Ariana Grande ya ultima los preparativos para el lanzamiento de ‘eternal sunshine’, el que supondrá su séptimo trabajo discográfico. Tras el lanzamiento de su single principal el pasado viernes, que apunta a que se trata de un proyecto marcado por la música dance, la artista ha anunciado hoy el título, la portada y la fecha de publicación de su nuevo disco, que saldrá el 8 de marzo.
El título del álbum, ‘eternal sunshine’, es una referencia a la película ‘Eternal Sunshine of the Spotless Mind’ (2004) de Michel Gondry. En España se distribuyó con el nombre ‘Olvídate de mí’. El filme explora el amor y la pérdida cuando una pareja decide borrar los recuerdos de su relación, destacando la importancia de aceptar tanto la alegría como el dolor para el crecimiento personal. Grande se declaró fan de su protagonista, Jim Carrey, cuando trabajó junto a él durante las grabaciones de ‘Kidding’ en 2019: «No hay nada más surrealista que llegar a trabajar y pasar tiempo con alguien a quien has idolatrado y adorado desde antes siquiera de que supiera hablar».
El disco contará con una portada estándar (la que encabeza este artículo) y cuatro alternativas, de las cuales aún solo ha revelado una de ellas. Además, Ariana Grande todavía no ha dado ninguna información relativa al tracklist, pues se está centrando en la promoción de ‘yes, and?’, que se predice que debutará en el número 2 del Hot 100 de Estados Unidos. En su lucha por la primera posición, la artista ha publicado hasta doce versiones de la canción, que espera que sirvan para aumentar las ventas durante esta primera semana.
Tate McRae ha dado el (probablemente primer) pelotazo de su vida en los últimos meses. ‘Greedy‘ ha sido número 1 en las listas oficiales de más de una decena de países, entre ellos por supuesto Canadá, su lugar de origen; tanto en Estados Unidos como en Reino Unido ha llegado a tercera posición, y el tema sigue entre los tres más escuchados en Spotify Global produciendo más de cinco millones de escuchas diarias como si no hubiera pasado casi medio año desde su edición.
En realidad, Tate ya contaba con un macrohit en streaming del tamaño de ‘you broke me first’, incluido en su debut de 2022 ‘i used to think i could fly’. Es uno de esos pocos temas que superan las mil millones de escuchas solo en Spotify. McRae, también, había tenido el buen gusto de colaborar con Regard y Troye Sivan en ‘You‘, un pequeño hit en listas dance que mereció mayor repercusión.
2023 ha sido el año de Tate McRae y 2024 lo será mucho más. Tate presentará su segundo álbum ‘THINK LATER‘ en una gira mundial que incluye dos paradas en España, estas son, el 20 de mayo en el Sant Jordi Club de Barcelona, y el 21 de mayo en el Palacio Vistalegre de Madrid. Las entradas están disponibles en Live Nation. McRae, que apenas tiene 20 años, nos atiende vía Zoom con suma profesionalidad.
¿Cómo defines tu último año?
Ha sido un año caótico y confuso, pero también me he sentido muy aliviada de que mi disco haya salido y de haber hecho todas las actuaciones que he hecho en un periodo de tiempo tan corto. Me siento muy orgullosa de la música que he sacado en la última parte del año.
¿Sientes que eres una artista nueva aunque este sea tu segundo disco?
Siento que es una nueva era para mí como artista. También es la primera vez que la gente me está viendo bailar realmente, así que es un nuevo inicio en ese sentido. El baile es importante en tus actuaciones. ¿Faltan en la industria este tipo de shows?
Creo que están de vuelta, el público tiene ansia de artistas que incorporen baile en sus shows. Para mí es emocionante porque me he criado admirando a las grandes leyendas que hacían este tipo de actuaciones. Durante el covid fue complicado (potenciar las coreografías) porque la producción y los videoclips pararon un poco, pero ahora están volviendo y me gusta que así sea.
Hace poco dijiste que echabas de menos la música de Ariana Grande. ¿Has visto su nuevo vídeo?
Por supuesto. Es increíble.
Naciste en 2003, ¿cuál es tu primer recuerdo musical?
Cuando era niña pasaba mucho tiempo en el estudio de baile de mi madre, observando a los bailarines. No pensaba tanto en la música sino en el baile. Bailaba todo el rato. Recuerdo obsesionarme con ciertas canciones, las escuchaba una y otra vez y las bailaba para mi madre. Con dos o tres años recuerdo tener ese anhelo de cantar y bailar. Mi interés por la música vino un poco después, pero de pequeña estuve rodeada de mucha música diferente, música clásica y contemporánea, hip-hop, muchos géneros diferentes.
¿Por qué ‘greedy’ ha conectado tanto con el público? A mí me recuerda un poco a lo que hacían Nelly Furtado y Pussycat Dolls allá por 2006. Entonces tú tenias unos 3 años.
Creo que la industria musical cambia constantemente, sobre todo ahora mismo, va a un ritmo extremadamente rápido y busca nuevos sonidos, diferentes matices, a todas horas. Existe muchísima música ahora mismo. Se trata de encontrar tu propio sonido y tu propio camino. En cuanto a ‘Greedy’, recuerdo entrar en el estudio antes de grabarla y pensar que nadie me había visto bailar hasta ese momento. Mi objetivo era grabar una canción rítmica que se pudiera bailar. Nos influyó el pop de los 2000, los beats de la época eran muy chulos, y pensamos que teníamos que correr el riesgo e intentar traerlos de vuelta.
¿Cuál es tu canción favorita del disco?
Mi favorita es ‘Hurt My Feelings’. Es uptempo. Para mí es hermana de ‘Greedy’, es muy divertida. Habla de querer a alguien al que no puedes tener. Es la primera vez que he escrito una canción sobre un crush, en lugar de sobre el tormento que puede ser el amor. Ha sido una de las canciones que más me ha divertido componer.
¿Por qué Ryan Tedder ha sido el productor idóneo?
Me ha costado mucho encontrar a alguien con el que me entienda realmente en el estudio. Ryan y yo nos llevamos muy bien. Ryan es evidentemente un genio componiendo, tiene su estilo escribiendo música pop, y yo traigo diferentes estilos también. Componer en el estudio puede ser un proceso terapéutico porque escribes sobre tu vida personal, y es importante encontrar a alguien con quien te sientas cómoda haciéndolo. Si estas en el estudio con la gente equivocada, quizá no quieras abrirte tanto emocionalmente. Por eso Ryan y yo hemos terminado creando un álbum juntos.
¿Qué aprendemos de ti en este disco que no supiéramos antes?
El disco muestra una faceta de mí más juguetona y también más atrevida. En las letras intento hablar de los sentimientos más incómodos que he podido sentir, o que más miedo me han dado. Hablan de rebelarme y de salir de mi propia piel y escapar. A veces mi música puede ser emocional, porque normalmente escribo sobre mis sentimientos negativos, y en este disco he intentado no hacer eso.
«La industria cambia a un ritmo extremadamente rápido»
¿Cuál ha sido el mayor reto al que te has enfrentando escribiendo el disco?
He escrito como 60 o 70 canciones en el último año y, solo en la última semana, inmediatamente antes de que se acabara el plazo de entrega, compuse cinco de las canciones que forman parte del disco. A veces trabajo mejor bajo presión. Creo que lo más difícil de escribir el disco ha sido darle a todas las canciones una unidad, pero al final lo he conseguido.
Has dicho que el disco salió un poco a toda prisa, ¿crees que ha sido un error, que el disco podría haber sido mejor si hubieras esperado, o crees que más bien ha sido una buena decisión?
No diría que ha salido con prisa… El caso es que yo podría coger cosas separadas de este disco y hacer uno nuevo. Soy perfeccionista. De ‘Greedy’ llegamos a grabar 35 versiones. Podría haber hecho lo mismo con todas y cada una de las canciones del disco, pero tiene que haber un momento en que paras y dices «esto es lo que hay». El arte es subjetivo. Me podía gustar una canción y Ryan odiarla, o al revés. Realmente no existe ese «momento perfecto» para hacer algo. He tenido que aceptar que esto es todo lo que tenía que escribir en este momento concreto de mi vida. Aquí es donde estoy.
¿Qué preparas para tus próximos shows, qué tipo de directo tienes en mente?
Estamos empezando a hablar de la dirección creativa. Quiero crear un espectáculo con bailarines. Voy a tener mucho que decir en cuanto a los visuales y las coreografías, así que estoy muy emocionada de poder llevar el show a cabo.
«Siempre quise ser un artista cool que la gente citara de manera random para parecer cool», dijo Groupthink en cierta ocasión, y está en vías de conseguirlo. El artista residente en Chicago comenzó este proyecto hace ya 5 años, tomando el nombre de la teoría del psicólogo Irving Janis de 1971, según la cual las personas se adaptan a la que consideran que va a ser la opinión de su grupo de pertenencia en ese momento, aparcando la opinión individual.
Esa ideaza ya anticipa el marcado carácter paródico de este proyecto, cuyo primer EP en 2022 recibía el nombre de ‘Guilty Pleausure’. Había por allí también una canción llamada ‘Sex Is a Sport’, además de portada inenarrable, y su vena llenapistas se ha completado este último año con otro EP llamado ‘before the afters’.
En este último EP, de marcadas influencias ochenteras, encontramos temas «teen» como ‘Was I Supposed to Care?’ o tan irresistibles como ‘Dressed for a Funeral’. Este, de potente estribillo instrumental, contaba con un vídeo de fiesta en el que veíamos a gente a un váter abrazada, y a otra gente sin camiseta dormida en su propia borrachera.
Pero su gran grabación de momento es ‘Dancing on My Grave’, que seleccionamos como Canción del Día hoy. El tema principal de ‘before the afters’ es una colaboración con Kennyhoopla, que desde el principio se sitúa a medio camino entre el revival electropop y la idea de confusión de unos Crystal Castles. La sensación que deja la producción es la de cantar desde un lugar en el que no sabes dónde estás, pero paradójicamente es la mejor canción de Groupthink de momento, así que es como si lo supiera perfectamente.
Su videoclip levita, pelea con la gravedad, en un entorno modernete, lejos de aquellos inicios que Groupthink compartió en plataformas entre 2019 y 2022. El bedroom pop, el trap o el indie de Mac DeMarco parecían una influencia en los tiempos de títulos tan sonoros como ‘Buy Likes’ y ‘Groupie’. Próximamente veremos de qué manera ‘before the afters’ ha marcado o no su rumbo.
Dua Lipa es la nueva portada de Rolling Stone, en un reportaje que revela por ejemplo que su tercer disco, aún sin título, contendrá 11 canciones, siendo una de ellas ‘Houdini‘. La cantante ya había dicho que ese punto psicodélico de la co-producción de Tame Impala estaría en el resto del disco, pero que este sería más variado.
Ahora Rolling Stone revela que el álbum está muy influido por la cultura rave de los primeros años 90 en Reino Unido. Al parecer, los remixes que Radio 1 pincha de noche han sido una inspiración para Dua Lipa, que llegó así a remezclas que le parecieron interesantes de Primal Scream, y también a su celebrada obra maestra de 1991, ‘Screamadelica’.
Parece que será un disco muy británico, pues otras influencias que aparecen en el artículo son Oasis y Blur, es decir, los reyes del Brit pop. Massive Attack, es decir, el trip hop, también son citados junto al americano Moby y a la otra gran banda de Damon Albarn, Gorillaz. En absoluto esta amalgama de influencias había aparecido con anterioridad en su carrera. Cuando entrevistamos a Dua Lipa en 2017, hablaba más bien de Katy Perry, The Weeknd, Solange, Rihanna y Frank Ocean como sus principales referentes.
Dua Lipa da detalles de cómo escribió junto a Caroline Ailin, coautora de ‘Don’t Start Now’ y ‘New Rules’, el productor de PC Music Danny L Harle y el baladista Tobias Jesso Jr. A lo que llama su banda -con ellos ha hecho 8 de las 11 nuevas canciones- sumó a Kevin Parker de Tame Impala.
Atención a la descripción del álbum que hace la periodista Brittany Spanos: «El producto final representa muy bien a Dua Lipa: pop bailable, lleno de confianza e ingeniosas frases para subir a Instagram. Varias de las canciones muestran divertidas escenas en discotecas o en noches de fiesta con amigos, y las letras van desde advertir que hará un rápido escape hasta el optimismo y la esperanza que implica un primer beso. No hay baladas arrolladoras, pero sí una semibalada que florece en un momento dado al estilo de Carole King y Fleetwood Mac. En general, este álbum es pura felicidad pop, no muy diferente de su enfoque para Future Nostalgia».
En otros puntos de la entrevista, Dua Lipa cuenta cómo terminó en la fiesta de Navidad de Mick Jagger. «Tuvimos una gran fiesta, ¡bailé con Mick Jagger en su salón! Me decía: ‘¡Muy bien, nena! Vamos, cariño’”. O también habla del mal que hacen las redes: «Con las redes sociales es muy fácil caer en una espiral negativa o en que la gente sea mala y te diga lo que piensa de ti sin conocerte realmente. De por sí, para algunas personas, ya es demasiado pensar que también tienes sentimientos o que te enfadas. Me parece importante saber tomarse las cosas con humor”. Os dejamos con la presentación en vivo de ‘Houdini’ realizada estos días.
Coachella ha revelado finalmente su line up, con apenas 3 meses de antelación. El festival se celebrará en California, como siempre durante dos fines de semana de cartel gemelo a mediados de abril. En primer lugar, del 12 al 14 de abril, y en segundo, del 19 al 21.
Era un secreto a voces que Lana del Rey sería una de las cabezas de cartel (poco después podremos verla en Primavera Sound). Y ese listado de artistas en primera línea se completa con Tyler the Creator y Doja Cat. No Doubt aparecen como invitados especiales, en lo que sin duda es una de las grandes sorpresas de este cartel. El último álbum de la banda de Gwen Stefani, ‘Push and Shove’, data de 2012, y el grupo lleva casi 10 años sin tocar en directo.
Por debajo de los cabezas, dos de los tres nombres destacados del cartel son latinos. Hablamos de Blur, J Balvin y Peso Pluma. Sin duda, el éxito de este último durante el último año, reivindicando el corrido mexicano, con y sin Eslabón Armada, le han situado ahí. El argentino Bizarrap también contará con su propio set.
El cartel no es tan generoso en nombres de tamaño medio. Si Primavera Sound nos ofrece a gente como Pulp, Vampire Weekend, PJ Harvey o la cada vez más viral Mitski, Coachella apuesta por gente de carrera no tan longeva o consistente como Ice Spice o Jungle. Ambos festivales comparten a gente como Peggy Gou o Justice.
Con alguna excepción como las noveles The Last Dinner Party o The Drums, llama la atención la ausencia de indie o de todo lo que entendimos por indie. En su lugar, se apuesta por Young Miko, la popera Sabrina Carpenter, el rap de Skepta, la electrónica de Oneohtrix Point Never, el futurismo de Grimes o el dance de Blond:ish. De manera significativa, D.A.N.C.E. es el eslogan usado en Instagram, quizá en relación con la presencia de Justice.
No podemos dejar de destacar la presencia de nombres españoles, como es el caso de BB trickz o Depresión sonora.
Cuando Operación Triunfo se estrenó hace 22 años, ser de barrio no era algo de lo que nadie se enorgulleciera particularmente. Estopa todavía era una extravagancia (y jamás se cantaron sus canciones en OT, en parte porque se los consideraba un fenómeno aislado que solo podían sacar adelante ellos). Haber crecido en un barrio no era tanto un emblema de identidad como una circunstancia que te ocurría. Pero les estaba ocurriendo a millones de personas y en 2007 Bigas Luna, ante las críticas de los cinéfilos más elitistas que le acusaban de haberse rebajado intelectualmente con ‘Yo soy la Juani’, advirtió de que el poligoneo no solo era una cultura por derecho propio sino que marcaría la próxima revolución cultural. Nadie le tomó en serio. Cuando OT se estrenó hace 22 años la mejor actuación de la gala 7 fue una versión de Serrat (Lucía). En la gala 7 de anoche, la mejor actuación fue una canción que dice: “Está caliente y al dente la desayuno, esa lady es como Flash a gas va duro”.
En aquella primera edición las canciones más modernas eran de Chayanne o M Clan, pero en la edición actual solo llegarán a la final aquellos concursantes capaces de ametrallar «Que quiero comerte to eso completo, de ese culo me volví un teco” sin bajar la mirada de la vergüenza. Lejos quedan valoraciones como la de Risto Mejide a Sandra, que a menudo ridiculizaban su clase social (“Sigue lavando cabezas en la peluquería”, “Más que cantar en inglés, has cantado con las ingles”), porque si esta edición está dejando algo claro es que la cultura de los márgenes ha asaltado el mainstream definitivamente.
El problema es que los concursantes no son traperos antisistema que han tenido que pasar penurias hasta llegar a lo más alto de Spotify. Ni siquiera son como los concursantes de las primeras ediciones, que tenían callos en las manos de cantar en la calle, en bares vacíos o en orquestas. Los de ahora, como mucho, han cantado en vídeos de Instagram, lo cual no es mejor ni peor pero sí muy distinto. Además, son tan jóvenes que la mayoría no han tenido tiempo de intentar abrirse camino en la música. Para muchos de ellos, OT es su primera intentona. Y se nota. Falta hambre, como le dijo Buika a Juanjo, falta rabia por vengarse de todos los que no creyeron en ellos y faltan agallas para atreverse a jugar al todo o nada. Lo que hay, a cambio, es un programa lleno de gente muy simpática que canta muy bien.
La jurado invitada de la semana fue Rozalén, que animó a los chavales a “disfrutar”. Claro que sí. Y que sean muy amigos de sus amigos. Por otra parte, como si hiciera falta que les animasen a disfrutar. Si se lo están pasando bomba. Chenoa arrancó la noche con su habitual ronda de preguntas retóricas al jurado. “Pablo, ¿veis seis finalistas ya?”. “Es difícil”, respondió él como cada semana, “va cambiando”. Chenoa continuó con Cris Regatero: “¿Tenéis favorito?”. “Cada lunes hay sorpresas”, respondió ella, “cada lunes puede pasar cualquier cosa”. Es normal que estos diálogos resulten anodinos, están ahí para ir entrando en calor, ¿pero no podrían ser un poco más originales? Aunque tampoco hay que pasarse de original, como Buika cuando exclamó “en lenguaje inclusivo”: “Sabrosura para la cabeza y gozadera para la cuerpa”. Claro que si Buika no se ha aprendido el nombre de la mitad de los concursantes en siete galas para qué va a molestarse en entender qué es exactamente el lenguaje inclusivo.
Chenoa llevaba un look de pantalón y top palabra de honor plateados tan reflectantes que si te fijabas bien podías ver reflejada a Rozalén componiendo tres canciones distintas sobre dar un pellizco en el alma en lo que duró la gala. Resulta curioso que Chenoa se vista de 2k fashion cuando ella vivió los 2000 literalmente y antes la habrían encontrado muerta que con un palabra de honor plateado (ni que fuera ella Nika), pero los ciclos de la moda se han acelerado tanto que ahora te da tiempo en una sola vida a ponerte toda la ropa que te dio apuro llevar cuando te tocaba por edad.
“Esto va muy rápido”, señaló Chenoa, “a velocidad de crucero”. ¿Qué crucero va rápido? ¿El de Megalodón? Sin darse cuenta, Chenoa describió a la perfección el desarrollo de esta edición, que efectivamente va a velocidad de crucero: está siendo satisfactoria en líneas generales pero carente de actuaciones descarnadas para la posteridad. En otras ediciones a estas alturas ya habían ocurrido ‘Creep’ de Virginia o ‘La llorona’ de Alba Reche. Claro que, para que eso ocurra, el reparto de temas tiene que salir de su zona de confort y dejar de buscar inspiración en el algoritmo de Spotify.
Chiara desde luego no tiene previsto moverse de su zona de confort. Le va genial ahí acurrucada. En ‘The Climb’ cayó en todos los trucos que los profesores intentan quitarle: los ojos cerrados todo el tiempo, el abuso de la voz ralentizada y el vibrato decorativo y los brazos haciendo aspavientos sin venir a cuento como si estuviera en ‘Lluvia de estrellas’. Cantó la canción, pero no la contó. Luego le dijeron que todo fenomenal, que bravo y que enhorabuena. Así que la semana que viene hará lo mismo. La capacidad de OT para adaptarse a la evolución de la sociedad es incomparable con ningún otro programa de televisión y es uno de los principales motivos por los que sigue tan vivo 22 años después, pero da la sensación de que la actual sensibilidad de la opinión pública ante la salud mental hace que los profesores eviten poner firmes a los concursantes por miedo de que les acusen de hacerles bullying. Porque muchos espectadores de OT creen que llevar la contraria es bullying. Así que esta edición está marcada por la amabilidad, el optimismo y las buenas intenciones. Pero tiene que haber un término medio entre Risto Mejide diciéndole a Israel “La semana pasada te llamé disminuido vocal y hoy te quiero pedir perdón… perdón por lo de vocal” y que Martin Urrutia se pegue las vacaciones que se está pegando a costa de Amazon.
Violeta cantó ‘Blue Lights’ (con un fondo, claro, de luces azules) dándole un rollo casi jazz. La cantó desde un lugar de decepción. Mientras en ‘The Climb’ Chiara parecía una niña que no había vivido ninguna de las dificultades sobre las que cantaba, Violeta parecía una mujer con tres divorcios a sus espaldas que regalaba consejos en plan: “Salvaos vosotros, yo me quedo aquí con estos manguitos que he rellenado de lexatines”. Los looks de Violeta, Chiara y Chenoa tenían tanto plástico metalizado que cuando se sentaron en el sofá parecían una versión yasssificada del cubo de reciclaje amarillo. Menos mal que ninguna se sentó cerca de Ruslana, porque las habría carbonizado con su fuego.
Pocas actuaciones de OT, por no decir ninguna, se la han jugado tanto durante sus primeros segundos como la de ‘Bzrp Music Sessions Vol. 45’ (quién le iba a decir a Chenoa que 22 años después iba a presentar OT y que iba a tener que pronunciar palabras como “Bizarrap” o “Ptazeta”): Paul empezó gruñiendo como un animal y Ruslana le respondió con un delirante “rrrrrrrrr” desde el público (tenía detrás a un grupo de chicas con gafas que parecía que estaban posando para la orla). Si ese arranque salía mal, todo se desmoronaría detrás. Pero salió bien y dio paso a la mejor actuación de la noche y de la edición. Y salió bien porque Ruslana y Paul no tienen miedo a hacer el ridículo. Eso es lo que le hace falta a esta edición: sentido del riesgo.
Ambos entendieron que su actuación requería comedia, pero a la vez se la tomaron muy en serio. Abrazaron una actitud de flipados con semejante chulería que en cualquier momento podrían ganar un Grammy Latino o atracar a Pablo Rouss. También entendieron que la canción requería un choque de piezas constante: ninguna nota, ninguna dicción y ningún paso debía ser igual que el anterior. De repente rapeaban, de repente iban a cámara lenta, de repente gritaban. La canción era suya. Ruslana se paseó cerca del jurado mientras un bailarín le ponía el culo en la cara a Buika (ella ni se inmutó, porque Buika solo te va a dar memes cuando a ella le salga del coño) y revolucionó cada centímetro de ese plató con la energía vacilona de las Spice Girls en el vídeo de ‘Wannabe’ si las Spice Girls acabasen de salir de la cárcel.
Ruslana estuvo makinera, sobreactuada y barroca. En ningún momento pareció estar contando los pasos. Sencillamente estaba ahí, presente, y consiguió que pareciera que le salía de manera natural algo que sin duda es resultado de muchas horas de trabajo. Cuando dijo “Flow”, parecía que la canción estaba siguiendo sus órdenes. Y cuando gritó “De Canarias a Graná” se convirtió en la ganadora de OT2023. Un triunfo que se debe a que Ruslana es, con mucha diferencia, la concursante más excitante de la edición. La que más ganas tiene todo el mundo de ver actuar cada lunes después de encadenar ‘Salvaje’, ‘SloMo’, ‘I Put A Spell On You’ y ‘Criminal’. La visita de Aitana reveló que Ruslana duerme en la misma cama que ella hace seis años. Así que ya pueden ir calentándole el Bernabeu.
En su visita, por cierto, Aitana decidió hablar con acento español para aconsejarles a los chicos que se fueran a Los Ángeles a componer sus propias canciones. Así de fácil. Como si Los Ángeles estuviera en Parla. Y qué manía con componer sus propias canciones. ¿Qué tienen los artistas actuales en contra de ser simplemente buenos vocalistas? Edith Piaf, Frank Sinatra, Barbra Streisand, Whitney Houston o Julio Iglesias jamás necesitaron componer para emocionar a generaciones enteras. Si bien es cierto que la industria musical actual no permite que surjan compositores (antes se vendían tantos discos que un compositor podía vivir de las canciones no-single y así ganar tiempo para componer hits, hoy las canciones se componen mediante engranajes de fábrica), pero la mayoría de cantantes de OT han sepultado su carrera en cuanto han decidido que también eran compositores. El momento más entrañable de la visita fue cuando Aitana dijo que Amaia y ella eran muy traviesas y que estaban para que les hicieran un reality. Eh… ya os lo hicieron, Aitana.
Con ‘La nave del olvido’, Juanjo hizo la mejor actuación de la historia de La voz. Para alguien que lleva toda su vida intentando salir en televisión, Juanjo no parece particularmente ilusionado de estar ahí. Una frase tan cursi, tan patética y tan triste como “espera un poco, un poquito más” (antes de dejarme) pedía desesperación, horterismo y raphaelismo, pero Juanjo las cantó todas igual. Vocalmente perfecto, sí, pero no interpretando la letra. Solo interpreta para el encuadre de la cámara.
La escenografía de ‘Sweet But Psycho’ fue la mejor de la noche: dos paredes rosas acolchadas como si Naiara y Bea estuvieran en el manicomio de ‘Barbie‘. Pero cada una estaba en una actuación distinta. Mientras Naiara se restregaba contra su pared como si fuera el torso de Rafa Mora, Bea cantaba con cara de pánico genuino a morir aplastada en directo. Naiara no supo adaptarse a la canción y se empeñó en abrirse constantemente la americana (para ella esa americana oversize es un burka) en plan “no os vayáis a olvidar de estas mamis”. Bea, por su parte, llevaba un traje que la odiaba. Iban tan diferentes que parecían una madre y una hija que habían ido a El diario de Patricia a limar sus diferencias.
Faltó energía, faltó gracia y faltó coreografía. En el caso de Bea, parecía estar deseando que se acabase la canción. Y los bailarines no ayudaban: en esta edición el cuerpo de baile es tan eléctrico que sus acrobacias hacían que Bea y Naiara pareciesen las señoras de la limpieza del manicomio. Anoche el concurso trató a Naiara como lleva siete galas tratando a Bea y ambas se vieron superadas por unas armonías extrañísimas que además quedaban dispersas por culpa de las voces pregrabadas que hacían que costase distinguir cuándo cantaba cada una. El flequillo de Naiara le hacía parecer la prima de Cris Regatero que estudia ADE, pero al menos intentaba atraer la atención al resto de su cuerpo. Bea, simplemente, vive disociada. Es como si todavía siguiera pensando en qué salió mal en ‘Peces de ciudad’. Hay una realidad alternativa en la que Bea conmocionó al público en aquella gala 4 y en esa realidad alternativa Bea lo está petando semana tras semana. Pero es que mentalmente se quedó ahi, sentada al piano con los hombros encogidos. Al terminar, Chenoa las recibió diciendo “queens del baile y del psycho”, confirmando que a estas alturas ya se limita a decir palabras según le vienen. Chenoa le preguntó a Bea si le apetecía volver a cantar en solitario y Buika sin duda pensó: “Tranquila Mimi, la semana que viene te toca”.
Los vídeos de Naiara ensayando su pronunciación recordaron a los mejores momentos de David Bisbal o Manu Carrasco chapurreando en inglés, porque en España nos gusta mucho reírnos de la gente que pronuncia mal en ingés y también de la gente que lo pronuncia bien. En España es muy difícil ganar. Ese momento de Naiara estudiando llamó la atención porque en esta edición los vídeos se centran exclusivamente en los ensayos musicales. Vale que no hace falta hacer como en otras ediciones y ponerles vídeos de sus ataques de pánico justo antes de salir a cantar, pero lo cierto es que los espectadores que no ven el 24 horas o los vídeos que se viralizan en redes, es decir, los espectadores cuyo consumo de OT se limita a las galas, no están conociendo apenas a los concursantes.
Martin cantó ‘Tenía tanto que darte’ subido a una luna gigante como un niño en el Imaginarium. La actuación parecía sacada de Telepasión pero sin el encanto kitsch. Su look consistía en una americana, una falda y unos pantalones. ¿Por qué no dejarle solo la falda? Con tantas capas parecía una fregona con bigote. Seguro que su actuación les encantó a los gays de 45 años que tienen un tatuaje de El principito, pero lo cierto es que esta semana los profesores dejaron que Martin se relajara (es que hablaron sobre el tema abiertamente y todo), llegaron a asegurarle que “estaba genial de actitud” y al final tanta relajación se notó. Es como si se sintieran mal por haberle hecho ensayar tanto para Alors On Dance’. ¿Por qué iba a esforzarse Martin si se pasaron toda la semana diciéndole que lo estaba haciendo genial? En su actuación hubo cero riesgo, cero intención y demasiados trucos manidos: ¿A qué venía su media sonrisa de siempre en una canción tan amarga? ¿Por qué alargaba las notas, cuando la canción pide notas cortas, para lucir una voz que, por cierto, no tiene? ¿Por qué demonios estaba tan contento mientras cantaba sobre una tragedia? Pues porque es Martin. Y eso, aparentemente, será suficiente para llevarle a la final sin despeinarse.
Y encima después llegó Álvaro Mayo. Una versión voguing de ‘Please Don’t Go’ era su momento para dar un puñetazo encima de la mesa, pero el estilismo intentó sabotearle por todos los medios. No solo llevaba una americana que no se pondría ni Maialen, sino que, además, le alisaron el pelo con la raya en medio, quizá con la intención de que pareciera Nick Carter de Backstreet Boys pero dejándole como a Luismi de Compañeros. ¿Por qué a él no intentan ponerle sexy? ¿Por qué no le animan a que encuentre su propio sexy? El voguing inicial fue la bomba, pero prometió una actuación explosiva que nunca llegaría. El resultado fue una actuación de momentos. Cuando hacía voguing cobraba vida y, en cierto modo, hacía historia en OT (un programa en el que Javián se quejó cuando le pusieron una camiseta ajustada con una flor que “no le representaba”): en cuestión de segundos, Álvaro llevó al concurso a cotas inéditas. Pero, de nuevo, el cuerpo de baile era tan extraordinario que evidenciaba las carencias de Álvaro, que además no se lo termina de creer. La iluminación también le jugó en contra porque hacía imposible ver dónde estaba mirando y parecía Milhouse sin gafas. Y él no acertó al apostar por su característica actitud sonriente para una canción que pedía servir coño. Álvaro, en su lugar, se conformó con servir chochete.
En ‘Todo de ti’, volvió el Lucas de ‘Acalorado’: encorvado, perdido en el escenario y con miedo a parecer demasiado heterosexual. Está muy bien querer ser modernos, pero darles a los concursantes canciones urbanas que solo existen gracias al autotune es una auténtica putada. Es como pedirle a alguien que toque la 9ª sinfonía de Beethoven con cacerolas. Más que ‘Todo de ti’ de Rauw Alejandro, el conjunto parecía ‘Don’t Stop The Music’ de Rosa López. Bajar ese medio tono le quitó garra a la actuación, porque esa canción solo pedía chulería y ellos se empeñaron en cantarla en serio. Tampoco ayudó que Lucas tuviera que cantarle “ese bikini se ve fenomenal” a una bailarina que iba vestida de la colección de otoño de Zara Trafa. Hay muchísimas canciones en el mundo compuestas para un dúo, es decir, concebidas para dos cantantes que se canten uno al otro. ¿Por qué se empeñan en darles canciones que solo funcionan en solista como ‘Sweet But Psycho’ o ‘Todo de ti’ a dúos? La actuación de Cris y Lucas solo sirvió para que la de Paul y Ruslana pareciera aún mejor.
Esta semana a Chiara le cortaron el pelo igual que a Violeta y parecían gemelas. Cuando Chenoa anunció que Chiara se quedaba, la imagen parecía un remake de ‘Tú a Boston y yo a California’ solo que titulado “Yo a la academia y tú a tu puta casa”. Violeta tenía la cara perfecta, la voz perfecta y el rollo perfecto. Pero no fue suficiente. Nunca fue suficiente. Violeta murió ahogada por la excelencia de su propia gala 0. Cada edición tiene un concursante que lo tiene todo en teoría para llegar a lo más alto pero que no termina de rematar (Naím Thomas, Vega, Nur, Ricky Merino, Marta Sangó) y ese perfil es imprescindible para OT. Ese perfil demuestra que no existe una fórmula, que se puede ser un concursante perfecto pero no conectar con la audiencia. Que hay un factor de magia inexplicable pero innegable que hace que OT siga generando emociones únicas entre el público.
Chanel claramente se ha ido a Los Ángeles a componer sus propias canciones. Para su actuación en OT eligió ‘Agua’, una balada que denota que Chanel se ha visto poseída por el “síndrome Marta Sánchez” (el complejo de creer que si no cantas baladas no te van a tomar en serio), pero que le ha llegado demasiado pronto en su carrera. Una tiene que saber cuál es su lugar y el lugar de Chanel no es ser Brequette.
Si la balada de Chanel dejó a la audiencia algo entumecida, la irrupción de Masi (lo más parecido que existe a una lata de Red Bull humana) ya se encargó de alterar los biorritmos del plató. Masi dio paso a un vídeo de ella misma acompañando a los nómadas favoritos (Martin, Álvaro y Violeta) a ver el musical ‘Los productores’ de Ángel Llàcer y Manu Guix. Vale que Masi hable como si estuviera jugando a la patata caliente del Grand Prix, pero el montaje del vídeo no le hizo ningún favor: puso tres frases seguidas en las que ella empezaba con “pues chicos”, lo cual da la impresión de que Masi no escucha, solo espera su turno para hablar otra vez. “¿Quieres seguir dedicándote al teatro musical?”, le pregunta a Martin. “Claro que sí”, responde ella misma, “tú vas a conseguir todo lo que te dé la gana”. Y, visto lo visto, tiene toda la razón.
Estamos en la gala 7 y el hecho de que Chenoa se aleje varios metros de Masi cada vez que anuncia el nómada favorito no puede ser casualidad. La teoría que circula en internet (es decir, que lo vi en un tuit anoche) es que una mención a ING con Chenoa en el plano cuesta mucho más dinero que una mención a ING solo con Masi. En ese caso, bravo por Chenoa. Si esta industria va a tratarte como un producto, al menos véndete caro.
Los favoritos fueron Juanjo, Lucas y Ruslana. Juanjo ganó con un porcentaje arrollador y, según las encuestas, Martin ha caído cinco puestos. Porque esta edición lo del favorito no es indicativo alguno: cada semana los fans se organizan para que vayan saliendo todos. Lo dicho, esta es la edición de las buenas intenciones: las de los fans, las de los profesores y las de los alumnos. Y eso es algo precioso. Incluso aunque tanto mimo repercuta en el resultado de las actuaciones.
Buika arrancó sus valoraciones diciéndole a Juanjo “cariño mío que te como todas tus cosas negras”, lo cual confirma que a Buika le han bastado siete galas para convertirse en su propia parodia. La tele hace esas cosas. “Y yo a ti”, le respondió Juanjo, sin saber qué demonios estaba diciendo. Buika le dijo que va “tan sobrado” que no ha “transmitido nada” y que “si te acomodas se te duerme el tigre”. Lo cierto es que todos están bastante acomodados y, de hecho, las actuaciones de anoche fueron reformulaciones del potencial que ya vimos en la gala 0 (la Ruslana de ‘I Love Rock N’ Roll’, el Martin de ‘Somewhere Only We Know’, el Álvaro de ‘…Baby One More Time’), pero si Juanjo se acomoda (algo normal: es un chaval de 20 años) son los profesores los que deben encontrar la manera de espabilarlo.
Los nominados fueron Lucas, Cris, Martin y Bea. Los profesores salvaron a Lucas “por su evolución” (Naiara no pudo disimular su cara de “hoy ceno caliente”) y los compañeros a Martin, porque quién no va a querer salvar a Martin. Al final, todos se abrazaron dando saltos, animados por el ruido que hacía su bisutería. Alguien compró una caja de collares de plástico del Shein al inicio de la edición y la están amortizando pero bien. Es probable que haya una persona al lado del escenario con un saco lleno de abalorios que les va poniendo según salen a plató: “para Lucas… estas perlas”, “para Paul… un colgantito”, “para Álvaro… todo lo demás”. La bisutería queda muy bonita, qué duda cabe, ¿pero tiene valor? Sentimental, en todo caso. Para muchos eso es más que suficiente. Pero ya va siendo hora de que los diamantes en bruto alcancen todo su esplendor.
Empieza la cuenta atrás para la celebración de los Grammys 2024. La noche más importante de la industria musical tendrá lugar el próximo 4 de febrero en Los Ángeles, donde se espera que se reúnan los artistas más importantes del momento. Y parece que así será. Billie Eilish, Dua Lipa y Olivia Rodrigo no solo acudirán al evento, sino que, además, actuarán.
La Academia de Grabación ha anunciado la primera ronda de actuaciones de la ceremonia con tres cantantes galardonadas al Grammy… y no a cualquier Grammy. Dua Lipa (2019), Billie Eilish (2020) y Olivia Rodrigo (2022) son ganadoras del gramófono a Artista Revelación, que se otorga al mejor cantante nuevo de cada año. Ahora acudirán a la gala consagradas como estrellas.
Las tres, además, están nominadas a las categorías más importantes. Eilish opta a cinco galardones por su tema ‘What Was I Made For?’ para la banda sonora de ‘Barbie’, que ya le valió la victoria en los Globos de Oro y que esta vez podría llevarse a casa el Grammy a Canción del Año o Grabación del Año. Todo parece indicar que esta será la canción con la que la autora de ‘Happier Than Ever’ se suba al escenario.
Por el contrario, el tema que cantará Dua Lipa es más difícil de predecir. Si bien está nominada a Canción del Año por ‘Dance The Night’ para la película de ‘Barbie’, la artista se encuentra en plena promoción de su single ‘Houdini’. ¿Quizás repita la táctica de hace dos años y sorprenda con un medley?
La tercera en cuestión, Olivia Rodrigo, es otra de las principales nominadas de la noche. Su segundo trabajo discográfico, ‘GUTS’, está nominado a Álbum del Año y Mejor Disco Pop, mientras que ‘vampire’ opta a Canción del Año y Grabación del Año. Esta supondrá su segunda actuación en la historia de los Grammy tras la interpretación de ‘drivers license’ hace dos años.
La Academia de Grabación ha elegido comenzar su anuncio de actuaciones por todo lo alto, aunque todavía faltan muchos nombres por confirmar. ¿Se subirán al escenario las favoritísimas Taylor Swift y SZA? ¿Se atreverá Miley Cyrus con ‘Flowers’? ¿Habrá noticias de Lana Del Rey o Boygenius? Todo es una incógnita.
La normalidad ha vuelto a las listas de discos más vendidos de la semana en España. Y sabes que la normalidad ha vuelto porque Bad Bunny recupera el liderazgo de la mano de ‘nadie sabe lo que va a pasar mañana’, su más reciente disco. De esta forma, el top 3 de la semana pasada desciende una posición: El Último de la Fila (#2), Robe (#3) y Aitana (#4).
Cerca de entrar al top 10 se queda Neñgo Flow, quien acaba de publicar un disco con hasta 21 canciones que debuta directamente en la posición 15. Se titula ‘RealG4Life Vol. 4’ y cuenta con colaboraciones de nombres escuchados de la industria como Myke Towers, Anuel AA o Bad Bunny.
El fenómeno que está causando Operación Triunfo también se ve plasmado en el top 100 de discos más escuchados de la semana. De hecho, es el álbum de la gala 5 la segunda entrada más alta, alcanzando la posición 20. Los 5 álbumes publicados hasta el momento están dentro de la lista: gala 1 (#55), gala 2 (#81), gala 3 (#34), gala 4 (#35) y la ya nombrada gala 5 (#20).
Las últimas entradas de la semana se las adjudican Israel B con su ‘Galerias Deva’ (#62) y el grupo Hakuna gracias a ‘Capricho’ (#89). Además, Metallica entra con su antiguo disco ‘Master of Puppets’ (#100), que es ya el segundo que mete en la lista tras la permanencia de ‘72 Seasons’ (#74).
Después de la publicación de su disco debut en 2019, Kim Gordon está preparada para sacar su segundo trabajo discográfico, ‘The Collective’. La cofundadera de Sonic Youth lanzará un nuevo álbum en solitario el próximo 8 de marzo, que servirá como la continuación de ‘No Home Record’.
Para presentar el disco, Kim Gordon opta por el tema con el que lo abre, ‘Bye Bye’. No hay nada más paradójico que comenzar una nueva era con una canción titulada ‘Bye Bye’, al igual que no hay nada más raro que empezar con ella un álbum. Sin embargo, esa es la elección de Gordon, que suena agresiva y, aun así, convincente.
Luciendo una base distorsionada en la que abundan los sintetizadores, la letra del single apenas presenta una narrativa interesante… ni directamente de despedida. Pero las escenas que va enumerando a lo largo de más de cuatro minutos dan cohesividad al cuerpo de la canción. Tanto es así que el último minuto ni siquiera goza de contenido lírico, otorgando todo el protagonismo al sonido estridente del tema.
‘Bye Bye’ no es un cambio radical con respecto a la anterior música de Gordon; de hecho, se pueden encontrar muchas similitudes con el tema que abrió su debut, ‘Sketch Artist’. No obstante, todavía faltan por descubrir las otras diez canciones que completarán ‘The Collective’. ¿Qué tendrá guardado bajo la manga?
Este es el tracklist:
1. Bye Bye
2. The Candy House
3. I Don’t Miss My Mind
4. I’m a Man
5. Trophies
6. It’s Dark Inside
7. Psychedelic Orgasm
8. Tree House
9. Shelf Warmer
10. The Believers
11. Dream Dollar
Kali Uchis se inspira en sus raíces latinas en su cuarto disco oficial. Orquídeas es la flor oficiosa de Colombia. Ningún otro país posee tal variedad de esta flor, por lo que se considera un símbolo de belleza y diversidad. En ‘El retrato de Dorian Gray’, las orquídeas simbolizaban algo inaccesible y prohibitivo, algo «vistoso como los siete pecados capitales». Sylvia Plath las equiparó a un «demoníaco leopardo» en un poema llamado ‘Fiebre’ que también hablaba expresamente de «pecado», como el texto de Oscar Wilde.
Esta simbología medio latina medio anglosajona -como ella- viene que ni pintada a esa Kali Uchis que usa las flores para cubrir su cuerpo desnudo. En el estribillo de su nuevo hit global, un dúo con Peso Pluma, tiene un corazón tan noble que es ni más ni menos que «la favorita de Dios». Pero luego, hasta ella tiene momentos y momentos, y a un dembow llamado ‘Diosa’ sucede una canción que en principio iba a llamarse «Diabla». Se trata del bolero ‘Te mata’, sobre ese mal de amores que te desgarra y te vuelve mala. Muy mala.
El reto «Nunca vas a poder cortar mis alas, y eso es lo quе te mata» convierte este tema en un canto a la libertad femenina. Aunque en general ‘Orquídeas’ es un tratado de cómo el desamor, el despecho y los celos nos llevan a perder la estabilidad emocional. «I get a little crazy, pero no es mi culpa», asegura la artista en la muy gráficamente titulada ‘Me pongo loca’. Por cierto, volviendo a apostar por el Spanglish de manera natural, incluso comenzando en inglés el que oficialmente es su segundo disco en castellano.
Musicalmente, ‘Orquídeas’ parece en general un disco mucho más tranquilo que su mente. Las producciones de gominola que han caracterizado la música de Kali Uchis siguen intactas de mano de dos docenas de productores como Sounwave o P2J. En ocasiones, incluso el tono se pasa de monocorde y bordea lo extenuante, en especial en las aportaciones de Yakob y Pasqué ‘Young Rich & in Love’ y ‘Tu Corazón Es Mío’. Por suerte, la última parte del álbum remonta y está entre lo mejor que jamás haya grabado Kali Uchis.
‘Muñekita‘ es el tema que resucita el disco, con la colaboración de El Alfa, ciertas conexiones con Missy Elliott, por extensión ‘Safaera’, por extensión Daddy Yankee… y hasta el añadido de JT podríamos vincularlo con M.I.A. Por si fuera poco, el tema interpola guiños al gran clásico del reggaeton femenino ‘Papi Chulo’. Ahí el álbum ha ganado color por los cuatro costados. A continuación, ‘Labios mordidos’ juega abiertamente a las lesbianas junto a Karol G, y el nuevo guiño de un segundo se va para ‘El Taxi’ o mejor, el tema que Pitbull sampleaba: ‘Murder She Wrote’ del dúo de reggae Chaka Demus & Pliers.
‘No hay ley‘, que ya fue una de las mejores canciones de 2022 porque es una gozada escuchar a Kali Uchis agarrar las pistas de baile a lo grande, es revisitada y resituada en un disco oficial de la cantante. Y hay que decir que los artistas invitados de todo esto son un acierto. Peso Pluma, sobre todo conocido por su reivindicación del corrido mexicano, ejerce en ‘Igual que un ángel’ más bien de cantante romántico internacional, tipo Eros Ramazzotti o Glen Medeiros. La decisión sienta bien al conjunto, en general más electrónico que tradicional. Algunas de sus pistas incluso van unidas como si en una sesión nos encontráramos. Rauw Alejandro es quien levanta ese nuevo ‘No hay ley’, primero literalmente («tú gritándome más, con las piernas pa’atrás») y luego con un buen equilibrio entre sexo («en la esquina de la cama romperte») y ternura («espero que cuando te llame contestes»), amén de esa inesperada reivindicación de Technotronic. Ninguno de los dos había nacido cuando los belgas triunfaban con ‘Pump Up the Jam’.
Tras una nueva innecesaria mirada al pasado llamada ‘Heladito’, ‘Orquídeas’ se despide de la mejor manera posible con uno de esos temas cambiantes tan propios de nuestra década. ‘Dame beso / Muévete’ pasa de rendir homenaje al merengue noventero al perico ripiao. Ese final no es el que convierte esta entrega en un posible disco del año para la autora de ‘Isolation’ y ‘Sin miedo’, pues para eso habríamos necesitado más sobresaltos de ese tipo. Lo que sí supone es una pequeña reinvención en ese punto, ojalá que un anticipo del futuro y de momento seguro el mayor aliciente para que volvamos a un disco que parecía más continuista de lo que en verdad es.
Chica Sobresalto encara un 2024 de lo más prometedor. La artista, que viene de publicar su tercer trabajo discográfico ‘Oráculo’ en mayo y el EP ‘Retales II’ en diciembre, se dispone a recorrer el país con la ayuda de Girando por Salas. En total, 16 serán las ciudades que visitará durante la primera mitad del año.
Al contrario de lo que pueda llegar a parecer, el EP que acaba de lanzar Chica Sobresalto guarda muchísima relación con el disco que publicó hace unos meses. Y es que, al igual que hiciera con su segundo álbum, la artista ha sacado a la luz esos «retales» en forma de canción que fueron necesarios para la creación del disco pero que, sin embargo, acabaron sirviendo como descartes.
En ‘Sertralina’, uno de los temas de ‘Retales II’, Chica Sobresalto canta a la vida desde una perspectiva agria y hasta pesimista. Esa tristeza también se refleja en ‘La ermitaña’, donde el piano brilla por sí solo para reflejar los mayores temores de la artista y gritarle a la soledad. Las canciones del EP, que se nota que son borradores (solo una de las cuatro supera los dos minutos), consiguen dar más alma a ‘Oráculo’ y brindarle mayor profundidad.
Esta será la música con la que la cantante se subirá a los escenarios del país para seguir dándose a conocer, regalando esos retales a quien esté dispuesto a escucharlos. Para poder experimentarlos de cerca, Chica Sobresalto ha fijado casi 20 fechas, cuyas entradas pueden adquirise aquí.
Gira Plutón:
03.01 – LOGROÑO – Festival Actual
23.02 – ERMUA – Ermua Antzokia
01.03 – GUADALAJARA – Sala Óxido (GPS)
02.03 – TOLEDO – Círculo de Arte (GPS)
08.03 – TAFALLA – Sala Negra
23.03 – BARCELONA – Razzmatazz 3
05.04 – MÁLAGA – Sala Marte
06.04 – SEVILLA – Sala La2
12.04 – GIJÓN – Sala Acapulco
13.04 – SALAMANCA – Sala La Chica de Ayer (GPS)
20.04 – MADRID – La Sala del Wizink
25.04 – MURCIA – Garaje Beat Club (GPS)
26.04 – ALMERÍA – Berlín Social Club (GPS)
27.04 – GRANADA – Escenario Aliatar (GPS)
18.05 – PAMPLONA – Baluarte
25.05 – TENERIFE – Aguere Cultural (GPS)
En 1996, Paul McCartney fundó junto a Mark Featherstone-Witty el centro de artes escénicas Liverpool Institute for Performing Arts, cuyas siglas se leen igual que el apellido de cierta cantante británico-albanesa. Entre los alumnos ilustres que han salido de este instituto se encuentran Holly Humberstone, The Wombats, Kate Havnevik, Circa Waves o Dan Croll.
Anaïs Vila, cantautora de Santpedor, Barcelona, estudió en el LIPA en el curso 2016-2017, en concreto la especialidad de composición. Ella es una cantautora de las clásicas, aunque, si forma parte de ese, digamos, movimiento que podría llamarse nueva canción catalana, lo hace dejándose influir evidentemente por el sonido anglosajón.
Esto es especialmente notorio en el tercer disco de Anaïs Vila ‘Contradiccions’, de 2020, en el que Vila abraza el estilo bedroom-pop y guitar-pop predominante de la canción de guitarras británica. No tanto la canción de autor de Reino Unido, sino el de Estados Unidos, parece influir las canciones de su primer disco, el jazzy ‘Entre els dits’ (2015), mientras la America guía el sonido de ‘Fosc, cançons per veure-hi clar’. Aunque, en realidad, todos estos estilos se pueden dar indistintamente a través de su discografía.
Para su cuarta entrega, Anaïs Vila ha decidido desnudar las canciones a su mínima expresión. ‘Ara sempre’ es un trabajo eminentemente «acústico, poético y maduro» en el que «la sencillez y la profundidad discursiva» se dan de la mano con una «cuidada producción». Nombres como los de Ane Brun o Keren Ann pueden venir a la mente escuchando el single ‘Loop’, que efectivamente quieres tenerlo «en loop». Por su parte, ‘En vici’ incorpora baterías y guitarras eléctricas, y la forma de cantar de Vila, medio hablada, recuerda a la de Courtney Barnett.
‘Ara sempre’, que se publica el 26 de enero, versará sobre los vaivenes del amor, de relaciones y rupturas, pero también sobre la vida en la treintena y sobre las preocupaciones que están definiendo nuestra época, como «la emergencia climática, la vida frenética, la ansiedad, la necesidad de conexión con la naturaleza» o sobre «los deseos ocultos que conviven con la búsqueda de una esperanza frente a un futuro incierto con pocas salidas». Canciones para ver con claridad, sin duda.
Javier Ambrossi y Javier Calvo han vuelto a ganarse a público y crítica con ‘La Mesías‘, su última serie. Era con diferencia su proyecto más ambicioso, y el tiro parece haberles salido muy bien, así que anoche quisieron celebrarlo y darle un broche de oro a esta etapa antes de centrarse en su siguiente proyecto. Y lo hicieron, como no puede ser de otra manera tras esta serie, con mucha ambición.
Anunciado como un concierto “one night only” en el que se interpretarían las canciones de la serie, hubo quien pensaba que sería una presentación en sociedad de Stella Maris, el grupo ficticio que hace las veces de Flos Mariae y que ha sido confirmado en la próxima edición del Primavera Sound. Pero fue mucho más que eso. Pepino Marino
Por supuesto, Stella Maris actuaron, y Amaia, Cristina Rueda (también ex-triunfita, aunque de OT 2009, una edición bastante menos afortunada), Mabel Olea, Valeria Collado, Ania Guijarro y Sara Roch nos deleitaron cantando varios temas de su disco: ‘Stella Maris’, ‘La casa huele a gloria’, ‘La alcantarilla’, ‘Jesucristo Dónde Estás’ o ‘El Jardinero’. Pero no siempre lo hicieron solas: Hidrogenesse les acompañaron en ‘Jesucristo Dónde Estás’, y Albert Pla en ‘El Jardinero’. Pepino Marino
Y, ojo, porque Albert Pla volvería a salir para versionar ‘Experiencia religiosa‘ de Enrique Iglesias, uniéndose a él los propios Ambrossi y Calvo. Y si os ha parecido curiosa la versión, esperad. Quienes hayáis visto la serie, sabréis que uno de los momentazos del primer episodio es una secuencia musical a ritmo de ‘Bette Davis Eyes‘. Pues bien, el clásico de Kim Carnes sonó anoche, pero con… ¡Amaral! Eva Amaral y Juan Aguirre aceptaron la invitación, y escuchar ese temazo en boca de Eva (y guitarra de Juan) sí que fue una experiencia religiosa. Pepino Marino
La actuación de ‘Bette Davis Eyes’ ocurría a la vez que Ana Rujas llegaba al escenario con sus “hijos”, Bruno Núñez y Carla Moral, y es algo que ocurriría varias veces durante la noche, puesto que aquello estuvo más cerca de un musical o incluso de un teatro con orquesta que de un concierto típico, con distintos actos y narraciones entre los temas. Así, por ejemplo, luego aparecería Biel Rossell para maravillarnos con su inclasificable baile a ritmo de Händel, en ese homenaje a ‘Cantando bajo la lluvia’. Es uno de los momentos de la serie que se pudieron revivir, como el reencuentro entre Carmen Machi y Roger Casamajor, el éxtasis de Lola Dueñas, o el momento del grafiti de Macarena García, que, por supuesto, no se despidió sin decir “Felipe está casado con Letizia Ortiz”.
Mientras el reparto iba interpretando estas pequeñas escenas, la música estaba siempre presente, ya que el maestro de ceremonias era nada más y nada menos que Raül Refree, detrás de gran parte de la banda sonora. Hubo incluso espacio para el ficticio festival de rock cristiano de la serie, el JC Rock, donde actuaron por supuesto Biel e Irene Balmes cantando ‘Dos pasos adelante’, pero también los dos grupos “creados” para la ocasión: Papa Móvil (los evil twin de Papa Topo) con ‘Tengo estigmas en las manos’, y El Buen Hijo (aquí no hacía falta cambiar el nombre) con ‘Niños del Edén’.
Cerró la noche Amaia en una triple entrega: al piano recreando el momento de ‘El Árbol’ junto a su hermano en la serie, acompañada por Refree mientras versionaba ‘The Ed of the World’, y a dúo con Asier Etxeandía en el colofón con ‘Preparad el camino al señor’. Pero aún quedaba una sorpresa: mientras Ambrossi y Calvo agradecían al público su presencia y a todo el equipo su trabajo, e iban subiendo al escenario tanto el reparto como parte del equipo técnico, los directores dieron la bienvenida a las “mini Stella Maris”, que aparte de provocar un “ohhhh” general, lo dieron todo con la versión techno de ‘La puerta del cielo’.
De repente, el escenario era una rave en la que bailaban ellos con las niñas y con Amaia, bailaba Carmen Machi y bailaban hasta Eva Amaral y Juan Aguirre, que subieron también. Bailaba hasta el público, entre quienes se encontraban, ojo, Almodóvar, Aitana, Marisa Paredes, Pepón Nieto, Irene Montero, Rocío Sáiz, Álvaro Morte, Samantha Hudson, La Pija y La Quinqui, Ana Pastor o Antonio García Ferreras. Podría ser perfectamente la lista de cameos de ‘Superestar‘, lo próximo de Ambrossi y Calvo (como productores ejecutivos, ya que al frente está Vigalondo), pero eran los asistentes al concierto. Está claro que si alguien en este país tiene capacidad para reunir a Almodóvar y Aitana en un mismo lugar y ponerles a escuchar a Albert Pla versionando a Enrique Iglesias, son ellos.
«Quiero dar las gracias a las maricas malas» ha sido la gran frase pronunciada por Jennifer Coolidge durante su discurso de agradecimiento en la gala de los premios Emmy celebrada esta noche en el Peacock Theatre de Los Ángeles. Intentaron matarla, pero ella fue más fuerte.
Los Emmy han llegado en la noche del 15 de enero a su edición número 75. Es la primera gala de los Emmy que se celebra desde 2022, pues en 2023 no tuvo lugar debido a la huelga de guionistas y actores en Hollywood que acabó hace apenas unos meses.
La gran ganadora de los Emmy ha sido ‘Succession‘ al llevarse el premio a Mejor serie de drama y acaparar también las categorías interpretativas. Sin sorpresas, también ha sido la noche de ‘The Bear‘ en la categoría de Comedia y de ‘Bronca’ en la de serie limitada.
La gran perdedora de la noche, por contra, ha sido ‘The Last of Us‘ al irse de vacío. Por su parte, ‘Better Call Saul’ se ha convertido en la serie más nominada de la historia que jamás ha recibido un solo premio: de 53 veces no ha ganado nunca.
Entre los momentos destacados de la velada, aparte de la presencia misma de Jennifer Coolidge, hay que mencionar el piquito entre Brian Cox y Kieran Culkin después de ganar el segundo el premio a Mejor actor; y la ovación a Christina Applegate tras ser diagnosticada de esclerosis múltiple.
Otro gran artista que también tiene mucho que celebrar después de la última gala de los Emmy es Elton John, quien acaba de convertirse en talento EGOT después de ganar el Emmy a Mejor especial de variedades en directo por el documental de ‘Farewell from Dodger Stadium’.
Mejor serie de drama
‘Andor’ (Disney+)
‘Better Call Saul’ (AMC)
‘The Crown’ (Netflix)
‘House of the Dragon’ (HBO/Max)
‘The Last of Us’ (HBO/Max) ‘Succession’ (HBO/Max)
‘The White Lotus’ (HBO/Max)
‘Yellowjackets’ (Showtime)
Mejor guion en serie de drama
‘Andor’ – Beau Willimon
‘Bad Sisters’ – Sharon Horgan, Dave Finkel y Brett Baer
‘Better Call Saul’ – Gordon Smith
‘Better Call Saul’ – Peter Gould
‘The Last of Us’ – Craig Mazin ‘Succession’ – Jesse Armstrong
‘The White Lotus’ – Mike White
Mejor actriz principal en serie de drama
Sharon Horgan (‘Bad Sisters’)
Melanie Lynskey (‘Yellowjackets’)
Elisabeth Moss (‘The Handmaid’s Tale’)
Bella Ramsey (‘The Last of Us’)
Keri Russell (‘The Diplomat’) Sarah Snook (‘Succession’)
Mejor actor principal en serie de drama
Jeff Bridges (‘The Old Man’) Brian Cox (‘Succession’)
Kieran Culkin (‘Succession’)
Bob Odenkirk (‘Better Call Saul’)
Pedro Pascal (‘The Last of Us’)
Jeremy Strong (‘Succession’)
Mejor serie de comedia
‘Abbott Elementary’ (ABC)
‘Barry’ (HBO/Max) ‘The Bear’ (FX)
‘Jury Duty’ (Amazon Freevee)
‘The Marvelous Mrs. Maisel’ (Prime Video)
‘Only Murders in the Building’ (Hulu)
‘Ted Lasso’ (Apple TV+)
‘Wednesday’ (Netflix)
Mejor guion en serie de comedia
‘Barry’ – Bill Hader ‘The Bear’ – Christopher Storer
‘Jury Duty’ – Mekki Leeper
‘Only Murders in the Building’ – John Hoffman, Matteo Borghese y Rob Turbovsky
‘The Other Two’ – Chris Kelly y Sarah Schneider
‘Ted Lasso’ – Brendan Hunt, Joe Kelly y Jason Sudeikis
Mejor actor principal en serie de comedia
Bill Hader (‘Barry’)
Martin Short (‘Only Murders in the Building’)
Jason Segel (‘Shrinking’)
Jason Sudeikis (‘Ted Lasso’) Jeremy Allen White (‘The Bear’)
Mejor actriz principal en serie de comedia
Christina Applegate (‘Dead to Me’)
Rachel Brosnahan (‘The Marvelous Mrs. Maisel’) Quinta Brunson (‘Abbott Elementary’)
Natasha Lyonne (‘Poker Face’)
Jenna Ortega (‘Wednesday’)
Mejor serie limitada, película o antología ‘Beef’ (Netflix)
‘Dahmer — Monster: The Jeffrey Dahmer Story’ (Netflix)
‘Daisy Jones & the Six’ (Prime Video)
‘Fleishman Is in Trouble’ (FX)
‘Obi-Wan Kenobi’ (Disney+)
Mejor programa de variedades ‘The Daily Show With Trevor Noah’ (Comedy Central)
‘Jimmy Kimmel Live!’ (ABC)
‘Late Night With Seth Meyers’ (NBC)
‘The Late Show With Stephen Colbert’ (CBS)
‘The Problem With Jon Stewart’ (Apple TV+)
Mejor docuserie
‘Dear Mama’ (FX)
‘100 Foot Wave’ (HBO Max)
‘Secrets of the Elephants’ (National Geographic) ‘The 1619 Project’ (Hulu)
‘The U.S. and the Holocaust’ (PBS)
Mejor actor de reparto en serie de drama
F. Murray Abraham (‘The White Lotus’)
Nicholas Braun (‘Succession’)
Michael Imperioli (‘The White Lotus’)
Theo James (‘The White Lotus’) Matthew Macfadyen (‘Succession’)
Alan Ruck (‘Succession’)
Will Sharpe (‘The White Lotus’)
Alexander Skarsgård (‘Succession’)
Mejor actriz de reparto en serie de drama Jennifer Coolidge (‘The White Lotus’)
Elizabeth Debicki (‘The Crown’)
Meghann Fahy (‘The White Lotus’)
Sabrina Impacciatore (‘The White Lotus’)
Aubrey Plaza (‘The White Lotus’)
Rhea Seehorn (‘Better Call Saul’)
J. Smith-Cameron (‘Succession’)
Simona Tabasco (‘The White Lotus’)
Mejor actriz en serie limitada, película o antología
Lizzy Caplan (‘Fleishman Is in Trouble’)
Jessica Chastain (‘George & Tammy’)
Dominique Fishback (‘Swarm’)
Kathryn Hahn (‘Tiny Beautiful Things’)
Riley Keough (‘Daisy Jones & the Six’) Ali Wong (‘Beef’)
Mejor actor en serie limitada, película o antología
Taron Egerton (‘Black Bird’)
Kumail Nanjiani (‘Welcome to Chippendales’)
Evan Peters (‘Dahmer — Monster: The Jeffrey Dahmer Story’)
Daniel Radcliffe (‘Weird: The Al Yankovic Story’)
Michael Shannon (‘George & Tammy’) Steven Yeun (‘Beef’)
Mejor actor de reparto en serie limitada, película o antología
Murray Bartlett (‘Welcome To Chippendales’) Paul Walter Hauser (‘Black Bird’)
Richard Jenkins (‘Dahmer – Monster: The Jeffrey Dahmer Story’)
Joseph Lee (‘Beef’)
Ray Liotta (‘Black Bird’)
Young Mazino (‘Beef’)
Jesse Plemons (‘Love & Death’)
Mejor actriz de reparto en serie limitada, película o antología
Annaleigh Ashford (‘Welcome To Chippendales’)
Maria Bello (‘Beef’)
Claire Danes (‘Fleishman Is In Trouble’)
Juliette Lewis (‘Welcome to Chippendales’)
Camila Morrone (‘Daisy Jones & The Six’) Niecy Nash-Betts (‘Dahmer – Monster: The Jeffrey Dahmer Story’)
Merritt Wever (‘Tiny Beautiful Things’)
Mejor actor de reparto en serie de comedia
Anthony Carrigan (‘Barry’)
Phil Dunster (‘Ted Lasso’)
Brett Goldstein (‘Ted Lasso’)
James Marsden (‘Jury Duty’) Ebon Moss-Bachrach (‘The Bear’)
Tyler James Williams (‘Abbott Elementary’)
Henry Winkler (‘Barry’)
Mejor actriz de reparto en serie de comedia
Alex Borstein (‘The Marvelous Mrs. Maisel’) Ayo Edebiri (‘The Bear’)
Janelle James (‘Abbott Elementary’)
Sheryl Lee Ralph (‘Abbott Elementary’)
Juno Temple (‘Ted Lasso’)
Hannah Waddingham (‘Ted Lasso’)
Jessica Williams (‘Shrinking’)
Mejor talk show ‘The Daily Show With Trevor Noah’ (Comedy Central)
‘Jimmy Kimmel Live!’ (ABC)
‘Late Night With Seth Meyers’ (NBC)
‘The Late Show With Stephen Colbert’ (CBS)
‘The Problem With Jon Stewart’ (Apple TV+)
I adore Christina Applegate. She’s such an amazing comedic talent and absolutely gorgeous (always has been!). Her zings here are 🔥. #Emmyspic.twitter.com/L9jGzg3ZuJ
Hay canciones que tienen un claro sabor a himno. Ya sea por su mensaje, por el ritmo de la música o por las circunstancias que las rodean, hay canciones que desprenden tanto poder que su mera naturaleza las hace sentirse así. Y, como si hubiera sido creada para serlo, ‘Bailo Conmigo Misma’ es una de ellas.
Marilia Monzón presentaba a finales de 2023 su disco ‘Prenderé Una Velita’. El álbum, compuesto por diez temas que le hacen viajar a su tierra canaria, es el «recuerdo eterno de las mujeres de su vida». Justo eso saca a relucir la joya que hay oculta en ‘Bailo Conmigo Misma’, la pista que lo cierra. La artista se homenajea a sí misma en un tema que canta con fuerza a la autoestima y a la belleza de simplemente ser.
«Bailo y no puedo parar, no puedo parar de llorar», confiesa Marilia Monzón nada más sonar el primer acorde de la canción y repitiendo en cada estribillo. Esta es la clave de toda la narrativa de ‘Bailo Conmigo Misma’, en la que el baile supone la aceptación y las lágrimas simbolizan la lucha detrás de la misma. El tema es un viaje a través de la importancia de quererse a uno mismo, y Monzón recorre el camino de una forma maravillosa.
La artista no busca a nadie con quien bailar ni tampoco reprime o se avergüenza de sus ganas de llorar. Pero esto ha sido consecuencia de un arduo trabajo de constancia y superación. «¿Cuánto tiempo he tenido que esperar? / ¿Pa poder aprender a bailarlo en soledad?», se pregunta haciendo alusión a sus momentos más bajos. El constante verso del estribillo, que recuerda a ‘Bagdad’ de Rosalía, manifiesta su triunfo después de la perseverancia.
Como si se tratara de un abrazo que la cantante se da a sí misma, ‘Bailo Conmigo Misma’ es un himno que no necesita destinatario. No hay romance, ni ruptura ni política, solo el retrato de cada uno de nosotros. Y será, casi con total seguridad, una de las canciones estrella de su próximo tour. Dando el pistoletazo de salida el 22 de febrero en Madrid, la artista recorrerá el país, en parte con la ayuda de Girando por Salas. Quizás, entonces, siga bailando consigo misma mientras baila con los demás.
Cantaban Baccara aquello de ‘Sir, I Can Boogie’. Young Pulse, DJ y productor francés conocido por crear magníficos remixes de música disco y boogie de los años 70 y 80, no ha remezclado al icónico dúo español porque otros iconos le han quedado más cerca: Young Pulse ha publicado remixes de Françoise Hardy (‘Juke box’), Véronique Sanson (‘Bernard’s Song’) o Sheila (‘Spacer’), dándole nueva vida a clásicos que no merecían ser olvidados.
Aficionado, desde la adolescencia, al coleccionismo de vinilos oscuros, Young Pulse ha sabido unir sus dos pasiones, la producción y el «crate digging», y convertirse en uno de los nombres más aclamados de la música disco actual. Barcelona tendrá oportunidad de verlo en acción actuando en la sala Razzmatazz el próximo sábado 20 de enero. Las entradas siguen disponibles.
Entre los mayores éxitos de Young Pulse se encuentra ‘Smooth Sweet Talker’ con Fleur du Mur, un tema de música disco clásico e irresistible que ningún fan del género se querrá perder, o ‘Free’ con Natalia Nova. Sus ‘Paris Edits vol. 1-7’ también han dado mucho de qué hablar, así como su breve «mixtape» ‘The Disco Sound of: Motown’. En este mix disponible en Soundcloud, viejos temas de Teena Marie, The Originals, Thelma Houston y Carl Bean (ese ‘I Was Born this Way’ que tanto inspiró a Lady Gaga) hallan una nueva vida. Young Pulse sabe mejor que nadie hacer un buen boogie.
Vuelve la normalidad a las listas de éxitos. Tras las festividades de Navidad y Año Nuevo, la primera semana de enero vuelve a poner las cosas en su sitio pese a la genérica sequía de nuevos lanzamientos. Sin embargo, hay algo que sigue sin cambiar: el número 1. DELLAFUENTE y Morad lideran una vez más la lista de singles en España con su hit ‘Manos Rotas’, mientras que Soolking, Lola Índigo y RVFV repiten también en segunda posición de la mano de ‘Casanova’. La colaboración de Feid y Alt Jacob, ‘Luna’, completa el top 3, siendo el tema con mayor incremento de ventas de la semana.
La entrada más alta hace su aparición en el puesto 35, y la protagonizan Mesita, Nicki Nicole, Tiago PZK y Emilia. Se trata del remix de ‘Una Foto’, canción que contaba con más de 60 millones de reproducciones solo en Spotify y que ahora busca ser todo un hit internacional con la incorporación de algunos de los artistas del momento, como Nicki Nicole. Actualmente ya cuenta con 15 millones de reproducciones en la plataforma.
Metiéndose en el top 50 por los pelos, Bizarrap y Young Miko debutan con su nuevo tema en la posición 48. La sesión, en la que la cantante y el productor juegan con los géneros, se convierte en la cuarta canción de Bizarrap esta semana en la lista, tras las sesiones con Rauw Alejandro (#30), Quevedo (#58) y Shakira (#74).
Oscar el Ruso, Samuel G y Omar Montes también entran en la lista gracias a ‘Japoni’, su nuevo single, que va directo al número 57. Más abajo, aunque con una canción más antigua, debutan Eugenio Esquivel y su ‘Alucin’; de esta forma, Esquivel consigue entrar en la lista española con un tema que que publicó a mediados de noviembre. Por último, YoSoyPlex debuta en el número 94 de la mano de ‘Worldwide’.
La nueva era de Doja Cat podría alargarse más de lo imaginado. La cantante, que publicó ‘Scarlet’ en septiembre del pasado año, se ha mostrado bastante ausente desde entonces. Sin embargo, su cuarto trabajo discográfico podría tener su respectiva continuación.
A través de stories de Instagram, Doja Cat ha mostrado una misteriosa pizarra en la que escribe en mayúscula «S2». Justo debajo, una serie de palabras que podrían ser títulos de canciones: ‘Head High’, ‘Rider’ o ‘Hungry’.
Recientemente, Doja Cat explicó en una entrevista que planeaba titular ‘Hellmouth’ (boca del infierno) a lo que finalmente resultó ser ‘Scarlet’. «No me importa que tenga un significado profundo, sino que la palabra mole», afirmó la artista. «Me gustan las palabras que son guays. Pensé que «hellmouth» molaba… es como las puertas del infierno. Pero después de un tiempo me empezó a parecer tan agresiva que ya no sé si me gusta».
«Cambio de opinión constantemente», añadió Doja Cat en la entrevista. «Y ‘Scarlet’ me parecía lo correcto, porque es una especie de oda a ‘Hot Pink’. Elegí el nombre de un color, pero en realidad no lo es; piensas en Scarlett como el nombre de pila de alguien, y no como un color. Ese fue el giro que le di. Además, el rojo es un tono de pasión», comentó la artista. No fue la única de las confesiones que hizo con respecto al disco, pues también ha hablado de cómo pensaba descartar su éxito ‘Paint the Town Red’.
Se desconoce todavía cuáles son los planes de la cantante en relación con el futuro de ‘Scarlet’. Sin embargo, teniendo en cuenta que su disco anterior ‘Planet Her’ gozó de edición deluxe, no sería nada descabellado que su nuevo álbum también acabara teniendo la suya propia.
Este sería el probable tracklist:
1. ‘Acknowledge Me’
2. ‘Head High’
3. ‘Gang’
4. ‘Masc’
5. ‘Rider’
6. ‘Urrrge’
7. ‘Hungry’
Doja Cat seems to be teasing a ‘Scarlet 2’ tracklist:
Anoche se celebraron los Critics Choice Awards 2024, una de las galas más importantes para la industria cinematográfica antes de los Oscar. Y, aunque los premios han dejado a ‘Oppenheimer’ como gran favorita, su victoria no es lo único de lo que se habla en redes sociales. Como ya sucediera en los Globos de Oro, muchos son los memes que ha regalado la nueva edición de los Critics Choice.
Entre lo más comentado tras la celebración de gala destaca, sin duda, la reacción de Ryan Gosling a su victoria a la Mejor Canción Original por ‘I’m Just Ken’. Superando a favoritas como Dua Lipa o Billie Eilish, con también temas de la película ‘Barbie’, los Critics Choice eligen honrar la canción de Gosling. El primero en no creérselo era el propio actor, cuya cara de sorpresa, o de casi horror, no tardó en viralizarse en Internet. Y no será porque no haya hecho campaña con tal de llevarse premios. «Si Ryan Gosling sabía que esa victoria estaba mal, entonces es que definitivamente estaba mal», escribía un usuario en X.
Si el triunfo de Gosling fue suficiente para convertirse en meme por sí solo, otros necesitaron de la ayuda de los presentadores. Un chiste de Bella Ramsey sobre «actores que piensan que son cantantes» no gustó nada a Ariana DeBose. «Hay actores que piensan que también son cantantes: Jack Black, Ariana DeBose y, el propio Ken, Ryan Gosling», dice la intérprete de Ellie en ‘The Last Of Us’ antes de anunciar el ganador a Mejor Canción Original. ¿La cara de DeBose? Un auténtico poema. «No, no me pareció gracioso. Lol», escribió más tarde la actriz en Instagram. En X algunas personas también mostraron su descontento: «Esta mujer ha protagonizado musicales de Broadway; es una cantante formada».
La presentadora Chelsea Handler también protagonizó algunos de los momentos más divertidos de la noche con su monólogo, principalmente aplaudido por la audiencia. De hecho, el monólogo tuvo hasta alguna indirecta para Jo Koy, el presentador de los Globos de Oro, quien tuvo que enfrentarse a una lluvia de críticas tras sus chistes «sin gracia» sobre Taylor Swift y la NFL o la película de ‘Barbie’. «Algunos (chistes) los he escrito yo, otros otra gente. Yo escribí algunos de estos, y son de los que te estás riendo», dijo el humorista cuando vio que pocas personas se reían ante sus bromas. Handler, que es su expareja, aprovechó para lanzarle un dardo: «Gracias por reíros, ese lo han escrito mis guionistas».
Pero la de Chelsea Handler no fue la única referencia a los Globos de Oro a lo largo de la ceremonia. Paul Giamatti, quien ganó el premio a Mejor Actor por su papel en ‘Los que se quedan’, fue noticia la semana pasada tras conseguir el Globo de Oro y perderse las lujosas fiestas post-gala. El actor fue al restaurante de una cadena de comida rápida y se comió una hamburguesa con su galardón en la mesa. «No pensé que nada pudiera ser más emocionante que volverse viral por comer una hamburguesa con queso», dijo anoche cuando se subió al escenario para recibir su nuevo premio.
Compartimos una nueva edición de nuestra sección «10 Fotos Que» con algunas de las fotos y/o vídeos que más nos han divertido o sorprendido en redes sociales.
Rosalía y Ralphie Choo posan juntos
El encuentro más chulo de los últimos días lo han protagonizado Rosalía y Ralphie Choo, posando juntos desde una pista de patinaje de hielo. Por las vistas que se aprecian en la imagen, parece que ambos han coincidido en Madrid durante las navidades.
Gaga vuelve a la iglesia
Lady Gaga ha sido noticia estos días después de publicar varias imágenes de ella grabando en un estudio. O en la «iglesia», como ella lo llama. Solo su equipo y allegados saben si prepara nuevo álbum de estudio o si graba contenido relacionado con la película ‘Joker’. Probablemente ambas cosas.
Madonna habla de Lady Gaga
Madonna ha protagonizado un curioso momento durante la gira ‘Celebration Tour’ cuando, en Toronto, se ha dirigido al público equivocado. Ha dado las gracias al de Boston, donde acababa de actuar. Entonces, ha mencionado a Lady Gaga. «Es como si dijerais que habéis venido a ver a Lady Gaga. Nada en contra de Lady Gaga, la amo. Amo a cualquier persona más bajita que yo».
Bruno Mars en Tokio
Siempre hemos dicho que Bruno Mars es nombre de dibujo animado, como Jimmy Neutron (no es bueno ni malo, pero sí es más divertido que su nombre real, Peter Hernández). El caso es que Bruno acaba de visitar Tokio y ha posado con un gorro de Pikachu de lo más simpático y unas gafotas blancas que le hacen parecer eso mismo, un dibujo.
El entreno de Mariah Carey
Mariah Carey ya se prepara para la Navidad 2024 entrenando en casa. A su manera, claro, con vestido y tacones. En el vídeo sigue haciendo gala de su maravilloso humor dejándose acicalar por sus sirvientes o leyendo su propia biografía. ¿Para cuándo nuevo disco? ¡Que de ‘Caution‘ hace seis años!
Los gatitos de Natalia Lacunza
Natalia Lacunza acaba de cumplir 25 años y lo ha celebrado tomándose unas copas en uno de los bares más afines a la estética Instagram de todo Madrid, el ChinChin. Lacunza no ha dejado pasar la oportunidad de posar delante de la famosa pared del bar llena de gatetes.
La estatua de Kid Cudi
La influencia de Michael Jackson continúa. El rapero Kid Cudi acaba de publicar disco, ‘INSANO’, y, para promocionarlo, ha erigido una estatua gigante de sí mismo en un costa de California. Shakira ya no es la única a la que han hecho una estatua en los últimos meses.
Amaia con un fan
Un afortunado fan de Amaia ha coincidido con la cantante navarra en un tren de Barcelona y ambos han posado juntos en esta simpática instantánea. Parece que ambos se encontraban en la estación de Sants, de Barcelona. «Íbamos en el mismo Alvia», ha contado el chico.
Kesha se baña
Kesha está celebrando su marcha de la discográfica de Dr. Luke viviendo su vida libremente y preparando nueva música. También bañándose en compañía de alguien, como muestra en esta foto en la que la cantante aparece semidesnuda, tapándose con una toalla.
Justin Timberlake vuelve a casa
Parece que Justin Timberlake prepara su comeback. De momento, Timberlake ha anunciado que dará un concierto exclusivo en Memphis, donde se crio, el próximo 19 de enero. Además, ha eliminado todas sus publicaciones previas de Instagram, pista de que algo se avecina.
La broma “llegó la mami” ha sido recurrente desde que Chanel quedó tercera en Eurovisión en 2022, después de ofrecer una de las mejores actuaciones de toda la historia del festival. El relevo de ‘SloMo’, ‘TOKE’, tardó un año en llegar y no pegó ningún “rebote” a pesar de su vinculación al Mundial de Qatar, y el lanzamiento del primer disco de Chanel parecía una quimera. Entonces, salió ‘Clavaíto’.
Puede que nos comiéramos ‘SloMo’ con patatas gracias a que Chanel Terrero supo defenderla como nadie, y a que, tanto su coreografía, como su ristra de «one liners» memorables, del “booty hipnotic” al “jugo de mængo”, eran incontestables. ‘Clavaíto’, por contra, se bastaba ella sola. Gracias a un estribillo pegadizo hasta lo enfermizo, y a una producción llena de matices firmada por su artista invitado, Abraham Mateo, ‘Clavaíto’ fue a todas luces una de las mejores canciones del año pasado. De momento, la mejor canción de Chanel.
Así que hoy toca darle la razón a Chanel, porque, dos años después de ‘SloMo’, es evidente que ha tomado una buena decisión siguiendo su propio camino y tomándose su carrera con tiempo y calma. Solo así ha podido dar con ‘Clavaíto’ y solo así ha podido crear un álbum como ‘¡Agua!’. Un trabajo que, sin ser ninguna revelación, cumple y ofrece más de un momento entretenido.
Chanel divide ‘¡Agua!’ en dos “actos” en lugar de en cara A y cara B, en homenaje a sus inicios en el teatro y los musicales. Es otro intento de dar al disco un aire conceptual que no existe. Sin embargo, las dos mitades de ‘¡Agua!’ sí abren con las dos bachatas del disco. Por un lado, ‘Clavaíto’. Por otro, la bonita ‘Ahora que no te tengo’, con el trapero argentino FMK, que, sin ser una revelación, crece con las escuchas.
Pero, como muchos discos de pop, ‘¡Agua!’ reúne las mejores canciones en su primera mitad. Los momentos entretenidos y amenos de ‘¡Agua!’ se van sucediendo en la mezcla deliberada de estilos. ‘Vuelta y vuelta’ apaña un baile funk bajo la producción de -atención- Daniel Sabater. ‘Ping Pong‘, con Ptazeta, se pega a base de rallar, resultando divertida y extraña a partes iguales. ‘Loka’ con Maikel Delacalle es una cuca aproximación al house-pop. La caribeña ‘P.M.’ sigue siendo mejor de lo que quieres reconocer. El merengue de ‘Hasta que amanezca’ con Zé Felipe y Rocco Hunt se crecerá en las discotecas en que suene.
Después, en el segundo «acto», ‘SloMo’ aparece custodiando una serie de composiciones menos inspiradas que parecen diseñadas precisamente para que ‘SloMo’ reluzca más. Dos años después, ha perdido brillo. Pero ni el R&B de ‘Lucky Me’ tiene suficiente gancho, ni ‘Sin sal’ puede hacer más honor a su título. ‘House Party’ incluye referencias a la marihuana, pero es juvenil como un parque de bolas. Suena a descarte de las Spice Girls, y ya es decir. Y ‘Agua’, la floja balada final, es esa réplica a las críticas que en realidad Chanel no necesitaba hacer: su talento habla por sí solo.
Es el de Chanel un talento extraordinario, capaz de crecerse en el escenario como nadie y que, en España, debemos valorar como merece. Muchas de las mejores divas del pop de todos los tiempos, sobre todo las que sabían bailar como auténticas diosas, como Janet Jackson, Britney Spears o la recientemente reivindicada Paula Abdul, han dado lo mejor de sí transformando el escape en arte pop. Chanel puede ser ese tipo de artista o el que ella quiera. De momento, ‘¡Agua!’ es un correcto inicio.
Uno de los acontecimientos más inesperados de finales de 2023 y principios de 2024 ha sido el resurgimiento de ‘Murder on the Dancefloor’ de Sophie Ellis-Bextor. De manera completamente improbable la canción ha vuelto al top 2 en Reino Unido -la posición que ocupó originalmente-, incluso ha entrado por primera vez en el Billboard Hot 100, y hoy mismo sube al puesto 22 en el Global de Spotify. La causa de todo esto es la escena clave de ‘Saltburn’, uno de los fenómenos cinematográficos de esta Navidad, en que suena de manera muy notoria.
El nuevo episodio de REVELACIÓN O TIMO, el podcast de JENESAISPOP, está dedicado a todo esto. En los primeros minutos, os contamos por qué ‘Saltburn’ nos ha gustado bastante menos que a muchos de nuestros comentaristas, y bastante menos que ‘Una joven prometedora‘, la anterior película de la directora Emerald Fennell.
Sí reconocemos en ella un entretenimiento durante las últimas semanas, especialmente si te interesa la cultura pop. Al margen de esa banda sonora por la que pasa gente como Ladytron o The Killers, alabamos la escena de karaoke con ‘Rent’, por supuesto esa escena protagonizada por ‘Murder on the Dancefloor’, y esa hilarante conversación sobre ‘Common People’ de Pulp que le viene al pelo.
En una segunda parte del podcast, hablamos de la carrera de Sophie Ellis-Bextor. Repasamos muy someramente toda su discografía, os recomendamos sus mejores álbumes (diferimos entre primer y tercer disco), elogiamos su prodigiosa reinvención en el notable ‘Wanderlust’ y hablamos de otro resurgir que vivió la artista no hace tanto: sus directos en pandemia.
En los últimos minutos del podcast recordamos otras canciones que resurgieron gracias a aparecer en series, películas o incluso anuncios. Algunos de los casos fueron la asociación de ‘Running Up That Hill’ de Kate Bush tras aparecer en ‘Stranger Things‘ o el fenómeno abiertamente conocido como «La canción de Ghost». También hablamos de algunos intentos que quedaron a medio gas.
Kali Uchis ha publicado este finde su nuevo disco, ‘Orquídeas’. Es aquel disco en español que preparó de manera paralela a ‘Red Moon In Venus‘. Su obra de 2013 dejó dos virales como ‘I Wish You Roses’ y sobre todo ‘Moonlight’. ¿Qué nos ofrece el trabajo actual de la autora de ‘Isolation‘?
‘Orquídeas’ contiene algunos de los singles previos que hemos conocido en meses anteriores. Está el bolero tradicional ‘Te mata‘, está su colaboración con El Alfa y JT ‘Muñekita’. No falta ‘Labios mordidos’ con Karol G y ahora el focus track es ‘Igual que un ángel’ con Peso Pluma. ‘No hay ley’, que fue una de las Mejores Canciones de 2022, se recupera añadiendo un featuring de Rauw Alejandro. Pero es el último tema del álbum el que nos ha conquistado. ‘Dame beso / Muévete’, pese a no ser uno de los sencillos principales, es nuestra Canción del Día para este lunes.
Si en algún momento del álbum Kali Uchis confunde estilo propio con autocomplacencia, eso no sucede en esta canción que es todo un soplo de aire fresco que sí invita a repetir con ‘Orquídeas’. Poco después de que Kali Uchis ofrezca seguidas 3 de las producciones principales de esta era (tracks 10-12), decide darnos algo más.
«Dame beso» es una salsa anhelante, en la que Kali Uchis reclama atención. Este otro ritmo menos R&B y más latino de lo que acostumbra, le sienta como un guante a su tono y a su súplica «lo que quiero es besitos, algo bien simple y sencillo». ‘Suavemente (bésame)’, el merengue compuesto en solitario por Elvis Crespo, parece una referencia clara. Y después… nos vamos a otra cosa.
La segunda parte de la canción se llama «Muévete». Kali Uchis se acelera, mientras habla contra los acosadores («Y si un asqueroso viene y empieza a hablar, dile «la música está fuerte, no te puedo escuchar») y las «mosquitas muertas» («Vuela mosquita muerta / Que anda celosa en la puerta / Está más tensa que una faja / Con esa cara de envidiosa»). Al final, despide el disco y lanza un besito, sabiéndose una de las estrellas más relevantes del pop internacional. Kali Uchis, celebrando el gran año que fue 2023 y podría ser 2024.
Elige cualquier año de la década de los 80. Por ejemplo, 1984. Todos o casi todos los éxitos de ese año acaban aplicando una disminución progresiva del volumen en los últimos segundos de la grabación. ‘What’s Love Got to Do with It’ de Tina Turner, ‘Amante bandido’ de Miguel Bosé, ‘Borderline’ de Madonna, ‘Lobo-hombre en París’ de La Unión, ‘Forever Young’ de Alphaville, ‘Ni tú ni nadie’ de Alaska y Dinarama, largo etcétera. Es el llamado “fade out”. Existen excepciones: ‘Purple Rain’ de Prince o ‘Hawaii-Bombay’ de Mecano acaban con final cerrado, pero la mayoría de éxitos de la época no.
La razón, por supuesto, tiene que ver con el formato de reproducción predominante de la época. No había streaming, solo radio, de modo que los locutores necesitaban que las canciones que pinchaban terminaran en “fade out”. De esta manera, durante las emisiones, podían hablar por encima mientras la canción se desvanecía y así pasar a la siguiente.
La técnica del “fade out” se fue perdiendo durante los 90 y definitivamente pareció extinguirse durante la primera década del siglo actual. El streaming mató el fade out. Slate examinó el fenómeno hace ya 10 años, en un artículo publicado en 2014, en el que revelaba que dentro del top 10 de los años 2011, 2012 y 2013 solo una canción acababa en “fade out”: resulta que ‘Blurred Lines’ de Robin Thicke supo hacer historia de otra manera. Hoy en día la mayoría de éxitos acaban en un suspiro, durando 2 o 3 minutos. Elige un año. Por ejemplo, 2023: ‘Flowers’, ‘Rush’, ‘Vampire’, ‘Kill Bill’, ‘Padam Padam’: todos ellos se despiden con finales abruptos.
Evidentemente, la técnica del “fade out” no nació en los 80, aunque fue esa década su momento de mayor predominancia. Es imposible no mencionar lo chapuceros “fade outs” que se escuchan en muchos éxitos de los años 50 y 60, por ejemplo en ‘Be My Baby’ de las Ronettes o ‘Don’t Worry Baby’ de los Beach Boys, en un momento en que no había un solo segundo que perder grabando canciones a vinilo. Las limitaciones del formato hacían que muchos éxitos por ejemplo de la Motown, en sus segundos finales, “desaparecieran” como de repente. Parecía que había venido tu amigo por detrás a retirar la aguja.
Los precedentes del «fade out» previos a la consolidación de la música grabada pueden ser tan curiosos como el concierto de Gustav Holt de 1918 ‘Los planetas’, que, en la sección final ‘Neptuno’, incluía un coro femenino cantando en una habitación fuera del escenario, sonando cada vez más «lejano» mientras alguien cerraba lentamente la puerta y el sonido «desaparecía» por completo. En un momento en que la música se grababa de manera mecánica en un disco de cilindro, la manera de registrar un «fade out» era transportar el fonógrafo lejos de la fuente de sonido. Las grabaciones de una banda de marcha viniendo y volviéndose a ir, o de un tren llegando y marchando, en la grabación de 1930 ‘Beyond The Blue Horizon’ de George Olsen & His Music, se cuentan entre los primeros ejemplos.
En otros casos la técnica se podía usar como un arte en sí mismo. Más allá de la necesidad de “terminar” una canción bajándole el volumen, otros artistas han empleado la técnica del “fade out” para dotar una canción de una sensación de eternidad, de promesa eterna. En todos los minutos que dura el final descendente de ‘Hey Jude’ de los Beatles caben dos o tres canciones. Puede que Depeche Mode grabaran el “fade out” más hermoso de la historia en ‘Enjoy the Silence’. En 1979, Christopher Cross lo usó magistralmente en el final de ‘Ride Like the Wind’: esos “pa pa pa” finales te hipnotizan hasta hacerte olvidar que la canción se dirige al ocaso. Entre los artistas contemporáneos que han explorado las mieles del “fade out”, Tame Impala lo hizo de manera sublime en ‘Let it Happen’. El propio Kevin Parker, en una entrevista con JENESAISPOP, aseguró ser fan de la técnica. «Yo mismo abusé de ella en ‘Currents’”, nos contaba el australiano a principios de 2020. “Un «fade out» debe ser merecido, si no, es mejor no usarlo. Me encantan los «fade outs» porque cuando suceden, parece que dirigen la canción hacia la eternidad, el horizonte”. La nueva versión de ‘Borderline’ había renunciado al “fade out”, tristemente, y hoy no está disponible en plataformas.
Pero el “fade out” no ha muerto del todo. Puede que tenga menos sentido que nunca en la época de las playlists y las plataformas de streaming. Las canciones hoy quieren durar 2 minutos y va que chuta. Pero, en los últimos años, no son pocas las canciones que han recuperado tan manido truco por razones estéticas. El factor nostalgia también está consiguiendo que el “fade out” vuelva a estar presente en la música pop de nuestro tiempo. Olivia Rodrigo lo sabe: su éxito ‘bad idea right?’ acaba en “fade out”, completamente entregada a la nostalgia de los noventa. Si Karol G homenajea a Selena en ‘Mi ex tenía razón’, el “fade out” es obligado. Mae Stephens y Meghan Trainor han sabido usarlo en el caramelo de ‘Mr. Right’. En España, también Mikel Izal en ‘La rabia’, o Mujeres en ‘Horizontal en llamas’, han explorado la técnica.
Los ejemplos de canciones que acaban en “fade out” se han sucedido en los últimos años sin prisa pero sin pausa, pasando más o menos desapercibidas pero recuperando la técnica a su manera. Solo en 2023, ‘When We Were Young’ de Belle and Sebastian, ‘Margaret’ de Lana Del Rey, ‘alife’ de Slowdive o ‘Puppy’ de Arlo Parks han bajado el volumen en los últimos segundos de sus respectivas grabaciones. En el último lustro, ‘The Path’ de Lorde, ’Confirmation’ de Westerman o ‘Gullible Fool’ de La Roux ha usado el “fade out” de manera especialmente acertada y deliberada. Un macrohit del tamaño de ‘The Greatest’ de Sia (2016) empleaba la técnica aunque no lo recuerdes. Daft Punk, maestros, supieron aplicarla lo mismo a ‘Give Life Back to Music’ que a su producción para The Weeknd ‘I Feel it Coming’: ambas canciones acababan prometiendo un sublime horizonte.
Nada de esto tiene en realidad mayor misterio. En una entrevista con Billboard, el historiador musical Nolan Porterfield argumentaba que en la mayoría de ocasiones los “fade outs” se usan o porque quedan bien o porque el músico no ha escrito un final propiamente dicho para la canción. Tampoco parece haberlo escrito cuando la canción termina de manera completamente abrupta, dejándote sin aliento. Pero en todos los casos, si se hace bien, el “fade out” puede convertirse en la guinda del pastel de una canción. Ahora solo falta que vuelvan las intros de 1, 2 o incluso 3 minutos: Ariana Grande ha puesto su grano de arena.