Nos Miran de ‘Contigo’ son el nuevo número 1 de JENESAISPOP con un excelente italodisco que ha gustado mucho entre nuestros lectores. Rosalía queda en el puesto 2 con el que es el actual top 1 en España, ‘Di mi nombre’, además de ocupar 3 quintas partes del top 5 de JNSP con los sencillos de ‘El mal querer’. Entran en el top 40 Ariana Grande, Dido y Cheryl. Es tiempo de despedirnos de los sencillos de Janet Jackson, Lola Indigo y Thom Yorke, todos ellos con 10 semanas en lista y en la mitad baja de la tabla. Ya podéis escuchar nuestra última lista de novedades y votar por todas vuestras canciones favoritas aquí.
Planningtorock decidió en su tercer álbum, ‘All Love’s Legal’, hacer canciones que hablasen de manera más directa, sin artificios, sobre los temas que le preocupaban, como el género, la misoginia o el patriarcado. De repente podíamos encontrarnos un disco con títulos-eslóganes como “todo amor es legal”, “el género es una mentira” o “misoginia, muérete” que encerraban canciones bastante más accesibles que, por ejemplo, el radical ‘Shaking the Habitual’ de sus colaboradores The Knife. Especialmente con ‘Let’s Talk About Gender Baby’, algo así como el ‘Jimmy’ de 2014, Planningtorock demostró que hacer canciones pop divertidas sobre lo “queer” era posible.
Llegado su cuarto álbum, ‘Powerhouse’, es más fácil observar desde la distancia las cualidades de Planningtorock… y también sus defectos. Nacida en Inglaterra pero afincada en Berlín, Jam Rostron siempre ha tenido, además de una voz carismática y andrógina, un sonido propio fijado en el synth-pop europeo, con un punto sucio, atmosférico y oscuro similar a sus colegas The Knife (Olof participa en este álbum), Fever Ray, Austra y similares, pero también clásico dado el gusto de Rostron por los arreglos de cuerda (sintetizados), presentes en buena parte de su repertorio, también en este ‘Powerhouse’ cuya canción más impactante puede ser ‘Piece of My Mind’, que conjuga un polvoriento ritmo medio trip-hop con un denso arreglo de cuerdas barrocas que parece sacado de un minueto francés del siglo XVII.
En el que es claramente su disco más accesible hasta la fecha (como lo fue el anterior en su momento), las cuerdas inducen un evidente dramatismo a las canciones de Planningtorock, sobre todo en el emotivo tema que titula el disco, que Rostron dedica a su madre -de quien ha heredado su pasión por la música-, y ‘Dear Brother’, una canción llena de tensión a través de la que Rostron busca “perdonar” a su hermano por algo que le hizo en el pasado (y que nunca se llega a revelar). De hecho, los singles principales del álbum, ‘Transome’ y ‘Much to Touch’, con sus mensajes “bésame con cariño”, “besa mis géneros”, “hazme saber cuánto es demasiado para ti, y te daré más” o “has dicho que soy demasiado, entonces es que tú no eres suficiente”, ponen un pie en la electrónica y el otro en el R&B de manera nada misteriosa.
Si ‘Powerhouse’ es lo más parecido a un disco pop de Planningtorock -a lo que sin duda contribuye la impoluta producción del álbum, que infiere gran volumen a los ritmos y los arreglos, además del autotune presente en muchas canciones- hay que lamentar que no todas sus pistas cumplan su propósito con éxito. Sobre todo en los temas de ‘Powerhouse’ que más se acercan a la música disco y house, como ‘Non Binary Femme’ o ‘Somethings More Painful than Others’, Planningtorock parece haber dado por terminadas canciones a las que no les hubiera venido mal más de una vuelta. Las letras y desarrollos pecan de repetitivos y aunque su estructura sea deliberada, el efecto es el contrario al que probablemente desearía Rostron. Con ese titulazo, ‘Non Binary Femme’ prometía un himno que finalmente no es, mientras a “Somethings” claramente le sobran varios minutos… y eso que es el tema más bailable del disco con diferencia.
Atendiendo a su posición en Spotify -es la canción que más se está escuchando de Planningtorock actualmente- ‘Non Binary Femme’ ha impactado en el público, pero su título tiene que haber contribuido a ello, porque el tema está muy lejos de ser tan redondo como ‘Transome’ o ‘Much to Touch’. Su simplismo denota pereza en la composición -por no hablar de la abstracta ‘Jam of Finland’-, y ese es quizás el mayor problema que presentan las canciones de Planningtorock. Sí, Rostron es una de las artistas indie más importantes del momento por los temas que tratan sus canciones, pero precisamente por que Rostron puede hablar de estos temas, cabe desear que lo hiciera desde una mayor profundidad, apoyándose menos en eslóganes y más en letras que cuenten algo de verdad. Algunas veces lo hace, pero otras desde luego no.
Calificación: 7/10 Lo mejor: ‘Transome’, ‘Much to Touch’, ‘Piece of My Mind’ Te gustará si te gusta: The Knife, Fever Ray, Austra, ANOHNI Escúchalo:Spotify
Aunque no siempre la primera idea loca que se nos viene a la mente es la buena, Ryan Murphy ha basado gran parte de su carrera creativa en esto. Y a veces no le ha salido bien usar la primera fusión de elementos recargados que se le pasaba por la cabeza, pero otras sí. Me lo imagino en 2013 en un sillón, con pose pensativa, para de repente exclamar: “¡LO TENGO! ¡UNA PELUQUERÍA VUDÚ!”. Seguro que alguien intentó que le diese un par de vueltas a esa idea, como seguro que intentaron que Mónica Naranjo se pensase dos veces publicar ‘Jamás’ o ‘Europa’, pero, afortunadamente para el Universo, tanto Ryan como Mónica siguieron adelante.
Mi primera idea loca con este artículo fue homenajear a R.E.M. titulándolo “Es el fin del mundo tal y como lo conocemos, y ‘American Horror Story’ se siente bien”. En este caso, yo mismo me di cuenta de que Michael Stipe mola pero esa frase no, y cambié de idea, aunque sí que sigo pensando que a la serie/antología/saga/yoquésé de Ryan Murphy le ha sentado genial este Apocalipsis y todo lo que ha traído. Como le pasa a la intérprete de ‘Sobreviviré’, Ryan Murphy podrá gustar más o menos, pero no se le puede acusar de quedarse corto ni de hacer lo mismo que el resto. Así, la decisión de mezclar dos temporadas de su propia serie y hacerlo a través de un Anticristo cargado de homoerotismo, brujas con poderes sobre el gluten y una escuela cóctel entre ‘Harry Potter’ y ‘RuPaul’s Drag Race’ es, sí, uno de esos casos de “primera idea loca”… que acaban teniendo buen resultado. Ryan ha sido capaz de llevarlas, y no de que las ideas locas le lleven a él.
‘American Horror Story’ empezó con dos temporadas estupendas, y siguió con una tercera que, sin llegar a ese nivel, fue clave en lo que a terminar de cimentar su fandom se refiere, pero, a partir de ahí, la cosa fue irregular. Temporadas tirando a mediocres -con momentazos, eso sí- como ‘Hotel’ y ‘Cult’, una temporada directamente aburrida (‘Freak Show’) y otra por la que nadie daba un duro y que terminó siendo de las mejores (‘Roanoke’). Pero el problema de ‘Roanoke’ era el mismo que tenía ‘Scream 4’: aisladas funcionaban de maravilla, pero el rollo meta y los giros habían llegado a un punto complicado de superar para sus sucesoras. Eso es un poco lo que pasó con ‘Cult’ (entre otras cosas), y es lo que pensábamos que iba a pasar también con ‘Apocalypse’… y no. De hecho, con ‘Apocalypse’ Ryan ha conseguido algo que siempre le ha costado: darle un buen final a sus historias. ‘Freak Show’ fue el ejemplo perfecto de Murphy en eso de tener una idea loca que promete pero con la que luego no sabe qué hacer, algo que pasaba también en la misma ‘Cult’, y que le sucedió incluso a ‘Asylum’, y por supuesto a la serie petarda de Murphy por excelencia, ‘Scream Queens’ (y mejor no hablemos de ‘Glee’ a partir de su primera temporada). ‘Apocalypse’, aunque es cierto que flojea en un par de episodios justo antes de la recta final, nos ha cerrado la boca a todos los que veíamos imposible que en solo 40 minutos consiguiese cerrar -de forma decente- todas las tramas abiertas.
No en vano, el final podría incluso servir como final de serie para ‘American Horror Story’, y no solo por reunir a personajes de distintas temporadas de la antología, sino por el valor simbólico de ofrecer a la vez el pasado, presente y futuro de la serie (Jessica Lange, Sarah Paulson, y ¿Billie Lourd?), y en los tres casos hacerlo bien – por conseguir, esta temporada ha conseguido incluso que estuviésemos a tope con Cordelia, quien fuese el personaje favorito de ‘Coven’ para exactamente 0 unidades de personas. Y es que, aunque una de las grandes bazas de ‘AHS’ ha sido siempre su reparto, muchas veces no han sabido aprovecharlos bien, y ese es otro aspecto que ‘Apocalypse’ cuida.
Quitando excepciones que confirman la regla (el personaje de la magnífica Adina Porter es aquí más anecdótico), Murphy sabe hacer brillar, aparte de a las tres mencionadas y a su musa Evan Peters, a grandes como Frances Conroy, Kathy Bates, Joan Collins, Lily Rabe, Leslie Grossman, Billy Porter o Emma Roberts (queremos un spin-off para el dúo formado por estos dos, y lo queremos YA), incluso a Angela Bassett a pesar de que su cameo sea más breve que el tracklist de ‘Tráiler’. Además, acierta de pleno con un fichaje que es en parte responsable del éxito de esta temporada: Cody Fern, cuyo Anticristo es un antagonista nada fácil de interpretar, debido al gusto de Murphy en deslizarse entre el humor y el terror. Fern y Murphy sortean esta dificultad y acaban aportando a Satán un magnetismo que nos hace querer ser Kim Basinger en ‘La Bendición’ (aunque quién no querría ser Kim Basinger en ‘La Bendición’).
En definitiva, si abandonaste la saga en alguna de las temporadas anteriores a pesar de que en algún momento te gustó, ‘Apocalypse’ es una buena razón para volver. Y, para los que no llegamos a abandonarla, es una buena razón para seguir confiando en Murphy y en que, a pesar de sus tropiezos, cuando quiere sabe hacer muy bien las cosas. Por cierto, Mónica Naranjo tiene una canción llamada ‘Apocalíptica’ (cómo no iba a tenerla). No sé qué mas pruebas queréis de que tienen una conexión cósmica. O qué más necesita Murphy para marcarse un Gaga y ofrecer a Mónica ser la protagonista de la novena temporada. 8.
Zahara tuvo que suspender el pasado martes una actuación promocional en la Sala Caracol debido a la laringitis aguda con daño en las cuerdas vocales que sufría, pero lo que no suspendió fueron las entrevistas promocionales del día siguiente. Sin poder apenas hablar, atendió a los medios acompañada de un portátil en el que iba escribiendo rápidamente las respuestas a las preguntas, al tiempo que comentaba alguna cosa con su voz como malamente podía. Los astros estaban en contra de esta entrevista y lo poco que Zahara pudo hablar no se me grabó en ningún lado: desde cierta actualización a iOS12 de este año, la grabación de las notas de voz en un iPhone son una lotería como podéis ver aquí. Pero tengo suerte: Zahara estaba familiarizada con el mismo problema, ha estado por tanto muy dispuesta a «ponerse del otro lado» y me ha resuelto unas dudas sobre la conversación vía e-mail.
En la conversación, manda ‘Astronauta‘, su nuevo disco, el que sucede a ‘Santa’. Zahara ha hablado largo y tendido sobre la maternidad en Divinity o contra la maternidad subrogada y cómo afecta a la comunidad LGTB+ en Shangay, y decido centrarme en su disco casi estrictamente. ‘Astronauta’ es un álbum que carece de una canción tan redonda como ‘El deshielo’, pero sí presenta una solidez mayor que ‘Santa’ en su conjunto, con los singles desperdigados por el tracklist, como el polémico y desafiante ‘Hoy la bestia cena en casa’, ‘Multiverso’ -de piano muy La Buena Vida y final expansivo- o el precioso ‘Guerra y paz’ (que también funciona sin Santi Balmes como podéis comprobar en Spotify). Y sumando un cargamento de momentos favoritos para los próximos meses, como los teclados machacones de ‘David Duchovny’, el final de ‘El fango’ o ese tierno divertimento llamado ‘Adjunto foto del Café Verbena’.
Después del éxito de ‘Santa’ y de tu protagonismo en ‘Operación Triunfo’, ¿hacer este disco ha sido más fácil o más difícil que otros?
Por un lado ha sido el más sencillo. Seguramente sea la edad, pero creo que estoy en un momento vital en el que me importa un poco menos qué va a pasar, aunque a la par viva una presión cada vez mayor. Al encargarme de toda mi carrera (disco, promo, gira), la inversión económica y personal que hago es mayor y claro, sí que hay un miedo más grande y sobre todo una necesidad muy bestia de que vaya bien para que al final me sea rentable y pueda seguir viviendo de esto. Pero aunque todo eso está presente sí que tengo una sensación de paz, de calma, de haber hecho las cosas como quería, que me deja tranquila a la hora de enfrentarme a ello.
¿’Santa’ no te ha dado esa tranquilidad de «ahora me va a ir bien seguro»?
Yo siempre vivo con esa inquietud. No sé si es por mi personalidad. Seguramente, pero siempre tengo la sensación de que todo puede ir mal. No doy nada por sentado. Yo no soy incondicional de ningún artista y espero que mi público tampoco lo sea. Así que intento con cada disco dar siempre más y mejor.
¿Ni de Yola Berrocal?
Solo soy incondicional de Yola. Por supuesto.
¿Qué ha aportado en ‘Astronauta’ el productor Matt Twaites? Porque te he leído que el disco es más orgánico, pero la sensación es que has hecho un poco lo mismo que en ‘Santa’, un disco de pop electrónico, huyendo de la canción de autor.
Matt lo que me ha dado es la posibilidad y la facilidad para ser yo misma, que al final es lo más difícil. No quería un productor que cambiase, sino que potenciase, que me ayudase a plasmar las ideas que hay en mi cabeza. Cuando creo las canciones oigo todo lo que habrá, pero no sé cómo expresarlo.
Pero esto es lo mismo que en ‘Santa’, que co-produjiste con Sergio Sastre de Miss Caffeina. Decías que él plasmaba las ideas que tú tenías en tu cabeza.
A Sastre le di más libertad en cuanto a que le enviaba la referencia grabada en casa y lo que él me devolvía siempre me gustaba. Siempre entendía lo que quería. Con Matt el proceso previo fue más complicado. Menos fluido. Él estaba solo en casa, no me conocía de antes y las primeras demos tenían buenas ideas pero no estaban desarrolladas. No fue hasta que llegamos al estudio y juntó a toda la banda que nos pusimos a tocar y a revisar las canciones. Ahí me di cuenta de la conexión con Matt. Era capaz de sacar de la banda lo que yo quería sin apenas decírselo, incluso de canciones mías que no me gustaban.
¿Os visteis para grabar?
Grabamos allí (en Gales) todo durante 15 días con la banda tocando en directo, ensayando juntos y viviendo juntos esos días.
¿Qué disco había producido que te hizo decidirte por él?
‘La curva de la tierra’ de Mystery Jets.
«Odiaba mi maqueta de «El diluvio» (…) y el último día de grabación cuando ya estaban todas grabadas, la banda empezó a tocarla desde otro punto de vista (…) A día de hoy es de mis favoritas»
Has dicho que con algunas de tus primeras composiciones para este disco al principio no estabas nada contenta. ¿De cuáles se trata?
En la preproducción, como no había una comunicación tan fluida como si fuera en persona y a causa del idioma… había como muchas dificultades. Sí que veía que la intención que tenía era la adecuada aunque a veces maquetando él en su casa solo no llegase al resultado que esperábamos. Él lo sabía, es decir, él tampoco estaba contento con las maquetas porque sabía que la magia sucedería en el estudio con la banda.
Hubo una canción, ‘El diluvio’, de la que yo odiaba mi maqueta. Fue la primera que hizo él y luego la primera versión que tocó la banda allí, y le dije que me daba igual. Que no la grababa. Que si no me encantaba no la quería en el disco. Y el último día de grabación cuando ya estaban todas grabadas, la banda empezó a tocarla desde otro punto de vista. Lucy tocó la guitarra y creó el arpegio con el que empieza, como esa lluvia previa a la tormenta. Yo cambié la intención al cantarla, la hice más susurrada y acabé grabando una toma improvisada de voz que es la que se quedó. Consiguió que me enamorase de la canción y a día de hoy es de mis favoritas.
«Parece que todo tiene que entenderse, sonar claramente, estar súper definido y creo que parte de la magia de un disco es que haya cosas más sutiles que te obliguen a prestar atención»
¿Cómo habéis trabajado la voz? A veces por algunos efectos, o al doblarla, casi no se entiende lo que dices.
La dicción es complicada cuando 1) Eres yo (risas) y 2) El productor es un guiri que no sabe bien lo que estás diciendo. Al principio le prestábamos mucha atención y luego nos fuimos relajando. Sinceramente, no me importa que no se entienda. A veces tenemos miedo a que todo no se vea. Como en el cine, que se tendía a iluminar todo como una charcutería por miedo a grabar un plano en sombra. Y creo que en la música pasa igual. Parece que todo tiene que entenderse, sonar claramente, estar súper definido y creo que parte de la magia de un disco es que haya cosas más sutiles que te obliguen a prestar atención o a que te quedes con una sensación en lugar de entender de primera todo lo que pasa.
En cuanto a efectos, Martí canta en ‘El fango’ y también Lucy. En muchas canciones doblé mi voz, como en ‘Multiverso’, hice octavas; como en «Miau» (‘Hoy la bestia cena en casa’) o tengo un octavador haciendo una voz grave, como en ‘Astronauta’. La voz que parece un hombre en ‘Astronauta’ soy yo.
‘El Fango’ es la anti-canción de amor, ¿no? Es como «estoy harta de hacer canciones de amor, voy a hacer la justamente opuesta».
Es una canción a esa persona con la que tienes una relación relajada pero no das el paso a que haya nada serio y el otro cree que lo merece, porque es lo más, porque se tiene en muy buena estima porque cómo no amarlo con todo lo que es. Así que esta canción es para decirle: «tronco, mira, paso de ti».
Se te supone una vida marital feliz en este momento…
¡Se supone! (risas)
Pero hay canciones de desamor como esta o ‘Guerra y paz’. ¿Te inspiras en experiencias de hace muchos años o creas personajes?
En este disco no hay ningún personaje. Sí que hablo de personas con las que he vivido eso que me lleva a escribir sobre ellos. ‘David Duchovny’ es una canción de amor, de estar en Nueva York y de cuando Moreno (NdE: así llama a su marido) y yo nos prometimos. Y ‘Bandera blanca’ va sobre una persona que se fue de mi vida y a la que no pude pedirle perdón, pero que volvió. Solo que cuando lo hizo el hueco que dejó se fue llenando con otras personas y ya no era necesaria. Todas las canciones parten de algo autobiográfico, menos ‘Big Bang’ porque la letra se basa en un poema de Miguel de Maga. Y es curioso porque parece muy mía, y que incluso habla de la maternidad, pero no. La gente ha asumido que al ser una colaboración con él la letra es mía y la música es de él, pero es al revés.
No te pregunto por la maternidad porque después de leer tu artículo al respecto creo que no queda mucho que decir.
Gracias.
«Cuando escuché a Maga conecté tanto con ellos que tuve que dejar de escucharlos porque todas las canciones me salían como si fuera una más del grupo (…) Ahora no me importa tanto que se note que son una influencia»
Pero sí te pregunto por Maga, este disco me parece más influido por ellos, incluso ‘Guerra y paz’, que la canta Santi Balmes.
Cuando descubrí a Maga yo había compuesto ‘Olor a mandarinas’ y me habían dicho que había un grupo de Sevilla al que me parecía. Cuando los escuché conecté tanto con ellos que tuve que dejar de escucharlos porque todas las canciones me salían como si fuera una más del grupo. Durante mucho tiempo estuve alejada intentando encontrar mis melodías. Pero con los años creo que he adquirido, por un lado, la personalidad suficiente como para dejarme influenciar otra vez y por otro, no me importa tanto que se note que son una influencia.
Has vuelto a contar con Santi Balmes y ya nos has contado largo y tendido cómo surgió ‘Guerra y paz’, pero háblame de su voz. ¿Cómo la definirías? Es reconocible pero no especialmente expresiva o bonita.
Es emoción. Creo que es lo que tiene. Aunque no sea expresiva. No tiene muchos matices, pero a mí siempre me consigue conmover. La primera vez que le escuché fue en inglés y me encantaba. Luego llegó el primer disco en castellano de Love of Lesbian y pensé que era la cosa más fea que había escuchado nunca. Luego los vi en directo en Barcelona. Estaba en primera fila, un concierto al aire libre. Iba con amigos. Solo quería pasar la tarde. Empezaron a tocar ‘Universos infinitos’ y se me abrió la boca. No la cerré hasta que acabó. Pensé: «Dios, ¿ese hombre es gay? ¿Es hetero? ¿Es un Dios? ¿Qué es?».
«Cuando llegó el primer disco en castellano de Love of Lesbian, pensé que era la cosa más fea que había escuchado nunca (…) Luego los vi en directo, tocaron ‘Universos infinitos’ y pensé: «Dios, ¿ese hombre es gay? ¿Es hetero? ¿Es un Dios? ¿Qué es?»»
¿Y ellos cómo se tomaron tu fanatismo?
Hice una versión suya de ‘Domingo astromántico’, en un local de Barcelona, Heliogàbal, el día de mi cumpleaños. Santi vio el vídeo a través de otro miembro del grupo, Dani Ferrer, al que conocí porque vino al Masnou, donde yo estaba grabando las maquetas de «La fabulosa historia» con Ricky Falkner, que es el que nos unió a todos. Le dije que tocaba al día siguiente y vino a hacer esa canción con nosotros y luego me llamaron para tocar la canción con ellos en el BAM. Cuando llegó mi parte la gente aplaudió y yo no daba crédito. Se lo trataba de contar a mi madre por teléfono pero no podía porque no podía parar de llorar. Me metí en el camerino y lloraba tratando de gestionar todo lo vivido. Cantar con alguien a quien admiro para tanta gente en un escenario así… muchas cosas que no había hecho nunca, todas juntas y todas intensas.
La elección del single, ‘Hoy la bestia cena en casa’, es rara, porque luego hay canciones más comerciales. Es como si hubieras querido sacar este año la rara para dar la nota y te hubieras guardado la comercial para el año que viene.
El single iba a ser ‘Bandera blanca’, que es una canción pop, pegadiza y que tiene ese punto ‘Funeral’ de canción enérgica con letra triste. Muy yo. Pero cuando estábamos grabando el disco y llegamos a «Miau miau», Ernesto, mi mánager, y yo nos empalmamos con la canción. No solo por la letra, que podría ser controvertida y eso generar conversación, sino porque musicalmente nos encantaba. Quizá porque la música no es mía (NdE: es de Martí Perarnau) me era más fácil enamorarme de ella y “admirarla”. Cuando tuvimos que tomar la decisión final, me dije: «saco «La Bestia». No puedo dejar que la gente la descubra en el disco. Va a ser una sacudida para la gente que la oiga, pero quizá por eso también es interesante». Quienes me conocen saben que no me gusta hacer dos veces lo mismo. Y para mí era importante mantener esa sorpresa. Al final lo que he recibido ha sido gratitud y gente que ha valorado precisamente que haga las cosas que no se esperan.
«El single iba a ser ‘Bandera blanca’, pero cuando estábamos grabando y llegamos a «Miau miau», Ernesto, mi mánager, y yo nos empalmamos con la canción»
Ya has explicado que la canción no habla de Albert Rivera y la maternidad subrogada, de la que te declaras en contra. ¿Alguna impresión o intención más desde que hiciste estas declaraciones?
Es eso, tiene esa frase que encaja con el discurso de Albert Rivera, pero otras que no. Podría ser él. O podría ser Rajoy. Físicamente, en el vídeo, se parece a Trump. Cuando Martí aparece con los ojos cerrados y pintados era una forma de representar a esos políticos que hablan a su pueblo sin estar presentes. Lo importante de la canción es que haya surgido el debate, que la gente hable de ello al margen de su opinión.
Háblame de ‘Adjunto foto del Café Verbena’. ¿Es una canción sobre ser mayor, sobre retirarse a tiempo? Es muy nostálgica… ¿Qué la inspiró?
Verte de repente en una situación que no te esperas. Tienes treinta y pocos, estás en un balneario con señores de mil años y piensas: ¿será esto ‘Cocoon’? ¿Habremos llegado siendo viejos aquí y hemos rejuvenecido? Paseamos por Jaraba (Zaragoza) buscando dónde cenar y acabamos en ese bar de viejitos que salían a bailar como locos cada vez que el DJ pinchaba un temazo. Pinchaba desde su portátil, claro. Y la canción cuenta ese estar ahí, contemplar, adaptarte a lo que te toca vivir y disfrutarlo de alguna manera aunque no sea lo que pensabas que harías en un 33º cumpleaños. En la edición deluxe del disco, todo tiene su razón de ser, y adjunto una foto del Café Verbena.
¿No te han tentado de Sony, Warner y Universal para sacar el disco?
Sí. Se interesaron antes de sacarlo. Bueno, Universal no (NdE: editaron su debut). Desde ‘Santa’ siempre han sido agradables conmigo y curiosos, pero si ya con ‘Santa’ conseguí hacer lo que quería y el resultado fue tan sorprendente y grande… Con este disco que ya lo tenía todo mucho más claro y que había pasado lo más difícil (la parte logística de montar el sello), no tenía ni pizca de ganas de sentarme a discutir cuál era el single.
«Dándole vueltas me di cuenta de que ‘Astronauta’ evocaba a ‘Santa’. Y me gustaba esa conexión. Funcionaban para definir una entidad, digamos (…) Como si ‘Astronauta’ fuera una segunda parte de ‘Santa’ y ‘Alienígena’ de ‘Bestiario’. La idea es que formen parte de una trilogía junto con el siguiente»
Has explicado por qué el disco se llama ‘Astronauta’, ¿pero cómo englobas todo bajo ese paraguas? Es una palabra… rara.
Sí, es como “fea”, ¿verdad? Yo quería usar una palabra que evocara al espacio. Busqué los nombres más poéticos para ponérselos al disco. Nochelucientes. Esfera celeste… pero dándole vueltas me di cuenta de que ‘Astronauta’ evocaba a ‘Santa’. Y me gustaba esa conexión. Funcionaban para definir una entidad, digamos. Aunque rara, o no tan poética me sorprendió que después muchos me han dicho que querían llamar a su disco ‘Astronauta’ también. Ni uno ni dos. Varios. Sorprendente, ¿no? Habla de mi proceso. De ese viaje en el que dejo de ser yo misma para convertirme en otra persona, sin saber si voy a volver a ser quien una vez fui. Obviamente hablo de mi maternidad, o de cómo ser madre me hizo atravesar esas dudas. Pero no es un disco sobre la maternidad. La soledad que sentí en el postparto, las dudas, el miedo, me hizo imaginarme como una astronauta vagando sola hacia lo desconocido. En el disco exploro este concepto y por eso en el libreto, que se llama «Caja negra» hay 5 relatos que hablan de ese viaje y que ayudan a entender las cosas que trae el disco. Como el mapa, la foto o la carta de emergencia. Las emociones que viví durante el postparto. Por ejemplo, la «melancolía» es un planeta que he llamado en el mapa «Colina Melon». «Solo Puro» representa la soledad. La idea es que ‘Santa’ y ‘Astronauta’, que son dos palabras fuertes, son dos títulos que podrían ir unidos. Como si ‘Astronauta’ fuera una segunda parte de ‘Santa’ y ‘Alienígena’ de ‘Bestiario’. La idea es que formen parte de una trilogía junto con el siguiente. De hecho, si coges la caja de ‘Santa’ y la caja de ‘Astronauta’ verás que son del mismo tamaño y que un disco encaja en la caja del otro.
¿Qué podemos esperar de tus próximos directos?
Ya hemos agotado en La Riviera y la segunda fecha va muy guay. Habrá algo de escenografía y montaje, están haciéndolo ahora mismo. Vamos a aprovechar la temática del álbum para hacer algo sobre eso.
Anoche se emitió una nueva gala de ‘Tu cara me suena’, en la que la ganadora fue Mimi realizando una imitación de ‘I Try’ de Macy Gray. Pero la noticia nos la deja Brays Efe. El actor que interpreta a Paquita Salas realizó una confusa imitación de ‘Mala mujer’ de C. Tangana llena de peinetas (?) en la que no sabemos si es Loquillo, Calamaro, Colombo o un concursante olvidado de Operación Triunfo. Brays Efe, eso sí, tenía el sentido del humor suficiente para hacerse eco de cómo le habían llamado #FatTangana en las redes y el propio C. Tangana elogiaba su caracterización: «Brays Efe es para siempre».
Un poco mejor es la imitación que el programa catalán ‘Polònia’ ha realizado de Rosalía. ‘Malamente’, que recordemos cuenta con samples de la voz y co-autoría de C. Tangana, ha resultado ser una canción muy imitable como bien saben Los Morancos, y los guionistas del programa la han convertido en ‘Lentamente’ para parodiar el tema de la independencia catalana.
De Rosalía hace Iván Lavanda interpretando a Gabriel Rufián mientras que «Joan Tardà» (Cesc Casanovas) le hace los coros repitiendo: «lo hicimos mal, muy mal, muy mal». «Hay que ampliar la base antes de la independencia, olvidarse de la DUI y de la desobediencia» dice la letra de esta adaptación de dos minutos.
Las Bistecs han anunciado recientemente su separación, pero dos terceras partes del grupo siguen adelante. Como de todos es sabido, el dúo fichado a la postre por El Segell se componía de las performers Alba Rihe y Carla Moreno Parmenter, con la producción en la sombra de Adrià Gil Coronado. Este ha decidido seguir componiendo y continuar adelante aunque alejado del ámbito electropop puro y duro.
Su nuevo proyecto se denomina Venecia Flúor, va de «folk progresivo», y en él cuenta con Alba Rihe. Ambos han montado un Instagram, han realizado una actuación en Madrid a finales de octubre y hoy 17 de noviembre actuarán en L’Hospitalet de Llobregat a la 1 de la madrugada como parte de la programación de La Infinita.
De momento no podemos escuchar ninguna canción completa online, si bien sí algunos fragmentos de lo que presumimos que es su repertorio. En Fantastic Mag comparten un par de vídeos con música extraídos de su Instagram que nos pueden dar una pista de cuán diferentes serán Venecia Flúor de Las Bistecs. Y si a estas las comparábamos con Alma-X, esperemos que duren más que Pink Glove.
Roosevelt ha tenido que cancelar la presentación esta noche de ‘Young Romance‘ tras sufrir un problema en las cuerdas vocales que ya le afectó anoche en Madrid. Este es el texto que se facilita desde su promotora: «Me rompe el corazón tener que hacer esto, pero debo cancelar mi concierto en Barcelona esta noche por mi salud. Tengo una infección viral grave que ha llevado a una inflamación de mi garganta. Acabé como pude el concierto de ayer en Madrid pero eso solo agravó la situación. Acabo de estar en el hospital en Madrid y me han dicho que me arriesgo a dañar irreversiblemente mis cuerdas vocales si doy un concierto hoy. Siento mucho esta situación y prometo volver cuando me sienta bien de nuevo».
La promotora siente «los inconvenientes que esta situación pueda generar y le deseamos a Roosevelt una pronta recuperación». El reembolso del importe correspondiente se efectuará en un plazo máximo de 14 días de forma automática en la misma cuenta bancaria de la tarjeta utilizada para la compra (Redtkt y web Ticketmaster). En el caso de las entradas adquiridas en algún establecimiento físico de la red Ticketmaster, el comprador deberá entregar su entrada en perfectas condiciones en el establecimiento en cuestión para recibir el importe correspondiente de la misma forma en que se realizó el pago original.
Kacey Musgraves ha publicado este año su tercer disco, ‘Golden Hour‘, que acaba de hacerse con el premio a Álbum del año en los Country Music Awards, los premios de country más importantes de Estados Unidos. ‘Golden Hour’ ha sido, desde su lanzamiento, uno de los álbumes mejor valorados del año no solo por medios especializados en música country sino por todo el mundo y sus probabilidades de amasar nominaciones importantes en los Grammys de 2019 son tan grandes como muchas de sus canciones, entre ellas ‘Oh, What a World’.
‘Oh, What a World’, que titula la gira de Musgraves y remite a la gran ‘Oh, What a World’ de Rufus Wainwright (aunque desde luego no musicalmente), no es la única canción en ‘Golden Hour’ que hace uso de efectos vocales tipo vocoder, aunque sí una en la que estos son más prominentes e importantes. Lo primero que escuchamos en ella son unas voces robotizadas, un poco Daft Punk, que cantan “Oh, qué mundo, no me quiero ir, hay tantas cosas mágicas a nuestro alrededor, es difícil creerlo”, y es esta misma melodía la que aparece después en el estribillo, que Musgraves interpreta entonces acompañada de su guitarra y un banjo, confirmando que su aproximación al country puede ser tan clásica como experimental y “moderna” (al menos para estándares del country) cuando se lo propone.
Dotada de una melodía anhelante y preciosa, ‘Oh, What a World’ celebra en su letra las maravillas del mundo, cosas como las “luces boreales en nuestros cielos”, las “plantas que crecen y te abren la mente” o las “cosas que nadan con una luz de neón”, cosas que Musgraves tiene a bien de apuntar son “reales” (¿no producto de un Dios?). Pero ‘Oh, What a World’ es también una canción de amor en la que Musgraves enaltece esas “cosas mágicas” que observa en el mundo para compararlas, al final, con esa persona a la que ama. Están todas esas cosas… “y luego estás tú”. Musgraves no está segura de si ha conocido a esa persona en otra vida y de si después de la vida existe la nada o la reencarnación, pero sabe que su realidad en este momento es tan hermosa como el mundo que habita. Es una observación necesaria en tiempos convulsos como los de hoy…
«¿De qué sirve estar guapo / si nadie se te acerca?». Esta es la gran pregunta que plantean los londinenses Teleman en uno de los singles principales de su tercer disco ‘Family of Aliens’. La canción trata sobre de qué sirve gastar tal cantidad de tiempo en «qué ponerte o a qué fiesta ir», para que luego eso no nos aporte ni un triste roce. Sabia crítica también del «mírame y no me toques» en un derroche de electrónica setentera que han tenido la ocurrencia de llamar ‘Cactus’.
El grupo británico que despuntara hace un par de temporadas con el notable ‘Brilliant Sanity‘, que contenía pepinazos como ‘Düsseldorf’ o ‘Glory Hallelujah’, una de las mejores canciones de 2016, no se decide por ningún estilo en este disco. Casi siempre suenan algo robóticos, cercanos a Daft Punk o a Franz Ferdinand como en esa ‘Submarine Life’ de larguísimo desarrollo; o a New Order en sus distintas etapas, de la guitarrera (‘Family of Aliens’) a la más amable (la maravillosa ‘Song for a Seagull’). Pero también presentan baladas a piano clásicas (‘Between the Rain’) o incluso guiños a los R.E.M. de mediados y finales de los 90: ‘Always Dreaming’ podría ser una lenta de ‘Monster’ o un tema de ‘Up’.
La primera sensación, por tanto, es que Teleman han dado varios palos de ciego en el que tenía que haber sido su disco de consagración. Al principio este álbum suena como si estuviéramos escuchando una playlist de un mal editor de Spotify, que no tiene ni idea de secuenciar canciones. Sin embargo, sus simpáticas letras sobre abducciones (tema titular) o la devoción hacia el amor (‘Between the Rain’), la decisión con la que se van revelando algunos estribillos que parecían inofensivos (‘Twisted Heart’) o la compatibilidad de baladas y canciones dance (de ‘Sea of Wine’ a ‘Fun Destruction’) van convenciendo de que Teleman bien podrían ser los próximos Field Music: un grupo poco mediático y poco popular pero interesante e infravalorado. El verdadero editor malo de Spotify es el que no está añadiendo las grandes canciones de Teleman a ninguna playlist de hits indies significativa. Teleman actúan este sábado 24 de noviembre en Razzmatazz, Barcelona.
Calificación: 7,4/10 Lo mejor: ‘Cactus’, ‘Song for a Seagull’, ‘Family of Aliens’, ‘Fun Destruction’ Te gustará si te gustan: OMD, Franz Ferdinand, Wild Beasts Escúchalo: Spotify
Quedo con Joe Crepúsculo en la misma terraza de Madrid en que nos vimos el año pasado, a medio camino entre su casa y la mía. La idea es hablar sobre la pertinencia de editar un recopilatorio en los tiempos de Spotify, por qué el suyo no contiene ningún corte de ‘El Caldero’, y ese tema queda bien exprimido, pero como siempre pasa con él, la conversación va derivando hacia otros derroteros, como el sino de internet (tema principal de su último single ‘Quizá’), los astros, el signo zodiacal fantasma o el autobús de Orcasitas que puede llevarnos por delante en cualquier momento. El artista tiene dos nuevos proyectos avanzados, si se da ese caso. Crepus presenta su grandes éxitos, ’10’, este sábado 17 de noviembre en Ochoymedio, Madrid.
¿Has hecho balance de estos 10 años al organizar el recopilatorio?
Para hacer la selección de canciones y fotos he hecho un repaso total. Tenía registradas todas las fotos de móviles, y revisé día a día los últimos 10 años. He vivido en tres ciudades, Barcelona, Palma y Madrid, con todas las situaciones personales que implica.
Pero alguna vez has dicho que lo personal no repercute en tu música, ¿verdad?
No influencia en las canciones, intento no hablar de cosas personales, aunque no lo puedes evitar porque no eres una roca. Pero hay un poso. Vivas lo que vivas va a determinar lo que acabes haciendo. Me influencia muchísimo los pisos en que he vivido. Hubo un piso en Barcelona que me influenció mucho porque había una terraza enorme pero el estudio era muy oscuro y tenía que encender la luz a las 8 de la mañana.
¿Qué disco fue?
‘El Caldero’, que luego hablamos de ese disco… Han sido 10 discos, aunque como decís es una trampa porque el último es un recopilatorio. Pero son 9 discos en los que se ve una evolución. Al principio era todo «do it yourself», grababa con un Shure SM58, que es un micrófono de directo, y las primeras tomas eran las que valían. Salgo erutando, se escuchan puertas… Era muy cabezón o muy punki o muy tonto o las tres cosas a la vez, y pensaba que las primeras tomas eran las que valían, hasta que se formaba una capa de voces que me gustaba. He evolucionado, siempre dentro de mis limitaciones, porque nunca voy a tener una voz impresionante, y tampoco estoy metido en el autotuneo. Estoy en un punto intermedio de desastre. También para producir y grabar mejor veo una evolución; la que espero seguir teniendo, teniendo algo que decir.
«Al principio era muy cabezón o muy punki o muy tonto o las tres cosas a la vez, y pensaba que las primeras tomas eran las que valían»
Entonces sobre todo ves una evolución como vocalista y productor…
Dentro de los discos. Luego también está el directo. He aprendido a estar en el escenario, a tener respeto por la gente que te viene a ver.
¿A quién te refieres? ¿Quién te impone que te vaya a ver?
Mi familia, las ciudades donde estoy viviendo… En Barcelona siempre me pongo nervioso. Un Apolo, un Sidecar, que me encanta, porque es donde empezamos con Tarántula… También me impone Madrid, donde tengo amigos.
¿Pero porque piensas en personas concretas?
Es en general, estás tocando, saludando a todo el mundo… Ese ambiente un poco navideño me arropa por un lado, y por otro me apetece que quede bien. Estoy a gusto y con responsabilidad a la vez.
Desde fuera nunca he percibido como que te imponga un escenario…
Eso son los años de Tarántula. Aprendí muchísimo a cómo estar en un escenario y a tener sentido del humor de un frontman como es Vincent Leone, que está grabando un disco con Dani de Tarántula, Los Hijos del Trueno.
«He evolucionado, siempre dentro de mis limitaciones, porque nunca voy a tener una voz impresionante, y tampoco estoy metido en el autotuneo. Estoy en un punto intermedio de desastre»
¿Como letrista crees que has evolucionado o te has mantenido fiel a lo que eras?
Yo escucho canciones de mi primer disco y las firmaría hoy. Diría que me he mantenido siempre en un nivel, teniendo en cuenta que he pasado por momentos muy sencillos, como ‘Mi fábrica de baile’. Suele gustar más lo sencillo. Aunque tampoco son sencillas sus 4 frases. ‘Suena brillante’, ‘Los viejos’ o ‘Gabriela’ son canciones que firmaría ahora mismo si pudiera.
¿’Quizá’ es una canción nueva o la tenías por ahí desde hace tiempo?
Es nueva. Bueno, el recopilatorio estaba preparado para enero, por lo que ‘Quizá’ la hice el año pasado. Desde hacía mucho tenía planeado este recopilatorio por los 10 años, el 10º disco.
¿Te gustan las fechas?
Sí, siempre intento buscar una fecha que sea importante y coincidir con momentos importantes del calendario. El 20 de marzo, 21 de junio, 20 de septiembre, 21 de diciembre… cuando la Tierra y el Sol tienen su proceso. Los días de la semana también son importantes. Miércoles es el día de Mercurio. Los viernes me parece un día malísimo para salir los discos: a mediodía la gente ya está otra cosa. Supongo que lo hicieron para globalizar todo, pero me encantaría que los discos salieran los miércoles y el finde se aprovechara para hacer listas o para realzar más los lanzamientos.
Te gusta mucho la astrología…
Me gusta mucho saber dónde están las estrellas cuando miras el cielo, la movida de cómo se han hecho las cosas. Por ejemplo, cómo Bagdad se fundó a través de la astrología como en el siglo IX. Algo hicieron mal porque la ciudad ha tenido unas guerras y unos desastres… (sonríe)
«Fíjate cómo somos: si no hemos querido ni añadir a Ofiuco… ¿cómo vamos a querer cambiar de signo ahora?»
¿Qué signo eres? ¿Crees en estas cosas?
Leo. Si los signos fueran reales… pero me temo que los signos que tenemos no corresponden a los reales. Es una cuestión de la precesión de los equinoccios. Aparte del movimiento de la Tierra sobre sí misma y alrededor del Sol, hay otro que hace que la Tierra haga un giro. Eso hace que vaya cambiando el ciclo de las estrellas y que no siempre sea el mismo horóscopo. Ahora estamos en el paso de Piscis a Acuario (NdE: 9 de octubre, por la tarde) Eso hace que vaya cambiando el cielo un poco y que los signos que nos dan no son los que nos corresponderían. Habría que cambiar todo en revistas y diarios.
A la gente le daría un poco de crisis.
Hay una cosa muy bestia: intentaron añadir otro signo, Ofiuco, el domador de serpientes. Los signos son todo lo que sigue la eclíptica. Vieron que había un punto que pasaba por otra constelación, pero como los babilonios seguían el sistema sexagesimal, tenían que ser 12, igual que las horas. Fíjate cómo somos: si no hemos querido ni añadir a Ofiuco… ¿cómo vamos a querer cambiar de signo ahora?
Podrías hacer una canción sobre esto…
O me lo guardo para mí, mejor.
«Se podría decir que si cruzo la calle y se me lleva el autobús de Orcasitas, podría salir un disco (mío)»
Háblame sobre el material para tu disco siguiente.
Es información reservada, pero se podría decir que si cruzo la calle y se me lleva el autobús de Orcasitas, podría salir un disco. Estoy limándolo y trabajándolo, haciendo una cosa que me gusta y nunca había hecho: dar espacio y trabajarlo poco a poco. Como no lo puedo sacar ya… tampoco me queda otra. Luego tengo otro plan que no puedo decir.
¿Firmado con otro nombre?
No, Joe Crepúsculo también. Tengo otro disco pensado. Estoy a ful.
Después de hacer cosas más aflamencadas o trap, ‘Quizá’ se puede interpretar como continuista de tu estilo más exitoso. ¿Seguirás por ahí?
La canción no es simbólica de los 10 años. Es una novedad, solo porque era bonito poner algo nuevo. Quería que gustara, que no fuera que está ahí porque sí. Llevo tiempo pensando en este disco recopilatorio, en las cosas que podrían estar o no, y tenía varias opciones. Lo tanteé y todo el mundo me decía que ‘Quizá’ tenía que estar. Yo no lo veía claro. Tiene un punto Fangoria y también muy Raphael y melódico pero perverso. Al final es guay, pero no resume la carrera, está ahí solo para cerrar el disco. No anuncia un estilo, qué va. Pero sí dice: «esto es lo que hago, esto es lo que presento». Spotify te presenta las 5 canciones más escuchadas pero mola tener un recopilatorio y verlo currado, remasterizado en algunos casos… En el disco digital además son 20 canciones, hemos metido ‘Noche eterna’ de ‘Chill Out’, que se ha vuelto a grabar porque era la favorita de Sergio y de mi madre. Sergio me hizo la mezcla y me apetecía volver a cantarla y la metimos en la versión digital.
«Tenemos toda la información en internet para ser mejores, pero al juntarnos somos súper idiotas y súper chungos, lo peor como especie. Me da que pensar muchas cosas y ninguna es buena»
La letra de ‘Quizá’ habla de la frialdad de la era internet, ¿no?
De este mundo de internet, de cómo vivimos en esa edad de la corteza, en la que todo es importante, todo molesta durante unas horas y luego todo vuelve a ser igual. Todo es un drama, hay una tormenta que se va y no deja poso ni nada. Parece que todo se va a ir a la mierda pero luego todo continúa. Pero lo importante es estar y vivir las cosas, ya lo decían los medievales. Estamos en un momento en que es todo muy nuevo, no sabemos procesar qué vale la pena y qué no. Pero espero que nos quedemos con las cosas más importantes porque si esto va a ser internet para siempre, me da mucha pena. Me gustaría coger lo mejor del ser humano, que internet nos enseñara a ser mejores personas. Tenemos toda la información para ser mejores, pero al juntarnos somos súper idiotas y súper chungos, lo peor como especie. Me da que pensar muchas cosas y ninguna es buena.
Te veo un discurso bastante pesimista. ¿Todo es malo? También, como dices, hay cosas que te afectan, pero como que enseguida se olvidan. Se relativizan cosas por las que antes de internet te ahogabas en un vaso de agua durante horas. También se está hablando mucho de las enfermedades mentales… Hay cosas positivas.
Sí y no. Una polémica te puede destrozar, la gente es cruel. Hay poca visión de que las personas son personas. Es muy bestia cómo pude haber comentarios y comentarios, insultos. Te planteas: «¿Esta es la misma gente que apoya esto? Pero no tiene compasión con otros…»
¿Piensas en políticos, músicos…?
En todo en general. «Vamos a coger a ver quién va a ser de quien nos vamos a reír. Lo vamos a quemar». Al día siguiente, otra persona. Va un poco así.
En el vídeo de ‘Quizá’, en cambio, nada de esto… Es como un recorrido por tu vida, ¿no?
Es todo una idea de Miguel Ángel Trudu, el director. Se le ocurrió hacer un plano secuencia, me pareció guay, aunque me parecía complicado. Una vez lo vi, me pareció genial. De los vídeos más bonitos y más chulos.
Se ha hecho en Galileo Galilei, que tampoco es la sala donde más has tocado…
Yo toqué una vez solamente. Está muy bien todos los referentes que hay pero también crear nuevos. Es una sala preciosa y lo importante en un vídeo son las apariencias. Ahora (la sala) será un referente para mí.
¿Cómo ha sido hacer la lista del disco?
Ha sido un drama el momento de crear la lista. Iba cambiando, me levantaba, cambiaba cosas. Al principio estaba ‘Enséñame a amar’ obviamente. ¿Cómo no iba a estar? Pero las motivaciones eran: un orden con coherencia, contentar a mi público que me ha apoyado desde el principio, al de ahora, estar yo a gusto y también que fuera una motivación para un público potencial. La mezcla es la elección de todo esto. Y ‘El Caldero’ se ha quedado fuera. Decidí que ‘Rosas en el mar’, que no estaba al principio porque era del último, y me preocupaba mucho dejarme eclipsar por el último, sí tenía que estar porque a la gente le gusta mucho; y saqué ‘Enséñame a amar’. Creo que fue una cosa así.
¿Meter ‘Maricas’ nunca fue una opción? Porque te la has apropiado totalmente…
Nunca. Es una canción de Los Punsetes. Me honra, estoy orgulloso de haber dado otra cara, pero quería que fueran canciones mías, menos ‘Rosas en el mar’, que la escribió Aaron (Rux), pero la escribió para mí. También están fuera ‘Escuela de zebras’ o ‘El reino de la Nuez’.
¿Entonces no odias ‘El Caldero’?
No, me encanta, pero para este pack no quedaba bien. ‘La segrera’ la habría metido pero «chirrispaba». En cambio ‘El Cráneo’ funcionaba: aportaba una chispa de extrañeza después de tanto hit. Por decirlo de alguna manera.
«Al reescuchar todos los discos, todos me horrorizaron menos los dos últimos, sobre todo la manera de cantar. Pero a la vez ‘Escuela de zebras’ y ‘Supercrepus’ me fascinaban. ¿Eso lo he hecho yo?»
¿Tú sueles escuchar recopilatorios?
Mientras me duchaba hoy escuchaba uno de Frank Sinatra que tengo en CD. He escuchado muchos de mis bandas favoritas, de Dr Feelgood, más que los discos. El de Dire Straits lo escuché muchísimo. Es una manera de entrar a un artista, y por eso lo veía importante, porque había escuchado muchos. Es una manera de decir «esto es lo que hago». Quería empezar potente, me basé en que Dire Straits pusieron en el suyo ‘Money for Nothing’ la segunda y yo puse mi «Money for Nothing» la segunda (NdE: ‘Mi fábrica de baile’). Igual queda desfasado porque Spotify es un recopilatorio en sí, pero si remasterizas y haces un objeto peculiar…
¿Reescuchaste todos tus discos? ¿Algo que te haya horrorizado o encantado y que no recordaras?
Reescuché todos. Todos me horrorizaron menos los dos últimos, sobre todo la manera de cantar. Pero a la vez ‘Escuela de zebras’ y ‘Supercrepus’ me fascinaban. ¿Eso lo he hecho yo? Es como si no hubiera sido yo.
¿Qué quieres decir? ¿Te ves muy distinto?
Sí, totalmente. Incluso de ‘Mi fábrica de baile’ me preguntaba por qué la hice. Me da la sensación de que soy como un pez que vive los últimos días y todo lo demás no haya sido yo. Me da la sensación de que ha pasado mucho tiempo.
«Parece que vamos a un punto de globalización de las cosas cada vez más agresivo. Parece que todo va a ir a peor si no hay un cambio. Han sido 10 años clave para ver si podemos cambiar las cosas o se va a ir a la mierda todo»
¿Cómo crees que ha cambiado el mundo en estos 10 años?
Es una pregunta interesante, porque como decía Luis Troquel en la hoja de prensa, en 2008 hay una crisis muy grande en la que se pierden muchas cosas como sociedad. Y los trabajos se han vuelto más precarios. Han pasado muchas cosas muy importantes y parece que vamos a un punto de globalización de las cosas cada vez más agresivo. Parece que todo va a ir a peor si no hay un cambio. Han sido 10 años clave para ver si podemos cambiar las cosas o se va a ir a la mierda todo.
A ti te ha beneficiado salir este decenio, no sé si te habría ido igual de 1995 a 2005.
No habría podido ser, no por mi edad. Yo creo que mi carrera está metida con pinzas aquí porque es aquí cuando se juntan esas cosas. Es muy probable que sea cierto, era un momento distinto musical y justo cuando empiezo hay un declive de cosas musicales. La gente deja de cantar en inglés y se empieza a cantar en castellano. E imagino que los grupos que nacen cuando yo y se han mantenido, han sido los últimos de los indies raros, La Bien Querida, Los Punsetes, Triángulo… nos hemos mantenido y seguimos igual. Hidrogenesse empezaron antes y son un templo.
Bueno, no tienen 10 discos.
Pero todos los pasos han sido firmes y hacia adelante.
Háblame del collage de fotos del disco: están Espanto, Hidrogenesse, ¿pero quiénes son los que no reconocemos?
Muy importante: está Yves Roussel, masterizador. Son gente que ha tenido que ver conmigo, pero poner fotos es un arma de doble filo, porque me he dejado a mucha gente. Están Dani de Tarántula y Mar, que son amigos míos del instituto, mi primo Hugo, mi hermano, mi padre…. Aquí con Vicente de Tarántula. Luis Cerveró…
Ha habido veces este verano en que te he podido ver actuar 3 veces en 7 o 10 días, sumando Madrid y algún festival, y lo fuerte es que tengo amigos que no se cansan, que siempre se plantean ir.
Este verano se ha juntado con el anterior y el anterior.
«Este verano se han juntado muchos conciertos gratuitos. Mola. Tienen esa cosa de que va gente que no te vería nunca, y hay gente contenta, pero otra con cara de perro «¿qué coño es esto?». Pero es guay»
¿Te gusta o te has notado cansado en algún momento?
No, la verdad es que me gusta tocar en dircto. Hay veces que me da palo ir con los instrumentos, coger 2 trenes… pero me lo paso muy bien. He tocado en las fiestas de mi barrio, en el Cascorro, en la calle Pez, en Matadero… Se han juntado muchos conciertos gratuitos. Mola. Tienen esa cosa de que va gente que no te vería nunca, y hay gente contenta, pero otra con cara de perro «¿qué coño es esto?». Pero es guay y creo que han mejorado mucho los directos en los últimos años. Creo que con Aaron están quedando muy bien. Hace solos con el MS20 dándole un punto humano y sintético, haciéndolos sonar fuertes y potentes.
Nunca te has cansado…
Claro que he tenido cansancio, pero bueno, también es tu responsabilidad. Ha habido conciertos que he estado enfermo, pero la adrenalina te hace darlo todo. Lo adverso me da más reto y me gusta más. Nunca me ha dado por cancelar algo por estar malo o enfermo. No te voy a contar cómo estás después: hecho polvo.
¿Sigues escuchando tanto trap como la última vez que te entrevisté?
Voy escuchando cosas, música trap o latina. Intento estar al orden del día. Estoy entusiasmado con Rosalía como todo el mundo, me parece que es algo precioso.
¿Qué te ha parecido la separación de Las Bistecs? La gente se lo ha tomado un poco a broma.
Bueno, no sé. Yo compartí con ellas varios conciertos, cenamos en Murcia… son personas maravillosas, muy guay. Ellas decidirían por qué lo dejaban, tendrán sus razones.
«El humor cada vez tiene más pie dentro de la música»
Te lo pregunto porque os meto en el saco de artistas que usan el humor para hablar de cosas trascendentales aunque no lo parezca, como la sociedad o la política. Pero parece que si hay humor, vale menos, y ahí ambos rompisteis una lanza en ese sentido.
No lo sé, es lo que decía antes. La gente se toma muy de cachondeo todas las cosas. Si se separaran Vetusta Morla, también se frivolizaría con eso. Cuando Hidrogenesse sacaron el primero, igual se pensó que eran como un chiste y no se les hizo tanto caso. Antes la música tenía una parte muy seria y eso ha ido cambiando. El humor cada vez tiene más pie dentro de la música. Aunque el nivel de trolls es exponencial al nivel que tengas de llegar a la gente. Los va a haber siempre. Si hay una noticia triste, va a haber gente que se va a reír de eso.
Cuando conocí a nudozurdo con su segundo disco ‘Sintética‘, el grupo se promocionaba con unas impresionantes fotos de su líder Leo Mateos realizadas por Luis Díaz en el Valle de los Caídos. Como su música nos llevaba a otras épocas de la ciudad de Madrid (lo más post-punk o tristón que podía haber en la Movida), aquellas instantáneas también lo hacían, sumando misterio y angustia a un proyecto en el que cabían composiciones tan apenadas como ‘Mil espejos’, ‘Ha sido divertido’ o ‘El hijo de Dios’. Fotos: Nabscab.
Al tiempo que se llevan a Franco del Valle de los Caídos, con destino por definir; nudozurdo han decidido irse, también con destino desconocido de momento; pero realizando al menos una gira de despedida que anoche recaló en su ciudad, en concreto en un Ochoymedio lleno hasta la bandera, de gente con ganas de decir adiós a la que ha sido una de las bandas fundamentales de la música independiente de los últimos 10 años. Deberían haber sobrevivido como Triángulo de Amor Bizarro o Los Punsetes, pero su carrera ha sido más menguante, teniendo como claro cénit de popularidad ‘Sintética’ y después desapareciendo y apareciendo regularmente del mapa, sin la constancia de otros grupos.
Su comunicado de despedida decía «No nos gustan las despedidas, así que seremos breves», y, en la línea, anoche no hubo muchas más palabras hacia el público que «buenas noches, Madrid», «hasta siempre» o unas excusas por un problema técnico entre la segunda y la tercera canción, que a todo el mundo se le olvidó enseguida porque la tercera canción del setlist era su gran hit ‘Mil espejos’. Sonó esta algo ralentizada y no particularmente expansiva, dejando que los verdaderos puntos álgidos de la noche fueran ‘Prometo hacerte daño’, muy especialmente la coreadísima ‘Ha sido divertido’, con todo el mundo entonando «lo siento es lo único que quiero decir», ‘El hijo de Dios’ antes de los bises, o incluso algún tema reciente como ‘Voyeur amateur’.
De hecho fue uno de los últimos uno de los más sentidos, confirmando que nudozurdo no se van porque su última etapa esté exenta de inspiración. Cuando comenzaron los acordes de ‘Úrsula hay nieve en casa’ fueron muchos los que se pusieron a mandar callar y la canción pudo disfrutarse en un silencio casi sepulcral, con las cuerdas sintetizadas cumpliendo su función. Hubo algún altibajo en el repertorio, pero en general el setlist fue la demostración de la casi veintena de singles reales o potenciales que ha ido entregando nudozurdo.
En los bises era imposible no buscar alguna explicación extra sobre lo que pasa por la cabeza de esos nudozurdo que se van porque se han «vaciado por completo». El «ya no soy yo» repetido al final de ‘La ruta de los Balcanes’, el «qué quieres que haga si ya nunca me divierto» de ‘Dosis modernas’, el «si mi mente destruye todo lo que deseo» de la misma canción… ¿Son mensajes ocultos sobre algo que no podía durar mucho más? El grupo se despidió, como se despedía el infravalorado ‘Tara motor hembra’, con ‘El diablo fue bueno conmigo’, tras momentos de intensidad que parecían transportarnos a La Riviera, donde en ese mismo instante tocaban Toundra, a los que había remitido el final de ‘Dosis modernas’ inmediatamente antes.
Leo Mateos, siempre tan retraído, escondido tras unas letras que tratan temas como la alienación o la depresión, presentó a su banda como despedida final mientras aparentemente mascaba chicle o un caramelo de algún tipo. Pudo ser un tic muestra de una timidez extrema o realmente pudo estar comiéndose algo tranquilamente mientras interpretaba su desgarrado repertorio. Lo que le pasa por la cabeza permanecerá para siempre como un jodido misterio. 7,5.
Nacho Vegas ha estrenado esta semana en El País el videoclip de ‘La ultima atrocidad’, el gran éxito de su último álbum, ‘Violética‘, que también es una de sus canciones destacadas por su letra llena de reproches y humor y por la colaboración estrella de Cristina Martínez de El Columpio Asesino.
El vídeo de ‘La última atrocidad’, dirigido por Jo Sol, es en realidad un corto de 6 minutos y medio en el que vamos pasar varios personajes interpretados por Arántzazu Ruiz, Adriá Olay, Ivy de Luna, Mimfx Punk, Patricia Carmona, Glü Wur, Elena Prous, Joan Casaoliva Calvo y Sendoa Quijada. Todos ellos reflejan en el vídeo, en palabras de su director, las “sexualidades disidentes” y los “cuerpos no normativos” presentes en nuestra sociedad y de los que pocos “quieren escuchar”.
Jo Sol habla así sobre su colaboración con Nacho Vegas: “Era muy poco previsible que a estas alturas me llegase una propuesta tan absurda a la que fuera imposible decir que no: “a Nacho Vegas le apetece colaborar contigo, hablar de sexualidades disidentes, de cuerpos no normativos. Además no le importa si en lugar de un videoclip al uso haces otra cosa.” A veces la vida es así de espléndida. Te acerca personas que hacen que el mundo resulte menos inhóspito. Se ofrecen como puentes entre universos invisibles, que con mucho esfuerzo hace años tratas de visibilizar con películas a contra corriente. Esa es el enorme poder de narrar con imágenes, de hacer cine más allá del espectáculo. Quien produce las imágenes crea la realidad. Así es como sucedió esta historia escrita, rodada y montada sin apenas respirar. Construida con la poderosa comunidad de amigas que no creen en las normas ni piden permiso para existir. Aquellas tantas veces cómplices, compartiendo un mismo rechazo. Así ha sido para nosotras “La última atrocidad” de Nacho Vegas. Una oportunidad para crear juntas otro relato contra lo obvio. Contra las pesadillas diarias que ahogan y matan. Frente a ellas, otra forma de contemplar la belleza se hace urgente. Otras forma de entender las relaciones, para superar un sistema de normas cargado de violencia. Nuestro deseo es su atroz fracaso”.
La Zowi, una de las mayores exponentes del trap estatal actual junto a Yung Beef, Bad Gyal y Los Santos, entre otros, ha vuelto esta semana con un nuevo single llamado ‘Putas’, cuyo videoclip estrenado por FACT Magazine no ha tardado en posicionarse entre los vídeos más vistos de Youtube España, ocupando actualmente el número 16.
‘Putas’ es el primer avance de ‘Ama de casa’, la próxima “mixtape” de La Zowi, que se publica el 23 de noviembre, y es una interpretación de ‘Moonlight’ de XXXTentacion, estrategia que recuerda a las asumidas otras veces por C. Tangana (que rapeó sobre bases de Drake) o por supuesto Bad Gyal, cuyo primer éxito era una versión catalanizada de ‘Work’ de Rihanna.
La nota de prensa explica que, en ‘Putas’, “La Zowi nos enseña algo que no todos quieren ver. La parte más cruda y arisca, «música pa’ putas y gangsters namás», y además reconoce abiertamente que la canción es “un homenaje a uno de los personajes más controvertidos de su época y como un aviso a lo que viene”. Acusado de violencia doméstica, entre otras cosas, el fallecido XXXTentacion es sin duda un artista polémico, pero su talento sigue siendo celebrado por muchos, entre ellos La Zowi.
Que uno de los grupos peor valorados de la actualidad escuche a uno de los grupos mejor valorados de la actualidad no debería ser noticia; al fin y al cabo, todos tenemos gustos que nadie esperaría de nosotros. Pero que uno de los grupos peor valorados de la actualidad escriba una canción sobre escuchar a uno de los grupos mejor valorados de la actualidad y la publique sí es digno de mención, ya que no es algo que suceda habitualmente.
Y esa es la razón por la que The Chainsmokers son hoy noticia. Los autores de ‘Closer’ han publicado este viernes un single llamado ‘Beach House’ en el que mencionan explícitamente a Beach House, la banda de dream-pop de Baltimore autora de algunos de los discos más queridos por el indie de los últimos tiempos, como ‘Teen Dream’, ‘Bloom’ o el reciente ‘7‘. ‘Beach House’ incluye la frase “listening to Beach House, taking my time”, aunque la canción no parece para nada influida por Beach House, ya que es típica de The Chainsmokers. Sobre ella, el grupo ha dicho: “Nos encanta esta canción porque en ella hemos intentado ir a las raíces del sonido original de The Chainsmokers. Además, escuchábamos mucho a Beach House”.
Mientras el mundo atiende atónito a este extraño “crossover” y espera a la improbable respuesta de los propios Beach House a la ocurrencia de The Chainsmokers, os dejamos con la canción en cuestión:
Really love this song as well cause we tried to get back to our roots on this with that classic OG Chainsmoker feel. And we were listening to a lot of beach house
Frank Ocean es uno de los artistas más esquivos de la actualidad, ya que, al margen de conceder muy pocas entrevistas, es reacio a las redes sociales y no tiene ni Facebook ni Twitter (al menos que se conozcan). El cantante sí ha solido publicar cosas en Tumblr, aunque muy de vez en cuando, y su cuenta de Instagram, aunque existía, era privada. Hasta ahora.
Este viernes, Ocean ha decidido finalmente hacer pública su cuenta de Instagram, invitando a sus fans a ella a través de una imagen de él en la que, descamisado, aparece saludando y dando la “bienvenida” desde el reflejo de un espejo. Esto es lo más cerca que podrán estar los fans de Ocean de ver el mundo con los ojos del artista, ¿quizás despojándole de ese halo de misterio que suele acompañarle? Ojo al primer “stories” público del cantante mostrando su cara cubierta con una mascarilla y chapurreando francés.
Entre las imágenes que ha subido a Instagram el autor de ‘Blonde‘, fotos de sus colegas SZA, Calvin Harris y Tyler, the Creator, imágenes de arte, imágenes de sus propias sesiones de fotos y canciones, y sobre todo un buen montón de selfies.
Robe Iniesta, líder de Extremoduro, presenta estos días un documental llamado ‘Bienvenidos al temporal‘ que recoge filmaciones de tres conciertos muy especiales que ofreció como Robe (con el repertorio de los 2 discos que ha publicado en 2015 y 2016) en plazas tan especiales como el Teatro Romano de Mérida, el Palau de la Música de Barcelona y el Wizink Center de Madrid, y que se publicará más tarde como DVD y CD. Por eso se ha dejado caer para promocionarlo en La Resistencia de Movistar+, aunque un poco de aquella manera: Broncano entrevista al de Plasencia de manera medio improvisada no en el teatro donde suele en hacerlo sino en la platea de otro, al parecer en un hueco suelto en el día en que Robe se pasó por Madrid para hacer promo. De hecho, cuenta que justo antes le entrevistaban de El Mundo.
Precisamente esa entrevista de Javier Menéndez Flores empleaba como titular su frase «Hay que tener mucho cuidado con cómo hablas de las mujeres», extraída de su respuesta a una pregunta sobre «la ola de corrección política». Y llama la atención hoy porque, en el vídeo de La Resistencia, se refiere con desprecio a Spice Girls. Todo comienza cuando Broncano le cuenta que el primer disco que poseyó fue el directo de Extremoduro ‘Iros todos a tomar por culo’, junto con el debut de las Chicas Picantes. «¿Y las escuchabas?», le inquiere Robe. «Sería para verlas (…) No eran para escuchar, eran para ver. Era como para elegir cuál…» Broncano evade un poco la cuestión diciendo «hay que decir que la frontwoman, que era Geri, la pelirroja, era más dinámica que tú como frontman. (…) Ella se movía como un electrón en un átomo y tú sin embargo estabas ahí con tus huevos en el centro del escenario», arrancando las risas de Robe y él equipo. «Por eso te digo que eran para ver», remacha el rockero.
Por lo demás, la conversación con Robe es bastante entretenida, siendo especialmente chocante que no recordara dónde se grabó aquel disco en directo publicado en 1997 –más tarde dice que se grabaría en varios sitios, como es habitual–, ni qué batería tocó en él –menciona que le han entrevistado del programa ‘Ochéntame otra vez’: «¿qué crees que le he respondido? ¡Qué no me acuerdo!» Además de lamentar que le hubieran montado una rueda de prensa a las 13:00h de aquel día, «porque me han dicho que las ruedas de prensa en Madrid son a esa hora», reivindica el lenguaje directo –»»vete a tomar por culo» hay que decirlo más, como hijoputa. (…) Se entiende bien»– y dice que tanto como escribir canciones le gusta llevarlas al estudio y que el resto de grupo aporte sus cosas para hacerlas crecer. Respecto a la sempiterna pregunta de Broncano sobre las finanzas de su invitado, Robe dice que nos sabe cuánto dinero tiene en el banco –»con una gira tuya viven Pignoise 3 décadas», le dice el presentador–, pero sí que tiene «lo suficiente como para (permitirse) hacer una gira cada 3 o 4 años (…) y no hacer lo que no quiero hacer».
El venerable Elton John está logrando un auténtico hit en las últimas horas, y no gracias a una canción suya… bueno, sí, pero no exactamente. Se trata del anuncio navideño de John Lewis, unos grandes almacenes británicos dedicados a la decoración, el bricolaje y la jardinería que cada año suelen echar el resto con un comercial televisivo. Y este 2018 está protagonizado por el músico: el autor de ‘Rocket Man’, sentado al piano en el salón de su casa (ya decorada con el abeto, las luces y todo el percal), echa mentalmente la vista atrás con el sonido de ‘Your Song’, una de sus canciones más emblemáticas.
En un auténtico prodigio técnico, el anuncio va recreando las diferentes etapas de su vida en cronología inversa, siempre con aquel single de su segundo disco homónimo del año 1970 como fondo, hasta llevarle hasta la Navidad de su infancia. No haremos spoiler, pero eso sí, cuidaos de tener cerca un buen pedazo de celulosa si sois de lágrima facilona. El emocionante vídeo se ha hecho viral rápidamente, retuiteado por celebrities entusiasmadas con él (como James Corden), y en Youtube va camino de 5 millones de visionados en menos de 24 horas. Pero, más allá de la repercusión viral, medios como Evening Standard aseguran que, según las casas de apuestas, esto ha disparado las opciones del Sir para conseguir el primer éxito navideño de su larguísima carrera. Y es sabido que en Reino Unido eso es muy importante (y también que absolutamente todo es susceptible de una apuesta).
Elton John anunciaba a principios de este año su retirada de los escenarios con una gira final, pero la aceptación ha sido tal que en su web ya existen fechas cerradas hasta finales de ¡2020! Meses atrás numerosos artistas pop celebraban la figura y el cancionero de John, entre ellos una Lady Gaga que precisamente rendía homenaje al pianista a través de una apasionada versión de esa canción, ‘Your Song’.
Confeti de Odio es el proyecto de Lucas de Laiglesia, que antes ha estado en Verano o Saint Clementine y es guitarrista de Axolotes Mexicanos. Como Confeti de Odio, en el que también le han echado un cable Juan y René de Axolotes, publica un EP de 5 canciones el 1 de diciembre de mano de Snap! Clap! y lo presentará esa misma fecha en el Café La Palma de Madrid junto a Cariño. Las entradas se han agotado, pero hay segunda fecha un día después, el 2 de diciembre.
De ese EP se han presentado tres canciones, como la punk pop ‘Tu puta barba’ o la balada ‘Para mí’; pero la que realmente nos ha conquistado es la cuarta que ha salido esta semana, ‘Hoy será un día horrible’. Tan dramática que se presenta con un vídeo envuelto en un mar de lágrimas, construye un gran crescendo cuando al final Lucas se desnuda para concluir: «soy una pose y solo tú conoces a mi verdadero yo». Un tema tan emotivo como medio divertido que podemos vincular con los drama-queenismos de los Smiths, pues no puede sonar más a Morrissey ese «sonreír me cuesta y hablar no me interesa, y tampoco que me vean como un chico raro y misterioso».
Otra de sus canciones es ‘Pocos Likes’ y la verdad es que la nota de prensa que le muestra afín a músicos de su generación como Cariño, Putochinomaricón o Tronco no puede ir mejor encaminada.
Estamos ante uno de los últimos viernes de alta actividad discográfica del año, a punto de entrar en una época navideña que destaca sobre todo por la publicación de reediciones (hoy ya encontramos el enésimo capítulo de David Bowie en esa parcela) y canciones de corte invernal-festivo (a falta del nuevo villancico de Katy Perry, exclusivo de Amazon Music, hoy Norah Jones y Lissie se adentran en ese terreno), cuando no EPs (Tyler, The Creator dedica todo un disco corto a la figura del Grinch, protagonista de un film de animación de próximo estreno, uno de los probables taquillazos de la Navidad). Se viene.
Pero relax (es un decir), que aún hay lanzamientos importantes: Mariah Carey, The Smashing Pumpkins, The Good The Bad & The Queen y Anderson .Paak presentan hoy sus esperados nuevos trabajos, que se suman al notable ‘Astronauta‘ de Zahara como algunos de los álbumes más relevantes de esta recta final de 2018. Como ellos, también los murcianos Second, Jean-Michel Jarre, Mumford and Sons y Little Mix publican sendos largos. Además, debuta en gran formato Corine, uno de los nombres más interesantes del nuevos pop francés, y Chvrches publican EP de versiones acústicas de sus últimos singles, grabadas en los famosos estudios Hansa de Berlín. Mientras que el dúo femenino Nimmo y la promesa Lennon Stella lanzan igualmente discos de formato corto.
No vamos mal tampoco de singles en esta jornada, después de haber descubierto en los últimos días temas de Dido, Love of Lesbian, Mala Rodríguez (en un remix de un tema popular en Brasil), The Japanese House, ZAYN & Nicki Minaj o Monterrosa. The Vaccines, Rita Ora, Alessia Cara, Superchunk, Recycled J & Selecta (en una nueva colaboración), The Chainsmokers, Normani, Yung Beef & Goa, Broods, Chlöe Howl, Helado Negro, Ten fé, The Regrettes, City Girls & Cardi B, The Presets & DMA’s, Foxwareen (grupo paralelo de Andy Shauf), Rosie Carney, la ex-concursante de OT Nerea Rodríguez y más. También descatamos que por fin llega a plataformas de streaming ‘Virtual U’, el primer adelanto del nuevo disco de Oso Leone presentado meses atrás.
Otras novedades destacadas son el nuevo álbum de Benjamin Biolay en colaboración con Melvil Poupaud interpretando canciones de los grandes de la chanson (y eso incluye algún tema propio), la aportación (co-escrita por Sia, ojo) de Jennifer Lopez a la BSO de ‘Second Act’, película que protagoniza ella misma, una nueva versión de un tema del último disco de Tom Odell, acompañado por Rae Morris, y versiones curiosas que artistas como Shawn Mendes (haciendo un tema de Kings of Leon) o Paloma Faith (ídem, pero de Ariana Grande) grabaron en exclusiva para Spotify.
Había tanta expectación ante la 19ª edición de los premios Grammy Latinos de la pasada noche que incluso ha sido emitida en directo por Movistar+, locutando la gala el compañero Arturo Paniagua, presentador de ‘Sesiones Movistar+’. Y la causa era en gran medida la presencia en Las Vegas de Rosalía, fenómeno musical en España que, con su canción ‘Malamente’ y el disco ‘El mal querer’, ha generado un huracán sin precedentes. La catalana optaba a 5 galardones, todos ellos por el citado primer single de su 2º álbum: Canción del año, Grabación del Año, Mejor Video Musical Versión Corta, Mejor Canción Alternativa y Mejor fusión interpretación urbana.
Finalmente se ha tenido que «conformar» con los dos últimos, los menos importantes de los citados, pero que en todo caso suponen un grandísimo logro para una artista casi debutante y, no lo olvidemos, independiente (ha licenciado su disco con Sony, pero ella ha autiogestionado la producción y grabación con sus propios medios). Rosalía Vila ha ido desgranando varios momentos de la noche en sus redes sociales, dejando ver sus nervios y su felicidad por el reconocimiento.
Además, Rosalía actuaba en el MGM Grand Garden Arena con una impresionante escenografía para ‘Malamente’, acompañada de Los Mellis, Las Negris y El Guincho, como ya es habitual, y encabezando un cuerpo de baile con el que ha hecho un pequeño «dance break» inédito. El auditorio ha aplaudido una actuación tras la que Arturo Paniagua utilizaba una broma recurrente en nuestro foro dedicado la cantante barcelonesa: «Las pelucas, en marte». Nuestros foreros te mandan recuerdos, Arturo.
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En cuanto al resto de la gala, sin duda el gran ganador de la noche ha sido, de manera quizá insospechada, Jorge Drexler, que sin ser favorito obtenía 3 premios, entre ellos los cruciales Canción y Grabación del Año por su canción ‘Telefonía’, contenido en el disco ‘Salvavidas de hielo’ que se llevaba el galardón al Mejor Álbum de Cantautor. Drexler interpretó en vivo junto con Natalia Lafourcade (premio al Mejor Álbum folclórico) y Mon Laferte, colaboradoras en su disco, el tema ganador, precisamente. Incluso él habló mencionó después su admiración por Rosalía: «me he dedicado a admirar los versos de Rosalía y C. Tangana, que han recuperado el romancero español. Hagamos que una canción como Di mi nombre de Rosalía entre en todas las emisoras del continente», declaró según El País.
Enrique Bunbury obtuvo el premio al Mejor Álbum de rock por el notable ‘Expectativas’, Maná fueron honrados con el premio a Persona del Año (por toda su carrera, obviamente), Karol G fue destacada como Mejor Revelación y Maluma se llevó el premio al Mejor Álbum de Pop por ‘Fame’, mientras que el premio al Álbum del Año era para Luis Miguel por un disco de versiones, ‘México por siempre’. Ni él mismo esperaba ganarlo, así que ni se presentó por allí, y la decisión generó insólitos abucheos de los presentes, que tuvo que acallar Thalía, que entregaba el premio. El gran derrotado fue J Balvin, que tras destacar con sus 8 nominaciones, se ha llevado un buen batacazo al hacerse sólo con uno de los gramófonos dorados, y no uno de los más destacados (Mejor Álbum de música urbana).
La primera sorpresa de la noche. El álbum de la noche para un Luis Miguel ausente. Y se escuchan abucheos en toda la sala. "Yo me voy a encargar de entregárselo personalmente", lo disculpa Thalía https://t.co/znyszM5Q5i#LatinGRAMMYpic.twitter.com/tNOBq66157
Es evidente que ‘Santa’ cambió muchas cosas para Zahara –más allá de su autogestión “empresarial”– y que había muchas cosas acertadas en su planteamiento, además de sus canciones: envolver el álbum en una temática recurrente (la imaginería religiosa, en aquel caso), una edición física atractiva con contenidos extra, una mayor liberación en la manera de describir su universo, animándonos a entrar en él y haciéndonos partícipes de él con guiños a la cultura popular… Así que, ¿por qué renunciar a repetirlo? Así y todo, ‘Astronauta’ –de nuevo, una única palabra que da entidad al conjunto– no es un intento de repetir ‘Santa’ sino, quizá consecuencia directa de su faceta como escritora, un segundo capítulo. De hecho, en una entrevista de inminente publicación nos revela que ambos son parte de una trilogía.
En la coartada de la astronomía, la ufología y la ciencia espacial que en este caso envuelve el cuarto álbum oficial de estudio de la artista de Úbeda, Zahara encuentra una metáfora para hablar de su maternidad, haciendo un símil entre la soledad devastadora que la asaltó tras el nacimiento del “Bichín” –así le llama ella– y la del astronauta Michael Collins cuando, mientras Aldrin y Armstrong paseaban felices en la superficie lunar, él aguardaba incomunicado en el Columbia, orbitando sin remisión alrededor del satélite. Hasta esa ingravidez en el vacío del espacio exterior nos traslada ‘El astronauta’, la canción que, entre pianolas propias de una banda sonora de Tim Burton y cierto solemne giro españoleto en la melodía, cierra el álbum como una bonita declaración de amor incondicional a su hijo, pero también de los miedos y las dudas que la crianza implica, certeramente expresada en frases como “sólo quiero ayudarle a ser un buen hombre” o “cuando dejé de sentirme sólo yo / con un solo corazón / siempre va a latir por los dos”.
Pero no hay que dejarse llevar por la falsa idea de que es un disco sobre la maternidad. Aunque la gestación y la infancia sí aparecen aquí y allá, es más un recurso lírico que en sentido literal. Descartando que ‘Astronauta’ sea un “disco sobre la maternidad” –el potente single ‘Hoy la bestia cena en casa’ sí trata el tema, pero como un combativo posicionamiento en contra de la gestación subrogada–, temas como la celebratoria ‘David Duchovny’ y la dura ‘El fango’, que se cuentan entre las más inmediatas del conjunto, o la amarga ‘Guerra y paz’ siguen mostrándonos a Zahara como una fantástica retratista de las relaciones humanas, sentimentales y sexuales. ’El diluvio universal’, que arranca como una ranchera que podría cantar Christina Rosenvinge, es un rotundo y agridulce compendio de todo ello, con unos versos magníficos de poderosa crudeza desde su primer verso: “A ti te gustaba follar los días de lluvia / A veces cuando llueve / recuerdo el amor que se hacía / Quisiste proteger lo que no era de Dios ni de nadie / Se alzó ante nosotros un muro de mierda gigante / sobre cimientos de sangre / Se abrieron las grietas, salté hacia el vacío / ¿Has probado a oír tu voz gritando en el espacio?”.
De hecho, no es suya, excepcionalmente, la letra de ‘Big Bang’, la otra canción del disco que aborda el nacimiento y la crianza de un hijo: está inspirada en un poema de Miguel Rivera de Maga, con emocionantes y evocadoras imágenes como “tú has creado un sistema solar en mitad del salón” –idea que inspira un dibujo contenido en la caja del disco, donde identifica los estadios del embarazo con cuerpos celestes– en ese delicado dueto que, de nuevo, tiene coartada astrofísica. La presencia de Rivera no es baladí, ya que, como nos explicará en la misma entrevista, no ha temido mostrar lo inspiradores que resultan para Zahara el particular aire melódico, los sonidos sintéticos y las chispeantes cajas de ritmo típicas del grupo sevillano, que impregna buena parte del disco: subyace tanto en cortes uptempo como ‘Bandera blanca’ –que parece dedicar a su reencuentro consigo misma tras la debacle física y mental post-parto– como en el precioso medio tiempo ‘Guerra y paz’, curiosamente otro dueto, en ese caso con Santi Balmes de Love of Lesbian.
El aspecto lírico es, para mí, el gran avance de ‘Astronauta’, destacando no sólo el aspecto emocional sino también por el divertido carrusel de autorreferencias y referencias a la cultura popular que se nos ofrece a lo largo del disco, desde esa ‘David Duchovny’ que evidencia que el guiño a la sintonía de Mark Snow para ‘Expediente X’ no era casual, hasta las menciones a Coyote Dax y ‘Adiós con el corazón’, pasando por citas más o menos ocultas de películas como ‘Algo para recordar’ y series como ‘Cómo conocí a vuestra madre’. A menudo, como ocurre en la parte final del álbum, diría que incluso las letras salvan y realzan canciones que, en las primeras aproximaciones, parecen menores, como las citadas ‘El astronauta’ y ‘El diluvio universal’ o ‘Multiverso’, un posible argumento para una aventura de los agentes Mulder y Scully sobre viajes a realidades paralelas que, en realidad, conecta con la pérdida de identidad que deviene a la demencia o el Alzheimer, como la propia autora ha indicado.
El lado musical no es tan sorprendente como apuntaba el primer adelanto ‘Hoy la bestia…’ –ciertamente no es representativa del resto del álbum y, de hecho, la música fue compuesta por su amigo Martí Perarnau, de Mucho–, lo cual no quiere decir que no alcance a ser también excitante. ‘Astronauta’ contiene en buena medida el pop rock con gran poso electrónico/sintético que la caracteriza –el productor Matthew Twaites y los músicos que congregó en su estudio de País de Galés han recreado el ambiente “sideral” perfectamente, pero sin alejarse tanto del estilo de ‘Santa’–, en una equilibrada alternancia de temas rápidos que pronto se postulan como favoritos (‘El fango’, ‘Bandera blanca’) con medios tiempos y baladas de no menos magnetismo (‘Guerra y paz’, ‘El diluvio universal’ –con ese espectacular subidón final–).
Cierto es que la acumulación de cortes rítmicamente reposados hacia el final provoca una pérdida de tensión que no sienta bien al disco en las primeras escuchas. Pero es algo que el tiempo y la atención cuidadosa –algo de lo que también se beneficiaba mucho ‘Santa’– reparan, sobre todo gracias al gran esmero lírico, insisto. Aquella no es la única flaqueza aparente de este disco, y podríamos reprochar también la extraña manera de mezclar las voces que hace algunas palabras ininteligibles, el algo irritante teclado que evita disfrutar del todo ‘David Duchovny’, o una secuencia que intercala la insólita y ajena estéticamente ‘Adjunto foto del Café Verbena’ poco antes del final: suerte de relato minucioso de un episodio personal, resulta divertidísima, pero parece evidente que sus aires acústicos a lo Sufjan Stevens encajarían mejor agazapados como una pista oculta tras ‘El astronauta’, y no al revés. Pero así y todo no hay duda de que ‘Astronauta’ y su colección de pequeños detalles que lo realzan (destacando sus interpretaciones vocales, donde la manera de repetir obsesivamente “me pregunto si aún sigues ahí” o prolongar un “será” en “decir adiós será tan fácil” expresan tanto o más que las propias palabras) ya dejan ver que esta es una obra que, como un chiquillo, acaba de nacer y seguirá creciendo.
Tras algunos showcases acústicos en tiendas durante lo que queda de año, Zahara estará presentando ‘Astronauta’ en directo a partir del próximo mes de enero, habiendo vendido ya todo para su primera fecha en La Riviera de Madrid y añadido una segunda. Toda la gira, en su web.
Calificación: 8/10 Lo mejor: ‘Hoy la bestia viene a cenar a casa’, ‘Guerra y paz’, ‘El fango’, ‘El diluvio universal’, ‘Bandera blanca’, ‘El astronauta’ Te gustará si te gustan: Maga, Mucho, Love of Lesbian, Christina Rosenvinge. Escúchalo: Spotify
Roosevelt se ha convertido en uno de los proyectos más queridos del electropop internacional durante los últimos años. Este otoño se consolida con ‘Young Romance‘, un segundo álbum que presenta este viernes 16 de noviembre en Madrid y el sábado 17 en Razzmatazz, Barcelona. Hablamos con el artista sobre tendencias en el mundo de la electrónica, los entresijos de su nuevo álbum, en el que recuerda su adolescencia, o lo que puede deparar su futuro. Amable y cercano, el artista visitaba la capital de promoción hace un par de meses para introducirnos en esta nueva era de su carrera.
Mucha gente cree ahora mismo que la gente joven solo oye música urbana, trap… pero cada poco sale como de la nada un proyecto de synth-pop como el tuyo que goza de éxito, ¿cómo lo ves tú?
Solo puedo hablar por mí porque llevo haciendo esto unos años, pero no puedo hablar por la gente más joven. El trap es algo enorme ahora mismo, pero creo que el synth-pop siempre ha estado en la cultura pop. Dua Lipa y Calvin Harris acaban de tener mucho éxito con una canción que es como electro de los 90 (NdE: ‘One Kiss’). Siempre ha habido espacio para los sintetizadores y el electropop. Daft Punk tuvieron un éxito enorme con su disco hace pocos años. Para mí no es una tendencia, es algo que siempre ha estado yendo y viniendo.
¿Tú te consideras un artista de música pop?
No pienso en esos términos. Si un artista de pop significa que haces playback en la tele, no quiero serlo. Pero si significa ser popular y llegar a mucha gente, sí. Pop es una palabra que no está realmente definida. Depende de lo que se entienda por ella.
Me ha sorprendido que referencies esa canción de Dua Lipa.
No es que sea fan de esta canción, pero está presente en el mainstream y es muy sintética.
Yo no esperaba que fuera tan grande.
También me ha sorprendido. Como lo de ‘Midnight City’ de M83 hace unos 7 años. No creo que sea una tendencia, es algo que la gente descubre por sí misma todo el tiempo.
«Para mí el electropop no es una tendencia, es algo que siempre ha estado yendo y viniendo»
¿Cómo ha cambiado tu vida en los últimos años, desde el primer disco?
Nada ha cambiado excepto lo de tocar, tocamos un montón. Eso cambió mucho, hemos estado en muchos sitios, festivales, aviones, aeropuertos. Es un gran cambio, pero ahora justo vengo de casa y del estudio. Este año no hemos tocado tanto y he pasado mucho tiempo en casa. En mi vida personal, nada ha cambiado.
¿Sigues viviendo en Colonia o en los suburbios?
Nací a unos 15 minutos. Es una ciudad diferente, en Alemania no dirías «suburbios», pero si lo miras en un mapa, se podría interpretar así. Llevo 10 años viviendo en Colonia, y también estuve 1 año en Berlín.
¿Por qué dejaste de vivir en Berlín?
Tenía un estudio en Colonia que cerró, me salió una oportunidad de ir a Berlín porque alguien dejaba su casa con estudio, una habitación con un buen equipo en el que podías poner la música alta. Pero el edificio cerró y no encontré nada, porque es difícil encontrar en Berlín un estudio así; y alguien de Colonia me llamó para compartir un estudio, así que aprovechando que un amigo se mudaba de Colonia a París, volví.
¿En qué parte de Berlín vivías?
En Neuköln.
La zona moderna…
No tanto entonces, en 2012. Era más crudo, al sur de Neuköln, no en la parte «hip».
«Las expectativas son buenas. No hay nada negativo en saber que la gente quiere escuchar lo que estás haciendo»
¿Has tenido cierta presión por las expectativas generadas por este nuevo disco?
Las expectativas son buenas, las veo como una motivación para ir al estudio cada mañana, así que no hubo esa presión. No hay nada negativo en saber que la gente quiere escuchar lo que estás haciendo. Si el primer disco no hubiera tenido éxito, habría sido más vago y quizá habría ido menos veces al estudio. Tenía presión pero solo por mí mismo, porque quería ser rápido.
¿Y las canciones han salido así, rápido?
Algunas en una semana en total, como ‘Under the Sun’, que fue la primera. Bueno, tenía una demo muy cruda con acordes y melodía, pero no tenía voz; y esa fue la primera que hice en agosto del año pasado. Le puse voz y la terminé en 10 días. Y otras como ‘Shadows’ tuvieron muchas versiones completamente distintas. Es de las que ha evolucionado. Igual llevó como 8 meses terminarla.
‘Shadows’ es muy Chic en su versión final, ¿cómo era la primera?
La guitarra de Nile Rodgers es de lo que ha permanecido, pero la primera versión era más electro y moderna. No sonaba tanto a Chic porque la producción era más moderna. Ahora es más orgánica, con instrumentos reales. La iba tocando en las pruebas de sonido, no en los conciertos, con banda, y quizá por eso al final tiene más bajo y batería, por la banda con la que la he ido ensayando. Influye tener una banda, como también se ve en ‘Losing Touch’.
¿Cómo llegaste a la música de Nile Rodgers? ¿De pequeño o más recientemente?
Después de ‘Get Lucky’, la verdad. Sabía que había trabajado con David Bowie, Madonna, Sister Sledge, Diana Ross… no solo en los 70 sino en los 80, llevando la guitarra de Chic a los 80, pero no era tan consciente de su persona hasta el disco de Daft Punk de hace cinco o seis años. Pero siempre me ha influido cómo suena la música disco de los 70, las baterías, la energía, lo divertido que es el sonido. Es música dance pero muy divertida. Me gusta la parte dinámica de la música disco de aquella época.
¿Te interesa escuchar discos completos de aquella época, como los dos primeros de Chic, que son muy buenos?
Escucho más canciones sueltas. ‘Diana’ de Diana Ross me encanta, pero en general tengo mis playlists en Spotify. Es una pena, porque puede ser muy divertido oír los discos enteros y las canciones brillan más en su contexto completo. Intento hacerlo, pero soy más de singles.
Además tú eres de sacar discos enteros…
Sí…
«Incluso en la pista de baile, las canciones que se te quedan son las que tienen una melodía o letra que no es súper, súper feliz»
En ‘Losing Touch’ estás pidiendo a alguien que vuelva, pero la canción es ultra eufórica… Queda una sensación agridulce, de contrastes…
Siempre juego con eso. Mis canciones favoritas no son demasiado obvias en una sola dirección, no me gusta mezclar una producción triste, con una melodía triste y letras tristes. Me gusta buscar un equilibrio: lo melancólico, embriagador y triste mezclado con algo uptempo y rápido. No lo hago conscientemente, sino que es lo que me gusta. Por eso me encanta ‘Teardrops’ de Womack & Womack. Es perfecta porque es eufórica y quieres bailar, aunque la letra parta el corazón. Incluso en la pista de baile, las canciones que se te quedan tienen una melodía o letra que no es súper, súper feliz, sino las que tienen una carga profunda, un significado, un doble significado o lo que sea.
¿Hay un tema concreto en este nuevo disco?
Se llama ‘Young Romance’ porque recuerdo mi vida entre los 18 y 20 años. Es una edad en la que te pasan cosas nuevas, amplificas todo y todo es muy intenso. Es un disco sobre crecer en un sitio pequeño. Canciones como ‘Losing Touch’ y ‘Getaway’ hablan de la distancia. Son canciones que hablan sobre mí en esos años.
«En el primer disco me escondía en luces de neón en la portada, en los conciertos y también en la música. Y ahora he querido ser más personal»
¿Por qué hablas ahora de este tema, cuando ya no tienes 20 años, en lugar de en el primer álbum?
Ya no tengo 20 años, no… Es un tema que estuvo en el primer disco, pero ahora está más en detalle. No ha sido consciente, de nuevo, ha salido de manera natural. En el primer disco me escondía en luces de neón en la portada, en los conciertos y también en la música. Y ahora he querido ser más personal. No revelo muchísimo de mí, pero estas canciones han sido más personales, con temas que me emocionaban de joven y ahora también. Tengo 28 años y no es que me haya hecho mucho más viejo o haya cambiado tanto.
También es una manera de no revelar tu vida privada presente, hablar del pasado…
Nunca he querido escribir con demasiado detalle, no quiero distraer la atención de la música. Por eso las voces en la mezcla están arriba, pero no en lo más alto de la mezcla.
¿Cómo encajas un tema como el de Washed Out en un disco que dices que es más personal?
Le di total libertad y ha sido una gran experiencia, yo no soy tanto un cantante, y esta canción fue como trabajar en un remix con otras voces. Ha estado bien encajarlo en el disco. Cuando escuchas todo el rato la misma voz en el estudio es una sensación muy íntima, pero a veces te cansas de oírte todo el rato. A veces es un poco demasiado. Así que fue muy refrescante poner su voz y concentrarme en la producción de esa pista. La hizo en una semana, me mandó todas las voces y es la primera vez que hago algo así en mi propia música, pero seguro que repito.
Háblame de la producción de tu voz en ‘Yr Love’, ‘Losing Touch’… hay como un filtro que lleva a finales de los 70, a cosas tipo Talking Heads.
Es el Roland Space Echo de los 70. Se hace en Japón y crea un eco de milésimas de segundo. Tiene una cinta dentro, y el delay está ahí dentro. Cuando lo abres ves la cinta y es muy guay. Crea un efecto nostálgico que sí, se asocia a los 70.
¿Lo usaste ya en el disco en anterior?
Creo que no en las voces, pero sí en los sintetizadores.
Háblame de ‘Better Days’, la balada.
Esa es la otra colaboración del disco, no en cuanto a voces, sino a que mi bajista Matthias Biermann estaba ensayando en el estudio, y decidí meter su guitarra.
Entonces tú no eres el guitarrista de ese tema…
En el resto del disco, sí. El resto son todo guitarras mías.
¿Pero no compones con guitarra, no?
A veces sí, depende de la canción. ‘Losing Touch’ la escribí con guitarra, aunque la mayoría las escribí con piano clásico, aunque fuera los acordes básicos. A veces con la caja de ritmos también. Normalmente grabo con el móvil una idea muy simple al piano.
«Quiero experimentar con la producción, pero creo que tengo mi propio estilo y no quiero cambiarlo demasiado»
¿Crees que has alcanzado cómo quieres sonar o habrá una gran evolución en el futuro Roosevelt?
He querido establecer el sonido Roosevelt con este disco, pero también quiero explorar nuevas sensaciones. Estoy orgulloso de cómo suena porque es algo que a la gente le gusta de mí, pero también quiero experimentar. No creo que lo que haga sea completamente diferente, pero sí puedo quizá usar más guitarras incluso, o guitarras más rock en vez de guitarras disco. Quiero experimentar con la producción, pero creo que tengo mi propio estilo y no quiero cambiarlo demasiado.
¿Estás más cómodo en un festival de electrónica o en uno de música indie?
Más en el indie, la verdad. Me llaman de los dos y me encanta, pero a veces en los festivales de electrónica la gente va a bailar, no tanto a ver una banda tocar, como me ha pasado en Holanda, y la gente no sabía qué hacer con nosotros. Y somos bastante enérgicos en directo, pero es más como una banda de rock que un DJ. La gente se queda confundida. Pero a veces está bien ir a los festivales de electrónica, de hecho, porque la gente baila con nosotros. Con este álbum, quizá quede mejor en uno indie o alternativo.
«A veces en los festivales de electrónica la gente va a bailar, no tanto a ver una banda tocar, y la gente no sabe qué hacer con nosotros»
Desde que Roosevelt es un fenómeno internacional, ¿qué es lo mejor y lo peor que te ha pasado?
Lo peor es esperar en los aeropuertos. Me encanta estar en Madrid y verlo, tratar de imaginar cómo sería vivir aquí, ser mejor persona a través de observar la vida aquí, pero esperar en los aeropuertos es desesperante. Cuando estás tocando, de hecho te pasas 23 horas al día esperando algo. Pero bueno, hay peores cosas en la vida. De hecho, lo mejor es tocar en directo, disfrutarlo, cuando tocas es más personal que cuando pinchas: te entregas por completo. Cantar y tocar tus canciones y que la gente te dé su feedback… Estoy deseando, la verdad.
Monkey Week se precia de ser, además de un festival de música en el que disfrutar de propuestas ya consagradas –papel que en esta su 10ª edición corresponde a nombres como Toundra, Novedades Carminha, Maria Arnal i Marcel Bagés, Pony Bravo, Anari o Mujeres–, presentar un enorme abanico de nombres menos conocidos que, quizá en el futuro, puedan ocupar el espacio de los anteriores, que en casi cada caso pasaron antes por este certamen como noveles.
Así que hoy dedicamos un especial de nuestra sección Revelación o Timo a desgranar algunos de esos proyectos que también se podrán disfrutar en el festival celebrado en distintos enclaves de Sevilla, el cual podría servirles de plataforma de lanzamiento hacia un futuro más brillante en lo comercial. [Foto de portada: Bifannah, por Sharon López]
Bifannah
Despuntando desde que en 2016 publicaran su EP debut homónimo, este cuarteto de origen gallego y establecido a caballo entre Madrid y Londres tiene una base de fans creciente entre los amantes de los sonidos garajeros, psicodélicos y beat. Si bien en su debut del pasado año, ‘Maresia’, abrían la ventana a sonidos propios del tropicalismo de Os Mutantes que, junto con sus letras en galego, les dan un cariz de singularidad inédito que incluso les podría impulsar más allá de nuestras fronteras (de hecho, han ejercido de teloneros de héroes del sonido retro como Allah-Las). Estarán el viernes 23, a las 2.30 h., en la Sala Even.
Boyanka Kostova
Escisión del grupo de rap Estupefacebras, tras este nombre de aparente inspiración soviética se escoden nadie más y nadie menos que Esteban & Manuel junto con el MC Saibran Yiyi. No exactamente alejados de ese proyecto de “cumbiatune” –la voz anegada de AutoTune es también su seña de identidad–, Boyanka Kostova se dedican a una suerte de trap-pop festivo abierto a sonidos folclóricos, rock, electro y, bueno, prácticamente de todo, como muestra su primer EP –‘Vella Canción Galega’– editado la pasada primavera. Actúan el viernes 23, a las 18.00 h., en Escenario Mangaroca (Espacio Santa Clara) y el mismo día, a las 23.30 h., en Sala La Calle.
Los Manises
Tenemos mucha suerte de vivir en una época en la que Internet nos ofrece tal cantidad de información y referencias que es posible que un dúo de Elche, este formado por Víctor y Rubén (ex-Sarabix), sea capaz de asimilar los sonidos africanos y tropicales y deglutirlos en una seductora masa de rock (con ecos de after-punk ochentero, ojo) y baile libre de etiquetas. Su EP ‘Greatest Hits’ y el posterior single ‘Chsss!’ son suficientes para saber que están destinados a sobresalir. Estarán el jueves 22, a las 23.00 h., en la Sala X.
Pet Fennec
Este grupo donostiarra erigido en torno a la voz y las canciones de Urko Eizmendi puede recordar, en ciertas canciones (‘Route’), a la sofisticación retropop de Phoenix. Sin embargo, los tiros de su debut publicado a finales de 2017, ‘Mount Pleasant’, van por otros lares: más bien se sitúan en el clasicismo rock a lo Big Star que también han practicado en las últimas décadas grupos como Teenage Fanclub o The Posies. Ahí, con canciones brillantes como ‘Sayin´’ o ‘Under The Sun’, son infalibles. Y singles posteriores, como los inéditos ‘Others‘ y ‘Saturn Maybe‘ les muestran en plena expansión. Estarán el sábado 24, a las 20.45 h., en Escenario AIE (Sala Fun Club).
Las Yumbeñas
Aunque Colombia se caracterice por exportar artistas pop como Shakira o J Balvin, parece que en Bogotá late una escena underground mucho más rica y diversa. Ahí encontramos a Las Yumbeñas, dúo femenino de Bogotá –en directo las acompaña un batería– que demuestra una capacidad asombrosa para crear melodías candorosas –de tinte 60s– y vestirlas de rock con vocación amateur (un poco anti-folk) en su álbum debut ‘Me cansé de llorar voy a vomitar’. En él sobresale el vigor punk de ‘Melancólica’ y el humor de ‘Mis sentimientos por ti son más feos que tu novia’, pero su nuevo single ‘Corazón’, adelanto de su segundo disco, ya anticipa que aquello no es ningún accidente. Actúan el jueves 22, a las 17.00 h., en Escenario Ditto, Torre Don Fadrique (Espacio Santa Clara) y el viernes 23, a las 19.15 h., en Escenario Mangaroca (Espacio Santa Clara).
El dúo de culto The KLF se ha superado con su nueva propuesta artística. Los icónicos y esquivos autores de ‘Chill Out’ en 1990 han ideado una pirámide de ladrillo que se construiría con las cenizas de 34.592 personas muertas. Si no sabías qué hacer con tus restos a tu muerte -si es que estabas pensando en ello de alguna manera- existe una web en la que te puedes registrar y guardar tu espacio en dicha pirámide por 99 libras. Cada ladrillo serían las cenizas de una persona. Al realizar tu compra recibirás un ladrillo y cuando te mueras alguien deberá enviar 23 gramos de tus cenizas junto al ladrillo para la construcción de la pirámide, según las instrucciones.
«Cómpralo ahora y ya te morirás» es el eslogan y lo peor es que puede que no se te ocurran muchas mejores cosas que hacer con tus restos en el futuro, que formar parte de este proyecto, «imaginativo» como mínimo. La web se llama Mumufication y contiene un par de vídeos promocionales procedentes de Vimeo. «What time is death?» es uno de los lemas.
La construcción de la pirámide empezaría el próximo 23 de noviembre (“Toxteth Day of the Dead”) en una ceremonia a la que asistirán los dos miembros de The KLF, Jimmy Cauty y Bill Drummond, para la que se ha anunciado té gratis y tartaleta de frutas. Cada 23 de noviembre se añadirían nuevos ladrillos al monumento de los fallecidos cada año. Es el último invento del grupo que pasó a la historia por quemar un millón de libras o por escribir un libro bajo pseudónimo en el que explicaban lo que había que hacer para conseguir un número 1 en Reino Unido a finales de los 80. Caliza lo analizaba en este imprescindible texto en el que traspasaba aquellas valiosas e irónicas premisas a hits de hoy como ‘Malamente’, ‘Teléfono’ o ‘Shallow’.