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Joanna Newsom vuelve a los escenarios con su gira americana de conciertos íntimos: ¿se acercará un nuevo álbum?

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Joanna Newsom ha vuelto a los escenarios. El pasado viernes arrancaba en Estados Unidos su mini gira de conciertos íntimos ‘The Strings/Keys Incident’, anunciada el pasado mes de abril y que de momento solo pasará por este país. Esta es la primera vez que Newsom actúa en vivo desde 2016 y la primera desde que diera a luz a una niña en 2017.

Un vistazo a los setlists colgados en internet revela que Newsom no está aprovechando su nueva gira para presentar canciones nuevas, al menos de momento. Sí le han bastado dos conciertos para interpretar su épico ‘Ys’ (2006) al completo y por supuesto también está cantando temas de sus otros tres álbumes de estudio, los igualmente aclamados ‘The Milk-Eyed Mender’ (2004), ‘Have One on Me‘ (2010) y ‘Divers‘ (2015).

¿Significa el regreso de Newsom a los escenarios que un nuevo álbum es inminente? La cantautora y arpista californiana suele llevar la composición de sus álbumes en absoluto secreto, y además estos suelen llegar al mercado con bastantes años de margen: de hecho ya ha pasado un lustro entre el anterior y la actualidad. ¿Habrá inspirado la maternidad las nuevas canciones de Newsom al menos en parte? ¿Existen estas acaso? Os dejamos con algunos vídeos de la gira.



Bat For Lashes / Lost Girls

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En una entrevista de inminente publicación, Natasha Khan nos decía, mientras reflexionaba sobre la película ‘Midsommar‘, que la sociedad actual vive un poco en una burbuja en la que no quiere ver “la violencia que puede haber tanto en un ritual paranormal como en una ruptura o en el duelo de un ser querido; no quiere que exista el ciclo de vida-muerte, ni la oscuridad”. Pero existe, claro. Y Khan abraza la oscuridad, la une con la nostalgia y con toques sobrenaturales y nos da su primer álbum tras el paréntesis que hubo con ‘The Bride‘, tras cuya publicación pensó que iba a dejar la música, al menos como Bat For Lashes. Este ‘Lost Girls‘ surge, de hecho, cuando Natasha estaba componiendo para la banda sonora de una serie, ajena a publicaciones de discos… pero empezó a ver que en sus últimas ideas había algo que daba para bastante más que un par de canciones de una banda sonora. Y no se equivocó.

“Éste es un álbum para conducir en la oscuridad, cogerse las manos al atardecer, saltar de puentes con vampiros o montar en bici atravesando la Luna”, dice en la descripción oficial, y sí, evidentemente las referencias a ‘E.T.’ y ‘The Lost Boys’ (no se llama ‘Lost Girls’ por casualidad) están ahí por algo: hay una atmósfera ochentera tanto en las letras y el concepto como en la música. Khan cita a Bananarama y Cyndi Lauper como algunas de sus influencias, y esto se nota en cortes como ‘Desert Man’, aunque también tenemos un toque Kate Bush en canciones como ‘The Hunger‘ (puede recordar también a Susanne Sundfør o la primera Ellie Goulding) y hasta a la Madonna darks de ‘Erotica’ (‘Jasmine’). Por tener, tenemos hasta el típico saxo de los 80 en ese formidable interludio instrumental que es ‘Vampires’ (junto a unas percusiones que recuerdan a las de ‘It Must Have Been Love’ de Roxette).

El deseo (o “el ansia”, que iría mejor teniendo en cuenta la temática vampírica) y sus consecuencias son una de las grandes constantes de este disco, y podemos verlo en canciones como ‘Peach Sky’ (“am I coming on too strong? / oh, you and I know / I know it ain’t right / I, I ant a long goodnight”), ‘Desert Man’ (“it’s hard to get high with you / and not go low / I’ve waited so long / to take it slow” o, por supuesto, ‘The Hunger’ (“I want to bleed / and feed us forever / but I want to feed / the hunger inside”). Destacan también la balada final ‘Mountains’ y la deliciosa oscuridad de ‘Jasmine’, con ese outro que es una maravilla: “a body bag on eucalyptus hills / and the Hollywood forever, and the endless sleeping pills / no girl will ever cure your nigh time ills / like Jasmine does / cause when she blooms, she kills”.

Aunque flojea un poco al final (‘So Good’, ‘Safe Tonight’) y tiene el peligro de hacerse repetitivo, esto no llega a ocurrir del todo. Influyen aquí sus menos de 40 minutos de duración, y que los temas por lo general sean bastante concisos y con una producción de calidad que aúna el buen sonido ochentero con toques actuales. Ayudan en este aspecto los nombres de MNEK (que como comenté al hablar de su último disco, parece tener más suerte con sus producciones para otros artistas), Charles Scott (CHVRCHES) y Jennifer Decilveo (Machine Gun Kelly, Madison Beer), además de la propia Khan. ‘Lost Girls’ es, pues, una grandísima noticia, porque supone la vuelta de Bat For Lashes cuando parecía que habíamos tenido punto y final, y porque esta vuelta es con una atmósfera tan conseguida como la de este disco, que contiene algunas de las mejores canciones de la carrera de Natasha. “Ahora tengo más claro que nunca que no voy a dejar la música”, nos dijo también en la entrevista. Lógico.

Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Kids in the Dark’, ‘Mountains’, ‘Desert Man’, ‘Jasmine’, ‘The Hunger’, ‘Vampires’
Te gustará si te gustan: Zola Jesus, Bananarama, Susanne Sundfør, Crystal Castles, Cyndi Lauper, Fever Ray. En definitiva, si te va tanto la nostalgia ochentera como el synth emo-edgy actual.
Escúchalo: Spotify

‘tommy’ de Shura es una historia de amor dividida entre la vida y la muerte

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Shura ha publicado este verano uno de los álbumes más románticos de 2019. ‘forevher‘ (el título lo dice todo) habla sobre la relación de tres años de Alexandra Lilah Denton con su novia, a la que conoció a través de una aplicación para citas. Sin embargo, no todas las canciones de ‘forevher’ hablan sobre Shura. Una en concreto narra la historia de otra persona.

‘tommy’ es una de las canciones que aparecen en el tramo medio de ‘forevher’, el favorito de Shura como ella misma nos ha contado. ‘tommy’ habla sobre un anciano de 89 años al que Shura conoció en una cadena de helados durante su estancia en Marfa, Texas. Un encuentro totalmente fortuito y que perfectamente podría no haber sucedido, en palabras de Shura, «de haber entrado en esta tienda media hora antes o media hora después». El hombre contó a Shura que su mujer había muerto hacía «8 o 9» años y que recientemente se le había aparecido en sueños para expresarle que estaba bien que se volviera a enamorar. Así que Tommy descolgó el teléfono y llamó a su novia del instituto, que desgraciadamente también se había quedado viuda. Ambos empezaron a salir.

En ‘tommy’ escuchamos a su mismísimo protagonista hablar al principio, pues la novia de Shura, que se encontraba a su lado en aquel momento, grabó toda la conversación en secreto. Es una pequeña cápsula en el tiempo, que la cantante reinterpreta después de manera majestuosa a lo largo de la canción. A través de una composición a piano tan emotiva como atmosférica, la artista explica la historia y después asume las voces de Tommy y de su mujer fallecida. Con ambas establece un precioso diálogo. «¿Sabe ella que estoy conduciendo a través de América, comiendo con una persona nueva, alguien a quien conocí antes de casarme con ella?» Desde el cielo, la mujer contesta: «estoy en el cielo sin ti, tómate tu tiempo, todo estará bien». Con estos elementos y también gracias a la suerte, Shura crea en ‘tommy’ una humilde obra maestra sobre el amor incondicional, aquel que pervive incluso más allá de la muerte.

Ms Nina denuncia que un hombre la grabó desnuda en un hotel, que «no hizo nada» por ayudarla

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Ms Nina está en las últimas semanas en Norteamérica, presentando su primera mixtape ‘Perreando por fuera, llorando por dentro‘. Tras varias fechas en Estados Unidos, estos días se encuentra en México, donde el público la está recibiendo con fervor. Todo parecía irle estupendamente hasta que en las últimas horas ha vivido un episodio muy desagradable que ha denunciado en sus redes sociales.

Según cuenta desde Tijuana, un hombre la grabó con su móvil y se masturbó desde otra de las habitaciones del hotel en el que se alojaba, mientras ella estaba desnuda en su propio dormitorio. Aunque para ella lo peor fue que, cuando acudió a quejarse y denunciarlo a la recepción del hotel, estos no hicieron nada por ayudarla, según sus palabras, haciéndola sentir como «una mierda».

«Hay que dejar de ser así de acosar a las mujeres», reflexiona a continuación. «Estoy bien pero situaciones así te dejan mal y te dan ganas de llorar y de matar a alguien. Es mi privacidad,
mi cuerpo y yo, y sin mi PERMISO tú no eres nadie para faltarme el respeto, ubíquense!!!!!!», continúa, denunciando finalmente que «no soy la única que le pasan este tipo de situaciones, así que RESPETO y NO AL ACOSO!!!!!!!!!!» «Nos pasa todos los días a todas, no estamos locas», decía en otro comentario.

Camila Cabello alterna ritmos reggae, latinos, flamencos y emo en ‘Liar’ y ‘Shameless’, ¿hits inminentes?

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Parte de la redacción evalúa ‘Liar’ y ‘Shameless’, los dos primeros singles que Camila Cabello ha avanzado de su nuevo álbum, ‘Romance’.

«Al principio me pareció evidente que, de esta reaparición doble de Camila Cabello, llevaba las de ganar ‘Liar’. Es evidente que tiene hechuras de hit veraniego aunque parezca ir tarde –ojo, que en el hemisferio sur están a punto de entrar en la primavera–: ya desde ese estupendo sonido de trompeta que lo abre, cautiva, y sigue adelante repleta de misterio y seducción, incitando a bailar con elegancia, como en la irrupción del estribillo jamaicano prestado de ‘All That She Wants’ –esto sí es una «versión» con enjundia, y no ‘Con calma’–. No cabe duda de que con un buen vídeo, puede ser un buen pelotazo comercial. Sin embargo ‘Shameless’, que en un principio parecía más discreta, gana con las escuchas, con una construcción igualmente fascinante: parte de un bajo apenas esbozado, sobre el que Camila engatusa con su voz, a la vez que irrumpe una guitarra limpia, con el punto justo de reverb. Hasta que Cabello tira de garra para engancharnos, ya sin remisión, con su buen pre-coro y estrellarnos contra el muro de palmas digitales aflamencadas que bien podría haber ideado El Guincho para Rosalía que se instalan como audaz base. Su buen vídeo, próximo a la lectura de la cultura hispana que ha hecho Madonna en algunos vídeos suyos, contribuye al misterio y seducción de este medio tiempo. En fin: Camila, si todo ‘Romance’ es así –y por la estupenda estética que presenta quiero creer que sí–, toma mi dinero». Raúl Guillén.

«Es difícil disfrutar de una canción cuando la voz de su intérprete no te convence, y por mucho que sea una «unpopular opinion», reconozco que la voz de Camila Cabello no me motiva nada. Me suena aniñada, quejumbrosa, demasiado Disney. Así, una canción melódicamente tan emo como ‘Shameless’, que alguien como Halsey o Zayn Malik habrían vendido convincentemente, suena en manos de la persona equivocada. Aunque lo peor es que la canción, en la que conviven guitarras muy The xx con una base de palmas que parecen inspiradas en el trabajo de Rosalía, antes de que el «drop» del estribillo haga temblar las paredes de tu habitación, ni siquiera es tan memorable como sugieren todos estos elementos. Por su parte, ‘Liar’ es más divertida, pero es el colmo de la no originalidad que sus estrofas se basen en una canción de Lionel Richie (y Marina ya había usado esta melodía mejor en ‘Karma’) y su estribillo en una canción de Ace of Base. El reciclaje es inevitable en el pop, pero ‘Liar’ es demasiado obvia… aunque de nuevo, si la hubiera intrepretado otra persona, seguramente me gustaría más. Al menos su outro instrumental es un buen toque, sobre todo en la era de las playlists». Jordi Bardají

«Qué acertados estuvieron Ace of Base con su reivindicación jamaicana dentro de la música dance, que no en vano les llevó a vender millones de copias y a conquistar el siempre complicado mercado americano pese a ser suecos. Camila Cabello se aprovecha de ello 25 años después, en un número pop de tintes reggae como es ‘Liar’, que podrían haber firmado también por supuesto No Doubt. ¿Y quién adivinó que Ace of Base o No Doubt iban a ser «trendsetters»? Una agradable canción, si acaso algo sosilla, sobre todo para contener créditos de hasta 11 personas. Lo mejor viene al final con ese set de vientos, lo más cuco de estas dos canciones pese a que la oscurilla ‘Shameless’, a su manera, también sabe crecerse en su recta final». Sebas E. Alonso.

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Los nuevos Swans de Michael Gira, más concretos que nunca en ‘It’s Coming It’s Real’

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Con la publicación de ‘The Glowing Man’, Michael Gira anunciaba un nuevo giro (¡je!) en la carrera del grupo Swans, que se aproxima ya a su cuarta década. Ponía así punto final a la formación con la que ha llegado a sus más altas cotas de popularidad, desarrollando su rock experimental en discos como ‘My Father Will Guide Me up a Rope to the Sky’ (2010), ‘The Seer‘ (2012) o ‘To Be Kind‘ (2014), obras extensas (con numerosos cortes que se desarrollaban entre los 10 y los 30 minutos de duración) e intensas que cobraron una dimensión aún mayor en sus atronadores y ya legendarios directos. [Foto exterior: Nriko.]

Ahora Swans vuelven con ‘Leaving Meaning‘, un nuevo álbum –el número 15 de su discografía– grabado con una formación cambiante y renovada en la que se incluyen la artista sueca Anna Von Hausswolf (y su hermana Maria), al grupo australiano The Necks y la singular artista neoyorquina Baby Dee, además del artista de música electrónica Ben Frost o la propia esposa de Gira, Jennifer, ya presentes en algunos de sus últimos trabajos. El artista de Los Ángeles dice que ha elegido a los músicos no solo por sus habilidades creativas sino también por su carácter, «de acuerdo a lo que intuyo que se adapta mejor a la atmósfera en la que quería ver presentadas» las canciones. «Los músicos, a través de su personalidad, habilidad y gusto, contribuyen enormemente a arreglar el material. Son todos gente cuyo trabajo admiro y cuya compañía disfruto personalmente», dice Gira.

Esto se refleja en canciones como ‘It’s Coming It’s Real’, single de presentación del disco de poco más de siete minutos de duración que sorprende por su desarrollo blues tenue y cálido, poniendo el acento en el contraste vocal de un comedido Gira con los coros de las hermanas Von Hausswolf. ‘Leaving Meaning’ que se publica el próximo 25 de octubre y en el que parece aspirar a hacer una música más concreta, no tanto en duración –se publica en doble vinilo y doble CD, por lo que parece seguro que supera los 74 minutos de duración– como en intenciones.

Tracklist de ‘Leaving Meaning’:
Hums
Annaline
The Hanging Man
Amnesia
Leaving Meaning
Sunfucker
Cathedrals of Heaven
The Nub
It’s Coming It’s Real
Some New Things
What is This?
My Phantom Limb

FKA Twigs detalla su álbum y estrena ‘Holy Terrain’, en la que congrega a Future, Skrillex y Jack Antonoff

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Esto ya va en serio: por fin, 5 años después de su alabado ‘LP1’, el regreso de FKA Twigs es una realidad. Después de adelantar el pasado mes de abril la preciosa ‘Cellophane‘, hace apenas una semana Tahliah Barnett ofrecía más detalles de su segundo trabajo: se titula ‘Magdalene’, ha trabajado en él con el productor y músico de origen chileno Nicolas Jaar e incluye un featuring de Future.

Pues bien, hoy lunes finalmente se conocen portada de ‘Magdalene’, tracklist (son 9 pistas en total) y fecha de publicación, el 25 de octubre. Además, ya puede escucharse precisamente esa canción: se titula ‘holy terrain’ y no solo cuenta con el célebre rapero, sino que también supone una colaboración con el productor y remixer Skrillex, además de Jack Antonoff, compositor y productor que últimamente hemos encontrado en los nuevos trabajos de Taylor Swift y Lana Del Rey.

‘holy terrain’ es un tema de hip hop de ambientación oscura, como ya podía verse en el teaser del vídeo que había mostrado la artista en sus redes sociales, y en el que podemos verla con esa pose excéntrica tan suya, aunque sea haciendo algo tan terrenal como fumarse un cigarro con misterio. La excitación antes este estreno ha alcanzado a artistas del tamaño de Katy Perry, que ha dejado en su muro de Instagram un «ready spaghetti» a la altura de las circunstancias.

‘Magdalene’:
01 thousand eyes
02 home with you
03 sad day
04 holy terrain (feat. Future)
05 mary magdalene
06 fallen alien
07 mirrored heart
08 daybed
09 cellophane

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holy terrain ft @future out this monday <3

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El grupo de noise pop Tom Boyle pone fin a 13 años de andadura

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De manera oficiosa, puesto que ha sido el guitarrista y alma máter del grupo Xabier Setién en su perfil personal de Instagram y no en el del grupo el que lo ha comunicado, Tom Boyle se despiden. Y lo hacen sin alharacas pero con integridad, un poco como se desarrolló su carrera: «Pasando de despedidas y palabras tristes. Simplemente: Hasta aquí hemos llegado…. eternamente agradecidos a todos los que habéis hecho de esta experiencia algo tan increíble…os queremos. agur», dice el texto que acompaña una «T» blanca en forma de cruz sobre fondo rojo, señalando sus años de creación y fin.

Desde que el grupo se formó en 2006 al calor de Myspace, Setién y la cantante y bajista Gloria Para han permanecido como miembros de Tom Boyle –durante un tiempo, allá por 2013, incluso se erigieron en dúo–, partiendo de aquel candor noise pop de sus inicios, que ponía en común el Getxo Sound con el punto cándido de grupos como La Buena Vida o Nosoträsh, y derivando luego a un sonido más maduro, más cercano a Teenage Fanclub, por ejemplo.

Tras un par de iniciáticos EPs, Tom Boyle publicaban su álbum debut ‘Maniobra de aproximación’ en 2008 vía Starsky Records, con canciones icónicas como ‘Desdobladas’, al que siguió en 2011 el EP ‘Biografía de mi espejo‘. Pero luego les llevó 4 años más dar señales de vida, con un EP –’Agur’– editado por Discos de Kirlian que supuestamente anticipaba un segundo álbum… que no llegó a ver la luz. Aquello no sucedió hasta tres años después, en 2018, cuando por fin vio la luz un notable ‘Vuelve a empezar‘, disco autoeditado encabezado con una canción majestuosa como ‘Hojas amarillas‘.

Ese nuevo ímpetu se vio apagado por la indiferencia de la mayor parte de público, prensa y promotores, que nunca han acompañado demasiado a la banda vizcaína, con poca justicia. Pese al desánimo que mostraban en redes sociales viendo ningún promotor o festival contaba con ellos, aún reunían energía para lanzar hace unos meses y solo vía Bandcamp el primero de una trilogía de EPs conceptuales, ‘Mar de fondo‘. Parece que ese será su epílogo, y no está claro si verán la luz los otros dos EPs. En cualquier caso, pueden presumir de una colección de canciones intensas y poderosas, bien escritas y grabadas, en las que la integridad son su mayor valor. Fans de la escena como Waldorf Histeria o David Rodríguez (Beef, La Estrella de David) también lamentan su desaparición.





¿Quién fue el verdadero cabeza de cartel de Dcode 2019?

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Dcode ha celebrado este sábado 7 de septiembre su novena edición, convocando a 20.000 personas sin un cabeza de cartel tan claro como hace unos años The Killers, y mostrando que su estrategia de consolidarse como fiesta de fin de verano, modesta y por encima de los grandes nombres ha surtido su efecto. Casi demasiado a tenor de la saturación de los baños a última hora, único nubarrón en una organización excelente en la que destaca la amplia y digna oferta gastronómica. El público se ha habituado también a que abran en horario de mañana, al modo de los festivales europeos, y un par de miles de personas acudieron desde mediodía, muchas acompañadas de sus hijos para las actividades de Dcode Kids o para los mismos conciertos de Carolina Durante y La Casa Azul. Fotos Amaral y The Cardigans: Christian Bertrand. Foto La Casa Azul: Xavi Torrent.

The Cardigans, una rareza que… ¿volveremos a ver?

El nombre más excepcional que encontrábamos en el cartel era The Cardigans, que hacía hasta 13 años que no actuaban en España, en concreto desde que lo hicieron en el tan turbio como añorado Summercase. La banda visitaba Madrid con motivo del 20º aniversario de ‘Gran Turismo’, que interpretan al completo y en orden, y su presentación en vivo fue un reencuentro con la lucha interior, la autoafirmación y la autoparodia del sufrir adolescente que planteaban sus letras. Son muchas las canciones del álbum que hablan una y otra vez de volver a empezar cuando nos atascamos (‘Starter’), y del derecho y la necesidad de partir de cero (‘Erase/Rewind’), sin renunciar al sentido del humor que siempre han tenido las letras de Nina. «Estás perdiendo a una salvadora y a una santa», concluía desafiante ‘My Favourite Game’. «No voy a sentirme así para siempre», se autoanimaba por otro lado la triste ‘Higher’.

Entre las filas de Cardigans ya no está su carismático guitarrista Peter Svensson, muy liado escribiendo hits para Ariana Grande, Meghan Trainor o The Weeknd, pero el sonido logró ser más alto y sólido de lo esperado, al menos desde la torre de sonido hacia delante, lo suficiente como para que incluso escucháramos a Nina carraspear en ‘Starter’. ‘Gran Turismo’ llegó a ser disco de oro en España gracias a lo que sonaron sus dos singles principales, ‘My Favourite Game’ y ‘Erase/Rewind’, pero es un álbum en cierta medida intimista e introspectivo, más apto para una sala pequeña que para un festival enorme en momentos como ‘Explode’, ‘Higher’ o ‘Junk of the Hearts’. La banda persiste en interpretarlo al detalle, incluso recreándose en el instrumental experimental ‘Nils’ y eso produjo que el concierto no fuera el más celebrado de la masa festivalera. Sin embargo, Nina salvó los muebles como vocalista y frontwoman, sorprendiéndose de la enorme cantidad de gente que había allí congregada, y las primeras filas fueron pura devoción hacia la banda. Más cuando, como bis, sonaron canciones de sus últimos álbumes, en especial de su clásico perdido ‘Long Gone Before Daylight’. ‘For What It’s Worth’, ‘You’re the Storm’ y ‘Communication’ emocionaron a todos aquellos que alguna vez quisieron reparar en sus textos, ‘Lovefool’ se coló como fiesta disco popular («llevo una hora esperando para esto», decía una despistada a mi lado) y el concierto se cerró con la agresiva, genial, divertida, rabiosa ‘I Need Some Fine Wine And You, You Need to Be Nicer’. Una «Guerra de los Rose» de manual que cualquier grupo americano de medio pelo habría convertido en clásico. Yo sí que llevaba una hora ahí esperando para ello.

Amaral: hasta los camareros cantaron

A continuación era el turno de Amaral, que lograban la sensación de fiesta popular masiva en el primer cuarto de hora de su concierto con ‘El universo sobre mí’ y ‘Marta, Sebas, Guille y los demás’: todo Dios las coreó de pe a pa, lo que incluyó a los camareros desde las barras. Eso es lo que es ser un cabeza de cartel, señores programadores de festivales, y no lo que dictamine un medio extranjero. El dúo presentaba en exclusiva las canciones que habían publicado el día anterior en su nuevo disco ‘Salto al color’, y excepto ‘Juguetes rotos’, que con su vibración electropop es el previsible shock dentro de su repertorio, todas funcionaron mucho mejor de lo que lo hacen en estudio. Eva introduce ‘Bien alta la mirada’ como una deconstrucción de un dicho que «no les cuadra» nada, «quien bien te quiere te hará llorar»; ‘Lluvia’ es una canción ultra Amaral que parece haber estado siempre ahí; ‘Nuestro tiempo’ se integra a la perfección con la estupenda ‘Revolución’; y ‘Soledad’ pega totalmente en el set con su punto ligeramente flamenco más o menos a la altura de su clásico ‘Moriría por vos’. El álbum ha dejado algunas dudas sobre su dirección artística, pero durante los 2 años que posiblemente dure esta gira, muchas de las canciones continuarán creciendo. Eva además dejó un gran momento, reconociendo que estaba nerviosa por interpretar por primera vez algunas de las canciones nuevas, confesando: «No debería decir esto, pero hace un rato me estaba preguntando: «¿pero por qué me dedico a esto?»». Concluyó que al final el público era lo que le daba fuerzas, las mismas que ella nos aportó terminando con la que puede ser su mejor canción aunque casi nadie lo sepa, ‘Hacia lo salvaje’.

Las 12 del mediodía había sido la hora del accidentado show de Carolina Durante. “Te veía en todos los putos lados” es uno de los estribillos de la banda madrileña y es lo que podríamos aplicar a lo que ha pasado con ellos este verano en los festivales. Eso sí, nunca les habíamos visto en plan “buenos días”, lo que no fue problema para que los primeros minis de cerveza y calimocho rularan entre el público. “Yo no hubiese venido”, llegó a bromear Diego Ibáñez en un momento entre canción y canción. Carolina Durante ofrecieron su repertorio habitual, encabezado por ‘Las canciones de Juanita’, y con temas como ‘Necromantico’ o ‘Nuevas formas de hacer el ridículo’ despuntando hacia la mitad. La pena es que en los últimos segundos de ‘El himno titular’, el sonido se apagó, y aunque el público acompañó cantando el final de la canción, el grupo hubo de abandonar el escenario un par de minutos, pidiendo a su vuelta “perdón”. El problema persistió unos 20 minutos después y aunque la interpretación de “Perdona” fue impecable, la PA se volvió a apagar nada menos que al final de ‘Cayetano’. El público siguió cantando, el sonido volvió, pero se fue a ir durante el último tema. Miembros de la banda desistieron y tras una breve interpretación de la primera mitad de ‘La noche de los muertos vivientes’ medio “on” medio “off” a cargo de Diego y el público, el concierto se acabó con la mítica frase “ya va siendo hora de volver a casa”. Quizá lo fuera para quien viniera de empalmada. Mención aparte para la actitud de Ibáñez frente a la adversidad: persisten esos bailes con los que parece que se va a descoyuntar. Gracias a Dios estudiaba en el INEF justo antes de dedicarse a esto y suponemos que sabrá lo que se hace con su cuerpo.

A la una de la tarde Picture This ofrecieron un agradable concierto a medio camino entre Bruce Springsteen y The 1975. Desgraciadamente, nada que ver con el clásico homónimo de Blondie. No sé cuántas veces pudo decir su cantante que eran de Irlanda, y la probabilidad de que emerjan banderas irlandesas cuando un grupo irlandés actúa en España es de 1, pero la banda uniformada con monos negros y azul marino supo orquestar un repertorio efectista con temas como ‘If You Wanna Be Loved’ o el final ‘Take My Hand’ como «highlights».

La Casa Azul, gran reclamo de la mañana

La Casa Azul actuaban después en la misma carpa, en la cual ni remotamente cupieron los miles de fans congregados a las 3 de la tarde con 30 grados a la sombra. Pero se hizo lo que se pudo para disfrutar de su setlist de «greatest hits», en el cual los más recientes ‘El momento’, ‘Podría ser peor’ o ‘El final del amor eterno’ están perfectamente acomodados. Guille Milkyway explotó su vena sexy durante la sexualizada ‘Ataraxia’ arrimándose cuasi demasiado a uno de sus músicos, dedicó ‘Esta noche solo cantan para mí’ a Juan de Pablos y prescindió por completo de los sets de piano (y de su primer disco) para concentrarse en temas bailables como ‘Superguay’, ‘Todas tus amigas’, ‘La revolución sexual’ y, como cierre, ‘Nunca nadie pudo volar’. No sonó ‘El sol no brillará nunca más’, la canción más anhelada en ese momento por todos los que estábamos sudando como auténticos cerdos, pero la buena noticia de que La Casa Azul fuera en una carpa fue que al menos algo pudieron verse las proyecciones que decoran su show actual, más ideado para miles de personas que el austero set de los Cardigans, programados en un escenario más grande.

Viva Suecia vivieron el honor (o la tortura) de abrir ese escenario grande. Y digo la tortura porque el sol les dio bien de frente a las cuatro de la tarde. Aun así, fueron miles las personas que ya reunieron para disfrutar de éxitos de su carrera como ‘A dónde ir’ o ‘Los años’. Haciendo un sándwich entre ambos, escuchamos la primera interpretación en vivo de la historia de su nuevo single ‘Algunos tenemos fe’. Con la de brazos que se vieron al alza durante la misma, seguro que un futuro clásico de sus conciertos. El cantante Rafa Val tuvo a bien ofrecer el parte médico de la banda, que si él se había roto un dedo y no podía tocar la guitarra; que si otro estaba con fiebre tirado en un sofá hacía tan sólo una hora y media; pero nada impidió que llegaran al final de su concierto con ‘Hemos ganado tiempo’ con el susodicho vocalista mezclado entre el público; ‘Permiso o perdón’, ‘Bien por ti’ y, si la memoria no me falla, ‘Amar el conflicto’. «¡Qué heterosexual es todo en este grupo!», me dijo un amigo, y, como si le hubieran oído, volvieron a hacer sonar la canción más marica de Abba al término de su concierto. No fue casualidad, sino que es un ritual. Pues viva Suecia, claro que sí.

También por la tarde actuaron St Woods en formato quinteto sin contar el Autotune que domina la preciosa ‘On Me’, más influida por Bon Iver que por Damien Rice; Gabriela Richardson, que alternó lo bailable con lo acústico como hace en estudio, destacando una inesperada versión de ‘Mariners Apartment Complex’ de Lana del Rey; y Tom Odell, que hizo de todo para tratar de captar nuestra atención. Se subió al piano, se acercó al público, versionó ‘Imagine’, se entregó a los ritmos pop-rock dejando en ocasiones el protagonismo justo a su instrumento principal, y lo que es más, resistió con un traje verde que asfixiaba ver a esas horas (aunque más de uno se acordaría de él cuando empezó a correr el aire pasada la medianoche, como advertimos).

Miss Caffeina, el primer baño de masas

El primer concierto realmente masivo del escenario grande del día fue el de Miss Caffeina, y aunque su juego de luces no pudo brillar tanto como lo hace de noche a las siete de la tarde, sí lo hizo su gran repertorio de canciones que incluye más o menos seguidas composiciones con la hondura de ‘Reina‘ y ‘Merlín’, y la sexualidad de ‘Prende’ o ‘Ácido’. Alberto Jiménez comenta que esperaba que ‘Oh sana’ hubiera perdido sentido en los 5 años que han pasado desde su composición, pero no (se refería a las listas de los que dan charlas LGTB+ en los institutos, contra el bullying, que ha pedido VOX); se agarra el paquete en ‘Gladiador’ sumando puntos a la faceta de sex symbol que gusta exhibir en el Instagram, y no se aburre de integrar hacia el final de su set adaptaciones de Gala y Madonna. «Mira cómo avanzo, valiente, dejándolo todo atrás» de ‘Mira cómo vuelo’ continúa siendo su estribillo más coreado, pero si te vas impregnando de su repertorio, hasta el gancho de «los mismos errores, los mismos errores, los mismos putos errores» de la desconocida ‘Bitácora’ produce una satisfacción similar.

Eels dieron el concierto a su puta bola que quiso dar Mark «E» Everett. El autor de ‘Cosas que los nietos deberían saber‘ tiene discos como para actuar una tarde entera, pero en lugar de eso prefiere encabezar su concierto con unas versiones de The Who y de Prince que nadie pidió, pero que quizá integren a un par de despistados. Eels ofrecieron un concierto en cierto sentido de puro rock’n roll, aunque incluso con eso el cantante se atrevió a bromear, pues justo cuando se puso a animar a la gente preguntando a gritos que si quería rock, va y se arranca con una canción tranquila, cuca más bien, como ‘That Look You Give That Guy’. ‘Souljacker, Part I’, ‘Mr. E’s Beautiful Blues’, ‘Novocaine For The Soul’ y hacia el final ‘Blinking Lights’ estuvieron entre los mejores momentos de un concierto totalmente sui generis tampoco demasiado apto para los escenarios enormes.

Two Door Cinema Club, el mejor montaje

Two Door Cinema Club eran el nombre más grande en el cartel oficial, si bien de manera llamativa, en algunas de sus promociones Dcode promueve su propia marca sin nombre de artista alguno. Aun así el grupo cumplió como reclamo colectivo, conquistando a las dos decenas de miles de personas congregadas con hits antiguos como ‘I Can Talk’ en el primer cuarto de hora de set, la melancólica ‘What You Know’ hacia la mitad y la bailable ‘Something Good Can Work’ en penúltimo lugar. El grupo logró hacer de aquellos punteos su seña de identidad, pero en los últimos tiempos se ha mostrado más escurridizo en una nueva faceta electrónica representada por singles como ‘Talk’ o ‘Satellite’. Esa otra vena casa perfectamente con un sencillo pero efectivo set de luces de neón y proyecciones de colores, tan vivos como sus últimas imágenes gráficas, y divertido como sus recientes videoclips.

Caravan Palace eran un grupo adecuado para actuar a la una de la madrugada dada su mezcla de ritmos electrónicos con clásicos como el swing y el jazz, y su cantante no dejó de usar su dominio absoluto del castellano para animar a la gente pese a que la banda es francesa; y como cierre antes de los dj’s fue el turno de Kaiser Chiefs, que casi, casi nada más salir se arriesgaban a soltar uno de sus grandes temas, ‘Everyday I Love You Less and Less’. Después sonaron cortes con algo menos de lustre como ‘Golden Oldies’ y ‘Wait’, y ahí, de madrugada, es cuando se echó de menos un concierto con algo más de electrónica (La Casa Azul, Miss Caffeina o un Joe Crepúsculo) que les hubiera servido de contrapunto.

María José Llergo desborda emociones con ‘Nana del Mediterráneo’, dedicada a los migrantes ahogados

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A principios de año señalábamos a la cordobesa María José Llergo como uno de los nombres que podría dar mucho que hablar en esta temporada musical, habida cuenta de la preciosa puesta de largo que supuso el año pasado ‘Niña de las dunas’. Una canción enraizada en el flamenco, música que ha alimentado su crecimiento artístico y personal y en el que se ha estado formando, pero abierta a otras sonoridades, contemporáneas o no. Así lo mostraba, por ejemplo, ‘Me miras pero no me ves‘, tema que presentó días antes de su actuación en Primavera Sound 2019 y que suponía el primer adelanto de su disco debut -largamente demorado– que parece publicará la multinacional Sony. Pero no solo esta: sus colaboraciones en los últimos largos del rapero Juancho Marqués o de Ricardo Vicente, además de en el álbum repleto de nombres conocidos del productor $kyhook, dan cuenta de su apertura de miras.

Esta semana Llergo ha vuelto a publicar una canción propia. Una ‘Nana del mediterráneo’ que seguro ha dejado una huella imborrable en todo aquel que la haya escuchado cantarla en directo, donde no solo es capaz de tocarte sino también de romperte con su voz y su mensaje. “Hace ya cuatro años que escribí ‘Nana del Mediterráneo’” explica la artista en la nota de prensa: “en aquel momento fue para mí una catarsis, un desahogo, ante la rabia que sentí al bañarme en sus aguas y ser consciente de que las mismas que a mí me mecían eran las que enterraban a tanta gente. De la impotencia que sentí y siento nace este canto, que pertenece a las personas que perecen cada día víctimas de una Europa injusta, y a todo el que hace lo que puede y lucha a medida de sus posibilidades para que esta pesadilla acabe”.

Este potente mensaje se redobla con su preciosa interpretación en esta nana que desborda emociones, tanto en su versión de estudio –que, como su anterior single, cuenta con producción del artista sevillano Lost Twin, habitual de círculos hip hop– como en la versión a capela que se ha presentado en un acertado vídeo: Llergo despliega su embrujo vocal subida en una pequeña barca de madera sin más acompañamiento que el sonido de las olas del mar, tan lleno de vida como verdugo, que da nombre a su cante. El vídeo sirve, además, como spot oficial del BAM 2019, el festival celebrado en Barcelona durante las fiestas de La Mercè, donde ella actúa el 22 de septiembre.

Marika Hackman / Any Human Friend

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Marika Hackman estaba viendo un documental sobre las actividades que niños pequeños hacían con pacientes de demencia en residencias de ancianos, y se le quedó grabada la frase que dijo una niña de cuatro años: le encantaba hacer “cualquier amigo humano”, fuese éste mayor o pequeño. Ese punto de pureza y de aceptación de los demás sin importar las diferencias le hizo querer hacer eso con ella misma, y de ahí salió este disco en el que se ha ido “zambullendo” dentro de su personalidad, y sacando poco a poco, como con las muñecas rusas, todo lo que hay dentro. Lo cierto es que ya comenzó a hacerlo en su trabajo anterior; así, en su reseña de ‘I’m Not Your Man‘, mi compañero Raúl celebraba que Marika fuese más queer que nunca, hablando abierta y orgullosamente sobre sus relaciones sentimentales y sexuales.

Eso de “lo personal es político” está bastante presente en este álbum, y no perjudica su calidad, sino todo lo contrario: Marika alcanza nuevas cotas en ‘Any Human Friend’, de forma más explícita, tanto a la hora de hablar sobre hacerse un dedo sin muchas metáforas (‘hand solo’), como a la hora de expresar lo difícil que le resulta conectar con otras personas a nivel íntimo (‘i’m not where you are‘), aunque esta confesión le lleve a comportarse de forma confusa y tóxica (‘send my love’).

“You didn’t speak, you just took my hand / and held it between your thighs / cause our mouths are just for eating / and our mouths are just for moaning / kissing and fucking / eating, moaning”, canta Marika en ‘all night‘. La inglesa quería “escribir una canción supersexual sobre una mujer desde la perspectiva de una mujer, porque no escuchas muchas así, y si la escuchas suele ser más desde una perspectiva masculina, como fetiche”. Del mismo modo, en ‘hand solo‘ quería hablar de que “como mujer queer, la idea de que el sexo significa penetración, de que no pierdes tu virginidad salvo que lo hagas con un chico… es como si la gente no se tomase mis experiencias sexuales en serio”. Y así lo expresa: “under patriarchal law, I’m gonna die a virgin”. El estupendo solo (#jeje) instrumental que cierra la canción pone la guinda a uno de sus mejores y más divertidos temas, en el que ella lo mismo te ofrece una posición poética para hablar de hacerse un dedo (“I dig for life in the eye of my thighs / I can’t believe, petite mort, I’m a slave at your door”) que te suelta sin más “it’s alright, I’m jerking”.

Marika llega a ese nivel de crudeza y visceralidad que en el pop hemos visto recientemente a Tove Lo, y no solo por el tema sexual: no tiene reparo alguno en flagelarse todo y más en ‘send my love’. Aquí decide tomar el rol de su ex novia, Amber de The Japanese House (cuya canción ‘Marika is Sleeping’ puede ser un antecedente), para echarse en cara todo lo que hizo mal, con sentencias tan poco complacientes como “you’re selfish and you’re sore, are you coming home to play the whore?”. Tampoco es muy amable ‘the one’, donde se enfrenta totalmente desnuda a sus sentimientos sobre la fama (“rub me til my ego is raw”) y sobre su propio talento (“I’m not the one you want, I fucked it up with the saddest songs”) o ‘hold on’, en la que aborda un episodio depresivo con texturas electrónicas donde ella misma reconoce como influencias a Radiohead y Massive Attack. Y es que ‘Any Human Friend’ es también su disco más heterogéneo: cabe todo lo que hemos dicho, pero es que lo mismo te mete la rockera ‘conventional ride’ (que comparte temática con ‘boyfriend’, single de su disco anterior), el punto funky de ‘come undone’ o la inicial ‘wanderlust’, todo un guiño al rollo más Laura Marling de sus anteriores trabajos.

Para ello se ha acompañado de todo un gigante en la producción, David Wrench, con un currículum que asusta: ha trabajado con FKA Twigs, Frank Ocean, Goldfrapp, Let’s Eat Grandma, The XX, Bloc Party, Caribou o Bat For Lashes. Y la más afortunada en ese aspecto es la muy Mitski ‘blow’, donde los guitarreos, los sintetizadores, las percusiones y las atmósferas electrónicas se combinan para acabar dando una de sus mejores canciones. Como curiosidad, el estribillo nos sonará al de ‘I Want Your Love’, pero a priori es por casualidad y no por guiño: ‘Amén’ de Flos Mariae se puede cantar encima del comienzo de ‘the one’ y creo que todos tenemos claro que no hay un guiño a Flos Mariae (ojalá). ‘the one‘ es, de hecho, otro de los temas donde brilla especialmente la producción y uno de los más inmediatos del álbum, con esa intención de ser a ratos un hijo perdido de los últimos Arcade Fire con Tegan & Sara. En definitiva, Marika Hackman consigue con este tercer disco su mejor trabajo: ‘Any Human Friend’ es estupendo y honesto donde su talento como compositora sigue creciendo y donde el pop se cuela cada vez más. Y es un álbum por el que mucha gente se está acercando (si aún no lo has hecho, go ahead) a su interesante figura.

Calificación: 8,1/10
Lo mejor: ‘all night’, ‘blow’, ‘hand solo’, ‘i’m not where you are’, ‘the one’
Te gustará si te gustan: Sky Ferreira, Mitski, Tove Lo, Lucy Dacus, Jesca Hoop
Escúchalo: Spotify

«No veo a Greta Thunberg guardando ‘Violence’ en su playlist»: la redacción, dividida ante lo nuevo de Grimes

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Parte de la redacción evalúa ‘Violence‘, el primer single del nuevo trabajo de la artista canadiense Grimes, Claire Boucher (ahora simplemente «c»), ‘Miss Anthropocene’.

«Que se haya demorado de una manera pesadísima no quita que ‘Violence’ tenga todos los ingredientes que hubiera deseado a priori para el regreso de Grimes: un trasfondo musical cyber-tecno bastante chulo (buen descubrimiento el de este i_o), cierta sobriedad que remite a sus inicios pero sin caer en el lo-fi, una estética potente (aunque el clip sea bastante amateur para el aura estelar que ostenta c –recordemos que quiere que la llamemos así ahora– en este momento), un perfil perfectamente reconocible… Y sin embargo, hay algo que no termina de encajar. Como resultaba con algunas partes de ‘Visions’, ‘Violence’ parece a «medio cocinar», falta de algo de sazón. Su melodía es bonita, sí, pero tiene tantos giros que a veces pierde la contundencia que se puede exigir a un primer single. El gancho termina por ser ese «You wanna, make me bad, make me bad / And I like it like that, and I like it like that», quizá por insistencia, porque ni siquiera es el estribillo, pero parece en general no pega lo suficiente. En ese sentido, aunque ahora mole decir que no molaba, ‘We Appreciate Power‘ ganaba de largo». Raúl Guillén.

«Después de la industrial ‘We Appreciate Power’ no esperaba un single tan synth-pop y darkwave por parte de Grimes como ‘Violence’. Pero el cambio de registro sienta bien a Claire Boucher. En este caso, la canadiense ha dado con una canción hipnótica, intoxicante incluso, de gancho irresistible en esos «and I like it that, and I like it like that», que sobre todo suena llena de desasosiego e incertidumbre por el futuro del planeta en el que vivimos. No, esta letra a la que se podría extraer un sentido sexual («you make me bad, and I like it like that») no va dirigida a Elon Musk sino que está interpretada desde la perspectiva de la Tierra, que se dirige a los humanos para darnos un golpe de realidad: «os alimentáis a base de hacerme daño», canta Boucher. Como canción, ‘We Appreciate Power’ era superior, y aunque no veo a Greta Thunberg guardando ‘Violence’ en su lista de canciones favoritas de Spotify, este nuevo adelanto de ‘Miss Anthropocene’ muestra una buena evolución en el sonido de Grimes». Jordi Bardají

«Siempre me ha parecido un poco Annie Wilkes eso de que los fans vayan a decirle a una artista lo que tiene que hacer y lo equivocada que está con su propio trabajo, a decirle que lo que ella considera que es bueno realmente es horrible o viceversa. Pero, querida Claire, me lo pones muy difícil defendiendo la repetitiva ‘We Appreciate Power’ y soltando que el magnífico ‘Art Angels’ fue «un pedazo de mierda». Así que no he podido evitar identificarme con Annie Wilkes al escuchar ‘Violence’ y soltar un suspiro de alivio: parece que Grimes no tiene tan clara su intención de matar a Misery. ‘Violence’ se aproxima al sonido de su anterior disco, incluso al de ‘Visions’, mientras nos presenta por fin el personaje de Miss Anthropocene y su concepto (el próximo álbum va a ser una fumada importante, y por supuesto estaremos aquí para verlo). Y lo hace contando la historia de una relación abusiva que nos recuerda, por poner un ejemplo reciente, al ‘Crying On The Bathroom Floor’ de MUNA. Solo con esto ya nos parece otra gran canción de la canadiense, pero es que además Grimes pretende que esto sea una metáfora en la que la persona maltratada de esa relación es La Tierra, y la persona maltratadora, la raza humana, a la que el personaje de Grimes se encargará de extinguir durante el tracklist. Y lo peor es que funciona. Como pa’ no quererla». Pablo N. Tocino.

Muere Camilo Sesto a los 72 años

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Camilo Sesto ha muerto en la madrugada de este sábado. Así se ha informado a través de su cuenta de Twitter y ha confirmado al diario El País su representante Eduardo Guervos. El texto de la mencionada red social simplemente indica: «Lamentamos mucho comunicaros que nuestro gran y querido artista Camilo Sesto nos acaba de dejar. Descanse en paz». No se especifica la causa del fallecimiento.

El artista había nacido en Alcoy en 1946, mudándose a Madrid a los 18 años, y comenzando su carrera discográfica a principios de la década de los 70, ya con uno de los temas que serían insignia de su carrera, ‘Algo de mí’, escrito por él mismo y producido por Juan Pardo. Entre los grandes hitos de su discografía encontramos su trabajo como protagonista del arriesgadísimo musical ‘Jesucristo Superstar’ y la que ha sido una de las canciones más pinchadas y más cantadas en los karaokes en España de la historia, ‘Vivir así es morir de amor’, también de su propia autoría.

El resultado ha sido una carrera con más de 40 discos a la venta y 70 millones de copias vendidas, de los que se ha jactado en su cuenta de Twitter hasta los tiempos más recientes. Entre los muchísimos artistas con los que ha trabajado están Alaska, una de sus mayores defensoras, la ya desaparecida Rocío Dúrcal, Marta Sánchez, Mónica Naranjo, Pastora Soler o La Casa Azul, quien presentaba un maxi con una remezcla suya recientemente. Como se puede observar, se trata de artistas de lo más dispar entre sí. Su 70º cumpleaños se celebró por todo lo alto frente a la prensa, y su último trabajo ‘Camilo Sinfónico’, databa tan sólo del año pasado.


Por qué ‘Mindhunter’ sigue siendo la mejor serie de Netflix

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Hace un par de años expuse cinco razones por las que ‘Mindhunter’ me pareció una de las mejores series de 2017. La propuesta argumental (basada en el recomendable libro ‘Mindhunter: Cazador de mentes’), su tono sobrio y su narrativa a contracorriente (un thriller de oficina y cafés de máquina), los intérpretes (todos fabulosos), los extraordinarios diálogos (con especial atención a las entrevistas con los psicópatas)… La segunda temporada mantiene intactas las virtudes de la primera –incluyendo algunas que no comenté en su momento, como su excelente ambientación (por fin unos setenta que no parecen recreados por Los Manolos) y su sensacional diseño de sonido (enormemente inquietante y lleno de matices)–, además de añadir alguna más.

Lo primero que destaca en esta nueva temporada es un cambio de protagonista. Si la anterior estaba más enfocada en el personaje del agente Holden, en esta segunda cobra mayor protagonismo su compañero, Bill Tench. Los problemas con su hijo, que aportan un sugerente componente psicológico a la historia (¿un asesino en serie nace o se hace?), y sus dificultades para compaginar la vida laboral con la familiar, articulan la trama y le dan espesor dramático. También tiene más incidencia la figura de la doctora Wendy Carr, a quien vemos protagonizar una subtrama amorosa que añade un interesante matiz sentimental y social –por las características del romance– al relato principal.

La estructura narrativa de la serie sigue siendo tan heterodoxa y apasionante como siempre. Diferentes líneas argumentales que se desarrollan en paralelo, se cruzan o avanzan agazapadas como un asesino en serie. Por un lado está el crecimiento de la Unidad de Ciencias del Comportamiento, impulsado por un nuevo director. Esto tendrá dos consecuencias: más entrevistas a asesinos psicópatas, entre ellos a David Berkowitz, “El hijo de Sam”, y la estrella de la temporada, Charles Manson; y más obligaciones políticas, lo que le sirve a los creadores, David Fincher y Joe Penhall, para ahondar en el funcionamiento interno del FBI durante el inicio de la era Reagan.

Por otra parte está el caso de los asesinatos de niños de Atlanta, cuya incidencia en la trama aumenta conforme se acrecentó su interés mediático y humano en la vida real (el caso se alargó desde 1979 a 1981). Los últimos episodios, dirigidos quizás no por casualidad por el afroamericano Carl Franklin, profundizan de forma extraordinaria en la dimensión social del conflicto, plagado de tensiones políticas y raciales. Entre estas dos líneas narrativas serpentean las otras subtramas mencionadas, muy bien integradas, más una última, la del “misterioso” hombre de Whichita (por si queda alguien que aun no sabe quién es), que sigue poniendo los pelos de punta y alimentando las expectativas de una tercera temporada. Temporada que, por cierto, aun no está confirmada. ¿Le dejarán a Fincher completar las cinco que pretende o acabará ‘Mindhunter’ como ‘The OA’? 9.

‘Reina’, la balada anti-bullying de Miss Caffeina, es un himno para ajustar cuentas al pasado

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Lo mágico de la música pop es que, aunque no lo parezca, no todo está bajo un determinado control o es predecible por parte de los artistas, los sellos o la prensa. Sirva de ejemplo ‘Reina’ de Miss Caffeina: una balada que fue lanzada sin demasiada convicción, como buzz-single, entre los dos pelotazos del disco, ‘Merlí‘ y ‘Prende‘, resultó ser la mejor canción de ‘Oh Long Johnson‘, el álbum en el que se incluían todas ellas. Y no sólo eso, sino que a día de hoy es la segunda canción más escuchada del disco en Spotify y, más importante aún, todo un himno para todo aquel con un mínimo de sensibilidad a cuyos oídos alcanza.

Aunque no ha contado con un vídeo oficial de acuerdo con su estatus de no-single –sí hay, en todo caso, un clip de una gran toma de directo en estudio–, ‘Reina’ tiene hechuras de clásico casi de forma instantánea, con una melodía preciosa envuelta en una instrumentación de pop electrónico sutil y elegante, al estilo de las baladas cantadas por Martin L. Gore en Depeche Mode. Pero es que su estribillo redobla la apuesta con un giro prodigioso, con la irrupción de una batería épica y un bajo sintético que elevan aún más la canción y hacen que se clave más profunda.

Y es que ‘Reina’ se clava como un puñal y corta la respiración con su preciosa y personal letra: en ella Alberto Jiménez, con un increíble equilibrio de concreción y poesía, hace las paces con su pasado, sin olvidarlo pero renunciando al rencor y la rabia hacia aquellos que se esforzaban por destruirle física y/o emocionalmente cuando solo era un niño que soñaba con ser cantante. Incluso me aventuro a pensar que el título de la canción podría ser el supuesto insulto que tantas veces le dedicaron de chiquillo y que, como tantas veces ha hecho la comunidad LGTB+ a lo largo de la historia, lo ha revertido en un símbolo de orgullo. En ese sentido, reconforta ver que ahora él les mira de tú a tú, con suficiencia, y les perdona con un ademán magnánimo. Como apuntaba mi compañero Sebas E. Alonso en su crítica del álbum, desde ese punto de vista profundamente íntimo, Jiménez y Miss Caffeina han construido un himno anti-bullying con el que se identificará y que hará suyo todo aquel que sintió (o sentirá) ese dolor, ese miedo. Y, también, que quiera dejarlo atrás de una vez por todas.

Miss Caffeina son uno de los grandes atractivos del cartel de Dcode Festival 2019, que se celebra hoy en el Paraninfo de la Universidad Complutense de Madrid.

Rombo / Clara Montse Núria

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Rombo son uno de los grupos que conforman el maravilloso territorio pop de El Baix Llobregat. En 2015, el (entonces) cuarteto sacó un álbum homónimo bastante notable. Pero tras la repercusión suscitada, parecía que el proyecto no iba a ir a más… hasta el pasado mes de mayo, en que editaron este nuevo disco. Cuatro años podrían parecer mucho para una propuesta tan inmediata; además, perdieron a su batería, Anna Bosch. Pero en ‘Clara Montse Núria’ exhiben un entusiasmo adolescente. Que hayan decidido titular al disco con sus nombres es una muestra de reafirmación, un acto de orgullo y de reivindicación, cristalizado en una obra mínima en tiempo; 18 minutos y 8 temas, pero persistente en sabor.

Si el debut homónimo era más sosegado, con un aire más doméstico, este álbum tiene una pegada mucho más amateur, al menos en aspecto, y está más cerca del noise ochentero, con arrebatos punk. Y si ya habían enseñado un gran dominio de las melodías, aquí se superan producidas de nuevo por David Rodríguez, quien, además, se ha encargado de las percusiones, sustituyendo la batería “analógica” por ritmos midi. Esto se nota en el sonido, más lo-fi aunque, lejos de perder empaque, han ganado en aura. Las letras tienen menos peso, la voz de Clara Molins a veces está más pasada por filtros, lo que la vuelve más ininteligible. Y que sean menos explícitas las hace más sugestivas. Así, con tan poca infraestructura, construyen unas canciones aparentemente ligeras y naïves, pero con ese punto de malicia que las hace irresistibles.

El primer tema, ‘Aràcnids’, rezuma riffs sucios pero encantadores, y unos teclados juguetones para una historia de terror sobre arañas devorándote hasta los huesos. ‘Millor’, con su letra que es una fina ironía sobre esa dicotomía entre declararte “muy normal” y el creerte mejor que los demás, es otro tiro fresco a voces dobladas, y extrañamente melancólico, a pesar de su aceleración. ‘Joies’, con su pequeño crescendo emocionante, es otra melodía perfecta en la que la voz de David Rodríguez asoma, tímidamente. ‘Claror’ arranca a lo Jesus and Mary Chain, y las falsas baterías suenan a chatarra, pero eso le da un encanto especial, al jugar con las guitarras distorsionadas y los teclados (también oxidados). Los primeros Planetas asoman en el estribillo de ‘No hi és’. Y el disco tiene el cierre en la hipnótica y algo críptica ‘Torreblanca’, el tema más largo (¡y a penas supera los tres minutos!) y en el que casi se percibe la calima emanada por una tarde de verano especialmente calurosa y sosegada. Rombo siguen obstinadas en dejar huella a base de ser aparentemente livianas. Pero solo aparentemente.

Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Aràcnids’, ‘Millor’
Te gustará si te gustan: La Estrella de David, Les Sueques, Melenas
Escúchalo: Spotify, Bandcamp

Melanie Martinez crea en ‘K-12’ un mundo infantil tan ambicioso y siniestro como demasiado obvio

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Este jueves se ha estrenado en cines de toda España y de todo el mundo ‘K-12’, la nueva película de Melanie Martinez que pone imágenes a todas las canciones incluidas en su nuevo disco, igualmente titulado y que ha llegado al mercado este mismo viernes. ‘K-12’ es la continuación del álbum debut de Martinez, el conceptual ‘Cry Baby‘, en el que la niña «llorona» ha crecido y es ahora una adolescente. Ambiciosa como pocas artistas hoy en día, Melanie ha querido contar esta nueva historia nada menos que a través de una película de 1 hora y media en la que ha trabajado durante cuatro años, algo evidente en un primer visionado de la cinta pues en ella todo parece cuidado absolutamente al milímetro. Aunque esto no siempre sea para bien.

En el fondo, ‘K-12’ no deja de ser una «prom movie» clásica protagonizada por un grupo de adolescentes que viven las primeras experiencias de la juventud durante su etapa de instituto; y la película de hecho culmina con el baile de fin de curso de rigor. Aunque ‘K-12’ no es paran nada una «prom-movie» convencional, como Melanie Martínez tampoco es una estrella del pop convencional. Desde su debut, la neoyorquina ha creado un mundo propio estéticamente ligado al infantil, un mundo que la cantante sin embargo ha utilizado, a modo de metáfora, para contarnos historias más adultas, en ocasiones oscuras e incluso perturbadoras. Y el formato cinematográfico permite a Martínez desarrollar este mundo de golosinas y colores pastel visualmente de manera realmente ambiciosa y lograda. En ‘K-12’, los anacrónicos estilismos, propios de la época de Versalles, son poco menos que espectaculares; los escenarios siempre están muy trabajados y, a lo largo de la cinta, la artista no se corta un pelo en usar un sinfín de efectos especiales que en algunos casos son directamente absurdos. Es su manera de decirnos: no os toméis todo esto tan serio.

Como ya sucedía en ‘Cry Baby’, el mundo infantil creado por Martinez en ‘K-12’, rodada en Budapest, es inquietante desde el segundo cero, pero en este caso es incluso más surrealista dados algunos efectos especiales usados, ciertas escenas (el chaval que devora pegamento) o el hecho que las protagonistas poseen superpoderes. La principal, Crybaby, así como su mejor amiga y cómplice, Angelita, pueden literalmente manipular los elementos o ejercer una fuerza sobrehumana sobre sus enemigos. Y no dudan en usarlos por momentos de maneras bastante sádicas, pues Crybaby y Angelita son tan dulces y adorables en apariencia (y la apariencia es un tema central en la película) como capaces de cometer brutales asesinatos. Esta dicotomía entre lo infantil y lo sádico es el motor que mueve las canciones de Martinez y también toda la película, aunque visualmente siempre prima lo infantil. De hecho, la película es tan pastel incluso cuando una persona es descuartizada durante una de las escenas que, como espectador, llegas a dudar de si realmente eres el target. Y cuanto más se desarrolla la cinta y más va desenredando todos los temas que aborda (que no son pocos) más te das cuenta de que ‘K-12’ es una película dirigida sobre todo a un público adolescente.

No hay nada de malo en una película adolescente, pero la obsesión de Martinez con lo infantil probablemente no le ha permitido hacer una cinta más transversal. Y es que todos los temas están presentados con una brocha tan gorda que por momentos parecen sacados de un guion de Dora La Exploradora. Son temas importantes y Martinez no se deja nada en el tintero: tanto las escenas narradas como las musicales nos hablan de feminismo, de bullying, derechos LGBT o de masculinidad tóxica, mientras el guion se centra especialmente en los problemas que vive una mujer adolescente media durante su juventud, y ahí atendemos a temas como la menstruación, la transformación del cuerpo femenino y el interés que este, por tanto, suscita en los hombres; la bulimia, la aceptación de una misma o la normalización de la bisexualidad. Y como Martinez es la protagonista tampoco deja de hablar sobre la fama, en concreto sobre la transformación de los artistas en productos de consumo para las masas. Sin embargo, la sutileza se pierde por el camino en todas las escenas de la cinta y lo que queda en ella es un «greatest hits» de lecciones sobre la vida impartidas por Melanie que a veces resultan tan juveniles y blandas como la propia estética de la película.

En este sentido, sí, el guion de ‘K-12’, tanto como su componente visual, está mimadísimo y pensadísimo… pero tampoco deja nada a la imaginación. La película no busca hacer reflexionar al espectador sino directamente emitir juicios desde una posición de superioridad moral que, por razonables que estos juicios sean, no pueden evitar tratar a la persona sentada en el cine con cierta condescendencia. Por supuesto que hay que hablar sobre la importancia de que los hombres expresen sus sentimientos, por supuesto que los tampones deberían ser gratis, por supuesto que hay que visibilizar el acoso escolar y los problemas mentales y por supuesto que la marihuana debe ser reivindicada por sus poderes medicinales, pero Martinez plantea todas estas cuestiones como verdades absolutas que no consienten ningún matiz o interrogatorio por parte del espectador. ¿Y no es mejor una película cuando interactúa indirectamente u establece un diálogo con la persona que la está viendo? Sin embargo, insisto: ‘K-12’ es una obra entretenida, visualmente es una absoluta chuchería y esto tampoco puede pasarse por alto. En este sentido y sobre todo si eres el público ideal, ‘K-12’ es un visionado recomendado. De la música en concreto hablaremos en la crítica del disco que publicaremos próximamente. 7,5

Miley Cyrus imagina el final de la fiesta de ‘We Can’t Stop’ en el desolado vídeo de ‘Slide Away’

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Miley Cyrus ha publicado este año ‘SHE IS COMING‘, un EP de 6 canciones en el que se incluye el mini-hit ‘Mother’s Daughter’ y colaboraciones con RuPaul o Ghostface Killah. Se supone que es el primero de tres EPés que Cyrus piensa publicar antes de la salida de su nuevo álbum, pero sigue sin haber noticias del segundo EP.

Lo que ha sí ha sido noticia recientemente ha sido la separación de Miley de Liam Hemsworth y sobre esta dura etapa de su vida canta la artista en su canción más reciente, ‘Slide Away’, una emotiva balada cuyo arreglo de cuerdas ya os hemos contado parecen inspiradas en la de ‘Bittersweet Symphony’ de The Verve. Cyrus ha interpretado este tema recientemente en los MTV Video Music Awards y su promoción continúa ahora con el estreno en Youtube de su videoclip.

Mucho más modesto que el de ‘Mother’s Daughter’, el clip de ‘Slide Away’ se sitúa en una fiesta, pero esta es muy diferente a la vista en ‘We Can’t Stop’. Ya no hay diversión sino desolación absoluta en este vídeo en el que Cyrus, tan angustiada como refleja la letra de la canción, es completamente ajena a la juerga que ocurre a su alrededor o se sumerge en una triste piscina por la que absurdamente flotan sillas… o ella misma absorbida en sus propios pensamientos. Dirige el clip el cineasta francés Alexandre Moors (‘i’ de Kendrick Lamar, ‘Good Hit’ de J Lo).

Björk vuelve al baile… por un rato: escucha sus remixes «intercambiados» con The Knife y Fever Ray

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Björk es una de las artistas de pop más aficionadas a remezclar sus canciones, hasta el punto de haber creado una discografía solo de remixes realmente fascinante; y ‘Utopia‘, su último trabajo hasta la fecha, no iba a quedarse atrás. Como se anunció hace unas semanas, la caja especial del álbum que sale el 1 de noviembre y que incluye un set de flautas para reclamar a las aves, incluía asimismo un USB con la presencia de varios bonus tracks, entre ellos un par de remixes de ‘Features Creatures’ por The Knife y Fever Ray.

Ambos han llegado esta noche a las plataformas de streaming junto a un remix de Fever Ray firmado por la mismísima Björk, en el que puede ser su primer remix oficial como autora. La islandesa ha convertido ‘This Country’, incluida en ‘Plunge‘, en un pepinazo hardcore tan industrial y caótico que incluso recuerda a ‘Pluto’… y ha cambiado su título a uno mejor: ‘This Country Makes it Hard to Fuck’. La autora de ‘Stonemilker’ también canta en la canción. Bueno, más bien chilla.

Por su parte, The Knife y la propia Fever Ray en solitario han transformado ‘Features Creatures’ radicalmente. Los primeros la han hecho bailable, y el elemento tribal que le han añadido puede recordar a ‘Earth Intruders’ de la propia Björk. Por su parte, Fever Ray ha dado a la pista 6 de ‘Utopia’ un toque más expansivo, siniestro e industrial. Buenos remixes, en cualquier caso que interesarán -o no- a los que echaban de menos a la Björk bailable… aunque esta durara tres discos.


¿Darán Die Katapult un pelotazo al colar ‘Bäckerei Digital’ en la BSO de la 2ª temporada de ‘Élite’ en Netflix?

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Hace ahora cuatro años que Die Katapult, singular dúo formado por Elena Comas (bajo y voz, también parte de Neleonard) y Anna Fredriksson (teclados, programaciones y voz) –que militó en una de las formaciones más recordadas de los ahora desaparecidos Ganglios–, publicaban su mini-album debut ‘Kristall Reinheit’ en el sello Elefant Records. Poco –a excepción de un remix de ‘Ni una gota de luz’ para Tronco, que se incluía en su primer disco– habíamos sabido de este combo radicado en Barcelona y crecido al calor del colectivo Hi-Jauh USB?. Hasta ahora, que llegan con noticias suculentas: ya tienen listo su álbum-debut, titulado ‘DKXD’ y producido por el histórico Ian Catt (Saint Etienne, The Field Mice, Shampoo…). [Foto de Guille Mendía.]

Y lo anuncian con su primer adelanto, una magnética ‘Bäckerei Digital’ con claras reminiscencias de italo disco y electrónica primigenia. Esta irresistible «panadería digital», cantada en alemán (la lengua en la que cantan habitualmente) vía traductor de Google –y no solo eso, sino que también hay versiones en japonés e italiano– viene presentada por un descacharrante videoclip repleto de colores ácidos, MS-Dos, máscaras y viejas computadoras, dirigido por Xoxé Tétano, compañero de Anna en Los Ganglios al que recientemente veíamos participar en la dirección creativa de ‘F*cking Money Man’ de Rosalía.

Curiosamente, este tema se presenta hoy coincidiendo con el estreno de la 2ª temporada de la exitosa serie española de intrigas juveniles de Netflix, ‘Élite’. Y esto es porque está incluida en la selección musical que sonará en sus nuevos episodios. Sabiendo la repercusión internacional que tiene esta producción, ¿pasarán Die Katapult de su modesto local de ensayos en el Baix Llobregat a ser conocidas en todo el mundo?

Tove Lo sigue melancólica, ahora con Kylie Minogue, en su nuevo single ‘Really don’t like u’

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Tove Lo publica su nuevo disco, ‘Sunshine Kitty’, dentro de dos semanas, el día 20 de septiembre. No es el disco más esperado del año a nivel comercial, pues ninguno de sus singles, ‘Glad He’s Gone‘ y ‘Bad as the Boys’ con ALMA, ha logrado gran repercusión; sin embargo, gracias a la calidad de estos, el sucesor de ‘BLUE LIPS (lady wood phase II)‘ sí se está perfilando como uno de los álbumes de pop más entretenidos e interesantes del año.

A estos temas se suma hoy viernes un tercero que además era probablemente el más esperado de todos tras revelarse el tracklist del disco, pues se trata de una colaboración con la mismísima Kylie Minogue, quien en los últimos años no ha protagonizado demasiadas «kylieboraciones» (le hemos escuchado con múm, Fernando Garibay o Giorgio Moroder). La colaboración se ha producido después que Kylie mencionara a Tove Lo entre sus artistas favoritas durante una entrevista de 2018, en la que también citaba a Dua Lipa y a Sia. Decía: «creo que tienen un sonido moderno y bien producido».

Y exactamente eso, moderno (entiéndase como contemporáneo) y bien producido, es ‘Really don’t like you’, el tema que Tove Lo y Kylie interpretan juntas en ‘Sunshine Kitty’. Se trata de un melancólico medio tiempo marcado por el ritmo de un insistente teclado y que es tan apto para el final del verano como ‘Bad of the Boys’. Su letra, en la que Tove Lo se topa en una fiesta con el chico al que menos querría ver en ese momento, también tiene cierta angustia. Y ya van 3 singles de 3 de temática parecida… ¿no está el «gatito del sol» un poco triste?

Nicola Cruz: «Me gusta mucho cómo esta tradición andina se defiende, más cuando vivimos en tiempos tan egoístas»

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El ecuatoriano (aunque nació en Francia, su familia y residencia están en el país sudamericano) Nicola Cruz se ha convertido en un nombre cada vez más frecuente en festivales de música electrónica de todo el mundo aunque, curiosamente, su música es inusitadamente orgánica y folclórica para los cánones habituales de ese perfil de artistas. En eso se basa, de hecho, su esencia artística: traducir la tradición musical andina a unos códigos contemporáneos, consiguiendo acercar a ambos mundos y mostrar que son más coherentes de lo que nunca creímos. Tras sorprender con su debut ‘Prender el alma’ y desarrollar nuevos caminos en un par de EPs, este año ha lanzado ‘Siku‘, un nuevo álbum en el que lleva más lejos su aventura musical. A Asia, concretamente, incorporando sonoridades de Medio Oriente, la India o China a sus canciones. De esto (y de otros temas más genéricos, como la devastación de la Amazonia) hemos hablado vía mail con Cruz, previamente a su presencia este sábado, 7 de septiembre, en la Sala Razzmatazz de Barcelona, en una sesión extensiva en la que le acompañará el músico y productor local beGun.

A principios de año publicabas ‘Siku’, tu segundo largo de estudio. ¿Qué ha supuesto este álbum para ti, tras tu irrupción internacional con ‘Prender el alma’?
‘Siku’ es una extensión/continuación de lo que he venido haciendo explorando la música electrónica. En este caso creo que el panorama se amplía hacia otros territorios y armonías. Por supuesto también entran en juego otras intenciones que van de la mano con el crecimiento personal. Siento que ‘Siku’ es un poco más fuego, mientras ‘Prender el alma’ tiende hacia el aire. Me sirve usar este tipo de analogías para determinar el carácter de una pieza, sobre todo en el caso de este proyecto donde mucho es inspirado por ambientes naturales.

Es un disco en el que es palpable la apertura a otros folclores distintos a los latinoamericanos: cortes como ‘Obsidiana’ u ‘Okami’ tienen una clara influencia asiática, mientras que ‘Criançada’ es un encuentro con la samba. ¿Siempre tuviste claro que abrirías tu música a esos caminos o fue una sorpresa incluso para ti?
Creo que eso estuvo claro siempre, no me gusta quedarme estático ni repetirme. Si bien, son otros colores y sonoridades los que se presentan en ‘Siku’, sigue siendo la misma persona quien los ata. En algún momento imagino revisitar el horizonte de la música andina.

En ‘Siku’ hay artistas de muy distinta procedencia y estilo. ¿En qué manera afrontas la creación con un artista que, a priori, se expresa en códigos tan distintos a los tuyos? ¿Tiene mucho de improvisación, de sensaciones?
Pienso al contrario, son músicos que son bastante afines a mí, y por ello hemos conectado al punto de componer juntos. Con todos los participantes, se dio esta especie de simbiosis, en donde sentimos un buen complemento para trabajar y crear, eso es algo muy especial y no sucede con muchos músicos al momento del estudio.

«La verdad, he regresado bastante a los orígenes del techno»

Según creo, esa variedad sonora es consecuencia directa de tus viajes por el mundo presentando tu música. ¿Qué otros sonidos étnicos te han fascinado en estos años y crees que quizá puedan tener cabida en el futuro en tus canciones?
La verdad, he regresado bastante a los orígenes del techno, que fue donde empecé a crear música electrónica. Por mucho tiempo lo dejé de lado y ahora busco una manera de reinventarlo dentro de mi música, volviendo a la síntesis más extensa de sonidos y estructuras un poco más tecnológicas si se quiere. Creo que esa ha sido un fascinación últimamente.

Leo que el siku es un instrumento de viento tradicional andino. ¿Por qué escogiste usar su nombre para titular el disco?
Es un instrumento de viento tradicional andino, a la par que es un símbolo de compartir, de tocar inclusivamente, de participar y ser parte de un todo. Me gusta mucho cómo esta tradición andina se mantiene y se defiende, más aun cuando vivimos en tiempos tan egoístas.

«Siku hace alusión al tambor y al fuego. No sé si necesariamente a un territorio»

Hace un par de años mi compañero Jordi hablaba contigo cuando acababas de publicar ‘Cantos de visión’, y le decías que aquel era un disco de selva, más que de montaña. ¿A qué dirías que suena ‘Siku’, entonces?
Siku hace alusión al tambor y al fuego. No sé si necesariamente a un territorio. Creo que la influencia de Asia, como tú mencionas, está bien presente… a mi manera por supuesto.

No sé si me equivoco, pero diría que en ‘Siku’ hay un contraste más fuerte entre la parte orgánica y la electrónica de tu música, como si ambas facetas estuvieran más divididas que en ‘Prende el alma’. ¿Estás de acuerdo? ¿Es algo que te planteaste antes de afrontar el disco?
Puede ser, pienso que hay piezas bastante expresivas desde ambos mundos. Por ejemple en el caso de ‘El diablo me va a llevar’, creo que estos dos mundos se enlazan de una manera muy fuerte. A su vez, se pegan como goma; disfruto mucho de hacer ese trabajo de contrastar y unificar finalmente.

Tras años abrazando la cultura anglosajona y despreciando lo local, ahora hay toda una escena de artistas latinoamericanos que han encontrado en el folclore una fuente de inspiración para renovarlo y acercarlo a nuevas generaciones. Pienso en Chancha Via Circuito, Mateo Kingman, Dengue Dengue Dengue, El Búho, Montoya, Rita Indiana, Fémina… Resulta muy llamativo y no parece casual. ¿Tú mismo te sientes como parte de una escena?
La verdad… no. Me gusta mantenerme más independiente y sin genero. Si bien me siento 100% latino en mi inspiración y creación (todos mis ritmos y cadencias parten de ahí con orgullo), no me identifico con alguna escena en particular porque pienso que encierra un cierto estereotipo de alguna manera, y no me gusta caer en esas clasificaciones. Eso me mantiene libre.

«(Sobre la destrucción de la Amazonia) Es inevitable no sentirse responsable por esta situación, cuando el presidente del país en donde vives ha vendido a petroleras y constructoras hectáreas de bosque virgen»

Este año tu país, Ecuador, está siendo noticia por los numerosos incendios que asolan la Amazonia y que devastan su riqueza natural, asfixiando a las comunidades indígenas, además. Para alguien como tú que investiga tanto sobre el folclore y la cultura amazónica y andina, ¿cómo estás viviendo la situación?
El problema en el Amazonas es algo que nos afecta a todos, Ecuador como país amazónico creo que siente este impacto directamente. Hablando en general de Sudamérica, la batalla que peleamos acá es por la protección y conservación de nuestros espacios naturales, cosa que no han sabido manejar los lideres de estos países. Es inevitable no sentirse responsable por esta situación, cuando el presidente del país en donde vives ha vendido a petroleras y constructoras hectáreas de bosque virgen para satisfacer el deseo capitalista. Creo que la pregunta «¿qué puedo hacer al respecto?» no me abandona estos días. Hay varios proyectos que tenemos en mente.

Después de haber actuado hace unas semanas en Madrid, en Paraíso Festival 2019, ¿qué podemos esperar de tu directo de este sábado en Barcelona? ¿Cómo se integra la propuesta de ‘Siku’ en él?
La verdad, no me gustan las expectativas entonces pienso que ir con un corazón y oídos abiertos es lo mejor que uno puede hacer al ir a un show. Cuando uno espera su canción favorita y no la tocan, es desgarrante, ¿no? Como cuando esa relación con esa novia no resulto como «la imaginabas». ‘Siku’ creo que se integra manera de el pensamiento con el cual hice el disco, con mucho experimento y y abriéndolo al público con sinceridad. No necesariamente temas del disco, para eso creo que está la experiencia de escuchar el disco mismo. Debido a que toqué recientemente en Sónar Barcelona, intentaré presentar algo diferente de los nuevos experimentos que tengo.

Escucha lo nuevo de Bat For Lashes, Amaral, Post Malone, Iggy Pop, Swans, Charli XCX & Clairo, Viva Suecia…

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Este primer viernes de septiembre viene, como corresponde al fin de las vacaciones de la mayoría, cargado de novedades interesantísimas que recogemos en la playlist Ready for the Weekend. Los álbumes de Bat For Lashes, Amaral, Post Malone, Iggy Pop, Melanie Martinez, Adam Green, Medalla, MUNA, Tinariwen (el grupo tuareg invita a nombres como Warren Ellis –The Bad Seeds– o Cass McCombs), Lower Dens, Kindness, Chrissie Hynde, Jax Jones, Novio Caballo, Blas Cantó o Frankie Cosmos pasan a engrosar nuestra lista de tareas para los próximos días/semanas. Además, hay nuevos EPs de Death Cab For Cutie, blink-182, girl in red y Die Katapult –el dúo femenino de pop electrónico afincado en Barcelona cuela su tema ‘Bäckerei Digital’ en la BSO de la 2ª temporada de ‘Élite’, que estrena hoy Netflix–.

También destacan nuevos singles de Charli XCX (esta vez avanza su álbum ‘Charli’ con un doble featuring de Clairo y Yaeji), Swans, Viva Suecia, Foals, Lagartija Nick, María José Llergo, Metronomy, Tove Lo & Kylie Minogue, Delafé & Carlos Sadness, Tulsa, Danny Brown, Mon Laferte, Stormzy, Loquillo, Virginia Maestro, Editors, Foster The People, Ex Hex, M83, Tainy ft Jessie Reyez & Tory Lanez, King Princess, Rayden, Juanes & Sebastián Yatra, Tamino, OneRepublic, Devendra Banhart, Linda Guilala, Pedropiedra, Miles Kane, Korn, Alessia Cara y muchos más. Por supuesto, no olvidamos los temas que La Bien Querida (con Diego de Carolina Durante y con Cineplexx, por separado), Grimes, Camila Cabello, Louis Tomlinson, Francis and The Lights ft Kanye West & Bon Iver o Manel presentados en los últimos días/horas. Además, recuperamos dos importantes canciones que quedaron fuera de nuestra recopilación la pasada semana: el primer adelanto del nuevo disco de Neil Young con Crazy Horse y el tercero de lo nuevo de Trentemøller, con jennylee de Warpaint en tareas vocales.

Además hoy encontramos también interesantísimos remixes, como el que Fever Ray ha realizado para ‘Features Creatures’ del más reciente trabajo de Björk (que a su vez devuelve el favor creando un nuevo tema a partir del ‘This Country’ –apostillado «Makes It Hard to Fuck»– de la sueca), o el que Yaeji (que dobla su presencia en la playlist) para ‘Beach2k20’ de Robyn (otra que suena por partida doble, vía su colaboración con Kindness). También contamos con otra de las composiciones inéditas que Belle & Sebastian prestan a la BSO de la película ‘Days of the bagnold summer’, que se estrena (permitiéndonos escucharla al completo) la próxima semana.

Nicki Minaj anuncia su retirada para formar una familia

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Nicki Minaj ha utilizado el Twitter para anunciar su retirada del mundo musical para dedicarse a formar una familia. El escueto comunicado contiene varias pullas para fans y haters (de «sé que os alegráis» a «os querré de por vida»), y sus fans se preguntan ya en diferentes redes sociales si hay que tomar este anuncio de Nicki Minaj completamente en serio. ¿La mayor adicta a los featurings de los últimos tiempos, la que ha llegado a lanzar un single, un vídeo o una colaboración cada 15 días durante meses está dispuesta a retirarse de golpe y porrazo?

Tras anunciarse que Nicki Minaj estaba prometida con su pareja Kenneth «Zoo» Petty, hay quien piensa que ambos de hecho ya se han casado en secreto. Como recoge la revista People, Kenneth tiene un grueso pasado delictivo que le ha llevado a pasar 7 años en prisión por homicidio y también está registrado como abusador sexual en Nueva York. A los 16 años, en 1995, protagonizó un intento de violación. Nicki Minaj, claramente, ha creído en su reinserción, pues el homicidio, del que se declaró culpable, se produjo hace casi 20 años, en 2002.

Tras los resultados agridulces de ‘QUEEN’ el año pasado, un álbum que no funcionó mal pero tampoco fue el gran éxito de su carrera, Nicki Minaj ha publicado un single que ha ido bastante OK en las listas. ‘Megatron’ ha sido número 20 en Estados Unidos y número 34 en Reino Unido. También la hemos visto últimamente en varios singles de otras personas, en concreto de Avril Lavigne, Chris Brown o Megan Thee Stallion, este último encaminado hacia el éxito desde su salida. ¿Será su última entrega durante una larga temporada? Os dejamos con el tuit histórico y otro que ha puesto después en el que se disculpa por el abrupto anuncio. «Sé que estaréis bien», ha sentenciado.