Rihanna se ha convertido en billonaria, lo que significa que es la cantante femenina más rica del mundo y la segunda mujer más rica de la industria del entretenimiento solo por detrás de Oprah Winfrey. La autora de ‘Bitch Better Have My Money’ se una así a un selecto club de músicos billonarios del que forman parte Jay-Z, Kanye West o Andrew Lloyd Webber, entre otros.
Así lo ha comunicado Forbes esta semana en un artículo en el que detalla que la fortuna de Rihanna se estima en cerca de 2 mil millones de dólares. Por supuesto, la música no le ha llevado hasta aquí. La mayor parte de esta cifra pertenece al valor de su empresa de cosmética Fenty Beauty (1,4 mil millones), mientras 270 millones de dólares pertenecen a su también exitosa empresa de ropa interior, Savage x Fenty, y el resto a su trabajo en la música y el cine.
En 2017, un año después de lanzar su último álbum hasta la fecha, ‘Anti‘, Rihanna estrenó su marca de cosmética ‘Fenty Beauty’, que se llegaba a presentar en España con Rihanna de cuerpo presente y que ha sido un enorme éxito en todo el mundo gracias a su filosofía inclusiva y a su variedad de tonos para la piel. Rihanna posee el 50% de Fenty Beauty junto con el conglomerado de productos de lujo LVMH, liderado por otra de las personas más ricas del planeta, Bernard Arnault.
Volviendo a lo que nos interesa, la música, ya hay quien ha advertido que Rihanna tiene un single con dos raperos de enorme fortuna mencionados arriba, Jay-Z y Kanye West. «Esta puede ser la primera vez que tres billonarios aparecen juntos en una canción». La canción en cuestión es ‘Run this Town’, que fue un gran éxito en el año 2009. En cuanto a música nueva de Rihanna, la artista fue vista recientemente rodando un videoclip con A$AP Rocky, mientras su disco de reggae sigue en el horno.
Olivia Dean es otra de esas cantantes que han estudiado en el famosísimo y selecto BRIT School de Londres, por donde han pasado artistas como Adele, Amy Winehouse o FKA twigs, y que pueden petarlo de la noche a la mañana con el single adecuado publicado en el momento más oportuno. Su último EP’, ‘Growth’, que ha venido presentado por el single ‘Be My Own Boyfriend’, salió el viernes pasado.
La joven cantante y compositora de Walthamstow se dio a conocer en 2018 con su single de debut, el neo-soul de ‘Reason to Stay’ y, desde entonces, se ha asociado a la multinacional Universal y sus singles han obtenido millones de reproducciones en las plataformas de streaming. Sus canciones están apegadas a un tipo de pop-soul que suele triunfar en Reino Unido, pues ‘Echo’ podría ser de Paloma Faith, pero otras como ‘OK Love You Bye’ acusan una evidente influencia del funk y ‘What Am I Gonna Do on Sundays?’ del pop de los años 60 con un toque de trip-hop, mientras ‘Slowly’ es una balada intimista al piano.
La música pop de los 60 inspira especialmente a Olivia, que crece escuchando no solo a Amy Winehouse sino también a la música de Al Green o Aretha Franklin. El sonido Motown es, de hecho, la principal influencia de ‘The Hardest Part’, hasta ahora su mayor éxito hasta la fecha, y esa influencia se plasma también en su videoclip, en el que Olivia y sus coristas interpretan la canción en un típico plató de la época. ‘The Hardest Part’, hoy la Canción Del Día, habla sobre superar una ruptura: «ahora soy una persona que no conocerías, tuviste oportunidad de amarla pero ya no».
Otras canciones de Olivia se nutren de los 60 pero desde una perspectiva más adelantada a esa época, pues ‘Be My Own Boyfriend’ busca el elemento «cheesy» y recubierto de purpurina de los 80. Inspirada por su madre, que forma parte del Partido por la Igualdad de las Mujeres de Reino Unido, Olivia Dean deja en ‘Be My Own Boyfriend’ un mensaje abiertamente feminista y empoderado que aboga por el amor propio: «ya no puedo más, no quiero participar en esto, soy mucho mejor que todos estos hombres, nadie me puede amar a mí como lo hago yo».
La música de Olivia puede hacerse un hueco en un panorama musical no tan poblado por artistas que presentan un sonido marcadamente retro y «british». Sin que Adele se dedica a sacar disco y con la mencionada Paloma en horas bajas, y lo mismo se puede decir de Sam Smith, solo Celeste parece haber cogido el testigo de este sonido. Y Olivia tiene promesa de sobra para dar que hablar en los próximos meses.
Alison Darwin es un grupo de pop-rock de Barcelona compuesto por Laura (cantante y guitarrista), Aleix (bajista) y Josep (batería y corista). Este año, el trío ha lanzado su primer disco oficial ‘Ficción y realidad’ a través de Atomic Records, y tras darse a conocer en los últimos tiempos con un par de epés compuestos por temas interpretados en inglés, ‘Find Your Freedom’ (2019) y ‘Meaningless Sounds’ (2020).
Fundado por Laura y Aleix, que previamente tocaban en otras bandas, el grupo se convirtió en lo que es hoy cuando estos conocieron a Josep en un open mic acústico. Sus gustos musicales compartidos hicieron el resto y no hay que ser lince para darse cuenta de que la música anglosajona influye a la banda: desde su mismo nombre hasta el hecho de que su primer material estuviera cantado en inglés, queda claro que el pop-rock americano y británico forma la base de sus canciones.
El trío cita entre sus influencias a Muse, Radiohead o Twenty One Pilots y también a Vetusta Morla, Zahara, Paco de Lucía, Anni B Sweet, Daft Punk o Love of Lesbian, pero la música de Alison Darwin y, en especial, la de ‘Ficción y realidad’ no es en absoluto ese mejunje de estilos impenetrable que manda en el siglo XXI. Voz, guitarra, bajo y batería componen el esqueleto de unas canciones que no tienen miedo a sonar lo más melódicas posible y que, como las de sus compañeros Plan Marmota en la comunidad musical Acqustic, parecen hechas en realidad para sonar en las emisoras comerciales.
Es posible percibir algún toque garajero en pistas como ‘Conspiranoia’, mientras la trotona ‘Monos de feria’ sí nos lleva a alguna verbena de Estados Unidos y las guitarras de la balada ‘Miradas afiladas’ recuerdan a Muse o similares. Pero la melodía de ‘Todo se derrumba’ es heroica como las de Vetusta Morla y los guitarreros singles de ‘Ficción y realidad’ apuntan a un pop-rock bastante noventero en el sentido comercial del término, especialmente ‘Gravedad’ pero también ‘Danza macabra’.
Cuando aún estamos digiriendo el nuevo álbum de Billie Eilish, el Disco de la Semana en estas páginas, su hermano y productor FINNEAS anuncia que su primer disco oficial verá la luz el 15 de octubre bajo el título de ‘Optimist’. El tracklist incluye el single ‘What They’ll Say About Us’ (parece que FINNEAS finalmente sí ha decidido incluirlo) y un nuevo single de título rabiosamente actual.
‘A Concert Six Months From Now’ es una canción de amor situada en el contexto de la pandemia. FINNEAS busca volver con su ex y se le ocurre llevarla a un concierto aunque esté a seis meses vista: «tu banda favorita vuelve a la carretera, y este otoño tocan en el Hollywood bowl, ya he comprado dos entradas para su concierto, supongo que soy un optimista».
El resto de la grabación da vueltas sobre la idea de ese reencuentro romántico que no deja a FINNEAS dormir por las noches. El artista reflexiona que «nunca se nos dio bien ser amigos» y anticipa el día en que él y su persona amada vuelvan «porque estoy harto de ser tu ex». Al final le propone: «¿te puedo llevar a un concierto a seis meses vista?»
Si la historia de ‘A Concert Six Months From Now’ es, en realidad, de las clásicas, hasta el punto de estar compuesta en un sentido circular, su sonido se debate entre el pop de cantautor de los años 70 y el pop-rock de toda la vida. No hay señales del ambicioso productor que trabaja con Billie Eilish, más bien el de un artista que prefiere permanecer a un lado, aunque el nuevo vídeo de James Blake lo retrate de manera contraria.
01 A Concert Six Months From Now
02 The Kids Are All Dying
03 Happy Now
04 Only a Lifetime
05 The 90s
06 Love Is Pain
07 Peaches Etude
08 Hurt Locker
09 Medieval
10 Someone Else’s Star
11 Around My Neck
12 What They’ll Say About Us
13 How It Ends
Si algo bueno ha sacado la gente de la pandemia es tiempo para explorar hobbies olvidados o crear. ‘Happier than Ever’, el segundo disco de Billie Eilish, no tendría que haber llegado a nuestras manos tan pronto: Billie se enfrentaba a una macrogira mundial a principios de 2020 cuando el mundo se paró. Confinados a la fuerza, como todo el mundo, ella y su hermano FINNEAS se pusieron a escribir sin parar y de ese brote de inspiración nacieron las canciones de este trabajo, que nos presenta a una nueva Billie ya en julio de 2020, cuando es lanzada ‘my future‘, exactamente un año antes.
El neo-soul de ‘my future’ contrasta con los sonidos macabros del debut de Billie, un trabajo oscuro y tétrico sobre las pesadillas y las parálisis del sueño -entre otras cosas- cuyo sonido quizá no daba para más en una segunda entrega. En ‘Happier than Ever’, Billie expone un mundo igual de turbio que el del anterior pero desde una estética más amable y soft, más engañosa y espeluznante, inspirada en el glamour del Hollywood clásico. En la portada anuncia que es más «feliz que nunca» pero aparece llorando y las imágenes promocionales la muestran como una especie de ídolo adolescente de los años 50 con la mirada muerta. En ‘Happier than Ever’ se dan este tipo de contrastes varias veces a lo largo de la secuencia, empezando por el tema titular.
‘Happier than Ever’ empieza como una balada cuqui al ukulele, pero en realidad nos habla de una relación tóxica desde el punto de vista de una chica dolida que sentencia: «no me identifico contigo, yo nunca me trataría a mí misma de una manera tan asquerosa». El tema, como ya sabe todo el mundo, evoluciona hacia una segunda mitad rockera, pero si esta sorprende no es por su mera existencia -aunque también- sino por el nivel de distorsión que Billie y FINNEAS se muestran dispuestos a alcanzar en ella. Les da absolutamente igual asustar al personal porque de lo cuqui pasamos a un noise-rock que ríete tú Low o similares. No tantas veces se escuchan canciones de este tipo en el segundo disco de una persona tan joven como Billie, que tiene 19 años, pero la artista ya ha demostrado que la madurez le viene de serie.
Esta misma madurez sostiene unas canciones que cautivan por lo introspectivo de sus letras tanto como por lo arriesgado de sus producciones. En ‘Happier than Ever’, Billie canta sobre «hacerse mayor» bajo los focos desde varios puntos de vista, por ejemplo, desde la gratitud en la hipnótica pista de apertura, ‘Getting Older’, que juega con el contraste entre la densidad de su base tipo «wobble» con el hilillo de voz de Billie, tan cercano como un secreto, y en la que nos deja una de las frases del año («las cosas que antes disfrutaba ahora solo me mantienen empleada»); pero también desde el hastío en ‘OverHeated’, una producción de R&B alternativo que suena en realidad como un intento por replicar la magia del ‘Futuresexx/LoveSounds’ de Justin Timberlake sin demasiado éxito.
Un detalle que impide a ‘Happier than Ever’ ser esa gran obra que podría haber sido es su secuencia. El álbum arranca con un verdadero trío de ases como son la mencionada ‘Getting Older’, la macarra ‘I Didn’t Change My Number’, cuya contundente producción hip-hop suena como la Amy Winehouse de ‘Frank’ producida por Björk, y la anhelante ‘Billie Bossa Nova‘, todo un ejercicio de melancolía y sensualidad inédito en la discografía de Billie. Sin embargo, la inclusión en ‘Happier than Ever’ de singles previos como ‘my future’ o, sobre todo, ‘Therefore I Am‘, que suena demasiado a la «antigua Billie», lastran un trabajo cuya secuencia podría haber sido más estilizada y cohesiva. ‘Oxytocin’ es un trallazo pero su espíritu tecno suena un poco forzado (el tema ha sido escrito específicamente para el directo); la balada ‘Everybody Dies’ no es la más conseguida pese a hablar sobre lo reconfortante de la muerte y el interludio de ‘Not My Responsibility’ funciona mejor en el contexto de una gira que en la de este disco: es puro relleno.
En el resto del álbum, Billie intenta unificar unas canciones bastante distintas entre sí. A veces lo consigue y otras no. Nadie diría que el funk minimalista de ‘Lost Cause‘, todo un «grower» que se crece escuchado bajo el calor del sol, con esa voz mezclada lo más cerca posible de tus oídos; y la estampida dark-pop de ‘NDA‘ pertenecen al mismo disco, pero lo hacen, y aunque son dos canciones excelentes, parecen de su madre y de su padre. Más integrada suenan las baladas o medios tiempos: ‘GOLDWING’ empieza recitando con voces angelicales un texto religioso hindú para después irse por donde le da la gana; la preciosa ‘Halley’s Comet’ presenta un sonido de soul romántico pero perturbado que Billie haría bien en explorar en el futuro; y la folki ‘Your Power‘ es la balada más madura que ha escrito.
Acompañada por poco más que una guitarra acústica, ‘Your Power’ nos vuelve a hablar de una relación tóxica. Billie cuenta su experiencia con un chico que «ha abusado de su poder», pero el texto no es autobiográfico y busca que su mensaje sea universal. Gracias a su serena y conmovedora melodía, ‘Your Power’ cala hondo, y Billie cierra el álbum con un corte similar llamado ‘Male Fantasy’ en el que cuestiona el rol de la pornografía en la sexualidad masculina desde el humor, apelando a la terapia. Entre los temas tratados en ‘Happier than Ever’ y sus aventuradas producciones queda claro que el segundo disco de Billie Eilish está hecho para callar bocas, pero sigue sin ser del todo redondo debido a que su secuencia es larga de más. En ese sentido, el debut estaba mejor realizado. Eso sí, como Billie, pocas artistas existen a día de hoy. Es indecible lo que puede ser capaz de hacer en el «futuro» y este disco lo demuestra.
El cantante californiano Ty Segall ha lanzado un nuevo álbum sorpresa, ‘Harmonizer’, grabado en los Harmonizer Studios del propio Segall en Topanga, California, y con la mezcla y coproducción de Cooper Crain.
Salió hace tan solo un día y es el primer LP del artista desde que publicara en 2019 ‘First Date’, curiosamente también en el mes de agosto. «Lo que pasa con las puertas cerradas es que necesitan abrirse de nuevo, pase lo que pase (…). Esa es la esencia de ‘Harmonizer'». Así se describe este nuevo proyecto según un comunicado de prensa del álbum.
‘Harmonizer’ se ha lanzado a través de plataformas en streaming como Spotify, el formato físico estará disponible a partir del próximo mes de octubre mediante la compañía discográfica independiente Drag City. El LP cuenta con la voz de la esposa de Segall, Denée Segall, en una de sus pistas, ‘Feel Good, quien también contribuyó con la letra y con la carátula del álbum. También cuenta con la colaboración de los miembros de The Freedom Band (el bajista Mikal Cronin, el baterista y percusionista Charles Moothart, el guitarrista Emmet Kelly y el pianista Ben Boye).
The Weeknd no se ha ido de vacaciones después de arrasar con ‘Blinding Lights’, la canción más exitosa de 2020; o últimamente con ‘Save Your Tears’ y ha confirmado que tiene listo un nuevo álbum que debería ver la luz en los próximos meses. «¿Qué creéis que he estado haciendo todo este tiempo?», tuiteó recientemente, para después aclarar: «es una obra completa». En Twitter, Abel Tesfaye no se ha cansado de repetir o retuitear en las últimas semanas la frase «THE DAWN IS COMING», de lo que se deduce que el nuevo disco de Abel Tesfaye llevará por título ‘The Dawn’ y que que será una continuación directa de ‘After Hours‘. De la madrugada pasamos al alba.
Finalmente, The Weeknd ha confirmado que su nuevo single ‘Take My Breath’ sale este viernes 6 de agosto, parece que con las Olimpiadas de Tokio como telón de fondo. Antes compartía un generoso adelanto de 1 minuto y 40 minutos de duración que daba una idea más que amplia de por dónde irán los tiros esta vez, que, en este caso, apuntan a los arpeggios clásicos de Giorgio Moroder pero también a los ritmos electrónicos de Justice o sus colaboradores Daft Punk. El avance suena igual de uptempo que ‘Blinding Lights’ pero más contundente y discotequero. Incluso deja cierto regusto a los Chemical Brothers.
En una entrevista con GQ se dan detalles sobre la nueva música que prepara The Weeknd. Según la revista suena discotequera, bailable, presenta un «rollo disco pero no anacrónico» y lo describe como una mezcla entre «Quincy Jones, Giorgio Moroder y la mejor puta fiesta a la que has ido en tu vida». Tesfaye ha dicho que el disco que está a punto de sacar es el que «siempre ha querido hacer».
Sin que se conozcan más detalles sobre este nuevo trabajo de The Weeknd, parece que Oneohtrix Point Never vuelve a estar involucrado en el proyecto, como dejó entrever el canadiense cuando publicó una foto de Daniel Lopatin en sus stories. No es descabellado pensar que Max Martin también ha vuelto a trabajar con The Weeknd después de producir los mayores éxitos de ‘After Hours’.
Dado que la gira de The Weeknd no empieza hasta 2022, y no llega a España hasta octubre de ese año, el artista no ha dejado pasar la oportunidad de crear un nuevo disco con el que seguir engrandeciendo la leyenda de este ‘After Hours’ que tantas alegrías le ha dado y que es, salvo sorpresa de última hora, el mejor disco de su carrera, hasta el punto que podría haber siguiéndolo exprimiéndolo más si hubiera querido. Pero ya pasa página.
El rapero Dylan Kwabena Mills, más conocido como Dizzee Rascal, ha sido acusado de agresión tras un incidente ocurrido el pasado 8 de junio que dejó a una mujer con heridas leves.
Según informan otros medios como ‘The Guardian’, en el incidente intervino la Policía Metropolitana de Londres y declaró lo siguiente en un breve comunicado: «Dylan Mills, de 36 años, de Sevenoaks, Kent, ha sido acusado de agresión después de un incidente en una dirección residencial en Streatham el 8 de junio». El comunicado también informaba de que tuvieron que asistir varios agentes al incidente y de que, aunque la mujer no tuvo que ser hospitalizada, acabó con heridas leves.
En este momento, Mills se encuentra en libertad bajo fianza y se espera que comparezca en el Tribunal de Magistrados de Croydon, en el sur de Londres, el próximo 3 de septiembre, según informa ‘Pitchfork’.
A pesar del incidente, de las acusaciones y de la futura comparecencia ante el tribunal de primera instancia, la agenda del rapero continuará este verano con las actuaciones que tiene programadas para el mes de agosto, ya que está en la lista de algunos festivales de música en Londres, como el South Facing Festival el próximo 14 de agosto. Foto: Instagram.
El cantante y compositor canadiense está de paso por nuestro país, así lo ha mostrado a través de unas fotografías publicadas en su perfil de Instagram. Podría tratarse de unas vacaciones, pero también de asuntos de trabajo relacionados con un nuevo rodaje.
Apoyado y también sentado en el capó de un coche de modelo antiguo con matrícula española y con una banderita de España en la descripción del post, no hacían falta más pistas para adivinar la ubicación del artista. «COMO QUE ESPAÑA», «SHAWN EN ESPAÑA QUEEEE», dicen algunos comentarios de dicha publicación.
Las teorías de sus fans no se han hecho esperar. Algunos piensan que se trata del rodaje de un nuevo videoclip, pero otros muchos piensan que no es casualidad ya que su compañero de remix, Camilo, también ha estado en el país las últimas semanas en su gira ‘Mis Manos Tour’.
Shawn Mendes y Camilo sorprendieron hace dos semanas con el remix en inglés y en castellano de ‘KESI’, tema original de Camilo, y esa es la otra cara de las teorías de sus fans, ya que han teorizado que la visita de Shawn a España podría ser por el rodaje de dicho tema. Pero todavía no hay nada confirmado, lo único que es 100% es que Shawn Mendes está en nuestro país y que puede estar preparando algo.
Renovamos nuestra playlist de música nacional y escrita en castellano quincenal «Sesión de Control». Comenzamos con ‘De ti’, la colaboración sorpresa de Sen Senra y Julieta Venegas que hemos comentado en portada. Le sigue la sorprendente reinvención de Medianoche (antes Salfumán) en ‘Pobrecito corazón’, que comentaremos próximamente en profundidad; la colaboración PC Music de La Zowi de la mano de Namasenda en ‘Demonic’ y el segundo adelanto del nuevo disco de La Plata, que promete.
Entre los artistas que han pasado recientemente por portada por alguna razón u otra, The Zephyr Bones vuelven tras varios años con un single bailable, ‘Verneda Lights’; ghouljaboy publica probablemente su canción más pop hasta la fecha con ‘amor liminal’, Ganges suman otro acierto con los ritmos caribeños y atmosféricos de ‘Bailando lento’, bonitx continúa en una nube en ‘la señal’ con julia amor y Leïti Sene, que acaba de llegar a la lista de álbumes con ‘JÖM’, se postula como nueva promesa del pop urbano nacional con cortes como ‘Tantra’ con iseekarlo.
La música hecha en castellano que ha aterrizado en las últimas semanas ha vuelto a estar salpicada de tradición con ‘Nada es verdad’ de Natalia Lafourcade y Los Cojolitos, ‘Marchita’ de Silvana Estrada, que no es una versión aunque lo parezca; la cumbia industrial de ‘Cumbia de las floreces quemadas’ de Penélope (esto era posible) o la cumbia casi igual de macarra de ‘En mi ataúd’ de Los Chvnco.
En cuanto a las guitarras, estas por supuesto no se han ido a ninguna parte. Morreo han presentado un sofocante tema «quemado por el sol», Rojuu uno casi igual de emo que su título, ‘¿Cuánto tiempo nos queda?’; Chloral han sorprendido con una versión shoegaze-pop de ‘Las de la intuición’ de Shakira. Por estos parámetros se mueve también el sonido de Martes Niebla y su ‘Helsinki I’, mientras ‘Frente al mar’ de Eterna Joventut es más surfera y el disco de los vascos Silitia, del que destacamos ‘Eszeptikoa’, más post-punk.
Y en un plano más atmosférico y sintetizado que no pase inadvertido tampoco el pepinazo electro-house de Rakky Ripper con LVL1 en ‘LVCKY’, el dream-pop de ‘Como si nada’ de Kora, el downtempo autotuneado de ZORRA y Soledad Vélez en ‘Míralo x el lado bueno’, el dancehall atmosférico con toques arábigos de ‘Angelito negro’ de Okamiluke, la mimada producción de ‘What If I Told You’ de Juan Rios o el indie-pop ensoñador de ‘Green’ de Matte/Glossy.
Completamos la playlist con dos novedades urbanas, ‘Singstar’ de María Escarmiento y ‘Kasei’ de Sticky M.A., así como el pop cumbiero de ‘Nos vemos luego’ de Colectivo da Silva y dani, el bedroom-pop de ‘Como yo te quiero’ de Dromedario Mágico y Casero y el soft-pop de ‘Cap a tu’ de El Petit de Cal Eril.
Unknown Mortal Orchestra, el grupo de indie-pop neozelandés liderado por Ruban Nielson, ha vuelto este año con un single llamado ‘Weekend Run’, al que esta semana ha dado continuación con ‘That Life’. Son los dos primeros temas nuevos de Unknown Mortal Orchestra desde que lanzara su disco ‘Sex & Food‘ en 2018, un trabajo que pudo no ser el mejor de su carrera pero que será recordado para siempre gracias al éxito, creciente y continuado en el tiempo, de ‘Hunnybee’, que suma a día de hoy 82 millones de reproducciones en Spotify.
A espera de que se conozcan detalles sobre un nuevo trabajo largo de Unknown Mortal Orchestra, ‘That Life’ es otro acierto que sumar a su repertorio de singles. Otro corte de indie-pop adictivo, enturbiado con la distorsión y suciedad justas, es decir, 100% Unknown Mortal Orchestra, en el que destaca un estribillo simple pero resultón de los que se quedan pegados a la primera.
‘That Life’ es un tema dedicado al hedonismo, inspirado nada menos que en el ‘Jardín de las delicias’ de El Bosco pero llevado a las viñetas contemporáneas de ‘¿Dónde está Wally’? (palabras del autor), en el que Nielson ha querido retratar «esa mezcla perversa de lujuria, ensueño y condenación» que se aprecia en dicha obra pero dentro del contexto «del paisaje de Estados Unidos». En ‘That Life’, Nielsen imagina unas «vacaciones iluminadas por el sol de la venganza»
El tema es ligero como la pluma, como sus pasajes en los que se menciona a gente bañándose en la piscina, bajo el atardecer o las palmeras, pero lo suficientemente macarra como para dibujar escenas explícitas de gente dándole a la coca o al alcohol, provocando escenas tan escandalosas que los «vecinos van a llamar a la policía». El mundo de ‘That Life’ presenta una «belleza mórbida» en la que el «asfalto hierve» pero en el que solo parece importar la magia de la noche. Quizá porque el «fin del mundo» se acerca.
El simpático vídeo de ‘That Life’ ha sido creado por Double Solitaire y dirigido por Lydia Fine y Tony Blahd y está protagonizado por una marioneta que baila toda el día y toda la noche, controlado por unos titiriteros muy mal disimulados a propósito.
Lady Gaga y Tony Bennett publicarán su nuevo disco conjunto el 1 de octubre bajo el título de ‘Love for Sale’. El álbum se compondrá de temas seleccionados de la obra de Cole Porter y estará conformado tanto por duetos entre Gaga y Bennett como por temas interpretados por ellos solos. También será la última grabación que haga en vida Tony Bennett, afectado de Alzheimer, y según informa Vulture. El cantante acaba de cumplir 95 años.
Los detalles de ‘Love for Sale’ descubren que el disco se compondrá de 10 pistas, 12 en la edición de lujo, mientras su portada es el recorte de fotos retro que veis en el post. El primer avance es ‘I Get a Kick Out of You’, una canción estrenada en el musical de Broadway ‘Anything Goes’ en 1934 y después en su adaptación cinematográfica en 1936, y que ha sido versionada cientos de veces, ahora por Gaga y Bennett, antes por Frank Sinatra o Ella Fitzgerald.
Al tiempo que se han revelado los detalles de ‘Love for Sale’, Gaga y Bennett han vuelto al escenario para actuar juntos. Esta noche ha tenido lugar en el Radio City Music Hall de Nueva York el primero de dos conciertos en los que Gaga y Bennett presentan su repertorio conjunto. Serán también las últimas actuaciones en directo de Bennett. El segundo concierto se celebra el jueves 5 de agosto.
01 It’s De-Lovely
02 Night and Day
03 Love For Sale
04 Do I Love You
05 I Concentrate On You
06 I Get a Kick Out of You
07 So In Love
08 Let’s Do It
09 Just One of Those Things
10 Dream Dancing
11 I’ve Got You Under My Skin (DELUXE VERSION)
12 You’re The Top (DELUXE VERSION)
El cantante Farruko se ha situado en el puesto número 1 de canción más escuchada en España con ‘Pepas’, desplazando a Rauw Alejandro al número 2 después de varias semanas en el primer puesto con su tema ‘Todo de ti’. Aunque no todo son malas noticias para Rauw, ya que el mayor incremento de la lista esta semana ha sido para él y su tema ‘Cúrame’, que ha llegado al puesto 7.
Por su parte, mientras que Bad Bunny cae en solitario al puesto número 8 con ‘Yonaguni’, sube al puesto número 3 junto con Morat y Sech y su remix de ‘Volando’. Lola Indigo también consigue subir esta semana al puesto número 9 con ‘La Niña De La Escuela’, junto con TINI y Belinda.
La entrada más fuerte esta semana ha sido para Israel B, C. Tangana y LOWLIGHT en el puesto 21 con su tema ‘Tranquilísimo’. También hay nuevas entradas como la de Myke Towers con ‘Almas Gemelas’ (45); Ingratax con ‘París’ (50); Aitana y Evaluna en el puesto 55 con su última colaboración ‘Aunque No Sea Conmigo‘; Camila Cabello en el 64 con ‘Don’t Go Yet‘; Lil Nas X y Jack Harlow con ‘Industry Baby‘ en el 66; Tiago PZK y Lit Killah con ‘Entre Nosotros’ (68) y Nil Moliner y Ana Mena casi al final, en el 98, con ‘Me Quedo‘.
Poco puedo decir sobre la sobreexposición de Jack Antonoff que no esté ya en el estupendo artículo de Pitchfork donde Quinn Moreland aborda esta cuestión (muy fan de la comparación con Dan de ‘Gossip Girl’). Pero sí, yo también he pasado de alegrarme cada vez que una de mis cantantes favoritas anunciaba que iba a contar con él para la producción a, en la actualidad, echarme a temblar cuando pienso que el tercer disco de Lorde va a estar producido enteramente por él. Ninguno de los adelantos me ha entusiasmado tanto como pensaba, y están muy cercano el fiasco de ‘Daddy’s Home‘ de St. Vincent y el paso atrás de ‘Chemtrails Over the Country Club‘ de Lana del Rey. Antonoff parece haberse cansado de esa épica de los sintes y esa nostalgia ochentera presentes desde su primera producción para una megaestrella (‘Out of the Woods’ de Taylor Swift), y desde hace un tiempo ha virado hacia sonidos más “orgánicos” y minimalistas que cuesta distinguir cada vez más y donde, más que dejar espacio a la artista en cuestión, corre el riesgo de simplificar su propuesta. Aún así, esto no ocurre del todo en este tercer álbum de Bleachers, su proyecto en solitario.
Publicado un par de semanas antes de ‘Solar Power’ (como ‘Gone Now‘ semanas antes de ‘Melodrama‘), este ‘Take the Sadness out of Saturday Night’ empezó centrándose en su ruptura con Lena Dunham y en el vacío y la depresión que vinieron después, pero poco a poco el nuevo estatus de Jack parece haberse ido introduciendo aquí, y vemos numerosas referencias a la fama y a la vida pública ganada en detrimento de la vida privada. Y es que en solo unos años Antonoff ha pasado de ser el patito feo de fun. (recordemos que por entonces Nate Ruess parecía la promesa de ese grupo) a ser prácticamente una superestrella, la mano derecha de Taylor Swift, Lorde y Lana del Rey en sus últimos discos… y cada día la de más gente, porque tenemos también los regresos de The Chicks (FKA Dixie Chicks), Clairo y ¡Diana Ross!
El binomio enfrentado de vida privada / vida pública tiene mucho espacio en un disco compuesto por canciones gemelas: ’91’ lo es de ‘Chinatown’, ‘How Dare You Want More’ de ‘Stop Making this Hurt’, ‘Strange Behaviour’ de ‘What’d I Do with All this Faith’, ‘Don’t Go Dark’ de ’45’ y, el caso más obvio, ‘Big Life’ de ‘Secret Life’. En estas últimas se ve especialmente bien cómo Jack navega entre la ambición y el expandirse por un lado y, por otro, la intimidad y el minimalismo, siendo los dos temas finales el mayor exponente de esto, con un acercamiento dylanesco que se aleja del que es su mayor referente el resto del álbum: Bruce Springsteen.
Antonoff no oculta este parecido, sino que lo grita a los cuatro vientos, invitando al Boss incluso a cantar con él la estupenda ‘Chinatown’, que arranca como si una Inteligencia Artificial tuviese que hacer una canción del autor de ‘The River’: “get in my backseat, honey pie / and I’ll wear your sadness like it’s mine”. No pueden ser más Springsteen tampoco ‘How Dare You Want More’, ‘Big Life’ (donde también hay ecos de Elvis) y, sobre todo, ‘Don’t Go Dark’, quizás la mayor joya del disco, coescrita con Lana del Rey y en donde también figuran The Chicks en los coros y Aaron Dessner (ya compañero de batallas en ‘folklore‘) al piano. Aprovechamos además para hacer un llamamiento, porque sabemos que Antonoff nos lee: Lana adora a Bruce, Bruce ha hablado muy bien de Lana, y tú has colaborado con ambos… POR FAVOR, ¡necesitamos que Lana del Rey y Bruce Springsteen trabajen juntos!
Deseos aparte, en ‘Don’t Go Dark» es quizás donde más claramente se trata su ruptura, además del posible significado alternativo de ’45’: “now you’re just the stranger that I know best / now you’re just the stranger that I love best” canta Antonoff, inevitablemente recordándonos al “please don’t ever become a stranger / whose laugh I could recognize anywhere” de ‘New Year’s Day’ (de reciente actualidad por los créditos de Olivia Rodrigo). En ‘Don’t go dark’, Antonoff es más explícito, llegando a decir “you’ve just been waiting your whole life / to find someone who will stand in your storm / well I stood there and something was missing”, unos versos que encantarán a quienes devoraron aquel pdf que rompió Internet uniendo a Antonoff y Lorde (¿os acordáis del “says he made the big mistake of dancing on my storm” de ‘Liability’?).
Los altos y bajos del amor se exploran también en ‘Big Life’ (“quiero conocer la parte de ti a la que no le da la luz / quiero saber lo que ocurre cuando nos aburramos del amor”) y en su contraparte ‘Secret Life’, que recuerda a ‘Isn’t it a pity?’ y a otras canciones del ‘All Things Must Pass’ de George Harrison (fun fact: precisamente Lorde ha nombrado este disco como uno de sus favoritos en una entrevista reciente). ‘Secret Life’ es también el “featuring” con Lana del Rey, muy entrecomillado porque recuerda más a lo que hizo en ‘Stargirl’ de The Weeknd (con mucho mejor resultado allí, dicho sea de paso). Comenta Antonoff que iba a ser una conversación entre ambos, pero que al final decidió dejar a Lana como una corista con reverb. No ha sido tu movimiento más inteligente, Jack.
A pesar de lo que podríamos pensar, no lleva él todo el peso de la producción: St. Vincent se pasa para devolver el favor en ’91’ (y para los coros de ‘Stop making this hurt’), y en general es con Patrik Berger con quien ha decidido colaborar (sí, el mismo Berger detrás de ‘Dancing on My Own’, ‘I Love It’, ‘Off to the Races’ o el menos conocido temazo de Noonie Bao ‘Pyramids’). La unión con Berger, pensar más que nunca en Springsteen y tener una temática bastante más cohesiva hacen de ‘Take the Sadness out of Saturday Night’ el mejor disco de Bleachers hasta el momento, pero no el mejor disco de Jack Antonoff (paradójicamente, “sus” tres mejores discos no son suyos sino de Lorde, Lana y Taylor), ni un trabajo tan redondo como el que, eso no lo dudamos, pueda darnos en el futuro con este proyecto en solitario.
Después de varias semanas manteniéndose en el número 1 de canción más escuchada con ‘Todo de ti’, Rauw Alejandro vuelve esta semana al puesto número 1 de álbumes más vendidos en España con su disco ‘VICE VERSA’. También destacan otros artistas que han subido posiciones en la lista como Camilo con su disco ‘Mis Manos’ (2); C. Tangana con ‘El Madrileño’ (3); Olivia Rodrigo con ‘Sour’ (4) y Dua Lipa en el puesto número 5 con ‘Future Nostalgia’.
Pero sin duda, el mayor incremento esta semana ha sido para Miley Cyrus, que ahora está en el puesto número 12 con ‘Plastic Hearts’, algo muy curioso teniendo en cuenta que se trata de un disco de diciembre del año pasado. Por su parte, Morat, que la semana pasada fue número 1, ha caído al puesto número 6 con su disco ‘¿A dónde vamos?’. Lo mismo sucede con Lola Indigo, que baja al 11 con la ‘La Niña’.
En cuanto a la entrada más fuerte, esta semana ha sido para Paul Mccartney con su disco ‘Mccartney III Imagined’, que ha llegado al puesto número 46. También hay nuevas entradas como The Kid Laroi con ‘F*CK LOVE’ (62); Zion & Lennox en el 64 con ‘El Sistema’; Jackson Browne con ‘Downhill From Everywhere’ (73), Anne-Marie en el puesto 76 con ‘Therapy‘ y ‘Jöm’ de Leïti Sene en el 91.
También vuelven a entrar en la lista artistas como AC/DC con ‘Power Up’ (78); Taylor Swift en el 81 con ‘Fearless (Taylor’s Version)’ y Pablo López con ‘UNIKORNIO Once millones de versos después de ti’ (90).
‘Oleg’, por Frederik Peeters 20 años después de su momento cumbre con ‘Píldoras azules’, ‘Oleg’ es el nuevo trabajo del suizo Frederik Peeter. Y es fiel a los tintes autobiográficos, ahora como dibujante acomodado con una mujer hiperactiva y leal, una hija que rebasa la adolescencia y un padre que da nombre a este cómic. La relación entre ambos nos hace reflexionar sobre la inevitable diferencia generacional, la desconexión que se puede sentir con la realidad actual y la desestabilización que provoca si andas en horas bajas.
Este triángulo familiar no se presenta, por fortuna, como un manifiesto de amor inalterable, sino que saca a relucir las contradicciones de esa sociedad pre-pandemia que empezaba a instalarse bajo el mantra tecnológico, pasando por temas como lo vacío del pensamiento inmediato, lo anticuado, y el discurso de la autenticidad. El doble sentido del mensaje, prolongado con determinados planos siempre en blanco y negro, y con una narrativa ágil, hacen idealizar futuros trabajos de Peeters: es fructífera esta etapa de transición. 8. Disponible en tu librería favorita y en Amazon.
‘El Pacto’, por Paco Sordo Muy alto quedó el listón con el homenaje a los tebeos de Bruguera de ‘El invierno del dibujante’ de Paco Roca. Paco Sordo, con su primera novela gráfica, no se queda atrás recreando a uno de los dibujantes de aquellos años de posguerra. Y lo hace con la maña de introducirse como una enredadera por la grieta, componiendo el relato de uno de los protagonistas más enigmáticos de la editorial: el gran Vázquez.
‘El Pacto’ es una fantasía, literalmente también, porque sin ser fiel o reflejar la vida del autor en la Barcelona de los años 50, da a conocer aspectos como su humor y sus desapariciones públicas sin un motivo aparente. Sordo rinde honores, utilizando este recurso de las ausencias del protagonista como argumento narrativo, el de las entrevistas a personas que lo conocen en profundidad, o esos entintado y rotulación próximos a los tebeos de la época. Un resultado tan potente y tan «sin estilo propio», que desconcierta no ver más autores recreando otras obras y autores de nuestra historia reciente. 7,8. Disponible en tu librería favorita y en Amazon.
‘Tamara Drewe’, por Posy Simmonds Reedición más que afortunada, después de la excelente entrega de ‘Cassandra Darke’, de una obra en la que Posy Simmonds hizo alarde de los denominadores en común de toda su obra: humor e intrigas complejas, dramas irresistibles que acaban en tragedia y personajes tan familiares como fáciles de reconocer en nuestro entorno.
Tamara Drewe es una escritora con la nariz operada que vuelve al ámbito donde vivió su madre, un pueblo ajeno a los ajetreos de Londres que sirve para el retiro inspirador de otros novelistas. Simmonds lo plasma con la impronta de las revistas del corazón en cuanto al desarrollo de los personajes, con la admirable conjunción de textos extensos –en ocasiones demasiado- y la expresividad de viñetas a diferentes tamaños tanto cerradas como abiertas. Un lenguaje tan fotográfico como instantánea es su degustación. 8,5. Disponible en tu librería favorita y en Amazon.
‘Giganta’, por Jean-Christophe Deveney y Núria Tamarit No es frecuente ya que se nos presenten obras a modo de fábulas, cuentos basados en tradiciones ancestrales o personajes emblemáticos. La mitología parece andar en horas bajas a tenor de la avalancha editorial de esta temporada. Las hadas, las brujas, los animales mágicos y el protagonista mitológico tenaz que recoge los temores del lector y enseña a encontrar soluciones o a reflejar una identidad, no parecen estar tampoco entre las preferencias de lectores a primera vista en las librerías, salvo si andas perdido en la sección infantil.
El guionista francés Deveney y la valenciana Tamarit nos trasladan a nuestra niñez con la historia de una giganta llamada Celeste. Configuran así un universo en el que convergen la libertad, la enseñanza del conocimiento, el deseo de instruirse, de afrontar la desilusión sin perder la ingenuidad… sumergiéndonos así en la aventura de evolucionar en igualdad. Todo ello con una factura apabullante en formato, dibujos y capacidad narrativa. 8,8. Disponible en tu librería favorita y en Amazon.
‘Anaïs Nin, en un mar de mentiras’, por Léonie Bischoff Anaïs Nin fue una escritora francesa de principios del siglo XX célebre por sus diarios, y cuya lectura no es ni mucho menos para quedarse en las apariencias. Al contrario, fue un poco más allá a la hora de mostrar temas como el erotismo, el incesto, las nuevas relaciones afectivas y la consiguiente libertad sexual de su autora desde un universo femenino. Porque todo ese torrente de sensualidad, de poder explorar el sexo, está marcada por su género en un mundo patriarcal, adquiriendo connotaciones de gran belleza gracias a las manos de Bischoff.
El trazo fino del dibujo y el color sutil y suave realzan la belleza de las confesiones íntimas de Nin. Por si eso no bastara, en paralelo y con acierto, el relato no deja opción a los juicios de valores. Estamos ante una trama tan accesible y para todo tipo de lectores, que se justifica con creces el premio del público en Angoulême (y que arrasara en ventas entre nuestros vecinos galos). 8,5. Disponible en tu librería favorita y en Amazon.
‘Medea a la deriva’, por Fermín Solís Si en las tres obras anteriores la curiosidad nos conduce a profundizar en personajes femeninos, tratados por autoras, en ‘Medea a la deriva’ nos aguarda la mujer como encarnación del mal -según la mitología griega- a través de la ideología masculina del extremeño Fermín Solís, al que recordamos por ‘Buñuel en el laberinto de las tortugas’, y que también acaba de publicar ‘La Belleza de las Jirafas’, una antología altamente recomendable.
Esta adaptación de Medea a modo de monólogo nos abstrae debido a la cantidad de posibles reflexiones y respuestas que plantea. Un paisaje austero, entintado en tres colores tan gélidos como el blanco, el azul y el negro aportando templanza; salpicado de rojo en mínimas ocasiones para el sol y la sangre.
Consecuencia de una gran labor investigadora, ‘Medea a la deriva’ hace también buen manejo de viñetas en silencio, presentando escenas narrativas aplastantes sin extravagancias. Inmensa la evolución de Solís respecto a su trayectoria anterior. 8,2. Disponible en tu librería favorita y en Amazon.
Delaporte no han descansado ni lo más mínimo después de su excitante proyecto ‘Titanas’, en el que, a partir del Día de la Mujer Trabajadora, revisitaban su último disco ‘Las montañas’, en compañía de algunas de las mujeres más importantes del pop nacional: Amaral, Zahara, Rozalén, Rigoberta Bandini, etcétera.
Ahora han sacado un single llamado ‘Droga dura’ que reconocemos como la «canción para follar» que nos contaron que iban a publicar en nuestro podcast «Música para follar». Solo que el trasfondo es ligeramente amargo. ‘Droga dura’ empieza como una tortuosa canción de amor acústica de Sen Senra, para después entregarse al Autotune y a la pista de baile. Se va desmelenando, como pasando de unos preliminares tranquilos a un polvazo en el que Sandra, cual Shakira, aú-aú… aúlla.
Pero ‘Droga dura’ es también el retrato de un amor tóxico de los que nos hacen daño: de «eres mi droga dura, y lo consiento» a «que ya no puedo más, que voy perdiendo». Lo cual se refleja en un vídeo que combina tragedia y sensualidad: ese «nude» que no debiste mandar, esa vuelta al WhatsApp que no debió suceder, ese nuevo encuentro que te traerá un buen dolor de cabeza.
No es esta la producción más sofisticada de Delaporte, más bien una de las más brutas, pues tras ‘Titanas’ dicen haberse «picado con los sonidos orgánicos y con banda», pero estas cosas no suelen fallar y ‘Droga dura’ es ahora mismo el tema más oído del grupo en Spotify.
Según la nota oficial, Delaporte han querido dar «un tono muy sincero y honesto sobre algo muy básico: estar in love con una persona que no te hace mucho caso, hablando del tema de manera ligera y sin tapujos ni metáforas». ¿Puede ser una de sus canciones más populares a largo plazo?
Aventura arrasaron en Latinoamérica y varios países europeos como España allá por 2002 con su bachata inmortal ‘Obsesión‘ con Judy Santos, a la que después siguieron éxitos como ‘Ella y yo’ con Don Omar, ‘Dile al amor’, ‘Un beso’ o ‘El malo’ antes de que la banda estadounidense de origen dominicano se disolviera en 2010. En todo este tiempo, Aventura se han reunido de manera anecdótica pero, sobre todo, Romeo Santos ha prosperado con una carrera en solitario que ha producido éxitos como ‘Propuesta indecente’, ‘Imitadora’, ‘Bella y sensual’, ‘Sobredosis’ con Ozuna o el remix de ‘Ella quiere beber’ con Anuel AA.
Entre los seguidores de Aventura se encuentra Bad Bunny, que ahora ha decidido contar con ellos para lanzar un single conjunto. El factor nostalgia tira mucho y Benito, que ha colaborado con reggaetoneros tan veteranos como Daddy Yankee, Don Omar, Ñengo Flow o Kendo Kaponi, lo sabe. ‘Volví’ es el resultado de esta sonada colaboración pero… ¿es un éxito asegurado?
De momento, en Youtube se puede decir que sí: lleva 2 millones de visualizaciones en pocas horas, por lo que el público está recibiendo con entusiasmo el regreso de Aventura de la mano de Bad Bunny, el rey actual del pop latino. En lo musical no se puede decir que se esté ante un single rompedor: más bien ‘Volví’ suena exactamente como esperas que lo haría una colaboración entre Bad Bunny y Aventura, sin que eso sea malo pero tampoco especialmente bueno.
El bombo de reggaetón típico del género, tan efectivo como ya algo cansino, vuelve a hacer acto de presencia en un tema que recibe su sabor a Aventura en el punteo de una guitarra y, más adelante, en la inesperada coda de ritmo bachata que anima la canción de la nada. Es interesante el contraste entre la voz robusta de Benito y el registro más amable y melódico de Romeo, pero poco más se puede destacar de esta digna pero intrascendente canción.
DaBaby ha vuelto a pedir disculpas en sus redes sociales por sus comentarios homófobos y serófobos hacia la comunidad LGBTQ+ realizados durante un concierto en Miami. Decimos «ha vuelto» porque DaBaby ya se había disculpado por la polémica un poco de aquella manera, defendiendo su derecho a la libertad de expresión y alegando que había sido malinterpretado. Muy poco después estrenaba un videoclip en el que se podía leer el mensaje «no combatas el odio con el odio».
La polémica ha costado DaBaby su presencia en varios festivales como Lollapalooza, Parklife o Governor’s Ball, y el rapero ha decidido ahora publicar una disculpa más reflexionada en la que explica que «necesitaba» ser educado en el tema del VIH/sida.
«Las redes sociales se mueven tan rápido que la gente te quiere derrumbar antes de darte la oportunidad de crecer, educarte y aprender de tus errores», explica. «Para mí, que me he tenido que buscar la vida a través de circunstancias muy difíciles, ha sido un reto aprender que lo que necesitaba es educación y dirección en estos temas. Aprecio a la gente que se ha acercado a mí desde la bondad para ofrecerme sabiduría, educación y recursos. Eso es lo que necesitaba y lo he recibido».
El comunicado concluye: «Quiero pedir perdón a la comunidad LGBTQ+ por los comentarios dañinos que hice. De nuevo pido disculpas por los comentarios incorrectos que hice sobre el VIH y el sida y sé que la educación en este tema es importante».
Entre quienes han ofrecido educación a DaBaby en los últimos días a raíz de sus declaraciones, si bien de manera pública, dos veteranos de la música como Madonna y Elton John.
La noticia se ha conocido hace poco más de dos horas por la propia cantante a través de sus perfiles de Twitter e Instagram. Su nuevo single se llamará ‘Good Ones’ y no ha podido elegir mejor día para anunciarlo, ya que hoy es su cumpleaños.
Charlotte Emma Aitchison, más conocida por su nombre artístico Charli XCX, cumple hoy 30 años y, casualidades de la vida o no, ha compartido un regalo tanto para ella como para sus fans: «Mi nueva canción ‘Good Ones’ llega el 2 de septiembre. Prepárate para rendirte. Pre guarda ahora en el enlace de mi biografía. Feliz cumpleaños a mí», escribía en Instagram junto con la portada del single.
Aunque la cantante no ha dejado de publicar nueva música desde comienzos de año, este será su primer trabajo propio desde su último álbum, ‘how i’m feeling now’, lanzado el pasado año 2020 y condicionado por la pandemia. Canciones en las que la hemos escuchado este año como ‘Spinning‘ o ‘Drama‘ son colaboraciones con No Rome y The 1975 y Bladee y Mechatok, respectivamente.
La portada que ha compartido la artista para este nuevo tema muestra a una Charli en una imagen de estilo y textura muy ochentera-noventera, llevando un vestido cortito y mostrando una mirada muy seria. Si ella misma ha declarado «prepárate para rendirte», lo más probable es que la escuchemos en un tema con bastante empoderamiento por su parte, pero habrá que esperar a septiembre para conocer con seguridad nuevos detalles.
LUMP, el proyecto de pop experimental de Laura Marling y Mike Lindsay de Tunng, pareció que se iba a quedar en un primer disco interesante pero de que no se habló mucho. En los años que han pasado desde el lanzamiento de aquel debut homónimo en 2018, Tunng han publicado un ambicioso disco llamado ‘Tunng Presents… DEAD CLUB’ y Marling ha sido nominada a los Grammy por ‘Song for Our Daughter‘. ¿Qué sentido tenía recuperar un proyecto que se quedaba en anécdota?
Afortunadamente, Laura y Mike parecen haberse hecho otra pregunta en relación a este proyecto: ¿y por qué no? El dúo ha decidido volver este año con un segundo trabajo más audaz y aventurado que el anterior, en el que los sonidos folk-pop rarunos de Lindsay acompañan unos textos absurdos y surrealistas escritos por Laura e inspirados en sus estudios de psicoanálisis. A veces, ‘Animal’ parece no tener ningún sentido ni siquiera en lo musical, pero esa es la gracia.
El sentido de LUMP está en el contraste. Por un lado, la música de Lindsay suena visceral y salvaje, pero también elegante y refinada. Las bases suenan tan orgánicas que dan ganas de llevártelas a la boca. Por el otro, la voz de Laura suena inexpresiva, es pura tiza blanca para los oídos; pero sus letras nos hablan de deseos, sentimientos reprimidos, sueños espeluznantes, agonías y fantasías y secretos profanos. «Lo que hace que esta música funcione es el contraste entre lo «creepy» y lo adorable», ha contado Lindsay, y no puede explicar mejor de qué va todo esto.
Las canciones también son elocuentes en este aspecto. Si existe una cosa llamada anti-pop, ‘Animal’ sale representada en el diccionario. Es ultra pegadiza y, a la vez, da la sensación de que no debería serlo, pero su instrumentación gomosa se pega por todos los costados. Sucede lo mismo con la salvaje ‘Gamma Ray’, en la que el elemento raruno es elevado al cubo cuando aparece, como salida de un capítulo de ‘Twin Peaks’, una voz distorsionada que nos comenta «disculpe, creo que no nos han presentado». Según Mike y Laura, es el «personaje» de LUMP, ese ser misterioso que vive debajo de la cama o en nuestro subconsciente.
En ‘Animal’, el disco, el anti-pop de LUMP halla diversas maneras de sorprender. ‘Climb Every Wall’ desprende cierto aire a la Velvet mientras nos habla de «encontrar algo difícil en lo que creer», ‘We Cannot Resist’ es, como esta y ‘Animal’, otra «canción de pop rota» dedicada a los «hedonistas de sangre espesa» y el álbum se abre con una pista llamada ‘Bloom at Night’, dedicada a la necesidad de foquito, cuya base nos lleva al espacio exterior de Giorgio Moroder, pero que se mantiene en un segundo plano por detrás de los bajos y percusiones robustos de Lindsay.
La idea no siempre funciona: el momento balada de ‘Red Snakes’, inspirado en un sueño recurrente de Lindsay en el que ve a su madre en una piscina de noche y, cuando intenta alcanzarla, es atacado por una serpiente, no florece en una canción que se preste a demasiadas escuchas pese a su sonido sombrío e intimista, ‘Paradise’ es un momento de desafinación total en un trabajo que no necesitaba un solo de guitarra para nada ni tampoco su melodía medio gótica; y ‘Oberon’ es un descarte de ‘Song for Our Daughter’ que no debió haber salido de la libreta de Laura. Sin embargo, ‘Animal’ demuestra que LUMP mereció mucha más atención de la que quizás estuvimos dispuestos a darle en un primer momento.
Tras dos ediciones pospuestas después de la llegada de la pandemia de la COVID-19 por fin vuelve Coachella, uno de los festivales de música más importantes del mundo. Será el próximo año 2022, aunque parece que han decidido adelantarse mostrando al que será su cabeza de cartel para el 2023, Frank Ocean.
La pandemia global ha cambiado nuestras vidas en todos los ámbitos y la música no ha sido una excepción. Pero la situación, aunque lentamente, sigue mejorando y el festival ya ha anunciado su regreso a través de sus redes sociales: «Nos vemos en el desierto. Coachella regresa el 15-17 y 22-24 de abril de 2022», escribían en su perfil de Instagram.
Pero eso no es todo, su cofundador Paul Tollet ha revelado muchos más detalles para el festival de 2023, como Frank Ocean siendo el cabeza de cartel, justificando que los «fanáticos» y los artistas merecen algo de tranquilidad después de estos dos años de pandemia, según un artículo del Los Angeles Time: «Solo estoy tratando de ser lo más justo posible con los artistas y los fanáticos para asegurarme de que eventualmente puedan ver a todos de los que hablamos».
El festival afronta otros retos además de las actuaciones de sus artistas, como el aspecto económico, teniendo en cuenta que la edición de 2020 tuvo que suspenderse justo cuando se estaba preparando en marzo de ese año después de que el gobernador Garvin Newsom decretara la orden de quedarse en casa. Tras esto hubo montones de solicitudes de reembolso por parte de los compradores. Por el momento, las 125.000 de cada fin de semana tras su anuncio el pasado mes de junio se han vendido sin problema.
«Era un apellido que sonaba tan apetitoso, tan seductor…», así comienza el trailer de ‘House of Gucci’ (‘La Casa de Gucci’ en español), que se estrenó hace unos días y en el que también se revela la fecha oficial de estreno, 26 de noviembre de este año, dos días después que en Estados Unidos.
Dirigida por Ridley Scott, la película está basada en el libro ‘The House of Gucci: A Sensational Story of Murder, Madness, Glamour and Greed’, escrito Sara Gay Forden y que narra la historia de cómo fue asesinado el empresario Maurizio Gucci (interpretado por Adam Driver) a manos de un sicario contratado por su exesposa, Patrizia Reggiani, interpretada por Lady Gaga, que ya ha participado en otras películas como ‘Sin City: A Dame to Kill For’ o ‘A Star Is Born’, por la que ganó el Óscar a la Mejor Canción.
El trailer no deja indiferente a nadie, no solo por el propio caso Gucci, uno de los más icónicos del mundo de la moda y la cultura popular, sino por el papel que va a desempeñar la cantante en la película. Durante los dos breves minutos de duración del trailer vemos cómo consigue manejar el hilo conductor de la trama, las intenciones de su personaje y su fatal resultado. Todo ello acompañado al ritmo de ‘Heart of Glass’, de Blondie, un tema muy acertado teniendo en cuenta los adjetivos que describen la futura cinta, glamour, seducción, elegancia… Foto: Instagram.
La presentadora de ‘Deforme Semanal’ Isa Calderón ironizaba hace unas semanas en Twitter sobre los “señoros descubriendo ahora las emociones y la salud mental”, despertando la ira de gente como Soto Ivars, que lo interpretaba como “nos está llamando lloricas”, y como un ejemplo más de ese despiadado señalamiento al hombre blanco hetero. No puedo evitar pensar que si el tuit de Calderón hubiese llegado a Bo Burnham, seguramente se habría echado unas carcajadas en lugar de ofenderse. Tíos blancos heteros, Bo Burnham es el gurú que estáis buscando, y no un señor que lleva un condón en la cabeza.
En ‘Inside’, su último trabajo para Netflix, la gestión de las emociones y la salud mental ocupan un lugar privilegiado (jé), pero esto no es en absoluto nuevo si echamos un vistazo a su carrera. Ya dedicó parte de ‘Make Happy’ (su anterior especial) a esto, y precisamente ‘Inside’ supone su vuelta al ruedo tras retirarse de los escenarios durante cinco años por problemas de ansiedad. En este tiempo ha dirigido además la excelente ‘Eight Grade’, uno de los acercamientos más realistas (y cringey, por supuesto) a la incomodidad adolescente que puedan verse en el cine, y ha participado en la también excelente ‘Una joven prometedora’, que a punto estuvo de darle el Oscar a mejor directora a la debutante Emerald Fennell (sí se llevó el Oscar a mejor guión original). Pero vamos hacia atrás: ¿de dónde sale Bo Burnham?
El artista saltó a la fama con tan solo 16 años cuando ‘My whole family thinks I’m gay’, una cancioncilla que subió como coña a Youtube, se hizo tremendamente viral. Siguió subiendo vídeos, firmó con el sello Comedy Central (con quienes llegó a publicar cuatro álbumes), y en 2010 llegaría el primer especial, ‘Words Words Words’, la serie de MTV ‘Zach Stone Is Gonna Be Famous’ y el libro de poemas ‘Egghead’. En 2013 se suma otro especial donde además da el salto a la dirección, ‘what.’, algo que repetiría en 2016 en el mencionado ‘Make Happy’. Es éste último el más claro predecesor de ‘Inside’ en cuanto al uso de la música para sus shows, una de las principales señas de identidad de Burnham y la razón por la que hablamos hoy de él.
Influenciado por el trabajo de músicos/comediantes como Tom Lehrer, Burnham ha ido dando cada vez más importancia a la música en sus especiales, mezclando monólogos con canciones compuestas por él, hasta llegar a este ‘Inside’ en el que directamente TODO es música, y cuya idea nació en el confinamiento duro de 2020, cuando intentaba encontrar una alternativa a sus planes de volver a los escenarios. El título hace referencia tanto a esos meses de encierro (pasamos de verle super afeitadito a verle cual Tom Hanks en ‘Naúfrago’) como a lo que hay dentro de su mente, y cómo ese confinamiento afecta a una salud mental que ya de por sí no era muy estable. Y ojo, probablemente sea de las pocas piezas “hechas en confinamiento” o relacionadas con él que resista bien el paso del tiempo, y que ha tenido un gran éxito de audiencia en lugar de espantar al personal. Su popularidad no ha parado de crecer desde que Netflix lo estrenó, y la banda sonora está alcanzando unos números espectaculares en Spotify: por poner un ejemplo, ‘All Eyes on Me’ tiene casi el doble de reproducciones que el último single de Katy Perry. Vale, Katy no pasa por su mejor momento, pero me entendéis: es una burrada teniendo en cuenta que no hablamos de un disco al uso, ni siquiera de una banda sonora al uso.
¿Qué es ‘Inside’? ¿Es un show de stand-up comedy? No, aunque hay algo de eso. ¿Es un (auto)documental, una terapia vestida de sarcasmo como el ‘Nanette’ de Hannah Gadbsy? No, aunque hay bastante de eso. ¿Es un musical? No exactamente, pero hay muchísimo de eso, y por momentos su estructura y su intensidad llega a recordar -salvando las distancias- a una adaptación libre de ‘Jesucristo Superstar’. Porque ‘Inside’ no es exactamente el retrato de un “payaso triste”, de un cómico al que no le sale hacer comedia, etc, sino más bien el retrato de un creador incapaz de quedarse quieto, de por qué esto es así, y del modo en que eso se debe a su relación con el público. Que en su primera década de carrera ya se hubiese visto sobrepasado hasta el punto de retirarse es un buen ejemplo de cómo todo va cada vez más deprisa, y por eso, aún estando ahora en su mejor momento profesional, no sabemos cuánto tiempo durará este regreso. Bo no esconde lo mucho que necesita el cariño/atención/validación del público y lo mucho que le afecta ser un yonki del cariño ajeno (que diría Taylor Zahara), especialmente en un momento en que pasamos con mucha facilidad de idealizar a linchar, de los seres de luz, los “reina” y los “es mi hijo”, a los “le odio, ojalá se muera”. La fama es, ahora más que nunca, algo que podemos querer y a la vez temer, y ese análisis de las relaciones parasociales está muy presente en su obra, como explican en un interesante artículo de Polygon: el creador mantiene como rehén a su audiencia, y su audiencia le secuestra a él; el creador necesita a su audiencia, y a su vez necesita escapar de ella.
De todo esto nos habla Burnham a través de su manera de entender la música. En este artículo vamos a hacer un recorrido por sus canciones, analizando cómo en ellas se entremezcla la comedia con el drama porque para él ambas están relacionadas, y como la música puede estar también unida a nuestros mejores momentos y a los peores. Las propias relaciones parasociales son un ejemplo de cuestión que trata Bo, y en ‘Inside’ tenemos una vídeo-reacción a sí mismo hasta que es incapaz de verse más, un videojuego en el que puede/podemos manejarle y hacerle llorar, o las explícitas ‘Don’t Wanna Know’, ‘Comedy’ y ‘All Eyes on Me’. De ésta teníamos ya en ‘Make Happy’ una predecesora: la catártica ‘Can’t Handle This (Kanye Rant)’, donde dice a la audiencia que acuda “a ver a este flacucho con una salud mental deficiente / reíos mientras él intenta daros lo que no puede darse a sí mismo”. Y en ‘Repeat Stuff’ (de ‘what.’) ironizaba sobre cómo la industria musical genera continuamente canciones básicas y catchy y cómo “ganan dinero con la pubertad, la poca autoestima y la desesperada necesidad de las niñas para sentirse queridas”.
‘Content’ es también bastante clara sobre lo parasocial, tocando incluso el punto sexual que puede haber al respecto (“look, I made you some content / Daddy made you your favourite, open wide”), pero aquí su significado se amplía para aplicarse también a la productividad, sea o no de un creador de contenido, y al fracaso sentido cuando no se consigue. Burnham se pone cada vez más político, y de una más sutil crítica al sistema en ‘Unpaid Intern’ o una canción doble sobre Jeff Bezos (maravilloso este montaje), pasa a reflexionar sin filtro alguno sobre sus propios privilegios en ‘Comedy’ o ‘Problematic’. En ‘How the World Works’ acabará directamente hablando sobre ideas marxistas y anarquistas, o diciendo cosas como que el FBI asesinó a Luther King, que “los fascistas y neoliberales están destruyendo a la izquierda” o incluso que “políticos y policías protegen a una élite pedófila”, todo esto bajo la carta del álter ego y, más importante, todo esto bajo la carta del humor. Porque desde ‘Comedy’ y su “should I be joking on a time like this?” queda claro que no es que Bo no vaya a renunciar al humor, es que lo necesita para seguir adelante o, como él mismo diría con menos remilgos, para no pegarse un tiro.
No es lo mismo reírse del country (“hoping my Southern charm offsets all these rapey vibes I’m putting out” soltó en ‘Country Song’, de ‘Make Happy’) que reírse de uno mismo, pero el amigo no tiene problema alguno en hacer esto tanto con él como con ese angst generacional en el que muchos os veréis reflejados. El mejor ejemplo, claro, es la desternillante-y-desesperanzadora ’30’, que en el documental canta mientras cumple treinta años en confinamiento. No es casualidad que parezca un tema de fun. mientras describe el miedo al llegar a los 30 por parte de aquellos que cantábamos ese “tonight we are young”: “cuando tenía 27, mi abuelo luchó en Vietnam / cuando yo tenía 27, hice una jaula de pájaros con mi madre”, “solía reírme de los boomers -en retrospectiva quizás demasiado-, y ahora los zoomers me dicen que estoy fuera de onda” o “y ahora mis amigos estúpidos están teniendo bebés estúpidos” son algunos de sus lamentos aquí.
Se muestra desencantado también con la despersonalización y desrealización a la que nos lleva cada vez más un Internet que supuestamente nos iba a liberar de las cadenas… y que acaba cegándonos con “todo el contenido, todo el tiempo: desayunos saludables, pies de famosas, y porno de Harry Potter” (‘Welcome to the Internet’). Hay además espacio para la incomunicación con nuestros progenitores, especialmente la de los chicos con sus padres por ese corsé de masculinidad (cierta frase de ‘Facetime with My Mom Tonight’ es tan graciosa como demoledora), o el reverso que encontramos en ‘White Woman’s Instagram’. Aquí, Burnham no se queda en la crítica y el humor sobre el postureo (en lo cual es brillante, por otro lado), sino que, cual Cela en ‘La Colmena’, trata de entender y dar cariño a un personaje que finalmente resulta tierno.
‘White Woman’s Instagram’ recuerda en su composición (y no es por hacer la coña) a Taylor Swift, igual que ‘All Eyes On Me’ podría ser un baladón electrónico de Charli XCX, y el toque ochentero sienta genial a ‘Sexting’ y a ‘Problematic’. Porque esa es otra: Bo tiene un olfato pop increíble, y si sus canciones tienen esos números no es solo por su ingenio a la hora de analizar la realidad, sino porque encima muchas son TEMAZOS. Es imposible que no se te pegue ‘Problematic’ aunque la escuches de fondo. Con todas estas herramientas, Burnham consigue hablar de mil asuntos a la vez, siendo esta aparente falta de cohesión y este caos todo un acierto: ¡es el caos lo que le/nos rodea! ¡Es el caos de lo que huye, y lo que anhela! No es de extrañar que incluso las canciones que a priori estarían más limitadas al confinamiento sigan funcionando: el derecho a estar mal de ‘Shit’ sigue teniendo todo el sentido del mundo, en el patetismo de ‘Sexting’ seguimos identificándonos aunque no queramos, y la resignación ante el Apocalipsis de ‘That Funny Feeling’ está aún vigente, si no más: quizás, como en ‘The Suburbs’ de Arcade Fire, el Apocalipsis ya ha ocurrido. Como un musical clásico, ‘Inside’ tiene -aún sin serlo- una canción final a la altura: ‘Goodbye’ resume todas las temáticas tratadas por el artista a la vez que finaliza el viaje que le hemos visto hacer durante hora y media de metraje, un viaje cuya última outro parece sacada de una pesadilla. Porque, realmente, es una pesadilla.
Como Isa Calderón, yo también desconfío de lo que suele venir alrededor del concepto “nueva masculinidad”, de ese chaval que es el cuñado de siempre pero ahora se pinta las uñas y dice que llora con Bad Bunny. En general, creo que desconfío de quien necesita todo el rato demostrar lo sensible y woke que es, en lugar de entender que “deconstruirse” no es tanto llegar a una meta desde la que pontificar, sino más bien vivir y, con ello, cagarla. Y aprender cuando la cagas, e intentar hacerlo cada vez menos. Bo Burnham tiene bastante claro eso, y en ‘Inside’ no puede mostrarse más vulnerable y natural, no puede (casi que literalmente) desnudarse más. Probablemente esa sea otra de las razones que hace tan especiales a sus canciones, y que hace que tantos se vean reflejados en ellas: su naturalidad y ausencia de filtros demuestra esa máxima de “para llegar a lo universal, habla de lo personal”. Y este último trabajo supone la cumbre de lo que lleva haciendo desde que empezó su carrera… de momento. Porque él dirá que “ya tiene treinta”, pero también podemos verlo como que solo tiene treinta y ya ha hecho algo como ‘Inside’. ¿Qué vendrá ahora? No sabemos, pero tómate el tiempo que necesites para darnos tu “content”, Bo.