‘METANOIA’ de Belén Aguilera es nuestro Disco de la Semana. El EP se ha ido presentando con multitud de singles: ‘GALGO’, ‘PAS’ con Pimp Flaco, ‘Nadie me ha preguntado’ e ‘ILUSIÓN ÓPTICA’. Por lo que vemos en Spotify, parece que el que más se puede pegar es el último, ‘LICÁNTROPO’, y es nuestra Canción del Día hoy.
En nuestra crítica del EP especulábamos con que esta canción optaba por una producción adulterada, precisamente para reflejar la personalidad de alguien que se transforma en un monstruo. La propia Belén Aguilera nos da la razón en unas palabras para JENESAISPOP.
Nos cuenta en WhatsApp de voz: «Sobre las distorsiones vocales, me gusta mucho que la producción tenga mucho que ver con la letra y que cuente un poco lo que la letra está contando, o al menos la emoción que quiero transmitir. Como hablo de un elemento de transformación, me gustaba la idea de jugar con la distorsión de las voces para reflejarlo. Y a la vez también, como es una canción que habla de algo un poco oscuro, que incluso quería que diera miedo, he intentado que esa oscuridad y ese miedo se reflejara en producción».
El vídeo lleva la canción a otro lugar. Si la letra parece enfrentar los propios fantasmas para no desbarrar uno mismo, consintiendo interpretaciones como el tratar sobre una adicción, el videoclip, medio comedia, medio película de terror, va por otros derroteros. En él vemos a Belén Aguilera como asesina en serie, en un hotel en el que finalmente es descubierta.
Varios eventos aguardan a Belén Aguilera durante las próximas semanas, por ejemplo Fan Futura, Arenal Sound, Salamanca Vive, Brava Madrid o Extremusika. Podéis consultarlos todos en el Linktr.ee de su Instagram.
La segunda jornada de Bilbao BBK Live se diferencia de la primera por la afluencia de gente, mucho mayor ya desde primera hora de la tarde, y también por el calor que el primer día solo había asomado tímidamente. La temperatura es de 30 grados a la sombra al mediodía y, entrada la tarde, el calor aún quema a cuchillo durante el concierto de La Plazuela en el escenario Txiki, por lo que buena parte del público opta por atender el set de lejos, bajo la arboleda; aunque aún hay valientes que prefieren quedarse bajo el sol disfrutando de la divertida mezcla de calorro y electrónica del dúo granadino.
Igualmente el público se dispersa en varios puntos del escenario Beefeater (cubierto por una carpa) para no perderse el concierto de Ben Yart, un anarca musical cuya propuesta camina la fina línea entre la seriedad y la coña, sobre todo cuando lo que emite su micrófono parecen más improvisaciones engoriladas que melodías. Probablemente ambas opciones son correctas. Como correcto es también que al vasco, que cuando llego ya actúa descamisado, no le faltan seguidores que vocean sus canciones.
Oscar L. Tejeda
Empieza a ser multitudinaria la asistencia en el set de Duki, algo desubicado por horario, pues es uno de esos espectáculos que se apoyan en el truco de los chorros de fuego, uno que funciona mejor a la noche. Duki, venido de Argentina, ofrece el típico show de trap actual, en el que ocasionalmente emerge el beat house de rigor para levantar el ambiente, pero es un despropósito la presencia de guitarras pseudometaleras en casi todas las canciones, enlatadas a más no poder, y la alta dosis de autotune llega a resultar indigesta, tanto como el exagerado volumen de los altavoces, un abuso de los decibelios que no hace sonar mejor la música, sino todo lo contrario.
En otra galaxia, Róisín Murphy ofrece un concierto realmente fascinante, un regalo por varias razones. Róisín no se conforma con cantar por encima de las bases -ella tiene más gusto que eso- y ofrece al público un auténtico concierto de música tocada en directo, mezclando electrónica viva con guitarras eléctricas o teclados, en canciones que se alargan cómodamente hasta los 10 minutos, elásticas y expansivas, apoyándose sobre todo en los ritmos de la música disco pero tomando diferentes formas y versiones. Róisín no solo canta sus canciones, habita dentro de ellas, algo que se hace evidente por ejemplo en su interpretación de ‘Incapable’, inmensa.
Luego está el componente cómico del concierto, pues es conocido el gusto de Róisín por los cambios de vestuario y por hacer el bobo en el escenario. Del gorro de cono de ‘Can’t Replicate’ pasamos al muñeco de ‘Overpowered’ y de ahí al sombrero de pluma de ‘CooCool’ o a la pistola de cartón (o lo que fuera eso) de ‘Incapable’. Las maletas que debe empacar Róisín cada vez que sale de gira deben ser loquísimas. Pero lo mejor es que el humor de los vestuarios de Róisín, y el de su propia presencia escénica, consiguen que su música entre por los ojos, restándole esa seriedad que se le presupone.
Una seriedad que puede venir de la experimentación, porque si algo puede decir Róisín es que su música es realmente innovadora, algo que se va a volver a constatar con el lanzamiento de su nuevo disco, pero que ya era evidente por ejemplo en ‘Ramalama’, uno de los clásicos genialmente recuperados (aunque el micro se corta al final, no sé si a propósito). Y el público por fin le está siguiendo el ritmo, de ahí que su popularidad haya dado un salto considerable en los últimos años. Róisín no necesita recuperar ‘Sing it Back’ o ‘The Time is Now’ (y lo hace) para meterse al público en el bolsillo, pues muchos de sus fans actuales son de nueva hornada.
Oscar L. Tejeda
Entrada la noche el público en Bilbao BBK Live ya es realmente masivo y con el turno de Phoenix entra una oleada de gente considerable. El grupo francés ofrece su típico show de indie correcto, limpio y elegante, como lo son todas sus canciones. El repertorio está tan nutrido de hits que se atreve a empezar con ‘Lizstomania’ y no se despeina en ningún momento. Especialmente favorecido sale su último disco, pues ‘Alpha Zulu’ parece de repente un hit de Phoenix que siempre ha estado ahí, y lo mismo se puede decir de ‘Tonight’ o ‘After Midnight’. Thomas Mars se muestra agradecido por que el público se sepa las letras de sus canciones, pero más agradecido es asistir a un concierto tan masificado y, a la vez, tan cómodo de ver, al menos desde las filas de atrás.
Oscar L. Tejeda
Sin embargo, el verdadero plato fuerte de la jornada es The Blaze. El dúo -también francés- demuestra el porqué de su popularidad en un espectáculo de electrónica que te hace viajar y volar sin volarte los sesos. Las canciones de ‘Jungle’, su último disco, y también las de su debut, se apoyan en el desarrollo de una euforia tranquila que busca ser bella sobre todo, nunca trallera de más, a la vez que los visuales de acompañamiento te hacen reflexionar sobre las desigualdades que existen en el mundo.
El secreto de The Blaze, en mi opinión, es que sus producciones son eminentemente simples: un beat 4×4, un teclado boreal, una melodía que derrapa… Los elementos de sus canciones son perfectamente visibles en un sentido literal, sin necesidad de aplicar una mirada sinestésica. Pero ya sea metiendo teclados acid o más cercanos a lo cósmico, la música de The Blaze se mantiene en todo momento agradecida, humilde y capaz de emocionar sin perder sutileza y gusto. Otro de esos grupos que se crecen en directo un 200%.
Como se crecen también La Élite en la carpa de Beefeater poco después. Es un acierto decirle adiós a Jamie xx en esta ocasión, pues su show ya nos lo sabemos de memoria. El de La Élite es una especie de consagración, pues el dúo catalán está realmente desbordante y el público se sabe todas sus canciones, no solo el hit de ‘Bailando’. En otras palabras, La Élite hacen honor al título de su disco, ‘Nuevo punk’, pues sus canciones son auténticos himnos que ya suenan a clásico. Digamos que David Burgués y Nil Roig consiguen que un simple “lololo” suene a nuevo, y eso es un mérito. Divertidísimos.
En lugar de explorar el potencial de canciones de ‘Memento Mori’ como ‘People Are Good’ o ‘Never Let Me Go’, Depeche Mode continúan promocionando ‘Wagging Tongue’, el corte 2 del disco.
Este viernes se ha publicado un EP con 8 remixes de la canción, y son bastante dispares e interesantes. Richie Hawtin y Gaiser han puesto el punto techno en la pista 6. También Gabe Gurnsey lleva ‘Wagging Tongue’ a los clubs más oscuros. Nada que ver con el trabajo de otros artistas.
Encabeza el EP de remixes una colaboración con Kid Moxie que es más bien un featuring, un dúo. Wet Leg, dada su popularidad y su reconocimiento en los Grammy, están copando muchos titulares por un remix muy personal que, eso sí, no es nada rockero. Destaca la grabación de nuevas voces e instrumentos en estas 2 primeras remezclas del EP.
Y en España tenemos que destacar la intervención del dúo español Imbermind (Edu Imbernon y Clemente) en la pista 3 de este pequeño disco. El dúo español ya publicó hace unos meses ‘Kind of Love‘ junto a Peter Murphy. Su aportación ahora a Depeche Mode es una de las más melódicas y a la vez guitarreras. Te gustará si te gustan tanto ‘Precious’ como ‘Songs of Faith and Devotion’.
El propio Edu Imbernon, a quien quizá conozcas de verle pinchar en festivales o por sus remezclas a gente como The XX, explica cómo ha terminado ahí: “Depeche Mode me pidieron que les preparase este remix, y decidí crearlo junto a Clemente, por lo tanto sumarlo a nuestro proyecto conjunto IMBERMIND. La banda británica ha sido la formación que más me ha influenciado desde siempre, con diferencia ellos han contribuido a creer en mi carrera como músico… aún más ahora al darse este hito tan importante que ha sido trabajar para ellos, e incluso conocerlos en persona. Esta remezcla para el tema ‘Wagging Tongue’ está enfocada a contentar tanto sus fans más clásicos, como a una nueva generación de oyentes, además de nuestros propios seguidores».
Desokupa ha colgado una lona contra el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez («Tú a Marruecos, Desokupa a la Moncloa»), que estos días ha generado una enorme controversia a varios niveles.
Situada en la céntrica calle Atocha de Madrid, se ha colgado sin que los vecinos aprobasen su contenido. Ha sido boicoteada por el Movimiento de Vivienda de Madrid, y se ha dudado de su legitimidad por incitar al odio. Finalmente, la Junta Electoral ha aprobado su uso en amparo de la libertad de expresión.
Desokupa, que por un momento anunció ayer que retiraría la lona después de que esta fuera boicoteada, luego reculó y aseguró que la mantendría. En uno de los vídeos que su líder Daniel Esteve compartía utilizaba el hit ‘Tubthumping’ de Chumbawamba, uno de los mayores éxitos de los años 90.
El exguitarrista del grupo Boff Whalley ha acudido a Twitter para exigir a Desokupa que dejen de usar su canción. Como todo el mundo sabe, porque siempre se presentó así a Chumbawamba en la radio, el colectivo era de ideas izquierdistas y se sigue reconociendo como anti-nazi. Entre sus preocupaciones figuraron el marxismo, el feminismo, el movimiento LGTB+, los derechos de los animales y el pacifismo.
Whalley ha ido más allá: “Chumbawamba es una banda antinazi. Si tienes que usar una de nuestras canciones, prueba con ‘The day the nazi died’, tiene una letra agradable y una buena melodía”. Podéis escucharla bajo estas líneas.
Cuando alguien ha sugerido que ‘Tubthumping’ se va a convertir así en un himno antifascista, también por su letra «cantaremos, cuando ganemos / me derriban, pero vuelvo a levantarme», Boff ha recordado que siempre lo fue: “Todas las canciones que hemos cantado son himnos antifascistas. Si es conocido como un himno antifascista, eso es todo lo que podríamos desear de nuestra música”.
STOP USING OUR SONG. Chumbawamba is an anti-Nazi band. If you must use one of our songs, try THE DAY THE NAZI DIED, it’s got a pleasant lyric and a good melody.
Cerca de las 19h comenzó en el escenario Region of Madrid Angel Olsen acompañada de su banda. Ante un público un tanto tímido, la cantante presentó principalmente las canciones de su último disco, ‘Big Time’, del que sonaron ‘Ghost On’, ‘This Is How it Works’ y ‘Go Home’, entre otras. La intimidad de su música se aprecia mejor en una sala y en un concierto exclusivamente propio, pero aun así, la calidad de sonido fue excelente, y escuchar su preciosa voz mientras el sol iba bajando, un privilegio.
Incluso cuando se equivocó, como en ‘Shut Up Kiss Me’, que no se acordaba de cómo seguía el segundo verso después del estribillo y tuvo que ser ayudada por un fan, Angel Olsen mostró su buen hacer y su profesionalidad sobre el escenario. Precisamente antes de tocar esa misma canción, la cantante bromeó con que la había escrito la noche anterior inspirada por el propio Mad Cool.
A partir de la devastadora ‘Through the Fires’, el público se encendió ligeramente y parecía estar más metido en el concierto. Hacia el final, Olsen reconoció que le es muy difícil crear un setlist porque su música es muy variada y de géneros muy distintos. De hecho, ningún concierto suyo en esta gira tiene el mismo set ni hay ninguna canción que cante siempre.
Por ello, incitó a que le propusiéramos canciones si había alguna en concreto que quisiéramos escuchar. Un par de personas dijeron ‘All the Good Times’, a lo que Olsen respondió que llegaríamos ahí, dejando caer que tenía pensado incluirla. Finalmente no lo hizo porque un chico propuso ‘Sister’ -petición a la que me uní-, y a ella le gustó la idea, tanto que decidió cerrar con una versión extralarga de la misma. Todo un acierto, no solo porque es una de sus mejores canciones, sino porque pocas de su repertorio se ajustan tan bien al ambiente de un festival.
En uno de los escenarios principales, apareció Sam Smith y, desde el principio, fue una revelación. Una enorme figura dorada de un hombre tumbado (similar a un buda) ocupaba todo el ancho del escenario. Acompañade de tres coristas, Sam comenzó con ‘Stay With Me’ animando al público a que se uniera. La gente la cantaba con entusiasmo y su preciosa e imponente voz llenaba cada rincón del recinto. Siguió con ‘I’m Not the Only One’ para ganarse definitivamente la atención de todos los asistentes.
El show, que era la primera vez que se presentaba al aire libre, comenzó discreto a nivel visual con esas dos baladas, pero poco a poco fue llevándonos a diferentes lugares y estilos. En cada cambio de vestuario, Smith cambiaba el tono. En ocasiones, se convertía en una reivindicación de la sexualidad sin tapujos, como cuando dos bailarinas simulaban sexo entre ellas e incluso se besaban. En otras, hacía referencia a RuPaul’s Drag Race con su mítico “If you don’t love yourself how in the hell you gonna love somebody else” luciendo un enorme vestido morado.
Hacia el final del concierto, Sam, que se había ausentado para cambiarse, vuelve al escenario mientras suenan unos cánticos de iglesia. Con un velo y una corona, se une a los cantos eclesiásticos hasta que deja caer su velo y aparece sin camiseta tapándose los pezones con dos cruces, con unas medias de rejilla y unas altísimas botas de cuero para cantar su macrohit ‘Unholy’, una canción horrorosa y que, sin embargo, en directo defiende muy bien. Ahí es cuando te das cuenta de la importancia de todo lo que has visto.
Más allá de que a nivel sonoro y vocal fuese impecable todo el tiempo, el hecho de ver a un artista abiertamente queer, de género no binario, siendo cabeza de cartel de un gran festival e instalando nuevos referentes y nuevas estéticas en la gente joven es esperanzador. Sus diferentes outfits y la celebración de la libertad sexual del show incomodaron a varios hombres heterosexuales que estaban viendo el concierto con sus parejas. Sonrisas incómodas e incluso usos inapropiados de la palabra “maricón” cada vez que Sam bailaba sin camiseta, movía el culo o vestía con alguna prenda asociada a lo femenino. En nuestra burbuja queer no hay nada escandaloso en su espectáculo, pero si intentas ver fuera de ella te das cuenta de que hay mucho por hacer y mucho por educar. No hay mejor forma de hacerlo que ante casi 70.000 personas con un concierto irreprochable de principio a fin.
Andrés Iglesias
En otro de los escenarios grandes, Queens of the Stone Age ofrecían una velada musical muy diferente a la de Sam Smith. La banda estadounidense, que está en la gira de su reciente álbum ‘In Times New Roman…’ ofrecieron un clásico concierto de rock. Con un sonido convincente y una sólida presencia en el escenario por parte de su vocalista Josh Homme, no tardaron en ganarse a sus fans con algunas de sus canciones más míticas, como ‘No One Knows’, con la que abrieron su set.
Homme interactuaba con el público como podía en español, haciendo bromas (“¡Mi amor! Bailar, beber y…” dijo antes de empezar una canción). También se mostró cariñoso con su banda y recordó que era el cumpleaños de uno de ellos. Mientras sonaba ‘Paper Machete’ de su último disco, me alejé del escenario, dejando la fiesta rockera que estaban montando para poder llegar a Ralphie Choo.
Ralphie Choo, gran revelación nacional
En uno de los escenarios cubiertos, en la zona de Vibra Mahou, Ralphie Choo, una de las revelaciones españolas de los últimos años, estaba a punto de comenzar su show. Lo acompañaban tres violinistas, una chelista, un dj y un guitarrista. Pese a no contar con un amplio repertorio, el madrileño recibió instantáneamente el cariño de un público muy entregado que se sabía todas las canciones. El artista se movía de un lado al otro del escenario y animaba a la gente a cantar con él. ‘Bulerías de un caballo malo’ y ‘Lamento de una supernova’ causaron entusiasmo, pero la fiesta realmente se desató cuando invitó a su colega rusowsky a cantar con él. La última canción, ‘Valentino’ derivó en pogos y locura colectiva.
Javier Bragado
Mumford and Sons empezaban su concierto con ‘Babel’, de su segundo disco homónimo -al que dedicaron la mayor parte del tiempo, tocando hasta 6 canciones de él- trayendo a Madrid su característico folk indie. Justo después sonó ‘Little Lion Man’, un auténtico himno en tierras británicas que, evidentemente, fue cantada con exaltación por el público.
El concierto sonó correcto siempre, sin recurrir a nada externo más allá de un discreto juego de luces, donde repasaron sus canciones más queridas como ‘The Cave’ o ‘Believe’, y cerraron, por supuesto, con ‘I Will Wait’. Su música, por algún motivo, resuena con fuerza en mucha gente y eso es admirable, especialmente teniendo en cuenta que no han evolucionado ni un ápice desde sus comienzos. Ver un concierto de Mumford and Sons en 2013 y verlo ahora es prácticamente lo mismo. Siguen siendo cabezas de cartel en todos los festivales a los que van, así que se ve que tampoco necesitan mucho más.
La apretada agenda festivalera no permite parar ni un segundo. Romy pinchaba en el escenario dedicado a la electrónica sustituyendo a The Blessed Madonna, que tuvo que cancelar. No quería perderme al menos una parte de lo que la de The xx tenía que ofrecer. Fue una buena decisión. El set de Romy era una fiesta divertidísima, donde sonaron desde temas propios como ‘Enjoy Your Life’ o ‘Lifetime’ hasta una remezcla de ‘(It Goes Like) Nanana’ de Peggy Gou, que para quien escribe esto, es la canción del verano.
Dejamos a Romy para cerrar la noche con los australianos Rüfus Du Sol y su espectáculo de house progresivo. Su música es tan atmosférica como enérgica y optimista, y la gente que allí estaba disfrutaba de cada instante, de cada vez que el beat rompía, de cada cambio de luces. Su cantante empezó vocalmente algo flojo, pero enseguida consiguió centrarse y estar a la altura. El público sacaba constantemente sus móviles para grabar, se subían sobre los hombros de sus amigos y levantaban los brazos en alto, coreaban todas las canciones… ‘On My Knees’ y ‘You Were Right’ fueron dos momentos particularmente eufóricos, pero todo el set fue dinámico y estuvo cargado de una alegría contagiosa. Un gran cierre a una jornada muy marcada por el eclecticismo por el que ha apostado el cartel del festival este año.
Taylor Swift ha publicado este viernes su versión regrabada de ‘Speak Now‘, su disco de 2010, el que fue el tercero de su carrera. La cantante continúa así con la publicación de nuevas versiones de sus primeros discos tras haber perdido los derechos de los mismos. A las regrabaciones se suman nuevas canciones, y es el caso de ‘I Can See You’, para la que se acaba de estrenar un videoclip dirigido por Taylor Swift que, cómo no, es una superproducción. Es, aunque solo sea por su enorme relevancia e inversión económica, nuestra Canción del Día para este sábado.
Si la canción, de la que se tuvo conocimiento por primera vez en 2010, es una rareza guitarrera, casi rock, casi Brit Pop, en la carrera de Taylor Swift, la letra habla de alguien a quien se observa y se desea sexualmente en secreto («te he observado durante años (…) ¿qué pasaría si me acercara y te tocara?»). Ese objeto de deseo es algo inesperado en el videoclip, que contiene referencias a películas de acción como ‘Misión Imposible’ y ‘Spider-Man’.
Está la gracia de que de los actores principales, Joey King, Presley Cash y Taylor Lautner, Joey y Presley aparecieron en el vídeo de ‘Mean’ de ‘Speak Now’ cuando tenían 9 y 13 años. Pero además es que Taylor Lautner fue pareja de Swift en 2009, por lo que se cierran varios círculos. Se presupone que Swift le ha dedicado varias canciones y se sabe que ‘Back to December’, un tema de este mismo ‘Speak Now’ del que hablamos, estaba dedicado a él. En concreto, decía que le gustaría «volver» a la noche de la ruptura, la noche en que ella lo dejó, para hacer las cosas mejor.
Pero sobre todo, el nuevo vídeo está lleno de simbología en ese plano en el que vemos a la propia Taylor Swift, dirigida por sí misma, portando un cuadro con la imagen de portada de ‘Speak Now’ bajo el brazo. Al fin es suyo y con él volverá a conquistar desde hoy las listas de éxitos.
Por cierto, ya hay quien, a la caza de los habituales «Easter Eggs» de los vídeos de Taylor Swift, ya se ha fijado en algún detalle que indica que ‘1989’ podría ser el próximo disco revisitado. Al menos eso se especula en los foros de Popjustice.
Nelly Furtado ha concedido una larga entrevista a Vogue en la que da más detalles sobre su nuevo álbum. Si hace unos meses ya revelaba en otra entrevista que había trabajado con Bomba Estéreo, ahora podemos conocer algunos títulos y líneas artísticas.
Al margen de una colaboración con Dom Dolla que ya salió llamada ‘Eat Your Man’, el reportaje habla de dos canciones que aparecerán en el que será su séptimo disco de estudio, que está en proceso de mezcla. Una se llama ‘Showstopper’ y se vincula melódicamente con ‘Promiscous’, quizá por el éxito de esta en TikTok, del cual Nelly Furtado se enteró por su hija adolescente («ni siquiera tenía la APP bajada»). Y la otra se llama ‘Corazón’ y se define como dance y uptempo, como un «himno de club», con letras en español y en inglés.
‘Corazón’ habla sobre «vivir la vida e intentar hacer las cosas lo mejor posible». «Incluso aunque cometamos errores, que salgan del corazón», explica la artista.
Eso sí, no se sabe si ‘Corazón’ es la colaboración, también con letra en español y en inglés, que va a salir este verano junto a Li Saumet de Bomba Estéreo, a la que Furtado define como su «amiga». Esta canción con Bomba Estéreo que saldrá este verano parece otra canción, pues así se refiere a ella. Este otro tema habla sobre «uno mismo y la comunidad» y fue grabado en tres ciudades diferentes, durante la gira de Bomba Estéreo. El tema cuenta con flautas colombianas, baterías y guitarras.
En otra de las partes de la entrevista, Nelly Furtado recuerda que en sus inicios, a los 18 años, lo que le gustaba era la electrónica, las raves y el trip hop, en la escena de Toronto. «El mundo de la electrónica es totalmente diferente al pop. El trance, el techno y el house van sobre dejarte llevar», indica, revelando que al quedarse soltera ha vuelto a salir mucho, tanto a clubs, como a fiestas en casa o a conciertos de Lady Gaga, Post Malone y The Weeknd.
También explica que le gusta trabajar con mujeres, y ha hecho un tema com WondaGurl y otro con Charlotte Day Wilson. También menciona a una autora llamada Charmie. E incluso su hija adolescente aparecerá en los créditos del disco. «Mi hija mayor está en la industria de la música, en márketing, y hemos escrito algunas canciones juntas en el estudio. Tiene mucho talento, y eso me motiva». Finalmente, también menciona que ha hablado con Timbaland recientemente, durante 2 horas, a través de FaceTime, aunque no han grabado nada, de momento. «Tenemos planes, seguro. Es divertido porque sí estoy trabajando con un gran fan de él, T-Minus, que ha producido mi nueva canción».
Kylie mantiene el número 1 de JNSP en su 7ª semana con ‘Padam Padam’, seguida por ‘Sexo en la playa’ de Alizzz con Amaia. La entrada más fuerte se sitúa en el número 3: ‘vampire’ de Olivia Rodrigo. También ‘Alone’ de Kim Petras y Nicki Minaj logra llegar al top 10, con sample de ‘Better Off Alone’ de Alice Deejay. Sen Senra y Amor Butano completan las entradas de la semana.
Pese a que hicieron un tema juntos, a Anuel AA y 6ix9nine ya no les une una relación de amistad. El beef comenzó siendo una lucha de egos de ambos artistas, pero han acabado acusándose el uno al otro de pedófilos y abusadores sexuales. Además, Tekashi ha hecho público un supuesto maltrato contra Yailin la Más Viral, expareja de Anuel.
Y es que Anuel posteó en Instagram unas fotos con sus hijos, en las que se veía a la hija que tiene con Yailin. Aparentemente, la rapera había tratado de mantener el rostro de la niña en el anonimato, cosa que Anuel no habría respetado. A esto le contestó 6ix9nine, que es amigo (no han confirmado que sean pareja) de Yailin, escribiendo: «Eres una rata. Te pasaste subiendo esa foto sabiendo que Yailin no estaba lista. Es tu hija, tienes todo el lugar, pero nunca has hecho nada para esa niña en 3 meses. Pal mundo puedes vender el sueño de ser real, pero yo te conozco, eres una rata. Por eso solo tienes una foto en el hospital, nunca la viste después».
Este comentario ha desencadenado la guerra entre ambos: Anuel ha publicado las noticias sobre el juicio de 6ix9nine por el abuso a una menor y ha dicho: «Yailin no sabe esto, porque no te habría dejado solo con nuestra hija. Hasta pedófilo saliste y aceptaste la culpabilidad». A la vez, 6ix9nine se ha defendido acusando a Anuel de colaborar con el artista Rochy, que fue detenido por presuntos abusos sexuales a una menor hace un año.
Cuando parecía una pelea entre ambos, Yailin ha salido en defensa de Tekashi, explicando que presuntamente Anuel la maltrató física y psicológicamente durante su embarazo. «Yo sí me río, sí eres un narcisista. Dile al mundo, Ema, que me golpeabas embarazada. Nunca dije nada por mi niña, pero nunca pensé que ibas a bajar así de bajo, pana», escribía la artista en sus storys de Instagram.
Los tres han seguido publicando en sus cuentas en redes sociales ataques contra los otros.
Yailin ha denunciado públicamente los malos tratos por parte de Anuel durante su embarazo y su irresponsabilidad y ausencia durante la crianza de su hija. Otro más, pero no va a pasar nada, porque saca temazos verdad? pic.twitter.com/oqimR7AGwk
Rauw Alejandro ha estrenado su nuevo álbum, ‘Playa Saturno’, que es una especie de secuela veraniega de su disco ‘SATURNO’. Las colaboraciones de este trabajo son muy reggaetoneras, por eso (y por alguna cosa más) sorprende tanto ver a Miguel Bosé entre ellas.
La canción que les une se llama ‘SI TE PEGAS’ y, aunque tiene algo de electrónica, en forma y fondo es un típico tema de reggaetón. Sí es cierto que a Bosé no se le escucha demasiado, canta un par de versos y hace algún coro del estribillo. Pero, aun así, sigue siendo surrealista escuchar al cantante de ‘Morenamía’ decir algo como: «Wepa, wepa se te vio completa / La nota te tiene suelta y coqueta / Estamos en alta, alcohol y pepa / Quiere hacer maldades sin que nadie sepa».
‘Saturno Playa’ nace, según ha explicado Rauw Alejandro, por la necesidad de hacer un disco con sonido veraniego. «Todavía sigo por Saturno, un álbum que es muy especial para mí, donde pude experimentar y jugar con otros sonidos musicales, proyecto que también me ha permitido girar el mundo entero. Pero mientras giraba no dejaba de pensar en el verano, estación que guarda muchos de mis recuerdos y aventuras cerquita de la playa en Puerto Rico, donde la música siempre me acompañó en todas estas vivencias. Estando lejos de casa realmente es como si viviera en Saturno, me llené de nostalgia hahah y con cero tiempo decidí hacer este ÁLBUM para todos los fans del REGGAETON CLÁSICO Y MODERNO, especialmente para mi gente de PR 10000%%%% PERREOOOOOO!!!», decía el artista en un post de Instagram.
‘Mi Lova’ es la nueva canción de Bad Gyal y Myke Towers. La colaboración se estrena ahora, pero en los últimos conciertos de la cantante ya se había escuchado y los fans la habían bautizado como ‘Cachonda’, antes de conocer la participación de Towers. ‘Mi Lova’ habla de un amor puramente físico, pero algo más afectuoso que uno de usar y tirar.
El tema es un reggaetón mimoso y la base tiene unas guitarras que recuerdan mucho a Tego Calderón y su ‘Pa´ Que Retozen’. «No creo en la suerte / Estaba escrito conocerte», canta Bad Gyal en el estribillo. Y es que muy de vez en cuando la artista hace un tema más tierno, más íntimo (todo lo tierno que puede ser la «más pegá de España»). El tono que usa en ‘Mi Lova’ es de este tipo, romántico sin dejar de hablar de sexo y atracción física.
Los versos de Myke Towers se alejan de esta intimidad, aunque le aporta a la canción un matiz más explícito: «Ella no sе enamora, pero yo ‘toy pa’ ti, my lova / Quiere squirtear, pero conmigo es que lo logra». Aun así, deben estar cantándole sus respectivas partes a otra gente, en el videoclip no se ve mucha química entre los artistas.
El vídeo está dirigido por John Tashiro, que ha trabajado con artistas como Lil Baby y Rita Ora, y Cam Erickson. Las Vegas, donde está grabado, actúa de perfecto escenario para acoger a las pasiones más terrenales de las que hablan Bad Gyal y Myke Towers.
Una nueva edición de Bilbao BBK Live vuelve a celebrarse un año más en el recinto de Kobetamendi, con alguna novedad logística como la (parcial) reorganización del área de food trucks o la presencia del escenario Txiki, ubicado frente a una panorámica espectacular del monte. Nadie necesita vistas al mar con semejante decorado (te quiero, Primavera). Ahí, el concierto de Colectivo da Silva se disfruta el doble, pero ellos -7 integrantes sobre el escenario- no lo ponen difícil rebosando simpatía y gracia sobre el escenario, la misma que transmiten sus canciones, como esa ‘After’ con la que acaban antes de despedirse definitivamente poniendo el “1 + 1 son 7” de Fran Perea.
Antes, en el Nagusia nos recibe una de las primeras actuaciones de la jornada, la de eee gee. Me sorprende el deje country-pop de muchas de sus canciones, tan agradable que no es de extrañar que la concurrencia de público -en principio no demasiado abultada- vaya aumentando progresivamente. Calienta motores pero sin pasarse. Su canción ‘Perfect 10’ sigue siendo eso mismo: recomendada para quien no la conozca. La danesa Emma Grankvist advierte varios fans de Florence en las primeras filas de su concierto, entre ellos un asistente con una corona de flores que vivirá el momento más mágico de su vida unas horas después.
Sergio Albert
En el mismo escenario, un poco más tarde de su hora programada (20.10), sale Amaia. Voy a ir al grano: Amaia está que se sale. Nunca he visto una actuación de ella tan confiada, tan segura, tan carismática. Es imposible despegar la vista del escenario: Amaia baila, salta, sonríe, se contonea, se torea a sí misma, pega un melenazo: parece que está actuando, coqueta, frente al espejo de su habitación, pero a través del espejo está su público. El set se centra evidentemente en ‘Cuándo no sé quien soy’ pero añade otras cosas, como la apasionada versión al piano de ‘Fiebre’ de Bad Gyal, un acierto. Menos convence Amaia cantando ‘Sexo en la playa’ completamente sola, pues la navarra no consigue defender del todo las partes vocales de Alizzz, quedando una versión desinflada. Por contra, ‘Así bailaba’ le queda como un guante y le da pie a marcarse un twerking. Entre los momentos marca de la casa, Amaia presenta la canción equivocada (‘Yo invito’ cuando toca ‘El encuentro’), en ‘La canción que no quiero cantarte’ se le sale un tacón, y la cantante se despide dando gracias al BBK por “haberme contratado”, como los Vengaboys en aquel Orgullo de Barcelona.
Está intratable el público frente al escenario San Miguel en el que actúa inmediatamente después M83. Claro que, en mitad del show, empieza a llover y se da un éxodo masivo. Todo el set es -desgraciadamente- una mera antesala para la llegada de ‘Midnight City’, una canción que ya ha perdido todo su lustre. Lo de antesala lo digo más bien por el público, que no despierta hasta que empieza a sonar la icónica melodía de esta canción. Es cierto que en las primeras filas se advierten fans más entregados, quizá porque las canciones de su último disco, ‘Fantasy‘, relucen en vivo.
Florence divide el océano
Los momentos previos a Florence+ the Machine son eléctricos. La última vez que Welch actúa en BBK, en 2018, ofrece un concierto maravilloso. Vuelve a ser el caso 5 años después. Con un decorado naturalista-gélido, que no alcanzo a distinguir si representa una roca de estalactitas o una montaña de velas fundidas, Welch emerge en el escenario como si levitara, dejando ver su icónica melena pelirroja, enfundada en un vestido precioso que parece un camisón. La devoción que provoca entre los asistentes es total y absoluta: una diosa se encuentra entre nosotros y Florence juega con esta idea de diversas maneras a lo largo del concierto.
Por ejemplo dándose los baños de masas que tanto le gustan: para cantar ‘Big God’, por ejemplo, baja al público y se convierte en ese mismo Dios, en un Mesías: a sus fans les da un toquecito en la cabeza como bendiciéndoles con su gloria. El “elegido” es aquel fan de la corona de flores, al que Florence dedica un momento de intimidad, cantándole frente con frente, nariz con nariz, cheek to cheek, agarrándole la mano con fuerza, apoyándose en él para seguir pregonando su mensaje al mundo. Por supuesto, el público del BBK es el que más grita, el que más se emociona, el más especial. El resto no.
Florence planta su concierto en términos de una “resurrección del baile”, acorde al concepto de su último disco. Pero más que un componente bailable, llama la atención la solidez de un repertorio que ya podemos considerar legendario. Las canciones de Florence se sustentan en una pasión por la vida, dan ganas de vivir: las cuerdas de ‘Queen of Peace’, el estribillo de ‘Hunger’, ‘Ship to Wreck’ entera, la euforia de ‘My Love’… Florence convierte cada interpretación de ‘You’ve Got the Love’ en un momento histórico. Y subo la apuesta: cada concierto de Florence es historia. La euforia se desata definitivamente en ‘Dog Days are Over’… y todavía queda mecha por quemar: ‘Cosmic Love’ o ‘Shake it Out’ suenan después elevando aún la energía.
Cuenta Florence que “muchas cosas” han pasado desde la última vez que actuó en el BBK: recuerda que escribió ‘Dance Fever’ durante la pandemia precisamente por la imposibilidad de salir a bailar. Lo que ha pasado también, en todo este tiempo, es que Florence se ha convertido en un icono más grande lo que ya era. De hecho, el escenario Nagusia se le queda realmente pequeño. Florence es, sin ninguna duda, una de las grandes artistas pop del siglo XXI, y en cada concierto lo vuelve a demostrar.
Sergio Albert
Y de la magia de Florence nos sumergimos en la oscuridad de Fever Ray. El show de Karen Dreijer es inusual en todos los sentidos. No todos los días se ve actuar sobre el escenario a una persona que ni siquiera parece humana, sino, más bien, un alienígena, y de los tétricos, por mucho que vaya vestide con traje. Su grupo de músicos -entre ellos un tecladista con cabeza de nube- también parece salido de otro planeta. La escenografía simula una calle de madrugada y cuenta con la presencia de una farola. Es como la portada de ‘In the Wee Small Hours’ de Frank Sinatra pero llevada a una realidad invertida. La música va también por ese camino. El set, evidentemente centrado en ‘Radical Romantics‘, es una exhibición de puro tribalismo electrónico, siniestro en el mejor de los sentidos, y luego es Fever Ray quien directamente asume ese papel de ser oscuro, vistiendo una túnica negra que le hace parecer venide de una secta satánica. Probablemente de los shows de pop electrónico que más vale la pena ver hoy en día por su particularidad.
El primer día de un festival siempre está marcado por cierto desconcierto, por ver si la organización está a la altura de la magnitud del evento, especialmente si este inaugura recinto. Por primera vez, Villaverde acoge la celebración del festival madrileño y lo hace de manera bastante competente, de cara a los 65.000 asistentes de este jueves. El recinto es espacioso, hay diversas actividades para distraerse, bastantes puestos de comida y llegar a él -y volver a casa- es relativamente fácil. Como punto a mejorar, estaría bien que los baños (generalmente limpios, y abundantes en cantidad) estuviesen repartidos en vez de estar todos en el mismo sitio, lo que dio lugar a aglomeraciones un tanto desagradables al final de los conciertos.
Locura fan en el show de King Princess
El día comenzó a las 17:50 con King Princess, quien confesaba que era la primera vez que pisaba España. No tardó en decir que volvería pronto al ver el cariño con el que el público aplaudía su música. Michaela Strauss interactuaba continuamente con su audiencia -mayoritariamente joven y lésbica- mostrándose mucho más cercana que lo que su aire altivo en ocasiones podría indicar. Pese a lo temprano que programaron su concierto, había bastante gente. No fue para menos. Desde los primeros minutos su presencia es electrizante, por su manera de moverse en el escenario, su voz rasgada, su actitud escénica… Su aura de estrella de rock es mucho más que una pose: durante todo su set demostró que realmente lo es. La artista neoyorkina dedicó la mayor parte del tiempo a repasar su infravalorado último disco, ‘Hold On Baby’, del que sonaron la balada ‘Change The Locks’, ‘Little Bother’ o ‘Cursed’.
También sucedió aquí uno de los momentos más bonitos que veremos en el festival. Un chico con una pancarta le preguntaba si podía cantar ‘The Bend’ con ella. Cuando llegó el momento, King Princess lo llamó para que subiera al escenario e hicieron una espectacular versión del tema a dúo. Esa comunión tan especial entre ella y sus fans se dio también cuando una chica en la primera fila le pidió que le escribiera la palabra “Homegirl” (título de una canción suya) para poder tatuársela con su caligrafía. Strauss le cantó a la cara mientras la abrazaba con fuerza y, acto seguido, cogió el rotulador y procedió a hacer lo que le había pedido. Durante ‘1950’, su canción más representativa, todo el mundo coreaba al unísono hasta que una chica de desmayó. La cantante paró el set, asegurándose de que lo más importante era que todo el mundo estuviera bien. Finalmente, cerró con ‘Ohio’ y su coda rockera, dejando al público extasiado pero con ganas de más.
The Offspring cumplen, The 1975 no
En el escenario Madrid Is Life, uno de los principales, los míticos rockeros californianos The Offspring ofrecieron justo lo que el público esperaba de ellos. Llevan muchos años en esta industria y se nota: su sonido es impecable. Sus tablas en el escenario los hacen imprimir una energía poderosa desde el comienzo. Sorprendió también la humildad con la que ocupaban el escenario. Constantemente hacían bromas diciendo que éramos el mejor público del mundo, que estaba siendo “mad” y “cool”, etc. Estaban pasándoselo en grande, y esa energía la transmitían con facilidad a los allí presentes.
Pese a estar bajo un sol de justicia, la gente hacía pogos, bailaba, coreaba las canciones con entusiasmo. La mayoría de sus temas más emblemáticos aparecieron en la segunda mitad del set, haciendo de cada uno de ellos una fiesta. Entre ellos, ‘Pretty Fly (For A White Guy)’, ‘The Kids Aren’t Alright’ y ‘You’re Gonna Go Far, Kid’.
The 1975 comenzaban puntuales en el escenario Region Of Madrid. A Matt Healy lo acompañaba una gran banda. El sonido no fue todo lo bueno que pudiera esperarse, lo cual fue algo decepcionante teniendo en cuenta la cantidad de instrumentos que llevaban, desde bongos a vientos. La actitud del cantante sobre el escenario es una continua pose: algo chulesca, poniendo los ojos en blanco, interactuando brevemente con el público. Su técnica vocal es buena y, sin embargo, hay algo con lo que resulta difícil conectar. Pese a que la banda tiene a estas alturas un amplio repertorio de buenas canciones, en sus versiones en directo quedan ligeramente deslucidas. ‘Somebody Else’ o ‘It’s Not Living (If It’s Not With You), por ejemplo, tienen potencial para hacer que la gente enloquezca pero, por algún motivo, no llegan como deberían.
Durante un extrañísimo momento, Healy le pidió a una chica que llevaba una sudadera de Sígur Ros (que tocaban después que ellos) que se la diera porque era su banda favorita. Se la dio y nunca se la devolvió.
Jaime Erice Toran (Mad Cool)
Lizzo perrea y toca la flauta, a la vez
En uno de los escenarios principales, Lizzo alertaba en las pantallas de su vistosísimo show que te prepararas para bailar y dejar los problemas en casa. Sus canciones son sobre quererse a uno mismo y tolerar a todo el mundo, porque todos somos válidos. Ese es el lema que la cantante lleva por bandera y que le ha llevado hasta donde está. La última cartela que se vio antes de que saliera al escenario decía “Este es tu momento de amarte a ti mismo. Baila, canta, ríe, grita… Disfruta del show, bitch”.
Lizzo aparecía con un vestido plateado y unas enormes gafas de sol de aire intergaláctico. Su imponente voz se presentaba con ‘Cuz I Love You’, en la que le acompañaron bailarines de cuerpos diversos para celebrar su proclamada fiesta de amor, tolerancia y respeto. Le siguió la divertidísima ‘Juice’, una de sus mejores canciones, donde las pantallas simulaban la estética de los diners americanos de los años 50. Durante todo el espectáculo, la cantante se mueve de un lado a otro, baila incesantemente, grita, interactúa con el público chapurreando español… Su concierto es un no parar de estímulos. Una celebración pop exuberante que demuestra el indudable carisma y talento de Lizzo.
En ‘Jerome’ hay un momento casi-gospel en el que canta con sus coristas; en ‘Rumors’ aparece Cardi B en una videollamada pre-grabada; en ‘Everybody’s Gay’ aparece un enorme arcoíris en pantalla mientras la cantante se cubre con una bandera LGBT. Más adelante, también encuentra espacio para una cover de ‘Yellow’, que desemboca en una versión instrumental con flauta travesera de ‘Coldplay’, uno de los cortes de su último álbum. A ese instrumento, ya mítico en sus conciertos, vuelve en varias ocasiones y en un momento hasta perrea mientras toca.
El concierto se cierra con ‘Good as Hell’ y ‘About Damn Time’, las más coreadas de la noche. Pero si hay un momento que llevarse de este show es cuando canta ‘Special’, una canción con un mensaje quizá demasiado evidente y hasta naíf, pero que se convierte en algo mucho más potente en directo. Cuando hace a la gente gritar “I’m special” una y otra vez, llega un punto en el que no te queda otra que creértelo. Objetivo conseguido, Lizzo.
Rina Sawayama iba después, pero debido a problemas de producción del festival se vio obligada a cancelar su concierto, como ha explicado en Twitter.
hey Madrid, I'm so sorry but I won't be able to perform tonight at @madcoolfestival. I'm devastated.
My team and I have been backstage ready to go for hours but due to production issues at the festival we cannot put on a show tonight.
El espectáculo -que no concierto- de Robbie Williams
Javier Bragado (Mad Cool)
Robbie Williams se llevó sin duda el premio al concierto más multitudinario de la jornada. Comenzó con una larga introducción con sus bailarines y músicos en el escenario mientras sonaba “Clap your hands / Hey, hey / wow, wow”. Cuando por fin aparece el cantante, se presenta con un “My name is Robbie fucking Williams”. La primera canción en sonar es ‘Let Me Entertain You’, toda una declaración de intenciones. “¿Qué es el entretenimiento?” pregunta el artista al terminarla. Para él la primera regla es que tienes que amar a tu audiencia.
Realmente, el concierto de Williams no puede llamarse concierto como tal, sino más bien espectáculo, ya que gran parte de él lo dedica a otras cosas que no son cantar. Interactúa constantemente con el público y habla entre canción y canción, a veces hasta más de cinco minutos seguidos, contando anécdotas. Como cuando estaba en Take That y decía que todos le odiaban en el grupo. Procedió a cantar una canción y la interrumpió inmediatamente diciendo que no estaba ahí para cantar eso. Acto seguido comienza una versión de ‘Don’t Look Back in Anger’ de Oasis.
Su show es un tanto incomprensible durante más de la mitad de lo que dura. Un hombre en la primera fila llamado Gerard fue prácticamente el protagonista, al que Robbie se dirigía constantemente mientras contaba sus batallitas. En uno de los momentos más emotivos, le preguntó si tenía hijos, a lo que este respondió que sí, que tenía tres. El cantante les dedicó ‘I Love My Life’, con la que surgieron confetis.
No hay duda de que Robbie Williams sabe cómo moverse en el escenario y dar un show. Lleva muchos años de experiencia y siempre suena bien en directo, pero su concepto de entretenimiento no coincide demasiado con el mío. ‘Angels’ culminó la faena, como no podría ser de otra manera, con el público encendiendo las luces de sus móviles y cantando a pleno pulmón.
La hora de Lil Nas X
Andrés Iglesias (Mad Cool)
Para terminar la noche con un toque queer, Lil Nas X ofreció un concierto que hace unos años hubiera sido prácticamente impensable. Qué alegría ver a una estrella del pop masculina, abiertamente gay, rabiosamente camp, rompiendo estereotipos de género, ofreciendo un show cuya puesta en escena hasta ahora solo hacían chicas pop. Es cierto que en ocasiones hubo cierto abuso del playback, pero también es justo reconocer que el artista no para quieto en el escenario ni un segundo.
Con una escenografía cuasi-surrealista y rodeado de bailarines, Lil Nas X abrió con ‘Montero (Call Me By Your Name)’ y desde ahí, toda una sucesión de escenas estrambóticas de las que no podías apartar la vista. Hubo un momento en el que se fue del escenario y cuando volvió apareció subido en un enorme muñeco con forma de caballo blanco. Por supuesto, la canción que cantó ahí subido no fue otra que ‘Old Town Road’.
El nivel de producción del espectáculo es altísimo y siempre sorprendente. Nas y sus bailarines aparecen vestidos de gladiadores para cerrar con la gran ‘Industry Baby’. Anteriormente, en un interludio que le servía al cantante para cambiarse de vestuario, metió tanto canciones de Rihanna como de Tokischa mientras veíamos cómo un miembro de su equipo de baile hacía piruetas. Una celebración queer irresistible.
Sen Senra, actual top 5 en España con el excelente ‘PO2054AZ (Vol.I)‘, y número 1 de ventas en vinilos, anuncia grandes conciertos en Madrid y Barcelona, de cara al año que viene. Por un lado estará en el WiZink Center el 26 de enero de 2024 con fecha exclusiva en Madrid de todo este año y JENESAISPOP será medio oficial de dicha fecha, como veis en el cartel. Por otro, estará en el Palau Sant Jordi de Barcelona el día 3 de febrero.
La preventa de entradas será el lunes 10 de julio y el martes 11 de julio comenzará la venta general. En ambos casos, será a las 12.00 horas. Las entradas estarán disponibles en lasttour.org y seetickets.com/es.
Precedido de singles con tanta pegada como ‘Uno de eses gatos’, desde ya una de las mejores canciones de 2023, y otros tan identificativos como ‘No quiero ser un cantante’, ‘PO2054AZ (Vol.I)’ está destacando también por pistas como ‘Completamente loco’ junto a Tainy o ‘Blue Jeans y un Crop Top’. Sin embargo, no pierdas de vista otras pistas como ‘Familia’, con menos pegada comercial pero también interesantes. Se trata de -ya sabéis- el primer volumen de un proyecto más amplio que se irá completando próximamente… ¿acaso antes del próximo mes de enero? Lo iremos averiguando durante los próximos meses.
Ayer Depresión Sonora, La Paloma y Alba Morena tocaron en el arranque de campaña del PSOE. Desde el mismo sello de Depresión Sonora, Sonido Muchacho, hoy nos llega otra sorpresa en opuesta dirección: un tema llamado ‘El día que murió Pedro Sánchez’.
Lo firma Marcelo Criminal, tan acostumbrado a lo costumbrista como a lo surrealista o a lo indescifrable, aquí haciendo honor más que nunca a su apellido. Como recordaréis, Marcelo Criminal es el peculiar autor de «Perdona (ahora sí que sí)«, el inesperado hit de Amaia con Carolina Durante. Y en este caso, le acompaña Nacho Vegas.
‘El día que murió Pedro Sánchez’ es un adelanto del que será el tercer álbum de Marcelo Criminal -el mes pasado se revelaron otros 3-. El tema se define como «folk de ciencia ficción, canción protesta, una broma extraña, una distopía cañí…» En su imaginación, Marcelo sitúa los hechos en pleno viaje oficial del Presidente a Lugo, inaugurando un hospital, cuando repentinamente alguien comienza a disparar. El asesino de Pedro Sánchez en la canción se llama Javier, tiene 26 años y se quita la vida cuando se le acerca un Guardia Civil. La canción narra luego el hipotético funeral de Estado, con Zapatero y Aznar.
Hemos preguntado a Marcelo Criminal por el sentido de esta canción tan turbadora, y nos ha respondido lo siguiente: «Va más de la facilidad con la que se puede descalabrar nuestra ilusión de «estabilidad» que de partidos políticos, y sospecho que si gobernase cualquier otro, la canción sería bastante parecida».
Por otro lado, el periodista Nacho Lorente ha escrito un texto oficial para la nota de prensa sobre este tema, en el que habla de la pandemia y del auge de la extrema derecha. Os dejamos con este complemento compartido por el sello Sonido Muchacho:
“Existió un meme surgido en el confinamiento, es decir, hace dos siglos. “No quiero vivir más momentos históricos”. Triunfó relativamente y recuerdo haberlo visto aplicado, además de a pandemias mortíferas, a guerras y a desastres naturales cada vez más desastres y menos naturales. El mensaje era claro: una llamada a la calma muy contemporánea. Ya nadie desea ser piel roja, sino el niño de la piscina de Teruel. Sin embargo, nos cuesta más llamarle “momento histórico” al descubrimiento de una vacuna en tiempo récord, a la legislaciones avanzadas que salen adelante contra viento y marea o a la firma de acuerdos de paz.
La oscuridad ha conquistado en exclusiva las condiciones de verosimilitud y posibilidad. Pareciera que estuviéramos hablando del auge desacomplejado de la extrema derecha. Y sí, seguramente de eso vaya en parte el nuevo tema de nuestro bardo Marcelo Criminal, esta vez con Nacho Vegas. Que nadie se quede en la escandalosa ficción: la verdadera carga de estos casi tres minutos es que nunca se va a sospechar de la maldad si esta se convierte en sentido común. Eso nos jugamos en la realidad.”
Hace un par de años que C. Tangana se postuló como autor del himno que celebrara el Centenario del Celta de Vigo. Resulta que el padre de El Madrileño es vigués y «celtista de cuna». Algunos se lo tomaron a broma. No lo era. Pucho se lo ha tomado tan en serio como esto.
Hoy se publica ‘Oliveira Dos Cen Anos’, una composición que ha realizado junto a sus colegas habituales Alizzz, pablopablo y Harto Rodríguez, y en la que Antón Álvarez ha acertado al ponerse en segundísimo plano. Su voz no suena. Él «solo» compone, produce y dirige la superproducción que ha sido el videoclip producido por Little Spain y grabado en la ría de Vigo, la isla de San Simón y el icónico Puente de Rande. Ah, también se muestra como hincha del Celta al final del vídeo. Por lo demás, ha dejado todo el protagonismo en el Celta, y sobre todo en Galicia. En la cultura gallega.
Para elaborar ‘Oliveira Dos Cen Anos’ C. Tangana se ha documentado mucho. Ha hablado con el escritor Pedro Feijoo, con músicos como Rodrigo Romaní, uno de los fundadores de Milladoiro, o Alfredo Dourado, miembro del grupo de folk gallego A Roda.
Además, se empapó de la escena de folk local de Vigo, a través del activista cultural Xisco Feijoo y del equipo docente de la ETRAD, la escuela municipal de música tradicional de la ciudad. Así, la letra está sacada de viejas cantigas tradicionales, pero le ha dado un toque de modernidad. Por ejemplo, hay silencios con efecto de entrecortado, y aparece Sime, líder del grupo punk Keltoi!
A la hora de grabar, le acompañaron la Coral Casablanca, el grupo de pandereteiras As Lagharteiras y la popular peña celtista Tropas de Breogan. Particularmente ha querido poner en «especial relevancia, la mujer como eje central de la sociedad gallega y la arrolladora energía de la afición celeste».
El resultado eleva al cubo la apuesta de ‘El Madrileño‘ por el folclore vista en temas como ‘Un veneno‘. No piensa nada en las listas de éxito, ni tampoco en quien no sienta nada con el fútbol, sino que prefiere apostar por sonar en la imaginería del hincha del Celta de Vigo -que seguirá ahí cuando Éxitos España no signifique nada- durante el mayor tiempo posible. ¿Serán días, meses, años o décadas?
El pasado miércoles Britney Spears acudió a cenar a un restaurante de Las Vegas en compañía de su marido y dos personas más, cuando se produjo un altercado.
Según su propio relato, Britney se encontró con el jugador de la NBA Victor Wembanyama y, como ella es fan, se acercó para saludarlo. Cuál fue su sorpresa cuando un guardaespaldas de Victor la detuvo y le dio un bofetón que hizo caer sus gafas al suelo, y casi la derriba a ella misma.
Pese a que según la versión de Victor, ella recibió posteriormente una disculpa en su mesa, Britney llamó a la policía y ha decidido denunciar públicamente la agresión. Dice que ella es asediada por gente constantemente, esa misma noche por “al menos 20 fans” y que su «equipo de seguridad nunca ha pegado a nadie». “Me da vergüenza compartir esta historia, pero creo que es importante hacer ver a la opinión pública que hay que tratar a la gente con respeto. Hay demasiada violencia en este mundo”.
Añade: “No creo que sea una cosa de risa. Ver al jugador sonreír y reírse de esto fue cruel y desmoralizador. Mido 1,60 y él 2,20”.
También la ha defendido su marido: «No me puedo creer que una fan desarmada expresando cualquier tipo de emoción o aprecio por una celebridad pueda llegar a ser atacada físicamente, y mucho menos ser pegada en la cara por haber tocado un hombro. Se necesitan cambios desde arriba, los espero. La culpa debe recaer en el cobarde que hizo esto, en la gente que lo contrató sin una investigación adecuada y en una cultura sistemática de desprecio por las mujeres del mundo del deporte y el entretenimiento».
Por su parte, el jugador de baloncesto Victor Wembanyama ha declarado que no vio lo que pasó, pero ha negado que Britney le tocara el hombro. Asegura que le agarró: «No vi lo que pasó porque iba caminando hacia delante y me dijeron: ‘No pares’. Pero esa persona me agarró por detrás, no me tocó el hombro, me agarró por detrás, y la seguridad la alejó. No sé con cuánta fuerza, la verdad”.
Este viernes 7 de julio salen discos tan importantes como el primero de PJ Harvey en 7 años, el primero de ANOHNI en otros tantos, y el primero de Julie Byrne en más o menos. Otro que saca álbum es Gus Dapperton. Igualmente tenemos una nueva entrega de las “Taylor’s Versions” de Taylor Swift, en este caso ‘Speak Now’, y en España hay disco de Rauw Alejandro (featuring Miguel Bosé) y nuevo EP de Oddliquor.
Entre las grandes novedades internacionales hay tema de NewJeans, de PARTYNEXTDOOR, de Anne-Marie, de Skrillex con Boys Noize, de Dominic Fike con Weezer o de The Weeknd para la banda sonora de ‘The Idol’. También se conoce otro tema de la banda sonora de ‘Barbie’.
En España, nuevo hit de Quevedo, balada de Adiós Amores, nuevo adelanto de lo próximo de Belako, tema suelto de Sila Lua y ese himno del Celta de C. Tangana.
El vídeo que nos ha dedicado La Mala Rodríguez en las Stories de Instagram («je ne sais pas, je ne sais pop, je ne sais su puta madre») ya es un meme en nuestros foros gracias al usuario elanonimotranquilo. Que la autora de títulos tan gráficos como ‘Bruja‘, ‘MALA’ o ‘Alevosía’ nos haya puesto en su punto de mira, es un honor hasta cierto punto. ¿Ya puedo decir que «me ha tirado La Mala»?
Pero también nos deja un sabor amargo, y no solo por esos micropenes que nos ha mandado a chupar (que también), sino por la reflexión que conlleva sobre la relación entre artistas y medios de comunicación. Los medios, que mediamos entre ellos y el público, no tenemos por qué estar del lado del artista. Hace poco alguien nos felicitaba en Twitter por suspender el segundo disco de Arde Bogotá: tal servilismo hay hacia los artistas y la industria que hasta se nos estaba olvidando que esto se podía hacer. «Siento que hay muchos medios que lo único que hacen es tirar flores al artista de turno sin haber dedicado su tiempo real a escuchar las canciones», argumentaba. Diría que incluso hay fans a los que este concepto ni les suena. «¿Qué necesidad había de publicar esto?», se preguntaba otra persona en relación a la misma reseña, ajena a décadas de historia de crítica musical.
A La Mala le ha sentado mal que nos hayamos hecho eco de su irrupción del escenario durante un concierto de Jere, en un evento que ha terminado siendo nada Rrandom de Rubí. Un pueblo que ya ha dejado de ser para siempre una frase de ‘No hay nada más triste que lo tuyo’ de Hidrogenesse para lanzarse a los anales de la historia por la puerta grande. La artista se subió allí, al escenario del Festival Rrandom, por su propia voluntad para decirle a Jere que tenía que terminar ya, que le tocaba salir a ella.
Los artistas tienden a llamar a la prensa «sensacionalista» cuando no les gusta lo que reportamos. En este caso concreto, habríamos propagado «odio». Es el viejo «¡La culpa es de la prensa!». En los últimos años, el miedo a ser «amarillista», buscar el «clicbait» o, peor, resultar «tóxico» en tiempos de concienciación sobre salud mental -todo eso y no los cheques o los imperativos publicitarios, como alguna gente cree- convierte en una rara avis una crítica negativa en un medio musical. A diferencia de lo que ocurre en medios cinematográficos, donde las críticas negativas son habituales y están asumidas y aceptadas. Pero es que esto ni siquiera era una crítica negativa, sino un relato muy somero de unos hechos. Y los medios de comunicación tenemos la obligación de contar los hechos, sobre todo cuando estos son raros y excepcionales. Como se explicaba en las Facultades de Periodismo: que «hombre muerde a perro» es más noticiable que «perro muerde a hombre». ¿Y quién ha mordido en esta historia? Pues, ni más ni menos que quien manda aquí, y en Rubí.
En festivales, es habitual que de un concierto se recorte una canción o un bis por falta de tiempo. Más excepcional es que se interrumpa un concierto durante una canción, dejando esta a la mitad. Y más marciano aún es que sea un cabeza de cartel el que se suba al escenario para decirle a otro artista que tiene que marcharse. Hace tiempo que hay quien dice que, entre declaraciones extravagantes y genialidad, la Mala es la Kanye West española. Quizá siente un precedente, y esta noche veamos a Lizzo subiéndose al show de Machine Gun Kelly en Mad Cool para decirle que vaya terminando para que la gente se desplace a su escenario a tiempo, pero de momento esto no es lo normal que acontece en un festival.
Hay algo de guasa en todo esto, y hay que quedarse con la parte positiva, la jocosa. Al fin y al cabo, ella misma presume de ser «LA MALA» en los Stories de Instagram, mientras se come un helado verde y nos pone ídem, en el mejor momento de toda la retahíla de los Stories. A posteriori hemos sabido -porque a posteriori ha publicado los mensajes en Twitter- que la Mala Rodríguez escribió a Jere a través de las redes sociales para disculparse. El equipo de La Mala tenía que madrugar y no podían asumir más retraso. Que ella decidiera subir por sí misma al escenario porque «así le podía conocer» (sic) es mi parte favorita de todo esto. «Me quedé un poquito descolocado», admite Jere. Ambos artistas acordaron colaborar, quizá, en el futuro. Todos saldremos ganando si pasa eso.
Por nuestra parte, obviamente seguiremos informando sobre la música y la carrera de Mala Rodríguez, cuando lo consideremos oportuno, pese a que ella nos ha pedido que no lo hagamos. Como hemos hecho siempre, entrevistándola en numerosas ocasiones, desde que señalamos ‘Lujo ibérico’ como uno de los mejores discos del siglo XXI, hasta que apoyamos su último disco ‘MALA’ con un 7,8 sobre 10. Quizá las revistas de moda funcionen de otra manera, pero no es el artista quien ha de decidir en qué medios musicales y de qué manera aparece. Ni tampoco debería dejar de conceder entrevistas a los medios que no le gustan. El Presidente del Gobierno acaba de comprobar en carne propia qué error tan grande ha sido dejar de ir a lo de Ana Rosa: ahora ha rectificado, y ha salido a hombros.
Hace poco, Mala Rodríguez realizaba unas declaraciones interesantes en Shangay, al tiempo que hablaba de un nuevo disco que está finiquitando, y en el que hay colaboraciones con tan buena pinta como la de Villano Antillano. A raíz de un tema que ha grabado con JC Reyes -el del desnudo inventado de Rosalía– para un proyecto de él, alerta: «Me la suda si me cancelan (por hacer un tema con JC Reyes), y además me parece un poco nazi esa actitud. Y la gente nazi también me da miedo, porque no tiene criterio y se suben a una ola sin pensar, todos a una… Nadie es perfecto, todos cometemos errores». Esperemos que no seamos nosotros sus únicos cancelados. Si esa es su decisión, la respetaremos, pero nosotros siempre estaremos aquí para escuchar lo que tenga que contarnos.
En la portada de ‘Space Heavy’, el cuarto disco de Archy Marshall como King Krule, un barco de vela navega a la deriva en un mar embravecido levemente iluminado por la luna, reflejando su figura en el agua. Es una imagen inquietante, melancólica y bella en su propia desolación, precisamente como la música a la que ilustra.
El artista londinense de 28 años escribió este álbum poco después de que naciera su primogénito, cuando estaba continuamente entre dos ciudades: Liverpool, donde su mujer y su hijo viven, y la capital británica donde él trabaja. De ahí viene el título del proyecto, de ese espacio que hay de un lugar a otro, refiriéndose principalmente al estado mental en el que se encontraba el artista, a ese sentimiento casi nómada de estar dividido entre dos sitios.
Como cualquier trabajo de King Krule, en ‘Space Heavy’ no encontraremos grandes dosis de optimismo, sino más bien divagaciones existencialistas envueltas en delicados pasajes jazzísticos y toques post-punk. La atmósfera que crea es tan densa que parece que uno tuviera que hacerse hueco con las manos entre una nube de humo para penetrar en ella. ‘Flimsier’ asienta con firmeza el tono general, hablando de una relación que no tiene futuro sobre unos psicodélicos acordes de guitarra eléctrica. La voz de Marshall, tímida y frágil, cargada de una angustia que nunca llega a explotar. En contraste, en ‘Pink Shell’, el breve corte punk que le sucede, canta en un registro más alto, casi gritado.
La preciosa ‘Seaforth’ cuenta con la melodía más pegadiza del proyecto y muestra la sensibilidad más pop del artista. Las canciones de King Krule casi siempre sorprenden conforme evolucionan, ofreciendo sonidos inesperados, construyendo mundos inhóspitos en los que paradójicamente quieres quedarte a vivir. Como en el final de ‘That Is My Life, That Is Yours’. Lo que parecía una sutil balada acústica culmina con un sorprendente saxofón. O en la progresión que va intensificando el dramatismo de ‘Empty Stomach Space Cadet’.
‘Hamburgerphobia’, situada en la mitad del proyecto, recoge una imagen que puede ser cómica (comerte una hamburguesa por la calle y que los pájaros te la quiten) y la transforma en una trágica reflexión existencialista autodestructiva ahogada en la tensísima y fantástica instrumentación (percusión frenética, ligeros toques de saxofón, una sombría melodía de guitarra acústica…) En la sugerente ‘Seagirl’, Marshall se junta por primera vez en un disco suyo con una voz que no es la propia, donde la dulzura de Raveena le acompaña con admirable química.
La música de King Krule siempre ha tenido un componente algo extraño: madura, exigente, nada complaciente. A Marshall no le interesan los ganchos fáciles ni busca que el oyente se sienta particularmente cómodo escuchándolo. Más bien parece estar continuamente retándonos, intentando encontrar nuevas formas de expresión artística, retorciendo su fórmula para no repetirse.
Si todo ‘Space Heavy’ refleja un estado de ánimo triste y amargo, en su último tramo esto se hace incluso más evidente. ‘When Vanishing’, una pieza prácticamente instrumental de violines y piano consigue erizar la piel con sus tonalidades casi fúnebres. ‘If Only It Was Warm’, que recuerda a Low, también muestra a un King Krule depresivo, repitiendo ciertas frases como un mantra (“Estoy tan decepcionado contigo”, “Si solo fuera calidez lo que tienes”) hasta lograr esa emoción genuina tan presente en todo el álbum.
‘Space Heavy’ retrata sentimientos desagradables y la fealdad del mundo desde una profunda belleza, una cruda y sin alardes. Es un proyecto denso y delicado, dotado de un universo sonoro repleto de preciosos matices en los que perderse.
En 2022 nos quejábamos de un Mad Cool que solo había invitado a hombres en su primera línea de cartel. En tiempos en que tanto se habla de paridad e igualdad, los nombres que encontrábamos en letras grandes en este gigante festival de Madrid eran los de Metallica, Twenty One Pilots, Placebo, Imagine Dragons, The Killers, Muse, Faith No More, Kings of Leon y Pixies.
El cambio editorial era drástico respecto al año en que apostaban por Taylor Swift y Billie Eilish, y lamentablemente no podíamos verlo por obra y gracia de la pandemia. Dejando de lado filias y fobias personales, el cambio de 2022 parecía un retroceso, más que una evolución, pues el cartel del año pasado implicaba que un porcentaje absolutamente escandaloso del presupuesto multimillonario de Mad Cool iría a bolsillos masculinos, y en concreto de hombres blancos, heterosexuales y cisgénero. Solo Dios Black Francis sabe cuánto cobra la nueva bajista de los Pixies, pero seguro que menos que en su momento Kim Deal.
Es justo reconocer que el festival que comienza hoy en Madrid, en un nuevo Espacio, es otro festival. Ahora no solo encontramos a rockeros como Queens of the Stone Age, Liam Gallagher y a Red Hot Chili Peppers, sino que también figuran en letras grandes Lizzo y M.I.A. (en sustitución de Janelle Monáe, que ha cancelado).
E igualmente hay que destacar la apuesta por artistas no binarixs, como Sam Smith, y ya en una segunda línea de cartel, varios artistas LGTB+. Nada menos que Sigur Rós y Years and Years comparten la segunda línea del cartel con gente como Franz Ferdinand. En cuanto a mujeres, también están por ahí Rina Sawayama y Ava Max, aunque esa segunda línea sí llegaba a incluir artistas femeninas el año pasado (Carly Rae Jepsen y St Vincent, por ejemplo).
En estos meses y a raíz de aquellas quejas que expresamos en la web y en redes, algunos promotores -no los de Mad Cool- me han expresado sus dificultades para contratar artistas femeninas para sus eventos. No todas las que a un promotor/a se le apetecen están de gira. Alguno ha expresado su frustración porque algunas firman exclusividad con otros festivales gigantes, que presumen de ser paritarios. Alguno me ha dado a entender que la contratación de grandes nombres femeninos se ha convertido en la guerra en aras de la paridad.
Es una buena noticia que al menos el debate esté sobre la mesa, frente a otros festivales, grandes y pequeños, que continúan apostando por una abrumadora mayoría masculina. Pero la mejor noticia que podemos tener es que Mad Cool también triunfará como festival paritario.
A veces parece que no es otro que el público el que inclina la balanza de manera aplastante en favor de los hombres. No hay más que recordar que Coldplay han llenado el mismo estadio de Barcelona que Beyoncé durante CUATRO días, mientras ella solo lo ha hecho UNO. En Primavera Sound 2022, Lorde convocó a mucho menos público que The Strokes, pese a aparecer en letras más grandes. El Anuario de la Música en Vivo editado por APM reportaba que de las 10 giras españolas más exitosas de 2022, tan solo 2 eran de mujeres, y ocupando los últimos lugares (Rosalía en el puesto 9, Aitana en el top 10).
Las bandas de pop y sobre todo de rock fidelizan más que las divas pop: tal lista estaba encabezada por Fito y los Fitipaldis. Su grupo fue el que más espectadores congregó en España en 2022, 329.820 asistentes, frente a los 147.924 de Rosalía. Así que es fácil aventurar que Metallica y los Red Hot Chili Peppers te venden más entradas para un festival que Lizzo, que además no tiene tal trayectoria. Pero este año Mad Cool ha arriesgado con otro tipo de cartel y también ha colgado el cartel de «abonos agotados». Puede presumir de haber agotado las entradas de sábado, y ya solo quedan tickets de jueves y de viernes. Parece, al menos para los que defendemos la diversidad, que vamos por el buen camino. Esperemos que dure.
El madrileño Oddliquor es uno de los talentos fundamentales de la electrónica nacional. También conocido por su trabajo junto a gente como Alba Reche y Ona Mafalda, tiene a punto un EP de 7 canciones llamado ‘BLINDAO’ del que ya han dado a conocer temas como ‘CURSIII’, que acaba de superar las 500.000 escuchas en Spotify.
Otro de los muchos adelantos del EP que sale mañana 7 de julio se llama ‘Mi Team!’ y es nuestra Canción del Día hoy.
Él mismo la introduce para fans y prensa: «Después de ‘CURSIII’, que habla de la toxicidad del amor cuando uno no ha trabajado en sí mismo, en ‘Mi Team!’ hablo en el momento en el que estás conectado contigo mismo y eres capaz de ver los puntos bonitos de una persona y viceversa, pero eres consciente del punto personal en el que te encuentras para tomar decisiones con madurez emocional”.
La letra de ‘Mi Team!’ no narra otra cosa que un crush, un amor a primera vista. «¿Cómo es posible que en menos de dos semanas ya se quiera a alguien? / Bueno, no sé si es querer, pero sí me lo pregunto».
Además, el sexo es pura complicidad, lo que lleva a ambos amantes a sentirse del mismo «team». «Me encanta que me folles cuando me estoy rayando / Y que acabemos a la vez cuando no podamos más». Esta celebración se corresponde con una producción menos oscura y mucho más extática que la de ‘CURSIII’, que sonaba más abrumada. Por no decir que esta es más orgásmica.
La sensación de trance popero elegante puede hacer pensar en nombres como Jamie xx y Caribou, aunque son los nombres de The Blaze, Enfant Sauvage o Fred Again.. los que aparecen reconocidos en la nota de prensa. El EP completo, a partir de esta medianoche.
Recientemente, Rayden ha anunciado que se despide de los escenarios con un último disco, ‘La victoria imposible’, ya en el mercado, y con una gira de despedida. El artista tenía ideado despedirse definitivamente con un show en Alcalá de Henares, su ciudad de origen, que había negociado con el equipo municipal anterior.
Tras las elecciones del 28-M, PP y VOX gobiernan esta ciudad de Madrid de 200.000 habitantes. Debido a la deriva que los primeros gobiernos de PP y VOX están teniendo en cuanto a Cultura (películas de Disney eliminadas de programaciones, obras de teatro clásicas censuradas, etc), este concierto no va a tener lugar.
El artista indica que lamenta «profundamente las molestias que pueda ocasionar esta decisión». Continúa: «pero mi conciencia no me dejaría tranquilo si fuese de la misma mano que fomenta y rentabiliza el odio, que “manda a la basura” al colectivo LGTBI+, que vota en contra de la ley trans y que los ve, junto a la población inmigrante, como ciudadanos de tercera, desprovistos de los mismos derechos que el resto».
Según ha podido saber JENESAISPOP, había una fecha acordada y confirmada con el gobierno municipal anterior, de alcalde socialista, pero para los nuevos partidos estaba en el aire y no podían confirmar que pudiera llevarse a cabo. En sintonía con sus ideas, Rayden ha decidido darla por perdida, pues considera que la música y los conciertos han de ser en «salas libres de violencia machista y espacios donde el colectivo LGTBI+ se sintiera seguro» y considera que esto ya no va a ser posible.
Este es su comunicado completo:
«Siempre he entendido los conciertos como un punto de encuentro. Un lugar donde el público se reúne, junto a sus seres más queridos, con cantantes, grupos, músicos y todo su equipo técnico para rememorar y corear, por un par de horas, esas canciones que un día se escribieron. Un sitio donde la música es un diálogo en el que todas y todos nos sentimos un poquito menos solos y tenemos cabida en esta sociedad.
Durante todo mi periplo musical, he intentado hacer canciones que hablaran del respeto, de la autoestima, de la salud mental, de la reciprocidad, de la equidad, del feminismo, de la integración, de la inmigración, del amor (en todas sus formas), de la vulnerabilidad y he criticado cualquier estamento que atentara contra todo esto. Uno de los grandes hitos que he tenido, en este camino, ha sido tener un público que ha hecho suyas estas canciones hasta llenar y agotar recintos. Salas libres de violencia machista y espacios donde el colectivo LGTBI+ se sintiera seguro.
En marzo de este año, anuncié mi retirada de la música (en primera línea) tras mi último disco y una gira de conciertos que finalizaré en el mes de septiembre de 2024. En mi propia hoja de ruta había empezado a trabajar, conjuntamente con el anterior gobierno de Alcalá de Henares, para dar el último concierto de mi carrera en esta mi ciudad.
Con la llegada de la extrema derecha a las concejalías y, viendo con estupefacción, la censura y cancelación cultural con la que está siendo castigado el arte en localidades con la misma representación, me veo con el deber moral de cancelar mi actuación prevista para finales de agosto de 2024, siendo mi concierto, en el Wizink Center (agendando para el 2 de diciembre de 2023), mi último concierto en la comunidad de Madrid. Sin incluir festivales o fiestas grandes (ya que estaremos en algunos de los mejores de la comunidad).
Lamento profundamente las molestias que pueda ocasionar está decisión, pero mi conciencia no me dejaría tranquilo si fuese de la misma mano que fomenta y rentabiliza el odio, que “manda a la basura” al colectivo LGTBI+, que vota en contra de la ley trans y que los ve, junto a la población inmigrante, como ciudadanos de tercera, desprovistos de los mismos derechos que el resto».
«He venido desde México para que me des un puñetazo en la cara». Esto se podía leer en la pancarta de un fan en el concierto de Machine Gun Kelly en el festival Rock Werchter. El artista le preguntó por qué quería eso y la respuesta fue «porque te quiero».
Antes de decidir si cumplía los deseos del chaval, Machine Gun Kelly se lo pensó bien: «Tengo anillos puestos, tío. Te va a doler. No sé si hacerlo, es una situación con la que no voy a ganar nada». Y siguió con el concierto. Solo cuando bajó del escenario y se paseó cerca del público, fue cuando se volvió a acercar al fan con la pancarta. Después de leerla otra vez, le dio el puñetazo que tanto ansiaba mientras le gritaba: «¡Te quiero!».
El artista, que actuará hoy en el Mad Cool, también protagonizó ayer un momento bastante caótico en Madrid. Vía Instagram, Gun Kelly, avisó a todos sus fanáticos para que fueran a su hotel, donde pensaba darles una sorpresa: «No puedo aguantar hasta el festival, tengo muchas ganas de veros». Quiso tocar un par de canciones desde el balcón de su habitación, pero la policía española no se lo permitió porque sus fans habían colapsado una de las calles más grandes de la ciudad.
Machine Gun Kelly fulfills a fan’s wish to be punched in the face during his set at the Rock Werchter festival. pic.twitter.com/vrpnBznfnw
Machine Gun Kelly anunciando un concierto improvisado en Gran Vía y la Policía le ha dicho "Quieto ahí, pa' dentro". Esto no es USA, chaval . pic.twitter.com/914dsjrKdR