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«Un amor, una vida», una reconciliación a tiempo «incluso» con U2

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U2 han tardado 13 años en volver a Madrid, pero yo hacía 21 años que no los veía: fue durante la gira PopMart, presentando el más cuestionado que cuestionable ‘Pop’. Después, han vuelto a nuestro país pero o bien el álbum no me ha motivado lo suficiente como para recorrer 600 kilómetros o bien han visitado mi ciudad con un álbum que directamente me parecía infumable por muchos Grammys que llevara bajo el brazo.

Tras la muerte de David Bowie, seguida de la muerte de Prince, seguida de la muerte de Leonard Cohen, seguida de la muerte de George Michael, lo tenía claro. Tenía que dejar a un lado mis más y mis menos con Bono o de lo contrario jamás me lo podría perdonar. A un lado los ‘Vertigos’ (¿sólo yo suelto «¡14!» cada vez que oigo «1, 2, 3» en una canción cualquiera, aunque sea ‘Mi gente’?), a un lado los ‘Lemons’ y los Muchachada Nuís, a un lado su labor humanitaria vs los paraísos fiscales. Cuando U2 anunciaban concierto en España apenas unas horas después de conocerse la noticia de la muerte de su querida compatriota Dolores O’Riordan, solo existía un camino. Tenía que volver a ver a los cuatro miembros de U2 -los únicos- en vivo antes de que fuera demasiado tarde.

Muchas canciones de U2 hablan de disfrutar del momento, de vivir un día hermoso, de no quedarse atascado en lo peor que se te pasa por la cabeza, de seguir buscando lo que no has encontrado… pero antes de que pudiera pararme a pensar de verdad en todo esto, un día tuve 16 años y decidí comprarme un ticket para ver a la banda. No tuve la suerte de que la edad del pavo me pillara con ‘Achtung Baby’, ni mucho menos pude verlos lanzándose al Bernabéu al grito de ‘Where the Streets Have No Name’, pero menos da una piedra. De dónde saqué 5.600 pesetas para comprar aquella entrada es algo que no logro entender, porque en mis recuerdos no tenía dinero ni para desplazarme a Madrid Rock a por ella. ¿Serían semanas y semanas de ahorro de la paga semanal? ¿Años rebuscando monedas debajo del sofá o en el bolsillo de un pantalón? ¿Empecé a trabajar un poco antes de lo que recuerdo? A su vez había ganado lo que hoy se conoce como un «upgrade VIP” en algún tipo de concurso, que pude recoger en la sede de Los 40 Principales de «Gran Vía, 32», tan imponente cuando todavía no sabía que iba a estudiar Periodismo. Me fiaba tan poco de que esa entrada VIP funcionara de verdad como hoy los ganadores de los concursos de este site, y me presenté en el estadio unas mil quinientas horas antes, y por supuesto solo. Si había alguien en mi instituto de extrarradio que quería, podía o se las había apañado para ver el concierto, mis nulas habilidades sociales -que mantengo- me impidieron dar con ella o él. Corría también el mes de septiembre, pues España parece un buen país para terminar giras de verano o montarlas casi en otoño, y esta era al aire libre, en el Vicente Calderón. Gran acontecimiento al que mi padre se refirió como el «mayor espectáculo del mundo» después de haberlo oído en la radio. Sí, hubo tibia recepción para ‘Pop’, y por tanto dificultad para vender todas aquellas decenas de miles de entradas.

Los teloneros de aquel concierto fueron Placebo, bastante conocidos en aquel momento porque ‘Nancy Boy’, con todo el despertar sexual que proponía, había estado en rotación entre los vídeos de Canal+ y en los programas alternativos de la radio. Brian Molko, haciendo alarde de toda su androginia ante 40.000 personas, se preguntó a sí mismo: «¿soy chica? ¿soy chico?», logrando que un 10% de los presentes, aquellos que sintieran que tenían una «sensibilidad especial», nos preguntáramos una cosa o dos. Y después salieron U2, que habían presentado aquel disco con un vídeo en el que se disfrazaban de Village People. Yo adoraba y adoro ‘Discothèque’ y su puesta en escena fue una fiesta, al menos para los que a duras penas habíamos pisado una, e igual con el carnet de otra persona o muy torpemente falsificado. Hicieron la versión acústica que todos sus fans demandaban de ‘Staring at the Sun’, para mí una de las canciones de aquel verano; y deslumbraron con la salida con ‘Mofo’ años antes de que el Urban Dictionary nos revelara la bobada que encerraba su «misterioso» título en verdad. Aquel tour hablaba del consumismo, con una M gigante emulando la de McDonald’s y había un momento deliberadamente kitsch en el que The Edge hacía un karaoke colectivo con una canción random. En otras palabras, había pagado 5.600 pesetas que a duras penas tenía para escuchar ‘Sugar, Sugar’, la que nos tocó, pero yo la canté como el que más, no hubo altercados ni abucheos y no recuerdo ningún sentimiento parecido a la decepción después de meses de hype. Fue muy grande ver a U2 salir de una suerte de «limón» gigante cual bola de espejos en los bises. Me tocó debajo y el interior de la bola estaba recubierto de pulpa y de pepitas de color amarillo ¡A ese detalle había ido tantísima pasta de recaudación!

Salí de allí más que satisfecho ante este glamuroso visionado, gracias también a las canciones escogidas de ‘Pop’ y sus viejos hits; en un arrebato de euforia me compré en un chiringuito ilegal la camiseta más fea y barata y menos discreta que se vendía en todo el distrito de la Arganzuela (pocas veces me atreví a ponérmela), y no sé cómo porque no había móviles ni internet, di con mi padre, que me había ido a buscar en coche, sin haber quedado en ningún lugar particular. Misterios de la era pre-2.0; a veces las cosas pasaban sin más. Visiblemente preocupado por las inquietudes de su hijo menor por mucho, con una insalvable brecha generacional en medio, el hombre me preguntó por el concierto, y barruntándose que mi prohibitiva afición a la música en directo no se iba a marchar a ningún sitio demasiado cercano, años después me preguntó: «Toda esa música (CD’s) que te compras… algún día se revalorizará, ¿verdad?». No sé si quiero recordar lo que pude responder, pero seguro que no fue: «no, papá, el CD de ‘Pop’ no valdrá ni un duro y terminaré pagando 20.000 pesetas por algún concierto, más avión, más alojamiento. Ah, y las tasas y los “gastos de gestión”».

El día siguiente mis amigos me preguntaron si realmente había sido el «mayor espectáculo del mundo», pero yo no tenía manera de saberlo, porque no había conocido hasta entonces nada más que un concierto de Ella baila sola, otro de Ska-P, un trozo de Rocío Jurado en la plaza del pueblo y cosas así. Una amiga, que aún veo en cumpleaños, bodas y Navidades, me espetó: «he visto a Bono en la tele. ¿Qué pasa, que ahora va de bakala?». La culpa fue de una camiseta ceñida, color carne -carne muy musculada-, que el artista jamás se volvería a poner. Había comenzado a abrirse -o yo había comenzado a verlo- un terrorífico mundo en el que cabrían críticas cada vez más destructivas, pero también malas canciones, el nombramiento de Bono como la persona más “uncool” del mundo por la NME, la sensación de que Rockdelux iba a tener razón en su cruzada contra el grupo, Alaska y Nacho diciendo que en el futuro se hablaría más de Sabrina que de U2, el día que me banearon del canal de U2 del IRC por defender ‘Pop’ desde un cibercafé, la invasión de iTunes hasta nuestras cocinas, otros sinsabores y diversos pasos desacertados por su parte o por la mía. Nunca moló mucho ser fan de U2, pero siempre hubo algo en sus canciones, desde ‘I Will Follow’ hasta ‘The Sweetest Thing’, que a algunos nos seguía llenando de orgullo y autoafirmación incluso en el momento más indie de la historia, al que por suerte ya no volveremos más. Lo bueno es que aún aparece la llama de vez en cuando en su discografía reciente, como en ‘Iris’ o en ‘Get Out Of Your Own Way’, de su último álbum, sí, mucho peor que ‘Pop’. Hoy al menos podemos decir que esa magia, la de la unión, el amor y la vida de su gran obra maestra, ‘One’, permanece en su directo. Como dice su letra, ha pasado «una vida», pero… ¿seguro que «no somos los mismos»?

Aphex Twin / Collapse EP

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En 2017 corrió el rumor que Aphex Twin y la productora Jlin, cuyo segundo disco ‘Black Origami’ fue uno de los mejor valorados del pasado año (el quinto según Metacritic), habían colaborado en una canción. Parece que esa canción era la post-apocalíptica ‘MT1t29r2’, pero en ella no hay rastro de Jlin: es todo Aphex. Algunos fans consideran ahora que Richard D. James podría haberse inspirado en el sonido de Jlin para ‘Collapse’, su nuevo EP, vista la obsesión de este por los (poli)ritmos ágiles de inspiración “footwork”, de gran densidad y riqueza.

Aunque es verdad que ‘Black Origami’ y ‘Collapse’ comparten elementos, también lo es que ‘Collapse’ parece nacer de algunas ideas ya presentes en ‘Syro’, el último álbum de Aphex Twin, publicado en 2014. La limpieza clínica de las producciones, la ultra-precisión de los ritmos y la sutileza de las melodías son algunas de ellas, pero donde ‘Syro’ presentaba una amalgama de tapices electrónicos de carácter maduro y doméstico -se notaba que era el primer disco de Aphex tras su paternidad, para que luego digan que la música electrónica no tiene alma-, ‘Collapse’ apuesta por composiciones más inquietas y caóticas, hasta el punto que la primera, ‘T69 Collapse’, parece de hecho “colapsar” sobre sí misma hacia la mitad, desembocando en su propia autodestrucción tras sucederse en ellas varias contorsiones y espasmos de efecto, en una palabra, epiléptico. Su videoclip no se queda atrás.

Aphex Twin parece en ‘Collapse EP’ -que sucede al más minimalista ‘Cheetah EP’- centrado en perfeccionar ritmos muy complejos, quizás los más complejos que ha hecho nunca, pero eso no quiere decir que su música haya perdido el misterio que siempre le ha caracterizado. En ‘abundance10edit’ destaca la presencia de una voz holográfica que nos invita a su jungla virtual; “dame tu mano, amigo, te llevaré a un lugar de abundancia, alegría y felicidad”, recita. Los beats de esta canción son tan exquisitos y ricos que casi los puedes notar deslizando desde el oído al paladar, pero lo que evoca la canción en realidad es una sensación de intriga absoluta, sobre todo en cuanto la voz de esa persona fantasmal va desapareciendo y empieza a sonar distante, como un recuerdo, mientras una emotiva y misteriosa capa melódica irrumpe para envolvernos. ¿Puede Aphex Twin seguir canciones hermosas a estas alturas incluso cuando las presenta en formas extraordinariamente alienígenas? Sin duda y este es un ejemplo.

Una crítica constante que está recibiendo ‘Collapse’ es que no representa un trabajo novedoso en la discografía de Aphex Twin. Es una valoración injusta, pues aunque ‘Collapse’ evidentemente contenga elementos clásicos del sonido de Richard D. James, la verdad es que nunca los habíamos escuchado de esta manera. ‘phtex’ de hecho recuerda a los coqueteos del productor con el “drill n bass” de su proyecto AFX y de contemporáneos como Squarepusher y Venetian Snares, pero sus ritmos atropellados y beats como de goma, sus destellos de “acid” mutante y amorfo, y el modo en que estos sonidos se empacan en la canción, solo puede haber sido idea de Aphex Twin en 2018. Las texturas plásticas también de ‘1stpp’, que aúna beats tribales con sonidos como de pistola láser e incluso efectos de “scratching” (¿hola? ¿son los 90?), no hacen sino mostrarnos a un productor que no solo ha conseguido perfeccionar su estilo sino que además ha decidido presentarlo de la manera más bizarra que ha podido. Y aunque Aphex Twin ya lo hubiera hecho antes, es difícil imaginar a alguien que lo hubiera hecho mejor.

Calificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘T69 Collapse’, ‘abundance10edit’
Te gustará si te gusta: Jlin, Squarepusher, el Aphex Twin de ‘Syro’, Autechre
Escúchalo: Spotify, en la web de Aphex Twin, incluida una versión alternativa de la pista 1

“Prince era consciente de que ‘Purple Rain’ era especial”

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Este viernes 21 de septiembre se ha publicado el primer disco póstumo de material inédito de Prince, una colección de grabaciones privadas que el cantante realizó en su estudio en 1983, y entre las que se encuentra su gran éxito ‘Purple Rain’… que se lanzaría al año siguiente, transformando a Prince en una superestrella mundial. Es un documento fascinante por muchos motivos, y Michael Howe, vicepresidente de Warner Bros. y responsable del A&R de la compañía, quien descubrió estas grabaciones y trabajó con Prince en los últimos años de su vida, así lo opina. Con la ayuda de nuestro lector, y experto en Prince, Cateto, hemos podido charlar con él sobre este disco y su participación en el mismo y también sobre la famosa “recámara” de material inédito que conservaba Prince, y que está ahora en manos de su familia. “En un futuro cercano”, dice, habrá más reediciones de álbumes clásicos del cantante.

Cuéntame cuándo y cómo descubres estas grabaciones.
Sabíamos que estas grabaciones existían, habían sobrevivido los “bootlegs”, aunque en mala calidad, así que nos propusimos encontrar las grabaciones originales. Encontramos unos casetes con la letra de Prince en la cara B, con canciones como ‘Cold Coffee and Cocaine’ y ‘Why the Butterflies’, pusimos el casete en el reproductor y por suerte estaba en buenas condiciones.

El disco muestra las grabaciones tal y como os las encontrasteis, no han sido manipuladas.
Exacto, no ha habido manipulación de ningún tipo, ni correcciones o “crossfades”. El disco es básicamente la actuación original completa de principio a final, con los cambios de cara incluidos.

¿Qué crees que comunican sobre Prince estas grabaciones? Son muy íntimas.
Un par de cosas. En primer lugar, estas grabaciones demuestran el increíble músico y compositor que era Prince en una etapa muy temprana de su carrera, sobre todo en cuanto a su talento al piano, que no era su instrumento principal. También es maravilloso poder escuchar estas canciones en este contexto puesto que la última gira que realizó Prince fue a “piano y micrófono”. Para mucha gente ese es su último recuerdo de Prince. El disco es una buena manera de hacer un homenaje a eso.

Es fascinante escuchar una versión tan primigenia de ‘Purple Rain’. ¿Prince ya estaba seguro de lo que sería esta canción cuando la compuso?
Yo sospecho que sí. En ese momento, Prince se encontraba en un punto de su carrera extraordinario a varios niveles. Sabiendo la manera en la que trabajaba y conociendo a la gente que se encontraba en su órbita en aquel momento, sospecho que era bastante consciente de que el material que preparaba en ese momento era muy especial. Es un punto de inflexión en su carrera fascinante, ya que al año siguiente estas canciones le convertirían en una superestrella mundial.

‘A Case of You’ es una versión de Joni Mitchell. Ambos artistas se admiraban mutuamente, aunque nunca llegaron a actuar juntos. ¿Alguna vez te habló Prince de ella? Uno de los discos que compró antes de morir fue ‘Hejira’…
Prince nunca me habló de Joni directamente pero sabía que era fan. ‘Hejira’ de Joni Mitchell resulta que es mi disco favorito de ella y de todos los tiempos. No sabía eso. ¿Cómo te enteraste?

La tienda de discos a la que iba Prince publicó la lista de los últimos discos que compró antes de morir…
¡Guau! Increíble saber eso. ¡Me acabas de alegrar el día!

¿Cuál es tu canción favorita en este disco de Prince?
‘Why the Butterflies’ es la que más me gusta porque es el único documento grabado de esta canción, que yo sepa. Es muy emocionante y especial. Pero me gusta todo el disco. Lo he escuchado muchas veces ya y, como suele ocurrir con Prince, el disco no pierde su impacto. La segunda candidata sería ‘17 Days’. Pero puede cambiar.

Es verdad que puedes escuchar este disco y nunca aburrirte porque las interpretaciones de Prince son muy dinámicas, expresan muchos tipos de emociones muy diferentes.
Prince estaba totalmente comprometido con su arte incluso cuando no había público alrededor. Es admirable.

¿Cuál es la situación actual de la famosa “recámara” de Prince? ¿Está totalmente catalogado? ¿Qué porcentaje del mismo se ha digitalizado? Cateto
No puedo darte detalles porque he firmado un acuerdo de confidencialidad con la administración de Prince que me prohíbe compartir contigo números o títulos específicos, u otros detalles jugosos sobre el “vault”. No es que no quiera decírtelo, es que si lo hiciera violaría el acuerdo. Pero estamos trabajando muy diligentemente en la preservación de todo el material presente en el “vault”. Es algo que me tomo muy en serio. Quiero completar el archivo digital con la integridad que merece una cantidad de material tan grande. Estoy muy agradecido por poder hacerlo y no me lo tomo a la ligera.

Hace unos días llegaron a las plataformas de streaming 23 discos de Prince antes ausentes. ¿Cómo está siendo el proceso de llevar todo este material a los servicios de streaming?
Normalmente, la administración de Prince llega a un acuerdo con uno de los socios comerciales, que en este caso es Sony, para el material que se va a publicar en streaming. Tenemos muchos socios comerciales en este momento. En realidad depende de qué discos estamos hablando. Con este en particular, fui yo quien entregó el audio a Sony, que entonces lo publicaron en streaming como parte del acuerdo al que habíamos llegado con ellos.

Para alguien como tú, que tienes información directa del material encontrado en la “recámara”, ¿cuál ha sido el hallazgo más impresionante? Cateto
Cada día me encuentro con cosas que son especiales, sorprendentes y maravillosas. Para mí es difícil escoger una. Como sabes, Prince era una artista muy prolífico y las cosas que no grababa él se les cedía a otros artistas, que, a su vez, en muchos casos eran de lo mejor que estos artistas habían hecho. Como fan de Prince es maravilloso poder sumergirme en este nivel de creatividad tan excepcional. No puedo decirte más debido al acuerdo. Pero el material es alucinante.

Los últimos discos de Prince suelen estar infravalorados en comparación con los clásicos. ¿Cuáles serían tus favoritos?
Si tuviera que escoger uno, sería ‘The Rainbow Children’. Pero el disco cambia cada día. Existen algunas grabaciones en directo que hizo en la última fase de su carrera que eran excepcionales. En la fase más tardía de la carrera de Prince hay muchas joyas que suelen ser eclipsadas por los gigantescos éxitos que obtuvo en los 80 y principios de los 90.

¿Puedes darnos algún detalle sobre el equipo encargado de las grabaciones de la “recámara” de Prince? ¿Participan ingenieras de sonido que han trabajado con él en el pasado, como Susan Rogers? Cateto
Para este proyecto intenté involucrar, en lo máximo que pude, a gente que realmente formó parte de la vida de Prince y que estuvo presente durante su evolución creativa. Hablé con Susan [Rogers, ingeniera de sonido], Peggy [McCreary, ingeniera de sonido] y David Leonard [ingeniero de sonido], por ejemplo. Aunque no todo el mundo ha estado igual de involucrado con Prince y ciertamente estas personas no suelen tomar decisiones específicas en relación al material que va o no va a salir.

Ha habido rumores de que una parte del material presente en la “recámara” se estaba conservando en mala calidad. ¿Qué hay de cierto en esto?
Solo unas pocas grabaciones en toda la colección están dañadas o no son aptas para publicación y deben ser reparadas con precisión forense. Hemos tenido que hornear algunas cintas, lo cual es una práctica muy común en los estudios donde las partículas magnéticas se han desprendido de las cintas [NdE: llamado “sticky-shed syndrome”]. Pero creo que a día de hoy no nos hemos topado con ninguna grabación que no hayamos podido salvar o cuyo deterioro sea irreparable. Ni siquiera te puedo poner un ejemplo en concreto…

En cuanto a los vídeos presentes en la “récamara”, ¿qué se está considerando publicar? Se sabe de películas enteras que llegó a realizar Prince pero que nunca salieron, como la película de ‘3121’. Cateto
Todo el material está siendo considerado. Como te he dicho, no puedo entrar en detalles en cuanto a qué títulos pueden o no salir debido al acuerdo de confidencialidad que he firmado, pero en el equipo hablamos, si no cada día, desde luego cada semana sobre qué material es el más deseado por los fans y cuáles son las piezas más importantes de todo el complejo creativo de la “récamara”.

Desde tu punto de vista, ¿qué etapa de Prince te gustaría más que protagonizara un próximo lanzamiento de material inédito?
Me fascinan los primeros años de la carrera de Prince, la etapa de ‘Controversy’… pero en cada uno de los periodos en la evolución creativa de Prince encuentro un elemento atractivo. Todo el material que hizo para ‘Parade’ y ‘Sign O’ the Times’ es fascinante, ‘Lovesexy’ es un álbum infravalorado que pertenece a su etapa dorada…

El público general y también los fans más acérrimos verían con muy buenos ojos la remasterización y reedición de discos clave de Prince como ‘Sign O’ the Times’ o ‘Parade’, tal y como lo ha habido de ‘Purple Rain’. ¿Hay planes de publicar estas reediciones en el futuro? Cateto
Sospecho que algunos de esos discos saldrán reeditados en un futuro muy cercano. Cuáles no los sé y aunque lo supiera no te lo podría decir. Pero se está hablando.

Poppy: «Muchos artistas actuales son aburridos, Poppy no»

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Poppy se convirtió en algo más que un tonto proyecto de Youtube, definitivamente, cuando publicó el interesante ‘Poppy.Computer’, a medio camino entre el pop prefabricado, el J-pop y el sonido de PC Music. El 31 de octubre le dará continuación con un álbum llamado ‘Am I A Girl’ en el que ha colaborado con gente como Diplo o Grimes. Ha compartido el adelanto ‘Time Is Up’ junto al primero y esta noche 22 de septiembre actúa en Razzmatazz, Barcelona, momento que aprovechamos para pasarle unas cuantas preguntas, de las cuales responde… unas sí y otras no.

Te preguntas si eres una chica en el título de tu nuevo álbum. ¿Te sientes más como «una chica» en este disco que en el anterior o menos, en verdad?
No sé lo que significa eso. Estoy en algún lugar en medio.

El disco trata el tema del género fluido. La pregunta que plantea el disco es sobre ser una chica, y no un chico, ¿o va sobre ser una chica, y no un robot?
¿Soy un chico? Me gustaría saberlo.

Tu disco sale el 31 de octubre. ¿Está acabado? ¿Qué le queda? ¿Habrá edición física, nuevos vídeos, es lo siguiente el tema ‘Fashion After All’?
Está terminado y ya estoy trabajando en el tercer disco. ‘Am I A Girl’ sí saldrá en CD y en vinilo. El próximo vídeo será de baile.

El single ‘Time Is Up’ me lleva a la música electrónica de los 70, gente como Kraftwerk o artistas franceses como Jean Michel Jarre, y has dicho que el disco es un poco francés. No percibo aquí a Diplo, ¿qué ha aportado?
Soy una gran fan de Kraftwerk y de Jean Michel Jarre, gracias. Diplo me mandó la pista y dijo: «Poppy, esto es para ti», y yo dije: «lo sé». La producción adicional de ‘Time Is Up’ es de Oliver. He sido fan de Oliver y Diplo bastante tiempo y estoy contenta de que fuéramos capaces de hacer la canción.

Por cierto, ¿crees que la gente hoy en día se comporta como robots? ¿Y crees que es por las redes o a causa de qué?
Creo que a los humanos les gusta la idea de los robots porque los humanos son unos vagos. Creen que los robots trabajan para ellos. En este momento ese parece ser el caso: los robots trabajando para los humanos. Pero no creo que siempre vaya a ser así. Creo que los humanos serán obligados a trabajar para los robots.

Tu nuevo disco no sale un viernes como los anteriores. Por supuesto esto es debido a Halloween y a tu fiesta de Halloween, pero al mismo tiempo es otra señal de que tú operas al margen de la industria. ¿Estás de acuerdo o crees que realmente perteneces a la industria?
Yo soy la industria.

Había muchos tipos de sonidos diferentes en tu anterior álbum, ‘Poppy.Computer’. Había rock y varios tipos de música electrónica. ¿Es el nuevo disco igual de variado y diferente entre canción y canción o es más cohesivo?
‘Poppy.Computer’ estaba influido por el J-pop. Creo que abarcaba muchos elementos del J-Pop y la música de ordenador y no se apartaba de eso. ‘Am I A Girl?’ es el disco de dance-pop de Poppy. Pero eso no es todo lo que vas a encontrar en él.

¿Cómo valoras hoy en día ‘Poppy.Computer’? ¿Te sigue gustando y por tanto en el concierto del sábado sonarán mayormente canciones de este disco, o presentarás sobre todo canciones nuevas?
Tocaré tantas canciones de ‘Poppy.Computer’ como de ‘Am I A Girl?’. Estoy orgullosa de ‘Poppy.Computer’. Es una historia que necesitaba ser contada en ese momento.

Quizás eso sea señal de que, pese a que eres una artista muy joven, todavía confías en el poder del álbum en lugar de en un único single. No a muchos artistas hoy en día les interesa la idea del álbum.
Muchos artistas actuales son aburridos. Poppy no»

U2, en la gira por la que muchas superestrellas matarían

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La segunda parte de la última gira de U2 ha llegado a Madrid esta semana en dos noches consecutivas tras haber pasado por Barcelona en forma de ‘Songs of Innocence’ (sin «Experience») en 2015. Se trata de un imaginativo show que aprovecha el 100% del graderío, situando una pantalla gigante de dos caras a lo largo en mitad de la pista, facilitando el visionado de todo el estadio. Una original idea que seguro ha hecho enfurecer de envidia a más de un divo y diva y que además tiene coartada conceptual.

Por las pantallas circulan todo tipo de mensajes por la unión de Europa, por la libertad de la mujer, por la libertad de opción sexual… Presenciamos un viaje que nos lleva de ciudades derruidas como Berlín en 1946 o desoladas como Madrid en 1939 hasta el mundo de Yupi de Trump de 2018. Es lo que a día de hoy todo el mundo espera de Salvador Bono y amigos; pero hay otro mensaje subyacente como se menciona en un momento en una viñeta fugaz: la recuperación de la «inocencia», tras haber conocido la «experiencia» como única forma de alcanzar la «sabiduría». Y por último, mantener siempre la esperanza. Foto: Danny North, Berlin, facilitada por Live Nation.

El planteamiento es interesante aunque los dos últimos discos de U2 no sean precisamente lo más sabio que han hecho. Pero eso es justo por lo que otros matarían: la entrega de un buen espectáculo incluso cuando estás en un mal momento creativo. El show tiene momentos tediosos como el mismo arranque con ‘The Blackout’ y ‘Lights of Home’: hasta que no suena la infalible y siempre tan efectiva en los primeros minutos del set ‘I Will Follow’, el público no se despierta de verdad. También aburre el propio single ‘You’re the Best Thing About Me’, más flojo todavía en versión acústica. Sin embargo, hay otros temas bastante nuevos muy bien integrados y cuyo valor está muy bien disimulado. Bono enfrentándose al nombre de su madre, que perdió de adolescente y casi nunca había pronunciado (‘Iris’), es todo ternura («¿no es raro que no mencionemos nunca el nombre de nuestra madre?», plantea); y ‘Get Out of Your Own Way’ es todo un caballo ganador, de lo mejor que han hecho en los últimos años. Es una preciosidad ver a Bono recorrer las calles de su infancia en las proyecciones de la pasarela, y también lo es el cierre del show, con el cantante inclinándose hacia una pequeña casita, de la que sale una esperanzadora bombilla voladora, durante ‘Song for Someone’. ¿Cursi? Por supuesto, llevamos 30 y 40 años escuchando a este grupo. Gracias.

Más aún, la recepción de algunas de las canciones de los 2000 es tan buena como la de las más antiguas. ‘Beautiful Day’, definitivamente una de sus mejores canciones, no puede tocar más la fibra sensible en ese «Touch me (…) I know that I’m not a hopeless case». También, como esta, con las luces del palacio totalmente encendidas y la gente 300% entregada, suenan ‘Vertigo’ y ‘Elevation’. Muy poco que envidiar en cuanto a acogida a canciones superiores como ‘Pride’, una ‘New Years Day’ quizá algo estridente o ‘Sunday Bloody Sunday’ con Larry Mullen Jr paseando un pequeño tambor en una adecuada versión reducida.

Pero de lo mejor, lo superior, las canciones de ‘Achtung Baby’ que no esperaba. Como harta de la gira de 30º aniversario de ‘The Joshua Tree’, la banda ha prescindido de sus canciones, llevándose por delante 3 de sus singles más populares, y se vuelca en cambio por supuesto en ‘One’, más bonita que nunca si es que eso es posible; la maravillosa ‘Acrobat’, ‘Until the End of the World’ y una ‘Even Better than the Real Thing’ tan solo afeada porque el personal de seguridad se dedicó a aplastar al público de la pista… para hacer hueco para que The Edge pudiera subir 4 canciones después a una plataforma situada en un rincón, donde iba a sonar la mencionada ‘Pride’. «¿Pero por qué nos empujáis?», les pregunté indignado. «Tiene que pasar una camilla», me mintieron. ¿Merecieron la pena los 20 minutos de empujones, mal rollo y sudor? Diría que no, pero todo el mundo se puso a grabar, así que igual sí.

Hubo mensajes para nuestro país, como al grupo gusta, que si «de Madrid al cielo», que si han pasado 13 años de su última visita a la ciudad, e incluso se improvisó una versión de la rareza ‘Spanish Eyes’ que The Edge había propuesto en el camerino. No es su mejor composición pero pudimos ver algo único. Si es que el grupo, siempre tan cuestionado por sus ademanes, no es lo suficientemente único de por sí, para muy bien. 8.

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SOPHIE y Sophia the Robot hablan de sueños y el futuro de la creatividad

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SOPHIE y Sophia the Robot tienen algo en común aparte del nombre: representan el futuro en sus respectivos ámbitos, SOPHIE en el de la música electrónica y Sophia the Robot el de la inteligencia artificial (y por tanto el de la humanidad). DAZED ha tenido la brillante idea de unirlas en una conversación, que ya puede verse.

Esta cara se le queda a Sophia the Robot cuando SOPHIE le cuenta que es una “estrella del pop”. La robot le dice a SOPHIE que su canción favorita de ella es ‘Bipp’ y a continuación ambas hablan, entre otras cosas, del futuro de la creatividad una vez se haya consolidado en el mundo la inteligencia artificial. Sophia the Robot cree que se debería enseñar a la inteligencia artificial a ser creativa como los humanos, pero que una cosa tan “hermosa” como la creatividad “no puede ser replicada, solo simulada”.

SOPHIE y Sophia the Robot hablan también de los sueños y otras bobadas. Por ejemplo, Sophia pregunta a la productora cuál es su casa ideal, a lo que ella responde que una casa situada en una colina y con vistas al mar, con “mucho espacio y aire fresco”. Sophia the Robot dice que le encantaría nadar en el mar, pero que por razones obvias no puede. ¿Le apetecerá, en cualquier caso, sumergirse en ‘Oil of Every Pearl’s Un-Insides‘?

Lady Gaga, en la carrera de los Oscar: posibilidades reales, competidoras y antecedentes

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Dejando de lado a Barbra Streisand, puesto que su filmografía no es precisamente algo anecdótico, si pensamos en grandes iconos del pop que han explorado con éxito el mundo del cine, rápidamente se nos vienen a la cabeza los nombres de Madonna, ganadora del Globo de Oro a mejor actriz por ‘Evita’ (pero ni siquiera fue nominada al Oscar); y Cher, que incluso consiguió el Oscar (con ‘Hechizo de Luna’). Desde que se supo que Lady Gaga sería la protagonista junto a Bradley Cooper del remake de ‘Ha nacido una estrella‘ (el cuarto ya), muchos vaticinaban un artefacto kitsch que, obviamente, no tendría la más mínima oportunidad de llevarse premios, y menos aún para la cantante de ‘Paparazzi’. Pero las risas se han ido poco a poco convirtiendo un tremendo hype alrededor de la película, después de que la crítica la haya alabado tanto en su paso por el Festival de Venecia como en el de Toronto y, ojo, se haya destacado a Gaga como lo mejor del film. La artista, que curiosamente hizo su primera aparición frente a la cámara como amiga de A.J. en ‘Los Soprano’, ha protagonizado no solo el debut en la dirección de Cooper, sino un sinfín de reportajes estas semanas en medios que rara vez se la han tomado en serio, y multitud de titulares que no dudan en aventurarse con una posible nominación a los Oscar como mejor actriz. Nos ha podido sorprender este giro de los acontecimientos, y seguro que hay a quien le parece directamente surrealista, pero, si lo pensamos detenidamente, no debería ser tan descabellado imaginar a Gaga entre las próximas nominadas al Oscar, y en este artículo vamos a dar algunas razones.

Para empezar, no es la primera vez que la autora de ‘Sexxx Dreams’ se mete en algo así y todo apunta a despropósito para luego no serlo. Hace unos años, coincidiendo con la noticia de que Jessica Lange abandonaba ‘American Horror Story’ tras su cuarta temporada, nos enterábamos de que Lady Gaga protagonizaría la quinta entrega de la serie. Muchos se echaron las manos a la cabeza, pero, tras finalizar la temporada, acabaron bajando las pistolas y diciendo que realmente no había sido ese desastre que auguraban. Aun así, lo cierto es que se quedó en un punto medio; tampoco llegó a ser una interpretación que maravillase a los fans de la serie, ni siquiera a sus propios fans. Sin embargo, la autora de ‘Joanne‘ acabó llevándose un Globo de Oro por su interpretación en ‘Hotel’… ¿los Globos habían visto algo que los demás no? Una explicación es la posibilidad de que nos cegase el parecido entre La Condesa y el personaje que identificábamos con la propia cantante, tanto en los momentos de sangre y exceso como en una de sus escenas más emotivas (“you dress like a man, but you smell like a woman”). ¿Y si Stefani podía ser muy buena interpretando, y simplemente no habíamos sido capaces de verlo porque las similitudes entre personajes nos hacían pensar que no se había tenido que esforzar mucho en su interpretación?

Por otro lado, el nexo con la música country de ‘Ha nacido una estrella’ no es algo que resulte extraño para Lady Gaga, que siempre ha proclamado su gusto por las raíces, y ha mostrado su versatilidad musical sin cerrarse solo al pop. Desde el lado folkie de ‘Joanne’ a ‘Cheek to Cheek‘, el disco de jazz con Tony Bennett, pasando por sus querencias heavies (aún está por llegar el álbum en el que se materialice lo que dejaron entrever ‘Electric Chapel’ o su dúo con Metallica). La artista ha confesado además su fascinación por la cultura de los bares de carretera, y tanto esto como lo anterior tiene su significado en el ambiente del film y su trama, lo que le ha podido permitir conectar más con el personaje y empaparse de su esencia. También aquí hay puntos en común con el personaje, pero, a diferencia de lo anterior, aquí las similitudes son de Stefani, la persona, y no de Gaga, su personaje. Pongamos el ejemplo de un crítico aleatorio de cine que vio en Toronto la película, y que de Gaga solo conozca sus mayores hits, el videoclip de ‘Bad Romance’ y el vestido de carne. Si a este señor le ponemos a ver ‘Hotel’, seguirá viendo a Gaga, pero si le ponemos a ver ‘Ha nacido una estrella’ existe la posibilidad de que, si la autora de ‘Perfect Illusion‘ se lo curra, a quien vea es a Ally, la protagonista – y, a juzgar por las críticas, parece que se lo ha currado.

Y es que ésa es otra de las posibles razones: incluso sus mayores detractores están de acuerdo en que, cuando quiere, Gaga se lo curra hasta el punto de dejarse la piel con lo que hace. Ahí está el ejemplo de su Super Bowl, una de las más espectaculares de la década (y probablemente la mejor de las llevadas a cabo en solitario, sin artistas invitados). El empeño en, a pesar de los dolores crónicos de su fibromialgia que vimos en ‘Five Foot Two’, llevar algo de tal magnitud a cabo (sin olvidar sus conciertos) le pasó factura, teniendo que cancelar parte de su gira. Pero el caso es que lo hizo. Toda esta energía y perseverancia puede haberlas concentrado también en ‘Ha nacido una estrella’, teniendo en cuenta además que no la ha rodado en su mejor momento personal: aparte de sus problemas de salud, durante el rodaje tuvo que vivir la muerte por cáncer de mama de su gran amiga Sonja Durham (en declaraciones a EW contó cómo el mismo día de su muerte rodó una de las actuaciones musicales de Ally).

Para el final dejamos la razón más obvia, pero no menos importante: es un musical. Estamos hablando de si interpretará bien o no a Ally en las escenas no musicales, porque en las escenas musicales está claro cómo lo hará. Y eso también influye en llevarse a los espectadores, y hasta a la crítica, de calle. En cualquier caso, aún imaginando que consiga la nominación a mejor actriz, ser la ganadora no es algo que esté tan seguro, porque la competición este año es fuerte. Las dos principales apuestas son la ya ganadora Viola Davis (para colmo protagonizando el regreso de Steve McQueen cinco años después de ’12 años de esclavitud’, ‘Widows’) y, sobre todo, Glenn Close, que es ya la persona con más nominaciones a los Oscar sin llegar a recibirlo, y que podría por fin llevarse uno a casa con ‘The Wife’. Pero tampoco sorprenderían Carey Mulligan por ‘Wildlife’, Claire Foy por ‘First Man’, Nicole Kidman, que encima parte con doble posibilidad gracias a ‘Boy Erased’ (con un curioso reparto que incluye a Russell Crowe, Xavier Dolan, Troye Sivan y Flea de los Red Hot) y a ‘Destroyer’ (talentazo de la australiana aparte, su maquillaje ahí es una mezcla del de Charlize Theron en ‘Monster’ y el de ella misma en ‘Las Horas’) o alguna de las tres protagonistas de ‘The Favourite’ (nada menos que Rachel Weisz, Emma Stone y Olivia Colman). Incluso, puede que la Academia dé la sorpresa nominando los aclamadísimos trabajos de Toni Collette en ‘Hereditary’ y Dakota Johnson en ‘Suspiria’ (sabemos que los papeles de terror no se los suelen tomar en serio, pero oye, ahí está Kathy Bates con su Oscar por la grandiosa Annie Wilkes de ‘Misery’). A todas ellas tendría que enfrentarse Gaga para ser nominada, y luego ganar, el Oscar el 24 de febrero. Toda una odisea, pero oye, si lo consigue, paws up.

Amaia canta en un interludio de U2 en Madrid

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Esta noche ha tenido lugar el segundo de los dos conciertos que U2 habían programado en Madrid para su gira ‘Innocence + Experience’, que ya pasó por Barcelona en 2015, aunque con el nombre de ‘Songs of Innocence’ -el grupo no había publicado todavía su último disco-. El espectáculo ha estado a la altura de la leyenda del grupo, hasta el punto que nos ha hecho olvidar la debilidad de sus dos últimos discos, y también ha encerrado alguna sorpresa.

Alfred García, ex-concursante de Operación Triunfo, había anunciado que se encontraba trabajando en una colaboración con U2 -en plural, dijo “estamos colaborando”-, pero al final parece que ha sido Amaia, su compañera en Eurovisión y pareja, quien ha colaborado realmente con el grupo en un segmento del concierto. Se trata de un interludio feminista en el que Amaia y Bono cantan juntos el mantra “women of the world, take over” mientras en la pantalla va apareciendo una frase que anima a las “mujeres del mundo” a “alzar la voz” y a unirse con sus “hermanos y hermanas”.

A Amaia es únicamente a quien menciona Universal en Twitter al compartir el vídeo de U2, y también el propio Bono, a quien puede oírse en el vídeo despidiendo a Amaia con un “gracias, Romero”. La voz es grabada. Los usuarios de Twitter recuerdan que este interludio con Amaia ya apareció en el primer concierto de U2 en Madrid y que el grupo suele seleccionar personalmente a artistas femeninas de Universal para este interludio en todos los conciertos que ofrecen por el mundo.

Albin Lee Meldau / About You

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La voz de Albin Lee Meldau, un joven artista sueco hijo de artistas –su madre, una cantante de jazz del país nórdico; su padre, un punk-rocker británico–, es uno de esos instrumentos capaz de dejar pasmado al más pintado. Un peculiar “quejío” soul que, más que pertenecer a un hombre blanco de 30 años, parece provenir de un anciano soulman (o soulwoman, porque hay cierta androginia en su timbre) curtido en la Alabama rural. Así, canciones como ‘Lou Lou’ (aquí recuperada, desde el lejano 2016) y ‘Bloodshot’ (extrañamente ausente) ponían la especial voz de Meldau en el mapa de aquellos enamorados del soul a los que no incomoda una pátina contemporánea, más Amy Winehouse que Eli Paperboy Reed.

Este año, cuando se anunciaba la próxima publicación de ‘About You’, este álbum debut que hoy nos ocupa, Albin Lee daba un notable viraje en ese camino apostando por una pátina aún más claramente moderna: la fantástica ‘The Weight Is Gone’ mostraba un perfil neosoul muy próximo al empleado en trabajos propios y ajenos por Mark Ronson, uno de los más hábiles renovadores de sonidos clásicos en la última decada. Aunque lo pareciera, su producción no era suya sino de el danés Bastian Langebaek (que con el alias de Carassius Gold ha trabajado con Jessie Ware o Jack Garratt), que se erige en parte fundamental de ‘About You’.

Y es que esa espectacular pirotecnia bailable hábilmente equilibrada con elegancia y clasicismo no es sólo una rareza, sino que se convierte en la mejor baza comercial (desde un enfoque no tan alejado, aunque más clásico y puro, de Sam Smith o James Arthur) de Meldau, como reiteran temas como el single ‘I Need Your Love’, la poderosa ‘Bounce’ o la estupenda ‘I Beg’, ante las que resulta imposible no dejarse llevar. Igualmente cautivadores son medios tiempos que relajan el tempo pero son también encantadoras, como ‘Singoalla’ o el corte que da nombre al disco, realmente exquisitos, equidistantes de Al Green y el primer Jay Jay Johanson.

Desgraciadamente, ‘About You’ pierde algo de ritmo en su segunda mitad, no tanto porque sea algo más convencional en sus aproximaciones a la música negra (el tema acústico inicial ‘Before & After’ deja claro que ese no es el problema) como porque concentra canciones más previsibles y faltas de sorpresa y pegada, como ’6th Street’ o ‘Try’. Curiosamente, ante tanta pluma invitada, es significativo que la única canción escrita sólo por él, la tan escueta como excelsa ‘Lou Lou’ (producida por Björn Yttling de Peter Björn and John), siga brillando por sí misma ante sus compañeras. Quizá con un poco más de confianza en sus propias capacidades, Albin Lee Meldau logre presentar un trabajo más genuino y personal que este en el futuro. Pero, mientras, resultará una gozada escuchar su increíble voz en (la mayor parte de) estas canciones.

Calificación: 7,1/10
Lo mejor: ‘The Weight Is Gone’, ‘I Need Your Love’, ‘Lou Lou’, ‘I Beg’, ‘Bounce’
Te gustará si te gusta: Amy Winehouse, Hozier, Curtis Harding
Escúchalo: Spotify

La canción del día: ‘Venice Bitch’ de Lana Del Rey es una de sus canciones perfectas

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Lana Del Rey ha publicado el pasado martes el segundo adelanto de ‘Norman Fucking Rockwell’, su nuevo álbum producido junto a Jack Antonoff, tras ‘Mariners Apartment Complex’. ‘Venice Bitch’ en realidad es el primer single oficial del disco, que llega supuestamente a principios de 2019, dos años después de ‘Lust for Life‘.

En muchos casos, ‘Venice Bitch’ es una composición clásica de Lana Del Rey. Empezando por el título, siguiendo por su sonido nostálgico de veranos pasados y continuando por la retahíla de lanaísmos que deja su letra, desde ese “fresh out of fucks forever” con el que arranca el tema hasta la rima “ice cream, ice queen”, hasta la frase “nothing gold can stay”, que ya salía en ‘Music to Watch Boys To’ y pertenece a un poema de Robert Frost, ‘Venice Bitch’ es Lana a más no poder. Sin olvidar ese “bang bang, kiss kiss” con ecos a ‘National Anthem’, quizás el mayor lanaísmo de ‘Venice Bitch’ sea el que anuncia “you’re beautiful, and I’m insane / We’re American made’.

Sin embargo, ‘Venice Bitch’ es novedosa en el repertorio de Del Rey por su duración. 9 minutos y 36 segundos constituyen la canción más larga jamás publicada por la artista, hasta el punto que dio algún que otro dolor de cabeza a su equipo cuando esta se la enseñó, como ha contado la propia cantante en una entrevista. “Se llama ‘Venice Bitch’ y dura 10 minutos. ¿Por qué nos haces esto? ¿No puedes hacer una canción pop normal de 3 minutos?”, le dijeron sus mánagers a Lana, a lo que ella contestó: “bueno, es el final del verano y algunas personas simplemente quieren conducir durante 10 minutos y perderse en guitarras eléctricas”.

‘Venice Bitch’ es una canción para conducir (no hay más que ver su vídeo) como lo son las de The War on Drugs o Kurt Vile, y de hecho podría decirse que, como canción, toca cumbre al minuto cinco. Lo que sigue después es un dinámico desfile de guitarras eléctricas, cuerdas y un sintetizador analógico de carácter cósmico, en el que Lana va “perdiéndose” y con ella nosotros. Especialmente bonito es el momento en que, tras construir el tema una montaña de distorsión, Lana emerge con su preciosa melodía “we’re getting high now, because we’re older”, cual oasis en el desierto.

Lo que hace que esta sea una de las mejores canciones de Del Rey -y una de las varias composiciones perfectas que pueblan su repertorio- es el contraste de todos sus elementos -las guitarras distorsionadas, el burbujeante sintetizador analógico, la sublime belleza de las melodías- y el modo en que ella y Jack Antonoff crean con ellos una instrumentación atractiva de principio a fin. Sin olvidar una letra que es de las más poéticas y bonitas que ha escrito Lana, tanto que merecía estar en el poemario que piensa publicar próximamente. Para una artista que prácticamente ha basado su carrera en su obsesión con la juventud, una frase tan sencilla como “everything, whatever” puede representar ni más ni menos que una cumbre artística. Y sin duda lo es, como toda esta maravillosa canción.

Alfred asegura que está colaborando con U2

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Alfred García mantiene un perfil discreto estos días tras su salida de Operación Triunfo, su actuación en Eurovisión junto a Amaia (esta fue nuestra entrevista con ellos) y la conclusión de la gira de OT el pasado mes de agosto. García ha estado dando conciertos durante el verano pero sobre todo ha estado ultimando su próximo disco, el primero en una multinacional, ‘1016’, titulado como su número de cásting en OT y que dice presentará un sonido de pop-rock con influencias de Jamie Cullum y el rock argentino.

Mientras, el cantautor ha acudido esta noche al concierto de U2 en Madrid y ha anunciado a La Vanguardia una “colaboración” con ellos. Sus declaraciones han sido: “estamos haciendo una cosa con U2 muy chula que dentro de unos días saldrá, estamos con su equipo y son una gente muy maja, estoy muy contento”. García no da más detalles, por lo que es imposible dilucidar si el artista ha tratado directamente con Bono y compañía, pero por sus palabras se entiende que sí.

Hemos visto a Alfred actuar con Love of Lesbian, cantar con Jamie Cullum e incluso compartir escenario (por unos segundos) con Nick Cave. Pero esta colaboración con U2 puede ser para García la guinda del pastel.

Lana del Rey, top 1 directo de JNSP con ‘Mariners Apartment Complex’

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Lana del Rey se confirma como una de las artistas favoritas de nuestros lectores al situarse como número 1 directo de nuestro top 40 con ‘Mariners Apartment Complex’. Destaca dentro del top 10 la subida de ’Suspirium’ de Thom Yorke, un tema que podría estar perfectamente entre los mejores de su discografía. El resto de entradas las conforman Mariah Carey, Mala Rodríguez, Soleá Morente, The Smashing Pumpkins, Rostam y Alexanderplatz. Esta semana toca despedirse de SOPHIE y Billie Elilish, ya en la mitad baja de la tabla con más o 10 semanas. Ya podéis escuchar nuestra última lista de novedades y votar por todas vuestras canciones favoritas aquí.

Top Ant. Peak Sem. Canción Artista
1 1 1 Mariners Apartment Complex Lana del Rey Vota
2 4 1 7 Missing U Robyn Vota
3 1 1 16 Malamente Rosalía Vota
4 10 4 2 Suspirium Thom Yorke Vota
5 2 1 8 Pienso en tu mirá Rosalía Vota
6 6 2 20 Hunger Florence + the Machine Vota
7 15 3 13 Fast Slow Disco St Vincent Vota
8 5 2 10 God Is a Woman Ariana Grande Vota
9 12 9 2 Electricity Dua Lipa, Silk City Vota
10 10 1 GTFO Mariah Carey Vota
11 9 2 24 One Kiss Calvin Harris, Dua Lipa Vota
12 7 1 9 Plaything Róisín Murphy Vota
13 14 8 4 Espejo Javiera Mena Vota
14 11 11 3 Feels Like Summer Childish Gambino Vota
15 23 7 5 Woman Cat Power, Lana del Rey Vota
16 13 11 8 Tranquility Base Hotel & Casino Arctic Monkeys Vota
17 21 17 2 Promises Calvin Harris, Sam Smith Vota
18 3 3 3 Made for Now Janet Jackson, Daddy Yankee Vota
19 8 5 7 Ya no quiero ná Lola Indigo Vota
20 16 7 12 All for You Years & Years Vota
21 19 17 6 Girls Night Out Charli XCX Vota
22 17 13 12 Immaterial SOPHIE Vota
23 26 3 4 The Witness Anja Garbarek Vota
24 28 24 2 I Shall Love 2 Julia Holter Vota
25 36 25 2 Alright Jain Vota
26 18 10 5 Two Slow Dancers Mitski Vota
27 35 27 2 Going Down Swinging The Radio Dept. Vota
28 28 1 Contigo Mala Rodríguez, Stylo G Vota
29 29 1 Olelorelei Soleá Morente Vota
30 30 1 Silvery Sometimes (Ghosts) The Smashing Pumpkins Vota
31 34 31 3 ¿Qué tiene? Ximena Sariñana Vota
32 29 17 4 Where Angels Fear to Tread Disclosure Vota
33 34 33 2 Queens The Blaze Vota
34 27 27 3 Maravilloso Sidonie Vota
35 25 10 3 Shot Gun Shack Neneh Cherry Vota
36 32 10 4 When I’m With Him Empress Of Vota
37 37 28 10 you should see me in a crown Billie Eilish Vota
38 38 1 In a River Rostam Vota
39 39 1 Odio el siglo XXI (bueno, y el XX también) Alexanderplatz Vota
40 20 20 9 Level Up Ciara Vota
Candidatos Canción Artista
Doesn’t Matter Christine and the Queens Vota
Nunca nadie pudo volar La Casa Azul Vota
Disarray Low Vota
Cherry Jungle Vota
Sorry About the Carpet Agar Agar Vota
Señores Rusos Blancos Vota
TOOGOODTOBETRUE Gallant, Sufjan Stevens Vota
Sept20 Richard Swift Vota
Falling Down Lil Peep, XXXTentacion Vota
Trip Ella Mai Vota
The Gypsy Faerie Queen Marianne Faithfull, Nick Cave Vota
Make Time 4 Love The Goon Sax Vota

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‘The Rider’: la gran película indie que faltaba por estrenarse

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La trayectoria vital de la directora Chloé Zhao es una de las más singulares del actual cine estadounidense. Nació y se crió en Pekín, donde apenas tuvo acceso a las películas americanas. Tras estudiar Ciencias Políticas en Londres, se trasladó a Nueva York a estudiar cine. Después de matricularse, se marchó a vivir a Dakota del Sur, uno de los estados más rurales y menos densamente poblados de Estados Unidos. Allí, en una reserva india, rodó su primera película, ‘Songs My Brothers Taught Me’ (2015). Aunque apenas tuvo recorrido comercial y no fue más allá de los festivales (estuvo en Sundance y en Cannes), el filme se coló por sorpresa entre las nominadas a la mejor primera película en los Spirit Awards (el año que ganó ‘Spotlight’ y luego repetiría en los Oscar).

Con ‘The Rider’, todo ha cambiado. La directora ha pasado de participar en festivales, a ganarlos (premios en la Quincena de Realizadores de Cannes, en la Seminci de Valladolid, en Deauville…); de no estrenar su película en casi ningún sitio, a hacerlo en todo el mundo; y de estar nominada como debutante en los Spirit Awards, a competir en ellos en las categorías principales, mejor dirección y película, junto a pesos pesados como ‘Déjame salir’ (la ganadora), ‘Call Me by Your Name’, ‘Lady Bird’ y ‘The Florida Project’, con la que tiene más de un punto en común por su capacidad para capturar la realidad y lo modesto de su producción.

La idea de ‘The Rider’ se le ocurrió a la directora mientras preparaba ‘Songs My Brothers Taught Me’. Durante la investigación previa conoció a Brady Jandreau, un joven jinete que se había partido el cráneo al caerse en un rodeo y que, por culpa de las secuelas, ya no podía hacer lo único que le gustaba y sabía hacer bien: montar a caballo. De ese conflicto, de ese trauma físico y emocional, nace esta película. Chloé Zhao narra la peripecia vital de este jinete sin caballo mezclando constantemente la realidad con la ficción, la imagen documental con su reconstrucción dramática, las personas con los personajes.

‘The Rider’ está interpretada por los propios protagonistas de la historia: Brady Jandreau, su familia (su padre y su hermana con síndrome de Asperger) y sus amigos, incluido Lane Scott, otro jinete accidentado que terminó en una silla de ruedas y casi sin capacidad de habla a causa de una gravísima lesión cerebral. Es en esos momentos -cuando Brady está con su amigo en el hospital, cuando conversa con su hermana, cuando está en el rodeo, cuando doma los caballos (sin duda, la secuencia más fascinante de toda la película)- cuando la frontera entre la ficción y el documental, entre el cine y la vida, se resquebraja, salta en pedazos como las grapas de la cabeza del protagonista.

Chloé Zhao consigue una mezcla sorprendentemente armónica entre el lirismo paisajístico de Terrence Malick (el filme está rodado en los Badlands del primer filme del director tejano), la iconografía del western crepuscular (la figura del cowboy recortada sobre cielos inmensos), el retrato casi antropológico de una comunidad rural (donde los caballos y toda su mítica siguen estando muy presentes), y la emoción contenida de los dramas íntimos de Kelly Reichardt. Junto a la mencionada ‘The Florida Project’, uno de los grandes títulos de este nuevo neorrealismo del siglo XXI. 8’5.

La canción del día: ‘TOOGOODTOBETRUE’ invita a Sufjan a los sugerentes ritmos R&B de Gallant

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Gallant es uno de los artistas de R&B más prometedores de la actualidad. En 2016, su debut, ‘Ology‘, debutó en el número 24 del Billboard y posteriormente fue nominado a un Grammy a Mejor álbum de urban contemporáneo, categoría en la que compitió contra pesos pesados como ‘Anti’ de Rihanna o ‘Lemonade’ de Beyoncé, quien terminó alzándose con el premio.

El cantante de Columbia ha publicado este año una colaboración con Noah Cyrus, ‘Mad at You’, y el año pasado apareció junto a Dua Lipa en su versión de ‘Tears Dry On Their Own’ de Amy Winehouse. Hoy, Gallant presenta una nueva colaboración de altura, la de Sufjan Stevens, en un single titulado ‘TOOGOODTOBETRUE’ en el que también aparece, extrañamente, Rebecca Sugar, creadora de la serie infantil ‘Steven Universe’, al parecer haciendo coros. La canción se ha lanzado junto a otra titulada ‘Doesn’t Matter’.

Aunando guitarras acústicas e hipnóticos ritmos post-R&B, de nuevo con destellos muy James Blake, y sumando también la presencia de un sutil ritmo caribeño, ‘TOOGOODTOBETRUE’ es una canción romántica y celestial en el que Gallant ofrece a su amante que recoja una “pequeña parte” de su corazón antes de que “llegue el invierno”. Parece difícil imaginar una canción más bonita surgida de la unión de Gallant y Sufjan. Por cierto, ambos ya habían colaborado en una versión de ‘Blue Bucket of Gold’ del segundo, pero ‘TOOGOODTOBETRUE’ muestra una química entre ambos inédita hasta ahora.

Ana Guerra habla de OT, de la fama y de su próximo disco en El Hormiguero

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Justo cuando ha empezado la nueva edición de Operación Triunfo, Ana Guerra ha visitado el plató de El Hormiguero, esta vez (mira qué bien me va) sola, sin su amiga y colaboradora Aitana, para promocionar ‘Ni la hora’, su single con Juan Magán, que ya es disco de platino en España y ocupa actualmente el número 8 en la lista de singles.

Guerra ha contado a Pablo Motos que su disco sale pronto y que, a petición popular, incluye un bolero que no es el de Ravel sino uno original llamado ‘Olvídame’. El tema expresa un “mensaje muy positivo”. También ha detallado que antes de su disco saldrá un nuevo single que ha compuesto junto a “compositores de Miami” (ese ente) y que salió en “dos días” que estuvo escribiendo con ellos.

La cantante canaria ha hablado también de la fama, mostrando sorpresa por que la gente actúe con ella como si le conociera de toda la vida y abogando por que los fans se acerquen a ella en lugar de hacerle fotos “destrangis”. Además, recuerda una anécdota que vivió en una tienda mientras miraba ropa interior, cuando una niña se le acercó y armó un escándalo cuando la vio. Avergonzada y con las bragas en la mano, literalmente, Guerra se acercó a la niña y le abrazó para que dejara de gritar.

Además, Guerra ha comentado su última visita a la Academia de Operación Triunfo, durante los cástings de la nueva edición, y ha dejado unas bonitas palabras sobre su experiencia. “Pisar esa casa será para mí siempre reencontrarme con una parte de mí que siempre se quedó y se quedará allí. Es un reencuentro conmigo misma y con un montón de sensaciones y recuerdos. Es un reencuentro con una de las experiencias más bonitas de toda tu vida”.

En otros puntos de la entrevista, Guerra recuerda cuando con 12 años se hizo pasar por sobrina de Juan Luis Guerra para conocerle en un hotel. Llevaba una canción repartida a voces para cantarla con él pero al final se llevó un chasco. También atiende a una versión de ‘Ni la hora’ “para la comunidad gordi” cantada por las hormigas y a la nocturna aparición de un “alienígena”.

Marina Jade lanza su primer single, ‘Drinking Like I’m Sober’, co-escrito por Ruth Lorenzo

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Marina es la enésima ex-concursante de Operación Triunfo 2017 en lanzar single. Su apuesta es ‘Drinking Like I’m Sober’, que ya puede escucharse y es una co-autoría de Ruth Lorenzo. Produce de hecho el productor habitual de la autora de ‘Lovaholic‘, Chris Wahle.

Lorenzo había declarado que Marina está “infravalorada” y que, con su single, nos “volaría la cabeza”. La propia Marina canta en ‘Drinking Like I’m Sober’ que se siente “subestimada” y hay que reconocer que la canción, que incluye la frase “dancing on my own”, presenta una composición muy pop e internacional, propia de una Adele, una Kelly Clarkson o una Demi Lovato (con muchas similitudes también a la primera Florence + the Machine), y que la melodía no está mal. La producción es muy mejorable, pero es lo que hay.

El videoclip de ‘Drinking Like I’m Sober’ es otra cosa. Tiene su punto “arty” en las escenas en las que Marina posa con un ramo de flores o ante un marco, pero también un punto muy chanante en el resto de escenas, por ejemplo en la del pastel. En general hay que celebrar que una artista salida de Operación Triunfo haga algo diferente con recursos que desde luego no han de ser los de Aitana o Ana Guerra, pero adivinamos que el vídeo bien no va a envejecer…

Beyoncé, demandada por una ex batería por “brujería extrema”, se reúne con dos Destiny’s originales

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Beyoncé no tiene “99 problemas”, pero al menos tiene uno y se llama Kimberly Thompson. Esta persona fue batería de la banda de Beyoncé durante siete años y ha interpuesto una orden de alejamiento temporal contra la cantante por supuestamente hacerle la vida imposible en los últimos tiempos, según documentos obtenidos por The Blast.

Thompson alega en su demanda que Beyoncé ha practicado “brujería extrema” contra ella y que ha abusado sexualmente de ella mediante “conjuras mágicas”. Además, asegura que la intérprete de ‘Hold Up’ ha asesinado a su gatito y que está grabando sus conversaciones telefónicas y controlando sus finanzas. Como es natural, el juez del caso ha desestimado su petición y Thompson probablemente ha conseguido lo que buscaba, que es un poco de atención.

Además de tocar para Beyoncé, Thompson, quien tiene su propia página en Wikipedia, ha actuado con George Michael, Jay-Z, Kanye West, Kelly Rowland y Meshell N’Degeocello. Sin embargo, parece que la última vez que Thompson prestó sus servicios a Beyoncé fue en 2006, durante la etapa ‘B-Day’.

Mientras se descubre qué mosca le ha picado a Thompson, Beyoncé sigue de gira con Jay-Z presentando su espectáculo ‘On the Run II’, que pasaba por España el pasado mes de julio. Durante esta gira, Beyoncé se ha reunido con LeToya Luckett y LaTavia Roberson, quienes junto a Beyoncé y Kelly Rowland formaron parte de la primera fase de Destiny’s Child.

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Love. ♥️

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Everything is LOVE 💋@beyonce 📸: @ravieb

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Damien Rice, completamente en solitario, sabe sacar oro y humor de los trapos más sucios del amor

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Damien Rice nunca había actuado en Madrid hasta anoche. El cantante explicó que siempre había querido vivir en España, y que hace 20 años tenía unos amigos de Alcalá de Henares, pero que por alguna razón no le gustaba actuar en el país donde vivía. Para poder disfrutar del anonimato, quizá. «But then, internet happened», bromeó. La suerte quiso que su recital en el Teatro Circo Price coincidiera con el macroconcierto en la ciudad de otros irlandeses, U2. También con la entrega del Mercury Prize, al que nunca ha estado nominado. Y por último con el anuncio de una gira por mastodónticos estadios de Ed Sheeran. Pero dio igual. Ni este último es el único capaz de enfrentarse completamente en solitario a la audiencia, ni Rice tuvo dificultad para agotar las entradas en el elegante Price con meses de antelación. Si no añadió una segunda fecha, como mínimo, fue porque no quiso.

El artista comenzó el recital de algo menos de dos horas de duración con ‘The Professor & La Fille Danse’ entre las sombras, y se despidió completamente a oscuras y sin ningún tipo de micrófono para guitarra ni voz con ‘Cannonball’. Las más de mil personas respetaron el silencio sepulcral durante casi todo el set, con excepción de lo que sucedía entre canción y canción, donde aquello se convertía en un torbellino de peticiones, «te amos» y piropos de todo tipo, que él sorteaba con ciertos sonrojo y dificultad. Llegó a atender una petición, ‘Rootless Tree’, y además dio a escoger a la persona que la había solicitado si la quería oír a piano o a la guitarra, los dos únicos formatos que se vieron anoche, con Rice simplemente asistido por un técnico de sonido sobre las tablas.

La potencia, el desgarro y el sentimiento de su voz son tales que no quisiera estar cerca de él durante los ensayos. Al artista no se le va una nota ni una letra de su vehemente, complejo y extenso repertorio y por mucho que actúe poco en directo está claro que es algo que tiene ultra trabajado. Únicamente se vio algo de exceso en la mencionada «The Professor», con esa nota alargada hasta que al público le dio la risa y arrancó a aplaudir, y un poco más allá. No fue el momento más sentido, pero tampoco se puede decir que su show esté exento de humor. Al contrario, Damien Rice tiene varios «speeches» en su repertorio y la historia onanista sobre cómo compuso ‘Amie’, sobre una amiga que le invitó a su cama… mientras ella se iba a la de hermana; o la de ‘The Greatest Bastard’ («te quiero mucho… pero si haces esto y esto y esto, y sobre todo si NO haces esto»); o la de la canción nueva ‘Your Astronaut’ fueron delirantes. Damien reflexionó sobre nuestra manera de afrontar el amor con toda la pena posible durante las interpretaciones (escalofriantes ‘9 Crimes’, ‘Elephant’ o ‘I Remember’), pero sin dejar de arrancarnos una sonrisa en los intermedios. Dijo que habíamos ido allí a escuchar canciones tristes, pero la comunión fue tal que era imposible salir del teatro sin una sonrisa de oreja a oreja.

Hablando de comunión, hubo momentos realmente mágicos. Invitó a dos fans que había conocido en un concierto de Milán, Patricia y Carlos, madre e hijo, a hacer coros en ‘Cold Water’, pero la cumbre del show de verdad fue cuando Damien fue capaz de hacer al público cantar hasta a cuatro grupos de voces distintas, coros para su interpretación de ‘Volcano’. Para cuando llegaba ‘The Blower’s Daughter’, su mayor hit, como primer bis, sonaba casi hasta innecesaria, pues el grado de intimismo que logra con canciones más desconocidas y raras es tal que lo que echas realmente de menos son canciones del espléndido ‘My Favourite Faded Fantasy‘. Este fue el único drama: ni el corte titular, ni ‘It Takes A Lot to Know a Man’, ni ‘I Don’t Want to Change You’. ¿Quizá el show fue un pelín más corto al empezar con retraso? 9.

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Maravilloso show de #damienrice en Madrid

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Christine and the Queens / Chris

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“Pretendamos durante toda la canción / que llevo un rato aquí / Que estaba aquí, infecciosa / Eso es lo que pienso cuando escribo este verso / Incluso aunque seas remilgadx / porque mi temperamento se pase de grosero / ahora soy el calor que exuda / a través de tus labios / a medida que empiezas a obsesionarte / Ahora enséñame cómo eres capaz de gemir al unísono”. Sí, sí, es a ti. A ti se dirige “Chris”, el alter-ego andrógino y pansexual inspirado, cuenta, por el crecimiento de su musculatura derivada de su entrenamiento para bailar en las giras, siendo ese “¿q-q-q-quién coño soy yo? ¡Q-Q-Q-Quién coño eres tú!” del single ‘Girlfriend’ como una suerte de diálogo entre ambas personas/personajes. Es el leitmotif que Héloïse Letissier –conocida en el mundo del pop como Christine and the Queens– ha ideado para llevar un paso más allá su carrera musical. Y lo hace en esos términos nada más comenzar ‘Chris’, en ese primer verso de su primera canción, una ‘Comme si’ que definitivamente nos pone en situación. Una insinuación sexual explícita y descarada que establece una complicidad entre el oyente y el artista que, pretende, se prolongue durante todo el disco con el explícito y hermoso “es como si nos amáramos / cuando me escuchas alto / es como si nos amáramos / cuando me pones rápidamente / Concéntrate en mi voz y déjate llevar”.

Con ese poderoso preámbulo es difícil resistirse a lo que Lettisier nos ofrece en flor en este disco, un tránsito por el deseo sexual de una mujer y su consecución, con sus luces y sus sombras. “El deseo es una forma de caos”, dice la francesa en una entrevista con Pitchfork en la que desmenuza el contenido lírico y musical de ‘Chris’, su segundo largo de estudio. Ciertamente esa idea –y muchas otras– son plasmadas con precisión en estas 11 canciones (13, si contamos las dos que no han sido adaptadas al inglés de la versión francesa del disco que se ofrece como un CD extra) que conforman un cuerpo aparentemente ligero en su forma –es un disco luminoso y bailable en casi todo momento– pero denso y sustancioso en su fondo. Tal y como ella pretende, esa sensualidad, esa sexualidad nos acoge, se contagia, nos penetra, nos hacer sudar y bailar… pero también nos conmueve.

Musicalmente, ‘Chris’ es un disco mucho más homogéneo que ‘Chaleur Humaine’, centrado en su faceta más pop lubricada con genuino funk –los Michael Jackson y Prince de los 80 son más pertinentes que nunca como referentes– que euforiza y excita sin remisión con temas que pronto se convierten en imprescindibles como ‘Doesn’t Matter’, ‘5 Dollars’ (ella misma cita a Bruce Springsteen y Arthur Russell como inspiraciones precisas), ‘Girlfriend’ (un grower) o ‘Damn (What Must A Woman Do)’ (con sus irresistibles “para follarse /para joderse” que bautizan la versión francesa), perfectamente respaldados por otros de perfil sonoro más discreto pero coherentes, cuyas virtudes son menos evidentes, como ‘The Walker’, ‘Feel So Good’, ‘The Stranger’ o ‘Goya Soda’. Producido, escrito e interpretado al completo –salvo la aportación de Dâm-Funk en ‘Girlfriend’, que Letissier entiende como un guiño G-funk que debía estar interpretado por un artista genuino del género para no sentir que se estaba apropiando gratuitamente de algo–, ‘Chris’ es un disco compacto, con una idea sonora precisa y algo tosca (la decisión de contar con Dâm Funk fue por su espíritu lo-fi) que casa a la perfección con el concepto primario de la satisfacción sexual, como un instinto animal, que nutre el plano lírico.

Pero, como su manera de exponer ese concepto sobre una mujer que desea de manera manifiesta obtener placer sexual sin más implicaciones ni compromisos, una idea que Letissier encuentra que aún incomoda a muchos y muchas, ‘Chris’ es mucho más complejo de lo que aparenta. También en lo musical: aunque una primera impresión lo haga parecer monótono por el voluntario minimalismo sonoro –los gravísimos bajos funky son una sudorosa constante–, pronto emergen numerosos detalles que interconectan los temas: las capas superpuestas de coros (a veces empleadas como sombras del pasado, otros como sombras humanas entre el vapor de una sauna) y juguetones teclados vintage (parte del disco se ha grabado en el antiguo estudio de Air en París, aprovechando viejos cacharros de sonido peculiar que encajan perfectamente con la estética atemporal del disco) que entran y salen del primer plano auditivo suponen una auténtica gozada en los auriculares y a un buen volumen. Con todo, la estructura del álbum está muy meditada, con los capítulos más uptempo bien promediados para mantener el tono hedonista, y las contadas baladas –la sofocante, desoladora ‘What’s-her-name’ (‘Machin-chose’ en francés, “como-se-llame” en español) y la bonita aunque más fútil ‘Make Some Sense’– en momentos estratégicos.

Entre las muchas cosas interesantes que cuenta Héloïse sobre este álbum, una de las más significativas es que todo este empoderamiento sexual femenino no está exento de contradicción y que, de hecho, la contradicción misma es un signo de empoderamiento, porque es algo que a un hombre no se le cuestiona pero que a una mujer se le exige mantener una rectitud ideológica o conceptual en su obra. Citando particularmente como inspiración en ese sentido a ‘The Velvet Rope’ de Janet Jackson, Chris se muestra en estas canciones como un ser sexual autoritario (‘Comme si’, ‘Girlfriend’) o frágil, que anhela el dolor y los moretones (‘The Walker’/‘La Marcheuse’); anhelante del polvo más animal y directo (‘Damn’ y esos “joder, ¿qué tiene que hacer una mujer para “follarse”?”) del que se ha visto privada o limitada por ser alguien popular, pero también la culpabilidad por encapricharse de la persona más opuesta a ella en cuanto a ideales e identidad (“¿Y si su posicionamiento político fuera una idea de diversión? Me aterraría, como es lógico, pero sienta tan bien…” canta en ‘Feel So Good’). Pero las contradicciones se extienden también a otros planos.

Dice Lettisier que ‘Chris’ va sobre “encontrar el placer en espacios [no físicos, virtuales] incómodos”, algo que no se circunscribe sólo a lo sexual. Por ejemplo, aunque ‘5 Dollars’ habla, sobre el papel, sobre tener sexo por medio de una transacción monetaria (una idea que reitera en ‘Follarse’), Héloïse explica que a veces ha tenido una incómoda sensación al pensar lo que esperan los fans de ella por el hecho de pagar una entrada para verla en un concierto o una fiesta. Aún más insólito es el planteamiento de ‘Goya Soda’, con Chris como observadora de un turbio triángulo de atracción imaginado por la simple combinación de unas palabras que le sonaban bien juntas: un hombre adulto se encapricha de un niño, así que le paga un refresco de cola y la entrada a un museo donde se expone ‘Saturno devorando a sus hijos’ del pintor español. Igualmente contradictoria, aunque alejada del sexo, es ‘Doesn’t Matter’, que pese a su exterior desenfadado esconde una de las letras más oscuras del disco, en la que le asaltan fantasmas del pasado (la idea del suicidio derivada del acoso escolar) aunque, finalmente, es rescatada por “un ladrón de rayos de sol”, que para ella es una figura claramente masculina. En conexión directa con esta, la dramática (en el sentido en que lo eran los Massive Attack de ‘Mezzanine’) ‘What’s-her-face’ sitúa el dolor de haber sido objeto de bullying en la infancia como una herida que no cura nunca y aflora en el momento más insospechado ante el más mínimo desprecio. Un estigma que también ha inspirado ‘Make Some Sense’, si bien en este caso manifiesta la devastadora tristeza con aquellos marginados que, en el más terrible de los casos, deciden revertir ese dolor asesinando a compañeros de escuela, como ha ocurrido con especial frecuencia en Estados Unidos.

Como vemos, ’Chris’ es una obra mucho más intrincada de lo que aparenta a todos los niveles y, si bien no se puede negar que se echa en falta alguna canción más que supere la barrera de lo notable hacia lo sobresaliente, nunca deja de ser elegante y enérgico, un auténtico regalo para cualquier aficionado al pop que no se conforme con la uniformidad, que quiera ser desafiado y sacudido. Y lo de regalo tiene un doble sentido porque, por más que parezca innecesaria la doble versión en inglés –hay que reconocer que aquí a veces suena algo forzada– y francés –mucho más natural y también sensual en cuanto a sonoridad– del disco, tiene mucha miga: no sólo es que el segundo CD contenga dos canciones inéditas tan potentes como la nuevamente sexual ‘Le G’ (donde explicita lo bien que practica el sexo oral, en resumen) y la jadeante ‘Bruce est dans la brouillard’ (ese “ay, qué cabrón” confirma que tiene algún tipo de relación especial con nuestro país y lengua), sino que las letras originales de ‘Goya Soda’, ‘L’etranger (voleur d’eau)’ (donde se despacha a gusto contra el racismo intrínseco en la sociedad estadounidense amplificado en la era Trump) son harto sustanciosas y con matices nuevos. Hasta el punto que ‘Les yeux mouillés’ altera algo el sentido de ‘Make Some Sense’ y termina siendo un mensaje de anhelo hacia una ex-pareja. Aunque el impacto de ‘Chaleur Humaine’ fue paulatino, parece factible pensar que ‘Chris’ no alcance semejante repercusión global, más teniendo en cuenta que cierto sector del público posiblemente dé la espalda a un disco tan explícito y poco cándido como este. Sin embargo, no cabe duda de que Héloïse Letissier, Christine y Chris, las tres, han superado con nota la siempre difícil prueba del segundo álbum, confirmando que estamos ante una artista destinada a marcar (nuestra) época.

Calificación: 8,2/10
Lo mejor: ‘Doesn’t Matter’, ‘5 Dollars’, ‘Girlfriend’, ‘What’s-Her-Name’, ‘Comme si’, ‘Follarse’, ‘The Walker’
Te gustará si te gustan: Michael Jackson, Solange, Janet Jackson, Prince
Escúchalo: Spotify

Marilyn Manson bordó su personaje más pop en el aún relevante ‘Mechanical Animals’

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Marilyn Manson no es el primer grupo que habla en su trabajo sobre los males del capitalismo y la llegada de un mundo distópico y “posthumanístico”, pero sí es de los pocos capaces de trasladar estas ideas a un público realmente masivo. En 1998, Marilyn Manson es una banda tan polémica que los grandes almacenes de Estados Unidos se niegan a vender su tercer disco, ‘Mechanical Animals’ -publicado un 15 de septiembre de hace 20 años-, pero eso no impide que este debute en el número 1 del país, lo cual tiene gracia teniendo en cuenta el concepto del álbum. En él, Manson interpreta a un alienígena llamado Omega que llega desde el espacio a la Tierra y es secuestrado y posteriormente transformado en una estrella del pop con el cometido de entretener a las masas embobadas por la religión, la televisión y las drogas. “Androides de diccionario” para los que no hace falta imaginar un mundo de ciencia ficción, afirma Manson, pues ya existen en nuestro propio mundo.

Evidentemente inspirado en David Bowie, a quien reconoce como su mayor influencia, pero a quien no llega a conocer hasta 2004, Marilyn Manson se transforma para ‘Mechanical Animals’ en un ser de aspecto alienígena y andrógino con implantes mamarios -se extiende entonces el rumor de que Manson se los ha implantado de verdad- y asexual, representado en una portada icónica que, 20 años después, sigue dando tanta grima que ni William Gibson lo habría imaginado. En otros vídeos y entrevistas, Manson se presenta con trajes muy “glam” y el pelo de colores, y el disco está tan inspirado en artistas tipo David Bowie, Queen y T-Rex que casi puede considerarse una premonición de Lady Gaga (con quien, sorpresa, terminaría colaborando). Como ‘The Fame’, ‘Mechanical Animals’ hablaba, ejem, de la fama, y aunque Manson la presentaba a través de un filtro mucho más siniestro, era sin duda su disco más accesible y pop, tan adecuado como cabía esperar a los estadios en los que Marilyn Manson actuaba en aquel momento durante su gira ‘Rock is Dead’ (lamentablemente, el grupo se ve obligado a cancelar la gira en 1999 tras la masacre de Columbine, por la que una buena parte de la sociedad americana culpó a la música popular, y sobre todo a Manson. Lo hizo por “respeto a las víctimas”).

Si ‘Antichrist Superstar’, que había supuesto el gran bombazo comercial de Manson hasta la fecha, sonaba como un disco hecho desde un almacén industrial grimoso y lleno de ratas y vertedero nuclear, ‘Mechanical Animals’ era todo lo contrario, un trabajo de rock radiable, limpio, artificial y tan aséptico como ese “gran mundo blanco” que representa en sus letras, habitado por humanoides (o “animales mecánicos”) sin sentimientos ni emociones. Los hits eran tan claros como la luz del día, en especial ese trallazo llamado ‘Rock is Dead’ que ha resultado hasta premonitorio (¿ha habido alguna estrella del rock tan grande como Manson después de él?), pero “album tracks” como ‘Posthuman’ o ‘New Model No. 15’ sonaban casi tan “radio-friendly” como aquel. Algunas canciones incluso dejaban entrever una influencia de la música negra, como el estupendo single ‘I Don’t Like the Drugs (But the Drugs Like Me)’, que presentaba una imposible fusión de rock duro y góspel, o ‘Fundamentally Loathsome’, que tenía un ritmillo Motown.

Producido en su mayor parte junto a Michael Beinhorn -ya se sabe que Manson y Trent Reznor no terminan nada bien tras su colaboración en ‘Antichrist Superstar’-, ‘Mechanical Animals’ es probablemente el disco más deprimente que llegara al número 1 de Estados Unidos en 1998. Pese a su coartada narrativa dividida en dos partes -Omega y Alpha, ambos personajes interpretados por Manson, el segundo mucho más personal-, y su sonido abiertamente comercial, ‘Mechanical Animals’ es sobre todo un disco sobre drogas y el uso que le da la población -y el propio Manson- para anular el dolor de la existencia capitalista. El mundo de ‘Mechanical Animals’ es un “espectáculo de drogas” (‘The Dope Show’) donde los personajes, humanos sin alma, cyborgs como esos que parecen irrumpir, mediante vocoders, en la conmovedora ‘The Speed of Pain’, caminan “como si les hubieran disparado en la cabeza”. Al final, ese fin del mundo anunciado al final del disco parece un alivio, pero escuchado en 2018, en la era de las redes sociales, ¿no es ‘Mechanical Animals’ más deprimente -y verdadero- todavía?

Al abandonar el estilo industrial de ‘Antichrist Superstar’ por uno más artificial y futurista, muchos fans acusaron a Manson de haberse vendido en ‘Mechanical Animals’. El artista lo negó en las entrevistas, defendiendo que lo que había hecho en realidad fue adaptarse a su nuevo “entorno”. “Muchas bandas tienen miedo de no sonar duras todo el tiempo: yo no. En muchos sentidos, el disco es mucho más mainstream, pero es que yo soy más mainstream”. No tenía ningún sentido que la gente acusara a Manson de haberse vendido, ya que para haberlo hecho, Manson tendría que haber traicionado sus ideales, lo cual no se aplica para nada a un ‘Mechanical Animals’ que no era sino idea del propio Manson desde el principio hasta el final. Es una pena que la etapa acabara drásticamente tras Columbine, porque Omega claramente merecía un fin de gira a la altura de su fama. Un fin de gira tan grande como el fin del mundo.

Wolf Alice ganan el Mercury Prize 2018 con ‘Visions of a Life’

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Esta noche se ha fallado el Mercury Prize, considerado uno de los galardones más prestigiosos del mundo, tras haber tenido el olfato suficiente para reconocer a tiempo a discos británicos tan influyentes y/o relevantes en su momento como ‘Screamadelica’, ‘Dummy’, ‘The xx’ o ‘Let England Shake’, entre muchos otros.

Las casas de apuestas decían que la victoria estaba entre Nadine Shah, Jorja Smith y Sons of Kemet, con King Krule, Wolf Alice y Arctic Monkeys en la mitad superior de la tabla de los 12 nominados pisándoles los talones; mientras que en la inferior encontrábamos a Florence + the Machine, Everything Everything, Everything Is Recorded, Lily Allen, Novelist y, en último lugar, Noel Gallagher, que acaba de anunciar libro documentando precisamente la grabación de su último largo. Finalmente el álbum que toma el relevo de ‘Process’ de Sampha, ganador de 2017, ha sido ‘Visions of a Life’, el fantástico segundo largo del grupo comandado por Ellie Rowsell.

En un artículo reciente nos preguntábamos si la ausencia de SOPHIE, Tracey Thorn o Let’s Eat Grandma daba una buena muestra realmente de lo mejor de la música británica.

¿Qué te parece la victoria de Wolf Alice en el Mercury Prize?

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Hit de ayer: ‘Désir, désir’, no sólo de ABBA debería vivir el revisionismo europop

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Hoy traemos a ‘Hit de ayer’ un hit literal: en su país de origen -Francia- fue la canción del verano de 1984, y en buena parte de Europa sonó mucho en las FMs. Sus intérpretes son bien conocidos en su país, y especialmente Voulzy es muy popular, con una carrera que se inició en los 60 y que en los 70 le llevó a triunfar con singles como ‘Rockollection’ (1977) en una muy fructífera colaboración con el músico y letrista Alain Souchon. Como tantos músicos de esa generación, en los 80 su éxito se consolidó y también le llevó a cotas de comercialidad a veces excesivamente azucaradas. Sin embargo es justo reconocer que, en su justa medida, las melodías impertinentemente pegadizas de algunos de sus éxitos son absolutamente reivindicables. No sólo de ABBA debería vivir el revisionismo del europop.

‘Désir, désir’ es el ejemplo perfecto: una canción redonda, inmediata, un dueto con la actriz y cantante que en aquellos momentos era también su pareja sentimental, Véronique Jannot. Pensando en cantarla con ella pergeñó esta metacanción que es como un microensayo sobre lo que constituye una canción de pop: “Todas las canciones cuentan la misma historia / siempre son una chica y un chico desesperados / Ella le llama, y él no la oye / Él se percata, pero ella no le ve (…) / Se han rodado películas y tragedias divinas sobre esta situación / Canciones de rock y de “esplín” / Melodías que se oyen por todas partes”. Además, es un ensayo con corolario en el estribillo: “Lo primero es el deseo / Lo segundo el placer / Lo tercero, sufrir / Y el final, los recuerdos”, escrito con un hábil uso de la rima de “désir / plaisir / souffrir / souvenirs”.

Su adictiva melodía -que se reparten en encantadores turnos verso a verso, para juntar las voces en los estribillos- esconde sin embargo más complejidad de lo aparente: entre estrofas y estribillos hay unas hermosas transiciones, y la segunda parte tiene todavía más miga. Escuchémosla en su contexto ideal: en esta actuación de la televisión francesa con gloriosos figurante ultraochentas.

Maravilloso ese middle eight o puente en el minuto 3:24 que culmina con una modulación (cambio de tono) con guiño a los Beach Boys… y final con palmas y público artificial en el estudio. No puede ser más pop, como confirmarían las elevadas cifras de ventas de aquel año.

El mismo equipo Souchon/Voulzy/Jannot repetiría en 1987 con Véronique como única solista en la imponente ‘Aviateur’, quizá la canción que más elocuentemente grita “europop francés de los 80” por los cuatro costados (y que quizá recuperemos aquí algún día). A día de hoy ‘Désir, désir’ sigue siendo uno de los mayores éxitos de la carrera de Voulzy, y se sigue interpretando y versionando regularmente. En 2007 Vincent Delerm la recuperó para su disco de duetos ‘Favourite Songs’, interpretándola con Irène Jacob.

‘Désir, désir’ sonó en Popcasting #317 de Jaime Cristóbal, disponible en este enlace.

Noah Cyrus vende sus lágrimas por 12.000 dólares

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¿Recordáis cuando Wayne Coyne de The Flaming Lips quiso vender la orina de Miley Cyrus a través de unos vinilos? La hermana pequeña de Cyrus, Noah, ha superado esta ocurrencia vendiendo sus propias lágrimas en su página web. Las vende por 12.000 dólares.

Esta es la descripción del producto, un botellín con lágrimas de la cantante: “Estos son aproximadamente 12 lágrimas derramadas por Noah Cyrus como resultado de la tristeza. La digestión humana de estas lágrimas no se recomienda ya que las lágrimas normalmente son bastante saladas, y sería extraño de cojones que te bebieras las lágrimas de otra persona”. Noah claramente se está cachondeando de nosotros… y de la persona que compre este producto. Porque saben que la va a haber, y nosotros también.

Cyrus ha sido noticia recientemente por cortar con Lil Xan, según ella tras mandarle al rapero un montaje de Charlie Puth desnudo por el que este creyó que Cyrus le estaba engañando. Sin embargo, Lil Xan contraatacaba afirmando que su relación con Cyrus había sido en realidad un plan de márketing de su sello, Columbia Records.

Como cantaba la propia Noah Cyrus, “estamos jodidos”.

Rosalía consigue 5 nominaciones a los Grammy Latinos

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Hace casi un año, Rosalía consiguió su primera nominación a los Grammy Latinos en la categoría de Mejor nuevo artista. La gala se celebró el 18 de noviembre y al final fue Vicente García quien se hizo con aquel premio. Eso no impidió a Rosalía acudir a la ceremonia e incluso actuar en la gala Persona del Año 2017 celebrada previamente a los Grammy Latino, y en la que se homenajeó a Alejandro Sanz. Rosalía cantó ‘Cuando nadie me ve’.

Un año después, los Grammy Latinos anuncian nuevas nominaciones y Rosalía vuelve a incluirse en ellas, pero esta vez por partida quíntuple. La cantante aspira a cinco Grammy Latinos, concretamente a los correspondientes a Canción del año, Grabación del Año, Mejor Video Musical Versión Corta, Mejor Canción Alternativa y Mejor fusión interpretación urbana, todos por ‘Malamente’, que acaban de parodiar Los Morancos. La propia Rosalía, quien publica disco, ‘El mal querer’, el próximo 2 de noviembre, ha anunciado las nominaciones de otra categoría, la de Mejor canción urbana, a través de Instagram.

Con cinco nominaciones, Rosalía es la segunda arista más nominada en los Grammy Latinos después de J Balvin, con ocho (Rosalía y J Balvin han colaborado este año en ‘Brillo’). El David Aguilar, Jorge Drexler, Kany García, Natalia Lafourcade y los productores Mauricio Rengifo y Andrés Torres (‘Despacito’, ‘Teléfono’) suman cuatro nominaciones cada uno. Pablo Alborán, Vetusta Morla, Leiva, Bunbury y Rozalén son otros de los españoles nominados. Bomba Estéreo, Luis Miguel, Pablo López, Beatriz Luengo y Karol G aspiran asimismo a premios. Puedes consultar todas las nominaciones en la web de los Grammy Latinos. La gala se celebra el 15 de noviembre.