A finales de los 90, principios de los dosmiles, a la par que el auge del europop más comercial, en la escena alternativa reinaban el post-rock y otros géneros hermanos de música oscura y densa. Y durante un tiempo, Aidan Moffat y Malcolm Middleton, Arab Strap, fueron estandartes; los amos de la depresión, del desasosiego, de las relaciones de pareja atormentadas, de la vida jodida y, sobre todo, del sexo: sexo ansioso, sexo triste, sexo frustrante… Todo envuelto con una música que tenía tanto de confesional y sombría como de adictiva.
Arab Strap se separaron sin demasiado ruido en 2006. Poco más se supo; bueno, a Aidan Moffat aún le pudimos ver recuperando canciones de folk escocés en el documental ‘Where You’re Meant to Be‘. Ahora, por fin el dúo ha regresado. Este disco se ha dejado esperar nada menos que cinco años desde que Arab Strap anunciaran su regreso, allá por 2016. Y como bien apuntaba entonces mi compañero Sebas E. Alonso, los escoceses todavía tienen mucho que aportar: siguen mostrándose perturbadores y necesarios. Porque si la última vez que supimos de ellos fue en ‘The Last Romance‘, un disco hermoso, aquí retornan al fango sonoro que les catapultó: las líneas de bajo gordísimas, las cajas de ritmo, la voz grave y amenazante de Aidan Moffat salmodiando, recitando. A veces incluso cantando. Y esas letras… «El sexo y la muerte parecen ser mis eternas preocupaciones», relataba Moffat a The Guardian.
‘As Days Get Dark’ es un disco casi inmaculado dentro de su chunguez. Ya lo decía Middleton en la misma entrevista: esto no es una vuelta a los 90. Se trata de «hacer nueva música con nuevas herramientas, no tiene sentido volver para sacar algo mediocre». En ‘As Days Get Dark’, por eso, todo es terreno ya conocido, no hay sorpresas. Sin embargo, nadie sabe perpetrar estas canciones mejor que ellos. La introducción con ‘The Turning of Our Bones’ sirve para borrar de un plumazo cualquier reticencia; esa disco-music triste, la línea de bajo de post punk claustrofóbica… No en vano, en los subtítulos del vídeoclip, el inicio instrumental aparece descrito, con bastante sorna, como «Ominous guitar music builds, with disco beats». Por encima de todo, Aidan Moffat escupiendo otra de sus historias, claro, de sexo y muerte. ‘The Turning of Our Bones’ recuerda a otros trallazos de los escoceses, como el ‘Cherubs’ con el que abrían el enorme ‘Elephant Shoe‘. Pero aquí hay además pequeños caramelos que hacen más suave el golpe: bongos, saxos desquiciados, guiños a los 80 más sofisticados, el estribillo su final abierto, con arreglos de cuerda, eufórico dentro de su oscuridad.
Las bases disco mezcladas con postpunk para bailar enrabiado y Aidan recitando, son la seña del álbum, como en ‘Compersion Part 1’, con una poética letra sobre el poliamor (compersión es el término con el que se refiere a la práctica de gozar viendo feliz a tu pareja, especialmente placer sexual con otre). Pero en el mundo de Arab Strap no todo es oscuridad absoluta, también hay espacio para la ternura, como en ‘Bluebird’, en que una instrumentación parca sirve para que brille un estribillo casi perfecto, que se queda a vivir en la cabeza. Arab Strap también tiran por el camino del post punk; de la desolación a la The Cure/Joy Division de ‘Kebabylon’, nos rescata el despliegue, casi delirio, de cuerdas sintetizadas y vientos. O recuerdan a The Sound, en ‘Here Comes Comus’, que contiene una melodía y un estribillo rotundos, definidos, con unos quiebros de sintetizador breves y brillantes, que convierten la canción en un hit de culto de 1984. O se ponen el disfraz de Leonard Cohen chungo en ‘Fable of the Urban Fox’, otro de los temas que va escalando en intensidad a medida que transcurre el minutaje. Así hasta cerrar con el moderado optimismo de ‘Sleeper’ y ‘Just Enough’.
‘As Days Get Dark’ es un disco tan pegadizo como perturbador. Recuerda a los grandes momentos de la banda, pero sin resultar para nada desfasado. La música de Arab Strap, seca, amarga, siempre tuvo una cualidad atemporal, que se mantiene. Siguen destilando mala leche y humor, suavizados por cierta ternura y un mucho de resignación. El regreso del dúo no puede ser más clarividente y glorioso.
Chica Sobresalto sube al top 1 en la nueva lista de JNSP, un peculiar tema dividido en dos en el que la cantante habla sobre su desinterés por la competencia entre artistas. Curiosamente, el disco ha sido número 1 en España, pero de manera simbólica ha caído casi 70 puestos en su segunda semana. ¿Sucederá lo mismo en JNSP?
La entrada más fuerte es Barbara Pravi, la representante francesa de Eurovisión, que es número 2 con ‘Voilà’, mientras al número 5 llega el medio tiempo de Hooverphonic. Desde esta semana se puede votar por Måneskin por petición popular.
Completan la lista de entradas Olivia Rodrigo y el dúo entre Angel Olsen y Sharon van Etten, ambas pistas en el top 10; Kokoshca y Carolina Durante en el top 20, y ya en la zona baja de la tabla black midi, Cabiria y Cola Boyy. Recordad que podéis escuchar la playlist con las 40 canciones del top y las 10 candidatas a entrar de cada semana, así como por supuesto votar por vuestras canciones favoritas, aquí. Los votos son sometidos a una fórmula matemática que beneficia a las novedades y perjudica a las canciones a medida que pasan las semanas.
Tinashe continúa su carrera de manera independiente, sin el sello que publicó sus dos primeros álbumes oficiales, y estos días ha presentado ‘Pasadena’, el primer avance de un nuevo álbum largo que verá la luz en algún momento de este año supuestamente bajo el título de ‘333’, y que sucederá al banquete R&B de ‘Songs for You‘, uno de los mejores discos de 2019.
El título de ‘Pasadena’ alude al barrio de Los Ángeles donde Tinashe se crió, y la canción es 100% veraniega, pero no tan calurosa como ‘Hopscotch’ sino más relajada y vespertina. La producción de Oliver Malcolm, presente en dos cortes de ‘Songs for You’, es ligera, próxima al indie-pop, y su base rítmica recuerda tanto a ‘Hey Ya’ de Outkast como al reciente ‘i finally understand‘ de Charli XCX, pero la voz de Tinashe y sus suculentas armonías acercan el tema al R&B… aunque la artista no esté de acuerdo con aplicar géneros a sus canciones. La base de ‘Pasadena’ fluye ligera como una pluma pero la melodía de Tinashe se desliza sobre ella con el buen gusto que caracteriza a la autora de ‘2 On’.
En este paseíto por Pasadena, Tinashe promete no abandonar nunca California, donde dice sentirse «tan libre y tan bien», observa el océano desde su ático y aboga por que nos divirtamos un poco: «nos hemos matado a currar, tenemos que vivir un poco más». Un tema que busca «ignorar todas esas cosas que no tienen sentido» para regocijarse en la simplicidad de la vida familiar. Por su parte, el rapero Buddy, artista invitado a la grabación, rapea sobre fumar marihuana o sobre un viaje a Miami que ha terminado con su VISA perdida en algún lugar.
La propia Tinashe ha explicado que «después del año que hemos tenido, he sentido una gran urgencia de lanzar música que evoque alegría, emoción y libertad» y que en concreto ha buscado «contribuir energía positiva al mundo». La cantante indica que ‘Pasadena’ «habla sobre crecer, sobre la familia y sobre los sentimientos que me invaden cuando visito el lugar donde me crié, una mezcla de motivación, nostalgia y esperanza».
Wolf Alice han publicado este viernes ‘Blue Weekend‘, el Disco de la Semana en estas páginas. El tercer disco de la banda británica compuesta por Ellie Rowsell, Joel Amey, Joff Oddie y Theo Ellis está recibiendo críticas excelentes, muchas de las cuales concuerdan en que es su mejor trabajo hasta la fecha, lo cual era difícil de conseguir dado que el anterior ganó el preciado Mercury Prize. Hablamos vía Zoom con los amables Ellie y Joff sobre las sorprendentes influencias de ‘Blue Weekend’, de Fleetwood Mac a Patrick Wolf, aunque Ellie abandona la conversación durante el transcurso de la misma para atender otra entrevista.
Antes de ganar el Mercury predijisteis que NO os nominarían pero que lo ganaríais igualmente. Al final os nominaron y además ganasteis. No confío mucho en vuestras dotes proféticas.
Joff: «No nos lo podíamos creer, estábamos completamente alucinados. Llevábamos tiempo acostumbrados a asistir a galas de premios y no ganar nada así que fue una grata sorpresa».
Tengo entendido que no os habéis gastado el dinero del Mercury. Yo pensaba que normalmente los grupos lo invertían en grabar otro disco, pero igual no.
Joff: «El dinero sigue almacenado en una cuenta, todavía no lo hemos tocado. Se nos han ocurrido algunas ideas sobre qué hacer con el dinero pero ninguna nos ha convencido de momento. Por ahora lo ahorraremos hasta que llegue una buena oportunidad de usarlo».
¿Pero pensáis invertirlo en algún proyecto musical?
Joff: «Posiblemente, sí. De momento dejaremos que nuestro sello se encargue de pagar ese tipo de cosas».
¿Qué significa el titulo ‘Blue Weekend’ en el contexto del disco?
Ellie: «Nos gusta que la palabra «azul» significa feliz y edificante pero también triste. En el disco hay canciones animadas y otras más sombrías, así que el título funciona en ese sentido. Por otro lado, cuando vives un «fin de semana» dramático, a veces este puede parecer el microcosmos de una vida entera, y las canciones del disco hablan de… cosas que pasan en la vida. Sobre todo, nos gustaba cómo sonaba el título y por eso lo escogimos».
¿Cómo fue esa estancia en un Airbnb de Somerset para escribir? ¿Qué os lleváis de la experiencia?
Joff: «Fue la primera vez que nos reuníamos en mucho tiempo con el propósito de escribir el disco. Tuvimos la oportunidad de mostrarnos entre nosotros el material en el que habíamos trabajado, enseñarnos maquetas… Fue la primera vez que escuchamos canciones como ‘Play the Greatest Hits’ o ‘Feeling Myself’ así como otros temas que no han acabado en el disco».
Somos ambiciosos y no hemos dejado que nada nos pare
Habéis dicho que el coronavirus os llevó a hacer mejores ajustes al disco. ¿En que sentido?
Ellie: «Todas las giras estaban canceladas, nadie iba a salir a la carretera… Teníamos más tiempo para completar las grabaciones y para experimentar más, para darle más vueltas a las cosas. No teníamos ninguna prisa. No afectó tanto a las decisiones musicales o a las letras pero el tiempo nos permitió reflexionar sobre las ideas que ya teníamos sobre la mesa».
Dame un ejemplo de alguna idea a la que disteis otra vuelta.
Ellie: «Por ejemplo, teníamos dos versiones diferentes de ‘Lipstick on the Glass’ y luego hicimos más versiones simplemente porque podíamos. En otras circunstancias no podríamos haber grabado a Joel tocando la guitarra acústica, pero lo hicimos porque nos encantaba el trabajo de Sufjan Stevens en la banda sonora de ‘Call Me By Your Name’ y nos dio tiempo».
¿Como habéis afrontado llegar a vuestro tercer disco? ¿Os veis mejores que nunca?
Ellie: «Estoy orgullosa de nosotros, somos ambiciosos y no hemos dejado que nada nos pare, ningún obstáculo, no nos ha parado nada que nos hiciera darnos prisa o que nos llevara a modificar nuestro sonido para que suene a lo que supuestamente gusta a la mayoría de gente».
En el disco hay shoegaze, un poco de Beach House, folk pastoral, baladas, punk… ¿Ha sido un problema unificar todo esto o en absoluto?
Joff: «Nosotros buscamos y celebramos la diversidad en nuestro sonido. Es una de las mejores cosas de estar en esta banda, que saltamos de un estilo a otro y nos retamos a hacer cosas diferentes. Me encantan los artistas y los discos que juegan con la variedad, creo que son más ricos por esa razón. Beck hace eso muy bien. Hace tiempo había un artista llamado Patrick Wolf que nos ha influido mucho. Él usaba instrumentos muy diferentes de manera muy creativa».
A Patrick Wolf le encantaba mezclar electrónica y cuerdas, se inspiraba en Björk, que también ha trabajado con Markus Dravs, productor de este disco. ¿Qué destacáis de haber trabajado con él?
Joff: «Queríamos trabajar con él porque su catálogo de producciones es increíble, ha grabado álbumes que nos encantan como ‘Homogenic’ de Björk, el trabajo que ha hecho con Arcade Fire… Por primera vez en nuestra carrera, Markus nos retó a decidir realmente qué elementos son necesarios en una grabación. Nosotros normalmente hacíamos lluvia de ideas y después las filtrábamos, pero Markus tiene una manera de grabar muy refinada, lo cual ha sido nuevo para nosotros. Me ha encantado trabajar con él, es un tipo muy divertido, a veces sin darse cuenta».
¿De verdad? ¿En qué sentido?
Joff: «Le encanta hacer bromas, es muy serio cuando tiene que serlo y otras veces nos pasamos horas con él hablando tonterías, especialmente durante la pandemia».
¿Cuáles son vuestros discos favoritos que ha producido?
Joff: «Nos gusta mucho su trabajo con Coldplay (NdE: se refiere a ‘Viva la Vida or Death and All His Friends‘ y ‘Mylo Xyloto‘). Son álbumes que comercialmente han sido muy exitosos y guardamos un enorme respeto por ellos por lo grandiosos que suenan. ‘Neon Bible’ y ‘The Suburbs’ de Arcade Fire son obviamente dos obras maestras».
No queríamos volver con un single que fuera lo mismo de siempre
El sonido 80s de ‘How Can I Make It OK’ me recuerda a algo en concreto, pero no doy con qué.
Ellie: «Esa canción la escribimos hace tiempo buscando que sonara a Christine and the Queens, en concreto a su álbum ‘Chris‘ que me encanta. Diría que la compusimos antes incluso de que saliera ese disco pero si lo hicimos después estoy segura de que fue una influencia. Definitivamente buscamos un sonido de baterías que recordara a los 80, y por supuesto la palabra «Fleetwood Mac» se mencionó por ahí porque es una canción pop con guitarras eléctricas».
En cambio ‘Play the Greatest Hits’ es muy punk, es un poco «riot grrrl».
Ellie: «Queríamos hacer una canción divertida pero que tuviera un lado oscuro también. El «riot grrrl» no nos influye realmente, nos gusta la música punk y resulta que yo soy una chica, por lo que es fácil pensar en «riot grrrl» pero realmente no hemos ido por ahí».
Me ha sorprendido un poco la elección de singles hasta la fecha. Escuchando por ejemplo ‘Delicious Things’, la veo más comercial que ‘The Last Man on Earth’, pero vosotros habéis optado por esta ultima, no sé si lo veis diferente.
Ellie: «‘The Last Man on Earth’ no es el típico single pero por eso la sacamos, era sorprendente y eso nos emocionaba, no queríamos volver después de tanto tiempo con una canción que fuera lo mismo de siempre. No queríamos decepcionar a nuestro público».
(Ellie abandona la entrevista para atender a otro periodista).
¿Con qué canción del disco conectas más?
Joff: «‘No Hard Feelings’ porque, si tienes una canción muy buena, funciona en cualquier contexto. Originalmente, la canción tenía un arreglo de piano animado en el estilo de los Beatles, pero luego cogí el bajo y empecé a tocar esa extraña melodía, y a todos nos pareció que esa era la versión que debía ser. Es maravilloso cuando tienes una canción que, con tan pocos elementos, logra captar tu atención».
‘Delicious Things’ será la favorita de muchos. ¿Qué me puedes contar de ella?
Joff: «‘Delicious Things’ es una de las canciones más viejas del disco, la escribimos durante la gira de ‘Visions of a Life‘. Me gusta su estructura porque cuenta una historia y no se toma a sí misma demasiado en serio. La canción nos dio una oportunidad de explorar sonidos con los que no habíamos trabajado hasta el momento. Esos arreglos de cuerda, los coros gritados, las baterías robustas… Grabarla fue muy divertido. Metimos cuerdas falsas en la grabación que daban bastante el pego, pero después se la mandamos a Markus para que añadiera cuerdas reales y, gracias a él, Owen Pallett ha hecho algunos arreglos de la canción. Trabajar con él ha sido fantástico».
Os tengo que hacer la típica pregunta del tercer disco. ¿Os ha preocupado el «mito» del tercer disco u os ha dado absolutamente igual?
Joff: «Lo único que hacemos es intentar complacernos a nosotros mismos. Simplemente usamos las herramientas que tenemos a nuestra disposición. Al principio de nuestra carrera la gente decía que éramos un grupo de folk pero eso era solo porque teníamos un par de guitarras acústicas en nuestro haber. Después decía que éramos un grupo de rock solo porque habíamos incorporado a un batería a la formación. No creo que el material de ‘Blue Weekend’ sea demasiado diferente de nuestros trabajos anteriores, más bien es una progresión natural de todo lo que hemos hecho. Si no trabajáramos así nuestro oficio sería muy aburrido».
¿Tú qué música escuchas personalmente?
Joff: «Mi novia y yo nos acabamos de comprar ‘After the Goldrush‘ de Neil Young en vinilo. ‘Pink Moon‘ de Nick Drake. Simon & Garfunkel. Tammy Wynette… Salen cosas nuevas chulas pero tiendo a mirar atrás más que adelante, aunque los nuevos discos de Viagra Boys y Haim me gustan también».
‘Expediente Warren’ ha resultado ser una de las sagas de terror más elogiadas por crítica y público de los últimos años. Este prestigio tiene mucho que ver con que no quisieran explotar el éxito de la primera antes de tiempo, haciendo una película cada año (como, por ejemplo, ‘Saw’), sino que crearon spin-offs, a menudo de peor calidad, como ‘Annabelle’ o ‘La monja’ con el principal objetivo de hacer dinero pero sin mancillar directamente el nombre de la serie original. La tercera parte de esta llega ocho años después de la primera, de nuevo con Vera Farmiga y Patrick Wilson como protagonistas.
Ambientada en los años 80, narra la historia real de un joven que comete un asesinato poseído por el diablo y cómo los demonólogos Ed y Lorraine Warren tratan de resolver el caso e intentan reducir su condena. La diferencia entre esta y las anteriores entregas es clara desde el principio: si en aquellas se intentaba hacer un tipo de terror más contenido y atmosférico sin la necesidad de recurrir a continuos “jump scares”, en esta el exceso se adueña de la pantalla desde el primer segundo. Esto no es algo necesariamente malo, de hecho el prólogo, que parece un clímax de lo desatado que es, es lo más valioso de la película y una declaración de intenciones en cuanto a estilo.
Con esta carta de presentación quizá uno no espere encontrarse con una gran película –ya que dichos excesos tienen también sus contras, como en el machacón uso de la música o la poca sutileza al presentar ciertos temas- pero desde luego sí deja esperanzas para presenciar una aterradora experiencia palomitera entretenida y disfrutable.
Desgraciadamente, tras dos primeros actos solventes, la trama poco a poco va tomando unos derroteros cada vez más enrevesados y ridículos, cuando no sencillamente bochornosos. Y es una pena, pues como película de terror sin más pretensiones que el simple entretenimiento, funcionaba por encima de la media: tiene buenas interpretaciones, buenos sustos, una atmósfera lograda… Sin embargo, por algún inexplicable motivo, como ya se podía tantear en la segunda película, decide centrarse de nuevo en la historia de amor de los Warren y también en la de la otra pareja protagonista, aunque esta vez de forma mucho más cursi, mucho más torpe, mucho peor. Las dosis de sentimentalismo barato que se alcanza durante el tercer acto echa por tierra todo lo anterior, destruyendo así lo que podía haber sido un episodio más que digno de la saga.
Contra todo pronóstico –a juzgar por lo que indica la primera parte de la película-, ‘Expediente Warren: Obligado por el demonio’ peca de tomarse demasiado en serio a sí misma, y precisamente por ello acaba siendo mucho más estúpida que terrorífica. La culpa no parece venir de la eficiente labor de dirección de Michael Chaves, que entiende bien el camino sembrado por James Wan en las dos primeras, sino más bien de un guion de David Johnson que no termina de aclararse con qué tipo de película quiere ser. Así, pese a algunos buenos momentos, la sensación que deja se acerca más a la decepción que a cualquier otra cosa.
Calamaro comenzó su polémica intervención en El Hormiguero hablando de su último disco de la siguiente manera: «Espero que le guste a todo el mundo, pero eso es imposible hoy en día». Este cierto sabor a derrota seguía de manera interesante: «La opinión está tan disponible que ha bajado mucho el precio. Normalmente a los discos les tendríamos paciencia. Los llevarías para casa, los escucharíamos para descubrir detalles. Espero que ocurra», decía Andrés, anticipando que tal cosa no iba a suceder. «¡Ostras!», respondía Pablo Motos, añadiendo que la música se escucha hoy en día muy deprisa.
He retrasado unos días la publicación de esta crítica, porque creo que Calamaro tiene toda la razón del mundo: la opinión, barata está. Y a los discos, desde luego, ya no les tenemos ninguna paciencia. Rara vez se dicen cosas que sirvan para algo en el programa de audiencia millonaria de ATresMedia, y rara vez un invitado muestra una honestidad tal promocionando un disco: de sus palabras no subyace sino el mensaje de que ‘Dios los cría’ no va a entusiasmar mucho. Lo cual es una pena porque era un caballo ganador, una revisión de éxitos de Andrés Calamaro con y sin Los Rodríguez junto a nombres tan queridos en España y/o Latinoamérica como Julio Iglesias, Manolo García, Raphael, Milton Nascimento o Juanes; algún nombre medio salido del underground, como Iván Ferreiro (no está, eso sí, C. Tangana, ni nadie que se le parezca); e incluso algún nombre femenino, como Lila Downs, Mon Laferte o Julieta Venegas. La pena es que pasa el tiempo y este disco no deja demasiado clavo al que agarrarse para defenderlo.
Andrés Calamaro lleva unos años con mala prensa, en parte debido a sus declaraciones polémicas, en parte debido a lo atrás que se ha quedado la figura del viejo rockero. Hace poco se desató una polémica de esas de 15 minutos porque salía en el vídeo de ‘Hong Kong’ tocándose los huevos mientras replicaba una letra antigua sobre tener «un cohete en el pantalón». ‘Dios los cría’ debería ser el disco que reconciliara al autor de la frase «140 caracteres pueden metérselos profundo en el medio del ojete» con el gran público, el que pusiera sobre la mesa que lo que importa son las canciones, el que evidenciara que es un autor como la copa de un pino y que son muchísimas las canciones que ha escrito que son historia del pop en castellano: ‘Flaca’, ‘Para no olvidar’, ‘Engánchate conmigo’… Pasada la era del esnobismo y el talifanismo indie, ¿quién en su sano juicio cuestionaría el valor de todo esto en un mundo más necesitado de autores diferentes que nunca?
‘Dios los cría’ no es, en cambio, ese disco transversal que reúna a propios y extraños en torno al legado de Andrés Calamaro. Se ha trabajado en reunir estas colaboraciones durante 4 años, ofreciendo 3 canciones a cada artista y pensando 3 posibles colaboradores para cada canción, y se ha hecho de manera unificada, siempre con Germán Wiedemer como conductor, productor y pianista, y con el mismo formato trío de ‘Licencia para cantar’, Toño Miguel al contrabajo y Martín Bruhn a la percusión. Las grabaciones son correctas y pulcras, con alguna invitada sorpresa como la trompeta de ‘Tuyo siempre’ o la armónica que toca Carlos Vives en ‘Algún lugar encontraré’. Pulcro casi de más, puesto que el conjunto resulta lineal y homogéneo, gris como la portada del disco. Sin interés por que las canciones viajen más hacia Cuba o hacia Brasil, como a veces parece que van a proponerse, ‘Dios los cría’ nunca exprime la inspiración en el son, la bossa o la salsa cuando parece que va a ser el caso. El único color lo ponen los tangos de ‘Jugar con fuego’; el resto ni contiene lo bohemio de los grandes pianistas del jazz favoritos de Germán Wiedermer (Oscar Peterson más que Johnnie Johnson parece aquí su gran referencia), ni termina de acercarse a la solemnidad del último Leonard Cohen o el Dylan de ‘To Make You Feel My Love’.
Uno de los grandes puntos flacos del disco es que Calamaro haya hecho sonar igual canciones tristes, alegres, canallas y contemplativas, como ya se vio en ‘Flaca’, totalmente desprovista de desafío y componente fumeta, ahora con Alejandro Sanz. El trabajo de Wiedemer, Bruhn y Miguel tiende a buscar la melancolía. Las canciones de Calamaro ahora quieren transmitir la contemplación del paso de los años. Así que las que mejor funcionan en este contexto son las que ya contenían cierto pesar. «Qué triste, cuando se apaga la vida» dice la preciosa ‘En un hotel de mil estrellas», sin perder un ápice de su magia con Milton Nascimento.
Otras adquieren un sentido contradictorio, si no premonitorio. «Gracias, le doy al Señor porque (…) habiendo perdido tanto, no perdí mi amor al canto, ni mi voz, como cantor», termina ‘Estadio Azteca’, optimista de más. «Dicen que para escribir es indispensable sufrir (…) Algunos se encierran solos por 40 años, los daños son las tintas de sus lapiceros», dice ‘Tantas veces’, haciéndote recordar un dato: Bowie de hecho se encerró de los 56 a los 66 años. Cohen lo hizo de los 70 a los 78 años. A ambos les salió muy bien.
Reciente confirmada en el Primavera Sound, Dua Lipa no deja de ser noticia. Esta semana ha sorprendido con el anuncio de su nuevo single. La autora de ‘Future Nostalgia’ ha arrasado recientemente con su remix de ‘Levitating’ junto a DaBaby (acumula ya 600 millones de streamings), pero no tanto con el tema que presentaba la edición deluxe de su álbum del año pasado, un ‘We’re Good’ que solo ha rondado el top 30 en UK y EE UU, y que no ha llegado al top 50 en España.
Quizá por eso su nueva apuesta es volver al álbum original y rescatar la que siempre fue una de las favoritas del público: la bombástica ‘Love Again’ que sampleaba el clásico ‘My Woman’ de los años 30, popularizado en los 90 por otro sampleo de White Town. ‘Your Woman’ fue un éxito alrededor de 1997.
Más de 20 años después, ‘Love Again’ ha devuelto la melodía de aquella canción a la imaginería popular gracias a esta canción de disco clásico que en realidad incorpora arreglos de guitarra acústica y baterías cercanas al pop-rock, convirtiéndola en la grabación más «orgánica» de ‘Future Nostalgia’. Una de las favoritas de la propia Dua Lipa desde el principio, ‘Love Again’ depende menos de los efectos de producción de, por ejemplo, ‘Don’t Start Now’ o ‘Pretty Please’ para ceder todo el protagonismo a una melodía clásica y majestuosa como las de las grabaciones disco de los años 70.
Como estaba anunciado, el videoclip de ‘Love Again’ se ha estrenado este mediodía pero, al contrario de lo que sugería su portada, en la que Dua aparece pintada como un payaso, el videoclip se apoya más en una estética country por la que no faltan toros mecánicos ni bailes en línea… ni tampoco la presencia de un huevo gigante que levita. El vídeo seguro revitalizará el curso de una canción que ya se acercaba igualmente a los 100 millones de streamings en Spotify sin haber sido single. El álbum ha vendido ya 3,5 millones de copias según las estimaciones de Mediatraffic, y tiene cuerda para rato, pues sigue muy bien posicionado a nivel internacional. ¿Recordáis cuando Dua Lipa dijo que tenía un plan de dominación mundial hasta 2022?
Por otro lado, Joe Kentish de Warner Records UK, ha concedido una entrevista en la que habla sobre cómo Dua Lipa lleva pensando en su tercer álbum desde que no había terminado el segundo, y avanza que será «diferente». La cita es: «Se está tomando su tiempo para idear el álbum en su totalidad de forma conceptual, pero su fe en sí misma y la creencia de que puede lograr algo completamente diferente y a gran escala no ha dejado de crecer». Abajo puedes escuchar también ‘Can They Hear Us’, el tema de Dua Lipa para la película ‘GULLY’ estrenado hoy.
‘Memorias de África’ es uno de los dramas románticos más recordados del siglo XX, como luego lo fueron también ‘El paciente inglés’ y ‘Los puentes de Madison’, antecedentes todos de ‘Brokeback Mountain’, remozado con protagonistas gays ya en el siglo XXI: tragedias cocinadas a fuego lento de las que te dejaban pegado a un kleenex horas, días o semanas, dependiendo de tu suerte en el momento de visionado. Son malos tiempos en cambio para el romanticismo, y la directora María Pérez Sanz ha estado muy hábil deconstruyendo el personaje de la autora y protagonista de ‘Out of Africa’, Karen Blixen, tal y como lo conocieron decenas de millones de personas.
En ‘Karen’ no vemos al personaje popularizado por Meryl Streep anhelando a ningún hombre. Si en la famosa película, esta mujer en 1913 ya no necesitaba que nadie le diera permiso para mantener una relación extramatrimonial, en la cinta que ahora se estrena, su independencia va más allá. Nadie le da paseos épicos por el cielo porque ella vuela sola en su negocio; nadie le tiene por qué lavar el pelo ni nada, si no es porque esté muy enferma. El único hombre de su vida aquí es Farah Aden, criado, amigo o apoyo espiritual en su plantación cafetera.
Inspirándose en textos de Karen Blixen ajenos a ‘Memorias de África’, donde el personaje luego interpretado por Robert Redford tampoco tenía tanto protagonismo, el somero guión de ‘Karen’ nos habla de lo doméstico, del día a día de esta emprendedora, pero sin perder de vista el colonialismo ni las críticas que ha recibido la escritora sobre este asunto. En una escena que parece fundamental, Karen habla sobre lo importante que es para ella Farah, mientras este aguarda en la puerta mirando a la nada, como un perro.
‘Karen’ es, por tanto, una película poliédrica en matices e interpretaciones que lejos de aburrir -no le da tiempo, dura 65 minutos- por su ritmo tipo Isaki Lacuesta, quien por algo sale en los agradecimientos, pide un segundo visionado, consintiendo el debate sobre su significado último y su interesante desenlace. Y un porcentaje enorme del mérito es de Christina Rosenvinge, contra todo pronóstico. La cantautora, que en los últimos años ha publicado discos tan buenos como para dejar boquiabiertos a sus mismísimos referentes internacionales (no ha fallado nunca desde el sobresaliente ‘Tu labio superior’ al sobresaliente ‘Un hombre rubio’), sube un peldaño más al resistir sin rubor ni miedo -ni aparente esfuerzo- esos planos en los que simplemente corta flores, se come un huevo pasado por agua, mea, llora.
Había cierta desconfianza por su regreso al cine después de 24 años, y con precedentes como ‘Todo es mentira’, desconfianza que se acrecenta cuando los créditos anuncian que el rodaje de esta película inspirada en África tiene mucho que agradecer… a la Junta de Extremadura. María Pérez Sanz, tan lejos en forma de otras películas feministas como ‘Entre rojas’ o la filmografía de Icíar Bollaín, sabe sacarle todo el partido a su actriz principal, convirtiendo cada uno de sus arriesgados planos lánguidos en un mensaje.
Una de las sorpresas de la temporada en el panorama nacional, y desde ya en la carrera de los Goya y los Feroz, con la colaboración del fotógrafo Ion de Sosa salvando los muebles en nuestra geografía, el montaje de Sergio Jiménez, que acaba de recibir el galardón de la Academia por la excelente ‘El año del descubrimiento’, y también la música escrita por la propia Rosenvinge. Son las dos canciones de la artista para la cinta un reflejo de lo que es ‘Karen’: su aparente modestia encierra grandes cosas.
Fangoria publican hoy su nuevo EP ‘Existencialismo pop’, el primero de una serie de trabajos en este formato corto que lanzarán a lo largo del año, que serán «tres o cuatro» según ha contado el dúo a Shangay. El EP ha venido presentado por ‘Momentismo absoluto‘, que ha sido número 1 en el top 40 de JENESAISPOP; y el single que lo promociona desde hoy en las plataformas de streaming es el tecnopop de ‘Fantasmagoria’.
El EP se compone de otras tres canciones que en realidad son la misma pero que han sido producidas en tres estilos musicales diferentes, como indican sus respectivos títulos: ‘Satanismo, arte abstracto y Rock’n’Roll’, ‘Satanismo, arte abstracto y tecno pop’ y, por último, ‘Satanismo, arte abstracto y Acid House’. El nuevo trabajo de Fangoria, que sucede a sus discos de versiones de otros artistas ‘Extrapolaciones y dos preguntas’ y ‘Extrapolaciones y dos respuestas’, ya está a debate en nuestros foros.
Esta noche, Alaska ha acudido a El Hormiguero para promocionar ‘Existencialismo pop’ y ha aprovechado para aclarar su postura sobre los negacionistas. Cuestionada por aquellas declaraciones en las que insinuaba que no «comparte los discursos oficiales sobre la covid» y aseguraba que «prefiere algunas conspiraciones», abogando por ciertos «puntos de vista disidentes» como los promovidos por Miguel Bosé o Victoria Abril, Alaska explica que no subscribe los discursos negacionistas de los susodichos pero aclara que defiende la libertad de expresión.
La artista matiza: «Yo no defiendo lo que las personas han dicho, pero defiendo que digan lo que consideren. Luego cada uno pensaremos lo que pensemos de esas personas, pero esto no es un juicio popular. Si no estás de acuerdo, y además te parece una barbaridad, me parece muy bien, pero entonces nadie hubiera dicho nada porque lo que hoy no es una barbaridad lo fue en su día. Incluso lo que es una barbaridad, y lo será siempre, no importa».
Finalmente, la cantante critica que por decir «que digan lo que quieran» ya la «metan en el saco de los negacionistas» y considera que este discurso es peligroso porque «te retrae y hace que no opines de nada».
Con la vacunación cada vez más avanzada, llega una nueva programación de conciertos para este verano en Madrid. IFEMA MADRID LIVE es una «firme apuesta de la institución por la recuperación del ocio presencial y seguro en Madrid» que «dará contenido a las noches de verano durante el mes de julio». Entre los artistas confirmados se encuentran el compositor islandés Ólafur Arnalds así como Alan Parsons Live Project, Ben Harper, Manel, León Benavente, La La Love You o Marta Sánchez, entre otros. Más info sobre artistas y entradas, aquí.
Como relata la nota de prensa, «más de una veintena de artistas se darán cita este verano en La Explanada, un espacio al aire libre en el Recinto Ferial. Un espacio preparado de gran magnitud, que cuenta con zona para la hostelería y ocio, perfectamente adaptado a las medidas y protocolos de seguridad desarrollados por IFEMA MADRID durante los últimos meses, para garantizar en condiciones óptimas la protección y comodidad de todos los asistentes».
El espacio «contará con un aforo sentado en pista y grada, con dos tipos de formato (2.000 o 3.800 personas, modulable en función de la normativa vigente); distancia amplia cumpliendo estrictamente las medidas sanitarias, y en un entorno escénico con la mayor calidad de sonido y cercanía al espectáculo».
En concreto, «este proyecto ha venido a cubrir las necesidades actuales de los promotores y del sector de la música en directo» y de hecho se comunica que «el lanzamiento de IFEMA MADRID LIVE tiene como objetivo revitalizar la industria del directo».
Artistas confirmados hasta el momento:
3 de julio de 2021 El último aplauso: (Marta Sánchez, Carlos Segarra, Ramoncín, Alejo Stivel… y muchos más).
8 de julio de 2021 Carlos Núñez: A irmandade das estrelas. 25 años.
10 de julio de 2021 Salvaje Tour (Kidd Keo, El Jincho, Ambkor, Israel B, Paranoid 1966).
13 de julio de 2021 Ólafur Arnalds + Josin.
15 de julio de 2021 Ainhoa Arteta: “Desde el alma”.
16 de julio de 2021 Sticky M.A. + Lucho SSJ + Nickzzy & ThePoing + Flaca dj.
17 de julio de 2021 La La Love You + Niña Polaca.
18 de julio de 2021 DEPEDRO Infantil presenta: Érase una vez.
19 de julio de 2021 Alan Parsons Live Project.
22 de julio de 2021 A solo evening with Ben Harper.
23 de julio de 2021 Tomavistas Extra (León Benavente + Chaqueta de chándal).
24 de julio de 2021 Tomavistas Extra (Rufus T. Firefly + Maika Makovski).
25 de julio de 2021 Tomavistas Extra (Manel + McEnroe).
Meses después de la repentina muerte de SOPHIE a la edad de 34 años, su hermano Ben Long ha hablado con Billboard sobre los planes que la familia de la productora y los sellos discográficos con los que trabajó, Transgressive Records y Future Classic, están ideando de cara a editar música inédita de la artista de manera póstuma. SOPHIE era tan protectora de su trabajo que, pese a producir cientos de grabaciones y colaborar con decenas de artistas desde su irrupción en la industria en el año 2013, apenas publicó dos álbumes en vida de manera oficial.
En la entrevista, Long asegura que existen «literalmente cientos de grabaciones» inéditas de SOPHIE que podrían ver la luz en algún momento, todas las cuales se encuentran en su posesión, pues Long ha trabajado codo con codo con SOPHIE como mánager y también como ingeniero de mezclas en ‘Oil of Every Pearl’s Un-Insides‘, el álbum de SOPHIE de 2017. Algunas están disponibles de manera no oficial en la red y son fácilmente localizables en Soundcloud, otras no.
El hermano de la productora explica que la idea que tenía SOPHIE recientemente era publicar un álbum «experimental y abstracto» primero y después sucederlo con un álbum de pop, y que «ese era el ciclo que íbamos a seguir durante años». Long indica que tiene clara la «dirección» de varios proyectos de SOPHIE porque trabajó en ellos con la artista y asegura que al menos uno de los discos, el de pop, se encontraba ya en proceso de mezcla y solo requería unos «últimos retoques». Eso sí, dice que aún es «demasiado pronto» para aventurarse a dar una fecha de lanzamiento para cualquiera de los proyectos en los que está involucrado y que lo más importante es hacer justicia a la artista.
Al menos un proyecto producido por SOPHIE sí ha llegado a las plataformas de manera póstuma en los últimos meses, el EP de Basside, con temas como ‘FUCK IT UP’ o ‘CRAZY EXPENSIVE’ que se encuentran en el lado más divertido y desenfadado de la productora. También es posible escuchar en Youtube un segundo tema de QT que no se encuentra disponible de manera oficial, tan «burbujeante» y cítrico como esperas.
Parece que el lanzamiento de ‘100 MILLONES‘ no es la única novedad que Bad Bunny preparaba para dar a conocer en el ecuador del año. Mientras su tema inédito con Rosalía ya ha desaparecido de Soundcloud, el portorriqueño presenta hoy viernes un nuevo single llamado ‘Yonaguni’ de destino incierto pero en el que vuelve a usar sus habituales ritmos de reggaetón después de regresar al trap en el single anterior. Benito y sus dos estilos musicales favoritos, siempre unidos.
El título de ‘Yonaguni’ alude a una pequeña isla de Japón que es «la isla de Okinawa más occidental y el último lugar en Japón donde se pone el sol todos los días». Con esta referencia, Benito nos viene a decir que iría hasta el lugar más remoto del planeta para reunirse con su persona amada. Así lo canta él mismo: «Dime dónde tú está’, que yo por ti cojo un vuelo / Y a Yonaguni le llego». Al final de la canción, Benito se anima a cantar en japonés la proposición «Hoy quiero tener sexo / Pero solo contigo / ¿Dónde estás?»
El videoclip de ‘Yonaguni’ se basa en una serie de escenas en las que no ocurre lo que esperas: Bad Bunny en un grupo de pintura, Bad Bunny en una clase de yoga, Bad Bunny en una fiesta, Bad Bunny paseando unos perros… pero no se saca a su chica de la cabeza.
Hoy viernes es posible escuchar un nuevo single de Bad Bunny llamado ‘Yonaguni’ anunciado este jueves por sorpresa. Dua Lipa, que hoy ha estrenado el videoclip de ‘Love Again’, interpreta el tema oficial de la película ‘GULLY’, que también puede escucharse.
Entre los singles sueltos que salen hoy, la actriz de ‘Pose’ MJ Rodriguez (Blanca) debuta con la disco ‘Something to Say’, dani sorprende con el sonido de ‘me da igual’, Ginebras y Niña Polaca presentan la colaboración ‘Magaluf’, Tinashe avanza su nuevo disco con ‘Pasadena’, John Mayer hace lo mismo con ‘Last Train Home’, Polo & Pan y Channel Tres unen fuerzas en la bailable ‘Tunnel’, Masked Wolf pasa página de ‘Astronaut in the Ocean’ con ‘Gravity Glidin’ y Jessie Ware vuelve a no fallar con el bonus track ‘Hot n Heavy’.
Ya habíamos avanzado la playlist de novedades que actualizamos cada viernes con las novedades que han salido a lo largo de la semana. Están por supuesto los estupendos nuevos singles de Billie Eilish y Jungle, así como el sorprendente tema de CHVRCHES con Robert Smith de The Cure o el intrigante single de Alexis Marshall de Daughters, que ha anunciado su debut en solitario.
Otro que ha anunciado disco es Matthew E. White, que ha vuelto con el single ‘Genuine Hesitation’, mientras han seguido avanzando sus inminentes proyectos SPELLLING con un tema ultra setentero; La Plata, King Princess, DARKSIDE, They Might Be Giants o The Mountain Goats. También hay nuevo single del disco póstumo de Prince y otro que presenta el nuevo boxset de los Beach Boys.
En cuanto a álbumes, este viernes sale el esperado nuevo trabajo de Wolf Alice, nuevo DISCO RECOMENDADO en estas páginas, como esperado ha sido también el EP que Fangoria han lanzado esta noche bajo el nombre de ‘Existancialismo pop’.
En el plano nacional, Najwa edita el disco de versiones que anunciaba hace unas semanas por sorpresa, y en el internacional salen los nuevos trabajos de Rostam, Liz Phair, Japanese Breakfast, Rise Against, James, Davilés de Novelda o la reedición de ‘Since I Left You’ de The Avalanches por su 20 aniversario.
Moby pegó un pelotazo sensacional a finales de los 90 y principios de los dosmiles con ‘Play’ y ‘18’, dos discos de electrónica y ambient que sonaron hasta la saciedad y que, incluso a día de hoy, suenan vigentes. A partir de aquí, Richard Melville, Moby, fue escurriéndose hacia cierta irrelevancia, en parte por todos sus problemas personales (depresión, alcoholismo, adicciones), en parte por su creciente desinterés por el Show Business. Tras casi veinte años de atonía, de montones de discos de música ambiental y de activismo por los derechos animales, que parece ocupar la mayor parte de su tiempo, Moby ha vuelto la vista atrás, a sus mayores éxitos. Pero en vez de publicar un Greatest Hits al uso, Richard Melville se ha aliado con Deutsche Grammophon para editar ‘Reprise’, un álbum en que revisita mucho de su repertorio, esta vez en formato acústico y/o orquestal, con la participación de la Budapest Art Orchestra y algunos invitados como Gregory Porter, el pianista islandés Víkingur Ólafsson o Kris Kristofferson, amén de colaboradores habituales como Mindy Jones. Si ‘Reprise’ es un acto enfocado a recuperar su importancia tras años de intrascendencia o un muy interesante acto de revisitación y autorreivindicación, ya dependerá de cada oyente. Muy probablemente, sea ambas cosas.
Moby es un absoluto profesional. Su entrevista, vía Zoom, pero sin vídeo por petición expresa del artista, empieza cinco minutos tarde sobre el horario previsto y él se deshace en disculpas. Moby quiere ser comprendido. De manera clara y meridiana. Y esto se muestra en un discurso preciso, lingüísticamente hablando. En los más de veinte años que llevo haciendo entrevistas en inglés, jamás me había encontrado a nadie con una dicción tan clara y precisa, tan ausente de localismos, modismos y otros giros que pudieran dificultar su discurso a los no angloparlantes. Foto: Travis Schneider
En ‘Reprise’ presentas tu repertorio de música electrónica regrabado con orquesta e instrumentos acústicos ¿Por qué has repensado las canciones de esta manera?
Creo que, para mí, hay dos maneras de responder a eso. Una es interesante para mí, pero quizás para nadie más, que es el proceso real de grabar el disco porque, normalmente, cuando trabajo, básicamente estoy yo solo en el estudio con muy poca gente. Generalmente, nadie. Y este disco está creado de una manera muy diferente; si normalmente los discos los hace una sola persona con instrumentos electrónicos, este es con 130 personas y sin instrumentos electrónicos. Lo más relevante es el aspecto emocional. El objetivo de la música es crear y comunicar emoción. Y, desde pequeño, he estado enamorado de la capacidad de los instrumentos acústicos y de la voz humana para crear emoción. Así que aquí muestro el deseo de revisitar las canciones para ver si soy capaz de coger la capacidad emotiva de la música y hacerla aún más emotiva.
¿Qué criterio usaste para escoger las canciones?
Como nunca había hecho un disco con una orquesta antes ni con un coro góspel, pensé en escoger las canciones que quería escuchar tocadas con una orquesta porque, a lo largo de mi vida, he hecho música más bien enfocada a la diversión. Y eso no funcionaría con una orquesta. Por ejemplo, una canción como ‘Honey’ del álbum ‘Play’, seguramente sería interesante intentar rehacerla con una orquesta, pero tampoco sería mi primera elección. Así que las canciones que aparecen en ‘Reprise’ son aquellas que imaginaba que sonarían especialmente emocionantes o poderosas con una orquesta gigantesca.
Tampoco parece haber una pauta a la hora de recrear las canciones. Así como hay algunas cuyas versiones son muy diferentes a las originales (‘Porcelain’, ‘Natural Blues’), otras como ‘Everloving’ son muy similares.
Es una buena pregunta. Supongo que en realidad se debe a que una canción como ‘Everloving’, cuando se escribió, en realidad era una canción orquestal… pero la orquesta era un sintetizador. Y, en mi mente, siempre había escuchado que se tocaba con una orquesta real. Y, en realidad, esa es la razón por la que, en cierto modo, casi se podría decir que [las originales] son las versiones primerizas de las canciones. Me gustan, pero en mi mente estaban casi incompletas porque estaban hechas con sintetizadores en lugar de con orquesta. Y esa es una de las razones por las que creo que son bastante fieles al original. Es como si, de una manera muy extraña, casi estuviera finalizando la canción.
Sin embargo, no fuiste a Budapest a supervisar los arreglos. Aparte de por la pandemia, ¿hubo otros motivos?
Bueno, la primera vez que trabajé con una orquesta fue para la segunda película de Jason Bourne (o quizás la tercera) con mi canción ‘Extreme Ways’; nunca antes había trabajado con una orquesta. Y cuando llegó el momento de grabar la orquesta, lo que aprendí enseguida es que las únicas personas en la sala con la orquesta eran el director y los músicos. Yo, como compositor, me senté en la sala de control escuchando la reproducción a través de dos altavoces. Y, pensándolo bien, no necesito volar al otro lado del mundo para ir a Budapest, sentarme en una sala de control y escuchar a una orquesta a través de unos altavoces. Puedo hacer eso mismo quedándome en casa. Así que esa es la razón principal. Además, no se puede improvisar con una orquesta, cuando hay tantísima gente y todos tienen la partitura enfrente, no es como tocar con un par de músicos de jazz. No; en ese momento [los músicos de la orquesta] van a tocar lo que está escrito. Y por eso me quedé en casa.
No quería ninguna «disneyficación» en los arreglos
¿Y cómo hiciste los arreglos, pues? ¿Diste instrucciones, dejaste libertad, etc?
Yo ya había escrito los arreglos, los había preparado con una biblioteca orquestal. Para ser sincero, ya sabía cómo sonaría, ya lo habíamos preparado en Los Ángeles con una biblioteca orquestal en mi teclado. Así que básicamente la orquesta iba a hacer la versión «grande» de eso. Y la única regla que le di al director fue… Bueno, hubo dos reglas. Una, que las partes ruidosas fueran muy ruidosas y las partes tranquilas debían ser muy tranquilas. La otra era que no quería ninguna «disneyficación» en los arreglos. A ver, no tengo nada en contra de Disney, pero a veces en sus bandas sonoras agregan muchas florituras y, para este tipo de música, era algo que no quería. Me estoy encontrando que muchos directores, arreglistas e incluso músicos orquestales que están muy acostumbrados a tocar partituras de Disney, esta es la forma en que abordan la música habitualmente. Así que tuve que simplificar para que no sonara como una partitura de Disney.
Hay elecciones curiosas. En ‘Porcelain’, por ejemplo, mantienes las características notas de piano, pero sacrificas el sample vocal, que es lo más reconocible de la canción.
Francamente, cuando estaba trabajando en estas versiones, simplemente estaba tratando de crear música que resonara en mí emocionalmente, no estaba pensando en la fidelidad a los elementos que originalmente habían estado allí. Yo solo estoy tratando de decir que la única razón por la que hago música es porque puede ser muy poderosa para comunicar emociones, eso es todo en lo que estoy pensando.
Es sorprendente que te haya editado Deutsche Grammophon, que es un sello de música clásica. ¿Cómo ocurrió?
Bueno, hice mi primer concierto con orquesta aquí en Los Ángeles hace cuatro años con la Filarmónica de Los Ángeles. Y después del espectáculo, Hannah, de Deutsche Grammophon, vino al backstage y me preguntó si querría hacer un disco de grandes éxitos orquestales con ellos. Yo crecí escuchando sus discos, mi madre tenía discos de Deutsche Grammophon en su colección. Y cuando trabajaba en una tienda de discos, solía desembalar sus discos. Me sentí muy honrado y asombrado también porque, cuando era joven, tocaba en bandas de punk rock y era DJ en un bar. Nunca esperé tener un contrato discográfico. Nunca esperé hacer música que alguien pudiera escuchar. Y por supuesto, nunca esperé poder trabajar con una orquesta y hacer un disco para Deutsche Grammophon.
Tengo debilidad por las voces únicas. Está muy bien que alguien tenga una gran voz, pero lo que busco es que tengan personalidad
¿Y cómo escogiste las colaboraciones? Hay cantantes que son colaboradores habituales (como Mindy Jones), otros que repiten, como Mark Lanegan. Pero también hay elecciones sorprendentes, como Kris Kristofferson. ¿Cómo surgió esta colaboración?
Tengo debilidad por las voces únicas. Está muy bien que alguien tenga una gran voz, pero lo que busco es que tengan personalidad y cualidad emotiva. Conocí a Kris Kristofferson hace veinte años y, cuando pensé en hacer la versión orquestal de ‘The Lonely Night’ [ndr: la versión original estaba cantada por Mark Lanegan, pero en la relectura se le suma, además, Kristofferson], pensé que sería increíble tener ahí su voz porque, como le ha ocurrido a Mark Lanegan, Kris ha luchado con la adicción y ha pasado por épocas muy oscuras. Y lo que quería para esta canción en particular eran voces que reflejaran humanidad y vulnerabilidad. Hubiera sido una tontería coger a un cantante de 19 años para que hablara de cómo es tocar fondo como adicto.
¿Fue complicado grabar el disco en plena pandemia?
Tuve mucha suerte, porque la mayor parte de la grabación se hizo antes de la pandemia. De hecho, la última de las cosas que hicimos fue grabar la orquesta en Hungría y se grabó en febrero del 2020. La mayoría de los cantantes fueron grabados sus propias ciudades y en sus propios estudios. Como Novo Amor, que vive en Gales; Gregory Porter grabó su voz en Nueva York. Kris Kristofferson grabó su voz en su estudio. Así que hubo mucha grabación a distancia. El único problema fue el coro de góspel, porque obviamente durante una pandemia no puedes grabar un coro de góspel. No puedes llevar a un montón de personas y hacer que se pongan una al lado de la otra y canten. Lo que tuve que hacer fue instalar un micrófono afuera y grabar a cada persona por separado y luego construir un coro de góspel en mi ordenador, porque era la única forma de tener un coro de góspel de forma segura durante la pandemia.
Bowie es mi músico favorito de todos los tiempos. Y en 1999 nos hicimos amigos, nos hicimos vecinos, nos fuimos de gira juntos, incluso de vacaciones juntos
¡Qué épico! Volviendo a las canciones, ‘Heroes’ de David Bowie es la única canción que no habías publicado anteriormente. He leído que la solías tocar con él en tu apartamento. ¿Bowie fue más una influencia como amigo o como músico?
Básicamente, Bowie es mi músico favorito de todos los tiempos. Y en 1999 nos hicimos amigos, nos hicimos vecinos, nos fuimos de gira juntos, incluso de vacaciones juntos… Y, una mañana, él estaba en mi apartamento y tocamos ‘Heroes’ con una guitarra acústica. Así que la versión de ‘Reprise’ es algo así como la unión de la canción con ese momento de estar sentado en mi sofá tocando la mejor canción jamás escrita con el mejor músico de todos los tiempos. Como amigo, era un buen amigo. Pero como músico, era lo más inspirador: como compositor, como músico de ambient, como alguien que ha experimentado con diferentes géneros… Por supuesto que adoraba tenerle como amigo… pero estaba influenciado por él como músico.
No haces giras masivas desde 2014, aunque en la hoja promocional explicas que hiciste conciertos en recintos muy pequeños que fueron una gran influencia para hacer este álbum, pero… ¿te ves reproduciéndolo en directo, con un montaje con orquesta?
No sé. En el pasado, cuando iba de gira, iba con una banda o con DJ. Nunca he hecho un concierto con orquesta, no sé qué implicaría. La verdad es que durante la pandemia ni me lo he planteado, porque hemos estado como quince meses en que no era posible realizar una gira. Y supongo que muchas salas, muchas orquestas, aún son muy cautos, porque nadie quiere programar una gira para que se cancele a la mitad por alguna nueva variante o algo por el estilo. Quizás, cuando acabe la pandemia, haga conciertos con orquesta. Pero para ser sincero, no me gusta ir de gira. Me encanta tocar, pero no quiero estar en tours interminables, no me gusta vivir en la carretera. Quizás cuando acabe la pandemia sea capaz de volver y realizar algunos shows ocasionales con orquesta. Pero es algo que aún no está ni programado.
Explicando tu propia historia aprendes mucho sobre ti mismo. También tenía la esperanza de que al contarla, alguien la pudiera escuchar
Pareces muy preocupado por entenderte y que te entiendan, ¿no? Has publicado ya dos autobiografías, ‘Porcelain’ y ‘Then it Fell Apart’ (aún inédita en castellano), el pasado 28 de mayo se estrenó ‘Moby Doc’, un documental en que repasas tu carrera de manera desmitificadora. ¿O simplemente quieres volver a tu pasado con ojo crítico?
A medida que me iba haciendo mayor, apreciaba de verdad a la gente que explicaba su historia de manera muy sincera. Me recuerdo siendo muy joven y leyendo autobiografías y memorias. Me encantaban. Hace doce años, volví a la sobriedad. Y una parte importante de estar sobrio es ir a las reuniones de los «doce pasos». Y yo iba a esas reuniones y escuchaba a extraños contando sus historias. Y eso significaba mucho para mí. Y luego me tocó contar mi historia en esas reuniones. Y descubrí que había un beneficio doble: tú cuentas tu historia y otra gente la escucha y la cree. Pero también explicando tu propia historia aprendes mucho sobre ti mismo. Así que esta es la razón por la que he escrito estos libros y he hecho el documental. Por supuesto que es algo egoísta, porque me ayuda a comprenderme a mí mismo. Es una forma de terapia. Pero la otra idea es simplemente coger mi historia y lanzarla al mundo con la esperanza de que alguien que necesite escuchar algo, que necesite conexión humana, que necesite escuchar la historia de otra persona, simplemente la pueda escuchar.
Aún no he podido ver el documental ‘Moby Doc’ (que se estrenó el pasado 28 de mayo), pero cuentas que ‘Play’ te hundió. ¿Qué sentiste, reviviendo/regrabando los temas de ese álbum?
La verdad es que para mí, en su mayoría, esas canciones, esa música, viven prácticamente aparte de ese período de mi vida en el que estaba luchando con el alcoholismo, la adicción a las drogas, la ansiedad y la depresión. Todos esos problemas psicológicos o personales estaban extrañamente separados de la música, como si la hubiera colocado en una categoría aparte. Es curioso, porque lo que recuerdo es estar escribiendo algunas de esas canciones, tocándolas, pero tampoco tengo mucha memoria, la verdad. Por ejemplo, recuerdo estar en Little Italy, donde vivía, componiendo ‘Natural Blues’… pero sinceramente, no gasto mi tiempo en pensar en todos los miles de veces que la toqué en la televisión, conciertos, donde fuera. Es raro, pero esta es la parte menos interesante para mí. Lo que más me interesa son los caminos extraños a través de los que algunas de las piezas vieron la luz.
Trump trató activamente de derrocar las instituciones democráticas de Estados Unidos (…) Dejó muy claro que quería ser un dictador
En tu segunda autobiografía relatas un episodio turbio con Donald Trump [Moby explicó que, en una fiesta en que ambos habían coincidido, antes de que Trump fuera presidente, el músico, bastante ebrio, se sacó el pene de los pantalones y lo restregó contra el magnate]. Y en tu twitter atacas al Partido Republicano en general y a Donald Trump en particular. ¿Qué opinas del fin del mandato de Trump?
No hace falta decir que Donald Trump no es sólo el peor presidente de la historia de Estados Unidos, sino también el más peligroso, porque trató activamente de derrocar las instituciones democráticas de Estados Unidos. De hecho, sigue intentándolo. Dejó muy claro cuando fue elegido que quería ser un dictador. Ya sabes, él se juntó con Duterte, con Erdogan y con Putin, como mostrando que estaba muy interesado en convertir a Estados Unidos en su propia dictadura. Afortunadamente, se fue. Pero podría volver. Y, desde luego, el Partido Republicano está intentando hacer su trabajo, están intentando acabar con la democracia en Estados Unidos. Y la gente puede creer que, como los EEUU han sido una democracia durante más de 200 años, va a ser siempre una democracia. Pero mira a Turquía, mira a Filipinas, a Hungría, mira a tantos países. Es muy fácil que la democracia desaparezca. Y es realmente aterrador que todo el Partido Republicano no tenga interés alguno en preservar la democracia.
¿Qué esperas de Biden?
Creo que Biden es lo que es: un tipo decente. Es un buen político, que sabe cómo funciona la política. Tampoco creo que sea el mejor presidente de todos los tiempos. Simplemente, es un buen político. La verdad es que está bien tener de presidente a alguien normal, no a alguien como Trump, que es un sociópata. Biden no es el mejor. Es, simplemente, un buen presidente.
El activismo por los derechos de los animales es lo más importante para mí
Eres un reconocido activista por el derecho de los animales. ¿Esperas algún paso Adelante de la administración Biden en ese sentido?
El activismo por los derechos de los animales es lo más importante para mí, más que hacer discos, más que cualquier otra cosa. Mi meta principal en la vida es ayudar a crear un mundo donde los animales no sean nunca más dañados y asesinados por los humanos. Lo que sí que he notado es que los políticos no pueden llegar muy lejos en relación a los derechos de los animales porque, obviamente, aquí los granjeros tienen un enorme poder político y, desde luego, los políticos no van a hacer mucho al respecto. Así que lo que tenemos que hacer es cambiar el mundo respecto a los animales a través de la ciencia, de películas, de libros, de las redes sociales e incluso a través de productos. Ya sabes, en EEUU ha habido muchos documentales que han abierto los ojos a la gente sobre lo que sucede en el mundo de los animales. Y hay una gran cantidad de productos alimentarios que hacen cada vez más fácil alejarse de usar a los animales como comida.
Paraíso Festival ha anunciado la cancelación de su edición de 2021 en un comunicado publicado en su página web. El mensaje llega tras días de incertidumbre vivida por el público que iba a asistir al festival y que desconocía qué iba a pasar con este a menos de un mes de su celebración (estaba previsto para el 25 y 26 de junio).
«Sentimos comunicar que la edición de Paraíso 2021 prevista para los días 25 y 26 de junio queda cancelada ante la imposibilidad de su celebración en las condiciones que todos desearíamos a causa de la Covid-19.
Hemos seguido atentamente la evolución de la pandemia en los últimos meses y apurado todas las posibilidades para llevar a cabo la edición de este año. Lamentablemente, todavía no se dan las circunstancias sanitarias y de movilidad apropiadas ni se dispone de una normativa gubernamental diseñada para poder organizar un festival de la magnitud y exigencias de Paraíso.
Por tanto, con el objetivo de priorizar la seguridad de todos los asistentes, los artistas y el equipo del festival, tenemos la certeza de que la actitud más responsable es la cancelación del festival de este año.
Todos los poseedores de entradas recibirán un correo electrónico con información detallada de la operativa para la devolución de su importe.
Os agradecemos la confianza que habéis depositado en Paraíso desde la primera edición y esperamos poder volver pronto con buenas noticias sobre el futuro del festival».
Daughters es la banda de noise rock y grindcore que en 2018 publicó el aclamado ‘You Won’t Get What You Want’, uno de los mejores discos de aquel año para varias publicaciones especializadas; si bien el grupo de Rhode Island, al cual no hay confundir con otro grupo llamado casi igual pero más popular, Daughter, lleva casi 20 años en activo y a lo largo de su carrera ha publicado varios álbumes así como vivido diversos cambios de formación. Eso sí, su cantante original Alexis Marshall nunca se ha ido a ninguna parte.
Hoy, el carismático Marshall anuncia que su primer disco en solitario verá la luz el próximo 23 de julio bajo el título de ‘House of Lull . House of When’. El álbum ha sido producido por Seth Manchester, quien ya se encargara del último álbum de Daughters, y el primer avance no es precisamente tan accesible como ‘The Reason They Hate Me’. Mucho más extremo en su uso de guitarras eléctricas que marcan el ritmo de manera robusta y plúmbea y percusiones que parecen pesar toneladas, ‘Hounds in the Abyss’ se arrastra por el camino de un noise-rock bastante extremo que evoluciona hacia la psicosis.
Como psicótico suena también Alexis aullando sobre la base una letra en la que se dirige a un acosador, preguntándole cosas como «¿eres tú quien lanza piedras a mi ventana de noche? ¿Eres tú quien se queda de pie delante de mi casa cuando estoy solo? ¿Eres tú quien espera en el parking a que salga de trabajar? ¿Eres tú la que llama a casa de mi madre y luego cuelgas». Ni cabe decir que toda esta paranoia -que puede no ser tal- está perfectamente plasmada a la música.
01 Drink From the Oceans . Nothing Can Harm You
02 Hounds in the Abyss
03 It Just Doesn’t Feel Good Anymore
04 Youth as Religion
05 Religion as Leader
06 No Truth in the Body
07 Open Mouth
08 They Can Lie There Forever
09 Night Coming
Podimo es la plataforma para escuchar podcasts cuya interfaz más tiene que ver con tu plataforma de streaming habitual: es realmente la manera más PRO de escuchar podcasts. Disponible en España, Alemania, Dinamarca y 20 países de América Latina, reúne miles de podcasts y audiolibros en español tanto en abierto como en el apartado Premium, con programas completamente exclusivos que no se pueden encontrar en ningún otro sitio. El coste de la suscripción es de 3,99 euros al mes, si bien desde JENESAISPOP ofrecemos una suscripción gratuita durante 30 días a partir de este link.
Son muchos los podcasters que han decidido publicar en Podimo de manera exclusiva. Es el caso de Los Teloneros de Quequé, Miguel Martín y Ana Medina, que tras una dilatada carrera en la que han invitado a Ginebras, León Benavente, Monterrosa y Sidecars, entre otras decenas, han publicado ya episodios únicamente en Podimo, con Paco Loco o Iván Ferreiro. También con Zahara, que por otra parte está realizando una serie de episodios exclusivos explicando el proceso compositivo de ‘PUTA‘, centrándose en producción, letras, la historia de la copla… En el episodio disponible desde hoy jueves, Zahara charla durante más de 1 hora con el director de JENESAISPOP, Sebas E. Alonso, sobre su evolución musical desde sus inicios hasta hoy, localizando los muchos precedentes de ‘PUTA’ en su discografía, y releyendo los primeros comentarios que recibió en nuestro site.
En el amplio abanico de podcasts exclusivos, Podimo también ha apostado por el «teenager» Keep It Cutre, de lo campechano a lo escatológico, o Hasta que la muerte los una, con capítulos dedicados tanto al suicidio de históricos como a la negligencia. Pero también encontrarás lo mismo el show de entrevistas de Felipe González que una serie exclusiva sobre Federico García Lorca. El podcast de JENESAISPOP, Revelación o Timo, también está disponible en Podimo, como muchos sabéis.
Os recordamos que os ofrecemos una suscripción gratis que dura 30 días. Para dudas y preguntas sobre Podimo, podéis escribir un DM en redes sociales a @podimo_es.
El nuevo sencillo de ‘Happier than Ever’ lo apuesta todo a la sutileza de una producción neo-soul minimalista en la que destacan dos cosas: por un lado, el hilillo de voz de Billie, en primer plano, tanto que por momentos es capaz de distorsionar la grabación; y que la artista moldea a su antojo, enredándola y rompiéndola cuando le apetece; y por el otro, ese bajo funky tan característico, que está aunque no lo parezca.
La melodía no conmueve como la de ‘everything i wanted‘, la composición no sorprende como la de ‘my future‘ y la producción depura completamente los efectos electrónicos espeluznantes que han caracterizado el trabajo de Billie hasta ahora. Pero ‘Lost Cause’ es una canción elegante que gana con los pequeños detalles, como las voces y efectos que se van incorporando poco a poco, enriqueciendo una grabación que se mantiene minimalista ante todo. Una elección arriesgada pero que funciona.
Este es uno de los cuatro adelantos que conocemos de ‘Happier than Ever’, el disco que Billie Eilish publica el 30 de julio y que será a todas luces uno de los grandes éxitos comerciales del año. Como se mostraba en los teasers, la cantante aparece en el nuevo vídeo junto a unas amigas, exprimiendo el look que le vimos inaugurar en la entrevista de Vogue. En este caso, el estribillo de ‘Lost Cause’ contiene más mala baba y energía que el de ‘Your Power’ desde su misma letra: «te crees que eres un macarra, pero no tienes trabajo, no eres más que una causa perdida».
Por este trozo se podía haber deducido que ‘Lost Cause’ sería una canción uptempo, al menos un poco más animada de lo que lo ha sido el single principal, pero finalmente este no es el ‘bad guy‘ de esta era, exactamente.
‘Your Power’ se mantiene en el top 30 de la lista de singles de Reino Unido y en el top 60 de la de Estados Unidos, también en torno al top 50 del chart global de Spotofy; pero ya ha salido fuera de todo el top 100 oficial español, lógico teniendo en cuenta que en España estamos obsesionados con el reggaetón. En cualquier caso, ‘Your Power’ ha supuesto un mini éxito para Billie pero parece claro que esta atmosférica balada acústica no será la mayor apuesta de esta era. Por otro lado, la cantante ha anunciado recientemente gira mundial en presentación de ‘Happier than Ever’, ya para 2022. No hay parada en España, pero sí en diversos lugares de Europa.
Una de las cosas que más habitualmente hace la crítica es valorar negativamente discos que suenan destartalados o demasiado deudores de sus influencias. Wolf Alice nunca han tenido ese problema. A ellos les encanta explorar multitud de estilos en sus discos pero consiguen que todos ellos suenen coherentes y totales gracias a su intuición y a la labor de los productores con los que trabajan, pero sobre todo a la calidad de sus canciones. ‘Blue Weekend’, su tercer disco, vuelve a ser un magnífico ejemplo de ello.
Muy esperado después de que Wolf Alice ganaran merecidamente el Mercury Prize en 2018 por su segundo trabajo ‘Visions of a Life’, ‘Blue Weekend’ es uno de esos discos que son “demasiado poperos para los fans del rock” y «demasiado rockeros para los fans del pop” pero que son mejores precisamente por eso mismo. En comparación con el álbum anterior, las canciones son más robustas, dramáticas y expansivas, la producción de Markus Dravs es más evocadora, luminosa y atmosférica y las canciones vuelven a ser muy diferentes entre sí, sin que la coherencia de la obra se resienta en absoluto.
Que Wolf Alice es una de esas bandas que saben digerir sus influencias es obvio desde el primer disco, pero en ‘Blue Weekend’ lo es más todavía. Es lo que tiene que Ellie Roswell sea una vocalista con estrella, extraordinaria, y que el grupo solo sepa componer canciones sólidas. Pero también tiene mucho que ver que varias de las pistas miren bastante atrás en el tiempo. Si ‘Delicious Things’ habla de no encajar en Los Ángeles, tiene sentido que su estribillo busque tocar el sol con los dedos como los de Fleetwood Mac, pese a que instrumentalmente la canción apunta más bien al dream-pop sesentero de Beach House.
Este tipo de melodías armonizadas y grabadas en capas asoman en otros cortes como ‘Lipstick on a Glass’ o ‘Safe from Heartbreak (If I never fall in love’), pero a su vez estas canciones no pueden ser más diferentes entre sí: la primera empieza con unos punteos de guitarra eléctrica que apuntan al rock alternativo de los años 90, pero luego se va por derroteros más místicos, casi góticos, con una Ellie que nos habla sobre una relación tóxica con la que se entretiene porque no encuentra nada mejor, y que suena entregadísima en una actuación vocal medio operística a lo Kate Bush; y la segunda es una preciosa balada folk en la que la artista desnuda su vulnerabilidad sin desahogos guitarreros de por medio.
Luego está el primer single ‘The Last Man on Earth‘, una balada setentera espectacular que critica el egocentrismo de una persona que desea leer «líneas y líneas» sobre sí mismo en todos los libros que se encuentra y que mejora dentro del contexto del disco. Y ahí reside el mayor problema de ‘Blue Weekend’: a Wolf Alice no parecen haberles salido esta vez singles históricos como ‘Bros’ o ‘Don’t Delete the Kisses’ que no pueden estar más claros en una primera escucha. En su lugar han hecho una serie de fantásticas canciones que funcionan mejor en conjunto que por separado, un poco lo mismo que sucedía con el último disco de Haim, que también es el tercero. Por ejemplo, el single ‘Smile‘ es ultra-potente y motivador como un hit de Garbage sin acercarse a ningún hit de estos, aunque su mensaje contra el patriarcado es empoderador; ¿y alguien es capaz de ver un single como tal en la acústica ‘No Hard Feelings’, que aparte de mencionar ‘Love is a Losing Game’ de Amy Winehouse es bonita pero ya?
Al final toca buscar otras sorpresas de ‘Blue Weekend’ en otras partes. Por ejemplo, algunas transición entre canciones es para frotarse los ojos. ‘How Can I Make It OK?’, que habla sobre la necesidad fundamental de cualquier ser humano, la de ser feliz, es la canción más ochentera jamás publicada por Wolf Alice, pero en lugar de irse a una discoteca nos lleva a las melodías instrumentales más serenas y «cheesy» de un Phil Collins; y la pista siguiente, curiosamente titulada ‘Play the Greatest Hits’, es un balazo 100% punk que no tiene nada que ver con la anterior. ‘Blue Weekend’ prospera en estos saltos de estilo imposibles a través de canciones muy buenas que nunca destacan demasiado por encima de las otras.
Pero entre estas composiciones también es posible toparse con «growers» como la sensual ‘Feeling Myself’ que pasan desapercibidas en un principio pero luego te ganan gracias a una melodía escalofriante en la que no habías reparado. Los detalles de producción de Markus Dravs hacen mucho, pero el carisma de Ellie Roswell y su capacidad para elevar cualquier género lo supera con creces. Y entre esto y que Wolf Alice enmarcan el álbum con dos canciones llamadas ‘The Beach’ de grandes crescendos y épicas shoegaze, queda claro que ‘Blue Weekend’ es uno de esos trabajos que se acercan a ser redondos sin necesidad de contener singles capaces de cargar con todo el álbum a sus espaldas.
Hits
Desde SM Entertainment, NCT Dream es una de las escisiones de la boyband surcoreana NCT. Su primer disco se llama ‘Hot Sauce’, conteniendo la clásica amalgama de estilos de este género, de la balada ‘Rainbow’ al explosivo batiburrillo de su gran hit también llamado ‘Hot Sauce’. En este caben las guitarras acústicas en la escala melódica de The Neptunes, los ritmos trap, los giros melódicos tipo Eurovisión y, en definitiva, el color del k-pop.
‘Hot Sauce’ ha tenido una repercusión muy tímida en mercados anglosajones, logrando llegar a la lista “Heatseekers” de Estados Unidos y a la digital de Reino Unido, pero como suele ser en estos casos son migajas, pues su mercado es básicamente Corea del Sur y Japón. En Japón el disco ha sido número 1, pero ha sido en Corea del Sur donde ha manejado las cifras más astronómicas. Se contabilizaron 1,7 millones de pre-pedidos y según las estimaciones de Mediatraffic, más conservadoras, se vendieron 1 millón de copias durante la primera semana y 600.000 durante la segunda de manera global. Esto asegura a NCT Dream un lugar entre los discos más vendidos de 2021 en todo el mundo, pues como hemos comentado otras veces, Occidente ya no consume discos de manera tan sumamente masiva.
Flops En el lado opuesto, el último disco de Lana del Rey, que ha supuesto una gran decepción en el terreno comercial. La cantante ya no aspira a vender 7 millones de álbumes como sucedía con ‘Born to Die’, que continúa en las listas de éxitos 400 semanas después, pero es cierto que ‘Norman Fucking Rockwell!’, sin ser uno de los discos más vendidos de 2019, resistió bastante bien en algunas listas para lo que era en cuanto a singles. Funcionó a modo de sleeper y pudo arañar un disco de oro en mercados como Reino Unido y Dinamarca. En el Billboard 200 logró resistir 25 semanas: para la dinámica que vive dicha lista, llena de series medias y one hit wonders, ni tan mal. Se estimaron unas ventas globales cercanas al millón de unidades (Mediatraffic estimaba 850.000 hace algo más de un año).
Pero un camino muy diferente ha seguido ‘Chemtrails Over the Country Club’, que iría por 440.000, pero está ya fuera de las tablas más importantes. Pudo ser número 1 en Reino Unido y número 2 en Estados Unidos, pero el disco se ha esfumado de las listas de éxito muy pocas semanas después. En el Billboard 200 duró 4 semanas. En Reino Unido, su principal bastión, tan sólo 7 frente a las 26 que resistía el anterior.
Descontando el disco de poesía, este es el álbum de Lana del Rey que menos ha vendido desde su debut perdido y eliminado del mercado ‘Lana del Ray’, y el primero que no tiene ninguna certificación de oro/platino en su haber. No parecía que fuera su intención, y no ha contribuido en nada que la cantante anunciara otro/s disco/s mientras sacaba este, y haya estrenado hasta 3 canciones nuevas, pero es una pena que no haya vídeo, directo o promoción alguna para joyas como ‘Yosemite’, ‘Breaking Up Slowly’ o ‘For Free’. No querría estar ahora mismo en el pellejo de su discográfica, cuyas reuniones me imagino como un “eyerolling” después de otro tras tantísimas ocasiones perdidas; pero todo bien para las diferentes partes, mientras ‘Born to Die’ continúe generando semejantes beneficios.
JUNGLE, que publican su nuevo disco, llamado ‘Loving In Stereo’, el próximo 13 de agosto, ya nos habían dejado ver un elegante adelanto del mismo, ‘Keep Moving’. Ahora es el turno de conocer ‘Talk About It’, que será nuestra “Canción del Día” durante la jornada de este jueves.
Se trata de una de las canciones más aceleradas del dúo autor de ‘JUNGLE‘ (2014) y ‘For Ever‘ (2018), en la que no pierden el gusto por las ambientaciones del soul y esos parajes desérticos que tanto hemos visto en las producciones de Danger Mouse o The Black Keys. Solo que esta vez entregadísimas a la pista de baile, más en sintonía que nunca con esos geniales vídeos coreografiados que suelen ser la seña de identidad de JUNGLE. Lo mismo esto podría haber sido un hit de Fatboy Slim que de Duck Sauce, solo que la sofisticación es más bien la de Avalanches.
En este caso, y a través de una sola toma, asistimos a una sesión de terapia en grupo, en un polideportivo vacío, en el que los participantes pasan a expresarse y a encontrar su catarsis en lo físico a través de una coreografía, para dejar sus problemas atrás. De ahí que la letra hable sobre verbalizar lo que nos pasa para encontrar «la luz de sol» y «empezar de nuevo» en lugar de «dar media vuelta». Dirigen J Lloyd y Charlie Di Placido, mientras la coreografía es de Nathaniel Williams (habitual de las performances de Stormzy) y Cece Nama. Colabora en la canción Inflo, a quien conoces por su trabajo con dos de nuestros favoritos: Michael Kiwanuka y Little Simz.
Comenta el propio grupo: “’Talk About It’ realmente sirve como muestra de la energía que hemos puesto en este álbum. El riff del bajo y el ritmo de la batería fueron grabados muy pronto, durante el proceso de composición del álbum y fue una canción en la que realmente logramos encapsular la esencia de la idea desde el principio, sin trabajar en exceso en ella. El vídeo transmite una gran energía y fue uno de los últimos que grabamos en la semana en que estuvimos con los videoclips. Se puede sentir que los bailarines están al límite y eso le da una atmósfera increíble a su interpretación».
Mientras todavía estamos dándonos cabezazos contra la pared por no haber llevado ‘Lo malo’ de Aitana War al Festival de Eurovisión, Ana Guerra se ha pasado por El Hormiguero para revelar al mundo cuál es su nueva identidad. “Prometo ser muy sincera”, dijo nada más salir, con cierta seriedad.
Ana Guerra ha revelado que ha descartado un disco entero, para trabajar en otro que sitúa como “uno de los más importantes de su vida”. En el programa de Pablo Motos ha contado que se reunió con su discográfica el pasado mes de octubre, dos días después de que ella tuviera “una revelación”: ser “musicalmente otra cosa”.
El confinamiento, y las preguntas que se hizo durante el mismo, han sido fundamentales para realizar un «cambio hacia otro lado de la música, que igual no es la que más suena ahora mismo», echando por tierra todo el dinero que se ha invertido en su personaje pasado. Para convencer a su sello, que es Universal, se sentó el piano y dijo que eso era lo que quería ser.
El resultado se ha podido ver en el single que ha lanzado recientemente, ‘Tik Tak’, que no tiene nada que ver con la red social casi homónima, sino que apela a disfrutar del paso del tiempo («no hace falta que pares el tiempo, que me gusta su tik-tak»). Musicalmente, Ana Guerra se acerca a los territorios de Malú y su paisana Rosana, con la que ha llegado a compartir escenario, con algún punto en común también con Vanesa Martín e India Martínez, quienes han trabajado con David Santisteban, que es el productor de ‘Tik Tak’.
En el vídeo de la composición, Ana Guerra se despoja de maquillajes y artificios, porque como ha explicado en El Hormiguero, «quiere ir desnuda por la vida y en la música también». La canción, con cierta progresión tipo Coldplay, perceptible en algún punteo también, parece intentar convertir a Ana Guerra en una artista más de álbumes que de singles: adiós a los platinos conseguidos por cosas como ‘Lo malo’ o ‘Ni la hora’ con Juan Magán. Si no consigue hacerse un hueco en ese territorio, ella lo tiene claro: «el éxito es ser feliz con lo que estás haciendo». El álbum de Ana Guerra, tras una criba entre 40 canciones, saldrá después del verano.
Texas están sacando disco cada 4 años, así que cabría exigir un poco más a la banda que supo evolucionar desde ‘Southside’ (1989) a ‘White on Blonde’ (1997). Sin ser mal disco, sin ser el peor álbum de su carrera, pues tal mérito continúa perteneciendo a ‘Red Book’ (2005), ‘Hi’ no termina de ser ese puñetazo en la mesa que ponga en valor el legado de la banda. Después de dos álbumes de los de Sharleen Spiteri que no estaban mal, ‘The Conversation’ (2013) y ‘Jump on Board’ (2017), este es el tercero con el mismo resultado, incluso aunque la aproximación sea diferente.
Esta vez el punto de partida no ha sido alguna colaboración con Richard Hawley y Bernard Butler o simplemente hacer las mejores canciones posibles al margen del estilo. Esta vez han buceado entre unas sesiones olvidadas y descartadas de su obra maestra ‘White On Blonde’. En ellas se han inspirado para componer nueva música y eso se nota, pues muchas de estas composiciones nos llevan a aquellos tiempos.
Wu-Tang Clan aparece en un remix del nuevo single ‘Hi’ como antes en un remix del clásico ‘Say What You Want’, ‘You Can Call Me’ tiene un riff que recuerda también a ‘Say What You Want’, y te das cuenta de que las canciones pululan definitivamente por los Texas del siglo XX cuando ‘Hi’ tiene un algo a ‘Summer Son’ y ‘Moonstar’ a ‘Prayer for You’.
Sin embargo, donde viejas joyas de su carrera como ‘Black Eyed Boy’ o ‘Put Your Arms Around Me’ encerraban «middle eights», desarrollos, puentes o finales trabajados, estas otras canciones suenan holgazanas, con la repetición como único recurso para adherirse a tu memoria. Es el caso de ‘Just to Be Liked’, que como ‘Moonstar’ cuestiona el uso que hacemos de internet, o de ‘You Can Call Me’, que al final se conforma con repetir muchas veces «You mean everything to me».
‘Mr Haze’, con su sample de ‘Love’s Unkind’ de Donna Summer y su referencia nada velada a ABBA («gimme, gimme, gimme») debería haber sido o bien más RuPaul’s o bien más sutil, quedando en un camino intermedio nada interesante. En este largo, más que en los singles, Texas parecen cómodos en las canciones modestas, lo cual suele pasar cuando te resistes a compartir créditos con las personas adecuadas para rematar buenas ideas. Aquí, y contra todo pronóstico, Texas ofrecen canciones monas cuando se aproximan al bedroom pop sin renunciar a clásicos tipo Ben E King (‘Dark Fire’), al indie pop tipo Smiths/Drums (‘Look What You’ve Done’) y al rock sin apellidos (‘Sound of My Voice’). Ojalá un disco entero por ese camino.
Este viernes 4 de junio se estrena en cines ‘Karen‘, un proyecto ambicioso y modesto a partes iguales. Lo primero por quién inspira la cinta y por quién lo protagoniza después de tantos años apartada de la gran pantalla; lo segundo porque es una película pequeña y corta (65 minutos), que no carente de mensaje e intenciones.
La directora y guionista María Pérez Sanz -en esto último la acompaña también Carlos Egea- se han inspirado en la historia por toda una generación conocida de ‘Memorias de África’…, pero solo para desproveerla de “épica, historias de amor, safaris y fiestas de alto copete”. La aproximación a la autora del libro original, Karen Blixen (que firmaba con el pseudónimo Isak Dinesen, entre otros) es muy diferente. Hablamos sobre todo ello con la propia Christina Rosenvinge.
¿Cuál ha sido tu principal motivación para hacer esta película?
María tenía un proyecto radical muy atractivo y ella me parecía una capitana de barco perfecta, que iba a llevar a cabo la misión que se había propuesto. ¿Tu origén danés fue determinante?
Para ella, sí. Porque yo al principio dudaba, y cuando le había dicho que sí a la música, pero no sabía si hacer la película, me decía: «sin ti no se va a hacer». Yo respondía: «qué responsabilidad me pones encima, María…».
¿Cómo os conocisteis?
Nos conocimos en una presentación de ‘Un hombre rubio’, vino al camerino, y yo me di cuenta de que había una chica con rizos que me miraba muchísimo. Después, apareció en mi casa en una fiesta, y me dijeron que me quería proponer algo. Me dijo que quería hacer una película y en principio yo iba a hacer la música. Quedamos para que me lo contara, y me dijo: «no te he dicho que me gustaría que la protagonizaras». Pensaba decirle que no porque estaba en plena gira, pero me convenció. Es carismática, tenía una buena idea. Y como decía (el fotógrafo de la película) Ion de Sosa, «no se le puede decir que no a una película indie». Es pecado mortal, te cae un rayo y te parte (risas).
¡Es muy indie, eh!
Es muy indie, sí (sonríe).
Has hecho pocos acercamientos al cine. ¿Qué te ha llamado tanto la atención de este proyecto?
Es un concepto muy radical: coger una película que conoce todo el mundo y quitar lo épico y reducirlo a un drama doméstico. La propuesta me parecía irresistible. ‘Memorias de África’ es una película famosísima del siglo XX, con una actriz que es de las mejores del mundo. Y ‘Memorias de África’ es ya de por sí una mitificación de una novela que es ‘Out of Africa’. Años después de todo eso, Karen escribió una revisión, llamada ‘Sombras en la hierba’, pero ya mucho más desmitificada.
«No se le puede decir que no a una película indie»
‘Memorias de África’ tiene un punto feminista, pero también está el tema de que esta película retrata una relación entre una mujer y su criado. Parece una amistad, pero ella es su criado. ¿Cuál es el mensaje principal de la película?
‘Memorias de África’ no es feminista en absoluto porque potencia la historia de un romance como centro de la película. En el libro, no es el centro ni mucho menos. Denys Finch Hatton es solamente una de las historias. Pero es que además dentro del propio libro, está sobredimensionado. En sus cartas, no hubo tanta presencia de este hombre.
Decía lo de feminista porque vi ‘Memorias de África’ este domingo…
No resiste bien el paso del tiempo, ¿no?
Bueno, me pasé la mañana llorando.
¿Ah, sí? (risas) La recordaba de otra forma. Como ahora conozco la historia mucho mejor… Se notan los matices de Hollywood. Es mucho menos fiel a la historia de lo que yo recordaba.
Karen no es feminista de palabra, no forma parte de una comunidad, no establece lazos con otras mujeres… pero es feminista de facto
Para ser 1913 o 1914, hay un par de detalles en que se ve muy bien que ella elige, que no necesita permisos para según qué cosas.
Eso es fiel a la realidad. Desde muy joven tiene muy claro que es dueña de su destino. Ella quiere llevar una vida apasionante como la de su padre, que había combatido en guerra, había viajado… y eso es lo que la lleva a la aventura africana. No quiere llevar una vida burguesa de pequeña sociedad. Quiere vivir a lo grande. No es feminista de palabra, no forma parte de una comunidad, no establece lazos con otras mujeres… pero es feminista de facto. Es una llanera solitaria.
La relación entre ella y el criado no se sabe muy bien si es amistad o explotación.
Totalmente. Es una relación muy apasionante porque tiene muchos matices distintos. Realmente tiene una dependencia emocional. Por otro lado, él asume el papel de protegerla como parte de su misión. Tiene familia y un montón de hijos.
«Yo tuve una granja en África» es algo que no se puede decir inocentemente. Ella tiene una granja en África porque los pobladores no tienen derecho a comprarla
Pero en pleno movimiento «Black Lives Matter», se la puede ver como una explotadora y ya está…
Es que también lo es. He leído estudios postcoloniales de escritores kenyanos, como Ngũgĩ wa Thiong’o y él no la perdona. Él piensa que el libro (de Karen Blixen) hace un daño, porque expone una visión romántica e idealizada, y al mismo tiempo condescendiente y paternalista de la población indígena, a pesar de que la relación que ella tiene con ellos es mucho más avanzada respecto a los colonos británicos. Ella hace escuelas, se preocupa de que vivan bien, de que tengan educación, de que estén bien pagados, pero sin renunciar a su posición, que considera de alguna forma destino divino. «Yo tuve una granja en África», que es como empieza, es algo que no se puede decir inocentemente. Ella tiene una granja en África porque los pobladores no tienen derecho a comprarla. Hay que hacer una nueva lectura de todo esto. De todas formas, eso no merma en absoluto el hecho de que ella fue una escritora maravillosa. Una contadora de historias potentísima, entre las mejores, si no la mejor del siglo XX. No solo por ‘Memorias de África’.
¿Cómo has trabajado como actriz después de tanto tiempo sin hacer cine? Todo el mundo recuerda ‘Todo es mentira’…
¿Sabes qué juega mucho a mi favor? Que ya no tengo pudor ni miedo a nada. Ni a salir medio en pelotas, sin maquillaje, destruida… En otro momento habría tenido más reparo. Lo considero un regalo. Para mí la parte performativa ha sido divertidísima. Era la persona más feliz en el rodaje. También como actriz, con alguien que te está maquillando, que te ofrece un café… en vez de estar de rodillas en el escenario enchufando cables (risas) Era la única persona del equipo con una habitación con un balcón, unas vistas maravillosas. Todos los demás dormían de dos en dos.
¿Te ves en la carrera de los Goya?
No sé, no sé… me gusta que a mucha gente le haya sorprendido la interpretación. Me preguntan mucho por qué no he hecho más películas. Siempre digo que no es porque no haya querido, es porque no ha habido oportunidad.
Llevas el peso de manera brutal, no sé si te agobiaba…
No le tenía miedo a este personaje porque lo conocía mucho desde antes de empezar. Y había muchas cosas que podía aportar a la película. Llevo toda la vida desayunando en la vajilla de la película. La tienen todas las familias bien de Copenhague, es la clásica que se tiene allí. Había cosas que le decía a María: «aquí un huevo pasado por agua no se come así. Se pone en la tablita de madera, tiene que estar 5 minutos…» Para ella era de lo más exótico, pero culturalmente yo podía aportar mucho sobre cómo viven esas familias en Dinamarca, porque es el tipo de familia del que vienen mis padres.
Soy de la escuela de Sakamoto, me conozco su música de arriba a abajo, lo que me sale al hacer cine es Sakamoto. ¡Por fin tenía una oportunidad de imitar a mi héroe! ¡Y me lo tiró para atrás!
Casi no hay música en la cinta, pero toda la que hay se identifica como creación tuya, por voz, acordes… La banda sonora original de ‘Memorias de África’ es muy famosa y esto no tiene nada que ver…
Cuando María me dice que quiere que haga la música, le digo: «tengo una canción sin letra, como de los años 30, y no me cabe una letra en castellano porque además desmerecería esa melodía». No sabía qué hacer con ella. Se me había ocurrido dos o tres meses antes. Es perfecta para esto. La toqué en el piano y la tenía metida en un instrumento que es como una caja de música donde tú escribes música.
Esa es ‘My Life Again’. ¿Y la otra?
La otra no salió a la primera. Hice un tema completamente distinto con piano y sintetizadores. María insistía en que el piano era grandilocuente, y ella quería hacer algo más doméstico. Pensamos en hacerlo solo con guitarra.
¿Querías meter sintes en una peli de época?
Sí, soy de la escuela de Sakamoto, me conozco su música de arriba a abajo, lo que me sale al hacer cine es Sakamoto. ¡Por fin tenía una oportunidad de imitar a mi héroe! ¡Y me lo tiró para atrás! Pero bueno, desde aquí lanzo el mensaje a otros directores de cine. Me gusta mucho la idea de componer un instrumental. Nunca había hecho una guitarra solista, es otra cosa que he hecho por primera vez.