El festival Mira 2017 se saldó con buen éxito de público y actuaciones muy notables, a pesar de que tuvo que lidiar con algunas incidencias que empañaron su arranque. He aquí un resumen de lo más destacado. Fotos de Visual Cloaks, The Bug & Dylan Carson, Kelly Lee Owens y James Holden, obra de Toni Rosado; cedidas por MIRA festival.
La jornada inicial del jueves brilló con un buen nivel artístico, aunque la organización se enfrentó a problemas con el suministro eléctrico, que hicieron que ese día no pudiera abrir la Mira Dome y que las exposiciones fueran a medio gas. Mi primera parada fue en el 3D Sound Room by Son Estrella Galicia, en que Ralp presentó durante los tres días de festival su composición ‘Multiparity’, en que sonidos generados de manera algorítmica se combinaba con las luces. El efecto fue sugestivo; entre los aires de BSO de John Carpenter y los juegos de luz, bien parecía que te sumergieras en un oscuro film ciberpunk de los ochenta. En la Main Room las actuaciones en directo se inauguraron con ‘Vessels’, de Darío Alva (visuales) y Diego Navarro (música). Tras un momento de zozobra inicial (las imágenes no se reproducían), el show se pudo mostrar completo. La música de naturaleza umbrosa se combinaba con audiovisuales de biología fantástica; una especie de teoría de la evolución alternativa, con dinosaurios, selvas exuberantes y hadas. El dúo norteamericano Visible Cloaks mezcló lo analógico (xilófono) con su electrónica de reminiscencias asiáticas y arcanas, a lo que sumaron unos audiovisuales abstractos y demodés. Gracias a esto, se situaron en un espacio-tiempo anacrónico que invitó a la reflexión y a la calma. Aunque lo mejor de la noche fueron patten, otro dúo amparado por Warp que guarda celosamente su identidad –no esconden sus rostros, pero sí sus nombres (responden simplemente a las iniciales A y D)–. Su actuación vino acompañada de los lásers y proyecciones del colectivo 555-5555 y el resultado fue bastante impactante. El apocalipsis frío y controlado de su música se conjugó con lásers caprichosos. Su breakbeat noventero y amenazante, los graves retumbantes, contrastaban con la dulzura y amabilidad de las imágenes proyectadas. Hubo un breve oasis de calma urbana y nocturna, pero remataron con furia glacial a ritmo de ametralladora.
El viernes fue la mejor jornada, al concentrar las actuaciones más esperadas. Julianna Barwick se defendió sola, con su mesa repleta de cachivaches y teclado. La suya fue una atmósfera de catedral. Nada espectacular visualmente –unas proyecciones nebulosas y discretas–, los graves demasiado fuertes desdibujaban algo la música. Y, sin embargo, se llevó el gato al agua solo con su voz y sus ambientes mágicos. ‘Someway’ y sobre todo ‘Beached’ fueron hechizantes. El 99% de la audiencia estaba cautivada, la observaba con fervor y recogimiento. Pena del 1% que decidió que era buen momento para ponerse a cotorrear. The Bug & Dylan Carlson (de Earth) fueron como la extraña pareja. Un heavy metalero satánico entrado en años con el productor hip hopero. Pero la cosa cuadró a la perfección. Dylan empezó pegando un guitarrazo, The Bug lo sampleó, lo lanzó como loop y Dylan tocaba encima. En directo la fórmula mejoró a ‘Concrete Desert’: todo cobró una dimensión física de la que el disco carece. Blues fronterizo, ambientes de western crepuscular… Ellos dos se movían en la penumbra, pero bañados en una intensa luz roja. Hubo un momento en que los graves eran tan potentes que te atravesaban. Pero, ay, de repente la mesa de Bug dejó de funcionar y el concierto se paró a la media hora. Tras unos minutos, parecía que arrancaba pero se volvió a fastidiar. En un lateral, los técnicos miraban frenéticos los cables. Reanudaron, por un momento pareció que la magia se había roto, pero la recuperaron a base de ritmos marciales y estruendo. Fantastic Twins es solo una persona, la francesa Julienne Dessagne. En el 3D Sound Room by Son Estrella Galicia, a pelo, sin más efectos que los focos y parapetada tras una inmensa mesa, se arrancó a cantar y bailar, poseída por su música, entre el electro, lo tribal y el industrial más pegadizo. Muy contagiosa.
Pero el concierto más esperado del festival por una servidora fue el de James Holden & The Animal Spirits, porque el reciente ‘The Animal Spirits‘ me tiene hechizada. Un batería, un percusionista, un saxo y un cornetista arropaban a James. Parecía imposible que saliera mal. Los músicos están en la sombra, James presidiéndoles desde su mesa. El protagonismo parecía tenerlo la pantalla, pero no; lo retuvo todo el rato la música. Una mezcla mágica de jazz, electrónica, BSO, etc. ‘The Neverending’ la recrearon de manera más progresiva, era emocionante escuchar los vientos en directo. Y luego ‘Thunder Moon Gathering’ fue arrebatadora, gracias al juego de los vientos y la batería. Vientos que molaron hasta cuando no tocaban: los dos músicos se sentaban y seguían las evoluciones de James meneando la cabeza al ritmo, mientras se marcaba un diálogo fenomenal con el batería. James se despidió feliz como un niño. Fantástico.
El sábado el show más destacado era el de William Basinski. Tocaba ‘A Shadow in Time’, su homenaje a David Bowie. Con sus gafas de sol y su look de trasnochada estrella glam, hizo que toda la atención se centrara sólo en la música. Primero, nos hizo sentarnos: “Este es un homenaje a amigos muertos y va a consistir en un largo loop”, nos explicó. “No es un show para estar de pie, así que sentaos”. William se aplicó y se concentró en sus paisajes, sin proyecciones, sólo con luces blancas para apuntalar el efecto místico de su música, ambient espacial y religioso; hasta parecía que se escuchen campanas en la niebla. El público estaba absorto, muchos parecían estar meditando, incluso rezando. Para marcar la segunda mitad, la luz viró a azul y música se volvió más recia, menos sacra. De repente se acabó y se rompió el hechizo. Shackleton + Annika presentaban su disco conjunto ‘Behind The Glass’. Sus proyecciones eran poderosas; una pantalla enorme, con caracteres extraños y grano televisivo en blanco y negro. Techno pop abstracto, helado y amenazante, revestido con percusiones orientales. Todo conducido por la voz de Annika que, más que cantar, salmodiaba fríamente. Gozaron de un sonido espectacular pero por algún motivo, no me acabaron de llegar.
Como Kelly Lee Owens perdió la maleta, no pudo ofrecer su esperado show en el 3D Sound Room by Son Estrella Galicia y a cambio nos ofreció una sesión de DJ. Bajo su capucha plateada, empezó con ‘All Is Full of Love’ de Björk, o sea que no podía ir nada mal. Después fueron cayendo John Talabot, Tiga… Una sesión muy divertida y sin pretensiones, sólo la de hacernos bailar y pasar un buen rato. Pero para buen rato, el que nos ofreció µ-Ziq (Mike Paradinas). Se juntó codo con codo (literal) con la VJ Florence To para ofrecer un espectáculo que puso patas arriba al personal. Nos desgranó su próximo disco –aún en producción– con trazos de house-breakbeat-trance acompañado por unos audiovisuales en blanco y negro sencillos pero terriblemente efectivos. Puro gozo.
Alejandro Amenábar ha dirigido el anuncio de la Lotería de Navidad, que más que un anuncio per se es un corto de 20 minutos sobre ‘Danielle’, su protagonista, una extraterrestre que se topa con Daniel, un guía turístico de Madrid, como explica Loterías y Apuestas del Estado en nota de prensa. Hay versión reducida para televisión, de 3 minutos y medio.
Explica Loterías: “Dirigida por Alejandro Amenábar, “Danielle” narra la historia de una visitante de otro mundo que se encuentra por azar con Daniel, un guía turístico de Madrid. Juntos viven una historia llena de fantasía, optimismo y amor en la que un décimo de lotería marcará para siempre su destino. Una película que habla sobre el significado de la suerte, y que una vez más nos demuestra que la mejor parte de la Lotería de Navidad está en poder compartirla con los que uno quiere”.
El anuncio ha dividido en las redes sociales. Hay quien se ha emocionado con el drama y hay quien lo ha encontrado soso. Otros sin embargo han atendido a otras cosas, como quien asegura que la banda sonora del corto, compuesta por Roque Baños e interpretada por la Orquesta Sinfónica de Bratislava, copia la melodía de ‘Te perdí’ de Iguana Tango (se parecen), mientras otra persona ha celebrado un cameo del catalán Caga Tió.
¿Soy el único que se ha dado cuenta que en #Danielle, el anuncio de la Lotería de Navidad de este año, PLAGIAN a @iguanatango?
Acabo de ver el anuncio de Amenábar y lo he entendido todo. Hay las mismas probabilidades de conocer una marciana que te toque la lotería. Decidido, este año no compro.#graciasporabrirmelosojos#loterianavidad2017#Danielle
«But when I leave you remember I said, with the last words on my lips, I am a revolutionary”. Así, con esa frase reproducida de un discurso de Fred Hampton, mítico miembro de los Panteras Negras, comienza ‘The Underside of Power’ y define muy bien el espíritu del segundo disco de Algiers. El trío originario de Atlanta –ahora cuarteto, al completar su formación con Matt Tong, ex-Bloc Party, a la batería– no solo no relaja su lucha racial –y, por tanto, social y proletaria– sino que la propulsa. Su apuesta es elevada: han empleado sus energías y sus finanzas en ello, convirtiendo su gestación en “una auténtica pesadilla”, en palabras de su carismático cantante Franklin James Fisher.
Escogieron nada menos que a Adrian Utley, miembro de Portishead, y su mano derecha Ali Chant como productores para el álbum, para lo que se desplazaron a los estudios Real World de Peter Gabriel en Londres –donde viven Ryan Mahan y Lee Tesche, 50% del grupo– para grabarlo. Les faltó tiempo y hubieron de completar con algunas sesiones más producidas por Ben Greenberg (del grupo The Men), ya en USA. Mientras, su lucha, lejos de apaciguarse, se recrudecía: en UK la población se inclinaba por el Brexit apoyando un mensaje abiertamente racista y Donald Trump ganaba las presidenciales en Estados Unidos bajo la promesa de endurecer las políticas migratorias. Todo eso, de alguna manera, subyace en un ‘The Underside of Power’ que suena iracundo, rabioso, amenazador, violento… y también apesadumbrado.
La mano de Utley y Chant es palpable en varios momentos del disco, especialmente en el trabajo de guitarras y cuerdas de temas como ‘Mme Rieux’ y ‘Hymn for an Average Man’, que no cuesta imaginar en la voz de Beth Gibbons, perfectamente coherentes con el sonido de ‘Portishead’. Pero no es eso lo mejor del disco, pues sin duda Algiers poseen el carisma suficiente como para no precisar sonar a nadie más para fascinar. Aún más que en ‘Algiers’, esa fórmula que podríamos etiquetar como gospel industrial –capaz de gustar tanto a fans de Black Flag como de Depeche Mode– supera sus propias cimas en temas tan brutales como ‘Cleveland’ (dedicada a Tamir Rice, un chico de 12 años asesinado indiscriminadamente por la Policía en esa ciudad, en 2014), ‘Cry of the Martyrs’, la enorme ‘The Cycle/The Spiral: Time To Go Down Slowly’ o el incontestable single que da título al disco y que es, sin ningún lugar a dudas, la mejor canción que hayan escrito. ‘The Underside of Power’ representa a lo que cada una de sus canciones debería aspirar: un mensaje de calado profundo introducido a través del baile más desaforado.
Porque, habida cuenta de la creciente brecha racial, las letras de Fisher incitan a la revuelta, como si invocara al Marvin Gaye más político respaldado por un coro fantasmal, formado por todos los muertos provocados por la violencia explícita o institucional contra los afro-americanos durante siglos. Se advierte, sin embargo, cierta desesperanza en su mensaje: consciente de que la justicia social es prácticamente una utopía a medio plazo, se proyecta de manera bíblica hacia el juicio final como una aspiración utópica en la que por fin los hombres y mujeres de raza negra verán pagar a sus opresores por años de injusticias.
Pero tampoco se le puede acusar de victimismo, en tanto que Fisher incide en algo muy importante y que recuerda al discurso de Kendrick Lamar en ‘To Pimp A Butterfly’: no hay mayor enemigo para su etnia que aquellos que perpetúan el prototipo de hombre afroamericano de éxito. Es decir, los raperos de éxito que o bien son los bufones en la corte del hombre blanco –cuenta Fisher lo mucho que le repugnaba su trabajo como portero en un club de Manhattan en el que chicos y chicas blancos y adinerados bailaban y cantaban con afán temas de A$AP Rocky o Drake– o bien sitúan el tráfico de drogas como modo de escalar socialmente, en lugar de la educación o la cultura. En la furiosa ‘Walk Like a Panther’ se dirige claramente a ellos con ese “Pagaste el peaje con las almas de tu gente / y luego te escondiste en tu torre en lo alto de la colina».
‘The Underside of Power’ es una fantástica continuación de ‘Algiers’ en tanto que perpetúa e incluso mejora su carácter y su discurso. Sin embargo, no logra superarlo en tanto que carece de unidad: especialmente en su segunda mitad, el álbum se enfanga con cortes experimentales que aportan poco más que dispersión, como ‘A Murmur. A Sign’ –en este caso, muy ‘Third‘–, ‘Plague Years’ o ‘Bury Me Standing’, apaciguando el fuego iniciado canciones atrás. Quizá sea consecuencia de esa complicada fase de grabación del álbum, quién sabe. En todo caso, no cabe duda de que su talento y su perspectiva, esa actitud combativa con la lucha racial prácticamente inédita en el pop rock actual, hacen de Algiers un grupo necesario. Que den con ese disco redondo que amplifique su discurso como merece parece solo cuestión de tiempo.
Algiers presentan ‘The Underside of Power’ en Barcelona el próximo miércoles 15 de noviembre, en la sala Razzmatazz.
Calificación: 7,8/10 Lo mejor: ‘The Underside of Power’, ‘Cleveland’, ‘Cry of The Martyrs’, ‘The Cycle/The Spiral: Time To Go Down Slowly’ Te gustará si te gustan: Portishead, el soul combativo de los 70, Depeche Mode y Big Black Escúchalo:Spotify
Fleet Foxes son “trending topic” tras anunciarse son la nueva gran confirmación de Mad Cool Festival, que se celebra los días 12, 13 y 14 de julio en Espacio Mad Cool de Valdebebas – Ifema. En las últimas horas, el festival ha confirmado además a los parisinos Ofenbach. Ambos se suman a Queens of the Stone Age, MGMT, Future Islands y Real Estate.
El quinteto de Seattle presenta su tercer disco, ‘Crack-Up‘, otra elocuente muestra de su folk pastoral y dramático, y un disco muy esperado, ya que el grupo no editaba disco desde 2012. Incluye canciones preciosas como ‘Fool’s Errand’ o ‘If You Need To, Keep Time on Me’, dignas de añadirse a un espléndido repertorio en el que destacan clásicos como ‘White Winter Hymnal’, ‘Mykonos’ o ‘Helplessness Blues’.
Ofenbach, conocidos por sus remixes a Portugal. The Man (‘Feel it Still’) o Lily & Madeleine (‘Come to Me’), han dado la campanada este año con su éxito junto a Nick Waterhouse, ‘Katchi’, que supera las 100 millones de reproducciones en Spotify. Aunque su canción más escuchada en estos momentos es un single posterior, ‘Be Mine’. César Laurent de Rummel y Dorian Lauduique practican un pop marcadamente bailable con influencias del house.
Actualización 15 de noviembre: Mad Cool confirma a Massive Attack en su próxima edición.
La Bien Querida ha lanzado pocas semanas atrás ‘Fuego‘, su quinto disco de estudio. Se trata de un álbum en el que, tras el concepto más cerrado en cuanto a sonido y formato de ‘Premeditación, nocturnidad y alevosía’, parece retomar la variedad estilística y sonora de sus primeros discos. Charlamos con Ana Fernández-Villaverde sobre el enfoque luminoso del disco, también sobre los misterios y claves de su espectacular portada, la pléyade de colaboradores que en él aparecen y también los que no: alguien a priori bastante inesperado declinó su invitación para estar en el álbum. Foto: Pablo Zamora.
¿Estás contenta con el resultado final del disco? Igual es una pregunta tonta, pero no sé, igual me dices que no…
[Risas] Sí, totalmente, es justo lo que esperaba. Quería hacer un disco de canciones, canciones que emocionaran. Puede que ‘Premeditación, nocturninad y alevosía’ tuviera un aire más conceptual por cómo fue editado, con los maxisingles, los vídeos y tal, pero a ver, lo mío es hacer canciones. Yo no soy un grupo, como Los Planetas, o Los Punsetes, en el que tienen que plantearse un sonido, vamos a tirar por aquí o por allí. Yo las escribo y luego se las paso a David para que las arregle.
Hay gente que ve en ‘Fuego’ cierto regreso a la variedad de tus primeros discos. ¿Estás de acuerdo con esa idea?
Lo que tenía claro que no quería después de ‘Premeditación…’ era volver a hacer lo mismo. Tuvo muy buena aceptación, fue muy interesante, pero yo quería hacer algo más fresco, luminoso, positivo. Si te digo la verdad, cuando salió ‘Premeditación…’, en 2015, se murió mi padre, y poco después también murió un amigo mío que estaba enfermo. Esto me afectó mucho, y me dio un poco de miedo, lo relacioné con el hecho de que hubiera hecho un disco tan oscuro. Así que la premisa era hacer algo positivo, dentro de que en mis canciones siempre hay un rastro melancólico del que no me voy a separar, porque es mi forma de componer.
A mí lo que me gusta es emocionar, hacer canciones que emocionen
Con ‘7 días juntos’, hubo gente que pensó que tras el disco de remezclas de ‘Premeditación’ quizá vendría un disco más bailable. ¿Fue una opción en algún momento?
No, en ningún momento. A mí lo que me gusta es emocionar, hacer canciones que emocionen. Si el arreglo que surge es así, bailable, pues guay, pero no había ningún tipo de premisa en ese sentido, ni creo que la haya.
¿Cómo surge la idea, un poco inesperada desde fuera, de introducir la canción de Joan Miquel Oliver, y además adaptada al castellano?
Pues verás, a esa canción pensábamos que le faltaba algo, y se nos ocurrió que fuera un rapeo, algo así. Entonces a David, escuchando a Antónia Font, se le ocurrió la idea de pedírselo a Joanmi. Y bueno, a él le daba un poco de pereza, pero David se dio cuenta de que esta canción [NdE: ‘Dins un avió de paper’, del disco ‘Bombó Mallorquí’] encajaba perfectamente, así que solo tuvo que traducirla y grabarla. Ya está, así no le supuso tanto curro. [Risas] Y encajó perfecto. Es mérito de David, sobre todo, que tuvo el ojo…
‘Fuego’ es un disco muy de featurings, de invitados, algunos más en primer plano, como J.M. o Jota,y varios en segundo plano, como Laura, Alejandro, Sebastían, Luciana, Cabezalí… Da la impresión de que el estudio tuvo que ser un hervidero. ¿Fue más casual que otra cosa?
La verdad es que no era para nada la idea. Esto surge porque son amigos nuestros y cuando surgía “¿quién nos puede grabar esto? Ah, pues Laura, o Alejandro… Tal”. No era por meter nombres “famosos” porque sí.
Llama la atención lo de Muchachito [NdE: Muchachito Bombo Infierno], que diría que es de lo más inesperado. ¿De dónde sale este encuentro?
Pues es que es vecino nuestro. Y un día estábamos en un bar y le pedimos que viniera a grabar las percusiones y los jaleos. Vino lo hizo y ya está.
Hasta David se ha atrevido a ponerse en primer plano, en ‘La pieza que me falta’… ¿Por qué en esta canción? Porque su letra no está orientada como un dueto exactamente, como sí ocurre con ‘Recompensarte’, no?
No, lo que ocurrió es que esa parte la cantaba yo pero quedaba extraño, desde el punto de vista musical. Así que probó a hacerlo él y nos pareció que quedaba bien, sin más. No hay ningún significado oculto detrás.
El papel de Laura me parece fundamental, imprime un carácter brutal a ‘7 días’, ‘Permanentemente’… De repente es tu Peter Hook. ¿Cómo surge esta colaboración?
[Risas] Pues ojalá, pero es muy difícil, porque no vive en Madrid. Pero me encantaría, claro. De hecho, estoy muy contenta porque ahora he fichado a otra chica, Nieves Lázaro –del grupo Lázaro–, para los nuevos directos. Tocará teclados y hará coros.
Muchos ya etiquetan ‘Dinamita’ como la mejor canción de tu carrera. Cuéntame un poco de dónde viene esta canción…
Es una especie de declaración de intenciones de lo que te vas a encontrar en el disco, por eso es el primer corte. Habla de no dejarnos llevar por lo que nos impone la sociedad, la familia, el entorno… y soltarse un poco la melena, hacer lo que quieres. Es muy pasional, como todo el disco. Y la verdad, yo también pienso que es una de mis mejores canciones.
Si todo el disco hubiera sido así, “en plan Lana [del Rey]”, yo encantada
En cuanto al arreglo, como me gusta tanto Lana del Rey, le pedí a David que hiciera un arreglo de ese tipo. De hecho si todo el disco hubiera sido así, “en plan Lana”, yo encantada, porque me encanta. [Risas]
¿Qué te ha parecido su último disco?
Está bien. [NdE: lo dice con poco entusiasmo] Bueno, siempre tiene alguna canción que está bien. Es más o menos como todos sus discos, pero es que es su voz, su carácter, esos dejes en su manera de cantar. A mí me encanta, soy fan. Mi favorito es el primero, me encanta.
Antes decías que querías que este disco fuera más luminoso que ‘Premeditación…’. Sin embargo, personalmente veo que temas como ‘Lo veo posible’, ‘Peor que las demás’ o ‘La pieza que me falta’ son bastante oscuros, también musicalmente…
Es que es parte de lo que me caracteriza a mí, pero como es parte de lo que nos caracteriza a todos. No podemos estar siempre con una sonrisa, todos tenemos esa otra cara, a veces estamos fenomenal y otras fatal. Así que estos temas reflejan esa parte, y a mí me encanta. Fíjate que yo quería sacar como single ‘Peor que las demás’, que parece que no está gustando tanto. Siempre me equivoco…
Hay veces que escribo una canción pensando en algo y, cuando pasa el tiempo, la siento de otra forma
Porque en general las letras del disco, que yo pienso que son probablemente las mejores que has escrito, también tienen muchas sombras, retratando relaciones muy tempestuosas y conflictivas. ¿En qué te inspiras para escribirlas?
Pues eso, el amor. Todos nos hemos enamorado, todos sabemos lo que significa y el rastro de esos amores permanece en nosotros. El amor es la emoción más poética que hay, y tiene muchas formas… Hasta el odio es una ramificación del amor. De todas formas, las canciones tienen muchos rincones. Hay veces que escribo una canción pensando en algo y, cuando pasa el tiempo, la siento de otra forma incluso yo misma y hasta se me olvida cuál fue la idea de la que partí. Así que si esto me pasa a mí, imagínate…
Después de 5 discos retratando las relaciones personales de amor y amistad, no debe ser nada fácil redundar en los temas sin perder frescura, como pienso que es el caso, ¿no?
[Risas] Ya ves, ¡es complicadísimo! Este disco me ha costado muchísimo “sacarlo”. A la primera que intento gustar es a mí, y yo soy la más crítica conmigo misma. Así que hasta conseguir 11 canciones que diga “sí, adelante”… Me ha costado.
Tus canciones me suenan muy cinematográficas, como bien prueban tus últimos clips. ¿En algún momento te han planteado hacer algo para el cine?
La verdad es que no, no me lo han planteado pero estaría abierta. Me parece muy interesante.
Yo hago canciones, y me las podría producir cualquiera. Pero es que David es muy bueno
¿Cómo decidís David y tú qué arreglo aplicar a cada canción? Porque da la sensación de que tus canciones, en realidad, podrían funcionar en todos los diferentes palos que presentas en el disco…
Sí, es verdad. Por ejemplo, ‘Recompensarte’ tiene otra versión grabada que es muy distinta. Al final se quedó el arreglo rumbero, porque nos gustaba mucho la frescura del tema, con Jota y demás. Pero hay otra que hizo Aaron Rux, más sofisticada y dramática, también más lenta.
Al final yo hago canciones, y me las podría producir cualquiera. Pero es que David es muy bueno, le tiene muy cogido el punto a mis canciones. Pero vamos, básicamente él me pregunta cómo me imagino yo las canciones, yo le doy una idea, a veces alguna canción que me gusta y he estado escuchando en ese momento, y él lo saca adelante. Es una persona muy creativa.
En 8 años has publicado 5 discos de estudio, lo cual diría que está al alcance de pocos, no ya en España sino también fuera. Aparte de Antonio Luque y Mark Kozelek, no me vienen muchos nombres más a la mente… ¿Eres especialmente prolífica o desechas pocas ideas?
Es porque soy muy trabajadora. [Risas] Otra cosa no seré. Hago muchas cosas mal, pero eso… Escribo todos los días, ya estoy pensando en nuevas canciones.
La portada de ‘Fuego’ es brutal, da casi para una entrevista completa.
Muchas gracias.
Es una portada icónica, de esas que ya casi no se hacen, para mirar detenidamente sus detalles… ¿Cómo surge la idea?
Pues es que esa era exactamente la idea, hacer una portada icónica. Con ‘Romancero’ me salió un poco sin querer, aquella foto en la cocina de mi casa. Y cuando se me ocurrió esta idea pensé exactamente en eso. Llamé a Pablo [Nde: Zamora, fotógrafo] y a Pepe Leal, un amigo mío que es artista e interiorista, y nada me ayudaron. Fue una movida impresionante, tuvimos que alquilar una nave industrial, pintar el suelo… porque ahí no hay nada de Photoshop, es una fotografía tal cual. Lo pintamos por la noche y tuvimos que poner unos secadores para que al día siguiente estuviera listo para la sesión de fotos. Y bueno, para no volverme loca en cuanto al orden, cogí a Pepe y le dije que lo colocara él como quisiera. Y así lo hizo.
[La portada de ‘Fuego’] es una manera de enseñarle a la gente que me sigue una parte de lo que soy en el día a día
Entiendo que lo que vemos son cosas tuyas, personales, desde dibujos de tu hija a prendas de vestir, recuerdos de Bilbao, discos… ¿Es una manera de definir quién eres hoy o es más una especie de historia vital?
Sí, quizá es una historia vital. También es una manera de enseñarle a la gente que me sigue una parte de lo que soy en el día a día, con las herramientas, la pintura…
Eso iba a decir, llama la atención la cantidad de herramientas plásticas. ¿Estás muy volcada en la pintura? ¿Has expuesto o vas a exponer tu obra alguna vez, más allá de las portadas de tus discos?
Y lo de las herramientas de construcción… ¿Te va el bricolaje o algo?
Sí, la pintura, el bricolage…
¡Es verdad, las herramientas! ¿Te va el bricolaje y tal?
Bueno, sí, no me queda otra… [Risas] [NdE: hasta donde sabemos, Ana colabora con estudios de interiorismo.]
De los vinilos que se muestran, he reconocido el de Manuel Göttsching, pero aunque me suena no consigo ubicar el que tiene en la contraportada una especie de sol minimalista… ¿Qué disco es?
Es ‘Musik von Harmonia’ de Harmonia, el proyecto de Michael Rother con Dieter Moebius… Pero vamos, fue un accidente. Pepe lo puso del revés sin darse cuenta, y bueno, no le dije nada.
Venimos de un disco como ‘Premeditación…’, que es el más oscuro y cohesionado en cuanto a sonido de tu carrera…
Bueno, ‘Ceremonia’ también era un disco supercompacto, ¿eh?
Yo sabía que [‘Premeditación, nocturnidad y alevosía’] iba a gustar a los críticos
Sí, la verdad es que sí. Pero mi impresión es que este ha sido el que mejor ha recibido la crítica por el concepto que hay detrás… ¿Dirías que esa fue la clave en la aceptación de la crítica? Como que eso nos vuelve un poco locos…
Claro, claro, a los críticos les gusta eso, el concepto… Y yo lo sabía, que iba a gustar a los críticos, ¿eh? [Risas] Lo tenía clarísimo. Pensé “igual no le gusta a la gente, pero a los críticos, sí”. Sacar como single ‘Ojalá estuvieras muerto’ era muy arriesgado, y de hecho no le gustó a la gente en general. Yo lo tenía claro, pero me dio igual porque me hacía gracia que fuera single.
O sea, que llega un momento que ya intuyes lo que le va a gustar a la gente…
Un poco, sí. Y este disco [NdE: ‘Fuego’], al revés, tenía claro que quizá gustaría más al público que a la crítica. ¡Y es que aquí hay temazos! Está mal que lo diga yo, pero es real. Yo sé que hay canciones que iban a gustar. Lo que yo quiero es emocionar, y está muy bien emocionar a los críticos, pero está mejor emocionar a la gente. Siempre que no te vendas, que no hagas algo que no te guste a ti solo para que le guste a la gente, obvio, no hace falta ni que lo diga.
Mi compañero, Sebas Alonso, en su crítica de ‘Fuego’ aludía a cierto desgaste en algunos enfoques. ¿Temes que llegue ese punto en que te estés repitiendo a ti misma, un poco de forma inconsciente?
Trato de no planteármelo, pero es que todos los artistas nos repetimos, los escritores se repiten, los directores de cine se repiten…
Ya, que igual no hay que tener tanto miedo a eso…
Sí, que tampoco está tan mal, no sé. Si me repito, no lo sé, pero intento hacerlo un poquito mejor, con los arreglos, las letras… De todas formas, es normal, ¡ya tengo 5 discos! ¡Soy una veterana del indie! [Risas] Intentaré llevarlo con dignidad.
Cuando surgió (…) meter un rap en ‘7 días juntos’, se lo pedí a C.Tangana, pero me dijo que no, que no se veía
También hay algunos comentarios en nuestra web que, después de la colaboración de Yung Beef en el disco de remezclas, esperaban nuevas colaboraciones con el pop urbano… ¿Qué opinas de la efervescencia que hay en ese panorama? ¿Estarías abierta a hacer cosas con otros artistas de ese ambiente?
Claro, me mola. Me mola tanto que, de hecho, ese disco de remezclas se hizo sólo porque quería que Yung Beef hiciera una remezcla y de ahí fueron saliendo las demás. Así que fíjate si me mola… Pero bueno, tengo claro que es otra generación. Vamos, de hecho, podría ser su madre… [Risas] Aún así está muy bien que nos mezclemos.
De hecho, te voy a contar algo que no he contado a ningún periodista: cuando surgió la necesidad de meter un rap en ‘7 días juntos’, se lo pedí a C.Tangana, pero me dijo que no, que no se veía. Espero que no se enfade Joan Miquel si lee esto… [Risas] Me parece interesante, me mola mucho. Sobre todo me gusta Yung Beef, lo veo fresco, fresco de verdad, sin procesar. Pero me gustan más artistas de este estilo.
¿Estáis ya con ensayos para la gira?
Sí, estamos con ensayos. Esta vez vez, como novedad, voy a llevar batería. Va a ser un formato quinteto tradicional, voy a ir de cantante. [Risas]
C. Tangana, que acaba de ganar un MTV europeo como “Mejor artista alrededor del mundo” (sí, este premio existe), junto a otros seis premiados, además de un premio Los40, tiene nuevo vídeo y es para una de las canciones destacadas de su debut. En el vídeo de ‘Tiempo’, el “ídolo” recuerda su “pasado” como joven traficante de drogas a principios de siglo, en plena escena bakala.
La nota de prensa insiste en que la escena bakala no representa a C. Tangana, sino que sirve de contexto para una nueva historia que nos cuenta a través de su “personaje”, el llamado ídolo. “Al igual que ocurriría en el anterior videoclip “Pa Que Brille” el artista vuelve a inspirarse en una cultura popular que pertenece y se desarrolla lejos de la industria”, cuenta. “La diferencia es que no existen puntos en común entre C. Tangana y el estilo bakala o los clichés que lo rodean. La estética de los coches, el trap, las drogas… no representan a C. Tangana”.
Esto dice la nota de prensa de Sony: “Rodado en cine digital, con una estética audaz y descarada en una revisión moderna del cine kinky de Eloy de la Iglesia, vemos a un C. Tangana que recuerda desde las alturas de su nuevo penthouse una historia del barrio en la que, a diferencia del cine kinky inspirado en gitanos y trapicheos, retrata a un joven bakala de principio de los 2000 que asume las terribles consecuencias de gramear”.
Fever Ray ha anunciado las fechas de su gira europea, que arranca el 19 de febrero en Viena. La mala noticia es que no pasará por España, al menos en la ruta que se ha dado a conocer, que transcurre de febrero a abril. La buena, si es que se puede decir así, es que sí pasará cerca, por ejemplo por Francia, Italia o Alemania, y que todavía quedará año para que Karen Dreijer se pase por ejemplo por un Sónar.
Dreijer, que además de Fever Ray es mitad de The Knife, presenta su segundo disco en solitario, ‘Plunge‘, que se ha presentado con el single ‘To the Moon and Back’ y salía por sorpresa el pasado 27 de octubre, de cara a Halloween. Es uno de nuestros recientes Discos Recomendados y un trabajo muy esperado, pues Dreijer no edita disco desde 2009, cuando publicó su aclamado debut como solista.
Gira europea:
19 de febrero Viena, Austria
20 de febrero Milán, Italia
22 de febrero Munich, Alemania
23 de febrero Lausanne, Suiza
24 de febrero Zurich, Suiza
26 de febrero Praga, República Checa
28 de febrero Berlín, Alemania
1 de marzo Varsovia, Polonia
2 de marzo Vilnius, Lituania
4 de marzo Helsinki, Finlandia
13 de marzo Hamburgo, Alemania
14 de marzo Ámsterdam, Países Bajos
15 de marzo Bruselas, Bélgica
17 de marzo Colonia, Alemania
19 de marzo París, Francia
20 de marzo Londres, Reino Unido
21 de marzo Manchester, Reinon Unido
31 de marzo Lund, Suecia
2 de abril Bergen, Noruega
3 de abril Oslo, Noruega
4 de abril Copenhague, Dinamarca
6 de abril Estocolmo, Suecia
Fever Ray will tour throughout Europe in 2018. Tickets will go on sale on Friday at 10am GMT. Sign-up today at https://t.co/U0l5SBxksq for access to tomorrow's fan pre-sale. pic.twitter.com/fqUUKk7Esy
Esta noche se ha celebrado en Londres una nueva edición de los MTV Europe Music Awards, con dos ausencias notables, Ed Sheeran y Taylor Swift, pero con la presencia de varias estrellas internacionales de primer nivel como Eminem o U2, así como la de algunos de los artistas más exitosos del momento, como Shawn Mendes o Camila Cabello. Shawn, que ha acudido con su madre, ha sido el gran ganador de la noche al hacerse con el premio a mejor artista y a mejor canción por ‘There’s Nothing Holdin’ Me Back’, que ha interpretado en vivo. Camila ha realizado una entretenida interpretación de su macrohit ‘Havana’, acompañada de bailarinas y sobre fondo rojo, cuya cumbre ha sido el plano aéreo de su paseo por una piscina.
El gran protagonista de los primeros minutos de la gala era Eminem, que la abría con una interpretación de su nuevo single ‘Walk On Water’, interpretado con la ayuda de Skylar Grey al piano y sobre todo de la capucha de su sudadera, cual adolescente. Y aun así, cuando más ha dado la nota ha sido al hacerse con el premio a mejor artista hip-hop del año. Nos quejábamos de que Taylor Swift fuera la artista más nominada de 2017 sin disco siquiera en el mercado, pero Eminem ni siquiera tenía single y ha ganado uno de los primeros premios: hasta él ha flipado, reconociendo que no había hecho méritos para el galardón. El artista sacó single antes de ayer, pero no había publicado disco desde 2013.
Otros artistas que han actuado han sido Demi Lovato y la presentadora Rita Ora, ambas tirando de popurrí, y un ex miembro de One Direction, Liam Payne. Kendrick Lamar ha ganado el EMA a vídeo del año, mientras Stormzy ha realizado una de las actuaciones más llamativas, al aparecer dentro de un coche de policía para interpretar ‘Big for Your Boots’.
También ha llamado la atención Travis Scott volando por los aires mientras interpretaba ‘Butterfly Effect’, mientras U2, que acudían para recibir un premio especial, han optado por actuar en exteriores para presentar su nuevo single ‘Get Out Of Your Own Way’. Misteriosamente, al cabo de un par de minutos, ya estaban dentro del recinto otra vez.
Han completado la lista de actuaciones el popurrí infalible de éxitos de Clean Bandit con Zara Larsson, Julia Michaels y Anne Marie, French Montana con Swae Lee, una actuación muy poco lucida de The Killers con ‘The Man’, Kesha con un número algo Sia en ‘Learn to Let Go’ y, para cerrar, un vistoso set de un felicísimo David Guetta, como siempre encantado de conocerse, junto a Charli XCX y French Montana en ‘Dirty Sexy Money’.
Se han echado de menos valores como The xx, Lorde o Lana del Rey, y alguna estrella más de primera categoría a nivel comercial (tamaño Rihanna o Beyoncé), pero hay que elogiar el ritmo de la ceremonia: casi no se han entregado premios en vivo. Sea esto buena señal o pésima, los galardones de Coldplay, Ed Sheeran, Kendrick Lamar o David Guetta se han mostrado en plan batiburrillo sin siquiera mencionar a los nominados, y eso que este último, hasta estaba por allí. Igual no se ha dado demasiado valor a la música, pero si la queja era que la gala duraba demasiado, esta vez por los pelos se han superado las 2 horas.
Bilbao era una de las ciudades que se rumoreaba acogerían la nueva edición de MTV Europe Music Awards, que se celebran esta noche, 12 de noviembre, finalmente en el Wembley Arena de Londres. La capital vasca será, sin embargo, la ciudad anfitriona de acoger la ceremonia de MTV el año que viene, tal y como ha informado el canal durante el día de hoy. La gala tendrá lugar el 4 de noviembre de 2018 en el Bilbao Exhibition Center (BEC), cuando se cumplan 25 años de los premios. Es la tercera vez que España los acoge, tras Barcelona (2002) y Madrid (2010).
En declaraciones a MTV, Juan María Aburto, alcalde de Bilbao, ha asegurado que “Bilbao es una ciudad de fuerte personalidad, que se encuentra en las primeras posiciones de vanguardia internacional como la punta de lanza de una realidad metropolitana completa, creativa, innovadora y competitiva. Eventos como los MTV EMAs contribuyen a que Bilbao mantenga ese estatus, así como a impulsar el empleo y la actividad económica, colaborando en el bienestar y la calidad de vida de todos los bilbainos y bilbainas. Pero además, va a ser la mejor plataforma para que demostremos al mundo nuestra excelente capacidad para organizar eventos de esta magnitud. Un evento totalmente diferente que va a ser para nosotros una auténtica prueba a todos los niveles. Es un reto pero es un reto maravilloso”.
La gala de esta noche, que presenta Rita Ora, contará con la actuación destacada de Eminem, quien acaba de estrenar single con Beyoncé y recibirá el premio Global Icon. También se subirán al escenario de los MTV europeos Demi Lovato, Shawn Mendes, Liam Payne, Camila Cabello, Kesha, The Killers, Stormzy, Travis Scott, French Montana, David Guetta con Charli XCX y Afrojack y Clean Bandit con Zara Larsson, Anne-Marie y Julia Michaels. Aspiran al premio español C. Tangana, Viva Suecia, Miguel Bosé, Kase. O y Lori Meyers.
Es curioso cómo la carrera reciente de Ojete Calor y la de Maroon 5 han discurrido paralelas en los últimos tiempos: tras sus exitosos álbumes anteriores de hace unos 3 años –‘Delayed!’ y ‘V’ respectivamente–, sus nuevos discos se publicaban el pasado 3 de noviembre tras haber ido espaciando en el tiempo sus adelantos, éxitos como ‘Viejoven’ y ‘Tonta Gilipó’ (featuring Amaral) –en el caso del dúo formado por Carlos Areces y Aníbal Gómez– o ‘Don’t Wanna Know’ (featuring Kendrick Lamar) y ‘Cold’ (featuring Future) –en el caso de Adam Levine y los otros cuatro que nadie nunca sabe cómo se llaman–.
Bobás al margen, lo cierto es que desde que el dúo de actores metidos a cantantes de subnopop anunciara que dejarían los escenarios su popularidad ha crecido exponencialmente. Igual lo tenían todo planeado y todo. Y es que de dar a entender que incluso no habría más Ojete Calor hemos pasado a verles como absolutas estrellas en festivales nacionales y contemplar cómo varias de sus canciones cuentan sus streamings por varios cientos de miles (‘Viejoven’ en concreto se va acercando al millón de escuchas solo en Spotify, ojito). Su truco, obviamente, está en que su discurso artístico –esto es, pop muy bien hecho pero mal cantado y envuelto en un halo de mamarrachismo extremo para que nadie pueda tomarse a mal la carga de ácido que trasladan muchas de sus letras de modo que la opinión más inquisitorial les vea como poco más que un chiste– es apto para todos los públicos.
‘Pataky’ es, en ese sentido, una versión mejorada de ‘Delayed!’, aunque tiene sus puntos flacos. Básicamente el hecho de que conociéramos ya hasta 7 cortes del disco y que sean –con alguna excepción– los mejores del conjunto supone una pequeña decepción. Más que nada porque hay ¡12 temas más! Es decir, bastantito relleno. Vale que hay 4 interludios o bromis más o menos rijosos –el primero abre el disco con Lucía Etxebarría en plan académica de la RAE–, pero es que entre las novedades hay temas prescindibles como la semi-instrumental ‘Subnopop’ –que más bien es un jingle introductorio, aunque ese “Donna Summer” tan aleatorio dé risa– o ‘Ismos’, que ni tiene la gracia que ellos deben creer que tiene ni resulta excitante musicalmente.
Hasta ahí las debilidades. Ahora viene lo bueno. Primero, Carlos y Aníbal han optado por dejar atrás aquellos tics rockeros de su primer disco que, creo yo, eran lo que lo hacían sonar algo desfasado. En ‘Pataky’ se centran en el electropop, a veces más synth, a veces más punchy-punchy, salpicado con algún guiño a otro palo ajeno (el cachondo perreo de ‘La niña de Suramérica’; el folk-esputo de ‘Sinceridad no pedida’ –con coros que nos aventuramos a decir que son de Guille Mostaza–; el doo-wop con plot-twist de ‘Amiga de las estrellas’). Y eso le da una unidad que le sienta muy bien. Y segundo, sumando trallazos innegables como ‘Gente que imita mal los acentos’ o ‘Vintage’ –atinado deprecio por la nostalgia cuñada– a ya éxitos como ‘Opino de que’, ‘Qué bien tan mal’, ‘Vete a tu casa’ –versión de ‘Freed from Desire’ de Gala– o ‘Madrid-Bilbao-Bollo’ arman un buen grupo de canciones perfectas para bailar haciendo el mónguer –o no– y confirman que cuando van al grano son demoledores.
Además, en los momentos que relajan el ritmo y no matan musicalmente lo suplen con mucha, mucha coña: hablo de ’La gente mala’ –ese “who’s bad”, ese “Pinocheto”…– y ‘La gente extranjera’, su versión depechemodesca de ‘People Are Strange’ de The Doors. Como ya hemos defendido en alguna ocasión, es una auténtica alegría que queden artistas (como ellos, Las Bistecs, Los Ganglios, Anntona, Ladilla Rusa, Los Koplowitz…) que se rebelen contra el atavismo que equipara automáticamente dramatismo y épica con calidad musical. Pero, sobre todo, lo es que haya una generación que no solo acepte eso (algo de lo que no pudieron disfrutar Alma-X, Feria, Blas y las Astrales) sino que también lo goce bien con este ‘Pataky’.
Calificación: 6,9/10 Lo mejor: ‘Tonta Gilipó’, ‘Viejoven’, ‘Vintage’, ‘Opino de que’, ‘Qué bien tan mal’. Te gustará si te gustan: Las Bistecs, Los Ganglios, Alma-X, McNamara. Escúchalo:Spotify
Puede que no sea la mejor canción del cuarto disco de Vetusta Morla, mérito que seguiría recayendo en el single ‘Te lo digo a ti’, pero sí es una de las más curiosas y llamativas. ‘Palmeras en La Mancha’ se abre con un boletín que habla de un «falso gurú que subía fotos a Instagram de pies que no eran suyos». ¿Verdad, broma u obra de El Mundo Today?
La tercera canción del notable ‘Mismo sitio, distinto lugar’, presenta situaciones costumbristas con un punto de humor, encabezadas por esa «mamá» que se fuga con la «novia de papá» y por esa «serie que acabó sin su actor principal», todo un precedente de lo que ha pasado con ‘House of Cards’ aunque aquí el asunto termine por otros derroteros. Pucho, cantante del grupo, nos recuerda en una entrevista que publicaremos próximamente que Vetusta ya habían explorado antes ese punto costumbrista. «En ‘Cenas ajenas’, del primer disco, hay un pavo mirando por la ventana a sus vecinos de enfrente, rollo voyeur. También ‘Tour de Francia’ del último disco, que es estar viendo la tele en verano en tu casa tocándote los huevos». Pero Guille Galván, uno de los dos principales autores de la banda, coincide en que nunca habían llegado tan lejos como en esta canción: «Es verdad que este disco es más descarado, tocamos muchos palos, y hay un palo que es la sátira y la ironía como salida ante una situación tan dramática como la que estamos viendo como sociedad. Es necesaria. Dijimos: «vamos a atrevernos a hacer una canción con otro código», mantenemos una manera de escribir, pero cambiando el punto de vista».
El boletín es un choque frente a la solemnidad y la épica que ha dominado gran parte de la discografía de Vetusta Morla. Y de hecho existe una versión de ‘Palmeras en La Mancha’ sin boletín por si se arrepentían de su inclusión. Al final se han atrevido, para alegría del ilustre mezclador del disco Dave Fridmann (Flaming Lips, Mercury Rev), que pidió una traducción de todas las letras para acceder a trabajar con Vetusta. Cuenta el grupo: «le tuvimos que explicar lo que era El Mundo Today, que era una gente que hacía sátira, y con un programa de radio. Hicimos dos versiones por si nos echábamos atrás, una con el boletín y otra sin él. Ya nos hemos hecho, pero al principio era bastante desconcertante que apareciera un boletín. Cuando (Dave Fridmann) escuchó el disco, nos dijo «me gusta esto, me gusta lo otro», pero también: «¡Qué bien que los chicos de las noticias siguen en el disco!».
El resultado es una canción divertida («¡su mujer llevaba la misma doble vida que él!»), combativa en gran medida, autoparódica en su puente latino, quizá algo raruna en la repetición de los pugilísticos «1-2, 1-2» (justificados porque «denuncian agresión durante un combate de boxeo»), pero indiscutible en su estribillo: el «podría ser yo» constituye el mejor de todo el álbum. Carne de directo que seguro es un triunfo de la inminente gira que prepara el grupo.
La frontera entre el Rag’n’Bone Man underground y el que se ha dejado seducir por el mainstream no la determina su actual directo: el gran capital se nota desde ‘Human’, su álbum de debut publicado por Sony Music el pasado febrero tras haber lanzado cuatro EPs con tres sellos distintos de hip-hop desde 2012. En él queda claro que Rory Graham, un vocalista salido de la escena rap de Brighton, que escuchaba los discos de su padre de Muddy Waters, J.J. Cale y John Lee Hooker y que participaba en sesiones de micrófono abierto en bares de blues, también ha aprendido a hacer pop. Un pop orquestal, elegante, comunitario y, aún en cierta medida, con acento soul y R&B. Pero el rap, el carácter blues y ese rollo industrial con el que tanto llamó la atención en ‘Human’, su indiscutible pelotazo, irónicamente han desaparecido por completo.
Graham lleva prácticamente todo el año dando la vuelta al mundo con su álbum, doble platino en Reino Unido: el cumplimiento de la promesa que hizo la BBC Sound of 2017 –donde quedó segundo– hace justo doce meses. Ha pasado por festivales de primera división, salas carismáticas de Europa y Norteamérica, programas de televisión, galas de premios, estudios de radio y anoche, al fin, por el templo de la música en directo en Barcelona: la sala Apolo, que lógicamente tenía el cartel de ‘sold-out’ colgado desde hacía meses. Ante un público muy heterogéneo, plagado de extranjeros y, en general, extrañamente sobre excitado –no hubo forma de disfrutar en silencio de determinadas canciones o momentos sutiles, salpicados de grititos y necesarios aunque inocuos “shhh”–, Rag’n’Bone Man desplegó todo el encanto y el vozarrón que le permiten sus casi dos metros de estatura y más de uno de diámetro.
Gracias a una imponente banda de siete miembros –con vientos, cuerdas, batería, teclado, corista, etc.– reelaboró una veintena de temas decorando desde el principio su sonido de manera orquestal y festiva: reduciendo la aspereza de ‘Wolves’, corte con el que arrancó, y el flow de ‘The Fire’, convertida casi en pieza crooner, y llevándose la ya-no-tan-Algiers ‘No Mother’ al terreno de ‘Ego’. De esta forma, se entendió rápido que sus composiciones son sencillas, apoyadas en una increíble voz y en sus requiebros, pero que además son fácilmente exportables a géneros más accesibles que los que le han servido hasta ahora de influencia vocal, muy bien aprovechada, por cierto. Desde ciertas aproximaciones al R&B, por ejemplo, pudo explotar la vena góspel de ‘Your Way or the Rope’, el acento sureño de ‘As You Are’, con arreglos de banda de soul, o el arranque country pop, épico y espiritual, de una muy aplaudida ‘Grace’.
No obstante, la tónica general fue llevarlo todo al terreno del pop, y ahí es cuando se corre el riesgo de ser, más que absorbido, clonado por el mainstream. Cuando, durante un amplio fragmento central del concierto, Graham se apoyó mayoritariamente en el piano, en temas como ‘Lay My Body Down’, ‘Perfume’ y, sobre todo, ‘Odetta’, dio la sensación de que todo funciona mejor si se parece a Sam Smith, cosa que va en detrimento del carácter musical propio de Graham, más irrepetible en sus inicios que ahora.
Por suerte, además de poseer una voz que sí es y será siempre inimitable, tiene una serie de hits incontestables que resultan infalibles para construir un directo a la altura de las expectativas. Fundamentalmente ‘Skin’, donde el británico dio alas a una voz recia, que da mucha seguridad y que convierte en fe ciega cualquier brizna de esperanza, y, por supuesto, ‘Human’. Interpretada cerca del final del repertorio, certificó el casi total abandono del rollo underground en favor de un evidente acento de sofisticación. Solo quedó un poso de soul industrial y el rapeo que se marcó al final. Con éste, los únicos contactos con lo callejero estuvieron protagonizados por una desafiante ‘Guilty’, justo antes del citado momento cumbre, y, ya en los bises, por una ‘Hell Yeah’ que provocó un atisbo de actitud “put your hands up” por parte del público.
Con todo, es innegable que Rag’n’Bone Man tiene tablas, talento vocal y un extenso cancionero que demuestra que no es, en absoluto, un recién llegado ni un músico pelele. Lo único que sabe una pizca mal es que haya trasladado tan claramente su domicilio musical de los barrios bajos a los altos (entiéndanme), perdiendo parte de su distintivo original. Menos mal que el soul siempre será más fuerte que el mainstream.
Jesse Lacey, líder de la banda neoyorquina de rock alternativo Brand New, ha sido acusado de abusos sexuales por una persona en Facebook, quien asegura le “manipuló” y abusó de ella cuando era menor. “Me pedía que posara de determinada manera en lugares y ropa concretos, me hacía de menos y me dejaba claro que mi sexualidad era lo único que yo podía ofrecer”, ha dicho. ”Él sabía que lo que estaba haciendo era ruin, así que me dijo que no me tocaría hasta que cumpliera los 19”. Esta persona explica además que Lacey le forzó a verle “masturbándose en Skype”.
El músico ha reconocido las acusaciones en un post público y ha pedido perdón a todas las personas a las que “he hecho daño”. Lacey habla de una “relación adictiva y dependiente” con el sexo que desarrolló “temprano en su vida” y por la que llegó a tratarse después de serle infiel a la que iba a ser (y sigue siendo) su mujer, a quien honra por haber mantenido, “con paciencia y dignidad”, su matrimonio a flote “a pesar del dolor que le ha causado conocer mi pasado”.
Estas acusaciones contra Jesse Lacey se producen precisamente cuando Brand New vive el momento más dulce de su carrera profesional gracias al éxito de su último disco, ‘Science Fiction’. El álbum, el quinto de la banda, no solo ha logrado el número uno en la lista oficial de Estados Unidos (por primera vez para el grupo) sino que es uno de los discos mejor valorados de 2017 según Metacritic. Concretamente, el cuarto, con una media de 88 sobre 100.
Taylor Swift ha sido la última invitada musical en Saturday Night Live, en el que ha sido su gran regreso a la televisión y solo su segunda actuación en directo en 2017. Ha presentado, claro, su nuevo disco, un ‘reputation’ que va en camino de vender 1,5 millones de copias en su primera semana, y que te invitamos a debatir en nuestros foros.
La autora de ‘Look What You Made Me Do’ no presentó este single en concreto -parece que el single ya ha gastado todo su combustible- ni tampoco ‘New Year’s Day’, la balada al piano de ‘reputation’ que sí tocó en su casa; sino el segundo, ‘…Ready for It?’, y la balada ‘Call it What You Want’. Para el primero usó un micrófono-serpiente y realizó una pequeña coreografía, y para la segunda ofreció una actuación acústica a la guitarra.
Entre los temas destacados de ‘reputation’ se encuentra una excelente y escapista ‘Getaway Car’ que hemos analizado recientemente. ‘reputation’ sucede al exitoso ‘1989’.
Os recomendamos cinco reciente novelas gráficas que vale la pena descubrir.
Yoshiharu Tsuge / La mujer de al lado
Para entender un poco más al japonés Yoshiharu Tsuge, la editorial Gallo Nero nos trae seis relatos publicados entre 1981 y 1985, antes de ‘El hombre sin talento’. ‘La mujer de al lado’ reúne una serie de historias de tinte autobiográfico ambientadas en el extrarradio de una ciudad cualquiera japonesa, asediada por el desarrollo urbanístico, y cuyos protagonistas no evolucionan a la misma velocidad, acorralados por la inquietud, la nostalgia y los apuros económicos.
Tsuge, vinculado al estilo gekiga, género manga de imagen más dramática y alejado de las expresiones infantiles –eran muy habituales, aun siendo para adultos-, muestra en esta obra su poder de seducción. Su narrativa va dando pistas, a un ritmo íntimo y sin quedarse en las primeras impresiones, de la humanidad de una sociedad desamparada, y sin lugar para moralejas ni lecciones sociales.
Catherine Meurisse / La levedad
La francesa Catherine Meurisse llegó tarde a trabajar el 7 de enero de 2015 a la redacción de la revista Charlie Hebdo. ¿Por suerte o también tuvo que hacer frente a un acto tan violento, que le resulta imposible continuar con su existencia? Partiendo de la anécdota que esa mañana le salvó la vida, Meurisse habla en ‘La levedad’ de la realidad del día a día tras el atentado. La presión mediática, la pérdida de amigos y compañeros de trabajo, la reacción de las redes sociales, la ola de solidaridad, la incapacidad para volver a una rutina tras una supervivencia que apenas se acerca a la normalidad del día a día… son parte de los problemas que Meurisse tiene que asumir a la velocidad del sonido.
La autora expone su estado de debilidad a la hora de trabajar en este diario, ligeramente ensombrecido por un dibujo espontáneo y con poco detalle, pero fortalecido en las ilustraciones mudas y en una trama secundaria que atrapa el interés al máximo. Después de aquel mantra universal que fue #JeSuisCharlie, el lector averigua que hay otros interrogantes para los que estas viñetas no dan respuesta contundente, pero que al menos sí permiten que se empatice con semejantes lances.
Riad Sattouf / Los cuadernos de Esther
La obra de Riad Sattouf está plagada de niños. Sus trabajos anteriores, como ‘El árabe del futuro 1 y 2’, donde recreaba su infancia entre Siria, Libia y Francia cuando era apenas un crío, le han valido alcanzar reconocimiento, cifras de venta importantes y la traducción a casi una veintena de lenguas. En ‘Los cuadernos de Esther’ la protagonista es una niña de diez años parisina, descarada y cargada de teorías sobre todo su entorno.
Los ídolos de los adolescentes, el tener un iPhone, las conspiraciones entre amigas, los noviazgos en el patio del colegio a tan temprana edad, los vínculos con los padres o los hermanos, el racismo, la religión… son los temas que Sattouf aborda con la dificultad de hacerlo en la piel de alguien tan poco semejante a él: sexo contrario, gran diferencia de edad y salto generacional de un país distinto al suyo aunque creció en él. Prejuicios que quedan apartados por el atractivo personaje de la pequeña Esther.
Marchamalo y Torices / Cortázar
La vida y obra de uno de los autores más universales de la literatura hispanoamericana, y un nómada incansable en Europa como fue Julio Cortázar es el motivo que han escogido el madrileño Jesús Marchamalo (guión) y el barcelonés Marc Torices (ilustraciones) para este libro plagado de anécdotas y decisiones llamativas del escritor: desde el nacimiento accidental en Bruselas en 1914, pasando por Barcelona tras la Primera Guerra Mundial, sus retiros en Francia o su compromiso político con Latinoamérica -especialmente con Cuba y Chile-, sin pasar por alto sus comienzos en Argentina.
Siguiendo un orden cronológico, el trabajo estilístico de los dibujos discurre con infinidad de registros y recursos. Marc Torices cambia formato, tamaño o va variando la disposición geométrica de las ilustraciones a su aire, saltando del monocolor al color con una facilidad pasmosa. La perspectiva que da aumenta gracias a la escritura de Marchamalo, en gran medida por abordar lo más relevante de Cortázar como documento fundamental de la literatura, desestimando detalles que poco aportan sobre su vida y obra.
Olivier Schrauwen / Arsène Schrauwen 3
Llega por fin la tercera y última entrega de la memorias imaginadas del abuelo de Olivier Schrauwen. Una trilogía que nos lleva de viaje hacia parajes cálidos y húmedos del colonialismo belga. En este desenlace se repiten los símbolos, las metáforas, la ironía y el humor lisérgico de una historia familiar que marca grandes distancias respecto a los trabajos anteriores de Schrauwen.
Consciente de la reflexión pausada del protagonista, sobre un dibujo en un par de tintas, sin perder autonomía y bajo un prisma de extravagancia y surrealismo -no apto para todos los públicos en sus dos primeros volúmenes sobre todo-, el autor muestra una fuerza visual muy expresiva que va más allá de los movimientos. La percepción del lector va a seguir también plagada de referencias a otras obras y autores, pero ojo, porque se trata de un catálogo de obsesiones que el autor sabe utilizar a la perfección. Una técnica tan sibilina como el humor o las referencias a la sexualidad destilan, en paralelo, situaciones de lo más inquietante.
Taylor Swift ponía ayer a la venta su sexto disco, ‘reputation’, y hay buenas noticias para aquellos decepcionados con ‘Look What You Made Me Do’. En general -hay un par de excepciones notables, como el mismo primer single- Taylor ha co-escrito y co-producido la primera parte del álbum con Max Martin y Shellback y la segunda con Jack Antonoff de fun. Y la segunda es notablemente más asequible, pop y apta para los seguidores de ‘1989’. Mientras lo de la primera parte parece más «complicado», un disco de pop más sencillo para bien y clásico se expande sobre todo a partir de ‘Gorgeous’. Despuntan enseguida los estribillos de ‘Dancing with Our Hands Tied’ y ‘This Is Why We Can’t Have Nice Things’, mientras ‘Dress’ -como medio tiempo R&B- va a encantar a todos aquellos que disfrutamos de su dúo con Zayn a principios de este año.
Pero la mejor canción a primera vista, a falta de saber dónde se pondrán los dólares para la siguiente superproducción en forma de vídeo o qué tema podría beneficiarse esta noche de su interpretación en vivo en ‘Saturday Night Live’ además del grower ‘Ready for It?’; es ‘Getaway Car’, como intuía ayer mi compañero Raúl Guillén. Muchas canciones se han escrito antes bajo la temática «road movie», desde ‘Fast Car’ de Tracy Chapman a ‘There Is a Light That Never Goes Out’ de los Smiths, pero esta también es de las buenas.
‘Getaway Car’ es un excelente medio tiempo 100% Taylor Swift, no tan alejado de ‘Style’ y ‘Out of the Woods’, las dos mejores pistas de ‘1989’, que aquí se agarra a los sintetizadores de ‘Drive’ (sí, más coches), con la intro vocoderizada avisando desde el principio de que algo no va a salir bien: «No, nothing good starts in a getaway car». Taylor no está aquí hablando solo de amor, los protagonistas son dos delincuentes a lo Bonnie & Clyde (a los que incluso se menciona), logrando que este tema, pese a su melodía dulce y blanca, case perfectamente con la imagen de malota ofrecida en ‘Look What You Made Me Do’ y ‘Ready for It?’. De hecho, [SPOILER] al final ella se fuga sola sin él («te dejé en el bar del motel, cogí el dinero, robé las llaves y esa fue la última vez que viste») [FIN DEL SPOILER].
Historia aparte, una canción sencilla, tampoco muy sorprendente, que quizá por tanto no habría funcionado como primer single, pero que sí va a convertirse en favorita de sus fans, pues al margen de todos los Bonnies and Clydes y su desenlace, lleva impresa por todos lados la palabra «escapismo». Como dice la letra, siente «luz de la libertad en la cara».
Chuck Mosley, el que fuera primer vocalista de la banda de metal Faith No More, antes de que fuera sustituido por su líder más conocido, Mike Patton, ha fallecido este fin de semana a los 57 años, tras un tiempo sobrio, por causas relacionadas con su adicción a las drogas, ha anunciado su familia. En un comunicado, la familia de Mosley comparte la noticia “con la esperanza de que sirva de toque de atención a todas esas personas que luchan por mantenerse sobrios”.
Mosley cantó en los dos primeros discos de Faith No More, ‘We Care a Lot’ (1985) y ‘Introduce Yourself’ (1987) antes de que el grupo le despidiera por su “comportamiento problemático”. El año pasado, Mosley se reunió con Faith No More para un concierto en promoción de la reedición de su primer disco.
Faith No More ha recordado a Mosley en Facebook, escribiendo que era una “fuerza de energía imparable” y acreditando su contribución fundamental al grupo. “[Mosley] nos ayudó a encontrar nuestro camino y a ser únicos y originales. Sin su ayuda el grupo no se habría desarrollado en la manera en que lo hizo. Fuimos una familia, una familia extraña y disfuncional, y estaremos siempre agradecidos por haber compartido tiempo con Chuck”.
Nadie puede discutir que los británicos The Horrors han sabido metamorfosearse como pocos. De aquella banda punk garagera de hace una década ahora queda más bien poco, como demuestran en su reciente ‘V’, en el que incluso se han atrevido a barnizar sus canciones de un toque industrial que para nada suena a cliché. A las puertas de que vuelvan a visitarnos a nuestro país el 12 de diciembre en Barcelona (Sala Apolo), el 13 en Valencia (Moon) y un día más tarde en la capital (But), hemos charlado con el líder de la banda, Faris Badwan, para que nos revele en qué momento se encuentra actualmente el grupo, cuál ha sido el papel de Paul Epworth en estos nuevos temas y qué planes tienen ya marcados en su hoja de ruta.
Imagino que estás muy contento con las unánimes críticas positivas que ha recibido ‘V’.
Estoy contento de todo lo que se ha escrito sobre el disco en las últimas semanas, pero la verdad es que estaba igual de contento antes de leer las críticas. Ninguna reseña se tiene que tomar jamás como una verdad absoluta y, ni mucho menos, debe influenciarte.
Pese a ello, ¿podría decirse que este es el disco del que más satisfecho te encuentras hasta la fecha?
En parte sí porque el reto con este álbum fue encontrar el mejor proceso posible para que la banda pudiera trabajar.
A finales de 2014 cancelasteis la gira europea que tenías programada alegando que querías volver al estudio. Imagino que no fue una decisión fácil de tomar.
Sin duda. Fue arriesgado en ese momento, pero era muy necesario tomar ese camino pensando en la banda a medio-largo plazo.
Por tus palabras, entre otras cosas, se interpreta que no quedasteis muy satisfechos que digamos de ‘Luminous’.
No fue tanto el estar feliz o no con el resultado de aquel disco, sino que estábamos insatisfechos con el proceso que seguimos porque como banda estábamos demasiado acomodados por entonces. Nos dimos cuenta de que para seguir teníamos que cambiar las dinámicas de la banda y trabajar más que nunca juntos para conseguir una meta que, ahora, se ha materializado en ‘V’. Eso no quiere decir que pensáramos en separarnos, sino más bien en que teníamos que aprovechar la energía que teníamos para volver al estudio y no dejar escapar las ideas que teníamos en mente.
Para que quede aún más claro, ¿en qué han cambiado The Horrors en los últimos cuatro años?
Hemos aprendido muchísimas cosas nuevas como banda y, además, hemos mejorado la forma de componer los temas. El peor error que puedes cometer como músico, y más si formas parte de un grupo, es acomodarte y seguir el camino fácil. Para nosotros era muy importante encontrar una nueva forma de interacción. Aguantarnos los unos a los otros durante doce años nunca es algo sencillo que digamos.
Aquellos que lanzan un disco con un propósito o una meta en la cabeza están errados
Os encargasteis vosotros mismos de la producción de ‘Luminous’, pero de cara a este ‘V’ no habéis dudado en llamar a Paul Epworth.
En canciones puntuales de ‘Primary Colours’ sí que contamos con productores, pero hasta ahora jamás habíamos tenido alguien que se encargara de producir de principio a fin uno de nuestros discos. Trabajar con Paul nos ha hecho cambiar nuestra dinámica de trabajo más que nadie. Más que un productor él ha sido un miembro más de The Horrors. Siempre es positivo que alguien ajeno a tu “familia” te aconseje y, en el caso de que sea necesario, redirija lo que estás haciendo.
Paul ha trabajado con grandes artistas mainstream como Adele o Rihanna, entre un extensísimo etcétera. No obstante, para él pienso que esta ha sido una muy buena oportunidad porque ha podido volver a demostrar una de sus vertientes más experimentales.
Paul años atrás sí que explotaba mucho más la música experimental a diferencia de más recientemente, el momento en el que empezó a trabajar con grandes artistas pop. Habría que preguntarle a él, pero quizás con nosotros ha tenido una ocasión para desintoxicarse momentáneamente de todo lo pop que venía haciendo estos años.
¿Cuál ha sido la canción de ‘V’ más complicada de tirar adelante?
Diría que ‘Hologram’, más que nada porque empezó siendo una canción punk de tres minutos y finalmente acabó siendo algo así como una guía para el resto de temas. Ese es un ejemplo de buena decisión que entre todos tomamos.
Si no cambiáramos y nos pusiéramos a prueba disco tras disco te aseguro que no seguiríamos en esto porque no tendría sentido
¿Qué sensación queréis que se lleve el oyente una vez escuche ‘V’?
Aquellos que lanzan un disco con un propósito o una meta en la cabeza están errados. En este caso lo que queríamos mostrar es que como quinteto podemos hacer cosas que realmente sean creativas. O, al menos, esa es la sensación que nosotros nos llevamos.
Hablas de ser una banda creativa cuando, precisamente, ya marcasteis un importante punto de inflexión entre vuestro debut y ‘Primary Colours’. Para muchos, incluido yo, os habéis convertido en un grupo del todo impredecible.
Si no cambiáramos y nos pusiéramos a prueba disco tras disco te aseguro que no seguiríamos en esto porque no tendría sentido. No se puede dar nada por hecho. Hay que seguir mejorando y aprendiendo cosas nuevas cada día porque sólo así puedes seguir adelante. Sintiéndonos creativamente satisfechos de lo que hacemos es como la banda se fortalece.
Ese toque de rock industrial que inunda en varios momentos del álbum finalmente ha sido un acierto, pero ‘V’ en realidad es un disco muy accesible en términos generales. ¿Encontrar ese equilibrio fue una ardua tarea?
Más que equilibrar nos dejamos guiar por lo que cada canción en concreto pedía. Cuando nos pusimos a trabajar en serio en el álbum no partíamos de la idea de que queríamos darle un toque industrial por un lado, o eufórico o de desamor por el otro.
¿Todas las canciones en las que trabajasteis han sido incluidas en ‘V’?
No, para nada. De hecho esta ha sido la vez que más canciones hemos compuesto en realidad. Acabamos con sesenta temas, lo cual visto ahora con perspectiva es algo bastante loco.
Una de las favoritas del público es ‘Something To Remember Me By’, probablemente lo más bailable que jamás habéis grabado. ¿Esto abre la puerta a un disco más hedonísticamente electrónico en un futuro?
Quizás, eso nunca se sabe. Cuando entramos al estudio lo único que nos importa es estar igual de satisfechos que inspirados, independientemente del estilo que estemos tocando.
Si actualmente estás en una banda tienes que tener la capacidad de trabajar rápido. Es como en los sesenta, en el que los grupos cada año tenían un nuevo disco listo o incluso un par
A lo largo de ese cambio en el proceso que anteriormente has comentado, ¿también consideras que tus letras han evolucionado de algún modo?
Diría que sí. A diferencia, por ejemplo, del disco anterior, en éste las letras son mucho más directas y no caen en metáforas imposibles. Aunque, de todos modos, la gente se me sigue acercando diciéndome que no tiene ni idea de qué estoy contando.
¿Qué consejo le darías al Faris de ‘Strange House’?
Buff, difícil… Sinceramente hace diez años no escuchaba los consejos de nadie, así que en eso ha habido un gran cambio en mí.
Más allá del tour en el que estáis ahora embarcados, ¿hay pretensión de sacar un nuevo álbum más pronto que tarde?
Justo cuando acabe este nuevo tour vamos a pasar por el estudio otra vez. No tenemos planes de tomarnos unas vacaciones. Si actualmente estás en una banda tienes que tener la capacidad de trabajar rápido. Es como en los sesenta, en el que los grupos cada año tenían un nuevo disco listo o incluso un par.
Para cualquiera que haya seguido a C. Tangana desde sus inicios hasta la actualidad resultará una especie de milagro hecho realidad verle recogiendo un premio de Los 40 Principales en la gala de Los40 Awards, que se han celebrado este viernes en el WiZink Center de Madrid. Pucho ha conseguido lo que una vez se propuso, que la nueva música urbana en España salga del underground. Y precisamente a la escena sumergida en la que se ha criado dedicó anoche su premio a Artista revelación del año. Explicó: “Yo vengo de un mundo que es el underground, no sé si habéis oído hablar de él. Vengo de un mundo que es la música urbana en España. Yo solo soy uno, pero hay mucha gente detrás. Aquí hay gente influyente de la música en España y os invito a que entréis en nuestra escena y que ampliemos un poquito esto. Que haya más mesas el año que viene”.
Por ahora en la gala hubo mesas también para dos grupos destacados del pop alternativo internacional como son Monarchy, que se hicieron con el galardón ‘Grupo LOS40 TRENDING’, y Portugal. The Man, autores de ‘Feel it Still’, que recogieron el premio a ‘Grupo LOS40 Black Jack’. Un grupo por ciento que representa perfectamente el éxito “crossover” (del indie al mainstream) que han realizado varios grupos de nuestro país en los últimos años, como es el caso de Love of Lesbian, al que veíamos recogiendo un premio de Los40 el año pasado en los que también fueron premiados Fangoria, Michael Kiwanuka o Sia.
Más allá de lo “alternativo” (siempre entre comillas), no era en absoluto una posibilidad que ‘Despacito’ no lograra algún tipo de reconocimiento en Los40 Awards y el éxito de Luis Fonsi y Daddy Yankee (con Justin Bieber) se agenció el premio a Canción internacional del año, diferenciándose por supuesto del premio a la canción nacional, simplemente descrita como Canción del año, que fue a parar a manos de Morat y Álvaro Soler por ‘Yo contigo, tú conmigo’. Premios tan obvios como el de Vanesa Martín a Artista del año, Ed Sheeran a Artista internacional del año o el de Maluma a Artista latino. Y entre tantas jóvenes estrellas, ahí estaban U2 y Alejandro Sanz recogiendo sendos premios Golden Award por toda su trayectoria, el de los primeros entregado por Penélope Cruz.
En 1994 un humorista fue capaz de cambiar el lenguaje de todo un país, como sucede pocas veces en la historia. Chiquito de la Calzada, que había ejercido de cantaor desde los 8 años e incluso fue palmero de Camarón, actuando en teatros de todo el mundo, saltaba a la fama a los 62, logrando que todos asimiláramos expresiones tan surrealistas como “pecador de la pradera”, “fistro vaginal”, “no puedorl”, “cobarde” o “hasta luego, Lucas”.
Su participación en ‘Genio y figura’ de Antena 3, de donde también salieron otros nombres como Paz Padilla, fue la más celebrada, y cada vez que el humorista se levantaba con uno de sus precipitados movimientos, la audiencia le aclamaba. Esta madrugada finalmente Chiquito, cuyo verdadero nombre era Gregorio Sánchez, ha fallecido a los 85 años después de haber dado un par de sustos a sus seguidores. Hace unas semanas, el 14 de octubre fue ingresado tras sufrir una caída en su casa y ser rescatado por los bomberos, sufriendo una angina de pecho, y recientemente volvía a tener que ingresar. Su esposa, su pareja durante 50 años, había fallecido en 2012.
Sus películas de ‘Condemor’, los intentos de estirar un chicle que no podía durar para siempre, no pasarán a la historia de la comedia española. Para muchos solo era un humorista casposo más apegado a un montón de chistes viejos de mariquitas. Sin embargo, no se puede negar que su influencia a mediados de los 90 caló en todos los estratos de la sociedad, desde el Rey Juan Carlos hasta Leticia Sabater (que cogió a un imitador para su vídeo de ‘Toma pepinazo’), pasando por Pony Bravo, que usaron una imagen suya para promocionar una gira; Hombres G, que le llamaron para casi lo mismo; o Amaral, que nos recomendaron una actuación suya durante una entrevista.
Sr Chinarro también tituló un recopilatorio con una frase suya, ‘Despídete del lago’. En concreto era una frase de ‘Condemor’, cinta de la que a su vez se extrajo una imagen para el vídeo de ‘Directo al corazón’ de Kokoshca. Puede que sus chistes no fueran tan atrevidos como los de Martes y 13 o no llegaran tan lejos en su surrealismo como los del equipo de Muchachada Nuí, pero su influencia en artistas tan distintos en el mundo de la música es solo una pequeña muestra de que en cuanto a universalidad y a alcance social, pocos le ganaron.
La neozelandesa, que no edita disco desde 2014, cuando sacó el también excéntrico ‘The Golden Echo‘, ha avanzado su nuevo álbum hasta ahora con un single centrado en el R&B de tintes futurista, ‘Everybody Knows’. Le da continuación hoy viernes con ‘Top of the World’, una canción funk de cabo a rabo que deja paso para excitantes destellos electro y algún guiño hip-hop y africanista. Es, por cierto, una co-producción de Skrillex.
Dirigido por Guy Franklin, el vídeo de ‘Top of the World’ muestra a Kimbra interpretando el tema entre varias columnas que se van derrumbando. Es una pieza y elegante acorde al sonido de esta canción en la que Kimbra vuelve hacer gala de su exquisito gusto para la producción funk contemporánea.
‘Primal Heart’:
1. The Good War
2. Top of the World
3. Everybody Knows
4. Like They Do On The TV
5. Recovery
6. Human
7. Lightyears
8. Black Sky
9. Past Love
10. Right Direction
11. Version of Me
12. Real Life
La joven noruega Sigrid se ha dado a conocer (y Lorde ha ayudado a eso metiéndola en su playlist) con un single de tintes pop y urban tan carismático como su propio título, ‘Don’t Kill My Vibe’. Una canción explosiva que podía haber sido un gran éxito en la radio americana de haberla firmado Fifth Harmony (por decir alguien) en lugar una debutante escandinava.
Tras el similar éxito en streaming de su segundo single, ‘Plot Twist’ (ambos rondan los 25 millones de reproducciones en Spotify que ya les gustaría a muchos artistas consolidados), en la línea bombástica del anterior, Sigrid vuelve con una canción más cercana al pulso discotequero de Robyn. ‘Strangers’ se sirve de un ritmo ochentero para contarnos la historia de un amor que, como el de las películas, ha sido una ilusión. “Esas personas no podíamos ser nosotros”.
‘Strangers’ mantiene el ritmo arriba y es hacia la mitad cuando lo supera, desarrollándose hacia un clímax electrizante gracias a un segundo estribillo en el que Sigrid redunda en la ilusión de aquel amor: “pensé que lo teníamos, pero nos inventamos un sueño, porque tenemos una buena imagen de lo que podía haber sido”. Ambos estribillos se fusionan en la apoteosis final.
Hoy se cumple un año del lanzamiento de ‘On Hold’ de The xx y la canción continúa en nuestra humilde lista semanal con lo más votado de la semana. La canción suma, obviamente, 52 semanas en la lista, siempre dentro de la mitad alta de la tabla, consolidando a The xx como definitivamente el grupo o artista favorito de nuestros lectores, pues nunca ninguna canción había estado tanto tiempo en nuestra lista, y además el trío continúa en la clasificación con ‘I Dare You’ (también lo estuvieron en su momento con otro single de ‘I See You’, ‘Say Something Loving’). Es la principal noticia de una semana en la que sigue dominando St Vincent, damos la bienvenida a nuevos temas de Sufjan Stevens, Taylor Swift, Rosalía, LCD Soundsystem, SZA y N.E.R.D. con Rihanna y nos despedimos de Jessie Ware. Podéis escuchar la lista de nuevos candidatos bajo estas líneas y volver a votar por vuestras 20 canciones favoritas aquí.