El incendio de la catedral de Notre Dame, que por momentos durante la última hora de la tarde de ayer, hizo temer que el edificio se desmoronase tras caer su aguja, no ha dejado indiferente a los artistas de la música pop. Entre quienes han querido utilizar sus redes para manifestar su dolor viendo las imágenes, y como recoge NME, están artistas como Cher, Garbage, Mark Ronson, Dua Lipa, Amanda Palmer, Alex Kapranos de Franz Ferdinand, Camila Cabello, Aaron Dessner de The National o Jesse Hughes de Eagles of Death Metal, quienes sufrieron un atentado en la misma ciudad de París.
Entre los mensajes más sentidos están los de Aaron, que justo acababa de llevar a sus hijos a ver la Catedral, o los de Cabello, quien ha dicho que jamás olvidará lo que le impresionó el visionado de la catedral en su primera visita a París. Su colega Alejandro Sanz ha dicho que «es un día triste para el arte, la historia, la arquitectura, para la perfección creada por el hombre… Notre Dame está sufriendo el peor de sus enemigos…» También diversos artistas franceses se han manifestado, como ha sido el caso de Christine and the Queens.
En España, José Manuel Soto ha sido «trending topic» debido a un tuit, en el que, como Donald Trump, sugería apagar el incendio con agua, en su caso extraída del Sena. Los expertos aseguraban que no se podía lanzar agua desde un avión como pedía Trump, pues la piedra de la catedral la absorbería y crecería el riesgo de derrumbe. José Manuel Soto ha terminado borrando el tuit y después pedía disculpas por «hablar sin conocimiento».
C’est parce qu’elle nous semblait éternelle et immuable que le cœur se serre de la voir en flammes
to my friends & the community in paris – i love you. i cannot imagine the score of your feelings. notre dame has been a small thread in my life; i’ve drawn it, photographed it, fallen in love with someone i met in front of it. thinking about how this happened is…the hardest.
Ayer comenté q me extrañaba q no se usaran helicópteros para apagar el incendio d #NOTRE_DAME , luego me enteré q es una barbaridad, q podría destruir la estructura, todos los días se aprende algo, muchas veces opinamos sin conocimiento…
Lloro porque hoy es un día triste para el arte, la historia, la arquitectura, para la perfección creada por el hombre…Notre Dame está sufriendo el peor de sus enemigos…#Paris#NotreDamepic.twitter.com/rXYZG3iqJc
Como era de esperar a juzgar por lo que habían gustado hasta sus teasers, la boyband BTS ha pulverizado el récord de vídeo más visto en las primeras 24 horas en Youtube. El récord ha pasado antes por las manos de cantantes como Taylor Swift con ‘Look What You Made Me Do’ o Ariana Grande con ‘7 Rings’, pero era precisamente batido por otra banda de Corea del Sur hace poco, BLACKPINK.
‘Boy With Luv’, que ha contado con un cameo de Halsey, ha pulverizado el récord de estas con ‘Kill This Love’, que alcanzaban nada menos que 56,7 millones de visionados en el primer día. Youtube ha confirmado en Twitter que BTS han batido el récord aunque aún no pueden decir con exactitud por cuánto, pues están verificando los datos. Variety informaba de que el vídeo llevaba 78 millones de visitas el sábado por la mañana, un día después de su edición, pero el contador fue luego reducido a 74,6 millones. En todo caso, hay un margen de millones de ventaja.
Por otro lado, según las «midweeks», el nuevo minidisco de BTS, ‘Map of the Soul: Persona’, será top 1 en Estados Unidos según los primeros cálculos de Hits Daily Double, con lo equivalente a unas 200.000 copias vendidas. También se espera que el disco sea número 1 en Reino Unido tras haber vendido casi 20.000 durante el fin de semana. Y eso significa que esta vez The Chemical Brothers no serán número 1 en su país de origen con un álbum de estudio. Lo habían logrado 6 veces con sus 8 álbumes hasta el momento, pero ‘No Geography’ será en este caso top 2 o incluso puede que top 3, vendiendo aproximadamente un tercio que ‘Persona’. Os dejamos con la presentación de la banda en Saturday Night Live.
The Chemical Brothers lo han vuelto a hacer. Esta semana han sacado un disco surtido de buenos singles como han sido ‘MAH‘, ‘Got to Keep On’ y ‘We’ve Got to Try‘ junto a otra serie de canciones que no han sido sencillos pero igualmente merece la pena destacar. Una de ellas es la que de hecho da nombre al álbum, ‘No Geography’.
Como otras canciones de este álbum, ‘No Geography’ se sostiene sobre el sample de una voz repetida hasta la saciedad, en la que ese alguien pretende llevarnos por los caminos de la libertad al margen de fronteras, trabajos que te consumen y problemas de todo tipo. El texto es lo suficientemente abstracto en su propuesta como para que cualquiera pueda sentirse fácilmente identificado: «Si alguna vez cambias de idea sobre dejarlo todo atrás / Recuerda: no hay geografía / Solos tú y yo / y él y ella y ellos también / te llevaré conmigo».
La respuesta a este planteamiento solo puede ser que «sí» cuando el dúo formado por Tom Rowlands y Ed Simons, en este caso únicos autores de la canción, logran gracias a los beats y a sus melódicos sintetizadores, el sentido de comunión y amor hacia la música que tantas veces han sabido recrear en sus conciertos. ‘No Geography’ es un tema absolutamente eufórico que ya estamos deseando disfrutar en vivo en sus próximos sets, lo que incluye una parada en Mad Cool y otra en Doctor Music Festival.
Nueva edición de nuestra Sesión de Control, sección dedicada a repasar las novedades más destacadas del panorama alternativo de nuestro país y Latinamérica. Al final del artículo encontrarás la playlist de Spotify dedicada a esta sección que se renueva quincenalmente, conservando las canciones incluidas en la anterior entrega. Podéis encontrarla al final del artículo. [Foto interior: Luis Albert Segura; foto exterior: Delafé & Delaporte.]
La maquinaria del mundillo alternativo marcha ya a pleno rendimiento en este mes de abril. En el último par de semanas desde la anterior edición de esta sección, se han publicado varios nuevos álbumes importantes. Por ejemplo ‘Aitzstar’, el tercer trabajo de estudio del dúo Niña Coyote eta Chico Tornado, un disco producido por Ricky Falkner (Standstill, Egon Soda) que amplía los paisajes de su rock desértico. O ‘Amenaza tormenta’, el primer trabajo en solitario de Luis Albert Segura tras el cierre de etapa con L.A., que además abraza por primera vez la lengua castellana en sus letras. O, inesperadamente, Solo Astra, el grupo canario que ahora mismo está triunfando junto a Pimp Flaco en Cupido, que publica su álbum debut en solitario ‘Food Compilation’. También acaban de publicar su EP de regreso otro proyecto originario de las Islas, El Faro, que publica ‘Ay, si un día’ en Acuarela Discos. Aaron Rux, colaborador frecuente de Joe Crepúsculo, ha lanzado disco con su grupo The Flying Cowboys, en su perfil más intimista aunque también divertido. Y, por otro lado, Xavier Calvet, líder del grupo Bullitt, ha presentado su segundo trabajo en solitario, un ‘Crosswinds’ imprescindible para los amantes del giro a los sonidos clásicos norteamericanos al estilo de bandas como The War On Drugs.
Y, si ya hay una generosa oferta de álbumes, en las próximas semanas y meses no dejará de crecer. Le Parody ha anunciado la continuación del fantástico ‘Hondo’, un ‘Porvenir’ que promete una evolución de su experimentación pop. Y, como muestra, ‘El junco’. Otras mujeres que regresan tras un largo lapso desaparecidas son Rombo que, ahora como trío, (no por nada el nuevo disco que publican el 4 de mayo se titula ‘Clara Montse Núria’) buscan dar continuidad al encanto y energía indie rock de su debut de 2015. Y, por fin, tras numerosos singles y EPs, la joven Cristina Quesada da continuidad a su álbum debut, de nuevo en Elefant Records. ‘Think I Heard A Rumour’ es un álbum producido por Joe Moore (Revolution 9, Black Box Recorder) que contendrá canciones como ‘Estar a tu lado’, compuesta por La Bien Querida (no en vano la portada del álbum es una foto en la ya famosa cocina de su casa).
Otro de los singles más importantes y llamativos presentados en los últimos días son un nuevo adelanto del próximo disco de Delafé, esta vez al lado de los estupendos Delaporte; un tema junto a Javiera Mena incluido en el próximo disco del supergrupo Meteoros (con Julieta Venegas ya ausente del proyecto); una nueva canción del seductor dúo bacelonés urfabrique tras su irrupción en 2018; la primera canción que lanza en 2019 un Kinder Malo que semanas atrás anunciaba un misterioso retiro parcial de los escenarios, cancelando todas las fechas programadas; la nueva etapa, imbuida en los sonidos del nuevo pop, de Vic Mirallas (un joven músico que ha sido saxofonista y corista de nada menos que Alejandro Sanz); y por último Deva, nuevo nombre que ha adoptado la promesa del hip hop y el R&B nacional antes conocida como D’Valentina. De cara a su presentación en Sónar 2019 y con apoyo multinacional, está lanzando singles dobles hasta culminar en mayo un trabajo de 8 temas llamado ‘Diva’, que incluye temas como ‘Hielo’, con el MC Juancho Marqués.
Aunque aún no se conoce la programación completa de San Isidro, pues aún queda un mes para su celebración, comienzan a aparecer actividades interesantes para esta festividad primaveral de la capital. Una de ellas es la celebración de Plaza Sonora en el Matadero, tras el éxito del año pasado.
Como parte de los actos del 25º aniversario de la revista Mondosonoro se podrá ver gratis en el Matadero de Madrid, hasta completar aforo, y entre las 12.00 del mediodía y la 1 de la madrugada, a grupos como Delaporte presentando uno de los álbumes del año, el excelente ‘Como anoche‘; Marem Ladson, MOW, Volver, Dora (sí, la hija de Bimba Bosé que tanto está dando que hablar), Amparito y Patio Rosemary, entre otros. También estará el proyecto musical de Eva Hache, llamado Vintache, en el que junto al pianista Pepe Valencia y el dj Álvaro Rivero, reinterpreta temas muy conocidos. Bajo estas líneas puedes ver un vídeo de la presentación de ‘These Boots Are Made for Walking’ en Late Motiv.
Además, la revista también anuncia que habrá talleres, exposiciones, mesas redondas y food trucks. En las próximas semanas se desvelarán los horarios en la web del Matadero. Por otro lado, según la web Esmadrid, la programación completa de San Isidro de Madrid no se presentará hasta el día 6 de mayo.
Khalid ha dicho que tenía miedo de hacer su segundo disco por si la gente pensaba que no era tan bueno como el anterior (después se le pasó). Auspiciado por dos macrohits en las plataformas de streaming como fueron ‘Location’ y ‘Young Dumb & Broke’ (con 700 millones de reproducciones en Spotify cada uno, palabras mayores), ‘American Teen’ logró posicionarse entre los 20 discos más vendidos de 2017, alcanzando casi lo equivalente a un millón y medio de copias en los tiempos que corren. Después llegó ‘lovely’ con Billie Eilish, otro acierto, y un EP llamado ‘Suncity’ en el que se avanzaba parte de este ‘Free Spirit’ que ya tenemos entre manos, sumando otro éxito en la carrera del joven cantante de Texas como está siendo ‘Better’. Pero lo cierto es que, como si lo hubiera visto venir, ‘Free Spirit’ está gustando bastante menos que su debut a la crítica. Y existen razones para ello.
La principal es la falta de cohesión entre el título de ‘Free Spirit’ y sus letras. En muchas ocasiones, Khalid no parece un “alma libre” sino esclava de sus inseguridades, miedos y sobre todo de su gigantesco ego, lo cual ya era un problema en el álbum anterior. En sus canciones, Khalid siempre es el que más ama y el que más se entrega en una relación, pero por alguna razón también es el único que siempre sale perjudicado de una ruptura y sus letras están llenas de resentimiento hacia la otra persona. Frases como “si me vas a amar, quiero que me ames más profundamente, si me vas a dejar, quiero que salgas corriendo, odiaría que me dejaras apegado a ti” (‘Bad Luck’) o “te di todas las señales, pero tú seguiste las señales equivocadas” (‘My Bad’) huelen un poco a chamusquina. Cuando Khalid nos dice que su chica no le llama pero reconoce “nunca nadie te tuvo, solo fingía que eras mía”, cabe preguntarse de quién es el problema, si de ella o de un chico de 21 años un pelín inmaduro. Pero él ya parece saberlo cuando en ‘Self’ declara “siempre he tenido problemas con la autocrítica”.
Al margen de las letras, que en su mayor parte están llenas de tópicos y hablan de amor, desamor, amigos que solo quieren a Khalid por interés o en el caso de ‘Talk’, el primer single del disco producido por Disclosure, de la conversación importante que tiene lugar en cualquier relación, el “¿y adónde va esto?”; ‘Free Spirit’ es un disco demasiado largo, diferenciado por una buena primera mitad y por una segunda mitad plúmbea en la que Khalid reúne una serie de baladas y medios tiempos totalmente anodinos y olvidables, entre las que solo se salvaría ‘Self’ y por su interesante producción. Parece mentira que la canción que titula el disco sea tan floja, pero no es peor que ‘Twenty One’, que parece un descarte de Shawn Mendes, o la balada ‘Heaven’, que parece de la peor Leona Lewis. Por no mencionar ‘Saturday Night’ y su cuestionable mensaje “dile a tus padres que yo me preocupo más por ti”.
En la primera mitad, que se abre con una ‘Intro’ que no es una intro (Khalid ha dicho que prefiere que sus fans la titulen por sí mismos dependiendo de lo que signifique para ellos), los singles ‘Better’ y ‘My Bad’ son representativos de que hay algo bastante personal en el sonido de Khalid pese a tratarse de un híbrido bastante claro de pop, soul y ritmos urbanos como el hip-hop o el trap. Será sus producciones a capas, las texturas que maneja o su melódica voz, pero Khalid está triunfando y no puede deberse solo a la suerte. El mejor ejemplo de esto es ‘Bad Luck’, que sería un buen single comercial de Frank Ocean, mientras ‘Talk’, que no es ‘That’s What I Like’ aunque lo intente, pero tampoco está nada mal, nos hace preguntarnos por qué Disclosure no están produciendo ya a Ariana Grande o similares. ‘Don’t Pretend’, con sus guitarras españolas, se encuentra también entre las canciones destacadas a nivel de composición de esta primera parte de ‘Free Spirit’, aunque está especialmente lastrada por su letra, sin duda el talón de Aquiles de Khalid.
‘Free Spirit’ empieza a hacer aguas en ‘Hundred’, un acercamiento imposiblemente mediocre al sonido “middle of the road”, y cae cuesta abajo y sin frenos sobre todo a partir de la colaboración con John Mayer en una ‘Outta My Head’ que jamás debió salir de ningún cajón de maquetas. Por rescatar otro tema de la primera mitad del álbum que tampoco está mal, la balada funky ‘Paradise’, con su base burbujeante, habla de una chica que fuma marihuana para evadirse de los problemas. La canción suena un poco alucinada y ojalá hubiera guiado parte de este irregular segundo trabajo de Khalid, o por lo menos haberlo concluido, porque lo que viene después justifica por sí solo las malas críticas que está recibiendo.
Calificación: 4/10 Lo mejor: ‘Bad Luck’, ‘My Bad’, ‘Better’, ‘Talk’ Te gustará si te gusta: Alessia Cara, Troye Sivan, SZA, Bazzi Escúchalo:Spotify
Azerbaiyán, un país fuerte en Eurovisión pese a ser también uno de los más jóvenes (participó por primera vez en 2008), intentará llegar a la final de Eurovisión 2019 con una canción muy pop y “radio-friendly” interpretada por el cantante y compositor nacido en Moscú pero criado en Azerbaiyán Chingiz Mustafayev. Conocido por ganar el Pop Idol azerbaiyano y por participar en La Voz Ucrania, la música de Chingiz se caracteriza por su componente de fusión, en este caso de sonidos de Azerbaiyán y Turquía con rock, pop y guitarras flamencas. De hecho, Mustafayev es integrante de una banda llamada, tal cual, Palmas, con la que ha llegado a versionar a Pablo Alborán o a Diego El Cigala.
El sonido de pop fusión de Chingiz en solitario está reflejado por ejemplo en su single electropop ‘Tənha gəzən’, no tanto en este ‘Truth’ de sonido totalmente comercial y anglosajón que, si no fuera por su sutil instrumentación de ecos orientales, podría ser de algún grupo o artista de pop americano tipo Imagine Dragons o Foster the People. En este sentido, ‘Truth’, que habla sobre una relación tóxica que atormenta a su intérprete, no es la canción más original que podía haber mandado Azerbaiyán a Eurovisión, pero solo por el elemento sorpresa (al menos yo no me esperaba para nada una canción así) merece la pena escucharla. No es tan pegadiza como la canción checa, pero da el pego.
De momento, ‘Truth’ va 14ª en las apuestas y Chingiz tendrá oportunidad de defenderla el 16 de mayo en la segunda semi-final de Eurovisión. La final es el 18 y no parecen haber demasiados motivos para pensar que el cantautor azerí no se vaya a clasificar. La victoria le queda lejos, pero no es una mala canción para nada y con una puesta en escena más o menos currada, puede sorprender.
Calificación: 7/10 En los foros de Eurovisión se dice…: «Una canción más que la acabo de escuchar y ya se me ha olvidado” – Guarrona / “Yo a Azerbayán le doy mis 12!” – adnmolo En las casas de apuestas: va 14ª
Beck, en la segunda mejor etapa de su carrera tras ganar este año el Grammy a Mejor álbum alternativo por ‘Colors’ (una decisión como mínimo cuestionable por parte del jurado) y varios años atrás, el de Álbum del año por ‘Morning Phase‘, ha anunciado que su nuevo disco viene “del futuro”. De momento por su título se nota: ‘Hyperspace’.
Y también su primer avance nos hace pensar que ‘Hyperspace’ será un álbum con la mirada fijada en sonidos del futuro. Produce Pharrell Williams, que acaba de estrenar el vídeo (también muy futurista) de su single con Gesaffelstein, ‘Blast Off’, este ‘Saw Lightning’ de ritmos trepidantes, próximos a lo tribal, y guitarras españolas que te azotan en la cara. Por describirlo de manera breve y sin juzgar, ‘Saw Lightning’ parece un single experimental de Justin Timberlake.
No es la primera vez que Beck y Pharrell aparecen juntos en una canción: ya lo hicieron en un conocido “mash-up” de 2004 llamado ‘Frontin’ on Debra’, creado por DJ Reset y que fusionaba el single de 2003 ‘Frontin’ de The Neptunes ft. Jay-Z y ‘Debra’ de Beck (de su álbum de 1999 ‘Midnite Vultures’). Por otro lado, Beck acaba de colaborar con Cage the Elephant en un single llamado ‘Night Running’ y recientemente ha firmado ‘Tarantula’, su tema para el álbum de canciones inspiradas en ‘ROMA‘ de Alfonso Cuarón.
El excelente vídeo de ‘Barefoot in the Park’ de James Blake y Rosalía lleva el tema hasta el número 1 de nuestra lista directamente. Sucede justo en la semana en que ‘Malamente’ se despide de la lista al caer por primera vez a la parte baja de la tabla. Es momento también de despedirse de ‘Hoy la bestia cena en casa’ de Zahara y ‘bury a friend’ de Billie Eilish. El resto de las entradas son los nuevos temas de Sigrid, Vampire Weekend, The Ballet y Fémina. Ya podéis escuchar nuestra última lista de novedades y votar por vuestras canciones favoritas, aquí.
Madonna ha anunciado a través de Instagram que su esperado single de regreso saldrá este miércoles 17 de abril. Se trata de la canción llamada ‘Medellín’ que ya había aparecido listada en su Stories cuando estaba grabando su disco y que cuenta con la participación de Maluma, precisamente nacido en esta ciudad. Maluma ha definido esta colaboración en una entrevista como «algo gigante para la cultura latina». Ha añadido que «va a poner la cultura latina en otro panorama y la va a llevar más lejos de lo que está hoy». En la portada de ‘Medellín’ vemos a ambos cantantes juntos y a Madonna vestida de novia, confirmando la relación entre su inminente disco y la estética «de boda» que ya había dejado caer en Instagram hace casi un año. En el Stories de Maluma aparece una foto en la que ambos aparecen comiéndose una manzana y que suponemos extraída del correspondiente videoclip, del cual se ha encargado la realizadora española Diana Kunst, como se rumoreaba. Kunst es directora del vídeo de ‘De aquí no sales’ de Rosalía, ‘Caballo ganador’ de C. Tangana y ‘Barefoot in the Park’ de Rosalía con James Blake, entre otros.
La música latina ha encantado desde siempre a Madonna, y para muestra su deseo de escribir la letra de ‘La Isla Bonita‘ en 1986 sobre una demo que Michael Jackson había rechazado. La canción ha terminado siendo una de las producciones más icónicas de su carrera pese a haber sido solo un quinto single, en concreto en ‘True Blue’. Rodó ‘Evita’, para la que cantó en Spanglish en 1996, colaboró con Ricky Martin en 1999 y posteriormente adaptó su single ‘What It Feels Like For a Girl’ al castellano.
La noticia llega un día después de que Madonna anunciara que su nuevo álbum se llama ‘Madame X’. Se trata de un álbum conceptual en el que la cantante se pone en la piel de una agente secreto que tiene que adoptar diversas identidades en su recorrido por el mundo en busca de nuevas libertades. La primera identidad mencionada era «una profesora de cha cha chá» y parece ser que esta será por tanto la primera canción que escucharemos. Se espera que el disco de Madonna salga el próximo mes de junio, pero la fecha del mismo no ha sido confirmada. También se lleva semanas rumoreando que casi a la vez que este sencillo junto a Maluma saldría otro single, de carácter político, para el que la cantante ha grabado un videoclip rodeada de drag queens de Ru Paul. Esa otra canción estaría producida por Mirwais, a diferencia de ‘Medellín’, que se cree que está producida por Mike Dean.
Hace unos años sucedió algo improbable: un grupo danés triunfó en el mundo. ‘7 Years’ de Lukas Graham fue un pelotazo absolutamente mastodóntico que de hecho está a punto de entrar en el selecto club de las canciones con más de 1.000 millones de reproducciones en Spotify. Algo que está al alcance de tan solo unos pocos afortunados, sobre todo si no eres estadounidense o británico y no haces música latina o urbana.
Puede que muchos pensaran que estábamos ante el clásico «one hit wonder» pero lo cierto es que su tema ‘Mama Said’ también les funcionó muy bien, sumándoles otro top 40 en Estados Unidos; y que el grupo ha logrado hacerse con cierta base de fans para su siguiente álbum. Este otoño editaban un nuevo disco que mantiene la polémica portada del anterior, solo que con otro color, y que presentan este martes 16 de abril en Barcelona y el miércoles 17 en Madrid (las entradas están disponibles en Ticketmaster). Y ese largo llamado simplemente ‘3 (The Purple Album)’ les ha dado otro hit.
Se trata de ‘Love Someone’, un tema que además de por supuesto haber sido número 1 en su Dinamarca natal, ha logrado volver a colarse en el Billboard estadounidense, ha llegado al top 20 en Australia, y ha sido top 10 en Noruega y Suecia. En total suma más de 200 millones de reproducciones en Spotify y casi los mismos en Youtube. Los seguidores de Ed Sheeran seguramente hayan encontrado aquí una agradable balada, blanca y apta para toda la familia como muestra su videoclip, en el que parece mentira que el grupo sea de los que tenga que lidiar con la censura (sus portadas son una adaptación de una foto de la actriz Anita Ekberg que apareció en Playboy en los años 50). El grupo acaba de sacar también una demo a piano, con la que os dejamos.
Carolina Durante está a punto de editar su disco homónimo. Para celebrarlo, la banda ofrecerá cinco secret shows en Granada, Madrid, Valencia, Barcelona y Sevilla. En estas citas exclusivas la banda estará interpretando íntegramente su primer álbum, que se editará el próximo 26 de abril y ha sido producido por Bernardo Calvo y mezclado por Martin “Youth” Glover, miembro fundador de Killing Joke y productor de The Verve, Paul McCartney o Pink Floyd.
Para conseguir el pase que da acceso a estos eventos especiales y descubrir el lugar exacto en el que se celebrarán es imprescindible adquirir una copia de Carolina Durante en cualquiera de sus formatos físicos (LP edición limitada, LP o CD) en las tiendas especificadas a continuación. Todos los secret shows darán comienzo a las 21 HORAS, excepto en el caso de Granada, donde la hora de inicio será las 18 horas.
Como es sabido, el álbum debut de Carolina Durante incluirá los sencillos ‘Joder, no sé’ y ‘Las canciones de Juanita’ pero prescindirá absolutamente de todos los éxitos que ha sumado el grupo tras el lanzamiento de su primer EP en 2017, como ‘Cayetano’, ‘Perdona (Ahora sí que sí)’ con Amaia Romero, ‘El himno titular’, ‘La noche de los muertos vivientes’ o ‘En verano’.
Un disco de Doble Pletina siempre debe ser noticia, aunque sea un single de tres canciones. Precisamente este es un formato que, cabe recordar, siempre ha cultivado el quinteto barcelonés y en el que ha presentado algunas de sus cumbres: canciones como ‘Música para cerrar las discotecas‘ (su «monster hit» –siempre considerando su dimensión modesta–) y ‘Cruzo los dedos‘ vieron la luz en sendos 7″ de Discos de Kirlian, mientras que un hito como ser pinchados en su programa de la BBC por Jarvis Cocker lo propició la reinvención de ‘Nada‘ que hicieron Hidrogenesse en un pequeño-gran single de remixes.
Este ‘Algo estacional’ con el que su actual sello, Jabalina Records (que celebra este 2019 su primer cuarto de siglo), cierra la colección «Singularidades» responde a esa máxima del grupo iniciado por Marc Ribera y Laura Antolín (sus voces alternas y dobladas siguen siendo a día de hoy una de sus grandes enseñas) de entregar algo precioso y único en cada entrega. En la cara A, aquella ‘Volver a caer‘ cuyo vídeo estrenábamos en esta web nos recibe de manera encantadora como una bossa elegante (preciosos sus arreglos de piano y sinte), a la que los atropellados redobles de caja de ritmo y las voces apitufadas aportan ese medido punto de humor tan suyo que quita peso al dramatismo de su letra sobre la propensión a afligirnos un poco porque sí. En pocas semanas, ya tiene toda la pinta de ser un nuevo pequeño clásico para Doble Pletina.
Otra muestra de ese humor con retranca es ‘Pesca salada’: este bolero electrónico es la canción más melancólica de este disco, con Laura (reputada bajista) mostrándose anhelante de grandes emociones («un verano eterno», «beber los vientos por ti (o por alguien)»)… mientras Marc da la réplica con un coro en segundo plano que se burla de su languidez («Ay qué pena / Ay qué hortera / Ay qué cursi / Qué pereza»). Y el tema que cierra ‘Algo estacional’ mantiene ese espíritu de dramedia: ‘El silencio en la música’ invita a bailar música disco hasta el final en un panorama apocalíptico, incluso cuando los sonidos hayan desaparecido y el ritmo lo marquen «las explosiones, las erupciones». Ese afán por equilibrar tristeza y risa, languidez y picardía, centra este nuevo trabajo de Doble Pletina que les perpetúa como uno de los nombres más singulares y satisfactorios de la (probablemente) penúltima generación del indie tal como lo entendíamos.
Calificación: 7,4/10 Lo mejor: ‘Volver a caer’, ‘El silencio de la música’, ‘Pesca salada’ Te gustará si te gusta: Le Mans, Hidrogenesse, Vainica Doble Escúchalo:Spotify, Bandcamp
Bibi Andersson ha fallecido este domingo en Estocolmo según ha informado su hija Jenny Grede Dahlstran y recoge la prensa internacional. Tenía 83 años. La actriz sueca, que llevaba años sin poder hablar tras sufrir un derrame cerebral en 2009 que paralizó parte de su cuerpo, como recuerda El País, era conocida por sus papeles en numerosas películas de Ingmar Bergman como ‘Sonrisas de una noche de verano’ (1955), ‘El séptimo sello’ (1957), ‘Fresas salvajes’ (1957) y sobre todo ‘Persona’ (1960), por la que Andersson fue nominada a un BAFTA a Mejor actriz en una película extranjera y que sin duda daría lugar a su personaje protagonista más icónico.
Nacida en Estocolomo, Andersson rodó su primera película a los 16 años, aunque no fue hasta los 20 cuando empezó a trabajar con Ingmar Bergman. Con él rodó un total de 13 películas, pero Andersson fue una actriz prolífica y grabó numerosas películas en todas las décadas siguientes a su debut en 1951, llegando a aparecer en ‘La carta del Kremlin’ de John Huston, ‘Quinteto’ de Robert Altman, ‘El enemigo del pueblo’ de George Shchaefer o en la española ‘Una estación de paso’ de Gracia Querejeta. En 2007 rodó su última película y casi una década antes, en 1996, publicó su autobiografía.
En ‘Persona’, Andersson interpretaba a una enfermera que se retira a una casa de campo para cuidar de su paciente (Liv Ullman), una actriz de teatro que ha perdido el habla. ‘Persona’ ha sido especialmente influyente por su exploración de temas como la identidad, el dualismo, la locura, el lesbianismo o el aborto, pero también por su cinematografía, dando lugar a varias escenas históricas.
La influencia de este drama psicológico llega a cintas como ‘Mulholland Drive’ de David Lynch o la española y más reciente ‘¿Quién te cantará?‘ de Carlos Vermut, pero también a la música. En 2015, Róisín Murphy se inspiró en ‘Persona’ para el videoclip de ‘Evil Eyes’.
Precisamente el mismo día en que volvían Aventura, grupo dominicano que combinó la tradicional bachata con tintes de contemporaneidad, logrando que el género alcanzara a nuevas generaciones, Juan Luis Guerra presentaba ‘Kitipun’, su primer single inédito en 5 años. El auténtico rey de la bachata moderna, que con trabajos de ventas millonarias en todo el mundo como ‘Ojalá que llueva café’ y ‘Bachata rosa’ logró que ritmos latinos tradicionales calaran a distintas generaciones, presentaba este primer avance de un nuevo trabajo.
Un single que supone una perfecta reinvención de Juan Luis Guerra 4.40, sonando con perfecta vigencia en este 2019, pero sin traicionar el espíritu tradicional, de épocas pretéritas, que caracteriza a su música. Y no me refiero a la pátina de rock y arreglos de sintetizadores que ya aplicó a parte de ‘Todo tiene su hora’, el disco que publicó en 2014 y con el que cosechó varios Grammy latinos, entre ellos el de Álbum del Año. Con la entrada de un bajo sintético de sonido próximo al de un Moog y una base rítmica en la que conviven lo orgánico y lo digital, la producción del dominicado y su colaboradora Janina Rosado en ‘Kitipun’ puede compararse con la colisión de tradición y modernidad de proyectos como Pedrina y Río o Monsieur Periné.
Además, Guerra combina su estilo vocal habitual con algunos versos próximos al rap para dedicar una oda sentimental a su esposa Nora, en la que combina pasión y sentido del humor, ofreciéndole sin ambages todo lo que tiene, desde sus discos de rock a un libro de suchi (sic), como muestra de su gran amor. ‘Kitipun’, en este caso, es una onomatopeya que describe el latido de su corazón «retozón».
Tras haber logrado batir en el pasado Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, con la barbaridad de 400.000 asistentes, el récord del mayor concierto al aire libre (que hasta ahora ostentaba Celia Cruz en la misma celebración), Juan Luis Guerra 4.40 ofrecerán el próximo mes de junio tres conciertos en España: el 21 estará en Valencia (Marina Sur), el 24 en Barcelona (Palau Sant Jordi) y el 27 en Madrid (WiZink Center). Pero antes de eso, el próximo 25 de abril, recogerá un premio honorífico a toda su carrera en los premios Billboard 2019. Un premio curioso cuando, como muestra ‘Kitipun’, está claro que aún tiene mucho que ofrecernos.
El primer fin de semana –recordemos que el próximo repite, con el mismo cartel– del festival de Coachella, en el desierto de California, está copando la información musical de estos días. Hemos visto referencias al espectacular show que ofreció allí Rosalía, que también aparecía en el show de J Balvin del mismo evento, o a la actuación de Childish Gambino, que aprovechaba su aparición allí para presentar la película que filmó el pasado verano con Rihanna, ‘Guava Island‘.
Otra de las noticias que nos deja esta primera parte del festival es, tras haber dado por finalizada la gira y etapa ‘Witness’ meses atrás anunciando un largo lapso de ausencia de la música, el regreso a los escenarios de Katy Perry. Lo hizo de manera más o menos sorpresiva (había sido vista en las zonas VIP del recinto todo el fin de semana) durante el concierto del productor y remixer de origen ruso, Zedd, para cantar en vivo el single que este publicaba semanas atrás con la participación de Perry, ‘365‘. Katy aparecía hace tan sólo unas horas bajo la plataforma elevada del protagonista del Zedd vestida de rojo bajo un vestido transparente, mostrando de nuevo esa curiosa capacidad suya para alternar notas bonitas con una manera de cantar al borde del ahogo. Durante la canción, recordó la primera vez que ella acudía como espectadora al festival, con tan sólo 17 años.
Tras una era difícil en la que, pese a que ‘Witness’ no eran tan mal disco como muchos quisieron mostrar, Katy Perry ha visto acrecentar cierta impopularidad, este ‘365’ podría suponer pues el inicio de una nueva era musical para ella. Será, en todo caso, cuando culmine su actual papel como jurado del talent-show ‘American Idol’.
La muerte de Scott Walker hace unos días ha vuelto a recordarnos la importancia de este músico por su influencia en sucesivas generaciones musicales: empezando por sus propios contemporáneos (Bowie era un enorme fan) y siguiendo por artistas ya de los 80 (de los tecno-experimentalistas Ultravox a los comercialísimos Abc pasando por Nick Cave en su etapa más underground), los 90 (Tindersticks, Jack) y hasta llegar a los millenials (The Last Shadow Puppets casi parece una banda tributo de Walker). Lo más curioso es que Walker hizo avanzar la música en realidad mirando hacia atrás… él venía de Sinatra, de los crooners, de los chansonniers europeos (Brel principalmente) y quiso crear a partir de esos elementos -tan a priori obsoletos- usándolos en un contexto más experimental a nivel musical (orquestaciones más abigarradas e inquietantes) y lírico (letras repletas de observaciones y comentarios políticos).
También era un fan fascinado por Bob Dylan. En los repasos a las canciones más señaladas de Scott Walker en estos días hemos recordado y disfrutado de los habituales clásicos, pero las joyas son incontables, incluso entre el material menos conocido, y entre ese material Walker grabó dos bellísimas versiones del genio de Minnessotta con treinta años de diferencia: en su primera época como parte de los Walker Brothers (1965) y ya como artista en solitario en 1996.
Los no-hermanos Walker seleccionaron el ‘Love Minus Zero’ de Dylan para ser incluida en la grabación de su álbum de debut (‘Take it Easy with The Walker Brothers’), en el que llamaba la atención rodeada de un repertorio repleto de compositores de pop “adulto” (Burt Bacharach, Randy Newman, Pomus y Shuman…). En su libro ‘The Walker Brothers: No Regrets – Our Story’, el co-vocalista John Walker comentaba que la elección fue inusual pero que extrañamente funcionaba. Ciertamente, la combinación de las letras surreal-románticas con tintes políticos de Dylan con un arreglo de pop orquestal resulta una extraña delicia y de algún modo parecía señalar el camino que Scott seguiría sobre todo a partir de ‘Scott 4’. Además, es otro ejemplo de la fórmula que llevó al éxito a la banda: la exquisita armonía entre las voces de John y Scott con un fondo de pop spectoriano muy orquestado. El camino lo había allanado la propia mano derecha de Phil Spector, Jack Nietszche, cuando produjo y arregló su single ‘Love Her’, un estilo que ya exiliados a Inglaterra siguieron replicando con la ayuda del productor John Franz y el reputado orquestador Ivor Raymonde (habitual de todos los hits de Dusty Springfield).
La canción servía además como prueba del potencial pop de las melodías -a priori folkie- de Dylan: el mismo año del terremoto comercial y estilístico de ‘Mr Tambourine Man’ de los Byrds, que supuso el nacimiento del folk-rock, los Walker Brothers probaban que la versatilidad de Dylan podía hacer funcionar sus melodías en otros estilos también. Eso sí, recortando la letra a sólo dos estrofas… requerimientos de la inmediatez del pop (y eso que la original era bien breve). Con todo, ese legendario comienzo con los versos “mi amor habla como el silencio / sin ideales ni violencia / no tiene que decir que es fiel / y sin embargo es auténtica como el hielo, como el fuego” retiene toda su emoción romántica.
Flash-forward a treinta años después: Nick Cave -quien antes de asociarse con Warren Ellis para sus exitosas bandas sonoras en el nuevo milenio ya hacía sus pinitos en el mundo de la música para películas en los 90- acepta el encargo de musicar ‘To Have and to Hold’, un film australiano de 1996. Lo hace, como en su BSO anterior, junto a Mick Harvey y Blixa Bargeld. Y enterrado entre una larga serie de temas de música incidental bastante olvidables, se encontraba sin embargo un tesoro refulgente: una versión del ‘I Threw It All Away’ de Dylan (un tema poco conocido del ‘Nashville Skyline’) cantado por Scott Walker.
El cantante aceptó misteriosamente esta colaboración, un retorno momentáneo a un estilo notablemente más digerible que el de su celebrado ‘Tilt’ de un año antes, en una pieza que resulta brillante, envuelta en un oropel orquestal fabuloso que encaja a las mil maravillas: piano, oboe, y un sueño de cuerdas recubriéndolo todo (y arregladas por Barry Adamson). Sobre ese lienzo, Walker canta con su estilo inconfundible, teñido de una fragilidad totalmente acorde con la letra de arrepentimiento (“hace tiempo la tenía en mis brazos / y ella decía que siempre se quedaría / pero fui cruel, la traté como un idiota / lo eché todo por la borda”). Es una viñeta de poco más de dos minutos y medio (al igual que la original) que cerraba el círculo de su ciclo dylaniano. Habría estado muy bien saber -por cierto- cuál era la opinión de Walker sobre las recientes incursiones de Dylan en el American Songbook de sus últimos discos. A veces las aventuras musicales viajan en doble dirección…
Scott Walker y los Walker Brothers suenan en la última entrega del podcast de Jaime Cristóbal, Popcasting, disponible en este enlace.
A sus 21 años, Omar Velasco es uno de tantos niños nacidos en Estados Unidos (en un pequeño pueblo de Indiana, en su caso) en el seno de una familia de trabajadores migrantes mexicanos. Su educación, por tanto, ha vivido a caballo entre Los Panchos, los Beatles… y, por supuesto, la cultura yanqui. En un pequeño corto publicado hace unas horas por The Fader que recoge las horas previas a un concierto al que irá a verle por primera vez toda su familia, tiene una emocionante charla con su padre (en español) que recuerda cómo le regaló su primera guitarra y le dice «Te dije: «todo lo que tú quieras hacer, lo puedes hacer»». Es un alegórico retrato de esa realidad que el Partido Republicano pretende cercenar con su política migratoria. Y resulta simbólico que el pequeño Omar, bajo el alias artístico de Omar Apollo, pueda convertirse en una estrella del pop (aunque sea del independiente).
Omar Apollo comenzó a llamar la atención hace un par de años con una demo misteriosamente titulada ‘{}[]’ en su Soundcloud. Con un seductor y grueso bajo sintetizado como gran protagonista, y su falsete y su guitarra eléctrica dando color, se trataba de un precioso medio tiempo de funk-soul de baja fidelidad que evocaba al Prince más libre y travieso. Es la base de un sonido del que luego fue mostrando más matices en canciones como ‘Ugotme’, ‘Brakelights’ o ‘Unbothered’, en las que se iban colando aires folkies y hip hop, consolidando una propuesta muy versátil y atractiva.
Su primer EP publicado el pasado año, ‘Stereo‘, lograba expandir ese sonido psico-funk con un sonido nada amateur (aunque es fácil hacer un paralelismo con Cuco, Apollo parece perseguir una mayor calidad sonora) y canciones cada vez más imaginativas, como ‘Ignorin’ o ‘Erase’. Su nombre se ha ido haciendo cada vez más grande pese a no haber firmado aún ningún contrato (mantiene la autogestión, aunque ha llegado a un acuerdo de distribución con la poderosa editora AWAL), y este 2019 parece el de su definitiva explosión: este mismo viernes, 12 de abril, ha publicado su segundo EP, ‘Friends‘, en el que temas como ‘Ashamed’ o ‘So Good’ le muestran perfectamente instalado como una suerte de cantautor funky (el precioso tema titular o ‘Trouble’ dan una perfecta idea de su faceta más acústica) que, de seguir esta progresión, podría llegar lejos.
De momento, Apollo ha anunciado una mini gira española que le llevará a la sala Sidecar de Barcelona el 20 de junio, a El Sol de Madrid el 21 de junio y al Café Pop & Torgal de Ourense el 22 de junio. Las entradas ya están a la venta.
Llego apurado a mi encuentro con Kiko Veneno en un hotel de Barcelona próximo a la Plaza de España. No porque yo llegue tarde, sino porque ha quedado un hueco en la programación de entrevistas y me han propuesto adelantarla. Una buena ocasión para arañar algo más de tiempo a los 25-30 minutos de rigor. Sin embargo no llego lo suficientemente pronto y finalmente es el artista nacido en Figueras el que me hace esperar a mí, alargando este respiro en la intensa jornada promocional. Cuando llega a la tranquila terraza superior del hotel donde me han ubicado, aparece vestido con un elegante traje de chaqueta tan oscuro como las gafas que lleva, serio, como con ganas de ventilárseme pronto. Pero me resisto, amparándome en un par de interrupciones telefónicas por parte de su mánager y su esposa.
Comienzo alabando el bonito formato físico de ‘Sombrero roto’, el nuevo álbum que publicaba el pasado viernes 5 de abril y que nos congregaba a ambos allí. No me esperaba que fuera un disco-libro. “Yo tampoco”, me suelta antes de explicarme que todo fue idea de su hijo, Adán López. Este que quería escribir paralelamente un libro sobre la creatividad, el amor por la música y el arte a través de su música, apoyándose en las artistas gráficas Marta Lafuente y Carmela Alvarado. Por eso es “una doble entrega, un trabajo conjunto” que no necesariamente está conectado entre sí. “Cada uno va en su dirección: la mía son mis canciones. Y él no ha tratado de explicar el disco, sino que quiere darle una amplitud, apoyándose en el material gráfico, explicando una vida dedicada a la música, a la creatividad”, dice, aclarando que todos los textos son de Adán, aunque emplea material de las muchas conversaciones que ambos han mantenido sobre arte y creación.
“Soy un personaje ficticio que existe realmente. He vivido muchas canciones, no solo las de Kiko”, escribe Adán al final de este libro, desvinculando a ese teórico protagonista del libro de su padre, a pesar de que contiene ciertos tintes autobiográficos (los textos “se basan en textos reales, de Kiko o no”, escribe). El libro marca pues distancias con Kiko y, de hecho, es llamativo que en canciones como ‘Autorretrato’ y la propia ‘Sombrero roto’ habla de sí mismo, o esa impresión me daba a mí, desde fuera, casi como si se observara un personaje del que quiera separarse. Pero me desdice: “Yo no me separo de mi mismo nunca. Ni quiero… ni aunque quisiera podría. Pero la vida de un artista es interesante en tanto que conecta con la vida de los demás. Por eso apelamos al “inconsciente colectivo”, ese orden, estética o filosofía común que está en el aire y que va cambiando con los tiempos. A veces está más teñida de autobiografía y otras no, pero intento ampliar, que el campo de visión sea más amplio”. Tras este discurso se detiene y me espeta “no sé si te lo he explicado bien. Te lo he explicado regular, pero bueno…”, haciendo que los dos riamos y nos relajemos un poco.
«Lo que más me interesaba en este disco era renovar el cancionero, cosa que quiero hacer antes de jubilarme”.
Probando que sí que hay algo de autobiográfico en ‘Sombrero roto’ está su título y esa imagen de los “rayos que entran en su cabeza” que aparecían en ‘Los delincuentes’, de su genial debut de 1977. “Es una manera de cerrar un círculo, 42 años después. Quería recuperar ese concepto con el que yo me inicié en la música, para ver si seguía vivo. Y si no lo estaba, vivificarlo para afrontar este disco con ese espíritu”. Pero, pregunto, ¿por qué esa búsqueda de renovación sonora ahora, en este trabajo? “Lo pienso en todos los discos. Lo que pasa es que en este me lo he propuesto con más concentración, con más medios. No los medios que te da una multinacional (Nde: es un trabajo autoeditado), sino los que tenemos nosotros: el tiempo, la dedicación, el cariño… El equipo humano, muy importante”. Aunque, incide, lo que más le interesaba en este disco era “renovar el cancionero”, cosa que quiere hacer “antes de jubilarse”, idea que utiliza de manera hipotética, no como una posibilidad real y próxima. Porque lo que le importa, al final, es llegar a la gente.
En ese sentido, el empleo de sonidos electrónicos y géneros bailables son una herramienta llamativa. Reconoce que en general sí quería actualizar su sonido para que fuera comprensible, pero mantiene cosas suyas de siempre, entre las que él destaca los teclados ochenteros de ‘Autorretrato’, las guitarras asalvajás tipo ‘Veneno’, o el rock ’n roll, empleando dos baterías. A mí me sorprende que alguien se sorprenda por que Kiko Veneno haga un disco con pátina contemporánea, cuando desde sus inicios ha mostrado una intención clara de estar vigente y atento a lo contemporáneo, si bien a veces lo marcaban las circunstancias: por ejemplo, recuerda un maxi-single que publicó en el 84, con canciones como ‘Si tú si yo’ o ‘El deportista por la ventana’. “No quería, pero era lo que había en la época en los estudios en aquella época, así que tuve que hacer un disco tecno. Es un lenguaje que conozco”. Él comprende que haya gente que, cuando empezó a sonar ‘La higuera’ dijera “esto no es Kiko Veneno”.
“La gente nueva necesita sonidos nuevos, y esa dinámica es muy bonita”.
Quizá la cuestión es que la visión que él tiene de sí mismo no coincide con la que muchos tienen de él: “yo me veo dentro de la tradición del pop”, sentencia. “Es lo que me iluminó a mí de joven, el poder de la juventud, de la imaginación, el atreverse, la variedad, contar la vida de una forma muy arbitraria, sin prejuicios, con mucho desparrame de estilos”, lanza recordando a sus grandes referentes, The Beatles. Me canturrea ‘Being for the Benefit of Mr. Kite’ al recordar cómo a John Lennon se le ocurrió al ver un pasquín de un casino local, y ‘When I’m 64’ al destacar cómo McCartney lograba dar vigencia al viejo sonido ragtime. Para él lo bonito del pop es eso, que está muy vivo y que marca a cada generación, señalando al trap como el pop actual. “La gente nueva necesita sonidos nuevos, y esa dinámica es muy bonita”, sentencia con efervescencia. Él, aclara, no pretende ser vanguardista, puesto que ya lo fue una vez, en ‘Veneno’. “La vanguardia pertenece a la juventud, pero en el sentido de contemporaneidad, de contar mis inquietudes de una forma pop, me veo hasta que me queden fuerzas o me lo permita el Ministerio de Hacienda, el Ministerio de la Salud…” suelta entre risas.
“A lo mejor en los últimos años he hecho las cosas por encima, no he profundizado suficiente. Puede ser. Pero en este sí que he dedicado tiempo, quería que se viera que era algo muy trabajado”.
Volviendo al álbum, sugiero que ‘Sensación térmica’, su anterior disco (producido por Refree), ya contenía ideas que desarrolla en ‘Sombrero roto’. “A veces aciertas más y otras menos”, reflexiona, “pero, dentro de la precariedad de la cultura española, mucho depende de la energía que tú le dediques. A lo mejor en los últimos años he hecho las cosas por encima, no he profundizado suficiente. Puede ser. Pero en este sí que he dedicado tiempo, quería que se viera que era algo muy trabajado, con mucha intención, unas investigaciones sonoras muy pacientes y orgánicas”. Me explica que ha sido un trabajo de 3 años desde que empezó a probar él mismo en su estudio con teclados, ordenadores y cajas de ritmo, que son los mismos que están en el disco. Así completó veintitantas canciones, algunas con varias versiones distintas (“la que más tuvo fue ‘Chamariz’, que llegó a tener nueve”), y llamó a su amigo Martín Buscaglia (“él es cantautor, pero es muy punk, muy tecno”) para dar una primera capa de producción, elegir tempos y tonos, y grabar baterías reales en el Estudio La Mina de Sevilla. Luego, aunque él sabía lo que quería, reconoce que su falta de dominio en cuanto a sonidos digitales le llevó a buscar alguien como Santi Bronquio, que le dio un sonido más serio, más profesional, en cuanto a teclados y bases. También quiere destacar que este es un disco en el que se ha esmerado particularmente con las voces, buscando tesituras de voz potentes, aprovechando que con la edad se le ha agravado la voz. “Quería emocionar a través de la sonoridad. En ningún disco mío la voz había tenido el papel musical que le hemos dado aquí”.
Ha sido, dice, un proceso confuso y tortuoso, aunque para él es un placer. Y es que, si bien algunas de esas canciones surgieron de una manera espontánea, como ‘Ojalá’ o el single ‘La higuera’ –pese a que el verso erótico en el que se basa (inspirado en la manera en que se polinizan los higos, valiéndose de las moscas) lo guardaba desde la época de ‘Veneno’–, es cuando se barajan varias versiones cuando todo se complica: “llega Refree a mi casa y me dice “me gusta esta”; llega otro y me dice “me gusta esta otra”. Y yo me fío de todos, porque me rodeo de gente buena”, suelta entre risas. Destaca que hay que ser muy paciente y concienzudo, que no todo es cuestión de espontaneidad, aunque sea básica para que haya frescura. Pero que a veces, para que las cosas parezcan sencillas, hay que darle muchas vueltas. Es algo que aprendió cuando creó su gran éxito, ‘Échate un cantecito’, que pese a que parezca muy inmediato también fue un disco muy trabajado.
“Cuando salieron los Beatles, (la gente decía) ñañaña, pero cuando salió ‘Yesterday’ las madres decían “y estos de los pelos, ¡mira qué canción más bonita, los hijosdeputa!””.
Me atrevo a decirle que, pese a toda esa pátina contemporánea, mi canción favorita de ‘Sombrero roto’ es la más clásica, ‘Obvio’, en cuya melodía yo reconozco a Nat King Cole (“no me digas eso, que es uno de mis grandes ídolos”). A él no le sorprende que me guste a mí y a muchos otros, y “estaría encantado de que fuera la canción triunfadora de este disco”. “Le gusta a todo el mundo: a los niños, a las niñas, a los viejos, a las viejas, a los LGTB, a los Ñ, a los V, a los marcianos… A todos”, concede con guasa. “Es una canción sentimental, romántica, que te hace saltar las lágrimas. Cuando salieron los Beatles, (la gente decía) ñañaña, pero cuando salió ‘Yesterday’ las madres decían “y estos de los pelos, ¡mira qué canción más bonita, los hijosdeputa!””
Como puede verse, la conversación se ha ido relajando muchísimo y nos reímos ya cada dos por tres, mientras él se siente atraído por el olor a parrilla de la chimenea de un restaurante cercano, haciéndole soñar con un “pollo a l’ast”. Enfilo por eso la recta final de la charla, pero no puedo dejar de lado las letras, uno de los grandes puntos de su carrera y también de este disco. Pese a que yo me fijo en canciones que expresan cierta conciencia política y social (‘Vidas paralelas’, ‘Ojalá’ y ‘Yo quería ser español’, particularmente), él considera que el disco es todo lo contrario, habida cuenta que él siempre ha tenido una ideología bastante clara. “En este disco me he dedicado a la música y la poesía. La apuesta principal del disco es que fuera alegre, hay mensajes de entusiasmo que, eso sí, buscan contrarrestar el miedo, la oscuridad del mundo. Al mundo oscuro hay que presentarle nuestras armas, que son la melodía, la armonía y la música”, hila.
“El exceso de información alude directamente a la precariedad. Cuando tienes miedo, estás solo, y no tienes porvenir, te refugias en la sobreinformación”.
Pero, en cuanto a esas pinceladas de realidad más cruda que hay en el disco y el exceso de información que nos agobia, sí hace una reflexión: “es algo que alude directamente a la precariedad. Cuando tienes miedo, estás solo, y no tienes porvenir, te refugias en la sobreinformación. No es que la gente tenga una gran curiosidad intelectual y quiera desentrañar en qué mierda consiste la especie humana ni qué coño hacer con este planeta que lo estamos destrozando. No es eso”. En una larga digresión, Kiko concluye que ese apremio es una vía de escape del estrés por sobrevivir. Y así, dice, es muy difícil disfrutar de un bien cultural, porque hay un bombardeo de estímulos que nos llegan tan fácil que no le damos el valor que le das a algo que te tomas el trabajo previo de buscar, elegir y profundizar. Y, a la vez, eso te produce incertidumbre, inseguridad y pone muy difícil crearse un criterio estético y moral. Casi se nos olvidaba que, detrás de la apariencia frívola y mundana de sus canciones, hay un pensador de la vida. “¿Para qué quiero tanta información si no puedo cambiar el mundo?”
Ese hilo, como él lo llama, le lleva a plantear cómo los jóvenes también desprecian a los mayores, a los ancianos, por no ser permeables a esa información al estar limitados en el uso de la tecnología. Otro factor negativo de la información, que le lleva a una anécdota: “hay gente que se muere escuchando la música de su juventud, y no me parece mal. Cuando yo vivía en Conil (de la Frontera, Cádiz), después de que saliera ‘La leyenda del tiempo’, yo escuchaba mucha gente mayor que despotricaba de Camarón de la Isla. Ellos querían escuchar en la radio su Juanito Valderrama, su Manolo Caracol, su Niña de los Peines. Yo entonces no lo entendía, pero no es que despreciaran a Camarón, es que ellos querían seguir escuchando la música que les había entusiasmado durante 30 o 40 años, porque les llena”, recuerda. “¿Que no te gusta Rosalía? Pues muy bien, vive feliz, coño…” espeta, remarcando la energía malgastada en esas cuestiones y señalando, entre carcajadas, a Tonino Carotone como un profeta de nuestra situación actual: “E’ un mondo difficile / e vita intensa / felicitá a momenti / e futuro incerto”.
“Refree me ha propuesto hacer un disco de flamenco contemporáneo, al estilo del primero de Rosalía. Y a mí me encantaría, sobre todo si me lo pagan”.
Tras un disco de electrónica, me pregunto qué disco le queda por hacer a Kiko Veneno. En su mente, muchos, pero por de pronto pretende grabar las 11 canciones que no han entrado en este disco y que pretende registrar con el mismo proceso de producción (“ahora sé cómo hacerlo, no me llevará 3 años”), y después quiere llevarlo a algo que más que un concierto será un espectáculo, “bien hilado”, con intermedios, visuales, que abarque todas sus etapas, más que adaptar las antiguas al nuevo sonido (o al revés). Eso será en otoño. Y después… hay todo un abanico de opciones, como la de la bomba que me suelta para terminar: Refree le ha propuesto hacer un disco de flamenco contemporáneo, al estilo de ‘Los ángeles’ de Rosalía. Y a él le encantaría, sobre todo si se lo pagan, porque significaría que la cultura es respetada, y que podría moverse de los polígonos a los teatros. Le sugiero que son tiempos complicados para eso, sobre todo leyendo en las noticias que VOX pretende suprimir el Ministerio de Cultura. “Me parece bien”, dice para mi sorpresa. “Hacen bien, porque realmente no la conocen, la cultura. Las barbaridades que dicen, hablando de Don Pelayo y todas estas cosas, demuestran que no tienen ni puta idea. Tiene la osadía del combatiente, que se creen que están defendiendo algo. Aparte de eso, poco valor”.
Madonna ha anunciado finalmente que su nuevo álbum se titula ‘Madame X’, dejando atrás los rumores persistentes que apuntaban a ‘Magic’ como título de este proyecto, pues la artista ha usado esta palabra en numerosos hashtags desde que se conocen las primeras informaciones sobre el álbum. Madonna había dejado varias pistas sobre el nombre de este proyecto en sus redes sociales en los últimos días, llegando a compartir una playlist de Spotify con 6 canciones de su repertorio cuyas primeras letras juntas conformaban la palabra “MADAME”.
En un nuevo adelanto visual del proyecto, que parece confirmar algún tipo de álbum conceptual, Madonna cuenta que ha decidido llamar su nuevo disco ‘Madame X’ y explica quién es este personaje: “Madame X es una agente secreto que viaja alrededor del mundo, cambia su identidad, lucha por la libertad y trae luz a los lugares oscuros”. Madame X es también una “gángster, una profesora, una líder de estado, una ama de casa, una jinete, una prisionera, una estudiante, una madre, una hija, una maestra, una monja, una pecadora, una santa, una puta y una espía en la casa del amor”.
En el adelanto también puede escucharse parte de una canción nueva, parece que una emotiva balada con piano, cuerdas y arreglos electrónicos en la que Madonna cantará sobre el dolor de no ser amada. Hace un año, Madonna presentó un tema nuevo llamado ‘Beautiful Game’ en la MET Gala, pero se desconoce si finalmente formará parte de él. Os recordamos que entre los implicados en el disco se encuentran Mirwais (productor de ‘Music’ y ‘American Life’) y Maluma. La noticia del título del nuevo trabajo de Madonna llega cuando la artista acaba de ser confirmada como artista invitada en la final de Eurovisión.
Rosalía ha actuado este fin de semana en el festival californiano de Coachella, presentando una puesta en escena mucho más espectacular que las vistas en sus dos conciertos previos en el festival de Lollapalooza celebrado en Argentina y Chile. Esto se debe probablemente a que ambos conciertos tuvieron lugar por la tarde mientras el de Coachella se celebró de noche, dando más juego a nivel lumínico y visual, y por lo tanto dejando algunas imágenes impresionantes de Rosalía, como las que la propia artista ha compartido en Twitter. Medios generalistas como El País, El Mundo o La Vanguardia se hacen eco de la actuación de Rosalía en Coachella, con el tercero titulando: “Rosalía se gradúa en el santuario hipster de Coachella 2019”.
La noticia del paso de Rosalía por Coachella ha llegado en su segunda aparición en el festival producida el sábado, pues la autora de ‘El mal querer‘ se ha pasado por el concierto de J Balvin para cantar con él su single conjunto, el actual número 1 de singles en España ‘Con altura’ (que Rosalía ya ha añadido a su repertorio). Mención especial merece la puesta en escena de Balvin, colorida e inocente como la de un show de Katy Perry, y parece que igual de divertida.
El set de Rosalía, idéntico al de sus shows en Latinoamérica, con la presencia de temas aún inéditos como ‘Aute couture’, ‘Lo presiento’ o ‘Como ali’, su reciente colaboración con James Blake ‘Barefoot in the Park’ o su versión de ‘Te estoy amando locamente’ de Las Grecas a modo de interludio, no puede verse de momento en ningún canal oficial y parece que tampoco extra oficial, por lo que la única manera de acercarse a él de momento es a través de los breves vídeos del concierto subidos por los usuarios en Twitter o Instagram.
GRACIAS @coachella uau sigo en shock thank you it meant so much to me to be here y los que no estabais allí visteis el live stream???? os gustó?? os leopic.twitter.com/uw2M3nPh1J
Tame Impala ha vuelto. Y lo ha hecho con un sonido renovado que, partiendo de los saturados “grooves” y sintetizadores de su anterior álbum ‘Currents‘, sin una guitarra a la vista, se presta como nunca al cóctel de terraza. Como ‘Patience’, con sus pianos y sus congas, el nuevo single de Kevin Parker pide ser escuchado -y sobre todo bailado- durante un atardecer de verano, por ejemplo en el festival Coachella donde ha actuado este fin de semana, y al que apuesto que el público llegará con esta ‘Borderline’ sabida de principio a fin.
Aunque ‘Patience’ me ha dejado algo frío, he de reconocer que tiene un punto adictivo, potenciado por su elemento psicodélico; pero ‘Borderline’ es muchísimo más inmediata, un caramelo pop clarísimo que confirma que Tame Impala puede haber llegado, con su nuevo álbum, a lo que fue ‘Reflektor‘ para Arcade Fire, ‘Random Access Memories‘ para Daft Punk o ‘Junk‘ de M83: a su etapa “kitsch”. Desde el segundo cero, ‘Borderline’ parece situarse en el lado hortera de la música disco, recordando a los mismísimos Bee Gees y pidiendo a gritos un “mash-up” con uno de esos vídeos cachondísimos de gente mayor en los 70 bailando en televisión. Con su ritmo sabrosón, sus percusiones latinas y su arreglillo de flauta medio new age asomando por aquí y por allá, ‘Borderline’ es una canción hortera, y también totalmente irresistible.
‘Borderline’ se compone de varias estrofas / estribillos a cada cual más certero y pegadizo. Cada uno de ellos es memorable y tiene una función clara en la canción, la de expresar de maneras diversas su mensaje de inseguridad e incertidumbre frente a una relación romántica, que puede incluso ser sexual (Parker se refiere a “encuentros íntimos”). Con el decadente paisaje de Los Ángeles de fondo, Parker deja una serie de frases llenas de autoflagelaciones, mostrándose como un “hombre solitario” en la ciudad “atrapado entre el dolor y el éxtasis”, o refiriéndose a conversaciones que le llevan a su pareja y a él al “límite”. Pero Parker alude también a noches de fiesta pasadas de rosca y a nuevos encuentros con la soledad. Se pregunta si “seré querido, si habrá alguien en quien pueda confiar” y nada más empezar, ‘Borderline’ habla de un “sentimiento oscuro”. Sin embargo, ‘Borderline’ suena a su vez feliz, está hecha para bailar y cantarla en bucle. ¿Es ya el Primavera?
Weyes Blood se ha ido haciendo un nombre en el indie-rock americano de los últimos años, de mano del sello Mexican Summer (Ariel Pink, Cat Le Bon, Kurt Vile) con su singular visión, llevándole a componer bonitas baladas de poso country como ‘Seven Words’ tanto como a hacer el friqui en el vídeo de su colaboración con Ariel Pink ‘Tears on Fire’. Dotada de un particular apego tanto por la canción pop de los 70 como por la melodía medieval o gótica, recordando bastante en ese sentido a la noruega Susanne Sundfør; y provista de una voz que es pura elegancia, maternal en el mejor sentido posible, Blood ha publicado este mes de abril el álbum que le está abriendo las puertas al mayor público de su carrera, un ‘Titanic Rising’ editado esta vez por Sub Pop y de portadón absoluto: la propia Weyes diseñó el escenario -una habitación- posteriormente construido en un estudio y sumergido en una piscina.
‘Titanic Rising’ establece un paralelismo entre el hundimiento del famoso barco y el hundimiento de la sociedad actual (sobre todo de los países del tercer mundo) por medio del cambio climático y el capitalismo, entre otros temas como la tecnología. En el alegre single ‘Everyday’, que suena como una colaboración no-tan-imposible entre The Beach Boys y Karen Carpenter, y cuyo vídeo inspirado en el cine “slasher” no tenéis que dejar de ver, Blood parece hablar sobre la necesidad del contacto real frente a las aplicaciones tipo Tinder y se atreve a declarar: “el amor de verdad está volviendo”. Mientras en ‘Movies’, donde el álbum ya ha dejado atrás el pop para, en su algo más modesta segunda mitad, sumergirse en los mundos cósmicos de la new age, la artista reflexiona sobre el papel que el cine juega actualmente en nuestras vidas, haciéndonos confundir realidad con ficción y desear una vida mitológica: “quiero ser la estrella de mi propia película”.
Como se puede comprobar, ‘Titanic Rising’ no es del todo un álbum triste pese a su temática, sino que siempre parece buscar el pequeño rayo de luz en un abismo de oscuridad, aunque sea en forma de humor. La cantautora quiere que sonrías en el apocalipsis y no deja de tener cierta gracia que el álbum termine con una revisión de 1 minuto de ‘Nearer, My God, to Thee’, supuestamente la última canción que tocó la banda del Titanic antes de que el barco se hundiera por completo, una historia que, pese a su absoluto desamparo, evoca una sensación de absurdo tal que solo puede dar pie a cierto humor. Lo que quiere decir Blood en todo caso es que el mundo está cambiando y no puede hacerse nada para detenerlo. ‘A Lot’s Gonna Change’, la conmovedora balada que abre el disco, en un estilo muy Brill Building, y que Adele ya está tardando en descubrir y compartir en Instagram, recuerda con nostalgia un mundo más puro, pero a su vez afirma: “muchas cosas van a cambiar, intenta dejarlo todo atrás”.
A través de sus diversas influencias, Natalie Mering -este es el nombre real de Weyes Blood- escribe canciones emocionantes pero a la vez reposadas. Su especialidad parecen las baladas y si ‘A Lot’s Gonna Change’ es una de esas canciones que suenan a clásico desde la primera escucha, destacan también los temas del álbum que reflexionan sobre la necesidad de creer en algo “más”, como la gráficamente titula ‘Something to Believe’ o sobre todo ‘Andromeda’. Esta canción, muy parecida a ‘Space Cowboy’ de Kacey Musgraves en el modo en que conjuga elementos del country-pop con sintetizadores cósmicos, suena como si flotara en el espacio, precisamente donde Blood tiene pegada su vista, mirando las estrellas desde la Tierra. Mi momento favorito de la canción y de todo el disco se produce en esta canción: el modo en que Blood se deshace de la melodía de “I dare to try” en el estribillo, como dejándola ir en la inmensidad del espacio mientras le envuelven los sintetizadores, puede ser lo más elegante que he oído en mucho tiempo.
Con todo, ‘Titanic Rising’ es un álbum sobre la pérdida de la inocencia. En declaraciones a Pitchfork, Blood describe la estupefacción que sintió tras ver ‘Una verdad incómoda’ de Al Gore en su juventud de una manera próxima a lo poético: “en ese momento supe que las cosas ya no iban a ser como antes, que el confort de mi infancia en los años 90, cuando por ejemplo daba por hecho que los arrecifes de coral seguirían estando ahí para mis hijos, o simplemente que yo tendría hijos, todo ese fundamento se desvaneció. Fue casi como perder la inocencia, como si me echaran del jardín del Edén”. Este sentimiento se concreta en ‘Wild Time’, que parece hablar de manera más específica sobre el cambio climático. Como en tantos momentos del álbum, Blood halla en la incertidumbre de la vida una canción épica, que llena el alma, lo cual se aplica en general a la totalidad de este hermoso álbum que tiene toda la pinta de ser un punto de inflexión realmente importante para Weyes Blood. Y con estas canciones, no es de extrañar.
Calificación: 8,1/10 Lo mejor: ‘Andromeda’, ‘Everyday’, ‘A Lot’s Gonna Change’, ‘Something to Believe’ Te gustará si te gusta: Kacey Musgraves, Susanne Sundfør, Lana Del Rey, Adele, Carpenters Escúchalo:Spotify
Becky G ha estrenado el videoclip de su nuevo single trap, ‘Green Light Go’, que pese a su sonido onda ‘thank u, next’ (disco), se está quedando lejos de lograr los números de singles previos de la mexicana tan recientes comom ‘Banana’ con Anitta, cuyo explosivo videoclip sigue entre lo más visto de Youtube España; pues ‘Green Light Go’ ni siquiera aparece actualmente entre las 10 canciones de Becky G más escuchadas en Spotify pese a haberse lanzado hace menos de un mes.
El vídeo de ‘Green Light Go’ es un homenaje a Inglewood, el barrio de Los Ángeles en el que Becky G creció, y por tanto potencia el mensaje de humildad de la canción, en la que la artista canta: “yo no me doblego por nada, hago esta mierda por México”. En Instagram, Becky ha explicado que ‘Green Light Go’ significa más para ella de lo que la gente cree: “Cuando hice esta canción, estaba en un punto de mi vida en el que mucha gente me decía “no”. Pero cogí esos noes y los convertí en síes. He labrado mi propio camino y me he dado a mí misma mis propias luces verdes”.
Sobre el vídeo en concreto, la artista detalla: “Hacer este vídeo ha sido un viaje de nostalgia. Me recordó a tiempos más sencillos. Tan divertidos e inspiradores. Soy mexicana-americana y lo soy con orgullo, una chica de Inglewood, nacida y crecida en las calles de Los Ángeles. Siempre tendré amor por mi ciudad y por la hermosa gente que vive en ella”.