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Pitingo dejará de hablar de política por su familia

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Pitingo y el cómico Quequé han protagonizado estos días un duro altercado en Twitter en el que se han intercambiado todo tipo de acusaciones e insultos. Pitingo decía querer a Pedro Sánchez fuera del gobierno lo antes posible, Quequé afeaba al cantante su derivación hacia la ultraderecha y utilizaba una serie de palabras que llevaban a Pitingo a acusarle de “cobarde” y “racista”, entre otras cosas.

El autor de ‘Olé y amén’ nunca se ha cortado en hablar de política y, en los últimos tiempos, se ha mostrado contrario a la relación del Gobierno con Bildu o ha pospuesto conciertos en Cataluña debido a la tensión política. Pero Pitingo probablemente dejará de hablar de política, al menos por un tiempo.

En un mensaje publicado en Twitter, Pitingo denuncia que una persona amenazó hace tres años a su familia con hacer daño a su hijo, hasta el punto de que tuvo que ponerle escolta para ir al colegio. “Hoy hablando con mi mujer, me ha dicho, cariño, para ya de hablar de política, por favor, tengo miedo de ir por la calle y que nos hagan algo”. Pitingo agrega: “Yo he calmado a mi mujer y la entiendo perfectamente, pues hay mucha gente que tiene mucha maldad y son capaces de hacer lo que sea con tal de hacer daño”. Antonio Manuel Álvarez Vélez asegura que la policía nunca ha logrado identificar a la persona que amenazó a su hijo.

El artista pide perdón a su familia por la polémica que sus opiniones han causado en redes, y añade que espera que “ojalá el tiempo calme todo este revuelo de odios y nos respetemos como toda la vida, con nuestros más y nuestros menos, pero sin odios”.

Pitingo también tiene palabras para sus fans: “Quiero agradeceros todo el apoyo siempre pues no han sido años fáciles y hemos sufrido todo tipo de insultos, señalamientos, vetos y campañas de desprestigio y ahí habéis estado siempre, para lo bueno y no tan bueno”.

En el comunicado, Pitingo no expresa explícitamente una decisión de dejar de hablar de política, pero es lo que da a entender, también en su conclusión: “Espero entendáis mi decisión, no quiero que mi mujer y mi hijo tengan miedo por culpa de mis arranques y de no callarme ante nada ni nadie, pero mi familia es lo que más quiero en este mundo y su felicidad es la mía”.

Variedad festivalera, sí, pero con un mínimo de sentido

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Este fin de semana se ha celebrado O son do Camiño, con un cartel peculiar en el que lo mismo cabía Maluma que Royal Blood. Lo mismo Delaporte que Aitana. Lo mismo alt-J que Bizarrap.

Sandra Sabater de Ginebras ha compartido su opinión sobre el festival, con el que está súper agradecida, por su mismísima variedad, pero también ha sido crítica con una parte del público que, en primeras filas, estaba allí aguardando a que saliera otro artista. “En varios conciertos, incluido el nuestro, las primeras filas estaban copadas de grupos sentados en el suelo reservando hueco para ver a un artista que actuaba después. Algunos estaban de pie, con cara de culo, bostezando o incluso vacilando”.

Sandra continúa: “Esas personas no dejaban disfrutar del concierto a los que sí estaban ahí para escucharnos. No necesariamente fans, también curiosos. Es molesto, es irrespetuoso y es de tener bastante mala educación”. El tuit ha recibido casi 3.000 “me gusta” en muy pocas horas en Twitter y han sido varias las opiniones interesantes surgidas al respecto. Por ejemplo, Chica Sobresalto ha indicado que se ha sentido exactamente igual en el mismo evento.

Ginebras estaban programadas según los horarios a las 19.00 del viernes en el Escenario Xacobeo, antes de Wolfmother, The Kooks y Mora. Los 4 artistas mencionados tienen bien poco que ver entre sí. Además, en el escenario colindante salían indistintamente Trueno, Maluma y Alesso.

Igual de locos pudieron ser otros momentos del festival, como los pasos de alt-J a Eladio Carrión y Bizarrap. O el de Vetusta Morla a Aitana y Duki.

Rayden, o el artista anteriormente conocido como tal, está entre quienes han dado su apoyo a Ginebras. Y además va a la que podría ser una de las raíces del problema: “Esto lo viví yo el año pasado en un festival. Los festivales que quieren enganchar al público joven se están llenando de personas que solo escuchan el TOP 50 de Spotify y se piensan que si echan al artista o grupo que toca con su banda, va a tocar su artista favorito antes”.

Algo parecido ha escrito en Twitter el periodista Arturo Paniagua: «En un mundo idílico ir a un festival es una oportunidad para descubrir música, no una acampada en primera fila para ver a un único artista. El respeto, la curiosidad y el amor por la música se está perdiendo por culpa de un consumo cada vez más rápido y menos heterogéneo».

Todos los asistentes a festivales hemos visto alguna falta de respeto hacia los artistas sobre el escenario, esa actitud «vacilante» de la que hablaba Sandra Sabater, sobre todo cuando un gran nombre va a salir a última hora del día. Y no es exclusiva de festivales tan extremos en su variedad como O Son do Camiño. Si presumimos a Primavera Sound una línea editorial más concreta, un redactor de esta casa aseguraba hace poco que los fans de Depeche Mode le amargaron por completo el show de Japanese Breakfast.

Escribía Fernando García: «Los fans de Depeche habían hecho una barrera en las primeras filas impidiendo el paso a cualquiera, y lo que hacían o dejaban de hacer Zauner y los suyos en el escenario les importaba más bien poco. Entre las continuadas y molestas charlas entre colegas era difícil disfrutar plenamente del concierto, que sonaba magnífico. Ojalá Japanese Breakfast hubiera tocado en un escenario más pequeño ante gente que de verdad quería estar ahí viéndolos». Lo que nos lleva a otro asunto: los fans españoles de Depeche Mode solo tenían la opción de ir a Primavera Sound si querían ver un concierto de su grupo favorito, pues estas eran sus únicas fechas en nuestro país. La cuestión es, por tanto, más compleja de lo que parece a primera vista.

En un país profundamente crispado y dividido políticamente, en el que la primera línea de la política se sumerge en lemas vacíos de contenido, con programas llenos de páginas en blanco y se sustenta en la alimentación abierta de bulos, es difícil que esperemos grandes niveles de educación de la calle. Y por extensión de un concierto. En este mundo, pedirle al fan de un artista que esté callado en el concierto de un grupo que no quiere ver, es pedirle peras al olmo, cuando la gente ni siquiera tiende a callarse en el propio concierto que ha ido a ver, en absoluto.

El modo de consumo, rápido, sin buenos equipos y sin profundidad ninguna, es ciertamente preocupante en los tiempos de las playlists de Spotify. Pero de eso no tiene la culpa O Son do Camiño. Es este un festival particular, que vende 33.000 abonos sin confirmar el cartel, y agota entradas en cuestión de minutos.

El eclecticismo es su marca y hace bien en apostar por él: no hay vuelta atrás en esto de abrazar la música sin etiquetas. Pero quizá sí haya algo de margen de mejora en la disposición de elementos. Quizá una jornada más enfocada al rock de Vetusta Morla, Viva Suecia, The Kooks y Royal Blood; otra a la música urbana con Bizarrap y Tokischa, y otra al pop con Aitana, Chica Sobresalto y Delaporte hubiera resuelto mejor la papeleta.

O quizá no hacía falta segregar tanto. Quizá si antes de Bizarrap, quien sale es Tokischa y no Leiva, el público de Bizarrap hubiera estado más entretenido por una mera cuestión de afinidad estilística. Quizá si la noche iba a terminar con Maluma y Mora, esa tarde hubiera pegado más Sila Lua que Ginebras. Detalles que hubieran pensar que la línea editorial de la noche está pensada y va hacia algún lado, en lugar de tirada en los huecos del festi, de manera totalmente random.

El caso es que parece haber un problema donde solo percibíamos alegría, diversidad y eclecticismo por obra y gracia del siglo XXI. Hace poco Royal Blood se sintieron muy poco mimados en un festival internacional y terminaron espetando a la gente, de muy mala manera, si habían escuchado rock en su vida. Parece que queda un camino por recorrer cuando se trata de recordar al público que un festival está para descubrir música (para escucharla), y que no solo los artistas se merecen un mínimo de respeto (saludos al que le acaba de tirar un teléfono a la cabeza a Bebe Rexha) y también a quien quiera verlos.

El amor coloca a Jorja Smith en su hit más bailable, ‘Little Things’

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Cinco años después de ‘Lost & Found’, un debut que le valió comparaciones con Amy Winehouse o Lauryn Hill, Jorja Smith va a publicar su segundo álbum. De ese ‘Falling or Flying’ que saldrá a la venta el 29 de septiembre, ya conocemos un par de canciones: ‘Try Me’ y ‘Little Things’. Esta última, que ha logrado ser top 20 en Reino Unido, es nuestra “Canción del Día” hoy.

Según las palabras de su sello, si en ‘Try Me’, Jorja se mostraba “desafiante e indomable”, en ‘Little Things’ enseña su parte más «coqueta y enérgica». Se trata de un tema sobre salir de fiesta y encontrarte con alguien que te gusta. Lo explica ella misma: «Cuando comenzamos a crear esta canción, solo me imaginaba escucharla al entrar a una fiesta y ver a alguien al que le había echado el ojo. ¡Es divertido!».

Y lo dice la letra: «No sabía que ibas a estar aquí, te vi otra vez, esto tiene que ser una señal», mientras el estribillo apela a esas «pequeñas cosas que nos colocan». La base es una deliciosa mezcla de piano house y guiños latinos por la vía de Brasil. La referencia podría ser Moloko, además de Katy B.

El vídeo es una recreación de todo esto, planteando a la gente la siguiente pregunta: “¿qué te resulta sexy de una persona?”. Y ahí surgen opiniones para todos los gustos: las venas, la sonrisa, los dientes, los chistes de padre… Todo el mundo tiene una opinión en este vídeo dirigido por Bolade Banjo, filmado en Peckham (Londres) y en el que aparece Headie One haciendo un cameo.

Iggy Pop, antes muerto que vestido, y Lucinda Williams cierran a lo grande Azkena

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Oscar L Tejeda

Esta edición del Azkena Rock Festival se salda con 48.500 espectadores, algo más que el año pasado. En la jornada final la lluvia fastidió un poco el inicio del festival, pero por suerte a partir de las ocho de la tarde el clima fue benigno con los asistentes.

El ritual azkenero se repite: quedar en las terrazas de la Virgen Blanca, esperar a que empiece Chuck Prophet & The Mission Express a las 13:30. Ahora soy yo la que se tuesta en la plaza bajo el sol, untada de protector solar y cubierta con una gorra. Chuck abre con ‘Wish Me Luck’. Suena realmente bien, realmente enérgico. Cinco minutos es lo que aguanto: soy incapaz de soportar el sol directo. Dan lluvia para esta hora, pero el cielo es radiante. Sigo el concierto refugiada de nuevo en una terraza, pero no es lo mismo. En el centro de la plaza hay una muchedumbre entusiasmada con el concierto, bastante más resistente al calor que yo.

A partir de las cuatro de la tarde es cuando cae la anunciada tormenta. A las siete sigue lloviendo, aunque mucho menos. Mi camino al recinto de Mendizabala pasa buena parte acompañado por cánticos de seguidores del Alavés: el equipo se juega pasar a Primera División esta noche. Mi objetivo es llegar para ver a Nat Simons con Cherie Currie, de Runaways. Pero el escenario Love se ha inundado, se han tenido que cancelar un par de actuaciones y ellas pasan a las 00:45, casi la misma hora a la que toca Iggy Pop. Una pena no poder verlas. Amanda Shires, en el escenario God, suena bien, pero su country dulce aporta demasiada melancolía en un momento en que necesitamos algo que nos caliente un poco. Aunque lo compensa tocando ‘Always on My Mind’ en versión Elvis.

La que sí que viene dispuesta a encender el recinto es Ana Popovic. La “guitar heroine” conduce una banda de fuste (ella a la guitarra, órgano, metales…) y practica un funk-blues muy sandunguero. A esto hay que sumar su exuberante presencia. Resulta muy graciosa cuando canta el batería y ella hace playback. Y acaban con una versión de ‘Thriller’ cantada de nuevo por el baterista (algo justito de voz) mientras ella baila. La gente se lo está pasando bien y, encima, sale el sol.

El de Lucinda Williams es el concierto más emotivo y memorable de la jornada. A ella se le notan las secuelas del ictus: tiene la movilidad del lado izquierdo comprometida y no puede tocar la guitarra. Su timbre vocal está avejentado… Pero la fuerza y la expresividad de su voz siguen siendo las mismas. Y su actitud: yo vi a una Lucinda mucho más desafiante que frágil. Además, su banda es de aúpa.

La actuación arranca de sopetón con ‘Protection’ y tengo que correr para encontrar una buena ubicación. Llega la música de otro escenario y hay mucha cotorra suelta entre el público, así que me tengo que meter bien en el meollo. Y justo es cuando llega el momento en que Lucinda nos arranca las lágrimas por primera vez: ‘Drunken Angel’, muy emotiva. De hecho, a partir de aquí el concierto, que ya ha empezado bien, se eleva. La muy nostálgica ‘Fruits of My Labor’ nos transporta al Sur. En ‘Are You Down’ entona un casi reggae sobrenatural, con un largo paisaje instrumental. Ella se mueve con dificultad y a la vez es tan emocionante verla durante el tramo instrumental dando palmas y bailando….

Como para no dejarnos caer en la melancolía, Lucinda nos echa encima toda su maquinaria rockera: la rumbosa ‘Let’s Get the Band Back Together’, de su próximo disco ‘Stories from A Rock N Roll Heart’. O el blues corajudo de ‘Joy’: cómo dice decidida “You took my joy, I want it back!”. Y sonríe abiertamente y cómo suena la guitarra, ay. Y ya no hay cotorras ni sonidos extraños de otros escenarios. Sólo Lucinda y nosotros. ‘Essence’ cae como lluvia de primavera, tan sensual. Hay un momento escalofriante, cuanto canta lo de “baby, sweet baby” casi a pelo, solo con la guitarra. Cuando acaba nos aclara: “por cierto, esta canción va de sexo. No de drogas. Lo digo porque hay rumores que dicen que estoy metida en heroína. Incluso me lo han preguntado directamente. ¿Tengo aspecto de tomar heroína? ¡Estaría mucho más delgada!”, bromea.

Lucinda nos devuelve al rock y a la contundencia en ‘Honey Bee’, dando palmas, pidiéndolas. Lo que nos tiene ya calentitos para uno de los puntos álgidos de la jornada: su versión del ‘Rockin’ in the Free World’ de Neil Young: nos desgañitamos, cantamos, hay una comunión total. Y ella se acerca, nos anima. Y acaba y no queremos que se vaya. “Amor y paz”, nos dice en castellano. Nosotros coreamos su nombre, ella se abraza. Y nos deja la piel de gallina.

Oscar L Tejeda

Con las lágrimas aún en los ojos, es hora de ir a cenar. El Alavés sigue jugando. Hay mucha gente siguiendo el partido a través de los móviles. De repente, la locura: un penalti en el minuto 129 da la victoria al equipo. ¡El Alavés regresa a Primera! Salgo corriendo a ver si logro ver algo de Melvins. Sólo los diez últimos minutos. Me he perdido un bolo apoteósico, me informan. Al menos, logro llegar a tiempo para que su apisonadora stoner me atropelle un poquito. Buzz Osborne (vestido de sacerdote: parece que es tendencia este año) con Steve McDonald de bajo (Redd Kross) son toda una bola de energía eléctrica. Ellos lo pasan en grande, y nos lo hacen pasar en grande. Estoy engoriladísima, pero por a o b, acaban su actuación casi un cuarto de hora antes de lo previsto.

Iggy Pop es el máximo reclamo de la jornada. En las pantallas hay vídeos en blanco y negro de un joven Iggy vestido de sadomaso, mientras la guitarrista, sola en el escenario, toca con un arco. Poco dura la deriva arty: Enseguida salta Iggy al escenario, descamisado, chuleando, su torso solo cubierto con un chaleco. En su banda además hay una sección de metales que le da a su cancionero un toque de soul enloquecido, sorprendente pero muy certero. Él va algo justito de voz, pero sobrado de actitud. Su cuerpo está ajado por fuera, pero mantiene la energía intacta por dentro. Y, claro, poco dura el chaleco. Antes muerto que vestido.

Que Iggy Pop haya sacado disco nuevo es anecdótico, porque este es un concierto de hits. Caen seguidas ‘Raw Power’ y ‘Gimme Danger’ de los Stooges, sin anestesia, puro salvajismo. Él a ratos parece cantar por un lado mientras la banda suena por otro. Pero da igual. Somos prisioneros de Iggy. Es todo un akelarre descomunal. ‘The Passenger’ con los vientos es una barbaridad, todos cantamos el “lalalala”, mientras él hace el payaso, se pone el micro en los pantalones, susurra la canción. Y para rematarnos, ‘Lust for Life’.

Hay un pequeño oasis de calma antes de que Iggy nos explique que él solía estar en una banda llamada The Stooges y que tenían una canción que no se llegó a publicar porque era “demasiado enferma”, a pesar de ser su favorita: ‘I’m Sick of You’. Y hay un momento un poco raro porque de repente se para un poco y se escucha el escenario de al lado. Escenario que quedará acallado con la andanada de ‘I Wanna Be Your Dog’, apabullante entre vientos y la tormenta de guitarras. “Te quiero mucho”, dice Iggy. Ahora la calma un poco, ahora llega la explosión. Y ‘Search and Destroy’ ya es una locura. Y no puedo evitar fijarme en sus pantalones. ¿Iggy lleva una pistola o se alegra de vernos? La verdad, no logro dilucidarlo, pero no puedo evitar mirar allí, tratando de adivinarlo.

En pleno éxtasis stoogiano Iggy nos abandona, pero vuelve para los bises, que resultan un tanto fríos después de toda la locura que hemos vivido, aunque sean clásicos de los Stooges como ‘Down on the Street’ o ‘Loose’ de los Stooges. El honor de cerrar lo tiene ‘Frenzy’, de su último disco ‘Every Loser’, e Iggy nos regala todos sus aspavientos: tira el micro, se retuerce en el suelo… Genio y figura.

Bebe Rexha, en el hospital por el telefonazo de un «fan»

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Bebe Rexha, de actualidad por su disco ‘Bebe’ y su single con PNAU y Ozuna, ‘Stars’, otra de vuestras canciones favoritas ahora mismo, ha sufrido un altercado durante su concierto de este domingo en Nueva York.

Un «fan» ha tenido a bien lanzar su teléfono contra la cantante, dándole en la cabeza. Las imágenes muestran que Bebe Rexha queda profundamente desconcertada, incluso cae al suelo. Al parecer, como informa Pop Crave, ha tenido que ser llevada a un hospital, donde le han dado 3 puntos. Según esta misma fuente, el autor del lanzamiento, que se identifica a sí mismo en un vídeo en el que levanta la mano, habría sido detenido.

Por suerte, la cantante se recupera, y por suerte, también, el concierto se pudo realizar casi al completo. Como narra un usuario de Popjustice, el incidente sucedió durante la última canción.

Indica este usuario: «acabo de llegar del concierto de Nueva york y un gilipollas lanzó su teléfono al escenario al final del todo, dándole justo en la cabeza. Se cayó al suelo, pero recibió ayuda enseguida. Ha sido bastante terrorífico, sus bailarines y su equipo parecían muy preocupados. Había terminado y había dicho que este era el mejor concierto de la gira de momento. Un concierto excelente arruinado. Espero que ella se encuentre bien».

En efecto, Setlist.fm muestra que el show de 17 canciones se pudo llevar a cabo, siendo interrumpido durante la última canción, que era el macrohit ‘I’m Good (Blue)’.

Cruz Cafuné / Me muevo con Dios

Asentado en el top 3 de Discos en España un mes después de su lanzamiento, ‘Me muevo con Dios’ suena como el disco definitivo de Cruz Cafuné. Definido en sus propias notas de prensa como «mitad crooner, mitad rapero», el tinerfeño lleva poniendo la música de las islas en el mapa desde que lanzara sus primeros singles en 2015 o formara parte del colectivo BNMP (Broke Niños Make Pesos). Desde entonces ha publicado álbumes como ‘Maracucho Bueno Muere Chiquito’ (2018) o ‘Moonlight 922’, así como varios EP’s y hits sueltos, entre los que seguro que recuerdas ‘Contando lunares’ con Don Patricio, por poner un ejemplo.

Lejos de aquel pop comercialote o del reggaeton de piezas como ‘Coquito la Pieza’, ‘Me muevo con Dios’ es una ambiciosa obra de 23 pistas y más de 1 hora de duración, en la que junto a productores como Lex Luthorz, Cruzzi explora géneros como el hip hop de los años 2000, el trap o la música jamaicana, todo ello aprovechando la privilegiada posición de las Islas Canarias, a medio camino entre Europa, África y América Latina. De eso también presume él mismo.

‘Dios #1’, con esos vientos, o ‘Corintios 13:12’, una colaboración con el americano Westside Gunn que ha conseguido samplear ‘Jukebox Joints’, el tema que A$AP Rocky y Kanye West publicaron junto a Joe Fox en 2015, remiten ciertamente al mejor rap melódico de los años 2000.

Y hay más homenajes. Otra de las cumbres del álbum es la referencia a ‘Baby Boy’ de Beyoncé y Sean Paul que supone ‘BABI BOI’, hilvanando las pistas 3, 4 y 5 de un disco con cierta vocación conceptual. Cruz Cafuné utiliza la obsesión que generaba la melodía original para definir un amor obsesivo con el featuring de Chita: «Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé / Pero si estoy contigo siento que todo va bien». Además, ‘BABI BOI’ se cierra con otro guiño, esta vez a ‘Baby Got Back‘ de Sir Mix-a-Lot, el número 1 de 1992 que también fusiló Nicki Minaj en ‘Anaconda’.

Cruzzi está plenamente cómodo en abundantes producciones de rap de la vieja escuela, como ‘Ja Morant’ o la colaboración con LaBlackie; y también de trap, como ‘FAXXXxxx’; siempre sin descuidar el pop. ‘ABAMA Jr. Suite’ con LEITI es prima hermana de ‘Inditex’ de C. Tangana, y ‘Close Friends’ es un R&B de guitarrita que podría haber entonado lo mismo Usher que Sting.

Otras veces las producciones son realmente imaginativas, como sucede con el single ‘4 PREZ’, inmerso en pequeños trucos de UK garage, drum&bass y club rap, que además cuenta con un estribillo con juego de palabras: «Lo llamo «presidente» porque cada vez que puede lo bota».

‘Movezz en silencio’ se convierte en un encantador número de afrobeat hacia la mitad. También es mutante ‘Practice’, la colaboración con Hoke, y sin ser la mejor canción del álbum, es interesante el modo en que ‘Cangrinaje’ pasa de ser una balada a piano a un R&B, luego un reggaeton, todo ello sorteando el sonido de metralletas.

Aunque el fuerte de este disco de Cruz Cafuné es, claro, su carácter confesional, sus fraseos, sus desafíos y sus revelaciones. En la desafiante ‘1 € cada vez’ reparte contra Warner, el Madrid Salvaje y el Primavera. En varios puntos del álbum trata su supuesta rivalidad con Quevedo, que es el artista invitado en el hit ‘Sangre y fe’, cuyo estribillo reza «no quiero estar en la cima solo». Y puede que la lánguida ‘Fabiola’, dedicada a su hermana, ya sea una cosa demasiado para hardcore fans, pero el álbum se cierra con un tema tan confesional y seminal como ‘Me muevo con Dios’, que no en vano da título a todo el disco.

Hablando de lo que ha heredado de sus padres, de una amante que le cuestiona como rapero en la misma cama, de la (no) importancia de los plays, y de la muerte, el tema culmina con un mensaje de voz de su madre en que le viene a preguntar dónde está metido, animándole a que llame a «la abuela Charo». «Mándale aunque sea un audio», le pide. «Carlos, un besito, que te vaya todo bien y llama de vez en cuando, que tienes padre y madre, bueno, adiós, guapo». Uno de esos temas que dan sentido a un álbum, y a un artista en su conjunto.

Kylie Minogue vuelve al top 10 oficial británico

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El mes pasado os informamos de que Kylie Minogue estaba encarrilando su mayor éxito de la era streaming con ‘Padam Padam‘. Además, sabemos por vuestras votaciones semanales, que esta es, por mucho, vuestra canción favorita ahora mismo.

Pero desde entonces el single que presenta el nuevo disco de Kylie, ‘Tension’, disponible después del verano, no ha dejado de crecer. Su propia autora ha reconocido que un éxito así «solo pasa una vez en la vida». Y eso era antes de que el tema se colara en el top 10 de las listas británicas. Efectivamente, ‘Padam Padam’ entró al puesto 26 de las listas de singles de UK, lo cual tenía mucho mérito, pero es que de ahí subió al número 23, de ahí subió al 12 y ahora mismo es puesto 9. Incluso figura en el número 7 en las «midweeks» de cara a la lista del próximo viernes.

‘Padam Padam’ es el 35º top 10 de Kylie Minogue en Reino Unido y su posición más alta desde una colaboración con Taio Cruz llamada ‘Higher’ (2011). Además, significa que ha conseguido un top 10 en cinco décadas seguidas: los 80, los 90, los 2000, los 2010 y los actuales años 20.

La canción está funcionando por sí misma y así lo dicen los apoyos de Ariana Grande o Paris Hilton, de multitud de memes y de tuits con ‘Padam, Padam’. Pero también hay que elogiar el fantástico trabajo que está haciendo BMG sacando a la venta ediciones extendidas de la canción o cassettes. Por ejemplo, la semana pasada ‘Padam Padam’ vendió 1.504 copias en cinta.

El apoyo a la canción está siendo más visible en Apple Music UK, donde el tema figura en el puesto 7, que en Spotify UK, donde sube al puesto 21. Eso significa que el tema quizá agradecería mayor apoyo de playlists por parte de la plataforma líder en streaming. Por ejemplo, aunque el tema está en el top 10 oficial de UK, como decimos, la playlist «Hot Hits UK» solo la ha incluido en el modesto lugar #30.

Por otro lado, ‘Padam Padam’ está siendo apoyada por emisoras tan potentes como Radio Two, pero la cadena de los jóvenes, Radio One, todavía no la ha incluido en sus playlists, a todas luces por una cuestión de «ageism». Finalmente, faltaría que el tema diera cierto un salto fuera de Reino Unido, Irlanda y Australia, únicos países en que está destacando en listas.

Y es que aunque las cifras de streamings del single de Kylie son saludables y crecientes -por ejemplo este fin de semana ha marcado su récord diario en Spotify, con 768.000 streamings en 24 horas-, países como el nuestro o Estados Unidos aún no se han impregnado de «Padam».

Si usamos Apple Music como indicativo de los próximos lugares en que ‘Padam Padam’ podría pegarse, podemos hablar de Holanda (está en el 19 de Apple Music), Suiza (66), Brasil (190), España (190) o Bélgica (198). No tanto Francia, Italia o, por supuesto, ese hueso duro de roer llamado Estados Unidos.

Con todo, ‘Padam Padam’ suma ya 18 millones de streamings en Spotify y es cuestión de un mes -menos, teniendo en cuenta que viene el Orgullo- que supere los 40-45 millones que suman ‘All the Lovers’ y ‘Get Outta My Way’. Los 373 millones de ‘Can’t Get You Out of My Head’ ya son otra cosa…

2 muertos por disparos en un festival de Washington

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Dos personas han muerto tras recibir disparos y tres han resultado heridas en Beyond Wonderland, un festival que se celebraba en Estados Unidos, en concreto en Quincy, Washington, durante este fin de semana. El autor de los disparos es uno de los tres heridos, y ha sido detenido.

Los hechos sucedieron el sábado a las 20.20, hora local, cuando un hombre abrió fuego contra gente al azar en el camping cercano al anfiteatro donde se celebraba el evento. El autor de los disparos se fue alejando del festival, pero siguió disparando al azar entre la multitud, antes de ser derribado por la policía. Kyle Foreman, de la oficina del sheriff, ha indicado que se desconocen los motivos de los disparos.

Aunque en principio, el festival continuó con su programación el sábado, incluso comunicando que ningún asistente había sufrido daños, el domingo se cancelaron todas las actuaciones. “Nuestros pensamientos y condolencias están con la familia y amigos de todos los afectados por este suceso tan trágico”.

En el cartel del sábado 17 de junio figuraban nombres de electrónica internacional como Dillon Francis. Entre quienes tuvieron que cancelar el domingo, Afrojack o Marshmello. TMZ indica que esta es la matanza número 307 de 2023 en Estados Unidos.

La invasión 3D de Eric Prydz, y la fábrica de hits de Bad Gyal, dominan Sónar 2023

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Fernando Schlaepfer

El Sónar ha llegado a su última jornada este sábado con los esperados shows de Eric Prydz, Bad Gyal o Amelie Lens. El festival ha reunido a 120.000 asistentes a lo largo de sus tres días, 51.000 en Sónar de Día y 69.000 en Sónar de Noche. Ya tenemos fechas de la edición de 2024, que se celebrará los días 13, 14 y 15 de junio.

La programación de Sónar de Día el sábado invita a ir picando y descubriendo diferentes propuestas. En SónarPark, Nusar3000 está tirando sus beats de Jersey club, UK garage y kuduro y, escondido bajo una capucha de esgrima, se lo pasa tan bien pinchando como el público bailando. En SónarHall, paralelamente, Perera Elsewhere -con tres músicos en el escenario- ralentizan el tiempo con una propuesta de trip-hop acuático que suena realmente inspirada en Portishead, pero con canciones menos definidas que se terminan confundiendo en una masa sónica que invita al tedio, más bien.

Más acción ofrece Leïti Sène en el escenario de SónarPark, aunque el público no parece muy impresionado. Él sabe animar el ambiente aunque sea “un poco pronto” -a media tarde- y sobre el escenario exhibe una confianza que ya querrían para sí muchos artistas. Aunque el truco de sacar a dos bailarinas contorsionistas que aparecen y desaparecen del escenario parece algo pasado de rosca.

Sergio Albert

La sorpresa de la jornada la da Lolo & Sosaku. Parece que hay curiosidad por descubrir su propuesta: la cola para entrar a Stage+D es larguísima. Es la primera vez que tengo que hacer cola para entrar en este escenario. La expectación es máxima… y seguro que cualquier expectativa no se corresponde con la realidad. Nos sorprende un show de puro ruido esculpido que, situado a medio camino entre la instalación artística y la improvisación, logra ser todo un espectáculo. Lolo & Sosaku echan mano de un arsenal de cachivaches industriales -algunos de los cuales echan chispas- y no dudan en invadir la pista cuando le viene en gana, involucrando al público. Mientras, una siniestra película western protagonizada por el dúo se proyecta en las pantallas. Atrincherados detrás de sus mesas de sonido, Lolo & Sosaku se hablan al oído, negocian su siguiente paso in situ y parecen dos científicos locos atrapados en un reactor nuclear (sobre todo Sosaku, al que le da por fumarse cinco cigarrillos a la vez). La escena es delirante, como una fábrica de hierro y acero musical, música industrial en el sentido literal de la palabra.

Sergio Albert

Otro de los conciertos destacados de la jornada, ahora en el Cómplex, es el de Lucrecia Dalt. Sus canciones, tan elegantes y misteriosas, se crecen en directo y crean un universo en sí mismo. Lucrecia canta y toca el sampler y su percusionista, Álex, acuartelado en sus instrumentos, toca las congas, las maracas y lo que parece una batería deconstruida, colocada en vertical, con el tambor suspendido en el aire. Mientras Lucrecia susurra sus melodías y nos emboba con sus frecuencias y subgraves hipnóticos, Álex aporrea las percusiones con auténtica pasión y verle es un espectáculo en sí mismo: mientras Lucrecia mantiene la compostura, Alex enloquece. Las canciones fluyen como agua, el “world building” nos lleva a algún lugar oscuro y húmedo en medio de la naturaleza, algunas canciones parecen una versión “slowed and reverbed” de Yma Sumac o Les Baxter, otras recuperan el espacio tétrico y liminal del disco anterior de Lucrecia, con voces distorsionadas que parecen rescatadas de algún lugar periférico del inconsciente. La respuesta del público es fervorosa.

Clara Orozco

Inaugurando el Sónar de Noche, Undo mete su tralla tecno y calienta motores para el show más importante de la jornada. Porque podemos hablar de Aphex Twin todo lo queráis, pero lo de Eric Prydz es una bestialidad. El DJ presenta ‘HOLO’, probablemente uno de los shows audiovisuales más importantes del mundo, en el que se proyectan imágenes en 3D espectaculares y hologramas sobre el público. El inicio pone los pelos de punta: cuando la pista se convierte en un océano de teléfonos móviles que capturan los primeros segundos del show, la primera imagen que emerge de la pantalla es la de un teléfono gigante que nos graba a nosotros. Es como un reto entre Dios y el pueblo, a golpe de iPhone.

Ninguna descripción de ‘HOLO’ hará justicia a la realidad. Los visuales son en todo momento impresionantes: vemos portales industriales que nos llevan hacia otra dimensión, ciberhéroes con tentáculos, astronautas perdidos en el espacio, satélites que proyectan luces láser, fumigadores que nos bombardean con sus chorros de humo… La música, por su parte, está perfectamente sincronizada con la acción visual, y el house progresivo de Eric Prydz sirve de perfecto fondo para lo que sucede en las pantallas. Había ganas de ver un espectáculo de este calibre que no fuera el de los Chemical Brothers por quinta vez y no ha decepcionado en absoluto.

Clara Orozco

Para mi pesar renuncio al set de Koreless (autor de uno de los mejores discos de electrónica de 2021, ‘Agor‘) para no perderme el estreno del show ‘AOVE’ de Samantha Hudson. Ella está totalmente en modo diosa presentando las canciones de su nuevo EP y su entrega en el escenario es visceral y absoluta. Acompañada por un grupo de bailarinas en tetas, Hudson pone patas arriba el SónarCar con sus ritmos makineros, el estribillo de ‘Maricón’ y sobre todo con el pepinazo de ‘Adicta al sonido’. En su faceta de pop star incluso recuerda a Lady Gaga pregonando por el amor y la libertad, animándonos a ser nosotros mismos. Samantha Hudson se deja la piel en el escenario y demuestra que se ha convertido en una gran performer.

Fernando Schlaepfer

Claro que, para pop star, Bad Gyal. También en modo diosa, Alba Farelo defiende su arsenal de hits con ese aire “cool” y distante que le caracteriza. Desganado, quizás, en algunos puntos, deliberadamente o no. Algunos dirán que esa es la gracia, otros que Bad Gyal le podría poner más ganas a las coreografías. A la mayoría le da igual: Farelo solo nos tiene que enseñar el culo y hacer twerking para volvernos locos. Y la acción escénica, entre bailarines y el uso de plataformas, está perfectamente medida. La evolución respecto a lo visto hace unos años en el Sónar de Día es exponencial, como ya demostró Farelo en sus conciertos en el WiZink y el Palau de hace unos meses.

La propuesta de Bad Gyal es curiosa. Como pop star parece algo disociada de su papel. A nivel escénico son sus bailarines quienes realmente se comen el escenario. El segmento de voguing es especialmente agradecido. Bad Gyal, por contra, asume esa pose de frialdad que vemos por ejemplo en Rihanna, su gran referente. Sin embargo, Bad Gyal tiene algo único: sus canciones son tan autorales, tienen una firma tan personal, y su repertorio de hits es ya tan abultado, que esa frialdad termina siendo lo de menos. Farelo es como una cantautora disfrazada de pop star, realmente, solo que en lugar de colgarse una guitarra, baila dancehall con una peluca de rubio platino. De ‘Flow 2000’ a la coreada ‘Fiebre’ pasando por el remix (aún inédito) de ‘Chulo’ con Tokischa, el repertorio habrá dejado a muchos afónicos.

Taylor Swift extrae un single de ‘Lover’ (2019): ‘Cruel Summer’

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Los caminos de internet son impredecibles. Si ‘Angels Like You’, una canción vieja de Miley Cyrus, está eclipsando el impacto de sus últimos singles, como ‘Jaded’, algo parecido le está ocurriendo a Taylor Swift.

Su canción más escuchada ahora mismo, además de ‘Anti-Hero’, no es ‘Karma’ con o sin Ice Spice, ni la nueva versión de ‘Snow on the Beach’ con Lana del Rey, ni ‘Lavender Haze’, sino un tema de hace muchos discos. ‘Cruel Summer’, un corte que estuvo en ‘Lover’, pero ni siquiera había sido single.

El viejo tema de Taylor Swift ocupa el puesto 15 del Global de Spotify, sobre todo gracias a su apoyo en países anglosajones: número 6 en Estados Unidos, número 22 en Canadá, número 25 en Irlanda, número 32 en Reino Unido, siempre refiriéndonos a las listas diarias de Spotify a día de hoy.

Pero incluso en las listas oficiales la canción se está abriendo camino. Esta semana la encontramos en el puesto 47 del Billboard Hot 100 y se espera que suba el próximo martes. Llegará al top 40 según las predicciones.

Taylor Swift ha decidido mover ficha y va a mandar la canción a la radio, como acaba de explicar durante un concierto. La cantante dice que nadie entiende por qué ahora se está escuchando tanto esta canción, pero asegura que siempre fue de sus favoritas, que peleó por que fuera un single en las discusiones, y que siempre fue su tema de orgullo y alegría para aquel álbum.

El 20 de junio de 2023, será por tanto la fecha oficial de salida para este single de un disco publicado en 2019. Y ojo, todo esto es una noticia excelente para St Vincent, que figura en sus créditos como co-autora.

Howard Donald de Take That, cancelado en un Orgullo por apoyar tuits tránsfobos

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Howard Donald de Take That formaba parte del cartel de un evento relacionado con el Orgullo LGTB+ que iba a tener lugar el 29 de julio en Reino Unido. En concreto, en Nottingham. Sin embargo, algunos usuarios se han dado cuenta de que Howard Donald ha dado «me gusta» a una serie de tuits de contenido tránsfobo y homófobo, y han denunciado la situación.

Los responsables del evento han decidido sustituirle, han dado las gracias por el descubrimiento, y han emitido un comunicado. Howard Donald ha eliminado su cuenta de Twitter debido al «backlash» sufrido, y ha pedido perdón en Instagram. «Tengo mucho que aprender», ha dicho.

Como informa NME, entre los tuits que Howard Donald ha apoyado están algunos del ultraderechista Andrew Tate criticando una campaña trans-inclusiva, un vídeo de la «activista» anti-trans Posie Parker y otro del polemista conservador Charlie Kirk criticando que Disney anunciara un evento del Orgullo.

El Nottingham Pride ha comunicado: «debido a los hechos recientes, Howard Donald ya no actuará en el Festival del Orgullo de Nottingham. Nos gustaría agradecer al público por avisarnos de la situación esta mañana y también agradecemos vuestra paciencia mientras hablábamos con las partes implicadas. Estamos trabajando en encontrar un cabeza de cartel sustituto que actúe junto a Horse Meat Disco, Tayce, Danny Beard y ESSEL».

Por su parte, Howard Donald ha pedido perdón a través de las Stories de Instagram: “He cometido un grave error de juicio al apoyar posts de las redes sociales que son despectivos hacia la comunidad LGTBIQ+. Lo siento profundamente y sé que he decepcionado a todo el mundo. Estoy decepcionado de mí mismo y siento mucho el daño que he causado con mis acciones desprovistas de educación. Claramente tengo mucho que aprender y es una prioridad para mí ahora mismo hacer esto”.

Nourished By Time / Erotic Probiotic 2

El arte y el dinero se dan la mano más de lo que nos gusta creer. En la sociedad capitalista en la que vivimos, el dinero es una parte importantísima para posicionarse rápidamente donde uno quiere. Incluso si hay que creerse aquello de “el dinero no da la felicidad” y derivados, sí es bastante obvio que ayuda a cumplir sueños.

Afortunadamente, existen otras formas de llegar lejos, aunque estas requieran un camino más largo y rocoso. A Marcus Brown, artista nacido en Baltimore cuya música se esconde bajo el pseudónimo Nourished By Time, su talento y trabajo duro es lo que le ha ayudado a conseguir que su álbum debut ‘Erotic Probiotic 2’ -secuela de un EP anterior de dos canciones- haya recibido críticas excelentes y lo haya puesto en el mapa como un artista a tener muy en cuenta. Quizá te suene por su aparición en el reciente disco de Yaeji.

Su sonido es refrescante desde el principio, y eso que está claramente influido por el R&B de finales de los 80 y principios de los 90, pero hay algo en ese toque casero, casi amateur, que alberga su música lo que la hace tan especial. Está grabado con pocos medios y en el trastero de la casa de sus padres, pero eso no impide que las canciones brillen intensamente.

Quantum Suicide’ sirve como introducción a su universo sonoro, una excelente muestra de cómo recrear un estilo de música sin depender excesivamente de sus referencias. En ella Brown habla de lo duro que es salir de la depresión, pero también nos convence de que es posible. “Es borroso el camino / pero iré igualmente” reza el estribillo sobre una base de melódicos pitidos entrecortados y una sugerente cama de sintetizadores. En esa misma línea temática y sonora -aunque todo el álbum presenta una gran cohesión durante sus 9 pistas-, ‘Shed That Fear’ continúa la secuencia con un animado ritmo construido con suspiros, coros y percusiones hasta desembocar en su luminoso gancho, que afirma que “tienes que deshacerte del miedo a fallecer / para poder vivir tu vida cada día”.

El capitalismo, uno de los temas clave de este proyecto, aparece por primera vez en ‘Daddy’, que mezcla el rap freestyle de sus versos con el hypnagogic pop, el hip-house o el bedroom pop. La estructura de la canción huye de lo convencional, y aún así, su pegadiza melodía y las transiciones entre sus diferentes partes la convierten en una de las más inmediatas del proyecto. Brown utiliza el humor para hablar del dinero: no puedes competir contra el sugar daddy de alguien si tú no tienes ni un duro.

En ese mismo tono humorístico aparece ‘The Fields’, el corazón del disco y la sublimación del sonido mutante y siempre sorprendente de Nourished By Time. El tema se construye bajo una fórmula más tradicional, pero de él surge un estribillo fantástico y divertidísimo: “Una o dos veces he rezado a Dios / nunca me ha respondido en inglés simple / más en señales y anuncios / que me dicen que siga consumiendo”. El componente crítico y social de sus canciones no puede estar integrado con mayor gracia. El cantante no tiene ninguna intención de dar sermones políticos, sino de denunciar la sociedad basada en el consumismo en la que vivimos con pequeñas dosis, sin renunciar nunca a la cualidad más lúdica de su música.

También explora temáticas más personales y complejas, concretamente el final de una relación que ha sido bonita y de la que está agradecido en la melancólica ‘Rain Water Promise’, cuya melodía fluye como una cascada entre juguetones pasajes de teclado y guitarras. Vuelve a esa experiencia para cerrar el proyecto con ‘Unbreak My Love’ una balada donde el tono grave y potente de la voz de Marcus Brown guía a una producción recargada de guitarra, sintetizadores y percusiones.

‘Erotic Probiotic 2’ se siente como una revelación, una impecable carta de presentación de un artista que apuesta por la mezcla de géneros y que mira al pasado (solo lo justo) para construir un futuro prometedor. El dinero siempre ayuda a hacer arte, sí, pero sin él también pueden salir joyas como esta. Sin talento no.

Lady Gaga cuenta por qué ya no es activa en redes, Katy Perry la apoya

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Lady Gaga ha escrito una carta a sus fans a través de Instagram para explicarles por qué ya no es tan activa en redes como solía. Y ha aprovechado para contar también lo que ha estado haciendo desde el verano pasado, es decir, desde que pudo terminar la pequeña gira de ‘Chromatica’. La artista ha estado escribiendo música para un proyecto por determinar, además de rodar ‘Joker’ y editar la película de su concierto.

«He estado experimentando mi creatividad desde el verano pasado, de un modo realmente especial y privado. Escribí y produje música para un proyecto especial, me preparé durante meses para desarrollar mi personaje para ‘Joker’ y grabé ‘Joker’ durante muchos meses, fue un periodo muy introspectivo», ha revelado.

Y continúa luego: «Puedo decir por primera vez en muchos años que mi amor por hacer arte, música, moda y apoyar a la comunidad nunca ha sido tan enriquecedor. Puede que ya no comparta mucho de mí misma online como antes, pero espero que sepáis que este tiempo dedicado a mí misma ha sido extremadamente sanador y me ha recargado el corazón, la mente, el cuerpo y la creatividad, para crear en mi interior y para tener una vida personal que es solo para mí».

Ante las posibles críticas, anticipa: «Estoy segura de que esto puede parecer diferente porque no siempre he sido tan recelosa de mi privacidad, y apuesto a que algunos os vais a reír, pero amo a mis fans, mis little monsters, muchísimo y eso nunca cambiará».

Entre los artistas que han mostrado su apoyo a Lady Gaga, Katy Perry, que ha escrito en Instagram: «te entiendo y te quiero».

The Pretenders y The Undertones reinan en Azkena

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Jordi Vidal

Ir al Azkena Rock Festival es mucho más que acudir al recinto del festival. Es una experiencia inmersiva en Vitoria-Gasteiz que te puede llevar todo el día. Uno de los rituales es acudir a los conciertos en horario vermut en la Virgen Blanca. Al solazo la gente que está viendo la pachanga rockera de The Fuzillis se debe estar asando. Pero desde alguna de las terracitas se disfruta mejor. Este año hace calor, pero sin punto de comparación al infierno de 2022. A la sombra se está muy bien. Luego, a comer con los amigos azkeneros, breve receso, y vuelta a Mendizabala.

Paco Poyato

Cuando llegamos a Cordovas, en el escenario God (el principal) hace mucho bochorno, pero nada que una barcelonesa no pueda tolerar. La banda de Nashville gusta de la mezclas: ahora se lían con salsa a piano eléctrico, ahora una larga jam sobre batería, ahora un meloso lovers rock, ahora country con un toque disco, reggae… Llama la atención la manera de tocar del guitarra, pegado al cuerpo, concentradísimo. Se lían a cantar en un español un poco inventado (¿algo de una cachimba?) y vuelta a la cumbia. Bailes, risas y sano cachondeo, que entran muy bien a esa hora.

Un amigo me avisa de que la cola en el Trashville, el pequeño escenario que simula un saloon, es imposible, así que descarto a Los Tiki Phantoms y me dirijo a Earthless. El trío norteamericano practica algo que podríamos calificar de post stoner-post metal-post psicodelia. Se dedican a las introducciones largas y calmas a guitarra. A los 10 minutos de paisajismo, patapum, redobles de baterías y más paisajismo, pero ahora a ritmo rock. Lo suyo son largas suites para sumergirse y disfrutar además de su gran pericia instrumental y el buen sonido que están teniendo… Pero al final me vence la curiosidad, y voy a ver qué hace Leiva.

The Guapos cuentan con Leiva a la batería, pero también con Adan Jodorowsky (sí, hijo de). La batería está en primera línea (claro) y ellos van muy ídems, de traje y camiseta blanca a la Sonny Crocket. Eso sí, Leiva con sombrero. Lo que me genera estupor es ver a los roadies vestidos de tenistas amarillo pálido (?). Este es su primer concierto en España. Leo que este proyecto es un “homenaje al rock español”. Y sí, suenan a Tequila, a Los Rodriguez, un poco a Los Brincos… Pero también a Topolino Radio Orquesta y a Puturrú de Fua, por su insistencia en los temas veraniegos y en caer en multitud de tópicos, gracietas y chascarrillos (canciones sobre hacerse vegano y esas cosas). Un divertimento intrascendente.

Jordi Vidal

The Pretenders no tienen competencia. Nadie se solapa con Chrissie Hynde. Está todo el mundo frente al escenario grande. Suena la habanera de ‘Carmen’ y emerge Hynde, fiel a sí misma: su peinado, sus botas, su atuendo… Toda su clase rockera. Su voz también sigue sonando chula y juvenil, aunque me da la sensación de que a ratos le falla el sonido y no se le acaba de oír bien. Chrissie insiste varias veces durante el concierto en cantar “Vitoria” como el “Victoria” de The Kinks.

El concierto suena bien, la banda está engrasadísima y además The Pretenders pueden presumir de tener a James Walbourne, el guitarrista más flipado del festival, después del de Lydia Lunch, claro. Pero también tienen algo de formulario. Le dedica la preciosa ‘Back on the Chain Gang’ a Pau Donés y ‘Kid’ a miembros desaparecidos de The Pretenders. ‘Don’t Get Me Wrong’ cae a mitad del concierto, y el público se viene muy arriba, como arriba se viene también con el momento baladón ‘I’ll Stand by You’. Pero también cuando se pone más rockera en ‘Junk Walk’, o con el cierre casi jam en ‘Mystery Achievement’. Y aunque personalmente, la prefiero cuando se pone nuevaolera que rockera, Chrissie impartió su maestría. Y se permitió el lujo de dejar fuera ‘Brass in Pocket’. Ama.

Jordi Vidal

Los solapes dolorosos también existen en el Azkena. Tras Pretenders, la disyuntiva: ¿Calexico o The Undertones? Qué bien empiezan Calexico desde el escenario Respect: cumbia, rock, rancheras… Pero mi corazón, ay, están con The Undertones.

Paul McLoone no es Feargal Sharkey (el cantante original), pero hace una buena reinterpretación del legado. No para de menearse, pavonearse y parece gozar cual cochinillo en lodazal. Y el resto de la banda tiene una pegada enérgica. Y, claro, hits emocionales de punk pop para aburrir. Abren con ‘Jimmy Jimmy’ y ‘Girls Don’t Like It’, la energía es infecciosa, pero suena a lata. Ellos comentan algo del sonido y, patapam, se escucha todo más fuerte. Cae una favorita, ‘It’s Going to Happen!’, la hermana mayor de los Housemartins. Es tal el calibre de temazos que tienen, que se permiten el lujo de colocar la mejor canción de la historia, ‘Teenage Kicks’, en mitad del set, y se me pone el vello de punta, más cuando todos cantamos: “I wanna hold her wanna hold her tight, Get teenage kicks right through the night”. Nos hemos venido muy arriba y ellos siguen al mismo nivel. Porque hay vida más allá de la canción favorita de John Peel: los tres primeros discos de The Undertones son ley.

Paul nos hace cantar ‘I Gotta Get’ y se desata del todo en ‘Family Entertainment’. El guitarrista nos explica que deberían estar de vacaciones y sin embargo están ahí, en Vitoria, tocando. Y claro, cae otro clásico: ‘Here Comes the Summer’, aceleradísimo. Le dedican una canción a una persona que está en primera fila porque “mientras todos estábais en Pretenders, él ya estaba aquí”. Y empieza la cuenta atrás. “¡Tenemos cuatro canciones y diez minutos!”. Y sí, los meten a tiempo. En cada canción, cantan el tiempo que les queda: ‘Wednesday Week’, otra favoritísima mía ‘My Perfect Cousin’, (¡dos minutos y medio!) y cierran con una celebradísima ‘Get Over You’. Sí, todos somos más viejos, pero la energía adolescente de las canciones de The Undertones es eterna. Luego me chivan que Calexico han estado muy bien y que han tocado ‘Love Will Tear Us Apart’ y Alone Again Or’ de Love (¡argh!), pero no se puede tener todo en esta vida. Ni siquiera en el Azkena.

Incubus logran tocar, después de que la incertidumbre haya durado hasta casi el último momento, por el estado de salud de su cantante. Yo estoy exhausta tras The Undertones y necesito cenar. También probar el atestado Trashville, donde tocan Hola Ghost, que suenan a Calexico pero en heavy. Dos mariachis enmascarados y dos pintados cual calaveras: si aparece Ghost en el nombre de tu banda, es imperativo vestirse cual esqueleto. Hacen rancheras tremebundas. Como dice una amigo: estas cosas sólo las puedes ver en el Azkena.

Oscar L Tejeda

Incubus se ponen a cantar ‘Wish You Were Here’ poco antes de cerrar su set. Desde el escenario Love llega todo el ruido de Gwar. Pero dirigimos nuestros pasos al escenario Respect, porque están uno de los grandes reclamos del festival: The Soundtrack Of Our Lives. Los suecos llevaban separados desde el 2012, así que su reunión despierta gran expectación. De hecho, este es su segundo concierto desde que se reunieron. No lo parece, de lo bien que suenan.

TSOOL crean temas que podrían ser de tus grupos favoritos de los 60-70, pero sin resultar miméticos o perder personalidad. Hay quejas sobre su horario, las dos de la mañana. Pero su show es tan pomposo como absorbente y logran hacernos olvidar el cansancio. Ofician su particular misa psicodélica oficiada por su cantante Ebbot Lundberg, vestido cual sacerdote. Abren con ‘Galaxy Gramophone’ y sí, eso suena a viajar por la galaxia. El sonido es muy bueno, al menos en mi zona, y ellos ejecutan a la perfección. En ‘Bigtime’ Ebbot le da a la pandereta como el que reparte bendiciones, mientras el resto cabalgan entre el órgano, el bajo, la guitarra… ‘Second Life Replay’ suena a fantasía de Nancy Sinatra con Lee Hazlewood mezclada con Ennio Morricone. Hay un pequeño homenaje al ‘I Feel Love’ de Donna Summer. También hay un momento en que nos hacen agacharnos, pero a las tres de la madrugada mi cuerpo ya no da. Parece que se van a retirar, pero no: vuelven con la música de órgano eclesiástico, transformándose ahora en Moody Blues, ahora en los Beatles, ahora en una banda de rock pesado… El cierre perfecto de la jornada.

El demencial show de Aphex Twin arrasa en Sónar 2023

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Ariel Martini

La jornada del viernes en Sónar empieza con reclamos como el nuevo show de Merca Bae o el directo conjunto de Santiago Latorre y Colin Self. Yo llego a eso de las 16.30 y los beats machacones de Musa Keys retumban desde el interior del recinto. Mi objetivo es claro: Bendik Giske.

El saxofonista noruego trae un show único, en el sentido de que es imposible que hayas visto nada igual. Él solo en el escenario de SónarHall se basta y se sobra para hipnotizar con su presencia y con el sonido de su saxofón, que malea a su antojo.

Giske aparece en el escenario vestido con una elegante gabardina negra y empieza a proyectar sus invocaciones místicas al saxofón mientras los efectos de humo y lumínicos le envuelven en un aura de misterio “noir”. En el segundo acto, Giske se quita la gabardina y revela su torso desnudo, escultural, mientras continúa soplando su instrumento o incluso percutiendo en él con los dedos. Desgraciadamente, un grupo de personas en las primeras filas habla de manera escandalosa por encima de la música e impide el disfrute del concierto. El público es respetuoso en general, pero no este grupo de personas en concreto, que, si tanto querían hablar, además a gritos, solo tenían que moverse a las filas de atrás.

Nerea Coll

Este problema no se da en el set de Ryoji Ikeda: sería imposible hablar por encima de semejante bombardeo musical. En el mejor de los sentidos: aquel que va a un concierto de Ikeda lo hace para salir con los tímpanos reventados y el cerebro triturado. El set no decepciona. Ikeda presenta su disco ‘ultrasonics’ y se apoya en su habitual propuesta de beats de tecno glitch ultramecanizados e intensos visuales no aptos para ojos sensibles. La electrónica extrema de Ikeda, sus beats sísmicos y frecuencias imposibles, su utilización del ruido blanco y de los polirritmos, sigue siendo la última música del futuro. Nada más puede haber después que esta reducción absoluta de la música a ceros y unos capaz de hacerte sentir que te está dando una taquicardia en los momentos de mayor intensidad. Así de física y corpórea es la música de Ikeda, de esta manera cala en la piel y hace vibrar cada parte de tu cuerpo. Música avanzada… o, mejor dicho, directamente inalcanzable. Brutal.

Salir del concierto de Ikeda hacia el exterior puede ser parecido a quitarse unas gafas de realidad virtual y volver al mundo real. Ahí está MikeQ sacudiendo a los presentes con sus incesantes beats de voguing y samples de ‘Break My Soul’ de Beyoncé (MikeQ es sampleado en ‘Renaissance’). Llegadas las 19 de la tarde en el SónarVillage, con el calor aún animando el ambiente, el set de MikeQ sirve para calentar motores y darse un meneo con sus divertidos ritmos de ballroom y percusiones carnavalescas.

Igual de divertida, a su manera, es la propuesta de Lorenzo Senni. No veo venir tremendo set de ruidismo al sintetizador. Senni mete ruido crudo y lo retuerce, sus arpegios rítmicos en continua auto-interrupción sacuden toda noción de lo que es un concierto de electrónica: no es IDM, no es tecno, pero es todo a la vez y nada al mismo tiempo. Hay sonidos de videojuegos y muchísima deconstrucción. El baile emerge de vez en cuando, anecdóticamente. A Senni su anti-electrónica no le impide pegarse unos buenos saltos sobre el escenario, como un niño en una tienda de chucherías. No sabes por qué está saltando, pero da igual, verle en acción es divertidísimo. Y, su música, un descubrimiento.

El set de Max Cooper es un curioso repaso por multitud de facetas de la electrónica: los crescendos recuerdan a Moderat, pero luego la música gira hacia la IDM, mere ritmos de breakbeat de los 90 o hasta motivos típicos del brostep. Cuando la música despega, lo hace con el tecno-house más elegante, haciéndolos levitar. El set de Cooper es uno de los últimos de Sónar de Día (son las 21.00 de la noche) pero, en otro festival, sería un cierre espectacular. Toca abandonar barco, sin embargo, pues el día se transforma en noche y llega el plato fuerte de la edición.

La rave inversa de Aphex Twin

Nerea Coll

A 40 minutos de que den las 22.00 de la noche, aún en el recinto de Fira Montjuïc, se palpa en el ambiente un inicio de histeria colectiva. La cola para las lanzaderas es quilométrica y empezamos a arrepentirnos de no haber salido antes del lugar. Algunos, desesperados, corren a por taxis o incluso echan mano del Bicing para asegurarse la llegada a tiempo. Aphex Twin está a punto de empezar y nadie quiere perderse su aparición en el escenario. Mala suerte: llegamos 15 minutos tarde, pero Richard D. James estará actuando dos horas, así que el drama no es tan grande como parece.

Llegar a la nave industrial de Fira Gran Via L’Hospitalet, en medio de un concierto de Aphex Twin, puede ser parecido a descender en el mismísimo averno. En el mejor de los sentidos, que conste, pero es que el show de Richard D. James es diabólico en el modo en que retuerce toda noción de lo que es una rave y transforma la electrónica de baile en algo completamente imposible de bailar, pero que te deja los ojos como platos o directamente volado.

Curiosamente, a James es imposible verle a menos que te encuentres en las primeras filas: yo no le veo en ningún momento. Si me dicen que no ha aparecido ningún humano sobre el escenario, me lo creo. Porque lo que importa -aparte de la bacanal tecno que se ha montado- son unos visuales absolutamente impresionantes que te hacen sentir llegado al futuro. James toca medio escondido detrás de una suerte de jaula. Encima de su cabeza, un cubo lumínico preside el escenario proyectando diferentes imágenes geométricas, psicodélicas o del careto endemoniado de Aphex Twin. Y, desde el escenario, un océano de rayos láser baña a la audiencia. El show de Aphex Twin nos abduce en su propia fantasía sci-fi mientras sus frenéticos e incesantes ritmos de acid house crean un ambiente demencial, de locura total, idóneo para inaugurar el Sónar de Noche por todo lo alto.

Ariel Martini

Hablando de alienígenas, Fever Ray. Curiosa la propuesta escénica de Karen Dreijer, que le da la vuelta a lo clásico. Fever Ray actúa en traje, acompañade de su banda de cuatro músicos, alumbrada esta por la luz de una farola… Parecerían Frank Sinatra y su banda si no fuera porque los músicos llevan gorros con forma de nube y porque Karen Dreijer parece salide de otro planeta directamente. Las canciones de ‘Radical Romantics‘ se van sucediendo mientras el show se transforma poco a poco en un aquelarre de electropop que no renuncia a la rítmica tribal ni a las luces de neón.

En medio del torbellino de tecno duro que puede ser Sónar de Noche, el concierto de Shygirl es un oasis pop, una chuchería. El público recibe a Blane Muise con fervor y ella interpreta sus canciones con gracia sobre el escenario. Las pantallas, por su lado, proyectan diferentes logos de Shygirl. Ella, sus gemidos y su club-pop de beats cortantes y melodías dulces sirven para aligerar la intensidad de los sets vistos previamente.

Funcionales, pero dándonos exactamente lo que queremos, Bicep abarrotan el SónarClub ofreciendo una sesión clásica de tecno y house en la que cualquier parecido a sus dos discos es pura coincidencia. Solo los coloridos visuales nos llevan a ese mundo imaginado por Andy Ferguson y Matthew McBriar, mientras la música, en realidad, continúa sumergida en la oscuridad de la noche.

Kylie arrolla a Rosalía y Madonna en el top 40 de JNSP

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Seguís enganchados a ‘Padam Padam’. Lo nuevo de Kylie, tras ser lo más votado en JNSP, es ratificado en el “Desempate de Twitter”. El tema obtiene el 64% de los votos, casi triplicando ‘Tuya’ de Rosalía’, que se queda con el 27%. Tanto ‘Vulgar’ como ‘Popular’ de Madonna reciben solo el 4,5% de los votos cada una.

Entradas mucho más modestas protagonizan Aitana, Tulsa y Latto, en la última parte de la tabla.

Recordad que podéis escuchar la playlist con las 40 canciones del top y las 10 candidatas a entrar de cada semana, así como por supuesto votar por vuestras canciones favoritas, aquí. Los votos son sometidos a una fórmula matemática que beneficia a las novedades y perjudica a las canciones a medida que pasan las semanas.

Top Ant. Peak Sem. Canción Artista
1 2 1 4 Padam Padam Kylie Minogue Vota
2 2 1 Tuya Rosalía Vota
3 3 1 Vulgar Sam Smith, Madonna Vota
4 4 1 Popular The Weeknd, Madonna Vota
5 4 4 2 I like u Tove Lo Vota
6 1 1 4 Tattoo Loreen Vota
7 3 3 2 Estrella solitaria Triángulo de Amor Bizarro Vota
8 6 6 4 Jaded Miley Cyrus Vota
9 5 2 4 The Narcissist Blur Vota
10 10 2 5 Candy Necklace Lana del Rey, Jon Batiste Vota
11 11 5 4 The Universe Róisín Murphy Vota
12 7 7 2 Karma Taylor Swift, Ice Spice Vota
13 9 9 3 The Girl Is Crying In Her Latte Sparks Vota
14 12 3 5 Todo me da igual Vicco Vota
15 15 11 4 WHERE SHE GOES Bad Bunny Vota
16 8 1 8 Begin Again Jessie Ware Vota
17 27 11 6 Eat the Acid Kesha Vota
18 13 4 8 NeverStop Alison Goldfrapp Vota
19 35 1 17 A&W Lana del Rey Vota
20 19 2 17 Ghosts Again Depeche Mode Vota
21 20 18 3 Stars PNAU, Bebe Rexha, Ozuna Vota
22 14 4 4 It Must Change ANOHNI and the Johnsons Vota
23 25 6 6 Tropic Morning News The National Vota
24 17 5 7 Clavaíto Chanel, Abraham Mateo Vota
25 24 14 3 Bang Melenas Vota
26 18 3 6 Moonlight Kali Uchis Vota
27 21 2 18 Pearls Jessie Ware Vota
28 22 18 6 Satellite Bebe Rexha, Snoop Dogg Vota
29 26 8 5 Lipstick Lover Janelle Monáe Vota
30 30 1 Las Babys Aitana Vota
31 31 1 No quiero hacer historia Tulsa Vota
32 28 28 2 150 CANCIONES Recycled J, Selecta Vota
33 33 2 9 Enjoy Your Life Romy Vota
34 34 1 17 Welcome to My Island Caroline Polachek Vota
35 16 6 7 LA SANTA Lola Indigo Vota
36 39 17 3 Volar La Plata Vota
37 29 1 11 Los Ángeles Aitana Vota
38 32 3 14 To Be Honest Christine and the Queens Vota
39 37 37 2 T’enxules Julieta Vota
40 40 1 Put It on Da Floor Again Latto, Cardi B Vota
Candidatos Canción Artista
Sexo en la playa Alizzz, Amaia Vota
Attention Doja Cat Vota
My Big Day Bombay Bicycle Club Vota
Idaho Alien Youth Lagoon Vota
Dance the Night Dua Lipa Vota
Motion Ty Dolla Sign Vota
Wasted Eyes Amaarae Vota
cómo t va? Aleesha Vota
Flip A Switch. RAYE, Coi Leray Vota
Evening Star Supercharger Sparklehorse Vota

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El PP cede Cultura a VOX en Comunidad Valenciana, Burgos, Calvià…

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El Partido Popular y VOX han llegado a un acuerdo rápidamente para gobernar la Comunitat Valenciana, sin necesidad de agotar los plazos. El pacto consiste en que el partido de ultraderecha tendrá 3 de las 10 carteras del futuro gobierno valenciano de coalición con el Partido Popular. Será una vicepresidencia con consellería de Cultura y dos consellerias más.

El extorero Vicente Barrera (VOX) será vicepresidente del Consell y asumirá la competencia de Cultura. Y eso que, como afirma Pablo Gil del diario El Mundo, la palabra «cultura» ni siquiera aparecía en el programa de VOX para la Comunidad Valenciana.

El acuerdo entre PP y VOX puede tardar días o semanas en formalizarse en comunidades como Murcia -donde hay una amenaza de adelanto electoral por parte de VOX- o Extremadura -donde el PSOE fue la fuerza más votada-. Sin embargo, parece que lo de dejar Cultura en manos de VOX podría ser la tónica general, por parte del PP, en los ayuntamientos que se constituyen este sábado 17 de junio.

Y es que en algunas ciudades el pacto está siguiendo una línea parecida. En Burgos ganó las elecciones municipales el PSOE, pero la promesa de Feijóo de que gobierne la lista más votada ha caído en saco roto y el PP y VOX han alcanzado ya un acuerdo para la alcaldía. Entre las carteras que se queda VOX, de nuevo, está la Cultura. Serán Seguridad Ciudadana, Distritos y Digitalización, Empleo, Industria, Comercio, Consumo e Innovación; y Cultura y Educación.

En Calvià, Manuel Mas (VOX) será el tercer teniente de alcalde. Entre sus carteras figura igualmente Cultura, como informa Diario de Mallorca: Movilidad y Transporte, Igualdad, Mundo Rural, Bienestar Animal, Mantenimiento (excepto instalaciones deportivas), IFOC y Cultura.

Otros ayuntamientos en que ganó el PSOE pero un pacto de PP y VOX dará la alcaldía a la derecha en acuerdo con la ultraderecha, son los de Valladolid, Toledo y Guadalajara. Pero en estos casos aún no se han repartido las carteras. En Valladolid no se conocerán los detalles del acuerdo ya cerrado de PP-VOX hasta la semana que viene, pero El Periódico de España ha informado de que VOX está exigiendo Cultura, con toda la polémica que ello conllevaría con la Seminci, pues el partido de Abascal es contrario a la misma por su «carga ideológica». El PSOE considera ya que peligra la celebración de este evento que ha puesto Valladolid en el mapa cinematográfico.

En Guadalajara, se ha anunciado que el PP se quedará 8 carteras de la alcaldía y Vox con 4, pero aún no se sabe qué se quedará cada partido. Aunque sí que el acuerdo tiene como principales referencias «la familia, la protección de las personas vulnerables, el respeto a las tradiciones y costumbres, y la nula injerencia ideológica en la cultura», como informa Newtral. Por último, en Toledo se ha comunicado que las carteras de VOX se anunciarán tras la constitución del ayuntamiento del sábado.

Entre las pocas grandes o medianas ciudades donde se conoce acuerdo entre PP y VOX, y Cultura parece que se lo quedará el PP, podría ser el caso de Elche.

Recycled J / CASANOVA

Recycled J llega a su tercer disco -EP’s aparte- siendo una de las voces románticas, sentimentales, emocionales -llamadlo como queráis- de la música urbana -ídem-. El símbolo representativo de este disco es una rosa -con sus espinas-. El single ‘150 canciones’ se promocionó con una portada en forma de corazón. El color, el rojo.

En esta tesitura, el nombre del álbum, ‘CASANOVA’, es ambiguo, en tanto que muchas de las canciones tienen un poso amargo, conduciendo hacia un desenlace de disco que no puede decir más claro: «si te vas, que sea PA NO VOLVER». El tema propiamente llamado ‘Casanova’ sí se jacta del drama de primer mundo que supone ser un «casanova». Su puente es un listado de conquistas. Pero hay puntos más agridulces, como al comienzo de la misma canción: «Colecciono historias con tres puntos suspensivos / La cago cada vez que me enamoro / Me convertí en mi peor enemigo».

Musicalmente, el disco equilibra las influencias urbanas y pop. El disco comienza sonando abiertamente pop, con el single ‘150 canciones’, tiene varios devaneos con el R&B de guitarrita, como el efectivo tema ‘Ganas’ o ‘NO HAY MANERA’, que arranca como una plana balada. Pero no renuncia al rap (‘PERRO HAMBRIENTO’, ‘ROSAS FREESTYLE’) ni a la electrónica con matices.

Esta última es la parte más rica, sobre todo cuando Recycled J no teme acercarse al electropop, como en el medio tiempo ‘10.000 kms’. O en la estupenda ‘PRIMADONNA’, por la que pasean Marilyn Monroe y todas las marcas posibles, de Chanel a Cartier, pasando por Calvin Klein, Ralph Laurent, Gaultier, Celine y Bulgari. La mencionada ‘ROSAS FREESTYLE’, con la co-producción de Pablo Rouss, está llena de detalle como una grabación de James Blake.

Recycled J quiere ser un artista entregado a la causa (del amor y del desamor), y es cuando se desmelena y se olvida de si está haciendo un hit o no, cuando realmente destaca sobre la media. La penúltima pista es una súplica que grita ‘DIME ALGO’, y qué buena forma habría sido esa de terminar este pasional álbum: chillando.

Enajenación y pogos en Azkena con Rancid, El Drogas, Steve Earl, Lydia Lunch…

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Oscar L. Tejeda

Muy buena temperatura en Vitoria-Gasteiz este 2023. El calor horrible que sufrimos el año pasado se queda en traumático recuerdo. Suerte de eso, porque Google Maps es el mal y me hace dar una vuelta inmisericorde para llegar al recinto de Mendizabala. Nota mental: fiarse más del criterio de una misma.

En el recinto, este año ganan en tendencia las camisetas de King Lizard and the Gizzard Wizard. Pero también se atisban multitud de Rancid, que para algo son el grupo estrella de la jornada. Una jornada inaugural, sin apenas solapes, aparentemente tranquila. Aparentemente, porque durante la tarde tuvimos exquisiteces esquinadas mezclados con momentos de fervor popular.

Este año los escenarios no llevan el nombre de artistas fallecidos durante el año anterior, una costumbre que el ARF hacía tiempo cultivaba. Suena ‘Song 2’ de Blur antes de que aparezcan Os mutantes, el mitiquísimo combo brasileño que fue el máximo exponente de la Tropicalia de finales de los 60. El único superviviente es Sérgio Dias. Sentado cual Buda, a la guitarra, y dirigiendo a la banda, me recuerda un poco al Brian Wilson actual. Aunque Sérgio mantiene buena voz. Rasgada, rota, pero sigue sonando expresiva.

El protagonismo, por eso, recae en la rumbosa corista. “¿Cómo están? Yo estoy jodido como la pulga de un perro muerto, pero voy a cantar”, nos espeta divertido, antes de sumergirnos en su viaje. Más psicodelia anglosajona en ‘Tecnicolor’ y ‘Time and Space’. Pero claro, la pasión del público se levanta con la tropicalia interpretada en portugués. El clásico ‘Bat Macumba’ trae la locura. Un muchacho de las primeras filas agita un cartel donde se lee “Rita Lee não morreu”. ‘A minha menina’, cantada por el teclista, sigue siendo casi tan gozosa como antaño. Sérgio Dias recupera su papel de líder entonando ‘Balada do louco’, nos sumerge en la melancolía, de las que nos recuperan con la garra y el duelo a guitarras de ‘Ando meio desligado’. Pero, ay. Se acaba el concierto sin cantar la legendaria ‘Panis et circenses’. Un poco frustrante.

Steve Earle sale a pelo, solo con la guitarra y la armónica, de riguroso negro bajo el solazo que aún cae. Un concierto acústico es algo arriesgado en un festival y en un escenario grande. Pero Steve no se amilana. Su cancionero americano cae riguroso, pero sentido. Y a medida que avanza el concierto, cada vez se va volviendo menos adusto, el público conecta del todo y él se va relajando. ‘Goodbye’ es muy sentida, pero va seguida de una polvorienta y potente ‘Feel Alright’, que la gente replica. Él ya hasta ríe, y se dedica a su repertorio más potente.

Nos explica su canción ‘Coal Country’, que va de una explosión en una mina que pasó hace 30 años en su país y mató a 29 personas. “Hay que proteger a los trabajadores”, afirma rotundo Steve. Y nombra a los fallecidos, uno a uno, al final de la canción. En este momento, Steve representa a esa América que parece perdida ya, la de los hombres y mujeres honestos y justos, haciendo un rock honesto, creyendo en la comunidad.

Jordi Vidal

Y a pesar de tanta austeridad, de tanto mensaje, a él cada vez se le ve más conectado y risueño. ‘Mr Bojangles’ entra casi en comunión festiva. Hay un momento de recuerdo a su hijo Justin Townes. Nos explica que lo perdió hace algo más de dos años. “Justin no estaba metido en opiáceos. Fue la cocaína (…) así que si me queréis ayudar, por favor: tened cuidado”. A pesar del duro mensaje, la versión del ‘Harlem River Blues’ de Justin suena esperanzada, la cantamos a pleno pulmón. Para cerrar, Steve coge la mandolina para que cantemos la preciosa ‘Galway Girl’. Steve se mira el reloj, le dicen que aún le queda una y se arranca con ‘Copperhead Road’. Un concierto tan recio como sentido.

A El Drogas la organización le hace un Neil Young. A la hora que él toca, no hay nadie más. “¡Daos prisa!”, se escucha desde el escenario. Se le ve en buena forma, a Enrique Villarreal. Todo van a ser clásicos. “Pues para haber acabado tan mal con Barricada, las está tocando todas”, señala sarcásticamente mi pareja. Pero la frase más oída de la noche es: “¡Es que me las sé todas!”. El Drogas se da un baño de masas con hits emocionales de rock urbano por un tubo, aunque se le va el sonido un par de veces. Como cierre, claro, ‘Blanco y negro’ debidamente alargado. Que nada más que acabe el concierto de El Drogas suene ‘Te estoy amando locamente’ de las Grecas me descoloca.

Oscar L Tejeda

Lydia Lunch, rebautizada como Lydia Dinner, porque parece que todo el mundo se haya ido a cenar tras el Drogas, nos ofrece el concierto más punk y arisco que se ha visto nunca en el Azkena. Con el cultivado look de vieja bruja, con cara de mala leche y de desprecio, con la misma voz de una urraca desafinada… Ella y su banda Retrovirus no pueden generar más mala onda y chunguez. Sus músicos se flipan. Especialmente su guitarrista, el más sobreactuado que recuerdo haber visto en mi vida, calzado en pantalones y botas nazis. “Thirst my blood”, vocifera Lydia en ‘Still Burning’, creo.

Porque es tal la densidad, la viscosidad con que encara las canciones, que hace que no estemos muy seguros del repertorio. Solo nos queda dejarnos llevar, enajenarnos por el akelarre de ruido sincopado e infernal. Creemos reconocer el ‘Mechanical Flattery’ de ‘Queen of Siam’. Lydia nos habla de que su fantasma favorito es Roland S. Howard, el miembro maldito de The Birthday Party. Le dedica una letanía sulforosa y decadente, otra jam de ruido maligno. Ya para el final, Lydia nos suelta otra filípica: “Charles Manson, uno de los mejores poetas además de un psicópata dijo “haz algo “Witchy”. Va señalando a las primeras filas, mientras todo se acelera, el guitarrista se vuelve loco y nosotros. Perturbadora y catártica.

Rancid son el plato fuerte de la jornada, a tenor del número de camisetas. Antes de que empiecen, suena una versión de ‘Spanish Bombs’, no en vano The Clash es la referencia máxima de la banda californiana. Como el concierto de The Offspring del año pasado, Rancid nos ofrecen punk acelerado noventero. Sólo que Rancid tocan mejor, suenan mejor, le echan más ganas y tienen mejores canciones. Ya nada más arrancar se ven vasos volando en las primeras filas. La prudencia me marca alejarme de cualquier atisbo de pogo: esta noche me he traído las gafas en vez de las lentillas.

‘Tomorrow Never Comes’ y ‘Roots Radicals’ y ya empiezan los himnos coreados. No dan tregua. Sólo para preguntar al público si tienen su anterior disco, ‘Trouble Maker’. “Ahora vamos a cantar otra canción muy rápida” (¡todas lo son!), ‘Ghost of a Chance’. Van a tiro pegado, hay algún escape ska, la velocidad de crucero es alta, el jolgorio máximo. Pero, claro, la traca final y la locura se guarda para dos de los himnos de su mítico disco de 1995, ‘…And Out Come the Wolves’: ‘Time Bomb’ y ‘Ruby Soho’. A uno de los guitarristas se le rompe una cuera, pero le da igual. Ya no va a parar. Sudor y cabezazos.

Pride BCN: de Paulina Rubio a Loreen, pasando por Morreo, Karmento…

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PRIDE Barcelona vuelve otro año más con muchas actividades. Entre ellas los conciertos de artistas como Paulina Rubio (que últimamente está en todos los saraos) o Loreen. Los actos tendrán lugar entre el día 3 y 16 de julio, y cabe destacar la manifestación el sábado 15. Aunque falta gente por sumarse al programa musical, el cartel anunciado hasta ahora se podrá disfrutar en Avenida Maria Cristina los días 14 y 15 de julio.

Aunque ya hay nombres muy llamativos, este año se ha contado con artistas LGTBIQ+ como Karmento (cantante de ‘Quiero y duelo’), el folclore de Morreo, Rocío Sánchez o Ptazeta. Los nombres de Paulina Rubio y Loreen destacan a primera vista, pero el cartel es muy completo. Ms Nina, Ladilla Rusa, Eleni Foureira, Rosa López, María Escarmiento… Y los que quedan por confirmar.

Este año, PRIDE Barcelona le dedica la reivindicación a los mayores LGTBIQ+. Consideran que la conversación intergeneracional está muy apartada de la esfera pública, y la quieren rescatar. «Desde aquellas personas que acaban de descubrir su orientación o identidad, pasando por todas aquellas que la pueden disfrutar en plenitud y felicidad, hasta aquéllas que afrontan las últimas etapas y también quieren seguir disfrutando de una diversidad plena, rica y activa», explican en su web . Durante este pride, en Barcelona al menos, la salud, sexualidad, soledad e invisibilidad de las personas más mayores del colectivo será protagonista.

‘Sexo en la playa’ o cómo Alizzz y Amaia narran el perfecto amor de verano

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Amaia y Alizz vuelven a unirse en un nuevo tema: ‘Sexo en la playa’. Parece que será el anticipo de una nueva etapa para Alizzz, a la que Amaia se ha subido encantada. La canción tiene todas las papeletas para sonar durante todo el verano: es un pop bailable y muy ligero con toques de piano house y disco-funk. Con pelos y señales, ambos cantan lo que puede llegar a ser un amor de verano.

El videoclip está dirigido por Sofía Boriosi. En este, Alizzz y Amaia disfrutan de un verano en un camping, en el que todo el mundo parece estar inmerso en un gran deseo sexual: «Fuego en tu mirada / Tus uñas por mi espalda». El sonido del teclado hace que la atmósfera sea liviana. Nada pesa cuando es verano, o eso parece.

El tema es «el calor, las vacaciones, relajarse, no tener preocupaciones, sentirse guapo, y por qué no, coquetear», explica la directora. De esto ya habló Yung Beef en una canción que tiene el mismo nombre, ‘Sexo en la Playa’.

Guardando las distancias (el estilo, melodía y voz no tiene nada que ver) ambas hablan de un sentimiento universal. El amor de verano es relajado y Amaia y Alizz han captado perfectamente esto. «La melena al viento (Uh-uh) / Cremita por el cuerpo», dice la cantante de ‘El Relámpago’.

Quizá en el final de gira de Amaia, en el WiZink Center en septiembre, veamos que este ‘Sexo en la playa’ habrá sido parte de la banda sonora de nuestro verano. Las entradas aquí.

Doja Cat no necesita amor: necesita ‘Attention’

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‘Attention’, el nuevo single de Doja Cat, se ha estrenado hoy. La cantante ya había ido dando pistas de lo que podíamos esperar de este por redes sociales.

Un alter ego, una nueva Doja ensangrentada (que recuerda mucho a su estilismo para el desfile de Schiaparelli esta pasada temporada de Primavera- Verano 2023), «está aquí», anunciaba en Twitter. Parece que «scarlet», así la ha llamado Doja, será hilo conector en sus próximos trabajos.

‘Attention’ comienza con una melodía de guitarra que se mezcla con la voz empalagosa y melódica de Doja Cat. Es una canción más larga de lo habitual: roza los 5 minutos. En el videoclip aparece ella dentro de un coche con toda su aura de estrella mientras explica: «Este no muerde, no se pone agresivo / Te enseño a tocarlo, a sostenerlo como si fuera precioso».

Parece que habla de su sexo, pero podría hablar también de su alter ego. Sea lo que sea, lo deja claro: «It don’t need your lovin’, it just needs attention».

Tras lo dulce llega el rap, y en el vídeo escupe las barras mientras pasea por una ciudad de noche. La frase «Mírame, mírame / Estoy desnuda» prueba que no es un rap violento. Las imágenes crean un entorno sexy en el que la cantante de ‘Woman’ se muestra muy cómoda: «Me pongo un tanga en el culo y te enseño cómo moverlo».

Doja es obscena pero sexy: el contraste está entre las letras y cómo las canta. Hay mucho ego, pero venera a sus referentes, en este caso a Nicki Minaj, a quien le dedica una barra: «Why she think she Nicki M? / She think she hot shit».

RFTW: Sigur Rós, Sen Senra, Texas, El Último Vecino, QOTSA…

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Hoy se publican los nuevos discos de Sigur Rós, Queens of the Stone Age, Django Django, Ghouljaboy, The Guapos, Ben Howard, King Gizzard & The Lizard Wizard, Killer Mike o Samuraï. De todos ellos puedes escuchar una pieza en nuestra playlist de Novedades «Ready for the Weekend».

Entre las superestrellas que sacan single, están Doja Cat o en otro nivel, Victoria Monét, hemlocke springs, Texas y Pretenders. En España destacamos el ‘Sexo en la playa’ de Alizzz y Amaia, ‘Matadora’ de El Último Vecino o ‘CANIJO’ de Judeline. Pero también hay novedades de Sen Senra, Chico Blanco o Marina Reche, que estrena la pegadiza ‘Oro’.

Entre los artistas que han venido presentando nuevos temas, están Georgia, ANOHNI and the Johnsons, Devendra Banhart, Bombay Bicycle Club… Sophie and the Giants tiene nuevo tema con Purple Disco Machine, e igualmente bailamos con lo nuevo de Peggy Gou. Recomendamos los singles de Vagabon, Luca Ching o Blanca la Almendrita. Y atención al tema que samplea o referencia lo nuevo de María Escarmiento…

Muere Mari Carmen de Mari Carmen y sus muñecos

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La ventrílocua María del Carmen Martínez-Villaseñor, más conocida como «Mari Carmen y sus muñecos», ha muerto a los 80 años. La artista, natural de Cuenca, se encontraba en su hogar de Tenerife cuando sufrió una caída que al parecer ha provocado su fallecimiento.

Mari Carmen será recordada por sus personajes, los cuales han impregnado la imaginería popular desde los años 80 y hasta nuestros días. Sobre todo Doña Rogelia, que hace poco inspiró una performance feminista con motivo del 8-M, por poner un ejemplo.

Doña Rogelia daba voz a una mujer anciana española, alguien que rara vez tenía protagonismo en el prime-time de los 80 (o el actual), con mucha guasa e irreverencia, pero también estaban el pato Nicol, la adolescente Daisy o el león Rodolfo.

Mari Carmen apareció en ‘Noche del sábado’ en 1967 y en 1971 formó parte de ‘La graduada’ de Mariano Ozores y con Lina Morgan. Pero fue en los 80 cuando los espectáculos de variedades, tipo José Luis Moreno, la popularizaron entre la gran audiencia. Tras ‘Un, dos, tres’, ’Señoras y señores’ o ‘Aplauso’, tuvo un espacio propio llamado ‘Ay, vida mía’, en el que sus personajes entrevistaban a personalidades como Julio Iglesias, Isabel Pantoja o José Luis Corcuera. Por si creéis que Trancas y Barrancas inventaron algo.

Entre las personalidades del mundo de la cultura que están lamentando su muerte, destacan Pedro Ruiz o Santiago Segura. Dice este último: «Nos ha dejado una de las grandes cómicas de nuestra historia. Una mujer que durante décadas consiguió hacer reír a media España acompañada de unos muñecos, Mari Carmen. Maravillosa, de agudo ingenio, rápida, brillante y con una veloz agilidad mental sobre el escenario. D.E.P».