Este fin de semana se ha celebrado una nueva edición de Eurovisión Junior en Armenia. La gran ganadora ha sido Francia, en concreto gracias a la canción del joven Lissandro, que ha recibido 203 puntos.
Lissandro se declara fan de Bruno Mars y eso se nota en la presentación de su tema ‘Oh maman’ (en español “Ay, mamá”), cuya presentación en vivo tenía ciertas reminiscencias de las grandes estrellas de rock de los años 50, tipo Elvis Presley. Al grito final, el escenario ardía como si fuera el de Jerry Lee Lewis. A sus 13 años, Lissandro es actor de doblaje en series y películas de animación (como Rigoberta Bandini, por cierto).
Carlos Higes, que representaba a España con ‘Señorita’, ha obtenido un 6º lugar con 137 puntos. La mayoría de ellos, 78, han provenido del televoto. Este dato supone una mejora respecto al 15º lugar que había obtenido España en el certamen en 2021, aunque esta vez hemos quedado fuera de las primeras posiciones a que nos habíamos acostumbrado en Eurovisión Junior: los 6 primeros años que participamos, España quedó en el top 3 hasta 5 veces y además fue 4ª la otra ocasión.
Carlos Higes ha dado un show muy David Civera/Ramón/Bisbal, con la producción de ‘Señorita’ solo ligeramente más inclinada hacia los terrenos de Lola Indigo.
La actuación de Francia no ha entusiasmado demasiado en nuestro foro de Eurovisión. Vdesantos comentaba: «La de Francia por mucho empeño que le ponga el niño me parece un poco olvidable, la del año pasado la recuerdo mejor». Svampita apuntaba: «A mí la ganadora me parece una castaña. Lo que lleva Francia siempre, pero el niño lo hace muy bien. En Reddit todo el mundo se ha quedado a cuadros». Marcecar sí ha definido la victoria como «correcta»: «Nadie esperaba a Francia ganando, creo. Las gimnasias vocales del niño son buenísimas, el jurado le ha dado buenos puntos y tercer puesto en el televoto. Ha sido una victoria correcta». Estos han sido los resultados finales:
Francia: Lissandro – Oh maman!: 203
Armenia: Nare – Dance!: 180
Georgia: Mariam Bigvava – I Believe: 161
Irlanda: Sophie Lennon – Solas: 150
Reino Unido: Freya Skye – Lose My Head: 146
España: Carlos Higes – Señorita: 137
Países Bajos: Luna – La festa: 128
Portugal: Nicolas Alves – Anos 70: 121
Ucrania: Zlata Dziunka – Nezlamna: 111
Polonia: Laura – To The Moon: 95
Italia: Chanel Dilecta – Bla bla bla: 95
Albania: Kejtlin Gjata – Pakëz diell: 94
Serbia: Katarina Savić – Svet bez granica: 92
Macedonia del Norte: Lara e Irina con Jovan – Životot e pred mene: 54
Kazajistán: David Charlin – Jer-Ana: 47
Malta: Gaia Gambuzzi – Diamonds in the Sky: 43
Tras el aluvión de críticas a Ticketmaster por los problemas durante la venta de entradas del próximo tour de Taylor Swift, ahora la compañía se ha visto envuelta en otra polémica. Esta vez, con el fandom de Bad Bunny. En el último concierto del ‘World’s Hottest Tour’, celebrado en el Estadio Azteca de México, cientos de fans se quedaron sin disfrutar de la actuación del puertorriqueño debido a que muchas entradas compradas en Ticketmaster fueron consideradas por el equipo de seguridad como falsas, duplicadas o canceladas por la propia empresa, según informa Vulture.
El problema fue que muchos asistentes aseguraron que sus entradas eran válidas, ya que llevaban el check verde que prueba que son verídicas. Sin embargo, sus tickets fueron confiscados al entrar porque se creía que eran imitaciones. A pesar de haber hecho sold out, fotos y vídeos del concierto prueban que el recinto no estaba en su límite de capacidad, el cual rondaría las 87.000 personas, incluso después de haber comenzado.
Una vez más, Ticketmaster publicó un comunicado en redes sociales disculpándose con los fans que no fueron admitidos en el concierto. La compañía se ha escudado en que había un número «sin precedentes» de entradas falsas circulando, lo cual, según Ticketmaster, causó confusión e hizo que muchos asistentes se perdieran el concierto, pese a tener entradas válidas. En el mismo texto se indicaba cómo se podía solicitar un reembolso, siempre y cuando existiese una prueba electrónica de no haber podido entrar.
Por otro lado, la cuenta oficial del Estadio Azteca también ha publicado su propia versión de los hechos, echando toda la culpa del asunto a Ticketmaster: «Se exhorta a las personas afectadas a interponer directamente sus quejas en el servicio Ticketmaster».
UPDATE: The concert's begun and it’s at 60% of its full capacity, this is BEYOND embarrassing and disrespectful to Bad Bunny and to his fans, SHAME ON YOU @Ticketmasterpic.twitter.com/UkBfwcbCIE
En el wrapped de spotify de Javier Carrasco, Betacam, aparece como una de las canciones más escuchadas del año ‘Un hombre solo’ de Julio Iglesias. Poca broma, que en Mondosonoro a Betacam le acaban de bautizar como “el Julio Iglesias del indie actual”. Que no se asuste nadie: no, Betacam no se ha convertido en Julio (por suerte). Pero sí que recoge el espíritu de ese Julio, del señor que ve escapar su juventud, se encuentra solo, le sobreviene la bajona y te la canta con una producción fenomenal. Así es como se siente Betacam: un hombre solo, en perpetua zozobra sentimental, en perpetuo autocuestionamiento. A la producción intenta acercarse a su modesta manera.
Confieso, por eso, que aún me siento lejos de reivindicar a Julio Iglesias. Demasiados traumas infantiles asociados (gracias, papá). Y, como mujer de mediana edad, no soy capaz de empatizar del todo con un imaginario tan de señor. Pues un poco lo que me ha pasado de entrada con ‘La noche interior’: me ha costado lo mío volver a conectar con Betacam, porque me es difícil simpatizar con ese universo sentimental de hombre hetero. Javier, no eres tú: soy yo.
Pero, una vez superados mis prejuicios iniciales, me he encontrado con un disco reconfortante y sanador, en cierta manera. Betacam abraza definitivamente el pop adulto, ochentero y elegante, de medios tiempos, baladones y confesiones a piano. Carrasco prolonga así dos de sus universos: el de ‘La discusión’ por un lado (desamor y rupturas) y ‘Lo único que tengo’ (enamoramiento y adoración). El techno pop más saltarín y bailable de ‘Chacal’ ha sido ligeramente aparcado, pero va reapareciendo gozosamente a lo largo del disco.
Abre ‘Mejor no hablar de amor’, poseedora de una épica sintética emotiva, muy New Order, donde Carrasco canta sobre reencuentros con chicas a la que has querido, pero ya no… aunque algo quede. En ‘Tan solo algo de ayuda’, sobre un perpetuo crescendo, Carrasco, se cuestiona como músico, editor (su otro oficio) y persona… hasta que llega Miren Iza, Tulsa, a poner los puntos sobre las íes, y le desmonta todo el discurso victimista de manera muy simpática y cariñosa. ‘XX’ es como una canción italiana de los ochenta, a dúo con Amaia Tirapu de Kokoshca e Isa Cea de Triángulo de Amor Bizarro, para relatar el auge y caída de una (o más de una) relación pasional.
‘Yo nací para quererte’ abandona el discurso más, ehem, llorón, para pasarse al del amante incondicional: la declaración rendida del tío majo que nació para eso, para quererte, con un estupendo estribillo que canta Marta España (Marta Movidas) y con bien de saxos sintéticos. Pero la mejor de las canciones de adoración es la que le roba el título a José Luis López Vázquez: ‘Un esclavo, un siervo’ que, entre tanto amor, no puede evitar las pinceladas de humor: “Sabes que haría cualquier cosa por ti, incluso ir de compras un viernes por Madrid”. La canción más «uptempo» y animada, con unos coros que repiten alegremente: “¡Soy! ¡Soy!”.
Javi Carrasco se va irónicamente al lado social del asunto en el tramo final del disco. Primero en la energética ‘El capitalismo ha hecho llorar a Merche’, con Lucas Bolaño (Estrella Fugaz). Aquí recupera el brillo más dance-pop, rezuma de momentos house de esos de subir los brazos, en una proclama anti capitalista tan naïve como certera. ‘BRB internacional’ es una referencia que los viejos del lugar (hola) captaremos a la primera, porque funciona como outro de serie de animación de los ochenta, llena de deseos de paz y amor universal, rimas consonantes, una melodía pegadiza y requiebros emocionantes.
‘La noche interior’ es un acto de confesión y sinceridad. Aquí el amor es la guerra, como cantaba una de las innumerables bandas de Betacam, Rusos blancos, en ‘Camas y trincheras’. Pero también anhelo, consuelo y… principio de muchos males. Todo esto cantado por Betacam, con su capacidad de restar algo de drama y de reírse de sí mismo, mientras va dando de lleno al corazón.
Ya no voy a Malasaña tanto como solía, pero por alguna razón es en El Rincón donde Vicente Navarro me cita para contarme los entresijos de su segundo disco, ‘Las manos‘.
Súper serio, el artista -también actor- da los detalles que solo se dejan entrever en las letras, sencillas pero muy poéticas. La guerra, la crispación, la muerte… son algunos de los temas de un álbum que ha querido ser más electrónico que su debut ‘Casi tierra’, que en esta casa siempre defendimos como uno de los mejores de su año. Esta vez no hemos tenido mucho tiempo para asimilarlo, pero es nuestro «Disco de la Semana» y seguro que nos acompañará durante muchísimos meses de 2023 dada su calidad y sus presentaciones en directo. De momento conocemos dos: Madrid el 8 de febrero, Barcelona el 3 de marzo.
¿Qué diferencia este disco del anterior?
Quería mantener la esencia tradicional, pero añadir otras caras. Era la evolución lógica: quería probar nuevos ritmos, explorar la acentuación de las letras… ‘En el río’ puede tocarse con ‘La mañana’, pero es diferente. Es más oscuro, más difícil.
‘El primero’ es la canción que tiene más ritmos nuevos, ¿no? Con la parte drum&bass.
El productor Damián (Schwartz) es DJ también, pero tampoco ha habido una dirección concreta, de repente aparecía un ritmo y mandaba. Sí hubo decisiones previas, como usar el 808, el bombo bajo, los bpm’s son más rápidos… Me quedé con ganas en ‘Toro’ y también esa parte de mi música soy yo. El castellano y la raíz es una parte, pero la música va cambiando respetando ese poso. Aunque si una canción se quiere quedar sola, se queda sola.
¿Por qué ‘El primero’ no es el single? Os daba miedo no entrar en playlists?
Valoras muchos factores. Iba a ser el segundo single, pero estaba ‘Camposanto’ también. A todos nos gustó mucho ‘Una herida’ y cuando rodamos el vídeo en agosto, aún faltaba trabajo por hacer. Estaba entre esas tres. Con el segundo tema, lo que queremos es que llegue a mucha gente. Las playlists no saben dónde colocarme. Algo que tiene trap, folclore con drum&bass… Y ‘Camposanto’ era muy clara. Quería decir que hago cosas diferentes pero que sigo siendo yo.
También depende de cómo te veas, si quieres ser visto como alguien que experimenta con el drum&bass o como algo más folclórico.
El folclore no es una decisión, tiene que ver con cómo enfoco la lírica. Haga lo que haga siempre voy a tirar de la tierra. Musicalmente, ‘Los juncos’ no tiene nada que ver con ‘El primero’, pero la letra sí. Aunque yo juegue, siempre va a haber eso. Aunque bueno, ya sabes que luego la vida te puede llevar por otro sitio (risas).
Hay mucho de nuestro folclore en los campos semánticos: la plaza, la fuente, el candil… ¿Melódicamente también?
En ‘La fuente’ hay un sample de Imperio Argentina, de ‘El día que nací yo’, de los años 40. Y en ‘El primero’, del Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo. La manera de trabajar la flauta travesera… La escala armónica que se llama árabe tiene mucho de flamenco, aunque es más complejo que eso, me lleva mucho a «Tierra». La copla está tocando. Este disco tiene más de esas melodías y el piano, que en principio me parecía una cosa más anglosajona, se va a ese tipo de armonías porque me ayudan a bajar.
He buscado los samples, pero no vienen en los créditos…
Creo que no, pero sí que miramos todo lo legal.
Lo que sí es anglosajón es el drum&bass. Últimamente está por todas partes, como el disco de PinkPantheress… ¿Escuchabas drum&bass de los 90 o estás más en el «revival»?
La estuve escuchando, sí. ‘El primero’ es así desde el principio, el drum&bass está así desde la demo. Luego lo vi con Damián, él viene de ahí. Él pinchaba eso y house. Pertenecía a una asociación de dj’s desde muy jovencito. Es adicto a los vinilos. Yo no quería meter por meter, pero en esa canción sí que quería decir «no soy solo una cosa». De la misma manera que puedo meter el trap, esto también lo escucho. También tenía en mente el directo, para generar sorpresa. Es una coda, es una transición de ritmos.
¿No fue una tentación seguir explorando esa vía? No digo meter un drum&bass al final de todas las canciones, sino explorar diferentes ritmos.
Pensamos que podíamos llegar tarde y nos dijeran «os estáis sumando». Había que hacerlo ahora o no iba a tener sentido. ‘La soledad da sueño’ también tiene algo de trap, de mezclar hip hop con folclore. En ‘La fuente’ hay un poquito de drum&bass también, cuando entra Imperio Argentina. Pero tampoco era «tenemos que meterlo», no queríamos forzarlo porque no funciona, si no. La canción pedía tirar por ahí.
¿Qué significan la portada y el título de ‘Las manos’?
Primero hice una portada de los singles, la que tú llamaste «La novia» en un artículo.
¿No ibas vestido de novia?
No lo pensé como tal. Yo tenía un velo de novia, pero no me lo coloqué como novia. Era una imagen de la sesión, el típico momento de «No estoy cómodo», cogí el ramo y surgió. Pero ha habido mucho trabajo en los últimos meses. He cambiado mucho en los últimos meses y el disco cada vez es más oscuro. Aquellas fotos ya no me representaban. No transmitían lo que yo quería ni el tipo de artista que pretendo ser. Cambié de diseñador, me puse a trabajar con Carlos Font, le hice un briefing con los fallos que había cometido, y me presentó esto hecho con inteligencia artificial: es cómo El Bosco pintaría mi rostro.
No me parece tanto El Bosco…
Lo aplicó solo a mi cara. Hizo 20 pruebas y mezclamos 2, El Bosco con otra cosa. No tengo perspectiva para saber si estoy yendo de flipao, si me estoy pasando, si me estoy quedando corto… Carlos me dijo: «¿tú te reconoces?». Yo dije: «sí, sí».
¿Y el nombre del disco?
Tenía muchos posibles títulos apuntados. Lancé 2 a alguna gente, no mucha, pero sí me gusta consultarlo. Había algo que no me terminaba de convencer, pero ‘Las manos’ sí. Había visto una obra de teatro de Jose Ramon Fernández llamada ‘Las manos’ que habla de adolescentes en los años 40. Y con las manos se saluda, se dice adiós, se labra… sí representa al disco y es más sencillo que lo que estaba buscando. Es el encuentro y la pérdida. En el vinilo hay mano A y mano B. Son las 2 maneras de ver las cosas. El encuentro y la despedida. Tengo un fetiche con las manos, y no pienso en manos de pianistas, sino en segadores. Son un montón de cosas.
¿Dices un fetiche sexual? Porque estás hablando más bien de trabajo, pero me llama la atención el uso de la palabra «fetiche».
Me llaman más que a la media. Puede ser desde algo sexual hasta lo laboral. Tiene mucho que ver con el trabajo, con lo duro, con el sufrir.
Has dicho que has cambiado mucho. ¿Qué quieres decir?
Había cosas que estaba probando que consistían en sumar: el color, las flores, el vestuario… Me preguntaba qué pasaría si me adentro ahí. Consistía en poner. Estuvo bien probarlo, pero he vuelto para atrás. Pasé del 1 al 2, y ahora estoy en «menos 1». Todo es mucho más sencillo y sobrio. Con todo el trabajo de estar concentrado con mezclas… me he ido desproveyendo de todo, estoy más abajo. Hay un antes y un después.
Robert Bartholot
No sé si te he entendido. Antes has dicho también que el disco es más oscuro. ¿Tiene algo que ver con eso?
Es más sucio y más feo. Menos fácil. Como la portada: no es tan fácil, no es tan bello o lo que se supone que es lo bello. Es incómodo.
Entiendo que no querías una cosa de flores. No eres La Casa Azul.
Estos últimos meses han sido muy cansados. Para todos. Eso influye en el disco. Me despojo de todo lo que no suma. Incluso tiene que ver con cómo pienso la gira. Se trata de ser certero, de ir al grano en el disco. Parecen letras complejas pero intento ir al grano.
«Björk o FKA twigs no son ese tipo de cosas fáciles. Si algo no entra a la primera puede ser un problema, pero yo tengo ese lado, quiero encontrarme con él y decir «me atrevo»»
¿Qué quieres decir con sucio?
No me representa la belleza que se entiende como clásica. Björk o FKA twigs no son ese tipo de cosas fáciles. Si algo no entra a la primera puede ser un problema, pero yo tengo ese lado, quiero encontrarme con él y decir «me atrevo».
¿Hay algo como de lo que se entendía como «lado femenino» de lo que hayas rehuido? Te has quitado un velo, flores, color…
Sí hice esa exploración, pero no he tirado el lado femenino. He tirado la suma, lo estrafalario. Las flores para mí eran cementerio. Eran muy bellas. No podía resumir el disco.
Hay mucho de religión en el disco, no sólo en ‘José’. No sé si es «San José» o es una canción sobre un hombre o todos los hombres.
Es todo eso. La canción se llamaba «J» porque nunca estuvo definido el título. Luego me di cuenta de que una parte de la canción estaba inspirada en un José, pero hay otras partes que no. Y pensé que ‘José’ hablaba de muchas cosas, del cristianismo… Es un nombre muy español de toda la vida. Hay canciones que se llaman ‘María’, ‘Noelia’, como la de Nino Bravo… y yo quería una que se llamara ‘José’.
«No soy creyente, ni cristiano-católico. Pero en este país Dios está muy presente. Siendo religioso o no. Decimos «que sea lo que Dios quiera», «Buenas noches nos dé Dios». Forma parte de nosotros y de cómo interactuamos»
¿Cuál es tu relación con la religión?
Me decían el otro día que hay 3 canciones en el disco que hablan de Dios. Fui a un colegio de monjas. No soy creyente, ni cristiano-católico. Pero en este país y en todos donde el cristianismo ha tenido fuerza, Dios está muy presente. Siendo religioso o no. Decimos «que sea lo que Dios quiera», «Buenas noches nos dé Dios». Forma parte de nosotros y de cómo interactuamos. Dios es omnisciente. En «Soledad» hay una señora despidiéndose en una ventana porque sabe que se va a morir, y esa señora sí cree en Dios. Toda la armonía de esa canción es muy árabe, también. ‘Los juncos’ habla de Dios porque me parece muy intrigante la idea de que algo no dependa de ti. En esa canción ha habido una invasión, una persona se despide de otra y no se volverán a ver. Habla de no tener en el control, hay una cosa más arriba que te dice lo que tienes que hacer.
Cuando hablas de una invasión, ¿estás hablando de política española?
De política española, mundial, de economía. Todo tiene reminiscencias. Estamos en un momento político violento, de dos bandos formándose, la guerra apretando, estamos acostumbrados a ver cosas en la televisión con distancia. La gente está cansada, hay gente que se quiere marchar, las enfermedades mentales están aflorando abiertamente ya…
El tema social lo percibí más bien en el anterior disco.
En ‘Los dientes’ y ‘Esternón’. En este está también en ‘La fuente’. ‘El primero’ está hablando de una huida. Lo que pasa es que elimino ciertas palabras. Queda más poético. La primera frase era «vamos a bailar los 3 hasta que aguanten las piernas». Hay una invasión en un pueblo, y somos 3 personas, un trío, da igual si de chicos o chicas, somos algo que la sociedad no entiende. Yo me escapo para intentar que no os maten a vosotros. ‘La fuente’ es sobre dos personas en el canto de una puerta. Un «no sé si voy a volver». Mi abuela en la guerra no salía de casa, mi abuelo hacía todos los recados.
He entendido lo del trío, pero no lo de la guerra.
Tampoco busco la complejidad. Si una frase bonita no dice nada… En el primer disco había un tema que hablaba de violencia machista y la gente estaba super happy con ella. Pues bueno, está al servicio del público. Cuando digo algo como «viene quemando la niebla» estoy hablando de partidos políticos extremos, del polvo, la lumbre… en esa niebla uno se escapa. Al final yo no tengo perspectiva sobre lo abstracto de una letra…
Dices que el disco habla también de la pérdida. ¿De qué?
Depende de la canción, gente que se pierde, yo a ti, tú a mí, la pérdida de la vida, hay mucho de muerte sin darme yo cuenta. ‘Los juncos’ es un encuentro y una manera de encontrarse es la reencarnación. ‘Los mayos’ es el encuentro también, en el entorno pandémico en que yo componía. Hay un halcón en la ventana y no nos vamos a volver a ver. Hay pérdida y encuentro todo el rato. ‘La fuente’ es la pérdida total, me voy y no vuelvo. ‘El primero’ es la huida. Hay «separación» todo el rato. Es verdad que creo que es más evidente… y hasta que no se explica…
¿Por qué has escrito sobre todo esto?
Cuando empecé, buscaba un refugio de la pandemia, me sentaba en el sofá de pensar, hablaba con mis compañeros… Compuse cuidando mucho las letras, que no cayeran en lugares comunes ni fueran ñoñas. quería hacer 25 canciones y cuando tuviera 25, dar el siguiente paso. Me puse a ver qué tenían en común. Vuelvo a hablar de Dios, de la muerte, de una manera inconsciente. Pensaba que de eso era sobre lo que quería hablar.
¿Pero has tenido alguna pérdida en pandemia, como de un abuelo o algo así?
Mi abuela se murió pero no está marcado por eso. Le escribí una canción y no sé si saldrá, pero ya estaba escribiendo sobre eso antes. A la mitad me dije: «está claro, vamos a apretar».
Como prometía durante este fin de semana, Little Simz ha publicado este lunes su nuevo álbum, ‘NO THANK YOU’, sin previo aviso. El sucesor del aclamado ‘Sometimes I Might Be an Introvert’, por el cual Simz ganó el Mercury Prize este año, ya está en la calle desde hoy mismo, lunes 12 de diciembre.
El single que se va a promocionar de cara a las playlists parece ‘Gorilla’, una de las canciones más crudas, desafiantes y divertidas en sus rimas y en sus cuatro notas de bajo funk, si bien quizá no es la más representativa. Hoy seleccionamos como «Canción del Día» ‘Silhouette’, el corte 3.
El álbum habla según la nota oficial de su sello sobre cómo Little Simz ha querido mantenerse «libre y espontánea» en medio de los sinsabores de la fama. Es habitual en el disco que la cantante rapee sobre puntos oscuros de su vida y después Cleo Sol de SAULT aparezca para arrojar luz en el estribillo o a través de un góspel muy sonoro. Es el caso te este tema, que incluye frases como “nadie te avisa de cuando está jodido”, “todo el mundo te da su opinión pero debería escuchar a mis entrañas” o «nunca me di cuenta de cuánto necesitaba establecer ciertas fronteras, si eres mi fan, ¿por qué te enfadas conmigo?”.
El estribillo en cambio muestra un cambio de tercio, siendo mucho más coreable y positivo, con líneas como “tu inseguridad no me destrozará / Solo eres capaz de ver la silueta, pero no contengas tu respiración / estoy protegida por la luz, date cuenta de que no podrás empujar mi alma”. Teniendo en cuenta que Little Simz y SAULT comparten al mismo productor, Inflo, y teniendo en cuenta también la deriva espiritual de los últimos 5 discos de SAULT que acaban de salir al mercado, tiene todo el sentido que sea Cleo Sol quien aporte todo esto.
En total, ‘NO THANK YOU’ incluye 10 nuevas canciones. Os dejamos también con su secuencia.
El último álbum de Stormzy comienza con ‘Fire + Water’, una sentida canción de dos partes que se extiende hasta los 8 minutos y en la que encontramos al londinense cantando y rapeando sobre el arrepentimiento que sigue a una relación rota. Él mismo ha descrito su tono en esta canción, tremendamente confesional y serio, como «la muerte del estilo», refiriéndose también a cómo asume la culpa sin metáforas ni eufemismos, al contrario de lo que tienden a hacer los raperos. La producción recuerda a la época cristiana de Kanye, valiéndose de pianos, coros, guitarras eléctricas, saxos y hermosas armonías para evitar que la extensa duración llegue a aburrir.
En esta decisión de comenzar el disco con ‘Fire + Water’, y no con un tema similar a ‘First Things First’ o ‘Big Michael’, Stormzy deja claro al oyente que ‘This Is What I Mean’ difiere bastante de ‘Gang Signs & Prayer’ y ‘Heavy Is The Head’, ya que nace desde otro lugar. Un lugar de arte, más que uno de ego. Él mismo se ha referido a este disco como «la cosa más egoísta que he hecho», simplemente por hacerlo sin ninguna audiencia objetivo en mente.
Esto último tampoco significa que Stormzy ya no haga bangers como los mencionados. De hecho, si hubiese querido que la intro de este disco fuese similar a las de los dos anteriores para ello habría elegido la canción ‘This Is What I Mean’, el segundo track del disco. Este es claramente el corte que más agradará a los fans del Stormzy más agresivo, con una base de coros chopeados y bajos durísimos en la que Big Mike deja claro que ha vuelto y que no es la misma persona que hace tres años («This ain’t the same man who said his head was heavy»).
Stormzy ya había mostrado sus dotes como cantante en temas como ‘Blinded By Your Grace’, ‘Crown’ o ‘Lessons’, pero no ha sido hasta este disco en el que se ha comprometido totalmente a su lado más melódico, y ‘Firebabe’ es la prueba más clara de ello. La agradable voz de Debbie Ehirim apoya a Stormzy en un tema en el que no hay ni un atisbo de rap. La grave voz de este es cálida y llega a transmitir más de lo que se expresa en la letra, que no va más allá de una canción de amor arquetípica.
A partir de este momento en la tracklist, las canciones se vuelven menos sorprendentes porque el elemento sorpresa del Stormzy cantarín/meditativo se agota bastante rápido. ‘Please’ es toda una confesión terapéutica sobre coro y piano en la que Stormzy también aprovecha para mandar ánimos a Meghan Markle («Please, leave Meghan alone»). Además, el tema vuelve a repetirse en ‘Sampha’s Plea’. Aunque la voz de Sampha siempre es maravillosa, el disco habría funcionado igual sin esta decisión. ‘Need You’, ‘Bad Blood’ y ‘Hide & Seek’ dan todas vueltas a los mismos temas (amor, desamor, ruptura…), y puede resultar un tanto redundante, pese a que las melodías siempre acaben siendo agradables.
El mayor problema que los fans acérrimos de Stormzy encontrarán en este tercer disco es que muchas canciones no parecen hechas por Stormzy. Esto no está ni bien ni mal, pero hay que entrar a la escucha con otra mentalidad. Aun así, la letra de canciones como ‘My Presidents Are Black’ o ‘I Got My Smile Back’ pueden recordar a los momentos más inspiradores de sus proyectos anteriores. La primera de estas, en especial, resulta ser el tema con más barras de todos y transmite un gran sentido de comunidad que es único en ‘This Is What I Mean’.
Stormzy termina el disco con ‘Give It To The Water’, una oración musicalizada que comparte tema con la soporífera ‘Holy Spirit’ y que, a la vez, resume todo el disco. Es una canción cálida, acogedora, para perderse en la melodía… Es extraño decir esto de un álbum de Stormzy, pero así se podría describir ‘This Is What I Mean’. No es un disco para poner en el coche a todo volumen, sino para caminar plácidamente por un paisaje bucólico. Sin embargo, pese a su mérito melódico, la poca variedad de temas que trata y la inexistente explosividad de muchas canciones puede hacer que la recta final del disco se haga demasiado larga.
NME ha publicado esta semana sus listas de fin de año. A saber, la de mejores discos del año y la de mejores canciones. Si las comparamos con las listas de otros medios, como Pitchfork o Rolling Stone, nos damos cuenta rápidamente de que NME ha propuesto una selección de discos y canciones bastante diferente. Para empezar, no hay ni rastro de Bad Bunny, uno de los artistas más aclamados del año y que ha ocupado altos puestos en la mayoría de listas.
Por otro lado, Rosalía sí ha tenido el favor de NME. ‘MOTOMAMI’ ha sido colocado como el noveno mejor disco de 2022, entre ‘Being Funny In A Foreign Language’ (#10) y ‘Supernova’ (#8) de las Nova Twins. Además, han elegido ‘CHICKEN TERIYAKI’ como una de las mejores canciones del año, posicionándola en el puesto 19. ‘Dawn FM’ (#31), ‘Harry’s House’ (#16) y ‘Midnights’ (#12) se han quedado a las puertas del Top 10, mientras que Beyoncé (#3), Wet Leg (#2) y Arctic Monkeys (#1) ocupan los puestos más altos.
Es como si Bad Bunny y Arctic Monkeys, quienes no aparecieron ni entre los 50 mejores discos de Pitchfork ni entre los 100 mejores de Rolling Stone, se hubiesen cambiado el uno por el otro. Además, los británicos han recibido dos menciones en la lista de mejores temas del año: ‘Body Paint’ en el puesto 24 y ‘There’d Better Be A Mirrorball’ en el número 5.
En cuestión de canciones, ‘CUFF IT’ de Beyoncé ha sido elegida como mejor canción del 2022, con Paramore (‘This Is Why’) y Harry Styles (‘As It Was’) en el segundo y tercer puesto, respectivamente. ‘Break My Soul’ tampoco se ha quedado fuera de la lista, en el puesto 20.
Los mejores discos de 2022 para NME:
1. Arctic Monkeys / ‘The Car’
2. Wet Leg / ‘Wet leg’
3. Beyoncé / ‘RENAISSANCE’
4. Fontaines D.C. / ‘Skinty Fia’
5. Kendrick Lamar / ‘Mr. Morale & The Big Steppers’
6. Rina Sawayama / ‘Hold The Girl’
7. Charlotte Adigéry & Bolis Pupul / ‘Topical Dancer’
8. Nova Twins / ‘Supernova’
9. Rosalía / ‘MOTOMAMI’
10. The 1975 / ‘Being Funny In A Foreign Language’
Las mejores canciones de 2022 para NME:
1. Beyoncé / ‘CUFF IT’
2. Paramore / ‘This Is Why’
3. Harry Styles / ‘As It Was’
4. Eliza Rose & Interplanetary Criminal / ‘B.O.T.A. (Baddest Of Them All)’
5. Arctic Monkeys / ‘There’d Better Be A Mirrorball’
6. Rina Sawayama / ‘This Hell’
7. Steve Lacy / ‘Bad Habit’
8. Jockstrap / ‘Concrete Over Water’
9. Charli XCX / ‘Beg For You’
10. Megan Thee Stallion / ‘Plan B’
‘Shirt’, tras haber mostrado un teaser en Instagram hace tiempo, ha sido el último adelanto del segundo álbum de SZA, un trabajo que se ha hecho de rogar más de cinco años. ‘CTRL’, una obra clave en el R&B contemporáneo, ha llevado a la cantante a crear una expectación inmensa con respecto a lo que vendría después. ‘SOS’ ya está en nuestras manos, pero antes de meternos de lleno en las 20 pistas que aún no estaban disponibles, prestemos atención a ‘Shirt’, una canción adictiva que reúne todo lo que SZA sabe hacer mejor.
Unas melodías vocales preciosas guían a una producción que se mueve con soltura entre la rudeza de unos beats de trap con una vulnerabilidad latente tanto en la letra como en la interpretación de la cantante. Además, está llena de detalles meticulosamente cuidados (la manera inquietante de enunciar “dangerous”; las envolventes armonías vocales del segundo verso, etc.).
La música de SZA captura las complicaciones del amor y el desamor con una honestidad cruda y generacional. ‘Shirt’ es un claro ejemplo de ello. Solana es capaz de sonar segura de sí misma en un verso («Cómoda con mis pecados / y con todo sobre mí»), y poco más tarde admitir sus inseguridades y dependencia emocional y sexual ante alguien que no la valora como se merece («Todavía no sé lo que valgo / Todavía enfatizando la perfección»).
Como a menudo reflejan sus canciones, SZA está envuelta en una relación tóxica y obsesiva con un amante infiel que le baja la autoestima pero de la que no puede salir. “¿Cómo voy a confiar? / ¿A amar? / No debería doler así / ¿Cómo tengo que decirlo? / Dame todo de ti” se cuestiona desesperadamente en el puente. En el último estribillo, finalmente, concluye con un “Me haces parecer demasiado desesperada / no te lo mereces”. Como en sus mejores temas, SZA coge aquí ese sufrimiento, esa rabia y esos sentimientos desagradables y los transforma en algo bello y visceral.
“La BBC es sinónimo de calidad”. Esta frase podría valer 0’60 si no fuera porque, en lo que se refiere a las series, es una verdad como un templo. ‘Fleabag’, ‘Peaky Blinders’, ‘Normal People’, ‘Years and Years’, ‘Un escándalo muy inglés’, ‘Line of Duty’, ‘Killing Eve’… Podría estar así todo el artículo. Cada año, la televisión pública británica produce y distribuye algunas de las mejores series de la temporada. Este 2022 han llegado dos nuevas a España, curiosamente las dos codirigidas por Lucy Forbes, una directora -también conocida por ‘The End of the F***ing World’- a tener muy en cuenta.
Esto te va a doler (Movistar+) El ex ginecólogo y humorista Adam Kay plasmó sus vivencias como médico en el sistema sanitario inglés en su obra ‘Esto te va a doler’ (Booket, 2019). El libro se convirtió en un fenómeno de ventas en Reino Unido y agitó un debate nacional sobre el estado de la sanidad pública. Fan de las series de médicos, Kay (de actualidad en su país por haber contado cómo fue violado en una sauna) escribió el guión de la adaptación televisiva de su libro.
La serie está dirigida por la mencionada Lucy Forbes y Tom Kingsley, autor de la serie ‘Fantasmas’ (de la que se hizo un remake estadounidense el año pasado). Como protagonista, un habitual de la mejor televisión británica: Ben Whishaw, conocido por las galardonadas ‘Un escándalo muy inglés’, ‘La corona vacía’, ‘London Spy’… Además de por encarnar a Q en la saga de James Bond.
‘Esto te va a doler’ es un drama hospitalario con punciones de humor negrísimo y dolorosas descargas de denuncia política, la crónica de las agotadoras jornadas de trabajo de un ginecólogo en la destartalada área de urgencias de una maternidad. Por medio de un ritmo vertiginoso, en sintonía con el estrés que sufre el personal médico, y un sentido del humor muy irónico y oscuro (el protagonista se dirige a los espectadores como en ‘Fleabag’), la serie ofrece una visión de la sanidad pública como si fuera una enferma a la que se está dejando morir por falta de atención (personal médico) y cuidados (tecnología y equipamiento). Una víctima de las políticas neoliberales (atención al sexto episodio) a la que solo se puede insuflar vida de una manera: defendiéndola con votos en las urnas.
A destacar la impresionante selección de canciones: Florence + the Machine, Radiohead, The Maccabees, The Chemical Brothers, Death In Vegas, Yeah Yeah Yeahs, Hooverphonic… 8,2.
In My Skin (Filmin) A la guionista Kayleigh Llewellyn la serie ‘In My Skin’, basada en su propia vida, le ha cambiado la vida. Conocida en el ámbito LGTB+ por su premiadísimo cortometraje ‘Oh Be Joyful’ (2017), Llewellyn, proveniente de un hogar pobre y desestructurado de Cardiff (Gales), compaginó durante años sus esporádicos trabajos en televisión con su puesto de taquillera en un teatro y las ayudas de la beneficencia. En la actualidad, tiene un Bafta por el guión de ‘In My Skin’ (también galardonada como mejor serie dramática del año) y forma parte del equipo de guionistas de series de éxito como ‘Killing Eve’ (HBO) o ‘Chloe’ (Amazon Prime).
‘In My Skin’ es un durísimo drama doméstico y de instituto en el que se tocan temas como la salud mental, la violencia de género y la pobreza estructural. La historia de una adolescente (interpretada con extraordinaria naturalidad por la desconocida Gabrielle Creevy) quien, avergonzada y angustiada por su difícil situación familiar, opta por inventarse una vida diferente -una fantasía de clase media feliz- en el trato con sus amigos de la escuela.
A pesar de la crudeza de las situaciones, digna de una película de Mike Leigh (o de la reciente ‘Historia de Shuggie Bain’), Llewellyn y la directora Lucy Forbes no se regodean en la miseria. Al contrario, introducen una serie de pinceladas de ironía, humor negro y ternura que, lejos de rebajar la carga dramática del relato, lo hacen aun más realista.
La segunda temporada (las dos, de cinco episodios de media hora cada una, están disponibles en Filmin) introduce un tema que ya estaba esbozado en la primera: el despertar sentimental, homosexual, de la adolescente protagonista. Aunque su excesivo peso en la trama amenaza con inclinar el relato hacia las convenciones del drama romántico, finalmente no ocurre. La serie logra mantener un buen equilibrio entre el «coming of age», el drama familiar y la denuncia social, entre la exposición de una realidad gris y deprimente y el ritmo de comedia luminosa e incisiva. 8.
Es oficial. Taylor Swift dirigirá su primer largometraje para Searchlight Pictures, el estudio detrás de películas como ‘La forma del agua’ y ‘Nomadland’. Además, la cantante y compositora ha escrito un guion original para la película, cuya trama y personajes son todavía desconocidos.
David Greenbaum y Matthew Greenfield, presidentes de la productora, han calificado a Swift como «una artista y narradora única en la generación» y han declarado que «es una verdadera alegría y un privilegio colaborar con ella mientras se embarca en este nuevo y emocionante viaje creativo».
No sería el primer contacto de la estadounidense con lo audiovisual, ya que previamente ha dirigido los vídeos para ‘The Man’ y ‘All Too Well’, llevándose dos VMAs a la Mejor Dirección. El último de estos, protagonizado por Sadie Sink y Dylan O’Brien, se trataba de un corto de 14 minutos, titulado como ‘All Too Well: The Short Film’. Además, Swift también posee experiencia como actriz, apareciendo en cintas como ‘Cats’ y ‘Amsterdam’, la última del director David O. Russell.
Elton John ha publicado hoy su último tweet, al menos en un tiempo. El cantante británico ha anunciado hoy que va a dejar de usar Twitter por el «reciente cambio en la política, que permitirá que la desinformación crezca sin control». «Toda mi vida he intentado usar la música para juntar a la gente, pero me entristece ver cómo la desinformación está siendo usada para dividir nuestro mundo», ha añadido Elton John en su mensaje.
Las declaraciones del cantante de ‘Rocket Man’ se producen después de que el nuevo propietario de Twitter, Elon Musk, anunciara hace unas semanas que implementaría una «amnistía general» a las cuentas suspendidas por difundir desinformación u odio, «siempre y cuando no hayan infringido la ley o realizado un spam atroz». Según alertan los expertos, esto incrementaría los casos de acosos, discursos de odio y fake news en toda la red social.
Elon Musk anunció su intención a través de una encuesta en la que votaron solamente 3 millones de cuentas: menos de un 1% de los usuarios totales de la plataforma y menos de un 3% de los propios seguidores de Musk. Un 72,4% de los votos se posicionaron a favor de la amnistía, mientras que un 27,6% se mantuvo en contra. Tras el resultado, Elon Musk sentenció: «El pueblo ha hablado. La amnistía comienza la próxima semana».
All my life I’ve tried to use music to bring people together. Yet it saddens me to see how misinformation is now being used to divide our world.
I’ve decided to no longer use Twitter, given their recent change in policy which will allow misinformation to flourish unchecked.
Después de producir remezclas oficiales para Madonna o Lady Gaga, y de participar en el disco de Beyoncé, Honey Dijon ha pasado definitivamente a otra liga. Sin embargo, cualquiera que haya estado atento en los últimos años a la escena house de Nueva York sabe que Honey Redmond es una DJ respetada desde hace rato: ella empezó a pinchar en los 90 y, a sus 54 años, no es ninguna recién llegada. Simplemente, es ahora cuando su nombre está trascendiendo en el plano mainstream.
Pero que Honey Dijon colabore con estrellas del pop no significa que ella lo sea, ella es ante todo una productora de house y su nuevo disco ‘Black Girl Magic’ está enteramente dedicado a este sonido. En él no encontramos nombres invitados tan populares como los mencionados, sino leyendas del house de Chicago como Mike Dunn, y el de Pabllo Vittar es el nombre que más llamará la atención a los seguidores del pop.
La brasileña aparece en ‘Everybody’, uno de los cortes destacados de ‘Black Girl Magic’ por su querencia disco y ese estribillo que rima «don’t give a fuck about you, cabrón» con «like Britney, I’m in the zone»; y lo que hace del álbum una escucha divertida precisamente es su coqueteo con diferentes sonoridades. Los grooves deep-house de ‘It’s Quiet Now’ recuerdan a los mejores Disclosure y, si ‘Not About You’ introduce elegantes matices jazzy, ‘La Femme Fantastique’ derrapa hacia lo industrial, resultando la producción más bruta del largo.
Aunque la secuencia de ‘Black Girl Magic’ no está ideada a modo de sesión, los bpm nunca decaen y el disco es una fiesta de principio a fin. Una fiesta, por cierto, dedicada al amor en todas sus formas, como nos cuenta la intro inicial. Insiste en ello otro de los cortes más memorables, ‘Love is a State of Mind’, en el que Ramona Renea declara que «el mundo es suficientemente grande para los sueños de todos» entre coros de soul y machacones acordes de piano; mientras el mantra «no necesito más drama» de ‘Drama’ planea sobre todo el largo.
La fiesta de ‘Black Girl Magic’ llega a la luna en el house con cencerros de ‘Downtown’ y, en todo momento, mantiene su elegancia. El disco, como el de Beyoncé, busca sumergirnos en el mundo del club y prospera en esa nocturnidad, tanto cuando incluye trompetas y coros a lo Janet Jackson en ‘Stand’, como cuando es capaz de volarnos la cabeza en ‘Don’t Be Afraid’. En el mundo de Honey Dijon, el house es un refugio, y ‘Black Girl Magic’ ofrece ese espacio en que bailar sin ataduras ni preocupaciones. Porque como cantó aquella vez su amiga Madonna: «only when I’m dancing can I feel this free».
Morrissey se encuentra entre los artistas que han publicado nueva música en los últimos días. ‘Rebels without Applause’ es el primer adelanto oficial que se conoce de ‘Bonfire of Teenagers’, el disco que publica el próximo mes de febrero. El británico ya había estrenado ‘Bonfire of Teenagers’, ‘I Am Veronica’ y ‘Kerouac’s Crack’ en directo.
Paralelamente, y cuando ‘Bonfire of Teenagers’ ni siquiera ha salido de manera oficial, Morrissey se ha hecho un Lana Del Rey y ha anunciado su continuación, que empezará a grabar precisamente en febrero. El disco, el 15º de su carrera en solitario, llevará por título ‘Without Music the World Dies’ y contendrá 12 pistas producidas, de nuevo, por Joe Chiccarelli. Morrissey busca sello en que editarlo.
Como ‘I Am Veronica’, ‘Rebels without Applause’ llama la atención por su sonido decididamente pop y, en su línea concretamente de jangle-pop, remite al trabajo más luminoso de los Smiths, en concreto, a ‘Cemetery Gates’, tanto que Johnny Marr debería exigirle créditos de composición. La línea de guitarra es pegadiza y Morrissey canta la canción con sumo tacto, probablemente el que requiere su letra, dedicada a aquellos que ya no están.
La inspiración en ‘Rebelde sin causa’, la película de James Dean, es explícita en el título de la canción, que, como ‘Cemetery Gates’, habla sobre la muerte. Morrissey recuerda a los miembros de su pandilla, a sus amigos, que han perecido mientras él sigue en pie. Canta que es el «único que queda», que «ya no tengo nada más que dar» y que ya es «demasiado tarde para vivir».
Entre referencias a chicos «indecentes» y chicas igual de rebeldes que ellos, Morrissey deja algunos versos agridulces y oscuros: «desde la oscuridad a la luz, como se van los niños perdidos, porque todos debemos hacerlo». Sin embargo, Morrissey compensa la temática de ‘Rebels without Applause’ con un sonido pop ligero y ameno.
Pulida, inmensa e icónica. Inmejorable en la ejecución, deslumbrante en el concepto. Así es Born Pink, la última gira, la más extensa a nivel mundial, de Blackpink, el fenómeno global proveniente de Corea del Sur.
El espectáculo, ideado por Amy Bowerman, funciona prácticamente a la perfección, aunque tiene sus peros. Pocos, pero los tiene. La gira, como viene siendo habitual en todos los lanzamientos del grupo (al menos hasta ahora), apuesta por la dicotomía entre el rosa y el negro a través de una escenografía medida, reducida, quizá minimalista ante lo que uno podría llegar a esperar de una gira mundial de este calibre. No obstante, esto puede estar jugando a su favor, ya que siguen siendo Jisoo, Lisa, Rosé y Jennie, las principales artífices de la magia.
Blackpink son, sin lugar a duda, las medallistas olímpicas del pop coreano. Las que siempre se llevan el oro. Y como verdaderas leyendas son recibidas por el público del Palau Sant Jordi. Abren (lo debían) con ‘How You Like That‘, el machacón éxito que anunciaba la posterior llegada de su primer disco completo, ‘The Album‘, hace más de dos años ya. Le sigue ‘Pretty Savage’, esa canción con pedorreta incluida que, quizá, debería haber sido el pre-release single del disco que la contenía en lugar de la colaboración con Selena Gomez, ‘Ice Cream‘. Solo van dos canciones y ya han satisfecho el anhelo de una gira previa que nunca llegó.
Durante estos primeros minutos, donde sin descanso encadenan varios de sus mayores éxitos, impresiona ver cómo semejante sucesión de hits (con el respiro del medio tiempo que supone ‘Whistle’) no fatiga ni un ápice a sus intérpretes, cuyos movimientos son precisos, enfocados y magnéticos. ‘Don’t Know What to Do’ (la canción favorita de Rosé, según nos dice) y la explosión de ‘Lovesick Girls’ no dejan lugar a dudas: Blackpink, como ellas cantarán luego, son la revolución. Han llegado para arrasar con todo. Y justo eso están haciendo. Porque el público está en órbita, irremediablemente entregado a su magia.
Tras el primer acto, un extensísimo vídeo, que actúa a modo interludio, da paso a uno de los hits más incontestables de la banda: ‘Kill this Love‘. Con una proyección inmensa que nos adentra en las referencias del videoclip, todos los asistentes se unen a su marcha militar. Antes de que llegue ‘Playing with Fire’, el público corea todos y cada uno de los sonidos de ‘Crazy Over You’, algo que me asombra y sorprende. Siempre he creído que se trataba de una de las canciones peor resueltas de su primer álbum y, sin embargo, la re-descubro entre miles de personas como un éxito tremendo. El Palau Sant Jordi me grita que estoy equivocado en mi apreciación. Yo lo acepto. A estas alturas ya he superado el miedo a no ver cubiertas mis expectativas.
Cada aparición televisiva de Blackpink (entregada a cuentagotas, como su música) hace pensar en una actuación ganadora de Eurovisión. Así que uno de los miedos de su directo podría reposar ahí, en cómo se sostendrán las coreografías, el planteamiento de las actuaciones, sin el efectismo de los planos y el montaje. Afortunadamente, nada se cae en directo. Todo está planteado, al mismo tiempo, para las pantallas (con una producción perfecta) y el directo.
El show continúa. El acto central del concierto lo componen los solos de las integrantes, exprimiendo así el perfil diferencial de cada una, algo poco habitual en las bandas occidentales. Al menos, cuando estas todavía se mantienen en activo. Jisoo, la única integrante que todavía no ha ofrecido material musical en solitario (aunque sí un fantástico papel protagonista en el drama Snowdrop), abre la sección con una versión de ‘Liar‘ de Camilla Cabello. Su carisma, algo de girl crush con ternura, da paso a Jennie, quien opta por ofrecer un track inédito, igual de efectivo y pegadizo que ‘Solo’. Un juego de sombras, iluminación y baile en pareja deja al público con la boca abierta.
Son Rosé y Lisa quienes ofrecen una doble sesión a sus seguidores. Rosé comienza con una versión reducida y casi a capella de ‘Hard to Love’, el tema de ‘Born Pink’ (el segundo álbum de Blackpink) en el que solo canta ella, y da paso a ‘On the Ground‘, el pirotécnico medio tiempo con el que batió los récords previos para una solista coreana, superados solo meses después por las cifras que Lisa alcanzó con ‘Lalisa‘. Y es esa precisamente, ‘Lalisa’, la canción con la que abre su aparición tras Rosé, no sin que antes el Palau Sant Jordi chille a pleno pulmón, como con ninguna otra, su nombre. La bias (favorita) de España parece estar clara: Lalisa Manoban. Como la de medio mundo. Lisa resulta especialmente efectiva en ‘Money’, la cara b de su single en solitario, que se ve aquí incluso más celebrada que la cara a.
Con sus actuaciones en solitario cubriendo la parte central de la noche, Blackpink terminan de dejar algo clarísimo: cada una de las cuatro integrantes es un absoluto animal escénico.
Aunque suele ser común en los grupos de k-pop que cada integrante represente un papel específico, es difícil definir en Blackpink los límites que separan esos habituales roles marcados. Todas ellas podrían ser las visuals del grupo, las main vocals, quizá las raperas o las bailarinas principales. Jisoo, Jennie, Rosé y Lisa, tras una hora, actúan como continuas «bias wreckers», es decir, esa integrante que lucha por ser tu nueva favorita y destronar a tu favorita anterior, aunque también nos sirva, de forma literal, su traducción exacta: Blackpink son continuas destructoras de prejuicios. Puedes ir, como es el caso de quien aquí escribe, fascinado por la técnica, el control escénico, la potencia vocal y el carisma rebelde, aunque modoso, de Rosé, y salir fascinado por la imprevisible Jisoo. O por Lisa o por Jennie. Y es que todas y cada una representan los más altos estándares de la industria del pop de masas, a nivel global y sin competidores. Si estás leyendo esto y el k-pop te resulta lejano, imagina a Chanel interpretando su actuación de Slow-Mo en la gran final de Eurovisión durante más de una hora. Pues eso exactamente es lo que están haciendo Blackpink, algo que tiene todo su sentido, ya que no podemos olvidar que algunas de las mejores coreografías de la banda comparten a Kyle Hanagami, el artífice visual de ‘SloMo‘, como coreógrafo.
Tras Lisa, vuelven a bajar las luces, dando paso a un último interludio donde los bailarines y músicos son los protagonistas.
Llega el último acto, y de nuevo el Palau se rinde, ahora ante ‘Shut Down‘, el single principal de ‘Born Pink’. Le sigue ‘Typa Girl’, la hermana gemela de ‘Money’ de Lisa. Y por fin aparece otro de los singles más potentes de la historia del grupo: ‘Ddu-Du Ddu-Du’, cuya coreografía el público intenta emular por todas partes. ‘Forever Young’, que las devuelve al escenario principal, cumple una función que ya ha tenido otras veces, pero que es siempre efectiva: cerrar por todo lo alto la parte más sólida del show. Blackpink se despiden entonces, pero nadie se mueve de su sitio.
Entre gente haciendo la ola y gritos que no terminan de ponerse de acuerdo sobre qué corear, transcurren unos cuantos minutos. Quizá demasiados. Tantos que, si no fuese porque no se encienden las luces y porque la mayoría de los asistentes conocen el setlist al dedillo, algún despistado podría haber llegado a pensar que no saldrían de nuevo al escenario. Pero lo hacen. Tres de sus hits más icónicos llegan con el encore, donde reaparecen Blackpink, en ropa deportiva, como si estuviésemos en una fiesta cercana, íntima, o en uno de los capítulos de su reality. La perfección coreográfica ha quedado atrás y se agradece esta apuesta informal y descontrolada, muy similar a la que One Direction utilizaban en su día sobre los escenarios.
Al contrario que en otras fechas, la reaparición viene marcada por el teen pop de ‘Yeah Yeah Yeah’ y ‘Stay’, la gran favorita de los blinks. No es hasta que el público la reclama que ‘Boombayah’, su primer hit masivo, el de su debut, termina sonando. ‘As If It’s Your Last’ trae el verdadero final con todo el equipo en escena. Esperemos que el título de la canción que acaba de sonar no sea un presagio ni un anuncio de futuro.
A pesar de las kilométricas filas para el acceso (el que aquí escribe nunca había vivido algo así, y son decenas los conciertos que ha disfrutado en el Palau Sant Jordi a lo largo de los años), y aunque los interludios no terminen de funcionar (con frecuencia demasiado extensos), lastrando el ritmo de todo el conjunto, el espectáculo deja con la sensación de haber asistido a algo asombroso, quizá no original en exceso, pero único. Como decía al principio, se trata de un show pulido, inmenso e icónico. Inmejorable en la ejecución, aunque todo lo magistral sea siempre imperfecto.
Planteada casi como una gira de grandes éxitos, Blackpink consiguen en el Born Pink Tour que la espera (de nueva música, de espectáculos en vivo) merezca la pena e, incluso, se agradezca.
Insuperables y asombrosas. Si alguna vez consiguen entradas, no se las pierdan.
El pop es impredecible, y Sabrina Carpenter lo ha comprobado este año. Después de publicar cuatro singles de ‘emails i can’t send’, su último disco, la cantante estadounidense ha empezado a petarlo con otro tema de manera «espontánea», por lo que naturalmente se ha convertido en el quinto single del álbum de manera obligada.
‘Nonsense’ era el tema de ‘emails i can’t send’ que recordaba a Ariana Grande, y ya es su single más escuchado en Spotify. Entrecomillamos «espontánea» porque no hay nada espontáneo en la era de las playlists: ‘Nonsense’ está sonando más porque ha sido incluida en más listas de reproducción, lo cual está provocando un efecto dominó: cuanto más suena, en más playlists aparece. Sin embargo, ‘Nonsense’ no funcionaría si no fuera una buena canción, y desde luego lo es.
Como beneficiada por la ausencia de Ariana en el pop actual, Sabrina está empezando a convertir ‘Nonsense’ en el hit comercial que merecía ser desde el primer momento. Se trata de un pegadizo tema de R&B-pop que no puede estar más lleno de ganchos, desde el puente «but I can’t help myself» a esa estrofa medio rapeada («I’m talking all around the clock»), pasando por ese final en que Sabrina directamente reconoce: «esta canción es más pegadiza que la varicela» y «me he levantado y he pensado: voy a escribir un hit». Bingo.
Mientras ‘Nonsense’ funciona gracias a su buen posicionamiento en playlists -esta misma semana ha registrado su mejor día de streamings y hay que recordar que el disco salió en julio-, Sabrina le da nueva vida de otras maneras: la versión acelerada se ha medio viralizado en TikTok y, ahora, ha dado a la canción una pátina navideña y la ha transformado en una especie de villancico.
A ‘A Nonsense Christmas’ le ha metido cascabeles y referencias al árbol de Navidad, la chimenea… pero, sobre todo, de lo que va ‘A Nonsense Christmas’ es del «pedazo de paquete» de Santa Claus y de sus «grandes bolas de nieve». No hace falta decir mucho más, solo que los «hoe hoe hoe» en este caso tienen otro sentido y que a Sabrina el espíritu navideño se le ha manifestado de otra manera.
Hoy 9 de diciembre sale por fin, después de 84 años, el segundo disco de SZA, titulado ‘S.O.S.’ por lo mucho que le ha costado sacarlo (es broma… o no). El «focus track» es ‘Nobody Gets Me’, guitarrero, pero la curiosidad que comentar es el corte final, ‘Forgiveless’, que samplea ‘Hidden Place’ de Björk.
Otros lanzamientos internacional destacado de hoy viernes son el álbum de Maria Becerra, ‘LA NENA DE ARGENTINA’, y el nuevo trabajo de Razorlight; y también hay EP publicado por sorpresa de la revelación del pop Bree Runway, que se presenta con un single con Stormzy.
Esta semana hemos escuchado el nuevo single de Lana Del Rey y también ha seguido avanzando su disco Caroline Polachek. Les acompañan, entre las novedades que encontrarás en el inicio de la playlist, nuevos temas de Karol G (para ‘El gato con botas’), Paramore, Gorillaz, Cuco, INNA o el directo de ‘Morning Elvis’ de Florence + the Machine con Ethel Cain.
El día de novedades deja también nuevos temas a descubrir de BERNARDA con Carlotta Cosials, entre la Motown y el bedroom-pop; la revelación Biig Piig, los «síntomas de soltera» de Paloma Mami, la colaboración de Oxlade y Camila Cabello o la nueva ensoñación de Rebe, siempre a su bola.
Yelle ha vuelto estos días, a su vez, de la mano de KALIKA, mientras presentan nuevo material también Rebecca Black, Aleesha, Weezer, Rorro, Martin Garriz, Mall Grab, Russ, Leïtï Sene, Emotional Oranges… Entre las curiosidades a comentar, llega a las plataformas ‘Gambler’, el hit olvidado de Madonna, de 1985.
Fundado en París, pero con miembros procedentes de todo el mundo, Tristesse Contemporaine han visto recientemente cómo su debut largo cumplía 10 años. Fichados ahora por el sello francés Record Makers (Air, Kavinsky, Sébastien Tellier…), nacieron en verdad con cierta querencia por el punk-funk.
El riff de guitarra eléctrica de su hit ‘Daytime nighttime‘ parecía recién sacado de finales de los 70 y principios de los 80. ‘I didn’t know’ tenía una parte de «spoken word» y cierta aproximación al sonido de Sigue Sigue Sputnik. Te gustarán si te gustan Siouxsie and the Banshees y LCD Soundsystem.
Su disco de este año llamado ‘United’ ha supuesto una reinvención, con la producción de nuestro querido Lewis OfMan. Como este hace poco, Tristesse Contemporaine visitarán Razzmatazz en Barcelona, actuando en la madrugada de este sábado 10 de diciembre. Será ocasión de disfrutar de sus nuevas canciones, pequeños hits como ‘Sly Fox’ o la sintética ‘England’, que no sé si comparar con Sleaford Mods, Die Antwoord o Bloodhound Gang.
No es de extrañar que ‘United’ se defina como «una lanzadera espacial llena de cosmopolitas y excéntricos», pues contiene canciones tan divertidas como ‘Running’. ¿De verdad se llaman «Tristeza contemporánea»?
El espíritu post-punk se mantiene en canciones como ‘XRaver’, pero aquí hay mucho más: ‘Rude!’ es su pequeña incursión en el reggaeton, aunque más bien por la vía de M.I.A. o Santigold. ‘Rock This Town’ nos lleva a Jamaica. ‘Do Nothing’ tiene su rap. Si ‘Midori’ suena a alguien, es a Saint Etienne. Un disco que justifica la diversidad de orígenes en los miembros de Tristesse Contemporaine: Narumi es japonesa, Mike es mitad británico mitad jamaicano y Leo es sueco. De ahí quizá lo inclasificable de canciones como ‘Popstar’, cuyo estribillo repite que «somos popstars» hasta la saciedad.
Bad Bunny se tomará un descanso de la industria musical en 2023. Así lo ha anunciado en una entrevista realizada por Billboard, que le ha nombrado Artista del año por el éxito de ‘Un verano sin ti‘, el disco más escuchado del año en el mundo. ‘Un verano sin ti’ ha pasado 13 semanas en el número 1 de la lista de álbumes estadounidense, un récord igualado por Drake con ‘Views’ y por la banda sonora de ‘Frozen’.
«En 2023 me tomaré un descanso», ha explicado el artista. «2023 es para mí, para mi salud física, para que mi salud emocional respire, y para disfrutar de mis logros. Vamos a celebrar, ir por allí y por allá, subirnos a un barco. Tengo un par de compromisos esporádicos que debo cumplir, e iré al estudio, pero no hay presión. Te lo tienes que recordar a ti mismo, cabrón: has currado como nadie».
El descanso es merecido: Bad Bunny ha sido el artista más escuchado de 2022 en Spotify, como lo fue también el año pasado y, especialmente desde 2017, no ha parado. El portorriqueño ha publicado seis álbumes en cinco años, tres de ellos el mismo año, en 2020, y ‘Un verano sin ti’ ha sido el disco más escuchado en el mundo en 2022. ‘Titi me preguntó’, ‘Me porto bonito’, ‘Ojitos lindos’ con Bomba Estéreo, ‘Moscow Mule’… Este año ha sido absolutamente imposible escapar de Bad Bunny. Sin duda, es el rey del pop actual.
Efectivamente, corría el año 2017 cuando empezábamos a oír hablar de Bad Bunny por primera vez, gracias a la entrada de ‘Soy peor‘ en la lista de singles española, en el número 100 nada menos. No ha llovido nada desde entonces.
Como todavía no es 2023, Bad Bunny sigue de gira y, además, acaba de estrenar nuevo single: el house de ‘La Jumpa’ con Arcangel ya es número 1 en el top 50 de Spotify España, y será con bastante probabilidad el próximo número 1 en el país.
‘Cute & Cruel’, la colaboración de Tove Lo con First Aid Kit incluida en ‘Dirt Femme‘, ha dado a conocer a Johanna y Klara Söderberg a un público que hasta ahora no sabía quiénes eran estas hermanas. Ese público se sorprendía de la posición de ‘Cute & Cruel’ en el tracklist dando lugar al tradicional meme de Lois Griffin, y de la colaboración en sí, que llevaba a Tove a un sonido que no es que no se asocie a ella, es que no se asocia a artistas suecos en general. Por supuesto, para quienes hemos ido siguiendo la carrera de First Aid Kit, esa canción se quedaba en nada: sabemos del talento de las hermanas Söderberg para hacer suyo el country y el folk-pop, con temas tan “poco nórdicos” como ‘Emmylou’, ‘My Silver Lining’ o la magnífica ‘Rebel Heart’. Ahora lanzan su quinto disco, y no se han conformado con hacerlo igual de bien. Como si fuesen conscientes de que la gracia de ser suecas ya no es ninguna novedad, las hermanas expanden su sonido y entregan un disco que, de haber salido antes (la fecha de publicación le ha perjudicado), habría salido en muchas listas del año. Desde luego, merecerlo, lo merece.
Nada más empezar, ‘Palomino’ da un golpe en la mesa con ‘Out of My Head’. A la mierda lo de “dos suecas haciendo country” porque esto ya no es country, ‘Palomino’ directamente apuesta por un sonido americano, mucho más cercano al rock. Y tampoco se trata siquiera de “dos suecas haciendo rock a la americana”: ‘Out Of My Head’ es un temazo, podría ser perfectamente un tema de la mejor Sharon Van Etten, al igual que las también estupendas ‘Angel’ o ‘A Feeling That Never Came’ recuerdan a Fleetwood Mac. El grupo, tristemente de actualidad estos días por el fallecimiento de Christine McVie, está bastante presente a medida que uno va escuchando el disco, y, si han querido tenerlo como influencia en este giro, desde luego han elegido muy bien. Con Daniel Bengston (conocido por su trabajo con Veronica Maggio) en la producción, Johanna y Klara se han atrevido también a meter a otras personas en la composición, y no a cualquier persona: tanto The Struts (los productores de ‘Habits’ o ‘disco tits’, no la banda) como Björn Yttling de Peter Bjorn and John aparecen por aquí.
Otro cambio es el propio ambiente del disco: si comparamos, el inmediatamente anterior ‘Ruins‘ era más lúgubre, y este ‘Palomino’, aunque tiene momentos más oscuros, está lleno de positividad y, sobre todo, de sensación de libertad. Casi cualquier tema podría estar en una de esas “playlist para conducir por una carretera desierta”, siendo ‘Ready to Run’ -por razones evidentes- un buen ejemplo. Muchas veces, los puntos amargos están envueltos en una épica que los hace pasar desapercibidos, como ocurre en la excelente ‘The Last One’ (“I wanna love you like nobody’s ever loved you / I want you to be the last one I ever love”). Otras veces, campan a sus anchas y suponen puntos clave del álbum, como esos toques entre Morricone y Nancy Sinatra de ‘Nobody Knows’, que, sin embargo, apuesta por su búsqueda de lo positivo cuando habla de seguir adelante tras una ruptura. “All of your love slips through my fingers / nobody knows me / caught in the rain with no protection / biding my time with no sense of direction / that look in your eyes keep getting stranger”… el silbido del puente casi que simboliza nuestros pelos de punta.
Aunque sin duda el que más distinto resulta en la secuencia (y a su vez el más classic First Aid Kit) es ‘Wild Horses II’, que usa los gustos musicales de una pareja (los Rolling vs. Gram Parsons) para narrar cómo su amor va decayendo, algo resumido con humor en eso de “You flirted with the waitress and I didn’t even care”. Precisamente a Gram Parsons, una de las mayores influencias de First Aid Kit, va dirigida ’29 Palms Highway’, titulada así por ser la dirección del Joshua Tree Inn (donde murió la leyenda del country rock), y en la que las hermanas tratan de comunicarse con su espíritu, incluyendo esto punteos cercanos a la psicodelia y melodías que parecen un guiño a ‘Rebel Heart’, especialmente en su tramo final.
Este homenaje podría haber sido un buen final para el álbum, pero las hermanas prefieren despedirse arriba, y lo cierran con la canción homónima. “A medida que nos hacemos mayores, nuestra música es más sobre divertirse y ser positiva, como un palomino trotando por el desierto (…) Nos asustan un poco los caballos, pero también nos han obsesionado mucho. Para nosotras, simbolizan libertad e independencia”, cuentan en el libreto del disco y, desde luego, con esta última canción resumen el espíritu del disco. Pero es que además, cuando llega a su fin el mágico outro de ‘Palomino’ (y por tanto llega a su fin el álbum), uno solo quiere hacer dos cosas: o embarcarse en una ruta sin viaje de vuelta comprado o -si nos decantamos por la opción más realista- al menos volver a escuchar desde el principio el que podemos considerar el mejor disco de la carrera de First Aid Kit hasta el momento.
Céline Dion ha pospuesto las fechas de la gira mundial de ‘Courage‘, su último disco, debido a la enfermedad rara que le ha sido diagnosticada recientemente. Céline padece el síndrome de la persona rígida, un trastorno neurológico que afecta al sistema nervioso central y que provoca espasmos musculares en las personas que conviven con él.
En el caso de Céline, además, su enfermedad le está impidiendo caminar y cantar de manera normal. “Los espasmos afectan a todos los aspectos de mi vida», explica en un vídeo publicado en su cuenta de Instagram, «a veces me dificultan hasta el caminar y tampoco me permiten usar las cuerdas vocales como lo hacía antes”. Las fechas de ‘Courage’ pasan a 2024.
Visiblemente emocionada, Céline explica que la enfermedad que padece afecta a una persona entre un millón en el mundo, pero se muestra esperanzada por su recuperación. “Un gran equipo médico trabaja junto a mí para ayudarme a ponerme bien, y también me dan esperanza y apoyo mis hijos”, cuenta. “Todo lo que sé hacer, lo que he hecho en mi vida y lo que más amo es cantar”.
A sus fans, Céline dirige el siguiente mensaje: “Os echo mucho de menos. Siempre doy el 100% cuando realizo mi espectáculo, pero mi condición ahora no me permite hacerlo. No tengo más remedio que concentrarme en mi salud en este momento”.
Es la tercera vez que la intérprete de ‘My Heart Will Go On’ pospone las fechas de la gira de ‘Courage’, lo que significa que no se sube a un escenario desde 2019. La primera vez fue debido a la pandemia y, la segunda, debido a sus problemas de salud, que ahora se concretan.
Compartimos una nueva edición de nuestra sección «10 Fotos Que» con algunas de las fotos que más nos han divertido o sorprendido en redes.
Otro golpe para Harry Styles
La práctica de lanzar objetos a los artistas mientras están en el escenario continúa, y Harry Styles sigue ejerciendo de diana humana: hace poco le lanzaron un objeto que le golpeó en los genitales y, recientemente, alguien ha tirado algo que le ha alcanzado un ojo. Parece que hay un fan de Harry Styles dispuesto a hacerle sufrir.
YALLLLLL. This goes without saying. 👏🏻 DO 👏🏻 NOT 👏🏻 THROW 👏🏻 STUFF 👏🏻 AT 👏🏻 PEOPLE 👏🏻 Harry Styles took a forcefully thrown skittles to the freaking eye last night. Come on, use some common sense!! 😡 pic.twitter.com/yK0PLlTh6H
Joni Mitchell y Dua Lipa, juntas
En una nueva entrega de «[inserte famoso aquí] se saca foto con Joni Mitchell», Dua Lipa ha posado así de sonriente con la autora de ‘Both Sides Now’. Ambas han coincidido en el concierto de despedida que Elton John ha dado en Los Ángeles, en el que ha participado la misma Dua, que se ha subido al escenario con Elton para cantar su éxito conjunto, ‘Cold Heart’.
Las figuras de cera de Dua Lipa y Taylor Swift
Hablando de Dua Lipa, la autora de ‘Future Nostalgia‘ es la enésima celebridad que ha sido convertida en estatua de cera en el Madame Tussauds de Nueva York. Al mismo tiempo, el museo análogo de Dubai ha presentado su estatua de Taylor Swift. Algunas figuras de cera suelen ser un despropósito, o si no, que se lo digan a Britney Spears o a Beyoncé. Estas están conseguidas.
La gira de 1975, en sí misma
En la gira de The 1975, Matt Healy la está liando de diferentes maneras: come carne cruda en directo, morrea a sus fans, escupe a las cámaras, hace como que se masturba en directo… Y, en otro curioso vídeo, pide a un agente de seguridad que ayude a un fan con el autotune del micrófono activado.
I just NEED you guys to see this video of matty Healy yelling at security to help someone at the 1975 show in Phoenix but in ✨auto tune ✨ pic.twitter.com/M8TTzqs6pj
La camiseta de Björk de Kim Kardashian
Pocas cosas nos gustan más que un buen «crossover» entre lo mainstream y lo alternativo. Kim Kardashian se ha dejado ver estos días luciendo una camiseta de Björk, de esas de la época de ‘Post’, pero, eso sí, convertida en un «crop top» a la moda. Por supuesto, ya hay quien pide a Kim que nombre sus cinco canciones favoritas de Björk para demostrar su admiración por la islandesa.
La familia Addams de Madonna
Estos días se ha celebrado Acción de Gracias en Estados Unidos y una de las personas que han pasado el festivo en familia ha sido Madonna, que ha posado con sus seis hijos en una curiosa instantánea, curiosa porque la mayoría de ellos lucen una mueca bastante seria. Madonna parece encantada, eso sí, de ser la matriarca de la familia.
El «vanishing act» de Adele en Las Vegas
Que los milagros existen ha quedado demostrado con el inicio de la residencia de Adele en Las Vegas. El concierto ha sido noticia por, de hecho, empezar después de todo el drama de las cancelaciones… pero también por su acto final, en el que Adele «desaparece» como por arte de magia.
#Adele's vanishing act at her Las Vegas residency is a wonderful spectacle, even in slow motion https://t.co/xFj1GSrP8D
El cambio de look de Ariana
Hace rato que no tenemos noticias musicales de Ariana Grande, lo que no significa que la artista esté retirada. La cantante se encuentra ensayando la adaptación de ‘Wicked’, el musical, y se ha teñido de rubio para parecerse al personaje que interpreta, Glinda, la bruja buena del norte, que es rubia. Por supuesto, Ariana ya se tiñó de rubio platino en la época de ‘Sweetener‘.
Caroline Polachek llora en directo
La gira de Caroline Polachek acaba de caer en Argentina y, allí, sus fans le han recibido con tanto cariño que a Caroline le han saltado las lágrimas. Ha sucedido durante su interpretación en directo de ‘Billions‘, uno de los singles extraídos de su próximo disco. Amor total.
El morado de Nathy Peluso
La gira de ‘Calambre‘ de Nathy Peluso finaliza el próximo 10 de diciembre en Madrid, tras lo cual suponemos vendrá lo siguiente. Tan intensa está siendo la gira que Nathy se cayó en la escalera del show hace poco, provocándole un morado con forma de estrella. «Una no puede luchar contra su condición». Claro.
Kanye West (o ye, como se hace llamar ahora) ha publicado una canción nueva en Instagram que después ha borrado. «Someday We’ll All Be Free» (el título no es oficial) es el primer tema que saca Kanye desde el lanzamiento exclusivo de ‘Donda 2‘ y desde la cancelación masiva (sobre todo de sus socios profesionales) que está viviendo a raíz de sus comentarios antisemitas.
En Instagram, Kanye compartía el audio de este nuevo tema junto con un mensaje que apelaba a la censura y al sistema inmunológico: “Censori overload. The variable epitope library from the antigen promotes an immune response in the body», o «sobrecarga de censura: la biblioteca de epítopos variables del antígeno promueve una respuesta inmune en el cuerpo”.
El tema se basa ampliamente en el clásico ‘Someday We’ll All Be Free‘ de Donny Hathaway, de 1973, y por eso los medios le han puesto este título. Sobre la melodía de Hathaway, Kanye vuelca barras en las que hace referencia, entre otras cosas, a su tuit antisemita («tweeted ‘death con’, now we past three»), a su cancelación («everyone’s a Karen / claimin’ that they care and / wasn’t given a fair hand») y a su divorcio de Kim Kardashian (“Waking up to ‘I can’t do this anymore’ texts”).
«Someday We’ll All Be Free» también incluye una referencia a las palabras de Kanye West sobre Adolf Hitler. «Hay muchas cosas de Hitler que me gustan» eran las declaraciones que West realizaba en una entrevista con el podcaster Alex Jones el pasado 1 de diciembre, y que confirmaban los rumores de su admiración por el dictador a la que aludían sus ex-empleados.
Sus palabras son directamente sampleadas al final de la canción, si bien cuando Kanye expresa «hay muchas cosas que me gustan», el audio se corta y empieza a saltar, por lo que Ye nunca llega a pronunciar el apellido del tirano austríaco. ¿Una metáfora de la «censura» (muy entrecomillas) que se ha aplicado a sus palabras?
‘La Bachata’ de Manuel Turizo ha vuelto esta semana al Top 1 de la lista de singles española, desbancando a Bizarrap y Duki al puesto 5 de la clasificación. La entrada más fuerte de la semana es para ‘LACONE’, el último single conjunto de Polimá Westcoast, Quevedo y Mora, que ha debutado en el número 13 de la lista. Además, ‘COMO HAS ESTAU? de Mora protagoniza el mayor incremento en escuchas de la semana, pasando del puesto 39 al 30.
Omar Montes y Farruko entran en el número 22 gracias a ‘Patio de la cárcel (Tangos)’, sacada del último disco de Montes. No es hasta la segunda mitad del ranking que encontramos a Myke Towers y Daddy Yankee debutando en el puesto 67 con ‘Ulala’. A su vez, ‘La Jumpa’ de Arcángel y Bad Bunny ha entrado en el número 68. Esta no es la única canción de Arcángel debutando en lista esta semana, ya que la intro de su nuevo disco, ‘JS4E’, se ha colado en la posición 85.
Las tres últimas entradas en lista son para Rauw Alejandro y Subelo Neo con ‘Ron Cola’ (#73), Anuel AA y MVSIS con ‘Si Yo Me Muero’ (#78) y Morad con ‘Carretera’ (#80). Además, a modo de curiosidad, el himno navideño de Mariah Carey ya ha aparecido en lista. Más concretamente, en el puesto 87 del ranking.
Lo nuevo de Manuel Carrasco y Vanesa Martín, ‘Corazón y flecha’ (#1) y ‘Placeres y pecados’ (#2) respectivamente, ocupan esta semana los dos primeros puestos de la lista de discos española. El número 1 de la semana pasada lo ocupaba Eladio Carrión, que en esta ocasión ha sido relegado al octavo puesto. El resto del Top 5 lo completan Bad Bunny, Taylor Swift y Mora, en este orden.
La reedición del disco homónimo de Ilegales ha entrado en el número 14, mientras que el último recopilatorio de Víctor Manuel, ‘La Vida En Canciones’, se ha colado en el puesto 19. A su vez, la edición 30 aniversario de ‘Wish’ de The Cure ha entrado en el número 21. Lo último de Omar Montes, titulado ‘Quejíos de un Maleante’, ha debutado en el número 23 del ranking. Terminan de entrar en la primera mitad de la lista el disco en directo de Tom Petty & The Heartbreakers, ‘Live At The Fillmore 1997’ (#43), ‘Lorca Sonoro’ (#49) de Pasión Vega’ y el impronunciable ‘AFDTRQHOT’ (#50) de Los Punsetes.
En la posición 61, debuta otra reedición más. Esta vez, la remasterización del ‘Break Every Rule’ de Tina Turner, originalmente lanzado en 1986. Las dos últimas entradas en lista de la semana las protagonizan Depresión Sonora y Jean Michel Jarre, con ‘El Arte de Morir Muy Despacio’ (#69) y la edición 40 aniversario de ‘The Concerts In China’ (#71), respectivamente. Por otro lado, el mayor incremento en ventas de la semana se lo lleva la última edición de ‘Rock And Rios’ de Miguel Rios, que se ha posicionado en el número 24.