La Oreja de Van Gogh ha agotado varias fechas de su gira de 2026 ‘Tantas cosas que contar‘ durante la tarde de hoy, incluidas las dos programadas para los días 28 y 29 de mayo en el Movistar Arena de Madrid. En respuesta, la banda ha añadido una tercera fecha en Madrid el día 31 de mayo, en el mismo recinto.
Llamaba la atención el amplio espacio entre algunas de las actuaciones en el cartel de la gira, y ahora se entiende el motivo: el grupo preveía agotar entradas rápidamente, como efectivamente ha ocurrido. Por ello, ha añadido nuevas fechas en las ciudades donde ya se han vendido todos los tickets:
10 de mayo en Bilbao
31 de mayo en Madrid
1 de agosto en Donostia
10 de octubre en Zaragoza
7 de noviembre en Barcelona
21 de noviembre en Pamplona
La gira ‘Tantas cosas que contar’ amplía su recorrido a 22 fechas, de momento. El éxito era esperado, ya que la gira supone el regreso de Amaia Montero a la formación.
Durante el día de hoy, la plataforma Amazon Web Services (AWS) ha experimentado problemas que han afectado a webs, apps y algunos servicios de pago, incluida la gira de La Oreja. Por ello, el horario de la preventa de ‘Tantas cosas que contar’ ha sido aplazado a las 16:00 horas.
El fallo técnico ha afectado también a Redsys, la plataforma de pagos con tarjeta y Bizum, que ha vuelto a estar operativa tras solucionarse un fallo en su «infraestructura de comunicaciones». Su caída afectaba a la preventa de la gira de ‘Cuarto azul’ de Aitana, rápidamente solventada.
El camino de Viva Suecia hacia su primer disco top 1 ha sido largo y arduo en nuestro país: en 2019 su disco ‘El milagro’ quedó en segundo puesto por culpa de Manel, después en 2022 su a la postre Disco de Platino ‘El amor de la clase que sea‘ repitió el dato bloqueado por Bad Bunny, y en 2023 su reedición tampoco pasó de la segunda posición, por culpa de Shinova.
El crecimiento de Viva Suecia en los últimos años debía facilitar el número 1 de ‘Hecho en tiempos de paz’, pero el lanzamiento de Taylor Swift amenazaba con impedírselo de nuevo. Finalmente, no ha sido así.
El resto del top 20 no presenta novedades, salvo la significativa subida de ‘Ameri‘ de Duki, del 47 al 10, debido a su reedición en vinilo. De hecho, en la tabla específica de vinilos, ‘Hecho en tiempos de paz’ es número 1 y ‘Ameri’ número 2.
El resto de la tabla sí ofrece entradas destacables. La siguiente entrada es ‘No lo sé ni yo’ de Depol, que abre en el 35, y en 49 debuta ‘Bellum Nuclear’, de la banda de trash metal Testament. Carlos Escobedo, excantante de Sôber, coloca su disco en solitario ‘Solitud’ en el 54. Superando ligeramente el ecuador de la lista, aparece en el puesto 66 el disco de la gala 4 de Operación Triunfo 2025.
Ya en el tramo bajo de la tabla, Rubén Pozo -exintegrante de Pereza- debuta en el 81 con ’50TOWN’, y el reggaetonero Dei V aparece en el 93 con ‘Underwater’. Las últimas entradas son para ‘Live in Germany’ de Héroes del Silencio, que entra en el 95, y ‘Nada es verdad, todo está permitido’ de Paul Alone (concursante de La Voz), que abre en el 96.
Recuperando el sentido clásico de lo que solía ser la campaña de un álbum, Dorian han publicado este mes un nuevo single extraído de ‘Futuros imposibles‘. Estamos hablando del disco que sacaron a finales del año pasado. La elegida es ‘Por ti’, sobre la que hablamos con Marc en este videopodcast (minuto 64).
En aquel podcast prometimos que si había vídeo del tema sería «Canción del Día» en JENESAISPOP et voilà. Marc afirma que llevaban tiempo intentando convencer a Belly de cantar un tema de Dorian sola -habla de «dos intentos»- y reconoce este tema como un «momentazo» de sus últimos directos.
‘Por ti’ es la primera canción que canta Belly en la carrera de Dorian, y es la que mejor encapsula su ruptura sentimental -no profesional- con el co-líder de la formación, Marc Gili. Es obvio que es por tanto una de las composiciones con más encanto de ‘Futuros imposibles’ y una de las favoritas del público al margen de los streams.
Como otras grandes grabaciones de Dorian se nutre de beats italo, por supuesto del tecno-pop de los años 80, y un poquito de la banda sonora de ‘Drive’. O quizá esté sugestionado yo por el videoclip recién estrenado en el que Marc Gili aparece conduciendo un automóvil un tanto improbable. La pieza se grabó en el extrarradio de Barcelona y es obra del joven realizador Marcel Sesplugues y del estudio artístico especialista en arte digital Desilence, fundado por Tatiana Halbach y Søren Christensen.
Dorian cerrarán la primera parte de la gira de presentación de ‘Futuros imposibles’ en Latinoamérica: Ciudad de México (13 de noviembre), Lima (20 de noviembre), Buenos Aires (22 de noviembre), Valladolid (29 de noviembre) y Córdoba (Argentina) (14 de febrero).
La última vez que hablé con Kevin Parker fue en octubre de 2019, en un hotel de Londres, meses antes de que se decretase la primera pandemia en un siglo. ‘The Slow Rush‘, su cuarto disco, se publicó en un fatídico febrero de 2020. Desde entonces, Parker se ha casado y ha sido padre, pero la noticia que deja ‘Deadbeat‘, su quinto trabajo, es lo poco que suena al Tame Impala que recuerdas. ‘Loser’ y ‘Dracula’ dan vibras de ‘Lonerism‘ (2012) y ‘Currents‘ (2015), pero ‘Deadbeat’ sigue más bien el camino de ‘End of Summer‘… o el de la reinvención total y absoluta, porque en este álbum hay electrónica (‘Not My World’), pero también muchas otras cosas que Parker prueba por primera vez. Es su disco más variado y completo.
Esta vez, charlo con Parker vía Zoom y con la cámara desactivada. Me recibe un músico relajado y con ganas de hablar de su proyecto, pero 15 minutos no dan para mucho y no, no le pregunto por Dua Lipa. Pero sí por otras cosas.
Tame Impala presenta ‘Deadbeat’ en España la próxima primavera: estará el 7 de abril en el Movistar Arena de Madrid y el 8 de abril en el Palau Sant Jordi de Barcelona. JENESAISPOP es medio oficial.
¿Cómo es que te has puesto a hacer música electrónica?
Porque… me apetecía (ríe). Es el estilo musical que más me inspira ahora mismo y cuando escribía el disco. Siempre me ha gustado el tecno, lo escucho desde adolescente, y siempre he querido introducir más electrónica en mi música, pero nunca me había atrevido a hacerlo de esta manera. Intento no preocuparme por los efectos secundarios de mis decisiones, simplemente lo hago.
Escuchabas a los Chemical Brothers de joven. ¿Qué otra música electrónica te ha influenciado?
No escuchaba música electrónica todo el tiempo de joven; para mí era una especie de placer secreto. A día de hoy escucho toda la música que puedo, y eso incluye muchos artistas de tecno. Pero me fijo en las canciones: escucho este tema u otro; no te sé decir un artista en concreto.
Sorprende la variedad de estilos diferentes que hay en el disco y que son nuevos en tu repertorio: ‘No Reply’ suena a house sudafricano, ‘Obsolete’ un poco al pop dosmilero de Beyoncé… ¿Has intentado huir del «sonido Tame Impala»?
No ha sido una decisión consciente, simplemente hago lo que siento que se me da bien y lo que me hace sentir que estoy descubriendo algo nuevo. Para mí esa es la esencia de grabar música: sentir que estás descubriendo algo nuevo. No me gusta hacer algo que ya he hecho. Quizá lo haga en el futuro.
Es complejo. Sé que hay gente ahí fuera que espera que haga lo mismo una y otra vez, y para cierta gente puede ser difícil aceptar que esté haciendo algo diferente, pero yo intento cuidar la espiritualidad que hay detrás de hacer música. No soy un restaurante de comida rápida, no soy tu sitio de pizza favorito donde pides la misma pizza una y otra vez. No soy tu «comfort food».
Hay temas que suenan al Tame Impala de siempre, como ‘Loser’ o ‘Dracula‘. ¿Cómo crees que tus fans recibirán el disco? ¿O más bien la intención es que te descubra gente nueva?
Siempre es mi intención alcanzar nuevos públicos. Es una de mis motivaciones cada vez que hago un disco nuevo: que haya gente nueva que lo escuche. Espero que a mis fans les guste mi música, claro, pero no puedo depender de eso.
Te identificas con la palabra ‘Deadbeat’ («bala perdida», «bohemio»). Los B-52’s, por supuesto, la usaron con orgullo en ‘Deadbeat Club‘, pero no es una palabra muy común en el pop. ¿Se puede ser un «deadbeat» y un «loser» después de haberlo petado en la música?
El título tiene que ver con un sentimiento, no es una declaración de «tú eres esto y tú no». Creo que cómo te sientes como persona, por dentro, es más importante que lo que realmente eres. Y yo siempre me he sentido un poco como una bala perdida. Siempre ha sido una de mis inseguridades, y la idea de llamar el disco así, para mí, ha sido incluso terapéutica.
«Sentirme como una bala perdida siempre ha sido una de mis inseguridades»
Hablas de la terapia, y te he leído decir que no vas al psicólogo porque temes que tu música pierda su propósito. ¿No crees que quizá tu música se enriquecería?
Siempre he sentido que la música es mi terapia. Escribir una canción es una manera de expresar algo que no puedo o no quiero expresar con palabras. Cuando hago música, cuando me expreso a través de una canción, siento que eso es millones de veces más satisfactorio, efectivo y reparador de lo que imagino que es la terapia.
¡La terapia es reparadora, te lo aseguro!
¡Seguro que lo es! Pero, para mí, hacer una canción da a los problemas su propósito y significado. Si puedo crear algo hermoso a partir de algo feo, entonces lo he transformado. Enriquecer mi música… por supuesto, la terapia podría ayudarme a expresarme mejor, pero no he explorado ese camino todavía.
Has dicho que en ‘Deadbeat’ buscabas condensar el sonido -entiendo que usar menos capas- y en temas como ‘My Old Ways’ o ‘Loser’ los instrumentales son súper pegadizos. ¿Cómo ha sido crear instrumentales en este álbum?
Simplemente he buscado aquello que me hacía sentir algo. Hay muchas canciones que he dejado fuera del álbum, algunas incluso alguien podría decir que son mejores que las que aparecen, o más impactantes, pero al final he incluido aquellas que quiero seguir escuchando. Creo que mis discos perduran en el tiempo porque incluyen canciones que quieres seguir escuchando y de las que no te cansas. Si me canso de una canción, entonces no la meto en el disco.
«Si empezara mi carrera de cero, probablemente no estaría en las plataformas de streaming»
¿Qué opinas del boicot cultural a Spotify? ¿Crees que los boicots culturales funcionan?
He leído mucho sobre ello. Estoy de acuerdo en que el sistema está jodido. No sé si culpo a Spotify únicamente o al sistema en general. Evidentemente, Spotify representa el modelo actual de consumo de música. Pero, al fin y al cabo, yo he firmado un contrato con una discográfica y no puedo retirar mi música de Spotify así como así. Y quiero que mi música tenga éxito y llegue al mayor número de personas posible. Quiero hacer lo correcto, pero para los artistas está todo en contra. Y Spotify es probablemente la manera en que puedo llegar a más gente. Pero apoyo completamente que los artistas hagan lo que crean que deben hacer.
Si empezara mi carrera de cero, probablemente haría algo así; posiblemente no estaría en las plataformas de streaming. Tiene que haber un cambio en la industria, pero no sé cuál puede ser ese cambio. Me parece que, por ejemplo, el modelo de suscripciones (por artista) que presentó James Blake podría funcionar, pero no sé…
Pero con aquello como que no pasó nada, ¿no?
No sé cómo les va, pero OnlyFans es la plataforma más grande del mundo; facturan más dinero que nadie. ¿Existe una versión musical de eso? Su sistema funciona. Si yo estuviera empezando y mi trabajo fuera sacar una canción cada semana, y alguien quisiera suscribirse a mi perfil, eso me gustaría. Si eliminas Spotify de la ecuación, habría otra empresa que ocupara su lugar y sería el villano.
«OnlyFans es la plataforma más grande del mundo; facturan más dinero que nadie. ¿Existe una versión musical de eso?»
¿Crees que la gente se fija demasiado en las contradicciones de seguir a ciertos artistas o usar determinadas plataformas, y se olvida de poner en práctica su propio activismo?
Creo que la gente tiene derecho a expresarse cuando quiera, de la manera que quiera. Es todo lo que te puedo decir.
Vamos a acabar la entrevista con una pregunta un poco más ligera. Has ganado un Grammy por ‘Neverender’, tu colaboración con Justice. Si tuvieras que darle un Grammy a una canción de Tame Impala, ¿cuál sería?
Mmmm… ‘Dracula’, probablemente.
¿De verdad? Qué guay.
¿Te sorprende? Nada, estoy de coña.
Me encanta ‘Dracula’, pero me esperaba que eligieras una canción antigua.
Es ahora mismo la canción a la que más cariño tengo.
Sin embargo, para Tempest es importante contar su historia reciente. ‘Self Titled‘ es otro análisis del estado del mundo según su visión, con el foco puesto en la lucha de las personas trans. Es quizá por eso que su nuevo show se divide en dos partes: una primera con unas pocas canciones de todas las épocas, y una segunda en la que suena su último álbum completo y en orden para ponerlo en valor.
La salida de Kae en La Riviera resulta algo fría, dilatada un par de minutos, con el artista recitando desde fuera del escenario. Es cuando suenan los acordes identificativos de ‘Priority Boredom’ que el público se empieza a entregar. El piano de ‘Firesmoke’ envuelve, los beats electrónicos casi tecnazo de ‘Move’ apremian, en ‘More Pressure’ se produce un momento mágico con Kae elevando los brazos entre los aplausos del público. ‘People’s Faces’ cierra esa primera mitad, siempre como favorita de sus seguidores, aunque esta vez no se encienden las luces de la sala. Es demasiado pronto y queda medio concierto por delante. Este tema ya no es el clímax del show a su cierre como en otras ocasiones.
En ese momento falta aún toda la presentación de ‘Self Titled’. Si la primera parte del set se llamaba «No estaba preparado aún» haciendo referencia a su pasado, esta segunda se titula «si esperas al momento adecuado, nunca estarás preparado». ‘I Stand on the Line’ hace bailar, las letras de ‘Statue in the Square’ y ‘Know Yourself’ apelan a la comunidad LGTBIQ+, la primera de manera general, la segunda como diálogo con su yo de niño, mediante un sampleo de su voz. Se cumple mi sueño de escuchar en vivo la canción de amor ‘Sunshine on Catford’, aunque sea sin Neil Tennant.
La segunda mitad de esta segunda parte -lo que sería la cara B del álbum si alguien se hubiera molestado en publicar un vinilo- carece de singles, pero Kae Tempest cumple dando beats bastante bailables, como los de ‘Diagnoses’, o recitados tan profundos como los de ‘Till Morning’. Su voz repitiendo «find that child» refiriéndose a sí mismo, mantiene en vilo a toda La Riviera. O casi.
El show sí habría agradecido algún tipo de efecto más, ahora que Kae Tempest ha pasado a salas más grandes, aunque sea sin llenarlas del todo. Estábamos acostumbrados a verle en espacios algo más pequeños, donde el artista fijaba más la mirada en el rostro de la gente y resultaba más cercano e impresionante como performer. Si los escenarios son mayores, también lo debería ser la producción. Alguna proyección de su infancia, incluso de artistas trans y no binarixs como en sus vídeos, habrían sumado algo.
También un pianista, un batería o algún músico más. Una DJ y corista es su única compañía, aunque la verdad es que esta emociona con su voz añadida en pistas como ‘Salt Coast’ o el bis final con ‘Freedom’, dándoles un toque casi new-age. Kae Tempest deja para el final uno de sus asombrosos recitados a capela durante 3, 4, 5 minutos, en el que nos habla de amor y libertad; y finalmente cierra con la versión de George Michael, escogida por razones evidentes. No es una versión góspel ni pop, sino una peliaguda adaptada a las sonoridades de ‘Self Titled’. Suena como la habrían hecho Ibeyi, electrónica pero ancestral, en cierta medida soul. El telonero Jacob Alon se suma a los coros y los tres saludan y reciben el aplauso final como si hubiéramos asistido al concierto de un grupo. Aunque aquí todas las miradas y el foco estaban puestos en Kae. 7,9.
Tras más de 20 años de espera, Eric Clapton ha anunciado durante este fin de semana su regreso a los escenarios españoles. Serán dos shows únicos en nuestro país: el próximo 7 de mayo en el Movistar Arena de Madrid y el 10 de mayo en el Palau Sant Jordi de Barcelona.
Las entradas salen a la venta este miércoles 22 de octubre a las 10.00 de la mañana en Live Nation, Ticketmaster y El Corte Inglés. Sin embargo, hay una preventa desde hoy mismo lunes 20 de octubre a las 10.00 de la mañana en Live Nation – S.SMUSIC. La preventa de Live Nation empieza hoy a las 12 de la mañana. Las entradas se podrán comprar desde 45 € más gastos en adelante.
El País recuerda que la última vez que Eric Clapton tocó en España fue en el Palau Sant Jordi de Barcelona, en marzo del 2004, cuando tenía 59 años. Habrán pasado más de 22 años, por tanto, el mayo que viene.
El último álbum de estudio de Eric Clapton hasta ahora se llamó ‘Meanwhile’ y se publicó el año pasado. Presentó 9 singles de adelanto de las 14 piezas que incluía. No obstante, su concierto reciente en Nueva York ha sido generoso en versiones de Cream, más «covers» y clásicos como ‘Tears in Heaven’.
Barry B tira hacia delante, y hacia arriba. Desde el lanzamiento de ‘CHATO’, y constantemente entre las guitarras y los 808s, el artista arandino está rompiendo poco a poco el molde del mainstream, o lo que eso signifique. Hace 6 meses, hablamos con él con motivo del lanzamiento de ‘Infancia Mal Calibrada’. La conversación es tan reveladora como atemporal, pero era necesario actualizar sus palabras por todo lo que ha sucedido en su carrera en tan poco tiempo, por lo que esta semana hemos vuelto a hablar con él. Este reportaje alterna ambas charlas.
Desde marzo de 2025, Gabriel Barriuso ha sido nombrado por Forbes el ‘Best Next Gen Music Creator’, ha colaborado con Aitana en la canción ‘TRANKIS’, ha lanzado el EP de ‘Infancia Mal Calibrada’ y ha agotado su tercera Riviera. Sobre esta hazaña, nos cuenta que «estaba preparado para ello»: «Sin ser flipado, porque cuando vendí la primera sí que aluciné, pero ahora, de alguna manera, estoy preparado».
Su nuevo EP, formado por 7 nuevos trallazos, representa el principio del resto de su carrera. Él mismo cuenta que era «mucho menos conocido» cuando lanzó ‘CHATO’, por lo que este proyecto es el primero en el que ha tenido todos los ojos puestos en él: «Se ha ido generando una especie de expectativa, y no sé si la hemos superado, pero va muy bien», nos cuenta.
La marca Barry B está presente en todo el proyecto: bangers de rock alternativo mezclados con toques del urbano que exhibía en sus inicios. Uno de los cortes más electrónicos, ‘Monster Truck’, resulta estar inspirado por Charli xcx y su ‘brat’: «No iba a caer en la breva de hacer todas iguales, porque en España o haces una cosa o la otra, y quería darle la vuelta a todo ello». Por otro lado, y al igual que ocurrió con la conmovedora ‘El lago de mi pena’, «las tristes siempre funcionan».
Es el caso de ‘VICTORIA’, en la que Barry habla sobre el «acento extraño» que tiene desde que se mudó a Madrid a la vez que reflexiona sobre todo lo que ha logrado. Es uno de los temas mejor recibidos: «Son tiempos de mierda y hay canciones que te pueden dar un abrazo. ‘VICTORIA’ me lo dio». Barriuso intenta encontrarle una explicación a la conexión que provoca este tipo de canciones: «Hay temas que te dicen las cosas que estás sintiendo y creo que todos los seres humanos sentimos igual la tristeza».
En el momento de la entrevista, Barry B está en medio de su primera gira por España y nos cuenta que, en ese instante, a las personas que habían comprado la entrada de su concierto en la Sala BUT les estaba llegando un correo anunciando su primera Riviera. Un día después, lo anunciaría para todo el mundo.
¿Estás nervioso?
Un poco, tío. La puta Riviera. Ya estoy flipando.
¿Cómo estás, en general?
Estoy de puta madre. He dejado el curro. He venido a vivir con Gara (Durán). Todo bien. Todo ese frenetismo sigue estando. Ahora trabajo mucho más que cuando tenía curro. Muchísimo más, porque nadie sabía que iba a ir tan bien todo. Hay que ponerse la mochila, porque, de repente, eres tú el jefe de la movida, por así decirlo. Nunca he sido jefe de nada.
Antes tenías que equilibrar las dos cosas, ¿no? ¿Por qué curras más ahora?
No había ninguna expectativa de nada. Ahora es más serio. Antes salía del curro, me ponía a hacer canciones y ya está. Ahora mi curro es hacer canciones. Aun así, motivado. En cuanto al estilo musical, hago lo que quiero y hay un respeto por parte de todo el mundo.
¿A qué te dedicabas exactamente antes?
Técnico de domótica.
¿Cuándo lo dejaste?
El 1 de febrero.
¿Qué te dijo tu jefe?
Que no me podía decir nada. Te viene un chaval que te dice que se va a dedicar a la música y que se puede ganar la vida con eso. ¿Tú como jefe que dices? Enhorabuena. No es que me vaya a la competencia, a otra empresa o lo que sea. Me voy porque no doy abasto. Me va a explotar la puta cabeza. Se lo dije a mi equipo. En el momento en el que deje el trabajo, vamos a full. No voy a andar con medias tintas. Estoy tan acostumbrado a trabajar que no voy a parar ahora por esto. Si hay que hacer temas, se hacen. Me he apuntado a clases de canto y voy al gimnasio tres veces a la semana.
¿Nada que ver con lo de antes?
Nada que ver con el puto desgraciado ese (risas). No, pero sigue estando ahí. Lo que pasa es que veo a Diego saltar en el escenario y digo: este cabrón entrenta. Efectivamente, entrena de cojones. Tienes que estar ahí, en el pulso.
«Cuando cambiamos de batería, acabé llorando porque me sentía como un puto cacique»
¿Hay algo a lo que te esté costando adaptarte?
Las redes, un poco, porque soy muy gañán. Me cuesta mucho subir cosas.
Y las llevas tú.
Las llevo yo. Pero creo que están yendo bien. Y no doy el cringe que me creo que doy muchas veces. Todo sale de forma natural. Entonces, creo que bien, pero me cuesta mucho. Intento que sea como algo especial, ¿sabes? No como lo típico de subir un cartel y ya está, aunque sea algo guay. El resto de cosas, bien. Siempre he tenido jefes bastante hijos de puta. Me ha tocado aguantar. Ahora me tengo que aguantar a mí mismo. Eso creo que es la parte mas dificil.
¿Qué es lo que estás descubriendo con tu primera gira?
Convivir con una serie de personalidades sabiendo que tú eres el jefe. Me llevo bien con todos ellos, pero tengo la responsabilidad, es mi potestad, de decir que la están cagando, que no la están cagando. Siendo un puto hooligan, un tío que se la ha pelao toda la puta vida. Hace poco cambiamos de batería y y ahí me dio más rabia, pero si no llega musicalmente, aun siendo mi amigo, había que cambiar la movida.
Eso tiene que ser duro.
Es durísimo. Acabé llorando porque me sentía como un puto cacique. No he aprendido aún, pero supongo que tienes que saber diferenciar entre lo profesional y lo personal. Nunca he sido yo al que le ha tocado hacer eso. Siempre he sido el colega, ¿sabes? Siempre he sido el socialista. Tampoco te hace más malo ni más bueno. Simplemente es autopercepción.
Me sorprendió verte en la presentación del documental de Aitana. En mi cabeza no os ubicaba en los mismos círculos.
Ya, es que he estado escribiendo cosillas para su nuevo disco.
¿Y qué tal?
Increíble. Es acojonante, tío. He descubierto una persona de la hostia.
Creo que España también está descubriéndola ahora, por el documental.
Por eso te digo que parece que me están grabando, tío. Todas esas historias a mí me las había contado en el estudio. Es surrealista. Y nada, una artistaza de los pies a la cabeza. La reina del mainstream. Sobre todo, a nivel personal, te diría que incluso una colega, ¿sabes?
¿Fluyes igual escribiendo con Aitana?
Esa es la movida, que llego al estudio y sigo siendo esto. Yo creo que ella lo valora. Me da igual que sea Aitana. En ningún momento me pongo nervioso. Creo que me podría poner nervioso si está Liam Gallagher delante. Joder. Ahí es donde me cago encima, pero no sé. Con Aitana no.
‘CHATO’ te ha cambiado la vida. Es un disco en el que cambias un poco de tercio, por lo que te conocía la gente. Es un disco de mucha guitarra, coqueteando con el rock. ¿Cómo viviste las primeras reacciones?
No había. No había reacciones porque no estaba en ningún lado el disco. No estaba ni en el lado en el que te reacciona el pavo más urbano, ni en el lado en el que te reacciona la peña más roquera, ¿sabes? De repente, como que se ha ido extendiendo como un arbolillo y a la gente poco a poco le va gustando más. Él solo se está consolidando poco a poco. Yo sabía que iba a ser así. Sabía que no era un disco de puro banger, machete, excepto la de Carolina Durante. Salvando esa canción, yo sabía que el resto iba a tardar en penetrar, pero la movida es que las letras estaban muy bien pensadas para que, si te escuchabas las canciones más de tres veces, te calaran dentro del hueso. Son canciones duras, la mayoría, y bastante realistas. Creo que la gente se puede sentir muy identificada con ellas.
Pero tampoco has molestado a los más urbanos, por así decirlo.
No, sigue habiendo ese respeto dentro de la industria. Me gusta tener el pie ahí porque vengo de la calle, no vengo de un colegio privado. Sí que es verdad que vengo de un colegio concertado, pero es en Aranda, que es diferente.
¿Cómo es un colegio concertado en Aranda de Duero?
Es como un colegio público de Vallecas, yo creo. Sigue siendo Aranda. Era la puta jungla eso, tío. Y un poco de mimos sí que teníamos, pero yo tuve la suerte de que luego en el bachillerato sí que fue público total. Sí que era un colegio sin calefacción. Sí, lo era.
En ‘Infancia Mal Calibrada’ continúas por esa dirección musical más rock. ¿Es el principio de algo nuevo o una continuación?
Creo que es una progresión. Es algo nuevo porque aquí sí que le meto tralla: batera, bajo y un arpegio de dos notas. Es todo lo que escucho. Lo que puedo ir a ver en un festival sería algo parecido a esta canción, no a lo otro. Entonces, creo que sí es como una aproximación a lo que quiero hacer, pero es que dentro del EP hay algo megaurbano también.
Es un poco tu marca. Esos grises.
Sí, estar en los dos lados. Poder tocar en la gala de Los Xavales y que no me miren mal. Yo tengo claro que siempre tengo que tener un pie en cada lado. Por lo que me ha dado cada lugar. Sí que es verdad que luego, si vas a verme a un festival o a un bolo, vas a ver un concierto más parecido a algo de rock que de trap. Es un show que no está tan dedicado a la persona, sino al conjunto.
«Un colegio concertado en Aranda es como un colegio público de Vallecas»
Has dicho en X que es el mejor tema que has escrito. «Al nivel de Julio Iglesias».
Yo no sabía lo que era Twitter. O sea, yo Twitter lo uso para verlo y de repente puse eso y digo: «Madre mía, aquí es donde me estoy dando cuenta de que das que hablar a la peña». Para mí, si la sabes desglosar un poco, es la más tocha de las letras. Ya solo el concepto de «infancia mal calibrada» me parece lo suficientemente pesado. Como que eres un arma mal calibrada y que no te han sabido montar bien. No te han sabido afinar bien de pequeño y luego tu vida depende de eso.
Tú todo lo que escribes es un poco autobiográfico, ¿no?
Sí. Es como que se ha superado todo lo que ha pasado en ‘CHATO’ y estoy de salto al vacío con todo, ¿sabes? Y sigo aquí pese a esa movida. Luego está el «cucucú», que casualmente es el grito de ayuda en el país de Nunca Jamás, de los niños perdidos.
¿Cuándo escribiste el tema?
Te lo voy a decir. Fui a hacer la entrevista de Radio 3 a las 7 de la mañana, porque a estos tíos les da por hacer las entrevistas a las 7 de la mañana. Así es Radio 3. Y estaba amaneciendo. Es que de verdad que fue así. Para que te hagas una idea de una forma peliculera: Voy en mi Seat León, 125 caballos, TDI, a Radio 3. Elías, mi guitarrista, la semana anterior me había pasado cuatro arpegios, porque le pregunté si tenía algo por ahí. Me había pasado cuatro y le había hecho ghosting. Entonces, pongo el primer arpegio, que es este, el de ‘Infancia Mal Calibrada’. Mi hermana, el día anterior me había pasado una canción que se llamaba ‘Looking For Knives’. Buscando cuchillos. Y tenía apuntada esa frase. Me pongo a cantar en el coche y le digo a Elías: pásame el arpegio entero, tenemos canción. En dos días estaba hecho.
Volviendo a la letra. «Solo quiero volver a sentir el peso de una corazonada» me parece una frase muy real. ¿Te sueles fiar de las corazonadas?
Sí, cada vez más. Yo trabajo todo por impulsos. La movida es que antes no me fiaba tanto de mí ni de mi intuición y ahora sí. A raíz del disco, tengo la suficiente seguridad como para fiarme un poco más. Ojo, sigo contando con un buen equipo y con una gente a mi alrededor que me sabe parar los pies, ¿sabes? Porque de corazonadas uno a lo mejor se puede ir a la mierda. Las corazonadas tienen que ir unidas al cerebro, un poco, y a la parte lógica del todo.
«He tenido problemas gordos con el alcohol»
¿Cómo recuerdas Aranda?
Fui a Liverpool este invierno. Me recordó un poco a Aranda. Es que Aranda es un páramo frío en invierno y caluroso en verano. Es de extremos. En el norte además hay muchísima industria. Tienes la Pascual, tienes la Glaxo, tienes la Michelin… Los chavales, tío, y chavales de mi edad, cada vez que voy… La vida es dura y es fría. Es de pueblo de Castilla y León y entre semana los chavales van a trabajar a la fábrica con un coche que vale mucho más de lo que tienen, hipotecado hasta las trancas, igual que la casa. Los viernes se enfarlopan y beben a machete con la misma gente, las mismas pibas y el mismo tal, y sábado y domingo descansan, y otra vez. Así era mi vida hasta hace cuatro o cinco años.
En mi pueblo de Cantabria es igual. Es lo mismo.
No todos obviamente, pero es esa movida. Mucho bar. Empiezas a beber en tercero de la ESO. Y me mola, porque en Aranda siempre soy Gabriel, no Barry. Está tu familia. Es como el cielo en el infierno. La gente no te recuerda por los temas que haces. Te recuerdan porque en primero de la ESO te tiraste un pedo en clase o te burlaste de la profesora.
Hace unos años, justo cuando te ibas a ir a México a currar, te la pegaste con la moto. Ahora eres Barry B, pero también podrías estar allí trabajando o muerto, directamente. ¿Sueles reflexionar sobre este tipo de cosas?
Esa es una virtud que tengo, y es que siempre voy hacia delante. Vale, me la he pegado. Venga. Me apetece hacer música porque me la he pegado y ahora no estoy en México, pero si hubiera estado allí seguramente habría tirado hacia delante. O me habría pasado otra cosa. O habría vuelto… Nunca se sabe. Me paro a pensar solo cuando estoy escribiendo canciones, pero en la vida en general estoy obcecado en tirar hacia delante. No me paro a pensar mucho en lo que me vaya a pasar. No tengo grandes expectativas de nada, nunca. Nunca. Alguna vez la he tenido en el amor, de pequeño, y no era lo mejor. Las hormonas hacen que idealices a las personas. En el resto de cosas, nunca. Voy y ya está. Voy y lo hago. Es lo que me ha dado esto. No lo he pensado demasiado. No sé si puedo explicarlo bien, pero es así como lo siento.
Tampoco es todo una gran casualidad, porque el que lo ha conseguido eres tú. ¿Has hecho sacrificios para cumplir tu sueño?
A nivel personal, sí. Yo esto nunca lo he dicho, pero yo he tenido problemas con el alcohol. Gordos. Si no, no habría tenido el accidente y todas esas movidas. No he tenido que sacrificarme para dejarlo, pero es algo con lo que he tenido que hacer autoevaluación porque la estaba liando. Por culpa del alcohol, las drogas, la noche, Aranda… Es un círculo que es algo muy normal ahí, pero que es una mierda. Mi madre ha pasado una depresión tochísima. Sentir que no puedes estar ahí para ayudar… No sé cómo explicarlo. No sé si es un sacrificio. Me he ido de Aranda, pero ha sido por algo mejor. Algo que me hacía más feliz. Ha habido cambios en el ambiente profesional que he tenido que hacer para pensar en mí y en el proyecto. Cambios de alineación en el grupo, que pensaba que no iba a pasar nunca, cambios de amistades para centrarme más en esta movida… No han sido sacrificios del todo porque sabía que era lo que mejor me convenía. Si esto sale bien, espero que los más beneficiados sean mis viejos. Siempre se dice, pero joder, tío, eso sí que es la vida de Aranda y de pueblo. 14 horas diarias trabajando en un puto restaurante para nada. Es una matada. Tabajar de manera esclava. Si esto sigue adelante, lo mejor que se puede hacer es que ellos salgan de toda esta vorágine de mierda. Más que un sacrificio, ha sido una bendición que me haya pasado todo esto y que no me haya consumido el mundo de la noche, porque eso le trajo mazo sufrimiento a mis padres. O sea, las cosas que te puedas imaginar rollo ‘El lobo de Wall Street’, mis padres lo han visto. Y eso no mola nada. Han sido decisiones difíciles de tomar, pero ya estaba tanto en el pozo que era muy difícil entrar más en el pozo. Lo demás era escalera y para arriba. Creo que es algo natural. La gente tiene que emigrar, buscarse la vida. Al final, para todos, acabará saliendo bien porque es lo que había que hacer.
Sabrina Carpenter está cuidando especialmente el aspecto estético de la era de ‘Man’s Best Friend‘, su último disco. Tanto vídeos como actuaciones -por no hablar de la polémica portada del disco- están siendo memorables, y el paso de Carpenter por Saturday Night Live durante este fin de semana no ha sido una excepción.
Carpenter ha ofrecido el monólogo de apertura, interactuando directamente con el público, y ha participado en numerosos sketches: en uno de ellos ha parodiado ‘The Fate of Ophelia‘ de Taylor Swift, ‘Abracadabra‘ de Lady Gaga y ‘Ordinary’ de Alen Warren. En otro, ha protagonizado un seminario para ser una verdadera «jefaza» que acaba muy mal.
Por supuesto, Carpenter ha actuado, y no ha ofrecido la típica performance de directo con banda y ya está (tampoco lo hizo Doja Cat hace poco). Para ‘Manchild’ ha realizado un videoclip en directo, recreando una habitación de adolescente, jugando de forma muy divertida con los planos.
Para ‘Nobody’s Son’, más protagonista han sido dos luchadores que practican karate desde una habitación de estilo japonés, que la propia Sabrina.
Podcast Revelación o timo: el ascenso de Sabrina Carpenter
En qué punto está la carrera de Miss Caffeina a veces me es difícil situarlo. Claramente su anterior disco ‘El año del tigre‘ no gustó mucho, pero todavía entiendo su visión del reggaeton en ‘Me voy’ como bastante avanzada. Varios pasajes de la producción hipnotizan. Tras aquel flop, en cualquier caso, sacaron un buen EP y ‘Para toda la vida‘ -la canción que menos me gustaba de todo el EP- se ha terminado convirtiendo en una de las más populares de toda su carrera, imprescindible de sus directos.
No les fue nada bien en Benidorm Fest con la inédita ‘Bla Bla Bla’ y además aquello les llevó a hacer la canción oficial de la Vuelta Ciclista a España. ¿Acaso les pegaba? El grupo parecía desubicado… aunque no lo suficiente como para no darse cuenta de que ninguna de estas dos canciones tenía que ir en su 6º álbum de estudio. ‘Buena suerte’ es un evidente punto y aparte.
El prólogo de este disco podría ser un (muy buen) tema que había en el álbum anterior, que hablaba sobre la boda de Alberto Jiménez. «Te miré, y supe que era para siempre», decía ‘Las Vegas’, una de esas canciones que demuestran que pueden salir grandes composiciones de la felicidad.
Pues bien, no fue «para siempre». El artista se separó, también el bajista Toni Poza ha vivido una ruptura y el teclista y guitarrista Sergio Sastre ha sufrido la muerte de un ser querido. ‘Buena suerte’ es un álbum construido sobre el fin y el despecho, versando sobre las diferentes etapas del duelo. Hay temas sobre el luto, hay temas sobre la superación. Unos suenan más tristes y hundidos en la mierda, otros despiertan rabia o incluso deseo de venganza.
El mayor acierto de ‘Buena suerte’ ha sido dejar atrás las producciones del británico Max Dingel, que hizo mucho por el grupo circa ‘Merlí’, pero definitivamente ya no tenía nada más que aportar. Hay talento de sobra en nuestro país para entender las sensibilidades de Miss Caffeina, y Pablo Rouss es la persona indicada al 100%. No solo porque fuera el productor de ‘Metanoia‘ de Belén Aguilera, sino porque viene de publicar por sí mismo un álbum precioso sobre el duelo, en aquel caso sobre la muerte de su madre, ‘Asintomático‘.
Así se explica que ‘Buena suerte’ sea un disco sin guitarras, eminentemente electrónico, que comienza cargado de Auto-tune, con la preciosa voz de Alberto -¡qué poco se habla sobre las voces bonitas de nuestro país!- sonando indistintamente tratada o a capella, en crudo, quizá en retrato de esos distintos estadios del dolor. A lo largo del disco, deja mensajes contradictorios, como todo hijo de vecino en estos casos, de «buena suerte, aunque no sea conmigo» en la primera canción, a poco menos que «que os parta un rayo a los dos» en la última.
La baza de Miss Caffeina -como la de Viva Suecia o Love of Lesbian, cada uno en su estilo- es entregar esas frases que los fans de ‘Mira cómo vuelo’ se aprenderán de memoria enseguida. Dice ‘Hoy va a ser el día’ que «te he escrito sin razón y unas copas de más, mientras bailo entre la gente» o que «no me vuelvo a enamorar, es mentira, lo sé, pero suena poderoso». Esa y no tanto ‘Argumento de mierda’ («te mendigué hasta hacer el ridículo más espantoso que nadie ha podido hacer») es la canción de este álbum que desarma por sus primeras notas de piano, por los coros tipo Rosalía, por un estribillo que es puro autoengaño. Es evidente oyendo ‘Hoy va a ser el día’ que no, aún no es ese día, pero en un momento Alberto repite 4 veces el título de la composición como para convencerse.
Los celos y la desubicación generalizada hacen encajar ‘Extra’, un extraño spoken word sobre el esnobismo con citas a Lou Reed y Los 40 Principales y que habla sobre la homofobia en el entorno festivalero. Aunque aquí la noticia es lo bien que han encajado las composiciones de Sergio Sastre, que no ha sufrido ninguna ruptura. Se queda pocas canciones, pero una de las más importantes, ‘Debería estar brillando’, y también ‘Intemperie’. Continúan atrapando sus rimas tan Vainica Doble: «vuelvo a tus mensajes como a un santuario / huelo tu perfume y arde el calendario (…) queda ropa tuya dentro del armario», en la primera. «Te has convertido en intemperie / como un asesino en serie», en la segunda.
Todas -insisto- aparecen exquisitamente arregladas dentro de unos parámetros electrónicos que no beben particularmente del dance de los 90, ni mucho menos del sobreexpuesto drum&bass, ni nada así. Bombos a negras elevan producciones como ‘Debería estar brillando’, ‘Hoy va a ser el día’ o ‘Que seas feliz‘ de manera muy sutil, mientras ‘Dinamarca’ transmite todas esas ganas de estar bien y superarlo todo, que es obligatoria en un disco de Miss Caffeina. ¿Un álbum tan bueno, al fin, como ‘Oh, Long Johnson‘? Dadme otra portada -en la que la banda aparece magullada-, menos manida, y firmo.
SAIKO, uno de los cantantes de urban más exitosos de España, pues tiene hasta 7 singles nº 1 en el país, ha negado ser homófobo y ha afirmado estar «totalmente en contra de la homofobia», después de haber sido acusado de discriminación por un antiguo bailarín y coreógrafo con el que trabajó en una gira de 2024, y que abandonó las preparaciones de la siguiente gira tras percibir actitudes homófobas por parte del artista y su entorno profesional.
El coreógrafo y bailarín, Alber Montero, no menciona el nombre de SAIKO en su declaración, pero el artista ha publicado un comunicado de cerca de diez minutos contestando las acusaciones, afirmando que se le atribuyen palabras que él no ha dicho. Entre ellas, presuntamente habría afirmado estar «hasta los cojones de montarme en el escenario con maricones y niñas».
Montero asegura que, durante la gira anterior del artista, los ocho bailarines homosexuales del equipo eran continuamente apartados y que el artista solo se relacionaba con el único integrante heterosexual. En las preparaciones de la gira siguiente, el coreógrafo explica que propuso incorporar a su pareja como asistente y que la respuesta fue negativa porque buscaban un perfil «más masculino». Cuenta también que en los castings las propuestas de bailarines homosexuales eran sistemáticamente rechazadas, mientras que los bailarines heterosexuales eran priorizados.
Montero recuerda que durante los preparativos de la gira surgió la oportunidad de realizar un bolo aparte, y que cuando propuso la participación de su pareja, quien ya conocía las coreografías, esta volvió a ser rechazada por tener «demasiada pluma», pero que al coreógrafo se le permitió participar «porque se le nota menos».
SAIKO ha negado las acusaciones, calificándolas de “falsas” y asegurando que no entiende por qué ha sido involucrado en un “horrible episodio” en el que no ha tenido nada que ver. El cantante explica que la persona que habló en su nombre con el coreógrafo fue “despedida a los dos o tres días” y que él mismo respetó la decisión del bailarín de abandonar el proyecto “si no se sentía cómodo”.
SAIKO ha insistido en que «todo el que me conozca sabe que no soy homófobo» y ha lamentado que «sigan pasando estas cosas a día de hoy». Y ha puntualizado: «A mí me da igual si te comes una polla, un coño o una piedra, lo único que me importa es mi vida y ser feliz».
TRISTÁN ha sido el último miembro del colectivo madrileño Rusia-IDK en publicar disco. ‘TRISTÁN, Ahora Con Reloj‘ es una curiosa y meticulosamente producida amalgama de sus intereses musicales, algunos de ellos centrados en estilos vintage raramente reivindicados, como la exotica, la new age o el synth-pop italiano, alternados con otros más o menos convencionales.
El ejercicio más certero de ‘TRISTÁN, Ahora Con Reloj’ es sin duda el de ‘Verónica’, que une a TRISTÁN y rusowsky en una exploración del lounge y la bossa de los 60, o de aquella cosa que se llamaba muzak. Nombres como Henry Mancini, Walter Wanderley o Cal Tjader vienen a la mente escuchando la instrumentación de ‘Verónica’… solo que TRISTÁN escribe una melodía que le habría gustado cantar a Astrud Gilberto, o a su fan Guille Milkyway.
TRISTÁN y rusowsky sueñan con la ‘Verónica’ titular en la canción, y mientras piensan en ella, melancólicos, sale el sol, y un fondo de cuerdas envuelve cálidamente sus voces y armonías. La canción no podía acabar de otra manera que con unos contentos «sha la las» extraídos directamente del repertorio easy listening de los 60. Mientras un «fade out» despide la grabación, estás deseando ponértela otra vez.
Grimes dice que se encuentra produciendo la mejor música de su carrera, durante esta etapa entre discos. Es difícil de creer escuchando ‘Artificial Angels’, su nuevo single. Para empezar, el título es un guiño a su obra maestra, ‘Art Angels‘ (2015), pero la creatividad y frescura de aquel álbum no es exactamente lo que encontramos en ‘Artificial Angels’ .
‘Artificial Angels’ es una oda a la inteligencia artificial escrita en primera persona, efectivamente la de algún tipo de inteligencia superior a la humana que amenaza con imponer su poder. Ese ente promete que «no puedo morir, ni quiero, y lo único que anhelo es mi propia aniquilación», y como un ChatGPT en celo, ruega: «Niégame tu placer, aliméntame con tu dolor, el mundo solo puede acabar de una manera».
El intento de inducir una especie de terror hacia el futuro queda patente en la presencia de una extraña voz computerizada en la grabación, que declara: «Esto es lo que se siente cuando eres perseguido por algo que es más listo que tú».
Irónicamente (o no), ‘Artificial Angels’ parece una canción creada por inteligencia artificial en un intento de recrear el estilo industrial metalero sintético de Poppy y Nine Inch Nails. Curiosamente, Grimes ha declarado que, en el productor Vadakin, ha encontrado a su Atticus Ross, lo cual significa que ella sería Trent Reznor. Como diría Soy una pringada: well.
‘Artificial Angels’ no es un despropósito. Simplemente, este tipo de canciones, Claire sabe hacerlas mucho mejor.
Cuando Dua Lipa publicó ‘Club Future Nostalgia‘, el disco de remezclas de ‘Future Nostalgia’ producido por The Blessed Madonna, se montó un buen pitote. La sensación de decepción fue generalizada, sobre todo por las expectativas de haber visto anticipados en el arte del álbum a Madonna, a Gwen Stefani, a Jamiroquai, a mil personas más. Yo siempre lo defendí como un disco de remezclas puro y duro, lícito, ajeno a las demandas del mercado y de las listas.
¿Qué es un remix? ¿Algo que lleva las canciones a la pista de baile? ¿Una cosa que suma artistas invitados para intentar tener más éxito comercial? Acaba de llamar PinkPantheress y dice que ambas son correctas.
La artista que se dio a conocer con microproducciones orientadas al drum&bass ha publicado este año una mixtape muy recomendable. ‘Fancy That‘ buceaba en samples e interpolaciones de gente como Basement Jaxx. Ahora ha publicado un triple álbum que incluye el disco original, otro disco con «featurings» y un tercero con «remezclas» a la antigua.
El de los «featurings» es apoteósico. Sobre el papel, daba pereza que cada pista apareciera repetida varias veces seguidas pero con distintos artistas. La realidad es que funciona como cuando te pones una brevísima canción en modo repeat, porque resulta que era buenísima. Todo es tan breve y rápido que nada llega a hacerse pesado.
Después de ‘Illegal’ con Anitta en plan latino, te comes la versión piano house de la misma grabación junto a SEVENTEEN. Kylie es que ya parecía estar en ‘Stateside’ por el guiño a ‘Slow’, y después las intervenciones de Bladee por un lado y de Zara Larsson por el otro, fluyen con distintos guiños al hyper pop o a la original.
Al final del «disco 2», es un entretenimiento comprobar hasta qué punto dependía ‘Romeo’ de Basement Jaxx. Ravyn Lenae primero y luego Rachel Chinouriri son sus nuevas invitadas. Si tuviera que decir algo malo de este disco de remixes sería que los invitados tienen poco protagonismo y hasta se confunden entre sí. La voz aniñada de PinkPantheress manda, todo lo demás queda en segundo plano, lo que incluye a JADE, Oklou y casi a las mismísimas Sugababes.
Hablando de Basement Jaxx, son uno de los artistas invitados del álbum de remezclas, pero no en ‘Romeo’ sino en ‘Tonight’, que llevan por derroteros dispares siguiendo su filosofía y la de la artista principal. Menos atractivo es el popurrí de Groove Armada. En cambio, Nia Archives ofrece una de las propuestas más alocadas ora electro ora no, mientras Kaytranada opta por el chill en ‘Girl Like Me’, y Mochakk hace lo mismo a su manera en ‘Noises’.
Es KILIMANJARO quien de manera más decidida se decanta por la pista de baile en ‘Romeo’, aunque Loukeman y Leod meten percusionaca. Joe Goddard y Sega Bodega fichan, pues siempre es inevitable que, en este tipo de proyectos, haya propuestas más y menos trabajadas. Eso sí, lo que también es inevitable es que la espectacularidad del elenco eleve un poquito más lo que era el estatus de PinkPantheress.
Yo tenía un prejuicio con Guitarricadelafuente. Hace años, cuando Álvaro Lafuente era conocido sobre todo por canciones como ‘Abc’ o ‘Agua y Mezcal’, pensaba que se trataba de un pijo haciendo música para pijos. Esta idea preconcebida fue destruida completamente la primera vez que lo vi en directo, en el Santander Music de 2022. Lo que más me sorprendió fue su libre uso del autotune y lo refrescante que sonaba su piano. Por aquel entonces, hablaba de que este parecía estar producido por Mike Dean. Aun así, su música se me resistía. Hasta que llegó ‘Spanish Leather’, claro. Hoy, tras ver su debut en el Movistar Arena, me alegro de haber cambiado de opinión a tiempo.
El show del artista de Benicasim es una divertidísima fantasía sexual desde que sale al escenario cubierto de cuero de pies a cabeza. Él es el foco total de un diseño de escenario sumamente austero, pero elegante. No hizo falta nada más que dos luces y una media luna de planchas metálicas. Simple y efectivo. Empezar el concierto con ‘Full time papi’ es una decisión excelente. Antes de poder asimilar la canción, tres tíos sin camiseta salen al escenario y se cuelgan de las anillas que hay en el techo, las cuales no vuelven a ser usadas en todo el espectáculo.
En un setlist más lógico y facilón, el recinto entero coreando «quiero ser tu full time papi» sería el clímax del concierto. Aquí, la energía aumenta todavía más con el siguiente tema, ‘BABIECA’. Para cuando llega ‘Futuros amantes’, con sus virguerías sónicas, Guitarrica ya está prácticamente empapado de sudor mientras toca la guitarra eléctrica. Siempre me había gustado el directo de Lafuente, pero hubo quien pensaba, a raíz de mis primeras crónicas, que todavía le faltaba algo de rodaje. Este comienzo de concierto demuestra que, lo que sea que le faltase, ya lo tiene.
Los gritos inundaron el Movistar Arena cuando Guitarrica volvió a aparecer en una esquina del escenario, sin chaqueta y descalzo, sobre lo que parecía ser… una piscina de barro. La canción era ‘Poses’. Uno más uno… Aquí el cámara se mereció el premio al más cachondo del recinto. Mientras Álvaro estaba de rodillas revolcándose en el lodo, los planos de su paquete y sus pies manchados inundaban las pantallas. La simbología sexual estuvo presente durante todo el show, pero en este momento concreto absolutamente nadie estaba viendo un micrófono entre las manos de Guitarricadelafuente. Él sabía lo que hacía y se lo estaba pasando increíble en el proceso. En ‘Pipe dream’, por ejemplo, terminó la canción girando sobre sí mismo con el pie de micro totalmente estirado. Él mismo dijo que todo era «muy fuerte» y que estaba directamente «disociando».
Ya vestido con una camisa y unos vaqueros cortos, el artista de 28 años dio un poco de contexto de ‘Spanish Leather’, revelando que ‘Puerta del Sol’ fue la primera canción que escribió para el LP. Los momentos de hype fueron tremendos, principalmente por el ímpetu del cantante y el sólido sonido de la banda. Fue el caso de ‘Port Pelegrí’: fiesta instantánea. Sin embargo, era en los instantes más íntimos donde brillaba de verdad la sentida voz de Guitarricadelafuente. El pausado inicio al piano del tema mencionado, el finalazo con atuendo barroco de ‘Tramuntana’ y toda ‘Quién teme a la máquina?’, incluida esa inédita coda autotuneada en la que Álvaro canta sobre ir con su «chulo» al Rastro e improvisa melodías con el título del disco: «Madrileño, pero de provincia», suelta. Eso de «en la Puerta del Sol nos matamos los dos» fue escenificado con dos hombretones haciendo lucha libre en la zona de barro. Ya sabéis. Lo que se nos viene a todos a la cabeza al ver algo de la UFC.
La única pega que se le puede poner a este set es que el contraste entre las canciones de ‘Spanish Leather’ y algunas de las más tempranas de la discografía de Guitarrica es demasiado grande. No en el recibimiento del público, sino en la madurez que desprenden. Quizás es mi prejuicio volviendo de nuevo, pero pasar de la sensualidad de ‘Poses’ a pasearse de lado a lado con la guitarra en la mano, tipo fiesta ibicenca, es un cambio brusco. El de Benicasim tampoco añade muchos cambios estilísticos para adaptar esas canciones a su nueva era. Más bien, prefiere dejar la mayoría como estaban hasta ahora. La explosión de sonido al final de ‘Conticinio’ es de agradecer. ‘Guantanamera’, como momento mechero del bolo, sí que funciona sin ningún tipo de añadido.
Las caras de asombro provenientes de la poca duración del espectáculo, en torno a una hora y cuarto, invadieron la pista en cuanto se encendieron las luces. El concierto de Guitarricadelafuente fue tan breve como divertido, eso sí, lo cual lo hizo todavía más ameno. «No es que tenga muchas canciones», dijo con razón. Yo, feliz de que aumente su repertorio en cuanto le apetezca.
No os voy a engañar: cuando escuché el adelanto de ‘SWEAT’ de Melanie C pensaba que la ex Spice Girl estaba lista para convertirse en Melanie XCX. Al fin y al cabo, el estilo recitado de los versos recordaba a ‘Guess’, la producción apuntaba al club, y el título de la canción es exactamente que el de la gira conjunta de Charli XCX y Troye Sivan. ‘brat‘ (2024) ha creado escuela y su estilo se percibe en las recientes propuestas de artistas como Demi Lovato.
Finalmente, Melanie ha dado lo que esperaba… y lo que no. Por un lado, el estilo club de ‘SWEAT’ se alinea con la propuesta de ‘brat’. Por otro, Melanie se ha llevado ese estilo totalmente a su terreno, el del gimnasio, sampleando el mítico ‘Work That Body‘ (1981) de Diana Ross, y entregando una producción mucho más disco que electrónica.
‘SWEAT’, la Canción Del Día de hoy, es básicamente un ejercicio de entrenamiento, pensado para trabajar músculo en el gimnasio. Melanie C, instructora, te ordena que «sudes», que «trabajes tu cuerpo», lo notes «arder» y te lleves «al límite». Pero Mel introduce un elemento de sensualidad, también, en un juego de miradas compartidas y en una invitación a «dejarse llevar» por el ritmo y la música.
Si Melanie C dirige la rutina de ‘SWEAT’ como una auténtica entrenadora de fitness, la canción logra un estupendo equilibrio entre el recitado imperativo y la melodía, evocando la estructura de un clásico moderno de los gimnasios: ‘Work Bitch‘ de Britney Spears.
‘SWEAT’ es el primer adelanto del nuevo álbum de Melanie C, llamado igual, y que se pondrá a la venta el 1 de mayo de 2026. Melanie cuenta que, después de un largo periodo de búsqueda espiritual, esta vez le ha apetecido hacer un disco divertido y bailable.
JADE mantiene el número 1 de JENESAISPOP, aunque Taylor Swift y Judeline con Amaia se le acercan. Las entradas más fuertes corresponden a Tame Impala y Ana Mena, de momento sin hacer peligrar el podio. También entra Caroline Polachek por partida doble, por un lado junto a caroline y por el otro junto a Danny L Harle. Geese, Cate Le Bon y Victoria Justice aparecen en la parte baja de la tabla.
Ya podéis escuchar cómo ha quedado el top 40, junto a las 10 nuevas candidatas, en Apple Music.
Lily Allen está lista para volver a la música. Tan lista que su nuevo disco, ‘West End Girl’, se pone a la venta tan pronto como el 24 de octubre, es decir, esta semana. La noticia ha saltado a través de un insider de ATRL citado en Popjustice. Ahora lo ha confirmado ella misma, junto al tracklist. El título haría referencia a su etapa en el mundo del teatro, pero posiblemente también al éxito de Pet Shop Boys.
1.-West End Girl
2.-Ruminating
3.-Sleepwalking
4.-Tennis
5.-Madeline
6.-Relapse
7.-Pussy Palace
8.-4Chan Stan
9.-Nonmonogamummy
10.-Just Enough
11.-Dallas Major
12.-Beg for Me
13.-Let You W/in
14.-Fruityloop
Los rumores apuntan a que el primer adelanto de ‘West End Girl’ llevaría el título tan propio de Lily Allen de ‘Pussy Palace’, aunque atención a la ocurrencia de ‘Nonmonogamummy’. La portada es española y se compone de un cuadro de la onubense Nieves González.
‘West End Girl’ sería la obra que Allen publique tras su separación del actor David Harbour en febrero de 2025, tras cuatro años de matrimonio. Allen había anunciado este año que se retiraba de la vida pública unos meses para cuidar su salud mental.
‘West End Girl’ será el primer elepé de Lily Allen en siete años: el último, ‘No Shame‘ (2018), fue nominado al Mercury Prize.
Cuenta Kevin Parker en las entrevistas sobre su nuevo disco, ‘Deadbeat’, que él no planea ningún movimiento musical, sino que simplemente persigue su propia intuición y lo que «se siente bien». Su sorprendente evolución hacia la música electrónica nace de un proyecto inicial que él concibe ajeno a Tame Impala, pero cuando el compositor de melodías empieza a emerger, queriendo introducir «unos buenos acordes» en esos beats que estaba produciendo, nace el primer disco de Tame Impala en un lustro.
La primera sensación que deja ‘Deadbeat’ es de caos: las pistas electrónicas, como ‘Not My World’ o el single ‘End of Summer‘, parecen escritas para ser pinchadas en raves a altas horas de la noche. Pero después, el rock psicodélico de ‘Loser‘ y el urban pop dosmilero de ‘Obsolete’ apuntan claramente en diferentes direcciones.
Puede que ‘Deadbeat’ no logre la cohesión de los anteriores trabajos de Parker, pero sí representa la mejor de las sorpresas, tanto para quienes no vieron en ‘The Slow Rush‘ (2020) la evolución esperada, como para quienes siempre creyeron que Parker podía escribir discos incluso más pop que los anteriores. Tan pop que el influyente «sonido Tame Impala» fuera casi imperceptible.
Ese sonido está presente en la pegadiza ‘Loser’, que, por título y sonido, remite a ‘Lonerism‘ (2012). También en ‘Dracula’, una simpática variación de ‘Currents‘ (2015), que ha dado a Parker, merecidamente, su primera entrada en el Billboard Hot 100. Ambos conectan con el concepto de ese disco que decide llamarse «bala perdida» porque Parker siempre se ha sentido así y ha decidido celebrarlo.
Aunque, en todo este tiempo, Parker se ha casado y ha sido padre -y a sus hijas parece dedicar el dembow (sí, has leído bien) de ‘Oblivion’-, ciertas pistas como ‘My Old Ways’ o ‘No Reply’ retratan a un músico solitario, absorto en su mundo, incapaz de contestar mensajes y rendido a los malos hábitos. En ‘Loser’ canta que es un «perdedor» y una «tragedia», cogiéndole el cable a Beck. La cuestionable rima «you’re a cinephile / I watch ‘Family Guy'» de ‘No Reply’ es un triste retrato en diez sílabas.
Al final, ‘Deadbeat’ no es un disco de electrónica, aunque la muy Jamie xx ‘Not My World’ y la más Four Tet ‘Ethereal Connection’ son estupendas grabaciones que hermanan con ‘End of Summer’ en estilo y concepto. Tienen más personalidad otras pistas como la inicial ‘My Old Ways’, una odisea deep-house construida sobre un infalible loop de piano, que más adelante progresa hacia algo parecido al teclado vintage marroquí; la nu-disco ‘Afterthought’, la más inmediata de todas, o ‘No Reply’, una especie de house sudafricano, como inspirado por el Drake más bailable, pero pasado por el filtro de Tame Impala.
La variedad estilística de ‘Deadbeat’ toma caminos tan inesperados como el de ‘Obsolete’, que revisita la moda del bhangra-pop de los 2000 de forma notable, o ‘See You On Monday (I’m Lost)’, una de las piezas menores del álbum, tan ambiental y onírica como una composición de Angelo Badalamenti, aunque su posición en el tracklist desconcierta. Otras fusiones se pasan de rosca: ‘Peace of Heaven’ es un gracioso homenaje al ‘Orinoco Flow’ de Enya… hasta que decide convertirse en un single de Timbaland de 2009. La entrada de percusiones certifica que, a veces, menos es más.
Que la intuición de Kevin Parker haya llevado al australiano a explorar sonidos tan dispares demuestra su hambre creativa. Pero lo mejor de ‘Deadbeat’ es la manera en que se desvincula del famoso sonido de Tame Impala, tan influyente y probablemente ya agotado, y demuestra que Parker no depende de él en absoluto para crear buenos discos y canciones, y para evolucionar como artista que sigue teniendo cosas que decir en su quinto trabajo. ‘Deadbeat’ no es su obra más cohesiva, pero sí la que más se parece a un recopilatorio de éxitos.
Tame Impala presentará ‘Deadbeat’ el 7 de abril en el Movistar Arena de Madrid y el 8 de abril en el Palau Sant Jordi de Barcelona. JENESAISPOP es medio oficial.
‘Ofelia’, la célebre pintura del prerrafaelita John Everett Millais, es uno de los referentes pictóricos más utilizados en las producciones audiovisuales, a la altura de ‘El mundo de Cristina’ (Andrew Wyeth) o ‘Gótico estadounidense’ (Grant Wood).
En 1900, la obra fue reinterpretada por el pintor alemán Friedrich Heyser. Su ‘Ofelia’ es la que sirve de modelo para Taylor Swift en la recreación con la que se inicia ‘The Fate of Ophelia’. Siguiendo con los prerrafaelitas, el pájaro que aparece en el segundo tableau vivant parece inspirado en la ‘Beata Beatrix’ de Dante Gabriel Rossetti, aunque el resto de la composición no tenga nada que ver.
Con ambas referencias pictóricas se abre un videoclip que destaca por dos factores. Por un lado, el atractivo dinamismo del montaje y de la puesta en escena, que encadena secuencias mediante un uso muy creativo de la (falsa) continuidad y los encadenamientos visuales (la apertura de un telón, un movimiento de la mano, un chapuzón…).
Por otro, y dejando a un lado los habituales easter eggs para los (muy) fans, por la variedad de looks y escenarios que presenta el clip, la mayoría basados en referentes clásicos: desde la estética cabaretera -en su vertiente music-hall o burlesque- hasta la popera de las girl bands de los 60, pasando por los decorados de las producciones de Broadway o las coreografías acuáticas de Esther Williams. ‘The Fate of Ophelia’ concluye con un guiño al “destino de Ofelia”, mostrando a Taylor sumergida en una bañera.
España tiene que recolocar el valor cultural que le da a la música. A quien no le interese la cultura, que al menos piense en lo económico. Los datos demuestran que los españoles le damos a la música muchísimo valor, especialmente a la música en directo, algo que no siempre se refleja en todos los ámbitos. Ni en la televisión, donde hasta ‘La Revuelta’ y «Marc Giró» era extrañísimo en los últimos años ver actuaciones en directo. Ni tampoco en la conversación social.
Nos sigue escandalizando cuánto pueden llegar a valer unas entradas para un concierto, pero no hay una sola persona que cuestione cuánto vale un partido de fútbol. Incluso en una página de música como la nuestra es habitual que los comentaristas hablen con desprecio de la profesión de músico. Algo que no ocurre, por ejemplo, en Reino Unido, donde la industria lleva décadas asentada, mutando, por supuesto, como en todas partes, pero sólida como un roble.
Esta es la personal conclusión que extraigo del Anuario de Fundación SGAE que se ha presentado esta mañana en Madrid referido a datos de 2024. El Anuario de Fundación SGAE analiza los ingresos anuales en distintas disciplinas artísticas realizándose 2 preguntas fundamentales:
-¿En qué medida se ha recuperado la cultura en España desde la covid?
-¿Hemos logrado volver a los datos previos a la enorme crisis económica de 2008?
La conclusión es que la música sí se ha recuperado con creces desde la covid y roza los datos de 2008, sobre todo la música en directo. Por el contrario, la recuperación del cine se ha estancado este año y la televisión cae en favor de otras formas de ocio, presumiblemente plataformas tipo Netflix pero también TikTok. Peor aún, pinta a que las artes escénicas no van ni siquiera a regresar a los datos de 2019. Su público ha envejecido, tiene miedo a los espacios cerrados desde el coronavirus, y la industria no está sabiendo llamar la atención de las nuevas generaciones. Estas son las 5 conclusiones principales:
El teatro no remonta
Las artes escénicas, cuyo grueso es el teatro, pero incluyen también danza y lírica, recaudaron casi 261 millones de euros en España en 2008. Esta cifra, que tuvo sus fluctuaciones por la crisis, se hundió en 2020 por la covid. Se pasó a recaudar 66 millones de euros. El nuevo dato de 2024 indica que no se ha llegado a 182 millones de euros. Se ha perdido desde 2019 casi el 24% en recaudación.
La recaudación de conciertos y festivales, en récord
En 2008 se recaudaron 164 millones de euros en conciertos en España. La cifra bajó de 100 millones por la covid, pero después ha ido aumentando hasta batir récord en 2022 (228 millones), otro récord en 2023 (269 millones) y otro récord en 2024 (320 millones).
A estas cifras hay que sumar el éxito de los festivales. La asistencia a macrofestivales fue de casi 34 millones en personas en 2024, casi igualando los 35,7 millones de 2008. Aunque los datos no tienen nunca en cuenta la inflación, Rubén Gutiérrez, director de Fundación SGAE, ha negado que exista «burbuja festivalera»: «Llevamos 7 años hablando de la burbuja. Todas las cosas se acaban, pero no hay síntomas de estancamiento, sería muy aventurado hablar de burbuja. Hay una tendencia muy consolidada de que los festivales son actividades de ocio prioritario. Se han juntado 3 generaciones: gente que iba a festivales hace 20 años y se mantiene, y las generaciones posteriores. Mucha gente no entiende el verano ni sus vacaciones sin los festivales. Y ahí ha tenido mucho que ver la campaña del Ministerio de Cultura para el público de 18 años», ha indicado en referencia a gente que va a un festival con el bono cultural y después repite con su dinero.
También ha cuestionado que se vuelva de manera reiterada al fracaso de Primavera Sound Madrid como ejemplo de «burbuja». Según su análisis se debió a la lluvia sobre un terreno que no estaba preparado para ella, ausencia de alcantarillado y problemas en los accesos que incluyó «una hora y media de atasco para la propia presidenta de la Comunidad». Gutiérrez reclamó a la Comunidad que apueste por recintos para festivales como ha hecho Barcelona.
La música grabada sube por el streaming
La música grabada no está en récord porque los datos de principios de los 2000, pre-Napster, son difíciles de igualar. Pero estamos en camino. De los 273 millones recaudados por música grabada en el año 2008 se pasó a 124 millones en 2013. Ahí se tocó fondo, y en este caso lógicamente la covid no tuvo nada que ver. Tras el asentamiento de Spotify, Youtube, Apple, Deezer y Tidal, no se ha dejado de crecer hasta sumar los 508 millones a los que se ha llegado en 2024. Eso sí, el formato físico se ha estancado: el CD sigue bajando y el vinilo ya no sube más. No baja mucho, pero ya no sube más.
Gutiérrez ha destacado la resistencia del formato LP, en cualquier caso: «hace 10 años no nos lo habríamos creído. Se consideró una moda y sus números son muy estables». En 2023 la venta de vinilos produjo 35,2 millones de euros en España (récord de la serie), y este año han sido 33,8 millones. No se ha bajado mucho.
Malas noticias para el cine
La noticia más inesperada la deja el cine. En varias ocasiones de la serie desde 2008 se han superado los 100 millones de espectadores anuales. En 2020 se cayó a 26 millones por la covid. Desde entonces se ha subido pero no lo suficiente. En 2023 fueron casi 78 millones de espectadores y este año se esperaba subir a 85 o incluso 90 millones. No ha sucedido: se ha bajado a 74 millones, probablemente por la competencia de series y películas a demanda.
Bajan el cine y la radio
Las gráficas de televisión y radio son claras: nunca se ha consumido menos radio y menos tele. Sobre todo esto último. Si ya en 2021 se consumieron solo 92 minutos de radio semanales por español -mínimo igualado este año-, el dato de la tele es desalentador. Hemos pasado de consumir 246 minutos semanales en 2012, a consumir solo 171 en 2024. Es el mínimo histórico de la serie. Los videojuegos salen mejor parados, como podéis consultar online.
Si la música de por sí es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo, que decía Platón, la música en vivo continúa siendo siglos después un refugio seguro. Es el momento del día en que te olvidas de dónde trabajas, quién te putea, el amigo con el que ya no es lo mismo, el vecino que odias, el familiar que solo te aporta dolores de cabeza o ese dirigente mundial que se ha propuesto destruir el globo terráqueo. La comunión con el artista y con el resto del público puede ser tal que hasta te consigas abstraer de las decepciones que te ha traído el susodicho artista sobre el escenario.
Mala Rodríguez celebró anoche en Teatro Eslava ante unas 800 personas el 25º aniversario de su debut, ‘Lujo ibérico‘. Igualmente se celebraba el 25º aniversario de Ochoymedio. Su show en Tomavistas recordando el mismo disco cuentan que fue somero y austero, incluso parco en canciones de ‘Lujo ibérico’, así que nada nos hizo presagiar lo que íbamos a presenciar en directo en este otro espacio.
Casi una veintena de músicos se amontonaron sobre las tablas a las 21.00 en punto para esperar a La Mala. Eran, en líneas generales, un grupo de mujeres a las cuerdas y a los coros, y un grupo de hombres a los vientos, batería y piano. Una big band de no dar crédito. Sonó un solo de trompeta que ni en los toros y un minuto después aparecía sobre el escenario la miura, María Rodríguez. ¿La canción que sonaba? ‘Tengo un trato’. ¡Lo mío pa’ mi saco! Karaoke colectivo.
El mayor hit del disco celebrado era la primera canción del set, pero La Mala sabe cómo mantener bien arriba un show. La segunda canción fue ‘Yo marco el minuto’. Y para entonar aquello de «tengo lo que tú quieras» pidió que subiera alguien «sexy» del público al azar. La valiente fue una chica, La Mala aventuró que iban a ofrecer «porno suave» y ambas empezaron a contonearse ante los vítores del respetable. La invitada se vino muy arriba, no cuando rozó las caderas de la artista, como estaba sugerido, sino cuando se colocó tras ella y le acarició el pelo. ¿Nunca habéis follado con alguien que os haya dicho «hazme de todo pero jamás me toques el pelo»? Por momentos vi a esta persona saliendo despedida del escenario de un guantazo, pero por suerte esto solo pasó en la imaginación de aquellos a los que La Mala nos da miedo. Rodríguez estaba decidida a ser todo simpatía y amor en la que iba a ser su gran noche. Adrián YR
Eso sí, a su manera. Porque no faltaron chascarrillos marca de la casa como «Voy a contar un chiste. Bueno, el chiste se cuenta solo» (?) o «Valgo para presentadora, no sé por qué no me han cogido» (!). Pero sobre todo mandaron sus dotes para llenar espacios. Hubo otro momento delirante tan pronto como en la tercera canción, ‘Especias y especies’. Mala Rodríguez chillaba lo de que «solo hay cabrones y cobardes» mientras la gente lo repetía y el técnico de luces decidió volverse loco por un instante. Entre otras cosas, ‘Con diez o con veinte’ contó con la colaboración de Kultama, y el público cantó antes de tiempo el estribillo de ‘La cocinera’ cuando ella la presentó como «estoy cocinando». Tampoco faltó ‘No van’ y se subió al escenario para un tema la rapera Sara Socas.
En un par de momentos, la rapera se dedicó a tocar manos y caras de las primeras filas, y por si fuera poco entretenimiento todo esto, tiró de «greatest hits». ‘Por la noche’ se certificó como su tema más querido, da igual lo que diga Spotify. La versión acústica de ‘La niña’, acompañada de únicamente de un guitarrista, fue para enmarcar. ‘Contigo’ sonó a clásico latino en Spanglish. ‘Quien manda’, aquella canción que no llevaba tilde porque no hay ninguna pregunta, «quien manda aquí es La Mala», fue de las más beneficiadas por el efecto orquesta, en toda su vocación jamaicana.
Hay que elogiar el trabajo del director de orquesta Claudio Marreros. Los arreglos no tenían nada de pompa, ni hacían sonar las canciones barrocas ni «adultas». Las versiones seguían sonando callejeras, solo que remozadas, casi entrañables, pero nunca almibaradas. Un poco en la deriva más jazzie de Kase.O. Un show que volvería a ponerme en Netflix y al que el público respondió muy bien. Cuando la artista comunicó que tenía que ir cerrando a los 75 minutos de concierto, porque era lo que «la sala le permitía», la gente pidió más y más. Especialmente se pidió ’33’, pero Mala culpó al director de orquesta de no haberla preparado, entre risas. Tras ‘El gallo’ y 20 gritos «¡haced lo que os dé la gana!», el concierto acabó, sin bis, y allí el 80% del público se resistió a irse, reclamando «otra» y «otra».
Al ver al técnico de sonido recoger sus bártulos, este cronista de JENESAIS… SU PUTA MADRE desistió. Por alguna razón había sonado una de mis canciones favoritas, que consideraba olvidada y no es del disco de marras, ‘Por eso mato’, y fue la que me puse en bucle de vuelta a casa. «Si tú me das bueno, yo te doy bueno. Si tú me das malo no te doy na. Te ves arrepentido por no celebrar la vida, que tanto a mí me ha costao». La respuesta a las cosas que no entiendes de los artistas, tantas veces está en sus propias canciones… 9. Adrián YR
Oficializado el regreso de Amaia Montero a La Oreja de Van Gogh, y anunciada la salida temporal de Pablo Benegas, la banda donostiarra pone en marcha su comeback y anuncia las fechas de su esperada gira de 2026, llamada ‘Tantas cosas que contar Tour’. Ninguna cita en estadio, todas son en arenas.
La gira, que se compone de 16 fechas, arrancará el 9 de mayo en el Bizkaia Arena BEC! de Bilbao, seguirá con dos citas en el Movistar Arena de Madrid los días 28 y 29 de mayo (Madrid es la única ciudad que hace doblete) y continuará el 6 de junio en el Estadio José Copete de Albacete, el 13 de junio en la Plaza de Toros de Murcia y el 26 de junio el el Live Sur Stadium de Sevilla.
El 27 de junio, el tour seguirá en el Marenostrum de Fuengirola, y alcanzará su ecuador con fechas en el Gijón Life el 10 de julio y en el Illunbe Donostia Arena de Donostia el 31 de julio. Agosto contendrá dos fechas en La Virgen del Mar de Santander el día 21, y en el Pingüinos Arena de Valladolid el 27.
Ya en el tramo final del tour, La Oreja realizará conciertos en el Roig Arena de Valencia el 4 de septiembre, en el Coliseum de A Coruña el 11 de septiembre, en el Príncipe Felipe de Zaragoza el 9 de octubre y en el Palau Sant Jordi de Barcelona el 6 de noviembre. El cierre de gira se producirá en el Navarra Arena de Pamplona el 20 de noviembre.
Junto al póster de la gira, La Oreja comparte un vídeo de la banda junto a Amaia ensayando ‘Puedes contar conmigo’ grabado el pasado 10 de octubre. «Tenemos más ganas que nunca de salir por el mundo con nuestras canciones bajo el brazo, ser miles durante una noche y cantar con vosotros que la vida es una vez, que es aquí y que es ahora», escribe el grupo.
Hoy 17 de octubre salen nuevos discos de Tame Impala, Miss Caffeina, The Last Dinner Party, Silvana Estrada (lo reseñamos ya en portada), Ashnikko, Nathy Peluso (un EP de salsa), Of Monsters and Men, el álbum de duetos de Chrissie Hynde, Sudan Archives, bar italia, Poliça, Miles Kane o Paz Lenchantin (ex Pixies).
Por otro lado, varios discos (relativamente) viejos se reeditan hoy, destacando los últimos de HAIM y King Princess.
Entre los singles destacados de la semana destacamos como Canción Del Día hoy el nuevo de Charlie Puth. Junto a él, producen sus esperados regresos Peaches, Grimes o Courtney Barnett.
Algunos artistas siguen presentando hoy sus próximos trabajos largos, como Kim Petras, Oliver Sim, Cat Burns o Júlia Colom, quien se alía con Tarta Relena. La música tanto nacional como internacional deja, además, interesantes estrenos de Joji, Últim Cavall, Magdalena Bay, Sidonie, Ayra Starr, La M.O.D.A., Chloe Qisha o Rojuu sonando, de repente, muy sirio.
El underground nacional deja estrenos igualmente recomendables de Las Petunias, Germán Salto, cosas bien cosas mal, Ruiseñora, Mala Gestión, Bernal, CURRO, Besmaya, pablopablo o Ronroneo. Soleado, por su parte, dedican su nuevo tema a Gaza.
Sam Fender ha ganado el Mercury Prize con su tercer disco, ‘People Watching’, durante la ceremonia de esta noche celebrada en Newcastle, lugar de nacimiento de Fender. El jurado de Mercury Prize ha decidido premiar esta vez no a una banda alternativa o de nicho, como recientemente English Teacher en 2024 o Ezra’s Collective en 2023, sino a uno de los mayores superventas actuales de Reino Unido. Las ventas de ‘People Watching’ se estiman en 120.000 copias a octubre de 2025: hasta Taylor era el álbum físico más popular del año en las islas y también ostenta el récord del vinilo más vendido durante su primera semana por un artista británico en el siglo XXI.
‘People Watching’, publicado el pasado mes de febrero, entró directo al número 1 en la lista de álbumes de Reino Unido, marcando la mejor primera semana para un artista británico desde nada menos que ‘Harry’s House‘ de Harry Styles en 2022. La última vez que un disco tan exitoso ganó el Mercury fue probablemente el debut de Arctic Monkeys en 2006.
‘People Watching’, por otro lado, es un trabajo co-producido por Adam Granduciel, líder de la banda de guitarras estadounidense The War on Drugs.
Fender, que tiene 31 años, ha sido una de las figuras británicas más activas en la denuncia contra el genocidio de Gaza: este mismo año llegaba a aparecer junto a Greta Thunberg en un concierto.
‘People Watching’ competía en el Mercury de este año con discos destacados como ‘Romance‘ de Fontaines D.C., ‘Eusexua‘ de FKA twigs, ‘More‘ de Pulp, ‘Fancy That!‘ de PinkPantheress o ‘The Clearing‘ de Wolf Alice. En su discurso de agradecimiento
CMAT – ‘Euro-Country’
Emma-Jean Thackray – ‘Weirdo’
FKA Twigs – ‘Eusexua’
Fontaines D.C. – ‘Romance’
Jacob Alon – ‘In Limerence’
Joe Webb – ‘Hamstrings & Hurricanes’
Martin Carthy – ‘Transform Me Then Into A Fish’
Pa Salieu – ‘Afrikan Alien’
PinkPantheress – ‘Fancy That’
Pulp – ‘More’
Sam Fender – ‘People Watching’
Wolf Alice – ‘The Clearing’