Ariana Grande publica “pronto” el esperadísimo videoclip de su éxito ‘thank u, next’, que estará basado en cuatro de sus comedias favoritas, estas son, ‘Mean Girls’, ‘Una rubia muy legal’, ‘El sueño de mi vida’ y ‘A por todas’. Parece que el vídeo sale este mismo viernes 30 de noviembre y que habrá un adelanto diario hasta que llegue el día.
El primer avance del vídeo de ‘thank u, next’ replica una escena de ‘Mean Girls’ y de hecho parte del reparto de aquella película protagonizada por Lindsay Lohan aparece en el vídeo, incluido Jonathan Bennett. Como podéis ver, también hará un cameo en ‘thank u, next’ el cantante australiano Troye Sivan, que este año ha colaborado con Grande en ‘Dance to This’. Una doble de Ariana aparece al final del adelanto, mientras la Ariana original hará de Regina George.
En otro orden de cosas, ‘thank u, next’ sigue triunfando -es número uno tanto en Estados Unidos como en Reino Unido, además de en la lista de éxitos global de Spotify- y en las últimas horas The 1975 la han versionado en BBC Radio 1 Live Lounge, aunque transformándola hacia el terreno del neo-soul. Ariana ha aprobado la versión compartiéndola con un “black heart emoji” en Twitter.
“Esto es música pa’ putas y ganstas na’ más”, dice La Zowi para remachar ‘Putas’, el adelanto en forma de “remix” de ‘Moonlight’ de XXXTENTACION que abre significativamente ‘Ama de casa’, la primera mixtape de la artista de Granada desde que debutara en un ya lejano 2013. Y no hay duda de que precisamente esa canción, con el MC Flynt Hustle entonando “a mí me gustan toa las putas, toa mis exes son putas” en el gancho de la canción, marca la línea entre el rechazo de los que se escandalizarán con una lectura sexista y los que comprenden que, por reprobable que resulte, se enmarca dentro de los códigos del trap.
Si has cruzado la línea, encontrarás un EP que quizá decepcione un poco, en parte por su escasa duración –6 cortes que duran poco más que un cuarto de hora–, y en parte porque (salvo excepciones) no tiene la pegada directa que había venido demostrando en cortes como ‘Mi chulo’ –aquel tema que El Último Vecino convirtió en himno de la parroquia indie–, ‘Obra de arte’ o ‘Random Hoe’. Por ambas razones sorprende que esta puerta de entrada al universo de una de las voces más personales del nuevo hip hop español se permita el lujo de prescindir de temazos como ‘Bitch te quemas’, ’Llámame’ o la apabullante ‘Bitch Mode’ que La Zowi ha venido lanzando en el último año.
La explicación podría ser que todo este disco parece caracterizado por un tono especialmente oscuro y duro, en evidente contraposición a un título con connotaciones amables y positivas que referencian a su papel de madre joven (es dominio público que tiene un hijo en común con Yung Beef), desmontando arquetipos con letras sobre venta y consumo de drogas, sexo y broncas con otras raxetas. Con ese perfil, destacan ‘No lo ves’, una lúgubre producción de Steve Lean para unos versos que sí emplea su faceta lírica más divertida (“tengo el pussy clean / no me lo irrites”) para vacilar de billetes (“tengo dinero pa mi entierro, ¿es que no lo ves?”), y sobre todo ‘Oscuro’, una tenebrosa y reposada base experimental de los productores británicos barla & Oddlaw que sirve a Zoe Jeanneau (su padre, por cierto, es el famoso tocaor francés Yerbita) para esbozar un asfixiante relato sexual: “Oscuro, pa que no nos vean, y que me des duro / El amor es absurdo, el amor es duro / pero si te pego el culo ya no disimulo (…) Cuando ahí te muerdo, eso está duro / Pero no es la cola, llevas la pistola / Estamos de luto, le pego la tota, le pego el culo y eso le rebota”.
Así, el único oasis de esta breve mixtape es la deslumbrante ‘Lo siento’, colaboración con el tándem formado por Goa y Pochi (que perpetraron con Yung Beef la fantástica ‘Guns N Roses’ y, más recientemente, ‘Red Hot Chili Peppers’) que es un puro trallazo pop a ritmo de riff de guitarra eléctrica que, por tono, casi parece ajeno al conjunto (aparte que en ella apenas hay un único verso de la protagonista del disco). Aunque La Zowi ya ha mostrado que sus temas suelen ser de maduración lenta, esos tres cortes son los claros highlights –la base del yanqui DP Beats (Lil Uzi Vert, Gucci Mane…) no mata especialmente– de un lanzamiento que, si bien no cumple del todo las altas expectativas (tampoco las alcanza en el aspecto lírico), tampoco deja lugar a dudas de que estamos ante uno de los nombres fundamentales de la escena y que lo seguirá demostrando, quizá mejor en formatos (aún más) cortos.
Calificación: 6,7/10 Lo mejor: ‘Lo siento’, ‘Oscuro’, ‘No lo ves’ Te gustará si te gusta: Yung Beef, Bea Pelea, Pedro LaDroga Escúchalo:Spotify
Días atrás reseñábamos “Tú y yo (y todos los demás)”, la segunda parte del disco final de Hazte Lapón. Con él, el pasado septiembre culminaban el lanzamiento de ‘Tú siempre ganas’, un tercer y definitivo álbum que han ido revelando a lo largo del año, primero con un volumen inicial de 10 canciones bajo el subtítulo de “La vida adulta”, ampliado luego con un interludio de dos canciones de temática estival y, al fin, culminado con otros 10 temas inéditos, coincidiendo con la publicación del disco en formato físico. A este dedicamos hoy este artículo de nuestra sección “El físico importa”, que si para algo fue ideada fue, precisamente, para hacernos ecos de ediciones como esta.
Totalmente conscientes de que este lanzamiento que pone fin a los 10 años de carrera del dúo malagueño formado por Lolo Lapón (Manuel González Molinier, a partir de ahora) y su pareja Saray Botella sería su pirueta final, Hazte Lapón han cuidado los tempos y la edición de esta obra al máximo detalle. Si sus 22 canciones, tal y como las habíamos conocido, ya suponen una sublimación de su estilo –que, por si aún no lo sabes, se podría situar entre The Magnetic Fields y Klaus & Kinski, con paradas en Pulp, The Wedding Present y Belle and Sebastian–, el formato físico del disco supone además una pirueta que acota también su ética y estética: rebelándose contra la fiebre del vinilo –Lolo nos decía que le parecía delirante que sus compradores reconocieran no reproducir esos discos–, el grupo convenció al sello El Genio Equivocado para, empleando la clásica carpeta de ese formato, albergar una obra conceptual mucho más compleja y rica en matices.
Así, al abrir la carpeta de ‘Tú siempre ganas’ en su reverso se despliega un tablero con casillas, y en su funda no encontramos un disco de plástico circular de 10”, sino un libro blanco en formato A5 y un archivador transparente que contiene pequeñas cartas de juego al estilo Magic. Cada una de estas cartas representa a uno de los personajes que pueblan las canciones del disco –incluidas en un CD que contiene sus 22 cortes en una secuencia distinta a la de cada una de sus partes–, y que van desde parejas reales o ficticias como los propios Lolo y Saray, Véra y Vladimir Nabokov, Ulises y Penélope, Johnny Cash y June Carter o Leopold y Molly Bloom, a familias como Los Panero o figuras individuales como Walt Disney, Santa Teresa, Hervé Falciani, Wes Craven o Andy Warhol. Cada una de esas cartas cuenta con unas características y poderes que se miden en batallas dispuestas al azar que tendrán lugar en el tablero, y que implican la lectura de los episodios del libro que se refieren a ellos y la reproducción física o digital (cada tema cuenta con un código DR que redirige nuestro móvil a un reproductor de Souncloud) de la canción.
Así, el disco irá ligado al desarrollo de la partida, ofreciendo una secuencia aleatoria e inesperada en cada ocasión, en una especie de ‘Rayuela’ musical. Además, la lectura de esos relatos escritos por Lolo –psiquiatra de profesión– ofrecen, además de pequeñas obras literarias en sí, claves sobre el origen de cada canción y en qué manera están relacionadas entre sí y con sus autores, puesto que, como cada disco de Hazte Lapón, nunca dejan de ser proyecciones de su propia relación sentimental, y sobre cómo la familia, los amigos o el arte influyen en ella.
Pero además, siempre existe la posibilidad de disfrutar de cada uno de esos elementos de forma independiente, pudiendo ser un juego adulto sobre relaciones, un libro de relatos interesantes y muy bien escritos y el disco como tal. Disco que, rizando el rizo, muestra en lo que nosotros interpretamos como su secuencia definitiva –y que el propio Lolo ha subido a Spotify en forma de playlist– toda la coherencia y dinamismo que, quizá, se echaban en falta a la hora de escuchar sus partes separadas. “El Salmón Lapón”, como lo acuñaba su propio autor, cobra así toda su magnitud, mostrando en su conjunto un peso que lo convierte en uno de los discos nacionales más destacados de 2018. Un punto y final, como ya habíamos dicho, inmejorable. Sin duda, disco-libro-juego recomendado.
Amanda Bynes aparece en la portada de otoño-invierno de 2018 de PAPER Magazine, una revista que ha dado mucho que hablar en los últimos tiempos por sus impactantes portadas y sesiones de fotos para gente como Kim Kardashian (2014), Miley Cyrus (2015), Kylie Jenner (2016), Nicki Minaj (2017) o Christina Aguilera (2018).
La portada de Bynes no es tan impactante, de hecho es bastante modesta, porque lo sorprendente de ella es que confirma la “re-aparición” (horrible palabra) de la actriz en los medios después de años de retiro en los que ha sido noticia, entre otras cosas, por su extraño comportamiento en las redes sociales. En la entrevista, Bynes asegura que todo esto se debió a su abuso de algunas drogas como la marihuana y a una depresión, pero cuenta que lleva cuatro años sobria y que de hecho ha vuelto a la universidad, donde estudia matemáticas.
Aunque no es muy conocida en España, al menos de nombre, y desde luego sus idas y venidas en los últimos años no han interesado tanto aquí como en Estados Unidos, Bynes sí ha protagonizado o aparecido en películas bastante conocidillas en nuestro país como ‘Un sueño para ella’ (2003), ‘Ella es el chico’ (2006), ‘Hairpsray’ (2007) o ‘Rumores y mentiras’ (2010).
Sin embargo, no terminará 2018 sin que conozcamos en qué ha estado trabajado Grimes todo este tiempo, ya que la autora de ‘Art Angels‘ ha revelado en sus redes que publica nueva música este mismo jueves 29 de noviembre.
Aunque la cantante se ha limitado primero a actualizar su página web con nuevo diseño y productos de merchandising, finalmente ha subido a Youtube una imagen de la portada de un nuevo single llamado ‘We Appreciate Power’ en colaboración con HANA. Antes había publicado en Twitter una imagen de ella disfrazada que retuiteaba HANA, quien se ha fotografiado vistiendo un atuendo similar, por lo que parece que ambas han rodado ya el vídeo de esta canción.
Carmen Boza, autora este año del notable ‘La caja negra‘, sobre el que charlamos con ella el pasado mes de septiembre, ha sido la última persona en visitar la Academia de Operación Triunfo para charlar con sus concursantes. Una de ellas, Julia, es fan de Boza y la ha versionado a la guitarra en diversas ocasiones, por ejemplo su canción ‘El mayordomo’.
Antes de cantar en acústico su canción ‘Gran Hermano’, Boza habla a los concursantes sobre la diluida línea que separa a Operación Triunfo del talent y el “reality”, aunque cree que eso trae cosas tanto buenas como malas. Dice que la exposición puede condicionar a la gente a que un concursante le guste más o menos dependiendo de cómo le caiga, pero no cree que Operación Triunfo sea un “atajo” directo a la fama como mucha gente piensa, ya que “cuando sales fuera, te das cuenta de que has vivido en una burbujilla y que luego hay que currar como una hija de puta”.
Boza recuerda también sus primeros pasos en la música, como el exitoso “crowd-funding” que inició para su primer disco y la gira que realizó antes con Auryn, apuntando que de esa época aprendió a no tener prejuicios con otros tipos de música, pues es “muy osado ser jueza de esa manera, decir esta música es una mierda y esta es la que mola porque te mola a ti”. Además, habla de la suerte de vivir en una ciudad cuya escena musical sea activa, como Madrid, donde se mudó cuando le salieron los primeros bolos.
Morcheeba están estos días presentando en España su disco editado este año, ‘Blaze Away’, en el que además de Roots Manuva en el single homónimo, podemos escuchar a Benjamin Biolay. Aprovechando el paso del ahora dúo por Madrid, hemos querido hablar con Skye Edwards, que volvió a la banda hace unos años tras haberla abandonado, y con el carismático Ross Godfrey. Ambos sacaron un álbum en 2016 como Skye y Ross tras la marcha de Paul Godfrey, pero finalmente han comprado a este su participación en la banda para poder usar el nombre de Morcheeba sin él. El dúo se muestra feliz e ilusionado en esta nueva etapa. La banda actuará este martes 27 de noviembre en La Riviera de Madrid como parte del ciclo Madtown Days by Jim Beam, con los recomendables Volver como teloneros. Las entradas se pueden comprar en Ticketea.
¿Qué ha significado este nuevo disco para vosotros?
Skye: «Una oportunidad maravillosa de viajar. Llevamos de gira desde marzo por Sudamérica, Australia, Sudáfrica, Marruecos, China, ahora Europa… Hemos hecho festivales y ha sido maravilloso volver con un disco nuevo que ha tenido buena recepción entre los fans, y además haberlo podido sacar como Morcheeba, a diferencia del anterior».
¿Cómo han ido cambiado las canciones durante este tiempo?
Ross: «Hemos ido metiendo nuevas partes a la guitarra, y con estas nuevas canciones hemos podido reconquistar el mundo. Sentimos que hemos dado un paso adelante después de haber estado un tiempo con la energía bloqueada. A veces ha sido como dar un paseo por un campo de flores».
Hay elementos muy diferentes, por ejemplo, ‘Love Dub’ suena a Jamaica, y ahora mismo hay muchos artistas acercándose a Jamaica, pero vuestra canción no suena como Drake y Rihanna. Es más clásica…
Ross: «Sí, es más retro. Nos gusta lo más antiguo de Jamaica, cosas como King Tubby».
Skye: «Es normal para Morcheeba mezclar estilos. Si te fijas en ‘Who Can You Trust’, había trip-hop pero también estaba ‘Col’, que era una canción con solo voces y cuerdas. En ‘Big Calm’ estaba ‘Friction’, que era reggae, dub… ‘Part of The Process’ tenía country, folk y blues… Es normal para nosotros, esa mezcla nos funciona».
¿Por qué creéis que tenéis vuestro propio sonido entre todos estos estilos?
Ross: «No sé, es lo bueno de ser trip-hop. Antes no nos gustaba nada la etiqueta trip-hop, pero ahora nos parece mona. Es como un paraguas en el que cabe jazz, country, rock, electrónica… con el típico ritmo de sonar un poco fumado. Eso fue el trip-hop, y es un buen crisol porque no tienes que sonar siempre igual. Puedes expresar cosas como autor explorando diferentes áreas. De todas formas, cuando estás haciendo el disco, no tomas decisiones conscientes, simplemente escribes las canciones, no piensas si es dub o folk. La música te guía, no al revés. Si no, no funciona».
Portishead odiaban la etiqueta «trip-hop» hasta el punto de prohibir la palabra en sus notas de prensa.
Skye: «¿En serio, y cómo se llaman a sí mismos?».
La verdad es que no sé, y también hace justo 10 años que no sacan, así que no sé qué pensarán ahora mismo.
Ross: «Su último disco era experimental, no era fácil de oír (Sky se ríe). El primero fue rompedor e innovador. Fue el referente para cualquier banda que se llamara trip-hop. Era psicodélico, por el tipo de beats, y la importancia de la voz de Beth… Para las bandas británicas fue muy influyente. La gente británica no es muy buena rapeando, el acento británico rapeando tiene un punto cómico, así que a los grupos a los que le gustaba cierto tipo de música americana le salían otras cosas. Es más psicodélico.
«Los Ángeles es una factoría de destrozar los sueños de la gente»
He leído que ‘Sweet L.A.’, una de mis canciones favoritas del disco, es sobre un amor a distancia de tu hija, Skye, ¿qué significa la frase final «Who’s the fool in California’s dream?»?
Sky: «Él es el tonto al final (se ríe)».
Ross: «Viví en California durante 6 meses. Como inglés, quieres creerte el sueño californiano, que no es el sueño americano, pero luego te das cuenta de que todo está vacío. Detrás de todo ese «todo el mundo sonriendo», todo el mundo está enfadado y frustrado. Cientos de personas creen que van a ser famosas y sus sueños se rompen. Los Ángeles es una factoría de destrozar los sueños de la gente».
‘Mezcal Dream’ es como la canción perfecta para cerrar un concierto antes de un bis, pero he visto que ni siquiera la tocáis. ¿Y eso?
Ross: «Es demasiado difícil, tiene demasiadas capas. Tenía una idea para una canción desde hacía años y la recuperé porque sonaba mucho a Morcheeba. Quería hacer un viaje psicodélico. Fumábamos mucha marihuana, aunque ya no, y normalmente teníamos un problema para tratar de acabar las canciones, porque nos duraban 7 minutos o así. Quería hacer una canción que fuera así. Después de 8 o 9 álbumes trabajando intros, estrofas, estribillos, está bien volver a ser un adolescente que fuma y dejar las cosas fluir».
Tu mujer, Ross, canta en este tema. Tu hijo, Skye, toca la batería. Da la impresión de que sois como una familia en Morcheeba, que se lleva mejor que nunca, aunque durante un tiempo no estuvierais juntos.
Skye: «Han pasado casi 10 años desde que volví a la banda. No es algo que pasara anoche. Siempre ha sido como una familia con el hermano de Ross, con mi marido Steve tocando el bajo… Su mujer canta con nosotros, tengo un estudio en casa y puedo decir: «¡Steve, ven a grabar el bajo!». Es una suerte tener músicos buenos tan cerca».
«Nos apreciamos más al volver, cuando fue el momento correcto para hacerlo».
¿Cómo fue volver a la banda?
Skye: «Tener un descanso de 7 años fue muy importante para nosotros. Nos apreciamos más al volver, cuando fue el momento correcto para hacerlo».
He visto que tenéis en el repertorio ‘Enjoy the Ride’, que es una canción de la que no eres la cantante original.
Skye: «No la tocamos mucho, pero muchas veces la gente la pide o me enseña un tatuaje con parte de la letra. A la gente le encanta. No la tocamos siempre, porque tenemos mucho material, pero de vez en cuando, sí».
No entiendo por qué te enseñan un tatuaje de una canción que no cantas…
Skye: «No saben que yo no la canto (risas). Depende de cuán fan son. Son fans que se tatúan la letra pero no saben que yo no la canto. (risas) Pero yo les digo: «vale, la tocaremos para ti»».
¿No es una opción reeditar vuestro disco como Skye & Ross como Morcheeba?
No… Es un disco muy dulce y sentido, porque teníamos mucha presión. En mi cabeza es un disco de Morcheeba, pero al volver con el nuevo, tiene algo más del sonido de Morcheeba. La colaboración con Roots Manuva nos devolvió la energía, ha estado bien volver con cosas más bombásticas y enérgicas. Hemos disfrutado de la gira, y queríamos recuperar esa energía. Los primeros discos eran suaves hasta el punto de dejarte incluso adormilado. Y ahora queríamos traer energía y que el disco fuera más como las giras.
¿Tenéis algún feedback de Paul sobre los dos últimos álbumes?
Ross: «No he hablado con él de eso, no».
«Morcheeba es un buen proyecto para colaborar con gente muy diferente y que aún suene a Morcheeba»
¿Cómo habéis llegado a colaborar con Benjamin Biolay?
Ross: «Mi mujer es francesa, y en Francia tenemos una base de fans muy extendida. Francia es un país muy importante para el grupo. Me gusta mucho Gainsbourg, por ejemplo el disco de Melody Nelson, y me encantan los dúos que solía hacer. Obviamente Gainsbourg está muerto, así que me pregunté quién se podía parecer a él, y mi mujer sugirió a Benjamin. Yo ya le conocía pero no le había prestado atención como posible colaborador, le mandamos un mail y en una semana estábamos en París bebiendo mucho vino y fumando. Teníamos un par de melodías, y él escribió la letra. Morcheeba es un buen proyecto para colaborar con gente muy diferente y que aún suene a Morcheeba».
¿Tienes algún álbum favorito de Benjamin?
Ross: «El rockero que sacó hace unos 6 o 7 años, no recuerdo el nombre. Es muy buen músico al piano y a la guitarra. Me gusta oírle tocar».
¿Qué opinaba él de vosotros?
Ross: «Creía que éramos más hip-hop. Entre toma y toma ponía cosas como Wu-Tang Clan. Intentaba acercarse al hip-hop, y funcionó. Fue una buena colisión entre lo francés y el hip-hop».
¿Cómo funciona el single ‘Blaze Away’ en vivo sin Roots Manuva?
Skye: «Yo canto su parte. Es fácil. Tenemos parte de su voz también, pero su rap fue muy fácil comparado con el de Chali 2na en ‘Face Of Danger’ de ‘Head Up High’. Me pasaron la voz de Chali, la hice más lenta… Comparado con esa, fue fácil. O comparado con tener que cantar en francés. Hace un par de semanas tocamos en París, y claro, teníamos que cantar ‘Paris sur Mer’. Llevo aprendiéndomela desde marzo, pero finalmente fue brillante».
¿Benjamin Biolay no pudo pasarse?
Skye: «Estuvimos cerca, primero dijo que sí, pero al final no pudo ser. Está muy ocupado siempre, toca mucho. Nos han pedido que grabemos una versión de ‘Paris sur Mer’ sin Benjamin. Quizá lo hagamos».
De hecho París es la ciudad en la que más se os escucha según Spotify. No sé si esta canción tendrá algo que ver.
Ross: «No tenemos ni idea. No es como que «vamos a hacer una canción sobre París por esto»».
Skye: «No es como funciona (risas)».
Rossk: «Ahora haríamos una canción sobre Madrid (risas)».
Skye, he leído que no te consideras una gran cantante. ¿Y eso?
Skye: «Pffff. Nunca en mi vida iría a un concurso televisivo, pero yo no tendría ninguna opción en ellos con todas las dinámicas de voz, el rollo de cantar muy alto… Creo que soy una buena cantante ahora. Sigo dando mis clases con mi profesor desde hace 22 años. Ejercito mi voz, todavía puedo ponerme retos en este área».
De todas vuestras viejas canciones que seguís tocando, «Rome», ‘Blindfold’, ‘The Sea’… ¿cuál os gusta más tocar?
Ross: «‘The Sea’. Es una buena canción, es lo que hacemos mejor, la mejor mezcla, y me encantan las guitarras wah-wah».
Skye, recuerdo verte convirtiendo al público en «el mar» con las manos en un concierto. ¿Sigues haciendo esto?
Skye: «No, ya no lo hago (ambos se ríen). A lo mexicano. Igual vuelvo a hacerlo».
«La música ha perdido toda cronología»
¿Qué música os ha gustado este año?
Ross: «Me encanta el disco de Khruangbin, son de Texas y la palabra significa «avión» en tailandés. Es música de guitarras funky y psicodélica. También me gusta el disco de Barr Brothers, ‘Queen of the Breakers’. Hay mucha música de guitarras muy buena. ‘Pleasure‘ de Feist es alucinante, y su directo también. Siempre está bien escuchar algo nuevo. Hay un extraño giro en la música, antes se hablaba de retro. Hay un grupo en Sub Pop que se llaman La Luz y cuando los oí me sonaban a los 60. Pero ya no pienso que sean sesenteros, sino que son música de guitarras. La música ha perdido toda cronología. Internet ha destruido eso de oír blues, rock, heavy… Antes todo tenía un orden. Ahora puedes oír cualquier cosa de cualquier lado en cualquier momento. Es difícil descubrir música sin un prescriptor, tengo 5 o 6 amigos que me dicen qué escuchar, de diferentes estilos, y recolecto cosas de sus recomendaciones».
¿No te fías de ningún medio tipo The Guardian?
Ross: «No puedo soportar las críticas de The Guardian, son muy negativas, es perjudicial para la música. No es muy amable. No hables de música, no tiene sentido hablar de algo que no te ha gustado».
Skye: «Exacto, no hables de algo que no te ha gustado».
Ross: «Hay emisoras que me gustan, KCRW en Los Ángeles, 6 Music en Reino Unido… Paso mucho tiempo haciendo compilaciones de cosas que he oído en la radio».
Joaquín Sabina ha hablado con El País sobre varios temas, entre ellos la música actual y, en concreto, el rap. No es fan: “No sé si soy una voz autorizada porque oigo poca música y no estoy al tanto. Y a veces, como todos los viejos, reacciono contra lo nuevo. Me decepcionó mucho el rap, que se ha ido convirtiendo con los años en poesía de analfabeto y para analfabeto que habla fundamentalmente de quién la tiene más larga. Ahora pones la radio y es un desastre su maléfica influencia. Cualquiera cree que puede rimar y versificar”.
No se sabe a quién se refiere Sabina cuando habla de raperos que no saben rimar, pero seguro que al reciente ganador del premio Pulitzer Kendrick Lamar no. Por sus palabras, parece referirse más bien a la moda actual del “mumble rap” representada en España por traperos que “balbucean” las palabras como Yung Beef o La Zowi, por lo que quizá tampoco esté al tanto de quién era Gata Cattana. Sin embargo, cabe destacar la honestidad de Sabina al reconocer que no escucha música nueva, y además por sus palabras se entiende que sí hubo un rap que llegó a gustarle, pero que con el actual no se da el caso.
En otro punto de la entrevista, Sabina sí reconoce que hay cosas interesantes pasando ahora en la música, como Rosalía o Vetusta Morla, aunque no cree que haya equivalente español actual a sus ídolos Bob Dylan y Leonard Cohen pese a gustarle “Leiva y Vanesa Martín”. Tampoco deben interesarle las (magníficas) letras de la reciente ganadora del Premio Nacional a Las Músicas Actuales, Christina Rosenvinge.
Sabina ha sido noticia este año tras cancelar la gira de su último disco, ‘Lo niego todo‘, debido a problemas con su voz.
Dani Mateo se ha negado a declarar por sonarse los mocos con la bandera española durante un gag de El Intermedio emitido el pasado 31 de octubre en LaSexta. El humorista y presentador ha acudido esta mañana a las 11.30 al Juzgado de Instrucción Nº 47 de Madrid como se esperaba, pero según FórmulaTV dentro del juzgado “ha durado 5 minutos” y no ha realizado declaraciones.
Mateo sí ha hablado con la prensa a la salida del juzgado y mostrado su disconformidad ante su imputación, declarando que “estamos llevando ante la justicia a un payaso”. Sus palabras han sido: “Todos hemos hablado muchísimo ya, se ha dicho todo lo que se tenía que decir y hemos discutido mucho sobre los límites del humor porque estábamos en el terreno de las opiniones. Ahora entramos en el terreno de la justicia y lo hay que hacer es callar y escuchar. Yo solo diré que como ciudadano de este país, estoy preocupado porque estamos llevando a un payaso frente a un juez por hacer su trabajo, y me preocupa por la imagen que eso da de mi país y de mi bandera”.
El humorista había sido llamado a declarar ante los presuntos delitos de odio y ultraje a símbolos nacionales o a sus Comunidades por los que, a principios de noviembre, le demandaba la Alternativa Sindical de Policía. Mateo y El Gran Wyoming se llegaron a disculpar por el gag al comprobar que “en lugar de provocar risa ha generado crispación social”. En cualquier caso, Mateo sí ha seguido usando el humor para reírse de la polémica, por ejemplo subiendo una imagen de Los Simpson en Instagram en referencia a su imputación.
Mariah Carey ha publicado esta semana su nuevo disco, ‘Caution‘. La previsión de ventas no es la mejor -en Estados Unidos parece que debutará dentro del top 10, pero en Reino Unido, donde Carey no es tan famosa, ha entrado en el número 40- pero las críticas están siendo tan buenas que el disco ya aparece entre los mejores valorados de 2018 para Metacritic. Y una de las razones de esta positiva recepción es su pista 6, ‘Giving Me Life’.
‘Giving Me Life’ reúne a dos colaboradores como son el rapero Slick Rick, muy conocido en los 80 por singles como ‘Children’s Story’, y con quien Carey ha intentado colaborar “durante años” sin éxito; y Dev Hynes, que firma la producción con su sobrenombre Blood Orange. El músico ha confirmado en Instagram que toca “todos los instrumentos” en ‘Giving Me Life’ y que la canción ha sido escrita por “Mariah y él” y producida por “él y Mariah”, lo que parece claramente atribuir a Carey sobre todo melodía y letra y a él sobre todo instrumentos y producción. De hecho, Carey es autora de todas o casi todas sus canciones -de hecho siempre se ha considerado compositora antes que cantante- y la producción de ‘Giving Me Life’ no podría ser más propia de Blood Orange, sobre todo de su último disco, ‘Negro Swan‘, y en concreto de temas como ‘Charcoal Baby’, ‘Orlando’ o ‘Chewing Gum’.
Blood Orange se especializa en temas de R&B y funk de sonido ochentero, con arreglos minimalistas y atmosféricos y con un punto “weird” que, en este caso, se deba a la presencia de una confusa línea de sintetizador que despega como de la nada (una fórmula usada con frecuencia en ‘Negro Swan’) y serpentea a lo largo de toda la canción por encima del ritmo. Carey ha declarado que es una de sus favoritas de ‘Caution’ porque “no intenta ser un single o una canción pop” sino que “tiene su propio “vibe””, y los fans la han comparado con ‘The Roof’, una de las canciones más queridas del álbum de Carey de 1997, ‘Butterfly’. Tanto ‘Giving Me Life’ como ‘The Roof’ desprenden un halo oscuro, pero donde ‘The Roof’ buscaba el romanticismo, ‘Giving Me Life’ apunta a la nostalgia, hasta el punto que se permite samplear voces de la película de 1983, ‘Entre pillos anda el juego’. La canción concluye con una coda instrumental, protagonizada por un solo de guitarra eléctrica que dialoga con los coros fantasmales de Carey.
Todos estos elementos podrían haber dado lugar a una canción batiburrillo, pero ‘Giving Me Life’ hace un buen uso de sus 6 minutos y 8 segundos de duración, desprendiendo una sensación de espacio y grandiosidad que contrasta con el intimismo de su letra, en la que Carey recuerda (y este verbo aparece varias veces a lo largo de la canción) aquellos días en que “tenía 17 años” y se sentía “como Norma Jean” (el nombre real de Marilyn Monroe), al tiempo que no deja de incluir frases tan carismáticas y propias de ella como “mi filosofía no se aplica del todo a tú y yo”. En este aspecto, ‘Giving Me Life’ es un “viaje” hacia esos tiempos sencillos en los que Carey tonteaba con chicos e intentaba hacerse un hueco en la música . En definitiva, a Carey le “da la vida” recordar sus días de juventud y en ‘Giving Me Life’ ha encontrado una manera muy especial de compartirlos con su público.
Dead Can Dance volvieron en 2012 tras 16 años con ‘Anastasis’, un nuevo capitulo fascinante en su discografía llena de espiritualidad y fusión tanto de épocas como de géneros e instrumentos de casi todas partes del mundo. Por suerte, esta vez Brendan Perry y Lisa Gerrard no han dejado pasar tantísimo tiempo entre disco y disco y su nuevo álbum, ‘Dionysus’, llegaba el pasado 2 de noviembre dando un poco de miedo, pues se anunciaba como un álbum conceptual sobre el dios griego dividido en “dos actos y siete movimientos que representan las distintas facetas del mito de Dionisio y su culto, tal y como se han creado obras seculares y religiosas desde el siglo XVI”.
Vista la elección del personaje al que Dead Can Dance han dedicado un álbum, no era pertinente esperar de Perry y Gerrard un álbum aburrido o intenso de más y no han decepcionado. Al margen de que no dure ni 40 minutos y se pase volando, ‘Dionysus’ es un álbum realmente divertido y entretenido, tan colorido como su cubierta (que representa una máscara de los Huichol) en el que la abundancia de instrumentos no demasiado conocidos por el público occidental, lejos de abrumar, resulta natural y fascinante, más teniendo en cuenta que son ellos y no Perry y Gerrard los absolutos protagonistas de las canciones. De hecho, el disco es mayormente instrumental, hasta el punto que Perry no canta hasta el segundo acto y la contribución de Gerrard se limita a unos pocos coros.
En ‘Dyonisus’, Dead Can Dance han buscado reflejar musicalmente no solo las fiestas y rituales paganos que se atribuyen a Dionisio sino también sus famosos viajes por Arabia y Asia en los que propagaba su culto, y lo han hecho con una visión cinematográfica de su música, tamaño superproducción. La llegada del dios bacán en ‘Sea Borne’, acompañada de la llamada de una zourna, grandes percusiones y cuerdas, es cuanto menos apoteósica, mientras la balada ‘Liberator of Minds’ suena como un baile sensual alrededor de Dionisio e incluye alaridos y suntuosas cuerdas orientales (parecen turcas) que evocan una sensación de “embrujo”. Esta sensualidad se transforma en una gran fiesta en ‘Dance of the Bacchantes’, que incorpora unas cuerdas y el diálogo entre los aullidos de las bailarinas griegas (las bacantes) y el canto de los pájaros.
Si el acto primero de ‘Dionysus’ está marcado por la emoción y la fiesta, el segundo lo está por la oscuridad, pero aunque Dead Can Dance siempre han sido oscuros, no pueden dejar de sorprender en las canciones más melódicas del álbum, especialmente ‘The Invocation’, en la que además predominan las voces femeninas y los sonidos del oriente mediterráneo. Sin embargo, la voz en ‘The Mountain’ y ‘The Forest’ de Perry, que canta en un idioma inventado, no es la más atractiva de todos los instrumentos habidos en el álbum, especialmente en la segunda, que puede ser la canción más intrigante del conjunto. De hecho, se echa más de menos a Gerrard, cuya presencia es demasiado anecdótica en el disco teniendo en cuenta que canta mucho mejor que él. Ella habría hecho un mejor trabajo como vocalista principal que él en la travesía hacia lugares frondosos e inhóspitos que cierra el álbum, ‘Psychopomp’.
Toda esta música funciona además al margen de las posibles interpretaciones políticas que se le pueda atribuir, ya que no puede pasarse por el alto que, en su primer álbum post-Fergie, post-Trump, post-Brexit y post-Bolsonaro, Dead Can Dance no vuelven celebrando a cualquier Dios sino a Dionisio, una figura sinónima de progreso y de aperturismo que a la vez siempre ha tenido muchísimo que ver con la aproximación a la música “global” del dúo. Pero el grupo ha conseguido hacer simplemente un álbum divertido y lleno de música en el sentido más amplio del término, lo cual puede ser una declaración política mucho más potente que cualquier canción protesta. Ese “peso” político, desde luego, no lo tiene este disco.
Calificación: 8/10 Lo mejor: ‘Sea Borne’, ‘The Invocation’, ‘The Forest’ Te gustará si te gusta: la música que fusiona géneros Escúchalo:Spotify
Tras el intento de Leticia Sabater por hacer la canción del verano de 2018 con ‘Tukutú‘, que se quedó lejos de repetir el éxito viral de ‘La salchipapa’ y, en menor medida, ‘Toma pepinazo’, la cantante aprovecha otra festividad importante para estrenar tema nuevo e intentar resurgir de sus cenizas.
‘El polvorrón’ es el nuevo villancico de Sabater para la próxima Navidad y se presenta con un vídeo lleno de cromas imposibles, con la presencia destacada de Sabater vestida de Mamá Noel bailando al todavía más imposible ritmo de la canción (aunque no deja de vestir un bikini en otra escena del vídeo). El tema no tiene nada que ver con ‘All I Want for Christmas is You’ y es electro-latino, aunque debe ser una variación de este género porque por momentos (o en todos los momentos) suena bastante experimental, por no decir cacofónica y a destiempo.
Las frases estrella de ‘El polvorrón’, cuyo título es evidentemente una imaginativa variación de “polvorón” y fusiona el deseo de Sabater por un “polvo” y por beber “ron” en Navidad con su amado, son por ejemplo “papi, vamos al turrón”, “ya llegan los camellos, porrompompón” o “tú tocas la zambomba, yo le pego al polvorrón”. Si ya estás flipando en colores, espera a ver el vídeo.
El festival Monkey Week ha celebrado este año su 10º aniversario, 3º desde que se mudara a Sevilla desde el Puerto de Santa María, y lo ha hecho superando todas las cifras anteriores, y uniéndose a la red europea de festivales INES, lo que ha traído profesionales del resto de Europa, y asistentes que venían de Latinoamérica y distintas partes del globo. La organización cifra la asistencia en más de 12.000 personas, y eso que este año tenían a la lluvia como principal enemiga. Evidentemente no hemos podido asistir a todos los conciertos, sí hemos querido reseñar algunos. Las actuaciones se ubicaron en lugares repartidos por distintos puntos de la ciudad, pero siempre alrededor de la Alameda, donde se podían ver de forma gratuita actuaciones en el Escenario Ron Contrabando y en el característico Jägermusic (sí, el de los coches de choque). El lema del festival es «descubre hoy a las bandas del mañana» y es cierto que los dos nombres que destaqué especialmente el año pasado (Princess Nokia y Mueveloreina) han aumentado su público y alcance considerablemente. No sé si acertaré con las tres promesas que destaco de esta edición pero, de cualquier forma, tanto ellos como otros son nombres muy poco conocidos -de momento- en la burbuja de festivales, teniendo esto una relación inversamente proporcional en lo que respecta a su calidad. [Fotos de Maria Arnal i Marcel Bagés y Derby Motoreta’s Burrito Kachimba obra de Javier Rosa, cedidas por Monkey Week.]
No era el primer concierto, pero sí el concierto inaugural del festival y a su vez cierre de gira (lo que son las cosas) para Maria Arnal i Marcel Bagés, que ponen así punto y final al aclamadísimo ‘45 cerebros y 1 corazón‘. Las expectativas eran altísimas, y el dúo no decepcionó en absoluto: Bagés estuvo impecable, y Arnal entregó en directo la misma (o más) pasión que en el estudio, demostrando que en ella se unen voz, cadencia, movimientos y dominio del escenario… dominio del escenario con tan solo un par de sillas y juegos de focos. No hacía falta nada más para poner los pelos de punta como en ‘Ball del vetlatori’ o la canción homónima, o para simplemente poner como en ‘No he desitjat mai cap cos com el teu’ o ‘Tú que vienes a rondarme’. Una maravilla de concierto, y un dúo al que hay que marcar para no perderse cada vez que vuelva.
Muy esperado también era el concierto de La Plata. La banda valenciana viene de ser anunciada como uno de los nominados a los Premios Ruido, junto a Zahara, Rosalía, Putochinomaricón, Christina Rosenvinge, Belako, Nacho Vegas, Niño de Elche, Rufus T. Firefly, Toundra, Morgan y La Habitación Roja. Sin duda eran uno de los menos conocidos de ese grupo de artistas, pero no son pocos los que los ven como unos de los favoritos para llevárselo, y el por qué pudo verse en su concierto del viernes por la noche en Fun Club (ese mismo día también ofrecieron otro, el aplazado por la lluvia del jueves). Es verdad que el grupo se encarga de asegurar que no hacen punk sino pop («puede resultar insultante para los grupos de la escena hardcore punk», dicen), pero se entiende el empeño en adjudicarles la etiqueta cuando los ves en un directo que prácticamente no tiene descanso y sí tiene una fuerza arrolladora. La sala a reventar no impidió que se formaran pogos al ritmo de las canciones de ‘Desorden‘. Y pogos (pero sobre todo perreo) hubo también en los coches de choque durante el concierto de Albany, a la que, si no la conoces pero te gustan Bea Pelea, Pedro LaDroga o La Favi, tienes que ir dándole una escucha.
Por problemas de aforo no pudimos ver a Novedades Carminha, pero sí a Terry vs Tori, cuyo bolo en la Sala Even fue especialmente destacable. Erica y compañía entregaron a sus fieles exactamente lo que querían: dreampop del bueno con aroma al Guadalquivir. Un día antes también habían actuado poco después de los más «nuevos» Vera Fauna, que con su mezcla entre psicodelia y surf, y con su forma de relacionarse con el público, se llevaron la atención de muchos de los allí presentes. También sevillanos son Los Reyes Magos, otra de las jóvenes promesas del festival, y que el sábado en el Vinilo Rock Bar presentaron en sociedad con éxito su debut ‘Guay!’ (ocho canciones fuertemente influenciadas por el pop sesentero) y Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, un nombre imposible tras el que se esconde una banda muy recomendable que bautiza su propio estilo («kinkidelia») mientras se declara fan de Triana y Bowie a la vez, y hasta del trap (en este último caso la mitad de la banda sí y la mitad no, según aclararon). Mi compañero Raúl los definía como «es lo que hubiera pasado si Triángulo de Amor Bizarro se hubiesen criado escuchando ‘La leyenda del tiempo'», y no le falta razón; un conciertazo, en cualquier caso.
En el Vinilo actuaron también las Melenas, responsables de uno de los grandes shows del festival. Repletas de energía y con un dominio brutal de los instrumentos (especialmente Leire con el bajo), demostraron que de «Hinds de provincias» como ellas comentaban, nada de nada (en primer lugar porque la comparación sólo por ser chicas es absurda, pero en segundo lugar porque ga-nas tie-nen lasJa-inds, que diría Paulina). Y desde luego, si hablamos de grupos que poco se parecen a otros, tenemos que hablar de Dreyma. Cris, malagueña, y Mel, francesa de corazón y andaluza de adopción, tienen un personal sonido y un cuidado manejo del concepto y la estética en sus videoclips, donde el dream core les lleva de momentos pausados a otros oscuros y a otros casi de éxtasis. Aunque no les dio tiempo a cantar ‘Fuego’ (un temazo que empieza como una canción de Alt-J, sigue como una mezcla entre Massive Attack y La Mala, y cambia mínimo tres veces de sonido e idioma), el dúo llamó la atención con un show distinto que destacaba entre otros muy parecidos entre sí, citando entre sus influencias a Massive Attack, King Krule… ¡y Zahara! Como curiosidad, la autora de ‘Astronauta’ fue profesora de Mel, «y sabemos que cuando dudemos podemos acudir a ella y preguntarle, para nosotras es un ejemplo de mujer en la industria», contaron las chicas.
En el Espacio Santa Clara pudimos ver conciertos tan distintos como el de la llamada «Björk gallega», Mounqup (que ya me cautivó en el Carballo Interplay y aquí volvió a encandilar a los presentes con los temas nuevos de ‘Castro Verdi’), y el de un grupo que, si tuviésemos que apostar, diría que de aquí a un tiempo no muy grande van a estar petándolo: Poolshake. Los murcianos ya me habían llamado la atención cuando los vi casi por casualidad en el Warm Up, y evolucionan favorablemente en un sonido y estética cada vez más cuidados. Con unas influencias que mezclan a Pale Waves y Billie Eilish con Britney, y un frontman que suelta cosas como «hacemos pop porque el pop es lo único bueno que ha habido en el mundo» o «es mentira que no se pueda hacer música con sentimiento desde el mainstream», estos cuatro chicos tienen las cosas muy claras. Y ojito porque, con solo diecinueve años de edad y ni dos de trayectoria, en su próximo EP están involucrados Hans Kruger y Montreal Studios, Guille Mostaza y Robin Schmidt. Otros que también sorprendieron pese a su -de momento- breve recorrido fueron Sun Orphans. Los cordobeses actuaron en uno de los escenarios menos agradecidos, a ras del suelo en la Sala Ítaca, pero su vocalista Pedro Castro supo convertir esta desventaja en una ventaja acercándose al público en una ‘Take Care of the Orphans’ que cantó exudando un aura a lo Alex Turner que, en contra de lo que suele ocurrir, no le sentaba mal, para finalizar de rodillas y bailando sin perder el control de la voz. La entrega del batería Ismael Cobacho es el otro gran punto que nos hizo interesarnos por esta formación y estar atentos al EP que publicarán a finales de año. Las jienenses Uniforms completan nuestra recomendación de grupos que seguramente-no-conocías-pero-deberías: Annie, Natalia y Pan presentaron en la Sala Fun Club el recién salido del horno ‘Polara’, y la respuesta del público no pudo ser más positiva.
Pony Bravo eran el plato fuerte del sábado, y no decepcionaron: soltaron ya en el segundo corte su hit ‘El Político Neoliberal’, se despidieron con la locura de ‘Mi DNI’, versionaron a Las Grecas e hicieron que todos los presentes coreasen ‘Turista ven a Sevilla’. El Teatro Alameda hasta arriba mientras el inclasificable sonido de los Bravo se abría paso entre las cervezas y daba fuerza a los asistentes para, nada más terminar, no salir corriendo ante la lluvia sino continuar la fiesta en «las salas de madrugada»: X, La Calle y Even. En esta última repitieron, tras el Monkey del año pasado, los ya conocidos Yawners: a Elena y Martín poco les importó que la hora del concierto fuese tan intempestiva, y con su skatepunk se metieron en el bolsillo al público. Poco después, en la Sala X, Sierra recogían el testigo de mantener despiertos a los presentes mientras daban buena cuenta de los temas su disco del año anterior, ‘A Ninguna Parte’. Los «hijos» de Sonido Muchacho continuaron allí con Mujeres encargados de cerrar, DJs aparte, el festival. El grupo, que recibió estupendas críticas el pasado año por ‘Un sentimiento importante’, fue muy bien recibido como broche final de un festival al que el cambio de la fecha, a pesar de traer lluvia, le había sentado de maravilla. ¡A por la 11ª edición!
Rosalía ha publicado esta noche unos stories en los que afirma haber visto al fin el análisis musical de ‘El mal querer‘ publicado hace unas semanas por el youtuber y divulgador Jaime Altozano, celebrando que al fin una persona haya analizado el disco desde un punto de vista más teórico que crítico. Altozano, por su parte, ha retuiteado un mensaje de la cantaora en el que invita a sus seguidores a ver los stories en cuestión.
El vídeo de Altozano sirve a Rosalía para compartir interesantes detalles sobre ‘El mal querer’, como que el ritmo original de ‘Malamente’ iba a ser una zambra, pero que no terminaba de cuajar. Cuenta Rosalía que entonces dio con la estrofa de la canción, inspirada en las canciones de copla que ha escuchado toda su vida, y que El Guincho propuso que el estribillo se compusiera de “adlibs”. Aunque Altozano atribuye esos gritos o expresiones en ‘Malamente’ a la influencia del trap, donde “cada tres frases hay alguien de fondo diciendo algo”, Rosalía asegura que esta idea ha estado presente en el flamenco siempre en forma de jaleos. Además, la artista indica que el sonido de “sirena” de la canción que tanto fascina a Altozano es un sample de su propia voz hablada que El Guincho grabó mientras ella improvisaba, y que luego “pitcheó para abajo”.
Aunque Rosalía no está de acuerdo con Altozano con que ‘Malamente’ contenga elementos de trap, sí lo está en otras cosas, como con que el youtuber hable de ‘Pienso en tu mirá’ en términos de una canción pop pese a su inusual composición y sonido inspirado en los ritmos tradicionales flamencos y africanos, ya que esa ha sido la intención de Rosalía, hacer una canción “con un gran alcance”. Sobre ‘Que no salga la luna’, dice que está inspirada en las bulerías y en su amor por las palmas en el flamenco, pero sobre todo en la electrónica. De hecho, Rosalía afirma que la canción es tan hipnótica porque está basada en un “loop” y que usa un “recurso muy recurrente” en el género, el “hecho de filtrar frecuencias” que hace que a veces la “guitarra esté más escondida y otras no”. También defiende el autotune presente en el ‘El mal querer’ y dice que no es tan fácil usarlo como parece, e incluso que ella tuvo que aprender a usarlo antes de grabar el álbum.
Entra ya en INSTAGRAM y abre mi storisssss ❤️ estoy haciendo videos hablando de todo el disco de EL MAL QUERER 🙈 hiiihi Mi cuenta en ig es: @ rosalia.vt pic.twitter.com/VKAiLZPdRn
Aunque aún no había llegado a publicar su primer single tras su participación en el exitoso Operación Triunfo 2017, Ricky Merino ha sido uno de los participantes en aquella edición del talent-show más populares, siendo invitado a co-presentar el post-programa ‘El Chat’ que se emite desde la academia después de cada gala en la actual edición del concurso. Pero esta madrugada al fin ha debutado, con ‘Miénteme’.
Se trata de una canción pop de inspiración R&B con producción modernilla pero no demasiado, que, tras una intro de guitarra, sube de intensidad con un ritmo funk y cierta querencia oscurilla, hacia el The Weeknd más comercial –bien podría estar interpretada por un Blas Cantó, por ejemplo–. Pero que más está dando que hablar es el clip oficial y un pelín NSFW con el que se ha presentado el tema: dirigido por Javier Giner, representa una orgía sexual en la que Ricky es el protagonista y que cuenta con todo tipo de géneros y morfotipos humanos.
Envuelto en tonos dorados, Ricky ejerce de guía en una mansión en la que encontramos a invitados de excepción como Itziar Castro, la profesora de interpretación despedida con polémica por la actual edición del concurso de talentos, y un par de compañeros de esa edición de programa como Raoul Vázquez (uno de los que, como Amaia Romero y Alfred García, aún no han debutado en solitario) y Nerea Rodríguez, que ya hizo sus pinitos interpretativos como parte del elenco de ‘La llamada’.
Que feliz me hace que podáis ver la maravilla de videoclip y canción que se ha marcado @rickymerino ♥️
Estoy tan feliz por ti… Poca gente sabe lo que has trabajado para que todo saliera así de bien. Gracias por querer compartir tu aventura conmigo😊https://t.co/y8zA6DfWWj
Este año se han cumplido 50 años desde que España ganara Eurovisión con ‘La, la, la’, interpretada por Massiel. La canción era una composición de Dúo Dinámico, en la primera y única vez que Ramón Arcusa y Manuel de la Calva han participado en el festival. Y ahora quieren que eso cambie, o eso parece según las últimas declaraciones de Arcusa en El Provincial.
Arcusa afirma que el dúo ha compuesto una canción para la próxima edición de Eurovisión, que se celebra en Israel, y quieren que la cante una de las expulsadas recientes del concurso, Noelia, una “cantante con mucha garra y una fuerza enorme”. Dicen que es “una canción muy bonita y sorprendente”, pero no aún no saben “si va a ser la elegida para representar a España en ese festival porque hay mucha competencia”. Además, indican que la temática de la canción es “femenina” ya que son “admiradores de las mujeres y siempre las hemos respetado mucho”, y que Noelia sería la intérprete ideal ya que la canción “canción necesita a alguien que la defienda con energía”.
Es difícil adivinar cómo sonaría una canción de Dúo Dinámico en 2018, ya que desde 1972 el grupo se ha dedicado sobre todo a producir a otros artistas (notablemente a Julio Iglesias) y los discos que ha solido publicar entre los 80 y 90 se han compuesto de temas viejos. Además, el grupo es emblemático del pop de los 60, con influencia del doo-wop y el rock ‘n roll, estilos ya totalmente anacrónicos. Sin embargo, canciones como ‘Piensa en mí’ pueden dar una pista de por dónde podrían ir los tiros.
Cinco años después de ‘Random Access Memories’ de Daft Punk, tan imitado por numerosos artistas, la música disco ha vuelto a pasar a un segundo plano sólo apto para nostálgicos, mientras ritmos latinos mezclados con hip hop dominan el panorama pop. Sin embargo, ese género bailable nutrido de funk y soul difícilmente morirá gracias a los movimientos cíclicos de las modas y, también, a algunos nostálgicos que conservan prendida la llama de las bolas de espejo y los pantalones de campana. Es el caso de Corine.
Esta artista francesa, esgrimiendo un palpable sentido del humor y una estética esmeradamente kitsch (con esa melenaza de rizos rubios que le confiere un look a medio camino de Donna Summer, Goldfrapp y Bonnie Tyler), se ha propuesto animar el panorama pop francés a base de revival de bajos funky, ganchos pop entonados con sensualidad y ritmos que empujan a bailar. Nada nuevo, no, pero sí refrescante. Corine –que es en realidad la cara visible de un proyecto en el que ella canta las letras que escribe sobre el colchón musical que crean Marc Collins, de los populares revisionistas Nouvelle Vague, y el especialista en bandas sonoras Dorion Fiszel– debutaba en 2016 con una canción que ya recogía todas esas características antes descritas, ‘Pourquoi Pourquoi’, una oda al chocolate, la crema solar, el ceviche, a los chulos sudorosos envueltos en toallas y, por encima de todo, la disco music.
Aquella canción anticipaba ‘Fille de ta région’, un EP debut que fue después reforzado con remixes, una versión en italiano de aquel primer hit (Giorgio Moroder es, como no podía ser de otra manera, una obvia influencia en ella) y nuevas canciones como ‘Il fait chaud’, ‘Cocktail’ o ‘Épopée Solaire‘ –dueto con Juliette Armanet–, formando ‘Fille de ta région Vol. 2’, publicado a principios de este año. Era, en realidad, una especie de reedición multinacional de su primer EP, que servía de anticipo de ‘Un air de fête‘, álbum de debut publicado días atrás que debería consolidar a esta especie de remedo de Les Rita Mitsuoko, Chromeo y Lio en el que sus desacomplejados y coloridos videoclips son imperdible parte fundamental.
Según ha publicado hace unos minutos el diario italiano La Repubblica, hoy ha fallecido en Roma el director Bernardo Bertolucci. Tenía 77 años y padecía una enfermedad que nunca trascendió pero que le impedía caminar y le postró en una silla de ruedas, algo que le torturó en sus últimos años y le sumió en una depresión que se tradujo en una escasa producción fílmica, apenas 3 películas en lo que llevamos de siglo.
Hijo del poeta Attilio Bertolucci, comenzó a dirigir sus propios cortometrajes a inicios de los años 60, aunque lo que le marcó sin duda fue su trabajo de ayudante de dirección con Pier Paolo Passolini, con el que trabó una gran amistad. Compaginando la realización con la labor de guionista –suyo fue el guión de ‘Hasta que llegó su hora’ de Sergio Leone, considerado uno de los mejores westerns de la historia del cine–, en 1972 le llegó el gran espaldarazo de Hollywood al ser nominado al Oscar al mejor guión adaptado por ‘El conformista’. Esto sin duda contribuyó a que se le ofreciera su primera gran producción, la controvertida ‘El último tango en París’, protagonizada por Marlon Brando y María Schneider y que aún hoy sigue siendo objeto de polémicas por sus escenas de violencia sexual que, según algunas revelaciones recientes, se improvisaron en el rodaje sin previo aviso a la actriz protagonista.
No excesivamente prolífico, Bertolucci dirigió menos de 20 largometrajes en casi 40 años de carrera. Tras ‘El último tango en París’ (1972), su siguiente film fue la superproducción ‘Novecento’ (1976). Una década después, en 1987, llegaría ‘El último emperador’ (1987), con la que conquistó 9 premios Oscar, incluidos los de mejor película y mejor director. Su último gran éxito de taquilla fue ‘Soñadores’ (2003), inspirada en el mayo del 68 francés, mientras que su último trabajo en la dirección fue la película ‘Tú y yo‘ (2012), una película que empleaba música de Arcade Fire, The Cure o Bowie interpretado en italiano.
En verano trascendían algunas imágenes de Rihanna y Donald Glover, Childish Gambino, aparentemente en una filmación juntos en la isla de Cuba. Aunque se podía suponer que se trataba de algún videoclip de una colaboración musical entre ambos, algunos medios apuntaban ya que se trabata de una película dirigida por Hiro Murai -director del impactante y viral vídeo de Gambino ‘This Is America‘-. Pero no ha sido hasta este pasado fin de seamana que se ha confirmado que, efectivamente, ambos protagonizan el film ‘Guava Island’.
Se trata de una película protagonizada por ambos cuyo tráiler ha sido revelado en un festival de Nueva Zelanda, Pharos, y aunque sí tiene un trasfondo musical que casi se da por hecho, en realidad se trata de un thriller. El citado tráiler revela en sus casi dos minutos de duración su argumento, en elque Rihanna es la pareja de un cantante-buscavidas, Glover, que, en medio de una especie de fiesta local similar al carnaval, se mete en problemas con un capo mafioso (Nonso Anozie, de ‘Juego de tronos’) de la isla caribeña en la que se desarrolla la acción -«Isla Guayaba», como algunos medios han traducido el título, no existe como tal, pero sí Isla Guayabo, perteneciente a Costa Rica y protegido como Reserva Biológica-.
Aunque no se trate de la colaboración musical entre ambos que cabía esperar, tampoco se descarta de momento que el film incluya alguna canción conjunta o, al menos, de uno de los dos artistas. Childish Gambino ha lanzado este año dos singles tan potentes como ‘This Is America’ y ‘Feels Like Summer‘, mientras que Rihanna lleva algún tiempo insinuando que publicaría un álbum a lo largo de este año, al parecer inspirado en ritmos caribeños y jamaicanos. Aunque no parece tener prisa, habida cuenta de lo bien que le va en su faceta de empresaria al frente de la marca de cosmética Fenty y la línea de lencería adherida a la misma marca.
Alejado de ruido o polémicas importantes, Jorge Escorial, más conocido como Recycled J, se está afianzando como uno de los artistas más interesantes de la diversa y rica camada del pop-surgido-del-rap que ha alumbrado nuestro país. El autor de ‘Oro rosa’ se dispone a publicar en breve la continuación de aquella mixtape que lanzó con un engaño bastante ingenioso. Se titula ‘City Pop’, aparentemente abrazando con decisión la etiqueta de “urban pop” que no todos comparten y que se nutre tanto del hip hop, del R&B, del trap o de la electrónica como de las melodías más redondas y adictivas.
Este nuevo trabajo está firmado con el interesante productor Selecta, y tanto este como el artista de Carabanchel no tienen el más mínimo complejo en buscar buenas melodías en sus composiciones, sin conformarse con ganchos que funcionen por simple repetición. Lo demostraron en la fantástica ‘Aunque digan que yo’, y repitieron con ‘Tiempo’ primero y ‘Kids’ –con guiños sonoros al pop de los 80 y 90– después. Y ahora han vuelto a entregar otra fabulosa muestra de lo que intuimos que buscan –una versión colorista y brillante de lo que se mal entiende por trap español– en ‘Bambino’:
Se trata de otra canción de pop contemporáneo que contiene una melodía que va de lo dulce a lo rabioso, con la dosis justa de AutoTune, cuya ágil letra (con barras tan chulas como “soy un hijoputa pero ahora es lo que toca / no quedan caretas pa’ mi carita rota”) tiene, curiosamente, ciertos puntos de conexión con la de ‘Un veneno’ de C. Tangana: la de un artista que se ha esforzado en ser grande con la complicidad de una pareja que luego le ha abandonado a pesar de sus logros (“baby, ni con flush puedo tenerte”) y de haberse implicado en sus trabajos (“quisiste un llorón y te tragaste ‘Oro rosa’”).
El lanzamiento se complementa con un vídeo muy potente en lo simbólico, donde Jorge se atavía como un clásico “nerd”, que asegura que es como se siente dentro de la escena nacional de los nuevos raperos. Según el clip dirigido por Eneko Fernández y con una producción bastante espectacular para ser autogestionada, esa imagen de pardillo es una de esas caretas que Recycled J parece haber adoptado de manera impostada (él mismo se “dirige” en un metavídeo) y que ya no está dispuesto a seguir manteniendo. Así, ‘City Pop’ se convierte en uno de los lanzamientos que más esperamos de las próximas semanas, imperdible para los que disfruten con los trabajos recientes de Rels B, One Path o incluso Post Malone.
Tommi Musturi ha renovado el lenguaje con diálogos escasos y dibujos sencillos, logrando conectar con el lector de una audiencia globalizada, sin atarse a un estilo propio. El despliegue estético del autor es irreconocible (salvo contadas ocasiones) y siempre variable, lo que le beneficia en cuanto a internacionalización pero le perjudica en cuanto a fidelización del público, por no marcar un aspecto diferenciador respecto a otros autores. Las numerosas historias que componen ‘Antología del alma’, un trabajo de dos décadas dedicadas a la investigación, afrontan el desafío de huir del arraigo.
Para Musturi, como bien explica en el capítulo titulado ‘La prisión del estilo’, este es el mayor enemigo de todo artista, pues distorsiona la experiencia: su única premisa válida es que el arte sea capaz de conmover y conmoverse. La libertad de estilos, formatos y narraciones puede descolocar por la ausencia de hilo conductor alguno, entre propuestas tan dispares como el alcoholismo, el uso de armas, el automovilismo, la caza de animales o el acoso sexual, pero el conjunto funciona. 8.
Daria Bogdanska / Esclavos del trabajo
El primer trabajo de la polaca Daria Bogdanska nos abre los ojos del mundo laboral en la idealizada Europa del Norte. Tras una estancia en Barcelona decide trasladarse a la ciudad sueca de Malmö, donde quiere emprender una vida que incluye una beca en la escuela de cómic, un trabajo por horas para sobrevivir, y los papeleos administrativos para regularizar su situación aun siendo europea. Como es evidente intuir, no lo tendrá fácil, jugando también en su contra los percances de un par de fracasos sentimentales.
Son innegables las buenas intenciones de Bogdanska por poner sobre la mesa un problema actual que va en aumento -aunque poco dista de los jóvenes de hace sesenta años como comprobamos en ‘Nieve en los bolsillos de Kim‘- y afrontarlo con rebeldía gracias a su afición a la música punk. Las dudas nos las deja el contraste de un dibujo crudo, en blanco y negro, de trazo espontáneo e improvisado, con un relato que, pese a los intentos, poco tiene de optimista aunque pretenda serlo. 7,8. Disponible en Amazon.
Matt Furie / Coleguis
«No es país para cómics de humor» podría ser el titular para anunciar esta recopilación de cuatro entregas entre 2006 y 2011 bajo el nombre de ‘Boy’s Club’, del norteamericano Matt Furie. A tenor de la piel tan fina de las noticias, o lo políticamente correctos que nos hemos vuelto, ‘Coleguis’ no es recomendable para todos los públicos. No lo es por el detalle de bromas que se gastan estos cuatro amigos que comparten su existencia entre drogas, comida basura y videojuegos, de tinte fecal y fluidos corporales en gran parte de los sucesos.
También hay que contar que Matt Furie lo pasó mal con el nefasto uso que se ha hecho de la rana Pepe, uno de los protagonistas de ‘Coleguis’, a raíz de que Donald Trump la twitteara (a la rana Pepe) con tupé platino, desatando la euforia en las filas de la extrema derecha, que se apoderaron del personaje. Su fama en verdad ya se venía gestando mucho antes de que existieran los memes, llamando la atención de Nicki Minaj o Katy Perry. 7,8. Disponible en Amazon.
Marc Bell / Stroppy
No es tarea fácil describir el afán que Stroppy tiene por ganar un concurso musical con premios en metálico. Con el relato de Marc Bell al respecto se respira humor sin llegar a la carcajada, tocando de soslayo por el camino cuestiones como los modelos de trabajo que se imponen, la jerarquía del poder, la corrupción o el neoliberalismo del capital. Elementos que el canadiense utiliza con maestría porque nos introduce en el terreno sin echarnos la habitual serenata que acompaña estas cuestiones sociales, políticas o económicas.
El estilo de Bell conecta nuestra memoria al instante con Robert Crumb y EC Segar. Llaman la atención los personajes secundarios pequeños frente a los principales de mayor tamaño, los colores suaves casi pastel, las formas redondeadas y las viñetas plagadas de detalles minuciosos. Una apuesta que además juega a enmarañar acontecimientos unos con otros en un mismo plano, sin apenas guardar relación, dando un toque surrealista a los devaneos de Stroppy. Un clímax para tomar las cuestiones que trata, en serio… lo justo. 8. Disponible en Amazon.
Con la temeridad que inevitablemente requiere la osadía, Hazte Lapón echan el cierre marcándose una pirueta final: un disco dividido en tres partes, recogido en un formato físico inédito (su disco-libro-juego, que pronto diseccionaremos, va mucho más allá que el estético tarot de ‘El mal querer’) y que sólo tiene, que recordemos, un precedente en ‘Los diarios del petróleo’ de Chucho. Después del interludio veraniego que reunía la divertida ‘Amas la playa / Odias la playa’ y la revisión dub de ‘El desencanto’, semanas atrás, coincidiendo con la venta del falso vinilo, se presentaba la parte 2, subtitulada ‘Tú y yo (y todos los demás)’, que Lolo Lapón nos explicó que pretendía hacer extensiva a los múltiples músicos que han formado parte del grupo en esta década la temática centrada en la relación sentimental de él y Saray Botella, la otra miembro permanente de Hazte Lapón.
Esta última parte supone una extensión de lo que ya era “La vida adulta (instrucciones de uso)”: un compendio de pop de arreglos exquisitos que no pocas veces obligan a mentar a Belle & Sebastian y que, en sintonía con proyectos como The Magnetic Fields (la bonita guitarra distorsionada en ‘Todas las fiestas’ nos traslada del todo a ‘The Charm of the Highway Strip’) o Klaus & Kinski, encuentran refrescantes remansos de variedad de estilos. Indistintamente pueden ir de ritmos clásicos, como el vals de ‘Catalizadores de amor y ‘Maravillas de la insuficiencia’, la fanfarria de ‘Sorprendido del truco’ o los toques doo wop de ‘Trompe-l’oeil’, hasta el indie rock enérgico –a lo The Wedding Present– de ‘Vidas de santos’ o el kraut pop a medio camino de Pulp y LCD Soundsystem –pero en orgánico– del enorme final ‘Yo los he visto’.
Un conjunto que, en esta ocasión, contiene muchos más cortes reposados y que, quizá a causa de su secuencia, se revela algo más “difícil” que su primer volumen. Pero que, como aquella, va creciendo con las escuchas, especialmente cuando se va prestando atención a las numerosísimas y no evidentes referencias a personajes y obras tan variopintos como Andy Warhol y The Velvet Underground, Leopold y Molly Bloom, Wes Craven y Werner Heisenberg o William Masters y Virginia Johnson. El malagueño se vale de todos ellos para crear pequeños relatos y paradojas que en realidad reflexionan sobre su propia relación con Saray, sobre su hijo, sobre la muerte, sobre la creación artística en estricta oposición a una vida normal, el ego, el sexo… Cuestiones filosóficas que, convertidas en cuidadas piezas de pop atemporal (el trabajo de Ferrán Resines y Cristian Pallejà en los Estudios Caballo Grande, fieles escuderos y productores en este último lanzamiento, sigue siendo fantástico), ayudan a tragar la píldora e invitan a tomar nuestra propia posición. A bote pronto, no logro recordar que haya ningún otro proyecto de la escena indie –la que los acogió e hizo crece y que, vista su deriva, han decidido dejar marchar– que haya sabido manejar su adiós así de bien y poner cierre a una etapa con tanta dignidad y clase como Hazte Lapón. Sólo por ello se merecen una ovación cerrada y un recuerdo eterno.
Calificación: 7,8/10 Lo mejor: ‘Yo los he visto’, ‘Vidas de santos’, ‘Todas las fiestas’, ‘Tú siempre ganas’ Te gustará si te gustan: Klaus & Kinski, The Magnetic Fields, Belle and Sebastian, Pulp Escúchalo: Spotify
Parcels es uno de los grupos revelación de 2018. Tras colaborar con Daft Punk en el single ‘Overnight’, algo no al alcance de muchas personas en el mundo -el dúo francés no es muy dado a colaborar en proyectos ajenos, como saben muy bien The Weeknd y Pharrell Williams-, el quinteto australiano ha publicado su álbum debut, que no incluye esta canción (no en vano, su mayor éxito en las plataformas de streaming) pero sí otras joyas de pop retro como los singles ‘Tieduprightnow’, ‘Lightenup’ o ‘Withorwithout’ o temas menos conocidos pero fascinantes como ‘Closetowhy’ o ‘Everyroad’. Estas canciones y el resto de las que conforman su disco han demostrado con creces que Parcels es muchísimo más que ‘Overnight’. Hablamos con el bajista del grupo, Noah Hill, sobre su colaboración con Daft Punk, su disco o su experiencia en Berlín, donde residen sus integrantes.
¿Trabajasteis mano a mano con los dos miembros de Daft Punk en ‘Overnight’? ¿Cómo fue la experiencia? ¿Qué creéis que vieron en vosotros?
La experiencia fue muy surrealista. En el momento no entendíamos qué estaba pasando. Cada día que estábamos en el estudio, no nos parecía real. Íbamos al estudio y ellos estaban ahí pero no nos lo creíamos. Fue una locura.
¿Cuál fue la dinámica trabajando con ellos?
Muy casual y agradable. Llegábamos al estudio, hablábamos, trabajábamos en la canción… Fue fácil y natural.
¿Mantenéis contacto con ellos? ¿Sabéis qué les ha parecido el disco?
No estoy seguro si han escuchado el álbum. Tampoco hemos estado en contacto con ellos desde hace tiempo.
«Queríamos que nuestro debut estuviera producido por nosotros mismos»
‘Overnight’ no está en el disco y realmente el álbum es bastante diferente. Da la impresión de que no habéis querido seguir esa línea estilística. ¿Teníais miedo de que el “single de Daft Punk” tuviera demasiado protagonismo?
Siempre supimos que era un single suelto y que no estaría en el disco porque era otro tiempo, otro lugar. Las canciones del álbum las grabamos en París, en otro estudio y por nuestra cuenta, y queríamos que nuestro debut estuviera producido por nosotros mismos. Los lugares eran diferentes y también los sonidos.
En vuestra presentación oficial (Louie Swain (teclados), Patrick Hetherington (teclados), Noah Hill (bajo), Anatole Serret (percusión) y Jules Crommelin (lead, guitarra), no se especifica quién canta, ¿no le dais importancia o acaso cantáis todos a la vez en el momento coros?
Jules canta la mayoría de canciones, Pat unas pocas… pero depende de quién escribe la canción. No existe realmente una voz principal, canta la canción quien la escribe.
«No tengo ni idea de cómo va a sonar el siguiente álbum, pero sí sé que será un disco de pop, porque nos encanta el pop»
¿Qué os ha inspirado en la portada del disco? Recuerda un poco a las comedias de enredo de los años 60, pero también un poco a los Beatles, esas imágenes famosas de ellos saliendo de aviones…
La inspiración de los Beatles en la portada estaba muy presente. Pero también tiene que ver con nuestra historia, nosotros siempre estamos viajando, y además viajamos grandes distancias sobre todo desde Australia. La portada conecta además con la de nuestro segundo EP [‘Hideout’, 2017], en la que aparecen unas maletas.
El disco presenta influencias muy diversas. Es muy disco, muy Chic, pero también muy soft-rock, tiene puntos muy folk a lo Simon & Garfunkel, 60s pop, melodías de sintetizador muy cósmicas, incluso un final dubstep… ¿Sois todos nerds de la música? ¿El interés por el pop de antaño os viene de familia?
Supongo que somos “nerds” pero no tanto… Simplemente nos gusta la música, no tenemos ningún tipo de prejuicio, escuchamos de todo y todo nos inspira. Hemos buscado no encasillarnos, y cuando haces música es inspirador hacer otro tipo de sonidos. Para mí eso es lo emocionante de la música, nos gusta ser abiertos con ella. No tengo ni idea de cómo va a sonar el siguiente álbum, pero sí sé que será un disco de pop, porque nos encanta el pop.
¿Alguna vez trabajaríais con un productor para un posible disco o no sacrificarías la libertad que os da produciros a vosotros mismos?
Estamos abiertos para ello, sin embargo, para este disco sentíamos que teníamos que hacerlo nosotros porque es el primero. Ahora que el disco está hecho, creo que sería emocionante colaborar con alguien.
¿Tienes alguna idea de con quién te gustaría trabajar?
Realmente no, es solo la idea…
Se nota que cuidáis vuestras canciones, tanto los arreglos como las melodías suenan cuidados, mimados, madurados. Entendéis el concepto del espacio en las canciones, no las saturáis, no os dais prisa en desarrollarlas. ¿Cuánto tiempo habéis llegado a estar ultimando todos los detalles de una canción?
Algunas canciones las hacemos rápido, otras nos toman incluso años. En ‘Bemyself’ trabajamos durante un año. La grabamos a principios de 2017, intentamos hacer cosas diferentes con la grabación, sobre todo que funcionara la segunda sección, pero al final la eliminamos y nos quedamos con la primera. Podemos estar horas, meses o todo un año trabajando en una sola canción.
¿Qué tal Halloween? ¿Habéis hecho algo?
[ríe] Realmente no… No soy muy fan de Halloween. De todas formas, no es un evento muy famoso en Berlín, lo es mucho más en Estados Unidos. La gente allí se vuelve loca con Halloween.
Te lo pregunto porque vuestro vídeo para ‘Withorwithout’ da bastante miedo. Lo habéis descrito como un “slasher”, pero no es exactamente un “slasher”…
Es como un slasher, ¿no? Tiene cosas diferentes pero la inspiración fue esa.
«Australia es un país muy aislado, la escena musical está muy centralizada»
¿Seguís viviendo en Berlín? ¿De qué manera creéis que ha influido el disco?
Berlín ha influido el álbum de manera que nos ha dado el tiempo y la libertad de pasar todo el tiempo que queremos haciendo música, ya que cuando llegamos a Berlín, en los inicios del grupo, aceptamos trabajos muy duros [para subsistir]. Ahora podemos pasarnos todo el día escribiendo y grabando música porque… supongo que es muy barato y fácil. Y la atmósfera de la ciudad, la escena musical… está muy bien.
No es tan común que una banda australiana migre y construya una carrera en otro país. De Australia o Nueva Zelanda conocemos a Lorde, Nick Cave, Kylie… pero todos ellos desarrollaron sus carreras en casa. ¿Por qué decidisteis mudaros? Supongo que en Australia es difícil hacerse famoso por lo lejos que está…
Sí, esa es una de las razones, Australia es un país muy aislado, la escena musical está muy centralizada, solo se basa en lo que suena en la radio. En Australia hay muchas bandas famosas que no dan el salto internacional. Pero también nos apetecía ir a Europa, cambiar de aires y tener una experiencia emocionante. Ha sido una decisión de vida, algo divertido.
¿Cómo es vuestra vida en la ciudad? ¿Salís mucho?
Ahora mismo no mucho. Cuando llegamos salíamos mucho de fiesta, pero nos gusta llegar a casa y levantarnos frescos. Tener esa sensación de estar en casa, en contrario al caos que es viajar. Pero la vida mola.
Durante al composición del álbum, ¿qué es lo más importante que habéis aprendido como banda?
Hemos aprendido a creer y confiar en nosotros mismos y a deshacernos de esa idea de lo que se supone que está bien o mal, y de la influencia que la opinión de terceras personas sobre lo que puedes hacer o no puede ejercer en nosotros.
Nicolas Roeg ha fallecido a los 90 años según ha informado su familia y recoge The Guardian. El director británico dirigió a David Bowie en la película de ciencia ficción de 1976, ‘El hombre que vino de las estrellas’ (de la que se extrajo la imagen de Bowie que aparece en la cubierta de su álbum ‘Low’), y antes a Mick Jagger en ‘Performance’ y después a Art Garfunkel en ‘Bad Timing’.
Conocido por sus películas de estilo desconcertante, que buscan la confusión del espectador, Roeg empezó en el cine como cinematógrafo, llegando a trabajar en películas como ‘Lawrence de Arabia’ y ‘Doctor Zhivago’ de David Lean (aunque diferencias entre el director y él propiciaron después su despido) o ‘Fahrenheit 451’ de François Truffaut, entre otras. La primera película de Roeg, ‘Performance’, protagonizada por Mick Jagger y estrenada en 1970 dos años después de su grabación por la reticencia de Warner Bros. a distribuirla debido a sus imágenes sexuales y violentas, es considerada una de las más innovadoras del cine independiente británico de los 70.
Autor también de aclamadas cintas de culto como ‘Walkabout’ (1970), Roeg firmó en 1973 su película más emblemática, ‘Amenaza en la sombra’, un thriller psicológico protagonizado por Julie Christie y Donald Sutherland sobre una pareja que viaja a Venecia tras la muerte de su hija, y cuyas escenas de sexo causaron controversia en la época. Por otro lado, las innovaciones técnicas y de estilo de la película han influido a directores como David Cronenberg, Paul Thomas Anderson, Danny Boyle, Christopher Nolan, Lars von Trier o Ryan Murphy.