Después de varios años de ausencia, siento una extraña alegría al volver al recinto del FIB. ¡Y qué cómodo resulta en comparación a esos macrofestivales en el que reina el «más es más»! El recinto lleno de postadolescentes, mayoritariamente británicos, destila savoir faire. Y si encima entras mientras Caroline Rose se lía a cantar ‘Toxic’ de Britney, miel sobre hojuelas.
Mi primera parada fue The Magic Gang en el escenario Visa. Jack Kaye, su cantante, nos saludó en un castellano tan perfecto que hasta por un momento dudé si no me había equivocado de escenario. Obviamente, no. Su música veraniega, entre el pop británico de los 60, la bonhomía de Jack Johnson y los Weezer los delatan. El sol criminal que caía a esas horas no atemorizó a los centenares de personas que bailaban y cantaban sus canciones. Ni siquiera los acoples mortíferos que sufrieron durante un par de temas. Un punto insulsos y tópicos pero muy simpáticos, se dedicaron a elevar el humor de los presentes.
Me reencontré con Nothing but Thieves tras su visita a Santander del año pasado. Y, como el año pasado, me sorprendió el contraste de su rock épico, virando a Muse, con sus pintas, de lo más casuales, especialmente las de Conor Mason, su cantante. Sí que me parecieron más duros, en comparación a su anterior actuación. Pero más duros no significa mejor. Por algún motivo, esta vez no logré conectar con ellos. Conor paseó sus inflexiones vocales, el gran arma de la banda, el resto del grupo hizo gala de contundencia, se mostraron comunicativos… pero ni ‘I’m not Made by Design’ ni ‘Excuse Me’ lograron hacer mella en mí, a pesar de que se les notaba lo mucho que lo vivían. Supongo que, una vez perdido el factor sorpresa, me resultan demasiado manidos. Foto: Pau Bellido
Lo de «manido» y «tópico» no vale para Tune-Yards. ‘I Can Feel You Creep into my Private Life’ es un disco que me resulta extenuante, pero interesantísimo. Así que tenía curiosidad por ver su plasmación en directo. Pues bien, lo dinamitaron y sacaron lo mejor de él al llevarlo al terreno de lo físico, al hacernos bailarlo en vivo y ofrecieron el mejor concierto de la jornada. En formato trío, nos soltaron una andanada de freaky disco con conciencia implacable. Merill Garbus ejercía de duendecillo travieso, tocando el ukelele y usando su voz como quería (¡que bien cantó!), mientras la base rítmica brillaba, sobre todo una batería cañera y dominante. Garbus jugó con los samples, recordando aquellos lejanos tiempos en que iba sola, destilando una música de marcada locura rítmica, africanista y tribal. Merill se enajenaba cantando ‘Water Fountain’, entraban en furor trance en ‘Look at Your Hands’ o trasladaban a la perfección el dance crispado y las huidas psicodélicas de ‘Colonizer’, quizás la pieza central de su álbum. En ‘Coast to Coast’ relajaron la marcha, dejándonos su tema más pop y convencional, aunque recuperaron fuelle africanista y fragmentado en ‘Gangsta’. El momento más celebrado fue la pieza de música disco más clásica, ‘Heart Attack’, con el público entregadísimo y danzando sincopadamente. Me hicieron extrañamente feliz.

Everything Everything me hicieron temer otra sesión de rock épico intensito cuando abrieron con ‘A Fever Dream’, con Jonathan Higgs sentado al piano y llevando el tema a derivas Coldplay y siguiendo con ‘Desire’. Afortunadamente, pronto se olvidaron de esos terrenos y empezaron a ofrecer su repertorio más resultón, empezando con los dejes tropicales de ‘Everything Comes Alive’ y la muy hooligan y britpopera ‘Regret’. A partir de aquí, el concierto fue aumentando en interés. El grupo es solvente y Higgs, como frontman, es normalito… pero como voz, bastante portentoso. Se dedicó todo el concierto en bascular de falsetes a graves, a realizar acrobacias vocales, a sobrarse. En ‘Good Shot, Good Soldier’ sus cambios de tono nos encaminaron hacia un crescendo cautivador. También nos sacudieron mezclando a Blur y Pixies en ‘Can’t Do’, demostrando una gran mano para las melodías gustosas. La apoteosis llegó, claro, con ‘Spring/Sun/Winter/Dread’. No se me ocurre lugar más apropiado que Benicàssim para cantar eso de «I don’t want to get older’. Aunque, particularmente, la que más gracia me hizo fue ‘Can’t Do’, con su desvergonzado robo del ‘Good Life’ de Inner City, con los chocantes gorgoritos de Higgs reinando. Lo que amenazaba con ser un tostón, acabó en fiesta. Definitivamente, los Everything Everything son mejores cuando son menos trascendentes. Foto: Adrián Morote

Jessie Ware y sus obreros especializados, una banda uniformada en monos blancos -como de blanco iba la jefa-, ofrecieron el show más glamouroso de la jornada. Jessie remeda a las divas de los 80 y 90 (Whitney Houston a la cabeza), para crear su R&B neoclásico. Con una puesta en escena sobria y la banda destilando calidez sonora, Jessie reinó como una gran dama, derrochando simpatía, ganándose a la gente sin aspavientos innecesarios. Tanto si se dedicaba a los baladones, como ‘Alone’ o ‘Thinking About You’, como a derramar miel en ‘Champagne Kisses’, como a juguetear con el soul pop de los 80, a la Robert Palmer, en ‘Your Domino’, su interpretación era sentida e impecable. No en vano, todo giraba en torno al amor y sus variantes. Y no todo fue R&B, porque también tuvo leves fugas a los sesenta, a lo Burt Bacharach en ‘Midnight’ o a los girls groups en la melodramática ‘Say You Love Me’. Aunque dejó al personal en lo más alto cuando elevó el ritmo con ‘Wildest Moments’, la canción final. Carisma y clase. Foto: Adrián Morote

Lo de Travis Scott resultó bastante bluff. No tanto por el show en sí, como por la duración. Sólo 40 minutos de los 75 programados. ¿El motivo? Su actuación empezó con más de 35 minutos de retraso, pero finalizó a su hora. Su avión se retrasó pero, lamentablemente, no se retrasó el final del concierto. pena, porque el de Travis fue el espectáculo más masivo y grandioso de la noche. Dos pantallas enormes, una de las cuales era la alta tarima desde la que reinaba el DJ, donde se mostraban espectaculares proyecciones. Todo acompañado de fogonazos y chorros de humo. El montaje era tan enorme, que hasta a Travis se le veía empequeñecido, a pesar de ser la estrella.
Tras ‘Mamacita’, con la que abrió, se dedicó a abroncar a las primeras filas… al menos en apariencia. Porque parecía contento al ver a tanta gente. Travis, más que declamar, vociferaba sus rimas, mientras desgranaba el trap quasi apocalíptico de ‘Way Back, que contrastaba con lo espumoso de muchos de los demás temas. Ya se empezaban a ver los primeros lanzamientos de cerveza cuando Travis se encaramó a la plataforma entre chorros de humo, para entonar un oscuro, bélico ‘Go’ y, aunque todos botaran, la canción contenía algo muy atmosférico, casi de BSO. Aunque el clímax vendría con el ‘Sky Walker’ de Miguel, cuando Travis se lanzó a las abarrotadísimas primeras filas, incluso empezó a saltar con el público. Foto: Pau Bellido
Tras su baño de masas, el relax, el autotune y las voces pregrabadas en ‘90210’ calmaron el setlist. Travis se empezó a mostrar relajado, y su música más espumosa. Pero, ay, aquí empezó lo menos sugestivo del show. Porque empezó a encadenar retazos de canciones, apenas fragmentos. El público reconocía el tema, pegaba un par de botes y ¡bam! A por la siguiente. Y te sonaba ‘Pick Up the Phone’ pero enseguida se convertía en ‘Goosebumps’… Lo que ignorábamos, pero íbamos a descubrir enseguida, era que nos estaba colocando todo el repertorio restante en muy escaso tiempo. Porque, de repente, fundido a negro y la nada. Travis se largó sin despedirse.



Este puede ser, fácilmente, uno de los viernes del año más discretos en cuanto a lanzamiento de nuevos álbumes (posiblemente sólo superado por los últimos de diciembre): los nuevos discos de The Internet, Meg Myers, Popcaan, 
‘Malamente’ recupera el primer lugar de nuestra lista de canciones más votadas, justo cuando conocemos la noticia de que 
Becky G, actual número 1 en España junto a Natti Natasha con la divertida ‘Sin pijama’, no se conforma con poco y ya tiene en la calle un nuevo tema, ahora de orientación artística muy distinta. ‘Zooted’ supone un regreso a los sonidos urban (el vídeo contiene una referencia a ‘Becky from the Block’) por la vía del dembow, con un sample martilleante que hace pensar en ‘Mi gente’ de J Balvin o más recientemente ‘Bien duro’ de C. Tangana. 
Imagine Dragons, que han sido doble platino en Estados Unidos con 
«Me levanto cada mañana / Y hago cada día los mismos clics en las mismas webs / Las mismas cosas en mi cuerpo / Y los mismos pensamientos llenan mi cabeza». Así empieza ‘Bookmarks’, una de las canciones del debut de Bodega, una banda de Brooklyn (no confundir con los Bodega canadienses ni con los Bodega escoceses) que se inspira en el post-punk británico de finales de los 70 (The Fall, Gang of Four) para denunciar la pereza de la juventud adormilada de hoy, a la que critica en este tema por «pasar 72 horas jugando, mirando el ordenador». Aseguran que su protagonista, cuando «muera y vaya al más allá, también querrá mirar su ordenador». 
Se veía venir… Desde que hace un par de semanas se hicieran las primeras insinuaciones de que 
Cada vez que Drake saca algo, el artista canadiense bate algún tipo de récord y ‘
Si alguien dudaba que este y el que viene iban a ser grandes años para Rosalía tras su actuación en el Sónar o el éxito de ‘Malamente’, ya disco de oro en España y estos días volviendo a ascender al top 10 en Spotify, aquí van dos tazas. A la espera de que se concreten las noticias sobre ‘El mal querer’, su segundo disco, hoy la propia artista ha confirmado que está rodando con Almodóvar, como mínimo un cameo. Os recordamos que oficialmente, la nueva peli del director se llama ‘Dolor y Gloria’ y será un «drama con toques de comedia» con Penélope Cruz y Antonio Banderas. Según la nota de prensa, «narra una serie de reencuentros, algunos físicos y otros recordados después de décadas, de un director de cine en su ocaso. Los primeros amores, los segundos amores, la madre, la mortalidad, un actor con el que el director trabajó, los sesenta, los ochenta, la actualidad y el vacío, el inconmensurable vacío ante la imposibilidad de seguir rodando. Habla de la creación, cinematográfica y teatral, y de la dificultad de separar la creación de la propia vida”.
Blood Orange, autor de los
Continúa el camino hacia el próximo disco de Troye Sivan, que se editará el próximo mes de agosto, eso sí, el día 31. El nuevo paso es el estreno del videoclip junto a Ariana Grande para el ya conocido tema ‘Dance to This’. En él ambos bailan a su manera subidos en unas mesas antes destinadas a otras funciones como la comida o el dominó. Aunque el vídeo no es el que definirá sus vidas, ambos están en un buen momento de popularidad -sobre todo ella- y quizá la canción pueda entrar en la lista del Billboard Hot 100, cosa que aún no ha conseguido, gracias a este simpático vídeo.
Rolling Stone publica hoy 


Ya está aquí lo nuevo de Muse. Se llama ‘Something Human’ y es un avance del disco que el grupo británico ha estado preparando y lanzará al mercado el próximo mes de noviembre. La canción ha sido coproducida por el grupo junto a Rich Costey y mezclada por Mark «Spike» Stent. Según la nota de prensa internacional remitida a los medios, la canción «edificante, cinética y aun así intimista, trata la necesidad de reconectar con las emociones humanas». Se trata de una canción de corte sorprendentemente acústico y pop (por momentos parece que va a derivar en una especie de ‘Respect’ de Erasure), en la que se van introduciendo los elementos por los que identificamos a Muse.
El director y compositor 
El último año ha sido fundamental para los chicos de Carolina Durante, autores de los epés ‘
RTVE

Dirty Projectors ha publicado esta semana su nuevo disco, ‘Lamp Lit Prose’, que ha llegado a las tiendas y plataformas de streaming solo un año 
El 28 de agosto se estrena en Apple Music ‘Songwriter’ (“compositor de canciones”), el nuevo documental de Murray Cummings sobre la vida y carrera de su colega Ed Sheeran y sobre la creación de su último álbum superventas, ‘
Este martes ha trascendido que 
Billie Eilish ha triunfado este año con ‘lovely’, su tema junto a Khalid para la banda sonora de ‘Por 13 razones’. Antes había publicado su EP de debut ‘
La estadounidense Caroline Rose ha acertado definitivamente con la deriva de su segundo disco, optando por un tipo de indie-rock que lo mismo se acerca a las riot-grrrl que al rockabilly o incluso a la electrónica; con unas letras ácidas que hablan sobre la vida y la muerte casi sin tocar el amor; y sin temer tampoco acercarse a lo comercial. ‘LONER’ suena como una Courtney Barnett que no tuviera problema en sonar tan pop como una Cyndi Lauper o unas Haim, a quienes pueden recordar los rápidos fraseos en el estribillo de ‘More of the Same’.
“La aparición en Piloto del disco de 
El Guincho ha logrado este año ser Disco de Oro gracias a ‘Malamente’, su producción para Rosalía, uno de los mayores éxitos actualmente en España. Antes había producido a Javiera Mena, Los Punsetes e incluso colaborado con Björk en ‘