Sia y Kylie Minogue han anunciado ‘Dance Alone’, su próxima colaboración. Lo han hecho a través de redes sociales, en las que han comenzado la cuenta atrás para el lanzamiento de su nuevo single: saldrá el miércoles 7 de febrero.
Tal y como adelantaba hace unos días el medio The Sun, «Sia llamó a Kylie para trabajar en ‘Dance Alone’, un tema de estilo dance que suena a himno». Confirma que ambas «son buenas amigas y sus voces quedan bien juntas».
Sia permitió a Kylie Minogue poner la canción antes de que comenzara uno de sus conciertos en Las Vegas, por lo que parte del tema ya ha llegado a oídos de sus seguidores. Desde entonces, Minogue ha estado mostrando ‘Dance Alone’ por megafonía en las noches de su residencia en Las Vegas.
Rumor has it that Sia's upcoming new single would feature Kylie Minogue. It should be called 'Dance Alone'.
La 38.ª edición de los Goya, que se celebrará el 10 de febrero en la Feria de Valladolid, ya ha confirmado las actuaciones musicales con las que contarán en la ceremonia. Entre los artistas que se subirán al escenario de los Goya 2024 destacan Amaia Romero, David Bisbal o Salvador Sobral.
Tomando el relevo de Natalia Lafourcade, Manuel Carrasco, Pablo López o Guitarricadelafuente, quienes actuaron en los Goya del año pasado, hasta 8 artistas cogerán el micrófono de los Goya 2024 en poco más de una semana. Lo harán Amaia, David Bisbal, Estopa, María José Llergo, India Martínez, Niña Pastori, Sílvia Pérez Cruz y Salvador Sobral.
Está no será la primera vez que algunos de los artistas anunciados actúen en los Goya. Amaia Romero, por ejemplo, ya lo hizo en 2019 junto a Rozalén y Judit Neddermann, mientras que repitió en 2020 para homenajear a Marisol. Ahora, además, cantará tras su debut como actriz en ‘La Mesías’.
Otra de las curiosidades emana sobre María José Llergo, que también tiene experiencia subiéndose al escenario de los Goya. Sin embargo, al igual que Sílvia Pérez Cruzla, la tiene por haber ganado el trofeo. En 2022, la artista se llevó a casa la estatuilla a la mejor canción original por su tema ‘Te espera el mar’ para la película ‘Mediterráneo’. Su actuación del 10 de febrero en los Goya 2024 servirá para cerrar un ciclo.
Netflix ha publicado la primera imagen oficial de ‘Superestar‘, la nueva serie de Nacho Vigalondo producida por Javier Ambrossi y Javier Calvo que narrará la vida y carrera de Yurena / Tamara / Ambar centrándose en la etapa en que se lanzó su disco de debut, precisamente titulado ‘Superestar’, en el año 2001.
La actriz hispano-sueca Ingrid García-Jonsson, conocida por su paso por ‘Explota explota‘ o por ‘Un amor‘ de Isabel Coixet, encarnará a Tamara en ‘Superestar’, mientras Rocío Ibáñez hará de su madre, igual de mítica que ella o casi, Margarita Seisdedos.
En el reparto desvelado hoy por Netflix figuran también Natalia de Molina haciendo de Loly Álvarez, Secun de la Rosa de Leonardo Dantés, Pepón Nieto de Tony Genil, Carlos Areces (integrante de Ojete Calor) de Paco Porras y Julián Villagrán de Arlequín. Todo ellos aparecen caracterizados en la imagen revelada por Netflix hoy.
Yurena se ha mostrado extremadamente ilusionada por la llegada de ‘Superestar’. En Instagram, la intérprete de ‘No cambié’ ha adelantado que la serie contará «toda la verdad» y «muchísimos detalles que nadie conoce sobre mí y mi carrera como cantante», y ha declarado que con ‘Superestar’ «se hace justicia, por fin».
En 2022, ‘Superestar’ era uno de los discos comentados en el podcast de JENESAISPOP dedicado a la «buena música de mierda». En su paso por el podcast, Enrique Aparicio, tertuliano invitado, afirmaba que el «machismo, el clasismo y el esnobismo destrozaron la vida» de Yurena.
Nebulossa empieza a recoger los frutos de su exitoso paso por la primera semifinal de Benidorm Fest. ‘Zorra’ entra hoy 1 de febrero, por primera vez, dentro el top 100 de canciones más escuchadas en Spotify España. En concreto, ‘Zorra’ se coloca en el puesto 84 con 92.610 reproducciones.
‘Zorra’ es la única canción participante de la edición actual de Benidorm Fest que ha logrado colarse en el top 100 de canciones más reproducidas en Spotify España, y está por tanto más cerca que nunca de entrar en la lista oficial de singles de España, la de Promusicae, si bien aún sus escuchas quedan relativamente lejos de las necesarias para entrar en dicha lista (la canción número 50, la versión de Bizarrap de Paul Thin, está haciendo 137.000 escuchas diarias).
La cuenta de Spotify España Data pone las cifras de ‘Zorra’ en contexto. En 2023, ‘Nochentera’ entró en el puesto 155 de Spotify España dos días después de la primera semifinal. ‘Ay mamá’ subió al 9, mientras ‘SloMo’ entró en el 119. ‘SloMo’ entró directa al número 13 de la lista de singles española tras su victoria en Benidorm Fest.
Por supuesto, ‘Zorra’ ya era la canción más escuchada de la edición actual de Benidorm Fest, pues sus reproducciones en Spotify rondan los 2 millones a tiempo de redacción de esta noticia. En Benidorm Fest ha arrasado sumando 149 puntos: 84 del jurado, 35 del voto demoscópico y 30 del televoto.
Hoy se celebra la segunda semifinal de Benidorm Fest, en la que actuarán María Peláe con ‘Remitente’, Dellacruz con ‘Beso en la mañana’, MARLENA con ‘Amor de verano’, st. Pedro con ‘Dos extraños’, Jorge González con ‘Caliente’, Yoly Saa con ‘No se me olvida’, Roger Padrós con ‘El temps’ y Almácor con ‘Brillos platino’. Parte como favorita ‘Amor de verano’ de Marlena con 1.400.000 escuchas. En X, JENESAISPOP volverá a comentar la gala minuto a minuto.
Tierra Whack, la innovadora artista de R&B que se dio a conocer en 2018 con su minidisco de 15 minutos ‘Whack World‘, y con el surrealista videoclip de ‘Unemployed’, vuelve seis años después con el que se considera su debut oficial. ‘World Wide Whack’ se pone a la venta el 15 de marzo.
En estos últimos años, a Tierra Whack le ha dado tiempo de publicar los epés ‘Rap?’, ‘Pop?’ y ‘R&B’, todos ellos editados en 2021, y también varios singles sueltos como ‘Chanel Pit’. Además, ha conquistado a Beyoncé, quien la invitaba a ‘The Lion King: The Gift‘ y, después, la nombraba en el remix oficial de ‘Break My Soul’ y ‘Vogue’.
Pero Whack sigue completamente a su bola, ajena a toda moda, en su nuevo proyecto. ‘Shower Song’, el primer single de ‘World Wide Whack’, es una producción de funky extremadamente minimalista, tanto que parece el esqueleto de una canción que no ha querido acabar. Pero los cambios sutiles en tempo, la textura pegajosa de la base y los riffs de teclado le van dando cuerpo.
La Canción Del Día de hoy, ‘Shower Song’ describe la rutina matutina de Tierra Whack. Ella se levanta, se exfolia la cara y se mete en la ducha. No tiene ninguna prisa por salir de casa ni de contestar la llamada que acaba de sonar. Tierra se pone música y «canta como Whitney, Britney, Aretha y Alicia» y, además, dice que «suena genial». Y, así, Whack pasa su mañana.
‘Shower Song’ es tan minimalista que parece otra microcanción de Tierra Whack, pero no: dura casi tres minutos y se atreve a acabar con un fade out. Os dejamos con el videoclip de ‘Shower Song’, una chuchería dirigida por Alex Da Corte, responsable de todo el arte del disco.
The Killers y Måneskin se suman a la línea grande de Mad Cool, que este año se celebra del 10 al 13 de julio. The Killers tocará el sábado 13, día en que comparte cartel con Bring Me the Horizon y Avril Lavigne. Måneskin, por su lado, lo hará el día antes, viernes 12, en la jornada de Sum 41 y Rema, este segundo, otro de los nombres anunciados hoy.
Además, Mad Cool confirma incorporaciones de Tyla, cuyo single ‘Water’ sigue sonando fuerte en listas globales; Alec Benjamin, Sexyy Red, Nia Archives, Lord Huron, Deperesión Sonora o Bar Italia.
Son 21 confirmaciones en total las anunciadas por Mad Cool en el día de hoy. Completa la tanda de nombres 2manyDJs, Claudia León, Dead Posey, Andrés Campo, Picture Parlour, Sea Girsl, Nadye, Comandante Twin, Julia Sabaté, Choses Sauvages y Slix.
Todos estos artistas se suman a otros ya anunciados como Dua Lipa, Smashing Pumpkins, Janelle Monáe, Pearl Jam, Garbage, Jessie Ware, Black Pumas, Motxila 21, Tom Morello o Arlo Parks.
Las entradas para Mad Cool siguen disponibles en diferentes modalidades:
Abono normal – 210€ + gastos de distribución.
Abono VIP – 482€ + gastos de distribución.
Entrada de día normal – 89€ + gastos de distribución.
Entrada de día VIP – 187€ + gastos de distribución.
El mejor regalo para los fans de Lana del Rey sería que la cantante recibiera a finales de esta semana un reconocimiento en los Grammy: está nominada a 5, de diferentes formas, por ‘Did you know…‘ Pero como por lo visto hasta el momento parece poco probable, ella tiene un plan B.
En un evento relacionado con los Grammy celebrado este miércoles en Los Ángeles, Lana del Rey ha anunciado -o más bien confirmado– que está trabajando en un disco de country. Esta vez ha dado un nombre, ‘Lasso’. Y una fecha: saldrá en septiembre.
Como recoge Rolling Stone, su declaración fue: «por si no os habéis dado cuenta por los ganadores y artistas que actúan, la industria de la música se está pasando al country. Nosotros nos estamos pasando al country. Está sucediendo. Por eso Jack (Antonoff) me ha seguido hasta Muscle Shoals, Nashville, Mississippi, durante cuatro años».
Suponemos que este nuevo proyecto incluirá el «teaseado» ‘Henry, Come On’ y otros títulos que se barajan en foros de fans son ‘Lasso’, ‘Take me home country roads’, ‘Hey blue baby’, ‘Prettiest girl in country music’ y ‘I must be stupid for feeling so happy’.
La industria musical espera con expectación un movimiento que puede remover todos sus cimientos. La compañía Universal Music Group (UMG) ha anunciado que retirará todo su catálogo de TikTok de manera inmediata tras no llegar a un acuerdo con la plataforma. Esto significa que los principales artistas del planeta, como Taylor Swift, Bad Bunny o Rosalía, dejarán de escucharse en TikTok.
En una carta abierta publicada en la madrugada del 31 de enero, Universal Music Group desvela que su contrato de licencia con la plataforma china expira esta noche y que no se ha alcanzado ningún plan de renovación. Lo hace tras afirmar haber luchado por «una compensación justa para los artistas y compositores, la protección ante los efectos dañinos de la Inteligencia Artificial, y la seguridad online para los usuarios de TikTok». La compañía es una de las más grandes del sector, perteneciendo a ella los nombres más importantes.
Asimismo, Universal ha acusado a TikTok de responderles con «indiferencia, y luego con intimidación». El éxito de la plataforma se basa en la publicación de vídeos cortos donde «la música es el corazón de su experiencia», afirma UMG. Sin embargo, TikTok ha propuesto pagar a los artistas y compositores «una tarifa que es una fracción de lo que pagan otras plataformas», representando «solo un 1% de sus ingresos totales». «TikTok está tratando de construir un negocio basado en la música, sin pagar un valor justo por la música», añade Universal.
El comunicado de UMG ha dado lugar a una trifulca pública en las horas restantes de su contrato todavía vigente. En una nueva declaración, la aplicación musical ha manifestado su decepción ante que la compañía «haya antepuesto su propia codicia a los intereses de sus artistas y compositores». TikTok culpa a Universal de haber promovido una «narrativa y retórica falsa», optando por «alejarse del poderoso apoyo de una plataforma con más de mil millones de usuarios que sirve como medio gratuito de promoción y descubrimiento para su talento».
Pese a que en 2021 sí lograron alcanzar un acuerdo, todo parece indicar que esta vez no sucederá lo mismo. Al menos, de momento. A no ser que lleguen a una reconciliación en las próximas horas, a partir de mañana el catálogo de canciones de TikTok no contará con Billie Eilish, Drake, ABBA, los Beatles o Adele. Las consecuencias de esta ruptura todavía están por ver, pero una cosa es segura: no resultarán indiferentes.
El Festival SonRías Baixas ya ha desvelado el cartel de su próxima edición. El evento, que está programado para el 1, 2 y 3 de agosto en Bueu (Galicia), contará con La Oreja de Van Gogh, Tanxugueiras, Rozalén, Rayden, La La Love You, Ginebras, Álvaro de Luna y Chef’Special como cabezas de cartel.
Los artistas que protagonizarán el Festival este año vienen marcados por la decisión de la organización de tratar de cambiar la tendencia de la propia industria musical, apostando por un fuerte protagonismo de las bandas lideradas y formadas por mujeres.
Asimismo, también destaca la presencia de algunos de los principales nombres de la escena gallega, como Fillas de Cassandra, Mondra, Sabela o The Rapants, encabezados por Tanxugueiras, que se han convertido en la imagen del auge que está viviendo el panorama gallego.
Con la intención de ser un altavoz para conocer nuevas propuestas musicales también en esta 21ª edición, el cartel lo completan artistas los Chef’Special, La La Love You, Anabel Lee, Cool Nenas, Emlan, Gilipojazz, Inés Hernand, La Élite, Morochos, Mr. Kilombo, Muerdo y Travis Birds.
El Festival SonRías Baixas activa también la venta de abonos, que estará disponible a partir de este jueves 1 de febrero a las 12:00 desde la web del Festival, sonriasbaixas.info, y a través de enterticket.es. Los 500 primeros compradores podrán obtener sus entradas por 45€ más gastos de gestión.
Coachella contará con reencuentros muy esperados este año, como los que protagonizarán No Doubt o Sublime encima del escenario. Sin embargo, hay un grupo que la organización no pudo lograr reunir: los Talking Heads.
El pasado septiembre, el presidente de Goldenvoice, Paul Tollett, viajó hasta el Festival Internacional de Cine de Toronto para la celebración del 40 aniversario de la película concierto-documental ‘Stop Making Sense’ de Talking Heads. Evidentemente, también asistió el grupo: David Byrne, Jerry Harrison, Chris Frantz y Tina Weymouth.
Sin embargo, según desvela ahora Billboard, el motivo por el que acudió Paul Tollett no solo era el de celebrar los 40 años de la película. El empresario buscaba intentar convencer a Talking Heads para actuar en el próximo Coachella. Sin embargo, como «intuía que no habría conciertos», desechó la idea de hacer una oferta. Jamás llegó a hablar de cifras con la banda ni con sus representantes, aunque una fuente de Billboard afirma que el grupo podría haber ganado hasta 10 millones de dólares.
Pero el destino sí que le tenía guardada una segunda oferta a Talking Heads, esta vez por parte de la empresa de conciertos Live Nation. El promotor, cuenta Billboard, «estaba dispuesto a pagarles 80 millones de dólares por encabezar entre seis y ocho festivales y ser cabeza de cartel». Al final, los Talking Heads también rechazaron esa oferta. Si 80 millones no los junta encima del escenario, ¿qué lo hará?
Aun así, ya está disponible la versión de Paramore de ‘Burning Down the House’, tema que pertenecerá al disco tributo que se está preparando a Talking Heads. En el álbum aparecerán artistas como Miley Cyrus, The National o Lorde.
En uno de los mejores momentos de ‘People Who Aren’t There Anymore’, el nuevo disco de Future Islands, Sam T. Herring se deja la voz cantando que “lucha por el amor cada día”. Herring ha estado enamorado, ha convivido con el amor de su vida, pero esa persona le ha dejado y vuelve a estar “solo, en otro invierno a la sombra”. La persona a la que dedicó el disco anterior de Future Islands se ha ido.
‘The Fight’ es una de esas canciones rabiosamente sinceras que Herring sabe hacer tan bien y representa bien el contenido de un disco que habla de la pérdida desde dos puntos de vista, la del amor romántico y la de la propia vida. Por algo el disco se dedica a “aquellas personas que ya no están”.
En la vida de Sam ya no está la actriz sueca Julia Ragnarsson. Herring se emociona recordando su relación con la actriz de ‘Midsommar’ en una entrevista recientemente publicada con este medio, pero el mejor homenaje posible a esa unión ya lo había escrito en forma de canción. ‘King of Sweden’ convierte el consabido “´tu eres todo lo que necesito” en otra declaración apoteósica de amor. Es uno de los mejores ‘Singles’ de Future Islands y abre el disco proyectando su luz al resto de pistas.
Ninguna iguala -ni de lejos- la potencia de ‘King of Sweden’, pero todas ellas siguen mimando el sonido de Future Islands, en algunos casos añadiendo pequeñas variaciones. Sobre todo, siguen sonando tan apasionadas y entregadas como siempre, aunque también redundantes por momentos.
‘The Tower’ es otra de esas canciones de ritmo metronómico de Future Islands que parecen correr hacia adelante, mientras los teclados forman luces boreales sobre ellas. Esta vez, la historia de unos niños que se enamoran tiñe la canción de ternura. En un estilo parecido, ‘The Thief’ es otro buen single de Future Islands que abraza el cielo. ‘Deep in the Night’ es un baladón tamaño estadio, pero oscuro como el fondo del mar, en el que un simple “yo soy tuyo” para el tiempo.
Cuando Sam canta sobre la muerte, su tormento insufla un poder a las canciones que las hace tremendamente emotivas. ‘Give Me the Ghost Back’ habla de terrorismo y de amigos que han muerto por sobredosis o suicidio y, en el estribillo, la canción se convierte en una invocación para recuperarlos. ‘Peach’ se inspira en la pandemia (se publicó en 2021) pero aún su derroche de teclados conmueve.
Entre las variaciones del sonido Future Islands que ofrece ‘People Who Aren’t There Anymore’, ni la ligera influencia del tecnopop en ‘Say Goodbye’ ni las baterías de inusual tempo de ‘Iris’ son suficientes para mitigar el impacto de ‘King of Sweden’. En realidad, Future Islands siguen siendo mejores cuando ahondan en su propio sonido. Así, ‘Corner of My Eye’ se convierte en una de sus grabaciones más exuberantes y cuidadas. Una balada dedicada la “memoria” de quienes ya no están, pero llena, también, de ese «perdón» que todos nos debemos a nosotros mismos, de vez en cuando.
Si hay un género que se ha visto beneficiado por la irrupción de las plataformas de streaming en nuestra forma de consumir cine y series, es el documental. Particularmente, los true crime y los biográficos. Dentro de este último grupo, se sitúa ‘Little Richard: I Am Everything’, que se estrena en cines antes de ir a parar al catálogo de HBO Max. La película, dirigida por Lisa Cortes, explora la influencia de Little Richard y las dificultades a las que tuvo que enfrentarse siendo negro y gay en una sociedad extremadamente conservadora y marcada por la segregación racial.
Richard no solamente inventó y consolidó el rock and roll, sino que fue un claro ejemplo de visibilidad LGTB cuando no había ningún tipo de visibilidad y un referente imprescindible para la libertad de las generaciones venideras. Aunque desgraciadamente, este estatus no lo alcanzó en su época de mayor esplendor comercial y artístico. De hecho, la industria musical hizo todo lo posible por que este nuevo sonido, que tenía sus raíces en el gospel y en innovadores músicos negros como Sister Rosetta Tharpe, fuese atribuido a artistas blancos como Elvis Presley o Pat Boone, cuyas versiones de ‘Tutti Frutti’ de Little Richard vendieron más copias que la original. Precisamente esta canción sirve como el ejemplo perfecto para ilustrar la mentalidad transgresora de su autor: cuando la presentó por primera vez en público, la letra hablaba de manera bastante explícita de sexo anal.
El documental muestra a Richard como alguien tremendamente adelantado a su tiempo, pero también muy marcado por el rechazo a lo diferente de la sociedad en la que se crió. Su educación ultra religiosa a menudo le hizo recular sobre si lo que estaba haciendo realmente estaba bien o si era ética su manera de comportarse y mostrarse al mundo. Este continuo conflicto marca al completo su vida personal y profesional, pero el artista, como si tuviese algo que le llamaba dentro de él, siempre volvía a su personalidad extravagante, su energía arrolladora en el escenario y su actitud irreverente ante la vida.
En este aspecto, Lisa Cortes le rinde un sentido homenaje, ensalzado por diversas entrevistas de artistas, musicólogos y periodistas negros que resaltan la importancia crucial que tuvo la figura de Little Richard tanto en la música como en la sociedad, y en concreto en ámbitos LGTB. En los años 50, él ya era todo un icono queer, aunque evidentemente ni él mismo lo sabía, ni los que lo veían y se veían reflejados en él sabían identificarlo. El mismísimo John Waters, que también participa en la película, comenta el impacto que le causaron en su infancia las canciones y las actuaciones de Richard. Pero su influencia va mucho más allá de orientaciones sexuales y se refleja de manera directa en la música y actitud de Mick Jagger o Paul McCartney, que, como ellos mismos reconocen en el documental, consideran a Little Richard como una especie de mentor.
Son estas conversaciones, llenas de admiración y cariño, y las siempre impredecibles declaraciones de Richard sacadas de entrevistas en vídeo de archivo, los mejores momentos de ‘Little Richard: I Am Everything’, un film que siempre juega sobre seguro y que no se desmarca nunca de las convenciones establecidas del medio. Cortes no propone un retrato innovador, sino que recurre a un efectivo -todo hay que decirlo- didactismo para retratar los conflictos raciales y de libertad sexual que sufrió el artista a lo largo de su carrera. «I Am Everything» sí es un documento sincero, que funciona para homenajear a Little Richard y acercar su figura a aquellos que no estén familiarizados con su vital importancia en la música y en los derechos LGTB.
Benidorm Fest llega a su tercera edición con la sombra de cierto vacío social. Parece que han pasado 100 años y no 2 desde que el programa robara todo el foco mediático. La falta de olfato para dar con una canción que se cuele de verdad en las listas, las condiciones leoninas que tienen que firmar los participantes (lo que espanta a superestrellas), los constantes problemas de realización y sobre todo de sonido, y una aparente cobardía para afrontar polémicas tamaño Chanel, podrían ser algunas de las causas.
Una cobardía que se torna mojigatería cuando compruebas que el programa reserva a la gran Inés Hernand para las altas horas de la madrugada de un martes, para decantarse en su lugar por un guión en el que alguien con pelos en el pubis ha escrito cosas como «hay cuchipandi». «Vamos al turrón», dijo el presentador Marc Calderó, pasadas las once de la noche, cuando allí todavía no había actuado nadie. Y al final lo de menos es que el programa acabe a la 1 de la madrugada, sino que el formato te desvela por completo por acumulación de tensión en sus últimos minutos. Intentar dormir después de verlo es como tratar de echar una siesta después de hacer una prueba de ‘El juego del calamar‘. ¿Queréis un último noqueo? El sábado, que tendrás más tiempo para desbarrar con tus amigos y sobre todo en las redes sociales, la final de Benidorm Fest se emite a las 22.00. Entonces sí que sí.
Si aguantaste el programa, no obstante, hay cosas que siguen en su sitio. Guille Milkyway accedió a ser jurado, y eso que tiene una canción con Miss Caffeina, si bien trató de desviar la atención hacia su admiración por otra jurado, Ángela Carrasco. Ruth Lorenzo tuvo su momento abriendo la gala moviendo las caderas al ritmo de ‘Waterloo’ por el 50º aniversario de la victoria de ABBA. Y qué sería del formato sin la clásica pitada final al jurado. A Angy la salvó el público. Si no, algún miembro habría tenido que volver a salir de la ciudad alicantina suplicando escolta.
La gala de anoche también sirvió como avanzadilla de lo que puede ser Eurovisión 2024. Como el año pasado Loreen ganó en solitario tirada en el suelo, tratando de quitarse una losa de encima, este año un porcentaje elevado de representantes va a tumbarse en el suelo del escenario, tan solo para -¡OH!- levantarse después.
Mención especial merece el intento de heterosexualizar el formato por parte de la organización de Benidorm Fest. Algo que 1) no ha conseguido en absoluto y 2) solo puede considerarse anacrónico cuando estamos viendo la edición más LGTB+ de la historia de OT. Amazon Prime, que no tiene ningún miedo de competir con El Hormiguero (¡el target!) no revela si están viendo Operación Triunfo 2023 hasta 3 millones de personas o solo 300.000 que hacen muchísimo ruido, pero copar la conversación social también es un éxito en 2024, y Benidorm Fest no va a conseguirlo con propuestas como Lérica.
La banda ganadora de la noche fue Nebulossa con su pequeño viral ‘Zorra‘, a punto de asomar la cabeza por el top 200 de Spotify España (no, aún no lo ha logrado). Esta semana vuelve a ser la canción favorita de nuestros lectores, por delante de ‘yes, and?’ de Ariana Grande: puede que mucha gente aún no la conozca o no la entienda, pero a quien le gusta, le entusiasma.
La voz de María Blas sabíamos que iba a ser el punto débil en un programa de estas características, sobre todo teniendo en cuenta que lo segundo mejor del tema es el uso tan cómico que hace del Autotune. Así, en la segunda estrofa de la canción, se escuchaba mucho más a un grupo de tíos desde el público gritando «soy más zorra todavía» que a la artista, y ese es el gran éxito y el gran fracaso de la actuación de Nebulossa. Aun así, el grupo, que partía de una posición muy modesta (2000 oyentes) sobrevivió con una propuesta que muy acertadamente devanea entre la estética puticlub y el Marqués de Sade, pasada por los filtros actuales de Kim Petras y Sam Smith. Suman la energía de la batería y los bailarines con corsé y tacones. Ya dijeron ellos mismos que su éxito era llegar a la final, y lo logran por la puerta grande, además con el inesperado apoyo del jurado. ¿Pero cuántos puntos les dio Carlos Baute?
La gala empezó muy heterosexual, con las actuaciones de Lérica y Noan, pero se clasificaron casi todas las actuaciones más mariconas (al menos todas las que cabían). A Lérica no les debió de beneficiar mucho que en su vídeo de presentación Tony se presentara como hermano de Abraham Mateo. Abraham Mateo, 24 horas después de actuar en la Gala 9 de OT, estaba allí también para actuar junto a Vicco, y a la gente estas cosas le huelen a enchufismo y colegueo. La presentación de ‘Astronauta’ tuvo alguna buena idea, básicamente los giros de la nave, más Black Eyed Peas que Avicci, pero después sobraron combas imaginarias, acrobacias repetidas y esa DJ que parecía puestísima de algo y desde luego no de esos cubatas con un líquido azul que no tocarías ni con una pajita. Faltaron voces y actitud: ni el dúo quiso beberse tal cosa.
Noan explicó que recibe su nombre de NOel Gallagher y ANthony Kiedis, lo cual es tan buena idea como haber llamado esta web Rolling Deluxe o Mojo Sonoro. Por un momento pareció que la invención de algo así como el «bedroom rock» (la actuación comenzaba con él en solitario en su cuarto) podía funcionarle, pero a esas horas de un martes, el público que compra discos de Blink 182 tenía mejores cosas que hacer que gastarse su dinero en votarle. Su camiseta «Thank God for Punk Rock» solo sumó confusión para una performance más lluviosa y tristona que punk rock o satánica. Noan parecía más un fan de Pignoise que de los Rolling. Quizá incluso de Keane o Tom Odell.
La tercera actuación de la noche hacía temer que lo de las superproducciones se saliera de madre. Casi ninguno de los semifinalistas escatimó en dobles alturas, trucos escénicos y/o cambios de vestuario. Nadie quiso jugar la carta del minimalismo, y mucho menos Sofia Coll, que apareció con una cómoda en las tetas, una gorra pastelera en la cabeza y unas caderas postizas tipo Jennifer Lopez debajo de su primer traje. La plataforma circular del principio se llevó una merecida ovación. Después, todo fue un poco demasiado para tan poco tema. En el «break», Sofia intentó ser Chanel y casi lo consiguió durante una pirueta, pero cuando tuvo que volver a subir escalones para culminar la canción, lucía ya agotada, quizá incluso un poco impedida. La segunda estrofa del tema apenas había sido balbuceada, y después de todos los chutes de hyperpop de los últimos años, a quien recuerda ‘Here to Stay’ sobre todo es a Soraya.
Que el televoto haya dado la victoria a Mantra solo puede significar dos cosas: que han votado muy pocas personas, porque las cifras no están acompañando a esta edición en ningún sentido, y que muchas de ellas pasaron un verano en el campamento de Auryn. ¿Por qué si gustaron tantísimo a la audiencia tienen una de las actuaciones menos vistas de esta noche en Youtube? Se vieron lágrimas cuando el grupo entendió que no se clasificaba ni con la puntuación máxima del televoto. Ya era obvio que los números no les daban (porque saben sumar, ¿verdad?), pero la inocencia y la simpatía habían sido las únicas bazas de su set. La letra ni siquiera se había entendido un poquito. Esa subida de medio tono, a estas alturas y en este contexto, tampoco.
El voto demoscópico -que en Eurovisión no existe- sobrevive por alguna razón en Benidorm Fest, como mera pesadilla eurofán. Nadie quiere conocerlo ni escucharlo. Su sola presencia se vive como una amenaza. Es un meterte en la boca del león gratuito, casi como pasear por la plaza pública el día de la manifestación de ese partido político que tanto te odia. Una plaza en la que cuenta lo mismo el voto de una persona que adora Eurovisión, que el de quien jamás lo vería o incluso se aburre tanto que disfruta boicoteándolo. Justo el programa más cuestionado por sus presupuestos en las cuentas públicas, es el que busca la aprobación de España desesperadamente, como quien busca aprobación en una relación tóxica, de manera enfermiza. Anoche ese sinsentido llamado voto demoscópico nos dio una de cal y otra de arena.
En el mayor atentado que se recuerda desde que lo ganó Gonzalo Hermida sin actuar siquiera, el pueblo español estuvo a punto de llevarse por delante a Miss Caffeina. Alberto Jiménez no había estado muy fino vendiendo su canción como un himno sobre ser «demasiado pop para los indies y demasiado indie para la gente pop», como si esta cuestión a la gente de la calle le importase para algo. ¿No habría sido mejor explicar que el tema habla del «qué dirán» de toda la vida? Por lo demás, su canción tan bien construida sí resultó de lo más decente de la noche, aunque fuera por eliminación, y su puesta en escena sí lució como una de las más cuidadas. En algunos puntos de hecho fue la más elegante y moderna (la coreografía de manos, las proyecciones en el suelo, el significado de los bailarines, los primeros planos de Alberto recordando a The Edge en ‘Numb’), con algún margen de mejora también (la bajada de la plataforma, cierta sobrecarga de cosas).
Quique Niza tenía todas las papeletas para pasar desapercibido entre toda esta fantasía electro y pop, y al final quedó último pese a (o debido a) haberse empollado un par de trucos escénicos de Loreen y otro par de Duncan Laurence. No hay nada que odie más una semifinal que un batiburrillo de otras propuestas eurovisivas. ¿Lo mejor? Contar cuántas canciones podían incorporar la frase «me quemaría por dentro» en una sola gala.
Aunque para homenajes a Física o Química, teníamos a la mismísima Angy, que nos dio la alegría en cuanto a voto demoscópico. Hizo, de calle, la actuación más emocionante de la noche. Bueno, la única. Fue la que mejor logró defender un relato: en el vídeo de presentación habló de dialogar con su yo cuando era niña, en la puesta en escena se enfrentó a su imagen gigante y cambiada en un espejo, las bailarinas (que parecían las mismas de Miss Caffeina) bien podían representar el odio o bien el autoodio, su viejo yo.
El tema se llama ‘Sé quién soy’ y su grandeza es que Angy se paseó por el escenario chillando frases como «ya no necesito de tu aprobación», pero con cara de haberla necesitado durante demasiado tiempo. Fernández está usando las guitarras de Avril Lavigne recuperadas ingeniosamente por Olivia Rodrigo para hablarnos de la crisis de identidad que ha vivido por culpa de la industria. Un recuerdo al pasado solo para superarlo, terapia mediante, que la llevó a terminar la noche llorando. Y España con ella (la poca España que estaba viendo esto, quiero decir).
Una de las mayores críticas que se están escuchando esta mañana en torno al formato es que quien gane el favor del televoto no puede quedar eliminado de una semifinal. Chanel solo recibió el 3% del televoto, pero ni gracias a que partimos de ese gravísimo error del público y solo del público, el público tiene la autocrítica suficiente para asumir que se equivoca, y sobre todo que el jurado cuenta el 50% en Benidorm Fest, porque cuenta el 50% en Eurovisión. Si ese fuera el único problema de Benidorm Fest, otro gallo estaría cantando.
Pet Shop Boys han anunciado los primeros detalles de su nuevo álbum. ‘Nonetheless’ sale el 26 de abril. Además, se han hecho públicos hasta tres temas nuevos, ‘Loneliness’ y sus dos caras b, ‘Party in the Blitz’ y la «versión extendida» de ‘Through You’.
También está disponible el «radio edit» de ‘Loneliness’. El primer single oficial de ‘Nonetheless’ está producido por James Ford que ejerce hoy de Canción Del Día.
‘Loneliness’ es una producción eminentemente bailable, de ritmos tecnopop y nudisco similares a los de ‘What’s Your Pleasure?‘ (2020) de Jessie Ware, un disco también producido por James Ford. ‘Loneliness’ presenta por un lado un tono festivo, marcado por el sonido de unos alegres vientos, y por otro dramático en su inclusión de cuerdas y campanas de iglesia.
‘Loneliness’ invita a dejar de lado la «soledad» y encontrar a aquella persona en la que apoyarnos, pues «nadie quiere estar solo». Quizá, por ello, ‘Loneliness’ hace buen uso de los coros y añade al final un coro góspel que subraya el componente comunitario de la canción.
Cuando entrevistamos a James Ford hace un año, el productor nos contaba que el nuevo disco de Pet Shop Boys se encontraba en proceso de grabación y se mostraba contento con el progreso. «El disco no saldrá hasta dentro de un tiempo, puede que ni siquiera este año, pero va muy bien, las canciones son excelentes y ellos son brillantes y encantadores. Hay cosas que son puro Pet Shop Boys y otras que son nuevas para ellos. Hemos trabajado mucho en casa, porque aquí tengo un montón de sintetizadores. (Neil) y (Chris) son personas muy agradables e inteligentes. Cuentan muchas historias de los años 80, de Nueva York, Nueva Jersey, cuando trabajaron con David Bowie… todo lo que han vivido. Son fascinantes hasta decir basta y estoy muy contento de poder trabajar con ellos».
‘Nonetheless’:
Loneliness
Feel
Why am I dancing?
New London boy
Dancing star
A new bohemia
The schlager hit parade
The secret of happiness
Bullet for Narcissus
Love is the law
Robyn o Fever Ray se encuentran entre los 1.000 artistas suecos que firman una carta pública pidiendo el boicot de Eurovisión a Israel. Este año, Eurovisión se celebra en Mälmo, Suecia, tras la victoria de Loreen en la pasada edición.
Otros artistas que suscriben la carta con Viagra Boys, El Perro del Mar, Say Lou Lo u Olof Dreijer, hermano y compañero de Karin Dreijer (Fever Ray) en The Knife.
La carta expone que Gaza está sumida en un «desastre humanitario» provocado por Israel, señala que «la Corte Internacional de Justicia de La Haya ha decidido recientemente continuar con el proceso en el que se acusa a Israel de violar la Convención sobre Genocidio» y apunta que «en menos de cuatro meses, alrededor de 100 periodistas palestinos han sido asesinados» y que «se niega el acceso a Gaza de la prensa extranjera, en uno de los «mayores ataques a la libertad en tiempos modernos».
Por eso, el texto argumenta que la Unión Europea de Radiodifusión está actuando con «doble rasero» y poniendo en juego su propia credibilidad permitiendo la participación de Israel en el festival pero no la de Rusia el año pasado. Explica: «La UER justifica su posición diciendo que el concurso de la canción de Eurovisión es una competencia entre empresas de servicios públicos y no entre estados. Pero la UER decidió en 2022 excluir a Rusia del concurso debido a la invasión de Ucrania, y en 2021 a las empresas miembro de Bielorrusia se les negó la entrada al concurso porque el país violó las normas de libertad de prensa de la UER».
La carta sostiene que «el hecho de que los países que se sitúan por encima del derecho humanitario sean bienvenidos a participar en eventos culturales internacionales trivializa las violaciones del derecho internacional y torna invisible el sufrimiento de las víctimas».
Los artistas firmantes suscriben que «como profesionales de la cultura, es nuestro deber hacer todo lo posible para presionar a actores influyentes como la UER para lograr cambios y contrarrestar el artwashing» y argumentan que «el hecho de que la guerra indiscriminada de Israel en Gaza fuera precedida por atroces crímenes de guerra cometidos por la organización calificada de terrorista Hamás no exime al país de sus obligaciones según el derecho internacional como Estado democrático».
Partían como uno de los grandes favoritos de la semifinal por tener la canción con mejor streaming de la edición, pero el gran arrase de Nebulossa no ha dejado indiferente a nadie. Sobre todo, al jurado del Benidorm Fest 2024, que los han considerado la mejor actuación de la noche. ‘ZORRA’ se ha convertido en la propuesta ganadora de la primera semifinal con 149 puntos: primeros para el jurado (84), segundos para el voto demoscópico (35) y terceros para el televoto (30).
Los ha seguido de cerca Angy Fernández, que ha logrado consagrarse como una de las protagonistas tras su sorprendente interpretación de ‘Sé Quién Soy’. Recordando a artistas como Avril Lavigne, Angy ha sabido trasladar su energía al público, que la han coronado en el voto demoscópico con 40 puntos. Para el jurado ha sido tercera (62), mientras que el televoto la ha llevado a la segunda posición (35). En total ha acumulado 137 puntos.
Sofía Coll y Miss Caffeina cierran la lista de clasificados para la final del sábado. La primera, que se ha presentado con ‘HERE TO STAY’, ha sido cuarta para jurado (58) y televoto (28), y tercera para el demoscópico (30), consiguiendo 116 puntos. Miss Caffeina, en cambio, ha sufrido más altibajos de la mano de ‘Bla, bla, bla’: mientras que el jurado les ha dado la medalla de plata (74), el televoto con su quinta posición (25) y el demoscópico con su última posición (16) los ha desinflado.
La anécdota de la semifinal llega con la eliminación de Mantra, que fueron los favoritos del televoto (40) gracias a su tema ‘Me Vas A Ver’. Noan, Lérica y Quique Niza completan los cuatro eliminados que se quedan a las puertas de la clasificación.
Estos son los resultados finales de la primera semifinal del Benidorm Fest 2024:
El director de cine Joel Coen asegura que todas las películas americanas son un remake encubierto de ‘El mago de Oz’. Lo cierto es que si esa película lleva casi 100 años capturando la imaginación de generaciones enteras es porque, en realidad, la propia existencia humana en el siglo XX es una reformulación de la historia de Dorothy: una dicotomía entre la realidad (Kansas) y la fantasía (Oz), lo privado y lo público, lo visceral y lo teatral, la vida (auténtica) y los medios de comunicación (simulacro de autenticidad). Hasta hace unos 10 años solo los famosos experimentaban una versión exaltada de esa dualidad, pero desde la llegada de las redes sociales cualquiera puede distorsionarse en su propia performance pública. Con la llegada de las redes sociales, el mundo eligió vivir en Oz, en la fantasía, en lo público, en lo teatral, en el simulacro de la vida. Hoy todas las realidades pueden ser hiperrealidades. Y el ejemplo más claro es que mucha gente elige exponer sus emociones, tradicionalmente experimentadas a puerta cerrada, de cara a los demás. Los sentimientos íntimos pueden ser contenido masivo.
Durante su visita a la academia, Àngel Llàcer ofreció una reflexión demoledora: “Los motivos por los que os quieren aquí son distintos a los de fuera”. Esta advertencia casi filosófica contiene tres palabras clave: quieren, aquí y fuera. Efectivamente los fans de OT sienten un simulacro de amor por sus cantantes favoritos. En esa percepción se sustenta la viabilidad del formato. No pueden concebir la idea de que dentro de unos años no se acordarán de sus ídolos efímeros y que incluso sentirán un cierto bochorno tierno cuando piensen en el fervor con el que los adoraban. Los concursantes, por su parte, tampoco pueden pensar que ese amor aparentemente incondicional es en realidad temporal, que hay una alta probabilidad de que dure tanto como dure la adolescencia de sus fans. Es decir, que OT es un programa sobre la fe (algo que entendieron muy bien los Javis en la edición de 2017, porque ellos de fe controlan bastante): no solo la fe del público en el formato, sino la fe de lo concursantes en que sus fans no van a abandonarlos.
Dicho de otro modo, todos y cada uno de los concursantes tienen que creer ciegamente que ellos van a ser Bisbal, Manuel Carrasco o Aitana. Que a ellos no les va a pasar como a la inmensa mayoría de concursantes de OT, por mucho que la estadística indique que van a acabar igual que ellos: dedicando el resto de su vida a hablar de OT, interactuando con desconocidos que les niegan la posibilidad de ser otra cosa que un recuerdo e intentando, a golpe de canción espantosa, recuperar aquel amor que media España les brindó durante tres meses. Porque Operación Triunfo es un programa sobre la ilusión. Si no creyeran que les va a tocar a ellos, su presencia en el concurso perdería todo sentido.
Lo que Llàcer hizo fue separar de un hachazo esas dos dimensiones: la fantasía y la realidad. La academia y el después de la academia. Puede que sea un consejo cínico por su parte, pero la realidad es cínica. Y en cada nueva edición (y van doce) es más difícil mantener el espejismo, porque los chavales ya crecen con redes sociales y entienden a un nivel instintivo que existen esas dos dimensiones. De hecho, la mayoría desoyó el consejo de no mirar redes sociales durante su visita a casa por Navidad y regresaron con toda la información: los shippeos, los favoritos, lo que le gustaba al público y lo que no.
La primera edición de OT fue única porque lo siguiente, el ahí fuera, el después… no existía. No había ningún precedente. De manera que los concursantes descubrieron a la vez que el resto de España qué hay después de OT. Lo que Llàcer pretendía con su advertencia era anticiparse a la desilusión: “Dentro de un tiempo no sabrán quiénes sois”. Y sí, tiene toda la razón. La estadística así lo garantiza. ¿Pero cómo pueden asimilar esas palabras nueve chavales de 20 años que han salido unas horas a esa supuesta realidad solo para recibir el amor apasionado de miles de desconocidos durante las firmas? ¿Cómo no van a creer que la realidad que les espera es exactamente igual de entusiasta que la del plató?
La gala 9 formó dos grupos. En uno, los concursantes que (incluso de manera subconsciente) seguían rumiando las palabras de Àngel Llàcer, es decir, los que ya están sintiendo nostalgia del presente, los que en el fondo saben que dentro de un tiempo recordarán el día de las firmas con una amargura melancólica y saben que es muy probable que hayan vivido su peak de popularidad dentro del concurso. En el otro grupo, los que eligieron la pastilla azul, quedarse en Oz, no despertarse nunca de la siesta de Alicia, etc. Ese grupo decidió que no. Que no les va a pasar a ellos. Que ellos son Bisbal, Carrasco y Aitana. Que ellos son estrellas. Que lo mejor está por venir. Ese grupo son los finalistas de OT 2023.
Para la que sería su última actuación, Álvaro Mayo decidió servir pronombres. Llevaba un vestuario que solo puede quedarle bien a alguien que tiene 20 años, pesa 40 kilos y mide un metro ochenta. Para cuando terminó la actuación Álvaro se había hecho demasiado viejo para ese look. Cantó ‘I Want Love’. Que cómo de mariquita hay que ser para elegir como tema de nominado la 18ª canción más escuchada de Jessie J en Spotify. Sin duda alguna, Álvaro la descubrió por el lipsync de Jaida Essence Hall y Trinity The Tuck en Rupaul’s Drag Race, porque nadie llega a Jessie J por voluntad propia. Jessie J es una cantante que lleva 13 años de alguna manera imponiéndose en nuestras vidas.
Cantar esa canción es, desde luego, una decisión. ‘I Want Love’ es el tipo de canción que solo suena en los bares de ambiente que tienen fotos de Marilyn y Audrey colgadas en las paredes. Toda esa misma parafernalia (y ese cuerpo de baile, todo hay que decirlo, impresionante) habría lucido más con un ‘Release Me’ de Agnes, un ‘Free’ de Ultra Naté o un ‘Everybody’s Free’ de Rozalla. Pero Álvaro eligió ‘I Want Love’. Álvaro eligió garrafón. Y, en cierto modo, ese es su triunfo en el concurso: llegó cantando ‘…Baby One More Time’ y se fue cantando una canción que seguro que les pone en el coche a sus amigos sin importarle que a nadie más le guste. En la gala 0 Álvaro dio alas a todos los niños mariquitas que han tenido que esconder su pluma a puerta cerrada en su habitación y en la gala 9 se despidió disfrazado del boli bic rojo más fabuloso del mundo con un corsé rojo, un colorete rosa y un mariconeo que le garantizará un escenario en los próximos 20 Orgullos. Hay muchas realidades peores que esa. Y, por cierto, ya nos habría gustado a muchos crecer con un Álvaro Mayo en la tele en vez de ver cómo toda España se reía de David Bustamante cada vez que lloraba.
Paul insistió mucho en que lo llamasen Paul Thin en esta gala. Si se iba, que al menos se llevase de OT un nombre artístico. Cantó BZRP Music Sessions, vol 57 (de verdad, esta línea temporal es agotadora) y se podría decir que pareció un artista invitado, pero eso sería demasiado generoso con los artistas invitados. Paul Thin pareció una estrella mundial. Que puede que nunca llegue a serlo, pero él está en el grupo que eligió vivir en la fantasía y durante esos tres minutos fue un ídolo de verdad. Daba igual que la letra fuese apabullante y que fuese más rápido de lo que el espectador podía asimilar, él transmitía todo lo que había que entender: por citar de nuevo a Trinity The Tuck, «I don’t know what the fuck she’s saying but girl, I’m living». Parecía que estaba echando un pulso con la canción y utilizó la sencillísima puesta en escena (un sol ardiente) a su favor: a ratos era un marco, a ratos un dios al que rezarle, a ratos un agujero sobre el que derrumbarse.
Paul participó activamente en la producción de la canción y se lució más que nadie en toda la edición. La canción era, literalmente, suya. En manos de otro habría sido un esperpento, pero nadie se la ha jugado más que Paul en esta edición. Cada palabra y cada movimiento estaban marcados y expresados con muchísima chulería y muchísimas capas emocionales: rabia, soberbia, miedo, amargura. Si el mundo se acabase, él seguiría rapeando. La actuación fue un concepto total, algo que solo podía haber hecho él, algo que se ha visto poco en OT (por no decir nada), lo cual engrandece a Paul pero también al formato, que 22 años después sigue logrando cosas inesperadas. Al final, Paul ha explotado cuando ha dejado de fingir ser un pobre inseguro para encajar en el reality (recordemos que llegó a decir que no sabía bailar, el muy sinvergüenza) y cuando ha abrazado exactamente quién es: un empollón con un talento desbordante que se siente una estrella y que piensa que si los demás no lo aprecian, el problema lo tienen ellos. Esta edición ha brillado más gracias a Paul Thin, un concursante que nunca ha tenido miedo a ser demasiado (tal y como demuestra ese horripilante tinte capital, que por supuesto ya es icónico).
“Yo pensaba que si entraba a OT”, dijo Martin, “esto es lo que quería hacer”. A Martin le dieron el número musical que quería y él ha sabido aprovecharlo: ese es un buen resumen de su paso por el concurso, sin duda uno de los más placenteros de la historia de OT. Pocos concursantes han estado más a gustito en esa academia que él. Y su versión de ‘Footloose’ fue una celebración de ello. Cabe suponer que Martin adoptó la actitud de Zac Efron en ‘High School Musical’ pero Efron copió esa actitud del Tom Cruise de los 80: un gallito al que todo le sale bien porque el director de la escuela siempre le perdona sus fechorías, que debería caerte mal pero te cae fenomenal y que cuando baila no puedes mirar a nadie más. ¿Por qué? Porque no hay un ápice de maldad en su mirada. Puede haber socarronería, pero es una impostura infantil.
Martin bailó hasta con el bigote. No cerró la boca en ningún momento (sonreía entre frase y frase) y no intentó jugar con la cámara porque sabía que la cámara era suya. Hizo todo lo que tenía que hacer (entonar, bailar, meterse en el papel) y lo hizo con muchísimo encanto. Le salió genial porque en el fondo le daba igual si le salía mal. Él ya ha ganado en la vida. ‘Footloose’ es una canción sobre esa euforia que solo sientes cuando eres joven y crees que toda tu vida va a ser así de divertida y Martin brilló porque es exactamente un chaval joven y eufórico que cree que toda su vida va a ser así de divertida. ¿Por qué iba a creer lo contrario? Martin es el tipo de persona que para ponerse nombre artístico cambia de sitio la sílaba tónica y se queda tan pancho. Y encima le funciona. En ese sentido, es la antítesis de Paul. Ambos son muy flipados, pero Paul lo intenta todo muy fuerte y quiere demostrar cuánto lo intenta y que se lo reconozcas. Martin es a Paul lo que Homer Simpson a Frank Grimes.
Al terminar, Chenoa le preguntó si le gustaba más cantar, bailar o interpretar. Y Martin, con una desfachatez adorable que nadie le perdonaría si tuviese más de 20 años, dijo que interpretar.
En un concurso de cantantes.
¿Por qué? Pues por qué no. A Martin le ha ido fenomenal siendo así hasta ahora: para él no hay diferencia entre la fantasía y la realidad, para él OT es una extensión de su vida real. Y cuando salga lo único que le espera es una oferta de trabajo para protagonizar ‘High School Musical’ en la Gran Vía. OT solo ha sido un casting a gran escala para el resto de su vida.
Naiara y Juanjo sabían perfectamente lo que estaban haciendo con ‘La cigarra’: una competición. La diferencia es que él apretó el diafragma para intentar eclipsarla y ella sabía que había ganado desde antes de empezar la canción. En sus duetos, Juanjo ha sido el concursante más individualista de la edición y Naiara le dio a probar su propia medicina. Vocalmente fue un espectáculo como pocas veces se ha visto en OT y, en una casualidad extraordinaria, hubo un momento en el que la cámara literalmente tembló mientras ellos gritaban (minuto 0.18).
Ella llevaba un top de brillantes, un chocker de brillantes, una gargantilla de brillantes, unos pendientes de brillantes y brillantes en el pelo. Pero lo más espectacular que tenía encima era una coleta postiza de un metro de largo que pesaba más que Álvaro Mayo y que construía una imagen tremendista: cuando ella ponía su postura por defecto para cantar (las piernas abiertas flexionadas con el coño mirando a las estrellas) la coleta le asomaba por entre las piernas y la hacía parecer una yegua salvaje. Naiara estuvo rotunda, sonriente, arrolladora, bruta y barroca: todo lo que trataron de domesticar en ‘La gata bajo la lluvia‘. Naiara no necesita que nadie la refine. ¿Que a qué grupo pertenece Naiara? ¿Al de los que se resignan a la realidad o al que abrazan la fantasía? Naiara es una chica que se compró un Audi y cambió los cuatro círculos por cuatro corazones. Naiara lleva construyendo su propia realidad desde que aprendió a andar. Y no ha dejado de correr desde entonces. En los vídeos de las firmas se ve cómo le daba un único consejo a sus fans: “Acelera, tía”. Ella sabe de lo que habla. Esta es su oportunidad y no va a mirar atrás. Durante el resto de la gala, en los planos de Chenoa aparecía Naiara de fondo acariciándose la coleta y asegurándose de que le caía por delante del hombro pero no por delante de las tetas. Probablemente a esas alturas ya le había puesto nombre al postizo. Porque ella incorpora el artificio a su identidad. Por eso es una estrella.
Ruslana se ha convertido en una de las mejores concursantes de la edición porque siempre arriesga. Anoche apostó y no le salió bien: le dio a ‘Beggin» una actitud de rockera pasada de rosca a la que todo se la suda y, a través de la cámara, transmitió… que todo se la sudaba. Esa es una actitud cojonuda si eres una rockstar de los 70, pero no funciona en OT. En OT hay que transmitir ganas hasta cuando finges que no tienes ganas. Su narrativa se le ha vuelto definitivamente en contra por un pequeño detalle: ella misma se la ha creído y la ha hecho realidad. Y las narrativas son eso, narrativas. Ficciones. Percepciones colectivas. Una cosa es que Ruslana desempeñe el papel de “chica rebelde a la que quieren meter en un molde contra el que se amotina” y otra es realmente ser esa chica. Si algo hemos aprendido del sistema es que los disidentes deben solo parecerlo, pero secretamente funcionar dentro de las reglas de ese sistema.
La actuación de Ruslana tuvo grandes momentos: cuando empezó mirando a cámara, cuando se tiró al suelo de rodillas o cuando dio un golpe de cabeza como dando permiso a la batería para explotar. Pero no hubo progresión, no interpretó la letra y cuando se sentó encima del altavoz se recolocó porque no estaba cómoda. Como si en vez de una rockstar subida a un bafle fuese la cuchufleta de ‘La que se avecina’ sentándose en el autobús al lado de una persona que está tosiendo. Esos segundos de duda se multiplican por mil en un escenario de televisión. Y pueden costarte una nominación. Faltó progresión, faltó clímax y sobraron miradas encorvadas al público como si fuera Lucas en la gala 2. En OT, ser de los primeros en destacar puede darte ventaja o puede agobiarte por si no estás a la altura de las expectativas que tú misma has generado. Y da la sensación de que Ruslana volvió de las firmas y no le gustó lo que vio, de que las palabras de Ángel Llàcer la desilusionaron. ¿Qué hago yo aquí, si la estadística apunta a que se van a olvidar de mí haga lo que haga? Ruslana está en el grupo de los que se rindieron ante el realismo y asumieron que ahí fuera, sobre todo, hace mucho frío.
Lucas Lucas Lucas Lucas cantó ‘Nada cambiará mi amor por ti’, una canción a su medida: está hecha para hombres que guardan a su novia en el móvil como “Mi niña”. La puesta en escena era tan hortera como la canción requería: un set de foto que disparaba flashes mientras él cantaba, no se fuera a olvidar que lo que le ha llevado hasta ahí es esa cara milagrosa. Cada semana lleva el pelo más corto (es decir, que cada semana está más guapo) y se parece más al resto de cantantes del planeta. Pero hay una razón por la que la normatividad lleva siglos triunfando, del mismo modo que el romanticismo cursilón de ‘Nada cambiará mi amor por ti’ nunca pasa de moda: la mayoría de nosotros, en el fondo, queremos que alguien nos guarde en el móvil como “Mi niña”.
‘Nada cambiará mi amor por ti’ ya fue cantada en la gala 7 de OT1 por David Bisbal y Naím Thomas y acabó con Naím nominado, porque es una canción muy traicionera que solo sirve para lucirse a nivel vocal (y ya sabemos que vocalmente ha habido pocas cosas más extraodinarias que el Bisbal de 2001, aunque en esa gala salió favorito así que nunca sabremos si la canción habría podido con él también). No hay actitud o interpretación posibles, porque la letra apela al mínimo común denominador del amor romántico. Se trata de cantar sobre la nada. Es la adaptación musical de ir a un espectáculo del Mago Pop: todo el mundo lo hace, nadie se plantea si le gusta o no. Es curioso, por cierto, que cuando se lanzó esta canción en 1985 sonase exótica porque las baladas de amor genérico eran una cosa muy del mercado latinoamericano y aquí lo que gustaba era el surrealismo con influencias poéticas de Mecano, Alaska o Radio Futura. Luego llegó Alejandro Sanz y cambió para siempre la trayectoria del pop español, que pasó 20 años atrapado en las baladas de amor abstracto con las que literalmente cualquier ser humano podía identificarse a cargo de Pablo Alborán, Vanesa Martin, Pablo López, etc, etc, etc, etc.
Lucas está destinado a continuar esta tradición. Durante su clase de composición creó una canción muy bonita en la que cantaba que su novia “es vitamina”. Va a arrasar ahí fuera. Cuando Noemí escucha la canción y exclama “soy yo, está hablando de mí” lo dice en broma pero está dando con la clave exacta de por qué esa canción va a funcionar en todas las playlists de Spotify.
La puesta en escena de la actuación de ropa blanca sobre fondo blanco hacía que solo se vieran tres cosas: la cara de Lucas (y menuda cara, esa cara es lo que ve Ricardo Gómez en el espejo cuando se levanta de buen humor), sus sobacos y los ojos de su novia asomando por el escote en plan “es mío, zorras”. Es increíble cómo están tatuados esos ojos. Te siguen allá donde vayas, como una versión yasssificada de la Mona Lisa. Pero Lucas desafinó. Y si desafinas en ‘Nada cambiará mi amor por ti’ la canción no te ofrecerá otra cosa a la que agarrarse. El resultado fue la nominación más evidente de la noche.
Al final de la actuación de Lucas, por cierto, la cámara se alejó dejándole solo en su refugio blanco pero rodeado de una oscuridad total. Fue un plano decididamente cinematográfico en una gala en la que la realización elevó las actuaciones (sobre todo la de Ruslana) y en la que el vestuario, por fin, sacó lo mejor de los concursantes. Sobre todo el de Bea.
La semana pasada el tema más comentado en Twitter fue el de Bea contándole a Abril que se puso el traje azul porque alguien llegó y le dijo “solo hay esto, póntelo”. Ante la polémica, Noemí Galera enumeró en Twitter una lista con los 15 looks opcionales que le habían dado a Bea, porque Noemí sabe que el público de OT necesita sentir que mantiene un diálogo con el programa. Ese es su propio mundo de Oz. Para esta gala le pusieron un mono de chica Bond que resaltaba sus curvas y que ella aprovechó meneándose de un lado al otro del escenario. Al acortar ‘River Deep Mountain High’, se perdieron las trepidantes subidas y bajadas de la canción, que son lo que hacen que ‘River Deep Mountain High’ sea lo que es, así que se quedó en una constante subida algo histérica. Pero Bea le echó morro y tiró de sus mejores trucos, porque ella ha decidido que el piloto automático es su mejor escenario posible a estas alturas.
A Chiara la vistieron de la Kardashian para cantar ‘Kill Bill’ en un escenario claramente inspirado por ‘Saltburn’ (ya que Prime Video les puso ‘Culpa mía’, ¿por qué no grabarles viendo ‘Saltburn’?) y rodeada de figurantes que no se inmutaban ante su presencia. Ahora Chiara sabe lo que se siente cuando vas al Marta cariño e intentas hacer contacto visual con los hombres. La idea molaba, pero jugó en contra de Chiara. Era como si el desdén de los figurantes se correspondiese con lo que debían sentir los espectadores en casa. Esa canción tan lánguida le habría sentado genial a Violeta y en la voz de una cantante como Chiara (incapaz de no decorar todas las sílabas) chirriaba. La letra trata sobre matar a tu exnovio y Chiara le dio un rollo cuqui que podría haber resultado extraperturbador, pero que se quedó en desganado. Aun así, tanto la escenografía como ella intentaron cosas y eso será siempre mejor que no intentar nada, del mismo modo que siempre será mejor que exista OT a que no.
Antes de la actuación de Abraham Mateo (que, por cierto, estaba tan moreno que parecía que estaba haciendo blackface), Chenoa le preguntó: “Si fueras concursante de OT, ¿cómo estarías?”. Nominado, Chenoa. Estaría nominado. Y mira que Abraham tiene talento (durante años fue el único cantante masculino en España que bailaba), pero su dueto con Omar Montes fue la peor actuación de la gala, algo inconcebible tratándose de dos estrellas invitadas. Ambos empezaron detrás de una barra limpiándola con un trapo, lo cual solo puede ser un guiño a que eso es exactamente lo que están haciendo en una realidad paralela, y a continuación se pasearon por el escenario como si se acabaran de levantar de la siesta. Y luego se acabó.
Netflix se puede ver en 192 países, una cifra de la que presumen mucho, pero lo cierto es que Prime Video es la plataforma presente en más territorios del planeta: más de 200. Prime Video se ve hasta en Jamaica. Esto quiere decir que existe la posibilidad de que anoche Usain Bolt sintonizase Prime Video y, al ver a Masi, exclamase “Joder qué rápido va esta tía”. En defensa de Masi, y por pura empatía, hay que reconocer dos cosas: que anoche sí hizo alguna que otra pausa y que tiene el curro más desagradecido de cada gala. Ella, a diferencia de los demás protagonistas del programa, no puede improvisar ni saltarse trozos de guion. Ella está obligada a decir un contenido muy concreto que incluya las palabras “ING”, “Cuenta no-cuenta”, “nómada” y “formación” en un breve espacio de tiempo.
Anoche Masi le tendió una trampa a Chenoa: mientras estaban de cháchara le soltó a la cara “HoyelnómadafavoritonocruzarálapasarelaperosiguedisfrutandodelosbeneficiosdeINGqueporsupuestosigueapoyandolaformacióndelosniños”. Y claro, Masi habla tan rápido que, para cuando Chenoa quiso reaccionar, Masi ya iba por “apoyandolaformación”, así que Chenoa le dijo “PUES NADA AQUÍ TE DEJO CON ELLOS” y huyó del plano porque esas 26 palabras con ambas mujeres en el mismo plano valen muchísimo más dinero del que paga ING (que espero que sea mucho porque vaya turra). El nómada favorito, por cierto, fue Naiara, así que ya acumula 6000 euros para su formación (y con “formación” quiero decir un alerón con forma de alas rosas para el Audi).
Buika abrió la gala llamando a Chenoa “oso galáctico” y dijo que se sentía “euforicosmia en mis entrepechos que no puedo with my life”, porque a estas alturas Buika ha sido reemplazada por una IA de Buika. Cris Regatero llevaba tantos lazos rosas que parecía su propio meme de Cris Regaterette. Y la cachonda de Chenoa le preguntó a Pablo Rouss si en algún momento de la edición se había quedado bloqueado por no saber a quién nominar. ¿Os imagináis a Pablo Rouss bloqueado? Él, por supuesto, respondió que “está muy complicado porque hay mucho nivel”.
Pero oye, tiene toda la razón. La gala de anoche fue la mejor de la edición y una de las más redondas de todo OT. Los nueve concursantes lo hicieron muy bien y los cuatro nominados habrían estado salvados en cualquier otra gala, así que no es que estuvieran mal, es que había cuatro que eran imposibles de nominar: Juanjo, Naiara, Martin y Paul. Por alguna razón, nominaron a Paul. Buika tuvo que inventarse una sarta de milongas (que si “la potencia sin control”, que si “el ansia boicotea la voz”) para nominarle. Todo lo que le dijo era, sencillamente, mentira. Si algo tuvo Paul es control y si algo supo usar es la voz. Claro que interpretó con ansia. ¿Ha escuchado Buika lo que dice la letra? Es literalmente una canción sobre el ansia. La única explicación posible es que a Buika ni le gusta Paul ni entiende la canción que cantó, por eso es chocante que subrayase que la decisión de nominarle había sido unánime, algo que nunca se desvela en OT. Cris Regaterette y Pablo Rouss sí están más familiarizados con ese estilo musical, ¿realmente piensan que Paul podría haberlo hecho mejor? ¿Qué tiene que hacer entonces para que no le nominen?
Los profesores le salvaron a él y los compañeros a Ruslana. Se quedaron nominados Lucas y Chiara, dos concursantes muy diferentes, y resulta difícil adivinar el resultado: Chiara es la que mejor cae como persona (aunque eso no ha salvado a Álvaro Mayo) y Lucas el que más ha evolucionado en la academia. O eso, o le queda genial el pelo corto. Lo siento, es imposible averiguar la diferencia. Es que le queda demasiado bien el pelo corto. Lucas es un concursante que habría funcionado en cualquiera de las doce ediciones. Es curioso que en la edición más diversa y con perfiles más rupturistas de toda la historia de OT, el público haya abrazado a un emblema de la normalidad más absoluta como Lucas. Resulta que sí, a todo el mundo le gusta que le guarden en el móvil como “Mi niña”. Y nadie quiere reconocerlo, pero votar a Lucas esta semana es una manera de admitírtelo a ti misma. Porque al votar en OT estamos eligiendo en qué realidad queremos vivir.
De todos los grupos que podían registrar el nombre The Smile, se lo quedó la banda paralela de dos miembros de Radiohead, Thom Yorke y Jonny Greenwood, junto al percusionista de Sons of Kemet, Tom Skinner. La alegría de la huerta. El verso que les inspiró, claro, no era el más carpetero de Bécquer, sino de Ted Hughes y hablaba del poder disuasorio de una sonrisa enigmática, una capaz de manipular multitudes. Thom Yorke no estaba pensando en sonrisas Profidén, sino más bien en la sonrisa del «tipo que te miente a diario».
Los autores de ‘Paranoid Android’ continúan mirando al mundo con recelo, quizá con más razón que nunca. En una de las canciones del segundo disco de esta formación, llamada ‘Friend of a Friend’, Yorke vuelve a cuestionar el sistema actual, partiendo de una idea surgida en pandemia (de ahí la mención a los «balcones»). “¿Todo ese dinero dónde fue? Al bolsillo de alguien. Un amigo de un amigo”.
Ni sonrisas falsas ni amigos que son todo lo contrario. Las inquietudes de The Smile son las mismas que las de Radiohead, hasta el punto de que ambos proyectos confluyen en algunos puntos. Como es habitual en la carrera de Yorke, ha retomado ideas abandonadas en el pasado y el corte llamado ‘Wall of Eyes’ contiene referencias al periódico que acompañó la edición de ‘The King of Limbs’ (2011). La buena noticia es que la formación se asienta y este nuevo álbum suena mejor amalgamado que su debut, aquel disco que nos hizo pensar por un momento que The Smile iban a ser un divertimento punk.
Nada más lejos. ‘Wall of Eyes’ es más bien el tipo de disco que se graba en Abbey Road, con la Orquesta Contemporánea de Londres haciendo arreglos, un contrabajo que ha tomado buena nota de maestros del jazz (Alice Coltrane y Miles Davis siempre aparecieron entre las influencias de Radiohead) y un sentido de la producción que consiente efectos, truenos y susurros, con otro ojo puesto en la factoría WARP.
Mientras el principio de ‘I Quit’ conecta con sus primeros experimentos en ‘The Bends’ (1995), ‘Wall of Eyes’ es un disco que se caracteriza por presentar varias composiciones que se dividen en varias partes, aunque parezca que no, lo que inevitablemente le conecta con ‘In Rainbows’ (2007). Si en ‘Read the Room’ ya contrastaban su parte más infantil con la más espinosa, su outro intentará volar por libre, antes de ofrecer un final totalmente abrupto. En ‘Teleharmonic’ las flautas llevan el tema a otro lugar. En ‘Bending Hectic’ el momento en el que estallan las cuerdas da buena cuenta de la experiencia adquirida por Jonny Greenwood como compositor de bandas sonoras. Justo después, el desgarro guitarrero.
Bien estructurado junto al productor Sam Petts-Davies (ojo, no por Nigel Godrich), el disco presenta seguidas al cierre de la cara A, las dos canciones de guitarras más punzantes y disonantes. ‘Read the Room’ y ‘Under the Pillows’ parecen ahijadas de aquellas bandas de rock de los 70 con que se criaron, y contentarán a los seguidores de sus inicios. Y al cierre de la cara B llegarán sus dos mejores composiciones. Los 8 minutos de ‘Bending Hectic’ son el gran caballo ganador aquí y ‘You Know Me!’, su gran joya oculta. En esta se acercan por fin a la atemporalidad de sus grandes clásicos. No te puede salir un ‘Karma Police’ o un «Street Spirit» a diario, ¿pero qué hay del nuevo ‘Nude’? ¡Al menos un ‘True Love Waits‘!
‘Bending Hectic’, además, apunta alto con su referencia a Shakespeare, lo cual hará cierta gracia a quien recuerde que el grupo escribió ‘Exit Music’ para una adaptación de ‘Romeo y Julieta’. Decía una de las citas más conocidas de ‘Hamlet’: «Ser o no ser, esa es la cuestión: si es más noble para el alma soportar las flechas y pedradas de la áspera fortuna o armarse contra un mar de adversidades y darles fin en el encuentro». En este tema mutante, Thom Yorke no sabe si usar las «flechas» y las «pedradas» para liberarse o hundirse. Es su tradicional disyuntiva. Su voz, su música, sus textos, a cada estrofa transmiten algo totalmente diferente.
Camera Obscura vuelven a la escena musical después de 10 años de sequía. Lo hacen con ‘Look to the East, Look to the West’, álbum que supondrá la continuación de ‘Desire Lines’. Su lanzamiento está programado para el próximo 3 de mayo.
El grupo, además, ha compartido un adelanto del disco con la publicación de ‘Big Love’, el que es el single principal. El tema oscila entre el country rock y el progresivo, convirtiendo una ruptura en el eje de su narrativa. «Fue un gran amor, dijo / Por eso tardó diez años en sacarla de su cabeza», dice la canción.
«‘Big Love’ es nuestro tributo a Waylon Jennings, con un guiño a Sandy Denny y la banda de rock progresivo Scope», ha comentado la guitarrista y vocalista Tracyanne Campbell. «Es una canción sobre no mirar atrás, tener fe en el presente y el futuro», continúa.
‘Look to the East, Look to the West’ nace bajo la premisa de ser el álbum más complicado de la carrera de Camera Obscura. Tras el fallecimiento en 2015 de la teclista fundadora Carey Lander, la banda entró en una pausa prolongada. Pese a que permanecieron en contacto, su estado era incierto. Hoy, esa pausa termina para dar el pistoletazo de salida a una nueva etapa.
El número 1 de Eladio Carrión en la lista de Álbumes España era ya una muestra de su gran éxito con el lanzamiento de ‘Sol María’; sin embargo, su dominio absoluto en la lista de singles lleva su triunfo a una escala superior. El cantante ha posicionado hasta 16 canciones entre las 100 más escuchadas de la semana en nuestro país. El disco tiene 17.
El único tema que no ha entrado en la lista se trata de ‘That Mother***** Eladio’, un skit de 40 segundos. Por lo demás, absolutamente todos hacen su entrada: ‘Bendecido’ (#17), ‘La Canción Feliz del Disco’ con Milo J (#35), ‘TQMQA’ (#29), ‘Sonrisa’ (#52), ‘Sigo Enamorau’ (#40), ‘Tu Ritmo’ (#47), ‘Hey Lil Mama’ con Rauw Alejandro (#9), ‘Tranquila Baby’ (#71), ‘Tanta Droga’ con Arcángel y De La Ghetto (#54), ‘El Malo’ con Sech (#10), ‘Fé, Cojones y Paciencia’ (#86), ‘Todo Lit’ con Duki (#58), ‘Mencionar’ (#90), ‘RKO’ (#41), ‘Luchas Mentales’ (#88) y ‘Mama’s Boy’ con Nach (#64).
En la posición más alta se mantienen Bizarrap y Young Miko con su colaboración, que supuso el séptimo número 1 para el argentino. Por otro lado, otro de sus más recientes colaboradores, Milo J, parece haber encontrado un hit en su tema ‘M.A.I.’, que escala del puesto 47 al 16. Asimismo, Mesita, Nicki Nicole, Tiago PZK y Emilia ascienden en su tercera semana al top 10 con ‘Una Foto Remix’ (#7).
Las dos últimas entradas (y las únicas que no pertenecen a Eladio Carrión) se las adjudican Álvaro de Luna de la mano de su ‘suerte’ (#89) y Gonzy con ‘XClusivo’ (#95).
En el día en que se celebra la primera semifinal de Benidorm Fest, hoy 30 de enero, Shangay publica una entrevista con Vicco, una de las grandes beneficiadas de su paso por el certamen, pues ‘Nochentera’ ha sido uno de los mayores éxitos de todo 2023 y quién sabe si también lo será de 2024: el tema continúa a día de hoy entre los 40 más escuchados del país.
En la entrevista, Vicco da poquísimos detalles acerca de sus próximos pasos musicales. En concreto, comparte dos noticias. En primer lugar, Vicco adelanta que su próximo single, uno en el que tiene «mucha fe», sale «en breve». En segundo, pone fecha provisional a su disco: «En primavera espero que vea la luz el álbum en el que llevo meses trabajando”.
Vicco ha publicado varios singles a lo largo de 2023, como ‘Pop’, ‘Todo me da igual’ o ‘tequiero’ con Abraham Mateo. Ninguno de ellos ha alcanzado la repercusión de ‘Nochentera’, pero todos han ido construyendo la marca de Vicco con buenas melodías y producciones mejores que los de ese multitudinario tema.
Vicco habla de otros momentos de su carrera en Shangay. La catalana recuerda sus inicios y explica que estuvo a punto de tirar la toalla cuando percibió que su carrera no despegaba, antes de ‘Nochentera’. Vicco recuerda que, cuando era más joven, su sueño era triunfar rápidamente, y pone a Ariana Grande como ejemplo de artista cuyo éxito quería emular.
Shangay no deja de preguntar a Vicco por la polémica de aquellas dos entrevistas en las que parecía mostrar simpatía por Ayuso y Abascal y ninguna por Sánchez. Vicco reitera que no pilota de política, que de hecho la política es su «talón de Aquiles», y apunta que «la suelo cagar fácilmente hablando». Además, señala que «el periodista que me hizo esas entrevistas es conflictivo».
En la entrevista, Vicco recuerda su sufrimiento durante esos días de polémica en redes: «Empecé a recibir comentarios horrorosos, incluso de gente del colectivo», relata. Vicco asegura que «me di cuenta de que la había cagado, y que quizá estaba quedando como una farsante». No obstante, Vicco insiste en que ella exige «respeto para todo el mundo» y que rechaza «a todo quien vulnere los derechos humanos», y recuerda que ella «forma parte del colectivo». Vicco apunta que ha estado lidiando con las secuelas de la polémica con ayuda de terapia.
Desde hace tiempo, TOPS ha sido una de las bandas favoritas de los fans del soft-rock contemporáneo. Si te gustaban Tennis o Real Estate era bastante difícil, bastante improbable, que no te gustara al menos una canción de TOPS. Y ellos tienen un buen puñado de buenas canciones.
Uno de los mayores fans de TOPS es Chris Cantalini, editor detrás del blog Gorilla vs Bear. Él cuenta que Grimes le habló de la música de TOPS por primera vez y que, desde entonces, TOPS es su banda favorita. Gorilla vs Bear tiene sello propio, Luminelle, y, a través de este sello, saldrá la primera referencia de Jane Penny, cantante de TOPS, en solitario.
‘Surfacing’, el primer EP de Jane Penny, sale el 5 de abril, y el primer single es un pequeño tesoro de ese soft-pop con teclados que TOPS saben hacer muy bien. En la Canción Del Día se funden en perfecta armonía dos elementos, la bruma de la producción, tan envolvente, y la voz de Penny, puro pegamento sonoro que mejora cualquier melodía que caiga sobre ella.
‘Messages’ es una canción sobre «recibir notificaciones de todo el mundo menos de la persona que quieres». Penny cuenta que el sample que abre ‘Messages’ está sacado de los «extraños» mensajes de voz que dejan los lectores de tarjeta de crédito en los taxis de Montreal.
En el vídeo de ‘Messages’, Penny se busca a sí misma en Montreal, inspirándose en la película noir de 1943 ‘Meshes Of The Afternoon’, de Maya Deren, y también por supuesto en su propia carrera, en su paso de tocar en una banda a hacerlo sola.
A petición de Gut Derby, oyente del podcast, dedicamos el nuevo episodio de REVELACIÓN O TIMO a los denominados «sad bangers». Se trata de llenapistas que se han convertido en clásicos en los clubs donde se pincha música pop, pero que curiosamente tienen melodías o letras muy tristes. Por significado, son composiciones más para abrirse las venas que para dar saltos de alegría, aunque a veces hayan producido el efecto contrario.
Nuestro colaborador Jaime Cristóbal nos explica técnicamente en qué consisten este tipo de canciones. En general, suelen ser temas de acordes menores -en contraste con los acordes mayores que suelen tener las canciones bailables-, pero con un beat que las empuja de algún modo hacia la pista de baile.
Dedicamos la primera mitad del podcast a tratar de dilucidar en qué consiste este fenómeno y de cuándo procede; y una segunda mitad a comentar algunos de los ejemplos más ilustrativos. Robyn inspiró específicamente su clásico ‘Dancing On My Own’ en el hit de Ultravox ‘Dancing With Tears in My Eyes’.
Hablamos también de algunos temas de dance noventero como ‘Please Don’t Go’, ‘What Is Love’ o ‘Children’; también de temas de Saint Etienne, los Cardigans, Mónica Naranjo y OBK. Y finalmente nos preguntamos si aquellos clásicos de la música disco de los 70 (‘I Will Survive’, ‘Dancing Queen’) serían «sad bangers» o todo lo contrario.
Con un nuevo álbum a la vista, The Libertines siguen publicando música que nos haga saber qué esperar de cara al lanzamiento de ‘All Quiet on the Eastern Esplanade’, que sale el próximo 8 de marzo. Su última propuesta, ‘Shiver’, supone el tercer adelanto del grupo británico.
Es fácil enmarcar ‘Shiver’ dentro de los temas que conocemos hasta el momento. Si bien comienza con unos primeros acordes a piano, rápidamente la canción coge el ritmo característico pero más pausado de ‘Run Run Run’, sirviendo como punto intermedio entre dicho tema y la tranquila ‘Night Of The Hunter’.
La canción, con una narrativa que nos lleva a una situación de guerra donde un soldado es el protagonista, rinde tributo a la reina Isabel II de Inglaterra tras su fallecimiento. «Todos hacían cola para mirar / La anciana se ha ido / Mientras el andrajoso estandarte toca el suelo / Otro día de coronación», cantan The Libertines.
«Peter tenía una canción en su cabeza y yo tenía otra, así que las mezclamos y lo convertimos en una colaboración», ha comentado Carl Barât. «Me costaría decir quién hizo qué, porque los dos estuvimos ahí todo el tiempo durante su creación. En realidad debería llamarse ‘The Last Dream Of Every Dying Soldier’, pero a todo el mundo le gustó el título ‘Shiver'», ha confesado Peter Doherty.