Precisamente el día en que se emite Operación Triunfo, salen a la luz unas declaraciones de su ex jurado Mónica Naranjo, que se vinculó al formato en 2017 pero no ha querido hacerlo en 2018, que van a traer cola. La intérprete de ‘Europa’ ha dicho que «OT’ es muy rancio», en concreto un formato «muy rancio en el que nadie está contento nunca», y también que es «un coñazo». Naranjo, además, ni planea volver al programa ni ve este año el concurso.
Así lo recoge la revista Lecturas a través de lo que parecen unas declaraciones sueltas hechas ayer en una presentación de Camilo Sesto a la que acudió Mónica, cuya argumentación más larga es la siguiente: «Hay una cosa que es impepinable, si tú quieres ser artista tienes que prepararte, un trabajo como éste necesita disciplina y sacrificio, que los chavales desconocen. Cuando intentas implicar eso en una valoración, la gente no lo entiende. Piensan que ser artista es ser una celebridad e ir a una alfombra roja, y es muy complicado», ha dicho refiriéndose a las reacciones de sus valoraciones a los concursantes de la pasada edición.
Por otro lado, como apunta Vertele, Mónica Naranjo se encuentra grabando un programa sobre sexo por el mundo llamado ‘Mónica y el sexo’, de destino desconocido.
Aprovechando su paso de gira por Reino Unido presentando las canciones de su segundo disco, ‘Chris’, Christine and the Queens no ha faltado a su cita con el Live Lounge en la BBC para, como es habitual, interpretar uno de sus singles y, después, una versión. El sencillo escogido, entre todos los que ha tenido ya el disco, ha sido ‘5 Dollars’, en el que Chris se ha acompañado de una corte de bailarines vestidos de negro y de look en algunos casos bastante andrógino, como es habitual en su carrera.
Pero la noticia ha sido la versión, en la que la cantante no se ha decantado por un hit actual, sino por ‘Kiss It Better’ de Rihanna, una de las canciones incluidas en ‘ANTI’, aún en las listas de éxitos. Cuando llegaba el momento de entonar su estribillo, Christine and the Queens ha incorporado en verdad el icónico coro de ‘Wuthering Heights’, quizá el momento más conocido de toda la carrera de Kate Bush.
Contribuye a la creación de este momento mágico una puesta en escena sobria pero elegante que nos hace salivar por el directo de Christine and the Queens, que sigue sin anunciar fecha en España. ¿Quizá en algún festival?
Devin Lima, integrante del trío estadounidense LFO, famoso por su éxito de 1999 ‘Summer Girls’, que fue top 3 en el Billboard Hot 100 y acumula casi 18 millones de reproducciones en Spotify, ha muerto a los 41 años a causa del cáncer, informa TMZ. Lima padecía un cáncer suprarrenal que le fue diagnosticado en 2017.
Según TMZ, “los doctores descubrieron un tumor del tamaño de una pelota de fútbol situado en la glándula suprarrenal de Devin que empujaba hacia varios órganos, entre ellos el corazón. Los doctores extirparon el tumor y descubrieron que era maligno, y resultó que era cáncer en estadio 4”. Devin planeaba salir de gira con LFO en 2018 antes de serle descubierta la enfermedad.
LFO (no confundir con el grupo británico de tecno del mismo nombre) fue uno de muchos grupos de pop americanos que triunfaron a finales de los 90 y principios de los 2000 con el auge del teen-pop y el rap. Su mayor éxito, ‘Summer Girls’, mencionaba iconos de la cultura popular como Macaulay Culkin, Beastie Boys, Shakespeare, ‘El color púrpura’ o la “comida china” y fue parodiado por Eminem en su hit ‘Marshall Mathers’. Otros éxitos del grupo fuero ‘Girl on TV’ y ‘Every Other Time’.
Brad Fischetti, ya el único miembro original superviviente de LFO (el tercer integrante, Rich Cronin, falleció a los 35 años en 2010 debido a la leucemia) ha dado la noticia: “desearía tener mejores noticias que compartir, pero son noticias devastadoras. Al mismo tiempo, no ha habido nadie que haya conocido más fuerte que Devin Lima. Nadie ha tenido un cuerpo, una mente y un alma más fuertes”.
M80, una de esas emisoras de radio que has escuchado “toda la vida” en casa o en el coche de tus padres, dedicada a los clásicos del pop y el rock, echa el cierre tras 25 años en antena. El motivo del cierre según varios medios han sido los malos datos de audiencia que ha venido produciendo la emisora en los últimos tiempos.
A partir de este miércoles a las 18.40, M80 se transformará en LOS40 Classic, una emisora derivada de Los 40 Principales centrada, como M80, en grandes éxitos de toda la vida, pero en este caso han sido éxitos de Los 40 Principales. Según El País, “LOS 40 Classic nace con el convencimiento de que hay generaciones enteras de oyentes que han crecido con grandes vínculos emocionales con la marca LOS40”, por lo que “su programación estará basada en los grandes éxitos de LOS40 a lo largo de su historia, con especial foco en las décadas de los 80 y 90”.
Aunque M80 se caracterizaba por emitir canciones de pop y rock clásicas, como las que comentamos en un artículo durante una escucha de la emisora en 2010, la emisora era conocida también por sus divertidos programas de entretenimiento, como ‘Gomaespuma’ o ‘No somos nadie’, que presentó un Pablo Motos que entonces todavía no había dado el salto a la televisión. Muy queridos fueron también programas musicales como ‘La gramola’ o ‘Plasticos y decibelios’ o los varios espacios de música más alternativa que presentó Santiago Alcanda (ahora en Radio 3), entre ellos ‘Canciones secretas’ y ‘M80 Delicatessen’.
El 30 de enero de 2019 se entrega el anual Premio Ruido, que premia el mejor disco español del año. En las anteriores tres ediciones, el galardón ha ido a parar a ‘Voces del extremo‘ de Niño de Elche (2015), ‘Salve discordia‘ de Triángulo de Amor Bizarro (2016) y ‘Los Ángeles‘ de Rosalía & Raül Fernández “Refree”, y dos de estos artistas aparecen entre las 12 nominaciones de los premios reveladas este mediodía.
Premio Ruido está creado por la PAM (Asociación Profesional de periodistas especializados en música), e inspirado por galardones internacionales como el Mercury o el Polaris. Han presentado las nominaciones este mediodía en Madrid los integrantes de Triángulo de Amor Bizarro, que además han presentado en vivo 4 canciones.
El festival Cara•B, especializado en “cultura musical independiente y urbana”, vuelve un año más a la Fàbrica Fabra i Coats de Barcelona con un cartel que, ya en su primera tanda de confirmaciones, reunirá a muchos de los nombres más populares y representativos de la escena independiente de nuestro país, sobre todo en el terreno del trap y el urban.
Entre los nombres confirmados se encuentran Pimp Flaco & Kinder Malo, el famoso dúo de traperos autor de canciones como ‘Chulo flaco’ o ‘Tsimugi’; los gallegos Novedades Carminha, que el año que viene vuelven con su cuarto álbum tras el éxito de ‘Campeones del mundo‘; el integrante de Agorazein Sticky M.A., que este año ha triunfado en solitario con su mixtape ‘Las pegajosas aventuras de Sticky M.A.‘; y la barcelonesa La Zowi, que esta semana ha vuelto con un nuevo single llamado ‘Putas’ que reinterpreta ‘Moonlight’, uno de os mayores éxitos del fallecido XXXTentacion.
Se suman a todos estos nombres también Putochinomaricón, cuyo debut de tiros pop radiactivos ha publicado este año Elefant; el prolífico Pedro LaDroga, La Plata, el grupo de punk madrileño autor del gran ‘Desorden‘; y el dúo formado por Soleá Morente y Napoléon Solo, que presentan el fascinante ‘Ole Lorelei‘. La totalidad de la quinta edición de Cara•B se desvelará en las próximas semanas. De momento, ya está disponible en la web del festival la primera tirada de abonos limitados a precio reducido de 30 euros, hasta agotar existencias.
Billie Eilish ha triunfado este año con ‘lovely’ con Khalid y otros singles como ‘when the party’s over’ y ‘you should me in a crown’ que avanzan -parece- el que será su próximo proyecto tras el éxito en 2017 de su primer EP, ‘don’t smile at me‘.
A sus 16 años, Eilish es una de las artistas más populares que ha producido el pop alternativo en la era del streaming, por lo que a nadie debería extrañar que termine colaborando con grandes marcas como Apple. Y eso es precisamente lo que ha hecho. La cantante de Los Ángeles ha compuesto un tema para el nuevo anuncio navideño de Apple, que cuenta la historia de una chica joven que teme compartir sus escritos con el mundo, y para el que no se podría haber realizado una animación más cuca.
La canción en cuestión, ‘come out and play’, es otra de esas miniaturas de pop acústico intimista de Eilish, esta vez con menciones al café por las mañanas y un sonido en el que conviven pisadas en la nieve, coros y guitarras acústicas, en un estilo similar a los islandeses múm. “Sé que te pone nervioso pero te prometo que vale la pena”, canta Eilish. “Muéstrame todo lo que tienes en tu interior, no lo escondas”.
Hace tiempo que te hablamos de The Aces, un cuarteto femenino muy comparado con Haim, en concreto recomendándolas en nuestro especial veraniego «Lo más sabrosón» de 2017. Desde entonces, grandes cosas han pasado para el grupo, que ni siquiera ha terminado incluyendo aquel ‘Physical’ de su EP ‘I Don’t Like Being Honest’ en su disco largo de debut, que ha llegado al mercado este año.
‘When My Heart Felt Volcanic’, que sí incluye una versión renovada del que ha terminado siendo su himno más emblemático, ‘Stuck’, puede recordar a las Haim más pop e inmediatas (‘Lovin Is Bible’), pero también hay ecos de Chic y las guitarras funky de Daft Punk (‘Bad Love’); incursiones electropop que podrían haber firmado Ladyhawke o Monarchy (‘Put It On The Line’); punteos a lo Two Door Cinema Club (la citada ‘Stuck’); himnos de synth-pop a lo Chvrches (‘Volcanic Love’) y alguna balada al piano a lo Taylor Swift (‘Hurricane’).
Canciones como ‘Waiting for You’ o ‘Fake Nice’ han tenido un considerable éxito en las plataformas de streaming, y hay que señalar que el grupo se ha atrevido a hacer una «Spanish version» de su canción ‘Last One’, el que es hasta ahora su último sencillo. «Tú me robaste el sueño muchas noches, pero no más / traté de echarte, pero en mis canciones vuelves a estar», comienza diciendo su tema entonado en la lengua de ‘Despacito’, mientras el estribillo no tiene pierde: «esta es la ulti, esta es la ulti, esta es la última». ¡Si parece una canción de Astrud!
Actualización: Los conciertos de The Aces en España de este fin de semana han sido cancelados.
Second son otro de esos grupos nacionales a los que ha venido de perlas la locura de oferta festivalera para consolidar su propuesta entre decenas de conciertos y millones de reproducciones en streaming. En su caso han ido haciéndose famosos sonando cerca de Héroes del Silencio (por las letras rocambolescas, casi impenetrables, y algún ademán histriónico de su líder Sean Frutos) y de las bandas afines que han crecido más o menos a la par que ellos (Izal, Love of Lesbian) o han llegado después (sus colegas de Shinova).
‘Anillos y raíces’, su nuevo álbum, ha sido producido por Raúl De Lara después de un año de retiro que no ha sido tan sabático como ellos querían: simplemente han decidido retirarse de la carretera para componer, pero en realidad no han parado más que 15 días entre composición, grabación y otros compromisos desde que terminaran de promocionar ‘Viaje iniciático‘, su trabajo de 2015. Esta es una nueva entrega de 10 canciones, como ellos las llaman, «oscurobailables», seleccionadas entre casi una cuarentena de pistas aspirantes, que reinciden en virtudes y defectos.
Entre los segundos, esas letras sobrecargadas de «veranos de muros derribados», «vendas en el alma» y «noches viendo cine japonés subtitulado», y composiciones que reciben títulos tan complicados de decir en voz alta como ‘Contra viento y pronóstico’ o ‘Entre versos de placer’. Sigue habiendo algo obtuso en su manera de escribir que, después de tantísima imagen y metáfora y de tanta afectación, siempre requiere de una nota a pie de página. Si sabemos que ‘La suerte de tu piel’, escrita junto a Josete Villanueva, habla sobre una pareja interracial, es por una entrevista radiofónica, no porque la letra nos lo sugiera. Entre las virtudes, de nuevo, su habilidad para construir una canción con un estribillo pegadizo o unos arreglos que la realcen. Aunque el final de ‘Sonará en todas partes’ es demasiado Love of Lesbian, y el de ‘¿Quién pensaba en eso?’ algo estridente; están el atractivo juego de guitarras y sintes de ‘En otra dimensión’, los teclados que te introducen en ‘Alguien tiene que hacer algo’, la bonita guitarra a lo The Edge de ‘Teatro infinito’ o la agresiva del inicio de ‘Contra viento y pronóstico’; pero lo mejor es el piano de ‘Nuestro lado de la ciudad’ y sus vientos del final, elevando la segunda parte del álbum y recordando a los mejores Standstill.
Calificación: 5,5/10 Lo mejor: ‘Nuestro lado de la ciudad’, ‘En otra dimensión’, ‘Alguien tiene que hacer algo’ Te gustará si te gustan: Izal, Standstill, Love of Lesbian Escúchalo:Spotify
Pusha T, que este año ha publicado ‘DAYTONA‘, uno de los discos producidos por Kanye West, se encontraba anoche ofreciendo un concierto en Toronto cuando el show hubo de verse interrumpido por una pelea colectiva. Algunos asistentes invadieron el escenario, lo que desencadenó una pelea encima de las tablas y también entre el público.
Según informa Pitchfork, Pusha-T no sufrió agresión alguna y pudo abandonar el escenario durante el alterado, después de haber animado a la gente a tirarle cerveza. Algo que como se puede ver en uno de los vídeos, se produjo. La policía de Toronto ha confirmado los altercados, que propiciaron que tres personas tuvieran que ser llevadas a un hospital con heridas leves. El intérprete de ‘If You Know You Know‘ pudo volver al escenario después del incidente para interpretar su tema ‘Infrared’.
‘Daytona’ llegó a ser número 3 en el Billboard 200 durante su semana de salida, pero finalmente solo resistió 7 semanas en lista.
Rapper Pusha T was attacked on stage at Toronto’s Danforth Music Hall tonight. He accused Drake of paying people to throw beer at him pic.twitter.com/tvf3Rb2Hss
Parecía que Johnny Marr jamás iba a dejar de ser el lugarteniente/colaborador de lujo de montones de bandas (de The The a Modest Mouse, pasando por Pet Shop Boys o The Cribs). Pero una vez que se ha decidido a afrontar su carrera en solitario, no ha habido freno. Tres discos en cinco años lleva ya el mítico guitarrista. Tres discos… y poca evolución. Las críticas de sus anteriores álbumes y la de este podrían ser intercambiables, como intercambiables son sus canciones. Temas resultones, de recio pop-rock británico, debidamente contundentes, con ese deje épico tan de principios de los 2000, bien comandados por los guitarrazos de Marr. Mientras, su voz sigue recordando ora a Morrissey ora a Bernard Sumner (excolegas y grandes influencias).
Otra vez, los medios tiempos y los temas poderosos se alternan. ‘Call the Comet’ está bien surtido de canciones efectistas que pretenden ser himnos, en que recuerdan a los New Order de ‘Crystal’ en ‘The Tracers’ o en ‘Actor Attractor’, en que hasta parece que Sumner le esté haciendo los coros y que los sintetizadores repliquen ‘Blue Monday’ en segundo plano. De nuevo, las piezas más lentas se erigen como vencedoras, al menos en pervivencia en la memoria. Empezando por ‘Rise’, con la que arranca este ‘Call the Comet’, donde The Smiths se topan con la épica “dosmilera”, pero con el puntito de sentimiento que la hace poderosa a pesar de todos los clichés. Como a los Smiths más melancólicos también recuerda en ‘Hi Hello’, en que parece que se vaya a arrancar en cualquier momento con ‘Some Girls Are Bigger than Others’. Y, aun así, de las canciones más bonitas del disco (y de su carrera en solitario). El guión se lo salta pocas veces. Quizás cuando se atisban breves destellos de Talking Heads en ‘Bug’. O en el acercamiento hasta el territorio de The Go-Betweens en ‘Day In Day Out’.
Lo temas se hacen algo farragosos y reiterativos hacia el final, a partir de ‘Actor Attractor’. Ese es el gran lastre de este ‘Call the Comet’: su duración excesiva. Y eso que sólo contiene doce temas. Un par de cortes menos, mayor brevedad y le hubiera salido un disco sabrosón y bastante redondo. Cierto es que, a estas alturas, Marr sabe quién es y no pretende más que ofrecer un producto digno. Como cierto es que no va a lograr trascender, más allá de su indiscutible maestría como guitarrista. Mucho me temo que, en su inminente visita a nuestros escenarios, nadie le va a estar reclamando estas canciones. Johnny Marr actúa hoy 21 de noviembre en Madrid y el lunes 26 en Barcelona.
Calificación: 5,8/10 Lo mejor: ‘Rise’, ‘Hi Hello’, ‘New Dominions’ Te gustará si te gusta: Electronic, el último Morrissey, los New Order de ‘Get Ready’
Miss Caffeina han estrenado esta noche su nuevo vídeo, correspondiente a la canción ‘Merlí’, el primer single de su nuevo disco, ‘Oh Long Jonson’, previsto para principios del año que viene. El vídeo dirigido por NYSU alterna imágenes homoeróticas con otras vinculables a la música disco, otras protagonizadas por niños que buscan ser ellos mismos (de lo que habla la canción), otras como salidas de una comedia de Sitges y otras un tanto random. ¿A qué se debe todo esto? Se trata de un homenaje a los Stories de Instagram (el álbum hablará sobre internet), como explica NYSU en el sumario de Youtube: “Lo único que Miss Caffeina me pidió para este vídeo fue que tuviera un regusto 90s y que hablara de la forma en la que nos comunicamos en el 2018. Pensé mucho en la función del videoclip dentro de unas redes sociales con contenidos cada vez más breves y precisos. ¿Hasta que punto un videoclip debe durar 3 minutos cuando en la red nos comunicamos con sms y extractos de 15 segundos? Eso me llevó a plantear un formato donde convivieran porciones de muchos videoclips inacabados en uno solo. “Merlí” es un videoclip, pero puede desmembrarse en diferentes formas: teasers, píldoras, memes, slideshows… Más que en una pieza cerrada pensé en una galería de “stories” donde las “historias» ni empiezan ni concluyen sino que, simplemente, existen durante 10 o 15 segundos.”
Antes de que conociéramos el vídeo, el tema se estrenaba en Radio 3, en concreto en el programa de Virginia Díaz, y Alberto Jiménez explicaba por teléfono tanto el concepto del single como del álbum, los cuales tienen una relación directa con el videoclip. Podéis escucharlo todo en el podcast de 180 grados, en torno al minuto 35 de programa.
El nombre de ‘Oh Long Johnson’ se debe al viral de un gato que parece que habla y dice eso mismo, «Oh Long Johnson». Alberto ha indicado que con ello han querido reflexionar sobre cómo «cosas absurdas nos hunden, vivimos en el mundo ridículo y absurdo de las redes y no estamos atentos a las cosas importantes». En cuanto al single ‘Merlí’, está inspirado en la serie catalana del mismo nombre porque «todos necesitamos un Merlí que nos guíe espiritualmente». La serie fue emitida por TV3 antes de ser adoptada por laSexta y Netflix, lo que explica que el pre-estribillo de la canción esté en catalán. El tema es un medio tiempo electropop de corte ciertamente espiritual, siendo el estribillo «he perdido el tiempo buscando en los demás lo que no me deja ser libre / He buscado excusas para no mirar lo que hay aquí dentro».
Jiménez también ha explicado que han vuelto a trabajar en este álbum con el productor Max Dingel, el productor de ‘Detroit‘ y ‘De polvo y flores’, si bien ha hablado de la versatilidad del productor y de «evolución». «Puede ser una evolución de ‘Detroit’, pero hemos querido salirnos de donde estábamos cómodos y sentirnos un grupo nuevo».
Disco a disco, Rusos Blancos se han consolidado como una garantía de buenas canciones de pop ecléctico, arreglado con gusto y con letras mordaces y divertidas sobre el amor y el sexo en la era de las apps de ligoteo. Después del notable subidón de popularidad experimentado con ‘Museo del romanticismo’, semanas atrás llegaba el más reciente capítulo de esta saga del grupo madrileño: ‘Bailando hacia el desastre‘, un nuevo álbum que esta vez ha contado con producción de Paco Loco y arreglos de Joaquín Pascual.
De estas nuevas canciones, de su gestación y de su nuevo estatus como nombre cada vez más frecuente en festivales y con canciones que cuentan sus streamings por decenas e incluso cientos de miles, hablamos con Manu Rodríguez y Javier Carrasco (Betacam), artífices fundamentales de letras y composiciones, días antes de que Rusos Blancos lleven a cabo la puesta de largo de este nuevo disco: será este jueves, 22 de noviembre, en la Sala 0 del Palacio de la Prensa de Madrid.
Una postura clásica de los grupos –y no me cabe duda de que se dice con sinceridad– es que su nuevo disco es el mejor de su carrera. ¿Es ‘Bailando hacia el desastre’ el mejor disco de Rusos Blancos?
Manu (M): «No me gusta mucho pensar en los discos en esos términos. Que sea el mejor o no, hasta cierto punto me da igual, además de que existen infinitas características con las que llenar de significado a ese mejor vacío. Lo que sí que me importa, y mucho, es que nos refleje fielmente como grupo. Pienso en los discos como si fueran fotos de un momento determinado de nuestra existencia y me planteo “¿me reconozco en ellas?” Porque, siguiendo con el símil de las fotos, en ocasiones sucede que te sacas una en la que estás estupendo, pero no te reconoces en ella. No eres tú (y que se lo digan a los usuarios de Tinder, Grindr, etc., los sustos que se han llevado al descubrir al sujeto detrás de la foto)».
«Nosotros tenemos la suerte, creo yo, de que podemos sentirnos muy reconocidos en cada uno de nuestros discos (menos en el primero, quizás, que se nota mucho que aún dábamos palos de ciego intentando encontrar nuestra voz). Reflejan muy bien lo que somos o éramos en aquel momento, de manera bastante honesta, con nuestros defectos pero también con nuestras virtudes, que cada vez sabemos potenciar más. Nos vamos sacando partido».
Javi (J): «Yo no sé si es el mejor (eso lo decide la crítica, el tiempo y, en el fondo, cada uno en su cabeza), pero sí creo que tiene algunas de las mejores canciones que hemos hecho nunca».
¿Por qué contasteis con un arreglista, Joaquín Pascual –que en el pasado fue vuestro productor–, y un productor como tal, repitiendo con Paco Loco? ¿Qué buscabais así?
M: «Había dos razones fundamentales para volver a contar con Joaquín, y la primera y principal era más bien emocional, más allá de lo muchísimo que aporta a nivel técnico y creativo también. Después de haber grabado ‘Museo del romanticismo‘ con Joaquín y que fuera el disco con el que más éxito habíamos tenido, hasta cierto punto me parecía algo feo no seguir contando con él de alguna manera, que siguiera formando parte de Rusos, porque le estamos muy agradecidos. Pero teníamos claro que queríamos volver a grabar con Paco, que el disco que queríamos hacer tenía que hacerse con él y en su estudio. Por suerte, Paco y Joaquín son súper amigos, y además coincidió que durante los días que lo grabamos Joaquín se había instalado unos meses en el Puerto de Santa María. Así que tenía que formar parte del disco, lo que nos lleva a la segunda razón, la creativa, que es que si él era el responsable de los arreglos de cuerda, nos sacaría un poco del «sota, caballo y rey» que solemos hacer en ese sentido y nos daría un extra diferente».
J: «De estos asuntos habitualmente me encargaba yo, con los inputs del resto del grupo y quien fuese el productor, en este caso, Paco. Pero para este disco yo llegaba con la lengua fuera, exhausto: venía de hacer el disco de Templeton (qué bonito nos quedó y en qué poco quedó…), de editar por fin el mío, del EP que sacamos en verano… Así que el pozo estaba bastante vacío».
¿Y se han cumplido vuestras expectativas?
J: «Un poco sí me apetecía que alguien externo le metiese mano a las canciones. Lo cual no quitó que yo propusiera mis propios arreglos y hasta me enfadase un poco cuando “ganaron” los de Joaquín. Ahora escucho mis ideas, las comparo con las de Joaquín y no hay color. Fue una gozada verle dirigir las cuerdas y los vientos».
Personalmente pienso que es una auténtica delicia lo que hay en el fondo musical de este disco, los detalles de la producción, coros, capas, arreglos… Y en ese sentido pienso que sí que es vuestro mejor disco. ¿Os da rabia que la gente se quede sólo con lo del «folleteo», los ripios y demás? ¿O es normal?
M: «Muchísima, la verdad. No lo puedo negar. (risas) A ver, que tampoco es que todo el mundo se quede solo con eso. Tenemos otros fans (los más fans, de hecho) que sus canciones favoritas suelen ser otras, pero sí es cierto que el público más general se acerca a nosotros por eso que tú dices, y hasta cierto punto es normal. Entiendo que se me da medio bien escribir sobre sexo y relaciones amorosas en general, que tengo cierto talento para conectar con la gente cuando lo hago, y al tratarse de asuntos tan íntimos, es normal que la gente se vuelque cuando se siente identificada con las canciones. Lo agradezco y me parece una pasada la cantidad de gente que se me acerca para decirme “parece que estés hablando de mi relación”. Es muy bonito eso».
«Pero a la vez, con este disco sentía que ya habíamos hecho eso y lo habíamos hecho bien, así que quería ir por otro camino, escribir letras más vulnerables, sin coartada cínica o cool, más narrativas… Porque si seguíamos con lo mismo, podíamos acabar convertidos en una parodia de nosotros mismos, acabar en un rollo canallita que detesto. No quiero que nuestras canciones puedan acabar pareciendo una playlist de una despedida de soltero».
«Nos encanta revolcarnos en ese terreno AOR y de baladita de puño apretao»
Los arreglos de ‘Ten cuidado, te vas a enamorar’, sin ser mi canción favorita, me parecen una auténtica pasada. ¿Sentís que habéis echado el resto en ese apartado, que habéis alcanzado una cumbre?
J: «Nos encanta revolcarnos en ese terreno AOR y de baladita de puño apretao. Le llevamos a Paco una canción bonita, pero bastante plana. Entre él y Joaquín (y los coros de Pablo Errea, qué cosa más bonita) la llevaron a la estratosfera melódica. Además, en esa canción está uno de nuestros momentos favoritos: el glissando descendente de violines del 3:30, que Paco decía que le recordaba a los gérmenes del mítico anuncio de Pato WC. (risas)»
Y ese esmero, ese crecimiento, ¿es consecuencia de que no quedasteis tan satisfechos con ese aspecto en ‘Museo del Romanticismo’?
M: «Yo no diría eso. En «Museo» buscábamos otra cosa, un disco más oscuro, más recogido, y no usamos nada de orquestación en él (de hecho es el único nuestro en el que no hay nada de cuerdas, ni casi vientos). Y en este, entre que teníamos más presupuesto, que se dio la coincidencia de Joaquín y Paco en el Puerto, que teníamos canciones a las que les pegaban esos arreglos… pues decidimos darnos el lujo».
El próximo 22 de noviembre presentáis formalmente ‘Bailando hacia el desastre’ en directo. ¿Cómo enfocáis el traslado de esos arreglos al directo? Porque supongo que no queda otra que sacrificar un poco los matices, ¿no es así?
J: «Cuando presentamos ‘Tiempo de nísperos‘ quisimos hacerlo a lo grande, con violines reales que tocaron Ana Galletero y Jordi Montero. Esta vez vamos a sacrificar la “autenticidad” en pos del show y de lo práctico. Vamos, que lo llevaremos grabado, sí… Los matices los propondremos nosotros, no tanto los músicos adicionales».
En cuanto a las letras, la sensación es que habéis encontrado un poco una voz totalmente propia. Casi leyendo una letra, sin música, podríamos decir “es de Manu”. Es para sentirse orgulloso, ¿no?
M: «Lo cierto es que es algo de lo que yo, personalmente, y creo que todo el grupo, nos enorgullecemos mucho. Creo que sí hemos conseguido construir esa personalidad propia que dices a lo largo de los discos, que nos hace muy fácilmente reconocibles e incluso crea cierta continuidad en las historias de las canciones entre disco. Contribuye a que las canciones se vean como un todo, más que como una simple suma de historias, y es me gusta mucho».
Aunque, del mismo modo, ¿no resulta difícil escribir al estar siempre circunscrito en ese tipo de temática? ¿De dónde se saca la inspiración cuando no vives en primera persona el conflicto, la tristeza, la euforia…?
M: «Sí y no. Por un lado, al existir esa continuidad de la que te hablaba antes, a la hora de escribir una canción nueva digamos que el contexto ya está creado y el personaje presentado, con lo que eso te lo ahorras. Pero sí que existe el riesgo de repetirte, de cómo hablo de esto otra vez sin que sea la misma canción de siempre. Por eso también para este disco quise alejarme un poco de esa temática, o abordarla de manera más narrativa, a través de historias más que de canciones introspectivas. Así, ‘Primero de mayo’ no deja de ser una canción de amor como otras que puedo haber escrito, pero el contexto social en el que ocurre le da un rollo distinto. O con ‘¿Qué somos ahora?’, que alguien nos comentaba que es casi una segunda parte de ‘Tus padres, tu novio, tú y yo’, y que de hecho tiene un estilo y unos giros coloquiales muy típicos nuestros. La idea era un poco recuperar ese tipo de historia, pero donde antes el fin del amor o el amor no correspondido parecía un drama, aquí quería contar que dos personas pueden seguir queriéndose y siendo felices juntos más allá del amor romántico».
«Por lo general es más difícil hacer canciones desde la felicidad, porque cuando estás mal las canciones te salen solas»
Pregunto esto porque, aunque hay bien de mala baba por ahí, en general las letras de ‘Bailando…’ parecen más benevolentes para con las relaciones amorosas. ¿Os ha ablandado el amor? ¿Es difícil sacar la mordacidad al crear cuando en casa las cosas están razonablemente bien?
M: «Pues algo de eso hay también, porque después de tantos años en que en todas las entrevistas me preguntaban si podría seguir haciendo canciones cuando fuera feliz y tuviera una relación estable, ahora que estoy en esa situación desde hace un tiempo lo veía como un reto. Y sí que es cierto que por lo general es más difícil hacer canciones desde la felicidad, porque cuando estás mal (al menos yo) las canciones te salen solas porque tú mismo intentas comprender lo que te pasa. Es como una forma de autoanálisis que a mí me sale de manera automática, quiera o no. Mientras que la felicidad, simplemente se disfruta. Nadie quiere ponerse a buscarle explicaciones, no sea que se joda».
«Ahora bien, también me sorprende que resaltes tanto ese espíritu más benévolo a la hora de tratar las relaciones, porque cuando me pongo analizarlas, como mínimo hay tres en las que se habla o parte de discusiones dentro de la pareja. Y es que creo que lo que sí que hay en ellas, en todo el disco en general y no solo en las canciones de temática amorosa, es unas ganas de luchar para salir adelante. Y me parece muy bonito que eso se transmita al oyente».
«Sí que hay bastante tiranía en el tema de las reproducciones (en plataformas de streaming), porque algo tan aleatorio como entrar o no en una lista editorial puede hacer que un tema se dispare y eclipse al resto»
Ahora que habéis alcanzado ese nivel de grupo-que-cuenta-por-decenas-de-miles-las-reproducciones-de-Spotify, ¿os encontráis mirando qué canción sube o baja, si alguna os ha decepcionado en respuesta… o pasáis porque no está bajo vuestro control? ¿Hay cierta tiranía en eso?
M: «Yo soy muy friki en eso y lo miro muchísimo. Y es que me sirve para sacar muchas conclusiones de qué canciones llegan y cuáles no. Que en ocasiones me sirve para plantearme qué podríamos haber hecho diferente y en otras no cambiaría nada aunque tenga poquísimas escuchas. O incluso en ocasiones te sirve para que canciones que te pueden gustar mucho, pero que no crees que vayan a llegar mucha gente, te sorprendan. Por ejemplo ‘Blablacar’, del EP anterior, tiene muchas escuchas para ser una canción de temática poco usual y no haber tenido ninguna promoción específica ni ser single. O ‘¿Qué somos ahora?’ ha funcionado sorprendente bien, casi cien mil escuchas ya, para ser una canción tan delicada, medio tiempo, cero hit o festivalera».
J: «Es muy guay cuando algunas canciones cobran vida propia y trascienden su “sitio natural”. Me hace mucha ilusión que ‘¿Qué somos ahora?’ esté donde esté. Es mi favorita del disco. Pero como dices, sí que hay bastante tiranía en el tema de las reproducciones, porque algo tan aleatorio como entrar o no en una lista editorial puede hacer que un tema se dispare y eclipse al resto. Y esa tiranía la sufren no solo las canciones difíciles o más pequeñas, sino incluso los singles. En nuestro caso, por ejemplo, muchas de las canciones previas a “Museo”, canciones que igual son mucho más instantáneas o incluso comerciales –propias de festivales vamos–, quedan en segundo plano porque entonces teníamos menos presencia o repercusión. Así, no aparecen en el top 10 del grupo y el oyente nuevo u ocasional, nunca llega a ellas».
Y al final, ¿eso se traduce en más repercusión? ¿Más bolos? ¿Más festivales? ¿O no es significativo? ¿Habéis llegado a alguna conclusión?
J: «No sabría establecer una correlación. Casi todo lo que dices de mayor repercusión, más bolos y festivales también se lo debemos a Intromúsica, nuestro sello. Como mucho, notas al tocar qué canciones son más populares, que suelen corresponderse con el Top 10 de Spotify…»
M: «Conclusión, como tal, ninguna. Pero creo que sí que ayuda a que toquemos más, a que más festivales nos llamen y a que más público se acerque a vernos. Desde que sacamos «Museo» hasta ahora, hemos tocado más que nunca antes y la verdad es que cada vez hay más gente y, sobre todo, gente que se sabe las canciones de pe a pa. Yo voy a todos los sitios con un síndrome del impostor de aúpa, pensando “ya verás, nos han programado a la vez que estos y ni va a haber nadie…” o “tocamos a una hora que todo el mundo estará en noséquién…”. Y lo cierto es que no paro de sorprenderme con las respuestas que encontramos».
Repasando la playlist de influencias que publicamos en la web, debo decir que lo de Queen no lo vi venir, a pesar del bajo sintetizado. Es una referencia que en otros tiempos sería inconfesable. Como fans de la música, ¿no os parece guay que ya no haya que callarse tal o cual nombre por miedo a quedar mal, cutre, loser, lo-que-sea?
J: «La verdad es que sí. Ahora todo el mundo puede agruparse en torno a intereses que antes podían parecer inconfesables. Se pierde un poco la sensación de ser el único que escucha esto o lo otro, pero se gana en sentido de comunidad».
«La inmensa mayoría de los grupos de nuestra escena estamos igual: a medio camino entre el supuesto éxito y la posibilidad real de dejarlo para siempre»
¿Cuántas veces os habéis felicitado por no haberlo dejado después de ‘Museo del Romanticismo’, como en algún momento os planteasteis?
M: «Me alegro mucho de no haberlo dejado, porque yo no querría dejar de hacer música nunca. Ni dejar a Rusos nunca tampoco, si es posible. Pero lo cierto es que ese fue un comentario que de alguna manera se ha magnificado, en el sentido de que tampoco es que nos sentáramos a hablarlo ni nada. Nadie dijo “oye, que después de este disco lo dejamos”, sino que era algo que podía estar latente y de que lo todos éramos conscientes, pero como lo somos ahora. Lo jodido es que en la música existe tal estado de precariedad e incertidumbre, que casi cualquier grupo que lleve unos pocos años y un par de discos está al borde de irse a la mierda casi como estado natural de las cosas. Si lo piensas, la inmensa mayoría de los grupos de nuestra escena estamos igual: a medio camino entre el supuesto éxito y la posibilidad real de dejarlo para siempre».
¿Y cómo surgió aquello de grabar ‘Algo nuevo, algo viejo, algo prestado’ con Julio de la Rosa, aunque no sé si ejerció de productor? ¿Qué os aportó él?
J: «Nos aportó una visión totalmente nueva, unos timbres también novedosos y por fin alguien hizo una cosa que yo solía hacer bastante con Rusos: grabar una base mínima de la canción y vestirla a mi bola. Esta vez fue Julio el que se quedó a gusto».
M: «De hecho, creo que nunca hemos delegado tanto nuestras canciones como en ese EP. Porque aunque hayamos trabajado con productores muy buenos como Paco o Joaquín, nosotros siempre hemos mantenido mucho el control sobre qué hacer y qué no. Mientras que, en este caso –salvo con ‘Tampoco nos hemos querido tanto‘, que sí la llevábamos muy hecha de casa–, en el resto de las canciones hay tanto de Julio como de nosotros. Se puede hablar casi de una co-autoría, más que de una simple producción».
De ese EP, precisamente ha tenido una repercusión importante ‘Tampoco nos hemos querido tanto’. ¿Os lo esperabais?
M: «No sé si al nivel que luego lo ha hecho, pero hasta cierto punto sí. Es de esas canciones que, cuando estábamos en casa de Javi haciéndola, desde el principio vi claro que era guay. Que luego la repercusión nunca sabes la que va a ser, pero sí sentís que tenía algo especial. La melodía es muy pegadiza, la música muy saltarina… Y estoy muy orgulloso de la letra, la verdad, porque con todas las canciones de glorificación al sufrimiento amoroso, al desgarro romántico que hay en el pop (a lo que también hemos contribuido nosotros), me alegra haber escrito una que lo relativice y desdramatice. Que nos hemos querido y tal, pero no vamos a andar sufriendo por las esquinas, que no merece la pena».
«[Sobre montar los setlists para los conciertos] Es como lo de la alineación de Toshack y los «mismos once cabrones de siempre»»
Y, con la cantidad de hits (o, como mínimo, intrahits) que ya acumuláis, ¿os es cada vez más difícil hacer los setlists? ¿Hay tortas entre vosotros? ¿Qué disco o discos son los más sacrificados?
J: «Calla, es agotador. Entre no querer dejar fuera canciones míticas y recuperar algunas que eran muy disfrutonas de tocar hay una tensión insoportable. Además, cada uno tiene sus favoritas y, como dice el dicho, “lo que para uno es alimento, para otro es veneno”, o algo así.
Por distancia emocional y musical se suelen quedar más canciones fuera de ‘Sí a todo‘ y de ‘Tiempo de nísperos’. La verdad es que me encantaría volver a tocar algún día canciones tan tontorronas y tan divertidas como ‘Gorka o Cabano’ y ‘Oro, disfruto'».
M: «A mí me pasa igual, pero es como lo de la alineación de Toshack y «losmismos once cabrones de siempre», que es una broma que Javi y yo nos hacemos mucho. El día que empiezas a pensar en la gira quieres recuperar siete canciones antiguas. Luego, que si tú quieres tocar estas, yo estas otras… Al día siguiente, que cómo vas a dejar este single con lo guay que es, o esta otra con lo bien que funciona. Y el día antes del bolo lo piensas bien y dices “mira vamos a tocar las buenas y nos dejamos de líos”».
Rita Ora ha publicado este pasado viernes un nuevo adelanto de ‘Phoenix’, su segundo disco, que llega el próximo 23 de noviembre tras numerosos retrasos. Compuesto por Jimmy Napes, RØMANS y la propia Ora, ‘Velvet Rope’ (no ‘Cashmere’, publicado este lunes) no es bailable como ‘Anywhere’ ni urban-pop como ‘Girls’ (y tampoco tiene nada que ver con el disco de Janet Jackson) sino más bien apto para los días de Navidad que se avecinan. La bonita melodía de un piano es el elemento principal de esta feliz canción a la que poco a poco se van añadiendo coros doo-woop, palmas y unas simpáticas trompetas, recordando por momentos a ‘Don’t Worry Be Happy’ de Bobby McFerrin pero con un punto marcadamente melancólico en la melodía y sobre todo la letra, en la que Ora expresa su decepción ante una ruptura inesperada.
‘Velvet Rope’ es el enésimo acierto en una sucesión de singles de Rita Ora que ha conseguido devolver a la cantante británica a los primeros puestos de la lista de éxitos de Reino Unido. El primero de estos singles, ‘Your Song’, compuesto por un Ed Sheeran que en 2017 se encontraba en la cima del mundo (no, no era una versión de Elton John), alcanzaba “solo” el puesto 7 en la tabla a mediados de aquel año, consolidándose como uno de los mayores éxitos de su carrera. No estaba nada claro este éxito hace un año cuando Ora venía de publicar singles como ‘Body on Me‘ o ‘Poison‘ que no habían suscitado ningún interés, planteando serias dudas sobre si su carrera tendría algún tipo de futuro después de los mil retrasos sufridos por un segundo disco que parecía no llegar nunca; retrasos propiciados en primer lugar por la ruptura de Ora con Calvin Harris, quien tras el éxito de ‘I Will Never Let You Down’ en 2014 (hasta ahora su último número uno en Reino Unido), retiró de la mesa de Ora todas las canciones que le había cedido para su disco, dejándole sin buena parte de lo que iba a ser este trabajo; y el sonado pleito con su antigua discográfica, Roc Nation, que al margen del cruce de acusaciones perpetrado entre ambos, impidió que Ora pudiera publicar disco alguno, dejando cada vez más lejos en el tiempo su debut de 2012. Y ya sabe que en esta cambiante industria hay pan para hoy y hambre para mañana.
Sin embargo, el éxito de ‘Your Song’ es el éxito de la perseverancia y ha demostrado que la canción adecuada en el momento adecuado puede producir milagros. Sin duda, esta ha sido la canción que ha allanado el terreno para que Ora protagonice un “comeback” en toda regla, de los que se ven pocos y en el que además la artista no ha dejado de superarse a sí misma poco a poco con sus siguientes singles, primero con ‘Lonely Together’, su colaboración con el fallecido Avicii, que llegaba al top 4, y después con ‘Anywhere’, una de las mejores canciones de 2017 y el mayor éxito de Ora en streaming (más de 530 millones de reproducciones entre varias plataformas), que se quedaba literalmente a las puertas del top 1 por culpa de ‘Perfect Duet’ de Ed Sheeran y Beyoncé. Pero ha habido más: ‘For You’, el single de Ora y Liam Payne para ’50 sombras más oscuras’, también ha sido un éxito en las plataformas, llegando al top 8 de singles, y ‘Let You Love Me’, el single más reciente de Ora, ha alcanzado esta semana finalmente el top 4, suponiendo otro triunfo para la británica y haciéndonos olvidar el “flop” de su polémico single conjunto con Charli XCX, Bebe Rexha y Cardi B, ‘Girls’. Todas estas canciones aparecerán en ‘Phoenix’ y quién sabe si Ora pasará a convertirse también en una artista capaz de vender discos, cuando hace dos años era incapaz de mover a la gente a comprar un solo single.
Además de reposicionar a Ora como fuerza comercial en Reino Unido, canciones como ‘Anywhere’ o ‘Let You Love Me’ han sido cruciales en la renovación artística de la británica, cuyo debut de 2012 recibió críticas más bien tibias pese a incluir tres números uno ya de partida y quien además nunca ha estado interesada en centrarse exclusivamente en su carrera musical, como demuestran sus cientos de proyectos paralelos. Si nunca ha estado claro a qué se dedica Ora exactamente, como si fuera una prima de las Kardashian, ya nadie puede tomarse a broma la carrera musical de Ora después de sus recientes singles, sobre todo tras el éxito de ‘Your Song’ y ‘Anywhere’, dos canciones que, sin ser especialmente originales, sí resultan totalmente irresistibles en su propuesta de electro-pop a la moda pero con gran peso melódico. Además, las cuidadas y memorables melodías de estas canciones y también de ‘Let You Love Me’ y ‘Velvet Rope’ han hecho florecer artísticamente a Ora como vocalista: si antes a duras penas parecía una imitación de Rihanna, Ora ha demostrado en estos años poseer una voz mucho más madura, carismática y emotiva de lo que parecía en un principio. Y está haciendo canciones que lo demuestran.
El caso de Rita Ora es un caso especial en el mundo del pop, el vivo ejemplo de que se puede debutar dos veces. La mala suerte impidió a Ora hace años crecer como artista, pero parece que el esfuerzo y la búsqueda de la canción perfecta ha dado sus frutos. Realmente Ora se ha elevado como un “fénix”, y aunque queda por ver si el álbum logra suscitar el mismo interés que los singles, por lo menos la británica puede presumir de haber firmado al menos ¿dos? ¿tres? ¿cuatro? de las mejores canciones que han pasado por las listas británicas en el último par de años. No puede decirse que lo hayamos visto venir, pero estas son las bonitas sorpresas que a veces da el pop.
El Jueves publica una noticia en la que el único texto es la palabra «Rosalía» multiplicada decenas de veces, El Economista bromea en Twitter sobre la repercusión en Bolsa del fichaje de Rosalía por Pull & Bear, circula un meme en el que la palabra «Rosalía» aparece en una sopa de letras («Rosalía» hasta en la sopa, LOL), sus seguidores se comunican repitiendo muletillas como «así, sí» o «tra-tra», al tiempo que se rumorea que la cantante se ha negado a decir estas últimas «palabras» a un reportero que se lo pedía en una alfombra roja, y un lector escribe a JENESAISPOP vía Facebook para pedir que dejen de hablar de la cantante.
Pero el fenómeno es digno de análisis: es la primera vez que el mismo artista es número 1 a la vez en singles, venta de álbumes y «streaming álbumes» en las listas españolas. ‘El mal querer’ es disco de oro desde su semana de salida tras haber vendido vinilos y cd’s a espuertas, y por supuesto lidera con la gorra las listas de streamings tras batir récords históricos de consumo de un solo disco en Spotify España. En este artículo tratamos de adivinar las 10 claves de este fenómeno que no parece haber tocado techo: solo ahora Los 40 Principales acaba de empezar a pinchar ‘Malamente’ con asiduidad y solo esta semana el tema aparece al fin entre los 50 más radiados del país, en el puesto 15.
1.-El éxito de ‘Los ángeles’
El debut de Rosalía fue un «sleeper», como enseguida apuntamos observando su comportamiento inusual en la lista de ventas, de la que no desaparecía pese a la ausencia de una promoción enorme para aquel ‘Los ángeles’ que terminaba consiguiendo el Premio Ruido a Mejor Álbum Nacional del Año. Cuando tu debut pasa 80 semanas en el top 100 de ventas y 45 semanas en el top 100 de lo más escuchado del país, tienes el interés por tu segundo álbum garantizado. Es algo que saben muy bien Vetusta Morla o Manel, que llegaban a los puestos más altos de las listas de ventas tras haber logrado que su primer álbum fuera eso, un «sleeper».
2.-El éxito de ‘Antes de morirme’
Al mismo tiempo que ‘Los ángeles’ se viralizaba, lo hacía ‘Antes de morirme’ junto a C. Tangana. Una canción que hasta hace bien poco nunca había llegado al top 100 nacional de singles, pero que lleva más de 500 días (!!!!) en el top 200 de Spotify España, siendo una de las canciones más longevas de toda esa lista. Millones y millones de streamings sumados mes a mes dejaban este recadito sobre la mesa: la Rosalía que se documenta en flamenco mola, pero también una más orientada a la música urbana. Aunque Rosalía canta mejor y conecta mejor con el público clásico que C. Tangana, no podemos pasar por alto que Antón es co-autor de 8 de las 11 canciones de ‘El mal querer’. Y al fin, ahora, ambos son compañeros de sello…
3.-La calidad de las canciones
No vamos a dejar para el final de esta lista la calidad de las canciones contenidas en ‘El mal querer’. La crítica ha sido unánime, ni hay ni vais a encontrar una mala reseña sobre este álbum que ya ha aparecido en Metacritic al reunir 4 críticas internacionales (90/100); e incluso hay debate sobre cuál es realmente la mejor canción del álbum. El himno identificativo de Rosalía es ‘Malamente’, pero la canción que es número 1 en singles por segunda semana consecutiva es ‘Di mi nombre’ y hay quien prefiere ‘Pienso en tu mirá’ por su letra enrevesada que retrata a un maltratador en primera persona.
4.-La dirección artística
‘El mal querer’ es un producto cuidado desde el punto de vista de la producción, a cargo de El Guincho, quien aparte de haber publicado discos tan atrevidos como ‘Hiperasia‘, ha trabajado con Björk, algo que se nota en algunos arreglos del disco. Pero Rosalía a quien ha incluido en los agradecimientos del álbum es a Beyoncé, y de ella parece haber aprendido -en concreto de ‘Beyoncé’ y ‘Lemonade’- su gusto por redondear un buen producto con imagen y videoclips a la altura. Los vídeos que promocionan ‘El mal querer’ son de factura excelente, a cargo de Canada, presentando un buen equilibrio entre calidad, «replay value» y elementos parodiables, como bien saben Los Morancos.
5.-La amplitud de su target comercial
Como se vio en su frustrado paso por un concurso televisivo infantil, a Rosalía le ha gustado el flamenco y el R&B moderno de toda la vida. Uniendo ambos extremos como habían hecho antes artistas como Mala Rodríguez, y sumándole una peculiar forma de producción, minimalista y de percusión original (recordad aquello de que en ‘Malamente’ no hay castañuelas, solo «palmas, sinte, 808, un tambor y voces a tope”), se ha dado con un producto fresquísimo y muy propio de 2018 apto para todos los públicos. El disco ha gustado a los fans de James Blake, a quien recuerda en algunos puntos; pero también conecta con el público casual menos erudito debido a lo inmediato de sus ganchos; y además Rosalía tiene voz para gustar a tus padres. Ponles ‘Que no salga la Luna’ o ‘A ningún hombre’ y probablemente produzca más respeto en tus mayores que ese disco de Los Planetas o Extremoduro que nunca te dejaban poner en el coche.
6.-El «hype» montado durante meses
‘Malamente’ se editaba a finales de mayo, y el disco se presentaba en Sónar durante el mes de junio, pero el hype en torno a este largo data de mucho antes. La confirmación en Sónar dejaba claro que el proyecto sería diferente a ‘Los ángeles’, pululaban fotos de la cantante con Pharrell (una de su colaboraciones, ‘De madrugá’, todavía no ha salido pero sí es de las que interpreta ya en vivo) y la expectación ha sido siempre máxima por lo que contenía el álbum. Por no hablar de la participación de Rosalía en la película próxima de Almodóvar. Mirando al futuro, ‘Bagdad’ puede ser un cuarto single la próxima primavera si es que para entonces ella ya no está inmersa en la promo de ‘De madrugá’ o cualquier otra canción suelta, lo que nos lleva al siguiente punto…
7.-Su pertenencia a la era 3.0
Rosalía tiene 25 años, por lo que evidentemente maneja sus redes sociales con naturalidad, rapidez y habilidad. Las lleva con la ayuda de su hermana y han sido para ella una manera de contactar con sus seguidores, pero también con la prensa cuando esta la ha necesitado o con otros artistas con los que colaborar o cambiar impresiones. Perfume Genius, Alejandro Sanz, Dua Lipa, James Blake, Bebe, Pablo Alborán o Zahara están entre sus seguidores. También es muy consciente de que los plazos promocionales no son los de antes. No ha habido necesidad de esconderse entre ‘Los Ángeles’ y ‘El mal querer’. Al contrario, entre ambos álbumes ha publicado de manera natural dos temas que han sido fundamentales en su carrera, ‘Aunque es de noche’ y ‘Brillo’ con J. Balvin. Los dos le han ayudado a sumar fama y popularidad, cada uno en su estilo.
8.-La fecha de edición y lo aburrido que ha sido 2018 para el pop
‘El mal querer’ era editado un 2 de noviembre, una fecha suculenta para la máxima apuesta de un sello, en este caso Sony. A tiempo para el Black Friday y Navidad, dos días antes de los MTV EMA’s de Bilbao, en los que actuaba; y 15 días antes de los Grammys latinos, en los que actuaba también tras haber sido la artista promocionada en el mismísimo Times Square de Nueva York. Rosalía también parece beneficiada de que en 2018 casi ninguna superestrella del mundo del pop haya decidido mover ficha. No tenemos disco de estudio ni de Beyoncé en solitario, ni de Rihanna, ni de Adele, ni de Ed Sheeran, ni de Taylor Swift, ni de Madonna, ni de Justin Bieber, ni de Bruno Mars… mientras otros como Justin Timberlake o Mariah Carey no están en su mejor momento mediático. Ahí puede haber una relación con la atención mediática recibida por medios como The Guardian. La alternativa del mes parece hacer grandes editoriales de Muse, Mumford & Sons o 6ix9ine. Y no veo a Alexis Petridis muy por la labor ahora mismo.
9.-La moda de lo latino y el castellano
Algunos medios internacionales vinculan el éxito de Rosalía al de ‘Despacito’ o ‘Mi gente’. A nadie se le puede escapar que Rosalía está en un disco con un streaming tan monstruoso como el de J. Balvin. No hay mucha relación artística entre el flamenco y el reggaetón -aunque quién sabe cómo se percibe desde un país nórdico- ni tampoco comercial. El disco de Rosalía no ha entrado en las listas británicas o americanas como por ejemplo sí consiguieron Hinds, que han sido top 100 en álbumes en Reino Unido con sus dos álbumes, ambos en inglés. Pero no se puede pasar por alto que al menos la prensa anglosajona sí parece cada vez más atenta a lo que sucede fuera de sus países o en otros idiomas (de Christine and the Queens a Luis Fonsi). Puede que ‘Malamente’ nunca llegue al Billboard Hot 100, y que las escuchas de Rosalía sigan concentradas en Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia y Málaga como muestra Spotify (ni siquiera aparece México DF, de momento), pero el runrún generado es lo suficientemente elevado como para llevarla a algún que otro festival europeo o hacer algunos conciertos al otro lado del Atlántico.
10.-La suerte
Aunque creo más en el trabajo y en la constancia que en el mismísimo talento, y no creo nada en la suerte, El País documenta que Rosalía tuvo un golpe de eso, «suerte», cuando estaba por casualidad en septiembre por Madrid cuando coincidió con el CEO de Sony Music Entertainment, Rob Stringer, de visita para el concierto de Camila Cabello. Parece ser que fue determinante que los presentaran, pues Rob Stringer vio en ella potencial para «trascender el mercado español» y así fue como se pasó a presentar a Rosalía en las oficinas de Miami y Nueva York, donde igual ya les sonaba su nombre de un homenaje a Alejandro Sanz en los Grammys latinos anteriores. El resto es ya historia, aunque solo Dios sabe lo que puede tener su sello preparado de cara a 2019.
Villagers se han hecho su camino en la música popular con canciones de tintes folkies como ‘Dawning On Me’ o ‘Everything I Am Is Yours’. Sin embargo, en las fotos promocionales de su último disco, ‘The Art of Pretending to Swim‘, el líder y compositor Conor O’Brien aparece flotando en el aire en medio de una carrera. Por el sonido del disco, parece que estuviera huyendo de ese carácter acústico de la canción de hoguera tradicional, y así, el álbum está lleno de sintetizadores psicodélicos y excitantes, que llevan las canciones a otro lugar.
Lo mismo puede decirse del disco en directo, que suena enterito durante la hora y media que dura el concierto, comenzando con dos de los mejores temas, ‘Sweet Saviour’ y la poderosa ‘Again’. En formato quinteto, Villagers dan tanta importancia a la producción del disco que vemos hasta a dos teclistas, una más tradicional y otro más concentrado en efectos y samplers. El espíritu del álbum quiere impregnar tanto todo que vemos el diseño de la portada esparcido por el fondo del escenario y hasta por el suelo.
Hay partes de algunas canciones que suenan algo desnudas, como la primera estrofa de ‘A Trick of the Light‘, pero lo normal es que en los finales se busque la catarsis, como se apreció en la reinventada ‘I Saw the Dead’. En ‘Love Came With All That It Brings’, dos trompetas jazzies emergen de la nada para realzar también el final de la canción, con el teclista y el baterista convertidos en multi-instrumentistas por momentos.
Conor, que aprovechó uno de los pocos momentos en que no estuvo pegado a su guitarra acústica, ‘Long Time Waiting’, para acompañarse de una pequeña copa de vino tinto, estuvo muy entregado al público, lo que se apreciaba en su gesticulación, en sus curiosos bailes que imitaban carreras o en su voz. Una correcta actuación vocal que, no obstante, solo se apreciaba del todo en los momentos más acústicos, siendo ahogada por el bombo por ejemplo en ‘Real-Go Getter’.
El show estuvo, a pesar de ello, bien sembrado de momentos mágicos, como los coros intimistas de ‘Hold Me Down’; ese en el que Conor explicaba que ‘Ada’ iba para la primera programadora en el siglo XIX, y de repente se encontró con que alguien le estaba filmando y decidió saludar a Youtube (el disco habla también de la adicción a internet); o los bises con ‘Twenty-Seven Strangers’, la popular ‘Courage’ o su hit acústico (gracias a una playlist de Spotify) ‘Nothing Arrived’. Y si el público había improvisado unas palmas en ‘A Trick of the Light’, aquí se arrancó con unos bonitos coros en la parte de «I guess I was busy». Nada mal para un lunes por la noche, en una casi llena Sala Changó. 7.
Dido sorprendía al mundo hace unos días anunciando su nuevo disco, ‘Still On My Mind’. Cuatro años después de ‘Girl Who Got Away’, el anuncio llegaba como de la nada, acompañado de la noticia de la primera gira mundial de Dido en 15 años (no pasa por España) y del single ‘Hurricanes’, planteando la pregunta de si sería tan buena como ha solido ser sus primeros singles, desde ‘Here with Me’ a ‘No Freedom’.
Pionera en colaborar con Kendrick Lamar en su anterior disco cuando todavía no era, ni de lejos, el popular rapero que es hoy en día -y de hecho la música de Dido, cuyo inolvidable single con Eminem catapultó a la británica la fama, siempre ha estado influenciada por los ritmos del hip-hop y el trip-hop, sobre todo en sus dos primeros álbumes-, la cantante podría haberse apuntado en su single de regreso a la moda trap del momento o intentado colarnos sonidos tropicales cual U2 (y quién sabe si lo ha hecho). Pero ‘Hurricanes’ no tiene más misterio que la de ser una canción de Dido con una primera parte acústica, compuesta básicamente por su voz y una guitarra eléctrica, y una segunda parte sobre todo instrumental, compuesta por un ritmo trip-hop que dirige el tema a su clímax. Y sin embargo, esta aparente sencillez de elementos descubre en el repertorio de Dido una canción bastante más emocionante de lo que parecía en un principio, y que poco a poco va revelándose como un “grower” absoluto.
‘Hurricanes’ llama la atención desde el principio con su intrigante melodía, que Dido interpreta acompañada solo de una guitarra y unos pocos adornos electrónicos. Con la primera frase, “y quiero verte, cómo pasas por la puerta, y el tiempo nos hará, a veces menos y a veces más”, la artista empieza a desgranar una meditación sobre su relación amorosa, que, desde el sentimiento de felicidad y seguridad que da la persona amada, encierra un poso de angustia en la negativa de Dido a acomodarse. Ella no solo quiere “hablar mientras miro la vida pasar”, sino que desea sentirse viva, emocionarse, enfrentarse a “huracanes” y al “sonido de la furia”. “No me dejes escapar de la felicidad y el dolor”, reclama la cantante. Con esta reflexión a la guitarra, Dido se dirige poco a poco hacia la catarsis, la liberación que buscaba, representada en la entrada de un ritmo trip-hop que parece despegar hacia el cielo, llegando el tema a su cumbre emocional. Las dos partes de ‘Hurricanes’ no pueden estar más diferenciadas, pero Dido siempre ha brillado en el menos es más, y esta canción es un nuevo ejemplo de ello.
Ariana Grande sigue arrasando no solo en USA sino en todo el mundo con su nuevo single, ‘thank u, next’. El tema tiene cuerda para rato y su cumbre comercial estará sin duda influida por el tipo de vídeo que presente para él la artista. Grande lo ha rodado esta misma semana y, a tenor de sus últimas informaciones en las redes sociales, tiene pinta de que al menos va a ser divertido.
Grande ha confirmado en sus redes que el vídeo de ‘thank u, next’ se basará en cuatro de sus películas favoritas, en concreto cuatro comedias. Tres de ellas se conocen, pues la propia Grande las ha confirmado en sus “stories” y ha publicado fotos de ella en el rodaje, y son ‘Mean Girls’, ‘Una rubia muy legal’ y ‘El sueño de mi vida’. De hecho, Jennifer Coolidge retomará su papel de la esteticista Paulette en ‘Una rubia muy legal’ en el vídeo de ‘thank u, next’, como puede verse en la imagen de ambas que ha publicado la cantante. La cuarta película es un misterio, pero Grande ha descartado ‘Clueless’ por el vídeo de Iggy Azalea. Curiosamente, la primera actuación en la tele de ‘thank u, next’ se inspiró en otra comedia, ‘El club de las primeras esposas’.
Sobre el sucesor de ‘Sweetener‘, Grande ha confirmado que llegará “pronto”, pero que todavía se encuentra ultimándolo. La cantante ha desvelado recientemente las fechas de su gira por Norteamérica en apoyo a ‘Sweetener’, que arranca el próximo mes de marzo en Nueva York. Se desconoce si este tour visitará Europa.
Aunque ahora parezca lejanísimo, hubo un tiempo a primeros de los 80 en que U2 iban a rebufo de Simple Minds como abanderados de la épica rock surgida del post-punk británico. El grupo comandado por Jim Kerr y Charlie Burchill, que el año pasado cumplía la friolera de 4 décadas, eran a mediados de los 80 mastodónticas estrellas de estadio en Europa y Norteamérica, mientras que U2 comenzaban a despuntar desde una perspectiva más oscura. El tiempo dio la vuelta a la tortilla y a finales de los 80 y, sobre todo, en la primera mitad de los 90, U2 se convirtieron en las estrellas que aún hoy siguen siendo, mientras que la popularidad del grupo de Glasgow fue languideciendo.
Sin embargo, nunca han desfallecido ni, como podría haber sido fácil creer, se han limitado a vivir de rentas (aunque es cierto que en 2012 reeditaron sus 5 primeros álbumes y acometieron una gira sobre ellos, y que en 2016 adaptaron a formato acústico sus grandes éxitos, ‘Alive and Kicking’ y ‘Don’t You (forget About Me)’ incluidos). Pero Kerr y Burchill, al contrario que sus amigos Bono, The Edge, Mullen Jr. y Clayton, se han mantenido sin recurrir a colaboraciones con artistas jóvenes que refresquen su sonido (aunque su mutante banda es actualmente una mezcla de veteranía y juventud, con varias mujeres en ella) ni reinvenciones impostadas. Al contrario, con mayor o menor acierto han seguido empecinados en un sonido más o menos reconocible, tratando de hacer las mejores canciones posibles. Así, en 2014 publicaron ‘Big Music’, un disco verdaderamente interesante que, entre sonidos sintéticos, les mostraba capaces de escribir grandes canciones como ‘Honest Town’ o ‘Blindfolded’.
Y en una línea similar prosigue el disco –ya el 17º de estudio de su carrera– que Simple Minds publicaban a principios de este 2018. De nuevo producido por el tándem Andy Wright y Gavin Goldberg, que parece haber entendido como pocos al grupo, ‘Walk Between Worlds’ muestra un perfil algo más luminoso y optimista que su predecesor en cuanto a melodías y arreglos, pero de nuevo encuentra a Kerr y Burchill tremendamente inspirados en ese pop rock de poso electrónico que, sin ser el colmo de la modernidad, mantiene su vigencia sin despeinarse. Así, canciones como ‘Magic’, ‘Summer’ y ‘Utopia’ conforman un arranque soberbio, refrendado luego puntualmente con una ‘Sense of Discovery’ que, entre la abundante paja sonora –quizá una de las pegas del álbum-, esconde una de las mejores canciones que hayan lanzado este siglo; una ’In Dreams’ que evoca a los New Order de ‘Technique’; o una ‘The Signal and The Noise’ que, antes de empantanarse hacia el final, resulta muy atractiva con su trasfondo electrónico.
En general, hay cierta tendencia a lo genérico –los coros souleros de Sarah Brown hace tiempo que se convirtieron en enseña del grupo, aunque eso les acerque a un pop algo estándar– que les lleva a embarrarse en ocasiones (‘Barrowland Star’, pese a sus ecos del último Bowie, el bonus track ‘Dirty Old Town’) y tampoco hay grandes hallazgos creativos en él (ni tampoco parece la intención, como indicaba antes). Pero lo cierto es que ‘Walk Between Worlds’ es un disco que, quizá ayudado por la falta de expectativas y por el hecho de ser tan corto (con apenas 8 canciones, casi hasta se agradecen un par de los temas de la edición deluxe, especialmente la oscurilla ‘Silent Kiss’), ofrece mucho más de lo que cabe esperar de él y muestra a un grupo que, comparado inevitablemente con las obras recientes de sus coetáneos, resiste en lo artístico más que dignamente.
Simple Minds aparecen hoy como invitados en ‘La Hora Musa’ de La 2, junto a Hinds y Rufus T. Firefly.
Calificación: 6,9/10 Lo mejor: ‘Magic’, ‘Summer’, ‘Sense of Discovery’, ‘In Dreams’ Te gustará si te gusta: los U2 de los 80, Tears For Fears, New Order Escúchalo:Spotify
Como hemos comentado, Rosalía, actual número uno en venta de álbumes y streaming con ‘El mal querer’, sigue en el número uno de la lista de singles con ‘Di mi nombre’ y en el 2 con ‘Malamente’. Además, la cantante firma otro tema dentro del top 10, ‘Pienso en tu mirá’ (7), que desciende una posición. El resto de temas del álbum, entre ellos ‘Bagdad’ (11), permanecen en la tabla también a la baja.
La entrada más fuerte en la tabla, en el número 22, es ‘Bubalú’, la balada trap que junta a Becky G con Prince Roy, Anuel AA, Mambo Kingz y DJ Luian. Le sigue una posición por debajo ‘Addictiva’ con Daddy Yankee y el propio Anuel AA. Curiosamente, Queen es el grupo que más entradas registra esta semana en la tabla gracias al éxito del biopic ‘Bohemian Rhapsody‘, que continúa tras su estreno. ‘Somebody to Love’, ‘Don’t Stop Me Now’ y ‘Under Pressure’ con David Bowie entran en los puestos 82, 84 y 88, respectivamente.
El resto de entradas son ‘Te gusté’, el single que reúne a Bad Bunny con Jennifer Lopez que no es una versión alternativa de ‘Te boté’ sino un tema original (52); ‘No creo en nada’ de María Parrado (68), ‘Bad Liar’ de Imagine Dragons (80) y ‘Te sigo pensando’ de Carlos Baute y Marta Sánchez (95).
Rosalía es al fin número uno en venta de álbumes en España con ‘El mal querer‘, que la semana pasada debutó en el número 2 de los discos más vendidos del país al impedirle la primera posición un recopilatorio de Operación Triunfo. Entonces, ‘El mal querer’ sí debutaba en el top 1 de los discos más escuchados en streaming, donde permanece por segunda semana consecutiva. Además, Rosalía sigue en el número uno de la lista de singles (que analizaremos en breve) con ‘Di mi nombre’ y en el 2 con ‘Malamente’, mientras ‘Pienso en tu mirá’ es top 7. El éxito de Rosalía es imparable y, como curiosidad, el famoso presentador británico James Corden ha escrito en Twitter que desea tenerla en su programa, ya que sería “épico”.
El top 10 en la lista de venta de álbumes está plagado de entradas, y aparte de Rosalía, entra directamente en el 2 ‘Origen’ de Sweet California, aunque el álbum no aparece en la tabla de streaming. También debutan en los primeros puestos de ventas Muse con ‘Simulation Theory‘ (4, top 5 en streaming), ‘Resinphonico’ de Raphael (5), ‘Origins’ de Imagine Dragons (6, top 2 en streaming), ‘White Album 50 Aniversario’ de los Beatles (7) y ‘Realmente volando’ de Niña Pastori (9, top 73 en streaming).
El resto de entradas en la lista de venta de álbumes son ‘Material inflamable’ de Gritando en Silencio (12), ‘Valiente’ de Thalia (20, top 89 en streaming), ‘Demasiado(s) humanos’ de Miss Octubre (26), ‘Eclíptica’ de Maria Rodés, protagonista hoy de nuestra canción del día (34); ‘Coros de medianoche’ de Enric Montefusco (44), ‘Electric Ladyland’ de Jimi Hendrix (56), ‘Hymn’ de Sarah Brightman (60), ‘La nit dels sopa’ de Sopa de Cabra (64), ‘Sofá paraíso’ de Claim (65), ‘Norma’ de Mon Laferte (67), ‘El viaje de un violín’ de Ara Malikian (69), ‘The Classics’ de James Horner (72) y ‘This Was’ de Jethro Tull (78).
Como es habitual, las entradas en streaming difieren en gran parte de las de ventas y, aparte de los discos mencionados, debutan en la tabla ‘Come Over When You’re Sober, Pt. 2’ de Lil Peep (14), ‘A Love Letter to You 3’ de Trippie Redd (53), ‘Operación Triunfo 2018 OT Gala 8’ (82), ‘Holy Hell’ de Architects (84) ‘Sick Boy… Siren’ (91).
C. Tangana es uno de los artistas que actuarán este miércoles en la gala de Operación Triunfo, la novena. El rapero madrileño ha triunfado sobre todo en los dos años que se ha emitido el programa, 2017 y 2018, en curso, pero todavía no había visitado su plató. Presumiblemente, el artista viene a presentar ‘Booty’, su reciente single con Becky G, quien sí ha actuado en Operación Triunfo, pero que no está confirmada en la gala de este miércoles.
La confirmación de C. Tangana en Operación Triunfo tiene gracia también porque el autor de ‘Ídolo‘ llegó a comentar muy positivamente la versión que la ganadora de la edición anterior, Amaia Romero, realizó dentro de la Academia de su hit ‘Mala mujer’, afirmando que Romero le “hizo famoso un día” después que este cover acumulara miles de retuits, probablemente abriendo a C. Tangana las puertas de un público mayoritario que aunque era fan de OT quizás no le había conocido hasta ese momento (no hace tanto que el madrileño era underground).
Actuarán en la gala también Manuel Carrasco y Vanesa Martín. La cuarta miembro del jurado será Pastora Soler, que este mes de octubre ha publicado un directo de su álbum de 2017, ‘La calma’, y quien, como Ruth Lorenzo, llegó a representar a España en Eurovisión. Como es sabido, el nuevo representante de España en el festival se seleccionará de Operación Triunfo, igual que el año pasado.
Maria Rodés es una de las artistas de nuestro país más especiales y singulares. Y no es sólo porque lo digamos nosotros: si Nacho Vegas, que le propuso cantar con él su single ‘Ser árbol‘ o alguien con la trayectoria y el talento de David Byrne piensan del mismo modo, no hay dudas. La barcelonesa ha publicado este año su cuarto disco en solitario, un ‘Eclíptica‘ realmente singular en su temática: inspirándose en la obra de su tío-bisabuelo astrónomo, Lluís Rodés, construía un álbum en el que se conjugan la astronomía, las emociones y los horrores de la Guerra Civil. [Foto de Noemí Elias]
Ahora, poco más de un año después de revelar la preciosa ‘Fui a buscar al sol‘ con la que adelantaba ‘Eclíptica’, Rodés se dispone a presentar el álbum en Madrid. Será este miércoles, 21 de noviembre, en el Teatro Lara de Madrid, y allí la acompañarán, además de su banda habitual, algunas invitadas especiales: según ella misma ha revelado en sus redes sociales, Christina Rosenvinge, Ana Molina (ex-Hola A Todo El Mundo) y Nieves Lázaro (de Lázaro, La Bien Querida) se subirán al escenario de la calle Corredera Baja de San Pablo para interpretar algunas de sus canciones.
A tenor de los ensayos mostrados, una de ellas podría ser ‘Chocará conmigo’, una de las canciones más sugerentes y exóticas del disco y que contiene la colaboración de la mexicana Ximena Sariñana. Su papel lo cubrirá alguna (o varias) de las artistas antes citadas, pero lo que parece que no se alterará es esa «apropiación» de la cumbia que realiza Maria en esta canción, que por momentos no desentonaría en un disco de Tom Waits. Fruto de lo absorbido en algunos viajes por México y Colombia, el ritmo de origen indígena impregna su pop folk, engalanado en esta ocasión con maravillosos arreglos de viento y cuerda (la producción ha corrido a cargo de Juan Rodríguez Berbín, Josep María Baldomá y la propia Rodés) para realzar una melodía preciosa, que entona Maria en sus estrofas y, ya con Ximena, explota en su estribillo.
Detrás del preciosismo melódico, en cambio, Maria en su letra alberga los miedos de su antepasado mientras dirigía el Observatorio del Ebro y, desde esa posición privilegiada (desde el punto estrictamente visual, claro) presenciaba (y sufría) los bombardeos y combates de la Guerra Civil en el área de Tarragona. Así, con cierta ligereza –cierta comicidad en los ruegos místicos por «un poquito de paz para aguantar tanta calamidad» o ese «Ave María (¿cuñando serás mía?)»– establece un paralelismo entre hipotéticos accidentes astrales («No lo quiero saber / si el Sol va a desaparecer / dejando la Tierra en tinieblas / Si la Luna se cae / chocará conmigo») y la muerte y miseria que previsiblemente sucederían al conflicto bélico, quizá buscando un poco de esperanza, saber «que todo irá bien».
La Casa Azul presentarán en WARM UP su disco mítico, por eso de que todo el mundo ha oído hablar de él pero nadie lo ha visto. El proyecto de Guille Milkyway es una de las nuevas confirmaciones en el cartel del festival murciano, que se celebra los días 3 y 4 de mayo de 2019 en el recinto de La Fica, en Murcia, y para el que los abonos ya están a la venta a través de la web oficial, a un coste de 44 euros hasta esta medianoche, cuando subirán de precio.
Otra de las nuevas incorporaciones al festival es Miss Caffeina (foto), que acaban de anunciar su nuevo álbum, ‘Oh Long Johnson’. De hecho, la banda de Alberto Jiménez ha estrenado esta mañana en Radio 3 el primer avance de este trabajo, ‘Merlí’. Puedes escucharlo en este enlace (el single no está disponible aún en las plataformas de streaming).
El resto de confirmaciones son Alondra Bentley, que presentará su nuevo álbum, ‘Solar System’; Cariño; la nueva promesa del twee-pop, cuyo mini-LP de debut, ‘Movidas’, acaba de publicar Elefant (y que incluye su exitosa versión de C. Tangana), Axolotes Mexicanos, autores este año de ‘Salu2‘; y la artista argentina de electrónica Catnapp. Todos ellos se suman a los ya confirmados Two Door Cinema Club, Teenage Fanclub, Roosevelt, Carolina Durante y Delaporte.