Inicio Blog Página 859

Corine, la refrescante diva disco-kitsch que necesitábamos

8

Cinco años después de ‘Random Access Memories’ de Daft Punk, tan imitado por numerosos artistas, la música disco ha vuelto a pasar a un segundo plano sólo apto para nostálgicos, mientras ritmos latinos mezclados con hip hop dominan el panorama pop. Sin embargo, ese género bailable nutrido de funk y soul difícilmente morirá gracias a los movimientos cíclicos de las modas y, también, a algunos nostálgicos que conservan prendida la llama de las bolas de espejo y los pantalones de campana. Es el caso de Corine.

Esta artista francesa, esgrimiendo un palpable sentido del humor y una estética esmeradamente kitsch (con esa melenaza de rizos rubios que le confiere un look a medio camino de Donna Summer, Goldfrapp y Bonnie Tyler), se ha propuesto animar el panorama pop francés a base de revival de bajos funky, ganchos pop entonados con sensualidad y ritmos que empujan a bailar. Nada nuevo, no, pero sí refrescante. Corine –que es en realidad la cara visible de un proyecto en el que ella canta las letras que escribe sobre el colchón musical que crean Marc Collins, de los populares revisionistas Nouvelle Vague, y el especialista en bandas sonoras Dorion Fiszel– debutaba en 2016 con una canción que ya recogía todas esas características antes descritas, ‘Pourquoi Pourquoi’, una oda al chocolate, la crema solar, el ceviche, a los chulos sudorosos envueltos en toallas y, por encima de todo, la disco music.

Aquella canción anticipaba ‘Fille de ta région’, un EP debut que fue después reforzado con remixes, una versión en italiano de aquel primer hit (Giorgio Moroder es, como no podía ser de otra manera, una obvia influencia en ella) y nuevas canciones como ‘Il fait chaud’, ‘Cocktail’ o ‘Épopée Solaire‘ –dueto con Juliette Armanet–, formando ‘Fille de ta région Vol. 2’, publicado a principios de este año. Era, en realidad, una especie de reedición multinacional de su primer EP, que servía de anticipo de ‘Un air de fête‘, álbum de debut publicado días atrás que debería consolidar a esta especie de remedo de Les Rita Mitsuoko, Chromeo y Lio en el que sus desacomplejados y coloridos videoclips son imperdible parte fundamental.

Muere Bernardo Bertolucci, director de filmes míticos como ‘Novecento’ o el ‘El último emperador’

5

Según ha publicado hace unos minutos el diario italiano La Repubblica, hoy ha fallecido en Roma el director Bernardo Bertolucci. Tenía 77 años y padecía una enfermedad que nunca trascendió pero que le impedía caminar y le postró en una silla de ruedas, algo que le torturó en sus últimos años y le sumió en una depresión que se tradujo en una escasa producción fílmica, apenas 3 películas en lo que llevamos de siglo.

Hijo del poeta Attilio Bertolucci, comenzó a dirigir sus propios cortometrajes a inicios de los años 60, aunque lo que le marcó sin duda fue su trabajo de ayudante de dirección con Pier Paolo Passolini, con el que trabó una gran amistad. Compaginando la realización con la labor de guionista –suyo fue el guión de ‘Hasta que llegó su hora’ de Sergio Leone, considerado uno de los mejores westerns de la historia del cine–, en 1972 le llegó el gran espaldarazo de Hollywood al ser nominado al Oscar al mejor guión adaptado por ‘El conformista’. Esto sin duda contribuyó a que se le ofreciera su primera gran producción, la controvertida ‘El último tango en París’, protagonizada por Marlon Brando y María Schneider y que aún hoy sigue siendo objeto de polémicas por sus escenas de violencia sexual que, según algunas revelaciones recientes, se improvisaron en el rodaje sin previo aviso a la actriz protagonista.

No excesivamente prolífico, Bertolucci dirigió menos de 20 largometrajes en casi 40 años de carrera. Tras ‘El último tango en París’ (1972), su siguiente film fue la superproducción ‘Novecento’ (1976). Una década después, en 1987, llegaría ‘El último emperador’ (1987), con la que conquistó 9 premios Oscar, incluidos los de mejor película y mejor director. Su último gran éxito de taquilla fue ‘Soñadores’ (2003), inspirada en el mayo del 68 francés, mientras que su último trabajo en la dirección fue la película ‘Tú y yo‘ (2012), una película que empleaba música de Arcade Fire, The Cure o Bowie interpretado en italiano.

Revelado el tráiler de ‘Guava Island’, la película protagonizada por Rihanna y Childish Gambino

18

En verano trascendían algunas imágenes de Rihanna y Donald Glover, Childish Gambino, aparentemente en una filmación juntos en la isla de Cuba. Aunque se podía suponer que se trataba de algún videoclip de una colaboración musical entre ambos, algunos medios apuntaban ya que se trabata de una película dirigida por Hiro Murai -director del impactante y viral vídeo de Gambino ‘This Is America‘-. Pero no ha sido hasta este pasado fin de seamana que se ha confirmado que, efectivamente, ambos protagonizan el film ‘Guava Island’.

Se trata de una película protagonizada por ambos cuyo tráiler ha sido revelado en un festival de Nueva Zelanda, Pharos, y aunque sí tiene un trasfondo musical que casi se da por hecho, en realidad se trata de un thriller. El citado tráiler revela en sus casi dos minutos de duración su argumento, en elque Rihanna es la pareja de un cantante-buscavidas, Glover, que, en medio de una especie de fiesta local similar al carnaval, se mete en problemas con un capo mafioso (Nonso Anozie, de ‘Juego de tronos’) de la isla caribeña en la que se desarrolla la acción -«Isla Guayaba», como algunos medios han traducido el título, no existe como tal, pero sí Isla Guayabo, perteneciente a Costa Rica y protegido como Reserva Biológica-.

Aunque no se trate de la colaboración musical entre ambos que cabía esperar, tampoco se descarta de momento que el film incluya alguna canción conjunta o, al menos, de uno de los dos artistas. Childish Gambino ha lanzado este año dos singles tan potentes como ‘This Is America’ y ‘Feels Like Summer‘, mientras que Rihanna lleva algún tiempo insinuando que publicaría un álbum a lo largo de este año, al parecer inspirado en ritmos caribeños y jamaicanos. Aunque no parece tener prisa, habida cuenta de lo bien que le va en su faceta de empresaria al frente de la marca de cosmética Fenty y la línea de lencería adherida a la misma marca.

La canción del día: Recycled J & Selecta vuelven a mostrar un gran manejo del pop moderno en ‘Bambino’

3

Alejado de ruido o polémicas importantes, Jorge Escorial, más conocido como Recycled J, se está afianzando como uno de los artistas más interesantes de la diversa y rica camada del pop-surgido-del-rap que ha alumbrado nuestro país. El autor de ‘Oro rosa’ se dispone a publicar en breve la continuación de aquella mixtape que lanzó con un engaño bastante ingenioso. Se titula ‘City Pop’, aparentemente abrazando con decisión la etiqueta de “urban pop” que no todos comparten y que se nutre tanto del hip hop, del R&B, del trap o de la electrónica como de las melodías más redondas y adictivas.

Este nuevo trabajo está firmado con el interesante productor Selecta, y tanto este como el artista de Carabanchel no tienen el más mínimo complejo en buscar buenas melodías en sus composiciones, sin conformarse con ganchos que funcionen por simple repetición. Lo demostraron en la fantástica ‘Aunque digan que yo’, y repitieron con ‘Tiempo’ primero y ‘Kids’ –con guiños sonoros al pop de los 80 y 90– después. Y ahora han vuelto a entregar otra fabulosa muestra de lo que intuimos que buscan –una versión colorista y brillante de lo que se mal entiende por trap español– en ‘Bambino’:

Se trata de otra canción de pop contemporáneo que contiene una melodía que va de lo dulce a lo rabioso, con la dosis justa de AutoTune, cuya ágil letra (con barras tan chulas como “soy un hijoputa pero ahora es lo que toca / no quedan caretas pa’ mi carita rota”) tiene, curiosamente, ciertos puntos de conexión con la de ‘Un veneno’ de C. Tangana: la de un artista que se ha esforzado en ser grande con la complicidad de una pareja que luego le ha abandonado a pesar de sus logros (“baby, ni con flush puedo tenerte”) y de haberse implicado en sus trabajos (“quisiste un llorón y te tragaste ‘Oro rosa’”).

El lanzamiento se complementa con un vídeo muy potente en lo simbólico, donde Jorge se atavía como un clásico “nerd”, que asegura que es como se siente dentro de la escena nacional de los nuevos raperos. Según el clip dirigido por Eneko Fernández y con una producción bastante espectacular para ser autogestionada, esa imagen de pardillo es una de esas caretas que Recycled J parece haber adoptado de manera impostada (él mismo se “dirige” en un metavídeo) y que ya no está dispuesto a seguir manteniendo. Así, ‘City Pop’ se convierte en uno de los lanzamientos que más esperamos de las próximas semanas, imperdible para los que disfruten con los trabajos recientes de Rels B, One Path o incluso Post Malone.

Recycled J y Selecta actúan próximamente en Oviedo –el 30 de noviembre en sala Tribeca

Cuatro cómics recomendados, de lo políticamente incorrecto a la huida de todo estilo

0

Tommi Musturi / Antología del alma

Tommi Musturi ha renovado el lenguaje con diálogos escasos y dibujos sencillos, logrando conectar con el lector de una audiencia globalizada, sin atarse a un estilo propio. El despliegue estético del autor es irreconocible (salvo contadas ocasiones) y siempre variable, lo que le beneficia en cuanto a internacionalización pero le perjudica en cuanto a fidelización del público, por no marcar un aspecto diferenciador respecto a otros autores. Las numerosas historias que componen ‘Antología del alma’, un trabajo de dos décadas dedicadas a la investigación, afrontan el desafío de huir del arraigo.

Para Musturi, como bien explica en el capítulo titulado ‘La prisión del estilo’, este es el mayor enemigo de todo artista, pues distorsiona la experiencia: su única premisa válida es que el arte sea capaz de conmover y conmoverse. La libertad de estilos, formatos y narraciones puede descolocar por la ausencia de hilo conductor alguno, entre propuestas tan dispares como el alcoholismo, el uso de armas, el automovilismo, la caza de animales o el acoso sexual, pero el conjunto funciona. 8.

Daria Bogdanska / Esclavos del trabajo

El primer trabajo de la polaca Daria Bogdanska nos abre los ojos del mundo laboral en la idealizada Europa del Norte. Tras una estancia en Barcelona decide trasladarse a la ciudad sueca de Malmö, donde quiere emprender una vida que incluye una beca en la escuela de cómic, un trabajo por horas para sobrevivir, y los papeleos administrativos para regularizar su situación aun siendo europea. Como es evidente intuir, no lo tendrá fácil, jugando también en su contra los percances de un par de fracasos sentimentales.

Son innegables las buenas intenciones de Bogdanska por poner sobre la mesa un problema actual que va en aumento -aunque poco dista de los jóvenes de hace sesenta años como comprobamos en ‘Nieve en los bolsillos de Kim‘- y afrontarlo con rebeldía gracias a su afición a la música punk. Las dudas nos las deja el contraste de un dibujo crudo, en blanco y negro, de trazo espontáneo e improvisado, con un relato que, pese a los intentos, poco tiene de optimista aunque pretenda serlo. 7,8. Disponible en Amazon.

Matt Furie / Coleguis

«No es país para cómics de humor» podría ser el titular para anunciar esta recopilación de cuatro entregas entre 2006 y 2011 bajo el nombre de ‘Boy’s Club’, del norteamericano Matt Furie. A tenor de la piel tan fina de las noticias, o lo políticamente correctos que nos hemos vuelto, ‘Coleguis’ no es recomendable para todos los públicos. No lo es por el detalle de bromas que se gastan estos cuatro amigos que comparten su existencia entre drogas, comida basura y videojuegos, de tinte fecal y fluidos corporales en gran parte de los sucesos.

También hay que contar que Matt Furie lo pasó mal con el nefasto uso que se ha hecho de la rana Pepe, uno de los protagonistas de ‘Coleguis’, a raíz de que Donald Trump la twitteara (a la rana Pepe) con tupé platino, desatando la euforia en las filas de la extrema derecha, que se apoderaron del personaje. Su fama en verdad ya se venía gestando mucho antes de que existieran los memes, llamando la atención de Nicki Minaj o Katy Perry. 7,8. Disponible en Amazon.

Marc Bell / Stroppy

No es tarea fácil describir el afán que Stroppy tiene por ganar un concurso musical con premios en metálico. Con el relato de Marc Bell al respecto se respira humor sin llegar a la carcajada, tocando de soslayo por el camino cuestiones como los modelos de trabajo que se imponen, la jerarquía del poder, la corrupción o el neoliberalismo del capital. Elementos que el canadiense utiliza con maestría porque nos introduce en el terreno sin echarnos la habitual serenata que acompaña estas cuestiones sociales, políticas o económicas.

El estilo de Bell conecta nuestra memoria al instante con Robert Crumb y EC Segar. Llaman la atención los personajes secundarios pequeños frente a los principales de mayor tamaño, los colores suaves casi pastel, las formas redondeadas y las viñetas plagadas de detalles minuciosos. Una apuesta que además juega a enmarañar acontecimientos unos con otros en un mismo plano, sin apenas guardar relación, dando un toque surrealista a los devaneos de Stroppy. Un clímax para tomar las cuestiones que trata, en serio… lo justo. 8. Disponible en Amazon.

Hazte Lapón / Tú siempre ganas. Parte 2. Tú y yo (y todos los demás)

2

Con la temeridad que inevitablemente requiere la osadía, Hazte Lapón echan el cierre marcándose una pirueta final: un disco dividido en tres partes, recogido en un formato físico inédito (su disco-libro-juego, que pronto diseccionaremos, va mucho más allá que el estético tarot de ‘El mal querer’) y que sólo tiene, que recordemos, un precedente en ‘Los diarios del petróleo’ de Chucho. Después del interludio veraniego que reunía la divertida ‘Amas la playa / Odias la playa’ y la revisión dub de ‘El desencanto’, semanas atrás, coincidiendo con la venta del falso vinilo, se presentaba la parte 2, subtitulada ‘Tú y yo (y todos los demás)’, que Lolo Lapón nos explicó que pretendía hacer extensiva a los múltiples músicos que han formado parte del grupo en esta década la temática centrada en la relación sentimental de él y Saray Botella, la otra miembro permanente de Hazte Lapón.

Esta última parte supone una extensión de lo que ya era “La vida adulta (instrucciones de uso)”: un compendio de pop de arreglos exquisitos que no pocas veces obligan a mentar a Belle & Sebastian y que, en sintonía con proyectos como The Magnetic Fields (la bonita guitarra distorsionada en ‘Todas las fiestas’ nos traslada del todo a ‘The Charm of the Highway Strip’) o Klaus & Kinski, encuentran refrescantes remansos de variedad de estilos. Indistintamente pueden ir de ritmos clásicos, como el vals de ‘Catalizadores de amor y ‘Maravillas de la insuficiencia’, la fanfarria de ‘Sorprendido del truco’ o los toques doo wop de ‘Trompe-l’oeil’, hasta el indie rock enérgico –a lo The Wedding Present– de ‘Vidas de santos’ o el kraut pop a medio camino de Pulp y LCD Soundsystem –pero en orgánico– del enorme final ‘Yo los he visto’.

Un conjunto que, en esta ocasión, contiene muchos más cortes reposados y que, quizá a causa de su secuencia, se revela algo más “difícil” que su primer volumen. Pero que, como aquella, va creciendo con las escuchas, especialmente cuando se va prestando atención a las numerosísimas y no evidentes referencias a personajes y obras tan variopintos como Andy Warhol y The Velvet Underground, Leopold y Molly Bloom, Wes Craven y Werner Heisenberg o William Masters y Virginia Johnson. El malagueño se vale de todos ellos para crear pequeños relatos y paradojas que en realidad reflexionan sobre su propia relación con Saray, sobre su hijo, sobre la muerte, sobre la creación artística en estricta oposición a una vida normal, el ego, el sexo… Cuestiones filosóficas que, convertidas en cuidadas piezas de pop atemporal (el trabajo de Ferrán Resines y Cristian Pallejà en los Estudios Caballo Grande, fieles escuderos y productores en este último lanzamiento, sigue siendo fantástico), ayudan a tragar la píldora e invitan a tomar nuestra propia posición. A bote pronto, no logro recordar que haya ningún otro proyecto de la escena indie –la que los acogió e hizo crece y que, vista su deriva, han decidido dejar marchar– que haya sabido manejar su adiós así de bien y poner cierre a una etapa con tanta dignidad y clase como Hazte Lapón. Sólo por ello se merecen una ovación cerrada y un recuerdo eterno.

Calificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘Yo los he visto’, ‘Vidas de santos’, ‘Todas las fiestas’, ‘Tú siempre ganas’
Te gustará si te gustan: Klaus & Kinski, The Magnetic Fields, Belle and Sebastian, Pulp
Escúchalo: Spotify

Parcels: “La experiencia de grabar con Daft Punk fue muy surrealista”

2

Parcels es uno de los grupos revelación de 2018. Tras colaborar con Daft Punk en el single ‘Overnight’, algo no al alcance de muchas personas en el mundo -el dúo francés no es muy dado a colaborar en proyectos ajenos, como saben muy bien The Weeknd y Pharrell Williams-, el quinteto australiano ha publicado su álbum debut, que no incluye esta canción (no en vano, su mayor éxito en las plataformas de streaming) pero sí otras joyas de pop retro como los singles ‘Tieduprightnow’, ‘Lightenup’ o ‘Withorwithout’ o temas menos conocidos pero fascinantes como ‘Closetowhy’ o ‘Everyroad’. Estas canciones y el resto de las que conforman su disco han demostrado con creces que Parcels es muchísimo más que ‘Overnight’. Hablamos con el bajista del grupo, Noah Hill, sobre su colaboración con Daft Punk, su disco o su experiencia en Berlín, donde residen sus integrantes.

¿Trabajasteis mano a mano con los dos miembros de Daft Punk en ‘Overnight’? ¿Cómo fue la experiencia? ¿Qué creéis que vieron en vosotros?
La experiencia fue muy surrealista. En el momento no entendíamos qué estaba pasando. Cada día que estábamos en el estudio, no nos parecía real. Íbamos al estudio y ellos estaban ahí pero no nos lo creíamos. Fue una locura.

¿Cuál fue la dinámica trabajando con ellos?
Muy casual y agradable. Llegábamos al estudio, hablábamos, trabajábamos en la canción… Fue fácil y natural.

¿Mantenéis contacto con ellos? ¿Sabéis qué les ha parecido el disco?
No estoy seguro si han escuchado el álbum. Tampoco hemos estado en contacto con ellos desde hace tiempo.

«Queríamos que nuestro debut estuviera producido por nosotros mismos»

‘Overnight’ no está en el disco y realmente el álbum es bastante diferente. Da la impresión de que no habéis querido seguir esa línea estilística. ¿Teníais miedo de que el “single de Daft Punk” tuviera demasiado protagonismo?
Siempre supimos que era un single suelto y que no estaría en el disco porque era otro tiempo, otro lugar. Las canciones del álbum las grabamos en París, en otro estudio y por nuestra cuenta, y queríamos que nuestro debut estuviera producido por nosotros mismos. Los lugares eran diferentes y también los sonidos.

En vuestra presentación oficial (Louie Swain (teclados), Patrick Hetherington (teclados), Noah Hill (bajo), Anatole Serret (percusión) y Jules Crommelin (lead, guitarra), no se especifica quién canta, ¿no le dais importancia o acaso cantáis todos a la vez en el momento coros?
Jules canta la mayoría de canciones, Pat unas pocas… pero depende de quién escribe la canción. No existe realmente una voz principal, canta la canción quien la escribe.

«No tengo ni idea de cómo va a sonar el siguiente álbum, pero sí sé que será un disco de pop, porque nos encanta el pop»

¿Qué os ha inspirado en la portada del disco? Recuerda un poco a las comedias de enredo de los años 60, pero también un poco a los Beatles, esas imágenes famosas de ellos saliendo de aviones…
La inspiración de los Beatles en la portada estaba muy presente. Pero también tiene que ver con nuestra historia, nosotros siempre estamos viajando, y además viajamos grandes distancias sobre todo desde Australia. La portada conecta además con la de nuestro segundo EP [‘Hideout’, 2017], en la que aparecen unas maletas.

El disco presenta influencias muy diversas. Es muy disco, muy Chic, pero también muy soft-rock, tiene puntos muy folk a lo Simon & Garfunkel, 60s pop, melodías de sintetizador muy cósmicas, incluso un final dubstep… ¿Sois todos nerds de la música? ¿El interés por el pop de antaño os viene de familia?
Supongo que somos “nerds” pero no tanto… Simplemente nos gusta la música, no tenemos ningún tipo de prejuicio, escuchamos de todo y todo nos inspira. Hemos buscado no encasillarnos, y cuando haces música es inspirador hacer otro tipo de sonidos. Para mí eso es lo emocionante de la música, nos gusta ser abiertos con ella. No tengo ni idea de cómo va a sonar el siguiente álbum, pero sí sé que será un disco de pop, porque nos encanta el pop.

¿Alguna vez trabajaríais con un productor para un posible disco o no sacrificarías la libertad que os da produciros a vosotros mismos?
Estamos abiertos para ello, sin embargo, para este disco sentíamos que teníamos que hacerlo nosotros porque es el primero. Ahora que el disco está hecho, creo que sería emocionante colaborar con alguien.

¿Tienes alguna idea de con quién te gustaría trabajar?
Realmente no, es solo la idea…

Se nota que cuidáis vuestras canciones, tanto los arreglos como las melodías suenan cuidados, mimados, madurados. Entendéis el concepto del espacio en las canciones, no las saturáis, no os dais prisa en desarrollarlas. ¿Cuánto tiempo habéis llegado a estar ultimando todos los detalles de una canción?
Algunas canciones las hacemos rápido, otras nos toman incluso años. En ‘Bemyself’ trabajamos durante un año. La grabamos a principios de 2017, intentamos hacer cosas diferentes con la grabación, sobre todo que funcionara la segunda sección, pero al final la eliminamos y nos quedamos con la primera. Podemos estar horas, meses o todo un año trabajando en una sola canción.

¿Qué tal Halloween? ¿Habéis hecho algo?
[ríe] Realmente no… No soy muy fan de Halloween. De todas formas, no es un evento muy famoso en Berlín, lo es mucho más en Estados Unidos. La gente allí se vuelve loca con Halloween.

Te lo pregunto porque vuestro vídeo para ‘Withorwithout’ da bastante miedo. Lo habéis descrito como un “slasher”, pero no es exactamente un “slasher”…
Es como un slasher, ¿no? Tiene cosas diferentes pero la inspiración fue esa.

«Australia es un país muy aislado, la escena musical está muy centralizada»

¿Seguís viviendo en Berlín? ¿De qué manera creéis que ha influido el disco?
Berlín ha influido el álbum de manera que nos ha dado el tiempo y la libertad de pasar todo el tiempo que queremos haciendo música, ya que cuando llegamos a Berlín, en los inicios del grupo, aceptamos trabajos muy duros [para subsistir]. Ahora podemos pasarnos todo el día escribiendo y grabando música porque… supongo que es muy barato y fácil. Y la atmósfera de la ciudad, la escena musical… está muy bien.

No es tan común que una banda australiana migre y construya una carrera en otro país. De Australia o Nueva Zelanda conocemos a Lorde, Nick Cave, Kylie… pero todos ellos desarrollaron sus carreras en casa. ¿Por qué decidisteis mudaros? Supongo que en Australia es difícil hacerse famoso por lo lejos que está…
Sí, esa es una de las razones, Australia es un país muy aislado, la escena musical está muy centralizada, solo se basa en lo que suena en la radio. En Australia hay muchas bandas famosas que no dan el salto internacional. Pero también nos apetecía ir a Europa, cambiar de aires y tener una experiencia emocionante. Ha sido una decisión de vida, algo divertido.

¿Cómo es vuestra vida en la ciudad? ¿Salís mucho?
Ahora mismo no mucho. Cuando llegamos salíamos mucho de fiesta, pero nos gusta llegar a casa y levantarnos frescos. Tener esa sensación de estar en casa, en contrario al caos que es viajar. Pero la vida mola.

Durante al composición del álbum, ¿qué es lo más importante que habéis aprendido como banda?
Hemos aprendido a creer y confiar en nosotros mismos y a deshacernos de esa idea de lo que se supone que está bien o mal, y de la influencia que la opinión de terceras personas sobre lo que puedes hacer o no puede ejercer en nosotros.

Nicolas Roeg, director de Bowie en ‘El hombre que vino de las estrellas’, fallece a los 90 años

1

Nicolas Roeg ha fallecido a los 90 años según ha informado su familia y recoge The Guardian. El director británico dirigió a David Bowie en la película de ciencia ficción de 1976, ‘El hombre que vino de las estrellas’ (de la que se extrajo la imagen de Bowie que aparece en la cubierta de su álbum ‘Low’), y antes a Mick Jagger en ‘Performance’ y después a Art Garfunkel en ‘Bad Timing’.

Conocido por sus películas de estilo desconcertante, que buscan la confusión del espectador, Roeg empezó en el cine como cinematógrafo, llegando a trabajar en películas como ‘Lawrence de Arabia’ y ‘Doctor Zhivago’ de David Lean (aunque diferencias entre el director y él propiciaron después su despido) o ‘Fahrenheit 451’ de François Truffaut, entre otras. La primera película de Roeg, ‘Performance’, protagonizada por Mick Jagger y estrenada en 1970 dos años después de su grabación por la reticencia de Warner Bros. a distribuirla debido a sus imágenes sexuales y violentas, es considerada una de las más innovadoras del cine independiente británico de los 70.

Autor también de aclamadas cintas de culto como ‘Walkabout’ (1970), Roeg firmó en 1973 su película más emblemática, ‘Amenaza en la sombra’, un thriller psicológico protagonizado por Julie Christie y Donald Sutherland sobre una pareja que viaja a Venecia tras la muerte de su hija, y cuyas escenas de sexo causaron controversia en la época. Por otro lado, las innovaciones técnicas y de estilo de la película han influido a directores como David Cronenberg, Paul Thomas Anderson, Danny Boyle, Christopher Nolan, Lars von Trier o Ryan Murphy.

Rita Ora / Phoenix

34

Mientras un grupo de críticos musicales decide que la EDM es un cadáver, en un mundo paralelo, o mejor dicho, en el mundo real, Rita Ora se lo pasa en grande melena al viento, irrumpiendo en restaurantes para bailar entre los comensales o cortando el tráfico en Nueva York. Y resulta que al final lo que hace lo hace muy bien. ‘Phoenix’ llega al mercado 6 años después de su debut tras una traumática salida del sello de Jay-Z, del que se libró con un acuerdo en 2016 y que justifica el nombre del álbum. Pero en todo este tiempo, la cantante no ha dejado de sacar hits y este segundo álbum, de 12 pistas en su edición normal, llega al mercado con 5 singles previamente editados que ya han sido top 10 y un sexto tema que no triunfó lo esperado envuelto en una polémica por su extraño tratamiento de un beso lésbico, pero que no obstante también fue top 40.

‘Phoenix’ es un disco divertido desde el segundo cero, pues ha decidido ir a lo seguro desde el principio, abriéndose con un tiro como fue ‘Anywhere’, una de las mejores canciones del año pasado, en base al hilarante uso que hace de las voces tratadas en su estribillo. No nos hemos hecho inmunes a él todavía: aún puede arrancar unas cuantas carcajadas la tontería que decidieron hacer Alesso, Andrew Watt y Sir Nolan a los mandos de la producción. Sucede la también divertida ‘Let You Love Me’, poco después llegarán ‘Lonely Together’ -su hit con Avicii, pero también con Cashmere Cat y Benny Blanco- y ‘Your Song’, más tarde ‘For You’ junto a Liam Payne de la banda sonora de ’50 sombras liberadas’ y hacia el final de la secuencia, aquella ‘Girls’ con Cardi B, Bebe Rexha y Charli XCX que no entusiasma pero tampoco molesta. El mensaje es claro: «aquí una de cada dos canciones ya es un hit y os lo vamos a demostrar desperdigando los singles a lo largo de todo el tracklist».

¿Qué pasa con el resto? Que cumple su función. ‘New Look’ hace un buen sándwich entre singles al principio, el atrevido título de ‘First Time High’ se sitúa a medio camino entre la EDM, la new-age y el neo-soul, ‘Summer Love’ junto a los Rudimental más drum&bass queda particularmente bien después de ‘For You’, y Julia Michaels deja su impronta para bien en la minimalista ‘Keep Talking’. Incluso podemos rescatar ese bonus track llamado ‘Velvet Rope’, situado a medio camino entre Lou Reed, Michael Jackson y los metales de Burt Bacharach. Es verdad que ‘Only Want You’ es demasiado Sia y ‘Hell of a Life’ ya no añade mucho como supuesto final de la edición normal, pero la verdad es que no me puedo sacar de la cabeza la idea principal de ‘Your Song’, co-autoría de Ed Sheeran: «ya no quiero oír más canciones tristes / solo quiero oír canciones de amor».

Calificación: 7,1/10
Lo mejor: ‘Anywhere’, ‘Your Song’, ‘Let You Love Me’, ‘Lonely Together’
Te gustará si te gustó: el disco de Zara Larsson el año pasado.
Escúchalo: Spotify

La Canción del Día: la maravillosa canción «flamenca» de Clean Bandit y Marina existe sin Luis Fonsi

23

En nuestra playlist con las mejores canciones del mes hemos seleccionado ‘Baby’, lo nuevo de Clean Bandit. Parece que Marina Diamandis está un poco gafada y este no va a ser uno de los grandes éxitos de la banda británica como sí lo fueron ‘Rather Be’, ‘Rockabye’, ‘Solo’ o ‘Symphony’, pues de momento tan solo ronda el top 30 en Reino Unido, pero eso no le quita méritos artísticos a una melodía preciosa cuyo origen está presto al debate.

Billboard ha decidido que la melodía de esta canción colaborativa tiene una inyección «flamenca». En realidad, a mí me suena un poco más a la canción melódica mediterránea de los años 60 y 70. Más que un tema de Moloko de house ibicenco y con guitarra española, es como si Marina se hubiera dejado influir por sus raíces griegas para entregarse al catálogo de una Vicky Leandros. Algunos de mis compañeros intuyen en ‘Baby’ también el poso latino «fake» de algunas viejas bandas sonoras de la época dorada de Hollywood, algo así como Elvis Presley jugando a ser flamenco pero terminando sonando entre español y mexicano; pero lo seguro es que en el momento «Guess I had my last chance / And now this is our last dance», esto parece una canción que podría haber sido editada por Elefant, de The School a Papa Topo pasando por La Casa Azul.

Después está lo de Luis Fonsi. Tiene todo el sentido su invitación, para terminar de dar al tema ese toque latino deliberadamente buscado, pero aquí suena demasiado cortado y pegado, y con muy poca química con Marina. De la misma manera que Justin Bieber sobraba en ‘Despacito’, porque lo mejor de ‘Despacito’ eran Fonsi y Daddy Yankee, él y su cuenta atrás no añaden tanto en una grabación que por suerte existe en acústico.

‘Contigo’ de Nos Miran habla de «hacer daño sin querer» y de «no querer volver a vivir lo mismo»

0

‘Contigo’ de Nos Miran es una de las 30 canciones que hemos seleccionado para nuestra playlist «Las Mejores Canciones del Momento», a la que puedes suscribirte aquí. La canción pertenece al buen EP que el dúo fichado por Elefant acaba de publicar y ha sido esta semana la pista más votada por nuestros lectores, convirtiéndose en nuestro top 1 semanal. Hablamos con ellos, Sergio Rodríguez y Marta Quintana, sobre este fascinante tema. Foto: Antonio Máiquez.

Vuestro anterior EP era más variado, este tiene un estilo más definido. ¿Podemos decir que con canciones como ‘Contigo’ estáis más cerca de tener vuestro estilo o seguiréis explorando nuevas vías?
Nos encanta cómo ha quedado ‘Contigo’. Es más, en el disco hay otras 2 canciones que siguen la misma línea de esta canción, como ‘Mientras bailo’ y ‘El planeta’. Son canciones para la pista de baile y nos gusta ese camino.

La canción es bastante italo, ¿cómo y cuándo descubristeis este estilo y cuáles son vuestras canciones favoritas del género?
Es un estilo que nos encanta y siempre ha estado muy presente en nuestras vidas. Podemos nombrar a Savage y su ‘Only You’ ¡Qué canción! O la magnífica ‘Fantasy’ de Lian Ross. Si nos vamos a los 90, destacar, por poner un ejemplo, a Haddaway y su tema comercial ‘What is Love’, aunque ya estaríamos hablando de eurodance, y también podemos nombrar a la archiconocida ‘Blue’ de Eifeel 65. También tenemos que hablar de Sally Shapiro, ya que el grupo tiene ciertas similitudes: música dance con bajos puramente electrónicos, arpegios, colchones atmosféricos, arreglos preciosistas y canciones comandadas por una voz dulce. ‘I’ll Be By Your Side’ es tan bonita, y el estribillo es tan fantástico… Digamos que Sally Shapiro es un referente para nosotros y para muchos.

Por otro lado, hay un poco de melodía clásica o casi folclórica, no sé por qué veo a Soleá Morente haciendo una versión de este tema. ¿A qué creéis que se debe?
Sí, es verdad. Pues puede deberse a que primero teníamos la música, sin letra, ni melodía de voz. Tras probar algunas cosas, pensamos que le podría pegar una melodía de ese estilo, fue un poco intencionado, pese a que la progresión de acordes, aunque esté en una tonalidad menor, es muy pop y no pensamos en el flamenco ni nada parecido. A lo mejor fueron esos sonidos de la canción los que nos recordaron un poco a Camela y de ahí fuimos tirando hacia una melodía más folclórica.

La letra parece hablar de una relación de larga duración en dudas, ¿de qué va exactamente y cómo surgió?
Sí, es más o menos eso, de cómo no es fácil a veces estar en una relación y de cómo se le puede hacer daño a la otra persona sin querer. También de esa sensación de que todo se repite constantemente y que no te apetece volver a vivir con nadie más lo mismo. Así que surgió así, de ese sentimiento que alguna vez se puede tener.

El vídeo se dio a conocer antes de que ‘Contigo’ se subiera a Spotify, ¿por qué fue? ¿Queríais que todo el mundo asociara vídeo y canción, para vosotros era un tema muy visual?
Se hizo así por temas de organización. Lo visual es importante pero no se hizo así a propósito.

¿Qué creéis que ha aportado a la canción el vídeo y su situación en torno a las caravanas?
En nuestra opinión el vídeo le va genial, porque no queda muy claro dónde estamos, o por qué estamos ahí, sólo hay muchas caravanas vacías y parece una pesadilla, y también es un poco laberíntico y agobiante, creemos que le va bien a la letra por la sensación que teníamos al hacerla.

¿Qué podemos esperar del futuro de Nos miran después de esto? ¿Tenéis muchas más canciones compuestas y grabadas para un hipotético disco o seguiréis escribiendo?
Pues seguimos haciendo canciones que, poco a poco van cogiendo forma y, cuando estemos conformes con el resultado, las grabaremos. No sabemos si saldrán como ‘Contigo’, aunque desde luego es el estilo que nos gusta y queremos continuar en esa línea, aunque también nos gustan las canciones más lentas y envolventes. Sin embargo, vemos que no nos atrae hacer canciones más punk como por ejemplo en el EP anterior. Ya vamos entendiéndonos mejor y concretando las cosas que nos gustan a ambos, ¡así que a ver cómo queda!

Las claves visuales de los vídeos de Rosalía, C. Tangana, Travis Scott, Parcels y Miss Caffeina

0

El “éxtasis” de Rosalía, C. Tangana convertido en San Sebastián por Eduardo Casanova, las fantasías de Travis Scott, Milla Jovovich acosada por Parcels, y los Stories de Miss Caffeina. Analizamos los referentes estéticos y narrativos de cinco de los videoclips más destacados de las últimas semanas.

Di mi nombre (Rosalía)

Santo Domingo de Guzmán fundó la orden de los dominicos en el siglo XIII. Cuentan las hagiografías que en su lecho de muerte dio gracias a Dios por haberle permitido guardar la castidad. Esa es la razón por la que habitualmente se le representa con un ramo de azucenas en la mano, símbolo de la virginidad. El retrato del santo aparece en la pared de la habitación principal del vídeo ‘Di mi nombre’. No es la única referencia iconográfica a la pintura, el catolicismo y la virginidad. El vídeo se abre y cierra con Rosalía en una cama donde hay un rosario (a quien Domingo le otorgó un propósito evangelizador), ataviada con un vestido blanco “virginal” e imitando la pose (y parte de la vestimenta) de ‘La maja vestida’ de Goya. La letra de la canción -que por mucho que Rosalía diga que no dice “yeli, yeli», suena a “yeli, yeli”-, unida a la orgásmica secuencia del “éxtasis” en la cama, nos proporciona suficientes pistas: ‘Di mi nombre’ se podría interpretar como la representación de la primera relación sexual de una adolescente gitana o, siguiendo el argumento de la novela en la que está inspirado el disco ‘El mal querer’, ‘Flamenca’ (curiosamente también del siglo XIII), de la pérdida de la “pureza” marital por una relación adúltera. El vídeo, rodado casi todo en continuidad, destaca por el expresivo uso de la cámara que acompaña en todo momento a la cantante e incluso imita sus movimientos.

Cuando me miras (C. Tangana)

Y seguimos con iconografía religiosa. ‘La Virgen y el Niño en un cuadro rodeado de flores y frutas’, de Brueghel y Rubens (que se puede ver en el Prado) o ‘La Piedad’ de Miguel Ángel aparecen reinterpretados en clave iconoclasta y homoerótica por Eduardo Casanova en el nuevo vídeo de C. Tangana. Con ecos (chillidos, más bien) del universo visual de Pierre et Gilles y David LaChapelle, ‘Cuando me miras’ parece un padrastro arrancado de ‘Pieles’, el debut en el largometraje de Casanova. El estilo visual, los personajes y el efecto dramático que persigue es el mismo: un teatral roce entre lo cuqui y lo deforme, lo bello y lo sórdido, la luminosidad pop y la oscuridad de lo siniestro, capaces de generar rasposas metáforas sobre el concepto de monstruosidad física y moral. El director utiliza la cámara lenta para inyectar dramatismo y solemnidad a las imágenes y componer un relato sobre la iconografía del ídolo pop marcado por el simbolismo pictórico. Los protagonistas son el rosa, y la rosa: una flor con espinas que se clavan en la piel del cantante como las fechas en el cuerpo de San Sebastián.

Sicko Mode (Travis Scott)

En sintonía con la variedad vocal y musical de la canción, el director Dave Meyers (conocido por sus fabulosos trabajos para Ariana Grande o Kendrick Lamar) ha ilustrado ‘Sicko Mode’ haciendo gala de una apabullante inventiva estilística. El vídeo comienza con unos planos cenitales de un barrio de Houston (Texas) “pintados” como un cuadro de Andy Warhol. La aparición de Drake, paseando al perro entre botes de humo como un ultrasur, abre la puerta a un chorreo de efectos digitales, ópticos y de montaje capaces de dejarte con la boca más abierta que la cabeza gigante de Travis. Hay de todo. Desde vistosas transiciones en forma de barridos o efectos lumínicos, juegos de perspectivas, grafitis animados, zooms hiperbólicos o puzzles anatómicos, hasta un homenaje al célebre “anti-gravity lean” del ‘Smooth Criminal’ de Michael Jackson. Un vídeo que visualmente parece rodado a ritmo de twerk y que sirve para ilustrar una recurrente fantasía rapera: joyazas, cochazos y culazos. Solo falta Drake repartiendo panoja.

Withorwithout (Parcels)

Desde que en 1978 John Carpenter clavara con un cuchillo de cocina los principios del slasher en ‘La noche de Halloween’, el popular subgénero de terror ha sido doblado, retorcido y escurrido más veces que una toalla de playa. ‘Withorwithout’ es un modesto homenaje al slasher con Milla Jovovich, fan de Parcels, como protagonista. Desde el cartel, obra de Laurent Melki (autor de afiches de VHS tan emblemáticos como ‘Creepshow’, ‘Videodrome’ o ‘Ghoulies’), hasta la tipografía del nombre del grupo, con letras rojas sangrantes, todos los elementos del vídeo están dispuestos para hacer una festiva ola al subgénero: un prólogo amenazante con scream queen de protagonista, un desarrollo clásico de “invasión del hogar” y un desenlace con sorpresa a lo ‘El club de la lucha’, muy trillado pero eficaz. El director Benjamin Howdeshell mezcla la crudeza del relato de terror con la música amable del grupo, y la narrativa del slasher ochentero con la estética de títulos más recientes como ‘Los extraños’ o la saga ‘The Purge’, con los miembros de Parcels como acosadores nocturnos.

Merlí (Miss Caffeina)

Aunque las funcionalidades sean nuevas los conceptos son antiguos. Los Stories de Instagram o Snapchat hubieran hecho babear de gusto a dadaístas, surrealistas, Fluxus o artistas del videoarte efímero. Basándose en esos Stories, el realizador Jesús NYSU ha creado en ‘Merlí’ algo así como una cadena de clips inacabados, de recortes visuales que se relacionan entre sí como un cadáver exquisito. La idea, aunque atractiva, no está conseguida del todo, ya que, si no lees la explicación que el mismo autor da en el sumario de Youtube, lo que ves es una sucesión de escenas que componen un videoclip como los de toda la vida. En esas Stories cabe de todo. Hay explícitos homenajes al “payaso asesino” John Wayne Gacy o a los fantasmas de ‘Finisterrae’ y el de ‘A Ghost Story’, metáforas surrealistas como las de las cabezas-ojo o las axilas dentadas, un plano de un hombre huyendo que recuerda a la hipnótica estética setentera del cine de Peter Strickland (‘Berberian Sound Studio’, ‘The Duke of Burgundy’), varias secuencias de homoerotismo naturalista, y mucha parodia-tributo a la música disco con los miembros del grupo “replicados” en versiones femeninas e infantiles.

Un juez imputa a Dani Mateo por sonarse los mocos con una bandera española

57

Dani Mateo ha sido imputado por sonarse los mocos con la bandera española durante un gag de El Intermedio emitido el pasado 31 de octubre. Así, el humorista tendrá que acudir el próximo lunes 26 de noviembre a las 11.30 al Juzgado de Instrucción Nº 47 de Madrid para declarar tras admitirse la denuncia de la Alternativa Sindical de Policía por los presuntos delitos de odio y ultraje a símbolos nacionales o sus Comunidades. No será la primera vez que declare, pues ya tuvo que hacerlo por un gag sobre el Valle de los Caídos, siendo finalmente absuelto.

Así lo confirma Vertele, donde se recuerda que el sindicato policial interpuso la denuncia en el juzgado de guardia de Madrid a principios de este mes de noviembre. Se habrían vulnerado los artículos 543 y 510 del Código Penal, el primero de los cuales indica que «las ofensas o ultrajes de palabra, por escrito o de hecho a España, a sus Comunidades Autónomas o a sus símbolos o emblemas, efectuados con publicidad, se castigarán con la pena de multa de siete a doce meses».

El Intermedio pidió perdón por el gag indicando que «no había intencionalidad política ni ningún posicionamiento editorial detrás», pero no ha servido para calmar las aguas. Por otro lado, La Plataforma en Defensa de la Libertad de Información ha tachado de «despropósito» esta nueva imputación contra Dani Mateo. “Quien persigue a un cómico por ejercer la libertad de expresión se esta sonando las narices con nuestra Constitución», ha afirmado el director legal de esta organización. La reacción de Mateo en Twitter ha sido subir un payaso.

Chris Martin satisface o destruye tus deseos homoeróticos haciendo una “prueba” para Take That

18

Chris Martin de Coldplay tiene otras cosas que “celebrar” aparte de la boda de la hija de Amancio Ortega, por ejemplo, el nuevo recopilatorio de éxitos de Take That, ‘Odyssey’, que se ha lanzado hoy y conmemora el 30 aniversario de la formación del grupo en 1989 (aunque su primer single no salió hasta 1992).

Con motivo de este aniversario, colegas de Take That han enviado mensajes de felicitación al grupo, y el de Martin es el más “especial” de todos. Vestido con unas gafas de sol, una gorra con la visera del revés, un chaleco de cuero y unos leggings, Martin satisface o destruye tus deseos homoeróticos bailando al ritmo de ‘Do What You Like’ en su jardín con la intención de ser un Take That.

Martin, entonces, se dirige a cámara para anunciar: “Han pasado 30 años y todavía estoy haciendo audiciones y quiero saber sobre mi banda favorita, Take That. Ellos nunca me llaman, ¡pero yo nunca me rendiré!”, clama antes de cantar la canción equivocada. “Volveré de verdad, porque espero que me queráis en vuestra banda algún día”.

Alondra Bentley / Solar System

7

Alondra Bentley no para de mostrar que es un espíritu inquieto. Su voz, preciosa y aguda, es idónea para lo que ha venido haciendo en los primeros años de carrera: canciones folkies e intimistas, discos de nanas… que la podrían haber convertido en algo así como la Marissa Nadler de nuestro país. Pero no. ‘Resolutions’ en 2015 ya mostró un poso decididamente electrónico redondeado por la producción de Matthew E. White y ‘Solar System’ es un paso más en cuanto a estilo.

El nuevo álbum de Bentley está ahora inspirado por la electrónica de los años 70, con algún poso de psicodelia sesentera, como se aprecia muy bien en la segunda parte de ‘Tiny Portion of the Sun’, que puede gustar mucho a los seguidores de Tame Impala. Esta mención al «sol» o a la «luz» no es la única en los títulos o las letras del álbum (de ‘Burning Sun’ a ‘Before Sunset’), y en sintonía, los textos hablan a menudo de «cielos» y «baños de sol» (‘Priority’). Así se conjuga este «sistema solar», muy diferente por cierto al que ha dibujado después Zahara, pero solo para narrar historias personales tan bonitas y asequibles como las de la mencionada ‘Before Sunset’. Un reencuentro entre amantes parisinos 14 años después en Barcelona, que constituye la mejor canción del álbum cuando este estaba ya acabando.

Las letras de Alondra Bentley son cristalinas, y es de agradecer que sea una buena narradora de historias en un mundo del pop que en España, a menudo, se esfuerza demasiado en los versos, haciendo estos por momentos incomprensibles. ‘Mixtapes‘ habla sobre una relación pasada de la que se recuerdan con nostalgia los paseos en motocicleta y ‘My Projection of You’ sobre imaginar a alguien de quien no sabes nada en realidad. Por eso es una pena que, quizá en su deseo de huir de lo que se espera de Alondra, algunas canciones se hayan ido a volar por el espacio demasiado lejos de nuestro alcance, como es el caso de ‘My Projection of You’, que solo destaca por su letra pese a abrir cara; o ‘Prism’, demasiado arisca tras su prometedor principio. ‘Mixtapes’ y ‘45 Hours‘ tienen su pegada, pero no tanta como ‘What Will You Dream’. Bentley actúa este sábado 24 de noviembre en Barcelona y el 25 en Madrid. Más fechas y detalles, aquí.

Calificación: 6/10
Lo mejor: ‘Before Sunset’, ‘Mixtapes’, ’45 Hours’, ‘Sleep, Breathe and Run’
Te gustará si te gustan: Stereolab, el último de Russian Red, Marissa Nadler
Escúchalo: Spotify

Bob Dylan “va” al circo a promocionar su whisky

3

Bob Dylan ha sido noticia en los últimos tiempos por ganar el Nobel de Literatura -aunque también por supuestamente plagiar el discurso de recepción del premio- y por grabar al fin su “canción gay”.

Lo que ya no espera demasiada gente que haga Bob Dylan es salir en la tele, pero eso es precisamente lo que ha hecho en la noche del jueves. El músico, que acaba de lanzar al mercado su propio whisky, se ha pasado por el programa de Jimmy Fallon para grabar una secuencia en la que acompaña al presentador a un circo. Ambos atienden al espectáculo a su manera, Fallon embelesado y Dylan… pues como si nada, pero el final con “plot twist” sugiere que la “aparición” de Dylan es más fantasmal de lo que parecía.

El whisky de Dylan, que está disponible desde mayo, se llama, apropiadamente, ‘Heaven’s Door’. Como explica Todo Whisky, se trata de una línea de licores con tres “expresiones”, “un bourbon de Tennessee, un whisky envejecido en doble barrica y un straight rye”.

Dylan, que en 2019 cumple 78 años, publicaba en 2017 su último disco de versiones, ‘Triplicate‘, que, sí, era triple. El músico lo ha presentado este año en varios conciertos por España.

Alexanderplatz: «Hay cosas del presente que me gustan, pero creo que en ningún presente me sentiría a gusto»

12


Cinco años después del final de Klaus & Kinski, y casi exactamente 10 después de su debut ‘Tu hoguera está ardiendo’, Alejandro Martínez Moya ha publicado ‘Muera usted mañana‘, primer largo de su nuevo proyecto, esta vez unipersonal, Alexanderplatz. Un disco en el que, aunque se reconoce al autor de canciones como ‘Crucifixión, la solución’ o ‘Mengele y el amor’, hay palpables diferencias formales con su anterior proyecto, en el que predominan los sonidos sintetizados e influencias de los 70 y 80. Coincidiendo con sus primeras presentaciones en directo junto a algunos músicos que ya habían participado en su aventura previa, charlamos con él por teléfono sobre la dificultad de levantar en solitario este proyecto, sus influencias y el trasfondo lírico de estas canciones. [Fotografía de José Carlos Nievas]

Alexanderplatz actúa el próximo sábado, 24 de noviembre, en Maravillas Club de Madrid, junto a Shadow Girls, y acaba de confirmar una nueva fecha: el sábado 15 de diciembre en Espai Zowiede Hospitalet de Llobregat (Barcelona).

‘Muera usted mañana’ es un disco que, quizá por la abundancia de interludios instrumentales, deja la sensación de que en él dominan los sonidos sintetizados, por encima de los acústicos o los clásicos de pop rock. ¿Es un reflejo de la música que más te ha cautivado en los últimos tiempos o es una cuestión de economía de medios humanos?
No, economía de medios, no. Es en parte reflejo de cosas que me gustan, eso es obvio, y en parte lo que me apetecía hacer en este momento, tal vez un poco como reacción a lo que venía haciendo durante años con Klaus & Kinksi, donde todo era muy heterogéneo. No es que ahora no lo sea, imagino, porque supongo que no podré evitar cierta tendencia, pero por lo menos en cuanto a la idea global del disco quería centrarme en este tipo de sonido. Es cierto que hay muchos sintes, casi todos analógicos. Por ejemplo, las cuerdas: con Klaus hubiera optado por hacerlo con cuerdas reales, y aquí quería hacerlas sintéticas y que se reconocieran como tales, no emulándolas, buscando un poco esa sonoridad de los 70.

Ya has comenzado a ofrecer tus primeros conciertos con una banda en la que cuentas con antiguos miembros de Klaus & Kinski, pero ¿el disco ha sido sobre todo en solitario o ha sido un disco grupal?
Lo he hecho yo todo menos la batería, que es el instrumento que no me fiaría de tocar yo (risas). La ha grabado Juan Antonio, el técnico con el que llevo trabajando durante años. Tengo un estudio en casa desde hace tiempo, no para grabar a nadie sino para hacer mis cosas, igual que lo hacía con Klaus.

Puede parecer una referencia facilona, pero el tono retro de los sintes, especialmente al inicio del disco, no solo remite al rollo de la BSO de SURVIVE para ‘Stranger Things’, sino que ‘Homenaje’, como ironizando con su título, parece inspirada directamente por la sintonía de la serie. ¿Es así?
No. A ver, he visto la serie y me gusta, pero me gusta porque las referencias que toma esta gente para hacer esto tan retro son similares a las que yo he usado, estos 70 más instrumentales, las bandas sonoras de John Carpenter o la gente de Italians Do It Better, pero también el kraut alemán, el synthpop británico de los 80… Pero no precisamente por la serie. De hecho, ese tipo de arpegio es un recurso muy manido, no lo han inventado ellos. Lo que pasa es que como la serie ha sido tan popular es como lo primero que asocia la gente, pero no es que sea muy original, es una celebración retro. Que a mí me gusta, ojo, y me moló la música de la serie porque tocaban cosas que ya conocía.

Antes has dicho que buscabas una reacción a lo que venías haciendo con tu anterior grupo. Sin embargo, en sus canciones sigue habiendo como mucha diversidad de palos, que era exactamente lo que distinguía aquellos discos, ¿no?
Bueno, la diferencia está sobre todo en el sonido. Soy consciente de que hay una canción que ha quedado más como una balada sesentera, otra más canción melódica, otra más synthpop… Pero a la hora de vestirlas, a lo mejor con Klaus habría buscado cosas más extremas en la manera de producir. Aquí intenté repetir constantes sonoras, aunque el tema viniera de una cosa muy loca.

Y entonces ¿dirías que es esa uniformidad de arreglos lo que te aleja de aquel estilo y hace reconocible el sonido de Alexanderplatz?
Sí, pero no alejarme porque (aquello) me parezca mal, sino simplemente porque en tu vida vas probando cosas distintas quizá por reacción. Haces lo que te resulta divertido, lo que te apetece en cada momento y eso obedece más a impulsos. No sé lo que haré el resto de mi vida, pero espero que siempre sea algo que me parezca divertido, porque si no te entusiasmas mínimamente… no se puede hacer esto. Son muchas horas, muchos quebraderos de cabeza y si no estás un poco in the mood… (risas)

«Puedes huir de una coordenada temporal o espacial, pero no puedes huir nunca de ti mismo»

¿Dirías que, de haber un hilo conductor en el disco, podría ser la nostalgia del pasado, pero no en un plano individual sino colectivo, social?
En realidad la nostalgia del pasado es algo un poco impostado. Es un recurso literario como cualquier otro, más como forma de evasión. Evidentemente, hay cosas del presente que me gustan, pero también creo que en ningún presente me sentiría a gusto. Mirar hacia el pasado es como huir de un sitio, y puedes huir de una coordenada temporal o espacial, pero no puedes huir nunca de ti mismo. Y ahí es donde está el sarcasmo o la ironía de todo ello. Y también una parte real, pero eso ya sería psicoanalizarme… (risas)

Bueno, es lo que apunta ‘Odio el siglo XXI’, la canción, que en realidad parece libre de ironía.
Es lo que decía: «¿te gusta el tiempo en el que has vivido?» Pues si lo piensas racionalmente, no te vas a encontrar nunca totalmente a gusto, pero tampoco creo que en cualquier tiempo pasado estaría mejor, estaría igual. Y no es que me sienta infeliz, todo lo contrario. Es una reacción evasiva, un poco misántropa, de negar la realidad. Es como… Tú puedes amar a la Humanidad, pero en realidad no soportarla. (risas)

«A mí me interesa la música, el mundo de la música me interesa menos»

Y, en esa línea, ¿ha dejado de interesarte el pop contemporáneo, ya que parece que te interesan más sonidos retro? ¿Disfrutas más con obras del pasado?
Es que yo no sé lo que es el pop contemporáneo y de hecho nunca he estado atento a nada de eso. No sé si nunca he llegado a sonar actual. A mí me interesa la música y me da igual que ocurra ahora o que ocurriera hace 20 años, le doy el mismo valor. Lo único es que, si hay algo que me interesa de ahora, puedo verlo en directo. Como decía, nunca he estado muy atento y, de hecho, puede que haya cosas que estén surgiendo ahora que seguro que me gustan y no me daré cuenta hasta dentro de unos años. Es como leer: ¿por qué tengo que estar pendiente de las novedades literarias? Si merecen la pena las voy a leer igual dentro de 10 o 15 años. A mí me interesa la música, el mundo de la música me interesa menos. Lo he conocido por dentro y en parte es mi mundo, porque me dedico a esto, pero no es la parte que me entusiasma.

En las letras, un poco como en los estilos que tocas musicalmente, hay un poco de todo, si bien se puede intuir que has evolucionado hacia un tono menos explícito, más simbólico. ¿Dirías que te ha llevado más trabajo el aspecto lírico que el musical?
Bueno, siempre es así. Hacer la música me cuesta poco… Obviamente, me refiero al aspecto mental, no al del tiempo, que sí cuesta más porque es muy laborioso técnicamente si lo haces tú todo y quieres que tenga cierta solvencia. Pero la parte de las letras… De alguna manera es una pequeña forma de literatura, en la que te desnudas, así que sientes vértigo por que esté a la altura que crees que debe estar o, al menos, no avergonzarte de lo que escribes. (risas) Ahí sí tardo más tiempo, el proceso de calidad es más complejo, piensas cómo afectan las cosas, las lees y las relees, a la semana cambias algo que te parece una mierda… No es que me cueste más, es que es menos inmediato.

¿Pero dirías que hay un cambio en el enfoque, ese giro hacia algo más simbólico que yo decía, en contraste con las letras de Klaus & Kinski que siempre se han identificado por cierto costumbrismo?
Se ha dicho mucho lo del costumbrismo, pero yo nunca he estado muy de acuerdo. Yo por costumbrismo entiendo como un escenario en el que se imbrica el relato. Lo que sí es cierto es que en ese estilo había préstamos de un habla popular, utilizar mucho el refranero, el argot, juegos de palabras en base a frases hechas… pero eso sigue estando. Sobre el carácter simbólico, no lo sé. A lo mejor es una destilación un poco del estilo, porque va evolucionando con los años, pero tampoco lo veo muy distinto. Son metáforas, que es un recurso literario que conocerás bien porque es un poco tu trabajo del día a día.

Sí, claro. Cuando digo esto me refiero a letras como ‘Sultana’, que podría estar dirigida a una persona pero le habla como si fuese un ente no terrenal, cosas así…
Sí, quizá es un tono lírico un poco más convencional, una metáfora menos explícita, más clásica. Por el tono del tema, que era más tierno y más convencional, quizá ahí sí hay lo que dices. Pero también empleo el sarcasmo, el humor negro, que te pone el pie en tierra, por decirlo así.

«[Sobre explicar sus canciones] No creo que deba hacerlo ni creo que debas saberlo, es como romper un poco la magia del hechizo, aunque quede estúpido decirlo»

Tú mismo hablabas del uso de refranes y frases hechas, y eso precisamente lo empleas a saco en ‘Maldición gitana’. Es como que lanza ideas pero lo deja todo como en el aire, ¿no? ¿Qué buscabas?
Sí que hay un poco ejercicio de estilo, porque todo está basado en emplear el refranero, pero es la parte formal, porque el contenido es, como indica el título, insultar y desear el mal. (risas) Pero no va dirigida a nadie en particular y de hecho hay un verso al final donde digo que todo eso puede volverse hacia ti. Lo que pasa es que, claro, explicar el sentido unívoco de las canciones… No creo que deba hacerlo yo ni creo que debas saberlo, es como romper un poco la magia del hechizo, aunque quede estúpido decirlo. No funciona así ni creo que dentro del proceso creativo deba funcionar así.

En ‘El puño en el corazón’, que es una especie de bolero, la letra también tiene que ver con la nostalgia… pero en el sentido político. ¿Cómo se te ocurrió la historia algo enrevesada de ese cantante perdedor, ex-militante de Fuerza Nueva que ahora planea acciones terroristas de extrema izquierda?
Bueno, es más canción melódica tradicional, canción romántica, latina. Es una de mis pocas canciones en tercera persona, la historia de un perdedor cutre, el giovanni de turno cantando para abuelos en un escenario al lado de una piscina en el Lopagán. (risas) A mí siempre me han interesado mucho los perdedores desde el punto de vista lírico, pero me resultó divertido inventarle una doble vida, en este caso de alguien que lleva una doble vida militando en un comando terrorista marxista, dejándose la piel en el escenario entre niños en bicicleta, la barra del bar… Ahí sí hay costumbrismo. (risas) Y también hay referencias a los 70, con la extrema derecha. (risas)

El disco es muy largo, como solían ser los de Klaus & Kinski, por otro lado. Es algo que tú siempre has defendido, diciendo que 10 canciones te parecía algo rácano y que no ibas a guardar temas para una edición japonesa. ¿Sigues siendo fan de los discos así de extensos?
No es que no me gusten los discos cortos, es que no me molestan los largos. Es que nunca lo he entendido muy bien, porque al final hablamos de la longitud de un disco como una convención, que además viene heredada por un condicionante técnico que marca el formato analógico, el vinilo, que tiene una capacidad limitada. A mí los discos largos no me molestan, si el disco me gusta me da igual que dure una hora o que dure tres. Entiendo que si algo no te interesa, no te interesa, pero no que no te guste porque sea largo. Respecto a ‘Muera usted mañana’, sí está concebido de una forma global y era consciente de que iba a ser largo, y no sólo es que como forma artística me parezca bien, es que lo necesitaba, se me hubiera quedado corta sólo media hora.

¿Cuál es el último disco largo que te ha flipado o que te ha inspirado?
Pues el otro día escuché en el coche el primero de Beak>, de 2009, que dura 1 hora y 1 minuto, por ejemplo.

«Me interesa la voz como cualquier otro aspecto de la música, pero no tengo vocación de cantante»

¿Te costó tomar la decisión de cantar tú mismo tus canciones, después del fin de Klaus & Kinski? ¿Qué ha sido lo más difícil de levantar algo como Alexanderplatz?
Sí me costó al principio. A mí me interesa la voz como cualquier otro aspecto de la música, pero no tengo vocación de cantante, y nunca me lo había tomado tan en serio. Pero hay que entrenarlo, hay que reflexionar, buscar una manera (de cantar) en la que te puedas encontrar más o menos cómodo a lo largo de los años, evolucionar, porque es un instrumento muy complejo que va cambiando con los años. Sí me ha costado ponerlo en marcha, porque antes ya tenía una manera de trabajar a la que me había adaptado y, al margen de cambios personales y otras evoluciones internas de qué vas a hacer con tu vida, ha llevado tiempo. Hasta que he definido el proyecto, sus señas de identidad, cómo iba a trabajar… Tienes que tomar mil decisiones y te tiene que convencer, porque si la ilusión te va a durar una semana, luego no lo vas a poder defender y te va a hacer profundamente infeliz. Cuando ya está en marcha es distinto.

¿Y te costó más o menos convencer a Antonio y José Carlos de volver a unirse a ti en esta aventura? ¿Está en vuestros planes recuperar alguna de las viejas canciones?
A Antonio no me ha costado nada (convencerle) porque, aparte de que he trabajado con él muchos años, llevaba tiempo sin tocar y a él le encanta tocar. (risas) Así es fácil. José Carlos se encarga del bajo eléctrico y sintetizado, y luego está Miguel Porras a la batería. En realidad lo más difícil ha sido montarlo técnicamente, programaciones, parches, etcétera, porque como pasaba con Klaus yo hago un disco y luego a partir de ahí se monta el directo. Son cosas poco interesantes para la gente pero que a mí me suponen meses de calentarme la cabeza. También ha intervenido Paco, pero en el arte del disco, es muy bueno en lo suyo y enseguida pensé en él. Hace lo que le pidas y lo que le pedí es bastante simple, opuesto al preciosismo que él suele hacer. Lo que hizo es bastante más conceptual, más simbólico, abstracto. Me ha gustado mucho lo que hizo.

«[Sobre recuperar canciones de Klaus & Kinski] Tengo claro que no. (…) Me sentiría como Paul McCartney»

¿Y pensáis tocar alguna canción de Klaus & Kinski?
No, qué va. Eso sí que tengo claro que no. Es otro grupo y sobre todo no está Marina, que aparte de la voz aportaba su personalidad. No sé, me sentiría como Paul McCartney. (risas)

Pues no le va mal al chaval.
Ya, pero… Ojo, que yo le admiro, me gustan los Beatles y cosas de Paul en solitario, tiene mucho talento. Pero me parece una broma.

¿Sabes si Marina ha escuchado el disco? ¿Qué te ha dicho de él?
Mmmmmm… No. No lo sé, sinceramente. Supongo que habrá sentido curiosidad, pero… Y cuando la vea, tampoco hablamos de esto. Igual surge, pero yo no le voy a preguntar si ha escuchado el disco. Ni a Marina ni a nadie. Me da vergüenza, ir mendigando escuchas. (risas)

«[Sobre conmemorar 10 años de ‘Tu hoguera está ardiendo’] No quiero pensar en el tiempo, porque me deprimo»

Se acaban de cumplir, por cierto, 10 años de la publicación de ‘Tu hoguera está ardiendo’. ¿Os planteáis o habéis planteado conmemorarlo de alguna manera?
No. ¿Haciendo qué? Los grupos que hacen eso es porque están tocando y se inventan un concierto. Y creo que Tanis (Abellán, del sello Jabalina) ya hizo una reedición, no sé si tendría sentido volver a hacerlo. Ni lo había pensado. ¿En qué año estamos? (risas) No quiero pensar en el tiempo, porque me deprimo.

Muchos siguen, o seguimos, encandilados con vuestra obra. Hace unos meses, hablando con Lolo de Hazte Lapón, me decía que para él vuestros tres discos son una de las obras cruciales de esta generación del pop español, que le inspiraron a la hora de cerrar su propio grupo tras el tercer álbum y que están destinados a trascender. ¿Qué sientes cuando te llega algo asÍ?
Es bonito. Si tú lo has hecho es esperando que alguien pueda sentir algo remotamente similar a lo que tú has sentido escuchando música de otros. Es lo que le da sentido a esto porque si no, ¿para qué? Sí, lo haces como una forma de expresión, una necesidad interna, no para epatar a nadie. Pero es muy duro, muy pesado, no siempre mantienes el mismo nivel de energía. Y que se te acerque alguien y te diga «las cosas que hicisteis me gustaban» o «son importantes para mí» te hacen pensar que merece la pena haberlo hecho. Porque a veces… Bufff… Cuesta trabajo. Supongo que es por mi carácter, me cuesta entusiasmarme con las cosas, dudas y piensas «no me gusta nada, todo es una mierda, me aburro»… Pero por otro lado la música, no sólo el pop, le da sentido a mi vida, la amo profundamente.

¿Y ahora estás totalmente entusiasmado con Alexanderplatz?
Sí, depende del día. (risas) Pero con Klaus me pasaba igual, supongo que porque tiendo a ser muy crítico. Hay una parte sentimental/emocional, que necesita llenar un poco el alma, echándole galleticas. Y otra más intelectual, más crítica, que hace que todo te parezca una basura. (risas) Te sientes mal, a veces. Pero eso me va a pasar toda la vida y supongo que si no hiciera cosas sería más infeliz.

Ready for the Weekend: Art Brut, Rita Ora, Miss Caffeina, The Streets, La Zowi, Kikí D’Akí, Earl Sweatshirt…

5

Aunque aún quedan algunos lanzamientos importantes de 2018, la lista de nuevo álbumes publicados mengua ya drásticamente en estos últimos viernes de 2018. Hoy destaca el muy demorado nuevo álbum de Rita Ora, además del regreso de los punk-rockers británicos Art Brut y el nuevo disco de la siempre interesante My Brightest Diamond, además de trabajos de Jacco Gardner, Frakkur (Jónsi de Sigur Rós) u Oneohtrix Point Never (un EP con colabos de Ryuichi Sakamoto o (Sandy) Alex G). Donde más agitada está la semana es en el plano nacional: los nuevos trabajos de La Zowi, Kikí D’Akí, Pavvla, Rozalén (en un disco plagado de estrellas mainstream como Ana Balén, Amaia Romero o Estopa e indies como Shinova, ToteKing, Kase.O…), Charlie Mysterio (sin Los Caramelos, y etiquetado sólo con su «apellido»), Holy Bouncer, el rapero Hard GZ, Chicharrón, la triunfita Miriam Rodríguez y EPs de Confeti de Odio, Caliente Caliente (nueva aventura de Raúl Querido) y BeatLove están ya disponibles. Además, Sidonie publican un álbum con regrabaciones de canciones de toda su carrera –incluido el «featuring del año»– para celebrar sus 20 años de carrera. Y Rosendo publica una caja retrospectiva con grabaciones inéditas en directo y estudio.

Además de los nuevos temas de J Balvin, C. Tangana feat. Niño de Elche, Billie Eilish, Miss Caffeina, Carolina Durante & Amaia, Andy Burrows y Tommy Genesis, también hay cierto movimiento en cuanto a singles de obras que verán la luz en las próximas semanas (como el de Earl Sweatshirt) o ya en 2019. The Streets, Grandaddy, Mucho, Weezer, Vic Mensa, Booka Shade, Cuco, Alien Tango, Mike Posner, El Faro o Amistades Peligrosas presentan canciones.

Pero si por algo destacan estas fechas es por las sucesivas reediciones, conmemoraciones o regrabaciones que se acumulan y suceden de cara al suculento mercado navideño. Entre toda esa paja, encontramos un álbum de versiones orquestales de Justice, Uffie, Cassius o Mr. Oizo para conmemorar el 15º aniversario del sello francés Ed Banger, un nuevo EP de Luke Haines que complementa al álbum que publicaba este año, una reedición de ‘The Lioness’ de Songs:Ohia, con sesiones inéditas del añorado Jason Molina, la loquísima adaptación de la BSO de ‘Sonrisas y lágrimas’ que perpetran Laibach o un disco que reúne las caras B y descartes del último disco de Cults. También llaman la atención un villancico original de los veteranos Alphaville, una versión de ‘How Deep Is Your Love’ a cargo de Take That contando con el mismísimo Barry Gibb (Bee Gees) y un tema de Quincy Jones junto a Chaka Khan y Mark Ronson que promociona el documental que Netflix ha producido sobre el afamado productor.

Sidonie arman el “featuring” del año juntando en ‘Fascinados’ a media industria del pop en castellano

6

Sidonie publican hoy ‘Lo más maravilloso’, su nuevo recopilatorio, que celebra sus 20 años en activo. El disco incluye dos canciones nuevas, el single a lo Georgie Dann ‘Maravilloso’ y una versión nueva de ‘Fascinado’, su éxito de 2005, re-titulada ‘Fascinados’. Y el plural es significativo en este caso, pues Sidonie han buscado re-grabarla con la ayuda de 29 colegas del pop, dando lugar a un “featuring” ambicioso como mínimo que pide a gritos un videoclip lleno de cameos estelares.

Joan Manuel Serrat, Jeanette, Vetusta Morla, Zahara, Dani Martín, Loquillo, Albert Pla o Mikel de Izal son algunos de los artistas que aparecen en la canción repartiéndose líneas y versos, y no necesariamente en este orden. Hay muchos más y Noni de Lori Meyers, Santi Balmes de Love of Lesbian, La Bien Querida, Xoel López, Anni B Sweet, Carlos Sadness, Javiera Mena, Carlangas de Novedades Carminha, Nina e Morgan y Rafa Val de Viva Suecia tampoco se pierden la fiesta de Sidonie.

Completan el “line-up” (porque esto, más que una canción, parece un festival) Alondra Bentley, Abraham Boba de León Benavente, Martí Perarnau IV de Mucho, Miri Ros, Juan Alberto de Niños Mutantes, Marc Dorian, Nita de Fuel Fandango y Shuarma de Elefantes. Y ojo porque, lejos de abrumar, queda una versión divertida, un verdadero pasatiempo para los amantes del pop en castellano, por otro lado, sin demasiados precedentes.

Rita Ora inaugura el lanzamiento de su disco con un playback a destiempo en un desfile de Acción de Gracias

16

Rita Ora y John Legend han actuado este jueves en un desfile de Acción de Gracias en Nueva York, por el que también se han pasado Diana Ross, Bad Bunny, Leona Lewis o Bazzi. Subidos a unas carrozas, Ora y Legend han optado por hacer playback en lugar de cantar en vivo, con la mala suerte que Ora, que hoy publica su nuevo disco, ‘Phoenix’, ha sido incapaz de sincronizar su voz con el pregrabado, dando lugar a una actuación totalmente marcada por las dificultades técnicas que, como puede verse en el vídeo, se produce totalmente a destiempo (Ora parece, desde el principio, tener problemas para encontrarse en el playback). Sin embargo, eso no ha impedido a los tuiteros criticarla por su “vergonzosa” actuación, y también a Legend.

Tras las críticas, ambos artistas se han visto forzados a explicar en Twitter que, en estos casos, el playback es habitual, ya que actuar a la intemperie, en una ciudad con temperaturas tan frías como las de Nueva York, y encima de carrozas suele conllevar dificultades técnicas que obligan al pregrabado. “Todos hacemos playback en este desfile porque las caravanas no cuentan con la capacidad para soportar los requerimientos de sonido de una actuación en directo”, ha escrito John Legend en defensa de Ora. “Espero que la disfrutarais de todas formas, y sabed que si venís a mis conciertos, las voces son 100% en vivo”.

La propia Ora ha contestado: “Gracias por aclarar lo que estaba a punto de tuitear. Es molesto para nosotros pero bueno, mis conciertos son 100% en directo y siempre lo han sido. Cuando vienes a un concierto de ORA, ¡prepárate!”

La canción del día: Carolina Durante y Amaia Romero se la juegan a Marcelo Criminal en el vídeo de «Perdona»

14

Hoy viernes se estrena una canción muy «de viernes», la versión que Carolina Durante han grabado junto a Amaia Romero del artista underground Marcelo Criminal. La edición de este tema no es del todo una sorpresa, pues el grupo madrileño ya la había presentado en Razzmatazz, Barcelona, acompañado de la propia Amaia; pero en cualquier caso es todo un desafío para haters.

En los últimos días el tema se había filtrado acompañado del rumor de que Marcelo Criminal, autor original de este ‘Perdona, ahora sí que sí’, no estaba nada contento con el uso de la canción por parte de Carolina Durante y Amaia. Pues bien, el propio Marcelo es el protagonista de un vídeo lleno de humor en el que se ve cómo Carolina Durante le roban el tema y cómo el grupo se aprovecha de él. El pequeño «cameo» de Amaia Romero es totalmente delirante.

Un vídeo lleno de guiños, como decíamos, a los haters de Carolina Durante, desde los rótulos de «canción del año» y «ya es número 1» hasta los WhatsApps de «me cago en vuestros muertos» y «plagiadores», pasando por mi favorito: «pijos de mierda». Una acusación constante en la vida de los autores de ‘Cayetano’. ¿No es maravilloso que el estribillo de todo esto sea «Pido perdón por no ser mejor que nadie»? Otro tanto para Carolina Durante que, como sabéis, han agotado entradas con un par de meses de antelación para su concierto pre-navideño en OchoyMedio. Y fans de Amaia, respirad tranquilos: ella sigue grabando con Refree.

«¡Dios salve el parque municipal!»: 50 años de la obra maestra de The Kinks, a la sombra de “El Álbum Blanco”

15

A buen seguro todos, seáis grandes fans o no, sabéis bien que este mes de noviembre –concretamente hoy, 22 de noviembre– se cumplen 50 años de la edición de la publicación del llamado “Álbum Blanco” de The Beatles. Una –sino LA– obra cumbre de la música popular del siglo XX que, si ya en su versión original era apabullante y fascinante con sus diversos y ricos 30 cortes, estos días ha sido reeditada en una mastodóntica caja con nuevas mezclas, sesiones inéditas y blablabla… Ese fantástico disco –imprescindible en esencia, más allá de estas fatigosas y raramente necesarias ampliaciones– parece dejar siempre a la sombra a otra obra maestra del pop rock no ya británico sino universal. Hablo de ‘The Kinks Are The Village Green Preservation Society’ que, publicado precisamente en el mismo día del año 1968, parece haber sido aplastado por una suerte de maldición que le persiguió desde incluso antes de su publicación, en una de las historias más fascinantes del rock.

Estos días nos encontrábamos con la insólita noticia de que ‘TKATVGPS’ –en adelante lo denominaremos así– había por fin logrado ser disco de oro en Reino Unido, alcanzando la cifra de 100.000 copias… ¡50 años después de su publicación! Con esa cifra ridícula para un grupo legendario, como es el caso, lo que podría ser una buena noticia se convierte en un capítulo más en la secuencia de calamidades que rodeó aquel disco de The Kinks, entonces en su formación más mítica con Ray Davies, Dave Davies (su hermano pequeño), Pete Quaife (su amigo de infancia convertido a enemigo íntimo durante aquellos 1967 y 1968 en los que se gestó precisamente esta obra, que dejó el grupo al año siguiente y nunca llegó a reconciliarse del todo con Ray antes de su muerte, en 2010) y el batería Mick Avory, y que, aun siendo uno de lo que hoy llamamos flops más sonados de la historia del rock, es una obra estratosférica, sin duda a la altura de cualquiera de las obras más célebres de sus coetáneos de Liverpool.

The Beatles abrieron indudablemente brecha para la explosión mundial de The Kinks, y estos siempre fueron, al menos en apariencia, los “chicos malos” de la llamada british invasion que anegó Estados Unidos de pop inspirado en el rock and roll y el rhythm and blues. Su tercer single, ‘You Really Got Me’, fue un éxito global que, a diferencia de otros coetáneos, mostraba garras afiladas en su riff de guitarra que, sin duda, es un precedente del heavy metal. Pero las constantes peleas entre los hermanos Davies, dentro y fuera de los escenarios (los hermanos Gallagher deben mucho a los Kinks, en todos los sentidos) les daban ese halo de peligrosidad e imprevisibilidad que provocaron que, por ejemplo, les fuera denegada la entrada a EEUU para hacer giras. Lo cual no hizo sino amplificar su popularidad en todo el mundo, especialmente en Reino Unido, donde eran estrellas de primer nivel: por ejemplo, en 1966 ‘Sunny Afternoon’ desbancaba a ‘Paperback Writer’ del número 1 de la lista británica de singles, en lo que Ray considera “una de las mayores alegrías de su vida”.

Sin embargo, esas tensiones harían que la distancia entre Ray –el indiscutible gran talento del grupo– y sus colegas creciera y que hacia finales de aquel 1966 se especulara con una separación de la banda y el más que probable inicio de una carrera en solitario de su líder. De hecho, siempre se especuló con que las canciones de ‘TKATVGPS’ tenían como destino un primer álbum de Ray Davies, pero las desastrosas decisiones de sus mánagers, embarcándoles en giras vergonzantes (como una que dieron en parques de atracciones de Suecia o por pubs únicamente poblados por mineros de la Inglaterra rural, por ejemplo), y la incesante presión de su discográfica, Pye Records (que desapareció pocos años después), que llevó al delirio de lanzar tres discos del grupo en el espacio de 4 meses, no hicieron propicio que aquello ocurriera.

En ese periodo de popularidad menguante, y pese a sus episodios depresivos, Ray decidió que aquellas canciones que llevaba preparando meses en su casa del extrarradio londinense, próximo al barrio humilde en el que él, Dave y Pete se criaron, debían ver la luz ya y debían hacerlo bajo el nombre de The Kinks. Así, abrió su habitual hermetismo en la composición e implicó a sus tres compañeros en la creación de armonías y arreglos, que preparaban en torno al piano de Davies en el salón de su casa estilo Tudor, evocando reuniones familiares similares en el hogar de los Davies. Esa nostalgia doméstica y local es, en realidad, lo que alimenta las canciones de este disco y, también, el concepto del álbum: la melancolía por los recuerdos del pasado más íntimo en una Inglaterra y un mundo inmersos en un convulso proceso de cambios sociales, luchas de clases y revoluciones.

Todo aquello que de alguna manera sí plasmaron álbumes como el citado ‘The Beatles’ o ‘Electric Ladyland’ de Jimi Hendrix, obras que miraban al futuro, no estaba en ‘TKATVGPS’ y, muy probablemente, fue una de las razones de su fracaso: fue ignorado por prensa y público de su país, aunque, curiosa e inesperadamente, Estados Unidos acogió muchísimo mejor su esmero retro cuando se publicó allí meses después. La nostalgia por el pasado no estaba en absoluto de moda, no era lo que demandaba el público, pero Ray, sin duda, plasmó eso a conciencia. No ya evocando al rhythm and blues que alumbró su generación y que ya había quedado opacado por la psicodelia y la tecnología (y eso que, fascinado por el Mellotron MKII, Ray ejecutó muchos de los arreglos del disco con ese antepasado del sintetizador, que funcionaba con cintas grabadas), sino yendo incluso más allá, al music hall, al vodevil, al vals y a la música de entreguerras. Aquello se percibió como un movimiento reaccionario que hizo que se le diera la espalda, que incluso algunos llegaran a tildar a Davies de fascista (en contra de la impresión que pudiera dejar esta obra, Davies se ha manifestado contrario al Brexit, por ejemplo). Sin duda fueron los que no se esforzaron en contemplar la ironía y el sentido del humor que impregnaba todo el álbum: los cada vez más frecuentes comentarios sobre que eran demasiado retro y pasados de moda, inspiraron al grupo a poner al disco ese título, “Los Kinks son la sociedad de conservación del parque municipal”, autoproclamándose adalides de lo cockney. Aun así, con esa reivindicación del parque municipal como eje en torno al cual se introducían todos sus personajes, Ray sí quería reivindicar la proximidad, la cercanía humana, como una reacción a un mundo cada vez más alienante y estresante. De hecho, es sorprendente (y triste) lo vigente que resulta hoy ‘TKATVGPS’ en cuanto a concepto.

Pero lo que hace grande este disco son sus 15 canciones originales, que también han sido ampliadas en una casi inabarcable caja de 11 (!) discos y 60 canciones, que incluyen un inédito (la preciosa ‘Time Song’) junto a demos y tomas en directo de la época, mezcladas con otras canciones de una etapa especialmente prolífica e inspirada de Ray Davies (aunque en la misma etapa también escribió canciones tan cutrecillas como ‘Wonderboy’ o ‘Plastic Man’) que ya habían sido editadas anteriormente (con ‘Rosemary Rose’, ‘Do You See His Name?’ o ‘Misty Water’ entre las más notables). Recomiendo, en cambio, revisar el núcleo original del disco, aunque esa idea es algo difusa en este caso: en un contraproducente derroche de improvisación, Ray pidió a Pye parar el lanzamiento de la edición de 12 canciones previsto para septiembre de 1968 –tarde: llegó a ponerse a la venta en algunos países de Europa, siendo hoy una cotizada rareza– y convertirlo en un disco doble de 20 canciones. ¿Parece una tontería pensar que se debió a que supo que The Beatles lanzarían un disco doble en aquellos meses? Quizá, y podríamos decir que en realidad tenía demasiadas buenas canciones que no quería dejar fuera, pero el hecho de que algunos de los temas incluidos en la versión final y sencilla de 15 canciones fueran terminados y grabados apenas el mes antes de publicarse lo ponen en duda. En todo caso, la versión final del disco que conocemos es maravillosamente perfecta de cabo a rabo, con 15 canciones prodigiosas en todos sus aspectos, con cierto aire campestre y despreocupado hilvanando de manera invisible su diversidad de estilos.

Con la solemne y tristona ‘Village Green’ –la primera canción que compuso Ray para este proyecto y a partir de la cual fructificó el concepto del disco– y la maravillosa obertura ‘We Are The Village Green Preservation Society’ –ese “himno nacional” en el que proclaman con evidente sarcasmo “Dios salve al Pato Donald, al vodevil y las variedades / (…) Dios salve las tiendas de barrio, la porcelana china y la virginidad”– como núcleo, The Kinks construyen un pequeño universo. Un universo en el que no falta la nostalgia más sincera (ejemplificada en la entrañable ‘Days’ y la alegre ‘Picture Book’ es un amargo recuerdo hacia las dos únicas fotos de familia de los Davies, sirviéndole para recordar a su hermana Rene, que murió bailando en una discoteca un día después de regalar a Ray su primera guitarra) pero tampoco la más ácida, como la de ‘Do You Remember Walter?’ (una de las canciones más sobresalientes de su carrera, en la que describe un reencuentro con su mejor amigo de la infancia en el que descubrieron que ya no tenían nada en común), con fantasmas de rockers caducos (‘Johnny Thunder’), prostitutas de confianza (en la exótica ‘Monica’) o brujas locales (en la perversa canción infantil con aires psicodélicos ‘Wicked Annabella’, estilo que también replica ‘Phenomenal Cat’) que deambulan por el parque municipal, semiocultos por el humo del “último tren de vapor”.

Pese a sus paupérrimas ventas, ‘TKATVGPS’ está, sin lugar a dudas, entre las mejores obras de pop rock que dio el siglo XX, si bien su valor está en la poderosa influencia que ha ejercido sobre varias generaciones de artistas británicos. Las obras completas de Madness, XTC, Ian Dury, Blur y The Libertines –pasando por grupos más minoritarios como The Boo Radleys o The Auteurs– tienen una deuda evidente con The Kinks en general y con este álbum maldito en particular, que ha contribuido como pocos a crear una identidad palpable para el pop de Reino Unido. De hecho, si hay algo que pueda llamarse brit pop, eso es ‘TKATVGPS’. Hoy, mientras Davies publica el segundo de los volúmenes de su serie ‘Americana’, se dice que la eternamente postergada reunión de los hermanos Davies está más cerca que nunca e incluso se dice que se prepara un musical basado en ese álbum, vemos a Ray recoger ese disco de oro que certifica la sombra que persigue esta obra con sólo media de su amplia sonrisa, sentenciando con la mordacidad que siempre le ha caracterizado: “esto parece el premio que se da a alguien que se retira”.

[Nota del autor: gran parte de la documentación de este texto proviene de la fantástica y recomendable biografía del disco escrita en 2003 por Andy Miller, publicada en España por Libros Crudos dentro de su colección «33 1/3». La fotografía exterior forma parte de la sesión promocional del disco, obra de Barry Wentzell para Melody Maker.]

Alaska y Mario, Dani Mateo y Lorena Castell, criticados por sus declaraciones sobre el VIH

105

Alaska y Mario han visitado esta semana el programa #yu de Dani Mateo para hablar de varios temas, entre ellos la educación sexual. Ha salido a debate el VIH y las declaraciones de la pareja al respecto, así como las del presentador Mateo y su colaboradora Lorena Castell (Lorena C), han generado críticas en sites como Hazte Queer por contener multitud de inexactitudes. Durante la entrevista, Mateo asegura que “ya no existe el estigma” en torno al VIH, a lo que Castell replica: “ya no hay ese estigma pero dentro de las cepas, tú por mucho que estés medicado de una, de repente te puedes contagiar de otra y es todo muchísimo peor. La gente se piensa, “ya lo tengo, ahora tomo los anticuerpos, estoy medicado y puedo volver a hacer locuras”, pero no solamente es una cepa, dentro de esa enfermedad hay muchísimas cepas y te pueden volver a contagiar, tienes que tomar otra medicación”.

Entre las declaraciones sobre el tema, Mario Vaquerizo sentencia que “antes, cuando no tenías información, podías tener una excusa, pero teniendo toda la información que tenemos, no te lo perdono porque no me interesa, eres gilipollas”. Alaska concuerda y responde que contraer el VIH hoy en día “no tiene justificación”. Sobre el tema, Alaska asegura que no encuentra que “entre sus amigos homosexuales se preocupen demasiado por prevenir algún tipo de enfermedad”, fomentando la idea de que el VIH solo se transmite entre homosexuales.

Desde la cuenta Retos VIH han elaborado un vídeo en el que corrigen frase por frase las declaraciones de Lorena Castell, Mario Vaquerizo y Alaska, apuntando que “el VIH le puede pasar a cualquiera y no implica hacer locuras o ser promiscuo”, que “estando medicado, que te transmitan otra cepa del VIH es una posibilidad muy remota”, que “en esa mesa todos siguen sin información” y planteando, tras algunas sentencias, “¿seguros de que no hay estigma?”.


Tommy Cash lidera un culto en el vídeo de ‘X RAY’, su maquinote PC Music co-escrito por Caroline Polachek

2

Tommy Cash es conocido por singles como ‘Winaloto’ o ‘Pussy Money Weed’ pero sobre todo por sus locos videoclips, que por su contenido entre surrealista, absurdo y grotesco (no siempre en este orden) suelen ser más noticia incluso que las propias canciones. Imperdibles eran, por ejemplo, los vídeos para ‘Surf’ o la propia ‘Pussy Money Weed’.

El rapero estonio ha vuelto hoy con un nuevo single, ‘X RAY’, que ha sorprendido por varias razones. En primer lugar, sus colaboradores: vuelve a la producción A.G. Cook, que ya produjo ‘Pussy Money Weed’, pero esta vez de la mano de su compañero en PC Music, Danny L. Harle. Además, entre las personas acreditadas en la composición del tema se encuentra Caroline Polachek, ex integrante Chairlift. Como todo fan de PC Music sabrá, Caroline cantó un single de Danny L. Harle, y a su vez Tommy Cash apareció en el disco de Charli XCX producido por PC Music, en el que además aparecía Caroline y cuyo título, por cierto, sugirió el estonio. Todo queda entre amigos.

Pero lo más sorprendente de ‘X RAY’ es su sonido. Estamos ante un maquinote bastante claro, en el que conviven ritmos tribales a lo Safri Duo, un subidón 100% Pont Aeri y los habituales ritmos trap de “Kanye East”. De hecho, impacta más el sonido del tema que su videoclip, en el que Tommy Cash lidera un culto, pero en el que también vemos imágenes tan random como un sendero de bosque hecho con verduras. No es de sus vídeos más memorables, pero eso también es decir mucho de Tommy Cash, porque si algo tienen sus vídeos es que al menos no dejan indiferente.