Sam Mehran de Test Icicles ha muerto a los 31 años. La noticia ha salido a la luz este domingo 29 de julio a través del Instagram de Zak Mering de GunkTV Records, y ha sido recogida por medios como el NME o The Fader. Este martes 31 de julio, Cory Nitta ha confirmado a Pitchfork que se ha suicidado y que su cuerpo fue encontrado en su casa de Hollywood.
Mehran cantaba y tocaba la guitarra en Test Icicles, ejerciendo de co-líder junto a Rory Attwell. El tercer miembro de la banda, aunque pocos lo recuerden, era Devonte Hynes, a la postre conocido como Lightspeed Champion y ahora como Blood Orange. Después, Mehran ha seguido trabajando en solitario y grabando música con el alias Outer Limits Recordings, con el que llegó a publicar dos discos, el último incluso con la colaboración de Ariel Pink. También ha trabajado recientemente con SSION.
Test Icicles tuvieron cierto éxito en torno a 2004, en los tiempos en que tanto se hablaba del dance-punk, con bandas al frente del movimiento como Radio 4 o LCD Soundsystem. Test Icicles llegaron a colocar un par de temas en el top 40 británico, como fue el caso de ‘Circle.Square.Triangle’ a finales de 2005 y ‘What’s Your Damage?’ a principios de 2006. Su disco llamado ‘For Screening Purposes Only’ salía en octubre de 2005, llegando al número 69 en las listas de las islas, conteniendo ambas y obteniendo excelentes críticas en el NME o en Pitchfork.
El artista experimental Yves Tumor saca disco tras lanzamientos como el álbum de estudio ‘Serpent Music’ (2016) o la compilación de temas ‘Experiencing the Deposit of Faith’ (2017). Su nuevo single, lanzado a finales de la semana pasada y que has podido escuchar en nuestra playlist de novedades semanales “Ready for the Weekend”, es de lo más pop y asequible que ha grabado.
‘Noid’ presenta a un Yves Tumor cercano al sonido de Madchester y también a esos Avalanches empeñados en samplear canciones perdidas de la historia del pop. El sonido que envuelve esta pista es por tanto embriagador y fascinante, casi veraniego, si bien la letra es mucho más asfixiante: “temo por mi vida / no confían en nosotros”, por no hablar del estribillo “lo llaman enfermedad, trastorno por estrés post-traumático, depresión”.
En sintonía, la canción se va haciendo un ovillo de repeticiones incluso de la letra, con la composición derivando en una llamada a Emergencias “911”, en la que esos “seguros en sus manos / ahí es donde siento la presión” no puede sonar menos confortable. Sin duda Tumor está aquí planteando un juego de contrastes, contraponiendo una letra bastante agobiante con una música accesible para casi todos los públicos. ¿Una metáfora sobre los métodos para el adormecimiento del pueblo? En cualquier caso, una canción realmente contagiosa, que de momento hay que esperar para saber si es indicativa de un álbum nuevo que no se ha anunciado.
Una nueva versión de Radiohead ha aparecido este fin de semana en la red tras una interpretación en directo y es una suerte que no haya sido otra versión más de ‘Creep’, ni una canción de ‘The Bends’ ni una canción de ‘OK Computer’.
A su paso por el Newport Folk Festival este fin de semana, Mumford & Sons se han decantado por una de las joyas perdidas del magnífico ‘In Rainbows’, aquel disco de 2007 de los de Thom Yorke, cuyo precio digital pudo decidir a la carta el público. La escogida ha sido ‘All I Need’, el que se consideró el quinto single de aquel disco, y les ha acompañado sobre el escenario Phoebe Bridgers, que el año pasado editaba el folkie ’Stranger in the Alps’. Tras una filtración en Twitter, al fin alguien ha subido el vídeo completo con la bonita versión a Youtube.
El líder de Mumford & Sons, Marcus Mumford, también ha sido noticia recientemente por formar parte del jurado 2018 del rotativo jurado del Mercury Prize. Entre los 12 nominados de este año están Jorja Smith, Noel Gallagher, Florence + the Machine o Lily Allen, si bien se ha echado de menos a SOPHIE, Charli XCX o Let’s Eat Grandma.
‘In My Feelings’ ha sido el número 1 mundial de Spotify durante 21 días desde que se lanzara hace un mes. Es top 1 en Estados Unidos, es top 1 en Reino Unido y sube como la espuma en España, donde esta semana ha sido la subida más fuerte, del top 67 al 25. Parte de su mérito es el pelotazo dado por ‘Scorpion‘, el nuevo disco de 25 temas de Drake, al que siempre, de manera espontánea, le funciona muy bien un tema que no ha promocionado especialmente.
Pero parte del éxito es la viralización de un reto que ha circulado por internet como la pólvora. Según informaba hace unos días Sony, todo empezaba con Shiggy, un cómico e influencer de Instagram, quien creó un baile sincronizado con la letra de Drake en una carretera. Después, muchas estrellas como Will Smith, Ciara y su marido Russell Wilson, Kevin Hart y Odell Beckham Jr. aceptaban el reto apoyado por hashtags como #InMyFeelingsChallenge y #DoTheShiggy.
El público se ha sumado masivamente al reto de bailar la canción en la carretera, tirándose de su propio coche en movimiento, y los accidentes y pequeñas tragedias no se han hecho esperar. Como podéis ver, hay gente a la que le está saliendo bien, como la cantante Dani Leigh, pero otra que está terminando por los suelos demasiado cerca de un coche en marcha. Antes de que la cosa pase a mayores, la Junta Nacional de Seguridad del Transporte de Estados Unidos ha hecho un llamamiento para concienciar sobre el riesgo que representa este reto.
“Tenemos que compartir nuestra opinión sobre el reto #InMyFeelings. Distraerse de cualquier modo es peligroso y puede ser mortal. Independientemente de que seas conductor, piloto o acompañante, concéntrate en operar con seguridad tu vehículo”. Se adjuntan imágenes de accidentes. Además, el responsable de este organismo Nicholas Worrell ha dicho: “Los accidentes con vehículos de motor son la principal causa de muerte en Estados Unidos. Salir de un vehículo en movimiento o lanzarse hacia carriles de tráfico para mostrar tus pasos de baile es tonto y peligroso para ti y para los que te rodean”.
Desde CBS han contactado con Drake para comentar este tema, pero no ha respondido. El cantante ha estrenado recientemente el videoclip de otro de los temas de su disco, ‘NonStop’, en exclusiva a través de Apple Music. El vídeo se concentra en su aparición sorpresa en el Wireless Festival de Londres este verano, contando con cameos de French Montana, Quavo o Noah «40» Shebib, entre otros.
Bebe publica esta semana el primer single de una nueva etapa, más colorida y latina, con el single ‘Corazón’, cuyo vídeo estrenamos hace unos días en JENESAISPOP. La cantante nos habla de las nuevas colaboraciones que irán conduciendo a un nuevo álbum, previsto en principio para finales de 2019. No ha dejado de trabajar con Carlos Jean, pero sobre todo lo está haciendo con artistas latinoamericanos. Bebe nos habla de llorar escuchando a Yung Beef, de su admiración por Rosalía, a la que contactó vía Instagram, de las críticas y los guetos musicales. En un momento se emociona hablando de su padre, pero en general se ve a una Bebe más contenta y emocionada con lo que está haciendo que nunca.
¿’Corazón’ es un single suelto, como se lleva ahora, o el avance de un próximo álbum?
Es un single como se está haciendo ahora, que me parece súper interesante y volver a lo que se hacía cuando éramos pequeños: singles sueltos, EP’s de 5… para a finales del año que viene quizá hacer un compendio con más canciones que tengo ya preparadas y que van a ir saliendo.
La canción empieza con una guitarra para luego añadir un ritmo reggaetón. Ya nos dijiste hace un par de años que estabas «estudiando reggaetón», ¿pero esta canción la empezaste con acústica?
La canción no es mía. Es de Bull Nene, un compositor de reggaetón que ha escrito para Maluma, Balvin… para mucha gente. Cuando estuve en los Grammy (latinos) en esa época que tú decías, me fui con la intención de conocer gente. Conocí a Bull, además de a otra gente, y nos hicimos súper amigos. Me mandó esta canción, me dijo: «me encantaría que la cantaras» y me llegó en un momento que parecía que la habían hecho para mí, me pareció muy divertido. Sí era más acústica, la grabamos así en Medellín, donde estuve trabajando con Bull y con otros chavales increíbles que hacen beats que alucinas. Y me dijo que se la enseñara a Tayni, que estaba trabajando en Miami. A Tayni le gustó mucho también y entonces es quien la ha producido. Son todos de la misma edad, unos 27, gente súper potente, son muy finos, y tienen muchas ganas de trabajar con gente de España. Estoy muy contenta porque trabajo con un equipo de gente muy motivadora.
¿No has tocado nada la letra? ¿No eres co-autora?
No. Lo único, hay algo que yo entendí mal, lo de: «pasó toda esta pena mía». Él (Bull Nene) no decía eso, pero me respondió: «me encanta». Cuando lo pide, sí (puedo tocar una canción) pero en este caso no. Me parecía que no lo necesitaba.
Tú no sueles cantar nunca canciones de otra gente, ¿no? ¿No es como la primera vez?
En mis discos son todas canciones mías, sí, pero he hecho colaboraciones con otra gente.
La verdad es que la canción es muy tú… Estoy muy sorprendido de que no sea tuya…
Bull compone muy así y tú le metes el ritmo que quieras. Él tiene una manera muy elegante escribiendo.
«(Escribir para otros) te hace indagar, ponerte en otras situaciones, no acomodarte»
Es curioso porque suele ser al revés. Los cantantes de pop, tipo Alaska y Marta Sánchez, van componiendo cada vez más… y tú, que eres cantautora, al revés…
Cada uno tiene su proceso, pero este también es lógico. Desde que hice el último disco, decidí que iba a componer para otros. Buscas otras cosas que si haces para ti no harías. Te hace indagar, ponerte en otras situaciones, no acomodarte. Ha sido circunstancial, es una cosa que va saliendo de una manera más natural de lo que parece. Si te dan algo bonito, ¿por qué no lo vas a hacer?
¿El resto de canciones que tienes son con más gente o tuyas?
Hay de todo. Estuve con Camilo Echeverry, que trabaja junto con Tainy. Yo llevaba muchas letras, llevaba una con una base de Costa y empecé a trabajar con ella. Camilo puso otra letra y es entre los tres.
Fíjate que pensé que ‘Corazón’ tenía un mensaje feminista y ahora resulta que la ha escrito un hombre…
(risas) Somos muy básicos, nos duelen las mismas cosas, excepto los dolores de regla, que no sabéis lo que es. Los dolores de corazón son los mismos. Me encajaba muy bien para mí.
Me llama la atención esta confusión de sexos que he tenido, porque además en el vídeo hay personajes andróginos.
Raúl Rosillo (el director) y yo estuvimos hablando de poner (en el vídeo) alguien que hiciera compañía. No queríamos dos bailarinas chicas, me parecía más usado, y a mí me encantan los personajes andróginos y los bailarines. Los bailarines de clásico o de contemporáneo con ese punto andrógino me flipan. En principio iban a bailar más, pero sus posturas eran perfectas y los dejamos más quietos. Nos pusimos a jugar y ellos estaban encantados. Creo que son los que mejor se lo pasaron. Todo el equipo trabajó muchísimo. Raúl ha hecho con cuatro cosas algo maravilloso.
«En la vida hay que darle la vuelta al drama, llenarnos de colores, hay que darse un poco de color»
Tiene unos colores pop, luminosos, que no te asociaba…
Eso era lo que quería. Hice un tablero en Pinterest y le dije a Raúl: ¡colores! Quería que tuviera mucho color. Tiene que ver con los ritmos latinos y el sentido del humor de la canción. En la vida hay que darle la vuelta al drama, llenarnos de colores, hay que darse un poco de color.
En la letra mencionas Instagram, no sé si estás más enganchada que hace unos años, cuando te preguntamos.
Enganchada no, porque se me olvida subir cosas, pero es la herramienta que más uso. Me parece interesante porque es muy rápida, puedes contactar con gente sin intermediarios, es lo más interesante para los que somos artistas, y me gusta, la verdad.
¿Con quién has contactado?
Con Hugo Costa, por ejemplo. Yo era fan suya desde que empezamos. Tenía ganas de que nos juntáramos, te vas siguiendo, te vas contactando. Y con unos cuantos más.
El vídeo tiene un product placement brutal, gracias a la «botella» de la letra… que no sé si estaba ya ahí o la calzasteis…
Es que King Peter lo lleva mi comadre, Sandra Tomé, soy la madrina de su hija, somos amigas desde los 8 años. Dijimos: «¿Y si lo hacemos?». Está bien que nos apoyemos, se han trabajado muchísimo la marca, la he visto desde el más absoluto origen.
Este single se ha retrasado, ¿verdad? Me huele como a principios de verano…
Yo lo quería para marzo, lo tenía casi hecho desde enero, pero Tayni estaba con muchísimo trabajo porque está ahora mismo súper top. Al no tener la canción terminada, se ha ido retrasando, y cuando pasa eso tienes que tomar perspectiva porque te empiezas a aburrir. Yo tenía que grabar otra cosa con Santos en República Dominicana, así que me fui y cuando volví, ya lo cogí con frescura. Pero sí, yo quería sacar esto en marzo para ahora estar lanzando ya otra.
«A veces una canción no suena lo que te gustaría, pero eso no te puede frenar. Uno no puede gustar a todo el mundo»
¿Cuán importante es esta canción para ti? ¿Estará en el próximo disco seguro o dependerá de cómo vaya?
¿De cómo funcione? ¿Como si no se oye nada? No… cuando alguien me dice «esta canción… (va a ir muy bien)» soy muy desconfiada. A veces no depende de ti, por h o por b, no suena lo que te gustaría, pero eso no te puede frenar. Uno no puede gustar a todo el mundo. Pero para mí (‘Corazón’) marca el principio de lo que quiero, que no esté escrita por mí es un cambio bastante bonito.
Y es significativa, tiene relación con las demás que vienen…
Sí, con lo que yo quiero hacer con otras canciones, con Tayni y con Camilo en Miami, y con Bull y Alejandro y los chicos en Medellín, y con cosas que estoy haciendo aquí con Carlos (Jean)… todo tiene que ver. Las canciones tienen cada una sus luces y sombras, pero el ritmo quiero que sea más latino y más fuerte y más negro.
Bueno, a veces algo te influye la recepción del público, supongo. ‘K.I.E.R.E.M.E.’ ya no está en tu setlist…
Sí está.
He mirado varios setlists circa Río Babel y no la he visto…
Lo que pasa es que en Río Babel solo tenía una hora. Cuando son conciertos tan cortos tienes que hipotecar canciones. ‘K.I.E.R.E.M.E.’ la uno a ‘Yo fumo’ y pasamos de una a otra. Ahora la estaba tocando como rock’n’roll, y como tengo que preparar la gira de Argentina y por lo que voy a ir sacando, la quiero hacer como era original, más electrónica.
Te adivinaba traumatizada por su recepción…
Yo no.
Guardo como oro en paño un vinilo de ‘Un pokito de rocanrol’ que no salió a la venta… No está en Discogs siquiera (NdE: veo ahora que sí está, valorado en 100 euros). Me lo dio tu sello…
¡Qué guay que lo tengas! No salió, no, y me quedan muy pocos porque solo hice 500. Se los he ido dando a amigos, gente que me apetecía que lo tuviera, Carlos (Jean), músicos, gente que sé que les apetece.
Me encanta ese disco a nivel sonido, la grabación…
Está todo tocado.
… y me da rabia que tu disco de «comeback» haya sido el siguiente…
Aquí lo vetaron.
Siempre dices eso… pero creo que a tu público le dio bastante susto…
Tampoco hubo oportunidad. No pude hacer apenas conciertos aquí. Si tú le cierras la puerta desde el primer momento… la gente ya no va a tener interés ninguno. Fue visto y no visto. Pero está bien. Fuera de España estuvo nominado a los Grammy.
Y por la cara que has puesto, tampoco consideras tu «comeback» el último…
Procuro no pensar mucho en esas cosas, pero sí, por la recepción, la repercusión, por los comentarios…
Y ahora vuelves a cambiar de tercio…
Pero como todos: si ya he hecho una cosa antes, para qué la vamos a hacer otra vez. Y me apetecía hacer cosas con gente de fuera.
Me he perdido un poco con el fin de EMI…
Me perdí en Madrid (NdE: interrumpe citando a Yung Beef).
¿Cómo te afectó el fin de EMI?
La mitad vino a Warner y la otra a Sony, creo. Aquí realmente de EMI queda Mariola (Pérez) y Jorge Maldonado, que ha vuelto después. Pero sigo viendo a la gente que está en Sony.
Mi pregunta más bien es si has tenido una persona de confianza que te haya apoyado en los momentos malos que has tenido, y con el cambio de sello. ¿O vas a tu bola?
No es que vaya a mi bola, uno necesita siempre tener un poco de apoyo. Con el tercer disco EMI estaba en un momento delicado, tenían que salvar lo que tenían que salvar. Ahí estaba un poco sola. Gastaron mucho dinero, a Simone Bosé, a Diego… les gustaba mucho el disco, pero estaban en un momento muy delicado a nivel estructural. Las cosas pasan cuando tienen que pasar. Cuando nos podemos ayudar lo hacemos, forman parte de mi vida. Son gente que me han visto desde el primer concierto en El Búho Real, tienen mi respeto y nos gusta vernos crecer.
«He llorado con todos, con Yung Beef, C. Tangana… El último disco de Yung Beef es muy bonito, es puro corazón, es fuerte, pero es muy emocionante (…) Rosalía es lo mejor, es un regalo que salga alguien como ella»
¿Cómo has vivido estos últimos años la música española?
Feliz, es una maravilla todo lo que está pasando. Tenía muchas ganas de hacer reggaetón porque estaba un poco más aburrida. Están los chicos explotando y haciendo cosas súper interesantes a nivel internacional. El trap que se hace en España me parece incluso más interesante que el de Latinoamérica. He llorado con todos, con Yung Beef, C. Tangana… El último disco de Yung Beef es muy bonito, es puro corazón, es fuerte, pero es muy emocionante. Y oigo listas de Spotify… Rosalía es lo mejor, es un regalo que salga alguien como ella. Me parece maravilloso que pase algo así con esa fuerza, ese todo, esas ganas y que se lo cree. Eso es muy importante. Es maravilloso contemplarlo.
¿La has conocido?
Sí. Le escribí por Instagram. Cuando vi ‘Catalina’ casi me muero. Me dijo: «Ay, Bebe, qué guay», estuvimos bastante tiempo hablando y teníamos ganas de conocernos. También me gustan La Zowi y Ms Nina, son unas gamberras. Las mujeres están haciendo cosas súper cañeras.
La verdad es que me acordé de tu trabajo con Medem cuando vi que Rosalía estaba trabajando con Almodóvar…
Ella puede hacer lo que quiera, es maravillosa.
¿Qué tal te fue en Río Babel? Es un festival como de música latino pero con un punto indie… ¿Estuviste cómoda? ¿Te gustaría hacer más festivales?
Yo sí, me lo paso muy bien también. Estuve viendo algunos conciertos. Venía de viaje, me hice unos pocos de kilómetros.
«Si solo haces música indie, estás creando guetos musicales. «Solo vamos aquí las indies». Eso es ridículo»
Por eso suspendiste las entrevistas aquel día…
Sería porque tuve que viajar, mi padre hacía 70 años, le hacíamos una fiesta sorpresa, todo el mundo iba a estar menos yo, me pasé a darle un beso porque ha pasado un año complicado. (NdE: tiene que parar porque se emociona). Me cuesta mucho trabajo no estar en las cosas de mi casa y más en ese nivel, que era una fiesta sorpresa, celebrando la vida. Llegué (a Río Babel) como media hora antes…
Recuerdo oírte citar a Pony Bravo y ahora a Yung Beef… ¿algún festival en que te gustaría tocar y no te llaman?
No, no, no…
Te pregunto porque al principio no me hubiera imaginado a Amaral o Bunbury en Dcode.
Hay que abrirse, mira el FIB lo que era y mira ahora. Al final los festivales es música, la gente se junta, está al aire libre, precisamente es muy interesante que se mezclen los estilos. Si solo haces música indie, estás creando guetos musicales. «Solo vamos aquí las indies». Eso es ridículo. Cuando lo abres es mucho más interesante.
«Yo todavía estoy esperando que me enseñen cuánto reggaetón machista hay, porque escucho mucho reggaetón, y antiguo también. Y depende de la lectura que le quieras dar a las cosas»
¿Crees que en España hay prejuicios contra la música latina?
Sí, en España muchos. En general hay muchos prejuicios, pecamos de una cosilla y es que hablamos sin haber escuchado. Juzgamos «antes de», porque ya alguien lo ha dicho. Los medios tienen una responsabilidad para que la gente se abra y reciba la música de una manera, porque no te tiene que gustar lo que yo hago, u otra persona, pero cuando algo está bien hecho, hay que reconocerlo y no limitarnos a cerrarnos. Somos latinos pero no somos latinoamericanos, hay mucho parecido pero no, no es lo mismo el Caribe, ni la gente, ni la sangre, ni la cultura. Musicalmente quizá nos cuesta pero porque alguien dice: «son letras machistas». Yo todavía estoy esperando que me enseñen cuánto reggaetón machista hay, porque escucho mucho reggaetón, y antiguo también. Y depende de la lectura que le quieras dar a las cosas. La música es poesía, es sentido del humor, hazla tuya, pero no siempre refleja una realidad. Y somos un poco cínicos o hipócritas, porque yo también hablo de sexo, y al final el sexo son los códigos que tú tengas con tu pareja o la persona que lo quieras hacer. Ellos lo hablan más abiertamente, pero lo habla más el trap. El reggaetón ahora mismo no es tan explícito para nada. Hay canciones de reggaetón que lloras, que son bonitas.
‘Despacito’ no la veo machista, me parece un tema sexual y ya está, pero luego hay cada cosa…
Los traperos latinoamericanos. Que a la primera te gusta, y a la cuarta ya es «me aburro de tus cuatro chorradas». Pero tampoco me lo tomo más en serio. Se busca como la responsabilidad de que tenemos que educar a los músicos, y son chavales jóvenes que están ahí flipándolo. Si les das demasiada importancia, les estás dando el lugar que no es. Todo lo que se vaya a prohibir, la juventud lo va a buscar más. Hay que escuchar la música con la mente más abierta.
Tras dos llamativos EPs, este debut largo de los australianos Rolling Blackouts Coastal Fever (Rolling Blackouts CF para los amigos) llega para ocupar un espacio privilegiado en las estanterías, memorias digitales y/o corazones de los amantes del pop rock en el que las guitarras siguen siendo lo más importante. Y no, esto no se circunscribe únicamente a nostálgicos de tiempos dorados, pues la vigencia y éxito de grupos como Real Estate, The War On Drugs o Kurt Vile y sus Violators muestran que están lejos de extinguirse.
En el caso del quinteto de Melbourne, sus canciones se acercan sobre todo a la concepción de los autores de ‘Atlas’, con su apuesta por tocar acordes bonitos y entrelazar las distintas armonías de sus tres guitarristas, cantantes y compositores principales (Fran Keaney, Joe White, y Tom Russo). Resulta del todo inevitable, ante ese vibrante manto jangle pop, evocar a sus compatriotas The Go-Betweens (también a The Chills e incluso a Felt) en el estupendo equilibrio entre melodía, nervio y músculo en canciones como la primorosa ‘Talking Straight’, ‘Mainland’, ‘Exclusive Grave’, ‘Cappuccino City’ o ‘The Hammer’. Pero Rolling Blackouts CF no se conforman con ser un mero eco y afianzan también un espacio propio filtrando una querencia más punk, casi no-wave (‘Time In Common’), en determinados pasajes, tendiendo un puente con el Nueva York de Lou Reed en los punteos calientes y el ambiente canalla de ‘An Air Conditioned Man’, ‘Bellarine’ o ‘Sister’s Jeans’, en la que también sorprende cierta conexión con Pixies, especialmente en su desbocada recta final.
Cuenta el grupo que estas canciones están influenciadas por los momentos convulsos que el mundo ha vivido en el último par de años, y cómo han afectado a la gente que tienen cerca. Que son pequeñas postales sobre individuos que, en realidad, forman un collage sobre el abismo al que, perciben, estamos próximos (su título, de hecho, es el nombre de una explotación minera próxima a Melbourne). Leyendo sus textos, más sombríos de lo que indica la música pero algo herméticos, lo cierto es que resulta difícil encontrar esas pretensiones. Pero realmente no parece crucial para disfrutar de un disco muy bonito, ágil de escuchar prácticamente de cabo a rabo (diría que ‘How Long?’ es, claramente, la más floja del conjunto). Su gran tacha puede ser que, salvo quizá ‘Exclusive Grave’, ‘Bellarine’ y, en menor medida, ‘Mainland’, se echan en falta ganchos tan irrefutables e inmediatos como el de ‘Talking Straight’ –la sensación es que, de hecho, ellos mismos huyen de una excesiva obviedad–. Pero, así y todo, se postula como una estupenda banda sonora estival. Particularmente para viajar.
Calificación: 7,3/10 Lo mejor: ‘Talking Straight’, ‘An Air Conditioned Man’, ‘Exclusive Grave’, ‘Mainland’ Te gustará si te gusta: Real Estate, The Go-Betweens, Lou Reed Escúchalo: Spotify
La reciente muerte del inventor del fuzz ha vuelto a poner de relieve que la a priori tradicional y acomodaticia música country estuvo una vez a la vanguardia de los nuevos sonidos en el panorama del pop. Eran los años 60, y dicho efecto sonoro (acaecido durante un accidente técnico durante una grabación) se extendió enseguida por un género en pleno esplendor comercial, y que estaba ansioso de adornar sus superventas con elementos novedosos. Y tal y como la música pop de la actualidad se empeña en seguir corroborando, de entre todos los recursos más o menos “novelty” uno de los más persuasivos ha sido siempre el de manipular las voces de una canción. El ubicuo autotune actual tiene como antepasado al de sobra conocido vocoder, un efecto de síntesis de voz que proliferó en los 70 y 80 pero que provenía, sorprendentemente, de un sistema de codificación de voz que databa de los años 30 y cuya primera aplicación fue en transmisiones secretas durante la II Guerra Mundial.
Pero entre el vocoder y el autotune existió un primo lejano, un invento no electrónico que durante un breve periodo de tiempo estuvo muy en boga, y conoció su máximo esplendor en los 70, en manos (o más bien boca) de guitarristas como Peter Frampton, Todd Rundgren o Joe Walsh: era la menos conocida “talk box”, un mecanismo que llevaba el sonido de un instrumento (generalmente una guitarra) a través de un tubo hasta la boca, donde el músico podía modularlo y, recogido de vuelta con un pequeño micrófono, fundirlo con el sonido original. El resultado era totalmente alienígena y fascinó a muchos.
El primer músico en utilizarlo fue el americano Alvino Rey, en combinación con su guitarra pedal steel (habitual de la música country) pero sería Pete Drake quien -con el mismo instrumento- la desarrollaría en todo su esplendor durante los años 60. Tan extravagante propuesta tuvo una enorme aceptación, lo que le llevaría a grabar una avalancha de álbumes de versiones de grandes éxitos interpretados en dicho formato (hasta tres elepés publicaría durante 1964), convirtiéndole en un habitual de shows televisivos como el del siguiente vídeo, que le invitaban fascinados por su metálica talk box y sus sonidos de otro mundo. El hecho de que el clip en cuestión sea además uno de los más brillantes ejemplos de “estetica pre-lynchiana” lo convierte en todavía más fascinante:
La canción es preciosa, pero contemplar 50 años más tarde cómo es interpretada entre estatuas de cera vivientes de espeluznantes sonrisas, con una voz semirrobotizada y en un decorado de technicolor degradado puede resultar abrumador. Confunde, y hasta podría parecer un colosal y maravilloso fake, como una escena de película pensada para crear inquietud y sudores fríos, o una broma de alto presupuesto para fundir a Daft Punk con el country de los 60. Sin embargo, todos sabemos que escarbando en el pasado lo bizarro y lo sublime se encuentran con frecuencia de la mano.
Peter Drake explotó su “gimmick” hasta agotarlo sin remordimientos, porque nunca había dejado de lado su exitosa carrera de músico de sesiones, tocando el pedal steel para los mejores: Tammy Wynette, Elvis, Don Gibson o Bob Dylan. Precisamente en una de esas lucrativas sesiones, ya en 1970, durante la grabación del ‘All Things Must Pass’ de George Harrison, acabaría regalando su “talk box” a un joven Peter Frampton, quien revitalizaría la popularidad del efecto durante el resto de la década.
Para mediados de los 80, cuando Richie Sambora lo utilizó en la introducción de ‘Livin’ on a Prayer’ de Bon Jovi, el efecto estaba ya en franca decadencia. Y hasta 1998 no llegaría el siguiente avance en manipulación vocal -el autotune de Antares- que Cher convirtió en legendario con su canción ‘Believe’. Que por cierto tardaría -en un curioso paralelo con el caso de la “talk box” y Pete Drake- más o menos una década en empezar a extenderse por el panorama del pop.
‘Forever’ de Pete Drake, que falleció hace hoy justo 30 años, suena en el último Popcasting de Jaime Cristóbal, un especial dedicado a efectos inusuales y anacrónicos en la historia de la música. Está disponible en este enlace.
Pasión desbordante la que se ve en el escenario durante la actuación de Vintage Trouble. El grupo de blues-rock de Los Ángeles ofrece un concierto que además de “vintage”, tiene un punto rock n roll, y de hecho al final de set su líder, Ty Taylor, se mete entre el público y le hace darse la vuelta para mirar hacia la torre de la zona reservada, desde donde prepara el ataque final. Allí, Taylor parece un Mesías, pide al público que levante las manos y, cuando está listo, casi sin pensarlo, salta hacia la marabunta y la surfea de espaldas, dejándose elevar por esas manos anónimas que le sujetan hasta acercarle definitivamente de nuevo al escenario.
Ya atardeciendo aparece Carlos Sadness en el escenario, arropado por una gran concurrencia, como es de esperar dada su popularidad. Presenta el cantante barcelonés su último disco, ‘Diferentes tipos de luz’, del que interpreta temas como ‘Amor papaya’ o ‘Longitud de onda’, su homenaje particular al reggaetón, con la que busca que finalmente “perreemos sin tener que poner la playlist de Spotify en oculto”. Por otro lado, la personalidad de la propuesta de Carlos Sadness es evidente en canciones como ‘Amor papaya’ (ese homenaje a su “fruta favorita”) o ‘Días impares’, que toca acompañado por su ukelele.
¿Qué decir de Los Planetas que no se haya dicho ya? El grupo granadino no solo tiene uno de los repertorios más sólidos que ha parido el pop-rock nacional, también cuenta con canciones tan sumamente emotivas que escucharlas por primera vez supone una verdadera revelación. Costaría imaginar a alguien que no se emocionase descubriendo ese catártico ‘Toxicosmos’ de guitarras grandes y envolventes en el estilo shoegaze, o con ese atmosférico ‘Amanecer’ que aúna guitarras con unos bellísimos teclados muy The Cure. Apasionan también al enorme público congregado en el concierto de Los Planetas clásicos como ‘Corrientes circulares en el tiempo’ o ese ‘Un buen día’ que levanta los ánimos con una melodía más alegre, en contraste con el tono general algo más dramático y sombrío del concierto. Foto: Javier Rosa
Javiera Mena es una rara avis en Low Festival este año ya que es de las pocas artistas del cartel que presentan un repertorio puramente synth-pop y ochentero. Ataviada con un abrigo beige, Mena presenta su último disco, ‘Espejo’, y un sonido estupendo para que se luzcan esas cristalinas bases electrónicas tan Pet Shop Boys / Yazoo / Fangoria y sobre todo sus melodías elegantes e imborrables, de hits como ‘Dentro de ti’, ‘Intuición’ o por supuesto ‘Espada’. Mena además tiene el detalle de felicitar al Low su décimo aniversario, indicando que es la tercera vez que actúa en el festival y que está encantada, ya que en él “la energía es muy bonita”. Con conciertos como el suyo, sin duda lo es.
Entre las promesas programadas en el escenario Jäger hay que destacar a Fogbound, un grupo gallego de rock con tendencia al rock duro y a las cadencias medievales, como demuestra su canción más popular y que abre su set, ‘Gazing at My Grave’, pero capaz también de componer baladas con un punto muy britpop y psicodélico. Se ve en el escenario a tres muchachos con un repertorio definido y confiados en su propuesta, sobre todo a un teclado que se entrega a su instrumento como si, en realidad, el instrumenta le hubiera poseído a él.
Un rock más duro, afilado y dramático que el de Fogbound es el que ofrece Biffy Clyro, el grupo escocés comandado por un tatuadísimo Simon Neil que, como siempre actúa descamisado (y como él otros miembros del grupo) y que prácticamente estrena peinado corto (antes era famoso por su melena). Un sello de identidad -el de actuar sin camiseta- que tiene que ver con la fuerza apabullante de su directo, a través del cual el grupo fluctúa entre la pasión de sus temas más potentes y melódicos (las coreadísimas ‘Mountains’ y ‘Many of Horror’) y la rabia de sus rebotes más brutales y punkarras. Foto: Javier Rosa
La “verbena” del sábado corre a cargo de Novedades Carminha. No decepciona un concierto que es una fiesta de principio a fin y que prácticamente no da tregua, ya que entre canción y canción apenas hay descansos. Se suceden uno tras otro los temazos, de ‘Que dios reparta fuerte’ a ‘Antigua pero moderna’, de ‘Te quiero igual’ (con mención a Los Planetas) a ‘La mejor de Europa’, de ritmos más William Onyeabor a otros más garage rock, demostrando que el grupo tiene repertorio para rato, pero es la transición de ‘Cariñito’ a ‘Lento’, que el cuarteto interpreta usando el ritmo más acelerado y disco de de la primera, la que produce el momento más divertido del concierto. Vinieron de tranquis, pero se terminó liando. Foto: Javier Rosa
El concierto de The Chemical Brothers es uno de los mejores que pueden presenciarse actualmente en cualquier género y estilo. Es monumental. El dúo británico compuesto por Tom Rowlands y Ed Simons ofrece un espectáculo de electrónica digno de su leyenda, un absoluto bombardeo audiovisual en el que las canciones se acompañan con imágenes en movimiento muy trabajadas y originales y luces, mientras el grupo pincha los temas en la sombra, acordándose de hitazos como ‘Go’, ‘Hey Boy Hey Girl’ o ‘Galvanize’ y presentando algún tema nuevo (‘Free Yourself’), desplegando un generoso setlist que no da tregua y llega a rozar las veinte pistas. En la pantalla se ve a humanoides huyendo en el ciberespacio, a bailarines holograma, a un terrorífico señor con máscara y corona y pintado de blanco, a bailarines danzando dramáticamente en el interior de una bañera… Y cuando no se proyectan imágenes, el diseño de luces hace un trabajo igualmente asombroso. No está muy clara la línea narrativa del concierto, si es que la hay, pero las imágenes proyectadas durante el mismo y el trabajo lumínico producen un efecto realmente impactante que ataca a los sentidos de manera brutal. Pero más impactante todavía son los enormes globos de colores que salen disparados desde el escenario en la segunda mitad del set y sobre todo los gigantes robots que aparecen después, no a través de las pantallas, sino en el mismísimo escenario, y que además proyectan desde sus torsos formas geométricas luminosas y disparan desde sus ojos rayos láser. Parecen venidos a arrasar con la humanidad, dan de hecho bastante miedo, pero su presencia eleva el concierto a la categoría de espectáculo histórico. Hay que verlo para creerlo… y fliparlo. Foto: Javier Rosa
Amaia Romero ha actuado este sábado en el Teatro Real de Madrid. Hacer un show por su propia cuenta le ha permitido ampliar el repertorio que ya le vimos en Primavera Sound el pasado mes de mayo, repertorio que ya incluía versiones de Neutral Milk Hotel, Él Mató a un Policía Motorizado, Broken Bells y Arcade Fire.
Ayer en el Teatro Real también sonaron una adaptación al castellano de Antònia Font, ‘Darrera Una Revista’, ‘Video Games’ de Lana del Rey, ‘Bang Bang’ de Nancy Sinatra, ‘Porque te vas’ de Jeanette o curiosamente ‘Felices los 4’ de Maluma. El concierto casi al completo ha aparecido en el canal de Youtube de playthispiano. Podéis comparar el setlist de Barcelona y el setlist de Madrid a través de Setlist.fm.
Amaia Romero ha concedido después una entrevista a Europa Press contando cómo ha sido la experiencia de tocar en el Teatro Real, definiéndolo como “increíble”. La cantante afirma haber perdido la noción de «cuándo ha llegado hasta aquí» y asegura que no «se va a cerrar a nada». «Lo que haga ahora no significa que lo vaya a hacer siempre, no me cierro a un estilo», indica, reconociendo que está «componiendo y experimentando consigo misma». Romero está a punto de revelar cuándo va a sacar su primer tema («antes de…»), pero finalmente no acaba la frase. No será este verano. El vídeo de la entrevista está bajo estas líneas también.
Este sábado 28 de julio ha muerto en Letonia Joseph Maus, hermano de John Maus y miembro de su gira. Joseph se encontraba junto a John en Cēsis acompañándolo de gira cuando se ha producido su fallecimiento sin que se conozca la causa. Así se ha informado a través de un comunicado en Twitter y lo recoge Pitchfork, donde Joseph fue becario en 2009. El resto de la gira ha sido cancelada.
El comunicado de su sello dice: «ofrecemos nuestras más profundas y sinceras condolencias a la familia de Joe, Robert Sue, Kevin, Stephanie y John Maus, y también a los miembros de la banda Luke y Jonathan, a sus amigos, y a todos los que están sufriendo con esta trágica pérdida. Por otro lado, en nombre de la familia Maus pedimos respeto por el deseo de privacidad de John, de su familiay de su banda».
Como se puede ver en su página web, John Maus tenía que visitar varios países como Holanda, Polonia, Alemania, Suiza o Reino Unido durante este mes de agosto. El 1 de noviembre también tenía un concierto en París tras pasar por el BIME de Bilbao unos días antes. Estaba presentando una caja recopilatoria con todos sus discos, que incluía un nuevo álbum que salía este año, ‘Addendum’, grabado durante las sesiones de ‘Screen Memories’ (2017).
Entre las novedades de esta semana en Spotify España está ‘Insomnio’ del cantante mexicano Aleks Syntek, ganador de varios Grammy y muy conocido en Latinoamérica desde los años 90 tanto por la banda Syntek como por su trabajo en solitario durante este siglo.
‘Insomnio’ es una composición redonda de pop ochentero que va a encantar a los seguidores en nuestro país de gente como Miss Caffeina y Varry Brava, pues se basa, como ellos, en el pop más desprejuiciado. Si bien esa base inicial nos puede remitir a los Strokes de ‘Hard to Explain’, el punteo es más bien Two Door Cinema Club, mientras la melodía podríamos emparentarla con el típico hit que se sacaban de la manga sin aparente esfuerzo Radio Futura y Hombres G (hay un par de acordes bastante ‘Venezia’).
La letra, por su parte, es explícita en su dedicación a los celos: “tu amor dispara mi insomnio / por qué no dejo de pensar en ti / a veces casi te odio / estás con él pensando en mí”. No, no es de extrañar que la canción se esté usando en una telenovela, ‘Y mañana será otro día’, expresión que también aparece calzada en la letra. La telenovela comenzó a emitirse en abril y puede verse diariamente en México a partir de las 16.30.
Shakira y Maluma han estrenado al fin el vídeo de ‘Clandestino’, la nueva canción de reggaetón colaborativa que lanzaban hace un par de meses. Ambos aparecen retozando al sol o separados por una valla, lo cual no parece un guiño a la inmigración ni a Trump a juzgar por el resto del vídeo, en el que vemos a Shakira bailando en la playa como la Madonna de ‘Cherish’ o la Beyoncé de ‘Drunk In Love’. El vídeo ha sido dirigido por Jaume De Laiguana y ha sido rodado en España.
‘Clandestino’ ha sido por supuesto un gran éxito comercial, aunque es cierto que no ha repetido el pelotazo que representó ‘Chantaje’. En España está estancada en torno al top 20 de la lista oficial de singles, cuando ambos saben muy bien lo que es ser top 10 e incluso número 1 en nuestro país.
Maluma ha generado polémica esta semana en Instagram por subirse en la cama rodeado de varias mujeres en bañador, como adelanto de su nuevo tema ‘Mala mía’. La imagen ha sido cuestionada, puesto que se ha hablado largo y tendido del machismo que aparece en algunas letras suyas, polémica que trataba de zanjar con su conocida oda al poliamor, ‘Felices los 4’. El cantante ha sido acusado de tratar a las mujeres como objetos, como recoge El Español.
David Guetta tenía que actuar anoche en Santander, pero no pudo hacerlo por un problema técnico de su avión, que no pudo despegar de Moscú. La gente se enteraba in situ, a través de megafonía, de que el DJ no iba a aparecer, lo que provocaba un aluvión de críticas. El Mundo publica alguna foto de la gente desolada. Las entradas para el evento, en el que también participaban Sylvain Armand, Deepend y Wally Lopez, estaban agotadas.
La nota de prensa de la organización dice lo siguiente: «Lamentamos comunicar que el concierto que David Guetta tenía previsto ofrecer esta noche se cancela. Problemas técnicos con el avión privado que tenía que traerle a Santander, impiden que llegue a tiempo y no va poder estar hoy aquí tal y como estaba previsto. Tendréis esta noche a Wally López en el escenario de La Campa como fin de fiesta. Os pedimos disculpas y lamentamos esta situación ajena a la organización. Estamos desde ahora mismo trabajando para que podáis disfrutar de este concierto y reubicar las fechas. Os seguiremos informando a través de las redes sociales oficiales del festival de todas las novedades que tengamos al respecto».
David Guetta ha publicado un vídeo en Instagram en el que se disculpa: “Hola Santander, lo siento muchísimo, no puedo estar con vosotros esta noche debido (a que) tuve problemas con el avión. Estoy tratando de venir lo más pronto posible para hacer nuestra fiesta”.
Sky Ferreira vuelve a ser noticia aunque no por las razones que nos gustaría. La cantante ha acudido a Instagram para denunciar que no puede acceder a su cuenta de Soundcloud por culpa de su sello, pidiendo ayuda a la plataforma para poder volver a entrar.
En el mensaje público ha escrito exactamente: «No puedo acceder a la cuenta que creé y subí cosas yo misma. Me forzaron / dijeron que no tenía opción de llevar la información de mi cuenta cuando salió mi álbum. Me dieron la información incorrecta y la cambiaron para que no pudiera acceder a ella. La persona que cambió el inicio de sesión está ilocalizable y el contacto ya no existe. Necesito recuperar la cuenta lo antes posible. Conseguí los cientos de miles de seguidores sin mi sello y nunca he tenido ayuda o he pagado por nada en las redes sociales o lo que sea. Pienso en Soundcloud como el sitio web que permite a los músicos tener libertad. Por favor ayudadme». También hay una simpática posdata: «Me gustaría aclarar que siempre he hecho todo mi trabajo directamente yo sola. Ningún «equipo» ha subido mis cosas por mí en absoluto».
Dejando al margen que el ex contacto de su sello seguro que ya se ha enterado de todo esto, parece que al menos Sky Ferreira se está poniendo las pilas en cuanto a su regreso, que se ha retrasado numerosas veces por razones artísticas, burocráticas y de salud. Tras conocerse esto último, en enero se publicaba una imagen promocional de su EP, que no se ha editado a día de hoy.
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Actualización: Sky Ferreira ha recuperado finalmente el acceso a su cuenta de Soundcloud. Para celebrarlo ha compartido una versión de una de sus canciones favoritas, ‘Voices Carry’ de ‘Til Tuesday. Ha dicho que es una de las pocas canciones que puede publicar “sin meterme en problemas con gente involucrada en otras canciones”, y que espera poder publicar más material nuevo a partir de ahora. También promete más información sobre su nuevo álbum, el retrasadísimo ‘Masochist’.
Han pasado veintidós años y Tom Cruise tiene ya cincuenta y seis. Pero da igual, la saga ‘Misión imposible’ no se ha autodestruido a los cinco segundos: ha sobrevivido a los clásicos (la saga Bond), las actualizaciones (la saga Bourne) y hasta al bigote de Henry Cavill. Estos son los pros y los contras del mejor blockbuster veraniego.
Lo mejor de ‘Misión imposible: Fallout’
1. El duelo de helicópteros. Desde ya, una de las mejores secuencias de acción vistas en un cine. Una “imposible” set piece, rebosante de tensión, humor, épica paisajística, codazos autorreferenciales (la escalada), claridad expositiva (qué lejos están los tiempos de los montajes con diez cortes por segundo) y emoción hasta el último instante. La demostración de que el recurso argumental de la mecha encendida (y similares) sigue funcionando como en los tiempos de la serie.
2. Las demás secuencias de acción. El clímax final de ‘Misión imposible: Fallout’ es tan potente que es capaz de borrar todos tus recuerdos anteriores como si fuera la máquina de ‘Olvídate de mí’. Pero, haz memoria: el estratosférico salto en paracaídas, la agitada fiesta en el Grand Palais (y en su baño), la trepidante persecución por las calles de París, la divertida persecución por los tejados de Londres (que le costó a Cruise un tobillo)…
3. El imperecedero carisma de Ethan. Aunque los héroes que encarna Tom Cruise (y sus interpretaciones) suelen ser bastante intercambiables, su Ethan Hunt tiene más personalidad que todos los protagonistas de ‘Jack Reacher’, ‘Oblivion’ o ‘La momia’ juntos. En esta ocasión, McQuarrie, que también es el guionista, añade al personaje unas capas de fragilidad emocional y física que le sientan muy bien: le aportan profundidad psicológica y lo emparentan con el protagonista del libro que recibe al comienzo del filme.
4. Los homenajes a la serie. Como ya hizo J. J. Abrams (aquí en labores de producción) al comienzo de ‘Misión: Imposible III’, Christopher McQuarrie -el único director que ha repetido película- vuelve a incorporar en los créditos iniciales y finales la cabecera que popularizó la serie creada por Bruce Geller y musicada por Lalo Schifrin en los sesenta. Después de más de veinte años de misiones imposibles en las salas de cine, no está de más recordar su modesto origen televisivo.
5. El regreso de Ilsa Faust. La espía británica interpretada por Rebecca Ferguson fue una de las mejores aportaciones de ‘Misión: Imposible. Nación Secreta’. Aquí no llega a eclipsar a Tom Cruise como en aquella, no tiene tanto protagonismo (aunque su manejo de la moto sigue siendo hipnótico), pero su presencia, al lado de Ethan, no detrás, sirve como contrapunto femenino y añade cierta tensión sentimental a la historia.
Lo peor de ‘Misión imposible: Fallout’
1. El juego de engaños. Si las secuencias de acción son capaces de dejarte con la boca más abierta que al mirar el cutis inmaculado de Tom Cruise, no se puede decir lo mismo de los requiebros del guión. Aunque las máscaras son una seña de identidad de la saga y siguen teniendo gracia, aquí no están muy bien utilizadas. Los engaños se ven venir de lejos, sobre todo el de la secuencia del hospital. Sin duda, la peor escena de la película.
2. El regreso de Solomon Lane. Aunque era previsible tras el final de la entrega anterior… ¿de verdad hacía falta? No es que sea un mal villano, pero tampoco memorable. Cuando un malo no está a la altura de la sonoridad de su nombre, mejor pasar a otro. 8.
Lindsey Jordan es aún una adolescente (19 años) que ya a esa edad coquetea con cierta popularidad –su fotogenia y gusto por la moda la ha llevado a páginas de revistas de tendencias como V– y que vive su sexualidad con la mayor naturalidad, apoyada al 100% por su entorno familiar. Pero nada de esto incide en su música bajo el nombre de Snail Mail (su homosexualidad queda constatada en el uso de géneros de alguna letra, poco más) por voluntad propia, lo que ya da cuenta de su sorprendente madurez. Una madurez que queda constatada también en sus composiciones, extraordinariamente sólidas y propias de una artista experimentada, que destacan por encima de la etiqueta “indie 90s” que, hoy por hoy, aplica muy bien a su sonido.
Porque si algo constata este álbum debut de la artista de Baltimore es que su potencial está por encima del tic nostálgico que remite a Sebadoh, Liz Phair o los belgas Bettie Serveert –y que, por otra parte, a oídos más jóvenes sonará a pura efervescencia; cuestión de perspectiva– y la emparenta, de alguna manera, con proyectos contemporáneos como Waxahatchee, Alvvays o Girlpool. Lo de Snail Mail tiene más que ver con Fiona Apple (su gran referente artístico), Lucy Dacus, Courtney Barnett e incluso con Kurt Vile (sobre todo en el empleo de algunas guitarras) en tanto que lo que destaca de sus canciones no es tanto el estilo sino su capacidad como autora.
Por ejemplo, demuestra una inteligencia inusitada al estructurar su álbum (producido por Jake Aron, ingeniero de sonido en los últimos discos de Grizzly Bear, Solange, Beth Orton o Chairlift) muy hábilmente, como una suerte de relato de una ruptura sentimental (Jordan dice literalmente que es un disco para gozarlo «llorando mientras se devora una gran tarrina de helado»). Aunque, más que la ruptura en sí, en estos mensajes dirigidos de manera “directa” a la segunda persona, Jordan acierta a retratar la evolución de su estado anímico, desde la negación y el desgarro inicial, pasando por la tristeza y el luto hasta la recuperación de la autoestima y, al fin, decir adiós y pasar página. Así, dota a este ‘Lush’ de un dramatismo que sostiene la unidad del álbum por encima del gancho de sus canciones. Un aspecto que, por otra parte, Lindsey tampoco descuida: ‘Pristine’, ‘Full Control’, ‘Heat Wave’ (imperdible su vídeo ambientado en el hockey sobre hielo que adoraba practicar y cuyo sexismo no pudo soportar) y, sobre todo, ‘Golden Dream’ están tocadas por su particular varita mágica, unos giros melódicos prodigiosos que espantan cualquier sombra de homogeneidad (algo que siempre puede atenazar un disco de estricto voz-guitarra-bajo-batería como este).
Con esas gemas como principal insignia, ‘Lush’ no naufraga cuando transita derroteros más melancólicos y tranquilos por la misma razón: cuando temas como ’Stick’, ‘Speaking In Terms’ o ‘Deep Sea’ (exquisito el arreglo de trompa) parecen adormecidos (y adormecernos), irrumpe uno de esos cambios de tono o un coro que los transforma en memorables. Pero es que, además, Jordan también es capaz de obrar esa magia en tempos más quedos, como los de la preciosa ‘Let’s Find An Out’ (¡qué último verso!) o esa ‘Anytime’ final (‘Intro’, el inicio del álbum, es un breve reprise de este tema, cerrando un círculo), con halo de cenit dramático sacado de un clásico musical de Broadway, estilo ‘Annie’.
Todo ello aderezado con unas letras en las que combina lo explícito con el hermetismo y, sobre todo, despliega un enternecedor patetismo (quizá involuntario) con el que es imposible no querer arroparla y protegerla de esa “ojos verdes” que tan mal se lo ha hecho pasar. Aunque da toda la impresión de que no lo necesita: sus letras, incluso registrando la pataleta propia de quien no quiere ser abandonada, demuestra una hermosa templanza en versos como “Quémalo cuando quieras / Lo que se ha perdido te pertenece / Alguien debería pagar por ello / Pero no sé quién” (‘Let’s Find An Out’) o “Tengo todo el control / No estoy perdida / Incluso cuando se trata de amor / Incluso cuando se trata de desamor” (‘Full Control’). Como el alumbramiento de una artista novel que es, ’Lush’ tiene algún leve titubeo (peca de monocorde, en ocasiones), pero eso recuerda que estos son apenas sus primeros pasos y que lo mejor de Snail Mail está aún por llegar.
Calificación: 8,2/10 Lo mejor: ‘Golden Dream’, ‘Pristine’, ‘Heat Wave’, ‘Anytime’, ‘Let’s Find An Out’ Te gustará si te gustan: Waxahatchee, Alvvays, Lucy Dacus Escúchalo: Spotify
Bad Gyal ha estrenado este jueves su nuevo vídeo a través de FACT Magazine, medio que coronó ‘Jacaranda’ como la mejor canción del mundo de 2017. Se trata de una canción suelta llamada ‘Más raro’ que este viernes ha aparecido oficialmente entre las novedades musicales de la semana en las plataformas de streaming. ‘Más Raro’ ha sido compuesta y grabada en Londres con Cadenza como productor. Según la nota de prensa de Canada, “es una carta de amor al Afro-Swing inglés en la onda de Abra Cadabra, Lotto Boyz o Kojo Funds”. El vídeo ha sido rodado con el director inglés Kirx, quien ha trabajado con Fredo, Kojo Funds, Mabel, Not3s, Lotto Boyz o Belly Squad, y “escenifica una historia de deseo inapelable en las calles de Dalston, Hoxton y el mercado jamaicano Ridley Road Market”.
Mientras el vídeo reincide en la estética y cosas que más le gustan a Bad Gyal, esto es, la calle, la maría, las uñas postizas, vivir su propia sensualidad… la canción cuenta con un sintetizador completamente hipnótico que con tan solo unas pocas notas pero lanzadas en los momentos adecuados, vertebran la composición. Estamos seguros de que van a gustar muchísimo a Hot Chip. La letra, en Spanglish, contiene grandes perlas como “quiero wine en tu ass” «quiero wine en tu aaa» o «sé que tú quieres hacer frikerías», según la letra que finalmente nos ha pasado Canada.
La gira de Bad Gyal continúa tras pasar anoche por Sicilia y curiosamente las dos únicas fechas españolas pendientes son en Arenal Sound y -atención- Rototom Sunsplash.
07/27 Ortigia Sound System Festival | Sicily, IT
08/03 Theatro Circo | Braga, PT
08/05 Arenal Sound | Burriana, ES
08/10 Way Out West Festival | Gothenburg, SWE
08/18 Rototom Sunsplash Festival | Benicàssim, ES
08/29 HOC Fest | Tucson, AZ
08/30 Schubas | Chicago, IL
08/31 Encore | Kansas City, MO
09/01 Empire Control Room | Austin, TX
09/05 MOD Club | Toronto, ON
09/06 Belmont | Montreal, QB
09/07 Elsewhere Roof | Brooklyn, NY
09/08 Floyd | Miami, FL
09/11 Music Box | San Diego, CA
09/13 Slim’s | San Francisco, CA
09/14 Westward Festival | Vancouver, BC
09/15 The Echo | Los Angeles, CA
DJ Khaled, que tuvo el año pasado uno de los discos más vendidos de 2017 con ‘Grateful’, está ya de regreso con nuevo largo bajo el brazo. Se llamará ‘Father of Asahd’ en honor a su hijo, nacido en 2016, y todavía no tiene fecha de lanzamiento, aunque hace ya meses que conocimos el primer adelanto, ‘Top Off’, en el que contaba con Beyoncé, Jay-Z y Future. El nuevo se llama ‘No Brainer’ y DJ Khaled ha decidido volver a ir a lo seguro.
Si hace un año lograba ser número 1 con ‘I’m the One’ con la colaboración de Justin Bieber, este ahora repite en esta ‘No Brainer’, al igual que también aparecen en este single Chance the Rapper y Quavo. La canción, de 4 minutos y medio, algo larga para los estándares de hoy, presenta unos arreglos juguetones y veraniegos, mientras su vídeo presenta a todos los protagonistas en un set de rodaje. Llama mucho la atención el look descuidado de Justin Bieber: gorra mal colocada, pantalones un tanto homeless y camiseta lisa.
Sorprende ver a Justin Bieber involucrado en una canción nueva cuando se supone que está preparando su gran regreso de cara al último cuatrimestre del año. ¿Será este ‘No Brainer’ una manera de probar al público?
‘Mi vida bajo el agua’ suena de fondo cuando, casi recién piso Benidorm, llego al recinto de Low Festival, lo que significa que me pierdo el inicio del concierto de Christina Rosenvinge, lo cual no supone ningún problema teniendo en cuenta la cantidad de grandes canciones que la artista enlaza en el set a partir de esa canción. ‘La distancia adecuada’, ‘Romance de la plata’, ‘Ana y los pájaros’, ‘Alguien tendrá la culpa’, ‘La flor entre la vía’ -que Rosenvinge dedica a todas las “florecillas” del público-, ‘La muy puta’ y ‘La tejedora’ se van sucediendo en el concierto una tras otra, demostrando que Rosenvinge es una de las compositoras y letristas más dotadas del país, sino la que más. Sus poéticas e ingeniosas letras me dejan hipnotizado, casi tanto como su presencia encima del escenario. Rosenvinge tiene bonitas palabras también para el Low, al que felicita su décimo aniversario, como más tarde hará también León Benavente. Fotos: Javier Rosa.
No puede potenciarse más en directo el carácter folclórico de las melodías de La Bien Querida en un concierto en el que la gente corea melodías como inspiradas en la canción popular española, y que parecen haber existido desde siempre, como las de ‘Muero de amor’ o ‘De momento abril’. Ana Fernández lamenta no poder interpretar su tema junto a Jota de Los Planetas, que actúan el sábado (“no ha podido venir antes, tenía muchas cosas que hacer”, indicaba la cantante, ¿con algo de sorna?). Aunque la revelación del concierto para mí es una ‘7 días juntos’ que aúna ese elemento clásico con un electrónico ritmo dancehall, y encapsula a la perfección la propuesta de una Ana Fernández entregada a modernizar lo clásico. Un objetivo claramente conseguido dada la concurrencia de público en su concierto y la pasión que suscitan muchas de sus canciones.
Qué grata sorpresa supone ver a Iván Ferreiro en directo por primera vez. Actúa el ex Piratas en el escenario principal de Low, y quien diga que se le queda grande, miente. Ferreiro y su emotiva voz ronca llenarían el Coliseo, y canciones tan bonitas como ‘Toda la verdad’ o emocionantes a la par que bailables como ‘Pájaro azul’ dibujaron un directo de pop-rock apabullante, de los que elevan el alma tanto de seguidores acérrimos como de público casual.
Pocos conciertos he visto que arranquen con tanta fuerza como el de León Benavente: la alarma que da inicio a ‘Tipo D’ y el huracanado temazo que le sigue ha de ser uno de los mejores inicios de show que puede verse actualmente en el panorama del pop-rock nacional e internacional. Un tema al que el ultra carismático Abraham Boba, que actúa absolutamente entregado no solo a los instrumentos sino a su papel de comandante de la banda, y los suyos suceden con más dardos a la altura como ‘Ánimo, valiente’, ‘California’ la coreadísima ‘La ribera’ o una delirante ‘Gloria’ cuyo estribillo “ahora soy feliz” y fondo punk parecen inspirados en ‘Born Free’ de M.I.A.. Por otro lado, el concierto de León Benavente no puede sonar mejor. La voz de Boba y sus ácidas letras suenan con tanta nitidez como los instrumentos, lo cual es de agradecer porque entre reflexiones existenciales y de carácter político, algunas de ellas no podrían contener más sentido del humor, suscitando más de una carcajada entre el público.
Sin espejo de techo pero acompañados por unos dinámicos y coloridos visuales que representan espacios cibernéticos, cascadas paradisiacas o el nombre de su grupo a modo de título de una atracción de feria, Phoenix no decepciona haciendo uso de su amplio tiempo como cabeza de cartel. Su concierto empieza a lo grande, pues el grupo se deshace enseguida de hits como ‘J-Boy’, ‘Entertainment’, ‘Lisztomania’ y ‘Trying to be Cool’, dando lugar a una segunda mitad de concierto algo menos interesante, y esta después a un segmento más electrónico y bailable que toca techo con la gran ‘Ti amo’. ‘1901’ pone el broche de oro ya en el bis, pero el grupo no ha acabado y se guarda una sorpresa para el final, cuando su líder Thomas Mars salta hacia la muchedumbre y, desde ahí, agarrado por manos anónimas y mostrando su timidez, anima al público a bailar más todavía ese remix bailable de ‘Ti amo’ con el que la banda francesa termina su show, totalmente arriba.
Se intuye desde el principio del concierto de Mujeres -que por motivos logísticos, concretamente por un problema con el vuelo, intercambian su horario con el de La Plata, a los que lamentablemente me pierdo- un pogo que, como es de esperar, ocurre y da lugar a otros a lo largo del concierto. El público en las primeras filas está completamente desbocado y entregado a los petardos punk de este grupo que toca con tan buen humor como energía, demostrando que si llevan 10 años ocupando una posición destacada en el panorama del underground nacional no es por mera suerte. Puede que el grupo no haga nada nuevo, pero desde luego lo que hace, lo hace bien.
El broche de oro en la primera jornada de Low lo pone Vitalic y su monumental concierto de música electrónica de baile que alterna momentos de locura desenfrenada con otros que se acercan a lo religioso y espiritual (esos coros eclesiásticos). No puede venir mejor para despedir el viernes este espectáculo con un asombroso diseño de luces que demuestra que el electro hecho para el desfase puede ser gustoso y elegante.
Se acaban de publicar los nominados al Mercury Prize y la sensación generalizada es la de decepción en torno al considerado el premio más prestigioso del mundo. Aparecen muchos nombres que no se esperaban y no están algunos que se daban por supuestos teniendo en cuenta el carácter underground del premio, que en otras ocasiones ha reconocido el talento de Antony & the Johnsons o The xx. Es una alegría ver al fin nominada a Lily Allen, que nunca lo había estado, justo ahora que se está dando un incomprensible castañazo comercial, pero la verdad es que ‘No Shame‘, para ganar el Mercury… tampoco está.
Lo mismo puede decirse de los discos de Florence + the Machine, pues por muy torbellino que siga siendo sobre el escenario, ‘High As Hope‘ no es precisamente el mejor disco de su carrera; o de Noel Gallagher. ‘Who Built the Moon?’ sí es el mejor de los álbumes en solitario que ha sacado y su nominación es justa, pero no a costa de lo que ha quedado fuera. Nadie puede creerse que David Holmes sea ahora mismo más importante para la electrónica británica que SOPHIE, que no ha sido nominada por ‘Oil of Every Pearl’s Insides‘. Puestos a premiar viejas glorias y talentos que no lo han hecho mal sin haber hecho el álbum del año, ‘Record’ de Tracey Thorn ha tenido críticas igual de buenas que el del mayor de los Gallagher, según Metacritic, y por supuesto en su vida ha sido nominada ni con su grupo ni mucho menos sola.
El NME, siempre en un cuelgue rockero, está totalmente escandalizado por la ausencia de Shame, pero ni este disco ni el de Everything Everything, que sí está nominado, han tenido un gran impacto artístico ni comercial fuera de las islas. No parece que vayan a pasar a la historia. En realidad, echar un ojo a la lista de nominados -a falta de escuchar bien un par de los álbumes (¡Sons of Kement van favoritos en las casas de apuestas!)-, pone sobre la mesa que muy buen año para la música británica no ha sido. Wolf Alice y Jorja Smith han hecho buenos discos, pero tenemos un problema si lo mejor que ha sabido dar este país al mundo es una adaptación del rock de los años 90 pasada por un filtro sintético/girl group; y una cantante que recuerda a SZA, que recordaba a Amy Winehouse, que recordaba a Lauryn Hill. Y tenemos otro problema si lo que nos enfadaba de verdad ayer era la ausencia de nominación para The Horrors, que merecerían más bien reconocimiento como canción del año por ‘Something To Remember Me By’.
Me alegraré si gana King Krule, si bien el 9 que le cascaron en Pitchfork parece tan exagerado como el 4 que le cascaron en Record Collector (Alexis Petridis volvió a ejercer de juez moderador); me alegraré si gana Everything Is Recorded porque solo se puede querer a Richard Russell; pero este año no siento esa excitación por este premio que en 2017 me dieron nominados como The xx o Stormzy; en 2016 Bowie o Michael Kiwanuka; en 2015 Jamie xx… ¡y ninguno ganó! Por no hablar de que en 1997 estuvieron nominados enormes discos de Radiohead, The Prodigy, The Chemical Brothers, Suede, Primal Scream y Spice Girls.
¿Ha sido un año tan malo para la música británica como para que ni un nominado apasione demasiado? La verdad es que el Reino Unido no parece en la cumbre de la vanguardia en un mundo plagado de música latina, trap o pseudotrap americano. En un mundo en el que se le está haciendo poquito caso al disco deliberadamente decadente y difícil que han hecho Arctic Monkeys. Pero como bien nos apuntaba un lector, una nominación a Let’s Eat Grandma no habría venido nada mal al prestigio de los Mercury. Tampoco una modernización en las nominaciones para incluir mixtapes reconociendo por ejemplo ‘Pop 2’ de Charli XCX, de lo más relevante que ha pasado en el pop en los últimos tiempos. Un punto 2018 sí que le habría dado Charli a los premios, definitivamente. Algo hace pensar que la elección del jurado, que es cambiante, este año no ha estado demasiado acertado…
Eleanor Friedberger se hizo un nombre como parte de The Fiery Furnaces, que después ha consolidado con tres discos en solitario, ‘Last Summer‘ (2011), ‘Personal Record‘ (2013) y ‘New View‘ (2016). El cuarto, ‘Rebound’, presentaba una novedad muy interesante para la reputación de artista de indie-rock arty que se ha labrado. Friedberger es americana, en concreto de Illinois, pero aprovechando que sus ancestros son griegos (también polacos y lituanos) y que ha pasado bastante tiempo últimamente en este país, ha inspirado su nuevo álbum en Grecia. Lo cual tenía toda la pinta de darle entidad y un carácter diferenciador respecto a otros artistas.
Rebound, el nombre del álbum, es el del lugar que le recomendó una amiga cuando le preguntó qué debía visitar antes de abandonar Grecia. Su colega lo describió como «un túnel del tiempo, de disco gótico ochentero, donde todo el mundo hace el baile del pollo y solo abre los sábados a partir de las 3 de la mañana». También dice Eleanor que le inspiró ver cómo sus amigos se lanzaban a las calles para protestar o se implicaban políticamente por primera vez.
‘Rebound’, el disco, desgraciadamente no sabe capturar esa magia, esa singularidad. Ni las protestas han marcado la cadencia del álbum, relajada hasta decir basta, ni ese «disco gótico» tan mágico tiene una presencia tan decidida. Sólo en ciertos momentos, los mejores, por cierto. Por lo demás, es como si el álbum del que nos habla la nota de prensa oficial y la portada del mismo fuera uno, y el que escuchamos y atendemos sobre el papel fuera otro. Aunque su detallado «canción por canción» se empeña en explicar la relación con Grecia, las historias, como la del amor a distancia de ‘Everything’, no terminan de llegarnos.
Sí hay cambio de sonido y misterio en muchas de las grabaciones, como es el caso del inicio de ‘My Jesus Phase’, que abre el álbum, aunque luego se pierde; la embriagadora ‘The Letter’ o esa ‘Nice to Be Nowhere’ que atrapa desde el segundo cero. Pero es difícil quitarse de la cabeza que Eleonor Friedberger se ha complicado un poco la vida para terminar sonando a Destroyer y a ‘Streets of Philadelphia’ en esta última pista; a Texas en ‘In Between Stars‘; y a The Pretenders y a los Smiths, a los que recuerda en la gema pop ‘Make Me a Song’, donde la influencia de la guitarra de Johnny Marr es evidente. La desgarbada ‘It’s Hard’ cita a unos The Cure que no son The Cure, por lo que escuchando a continuación ‘Are We Good’, que no es muchísimo mejor, lo que viene a la mente es un ‘Stranger Things’ (influencia expresa) que no es ‘Stranger Things’.
‘Rebound’ es un disco agradable que crece con las escuchas, como casi todos, pero hay cierta condescendencia en afirmar que este es el mejor álbum de Eleanor Friedberger. La idea era buena, ¿pero lo es el resultado? ¿De verdad serán recordadas en el futuro cosas como ‘Showy Early Spring’? ¿Uno se va a Grecia para terminar sonando a ‘Twin Peaks‘ (otra influencia expresa) como sucede con ‘Rule Action’? ¿Le perdonaríamos a un artista mainstream subirse al carro Badalamenti a estas alturas?
Calificación: 5,8/10 Lo mejor: ‘Make Me a Song’, ‘The Letter’, ‘Nice to Be Nowhere’, ‘Rule of Action’ Te gustará si te gustan: Destroyer, The Pretenders, Texas, Angelo Badalamenti Escúchalo: Spotify
Tras varios días de rumores, un preview de 30 segundos aparecido por error en Deezer y la filtración completa de la canción, Robyn confirma su regreso la semana que viene, el próximo lunes 30 de julio. A través de Instagram, en un mensaje llamado ‘Missing U’, indica cuánto ha echado de menos a sus fans, convocándoles el próximo lunes 30 de julio, en el caso de España a eso de las 15.00. La cantante ha confirmado también que el día 2 de agosto dará una fiesta en Ibiza en compañía de su amigo Kindness y SSION. Detalles, aquí.
‘Missing U’, que suena algo continuista respecto a los últimos trabajos de Robyn, se presume el primer sencillo del esperado álbum de la cantante, que no lanza disco largo desde los 3 EP’s que conformaron ‘Body Talk‘ en 2010. Desde entonces sí la hemos visto en un excelente EP conjunto con Röyksopp, con La Bagatelle o en alguna canción suelta y colaborativa, pero este será su verdadero «comeback» desde que triunfara con ‘Dancing On My Own’ y, en menor medida, ‘Call Your Girlfriend’ y ‘Hang With Me’.
Como siempre podéis seguir toda la actualidad sobre la cantante en nuestro foro de Robyn.
Christina Aguilera vuelve al nuevo número 1 de nuestro top semanal con ‘Accelerate’, una de las mejores canciones de 2018. No hay entradas en la parte alta de la tabla, donde cabe destacar el avance de ‘Strangers’ de Halsey con Lauren Jauregui ahora que es al fin single. Entran entre el puesto 30 y el 40 Ciara, Billie Eilish, Fleet Foxes y Róisín Murphy con sus últimos singles y vídeos. Es tiempo de despedirse de Netta, que ya ha cumplido 10 semanas con ’Toy’ en la lista, siempre en la mitad baja de la tabla: poco fan pero muy fiel entre nuestros lectores. También de Arctic Monkeys, aunque en su caso hay nuevo single. Ya podéis escuchar nuestra nueva lista de novedades y votar por todas vuestras canciones favoritas aquí.
Como ya hicieran en 2012, Marilyn Manson y Rob Zombie se han embarcado en una gira conjunta que ahora, en vez de llamarse ‘Twins of Evil’, se llama ‘Twins of Evil: The Second Coming Tour’. Son 34 conciertos de ambos que tienen lugar entre los días 11 de julio y 29 de agosto.
La gira veraniega ha sido accidentada a su paso por Toronto, pues en el último momento, Marilyn Manson ha tenido que cancelar esta fecha canadiense por razones de salud por determinar. La gente ya estaba dentro del recinto, por lo que un portavoz tenía que salir in extremis para explicar al público que el autor de ‘Heaven Upside Down‘ no iba a salir. Como se puede ver en el vídeo bajo estas líneas, este portavoz invita a la gente a irse si quiere ver devuelto su dinero, para lo que es necesario volver a escanear sus entradas a su salida. La disyuntiva fue por tanto: «¿me voy o me quedo a ver a Rob Zombie ya que estoy aquí?».
Con todo el feo que puede suponer para el también director Rob Zombie irte de la sala, lo cierto es que la gente había pagado por ver a los dos artistas, y la decisión, acertada y generosa por parte de la promotora, podría sentar un precedente. Desgraciadamente no hay muchas giras conjuntas que lleguen a España: nos hemos perdido la de Courtney Love y Lana del Rey, la de Blondie y Garbage… pero también esta decisión puede afectar a mini festivales de un día con un doble cabeza de cartel. ¿Qué hacer cuando ya estás en el recinto, incluso has viajado y hasta el escenario está montado? ¿Irte o quedarte?