El canadiense Seth Nyquist comenzó a dar que hablar hace aproximadamente un año bajo el alias MorMor, con el lanzamiento de su single debut ‘Heaven’s Only Wishful’. Una canción que, sobre una base sencilla de guitarras cálidas con toques de dream pop y psicodelia, comenzaba preguntándose «sólo soy un pobre chico buscando respuestas». La fragilidad que recoge esa frase define muy bien la imagen que desprende Nyquist: una gran sensibilidad combinada con una apariencia triste y afligida.
Pero, tras esa llamativa irrupción, MorMor prosiguió mostrando que su visión de la música es bastante ecléctica: mientras en ‘Waiting on the Warmth’ rememoran a The xx, ‘Whatever Comes to Mind’ revela cierto poso soul y R&B, combinado con un halo de jangle pop británico que se mantiene constante. Ese estilo inclasificable tomó forma en el EP que, bajo el nombre de su primer single, presentó el pasado verano.
Y ahora, coincidiendo con una gira europea que comienza a desempeñar la próxima semana, acaba de lanzar un nuevo single con el que, otra vez, muestra otra faceta. ‘Outside’ recurre una vez más a ese espíritu dreampop que, con su dulce voz, evoca a los Talk Talk del recientemente desaparecido Mark Hollis. Sin embargo, esta vez sobrecoge especialmente: pese a la luminosidad de su gancho, su letra sombría recita «mirando fuera, tengo miedo de morir / El cielo no contendrá luz, me ciega / ¿Cómo podré encontrar el sol?» Una oscuridad que se transforma en imágenes en su angustioso vídeo que alude al aislamiento y el bullying infantil, con reminiscencias de trabajos audiovisuales de finales de los 80 y primeros 90 (pienso en R.E.M., Mary Margarte O’Hara…). Realmente muy prometedor, aunque el de Toronto aún deba terminar de convencernos de hasta dónde es capaz de llegar(nos).
Si, como nosotros, alguno os preguntáis en qué andará Adele, y si pronto tendremos una continuación para ’25’. La respuesta no está nada clara y, pese a que se especula que podría ser este mismo año, personalmente apostaría por un ’30’, como poco. Pero, eso sí, eso no parece torturarla demasiado y parece más bien dedicada a la alegría de vivir que, por otra parte, es lo que corresponde a su edad.
Y es que, según se ha hecho viral en las últimas horas, la autora de ’19’ y ’21’ fue avistada anoche en Pieces, un conocido bar gay de Nueva York. Y no estaba sola: la acompañaba la actriz Jennifer Lawrence, con la que le une una buena amistad. Al parecer, según Billboard, ambas estaban celebrando el reciente compromiso de matrimonio Lawrence con su pareja, el galerista Cooke Maroney.
Obviamente, ambas fueron la comidilla de todos nada más aparecer en el garito, y por supuesto de la drag que ejercía de anfitriona de la fiesta. ¿Contuvo eso las ganas de «pari» de las dos? Para nada: según se puede apreciar en innumerables fotos y vídeos que subieron los asistentes a la fiesta, Adele y Jennifer se retaron a un juego de chupitos, siendo perdedora la cantante, que tuvo que hacer unas flexiones en el suelo. Momento que la intérprete de ‘Madre!‘ aprovechó para empujar a Adele, haciendo que los asistentes le recordaran que aquello no eran «Los Juegos del Hambre». Dos amigas. Dos cabalgan juntas. Dos en la carretera.
Hace unas horas Londres vivía una multitudinaria manifestación que, bajo el lema “Put it to the people”, reunió a cientos de miles de personas –un millón, según la organización– para reclamar la celebración de un nuevo referendum sobre el Brexit. La asociación British in Europe pretende así presionar a la clase política para que se ponga en marcha una nueva votación popular que revierta la celebrada en el año 2016, confiando en que esta vez gane el «no». Como es sabido por todos, Reino Unido vive una crisis política sin precedentes después de que el Parlamento británico haya tumbado el acuerdo para la salida del país de la Unión Europea que planteaba Theresa May.
De nuevo, numerosos artistas han tomado partido en este debate, unos a favor y otros en contra. Morrissey, Roger Daltrey (The Who) o los actores Michael Caine, Liz Hurley y John Cleese están entre los defensores de la salida de la UE, mientras que Elton John, Massive Attack, Florence Welch, Chvrches o Jarvis Cocker se han mostrado en contra del Brexit. Y, por supuesto, muchos de ellos se unieron a esta marcha celebrada ayer.
Entre ellos, tal y como hemos podido ver en sus propias redes sociales, Tracey Thorn (con una imagen donde se lee con globos de colores «que le jodan al Brexit»), Norman Cook (Fatboy Slim, con un vídeo en el que aparece cantando a grito pelao ‘Are You Ready For Love’ de Elton John) o Pet Shop Boys (tras aludir directamente la cuestión en ‘Give Stupidity A Chance‘, subían una imagen de Neil Tennant tomada por Chris Lowe) subieron imágenes de la manifestación. Mientras que otros, como Thom Yorke, fueron captados por fans paseando entre la multitud, en plan «¿Dónde está Wally?» Pese a estos esfuerzos, un segundo referéndum no parece entre las salidas más probables a la crisis: en las últimas horas, se especula con que parte del gobierno británico conspira para apoyar el actual acuerdo del Brexit en una próxima votación a cambio de la dimisión de Theresa May.
Amaia Romero, ganadora de Operación Triunfo 2017, es con seguridad la ganadora del talent-show más singular desde que se impusiera en su día Virginia Maestro. Y es que, desde que saliera del programa y saldara su participación en Eurovisión 2018 junto a Alfred García, la pamplonica se codea sobre todo con el mundillo musical alternativo. Así, si hace unos meses sorprendió subiéndose al escenario de la sala Razzmatazz con Carolina Durante para interpretar una versión de Marcelo Criminal –’Perdona (ahora sí que sí)‘, que más tarde lanzado como single conjunto–, ayer volvió a repetir la jugada, de nuevo en Barcelona. [Foto: Mireia Pería.]
Y es que, tras dejarse ver por el concierto que los argentinos Bestia Bebé ofrecían en la ciudad condal junto a Apartamentos Acapulco, se desplazó al recinto Fabra i Coats. Allí se celebraba la edición 2019 de BIS Festival, encabezada por La Estrella de David y donde también actuaban Hazte Lapón, Medalla, Confeti de Odio, Cabiria y Axolotes Mexicanos. Precisamente estos, que nada casualmente comparten algunos miembros con Carolina Durante (Mario, guitarra, y Juan, batería), propiciaron un nuevo «amaiazo», cantando con ellos su pelotazo ‘Astor‘, tal y como capturó nuestra compañera Mireia Pería, que se encontraba cubriendo el evento.
Esta sorpresa puede suponer mucho para Axolotes Mexicanos, cuyo disco ‘Salu2‘ pareció pasar algo inadvertido, pese a estar lleno de temazos de punkpop como el propio ‘Astor’, ‘Doble Check’ o ‘Heavens Gate’. Fue sin duda una noche especial para ellos, también porque su antiguo miembro Stephen Lyne (actualmente en el dúo No Fucks) subió a escena con ellos para cantar ‘Disparo de amor‘.
En cuanto a Amaia, parece seguir disfrutando de muchos conciertos mientras da los últimos toques a un disco que parece estar ya casi a punto: recientemente, tras su regreso de un periplo por Argentina donde trabajó en su debut, hablaba sobre las influencias de este trabajo, que van de Sufjan Stevens a Kanye West.
A principios de este año destacábamos a Paloma Mami como una de las posibles revelaciones internacionales de 2019 y, tras la presentación de ‘Fingías’, su nueva canción, empieza a no quedarnos ninguna duda de que lo será. La artista chilena de 19 años lanzaba este viernes el que es apenas su tercer single oficial tras ‘Not Steady’ y ‘No te enamores’, que han logrado ya una considerable repercusión en streaming: ambos superan por mucho los 40 millones de reproducciones solo en Spotify.
Ambos temas eran estupendos ecos del pop con toques de R&B, hip hop y ecos jamaicanos que Drake (recordemos que su nombre está inspirado en el alias del canadiense en Instagram, Champagne Papi) y Rihanna, tanto juntos como por separado, han contribuido como pocos a popularizar en esta década. Pero ‘Fingías’ va por caminos más sutiles que no son lo que parecen: aunque está producida por Zaro Torres, habitual colaborador de la estrella del reggaeton Farruko, no estamos ante lo que podríamos etiquetar como un tema «disfrutón» al uso.
Aunque su cadencia, lenta pero bailable, está marcada por el típico compás del dembow, ‘Fingías’ es más una balada que, con sus delicados arreglos de guitarra y sus ambientaciones oscuras, está más cercana a aquellos lovers rock jamaicanos que se convirtieron en un gran éxito en Reino Unido en los 70. La letra entonada por Paloma Castillo con una bonita tesitura sensual, encaja en esos cánones, una historia de desengaño amoroso («todavía me acuerdo cuando me fallaste / ¿cómo iba a olvidarme de ese día?»). Y, sobre todo, destaca el auténtico tour de force entre la melodía del estribillo y la de los versos, pugnando por ver cuál se adhiere más a nuestro cráneo. La canción tiene pegada y, desde que se lanzara su vídeo oficial el jueves, se mantiene en las primeras posiciones del top de tendencias de Youtube España, aproximándose ya a los 5 millones de visualizaciones.
Paloma Mami actúa el próximo fin de semana en Lollapalooza Chile 2019, festival que encabezan artistas de la talla y tirón comercial de Kendrick Lamar, Post Malone, Lenny Kravitz, Twenty One Pilots, Arctic Monkeys y Sam Smith. Allí coincidirá con C. Tangana, que ya había declarado su admiración por la chilena y junto al que se ha dejado ver en un stories de Instagram, insinuando que una posible colaboración artística entre ambos podía estar en camino. De ahí podría surgir puro fuego.
En 1989 ‘Nothing Has Been Proved’ salió oficialmente como single de Dusty Springfield en solitario –como parte de la banda sonora de la película ‘Scandal’– pero era de hecho una colaboración con los Pet Shop Boys, a quienes habían solicitado música para el film. Compuesta, arreglada e interpretada por ellos y cantada por Dusty, técnicamente no llegaba a ser un dúo (a pesar de que Neil Tennant susurra “It’s a scandal” en varios momentos), pero en la secuencia histórica de lanzamientos de los PSB de su “fase imperial” parecía la continuación del monumental éxito mundial ‘What Have I Done To Deserve This?’ junto a la veterana cantante. Y a la vez suponía un adelanto del álbum en solitario de Dusty, ‘Reputation’, que saldría ya en 1990.
En el canon de los Pet Shop Boys es una canción que a menudo se ignora, pero el propio Neil Tennant la ha incluido en su reciente ‘One Hundred Lyrics and a Poem’, algo bien significativo. El libro es, por cierto, una verdadera joya recomendabilísima de la que de momento no parece que vaya a haber versión en castellano. Su valor reside -más allá de dignificar sobre el papel una parte crucial del arte de los Pet Shop Boys, sus excelentes letras- en cómo Tennant las contextualiza con información y comentarios. De entrada, el prólogo es una fascinante micro-autobiografía de su carrera musical: es fascinante leer cómo relata su primera creación -un musical con canciones inventadas junto a una amiga en primaria, “The Girl Who Pulled Tails”- o sus inicios folkies, siempre en paralelo con un interés en los musicales, de los que los PSB evidentemente heredaron su mezcla de sentimentalidad y humor ingenioso.
Hay más datos fascinantes: como cuando revela que hizo una prueba a mediados de los 70 para Rocket Records (el sello de Elton John), quienes estaban interesados en sus baladas al piano (hasta incluye fragmentos de alguna: ‘Telephone Blues’). O cuando traza su trayectoria personal hacia el pop empezando por Bowie y Bolan y siguiendo por la new wave, pero con un ojo en John Betjeman de quien le fascinaba la mezcla entre pop y poesía declamada. Y es en esta introducción en la que aparece la primera mención a uno de sus futuros éxitos, que es precisamente ‘Nothing Has Been Proved’. En el torbellino de excitación por empezar a vivir en Londres, de confusión personal (“was I gay?”) y de nuevas canciones cada vez más pop y más satíricas, menciona haber compuesto hacia 1979 una canción con ese título que años después adaptaría para Dusty Springfield.
La introducción del libro continúa con una detallada descripción de cómo conoció a Chris Lowe y cómo establecieron su método de trabajo durante los años pre-fama, absorbiendo Hi-NRG y hip-hop y tratando de combinarlo con poesía, sexualidad y observaciones irónicas, para finalmente hacer una fascinante exposición de cómo crea sus letras: observando lo cotidiano, detectando frases llamativas que puedan ser títulos, cómo combina lo político y lo personal… Una exposición que continúa cuando empieza la antología propiamente dicha mediante breves notas a pie de página debajo de cada letra: fascinantes destellos de qué idea inició la chispa de la inspiración (fragmentos de libros, muy a menudo), a qué persona se refiere en tal o cual texto (Madonna en “she after Sean” de ‘DJ Culture’) o para quién escribieron originalmente una canción que después se quedaron (Kylie Minogue, ‘A Certain Je Ne Sais Quoi’).
En las páginas dedicadas a ‘Nothing Has Been Proved’, Tennant explica que su rico retablo musicado de personajes del escándalo Profumo (un sensacional embrollo político con sexo, espías y notas de suicidio que aconteció en Inglaterra en los 60) lo basó muy fielmente en diversas estampas del libro ‘The Trial of Steven Ward’. Pero también revela que la mención a ‘Please Please Me’ de los Beatles era de cosecha propia, para hacer una referencia significativa a la liberación sexual de la década, que fue en parte lo que -según él- metió a Profumo y Ward en aquel lío. También relata cómo en 1989 les pidieron música para la película ‘Scandal’ (basada en el caso Profumo evidentemente), ante lo cual él inmediatamente rescató la letra creada en 1979, y junto a Chris Lowe hizo música nueva a partir de ella.
Aún no hemos hablado de la música… y es importante, porque se trata de una canción bien distinta a «What Have I», con un planteamiento alejado de las pretensiones propias de un hit de pop: estamos ante un tema de corte más evocador, con una embriagadora e hipnótica progresión de acordes que se ancla sobre secuencias de dos, que se repiten en sucesión casi narcótica, muy cinematográfica. Un tono de tensión y sofisticación que le va a las mil maravillas a esa letra con estampas sobre diversos personajes del escándalo, uno por estrofa, como en breves escenas: “Mandy ha salido en los periódicos / Porque intentó huir a España / Pronto estará en el banquillo / y de nuevo en la prensa / Vicky cuenta una historia sobre un espejo y un bastón / Podría ser cierta, podría ser falsa / Pero nada se ha demostrado”.
El tono cinematográfico cinematográfico de ‘Nothing Has Been Proved’ lo coronan -sobrevolando por encima de la brillante producción de los Pet Shop Boys y su mano derecha Julian Mendelsohn- unas suntuosas orquestaciones a cargo del gran Angelo Badalamenti. Sobre ellas, Dusty hace una de las más bellas y versátiles interpretaciones del final de su carrera: casi susurrando o cantando con dramatismo según en momento. El solo de saxofón final, a cargo de Courtney Pine, añade las gotas de clasicismo que faltaban para convertir a esta canción en un clásico. Y por si quedaran dudas del peso de los PSB en la canción, Chris y Neil aparecían en el videoclip caracterizados como reporteros que interrogaban y fotografiaban a una ficticia Christine Keeler (la modelo envuelta en el escándalo):
En su libro, Tennant completa las sabrosas notas sobre la canción con otra anécdota verdaderamente fascinante: mientras grababan ‘Nothing Has Been Proved’ en un estudio de Londres, descubrieron que en él estaba trabajando nada menos que Lucky Gordon, un cantante jamaicano que aparece mencionado en la letra de la canción porque estuvo envuelto en el histórico escándalo (“Christine’s fallen out with Lucky / Johnny’s got a gun”). En un impulso de genialidad muy propio de Tennant y Lowe, le pidieron que grabase la frase “it’s a scandal” para la canción. Habría sido el detalle final perfecto… pero Lucky les pidió una cantidad de dinero tan exorbitante que tuvieron que abandonar la idea inmediatamente. Un detalle final con aroma a picaresca que sólo añade más encanto a una canción que lo tiene por los cuatro costados.
Dusty Springfield y los Pet Shop Boys suenan en la última entrega del podcast de Jaime Cristóbal, Popcasting, disponible en este enlace. La remezcla 12” de ‘Nothing Has Been Proved’ sonó en Popcasting 322.
¿Soy yo o Father John Misty se ha llevado toda la atención mediática que merecía Andrew Bird, ya sabéis, por aquello de que este llegó mucho antes? El de Illinois lleva sacando discos notables desde mediados los 90 y, por suerte, goza de un saludable reconocimiento como muestra el hecho de que el reciente single ‘Sisyphus’ vaya a terminar convertido en uno de los temas más escuchados de su carrera. Sin embargo, parece que hay que ponerse delante de un micro a decir tonterías, en lugar de a hacer un temazo como ‘Left Handed Kisses’ de su anterior álbum ‘Are You Serious?‘, para que la prensa generalista te haga un poco de caso. Mantenerse en buena forma no vende.
En cualquier caso, el álbum que Andrew publica esta semana vuelve a ser exquisito en su modo de grabación, aquí optando por un directo en el que se ha prescindido de cascos o pistas separadas, pero que no por ello es menos preciosista y detallista en la incorporación de cuidados pianos de Tyler Chester en todas las pistas, o por supuesto el propio violín de Andrew Bird bien sea con arco o bien sea a modo de pizzicato. Aunque si algo vuelve a identificar las canciones más memorables de este álbum es ese silbido que tan pronto se asemeja a Ennio Morricone como a Otis Redding.
El piano es una gozada especialmente en la jazzy ‘Bloodless’, con toda la pinta de resultar alucinante en vivo o en vinilo si su equipo ha dado con la masterización adecuada. Se trata del primer single del disco que conocimos hace ya casi medio año, aquel en el que apelaba a la problemática catalana, indicando que esto «parece 1936» y en el que de manera muy visible se queja de los gobernantes del mundo: «los mejores han perdido sus convicciones, mientras que los peores continúan afilándose las uñas». Lo llama «guerra incivil». ‘Sisyphus‘ se inspira en el mito griego para mostrar a Sísifo al borde del precipicio a su piedra pegado, pero amenazando con «levantar los dos puños y mandar todo a la mierda» y advirtiendo: «prefiero fracasar como un mortal que flaquear como un Dios».
A pesar de su lamento de que «la historia olvida a los moderados», no estamos ante un disco lúgubre sino más bien lleno de humor como se percibe desde el mismo título. La desgracia no puede ser más casual en ‘Fallorun’ cuando comienza «podríamos haber estado juntos / pero es que no te gustaba el tiempo que hace aquí», los «enemigos son quienes te construyen» en ‘Archipelago’ o las historias sobre no olvidar a alguien escogen llamarse cosas como ‘Proxy War’.
La bonita voz femenina de Madison Cunningham adereza hasta 6 de estas 10 canciones, agradeciéndose su participación muy especialmente en ‘Cracking Codes‘, donde Andrew Bird asegura que «solo tienes que mirar a los ojos / no necesitas un código secreto ni jugar a los espías»; o en la casi country ‘Manifest‘, que en verdad habla de «la evolución que hay desde los organismos unicelulares hasta el hombre moderno y, yendo más allá de la muerte, sobre cuando una planta o animal se convierte en fósil combustible en la tierra y llega después a la atmósfera a través de los gases de las máquinas, como fantasmas». No sé si Andrew Bird ha hecho su «finest work» como bromea en el título de su nuevo álbum, pero para cuando este se cierra con otra buena canción circular como es ‘Bellevue Bridge Club’, es obvio que no conoce la decadencia. Es un letrista divertido y profundo y aquí sí que nos da algunas de «las mejores obras de su carrera».
Calificación: 7,5/10 Lo mejor: ‘Sisyphus’, ‘Bloodless’, ‘Manifest’, ‘Cracking Codes’ Te gustará si te gusta: Father John Misty, Rufus Wainwright, M Ward Escúchalo:Spotify
En las últimas horas está dando mucho que hablar un tuit del alcalde de Valladolid, el socialista Óscar Puente. El regidor de la ciudad castellana, tras anunciar la contratación de Gloria Gaynor para actuar en las fiestas de la Virgen de San Lorenzo, fue preguntado por un tuitero si habían descartado a Rosalía. La respuesta del político fue clara, contundente y, quizá, demasiado explícita: «Pide 500.000 €. Tú me dirás».
Obviando el mal gusto de revelar un dato de una negociación con un artista que, al fin y al cabo, es una empresa privada, la cifra ha hecho que muchos se lleven las manos a la cabeza. «Medio kilo? Pero esa quién se cree que es?», espetaba alguien, mientras otros pedían que optara por Dua Lipa, «que la da (sic) cien millones de vueltas» y el youtuber AuronPlay se ofrecía al alcalde: «por la mitad si quieres voy yo y te canto unos temazos de Bisbal y Estopa que lo flipas, llámame». En general, la noticia ha causado tanto cachondeo –hay algunos tuits buenísimos, como el de La Pelopony «dando» explicaciones en boca de Rosalía– como asombro.
En todo caso, hace unos minutos Rosalía ha negado en Twitter que sea cierta dicha cifra: «Lo único que voy a decir sobre lo que se dice que pedimos x nuestro show es q es falso. Es cierto q no es un show sencillo (ya me conocéis) y que somos muchas personas trabajando para que el show sea increible, pero eso que se ha dicho esta lejos de ser verdad». A su vez, Puente ha respondido al tuit de Rosalía, asegurando que esa esa la cifra que les pasó «su agente» para empezar a hablar, tras 2 meses de espera. «En todo caso si esa no es la cifra digamos su caché y estaremos encantados de contratarla. Ya lo intentamos en 2018 cuando nos pedía 45.000€ pero no tuvo fecha» ha añadido irónicamente, antes de «zanjar» la cuestión diciendo que él no critica si el caché es alto o bajo, sino que sencillamente no pueden pagarlo. Respecto a dar la cifra, asegura que lo ha hecho para responder con «absoluta transparencia».
Pero, si ese hipotético caché fuera cierto, ¿realmente hay tanto de lo que asombrarse? Creemos que no, si nos paramos a analizarlo. Para empezar, hay que tener en cuenta que Rosalía se ha convertido, sobre todo gracias a ‘El mal querer’, un disco sobresaliente que ha puesto de acuerdo a crítica y público, en toda una estrella. Una popularidad que, recordemos, tiene proyección internacional: además de sus colaboración reciente con James Blake, otra anunciada con Billie Eilish y quién sabe si otra con Madonna, está en los carteles de algunos de los mayores y más prestigiosos festivales del planeta, como Coachella y Glastonbury. Y acaba de anunciar una minigira por Estados Unidos en recintos medios que están agotando las entradas rápidamente.
Pero es que, tras su paso por algunos festivales nacionales tan gigantescos como Bilbao BBK Live, Doctor Music o Primavera Sound, de concretarse la esperada gira por España, ¿alguien se imagina que no sea en recintos tipo «palacio de deportes», con un aforo de 17 a 20.000 personas? A unos 30 € la entrada, hablamos de cifras superiores a la indicada por Puente. Además, por lo que se vio en aquel ya histórico concierto en la Plaza de Colón de Madrid, estamos ante una producción realmente espectacular, con unos costes muy elevados. Realmente, no parece que a Rosalía se le haya subido nada a la cabeza con ese caché. Quizá lo que fue una mala idea es tratar de contratar a una artista que, al menos en estos momentos, no parece la más indicada para actuar en unas fiestas locales.
Lo único que voy a decir sobre lo que se dice que pedimos x nuestro show es q es falso. Es cierto q no es un show sencillo (ya me conocéis) y que somos muchas personas trabajando para que el show sea increible, pero eso que se ha dicho esta lejos de ser verdad.
Su agente nos dijo, después de tenernos 2 meses esperando,que empezarían a hablar con nosotros a partir de 500.000€. En todo caso si esa no es la cifra digamos su caché y estaremos encantados de contratarla. Ya lo intentamos en 2018 cuando nos pedía 45.000€ pero no tuvo fecha. https://t.co/aszMTqGvxu
Por último y por zanjar esta polémica, no decimos que el cache de @rosaliavt sea alto o bajo, ni criticamos lo que pide. Simplemente decimos que no podemos pagarlo. Ante la pregunta de por qué no traemos a esta artista hemos respondido con absoluta transparencia. Y con la verdad.
MARINA, nuevo alter ego de Marina and The Diamonds, lanzaba ayer un nuevo adelanto de su álbum doble (o dividido en dos, según se mire) ‘LOVE + FEAR’. Producida por OZGO –tándem de compositores y productores que han trabajado con Taylor Swift (‘So It Goes…’) o Troye Sivan (‘My My My!’)–, se trata de ‘Orange Trees’, un medio tiempo dulce, de ambientación cálida y melodías luminosas, perfectas para la historia detrás de la canción: Diamandis explica que está inspirada por la isla griega de la que su familia y ella proceden, Lefkada. «Es mi lugar favorito del mundo… Siempre me siento en paz allí. Es como si mu cuerpo o biología reconocieran que estoy de vuelta en casa. Espero que esta canción haga vuestro verano más dulce que nunca», dice en la descripción de la canción.
Esa ambientación ha inspirado también el vídeo oficial para este tema, estrenado hace unas horas: MARINA pasea por una isla paradisíaca, paseando entre árboles floreados, bañándose en una piscina infinita con dos amigas o bailando una suerte de sirtaki –danza típica griega– en la playa. Todo muy bonito, sí, pero ya podría haberse ido a ese lugar tan especial a filmar el clip: en realidad, fue rodado en Puerto Vallarta, México.
Tras ‘Handmade Heaven‘ y ‘Superstar‘, ‘Orange Trees’ es ya el tercer single del primer disco de ‘LOVE + FEAR’. Cuarto, en realidad, considerando que también incluye ‘Baby‘, el tema que interpretó junto a Clean Bandit y Luis Fonsi. De seguir así, cuando llegue el 26 de abril, fecha de lanzamiento del disco, ¿quedará alguna de sus 8 canciones por escuchar?
Estos días, sabiendo del lanzamiento de un nuevo single de Brigitte Laverne, en la redacción nos preguntábamos cuál podía ser el problema que impedía a la barcelonesa gozar de una mayor popularidad: con demostrado talento para las melodías –tanto en singles como ‘Tinder Love‘ y ‘Crush on You‘, así como en los EPs ‘Wasted‘ y su debut homónimo– y un buen gusto para las producciones synthpoperas enraizadas en los 80 –es una enamorada del universo de la BSO de ‘Driver’, Kavinsky, Italians Do It Better y demás–, ¿qué podía estar fallando? Concluíamos que las letras en inglés podían ser una barrera para conectar y… voilà: su nuevo single se titula ‘Culpable y feliz’ y, como deja intuir su título, está cantado íntegramente en castellano, por primera vez en su carrera.
Y no es un hallazgo puntual. Aunque confiesa que cambiar el chip y escribir en español ha sido lo que más le ha costado sacar adelante, Alexia Taulé ha grabado todo un disco en esta lengua. Se llama ‘Disco China’ (no sabemos si es un guiño a aquella canción/juego infantil de los 80 o eso, una discoteca de la República Popular) y su sonido es realmente sorprendente, sin llegar a despegarse del todo del synthpop que ha caracterizado a Brigitte Laverne desde el principio. Baterías reales, bajo y guitarras bien ruidosas –que empezó a introducir en la gira de ‘Wasted’ de una manera natural– acompañan ahora a los sintes de Alexia, con un sonido más «indie» –en palabras de su nota de prensa– que presonalmente me retrotrae a grupos tan queridos por aquí como Ellos, si bien también podemos encontrar similitudes con los británicos Pale Waves, solo que mostrando una vena casi punky.
Pero, además de su sonido y la expresión verbal, ‘Culpable y feliz’ destaca sobre todo por ser un todo torrente de ganchos melódicos: no sabemos si nos quedamos con las bonitas estrofas, el pre-coro en el que voz y un riff de sinte se dan el contrapunto, o ese estribillo tan potente que culmina con esos «¡Joder! ¡No sé por qué / estuviste esperándome!» que auguramos van a ser muy coreados en directo. Todo un pelotazo que abre una nueva perspectiva artística y comercial a Brigitte Laverne. Y para colmo, un gatete siempre es una victoria como portada de single.
Como parte de la familia de WeManagement (división de representación artística que ha inaugurado la web de venta de entradas Wegow), Brigitte Laverne forma parte de la 3ª edición del WegowDay, que se celebra el próximo 30 de marzo en la sala Ochoymedio de Madrid y encabezan Los Punsetes y Soledad Vélez. Curiosamente, ahora cobra un especial sentido en este cartel, al sonar en esta canción como un perfecto punto medio entre el grupo madrileño y la solista chilena afincada en España.
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Solange es hoy una de las artistas más prestigiosas del momento. Sus dos últimos trabajos, ‘A Seat at the Table’ y el más reciente ‘When I Get Home’, han sido alabados por la crítica, conseguido muy buenos puestos en las listas de ventas y la asociación de Knowles a artistas alternativos como Dirty Projectors, Blood Orange, of Montreal o Panda Bear ha supuesto un “re-branding” total hacia lo “indie” para una artista que, hace 11 años, cuando llegó al mercado ‘Sol-Angel and the Hadley Street Dreams’, el álbum que le puso en el mapa tras años desaparecida, no parecía tener especialmente ni a la crítica ni al público de su lado. Solange ya era la hermana alternativa de Beyoncé mucho antes de que la propia Beyoncé trabajara con James Blake y sampleara a Animal Collective, y of Montreal -que llegó a componer junto a Solange- nos decía en una entrevista en 2016 que la autora de ‘Losing You’ “ha influido a Beyoncé mucho más de lo que la gente piensa”, sobre todo en lo que concierne a su interés en “las artes, las músicas y las culturas alternativas”.
Pero antes incluso de que Solange sacara un álbum inspirado en la música de Motown en plena era Amy Winehouse, la cantante publicó, en 2002, un primer disco que prácticamente ya nadie recuerda, a lo que no ayuda que esté completamente descatalogado (también en iTunes) y ni aparezca en ciertas plataformas de streaming como Spotify (al menos en España). Sí están disponibles algunos de sus pistas sueltas, pero no el álbum entero. Con esta portada propia de una triunfita, ‘Solo Star’ fue el debut de Solange cuando esta contaba 16 años, y aunque los créditos de producción incluyen a gente bastante importante, entre ellos Pharrell Williams, Linda Perry (¡el mismo año de ‘Beautiful’!), Timbaland, Jermaine Dupri o por supuesto Beyoncé, el álbum fue un fracaso comercial (solo alcanzó el número 49 en Billboard) y de crítica. Tal fue así que propició el retiro de Solange por unos años: tras la decepción que supuso el disco, Solange se casó con su novio del instituto, Daniel Smith, se mudó a Idaho y tuvo con él su primer hijo. Después se divorciaría de Smith y regresaría a Houston, todo esto antes de cumplir 18 años.
‘Solo Star’ suena de hecho bastante maduro para la edad que tenía Solange entonces, aunque eso no es necesariamente una virtud. El disco es un producto de R&B contemporáneo de su tiempo y en ese sentido suena algo anacrónico en 2019, pero desde el primer momento queda claro que la producción abruma a Solange porque las canciones, que co-escribe ella en gran parte, no están a la altura. En muchos casos, el disco parece un ejercicio de estilo por parte de productores y no una vía para hacer brillar el talento de Solange, lo cual es evidente en temas como ‘Wonderland’, ‘Get Together’ o ‘Dance with You’, en los que es muy difícil encontrar una melodía memorable o, en definitiva, una canción sólida. En ‘Solo Star’, la influencia de Destiny’s Child, Aaliyah y Brandy es obvia en bases rítmicas y armonías, mientras influencias del crunk (‘Get Together’), del reggae (‘Feelin’ You) o el rock (‘I Used To’) asoman por aquí y por allá, pero lo que falta en cualquier caso es un single a la altura de un ‘Dip it Low’ o un ‘1, Step’ o de algunos de los temas que aparecerían en el debut de Beyoncé un año después.
No dice nada bueno de un álbum de pop o R&B que sus singles sean flojos, y si ‘Feelin’ You’ y ‘Crush’ hubieran sido realmente buenos singles, probablemente la carrera de Solange no se habría hundido como hizo. No son malos temas en cualquier caso: el primero, con su ritmo reggae medio escondido en sintonía con la gorra que porta Solange en la portada del álbum, y sus percusiones orientales, parece un presagio de Rihanna, mientras ‘Crush’ es la mejor canción del disco, una de esas canciones R&B despreocupadas y veraniegas que te hacen rememorar tiempos más sencillos. Aquí, Pharrell (en The Neptunes junto a Chad Hugo) se encuentra en la primera fase imperial de su carrera, y sin duda en buena forma. Por otro lado, las texturas electro de ‘Ain’t that Way’ pueden contagiar, ‘Dance with You’ tiene una energía contagiosa y ‘Feel Good Song’ da, pues eso, buen rollo. Pero ‘Solo Star’, sobre todo hacia el final, que presenta hasta tres composiciones de Beyoncé, es emblemático de las montañas de relleno que presentaban los discos de R&B en la época (el álbum se compone de 16 pistas) y ni siquiera el sample de Luther Vandross en ‘True Love’ (un dueto con el niño Lil Romeo) parece bien empleado.
Curiosamente en ‘Solo Star’ no hay una sola pista de la artista que devendría Solange años después. Es imposible encontrar en él un solo elemento que recuerde a la madurez y conciencia política de ‘A Seat at the Table’ o a la sensibilidad mágica de ‘When I Get Home’. En su lugar encontramos a una adolescente que vocalmente suena demasiado parecida a Beyoncé (a menudo parece ella quien canta) y que, en busca de su propio sonido, trabaja al servicio de unos productores que parecen haberlo decidido por ella de antemano. No es de extrañar que la discografía de Solange sea tan caótica. Solange nunca ha confirmado la teoría que grabara el disco obligada por su padre (que fue mánager de Destiny’s Child y más tarde de Beyoncé durante años), pero sí ha dicho que con él probó por primera vez lo que era la fama, algo que no le gustó. “Veía lo mucho que tenías que sacrificar diariamente, veía ese viaje en cámara lenta en mi propia casa. Fue, durante un tiempo, bastante difícil de llevar”. Libre de toda cadena, afortunadamente Solange está haciendo al fin la música que quiere hacer.
Los granadinos Apartamentos Acapulco, apadrinados por Los Planetas a través de su sello El Ejército Rojo, publicaban en 2017 un disco de debut que parecía lastrado por la evidente influencia de Jota y Florent en sus canciones. Pero casi pesaba más cierta dispersión en sus algo exagerados 49 minutos, que diluían sus aciertos melódicos. El ahora cuarteto parece haber aprendido mucho de aquello de cara a ‘El resto del mundo’, su segundo largo. No se han librado de la sombra de los autores de ‘Zona temporalmente autónoma’ –de hecho, canciones como la que da nombre al disco muestra cierta querencia hacia ese espíritu aflamencado, salvo por sus vientos finales–, pero sí que se han esforzado por ir al grano y entregarnos sólo las mejores canciones que han escrito, sin rellenos. Y eso ya es muy de agradecer.
En sus ocho cortes de la versión física –en la digital añaden la coqueta y guasona (“esta no es la canción que será himno del pop”) ‘Posible final II’–, alternan de manera tan fácil como eficaz temas de ritmo lento con otros más acelerados y de melodías más afiladas. Evidentemente, estos últimos son los que entran más fácilmente: ‘La mujer y el monstruo’, ‘Regional preferente’ y ‘Nunca te dije’ (cuyo arranque al ralentí engaña) son indie rock de manual (estricta y perfectamente aplicado, eso sí) al que, esta vez sí, no cuesta rendirse a pesar de no ser lo más original del mundo. Tampoco es que decaigan las “baladas” del disco, temas como ‘Algo que aplastar y pisotear’, ‘Deseo’ y ‘El resto del mundo’. sobre todo porque, pese a sus extensos desarrollos, logran mantener el interés a base de tensión e intensidad (además, muy hábilmente las han situado al inicio de cada cara del vinilo, ejerciendo de antesala a cada una de ellas).
Ante esa ambivalencia, curiosamente lo más bonito y magnético de ‘El resto del mundo’ está precisamente en las canciones que equilibran fuerza y capacidad evocadora: primero, la también muy planetera ‘Estrella de los mares’, que sabe soltar un doble latigazo de melodía e intensidad en el momento preciso; y luego, ‘Camino de Ronda’, una canción construida sobre sintetizadores analógicos, a lo Spectrum, que por temática y referencias locales y generacionales, podríamos decir que puede convertirse en el ‘Un buen día’ o el ‘La playa’ particular de Apartamentos Acapulco, también muy dados al resquemor sentimental en sus letras.
‘El resto del mundo’ es un álbum que consolida la personalidad del cuarteto, mostrándose ambiciosos pero cabales, en el que están medidas hasta las colaboraciones (la voz de Anabella Cartolano de Las Ligas Menores y la guitarra de Niño Elefante de Él Mató a un Policía Motorizado resultan cruciales, pero acompañan, no invaden). Es exactamente lo que imaginábamos que sería la evolución apropiada a partir de aquel ‘Nuevos testamentos’, e incluso mejor.
Apartamentos Acapulco llevan todo el mes de marzo presentando ‘El resto del mundo’ en una gira conjunta por toda España con el grupo argentino Bestia Bebé. Este sábado, 23 de marzo, estarán en la Sala Vol de Barcelona, para culminar la semana que viene en Almería (29 de marzo, Sala Madchester) y Madrid (30 de marzo, Sala Siroco).
Calificación: 7,2/10 Lo mejor: ‘La mujer y el monstruo’, ‘Camino de Ronda’, ‘Regional preferente’, ‘Estrella de los mares’, ‘Deseo’ Te gustará si te gustan: Los Planetas, Linda Guilala, Klaus & Kinski, Blacanova Escúchalo:Spotify
Lana Del Rey publica nuevo disco este año, del que ya se conocen título y tres singles, ‘Mariners Apartment Complex’, ‘Venice Bitch’ y ‘hope is a dangerous thing for a woman like me to have – but i have it‘, publicados entre septiembre de 2018 y enero de 2019; sin embargo, la información en torno a este trabajo, lejos de materializarse en detalles concretos cuando queda una semana para que llegue su supuesta fecha de lanzamiento, es cada vez más confusa y abstracta. ¿Dónde está el disco Lana Del Rey?
La cantante había anunciado que ‘Norman Fucking Rockwell’ saldría “a principios de 2019” y MTV llegó a compartir una fecha provisional, el 29 de marzo, que fue reproducida por varios medios como oficial (las palabras de MTV fueron exactamente “creemos que tenemos una fecha”), si bien Lana nunca llegó a confirmarla ni desmentirla. Ahora, la autora de ‘Lust for Life‘ se ha desdicho de sus palabras en su cuenta no oficial de Twitter (firma como Miss Daytona). En réplica a un fan, la cantante ha afirmado que el álbum está “terminado” pero que “quién sabe cuándo va a salir”, por lo que parece que los planes de lanzarlo a principios de año han sido abortados, a menos que llegue por sorpresa en algún momento de abril. Eso sí, su poemario ‘Violet Bent Backwards Over the Grass’ parece que sigue adelante.
El tuit de Lana contradice en parte las palabras previas de su mánager Ben Mawson, quien a finales de febrero confirmaba a un fan que no había fecha de lanzamiento para el disco, aunque indicaba, al contrario que la cantante, que este “no estaba terminado” ya que “la buena música necesita tiempo”. Un mes ha pasado entre ambas declaraciones, por lo que puede que el disco ya esté acabado o a punto. La pregunta de millón es por qué se anuncia en septiembre un disco que al parecer no está terminado y se llegan a revelar hasta tres singles del mismo, arrancando oficialmente una nueva era, cuando de repente no hay fecha concreta de lanzamiento y no parece que la vaya a haber de momento. ¿Tan «malo» es el disco que Interscope no se atreve a publicarlo? ¿Ha enviado el sello a Lana a escribir más canciones de 3 minutos y menos de 9?
La respuesta a esta pregunta puede ser Billie Eilish. La autora de ‘bury a friend‘ es ahora mismo la mayor apuesta comercial de Interscope, hasta el punto que se espera que las ventas de su debut durante su primera semana de lanzamiento alcancen o incluso superen las de ‘thank u, next’ de Ariana Grande, el disco más vendido en este momento en el mundo. Cuando llegó la fecha provisional de ‘Norman Fucking Rockwell’ y cuando se lanzó a las plataformas el tercer single del álbum, a principios de enero, todavía no había trascendido a los medios que el debut de Eilish saldría precisamente el 29 de marzo. Parece que Interscope ha decidido poner toda la carne en el asador en su nueva promesa y aparcar a Lana por ahora, quizá para no distraer a posibles compradores entre la base de fans de Lana del que será probablemente el debut del año.
Un mareo de perdiz como pocos el de Lana en cualquier caso, que al menos podrá quitarse la espinilla de su disco sin publicar tocando algunas canciones nuevas en los conciertos que tiene programados para el verano. Uno de ellos, recordamos, es en Festival de Benicàssim. Toda la información sobre ‘Norman Fucking Rockwell’ está recopilada su página de “fandom”.
album is done lil b but who knows when it will come out.
El cómico Jordan Peele debutó en la dirección cinematográfica hace ya dos años con la aclamada ‘Déjame salir’, una película que encantó a la prensa –especialmente a la americana- y sorprendió por su combinación de géneros como la comedia o el terror sin olvidarse de ser una crítica feroz al racismo en Estados Unidos. ‘Nosotros’ era una obra decisiva a la hora de demostrar si aquello había sido solo un golpe de suerte o el comienzo de un cineasta tan personal como interesante. La balanza parece inclinarse más hacia lo segundo, pese a que en esta ocasión no encontramos la frescura de su predecesora (y, lógicamente, tampoco el factor sorpresa).
El filme presenta a una familia de clase media que se va de vacaciones a la costa californiana. La mujer esconde un trauma de su infancia en la playa de Santa Cruz, pero por insistencia de su marido, accede a pasar el día allí con su familia y sus amigos. Cuando vuelven a casa, hay cuatro extraños dados de la mano y vestidos de rojo en su puerta. Son la versión malvada de cada uno de ellos.
‘Nosotros’ comienza con un prólogo inquietante y sugerente donde ya se percibe una mayor estilización visual que en su opera prima –la cual contó con un presupuesto casi cinco veces inferior a esta- y un control técnico más sólido. Narrativamente, desde el principio se rinde al espectáculo por encima de lecturas políticas. No hay tanto interés aquí en diseccionar a la clase media sino de ofrecer un entretenimiento repleto de giros argumentales, violencia y bromas. Peele, sin duda, conoce perfectamente los códigos del cine de terror y sabe adaptarlos a su particular sentido del humor, alternando con bastante habilidad la tensión y la comedia.
El principal problema del guion es que no hay el suficiente trasfondo como para que la película se eleve como algo más que un mero pasatiempo y esto deriva en que finalmente sea una propuesta profundamente irregular. Hay momentos en los que resulta muy dispersa y que son un claro tránsito a otras secuencias que sí tienen algo que decir. No obstante, es intermitentemente brillante, en especial cuando Peele no está tan pendiente de impresionar y hacer una película de culto, y emplea algunos gags cómicos con verdadera gracia. Mención especial merece cierta secuencia con una Elisabeth Moss fantástica, en un papel muy breve pero divertidísimo, que supone la enésima prueba de que es una de las mejores actrices del momento. El resto del reparto, encabezado por Lupita Nyong’o (en el que por extraño que suene es su primer papel protagonista), también parece haber comprendido perfectamente el estilo de su autor.
‘Nosotros’ peca de estar excesivamente calculada y, por ello, demasiado preocupada en seguir la fórmula que hizo que ‘Déjame salir’ fuera un éxito. También de ser algo explicativa en sus últimos minutos. Y, sin embargo, aunque esté lejos de ser una película redonda, confirma el talento de Jordan Peele como una voz a tener en cuenta en el cine mainstream –porque la etiqueta “indie” ya quedó atrás- americano. 6,5.
Parece que, por fin, empieza a ponerse serio de verdad este 2019 en lo que a música pop se refiere: este viernes 22 de marzo llega un auténtico aluvión de novedades discográficas, especialmente en cuanto a álbumes se refiere. Hoy en Ready for the Weekend son protagonistas ‘La gran esfera’ de La Casa Azul, más los nuevos largos de Jenny Lewis, Andrew Bird, Apparat, Oso Leone, These New Puritans, One Path, Ex Hex, Lambchop, Yawners, Leiva, Sleeper, Mr. Oizo, Kakkmaddafakka, Lafawndah, Danny Ocean, Wild Belle, Lucy Rose, Roi Méndez, American Football, Spiral Stairs, Tamaryn, Ella Baila Sola, Mötley Crue (atención a su tema con Machine Gun Kelly), Maverick Sabre o Cápsula. También llegan un puñado de esperados debuts como los de Nilüfer Yanya, Orville Peck, Anteros, Yawners, Wallows, Biig Piig o Vendredi Sur Mer.
Además, hemos amanecido con uno de los singles más importantes que se esperaban este año: el primer adelanto del nuevo trabajo de Tame Impala, ‘Patience’. Junto a esta, nuevas canciones de los inminentes discos de MARINA, Morrissey, Hidrogenesse, The Cranberries, Lizzo (ft Missy Elliott), Lee Fields & The Expressions, Weyes Blood, Cate Le Bon, Los Ganglios o Logic se han presentado en los últimos días. También Foster The People, ANOHNI, McEnroe, Major Lazer, Brigitte Laverne, Lust for Youth, Calexico con Iron & Wine (avance de un nuevo álbum conjunto, tras aquel EP de hace años), Becky G (un tema trap: ¿será parte de ese álbum que debería publicar?), Broken Social Scene, Sara Bareilles, Ra Ra Riot, The Weekend como invitado de NAV, Sofi Tukker, Paloma Mami, Evripidis & His Tragedies (adelanto de un disco cantado en su griego natal), Jamila Woods, Mikel Erentxun, Kailee Morgue & Hayley Kiyoko, Lighthouse Family o Bruce Hornsby & Justin Vernon de Bon Iver lanzan singles al mercado, sumándose a los presentados en los últimos días por Peny Necklace, Fat White Family o Two Door Cinema Club.
Por supuesto, hay hueco para lanzamientos más atípicos y rarezas. Comenzando por un disco que conmemora los 30 años de ‘Like A Prayer’ de Madonna (reuniendo remixes y tomas alternativas), siguiendo por una inesperada mixtape de Flume en la que colaboran grandes nombres del panorama alternativo como SOPHIE, slowthai o JPEGMAFIA, la colaboración de Love of Lesbian & Iván Ferreiro para un disco homenaje a Mecano y culminando con la demo de un tema inédito que hace unos días subía Grimes a Internet, poco antes de anunciar el nombre y concepto de su nuevo álbum.
Florence + the Machine actúa en Madrid y Barcelona en recintos impropios de lo que parece su popularidad en las listas de éxitos. Sin embargo, gracias a su aparición en festivales como el FIB o el Bilbao BBK Live parece que se ha corrido la voz de que tenemos en Welch a un animal escénico del tamaño de Iggy Pop o Freddie Mercury y, aunque ha costado tras la tibia recepción comercial de ‘High as Hope‘, la cantante actuaba anoche ante un WiZink Center que no agotó entradas pero sí lucía aparentemente lleno hasta la bandera. Foto: Live Nation.
Más de 15.000 personas según la organización asistieron al recital de su grupo, en el que su técnico/a de sonido logró una ecualización de arpa, violín y demás instrumentos de los 8 músicos que ya hubieran querido para sí por ejemplo Arcade Fire. Florence escoge no tocar en ningún momento instrumento alguno para decantarse en cambio por recorrerse todo el escenario disfrazada de hada, desplegando una voz en un estado impecable, personal y arrolladora, pero nunca excesiva.
Son varios los momentos mágicos: la llegada de ‘Hunger’ en segundo lugar tras el inicio con ‘June’; el desenlace medio españolete y un poco Morrissey de ‘Queen of Peace’, con todo el respetable dando botes; el falso final con ‘What Kind of Man’, el bis último con ‘Shake It Out’ o la interpretación de la popera ‘Ship to Wreck’. Gracias a Dios no ha dado de lado su canción más infravalorada. Es curiosa su llegada además porque el escenario, compuesto de varias alturas en madera y con unas telas sobrevolando, se asemeja a un enorme barco de vela.
También hay, no obstante, momentos más áridos. ‘High As Hope’ es el peor disco de Florence o, como mínimo, el más inadecuado para presentar en grandes estadios, y canciones como ‘The End of Love’, ‘South London Forever’ o ‘Big God’ no logran atrapar tanto como sus viejos hits. También intentó que se nos saliera el corazón por la boca al espetar, antes de ‘Patricia’: «We welcome you, Patti Smith!!!!». Se refería en espíritu. Pero por lo demás, es loable que el espectáculo visualmente se sostenga sin los grandes trucos escénicos ya imprescindibles para los artistas que tienden a actuar en este tipo de recintos, como U2, Muse o Kiss.
Aquí la única parafernalia técnica es ella misma dando botes, recorriendo todo el foso del WiZink Center al completo sin necesidad de abrir un pasillo y por tanto aplastar al público previamente durante 20 minutos como hicieron U2, o mandando mensajes contra la masculinidad tóxica y a favor de las mujeres en unos discursos entre canción y canción que por suerte contuvieron algo de guasa. Florence habla más despacito que Paulina de la Mora, pero sabe reírse de sí misma. En un momento dado nos invita a darnos todos las manos, besos y abrazos, incluso aunque no nos conozcamos. Después de yacer medio muerto con 40 grados de fiebre hace un par de semanas a causa de un virus que se ha llevado por delante a medio Madrid, yo solo pensaba en gente tocando manos ajenas y acto seguido ojos, nariz y boca. Hay mil maneras posibles de ‘Contagio’, pero ella siguió a lo suyo: «por todo esto deben de decir que soy intensa».
Florence estuvo simpatiquísima y cercana (al final bajó a firmar autógrafos cual Lana del Rey), y a la vez profesional y moderada. Por ningún lado se intuye a esa persona que ha tenido tantos problemas con la bebida. Tiene tiempo para recordar el día que actuó en Razzmatazz a las 4 de la mañana en lo que recuerda como un «concierto muy raro» en el que cobró en metálico, pero nunca se aleja de unas interpretaciones impecables y medidas, pulcras y apasionadas, en las que se intuyen largas horas de ensayos.
Aun así, el show no pasará a la historia por su perfección, sino por ese momento tan simpático en ‘Dog Days Are Over’, en el que consiguió que todos guardáramos los móviles. El reto fue «sed tan valientes de hacerlo» y luego invitó a la gente a indicar a todo el mundo que le rodeara que guardara el móvil si no lo había hecho todavía. Sugirió hacerlo primero en un inglés modo «polite» y después en «slang» callejero, y lo logró. Estuvo muy divertida siendo ella misma porque así es el pop-rock que representa Florence + the Machine: elegante y fino, y al mismo tiempo salvaje. 8.
Young Fathers fueron unos buenos teloneros para Florence + the Machine, gracias a aquello que comparten con la banda de Welch pese a las visibles diferencias: un mayor foco en el rap, en la experimentación y en hacer ruido. Pero hay cierto sentido étnico y tribal en muchas de sus composiciones y fueron varias las ocasiones en que se comprendía perfectamente qué hacían allí como invitados de esta gira. El trío, completamente basado en batería y percusiones, presentó tan grandes canciones como ‘In My View’ y ‘Low’, aunque como suele suceder en estos casos toparon con cierta indiferencia por parte del público. 6.
Natti Natasha ha hecho como Becky G y se ha apuntado al trap en ‘Obsesión’, uno de los varios hits en potencia incluidos en su disco genialmente titulado, ‘IlumiNatti‘. Aunque Natasha, al contrario que Becky, sigue cantando en español en este tema para el que la co-intérprete de ‘No me acuerdo’ presenta ahora un videoclip dirigido por Nuno Gomes. El vídeo, explica la nota de prensa, “cuenta con un trabajo de producción impecable y una apuesta muy distinta” y es “un mini cortometraje que muestra la historia de una estrella de la música con la que 3 hombres se obsesionan loca y profundamente”.
Continúa el texto: “A lo largo del videoclip, la dominicana los envuelve en un juego mental [de] seducción, en el que los protagonistas no saben si es realmente Natti Natasha quien los cautiva personalmente o si definitivamente perdieron la cabeza y todo está en su imaginación”.
En este “mini cortometraje” de 3 minutos vemos a Natasha interpretando la canción entre plantas, metida en una bañera, desde donde seduce a un hombre en su despacho; cegada por los focos en una pasarela o tumbada entre rosas rojas en la visión de uno de sus pretendientes, en un posible guiño a la icónica escena de ‘American Beauty’.
Luis Miguel es noticia este viernes tras aparentemente haber agredido a un técnico de sonido durante un concierto en Panamá. Decimos aparentemente porque la víctima de su furia no aparece en el vídeo del incidente que ha llegado a los medios, pues le tapa una pared, pero el gesto de Luis Miguel es inequívoco además de bastante agresivo.
Variosmedios indican que Luis Miguel parecía irritado durante el mencionado concierto, celebrado en el Centro de Convenciones de Panamá, debido a varios problemas de sonido y con el sistema de calefacción que estaban teniendo lugar en el recinto. Como se puede ver en el vídeo, un tenso Luis Miguel parece advertir problemas de sonido durante una canción, por lo que decide interrumpir su actuación para dirigirse al lateral del escenario. Allí, el músico reprende a su ingeniero y entonces le lanza el micrófono.
El show en cuestión forma parte de la gira que está llevando a Luis Miguel este 2019 por América Latina y Estados Unidos. En 2018 se estrenó en Netflix su serie “autobiográfica”, en la que se narra su ascenso a la fama y que está protagonizada por el actor mexicano Diego Boneta. El año previo, cuando se anunció la llegada de la serie, el intérprete de ‘La Bikina’ se declaró en bancarrota y actualmente son varios sus problemas con la justicia.
Helena Goch es autora de ‘Perhaps’, la canción que sonaba en el anuncio de 2015 de una conocida marca de ropa interior femenina protagonizado por Elsa Pataky, que suma cerca de 800.000 reproducciones en Spotify. ‘Perhaps’ era la canción que abría el debut de Goch, ‘Little Tiny Blue Man’, lanzado aquel año y desde entonces la cantante, compositora y actriz valenciana ha publicado dos álbumes más, ‘La rama dorada’ en 2017 y este mismo mes de marzo ‘Motor y al aire’, que comentábamos recientemente en nuestra sección Sesión de control.
Pero Helena Goch es noticia hoy otro motivo que tiene que ver de manera indirecta con su música. La artista ha compartido en Twitter la historia detrás de una de las canciones de su disco, ‘La reina del baile’, dedicada a su madre, Pilar Medina. En un hilo de tuits, Goch cuenta la historia de su progenitora, quien a finales de los 70 ganara varios concursos de belleza hasta lograr ser Miss International, pero que más tarde abandonara el mundo del espectáculo -llegó a ser azafata del ‘1, 2, 3’- para dedicarse a lo que siempre había deseado, la enseñanza, llegando a ser profesora en varios institutos y cárceles. Una historia de superación y lucha contra el machismo de la época que Goch afirma le ha inspirado a ser quien es hoy.
La preciosa historia se ha ido viralizando a lo largo del día en Twitter, consiguiendo 11.000 likes y casi 5.000 retuits a tiempo de redacción de esta noticia, y apareciendo en medios generalistas como El Periódico o The Huffington Post. Goch asegura que está “abrumada” por la recepción ante su historia: “Yo lo publiqué para los 5 seguidores que normalmente interactúan conmigo por aquí”, escribe. Aunque lo más importante es la moraleja que se extrae de su historia: “SIGUE TU PROPIO CAMINO, VE ADELANTE Y SIN MIEDO.” Os dejamos con ‘La reina del baile’ y con el hilo en cuestión.
Hoy os quiero contar una historia. Esta es su protagonista. Se llama Pilar y es mi madre. pic.twitter.com/pRtiX3Fc2h
El 26 de abril llega a las tiendas y plataformas un nuevo álbum tributo a ‘Descanso dominical’, uno de los discos más vendidos de Mecano y de la historia del pop español, que publicado en 1988, superaba por cerca de 100.000 ejemplares el millón de copias según El País. El álbum recopilará versiones de este disco de Love of Lesbian, Iván Ferreiro, Miss Caffeina, Elefantes, Shinova, Zahara, Nancys Rubias, Conchita, Chico y Chica o Vega. El primer avance es ‘La fuerza del destino’ por Love of Lesbian e Iván Ferreiro.
Explica la nota oficial de Warner que «Descanso dominical. Tributo a Mecano» es un encuentro entre generaciones amparado en la vigencia eterna de unas canciones que pasaron a formar parte de la cultura popular española, y que merced a estas versiones a cargo de artistas contemporáneos muestran una nueva y rejuvenecida cara”. “Es esa dualidad entre la popularidad del repertorio y el talento de cada artista participante para adoptar la canción como propia, la que aporta un valor diferencial a este proyecto”.
Continúa la nota: “Tal y como apunta en el libreto interior Javier Adrados (alma mater de este disco); «Descanso dominical» (que este año celebra su 30 aniversario) es el retrato de varias generaciones que han encontrado en sus canciones y su sonido una forma de entender la vida». Os dejamos el tracklist del disco. Recuerda nuestra reciente entrevista con Ana Torroja aquí.
1. Reyko. «El cine»
2. Veintiuno. «No hay marcha en Nueva York»
3. Elefantes. «Mujer contra mujer»
4. Nancys Rubias. «Los Amantes»
5. Love Of Lesbian e Iván Ferreiro. «La fuerza del destino»
6. Conchita. «Quédate en Madrid»
7. Vega. «Laika»
8. Aleks Syntek. «El blues del esclavo»
9. Mäbu.“Eungenio” Salvador Dalí»
10. Daniel Casares, Juan Sueiro y Miguel Lara. «Por la cara»
11. Zahara. «Un año más»
12. Miss Caffeína. «Héroes de la Antártida»
13. Shinova. «Hermano sol, hermana luna»
14. Chico y chica. «Fábula»
David Otero es noticia porque acabamos de verle participar en ‘La mejor canción jamás cantada’, por continuar con las presentaciones en directo de su último álbum, el apañado ‘1980’; y también porque ha publicado libro. Inspirado precisamente por una de las canciones contenidas en ese álbum, ‘Precipicio al mar’, ha lanzado un libro homónimo compuesto de relatos sobre la paternidad. Lo está presentando este mes y el mes venidero en diversas Fnacs, lo cual no impide que continúe con su gira musical, por supuesto. Hoy mismo, viernes 22 de marzo, protagoniza uno de los conciertos del ciclo Escenarios Mahou en Madrid. Será en la Sala Kaya (Guadarrama) y las entradas están a la venta en Ticketea.
¿Tienes canción favorita de todos los tiempos? En caso negativo, ¿una canción que te haya obsesionado últimamente?
Una canción que me ha obsesionado últimamente es un tema que he cantado en el programa ‘La mejor canción jamás cantada’. Me tiene loco. Es ‘Como un burro amarrado en la puerta del baile’ de El Último de la Fila. Siempre la he cantado, pero ahora la tengo taladradísima. Nunca me había obsesionado tanto porque la quería hacer muy bien en el programa. ¿Recuerdas qué canción fue la primera que versionaste?
‘More than Words’ de Extreme la he versionado desde que soy muy pequeño. ¿Alguna canción que asocies a un recuerdo infantil?
‘Cuidado con Paloma que me han dicho que es de goma’ de Emilio Aragón. El salón de casa era un polvorín cuando sonaba entre primos, hermanos… Era muy cachondo ese momento. ¿Qué canción desearías haber escrito?
‘Ojalá’ de Silvio Rodríguez. Tiene tanta alma que a cualquier cantautor, compositor o autor le hubiera gustado haberla escrito.
¿Qué canción odias con toda tu alma?
No odio ninguna canción, no hay nada que diga: «no lo puedo escuchar». Hay canciones que no me gustan, pero no te podría decir ninguna. ¿Sigues comprando discos? En caso afirmativo, ¿cuál fue el último y en qué formato?
Los compro en formato digital y el último que me he comprado es el de Rayden. ¿Cuál es tu plataforma favorita para escuchar música ahora mismo? Al margen de los Spotify/Apple Music, ¿escuchas discos enteros en Youtube?
No, en Youtube no, suelo escucharlos mucho en Apple Music o en Spotify, indistintamente, pero sí tenemos un tocadiscos en la oficina y ponemos discos antiguos o actuales de vez en cuando. El vinilo es una parte minoritaria de mi vida, pero que también está ahí.
«La realidad es que suenan distintas las cosas en vinilo, cassette y en formato digital. Tienen otro aura»
¿Qué opinas del supuesto revival del vinilo o peor aún, del cassette? ¿Es puro postureo o te interesa especialmente?
La realidad es que suenan distintas las cosas en vinilo, cassette y en formato digital. Tienen otro aura. En el estudio tengo vinilo y también un radiocassette antiguo. Mi disco lo estuve escuchando bastante en cassette porque hicimos un regalo a amigos que era un radiocassette con el cassette del disco y fue superchulo.
Actuación vocal que adores.
Hace poco vi el documental de Whitney Houston y me pareció una barbaridad cómo cantaba esa mujer.
¿Alguna canción que en algún momento te haya avergonzado que te guste o no existe tal cosa como el «guilty-pleasure”?
No me siento culpable porque me guste algo que pueda parecer extraño que me guste. Si algo me gusta, me gusta. Punto final.
¿Mejor secuencia de canciones en un disco que hayas oído?
‘OK Computer’ de Radiohead, es la mejor secuencia que he oído de canciones diferentes. Es una propuesta que me dejó loquísimo el año que salió.
¿Algún disco que te encante pero cuya secuencia te parezca un desastre y lo escuches siempre en modo «shuffle»?
No, tampoco me he parado a pensar en si una secuencia de canciones en un disco es un desastre. Nunca me lo había planteado.
¿Qué necesita una canción para ser perfecta?
No ser perfecta, para empezar y que te toque el corazón.
Un remix que te haya vuelto loco.
‘Four to the Floor’ de Starsailor fue el que más me pegó. Escuchas la original y el remix y el remix me encantó. No soy muy fan de los remixes pero ese me flipó.
Becky G ha conquistado el mercado hispano con singles como ‘Mayores’ con Bad Bunny, ‘Sin pijama’ con Natti Natasha, ‘Cuando te besé’ con Paulo Londra o ‘Booty‘ con C. Tangana. Por eso puede ser fácil olvidar que la cantante mexicana empezó su carrera cantando en inglés, con canciones como ‘Shower’ o ‘Becky from The Block’ producidas por el entonces magnate y ahora paria del pop Dr. Luke.
Tras el enorme éxito de sus singles latinos, Becky G sorprendía hace unos días virando hacia el trap en un nuevo single llamado ‘LBD’. Con él, parecía que su mirada está puesta ahora en el Billboard de Estados Unidos, sospecha que se confirma en el nuevo tema de la artista que ha llegado este viernes a las plataformas de streaming. ‘Green Light Go’ emplea un ritmo trap y sus suaves sonoridades electro pueden remitirnos al disco más vendido en estos momentos en el mundo, pero a su vez incluye frases tan propias de Becky como “estoy lejos de Hollywood” o “yo hago esta mierda desde México” que imprimen en ella la marca de su intérprete.
Mientras parece que seguiremos sin disco de Becky G por ahora, la cantante -de tan solo 22 años- sí tendrá oportunidad de presentar todos estos nuevos y viejos singles en España, pues es una de las artistas confirmadas en el Yolo Music Fest que se celebra el 7 de julio en Madrid, donde compartirá cartel con Ozuna o Zion & Lennox, entre otros. La cantante está confirmada también en el Weekend Music Festival, que se celebra antes, del 3 al 6 de julio en Torre del Mar (Málaga).
Conoces a Ezra Miller por su aparición en películas como ‘Flash’, ‘La liga de la justicia’, ‘Animales fantásticos y dónde encontrarlos’ o ‘Las ventajas de ser un marginado’, y seguramente también por los extravagantes “looks” que suele pasear por las alfombras rojas. Actor declarado “queer” y de género no binario, Miller es también integrante de una banda de rock con la que acaba de anunciar gira por España.
Sons of an Illustrious Father es la formación de Miller junto a Lilah Larson y Josh Aubin. Su primer EP se remonta a 2015 y contiene uno de sus temas más escuchados, ‘Loveletting’. Próximos al rock de The White Stripes, Eagles of Death Metal o los últimos Foals, Sons of an Illustrious Father publicaron su primer largo en 2016, ‘Kavol’, y este mismo año ha visto la luz un segundo álbum llamado ‘Deus Sex Machina: Or, Moving Slowly Beyond Nikola Tesla’ en el que se incluyen otros temas que están llamados a convertirse en clásicos de su repertorio (al menos según sus escuchas actuales en las plataformas), como ‘Extraordinary Rendition’, ‘U.S. Gay’ o ‘History’.
El álbum introduce sonidos de la música electrónica por primera vez en la carrera de Sons of an Illustrious Father y trata temas como el cambio climático o la situación sociopolítica, según la nota de prensa. “Como todo lo que hacen, en este álbum Sons of an Illustrious Father buscan ayudar a todas las personas que se sienten invisibles, perdidas, incómodas con el clima político actual o que están buscando una salvación”, indica ésta. En España tendremos la oportunidad de escucharlo en vivo el 15 de mayo en la Moby Dick de Madrid y el 16 de mayo en La Nau de Barcelona. Las entradas ya están disponibles.
Que Guille Milkyway llame su primer disco como La Casa Azul en casi 8 años un “disco de transición” no plantea el mejor escenario posible para el que ha de ser su gran regreso a la actualidad musical tras haber triunfado con sus singles para Fangoria y haber sido profesor de Operación Triunfo 2017. Demasiado tiempo ha pasado para que Milkyway reaparezca con una obra dispersa o mal enfocada. Él explica en las entrevistas que se refiere a que es un disco hecho a retazos de lo que han sido varias versiones de ‘La Gran Esfera’, y que pasado tanto tiempo -la primera versión del álbum data de 2013- ya no se identifica con gran parte del material contenido en él, por lo que lo considera el final de una etapa y el principio de otra. En este sentido – y solo en este sentido- puede entenderse ‘La Gran Esfera’ como un disco de “transición”, porque musicalmente estamos ante una obra definitiva y redondeada como lo han sido sus trabajos previos, aunque ahora parece que “definitiva” también en el sentido literal del término, al menos de momento.
Las nuevas canciones de Milkyway hablan del “fin del amor”, lo que en el universo de La Casa Azul equivale al fin del mundo. Así, la euforia y subidón de serotonina que siempre ha caracterizado al proyecto se contamina con unas letras llenas de angustia por el final de ese amor idealizado, propio del “Shangri-La”, que ahora da paso a la “rutina”, a “semanas y semanas de letargo feroz” y al descubrimiento de cierta “ineptitud” ante los problemas o de una tendencia a huir de ellos a través de la música o el trabajo. El caos vital descrito en ‘La Gran Esfera’ llega a una conclusión feliz por suerte, cuando en el tema titular Milkyway describe que por fin ha visto “la luz del alba”, dejando en esta por otro lado conmovedora canción cierto poso de tranquilidad que hace sonar menos irónica una de las primerísimas frases que escuchamos en el disco, cerrando así círculo: “qué bonita es la felicidad”.
La frase pertenece a ‘Podría ser peor’, el primer single del álbum que conocimos en 2016 (sí, en serio). El suficiente tiempo ha pasado para dejar a un lado su posible continuismo respecto a ‘La Polinesia Meridional’ y considerarlo, sin ninguna duda, uno de los singles más certeros y emocionantes publicados jamás por La Casa Azul, la prueba de que un estribillo aparentemente lineal puede ser también un chute de emoción como pocos. La canción es además reflejo de ese sonido “más reposado” y amable del que nos ha hablado Milkyway en nuestra entrevista con él publicada este jueves, sobre todo en comparación con canciones como ‘Los chicos hoy saltarán a la pista’. Si antes La Casa Azul sonaba ultra revolucionado, ahora lo hace sin el ultra. ‘Saturno (Todo Vuela)’, con su ritmo acelerado disco-punk, si bien aún revestido con el artificio J-pop habitual, puede ser la que más recuerda a La Casa Azul de antaño, resultando otro pequeño caramelo pop en su discografía.
Si ‘La Gran Esfera’ reduce carga sonora respecto a álbumes anteriores, no así sucede con la emotividad de las melodías de Guille Milkyway, en modo “on” absoluto incluso cuando el músico vira hacia el trap como en ‘A T A R A X I A’, una canción que ha producido reacciones radicales en nuestro site, pero que en mi opinión ha resultado ser todo un “grower” gracias también a su videoclip; o sobre todo cuando Guille busca en él un nuevo pelotazo pop como los que encuentra en ‘El final del amor eterno’, que suena tan libre e ideal como ese estribillo sobre dos amantes “rodando por las laderas”; y en el subidón de adrenalina de ‘El colapso gravitacional’. Quizá el marco sonoro más liberado que propone Guille en ‘La Gran Esfera’ dé pie a que otros estilos convivan en el álbum de manera natural, como sucede con el synth-pop de ‘El momento’ -probablemente la canción más desnuda del disco a nivel personal- o en ‘Ivy Mike’, el segundo buceo claro del disco en un sonido próximo al top 40, menos decidido en cualquier caso.
Canciones como la festiva ‘Hasta perder el control’ o la contundente ‘Nunca nadie pudo volar’ (¿ya toca reivindicar el dance-pop de 2011?) no terminan de conformar una segunda mitad de ‘La Gran Esfera’ tan buena como la primera, pues están tan lejos de la espectacularidad de ‘Podría ser peor’ como de la de los varios singles que Milkyway ha hecho con Fangoria, incluyendo ‘¿De qué me culpas?‘. En cualquier caso, el músico ha tomado una buena decisión acotando su disco a 10 pistas, pues no parecen necesarias muchas más para sumergirnos en su concepto lleno tanto de luz y oscuridad como de mil y una referencias científicas, lo cual no es nuevo, pero sí parece llevado a otro nivel con sus menciones al “EVO láser” y el “micro-TIG”, a la “ataraxia” o el mérito que supone encajar en una canción tan europop como ‘Nunca nadie pudo volar’ un concepto como el de “cámara anecoide esferoidal”. El álbum suena bien acabado pese a surgir de varios proyectos distintos y cierra esa trilogía de álbumes de la que ha hablado Milkyway en las entrevistas con firmeza. No es redondo como esa “esfera” representada en la portada del disco, pero se le acerca mucho.
Calificación: 8/10 Lo mejor: ‘Podría ser peor’, ‘El final del amor eterno’, ‘El colapso gravitacional’, ‘A T A R A X I A’, ‘El momento’ Te gustará si: crees que un disco de Fangoria producido enteramente por Guille Milkyway no sería un error Escúchalo:Spotify