Pablo Alborán firma el nuevo número 1 de la lista de álbumes en España. ‘La cuarta hoja’ es su sexto álbum número 1 en lista, ya que también llegaron a esta posición ‘Pablo Alborán’ (2011), ‘Tanto’ (2012), ‘Terral’ (2014), ‘Prometo‘ (2017) y ‘Vértigo‘, es decir, todos y cada uno de sus discos.
Esta vez, ‘La cuarta hoja’ ha venido precedido por varios singles que no han funcionado nada mal en streaming, especialmente ‘Carretera y manta’ (actualmente la 23ª canción más radiada del país), ‘Amigos’ con María Becerra y, sobre todo, ‘Llueve mojado’ con Aitana y Álvaro de Luna.
Precisamente Aitana es otra de las artistas que entran en lista. La banda sonora de ‘La Última’, su nueva serie, entra en el 4, seguramente ayudada por ediciones como ese box set que incluye un planificador semanal y pegatinas, además del disco.
Más arriba, no obstante, entra El Barrio con ‘Atemporal’, que se queda a las puertas del número 1 por culpa de Alborán, y debuta en el puesto 2. ‘El danzar de las mariposas’, su anterior álbum, sí fue número 1 en fechas igualmente cercanas a la Navidad.
El top 10 de discos esta semana deja una última entrada, la de ‘SR. SANTOS’ de Arcángel, que tiene mucho que celebrar por otro lado, ya que su single con Bad Bunny ‘LA JUMPA’ es el nuevo número 1 en España. Le sigue de cerca India Martínez, que coloca ‘Nuestro mundo’ en el 11. Así queda el resto de entradas en lista:
17.- Feid & SIXDO
26.- Go Azen / Maitasun hitzak xuxurlatu
28.- Metro Boomin / HEROES & VILLAINS
44.- RM / Indigo
50.- Neil Young / Harvest
57.- Los Chikos de Maiz / Yes, Future
66.- Rapahel / Raphaelíssimo
90.- Jamiroquai / High Times: Singles 1992-2006
Bad Bunny ha anunciado que se tomará un descanso en 2023. De momento, sigue sumando éxitos y ‘La Jumpa’, su colaboración con Arcángel, sube del 68 directo al número 1 de la lista de singles de España. Se trata de uno de los sencillos de presentación de ‘SR. SANTOS’, nuevo álbum de Arcángel. ‘La Bachata’ de Manuel Turizo cae al 2.
Arcángel coloca otro single más en la lista, el trap de ‘Bottas’ con Duki y Bizarrap, que entra en el 79, mientras su single ‘JS4E’, el tema que abre su disco, se mantiene en el 46.
No obstante, la entrada más fuerte de la semana en la lista de singles española la firman Bad Gyal y Quevedo, que aparecen por primera vez en el puesto 12 de la tabla con su single conjunto, ‘Real G‘.
El colombiano Feid, que también ha sacado disco, coloca dos temas en lista: por un lado, ‘CHORRITOS PA LAS ANIMAS’ entra en el número 48 y, por el otro, ‘LA PASAMOS CXBRNX’ lo hace en el 84.
La última entrada a comentar la protagoniza el trío formado por RVFV, Morad y Pablo Más: su tema conjunto ‘Dominicana’ entra en el 35. Pertenece a ‘Metamorfosis’, EP con el que Rafael Ruiz ha querido despedir 2022 tras el lanzamiento de su debut largo el pasado mes de enero.
Hoy se han anunciado los nominados a los Globos de Oro, y el nuevo «Avatar», la cuestionada ‘Elvis’, ‘Los Fabelman’, ‘TÁR’ y la secuela de ‘Top Gun’ son las escogidas en la categoría dramática. ‘Todo a la vez en todas partes‘ está entre las nominadas en mejor comedia o musical, disputando el premio a ‘Alamas en pena de Inisherin’ (solo los directores de estas 2 cintas han logrado llegar a la categoría de Mejor Dirección).
Ana de Armas logra la única nominación para ‘Blonde’, y tendrá que vérselas en Mejor Actriz con grandes talentos como Michelle Williams y Cate Blanchett, mientras en Mejor Actor Dramático también encontramos a Austin Butler por ‘Elvis’. En la categoría musical, encontramos grandes nombres nominados: Taylor Swift, Lady Gaga y Rihanna competirán por las canciones que han realizado para películas recientes. Se trata de ‘California’ para ‘La chica salvaje’, ‘Hold My Hand‘ para ‘Top Gun’ y ‘Lift Me Up‘ para ‘Wakanda Forever’.
Mejor película- DRAMA
Avatar: El sentido del agua (James Cameron)
Elvis (Baz Luhrmann)
Los Fabelman (Steven Spielberg)
TÁR (Todd Field)
Top Gun: Maverick (Joseph Kosinski)
Mejor película- COMEDIA/MUSICAL
Babylon (Damien Chazelle)
Almas en pena de Inisherin (Martin McDonagh)
Todo a la vez en todas partes (Dan Kwan & Daniel Scheinert)
Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion (Rian Johnson)
El triángulo de la tristeza (Ruben Östlund)
Mejor dirección
James Cameron por Avatar: El sentido del agua
Daniel Kwan & Daniel Scheinert por Todo a la vez en todas partes
Baz Luhrmann por Elvis
Martin McDonagh por Almas en pena de Inisherin
Steven Spielberg por Los Fabelman
Mejor actriz- DRAMA
Cate Blanchett por TÁR
Olivia Colman por El imperio de la luz
Viola Davis por La mujer rey
Ana de Armas por Blonde
Michelle Williams por Los Fabelman
Mejor actor- DRAMA
Austin Butler por Elvis
Brendan Fraser por La ballena (The Whale)
Hugh Jackman por El hijo
Bill Nighy por Living
Jeremy Pope por The Inspection
Mejor actriz- COMEDIA/MUSICAL
Margot Robbie por Babylon
Anya Taylor-Joy por El menú
Emma Thompson por Buena suerte, Leo Grande
Lesley Manville por El viaje a París de la señora Harris
Michelle Yeoh por Todo a la vez en todas partes
Mejor actor- COMEDIA/MUSICAL
Diego Calva por Babylon
Daniel Craig por Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion
Adam Driver por Ruido de fondo
Colin Farrell por Almas en pena de Inisherin
Ralph Fiennes por El menú
Mejor actriz de reparto
Angela Bassett por Black Panther: Wakanda Forever
Kerry Condon por Almas en pena de Inisherin
Jamie Lee Curtis por Todo a la vez en todas partes
Dolly De Leon por El triángulo de la tristeza
Carey Mulligan por Al descubierto
Mejor actor de reparto
Brendan Gleeson por Almas en pena de Inisherin
Ke Huy Quan por Todo a la vez en todas partes
Barry Keoghan por Almas en pena de Inisherin
Brad Pitt por Babylon
Eddie Redmayne por El ángel de la muerte
Mejor guion
Todd Field por TÁR
Tony Kushner & Steven Spielberg por Los Fabelman
Daniel Kwan & Daniel Scheinert por Todo a la vez en todas partes
Martin McDonagh por Almas en pena de Inisherin
Sarah Polley por Ellas hablan
Mejor banda sonora original
Alexandre Desplat por Pinocho de Guillermo del Toro
Hildur Guðnadóttir por Ellas hablan
Justin Hurwitz por Babylon
John Williams por Los Fabelman
Carter Burwell por Almas en pena de Inisherin
Mejor canción original
«Carolina», de Taylor Swift (en La chica salvaje)
«Ciao Papa», Guillermo del Toro & Roeban Katz (en Pinocho de Guillermo del Toro)
«Hold My Hand», de Lady Gaga and Bloodpop (en Top Gun: Maverick)
«Lift Me Up», de Tems, Ludwig Göransson, Rihanna & Ryan Coogler (en Black Panther: Wakanda Forever)
«Naatu Naatu», de Kala Bhairava, M. M. Keeravani & Rahul Sipligunj (en RRR)
Mejor película animada
Pinocho de Guillermo del Toro (Guillermo del Toro & Mark Gustafson)
Marcel the Shell With Shoes On (Dean Fleischer-Camp)
El gato con botas: El último deseo (Joel Crawford & Januel Mercado)
Red (Domee Shi)
Mejor película extranjera
Sin novedad en el frente (Edward Berger; Alemania)
Argentina, 1985 (Santiago Mitre; Argentina)
Close (Lukas Dhont; Bélgica)
Decision to Leave (Park Chan-wook; Corea del Sur)
RRR (S.S. Rajamouli; India)
Janet Jackson ha anunciado la gira ‘Together Again’, que visitará 22 ciudades de Norteamérica en 2023, y ninguna en Europa, al menos, de momento. La gira arrancará el 14 de abril en Florida y concluirá el 21 de junio en Seattle. Ludacris será el telonero. Las entradas salen en pre-venta el día 13 de diciembre en Ticketmaster, y el 16 se habilitará la venta general.
En un vídeo de Instagram, Janet ha anunciado la gira y ha insistido en que «habrá nueva música» de cara al año que viene. Hay que recordar que Janet anunció el disco ‘Black Diamond‘ y su correspondiente gira mundial en febrero de 2020, antes de que la pandemia tumbara sus planes. Se desconoce si el lanzamiento de ‘Black Diamond’ sigue en pie o por el contrario, pasará a la historia como su álbum perdido.
Recientemente, Janet ha sido noticia por el documental de Lifetime que repasa su vida, estrenado en junio. Además, su disco de 2008, ‘Discipline’, ha sido subido por fin a Spotify.
Apr 14 – Hollywood, FL @ [Venue TBA]
Apr 19 – Orlando, FL @ [Venue TBA]
Apr 21 – Savannah, GA @ [Venue TBA]
Apr 22 – Birmingham, AL @ [Venue TBA]
Apr 25 – Columbia, SC @ [Venue TBA]
Apr 27 – Atlanta, GA @ [Venue TBA]
Apr 29 – Memphis, TN @ [Venue TBA]
Apr 30 – St. Louis, MO @ [Venue TBA]
May 2 – Kansas City, MO @ [Venue TBA]
May 4 – Nashville, TN @ [Venue TBA]
May 6 – Bristow, VA @ [Venue TBA]
May 9 – New York, NY @ [Venue TBA]
May 12 – Charlotte, NC @ [Venue TBA]
May 13 – Baltimore, MD @ [Venue TBA]
May 14 – Virginia Beach, VA @ [Venue TBA]
May 19 – Mansfield, MA @ [Venue TBA]
May 20 – Atlantic City, NJ @ [Venue TBA]
May 23 – Toronto, ON @ [Venue TBA]
May 24 – Detroit, MI @ [Venue TBA]
May 26 – Noblesville, IN @ [Venue TBA]
May 27 – Tinley Park, IL @ [Venue TBA]
May 28 – Milwaukee, WI @ [Venue TBA]
May 30 – St. Paul, MN @ [Venue TBA]
Jun 2 – Dallas, TX @ [Venue TBA]
Jun 3 – Houston, TX @ [Venue TBA]
Jun 4 – Austin, TX @ [Venue TBA]
Jun 7 – Phoenix, AZ @ [Venue TBA]
Jun 9 – Irvine, CA @ [Venue TBA]
Jun 10 – Los Angeles, CA @ [Venue TBA]
Jun 11 – San Diego, CA @ [Venue TBA]
Jun 16 – Mountain View, CA @ [Venue TBA]
Jun 20 – Portland, OR @ [Venue TBA]
Jun 21 – Seattle, WA @ [Venue TBA]
«Me gustaría salir un rato / pasarlo bien por una vez en mi vida / sonreír hasta el cansancio / pretender que el pop es la cura» es una de las frases contenidas en ‘Festering’, el nuevo álbum de Pshycotic Beats. El proyecto de Andrés Costureras, que en 2013 vive un momento de gloria cuando su canción ‘Killer Shangri-Lah‘ aparece en la banda sonora de la serie de HBO ‘Killing Eve’, ha sido un refugio en su vida, y ahora le sirve de vehículo para expresar una parte de sí mismo que ha solido dejar a un lado. Es su disco más autobiográfico.
‘Festering’ llega después que Costureras haya vivido algunos de los años más duros de su vida, tras enfrentarse a una depresión y a una crisis suicida. «No he ganado la guerra de mi enfermedad mental, pero sí una batalla» son las declaraciones que ha dejado en redes y que ponen el disco en contexto: la palabra «festering» (resentir, enconarse) alude a esos sentimientos que le han envenenado durante años y que ahora está dejando salir, valiéndose de ese sonido de synth-pop que tanto le define y tan bien se le da.
Porque en ‘Festering’ es ese sonido el que nos convence de que, efectivamente, el pop puede ser una cura. Pocos artistas hay actualmente en España que sean capaces de mirarse con tanta dignidad en el espejo de Depeche Mode, Erasure… sin tenerles casi nada que envidiarles. Es verdad que las composiciones no llegan a ser históricas como las de los grupos mencionados, pero no se puede pasar por alto el elevado nivel de estas producciones, en varios sentidos.
‘Hammering Noises‘, el single principal, es el ejemplo perfecto, un viaje sideral de synth-pop y electro-disco que hace pensar en el mejor Mirwais, una referencia poco obvia a pesar de que ‘Music’ de Madonna sigue sonando a futuro. Es una canción triunfal que advierte del peligro de esa depresión que acecha pero que Costureras no está dispuesto a dejar vencer. Igual de heroica suena la pista inicial, ‘Breaking Down the Walls’, en la que el madrileño canta que «no lloraré pidiendo ayuda, seguiré paso a paso, derribando los muros», subido a una base sofisticadísima, llena de efectos.
Es en la primera mitad de ‘Festering’ donde se encuentran los singles más claros del disco, especialmente ‘Time is a Healer’, el corte más inmediato quizá porque habla directamente de una noche de fiesta, eso sí, para transmitir un mensaje más profundo. «Finge que me amas una vez más / la mayoría de las amistades son inquebrantables en la noche / cuando las rayas están tan a mano» es una buena reflexión sobre la artificialidad de las relaciones personales salpicadas de drogas. Más uptempo aún es la ravera ‘It’s About Time’, en consonancia con esa letra en la que Costureras clama: «pide ayuda de una vez por todas / llévate esta soledad / y libérame de mí mismo».
‘Ashes’ no es un single tan claro, pero sí es uno de los cortes destacados de ‘Festering’: no es bailable, pero su producción es truculenta y tremendamente excitante, y su melodía misteriosa. Poco tiene que envidiar a los Depeche Mode actuales (¿y Costureras no canta un poco como Martin Gore?). A partir de este momento, las tierras electrónicas de ‘Festering’ se enfangan: especialmente ‘Ghosts’ (el tema cuya letra incluye la referencia al pop) suena espectacular, y ‘Breathe’ es más solemne, pero igual de relevante en su búsqueda de la verdad, de ese niño interior que quiere salir.
Las dos últimas pistas dejan sus influencias al aire: ‘When You Smile’ es suficientemente ‘Twin Peaks‘ como para recordarnos que el sello de Costureras se llama Log Lady Records, ello sin dejar de ser una composición hermosa y emotiva; y la final ‘Year Time Stood Still’ no disimula su inspiración en ‘Homogenic‘ en una producción de órdago que incorpora beats volcánicos y cuerdas; a la vez que concluye el disco con un mensaje de esperanza: «Y el año que el tiempo se detuvo / tu alma comenzó a sanar / pero vas a luchar / y esta vez vas a ganar». Pero con la publicación de ‘Festering’, Pshycotic Beats ya ha ganado.
“En los años a partir de ‘Mystère’ giramos bastante, y durante la pandemia trabajamos en mucha música nueva, que dio como resultado el disco ‘Paradigmes’, y este nuevo más reciente”. La conversación con Sacha Got de La Femme se inicia repasando qué ha sido del grupo desde la última entrevista que les hicimos.
El disco al que se refiere es, por supuesto, ‘Teatro Lúcido’, grabado completamente en español y lanzado en las pasadas semanas. Una querencia por nuestro idioma que se canaliza a través de “distintos palos. Nos ha influido el sonido de la Movida, la música de Alaska, o de Ataque de Caspa. Pero también géneros como el pasodoble, la música de Semana Santa, el flamenco…”.
A esto se añaden influjos transatlánticos: “además hay elementos de reggaeton, sonido brasileño o mariachis… hemos intentado hacer un rollo latino y español, pero a nuestra manera”. Cuando le comento que esa manera me recuerda un poco a Manu Chao en las canciones cantadas por las voces masculinas del grupo, Sacha comenta: “puedo ver la posible similitud pero yo no escucho esa música… aunque es muy conocido en Francia no es alguien que nos haya influenciado”.
En cualquier caso, en ‘Teatro Lúcido’ predominan absolutamente las voces femeninas “por el tema de los acentos. Éramos conscientes de que en la mayoría de las canciones quedaba mejor así.” Las cantantes del disco incluyen a Wendy Moira, “dueña del Teatro Lúcido de México, de donde se inspira el título” o Itziar Guardamino, “una española de Barcelona, es modelo y apareció en clips nuestros como ‘Pasadena’ o ‘Le Jardin’… y al final ha acabado participando en el nuevo disco. Por ejemplo canta en ‘Sácatela’”.
Pero lo más interesante es la bastante sorprendente colaboración en el álbum de Imán Amar y Ana Valladares de Adiós Amores: “fue a través de mi amigo Guille, durante un viaje de unos días en Granada. Conocí a Imán, estuve pasando unos días en su casa, y ellas acabaron cantando en varias canciones, como ‘No Pasa Nada’, ‘Cha cha’, ‘Contaminado’ o ‘Sácatela’”. Todo ese elenco femenino ayudó con las letras, que como las canciones “escribimos por separado y después terminamos juntos”. Según explica Sacha, “ellas corregían las letras una vez que las habíamos escrito nosotros en un español a veces no muy correcto”.
A lo largo de ‘Teatro Lúcido’ sorprende lo bien que combina el lado de pop electrónico tan característico en La Femme con estos nuevos territorios estilísticos. En especial, lo bien que encajan tantos instrumentos acústicos, orgánicos, con la electrónica: “sí, cuidamos mucho el sonido. Un reto fue conseguir un buen sonido de trompetas, de los metales en general. No fue fácil”. Tras probar cantidad de músicos de mariachi en sus periplos por México, la banda acabaría usando una sección de viento francesa (“que en realidad tocaban mejor”).
En los momentos en los que electrónica y castellano mejor casan (‘Resaca’), se escuchan esos mencionados ecos de la Movida. No le sacamos a Sacha mucho más que “Alaska, y la canción ‘Bote de Colón’… he oído un recopilatorio, pero no recuerdo los nombres”, aunque ¿quién necesita a unos La Femme estudiosos? Su enfoque intuitivo es precisamente lo que hace este disco tan original. Si canciones como ‘Contaminado’ recuerdan a aquellos Antena que exploraban ritmos brasileños en francés, es de nuevo una feliz casualidad: “No conozco apenas. Me encanta ‘Bye Bye Papaya’, pero es una canción que he descubierto recientemente, no la conocía durante la gestación del disco”.
Tras contarnos que siguen en contacto con la muy exitosa en Francia Clara Luciani (“cantó con nosotros durante uno o dos años al principio… seguimos su carrera y la vemos de vez en cuando”), le pedimos a Sacha que nos recomiende algún artista que le guste de la escena francesa musical actual: “Os recomiendo escuchar Bon Voyage Organisation, Juniore, ou Tentative.
La Femme actúan el 17 de enero en la sala Razzmatazz de Barcelona, el 18 de enero en La Riviera de Madrid y el 19 de enero en la sala Santana de Bilbao. Las entradas están a la venta.
Hay varios detalles que diferencian lo de Kae Tempest de un concierto al uso. Nada más saltar al escenario, con 10 minutos de retraso, eso sí, Kae dedica su tiempo a saludar y explicar lo que va a suceder durante la siguiente hora y media. En primer lugar, va a interpretar las canciones de su último disco ‘The Line Is a Curve’, después recuperará temas de sus álbumes anteriores, y finalmente presentará algunos temas inéditos en los que ha venido trabajando, como además nos había revelado durante una entrevista reciente.
En dicha charla, Tempest nos había avanzado cómo se crecía el show desde ‘Priority Boredom’ hasta ‘Salt Coast’, durante la cual se produce una comunión especial con el público. Las canciones de ‘The Line Is a Curve’ van sonando en estricto orden respecto al tracklist. Hinakoo Mori se encarga de desplegar las bases y de tocar muchos de los teclados en directo, mientras observar a Kae rapear, hablar, recitar es un espectáculo impresionante en cada tono, en cada respiración, en cada frase en que se desgañita o finge hacerlo, con un dominio de la palabra y un flow de cortar el hipo. La urgencia de la base de ‘I Saw Light’, la decrepitud de los sonidos de ‘Nothing to Prove’ y la inmediatez del single ‘No Prizes’ van construyendo. Para cuando llega la favorita del público ‘Salt Coast’ la abarrotada Sala Paqui se ha rendido a los pies de Kae Tempest. La ovación es apabullante.
Tempest no necesita de ninguno de los featurings de su disco. Por supuesto ni Lianne La Havas, ni Grian Chatten, ni Kevin Abstract, ni Confucius MC suenan enlatados. Kae asume sus partes, las imita, adapta o se las salta: ni mi memoria ni mi inglés dan para tanto. Lo que sí puedo asegurar es que allí nadie les echa de menos, cuando por ejemplo durante ‘Smokin’, Tempest parece estar dándose de cabezazos contra una pared hablando de las injusticias del mundo actual, de la necesidad de escucharnos los unos a los otros.
Pura expresividad, es capaz de hacernos llorar, cuando por toda la sala resuenan nítidas, altas y claras frases como «Mi país se está desmoronando», quizá porque todos sabemos que es cierto. La interpretación de las pistas escogidas de ‘The Line Is a Curve’ para el setlist es tan sublime que en toda esa primera parte quedamos convencidos de que este, el actual, es su mejor disco. ‘These Are the Days’, ‘Move’, ‘More Pressure’… son experiencias inolvidables en vivo. Pero hay que reconocer que en la segunda parte del show destinada a interpretar canciones antiguas, lo de ‘People’s Faces’ parece directamente de otro mundo.
En ese momento las luces se encienden un poco, es posible percibir a Tempest comunicarse con su público, mirándolo a los ojos y mimándolo mientras le invita a reconectar al margen de móviles e individualismo. Da vergüenza sacar un teléfono para tratar de inmortalizar este momento, pero siempre estará en nuestra retina.
La conexión con el respetable es tal que Kae Tempest dedica unos minutos a aceptar peticiones de la gente para interpretar algo que no lleve preparado. Ahí es cuando vemos a alguien completamente feliz sobre el escenario, trasladando a las tablas su satisfacción por el gran periodo creativo que está viviendo. Un chico pide a gritos ‘Ketamine for Breakfast’ cuando ha sonado no hace tanto. «¿Pero dónde estabas metido?», bromea Kae, y todo el mundo se ríe. Finalmente en el bis suenan 3 canciones nuevas que «no sabe cuándo saldrán», pero que mantienen el espíritu de ‘The Line Is a Curve’ en cuanto a teclados y producción. Al menos la primera de ellas, que habla de un «luchador» («fighter»), y también la segunda que ha revelado en Instagram que se llama ‘Thinking Clearly’. La última podría ser un rápido free jazz.
Tras ellas, Tempest sí interpreta a capella una de las favoritas que el público estaba pidiendo. Se trata de aquella cucada llamada ‘Hold Your Own’ que apareció en ‘The Book of Trap and Lessons‘, solo que desprovista de sus efectos. No los necesita. Hemos visto cierta polémica en las redes a raíz de las declaraciones de Kae sobre no necesitar a un gran bajista para dar un concierto: hay quien lo ha interpretado como un desprecio para los músicos. Pero en el mundo del spoken word y el hip hop, tiene sentido. Tremendo terremoto escénico es. Respeto. 9.
Röyksopp se mantienen en el número 1 de JENESAISPOP con ‘Me&Youphoria’, y también repiten en el podio Carly Rae Jepsen con Rufus Wainwright y Taylor Swift. Llegan al top 5 dos entradas: los singles de Phoenix y el focus track del último disco de Los Punsetes, que compite por ser de nuevo el mejor de su carrera. Vicente Navarro queda en el número 6. La única otra entrada es la de Anna of the North.
Este fin de semana se ha celebrado una nueva edición de Eurovisión Junior en Armenia. La gran ganadora ha sido Francia, en concreto gracias a la canción del joven Lissandro, que ha recibido 203 puntos.
Lissandro se declara fan de Bruno Mars y eso se nota en la presentación de su tema ‘Oh maman’ (en español “Ay, mamá”), cuya presentación en vivo tenía ciertas reminiscencias de las grandes estrellas de rock de los años 50, tipo Elvis Presley. Al grito final, el escenario ardía como si fuera el de Jerry Lee Lewis. A sus 13 años, Lissandro es actor de doblaje en series y películas de animación (como Rigoberta Bandini, por cierto).
Carlos Higes, que representaba a España con ‘Señorita’, ha obtenido un 6º lugar con 137 puntos. La mayoría de ellos, 78, han provenido del televoto. Este dato supone una mejora respecto al 15º lugar que había obtenido España en el certamen en 2021, aunque esta vez hemos quedado fuera de las primeras posiciones a que nos habíamos acostumbrado en Eurovisión Junior: los 6 primeros años que participamos, España quedó en el top 3 hasta 5 veces y además fue 4ª la otra ocasión.
Carlos Higes ha dado un show muy David Civera/Ramón/Bisbal, con la producción de ‘Señorita’ solo ligeramente más inclinada hacia los terrenos de Lola Indigo.
La actuación de Francia no ha entusiasmado demasiado en nuestro foro de Eurovisión. Vdesantos comentaba: «La de Francia por mucho empeño que le ponga el niño me parece un poco olvidable, la del año pasado la recuerdo mejor». Svampita apuntaba: «A mí la ganadora me parece una castaña. Lo que lleva Francia siempre, pero el niño lo hace muy bien. En Reddit todo el mundo se ha quedado a cuadros». Marcecar sí ha definido la victoria como «correcta»: «Nadie esperaba a Francia ganando, creo. Las gimnasias vocales del niño son buenísimas, el jurado le ha dado buenos puntos y tercer puesto en el televoto. Ha sido una victoria correcta». Estos han sido los resultados finales:
Francia: Lissandro – Oh maman!: 203
Armenia: Nare – Dance!: 180
Georgia: Mariam Bigvava – I Believe: 161
Irlanda: Sophie Lennon – Solas: 150
Reino Unido: Freya Skye – Lose My Head: 146
España: Carlos Higes – Señorita: 137
Países Bajos: Luna – La festa: 128
Portugal: Nicolas Alves – Anos 70: 121
Ucrania: Zlata Dziunka – Nezlamna: 111
Polonia: Laura – To The Moon: 95
Italia: Chanel Dilecta – Bla bla bla: 95
Albania: Kejtlin Gjata – Pakëz diell: 94
Serbia: Katarina Savić – Svet bez granica: 92
Macedonia del Norte: Lara e Irina con Jovan – Životot e pred mene: 54
Kazajistán: David Charlin – Jer-Ana: 47
Malta: Gaia Gambuzzi – Diamonds in the Sky: 43
Tras el aluvión de críticas a Ticketmaster por los problemas durante la venta de entradas del próximo tour de Taylor Swift, ahora la compañía se ha visto envuelta en otra polémica. Esta vez, con el fandom de Bad Bunny. En el último concierto del ‘World’s Hottest Tour’, celebrado en el Estadio Azteca de México, cientos de fans se quedaron sin disfrutar de la actuación del puertorriqueño debido a que muchas entradas compradas en Ticketmaster fueron consideradas por el equipo de seguridad como falsas, duplicadas o canceladas por la propia empresa, según informa Vulture.
El problema fue que muchos asistentes aseguraron que sus entradas eran válidas, ya que llevaban el check verde que prueba que son verídicas. Sin embargo, sus tickets fueron confiscados al entrar porque se creía que eran imitaciones. A pesar de haber hecho sold out, fotos y vídeos del concierto prueban que el recinto no estaba en su límite de capacidad, el cual rondaría las 87.000 personas, incluso después de haber comenzado.
Una vez más, Ticketmaster publicó un comunicado en redes sociales disculpándose con los fans que no fueron admitidos en el concierto. La compañía se ha escudado en que había un número «sin precedentes» de entradas falsas circulando, lo cual, según Ticketmaster, causó confusión e hizo que muchos asistentes se perdieran el concierto, pese a tener entradas válidas. En el mismo texto se indicaba cómo se podía solicitar un reembolso, siempre y cuando existiese una prueba electrónica de no haber podido entrar.
Por otro lado, la cuenta oficial del Estadio Azteca también ha publicado su propia versión de los hechos, echando toda la culpa del asunto a Ticketmaster: «Se exhorta a las personas afectadas a interponer directamente sus quejas en el servicio Ticketmaster».
UPDATE: The concert's begun and it’s at 60% of its full capacity, this is BEYOND embarrassing and disrespectful to Bad Bunny and to his fans, SHAME ON YOU @Ticketmasterpic.twitter.com/UkBfwcbCIE
En el wrapped de spotify de Javier Carrasco, Betacam, aparece como una de las canciones más escuchadas del año ‘Un hombre solo’ de Julio Iglesias. Poca broma, que en Mondosonoro a Betacam le acaban de bautizar como “el Julio Iglesias del indie actual”. Que no se asuste nadie: no, Betacam no se ha convertido en Julio (por suerte). Pero sí que recoge el espíritu de ese Julio, del señor que ve escapar su juventud, se encuentra solo, le sobreviene la bajona y te la canta con una producción fenomenal. Así es como se siente Betacam: un hombre solo, en perpetua zozobra sentimental, en perpetuo autocuestionamiento. A la producción intenta acercarse a su modesta manera.
Confieso, por eso, que aún me siento lejos de reivindicar a Julio Iglesias. Demasiados traumas infantiles asociados (gracias, papá). Y, como mujer de mediana edad, no soy capaz de empatizar del todo con un imaginario tan de señor. Pues un poco lo que me ha pasado de entrada con ‘La noche interior’: me ha costado lo mío volver a conectar con Betacam, porque me es difícil simpatizar con ese universo sentimental de hombre hetero. Javier, no eres tú: soy yo.
Pero, una vez superados mis prejuicios iniciales, me he encontrado con un disco reconfortante y sanador, en cierta manera. Betacam abraza definitivamente el pop adulto, ochentero y elegante, de medios tiempos, baladones y confesiones a piano. Carrasco prolonga así dos de sus universos: el de ‘La discusión’ por un lado (desamor y rupturas) y ‘Lo único que tengo’ (enamoramiento y adoración). El techno pop más saltarín y bailable de ‘Chacal’ ha sido ligeramente aparcado, pero va reapareciendo gozosamente a lo largo del disco.
Abre ‘Mejor no hablar de amor’, poseedora de una épica sintética emotiva, muy New Order, donde Carrasco canta sobre reencuentros con chicas a la que has querido, pero ya no… aunque algo quede. En ‘Tan solo algo de ayuda’, sobre un perpetuo crescendo, Carrasco, se cuestiona como músico, editor (su otro oficio) y persona… hasta que llega Miren Iza, Tulsa, a poner los puntos sobre las íes, y le desmonta todo el discurso victimista de manera muy simpática y cariñosa. ‘XX’ es como una canción italiana de los ochenta, a dúo con Amaia Tirapu de Kokoshca e Isa Cea de Triángulo de Amor Bizarro, para relatar el auge y caída de una (o más de una) relación pasional.
‘Yo nací para quererte’ abandona el discurso más, ehem, llorón, para pasarse al del amante incondicional: la declaración rendida del tío majo que nació para eso, para quererte, con un estupendo estribillo que canta Marta España (Marta Movidas) y con bien de saxos sintéticos. Pero la mejor de las canciones de adoración es la que le roba el título a José Luis López Vázquez: ‘Un esclavo, un siervo’ que, entre tanto amor, no puede evitar las pinceladas de humor: “Sabes que haría cualquier cosa por ti, incluso ir de compras un viernes por Madrid”. La canción más «uptempo» y animada, con unos coros que repiten alegremente: “¡Soy! ¡Soy!”.
Javi Carrasco se va irónicamente al lado social del asunto en el tramo final del disco. Primero en la energética ‘El capitalismo ha hecho llorar a Merche’, con Lucas Bolaño (Estrella Fugaz). Aquí recupera el brillo más dance-pop, rezuma de momentos house de esos de subir los brazos, en una proclama anti capitalista tan naïve como certera. ‘BRB internacional’ es una referencia que los viejos del lugar (hola) captaremos a la primera, porque funciona como outro de serie de animación de los ochenta, llena de deseos de paz y amor universal, rimas consonantes, una melodía pegadiza y requiebros emocionantes.
‘La noche interior’ es un acto de confesión y sinceridad. Aquí el amor es la guerra, como cantaba una de las innumerables bandas de Betacam, Rusos blancos, en ‘Camas y trincheras’. Pero también anhelo, consuelo y… principio de muchos males. Todo esto cantado por Betacam, con su capacidad de restar algo de drama y de reírse de sí mismo, mientras va dando de lleno al corazón.
Ya no voy a Malasaña tanto como solía, pero por alguna razón es en El Rincón donde Vicente Navarro me cita para contarme los entresijos de su segundo disco, ‘Las manos‘.
Súper serio, el artista -también actor- da los detalles que solo se dejan entrever en las letras, sencillas pero muy poéticas. La guerra, la crispación, la muerte… son algunos de los temas de un álbum que ha querido ser más electrónico que su debut ‘Casi tierra’, que en esta casa siempre defendimos como uno de los mejores de su año. Esta vez no hemos tenido mucho tiempo para asimilarlo, pero es nuestro «Disco de la Semana» y seguro que nos acompañará durante muchísimos meses de 2023 dada su calidad y sus presentaciones en directo. De momento conocemos dos: Madrid el 8 de febrero, Barcelona el 3 de marzo.
¿Qué diferencia este disco del anterior?
Quería mantener la esencia tradicional, pero añadir otras caras. Era la evolución lógica: quería probar nuevos ritmos, explorar la acentuación de las letras… ‘En el río’ puede tocarse con ‘La mañana’, pero es diferente. Es más oscuro, más difícil.
‘El primero’ es la canción que tiene más ritmos nuevos, ¿no? Con la parte drum&bass.
El productor Damián (Schwartz) es DJ también, pero tampoco ha habido una dirección concreta, de repente aparecía un ritmo y mandaba. Sí hubo decisiones previas, como usar el 808, el bombo bajo, los bpm’s son más rápidos… Me quedé con ganas en ‘Toro’ y también esa parte de mi música soy yo. El castellano y la raíz es una parte, pero la música va cambiando respetando ese poso. Aunque si una canción se quiere quedar sola, se queda sola.
¿Por qué ‘El primero’ no es el single? Os daba miedo no entrar en playlists?
Valoras muchos factores. Iba a ser el segundo single, pero estaba ‘Camposanto’ también. A todos nos gustó mucho ‘Una herida’ y cuando rodamos el vídeo en agosto, aún faltaba trabajo por hacer. Estaba entre esas tres. Con el segundo tema, lo que queremos es que llegue a mucha gente. Las playlists no saben dónde colocarme. Algo que tiene trap, folclore con drum&bass… Y ‘Camposanto’ era muy clara. Quería decir que hago cosas diferentes pero que sigo siendo yo.
También depende de cómo te veas, si quieres ser visto como alguien que experimenta con el drum&bass o como algo más folclórico.
El folclore no es una decisión, tiene que ver con cómo enfoco la lírica. Haga lo que haga siempre voy a tirar de la tierra. Musicalmente, ‘Los juncos’ no tiene nada que ver con ‘El primero’, pero la letra sí. Aunque yo juegue, siempre va a haber eso. Aunque bueno, ya sabes que luego la vida te puede llevar por otro sitio (risas).
Hay mucho de nuestro folclore en los campos semánticos: la plaza, la fuente, el candil… ¿Melódicamente también?
En ‘La fuente’ hay un sample de Imperio Argentina, de ‘El día que nací yo’, de los años 40. Y en ‘El primero’, del Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo. La manera de trabajar la flauta travesera… La escala armónica que se llama árabe tiene mucho de flamenco, aunque es más complejo que eso, me lleva mucho a «Tierra». La copla está tocando. Este disco tiene más de esas melodías y el piano, que en principio me parecía una cosa más anglosajona, se va a ese tipo de armonías porque me ayudan a bajar.
He buscado los samples, pero no vienen en los créditos…
Creo que no, pero sí que miramos todo lo legal.
Lo que sí es anglosajón es el drum&bass. Últimamente está por todas partes, como el disco de PinkPantheress… ¿Escuchabas drum&bass de los 90 o estás más en el «revival»?
La estuve escuchando, sí. ‘El primero’ es así desde el principio, el drum&bass está así desde la demo. Luego lo vi con Damián, él viene de ahí. Él pinchaba eso y house. Pertenecía a una asociación de dj’s desde muy jovencito. Es adicto a los vinilos. Yo no quería meter por meter, pero en esa canción sí que quería decir «no soy solo una cosa». De la misma manera que puedo meter el trap, esto también lo escucho. También tenía en mente el directo, para generar sorpresa. Es una coda, es una transición de ritmos.
¿No fue una tentación seguir explorando esa vía? No digo meter un drum&bass al final de todas las canciones, sino explorar diferentes ritmos.
Pensamos que podíamos llegar tarde y nos dijeran «os estáis sumando». Había que hacerlo ahora o no iba a tener sentido. ‘La soledad da sueño’ también tiene algo de trap, de mezclar hip hop con folclore. En ‘La fuente’ hay un poquito de drum&bass también, cuando entra Imperio Argentina. Pero tampoco era «tenemos que meterlo», no queríamos forzarlo porque no funciona, si no. La canción pedía tirar por ahí.
¿Qué significan la portada y el título de ‘Las manos’?
Primero hice una portada de los singles, la que tú llamaste «La novia» en un artículo.
¿No ibas vestido de novia?
No lo pensé como tal. Yo tenía un velo de novia, pero no me lo coloqué como novia. Era una imagen de la sesión, el típico momento de «No estoy cómodo», cogí el ramo y surgió. Pero ha habido mucho trabajo en los últimos meses. He cambiado mucho en los últimos meses y el disco cada vez es más oscuro. Aquellas fotos ya no me representaban. No transmitían lo que yo quería ni el tipo de artista que pretendo ser. Cambié de diseñador, me puse a trabajar con Carlos Font, le hice un briefing con los fallos que había cometido, y me presentó esto hecho con inteligencia artificial: es cómo El Bosco pintaría mi rostro.
No me parece tanto El Bosco…
Lo aplicó solo a mi cara. Hizo 20 pruebas y mezclamos 2, El Bosco con otra cosa. No tengo perspectiva para saber si estoy yendo de flipao, si me estoy pasando, si me estoy quedando corto… Carlos me dijo: «¿tú te reconoces?». Yo dije: «sí, sí».
¿Y el nombre del disco?
Tenía muchos posibles títulos apuntados. Lancé 2 a alguna gente, no mucha, pero sí me gusta consultarlo. Había algo que no me terminaba de convencer, pero ‘Las manos’ sí. Había visto una obra de teatro de Jose Ramon Fernández llamada ‘Las manos’ que habla de adolescentes en los años 40. Y con las manos se saluda, se dice adiós, se labra… sí representa al disco y es más sencillo que lo que estaba buscando. Es el encuentro y la pérdida. En el vinilo hay mano A y mano B. Son las 2 maneras de ver las cosas. El encuentro y la despedida. Tengo un fetiche con las manos, y no pienso en manos de pianistas, sino en segadores. Son un montón de cosas.
¿Dices un fetiche sexual? Porque estás hablando más bien de trabajo, pero me llama la atención el uso de la palabra «fetiche».
Me llaman más que a la media. Puede ser desde algo sexual hasta lo laboral. Tiene mucho que ver con el trabajo, con lo duro, con el sufrir.
Has dicho que has cambiado mucho. ¿Qué quieres decir?
Había cosas que estaba probando que consistían en sumar: el color, las flores, el vestuario… Me preguntaba qué pasaría si me adentro ahí. Consistía en poner. Estuvo bien probarlo, pero he vuelto para atrás. Pasé del 1 al 2, y ahora estoy en «menos 1». Todo es mucho más sencillo y sobrio. Con todo el trabajo de estar concentrado con mezclas… me he ido desproveyendo de todo, estoy más abajo. Hay un antes y un después.
Robert Bartholot
No sé si te he entendido. Antes has dicho también que el disco es más oscuro. ¿Tiene algo que ver con eso?
Es más sucio y más feo. Menos fácil. Como la portada: no es tan fácil, no es tan bello o lo que se supone que es lo bello. Es incómodo.
Entiendo que no querías una cosa de flores. No eres La Casa Azul.
Estos últimos meses han sido muy cansados. Para todos. Eso influye en el disco. Me despojo de todo lo que no suma. Incluso tiene que ver con cómo pienso la gira. Se trata de ser certero, de ir al grano en el disco. Parecen letras complejas pero intento ir al grano.
«Björk o FKA twigs no son ese tipo de cosas fáciles. Si algo no entra a la primera puede ser un problema, pero yo tengo ese lado, quiero encontrarme con él y decir «me atrevo»»
¿Qué quieres decir con sucio?
No me representa la belleza que se entiende como clásica. Björk o FKA twigs no son ese tipo de cosas fáciles. Si algo no entra a la primera puede ser un problema, pero yo tengo ese lado, quiero encontrarme con él y decir «me atrevo».
¿Hay algo como de lo que se entendía como «lado femenino» de lo que hayas rehuido? Te has quitado un velo, flores, color…
Sí hice esa exploración, pero no he tirado el lado femenino. He tirado la suma, lo estrafalario. Las flores para mí eran cementerio. Eran muy bellas. No podía resumir el disco.
Hay mucho de religión en el disco, no sólo en ‘José’. No sé si es «San José» o es una canción sobre un hombre o todos los hombres.
Es todo eso. La canción se llamaba «J» porque nunca estuvo definido el título. Luego me di cuenta de que una parte de la canción estaba inspirada en un José, pero hay otras partes que no. Y pensé que ‘José’ hablaba de muchas cosas, del cristianismo… Es un nombre muy español de toda la vida. Hay canciones que se llaman ‘María’, ‘Noelia’, como la de Nino Bravo… y yo quería una que se llamara ‘José’.
«No soy creyente, ni cristiano-católico. Pero en este país Dios está muy presente. Siendo religioso o no. Decimos «que sea lo que Dios quiera», «Buenas noches nos dé Dios». Forma parte de nosotros y de cómo interactuamos»
¿Cuál es tu relación con la religión?
Me decían el otro día que hay 3 canciones en el disco que hablan de Dios. Fui a un colegio de monjas. No soy creyente, ni cristiano-católico. Pero en este país y en todos donde el cristianismo ha tenido fuerza, Dios está muy presente. Siendo religioso o no. Decimos «que sea lo que Dios quiera», «Buenas noches nos dé Dios». Forma parte de nosotros y de cómo interactuamos. Dios es omnisciente. En «Soledad» hay una señora despidiéndose en una ventana porque sabe que se va a morir, y esa señora sí cree en Dios. Toda la armonía de esa canción es muy árabe, también. ‘Los juncos’ habla de Dios porque me parece muy intrigante la idea de que algo no dependa de ti. En esa canción ha habido una invasión, una persona se despide de otra y no se volverán a ver. Habla de no tener en el control, hay una cosa más arriba que te dice lo que tienes que hacer.
Cuando hablas de una invasión, ¿estás hablando de política española?
De política española, mundial, de economía. Todo tiene reminiscencias. Estamos en un momento político violento, de dos bandos formándose, la guerra apretando, estamos acostumbrados a ver cosas en la televisión con distancia. La gente está cansada, hay gente que se quiere marchar, las enfermedades mentales están aflorando abiertamente ya…
El tema social lo percibí más bien en el anterior disco.
En ‘Los dientes’ y ‘Esternón’. En este está también en ‘La fuente’. ‘El primero’ está hablando de una huida. Lo que pasa es que elimino ciertas palabras. Queda más poético. La primera frase era «vamos a bailar los 3 hasta que aguanten las piernas». Hay una invasión en un pueblo, y somos 3 personas, un trío, da igual si de chicos o chicas, somos algo que la sociedad no entiende. Yo me escapo para intentar que no os maten a vosotros. ‘La fuente’ es sobre dos personas en el canto de una puerta. Un «no sé si voy a volver». Mi abuela en la guerra no salía de casa, mi abuelo hacía todos los recados.
He entendido lo del trío, pero no lo de la guerra.
Tampoco busco la complejidad. Si una frase bonita no dice nada… En el primer disco había un tema que hablaba de violencia machista y la gente estaba super happy con ella. Pues bueno, está al servicio del público. Cuando digo algo como «viene quemando la niebla» estoy hablando de partidos políticos extremos, del polvo, la lumbre… en esa niebla uno se escapa. Al final yo no tengo perspectiva sobre lo abstracto de una letra…
Dices que el disco habla también de la pérdida. ¿De qué?
Depende de la canción, gente que se pierde, yo a ti, tú a mí, la pérdida de la vida, hay mucho de muerte sin darme yo cuenta. ‘Los juncos’ es un encuentro y una manera de encontrarse es la reencarnación. ‘Los mayos’ es el encuentro también, en el entorno pandémico en que yo componía. Hay un halcón en la ventana y no nos vamos a volver a ver. Hay pérdida y encuentro todo el rato. ‘La fuente’ es la pérdida total, me voy y no vuelvo. ‘El primero’ es la huida. Hay «separación» todo el rato. Es verdad que creo que es más evidente… y hasta que no se explica…
¿Por qué has escrito sobre todo esto?
Cuando empecé, buscaba un refugio de la pandemia, me sentaba en el sofá de pensar, hablaba con mis compañeros… Compuse cuidando mucho las letras, que no cayeran en lugares comunes ni fueran ñoñas. quería hacer 25 canciones y cuando tuviera 25, dar el siguiente paso. Me puse a ver qué tenían en común. Vuelvo a hablar de Dios, de la muerte, de una manera inconsciente. Pensaba que de eso era sobre lo que quería hablar.
¿Pero has tenido alguna pérdida en pandemia, como de un abuelo o algo así?
Mi abuela se murió pero no está marcado por eso. Le escribí una canción y no sé si saldrá, pero ya estaba escribiendo sobre eso antes. A la mitad me dije: «está claro, vamos a apretar».
Como prometía durante este fin de semana, Little Simz ha publicado este lunes su nuevo álbum, ‘NO THANK YOU’, sin previo aviso. El sucesor del aclamado ‘Sometimes I Might Be an Introvert’, por el cual Simz ganó el Mercury Prize este año, ya está en la calle desde hoy mismo, lunes 12 de diciembre.
El single que se va a promocionar de cara a las playlists parece ‘Gorilla’, una de las canciones más crudas, desafiantes y divertidas en sus rimas y en sus cuatro notas de bajo funk, si bien quizá no es la más representativa. Hoy seleccionamos como «Canción del Día» ‘Silhouette’, el corte 3.
El álbum habla según la nota oficial de su sello sobre cómo Little Simz ha querido mantenerse «libre y espontánea» en medio de los sinsabores de la fama. Es habitual en el disco que la cantante rapee sobre puntos oscuros de su vida y después Cleo Sol de SAULT aparezca para arrojar luz en el estribillo o a través de un góspel muy sonoro. Es el caso te este tema, que incluye frases como “nadie te avisa de cuando está jodido”, “todo el mundo te da su opinión pero debería escuchar a mis entrañas” o «nunca me di cuenta de cuánto necesitaba establecer ciertas fronteras, si eres mi fan, ¿por qué te enfadas conmigo?”.
El estribillo en cambio muestra un cambio de tercio, siendo mucho más coreable y positivo, con líneas como “tu inseguridad no me destrozará / Solo eres capaz de ver la silueta, pero no contengas tu respiración / estoy protegida por la luz, date cuenta de que no podrás empujar mi alma”. Teniendo en cuenta que Little Simz y SAULT comparten al mismo productor, Inflo, y teniendo en cuenta también la deriva espiritual de los últimos 5 discos de SAULT que acaban de salir al mercado, tiene todo el sentido que sea Cleo Sol quien aporte todo esto.
En total, ‘NO THANK YOU’ incluye 10 nuevas canciones. Os dejamos también con su secuencia.
El último álbum de Stormzy comienza con ‘Fire + Water’, una sentida canción de dos partes que se extiende hasta los 8 minutos y en la que encontramos al londinense cantando y rapeando sobre el arrepentimiento que sigue a una relación rota. Él mismo ha descrito su tono en esta canción, tremendamente confesional y serio, como «la muerte del estilo», refiriéndose también a cómo asume la culpa sin metáforas ni eufemismos, al contrario de lo que tienden a hacer los raperos. La producción recuerda a la época cristiana de Kanye, valiéndose de pianos, coros, guitarras eléctricas, saxos y hermosas armonías para evitar que la extensa duración llegue a aburrir.
En esta decisión de comenzar el disco con ‘Fire + Water’, y no con un tema similar a ‘First Things First’ o ‘Big Michael’, Stormzy deja claro al oyente que ‘This Is What I Mean’ difiere bastante de ‘Gang Signs & Prayer’ y ‘Heavy Is The Head’, ya que nace desde otro lugar. Un lugar de arte, más que uno de ego. Él mismo se ha referido a este disco como «la cosa más egoísta que he hecho», simplemente por hacerlo sin ninguna audiencia objetivo en mente.
Esto último tampoco significa que Stormzy ya no haga bangers como los mencionados. De hecho, si hubiese querido que la intro de este disco fuese similar a las de los dos anteriores para ello habría elegido la canción ‘This Is What I Mean’, el segundo track del disco. Este es claramente el corte que más agradará a los fans del Stormzy más agresivo, con una base de coros chopeados y bajos durísimos en la que Big Mike deja claro que ha vuelto y que no es la misma persona que hace tres años («This ain’t the same man who said his head was heavy»).
Stormzy ya había mostrado sus dotes como cantante en temas como ‘Blinded By Your Grace’, ‘Crown’ o ‘Lessons’, pero no ha sido hasta este disco en el que se ha comprometido totalmente a su lado más melódico, y ‘Firebabe’ es la prueba más clara de ello. La agradable voz de Debbie Ehirim apoya a Stormzy en un tema en el que no hay ni un atisbo de rap. La grave voz de este es cálida y llega a transmitir más de lo que se expresa en la letra, que no va más allá de una canción de amor arquetípica.
A partir de este momento en la tracklist, las canciones se vuelven menos sorprendentes porque el elemento sorpresa del Stormzy cantarín/meditativo se agota bastante rápido. ‘Please’ es toda una confesión terapéutica sobre coro y piano en la que Stormzy también aprovecha para mandar ánimos a Meghan Markle («Please, leave Meghan alone»). Además, el tema vuelve a repetirse en ‘Sampha’s Plea’. Aunque la voz de Sampha siempre es maravillosa, el disco habría funcionado igual sin esta decisión. ‘Need You’, ‘Bad Blood’ y ‘Hide & Seek’ dan todas vueltas a los mismos temas (amor, desamor, ruptura…), y puede resultar un tanto redundante, pese a que las melodías siempre acaben siendo agradables.
El mayor problema que los fans acérrimos de Stormzy encontrarán en este tercer disco es que muchas canciones no parecen hechas por Stormzy. Esto no está ni bien ni mal, pero hay que entrar a la escucha con otra mentalidad. Aun así, la letra de canciones como ‘My Presidents Are Black’ o ‘I Got My Smile Back’ pueden recordar a los momentos más inspiradores de sus proyectos anteriores. La primera de estas, en especial, resulta ser el tema con más barras de todos y transmite un gran sentido de comunidad que es único en ‘This Is What I Mean’.
Stormzy termina el disco con ‘Give It To The Water’, una oración musicalizada que comparte tema con la soporífera ‘Holy Spirit’ y que, a la vez, resume todo el disco. Es una canción cálida, acogedora, para perderse en la melodía… Es extraño decir esto de un álbum de Stormzy, pero así se podría describir ‘This Is What I Mean’. No es un disco para poner en el coche a todo volumen, sino para caminar plácidamente por un paisaje bucólico. Sin embargo, pese a su mérito melódico, la poca variedad de temas que trata y la inexistente explosividad de muchas canciones puede hacer que la recta final del disco se haga demasiado larga.
NME ha publicado esta semana sus listas de fin de año. A saber, la de mejores discos del año y la de mejores canciones. Si las comparamos con las listas de otros medios, como Pitchfork o Rolling Stone, nos damos cuenta rápidamente de que NME ha propuesto una selección de discos y canciones bastante diferente. Para empezar, no hay ni rastro de Bad Bunny, uno de los artistas más aclamados del año y que ha ocupado altos puestos en la mayoría de listas.
Por otro lado, Rosalía sí ha tenido el favor de NME. ‘MOTOMAMI’ ha sido colocado como el noveno mejor disco de 2022, entre ‘Being Funny In A Foreign Language’ (#10) y ‘Supernova’ (#8) de las Nova Twins. Además, han elegido ‘CHICKEN TERIYAKI’ como una de las mejores canciones del año, posicionándola en el puesto 19. ‘Dawn FM’ (#31), ‘Harry’s House’ (#16) y ‘Midnights’ (#12) se han quedado a las puertas del Top 10, mientras que Beyoncé (#3), Wet Leg (#2) y Arctic Monkeys (#1) ocupan los puestos más altos.
Es como si Bad Bunny y Arctic Monkeys, quienes no aparecieron ni entre los 50 mejores discos de Pitchfork ni entre los 100 mejores de Rolling Stone, se hubiesen cambiado el uno por el otro. Además, los británicos han recibido dos menciones en la lista de mejores temas del año: ‘Body Paint’ en el puesto 24 y ‘There’d Better Be A Mirrorball’ en el número 5.
En cuestión de canciones, ‘CUFF IT’ de Beyoncé ha sido elegida como mejor canción del 2022, con Paramore (‘This Is Why’) y Harry Styles (‘As It Was’) en el segundo y tercer puesto, respectivamente. ‘Break My Soul’ tampoco se ha quedado fuera de la lista, en el puesto 20.
Los mejores discos de 2022 para NME:
1. Arctic Monkeys / ‘The Car’
2. Wet Leg / ‘Wet leg’
3. Beyoncé / ‘RENAISSANCE’
4. Fontaines D.C. / ‘Skinty Fia’
5. Kendrick Lamar / ‘Mr. Morale & The Big Steppers’
6. Rina Sawayama / ‘Hold The Girl’
7. Charlotte Adigéry & Bolis Pupul / ‘Topical Dancer’
8. Nova Twins / ‘Supernova’
9. Rosalía / ‘MOTOMAMI’
10. The 1975 / ‘Being Funny In A Foreign Language’
Las mejores canciones de 2022 para NME:
1. Beyoncé / ‘CUFF IT’
2. Paramore / ‘This Is Why’
3. Harry Styles / ‘As It Was’
4. Eliza Rose & Interplanetary Criminal / ‘B.O.T.A. (Baddest Of Them All)’
5. Arctic Monkeys / ‘There’d Better Be A Mirrorball’
6. Rina Sawayama / ‘This Hell’
7. Steve Lacy / ‘Bad Habit’
8. Jockstrap / ‘Concrete Over Water’
9. Charli XCX / ‘Beg For You’
10. Megan Thee Stallion / ‘Plan B’
‘Shirt’, tras haber mostrado un teaser en Instagram hace tiempo, ha sido el último adelanto del segundo álbum de SZA, un trabajo que se ha hecho de rogar más de cinco años. ‘CTRL’, una obra clave en el R&B contemporáneo, ha llevado a la cantante a crear una expectación inmensa con respecto a lo que vendría después. ‘SOS’ ya está en nuestras manos, pero antes de meternos de lleno en las 20 pistas que aún no estaban disponibles, prestemos atención a ‘Shirt’, una canción adictiva que reúne todo lo que SZA sabe hacer mejor.
Unas melodías vocales preciosas guían a una producción que se mueve con soltura entre la rudeza de unos beats de trap con una vulnerabilidad latente tanto en la letra como en la interpretación de la cantante. Además, está llena de detalles meticulosamente cuidados (la manera inquietante de enunciar “dangerous”; las envolventes armonías vocales del segundo verso, etc.).
La música de SZA captura las complicaciones del amor y el desamor con una honestidad cruda y generacional. ‘Shirt’ es un claro ejemplo de ello. Solana es capaz de sonar segura de sí misma en un verso («Cómoda con mis pecados / y con todo sobre mí»), y poco más tarde admitir sus inseguridades y dependencia emocional y sexual ante alguien que no la valora como se merece («Todavía no sé lo que valgo / Todavía enfatizando la perfección»).
Como a menudo reflejan sus canciones, SZA está envuelta en una relación tóxica y obsesiva con un amante infiel que le baja la autoestima pero de la que no puede salir. “¿Cómo voy a confiar? / ¿A amar? / No debería doler así / ¿Cómo tengo que decirlo? / Dame todo de ti” se cuestiona desesperadamente en el puente. En el último estribillo, finalmente, concluye con un “Me haces parecer demasiado desesperada / no te lo mereces”. Como en sus mejores temas, SZA coge aquí ese sufrimiento, esa rabia y esos sentimientos desagradables y los transforma en algo bello y visceral.
“La BBC es sinónimo de calidad”. Esta frase podría valer 0’60 si no fuera porque, en lo que se refiere a las series, es una verdad como un templo. ‘Fleabag’, ‘Peaky Blinders’, ‘Normal People’, ‘Years and Years’, ‘Un escándalo muy inglés’, ‘Line of Duty’, ‘Killing Eve’… Podría estar así todo el artículo. Cada año, la televisión pública británica produce y distribuye algunas de las mejores series de la temporada. Este 2022 han llegado dos nuevas a España, curiosamente las dos codirigidas por Lucy Forbes, una directora -también conocida por ‘The End of the F***ing World’- a tener muy en cuenta.
Esto te va a doler (Movistar+) El ex ginecólogo y humorista Adam Kay plasmó sus vivencias como médico en el sistema sanitario inglés en su obra ‘Esto te va a doler’ (Booket, 2019). El libro se convirtió en un fenómeno de ventas en Reino Unido y agitó un debate nacional sobre el estado de la sanidad pública. Fan de las series de médicos, Kay (de actualidad en su país por haber contado cómo fue violado en una sauna) escribió el guión de la adaptación televisiva de su libro.
La serie está dirigida por la mencionada Lucy Forbes y Tom Kingsley, autor de la serie ‘Fantasmas’ (de la que se hizo un remake estadounidense el año pasado). Como protagonista, un habitual de la mejor televisión británica: Ben Whishaw, conocido por las galardonadas ‘Un escándalo muy inglés’, ‘La corona vacía’, ‘London Spy’… Además de por encarnar a Q en la saga de James Bond.
‘Esto te va a doler’ es un drama hospitalario con punciones de humor negrísimo y dolorosas descargas de denuncia política, la crónica de las agotadoras jornadas de trabajo de un ginecólogo en la destartalada área de urgencias de una maternidad. Por medio de un ritmo vertiginoso, en sintonía con el estrés que sufre el personal médico, y un sentido del humor muy irónico y oscuro (el protagonista se dirige a los espectadores como en ‘Fleabag’), la serie ofrece una visión de la sanidad pública como si fuera una enferma a la que se está dejando morir por falta de atención (personal médico) y cuidados (tecnología y equipamiento). Una víctima de las políticas neoliberales (atención al sexto episodio) a la que solo se puede insuflar vida de una manera: defendiéndola con votos en las urnas.
A destacar la impresionante selección de canciones: Florence + the Machine, Radiohead, The Maccabees, The Chemical Brothers, Death In Vegas, Yeah Yeah Yeahs, Hooverphonic… 8,2.
In My Skin (Filmin) A la guionista Kayleigh Llewellyn la serie ‘In My Skin’, basada en su propia vida, le ha cambiado la vida. Conocida en el ámbito LGTB+ por su premiadísimo cortometraje ‘Oh Be Joyful’ (2017), Llewellyn, proveniente de un hogar pobre y desestructurado de Cardiff (Gales), compaginó durante años sus esporádicos trabajos en televisión con su puesto de taquillera en un teatro y las ayudas de la beneficencia. En la actualidad, tiene un Bafta por el guión de ‘In My Skin’ (también galardonada como mejor serie dramática del año) y forma parte del equipo de guionistas de series de éxito como ‘Killing Eve’ (HBO) o ‘Chloe’ (Amazon Prime).
‘In My Skin’ es un durísimo drama doméstico y de instituto en el que se tocan temas como la salud mental, la violencia de género y la pobreza estructural. La historia de una adolescente (interpretada con extraordinaria naturalidad por la desconocida Gabrielle Creevy) quien, avergonzada y angustiada por su difícil situación familiar, opta por inventarse una vida diferente -una fantasía de clase media feliz- en el trato con sus amigos de la escuela.
A pesar de la crudeza de las situaciones, digna de una película de Mike Leigh (o de la reciente ‘Historia de Shuggie Bain’), Llewellyn y la directora Lucy Forbes no se regodean en la miseria. Al contrario, introducen una serie de pinceladas de ironía, humor negro y ternura que, lejos de rebajar la carga dramática del relato, lo hacen aun más realista.
La segunda temporada (las dos, de cinco episodios de media hora cada una, están disponibles en Filmin) introduce un tema que ya estaba esbozado en la primera: el despertar sentimental, homosexual, de la adolescente protagonista. Aunque su excesivo peso en la trama amenaza con inclinar el relato hacia las convenciones del drama romántico, finalmente no ocurre. La serie logra mantener un buen equilibrio entre el «coming of age», el drama familiar y la denuncia social, entre la exposición de una realidad gris y deprimente y el ritmo de comedia luminosa e incisiva. 8.
Es oficial. Taylor Swift dirigirá su primer largometraje para Searchlight Pictures, el estudio detrás de películas como ‘La forma del agua’ y ‘Nomadland’. Además, la cantante y compositora ha escrito un guion original para la película, cuya trama y personajes son todavía desconocidos.
David Greenbaum y Matthew Greenfield, presidentes de la productora, han calificado a Swift como «una artista y narradora única en la generación» y han declarado que «es una verdadera alegría y un privilegio colaborar con ella mientras se embarca en este nuevo y emocionante viaje creativo».
No sería el primer contacto de la estadounidense con lo audiovisual, ya que previamente ha dirigido los vídeos para ‘The Man’ y ‘All Too Well’, llevándose dos VMAs a la Mejor Dirección. El último de estos, protagonizado por Sadie Sink y Dylan O’Brien, se trataba de un corto de 14 minutos, titulado como ‘All Too Well: The Short Film’. Además, Swift también posee experiencia como actriz, apareciendo en cintas como ‘Cats’ y ‘Amsterdam’, la última del director David O. Russell.
Elton John ha publicado hoy su último tweet, al menos en un tiempo. El cantante británico ha anunciado hoy que va a dejar de usar Twitter por el «reciente cambio en la política, que permitirá que la desinformación crezca sin control». «Toda mi vida he intentado usar la música para juntar a la gente, pero me entristece ver cómo la desinformación está siendo usada para dividir nuestro mundo», ha añadido Elton John en su mensaje.
Las declaraciones del cantante de ‘Rocket Man’ se producen después de que el nuevo propietario de Twitter, Elon Musk, anunciara hace unas semanas que implementaría una «amnistía general» a las cuentas suspendidas por difundir desinformación u odio, «siempre y cuando no hayan infringido la ley o realizado un spam atroz». Según alertan los expertos, esto incrementaría los casos de acosos, discursos de odio y fake news en toda la red social.
Elon Musk anunció su intención a través de una encuesta en la que votaron solamente 3 millones de cuentas: menos de un 1% de los usuarios totales de la plataforma y menos de un 3% de los propios seguidores de Musk. Un 72,4% de los votos se posicionaron a favor de la amnistía, mientras que un 27,6% se mantuvo en contra. Tras el resultado, Elon Musk sentenció: «El pueblo ha hablado. La amnistía comienza la próxima semana».
All my life I’ve tried to use music to bring people together. Yet it saddens me to see how misinformation is now being used to divide our world.
I’ve decided to no longer use Twitter, given their recent change in policy which will allow misinformation to flourish unchecked.
Después de producir remezclas oficiales para Madonna o Lady Gaga, y de participar en el disco de Beyoncé, Honey Dijon ha pasado definitivamente a otra liga. Sin embargo, cualquiera que haya estado atento en los últimos años a la escena house de Nueva York sabe que Honey Redmond es una DJ respetada desde hace rato: ella empezó a pinchar en los 90 y, a sus 54 años, no es ninguna recién llegada. Simplemente, es ahora cuando su nombre está trascendiendo en el plano mainstream.
Pero que Honey Dijon colabore con estrellas del pop no significa que ella lo sea, ella es ante todo una productora de house y su nuevo disco ‘Black Girl Magic’ está enteramente dedicado a este sonido. En él no encontramos nombres invitados tan populares como los mencionados, sino leyendas del house de Chicago como Mike Dunn, y el de Pabllo Vittar es el nombre que más llamará la atención a los seguidores del pop.
La brasileña aparece en ‘Everybody’, uno de los cortes destacados de ‘Black Girl Magic’ por su querencia disco y ese estribillo que rima «don’t give a fuck about you, cabrón» con «like Britney, I’m in the zone»; y lo que hace del álbum una escucha divertida precisamente es su coqueteo con diferentes sonoridades. Los grooves deep-house de ‘It’s Quiet Now’ recuerdan a los mejores Disclosure y, si ‘Not About You’ introduce elegantes matices jazzy, ‘La Femme Fantastique’ derrapa hacia lo industrial, resultando la producción más bruta del largo.
Aunque la secuencia de ‘Black Girl Magic’ no está ideada a modo de sesión, los bpm nunca decaen y el disco es una fiesta de principio a fin. Una fiesta, por cierto, dedicada al amor en todas sus formas, como nos cuenta la intro inicial. Insiste en ello otro de los cortes más memorables, ‘Love is a State of Mind’, en el que Ramona Renea declara que «el mundo es suficientemente grande para los sueños de todos» entre coros de soul y machacones acordes de piano; mientras el mantra «no necesito más drama» de ‘Drama’ planea sobre todo el largo.
La fiesta de ‘Black Girl Magic’ llega a la luna en el house con cencerros de ‘Downtown’ y, en todo momento, mantiene su elegancia. El disco, como el de Beyoncé, busca sumergirnos en el mundo del club y prospera en esa nocturnidad, tanto cuando incluye trompetas y coros a lo Janet Jackson en ‘Stand’, como cuando es capaz de volarnos la cabeza en ‘Don’t Be Afraid’. En el mundo de Honey Dijon, el house es un refugio, y ‘Black Girl Magic’ ofrece ese espacio en que bailar sin ataduras ni preocupaciones. Porque como cantó aquella vez su amiga Madonna: «only when I’m dancing can I feel this free».
Morrissey se encuentra entre los artistas que han publicado nueva música en los últimos días. ‘Rebels without Applause’ es el primer adelanto oficial que se conoce de ‘Bonfire of Teenagers’, el disco que publica el próximo mes de febrero. El británico ya había estrenado ‘Bonfire of Teenagers’, ‘I Am Veronica’ y ‘Kerouac’s Crack’ en directo.
Paralelamente, y cuando ‘Bonfire of Teenagers’ ni siquiera ha salido de manera oficial, Morrissey se ha hecho un Lana Del Rey y ha anunciado su continuación, que empezará a grabar precisamente en febrero. El disco, el 15º de su carrera en solitario, llevará por título ‘Without Music the World Dies’ y contendrá 12 pistas producidas, de nuevo, por Joe Chiccarelli. Morrissey busca sello en que editarlo.
Como ‘I Am Veronica’, ‘Rebels without Applause’ llama la atención por su sonido decididamente pop y, en su línea concretamente de jangle-pop, remite al trabajo más luminoso de los Smiths, en concreto, a ‘Cemetery Gates’, tanto que Johnny Marr debería exigirle créditos de composición. La línea de guitarra es pegadiza y Morrissey canta la canción con sumo tacto, probablemente el que requiere su letra, dedicada a aquellos que ya no están.
La inspiración en ‘Rebelde sin causa’, la película de James Dean, es explícita en el título de la canción, que, como ‘Cemetery Gates’, habla sobre la muerte. Morrissey recuerda a los miembros de su pandilla, a sus amigos, que han perecido mientras él sigue en pie. Canta que es el «único que queda», que «ya no tengo nada más que dar» y que ya es «demasiado tarde para vivir».
Entre referencias a chicos «indecentes» y chicas igual de rebeldes que ellos, Morrissey deja algunos versos agridulces y oscuros: «desde la oscuridad a la luz, como se van los niños perdidos, porque todos debemos hacerlo». Sin embargo, Morrissey compensa la temática de ‘Rebels without Applause’ con un sonido pop ligero y ameno.
Pulida, inmensa e icónica. Inmejorable en la ejecución, deslumbrante en el concepto. Así es Born Pink, la última gira, la más extensa a nivel mundial, de Blackpink, el fenómeno global proveniente de Corea del Sur.
El espectáculo, ideado por Amy Bowerman, funciona prácticamente a la perfección, aunque tiene sus peros. Pocos, pero los tiene. La gira, como viene siendo habitual en todos los lanzamientos del grupo (al menos hasta ahora), apuesta por la dicotomía entre el rosa y el negro a través de una escenografía medida, reducida, quizá minimalista ante lo que uno podría llegar a esperar de una gira mundial de este calibre. No obstante, esto puede estar jugando a su favor, ya que siguen siendo Jisoo, Lisa, Rosé y Jennie, las principales artífices de la magia.
Blackpink son, sin lugar a duda, las medallistas olímpicas del pop coreano. Las que siempre se llevan el oro. Y como verdaderas leyendas son recibidas por el público del Palau Sant Jordi. Abren (lo debían) con ‘How You Like That‘, el machacón éxito que anunciaba la posterior llegada de su primer disco completo, ‘The Album‘, hace más de dos años ya. Le sigue ‘Pretty Savage’, esa canción con pedorreta incluida que, quizá, debería haber sido el pre-release single del disco que la contenía en lugar de la colaboración con Selena Gomez, ‘Ice Cream‘. Solo van dos canciones y ya han satisfecho el anhelo de una gira previa que nunca llegó.
Durante estos primeros minutos, donde sin descanso encadenan varios de sus mayores éxitos, impresiona ver cómo semejante sucesión de hits (con el respiro del medio tiempo que supone ‘Whistle’) no fatiga ni un ápice a sus intérpretes, cuyos movimientos son precisos, enfocados y magnéticos. ‘Don’t Know What to Do’ (la canción favorita de Rosé, según nos dice) y la explosión de ‘Lovesick Girls’ no dejan lugar a dudas: Blackpink, como ellas cantarán luego, son la revolución. Han llegado para arrasar con todo. Y justo eso están haciendo. Porque el público está en órbita, irremediablemente entregado a su magia.
Tras el primer acto, un extensísimo vídeo, que actúa a modo interludio, da paso a uno de los hits más incontestables de la banda: ‘Kill this Love‘. Con una proyección inmensa que nos adentra en las referencias del videoclip, todos los asistentes se unen a su marcha militar. Antes de que llegue ‘Playing with Fire’, el público corea todos y cada uno de los sonidos de ‘Crazy Over You’, algo que me asombra y sorprende. Siempre he creído que se trataba de una de las canciones peor resueltas de su primer álbum y, sin embargo, la re-descubro entre miles de personas como un éxito tremendo. El Palau Sant Jordi me grita que estoy equivocado en mi apreciación. Yo lo acepto. A estas alturas ya he superado el miedo a no ver cubiertas mis expectativas.
Cada aparición televisiva de Blackpink (entregada a cuentagotas, como su música) hace pensar en una actuación ganadora de Eurovisión. Así que uno de los miedos de su directo podría reposar ahí, en cómo se sostendrán las coreografías, el planteamiento de las actuaciones, sin el efectismo de los planos y el montaje. Afortunadamente, nada se cae en directo. Todo está planteado, al mismo tiempo, para las pantallas (con una producción perfecta) y el directo.
El show continúa. El acto central del concierto lo componen los solos de las integrantes, exprimiendo así el perfil diferencial de cada una, algo poco habitual en las bandas occidentales. Al menos, cuando estas todavía se mantienen en activo. Jisoo, la única integrante que todavía no ha ofrecido material musical en solitario (aunque sí un fantástico papel protagonista en el drama Snowdrop), abre la sección con una versión de ‘Liar‘ de Camilla Cabello. Su carisma, algo de girl crush con ternura, da paso a Jennie, quien opta por ofrecer un track inédito, igual de efectivo y pegadizo que ‘Solo’. Un juego de sombras, iluminación y baile en pareja deja al público con la boca abierta.
Son Rosé y Lisa quienes ofrecen una doble sesión a sus seguidores. Rosé comienza con una versión reducida y casi a capella de ‘Hard to Love’, el tema de ‘Born Pink’ (el segundo álbum de Blackpink) en el que solo canta ella, y da paso a ‘On the Ground‘, el pirotécnico medio tiempo con el que batió los récords previos para una solista coreana, superados solo meses después por las cifras que Lisa alcanzó con ‘Lalisa‘. Y es esa precisamente, ‘Lalisa’, la canción con la que abre su aparición tras Rosé, no sin que antes el Palau Sant Jordi chille a pleno pulmón, como con ninguna otra, su nombre. La bias (favorita) de España parece estar clara: Lalisa Manoban. Como la de medio mundo. Lisa resulta especialmente efectiva en ‘Money’, la cara b de su single en solitario, que se ve aquí incluso más celebrada que la cara a.
Con sus actuaciones en solitario cubriendo la parte central de la noche, Blackpink terminan de dejar algo clarísimo: cada una de las cuatro integrantes es un absoluto animal escénico.
Aunque suele ser común en los grupos de k-pop que cada integrante represente un papel específico, es difícil definir en Blackpink los límites que separan esos habituales roles marcados. Todas ellas podrían ser las visuals del grupo, las main vocals, quizá las raperas o las bailarinas principales. Jisoo, Jennie, Rosé y Lisa, tras una hora, actúan como continuas «bias wreckers», es decir, esa integrante que lucha por ser tu nueva favorita y destronar a tu favorita anterior, aunque también nos sirva, de forma literal, su traducción exacta: Blackpink son continuas destructoras de prejuicios. Puedes ir, como es el caso de quien aquí escribe, fascinado por la técnica, el control escénico, la potencia vocal y el carisma rebelde, aunque modoso, de Rosé, y salir fascinado por la imprevisible Jisoo. O por Lisa o por Jennie. Y es que todas y cada una representan los más altos estándares de la industria del pop de masas, a nivel global y sin competidores. Si estás leyendo esto y el k-pop te resulta lejano, imagina a Chanel interpretando su actuación de Slow-Mo en la gran final de Eurovisión durante más de una hora. Pues eso exactamente es lo que están haciendo Blackpink, algo que tiene todo su sentido, ya que no podemos olvidar que algunas de las mejores coreografías de la banda comparten a Kyle Hanagami, el artífice visual de ‘SloMo‘, como coreógrafo.
Tras Lisa, vuelven a bajar las luces, dando paso a un último interludio donde los bailarines y músicos son los protagonistas.
Llega el último acto, y de nuevo el Palau se rinde, ahora ante ‘Shut Down‘, el single principal de ‘Born Pink’. Le sigue ‘Typa Girl’, la hermana gemela de ‘Money’ de Lisa. Y por fin aparece otro de los singles más potentes de la historia del grupo: ‘Ddu-Du Ddu-Du’, cuya coreografía el público intenta emular por todas partes. ‘Forever Young’, que las devuelve al escenario principal, cumple una función que ya ha tenido otras veces, pero que es siempre efectiva: cerrar por todo lo alto la parte más sólida del show. Blackpink se despiden entonces, pero nadie se mueve de su sitio.
Entre gente haciendo la ola y gritos que no terminan de ponerse de acuerdo sobre qué corear, transcurren unos cuantos minutos. Quizá demasiados. Tantos que, si no fuese porque no se encienden las luces y porque la mayoría de los asistentes conocen el setlist al dedillo, algún despistado podría haber llegado a pensar que no saldrían de nuevo al escenario. Pero lo hacen. Tres de sus hits más icónicos llegan con el encore, donde reaparecen Blackpink, en ropa deportiva, como si estuviésemos en una fiesta cercana, íntima, o en uno de los capítulos de su reality. La perfección coreográfica ha quedado atrás y se agradece esta apuesta informal y descontrolada, muy similar a la que One Direction utilizaban en su día sobre los escenarios.
Al contrario que en otras fechas, la reaparición viene marcada por el teen pop de ‘Yeah Yeah Yeah’ y ‘Stay’, la gran favorita de los blinks. No es hasta que el público la reclama que ‘Boombayah’, su primer hit masivo, el de su debut, termina sonando. ‘As If It’s Your Last’ trae el verdadero final con todo el equipo en escena. Esperemos que el título de la canción que acaba de sonar no sea un presagio ni un anuncio de futuro.
A pesar de las kilométricas filas para el acceso (el que aquí escribe nunca había vivido algo así, y son decenas los conciertos que ha disfrutado en el Palau Sant Jordi a lo largo de los años), y aunque los interludios no terminen de funcionar (con frecuencia demasiado extensos), lastrando el ritmo de todo el conjunto, el espectáculo deja con la sensación de haber asistido a algo asombroso, quizá no original en exceso, pero único. Como decía al principio, se trata de un show pulido, inmenso e icónico. Inmejorable en la ejecución, aunque todo lo magistral sea siempre imperfecto.
Planteada casi como una gira de grandes éxitos, Blackpink consiguen en el Born Pink Tour que la espera (de nueva música, de espectáculos en vivo) merezca la pena e, incluso, se agradezca.
Insuperables y asombrosas. Si alguna vez consiguen entradas, no se las pierdan.
El pop es impredecible, y Sabrina Carpenter lo ha comprobado este año. Después de publicar cuatro singles de ‘emails i can’t send’, su último disco, la cantante estadounidense ha empezado a petarlo con otro tema de manera «espontánea», por lo que naturalmente se ha convertido en el quinto single del álbum de manera obligada.
‘Nonsense’ era el tema de ‘emails i can’t send’ que recordaba a Ariana Grande, y ya es su single más escuchado en Spotify. Entrecomillamos «espontánea» porque no hay nada espontáneo en la era de las playlists: ‘Nonsense’ está sonando más porque ha sido incluida en más listas de reproducción, lo cual está provocando un efecto dominó: cuanto más suena, en más playlists aparece. Sin embargo, ‘Nonsense’ no funcionaría si no fuera una buena canción, y desde luego lo es.
Como beneficiada por la ausencia de Ariana en el pop actual, Sabrina está empezando a convertir ‘Nonsense’ en el hit comercial que merecía ser desde el primer momento. Se trata de un pegadizo tema de R&B-pop que no puede estar más lleno de ganchos, desde el puente «but I can’t help myself» a esa estrofa medio rapeada («I’m talking all around the clock»), pasando por ese final en que Sabrina directamente reconoce: «esta canción es más pegadiza que la varicela» y «me he levantado y he pensado: voy a escribir un hit». Bingo.
Mientras ‘Nonsense’ funciona gracias a su buen posicionamiento en playlists -esta misma semana ha registrado su mejor día de streamings y hay que recordar que el disco salió en julio-, Sabrina le da nueva vida de otras maneras: la versión acelerada se ha medio viralizado en TikTok y, ahora, ha dado a la canción una pátina navideña y la ha transformado en una especie de villancico.
A ‘A Nonsense Christmas’ le ha metido cascabeles y referencias al árbol de Navidad, la chimenea… pero, sobre todo, de lo que va ‘A Nonsense Christmas’ es del «pedazo de paquete» de Santa Claus y de sus «grandes bolas de nieve». No hace falta decir mucho más, solo que los «hoe hoe hoe» en este caso tienen otro sentido y que a Sabrina el espíritu navideño se le ha manifestado de otra manera.
Hoy 9 de diciembre sale por fin, después de 84 años, el segundo disco de SZA, titulado ‘S.O.S.’ por lo mucho que le ha costado sacarlo (es broma… o no). El «focus track» es ‘Nobody Gets Me’, guitarrero, pero la curiosidad que comentar es el corte final, ‘Forgiveless’, que samplea ‘Hidden Place’ de Björk.
Otros lanzamientos internacional destacado de hoy viernes son el álbum de Maria Becerra, ‘LA NENA DE ARGENTINA’, y el nuevo trabajo de Razorlight; y también hay EP publicado por sorpresa de la revelación del pop Bree Runway, que se presenta con un single con Stormzy.
Esta semana hemos escuchado el nuevo single de Lana Del Rey y también ha seguido avanzando su disco Caroline Polachek. Les acompañan, entre las novedades que encontrarás en el inicio de la playlist, nuevos temas de Karol G (para ‘El gato con botas’), Paramore, Gorillaz, Cuco, INNA o el directo de ‘Morning Elvis’ de Florence + the Machine con Ethel Cain.
El día de novedades deja también nuevos temas a descubrir de BERNARDA con Carlotta Cosials, entre la Motown y el bedroom-pop; la revelación Biig Piig, los «síntomas de soltera» de Paloma Mami, la colaboración de Oxlade y Camila Cabello o la nueva ensoñación de Rebe, siempre a su bola.
Yelle ha vuelto estos días, a su vez, de la mano de KALIKA, mientras presentan nuevo material también Rebecca Black, Aleesha, Weezer, Rorro, Martin Garriz, Mall Grab, Russ, Leïtï Sene, Emotional Oranges… Entre las curiosidades a comentar, llega a las plataformas ‘Gambler’, el hit olvidado de Madonna, de 1985.