Grace Jones es una de las grandes atracciones de Bilbao BBK Live. Actuará el viernes 12 de julio como cabeza de cartel, un día después de Massive Attack, Air, The Prodigy y Los Planetas; y un día antes de que lo hagan Arcade Fire, Jungle, Slowdive o Floating Points. Con motivo de esta imprescindible cita, dedicamos el nuevo capítulo del podcast REVELACIÓN O TIMO a analizar su carrera.
16 años después de su último disco, el notable ‘Hurricane’, que a su vez salió 19 años después que el anterior, no hemos querido hacer tanto un repaso de su discografía como un homenaje a su figura en general. Nacida en Jamaica, pero muy popular en el Nueva York de Studio 54 durante los años 70, Grace Jones fue en principio una modelo metida a actriz y sobre todo cantante, con unos primeros tres álbumes enmarcados en la música disco, con los que no terminaría de sentirse reflejada.
Es en la grabación paralela del cuarto y el quinto, ‘Warm Leatherette’ (1980) y ‘Nightclubbing’ (1981), cuando hay un enorme salto creativo, bajo la dirección artística de Chris Blackwell de Islad Records y con las portadas hipnotizantes del que sería su pareja, Jean-Paul Goude. Especialmente ‘Nightclubbing’ será un trabajo innovador -tanto para el mainstream, como para el underground- que ha marcado de manera muy evidente las carreras de Rihanna, Beyoncé, FKA twigs, Massive Attack, Lady Gaga o Róisín Murphy.
Lo cual no quiere decir que siempre tuviera buenas palabras para su línea de sucesoras. Conocidas son sus declaraciones en sus memorias de 2015, en las que cargaba contra las estrellas de la industria actual por imitarse unas a otras y por su falta de interés en ser verdaderas «outsiders». Aunque no tanto como sus numeritos en televisión, como aquel en el que atacó unas plantas en Chile o golpeó a un presentador porque le estaba dando la espalda.
Reflexionamos sobre el cambio de los tiempos y las maneras de valorar estos comportamientos, también con la llegada de las redes sociales, y hablamos sobre sus últimos pasos, como ese disco con Blood Orange que jamás quiso llegar. La artista sí ha colaborado de manera aislada con Beyoncé o Gorillaz.
Jamie xx nos ordenaba hace unos días las ideas. Al fin daba los detalles de su segundo álbum de estudio, ‘In Waves‘, revelando qué estaría incluido en él, qué sería solamente un bonus track, y qué quedaría fuera. Entre lo que está dentro por completo, su temazo con Honey Dijon. Entre lo que será solo un bonus track, su temazo llamado ‘It’s So Good’. Grabaciones que compiten entre sí por aparecer entre lo mejor de 2024.
En aquel momento el bueno de Jamie revelaba, además de que el álbum saldrá el 20 de septiembre, que habría una colaboración con Robyn. Ese single nos ha llegado tan pronto como este lunes y es nuestra Canción del Día para este martes. A pesar de que sí ha grabado algunas colaboraciones, hay que recordar que Robyn no saca disco de estudio desde el año 2018, ‘Honey‘.
El propio sello de Jamie xx, Popstock, define la canción como un «resplandor de vientos y bucles filtrados», recordando a algunos de los hits instrumentales -o casi- de los 70 y los 90. Basement Jaxx pueden venir a la mente. Solo que aquí canta Robyn.
Explica la canción el mismo Jamie xx: «Hice esta pista bastante rápido (para lo que soy yo) y me encantó desde el primer momento. Cuando escuché por primera vez la voz de Robyn fue a las 6 de la mañana después de terminar de tocar en Pacha en Ibiza, y fue el momento perfecto. Robyn y yo hemos pasado tiempo trabajando juntos y pasando el rato durante algunos años, siempre es una alegría y siempre es inspirador, estoy muy contento y agradecido de que ella sea parte de ‘In Waves’. ¡Gracias Robyn por darle vida a esta canción!».
En cuanto a Robyn, ha añadido desde sus redes sociales: «quería hacer a esos vientos justicia e impresionar a Jamie, porque simplemente es el mejor. Trabajamos de manera divertida y cuidadosa en Estocolmo y al teléfono y por mensaje. Ahora simplemente quiero veros a todos bailar y daros VIDA».
Y esto último -lo de «dar vida»- parece la clave de una grabación eufórica y saltarina, basada en esos vientos a los que Robyn hablaba de hacer justicia, y que por lo que vemos en los créditos provienen de una de las colaboraciones de Raymond Donnez con Cerrone. Exactamente de ‘A Part of You’, bajo estas líneas.
Además, hay muchos más detalles de los que se aprecian al principio. Por ejemplo, esa especie de guitarra sampleada que podría ser española (o no). O esa letra mucho más larga de lo que parece, diseñada casi exclusivamente a base de monosílabos, aunque construyendo frases como «hagamos que dure toda la noche». Ninguna duda de que lo conseguirán.
Charli XCX se ha sometido a un divertido test en TikTok en el que tiene que ir eligiendo a una artista -en general femenina- sobre otra. Nada más empezar, la autora del excelente ‘brat’ sabe que se va a arrepentir y asegura: “¡estoy tan asustada por todo esto!”.
La primera en la frente, Charli XCX tiene que elegir entre dos tótems, Rihanna y Lady Gaga. Quizá resentida porque Lady Gaga no le dijo nada por el remix que hizo de ‘911’ junto a AG Cook, Charli escoge a Rihanna.
A partir de entonces, el test se convierte en una sucesión de nombres indistintamente geniales, random, olvidados, indies o en horas bajas, y Charli XCX repite una y otra vez el nombre de Rihanna. Cuando escucha el nombre de su amigo y compañero de gira Troye Sivan, Charli justifica: “creo que Troye va a entender que escoja a Rihanna”.
Selena Gomez, Miley Cyrus, Billie Eilish, Lorde, Phoebe Bridgers, Lily Allen, Olivia Rodrigo, Harry Styles y Camila Cabello aparecen por el test. Y curiosamente no es Billie Eilish quien más hace titubear a Charli XCX, sino Doja Cat (porque le encanta «su disco») y Sabrina Carpenter (porque le encanta ‘Espresso’).
Al final, la entrevistadora da con un nombre que Charli XCX prefiere frente a Rihanna: el de Sky Ferreira. En apoyo de la artista, que lleva 10 años sin poder sacar su nueva música por desavenencias con su sello, Charli afirma que «Sky Ferreira es única» (no como otras de las mencionadas o el par de chicos mencionados).
Scooter Braun ha comunicado a través de las redes sociales que deja su carrera de mánager tras 23 años de dedicación. Pasará a ser CEO (nada menos), pero su relación directa con artistas ha llegado a su fin. En su mensaje de despedida indica que la ruptura con uno de sus clientes le ha hecho reflexionar, y que lleva dos años calibrando esta decisión.
“Uno de mis mayores clientes y amigos me dijo que quería ir en una nueva dirección. Hemos pasado muchas cosas durante la última década, pero en lugar de sentirme herido, lo he interpretado como una señal”, indica. Entre los artistas que han dejado de trabajar con él el pasado año están Justin Bieber, Ariana Grande, Demi Lovato, David Guetta, Black Eyed Peas y Carly Rae Jepsen.
En su larguísimo mensaje de despedida, compartido a través de un carrusel de fotos en Instagram, recuerda sus contribuciones a las carreras de Ariana Grande o Justin Bieber desde que este por ejemplo tenía “13 años”, el día en que fue amigo de Kanye West, la primera vez que escuchó ‘Animals’, su reacción la primera vez que escuchó ‘Gangnam Style’, cómo bailó ‘Call Me Maybe’ de Carly Rae Jepsen o cómo contribuyó al Grammy a Productor del Año para Andrew Wyatt. La Super Bowl de Usher está entre sus últimos méritos.
Su carrera tuvo un turbio punto de inflexión cuando adquirió el catálogo de Taylor Swift de su primer sello discográfico, Big Machine. Le costó 300 millones de dólares. Según Taylor, a ella no le fue ofrecida esa compra, lo que ha propiciado que definitivamente la cantante se tuviera que embarcar en las regrabaciones de su propio catálogo. Unas “Taylor’s Version” que Swift ha convertido, por otro lado, en un enorme éxito; pero que han dejado en entredicho la buena fe de Scooter Braun.
Y es que todavía está en Tumblr la carta que Taylor publicó indicando que Scooter Braun la estaba acosando en las redes sociales. Corría el año 2019, eran los tiempos del beef de ‘Famous’ y en que Big Machine chantajeaba a Swift con la obligatoriedad de entregarles un nuevo álbum, por cada uno de los que ella quisiera recuperar los derechos. «Este es Scooter Braun acosándome en las redes sociales cuando estaba en mi momento más bajo. Está a punto de apoderarse de toda la música que he hecho», fue el ilustrativo post de Swift, acompañado de una foto marcada.
En los 6 años que han transcurrido desde la separación de Fifth Harmony, hasta el lanzamiento del primer disco de Normani, la cantante ha padecido la exasperación de sus seguidores, también la burla de sus trols y, sobre todo, el desconcierto de una industria que no conoce fórmulas perfectas. De aspirar a ser la próxima gran estrella del pop, pasó a desaparecer del mapa, publicando canciones de uvas a peras, mientras buena parte de su audiencia inicial se quedaba por el camino.
Sus primeras colaboraciones funcionaron bien, especialmente la de Sam Smith, ‘Dancing with a Stranger’. Después se manufacturó un “single evento” para su debut en solitario, ‘Motivation’, co-escrito por Ariana Grande, y promocionado con un videoclip lleno de homenajes al pop de los 2000, con el que no pasó demasiado. ‘Wild Side’ con Cardi B funcionó mejor en listas, pero tampoco dio paso a un disco. La enfermedad de sus padres -cáncer en ambos casos- obligó a Normani a dejar la grabación de su disco de lado.
Finalmente el debut de Normani, ‘Dopamine’, deja varias buenas noticias. En primer lugar, ‘Motivation’ no es ni de lejos lo mejor que podía ofrecer, y no está incluida en el disco. A Normani se le nota más en su salsa cuanto más se deja influir por Janet Jackson y Brandy, y por eso ‘Fair’ es una de sus mejores canciones. Aunque ‘Fair’ tampoco aparece en ‘Dopamine’, muchas pistas siguen acertadamente su estilo.
Es el caso, por ejemplo, de la excelente ‘All Yours’, una envolvente mezcla de trap y R&B que se deshace en la boca de tan sensual. En el formato “slow jam” Normani se mueve como pez en el agua, también en el homenaje a Houston de ‘Still’, que samplea ‘Still Tippin’ de Mike Jones, Paul Wall y Slim Thug, o el single ‘1:59’ con Gunna, en el que las armonías vocales suenan tan exquisitas como en una canción de Janet, influencia reconocida en la suntuosa ‘Lights On’.
Otros buenos temas de ‘Dopamine’ se salen de esa pauta. La mayor sorpresa la da el caramelo house-pop de ‘Take My Time’, que no puede estar producida con mejor gusto. ¡Que alguien le haga un vídeo ya! En ‘Candy Paint’ la diversión la ponen las percusiones, que parecen inspiradas en las cazuelas de Timbaland. Otro tema que rinde tributo a Texas, Normani dice que es una evolución de ‘Motivation’ y es cierto.
Brandy, otra gran influencia de Normani, hace coros en la lujosa ‘Insomnia’, que incluye un solo de guitarra a lo Prince. A partir de esta pista el álbum va perdiendo gasolina. James Blake, que debería irse de vacaciones un lustro, canta en ‘Tantrums’ prácticamente más que la propia Normani; ‘Little Secrets’ es un homenaje descafeinado al ‘Upgrade U’ de Beyoncé, y el disco se cierra, sí, con ‘Wild Side’, que es un temazo R&B pero… ¿por qué querríamos escuchar a Cardi B en el final del disco de Normani?
‘Dopamine’ abre con el funk de ‘Big Boy’, un festín de bocinas que suena desafiante y confiado hablando de “hits de Platino” y “esa mierda del Billboard”. Está especialmente bien traída la incorporación en la base del “tic tac” de un reloj. Normani sabe que la espera por ‘Dopamine’ ha sido larga y tediosa, pero demuestra que en ningún momento de estos 6 años ha perdido el norte. Fiel a su visión, Normani entrega un disco de puro R&B que suena a sí misma, libre de expectativas.
Stevie Nicks ha concedido una entrevista a MOJO en la que asegura que Fleetwood Mac no volverán. La razón es la muerte de Christine McVie, que se produjo hace un año y medio, en noviembre de 2022. Los últimos shows de Fleetwood Mac que constan en Setlist.fm datan de 2019.
La autora de ‘Dreams’ y ‘Landslide’ cree que sin Christine McVie no podrán actuar: «Sin Christine’, ninguno podremos hacerlo. No hay ninguna oportunidad de volver a unir a Fleetwood Mac de ninguna manera. Sin ella, simplemente no podría funcionar».
Stevie Nicks está obviando que Fleetwood Mac operaron sin Christine McVie entre 1998 y 2014, realizando tres giras. Cuando les vimos en directo en 2013 en Ámsterdam, Christine McVie NO estaba en el grupo.
Lógicamente, la muerte de McVie, autora de hits de Fleetwood Mac como ‘You Make Loving Fun’, ha tocado a la formación. Pero quizá el grupo podría volver a funcionar si hubiera reunión con el tercer miembro principal, Lindsey Buckingham, a quien se expulsó en 2018.
Stevie Nicks también lo descarta: «Incluso si pensara en volver a trabajar con Lindsey, tiene problemas de salud. No me corresponde a mí contarlos, pero no estoy segura de si Lindsey podría hacer el tipo de gira que hacen Fleetwood Mac, en la que estás fuera durante un año y medio. Es demasiado exigente».
Nicks recuerda que ahora está concentrada en su trabajo en solitario y que en sus giras, toca canciones de Fleetwood Mac. No obstante, ella misma también ha tenido que enfrentarse a problemas de salud. Así, ha tenido que cancelar algún concierto en días pasados y hoy tiene que volver a cancelar el set del martes por la noche en Michigan. Este concierto se ha reubicado para el 24 de septiembre. Por otro lado, se cree que podrá tocar con su banda el viernes 21 de junio en Chicago.
Tras meses de teasers, Katy Perry concreta al fin algo sobre su nueva música. En concreto ha anunciado cuándo sale el single que presenta su sexto disco, y no será nada pronto.
Hasta que pase todo este mes, el Orgullo y aún unos cuantos días más, no saldrá el nuevo tema de la artista. El single saldrá el 11 de julio, el vídeo el 12 de julio, y para el álbum aún habrá que esperar hasta más adelante. No sabemos cuándo.
La canción recibe el nombre de ‘Woman’s World’ y promete ser un tema de electropop a juzgar por el teaser que acaba de colgar en TikTok.
Este fin de semana se ha producido un ataque homófobo en la Feria del Libro de Madrid. En concreto, el escritor y periodista Fonsi Loaiza fue llamado “rojo de mierda” y “maricón” mientras firmaba su nuevo libro, ‘Sospechosos habituales’.
Así lo contaba en X: “Hoy he sufrido un ataque ultraderechista en la firma de mi libro en la Feria al grito de “rojo de mierda, maricón”. La policía no se los ha llevado detenidos y me ha recriminado a mí por llamarles nazis. Así campa a sus anchas el fascismo en España. ¡No pasarán!”. En otro tuit asegura que «Neonazis llevan semanas amenazándome de muerte, vienen a mi puesto de trabajo intentando agredirme e insultándome».
Hoy he sufrido un ataque ultraderechista en la firma de mi libro en @FLMadrid al grito de "rojo de mierda, maricón". La policía no se los ha llevado detenidos y me ha recriminado a mí por llamarles nazis. Así campa a sus anchas el fascismo en España. ¡No pasarán! pic.twitter.com/lkwIZFuAqs
Entre los autores de dicho ataque estaba Enrique “Bubby” Sanchís, director de ventas de WeGow, una de las ticketeras más populares en el mundo musical. Además ha figurado en ocasiones como co-fundador de WeGow. Algunos grupos como Los Chikos del Maíz, Triángulo de Amor Bizarro y Ska-P han iniciado los trámites para eliminar sus entradas de WeGow.
La compañía informa a través de las redes que ha procedido a despedir a esta persona, aunque sin nombrarla, y negando que fuera fundadora de la compañía, pues según su versión se incorporó años más tarde.
Indica en su comunicado WeGow: “Tras los hechos acontecidos este fin de semana en los que se ha visto involucrado un empleado de la compañía y tras llevar a cabo una exhaustiva y detallada revisión de todos ellos, se ha decidido prescindir con carácter inmediato de los servicios de dicho empleado. En este sentido, queremos reiterar nuestro más firme y contundente rechazo a cualquier tipo de violencia física, verbal o emocional y a cualquier actitud o comportamiento que no estén absolutamente encuadrados en los principios de libertad, respeto y tolerancia, que son los que siempre ha defendido y defenderá nuestra compañía”.
Tras subrayar su “compromiso con un ambiente de trabajo seguro y respetuoso”, “que nada tienen que ver con una actuación individual y aislada como la descrita”, niegan que Sanchís -de nuevo, sin citarle-, fuera fundador de la compañía: «Este empleado comenzó a prestar sus servicios varios años después de la fundación de WeGow».
Y concluyen: “las actitudes mencionadas contravienen de manera frontal los principios en los que creemos. Reiteramos nuestro más firme compromiso en su defensa”.
Como recoge Cadena Ser, entre los artistas más críticos están Martí Perarnau IV de _juno y Aiko El Grupo, ambos recordando que el nombre de «Bubby» Sanchís había sido apuntado en las redes sociales por supuestos abusos o acoso sexual. Martí Perarnau ha indicado: «Me sorprende y aterra a partes iguales el silencio generalizado de todo el indie patrio al enterarse de que durante tantos años han tenido a un nazi abusador en el camerino de al lado y además vendiendo las entradas de sus conciertos. Gracias por nada, de nuevo». Aiko El Grupo ha indicado: «Si uno es acosador sexual como quien oye llover. Pero como ADEMAS es nazi ahi los tios indi se enfadan que no veas. Haberos enfadado cuando era acosador sexual, ¿no? Bah, ke tipico».
La verdad es que me sorprende y aterra a partes iguales el silencio generalizado de todo el indie patrio al enterarse de que durante tantos años han tenido a un nazi abusador en el camerino de al lado y además vendiendo las entradas de sus conciertos. Gracias por nada, de nuevo.
Estamos cambiando los enlaces de las entradas de wegow de los conciertos del aniversario que gestionamos nosotros a una nueva ticketera.Cuando se limpien las empresas y no haya putos nzis hablamos.
Hola @wegowES esperamos que las medidas sean efectivas e inmediatas, de lo contrario nos veremos obligados a rescindir toda relación laboral con vosotros.
— Los Chikos del Maíz (@chikosdelmaiz) June 16, 2024
Ariana Grande va a terminar de exprimir hasta qué punto su nuevo tema ‘the boy is mine’ es un homenaje al tema homónimo de los 90 de Brandy y Monica. Primero lo anunció como tercer single oficial de su último disco ‘eternal sunshine’, luego las invitó a aparecer en un videoclip, y ahora llega el anuncio del remix de ‘the boy is mine’ con las dos implicadas.
Saldrá el 21 de junio, y así lo ha comunicado a través de sus redes: «No me puedo creer que esto sea real, ni sé si me lo creeré ni siquiera cuando ya esté fuera. Mi más sincero y profundo agradecimiento a Brandy y Monica, no solo por unírseme en este momento, sino por la generosidad, la amabilidad y las múltiples formas en que me habéis inspirado».
Continúa: «Es cerca de imposible decir cuánto esto significa para mí. Esto es una celebración de las dos y del impacto que habéis tenido en cada vocalista, cada productor, música y artista que crea a día de hoy. Os quiero muchísimo, gracias».
Os recordamos que otro remix del primer single de este mismo álbum, ‘yes, and?‘ llegó a contar con otra de las superestrellas admiradas por Ariana Grande, Mariah Carey. Eso sí, el más exitoso de todos ha sido el segundo single y sin featuring. ‘we can’t be friends‘ es el único de los tres que a día de hoy supera los 500 millones de streams. De hecho, van más de 600.
Coldplay llevaban un tiempo lanzando teasers de nueva música, y hoy se concreta un poco más. ‘Moon Music’ será el nuevo disco que lancen el próximo 4 de octubre. Sucederá a ‘Music of the Spheres‘.
Para escuchar parte de esa nueva música, en cambio, no habrá que esperar tanto tiempo. Este mismo viernes 21 de junio llegará el primer sencillo del álbum, bajo el nombre de ‘Feelslikeimfallinginlove’. Parece que de nuevo han vuelto a colaborar con Max Martin.
El grupo continuará con su compromiso con la ecología y a esos conciertos que intentan ser más sostenibles de diferentes maneras, se suman las ediciones físicas de ‘Moon Music’. Como informa NME, tanto los vinilos como los CD’s se van a fabricar con material reciclado.
Cada copia en vinilo del álbum contendrá nueve botellas de plástico PET recicladas que se han recuperado de residuos posconsumo, lo que evitaría la fabricación de más de 25 toneladas de plástico virgen y proporcionará una reducción del 85% de CO2 en comparación con el vinilo tradicional.
Por otro lado, los CD’s serán los primeros «ECOCD’s» o «CD’s ecológicos» del mundo, al ser creados con fuentes de policarbonato reciclado, procedente de flujos de residuos posconsumo.
Entre los artistas que han publicado nueva música estos días se encuentra Mahmood. ‘RA TA TA’ ya aparece en primer lugar del tracklist de su último disco, ‘NEI LETTI DEGLI ALTRI‘, incluso por delante de la intro. El disco se publicó en realidad el pasado mes de marzo.
‘RA TA TA’ sucede a ‘TUTA GOLD‘, el último éxito de Mahmood, apostando por un sonido diferente sujeto a una base de inspiración afrobeat. Es la Canción Del Día de hoy.
Al diseño sonoro de ‘RA TA TA’ los productores Katoo y Madfingerz incorporan sonidos de espadas, que responden probablemente a la parte de la letra en la que Mahmood canta sobre ir «sin camisa pero con una katana».
La vida «en la calle», la amistad «en pandilla», el amor y la traición son algunos de los temas que atraviesan la letra e ‘RA TA TA’ mientras el gancho real lo propone en realidad el onomatopéyico estribillo, que va del «fa-fa-fa-fa-fa-fa-fa» al «ra-ta-ta-ta-ta-ta-ta».
El videoclip de ‘RA TA TA’ juega con las referencias de la letra a la vida humilde, y va sobrado de coreografía.
La semana pasada tanto Live Nation España como WiZink Center publicaban en sus redes lo que parecía claramente el anuncio de un show de Paul McCartney en Madrid. El artista aparecía al teléfono llamando a la ciudad, con cara de que no se lo estuvieran cogiendo. Pues bien: ya se lo han cogido y hoy se confirman los datos del show. O más bien de los shows, porque serán dos.
El legendario artista regresará a Madrid los días 9 y 10 de diciembre de 2024 con su gira Got Back, que empezó en Estados Unidos en 2022. Las entradas estarán a la venta el 21 de junio a las 10h en Livenation.es, Ticketmaster y El Corte Inglés. Eso sí, habrá preventas en Livenation.es a partir del 19 de junio a las 10 horas. Los precios son «desde 45 euros + gastos de gestión».
La nota de prensa da detalles del repertorio, pues indica que «con canciones como ‘Hey Jude’, ‘Live and Let Die’, ‘Band on the Run’, ‘Let It Be’ y muchas más, los conciertos de Paul McCartney representan todo lo que cualquier amante de la música podría desear y esperar de un gran espectáculo de rock. Horas durante las que suenan algunos de los mejores momentos de los últimos 60 años de la historia de la música: canciones de la época de Paul en solitario, de Wings y, por supuesto, himnos de los Beatles que formaron, forman y formarán siempre parte de la banda sonora de nuestras vidas».
También se especifica qué músicos estarán: «Con la banda de toda la vida de Paul, Paul “Wix” Wickens (teclados), Brian Ray (bajo/guitarra), Rusty Anderson (guitarra) y Abe Laboriel Jr (batería), y una tecnología audiovisual de última generación constantemente actualizada que garantiza una experiencia inolvidable desde cada asiento, un concierto de Paul McCartney cambia la vida de todos los asistentes a sus espectáculos. El Got Back Tour también cuenta con los Hot City Horns: Mike Davis (trompeta), Kemji Fenton (saxos) y Paul Burton (trombón). Hot City Horns se unió a Paul por primera vez en 2018 para actuar en Grand Central Station antes de embarcarse en el Freshen Up World Tour ese mismo año».
La campaña ha recordado poderosamente al sutil anuncio de la anterior gira del artista por nuestro país, que consistió en una pegada de carteles bastante misteriosa, en tiendas de vinilos como Bajo el Volcán. En aquella ocasión de 2016, la cita recayó en el ya destruido estadio Vicente Calderón.
El ingreso de R.E.M en el Salón de la Fama de los Compositores (el Songwriters Hall of Fame) ha llevado a los cuatro integrantes del grupo a reunirse para dar su primera entrevista juntos en treinta años. En su charla con CBS Mornings, Michael Stipe ha aclarado que R.E.M. «nunca se reunirá», es decir, que nunca volverá a publicar música ni salir de gira, porque «no sería igual de bueno».
En la entrevista, R.E.M. ha bromeado afirmando que solo el paso de «un cometa» haría que el grupo se volviera a reunir.
No obstante, R.E.M. ha aprovechado su paso por el Songwriters Hall of Fame para subirse al escenario de manera excepcional, en la que ha sido su primera actuación en vivo desde 2007, año en que el grupo fue ingresado en el Rock N’ Roll Hall of Fame. R.E.M. ha cantado ‘Losing My Religion’ y un fragmento de su actuación se puede ver en el canal de Youtube de Stereogum.
Ha sido Jason Isbell el artista encargado de ingresar a R.E.M. en el Songwriters Hall of Fame. En su propio homenaje a la banda, ha cantado en directo una versión del single de R.E.M. de 1987 ‘It’s The End of The World As We Know It (And I Feel Fine)’.
Tras la publicación del disco ‘Collapse into Now‘ en 2011, R.E.M. anunció su separación definitiva. En 2022, JENESAISPOP dedicó un episodio del podcast Revelación o timo a R.E.M. y su carrera.
Sónar 2024 ha cerrado sumando 154.000 asistentes entre las tres jornadas. En 2025 Sónar vuelve los días 12, 13 y 14 de junio.
La locura de Mainline Magic Orchestra en Village dio paso a la experimentación de Loraines James en el Hall, el sábado en Sónar de Día. Loraine dividió su set en dos partes. En la primera de dedicó a deslizar ritmos de corte glitch, porque ella es la ‘Glitch Bitch’. En la segunda entró en acción su batería y el sonido adoptó una forma más improvisada y jazz, aunque se terminó mezclando con los beats estilo raster-noton (aunque más amables y redondeados, no tan cortantes) de la primera parte.
Una de las curiosidades de la jornada la protagonizó horsegiirL, DJ que esconde su identidad bajo una máscara de caballo. Es decir, sobre el escenario de Village vemos un caballo antropomorfo tocando botones. La música que sale de su set es pastillera y fluorescente, puro happy hardcore del que no se escucha tanto en el festival.
También en Village Tommy Cash no sabe trasladar al directo la locura de sus videoclips. Estos ni siquiera se proyectan en las pantallas, cuando habrían dado bastante juego. A Tommy se le ve necesitado del calor del público y rara vez hace contacto visual con él, pues la mayor parte del tiempo rapea mirando al horizonte. Sus extraños bailes asemejan los de una persona que ha crecido aislada de la sociedad. Será que bajo el personaje se esconde un chico más bien reservado, pero tampoco sobre el escenario florece ese fascinante personaje que ha conquistado a estrellas como Charli XCX.
Es mágico el directo de Laurel Halo en el Complex. Halo, a la que conocimos en su faceta electrónica, ha publicado recientemente un disco centrado en el sonido del piano, ‘Atlas’. En Sónar lo presenta sentada frente a un piano de cola y acompañada de Leila Bordreuil al contrabajo. Las notas de piano suenan borrosas y difuminadas y, como mecidas lentamente por el viento, evocan la imagen de un claro de luna. Halo y Bordreuil tocan juntas, pero más bien parecen retarse la una a la otra: mientras de los dedos de Halo emergen bellísimas notas, el contrabajo responde emitiendo sonidos desafinados e inquietantes, desviando siempre la música del puro clasicismo.
Kalkbrenner y de Witte reinan
Martini Ariel
Siempre es tentador buscar ese “gran cabeza de cartel” que “ha ganado” un festival. No es posible “ganar” un festival, pues un festival no es una competición, pero siempre hay un concierto que hace que recuerdes la experiencia más que ningún otro. Air evidentemente se llevaba la palma del factor nostalgia tocando entero un disco mítico. Pero su concierto, tan relajado y templado, no dio la sensación de hacer historia. En cambio, a Paul Kalkbrenner le bastó asomar la cabeza desde su mesa de mezclas en la jornada del sábado en Sónar de Noche para que el público le recibiera como si fuera un Dios llegado la Tierra. La gente gritaba eufórica mientras Kalkbrenner no había tocado una nota.
El set de Kalkbrenner fue probablemente el más abarrotado de todo Sónar y también probablemente el que más gustó de manera colectiva. El SónarClub estaba lleno y para encontrar un mínimo de espacio había que desplazarse hasta el fondo de todo.
La razón no es ningún misterio: Kalkbrenner ofrece un set de tecno-house que va al grano y es clásico en forma y fondo. Exactamente lo que el público necesita en este momento. Los temas hipnotizan, pero sobre todo mantienen un ritmo trepidante de principio a fin. Mientras, las pantallas proyectan primeros planos de la cara de Kalkbrenner o de su mesa de mezclas, en blanco y negro. Kalkbrenner hace muecas al ritmo de la música, fuma, bebe, se hace el rudo, el muy alemán. Pero cuando sonríe, un gatito nace.
El set de Kalkbrenner es clásico a la par que austero. Él no ofrece un show audiovisual y está bien, pero quien haya asistido a muchos Sónars -y a otros festivales- dudo que el uso de rayos láser en el show le asombre de ninguna manera. Aunque se agradece su presencia dado que en las pantallas mucha cosa no sucede. Cuando parece que Kalkbrenner se ha ido, vuelve al escenario a pinchar el hit que todo el mundo está esperando, y con ‘Sky and Sand’ nos lleva al “cielo”.
Después del subidón de Kalkbrenner, el concierto de Vince Staples es un poco bajona. Su música tiene calidad, pero Staples actúa solo, sin decoración de ningún tipo y apoyando su voz únicamente sobre bases pregrabadas. Parece que ha venido a cumplir. Staples no se deja engullir por el escenario, pero tampoco es un espectáculo en sí mismo. Suenan temas de su último disco, recién publicado, aunque Staples repasa también material de discos anteriores. El público de las primeras filas le recibe con entusiasmo, pero reinan sobre todo curiosos y tengo serias dudas de que de allí salieran nuevos fans.
Martini Ariel
Una propuesta diferente la protagonizó LaFrancesssa en el SónarCar apostando por una mezcla de hyperpop, baile club y estética coquette en la que cupo un remix de ‘All the Lovers’ de Kylie Minogue. A continuación, el tecnazo de Charlotte de Witte llevó al público al más hondo infierno en el mejor de los sentidos. El escenario, compuesto por seis pantallas verticales colocadas en fila, era espectacular, y la música que salía de su cabina confirmaba que el Sónar había llegado al punto oscuro de la jornada, al ombligo de la noche. El umbral hacia la otra dimensión, estaba cruzado. El show de Witte, ‘Overdrive’, tiraba de ese tecno seco y duro que suena mejor cuando más amenazante y desquiciado. Puro peligro sonoro que llevó al público a vivir una noche de Berghain en Barcelona.
Generó debate y dudas el set de Floating Points. Personalmente, era mi concierto más esperado de la jornada, pero, en un momento en que el público buscaba acción, Sam Shepherd ofreció crescendos interminables, excursiones cósmicas y poco bombo. Hubo baile, sí, pero repartido y escaso a lo largo de un set en que Floating Points parecía dispuesto a llevar la contraria, a demostrar que su propuesta es otra cosa, aún a riesgo de frustrar al presente. El sonido por supuesto era fabuloso y nítido, un tecno bonito, pero los momentos de tensión y relajación estaban desequilibrados y los segmentos ambientales se alargaban sobremanera. Tanto se «torció» el set que hay quien pensaba que el resultado se debía a problemas técnicos, que Floating Points se estaba marcando un Grimes en Coachella. Voluntario o no, el impredecible show de Floating Points no convenció de manera unánime.
El Sónar se reserva la gran locura de la noche para el (casi) final con la performance en SónarCar de BLEX, el colectivo formado por Filip Custic, Virgen María, Naive Supreme y Hundred Tauro. En acción entra primero Virgen María, que pincha sentada en el suelo y, durante un rato, permanece en la misma posición prácticamente inmóvil. La música se ciñe al hardcore más extremo imaginable, aunque se concede caprichos pop de vez en cuando.
Pronto, en el escenario van pasando más cosas. Aparecen Filip Custic, Naive Supreme y Hundred Tauro a las tablas y, mientras la tralla hardcore no da tregua, todos ellos van haciendo sus cosas, a su bola. Poco a poco la performance va tomando forma. Delante de una cortina negra, los integrantes de BLEX -vestidos con mallas nude, dando la apariencia de estar desnudos- se van posicionando apoyándose en barras -y en personas camufladas de negro- hasta construir una escultura humana creada a partir de sus propios cuerpos, entrelazándose los unos con los otros. La estampa es surrealista, como ver una escena de ‘La montaña sagrada’ en directo. Al final, cada uno de ellos abandona el escenario poco a poco, concluyendo el ritual.
Más acorde a la realidad, easy life ahora son hard life. Tras la disputa legal que se produjo a finales del año pasado con easyGroup, propietarios de la marca de aerolíneas británica easyJet, los anteriormente conocidos como Easy Life han podido salir adelante y lanzar su single de regreso, ‘tears’. Es nuestra Canción del Día.
‘tears’ es un emotivo tema de hip hop, muy a lo Kanye en el tratamiento del sample vocal («If I ever get to see you again»). Según la propia banda, la canción es un nuevo capítulo en su historia y no dejan de lado lo ocurrido con easyJet. De hecho, van bastante de cara. «Es una vida difícil, no puedo mentir, ha sido un lío / Pero tengo suerte de tener amigos de fiar», rapea Murray Matravers en el estribillo.
Matravers referencia constantemente la injusta disputa con easyGroup, y llega hasta nombrar al dueño de toda la compañía, Stelios Haji-Ioannou. «Era fácil en mis veintes, ahora tengo que pillar abogados / Dame millas aéreas o un juicio justo Stelios», canta Matravers. Esta frase está censurada en Spotify después de que easyGroup la considerase «difamatoria».
El artista británico también deja un hueco para reflexionar sobre el peor resultado que habría podido tener la disputa legal: disolverse. «He visto a artistas ir y venir, tengo el síndrome del superviviente», rapea Matravers.
Desde su álbum debut ‘Neō Wax Bloom’, el productor británico Seamus Malliagh, conocido como Iglooghost, ha utilizado la abstracción como su forma de expresión artística predilecta. Resulta complicado definir una música que está siempre en constante movimiento, jugando perpetuamente con diferentes texturas y sonidos, huyendo para no ser capturada por las estructuras convencionales. Esta cualidad sigue intacta en su tercer largo, ‘Tidal Memory Exo’, que además, presenta un claro giro hacia terrenos desconocidos.
En la magnífica portada, un DJ está haciendo una sesión en medio de un mar embravecido. Los colores son grisáceos y apagados, dotando a la imagen de una sensación de urgencia casi apocalíptica. La música a la que ilustra tiene el mismo efecto, ya que Iglooghost nos invita a una misteriosa rave en un mundo desolado, pero parece negarse a pensar que esté todo perdido: un impulso aventurero recorre el proyecto al completo, guiándonos por inquietantes y peligrosos lugares. La inspiración del proyecto viene de un pequeño pueblo costero británico donde el artista vivió y que fue destrozado por las consecuencias de una tormenta. En sus propias palabras, las canciones son sobre “escoria oceánica, transmisiones ilegales de teletexto y los ángeles prehistóricos trilobites que acechan en las alcantarillas”.
El resultado es un denso y oscuro recorrido por hipnóticos sonidos industriales y futuristas que se mueven principalmente entre el deconstructed club, el UK bass y el hip hop experimental. En buena parte del álbum, el artista incorpora voces, incluyendo la propia, que se pierden en las abrasivas producciones, matizando la inmersiva experiencia que ofrece ‘Tidal Memory Exo’. En la sugerente ‘Spawn01’, una canción que podrían haber firmado los mejores Massive Attack, Iglooghost acredita a Cyst, un misterioso proyecto formado por él mismo y su frecuente colaboradora BABii. La dulzura de la voz femenina aporta un bienvenido contraste con la agresividad del universo creado. Esto también se da en ‘flux·Coccon’, una suerte de dúo entre el rap del artista y una procesada voz femenina anónima.
Aunque lo más excitante de ‘Tidal Memory Exo’ es, además de una producción exquisita y pesadillesca, lo imprevisible que resulta, sin dejar de ser nunca un proyecto absolutamente cohesivo. Al comenzar la aventura sci-fi de ‘Alloy Flea’, uno no esperaría encontrarse con un final hard techno que te arrastra a bailar en las profundidades del infierno, pero lo mejor de todo es que encuentra la forma más orgánica de llegar hasta ahí. De igual manera que la transición de ‘Blue Hum’, la introducción del álbum, con la mezcla de grime y drill and bass de ‘New Species’ es tan inesperada como increíblemente efectiva.
Sin embargo, el tercer disco de Iglooghost no brilla tanto en momentos aislados como lo hace en su conjunto. El artista induce al oyente en un estado de trance, expulsándolo de su zona de confort y transportándolo a un mundo lleno de peligros desconocidos. Enfrentarse a ellos pude ser un reto, pero el placer de haberlo hecho supera cualquier miedo o duda que encontramos por el camino.
La jornada final de Mallorca Live se acercó a las 25.000 personas. Eso significa que fue la más concurrida, y también que las colas que se formaron para entrar a ver a Aitana a las 21 horas fueron tremendas. Por suerte, la cantante pudo retrasar unos minutos el set. El principio, orgiástico con ‘Los Ángeles’, era para no perdérselo.
Es una anomalía ver a una cantante de pop salida de OT que además llena Bernabéus, actuar en un festival de tradición ligeramente más indie. Aitana además tiene una parte de público más infantil que acude a sus sets acompañada de sus padres, como ayer fue visible en Mallorca Live. La cantante justificó la inclusión de baladas en su setlist porque se debe a esos fans más fieles, pero son las canciones de ‘alpha’ y singles sueltos como ‘Mon Amour’ los que logran una atención más transversal. De hecho, presenta esta como su “canción más importante” pese a ser una colaboración, porque es la que se saben “padres, tíos y abuelos”.
Aitana sabe conectar con el respetable en el sentido de que reconoce que le impone actuar en un festival, agradece las pancartas, las Nancys que ha llevado la gente, asegura que tiene una conexión con Mallorca y que se va a quedar unos días. Solo le juega una mala pasada el micrófono que no quiso sonar durante ‘2 extraños’, pero jamás nadie lo recordará. Sí el modo en que se come la cámara cada vez que la enfocan.
El show luce además trabajado en cuanto a coreografía y juegos escénicos. En relación con las letras, por momentos resulta bastante teatral. Si acaso los bailarines tienen margen de mejora sobre todo en gesticulación. Cerrar los ojos y fingir que te duele mucho algo para intentar transmitir intensidad no es haber recibido la mejor dirección de actores posible. Pero el concierto en general es muy resultón, por ejemplo en el paso de la esperada ‘miamor’ -la de la coreografía sexual tan polémica, además aderezada con titulares salidos de madre extraídos de webs y teles- a ’24 Rosas’… para la cual el micrófono de repente se ha llenado de rosas.
Son igualmente un divertimento los muchos samples del set. Eurythmics asomándose por ‘Pensando en ti’ antes de que Mallorca se transforme en un homenaje a Whighfield con ‘Las Babys’, o Avicci en última instancia. Muchos se quedarán con el recuerdo a Sebastián Yatra en acústico, pero ‘Las Babys’ habría sido un fin de fiesta sublime, de no ser porque ella prefirió añadir luego otro hit más, ‘Formentera’.
Visto el llenazo de Aitana, llegué a pensar que la gente incluso abandonaría el recinto después de su set. Cosas más raras se han visto. Pero tal cosa no sucedió. Mallorca nunca había visto un concierto de Pet Shop Boys y había muchas ganas. Neil Tennant y Chris Lowe corrían el peligro de repetir los trucos ya vistos en giras recientes. El set de las farolas que luego torna en pista de baile. De ’Suburbia’ y la imponente a ‘Can You Forgive Her’ al obligado bis con ‘West End Girls’ y ‘Being Boring’ pasando por hits como ‘Rent’, ’So Hard’, ‘Go West’ o ‘It’s a Sin’. Pero el público no se cansa de verlo porque es imposible no celebrar tales temazos, y además hay algunas novedades.
Están ya incorporadas canciones de su último álbum como ‘Dancing Star’ y ‘Loneliness’, destacando la función catártica que cumplen en el repertorio especialmente cuatro canciones: la adaptación de ‘Where the Streets Have No Name’, ‘Left to My Own Devices’, ‘Always On My Mind’ y -sorpresa, sorpresa- la relativamente reciente ‘Vocal’. A pesar de un sonido algo bajo en algunos puntos, de allí no se movió nadie o casi nadie. Todo el amor del mundo por la banda de culto.
Xavi Torrent
Como agobiados porque coincidían en parte con Pet Shop Boys, Belle & Sebastian optaron por un repertorio más directo a la yugular que en Tomavistas. Fue muy duro irse de allí cuando ya solo en la primera mitad estaban sonando cosas como ‘I’m a Cuckoo’, ‘Get Me Away from Here, I’m Dying’ o ‘I Want the World to Stop’. Stuart Murdoch tenía ganas de entretener y de nuevo se mezcló con la gente.
El concierto más bonito de la noche sin duda es el de _juno. Coincide con The Blaze -algo lineal, lo poco que vi, si me preguntan-, y bromea Martí Pernarnau IV con que Zahara esperaba «42 personas» en el Escenario Endesa. Pero hay unos cuantos cientos más de eso y la energía y dedicación del público es espectacular. Son las canciones de _juno tan pronto sentidas y emocionales como raveras y bailables, y el dúo, frente a frente sobre el arsenal de sintetizadores y teclados, y vestido con sendos monos blancos, las entona o dispara como si de un proyecto paralelo anecdótico no se tratara. Siempre he pensado que _juno era un proyecto ideado para el Sónar y de alguna manera su show fue como trasladarse allí durante una hora. Preciosas ‘_La canción que no vas a hacer hoy’, ‘_BCN626’ o ‘Casa murada’, además de la imprescindible adaptación de Extremoduro featuring Alicia Keys. Unos genios.
Cerraron la noche Arde Bogotá, que actuaron con media hora de retraso y se rieron de sí mismos soltando enseguida esa canción que dice «ven a bailar, cariño, nuestra canción de mierda»; Virginia Díaz pinchando hits tipo Rigoberta Bandini en el Escenario Radio 3; o el elegante set electrónico de un John Talabot que creía desaparecido. En las primeras filas del Escenario Club, puedo asegurar que olía a Berghain.
En julio de 1989, tras una desastrosa actuación para un evento MTV en Connecticut, quedó evidenciado que los Milli Vanilli que conocíamos no cantaban. El trabajo sucio lo hacían otras personas. No quedó ni una sola persona en el mundo del pop sin enterarse de que Fab Morvan y Rob Pilatus eran unos farsantes.
De ninguna manera habría adivinado entonces que, 35 años después, me encontraría cantando sus canciones en la primera fila de un festival en Mallorca. Que estarían entre lo mejor de un fin de semana. Que Fab diría «oh» y yo contestaría «yeah», que él cantaría en riguroso directo que «it’s a tragedy for me to see, the dream is over», y la audiencia respondería fiel: «girl, I’m gonna miss youuuuu».
En Mallorca Live hay un escenario llamado The Club que es una fantasía. Sobre todo el día de la fiesta Flexas, que programa La Terremoto de Alcorcón. Las actuaciones pueden durar unos 15 minutos: lo justo para que la audiencia conecte con el artista, cante un par de hits y se marche a otro sitio con una sonrisa de oreja a oreja. Fab Morvan de Milli Vanilli cantó de manera muy clara, se contoneó como quiso, se acercó a la audiencia varias veces, y en Instagram nos dejaban al respecto un mensaje que daba para pensar. Si en 1989 los lanzamos a la hoguera por hacer playback, qué deberíamos hacer con muchos de los artistas que triunfan hoy en día.
No sé cuánto duró el subidón de Milli Vanilli, porque estaba anunciado para las 21.40 y a las 21.39 ya había empezado, pero de no ser por su brevedad, diría que habría devorado la segunda jornada de Mallorca Live. Más que por la nostalgia (le funcionó hasta una versión horrible de ‘Call On Me’), por la relectura de la historia que está haciendo Fab Morvan. En cualquier caso, lo mejor de este viernes seguro que fue Michael Kiwanuka. Un show exquisito, delicado, meticuloso en detalle e instrumentación, 100% ajeno a las prisas del mundo capitalista y obsesionado con las redes sociales de hoy en día.
Con una banda excelente y un grupo de coristas femeninas que sabían perfectamente cuándo gritar, cuándo susurrar y cuándo incluso desaparecer de escena, Michael Kiwanuka transmitió la sensación de atardecer perfecto incluso mucho antes de proyectar tal cosa sobre las pantallas. Es verdad que su concierto tiene partes más planas y áridas que solo saben entenderse en las primeras filas o funcionarían-mejor-en-un-teatro, pero también lo es que ‘Black Man in a White World’ y ‘My Hero’ hicieron bailar lo suyo, y que los momentos del artista a solas con su guitarra, como ‘Home Again’, tienen muchísimo encanto. Como metáfora sobre si su show pudo ser sobresaliente o un poco aburrido para un festival, vi a una pareja desertar casi al final del set, e inmediatamente volvieron corriendo cuando se dieron cuenta de que el concierto iba a terminar con ‘Love & Hate’. Muy bonito. Papa-parapá-parapapá.
Andrés Iglesias
Quienes arrasaron seguro frente a una cantidad de público descomunal (el Escenario Innside casi repleto) fueron Lori Meyers. Beneficiados por el fin de Kiwanuka, y pese a que competían con Derby Motoreta, que acaban de ser número 1 en nuestro país, celebraron todas sus canciones como si fueran himnos populares que siempre han estado ahí. Seguramente porque de hecho ya lo son, y más de lo que nos imaginamos. Si hace unos meses 11.000 personas en el WiZink Center -muchas, muy jóvenes- corearon ‘Luciérnagas y mariposas’, ‘Tokio ya no nos quiere’ o ‘Siempre brilla el sol’, lo mismo sucedió ayer en Mallorca, donde además habían dado un acústico frente al castillo hace unos días como aperitivo. El público se terminó de venir arriba, al final, como siempre, con ‘Emborracharme’ o ‘Mi realidad’, pero insisto: lo bueno es la consistencia de un setlist de más de una hora que está tan lleno de clásicos como el repertorio de Mecano, La Oreja de Van Gogh o Amaral. Y para despistados, despistadísimos, lo digo para muy bien.
Entre las curiosidades, las proyecciones del momento «alza tus manos» de ‘Zona de confort’ ya solo pueden saber a Stella Maris, y Noni creó una arenga para que la gente cantara, que debería crear escuela: «¡Mi madre grita más!».
Más irregular fue el concierto de Underworld. Karl Hyde, de manera improbable, ha terminado siendo mi gogó favorito del mundo. Empezó y terminó por todo lo alto, reservando para el final ‘Born Slippy’ como recuerdo para todos de cuánto se están copiando los años 90. Pero en medio se hizo un poco de bola. No les habría venido nada mal incorporar alguna canción más diferenciada de su repertorio, como por ejemplo -sí, otra vez, soy muy pesado-, la sublime ‘Always Loved a Film’.
Xavi Torrent
La noche la habíamos empezado con el concierto crepuscular de María José Llergo. La cantante apeló a la «ultrabelleza» no de su disco, que también, sino del público, desgranando momentos más raperos (‘Juramento’), más boleros (‘Tanto tiempo’), más flamencos (casi todos) en compañía de un par de músicos. En un momento dado, oteó una bandera palestina entre el público y la pidió, prometiendo que la devolvería, eso sí. «¡Viva Palestina libre!», gritó. «A veces no es fácil posicionarse en las redes sociales», explicó, referenciando el odio que se puede llegar a recibir, pero asegurando que merece la pena «cuando ves que hay mucha gente que opina como tú».
Y la noche la terminamos a medio camino entre el set de 2 Many Dj’s, con hits de gente como Chemical Brothers, y la fiesta Flexas, con gente como ChicoBlanco realizando una sesión en la que pinchó muchísimo techno-house, a sí mismo y también una remezcla de ‘Don’t Tell Me’ de Madonna; o La Terremoto de Alcorcón paseándose por el set de vogue medio queer medio curious de Illustrious Blacks.
Tommy Richman conquistó el mundo con el lanzamiento de ‘MILLION DOLLAR BABY’, que ascendió rápidamente al número 1 del Top Global de Spotify y posteriormente debutó en la segunda posición del Hot 100. Actualmente, está en el número 3. Ahora, ha continuado su ascenso con ‘DEVIL IS A LIE’, todo un banger que parece salido de otro tiempo.
En el videoclip de ‘DEVIL IS A LIE’, Richman continúa la estética noventera que también caracterizaba el de ‘MILLION DOLLAR BABY’, con todo lo que ello conlleva: vídeo granulado, lowriders y pantalones militares. La música se podría situar en ese periodo, pero también como algo ligeramente posterior. El beat minimalista y bouncy a la vez recuerda a aquellos de The Neptunes, el dúo de Pharrell Williams y Chad Hugo.
Esto no es ninguna casualidad. El ‘Virginia sound’ que popularizó Williams a finales de los 90 y principios de los 2000 ha calado mucho en Tommy Richman, también natural de Virginia, y parece que el joven de 24 años está revitalizando este tipo de groove. En lo vocal, podemos encontrar que las armonías y melodías son igual de infecciosas que las de su gran hit mainstream.
Es prácticamente imposible que a ‘DEVIL IS A LIE’ le vaya tan bien comercialmente como a ‘MILLION DOLLAR BABY’, pero nunca se sabe. En lo próximo que podemos esperar de Richman está su anticipado álbum debut, ‘COYOTE’, aun sin fecha de salida definitiva.
Rina Sawayama y Paris Hilton van a lanzar un single conjunto titulado ‘I’m Free’, como parte del próximo disco de Hilton, ‘Infinite Icon’. El sencillo estará disponible el próximo viernes 21 de junio. Sin embargo, más allá de la música, lo más llamativo es la manera en la que han anunciado la colaboración.
Hilton ha subido a Instagram una «conversación» con Sawayama en la que le manda el archivo de ‘I’m Free’ y el mensaje: «Hey hermana! He estado trabajando en algo…». Hasta aquí todo normal. Rina responde: «Paris! Obsesionada». Mientras una muestra de la canción suena de fondo, la cual parece totalmente inspirada en ‘Free’ de Ultra Nate, Paris le propone a Rina subirse al tema: «¿Y si… hicieses un verso?».
Sawayama acepta («Corriendo al estudio») y Hilton responde, claramente emocionada: «En vilo». «Tres infinitas horas» después, la cantante de ‘Hold The Girl’ le manda la canción finalizada a Paris. «No podría ser más icónica. Necesitamos sacarlo este verano», responde Hilton. Ambas acuerdan la fecha y esta se despide con un: «Yaaas, sliving».
Este movimiento comercial ya le está empezando a pasar factura a Sawayama, con numerosos comentarios recordando el pasado racista de Paris Hilton. Sobre todo, en relación a lo ocurrido con Matt Healy el año pasado en Glastonbury.
Sawayama hizo un llamamiento al cantante de The 1975 a raíz de los comentarios que hizo sobre Ice Spice en un podcast, mientras presentaba la canción ‘STFU’: «Esto va para un hombre blanco que ve ‘Ghetto Gaggers’ (porno) y se burla de la gente asiática en un podcast. También posee mis masters. Ya he tenido bastante». De hecho, Healy se ha metido en la discusión de la manera que más le pega, dejando el emoji del cubo de palomitas en los comentarios del post.
El viernes en Sónar de Día es una caza de nuevos talentos. Mientras en SónarVillage UTO anima el ambiente con su funky bailongo, en el Park AMORE da vueltas en torno a su tierno sonido de bedroom pop digital empapado de autotune. María Moreno, que acaba de colaborar con Amaia, presenta las canciones del que será su disco de debut, mientras los visuales que se proyectan en pantalla se ciñen a la «internet aesthetic» presente en todo su proyecto.
Pero apetece caña, y caña es lo que nos da Ela Minus en el SónarHall. A juzgar por la cantidad de gente congregada en su escenario, el deseo es compartido. Minus, que no saca disco hace cuatro años, presenta nuevas canciones, y suenan de lujo. Ella sigue apegada a su mezcla de ritmazos tecno y melodías pop, básicamente gritadas encima de la base, y presenta un show afilado a cierta estética oscurantista que le va como anillo al dedo.
Opiniones diversas con la presentación de Verde Prato en el Complex. Eso siempre es bueno, ¿no? De la renovadora folk de ‘Kondaira eder hura‘ ya no queda nada. Con su segundo trabajo, ‘Adoretua‘, Ana Arsuaga se ha transformado en una artista diferente.
Sobre el escenario, Arsuaga actúa sola, únicamente acompañada de su teclado y de su micrófono. Una sensación liminal, de extraño vacío, invade el ambiente: el escenario parece inmenso detrás de ella, mientras ella canta como si estuviera sola en su habitación. O como si se hubiera quedado sola en el karaoke, a altas horas de la noche. Da la sensación de que el público no debería estar allí. Sus canciones, estiladas en un somnoliento dream-pop lo-fi con bases programadas, poco a poco te van dejando embobado. La figura de Verde Prato -salvando las distancias- asemeja la de Julee Cruise en ‘Twin Peaks’: comparte con ella cierta dosis de glamour surrealista. Y el concierto parece directamente una escena de la serie: a David Lynch se le habría ocurrido algo parecido.
Mientras en SónarHall Surgeon revienta el escenario con su tecnazo clínico acompañado de Speedy J, con quien presenta el brutal show ‘Multiples’, en el siempre revelador Stage+D la combinación de tecno y coreografía deja sin aliento. Se trata del show ‘CORTEX’ ideado por el Kianí Del Valle Performance Group y, en este caso, son los bailarines los que roban completamente la atención sincronizándose en una coreografía llena de expresiones exaltadas y enloquecidas que respondeN a la brutalidad de la música.
Air y Jessie Ware, reyes de la noche
Nerea Coll
En la jornada del viernes en Sónar hubo dos platos fuertes y no pueden ser más diferentes el uno del otro. Air presentaron su disco de 1998 ‘Moon Safari’ sumiendo al público en la calma total. Y Jessie Ware lo volvió a levantar ofreciendo un show disco con todas las de la ley, tocando inmediatamente después. Del letargo pasamos a la euforia.
Un letargo muy bienvenido, en cualquier caso, después de un Sónar de Día cada vez más intenso. La propuesta de Air no es inusual en el mundo del pop: los aniversarios sirven a muchos grupos para salir de gira tocando discos muy queridos, y es el caso de ‘Moon Safari’, uno de los discos de moda en el mundo alternativo en el año 1998. En la resaca del trip-hop y el apogeo del chill-out, Air entregaban una pieza sofisticada, futurista y edulcorada que no ha pasado al olvido en veinticinco años.
En Sónar, Air presentan el repertorio de ‘Moon Safari’ en el orden del disco, lo que significa que son exactamente dos los momentos álgidos que se suceden al principio del show, cuando suenan seguidas ‘La femme d’argent’ y ‘Sexy Boy’.
Jean-Benoît Dunckel y Nicolas Godin tocan delante de un panel rectangular decorado con luces, los dos vestidos de blanco impoluto, bastante separados el uno del otro, y acompañados de su batería, situado en medio. El panel hace parecer que Air ni siquiera están físicamente entre nosotros, sino aislados en su propia nave. Air crea por tanto una «distancia» con su público que, no obstante, contribuye al misterio de lo que sucede sobre el escenario, y del repertorio.
El sonido es fiel al disco y las canciones se suceden con todo el gusto -y empalague, también- de las producciones originales. En las primeras filas los fans de Air flotan, mientras, en las filas traseras, es cierto que las composiciones instrumentales generan menos entusiasmo. Aún así, la combinación de la música de ‘Moon Safari’ y el futurista escenario juega a favor de las canciones.
Pero Air no se ciñe exclusivamente al repertorio de ‘Moon Safari’ y se acuerda de otros éxitos como ‘Run’ igualmente celebrados. Me atrevo a decir que todo el que haya descubierto esta noche el downtempo sci-fi de ‘Moon Safari’ se guarda hoy un disco que seguir escuchando, como tantos han seguido haciendo durante veinticinco años.
Martini Ariel
Casi sin que dé tiempo de asimilar el bonito espectáculo de Air, el otro plato gordo de la jornada de noche inicia su actuación. Jessie Ware ha ideado una escenografía inspirada en los clubes nocturnos de los años 70. Su propio club se llama ‘The Pearl’ -como indica la decoración lumínica- y ella es la estrella de la noche.
Ware está presentando su último disco, ‘That! Feels Good!’. Al principio, el público se le resiste. Nota poca energía. No se sabe exactamente las letras de pe a pa, como su audiencia británica. En otras palabras, se lo va a tener que currar. Y vaya si se lo curra.
Ware, vestida de lentejuelas, ha ideado un show diseñado para su público gay, es decir, para su público, donde no faltan los bailarines haciendo drag y pasos de voguing. Ella se bautiza a sí misma la «mother of the house». No es el colmo de la originalidad, pero el buen rato está asegurado.
Martini Ariel
En ‘Pearls’ la cosa se va animando. Ware se merienda las altísimas notas del estribillo como quien no quiere la cosa. Sus agudos se escuchan hasta en la luna. De hecho, es su voz a la que recurre cuando desea llamar la atención del público, cuando percibe que este no le está entregando el entusiasmo que quiere y merece. Ware canta una nota infinita a pleno pulmón, como diciendo, “aquí estoy y me vas a escuchar”, y se viene el recinto abajo. El vozarrón de Jessie Ware es para ponerle un altar.
Poco a poco, el público está completamente sometido a la reina Jessie Ware. En ‘Spotlight’ su voz es oro. Después, en el show se suceden varias sorpresas. El remix house de ‘Running’ es de las menos agradecidas. La festiva ‘Beautiful People’ da pie al momento más divertido cuando Ware hace al público aprenderse una graciosa coreografía. Pero nadie está preparado para escuchar a Ware cantar, de repente: “No matter how hard I try…”
Una versión de ‘Believe’ de Cher es el momento más coreado del concierto de Ware, el que lleva al público al éxtasis. Definitivamente, el otro ‘I Will Survive’. Cuando Ware termina de cantar su cara de asombro lo dice todo: finalmente el público le ha entregado esa energía que anhelaba. De aquí, el show no puede acabar más arriba con ‘Free Yourself’: un himno con todas las letras.
El SónarCar se reserva uno de los conciertos más rabiosamente divertidos de la noche. La Goony Chonga, madre de las chonis, creadora de La Zowi y Bad Gyal, la diosa a la que Naiara le reza, sirve coño dándonos el perreo que queremos. Sobre el escenario se pone coqueta, firma contratos, se pone chula. La estética Messenger / politono decora las pantallas mientras La Goony Chonga y sus bailarinas menean el culo como si estuvieran en la playa. Los ritmos pasan del trap al reguetón al frenesí caribeño haciendo sudar al personal más que en una clase de spinning. Las primeras filas del escenario son una auténtica locura: el desfase está servido y ya no podemos salir del Goonyverso.
El otro rey de la noche es KAYTRANADA. Presenta nuevo disco, ‘Timeless‘ pero, sobre todo, el canadiense ofrece un set plenamente dedicado a su sonido señera, ese disco-funk de ritmos sincopados e hinchados, marcados a trompicones, atiborrados de samples exquisitos seleccionados por un «crate digger» sensacional. Los bajos son tan profundos que vibran sobre la piel.
Sobre sus beats escuchamos revisiones de canciones de Kelela, el ‘CUFF IT’ de Beyoncé o ‘If’ de Janet Jackson. Por supuesto no falta ‘100%’ con Kali Uchis. Da gusto bailar bases tan esmeradas y ricas, también darse un respiro de la tralla tecno que se proyecta de un lado a otro del recinto, y da gusto también ver a Louis Kevin Celestin ponerse funky detrás de su mesa de mezclas. Las pantallas pocas veces proyectan un primer plano de su cara, pero basta con ver su sombra bailar para que se contagie la energía. Él tampoco se puede resistir a esos grooves.
Por 15ª vez en su carrera, es «el momento de los Eels». La banda de Mark Everett ha publicado un nuevo álbum marcado por la pandemia y por su recuperación de una operación a corazón abierto tras la gira de 2023 «Lockdown Hurricane». El artista dice sentirse afortunado de seguir vivo en la nota que presenta el álbum, que abre con una canción llamada ‘Time’, una reflexión sobre lo que antes nos sobraba muchísimo, pero cada vez nos sobra menos.
‘Eels Time!’ no es un álbum plañidero, sino uno en el que vuelven a convivir las canciones más truculentas con otras más alegres. Son cucas las percusiones de ‘We Won’t See Her Like Again’ o ‘Sweet Smile’, esta última con ciertos coros tipo 60’s. Y es mucho más oscura, justo en medio, una ‘Goldy’ de letra sórdida que habla de anuncios clasificados, gente con fetiches y tener que empezar una y otra vez.
Esta estructura en base a los contrastes se repite a lo largo de la secuencia, con producciones más ambientales, como ‘If I’m Gonna Go Anywhere’, que podría ser una de esas canciones expansivas de Primal Scream u Oasis; y otras que suenan a la típica canción de cuna 100% Eels, como ‘And You Run’.
Mark Everett ha grabado el disco entre Los Feliz, California, y Dublín, con colaboradores meticulosos como Koool G Murder, The Chet, Tyson Ritter o Sean Coleman, pero ha perdido la oportunidad de que este álbum sea el de su recuperación o enfermedad, en pos de ciertas generalidades. De nuevo, es como si las mejores historias se las estuviera guardando para otro libro como aquel tan fantástico que sacó… hace ya demasiado tiempo.
Al final, este es un disco más de Eels, con sus altibajos emocionales… y de calidad también. Entre las letras más llamativas, está ‘Lay With the Lambs’, con esa frustración tan típica de la mediana edad: «Todos mis amigos tienen trabajo, vidas, y mujeres, pero todo morimos solos. ¿Es que no lo saben?». Entre los poemas minimalistas más llamativos, ‘Song for You Know Who’, sobre los «errores cometidos, y las oportunidades desperdiciadas». Entre las mejores melodías, ‘I Can’t Believe It’s True’ o ‘Let’s Be Lucky’, que sirve de buen broche final.
Queda poco menos de un mes para que se celebre una nueva edición de Bilbao BBK Live. Subráyalo en la agenda: 11, 12 y 13 de julio en Kobetamendi. Entre los artistas principales del cartel, algunos exclusivos, se encuentran Arcade Fire, Grace Jones, Massive Attack u Slowdive. La programación ha sufrido varias bajas y sumado varias altas, y los horarios ya se conocen.
Esto incluye, por supuesto, la cartelera de Basoa, el escenario de música electrónica de Bilbao BBK Live, uno de los más queridos de todo el festival. Los propios asistentes se deshacen en elogios hacia Basoa por su exquisita programación e inmejorable ubicación: el escenario, situado en el «bosque» (basoa en euskera) y maravillosamente iluminado, no puede ser más mágico.
Entre los nombres destacados de Basoa este año se encuentra Sofia Kourtesis, autora de ‘Madres‘, 8º Mejor Disco de 2023 para JENESAISPOP. Kourtesis -peruana afincada en Berlín- es una de las artistas que pincharán el primer día en Basoa, el jueves 12, presentando su ensoñador house a partir de las 22.00 horas. Inaugurará el cartel la DJ vasca residente en Ámesterdam Neska -conocida por su fiesta de música electrónica flora & fauna- disparando sus ritmos tecno a las 17.00. Ketiov, alias del DJ polaco residente en Madrid Wojciech Taranczuk, le seguirá a las 19.30 con sus bases «sensuales, queer y rítmicas». Tanto que, en su tema ‘Icon’, tan bailongo, samplea a Wendy Williams diciendo su mítica frase «she’s a legend, and she is the moment».
Pasado el DJ set de Kourtesis, que estará centrado en ‘Madres’, según se desprende de la información facilitada por el festival, será el turno del hi-NRG de Cormac (foto) a las 00.30. Un buen momento para descubrir a todo un rey de las pistas europeas -él es de Irlanda del Norte- que, con sus ritmos italo y house, sabe lo que es ver amanecer un lunes por la mañana. Cerrará jornada DJ Tennis -apodo del italiano -Manfredi Romano- a partir de las 3.00 mezclando post-rock, dance e italo disco probablemente de la misma manera que mezcla ingredientes cuando cocina, pues él es chef y dueño de un restaurante.
El viernes 12 abrirá el Basoa a las 17.00 el b2b de DJ Gostoso, es decir, Álvaro de León, miembro del colectivo madrileño Undermad, y Senda Fatal, alias del periodista musical Rodrigo Suárez, que ha trabajado en Radio 3 pinchando música electrónica. A las 19.30, Ogazón «masajeará» a su público jugando con los puntos en común entre el tecno y el house. Pero no te confundas: sus sets tienen tralla para aburrir. DJRum -londinense curtido en el piano, el jazz y el hip-hop- pinchará a partir de las 22.00 combinando géneros con la fluidez de un maestro. Jennifer Cardini le cogerá el testigo a la 1.00 presentando su aplaudida mezcla de tecno, disco, house y electro, con la que ha girado desde París a todo el mundo. A las 4.00, Marcel Dettman, alemán criado en Berlín… y en el Berghain, ofrecerá una propuesta diferente en Basoa desplegando su arsenal de ritmos de new-wave, post-punk e industrial hasta el amanecer. De la oscuridad a la luz.
John Talabot, uno de los primeros productores de electrónica españoles en dar el salto internacional, y DJ residente de Bilbao BBK Live cada año, cerrará la fiesta de Kobetamendi el sábado 13 «por quinta y última vez». Programado a las 4.00, sus sets durante los últimos años permanecen en la memoria de tantísimos asistentes al festival y no cabe duda que volverá a ser el caso en esta edición. Antes, a la 1.00, habrá proyectado su magia en Basoa otro nombre que conoces muy bien, Nicola Cruz, productor franco-ecuatoriano que ha llevado sus mezclas de house y músicas andinas a públicos globales. Nicola ha tocado en varios festivales en España en los últimos tiempos, pero su set en Basoa ofrece una oportunidad de asistir a uno de sus hipnóticos sets desde una mayor cercanía.
El día lo empezará la artista queer búlgara Niki Lauda a las 17.00 fusionando «voces femeninas de pop mainstream con percusión rota». Parece que, en su caso, la nostalgia está asegurada. A Niki le seguirá a las 19.00 un set de la DJ de Brooklyn Gabrielle Kwarteng que, revolviendo house, afrobeat y highlife, buceando entre diferentes sonidos y diásporas, promete ser pletórico. Y, a las 22.00, las texturas «tribales, psicodélicas y alienígenas» de la DJ italiana Budino embriagará el ambiente antes de los dos sets siguientes, que ya hemos comentado. En total, una quincena de nombres que configuran otro cartelón de electrónica de Bilbao BBK Live imperdible.
La batalla por el número 1 en las listas británicas esta semana iba a estar entre Bon Jovi y Charli xcx, en principio. Todo hasta que Taylor Swift movió ficha con otra edición especial de ‘The Tortured Poets Department’, casualmente solo disponible para sus fans del Reino Unido. Así, Taylor ha conseguido que ‘TTPD’ se mantenga en el número 1 por sexta semana, por delante del aclamado ‘BRAT’, que entra en segunda posición.
Mientras que Charli ha logrado la mejor primera semana de su carrera, Taylor nunca había colocado un disco en el número 1 británico durante tantas semanas, ocupándolo durante seis semanas no consecutivas. Por otro lado, Bon Jovi ha conseguido el tercer puesto con ‘Forever’, su 18º disco en conseguir el Top 10 en Reino Unido.
Tras anunciarse ayer que Charli xcx estaba en camino de conseguir su segundo disco número 1 consecutivo con ‘BRAT’, Taylor Swift volvió a repetir la jugada que le hizo a Billie Eilish para mantener el puesto más alto en las listas. De esta manera, unas horas después de la noticia, Swift anunció una nueva edición digital de ‘TTPD’ exclusiva para el Reino Unido con algunas canciones extra (‘Live From Paris’). Esta sería la 34ª versión del último disco de Taylor.
Por supuesto, los fans de Charli han criticado duramente la actitud de Taylor. «Llegados a este punto, hay que admirar el nivel de malicia desvergonzada», se puede leer en Popjustice. Otros usuarios, en X, apuntan a que «si se tratase de cualquier otro artista, serían señalados y las reglas cambiarían». «No hay ninguna otra razón para estos infinitos y calculados relanzamientos», comentan, refiriéndose al deseo de Swift de mantenerse en el número 1.
The way Taylor Swift keeps re-releasing her album to block other artists from getting a #1 is pathetic, if this was any other artist they would be held accountable and rules would be changed. There’s no other reason for these countless calculated re-releases.