La victoria arrolladora de ‘Anora‘ en los Oscar fue también la de Mikey Madison. Las redes se llenaron de mensajes sobre cómo esto daba la razón a la teoría de ‘La Sustancia‘, al perder Demi Moore el premio frente a una actriz mucho más joven que ella. La gente se olvidaba de tres cosas: 1) no hay que “darle la razón” porque lo de ‘La Sustancia’ no es ninguna teoría sino la realidad, 2) lejos de ser Sue, Madison está genial en ‘Anora’, como lo estuvo en ‘Scream 5’ o en ‘Better Things’ y 3) el desprecio a Moore y a ‘La Sustancia’ en general no es otro que el desprecio que los Oscar siempre han tenido al cine de terror. Pero, tras ver ‘Aún estoy aquí’, aparece una cuarta cosa que añadir: si hay una injusticia en esta categoría, es que el Oscar a Mejor Actriz no haya ido a parar a otra de las nominadas, Fernanda Torres, cuya interpretación bate a la de todas sus compañeras. Incluso, a las nominadas en los Oscar del año pasado.
‘Aún estoy aquí’ supone el regreso a la esfera internacional por todo lo alto de Walter Salles. El director ya había cosechado éxitos en el pasado con ‘Central do Brasil’ o ‘Diarios de motocicleta’, y que aquí se ha alzado por fin con el Oscar a la Mejor Película Extranjera, que le escapó en esas dos ocasiones (el backlash que rodeaba a ‘Emilia Pérez’ probablemente ha influido). La película, que se ha convertido en la cinta brasileña más taquillera desde la pandemia, y la primera de ese país en ganar el Oscar, estaba también nominada a Mejor Película y a Mejor Actriz, siendo esta última nominación absolutamente incontestable.
‘Aún estoy aquí’ nos presenta a una familia en el contexto de la dictadura militar de Brasil (apoyada por EEUU, como se ha encargado de recordar la propia Fernanda Torres en la promo), contándonos la historia real de la familia Paiva, y centrándose en Eunice Paiva, la esposa del político Rubens Paiva. Lo hace, además, adaptando el libro homónimo que escribió el pequeño de la familia, Marcelo, a través de un guión de Murilo Hauser y Heitor Lorega, y con una banda sonora de la que obviamente tenemos que hablar: suenan por aquí Os Mutantes, Cesária Évora, Caetano Veloso, Roberto Carlos o Gal Costa, e incluso la mítica ‘Je t’aime moi non plus’ de Serge Gainsbourg y Jane Birkin.
La película tiene un pulso sobrio que, aunque en ocasiones se acerca demasiado al BiopicHistóricoTM, consigue entidad propia en algún que otro pasaje memorable como el de la desaparición. Pese a que flojea en un final un tanto reiterativo, logra que no nos importe al contar con cierta (tremenda) baza. Y es que, en lugar de recurrir a la caracterización para envejecer a su protagonista, reaparece a sus 95 años Fernanda Montenegro (considerada la gran dama de la interpretación de Brasil, y nominada al Oscar junto a Meryl Streep o Cate Blanchett en 1998) para interpretar a Eunice en su última etapa. Doblemente especial esto, porque Montenegro es la madre de Torres.
Y volvemos a Torres, porque todos los caminos conducen a ella al hablar de ‘Aún estoy aquí’: es el alma de la película, lo mejor con muchísima diferencia, y entrega una interpretación que podría haber tirado por lo “oscarizable” en sentido peyorativo, y que es todo lo contrario. Torres es visceral cuando tiene que serlo, pero esto funciona aún mejor porque lo que domina el metraje es la sutileza a la hora de expresar sus emociones, especialmente en cierta escena del bar que pone los pelos de punta, y que es quizás lo mejor visto este año. La actriz considera que la película no habla sobre el pasado, sino también sobre la actualidad: “estamos llenos de miedo y de ira, y divididos, y la idea de un estado violento que ponga orden en el desastre moderno es tentadora… pero debemos resistir”. Tiene razón y, por si lo racional no basta para entenderlo, el viaje de su personaje en ‘Aún estoy aquí’ consigue transmitir al público este peligro… y también la valentía y la esperanza.
La tecnología se ha convertido en una parte tan esencial de nuestras vidas que es casi imposible escapar u oponerse a ella. Convivir con estos nuevos avances no debería verse como algo negativo per se, sino como una manera de facilitarnos la existencia. Sin embargo, las grandes corporaciones se nutren de nuestros datos para que la información que nos llegue sea personalizada y para hacer sus estudios de mercado con el objetivo de llenarse los bolsillos. La política de privacidad de muchas de estas grandes empresas es, en muchos casos, invasiva o, como mínimo, moralmente dudosa.
‘City of Clowns’, el quinto disco de la productora canadiense Marie Davidson, se inspira en un libro de teoría política de Shoshana Zuboff llamado ‘La era del capitalismo de la vigilancia’. Coproducido junto a Soulwax y Pierre Guérinau (su marido y compañero del dúo Essaie Pas), el proyecto plantea una atmósfera distópica y gris, donde la artista, mediante una actitud sarcástica refleja su hastío ante el excesivo control que ejerce sobre nosotros la tecnología.
Compartir en redes sociales rituales tan cotidianos como desayunar o irse a la cama se ha convertido en algo habitual, alimentando inconscientemente un algoritmo que poco a poco se adueña de uno. De esto va ‘Demolition’, donde Davidson habla desde la perspectiva de este ente sobre un beat construido con oscuros sintetizadores: “I do what I do / And I do it well / Keep you on my mind / Keep you in my house [Hago lo que hago / y lo hago bien / te tengo en mi mente / te tengo en mi casa]”.
La artista también arremete contra la falsedad del mundo online en ‘Sexy Clown’, una perversa muestra de electrónica post-industrial que se mueve entre lo siniestro y lo bailable. “Can you feel the cutting edge / of my dying tenderness [¿Sientes el filo cortante / de mi agonizante ternura]”, versa en el potente estribillo, donde su voz teatralizada subraya el fuerte componente crítico de la composición.
Davidson se acerca a esta temática siempre desde el humor, buscando no solo la reflexión, sino también crear canciones con las que poder divertirse. En ‘Push Me Fuckhead’, la canadiense combina ambas cosas de la manera más efectiva posible, dando con la fórmula perfecta para aunar la parte más cerebral de su música con la más gamberra. Sobre una producción exquisita, que introduce toques synthpop con acid-techno, se anuncian con enorme gracia una sucesión de frases que vemos constantemente en el mundo digital: “Don’t forget your security check [No olvides tu control de seguridad]”, “No way, that’s too much gluten [Ni hablar, eso es demasiado gluten]”, “We can upgrade your monthly plan [Podemos mejorar tu plan mensual]”.
En esta parte central de la secuencia es donde el álbum tiene mayor fuerza, encadenando ‘Push Me Fuckead’ con el irresistible electroclash de ‘Fun Times’ y con el fascinante paisaje sci-fi que dibujan los sintetizadores y drums de ‘Statistical Modelling’.
‘Y.A.A.M’ es otro admirable corte satírico y agresivo que nos lleva a una rave en una nave industrial. Si bien, la canción funciona por sí misma como un tiro, su espacio en la secuencia hace que pierda algo de impacto, pues lo que ofrece es bastante similar a lo ya escuchado. Sin embargo, ‘Contrarian’, que llega justo después, es un espectáculo de grandes proporciones: una enigmática y eufórica pieza de techno industrial aderezada con algunas de las secuencias melódicas más contagiosas del proyecto.
En general, el discurso teórico que plantea Davidson es siempre estimulante, incluso si en ocasiones su compromiso estilístico muestra síntomas de agotamiento. La densidad, sonora y narrativa de ‘City Of Clowns’ hace que su conjunto no sea fácil de digerir de una sola sentada, pero en sus mejores momentos, logra que la aparente frialdad con la que expone los dilemas del capitalismo tecnológico se transforme en puro humanismo.
Carly Gibert es uno de los secretos de la industria musical estadounidense, pero ella es catalana, en concreto de Cambrils, un pueblo de Tarragona. Gibert empezó en la música subiendo covers de artistas como Beyoncé y su voz conquistó a 10:22 PM/Def Jam, sello subsidiario de Universal Music Group, que la fichó. El resultado fue que, con 16 años, Gibert se mudó de Cambrils a Los Ángeles para desarrollar su talento.
Los singles de Carly Gibert, como ‘Dropping Seeds’ o ‘Woo / Run It’, se han venido sucediendo al menos desde 2018 y contienen una evidente influencia del hip-hop, el rap y el pop anglosajón. ‘Lavish’, el más synth-pop de todos, suena listo para invadir la radiofórmula. Y solo hay que escuchar la dicción de Gibert cantando para cerciorarse de que ha vivido años en Estados Unidos hablando inglés. En 2022, Gibert publicó su álbum debut, ‘Tabula Rasa’.
Aunque Gibert ha decidido en el último año romper su vínculo con una multinacional y «volver a Cambrils» para «abrazar la libertad artística», su trabajo como compositora ha emergido ahora en el pop mainstream a través de dos de los mayores macrolanzamientos pop del año, los de las compañeras en BLACKPINK Lisa y Jennie. Gibert co-escribe, en el álbum de Lisa, el corte ‘Rapunzel’ y, en el de Jennie, aparece en hasta tres cortes, incluido el single ‘Love Hangover‘, además de ‘F.T.S.’ y ‘Seoul City’. Eso sí, un español, el rapero Enry-K, colaboró con Gibert antes que nadie en ‘BUMBUMBUM’ (un temazo).
Pero que Gibert publique música ahora de forma independiente no significa que sus canciones hayan perdido el acabado internacional de antes ni mucho menos su curiosidad experimental. ‘Jennifer Lawrence’, el single principal de su EP de 2024 ‘Thank God Things Change’, era muy potente, y más potente es el single que ha lanzado Gibert este 2025.
‘Everything New’, Canción del Día, suena a todo lo que debería traer el pop en 2025: frescura, aventura, experimentación, «todo nuevo» en definitiva. La base de ‘Everything New’ hibrida influencias de hip-hop, ritmos tribales y psicodelia, haría cosquillas a Busta Rhymes y Missy Elliot y es todo lo que buscaba Doja Cat en su último disco. El videoclip la ha editado ella misma en su iPhone y es una locura.
Carly Gibert presentará ‘Thank God Things Change’ este mes de marzo en España, el jueves 20 de marzo en la sala Clamores de Madrid y el viernes 21 de marzo en la sala LAUT de Barcelona.
Como es habitual, a mediados de marzo ya ha terminado el plazo para que los países candidatos a Eurovisión decidan sus canciones. De momento dos temas se han destacado en las apuestas, además de Israel, cuya participación ya es meramente política. Tras su éxito el año pasado en el festival, el año del genocidio que cometían en Gaza y se llevaba la vida de más de 42.000 personas, este 2025 concurren con una superviviente de la masacre en el festival Re’im, Yuval Raphael.
El primer lugar de las apuestas, de momento, es para la banda KAJ, un trío cómico finés que acude por Suecia con la divertida, contagiosa y kitsch ‘Bara Bada Bastu’. Está en un dialecto sueco. Si este siempre es de los países favoritos dada la competitividad de Melodifestivalen, esta vez puede sumar el voto freak. Su performance pasa del bosque a una sauna, de una estrofa a otra.
En segundo lugar en las casas de apuestas encontramos a JJ, que acude con ‘Wasted Love’. En este caso es tremenda balada de corte operístico, con sorpresa dance al final. A tenor de su vídeo, esto podría llamarse también ‘Levitating’. Además, su puesta en escena estará a cargo del español Sergio Jaén, que tan feliz hizo a Irlanda el año pasado, y este también se encargará de Chipre.
En cuanto a España, figura en estos momentos en el 31º lugar de las apuestas con ‘Esa diva’. Melody ha llegado a estar más abajo, si bien no pinta a que vayamos a continuar subiendo. La nueva versión de ‘Esa diva’ ha sido recibida con tibieza y simplemente ha entrado al puesto 81 de Spotify España en su primer día. La vieja versión llegó a estar más alto.
Bong Joon-ho, dueño de una filmografía coherente y sólida, se ha movido siempre entre el thriller y la ciencia ficción, con un peculiar estilo comiquero que ha ido ganando más y más adeptos con el paso de los años. Tras el abrumador éxito de ‘Parásitos’ (Palma de Oro, Oscar a Mejor Película), el mundo entero tenía los ojos puestos en el cineasta coreano.
Seis años después, su nueva película, de producción estadounidense, continúa esa senda llevándonos a un futuro distópico en el que los humanos ya no quieren habitar La Tierra. Tal es la desesperación y la precariedad que se experimenta, que Mickey (Robert Pattinson) accede a ser un “prescindible” en otro planeta, es decir, un conejillo de indias de las altas esferas que está dispuesto a morir las veces que haga falta, ya que cada vez que lo haga, se someterá a un avanzado proceso de reimpresión donde volverá a ser la persona que era. El objetivo de la maquiavélica empresa es doble: experimentar con una futura inmortalidad y colonizar el nuevo territorio, habitado por peligrosísimos gusanos peludos.
Este mundo desesperanzado, liderado por un esperpéntico magnate (Mark Ruffalo) y su esposa (Toni Collette), conecta directamente con las ansias de poder y ambición sin escrúpulos de Donald Trump y su amigo Elon Musk. El problema no es solo que la sátira política que lanza Bong sea bastante burda, sino que nunca es realmente ácida, ni mucho menos lo divertida que pretende ser. El humor bobo y facilón aterriza en numerosas escenas que no necesitaban ese alivio cómico. Un síntoma evidente de que la película no sabe cuál es el tono que debe usar para contar esta historia.
Otro de los grandes lastres de la producción es su estructura dispersa y desorganizada, que tira por tierra cualquier indicio de intriga. Viniendo de un cineasta tan imaginativo y con un sentido del ritmo narrativo tan ágil como Bong, sorprende lo inerte que le ha salido este carísimo -unos 118 millones de dólares- experimento.
El mensaje -bien subrayado- sobre la importancia de rechazar los sistemas que nos ven como simples números y reivindicar la humanidad por encima de lo artificial está muy bien, pero cuando para resolver esta larguísima odisea no hay mejor opción que recurrir a un deus ex machina, es que todo está construido sobre unos cimientos que no se sostienen.
Menos mal que Robert Pattinson está ahí aguantando como puede las inconsistencias de un guion tan limitado. Su entrega al papel y su carisma, consiguen dotar al protagonista de cierto encanto. Es lo mejor que tiene ‘Mickey 17’, una película que no funciona ni como crítica sociopolítica ni como entretenimiento palomitero.
Paul Thin lo pasó mal de pequeño y de adolescente. ‘Reboot’ es una especie de venganza: el chico de gustos raros, haciendo de la rareza su virtud. Tras versionar a Bizarrap en la tele como los «featurings» del argentino apenas pueden, empaparse de Bo Burnham y Vangelis, y sacar un EP algo sobrevalorado por estos lares, Paul Thin publica ‘Reboot’, con una estética cyberpunk se desconoce si demodé o pionera. Un disco conceptual inspirado en un mundo distópico en el que se puede resucitar a las personas, insertando sus recuerdos en un chip. Los fallos y dilemas éticos que plantea el asunto le llevan a citar ‘Blade Runner’ como referencia.
La locura de géneros contenida en estos 40 minutos de disco trasciende lo musical, porque también hay voces en off en intros e interludios que se encargan de narraciones y subrayados, tocando lo cinematográfico y lo televisivo. ‘Reboot’ es a la vez un disco a la moda de 3 canciones en 1, en la estela de lo que han hecho a veces Lola Indigo y Bad Bunny, solo que también es una serie de Netflix que, como el artista pretendía, se imagina mientras se escucha, incluso sin necesidad de ver los lyric videos. Las canciones ya son bastante videoclips por sí mismas.
La sobreproducción está en ‘Reboot’ tan salida de madre que ni el propio Paul Thin sabe identificar el momento más loco del disco. Ha querido que sea ‘Quién’ porque representa el clímax, el momento de «reinicio» final. Sin embargo, diría que el momento más loco de todo esto es la parte central del álbum, esos 10 minutos en los que pasamos de oír campanas de iglesia (principio de ‘Descanso’) a drum&bass y guitarras eléctricas (final de ‘Descanso); de ahí al reggaeton (‘Volverás a llamar’), al jersey (aún ‘Volverás a llamar’); de ahí a la balada de ambient y trap (‘Reboot’); de ahí al flamenco (‘Mi corazón’) y a lo industrial (misma canción).
Cada préstamo musical parece esconder un motivo, y así a continuación ‘Fiebre del oro’ pasa de la balada al reggaeton para pasar del amor al sexo. Es solo que la experiencia auditiva a veces es un poco «too much». Sobre todo cuando después de tantísima intensidad vuelven los diálogos. Un error de primero de Bellas Artes es meter todo lo que conoces y se te ocurre en tu obra, no dejar fuera nada, y parece el caso.
En este mar de ideas abrumador, se agradecen canciones normales. Es el caso de ‘El diablo se viste de mí’, un electropop cinético influido por Vangelis, John Carpenter y The Weeknd, por suerte sin retraca final. Paul Thin reflexiona sobre los estragos de la fama y su identidad, y ya. Y sobre todo es el caso de ‘Luz’, la balada final de aceptación, tan necesaria como calentar después de una desquiciada sesión de spinning. Entre lo más loqui, los grandes growers son ‘No es la mía’, no por su inicio industrial, sino por la melancolía de su estribillo; y ‘Volverás a llamar’, no por frases como «los borrachos y los niños siempre dicen la verdad»… sino por la melancolía de su estribillo. Paul Thin sufrió bullying y ese trauma arrastrado se percibe en no pocos momentos del álbum, tanto en letras, como en tonos, en interpretación vocal y finalmente, en producción musical.
¿Es ‘Reboot’ arriesgadísimo o simplemente pretencioso? La línea que separa ambas cosas es muy fina. Personalmente, y ya que Paul Thin luce un ojo de cada color, como David Bowie, soy partidario de que antes de intentar una trilogía berlinesa, entregues un ‘Starman’ o un ‘Life on Mars’. ¿Se puede pintar un cuadro vanguardista antes de haber pintado algo que entiendan tus abuelos? Quizá sí, puede que esa concepción se haya quedado vieja. Hay artistas que están haciendo una carrera de éxito e incluso prestigio a costa de meter cosas a la fuerza donde no caben. Ahí tenéis a Lady Gaga.
Este año se celebra el 50 aniversario de la muerte de Franco. El País ha elaborado una lista con los 50 mejores discos que nos han dejado estos 50 años, votados por 41 especialistas en cultura para Babelia.
La lista concluye que el flamenco y sus interpretaciones modernas son lo mejor que ha pasado a la música española, coronando a Camarón, Rosalía y ‘Omega’ en el podio. También aparecen Kiko Veneno, de varias formas; dos discos de Paco de Lucía, Lole y Manuel y Carmen Linares, entre otros. Estos discos son los que tienen que estar, pero las sorpresas empiezan ya en el top 10 con la buena valoración de ’10 milles per veure una bona armadura’ de Manel, uno de los grandes «sleepers» de los últimos años, y un disco ciertamente precioso.
Los Planetas quedan por debajo de los catalanes, en el puesto 11 con ‘Una semana en el motor de un autobús’, y aparecen también en el 38 con ‘La leyenda del espacio’. Son la representación del indie patrio, pues entre las ausencias hay que hablar de Surfin Bichos, de sus herederos Triángulo de Amor Bizarro, de La Buena Vida, de Señor Chinarro, de La Bien Querida o de Klaus & Kinski (tampoco están Claustrofobia). En cantautores, se echa de menos a Christina Rosenvinge y a Nacho Vegas.
Si se trataba de reivindicar la música underground, Astrud están en el puesto 22 con ‘Mi fracaso personal’; por encima de Family que aparecen en un discreto puesto 25 con ‘Un soplo en el corazón‘.
En el plano «indiemainstream», hay malas noticias para Love of Lesbian, que no han llegado al top 50 con ‘1999’; para ‘PUTA’ de Zahara; pero no para Vetusta Morla, que llegan al puesto 36 con ‘Un día en el mundo’, justo un puesto por encima del disco multiplatino de Dover. La mayor sorpresa podría ser la presencia ‘Atlántico’ de Xoel López, que está en el 48 pese a que, por ejemplo, en Mondosonoro recibió un 6/10.
En cuanto a música urbana (o algo así), y Rosalía aparte (‘Motomami’ aparece por debajo de ‘El mal querer’, en el top 12), Mala Rodríguez lidera en el 16 con ‘Lujo ibérico’, ‘El Madrileño’ de C. Tangana está en el 21; 7 Notas, 7 Colores, en el 33 con ‘Hecho, es simple’ y, ojo, ‘A.D.R.O.M.I.C.F.M.S. 2’ de Yung Beef llega al puesto 42. Inclasificable, ni indie, ni urban, ¿folclore?, ‘Alegranza’ de El Guincho está en el 43.
Recordando la edad de oro del pop español, no ha habido suerte para ‘Camino Soria’ de Gabinete Caligari ni ‘El eterno femenino’ de La Mode, pero sí para Nacha Pop y Mecano, que cierran el top 20 con ‘Nacha Pop’ y ‘Entre el cielo y el suelo’. ‘Autobiografía’ de Duncan Dhu llega al número 47. Destaca la excelente valoración de Radio Futura, que aparecen dos veces, una de ellas dentro del top 10; y también de Alaska y Dinarama, que sitúan ‘Deseo carnal’ en el top 7 de estos 50 años. Peor destino ha corrido ‘Una temporada en el infierno’ de Fangoria, y la música electrónica, en general. Por ejemplo, John Talabot o Delorean.
En cuanto a discos conocidos por todos, también hay malas noticias para ‘Más’ de Alejandro Sanz, ‘Palabra de mujer’ de Mónica Naranjo, para Estopa, para Amaral y para La Oreja de Van Gogh. Joaquín Sabina sí está con ’19 días y 500 noches’ en el 13, y El Último de la Fila en el 24 con ‘Enemigos de lo ajeno’; ambos por de debajo de ‘Agila’, la gran obra de Extremoduro.
Hay que recordar que esta es una lista de los últimos 50 años, lo que deja fuera ‘Heliotropo’ de Vainica Doble, a CRAG, o ‘Mediterráneo‘ (Serrat aparece con un directo); pero no a Cecilia, que llega al 27 con ‘Un ramito de violetas’.
Una lista excelente, con sus peros -como todas-, gracias a la cual podrás descubrir esos discos de Leño que siempre te dieron pereza, o alguien al fin se animará a escuchar el sublime ‘Señora’ de Rocío Jurado. Os dejamos con el top 10. El top completo, en El País.
1.-Camarón / La leyenda del tiempo
2.-Rosalía / El mal querer
3.-Enrique Morente & Lagartija Nick / Omega
4.-Kiko Veneno / Échate un cantecito
5.-Sisa / Qualsevol nit pot sortir el sol
6.-Radio Futura / La canción de Juan Perro
7.-Alaska y Dinamara / Deseo carnal
8.-Extremoduro / Agila
9.-Veneno / Veneno
10.-Manel / 10 milles per veure una bona armadura
Porridge Radio han decidido separarse tras la edición de su cuarto disco, el notable ‘Clouds in the Sky They Will Always Be There for Me‘, que justamente contenía algunas de las mejores canciones de su carrera. Era el caso de ‘Sick of the Blues’, que al menos en ocasiones está abriendo el setlist cuando cerraba el álbum, o ‘A Hole in the Ground’.
La banda de Brighton liderada por Dana Margolin se despide con un EP y una gira que está a puntito de llegar a nuestro país. El lunes 17 de marzo estarán en Razzmatazz 2, Barcelona; el 18 de marzo en la Sala López, Zaragoza; el 19 de marzo en Copérnico, Madrid; y el 23 de marzo en el Dababada de Donosti. En cuanto al EP ‘The Machine Starts to Sing’, vuelve a contener grandes canciones que ya han incorporado a su repertorio, como la final ‘I’ve Got a Feeling (Stay Lucky)’ -que incorpora vientos- o ‘Don’t Want to Dance’, que seleccionamos como Canción del Día hoy.
‘Don’t Want to Dance’ es claramente una canción de desamor que ha terminado convertida involuntariamente en una metáfora sobre la separación de la banda. La producción pasa de un inicio acústico lo-fi, al desgarro.
Por un lado escuchamos a Dana decir «no estoy preparada para dejar de quererte aún», pues sin duda estamos ante una lucha consigo misma («no quiero bailar, pero no quiero llorar por eso»), solo que ahora a sus fans solo puede sonarles a despedida.
A eso nos lleva el final de la canción «he tolerado todo lo que podía tolerar» y sobre todo la conclusión final «no hace falta hablar de esto, no hace falta llorar por esto, como el polvo, el viento se lo llevará».
Natti Natasha, autora de éxitos del reguetón tan masivos como ‘Criminal’ o ‘Sin Pijama’, vuelve con un disco de bachata. El amor de la dominicana por este estilo brilla en su cuarto disco, ‘Natti Natasha En Amargue’, para el que ha fichado al que es considerado por muchos como el mismísimo rey del género. Así, Romeo Santos escribe, compone y produce todas las canciones.
Durante los últimos años, Natti ha estado bastante ocupada apareciendo en portadas de revistas, protagonizando su propia serie documental en Prime Video o potenciando su marca de vino espumoso. Con este disco, Natasha quiere demostrar «el gran amor que siento como dominicana por este género», además de regalar «una ofrenda de amor y gratitud a la República Dominicana y a todos aquellos que han abrazado la bachata».
Hablamos con Natti Natasha sobre cantar bachata siendo una mujer, los difíciles inicios del género, trabajar con Romeo Santos y la nueva ola del reguetón.
¿Bachata o reguetón? ¿Cuál te ha dado más alegrías?
Ah, las dos. No puedo. Es que no puedo escoger.
Con lo que tú amas la bachata, ¿cómo es que nunca habías hecho un disco como este?
Porque nunca se me había dado la oportunidad de hacer un disco, pero sí había lanzado bachatas en cada proyecto musical, aunque fuesen de reguetón. Así también veía cómo la gente iba reaccionando y si me lo permitían.
¿A qué te refieres con que nunca se te había dado la oportunidad?
Pues como que nunca se había planeado, porque cuando hice la primera canción, que fue ‘Desde Hoy’, todavía no había un plan de hacer un proyecto completo de bachata. Cuando Romeo se acerca, me dice: «Natti, yo creo que tú eres la persona que puede interpretar esta canción». Desde ahí, grabamos otra, y la tercera, y así decidimos hacer un proyecto completo.
¿Te habría gustado sacarlo antes?
Sí, lo tenía en mi mente, pero no sabía en qué momento iba a ser. Todo tiene su momento perfecto.
¿Dirías que has sorprendido a tus fans con este disco?
Siento que sí y a la misma vez siento que ellos estaban esperándolo. Siempre me exigían un disco de bachata y yo siempre decía que ya casi, que ya casi… Duré cuatro años diciendo esto y ya está fuera.
O sea, que había ganas porque siempre han respondido bien.
Siempre. En ‘Iluminatti’ lancé ‘Quien Sabe’, que el video soy yo como de monja en una iglesia, y era la primera vez. No sabía cómo iban a reaccionar, me la aceptaron y entonces en el segundo proyecto, en ‘NATTIVIDAD’, metí otra bachata que se llama ‘Cuento Breve’. Ya con el remake con Romeo Santos de ‘La Mejor Versión de Mí’ conecto con otra persona que hace bachata. Y quién mejor que el rey de la bachata para acompañarme en una nueva etapa para él, porque hizo la composición de todas las canciones y produjo todas las canciones dentro del disco. Estar en ese papel, y no en el de cantante, fue algo muy nuevo para él.
Mientras él componía las canciones, imagino que tú también has formado parte de ese proceso creativo, de alguna forma.
Sí, claro que sí. Al terminar de escribir ‘Quiéreme menos’, que la estaba haciendo con mi pareja y conmigo ahí, me dice: «Les quiero mostrar algo, porque me inspiré en ustedes». Nosotros no teníamos ni idea de que la estaba haciendo sobre nosotros. O sea, que pude ver todo el proceso creativo. Intercambiamos ideas, obviamente. Me preguntaba cosas como «¿Cómo te sientes?» o «¿Cómo dirías como dominicana que alguien es mentiroso?», por ejemplo, para ‘Pinocchio. Y yo: ¡Habladoraso!. Entonces, teníamos esa cosa en la que me pedía mi perspectiva para algunas situaciones.
¿Qué es lo más importante para que una bachata funcione y llegue al corazón?
El sentimiento. Transportarte a un momento donde te salga. No cantar, sino llorar en una canción. Definitivamente, una cosa que tenemos muy en común Romeo y yo es que al momento de interpretar se necesita esa emoción real para poder conectar con todo el mundo.
¿Qué es lo más valioso que has aprendido de Romeo?
La disciplina. El poder todavía disfrutar lo que está haciendo después de tantos años de éxito. Ver cómo él se reinventa, entra en otra faceta, lo comparte con una artista nueva para él… Que tenga la humildad suficiente para sentarse conmigo en cada canción. O sea, yo estaba grabando y él estaba sentado así como tú. Es alguien a quien veía por televisión y escuchando sus canciones decía: Wow, ¿de dónde salen este tipo de letras?
Entonces, no erais amigos, pero sí habíais colaborado antes.
Siempre tuvimos una buena química. Yo lloré el día que escuche el remix de ‘La Mejor Versión de Mi’ y la manera en la que él me respondía. No hablaba con él todos los días, pero la química siempre estuvo y eso es muy importante al colaborar con otro artista. Disfrutar lo que se está haciendo se ve en los vídeos, en el escenario y en todo.
Habiendo crecido en República Dominicana, imagino que la bachata te ha acompañado durante toda la vida. ¿Cuál es tu primer recuerdo con la bachata?
Mi primer recuerdo es de Anthony Santos, con ‘Voy Pa’Lla’. «Voy pa’lla, voy a buscar la mujer que me domina» (cantando). Siempre, donde sea que yo iba, sonaba eso. Eso fue como un boom, porque estaba prohibido tocar la bachata en todos los sitios de la República Dominicana. Siento que lo de tocar en diferentes lugares se hizo más popular con esa canción.
¿Cómo es que estaba prohibida?
Sí, solamente se tocaba en cabaret. Era como un baile muy prohibido también, porque era música de amargue. Se decían muchas cosas. Por eso me siento tan cómoda en la bachata, porque siento que, como en el reguetón, puedo decir las cosas muy directamente, de forma muy cruda. Obviamente, hay palabras muy fuertes y más en ese tiempo.
Además de no ser aceptada, también era algo más local. ¿Cómo de local?
Muy local. Solamente en la República Dominicana. En Santiago, en ese momento. No sé en otras ciudades porque estaba muy pequeña. En especial recuerdo la de Anthony Santos porque cuando sonaba la gente se miraba entre ellos. Gracias a Dios, pude experimentar eso en mi ciudad.
También has visto cómo se ha ido expandiendo el género con el paso de los años.
Sí, es increíble. Cuando salió Aventura, fue como una revolución. O sea, yo era una de las fanáticas que cuando ellos estaban en la ciudad de Santiago, que salían todas las muchachas, decía: «¡Oh my god, va Aventura en ese carro!». Es bien loco que pueda ver hoy que hice un álbum con él. Romeo Santos presenta Natti Natasha. De verdad, hay cosas que pasan tan extrañas, que el universo te envía… Obviamente, se trabaja para eso, pero no se sabe cuándo va a pasar.
¿Es verdad que la bachata es cantada por hombres normalmente?
Sí.
Entonces también te estás saliendo un poco de ese molde, ¿no?
Sí. Es importante que si se va a hacer, se haga grande. Y me encantan los retos. Me encanta poder decir que sí se puede y poder hacer este género amigable y con puertas abiertas para las mujeres también. Nosotros también podemos decir todo crudamente y es algo que además me caracteriza mucho, el poder decir las cosas como son. La bachata invita a eso, así que si puedo ser una de las primeras dentro de la bachata, pues bienvenido sea.
Volviendo al reguetón, la única colaboración del disco es Ozuna. Aquí como que le sacas un poco de su zona de confort. ¿Cómo os habéis entendido?
Muy fácil, él es muy talentoso. Estábamos en el estudio, con comida china… llevábamos horas ya ahí. Tú sabes que ahí una pide de todo y no es tan saludable todo el tiempo. I love Chinese. Yo ya había grabado mi parte en ‘Ya No Comparto’ y recuerdo que todos pensamos en Ozuna para subirse. Le hicimos la llamada, estaba en Miami y esa misma noche llegó. Yo agradecida con él, que me dijo que si quería repetir esa fórmula ‘Criminal’, como yo le digo, por segunda vez, pero en bachata. Y le está gustando muchísimo a la gente.
¿Con ‘Criminal’ hubo tanta conexión? No sé si era la primera vez que os conocíais.
Yo le había escuchado en la radio porque él estaba explotando muy fuerte en ese momento, pero le conocí directamente en el estudio. Yo pensaba que a él le gustaba la canción, pero no le gustaba, no la sentía mucho.
La escena del reguetón era muy diferente en 2017. ¿Cómo ves el panorama ahora y qué cambios has notado desde entonces?
Se ha hecho más común que cada país tenga sus exponentes y eso es muy cool. Siento que es un logro muy grande de todos los pilares y todas las leyendas vivientes que hicieron que eso fuese posible. También siento que hay muchas oportunidades para todo el mundo y que se puede fusionar muy fácilmente con otros géneros.
¿Cuáles son algunos de tus artistas favoritos de la nueva ola?
A mí me gusta mucho el dancehall, pero de reguetón me gusta Ozuna, Anuel AA… Obviamente, Wisin y Yandel me encantan, pero eso ya son requeteprobados. Soy fanática del reguetón clásico. ¿Cuál es tu favorito? ¿Qué tú escuchas?
No suelo escuchar mucho reguetón… Me gusta Feid, Karol G…
Ah sí, demasiado, pero si me hablas de nuevo, nuevo… Quizás no lo incluiría ahí. Feid le ves ahí ahora pero tiene años componiendo. Yo iba al estudio y él estaba dentro de los Avengers, que he colaborado mucho con ellos. Trabajaron tanto que el día de hoy son artistas que pueden viajar alrededor del mundo y por eso no los veo como que salieron ayer.
¿Tú vas a volver a hacer reguetón?
¡Claro que voy a seguir haciendo reguetón! Es que yo tenía cuatro años con ‘Natti Natasha en Amargue’, que ya lo había grabado.
¿Llevabas cuatro años con el disco ya hecho?
Exacto. Yo lo escuchaba sola todo el tiempo, peinándome o maquillándome en mi casa simplemente, o dándole los últimos toques en la mezcla y todo eso, pero siempre seguí haciendo reguetón. Este proyecto también siento que es otro escalón para mi carrera y algo que me quería disfrutar, que necesitaba hacerlo para abrazar mi cultura. Me lo debía a mí y a toda mi gente de la República Dominicana.
Marta y Diego, de NUEBO, respondiendo preguntas un lunes, muy temprano (Fernando Beat)
Este lunes desde PAM (Periodistas Asociados de Música), organizamos el I Congreso de Prensa Musical, reuniendo a casi un centenar de periodistas musicales que trabajan para medios como Radio 3, El País, El Diario, ABC, El Mundo, la Agencia EFE, Rockdelux y Mondosonoro, entre muchos otros, en lo que podía ser un récord Guinness de trabajadores autónomos por metro cuadrado. Ver a toda esta gente junta por primera vez fue muy motivador. Un éxito de convocatoria (aforo completo) que hay que agradecer a Manuel Pinazo de Muzikalia, presidente de PAM, y Laura Pardo de RNE y freelance, vicepresidenta inminente. Como los encuentros de la industria que se producen en BIME, Monkey Week o Primavera Pro, estos eventos se caracterizan por convertirse en una especie de terapia colectiva en la que cada uno se queja de lo suyo, solo que esta vez no veníamos a hablar de los artistas, ni de los sellos, ni de los hits, sino de la prensa, según algunos organismos, el sector más vulnerable. «Precariedad» fue la palabra más repetida en las 7 charlas organizadas, disponibles aquí, y aun así hubo quien lamentó que no se estuviera hablando lo suficiente sobre ello.
Diego Rubio de NUEBO, que también escribe para Rockdelux, habló de algo muy común en la profesión: la inexistencia de vacaciones reales, el no cobrar cuando tu revista cierra en verano, la necesidad de trabajar los fines de semana o de madrugada. Añado que la conciliación con tu pareja o amigos, tampoco existe cuando la noticia de la muerte de Amy Winehouse salta un sábado por la tarde, la de Lou Reed un domingo a última hora, la de George Michael el día de Navidad o la de Avicii un viernes por la tarde. Tu vida -tus hijos, tus padres dependientes, tu pareja- pasa inesperadamente a segundo plano cuando el tráfico de tu site depende en un porcentaje muy elevado de la «última hora», o cuando tienes que entregar a tiempo una pieza para papel.
Aun así, el legendario Diego Manrique va a publicar un libro llamado ‘El mejor oficio del mundo’, recopilando anécdotas de 50 años de profesión, porque uno tiende a quedarse con lo bueno en perspectiva, supongo. Concuerda con él, a dos generaciones de distancia, Marta España, que vive de la comunicación y es artista (Marta Movidas), pero reconoció que su verdadera motivación es el periodismo musical. A aquel que dijo que los periodistas somos artistas frustrados, chúpate esa. Al fin y al cabo, ¿a quién vamos a dar pena con un trabajo que implica entrevistas con artistas de primera línea, discos y entradas gratis y alguna que otra barra libre de Pascuas a Ramos?
Por eso, como vicepresidente de PAM, interpreto como un pequeño fracasillo que este tipo de Congreso se convirtiera más en un cúmulo de penas que de proyectos de futuro. El redactor más joven de JNSP, y un ex becario (nuestras becas siempre han sido remuneradas en pos de la profesionalización del sector) salieron de allí muy desanimados tras escuchar cosas como que el mismísimo Julio Ruiz había trabajado en la radio sin cobrar durante décadas, sobreviviendo más bien gracias al periodismo deportivo. O que la fotógrafa Samantha López no puede vivir de su trabajo. O que su hueco en el foso de un concierto se lo queda un influencer. O que Fernando Íñiguez de El País se reconocía mileurista con 67 años.
Otro Fernando de El País, Navarro, estuvo en mi opinión más acertado cuando llamó al compañerismo en el sector, que buena falta hace, que cuando repitió algo así como que «la música ya no interesa a nadie». Su libro sobre la carrera de Supersubmarina, que iba por la 5ª edición ya el verano pasado, certifica lo contrario.
Supongo que todo este tremendismo procede de los varapalos que ha recibido el papel, y del desastre producido por el cambio en los algoritmos de Facebook y Google en el último lustro. Honestamente, nunca basé el éxito de JENESAISPOP en el usuario «paracaidista», aquel que un mes te llevaba a 700.000 usuarios únicos, y luego jamás volvía. Siempre he sido consciente de que el periodismo musical es algo minoritario: en el instituto lo seguíamos los más raros, y he perdido toda esperanza de que mi padre entienda a qué me dedico o presuma de mis logros con los vecinos. ¿Pero de qué sirve repetir que somos irrelevantes delante de instituciones y anunciantes cuando algunas cifras apuntan a lo contrario?
El fin de la monocultura es un factor en la caída de tráfico, si es que hay caída de tráfico (viendo las cifras que producen según qué artistas, o según qué artículos, a veces creo que es una cuestión de enfoque). Pero es verdad que ya no hay nombres que gusten a todo el mundo como el siglo pasado. De hecho, allí no hubo forma de ponerse de acuerdo entre nosotros mismos. La gran Patricia Godes dijo que Alejandro Sanz había tenido mala prensa por gustar, sobre todo, a las mujeres. Fernando Navarro, en cambio, le llamó «mafia». Jorge Ortega, de Ruta 66, me preguntó durante la hora de comida «cuál era mi grupo favorito». Yo respondí que Rosalía.
Por suerte, pudimos concordar con los Beatles. Pero allí las voces eran definitivamente diversas: Elena Cabrera (El Diario) criticó la falta de mujeres no solo en la prensa musical, que obvio, sino también en festivales, incluso en Primavera Sound, que es de los más paritarios. Santi Carrillo (Rockdelux) le respondió con otras cifras, que incluían a los artistas no binarixs y a los grupos mixtos. Como “hater” de Supersubmarina, Carrillo estaba compartiendo mesa con un fan de Supersubmarina hasta la médula. Como siempre, se oyeron voces a favor de las subvenciones y otras en contra. Gente que hablaba de sindicato y gente que hablaba de patronal. Nuestras diferencias profundas pueden hacernos más fuertes, porque significan que nos dirigiremos a públicos distintos, de la misma manera que el k-pop, Bad Bunny, Amaia y Arctic Monkeys conviven en las listas de éxitos.
El evento celebrado en AIE, que donó gentilmente su sede, y patrocinado por Fundación SGAE, que permitió la invitación a periodistas de fuera de Madrid, dejó algunas ideas, aunque creo que no las suficientes. Desde la mesa de financiación intentamos dar algunas: las nuevas formas de comunicación en redes aprovechadas por Arturo Paniagua, los podcasts, los libros y cuadernos en papel como insólito salvavidas de sites como Efe Eme, Muzikalia o el nuestro, y -nunca se repetirá esta palabra suficiente-, la diversificación en los ingresos a través de eventos o pasarelas de pago, a lo Mondosonoro. También propuse la generación de una agencia que nutra de «branded content» de calidad a algunos medios. Este Congreso debería ser solo el principio de algo.
Respecto al «periodismo musical de calidad» en sí mismo, Rockdelux decidió no alardear demasiado del suyo, y creo que fue Jordi Bianciotto (El Periódico) quien hizo la intervención más interesante. Recordó que los medios no podemos ceñirnos a las agendas de discográficas (o festivales). Alabó el excitante momento musical que vivimos, tanto en cuanto a diversidad de estilos, como en cuanto a venta de entradas, y propuso salir de la rueda promocional para crear nuestra propia agenda. Elaborar nuestros propios contenidos, más analíticos, con opiniones contrastadas, para devolver al periodismo musical la credibilidad que quizá ha perdido, entre otras cosas, a base de repetir a todas horas, por todas partes, que la ha perdido. En la línea, Carlos Pérez de Ziriza cuestionó la ausencia de críticas negativas, pero reconoció que no era muy motivador escuchar discos que no te gustan o ir a un concierto de Melendi, “a 20, 30 o 40 euros” por artículo. Aun así, se atrevió a hablar mal de Lana del Rey tras un FIB, y sus fans se la juraron. «Lo peor es escribir de discos (o artistas) que te dan igual, que ni frío ni calor”. Pero lo de Lana le pareció “muy divertido”, aseguró, la mar de satisfecho. Ese es el espíritu.
Una de las primeras canciones que suenan en el debut de Trueno en el Movistar Arena, agotado en su máxima capacidad, es un mashup de ‘Still D.R.E.’ y ‘Pa’ Que Retozen’. Desde ese momento, el artista argentino fija el tono de lo que sería todo el concierto: un sentido homenaje al hip hop, sea como sea y venga de donde venga.
El llenazo de Trueno en el recinto madrileño es inaudito. Hace unos días, la gira de ‘EL ÚLTIMO BAILE’ pasaba por el Sant Jordi Club de Barcelona, con una capacidad equivalente a un tercio de la del Movistar Arena. Sí es cierto que el de Madrid no era un concierto normal, sino el último de toda la gira. El último baile, ciertamente. El propio Trueno contó que España es el país en el que más ha trabajado con este último disco. Ahí está ‘REAL GANGSTA LOVE’, que fue número 1 aquí antes que en cualquier otro país y que fue celebrada como tal en la velada de anoche. «Me acuerdo de mis primeros shows en Madrid, siendo 300 personas», reflexionó el argentino en un momento dado.
Ainhoa Laucirica
Qué alegría cuando un concierto de rap incluye una banda en vivo y qué sorpresa cuando tiene mucho más protagonismo del que te podrías imaginar de primeras. Los primeros minutos del show, en los que Trueno aparece subido en una plataforma que también es una jaula y una pantalla a la vez, son una maravilla rockera. ‘Plo plo’, la sesión de Bizarrap correspondiente y ‘Fuck El Police’ se suceden con una energía asombrosa. Más adelante, los solos en ‘FEEL ME??’ o ‘PANAMÁ’ son aplaudidos como si fueran la rima más tocha. Los dos hype men que acompañan a Trueno también hacen una gran labor, sumando en teatralidad. A veces se sacan de la manga unos bailecitos conjuntos que, aunque no llegan a coreografía, resultan muy divertidos.
Rápidamente, uno se da cuenta de la impresionante versatilidad de Trueno, que es un rapero espectacular, pero también es un decente vocalista. En algo menos de dos horas, el joven rapero pasa del liricismo más clásico (‘RAIN III’) al hip hop melódico (‘NIGHT’), del trap más fanfarrón (‘Atrevido’) al reggatón (‘Salimo de Noche’, ‘Ñeri’) y de la electrónica más maquinera, en la eufórica ‘CUANDO EL BAJO SUENA’, al funk. ‘OHH BABY’, perteneciente a esta última categoría, protagonizó el momento de bote colectivo más memorable, junto con ‘DANCE CRIP’. ¿15.000 chavales y chavalas celebrando un sonido tan retro? Vaya locura.
Ainhoa Laucirica
No hay ningún hueco para el aburrimiento en el concierto de Trueno. Los constantes guiños a la historia del hip hop no paran de sucederse. La referencia al refrán de ‘California Love’ durante ‘No Cap’, conocida por todos como la sintonía de La Revuelta, fue un highlight. Sin duda, la sección más divertida tiene que ser la del freestyle. En 2019, Trueno se proclamó campeón tanto de la FMS Argentina como de la Red Bull Batalla de los Gallos, por lo que algo sabe. En todos sus conciertos, dedica un pequeño espacio al arte de la improvisación. Casi siempre es emocionante, pero ayer fue especial, en gran parte por la aparición de Chuty, una de las figuras más veneradas de la historia del freestyle español. Verles intercambiar rimas nos tuvo a todos al borde del asiento.
A un concierto tan sólido y sobrado de medios como este solo le faltaba el toque reivindicativo. Aunque no hubo ninguna mención a la represión policial vista en las manifestaciones de jubilados que tuvieron lugar este miércoles en Argentina, Trueno sí dedicó una sección del show a su país natal que culminó con la conmovedora ‘TIERRA ZANTA’. Y es que lo mejor que hizo ayer el argentino fue aprovechar su «fiesta del hip hop» para volver a poner en valor el mensaje original del género. Música a favor de la libertad: «Somos todos parte de una misma familia. No importa el continente, el color de tu piel o el de tus ojos. Solo importa el color de la sangre».
FKA twigs ha dado comienzo en el Zénith de París la gira de ‘Eusexua’, su tercer álbum de estudio y uno de los Mejores Discos de 2025. El Eusexua Tour llegará a España el próximo mes de junio, en concreto a Barcelona, de la mano de Primavera Sound, y concluirá en Helsinki en agosto. Este artículo contiene SPOILERS.
El Eusexua Tour repasa los cuatro discos publicados por FKA twigs, lo que significa que, en París, la británica Tahliah Barnett ha interpretado por primera vez en vivo el material contenido en ‘Eusexua’ y en su mixtape ‘Caprisongs‘ (2022).
El show se ha dividido en tres actos, estos son, The Practice, The State of Being y The Pinnacle, ha empezado con dos cortes de ‘Magdalene’ (2019) y, a continuación, ha repasado temas de ‘Eusexua’, ‘LP1’ y de sus epés ‘M3LL155X‘ y ‘EP2’. Barnett ha tocado dos temas inéditos, ‘Birth Here’ y ‘Got to Feel Love’, y ha cerrado con el encore de ‘Cellophane’.
La anécdota del show ha venido del homenaje de FKA twigs a Madonna. Twigs ha sacado partido del parecido de ‘Girl Feels Good’ con el trabajo de Madonna en ‘Ray of Light’ (1998) y ha ejecutado, durante su interpretación de esa canción, la coreografía de ‘Don’t Tell Me’. Además, en otro segmento del show, ha bailado ‘Vogue‘ mejor incluso que la propia Madonna. FKA twigs ya participó en el segmento de voguing del Celebration Tour, al lado de la propia Madonna.
Mientras, los fans de FKA twigs se preguntan si la promoción de ‘Eusexua’ está ya finiquitada. El disco salió a finales de enero, acompañado del videoclip de ‘Striptease‘, y Barnett promocionó el álbum en su primera semana de lanzamiento en diversos espacios, como el distendido podcast Therapuss de Jake Shane o en una charla de Spotify junto a Imogen Heap. Sin embargo, ‘Striptease’ no se lanzó oficialmente como single y temas con tanto potencial como ‘Room of Fools’ o ‘Girl Feels Good’ permanecen sin recibir la atención que muchos esperaban, dejando a los fans con la incertidumbre sobre los próximos pasos en la era ‘Eusexua’.
Playboi Carti, quien acaba de firmar una entrevista con FKA Twigs, ha estado a punto de batir el récord del rollout más extenso de la historia. Llevaba anunciando la llegada de un nuevo disco desde marzo de 2021, con todo lo que eso conlleva: cambios de título, adelantos random en Instagram, fechas de lanzamiento falsas, una fanbase al borde del abandono…
Desde hoy, el disco de Playboi Carti está disponible bajo el título de ‘MUSIC’ y contiene colaboraciones de Kendrick Lamar, The Weeknd, Travis Scott, Future, Skepta, Lil Uzi Vert, Ty Dolla $ign y Young Thug repartidas en un tracklist que alcanza las 30 pistas. Toma dos tazas.
Tres meses después del lanzamiento de ‘Whole Lotta Red’, encumbrado por algunos y olvidado por otros, Carti aseguró que existía otro disco y que estaba dispuesto a lanzarlo: «No hemos terminado». No pasó nada. En agosto de 2021, el rapero reveló que el proyecto se titulaba ‘Narcissist’ y que iba a salir el 13 de septiembre de ese año. No pasó nada. El día de Navidad de 2022 (hay que ser…) Carti publicó una nueva portada y aseguró que era «el momento». Adivinad lo que pasó.
No fue hasta diciembre de 2023 cuando el autor de ‘Die Lit’ anunció el título supuestamente definitivo del disco, nada ambicioso: ‘I AM MUSIC’. Ojo, porque Pharrell Williams se unió al sarao y reposteó el anuncio de Carti con la misma descripción: «PREPARAOS». Hace un año y pico desde que pasó esto. Sobra explicar que la fanbase del estadounidense es una de las más leales y pacientes que hay. Son como la de Taylor Swift, pero sin recibir ningún tipo de recompensa.
Desde entonces, Carti ha cosechado éxitos junto a Camila Cabello, Madonna y The Weeknd, y había subido algunos adelantos a Instagram, destacando la colaboración con Travis Scott, ‘BACKR00MS’. Incluso llegó a lanzar un single oficial en su perfil de Spotify, ‘ALL RED’. Al escucharlo, es imposible entender el hype alrededor de todo el proyecto.
Carti siempre ha sido visto como un visionario incomprendido dentro del hip hop, y su vasta influencia es clarísima (llegando hasta Panda Bear), pero también tiene un punto importante de embustero. Y, supuestamente, de cosas más graves. Junto con el lanzamiento del tema, en septiembre de 2024, Carti también inauguró la preventa del disco, del cual seguía sin saberse su fecha definitiva, o existencia, si nos ponemos así.
Y llegamos al momento actual. Spotify, aprovechando el inmenso hype que hay alrededor del proyecto, ha colgado carteles del disco en ciudades como Nueva York o Los Ángeles, ha pedido que tengamos «fe» en una serie de tweets y ha asegurado que ‘I AM MUSIC’ sale este viernes. Si esto ocurre, será de lo único que se hable mañana en internet. Si no, será lo normal.
Que el ascenso de un artista ha sido «meteórico» es una hipérbole que nos encanta a los periodistas, y además en el caso de Valeria Castro, es falso. La cantautora -a pocos artistas les sigue encajando esta etiqueta tan bien como a la canaria- puede presumir de haber estado en estos últimos años nominada a los Grammy Latinos y a los Goya. De haber colaborado lo mismo con Pedro Guerra que con Viva Suecia, con Vetusta Morla o Tanxugueiras. Ha sido una de las privilegiadas que ha podido ir a divertirse a El Hormiguero, donde habló sobre cómo su música encandiló a Alejandro Sanz. Ha cambiado impresiones con uno de sus grandes referentes, Julieta Venegas.
Sin embargo, cada uno de estos hitos se ha dado de a poquito. Sin grandes titulares en la prensa ni escándalos en las redes sociales. Peldaño a peldaño y siempre gracias a la honestidad de sus composiciones.
Su segundo disco largo tras ‘con cariño y con cuidado‘, ‘el cuerpo después de todo’, cuenta con una colaboración de la siempre enorme Sílvia Pérez Cruz. Y ni la inconfundible voz de esta puede con el torbellino emocional que supone el álbum, que versa sobre el amor tóxico, sobre la dependencia y sobre el rechazo a nuestro propio cuerpo en la era de los filtros de Instagram.
El disco se presentó con ‘la soledad‘, una canción ambigua sobre la falta de compañía, enriquecida por un vídeo protagonizado por actrices de renombre como Macarena García o Bárbara Lennie, todas ellas solas en distintos emplazamientos de su vida cotidiana. Su progresión y contención, junto a los arreglos, constituyen la mejor canción de Valeria Castro hasta la fecha. «¿Cuánto me va a querer la soledad / Pa no soltarme?», se pregunta. La respuesta está en el resto del disco.
El tema del «cuerpo» va mucho más allá del corte homónimo. Esta palabra aparece en varias composiciones, reflexionando sobre cómo nos vemos a nosotros mismos o sobre cómo nos vemos afectados físicamente cuando sufrimos mal de amores. El tema más significativo es ‘tiene que ser más fácil’, en el que además de una referencia a Alejandro Sanz («corazón partido no se arregla buscando otra casa»), sobre todo hay un llamamiento a dejar de odiarnos cada vez que nos miramos en un espejo o en una foto: «tiene que ser más fácil el quererse / no puede el cuerpo ser tan cruel al verse».
Esto no le va a gustar nada a Björk, que se queja de que el público e incluso la crítica musical, abracen antes discos pasionales que los cerebrales, sobre todo si están hechos por mujeres, pero Valeria Castro, que antes rara vez había hablado de amor, tiene una voz idónea para este cometido. ‘honestamente’ derrite en su retrato de ese amor tóxico que sobrevuela casi todo el álbum. Estamos ante un portazo a alguien que nos hizo daño («ojalá que te vaya bonito / que yo esta historia no repito»), que tristemente se reserva el derecho a flaquear («quizás al verte, piense diferente»).
En esta canción, como en otras del álbum, hay que destacar los arreglos de viento diseñados por Dan Zlotnik, clarinetes, saxofonistas y así hasta una veintena de músicos -entre otros, Meritxell Neddermann-, que abrigan las composiciones en los momentos adecuados de manera más o menos lustrosa. ‘parecido a quererte’, la canción que abre la puerta a la esperanza con su conclusión «aprendí que hay quien sí me valora», es un momento un tanto Sonny & Cher; mientras el final de ‘debe ser’ es bastante mariachi, pues en parte el disco se ha grabado en Ciudad de México.
‘devota’, con sus momentos a capella y su percusión alternativa, es la producción más sorprendente bajo los mandos de Carles Campi Campón. Aunque aquí nada puede con la calidad compositiva de Valeria Castro tanto en las sencillas rimas como en las melodías. El pre-estribillo de la cumbia ‘sentimentalmente’ -tanto la parte «la cobardía de un amor que tú mismo no querías» como la parte «bien podrías también mirarme en horario de oficina»- huele a clásico del pop español.
Sugababes, en su formación original integrada por Mutya Buena, Keisha Buchanan y Siobhán Donaghy, vuelve este jueves con un nuevo single llamado ‘Jungle’ que ya se ha estrenado en la radio británica y publicado en plataformas.
‘Jungle’ es un tema dance-pop clásico de Sugababes. No desentonaría en su famoso recopilatorio de éxitos, pero además se molesta en actualizar su sonido. La producción de Jon Shave, integrante de Xenomania, es burbujeante y fresca y el hook melódico es tan cool como siempre. Parece que Sugababes han hecho los deberes estudiando su propia discografía.
La sorpresa de ‘Jungle’ la da Siobhan marcándose un poderoso spoken word. En su voz, pasarlo bien y tener una noche «salvaje» es imperativo. ‘Jungle’, desde su título, es un homenaje a la cultura de club londinense y a los sonidos del 2step y el garage, cuentan Sugababes en NME.
Mayor es el mérito de Jon Shave por haber integrado la parte de Siobhan dentro de una producción que no alcanza los tres minutos de duración. Las mejores canciones de Sugababes se recreaban lujosamente en torno a los 4 minutos, pero Sugababes saben que la industria actual premia lanzar canciones cortas. ¿Será este su ‘Padam Padam’?
En su charla con NME, Sugababes confirman que ‘Jungle’ es un lanzamiento independiente y que ya no trabajan con BMG. Su último single, ‘When the Rain Comes’, se lanzó en 2023, y ese mismo año el trío ofreció uno de los mejores conciertos en el festival BRAVA de Madrid.
Delaporte ha anunciado nueva fecha en La Riviera de Madrid este 2025. Es el mismo recinto en el que Delaporte ha actuado ya dos veces este año, los pasados 25 de enero y 8 de febrero. La tercera fecha se ubica el viernes 21 de noviembre y vendrá acompañada de una producción nueva.
Las entradas para el concierto de la gira ‘Déjate querer’ en La Riviera están a la venta en planetevents.es, livenation.es y Ticketmaster.
En la gira ‘Déjate querer’, Delaporte presenta en directo sus recientes dos discos entregados al tecno, los notables ‘Aquí y ahora‘ (2024) y ‘Déjate caer‘ (2025).
La noticia de la fecha de Delaporte llega junto al estreno de un directo de ‘Rendición‘ -su último pelotazo- grabado precisamente en La Riviera.
Además de su nuevo concierto en Madrid, Delaporte tienen otras muchas fechas programadas este año, en el SanSan Festival en Gandía el 19 de abril, el festival La Mancha en Toledo (23-24 de mayo), el Festival Les Arts en Valencia el 6 de junio, Conexión Valladolid el 28 de junio, el Gran Calive Fest el 3 de julio, Vida Festival en Vilanova i la Geltrú el 4 de julio, Aguere Cultural en Tenerife el 25 de julio, SonRías Baixas en Bueu el 2 de agosto, Sonora Ribera en Aranda de Duero (6-10 de agosto), el Cooltural Fest en Albacete (22-24 de agosto) y el B-Side en Molina del Segura (Murcia) el 6 de septiembre. Aún quedan nuevas fechas por anunciar.
Hoy 14 de marzo salen nuevos discos de Valeria Castro, Circuit des Yeux (en la foto), Twin Shadow, Dano o Ibon Errazkin. Además, se reedita el disco de Maria Jaume. En cuanto a epés, el de DEVA, pionera del R&B en España, es de «cinco estrellas».
La semana deja singles internacionales destacados de Sugababes, Haim,Chappell Roan, Lil Nas X (que ha sacado hasta cinco singles en una semana), Selena Gomez con benny blanco, Mark Pritchard y Thom Yorke, JADE, LE SSERAFIM, These New Puritans con Caroline Polachek, Bon Iver con Danielle Haim, Lizzo o billy woods.
La música nacional propone novedades de Aitana, que entrega su canción del verano junto a Myke Towers; Don Patricio, GOMZ; Rakky Ripper, joseluis, Maria Hein, Sanguijuelas del Guadiana, arrecí0, rusowsky, Alba Morena, SIMONA o la nueva versión de ‘Esa diva‘ de Melody.
La playlist «Ready for the Weekend» recoge, además, nueva música de Étienne de Crécy con Damon Albarn, Colectivo da Silva con Alicia te quiero, 4batz, Ty Segall, Peso Pluma, Mecki, Wisp, Matt Berninger en solitario, Sally Shapiro, Sunflower Bean, Barry Can’t Swim, Lucy Dacus, Calvin Harris probando el country, Mother Mother, etcétera.
Melody ha lanzado esta noche la versión actualizada de ‘Esa diva’ que presentará en Eurovisión 2025 acompañada de su videoclip oficial. En el vídeo, Melody interpreta a una diva de otra época, y a una diva actual, sirviendo coreografía y melenazo.
La nueva versión de ‘Esa diva’ ha llegado prematuramente a la red este jueves al hacerse viernes en Australia y Nueva Zelanda.
La grabación actualizada ‘Esa diva’, diseñada por los británicos Rick Parkhouse y George Tizzard de Red Triangle Records, transforma la desfasada producción inicial en un pretendido rompepistas de pop-house que integra diferentes estilos. La intro es orquestal, a lo Mónica Naranjo, después el breakdown EDM remite a la primera Lady Gaga, y la canción incorpora acentos de castañuelas y guitarra española ideados por el valenciano Guillem Vila Borra, aunque estereotipados.
Esta semana, por otro lado, RTVE ha publicado la sesión de fotos oficial de Melody para Eurovisión 2025, inspirada en looks clásicos de esas divas que son Cher, Céline Dion y Madonna.
El interminable roll-out de ‘The Giver’ culmina hoy, al fin, con el lanzamiento del nuevo single de Chappell Roan, tan solo el segundo single de Roan en un año: sí, hace (casi) un año desde que el mundo escuchó ‘Good Luck, Babe!‘ por primera vez.
Roan estrenó ‘The Giver’ en directo el pasado mes de noviembre en Saturday Night Live. Desde entonces, Roan no se ha cansado de promocionar el lanzamiento de la canción, revelando imágenes en las que representa diferentes profesiones vinculadas a la cultura lésbica, como la abogada o la obrera.
El mensaje de ‘The Giver’ y su estribillo «yo me encargo» ha sido vinculado al comportamiento de los service top, ese tipo de personas dominantes que buscan ante todo el placer de su amante. Roan canta que le «sale natural» y que a ella solo le gusta «dar» y que la otra «reciba».
‘The Giver’, por supuesto, es una canción muy diferente a ‘Good Luck, Babe!’: Roan cambia los ritmos synth-pop por el fiddle y se marca un tema de country sin concesiones de ningún tipo, pero también muy ligero, divertido y camp: le va como anillo al dedo.
A pesar del sonido de ‘The Giver’, Roan ha confirmado que su próximo disco no abandonará el pop en absoluto, ni el estilo de su debut ‘The Rise and Fall of a Midwest Princess‘ (2023).
La reunión de Oasis también será una película documental. El título provisional es ‘Oasis Live ’25’, será producida por Steven Knight, creador de la serie ‘Peaky Blinders’, y estará dirigida por Dylan Southern y Will Lovelace, el dúo detrás de la película ‘Shut Up and Play The Hits’ (2012) de LCD Soundsystem.
Aunque no hay más noticias relacionadas con el proyecto, de Oasis siempre hay algo que hablar. Ayer, NME aseguraba que una «fuente cercana» al grupo les había revelado la alineación de la banda durante la gira, citando al bajista Andy Bell, los guitarristas Gem Archer y Paul ‘Bonehead’ Arthurs, y el batería Joey Waronker. Este último sería el único que nunca ha formado parte de Oasis, mientras que Bonehead se trata de uno de sus miembros fundadores.
No está claro si esta información es totalmente correcta, pero Liam Gallagher se ha tomado la filtración a pecho. «NME, decidme quién es la fuente que os sigue dando información sobre Oasis y os daré una entrevista exclusiva sobre la próxima gira. Puedes tenerla, pero ¿cuánto la quieres?», escribió en X referenciando la letra de ‘Supersonic’. Acto seguido, publicó un lineup formado exclusivamente por baterías.
NME tell me who your source pots are that keep giving you info about OASIS and I’ll give you an exclusive interview about up n coming OASIS tour you can have it all but how much do you want it LG x
It’s not the lineup reveal I’m bothered about I’ll reveal that to you in a minute I’m more bothered about the line where it says a source close to the band and tour that really causes me a great deal of concern LG x
Calequi y Las Panteras es una de las mejores bandas latinas actuales. Su disco de 2023, ‘Mezcla Rica’, es un dechado de ritmos alegres e instrumentación vibrante que no renuncia ni a la experimentación electrónica ni a las colaboraciones de estrellas como Jorge Drexler, Lido Pimienta o Xoel López. Canciones como ‘Ke lo Ke’ o ‘La Hora tica’ rebosan creatividad. Las doce canciones de ‘Mezcla Rica’ rinden homenaje a doce ciudades de América y su cultura musical, de ahí la riqueza sonora del álbum.
La conexión con Drexler es fundamental para entender la formación de Calequi y Las Panteras, pues su vocalista Javier Calequi es director artístico del uruguayo. El trío, integrado también por Lauri Revuelta y Luisa Corral, se pone las botas en ‘Mezcla Rica’ mezclando funk, afropop y ritmos caribeños o tropicales como la cumbia o la champeta, insuflando vida y color a trompetas, percusiones o sintetizadores. El título de ‘Mezcla Rica’ viene al disco que ni pintado.
No es ningún misterio que Calequi y Las Panteras se haya ganado una gran reputación como banda de directo, y sus conciertos tienen fama de ser divertidos y explosivos, exactamente com su música. En España, la gira de Calequi y Las Panteras de 2025 se desarrollará entre los meses de abril y mayo de la mano de Girando por Salas con fechas repartidas en Sevilla, Granada, A Coruña, Ponferrada, Cáceres, Zaragoza y Huesca. El último single de Calequi y Las Panteras, ajeno a su disco, ha sido el autotuneado ‘El Candombe de Marte’.
Gira de Calequi y Las Panteras 2025
Malandar Music Club, Sevilla (Sevilla) – 24 Abril 2025
Industrial Copera/ El Jardín, Granada (Granada) – 25 Abr 2025
GARUFA CLUB, A Coruña (A Coruña) – 30 Abr 2025
SALA H, Ponferrada (León) – 02 May 2025
EL CORRAL DE LAS CIGÜEÑAS, Cáceres (Cáceres) – 09 May 2025
ROCK & BLUES CAFE, Zaragoza (Zaragoza) – 16 May 2025
El Veintiuno, Huesca (Huesca) – 17 May 2025
ionnalee, el proyecto de la sueca Jonna Lee anteriormente conocido como iamamiwhoami, responsable uno de los primeros grandes virales de los 2010s, vuelve a España con dos conciertos que tendrán lugar en Madrid y Barcelona el próximo mes de octubre.
ionnalee celebrará con una gira de aniversario el lanzamiento, hace 10 años, de ‘blue’ (2014), uno de sus mejores y más aclamados trabajos. En España, la gira pasará por la sala MON de Madrid el 9 de octubre y por la sala Razzmatazz 2 de Barcelona el 10 de octubre. Las entradas se ponen a la venta el 18 de marzo a partir de las 10 horas.
Aunque la gira de ionnalee recuerda ‘blue’, ella ha seguido lanzando trabajos como el reciente ‘Close Your Eyes’, publicado en 2024, que de hecho es la secuela de ‘blue’. Su disco anterior, ‘Remember the Future‘, se remonta a 2019.
De todos los discos de las integrantes de BLACKPINK editados, el de Jennie es el mejor de todos. ‘Ruby’ es el disco vinculado a BLACKPINK hecho con más mimo y con menos prisa. Al menos, eso parece. Aunque se echa en falta ‘Ruby’ un mejor sentido narrativo y de coherencia interna, su calidad lo convierte en uno de los mejores discos de k-pop de la historia.
La trampa, claro, está en que en ‘Ruby’ están metidos decenas de compositores de todas partes del mundo, principalmente anglosajones (Tayla Parx, Amy Allen, Claudia Valentina, Diplo), pero también franceses (Vincent Fenton), daneses (Jonas Jeberg), alemanes (Bülow) o españoles: El Guincho produce ‘Mantra’, el saltarín single principal; la tarragonesa Carly Gibert co-escribe el segundo single, ‘Love Hangover’, con el pan sin sal de Dominic Fike en el papel de invitado.
Hasta los samples utilizados en ‘Ruby’ no son tan obvios como esperas: en el simpático hip-hop de ‘With the IE (Way Up)’, Jennie Kim entrega su propio «Jennie from the Block»… pero lo hace sampleando la misma canción que vertebraba el éxito de 2002 de Jennifer Lopez, ‘Hijack’ (1975) de Enoch Light, escrita, por cierto, por el madrileño Fernando Arbex. Sí, el de Los Brincos.
Este «melting pot» de colaboradores se somete al versátil talento de Jennie -que también ha actuado en ‘The Idol’- para elaborar un disco de pop muy ameno y bien producido que conserva el buen gusto hasta cuando copia sin mayor misterio el estilo de SZA en ‘Start a War’, o cuando echa mano de artistas invitados de la talla de Dua Lipa (la también SZA-esca ‘Handlebars‘), Kali Uchis y Childish Gambino (‘Damn Right’) o Doechii, que eleva ‘ExtraL‘ gracias a su carisma.
El disco de Jennie se diferencia del de sus compañeras por su interés en el R&B, de la misma manera que a Rosé le gusta la balada tipo Selena Gomez, a Lisa el urban-pop maximalista y a Jisoo el pop tipo Katy Perry. En ‘Ruby’ funcionan mejor precisamente las producciones que se empapan de R&B contemporáneo, como ‘Handlebars’ o ‘Damn Right’, que las que experimentan con el funk brasileño (‘Like Jennie’) o el hip-hop sedado de Rihanna (‘Zen’).
Los estilos de ‘Ruby’ parecen tirados sobre la mesa como dados, lo cual consigue que el álbum no suene todo lo coherente que debería. Tras la intro, una de las mejores del año en el mundo del pop, los diferentes sonidos de ‘Ruby’ se van sucediendo sin que las producciones compartan un tejido sonoro que las una mínimamente, ni el orden de la secuencia tenga demasiado sentido.
Jennie, como Lisa, también tira de la idea del «alter ego» para vendernos la moto de una supuesta coherencia artística. No obstante, ‘Ruby’ es una palabra personal para ella, pues es el nombre del segundo yo que se inventó cuando vivía en Nueva Zelanda de pequeña. Le inspiró una obra de Shakespeare, ‘Como gustéis’, de ahí que la portada de ‘Ruby’ señale al mundo del teatro.
Aunque falto de mayor cohesión entre las 15 canciones del disco, que no son pocas, Jennie puede presumir de entregar un debut que, aún incluyendo pistas flojas como ‘F.T.S.’ o ‘Seoul City’, mantiene un nivel digno en su tramo final con la mutante ‘Starlight’ y la balada de cierre, ‘Twin’. ¿Hasta las baladas se le dan bien a Jennie from the Block? Parece que sí.
‘Reboot’ es, al fin, más de un año después de Operación Triunfo, el gran proyecto ideado por Paul Thin. El concursante más sui generis de la última edición, el más alternativo y underground, rehúye de hits (no termino de ver si involuntariamente), para ofrecer una historia sobre un futuro distópico en el que la sociedad se rompe. Un futuro, sí, demasiado cercano.
También ‘Reboot’ es una excusa para que el artista canalice sus traumas adolescentes y su necesidad de aceptación de los demás. Muy loco como concepto y en estilos, se compone de detalles y más detalles que Paul Thin desgrana, incansable, durante más de media hora de conversación.
Los referentes salen de su boca con muchísima ilusión, sin descanso, ni tiempo para que a la IA le dé tiempo a transcribir todos con propiedad. Esta entrevista se publica con unos días de retraso, por eso. De hecho, no sé si de haber esperado a pillar cada uno de los videojuegos, cómics, directores de cine, series o artistas referenciados en este rato, en diferentes idiomas, habríais leído esta entrevista jamás.
Paul Thin actúa hoy jueves 13 de marzo y mañana viernes en Madrid, el 28 de marzo en Zaragoza, el 3 de abril en Málaga, el 4 de abril en Sevilla, el 10 de abril en Pamplona, el 11 de abril en Valladolid y un largo etcétera que puedes consultar en su web.
Háblame del concepto del disco, que tiene intro, interludios…
‘Reboot’ se inspira en un futuro cercano en el que se ha descubierto una forma de devolver a la gente a la vida. Cuando la persona está a punto de morir o acaba de morir, se puede traspasar esa información de su cerebro a un chip. Todas las canciones son recuerdos y emociones que se van traspasando del cerebro al chip. Lo que pasa es que hay cosas que no se han traspasado del todo bien y por eso las canciones se van volviendo un poquito más raras y más locas según va pasando el álbum.
¿Por qué era para ti importante hacer algo conceptual?
Más que cantante o cualquier otra cosa, yo me declararía «narrador». Desde niño lo más importante para mí ha sido contar historias. Veía una serie, veía una película y decía: «Me quiero hacer médico». ¿Por qué? Porque había una serie de médicos. «Me quiero hacer policía». Porque veía una película de policías. Con 13 o 14 años me di cuenta de que no quería hacer tantas cosas, sino vivir lo que ocurría en las películas, creando. He estudiado narración desde pequeño y he visto que la música era un medio genial para contar historias introspectivas y en primera persona. Viendo el momento en el que estaba, decidí crear un universo «transmedia» con elementos de ficción.
Se nota que te gusta la ciencia ficción. ¿Qué películas o series te han marcado desde pequeño?
De todo… En este disco donde más me he visto es en ‘Blade Runner’, ‘Akira’, en videojuegos como ‘Cyberpunk 2077’… pero también obras muy humanistas como ‘BoJack Horseman’, ‘Inside’… También he estudiado mucho bandas sonoras de Vangelis para generar ambientes… Y a la hora de cómo contar mis propias experiencias, ha habido mucho de ‘El club de los Poetas Muertos’, de Spike Lee…
Me hace ilusión que alguien tan joven tenga tantas referencias, ¿pero no te daba un poco de miedo hacer una cosa súper pretenciosa, algo muy recargado?
Sí había un poco de miedo de pasarnos, parte del trabajo fue centrarnos en que los detalles fuesen eso, detalles. Meterlos de forma muy sutil para que las cosas estén en su medida. Muchas veces se dice «quien mucho barca, poco aprieta» y estoy totalmente de acuerdo. Me he dado cuenta de que yo no sería un gran director de fotografía ni de videojuegos. Lo mío no es la programación sino crear la narrativa. Me fijo en grandes autores como Sean Baker, que acaba de ganar 4 Oscar en una sola noche, para saber cuánto tiene que estar y hasta qué punto, para que no sea abrumador.
¿Las historias las cuentas más bien con las letras o con todos estos cambios de producción, que contienen las canciones?
Con todo. Con la ambientación sonora quería que la gente pudiera cerrar los ojos e imaginarse en el escenario físico donde ocurren las canciones. Es algo que hacía desde el principio, con ‘La camarera’, el decir «estoy en este sitio concreto». Con 18 años tenía mucho más esta cosa de «No hay que contar, hay que mostrar». Ahora, en ‘Descanso’ están las campanas de la iglesia, la abuela, el niño hablando con un cura, aunque no se dice que es un cura… En todas las canciones intentamos jugar. Me gusta mucho jugar con la ironía dramática, generar la idea de cómo funciona una cabeza cuando no está en su mejor momento, cuando está llena de voces que están locas, por así decirlo, cuando no se encuentra a sí misma. ‘Fiebre del Oro’ es una canción romántica, pero quería hacerla desde un punto de vista real y costumbrista. No todo tiene que ser dramático e intenso, sino que hay una parte divertida también en el amor y por eso al final hay un beat de reggaeton. De un vals «te quiero mucho, te amo, no sé qué», al momento cama, que es una cosa normal de una relación.
«La sociedad se está rompiendo, y por eso las producciones empiezan a romperse cada vez más en el álbum, suenan tan saturadas, tan rotas»
‘Tuyo’ es un reguetón apocalíptico, en un momento, pero en el disco hay mil cosas… ¿Buscabas eso, un escenario apocalíptico?
La idea es seguir contando más cosas de este universo, más adelante, pero todo nace como un principio de futuro apocalíptico. Estamos acostumbrados a ver el futuro como ‘Blade Runner’ o ‘Cyberpunk 2077’. Yo quería hacer el disco desde ese punto de vista en el que la sociedad está empezando a romperse y por eso es que las producciones empiezan a romperse cada vez más en el álbum, suenan tan saturadas, suenan tan rotas. Por eso la voz se va distorsionando por momentos. La suciedad es por ese futuro que nadie quiere que llegue.
¿Tú crees que nuestra sociedad, la verdadera, la de nuestro día a día, se está rompiendo también?
Estamos en un punto bastante complejo. Estamos en una época muy radical a nivel social, pero no creo que la sociedad se rompa a menos que la sociedad deje que se rompa. La historia es cíclica, la historia se repite, eso está claro, pero igual que se repiten los males, se repiten los bienes. La gente acaba demostrando que es capaz de levantarse. Y yo confío: prefiero ser optimista y pensar que estas cosas que cuento en mis historias no van a suceder.
Aunque estás hablando de un futuro imaginado, hablas de Twitter para mal, o de «no echar para adelante ni en terapia», en ‘Quién’. ¿Esto es la realidad de ahora, no?
Sí, es como un futuro cercano. Pero hay recuerdos personales y emociones. Por eso cada canción no es tan, tan conceptual o robótica.
Pero ¿cuánto hay de ti aquí?
Muchísimo.
Aquí hay una historia tristísima. Me pongo triste escuchando letras de este disco.
‘Reboot’ coge las partes un poquito más complicadas de mi vida. Hitchcock siempre decía que el cine es como la vida, pero sin las partes aburridas. ‘Reboot’ es como mi vida, pero si las partes felices (risas) Es verdad que tiene un halo oscuro, pero es lo que más resonaba en el momento que estaba escribiendo el disco.
«Hitchcock siempre decía que el cine es como la vida, pero sin las partes aburridas. ‘Reboot’ es como mi vida, pero si las partes felices»
En ‘Descanso’ cuando dices lo de que la abuela tiene con quién hablar y tú no, me da mucha pena. O en ‘Fiebre del Oro’ lo de que la suerte no te sonreía… Dan ganas de dar un abrazo a esa persona… ¿Te ha sonreído la suerte?
(risas) Sí, la suerte me ha acabado sonriendo, estoy feliz. Pero sí es verdad que mi infancia no es que fuesen las cosas más sencillas del mundo y eso es lo que me ha llevado a escribir este álbum, que igual no es la cosa más feliz del universo.
¿Qué te pasó en la adolescencia?
Tuve que convivir con el acoso escolar, con la idea de que no era una persona tan respetable como los demás, que no me merecía lo mismo que otra gente, que igual no me merecía estar en relaciones, o tener amigos. Al final, con los años, todo acaba llegando. Pero son cosas que se quedan dentro de ti, poco a poco vas curándote, te ayudas de la gente que tienes cercana a ti, tus amigos, tu familia. Con muchas sesiones de terapia, acabas saliendo, y al final, el álbum también ha sido casi que terapia para hacer un «reinicio» de dilemas que yo había tenido. «Vamos a dejarlos aquí, vamos a reiniciar y vamos a seguir adelante sin tener que caer tanto en el pasado».
«Tuve que convivir con el acoso escolar, con la idea de que no era una persona tan respetable como los demás, que no me merecía lo mismo que otra gente, que igual no me merecía estar en relaciones, o tener amigos»
¿Crees que en los institutos el acoso escolar ha ido a mejor a lo largo de los años, desde mis tiempos, que no se hablaba de nada ni de la gente LGTB a ahora, que la gente está sensibilizada pero radicalizada?
No sé cómo está el tema actualmente. Mi hermana terminó en el instituto hace un par de años. Supuestamente, los niños crecen con un poquito más de consciencia. Pero claramente sigue habiendo una radicalización para los niños, entre lo que está bien y lo que está mal, una cosa que viene desde casa. A la gente se le olvida que los niños están en constante aprendizaje y cuando tú les das un dogma, cuando eres tan estricto en tu visión del bien y el mal, un niño no lo va a entender bien.
Gran parte de una terapia puede ser desaprender que no todo es bien o mal [Ver podcast con Belén Aguilera] El descubrimiento de que hay grises y cosas en medio es súper importante, ¿no?
Sobre todo, porque es verdad que hay dogmas y dogmas. Ahora mismo el acoso escolar es menos físico, pero eso no lo hace mejor tampoco. Muchas cosas de los colegios se ven como «cosas de niños». Como que simplemente se están riendo todos juntos. ‘Mi corazón’ va de decirle a un profesor: «Oye, tú estás aquí, no son cosas de niños, se están riendo unos, pero hay otro que claramente no se está riendo». El profesor dice: «Yo no tengo por qué… Tenéis que venir educados de casa». Si es un profesor de universidad, lo entiendo, tienen 18 años, deberían estar más que cuidados, como para llegar y tener dos dedos de frente, pero cuando eres profesor de escuela o profesor de instituto, eres tan influyente en la vida de los niños como sus padres realmente. Es una figura fuerte de cómo ha de ser un adulto.
Hablando de salud mental, ¿este disco solamente puede ser consecuencia de alguien que ha pasado por un programa tan monstruoso como Operación Triunfo? Porque se perciben taras de alguien que ha estado en el ojo público de manera muy jevi.
El concepto de tratar la depresión y la ansiedad, ese paso de la adolescencia a la adultez, lo tenía ya antes del programa. Sí es cierto que hay canciones como ‘Quién’, que no hubiesen existido si no fuese por ese paso de cero a cien. O ‘El diablo se viste de mí’. Canciones que se hacen muchas preguntas sobre estar completamente en el ojo público y en la industria musical, que está todo el rato pidiendo de ti cosas que no son las que te gustaría que te pidiesen. Pero por lo demás, sí creo que es un álbum que hubiese ocurrido aunque no hubiese estado en OT.
En esta canción del «Diablo» hablas de adicción y tentación, que yo creo que son dos conceptos que están en el disco bastante claros. ¿A qué te refieres?
Me refiero a la adicción al trabajo, es mi mayor adicción. Tengo la suerte de no tener otras adicciones. Igual al móvil (risas) Cuando no tienes una rutina, cuando no tienes un trabajo de 8 a 3, y tienes una adicción fuerte a tu trabajo, de repente, conviertes toda tu vida en tu trabajo. Sí es verdad que en el arte, al final tu trabajo eres tú mismo, y acabas siendo adicto a que todo lo que pasa en tu vida, que deja de ser vida y pasa a ser parte de lo laboral. Cualquier cosa que escuchas, las películas que ves, todo es estudiar, todo es investigar, todo es trabajar, y lo llevo dentro desde muy pequeño. En mi adolescencia no me gustaba vivir en el presente, siempre pensaba que el futuro sería mejor. ¿Qué pasa? Ahora de repente estamos en ese futuro y ahora todas esas cosas que decía que iba a hacer en el futuro, me toca hacerlas…
¿Y las tentaciones?
Por ser grande, por tener un nombre. Va de la mano con la adicción… Igual soy consciente de que lo que está pasando por mi cabeza y voy a hacer, igual no está bien para mí. La tentación de ser alguien es más grande que mi salud.
Hay un montón de canciones que tienen un montón de estilos, pasando del urbano al reguetón, cuerdas, de repente una parte coral, de repente algo de copla o incluso flamenco. ¿Qué me puedes contar de la producción del disco?
Todo el mundo me dice que lo hemos trabajado al revés. Generalmente se hacen las canciones y a partir de ahí le buscas un conductor. Pero en este caso fue lo contrario. Con ‘Descanso’ yo quería hacer una canción sobre agarrarse a la fe. Es complicado adentrarte en la religión y hablar desde el punto de vista de una persona que no cree, pero «ojalá poder». Y a partir de ahí, pensar una idea, el ambiente.
‘Quién’ tenía que ser el clímax, la canción más loca del álbum, porque era la última canción antes del «reinicio», cuando ya mi cabeza se está volviendo loca, convirtiéndome ya en Paul. Tenía que ser con sonidos mucho más metálicos, mucho más rotos, mucho más distorsionados. Además, que sea una canción que no tenga sentido al escucharla, que se note esa ruptura en cuanto hay tres actos claros en la canción.
Respecto a ‘Volverás a llamar’, yo venía de ‘Dónde’, una canción en la que decía «es imposible amar». ‘Fiebre del oro’ hace todo ese camino: estaba claro que el álbum tenía que seguir una cronología, un recorrido, en cuanto a las canciones de amor. De «¿Dónde está el amor?» que no es que lo haya perdido, es que nunca fue mi voz, a ‘No es la mía’, que es conocer a una persona, pero no sé hasta qué punto voy a ser capaz de dar lo que antes no he sido capaz de hacer. Y ‘Volverás a llamar’ es decir «Creo que estoy preparado, me vas a dar esta oportunidad llamando de nuevo» y por eso retoma el concepto de ‘Dónde’ y al final de «Volverás» vuelve el jersey (club), que solo está ahí porque es lo que hacía en ‘Dónde’. Y vuelvo al concepto de dónde estaba el amor. Y se va como encontrando. Todo venía, como digo, desde las ideas y a partir de ahí crear.
En los interludios quería hacer referencias a bandas sonoras como Vangelis, como Hans Zimmer. En ‘Ética’, uno de los interludios, queríamos hacer un tictac para hacer ver que está pasando el tiempo, pero no que fuera un básico. Nos inspiramos en ‘Interstellar’, cuando están en el planeta del agua, que va sonando un reloj que se va acelerando cada vez porque el tiempo pasa más rápido en ese sitio. Estuvimos horas buscando el sonido exacto en millones de bibliotecas, no lo encontramos. Un día estábamos tan densos componiendo que nos pusimos a hacer el tonto en el estudio con instrumentos de percusión, en mitad de octubre, cantando villancicos… De repente salí del estudio, di con un clavo y con una cosita de plástico salió el sonido que buscábamos. Ha sido un proyecto de volvernos locos, de jugar, muy denso de hacer, porque no hemos tenido mucho tiempo de prepararlo. Lo hemos en 4 meses, son sesiones que no eran de 6 horas, sino igual de 10, 11, 12 horas.
«Es importante no tener miedo a «Es que esto no va a ser un hit». Más bien es «vamos a hacer nosotros que sea un hit a base de que a nosotros nos guste»»
¿Y cómo has escogido con quién producías?
Yo ya trabajé con Kiddo y Gio en ‘Alondra’ y estuve muy cómodo. Kiddo tiene una visión muy americana del hip hop y del trap. Así que le quería en ‘Vértigo’ desde el minuto cero. Y a Gio en ‘Tuyo’. Con Enry hice varias canciones desde el principio. Y Lex fue de las primeras personas que conocí a nivel de producción al salir de la Academia: con él ya hice todo el show de ‘Spawnpoint’, los interludios, la producción de ‘Punto de partida’, la producción de ‘Me quedaré’. Es importante que si tengo una idea loca, que me digan: «sé más loco aún». No tener miedo a «Es que esto no va a ser un hit», sino «vamos a hacer nosotros que sea un hit a base de que a nosotros nos guste». Y eso ha sido todo. Me gusta que él tenía una locura y yo otra, sin miedo a no estar haciendo las cosas bien, sino «vamos a crear, a crear, a crear y que sea lo que tenga que ser». Al final, tenemos una relación de amistad.
¿Y tú crees que al final aquí hay hit o no hay hit?
Yo sinceramente creo que los hay. Creo que es un álbum en el que podía haber sido single prácticamente cada canción. De verdad lo creo. Y no porque sean más comerciales. Es que no se han hecho 60 canciones, sino que se han hecho 14 tracks. Si algo no nos llamaba la atención el primer día es porque había que cortar y pasar a lo siguiente. Al haber estado tan centrados en canciones concretas, creo que ha dado espacio a cambiar cosas, a que las cosas crezcan. Igual no hay hit en cuanto a números, pero sí creo que las canciones favoritas van a ser distintas para cada persona. Los tops de la gente van a ser muy distintos.