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Los Mejores Discos de 2017

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El año 2017 ha sido un curso muy curioso: comenzó con grandes álbumes y la progresión de sus primeros meses prometía un año excelente, teniendo en cuenta los grandes nombres que publicarían disco tras el típico relajo veraniego en la industria. Sin embargo, la segunda mitad del año se ha enfriado de manera ostensible, dejándonos una cosecha menos espectacular de lo que se aventuraba. Con todo, hemos vivido un año repleto de grandes obras musicales de géneros de lo más diverso, con nombres nuevos dejando atrás a los nombres capitales de los últimos años y algún veterano dando lecciones. Pero sobre todo ha sido un gran año para el panorama nacional, donde el urban pop ha irrumpido con gran fuerza a la vez que artistas jóvenes han demostrado que el folclore patrio tiene mucho futuro.

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The National


nationalEn los mejores momentos líricos de este disco que The National han tardado cuatro años en construir, Matt Berninger se desnuda enfrentándose a la idea de cómo conservar el amor por su pareja después de tantos años, recordando cómo comenzó (‘Nobody Else Will Be There’) e imaginando cómo afrontarían una hipotética ruptura (‘Guilty Party’, ‘Carin at The Liquor Store’). Una perspectiva poco frecuente sobre el amor que revaloriza el peso poético en la propuesta del grupo. ‘Sleep Well Beast’ no será, muy probablemente, el disco favorito de The National para nadie. Pero sigue siendo admirable su manera de afrontar la música, permaneciendo fieles a la idiosincrasia del grupo y, a la vez, abriendo vías de crecimiento para su propuesta. Eso es muy digno de admiración.

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Sampha


samphaSampha se ha llevado el Mercury Prize en un año en que parecía que la cosa estaba entre Kate Tempest y The xx. Discazos ambos. Pero la elección de Sampha alegra porque no era nada obvia. Sus detractores acusarán a ‘Process’ de pecados como entrar bien, ser reconocible y reconfortante. Y si ‘Process’ es todo eso es porque también resulta un disco hermoso, reflexivo y melancólico, cercano en alma a Frank Ocean, pero con una forma más propia de James Blake o incluso Sufjan Stevens. Sampha apenas levanta la voz, no parece mostrar interés en apabullar, sólo en desarrollar unas canciones líquidas y bellas cantadas de manera poderosa pero vulnerable. Un disco que oscila entre el soul de cámara y el R’nb’ atmosférico, como en ‘Reverse Faults’ o ‘Under’, pero que también sabe jugar con la intensidad, como en el arrebato tierno de ‘Blood on Me’ o la telúrica ‘Timmy’s Prayer’, dónde prácticamente les roba la cartera a Bon Iver y The xx (sí, ambos a la vez). Todas sus virtudes se cristalizan en el monumento que es ‘(No One Knows Me) Like the Piano’, balada definitiva y definitoria. Así, a sus 28 años, Sampha ha construido un disco que suena absolutamente personal y, a la vez, a clásico desde el primer momento. Y eso es algo fácil de escuchar, pero tremendamente difícil de lograr”.

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James Holden & The Animal Spirits


james_holden_-_the_animal_spirits_El nuevo disco de James Holden te pondrá la cabeza del revés. Huyendo cada vez más de la electrónica de baile, lugar común del que partió hace casi dos décadas, el productor británico sigue explorando y construyendo su propia versión del caos, del orden y del trance en un álbum que ha grabado como miembro del grupo The Animal Spirits. Concebido como conjunto de improvisación, está formado por el mismo Holden, a los mandos de la base electrónica (fundamentalmente sintetizador), el saxofonista Etienne Jaumet, el baterista Tom Page –que ya defendieron en directo con Holden ‘The Inheritors’, su último y muy alabado trabajo– y el cornetista Marcus Hamblett, a quienes también hay que sumar a la multi-instrumentista Liza Bec y a Lascelle Gordon, percusionista del grupo de jazz Free Woven Entity. Hablar de géneros, en este caso, resulta pertinente. ‘The Animal Spirits’, que así se llama el álbum, ha sido definido por su autor principal como un trabajo de folk-trance: coordenada básica si tenemos en cuenta su alma y mecánica repetitiva y su carácter mayoritariamente instrumental. ¿Folk? Bueno, tal vez en ‘Spinning Dance’: una pieza inspirada en dos referencias citadas por Holden, Don Cherry y Pharoah Sanders –músicos de free-jazz de mediados del siglo pasado y precursores del jazz fusión y del world-music–, con cierto aire de aquelarre campestre.

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Vince Staples


vince-staples-big-fish-theoryEn el conciso, incisivo y directo ‘Big Fish Theory’, Staples redobla su apuesta: además de contar con invitados de auténtico lujo, apuesta por un sonido orientado a la pista de baile, en el que sonidos británicos como el grime y el UK Garage (ya se intuía, tras ‘More Life’ de Drake, que podrían convertirse en tendencia en EEUU) cohabitan con house, footwork y pop, con altas miras. Y es que, por si queríais saberlo, la teoría del pez gordo dice que el pez se hará más grande cuanto más grande sea su pecera. Líricamente, Staples deja atrás la narración oscura de su adolescencia y primera juventud entre trapicheos y bandas callejeras, que ocupaba su debut, y la exposición de sus momentos anímicos más bajos. Aquí, aunque aún hay recuerdos de la violencia callejera (con otra secuela de su serie ‘Ramona Park’), sus espectro es más amplio, en sintonía con las últimas obras de Kendrick Lamar (que interviene aquí con un verso brutal –en su línea– en una ‘Yeah Right’ donde se ridiculiza la cultura de la opulencia comercializada por los artistas de rap). Sus versos, disparados como bengalas chisporroteantes en un naufragio (una metáfora prestada del clip de ‘Big Fish’), se esfuerzan por hacer abrir los ojos a la comunidad afroamericana de que ellos mismos pueden ser sus peores enemigos (“Crabs in a bucket / Wanna see you at the bottom, don’t you love it?” –‘Crabs in a Bucket’–) y que la educación, no la opulencia (“Love can be a lot, so maybe not / You can give me all the cash you got” –‘Love Can Be’–), ni el hedonismo (“How am I supposed to hae a good time / when death and destruction’s all I see”–‘Party People’–), es la clave para poder superar la desigualdad. Y, por supuesto, también hay llamadas a la insurrección y al empoderamiento de las clases desfavorecidas (“Tell the president to suck a dick, cause we on now”, ‘Bagbak’).

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Father John Misty


fjm-pure-comedyEs cierto que se echa de menos cierta inmediatez en este álbum, cierta chispa (que irónicamente ha destilado en ‘Real Love Baby‘ y sus canciones de pop genérico, aquí solo incluidas en forma de 7″ exclusivo de la edición Deluxe). Pero no se puede decir que no contenga canciones preciosas y exquisitamente arregladas. Con una grabación urgente en un decadente estudio de Los Ángeles a cargo de Tillman y el recurrente, magnífico, Jonathan Wilson, Father John Misty alcanza momentos sublimes musicalmente, en los que brillan los ricos y profusos arreglos orquestales y vocales, y el expresivo piano de Thomas Bartlett (Doveman, colaborador de los primeros discos de ANOHNI). Sobre todo en su inicio, en el que se agrupan los cortes más inmediatos, como el corte titular del álbum (una especie de segundo capítulo de ‘Bored in the USA’, esta vez en forma de manifiesto anti-machista), ‘Total Entertainment Forever’, ‘Things It Would Have Been Helpful To Know Before The Revolution’ y ‘Ballad of The Dying Man’. Las escuchas van revelando, poco a poco, la fantástica construcción de cortes como ‘A Bigger Paper Bag’, ‘Two Wildly Different Perspectives’ o ‘When the God of Love Returns There’ll Be Hell To Pay’.

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Feist


feistTú, que escuchas con ingenuidad los susurros de la fantasía y persigues con afán los fantasmas de la esperanza, que cuentas con que la edad cumpla las promesas de la juventud y que las carencias del presente sean subsanadas por el mañana, presta atención a la historia de Feist, princesa de Saskatchewan. ‘Pleasure’, que así se llama este cuento, halla a su autora de nuevo absorta en su mundo interior, al que la vemos entrar, a brincos, en la portada del disco, directa a la madriguera de Alicia (¿o saliendo del Valle Feliz?). Su travesía cruza momentos hermosos y arrebatadores (esa preciosidad de canción llamada ‘Baby Be Simple’) con otros más bien incómodos o incluso terroríficos (ese espantoso sample de Mastodon), al tiempo que Feist nos habla sobre la frugalidad del placer, los extremos del espíritu, amores fallidos o la importancia de resistir en la búsqueda de lo que nos hace felices, que no de la felicidad plena, que es una utopía.

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Sparks


sparksSparks son una de las más felices anomalías de la historia del pop. Para añadir más anomalía (y felicidad), tras la fusión con Franz Ferdinand (¡otra feliz anomalía!), se han marcado un señor discazo. ¿Cuántos grupos conocéis que, a la altura de su 23º disco (24º si incluimos el de FFS), continúen produciendo obras relevantes? Pues los Sparks. Y ya. Los que no soporten los alardes vocales de Russell ni los fondos musicales de Ron, que no se acerquen. Pero los fans lo gozarán como cochinillos en lodazal. Y eso no quiere decir que este sea el típico “disco-para-fans”. Muy al contrario, porque ‘Hippopotamus’ podría servir perfectamente como introducción en el universo Sparks a los legos. ‘Hippopotamus’ es un disco insolente, que rebosa “sparkicidad” y en que se muestran deliciosamente irritantes. Más barroco y solemne (al menos en apariencia) que ‘Exotic Creatures of the Deep’ (2008), recuerda un poco a ‘Hello, Young Lovers’ (2006)… pero mejor. ‘Hippopotamus’ es un musical controladamente desquiciado, divertidísimo, sarcástico, con canciones memorables y repletas de frases lapidarias.

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Los Punsetes


los_punsetes_viva-portadaGrosso modo, existen dos clases de grupos/artistas musicales: los que se perpetúan en la evolución y mutación sonora constante para conservar la excitación propia con su obra (teóricamente, la del público iría implícita) y los que son estrictamente fieles a sus preceptos e intentan no aburrirse y no aburrir sin renunciar a sus patrones más arquetípicos. Los Punsetes son claramente de los segundos. ¿Es esto malo? Para nada. De hecho, tiene mucho más mérito seguir en pie tomando ese camino que buscando el cambio constante. Debe ser realmente difícil escribir canciones que tengan un cariz propio, que se reconozcan inmediatamente como el estilo punsetes (más allá de la inconfundible voz de Ariadna, claro), y que sigan sonando frescas, rabiosas e irresistibles como siempre. Bien cierto es que ‘¡Viva!’ parece una prolongación de la asunción de identidad que ya supuso ‘LPIV’, incluso en el poso agridulce de sus letras, repletas de giros que dejándonos ese rictus de perplejidad, a medio camino de la sonrisa y la mueca de espanto. Sin embargo, por la ausencia de algo superfluo, por ser más conciso, compacto y sin tacha, este nuevo disco está incluso por encima de aquel. Es inmaculado, una nueva cumbre.

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Katy Perry


kperry-witnessLa era ‘Witness’ ha sido un despropósito en muchos sentidos, pero entre singles “rush-released” (estrategia que rara vez funciona), portadas hórridas, actuaciones ridículas y falta de norte generalizado, en algún lugar oculta un buen disco en el que adentrarse y descubrir detalles, algo que se agradece después de varios álbumes de pop de usar y tirar, divertidos, pero sin mayor intencionalidad. Hay una intención sexual en la letra de ‘Tsunami’, pero esa invitación del estribillo a “despertar un océano de emociones” sin miedo a “bucear en lo más profundo” es lo suficientemente ambiguo como para permitir la lectura de que la artista ha querido mostrar todo lo que le ha pasado por la cabeza estos años: rabia ante el panorama político, desamor, incertidumbre por su posición en la industria e inseguridad ante lo que hacer con el papel de cantante de pop perfecta que se había construido. Puede que Katy Perry no tenga nada claro quién es Katy Perry y su futuro sea ahora mismo bastante incierto, pero ‘Witness’ es paradójicamente, en la muestra de sus dudas y contradicciones, su disco más personal. Nosotros sí sabemos al fin un poquito quién es Katy Perry.

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Benjamin Clementine


Benjamin Clementine es uno de los talentos más singulares de Reino Unido. Su dramática y excéntrica forma de cantar y sus canciones con estructuras extrañas pueden desconcertar al principio, pero los Mercury Prize vieron en él un talento importante cuando le entregaron su premio en 2015 por su notable debut y ‘I Tell a Fly’ viene a confirmarlo en forma de disco conceptual, en el que el inglés vuelve a hacer gala de su composición teatral y libre para contarnos la historia de un alien que visita la Tierra y bueno, con nuestro planeta tiene sus más y sus menos. Como puede suceder tanto con Simone como con Bowie, el estilo de Clementine es difícil de descodificar (para que luego digan de Björk), pero las canciones revelan con las escuchas una poesía tan singular como emocionante. Su mensaje es claro: existir es un marrón, pero espera que los soñadores se “mantengan fuertes” ante los bárbaros que llegan. Así, el disco termina y abre otra puerta hacia el futuro. No será un futuro seguro ni mucho menos, pero cual alien que visita otro planeta, nunca se sabe lo que hay ahí fuera si uno no se arriesga. “Bon voyage”.

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Foxygen


foxygenFoxygen aseguran que ‘Hang’ es su primer disco «de verdad», dejando entender que los otros eran más colecciones de canciones de aquí y de allá y que esto es lo que ellos entienden por un álbum «comme il faut». Grabado en los estudios Spacebomb con los Lemon Twigs como sección rítmica, se trata de un trabajo al que los omnipresentes arreglos orquestales (cortesía de Trey Pollard) ciertamente dotan de un indudable aire conceptual del que carecen sus anteriores álbumes. ‘Follow the Leader’ comienza de manera clásica, con esa manera de cantar de Sam France tan cercana a Mick Jagger pero -enseguida- empieza a elevarse con unos arreglos y una producción pulida, suntuosa, amplia, que hace que la canción termine teniendo un acabado tan próximo a Van Morrison (ese shalalá final) como a las mejores producciones soul de Curtis Mayfield. Este sonido, cercano por momentos al de los Lambchop de finales de los años 90, lleva la inconfundible marca de Matthew E. White. Con estos ocho temas Foxygen han entregado un disco breve pero extremadamente cuidado. Coherente y diferente. En absoluto moderno ni necesariamente reflejo de nuestro tiempo pero fresco y divertido, muy alejado de ser un oxidado ejercicio de revivalismo. Una pequeña y sorprendente obra maestra construida con trozos -una veces más reconocibles, otras menos- de la historia de la música pop.

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Wolf Alice


wolf-alice-visions-of-a-lifeEn ‘Visions Of A Life’ hay rock de todo pelaje: guiños a My Bloody Valentine (‘Heavenward’), los Radiohead de ‘The Bends’ (‘Planet Hunter’), Cocteau Twins (‘Sky Musings’), Muse (‘Formidable Cool’), Smashing Pumpkins (‘Sadboy’), folk pastoral (‘After The Zero Hour’, uno de los temas más sorprendentes y bonitos del disco, con una Ellie Goswell emocionante). Y lo mejor es que todo es bueno o, como poco, distintivo. Y en esa mezcolanza a priori imposible emerge la personalidad del grupo y la voz de Ellie para darle un hilván a todo, consolidando una propuesta que cristaliza del todo en las canciones menos inmediatas pero más elaboradas e interesantes del conjunto, esas que cada vez que escuchas te sorprenden con nuevos puntos de vista y detalles. Con un sonido realmente espectacular y Black Sabbath y los Led Zeppelin de influjo asiático emergiendo como probables referentes, la fantasía post-metalera de ’St. Purple & Green’ y el tema titular (pasa tanto en sus 8 minutos que se hacen hasta cortos) se antojan como un pirotécnico final hacia el que confluyen las distintas facetas presentadas en las otras nueve canciones del disco.

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Renaldo y Clara


a2652042868_16Si hubiera una liga de discos pequeños-pero-prodigiosos, los de Renaldo & Clara tendrían bastantes números para ser los campeones de la categoría. Su anterior obra, ‘Fruits del teu bosc’, ya fue un álbum minúsculo pero precioso y repiten fórmula en ‘Els afores’: vuelve a durar 24 minutos, pero esta vez contiene diez canciones que no alcanzan los tres minutos; la voz (y el acento) de Clara Viñals sigue siendo la gran seña de identidad de Renaldo & Clara: aniñada y dulce, pero con un toque malicioso cuando es necesario. Eso y su construcción musical límpida, anclada en cierto pop británico de los ochenta, el Donosti sound y algo de folk, abrillantada por el sol mediterráneo de Julio Bustamante. De nuevo, una producción diáfana, de arreglos precisos e instrumentación primorosa (Víctor Ayuso vuelve a estar a cargo de la grabación). ¿Alguna diferencia entonces? Sí. Que ‘Els afores’ es todavía mejor. Viñals ha depurado su fórmula de pop delicado; ha desalojado parte de la melancolía y ha ganado en ímpetu, pero manteniendo intacta la frescura. El resultado son unas canciones palpitantes y vivaces, como pequeños animales silvestres.

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Templeton


Por pura identificación, la honestidad de Templeton nos hace esbozar una media sonrisa entre el espanto y la empatía, con personas que fantasean con llevar otra vida distinta pese a que saben que su aflicción no desaparecería con ella (“No he descubierto lo que soy; tampoco sé qué día es hoy” –’Año sabático’–), que avanzan a pesar de la nostalgia (el repaso a esas fotos técnica y anímicamente desastrosas que nos resistimos a tirar –‘¡Flash!’–) y el influjo de personas que pese a que no nos convienen no podemos (ni queremos) olvidar –‘Agua con sal’, ‘Me has dejado de gustar’– y pese a todo saben encontrar lo que de verdad vale la pena de todo esto (‘Conan’). Con esta gran obra a medio camino entre ‘El murmullo’ y ‘Rosi’, Templeton consiguen, de una vez por todas, afianzar la entidad de su proyecto, escalando a la categoría de esos grupos que trascienden las comparaciones con otros referentes. Así, no hay ola que pueda romper los lazos internos de sus distintos componentes ni los que viejo y nuevo público ha establecido o establecerá con ellos.

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Fever Ray


feverraySexo, sexo, sexo… ‘Plunge’ es la expresión de la parte más epidérmica y animal del deseo transformado en música, y sus textos lo verbalizan. Estas canciones nos presentan a una persona que, tras años de sexo y amor dentro de los estándares cisgénero –incluso la (¿se?) dibuja como una madre de familia–, vive un nuevo despertar sexual al transgredir las convenciones y abrirse a nuevas experiencias. Experiencias (como el sexo en grupo que traza en ‘An Itch’) que dejan emerger en ella algo visceral, impredecible, ansiosa por “un vistazo, un sorbo” (‘Wanna Sip’). “Me siento débil, una bestia por alimentar, lamiendo mis dedos, aprovechando las últimas migajas; mi curiosidad encontró una cavidad y algo que introducir en ella” (‘Mustn’t Hurry’). Una perspectiva, la de una mujer ansiosa de sexo que lo verbaliza sin sonrojo, prácticamente inédita en el mundo del pop… perdón, en el mundo. Y que encima culmina con un inesperado plot-twist: ‘Mama’s Hand’ es una canción-reproche hacia una madre por su desapego emocional y su educación excesivamente estricta. ¿Está la protagonista buscando una explicación freudiana a su comportamiento sexual tardío… o en realidad nos habla la hija de la protagonista de estas canciones?

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Julien Baker


julienbakerCon un disco como ‘Turn Out the Lights’, el nuevo de Julien Baker, el poder emocional del dolor nos atrapa por algo más que simple empatía. El discurso de la joven cantautora norteamericana, pese a partir de su más absoluta y descarnada intimidad, es tan universal como los son la soledad, el abandono, la necesidad de ayuda y de fe o el amor para cualquier ser humano. Musicalmente sigue siendo igual de austero que el que presentaba en ‘Sprained Ankle’, su debut: basado en arpegios de guitarra, piano, algún arreglo de cuerda y en su voz, aterciopelada y quejumbrosa aunque en absoluto quebradiza. Pero a nivel lírico hay tanto material destacable, habla de tal forma sobre asuntos tan espinosos, que resulta imposible apartar la mirada. Es escuchar, casi en silencio, las confesiones de un alma rota.

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Tove Lo


Haciéndose un dedo. Así terminaba Tove Lo ‘Fairy Dust‘, el cortometraje que, junto con ‘Fire Fade’, ponía imágenes a los temas de ‘Lady Wood‘, y así nos presentaba también uno de los cortes de esta continuación: ‘Bitches’ sonaba en esos últimos minutos, con los fans lamentando que Tove no hubiese incluido un temazo así en el disco. Solucionado. Como nos reveló en una entrevista, se había guardado varias canciones para una segunda parte que por fin ha llegado. Aquí, de nuevo, la sexualidad está presente sin ningún tabú y es que, para la sueca, la música y el sexo están “muy conectados, lo cual es genial. Siempre me ha gustado esa forma de expresión, cuando es genuina y no porque alguien te dice que lo hagas”, aclara en referencia a la hipersexualización a la que se obliga a muchas cantantes. El sexo, el amor, el dolor (las tres partes en que se dividía su debut), las drogas, la diversión, los errores, la amistad y la juventud inundan el tercer y cuarto capítulos con que se finaliza la historia iniciada con los dos primeros allá por ‘Lady Wood’. En ellos este lince (“Lo” en sueco) de la composición consigue afinar su estilo más que nunca en un trabajo que, gracias a la cuidada producción, se convierte en el mejor que ha editado. Esperaremos el siguiente mientras sigue buscándose a sí misma, y mientras abandera un lema que, si muchos lo han hecho, ¿por qué no ella?: sexo, drogas y pop & roll.


biznaga_sentido-del-espectaculoBiznaga se miran en el punk urgente de The Clash, Buzzcocks o TV Personalities, pero tanto como en el punk-rock urbano de mediados de los 80 en nuestro país: Ilegales, Eskorbuto, Parálisis Permanente. Comparten con ellos estética pero además, de forma aterradora, su palabra, aunque actualizada, evidencia no ya el inmovilismo sino la involución social que nuestro país vive. Porque la idiotización, el aislamiento, la ausencia real de oportunidades, la violencia como única forma de expresión solo han cambiado de apariencia, pero no del fondo. Desde el adelanto ‘Mediocridad y control’, que abre impetuosa el disco, al cierre con la oscura ‘El mal de Aurora’ (evocación de la obra del Conde de Lautréamont), se suceden sin respiro, como una somanta de bofetones, canciones urgentes de Biznaga que encienden ánimos con su lenguaje y unas melodías realmente irresistibles, tan volcánicas como ‘Jóvenes ocultos’ (bárbara en su coda), ‘Una ciudad cualquiera’, ‘Nigredo’, ‘Héroes del no’, ‘Oficio de tinieblas’ o ‘Una nueva época del terror’, que (como les gusta tanto señalar a ellos mismos) no hacen ascos, si procede, al folclore patrio. ‘Sentido del espectáculo’ es una invitación difícil de declinar al pogo, claro, pero igualmente agita con ímpetu nuestros adormecidos espíritus críticos. Bailemos, despertemos.

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Björk


La “utopía” que propone Björk no es un fin, sino un medio a través del cual alcanzar lo más parecido a un mundo mejor no solo personal, sino también y, sobre todo, político y ambiental, donde naturaleza y tecnología convivan armónicamente. Para ello ha creado un “mundo” menos lúgubre que el anterior, mucho más abierto, aligerando el peso de las cuerdas y añadiendo un grupo -enteramente femenino- de 12 flautas, además de arpas y sonidos de pájaros procedentes de ‘Oiseaux de Vénézuela’ de Jean C. Roché y ‘Hekura’ de David Toop y Nestor Figueras. Es una “utopía” que, como ‘Homogenic’, en su unión de naturaleza y modernidad tecnológica refleja la Islandia natal de Björk, aunque ahora desde un prisma menos amenazante y más paradisiaco. En ‘Future Forever’, Björk pide que la observemos “formando nuevos nidos, tejiendo una cúpula matriarcal, construyendo un andamio musical”, pero la base musical curiosamente establece un puente con ‘The Gate’: ambas existen en la misma dimensión abstracta y abren sendos umbrales hacia la posibilidad de esa “utopía” que suena exactamente a lo que parece, a una fantasía que, con sus altibajos, con sus claroscuros, se ha hecho realidad.


troncoTronco es un dúo formado por dos hermanos de Barcelona, Conxita Herrero, de 24 años, y Fermí Herrero, de 18, que empezaron a tocar juntos “porque sus habitaciones eran colindantes”. La universalidad de sus canciones se comprende cuando, aunque edita Elefant (La Casa Azul, La Bien Querida, Le Mans y Single), en sus referencias encontramos nombres ajenos al mundo indie como Martirio, Gloria Fuertes, The Beatles, las habaneras o Albert Plá. Tiene todo el sentido porque estas canciones tienen el gancho de la música popular que todos hemos tarareado desde pequeños. Y eso incluye letras que hablan de una prueba (‘El helecho’) o la composición, como es el caso de ‘Bienaventurado desconocido’, en la que una pareja aparentemente perfecta se rompe cuando ambos no se entienden en lo que concierne al arte. De nuevo, brillante estribillo: “no me quiero casar contigo / bienaventurado desconocido / serás muy guapo y tal / pero no entendiste nada de nuestra obra conceptual”. Esperemos que a diferencia de Adam Green y Kimya Dawson, Tronco sigan trabajando juntos y desarrollándose como autores sin perder la frescura absoluta de estas primeras composiciones.

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Charlotte Gainsbourg


Lo mejor de ‘Rest’, claramente, es que es perfectamente disfrutable incluso si se quiere permanecer ajeno a ese interesante plano lírico que nos habla de la rabia y el dolor por una pérdida. Porque las aportaciones de McCartney, Connan Mockasin (‘Dans Vos Airs’, ‘Les Crocodiles’) o la mitad de Daft Punk están envueltas en una cohesión magnífica, fruto de un gran trabajo conjunto con Sebastian Akchoté. Su capacidad para hacer sonar estas canciones modernas y nostálgicas, íntimas y expansivas a la vez es gloriosa, y en todo momento se esmera por destacar la particular personalidad –esa fragilidad rotunda, esa rabia dulce– de Charlotte como intérprete. Con o sin los arreglos orquestales de Owen Pallett (que, como es habitual, son como para ponerle un piso), suenan tan a la altura de lo mejor de Air, Justice o Sebastien Téllier como de Mr. Gainsbourg, Benjamin Biolay o Nino Ferrer. ‘Rest’ es un disco diverso y rico en recursos pero coherente, y repleto, sobre todo, de canciones memorables. Canciones que tan pronto nos sirven una punzada en el corazón (‘Ring-a-Ring O’ Roses’, ‘Rest’ –quizá el momento más icónico del álbum, a todos los niveles–, ‘Lying with You’) como nos invitan a bailar esperanzados (‘Deadly Valentine’, ‘Songbird in a Cage’, ’Les Oxalis’ –con esa tierna sorpresa que esconde su final–, ’Sylvia Says’, el momento más hedonista del disco, cuando no ambas cosas a un tiempo (’Kate’, ‘I’m a Lie’). No duelen prendas en decir que ‘Rest’ es el disco más personal, en todos los sentidos, en la carrera de Charlotte Gainsbourg. Y también el mejor.

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Aldous Harding


aldousLa historia de Harding es romántica: la cantante solía ganarse el pan cantando en las calles de su Nueva Zelanda natal, aunque evita hablar de ese periodo de su vida en las entrevistas (ha llegado a asegurar que cantar en la calle es “terrorífico”). Su primer disco homónimo salió en 2014 y, tres años después, ha tenido que llegar Lorde, neozelandeasa número uno, para registrar a Harding en los radares musicales de medio mundo. Ella dice que Harding es la “cantante más interesante que hay actualmente” y basta escuchar cualquier canción suya para averiguar la razón, que no es otra que su voz. Harding posee una dicción cristalina, pero además, canta cada letra y cada palabra con un mimo asombrosos. No canta letras, las bendice, como sucede en la preciosa ‘I’m So Sorry’ (ese “grateful”, esas sílabas alargadas). Y su voz posee una curiosa variedad de registros. ‘Party’ es una confirmación clara de que estamos ante un talento raro, con estrella, pero además ante una artista completamente libre que ha encontrado su voz y ha logrado expresarla con canciones de una personalidad imposible de ignorar. No es que todo lo que diga a Lorde tenga a ir a misa, pero por esto se merece un altar.

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Mura Masa


mura-masaSin que los textos, siempre sencillos, cuando no abiertamente superficiales, puedan construir un álbum épico, ‘Mura Masa’ sí terminaba siendo un enorme disco veraniego, con una primera parte en la que es imposible no mover los pies y el resto, y una última que sabe inevitablemente a fin de fiesta, a amor (de verano) perdido. Y es que al margen de su acertado elenco, donde deja verdadera huella (si suponemos que un disco de verano hedonista no puede dejarla, claro) es en su última parte. Si alguna vez has sentido algo escuchando la música de Christine and the Queens, Jamie Lidell y Damon Albarn, es imposible que no se te mueva un pelo escuchando sus aportaciones a este disco. Christine aparece destrozada por una ruptura en la tristona ‘Second to None’. Canta sobre cómo una simple mirada al ser querido que ha perdido, siguiendo su rutina como si nada, “le ha roto el corazón”. Y a ti se te rompe el corazón oyéndola. Perfecto contrapunto para hits bailables como ‘Love$ick’, ‘All Around the World’ y ‘1 Night’ con Charli XCX.


planetas-zona‘Zona temporalmente autónoma’ es una nueva evolución de la evolución, un acercamiento más estrecho a la estructura de canciones convencionales, pero que no renuncia en absoluto al componente folclórico, crucial en la reinvención del grupo cuando en la primera mitad de los 00s parecía acomodado en su sota-caballo-rey. La vía empleada, en cambio, es distinta. Fruto del dominio del lenguaje flamenco que han ido logrando con obras anteriores, ahora es la métrica, el compás y el quejío el que se adapta en los canones del pop rock, del formato canción, y no al revés. Dejan atrás el afán experimental y didáctico de discos como ‘Una ópera egipcia’ y ‘La leyenda del espacio’ que sostenían como discípulos de Enrique Morente para seguir el camino.

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The Horrors


horrors-v‘V’ es uno de esos trabajos en los que prácticamente nada sobra y en el que The Horrors, sin renunciar a sus señas de identidad, dispara hacia otras sonoridades que sorprendentemente les van como anillo al dedo. Sin ir más lejos, ahí está esa nueva puerta que abren hacia el rock industrial. Aunque hayan teloneado a Depeche Mode este verano, al escuchar apisonadoras sonoras como ‘Hologram’, ‘Machine’ o ‘World Below’ parece que hayan girado en realidad con Nine Inch Nails o hayan participado en una hipotética gira de aniversario del siempre a reivindicar ‘Mechanical Animals’ de Marilyn Manson. El papel del productor Paul Epworth resulta, asimismo, esencial en estas nuevas canciones. Gracias a él Faris Badwan se ha crecido como nunca como líder y vocalista y, además, la banda se ha atrevido a coquetear con las pistas de baile creyéndose New Order (‘Something to Remember Me By’) con una naturalidad que para nada rechina.

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Calvin Harris


calvinEmpezando por su portada y título, ‘Funk Wav Bounces Vol. 1’ es un ejercicio completamente retro que nos transporta al post-disco y boogie de Taana Gardner, Heatwave o Slave de los primeros ochenta. De hecho estos últimos triunfaron con una canción titulada ‘Slide’, como el hit de Harris con Frank Ocean y Migos que abre este álbum. El estilo retro del largo podría haber caído en la autoparodia: a algunas canciones les falta directamente una textura de vinilo añadida a la mezcla para parecer éxitos boogie perdidos de 1982, como es el caso de la opulenta ‘Cash Out’ junto a DRAM y PARTYNEXTDOOR o la eufórica ‘Hearstroke’ junto a Pharrell, Ariana Grande o Young Thug. Pero las melodías son tan buenas que no hace falta. Claramente Harris ha hecho el mejor disco infestado de estrellas de la temporada, al contrario que DJ Khaled. Y a pesar del cambio de sonido, ‘Funk Wav Bounces Vol. 1’ es otro disco puramente Calvin Harris que busca el éxito comercial a través del buen gusto. Otro “greatest hits” para el bolsillo.

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Cala Vento


cala-vento-fruto-panoramaComo si tuvieran 10 años más de los veintipocos que tienen, Cala Vento parecen ser conscientes de que están en un momento de gracia creativa e interpretativa y no quieren perder ni un segundo por exprimirlo. Y, si a su disco homónimo apenas podía achacársele algún leve altibajo, ‘Fruto Temporada’ no tiene peros: una somanta de puñetazos de hardcore-pop poderoso que pegan con inteligencia y emoción, de melodías abrumadoras (cantadas con sencillas pero hábiles armonías entre ambos) que lo mismo traen a la mente a Joan Colomo que a los Nacha Pop más efervescentes, y que ponen en vilo gracias también a su contundencia y fiereza instrumental, durante 30 minutos ininterrumpidamente. Resulta casi insultante que, meses después de entregar 5 o 6 ganchos inolvidables, sean capaz de sacarse de la manga otros 9 o 10 como si nada. ¿Cómo lo hacen?De un plumazo, en menos de un año, Cala Vento se han posicionado como una de las más excitantes y mejores alternativas a un panorama pop rock estatal que oscila entre los proyectos acomodados en un patrón idéntico y los que son tremendamente personales pero no cuentan con la ambición y la energía necesarias para empalizar con un público mayor.

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Arcade Fire


arcadeUn aspecto más del “todo ahora” (con el título así en castellano se está vendiendo el vinilo en España) es la rapidez con la que se tiene que escuchar, interpretar y valorar un disco, como criticaban los canadienses en su dardo a Stereogum. Y sin embargo, digan lo que digan, ‘Everything Now’ es un buen disco que a) celebraríamos de unos novatos y b) al que dar vueltas antes de soltar “buf, esto es lo peor que han hecho, están acabados” (nos encanta idealizar bandas para luego derribarlas a la mínima). En una discografía tan interesante como la suya, el considerado más flojo puede permitirse el lujo de no ser malo, ni siquiera regular. ‘Everything Now’ es un buen disco, con un concepto muy ambicioso y grandes ideas que, sí, en ocasiones se quedan lejos de lo que la banda puede llegar a dar pero que, cuando funcionan, dan temas para quitarse el sombrero. ¿De verdad eran tan malas ‘We Don’t Deserve Love’, ‘Everything Now’, ‘Creature Comfort’, ‘Electric Blue’, ‘Put Your Money On Me’? Qué miedo dan las corrientes de opinión…


exquirla‘Destruidnos juntos’, ‘El grito del padre’, ‘Hijos de la rabia’, ‘Un hombre’, ‘Canción de E’ y ‘Europa muda’ son pirámides de base triangular elevadas sobre las lágrimas, la sangre, la piel, la suciedad, el miedo, el odio, la ira, la violencia y la desolación que vemos conmocionados pero cómodamente sentados por televisión, desde nuestro lugar de privilegio. Monumentos terroríficos articulados por las palabras de Enrique Falcón, el tercer lado de un triángulo completado con Toundra y Niño de Elche que ha logrado trascender el rock. No sabemos si habrá un nuevo disco de Exquirla en el futuro. Si no lo hay, la existencia del proyecto ya estará más que justificada pues es un auténtico reto, una pieza que respira un carácter único, probablemente no el disco que más vayamos a escuchar este año (porque requiere dedicación, no escuchas ligeras) pero sí uno de los que dejarán una huella más profunda. Y si lo hay, no nos gustaría estar en la piel de los cinco a la hora de dar el paso siguiente a una obra como ‘Para quienes aún viven’.

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LCD Soundsystem


Nadie que haya seguido a LCD Soundsystem desde sus inicios se encontrará con algo realmente novedoso en cuanto a sonido aquí, pero eso no le resta méritos a estas nuevas canciones que temáticamente, a pesar de lo crípticas que pueden parecer de primeras, le han servido a Murphy para sacar a flote muchos más fantasmas personales de lo que nos tenía acostumbrados. Los sueños, sin ir más lejos, aquí cobran un papel protagonista. Aunque lejos de ser interpretados freudianamente, Murphy nos viene a decir a lo largo del disco que los sueños, sueños son y que no hay necesidad de torturarse o darle más vueltas al asunto una vez despertamos. Y es que contra todo pronóstico, la sustancia de este álbum en realidad está en sus letras, los pequeños detalles y los homenajes que deambulan a lo largo de sus diez canciones. Hay motivos para perdonarle la farsa de hace seis años, pero por su bien (y su legado) esperamos que haya aprendido la lección y sepa mantener la boca cerrada a partir de ahora centrándose en lo que mejor sabe hacer.

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Ibeyi


ibeyiEn ‘Ash’ llama la atención el modo en que colaboradores y samples se informan y nutren mutuamente en pos del mensaje del álbum, una defensa del feminismo así como una protesta contra el racismo. Si Mala Rodríguez, presente en ‘Me voy’, puede considerarse un icono feminista por su posición única en el rap español, no puede pasarse por alto que el álbum incluya una colaboración con la cantante neo-soul Meshell Ndegeocello, que es bisexual y salió con la escritora feminista Rebecca Walker. También hay en ‘Ash’ referencias al libro ‘American Citizen’ de Claudia Rankine y a Frida Kahlo y por supuesto el single que Ibeyi presentaron en ‘X Factor Italia’ incluye un fragmento del emocionante discurso feminista de Michelle Obama en New Hampshire. Todos estos elementos aparecen en ‘Ash’ invocados por la canción a la que pertenecen, encontrando toda la razón de ser, y entre las que es imposible no destacar esa emocionante ‘No Man is Big Enough for My Arms’ en la que Ibeyi han dado con una canción perfecta para el sample sobre el cual se construye, el discurso de Michelle Obama. Era difícil hacer brillar más el que ya era uno de los discursos políticos más emocionantes de todos los tiempos, pero Ibeyi han hecho un buen trabajo. Y sin embargo, sería injusto afirmar que ‘Ash’ es un disco eminentemente político. No lo es. Si hay una fuerza que mueve el disco, es la espiritualidad del dúo. No puede ser casualidad que su mayor éxito se titule ‘River’ y ‘Ash’ fluya como un río lleno de vida. Sus “cenizas” no podrían estar más llenas de vida.

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Joe Crepúsculo


crepusculoPara ‘Disco Duro’ Joe Crepúsculo ha querido rebajar las revoluciones, centrando su atención en los pequeños detalles y obviando su yo más makinero. Sigue firmando números de lo más bailable, por supuesto, como el infeccioso ‘Música Para Adultos‘ (entre Franco Battiato y Baxendale) o ese ‘Pisciburguer’ tan rematadamente ochentas en el que el catalán anhela esas tardes de verano al borde de la piscina aderezadas de cerveza y grasas saturadas. Pero uno de los puntos fuertes del disco está, sin duda, en los diversos medios tiempos y en el papel protagonista de unas letras igual de inspiradas que pesimistas. El artista puede ser muchas cosas, pero nadie puede discutir que es uno de los artistas más eclécticos y personales que hemos tenido en muchos años. Puede ir de profundo cuando le apetece (‘Rosas en el mar’), pero siempre es capaz de sorprenderte para bien reivindicando a Fleetwood Mac en ‘Esto Es Lo que Hay’ (que no hubiera desentonado para nada en ‘Chill Out‘) o marcarse todo un trabalenguas sonoro de lo más divertido en ‘El Dicho’, recuperando el espíritu irónico de sus dos primeros álbumes. ‘Disco Duro’ funciona estupendamente como compendio de los mejores Joe Crepúsculo que hemos conocido a lo largo de estos nueve años. No sabemos cómo lo hace, pero aún no ha firmado ningún largo inferior.

18
Lana del Rey


lana-del-rey-lust-for-life-coverAtar bien un álbum puede parecer una tontería, pero no lo es. Una de las primeras impresiones que surgen tras escuchar el nuevo de Lana del Rey de principio a fin es que supone el mejor atado de su discografía. Y ha sucedido a pesar de que se ha rodeado de un equipo en el que se mezcla gente con la que ya ha colaborado (Emile Haynie y Justin Parker, a quienes no veíamos desde la época ‘Born to Die‘, y Rick Nowels, en la producción de todo su material anterior) con nombres totalmente nuevos en su discografía (Max Martin, Benny Blanco, Metro Boomin, Boi-1da), además de los featurings de Stevie Nicks, The Weeknd, Sean Ono Lennon, A$AP Rocky y Playboi Carti. ¿Es una repetición de ‘Born to Die’? No. ¿Los feats acaban comiéndose su personalidad? Tampoco. Sumando singles, colaboraciones y el atractivo de las canciones con las que se cierra, estamos ante su trabajo más interesante en cuanto a lo que reúne y las posibilidades que se abren.

17
SZA


sza-ctrl-album-coverLa honestidad es el motor de ‘Ctrl’. En este caso la honestidad de SZA (Solana Rowe) se transmite sobre todo a través de unas letras confesionales, directas, en estilo de monólogo interior, sin filtros, como se percibe en el eufórico single ‘Drew Barrymore’, donde Rowe canta sin tapujos sobre su baja autoestima (“siento no ser más atractiva, siento no ser más femenina, siento no depilarme las piernas por la noche”), o en la canción que abre el disco, ‘Supermodel’, cuya letra directamente parece un mensaje de texto de SZA a su ex en el que esta le confiesa que se ha apuntado a una orgía para vengarse de él. A menudo la honestidad de ‘Ctrl’ es tal que podría hacerse una versión del disco en formato audio de WhatsApp y daría el pego. En sintonía, ‘Ctrl’ propone sobre todo una producción sucia, áspera y por momentos maquetera (que no poco cuidada), que por supuesto busca evocar una sensación de autenticidad y crudeza en contraste con las producciones ultrapulidas del R&B comercial, y que además recalca la calidad de las canciones en sí. Esta es la realidad de SZA, al fin y al cabo una chica de “veintitantos” (así se titula la canción que cierra el disco), y también la realidad de miles de adolescentes que acudirán a este disco en los próximos años, no para hallar respuestas a sus preguntas, sino para reconfortarse en la experiencia de una persona que ha sufrido y hallado la fuerza suficiente para sentarse a contártelo.

16
Kelela


kelela-albumLa diferencia clara de ‘Take Me Apart’ con la mixtape de Kelela ‘CUT 4 ME’ es que las producciones ya no ensombrecen a la cantante, en primer lugar porque las canciones están mejor escritas, y en segundo porque estas presentan un sonido más contenido, perfecto para que ella brille. Por eso la cantante se permite en el álbum varias baladas de sonido minimalista, entre las que destacan la flotante ‘Better’, una preciosidad que podría recordar a la Janet de ‘Again’; el quiet storm cósmico de ‘Jupiter’ o el neo-soul de ‘S.O.S.’. En todas ellas, Kelela emociona sin florituras, pero siempre sonando a futuro, en producciones marmóreas y bellísimas que se unen en perfecta sinergia con su voz. Entre la sensualidad, la emoción pura y la vanguardia, en un disco de sonido futurista que por poco evoca el futuro distópico de ‘Blade Runner’, debido a la oscuridad y el elemento siniestro e híper cristalizado de sus producciones, Kelela se ha marcado un debut espectacular que coge el testigo del R&B con el que Kelela ha crecido y el de la electrónica avanzada con la que se ha profesionalizado para dar forma al disco que lleva toda la vida esperando hacer. Haya tardado cinco, diez o quince años, ¿qué importa si el resultado es así de bueno?

15
Rocío Márquez


rocio_marquez_firmamentoCon ‘Firmamento’, el salto de Rocío Márquez hacia los territorios poco seguros de la imaginación y la audacia es total. De nuevo ha confiado en Refree para materializar un proyecto que tuvo su origen cuando, en 2014, recibió el encargo de crear un espectáculo junto al trío de jazz Proyecto Lorca, recuperando desde un punto de vista contemporáneo los cantes populares que tanto gustaban a Federico García Lorca y que registró con la voz de su amiga, La Argentinita. Aquel concierto tan especial, del que da testimonio este disco en la Suite en tres partes que lo cierra y que se registró entonces, abrió todo un campo de posibilidades a Márquez y decidió seguir explorándolo en ‘Firmamento’. Así, estamos ante una obra en la que se acometen bulerías, fandangos de Huelva, milongas, bamberas, alegrías, seguiriyas y caracoles pero desde una perspectiva cubista, esquiva, dejando un jazz libre y sin convenciones. El piano, delicado y excéntrico a la vez, de Dani B. Marente, el particularmente fascinante saxo de Juan Jiménez y las imaginativas percusiones de Antonio Moreno conforman un maravilloso tejido en el que Márquez emerge como una auténtica amazona, que deslumbra, rompe, arrulla y abruma desde la primera a la última nota, plena de precisión y sentimiento. Puede que esta descripción suene demasiado sesuda y hasta coñazo si no se ha escuchado nada del disco. Si es así, probaremos de otra forma: ‘Firmamento’ es, sobre y por encima de todo, canción pop, de popular. Canciones que uno cree haber escuchado antes (en varios casos, no es solo una impresión: es así) en voz de algún abuelo, madre, tía, o padre que haya ejercido de transmisor del folclore popular de una España que parece muy lejana pero que, en realidad, sigue a la vuelta del tiempo.

14
Susanne Sundfor


‘Music For People In Trouble’, el regreso al folk de Susanne Sundfør, es una promesa de que nada es tan importante, de que todo pasará y la luz volverá a nosotros (como fantasea en una ‘No One Believes In Love Anymore’ que en cierto modo remite a los Radiohead más conmovedores). Ese fondo espiritual se traduce en unas canciones demoledoramente bellas, capaces de clavarte al asiento –si estás sentado, lo cual es recomendable porque la alternativa es caerse de culo– la primera vez que las escuchas con atención. ‘Music For People In Trouble’ es un torrente musical en el que folk leonardcohenesco, jazz, clásica –Sundfør culminó estudios superiores de piano–, pop y hasta new age (no hay mejor manera para definir la coda final de ‘The Sound of War’) van de la mano como una sola entidad. Una entidad repleta de pequeños detalles y giros en la producción (el “corte” súbito que padece ‘Good Luck Bad Luck’ antes de introducirnos en la coda jazzy; los ruidos domésticos y fantasmales que pueblan ‘Bedtime Story’) –esta vez la noruega ha delegado parte del trabajo en Jorgen Traeen, colaborador de Sondre Lerche, entre otros–. Una entidad que se pone a disposición de una voz casi sobrenatural: Sundfør se sitúa con estas expresivas y cálidas interpretaciones a un nivel sublime, no solo al de contemporáneas como Feist o Basia Bulat, sino al de leyendas como Linda Perhacs o Margo Guryan. Cuando muchos pensaban que Susanne Sundfør había alcanzado su cumbre en el hedonista y celebratorio ‘Ten Love Songs’, la noruega ha mostrado un nuevo perfil creativo que puede perpetuarla como una artista de enorme recorrido creativo e influencia, la Kate Bush de las nuevas generaciones.

13
Maria Arnal i Marcel Bagés


arnalEn torno a la memoria histórica de izquierdas y la dignificación de los vencidos (de la Guerra Civil, del sistema capitalista) se vertebra este disco. El recuerdo como reivindicación, pero también aliento para los excluidos de hoy. Su discurso está ideológicamente emparentado con el de Niño de Elche (no en vano, es autor del texto de presentación del CD) y, si cala hasta el tuétano, no es sólo por la potencia de su mensaje, sino por su formidable construcción musical. Ora caricia, ora puñetazo, conjuga exquisitamente el folklore de la tierra -ese que hunde sus raíces en el paisaje y en lo emocional, a la manera de Maria del Mar Bonet-, con el pop galáctico de Sisa, la canción de autor de Ovidi Montllor y guiños a sonidos más actuales a lo The xx. Comandados por la guitarra excelsa de Marcel y la increíble voz de Maria -hermosa, expresiva, potente, sin florituras innecesarias, con un timbre que recuerda al de Sílvia Pérez Cruz-, usan tanto ritmos ancestrales como melodías perfectas, parquedad instrumental y pequeños destellos sintéticos. Todo esto para construir un disco tremendamente humano y sensible; un monumento erigido a base de canciones telúricas, carnales y definitivas, que encima suenan como un tiro gracias a la producción de David Soler y la masterización de Marc Parrot y Joel Condal.

12
C. Tangana


c-tangana-idoloAdemás del trabajo de Alizzz, en ‘Ídolo’ brilla también C. Tangana –algo que quizá no sea tan obvio como suena–. Este disco es mucho más que un conjunto de buenas bases gracias a un Antón que parece tocado por una varita, con un sentido de la musicalidad descomunal que le permite regalar incontables ganchos a la vez que trasciende el papel de MC ad-hoc –cantando a lomos de hondonadas de Autotune–. Lo cual no impide que sus rimas sean divertidas e ingeniosas (‘No te pegas’ e ‘Inditex’ se llevan quizá la palma, azotando sin compasión a sus rivales), al alto nivel de ingenio que siempre le ha caracterizado y le valieron el apodo de El Crema. A sabiendas de que esto escocerá, que habrá quien llame vendidos a C Tangana y Alizzz por esforzarse en hacer todo el dinero del que sean capaces con su mejor arte –y de paso a nosotros por alabar este notable trabajo–, que muchos aludirán a la caducidad de este estilo –como si hubiera algo que no lo fuera–, no podemos poner paliativos a lo que es un triunfo radical del buen pop de nuestro país. Porque además de entregarnos lo que le pedimos desde hace tiempo al pop –mainstream o no– de nuestro país, lo hace con gusto y riesgo, con audacia y pasión. Quememos 2017 mientras suena ‘Ídolo’.

11
Cigarettes After Sex


El dream pop que cubre todo el debut de Cigarettes After Sex sigue la estela de Slowdive, Beach House, Mazzy Star e incluso del trabajo de Lana y Dan Auerbach para ‘Ultraviolence’, contribuyendo a crear una atmósfera con bastante poder para atraparte durante lo que duran sus diez canciones. Es cierto que al disco se le puede reprochar su uniformidad; las canciones se parecen tanto que a veces da la sensación de estar ante una canción larguísima con diferentes partes. Pero no esperábamos ni deseábamos otra cosa en la que es su carta de presentación oficial: ya habrá tiempo de experimentar en próximos discos. También hay quien, en un sentido parecido, cree que su tendencia al ambient es tan clara que te puedes dormir escuchándolo (supongo que es la versión extrema del “una atmósfera que te atrapa”). Pero González no ve esto como algo negativo; al contrario, aprecia que sus canciones puedan transmitir eso a quienes las escuchen: “nunca he tomado drogas para dormir, siempre he usado la música”. ¿Y qué más quiere transmitir? “Espero que se sientan entendidos. Espero que haya un sentimiento de empatía, lo cual es de las mejores cosas que la música puede propocionar. Un sentimiento de que no estás solo”. Nothing’s gonna hurt you, baby.

10
The Magnetic Fields


magnetic-fieldsUna vez que te vas adentrando en él, te va invadiendo el anhelo de que ’50 Song Memoir’ no se termine nunca. Sin exponer al autor demasiado porque no era necesario ni nadie se lo había pedido, es una obra que permite conocer mejor a un artista de prestigio que intuíamos que podía dar más de sí mismo. Además, que este sea el primer largo biográfico de Stephin y probablemente el último, se relaciona con la producción musical dada a la obra. Merritt toca casi un centenar de instrumentos en el disco, rodeado de su equipo de confianza habitual, pero rara vez suenan más de dos o tres de ellos al mismo tiempo. Esa decisión artística contribuye a fomentar la sensación de intimidad y empatía con el oyente, que además de estar disfrutando de la exposición del artista, recuerda también sus propios juegos infantiles, sus grupos adolescentes favoritos, sus idas y venidas con alguna pareja, la satisfacción del sexo anónimo, los atentados terroristas, el varapalo que supone la primera noción de la muerte o lo decepcionante de algunas normas sociales. ’50 Song Memoir’ podría haber sido mejor con un quínteto de singles tan claros como ‘I Thought You Were My Boyfriend’, pero es que entonces sería directamente uno de los mejores discos de la historia. Ni más ni menos que el disco que desearíamos realizara cualquier artista que admiremos. Supera esto, Sufjan Stevens.

9
The War on Drugs


warondrugsLa diferencia que propicia que estemos ante un disco de The War on Drugs superior a ‘Lost In The Dream’ está en pequeños grandes detalles. La producción, elegante y cuidada, hace que todo suene pulcro –incluso cuando llegan las guitarras más sucias y aguerridas– y que cada segundo sea literalmente un deleite que no cabe perderse. Un mejor y mayor uso de sintetizadores –digitales y analógicos, además de otros teclados más primitivos, como el melotrón o la celesta– aporta además un nuevo componente a la pócima de The War On Drugs que abre posibilidades fascinantes que ya se avanzaban en ‘Strangest Thing’ y ‘Holding On’. Ingredientes aparentemente sencillos pero que denotan un largo y minucioso trabajo (el álbum se ha grabado en 13 estudios dispersos por Estados Unidos, a menudo con Adam Granduciel como intérprete de buena parte de los instrumentos) por parte de su autor. Así las cosas, podemos decir sin rubor que si la pasada década el cetro del nuevo rock norteamericano estuvo indiscutiblemente en manos de Wilco, en los 10s podría estar ya en manos del músico de Filadelfia, que en sus inicios parecía un actor menor que quedaría ensombrecido por el talento de su amigo Kurt Vile cuando dejó la banda. Sin embargo, la propuesta de Granduciel está lejos de la que enarboló la banda de Jeff Tweedy: se diría que su gran transgresión sonora es no la experimentación, ni sonar más alto o intrincado, sino la de emocionar sonando de manera prístina. A gloria pura.

8
Perfume Genius


perfumeLa metamorfosis musical que Perfume Genius mostró hace tres años en ‘Too Bright’ sigue su curso en esta ocasión. El álbum arranca con una balada al piano clásica de sus primeros dos largos como ‘Otherside’ que, al igual que ‘Slip Away’, explota con las justas dosis de caos épico a lo M83. Pocas pegas, por no decir ninguna, se le pueden poner a un inicio tan sentimentalmente evocador capaz de dejarte sin habla. Desde los primeros segundos si algo destaca, sin duda, es el gran trabajo que el productor Blake Mills (John Legend, Fiona Apple) ha hecho llenando los temas de infinitos pequeños detalles. Sin ir más lejos, esa guitarra glam a lo ‘Queen’ que aquí se manifiesta en ‘Sides’, donde además le echa un cable la cantante Weyes Blood; los preciosos arreglos de cuerda de ‘Valley’, o esos vasos de cristal que sirven de percusión para ‘Go Ahead’. Con cada escucha el oyente es capaz de apreciar nuevos elementos que a primeras podrían pasar desapercibidos, por lo que esto augura una larga vida a estos nuevos trece temas. ‘No Shape’ es un arriesgado trabajo de una sensibilidad arrolladora en el que Hedras afianza su posición como uno de los mejores vocalistas de la actualidad. Se tenga o no a primeras empatía con el personaje y lo que cuenta, indudablemente, nadie a quien la sangre le corra por las venas puede afirmar que esta colección de canciones no son emocionantes y preciosas a partes iguales.

7
St Vincent


masseductionTal y como la propia Annie Clark expuso al diseccionar la preciosa ‘New York’ para una emisora de radio, ese “héroe” al que alude en la canción se refiere en buena medida a Prince, Leonard Cohen o David Bowie, todos ellos desaparecidos en los últimos dos años, marcando una etapa trágica para la música popular. Precisamente Bowie, aunque ella nunca lo conoció ni colaboró con él, es una figura que emerge en varios sentidos al enfrentarse a ‘MASSEDUCTION’, el quinto disco de estudio de St. Vincent. Sobre todo, en cuanto a que, como sucedía con el artista británico, Clark se revela como una artista camaleónica, desafiante y magnética como pocos en su generación. Aunque es cierto que es un disco menos fácil de lo que dejan ver sus adelantos, y que parte del álbum parece sostenerse más en lo estético que en lo compositivo (da la sensación de que algunas de estas canciones –‘Savior’, ‘Pills’, exceptuando su majestuosa coda– quizá no resistirían la prueba de someterse a un tratamiento puramente acústico), no es frecuente encontrar en nuestros días un álbum tan icónico, personal, seductor, emotivo, cargado de significado y digno de ser recordado a lo largo del tiempo como este ‘MASSEDUCTION’.

6
Rosalía


rosalia-los-angeles‘Los Ángeles’ es una presentación como cantaora solista de estructura semejante a la del debut de cualquier cantaor o cantaora ortodoxo: una selección de palos variados, frecuentemente con letras tradicionales o populares, en los que el artista muestra su aptitud y sus antecedentes. Así, encontramos su capacidad para brillar, revelando la personalidad clara de su quejío, en alegrías (‘Si tú supieras compañero’), tangos con y sin tientos (‘Por mi puerta no lo pasen’, ‘Catalina’), fandangos (‘Que se muere que se muere’) y fandanguillos (‘Por castigarme tan fuerte’), seguidillas (‘De plata’), tarantas y malagueñas (‘Día 14 de abril’, ‘Nos quedamos solitos’) y hasta palos más específicos como la guajira (‘Te venero’), la saeta (‘El redentor’) o la milonga (‘La hija de Juan Simón’). Rosalía deja una huella interpretativa maravillosa, con un timbre delicado pero rotundo, que se pone como cota a los venerables intérpretes de las letras que recupera de finales del siglo XIX y principios del XX, con tanta intención: La Niña de los Peines, Manolo Caracol, Porrina de Badajoz, Rafael Farina, Pepe Marchena, D. Antonio Chacón, Antonio Molina, Enrique Morente… Sin embargo, tan intencionada como la elección de esos referentes, letras y palos, es la de un productor como Raül Refree, un guitarrista alejado del clásico tocaor de acompañamiento, resultando más ingenioso e imaginativo que académico y ortodoxo. Sus aproximaciones a estos géneros respiran libertad e inspiración, sin perder solemnidad, creando una mezcla iconoclasta y rica. Una presentación inmejorable, a la altura de las expectativas, que son aún más altas de cara a un futuro que se adivina brillante.

5
Arca


arca-pielAhora que se reparten créditos de composición hasta por saludar en un estudio, Björk merecería un “writing credit” en el nuevo disco homónimo de su colega y colaborador Arca por haber motivado al músico venezolano a cantar en sus canciones, algo inédito hasta ahora. Claramente es la voz de Arca, no ya tanto sus producciones, la verdadera protagonista de un disco en el que Alejandro Ghersi suena más vulnerable que nunca y, por consecuencia, más libre. “Aquí están mi voz y mis entrañas: sois libres de juzgarlas”, decía Ghersi en la nota de prensa del álbum. ¿Se puede ser más libre que eso? ‘Arca’ es el sucesor natural de ‘Mutant’ en tanto que ese “mutante” se ha convertido al fin en la persona que Alejandro Ghersi es en realidad. “Quítame la piel de ayer”, canta Arca en la primera frase del disco. ¿Y quién es esa «persona»? Ghersi cuenta que “Arca” es el nombre que identifica sus emociones, no su experiencia como ser humano, de modo que puede entenderse ‘Arca’ como un ejercicio de emoción universal, y claramente ha funcionado: hasta el mismísimo Ryuichi Sakamoto ha caído rendido a sus pies.

Esta es la promesa de la catarsis. Ghersi ha dicho que ‘Arca’ es gore… y va a ser que tiene razón.

4
The xx


the-xx-i-see-youSi en ‘Coexist’ Jamie xx ya se postulaba como el orfebre en la sombra, en ‘I See You’ tenemos la confirmación definitiva. El éxito de ‘In Colour‘ en 2015 es determinante para entender el sonido de este nuevo álbum. La banda, desde sus inicios, tenía la idea en la cabeza de grabar en el estudio solo aquello que fuera después posible tocar en vivo. No obstante, la puesta de largo de Jamie y sus sesiones de DJ en solitario les hizo vislumbrar, a Romy y Oliver, que había un sinfín de nuevos terrenos sonoros que explorar y que la electrónica podía ser igual de emocionante que sus guitarras y sus bajos. Al no atreverse a cantar (al menos, de momento), Jamie ve los samples como una tercera voz alternativa para The xx. Es conocido el uso de ‘I Can’t Go For That (No Can Do)’ de Hall and Oates en la pegajosa ‘On Hold‘, pero este es un recurso del que se valía también en el segundo adelanto, ‘Say Something Loving‘ (donde reivindican el ‘Do You Feel It?’ de Alessi Brothers); o en esa ‘Lips’ con aderezo tropicalista que bien podría ser una de las canciones más sensuales que han firmado hasta la fecha y en la que usan ‘Just (After Song of Songs)’ de David Lang (las trompetas que dan la bienvenida en la bailable ‘Dangerous’ son propias según los créditos). Un álbum con un enorme potencial para captar nuevos fans que el grupo desperdició con una pésima promoción.

3
Kendrick Lamar


kendrickDesechando (aunque no enteramente) el jazz y el funk clásicos como base de su sonido, una apuesta sublimada en el sobresaliente ‘To Pimp a Butterfly’ y su epílogo ‘untitled unmastered.’, ‘DAMN.’ llega con la premisa de resituar el rap de Kendrick Lamar Duckworth en la época contemporánea, contextualmente más próximo a ‘good kid, m.A.A.d. city’. Sin embargo, nada es categórico ni definitivo en la carrera del rapero de Compton. Aun logrando esa vigencia, con una entidad clara y sólida desde las primeras escuchas, aquí se diluyen las líneas de pasado, presente y futuro, tanto en lo sonoro como en lo lírico. ‘DAMN.’ se debate entre la influencia jazzística, el G-funk (‘DUCKWORTH.’, ‘YAH.’), el trap (‘DNA.’ ‘GOD.’), el R&B (‘LOVE.’) y hasta el rock (‘HUMBLE.’). Pero lo más llamativo de esta amalgama que fluye de lo experimental a lo comercial con enorme naturalidad es lo mucho que se aproxima al pop. ‘LOYALTY.’, ‘PRIDE.’ (muy Frank Ocean), ‘ELEMENT.’ o ‘LUST.’ son un reflejo de ese concepto de lo popular que reina hoy en día, cada vez menos encorsetado y rígido. En ‘DNA.’ -apabullante– o ‘XXX.’, Kendrick se eleva varios palmos del suelo por encima del resto de artistas de su estilo (solo Kanye West y Chance The Rapper pueden hacerle sombra ahora mismo). Pero considerando que ‘DAMN.’ es más que nunca un reflejo de lo que hoy consideramos globalmente popular, este paso de Kendrick Lamar va más allá de su género. ¿Quién puede negar que en el futuro se hable de esta excelente terna de álbumes que Duckworth ha facturado en este lustro como hoy se hace de ‘Bringing It All Back Home’, ‘Highway 61 Revisited’ y ‘Blonde on Blonde’?

2
Slowdive


slowdiveQue Slowdive hayan decidido llamar su nuevo disco ‘Slowdive’ más de 25 años después de su debut ha de significar algo. Cuando un artista o un grupo decide llamar a una obra que no es la primera con su propio nombre suele querer decir que está ofreciendo una nueva y mejor versión de sí mismo. Fue el caso de ‘Beyoncé’, lo ha sido de ‘Arca‘ y lo es de la banda clásica de Neil Halstead, que por cierto sacaba antes de cualquier largo un EP llamado también ‘Slowdive’, encabezado por una canción llamada ‘Slowdive’. El grupo fue pionero del shoegaze y ha vuelto para reivindicarse a sí mismo, pero ha decidido dar un paso más allá, ofreciendo un disco que ya no podrá ser tan influyente como ‘Souvlaki’, pero sí reúne su mejor colección de canciones, la más asequible, y con una producción más expansiva y limpia, menos noventera. Ya quisiéramos que todas las reuniones estuvieran tan justificadas y vinieran con tantas ideas bajo el brazo.

1
Lorde


‘Melodrama’, planteado como un disco post-ruptura, no habla “de estar sola y punto”. Habla de estar sola en una etapa vital concreta y en una generación concreta y, por ello, habla de esta etapa y esta generación quizás con una claridad y libertad que muchos otros no han conseguido. Para explicar todo esto, Lorde ha querido usar el contexto de una fiesta en casa con objeto de dar cohesión al álbum. La adolescencia de ‘Pure Heroine’, donde encontrábamos la frase “it feels so scary getting old” (‘Ribs’), da paso por tanto a la etapa siguiente en ‘Melodrama’, a un “¿y ahora qué?” muy bien construido a lo largo de un tracklist perfectamente dispuesto. Los dos conceptos principales del disco están bien representados tanto al inicio como al final (‘Green Light‘ da el pistoletazo de salida a este viaje -su “¿y ahora qué?” es casi literal- mientras ‘Perfect Places‘ lo cierra y ofrece una respuesta), y parece presentar una estructura en tres partes. La primera encajaría tanto “la parte buena de estar sola” de la que habla Lorde como referencias a esa relación que terminó, y a otras no tan serias pero sí intensas. La segunda parte de esta estructura comienza con el choque respecto a lo anterior que supone ‘Liability‘, quizás la mayor joya de este segundo trabajo, y a partir de aquí las referencias a relaciones tienen un carácter más amargo. Y al final, ‘Perfect Places’ sería la única componente del tercer acto, uniendo características tanto del éxtasis de la primera parte como de lo amargo de la segunda. Y a la vez distanciándose de ambas a través de una reflexión: nuestra juventud nos lleva a vivir experiencias que son esos “lugares perfectos”, y esto no quiere decir que no tengan ningún fallo, sino que son perfectos en tanto que son experiencias únicas. Experiencias vividas con incertidumbre, euforia y miedo, todo a la vez, con Lorde consiguiendo transmitirnos a la perfección esta mezcla de emociones a lo largo de las canciones que forman este estupendo regreso.

Hit de ayer: ‘People Say’ de The Go-Betweens (1979)

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Brisbane, mayo de 1979. Los Go-Betweens se preparan para grabar su segundo single en el minúsculo sello Able Label. Lo ensayan en su apartamento, nº 19 de Golding Street, un espacio de techos altos dominado por posters en la pared (incluyendo uno de Bob Dylan) y el sol entrando por las rendijas a media tarde. Este marco -que daría lugar a la célebre descripción del sonido del grupo como “that striped sunlight sound”- creó el ambiente para el nacimiento de esta canción, cara A de dicho single, y que es a partes iguales un homenaje al “wild mercury sound” de Dylan en el 65 (bañado por órganos como el de ‘Like a Rolling Stone’) y un trozo de música soleada acariciada por el sol otoñal australiano. Los cálidos colores de la portada y hasta el estudio elegido (los Sunshine Studios de Brisbane) encajan como un puzzle perfecto de luminosidad para envolver a una de las canciones más hermosas de la historia del post-punk australiano.

Los Go-Betweens eran todavía un trío, Robert Forster y Grant McLennan respaldados por el batería Tim Mustafa, que pronto sería sustituido por Lindy Morrison. Acompañados aquí además por Malcolm Kelly de The Apartments al órgano suenan apresurados, eufóricos, condensando las salmodias surrealistas de Dylan (“Your holy sailors with their harbour smells / Feed from your broken shells”) en poco más de dos minutos y medio, pero con tiempo suficiente para sumarles la ironía costumbrista suburbana tan característica de Forster (“The jobs you cannot hold / The stereo that you sold / You can’t have milk and drink it too / Your kitchen never had any food”).

Forster declaraba, con motivo de la recopilación retrospectiva del grupo que se publicó en 1990, que “a veces pienso que es la mejor canción que he escrito”. Aun admitiéndole la boutade (por delante le quedaba la grabación de brillantísimos discos durante cuatro décadas), la canción tiene una frescura rara vez repetida en el repertorio de la banda. Por esa razón es tan interesante el hecho de que ‘People Say’ haya vuelto a la actualidad en las últimas semanas por la publicación de un single de 7” que contiene una versión nueva, que contrasta de manera radical con la original. La firma Robert Forster junto al arreglista y orquestador Jherek Bischoff (Xiu Xiu, Parenthetical Girls, Amanda Palmer…), fruto de su colaboración en el festival Week-End de Colonia en 2013, en el que el Go-Between interpretó canciones de su repertorio junto a un cuarteto de cuerda y el propio Bischoff.

‘People Say’ grabada casi casi cuarenta años después, pasada a un compás de 3/4 se convierte en este hermoso vals, prueba de la solidez de lo que empezó siendo una simple canción de pop:

‘People Say’ suena en el último Popcasting de Jaime Cristóbal, ya disponible en este enlace.

Gene Simmons de Kiss afronta una demanda por acosar sexualmente a una periodista

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El conocido bajista del grupo de rock Kiss, Gene Simmons, ha sido denunciado por una mujer por delitos de agresión sexual que tuvieron lugar durante una entrevista el pasado mes de noviembre. Aunque la mujer ha decidido mantenerse en el anonimato, parece ser que se trata de una periodista que entrevistó a Simmons y Paul Stanley, guitarrista y cantante del mismo grupo, durante un acto para promocionar la apertura de un restaurante participado por ambos en San Bernardino, California.

Según consta en la demanda, tal y como cuenta Rolling Stone, Simmons tomó la mano de la mujer y, pese a que opuso resistencia, la puso sobre la rodilla de él. También se detalla que durante la entrevista el músico no cejó de lanzar insinuaciones sexuales a las preguntas de la periodista, además de golpearla en el cuello, momento en el que la mujer abandonó la entrevista. Más tarde, durante unas fotos de los artistas con el equipo que hizo la entrevista, Simmons tocó las nalgas de la misma mujer. Su abogado ha declarado en su nombre que “ella quería poner esta demanda para llamar la atención sobre un comportamiento que es inaceptable y quiere ver que este tipo de actitudes tengan un final”.

Gene Simmons ha emitido un comunicado en su web y redes sociales negando los hechos. “Amigos: Intento defenderme contra los supuestos cargos que habéis leído en los medios. Que quede constancia, no agredí a la persona que hace estas acusaciones en la manera que alega en su denuncia ni la dañé en ningún modo. He asignado a mis abogados el objetivo de contrarrestar de forma contundente estas acusaciones. Y espero que llegue el día en el tribunal donde las pruebas demostrarán mi inocencia”, dice el texto.

El del bajista de Kiss es solo otro de las numerosas denuncias de acoso sexual y agresiones en el mundo del cine, la televisión y la música que están saliendo a la luz en los últimos meses, como los de Harvey Weinstein, Kevin Spacey o Jeffrey Tambor (‘Transparent’) entre otros muchos, aunque sí es uno de los pocos que van acompañados de una demanda judicial.

De la Puríssima viran al rock fronterizo, con rap autotuneado y orgullo abulense, en ‘Santa Frívola’

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El ambiente de la peculiar noche madrileña, en permanente equilibrio entre la vanguardia y el rancio abolengo, parecía el nido perfecto para alumbrar un proyecto como De la Puríssima, dúo formado por la actriz y cantante Julia de Castro y el músico Miguel Rodrigáñez que se debatía entre el jazz, el cuplé, el teatro de variedades y la tragicomedia de la copla. En 2015 publicaron ‘Virgen’, su álbum de debut, logrando hacerse gracias a temas tan potentes como ‘José Alfredo‘ y ‘El bebé‘ un nombre más allá de esa intra-escena nocturna de la capital, proyectándose hacia el mercado latinoamericano que abrazó su propuesta de forma entusiasta.

Desde entonces, De la Puríssima ha adquirido una nueva dimensión y su nuevo álbum ‘Sonora’ ha sido grabado precisamente en el estado norteamericano vecino del mexicano, Arizona, en la ciudad de Tucson junto al grupo Orkesta Mendoza –colaboradores habituales de Calexico a los que recientemente hemos tenido de gira por aquí–. Su primer single, ‘Santa Frívola’, fue presentado el pasado mes de junio pero no ha sido hasta ahora, tras una gira internacional que les ha llevado a París, Los Ángeles, México D.F. y Guadalajara, que ha llegado a plataformas de streaming de manera oficial.

‘Santa Frívola’ marca un nuevo rumbo en la carrera de De la Puríssima desde el punto de vista sonoro. Sobre una sencilla batería y el sinuoso bajo de Migueláñez, irrumpiendo luego arreglos de metales y acordeón que nos ubican en el folclore de la región norteamericana, Julia de Castro se lanza a lo que podríamos llamar rapear con un estilo castizo-castellano y un filtro vocal similar al Autotune. La imperdible letra que desgrana su particular lyric-vídeo, sin duda, es lo más llamativo del tema, plantando cara de manera agresiva y directa como un puñetazo a una enemiga, esa “Santa Frívola” que da nombre a la paradójicamente sensual canción, que incluye una coda en clave de charanga.

Por el momento no se ha dado a conocer la fecha de edición de ‘Sonora’, un disco del que comenzaron a hablar meses atrás y que posiblemente ha debido ser pospuesto habida cuenta de que Julia forma parte de uno de los acontecimientos teatrales de la temporada en nuestro país, ‘Esta no es La Casa de Bernarda Alba’, en la que ella es la única mujer del reparto.

La Canción del Día: Carolina Durante mandan “a la mierda eso de ser feliz” en ‘Necromántico’

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Hace varias semanas presentábamos a Carolina Durante, un joven grupo madrileño cuyo primer tema oficial, ‘La noche de los muertos vivientes’, hacía recobrar la fe en el pop punk más primigenio y sencillo como foco de excitación. Ahora vuelven a presentarnos un tema que renueva la fe en sus posibilidades.

Se trata de ‘Necromántico’, un tema urgente y enérgico –con Los Nikis como inevitable referencia–que condensa en menos de dos minutos y pocas frases toda la rabia y angustia de un comeback con una ex (“tú estabas muerta”, de ahí el título del tema) a pesar de que los indicios apuntan a que todo iría mal: “A la mierda eso de ser feliz, yo lo que quiero es estar contigo, seré feliz otro día, ser feliz es aburrido”. Y eso que ya había rehecho su vida con “varias noches dando amor a las chicas en el Nasti [conocido club madrileño]”.

Este tema forma parte del primer EP de Carolina Durante que publicará Sonido Muchacho el día 29 de diciembre, grabado a las órdenes de Bernardo Calvo en Studio B, masterizado por Carlos Hernández Nombela (Triángulo de Amor Bizarro, Los Planetas, Disco Las Palmeras!). Podéis escuchar la canción en este vídeo de Pedro Muñoz-Calero, compuesto por imágenes de cine gore, con especial protagonismo de ‘Posesión infernal’ de Sam Raimi.

Carolina Durante estarán abriendo para Los Punsetes el día 3 de febrero en la sala Dabadaba de Donosti.

Gata Cattana / Banzai

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“Cuando me canse del rap, haré discos de blues. Y, cuando me canse del blues, escribiré un libro. Y, cuando lo acabe, daré clases a los chavales”. Esta frase, que da ya una idea de cómo era Ana Sforza, fue una respuesta en una de sus últimas entrevistas. Implicada en el activismo feminista dentro y fuera de sus canciones, en esta misma entrevista comentaba también que, aunque para una mujer es muchísimo más difícil arrancar en el mundo del rap, esto le había favorecido en parte, puesto que la poca presencia femenina hacía que ella brillase más que los hombres. Debido a esto, hay quienes se preguntan si los halagos al trabajo de Gata Cattana son realmente consecuencia de sus canciones, y el hecho de que, por desgracia, estemos ante un disco póstumo aumentará esas dudas en más de uno. La respuesta en ambos casos es no: claro que brilla más que otros, pero cuando te acercas a su figura y a su trabajo ves que ese brillo es por mérito propio.

Como ya comentaba mi compañero Raúl Guillén en un artículo al hilo de su fallecimiento, la de Adamuz se había ido haciendo un nombre entre temas sueltos, colaboraciones y EPs, y en el momento de su muerte estaba ultimando su primer largo, que es del que ahora nos ocupamos, y que entre su familia y amigos han conseguido publicar. Licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad de Granada, y con un Máster en Política Internacional por la Complutense de Madrid, la cordobesa se definía como “rapera de noche, poetisa de día (NdR: ‘La Escala de Mohs’ fue su primer poemario), politóloga a ratos”, y como una apasionada de la Historia. Y lo cierto es que, formación universitaria aparte, su envidiable cultura en estos asuntos se pasaba a sus canciones, siendo una de sus señas de identidad: concretamente, en este disco encontramos menciones a Apolo, Anubis, Rómulo y Remo, Akenatón, Antares, Cicerón, Ícaro (éste por partida doble, tanto nombrándolo en una canción como usándolo, sin mención explícita, como el hilo conductor de ‘Hermano Inventor’), Persia, La Reina de Saba, Orión, El Malecón, Medina Azahara… y hasta Darwin y Spike Lee.

Mis compañeros apuntaban la rabia a lo Mala Rodríguez en el estribillo de ‘Mi Burra’; esta garra se ve en todo el disco, especialmente en ‘El Plan’ (“para mis gatas, para mis putas / para mis mulatas en las esquinas paseando la minuta / todo el rato para vosotras / nunca me sentí sola porque estábamos juntas”), y en la que quizás sea el mayor tesoro del disco, ‘Banzai‘. Es complicado elegir frases que citar de esta canción, porque aquí la cosa va de principio -y vaya principio- a fin, en una sucesión de one-liners, de chulería (“no me la busques, no me tires de la lengua pare / que nos vamo a pique porque / ¿quies que nos matemos aquí o qué?”) y de ganchos con mayúsculas (cómo se pega el “pero me sale mu caro”, madre mía). Y, por supuesto, con un título que aparece en el momento cumbre del tema, funcionando además como un grito generacional: “tos lo pensáis pero nadie lo hacéis / yo soy un misterio / el nuevo milenio ma pillao en medio / ¡gritando Banzai!”.

Hay espacio también para un tono más dulce, dentro de esta onmipresente garra, como en ‘Nada Funcionando’ (“que yo te lo soluciono, mi pana / fieles como los primeros cristianos / yo con la katana, tú con las manos”). Y hay también instantes en que lo dulce y la garra se unen: “me gusta pensar que me escuchas cuando acaricias tu pistola” (‘Fuego’) es un ejemplo de su enorme talento para crear momentos que te confunden al no saber si debes catalogarlos de fieros y reivindicativos, o si tienen un tono suave-burlón, o si es todo a la vez. Probablemente sea complicado etiquetar a Gata Cattana una sola categoría, y probablemente esta ambivalencia venga de su propia mezcla entre poetisa y rapera, artista en cualquier caso. Y es que, por más que intento evitar en esta reseña ese lugar común de “el rap es poesía”, en su caso es demasiado innegable.

La fusión no se queda ahí: tenemos influencias de jazz en ‘El Plan’, tenemos un punto más melódico en ‘Limonero’, tenemos un estribillo que puede llegar a bailarse en ‘Mi Negra’, tenemos querencias flamencas en ‘Fuego’ (“me vuelvo esquizo, me vuelvo mala / prohíbeme algo pa que lo haga / (por las calles de la capital, de la capital)”) y en ‘Hasta el Final’, donde colabora Scarface Johansson, entre otros momentos de producción bastante inspirados. Esto también hay que agradecérselo a D. Unison, productor de confianza y pieza fundamental de este disco, junto a Nico Miseria, o a la dirección artística de Silvia Bianchi.

Ana Isabel García Llorente -su nombre real- habría tenido un carrerón de seguir viva, y con esto no me refiero a que, como he leído por ahí, “podría haberle quitado el trono a La Mala Rodríguez”. La Mala es una grande, pero, ¿en serio el discurso del trono también aquí? Qué pereza. El arte que creaba la autora de ‘Anclas’ iba mucho más allá de chorradas de competición, y sí, como decíamos, podría haber tenido un carrerón, pero lo bueno es que su muerte no significa que su contribución al mundo artístico (y sin “artístico”) se haya quedado a medias. Estoy convencidísimo de que pasarán los años y la gente seguirá poniéndose sus canciones, como todas esas prometedoras carreras que se vieron truncadas a los 27 años (en su caso, 26). “Ana tiene muchas debilidades, pero Gata Cattana es invencible”, comentó en una ocasión, y sigue siendo una verdad como un templo: Ana ya no está, pero Gata Cattana es invencible, lo será cada vez que algo haga “clic” en la cabeza de una adolescente mientras escucha versos como el “soy más de libros de la Silvia Federici / será mejor que trates mejor a esas bitches / no sea que de repente me escuchen y se compinchen” (‘Lisístrata’). Será invencible también cada vez que, en lo puramente musical, alguien a quien a priori no le interesa el rap se acerque a otros raperos tras escucharla a ella; y es que, como ha pasado con Rosalía y el flamenco, el intento de Gata de no ofrecer lo mismo de siempre en su propuesta, de mezclar “lo de siempre” con mil cosas nuevas, ha conseguido que, al igual que en el caso de la catalana, más de uno haya vencido sus prejuicios con el rap. De esta forma, sin saberlo, ha abierto puertas a nuevos tipos de público para muchos de sus compañeros, y para el género en sí.

En todos estos puntos que hemos ido comentando consiste su legado. No es poco para alguien que no tenía ni un disco en el mercado cuando se despidió de nosotros. Y, qué duda cabe, es poco comparado con todo lo que podría haber llegado a dar.

Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Banzai’, ‘Fuego’, ‘El Plan’, ‘Papeles’, ‘Nada funcionando’
Te gustará si: ya vas al arroyo, ya lees a Salinas y a Las Sinsombrero, ya escuchas a Yung Beef y a Princess Nokia, ya reflexionas sobre la Historia y tu papel en el mundo.
Escúchalo: Spotify, Youtube

Ibeyi: “Sería increíble compartir tiempo en el estudio con Beyoncé”

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Ibeyi han publicado uno de los discos destacados de 2017, un ‘Ash‘ en el que las hermanas cubanas Lisa-Kaindé y Naomi Diaz han seguido explorando las interesantes conexiones entre músicas como el R&B, la electrónica y el soul con la cultura yoruba, esta vez a través de canciones abiertamente políticas en su aproximación al feminismo, el racismo o la igualdad. Un disco, por otro lado, muy esperado después de la colaboración de Ibeyi con Beyoncé en la película ‘Lemonade’. Especialmente memorable fue su presentación de ‘No Man is Big Enough for My Arms’ en X Factor Italia, donde las hermanas actuaron frente al vídeo del impresionante discurso de Michelle Obama en New Hampshire, que se samplea en la canción. Hace unas semanas tuvimos la oportunidad de sentarnos con Ibeyi en un hotel de Barcelona para hablar sobre ‘Ash’ y sus múltiples referencias, desde Frida Kahlo a Claudia Rankine pasando por la misma Michelle Obama o Mala Rodríguez, o sobre los temas que preocupan a las hermanas en el disco, además de por supuesto su trabajo con Beyoncé, a quien tildan de “extraordinaria”.

Mala Rodríguez ha colaborado en vuestro disco en ‘Me voy’. Curiosamente el padre de los hijos de La Mala es el rapero cubano Reynor Hernández, y vosotras sois cubanas…
Naomi: Sí, no sabíamos eso, nos enteramos el otro día. Nosotras escuchamos a La Mala desde hace tiempo, como escuchamos a Residente, Calle 13…
Lisa: La gente de Andalucía tiene algo, no sé si es el acento, y La Mala escribe unas letras tremendas, su arte es muy sensual y femenino, es muy profundo. Es una artista increíble.

No hay raperas en España tan famosas como La Mala, aunque ahora que se lleva más el dancehall, se está haciendo muy conocida Bad Gyal, no sé si habéis oído hablar de ella.
N: Ahhh Bad Gyyyal, it’s like Jamaican!
L: “Bad Gyal”.
N. ¿B-A-D G-Y-A-L?

Sí.
L: ¿Es española? [NdE: busca “Bad Gyal” en el móvil]

Sí, es de Barcelona.
L: Ha hecho una canción sobre el Mercadona.

Ella se hizo famosa con una versión de ‘Work’ de Rihanna.
[Ambas cantan]: “Work, work, work, work, work, work…”
L: ¿Cómo hizo? ¿“Trabajar, trabajar, trabajar, trabajar”? [ambas ríen]

No, se inventó una palabra que es “pai”.
L: [canta]: “pai, pai, pai, pai, pai, pai…”

¿Cómo surgió la colaboración con La Mala?
L: Sabíamos que ella conocía a Ibeyi porque durante la segunda parte de nuestra gira nosotras cantábamos un pedazo de ‘Por la noche’, y un día alguien nos filmó y lo puso en Youtube, más tarde Naomí lo subió a Instagram y La Mala le puso corazones. Entonces, cuando hicimos ‘Me voy’ tuvimos claro que necesitábamos a La Mala. Y el mismo día que se lo propusimos dijo que sí. Fue muy lindo.

“Naomi: Hubiéramos hecho el mismo disco de haberlo producido durante las elecciones francesas [en lugar de las americanas]. Trump y Le Pen son lo mismo.”

Habéis dicho que vuestro nuevo disco es más vital. El anterior hablaba sobre la muerte, el pasado, fantasmas, y en este habláis sobre que el tiempo se escapa y que hay que aprovecharlo.
L: Y también habla sobre el mundo. Todos, nosotras incluidas, tenemos que movernos, somos ceniza, el mundo se está destruyendo y todos nosotros nos estamos destruyendo juntos y tenemos que levantarnos y decir “away, away”! Ya basta, aquí me quedo y vamos a hacer algo ahora, y transformar eso, de las cenizas hacer algo.

¿Os referís a Donald Trump, la guerra…?
L: Sí, esos temas pusieron una electricidad en el ambiente que nos ayudó mucho para el álbum. El disco lo producimos en la semana de elecciones en Estados Unidos, cuando ganó Donald Trump.
N: Hubiéramos hecho el mismo disco de haberlo producido durante las elecciones francesas. Trump y Le-Pen son lo mismo.
L: Estos son temas que practicamos juntas desde hace años, que son importantes para nosotras desde hace años. Pero en el primer álbum teníamos que presentarnos y hablar sobre el duro pasado que teníamos sobre la espalda. Es ahora cuando podemos abrirnos al mundo y hablar de esos temas.

‘No Man is Big Enough for My Arms’ contiene un sample del discurso de Michelle Obama en New Hampshire, que fue muy emotivo.
L: ¡Fue increíble!

¿Recordáis la primera vez que escuchasteis el discurso?
N: Yo lo escuché justo cuando lo hizo, que después se fue por Facebook… Everywhere it was.
L: La primera vez que lo escuché fue con Richard Russell, nuestro productor. Y conecté mucho con lo que dice, tan verdadero y profundo, pero también es casi poético. Es muy importante hablar a las mujeres a y los jóvenes y el discurso nos conmovió mucho.

“Lisa-Kaindé: Frida Kahlo pasó su vida transformando el dolor en algo bello, era una mujer avanzada a su tiempo, una mujer libre cuando era mucho mas difícil ser libre”

Hay muchas conexiones en el disco. Obama habla sobre feminismo, pero a su vez colaboráis con Meshell Gdegeocello, que aparte de ser una destacada cantante de neo-soul, es bisexual y salió con la feminista y activista Rebecca Walker. Luego sampleáis a Frida Kahlo, otro icono feminista… ¿Son deliberadas estas conexiones?
L: ¿Tú sabías que Meshell había estado con Rebecca Walker?
N: Sí, yo había oído.
L: Pero estas cosas no son conscientes…
N: A Meshell la conocemos desde que nacimos porque mi mamá es una fanática de ella y nosotras también. La respeta muchísimo y a ella ya la conocíamos, porque tocó una vez con mi papá (NdE: el padre de las hermanas fue el músico Miguel “Angá” Díaz, integrante de Buena Visa Social Club e Irakere].
L: Es muy lindo que Meshell toque en ‘Transmission’ cuando ella nos ha transmitido tanto con sus discos. Lo mismo intentamos en el disco con Frida Kahlo, que no es solo una estrella, es casi la imagen de México hoy, ¡está en las monedas! Ella pasó su vida transformando el dolor en algo bello, era una mujer libre, una mujer avanzada a su tiempo, un icono y una mujer libre cuando era mucho mas difícil ser libre. También podemos hablar de Claudia Rankine, la escritora de ‘American Citizen’, que es un libro increíble sbre racismo, pero nada más escrito en poesía… Todas ellas son mujeres impactantes, fuertes, increíbles y talentosas que nos transmitieron cosas increíbles. Pero también hay hombres en el álbum, están Kamashi Washington o Chilly Gonzales, que son genios.
N: Nos encantan los hombres, nos hay ningún problema con ellos, los amamos [ríe] Pero por ejemplo queríamos hacer una canción para las mujeres, ‘No Man is Big Enough for My Arms’…

No es una canción anti-hombres.
N: No, es una canción donde queríamos celebrar a las mujeres.
L: Esa frase, “no hay hombre que sea más grande que mis brazos”, es una frase que he leído yo en un libro, ‘Widow Basquiat’ de Jennifer Clement. Ella escribió que cuando tenía 7 años, un soldado le vino y le dijo: “one day I’ll come back and I’ll marry you”. Y ella le contestó: “no man is big enough for my arms”. Cuando leí eso me conmovió tanto… El día después, fui a ver a Richard Russell, se lo enseñé y me dijo: “esto es una canción”.

Contadme más sobre ‘American Citizen’. ¿Cómo recordáis la lectura del libro?
L: Fue muy fuerte, yo nunca había leído un libro sobre racismo en poesía, era una manera diferente de entrar en ese tema, y muy personal, porque el libro es sobre las situaciones racistas que ELLA vivió, y hubo veces que me quedé pensando “eso no puede ser”.

¿Alguna en particular?
L: Cuando fue a una psicóloga, y la mujer se puso a gritar “LEAVE MY PROPERTY!! ¡¡Vete! ¡¡Vete!!” como si ella fuese un perro y, en un momento dado, se da cuenta que tenía cita con ella y fue como “¡ay, disculpe!” También sale Serena Williams y Rankine cuenta su experiencia cuando miraba a Serena en el televisor y lo que cuenta es tan difícil…

“Lisa-Kaindé: A las mujeres no se las educa para que piensen que son las mejores o que la ambición es algo bueno, sino para ser educadita y calladita”

¿Visteis las declaraciones del ex tenista John McEnroe sobre Serena Williams? Dijo que si Williams hubiera competido con hombres toda su vida, sería la 700 mejor del mundo.
L: Me asombra que haya hombres que se permitan decir cosas así.
N: Esos son celos, porque se sienten tan chiquiticos…
L: Ese sentimiento de soy el rey, porque soy un hombre, es muy malo, porque la mayoría que dice eso, discúlpame, pero son viejos hombres blancos.

Están ejerciendo su privilegio.
L: Se creen la pepita del queso. Y me asombra porque yo no crecí pensando eso. Las mujeres no crecen pensando eso. No te educan para que seas fuerte o para que creas que eres la mejor o para que pienses que la ambición es algo bueno. Te educan para que seas “polite”, “well-behaved”, educadita y calladita. A los hombres sí, pero no todos. Por eso hicimos ‘No Man is Big Enough for My Arms’. Luego también me da rabia que haya grupos de personas que no quieran hablar con otras porque son diferentes. ¡Ve a hablar! ¡Conoce! ¡Sé abierto!

Nos olvidamos que al fin y al cabo el mundo no es tan grande…
L: Nosotras mismas a veces creamos unos muros ridículos con ese mecanismo para defenderse que es estúpido. Hay un astronauta francés que acaba de volver del espacio [NdE: posiblemente se refiera a Thomas Pesquet] y dijo que, viendo la Tierra tan chiquita, se dio cuenta que somos unos estúpidos, que somos nada, que para que tenemos que matarnos, maltratarnos… Y él dijo que todo el mundo tenía que darse cuenta de eso, porque después de volver del espacio se sentía desconectado con el mundo.

“Naomí: Beyoncé es una persona extraordinaria que trabaja mucho, mucho”

Esta conversación me lleva a preguntaros sobre vuestro trabajo con Beyoncé en su película ‘Lemonade’, en la que salís. Todo el proyecto de ‘Lemonade’ es feminista. ¿Cómo surgió la colaboración? ¿Cómo fue trabajar con Beyoncé en un espacio de cine, no musical?
N: Unos meses atrás, Beyoncé puso un vídeo en Instagram con nuestra canción ‘River’, así supimos que nos escuchaba, y más tarde su equipo le escribió un mail a nuestro manager: “quisiéramos saber si las chicas quieren trabajar con Beyoncé, sería en Nueva Orleans, pero no podemos decir para qué”. Dijimos que sí y llegando allí supimos que era para ‘Lemonade’. Entonces la conocimos, la vimos y hablamos con ella. Beyoncé es una persona extraordinaria que trabaja mucho, mucho. Pero no podemos hablar mucho de eso porque firmamos un contrato.
L: Es verdad que estar filmando con ella y no creando música es muy diferente. Seria increíble un día encontrarnos de nuevo con Beyoncé y compartir tiempo con ella en el estudio.

En ‘Ash’ utilizáis mucho el autotune. ¿Fue divertido experimental con este instrumento?
L: ¡Sí! Es muy interesante. Cuando lees una frase de una canción, tú ves si quieres que una palabra en concreta salga más, y utilizas esos medios para hacerla surgir. Es una manera de trabajar el texto muy interesante. Es como la guitarra cuando utiliza una distorsión, es para dar una emoción, un efecto. Mucha gente conoce a T-Pain, en el hip-hop se usa mucho. También nos gusta el hecho que lo que hay detrás del autotune es una voz, pero a veces no sabes muy bien si es real o no. A las percusiones de Naomi a veces les ponemos un efecto y no sabes si es electrónico o madera.

Putochinomaricón sacude la escena con su pop entre La Casa Azul, PC Music y la furia millenial

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Hace unos meses Chenta Tsai, un joven artista madrileño, nos escribió para presentarnos su primera canción, ‘Gente de mierda’. La verdad es que lo que vimos y escuchamos nos dejó tan descolocados que no supimos bien cómo tratarlo. Los meses y nuevas canciones han terminado por convencernos de que Putochinomaricón, nombre que no hay que correr mucho para deducir que es el insulto que debían aplicarle los bullies durante su infancia-adolescencia –lo cual denota ya en sí un coraje supino–, merece toda la atención.

Primero porque ofrece un punto de vista musical poco común en el panorama independiente autogestionado: un pop iconoclasta que bebe del J-pop tanto como La Casa Azul circa ‘La revolución sexual’, así como de la ética y la estética PC Music –A.G. Cook es uno de sus referentes confesos–. También porque sus letras, aunque no lo parezcan, albergan no ya una denuncia social generalizada pero sí una lenguaraz y despiadada furia millenial contra lo que Tsai considera ofensivo e injusto.

Puede ser algo tan prosaico como la conexión libre a Internet –aunque hagan gracia esos “no tengo wifi, ni una señal, no puedo entrar en Pornotube ni trabajar” de ‘No tengo wifi’, se nota que para él es algo muy serio– o el postureo en redes sociales (‘Tu puta vida nos da un poco igual’), pero también la homofobia que ha padecido y padece (la reggaetonera ‘Marikapikapika’), el activismo desde la poltrona de Facebook (‘Tú no eres activista’) y, sobre todo, su himno anti-bullying con el que se planta ante sus agresores y les dice a la cara que son ‘Gente de mierda’. Puede echársele en cara el amateurismo que desprende su propuesta, pero lo que no se le puede negar es la osadía y el ingenio para decir cosas que nadie más se atreve a decir, ni a decirlas de esta manera. Desde luego, Putochinomaricón se ha ganado toda nuestra atención.

Putochinomaricón abrirá para El Último Vecino en el concierto que el grupo barcelonés ofrecerá el día 16 de marzo en el club Ochoymedio de Madrid. Entradas ya disponibles en Ticketea.

Fotografía de Yeray Dorta.

Nacho Casado de La Familia del Árbol vuela solo a Brasil en ‘Chet Baker’

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Después de publicar hace algo más de dos años ‘Odisea’, el segundo y poliédrico álbum de La Familia del Árbol, Nacho Casado –la mitad masculina del dúo– decidió cambiar levemente de registro. Tras incrementar su pericia y gusto por la faceta acústica que desarrolló en parte de la gira de presentación de aquel disco, Nacho fue escribiendo sus nuevas canciones de manera natural en ese lenguaje.

Unas canciones que fueron conformando ‘Verão’, el que será su primer disco en solitario y que editará el sello Hidden Track en las primeras semanas de 2018. En él, Nacho aparca en parte el lado más folkie de su música y se centra en su parte más cálida, con texturas de jazz y bossa nova que emergen de su guitarra acústica, un contrabajo y su voz. El primer adelanto, presentado días atrás por Rockdelux, es ‘Chet Baker’, que emplea la figura del genial trompetista y vocalista de jazz para hablar de “perdedores que enamoran”.

“‘Verão’ es la recreación de ese verano que todos vivimos como lugar idílico, con días soleados y noches largas. El mediterráneo como paisaje mezclado con lo bucólico. Un disco con referentes de la talla de Joao Gilberto, Chet Baker y los Beatles”, dice su sello. Nosotros, una vez escuchado este Chet Baker, nos permitimos añadir a Kings of Convenience y José González en esa ecuación que, desde luego, resulta de lo más encantadora.

Allie X / Collxtion II

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Hace casi cuatro años, Katy Perry presentaba a Allie X a sus más de 50 millones de seguidores en Twitter, dándole una plataforma parecida a la que Taylor Swift le proporcionaría a Troye Sivan un año después. El australiano es ahora toda una estrella, pero la popularidad de Allie no ha llegado ni retomamente a esos niveles, algo que no imaginábamos cuando Idolator nombraba a’Catch’ la mejor canción de 2014 o DIY decía que todo el mundo en la escena musical quería “un trozo de ella”. En este tiempo, lanzó el EP ‘CollXtion I’, compuso canciones para el álbum debut de -precisamente- Troye Sivan, grabó un videoclip con la ganadora de RuPaul’s Drag Race Violet Chachki y, más recientemente, protagonizó entrevistas en sitios como EW y Out, hasta finalmente editar su primer LP, ‘CollXtion II’, a mediados de este año.

Si decíamos que la edad de Billie Eilish sorprendía por ser menor de lo que creíamos, con la canadiense ocurre al revés: con sus letras e imagen podría pasar por una coetánea de Lorde y Sivan, pero tiene 32 años, algo de lo que ella misma ha hablado: “muchas de mis canciones tratan mi parte impulsiva y autodestructiva, y de los tíos con los que solía salir… ahora que soy mayor he madurado en muchas cosas, pero en otras no tanto”. ¿Quizás la edad, con la que ya sabemos que el mundo del pop tiene un problema, tenga algo que ver en que Allie -tiene 32, sí, pero el asunto es disparatado– no termine de despegar? ¿O es sencillamente que su material es muy justito? Vamos a verlo.

El piropo de Katy no serviría para catapultarla a la fama, pero curiosamente uno de los productores principales de ‘Prism’, Cirkut, ha trabajado con Allie X en este ‘CollXtion II’, concretamente en ‘Simon says’ y en ‘Downtown’ (¿fue Cirkut quien le dijo a Katy “hey, tienes que oír esto”? ¿al revés?). Y no solo él: aunque no veamos aquí alguno de esos nombres que están por todas partes tipo Max Martin o el más sutil Jack Antonoff, tenemos a gente como Billboard (que ha trabajado con Madonna, Shakira, Ellie Goulding, Kesha o Robyn), Chris Braiden (Selena Gómez, Lana del Rey –entre ella y él salió esa joya perdida que es ‘Queen of Disaster’, por ejemplo– o Sia), Realmind (¡Becky G!) en ‘That’s So Us’, o J Gramm Beats (Wiz Khalifa, Travis Scott), junto al mencionado Cirkut en ‘Simon says’. La canadiense, que cita entre sus influencias a Björk, ABBA, Gaga, Tom Petty o Haruki Murakami(!), no ha elegido una mala mezcla y el resultado, si bien podría haber tenido más tirón comercialmente, es bastante destacable.

El disco se abre con el silbido de ‘Paper Love‘, que incluye un drop cerca del estribillo, y que habla de una relación en la que ella está mucho más entregada que él, no es tratada como se merece y, aún así, sigue… como ‘Downtown’ (“I thought if you had a piece of me / I could keep the other 2 or 3 / but no, that’s not how it works”). De un tema parecido versa ‘Old habits die hard‘, uno de los grandes aciertos del disco, aunque esta vez no con tristeza: la propia Allie dice que quería reproducir aquí el momento exacto en que, después de tanto resistirse a tropezar otra vez con la misma piedra, acaba dándose por vencida… y casi podemos verla sonriendo en la puerta de ese chico mientras, resignada, dice “old habits die hard”, con la música transmitiendo algo así como una celebración de ese momento.

Otros de los puntazos de ‘CollXtion II’ son ‘Casanova‘ (que, en una nueva versión junto a VERITÉ, se lanzó hace poco como tercer single), un caramelo synth-pop que acaba a lo grande en su último minuto, ‘Lifted‘, una pegajosa composición sobre el escapismo y las drogas, la co-escrita con Troye Sivan ‘Vintage’ (donde el título y el sonido ochentero parecen relacionarse con la temática de ese amor perfecto que, cual Lana del Rey, se equipara a un tiempo que ya no existe) o ‘That’s so us’, sin duda el corte más bubblegum pop, que podría ser un momento emo de Hannah Diamond o Carly Rae Jepsen (lo de emo parece, de hecho, intencionado: “wearing black at the beach / looking pale, feeling chic (…) we’ve seen each other naked, seen each other cry / you make me not want to die”.

Simon Says‘ y ‘Need you’ son quizás los temas menores del álbum; en ésta última la canadiense habla, junto a Valley Girl, de una ruptura, y salvo alguna línea reseñable (“I miss the calm and your nirvana / I miss the fire and all your drama”), funciona mucho mejor en este sentido ‘True love is violent’, con la que se cierra el disco. Esta balada a piano con mínimos toques electrónicos, y que Allie define como la más personal, es distinta a todo lo que hemos venido escuchando en las demás pistas, y llega a emocionar con frases como “Heaven could fall and angels swarm, but Hell is ours to face”.

En definitiva, a Allie X no le va mal en streamings (casi 7 millones de reproducciones acumula ‘Paper Love’ en Spotify, y entre varios cortes de ‘CollXtion II’ y el magnífico ‘Bitch’ de ‘CollXtion I’ sumando unos cuantos millones más), pero podría irle mucho mejor, y nos preguntábamos si era por la calidad de este LP. La respuesta es un rotundo no, pero ella no parece estar preocupada por esto; asegura que no busca convertirse en una estrella ni sonar en la radio, aunque su intención es continuar haciendo pop ya que, gustándole muchos estilos, considera que el pop es “un lenguaje universal que pone a gente de todo el mundo a cantar y trasciende raza, orientación sexual, lengua, gobiernos y religión”. No en vano, sigue a su bola desarrollando un proyecto personal a largo plazo: su idea es sacar en total 5 “CollXtion”, y en cada uno entregar a sus fans, además de las canciones, videoclips, cómics, stems de los propios temas y hasta GIFs. Cuando le preguntan por la razón de incluir a Murakami entre sus influencias, ella dice que le atraen sus personajes “vulnerables y aún así distantes”, y que la X de su nombre representa esa identidad vulnerable-y-a-la-vez-distante mientras se embarca en un viaje de auto-descubrimiento: “cuando resuelva la ecuación, ya no seré Allie X”. Hasta entonces, parece que nos quedan unas cuantas incógnitas en forma de “collXtions” y, si el resto tienen un contenido tan disfrutable como ésta, esperamos -egoístamente- que tarde mucho en resolver esa ecuación.

Calificación: 7,6/10
Lo mejor: ‘Lifted’, ‘Old habits die hard’, ‘Casanova’, ‘True love is violent’, ‘Vintage’
Te gustará si te gusta: Charli XCX, CHVRCHES, Hannah Diamond, Sky Ferreira, Crystal Castles/Alice Glass, Susanne Sundfor, Poppy
Escúchalo: Spotify

La canción del día: ‘Wave to Anchor’ es la deslumbrante fantasía disco de Hundred Waters

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Hundred Waters tienen, gracias a Skrillex, una canción con más de 30 millones de reproducciones en Spotify: su remix de ‘Show Me Love’ junto a Chance the Rapper y un Moses Sumney que en 2015 prácticamente ni nos sonaba triunfa por encima de las canciones que el trío de Florida ha publicado este año a través de su tercer disco, ‘Communicating’.

Entre ellas se encuentra la deslumbrante ‘Wave to Anchor’. Una canción que dentro del propio disco de Hundred Waters también es rara, pues aunque el grupo practica sobre todo un dream-pop atmosférico y dramático, ‘Wave to Anchor’ se desmarca por completo de ese estilo para entregarse a los ritmos del disco clásico en una composición tan elegante como épica. Pero ‘Wave to Anchor’ no es una canción disco más, sino que su peculiaridad reside en un estribillo instrumental compuesto por un “glissando” delirado, que se desliza de un lado a otro, produciendo una “fantasía” que el grupo logra elevar a la apoteosis en el post-estribillo, esta vez cantado.

Esta semana, el trío compuesto por Nicole Miglis, Trayer Tryon y Zach Tetreault nos ha recordado que ‘Wave to Anchor’ es su mejor canción publicando un vídeo para este tema rodado en la Bulgaria rural. Allie Avital ha dirigido estas escenas bucólicas donde ‘Wave to Anchor’ suena tan rara como en el mismo dsico que la acoge, pero también extrañamente “en casa”. Esta y no el remix de ‘Show Me Love’ es la canción de Hundred Waters que la gente debería estar escuchando… ¿apuntamos al grupo en la lista de desastres de Spotify?

5 razones por las que ‘Mindhunter’ es una de las series del año

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La unión entre David Fincher, que ha dirigido los dos primeros y dos últimos episodios de la serie, y el guionista Joe Penhall, famoso por sus adaptaciones de novelas como ‘Amor perdurable’ (titulada ‘El intruso’ en España) o ‘La carretera’, prometía dar como resultado una de las ficciones televisivas más interesantes de la temporada. Y así ha sido. Estas son las razones:

1. El episodio piloto. Ni prólogo impactante, ni “ritmazo”, ni plano-secuencia exhibicionista, ni final lleno de cliffhangers. El primer episodio de ‘Mindhunter’ es el equivalente al “que se joda el espectador medio” de David Simon. Un comienzo moroso, casi anodino, que no intenta engancharte como si fuera una bolsa de patatas fritas, sino que “simplemente” introduce el tema (los comienzos del estudio de la psicología criminal en los años setenta) y presenta a los personajes (dos agentes del FBI que desarrollarán esas investigaciones). La serie es de Netflix, están los diez capítulos disponibles, ¿de verdad es necesario que nos “enganche” como si hubiera que esperar una semana para ver el próximo episodio?

2. Su capacidad para romper con las convenciones del género.
‘Mindhunter’ es una historia de policías y asesinos donde apenas hay acción ni suspense. Es un thriller de oficina y cafés de máquina, no de callejón y pistola. A los criminales se les persigue con palabras y los tiroteos tienen forma de diálogo. Se habla mucho sobre asesinatos atroces, pero no se muestran. Si hacemos un paralelismo con la filmografía de Fincher, estaría más cerca de ‘Zodiac’ que de ‘Seven’, por mucho que la pareja de policías, un principiante y un veterano, pueda recordar a esta última.

3. La química entre la pareja protagonista. En ‘Mindhunter’ por no haber no hay ni estrellas. Pero ni falta que hace. Lo bien escritos que están los personajes y la solvencia interpretativa de Jonathan Groff (‘Looking’, ‘The Normal Heart’) y Holt McCallany (secundario de larga trayectoria que ya había trabajado con Fincher en ‘Alien 3’ y ‘El club de la lucha’), sin olvidar el personaje de la psicóloga Wendy Carr (Anna Torv), consiguen que no echemos en falta una cara conocida, un Kevin Spacey o una Robin Wright como en ‘House of Cards’, la anterior serie de Fincher.

4. El guión. A la espera de devorar el libro de John Douglas y Mark Olshaker (lo publica Crítica el 9 de enero), y conocer cómo ha sido la adaptación, lo cierto es que el guión de Joe Penhall es fabuloso. El escritor combina con enorme habilidad dos líneas narrativas: las entrevistas a los asesinos en serie (todos basados en personajes reales) y la aplicación práctica de esas enseñanzas en varios casos de asesinato. A estas dos tramas se le une una tercera: la aparición de un enigmático personaje (aunque no tanto si buscas información), aparentemente desligado del relato principal, que se va colando poco a poco en la narración como un asesino en la casa de sus víctimas.

5. “El asesino de colegialas”. Después de serial killers tan elocuentes y parlanchines como Hannibal Lecter, John Doe (‘Seven’), Patrick Bateman (‘American Psycho’) o el gran Harry Powell de ‘La noche del cazador’, parecía difícil crear un nuevo asesino con el verbo tan afilado como su cuchillo. Penhall y el desconocido actor Cameron Britton lo han conseguido. Su creación del necrófilo Ed Kemper, que asesinó a varias colegialas, a sus abuelos y a su madre (a quien violó tras decapitarla) durante los años sesenta, es uno de los grandes alicientes de la serie. Britton promete arrasar en la próxima temporada de premios. 8’9.

Lana del Rey sube un fake suyo junto a Amy Winehouse, ¿pero de dónde ha salido?

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Lana del Rey ha dejado al mundo en el asiento subiendo a Instagram una foto en la que aparece conduciendo un coche acompañada de Amy Winehouse. ¿Cómo puede ser? La influencia de Amy Winehouse en Lana del Rey está acreditada al haber sido reconocida por la propia Lana: a ambas unía su pasión por los años 50 y los 60, los arreglos orgánicos, el gusto por lo atemporal, lo cinético, las letras trágicas, la obsesión por el desamor, la muerte… Además Del Rey elogiaba que siempre hiciera lo que quisiera hacer.

El problema es que no coincidieron como famosas en el tiempo. Amy Winehouse murió en julio de 2011 y solo pudo conocer a Lana del Rey si se le hubiera ocurrido bajar de iTunes el disco de Lizzy Grant/Lana del Ray que estuvo como 2 segundos a la venta. Es verdad que hablamos de Lana por primera vez en 2010, pero la primera edición de su primer hit ‘Video Games’ es de finales de junio de 2011, y no se popularizó hasta octubre. Amy Winehouse, que aquellos días cancelaba una gira, BBK Live incluido, pocos días antes de morir, parece poco probable que la conociera (aunque de lo último que hizo fue amadrinar a una artista emergente, ojo). El caso es que si ambas hubieran coincidido en un coche conducido por Lana del Rey lo habríamos sabido ya y lo que Lana ha tenido la ocurrencia de subir a Instagram es un «fake» que data de 2013.

Así lo explica el diario británico Metro, que ha hablado con el autor del montaje. Se trata del instagrammer @tselekoglu. Indica: «posteé el original el 5 de septiembre de 2013 junto a otras imágenes el mismo día», añadiendo que la imagen original tiene su nombre como marca de agua en un lateral. También ha comentado en el perfil de Lana: «no es real, Amy murió antes de que Lana se hiciera famosa». Más imágenes de ambas «juntas» aparecen en el apuntado enlace del diario Metro.

Una publicación compartida de Lana Del Rey (@lanadelrey) el

http://psychoticidol.tumblr.com/post/168481232945/lana-posted-my-edit-on-her-instagram-today

La canción del día: Ballena se ríen de su pasado de músicos frustrados y se cargan a Airbag con «el licor de los modernitos»

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Los andaluces Ballena, que hace poco pasaban por nuestra Sesión de Control y por nuestra playlist Las Mejores Canciones del Momento, han publicado un disco de debut que puede encandilar a seguidores de Los Brincos, Lori Meyers y Viva Suecia. Como nos contaban en una entrevista que publicaremos próximamente, el hecho de que el grupo se componga de ex bajistas de otras formaciones (el cantante lo era en los lejanos Cecilia Ann) ha sido determinante para el desarrollo de armonías vocales que tanto remiten a los grupos de los sesenta nacionales e internacionales.

Son sus voces las que crean los verdaderos ganchos del álbum, como se puede oír en pistas tan pegajosas como ‘Sagres mini’ o ‘Trío de Pedernal’, pero también hay riffs atractivos o historias interesantes escondidas en sus letras. Una de sus canciones estrella es ‘El policía del estilo’, en la que relucen frases de contenido irónico y autocrítico como «desaparecí de la escena en los 90, tengo que volver ahora que soy un gran poeta», «dime la verdad: ¿a que son buenas mis canciones?», «se me fue de las manos mi odio al ser humano» o «déjate llevar por estos cuatro acordes menores».

Así nos lo contaban ellos mismos: «Esta canción habla de todos los músicos que hemos intentado triunfar y no hemos podido. Lo intentas, lo intentas y lo intentas, y nada. Y sale un grupo nuevo que no sabe ni tocar y están ahí poniéndolos todo el día en Radio 3. Es reírnos de los músicos frustrados que no conseguimos llegar donde queríamos».

El vídeo estrenado recientemente sigue esa línea: «Es la historia de un tipo que trabaja en un club y canta, pero no tiene éxito, por lo que envenena a los grupos que tocan en el club con el Jägermeister, el licor de hierbas de los modernitos. La policía le ha pillado, le tienen arrestado, pero el tío sigue: «dime la verdad, ¿a qué son buenas mis canciones?». Es un círculo de locura. Nosotros nos hemos liberado hace tiempo de eso y nos gusta reírnos de nosotros mismos».

En el vídeo han prescindido de la marca, por si su aparición impedía que el vídeo saliera en alguna cadena. Quienes sí salen son Airbag: «son el primer grupo en ser envenenado, y los siguientes íbamos a ser nosotros. Tiene una factura muy cinematográfica». La canción, pegadiza y un gran grower, se completa con unos arreglos fronterizos propios de bandas tipo Calexico. Ballena actúan el 22 de diciembre en Málaga. Detalles, aquí.

Ed Sheeran con Eminem, N.E.R.D y Andrea Bocelli: rey de las colaboraciones… ¿y la Navidad?

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Craig David, con su dilatada experiencia, lo explicaba muy bien en la entrevista que nos ofrecía hace unas horas: en estos momentos, la clave del éxito es inundar las plataformas de streaming y vídeos con colaboraciones y remixes, por estrafalarios que puedan resultar. Ed Sheeran, el triunfador de 2017en cuanto a streaming y álbumes vendidos por su disco ‘÷’, y su equipo manejan la situación a la perfección y está dispuesto a terminar el año igual de bien o incluso mejor de lo que lo terminó.

Así, semanas después de que presentara la nueva versión de su balada ‘Perfect’ en forma de dueto junto a Beyoncé –claro guiño al mercado yanqui–, hoy vuelve a hacer lo mismo buscando otro guiño, esta vez al mercado italiano, latino y mediterráneo. Se trata de la misma canción, ‘Perfect’, solo que esta vez interpretada a medias con el célebre tenor invidente italiano Andrea Bocelli. Rebautizada como ‘Perfect Symphony’ por unos arreglos orquestales aún más ampulosos que los del original, esta versión –además de estar cantada en otro tono– se caracteriza por los versos interpretados en la lengua transalpina de Bocelli –Sheeran se lanza a cantar alguna frase también–. Evidentemente, esta también computará en los charts de manera individual, por lo que es más que posible que en Reino Unido se de el hecho insólito de que tres versiones distintas de la misma canción cope el top de singles. Incluso cuenta con un vídeo oficial que da cuenta de cómo se desarrolló el trabajo entre ambos.

Pero el británico no se detiene ahí: hoy también se lanza el nuevo álbum de Eminem, ‘Revival’, y en él, como sabíamos, se incluye otra colaboración de Sheeran. Se trata de ‘River’, un tema construido sobre la base acústica que ofrece un tema del pelirrojo –colaría totalmente si dijeran que es un single de Ed con featuring de Eminem– al que luego se suma el rapero. Lo cierto es que se trata de una buena canción y tiene mucha pinta de que pueda convertirse en el enésimo hit de Slim Shady.

Pero es que hoy también se pone a la venta ‘No One Ever Really Dies’, el nuevo disco de N.E.R.D –proyecto paralelo de Pharrell Williams, para los despistados– y en él volvemos a encontrar a ¿quién? ¡Bingo! Ed Sheeran participa en ‘Lifting You’, el tema que cierra este disco repleto de colaboraciones con, por ejemplo, Rihanna, Kendrick Lamar o M.I.A. A diferencia del tema con Eminem, en este caso la marca de Sheeran no es tan evidente y aporta el fraseo melódico del estribillo en una canción con clara ascendencia jamaicana y aspiración experimental.

Así las cosas, y teniendo en cuenta que también estuvo presente en ‘End Game‘, uno de los temas más atractivos del último disco de Taylor Swift, se puede afirmar sin titubeos que Ed Sheeran es el rey absoluto de las colaboraciones en el pop de hoy. Si esto conseguirá hacerle también el rey de las navidades, está por ver, porque puede que muchos acabemos atufados por su omnipresencia.

Papaya, nuevo número 1 semanal de JENESAISPOP

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Papaya ha hecho una llamada en sus redes sociales para ser votada en nuestra lista semanal y esta ha surtido efecto: ‘¡Ay, mujer!’ es el nuevo top 1 de nuestro top 40, lo cual nos parece muy bien: se agradece algo de variedad tras el imperio Lana/Lorde/Arcade Fire/Dua Lipa y su nuevo 7″ es estupendo. Las entradas de la semana son los últimos sencillos de Paloma Faith, Vega, Templeton, Modelo de Respuesta Polar y Noel Gallagher. Entre las subidas destacadas, Camila Cabello y El Último Vecino. Vota por tus 20 canciones favoritas aquí.

Top Ant. Peak Sem. Canción Artista
1 5 1 2 ¡Ay, mujer! Papaya Vota
2 2 2 2 White Glare Marina Gallardo Vota
3 17 1 12 the gate Björk Vota
4 1 1 22 New Rules Dua Lipa Vota
5 19 5 7 Havana Camila Cabello ft Young Thug Vota
6 3 3 5 Homemade Dynamite Lorde, Khalid, Post Malone, SZA Vota
7 6 1 41 Green Light Lorde Vota
8 4 1 28 Perfect Places Lorde Vota
9 7 1 34 Lust for Life Lana del Rey ft The Weeknd Vota
10 11 1 42 Love Lana del Rey Vota
11 18 11 4 Tu puto grupo Los Punsetes Vota
12 20 12 6 Aunque es de noche Rosalía Vota
13 8 1 57 On Hold The xx Vota
14 22 13 6 Mystery of Love Sufjan Stevens Vota
15 12 3 14 Disco Tits Tove Lo Vota
16 15 11 7 Anywhere Rita Ora Vota
17 9 1 28 Everything Now Arcade Fire Vota
18 14 3 24 I Dare You The xx Vota
19 16 1 24 New York St Vincent Vota
20 13 1 13 Los Ageless St Vincent Vota
21 10 10 3 Deadly Valentine Charlotte Gainsbourg Vota
22 23 22 4 Romance de la plata Christina Rosenvinge Vota
23 24 18 8 Little Dark Age MGMT Vota
24 27 22 9 Everything is Never Enough Goldfrapp Vota
25 26 13 9 The System Only Dreams in Total Darkness The National Vota
26 28 6 7 To The Moon and Back Fever Ray Vota
27 31 27 3 Dónde estás ahora El Último Vecino Vota
28 39 28 2 Jackie’s Only Happy When She’s On Stage Morrissey Vota
29 34 27 6 Supermodel SZA Vota
30 36 30 6 Oh Baby LCD Soundsystem Vota
31 31 1 Guilty Paloma Faith Vota
32 33 25 7 Always Ascending Franz Ferdinand Vota
33 25 16 6 Ready for It? Taylor Swift Vota
34 30 30 2 Ahora imagino cosas Él mató a un policía motorizado Vota
35 38 35 2 Casanova Allie X Vota
36 40 36 2 Cálido y rojo Miranda! Vota
37 37 1 Sally Vega Vota
38 38 1 Flash! Templeton Vota
39 39 1 Sábados Modelo de Respuesta Polar Vota
40 40 1 She Taught Me How To Fly Noel Gallagher’s High Flying Birds Vota
Candidatos Canción Artista
Ponyboy SOPHIE Vota
La mitad del cielo Ornamento y delito Vota
Dentro de ti Javiera Mena Vota
Trigger Bang Lily Allen ft Giggs Vota
I Was a Fool Sunflower Bean Vota
C Tangana & Dellafuente Guerrera Vota
YanoaY Sticky M.A. Vota
The Way HAERTS Vota
Diré que sí Miss Dandy Vota
Hula Hoop 8000 Monarchy Vota
Cyber Stockholm Syndrom Rina Sawayama Vota

Cranberries te animan a escuchar el nuevo tema de Eminem que samplea ‘Zombie’

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Eminem no había publicado todavía su primer disco cuando ‘Zombie’ de Cranberries arrasaba en plena explosión del grunge, allá por 1995 (aunque salió en 1994). Más de 20 años después, el rapero de Detroit abre un túnel del tiempo con el grupo irlandés y emplea una porción de ‘Zombie’ en una de las últimas pistas de su nuevo disco, ‘Revival’.

Cranberries han tenido a bien de comunicar a sus fans la existencia de esta canción en sus redes sociales, escribiendo: “hola, fans de ‘Zombie’, no os perdáis ‘In Your Head’, la pista 17 en el nuevo disco de Eminem, ‘Revival’. ¡Esperamos que os guste!” Efectivamente Dolores o’Riordan de ‘Zombie’ aparece acreditada en esta canción, que si se titula ‘In Your Head’ no es en vano, pues se basa principalmente en el gancho “in your head, in your head, zombie, zombie” de la canción original, por suerte con más acierto que en el destrozo de Mohombi.

‘Revival’ es el noveno álbum de estudio de Eminem y el primero desde 2013, cuando se lanzó ‘Marshall Matters LP’, y contiene además colaboraciones con Beyoncé, P!nk o Ed Sheeran. Por su parte, Cranberries han publicado este año un álbum de versiones acústicas de sus hits con 3 canciones nuevas.

Ready for the Weekend: Eminem, Charli XCX, Lily Allen, Grises, MGMT, Ms Nina, Ed Sheeran…

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Cada viernes es una sorpresa, y este no viene caracterizado ni por grandes lanzamientos discográficos –que los hay, nada menos que un nuevo disco de Eminem– ni por demasiados villancicos –el pescado está vendido y parece que se lo come todo Ed Sheeran–, sino por la cantidad de remixes interesantes e inesperados que encontramos esta semana. Básicamente los de Bomba Estéreo para Arcade Fire, Calvin Harris para SZA, la versión latina de ‘rockstar’ de Post Malone junto a Nicky Jam y Ozuna y los reworks de Ruban Nielson (Unknown Mortal Orchestra) e Hidrogenesse para Núria Graham y Joe Crepúsculo, respectivamente.

Pero hoy también destaca sobremanera el single que une a dos de las figuras del bullicioso panorama del pop urbano de nuestro país, C. Tangana y Dellafuente. Junto a su ‘Guerrera’, incluimos también los nuevos singles de Grises –anticipo de su nuevo álbum–, Rels B, Billie Eilish –con featuring de Vince Staples–, Ms Nina & La Favi, el debut oficial de la rapera británica Maxine Peake –con acompañamiento musical nada menos que de Johnny Marr–, una cosa de Jack White que interpretamos como un medley-anticipo de su próximo disco, Club 8, Timbaland, Buffalo Tom, BØRNS, Car Seat Headrest –single de 13 minutazos–, Joan, The Regrettes, Jeezy –con J. Cole y Kendrick Lamar–, The Neighbourhood, Machine Gun Kelly,Lucy Dacus, Khaled, Cycle, The Yearning, Anne-Marie y la bacanal con pinta de hit global entre J Balvin, Future, Stefflon Don, Juan Magán y el brasileño MC Fioti. Estos se unen en nuestra playlist a otras novedades que hemos ido dando a conocer a lo largo de los últimos 7 días: Lily Allen, MGMT, Terry vs. Tori, Tove Styrke, Creep Show –nuevo proyecto de John Grant–, Moby, Austra e Iggy Pop & Jarvis Cocker.

Al margen del álbum plagado de estrellas invitados de Eminem, hoy se lanzan también otros discos con no pocos colaboradores de renombre, como los de G-Eazy, N.E.R.D y la nueva mixtape de Charli XCX. También tenemos el probable éxito de ventas de Pablo López, un nuevo álbum sorpresa de Ornamento y delito –del que hablábamos estos días– así como EPs de Pale Waves y los barceloneses Ran Ran Ran.

No faltan las novedades curiosas, como la versión de ‘What’s Going On’ de Marvin Gaye que se marcan U2 para Spotify, una regrabación de un tema de Dinero con la participación estelar de El Drogas, o el primer avance de un disco en directo de Coque Malla y amigos –como Iván Ferreiro, por ejemplo–. Pero sobre todo destacamos la BSO de ‘Bright’, película de Netflix protagonizada por Will Smith que cuenta con artistas como alt-j o Portugal. The Man y propicia encuentros tan inesperados como el del rapero DRAM con Neil Young.

Delafé aclaran que no son autores de la canción para la nueva campaña de Ciutadans

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Desde hace unas semanas puede verse en televisión y en internet el nuevo anuncio de Ciudadanos para las próximas elecciones autonómicas de Cataluña, que se celebran el 21 de diciembre. Se titula “ara sí, votarem” y presenta a varias personas -entre ellas a Albert Rivera e Inés Arrimadas- clamando frases encima de una base dramática de hip-hop. Por momentos, sus voces se sincronizan con la música de manera que parece están rapeando.

A mucha gente, la música del anuncio de “ara sí, votarem” ha recordado a la de Delafé (antes Facto Delafé y Las Flores Azules), el proyecto de Oscar D’Aniello y Dani Acedo autor de ‘La fuerza interminable’, hasta el punto que hay quien ha llegado tan lejos de creer que Delafé ha compuesto la canción. El grupo se ha visto obligado a desmentirlo primero en la radio y más tarde en Twitter, donde ha escrito: “Hola a tod@s. Nos gustaría desde aquí deciros que NO somos los autores de la canción de la campaña política de Ciutadans. Queremos comunicarlo porque estamos empezando a sentirnos incómodos con según qué comentarios y con la confusión que esto ha generado en las redes y en los medios. Un saludo y felices fiestas”.

Si bien en este caso la música del spot de Ciudadanos puede parecer “inspirada” en Delafé -¿puede hablarse de plagio?-, es muy común que los artistas se opongan a que los partidos políticos usen su música en campañas electorales, siendo bastante habitual que se haga sin permiso. En 2015, Love of Lesbian criticaban duramente al PP por usar una de sus canciones durante una campaña, y ese mismo año Michael Stipe de R.E.M. no se mordía la lengua y mandaba “a tomar por culo” a Donald Trump después de que se apropiara de una canción suya en otro mítin.

Prophets of Rage / Prophets of Rage

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Prophets of Rage son el contraataque de la canción protesta. Así se definen en ‘The Counteroffensive’, el breve intermezzo en su álbum de debut homónimo, y también en ‘Fired A Shot’ (“I fight back (Fight back)”). En los tiempos oscuros que vivimos no deberíamos preguntarnos si es necesario el retorno de la canción protesta, más vital ahora que nunca, pero sí forma parte de nuestro cometido evaluar su calidad musical caso por caso. El que nos ocupa ahora tiene un pequeño hándicap de salida: la sombra de la herencia de aquel discurso imborrable, clarividente y extraordinariamente infeccioso de Rage Against the Machine, que logró concienciar a toda la generación de los 90 mediante apenas cuatro álbumes.

Como ya sucedió con Audioslave (donde el desaparecido Chris Cornell completó el cuarteto), este nuevo supergrupo está formado por todos los integrantes de RATM menos Zack de la Rocha, esta vez junto a DJ Lord y Chuck D de Public Enemy y a B-Real de Cypress Hill. La idea, desde luego, parecía brillante y muy lógica, tirando de grandes figuras del political hip-hop; pero el resultado decepciona por lo poco que aporta a una estética que no se ha desligado del metal rap de los 90. De hecho, nos vemos forzados a añorar la agilidad y el ardor vocal de De la Rocha, ya que ninguna de las tres voces (tal vez un poco la de B-Real) logra conectar del todo con la contundencia y la exigencia de intensidad y brío de la base instrumental.

En general funciona mejor el discurso que la forma en la que lo expresan. Un mensaje claro y casi internacionalista dirigido a la masa proletaria, al obrero, al de abajo frente al de arriba: “uníos, que ni el poder y ni el capital os dividan”. El mejor ejemplo lo encontramos en ‘Unfuck The World’, una de las piezas más vibrantes y más acertadamente vertebradas del álbum, con versos como “One Nation / Unification” o “Hatred lies divided people”. Pero también en una muy sólida ‘Hail To The Chief’ (“Devising words to divide us / Fear in the heart of the millions / One percent with their billions”), en ‘Strength In Numbers’ (“Stand together / Because there’s strength in numbers”) y en ‘Hands Up’ (“See I come from nothin’, and my hands are calloused / While the one percent, stay tippin’ the balance”), donde se pone en valor que los desfavorecidos somos mayoría.

Es un llamamiento al despertar de la conciencia, porque de lo contrario, si no reaccionamos y no nos posicionamos, seremos parte del problema. Así lo expresan en ‘Radical Eyes’ (“Now you’re part of the tricks, you’ve been distracted again / You fell asleep when you woke up for the fight for the win”) o en ‘Who Owns Who’. El control gubernamental (con drones y redes sociales), la carta blanca del capitalismo, los privilegios de los pocos y, sobre todo, la pobreza de los muchos, siguen en el punto de mira crítico de Tom Morello y compañía, cuya materialización más atractiva bien podría ser ‘Living On The 110’, un ejemplo perfecto de la grotesca desigualdad económica de nuestros días. En lo musical, salvo por una ‘Take Me Higher’ que recuerda a los primeros Red Hot Chili Peppers, la sombra de Rage Against the Machine resulta demasiado alargada. Lo cierto es que siguen siendo el 75% de aquella misma formación, pero es que nunca un 25% influyó tanto. ¡Vuelve, Zack!

Prophets of Rage están hoy entre los confirmados de Resurrection Fest, que se celebra en julio de 2018 en Galicia.

Calificación: 6,2/10
Lo mejor: ‘Living On The 110’, ‘Unfuck The World’, ‘Strength In Numbers’ y ‘Hail To The Chief’.
Te gustará si te gustan: Rage Against the Machine, Audioslave, la versión más rockera de Public Enemy, Cypress Hill o Beastie Boys y los fundamentos del rap rock.
Escúchalo: Spotify

Belako anuncian larga gira y nuevo disco, ‘Render Me Numb, Trivial Violence’

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Belako, que triunfaran el año pasado con ‘Hamen’ -no solo en festivales y salas, también estuvieron varias semanas en la lista de ventas española- tienen ya su nuevo disco preparado. Será el 23 de febrero cuando verá la luz ‘Render Me Numb, Trivial Violence’, de nuevo editado por Belako Records pero ahora con la colaboración de su nueva casa, El Segell del Primavera. Al día siguiente, se subirán al escenario del recién remodelado Palacio Euskalduna de Bilbao para presentarlo por primera vez ante 2500 personas con un ambicioso nuevo espectáculo escénico. Será el concierto de arranque para una gira de presentación de casi 20 fechas y para la que se pueden adquirir las entradas a través de Ticketea.

Aunque no hay que esperar a 2018 para ver a Belako en vivo o disfrutar de su música. Este sábado 16 de diciembre el grupo vasco despedirá 2017 en la sala Razzmatazz de Barcelona. Seguro que no falta algo de su material nuevo aunque solo se trate de los dos temas que han avanzado este año en vivo, el urgente ‘Over the Edge’ (atención a esa batería) y el más arisco, noise y experimental ‘Render Me Numb’. Desde El Segell nos confirman que ambos temas estarán en el álbum que sale en febrero. Debajo podéis comprobar las fechas de su gira con los meses en números romanos (?).

II / 24 BILBAO Palacio Euskalduna Hall 21:00
III / 08 MURCIA Rem 22:30
III / 09 ALICANTE Sala Stereo 22:30
III / 10 VALENCIA Wah Wah 22:30
III / 17/18 VIVE LATINO (MEXICO) CDMX
IV / 06 SANTIAGO Capitol 21:30
IV / 07 A CORUÑA Inn Club 22:30
IV / 12 VALLADOLID Porta Caeli 21:30
IV / 13 ZAMORA La Cueva del Jazz 22:30
IV / 14 LEON Espacio Vias 21:00
IV / 21 IRUÑA Zentral 21:30
V / 12 GRANADA En Orbita
V / 17 LLEIDA Café del Teatre 21:30
V / 18 MONZON Escuela de Calor 22:30
V / 19 GASTEIZ Jimmy Jazz 21:30
V / 25 MADRID Tomavistas Festival
V / 26 SANTANDER Escenario Santander 21:00

Bomba Estéreo llevan ‘Everything Now’ de Arcade Fire a lo latino y la transforman en ‘Todo ya’

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Todo el planeta musical anglosajón está loco por lo latino de repente, y eso incluye desde hoy a artistas que provienen de la independencia como Arcade Fire –aunque su último disco, ‘Everything Now’, es su primera referencia en la multinacional Atlantic–. Los canadienses nos presentan hoy un remix muy especial del que fuera single principal de su álbum, el que le da título. Se trata de un rework completo del tema a cargo del dúo colombiano Bomba Estéreo –de hecho, el reconocible logo del single se presenta en los colores de la bandera del país sudamericano en su portada–. Lili Saumet y Simón Mejía están actuando como teloneros de los de Montreal en la rama sudamericana del tour mundial de estos.

Tras un segundo del reconocible riff de piano, pronto se irrumpe la rítmica de electrocumbia y champeta que tanto dominan los autores de ‘Fiesta’. Pero, aunque la voz de Win Butler parece comandar el tema, pronto toma la alternativa la cantante Lili Saumet, que introduce algunos versos en español para, más tarde, transformar el lema que da nombre a canción y disco en “Es todo ya” –de hecho, así se subtitula la versión–. Recordemos que la edición española del álbum de Arcade Fire ya lucía en su portada el título “Todo ahora”, que se antoja más difícil de encajar musicalmente.

Bomba Estéreo han publicado este año ‘Ayo’, su cuarto álbum de estudio, que ha propiciado una mayor popularidad del grupo aunque artísticamente quedaba algo por debajo de su predecesor, ‘Amanecer’. Esta misma semana han sido anunciados en el cartel del festival Cruïlla Barcelona 2018, y antes, en Bilbao BBK Live 2018. Por su parte, Arcade Fire planean una gira por grandes recintos en 2018 que tendrá dos paradas en nuestro país: estarán el 21 de abril en el Palau Sant Jordi de Barcelona y el 24 de abril en el WiZink Center de Madrid. Entradas a la venta aquí.

Post Malone se suma a la estrategia latina y añade a Ozuna y Nicky Jam en ‘rockstar’

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Estamos a 15 de diciembre y seguimos sin nuevo disco de Post Malone, pese a que se lleva anunciando la continuación del trap pop ’stoney’ lo que viene siendo todo 2017. Pero tenemos otra cosa al menos. Se trata de una nueva versión de su polémico macrohit ‘rockstar’, cómo no, en Spanglish.

Como en respuesta a Ed Sheeran, que se ha sumado a Beyoncé para echar ‘rockstar’ del número 1 del estadounidense Billboard Hot 100 (y lo ha conseguido), Post Malone se rodea de dos grandes de la música latina como son los exitosísimos Ozuna (‘Criminal’, ‘Ahora dice’) y Nicky Jam (‘El amante’, ‘El perdón’, ‘Hasta el amanecer’) para añadir puntos y tratar de recuperar el top 1. Aunque con Sheeran contraatacando añadiendo hoy a Andrea Bocelli a ‘Perfect’ va a estar complicado.

La apuesta por Ozuna y Nicky Jam no es una anécdota. Su protagonismo en la nueva versión hablando en castellano es máximo. “Hago lo que quiera, compro lo que quiera”, comienza diciendo Nicky Jam en su parte, todo ostentación, entre Ferraris, Guccis, referencias a Suiza y un F12. Ozuna en cambio se inclina más hacia el sexo: “Ta’ bien, ustedes son los que más tienen / Vamos pa’ los números y verán que son mis nenes / Lo que yo me compro no es pa’ frontearle a ustedes / Es pa’ yo llevarme a su mujer en la Mercedes”. ¿Calará en las listas o quedará en curiosidad? Hagan sus apuestas.

El viral “trap de Las Meninas” (AKA ‘Velaske, yo soi guapa?’) llega a plataformas de streaming

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Uno de los fenómenos virales de este final de año, aparte de la milagrosa defensa de las hipotecas de tipo fijo de Simón Pérez y Silvia Charro, es un tema pseudo-trap. Sí, sí, puede que tu madre, tu prima o tu cuñado lo estén gosando con un tema de música urban, hasta ahí ha llegado la cosa. Bueno, en realidad tiene truco: se trata de una canción-broma-lección de historia con trasfondo social que Christian Flores creó para Fire, la sección de humor de la web Playground.

El vídeo ‘Velaske, yo soi guapa? (Las Meninas Trap Remix)’ cuenta en clave de trap (también de interpelación diálogo entre los protagonistas y un narrador) una de las historias tras el célebre cuadro ‘Las Meninas’ de Velázquez. Concretamente la de la Infanta Margarita, que centra la “acción” de la obra. Margarita, en un código lingüístico contemporáneo, da muestra a Velázquez de su inseguridad por sentirse guapa y deseable ¡con apenas 5 años! Esta es una historia real, como el propio Flores ha explicado en esta entrevista. Para que digan que hoy las niñas están sexualizadas antes de tiempo.

El caso es que el vídeo en cuestión, lanzado a finales de noviembre, va camino de alcanzar los dos millones de reproducciones en Youtube pero, sobre todo, ha logrado convertir en memes del momento esos descacharrantes “Mami, ¿yo soy guapa?” y “Dime que soy guapa”. Ante el éxito del vídeo, la web ha decidido hacer llegar el tema también a plataformas de streaming como Spotify. No tenemos ninguna duda de que en ese soporte también se convertirá en un éxito, probablemente en la canción no-oficial de las Navidades 2017.