Compartimos una nueva edición de nuestra sección «10 Fotos Que» con algunas de las fotos que más nos han divertido o sorprendido en redes.
Britney y Sam meditan: En medio de las conspiraciones según las cuales está desaparecida, controlada o incluso muerta (no entréis en TikTok), Britney ha salido meditando en Instagram acompañada de su pareja, el actor Sam Asghari. El también modelo y culturista de origen persa cuenta que Britney «se está convirtiendo en un gurú de la meditación». Con el «circus» que ha sido su vida en el último año (o siempre), no nos extraña.
La adolescente Rosalía: En las visitas navideñas a casa toca desempolvar recuerdos. Es lo que ha hecho Rosalía, que ha compartido estas imágenes de ella cantando para el público con más o menos 13 años. Es «definitivamente la primera fiesta en la que me contrataron», y cuenta que era fan tanto de Camarón como de Missy Elliot, razón por la que llevaba una chaqueta Adidas, que le hacía sentir «una superheroína».
El cuerpazo de Sam Smith: Los cuerpos no normativos y/o gordos siguen provocando a algunas personas para mal. Por suerte, a Sam Smith le da absolutamente igual, y se ha dejado ver posando así de a gusto y sonriente en un yate. Ojalá tener una pizca de su confianza. Ojalá, también, tener un yate.
Rihanna enseña su bebé: Rihanna está empezando a hacer cosas después de mucho tiempo: ha sacado nueva música, en febrero actuará en la Super Bowl y, recientemente, se ha abierto una cuenta de TikTok. En su primer vídeo, RiRi nos presenta a su adorable bebé, nacido en mayo.
La adolescente Dua: Otra superestrella a la que hemos visto de adolescente es Dua Lipa. En este caso, ha sido un antiguo amigo del instituto quien ha rescatado un anuario escolar en el que sale la cantante allá por 2010-2011. En el libro, Dua dice que dentro de 10 años se ve trabajando «en la tele o la radio»: no sabe lo que le espera.
GUYS a London friend went to school with ms. peep and has the yearbook to prove it pic.twitter.com/smi9Wqp7NL
Bieber, de incógnito: Justin Bieber ha visitado Japón recientemente con Hailey Bieber, su mujer, y ha intentado pasar desapercibido poniéndose una peluca de color negro. Evidentemente no lo ha conseguido y las imágenes han llegado rápidamente a la red.
Jin inicia el servicio militar: Los miembros de BTS finalmente irán a la mili y el primero en alistarse ha sido Jin, el mayor de todos. La imagen de su cabeza rapada, publicada por el propio Jin, ha enloquecido a sus fans. El resto de integrantes se irán alistando en los próximos meses, lo que significa que el grupo no podrá dedicarse a la música hasta más o menos 2025.
El pico de Matt Healy y Phoebe Bridgers: Casi tan larga como la cola de las posibles integrantes de Sugababes es la de las personas que se han besado o morreado con Matt Healy de The 1975. A esta lista se acaba de sumar Phoebe Bridgers, como muestra esta instantánea en la que incidentalmente (o no tanto) también aparece el actor Bo Burnham, abrazándolos a ambos.
El disfraz saludable de Katy Perry: A Katy Perry le ha dado igual que Halloween haya pasado y ha decidirse ponerse uno de esos disfraces locos que tanto le gustan: en este caso se ha mostrado vestida de rama de gengibre. Ideal para las gripes navideñas.
Amaia recuerda OT2017: Terminamos con una de las protagonistas del día. Amaia publica hoy la versión japonesa de ‘Yamaguchi‘, y antes se dejó ver en el estudio (¿grabando dicho tema?) vistiendo una curiosa camiseta, que lleva estampada la portada de su disco de Operación Triunfo 2017, que contiene las grabaciones de las canciones que interpretó en el programa.
Amaia cumple hoy 3 de enero 24 años y lo celebra con novedades musicales. La navarra ha lanzado una nueva versión de ‘Yamaguchi’, la canción que cerraba su último disco, uno de los mejores de 2022, con la letra cantada en japonés.
‘Yamaguchi’ ya llegó un 3 de enero en su versión original, y ahora lo hace adaptada al idioma nipón, pero respetando completamente la composición conocida por todos, tan tradicional, y que es una co-autoría estelar de Alizzz, C. Tangana, Alicia Ros Prieto de Cariño y Confeti de Odio, entre otros.
Como se sabe, Yamaguchi es el nombre de un parque japonés situado en Pamplona que homenajea la ciudad japonesa de Yamaguchi, situada en la isla de Honshū (la isla principal de Japón, donde se encuentra Tokio). Japón y Pamplona iniciaron una relación diplomática en 1980 después que el misionero navarro Francisco Javier llegara a la isla para predicar el cristianismo.
En la entrevista que realizábamos en Amaia el pasado mes de mayo, la cantante nos contaba sobre ‘Yamaguchi’: «Esa música tradicional me ha acompañado mucho desde siempre. Siempre se ha escuchado mucho en mi casa. Estoy muy cómoda. ‘Yamaguchi’ fue de las últimas que se hicieron. En un futuro sí me veo yéndome más a raíces tradicionales. Pero no lo sé. Estoy muy cómoda en este estilo».
Bad Bunny, el artista más escuchado en todo el mundo, es asediado por la calle como cualquier superestrella. Ahora, parece que alguien ha ido demasiado lejos en la invasión de su espacio personal, provocando una respuesta inesperada por el músico.
Benito ha arrojado al agua el teléfono de una fan que se había acercado a él para grabarse en modo selfie. En un vídeo se ve el momento en que el autor de ‘Un verano sin ti‘ camina por la calle en República Dominicana, una fan se acerca a él, el artista sonríe y, de repente, decide sustraer el teléfono a la chica y lanzarlo directamente al río, provocando la estupefacción de esta. Benito continúa su camino y deja atrás a la chica, mientras expresa la frase «te burlaste, ahí te burlaste».
Tras la viralización del vídeo, que ha provocado críticas en redes por la «soberbia» de Bad Bunny, el cantante ha respondido, y ha sido para defender su acción: «La persona que se acerque a mí a saludarme, a decirme algo, o solo conocerme, siempre recibirá mi atención y respeto. Los que vengan a ponerme un cabrón teléfono en la cara lo consideraré como lo que es, una falta de respeto y así mismo lo trataré yo». El cantante apostilla su mensaje con el hashtag #SINCOJONEMETIENE.
Bad Bunny is under fire for throwing away a fan’s phone after they violated his personal space in the Dominican Republic. pic.twitter.com/bz1LsMz8Oz
Manuel Carrasco ha sido destronado del número 1 de la lista de Discos España por el décimo álbum de Marea, ‘Los potros del tiempo’. De esta forma, ‘Corazón y Flecha’ ocupa el segundo puesto del ranking, mientras que El Barrio, Pablo Alborán y Bad Bunny se posicionan en los puestos restantes del Top 5, en ese orden.
El segundo y último debut en lista de esta semana lo protagoniza ‘Navidad Con Luli Pampín Vol. 2’ de Lu Li Pampín, lanzado en noviembre de 2021 y formado por versiones de canciones navideñas para niños. Por otro lado, el ‘MOTOMAMI’ de Rosalía ha escalado puestos en su retorno al Top 10 de la lista, llevándose el mayor incremento en ventas de la semana. En concreto, se ha colado en el número 8, estando en décima posición la semana pasada.
Lo nuevo de Arcángel y Bad Bunny recupera el número 1 de la lista de singles española, tras ser ocupado la semana pasada por la primera colaboración entre Quevedo y Myke Towers, ‘Playa del Inglés’, que ahora posiciona en segundo lugar.
Bad Bunny, el artista que más ha vendido en 2022, también protagoniza la entrada más fuerte de la semana con ‘Gato de Noche’, el sencillo con autoría de Ñengo Flow que ha debutado en la octava posición de la lista. Además, Feid y Yandel se han colado en el puesto 30 con ‘Yandel 150’, llevándose el último debut de la semana.
El resto de las entradas son repetidas y vienen marcadas por las fiestas, siendo la mayoría de estas canciones navideñas. El himno festivo de Mariah Carey se ha colocado en el número 9 de la lista, tras estar la semana pasada en el 27. Además, temas acordes a esta época del año como ‘Santa Tell Me’ (#58) de Ariana Grande, ‘Snowman’ (#65) de Sia o ‘Let It Snow!’ (#79) de Frank Sinatra han vuelto a aparecer en lista.
Steven Tyler, líder y cantante de Aerosmith, se ha visto implicado en una demanda de abuso sexual como resultado de una relación que el músico de 74 años habría mantenido con una menor de edad durante la década de los 70, según cuenta Rolling Stone.
La demanda, presentada por Julia Holcomb, no nombra a Tyler explícitamente, pero Holcomb ha hecho pública su experiencia con el cantante previamente y la demanda describe las propias memorias de este, expuestas en su autobiografía de 1997. Holcomb afirma haber mantenido una relación con Tyler cuando ella tenía 16 años y él 25, después de conocerse en un concierto en 1973.
Holcomb acusa a Tyler de «coacción» y cuenta cómo este la llevó a un hotel para realizar «varios actos de conducta sexual delictiva» con ella en la noche en que se conocieron, siendo totalmente consciente de la edad de la demandante en ese momento. Un año más tarde, el de Aerosmith consiguió la tutela de Holcomb tras contarle a su familia que le regalaría una mejor vida. Sin embargo, Holcomb alega que este la agredía y le proporcionaba drogas y alcohol.
A los 17 años, ella quedó embarazada de Tyler y cuenta que este la presionó para realizar un aborto en contra de su voluntad, tras lo cual se separaron. Además, Holcomb narra cómo el libro del cantante tuvo una repercusión negativa en su vida, al retratar lo sucedido como una «relación amorosa».
En su libro autobiográfico de 1997, Steven Tyler escribió sobre un romance adolescente sin nombrar a Holcomb, pero referenciando la edad y la tutela de la chica: «Tenía dieciséis, sabía echar un polvo y no tenía ni un pelo ahí abajo». En un ensayo de 2011, Holcomb escribió sobre perderse en «la cultura del rock ‘n’ roll» y sobre «el mundo de Steven», compuesto por nada más que «sexo, drogas y rock ‘n’ roll».
Viva Suecia y Rufus T. Firefly son los últimos nombres en unirse al cartel de Oh, See! Málaga 2023, que se celebrará los próximos días 26 y 27 de mayo en el Auditorio de Málaga. Estos dos actos se suman a los más de 20 ya confirmados para el festival, entre los que se encuentran Dorian, La M.O.D.A., León Benavente, Iván Ferreiro, Second, Rayden, La La Love You, Arde Bogotá, Siloé y Nunatak.
El cartel es completado por 10 DJ’s, entre los cuales estamos incluidos nosotros, JENESAISPOP DJ’s. Maadraassoo, Wisemen Project, Airbag DJ’s, Don Flúor, Tali Carreto DJ, La Rubia Pincha, Don Gonzalo DJ, Fiebre DJ’s y Xtrtnt DJ’s también se encargarán de crear el mejor ambiente festivalero.
Un año más, el recinto contará con un aforo reducido que busca la comodidad del público asistente por encima de todo (solo se pondrán 6000 abonos a la venta en un espacio preparado para más de 10.000 asistentes), horarios diurnos y la puesta en marcha de dos escenarios, uno para las bandas y otro para los DJ’s. Además, la Zona Gastro y Oh, Kids! seguirán estando disponibles en esta cuarta edición.
Los abonos generales, VIP y Premium ya están disponibles en la web del festival y en Tickbox, mientras que las entradas para la zona de niños (entre 4 y 12 años) se pondrán a la venta próximamente.
‘Reset’ es la feliz fusión de Noah Lennox, Panda Bear, y Peter Kember, Sonic Boom. Un disco hecho de collages, loops y samples que llena de luz y color oídos y mente. No es cuestión baladí: este ha sido uno de los objetivos de Lennox y Kimbre a la hora de crearlo, me explican. Y aunque el disco apareció de manera digital el doce de agosto, no ha sido hasta el pasado mes de noviembre que se editó en formato físico, lo nos sirve de excusa para entrevistarlos vía Zoom. Una charla distendidísima: da tanto gusto escuchar a Peter que la entrevista alcanza la media hora sin darme cuenta y se quedan varios asuntos en el tintero. Panda Bear y Sonic Boom actuarán el 8 de febrero en Madrid (Teatro Eslava), el 9 en Barcelona (Razzmatazz 2) y en el Canela Party de Torremolinos (23-26 de agosto).
¿Estáis los dos en Lisboa?
Noah: «Yo en Lisboa y Peter en Sintra, que está como a 45 minutos en coche». Mi primera pregunta imagino que ya os la habrá hecho todo el mundo: ¿cómo empezó vuestra colaboración? ¿Y cómo y por qué decidisteis hacer este disco?
Noah: «Ni siquiera teníamos la idea de hacer un disco al principio. La verdad es que era algo divertido de hacer y de pensar, en vez de estarnos preocupando porque el mundo a nuestro alrededor se estaba desmoronando. Porque fue justo al principio, durante la primera oleada de la pandemia, hace dos años. Fue simplemente tener algo que hacer, esa fue la génesis del álbum. Pero el origen de nuestra relación viene de 2008 o 2009, más o menos. Mi amigo Nick estaba dando una fiesta en su terraza en Tribeca, Nueva York, y Pete estaba allí. Nick puso mi disco ‘Person Pitch’ y Pete pensó que molaba. Y Nick le dijo “Panda Bear te nombra como una de sus influencias en los créditos del disco”. Y Pete me escribió para decirme que le había gustado el disco y que molaba que le hubiera nombrado como una de las influencias, y que si alguna vez podríamos tocar juntos. Yo le contesté que en esos momentos no estaba dando conciertos en solitario porque estaba de gira con Animal Collective, pero que estaba buscando a alguien para mezclar los temas que estaba haciendo en ese momento, para llevarlos a un nivel superior. Y pensé que Pete podría ser la persona idónea, porque había trabajado en el ‘Congratulations’ de MGMT, que es un disco que me encantaba. Así que deseaba que estuviera disponible para trabajar conmigo en el material de ‘Tomboy’. Y, por suerte para mí, ahí estaba. Y desde entonces hemos ido acercándonos y creciendo en nuestra relación laboral. Pero también en la personal, pasamos un montón de tiempo juntos últimamente.
Peter: «Cuando escuché ‘Person Pitch’ me voló la cabeza de una manera que no suele ocurrirme. Y cuando mi amigo me dijo “Bueno, él [Panda Bear] cita muchas influencias en el disco, tú entre ellas”, eso fue más que emocionante. Por eso me puse en contacto con él. Pero sí, ha sido una cosa larga, lenta y amorfa. La vida te va empujando. Me empujó a trabajar con Noah, y empecé a venir a Portugal, que no lo conocía demasiado. Y me gustó mucho. Muchísimo. Mi mujer y yo andábamos buscando un sitio para vivir fuera de Reino Unido. Y nos vinimos hace unos siete años. Nos lo podíamos permitir y podíamos compaginarlo con mi trabajo y mis viajes. Así que nos vamos viendo, quedamos para cenar, cosas así».
¿Hasta qué punto…
(Se me cae un par de veces el móvil de su soporte, para regocijo de Noah y Pete.
¡Odio el zoom!)
Peter: ¡Pues a mí me encantan los zoom meetings! (RISAS) …se nota la influencia de Portugal en el disco?
Noah: «Para mí fue bastante cosa del azar. Estaba viviendo antes en Nueva York y sentía que ya no era mi lugar, pero tampoco sabía a dónde quería ir. Y Animal Collective tenía un concierto programado aquí al final de una gira muy larga. Así que Dave [Portner, Avey Tare] y yo decidimos pasar un par de días en Portugal porque no habíamos estado antes. Y me encantó. Y conocí a una chica y nos empezamos a ver, y pensé que este era un lugar realmente guay y que quería probar lo de vivir aquí. Y aquí llevo casi 20 años… Creo que hay, definitivamente una influencia, pero no solo en el disco, sino en mí personalmente. Pero es bastante difícil de definir o expresar cuáles son exactamente esas influencias. Por ejemplo, no creo que sea solo porque es un lugar con mucho sol y que la música esté ligada al sol. No funciona así. Pero creo que tanto el país como la vida cotidiana aquí influye no solo en lo que hago, sino en cómo pienso y en cómo siento millones de pequeñas maneras, lo que me empuja hacia una dirección determinada.
Peter: «De acuerdo con todo, excepto en lo del sol. No creo que te haga hacer sunshine pop, pero para mí, mientras trabajo en mi material, si estoy en Stamford, Connecticut, en mitad del invierno y nieva durante semanas y semanas sin fin, eso afecta a la vibración del disco. Influye dónde se mezcla, claro, pero más dónde se hace. He trabajado con mucha gente que quiere venir expresamente a Lisboa a trabajar a causa de las vibraciones y de la atmósfera. Eso me influye, estar trabajando en algo en un determinado entorno. Creo que el entorno te conforma. Además, puedes probar tu material de forma inmediata en ese entorno. Quiero decir: queríamos de verdad sacar este disco en verano, porque es el momento idóneo, es la mejor época del año para mucha gente. Quizás no para todo el mundo, pero sí para la mayoría.
Mucha gente ve este disco como un “disco de verano”, pero realmente se grabó durante el invierno. Las pasadas Navidades se lo puse a mis sobrinas (tengo seis sobrinas), y les encantó. No creo que haya que encerrar la música en una estación determinada. Pero los Beach Boys tenían esto… ¡Ostras! ¿He sido yo el primero en nombrar a los Beach Boys?? ¡Maldición! ¡Ese era tu trabajo! (Risas). Bueno, pues ellos eran un fenómeno en Reino Unido: cada verano sacaban un “The Best of the Beach Boys’, y a la gente le flipaba que para mí esa música fuera igual de buena para escuchar en Navidades».
Una cosa que me sorprende del disco es que estáis tan bien fusionados que es difícil distinguiros al uno del otro. ¿Era otro de vuestros objetivos con el disco?
Noah: «Creo que ese es siempre mi objetivo cada vez que trabajo con alguien, aunque solo sea para mezclar o producir. Quiero que todos los personajes queden representados porque creo que eso lo hará mejor, más dinámico, más interesante, más un reflejo de nuestro mundo. Un gran cocido de diferentes opiniones, puntos de vista, perspectivas y experiencias. Así que ese es mi objetivo cuando trabajo con alguien: borrar los límites».
Peter: «No creo que sea algo súper consciente, pero creo que los dos tratamos de complementarnos el uno al otro. Y cuando yo cantaba una pista y Noah me enviaba sus partes de armonía o sus pistas de voz, era siempre súper complementario. Y cada cosa que hacíamos sentíamos que era por un objetivo común. No era: “Yo quiero esto o lo otro”, sino que ambos intentábamos encontrar la vía común para conseguir la vibración justa para la música y las canciones. Creo que estábamos muy concentrados en los acontecimientos de nuestro alrededor y tratar de sacar algo de positivo de ellos. Y afortunadamente ambos tenemos un sentido innato de quiénes somos y qué queremos hacer pase lo que pase. Me sentía como si estuviera navegando de manera instintiva la mayor parte del tiempo».
Noah: «El ego tiene su lugar, pero creo que se entromete en el camino de las cosas buenas, así que tanto Pete como yo hemos intentado dejarlo en el cubo de la basura».
He leído que el disco está inspirado en los vinilos viejos de los años 50, 60 y 70 de Pete. ¿Por qué decidisteis homenajear a estos discos?
Noah: «No era un plan o un objetivo, porque Pete realmente me iba enviando muchos más loops de los que aparecen en el disco y eran de un rango temporal muy amplio, incluso había samples de finales de los 80. Así que no había ninguna intención concreta de destacar esa época de finales de los 50 a principios de los 60. Lo que pasó simplemente es que la mayor parte de las canciones, de los samples, que hacían que se me ocurrieran ideas eran casualmente de esa época. Así que fue accidental que se convirtiera en el tema del disco».
Peter: «Mirado en retrospectiva parece una idea inspirada, pero en realidad fue un sueño tonto. Yo tenía ese sueño de que podía funcionar, y la verdad es que no tenía ni idea de si funcionaría. Pero ha ido más allá de lo que había imaginado. Y al principio pensé que no sabía si a Noah le iba a gustar mi idea, si le iba a gustar ese rollo. Pero sí que le gustó, y fue una cosa muy orgánica, muy natural. Como decía, una vez miras el resultado final, parece diferente, pero fue potra. Te diría que fue tener un poquito la idea de que eso podría funcionar… Y de alguna manera, hicimos que funcionara».
«El disco es político en aquellas letras que se refieren a la política de la vida, de la humanidad y a la manera en que la humanidad se ve afectada por las cosas»
Entonces, ¿fue un disco de improvisación en el estudio o había algún trabajo previo?
Peter: «La base de todo no fue hablar de hacer un disco, sino hablar nosotros, en general. Salíamos, cenábamos, y charlábamos de cómo veíamos que estaba yendo el mundo y de cómo interfería en nuestras vidas; a veces hablábamos de nuestros temores. Y de eso surgió; de eso y de tener una mentalidad parecida, de ver las cosas de manera similar. Y nos preguntábamos qué clase de soluciones podíamos ofrecer, no solo para tocar, sino también para otras cosas, pese a que tenemos una repercusión limitada porque somos músicos, no políticos… ¡gracias a Dios! (risas)».
Noah: «Yo eso lo discuto, porque nuestra repercusión es realmente mayor. Por lo menos de una manera. Si una idea es realmente efectiva…»
Peter: «Sí, es como alimentarse de una energía».
Noah: «Sí, los intríngulis de componer. Pero, si estoy entendiendo parte de tu pregunta de manera correcta, la verdad es que no vino todo de improvisar o tocar juntos y ver qué funcionaba. Porque tuvimos que estar completamente separados a causa de la pandemia. Realmente, Pete me mandaba un fragmento de música, por ejemplo una frase musical en forma de loop que se iba repitiendo una y otra vez, quizás con un pequeño cambio aquí o allá. Pero la mayoría de las veces era un loop concreto que duraba un tiempo concreto. Y yo trataba de encajar la parte vocal, e intentaba que esa parte vocal definiera de alguna manera la canción. Y tuvo mucho de composición, en ese sentido. Vamos, que no fue todo improvisado».
Peter: «También usamos lo último en tecnología y nuestro instinto sensorial».
¿Cómo trabajabais cada canción? ¿A partir de un ritmo, un loop, etc?
Pete: «Yo le daba a Noah los loops, pero no eran siempre de grupos que él conociera, o yo no tenía el nombre del artista pero sí el título de la canción, es por eso por lo que ‘Go On’ tiene partes de la letra de ‘Give It to Me’ [la canción de Troggs que samplea ‘Go On’]. Porque a veces el título encontraba su camino, porque Noah los escogía por cómo sonaban. Uno de los momentos que más me voló la cabeza vino con ‘Living in the After’: Noah cogió el loop, lo recortó un poco e hizo el arreglo. Pero la manera en que envolvió la canción, alrededor de ese inserto orquestal del final de ‘Save the Last Dance for me’ [de The Drifters]… Yo conocía la canción muy bien, era un estándar desde que tengo memoria. Y escucharla [en ‘Living in the After’] me voló la cabeza, porque nunca le había prestado atención a ese fragmento en la canción original. Y es por eso por lo que funciona tan bien».
Y sobre la atmósfera del disco. Habéis hablado de la pandemia y de no ser “políticos”. Tengo la sensación de que la idea es darle al disco una atmósfera positiva, ¿no? Porque suena muy cálido, muy animado. ¿Es por eso por lo que se titula ‘Reset’(“reinicio”)?
Peter: «Sí».
Noah: «Es lo que queríamos en tiempos tan oscuros. Sentíamos que hacer esta clase de música nos iba a servir de medicina de alguna manera en ese período. Y a medida que íbamos avanzando, nos enfocamos en el deseo de que también fuera una cura para otra gente. Así que, como Pete ha dicho, empezamos a coger pequeños fragmentos que sentíamos que eran animados, energéticos, como las campanillas o las palmadas. Cositas así. Queríamos llenar hasta arriba las canciones de detalles así, con la esperanza de que las animaran, a pesar de que mucha parte del contenido lírico de las canciones tratan de asuntos bastante duros. Añadir estos detalles, traer este tipo de energía positiva es lo que puede resultar eufórico para la gente en un momento en que la gente realmente lo necesitaba».
Peter: «Yo sí que creo que es político. A ver, no es un manifiesto, no es político en el sentido de decirle a la gente qué debería pensar o a quién debería votar. No somos políticos y no estamos intentando vendernos a nosotros en base a la política. Pero es político particularmente en aquellas letras que se refieren a la política de la vida, de la humanidad y a la manera en que la humanidad se ve afectada por las cosas. Y en la manera en que la humanidad interfiere con el resto del planeta. Y el engaño en que vivimos de creer que somos la cúspide de todo y que podemos hacer lo que nos de la puta gana y todo eso. Esto viene del contraste con la pandemia cuando de repente no llegaban cruceros a los puertos y así, y la vida salvaje empezó a regresar y empezamos a ver de manera instantánea cómo funcionaba todo en realidad. Tuvimos de repente una instantánea de qué había sucedido. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Cómo hicimos esto? Y políticamente sabes que la misma persona que se supone que va a arreglar nuestros problemas es la misma que los creó. Que no significa necesariamente que todos nosotros seamos los culpables, pero que hemos caído en ciertas maneras de actuar, y si creemos que un político va a aparecer y nos lo va a arreglar, estamos perdidos. Eso nunca pasará. Pero creo que el disco trata de poner algo de positividad y de reflexionar sobre que pueden suceder cosas buenas. Somos parte de otra mucha gente que también está haciendo cosas buenas y positivas. Creo que eso era de lo que queríamos decir. Sentimos que esta podría ser un poco nuestra aportación».
Jeremiah Green, batería de Modest Mouse, ha muerto este 31 de diciembre a consecuencia de un cáncer. El músico «se acostó a descansar y simplemente se desvaneció», informa el comunicado. La banda había anunciado recientemente el diagnóstico de Green en redes sociales. El artista tenía 45 años.
En 1993, los adolescentes Jeremiah Green, Isaac Brock y Eric Judy fundaron Modest Mouse en Seattle. Sus tres primeros discos, ‘This Is a Long Drive for Someone with Nothing to Think About’ (1996), ‘The Lonesome Crowded West’ (1997) y ‘The Moon & Antarctica’ (2000), les supusieron un público cada vez más mayor, hasta que el último de ellos logró entrar en el Billboard, un hito para la banda en ese momento.
En 2003, Green abandonó Modest Mouse tras sufrir un «colapso nervioso» (previamente había sido diagnosticado de trastorno bipolar), lo que significa que Green está ausente de la grabación del disco más vendido de la banda, ‘Good News for People Who Love Bad News’, publicado en 2004 (el batería fue reemplazado por Benjain Weikel). Ese mismo año, Green volvió a la formación.
Además de en Modest Mouse, Green tocó inicialmente en otras bandas como Satisfact and Red Stars Theory y, tras su marcha de la banda, publicó un disco largo con su grupo Vells. Después, el batería tocó en los siguientes álbumes de Modest Mouse, entre ellos el notable ‘We Were Dead Before the Ship Even Sank’ (2007), y también en el último, ‘The Golden Casket’, lanzado hace un par de temporadas.
Aquella lista quedó demasiado enfocada en el género rock y en artistas que se popularizaron en los años 60 y 70, según Rolling Stone, y la revista ha querido evitar este pormenor elaborando una lista más «global» que abarque 100 años de historia del pop. Rolling Stone no ha clasificado a los «mejores vocalistas», sino a los «mejores cantantes», porque más que la habilidad vocal les ha interesado la «originalidad, la influencia y la profundidad del catálogo de los artistas, así como la envergadura de su legado».
La lista está coronada por Aretha Franklin y ha levantado polémica desde el segundo cero por atreverse a prescindir de Céline Dion, considerada una de las grandes vocalistas de la historia, al menos, a la altura de Mariah Carey, situada en el 5, o de Whitney Houston, situada en el 2. El nombre de Céline Dion es «trending topic» actualmente por este motivo, y no es el único visiblemente ausente de la clasificación: un saludo a Édith Piaf y a Mina. Por otro lado, la lista no incluye cantantes de ópera porque abarca artistas de pop, pero tampoco les ha cabido Yma Sumac.
Rosalía abre (o cierra) la lista al ser colocada en el número 200, y otra española, Rocío Durcal, aparece en el 139, lo cual nos recuerda el pobre alcance internacional que obtuvo la carrera de Mónica Naranjo, ausente. Por supuesto ya hay quien se está llevando las manos a la cabeza por que Christina Aguilera (141) aparezca por debajo de Taylor Swift (102), por que Michael Jackson salude desde un discreto puesto 86 (por debajo de Bob Dylan o Aaliyah), o por que tampoco aparezca Judy Garland por ningún lado.
Aunque, quizás, el mayor delito de la lista de Rolling Stone es que ni intentando abarcar cantantes de todo el mundo y dar una visión global han evitado que les salga un top 10 conformado exclusivamente por artistas estadounidenses. Siempre hay que barrer para casa.
1.- Aretha Franklin
2.- Whitney Houston
3.- Sam Cooke
4.- Billie Holiday
5.- Mariah Carey
6.- Ray Charles
7.- Stevie Wonder
8.- Beyoncé
9.- Otis Redding
10.- Al Green
NewJeans es un nuevo grupo de k-pop procedente de Seúl que consta de cinco integrantes: Minji, Hanni, Danielle, Haerin y Hyein forman una de las girl-groups más excitantes del momento, como demuestra el sonido de su EP de debut y de sus nuevos singles.
El último, ‘OMG’, ha salido hoy mismo, 2 de enero, y añade un punto definitivo de sofisticación al fenómeno k-pop a la vez que se inspira en el sonido del R&B de los 2000. ‘Ditto’ es más interesante todavía, al añadir palmas que hacen pensar en una producción latina de Kylie (‘Please Stay‘) o, sí, Rosalía, mientras la base rítmica apunta al club. Es la Canción Del Día de hoy.
‘Ditto’ habla de un crush, y lo que quieren las integrantes de NewJeans es que la persona que les interesa les diga «ídem» a los sentimientos que ellas le profesan. La letra sugiere que el crush es inalcanzable, lo cual se potencia con una atmósfera musical misteriosa.
Antes de publicar estos últimos dos singles, NewJeans debutaron con un EP de cuatro canciones, entre las cuales se incluyen ‘Attention’ y ‘Hype Boy’, que, también entre el hip-hop, el R&B y los ritmos de club, siguen sin renunciar a la sofisticación en sus producciones. El vídeo de ‘Attention’, por cierto, se rodó en Barcelona: el primer plano muestra la Sala Apolo.
Para entender el alcance que han logrado NewJeans en muy poco tiempo solo hace falta observar sus cifras de streaming: ‘Attention’ y ‘Hype Boy’ se sitúan en torno a los 140-150 millones de streamings, y ‘Ditto’ va ya a por los 40 millones. 10 millones de oyentes están ya atentos a sus pasos, y es gracias a que su propuesta se desmarca de otras de k-pop por su componente retro pero contemporáneo, elegante, elaborado.
«No querer una novia no tiene nada de malo, pero ser gilipollas cuando decides hablarlo, sí está mal», canta Gabriela Casero en la pista final de su nuevo disco, la acústica ‘Esa situación’. En la canción, Casero pide a un chico que se «quite las gafas para hablar de amor» y que deje de buscar a su alrededor «a quien te da miedo encontrarte». La madrileña, compasiva, pero también asertiva, señala: «Sé que tienes cosas buenas, pero también otras que me dan pena».
Una persona indispuesta emocionalmente es la destinataria de ‘Me doy cuenta’, el segundo disco largo de Casero, y la frase que citamos resume la historia que Gabriela nos está contando esta vez. Otras dan más contexto y, por ejemplo, en ‘Qué has hecho’ se describe a un individuo que ha hecho «algo mal» hasta el punto que «de fiesta nadie se te acerca». El sonido grunge, muy beabadoobee, de la canción es idóneo para envolver esta composición llena de sospecha.
Las canciones de ‘Me doy cuenta’ giran en torno a una relación y a las ansiedades que le provoca a su autora, y se acercan a conformar un trabajo conceptual, más convincente en su primera mitad que en la segunda, pues el álbum pasa del amor ideal (‘A mí’) a precisamente la pista final que ya hemos citado. Sin embargo, las guitarras no mandan en el disco, que sigue la línea del anterior: Casero sigue apegada a unas cajas de ritmo y unos sintetizadores muy twee-pop, mientras las composiciones suben un peldaño de madurez.
«Yo sé que me quieres siempre más a mí» es una de las frases que encontramos en la inicial ‘A mí’, que destaca por un sonido de drum n’ bass bien asimilado. Tan pronto como en la pista 2, las cosas se complican. «Quiero que quieras hablarme aunque estés con ella», canta Gabriela en el simpático lo-fi pop de ‘Solo tu amiga’. En un estilo parecido, ‘Yo me quedo aquí’ se debate entre pedir limosna emocional y aplicar el código «thank you, next»; y el synth-pop de ‘No te lo quiero decir’ efectivamente cae en el pozo de la nostalgia, con la compañía de Sofía Amores y el uso de melodías vocales que se cruzan.
La anticipación de la ruptura se asienta en ‘Llego contenta’, una de esas baladas de pop electrónico con texturita (pienso en Imogen Heap o The Postal Service), en la que hallamos a Gabriela cenando con su chico y pensando cosas como «cuando estoy contigo es cuando más sola me siento» o «aún no sabes que esta es la última cena». Las composiciones empiezan a dejar más cabos sueltos a partir de ‘Mareítos’, holgazana, pues aunque la producción de ‘Me viene bien’ es una de las más ambiciosas, la canción seduce menos.
El título de ‘Me doy cuenta’ queda claro desde el principio del disco: Casero entrega un trabajo en el que explora las fases por las que pasa de cara a una relación sentimental que está hundida. Sus nuevas canciones definen lo que significa hacer pop «introspectivo», como ya lo hacían las de su debut, situándose entre la cotidianeidad, la (auto)inmersión psicológica y el justo reclamo de una responsabilidad emocional que nunca llega. Quizá para mejor.
Se trata de uno de sus puntos más luminosos, como ha contado Niño de Elche en las entrevistas promocionales, con esa luz especial que aporta la guitarra de Yerai Cortés. La letra narra la historia de una paloma que cae herida en nuestra ventana; la amamos, la cuidamos, pero cuando recupera sus fuerzas, vuelve a irse volando y nos abandona. Aun así, la tonada es alegre, literalmente Niño de Elche canta alegremente por no llorar, en una simpática melodía de corte tradicional.
Y es que en realidad ‘Canto por no llorar’ es un conocido tango argentino que obtuvo gran fama y popularidad a mediados de los años 20 del siglo pasado en la voz del cantor Francisco Canaro “Charlo”. Podéis comprobar que era un tango clarísimo bajo estas líneas.
Eso sí, Niño de Elche se ha inspirado por completo en la adaptación del cantaor Manuel Vallejo, en concreto en el ritmo de bulerías que tanto desarrolló el cantaor sevillano y que refleja una de las más habituales inquietudes de la época que consistía en aflamencar muchas de las canciones más conocidas. Fue una aproximación bien diferente, como podéis comprobar también en esta grabación de 1934.
“No estamos en el mercado de los traumas a ver quién está más traumatizado y quién tiene más potestad de hablar, o no deberíamos. Yo he hecho una serie y no tengo que justificarme ni pedir permiso. Si luego no te gusta, pues estupendo. Este tema me parece que crea espectadores gilipollas, y con un punto moralista también, ¿no? Voy a ver una película de negros traumatizados y mutilados, y la película es una mierda, pero no puedo decir que lo es, porque, ¿qué va a pensar la gente de mí? No, voy a decir que está fenomenal, y así además me sentiré muy bien volviendo a mi casa después de haber visto este cine social tan importante”.
Así se expresaba Berta Prieto cuando la entrevistamos a ella y a Belén Barenys tras un acto en el que se presentaban varias novedades de producción propia de Filmin (entre ellas, una serie documental sobre Terenci Moix, y la ya conocida ‘Oswald: El Falsificador’, que estos días ha sido nominada al Goya en su “versión cine”). A la hora de reseñar ‘Autodefensa’, creo conveniente empezar con esas palabras de una de sus creadoras porque, dejémoslo claro, ‘Autodefensa’ no va de hacerte sentir bien (risoterapia aparte).
Y tampoco tiene nada que ver con ese cine social comprometido que menciona Berta, ni sus creadoras han dicho que pretendan hacer un retrato generacional… ni muchas otras descripciones que no encajan con ‘Autodefensa’ y que, por tanto, le ha hecho recibir muchas críticas, porque resulta que la serie no refleja tal o cual realidad. No, claro que no. Refleja la de sus protagonistas. Y, para mí, ese es uno de sus aciertos: lo autoconsciente que es.
‘Autodefensa’ puede no gustarte por numerosas y legítimas razones, pero el principal motivo que se está dando va por ahí y, a ver, si has visto el cuarto capítulo, no resulta precisamente el descubrimiento de América decir que las protagonistas están encerradas en su burbuja (¿…esa… es… la… cosa?). Noelia Ramírez escribió en El País sobre la perversión del lenguaje terapéutico tras las llamadas de ese episodio, donde autoestima e individualismo se desdibujan (no falta ni el “aporta o aparta”). Miguel Ángel Blanca, creador junto a ellas de la serie y también director de ‘Magaluf Ghost Town’, defiende en ese mismo artículo que sus compañeras han sido muy valientes, “porque la gente no quiere exponer su mierda, aquí todo el mundo hace sus películas y construye sus personajes para demostrar al mundo lo que ha aprendido de la vida y lo empático que es”.
“Súper importante el feminismo, sí, ¿qué es más importante, el feminismo o el ecologismo?” es la respuesta tan absurda como perfecta al postureo de alguien que necesita demostrar constantemente lo comprometido que está, el personaje de Daniel Rived (maravillosos él y su tocayo Rissech en esos primeros episodios). Y no es el caso de Berta y Belén: con la excepción de ‘Actos Colectivos’, que desplaza el foco a otras personas y a actitudes más serias, ‘Autodefensa’ es todo un desfile de comportamientos de mierda de sus protagonistas, y va dejando semillas de posibles razones detrás. ‘Volver a casa’ (que, si eras fan de ‘Girls’, te recordará a ‘The Panic in Central Park’), y ‘Buscando After’ son quizás los más claros al respecto, pero también lo vemos en ‘Ser un concepto’, ‘Ansiedad’, e incluso en el mini-episodio evangélico y en ese fantástico accidente de coche que es ‘Fantasía’.
Hay episodios menos conseguidos, como ‘Odiar a los hombres’ o el mencionado ‘Ser un concepto’ (inevitablemente lo comparo con ‘Buscando After’, y encuentro mucho mejor resuelto éste), pero todos tienen algo que los hace interesantes y, con su irregularidad, se alejan de la (gris) regularidad de una serie de plataforma random. Redondea todo esto el uso casi constante de jumpcuts y encabalgamientos en el montaje de Víctor Diago, que puede conectarse con la incapacidad de las protas (o, como dice Marta Medina en El Confidencial, de nuestra generación en sí) para concentrarse, y para poder salirse de alguno de los mil círculos viciosos en que están. Una especie de TDAH emocional que nos lleva a los mismos errores una y otra vez. Porque, sí, tenemos más cosas en común con ellas de las que nos gusta admitir, y quizás eso tenga que ver con algunas de esas reacciones tan viscerales.
Hay una escena de ‘A dos metros bajo tierra’ en la que los personajes de Lauren Ambrose y Patricia Clarkson discuten después de que la segunda le haya dicho a la primera que quizás no es una artista: “¿Te dolió cuando te lo dije? Entonces igual no lo eres; si lo fueses, quizás te habrías reído, ¿no? Es como si me dices que mi piel es morada… me reiría, porque sé que no lo es. Pero si te sentiste mal cuando te lo dije, igual es porque hay algo de verdad ahí”. La seguridad y la tranquilidad con la que reflexiona Sarah (Clarkson) lo único que hace es poner más de los nervios a Claire (Ambrose): no solo está haciendo que dude de sí misma y su identidad, sino que además está haciendo que sienta envidia por esa seguridad. Ojalá tenerla, ¿no? Aunque es paradójico; en ese momento, Sarah siente de todo menos seguridad.
Quizás la facultad para tocar las narices (o bueno, tocar el coño, no vamos a hacer una clean version aquí precisamente) que tiene ‘Autodefensa’ es un poco porque conecta con ciertas cosas que son verdad, con ciertas contradicciones, con ciertas incertidumbres y con ciertas dudas. Y porque todo esto lo hace desde una seguridad y una felicidad que da bastante coraje. El truco está en que, como nos va dejando claro la serie, esa seguridad y esa felicidad son un poco mentira. Un poco bastante.
Miley Cyrus no podía haber avisado con menos sutileza de que volvería este 2023. La cantante posteó una cuenta atrás que finalmente, más que a nueva música, parecía llevar a su especial de Año Nuevo de la NBC. Pero al final, ha habido un poco de las dos cosas.
La cantante apareció en el especial de la NBC junto a su madrina Dolly Parton e interpretó varias canciones como ‘Wrecking Ball’. En cuanto a colaboraciones, hizo ‘Let’s Dance’ con David Byrne, ‘Midnight Sky’ con Fletcher, ‘Stars Are Blind’ con Sia y Paris Hilton y ‘I Will Always Love You’ y ‘I Love Rock and Roll’ con Dolly Parton. También han aparecido otros invitados como Swae Lee. Los vídeos oficiales de Youtube están bajo estas líneas.
Pero también ha dado más detalles sobre sus nuevos pasos discográficos. El próximo 13 de enero será el día en que saldrá su nuevo single, que recibe el título de ‘Flowers’. Este es el teaser que ha compartido.
Tras el éxito de sus primeros Eps, Grace Shaw se fue de Australia a Los Ángeles dispuesta a comerse el mundo, y se comió una mierda. Al menos en ese momento. Porque la pandemia dio al traste con sus planes, y le hizo tener que volver a casa e ir retrasando un debut largo que ha acabado llegando en 2022, tres años después de su último EP.
En este tiempo, el único material propio que ha sacado ha sido la simpática ‘Rockstar’, incluida en este ‘Butterfly Blue’ sin desentonar demasiado. Porque el tema principal del disco, y la razón por la que ha elegido ese título que mezcla las mariposas en el estómago con la tristeza de rupturas o, más común en estas canciones, del amor no correspondido. No es tanto una mezcla de canciones tristes con canciones ñoñas, ni un repaso a una relación con sus altibajos, sino una colección de momentos en que el amado (y deseado, que también hay mucho deseo aquí) está, o bien lejos, o bien sencillamente fuera de tu alcance.
En ese sentido, el mejor ejemplo es ‘Arm’s Lenght’, que intenta describir esa tensión interna previa a un beso o a cualquier movimiento que explicite lo que ya está bastante implícito, o la contradicción de ‘Heart Guitar’: “I’ll leave him wanting more / ‘least that’s what I tell myself those nights that I’m ignored / cause when she’s there, it’s like I’m not / how can you give me butterflies then tie them up in knots?”.
Mallrat, cuyo nombre viene de una canción de The Orwells, ha querido rodearse en la producción de este álbum de nombres tan potentes y coherentes con el sonido del disco como Tommy English (conocido especialmente por su trabajo con BORNS), Tim Anderson (Billie Eilish, Halsey, BANKS), Styalz Fuego (Tinashe) o Jam City (Olivia Rodrigo, Troye Sivan) junto a otros más sorprendentes como SAKIMA, Konstantin Kersting (Tones and I) o Big Taste (Dua Lipa, Justin Bieber), y otros menos conocidos por el gran público pero muy importantes para ella como Alice Ivy o Japanese Wallpaper (que ha trabajado para su admiradísimo Allday). Nada mal para alguien que sacó su primer EP (‘Uninvited’) prácticamente autoproducido en el instituto.
Pero Shaw consigue unificar todo esto, tanto con una constante referencia entre canciones (ejemplo: las palabras “rockstar” y “butterfly”, además de ser el título de dos temas, aparecen en distintos versos de otras) como por la temática y un pegamento en el sonido, que, salvo excepciones como las pinceladas de psicodelia de ‘To You’ o las guitarras de ‘Teeth’ y ‘Rockstar’, apuesta por una mezcla entre las atmósferas de Mazzy Star o Imogen Heap (es fan declarada de ‘Hide and Seek’, que conoció por ‘O.C.’), los primeros Troye Sivan y Billie Eilish (la fantástica ‘Your Love’, que incluye sample de Gangsta Pat) y unas interpretaciones vocales que van de Lily Allen a SZA o, incluso, Lorde.
Sin duda la mayor excepción es la invitada de ‘Surprise Me’. No es de extrañar que haya tenido a bien titular así una canción en la que el featuring es nada más y nada menos que con Azealia Banks. Ciertamente es una sorpresa que en esta colaboración no haya habido pollos (de momento, que con Miss Camaraderie nunca se sabe), aunque la canción no es mucha “sorpresa” más allá de esta mezcla de estilos. La parte de Banks no decepciona, entre “mi coño está más apretado que la cara de Nicole Kidman” y menciones a hacerse una paja “como Louis C.K.”, pero la parte de Mallrat es de lo más flojito del álbum.
Un poco simple es también el estribillo de ‘Butterfly Blue’, aunque tiene sentido en su intento de hacer una nana que a la vez hable de desengaños amorosos (“I talk with the birds and they tell me the truth / they sing me to sleep, but I dream about you”). Pero son excepciones en un disco por lo general de un gran nivel desde que empieza con la magia de ‘Wish on an Eyelash’ – eso de ‘I think angels surround ya” es precioso; la versión-secuela que ha hecho con The Chainsmokers, no tanto.
‘Teeth’, cuyo riff recuerda a ‘Que me quedes tú’ de Shakira aunque suponemos que su influencia ha sido más Sky Ferreira, es otro de los grandes momentos de este ‘Butterfly Blue’, y es tremendamente eficaz a la hora de representar una pulsión que lucha por escaparse. Producción, letra y melodía se unen también en ‘Obsessed’, que puede mezclar simbolismos (“Am I the only one who’s seen the scars you try to keep / hidden in your clothes, I miss your face the most”) con algo tan directo como “I think I’ll be thinkin’ about you when I’m really old”. En definitiva, Mallrat entrega un disco debut más que notable, por el que merece la pena haber esperado, y para cuya continuación esperamos-no-tener-que-esperar tanto.
‘Puedes contar conmigo’ es la gran obra maestra de Amaia Montero. La escribió completamente sola a diferencia de otros hits de La Oreja de Van Gogh, de autoría más repartida. Y el cambio en la melodía vocal a lo largo de todo el estribillo era total lócur. ¿Cuántas notas diferentes cabían en una sola frase? Por eso está funcionando tan bien una producción para la canción que sea una locura también.
María Escarmiento, tan variada en sus gustos musicales, ha tenido el aciertazo de grabar en clave hyperpop este hit de LODVG. Funciona por completo porque hay una serie de treintañeros -muchos de ellos con bastante seguidor en Twitter- que lleva años reivindicando el legado de La Oreja de Van Gogh como uno de los más sobresalientes melódicamente al margen de los palos que siempre les dio la crítica musical.
Y también porque el tema se presenta con unos códigos estéticos apetecibles para nuevos valores. Esta versión hyperpop de ‘Puedes contar conmigo’ te gustará si te gusta Rakky Ripper.
Este ‘Puedes contar conmigo’ fue interpretado en algunos directos de María Escarmiento y, vista la reacción del público, ha tenido que lanzarse de manera oficial este otoño. Después ha sido pinchado en varios festivales y clubs, de Primavera Weekender al Ciriaco en Madrid, y también ha circulado en TikTok. Con 2,5 millones de reproducciones es ya el tema más oído de la cantante y será incluido en su próximo disco, que se editará a principios de 2023.
Exactamente ‘Puedes contar conmigo’ es el tercer single de ‘Cosas de Brujas’ tras ‘Cristales’ y ‘QUIERO VERLO TODO AZUL’. Posteriormente se ha lanzado el bolero ‘Me mirabas’ y se anuncian «más sorpresas» para ese nuevo álbum. De momento, es claro que la canción va a continuar siendo de lo más pinchado.
El fin de gira de ‘PUTA‘ en Madrid coincide con una dramática escalada de la violencia de género este mes de diciembre: 13 asesinadas en 28 días solo en España. La noticia abre hoy El País, El Mundo y El Diario, entre otras cabeceras. El disco de Zahara que denuncia de manera descarnada la violencia machista, los abusos reiterados, físicos y psicológicos, se despedía anoche de los escenarios a falta tan solo ya alguna presentación en festivales el año que viene en formato «rave».
Podemos ser pesimistas y pensar que su reflexión no ha servido para nada. Que el mundo sigue igual o peor. También podemos quedarnos con lo bueno y recordar lo que sí hemos avanzado. Hace unos años no hubiéramos imaginado a una sala abarrotada coreando el nombre de la psicóloga de un artista, en una normalización creo que divertida y necesaria sobre la salud mental. Zahara dedicó a su terapeuta ‘Negronis y martinis’, especificando que se llama «Paula», y el público tuvo a bien ponerse a vitorear su nombre. Hasta el último día de todo esto, la cantante nos enseñó cosas, recordando que si una mujer baila en una tarima o en un escenario no tiene por qué ser para que la mire ningún tío.
«Tengo tantos nombres escritos dentro / que he olvidado cómo son todos sus cuerpos» es una de mis frases favoritas de este disco, y ciertamente ese momento acústico a la guitarra tanto de ‘Negronis y martinis’ como de la durísima ‘SANSA’ (¿volveremos a oírla en vivo o será la nueva ‘Con las ganas‘?) son lo mejor del show. La gracia de Zahara es lo que ha evolucionado hacia territorios muy diferentes, pero cada vez quedan menos artistas que puedan callar a 2.000 personas con solo su voz y una guitarra acústica.
Ella gusta de ir a territorios distintos, eso sí, introduciendo el show como «esquizofrénico». «Si os aburrís, no os preocupéis, porque a los 20 minutos, es otro rollo completamente diferente», bromeó. Sin dividir el set en bloques tan estrictos como los de esas divas del pop a las que rindió homenaje al final -salvo la parte «rave» que sí está muy diferenciada-, el show comenzó en plan rockero, entregándose en diferentes momentos a la experimentación menos amable, e incorporando de vez en cuando hits.
José SeñoránEl concierto comenzó con una versión de ‘Flotante’ con banda, que incorpora fragmentos de ‘Summertime Sadness’ de Lana del Rey. Esa primera parte rockera fue estridente y poco clara, merced al sonido que ofrece el desconocido Teatro Príncipe Pío, un lugar sin barras ni baños a mano que, de no ser por las puertas de emergencia laterales que solo se abren al final, admitiría el calificativo de «ratonera». El asunto mejoró sensiblemente en la tercera canción, con una interpretación eléctrica sublime, de menos a más, de ‘El diluvio universal’, con Zahara gritando a pleno pulmón. Pelos como escarpias. Mucho menos audible fue la colaboración con Shego en ‘MERICHANE’. Lo mejor, el abrazo que se dieron al terminar en plan sororidad, que repetirían más adelante.
El concierto se extiende hasta los 135 minutos, ya cerca de los territorios de The Cure y Bruce Springsteen, curiosamente dejando fuera muchos de los mayores éxitos de Zahara. Aparte de ‘Con las ganas’, no suenan ‘El frío’, ni ‘Tú me llevas’, ni ‘Caída libre’, cuyo carácter festivo no encajaría tanto en un repertorio lúgubre. Es decir, los imperativos artísticos -la coherencia, la cohesividad- priman sobre el «greatest hits» que podría ser la gira. ‘Canción de muerte y salvación’ y ‘La hostia de Dios’ representan mejor el show, sin ser tan famosas, recreándose en la oscuridad por la nueva deriva electrónica de Perarnau IV. ‘El deshielo’, ‘Guerra y paz’ y ‘Médula’ están entre las canciones que sirven para aligerar.
En la última parte, la “RAVE”, la banda de rock deja paso a la coreografía con bailarinas extras, también Shego, y tras un popurrí de ‘Music’ de Madonna y ‘Gimme More’ de Britney, atendemos al remix de ‘TAYLOR’ con la propia Taylor incorporada al final, y versiones “techno” de cosas como ‘Crash’ o ‘Camino a L.A.’.
Como siempre, el trío de ases ‘MERICHANE’, ‘Hoy la bestia cena en casa’ y ‘berlin U5’ cierra el concierto. Más o menos, porque después Zahara se queda para bailar ‘Good Ones’, la canción de Charli XCX cuyo estribillo dice «siempre dejo a los buenos marchar». Más relaciones tóxicas. Por suerte, esto es un pepinaco electropop y hace con ello un momento lúdico en el que la gente continúa muy arriba, incluso con las luces dadas. Hemos atendido a la presentación íntegra de las 11 canciones de un disco sobre el #MeToo y parece que acabamos de salir de un concierto de los Chemical Brothers. Interpretémoslo como nuestra pequeña victoria en este mundo de mierda.
Kate NV, la cantante rusa de art-pop autora de ‘Room for the Moon‘, es una de las artistas que sacan disco a principios de 2023. ‘WOW‘ sale el 3 de marzo y promete ser tan colorido como su portada y como el sonido de sus tres singles publicados hasta ahora.
Entre ellos encontramos ‘oni (they)’, una fantasía pop donde las haya, en la que parecen cruzarse influencias como el pop japonés más naíf, la electrónica de videojuegos y la pura sinestesia. Una cascada de melodías de chuche, ritmos de marimba y formas geométricas que no renuncia a cierta pátina funky: ese bajo no puede sonar más a sitcom de los 90.
La explosión sonora de ‘oni (they)’ une a Ekaterina Shilonosova con Takahide Higuchi, productor japonés de footwork que responde al nombre artístico de Foodman (en japonés 食品まつり o «festival de comida»). Curiosamente, Higuchi empezó a producir música gracias a un videojuego, y a banda sonora de consola suena también el single ‘early bird’, mientras ‘d d don’t’ remite más bien al pop vintage del disco anterior.
Cualquiera que conozca la carrera de Kate NV sabe que a la rusa le fascina el pop japonés y la letra de ‘oni (they)’ está escrita en el idioma nipón. Tan naíf es el texto que este nos habla simplemente de un puñado de frutas y verduras tiradas en la carretera: «tiradas por ahí, para que alguien las encuentre, un puñado de frutas y verduras están tiradas en la carretera», canta.
La influencia japonesa va más allá de lo descrito, pues el videoclip de ‘oni (they)’ es un homenaje explícito al videojuego ‘Katamari‘. En él vemos a una versión digital de Kate NV crear una bola gigante a través de objetos random que se cruzan en su camino. Una locura a la altura de la canción.
Los últimos días del año suelen ser realmente escasos en cuanto a lanzamientos discográficos. Algunos artistas que se han atrevido a sacar disco estos días son Sugababes (aunque lo grabaron hace casi 10 años, se trata de su disco perdido) y el rapero ILOVEMAKONNEN. En cuanto a singles, llega por fin a las plataformas la demo de ‘Back that Up to the Beat‘ de Madonna, unos cuantos siglos después de viralizarse en TikTok, mientras Cuco celebra el «primer día del año», Ovy on the Drums se alía con Ozuna en ‘CHAO BEBE’ y Mariah the Scientist celebra la «Navidad en Toronto». También hay nueva música de The Afhan Whigs, Sean Nicholas Savage, Mora o Vermú. ¡Feliz 2023!
Las votaciones de la redacción de JENESAISPOP han decidido el Disco del Año por más de 150 puntos de diferencia (492 frente a 340). Normalmente, al margen del resultado final en el Excel correspondiente, hay un debate o una reflexión al respecto. Esta vez no ha merecido la pena, pues los méritos estaban claros.
Rosalía ha publicado un disco que ha llevado a una parte del público del odio (la primera reacción online a ‘HENTAÏ’ o a títulos como ‘Bizcochito’) al amor en tiempo récord. ‘MOTOMAMI’ es un álbum rupturista y avanzado, quizá mejor que ‘El Mal Querer’, que terminaremos de entender y descubrir con el paso del tiempo en sus volantazos de producción o en su reflexión sobre los sinsabores de la fama y lo efímero del pop (‘SAKURA’).
A falta de comprobar qué nos deparan sus partes II y III, de momento el «acto I» de ‘RENAISSANCE’ de Beyoncé es en muchos de sus momentos un homenaje más conservador, aunque increíblemente sofisticado, a la música del pasado. En su caso, la negritud del house, el funk, el disco o la cultura ball. Este disco certifica un gran año para el pop sumando los valores de Charli XCX, The Weeknd, Tove Lo o Stromae.
A su vez, muy distanciado de ambos proyectos (288 puntos) encontramos el 8º álbum de Beach House. El dúo de dream pop de Victoria Legrand y Alex Scally no decepciona con uno de sus discos más generosos, dividido en 4 EP’s. También mantiene el pulso alternativo internacional gente como Big Thief, Angel Olsen, Fontaines DC o Black Country, New Road. Y en España Carolina Durante, Cupido, Los Punsetes… elevando aún más el buen ojo del sello Sonido Muchacho.
En la más estricta de las independencias, desde el sello Rigoberta Bandini, ‘La emperatriz’ logra colocarse en el top 10. Diferentes aproximaciones al folclore de nuestro país inspiran también buenas posiciones de Rocío Márquez con Bronquio, Adiós Amores o Anni B Sweet con Los Estanques dentro del top 50. En el top 75 disponible en nuestro Anuario en papel podréis encontrar también los álbumes de Niño de Elche y Vicente Navarro, este último especialmente perjudicado por su fecha de edición (25 de noviembre).
Anuario en el que también encontraréis un artículo de Elena Cabrera llamado «¿Por qué quiero saber todo de Win Butler?» sobre la mal llamada «cultura de la cancelación«, otro titulado «¿Es el fin del indie tal y como lo conocimos?» por Mireia Pería, y otro sobre grandes estrellas que hemos perdido, escrito por Jaime Cristóbal, entre otras cosas. No dejéis de comprarlo. Como ¿bromeábamos? hace poco en un LIVE de Instagram, cuando dentro de unos años no quede ni rastro del periodismo musical, va a ser un recuerdo precioso de lo que fue 2022.
Vivienne Westwood, icono de la moda durante la era punk de los años 70, ha fallecido a los 81 años, ha confirmado su equipo. La diseñadora se ha ido hoy 29 de diciembre «en paz y rodeada de su familia» en Clapham, en el sur de Londres.
«Vivienne siguió haciendo las cosas que amaba hasta el último momento, diseñando, trabajando en su arte y escribiendo su libro, y cambiando el mundo para mejor», explica el comunicado. «Tuvo una vida increíble. Su innovación e impacto durante los últimos 60 años ha sido inmenso y continuará en el futuro». El texto resalta que Vivienne era taoísta.
Westwood fue una de las artífices de la moda punk durante los 70 en Reino Unido. Junto a Malcolm McLaren creó el estilo de los Sex Pistols y básicamente el de toda una generación de jóvenes británicos que se rebelaban contra la monarquía y el capitalismo. Con McLaren abrió la tienda ‘SEX’, lugar de encuentro entre punks de la época, y después fundó su propia marca, influyendo en la moda «New Romantic» de los 80.
La influencia de Westwood en la moda ha sido enorme. Citada recientemente por Rosalía en ‘SAOKO’, una de las mejores canciones de 2022, Vivienne diseñó el famoso gorro de Pharrell Williams, vistió a Dita von Teese, a Madonna en el vídeo de ‘Fever’, a Adele en el vídeo de ‘Oh My God’, a Billie Eilish en ‘Vogue’, e incluso al reparto de la película de ‘Sexo en Nueva York’ de 2008.
Especialmente conocido ha sido el activismo de Westwood, que apoyaba el desarme nuclear, el partido verde británico y la lucha contra el cambio climático, criticó en numerosas ocasiones el consumismo y apoyó públicamente las causas de Julian Assange y Chelsea Manning.
BRAVA ha anunciado que cambiará su nombre artístico después que una banda igualmente llamada BRAVA le haya enviado un aviso legal que le impide usarlo. BRAVA, que lleva en activo desde 2018 y ha llegado a pinchar en Coachella, no había registrado su nombre anteriormente.
En Instagram, BRAVA había compartido una fotografía del documento recibido que le obliga a dejar de usar el nombre de BRAVA o parecidos, en el que se puede leer que la artista debe «cesar inmediatamente el uso como marca del nombre BRAVA, BRAVA! o cualquier otra denominación o nombre confundible con la marca anterior BRAVA de nuestros representados».
En la misma red social, BRAVA anunciaba así la noticia: «Me he tenido que cambiar el nombre porque una banda me ha obligado a hacerlo, ya que desafortunadamente no lo registré y ellxs sí. A partir de ahora cuando ponga BRAVA no seré yo». Y aconseja: «Artistas, registrad vuestro nombre, haceos el favor, que por mucho que os llaméis así desde hace mucho o llevéis visiblemente trabajando más tiempo que quien lo registra, no tenéis todo ganado».
Tras su comunicado, BRAVA recibió el apoyo de muchos compañeros de gremio, entre ellos C. Tangana, quien escribió: «¿Quiénes son? Debería hacerse algo al respecto, ¿no? ¿Qué es esto de denunciarnos entre nosotros?» Alba Reche, PUTOCHINOMARICÓN, Rakky Ripper, shego, One Path, DEVA, Jimena Amarillo, mori, Teo Planell, Roy Borland, Judeline, LVL1 o dani también han mostrado su apoyo a BRAVA en redes.
Brava, la banda, proveniente de Aluche, y con dos singles publicados y una confirmación en el line-up de Primavera Sound, ha denunciado los ataques recibidos en redes y dado su versión de los hechos: «Nosotros no le hemos robado el nombre a nadie», cuenta. «Esta banda se fundó en 2017. No habíamos sacado nada antes básicamente porque no habíamos tenido un duro para grabar. Somos cuatro chavales a los que les gustó un nombre y lo registraron en cuanto tuvieron algo de pasta para hacerlo. En ese momento no sabíamos que BRAVA, la DJ, existía. De hecho, al enterarnos intentamos ponernos en contacto con ella para buscar una solución. Su entorno fue el primero que propuso acciones legales y por eso decidimos, con muchas dudas, contactar con un abogado».
El grupo explica: «Nos gustaría que quedase claro que nosotros no hemos denunciado ni demandado a nadie ni mucho menos «obligado» a nadie a quitarse el nombre. Después de muchos meses, y ya con abogados de por medio, llegamos a un acuerdo en el que ella pasaría a llamarse LA BRAVA. Este acuerdo fue redactado por sus abogados, retocado por el nuestro y firmado la semana pasada por ambas partes de mutuo acuerdo. Por eso no esperábamos esto. Este proceso nos ha hecho sufrir mucho. Nuestra intención nunca ha sido despreciar el trabajo de (BRAVA) ni menospreciar su trayectoria y por eso los cambios que nosotros le propusimos siempre fueron mínimos».
Estoy seguro de que algún lector joven no sabrá que hubo un tiempo en el que las recomendaciones de algunos medios podían cambiar, para bien o para mal, la carrera de un grupo. En España el ejemplo que se nos viene a la cabeza es la antigua RockdeLux, cuyo beneplácito, el aparecer en sus listas, era un empujón inmenso. Pero no sólo desde los medios establecidos.
Hubo fanzines tan importantes para los músicos que los grupos de los que hablaban terminaron haciéndoles una canción, como pasó con Chickfactor, de los que Belle & Sebastian escribieron un precioso tema. Y luego llegaron los blogs, la evolución del fanzine. Jenesaispop era un blog. Pitchfork era un blog. Hubo un momento en que todo el mundo quería salir en JNSP aunque era un blog. Hubo un momento en que salir en Pitchfork podía hacerte famoso de la noche a la mañana aunque era un blog. Y Club Fonograma era un blog.
El 27 de diciembre, la cuenta de Twitter de Club Fonograma volvía a publicar algo más de 3 años después de su anterior posteo. Esta vez no era nada relacionado con la música, sino informando de la muerte de Carlos Reyes, fundador y auténtico alma del sitio. Según se explicaba, Carlos, nacido en 1987, había muerto en 2021.
Que fue una sorpresa para prácticamente todos, incluida gente cercana (amigos o el staff de CF) lo demuestra el hecho de que se convirtió en noticia en ese mismo instante y no cuando ocurrió. Gigantes de la comunicación como el Billboard estadounidense se hicieron eco. Pero eso era irrelevante, porque en ese mismo instante todos volvimos a recordar lo importante que CF fue (y, en cierta forma sigue siendo) en nuestras vidas.
With deep sadness, the Club Fonograma family announces the passing of our site's founder, Carlos Reyes. His spirit of discovery and kindness was the soul of Club Fonograma, which in turn changed the lives of so many people around the world. pic.twitter.com/HnCFNGf0wc
Carlos Reyes fundó CF en 2008 desde Phoenix, como hijo de emigrantes mexicanos en los Estados Unidos. De niño llegó con su familia a Paradise Valley, aunque había nacido en Santiago Papasquiaro en el estado de Durango. Sin saber inglés, los primeros tiempos en Arizona fueron, en sus propias palabras, traumáticos. Su madre encontró un Mac de segunda mano en una de esas ventas de garaje y él comenzó a escribir, de adolescente, textos en Word, pequeñas reseñas o recomendaciones que nadie leía porque aún no tenía conexión a Internet. Cuando al fin un modem llegó a su casa y descubrió que había un mundo entero en el que no solo leer sino también escribir sobre sus pasiones, decidió abrir un blog de su gran amor: el cine. En ese primer blog, Cine Azteca, ya se veía su gusto por las listas, por casi una obsesiva necesidad de dar un orden a sus gustos.
Al principio convivió con relativa facilidad con CF nacido algo después. Este nuevo blog, estaría escrito (casi en su totalidad) en inglés porque, según él, eso le ayudaría a mejorar el idioma. La idea era cubrir la música que salía de Iberoamérica y, aunque CF siempre se ha asociado con el indie, el blog no tenía ningún tipo de prejuicio para mezclar el pop, la norteña, la electrónica experimental o el reggaetón antes de que estuviera bien visto en medios “serios”. De hecho la primera entrada de CF es sobre Residente o Visitante de Calle 13 para proclamarlo el mejor disco de 2007 y llamar a sus autores «genios».
En muy breve tiempo todo se aceleró, y ese pequeño empeño personal de la noche a la mañana era la referencia de la música alternativa iberoamericana. Ahora casi tenemos que apartar la música que nos sepulta cada viernes pero en 2008 lo complicado era encontrarla. Se nos olvida que Spotify no estuvo disponible hasta 2011 en Estados Unidos y hasta finales de 2013 en la mayoría de Latinoamérica. Y que, al principio, subir la música era engorroso y que a muchas bandas y sellos ni siquiera les interesaba hacerlo. Había que buscar en Myspace, recomendaciones de amigos, listas de correo y, sí, blogs.
Fueron los años dorados de la blogosfera musical en español, en la que pequeños sitios alojados en blogspots gratuitos podían llegar a tener una influencia en medios masivos porque la hiperespecialización y la necesidad de “descubrir” algo era lo que te posicionaba. A Carlos no parecía importarle que otros hicieran pasar por propios sus hallazgos. Porque siempre encontraba nuevas músicas para mostrar, con las que entusiasmarse. Porque la palabra entusiasmo fue clave. Lo transmitía en su escritura, rápida y apasionada, y lo transmitían el resto de colaboradores que entendieron perfectamente el espíritu de CF, al que llamaron, de forma reduccionista el “Pitchfork Latino”. Nombres como Andrew Casillas, Enrique Coyotzi, Pierre Lestruhaut, Stefanie Fernández, Marty Preciado o Checky que, de ser reseñado con sus proyectos Jóvenes y Sexys o Algodón Egipcio, también saltaba al otro lado para escribir. De un intento espontáneo para hablar de la música que Carlos compartía, pasaron a publicar en 2010 nada menos que 473 entradas. Ninguna de ella corta-y-pega enviada por un agente de prensa.
En CF nos dijeron antes que nadie que un día serían estrellas Rita Indiana, Javiera Mena, Empress Of o Lido Pimienta, nos convencieron de que más allá de la radiofórmula, Julieta Venegas o Natalia Lafourcade eran algunas de las artistas más interesantes de la música en español o hicieron escuchar a toda la Latinoamérica que pretendía estar a la última el ‘Chorando Apréndese’ de Emilio José, probablemente tratado con más cariño y admiración desde CF que en España. Porque aunque siempre se incide en la importancia para la escena alternativa Latinoamericana de CF, trató con amplitud la española.
De sus ocho discos del año en su vida regular, tres fueron españoles. Además de Emilio José, también B Flecha con ‘Beta’ y El Guincho con ‘Alegranza’. El debut de Triángulo de Amor Bizarro estuvo entre los 10 mejores de la década o ‘Nacional 42’ de Los Claveles fue la mejor canción de 2011. Y, claro, en España nos descubrían a Bam Bam, Balun, María y José (o sea, Tony Gallardo), Dënver, Arcangel, Los Blenders, En Ventura, Piyama Party, Ulises Hadjis, Capullo, Helado Negro, Hello Seahorse!, o preencarnaciones de la que luego sería conocida como Arca, entonces llamada Nuuro.
¿Y cómo llegábamos a saber de esa música de la que hablaban si muchas veces ni siquiera estaba en línea? Una parte de CF era leer. La otra escuchar. Por eso comenzaron una serie de recopilatorios llamados Fonogramáticos. Al principio, de cosas editadas. Luego fueron apareciendo inéditos y adelantos. El más recordado sería el ‘Volumen 10‘, en el que bandas de toda Iberoamérica favoritas del sitio regalaron un cover de otras favoritas. Allí estaban Dënver versionando a La Bien Querida, Ceci Bastida y Julieta Venegas a Rita Indiana, Emilio José a Capullo, Astro a Los Espíritus, Carla Morrison a Intocable o TAB el ‘Lento’ de Julieta Venegas (mezclado con la Velvet), que luego editarían en un precioso 10”.
CF, Carlos Reyes, significó tanto para tantos que sólo hay que mirar la abrumadora cantidad de músicos importantísimos que respondieron el tuit sobre su muerte. O leer los que citan ese tuit, porque muchos necesitaron añadir unas palabras sobre el impacto de Carlos en nuestras vidas. O poner en el buscador de tuiter las palabras “Club Fonograma”. Fue un visionario que supo vertebrar lo que otros medios antes y después probaron pero nunca resultó de manera tan perfecta. Panamerika, Zona de Obras, Remezcla, Rock en las Américas, Me hace Ruido, Alt.Latino de NPR o El Sonido de KEXP intentaron o siguen intentando explicar que hay una diversidad de sonidos en Iberoamérica que nos perdemos si sólo nos fijamos en lo anglosajón y en lo local. Y que ese enjambre de músicas están entrelazadas de alguna manera. Y, aunque todos esos medios lo hacen muy bien, nadie como ese adolescente que con un viejo ordenador que le compró su madre tuvo una intuición de que podría crear el lugar común al que llegaran todos.