara tenía más tela que nunca y, aun así, seguía yendo en bragas. Anoche se cumplieron 12 lunes consecutivos en los que España le ha visto ese tatuaje de “art” que tiene en el canalillo y que hace que el tatuaje de Lucas levante una ceja cada vez que se le acerca. Se abusa mucho del término “himno” para describir canciones que simplemente son muy populares, pero en el caso de ‘Sobreviviré’ el término se queda corto. Esa canción tiene un poder inexplicable para remover las entrañas de cualquiera que la escuche (adolescentes, señoras, mariquitas, chonis, empresarios, taxistas) y basta con observar la reacción de la gente cada vez que la ponen en una discoteca para comprobarlo. A priori, era una canción perfecta para Naiara: ella desde luego sabe lo que es sobrevivir.
El lucimiento vocal se daba por hecho. La duda era si habría catarsis. Y no la hubo. La estructura del “vestido” (todo lo que ha llevado Naiara en este concurso debe ir entre comillas, porque nada puede considerarse ropa) hacía que ella misma pareciese una montaña humana de la que salía tanto humo que por momentos costaba verla. Parecía Lydia Lozano en aquel episodio en el que ‘Sálvame’ se convirtió en una cámara de gas. El remix poligonero le quedaba bien y los rayos del fondo evidenciaban que Naiara es una fuerza de la naturaleza, pero el conjunto le quedó demasiado… limpio. La voz no se le rompió en ningún momento, ni se despeinó, ni sufrió espasmos. La ventaja de ‘Sobreviviré’ es que permite el lucimiento vocal, la desventaja es que todos hemos visto a Mónica Naranjo cantarla como un animal moribundo, todos sabemos que acaba con una apoteosis vocal (que esta versión no incluyó) y todos podemos imaginar cómo Naiara la cantaría realmente si estuviera en la tarima de una discoteca.
La puesta en escena post-apocalíptica hacía que Naiara pareciese una criatura sobrenatural, cuando ella pide más tierra, más barro y más asfalto. Demasiada expresión corporal de balada. El principal detrimento de esa actuación es que hemos visto todo de lo que Naiara es capaz. Era fácil imaginarse todo lo que podría hacer con ella. ‘Sobreviviré’ es una canción sobre una mujer a la que han machacado tanto que ha perdido la cabeza así que ya no tiene nada que perder y, por lo tanto, es el tipo de mujer más peligroso. Naiara la cantó como una mujer que quiere ganar Operación Triunfo. Aun así cada “sobreviviré” sonó a grito de guerra y, aunque esta batalla Naiara se quedase en las trincheras, ella sabía que había ganado la guerra.
Hablando de lo cual, Ruslana cantó ‘Zombie’ subida a unas trincheras. La escenografía parecía un poco un decorado de Gila, la verdad. El simbolismo estaba ahí, no solo porque ‘Zombie’ es una canción antibelicista sino porque Ruslana es ucraniana, pero el programa optó por no mencionarlo explícitamente. Hay una realidad alternativa en la que Carlos Lozano frió a Ruslana a preguntas sobre Zelenski, pero, afortunadamente, no vivimos en esa realidad porque esa realidad implicaría escuchar los comentarios de Carlos Lozano sobre el look de Ruslana. Es increíble cómo los tiempos cambian, las sociedades evolucionan y las inteligencias artificiales se imponen, pero lo que España entiende por “una chica rockera” lleva inmóvil 40 años: un corsé de cordones, unos guantes de encaje, un crucifijo como el que Sarah Michelle Gellar usaba para guardar la cocaína en ‘Crueles intenciones’ y una falda que imposibilita cualquier movimiento. Para ser el rock una música desatada hay que ver cómo le gusta constreñir a sus chicas.
Lo que hizo Ruslana es un tipo de actuación clásica en OT: esa que te gusta pero que te encantaría que te gustase más. Colocó muy bien los gritos, pero más que cantarla con su voz sonaba a que estaba esforzándose por no imitar a Dolores O’Riordan. Fue la actuación más cinematográfica de la noche, con esos colores de fuego reflejándose en su cara, pero Ruslana parecía demasiado calculada en sus movimientos. Aun así, se notaba que a ella le encanta ese estilo de música. Aunque con cada estribillo crecía la incógnita de cómo demonios van a convertir a Ruslana en una estrella en un mercado musical tan predecible como el español. ¿Será la Olivia Rodrigo española o la nueva Angy Fernández? Descubrirlo será una de las experiencias más curiosas de la era post-OT que empieza hoy.
Valorar las actuaciones de Juanjo resulta tremendamente complicado. No para el jurado, claro, que se ha limitado a repetirle que todo estupendo. Tanto Harry Nilsson como Mariah Carey cantaron ‘Without You’ con un nudo en la garganta y con una voz llorosa, pero Juanjo la cantó como tantos concursantes de talent show la han cantado antes: con el máximo objetivo de lucir su rango vocal. Que es enorme, claro. No ayudó que la versión fuese bastante impersonal (aunque había unos arreglos de pop contemporáneo en la segunda estrofa ciertamente interesantes) y desde luego no ayudó la puesta en escena de gente intentando darle la vuelta al edredón.
¿Qué coño era eso? En serio. Mira que OT ha tenido escenografías esperpénticas, pero lo de Juanjo rozaba el surrealismo dadaísta. ¿Era como una parálisis del sueño? ¿Un homenaje a la escena de ‘Agárralo como puedas’ en la que Leslie Nielsen y Priscilla Presley se enrollaban metidos en condones gigantes? ¿O los fantasmas de los exconcursantes de OT que jamás lograron trascender el concurso y siguen atrapados en ese escenario? Todas esas hipótesis distraían muchísimo de la interpretación de Juanjo porque lo más entretenido de esos tres minutos era tratar de averiguar cuál de esos fantasmas era Pol Soto intentando ser el edredón más S-E-X-Y del escenario.
Buika le dijo que admiraba que se hubiese pasado el concurso “muy muy muy tranquilo” y lo dijo como un halago, pero eso también puede leerse como un perjuicio para Juanjo. El programa no le ha puesto en aprietos en ningún momento. Le ha dado canciones que hacían brillar su voz pero que no contaban una historia, con excepción de ‘El patio’. Y que precisamente ‘El patio’ sea su mejor actuación en las doce galas deja claro que el concurso ha desaprovechado el potencial de Juanjo: es exactamente el mismo artista que entró en noviembre. Ha sido el principal beneficiado/perjudicado de la prudencia que ha caracterizado esta edición, que no ha empujado al vacío a ninguno de los concursantes que no se llamaban Paul o Ruslana y ha preferido que se sintieran cómodos en todas las galas. Pero empujándoles al vacío es como se consiguen momentos como el ‘Eloise’ de Miguel Nández, el ‘Creep’ de Virginia o el ‘Uptown Funk’ de Famous. Nunca hay nada malo que decir sobre Juanjo y lo bueno que hay que decir siempre es lo mismo: canta estupendamente bien. Y eso, de momento, lo coloca a la cabeza de las apuestas de cuál será el primer concursante de OT 2023 en presentarse al Benidorm Fest.
Una vez habían actuado todos los finalistas, Noemí Galera quiso hacerse un selfie con los 16 concursantes. “Os la hago yo”, dijo Chenoa como si estuviera en una despedida de soltera. “No, la tengo que hacer yo”, respondió Noemí como si estuviera en un programa patrocinado por el Google Pixel 8. A Suzette se le encajó la mandíbula según vio acercarse ese móvil. Ese aparatito es su Vietnam. Las caras de Suzette durante toda la gala merecían una pantalla fija: su expresión oscilaba entre el aburrimiento, la media sonrisa descreída y unos ojos en blanco que estaban a punto de dar la vuelta por Tarragona.
[Un inciso/idea de negocio. Durante la presentación de OT en Prime Video, Tinet Rubira explicó que el formato funciona en ciclos de tres ediciones. Y las estadísticas le dan la razón: la primera ilusiona, la segunda se beneficia de la inercia de la primera y la tercera es recibida con agotamiento porque OT exige muchísimo emocionalmente de su audiencia. Para evitar que ocurra esto otra vez, la tercera edición en Prime Video debería ser un all stars que recupere 16 concursantes del pasado. Y Suzette debería ser uno de ellos. En parte porque queremos verla en más actuaciones y en parte porque está a un par de días libres de ir a Fórmula TV a tirar de la manta]
[Inciso 2: En relación a la crónica de la semana pasada, Fórmula TV me ha pedido que aclare que no ponen Cabify a sus invitados]
Martin, Lucas y Juanjo se quedaron fuera del terceto final, lo cual no es tan sorprendente como los porcentajes: un 6%, un 7% y un 13%. Hasta la final no hemos descubierto a cuánto ascendía el apoyo real a Martin y a Juanjo, porque como nunca estuvieron nominados no había manera de saberlo. Mientras se reabrían las votaciones actuaron Lola Índigo (cuyo relato, de primera expulsada a actuar en el Bernabéu, mantiene viva a Suzette) y Ana Mena. Lola Índigo tenía una temática invernal, un poco Elsa de ‘Frozen’ si Elsa no tuviera miedo a la cistitis, y Ana Mena actuó con un rótulo de “voz en directo” al que se les olvidó añadir un “LOL”. Había una pista vocal entera por debajo de lo que cantaba Ana. El look era Britney Spears por arriba y Christina Aguilera por abajo, porque Ana Mena ya ha cruzado ese umbral que atraviesan todas las estrellas del pop femeninas en el que sencillamente dejan de ponerse pantalones. En ese sentido, Naiara lleva 12 semanas de ventaja.
Es curioso ver que en la gala 0 Naiara llevaba más tela encima que toda la que se ha puesto durante el concurso junta. Hay que elegir mejor la canción de la gala 0, porque debe ser una buena carta de presentación pero también una hipotética canción de finalista. Lo de repetir la canción, por cierto, solo tuvo sentido narrativo en OT1: la evolución de todos era abrumadora. Desde entonces, en cada edición impresiona menos ese recurso porque los chavales ya entran con actitud de superestrellas. Especialmente estos que llevan grabándose con el móvil desde que tienen uso de razón.
Paul Thin sí tenía canción de finalista e hizo una versión magnificada de su impresionante actuación de la gala 0, en la que ya estaba todo lo que le ha llevado hasta la final. Se movió como una marioneta de la que tiraban varios hilos en una metáfora emocional que solo le puede quedar bien a él, un artista que no quiere gustar, como la mayoría de las estrellas actuales, sino que quiere impresionar. Ruslana volvió a ser ella misma cuando se puso unos vaqueros para repetir ‘I Love Rock N Roll’, quizá porque la suerte ya estaba echada, y se notó sobre todo porque volvió a tener controlada la posición de su pelo en todo momento. La Ruslana que sabe dónde está su pelo es la mejor Ruslana.
La azafata que traía el sobre apareció trotando sobre el escenario con unos shorts vaqueros, un top vaquero y un cinturón de flecos que a Naiara le habrían puesto a modo de falda. La temática rancho continuó con el azafato, que llevaba una camisa con una franja llena de caballos. Claramente Laka Moda ha entrado en su era country después de ver a Beyoncé en los Grammys. El cometido de estos azafatos era traer unos trofeos de metacrilato idénticos para cada uno de los seis finalistas.
Pero antes…
Sí.
Ella.
Masi entró en el plató advirtiendo de que estaba “muy nerviosa”. ¿Eso quiere decir que la que conocemos era la versión tranquila? Pues sí, anoche puso el “más” en Masi. Tenía un cardenal en el brazo que quizá se debiese a que alguien de producción tiene que agarrarla para que no irrumpa en el plató a mitad de la gala gritando que la formación es muy importante. Chenoa le dijo: “¿Qué nos vienes a contar hoy, Masi?”. Buena pregunta, porque no había nómada favorito. Pero la gala final no habría sido lo mismo sin ella porque, las cosas como son, es una de las figuras más icónicas de la edición. Otra cosa es que haya hecho la publicidad adecuada, porque sinceramente la idea de abrirme una cuenta no cuenta me provoca muchísimo estrés.
Masi le contestó: “Vengo a contaros cositas”. Y para cuando pronunció “cositas” Chenoa ya estaba pidiendo más hielo en su coca-cola zero. Porque no es que se retirase a un lado, es que se largó del plató para que ningún tiro de cámara la pudiera pillar de escorzo ni por casualidad mientras Masi vivía su momento Mejor Llama a Kiko.
Y por fin llegó el momento de coronar a la ganadora. Naiara se llevó el trofeo de metacrilato, el cariño de toda esta gente y 100.000 euros que es exactamente lo que cuesta el Audi más caro del mercado: el Audi E-Tron. Quedará precioso cuando ella añada una K y una A engarzadas en diamantes para que el logo diga “Audi E-Tronka”. Masi apareció con un cheque gigante gritando “¡En tu cuenta no cuenta! ¡En tu cuenta no cuenta!” y probablemente ahora mismo Masi, poseída por el síndrome de Estocolmo, esté corriendo por Las ramblas de Barcelona ofreciéndole la cuenta no cuenta a todo el que se cruza por su camino. Porque mucho cachondeo con Masi, pero ha tenido el trabajo más desagradecido de toda la edición y seguro que se pasa meses despertándose sudorosa en mitad de la noche gritando “¡¡TRES MIL EUROS!!”.
Mientras la elevaban al cielo como a una santa, la primera frase como ganadora de Naiara fue “Cuidado que se me sale una teta”. Y había mucha poesía en ello: es un auténtico milagro que haya llegado a la final sin que se le haya salido ninguna. Ahora Naiara solo tiene que acelerar y pisar a fondo.
Anoche terminó una edición en la que OT ha conseguido lo imposible… otra vez. Muchos de esos concursantes ya han tocado techo. La mayoría nunca volverá a ser tan popular como durante estos tres meses. Pero nadie sabe cuáles se quedarán en notas al pie de la Wikipedia y cuáles acabarán llenando el Bernabéu y cuáles presentando el programa. Ahí radica el misterio de OT y lo que lo hace un programa único: nunca termina del todo. Sus relatos se extienden y a veces se entremezclan, como cuando Aitana canta a dúo con David Bisbal o cuando un concursante versiona a Pablo López. Porque OT es un programa vivo. Tanto, que se devora a sí mismo: todo lo que lo engrandece (la promesa de triunfo, las amistades entre concursantes, el 24 horas, las redes sociales) también contribuye a su destrucción. Pero nunca muere del todo. Eso es imposible mientras el público sienta que forma parte de su vida. Ya lo dijo Chenoa antes de dar por finalizada la edición: larga vida a OT. Ella, más que nadie, sabe de lo que habla.
Poco queda de la Bridgit Mendler que protagonizaba la serie ‘¡Buena suerte, Charlie!’ o lo petaba en la película musical ‘Lemonade Mouth’. La artista, que lleva años sin dar señales de vida dentro del mundo Disney, ha vuelto a aparecer tras un cambio gigantesco en su vida. Ahora no canta ni actúa, sino que lidera su propia empresa espacial.
No es como si Bridgit Mendler quisiera dejar de llegar a las millones de personas que la seguían… pero, a partir de ahora, quiere hacerlo cambiando la forma en que los datos de los satélites llegan a nuestro planeta. «La idea es una autopista de datos entre la Tierra y el espacio», ha declarado Mendler para CNBC. «El espacio es cada vez más fácil y accesible en muchas dimensiones diferentes, pero el hecho de enviar datos hacia y desde el espacio sigue siendo difícil. Te cuesta encontrar un punto de acceso para contactar con tu satélite», dice.
La que llegó a ser una de las chicas Disney por excelencia no ha perdido el tiempo en sus años desaparecida. La artista ha estado estudiando en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y en la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard, lo que la ha llevado a ser la SEO de su propia y nueva empresa satelital Northwood.
Desde el anuncio de su cambio de rumbo, la antigua actriz y cantante no ha parado de recibir felicitaciones a través de redes sociales, en las que mucha gente ha recordado su pasado por Disney y le ha deseado mucha suerte en su recién presentado proyecto. Sin embargo, hay quienes han aprovechado para hacerle saber que todavía esperan su nueva música. «¿Alguna vez has oído hablar de la radio satelital?», ha contestado Bridgit Mendler de manera sarcástica.
Charli XCX sigue trabajando en su próximo trabajo discográfico, que todavía no tiene fecha de lanzamiento. Sin embargo, con el tiempo vamos conociendo más detalles sobre la música que tiene en camino. En una reciente entrevista con The Face, la artista ha hablado sobre la narrativa que podemos esperar en algunas de sus futuras canciones.
Lo más llamativo es, sin duda, el recuerdo de SOPHIE, quien era muy cercana a Charli XCX y había trabajado junto a la cantante antes de su trágica muerte en 2021. Charli XCX confiesa ahora que «sentía admiración por ella» y que siempre quiso «impresionarla». Antes de su accidente en Atenas hace casi tres años, ambas habían trabajado juntas en varios EPs y singles.
El próximo álbum de Charli XCX contará con una canción dedicada a SOPHIE, en la que abordará el dolor de su pérdida. «Ella creía en mí de una forma en la que yo no creía en mí misma. Pero yo sentía que nunca lograría ser lo suficientemente interesante como para entrar en su mundo fuera del estudio, que era el espacio seguro donde podíamos conectar y estrechar lazos a través de la música», reconoce la artista.
Charli XCX continúa: «No sentía que fuera lo suficientemente mágica que esta persona sí que era. Y ahora que ella se ha ido, me avergüenzo mucho de ella porque ya no tengo la oportunidad de vivirlo. Me da pena haber sido una cobarde. Es difícil escribir sobre ello. Estoy triste por mí misma por no haber vivido todo lo que esta persona tenía que ofrecer».
Asimismo, la artista ha desvelado en la entrevista que quería hacer un disco sobre lo «jodidamente complicado y duro» que es ser músico. Por ello, en su sexto disco también cantará sobre la tensa relación que mantiene con una cantante de la industria. Si bien aún no se ha publicado el que promete ser uno de sus temas más polémicos, hay quien ya especula que Rina Sawayama podría ser la protagonista de esta canción. Charli XCX ha reaccionado ante los rumores con la siguiente publicación: «Si quieres contexto, lee la entrevista. Si no quieres contexto, invéntate lo que quieras y convéncete de que es la verdad… Estamos en 2024, ¡a quién coño le importa!».
Ester Expósito ha protagonizado por sorpresa el regreso musical de Dani Martín. El exintegrante de El Canto del Loco, que cumple 47 años, ha decidido celebrar su cumpleaños con el lanzamiento de una canción que toma por título ‘Ester Expósito’, haciendo alusión a la actriz de 24 años.
Trayendo de vuelta el sonido que caracterizaba a su banda, el pop-rock de su nuevo tema ha logrado que la canción llegue a liderar las tendencias de YouTube. Sin embargo, todo apunta a que la letra también ha supuesto un factor importante. «He visto a Ester Expósito, que no la conozco en persona y me tiene muy loco. La miro, a ver si me mira y pasa de todo», canta Dani Martín en el estribillo.
El single, aunque menciona a otros famosos como Hugo Silva, Leiva y J Balvin, es foco de la conversación social por sus referencias a la vida de la actriz. De hecho, el tema hace alusión a ‘Élite’, la serie con la que se hizo conocida Ester Expósito, así como a su compañero Arón Piper.
«Tus canciones me marcaron y acompañaron en tantos momentos desde hace tanto tiempo que me hace mucha ilusión que vuelvas a sacar música y formar parte de ella. Feliz día y feliz lanzamiento, te admiro», ha escrito Esther Expósito en redes sociales compartiendo la canción. Él no ha tardado en responderle haciendo un guiño a la letra: «Eres la mejor, aunque ni me mires, hija».
Siguen anunciándose nuevos biopics de figuras relevantes en la industria de la música. A los que ya hay en desarrollo sobre Michael Jackson o Linda Ronstadt, hoy se suman cuatro películas sobre los Beatles. El grupo más importante de la historia será homenajeado en la gran pantalla con varias películas independientes que se centrarán en la vida de cada uno de sus diferentes miembros.
Dirigidas por Sam Mendes y distribuidas por Sony Pictures, hay en preparación hasta cuatro filmes sobre los Beatles cuyo eje de la historia girará en torno a los distintos integrantes del grupo, una sobre cada uno de ellos. Mendes, ganador del Oscar, cuenta con el visto bueno de la banda, siendo esta la primera vez que Paul McCartney, Ringo Starr y las familias de John Lennon y George Harrison ceden los derechos de su música y de su vida para un guion cinematográfico.
El proyecto, anunciado por Deadline en exclusiva, se propone contar historias interconectadas en las que cada uno de ellas sea narrada desde el punto de vista de un miembro del grupo. «Este proyecto surge de una idea que Sam tuvo hace más de un año, y el hecho de que Paul McCartney, Ringo Starr, Sean Lennon y Olivia Harrison respondieran con tanta calidez y entusiasmo en cuanto habló con ellos es una prueba de su brillantez creativa y su poder de persuasión», ha comentado Pippa Harris, socia de Mendes.
El estreno de las películas está previsto para 2027, aunque habrá que esperar para conocer más detalles acerca de las películas, que el grupo descibe como «innovadoras y revolucionarias» en un comunicado. Sam Mendes también se ha manifestado al respecto: «Me siento honrado de contar la historia de la banda de rock más grande de todos los tiempos, y emocionado de desafiar la idea de lo que supone un viaje al cine».
La estrategia de lanzar secuelas de discos antiguos parece menos habitual en el mundo de la música pop que en el del cine. Pero existen casos. Un ejemplo de enorme éxito es ‘The Marshall Matters LP2’ de Eminem, editado 13 años después del primero. Aunque muchos de esos discos salen inmediatamente después de los originales (‘The Blueprint 2’, ‘The Carter II’), algunos artistas como Miguel Bosé (‘Papitwo’) o últimamente Nicki Minaj (‘Pink Friday 2’) se han valido de esa táctica para intentar reanimar su carrera años o incluso décadas después de lanzar las primeras partes de esos discos.
Jennifer Lopez se ha unido a la tradición publicando la segunda parte de su disco de 2002 ‘This is Me…Then’. El concepto de ‘This is Me…Now’ es exactamente el mismo que el de aquel álbum que regaló al mundo el hit ‘Jenny from the Block’: la relación de Jennifer Lopez con Ben Affleck. “Entonces”, Bennifer se vieron forzados a terminar su relación y a cancelar su inminente boda debido a la presión mediática. “Ahora”, más de 20 años después, han vuelto, se han casado y Lopez vuelve a dedicar un disco al amor de su vida.
Y no solo un disco, pues Lopez ha publicado ‘This is Me…Now’ juntamente con una película musical que narra la historia del disco utilizando una breve selección de las pistas contenidas en el elepé. Una superproducción financiada por ella misma, sobre ella misma, basada en su vida amorosa, completamente surrealista de principio a fin y que, precisamente porque es todo lo palomitera que esperas, logra su cometido de entretener. Algo que no se puede decir exactamente de ‘This is Me…Now’.
El nuevo álbum de Jennifer Lopez presenta un agradecido retorno de la diva al R&B-pop de tintes clásicos que tan bien le ha sentado en el pasado, por ejemplo, en su olvidado disco de 2007, ‘Brave’. En algunos puntos, el propósito de entregar una segunda parte de ‘This is Me…Then’ es tan directo que las influencias se repiten en este nuevo trabajo, pues Luther Vandross inspira ‘To Be Yours’, una de las pistas destacadas, y el uso de violines y arpas en ‘This is Me…Now’ y ‘Rebound’ remite a Minnie Ripperton. También los beats más o menos ricos, pero inofensivos, de ‘Mad in Love’ o ‘Hummingbird’ parten desde donde lo hacía el disco anterior. Hasta hay una “segunda parte” de ‘Ben’.
El single principal de ‘This is Me…Now’, ‘Can’t Get Enough’, no es ‘Jenny from the Block’ ni lo pretende. Pero resulta que es uno de los mejores singles de J Lo en años, una chuchería pop-disco de tonos pastel que refleja perfectamente el momento en el que Lopez se encuentra: ella tiene el corazón contento y en esta canción se nota.
‘Can’t Get Enough’ tiene muy poco que ver con el resto de ‘This is Me…Now’, que se centra en el R&B de principio a fin. Pero, aunque el sonido de ‘This is Me…Then’ era igualmente pastel y vainilla, el disco cumplía entregando una colección de canciones cálidas y reconfortantes a las que volver de vez en cuando, puro “comfort food” musical que se enorgullecía de ser cursi y ñoño, pero con el valor añadido de que algunas canciones podían presentar melodías tan atractivas como la de ‘Still’, tan bonitas como la de ‘Ben’, o que directamente eran escalofriantes: ‘Again’ sigue siendo uno de los mejores deep cuts de Jennifer Lopez, tantos años después.
La producción de ‘This is Me…Now’ no es tan blandita como la de aquel álbum, pero esta vez el músculo melódico de Jennifer Lopez suena realmente debilitado. Hay momentos atractivos: ‘This is Me…Now’ es un buen single que, recordando “todos los desastres” que “Bennifer” han superado, samplea ‘Cry Me a River’ en sus segundos finales. En ‘To Be Yours’, Lopez vuelve a sumirse en la promesa del amor eterno, actualizando dignamente el sonido del disco anterior. ‘not.going.anywhere’ es una carta de amor cantada con todo el gusto que Jennifer Lopez le pone a este género.
Pero las canciones de ‘This is Me…Now’ se van sucediendo planas e insípidas tan pronto como en ‘Mad in Love’. Demasiado pronto empiezan a confundirse unas con otras. En ‘Rebound’, que cuenta con la extraña participación de Anuel AA, parece emerger un single potencial, mejorado, por cierto, por su inclusión en la película, pues suena en la mejor escena. Pero ni ‘Dear Ben Pt. II’ te “abruma” de amor, ni el beat atareado de ‘Hummingbird’ descubre una canción mejor. Y, la verdad, cuando Jennifer Lopez se pone intensa cantando baladones para los que carece realmente de voz, no da sus mejores momentos. ‘Broken Like Me’ es el enésimo ejemplo.
En un disco tan deliberadamente autobiográfico (uno de los temas recuerda explícitamente la boda de Lopez y Affleck en Las Vegas), Jennifer Lopez entrega una colección de canciones admirablemente honesta, donde su fe en el amor eterno está siempre en el centro. En ‘This Time Around’ así lo expresa cuando canta que “esta vez lo nuestro durará para siempre”. Pero la falta de ambición en las melodías está arrastrando el disco hacia un fracaso comercial que se está reflejando en sus pobres streamings, en absoluto propios de la que se supone una de las grandes reinas del pop internacional.
MGMT publica nuevo disco este viernes. ‘Loss of Life’ se ha presentado con los singles ‘Mother Nature’, ‘Bubblegum Dog’ y ‘Nothing to Declare’. El cuarto sencillo oficial es ‘Dancing in Babylon’, la colaboración con Christine and the Queens que nos da la Canción Del Día de hoy. ‘Loss of Life’ es además el Disco de la Semana.
‘Dancing in Babylon’ es una de esas composiciones épicas de los autores de ‘Little Dark Age‘ (2018). Adoptando, esta vez, un sonido más bien ochentas, ‘Dancing in Babylon’ es como una versión retorcida, marca MGMT, de la balada de pelo cardado de Bonnie Tyler.
En ‘Dancing in Babylon’, Andrew VanWyngarden y Redcar cantan a dúo una letra de amor pasional. Evocando «dos barcos en la noche» mandándose señales mutuamente, el mantra de la canción no es otro que el de «quiero decirle a todo el mundo que te quiero», que se repite al final de manera insistente.
MGMT ha colaborado con Christine and the Queens porque la de Redcar era la voz idónea para una canción tan inspirada en los ochenta. «Su voz es una de las mejores que hay. Es poderosa, en el estilo de los ochenta, pero sin demasiadas florituras. Es pop, pero también sofisticada», cuenta MGMT a JENESAISPOP en una entrevista que publicaremos en los próximos días.
MGMT recuerda que participó en la composición de ‘Paranoïa, Angels, True Love‘, el último disco de Christine and the Queens, y describe paralelismos entre la carrera de MGMT y la del cantante francés: «Musicalmente hemos hecho cosas diferentes, pero en cuantos a las letras, nuestras temáticas e intenciones se han parecido, hablando del poder del amor y de relaciones desde un ángulo espiritual, pero no religioso». El videoclip de ‘Dancing in Babylon’ se acaba de estrenar.
Este domingo 25 de febrero vuelve a Razzmatazz la fiesta queer Iconiqa. Garantizando una «noche de excelencia queer, celebración y expresión», la cuarta edición de Iconiqa contará con las actuaciones de Gigi Goode, concursante de la 12ª edición de RuPaul’s Drag Race, y de Marina, concursante de Drag Race España. Las entradas están disponibles en la web de Razzmatazz.
Conocida por sus looks elegantes y sofisticados, Gigi Goode ha dado grandes momentos a Drag Race como su imitación de un robot en Snatch Game, su recreación del videoclip de ‘Take on Me’ de A-ha o su lipsync contra The Widow con ‘Starships’ de Nicki Minaj… con Nicki Minaj sentada en el jurado. El paso de Goode por Iconiqa nos sirve para preguntarle por su música favorita.
¿Canción favorita de todos los tiempos?
Es una pregunta complicada. Realmente cambia constantemente, pero si tengo que decir una, sería ‘All the Lovers’ de Kylie Minogue.
¿Y tu disco favorito?
‘Rock Steady’ de No Doubt. Adoro a Gwen.
¿Qué canción te ha obsesionado últimamente?
No puedo parar de escuchar ‘Prescription’ de Remi Wolf, la tengo en bucle.
¿Qué canción te recuerda a tu paso por Drag Race y por qué?
¡Buena pregunta! ‘Take On Me’ de A-ha me trae recuerdos siempre, pero también ‘Whenever Wherever’ de Shakira porque iba a ser la canción de un lip-sync que nunca ocurrió. Escuché esa canción una, y otra, y otra vez en la habitación del hotel.
¿Qué canción tienes más ganas de interpretar en Iconiqa?
Traigo un mix de Britney muy divertido que incluye mis dos canciones favoritas de ella. Y la actuación tiene MUCHA coreografía.
¿Qué canción nunca harías en Iconiqa o en cualquier otro show?
Supongo que cualquiera de Nickelback. No sé, ¡nunca nadie me ha preguntado esto!
Sales en el videoclip de ‘I’m Ready‘ de Sam Smith y Demi Lovato junto a Valentina y otros artistas. ¿Qué otros dos artistas juntarías en una canción?
Kylie Minogue y Gwen Stefani, ¡de lejos!
¿Qué otros dos artistas JAMÁS juntarías en una canción?
A Kanye y a RuPaul.
¿Qué nuevo artista recomiendas?
Me encanta Chappell Roan. Últimamente no he parado de escuchar ‘Super Graphic Ultra Modern Girl’.
¿Qué canción odias con toda tu alma?
El himno de Estados Unidos.
¿Sigues comprando discos? Si la respuesta es afirmativa, ¿cuál es tu formato favorito?
El único disco que he comprado en mi vida es ‘She’s a Lady’ de Tom Jones porque un día a mis amigos les dio por comprar discos en una tienda y me entró el pánico y cogí el que me pillaba más cerca. Pero resulta que ahora me encanta esa canción.
¿Alguna compra que recuerdes con cariño de tu infancia?
Oh, cariño, Miley Cyrus/Hannah Montana lo era todo para mí.
¿Qué canción siempre te anima antes de una fiesta?
‘Man! I Feel Like a Woman’ de Shania Twain.
Una actuación vocal que adores.
La de Fantasia Barrino en ‘I Believe’ me emociona. Mi colega Symone la canta en directo enlazándola con ‘Apeshit’ de los Carters.
¿Una canción que te gusta aunque nadie lo adivinaría?
‘Rainy Days and Mondays’ de los Carpenters.
Momento exacto en una canción que te dé vida.
El crescendo de ‘The Winner Takes it All’ de ABBA.
¿Alguna canción que te guste y te haya dado vergüenza reconocerlo, o no existe el guilty pleasure?
No tengo ninguna vergüenza en absoluto.
¿Un remix que te vuelva loca?
El remix de Darkchild de ‘Overprotected’ de Britney es mi remix número 1. ¡Es mejor que la original!
Tomavistas sigue desgranando su cartel de 2024. Entre los nombres que se suman hoy a la programación del festival madrileño se encuentra Phoenix, nuevo cabeza de cartel; Editors, Villagers, que acaba de anunciar nuevo disco, y Joe Goddard, de actualidad por haber cedido su tema ‘Gabriel’ al polémico disco conjunto de Kanye West y Ty Dolla $ign.
Cariño, Georgia, Repion, Melenas y Adiós Amores se suman también a Tomavistas, que celebrará su octava edición y diez años de vida los días 24 y 25 de mayo en la Caja Mágica.
Todos estos nombres se suman a los ya confirmados The Blaze, Belle and Sebastian, The Jesus and Mary Chain, Los Planetas interpretando su debut ‘Super 8’ por su treinta aniversario; Dinosaur Jr, Standstill, Alizzz, Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, La Luz, Hurray for the Riff Raff, Baiuca, Dry Cleaning y Bodega. Las entradas siguen disponibles en la web del festival.
Paul Kalkbrenner, autor del macrohit 'Sky and Sand', se suma a Sónar
Paul Kalkbrenner, Sevdaliza y Laurent Garnier se encuentran entre los artistas que completan las confirmaciones en el cartel de la edición número 31 de Sónar, que se celebra en Barcelona los días 13, 14 y 15 de junio.
Adriatique, VTSS, DJ Tennis, Anetha, Kittin b2b David Vunk, Richie Hawtin, Jennifer Cardini b2b HAAi, Danny Tenaglia, DJ Flight & MC Chickaboo, Octave One live, Soto Asa, Aïsha Devi & Emmanuel Biard presentando ‘Les Immortelles’, Tayhana con su Club Latinx, Yerai Cortés y Laurel Halo figuran también en la última tanda de nombres revelada hoy por el festival.
Los artistas añadidos hoy se suman a los ya anunciados Air, que tocarán su mítico disco de 1998 ‘Moon Safari‘ al completo; y también a Charlotte de Witte presentando ‘Overdrive’, Kaytranada, Jessie Ware, Ben Böhmer live, Vince Staples, Folamour, The Martinez Brothers, Kerri Chandler, Floating Points y Olof Dreijer & Diva Cruz, entre muchos otros.
Como cada año, Barcelona será el epicentro mundial de la música electrónica y la innovación cultural, con la suma de los programas de Sónar de Día, Sónar de Noche, Sónar+D y OFFSónar. Además, Sónar de Noche incorporará el escenario SonarLab x Printworks (14 y 15 de junio). Este nuevo espacio co-comisariado traerá por primera vez a Europa la esencia de la añorada sala británica, con un nuevo formato que mostrará la emblemática producción audiovisual de Printworks London y su cuidada selección artística.
Sónar+D, el encuentro de innovación y creatividad digital, abordará la implementación masiva de la Inteligencia Artificial en las industrias creativas y cómo esta determina su presente y futuro. La oferta de actividades se presentará en breve.
El liderato de la listas de singles española sigue en manos de Quevedo, que acumula una nueva semana en el número 1 gracias a su single ‘La Última’. El artista continúa en su posición del español más exitoso del momento y así lo certifican las 9 canciones con las que hace presencia en la lista. Le siguen de cerca Dellafuente y Morad con sus ‘Manos Rotas’, que se mantienen en el top 3 justo detrás de la sesión de Bizarrap y Young Miko.
Esta semana, sin embargo, una nueva canción logra meterse en el top 10: ‘Una Foto Remix’ de Mesita, Nicki Nicole, Tiago PZK y Emilia. El tema, que ha ido subiendo en streaming en nuestro país en los últimos días, consolida este impulso ascendiendo hasta el top 10 por primera vez tras su debut en la lista hace ya más de un mes. Por otro lado, pese a su salida del top 10, Nebulossa se mantiene dentro del top 20 con su éxito ‘ZORRA’ (#13).
En cuanto a las entradas, la más alta se la apuntan Chris Jedi, Gaby Music, Dei V, Anuel AA y Ozuna con ‘Bad Boy’ (#19). También logra debutar en la lista el ‘Mal de Amores’ de Natos y Waor e Israel B (#37). Asimismo, entran Camilo y Evaluna Montaner con ‘Plis’ (#84), Chris Jedi, Gaby Music y Dei V con ‘Perreo Lento’ (#91), Yovngchimi y Dei V de la mano de ‘Tussi’ (#93) y Benson Boone con ‘Beautiful Things’ (#100).
Roger Waters, uno de los antiguos componentes de Pink Floyd, ha cargado contra Bono, el líder de U2, en una nueva entrevista. Lo ha hecho calificándolo de «asqueroso» y tildándolo de ser «una mierda», motivado principalmente por unas declaraciones sobre el conflicto entre Gaza e Israel.
Recientemente, el grupo U2 ha estado dando conciertos en el Sphere de Las Vegas, donde ha hablado sobre asuntos de actualidad. Uno de esos temas fue la guerra entre Gaza e Israel, que hizo a la banda irlandesa posicionarse tras los atentados de Hamás en Israel el pasado 7 de octubre.
«A la luz de lo que ha ocurrido en Israel y Gaza, una canción sobre el no a la violencia parece hasta ridícula, incluso de burla, pero nuestras oraciones siempre han sido por la paz y por la no violencia… Ya sabéis hacia dónde apuntan nuestros corazones y nuestra indignación, así que canta con nosotros… y con esos niños tan guapos en ese festival de música», dijo Bono a la multitud antes de interpretar ‘Pride (In The Name Of Love)’.
El grupo también cambió parte de la letra de la canción, que supone un grito a la paz inspirado en la vida de Martin Luther King. «Temprano por la mañana, 7 de octubre, el sol está saliendo en el cielo del desierto… Estrellas de David, te quitaron la vida pero no pudieron quitarte tu orgullo», canta Bono.
Este acontecimiento no ha pasado desapercibido para Roger Waters, que lleva mucho tiempo criticando a Israel y que este fin de semana ha charlado con Al Jazeera sobre la situación política de Oriente Medio. «Mi madre me decía que, ante los problemas difíciles, lo primero que hay que hacer es leer, leer y leer. Después, el siguiente paso es fácil: ¡hacer lo correcto!», comentó el artista refiriéndose a sus propios antecedentes familiares, pues su padre falleció en la Segunda Guerra Mundial.
La conversación pasó a centrarse en los compañeros de industria de Waters, lo cual hizo confesar al músico que las declaraciones de Bono le parecieron «repugnantes»: «Cualquiera que conozca a Bono debería ir a cogerlo por los tobillos y zarandearlo… hasta que deje de comportarse como una mierda». «Tenemos que empezar a decirle a esta gente lo repugnante y degradante que es su opinión… dando la cara por la entidad sionista… Lo que hizo hace un par de semanas en el Sphere de Las Vegas, cantando sobre las Estrellas de David, fue una de las cosas más repugnantes que he visto en mi vida», concluyó.
In the light of what’s happened in Israel and Gaza, a song about non-violence seems somewhat ridiculous, even laughable, but our prayers have always been for peace and for non-violence…
But our hearts and our anger, you know where that’s pointed. So sing with us… and those… pic.twitter.com/S1zfCMNtzz
DIIV ha estado más de 4 años trabajando en un nuevo disco, que finalmente hoy han anunciado bajo el título de ‘Frog in Boiling Water’. Su lanzamiento, programado para el próximo 24 de mayo, supondrá el logro de un grupo que casi se destruye durante su proceso de creación. Para celebrarlo ya han publicado ‘Brown Paper Bag’, primer adelanto del álbum y nuestra Canción del Día para este domingo.
La realidad es que Andrew Bailey, Colin Caulfield, Ben Newman y Zachary Cole Smith tuvieron dificultades para sacar adelante el que supone su cuarto trabajo discográfico. Así lo reconocen ellos, desvelando que por poco rompen antes de finalizar el álbum. Con el objetivo de empujar su sonido y hacer música que los desafiara, el viaje que tuvieron que tomar hizo que «las relaciones entre ellos se deterioraran, con las complejas dinámicas de la familia, la amistad y las finanzas enredadas, junto con sospechas, resentimientos, egos heridos y preguntas angustiosas».
El disco, que DIIV describe como un «testamento hipnótico a la resistencia», está compuesto por un total de 10 canciones. El «sonido desafiante» al que hacen alusión viene de la mano de Chris Coady, quien se ha encargado de producir ‘Frog in Boiling Water’. Así queda recogido en ‘Brown Paper Bag’, tema experimental que juega con un rock tranquilo.
«Si metes una rana en una olla de agua hirviendo, por supuesto intentará salir frenéticamente. Pero si la colocas suavemente en una olla de agua tibia y pones el fuego a bajo, la rana se hundirá en un sopor tranquilo, exactamente igual que uno de nosotros en un baño caliente, y al poco tiempo, con una sonrisa en la cara, se dejará hervir sin resistencia hasta morir», comenta DIIV sobre el álbum, cuyo título hace referencia a ‘The Boiling Frog’ de Daniel Quinn en The Story of B.
Su explicación sigue: «Entendemos que la metáfora trata de un colapso lento, enfermizo y abrumadoramente banal de la sociedad bajo el capitalismo en fase terminal, las realidades brutales que quizá hemos llegado a aceptar como normales. Es el agua hirviendo y nosotros somos las ranas. El álbum es más o menos una colección de instantáneas desde varios ángulos de nuestra condición moderna que creemos que pone de relieve cómo es este colapso y, más particularmente, cómo se siente».
Este es el tracklist de ‘Frog in Boiling Water’:
1. In Amber
2. Brown Paper Bag
3. Raining On Your Pillow
4. Frog In Boiling Water
5. Everyone Out
6. Reflected
7. Somber the Drums
8. Little Birds
9. Soul-net
10. Fender on the Freeway
Delaporte se han entregado a su etapa más hedonista. Así lo han plasmado en su último disco, ‘Aquí y ahora‘, que parece solo la excusa para el fiestón en que se han convertido sus conciertos de un tiempo a esta parte. Así lo acaba de vivir la ciudad de Madrid en sendos conciertos en La Riviera durante dos fines de semana consecutivos (9 y 17 de febrero).
El dúo formado por Sandra Delaporte y Sergio Salvi alterna el «live» con la sesión, hasta el punto de que su show actual se abre con una larga intro en la que la gran protagonista es una versión de ‘Toro’ de El Columpio Asesino, por encima de temas propios como ‘Un jardín’. Quién lo iba a decir cuando esta empezó a abrirse un camino gracias a ‘Fama ¡A bailar!’.
Su carrera continúa siendo pura exclamación. A Sandra se le llena la boca con frases como «¡a puta muerte!», «¡os como la cara, pero a cada uno!», «¡me suda el culo!» o «yo ya me puedo caer muerta ahora mismo». Como una coach puestísima de energía y ganas, más que cantar, grita y jalea al respetable.
Pese a tener una preciosa y delicada voz, apta para baladas tan bonitas como ‘Las montañas’, en un momento llega a afirmar que a ella «no le gusta nada cantar, que lo que quiere es bailar». Y el repertorio actual de Delaporte, absolutamente exento de baladas, es el camino perfecto para ello.
Entre éxitos como ‘Ni un beso’ o ‘Droga dura’, se insertan singles actuales como ‘Techno cura’, ‘Me la pegué’ o ‘Súbete la radio’, el que afirman que es su favorito. Alice Wonder no falla y aparece para sumarse a la mejor canción de este último álbum, ‘Ángel caído’.
Jaime Massieu
‘Clap Clap’, acaso la producción más lustrosa de Delaporte, no representa ni remotamente el gran cénit del concierto, porque el grupo está muy ocupado insertando fragmentos de ‘Smack My Bitch Up’ en ‘Bang Bang’, de ‘Hung Up en ‘Me la pegué’ o de ‘Gasolina’ en ‘Cariñito’. Por no hablar de ese momento en que suben a escena las madres de Sandra y Sergio para bailar esa ida de olla llamada ‘Fractal de coños’. «Salí del coño de mi madre, y mi madre de su madre», repiten una y otra vez abrazados a ellas mismas.
Jaime Massieu
Una chica a hombros de alguien no para de agitar un cartel que reza «Delaporte cura», como prueba de que el show no consiente decaer en sus 100 minutos de duración. Un tema que ni siquiera ha sido single llamado ‘Soy de aquí’ se convierte en el himno que gritar y, una vez terminado el concierto, todo el mundo continúa coreando «muerte al que no me reviente el suelo». La gente empieza a abandonar la sala con las luces encendidas y otra musiquilla de fondo. Sandra se tira al público y se mezcla entre la gente, resistiéndose a irse no ya a casa, sino al camerino. Nadie puede decir que no esté disfrutando su momento…
La rabia por la victoria de Donald Trump y la muerte de Prince habían inspirado en parte el álbum anterior de Brittany Howard, ‘Jaime‘. 5 años después el mundo no parece haber cambiado lo suficiente como para que su discurso sea demasiado diferente. La que fuera líder de Alabama Shakes suena cada vez menos pureta y cada vez más cómoda en una amalgama de sonidos que incluye tintes rock, funk, jazz, blues y soul.
La primera pista de este ‘What Now’, ‘Earth Sign’, es puro contorsionismo entre estilos. Prince continúa siendo un referente en producciones tan complejas como ‘Another Day’. Por otro lado, apenas ANOHNI con su aproximación reciente al sonido Marvin Gaye, ha querido hacer últimamente un tema soul tan puro como ‘I Don’t’.
En ese momento, Brittany Howard nos lleva a un entorno paradisíaco de voces adulteradas en busca de un pasado ingenuo. «¿Alguien recuerda cómo se sentía reír toda la noche? ¿Dormir hasta tarde, no preocuparte por nadie ni por nada?», se pregunta en una grabación tan «ambient» que acaba con 10 segundos de transición que la unen a la siguiente pista, la titular, que justo empieza con otro par de “I don’ts”.
Es ‘What Now’ una pista más enrabietada, que pretende retratar «el momento presente del mundo». Casi al final del álbum aparece otro tema peleón titulado ‘Power to Undo’. «Tienes el poder de deshacer todo lo que quieras, pero no te dejaré», desafía entre guitarras de raíces blues y toda la experimentación que también inunda canciones como ‘Red Flags’. En esta contrasta lo arisco del pre-estribillo con el estallido que supone el coro principal.
Pero la gran sorpresa de ‘What Now’ es el single ‘Prove It To You’. Cuenta Howard que quería hacer una canción para bailar, con el típico cuatro por cuatro, «que te hiciera querer bailar pero al mismo tiempo reflexionar sobre las complejidades de estar en una relación». «Nunca he sido buena enamorándome», lamenta en un sorprendente tema house que desearías contagiara al resto del álbum, por lo que supondría para la búsqueda definitiva de nuevos géneros indeterminados.
Con alguna composición en la que prima el mensaje sobre la melodía (‘Power to Undo’) y alguna que ya parece el interludio antes del interludio con poema de la activista Maya Angelou (la acústica ‘To Be Still’), ‘What Now’ remonta con otra de sus grabaciones inesperadas. ‘Every Color In Blue’ presenta resquicios de jazz, a su vez podría ser una producción de Nigel Godrich para Radiohead, y es donde Brittany y el co-productor Shawn Everett mejor condensan en tan solo 3 minutos lo que saben hacer sin casarse con nada en particular.
Jessica Pratt, últimamente de actualidad por haber sido sampleada en el disco de Troye Sivan, ha anunciado su primer disco en un lustro. ‘Here in the Pitch’ sale el 3 de mayo y se inspira «en el desalentador final de la era hippie y en el lado oscuro del sueño californiano».
En ese lado oscuro se ubica Jessica Pratt en el primer adelanto de ‘Here in the Pitch’. En ‘Life Is’, por primera vez en su carrera, a su fórmula de guitarra y voz añade batería y bajo. Y las baterías especialmente se hacen notar casi tanto como en una canción de Jefferson Airplane o de los Beach Boys.
‘Life Is’ es una canción uptempo de Jessica Pratt (una rareza), pero sigue capturando la misma melancolía presente en todas sus canciones. Ella sigue obsesionada con el paso del «tiempo», preocupada porque las «oportunidades de una vida» pueden escapársele de las manos. Sabe que «la vida nunca está para lo que esperas que esté».
Explicando el significado de ‘Life Is’, Pratt habla precisamente de la vida: «La vida ha ido y venido sin que te des cuenta, y tú no estás donde pensabas que ibas a estar. Es el tercer acto y tratas de subirte al caballo de nuevo antes de que se haga de noche».
Parece que se hará de noche en ‘Here in the Pitch’ después de ‘Life Is’: Pratt ha dicho que el resto de temas del disco no suena así. Es un adelanto «engañoso» aunque también dice que es una «declaración de intenciones».
A finales de enero, Brian Wilson perdía a su esposa Melinda tras 28 años de matrimonio. Melinda fallecía el pasado 30 de enero y el artista de los Beach Boys compartía un emocionado mensaje: “Tengo el corazón roto. Melinda, mi amada esposa durante 28 años, nos ha dejado esta mañana. Nuestros cinco hijos y yo no podemos parar de llorar. Estamos perdidos. Melinda era mucho más que mi esposa. Fue mi salvadora. Me aportó la seguridad emocional que necesité para mi carrera. Me apoyó para hacer la música que estaba más cerca de mi corazón. Fue mi ancla. Era todo para nosotros. Rezad por ella, por favor”.
Tan solo dos semanas después, la familia de Brian Wilson ha comunicado que ha solicitado la curatela del artista, pues no se vale por sí mismo. «Tras el fallecimiento de Melinda, la amada esposa de Brian, después de una cuidadosa consideración y consulta entre Brian, sus siete hijos, Gloria Ramos [su cuidadora] y los médicos de Brian, y de acuerdo con los procesos familiares decididos por Brian y Melinda, confirmamos que LeeAnn, representante de la familia Wilson desde hace mucho tiempo, Hard y Jean Sievers actuarán como cotutores de la persona de Brian».
Continúan: «Esta decisión se tomó para garantizar que no habrá grandes cambios en el hogar y que Brian y los niños que viven en el hogar serán atendidos y permanecerán en el hogar donde son cuidados por Gloria Ramos y un maravilloso equipo. Brian podrá disfrutar de toda su familia y amigos y continuar trabajando en proyectos actuales, así como participar en cualquier actividad que elija».
Según documentos publicados por medios estadounidenses como People, Brian Wilson “no tiene la capacidad de dar consentimiento para la administración de los medicamentos apropiados para el cuidado y tratamiento de trastornos neurocognitivos importantes (incluida la demencia)”. Además, sería “incapaz de satisfacer adecuadamente sus necesidades personales de salud física, alimentación, ropa o vivienda”.
Un doctor ha determinado que “se distrae fácilmente, a menudo incluso cuando es consciente del entorno”, que “hace declaraciones espontáneas irrelevantes o incoherentes” y tiene problemas para “mantener el decoro apropiado a la situación”. El 26 de abril habrá una vista ante el juez para que la curatela sea oficial y legal.
Pitchfork recuerda que Brian Wilson ya tuvo que ser tutelado en los 90 debido a sus problemas con las drogas, de salud y por los tratamientos de Eugene Landy.
Usher se las prometía muy felices haciendo coincidir la Super Bowl con el lanzamiento de ‘Coming Home’, su primer disco de estudio en solitario en 8 años. El autor de ‘Confessions’, disco de diamante en Estados Unidos por encima de los 14 millones de copias ya solo en este país, tenía todo a su favor para ser número 1 en el Billboard 200: una promo frente a más de 120 millones de personas. Pero no contaba con el disco sorpresa de Kanye West y Ty Dolla $ign.
‘Vultures 1’, que ha sido retrasado y retocado en numerosas ocasiones, se publicaba finalmente por sorpresa un día después que el álbum de Usher, y pese a su publicación en sábado se ha llevado el gato al agua en cuanto a listas de éxito. Es el nuevo número 1 del Billboard 200 con lo equivalente a 148.000 copias dentro de EE UU. De ellas, 18.000 han sido ventas reales. Es el 11º número 1 de álbumes para Kanye en su país y el primero para Ty.
En cuanto a Usher, ‘Coming Home’ queda en el puesto 2 con 91.000 unidades. De ellas, 53.000 han sido ventas reales. La ausencia de singles de éxito, e incluso dentro del setlist de la Super Bowl, ha podido tener algo que ver. Incluso se pueden ver estas cifras como un éxito si recordamos que el último disco de Usher de 2016, ‘Hard II Love’, quedó en el puesto 5.
‘Vultures 1’ también ha sido número 1 en territorios como Noruega, Suiza, Lituania, Islandia, Holanda, Australia, Bélgica o Finlandia. Ha quedado en el puesto 2 en Reino Unido, tan solo por detrás de Noah Kahan. El número 1 global ‘Carnival’, ‘Burn’ y ‘Back to Me’ son top 20 en Reino Unido, donde solo se permiten 3 entradas por disco. Estamos hablando por tanto de un éxito total, pese a las malas críticas del álbum.
En cuanto a Usher, ha sido en Reino Unido únicamente puesto 24 de álbumes. El mejor mercado para este último tras Estados Unidos ha sido Holanda: un top 19 en discos. Esta tarde descubriremos si hay entrada en las listas españolas.
‘Oppenheimer’ se ha convertido en la gran ganadora de los Premios BAFTA, al hacerse con los galardones a Mejor Película, Mejor Director para Christopher Nolan, Mejor Actor para Cillian Murphy y Mejor Actor Secundario para Robert Downey Jr. El Mejor Guión Adaptado ha sido para ‘American Fiction’, eso sí; mientras el original fue para ‘Anatomía de una caída’.
‘La zona de interés’ también ganó premios a Mejor Película en Habla No Inglesa y Mejor Película Británica a la vez.
‘Saltburn’ se ha ido de vacío, muy merecidamente, aunque ha dejado un momento memorable en la actuación de Sophie Ellis-Bextor. La cantante ha interpretado su tema de corte disco rodeada de un elegante elenco de variados bailarines y bailarinas.
Más de 20 años después de su edición, ‘Murder on the Dancefloor’ se ha disparado en las listas de éxito. Ha vuelto al top 2 oficial de Reino Unido, como cuando se publicó originalmente, incluso ha entrado en el Billboard Hot 100, y ha llegado al top 12 del Global de Spotify. Mes y medio después del estreno de ‘Saltburn’, aún está en el top 30 de esta última lista. Se acerca ya a los 400 millones de streamings.
Jennifer Lopez ha pasado por el altar cuatro veces: con el actor cubano Ojani Noa, el bailarín Cris Judd, el cantante Marc Anthony y con Ben Affleck, su actual marido. En el videoclip ‘Can’t Get Enough’, la cantante del Bronx ironiza sobre su afición a dar el “sí, quiero” (¿y el anillo, pa’ cuando?), su búsqueda del amor ideal y el constante escrutinio público al que ha sido sometida en su vida sentimental desde que en 1997 se convirtió en una estrella: primero de Hollywood, con el triplete ‘Selena’, ‘Anaconda’, ‘Giro al infierno’, y, dos años después, de la música con su exitazo ‘If You Had My Love’.
El prolífico Dave Meyers echa mano de los códigos de la comedia romántica en su versión bodas (casi un guiño meta a la propia carrera cinematográfica de J.Lo ya que ha protagonizado unas cuantas: ‘Planes de boda’, ‘Cásate conmigo’, ‘Una boda explosiva’), para montar un bodorrio lleno de festivas coreografías, acrobáticos bailes nupciales y contrapuntos cómicos en forma de comentarios sarcásticos lanzados por los invitados.
Una fantasía en blanco y rosa, diseñada para que se luzca la novia y montada con mucha habilidad por el director para ir intercalando tres novios diferentes. El vídeo termina con un tartazo que funciona como tortazo de realidad: la señora Lopez sentada en la consulta del psicólogo en una sesión (se puede ver en el tráiler de ‘This is Me… Now: A Love Story’) de terapia de pareja.
Benson Boone es el actual número 1 global de Spotify con ‘Beautiful Things’. Se trata del primer número 1 global en Spotify de este artista debutante, estadounidense, oriundo de Washington. Él además es patinador profesional, según su biografía oficial.
‘Beautiful Things’ debe su éxito sobre todo a TikTok, donde se está usando masivamente en vídeos que capturan «cosas hermosas» de la vida. Boone dice que ‘Beautiful Things’ habla del «sentido de la vida» y que, en ella, se muestra «agradecido» a la vida pero consciente de que la «felicidad es volátil».
‘Beautiful Things’ es una canción de pop-rock que empieza con tintes de balada de raíces americana pero que, en el estribillo, explota en intensidad. La canción captura dignamente el vaivén emocional de Benson, pero el sonido es insulso y la letra roza el puritanismo en sus referencias a la validación paternal («he encontrado una chica que les encanta a mis padres») y a Dios («le doy gracias cada día por la chica que ha puesto en mi camino»).
‘Beautiful Things’ es el primer número 1 de Benson Boone en la plataforma, pero en absoluto es su primer tema de éxito. ‘In the Stars’, su single anterior, acumula 600 millones de reproducciones en Spotify. ‘Ghost Town’ supera los 300 millones. En Estados Unidos, ‘Beautiful Things’ ha subido al tercer puesto del Billboard Hot 100: podría ser número 1 la semana que viene… si Beyoncé no llega primero.
Benson Boone se dio a conocer precisamente en TikTok, donde actualmente acumula 5 millones de seguidores. Dan Raynolds, líder de Imagine Dragons, vio un filón y le fichó en su sello, Night Street Records. El resto es historia. Su primer single, ‘Ghost Town’, entró en las listas de 13 países, y ‘Beautiful Things’ ha superado esa cifra con creces llegando hasta 27 territorios. En ningún caso el éxito de Benson Boone ha llegado a España… de momento.
Beyoncé triunfa pasándose al country. ‘Texas Hold ‘Em‘, el principal de los dos sencillos extraídos de ‘Act II’, la segunda parte de su proyecto de varios discos ‘Renaissance’, da a Knowles la posición más alta de toda su carrera en la lista global de Spotify. La bailonga ‘Texas Hold ‘Em’ llega al puesto 2 de la clasificación y solo la balada rock ‘Beatiful Things’ de Benson Boone le impide llegar al 1. Pero lo mejor es que se mantiene y logra su mejor posición, más de una semana después.
‘Texas Hold ‘Em’ supera la que hasta ahora había sido la posición máxima obtenida por Beyoncé en el global de Spotify, el puesto 3 logrado por ‘Perfect Duet‘, su colaboración con Ed Sheeran, y supera también el que hasta ahora había sido el máximo logrado por Beyoncé en Spotify con un tema cantado en solitario, el de ‘Break My Soul’.
‘Texas Hold ‘Em’ ha dado el mayor peak de Beyoncé en Spotify sumando exactamente 5.897.578 escuchas en un día. Esta cifra supera la de ‘Break My Soul’ (5.463.454 escuchas) y ‘Perfect Duet’ (4.250.965), pero no la de ‘Delresto (Echoes)’, la colaboración de Beyoncé con Travis Scott. «Delresto» marcó 7.094.053 reproducciones en un solo día, pero su peak en Spotify fue un octavo puesto, debido a que otras siete canciones del disco de Travis, ‘Utopia‘, lograron streams más altos.
En el Spotify de Estados Unidos, por supuesto, ‘Texas Hold ‘Em’ es número 1, y las primeras predicciones apuntan a que el tema debutará directamente en el número 1 del Billboard Hot 100. Este sería el noveno single de Beyoncé que alcanza el número 1 del país.
‘Texas Hold ‘Em’ ha sido objeto de polémica en los últimos días después de que una estación de radio de Oklahoma se negara a pinchar la canción alegando que Beyoncé «no es una artista de country». Esta estación, acusada de «racismo y discriminación» por un fan de Knowles, ha decidido pinchar la canción finalmente. De todas formas, no se puede hablar de veto en absoluto: al menos 100 emisoras de country de Estados Unidos están emitiendo ‘Texas Hold ‘Em’, hasta el punto que la canción acaba de entrar en el puesto 54 de la lista Country Airplay de Billboard, centrada en las radios.
El debut de los Violent Femmes no fue el único primer disco que abría excitantes posibilidades para el futuro del pop el año en que fue publicado: ‘Murmur’ de R.E.M. y ‘Confusion is Sex’ de Sonic Youth nacieron también en 1983. Pero mientras que el peso e influencia de estas dos bandas se ha hecho patente a lo largo de los siguientes 41 años, la impronta dejada por Violent Femmes es más compleja de vislumbrar: es evidente que nunca hubo legiones de grupos siguiendo la estela sónica del trío de Milwaukee, pero algo tiene este álbum cuando es recordado y celebrado con sorprendente regularidad.
En cuanto a la ausencia de sucesores, en realidad es de agradecer. Como ocurre con el punk-pop (después de los Ramones todas las réplicas resultan siempre algo pálidas, redundantes), cualquier copia de esta banda habría desmerecido su singularidad. Porque habría resultado muy difícil igualar lo que supone este bombazo de punk acústico que canaliza la angustia romántica y frustración sexual propias de la adolescencia.
Precisamente por eso ‘Violent Femmes’ sigue muy vivo cuatro décadas después. De hecho ha seguido una trayectoria fascinante: tras el impacto modesto de su lanzamiento independiente (las multis los rechazaron por “sonar raro y tener los cortes de pelo equivocados”), el disco fue ganando tracción: en 1987 llegó a disco de oro, y en 1991 incluso entró tímidamente en las listas del Billboard americano. En la actualidad se estima que ha vendido unos tres millones de copias, nada mal para un disco de culto. Un estatus de «grower» labrado durante aquella primera década gracias su creciente popularidad en la crucial red de emisoras de radio universitarias, las críticas entusiastas de la prensa especializada, el éxito creciente de sus giras, y el propio impacto de sus tres siguientes discos. Y por supuesto la razón principal: que se trataba de un álbum completamente excelente, que en 2024 sigue sonando tan fresco e inmediato como el primer día.
Parece imposible creer que la mayoría de canciones de este disco las compusiera Gordon Gano cuando aún estaba en el instituto, pero así fue. Cuadra en cuanto a los temas de ansiedad y psicosis sentimental, pero no deja de deslumbrar la brillante expresión de estas en las letras, y por lo inventivo y atractivo de su propuesta musical, ya perfectamente formada cuando ellos tenían todavía 16, 17 años: una especie de hermanos pequeños de la Velvet Underground con mucha más mala leche que los Modern Lovers, y con el exótico añadido de un descomunal –casi cómico– bajo acústico de mariachi, más un baterista de pie tocando con una simple caja, haciendo ritmos a caballo entre rockabilly, calipso y skiffle anfetamínico.
Se puede uno imaginar el impacto de la visión de estos tres inadaptados tocando por las calles de Milwaukee. Así se batieron el cobre en sus primeros años de existencia (en parte porque no les dejaban tocar en casi ninguna parte, y en parte porque pasaban menos calor ensayando en la calle que en su local), hasta conseguir la pericia instrumental y tablas que tan bien recoge este debut de diez canciones.
La cara A entera es completamente intachable, una sucesión de sopapos de crudeza placenteramente melódicos y con una energía explosiva: del inmortal riff acústico de ‘Blister in the Sun’ (todavía hoy en día su éxito más reconocible y escuchado) se pasa a la excelente ‘Kiss Off’, que abre el melón del aislamiento social e incomprensión adolescentes: “necesito a alguien, una persona con la que hablar / ¿podrías ser tú? (…) la situación empeora, y empiezo a sentir pánico”. La rabia en la voz de Gano, con esa secuencia numérica de colosal tensión creciente, deja claro que la solución de todos esos problemas no va a llegar (“uno porque me dejaste, dos por mi familia, tres por mi corazón roto, cuatro por mis migrañas, cinco por mi soledad, seis por mi dolor, siete porque no hay futuro…”
Curiosamente al llegar el siguiente número Gano canta “ocho… se me ha olvidado por qué era el ocho”, disparando la primera sonrisa de humor negro. Es un momento crucial, porque anticipa que el disco, con toda su carga de bilis y frustración, también te va a hacer sonreír con su ingenio. Algo que se confirma con el paso veloz a ese desenfadado ‘Please Don’t Go’ en clave de reggae, con un groove y coros muy Jonathan Richman, en el que se explora el fracaso sentimental de forma más performativamente pop, alejada de la crudeza confesional del comienzo, o de la maravilla que llega inmediatamente después.
‘Add it Up’ es puro punk acústico via rock and roll de los 50 (los tres Violent Femmes eran muy fans del tercer disco de Gene Vincent, ‘Gene Vincent Rocks! And the Blue Caps Roll’, de 1958). El tema es un excelente exponente de ese dominio de la dinámica de la interpretación en directo, con la banda retorciendo a su voluntad el tempo e intensidad para crear esos momentos de tensión y distensión tan brutalmente bonitos. Que además van acordes con el desarrollo de la letra, que comienza con un directo “Why can’t I get just one kiss?” (“créeme, hay cosas que no me perdería / pero miro a tus pantalones y necesito un beso”) y crece maravillosamente con los mucho más explícitos “Why can’t I get just one screw?” y “Why can’t I get just one fuck?”.
Cerrando la cara A con absoluta perfección, ‘Confessions’ incorpora la primera guitarra eléctrica del disco en un tempo de lamento casi bluesístico, perfecto para su letra de soledad y desengaño. A pesar de esa electrificación (que sigue en la cara B), el disco consigue en todo momento evocar la rabia y la alienación sin una sola guitarra distorsionada.
La segunda mitad del álbum mantiene ese mismo e inspirado equilibrio entre minimalismo semiacústico, rabia juvenil y ganchos melódicos, aportando nuevos y refrescantes matices: pop casi 60s en el estribillo de ‘Prove My Love’ y sus cómicos símiles entre amor y dulces (caramelos de menta, Life Savers), punk desengañado con voz a lo David Byrne en ‘Promises’ (“¿querrás alguna vez amarme? / Ignora mi nerviosismo / Ignora mis miradas perdidas”), y un reptante medio tiempo en ‘To The Kill’ con el Gordon Gano más Lou Reed de todo el disco.
Como bien apuntan las excelentes notas de David Fricke en la preciosa reciente reedición de este ‘Violent Femmes’ (que incluyen dos bonus tracks, más un disco extra lleno de fascinantes demos y una recopilación de temas en directo de 1981 a 1983), el amasijo musical de este álbum se agita y sacude como si proviniese de muchos posibles lugares y ninguno en particular: el CBGB neoyorkino de 1976, el revival folk de los 60, los estudios de la Sun Records en los 50… Por esa razón la composición propia ‘Go Daddy Go’ encaja tan bien la interpolación del ‘I Just Wanna Make Love To You’ del legendario compositor de blues Willie Dixon, hecha popular en los 50 por Muddy Waters y después Etta James.
Pero todos estos elementos musicales se quedarían en un simple batiburrillo si no creasen algo nuevo al combinarlos con confesionalidad lírica, que resulta única en su crudeza emocional. No cuesta imaginarse a esxs adolescentes de mediados de los 80 identificándose con el miedo a la volatilidad del amor (o quizá la codependencia) de la colosal y concluyente ‘Good feeling’: “¿No te vas a quedar un rato más? / Parece que siempre te estás marchando / Cuando te necesito aquí más tiempo / Hay tanto a lo que temo / Una vocecita me dice que me estoy volviendo loco / al ver mis pequeños mundos desaparecer”). Ni Willie Dixon ni Lou Reed habrían escrito algo tan introspectivo, ni darían el hermoso giro poético que sigue: “un vago boceto de una fantasía / riéndose del amanecer como si hubiese estado toda la noche despierto”. Su aire casi de himno adolescente (para teenagers inseguros), con precioso piano y cuerdas, supone el broche de oro melódico a un disco que es una joya atemporal.