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Brent Faiyaz disecciona la fama en tres velocidades con ‘PRICE OF FAME’

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Brent Faiyaz ha tenido un buen año en 2021. Mientras preparaba su nuevo álbum, lanzado este viernes con el nombre de ‘WASTELAND’, tres de sus singles entraron en el Billboard Hot 100. Dos de estos, ‘Wasting Time’ y ‘Gravity’, con invitados de muy alto calibre, sobre todo en el primero de estos, con Drake y The Neptunes.

Faiyaz, que significa «artista» en árabe, ya no es el mismo que cuando lanzó ‘Fuck The World’ en 2020. Ha alcanzado un nuevo nivel de fama y lo cuenta en su único single de 2022, ‘PRICE OF FAME’, la Canción del Día de hoy.

‘PRICE OF FAME’ se puede dividir en dos partes, bien marcadas por un cambio de beat. A su vez, la primera de estas partes puede dividirse en otras dos, que en realidad son idénticas, pero con distinta velocidad, usando el característico truco de Brent de ralentizar el track para que su voz suene más grave. El resultado es una disección de la fama a tres velocidades.

Musicalmente, la primera parte es una especie de balada R&B con un potente bajo y una melodía de xilófono ascendente y descendente. Líricamente, Brent no nos cuenta nada que no sepamos sobre la fama: ser famoso no lo es todo y no está tan guapo. Pero aun así, la melodía vocal en ambas velocidades no falla y consigue sacarse algunas líneas que destacan («I can’t fake a smile, it’s hard to wear / And I can’t show no love, that shit too rare»).

En la dulce y onírica segunda parte de la canción, alrededor del minuto 3, la percusión y el bajo desaparecen, siendo sustituidos por una guitarra acústica y unas campanillas. Aparentemente, también desaparece el tema de la fama, con Faiyaz serenando a una chica a la que quiere enamorar. En realidad, esta parte sirve como contraste a la primera, en la que niega las ventajas de la fama en un tono de superioridad, y muestra a un Brent vulnerable y buscando lo que más importa, que ya os podéis imaginar lo que es («If you feel what I feel / You know that I’m real»).

Cruïlla 2022: los solapes de Duran Duran, Jack White, Joe Crepúsculo…

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Xavi Torrent

La primera jornada grande de Cruïlla -con 21.000 asistentes- fue la jornada del pop, lo alternativo y los solapes. Entre las nueve y la una de la madrugada todo coincidía en mayor o menor medida, con lo que la noche se convirtió en un buffet libre en que se hacían extraños maridajes.

Travis Birds inauguró el escenario grande a las seis de la tarde con una banda de acompañamiento bastante tradicional y unos cuantos fans talluditos de Duran Duran observando desde primera fila. Pero unos fans muy respetuosos e implicados, que siguieron el concierto con atención y daban palmas cuando se les pedía. Travis, de voz sedosa y rasposa a la vez, desarrolló su pop mestizo hispánico, y las comparaciones con Bebe se hacen inevitables. Empezó adusta, pero a medida que se iba desarrollando su show se iba mostrando cada vez más suelta, risueña y habladora. “Esta canción se la dedico a los nostálgicos que hay por aquí”, nos dice, y se convierte en un guiño involuntario a los fans de Duran Duran, antes de tocar ‘La chica del tren’. Alguien entre el público saca un cartel que reza ”Travis Birds 1 Rafa Nadal 0”, y Travis ríe. Toca ‘Soy rebelde’ a ritmo de blues moroso, que mezcla con una sentida reinterpretación de ‘Todo es mentira’ de Albert Pla que acaba con una jam bastante furiosa de la banda.

‘Senza fine’ de Gino Paoli, que debe ser la mejor canción del mundo, nos recibe antes de que arranque el concierto de Delafé y Las Flores Azules. Al reencuentro de Helena Miquel y Oscar D’Aniello se les suma una bandaza con tres vientos, y parece que estemos en 2010 otra vez. Delafé y las Flores Azules derrochan su hip hop mediterráneo en un show enérgico, pletórico de buen rollo. Tan pletórico, que Oscar deja empapado su polo Fred Perry mostaza y se tiene que acabar cambiando, mientras Helena aparentemente aguanta el tipo con su delicado vestido de color celeste. Caen hits a mansalva, claro: ‘Mar el poder del mar’, ‘Río por no llorar’, ‘1984’, ‘Espíritu Santo’… Auténtico calor veraniego.

Pero para hits, los que nos esperan en Duran Duran. Estamos llegando desde el escenario donde justo han terminado Delafé y las Flores Azules y nos recibe nada menos que ‘Wild Boys’. El grupo tiene bastante buen aspecto. Simon Le Bon lleva un look ‘Corrupción en Miami’ meets Studio 54: pantalones ajustados plateados, camiseta y chaqueta blanca de lino. Por Nick Rhodes parece que no pasa el tiempo, directamente. Casi tiene la misma pinta que gastaba en los 80, con su pelo platino y su palidez espectral tras los teclados. Los Taylors bien, gracias.

Al grupo se le suman dos coristas que se implican enormemente en el show. La banda suena potentísima. Simon está algo justo de voz, algo ronco, pero lo que no llega de garganta lo suple con carisma. El show lo sustentan ellos, básicamente. Las proyecciones de apoyo muestran portadas o imágenes que retrotraen a los momentos más representativos del grupo. Enseguida caen éxitos como ‘A View to Kill’, precedida por la fanfarria de James Bond o ‘Notorious’. Pero también tienen peso sus éxitos de los 90, como ‘Come Undone’, donde se lucen especialmente, o un tanto desafinado pero emocionante ‘Ordinary World’, que Simon dedica a los “hermanos y hermanas de Ucrania”. Pero, claro, el cierre se guarda para los mayores éxitos de los ochenta: ‘Girls on Film’, ‘Save a Prayer’ y ‘Rio’.

Durante la segunda parte del concierto de Duran Duran cada vez se han ido viendo más huecos. Porque coincide con la puta rave de Zahara (primer solape doloroso, snif) y porque a las diez empieza Rigoberta Bandini, y son muchas las que quieren coger buen sitio. El gentío que se atisba es espectacular y aún hay riadas de público hacia su escenario. Empieza nada menos que con ‘In Spain We Called It Soledad’ y de tercera ya cae ‘Ay mamá’. Pero a mí en ese momento lo que me llama es Joe Crepúsculo desde la carpa. “Bona nit Barcelona! Voleu bacallà?”, nos grita Crepus. Y eso es lo que nos da: bakalao junto a su inseparable Aaron Rux. Entre la gente y el humo apenas los distingo, pero los bailo lo más grande. “¡Esas manos arriba!”, nos pide cada dos por tres. Dedica ‘Pisciburguer’ “a todos los que no tienen piscina”. Nos mete 170 bpm, nos canta muchas de ‘Trovador tecno’, nos pide mecheros (¡mecheros! ¡En 2022!)… El sonido es algo opaco, pero da igual, porque nos lo estamos pasando en grande. Nos toca una fantástica ‘Música para adultos’, irrumpe con un no sé si irónico “¡Viva tecnocasa!” en, claro, ‘Tecnocasa’, llega una apoteosis espectacular en la maravillosa ‘La canción de tu vida’…

La cuestión es que Joe Crepúsculo tiene un slot larguísimo: noventa minutos. Y se solapa en gran parte con nada menos que Jack White. Así que con todo el dolor de mi corazón lo abandono. Hay una cola larguísima para acceder a su concierto. Sin embargo en la carpa hemos estado bastante holgados. La organización de Cruïlla es muy escrupulosa con el aforo, lo cual genera comodidad para los de dentro… y cierto nerviosismo para los que esperan.

Jack White cada vez está más azul. A su atuendo se le suma un cabello más celeste que el vestido de Helena Miquel. Y ya nos dice a la primera lo que vamos a tener: jams y exhibiciones guitarrísticas. La inauguración le toca a su último disco, ‘Fear of the Dawn’: ‘Taking Me Back’ y la homónima ‘Fear of the Dawn’ son pura exhibición. Caerán unos cuantos clásicos de The White Stripes durante la noche… Pero yo lo que tengo ganas realmente es ver a mis dos hooligans favoritos, Sleaford Mods, así que, una vez más, tengo que volver a abandonar un concierto para acudir a otro.

Xavi Torrent

El escenario donde tocan Sleaford Mods coincide con el añorado ATP del Primavera Sound. Y también es donde se desarrolla el Comedy, actuaciones de monólogos de comedia, lo que nos depara unos momentos un tanto surrealistas. No se puede acceder al escenario todavía porque los operarios están retirando las sillas con un toro. Los allí congregados metemos prisa, jaleamos, animamos y aplaudimos al conductor a gritos de “¡torero-torero!”. Mientras, en el escenario Jason Williamson y Andrew Fearn prueban sonido y deben estar viendo la escena con bastante incredulidad.

En cuanto nos dejan entrar, asaltamos la barra como buenos borrachos. Corre la cerveza… no así en el escenario. Andrew Fearn ha abandonado su habitual gesto de beber latas, y ahora se dedica solo a darle el play y bailar cual poseso. Jason Williamson lleva todo el peso del concierto, para variar. Sus mohínes, sus gestos, sus payasadas y, sobre todo, sus palabras son la base de sus shows. Sus filípicas anti-tories ‘The New Brick’ y ‘Shortcummings’ abren el setlist aunque, curiosamente, no dice ni una sola palabra sobre su “amado” Boris Johnson. Jason habla poco entre canción y canción. Solo hace chanzas acerca del calor (hace una noche realmente tropical en el Fòrum) y el mal olor (otro gran clásico veraniego del recinto). Otro clásico son los pogos, que empiezan con ‘Face to Faces’, pero a los que ni me acerco, porque hoy he traído las gafas. Sleaford Mods no tienen vergüenza ninguna. Si toda la música es grabada, también aparecen enlatadas las voces de Billy Nomates y Amy Taylor en ‘Mork n Mindy’ y ‘Nudge It’. Se pegan una divertida versión del ‘Don’t Go’ de Yazoo. Una amiga intenta arrastrarme al pogo, pero me niego otra vez. Cierran con ‘Tweet, Tweet, Tweet’. Editors ya han empezado y luego tocan Hot Chip… Pero mis piernas deciden que ya han tenido suficiente festival, así que prefieren llevarme hacia casa antes que a los próximos conciertos. Mañana, más.

Cardi B pega con el micrófono a un fan en el Wireless Festival

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Cardi B vuelve a liarla. Este viernes, la neoyorquina se vio envuelta en una especie de disputa o altercado con un fan durante su set en el Wireless Festival de Londres. Los vídeos muestran a Cardi B en el escenario inclinándose hacia sus fans, que están muy cerca de ella, hasta que uno de ellos se pasa de la raya.

En una de las grabaciones se ve cómo alguien del público intenta quitarle el micrófono a la artista, sin éxito, tras lo que esta sigue rapeando como si nada. Segundos más tarde, no queda muy claro si la misma persona le coge del pelo o si simplemente Cardi se acuerda de lo del micro y no se puede aguantar. Independientemente de lo que sea, la artista de ‘WAP’ procede a pegar con el micrófono al fan repetidamente, hasta que la pantalla del festival se apaga y el público comienza a corear: «Cardi! Cardi! Cardi!».

Cardi no ha hablado sobre el incidente, pero sí ha compartido algunos clips de la actuación en su perfil de Instagram. En la caption del post habla de la gran longitud del escenario del Wireless y menciona que «se necesita mucha resistencia». Además, ha dado las gracias a Megan Thee Stallion y a su marido, Offset, por acompañarla en el escenario.

Bilbao BBK Live 2022: Bomba Estéreo y Stromae deslumbran en una jornada de «multitudes»

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Sharon López

El viernes en Bilbao BBK Live atrae a una cifra de asistentes considerablemente mayor que el jueves. Cero unidades de noticia detectadas pero se hubiera agradecido más espacio y menos colapsos en los baños, puestos de comida y frente al escenario principal a la hora en que tocaban Bomba Estéreo. Por otro lado, la imposibilidad de contactar con alguien por teléfono -llamada o mensaje- deteriora la experiencia. Los problemas de cobertura no son únicos de Bilbao BBK Live, pero creo que pocas veces he tenido tantas dificultades para enviar o recibir un simple mensaje. En cualquier caso, la jornada del viernes dejó buen sabor de boca gracias a los conciertos.

Uno de los primeros conciertos de la jornada lo ofreció Inhaler. Aparte de confirmar que efectivamente los nombres de grupo se han acabado, el cuarteto de Dublín demostró por qué es una de las nuevas sensaciones del rock anglosajón, después que su debut ‘It Won’t Always Be Like This’ alcanzara el número 1 de álbumes en Reino Unido y en su Irlanda natal. Su pop-rock maximalista trae “power” suficiente para cargar los móviles de todos los asistente del festival, la banda no teme coquetear con otros sonidos como el funk o el country y, dicho sea de paso, su cantante Elijah tiene potencial de rompecorazones adolescente. El sonido de Inhaler ya no tiene tanto tirón fuera de las islas (o eso parece) y, a veces, sus referencias (de Interpol a Two Door Cinema Club) resultan demasiado obvias. Sin embargo, el grupo puede dar una sorpresa en algún momento.

La variedad estilística de Bilbao BBK Live implica que de las guitarras indie se pase al spoken word de Laura Som y Juan Escribano sin que a nadie le parezca extraño. El dúo actúa en la carpa frente a un público disperso pero atento a las palabras que salen de la boca de Laura, quien logra captar la atención gracias a su elegante y cristalina locución, a su sutil manera de agregar pequeñas dosis de melodía por aquí y por allá y a su suave pero dinámico fraseo. Mientras, Juan toca la guitarra y pone bases atmosféricas que envuelven los recitados de Laura, que tanto apelan a una serie de generaciones marcadas por la incertidumbre y la esclavitud a la tecnología, y que están necesitadas de apoyo, como el que ofrece Laura en el tema final, en el que clama “joder, resiste”. Como curiosidad, Laura se atreve a hablar en euskera pese a ser de Murcia y le sale bien.

Después del concierto de Lori Meyers tuve que comprobar que el grupo no era uno de los cabezas de cartel principales del festival. Su nombre sí aparece al lado de los de Bomba Estéreo y Supergrass, pero el grupo demostró estar convencido de merecer algo mejor incluso . La cantidad de hits que se sucedieron en el concierto, el tramo final con ‘Siempre brilla el sol’, ‘Mi realidad’ y ‘Alta fidelidad’, el vocerío ensordecedor de las decenas y decenas y decenas de fans congregados que cantaban dichos hits al unísono, y la fuerza de Noni sobre el escenario, más que un simple líder, un “showman” con todas letras; contribuyeron a crear un espectáculo muy agradecido.

Tan entregado estaba Noni en su papel de rockstar enloquecido, (casi) descamisado y empapado en sudor que, en ‘Alta fidelidad’, bajó hacia el público, se dio un baño de masas que terminó con él cantando tendido en el suelo, volvió al escenario y, en el golpe de batería final, dio una patada al pie de micrófono que casi sale volando por los aires.

Quien sí salió al escenario durante el concierto de Lori Meyers fue un Jordi Évole completamente eufórico. Un “crossover” de lo más inesperado que debió extrañar a quienes desconocieran que Évole no solo es amigo de los Lori, sino que además ha actuado en el festival con su grupo de versiones Los Niños de Jesús, en el marco de la programación gratuita que tiene lugar en el centro de la ciudad. Por esa actuación, el propio Noni se dejó caer.

De vuelta a la carpa esperaba Planningtorock para ofrecer uno de los shows más interesantes y divertidos de todo el festival. Es verdad que Jam se limitó, en el escenario, a cantar y tocar su mesa de mezclas sin moverse demasiado y que, cuando presentaba las canciones entre los silencios, parecía que estaba “pinchando” una sesión de Spotify. Pero también es verdad que sus tímidos movimientos eran adorables y su sonrisa más todavía cuando recibía los aplausos del público. Pero, sobre todo, era fascinante verla en acción modulando su voz en directo, llevándola a varios grados de grave según la canción, hasta el punto que llegaba a sonar como Cher en varios puntos, con el mismo timbre y el mismo vibrato. Sus canciones están tan dedicadas a la comunidad LGBT+ que sus letras se pueden limitar a repetir títulos como “non binary femme” desde el principio hasta el final, pero Jam hace de esa repetición una de sus mayores virtudes porque sus melodías son preciosas, como las de ‘Girl You Got My Heart’ o ‘Gay Dreams Do Come True’, dos de sus producciones más recientes y también dos de las mejores. Entre otras igualmente queridas como ‘Transome’, Jam recuperó ‘The Breaks’, incluida en su disco de 2011. Más atmosférica y synth-pop, fantástica de todos modos.

Al escenario de Bomba Estéreo era absolutamente imposible acercarse debido a la cantidad de gente que había delante del segundo de los escenarios principales. Sin embargo, la energía que transmitía la banda colombiana atravesaba todos los rincones del festival. Li Saumet, que llevaba alas de pájaro, y Simón Mejía no decepcionaron en su misión de hacer bailar hasta la última persona presente en el recinto con su apasionante mezcla de ritmos latinos y electrónica. Hasta el personal de los food trucks no podía hacer otra cosa que dejarse llevar y bailar con los brazos arriba a la vez que salteaba fideos. ‘Amanecer’ y, sobre todo, ‘Fuego’ y ‘To My Love’ volvieron a resultar himnos universales.

Poco que agregar a lo dicho ya por mi compañero Pablo en su crónica de The Killers desde Mad Cool. Brandon Flowers es el frontman que todo los frontmans aspiran a ser. Se come el escenario y se merienda al público con una confianza y una fuerza absolutamente pasmosas, tiene el sex appeal de una estrella del glam y la elegancia de un rey, su voz suena de lujo y el repertorio de The Killers es un frenesí de estribillos coreables e himnos. Brandon intenta hablar en euskera ante la atónita mirada de mi colega vasca, aunque parece que no le sale tan mal; y varias veces presenta al grupo y comenta su procedencia (Las Vegas) como si nadie lo supiera, The Killers es el cabeza de cartel por antonomasia de Bilbao BBK Live hasta el punto que el espacio está todo lleno hasta donde me alcanza la vista. De hecho, hay tanta gente que, de repente, el recinto se encoge. Por supuesto, nadie quiere perderse presenciar en directo ‘Human’ ni muchos menos ‘Mr. Brightside’, ese clásico que se resiste a abandonar las listas británicas. Con la de fans que es capaz de congregar el grupo, a nadie le puede extrañar.

Sharon Lopez

Tenía mis dudas con el concierto de Stromae porque los singles de su último disco han dado una imagen de él un tanto seria y solemne. El concierto es otra cosa completamente diferente en el mejor de los sentidos. Paul Van Haver no solo se lo pasa pipa sobre el escenario sino que su enorme sonrisa es capaz de iluminar el recinto entero. Es una sonrisa satisfecha y orgullosa, pero también ilusionada, por parte de un “entertainer” consumado que ofrece un concierto inolvidable.

Haciendo honor al título de su disco ‘Multitude’, el concierto de Stromae contiene eso, “multitudes”. Para cada canción, Paul van Haver prepara una actuación diferente. Acompañado de sus músicos, que proceden de varios lugares del mundo (de Grecia a Japón) y que tocan frente a teclados de diseño futurista, el belga se muestra serio en ‘Invaincu’, baila voguing más divina que nadie en ‘Tous le même’, saca una mesa de micrófonos en ‘Papaoutai’ como si diera una rueda de prensa, en ‘Mouvaise journée’ introduce en el escenario un sillón viejuno que se desliza de un lado al otro del escenario. A continuación da la bienvenida a un perro robot capaz de hacer realidad tus pesadillas influidas por ‘Black Mirror’. En ‘L’enfer’ canta sentado a oscuras, pero en la canción siguiente da instrucciones para bailar con él una boba coreografía. El final con ‘Alors on dance’ lleva obviamente a la discoteca.

El show de Stromae está hilvanado por una serie de animaciones que narran una historia, y también protagonismo en él una serie de pantallas que bajan del techo muy cerca del escenario y que transmiten esa misma sensación de encontrarse ante un evento del futuro. Sin embargo, es Stromae y su presencia escénica, su carisma, su manera de bailar, de mirar y de interpelar a la audiencia, así como su fascinante fusión de melodías francesas con instrumentos andinos y sonidos electrónicos, los que logran meterse a todo el mundo en el bolsillo sin necesidad de nada más.

Kiko Veneno, entre los artistas que «sumarán» con Yolanda Díaz

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Alrededor de 5000 personas se amontonaron este viernes, bajo el calor abrasador, en una plaza del Matadero de Madrid para escuchar a Yolanda Díaz hablar de su nuevo proyecto, la plataforma Sumar, descrita por Díaz como un movimiento ciudadano que busca «un nuevo contrato social, en el que los hiperricos tienen que aportar como todo el mundo», tal y como ha recogido El País. Además, también han apoyado el proyecto diversas celebridades, entre las que se cuenta el artista Kiko Veneno.

Esta nueva iniciativa de Díaz ha probado ser todo un éxito, pese a lo poco que se sabe de ella. A Díaz le acompañaban siete personas desconocidas para el público, pero relevantes en la propuesta de Sumar, como una activista climática y un rider, entre otros. Además, se proyectaron algunos vídeos en los que diversas personalidades apoyaban la causa. Entre estos, el actor Antonio de la Torre, los escritores Bernardo Atxaga y Manuel Rivas y el cantante Kiko Veneno, quien resumió el evento con una frase: «Llegó la hora de hablar y de escuchar».

También han acompañado a la vicepresidenta segunda el pianista James Rhodes, las escritoras Elvira Sastre, Belén Gopegui y Elizabeth Duval, y algunos excargos políticos. El actor Luis Tosar y el escritor Bob Pop también iban a aparecer, pero el COVID se lo ha impedido.

Bad Bunny, Javiera, Daphni, «Confeti»… en el top 40 de JNSP

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‘Break My Soul’ de Beyoncé se mantiene como lo más votado de JENESAISPOP por segunda semana consecutiva, seguido por ‘Bizcochito’ de Rosalía y ‘Carolina’ de Taylor Swift. Justo debajo aparecen las 2 entradas más fuertes, la colaboración de Bad Bunny con Bomba Estéreo y lo nuevo de Javiera Mena. También entran en la lista Perfume Genius, pablopablo, Daphni, Confeti de Odio y Soccer Mommy.

Recordad que podéis escuchar la playlist con las 40 canciones del top y las 10 candidatas a entrar de cada semana, así como por supuesto votar por vuestras canciones favoritas, aquí. Los votos son sometidos a una fórmula matemática que beneficia a las novedades y perjudica a las canciones a medida que pasan las semanas.

Top Ant. Peak Sem. Canción Artista
1 1 1 2 Break My Soul BEYONCÉ Vota
2 2 2 2 BIZCOCHITO Rosalía Vota
3 3 3 2 Carolina Taylor Swift Vota
4 4 1 Ojitos lindos Bad Bunny, Bomba Estéreo Vota
5 5 1 La Isla de Lesbos Javiera Mena Vota
6 10 6 2 Cracker Island Gorillaz, Thundercat Vota
7 15 2 8 SloMo Chanel Vota
8 11 5 5 Te felicito Shakira, Rauw Alejandro Vota
9 5 3 4 A todos mis amantes Rigoberta Bandini Vota
10 33 1 9 No One Dies from Love Tove Lo Vota
11 7 2 5 Mistakes Sharon Van Etten Vota
12 14 12 2 Firefly Shygirl Vota
13 13 1 Eye in the Wall Perfume Genius Vota
14 23 6 5 Spitting off the Edge of the World Yeah Yeah Yeahs, Perfume Genius Vota
15 20 3 14 As It Was Harry Styles Vota
16 37 2 11 Used to Know Me Charli XCX Vota
17 8 1 8 La canción que no quiero cantarte Amaia, Aitana Vota
18 26 1 22 SAOKO Rosalía Vota
19 27 1 16 Candy Rosalía Vota
20 6 6 2 Todo va a cambiar Natalia Lacunza, Karma C Vota
21 13 13 2 Alpha Zulu Phoenix Vota
22 39 3 22 Beg for You Charli XCX, Rina Sawayama Vota
23 16 10 6 Don’t Forget Sky Ferreira Vota
24 40 5 6 Potion Calvin Harris, Dua Lipa Vota
25 28 1 28 Ay Mama Rigoberta Bandini Vota
26 34 1 16 My Love Florence + the Machine Vota
27 4 1 4 Un cabrón con suerte Cupido Vota
28 9 9 4 There’s A Moon On Pixies Vota
29 19 5 7 Late Night Talking Harry Styles Vota
30 18 3 5 Un ala rota (garrotín) Rocío Márquez, Bronquio Vota
31 29 29 4 Fui a comprar a la cárcel BRONQUIO, 41V1L Vota
32 25 6 3 Poisonous Storytelling Hercules & Love Affair, ANOHNI Vota
33 33 1 Azul Zafiro pablopablo Vota
34 34 1 Cloudy Daphni Vota
35 35 1 Estrella Confeti de Odio Vota
36 36 1 Shotgun Soccer Mommy Vota
37 30 3 16 The Lightning II Arcade Fire Vota
38 35 1 19 King Florence + the Machine Vota
39 32 1 11 Free Florence + the Machine Vota
40 21 3 5 La prendo Bad Gyal Vota
Candidatos Canción Artista
Así bailaba Rigoberta Bandini, Amaia Vota
Catch Me in the Air Rina Sawayama Vota
Je te vois enfin Christine and the Queens Vota
Missing You SG Lewis Vota
Gunk Overmono Vota
Domingos Soleá Morente, Triángulo de Amor Bizarro Vota
Becoming All Alone Regina Spektor Vota
Eleanor Hot Chip Vota
Amigos Fermi Vota
L/R Nilüfer Yanya Vota

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Yawners / Duplo

Elena Nieto, más conocida como Yawners, ha crecido idolatrando discos de Green Day, Blink-182, Red Hot Chili Peppers, Pavement, Weezer… Así se percibió en proyectos como ‘Dizzy’, su álbum de breakthrough en 2019 ‘Just Calm Down’ o ahora este ‘Duplo’ que ha publicado este año.

Cuando canta en inglés, Yawners recuerda al revival del grunge de los 90 que se ha curtido en el mundo anglosajón durante los últimos años. beabadoobee, en cierta medida Wolf Alice, el lado más surfero de Best Coast. Poco a poco ha venido introduciendo el español y los números indican que la decisión es correcta. Por mucho que la progresión final de ‘Belong’ mole todo, son ‘Suena mejor’, ‘No me digas’, ‘Paranormal’… las canciones de este lanzamiento que más estamos canturreando. Así sentimos a Yawners más cercana; nos sentimos más identificados.

La última de estas canciones es una colaboración con sus colegas de Cala Vento, muy próximos en espíritu, y muy bien traídos a esta historia de inseguridad y desencuentros: «Me da mucho miedo conocerte una vez más / Esto se me da fatal». Y es que es habitual que las composiciones de Yawners apelen a la nostalgia, como ‘No me digas’ («No sé si te acordarás, me enseñaste la ciudad, cuando vine por primera vez») y a los sentimientos. ‘Suena mejor’ es una cucada en ese sentido, pues si la música es puro exorcismo y pogo, la letra es luminosa: «Tengo claro lo que quiero / Quiero verte sonreír».

Además de en algo que se llama sencillamente ‘Tu cumpleaños’ que se pega cual chicle y en el Spanglish de ‘Honey’, otra de las dianas melódicas de ‘Duplo’, es obligatorio detenerse también en el tema llamado ‘Rivers Cuomo’. Elena Nieto se dirige al cantante de Weezer para preguntarle dudas, cómo darlo todo, cómo escribir canciones cuando ya no estás escuchando música nueva. Yawners logró hacerse su foto con Rivers Cuomo y así cerrar un círculo y subir un peldaño en su desarrollo artístico. Ahora es ella quien se sube al escenario para cantar su hit, como antes lo hizo Rivers entonando ‘Buddy Holly‘.

The Hives, sustituidos por Danza Invisible en Weekend Beach

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Weekend Beach, Facebook

JENESAISPOP está haciendo un esfuerzo logístico sin precedentes al cubrir a la vez Bilbao BBK Live, Mad Cool y Cruïlla, al tiempo que manteneros al día sobre la actualidad musical más pizpireta; pero no creáis que no se están celebrando más festivales en la península durante este finde. Weekend Beach ha celebrado este jueves la primera jornada de su ecléctico cartel, tras una fiesta de bienvenida el miércoles por la que había pasado gente como Rayden.

Lamentablemente, The Hives, que eran uno de los grandes reclamos internacionales de este festival que se celebra en Torre del Mar, no pudieron actuar el jueves debido a la huelga de pilotos que se ha vivido en toda Europa. Sin embargo, la organización tenía reservado un as en la manga, un recurso de última hora que nadie iba a adivinar.

Escribían en Facebook: “No queríamos dejarnos sin actuación en su franja horaria y el grupo malagueño Danza Invisible actuará a las 23:30H en el Escenario Weekend Brugal para celebrar sus 40 años de carrera con vosotros”.

Y así es como se pasó de «Hate to Say I TOLD YOU SO» a «besarte es como comer naranjas en agosto y uvas en abril». Mientras algunos usuarios bromeaban con el cambio “The Hives Invisibles”, otros lo han terminado celebrando en Facebook (“han estado geniales”) y otros incluso han lamentado la coincidencia entre los autores de ‘Sabor de amor’ y Rozalén.

Es Weekend Beach uno de esos festivales que celebran la variedad en todo su esplendor, contando con nombres tan dispares como La Habitación Roja, Residente, Bastille, El Canijo de Jérez, MClan, La M.O.D.A. y La Pegatina. Desde hoy se ha llevado aún más lejos la diversidad: ríete tú de Dúo Dinámico, Raphael y Nacho Cano en Sonorama.

Rosalía hace suyo el «MOTOMARI» de Ana Blanco

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De alguna manera, y pese a pertenecer a mundos muy diferentes, hoy Ana Blanco y Rosalía son las protagonistas de una divertida situación. Mientras la presentadora del Telediario contaba que la gira Motomami acababa de empezar, cometió un pequeño error que no ha producido más que memes en las redes y del que la artista también se ha hecho eco. No sabemos en que estaba pensando Ana Blanco para confundir ‘Motomami’ con «Motomari», pero ha ocurrido.

Nadie se había referido antes al disco de Rosalía de esta forma, lo cual tiene mérito. Cuando «Motomari» llegó a las redes, era cuestión de tiempo que le llegase a Rosalía, y así ha sido. La artista catalana lo ha hecho saber a través de una historia de Instagram en la que ha escrito: “Una Motomari ensaya aunque estemos a 40 grados”. Y con ‘CUUUUuuuuuute’ como elección musical. Además, en las últimas horas ha vuelto a echar leña al fuego de la broma, publicando un tweet sobre su próximo concierto en Sevilla en el que se lee: «Motomaris estáis listes pa Sevilla???????». Preparaos para acabar hartos de la bromita.

En Twitter, además de los cientos de respuestas sobre la confusión, también se ha pronunciado José Pablo López, el Director de Contenidos Generales de RTVE. Respondiendo a un tweet de otro usuario en el que se adjuntaba la historia de Instagram de Rosalía, el directivo ha escrito: «Rosalía también apuesta por Motomari, como Ana Blanco. Son dos reinas. Esto no pasa en cualquier sitio.»

La sala Razzmatazz recibe hoy sábado a Kelly Lee Owens

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Kelly Lee Owens actúa hoy en el Bilbao BBK Live, concierto que nombramos como «imperdible» antes del comienzo del festival, pero nosotros estamos pensando ya en el futuro. Más concretamente, en su show de mañana, sábado 9 de julio, en la sala Razzmatazz de Barcelona. El DJ set de la artista comenzará sobre la 1 de la mañana, de la noche del sábado al domingo, y le acompañará la DJ uruguaya Oriana.

Tras dos álbumes aclamados por la crítica, ‘Kelly Lee Owens’ en 2017 e ‘Inner Song’ en plena pandemia de 2020, en abril de este año la galesa lanzó ‘LP.8’, el trabajo más experimental de su carrera, inspirado tanto en los industriales sonidos de Throbbing gristle como en el misticismo de Enya, y grabado en Oslo junto a Lasse Marhaug.

La que empezó vendiendo discos en una de las tiendas más icónicas de Londres, mañana de madrugada tendrá la Sala 2 (Human) del Razzmatazz solo para ella y sus electrónicos sonidos. Famosa por sus shows y DJ sets llenos de energía, también es muy reclamada como remezcladora para otros artistas, como Björk, Mount Kimbie y St. Vincent. Las entradas para su DJ set ya están a la venta.

Residente divierte y se divierte en Cruïlla

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El Cruïlla arrancó el pasado miércoles, con el concierto de ToteKing, al que cuestiones de agenda me impidieron acudir. Pero el jueves ya estaba presta a gozar del Fòrum y del ambiente de buen rollo que siempre se respira en el festival. El público nacional es aplastante mayoría, tanto gente joven, como madurites interesantes y familias jipis, rockeres, casuales. Apenas avisto un par de guiris.

Stay Homas congregan a bastante público en el escenario principal. Pero lo que me llama la atención es la fenomenal algarabía que viene del otro lado. En la carpa Four Roses han empezado Miss Bolivia, pero el acceso se ha cerrado ya por aforo, y una multitud fuera exige poder entrar. Los silbidos van en aumento. Finalmente, las peticiones son aceptadas y pasa el grueso de los espectadores. Pero servidora, después de las traumáticas experiencias del Primavera a la Ciutat, no tiene demasiados ánimos de entrar en espacios abarrotados, así que continúo con el buen rollito de reggae suave de los Homas.

Estamos en 1998 y me voy a ver a Molotov en el escenario Cruïlla Enamora. Los mexicanos empiezan casi cinco minutos antes desguazando el ‘Rock Me Amadeus’ de Falco. Hay bastante gente y muy buen ambiente. “¡Arriba cabrones!”, espetan. El grueso del set, claro, proviene de su debut, ‘¿Dónde jugarán las niñas?’, que a día de hoy parece un entrañable artefacto del pasado. Hay botes en ‘Chinga tu madre’. “Ay, qué groseros”, nos responde de broma Tito Fuentes, el cantante. Con ‘Parásito’ adquieren velocidad de crucero y el público parece contento… Pero todo suena igual. Además, ‘Gimme the Power’ cae muy pronto; su: “¡Viva México cabrones!” que lo corona es gritado en masa. Y ‘Voto latino’ tampoco tarda en aparecer.

Sacrifico el presumible final de los Molotov con ‘Puto’ para intentar coger un buen sitio en Residente, el concierto más multitudinario. Es increíble la cantidad de público joven que arrastra René Pérez. Apenas pasan dos minutos de su hora y el público ya silba exigiendo su presencia. No tarda en aparecer entre una espectacular recepción. Y la primera en la frente: su tema con Bizarrap, en que se caga en J Balvin, el Autotune y en todo lo cagable. René vende autenticidad, y a fe que lo consigue. Viste de manera simple (camiseta de tirantes negra, gorra…). Le acompaña una banda potente: entre otros, un batería y un percusionista que llenan todo de brío imparable y una cantante portentosa que apoya casi todos los temas; no se aprecian pregrabados… “¡Esto lo hago para divertirme!”, proclama la canción.

Residente es una máquina imparable, como ya nos demostró en 2017. En el concierto prima lo orgánico, lo táctil. Y el público lo agradece cantando entregado. Caen multitud de temas de Calle 13, como ‘Atrévete, Te, Te’ o ‘Cumbia de los Aburridos’. Hace mucho calor entre la masa, pero salir a una zona más aireada no es opción, porque precisamente no quiero perder el calor del concierto. Y René nos dice que es una alegría reencontrarse, que nos abracemos, que recordemos a los que ya no están.

En ‘Baile de los pobres’ el batería y el percusionista hacen demostración de facultades. ‘El aguante’ ofrece unos audiovisuales muy buenos que disparan la apoteosis cantora del público: “Aguantamos Nagasaki, aguantamos Hiroshima”. René recuerda a los migrantes, a los que matan en la frontera antes de entonar el himno ‘Pa’l norte’. La corista se luce en la intro. ‘Fiesta de locos’ es cantada a pleno pulmón por todos, los amigos se abrazan en grupo en la feliz ‘Muerte en Hawaii’. “Por ti, todo lo que hago lo hago por tiiii”, el público pide silencio cuando el guitarrista tiene su momento de lucimiento en ‘Latinoamerica’, que es seguida por una apabullante ‘This Is Not America’, su tema con Ibeyi -una de las mejores canciones de 2022-, en la cual exhibe una pancarta pidiendo firmas para la regularización de los inmigrantes. Residente es muy grande, pero ay, le tengo que abandonar un cuarto de hora antes de que acabe para no perder el último metro. El viernes toca madrugar… y acudir a la primera jornada fuerte del festival.

¿Por qué Mad Cool infravalora a sus «cool girls»?

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David Moya

Hay un momentazo en la película ‘Perdida’ de David Fincher (ya presente en el libro homónimo de Gillian Flynn que adaptaba) en el que se habla de las “cool girls / tías guays”. Sin entrar en spoilers, se habla de cierto ideal masculino y hetero, de esa novia perfecta que nunca se enfada, que disfruta de cervezas, pizza precocinada y alitas de pollo (eso sí, sin ganar ni una talla) mientras ve el fútbol con su novio: “los tíos usan esa frase, ¿no? «Es una tía guay» es casi el cumplido perfecto”. Se habla de cómo ser una chica muy guay y a la vez estar, en todo momento, detrás del hombre.

Tove Lo, una de las artistas más interesantes del pop de nuestro tiempo (y sin “del pop”), se inspiró en ese momentazo y ese concepto para el lead-single de ‘Lady Wood’, su segundo disco, consiguiendo con ‘Cool Girl’ el que sigue siendo su mayor éxito en plataformas sin contar los hits de su debut. Por supuesto, no faltó entre las canciones que interpretó ayer en Mad Cool… fuera del escenario principal. Y fuera de los cabezas de cartel. Como Sigrid. Como Carly Rae Jepsen. Como Phoebe Bridgers. Como, incluso, Zara Larsson y St. Vincent.

David Moya
Mad Cool tiene varios problemas (están siendo especialmente notorias las quejas por el caos en las salidas, en parte consecuencia del acuerdo económico que tienen con Uber), pero, centrándonos en lo musical, éste es uno muy importante y que no se entiende. Sobre todo después de un día en que tres de los mejores conciertos del festival son de tres mujeres que dieron sobradas muestras de poder llevar adelante un escenario más grande y con mejores condiciones acústicas que el de Región de Madrid (aunque ayer pareció haber pequeñas mejoras en el sonido) y, sobre todo, de poder aguantar un show de mayor duración.

Podemos medio-entenderlo en el caso de Sigrid (que tampoco… ejem, Yungblud), pero es surrealista en el caso de St. Vincent y Tove Lo, ambas presentando su sexto y quinto disco de estudio, respectivamente. Tove Lo directamente se las vio putas, como ella misma diría, para hacer aunque fuese un repaso rápido a su discografía en el huequecito de menos de una hora a las 2 y pico de la madrugada que ocupaba. Y, aun así, fue uno de los highlights del festival. Arrancando con ‘Bikini Porn’, fue single tras single (‘Glad He’s Gone’, ‘Cool Girl’, ‘Are U Gonna Tell Her’, ‘Talking Body’ y ‘Disco Tits’ seguidas), antes de meternos de lleno en el drama con ‘Not On Drugs’, ‘True Romance’, ‘How Long’ y, por supuesto, ‘Habits’. “Espero que estéis listos porque vamos a bailar, vamos a llorar, y luego vamos a bailar y llorar a la vez” dijo en una de sus pocas intervenciones, no porque no interactuase con el público -se lo llevaba de calle-, sino porque no había tiempo material. Salvo un pequeño respiro gracias a su banda (maravillosa la chocho-batería) en ‘Not On Drugs’, la sueca no paró ni un momento de moverse, bailar y cantar tirando de su característica voz rasgada en numerosas ocasiones.

Pendiente del bienestar del público como hiciera antes el líder de Imagine Dragons (ambos se tomaron un momento para, al ver señales de altercado, preguntar si todo andaba bien y pedir que nos cuidásemos y disfrutásemos), Tove pudo incluso aprovechar el tiempo para presentar -acompañada de un vídeo en el que se la veía llevando un strap-on- el siguiente single, ‘Die 4 You’, que apunta a banger de los que ella sabe hacer, sample de ‘Popcorn’ de Crazy Frog incluido. Será el tercer single de ‘Dirt Femme’, su quinto disco de estudio, donde también se encuentran ‘No One Dies For Love’, que funcionó de lujo como canción de cierre, y ‘True Romance’, cuya interpretación en directo despejó cualquier duda al respecto de la canción. Ella misma definió el tema como “un viaje al que os quiero llevar durante unos minutos”, y lo cierto es que es una canción que cuece a fuego lento y consigue meterse dentro de ti y llevarte con ella de forma similar a ‘hey you got drugs?’.

Esta última fue una de las ausencias destacadas, junto a ‘stranger’, ‘bitches’, ‘True Disaster’ y, sobre todo, ‘Moments’, que quizás podría haber ocupado el hueco de ‘Not On Drugs’ (por cierto, todos los temas del debut se tocaron con una versión más dirigida a su sonido actual). En cualquier caso, un bolo excelente que podría aparecer en a una guía de “cómo aprovechar tu mini-hueco en un festival”, y que podría haber sido aún mejor de contar con otras condiciones.

Algo parecido pasó con St. Vincent. No conocía su directo y a priori no estaba tan interesado en ella como en otros nombres del festival; sin embargo, acabé el bolo con la certeza de que pagaría con gusto la entrada para un concierto solo de ella. Annie Clark es un absoluto animal escénico, volviéndose una con su banda y el público, bajando a interactuar con sus fans, marcándose un duelo de guitarras con su colega, bebiendo de una petaquita y derrochando complicidad con sus coristas. De hecho, en la despedida eran las coristas quienes cantaban el “it’s just the sun” de ‘The Melting Of The Sun’ mientras ella tocaba, dejándose caer finalmente en los hombros de una de ellas.

Annie portaba una chaqueta con la palabra “Daddy” en lentejuelas, y con ella brillaron tanto los hits de ‘MASSEDUCTION’ como ‘New York’ o ‘Los Ageless’ como las canciones del reciente -y peor valorado- ‘Daddy’s Home’ o incluso ‘Your Lips Are Red’, de su debut. Uno de los solapes, junto al de Tove con Foals, era el de St. Vincent con The Killers. Quisimos ver el inicio de la banda estadounidense, aunque supusiese perdernos los primeros temas de la autora de ‘Fear The Future’.

Mad Cool

Y Brandon Flowers volvió a demostrar ser otro animal escénico: los chicos empezaron a lo grande con ‘The Man’, uno de sus hits más recientes, y que desde luego redondea el aura de estrella de un elegante Brandon que parecía a medio camino entre Andrew Garfield y Tom Cruise cuando hacía guiños a los seguidores. No es que Brandon interactuase con el público, es que el público era suyo. “¡Mad Cool, estamos vivos! Han sido unos años duros, ¿no?”, comentó poco después de empezar, comentando que éste “ha sido un tiempo de mucha soledad, pero mirad a vuestro alrededor… ¡aquí nadie está solo! Aquí nadie está solo, y vamos a tocar rock n roll”. The Man.

Un símbolo de infinito en los teclados y lanzamientos varios de serpentinas llamaban también la atención, mientras se sucedían ‘Jenny Was A Friend Of Mine’, ‘Smile Like You Mean It’, ‘Shot At The Night’… y hubo que marchar si queríamos ver a St. Vincent. Sí que hemos sabido que la banda aprovechó para estrenar en directo nuevo tema, ‘Boy’, seguramente contenido en la continuación de ‘Pressure Machine’. Brandon intentó hacer un vídeo en directo con el evento, pero se encontró con problemas técnicos como el resto de los allí presentes, a quienes la cobertura nos iba y venía por la alta concentración de gente.

Antes de The Killers fue el turno de otro de los cabezas de cartel del día, Imagine Dragons, de nuevo en otro solape, en este caso con Sigrid. Ya les vi hace unos años en Dcode, y de nuevo Dan Reynolds demostró ser un absoluto showman, además de conseguir que la nobleza y buenas intenciones presentes en sus letras y sus discursos sean realmente creíbles. Reynolds habló de su esposa e hijos presentes allí, defendió los derechos LGBT, se interesó por el público y llegó a parar el concierto ante lo que parecía ser un desmayo, sin continuar hasta asegurarse de que el chico estaba siendo atendido. Todo esto, por supuesto, además del absoluto espectáculo y derroche de adrenalina que son en directo, desde el vibrante inicio con ‘It’s time’, ‘Believer’ o ‘Thunder’ hasta terminar por todo lo alto con ‘Radioactive’, pasando por supuesto por temas de su nuevo disco, ‘Mercury Acts 1 & 2’, como el megahit ‘Enemy’. En ese mismo escenario también presentaban unas horas antes su último disco, ‘Comfort to me’, los australianos Amyl and the Sniffers, aún con el sol abrasando al público. La banda liderada por Amy Taylor se defendió con solvencia ante las inclemencias del tiempo recordando temas de sus anteriores discos como ‘Some mutts (can’t be muzzled)’, con el que cerraron.

David Moya

Y, volviendo al escenario “pequeño” con artistas enormes, como decimos Sigrid fue una de las grandes bombas de la noche. Mientras escribo el final de esta crónica me encuentro con una reflexión similar del director Guille Guerrero, responsable de videoclips como ‘Merichane’, y una de las caras conocidas que pasaron por el festival junto a los actores César Vicente, Óscar Casas o Álvaro Rico. Desde luego es para darle una vuelta, porque a pesar de ir solo por su segundo disco, Sigrid demostró unas tablas que ya quisieran muchos para sí, jugando con el público, pidiendo su colaboración en palmadas, correteando de un lado a otro mientras cantaba temazos como ‘Don’t Feel Like Crying’ o ‘Strangers’ sin que se le fuese una nota. El protagonista fue sobre todo su último disco, con ‘Bad Life’ (la colaboración con Bring me the horizon), ‘A Driver Saved My Night’ y cierre a lo grande con ‘Mirror’, pero hubo espacio para el anterior, para la lordiana e inédita en álbum ‘Head On Fire’ junto a Griff, y hasta para su EP debut, con la aparición de ‘Plot Twist’.

Precisamente en su EP de debut se incluye ‘Don’t Kill My Vibe’, de la que contó al presentarla que aún recurre a ella cuando piensa que esto le viene grande y que no es capaz, para demostrarse a sí misma que sí que lo es. Además de la canción, también podría verse su propio concierto de ayer en cualquier momento en que tenga dudas sobre sus capacidades.

Menos conseguido fue, en ese mismo escenario pero unas horas antes, el show de London Grammar, que presentaban el reciente ‘Californian Soil’. Hannah Reid y el resto de su banda fueron un poco lo contrario que Sigrid en cuanto a desparpajo y comunicación con el público, y aunque a nivel técnico estuvieron correctos repasando temas clásicos de su repertorio como ‘Hell To The Liars’ y extraídos de este último como ‘Lose your head’ (original unida al remix para cerrar), fue un bolo un tanto monótono y sin mucha chispa.

David Moya

LCD Soundsystem superan expectativas y Placebo decepcionan en BBK

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Oscar L. Tejeda

El Bilbao BBK Live puede parecer uno de los macroeventos musicales damnificados por la (sobre)oferta cultural de verano. Sucede al mismo tiempo que Mad Cool y los San Fermines; a la vez, también, que el Orgullo de Madrid, y después que multitud de festivales como el Primavera, el Sónar, el Paraíso, el Mallorca Live o el Río Babel hayan asomado la pata después de dos años de hiato, uno tras otro, y a lo largo solo del último par de meses. En Bilbao, hasta los taxistas se muestran sorprendidos por la falta de trabajo durante esta primera jornada de BBK. La gente no parece tener prisa por instalar sus tiendas en Kobetamendi.

No obstante, es jueves y el público suele reventar festivales los viernes y, sobre todo, los sábados, y no cabe duda que los dos días que quedan de BBK van a ser intensos. De hecho, el festival espera recibir a 100.000 personas durante el fin de semana.

Hablando de públicos masivos, el de Ginebras. La propia banda mostró su sorpresa por la cantidad de gente que había congregada delante de su escenario, a eso de las 18.30. Era un público compacto, nada disperso, de unas 30 filas como mínimo, si no me fallan las cuentas. La música de Ginebras, claro, contiene un atractivo enormemente pop, y ellas lo potencian en su puesta en escena. Las cuatro integrantes aparecen en el escenario cada una vestida de un color diferente (rojo, verde, azul y rosa), como si fueran las ‘Supernenas’ configuradas en girl-group, y el escenario está decorado con un jardín de rosas. Canciones como ‘Todas mis ex tienen novio’ o ‘Vintage’ suenan diseñadas a medida para colarse en anuncios publicitarios o en la playlist de tu tienda de ropa de segunda mano favorita. Y, cuando el show termina y empieza a sonar una canción de La Oreja de Van Gogh, por un momento parece que Ginebras continúan en el escenario.

La espontaneidad es el fuerte de Stella Donnelly. Es una espontaneidad deliberadamente infantil y perversa, como la de aquella Leticia Sabater cuya deriva profesional jamás adivinamos en los 90, y que sale a relucir cuando la australiana presenta una canción “esperanzada y optimista” llamada ‘Die’ para la que ha preparado una boba coreografía que parece sacada de una actuación de fin de curso. La cantante se mueve como un cangrejo, hace el pino o imita a un árbol, con una sonrisa irónica. En un curioso momento, Donnelly interrumpe una canción para expresar su asombro tras percatarse de un pájaro (aparentemente un águila o un cuervo) que vuela delante de ella en el cielo. “¡Hostia puta! ¡Mirad ese pájaro! ¡Es enorme!”, espeta, provocando la risa de los asistentes. “Siento no ser profesional, pero tenía que comentarlo”, excusa. En ‘How Was Your Day’ involucra al público efectivamente como si de una presentadora infantil se tratase y, sin ningún prejuicio, clama: “¡gracias por ser cursis conmigo!” La música de Stella es alegre y cuqui, pero nunca deja de estar claro que es una persona adulta quien se esconde detrás de ella.

Los horarios originales de BBK hacían coincidir de pleno los conciertos de Phoebe Bridgers y LCD Soundsystem. Afortunadamente, el festival hizo caso a las plegarias de los fans y reubicaron el show de Bridgers a una hora más agradecida. La de California y su banda -vestida con el ya clásico disfraz de esqueleto- presentaron ‘Punisher’ con cierto poso de solemnidad al principio, con una seriedad aparentemente exagerada, pero Phoebe se fue soltando poco a poco mientras tocaba escondida tras unas gafas de sol del tamaño de su cabeza. Dedicó ‘Kyoto’ a los padres presentes en el público, se ganó ovaciones solo con colgarse sobre los hombros su chulísima guitarra de color negro y, ya totalmente en su salsa, con una sonrisa de oreja a oreja, bajó del escenario para hacer una ronda de saludos. A una fan instalada en la primera fila incluso le cedió el micrófono para seguir cantando la canción y por poco no se hizo un Beyoncé. No obstante, Phoebe volvió a ponerse seria cuando dedicó unas palabras a Estados Unidos. Mientras regalaba a su país una peineta, Bridgers afirmó que “toda la historia de Estados Unidos es asquerosa, pero ahora realmente estamos retrocediendo en el tiempo con el tema de la salud pública y con la transfobia de mierda”. Como Kacey Musgraves, Bridgers celebró “estar lejos de mi país” por un momento. El público recibió su discurso con más aplausos y ovaciones.

Fue una revelación ver a rusowsky en directo por varias razones. Pocos podían imaginar que canciones tan íntimas como ‘So So’, producidas desde la más absoluta falta de expectativas comerciales, pues algunas incluso bordean el límite de la música outsider de una Rebe o un Paco Moreno, podían conquistar a tanta gente, pero la carpa donde actuó Ruslán Mediavilla junto a su DJ estaba llena hasta los topes. Además, resulta que rusowsky existe de verdad y es una persona de carne y hueso, y no solo el nombre de un artista curtido en Spotify que hace beats y canta melodías por encima. Curiosamente, el set de rusowsky anima al público no solo por el surtido de beats de drum ’n bass, jungle y tecno que ofrece, entre otros singles conocidos por sus fans como ‘Dolores’ o ‘Mwah :3’, sino porque el propio artista -que cubre su cabeza con una babushka- bailotea estos ritmos en el escenario como si fuera un fan más. Como si siguiera creando su música desde la intimidad de su cuarto, y no para miles de personas que le siguen. El concierto de rusowsky es lo que pasa cuando el bedroom-pop sale de la habitación y se encuentra con el mundo exterior.

Sharon Lopez

Para revelación la de Ed Maverick (y punto para C. Tangana por haberle apoyado cuando no tantos le conocían). El mexicano es un cantautor con todas las letras, tan clásico que hasta su peinado y su manera de vestir evocan otro tiempo muy lejano a 2022. En concreto, los 70 de la música romántica y de protesta. Cuando Ed canta simplemente acompañado de su guitarra canciones como ‘Del río’, exhibe un talento vocal, un carisma, de esos que se ven muy pocas veces. Es imposible no quedarse prendado de él cuando saca a relucir la potencia de su robusta y dramática voz, a la que, quizá, incluso, le haya sentado bien el “jet lag” que aqueja el músico, provocado por pasar demasiadas horas sentado en un avión camino a España. En otra época y, quizás, con un repertorio más amplio y sólido, Maverick habría sido una estrella del tamaño de Mercedes Sosa o Agustín Lara. Aún tiene tiempo. Desde luego, encaminado va.

Oscar L. Tejeda

El concierto de Placebo no es todo lo excitante que podría ser simplemente porque el grupo se centra en tocar las canciones de su último disco, el regulero ‘Never Let Me Go’. Es el deber de un grupo apoyar el disco que esté presentando en ese momento, pero en el setlist de Placebo se echan en falta hits fundamentales de su carrera que el grupo no parece interesado en recuperar solo para que no eclipsen los temas de su repertorio nuevo. Brian Molko, un tanto irreconocible con pelo largo y bigote, y su banda tampoco ofrecen mucho más a lo que agarrarse cuando se limitan a tocar las canciones de manera un tanto encorsetada. Eso sí, a mi compañero Pablo Tocino puedo confirmar que el concierto de Placebo se cerró con su versión de ‘Running Up That (Hill)’ de Kate Bush, que la banda publicó en 2003. Ralentizada, a modo de los remixes “slowed and reverbed” de Youtube actuales, la versión de Placebo posa una mirada sombría sobre la original. Ni que decir que escuchar esta canción versionada en directo en el contexto actual, cuando contra todo pronóstico vuelve a ser un éxito en las listas que nadie ha podido ver venir, supone una experiencia entre emocionante y extraña.

Oscar L. Tejeda

Si el set de Placebo transmite una clara sensación de nostalgia, no necesariamente en el buen sentido, el de LCD Soundsystem continúa imaginando un maravilloso futuro. No me canso de decir a mis amigos que el directo de James Murphy y compañía es uno de los mejores que he visto en mi vida, si no el mejor, desde que me hicieron flipar en el Sónar hace unos años como pocas bandas han logrado. En BBK no solo no decepcionaron sino que superaron cualquier expectativa.

Para empezar, es impresionante ver el escenario de LCD Soundystem porque parece un estudio de grabación. Múltiples músicos e instrumentos, sintetizadores, secuenciadores y -diría que también- amplificadores ocupan absolutamente todo el escenario de manera que parece que el grupo está grabando un disco en directo en ese mismo momento. James Murphy, vestido como si fuera a recoger el periódico un sábado por la mañana, canta y recita con su habitual micrófono vintage, e irónicamente parece la persona que menos bien se lo pasa del concierto. Es una pena que él no pueda ser público de LCD Soundsystem, pero alguien tiene que hacer el trabajo.

El grupo trae un sonido inmejorable, apabullante, y sus canciones ganan triunfalmente en vivo. Gracias a su estructura tipo progresivo, las canciones de LCD Soundsystem van hirviendo poco a poco hasta que empiezan a expulsar un vapor que intoxica y te hace entrar en un trance. Muchas suenan seguidas las unas de las otras, a la manera de un DJ set, por lo que el concierto no da tregua y, aunque el grupo seguramente siempre toca lo mismo en todos los conciertos, a la vez siempre parece que está improvisando. Las baterías pisan fuerte con ritmos de música disco, las guitarras punk suenan afiladas como cuchillos y, cuando el grupo perfora el aire con sus ondas electro, ya pierdo la cordura. Me desnuco de tal manera que parezco una marioneta de aire. El poder de unas campanillas lo conoce LCD Soundsystem mejor que nadie y su show te sume en un estado de éxtasis continuo.

El BBK ha ofrecido otra oportunidad de ver a Alizzz por 8378287ª vez este verano presentando ‘Tiene que haber algo más’ en su pletórica totalidad. Cada concierto es idéntico al anterior (obviamente, nadie espera lo contrario) a tal punto que da ganas de añadir a Setlist.fm las interacciones de Cristian Quirante con el público. Así que nada nuevo bajo el sol a excepción de una novedad que nadie esperaba: Quirante estrenó en vivo su versión de ‘Un buen día’ de Los Planetas, que había ensayado «hace 20 minutos». De no anunciar que era una versión me había creído que era suya.

Rigoberta Bandini y Amaia crean un final feliz para la canción machista de Los Payasos de la Tele

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Uno de los temas más populares de Miliky, Gaby y Fofo fue ‘Los días de la semana’. Una letra cantarina en la que una niña quería jugar pero no podía porque tenía que planchar los lunes, coser los martes, barrer los miércoles, cocinar los jueves, lavar los viernes y tender los sábados. Solo los domingos paseaba, mientras el mundo se preguntaba qué demonios estarían haciendo los niños.

Corría el año 1974 cuando esta canción llegó al mercado a modo de single. Recientemente El Español -un periódico de tinte conservador- calificaba la canción como “machista” en un artículo. Miliki había intentado convertir a la niña en «un marido» en una versión posterior en los años 90, pero sin demasiado éxito. Rigoberta Bandini y Amaia han llegado para cambiar eso en 2022, y lo han hecho con el beneplácito de la familia Aragón, pues no aparecen como co-autores de la nueva canción ‘Así bailaba’, pero sí como editores.

‘Así bailaba’ es ahora un medio tiempo electrónico en el que la historia cambia: ahora la niña no puede lavar porque tiene que bailar y tomarse unos vinos. Pero además no está sola. Rigoberta y Amaia aprovechan este encuentro para profesarse admiración mutua, para hablar de unas inseguridades que jamás terminarán de irse (¿por el machismo en el mundo, quizá?), para enseñarse mutuamente a hacer twerking.

Con la producción de Stefano Macarrone y Esteban Navarro, la canción adquiere un tinte épico, como de cierre de concierto, de final feliz para la historia; a lo que contribuye un coro infantil que protesta porque no piensa «ni lavar, ni planchar, ni barrer, ni guisar, ni fregar, ni coser, ni bordar, ni tender». Si alguna vez pensaste que la música de Rigoberta, y sobre todo la de Amaia, tenía un punto infantil, aquí ambas se benefician de eso para darle la vuelta y entregar una canción con mensaje.

La primera impresión que deja ‘Así bailaba’ es que es un tema un tanto sonrojante, con su melodía pueril, sus partes habladas, sus bromas internas y sus tics tan personales. Pero aquí lo único sonrojante es la canción original. Rigoberta Bandini y Amaia han transformado un tema que caló en la imaginería popular en todo su machismo -como los que se canturrean en ‘Las niñas‘- en un «mirad de qué manera pienso tocarme el coño». Después de la polémica de Mecano con «mariconez», ¿no es maravilloso que alguien SÍ haya permitido cambiar esta letra en favor de los tiempos que corren? Esto es historia.

RFTW: Sophie Ellis-Bextor, Oliver Sim, Miss Caffeina con Varry Brava…

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Hoy 8 de julio se publican los nuevos discos de Burna Boy, Laura Veirs, Katy J Pearson, Rae Morris y James Bay, entre otros; mientras en singles los lanzamientos estrella del pop internacional son los de Sophie Ellis-Bextor (de vuelta en las pistas de baile), Ciara, FLO o The 1975, estos optando por una balada. Son algunos de los temas que recopilamos en nuestra playlist de novedades de cada viernes «Ready for the Weekend».

Entre las novedades internacionales más interesantes, tenemos nuevo single de Hot Chip, single de doble cara A de SG Lewis, tema de Oliver Sim, colaboración de easy life con BENEE o de Chai con Superorganism. En España, Miss Caffeina presentan su nueva canción con Varry Brava para su espectáculo conjunto Dancetería; y Rigoberta Bandini ha estrenado su tema con Amaia.

Anticipan sus nuevos álbumes bandas como The 1975 y Alvvays. También hay nuevos temas de King Princess, Baby Queen, Lapsley, AURORA, Bring Me the Horizon… En cuanto a pop nacional, destacan Will Spector y Los Fatus, Los Mejillones Tigres, Quirkyoddgirl (versionando Bad Gyal), Ant Cosmos, Teo Planell o Los Fresones Rebeldes.

Curiosamente, Amaral, Dani Martín, Sidonie, Iván Ferreiro, Santi Balmes, Rozalén… se han unido para rendir homenaje a Víctor Manuel por su 75º cumpleaños. Han versionado ‘Sólo pienso en ti’. Produce Paco Loco.

Y otra curiosidad es la versión «Legendarias» de ‘Al amanecer’ de Los Fresones Rebeldes, realizada para la Eurocopa Femenina de Fútbol.

The Black Keys / Dropout Boogie

Habíamos dejado hace un año a los Black Keys con ‘Delta Kream‘, un disco de versiones correcto pero poco excitante, que nos hacía echar de menos sus obras más pizpiretas. Pues bien, Dan Auberbach y Patrick Carney han escuchado nuestras plegarias y se han sacado de la manga este ‘Dropout Boogie’, que rescata el espíritu más sabrosón del dúo.

Esta vez llenan su blues-rock de funk y soul de los 70, para darnos un puñado de canciones soleadas, de duración ajustadísima (sólo una llega a los cuatro minutos), melodías pegadizas, riffs contagiosos y letras intrascendentes, con eróticos resultados.

Ya el bajo tan funk y el riff de guitarra con tanto groove iniciales sirven para exclamar “¡Albricias!”: ‘Wild Child’ es una canción pegadiza y efervescente, sexy y zumbona, que encima acaba antes de tiempo. ‘It Ain’t Over’, el segundo single, tiene un aire sumamente veraniego, y 70’s, gracias a su ambiente ahumado, el estribillo con la voz de Auberbach distorsionada, los coros y una línea de bajo de lo más pinturera.

El blues más clásico asoma la patita en ‘For the Love of Money’. Y es tan trotón y redondo, que parece una versión, pero no: The Black Keys no quieren darnos originalidad, sólo trallazos. ¿Que le roban a Iggy Pop la base de ‘Nightclubbing’ para ‘Your Team Is Looking Good’? Qué más da, si el artefacto resultante es de lo más pintón. O invitan a Billy F. Gibbons de ZZ Top para que llene de clase ‘Good Love’. O rezuman soul de dormitorio en la muy sexy ‘How Long’. Incluso cuando parece que la cosa se puede empezar a poner plúmbea, viran con un muy buen estribillo en ‘Happiness’. Ya hubieran querido sacarse los últimos Red Hot Chili Peppers Peppers una pieza tan redonda como ‘Baby I’m Coming Home’.

‘Dropout Boogie’ es un disco veraniego, de recio espíritu americano, que demuestra que no hace falta trascendencia ni originalidad para pasar un buen rato. Y, sobre todo, nos recuerda lo importante que es divertirse, simplemente.

The 1975 estrenan la otoñal ‘Part of the Band’

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Samuel Bradley

El 14 de octubre es la fecha escogida para el lanzamiento de ‘Being Funny In A Foreign Language’, el nuevo álbum de The 1975. A la espera de que el vídeo del single ‘Part of the Band’ se estrene en Youtube a las 20.00, hora peninsular española, el grupo ha compartido ya en plataformas de streaming tipo Spotify el audio del tema. Se trata de un medio tiempo acústico y orquestado, con una estructura particular.

‘Being Funny In A Foreign Language’ será el quinto álbum de The 1975, una de las bandas más exitosas en Reino Unido durante los últimos tiempos. Sus 4 primeros discos han sido número 1 en las islas británicas, lo cual incluye el último hasta ahora, que era ‘Notes on a Conditional Form‘. Os dejamos con el tracklist del álbum y el nuevo tema:

1. The 1975
2. Happiness
3. Looking For Somebody (To Love)
4. Part Of The Band
5. Oh Caroline
6. I’m In Love With You
7. All I Need To Hear
8. Wintering
9. Human Too
10. About You
11. When We Are Together

Rina Sawayama canta a su madre, inspirada por The Corrs, producida por Stuart Price

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Rina Sawayama ha estrenado recientemente el segundo single de ‘Hold the Girl’, el disco que publica el próximo 2 de septiembre. Si antes habíamos escuchado ‘This Hell’, ahora es el turno de ‘Catch Me in the Air’, que es nuestra “Canción del Día” hoy.

‘Catch Me in the Air’ es una colorida composición de corte pop-rock y medio bailable, que Rina Sawayama ha querido dedicar a su madre. De ahí frases como “solo llevó 9 meses y un montón de amor” o “espero que estés orgullosa”. Musicalmente, la artista ha reconocido estar influida por The Corrs, solo que pasados por el prisma de Gwen Stefani. Así lo revelaba en Hot Press.

The Corrs pueden estar presentes en ese inicio un tanto new-age que incluso hace pensar en la banda sonora de ’Titanic’, pero en verdad si un tema de los irlandeses le ha inspirado debe ser ‘Breathless’. Como aquel, este es un desvergonzado tema pop que cantar con las alas al viento, con la curiosidad de que es Stuart Price quien está detrás de los créditos de producción. Os dejamos con el tracklist que acaba de publicarse.

1.-Minor Feelings
2.-Hold the Girl
3.-This Hell
4.-Catch Me in the Air
5.-Forgiveness
6.-Holy (Till You Let Me Go)
7.-Your Age
8.-Imagining
9.-Frankenstein
10.-Hurricanes
11.-Send My Love to John
12.-Phantom
13.-To Be Alive

Cuando Raffaella Carrá entrevistó a La Toya Jackson

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Durante el último par de años, se ha emitido en RTVE un programa llamado ‘Los tesoros de la tele’. Con motivo del aniversario de la muerte de Raffaella Carrá, se han preparado una serie de especiales en televisión y radio públicas, que ha incluido la emisión de la película ‘Explota, explota’ o anoche la redifusión del resumen de ‘Hola, Raffaella’ realizado por dicho espacio en 2020.

En este episodio, ‘Los tesoros de la tele’ recopilaba algunos de los mejores momentos del histórico programa de la Carrá en nuestro país durante los años 90. Eso incluyó un popurrí que Raffaella introdujo de manera magistral: «Voy a cantar una FANTASÍA de 3 canciones». También a Loles León colándose en casa de Francisco Umbral, pidiéndole comida, dándole unas uvitas de su propia mano y finalmente quedándose en tetas en la ducha del escritor, mientras él se esforzaba mucho por mostrarse entre complacido y formal… y a ti se te colaba una mosca bien grande por la boca abierta.

Como en un sueño de escenario surrealista, el programa también nos mostró un juego de la silla interminable por un lado -si pensamos en lo que son hoy los ritmos televisivos- y ojalá eterno, por el otro. Raffaella y Loles junto a la mismísima Lola Flores muy poco antes de morir, Miguel Bosé, Los Morancos o Marianico El Corto peleaban lastimosamente por una silla, frente a una audiencia millonaria que en la era pre-internet al fin y al cabo tampoco parecía tener nada mejor que hacer.

Este estofado de personas se vio aderezado por fragmentos de otras entrevistas a Maradona, Mel Gibson, Jerry Lee Lewis… pero nada tan impactante como la entrevista de Raffaella Carrá a La Toya Jackson, en los tiempos en que Michael Jackson se enfrentaba a su primer juicio por abuso de menores. Quizá ayudada por que el español no era su lengua materna, es decir, quizá no era consciente del todo de la crudeza de sus preguntas; quizá porque estos eran otros tiempos televisivos políticamente incorrectos que hemos olvidado ya, la entrevista de la Carrá no pudo ser más incómoda. Era difícil sostenerle la mirada a la pantalla sin taparse la cabeza con una manta, aun corriendo el mes de julio.

La Toya Jackson, imponiéndose a los chistes de la época que sugerían que Michael y ella podían ser en verdad la misma persona, aparece en primer plano, con semblante serio, dispuesta a dar todo detalle sobre el hecho de que su hermano se encierre en una habitación con niños durante horas. No sabe lo que pasa allí dentro, indica; pero sí que los niños entran felices y salen no tanto. Habla de traumas futuros cuando esos niños tengan «45 años», denuncia que su hermano es la mayor estrella del mundo pero que necesita ayuda, habla de los abusos que ella misma ha sufrido por parte de su padre. «Mental, física y sexualmente», detalla refiriéndose a Joe Jackson. «¿Has dicho mental y físicamente?», pregunta Raffaella, que ejerce de traductora. «Y sexualmente», repite de nuevo La Toya.

En un giro inesperado de los acontecimientos, y mientras una serie de fans entre el público sostienen una pancarta que reza algo así como «Michael cura el mundo y La Toya lo arruina» en referencia a su hit ‘Heal the World’, Raffaella se envalentona y pregunta a La Toya si cree que está ayudando a su hermano con este testimonio. Es un momento ultra meta, pues Raffaella parece estar cuestionando el mismísimo valor de su entrevista. Su propio buen gusto. La Toya responde que por supuesto. Cuántas entrevistas musicales han carecido de esta cara tan dura, por ambas partes.

Antes de pasearse por el programa Mask Singer, tanto en su edición americana, como en la española, porque ella tampoco tenía nada mejor que hacer, y eso que ya sí que había internet; antes de la muerte de Michael Jackson, La Toya pudo reconciliarse con él. En 2005 le defendió de las acusaciones de abusos indicando que se malentendía a su hermano. «Le encantan los niños, a todos nos encantan los niños. Es muy difícil tener este amor por los niños, porque la gente lo malinterpreta», explicó entonces, en promoción de un EP llamado ‘Starting Over’ que en verdad tardaría hasta 6 años en salir. Janet Jackson solía decir que La Toya perdió todo contacto con la realidad a mediados de los años 90, debido a los abusos que sufrió por parte de su marido y mánager Jack Gordon, que estuvieron a punto de llevarla a la muerte.

Últimamente, hemos visto a La Toya en El Hormiguero promocionando el musical ‘The King of Pop’. Lo que se vio anoche en La 2 es solo una parte de la historia. Una que quizá debió llamarse no ‘Los tesoros de la tele’ sino ‘El pasado más absolutamente insólito de RTVE».

Chanel da el pregón en el accidentado Orgullo de Madrid

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La finalista de Eurovisión 2022, Chanel Terrero, ha sido elegida este año para leer el pregón del Orgullo de Madrid y así lo ha hecho, en la plaza de Pedro Zerolo, en Chueca. “El lema de este año es frente al odio, visibilidad, Orgullo y resiliencia. Son tres palabras que me han acompañado durante toda mi vida”, así daba comienzo Chanel a cinco días de celebración en la capital.

La artista presentó un emotivo discurso en el que mencionó, entre otras cosas, cómo el racismo y el bullying la han convertido hoy en día en «una mujer segura de mí misma»: “Muchas de las personas que estáis aquí habéis sufrido el rechazo o el desprecio por simplemente ser o vivir vuestra vida, no imagino por lo que habréis tenido que pasar, pero os juro que voy a luchar cada día de mi vida por que cada uno de vosotros tengáis el orgullo que os merecéis”.

Dedicó sus palabras «a todos ellos, gays, bisexuales, lesbianas, trans, asexuales, personas intersex, queer y no binarias”, y a «todas las personas que educaron en libertad desde las aulas, a las que viven sin miedo y hacen abrir las mentes de otros y a las que ponen el ojo crítico en un sistema que no siempre funciona para todos”, pero también ha recordado que es «demasiado fácil» perder los derechos LGTBI que se han ganado hasta ahora en nuestro país.

Chanel se despedía entre aplausos con estas declaraciones: “Hay voces empeñadas en dividirnos, en fracturar nuestra lucha y en enfrentarnos. Por eso es esencial que las minorías nos unamos, porque solo triunfaremos cogidos de la mano».

Al mismo tiempo, 300 personas se encontraban en la Plaza del Rey protestando por la cancelación de los numerosos conciertos del Orgullo que se iban a llevar a cabo. Este es el comunicado oficial, en el que MADO responsabiliza al Ayuntamiento de Madrid de «no poder celebrar el Orgullo con todas las garantías necesarias». La prolongación de las obras en la cercana calle Barquillo ha impedido los permisos municipales necesarios para los conciertos, pero los organizadores creen que es posible reubicar las actuaciones en un nuevo escenario en la plaza Barceló, a partir del viernes.

Ultra Music Festival llega a España con Ultra Beach

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ULTRA MUSIC FESTIVAL llega a España con la primera edición de ULTRA BEACH, un evento de música electrónica frente al mar de un día de duración que tendrá lugar el sábado 20 de agosto, comenzando por la tarde, en el espacio Marenostrum de Fuengirola, en Málaga. Algunos de los artistas de los que se podrá disfrutar son Afrojack, Oliver Heldens y KSHMR.

El festival de un día se divide entre dos escenarios, el BEACH STAGE y el RESISTANCE STAGE. En el primero actuarán Afrojack, Oliver Heldens, KSHMR, Acraze, Mykris y los españoles Alex Now y Manu González. Por otra parte, el escenario RESISTANCE lo ocuparán Adam Beyer, Joseph Capriati, Ben Sterling, Blackchild, Melanie Ribbe y Sandro Bianchi.

La marca ULTRA nació en 1999 y ha conseguido expandirse por todo el mundo gracias a ULTRA Worlwide, el proyecto que ha permitido transportar el festival a 29 países del mundo, a los que ahora se suma España. Las playas de la Costa del Sol son el escenario que han elegido los organizadores, celebrándose el evento a apenas 20 metros del mar, a pie de playa.

ULTRA ha prometido que esta primera edición del festival en España «marcará un antes y un después en la historia de la escena electrónica española» y esperan que sea la primera de muchas. Todos los detalles sobre el evento, en la web oficial.

Rigoberta anuncia que dejará los conciertos «un rato largo»

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El programa de este miércoles de La Resistencia se celebró en Ibiza, para celebrar la llegada del verano, y Rigoberta Bandini acudió de invitada para hablar con Broncano sobre su estelar último año y sobre lo que tiene pensado para su futuro.

El presentador y la artista catalana conversaron sobre lo que se suele conversar en La Resistencia, y hablaron sobre Julio Iglesias, su supuesta estancia en República Dominicana y sobre la canción de Caillou, antes de pasar al mensaje importante de la velada. Momentos previos a cantar en directo su gran éxito ‘Ay Mamá’, Bandini dijo que tenía que «explicar una cosa importantísima».

«En octubre voy a hacer el final de la gira, y después me retiro. Me retiro un rato largo.», soltó la artista ante el asombro de los presentes. Pero aclaró que «una cosa es retirarse de los escenarios», y otra diferente es dejar de trabajar, porque «curro va a haber». A continuación, Paula dio algunas explicaciones de su decisión: «La verdad es que ya estoy un poquito hasta el coño de las cosas. Ya no puedo más».

Rigoberta terminó aclarando una vez más que «pronto anunciaremos la gira de otoño, que serán unos conciertos muy especiales, y acabaremos con eso», para cantar de forma seguida ‘Ay Mamá’ y despedir el programa de Broncano. Además, la artista catalana ha confirmado en su Instagram que en otoño sacará una especie de recopilatorio que tendrá «cancioncillas antiguas y nuevas» y que la semana que viene anunciará los últimos conciertos del año, antes de su descanso de los escenarios.

Rosalía avanza 3 canciones inéditas en el MOTOMAMI TOUR

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La última vez que Rosalía actuó de gira fue en diciembre de 2019 en Madrid, en el final del tour de ‘El Mal Querer’. Tras una pandemia y el lanzamiento de uno de los mejores discos de 2022, Rosalía vuelve a los escenarios con el Motomami World Tour, que llevará a la artista a 15 países diferentes alrededor del mundo. La gran gira internacional de Rosalía comenzó ayer en Almería, y aquí te vamos a contar todo lo que sucedió.

El espectáculo empezó fuerte con ‘SAOKO’, precedida por un «estruendoso rugido de motor», tal y como cuenta el diario El Mundo. La artista catalana, vestida de Dion Lee en azul y negro, estuvo acompañada en el escenario por ocho bailarines, que no solo se dedicaban a bailar. El País ha descrito la escenografía del show como «mínima» y el sonido como «crudo», además de una «realización fastuosa» en la que no solo interviene una steadycam que va siguiendo a la protagonista y a los bailarines, sino que también estos mismos, con sus móviles, ofrecen planos de cámara únicos para los asistentes.

En un concierto que tuvo de protagonista indiscutible al disco ‘MOTOMAMI’, del cual sonaron todos los temas, también hubo hueco para canciones como ‘Dolerme’, con guitarra en mano, ‘DE AQUÍ NO SALES’ y ‘De Plata’, para la que se vistió con una gran falda negra de volantes; versiones como la de ‘Perdóname’ de La Factoría o la mítica ‘Gasolina’ de Daddy Yankee, que metió en un medley junto con ‘Papi Chulo’, ‘TKN’ y ‘Yo x Ti, Tu x Mi’, e incluso hubo espacio para tres canciones totalmente inéditas, las cual Rosi ha prometido que verán la luz «en algún momento»: ‘Aislamiento’, ‘Dinero Y Libertad’ y ‘Lao A Lao’.

Rosalía se tomó un momento para honrar a Almería y recordar a David Bisbal y Tomatito, se cortó la punta de las trenzas mientras cantaba ‘DIABLO’, tocó ‘HENTAI’ al piano, se bajó a cantar ‘LA NOCHE DE ANOCHE’ con el público y, de repente, llegó la recta final. En este momento sonaron hits como ‘Malamente’ y ‘Con Altura, acabando la velada con ‘Chicken Teriyaki’, ‘SAKURA’ y, por último, ‘CUUUUuuuuuute’.

La próxima parada del Motomami World Tour es Sevilla, y la gira terminará en París el próximo diciembre. Viendo lo que ha ofrecido Rosalía en Almería, no hay dudas de que estos conciertos no van a a dejar a nadie indiferente.


Metallica vs Carly Rae Jepsen en Mad Cool: de la rivalidad al hermanamiento

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David Moya

Camino a IFEMA, lugar donde era la puesta de largo de Mad Cool tras dos años de parón, el metro iba hasta los topes de metaleros ilusionados con ver a James Hetfield y compañía. Pero había también en el vagón un pequeño grupito cual aldea de Astérix escuchando con el móvil canciones de Carly Rae Jepsen, y entonces se produjo un momento maravilloso…

Uno de los chavales intentó convencer a los heavies para que se ausentasen luego unos minutos de Metallica -coincidían- y fuesen a ver a Carly (“es la del ‘Call Me Maybe‘”) y, ante su negativa, los fans de Carly empezaron a cantar ‘Nothing Else Matters’… y uno de los metaleros empezó a cantar ‘Call Me Maybe’ con su amigo, uniéndose al final los dos grupos en una especie de medley surrealista que acabó dominado por el “hey, I just met you, and this is crazy”. Cuando el metro llegó a IFEMA, escuché cómo el grupo metalero prometía ver un rato a Carly, y los fans de Carly ver un rato a Metallica, respectivamente. ¿Lo harían finalmente? Pues a saber. Pero en cualquier caso fue un momento que refleja estupendamente el poder de la música, y de la pasión de los fans.

Porque los heavies, seguidores fieles por excelencia, y los fans acérrimos de alguien como Carly pueden tener más en común de lo que parece. Aunque a nivel mucho menos mainstream, más nicho, es reconocida también esa pasión y lealtad a la diva pop que ya no está en primera liga, por no hablar del tópico (quizás no tan tópico) sobre la devoción del público marica. Que se lo digan a Kylie. O, mismamente, a Carly Rae Jepsen, a quien confirmamos ayer como una mini-Kylie tanto en aura como en cierto parecido sobre el escenario. Evidentemente las tablas de la australiana no tienen nada que ver, y solo el futuro dilucidará esto, pero hay algo en la carrera hasta ahora de Rae Jepsen y en ese pop hecho con tanto mimo que nos recuerda.

Ataviada con un dos piezas plateado y acompañada de una corista y una pequeña banda que resaltaba su lado funky, la canadiense no tiró de grandes performances, ni siquiera de unas pantallas más bien discretas, sino que se limitó a lo que mejor hace: contagiar su alegría con un repertorio infalible, dominado por temazos de ‘EMOTION‘ y ‘Dedicated‘ como ‘Run Away with Me’, ‘Now that I’ve Found You’, ‘Boy Problems’, ‘Too Much’, ‘Want You in my Room’ o ‘I Really Like You’.

‘Call Me Maybe’ sonó, sí, y el público general empezó a irse tras ella, pero a Carly no le importaba correr ese riesgo y no cerró con ella, sino que guardó dos canciones más para sus fans: ‘Let’s Get Lost’ y la fantástica ‘Cut to the Feeling’. ‘Party for One’, el single fallido de ‘Dedicated’, fue la gran ausencia, aunque la que yo eché de menos fue ‘Comeback’, una de sus mejores canciones (pero no hubo representantes de sus estupendos “Sides B”). Tocar hasta 15 canciones en tan poco tiempo no impidió a Carly interactuar de vez en cuando con el público, ya fuese para bromear sobre que el Julien de la canción resultó ser un capullo, y que prefería dedicarle la canción a cualquier Julián del público, o para hablar sobre las inseguridades antes de ‘Too Much’.

David Moya

Esa es, por cierto, otra de los similitudes (por mucho que decir esto parezca sacrilegio) entre los seguidores de una diva pop y de un grupo como Metallica: las canciones de ambos dan fuerza a sus fans, y se convierten en un oasis donde combatir sus inseguridades (cada una a su manera) y olvidar sus problemas. El éxtasis vivido entre el público de Metallica fue prueba de ello. Los estadounidenses empezaron con más de 15 minutos de retraso, pero para cuando terminó el directo pocos se acordaban de ese detalle salvo que tuviesen que escribir sobre él.

James Hetfield estuvo impecable vocalmente y el escenario principal (con 60 consolas de audio y más de 200 altavoces) hizo justicia a la calidad de la banda, con momentos cumbre desde el mismo inicio, en el que fragmentos de ‘El bueno, el feo y el malo’ aparecían en las pantallas mientras sonaba ‘The Ecstasy of Gold’ de Morricone… y salía la banda para dar comienzo al show con ‘Whiplash’. No esperaron mucho para soltar bombas como ‘Enter Sandman’ o ‘Wherever I May Roam’, o la coreada por miles de personas ‘Nothing Else Matters’, así que pudimos disfrutarlas antes de irnos para ver a Carly.

Andrés Iglesias (Mad Cool)

Corrimos en cuanto ella terminó para no perdernos la traca final, en la que Hetfield y compañía tienen buena fama de irse por todo lo alto. Merecidísima, claro: entre fuego en el escenario y pirotecnia, sonaron ‘Moth in Flames’, ‘Damage Inc.’ o ‘One’, antes de cerrar a lo grande con los casi 10 minutos de ‘Master of Puppets’. No hubo menciones a ‘Stranger Things’, aunque la portada del disco, proyectada como cinemática en las pantallas, podía hacer pensar que sí a quien no la hubiese visto (igual en próximos bolos cae algo si se confirma que estamos ante otro “caso Kate Bush”), pero lo que desde luego hubo fue una energía desbordante y un sentimiento de comunidad a través de la música que el vocalista quiso dejar patente antes de terminar.

Y es que Hetfield pidió que levantasen la mano quienes estaban allí por primera vez (“Metallica virgins, good!”) y quienes les habían visto con anterioridad, respondiendo con un “pues a los vírgenes, bienvenidos a la familia de Metallica”. Y, como toda buena reunión familiar de Nochevieja, la banda se despidió con unos fuegos artificiales más propios de Año Nuevo que de un concierto al uso de festi –porque, evidentemente, aquello no era un concierto al uso de festi-. Como curiosidad, Hetfield quiso volver y decir unas palabras, pero ya le habían cortado el micro, así que el pobre se conformó con agradecer al público usando gestos.

Hablando del efecto ‘Stranger Things’ en el exitazo décadas después de ‘Running Up that Hill’ (estuve a punto de meterla a nivel simbólico en mis propuestas para las mejores canciones de 2022 de enero a junio, es increíble lo que está pasando con ella), estaba la duda de si Placebo tocarían su excelente versión, y cómo respondería el público. Solo pudimos asistir al principio si queríamos ver algo de Alfie Templeman, aunque nos chivan que cerraron con ella. La locura de la serie de Netflix ha llegado también al grupo de Brian Molko, y en el último mes esta versión ha ido subiendo hasta convertirse en su canción más escuchada en Spotify, con más de 100 millones de streams y a punto de superar los 120 de su mayor éxito, ‘Every You Every Me’… ¡que no sonó en ningún momento!

Andrés Iglesias (Mad Cool)

No he encontrado declaraciones al respecto, pero parece que Brian Molko y Stefan Olsdal se han cansado de interpretarla en directo, porque no suena desde 2015. Sí sonó otro de sus clásicos, ‘The Bitter End’, y canciones de otros discos como ‘Special K’ o ‘Too Many Friends’, lead-single del fallido ‘Loud Like Love’. Pero en general lo que hizo la banda fue presentar su último disco, ‘Never Let Me Go‘, y se comprende: es el primer álbum de estudio tras ocho años de silencio. El por entonces aún presente calor y unas pantallas que parecían sacadas del Winamp no ayudaban a levantar al público ante estas canciones menos conocidas, aunque pareció haber algo más de entusiasmo con ‘Beautiful James’ y ‘Sad White Reggae’.

Poco después, Alfie Templeman y su banda intentaban solventar problemas técnicos que les llevaron a empezar con retraso, pero cargados de entusiasmo. El cantante inglés, que nos enamoró con temas ‘Used to Love’ en 2019, acaba de sacar su segundo disco, ‘Mellow Moon’, y de hecho abrió con uno de sus temas, ‘Candyfloss’. Los chicos se vinieron más arriba en ‘Film Scene Daydream’ o ‘Everybody’s Gonna Love Somebody’, aunque no les ayudaba la dudosa acústica del Escenario Seven.

Y es que, igual que la acústica del escenario principal fue muy buena, no se puede decir lo mismo de escenarios como ese o el Región de Madrid: a Carly le jugaron una mala pasada, y con CHVRCHES pasó lo mismo, aunque en ambos casos la solvencia defendiendo su repertorio nos hizo olvidarnos un poco de eso. Los ingleses presentaron en general su último trabajo, el excelente ‘Screen Violence’ y, como curiosidad, entre los asistentes pudimos ver a la directora y actriz Abril Zamora (otras caras conocidas en el festival fueron los influencers Carlos Peguer de ‘La pija y la quinqui’, TheRubiew o Esty Quesada AKA Soy Una Pringada). La banda ha cuidado especialmente la estética en su último disco, y desde luego se podía ver en su líder Lauren Mayberry, con un espectacular vestido tul rojo con volantes que encajaba a la perfección con la majestuosidad de temas como ‘He Said She Said’, ‘Final Girl’ o ‘How Not to Drown’, espectacular (sensacional) con o sin Robert Smith.

Antes de eso, y tras Wolf Alice -programados a las 18.35 de la tarde-, fue el momento de conocer a Dominic Richard Harrison -AKA Yungblud– que sí contó con una acústica a la altura de las circunstancias. El ídolo de masas inglés no solo se aseguró a sus fieles, sino que pudo cambiar gracias a temas como ‘strawberry lipstick’ o ‘fleabag’ alguna que otra mirada más severa de los fans de Metallica que esperaban a su grupo en primera fila. Yungblud, muy emocionado por ir antes de la mítica banda, ha hablado siempre de lo importante que es para él la estética y mezclar lo tradicionalmente asociado a lo masculino y lo femenino, y ayer lo demostró: lo mismo portaba una cadena -candado incluido- en el cuello y se esforzaba por dar una actitud fiera, que llevaba calcetines rosas, se ponía sombra de ojos y marcaba todo con un apretadísimo conjunto de camiseta sin mangas, bermudas y tirantes. Antes de despedirse con una pandereta mientras cantaba ‘loner’ -prácticamente su himno-, Yungblud aseguraba que volvería pronto, “muy, muy pronto” a España.