A principios del mes de enero, el festival Governor’s Ball revelaba en su cartel la presencia de un grupo llamado Silk City, que no es otra cosa que un dúo formado por dos grandes productores del pop actual, Mark Ronson y Diplo. En una entrevista a GQ, Diplo hablaba sobre el proyecto, afirmando que es de música disco, al contrario que Jack Ü, su grupo con Skrillex, que se centraba en el EDM. “Llevamos hablando sobre el proyecto más de un año”, contaba Diplo, de 39 años. “Jack Ü molaba, pero era muy joven. Quiero hacer algo que se aproxime más a mi edad. Creo que yo y Mark podemos hacer algo más sofisticado”. ¿Que tiemble Calvin Harris?
Visto que ni Ronson ni Diplo suelen cantar en sus canciones (en sus casos, afortunadamente), es natural que como productores busquen a vocalistas de calidad para que canten sus composiciones. Y su primera colaboradora confirmada no es otra que Dua Lipa, a tenor de lo que puede verse en una imagen colgada por la cantante en Instagram. La foto retrata a Ronson, Diplo y a ella en un estudio de grabación de Los Ángeles, por lo que podemos asumir sin miedo a equivocarnos que la intérprete de ‘New Rules’ está grabando material para Silk City.
Aunque en Europa Lipa ya ha pasado página de ‘New Rules’ para centrarse en ‘IDGAF’, cuyo videoclip se estrenaba recientemente, en Estados Unidos la canción continúa plantada en el puesto 11 de la lista de éxitos, por lo que es posible que pronto la cantante consiga su esperado primer top 10 en el país. Por cierto, durante su paso por Los Ángeles también le ha dado tiempo de visitar a Ariana Grande.
‘Cara al sol’ vuelve a ser tendencia. Un “remix” del himno falangista, «producido» por un tal Ausonix, es la canción más viral de España a día de hoy en la plataforma de streaming, por delante de ‘Movimiento naranja’ de Yuawi -el niño mexicano famoso por un vídeo electoral- y de varios éxitos de Enrique Iglesias o -en este caso tristemente- Cranberries. La tontería suma ya casi 77.000 reproducciones, pero lo inexplicable es que sea top viral ahora cuando en Youtube se subió en junio de 2016 (por lo que suponemos que a Spotify también), hace más de dos años. Spotify calcula 52.264 oyentes de la canción en la plataforma, principalmente procedentes de Madrid (9.636), Barcelona (5.222) y Sevilla (1.822).
El remix en cuestión es una versión chabacana, en clave EDM (con perdón al género), de ‘Cara al sol’ sin apenas letra (“arriba España”) y fatal grabada por otra parte, con una distorsión abominable en los ritmos propio del peor DIY imaginable. Un tema, en definitiva, de un mal gusto casi comparable a su supuesto propósito de glorificar el franquismo en pleno 2018.
Ausonix no revela su nombre en redes sociales, aunque sí su rostro. En Instagram escribe que no le tomemos en serio, pues “subo música de mierda y vídeos malísimos cuando me sale de la polla”. A nosotros no nos convence, desde luego, pero viendo sus resultados en streaming, ya son decenas de miles de personas las que aprueban la idea.
El estupendo ‘Pool’ puso en el mapa del pop contemporáneo a Aaron Maine, un músico neoyorquino que dejó atrás una etapa folkie y apesadumbrada para abrazar en aquel segundo disco influencias de tecnopop ochentero cargadas de melancolía. Con el nuevo estatus que le procuró la gran aceptación de ese álbum, Porches –nombre artístico de Maine– afronta este ‘The House’ con una nueva perspectiva. En su particular manera de enfocar el pop y la música bailable, este tercer disco de Porches supone una reivindicación de la maqueta, la demo, como partícula elemental de la expresión artística, el arte en su expresión más sincera y directa, sin artificios adicionales.
Por eso Maine presenta ‘The House’ como una especie de postales que funcionan a modo de diario manuscrito, incluso aunque sean episodios inconexos no correlativos. En ese sentido, y en contraste a la solidez de ‘Pool’, esta nueva obra suena menos pulida y deslavazada que su predecesor, con altibajos constantes, interludios fugaces y una mayor variedad en lo estilístico, como ya auguraban los dos primeros adelantos del álbum, la melancólica balada ‘Country’ y la casi clubber ‘Find Me’. Esa ambivalencia persiste en todo el álbum, y contribuye a que parezca algo menos enfocado y certero.
Maine, además, se deja arrastrar por la corriente de ese éter informe que es el pop contemporáneo, en el que podemos encontrar reflejos de los primeros 80 –ABC o los primeros Depeche Mode pueden servir como pista en lo melódico y formal–, el eurodance –la inaugural ‘Leave The House’ parece un tema de Technotronic a ritmo de ansiolítico– conviviendo con ecos de R&B contemporáneo –Dev Hynes colabora vocalmente en la citada ‘Country’– y mareas de Autotune, signo de los tiempos. ‘The House’ es un disco diverso que permite dos lecturas: una apresurada, en la que la parte más uptempo de Porches –conectada con los temas más celebrados de su predecesor, como ‘Underwater’ y ‘Mood’– despunta claramente ante el resto, con temas como los mencionados ‘Leave The House’ y ‘Find Me’ secundados estupendamente por cortes inmediatos como ‘Now The Water’ (con el llorado Black en el recuerdo) y las houseras ‘Anymore’ y ‘Goodbye’; y otra, más esmerada, que también permitirá deleitarse en pasajes más apesadumbrados y nostálgicos como la preciosa ‘By My Side’ u ‘Ono’, aunque es cierto que ese espíritu lo-fi que ha empleado Maine no favorece esta faceta (interludios como ‘Understanding’ –por más que sea emotivo que se trate de una canción escrita e interpretada por el padre de Aaron, Peter Maine– o ‘Åkeren’ parecen prescindibles).
Esta segunda manera de afrontar ‘The House’ permite también detenerse en unas letras que, aunque emplea de forma recurrente a unos personajes ficticios llamados Ricky y Julie, no se molesta mucho en esconder que muchas de estas canciones hablan de su ruptura con Greta Klein, más conocida como Frankie Cosmos y que colaborara profusamente en ‘Pool’. De hecho, resulta curioso cómo ese concepto, “pool”, es repetido en numerosas ocasiones en estas letras, como si se tratara una metáfora de aquel momento vital. La inseguridad, la depresión y el recuerdo de esa relación fallida abruman cuando Maine abandona el fulgor de la pista de baile y se abandona a la melancolía, como en esa ‘W Longing’ en la que canta –antes de culminar con un doloroso solo de saxo– “dime lo que quieres oír / quiero que lo oigas / dime lo que quieres sentir / oh, quiero que te acerques a ello”, que alcanza cierta desesperación en su reprise ‘Anything You Want’: “lo que quieras / lo que necesites / lo que sea / te amo/ te amo”. Aunque ‘The House’ no logre la misma aceptación que ‘Pool’, Aaron Maine demuestra ser un autor muy especial, cubriendo un nicho inédito tan próximo al Frank Ocean de ‘Blond’ como al último Perfume Genius o Austra.
Calificación: 7,6/10 Lo mejor: ‘Find Me’, ‘Anymore’, ‘Now The Water’, ‘By My Side’, ‘Ono’ Te gustará si te gustan: el Frank Ocean de ‘Blond’, Perfume Genius y Austra Escúchalo:Spotify
Este fin de semana, el cantante australiano Troye Sivan ha actuado por primera vez en Saturday Night Live, uno de los programas de mayor audiencia en Estados Unidos, conocido además por sus segmentos musicales, muy importantes sobre todo para artistas noveles no americanos como Sivan (o la misma Adele en su momento) que buscan el espaldarazo definitivo para su carrera internacional.
Sivan había afirmado que actuar en Saturday Night Live era un “sueño hecho realidad”, sin embargo, su actuación no fue del todo satisfactoria. El cantante presentó sus dos canciones nuevas, la bailable ‘My My My!’ y la acústica ‘The Good Side’, ofreciendo dos aspectos de su arte bastante alejados de su debut y en los que se desenvuelve con gracilidad, como demuestran ambas grabaciones.
Sin embargo, en directo, particularmente durante su interpretación de ‘My My My!’, Sivan no terminó de elevar la canción, dando lugar a una actuación en la que los nervios parecieron absorber toda la euforia contenida en el tema, resultando además en una actuación vocal poco sólida. No ocurrió así con ‘The Good Side’, donde Sivan sí logro emocionar. En cualquier caso, toda una alegría ver a Sivan en la televisión americana, en lo que debería ser su gran salto internacional este año gracias a su nuevo disco, que se publica esta primavera.
Puede que la transparencia de sus influencias delaten a BØRNS (sin duda lo hacen), pero no se puede negar que ‘Blue Madonna‘, su nuevo disco, cuenta varias buenas canciones de synth-pop muy glamuroso, entre ellas ‘Supernatural’, una canción que llama la atención desde la primera escucha gracias a su estribillo ultra pegadizo y con giro melódico e interpretando en falsete, en el que Garrett Born se pregunta: “¿somos nosotros, o es algo sobrenatural? A veces nos enamoramos tan rápido que es difícil distinguir…”
En la canción conviven una producción sucia y psicodélica con un arreglo de cuerdas muy “easy-listening”, pero la verdadera sorpresa del tema en cuanto a instrumentación la da un teremín. Interpretado por el iraní Armen Ra (músico autodidacta, por cierto), la melodía de teremín en ‘Supernatural’ sirve de puente hacia el estribillo final, y abriéndose paso entre la bruma de la producción, suena como la voz fantasmal de una cantante de ópera. Es el punto culminante de una canción llena de misterio, que se podría decir suena como lo más parecido a un hit de MGMT en 2018, aunque evidentemente por estilo también remite a unos Empire of the State inspirados por Tame Impala.
El misterio de ‘Supernatural’ se refleja también en una letra en la que Garrett reflexiona sobre el enigma que le ha planteado un amor inesperado: “floto como un satélite, y como el sonido del océano, voy dando vueltas perdido en la inmensidad, me encuentro solo y sin idea alguna, solo trato de encontrar la verdad”.
En esta curiosa y fructífera alternancia que mantiene Ferran Palau, tras el lanzamiento en 2017 de un álbum de Anímic –el notable y sorprendente ‘Skin‘–, ahora toca proseguir su carrera en solitario. Así, el de L’Esparraguera anuncia la próxima publicación, el día 9 de febrero, de ‘Blanc’, disco que sucede a ‘Santa Ferida‘ (2015). Como ocurriera en aquel segundo disco en solitario, vuelve a contar con Jordi Matas de Seward en la producción y Joan Pons (El petit de cal eril) en la batería.
De esta nueva decena de canciones la elegida para avanzar el álbum es ‘Serà un abisme’, una canción de ambientación ensoñadora y delicada que hoy se presenta con su videoclip oficial, que tenemos el privilegio de estrenar en exclusiva. Se trata de una pieza visual creada para ella por Lluís Sellarés y Pablo Palomas en la que, de manera entrañable y con halo de antigua filmación en VHS, Palau desciende en bicicleta por una cuesta con su hijo y unos amigos. Un concepto tan sencillo como eficaz y adecuado a la cadencia suave de la canción.
Con motivo de este estreno, hemos tenido ocasión de hablar con Ferran sobre el vídeo, la canción y el álbum, en una minientrevista que reproducimos a continuación. Ferran Palau estará presentando las canciones de ‘Blanc’ el próximo día 22 de marzo en la sala Apolo dentro del ciclo Curtcircuit, junto a El petit de cal eril.
Hay algo en ‘Serà un abisme’ que la hace sonar más luminosa y cálida que cualquier otra canción tuya que recuerde. ¿De dónde viene? ¿Tenías ganas de borrar la preconcepción de que tus canciones de que tus canciones –especialmente las de Anímic– son oscuras?
Me encanta que digas esto porque yo siempre he visto más luz que oscuridad en mi música. No me preocupa especialmente cómo interpreta la gente mis canciones, me gusta que cada uno tenga su propia visión. Pienso que muchas veces en el arte te ves a ti mismo reflejado así que puede que si tienes un mal día y escuchas una de mis canción te parezca triste o si estás nervioso te parezca demasiado lenta. ¡Tú deberías tener un buen día!
Líricamente es una canción también preciosa, directa y celebratoria del amor, cualquier tipo de amor. En este sentido, el clip parece una exaltación de la amistad y la familia, con planos en los que todos aparecéis muy juntos, felices… ¿Cuál era la premisa?
Creo que Lluís Sellarés tenía en la cabeza una especie de postal. Uno de esos recuerdos que no tienes claro si has soñado o vivido, de ahí el VHS. El plan era capturar precisamente estas cosas bonitas que dices. En el vídeo aparecen amigos y mi hijo que va detrás de la bici. Nos parecía precioso que él pudiera ver este video de mayor y tenga esta sensación extraña como de recuerdo soñado.
Musicalmente hay un punto de ensoñación en los arreglos de guitarra que conecta bastante bien con la textura de la fotografía del vídeo. ¿Significa que las sensaciones que explicas en la letra son más un deseo que una realidad?
Como decimos siempre con Joan Pons de El petit de cal eril (que también aparece en el video patinando) lo nuestro es pop metafísico y eso significa entre otras cosas que nuestras letras no tienen un significado pragmático ni parten de una idea concreta. Yo me imagino las palabras como burbujas que se entremezclan entre sí creando nuevas formas o paisajes. Vendría a ser todo lo contrario al pop costumbrista. Aunque no lo tengo muy claro diría que en el caso de ‘Serà un abisme’ la letra está más cerca de la realidad que del deseo.
¿Fue tan divertido el rodaje como parece? Seguro que nos podrás contar alguna anécdota chula del rodaje…
Fue divertidísimo aunque terminamos agotados de tanto subir y bajar la calle. Al empezar el video ya se nos rompió uno de los pedales y tuvimos que darnos prisa en encontrar una llave y arreglarla porque nos quedábamos sin luz buena. Joan vino con tendinitis y no puedo conducir él la bicicleta y por eso sale patinando con el brazo colgando de una camisa. Mi hijo Leo tenía que ir delante pero no había manera que se aguantara porque el culo no le llegaba al manillar y Uri, que es el chico que lleva al perro, realmente estaba paseando a su perro y no tenía intención de salir en el video pero se apuntó rápidamente.
En la portada de ‘Santa Ferida’ dabas la espalda y en la de ‘Blanc’ “sólo” cubres tu cara con las manos. Suponemos que eso implica que en este disco te desnudas un poco más, ¿no?
Creo que hacer canciones supone desnudarse mucho y más cantarlas en público, siempre lo he sentido así. En ocasiones puede ser incluso humillante, pero la mayoría de veces siento una sensación especial al hacerlo, es parecido a una droga. ¡Se te activan zonas raras del cerebro!
Los fines de semana se convierten en un buen termómetro para ponderar qué canciones estrenadas a finales de semana pueden convertirse en próximos éxitos. Así que, si nos atenemos a las reproducciones acumuladas por su vídeo en Youtube, podemos decir que, tras sumar más de 24 millones de visualizaciones desde el pasado jueves –por hacernos una idea, el de ‘El baño’ de Enrique Iglesias lleva 43, con una semana de ventaja–, el de ‘Machika’ de J Balvin, Anitta y Jeon, que en realidad es el creador original de la canción.
Se trata de Jonathan Thiel, un MC originario de Santa Cruz de Aruba –isla antillana perteneciente al reino de Países Bajos– que canta en su lengua cooficial, el papiamento. “Machika” significa “triturado” o “machacado” en ese idioma. Como en el caso de ‘Bum Bum Tam Tam’, el colombiano ha andado muy listo de olfato y ha propuesto rehacer la canción en lengua española junto con su autor y la brasileña Anitta, con la que también ha colaborado recientemente en ‘Downtown’.
El vídeo de la canción, además, ha hecho especular que este tema opta a ser el himno oficial del próximo Mundial de Fútbol de Rusia, que se celebra el próximo verano. Y es que en su ambientación puramente Mad Max, con los tres intérpretes al frente de un soundsystem que –como la producción– recuerda a la escenografía típica de Major Lazer, se introducen banderas de numerosos países y balones de fútbol. Blanco y en botella. Si así fuera, nos hartaremos de escuchar esta canción sí o sí. ‘Machika’ podría formar parte del próximo álbum de estudio de J Balvin, sucesor del exitoso ‘Energía‘ que ha alcanzado un nuevo estatus con el pelotazo de ‘Mi gente‘.
Según anunció en los últimos meses de 2017, Fischerspooner –ídolos del electroclash a principios de siglo gracias a su icónico álbum ‘#1’ y singles como ‘Emerge’– publican su primer disco desde el año 2009 dentro de nada, el 16 de febrero. Se titula ‘SIR’ y en él cuenta con colaboradores tan insospechados como Boots (responsable de parte del último sonido de Beyoncé), Michael Stipe (el frontman de R.E.M.) y Caroline Polachek (ex-Chairlift), que hace un featuring en uno de los temas ya avanzados del mismo, ‘Togetherness’.
Tras otros adelantos como ‘Have Fun Tonight’ y ‘Butterscotch Goddamn’, este fin de semana el neoyorquino mostraba otra de las canciones en las que ha colaborado el mencionado Stipe. Se trata de ‘Topbrazil’, un tema de electropop bastante certero cuya letra deja entrever ciertas dudas en medio de una relación sexual («me he sobreexpuesto, no sé por qué / estamos en una habitación / estoy condenado / ¿Por qué dije que lo haría¿»), aunque ya que se pone, pues va a tope («hagámoslo, vamos hasta el fondo / quiero unas vacaciones romanas / sé que es sólo un juego»).
El lanzamiento del single se refuerza con un vídeo que ya ha sido etiquetado en Youtube con restricción de edad –a petición del propio grupo, anticipándose a una posible censura de la web de vídeos, obviamente–. Y es que, aunque con cierta sutileza y no siendo especialmente explícito –el plano que veis en la imagen adjunta es uno de los más llamativos y obvios, ya ves–, retrata una orgía homosexual en la que un musculado Casey Spooner es el epicentro de una montaña de hombres que le abraza y manosea. Una propuesta muy sugerente que funciona perfectamente como recordatorio de su próximo lanzamiento.
Fischerspooner presentarán ‘SIR’ en nuestro país este verano como parte del cartel del Bilbao BBK Live 2018, junto a Gorillaz, The Chemical Brothers, The xx o David Byrne, entre otros.
El momento de conocer al ganador del fenómeno en que se ha convertido ‘Operación Triunfo 2017’ se acerca. Antes, conoceremos a su quinto finalista y al encargado de representarnos en Eurovisión, pero el 5 de febrero será la hora de la verdad para Amaia, Aitana, Alfred, Miriam y Ana o Agoney –uno de los dos quedará descartado en la gala de esta noche–. Hemos querido imaginarnos (dentro de cierto realismo respecto a lo que podría aparecer en la gala) qué canción sería la adecuada para que cada uno de los finalistas mostrase al público sus mejores armas, aquellas que le diferencian del resto.
Amaia: ‘Catalina’, de Rosalía
La favorita para ganar esta edición ya ha versionado ‘Catalina’ a solas con su piano, y ha hablado en varias ocasiones sobre su admiración hacia Rosalía. Si consiguiera (aunque a estas alturas no es algo que esté en duda) volcar sobre el escenario el sentimiento que pide esta canción, el resultado puede ser espectacular. Otra opción podría ser ‘Green Light’: el punto catártico de este tema sería perfecto para la Amaia que sacudió su interior cuando versionó a Florence –y también para quienes, con sus arranques por Neutral Milk Hotel, Lana o Arcade Fire la ven como la “Reina Indie de OT”–. O, ya puestos… ¿no sería todo un detalle que, como homenaje a la tristemente fallecida esta semana Dolores O’Riordan, Amaia pusiese su magia en ‘Dreams’ o ‘Linger’?
Aitana – Lush Life (Zara Larsson)
Aitana es probablemente la única con opciones de dar la sorpresa y ganar en votos a Amaia. Aunque su recorrido en el concurso ha sido mucho más irregular, no se puede negar que cuenta con una voz y una imagen (“fe y fotos”, que diría Paquita) hechas para ser, si ella quiere, una diva pop cuyo perfil está vacío en el ambiente mainstream español de la actualidad. A pocos se le han escapado, además, sus similitudes vocales con Zara Larsson, y el mayor hit de ésta, ‘Lush Life’ (casi 700 millones de reproducciones en Spotify) podría ser una forma de demostrar que ella puede ser quien ocupe ese hueco.
Alfred – Take Me To Church (Hozier)
Hay quien dice que el problema que muchos tienen con la voz del barcelonés es similar al que muchos tienen con la de Pucho; curiosamente, esta semana Alfred defiende un tema de Vetusta Morla. El caso es que tanto su característica voz como su sensibilidad pueden beneficiarse si acaba interpretando al piano el apasionado tema de Hozier. Y si, aprovechando que Amaia versiona el ‘Catalina’ de Rosalía, la dirección decide que ambos interpreten ‘Antes de Morime’ como regalo a los fans, probablemente muchos tengamos quince años durante unos minutos.
Miriam – Bette Davis Eyes (Kim Carnes)
Otra cuya voz (y vibrato) despierta amores y odios es Miriam. Sea como sea, la gallega podría lucirse aplicando su tono grave a este clásico de Kim Carnes. Como segunda opción, y tras haber demostrado con ‘Dramas y Comedias’ que puede montar un show, y con ‘What About Us’ que puede emocionarnos, podría encargarse de ‘Baloncesto‘ -en lo que sería también el gesto queer definitivo de este ‘OT’, máxime después de lo que ha tenido que pasar recientemente La Prohibida con la dichosa cabalgata.
Agoney – Europa (Mónica Naranjo)
Y llegamos a la incógnita: ¿quién será el quinto finalista, AnaWar o Agoney? Salga uno u otro, ambos podrían marcarse un numerazo para la final. En el caso de Agoney, después de que incluso los más críticos se rindieran ante su particular ‘Eloise’, apostamos por eso de “go hard or go home” y le vemos versionando una de las canciones más barrocas que ha dado la música española –o la amas o la odias, yo soy de los primeros–. Esta elección va más allá de que el canario sea el favorito de Mónica; aunque ella no estuviese en el jurado, seguiría siendo un espectáculo verle sosteniendo los gritos en francés del puente. Sus haters no pueden con los excesos vocales de Agoney, a sus seguidores les flipa cuando los saca… lo que está claro es que son su seña de identidad, así que su actuación final debe tenerlos.
Ana Guerra – Suerte (Shakira)
Y, si hablamos de espectáculo, ella ES el espectáculo en esta edición de ‘OT’ (aplicando, además, sus propias ideas), y una de las concursantes con más magnetismo de todas las ediciones del concurso. Cuando hablaba de la gran evolución de Ana en un artículo anterior, ella aún no había tenido la difícil tarea de suceder al ‘Shake it Out’ de Amaia con su estupendo ‘Cabaret’, ni se había enfrentado al reto de versionar a la inimitable Celia Cruz -con extra de baile- en ‘La Negra Tiene Tumbao’. A falta de ver qué tal se le da el ‘Havana’ de Camila Cabello, lo que está claro es que en lo latino, el show y la sensualidad la canaria se mueve como pez en el agua, y esos tres elementos están presentes en el primer gran éxito internacional de Shakira. ¿La visualizáis entonando eso de “la felissidad tiene tu nombre y tu piel”?
Menudo personaje este Francis Farewell Starlite: resulta que su carrera musical –iniciada hace algo más de una década, publicando varios EPs– como Francis and the Lights es poco más que un secreto del mundillo musical y, sin embargo, es uno de los músicos más influyentes de los últimos tiempos. Porque un artista que no tiene éxito pero es admirado y está entre los colaboradores de cabecera de Kanye West, Bon Iver, Chance The Rapper, Drake o Frank Ocean… es de lo más influyente. Y este es el caso. Starlite, sobre todo por su particular estilo de producción vocal pero también con apariciones puntuales en discos de aquellos, es una figura muy relevante en el pop de esta década.
Pero el californiano parece querer esquivar esos focos que precisamente están en su alias y a su alcance, y él sigue trabajando en (algo parecido a) la sombra: hace unos días, tras publicar su álbum de debut ‘Farewell, Starlite!’ en 2016, ha lanzado su segundo álbum ‘Just for Us’ casi en el último día de 2017, un poco de tapadillo, cuando todo el mundo ya estaba pendiente del entrante 2018. Para colmo de la discreción y la modestia, no ha dado el más mínimo bombo a las sonoras colaboraciones que se incluyen, como las de Bon Iver, Benny Blanco o Cashmere Cat (el primero canta el estribillo de ‘Just for Us’, la canción; los dos últimos producen ‘Never Back’ y ‘Cruise’).
‘Just for Us’ es un disco brevísimo de apenas 26 minutos en el que sus cortes, casi siempre rondando los 2 minutos de duración, parecen más esbozos que canciones rotundas: a menudo terminan y la sensación es que, sobre todo, hay buenísimas ideas que podrían dar más de sí pero no han sido pulidas lo suficiente, simplemente dejadas un poco «a su ser». Pero así y todo, dan para recrearse en ellas, por diversos motivos. Para empezar, esos «bocetos» que se desarrollan con una producción minimalista y algo más old-fashioned de lo habitual resultan –pese a su sonido eminentemente sintético– vivas, orgánicas y cálidas, con un espíritu que recuerda enormemente al ‘So’ de Peter Gabriel. A una versión lo-fi, claro. Dudo que a Francis pueda molestarle esta comparación, puesto que el tono de su voz –muy natural, alejada en muchas canciones de la idea de voz ultratratada por la que se ha hecho famoso– es indisimuladamente parecido al del ex-Genesis, especialmente en ‘Tear It Up’, ‘Back In Time’ y ‘I Won’t Lie To You’. ¿Se trata quizá de un homenaje o guiño a su afición compartida con alguien por el artista británico?
Digo esto porque, atendiendo a lo lírico comprendemos que ‘Just for Us’ es un disco conceptual, una obra que retrata en primer plano una relación sentimental, desde el escepticismo hacia el amor tras un intento fallido que comienza a desaparecer al conocer a alguien nuevo, por el que se siente el flechazo, se le ama con pasión y confianza… hasta que todo se desmorona y vuelve al punto de partida.
Pero más allá de su línea argumental y su irregular acabado, ‘Just for Us’ nos regala varios momentos álgidos, especialmente en su inicio. El amable piano de ‘Morning’ –cuesta poco imaginar, por ejemplo, a Chance The Rapper haciendo unos versos sobre su base– es una bonita introducción (no en vano fue elegida por Kanye West como sintonía de la anterior temporada del reality de su esposa y su célebre familia, ‘Keeping Up With The Kardashians!’) para la que es, innegablemente, la mejor canción del álbum, la que le da nombre. Está, a diferencia del espíritu demo de gran parte del disco, fantásticamente estructurada, con grandes melodías de versos, estribillo –cantado por Justin Vernon, recordemos– y puente, rematados con un delirante arreglo final de sintetizador.
Un animoso contrapunto con la balada al piano y base extremadamente sutil que es ‘Faithful’, que habla del momento en que la coraza se resquebraja (al menos un poco: “si no hubiera dios y nada que hacer, podría tener fe en ti”, dice su estribillo con humor). Aunque, para balada emotiva, ‘Breaking Up’ –con una base que, esta vez sí, usó Chance The Rapper–, en la que la voz en primer plano de Starlite sobre un colchón de sintetizadores retrata los nervios previos a una conversación en la que se masca la tragedia, aunque aún deja un espacio para lo tragicómico: “¿Has dicho que estamos cortando? ¿Has dicho que se ha acabado? No te oigo, estamos cortando. ¿Has dicho que vas a venir?”, juguetea empleando el doble sentido de “breaking up” como “se entrecorta” en una conversación telefónica. En las subidas y bajadas de un disco tan irregular, ’Cruise’ es la segunda canción mejor construida, y aunque carece de un estribillo claro, supone una despedida preciosa que, como Francis dice en Genius, empuja a centrarse en el futuro, más que a mantener el duelo por el pasado. Al final ‘Just for Us’ no deja de ser un disco raro, a la altura de un outsider como su autor, pero a la vez deja una certeza: el día que se lo proponga, Francis and the Lights presentará una obra maestra.
Calificación: 6,6/10 Lo mejor: ‘Just for Us’, ‘Breaking Up’, ‘Morning’ Te gustará si te gusta: el Peter Gabriel de ‘So’ Escúchalo:Spotify
¿Cuánto tiempo hacía que no veíamos una película así, contada con esta precisión narrativa y este clasicismo que, por infrecuente, comienza a ser un nuevo radicalismo? ¿Desde la infravalorada ‘Sully’ (2016)? ¿Desde ‘Spotlight’ (2015), con quien ‘Los archivos del Pentágono’ comparte guionista? ¿Desde ‘El puente de los espías’, del propio Spielberg? Este tipo de dramas adultos, sin servidumbres narrativas y estilísticas diseñadas para (sobre)estimular y llevar de la manita a espectadores con déficit de atención, están cada vez más alejados de las carteras de proyectos de Hollywood. Por eso, cuando se estrena uno, y uno tan bueno como este, es como para aplaudir encima de la butaca dando saltos. Te damos cinco razones para no perderte esta nueva obra maestra de Spielberg:
1. Señores mayores que hacen peliculones para entretenerse. “¿Qué hago mientras acabo la postproducción de ‘Ready Player One’ y retomo la producción de ‘The Kidnapping of Edgardo Mortara’? ¿Descanso? ¿Me voy de vacaciones? Na, ruedo ‘Los archivos del Pentágono’”. Algo así parece que pensó Spielberg cuando su amiga Amy Pascal, productora de la excelente ‘Molly’s Game’, le pasó el guión de ‘The Post’, escrito por la debutante Liz Hannah. No pensaba dirigirlo, ha comentado durante la promoción, pero como tenía un ratín… El brillante resultado pone en evidencia al resto de la humanidad. La naturalidad con la que el director ensambla estructura formal y discurso por medio de una inspiradísima puesta en escena es pasmosa.
2. Una lección de cine, de Historia y de compromiso con el presente. Spielberg hace una necesaria y ¿algo idealista? defensa del periodismo riguroso y la visibilidad femenina en tiempos de posverdad y del movimiento #MeToo. Pero no lo hace de forma discursiva, dando la turra sobre lo que está bien y lo que está mal, sino a través de la brillante y vibrante recreación de un suceso histórico (la publicación en 1971 de unos documentos sobre Vietnam muy comprometedores para el gobierno de Estados Unidos), lleno de ecos del pasado (la tradición del cine liberal de Hollywood) y atronadoras resonancias con el presente.
3. Meryl Streep. ‘Los archivos del Pentágono’ termina donde empieza ‘Todos los hombres del presidente’ (1976). Pero con una diferencia: el protagonismo de Katharine Graham, la propietaria de The Washington Post. Esta voz silenciada por la historia (y por Alan Pakula), a pesar de que fue quien tomó la decisión de publicar los documentos secretos en contra de la opinión de su consejo de administración (y dio pie a la posterior investigación del escándalo Watergate), tiene ahora el mejor altavoz posible: Meryl Streep. Su interpretación de mujer insegura y atribulada, abriéndose paso en un mundo de hombres, es, de nuevo, de Oscar.
4. Tom Hanks. Meryl Streep está mejor colocada en la “carrera de los Oscar” que su compañero masculino (parece difícil que se le escape la nominación), pero sería injusto que Hanks se quedara otra vez fuera. Como ya ocurrió en ‘Sully’, cuando al actor californiano le dan un papel a la altura de su talento (no como en las recientes ‘El círculo’ o ‘Inferno’), se transforma en el auténtico heredero de James Stewart.
5. El ritmo es perfecto. Spielberg ya demostró en ‘Lincoln’ (2012) lo bien que se le dan los thrillers de despachos. Y aquí lo vuelve a hacer. La capacidad del director para, a través de la puesta en escena, el montaje y la música (de John Williams), inyectar dinamismo y emoción a las imágenes, y establecer relaciones relevantes dramáticamente entre los personajes, es prodigiosa. Basta fijarse en la secuencia de la conversación telefónica cruzada, donde los participantes discuten contrarreloj si publicar o no los archivos, para darse cuenta del dominio del lenguaje cinematográfico que tiene Spielberg. Y en marzo ‘Ready Player One’… 9.
‘I Can’t Quit’, la canción que presentaban a principios de este año The Vaccines, se introducía como primer single de su próximo largo ‘Combat Sports’, «un regreso a sus orígenes» con el que volver a situarse en la lista A (máxima frecuencia de emisión) de Radio 1, la emisora más importante de Reino Unido. Y han llegado a esa lista 15 veces seguidas, según su sello.
Ciertamente ‘I Can’t Quit’ tiene el espíritu de sus primeros y mayores éxitos, «Ra Ra Ra» o ‘If You Wanna’, pero también llama la atención el fraseo un poco a lo ‘Girls Just Wanna Have Fun’ de Cyndi Lauper del principio, y sobre todo con qué facilidad puede cantarse por encima parte del famoso «I don’t care» de Icona Pop (‘I Love It’, junto a Charli XCX). La progresión de la canción recuerda a Weezer, como indicaba en nuestros comentarios el usuario «Soplagaitas» (el principio también es un poquito Triángulo de Amor Bizarro, hay que decir), y los coros «oooh oooh» son muy Dandy Warhols.
La letra es su típico toma y daca parejil («No puedes cambiarme, ¿verdad? / No tienes tanto que ofrecerme»), como siempre no exento de humor («Soy tan dramático…»), porque como el propio Justin reconoció en una ocasión: «Sexo, amor y amor perdido. Hace un par de años fui consciente, y me generó inseguridad, del hecho de que todo sobre lo que canto es sexo y amor. Me he dado cuenta de que es todo lo que me importa y lo he asumido». En algún momento pareció que The Vaccines iban a ser un poco más ambiciosos (pienso en ‘Melody Calling’), pero en cualquier caso otro hit para sumar a su repertorio: desde luego irse de un show suyo en un festival mientras suena esta sería de tontos.
Estos días se ha estrenado además su vídeo, rodado en Cerdeña, donde la banda, de forma inesperada, llamó la atención de la gente local: “Queríamos hacer algo inmediato y directo, que no fuera demasiado conceptual. Queríamos que el público se involucrara en el vídeo; que adivinaran y especularan. Me gusta imaginar que siguieron hablando de qué pasaba en el vídeo tiempo después de que se acabara de rodar”.
Fredo Santana ha muerto este viernes 19 de enero a los 27 años a consecuencia de un ataque. Tenía problemas severos de riñón e hígado a consecuencia de su adicción a una bebida llamada “lean”, sin alcohol, conformada por jarabe para la tos, refresco y dulce que genera adicción y alucinaciones. El mejunje es conocido como «purple drank» y ha estado a punto de llevarse por delante en alguna ocasión a Lil Wayne.
Fredo Santana también tomaba xanax y había estado ingresado durante 2017, como él mismo aseguraba en las redes sociales. En octubre afirmaba haber ingresado en una terapia de rehabilitación, tras haber estado según su propio Twitter a punto de morir, que lamentablemente no ha surtido efecto.
El rapero había publicado un disco en 2013 llamado ‘Trappin Ain’t Dead’, pero sobre todo es famoso por haber aparecido haciendo un cameo en el vídeo de la histórica ‘Hold On, We’re Going Home’, uno de los primeros macroéxitos de Drake. En el mencionado álbum de 2013 colaboraba nada menos que Kendrick Lamar (‘Jealous’ es por supuesto su canción más escuchada), y después publicaba muchas otras mixtapes, siendo la última de ellas ‘Fredo Kruger 2’ a finales del año pasado. Entre los artistas que han lamentado su pérdida están el mismo Drake o Lil B.
Gino found me on da floor shaking bleeding out the mouth having a seizure shit could a been the end
La muerte de Dolores O’Riordan ha impactado a toda una generación que creció con su música. La impresión que su desaparición ha producido en muchos de nosotros se debe por supuesto a su juventud, pero también al tratamiento reiterado de la muerte y la depresión en las letras de su carrera, que a día de hoy es imposible que no nos afecten de manera diferente, «de todas las formas posibles». En sus momentos más pesimistas, la vulnerabilidad mostrada por su voz, que ya «volaba como un pájaro asustado» como se dijo en cierta ocasión, tiene hoy un tinte más trágico; y al mismo tiempo es duro escuchar sus constantes llamamientos al optimismo, a los que no nos queda más remedio que aferrarnos porque «mañana puede ser demasiado tarde».
La carrera de Cranberries es irregular y dejó algún momento desastroso, como la terrible ‘New New York’ o el segundo disco de Dolores en solitario, cuya promoción no en vano fue interrumpida por una reunión de la banda. No, no venimos a decir que el grupo fuera el mejor o el que mejor evolucionara de su generación, pero ahora que Pitchfork, que jamás reseñó al grupo sino para situar la de ‘Bury the Hatchet’ como una de las peores portadas de la historia, dice que ‘How’ estaba subestimada, o El País que ‘Tomorrow’ estaba infravalorada, es el momento de recordar que… ¡Claro! Por algo se han editado recopilatorios de 50 canciones de la banda y por algo el grupo seguía actuando en estadios de 10.000 personas cada vez que se reunía. Había melodías, himnos, sentimiento, canciones. Estas son sus 40 mejores canciones junto a una playlist con 38 de ellas. Actualización: A petición del público la playlist se ha completado con 2 pistas más: ‘Conduct’, el tema que abría ‘Roses’ (2012) y ‘Stars’, uno de los temas inéditos de su recopilatorio de 2002.
40
I Still Do
1993
«No estoy preparada para esto / aunque pensé que sí / No puedo ver el futuro / aunque pensé que podría». De manera tan ilustrativa se abría el primer disco de Cranberries, para después continuar: «Necesito encontrar tiempo para mí misma / vivir en mi interior / ¿Podré seguir mi propio camino? ¿Podré rezar por mí misma?». Esa disyuntiva entre la timidez y la inseguridad extremas y la seguridad en uno mismo (sobre el escenario y fuera de él) será protagonista de casi todas las letras del grupo, y es en ‘I Still Do’ muy visible mientras la maraña de sonido creada por el productor Stephen Street se desenvuelve espectacular entre punteos, guitarras rasgadas a lo shoegaze y efectos de fondo. Johnny Marr, que tanto influyó en canciones pequeñas de Cranberries pero inolvidables como ‘Twenty One’, había rechazado producir al grupo, lo cual fue una suerte para banda y productor también: Street los entendió a la perfección y esta semana ha enviado una carta a Rolling Stone en la que habla sobre cómo Dolores cambió profundamente en 9 meses, pasando de la timidez extrema a comerse el escenario. Termina diciendo que tanto él como los tres chicos del grupo se beneficiaron de conocer a Dolores. Ni Blur, ni Suede, ni Morrissey: Stephen Street jamás ha producido ni de cerca a una banda tan vendedora.
39
Angels Go to Heaven (Dolores con Badalamenti)
2004
En los inicios de Cranberries, mucho antes de la perversión rockera de ‘Zombie’ y ‘Salvation’, la fragilidad de la voz de Dolores O’Riordan en las primeras maquetas fue comparada con la de Elizabeth Fraser. No se pudo alcanzar un acuerdo para que Cocteau Twins hicieran la banda sonora de ‘Twin Peaks’, pero la idea del genio autor de la misma Angelo Badalamenti fue emular su sonido dream pop. Así que no fue nada marciano que Angelo terminara trabajando con Dolores en un par de cortes. El mejor fue editado para la banda sonora de ‘Evilenko’ y es un número dream pop de sonido celestial pero letra claustrofóbica («no hay salida, no hay forma de salir de aquí»), que explica por qué Badalamenti consideraba que Dolores estaba «desperdiciada» en The Cranberries. Titulado «Los ángeles van al cielo», y enmarcado en la depresión («este dolor es eterno»), es el primero de los muchos temas de esta lista que ya no podremos ver con los mismos ojos. También mención aparte, por demostrar su capacidad vocal en otro género, como es el trip hop, merece ‘Mirror Lover‘ con Jam & Spoon (Spoon falleció en 2006).
38
Do You Know
2001
Los clichés optimistas titularon los discos ‘Bury the Hatchet’ (1999) y ‘Wake Up And Smell the Coffee’ (2001). Este, más desconocido, estaba mejor en sus «no singles» que en sus singles ‘This Is The Day’ y el ecologista ‘Time Is Ticking Out’. ‘Every Morning’ era una sencilla pero efectiva canción sobre renacer y ‘I Really Hope’ podría haber sido un mini hit de no ser por esos anacrónicos teclados aportados por Dolores: tengo la sensación de que se veía obligada a mear sobre toda sucesión de acordes aportada por Noel Hogan, aunque no hiciera falta. La más infravalorada de todas sigue siendo ‘Do You Know’, jamás tocada en directo. Una canción en la que se combinaban con maestría decepción y fuerza interior, con bastante potencial en su estribillo, y también en su post-estribillo instrumental. Por primera vez se parecían a los Sundays de verdad, con quienes fueron muy comparados en sus inicios.
37
Uncertain
1991
Antes de ‘Everybody Else Is Doing It, So Why Can’t We?’, Cranberries publicaron un EP que espantó a la prensa después de que esta se hubiera rendido a sus primeras maquetas. ¿La razón? El EP no incluía ‘Dreams’ y ‘Linger’, cuando ambas habían empezado a circular, y la producción era fallida, pues aún no habían dado con Stephen Street. ‘Pathetic Senses’, por ejemplo, tenía un extraño punto bailable que no les terminaba de pegar, quizá en relación a la moda Madchester. Pero ‘Them’ es la canción más Cocteau Twins que tienen y la titular ‘Uncertain’, desde su inocencia, es una verdadera monada. El EP, editado por Xeric Records y limitado a 5000 copias, jamás fue reeditado y ha tenido un coste medio de 100 euros a lo largo de estas décadas, con varias copias echando un considerable pestazo a fake. El vídeo nunca se ha filtrado en su totalidad.
36
Curvy (D.A.R.K.)
2016
En 2015 se repetía la historia: Dolores se sumaba a un grupo ya existente, para cambiar su curso para siempre. De la misma manera que los primigenios The Cranberry Saw Us funcionaron sin ella, Olé Koretsky, su novio hasta el momento de su muerte, había formado una banda con Andy Rourke de los Smiths, a la que se añadía O’Riordan como co-vocalista, obviamente merendándose en dos segundos toda aportación de él por mucho que ya tuvieran sus canciones. D.A.R.K., que no llegaron a cumplir su programada gira debido a problemas de visado de uno de sus miembros, publicaron un disco curioso, electrónico, bastante setentero, cuya cumbre era el primer single ‘Curvy’. Nunca había sonado Dolores tan Madchester por la vía de Stone Roses y New Order, y la canción contaba con varios ganchos: los teclados, el estribillo, los «ooooh, ooooh, oooooh, oh-oh», el post-estribillo en «Must have been a dream» y el viaje final de «let’s take a ride». ¿Habrá algún tema grabado a la altura? Y lo peor: ¿ahora sí, triunfará?
35
Put Me Down
1993
Los abusos han ocupado parte de la temática de Cranberries, psicológicos en gran parte del primer disco, e incluso físicos: ahora sabemos que ‘Fee Fi Fo’ (1999) habla de los abusos sexuales que Dolores sufrió de pequeña. En ‘Put Me Down’ habla la voz de alguien a quien siempre hacen de menos, mientras el fondo musical está cargado de decadencia y misterio, entre referencias al indie británico de la época pero también a la América cincuentera adoptada por Chris Isaak o David Lynch.
34
Loser (Dolores O’Riordan)
2007
¿Qué canción de Dolores sola habría vendido millones de haber sido editada en los 90? ¿’When We Were Young’? Meh. ‘Loser’ era el triunfo absoluto en sus explosivos golpes de guitarra rockeros y sobre todo en su letra, destinada a hundir a un «hater» o a un «bully». Frases como «una bombilla de 2 vatios brilla más que tú» nos llevan hasta el glorioso final, muy Morrissey, como toda la canción: «loser, die!!!».
33
The Sun Does Rise (Dolores con Jah Wobble)
1994
Aunque poca gente lo recuerde, Dolores sacó un single con Jah Wobble de Public Image Ltd y ambos fueron capaces de llevarlo a la tele y al top 41 de Reino Unido, cuando Cranberries eran claramente un grupo de álbumes. ‘The Sun Does Rise’ es una composición optimista y radiante, que muestra lo bien que le sienta la world music y los toques orientales a su voz. Mucho mejor que ‘The Journey’ (2009), es especialmente emocionante en su puente: «Este viaje ha sido una epopeya / a veces me he sentido tan mal / abandonada en un bar solitario al otro lado de la ciudad… / Sí, viajamos día y noche, para avanzar solo una milla / pero al fin tiene sentido porque empiezo a ver la luz».
32
Ordinary Day (Dolores O’Riordan)
2007
Para su debut en solitario, Dolores O’Riordan contó contra todo pronóstico con una pizca de efectos vocales. Son ligeramente perceptibles sobre todo en la parte clave de la canción («What in the world? What in the world could ever come between us?»), quizá por la influencia del productor Youth (The Fireman, The Verve, Dido). ‘Ordinary Day’ era una canción tranquila, de buen desarrollo, que suponía un gran grower, como lo era casi todo aquel ‘Are You Listening?’, que contenía un tema sobre el cáncer de su padre (‘Stay With Me’) o de su suegra (‘Black Widow’), así como un corte probablemente dedicado al resto de los Cranberries (‘October’). Una obra con defectos que revisitar sin lugar a dudas, pues la desproporción en ventas y atención mediática fue totalmente injusta.
31
Tomorrow
2012
El ignorado sexto disco de Cranberries no estaba mal, presentando una bonita canción sobre la muerte de su padre llamada como el álbum, ‘Roses’; un pseudosingle llamado ‘Schizophrenic Playboy’; alguna rareza como ‘Astral Projection’ y sobre todo un gran tema de presentación. Hace daño escuchar esta alegre canción un tanto jangle que dice que «mañana puede ser demasiado tarde» y que se lamenta de lo «demasiado jóvenes, orgullosos y tontos» que somos a veces perdiendo el tiempo. Ay…
30
The Sweetest Thing
1999
En nuestro siglo Cranberries tuvieron dificultades para localizar caras A, así que se quedaron por supuesto sin caras B destacables, como habían sido ‘Away’, ‘I Don’t Need’ o ‘So Cold In Ireland’. La última interesante de verdad data, pues, de 1999, venía con ‘Promises’ y era un perfecto contraste para ella. La letra es una bobada supina, alguien arreglándose para recibir a su amante, una nueva muestra de amor a este y también a la propia familia, pero se trata de la canción más jazzy de su carrera, con un imperante saxo -algo totalmente ajeno al sonido Cranberries- y un trepidante ritmo, que contribuyeron a que el mencionado single fuera número 1 de ventas en España durante dos semanas.
29
Free to Decide
1996
La controvertida relación de Dolores con la prensa, con la que el odio en general era mutuo, quedó plasmada en este canto a la libertad, y también en su vídeo, en el que aparecía enjaulada o huyendo al desierto. Su reivindicación de esa libertad en contraste a la cohibición («soy libre de decidir lo que quiera / y no tan suicida después de todo»), tuvo que lidiar a la postre con lo poco que terminó cuidando su propia salud, durante aquella misma gira de presentación, y después.
28
You and Me
1999
Cranberries hicieron muy dignas versiones de Carpenters, Elvis Presley, Fleetwood Mac o los Smiths, pero nunca se percibió que los Beatles fueran una influencia para ellos, como sí pasaba con muchos de los coetáneos del Brit pop. Sin embargo, hay una canción a la que sí llegó la influencia de los de Liverpool. Los vientos reales y los sampleados de ‘You and Me’ nos llevan a la euforia de un ‘All You Need Is Love’ o de un ‘Hey Jude’, en esta canción en la que Dolores habla sobre el placer de quedarse en casa en lugar de salir. El mencionado una y otra vez «Taylor» no era otro que su primer hijo.
27
Apple of My Eye (Dolores O’Riordan)
2007
La mejor canción de Dolores O’Riordan en solitario no fue single, aunque hubo cierta intención de que lo fuera. Se trata de un tema dedicado a su «debilidad» -bien puede ser un hijo o una pareja-, en celebración de que nada entre ellos podrá interponerse jamás. La acritud de ‘Ordinary Day’ no aparece por ningún sitio en esta canción feliz que va añadiendo elementos: guitarra acústica, pianos, coros y teclados se van sumando hasta perfeccionar el final extático que The Cranberries habían ensayado sin que nadie se diera cuenta en ‘Pretty Eyes’ (2001). Los coros de Dolores y las cuerdas se funden en un pequeño muro de sonido que resulta una de sus mejores producciones. Misteriosamente, O’Riordan no quedó satisfecha con ella y volvió a grabarla en su segundo disco sola, con peores resultados.
26
Pretty
1993
Entre el posible feminismo («eres tan guapa siendo simplemente como eres…»), el relato irónico de un micromachismo («…que no tienes razón para ser tan insolente conmigo») y ambas opciones («tienes que decir lo que quieras, pero no me cambiarás»), ‘Pretty’ tenía una de las letras más cortas y a la vez abiertas a posibilidades de Cranberries. Seguro que contribuyó a convertir a Dolores en un icono lésbico ayudada por su andrógina imagen: en algún lugar tenemos que buscar la causa de que sus conciertos estuvieran llenos de público gay, lésbico y bisexual. Queda para la historia su función fundamental en el clímax de la película ‘Prêt à porter’ y por supuesto su misterioso punteo de guitarra y sus arreglos electrónicos.
25
Analyse
2001
‘Analyse’ era un claro intento de repetir el éxito de ‘Dreams’. Al fin y al cabo, ¿cuántas canciones suenan a ‘Dreams’? La diferencia es que ‘Analyse’ sí tenía estribillo, reivindicando aquí tener consigo disponible «el amor más grande jamás visto», presto a ser disfrutado en el idílico mundo de fantasía al que alude la canción. Aunque poco sorprendente, era tan buen «opener» para sus conciertos como ‘Dreams’ perfecto cierre: al final se le ha cogido cariño.
24
Never Grow Old
2001
Dolores no solía escuchar mucha música, pero sí le gustaban Coldplay, al menos al principio. Su primer disco post-Coldplay, que le comieron la merienda a lo grande como sucesores de U2, se abría con un tema acústico y sencillo que parecía emular un pelín a ‘Don’t Panic’, con un crescendo igual de sutil. Aunque la canción de apertura de «Wake Up» no les quedó mejor que la canción de apertura de ‘Parachutes’, ‘Never Grow Old’ es una modesta, bonita y agridulce composición «espero que seas joven para siempre» dedicada a la primera hija de Dolores, que también funciona dedicada a uno mismo en el espejo.
23
How
1993
El primer aviso de que en Cranberries se encerraba también una banda de rock fue la rabiosa ‘How’, con una original sucesión de acordes repetidos en bucle durante las estrofas y una percusión que iba pasando de lo tribal a lo metálico. Muy recurrente en sus directos, es quizá la única canción con coros (al menos audibles) del co-autor Noel Hogan.
22
What’s On My Mind
1999
Una de las cosas que se echaban en cara a Cranberries era la falta de sentido del humor o sentido de la ironía. En ese sentido su disco más «divertido» es sin duda el cuarto, gracias a la parodia de un «loser» de ‘Desperate Andy’, la revancha sacudida de celos de ‘Delilah’, la amenaza de la vengativa ‘Loud and Clear’ o la parodia de la industria de ‘Copycat’. Pero ‘Bury the Hatchet’ también tenía un lado trágico (ahí estaba ‘Dying in the Sun’) y esta bellísima canción de country pop ejerce de puente entre las dos vertientes: funciona en serio como canción de amor y también como parodia de ciertos parámetros de la música tradicional. De ahí posiblemente las dos voces hacia su final: la exaltada, abusando de gorgoritos, y la tranquila, que recita la letra pacíficamente hasta el final y más allá. A destacar las carcajadas que se oyen en ese emocionante tramo final. ¿Nos tomamos el amor en serio o ha de ser una broma?, parece preguntarse. Jamás fue interpretada en vivo, si eso aclara algo.
21
Liar
1992
Esta semana han salido fans de esta cara B de debajo de las piedras. La razón es su inclusión en una popular banda sonora en Estados Unidos, la de ‘Empire Records’. Sin embargo, la canción que acompañaba a ‘Dreams’, primer single del grupo, si por algo es conocida entre sus seguidores es por haber aparecido de vez en cuando en su repertorio hasta el final… acompañada de una simpática danza irlandesa en una outro instrumental, bastante punki, que no aparecía en la versión de estudio. Toda una respuesta para el odioso destinatario al que se dirige la letra.
Como contábamos ayer, Soleá Morente ha vuelto con un doble single sobresaliente. Porque, aunque en este caso nos quedemos con la primera de sus canciones, su “cara B” es casi tan arrebatadora: ‘Olelorelei’, escrita por Lorena Álvarez –Lorena, vuelve, se te echa de menos–, es una rumba sensual que coquetea con efluvios cubanos, funk setentero y sintetizadores igualmente retro, que remite irremisiblemente a Las Grecas.
Pero, por un pelo, elegimos ‘Ya no sólo te veo a ti’. Esta, como la canción que la acompaña, está producida (y en este caso, además, compuesta) por el también granadino Alonso Díaz, al que conocimos como líder de unos Napoleón Solo que pasaron más desapercibidos de lo que merecían sus discos. El tema que nos abre la puerta al próximo disco largo de la pequeña de los Morente sintoniza en lo sonoro con su compañera de single, si bien en esta destaca aún más el componente psicodélico de los arreglos, además de un bajo brutal que llena y manda.
Pero donde más brilla esta canción es en esa melodía tan sixties que podría cantar perfectamente Jeanette –mucho tiene que ver ese cantar quedo, entre el susurro sensual y lo infantil– pero que, tampoco escapa del aire rumbero gracias a la raigambre flamenca de Soleá, especialmente en su maravillosa coda final. Igual atención merece su letra, preciosos versos de despecho y rabia que pretenden esconder un anhelo irrefrenable (“ya no sólo estoy de ti… obsesionada, a ver si comprendo así cuánto te amaba”; “haces que me sienta mal por estar compartiendo mi alma, no soy yo quien empezó a darme lo que te sobraba”; “ya te estoy compartiendo, interrumpo tu mirada, sabiendo que ya no puedes hacer nada”), rememorando el estilo inconfundible de las grandes canciones de Manuel Alejandro. También se ha presentado hoy el videoclip oficial de esta canción: filmado enteramente en blanco y negro, está protagonizado por Soleá, un maniquí masculino de color negro y un abanico de lunares que interactúan en planos cortos con efecto espejo, con cierto efecto lisérgico.
‘Ya no sólo te veo a ti’ y ‘Olelorelei’ forman parte del segundo disco de estudio de Soleá Morente que verá la luz en la próxima primavera, tras el notable ‘Tendrá que haber un camino’ (2015) en el que también colaboraron con ella compositores como La Bien Querida o J de Los Planetas. Desde entonces, había aparecido en la banda sonora de la película ‘Toro’ y en la ácida ‘Suelo español‘ de Luis Troquel, además de colaborar en los últimos discos de Sr. Chinarro y Los Planetas.
LOWLIGHT es el dúo gallego afincado en Madrid responsable, por ejemplo, del sonido del que podría ser el mayor éxito de momento de Yung Beef, el recién estrenado ‘Me perdí en Madrid‘. El dúo publicaba el pasado otoño un EP que ha podido quedar ensombrecido por el éxito de una de sus pistas, pero que hay que valorar en su conjunto. ‘Commotion’ llegaba en un momento en el que había mucha sed de nuevas canciones de Bad Gyal: ‘Fiebre’ tiene streamings como para recibir un disco de oro (6 millones) y ‘Jacaranda’ ha aparecido en numerosos medios internacionales, y aquí la artista no decepciona, entre ganchos como «cuando bailo te causo conmoción» y «como me mira, te mata». Pero también hay que destacar la labor de John Grvy al frente del hipnotizante y noventero ‘Crush’; la de Brigitte Laverne superando el sonido ‘Drive’ para ofrecer un número tan onírico como ‘Don’t Go’, con cierto espíritu en común con Robert Miles y Club 8, y final lleno de sutil tralla; y del talentoso y versátil One Path al frente de ‘De nuevo’, con cuerdas sintetizadas y un riff de teclado próximo a Mike Oldfield. Un reflejo de las inquietudes y miras de la escena electrónica de nuestro país, que esperamos ver a última hora en todos los festivales de este año.
Calificación: 7,5/10 Lo mejor: ‘Don’t Go’, ‘Commotion’ Te gustará si te gusta: Alizz, Diplo, Hudson Mohawke Escúchalo: Spotify
Era raro no saber hace tiempo gran cosa sobre Drake, una persona capaz de sacar 120 singles en 10 años, es decir, uno por mes… et voilà. El artista ha compartido a última hora de este viernes dos canciones nuevas que suceden a su última publicación oficial, lo que él llamaba la playlist ‘More Life‘, a la postre uno de los discos más vendidos de 2017, por encima de los 3 millones de copias.
Las nuevas canciones reciben los nombres de ‘God’s Plan’ y ‘Diplomatic Immunity’. La primera está más asentada en los ritmos y sonidos de la música urbana a día de hoy, siguiendo la línea de por ejemplo ‘Hotline Bling’; mientras que la segunda se sitúa más a principios de siglo: podría haber aparecido en cualquiera de los dos primeros álbumes de Kanye West, teniendo en cuenta su sample de cuerdas sintetizadas.
Las canciones, agrupadas bajo el misterioso nombre de ‘Scary Hours’, no han sido un número 1 instantáneo en iTunes como ha sucedido en ocasiones con el repertorio de Drake, si bien donde el artista ha triunfado últimamente es en las plataformas de streaming a modo de sleeper: ‘Fake Love’ y ‘Passion Fruit’ no fueron número 1 en ninguna lista significativa y ambas suman 400 y 500 millones de reproducciones en Spotify.
La noticia descacharrante del día se produce de mano de los dos miembros de los Smiths que no compusieron ni una coma en el grupo, el baterista Mike Joyce y el bajista Andy Rourke. Han subido a redes una imagen en la que anuncian un proyecto por determinar con el indicativo «Verano de 2018», al que se sumará un guitarrista colaborador de los Smiths llamado Craig Gannon. Craig tocó en ‘Panic’ y ‘Ask’ cuando el bajista fue echado momentáneamente del grupo, ejerciendo primero de bajista y luego de segundo guitarrista, tras volver Andy. La noticia se produce la misma semana en que Andy Rourke ha enviado un comunicado sobre la muerte de Dolores O’Riordan, con la que compartía el proyecto D.A.R.K., con el que había editado el disco ‘Science Agrees‘ y se espera que publique más música ya grabada, en fase de mezcla.
No necesitamos comunicado de Morrissey para saber qué opina del nuevo proyecto. En su libro ‘Autobiografía’ retrata especialmente a Mike Joyce como un verdadero inútil a causa del juicio mediante el cual este reclamaba el 25% de los beneficios de los Smiths en lugar del 10%. Morrissey, visiblemente traumatizado, escribe decenas de páginas sobre este juicio, dejando perlas como esta: «Joyce es el primero en subir al estrado y no es capaz en ningún momento de encontrar las palabras adecuadas para explicar su postura. Hecho un lío farfullante de barboteados despropósitos, ni siquiera logra recordar la fecha de su boda y pronuncia mal palabras sencillas. Con los pies pegados al suelo y un hilo de voz, Joyce descubre que la boca no le obedece y las respuestas medio dormidas desgranan una sonata de notas falsas que lo dejan tanteando en la oscuridad en busca del interruptor de la luz».
Continúa: «Joyce no es nada y no sabe nada y, por pequeño y perdido que esté, me da lástima verlo forcejear desesperado repitiéndose una y otra vez -con una voz que se apaga por momentos- «Simplemente di por hecho que me tocaba el 25 por ciento», un comentario que daría por finalizado cualquier caso si fuese este el caso de un proceso judicial justo».
No habla tan mal de Rourke, pero sí de Craig Gannon: «la realidad de Craig Gannon fue una fascinante engañifa. Criado en una casita diminuta de dos plantas en Salford, Craig tenía una expresión sombría y no decía nada (…) Yo entendía la necesidad de Johnny de descargarse algo de las secciones rítmicas básicas y tener así libertad para riffs más elaborados, pero me costaba discernir una contribución concreta al sonido. A mí me parecía que Johnny seguía tocando todo. Craig se comprometió a una larga gira norteamericana y la gran dificultad desde aquel momento fue conseguir sacarlo de la cama a diario. Dormía unas quince horas cada noche y no respetaba lo más mínimo los horarios de trabajo ni los de salida. Antes de irse a la cama, sentía el deber de causar desperfectos en el hotel o provocar el caos en la habitación».
Sigue algo después: «A esas alturas, circula enseguida el rumor de que Craig está desquiciado y -peor aún- que no le importa lo más mínimo ser un Smith. Una vez concluye la gira norteamericana, Johnny sugiere que no contactemos con él para comprobar si se preocupa de tantearnos. Como cabía esperar, Craig no contacta con nadie y queda claro que no le funciona bien la azotea. El ascensor no llega a la última planta (…) No anunciamos que Craig se ha marchado, principalmente porque nunca más volvemos a mencionar su nombre y la prensa no hace comentario alguno sobre su desaparición. Se evapora como la niebla y es desconcertante pensar que estuvo de verdad presente alguna vez. Al instante, Craig nos demanda por «lucro cesante» (¿cómo? ¿dónde?) y se declara, además, coautor de algunas canciones junto con Johnny (¿cómo? ¿dónde?). Por más que las afirmaciones de Craig sean una extravagante barrabasada, el tribunal dictamina a su favor y hay que llegar a un acuerdo por casi todo lo que quiere. Ya no me quedan lágrimas. La ley es una burra. Y. Sin embargo«.
Los funerales de Dolores O’Riordan se celebrarán este domingo y lunes en Limerick, después de que a la cantante se le haya practicado la autopsia, cuyos resultados se esperan para el próximo 3 de abril. Dolores será enterrada junto a su padre, al que adoraba y había dedicado varias canciones, en una ceremonia en este caso privada el próximo martes. Los detalles del sepelio podéis encontrarlos en su web de fans.
Rolling Stone, uno de los medios que más los habían apoyado, ha publicado sendas cartas de recuerdo de su productor recurrente Stephen Street, y también del co-autor de la mitad del repertorio de Cranberries, el guitarrista Noel Hogan. Noel recuerda la primera vez que la vio, apareciendo en la convocatoria de «se busca cantante» con su teclado e indica: «no estoy muy seguro de en qué momento Dolores aceptó la fama, si es que lo logró». El co-autor de la música de ‘Dreams’ y ‘Linger’ dice que para O’Riordan fue un varapalo tener que cancelar la gira del año pasado por sus dolores de espalda, «que han ganado al final», pero revela que seguían trabajando en nueva música.
Pese a la tibia recepción de ‘Roses’ y ‘Something Else’, había nueva música de Cranberries en camino, lo cual es una novedad pues hasta ahora solo se sabía que hay música del proyecto paralelo D.A.R.K. grabada y que Dolores estaba en Londres para grabar una versión de ‘Zombie’ junto a un grupo de hard rock. Indica Noel: «Íbamos a empezar a grabar el próximo disco en los próximos meses, y estábamos pensando hacer algunos conciertos. Esperábamos que el primero fuera en marzo. Hablé con Dolores el pasado viernes (12 de enero), y estaba bien. Hablamos de volver al trabajo y de nuevas canciones que estábamos escribiendo. Me mandó algunas de esas pistas por e-mail el domingo por la mañana». Dolores fallecía el día siguiente.
Por otro lado, Bad Wolves han compartido su versión de ‘Zombie’. A Dolores, gran fan de Metallica, le gustó tanto que se desplazó a Londres para hacer coros en esa versión, para orgullo del grupo novel, como revelaban en su comunicado. Moría el mismo día que iba a grabar estos coros. Bad Wolves han indicado varias veces en Facebook que los beneficios de la canción irán destinados a los hijos de Dolores, lo cual es bastante marciano, pues es la única autora de la composición, estaba divorciada, e iban a ser para ellos de todas formas.
La causa de la muerte de Tom Petty se ha hecho pública este fin de semana. Los análisis revelan que falleció a causa de una sobredosis accidental de drogas recetadas, lo que incluye fentanilo, un narcótico para superar el dolor de mayor potencia que la morfina, xanax (trankimazin) y oxicodona. Tom Petty sufría varios problemas de salud, de rodilla, cadera y un enfisema pulmonar, además de insomnio y depresión, y su esposa Dana y su hija Adria han reconocido el suceso como un «desafortunado accidente»: «Sabíamos desde antes de este informe que le habían recetado varios medicamentos para el dolor para varias cosas, lo que incluye fentanilo. Y estamos seguras de que esto fue, como se ha informado, un desafortunado accidente».
Su mujer llamó a una ambulancia después de ser incapaz de despertar a Tom Petty, de 66 años, el pasado 1 de octubre. El artista, en parada cardíaca, perdió el pulso durante 20 minutos y murió 21 horas después de ingresar en el hospital, tras determinarse que no había actividad cerebral.
El comunicado subido a su web por su familia recuerda que «a pesar del dolor, siguió haciendo giras comprometido con sus fans y dio 53 conciertos con una cadera fracturada, lo que empeoró su dolencia. El día que murió le dijeron que su cadera había empeorado hasta romperse del todo y nuestra sensación es que el dolor era simplemente insoportable, lo que provocó la sobredosis de medicación».
La muerte de Tom Petty reabre, pues, el debate sobre la lacra de drogas recetadas de la sanidad privada de Estados Unidos, que se ha llevado por delante a tantos famosos y personas anónimas. Macklemore & Ryan Lewis dedicaron un tema a esta cuestión en su último disco.
Poco hemos sabido de LIZ después de que publicara una de las mejores canciones asociadas a PC Music, ‘When I Rule the World’ (producida por SOPHIE). La cantante de Los Ángeles compartía posteriormente una “mixtape” titulada ‘Cross Your Heart’ en el que cabían producciones de Charlie Klarsfeld, Henrik the Artist e incluso Alizzz (productor de ‘Mala mujer’).
Hoy, LIZ finalmente vuelve con dos canciones nuevas que ya pueden escucharse en streaming. La primera es ‘Queen of Me’, una exuberante producción de Wave Racer que recuerda al R&B de los 90 y los primeros 2000. La segunda es ‘Could You Love Me’, que anda más en la línea del pop bailable con ritmos “Miami bass” de ‘Gimmie Dat’ de Ciara o ‘Superlove’ de Tinashe. Buenos temas, en cualquier caso, que se suman a la recientemente colaboración de LIZ con Rytmeklubben en ‘No Apologies’, otro tema de sonido dosmilero.
Gota a gota, canción a canción, LIZ ha ido revelándose como una de las mayores promesas del pop comercial en Estados Unidos. De momento su salto no termina de llegar, pero no será porque sus canciones no ofrezcan calidad y producciones interesantes. De hecho, su trabajo con Henrik the Artist es especialmente prometedor de cara a influir en el sonido del pop futuro, como demuestra su colaboración de 2016 ‘Wild Target’.
Justo cuando parecía que anunciaba un nuevo disco titulado ‘R.O.S.E.’, para el que pudo verse un “teaser”, y después de estrenar hasta cuatro canciones nuevas supuestamente procedentes de este disco, la cantante británica Jessie J ha decidido partir hacia China para participar en un concurso de talentos, y no como jueza, sino como concursante.
El pasado viernes 12 de enero se estrenaba en la televisión china ‘I am A Singer’, el talent show en el que concursa Jessica Cornish contra los cantantes taiwaneses Angela Chang, Sam Lee y los chinos GAI, Li Xiaodong y Wang Feng. La autora de ‘Price Tag’ se estrenó en el formato cantando su hit ‘Domino’, y hoy 19 de enero ha optado por versionar ‘I Have Nothing’ de Whitney Houston. La versión es francamente espectacular, asombrosa, lo cual nos lleva a preguntarnos exactamente qué hace una de las pocas personas en el mundo que puede hacer justicia real a ‘I Have Nothing’, una persona que además ya ha vendido decenas y decenas de miles de discos y millones de singles en todo el mundo, participando en un concurso de talentos chino, completamente al margen de su mercado principal.
La carrera de Jessie J ya había derivado extraña previamente a su decisión de concursar en este programa de talentos o incluso antes de participar en The Voice UK, en esta ocasión como jueza. ‘Do it Like a Dude’, ‘Price Tag’ y ‘Domino’ triunfaron y hubo un momento en que Cornish, quien recordemos es autora de ‘Party In the U.S.A.’ de Miley Cyrus, pareció la próxima gran voz del pop, sin embargo, una ristra de singles fallidos, realmente espantosos, como ‘Wild‘; unas polémicas declaraciones sobre la bisexualidad, su obsesión por los gorgoritos y una personalidad bastante subida con la que resultaba muy difícil empatizar llevaban a Cornish a fracasar estrepitosamente con su segundo disco. El tercero se presentó con ‘Bang Bang’ junto a Nicki Minaj y Ariana Grande, que a la postre se convertía en un macrohit mundial, pero ni por esas Jessie J logró que demasiada gente se comprara el álbum (¡qué desperdicio ‘Seal Me with a Kiss’!).
No hace falta decir que poca repercusión han tenido los últimos singles de Cornish, ‘Real Deal’, ‘Think About That’, ‘Not My Ex’ y ‘QUEEN’. Y la razón no tiene ningún misterio: realmente no son canciones muy buenas (aunque tampoco muy malas), pero la pregunta aquí en realidad es por qué un talento como el de Jessie J no está haciendo canciones mejores, y por qué en lugar de triunfar como debería, a tenor de su impresionante interpretación de ‘I Have Nothing’, la vemos participando en un talent show chino como concursante. ¿Ha tirado la toalla en su mercado principal y busca uno nuevo? Puede ser y es una decisión totalmente loable, pero desde luego está bastante lejos de lo que esperaríamos…
En tanto no termina de llegar una continuación real de ‘Kveikur‘, su último disco, publicado en 2013, Sigur Rós han sorprendido este año firmando dos composiciones para la banda sonora de ‘Hang the DJ’, uno de los capítulos contenidos en la cuarta temporada de ‘Black Mirror’, sobre una app de citas bastante extrema.
Pero los proyectos audiovisuales de Sigur Rós este año no terminan ahí. El grupo islandés ha compuesto la banda sonora de ‘Lords of Chaos’, la nueva película de terror de Jonas Åkerlund (sí, el director de ‘Telephone’ de Lady Gaga y Beyoncé, entre otros grandes vídeos pop) sobre la emergente -y violenta- escena de black metal a principios de los 90 en Noruega, basada en la novela homónima de Michael Moynihan. En el reparto de la película encontramos a Sky Ferreira, Rory Culkin, Emory Cohen Jack Kilmer, Valter Skarsgård.
Ha revelado la colaboración el propio Åkerlund a través del póster oficial de la película, que podéis observar a gran tamaño en este enlace. Como veréis, Sigur Rós están acreditados en el cartel como compositores de la música para esta cinta cuyo estreno se producirá a lo largo de esta semana y la que viene en Sundance.