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Backstreet Boys estrenan ‘Chances’ y anuncian fechas en Madrid y Barcelona para mayo

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Backstreet Boys, protagonistas de unos de los documentales musicales más recomendables de Netflix, han anunciado nuevo disco, ‘DNA’, y la gira mundial que realizarán para presentarlo les traerá a España. Actuarán el 13 de mayo en el WiZink Center de Madrid y el 17 de mayo en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Las entradas saldrán a la venta el próximo 16 de noviembre, mientras el álbum, el décimo de su carrera, llegará a las tiendas el 25 de enero.

Los intérpretes de ‘Everybody’ y ‘I Want it That Way’ ya no son el fenómeno que fueron a finales de los 90 y principios de los 2000, pero sí puede decirse que su música ha evolucionado con el tiempo, a menudo dejando singles tan certeros como ‘Incomplete’, ‘In a World Like This’ o ‘Permanent Stain’ y como demostraba de hecho su reciente single ‘Don’t Go Breaking My Heart’, publicado hace más de un año que les acercaba a los terrenos más synth-poperos de Carly Rae Jepsen, Katy Perry o Robyn.

Y para muestra que Backstreet Boys no han tenido problema en adaptarse a los nuevos tiempos, su nuevo single, ‘Chances’, está compuesto por Ryan Tedder y el mismo Shawn Mendes que es hoy es una de las mayores estrellas adolescentes del momento. A pesar de lo que sugieren estos dos nombres, ‘Chances’ es también bastante synth-popera, aunque en este caso no olvida la presencia de las guitarras marca de la casa. Sí, podría haber sido un single de Shawn Mendes.

Sufjan Stevens publica al fin la canción inédita que regaló a un fan, ‘Lonely Man of Winter’

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Un año después de ‘Mysteries of Love‘, la canción de Sufjan Stevens para ‘Call Me By Your Name’ por la que fue nominado a un Óscar, el cantautor norteamericano sigue sorprendiendo a sus seguidores durante la época navideña. Ahora ha publicado una canción que lleva inédita más de 10 años y que tiene una historia especial.

Stevens compuso ‘Lonely Man of Winter’ en 2007 como parte de su (ya no tan) habitual “intercambio de canciones navideñas”, a través del cual literalmente intercambiaba canciones con sus fans. El ganador del intercambio aquel año fue Alec Duffy con ‘Every Day is Christmas’, y el músico recibió una canción nueva de Stevens compuesta para la ocasión llamada ‘Lonely Man of Winter’, que en lugar de publicar en internet decidió mantener en privado. Después celebró “listening sessions” por Estados Unidos y Europa para mostrársela a los seguidores de Stevens que quisieran escucharla, pero la canción jamás había estado disponible en la red hasta ahora, cuando Ashmattic Kitty ha decidido publicarla.

La versión original de ‘Lonely Man of Winter’ ha llegado ahora a Spotify junto a una versión nueva que incluye la voz de Melissa Mary Ahern, y también junto a ‘Every Day is Christmas’ de Alec Duffy. El motivo por el que Stevens, Duffy y compañía han decidido finalmente publicar este tesoro antes inédito de Stevens es JACK, la organización de la que Duffy es director que busca apoyar a artistas, y para la que el músico ha querido recaudar dinero. El single sale también en vinilo el 9 de diciembre, en una edición limitada de 7″.

Juan Camus arrasa en Twitter con el portadón de su single «anti-bulling» ‘Ni un segundo más’

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Una vez más, esa realidad paralela que es Twitter nos ha dado una de las mayores alegrías de el día la semana el mes la vida. Y es que nos ha descubierto el auténtico portadón que luce uno de los nuevo singles del participante en la 1ª edición de Operación Triunfo, cantante, empresario y polemista a tiempo parcial Juan Camus, titulado ‘Ni un segundo más’. En ella, vemos a un gran tiburón blanco al más puro estilo del de Spielberg, que emerge entre grandes olas para mostrar que lleva ¿tatuadas? sobre su piel las palabras «bullies», «trolls» y «haters», justo en el instante en el que está a punto de devorar unos cartuchos de dinamita con la mecha prendía.

La canción pretende ser un «tema dance antibullying, antihaters y antitrolling para aquellas personas que, como yo, lo hayan sufrido en algún momento. (…) A los aludidos, lo dicho, NI UN SEGUNDO MÁS!» Eso explicaba en un tuit del día 7 de octubre donde anunciaba la publicación de este single la pasada semana, acompañado de una versión en italiano de ‘Ave Maria’ –tendría guasa que fuera la de Bisbal… pero no, es la de Schubert– que tiene como objeto, al loro, «rezar por ellos» (refiriéndose a los malos a los que se dirige su otro tema, claro).

El caso es que, por increíble que parezca, la Internet ha tardado más de un mes en descubrir esta desternillante joya (me refiero a la portada, no a la canción, malpensados) pero, cuando lo ha hecho, ha explotado a lo grande, convirtiéndose en trending topic. Entre numerosos usuarios que se vanaglorian de haber sido bloqueados por el triunfito (¿quizá mostrando la motivación del single?), también hay quienes, como El Hematocrítico, asegura que acaba de superar a la del ‘Sgt. Pepper’s’ como la mejor de la historia, Borja Prieto lo califica de «masterpiece», mientras que otros usuarios piensan que están ante la aportación de Camus a la BSO de la nueva franquicia de ‘Sharknado’. Llorando en la limo estamos…

These New Puritans reaparecen 5 años después con ‘Into the Fire’, anticipo de un disco «bello y brutal»

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En el verano de 2013 los británicos These New Puritans lanzaban ‘Fields of Reeds‘, un tercer largo que aproximaba su experimentación rock a territorios propios de la neoclásica, tras el atinado volantazo estilístico hacia el artrock que supuso el gran ‘Hidden‘ (2010). Sin embargo, y extrañamente, nada más se ha sabido de ellos… hasta ahora.

Y es que el grupo comandado por los hermanos Jack y George Barnett estrenaba esta semana en The Fader (y hoy ya está disponible en plataformas de streaming) su primer single en 5 años. Se titula ‘Into the Fire’ y, por un momento, parece irrumpir en territorios del pop rock convencional… pero es sólo por un momento, porque en cuanto irrumpen las percusiones y el piano –elemento fundamental en su música–, llega la oscuridad y las disonancias, a las que contribuye el afamado David Tibet, alma de uno de los grupos experimentales más fundamentales de los 80, Current 93. Curiosamente, nunca se pierde cierta luminosidad, en su estructura casi convencional.

Y es que, según avanzan los Barnett al medio británico, su nuevo disco es «impactante» y «brutal y bello al mismo tiempo». También cuentan que el grupo vuelve a constar básicamente de ambos músicos (con Jack viviendo en Berlín desde que terminaron su última gira), por lo que ellos han hecho el papel de «20 músicos» para este trabajo, del que ‘Into the Fire’ es apenas «el giro del picaporte de la puerta» que lleva al nuevo espacio que han abierto.

Cooltural Fest 2019 congregará en Almería el pop rock nacional alternativo más exitoso y variopinto

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Después de haber vivido un exitoso debut este año 2018, Cooltural Fest acaba de anunciar ya su próxima edición 2019. Se trata de un evento musical auspiciado por el Ayuntamiento de Almería que el pasado mes de agosto reunió a artistas nacionales del tirón de Izal, Carlos Sadness, La M.O.D.A., Iván Ferreiro, Sidonie o Rufus T Firefly. Su apuesta está clara: reunir las propuestas del pop rock alternativo patrio más exitosas en directo. Así que su nueva edición, continúa en esa línea.

Vetusta Morla –que parece que este año son apuesta imprescindible de casi cada festival del país–, Second, DePedro, Nunatak, Los Invaders y Embusteros están entre los grupos que actuarán en el escenario principal de Cooltural Fest. Este se complementa con dos escenarios más, uno de «Playa», que acogerá propuestas no tan mayoritarias pero tan interesantes como Arizona Baby y Joana Serrat, y otro de «Ciudad», donde encontraremos a Perro y Tu Otra Bonita. Estos son sólo los 10 primeros nombres de los aproximadamente 40 que promete la organización.

Celebrado en plena fiestas mayores de la ciudad andaluza, los días 16, 17 y 18 de agosto de 2019, Cooltural Fest ha anunciado que ampliará su recinto de conciertos en más de 10.000 m2, de modo que mejorará la zona de descanso y restauración. Los abonos, con un precio general de 29,90 € + gastos (existen también abonos VIP), están ya a la venta en su web.

Jennifer Lopez le saca los colores a Bad Bunny en ‘Te gusté’

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Después de los discretitos resultados de ‘Dinero‘, single que contaba con co-protagonistas como Dj Khaled y Cardi B, Jennifer Lopez parece dispuesta a dar con un nuevo pelotazo comercial con ‘Te gusté’. Y nadie como Bad Bunny para hacerlo en el mercado del nuevo pop urban por el que la intérprete de ‘On The Floor’ ha apostado claramente este año con singles como ‘El anillo‘ (que ha funcionado relativamente bien, contando con una nueva versión posterior junto a Ozuna) o el citado ‘Dinero’.

‘Te gusté’ es un tema de hip hop lento que encaja perfectamente en el estilo del rapero puertorriqueño –no en vano, han participado en su producción Mambo Kingz, autores de bases del Conejo Malo como las de ‘Amorfoda‘ o ‘Sensualidad‘–. En ella, Bunny emplea con JLo la clásica táctica para ligar del machito básico, diciéndole que él sabe que ella se quedó prendada de él en cuanto le vio. Pero, lejos de adoptar una postura dócil, Jenni’ From The Block responde que se sabe «el cuento» y que luego no «duran ni dos minutos». «Pero dime qué más / Tú hablas mucho y no haces na'», espeta Lopez en el estribillo, sacándole los colores al gallito. La canción ha sido presentada con un vídeo protagonizado por ambos en ambiente playero, con JLo luciendo imagen al más puro estilo ‘Corrupción en Miami’.

Aunque parece que Jennifer desechó publicar aquel disco melódico de temas cantados en español del que se habló a finales de 2017, lo cierto es que todos sus últimos singles –con excepción de aquel ‘Us‘ con Skrillex y Poo Bear– han ido estado en sintonía con el estilo de música que más éxito tiene en el mercado hispanohablante y, sí, están todos interpretados en español.

Yves Tumor / Safe in the Hands of Love

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«Deja que la leona en ti fluya libremente». Esto es más o menos el nombre de la canción que cierra el último disco de Yves Tumor, y esto es lo que parece querer decirnos desde esas fotos promocionales (¿las mejores del año?), en las que aparece hecho una fiera, como si estuviera dispuesto a comerse el mundo. O como si se hubiera acabado de escapar del Castillo de If, listo para cobrarse la peor de las venganzas. ‘Safe in the Hands of Love’ es su tercer álbum, pero el primero para el prestigioso sello WARP, hogar de gente tan influyente como Aphex Twin, Boards of Canada o Broadcast.

Throbbing Gristle son según él mismo la influencia más importante en su carrera, algo muy palpable en este disco que fluctúa por tantos estilos y territorios que casi podemos considerar su vía atrevida la que tiene que ver con el pop. Como en la carrera de la banda británica, aquí hay lugar para algo parecido al jazz (‘Faith In Nothing Except In Salvation’ parece una banda sonora de los 60), para la electrónica de diverso origen (‘Lifetime’ bebe del breakbeat de los 90), para el ruido (‘Hope in Suffering (Escaping Oblivion & Overcoming Powerlessness)’) y para cierta concesión rock (en concreto al de los 90 en ese single que comparábamos tan pronto con Avalanches como con Stone Roses, ‘Noid’). Es como si lo verdaderamente provocador en 2018 no fuera hacer un disco como ‘Syro’ de Aphex Twin, sino en un mismo álbum meter una canción tan accesible y maravillosa como ‘Licking an Orchid’… unos pocos minutos antes de algo como la monstruosa y terrorífica «Hope in Suffering».

Y ‘Licking an Orchid’ es una composición realmente maravillosa, gracias a su folkie sección de acordes a la guitarra acústica y a su seco ritmo de batería, casi en la estela de las cajas de ritmo del trip-hop. Yves Tumor aparece en ella realizando un ambiguo papel, pues aunque ha contado con la cantante James K en una estrofa tan bonita como intrigante («he llegado al vientre de nuestra madre buscando un pedazo de ti / recientemente he estado llorando, ¡llorando!»), es él quien adopta un personaje femenino en busca de ayuda. «Por favor, vuelve a casa», entona, tras decir: «puedo ser la única chica para ti / quiero apretarte más fuerte / ¿puedo llevarte a casa? / quiero ser la que te abrace más fuerte / de lo que nadie haya hecho antes». El llanto sonoro que se desgarra a partir del minuto 3 de este corte merece toda nuestra atención.

Aunque en ocasiones las letras parezcan random, tiradas al azar, como es el caso de ‘Noid’ a la altura de “a symptom, born loser, statistic”, esta contiene un mensaje sobre marginalidad, “depresión”, “síndrome de estrés postrumático” y brutalidad policial; y en general, sus textos suelen componerse más bien de mantras repetitivos, breves y abiertos a la interpretación. Los resultados son desiguales, pululando entre la tristeza y el desconcierto. En ‘Honesty’, un tema que reinterpreta el house tan a su bola como la última Róisín Murphy, encontramos humor («te acabo de conocer, pero no puedo vivir sin ti»); y en el R&B reptante de ‘Economy of Freedom’, desconcierto («¿no vas a llorar a mi lado? / están tan cansados de mí»). Pero ‘Recognizing the Enemy’ es algo emo en su sentimiento de culpa, haciéndote preguntar si su inspiración post-grunge es autoparódica («no puedo reconocerme a mí mismo / viviendo dentro de mi propio infierno») o va completamente en serio. Sus entrevistas, entre lo descacharrante y lo ridículo, en las que ni siquiera revela si su verdadero apellido es Bowie o no, no aclaran mucho.

No hay duda de que hay humor y atrevimiento en este álbum. Y ganas de generar inquietud. Porque justo cuando logras recostarte en la locura que contiene ‘Let the Lioness In You Flow Freely’, que podría ser a su directo lo que ‘You Made Me Realise’ es al de My Bloody Valentine… la canción se corta para incluir una outro sampleada de la banda sonora de una película de terror de los años 80, ‘Demon Queen’. Con Jan Haflin sonando celestial en ‘Angelfire’, no sabes si Tumor ha querido llevarte al cielo, al infierno o burlarse de la inexistencia de ambos. Es curioso que se asuma que los discos más personales son aquellos que narran un divorcio o un duelo para un artista, porque ‘Safe in the Hands of Love’ es un disco personal hasta decir basta. Casi en exceso. Como pasa con otros artistas como Ariel Pink o Mac DeMarco, ellos y solo ellos son el nexo de unión en su obra: solo Yves Tumor sirve de enlace en esta amalgama de sonidos que nada tiene que ver entre sí. ¿Estás dispuesta a entrar en su universo?

Yves Tumor actúa este sábado 10 de noviembre en MIRA Festival.

Calificación: 7,9/10
Lo mejor: ‘Licking an Orchid’, ‘Noid’, ‘Lifetime’
Te gustará si te gustan: los artistas que son un género propio por encima de cualquier otra cosa, incluidas las canciones.
Escúchalo: Spotify

Ready for the Weekend: Muse, Imagine Dragons, Mon Laferte, Kokoshca, Niña Pastori & Rosalía…

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Como casi cada viernes de septiembre hasta principios de diciembre (las semanas previas a Navidad suelen ser más flojas), estamos ante otra jornada de lanzamientos prácticamente inabarcables. Hoy se lanzan álbumes tan potentes comercialmente como los nuevos de Muse, Imagine Dragons y –para el mercado latino– Mon Laferte. Junto a ellos, los pamploneses Kokoshca, Planningtorock, The New Raemon, cupcakKe, The Wave Pictures, Mow (álbum debut de la madrileña), Lil Peep (disco póstumo), J Mascis, el mini-álbum del trío Cariño, Jonas Blue o Thalía presentan sus nuevos trabajos. La brasileña Anitta y Crystal Fighters publican EPs, además.

En cuanto a singles, la semana es bien abundante también. Si a lo largo de la semana hemos conocido temas de Ariana Grande (el ya exitosísimo ‘Thank U, Netx’), Panda Bear, The Smashing Pumpkins, Dawn Richards o Brisa Fenoy, hoy conocemos nuevas canciones de Foster The People, The Good, the Bad & the Queen, Mucho, Cheryl, Ice Cube, Delaporte & Amatria, These New Puritans, Earl Sweatshirt, Piroshka (proyecto que une a miembros de Lush y Elastica), Regina Spektor, Jose Domingo, HMLTD, Ximena Sariñana, CNCO ft Meghan Trainor & Sean Paul, XXXTENTACION, Billie Marten, Shout Out Louds, Clea Vincent, Postiljonen, Tommy Genesis… y montones más.

Tampoco estamos cojos de álbumes en directo, inéditos, reediciones… Sufjan Stevens lanza un EP benéfico con un tema benéfico inédito (versión original y remix) más un villancico, Sade vuelve a publicar una nueva canción (de nuevo para una película, esta vez para la nueva de Steve McQueen) –la canción de Sade ha desaparecido misteriosamente–, Fleet Foxes publican disco de inéditos de sus primeros años (2006-2009) y Lucius inauguran una serie de 7″ en homenaje al fallecido Richard Swift (en la que también estarán Dan Auerbach, James Mercer). Aunque quizá la mayor sorpresa del día sea encontrar a Rosalía haciendo un dueto en el disco en directo de Niña Pastori, interpretando el tema de esta ‘Cuando te beso’.

La Canción del Día: Zahara y Santi Balmes no consiguen «recordar el amor» en ‘Guerra y Paz’

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Zahara, que se consagrara a lo grande con su tercer disco ‘Santa’ hace un par de temporadas, edita el próximo 16 de noviembre ‘Astronauta’. Hemos conocido el imaginativo single ‘Hoy la bestia cena en casa‘ y el tema ‘Multiverso’, pero quedan muchos grandes temas en el tracklist por descubrir que podrían ser sencillos en el futuro. Hoy se da a conocer el corte llamado ‘Guerra y paz’, que es una nueva grabación junto a Santi Balmes de Love of Lesbian. Una canción con piano clásico, pero también sintetizadores, en la que ahondamos con la misma Zahara.
Foto: Miguel Zaragoza.

La cantante nos explica de qué habla el tema: «‘Guerra y Paz’ es una canción que habla de ese momento, al final de una relación, en el que te das cuenta de que la persona con la que estás no es aquella que conociste. Pero no es una canción de echar en cara, en la que uno sea el bueno y otro sea el malo, sino que es una canción en la que los dos pierden. Tiene que ver con las expectativas, con lo que esperamos del otro, con lo que uno al inicio de la relación muestra de sí mismo, también con lo que acaba siendo, y esa necesidad un poco masoquista de intentar recuperar lo que había, sin tener claro si era cierto». Dejando claro que no es una canción de reproche, insiste: «No es lo que le diga él a ella o a la inversa, sino que por un lado, comienza ella diciendo por aquello que estaba pasando y cómo él ya no es quién conoció… pero él también se lo dice a ella. Es, más que echarle en cara a una persona en concreto, reprocharse mutuamente esa falta de sinceridad al inicio de la relación».

«Con Santi ha sido todo muy fácil, tenemos una relación muy divertida, de falso duelo de divas y nos gusta potenciarla, pero a la hora de la verdad somos muy, muy amigos»

La voz de Santi Balmes se suma a la de Zahara, no por casualidad, en los momentos más emotivos («Cómo era el amor que sentías por mí / No consigo recordar» o «Qué voy a hacer con todos los abrazos que hice a medida para ti / Cuándo volverás a ser quién conocí»), si bien también canta su propia estrofa, indicando su visión como ha indicado la artista. Nos revela, sobre la colaboración del líder de Love of Lesbian: «El que esté Santi Balmes para mí fue fundamental, mientras componía esta canción me lo imaginaba todo el rato. Hay una frase que dice «No consigo recordar, no consigo recordarlo, aún no», y para mí su voz, cada vez que llegaba esa parte, aparecía. Yo misma se lo pedí. La verdad es que con Santi ha sido todo muy fácil, tenemos una relación muy divertida, de falso duelo de divas y nos gusta potenciarla, pero a la hora de la verdad somos muy, muy amigos, nos admiramos mutuamente y creo que las veces que hemos cantado juntos siempre ha habido mucha química y algo muy especial, tanto en el escenario como en las grabaciones. Hemos cantado juntos ‘Domingo Astromántico’, en mi disco, hemos grabado ‘Lucha de Gigantes’, y esta será la tercera grabación juntos en un dúo. Yo grabé en Gales, él se grabó en Barcelona, y la verdad es que entendió a la perfección lo que quería transmitir y lo clavó».

Finalmente, Zahara habla de la influencia en la producción del tema: «Musicalmente, la canción obviamente está producida por Mathew Twaites, como todo el disco, esta fue una de las que más se trabajó desde el principio porque es como la balada/tema de corte emotivo-épico del disco, pero no quería volver a repetir una canción como ‘El Frío’, o como ‘Salvaje’ o incluso como ‘Con las Ganas’. Para mí siendo una canción muy triste, melancólica, me gustaba que tuviera un punto pop, y que no perdiera esa esencia dentro de lo dramática o melodramática que puede ser la canción».

Caliza analiza ‘The Manual’ de The KLF: ¿existe la receta para el éxito seguro?

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Caliza es el proyecto de Elisa Pérez, ex integrante de Rusos Blancos y Cosmen Adelaida, que este año ha publicado su segundo trabajo, ‘Mar de cristal‘. Un disco en el que se combinan el kraut y el synth-pop con los sonidos industriales, en la estela de proyectos como Esplendor Geométrico o Fasenuova. La artista es la nueva invitada de nuestra sección «Meister of the Week», patrocinada por Jägermusic, en la que cada músico escoge un tema más o menos ajeno a su carrera artística para hablar de él largo y tendido. Su elección no ha podido ser más apasionante: se sirve del libro ‘The Manual’ de The Timelords (The KLF), publicado en 1988, que daba las premisas que había que seguir para conseguir un número 1, para ahondar en lo que era la industria musical en aquel año y cuánto ha cambiado esta receta para el éxito seguro a día de hoy. Entre los hits actuales que analiza están ‘Shallow’, ‘Mia’, ‘Teléfono’ o ‘Malamente’. Caliza actúa el 24 de noviembre en el Muelle de Bilbao.

¿Por qué has elegido hablar de ‘The Manual’? Incluso dices que has vuelto varias veces sobre él, ¿qué te parece tan fascinante?
Por un lado es una guía rápida sobre el funcionamiento de la industria musical, y por otro casi un tratado sobre el gusto popular. Todo ello escrito de manera muy divertida, y desde el conocimiento, ya que aparte de haber logrado un número 1 con ‘Doctorin’ The Tardis’, no hay que olvidar que Bill Drummond había sido A&R. Es un libro tremendamente conciso y al grano, muy detallado. Pero detrás de toda esta información práctica se abre un vacío, nunca acabamos de conocer ninguna ventaja de lograr ser número uno, aparte de que tu canción pase a formar parte del imaginario colectivo (que no es poco).

Una de las cosas que comentabas es que el libro te parecía «demoledor», ¿en qué sentido?
Te explican cómo conseguir el número 1 pero no con qué fin. Empiezan refiriéndose a ello como una aspiración infantil, y te aseguran que aparte de ese número 1 no hay nada, ni fortuna infinita, ni fama permanente, y el sexo seguirá siendo un problema. También cuentan que la estrella en cuestión está continuamente tratando de esconder sus inseguridades ya que se considera a sí misma un fraude que en cualquier momento puede ser destapado. A pesar del tono de mofa y todo eso, en todo momento muestran la más profunda admiración por los éxitos gloriosos del pop que han conmovido a generaciones y generaciones, pero me da la sensación que lo único digno de admiración no es precisamente el artista sino la canción en sí, que pasa a ser un bien colectivo.

¿Cómo ha llegado el libro a tus manos? ¿Tienes alguna edición física? Parece bastante cotizado en Ebay y Amazon hay copias por 130 y 150 dólares.
Pues lo he leído online, como casi todo lo que hicieron The KLF está totalmente descatalogado por los cauces oficiales, pero se puede encontrar íntegro en internet.

(Según The Manual), «si tienes un grupo has de disolverlo, ya que las bandas no llegan al número 1 a no ser que sean marionetas. Como mucho un dúo»

¿Cómo resumirías la tesis del libro para aquellos que no sepan de qué va? ¿Es cierto que parte de la base es que tienes que ser pobre para escribir un número 1?
En ‘The Manual’ The KLF te explican paso a paso cómo lograr un número 1 en el Reino Unido en 1988, creo que en cinco semanas. Cómo encontrar un estudio y qué características tiene que tener, qué clase de canciones copiar y hasta qué punto copiar (recomiendan poseer la autoría para no renunciar a los derechos), cuál debe de ser exactamente la estructura de la canción y cuánto debe durar, qué debes de hacer tú y qué delegar, qué servicios tendrás que contratar (abogado, contable, distribución, equipo de ventas, etc), cuánto te va a costar… Al final, lo que te cuentan es cómo funciona la industria musical en un determinado momento y lugar, y qué función cumple la música comercial en la sociedad.

No es imprescindible ser pobre pero sí recomendable. Si no tienes un duro te tendrás que endeudar hasta el cuello y por ello te tendrás que esforzar más que nadie, ya que todo dependerá de ese número 1. A cada paso que das te endeudas un poco más, y al final del proceso acabarás debiendo 20.000 libras. También es recomendable no tener conocimientos musicales de ningún tipo, ni creerse un buen cantante, ya que el ego del cantante hace imposible su objetividad. Si tienes un grupo has de disolverlo, ya que las bandas no llegan al número 1 a no ser que sean marionetas. Como mucho un dúo.

«La estrella en cuestión está continuamente tratando de esconder sus inseguridades ya que se considera a sí misma un fraude que en cualquier momento puede ser destapado»

También nos has comentado que considerabas el libro «divertido», ¿puedes contar un par de cosas que te lo hayan parecido especialmente?
El tono general del libro es bastante irreverente. Por lo general te piden que le eches morro a todo, andes pidiendo dinero constantemente, fusiles tal o tal cosa… Por ejemplo: dan por hecho que no tienes teléfono o te han cortado la línea. Así que te recomiendan que no te vayas de la casa o la oficina de nadie sin antes haber hecho alguna llamada desde su teléfono. También debes estar constantemente preparando té en el estudio y ofreciéndoselo al ingeniero (es un rasgo muy inglés pero a la vez cualquiera que haya estado grabando en un estudio lo entenderá perfectamente). En el caso de que el estudio tenga mesa de billar y tengas que pagar por cada partida, te indican que introduzcas papeles de periódico en los agujeros. También aconsejan no coger taxis en ningún momento, ni tampoco fumar porros ni beber más de dos pintas al día durante la grabación. (Si el ingeniero o el programador lo hacen estás jodido). Está lleno de detalles ingeniosos LOL.

¿Te interesa el éxito comercial de las cosas mucho más de lo que parece por Caliza? ¿Sigues las listas de éxitos y cosas así?
Me interesa mucho como fenómeno, aunque me identifico bastante con el tono desconfiado de este libro. Lo que da a entender es que éxito comercial tiene bastante más que ver con una receta de cocina que con una creatividad libre (aunque desde la total admiración). No sigo las listas de éxitos pero más o menos me acabo enterando. Estos días para responder a esta entrevista he estado mirando Promusicae y la canción que es número 1 ahora mismo (Bad Bunny feat. Drake – Mia) no la había oído en mi vida. He flipado un poco con el castellano fonético de Drake.

«Lo que da a entender el libro es que éxito comercial tiene bastante más que ver con una receta de cocina que con una creatividad libre, aunque desde la total admiración»

¿Te ves adaptando alguna de las ideas de las que plantea el libro a tu propio repertorio, aunque sea mínima?
Me encantaría probar a hacer una canción que musicalmente se atuviera a sus normas. Por ahora muy bien no lo estoy haciendo ya que estribillos, por ejemplo, tengo pocos. Pero vaya, que la estructura de canción que plantean es súper habitual, y evidentemente no es suficiente para lograr un hit. También es importante usar exactamente el beat que esté de moda (esto me costaría un poco más ya que no tengo mucho olfato). Lo más arduo me parece seguir todos los pasos siguientes (que por otro lado están un poco desactualizados) para sonar en las radios de éxito, estar en todas las tiendas, hoy en día en todas las playlist de streaming… Me da mucha más pereza, pero es imprescindible. Luego también te dicen que algunos de los grandes escritores de canciones, que conocen la fórmula a la perfección (citan a Peter Waterman) ya no la siguen simplemente porque es aburrido hacer siempre lo mismo.

En una entrevista con The Guardian de 2006, un grupo deliberadamente un tanto prefabricado como las Pipettes, dijeron haber leído el libro. No duraron mucho después, tampoco Chumbawamba, que posaron con él. ¿Crees que el libro puede ser una vía para tener un número 1 pero no para durar en la industria, como sugerías?
Efectivamente, The KLF te dicen claramente que el número 1 es algo puntual, que no te aportará nada más allá de eso, el haberlo logrado. Ellos mismos reconocen no saber cuál es el propósito de todo esto, y afirman lo siguiente: Son temas tan sobreexpuestos que pronto están demasiado trillados, y tras haberlo logrado, la mayoría de cantantes nunca se recuperan y cargan con la losa toda la vida. Los artistas que consiguen repetir fórmula perderán el culo intentando demostrarle al mundo que su creatividad tiene otras facetas, o bien se pasarán la vida como un circo ambulante, repartiendo nostalgia. Y este es el mejor de los casos.
La mayoría no repiten fórmula y llevan una vida de impago de impuestos en la que aplazan desesperadamente la única cosa racional que pueden hacer -un trabajo de 9 a 6-. Los artistas que han construido carreras sólidas y tienen el reconocimiento de la crítica, seguidores leales y luego consiguen un número 1 son los que se coronan. Pero los puristas entre sus fans desertarán disgustados de tener que compartir su club privado con las sucias masas. Todo esto citado más o menos textualmente. En fin, que no hay opción buena.

«El truco es construir tu canción a base de trozos modificados, disfrazados y potenciados de éxitos anteriores»

La canción que The KLF consiguieron que fuera número 1 como The Timelords era un batiburrillo de sintonías conocidas, coros épicos… un poco como la de Chumbawamba. ¿Crees que por eso funcionan tan bien himnos futboleros como el del Real Madrid de RedOne o incluso aquel de New Order para la selección de Inglaterra?
Según cuentan el libro, el truco es construir tu canción a base de trozos modificados, disfrazados y potenciados de éxitos anteriores. KLF lo hicieron de manera tan obvia que perdieron mucho dinero y no lo recomiendan por motivos evidentes (=económicos)

El himno de Red One lo he tenido que mirar en YouTube, no lo había oído en mi vida y no sabía que ‘World In Motion’ fuera un tema futbolero. Vamos bien. En cualquier caso ninguna de las dos canciones me parecen especialmente pegadizas. Sí que me lo parecen ‘I Get Knocked Down’ y ‘Doctorin’ The Tardis’. Deduzco que el ‘chanting’ o cualquier melodía transformable en ‘lololó’ hace que el público masculino segregue algún tipo de hormona que ensalza su sentimiento patriótico, o algo así.

«Deduzco que el ‘chanting’ o cualquier melodía transformable en ‘lololó’ hace que el público masculino segregue algún tipo de hormona que ensalza su sentimiento patriótico, o algo así»

¿Te ha recordado el libro a algún hit actual? ¿Alguna canción actual sobre la que pudieras aplicar las tesis del libro?
Primero de todo, así ha de ser, formalmente, el número uno, según el manual: La canción ha de durar un máximo de 3:30 (idealmente menos de 3:20) y tener un máximo de 135 bpm, constar de intro, estrofa, estribillo, segunda estrofa, segundo estribillo, ‘breakdown’ (que es una especie de variante más desnuda de la estrofa o incluso algo parecido a un puente), estribillo doble, outro, todas ellas múltiplos de 4 compases. El estribillo es la parte más importante, las palabras con las que empiece han de ser el título de la canción y nunca puede durar más de 8 compases, y hacia el final puede ser doble.

La letra del estribillo nunca debe de tratar de nada más allá que las emociones humanas más básicas. Lo que digan las estrofas no tiene ninguna importancia. El elemento musical más importante es el ritmo y la línea de bajo, ha de ser un groove de baile que se ajuste a los gustos de la generación actual. No tiene sentido buscar la originalidad, más bien hacer un Frankenstein de lo que ya existe. Ojo que esto no lo dicen como algo negativo, ya que piensan que tu personalidad brillará a través de este armazón. Cada segundo del tema tiene que capturar tu atención y no dejarla ir, y siempre hay que ir a por el gancho más obvio, a por el menor común denominador, eso que no puedas creer que estés usando.

«Un par de canciones que sí que encajan al 100% estructuralmente (con el planteamiento de ‘The Manual’) son ‘Teléfono’ de Aitana, y ‘Malamente’ de Rosalía»

He echado un ojo a un par de éxitos recientes para ver si musicalmente encajaban. El número 1 actual en Reino Unido es ‘Shallow’, interpretada por Lady Gaga y Bradley Cooper. Primero, no es una canción de baile, y estructuralmente no se corresponde con estas premisas (tiene dos estrofas seguidas, y cada una consta de dos partes, luego tiene dos estribillos + ‘post-estribillos’ seguidos, y dura ligeramente más de 3:30. Pero bueno, es una banda sonora y es Lady Gaga, imagino que un debutante nunca llegaría al número 1 con esta canción, que personalmente no me parece nada pegadiza ni está en una onda súper de moda, aunque entiendo el efecto corazón-en-un-puño. La palabra más repetida en el estribillo es efectivamente el título, y la temática, aunque no sea buenrollera, tiene mucho de drama básico, con lo cual serviría.

En España el número 1 actual es ‘Mía’, de Bad Bunny y Drake. Esta encaja un poco mejor pero tampoco del todo. Dura exactamente 3:30, está a 97 bpm, consta de una especie de intro/estrofa, pre estribillo, estribillo, estrofa, estribillo, estrofa, pre estribillo, estribillo. El título se repite hasta la saciedad en el estribillo (súper pegadizo) y la temática es el deseo, eso concuerda bien. Pero tiene bastantes partes distintas de melodía, añadiendo algo de complejidad. El ritmo es el de moda, y bajo el correspondiente, aunque tampoco veo que sea una línea increíblemente atractiva.

Un par de canciones que sí que encajan al 100% estructuralmente son ‘Teléfono’ de Aitana, y ‘Malamente’ de Rosalía. Esta última aún no ha sido number one en Promusicae, pero tiene papeletas. Ambas están por debajo de 3 minutos y rondan los 90 bpms (que sería una canción bastante lenta en 4/4, pero no en un ritmo basado en tresillos como el regguetón de ‘Teléfono’ o las palmas de ‘Malamente’), repiten el título de la canción reiteradamente en el estribillo. Los ritmos se ajustan a la moda (de manera mucho más o mucho menos obvia), ambas canciones tratan sentimientos primarios (de manera más o menos obvia).

Me da la sensación que los bajos hoy en día no son un elemento tan principal o presente, puede que me equivoque pero desde luego no están en frecuencias muy graves. Tal vez tenga que ver con que estas canciones están pensadas para escucharse en dispositivos que no reproducen bien esas frecuencias, como los móviles. The KLF aconsejan mezclar siempre con altavoces baratos.

«Muchos temas de éxito eran instrumentales o casi. Hoy en día las canciones comerciales están forradas de voz de arriba a abajo, no hay ni un respiro instrumental»

El libro se inspira en Reino Unido, ¿qué resultaría tan diferente en nuestra cultura?
Más que diferencias con nuestra cultura, que también, es evidente el desfase temporal. Aunque en esencia sigue siendo lo mismo: crear una canción bajo unas normas muy específicas, por un lado pegada a la moda y por otro que despierte una conexión primaria con el oyente, por su ritmo y su letra, y luego seguir los cauces necesarios para que llegue a todos lados.

Aparte de lo que ha cambiado la industria, hay una serie de rasgos musicales también estarían desfasados. En el libro, escrito en el 88, la voz se plantea como algo opcional. Muchos temas de éxito eran instrumentales o casi. Hoy en día las canciones comerciales están forradas de voz de arriba a abajo, no hay ni un respiro instrumental. También vaticinaban y con razón que pronto llegaría una tecnología que haría posible hacer muchas de estas cosas desde casa.

A priori diría que en el Reino Unido la música comercial es más variada que en España y canciones de géneros más dispares suenan en las radios comerciales, tienen su público y su hueco. En España, Los 40 y tal son mucho más cerrados. Pero por lo que veo, el 18 de junio de 1988, la semana en la que ‘Doctorin’ The Tardis’ era #1 en UK, en Los 40 Principales lo era ‘Heart’ de Pet Shop Boys… ni tan mal. En cualquier caso, la radio ha perdido bastante peso frente a las plataformas como Spotify, por ejemplo, que tienen sus propios #1 y sus propias listas.

«En el Reino Unido la música comercial es más variada que en España y canciones de géneros más dispares suenan en las radios comerciales, tienen su público y su hueco. En España, Los 40 y tal son mucho más cerrados»

Finalmente, ¿cambió tu percepción de The KLF a raíz del libro? ¿Los has escuchado más/menos? A su vez en su grupo bastante esquivo (no están en Spotify, no hacen casi vida pública, etcétera)
No es que sea un grupo esquivo, se suicidaron comercialmente. Eliminaron todo su catálogo de todos lados y luego quemaron todas sus ganancias. Tanto con ‘The Manual’ como con el libro de John Higgs, The KLF pasaron de ser un par de taraos a los que no les hacía mucho caso a ser de mis personas favoritas. En el Primavera de hace dos años fui a ver una conferencia de Bill Drummond, proyectaron un documental que habían hecho sobre un proyecto suyo. Creo que iba grabando a gente que vivía en una misma latitud haciendo un sonido gutural. Luego lo montaba todo, lo reproducía una vez en un sitio recóndito y lo escuchaba (en ese momento se muteaba el sonido de la peli, con lo que el público lo llegábamos a escuchar) y luego lo borraba. Después contó algo que no tenía nada que ver, parecía darle bastante vergüenza el documental, y se fue cagando leches. Me gusta mucho su visión experimental, entre mágica y absurda, de la música y de la industria y de la vida en general. No me pueden caer mejor.

Rosalía, valorada por Noemí Galera y Los Morancos en su paso por ‘Tú sí que vales’ en 2008

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Telecinco ha rescatado de sus archivos la presentación que Rosalía realizó hace 10 años en el concurso de talentos ‘Tú sí que vales’. Con 14 años, la cantante versionó ‘Como en un mar eterno’ de Hanna y ‘Leave (Get Out)’ de JoJo y fue juzgada por la misma Noemí Galera que hoy dirige la Academia de Operación Triunfo y por los mismos Los Morancos que han imitado ‘Malamente’ en una de sus divertidas parodias.

También Àngel Llácer y Javier Sardá estuvieron por ahí para valorar a la cantante, que no consiguió pasar de las semifinales pese a su sorprendente seguridad. Atención a la cara de Llàcer cuando, ante su crítica, Rosalía contesta “no pasa nada, yo he venido aquí a aceptar las críticas y a aprender de profesionales como vosotros”, o al momento en que Rosalía discute la valoración del jurado por desafinar mientras bailaba. “No se puede todo”, replica la catalana.

Hoy el éxito de Rosalía es internacional, como demuestra la recepción de su nuevo disco recién publicado, ‘El mal querer‘. Por cierto, existe otro directo antiquísimo de Rosalía disponible en Youtube, en el que aparece cantando flamenco en un concierto cuando era adolescente. Aunque más fascinante es verla tocando el teclado para Rocío Márquez en 2015, en Primavera Sound, como una músico más.

La canción del día: Christine and the Queens camina en busca de la violencia en ‘The Walker’

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Pese a haber sido recibido espléndidamente por la crítica, parece que la repercusión de ‘Chris‘, segundo largo de Christine and the Queens, está siendo discreta. Al menos, más de lo que merece, porque se trata de un álbum tan complejo y rico como atractivo –que no inmediato ni fácil–. El nuevo trabajo de Héloïse Letissier se concentra en mimar su faceta más funk, claramente inspirada por el Prince y el Michael Jackson de los 80 –aunque aquí y allá figuran referentes coetáneos pero menos obvios, como Bruce Springsteen o Arthur Russell–.

Aunque el principal magnetismo del álbum está en canciones como ‘Doesn’t Matter’, ‘5 Dollars’, ‘Girlfriend’, ‘Chris’ contiene también una cara menos obvia, más delicada y dulce. Uno de los mejores ejemplos es ‘La Marcheuse’/’The Walker’ (recordemos que se trata de un disco doble, con versiones en francés e inglés de sus canciones), un medio tiempo de ritmo ágil, casi bailable, que se envuelve en ambientes ensoñadores, impulsados por unos sonidos celestiales que tienen un origen curioso: según explicó a Pitchfork, parte del álbum se grabó en un antiguo estudio del dúo Air en París, donde encontró instrumentos tan curiosos como ese Neuron que suena en este tema y que aporta ese sonido a medio camino de lo sintético y lo orgánico, un poco John Carpenter.

Paradójicamente, esa envoltura de apariencia dulce da soporte a una de las letras más duras de ‘Chris’. En ella Letissier muestra a una persona que, literalmente, sale a la calle en busca de golpes que le procuren visibles moretones: «Salgo a dar un paseo / Y no regresaré hasta que alguien tiña mi piel / Así es cómo escogí hablar / Con violentos golpes, dolorosas flores violáceas». En cierto modo, podría verse en ella –en línea con canciones sobre el sexo fuera de convenciones prsentado en ‘5 Dollars’– el pensamiento íntimo de un/a masoquista. Sin embargo, la aparente frialdad con la que Christine lanza frases como «un ojo hinchado dura cuatro días / de furiosa calma / nieve en mayo / Estoy mucho mejor sola: / Ya que nadie llora, no hay nadie a quien culpar» lleva a pensar incluso en un retrato del maltrato físico en una relación abusiva.

Pero el vídeo oficial (primero se lanzó una versión en francés, ahora otra en inglés, clavada plano a plano), filmado en algún paraje de España rural más desolada por Colin Solal Cardo, ofrece otra visión: quizá, en ese círculo violento, Letissier sólo busca algo de ternura, como la que ofrece al enorme morlaco (Topetazo, se llama) al que hace frente en este llamativo clip en el que, paradójicamente, aparece ataviada casi como un torero. «Esta canción tiene mucho que ver con encontrar valor y exponerte a ti misma», decía reveladoramente a Pitchfork.

Christine and the Queens llevará a cabo una gira mundial de presentación de ‘Chris’ que, de momento, no incluye España. Algo extraño, si tenemos en cuenta que varias de sus canciones incluyen frases en nuestra lengua y, como muestra este vídeo, es evidente que tiene una relación especial con nuestro país. ¿Será cuestión de esperar?

‘Lazzaro feliz’ resucita lo mejor del cine italiano (y de nosotros mismos)

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Las hermanas Rohrwacher se han convertido en pocos años en una de las parejas de referencia del actual cine italiano. Alba, la mayor, se dio a conocer como actriz con exitazos como ‘Mi hermano es hijo único’ (2007), ‘La soledad de los números primos’ (2010) o ‘Yo soy el amor’ (2009), la primera gran película de Luca Guadagnino (‘Call Me by Your Name’, ‘Suspiria’). En apenas una década, la actriz ha ganado los premios de interpretación más importantes de Italia: dos David di Donatello (‘Giorni e nuvole’, ‘El padre de Giovanna’) y el premio a la mejor actriz en el festival de Venecia (‘Hungry Hearts’).

Alice, dos años más joven (las dos son hijas de padre alemán y madre italiana), fue la revelación del festival de Cannes de 2014 tras ganar el Gran Premio del Jurado -el segundo en importancia del certamen- con ‘El país de las maravillas’. Era su segunda película como directora tras ‘Corpo celeste’ (2011), inédita en España y que se proyectó en la Quincena de Realizadores. ‘Lazzaro feliz’, donde también actúa su hermana, ha supuesto su consagración. La película volvió a llevarse premio en Cannes (Mejor guión, escrito por la propia Alice) y acaba de pasar con éxito por el festival de Sitges (Premio especial del jurado, Premio de la crítica y Mejor película del jurado joven).

‘Lazzaro feliz’ narra la singular historia de amistad entre un inocente campesino (el Lazzaro del título), que vive en una aldea apartada del mundo y casi del tiempo, y el hijo de una marquesa para quien éste trabaja junto a varios jornaleros. La abusiva y anacrónica relación laboral que se establece entre la patrona y los trabajadores (basada sorprendentemente en un hecho real) marca el tono de la primera parte del filme. Una mezcla entre fábula política y naturalismo casi antropológico (atención a la impresionante secuencia de la toma de la temperatura de un febril Lazzaro), que se convertirá en algo completamente diferente y gozosamente inesperado en la segunda parte de la película.

Clásicos del cine italiano como Pasolini (el protagonista recuerda a los que interpretaba Ninetto Davoli), el neorrealismo y la aristocracia decadente de las películas de Visconti, el Vittorio de Sica más poético de ‘Milagro en Milán’ (1951), la fantasía de Fellini o el Ermanno Olmi de ‘El árbol de los zuecos’ (1978) sobrevuelan por ‘Lazzaro feliz’ como la música sacra que se “escapa” de una iglesia en una de las más hermosas secuencias de la película. Alice Rohrwacher recoge toda esta rica tradición para dar forma a un nuevo neorrealismo, una manera de interpretar la realidad del siglo XXI llena de imaginación, lirismo y humanismo.

‘Lazzaro feliz’ es una película felizmente a contracorriente. En tiempos donde es más fácil hablar desde una (cómoda) postura nihilista, airada o derrotista, viendo a tu prójimo como un enemigo a batir, expulsar o destruir, la directora resucita, como el Lázaro bíblico, conceptos que parecen muertos, como la empatía y la ternura. Un combativo discurso que aparece encarnado en un personaje inolvidable: Lazzaro, un santo laico (interpretado por el actor no profesional Adriano Tardiolo, afectado con síndrome de Asperger), que observa todo con ojos inocentes y candorosos. Y es que, en mundo cínico y egoísta, la bondad es el mayor gesto revolucionario. 8,5.

Panda Bear experimenta con el reggaetón en su nuevo disco, pero no en su primer avance

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Panda Bear, que ha publicado disco este año con Animal Collective, un ‘Tangerine Reef’ dedicado al arrecife de coral, no lanza álbum en solitario desde 2014. Este año ha visto la luz el EP ‘A Day With the Homies’, publicado solo en vinilo, pero desde ‘Panda Bear Meets the Grim Reaper‘ no ha habido disco de Panda Bear propiamente hablando.

La espera terminará el 8 de febrero con la salida de ‘Buoys’, el nuevo álbum de Panda Bear, recién anunciado. Grabado en Lisboa, donde Noah Lennox reside desde hace años, el músico ha trabajado en él junto a Rusty Santos, quien participó en su excelente segundo álbum como Panda Bear, ‘Person Pitch’, así como con la rapera chilena Lizz y el músico portugués Dino D’Santiago, tal y como informa Pitchfork. Ojo, ambos artistas han trabajado con Panda Bear en los temas del disco “más enfocados en el reggaetón”.

Quizá ninguno de estos detalles prepare a nadie para el primer avance de este nuevo trabajo, ‘Dolphin’, un tema nada reggaetón, de sonido sereno y melodía lánguida que mezcla guitarras acústicas con una base electrónica de la que emergen efectos acuáticos. Es un tema extraño cuanto menos, y su videoclip psicodélico no podría servir de mejor acompañamiento. No, esto no tiene madera de single como ‘Boys Latin’, pero sí puede llegar a fascinar como solo las canciones de Panda Bear lo pueden hacer.

Buoys:

01 Dolphin
02 Cranked
03 Token
04 I Know I Don’t Know
05 Master
06 Buoys
07 Inner Monologue
08 Crescendo
09 Home Free

ionnalee confirma fecha en Barcelona en 2019

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ionnalee, proyecto actual de la líder de iamamiwhoami, confirma nuevo concierto en España tras sorprender en su paso por el BIME, donde ofreció uno de los sets más llamativos de todo el festival. Durante este concierto, que destacó por su impoluta escenografía, ionnalee declaró que esperaba volver “tan pronto como le fuera posible” y voilà.

En esta ocasión, la sueca actuará el 23 de marzo en el RazzClub de Barcelona para presentar el álbum que ha publicado este año en solitario, ‘EVERYBODY AFRAID TO BE FORGOTTEN‘. Las entradas salen a la venta el lunes 12 de noviembre a las 9 de la mañana, a un precio de 16 euros + gastos. El precio en taquilla será de 18 euros. La apertura de puertas se realizará a las 1.00 horas.

El telonero de ionnalee será Tungorna, el productor, músico y compositor Johan Lundgren, que acaba de firmar con el sello de ionnalee, To whom it may concern, y lleva años acompañando a Lee en los conciertos de iamamiwhoami. Turgona, que factura una electrónica lo-fi similar a Four Tet o Caribou, acompañará a la artista con un set de DJ.

Bon Iver, nueva confirmación estelar en el cartel de Mad Cool 2019

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Bon Iver, el proyecto de Justin Vernon que tantas seguidores y alabanzas haya acaparado en los últimos años gracias a álbumes como ‘For Emma, Forever Ago‘, ‘Bon Iver‘ y ‘22, A Million‘, es el nuevo nombre confirmado este lunes, 12 de noviembre, en el cartel de Mad Cool Festival 2019. A lo largo del fin de semana, el certamen a celebrarse en Valdebebas entre el 11 y el 13 de julio, ha confirmado también a Milk Teeth y The Snuts.

Fieles a su política de anunciar su cartel con una banda/artista al día, este viernes 9 de noviembre Mad Cool Festival ha anunciado que Vampire Weekend estarán presentes en el festival madrileño, en lo que supone su regreso a nuestro país tras años de ausencia. Lo harán, presumiblemente, para presentar la continuación de ‘Modern Vampires of the City‘, en la que llevan trabajando años (ya sin Rostam, eso sí) bajo el posible título de ‘Mitsubishi Macchiatto’ y que podría publicarse en breve bajo el auspicio de Sony.

El jueves 8 de noviembre, tras semanas de rumores, finalmente Mad Cool ha confirmado en su cartel de 2019 a The Cure, que recientemente anunciaban gira internacional, lo que incluía una fecha en NOS Alive 2019. Por fechas se sospechaba que el grupo de Robert Smith pudiera reservarse una aparición en al menos un festival español, y parece que Mad Cool ha sido el elegido.

The Cure llevan desde 2008 sin publicar álbum de material inédito, y en esta última década se han dedicado sobre todo a realizar giras multitudinarias presentando su repertorio clásico. En 2016 pudimos verles en Barcelona. No sabemos cómo irá esta próxima gira después que Smith reconociera que su estilo gótico, imitado mil veces, es postureo, pero seguro que muy bien.

Minutos después de que el pasado miércoles 7 de noviembre se conocieran las primeras confirmaciones del FIB, entre las que se incluyen Lana del Rey y The 1975, estos últimos eran también confirmados por Mad Cool, después de revelarse The National como el primer nombre de su cartel. Así, el grupo británico actuará en Madrid una semana antes de que lo haga en el Festival de Benicàssim: el primero se celebra entre el 11 y el 13 de julio, y el segundo del 18 al 21.

Sucede así que, como ocurría meses atrás con Arctic Monkeys, Mad Cool no tiene reparos en incluir en su cartel a bandas estelares que ya figuran en otros eventos similares. Si bien en aquel caso es cierto que les separaban un par de meses con respecto a Primavera Sound, el primer festival en confirmarles.

Por su parte, The 1975 están a punto de publicar –será el 30 de noviembre– su nuevo disco, ‘A Brief Inquiry Into Online Relationships’, del que han venido adelantando singles como ‘TOOTIMETOOTIMETOOTIME’, ‘Love It If We Made It’ o ‘Give Yourself a Try’. Hace unos días mostraban otra nueva canción, ‘It’s NOt Living (If It’s NOt With You)’, si bien para cuando nos visiten estas canciones ya serán casi antiguas: aseguran que el próximo marzo lanzarán otro álbum inédito.


‘Alma’, la nueva serie española de Netflix con guion del responsable de ‘El orfanato’, será sobrenatural

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Tras el reciente estreno de ‘Élite’ y el éxito de ‘Las chicas del cable’, ‘Paquita Salas’ o ‘La casa de papel’, Netflix prepara nueva serie de producción nacional, ‘Alma’. Será un drama adolescente con componente sobrenatural, y su director será Sergio G. Sánchez, guionista de ‘El orfanato’ y ‘Lo imposible’ de Juan Antonio Bayona. Sánchez escribirá el guion de ‘Alma’ junto a Teresa de Rosendo (‘Sweet Home’, ‘U.C.O.’) y Paul Pen (‘El brillo de las luciérnagas’, ‘El aviso’).

Esta es la sinopsis de ‘Alma’, desde El País: “La historia comienza cuando su protagonista, Alma, despierta en un hospital sin recuerdo alguno del accidente de autobús que ha sufrido y en el que han muerto la mayoría de sus compañeros de instituto. Tampoco recuerda nada de su pasado. Ni siquiera a sus padres, que son unos desconocidos, ni su casa, un lugar plagado de secretos y misterios. Empieza creer que todo su entorno le miente, intentando convertirla en alguien que no es. Atrapada en un mundo que no siente como propio, deberá desentrañar los misteriosos sucesos que precedieron al accidente antes de que su verdadera identidad se desvanezca para siempre”.

A través de la citada premisa, el director de ‘El secreto de Marrowbone’ ha explicado que ‘Alma’ explorará sus “temas favoritos”, como “el viaje de la infancia a la madurez, el umbral entre la vida y la muerte [y] el espacio emocional donde la realidad se funde con la fantasía”. Lo hará, por cierto, en 10 episodios de 50 minutos cada uno. Su estreno se espera para 2020.

Oddliquor, otro valor del urban pop nacional que apunta alto

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A principios del verano nos hacíamos eco del lanzamiento de ‘Vibrato’, álbum debut del madrileño Marcos Terrones, un hito en una carrera que comenzó siendo adolescente como miembro del colectivo Nouvelart. El EP ‘Serendipia’ (2016) fue su carta de presentación bajo el alias Oddliquor y pronto llamó la atención tanto de artistas de su generación, como el gang de origen canario Broke Niños Make Pesos (Choclock, Indigo Jams o Cruz Cafuné han colaborado con él) o Nathy Peluso (suyas son las bases de ‘Daga’ o ‘Sandía’), como de nombres más veteranos como Dano, al que ha remezclado.

Y es que la gran baza de Oddliquor es su versatilidad y amplitud de capacidades: hace sus propias producciones (aunque en ‘Vibrato‘ figuraban colaboraciones como las de Steve Lean o Alberto Rock), bien educadas en el R&B más audaz -con toques latinos, dance, jazz y trap-, y también rapea y canta en una onda próxima a Abel Tesfaye, Jeremih o Frank Ocean. Y todo lo hace bien. Esto deriva en temazos ajenos a géneros (como ocurre con su colega One Path, su estilo colorista no se puede alinear exactamente con los nombres más pujantes del urban pop) como los irresistibles ‘Booty Boo’, ‘La reina’ o ‘Arrebato’.

Pero, a sus apenas 23 años, parece evidente que su trayectoria apenas ha empezado y apunta muy alto: hace pocos días se dejaba ver en las oficinas de Universal Music, postulándose como un más que posible fichaje de la multi tras el de Maikel Delacalle. Si nos atenemos a singles como el arrebatador ‘Quiere volver’, una suerte de epílogo a la relación truncada que se plasmaba en ‘Vibrato’ («Bien malito te hice un disco entero / ahora canto y tengo tres p’a luego»), que no deja duda de su proyección. Este fin de semana, tras llenar en julio la Sala Apolo de Barcelona, vuelve al mismo espacio en La Cangri: en el club auspiciado por Bea Pelea, este domingo 11 de noviembre se dan cita Oddliquor con Alberto Rock, Soto Asa (de La Vendicion, que recientemente publicaba EP con colabos de Bad Gyal y Yung Beef) y $antana 100000. Más información y entradas, aquí.



Rosalía habla en LeitMotiv de ‘El mal querer’, que Pitchfork puntúa con un 8,8

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Rosalía ha aparecido esta noche en LeitMotiv, el programa de entrevistas de Andreu Buenafuente en Movistar+, para cantar ‘Di mi nombre‘ y ofrecer una pequeña entrevista en la que ha hablado de su pasión por el flamenco, sus referencias y por supuesto ‘El mal querer‘, su nuevo disco.

Rosalía, que menciona tanto a Björk como a La Paquera de Jerez y a La Niña de los Peines entre las mujeres que la inspiran por su independencia, así como a Johnny Cash por el tiempo que permaneció grabando discos hasta bien entrado en la vejez, asegura a Buenafuente que ‘El mal querer’ es un disco hecho desde el amor al flamenco pero también a otros estilos, y que por tanto no cree que esté inventando algo nuevo. “Siento cada vez más que todo inventado, que todo depende del contexto y que, cuánto más juegas con el contexto, más da la ilusión de que estás creando algo nuevo”. La cantante apunta: “’El mal querer’ es un trabajo de inspiración flamenca ante todo, pero también hay [en él] muchas otras músicas que hacen que esto suene como suena”. Rosalía habla además de su amor por el estudio y el escenario, sus dos lugares favoritos.

Por cierto, ‘El mal querer’ es hoy el álbum destacado en Pitchfork. Puntuado con u 8,8 sobre 10 y la etiqueta “Best New Music”, empatando con Kamasi Washington o Mitski, es uno de sus discos mejor valorados del año. ‘El mal querer’ ha recibido también grandes halagos de Rolling Stone y The Guardian, aunque había ganas de conocer la opinión de Pitchfork, un medio mucho más enfocado que estos dos últimos en el underground, y que en el pasado ha hablado también de Bad Gyal, Delorean o John Talabot (su último “Best New Music” español antes de Rosalía, como se apunta en nuestros foros).

Operación Triunfo niega decidir sus resultados antes de la gala tras una imagen polémica de Brisa Fenoy

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Este miércoles se ha celebrado una nueva gala de Operación Triunfo que ha vuelto a generar una pequeña polémica en las redes sociales, en este caso centrada en torno a una imagen de ella que la cantante Brisa Fenoy, que esta semana formaba parte del jurado, publicaba antes del inicio de la gala. En esta imagen, Fenoy aparece junto a su guion, en el que puede apreciarse un esquema con las valoraciones de los concursantes (aprobados seguros, posibles nominados y favoritos) decididas de antemano. Algunos seguidores del programa han mostrado su decepción ante Operación Triunfo por supuestamente “guionizar” los resultados de la gala, utilizando incluso la palabra “tongo”.

El director de Gestmusic, Tinet Rubira, en Twitter, y la directora de la Academia, Noemí Galera, en el chat, han explicado no obstante que este guion contiene únicamente resultados provisionales, decididos durante una reunión antes de la gala y sujetos a cambios durante la misma. “El jurado hace los deberes”, ha escrito Rubira en Twitter. “Tienen una reunión el miércoles por la tarde y visionan todos los ensayos del martes en el plató y hacen sus previsiones. La decisión final la toman viendo la actuación de la Gala. Les avanzamos el favorito cuando hay alguien muy destacado”.

Es muy difícil imaginar que un programa de televisión, especialmente tan exitoso como Operación Triunfo, no esté guionizado, lo que no significa que el jurado se aferre al cien por cien a sus valoraciones provisionales durante una gala en la que pueden pasar muchas cosas. ¿No es bastante obvio que un jurado que valora en televisión ha de tener una idea reflejada en papel de lo que va a decir, aunque luego pueda cambiar? Aunque quizá quepa en el debate otra pregunta: ¿hasta qué punto y, sobre todo, de qué manera pueden influir estas valoraciones provisionales en las decisiones finales que el jurado toma durante la gala? En otras palabras, ¿puede el jurado valorar en base a prejuicios y no tanto en base a las actuaciones que ve y escucha en directo?

Nicolas Jaar y Stéphanie Janaina se suman al Sound Room 3D de MIRA 2018, que arranca hoy

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Hoy jueves 8 de noviembre y hasta el día 12 tendrá lugar en el recinto Fabra i Coats de Barcelona una nueva edición del festival MIRA 2018, centrado en la música electrónica y de vanguardia y cuyo cartel no solo está compuesto por nombres destacados como Tangerine Dream, Seefeel, El Sueño de Hyparco, Christoph Da Babalon, Atom™, Coucou Chloe o Yves Tumor, sino también por toda una sección de artistas sonoros que presentarán sus propuestas y espectáculos en el espacio 3D Sound Room, que durante el resto del año es un museo pero que, como su nombre indica, para el MIRA proporciona una experiencia de sonido más elevada y exquisita para los asistentes del festival, a través de su innovador sistema de sonido de 40 altavoces creado por la “tecnología inmersiva auditiva” de INTORNO LABS.

Precisamente el primer día de MIRA 2018 presentará su nuevo espectáculo Nicolas Jaar, el productor chileno-estadouidense autor de discos de electrónica tan queridos como ‘Space is Only Noise’, ‘Sirens’ o la reciente recopilación “Against All Logic (A.A.L.)”. Jaar acaba de incorporarse al cartel del festival Junto a la bailarina mexicana Stéphanie Janaina, con quien estrenará, en el espacio 3D Sound Room, su nuevo espectáculo de improvisación ‘¡miércoles!’.

Además de Jaar, también podrán verse en el 3D Sound Room de MIRA 2018 los directos de Alessandro Adriani, Borusiade, Christian Len (que actuará con Papadupau, mitad de ZA!), rROXYMORE, Ralp, Tapan, Varg y Wolf Müller & Niklas Wandt, además de las sesiones de DJ Stringray y Josey Rebelle. Por cierto, INTORNO LABS también pondrá a disposición del público la instalación sonora ‘STRUCTURE’, creada por el artista visual francés Julien Bayle y que el festival describe como una “maravilla digital”.

Metric / Art of Doubt

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Los canadienses Metric gozan de muy buena fama en su país, donde han colocado sus cuatro últimos discos en el top 10 de ventas, hasta el punto de editar DVD’s en directo y esas cosas tan años 90. Pueden también presumir de haber llegado a colaborar con Lou Reed, quien les acompañó en la que iba a resultar la última grabación original de su vida, ‘The Wanderlust’ (sorry, Lana); pero sobre todo de no haber perdido su empeño en seguir y su deseo de internacionalizarse, y así, esta semana nos visitan de gira para presentar su nuevo álbum.

‘Art of Doubt’, editado este otoño, ha sido producido por Justin Meldal-Johnsen, quien ha trabajado con Nine Inch Nails, Garbage o Paramore, lo cual ha encajado perfectamente en el sonido Metric, siempre entre la oscuridad y la música pop.

La banda liderada por Emily Haines no ha renunciado aquí a los sintetizadores, y ahí está por ejemplo esa ‘Anticipate’ que les acerca a los territorios más comerciales de The Knife; el arranque tan OMD de ‘Now or Never Now’; o la balada final ‘No Lights on the Horizon’, que toma su nombre de la gira realizada junto a Death Cab for Cutie. Pero es cierto que en ‘Art of Doubt’ hay una voluntad más fiera e incluso ligeramente heavy, como muestran el contundente estribillo de ‘Dark Saturday’, uno de los mejores del año; o esa guitarra que aparece en ‘Love You Back’. Otras se acercan al post-punk, entre los primeros U2 y Siouxsie (‘Dressed to Supress’) o The Cure (‘Now or Never Now’).

Los textos del álbum tratan de dar un paso al frente en cuanto a confianza en uno mismo («yo valgo tu peso en oro», desafía la mencionada ‘Dark Saturday’), hablando sobre no rendirse (la titular e intrigante ‘Art of Doubt’), pero presentando momentos de debilidad, como cuando ‘Holding Out’ plantea qué pasa cuando los buenos tiempos no llegan. En ellos, brilla sobre todo la voz de Haines, apta para los momentos más desgarrados, pero especialmente hermosa en los agudos por ejemplo de ‘Seven Rules’, cuando caben las comparaciones con Alison Goldfrapp.

Metric entregan en general una colección de melodías muy trabajadas en su estructura y composición. Paradójicamente, casi de más: es tal el número de estrofas, pre-estribillos, puentes, outros y pasajes instrumentales que se han currado (para muestra por ejemplo, ‘Risk’) que el disco resulta algo intenso, pareciendo contener 16 pistas en lugar de 12. Por lo demás, otro lanzamiento que les mantiene vigentes y bastante frescos, cuando no precisamente todos los grupos de su generación pueden decirlo.

Metric actúan este sábado 10 de noviembre en OchoyMedio, Madrid, y el domingo 11 de noviembre en Bikini, Barcelona. Entradas, aquí.

Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Dark Saturday’, ‘Art of Doubt’, ‘Underline the Black’, ‘Risk’
Te gustará si te gusta: Garbage, Yeah Yeah Yeahs, Nine Inch Nails, The Gossip
Escúchalo: Spotify

The New Raemon: «Que puedas escribir un tuit desafortunado en algún momento tampoco te define, porque tú no piensas de la misma manera toda la vida»

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El próximo 9 de noviembre The New Raemon lanza su nuevo álbum de estudio, ‘Una canción de cuna entre tempestades’ tras el recopilatorio ‘Quema la memoria’. Un disco más oscuro y hermético que ‘Oh, rompehielos’, pero igualmente cautivador, que comienza a presentar ya mismo: mañana, 8 de noviembre, lo hace en la Sala But de Madrid (OchoyMedio); y el próximo 15 de noviembre en la Sala Apolo de Barcelona. Hablamos largo y tendido con Ramón Rodríguez sobre este nuevo lanzamiento. Pero también sobre carreras, profesionalización, Javier Álvarez, redes sociales, paternidad y un largo etcétera. [Foto de Noemí Elías]

Mi primera pregunta es sobre la fecha de salida del disco. El lanzamiento estaba preparado para septiembre, pero se ha retrasado hasta el 9 de noviembre. ¿Por qué?
Por un tema de la fábrica de vinilos. Están saturadas. Estaba programado para el 18 de septiembre. De hecho, estaba yo en Madrid de promo, llega un e-mail de la fábrica, te llama la discográfica y te dicen: “¡Houston!”. Pero ojalá todos los problemas fueran así. Lo que también sucede es que, como es el primer disco que saco con una multinacional, tuvimos que firmar toda una serie de contratos, que luego tienen que ir a unos despachos en Alemania, luego a un notario de no-sé-dónde, los tiene que mirar todo quisque y, hasta que no están aprobados todos los contratos, no se aprueba el presupuesto ni se lleva a fábrica. Eso es lo que debe haber pasado. Además, decidimos que queríamos sacar todo a la vez. Podríamos hacer el lanzamiento ahora [ndr: la entrevista se celebra a 4 de octubre], pero luego llegaría el vinilo, la gente que ha hecho pre-order, que si te compras primero el cd y luego piensas que querías el vinilo… Todas estas cosas. Piensas en el público, básicamente, y venga, para el 9 de noviembre.

El disco lo ha producido Raúl Pérez…
En La Mina, en Sevilla. Es su estudio, que lo llama así. Está en una casa en una urbanización a las afueras de Sevilla que se llama Torrequinto, de estas que, cuando llegas, hay una caseta tipo de Guardia Civil, con un guardia jurado que te para: (imitando el acento sevillano) “¡Picha! ¿Dónde vais?” “Aquí a la Mina” “Pasa”. Está guay, porque estás dentro de la casa, como de colonias. El estudio es un como de los años 70. La casa es el estudio, dormimos arriba… En ese momento estábamos haciendo una gira por Andalucía, porque así también financiábamos el disco. Me gusta planearlo todo para que nada falle. Es el tercer disco que hago con David [Cordero, Úrsula], tras el de McEnroe ‘Lluvia y Truenos’, produje el disco de Dani Llamas con él… Es un tío que es muy tranquilo. Todo es muy relajado: jornadas que acaban a las nueve de la noche, nos íbamos a cenar a una especie de club de tenis que hay por allá… Es como si estuviéramos veraneando en vez de grabando un disco.

En la entrevista que nos concedió Javier Álvarez, él comentaba que lo que más le gustó de trabajar contigo fue tu profesionalidad. Choca un poco con lo que me estás contando sobre cómo transcurrieron las sesiones de grabación de tu álbum…
Claro, pero también te tengo que explicar que a Raúl le llevo mis pistas hechas. Llevo todas las guitarras y las voces del disco. Trabajo sobre mis maquetas, soy muy metódico. Yo no hago nada en el estudio. Como mucho, regrabo una guitarra. Este es el primer disco en que todas las guitarras son mías, no toca la guitarra nadie más que yo –esto me flipa, no lo había hecho nunca–. Todo lo que escuchas es mío. Nosotros vamos a hacer los bajos de Miquel o Javi Vega, la batería… Y yo en plan: “currad, tíos”. Y a tomarme un cubata, porque ya he hecho lo mío.

«[Sobre la grabación de ’10’ con Javier Álvarez] Hay una parte tierna, porque él tiene una personalidad muy fuerte, es muy tozudo… y yo también. (…) Íbamos negociando. Un poco como un matrimonio»

Con Javier, el tema de la producción se tuvo que planificar muy bien, porque teníamos muy poco dinero y muy pocos días. Él es muy perfeccionista, lleva las voces muy claras y quiso repetir muchas cosas. Por ejemplo, él hace una toma y tú dices: “¡increíble!”. Y él te contesta: “es que lo puedo hacer mejor”. Y eso lo dice porque lo sabe, porque se conoce como intérprete. Son puñetas de cantante, que entiendo y comparto, porque soy cantante. Y claro, nos estábamos comiendo el tiempo. Y yo: “Javier, ¡que tenemos tres días!”. Pero también era divertido el contraste. Él es más despreocupado en este aspecto. Muy profesional también, he de decir. Pero te contestaba “pues volvemos a grabar”. Él venía de trabajar con Suso Sáiz, que es un productor del copón, con un estudio de la hostia, con tiempo ilimitado… Yo vengo de otro rollo. De currar con Santi García, que somos capaces de grabar un disco en un fin de semana. El primer disco de Mourn se grabó en un fin de semana y costó 500 euros. Y suena como un trueno. Javier nunca había trabajado en este contexto, en plan “es que no tenemos pasta, pero estamos con un equipo de gente muy guay”. Y al final confía, pero también hay estos rifirrafes. Hay una parte tierna, porque él tiene una personalidad muy fuerte, es muy tozudo… y yo también. Había estos momentos de “no, no. Esto se queda así”. Y yo: “no, no. ¡Esto no se queda así!”. Que sí, que no… y al final tenía razón. Íbamos negociando. Un poco como un matrimonio.

Volvamos a tu disco. Una de las primeras cosas que me han llamado la atención es la exuberancia de arreglos que contiene, en comparación con ‘Oh, rompehielos’, donde querías respetar mucho el sonido de la maqueta. ¿Has cambiado de idea en ‘Una canción de cuna entre tempestades’?
¡No, no, no! ¡Las maquetas las respeto mucho desde ‘Libre asociación’! ‘Oh, rompehielos’ fue una de las mejores experiencias de componer en mi vida, porque fue la primera vez que no tenía ni un duro para grabar. Por eso el disco era muy austero. Cuando no tienes elementos ni presupuesto, te has de romper la cabeza. Allí conseguimos algo muy especial, había mucho aire. Había las guitarras españolas, los arreglos eran más rítmicos y percusivos. Y aquí [en ‘Canción de cuna entre tempestades’] hay más guitarras, es un disco más de banda. Hay pasajes en que yo pensaba que me gustaría meter arreglos de cuerda, para darle un rollo más cinematográfico, peeero… sin pasarnos, porque si no, se te va la mano y queda un poquito como de ‘Superman’. El arreglista es Antonio Fernández, que es quien hizo los arreglos de ‘Perspectiva caballera’ de Señor Chinarro. Es un tío que no es nada invasivo. Nos trajo un montón de propuestas, estuvo todo un día grabando varias cosas y me dijo: “tú escoge”. El trabajo que hicimos fue elegir para no saturar tampoco el disco de cuerdas. Y están, pero no constantemente. En el minutaje van entrando y así tampoco es tan melodramático. Que ya es bastante intenso…

«Sí que hay oscuridad en este disco, pero hay mucha luz, también»

Por ahí iba la siguiente pregunta… Porque esta “joie de vivre” que me has explicado respecto a la grabación, contrasta mucho con la temática del álbum, con esa oscuridad que siempre has tenido en tus discos, pero que aquí es más acusada. Aunque es una oscuridad algo más abstracta, ¿no?
Sí… con ‘Oh, rompehielos’ intenté dar un giro a la lírica, que ya que empecé a pulir un poco en ‘Tinieblas por fin’. A partir de aquí hacia adelante, todo se ha vuelto más poético, dentro del cripticismo, porque tampoco me gusta ser muy literal –ya lo fui al principio-. Sí que hay oscuridad en este disco, pero hay mucha luz, también. En la música, el texto y, sobre todo, las voces, que es lo que más he trabajado en este disco. Me he preocupado sobre todo en la forma de cantar, en intentar cantar diferente, hacer giros diferentes con la voz… Y pienso que está bien equilibrado, de forma accidental o inconsciente, la parte oscura con la parte luminosa. Pero el resumen es que en el disco hay esperanza. Todas mis canciones, toda mi obra, es sobre lo mismo: habla de conflicto. Conflicto interno, externo, lo que sea. Pero también de buscar una salida. Lo que pasa es que yo no me ahorro el vinagre.

Sí, porque hay piezas como ‘Un posible final’, que es muy apocalíptica, con todas esas imágenes en que Rocío Márquez y tú parecéis narrar el fin del mundo… Pero al final, en el cierre de ‘Tengo el as’, la última canción, se escucha el balbuceo de un niño, lo que otorga ese brillo de esperanza. ¿Es tu hijo?
Sí, es mi hijo. El leit motiv del álbum está muy influenciado por el niño. Me he pasado muchísimas horas con él durante los últimos tres años, porque mi trabajo me lo permite. Y mi pareja también es artista –es bailarina-, también viaja mucho y, entre semana, cuando ella ha tenido mucho trabajo, pues yo me he quedado con el niño “a full”. Hace 23 años ya que soy padre, lo que pasa es que esto me pilla más mayor. Fui padre con 19, ahora tengo 42 y, volver a ser padre con 40… Claro, te lo tomas de otra manera, porque eres el padre, pero también eres como el abuelo.

«Fui padre con 19, ahora tengo 42 y, volver a ser padre con 40… Claro, te lo tomas de otra manera, porque eres el padre, pero también eres como el abuelo»

Lo que hago con mi hijo es entrar en su mundo. Cuando estoy con él, el tiempo es… como que se para. Pueden pasar todas las horas, el teléfono lo dejo de lado. Como yo ya tengo la vida montada y organizada es como ¡venga! ¿Qué quiere pasear –que es lo que más le gusta–? Pues me meto unas pateadas como no me las he metido en mi vida. Me fijo en lo que él se fija: en los árboles, en todo esto. En la lírica hay muchos árboles, mucho mar, que son todas las cosas en que el niño hace que me fije, porque para él todo es nuevo, está en un mundo que es como tierra de nadie. Pero, a la vez, es un mundo, una realidad, que existe, que es la suya. Pero coexiste con la mía, con la tuya… que está más dentro del sistema. De aquí viene el título [del disco]. Habla de esto, de vivir una cosa que es muy pura, la esencia de la curiosidad, de descubrir, de no tener noción de la mortalidad ni de nada, de toda esta vitalidad dentro de un entorno completamente hostil, como es la época actual que estamos viviendo, que es bastante deprimente a todos los niveles. Hay estas dos cosas en el disco. De una manera muy abstracta, como dices.

Como has explicado, fuiste padre con sólo 19 años. ¿Cómo pudiste combinar la paternidad con el trabajo y la carrera musical ?
Cuando lo empecé a hacer en serio, Jazz ya tenía once años y Leia ocho. Entonces ya es más fácil. Ya son personitas con las que puedes dialogar, que lo entienden todo. También ellas lo vivieron desde siempre, desde muy pequeñas ya tenían claro que yo tocaba, lo vivían con normalidad. También era bonito porque te decían “qué guay, ¡no eres el típico padre!”, esas cosas que te dicen los niños. La madre de mis hijas siempre tuvo un trabajo más de oficina y cuando yo decidí dedicarme a la música, le pareció fantástico, porque entonces yo las podía ir a recoger al cole, hacerles la comida, pude pasar con mis hijas esta segunda etapa de su infancia. Durante la primera sólo las veía los fines de semana, porque entre semana tenía un trabajo normal que era un infierno. En este sentido, fue más positivo.

Sobre el entorno hostil, ¿crees que la situación que hemos vivido en Catalunya durante el último año te ha influido también a la hora de elaborar el disco?
De alguna forma sí. ‘Melodrama histórico’ la escribí el día después del atentado en Barcelona. Es producto de eso, aunque no hable del todo. O quizás sí, ¿sabes? Tuve la necesidad de bajar y ponerme a escribir, porque fue algo que nos tocó muy de cerca. Es lo más triste: cuando más cerca te toca, más te das cuenta de las cosas. De lo otro… yo tampoco soy un gran analista. Mi opinión tampoco creo que te ayude mucho. Evidentemente, hay cosas que me indignan, con lo que no estoy de acuerdo, como que haya gente en la cárcel. Pero, no sé. Yo tengo la suerte de dedicarme a lo que me dedico y, de alguna manera, creas un ecosistema dentro del sistema para que el sistema no te haga tanto daño. El sistema es una máquina que va a saco, es demoledor. Es muy difícil cambiar las cosas, lo que sucede es que quizás las tendremos que cambiar, aunque no sé de qué manera.

¿Cómo surgió la colaboración con Rocío Márquez?
Es amiga de Javi Vega y su mujer, Elena. Yo había escuchado sus discos, me gusta mucho lo que hace. Y hablando con Javi en mitad de la grabación, dije “molaría mucho hacer esto”. Me pasó el teléfono y, hasta que no tuve una canción que le pudiera enviar –que fue ‘Un posible final’–, no se la envié. Y la verdad, ha quedado muy bonita. Me gusta mucho cómo ha quedado, porque tampoco sabíamos qué estábamos haciendo hasta que no la acabamos.

«En general nos comemos unas cosas intolerables, pero porque los poderosos han hecho muy bien el trabajo con sus herramientas de deshumanizar»

Sí porque, a pesar de ser tan apocalíptica en su letra, es hermosa, no resulta angustiosa.
Porque no juzga. Te está planteando un escenario, pero sin dramatismo. Es más descriptiva. Creo que el acierto es este, este punto de vista. No se recrea en “¡vamos a morir todos!” (risas). Es una forma de señalar el abuso de poder, el lado horrible que hay dentro del poder, que viene a cuento por lo que comentabas de lo que ha pasado en los últimos años aquí. Vas viendo los engranajes reales que hay entre bambalinas o de alfombras para abajo y el nivel de tolerancia del ser humano a estas mierdas. En general nos comemos unas cosas intolerables, pero porque los poderosos han hecho muy bien el trabajo con sus herramientas de deshumanizar. Ahora puedes ver tragedias a la hora de comer, las has visto desde que eras pequeño, estás acostumbrado y un poco anulado. Si realmente, cuando estás viendo estás imágenes, les prestaras atención y te dejaras llevar un poco, te destrozarían. Existe esta maldad, esta gente completamente egoísta que, para conseguir su objetivo, le da igual destruir la vida de otras personas, de gente más débil o destruir la naturaleza. Estamos demasiado enfocados en lo material. Es un poco lo que explica la canción. Y que todo esto nos va a llevar a la ruina.

En el centro del baile’ parece un grito de ayuda a alguien, pero también, de nuevo, puede interpretarse como miedo impreciso ¿no? En plan “está yendo todo bien, ya verás que algo malo sucederá”.
Es muy ambigua. Yo a menudo no sé de qué estoy hablando. Las letras y la melodía de la canción es la última cosa que hago y, entonces, improviso mucho, cuando las músicas ya están cerradas. Entonces es cuando yo me pongo a cantar, porque me gusta capturar ese momento de “¡Métete en la atmósfera esta, a ver qué sale!”. Jugar un poco, con la voz, con todo. Lyona hizo un vídeo muy guay donde da un punto de vista acertado, que es el miedo escénico, ese miedo escénico a estar en el centro del escenario, donde todo siempre ha de funcionar y nunca sale como querrías, porque la música es una cosa muy visceral. Por mucho que lo calcules, un espectáculo, una interpretación, nunca la puedes hacer igual porque depende de muchas cosas. Y, a la vez, estás siendo observado. Y ahora más que nunca.

Cuando nosotros éramos jóvenes, íbamos a un bolo a Zeleste, entrabas con una cámara y el segurata te decía que te volvieras a casa o que la dejaras ahí. Tampoco hace falta ser tan drástico, pero ahora es un festival. Tú estás haciendo un bolo e imagínate que, técnicamente, ha habido muchos problemas, pero tú has de hacer el concierto porque la gente ha pagado dinero… y ahora todo el mundo lo está grabando todo constantemente, cuelgan esos vídeos. Y claro, eso, de alguna manera, afecta también a tu interpretación. Lo mejor cuando estás haciendo un bolo es no pensar. Pero, cuando estás rodeado de tantas cámaras, es inevitable que pienses. Entonces tienes que hacer un doble ejercicio de ignorar esto, que a mí me costó muchos años. También hago muchos bolos en sitios pequeños, con la gente muy cerca y a veces te encuentras con tablets en la cara.

«Que puedas escribir un tuit desafortunado en algún momento, tampoco te define, porque tú no piensas de la misma manera constantemente o toda la vida»

Mientras no trates de pegarles una patada, como hizo M Ward en Bilbao
Pues mira, eso lo puedo entender. Puedo entender ambas cosas, porque también se ha de empatizar. Yo también reñía a la gente. Pero con el tiempo te vas dando cuenta de que la gente tampoco tienen la culpa del todo, porque al final es la propia sala que está organizando el evento la que también puede educar un poco a la gente para que no haga estas cosas. Existen sitios como el Heliogàbal, el Pop Torgal en Orense o El Veintiuno en Huesca donde saben cómo hacer las cosas y el público sabe lo que puede y no puede hacer. Si tú al público le dejas hacer lo que sea, pues todo el mundo hace lo que le da la gana, tampoco nos han dado un manual de instrucciones con los teléfonos. Nos los han metido en nuestras vidas y aún estamos aprendiendo a usarlos, como las redes sociales. Has de entender que la gente no sabe cómo usar todo esto. Y te das cuenta de que escribes un tuit sobre lo que sea, o cuelgas algo y, en realidad, estás pensando en voz alta. Pero que puedas escribir un tuit desafortunado en algún momento, tampoco te define, porque tú no piensas de la misma manera constantemente o toda la vida. La gracia es que te des cuenta de que el otro puede tener razón y tú estar equivocado… Me he ido un poco de la idea. Pero sí, ‘El centro del baile’ va de eso, del pánico escénico. Puede ser una pesadilla, también…

O sea, que sigues con el mismo método “inconsciente” de escribir letras que llevas practicando desde 2011…
Exacto.

El anterior disco era un diálogo, pero este es más bien un monólogo.
Hummm, no sé, tampoco me lo he planteado. He intentado escribir este disco más desde fuera.

Es que en ‘Oh, rompehielos’ parecía que siempre te dirigías a otra persona, pero en este cuentas una historia, o no te diriges a nadie en concreto.
Es básicamente eso. En los otros discos el narrador sabes quién es. Y en este es alguien que lo está viendo desde fuera, que quizás no participa o no sabes con quién habla. Me pasé un verano leyendo un montón de poesía de Paul Celan, Ingeborg Bachmann, los «poetas del Holocausto» como los llamo yo. Hay mucha belleza ahí, en gente que viene de situaciones terribles, pero que es capaz de impregnar la tragedia de una belleza brutal. Aquí no es tan bestia, pero la manera de enfocarlo está algo influenciado por esto.

«[Sobre ‘Charleston (flores y dolores)’] Leyendo a Umbral me vino todo este viaje, estos flashes que a veces te vienen (…). Y eso me hizo pensar en hacer mi propia cosa basada en ambas, en la original y la versión»

Choca la presencia de ‘Charleston (flores y dolores)’, de ese “Mama, cómprame unas botas…”, que yo la recordaba como una canción de patio de colegio. No sabía que la habían cantado Enrique y Ana. Mucho menos Marujita Díaz.
Leyendo un libro de (Francisco) Umbral, no recuerdo cuál, citaba esta canción. Y tuve un déjà-vu: cuando era muy pequeño, yo pensaba que era de Enrique y Ana. Un día, viendo la tele con mi madre, daban la película ‘La corista’ y para mí fue como un regreso al futuro. Yo era tan pequeño que no lo entendía. Le preguntaba a mi madre: “mama, si esta peli es antigua, ¿cómo pueden cantar la canción, que es de ahora?”. Y ella me contestaba: “no, hijo. Es que son ellos [Enrique y Ana] los que hacen una versión de esta canción”. Y leyendo a Umbral me vino todo este viaje, estos flashes que a veces te vienen y recordé toda esa escena. Y eso me hizo pensar en hacer mi propia cosa basada en ambas, en la original y la versión. “La voy a convertir en otra cosa, voy a coger una frase de la canción, voy a hacer una melodía ligeramente distinta y la voy a convertir en la historia que me salga a mí de las narices”. Este era el ejercicio.

En ‘Cielos estrellados’, en mitad de todo sueltas un “a la mierda con todo, a ver qué pasa”. ¿este sí que es autobiográfico? Porque el exabrupto contrasta con la placidez del resto de la canción…
Es muy umbraliano también. La canción está hablando de cosas bonitas y… ¡a la mierda con todo! En el momento en que estoy yo ahora es un poco esto. Si ahora se detuviera nuestro mundo, ¿qué pasaría? A lo mejor no pasaría nada. El mundo sigue. La idea es que estamos tan metidos en nosotros mismos, porque somos unos seres con los sentimientos tan a flor de piel, a pesar de estar embotados como estamos, que nos afecta cada chorrada a tal nivel que… y la canción viene a decir esto, que todo depende de cómo recibas las cosas. Si estás jodido y lamentándote, en plan “qué mal me va todo” y te regocijas en eso, no te das cuenta pero, al final, te lo estás haciendo a ti mismo. Aunque te haya sucedido algo trágico, tú decides dejar ir o no las cosas. La canción muestra esta idea de una manera poética, incluso divertida, porque da un giro.

«Si te dedicas cada tres meses a sacar dos singles que puedan ser cojonudos y ya está, es más factible tener éxito»

El disco lo has presentado con tres canciones de adelanto, con sus respectivas caras B –que no saldrán en el álbum–. ¿Estás reivindicando el formato single? ¿Crees que tiene vigencia en la era digital?
Joder… ¡sí! Yo creo que es un formato que ya existía en su día, que estaba muy bien. Y estamos volviendo a eso. La gente joven –cuando veo a mis hijas y sus amigos cómo escuchan música–, no escuchan discos enteros, van picoteando. El formato del álbum que nos gusta a nosotros es algo sentimental. A mí ya me gusta hacerlos, pero es un trabajazo. En cambio, si te dedicas cada tres meses a sacar dos singles que puedan ser cojonudos y ya está, es más factible tener éxito. Cuando salieron Haim se pasaron ocho o nueve meses sólo sacando singles. Ya vamos hacia allí. Ya hay gente muy mainstream que pega un hype del copón sólo con una canción. Mira lo que está haciendo Rosalía. Aún ni ha salido el disco y todo el mundo tiene ya unas ganas locas de comprárselo. Evidentemente, las canciones son muy buenas. Está muy bien pensado pero, en realidad, es cómo funcionaba la industria antaño. Esta es la paradoja. Actualizar un modelo antiguo pero para sumar.

Si consigues hacer una canción que sea muy buena y que pueda llegar a tanta gente, es fantástico. A mí no me ha pasado nunca a ese nivel. Tampoco lo espero, porque tampoco tengo un perfil como para manejarlo. Me gusta ir a comprar el pan y volverme a mi casa y ya está. Yo ya estoy contento en el sitio donde estoy. Es una cosa en la que estoy dividido. Hay un punto de ego artístico en plan “voy a hacerlo lo mejor posible” pero, a la vez, también me gusta resguardar mi privacidad y mi vida, que sea lo más normal posible. De salir de gira, lo que más me gusta es volver a casa. Y me lo paso muy bien, ¿eh?

«A partir de los 40, cuando acabas un bolo, estás en plan “dame una cama, que me quiero morir”»

Pero también son cosas complementarias, ¿no? Si no salieras de gira, lo echarías de menos…
También me permite tener otra vida dentro de mi propia vida. Vivir de la música tiene este encanto. Pero yo, como soy géminis, lo tengo como muy dividido. Lo que me gusta es cantar e interpretar lo mejor que pueda. No soy un gran frontman, no voy a hacer el “moonwalk” porque, además, tengo una pierna hecha una mierda de un accidente de moto y soy cojo –y la gente no se entera, pero por eso me muevo menos que una escoba–. Entonces, ¿yo qué puedo explotar? Pues mi voz y hacer lo mejor que pueda para intentar emocionarme haciéndolo, que al menos haya dos o tres momentos en el bolo en que la gente diga “ostras, ¡aquí ha pasado algo!”. Con esto ya me doy con un canto en los dientes. También es verdad que, a partir de los 40, cuando acabas un bolo, estás en plan “dame una cama, que me quiero morir” (risas). No tienes la misma energía. Yo me imagino haciendo ahora un bolo de Madee y me muero después. ¡Llama a la ambulancia! Acabas hecho mierda.

Ahora se cumplen 10 años de la aparición de The New Raemon (y 20 de Madee, por cierto).
¡Qué coño! Pep y yo, que somos el motor de Madee, empezamos a tocar ¡hace 28 años! Cuando yo tenía catorce. ¡Son muchos años! Muchos años en que esto es el centro de tu vida y ha habido épocas para todo. Épocas de “¿qué hago aquí en Calasparra, con una guitarra en un café?”. Pero después te das cuenta de la suerte que tienes. Dentro del sistema, es ser un poco outsider, porque tu forma de vida no es convencional. Sobre todo porque el oficio de músico aquí no se considera como tal. Estamos en las antípodas de países como Francia o Bélgica, donde se considera un oficio, donde hasta tienes ayudas si no estás girando porque entienden que estás componiendo y, cuando tú estás componiendo y creando, estás trabajando. El estado te ayuda porque valora la cultura. Aquí estamos con el “¿eres músico?” ¿Y qué tocas?”. Es un poco absurdo. Pero sí que es un oficio, en el momento en que tú decidas que lo sea. Yo lo decidí hace diez años. Con Madee ya lo tenía claro, pero teníamos otros trabajos. Y los grupos funcionan con otra dinámica. Y también somos amigos desde que íbamos al colegio. La confianza no da asco pero… es muy curioso, porque aún pagamos local de ensayo cada mes pero no ensayamos. Pagamos poquito, porque lo tenemos compartido entre varios grupos –entre ellos, Mourn–. En realidad, nos da pena dejar el local, porque sabemos que, en el momento en que lo hagamos, el grupo se acabará. Es una cosa muy absurda lo de este grupo.

«[Sobre su decisión de ser músico profesional] No quería llegar a la edad que tengo ahora y pensar “¿y si hubiera hecho aquello?”, porque eso es lo peor que te puede ocurrir»

Entiendo que The New Raemon nació de esa necesidad que tú tenías de profesionalizarte, ¿no?
Sí, porque con Madee no necesitábamos vivir del grupo. Nos lo tomábamos como un hobbie, al que le dedicábamos mucho cariño y tiempo, pero una cosa aparte de trabajar. Los discos daban mucho trabajo –el último, ‘L’Antarctica’, nos pasamos cinco semanas grabándolo–. Muy bonito todo, disco del año, se ha valorado el trabajo, pero… después el grupo, ¿qué hacía? ¿Quince bolos en un año? Y yo en aquel entonces llevaba mucho tiempo trabajando en un empleo que no… Y me decía: “yo quiero ser músico. Yo quiero tocar, quiero hacer canciones, es lo que se me da mejor. No quiero estar aquí, en una oficina hasta las ocho de la noche, llegar a casa a las nueve, ver si mis hijas están despiertas o no…” Y fue cuando hice el click: “monto esta historia yo solo y, si no me sale bien, pues me olvido”. Pero no quería llegar a la edad que tengo ahora y pensar “¿y si hubiera hecho aquello?”, porque eso es lo peor que te puede ocurrir. Y fue una buena decisión, porque la empresa en que estaba, al cabo de un año y pico se fue a la mierda (risas). Ha merecido la pena, tuve que aprender a vivir de una manera más modesta porque no ganaba tanto dinero. Al final esto reajusta las cosas. Y ahora me gano la vida con la música. Que a veces la gente se piensa que, como un día sales en La Vanguardia o en la tele, meas colonia. Y yo me gano la vida de una manera muy modesta. Me doy por satisfecho, he tenido mucha suerte. Sé que es flipante dónde han llegado otros compañeros de profesión, pero eso es otra cosa. Es como cuando veo a Santi [Balmes] con Love of Lesbian. Han currado mucho, es un grupo al que nadie se lo puede discutir. Cuando empezaron, picaron mucha piedra. Y al final, mira. El Santi del principio no tiene nada que ver con el Santi de ahora. Es un frontman total. Tú vas a ver un bolo de ellos y puede gustarte o no, pero está muy bien hecho. Pero yo no me veo haciendo eso. Soy incapaz de hacer lo que hace Santi. Yo no tengo esa visión. Soy más de “escucha mis canciones” (risas).

Smashing Pumpkins, entregados a góspel, cuerdas y arco iris en ‘Knights of Malta’

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Los Smashing Pumpkins tendrán nuevo disco en el mercado el próximo 16 de noviembre, con la formación de Billy Corgan, James Iha, Jimmy Chamberlin y su guitarrista Jeff Schroeder, y de él ya nos han presentado con anterioridad varios de los singles. Ha sido el caso de ‘Solara’ y de ‘Silvery Sometimes (Ghosts)’, para la que además presentaron un vídeo de temática Halloween (por supuesto en referencia a que ellos son «las calabazas»). Un vídeo lleno de humor que puedes ver bajo estas líneas, y en el que según el guión del propio Billy Corgan, la banda tenía que pasar una noche haciendo promo en una casa encantada, y en el que aparecía Mark McGrath de Sugar Ray como artista invitado.

La nueva canción que presentan hoy se llama ‘Knights of Malta’ y es una de las más sorprendentes que han hecho nunca, pues si tiene un sonido americano no es en el sentido post-grunge del término, como era el caso de sus años mozos; sino en el clásico, adoptando incluso un aroma blues inusual en ellos.

La grabación está muy marcada por las cuerdas, cuenta con voces femeninas que parecen casi un góspel y la letra incluye frases tan luminosas como «vamos a conseguir que esto pase / voy a volar para siempre / vamos a montar en ese arco iris». Ojo porque, como veis, así se abrirá el disco ‘Shiny and Oh So Bright, Vol. 1 / LP: No Past. No Future. No Sun.’:

01 Knights of Malta
02 Silvery Sometimes (Ghosts)
03 Travels
04 Solara
05 Alienation
06 Marchin’ On
07 With Sympathy
08 Seek And You Shall Destroy