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¿Cuál es la mejor canción de ‘Chemtrails Over the Country Club’?

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Parte de la redacción escoge su canción favorita de ‘Chemtrails Over the Country Club’, el nuevo disco de Lana del Rey, que recientemente ha reseñado en nuestro site Mireia Pería.

‘White Dress’, por Jaime Cristóbal

«Las tres canciones más brutales son ‘White Dress’, «Chemtrails» y ‘Yosemite’. Y que haga mi canción favorita de Joni Mitchell al final me conquista totalmente. Me decanto por ‘White Dress’ porque a la exquisitez absoluta de la composición (Antonoff y Del Rey sacan chispas juntos, lo siento Taylor: siempre te ganan) se suma esa increíble interpretación vocal. Caprichosa, fluctuante, pasando por diferentes moods… y yo no diría «afónica» como se dijo en JNSP, sino exquisitamente susurrante. Me da la impresión de que no es una toma con fallos y pérdida de voz que quedó mona, sino algo buscado, para expresar la fragilidad de su yo joven al que alude la letra. Esa es mi teoría. Dentro de la magia de la canción y su minimalista producción con esos detalles sutiles de fondo, casi como de diseño de sonido, está además ese momentazo en el que empotra en la métrica del verso una larguísima, imposible, frase («Down at the men in Music Business Conference»)… Me parece maravillosa esa salida de madre, muy Kate Bush, bellísima.

La letra me encanta también: habrá quien diga que la cantante rica y afamada que dice que quizá su época más feliz fue ese momento pre-fama es un cliché, la clásica romantización de los «viejos tiempos duros». Pero visto lo que la han bombardeado durante años (en Mojo hablaba de trauma), no lo veo tan raro, lo veo sincero, y forma un círculo perfecto con ‘For Free’ de Joni Mitchell en el cierre. Temáticamente tienen mucho que ver, pues habla desde la perspectiva de una música famosa que ve a un músico callejero y le parece que es mucho mejor y más auténtico que ella, que canta en sitios lujosos… Supongo que criticarán a Lana por esto también, pero me pregunto si a Joni le habrían criticado eso de ‘For Free’… lo dudo».

‘Tulsa Jesus Freak’, por Jordi Bardají

«Reconozco que no he cogido ‘Chemtrails Over the Country Club’ con demasiadas ganas, aunque también es verdad que me está costando escuchar más allá de las tres primeras canciones de la secuencia, que me parecen sobresalientes. ‘White Dress’ es un clásico, el single principal hay que recordar que también está muy bien, pero yo me quedo con ‘Tulsa Jesus Freak’ porque ofrece algo diferente. Una preciosa balada de aires country-folk que Lana canta acompañada de un efecto de autotune tan delicado y suave como una pluma, pero el tema además incorpora una base rítmica electrónica que recuerda a los momentos más sosegados de ‘Born to Die‘ (pienso en ‘Carmen’).

En la letra de ‘Tulsa Jesus Freak’, que incluye el sintagma «White hot forever», que es como se iba a llamar este disco, Lana saborea los dulces momentos que vive en una complicada relación amorosa en la que no falta el alcohol, y con referencias a la Biblia, a Jesucristo, a ‘Candle in the Wind’ de su amigo Elton John o al río Arkansas que atraviesa Tulsa, Oklahoma porque de Tulsa procede la persona a la que Lana probablemente dedica la canción (el famoso poli), obtiene una de sus composiciones más serenas, y a la vez más experimentales de su carrera. No me importaría escuchar más canciones en su estilo en el futuro».

‘Yosemite’, por Pablo Tocino

«Lana grabó ‘Yosemite’ en 2016 (de hecho no aparece acreditado Antonoff sino Rick Nowels), pero a última hora decidió excluirla de ‘Lust for life’ por ser “demasiado feliz”. A ver, en ese disco estaba ‘Get Free’, pero entendemos su point: ‘Yosemite’ es una bellísima canción que demuestra su habilidad para el optimismo y para el romanticismo de, ojo, una relación sana. Ayudan desde luego su estupenda melodía, la calidez en su voz y unos cuidados arreglos de cuerda y piano, a los que se sumarán una delicada percusión. Y mención aparte merece su excelente puente, que recuerda a otro de los mejores puentes de Lana, el de ‘Terrence Loves You’. Hay muchos temas destacables en “Chemtrails”, pero yo de momento me quedo con ‘Yosemite’».

‘Breaking Up Slowly’, por Sebas E. Alonso

«Supongo que ‘White Dress’ pasará a la historia como la mejor canción de ‘Chemtrails Over the Country Club’. Fue ‘Yosemite’ la composición que me logró meter en este álbum con su ambiente de hoguera en la línea de Nick Drake, Françoise Hardy, Joan Baez… en los últimos suspiros de los años 60 (y por extensión recordando también a los Goldfrapp de ‘Tales of Us’). Pero lo mejor de ‘Chemtrails Over the Country Club’ es cómo se crece sin rellenos en las pequeñas cosas y ahí ‘Breaking Up Slowly’ es la composición que me ha tocado la patata. ‘Breaking Up Is Hard to Do‘ siempre ha sido una de mis canciones favoritas, Lana del Rey conoce bien el trabajo de su autor Neil Sedaka porque ha llegado a grabar una versión de ‘Where the Boys Are’ y la referencia de la letra a Tammy Wynette tiene todo el significado. Canta Nikki Lane:
«¿Son estos mis años buenos o no he tenido ninguno en absoluto?
¿Son estos buenos años realmente para todo el mundo?
No quiero vivir llena de arrepentimiento
No quiero acabar como Tammy Wynette».

A continuación entra el estribillo con más y más referencias a ‘Breaking Up Is Hard to Do’, y después Lana del Rey canta como si ella fuera la misma Tammy Wynette dirigiéndose a su esposo, «George». Tammy Wynette se casó 5 veces, 2 de ellas con sendos artistas llamados George: el cantante George Jones y el autor y productor George Richey. La canción se refiere a este último, porque fue su último marido, hasta su muerte, y el más conflictivo: «George fue arrestado ahí fuera / Creo que vamos a romper después de esto», dice Lana, metiéndose en el cuerpo de Wynette. En 1978, año de este último matrimonio, esta sufrió un secuestro y luego declaró que se lo había inventado porque no quería denunciar los malos tratos que sufría de su marido, algo que él negó. Todo esto sirve como metáfora para Lana del Rey para rebelarse contra las críticas sobre su no-feminismo. «No me mandes flores, como siempre haces / Es duro estar sola pero es lo correcto», es la conclusión de la canción.

¿Cómo acabó Tammy Wynette? ¿A qué se refiere la letra? La cantante fallecía en 1998 aquejada de varios problemas de salud tras haberse sometido hasta a 26 operaciones importantes a lo largo de su vida (apéndice, riñón, vesícula biliar, nódulos en la garganta… de todo). Adicta a los calmantes como tantas estrellas estadounidenses, terminó falleciendo en un sofá de su casa de Nashville mientras dormía a los 55 años. Una de sus hijas intentó vivamente que se condenara a George Richey indirectamente por su muerte, pero la causa fue desestimada».

¿Cuáles son tus canciones favoritas de 'Chemtrails Over the Country Club'?

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‘Hierro 2’: Candela Peña se va por la puerta grande con lo más visto de Movistar

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“Más triste, más sola y más enfadada”. Esta frase, que recuerda a aquella portada de Terelu, podría ser de cualquiera de nosotros para referirnos a cómo nos tiene la situación actual, pero es también la que eligió Candela Peña para describir a la protagonista de ‘Hierro’ en esta segunda temporada. La serie de Movistar que os recomendamos hace dos años nos encandiló por varios motivos, pero quizás el principal era su protagonista: la jueza de Candela Peña podría estar investigando en El Hierro o en Coria del Río, que nos seguiría interesando por su actitud y su intuición. Pero es que además El Hierro es protagonista también de la serie y no solo circunstancia. Y es que además está el mano a mano con Díaz, ese co-protagonista interpretado magistralmente por Darío Grandinetti.

Todo eso volvemos a tenerlo en esta segunda temporada, y especialmente la serie se sale con el último punto que comentábamos: hay dos conversaciones entre Grandinetti y Peña que son una delicia (una a la mitad, otra muy cerca del final) y que sintetizan las diferencias entre sus personajes y, a su vez, qué es lo que les une y lo que hace que este amor/odio tenga sentido. “La vida, a veces, se vuelve muy cabrona” dice la jueza en otro momento crucial, y en eso estaría de acuerdo su némesis Díaz.

Y de nuevo tampoco decepcionan los secundarios: quizás el personaje de Iris Díaz queda más desdibujado, pero Kimberley Tell brilla más si cabe aquí, y es increíble lo que hacen las más pequeñas, Helena Sempere y Naira Lleó. Incluso la figura del “Big Bad” vuelve a ser un acierto, aunque sea complicado suplir a aquella Antonia San Juan pasada de vueltas. Aquí se ha optado por un ‘Superman II’: a falta de un sustituto, tres. Tenemos a Matías Varela como el empresario por el que comienza la trama de la temporada, al hijo de Samir (Enrique Alcides) recordando a Evan Peters en ‘Cult’, y desde luego al que se lleva la palma: Clara, el personaje interpretado por Celia Castro, a quien compramos desde su primera aparición en pantalla. A todo esto hay que sumar la cuidadísima ambientación y fotografía de la serie y una trama que, aunque es más dispersa que en la anterior, funciona cuando llegamos al desenlace (un puntazo ese paralelismo entre la lucha y la Bajada de la primera temporada).

En definitiva, los hermanos Coira (Jorge en dirección, Pepe en guión) vuelven a entregar un producto muy mimado que no inventa nada y aún así destaca y se hace con el cariño del público; no en vano, es la serie original más vista de Movistar. A pesar de ello, ya se ha confirmado que ésta será la última temporada: sus creadores no quieren saltar el tiburón y que aquella pequeña isla acumule más cadáveres que la laguna de ‘El Internado’. Lo cual tiene sentido en una serie que, sin renunciar al entretenimiento, prefiere el realismo al efectismo, la humanidad a lo procedimental. Prueba de ello es uno de los mejores momentos de esta segunda tanda, esa escena del coche coronada por un “¡yo qué sé, es la primera vez que me intentan matar!” que resume a la perfección el espíritu de ‘Hierro’ y los motivos por los que se va por la puerta grande. 7,5

Bad Gyal recupera «flow» con la «’44’ de los Calvin»

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«Yo ahora hago una música más convencional, más hit». Bad Gyal lo puede decir más alto, pero no más claro. Acaba de sacar un EP de 8 canciones y 20 minutos: 5 de esas canciones duran 2 minutos porque se lleva la canción corta de cara a las playlists de Spotify. La más larga dura 3 minutos y medio pero porque es el remix de ‘Zorra’ al que se ha subido Rauw Alejandro: antes de este, duraba 3.

El éxito de Bad Gyal es matemático, si bien en esa fórmula últimamente estaba empezando a resultar repetitivo el mismo mensaje, de ‘Zorra’ a ‘Pussy‘. Alba Farelo se ha currado un vídeo coreografiado para ‘Judas’, pero es ’44’ la canción nueva que le está haciendo los mejores números, debido a que es la que tiene mejor «flow» de su repertorio en bastantes meses, quizá desde ‘Alocao’, como mínimo desde ‘Zorra’. Es nuestra «Canción del Día».

Remitiendo a composiciones tan vibrantes y bien construidas como ‘Candela’, Bad Gyal despacha ’44’ sobre un buen beat de Izzy Beats y Supa Dups y un par de acordes 100% Jamaica, pero sobre todo con su típico chorreo de melodías espectaculares. Un verso con gancho da lugar a un buen pre-estribillo, que va dando paso a un estribillo mejor aún. Cuando ya tienes la canción grabada en el cerebro aparece Rema, que muy bien, ’44’ ya es la canción más escuchada en Spotify para él (para ella aún no), pero es a Farelo a quien hay que atribuir este nuevo festival de ganchos, en el que lo difícil parece fácil.

Demi Lovato opta por el sonido ‘James Bond’ en su momento más crudo

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Qué alegría tener a Demi Lovato de vuelta, conscientes de que hubo una noche en que casi la perdemos. El próximo 2 de abril, esto es, tan pronto como la semana que viene, publicará su nuevo álbum llamado ‘Dancing with the Devil’, y viene presentado hoy por el corte titular. Es, además, el tema principal del documental de Lovato para Youtube, en el que habla sin tapujos sobre sus adicciones y también sobre los abusos sexuales que ha sufrido.

Es el momento de escuchar el mensaje de Demi Lovato y la letra de ‘Dancing with the Devil’ es cruda y directa, pues apela al momento en que se autoconvencía de que tan solo sería «una raya blanca más» o a aquel en el que rezó por no estar llegando al final de sus días. La cantante ha interpretado el tema en directo y es realmente emocionante verla en perfecto estado de voz interpretándolo.

La elección musical es, en cambio, más discutible. ‘Dancing with the Devil’, bajo la producción de Mitch Allan, suena inequívocamente a James Bond, y es bastante extraño que en el momento de mayor crudeza vital de toda la carrera de Demi Lovato, haya elegido un sonido tan de película. La música de John Barry para la citada saga se caracteriza por su solemnidad, pero también por su ampulosidad. Hay acción, pero al poco tiempo la olvidas. No parece el fondo más adecuado para una canción que se arranca el corazón con la mano; más bien parece una grabación de Christina Aguilera (quien hasta parece presente en algún coro) de hace 5 o 15 años. ¿Cuántos hace que Conchita Wurst ganó Eurovisión con un corte de este estilo?

Sabiendo que Ariana Grande colabora en el álbum, es difícil no acordarse de cómo esta sorteó el momento más duro de su vida: su regreso al pop después de que 22 de sus fans murieran en un atentado terrorista tras un concierto suyo. ‘No Tears Left to Cry‘ aún es una canción sutil, futurista y profundamente emocionante. Tan buena que parece increíble que existiera, que pudiera salir a partir de aquel horror. Demi Lovato ha querido hacer algo más atemporal y personal, pero su opción suena añeja, a su lado. Por suerte, parece que habrá mejores cosas en el disco. En la reseña de Ew definen ‘Fifteen Minutes’ como un «banger» y ‘The Way You Don’t Look at Me’ como una «canción destacada».

Prelude
1. Anyone
2. Dancing with the Devil
3. ICU (Madison’s Lullabye)
The Art of Starting Over
4. Intro
5. The Art of Starting Over
6. Lonely People
7. The Way You Don’t Look At Me
8. Melon Cake
9. Met Him Last Night (feat. Ariana Grande)
10. What Other People Say (Demi Lovato & Sam Fischer)
11. Carefully
12. The Kind of Lover I Am
13. Easy (Demi Lovato & Noah Cyrus)
14. 15 Minutes
15. My Girlfriends Are My Boyfriend (feat. Saweetie)
16. California Sober
17. Mad World
18. Butterfly
19. Good Place

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Tune-Yards / sketchy.

Tune-Yards han solido hablar sobre feminismo, racismo o clasismo en su música, pero el concepto de culpa blanca atraviesa especialmente sus dos últimos trabajos, ‘I can feel you creep into my privqte life’ y este ‘sketchy.’ que ve la luz hoy. El primero es el disco más oscuro del dúo formado por Merrill Garbus y Nate Brenner por sus coqueteos con el synth-pop, el dub o el art-punk, pero recibió críticas pobres por manifestar una evidente falta de inspiración en las composiciones. ‘sketchy.’ representa un relativo paso hacia la dirección correcta para Tune-Yards, al tratarse de un trabajo en el que el grupo recupera el color y la composición DIY tipo collage de sus inicios pero sin renunciar a su discurso actual.

Grabado antes de la pandemia pero completado después, lo que significa que algunas partes del disco, como las del saxofón, hubieron de ser registradas vía Zoom, ‘sketchy.’ ha sido presentado con un digno single llamado ‘nowhere, man’ en el que la estética lo-fi y bruta de los primeros Tune-Yards es aplicada a una composición sólida de soul-rock desquiciado, como manda su mensaje contra la ideología anti-abortista, mención a Bob Dylan incluida: «si no puedes escuchar a una mujer, ¿cómo puedes escribir su canción?». Mucho más clásico y sosegado, pero aún con influencias del free jazz, el segundo single ‘hold yourself.‘ subraya la responsabilidad de los padres (blancos) en el traspaso generacional de las opresiones: «intentaron criarnos, pero nos traicionaron».

En estas dos canciones, Tune-Yards recuperan la vitalidad perdida en el álbum anterior, a lo que también contribuye que el grupo ha buscado grabar con instrumentos en vivo, pero también componer libremente, sin hacer caso a las estructuras convencionales, e inspirándose en libros sobre la creatividad como ‘Creative Quest’ de Questlove u ‘Oblique Strategie’ de Brian Eno. El dúo suena como pez en el agua cuando retuerce a su manera los sonidos del funk-rock y el soul de los 70, y ‘make it right’, con su entramado de vientos, palmas y polirritmos imposibles, es lo más cerca que se queda de dar con un tema igual de enorme que ‘Water Fountain‘. Es el corte más eufórico del disco.

Pero ‘sketchy.’ no es un álbum eufórico. La música suena espontánea en su afán experimental, pero las melodías vuelven a ser farragosas en algunos puntos. La balada ‘hypnotized‘, que imagina un mundo desierto, sin humanos, que parece haber sido tomado por una autoridad cruel («me comí a tus bebés cuando los mantenías a salvo, lo llamé «seguridad» cuando te condené a la prisión y la violación»), no está mal, pero ‘silence pt. 1 (when we say ‘we’)’ es inaccesible a pesar de su propósito de «cambiar el mundo», ‘sometime’ es completamente anodina a pesar de sus juguetones coros y psicodélico diseño sonoro y lo único memorable de ‘my neighbor’ es que recuerda a la moda del chill-out de los 90.

A veces la música de ‘sketchy.’ es suficiente para mantener interesado al oyente, como el funk grimoso de ‘homewrecker’, pero otras prefieres ponerte en repeat el minuto de «silencio» (literal) que el dúo ha colocado en la mitad del álbum para invitar a la reflexión y al descanso de estas letras políticas que a veces pueden ser brutales en su preocupación por la violencia racial. Cuando llega el pantanoso trip-hop orgánico de ‘be not afraid.’ y Tune-Yards siguen indagando en el tema de la culpa blanca, te preguntas por qué no hacen más canciones como ‘make it right’ que te alegren un poco el día aunque hablen de temas serios. ¿Cómo pretenden llegar a la gente si sus discos se siguen atragantando?

‘Peaches’ de Justin Bieber arrasa… ¿pero lo merece?

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Parte de la redacción evalúa ‘Peaches’ de Justin Bieber con Daniel Caesar y Giveon, actual número 1 global en Spotify.

«Con la salvedad de una colaboración ya olvidada junto a Ariana Grande, que fue número 1 en Estados Unidos, y ‘I Don’t Care‘ con Ed Sheeran, que fue número 1 en Reino Unido; Justin Bieber no se apuntaba ningún top 1 relevante desde la era ‘Purpose’. Nada del disco ‘Changes’ ni ahora ‘Justice‘ lo había conseguido. Pero ‘Peaches’ podría cambiar esa suerte. Y es que por primera vez en mucho tiempo, Justin Bieber no aburre con épicas y chillidos, sino que entrega una canción fresquita de 3 minutos, amparada en esa moda de hip hop, funky e indie que tanto se está viendo en gente como Peach Tree Rascals o en España, Cupido. Me reafirmo más por cada día que esto siga en el top 1 global de Spotify: ojalá todo el disco hubiera sido como esto». Sebas E. Alonso.

«Que ‘Justice’ es la era de postureo de Justin Bieber es obvio desde que le vimos haciendo de obrero sufrido en dos de sus últimos videoclips. Que haya tenido las narices de meter a Martin Luther King en este tinglado es más inexplicable. ‘Peaches’ es otro ejercicio de postureo pero hacia el sentido del humor, del que Bieber carece completamente a tenor de… toda su carrera.

Una canción desesperada por hacer gracia (ese estribillo «recojo mis melocotones en Georgia, mi maría la saco de California») y también por captar cierto público medio alternativo con ese sonido a medio camino entre el funky, el indie-pop y el bedroom-pop que tan de moda está en Youtube, pero que termina sonando a reducto de lo que Anderson .Paak o Steve Lacy hacen mucho mejor, con más sutileza, más elegancia y más naturalidad, que es lo que la falta a Bieber por todos lados. Y su videoclip… ¿no será Scooter Braun definitivamente el peor mánager del mundo?». Jordi Bardají.

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Verde Prato sobrecoge en euskera y en castellano con su disco de debut

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Entre los discos que salen hoy al mercado y que os hemos presentado en «Ready for the Weekend» está el debut de la cantante Ana Arsuaga, más conocida como Verde Prato. Desde el País Vasco, Verde Prato juega en la liga de los proyectos que se sumergen en el folclore para transmitir cosas, pero en su caso la pincelada es más ancestral, abstracta y tenue que la de Maria Arnal i Marcel Bagés o Rodrigo Cuevas. Mucho más amparada en la voz y menos en el baile que, por ejemplo, el disco de Delorean sobre Mikel Laboa.

El disco ha sido grabado y producido por Jon Aguirrezabalaga (We Are Standard) y recibe el nombre de ‘Kondaira eder hura’ (“Aquella bella historia”), hablándonos de «un muchacho que abandona su pueblo para irse a la ciudad». Oficialmente, «con un lenguaje sencillo, las letras de las canciones reflejan la perspectiva de cada uno de los diferentes personajes que lo ven marchar», versando sobre el amor, la familia, la amistad, los miedos, las ausencias y el deseo.

‘Kondaira eder hura’ incluye joyas como la canción inicial y reptante ‘Amaren kanta’, a capella como ‘Haurraren kanta’ o su sucesora ‘Aitaren kanta’, con un triste piano y sintetizadores próximos a aquello llamado witch-house. Pido disculpas por seleccionar como «Canción del Día» la única canción en castellano del disco de 7 pistas, pero ‘Neskaren kanta’ es la más exótica. Hay un deje medio portugués en melodía e incluso dicción, y la interpretación vocal de Verde Prato es preciosa, 100% a capella… hasta que entra un ritmo medio reggaetón («papi, papi» son extrañamente las primeras palabras del tema), y el teclado más juguetón de todo el mini LP, lo cual es curioso porque estamos hablando de la última canción de la secuencia.

Lo que no impide que la grabación mantenga su poso melancólico-misterioso y su voluntad poética, con palabras tan poco comunes en el pop como «rostro», «importuna» o «reposo».

Ibon Errazkin (Single, Le Mans) está entre los fans, como informan desde su sello. Estas palabras son suyas: “Las primeras veces que escuché el disco se me vinieron a la cabeza los momentos más abstractos de Siouxsie (ciertas canciones de «Kaleidoscope»), el folk de clausura de Emmanuelle Parrenin y su «Maison Rose», o incluso una Lana del Rey en modo medieval. Pero no parecen tanto influencias como coincidencias. «Kondaira eder hura» es ante todo un disco personal, un disco envolvente y misterioso para sumergirse y escuchar en bucle, y una presentación inmejorable para una artista llamada a hacer grandes cosas”.

Lo mejor del mes:

RFTW: Sen Senra, Albany, Karol G, Jungle, tune-yards, Fuel Fandango, Evanescence…

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Hoy 28 de marzo ven la luz los nuevos trabajos discográficos de Sen Senra (que reseñamos en portada), Karol G, Albany, The Antlers, Major Lazer (una reedición de ‘Music is the Weapon‘), Eddy de Pretto, tune-yards, Noga Erez, Dolo Beltrán de Pastora o Evanescence (su primer álbum en 10 años). También es el día en que llegan a las plataformas los nuevos álbumes de Alba Reche, serpentwithfeet, Xiu Xiu, RRUCCULLA, Peach Tree Rascals, un trabajo orquestal de Floating Points, 24kGoldn o Ben Howard.

En cuanto a singles sueltos, a destacar el nuevo de Lil Nas X con referencia a ‘Call Me By Your Name’, la colaboración de Fuel Fandango y María José Llergo, el anunciado regreso de Demi Lovato, el popero tema de Studio Killers con Kim Petras, lo nuevo de Calavera con Amaral, otra colaboración de C. Tangana con Albany además de la de Sen Senra o el remix de ‘The Look’ de Metronomy por MGMT. Para curiosos y/o atrevidos, Juan Magán se apunta al sonido The Weeknd.

En los últimos días hemos podido escuchar los regresos de Jungle, Andy Stott, John Grant, beabadoobee, Espanto o Baiuca con Rodrigo Cuevas. Todos ellos están presentes en la playlist junto a las nuevas propuestas de Verde Prato, Ganges, Georgia Anne Muldrow, Jenny Hval, Lisasinson, Salvador Sobral, Rothrigo, Slush Puppy, Real Estate o Gallant con Brandy, entre muchísimos otros.

Por qué ‘Nomadland’ es la mejor película de los Oscar 2021

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En 2017, cuando Chloé Zhao se dio a conocer con la extraordinaria ‘The Rider’, muchos nos hicimos la misma pregunta: ¿de dónde había salido esta directora? ¿Quién era esta mujer que, hoy, tres años después, ha ganado el Globo de Oro, es la gran favorita para ganar el Oscar y ha rodado la última de Marvel, ‘Eternals’? Chloé Zhao nació en Pekín en 1982, donde apenas tuvo acceso a las películas de Hollywood (su director favorito era Wong Kar-wai). Hija de un rico industrial, estudió en un internado en Inglaterra, se graduó en ciencias políticas en Los Ángeles y estudió cine en Nueva York, con Spike Lee como profesor.

Luego se fue a vivir a Dakota del Sur, uno de los estados más rurales y menos densamente poblados de Estados Unidos. Allí, en una reserva india, rodó su primera película, ‘Songs My Brothers Taught Me’ (2015). Aunque apenas tuvo recorrido más allá de los festivales (Sundance, Cannes), el filme se coló por sorpresa entre las nominadas a la mejor primera película en los Spirit Awards. Luego, con ‘The Rider’, todo cambió: se convirtió en la gran estrella emergente del cine independiente. Premios, halagos, estrenos en todo el mundo, y una llamada telefónica: Frances McDormand quería producir su siguiente película.

La actriz, que acababa de ganar su segundo Oscar por ‘Tres anuncios en las afueras’ (2017), vio en Zhao la directora perfecta para realizar la adaptación de ‘País nómada’ (Capitán Swing, 2020), el ensayo de la periodista Jessica Bruder. Y Zhao, acostumbrada a trabajar con actores no profesionales, vio sin embargo en McDormand a la actriz ideal para protagonizarla. Por edad, 63 años (la mayoría de los “nómadas” del libro son gente mayor que ni encuentra trabajo ni puede jubilarse). Por experiencias vitales (McDormand creció en ambientes rurales y obreros del Medio Oeste). Y, obviamente, por sabiduría interpretativa (la actriz lleva todo el peso del filme).

Esta combinación de talentos ha resultado perfecta para la película, la ha equilibrado de la mejor manera. Por un lado, la agreste presencia de McDormand, con sus canas, sus arrugas y su aire de antiestrella, ha rebajado los efectos del lirismo de puesta de sol a lo Terrence Malick al que tiene tendencia Zhao, y que se hubieran exacerbado con una actriz más glamurosa (de hecho, hay un cierto abuso en el filme del primer plano “bonito”). Y, por otro, la decisión de la directora de rodar con actores no profesionales y con recursos propios del documental, ha hecho que la actriz se esfuerce por mimetizarse con el ambiente, por no destacar como intérprete, por ponerse a la altura de sus compañeros consiguiendo así un verismo extraordinario.

El resultado de este juego de contrapesos es fabuloso. ‘Nomadland’ es una combinación enormemente armónica entre la denuncia política (los devastadores efectos de la crisis de 2008 y la erosión del estado del bienestar rooseveltiano por las políticas neoliberales) y el drama intimista (las heridas emocionales que arrastran muchos de estos “nómadas”), entre el viaje exterior (con ecos del western, el trascendentalismo thoreauiano y la contracultura beatnik) y el interior (el camino vital del duelo y la sanación espiritual), entre la evocación del espíritu de los colonos del salvaje oeste y la constatación del desamparo de las víctimas del capitalismo salvaje.

No sé si Frances McDormand ganará su tercer Oscar como mejor actriz principal (es una de las categorías más reñidas, aunque suena cada vez con más fuerza Carey Mulligan por ‘Una joven prometedora’). Pero como productora, ya puede ir preparando el discurso. 8,5.

Baiuca y Rodrigo Cuevas no sorprenden, ni falta que hace, en ‘Veleno’

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Baiuca, muy querido en la escena electrónica nacional (e internacional, México y París se encuentran entre las ciudades que más le escuchan en Spotify) por su visión bailable y avanzada del folclor gallego, que tanto nos conquistara en su debut ‘Solpor‘, publicará este año su nuevo disco ‘Embruxo’, del que ya se conoce el vibrante single ‘Luar’ con Lilaina. Hoy, el productor gallego estrena el segundo avance del proyecto, ‘Veleno’, un tema que cuenta con la colaboración de Rodrigo Cuevas, muy conocido en el último año por su disco con Refree, ‘Manual de cortejo‘, una de las actualizaciones mas interesantes que se han hecho en los últimos tiempos de la música tradicional española, en su caso asturiana, como corroboran sus nominaciones a diversos premios.

Una de las canciones que podrás escuchar este viernes en nuestra playlist de novedades, ‘Veleno’ es otra delicia de Baiuca que mezcla electrónica y tradición pero que, gracias a la participación de Cuevas, incluso bordea la definición de pop. La música de ‘Veleno’ alberga diversas influencias, pues si la base rítmica puede vincularse al deep-house, la instrumentación incorpora cuerdas místicas, percusiones orgánicas, vientos de inspiración celta e incluso el sonido de un riachuelo para profundizar en el mismo título del álbum. Por su parte, Rodrigo Cuevas interpreta un texto 100& folclórico no exento de mala baba («por el filo de una espada se pasea una culebra / No tiene tanto veleno / como tienes tú en la lengua») que extrae fragmentos de ‘Jota del que si que’ de Nuevo Mester de Juglaría y de ‘Cantares De Tordoia’ Xabier Díaz y Adufeiras de Salitre, para armar una letra que alterna castellano y asturiano. Un estupendo tema cuya única pega es que no sorprende demasiado: Baiuca y Cuevas dan lo mejor de sí mismos, pero sin ofrecer nada que no hayamos escuchado de ellos por separado. ¿Quizá no era el momento de arriesgar?

El videoclip de ‘Veleno’ es otra maravilla visual de Adrián Canoura, colaborador habitual de Baiuca, quien sitúa a Cuevas en el norte de Galicia, en las zonas de Xove y Viveiro, próximo a un ritual de brujería. Un videoclip enigmático, de tonos fríos, con alguna conexión a ‘Twin Peaks’ o ‘Midsommar‘, que cautiva también por su representación de un entorno rural vetusto y mágico. El director explica: «Era un reto poner en imágenes el imaginario de ‘Veleno’, sobre todo al tratarse de una concepción más figurativa que los anteriores clips. La idea era desarrollar la historia perdida del Célebre Manuel, ahondar en estas leyendas de tradición oral y en la construcción de la cultura espiritual e inmaterial que existe en el paisaje del folclore gallego. Sobre todo de esta figura «humana» que no deja de inquietar a todos los que reflexionan sobre él».

Sen Senra / Corazón cromado

Sen Senra parece uno de los grandes damnificados por la pandemia en España: era un artista en crecimiento a punto de dar el salto cuando se desmoronó el mundo. ‘Sensaciones‘ se publicó en las últimas semanas de 2019, pudimos llegar a ver una tímida presentación en vivo para prensa y amigos, pero el artista no pudo desarrollarse como habría correspondido en una gira propiamente dicha ni mucho menos en festivales. Sus seguidores, eso sí, continuaron creciendo. Como se pudo comprobar en cuanto pudo actuar en Madrid, las entradas volaron, el pase en un teatro de la ciudad hubo de triplicarse y el delirio colectivo fue de frotarse los ojos: vítores por cada acorde de R&B al aire, por cada gesto, por cada vez que el artista se quitaba una capuchita. Con casi un millón de oyentes mensuales en Spoti, no cabe duda de que Sen Senra está muy arriba, pero la pregunta es dónde estaría de no ser por la pandemia.

Para ayudarnos a averiguarlo, y a falta de un disco realmente redondo, pues ‘Sensaciones’ presentaba una segunda mitad algo farragosa, el proyecto ideado por Christian Senra presenta un conciso EP, aún en Sonido Muchacho, pero lanzado en asociación con Universal, prueba de que grandes cosas han sucedido y más grandes cosas aguardan. Quedando en tierra de nadie la estupenda ‘Nada y nadie’, una de las mejores canciones de 2020, ‘Corazón cromado’ sí reúne algunas de las grabaciones que Sen Senra ha venido publicando durante los últimos meses, algunas de las cuales han crecido mucho con el paso del tiempo. También hay un par nuevas, una de las cuales cuenta con la colaboración sorpresa de un tal C. Tangana.

Entre las que ya conocíamos, me ha terminado generando una especial debilidad (y también al público a tenor de sus números), ‘Wu Wu’ junto al colombiano Feid. Es una de sus composiciones más tórridas, con permiso del primer corte de este EP, ‘Perfecto‘ (la de «Me lo paso tan bien cuando estoy jodiendo»), perfectamente desarrollada en cuanto a ganchos, ahora que Sen Senra cita en las entrevistas a gente como Santana. Tanto el «no hay ninguna que tenga tu mismo nivel» como el «tienes todo el wu wu» encandilan como los punteos del mítico guitarrista.

El nuevo single ‘Sublime’, en la estela del The Weeknd que se dejó producir por Daft Punk cuando estos existían, es de las canciones de Sen Senra que se arriesgan a caer en la mímesis de lo internacional (como en ‘Sensaciones’ sucedía con ‘Tal vez no sea suerte’ y su inspiración en Kanye West), pero la verdad es que el registro le sienta de maravilla y se trata de una producción muy necesaria para dinamizar el álbum. Una producción, la de ‘Sublime’, que ha realizado él completamente en solitario, por cierto.

Aunque seguramente todas las miradas se centren en el tema colaborativo con El Madrileño, en el que también se han involucrado Alizzz por parte de este y Anxo Ferreira como es habitual en el caso de Christian. ‘Qué facilidad’ no es el hit más obvio que han tenido ni Sen Senra ni C. Tangana. Lo que sí es es una canción divertida, crápula, sobre un after de mala muerte, que evoluciona de un tímido inicio jamaicano hacia una guitarra disco mejor acabada que la de ‘Guerrera’. «Aquí nadie va pa casa» y «Es mejor cualquier garito que irme pa casa y dormir solito», dice con guasa C. Tangana en otro contrapunto divertido muy necesario en el universo sangrante de Sen Senra.

Y luego está lo de la particular ‘Tumbado en el jardín viendo atardecer’, que no en vano ocupa la posición central de este EP. La primera sensación es de desconcierto, pues Sen Senra parece haber desperdiciado un arpegio de sinte buenísimo que pedía ser un hit a gritos, con una grabación que opta en cambio por lo experimental. La impresión definitiva es que se trata de una canción llena de magnetismo y momentos mágicos, definitivamente encauzada por su buen vídeo. “Hice lo que hice porque quise, sin pensar en nada más”, dice, siendo una de sus muchas declaraciones de intenciones, como las que encontramos en la balada final ‘Me valdrá la pena’, una canción de autoafirmación, en la que se anima a sí mismo y a sus seguidores a apostar y arriesgar. La música suena tortuosa porque lo ha pasado mal, pero el mensaje final es esperanzador. Quizá porque en el fondo sabe lo que en esta vida le espera.

Mónica Naranjo cambia la tele por Netflix para presentar un nuevo reality de citas

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Mónica Naranjo ha sido fichada por Netflix España para presentar un nuevo reality de citas en el estilo de ‘La isla de las tentaciones’. La autora de ‘Lubna‘ se puso al frente de la primera edición de este programa que, copiando al dedillo el formato de ‘Confianza ciega’, dejó bastante que desear, y posteriormente declinó presentar la segunda aparentemente debido a que Mediaset y ella no alcanzaron un acuerdo económico favorable para ambos. La cantante fue sustituida entonces por Sandra Barneda. Parece que con Netflix ha llegado a mejor puerto.

El nuevo reality sigue sin título, se rodará en Ibiza a partir del próximo mes de junio y, si bien ni Netflix ni la productora del programa, Fremantle (‘Got Talent’, ‘Mask Singer‘) han detallado todavía su formato exacto ni su mecánica, Mónica Naranjo no ha podido ser más clara al respecto después de subir una imagen de ella en sus redes acompañada de la frase «pronto habrá más que imágenes para ti», su frase estrella en ‘La isla de las tentaciones’. Junto a esta, el hashtag #ACF. El Periódico sí indica que la «nueva apuesta de Netflix en el género de la telerrealidad contará con algunos elementos de ‘Jugando con fuego’, uno de sus formatos internacionales más exitosos, en el que los participantes que tienen sexo pierden».

Con esta noticia hay que decir que Mónica Naranjo sigue centradísima en su carrera televisiva después del éxito de ‘Mónica y el sexo’ y de la primera edición de ‘La isla de las tentaciones’. Lo que no significa que haya abandonado la música en absoluto: en 2020 publicó el segundo volumen de su proyecto ‘Mes Excentricitès’ y se sacó de la manga un temazo que nadie esperaba gracias a su versión en castellano de ‘Never Trust a Stranger’ de Kim Wilde. Su lanzamiento más reciente es una versión remasterizada de su tercer álbum de estudio ‘Minage’ por su 20 aniversario.

Por qué Islandia merece ganar Eurovisión 2021

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El islandés Daði Freyr ha sido para muchos el ganador moral de Eurovisión 2020 -cancelado por la crisis de la covid- después de que el tema que presentaba, ‘Think About Things’ y su absurda coreografía se viralizaran durante la cuarentena. Había curiosidad por averiguar cuál sería su propuesta para la edición de este año, que sí se va a celebrar. Y no decepciona, en parte porque Freyr ofrece exactamente lo que se esperaba de él, en parte porque incluso se supera.

’10 Years’ es el tema con el que Daði Freyr representará a Islandia en Eurovisión en mayo junto a la banda Gagnamagnið («plan de datos»), en la que toca su mujer, Árný Fjóla Ásmundsdóttir. Este «dato» es importante porque ’10 Years’ está dedicada a la relación que ambos mantienen desde hace efectivamente «10 años», y la letra es una carta de amor de él hacia ella. «Llevamos juntos una década, y sigo queriéndote cada día más» es el mensaje con el que empieza esta composición nada parca después en ñoñerías tipo «no me convertí en mí mismo hasta que te conocí», «cada día nuestro amor encuentra nuevas maneras de crecer», «me gusta todo sobre ti» o «eres tan fascinante que no recuerdo la última vez que me aburrí».

La canción, que va 8ª en las apuestas, por delante del electro-swing de Malta, la balada llorica de Suiza, el indie-rock dosmilero de Italia o el pop llenaestadios de Suecia, entre otros, sigue la línea disco de ‘Think About Things’ pero, mientras la melodía busca más bien el dramatismo clásico de ‘I Will Survive’, la música presenta un sonido de sintetizadores más actual y electrónico que recuerda a bandas tipo Metronomy. Lo mejor, sin embargo, es que ’10 Years’ vuelve a no tomarse a sí misma nada en serio, como demuestra la actuación en directo que ha preparado el grupo para la ocasión y en la que Daði Freyr y compañía vuelven a hacer de las suyas, mientras el videoclip oficial aún ha de ver la luz.

El bailecito de ‘Think About Things’ hace acto de presencia en el directo de Daði Freyr og Gagnamagnið pero su anecdótico protagonismo sugiere que el islandés no ha buscado un nuevo viral a la desesperada. En realidad, su carisma y gracia naturales hacen el resto para armar una actuación que, a propósito o no, parece reírse del circo que Eurovisión representa, como Chikilicuatre pero con talento. Ahí están ese inicio orquestal solemne, casi fúnebre, que no pega nada; esos teclados futuristas que echan chispas como Katy Perry, o esa entrada en escena de un coro infantil con la que de repente te parece estar viendo un gag de Monty Python. Sumándole a lo cómico que la canción es buena, Daði Freyr merece a todas luces ganar Eurovisión 2021.

Sobre su vuelta a Eurovisión, que este año se celebra en Países Bajos, el cantante ha declarado: «Estoy muy emocionado. La razón por la que competí en Söngvakeppnin 2020 es intentar experimentar de primera mano Eurovisión con la compañía de Gagnamagnið. Siempre hemos querido saber cuán lejos podemos llegar en la competición y esto no será diferente este año». Puedes comentar ’10 Years’ o todo lo relacionado sobre Eurovisión en nuestros foros.


Sónar se pospone a 2022 y anuncia dos festivales para este otoño

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Sónar sigue los pasos de Primavera Sound y anuncia que su edición de 2021 pasa a 2022 por causas de fuerza mayor, como ya sucediera el año pasado. El festival de música avanzada de Barcelona pasa a celebrarse los días 15, 16, 17 y 18 de junio de 2022. Hacen «inviable» la celebración del evento este año «los datos sanitarios, las restricciones de movilidad y la falta de una normativa que regularice a día de hoy la organización de grandes eventos».

A pesar de la postergación de Sónar, la organización del festival anuncia dos nuevos festivales en Barcelona que se celebrarán este otoño, del 27 al 30 de octubre de 2021. Por un lado, AI and Music Festival se centrará en las aplicaciones y retos de la inteligencia artificial en la creación musical; por el otro, SónarCCCB presenta una «versión ampliada, presencial y más musical, en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), con diferentes escenarios dedicados a la música en vivo así como a las conferencias, workshops, debates y presentaciones de Sónar+D».

Señala Sónar en nota de prensa que ambos festivales «tendrán formato híbrido, predominantemente presencial», que «Ee total habrá más de 60 actividades, en su mayoría presenciales, y también otras exclusivas online, con el objetivo de proponer contenidos específicamente diseñados para las audiencias digitales.

Finalmente, el festival indica sobre las entradas: «Los compradores de entradas y acreditaciones profesionales de 2020 y 2021 serán contactados por email el próximo 10 mayo con toda la información sobre las ventajas que obtendrán si deciden conservar su ticket para 2022, así como los detalles para solicitar el reembolso de su importe, si así lo desean, a partir del 12 de mayo».

beabadoobee recupera brío, ahora con The 1975

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beabadoobee, el proyecto de la filipina criada en Londres Bea Kristi, tiene nuevo EP preparado para esta misma primavera tras su disco de debut, ‘Fake It Flowers‘, editado hace tan sólo unos meses, y que no logró dejarnos otro hit como ‘Coffee’. El EP se llama ‘Our Extended Play’ y ha sido escrito y producido en compañía de Matty Healy y George Daniel de The 1975.

La propia beabadoobee presenta ‘Last Day On Earth’ de la siguiente manera: «Trata sobre todas las cosas que habría hecho si hubiera sabido que íbamos a tener que encerrarnos y que el mundo iba a cambiar como lo ha hecho. Fue escrito poco después del primer confinamiento principal y líricamente soy yo reflexionando sobre cómo seria si todos hubiésemos sabido de antemano lo que iba a pasar. Todas las cosas que habría hecho si hubiera sabido que era el último día de nuestra vieja normalidad. Escribí y grabé el EP en una granja con Matty y George de The 1975 en el campo. Fue realmente agradable poder crear juntos, mi primera vez escribiendo y grabando en ese tipo de entorno. Quería experimentar con los sonidos y los sonidos aún más y el EP para mí tiene un sentimiento de unión a él … cómo todos nos hemos juntado en él».

¿Qué han conseguido beabadoobee y parte de The 1975 al sentarse a crear juntos en una granja? Ni más ni menos que lo que tienen en común: la querencia por las guitarras de Johnny Marr en los Smiths a mediados de los 80 o algo después, The Sundays.

beabadoobee busca y encuentra en ‘Last Day on Earth’ una canción alegre pese a que en la letra contrastan los tarareos «Shoop-doo-doo, shoop-doobie-doobie-doo / Shoop-doo, shoop-doobie-doo, oh yeah» con las referencias a la sangre y la muerte: «Lo has hecho (o lo conseguiste) / Es tu último día en la Tierra / Mataste a alguien anoche / y quemaste una iglesia». Una letra agridulce a lo Morrissey aunque más naíf, con un pie puesto también del lado del Lou Reed más pop.

El vídeo ha sido dirigido por el francés Arnaud Bresson (James Blake, Headie One), y narra una noche de diversión en sintonía con lo que contaba beabadoobee. Entre posters de AC/DC, Metallica y Nirvana, asistimos a una fiesta casera de las de antes, en la que vemos a la cantante junto a unos jóvenes enrollándose, pinchando vinilos, soportando plastas que te entran, fumando muchísimos cigarros, follando en un coche, o jugando al juego de la botella. Al final, un mensaje esperanzador en forma de avioncito de papel.

Lo mejor del mes:

Más historia que canción en el regreso de John Grant

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John Grant, autor de maravillas como ‘Queen of Denmark‘ y ‘Pale Green Ghosts‘ una vez aparcado su grupo The Czars, tiene nuevo disco. El sucesor del irregular ‘Love Is Magic‘ saldrá el 25 de junio y viene presentado por la canción titular ‘Boy from Michigan’.

‘Boy from Michigan’, que contendrá un tema llamado ‘The Only Baby’ publicado hace un par de meses, es un disco que ha sido producido en compañía de Cate Le Bon aunque por lo sintético que continúa sonando este primer sencillo, pareciera que quienes siguieran por ahí detrás a cargo de los beats fueran sus colegas de GusGus.

El artista explica que en este proyecto se ha inspirado en aquellos tiempos en que tenía 11 años, iba a mudarse de Colorado a Michigan y su mejor amigo tuvo a bien advertirle que tuviera cuidado con «el mundo de ahí fuera». Indica en la nota de prensa: «Así que la canción es sobre la transición de la niñez a la vida adulta, sobre la simplicidad y la inocencia de la niñez, y sobre el mal despertar que tiene lugar a menudo cuando uno cruza esa línea hacia la vida adulta. También es sobre idealizar el pasado, lo cual puede ser peligroso».

El consejo de su amigo puede percibirse claramente en el cambio de acordes del estribillo («Beware when you go out there / They’ll eat you alive if you don’t take care…), mientras las estrofas mencionan algunos recuerdos de la infancia como una visita al parque en verano o un aparatoso accidente de coche que terminó incendiado. Anécdotas entonadas con cierta indiferencia sobre una base de sintetizadores y metales a medio camino entre Talking Heads, el último David Bowie y, finalmente, a la altura del «spoken word», las bandas sonoras de Giorgio Moroder.

Un single de más historia que melodía, estribillo aparte, y por tanto no la mejor manera que se nos ocurre de abrir un álbum tras el pequeño traspiés que supuso el álbum anterior. Pese al continuismo respecto a grabaciones anteriores, la aparición de Cate Le Bon como co-productora y no a los coros o a los créditos como co-autora parece la sorpresa de esta era. La autora de discos como ‘Mug Museum’ (2013), ‘Crab Day’ (2016) y ‘Reward’ (2019), que no fueron curiosamente producidos por ella misma, sí ha producido para otros artistas como por ejemplo Deerhunter.

1. Boy From Michigan
2. County Fair
3. The Rusty Bull
4. The Cruise Room
5. Mike And Julie
6. Best In Me
7. Rhetorical Figure
8. Just So You Know
9. Dandy Star
10. Your Portfolio
11. The Only Baby
12. Billy

Las mejores canciones del momento: marzo 2021

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Renovamos nuestra playlist con “Las mejores canciones del momento” con algunos de los temas de nuestros “discos de la semana” recientes, esto es, Maria Arnal i Marcel Bagés, Lana del Rey, Sleaford Mods, C. Tangana y Nick Cave. También hemos conocido novedades jugosas de los álbumes más y menos próximos de La Casa Azul, Zahara, Laura Mvla, girl in red, Silk Sonic, Los Pilotos, Joana Serrat, Wolf Alice, Espanto, Japanese Breakfast o Peach Tree Rascals, en este último caso un EP que sale este viernes.

Ya están de hecho en la calle los de Nick Jonas, The Anchoress y La Prohibida; y no olvidamos las alegrías que nos dio a finales de 2020 Kali Uchis, ahora viral, como merecía. Gracias, TikTok. Completamos la playlist con canciones que nos han gustado entre mucho y muchísimo de la gran Babi, Betacam, Porter Robinson, Deb Never, Glüme, Julien Baker, Ashe con FINNEAS y No Rome junto a Charli XCX y The 1975.

Babi / Incondicional
Porter Robinson / Look at the Sky
girl in red / Serotonin
Laura Mvula / Church Girl
Nick Jonas / This Is Heaven
Los Pilotos, Pedrina / Cenizas en el piso
Japanese Breakfast / Be Sweet
Deb Never / Someone Else
Sleaford Mods / Nudge It
Peach Tree Rascals / Leave Me
Lana del Rey / White Dress

Maria Arnal i Marcel Bagés / Ventura
C. Tangana / Ingobernable
La Casa Azul / Entra en mi vida
Zahara / Taylor
Silk Sonic / Leave the Door Open
Kali Uchis / telepatía
The Anchoress / The Art of Losing
Wolf Alice / The Last Man on Earth
Joana Serrat / Pictures
Betacam / Lo único que tengo

Nick Cave, Warren Ellis / White Elephant
Xenia Rubinos / Did My Best
All diese Gewalt / ANDERE
La Prohibida / Determinista
Espanto / Fiesta sorpresa
No Rome, Charli XCX, The 1975 / Spinning
Ashe, FINNEAS / Till Forever Falls Apart
Glüme / What Is a Feeling
Julien Baker / Hardline

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Las claves visuales del peculiar atasco de Doja Cat en ‘Streets’

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En un atasco hay gente que aprovecha para mirar el móvil, recoger un poco el coche, o, lo típico, sacarse mocos. Otros, como el actor Kofi Siriboe (‘Plan de chicas’, ‘Kicks, historia de unas zapatillas’), fantasean con ver a Doja Cat haciendo el Silhouette Challenge de TikTok.

‘Streets’ comienza con un maniquí cobrando vida como en la popular comedia ochentera ‘Maniquí’ (que hizo famosísima la canción ‘Nothing’s Gonna Stop Us Now’, de Starship). Cuando termina de sonar el ‘Put Your Head On My Shoulder’ de Paul Anka, el escaparate se transforma en una cabina callejera tipo barrio rojo de Ámsterdam con la cantante contoneándose cual estríper.

A partir de aquí, la fantasía se hace más oscura hasta convertirse en una pesadilla. Primero, como de película de terror. Con el taxi tiroteado y en llamas, y varios pandilleros zombis saliendo del asfalto enseñando los dientes. Luego, con Doja Cat transformada en una especie de Jorogumo, la seductora mujer araña del folclore japonés que atrapa en su tela a los hombres. Y, por último, con una reinterpretación del meme de ‘Tia Tamera’. Un apocalipsis nuclear que saca de su ensoñación al taxista y revela a los espectadores el giro final de la historia.

Lana del Rey / Chemtrails Over the Country Club

Tengo que empezar esta crítica confesando que no soy una gran fan de Lana del Rey. Por supuesto, quemé bastante su primer LP. Pero sus posteriores obras no me decían demasiado, la encontraba repetitiva… Hasta que llegó ‘Norman Fucking Rockwell!’. Entendedme, un disco que abre con un «Goddamn, man-child. You fucked me so good that I almost said «I love you»» tiene que ser algo grande por narices. Tengo la sensación de que «Norman» fue un disco para epatarnos, un puñetazo en la mesa de Lana ante la amenaza de que los críticos (que no los fans) la ninguneáramos; un disco para re-demostrarnos la artista total que es. Pero también estoy muy de acuerdo con la crítica que mi compañero Jordi Bardají hizo en su momento. Es es un disco enorme; sin embargo, se me hace arduo escucharlo del tirón. Y en ‘Chemtrails Over the Country Club’ parece que, por arte de alguna magia desconocida, Lana le haya hecho caso a Jordi: no sólo nos ha dado un disco con grandes canciones, sino que su secuencia es muy buena, sólo dura 45 minutos y se escucha seguido muy a gusto, sin que pidas la hora. Quizás no haya un ‘The Greatest‘, pero tampoco le hace falta.

La sombra de ‘Norman Fucking Rockwell!’ es tan alargada que corremos el riesgo de juzgar a ‘Chemtrails Over the Country Club’ como obra menor. Pero rotundamente no. Es más ligero, sus temas son menos enrevesados, más directos y breves, y más sutiles. En «Chemtrails» Lana ha fabricado, con la ayuda de nuevo de Jack Antonoff, una obra más luminosa. Sin apartarse de su querencia por el pop de los 70, por la canción augusta, compuesta y construida con esmero y la nostalgia vintage, hay aquí ligereza y sí, esa cohesión que Jordi echaba de menos. La atmósfera es lánguida y morosa, las canciones no. Las instrumentaciones parecen suspendidas en el aire, oníricas y, a la vez, todo suena muy natural, abandonadas prácticamente las sonoridades más hip hoperas.

Líricamente, ‘Chemtrails Over the Country Club’ gira sobre algunos de los temas habituales de Lana: su vida, su carrera, la fama, cierta lucha existencial… Pero esta vez se la percibe mucho menos angustiada, más dispuesta a sacar el pasado, exorcizarlo y verlo con nueva luz. Si hay una temática que destaca especialmente en el disco, es la sororidad. Ya desde la portada, que es un canto a la amistad entre mujeres, gran parte del álbum es una proclamación de autoafirmación femenina y sí, feminista; de la propia Lana, de sus amigas y de las artistas a las que admira. Jack Antonoff aparte, Lana ha contado básicamente con otras mujeres para las colaboraciones. Nikki Lane en ‘Breaking Up Slowly’, Weyes Blood y Zella Day en la versión de ‘For Free’ de Joni Mitchell. Amén de rendir encendido homenaje no sólo a la gran cantautora, sino a muchas de sus coetáneas.

Pero todo esto no tendría interés sin un gran corpus de canciones que lo apoyara. Como siempre, la primera canción es arrebatadora. En ‘White Dress‘ todo está susurrado, hasta los instrumentos, como si música y voz nos llegaran de lejos. ‘White Dress’ es una epifanía autobiográfica preciosísima que explica ese momento en que Lana decidió dedicarse a la música, cuando tenía 19, era camarera y los «White Stripes eran lo más candente». Resulta sobrenatural oírla en ese registro más agudo, casi roto. Pero precisamente, es esa voz aparentemente débil, la que convierte este tema en una pieza mayor. ‘Chemtrails Over the Country Club’ apenas sostenida sobre un piano en su inicio, nos devuelve vocalmente en principio a la Lana de siempre, aunque juegue con su voz a tesituras más agudas, mucho más soul. La atmósfera antigua se consigue con esos ruiditos de fondo, apenas perceptibles, de disco de vinilo crepitando.

Un arranque espectacular suele ser la norma en los discos de Lana, antes de que el asunto desfallezca. Pero esta vez sortea el tedio con hermosa facilidad. En la zona media del disco hay delicias absolutas como ‘Not All Who Wander Are Lost’, con un pie entre el country y la canción de los 50. Es cautivador escuchar el modo en que se quiebra la voz cuando entona «It wasn’t quite what I meant», o la estupenda guitarra de doce cuerdas con la que le acompaña Antonoff. Hay referencias a su tendencia a los amoríos complicados en ‘Tulsa Jesus Freak’ o ‘Let Me Love You Like A Woman’, pero son meramente anecdóticos ante actos de reafirmación como ‘Wild at Heart’, clásica, pegadiza y aparentemente leve, hasta que llega el crescendo que nos retrotrae a Angel Olsen. O ‘Dark but Just a Game’. Esa oscuridad es la fama que amenaza en engullirla, pero Lana deja claro que no lo permitirá, mientras se sitúa, musicalmente, en un espacio entre John Lennon y Radiohead. Aunque entre todas, quizás me quedo con la delicadeza de ‘Yosemite’, en que Lana rememora a Nick Drake: es una maravilla escuchar cómo se desarrolla esa guitarra española, los bongos apenas marcando el ritmo, la voz de Lana rasgándose levemente, sonando fantasmal en el estribillo, la manera en que se introducen los levísimos arreglos de cuerda para ofrecernos una canción de amor… feliz.

El tramo final es exquisito. Confieso que he tenido que comprobar dos veces la autoría de ‘Breaking Up Slowly’ para certificar que es obra de Lana y Nikki Lane y no una versión «torch» de un clásico country, tal es el fuste que gasta la canción. De hecho, el tema habla de Tammy Wynette, la gran dama del country famosa por ‘Stand by Your Man’, pero también por ‘Justified & Ancient’ de the KLF, de vida bastante trágica. «I don’t wanna live with a life of regret. I don’t wanna end up like Tammy Wynette» («No quiero una vida de remordimientos, no quiero acabar como Tammy Wynette»), cantan ambas. Y no funciona tanto como canción de desamor, como pudiera parecer en un principio, sino como canción de homenaje y… de higiene sentimental. Y no sólo se rinde pleitesía a Tammy. Lana también homenajea en ‘Dance til I Die’ a Joan Baez, Stevie Nicks, Courtney Love… a todas aquellas artistas que fueron ídolos y que ahora son sus amigas. ‘For Free’, la versión de Joni Mitchell, es un gran broche y resumen del disco: reverencia, amistad a mujeres, hermanas, cantantes y compositoras, entonando un tema en que Mitchell se plantea los dilemas de la fama, las diferencias entre cantar por dinero o cantar por placer, aunque nadie te haga caso. Es un gozo oír cómo se reparten las estrofas, cómo Lana busca que todas brillen en una versión bastante fiel a la original.

En ‘Chemtrails Over the Country Club’ Lana ha ido a buscar, definitivamente, el clasicismo de gran autora de los 70. Quiere ser Joni Mitchell o Carole King. Y no tanto porque su música «recuerde a», sino porque Lana pretende que su obra alcance esas cotas de inmortalidad. Quizás no podrá aspirar a la popularidad que ambas tenían en su época, porque su concepto de canción está muy a la greña con las playlists y la falta de paciencia actuales. Pero está claro que «Chemtrails» funcionará porque hay un público joven que sigue escuchando y demandando obras en las que sumergirse y refugiarse, que vayan más allá del consumo inmediato y la gratificación instantánea.

La verdad es que tengo sumo interés en el próximo paso de Lana, en ese «disco de venganza» contra todas las críticas que se han vertido contra ella. Pero, de momento, a los que la acusan de «no ser feminista» les ha contestado de manera sutil pero contundente. Y luego está lo esplendorosa y firme que se muestra respecto a su carrera y a sus sentimientos. En ‘Chemtrails Over the Country Club’, la canción, hay un verso que resume el espíritu del disco: «I’m not bored or unhappy, I’m still so strange and wild» («no estoy aburrida ni soy infeliz, sigo siendo extraña y salvaje»). Pues eso.

Karol G vuela «over the rainbow» con colaboraciones y hitazos en ‘KG0516’

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Karol G no es una cantante más, sino uno de los nombres más exitosos del mundo a nivel global, en concreto la 61ª artista más escuchada de todo el globo en Spotify. Lo ha logrado con el paso de los años, y recientemente lo ha reforzado con ‘Tusa’ con Nicki Minaj, que fue ni más ni menos que la canción más exitosa en España de todo el año 2020; o ahora mismo ‘Bichota’, que lleva semanas situada entre lo más escuchado de todo el mundo.

Estas dos canciones junto a otros hits ya conocidos como ‘Location’ con Anuel AA y J Balvin (la del homenaje a Madonna y a Gaga); y el “sleeper” ‘Ay, Dios mío!’, se reúnen en un solo álbum, nuevo, que se publica este mismo viernes 26 de marzo bajo el nombre de ‘KG0516’, el de un vuelo imaginario «con altura» y sus iniciales. Y esto no es todo, ni mucho menos: ella está dispuesta a volar «over the rainbow».

En el disco, con una portada inenarrable con aviones como falos, para la que ha contado con el fotógrafo David Lachapelle, encontramos colaboraciones con nombres tan populares como Camilo, Ozuna, Nathy Peluso y Mariah Angeliq, con la que presenta el single principal que ya tiene vídeo, ‘El makinon’. Como traca final se reúnen Wisin & Yandel, Nicky Jam, Ivy Queen, Zion y Alberto Stylee en un corte llamado ‘Leyendas’, a secas.

Curiosamente, en una entrevista que mantuvimos con Karol G en 2018 ya nos hablaba, entre otras cosas, de cómo Ivy Queen había sido una influencia para ella: «Ella tenía una personalidad súper fuerte, y mucho criterio, salió y dijo “para este género que está en masculino, yo tengo que ir con mi criterio y pararme como un roble, que nadie se me monte encima, que nadie me empuje, que nadie me atraviese”. Eso ha sido como de las cosas más grandes que he aprendido de ella».

Un álbum, pues, llamado a ser uno de los grandes éxitos internacionales del año, como el año pasado lo conseguía Bad Bunny. Así queda la secuencia:

1. Déjalos que miren
2. El makinón ft. Mariah Angeliq
3. 200 copas
4. Contigo voy a muerte ft. Camilo
5. DVD
6. El Barco
7. Location ft. Anuel AA y J Balvin
8. Gato malo ft. Nathy Peluso
9. Odisea ft Ozuna
10. Bichota
11. Sola es mejor ft. Yandar y Yostin
12. Arranca pal carajo ft Juanka y Brray
13. Ay, Dios mío!
14. Beautiful Boy ft. Ludacris y Emilee
15. Tusa ft Nicki Minaj
16. Leyendas ft. Wisin y Yandel, Nicky Jam, Ivy Queen, Zion y Alberto Stylec


‘Madonna’ es uno de los mayores éxitos del año en Alemania

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Recientemente se ha visto en el top 200 global de Spotify una canción llamada ‘Madonna’ que podría ser de la autora de ‘Bitch I’m Madonna’ si no fuera porque está en alemán. En este caso es de un rapero llamado Bausa, que ya se había apuntado en el pasado hits como ‘Casanova’ y ‘Was du Liebe nennst’, habiendo editado dos discos en la segunda mitad de la década pasada, en la estela de Post Malone, Drake y Bieber.

Este año ha sacado un disco llamado ‘100 Pro’ y el single llamado ‘Madonna’ ya ha llegado mucho más lejos que los anteriores de este álbum, ‘Selfmade Babylon’ y ’2012’. Es una canción inspirada en la cantante que todos conocemos como Madonna -que podría ser que no-, en concreto dirigiéndose a una chica que vuelve loco a Bausa por ser “como Madonna”. Dice el texto: “puede que las otras chicas también sepan moverse, pero tú eres diferente, tienes este aura… No quieres amor porque eres material. Sabes que todo hombre que se precie te mira porque bailas como Madonna en la MTV de 1986″. Cuando llega el estribillo: “Me robaron el corazón y tú eres la ladrona, Madonna” ya solo puedes lamentar o agradecer que no haya versión en castellano para España, LATAM y Estados Unidos.

El que es el segundo número 1 en Alemania para Bausa y el primero en 4 años (desde el mencionado ‘Was du Liebe nennst’), lleva alrededor de un mes en el número 1 de Spotify Alemania pese a que en las listas oficiales ha bajado del top 1 al top 2. En todo caso, va a ser, un mes después de su lanzamiento, claramente una de las canciones del año en Alemania y países limítrofes, lo que viene a querer decir que una generación entera de jóvenes germanos se están enterando al fin de quién es Madonna gracias a esta producción tipo EDM de Bausa, que nos habla de tangas y corazones negros, con rap extra de Apache 207, en la misma línea.

En la web del sello de Bausa, explican que hicieron esta canción «en una noche», lo cual no es necesario que juren; y ese sello es por cierto Warner, lo cual sumaría algo en la teoría de que Madonna volverá a esta multinacional, teoría no confirmada pero sí alimentada por una misteriosa subida en streaming de su catálogo y reorganización de los canales de la cantante en Spotify y Youtube, con pinta de estar encauzando el lanzamiento de su biopic. Una película aún sin título que quizá en Alemania debería llamarse como sigue: ‘Madonna’.

Y es que antes se habían realizado varias canciones de homenaje a Madonna, entre ellas algunas de Drake y Robbie Williams, y también una canción de odio como aquella que le dedicó Sophie Hunger; pero ninguna había alcanzado esta exposición en ningún lado.

Mención aparte merece el vídeo con los dos raperos en un combate de lucha libre tipo Hulk Hogan y The Undertaker, todo ello presenciado por la chica que recuerda tímidamente a Madonna (era ‘Like a Prayer’ meets ‘Hard Candy’), con un desenlace que más tímidamente aún hace un guiño al empoderamiento, después de haber pasado media canción repitiendo cosas como «¿qué tengo que hacer para que me hagas casito?».

Maria Arnal i Marcel Bagés, «Triángulo», La Bienque… en Tomavistas Extra este año

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Mientras la edición «normal» de Tomavistas ha tenido que volver a ser pospuesta a 2022, lo que sí se va a poder celebrar con normalidad es Tomavistas Extra, un ciclo que nos dejará ver a 16 de nuestros artistas favoritos este mismísimo mes de mayo. La selección de artistas es espectacular e incluye a María Arnal i Marcel Bagés, que acaban de editar uno de los discos del año, ‘Clamor‘; Triángulo de Amor Bizarro, que están revisitando su disco del año pasado junto a grandes artistas; Califato 3/4, que acaban de editar ‘Puerta de la Cânne‘; La Bien Querida, Novedades Carminha y Cupido, entre otros. Las entradas están ya a la venta y es previsible que se agoten pronto, en algunos casos.

El cartel se completa con talentos del tamaño de Le Parody, The Parrots, Melenas, Vera Fauna, Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, Los Estanques, El Columpio Asesino, El Último Vecino, Mujeres y Confeti de Odio. El calendario queda como puedes ver bajo estas líneas:

Viernes 21 de mayo: María Arnal i Marcel Bagés + Le Parody
Sábado 22 de mayo: Triángulo de Amor Bizarro + The Parrots
Domingo 23 de mayo: La Bien Querida + Melenas

Miércoles 26 de mayo: Califato 3/4 + Vera Fauna
Jueves 27 de mayo: Derby Motoreta’s Burrito Kachimba + Los Estanques
Viernes 28 de mayo: El Columpio Asesino + El Último Vecino
Sábado 29 de mayo: Novedades Carminha + Mujeres
Domingo 30 de mayo: Cupido + Confeti de Odio

Espanto vuelven al «rock’n roll» con una parodia sobre los trepas

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Rock’n roll‘ ha resultado la canción más emblemática de Espanto al servir como sintonía televisiva de ‘La hora musa’, el programa de La 2 que presentó Maika Makovski. El segundo single del próximo disco del dúo logroñés formado por Luis y Teresa tiene una estructura de «rock’n roll» por mucho que las guitarras eléctricas no sean las protagonistas de este tema, que recuerda a la excitante producción de Alan Vega. Sí hallamos un bajo electrónico y sintetizadores analógicos. Foto: Emilio Blaxqui.

‘Fotos con la autoridades’, hoy nuestra «Canción del Día», reincide en la parodia como tan bien saben hacer los autores de «A ver si nos vemos más… o nos vemos menos», esta vez para retratar a una persona que tiende a compartir fotos suyas con las autoridades a medida que se acercan las elecciones. Y teniendo en cuenta el país en que vivimos, esto de que se acerquen las elecciones es más o menos todos los días. Se ríe la letra, en vocativo:
«el caso es que tú siempre sales
con pinta de no enterarte
pero ya lo creo que te enteras
bajo esa piel hay una calavera
que sonríe medio desquiciada
le viene muy bien, le gusta salir
en las fotos con las autoridades».

Como informa Austrohúngaro, la canción es, como deja muy claro la letra, una «sátira humorística sobre la gente arribista y trepa». Los propios Espanto la explican, con su ingenio habitual:

«‘Fotos con las autoridades’ se sirve del rock para hacer un retrato de alguien que sólo quiere retratarse. Nos hace gracia ese círculo en el que el militante del partido se retrata con el candidato, el candidato con el alcalde, el alcalde con el presidente, el presidente con el rey y el rey con otros reyes, otros presidentes, otros candidatos y otros militantes. La canción pone música de fondo a ese resumen de dos minutos que algunas apps devuelven con los mejores momentos de tu vida en bucle. Hay una intención de crítica social pero pesa aún más el deseo de que España baile».

Os recordamos que el primero single del disco de Espanto previsto para finales de abril se llamaba ‘Fiesta sorpresa’, y está en nuestra playlist de las mejores canciones del momento.

Las dos pegas de ‘Sky Rojo’, la ágil y ultra pop nueva serie de Netflix

65 millones de hogares de todo el mundo empezaron la cuarta temporada de ‘La casa de papel‘. 24 millones de hogares habían visto los 8 episodios de la tercera en los primeros 7 días. La serie española por antonomasia tiene una tasa de abandono ridícula. Mientras por aquí le buscábamos algún que otro pero, para aupar por ejemplo la alemana ‘Dark’, el fenómeno continuaba creciendo llegando a triunfar en los Emmy Internacionales y asentándose en la cultura popular en todos los sentidos. Sus uniformes y caretas son un emblema. Bad Bunny, Rayden, Sen Senra… ya se ha perdido la cuenta de las canciones que referencian la serie o a sus personajes.

A falta de que llegue su 5ª y última temporada, sus creadores se han entretenido con una nueva serie para Netflix que se ha estrenado esta misma semana, aspirando a alcanzar una décima parte del impacto de ‘La casa de papel’. Lo primero que hay que elogiar es que, aunque hay ciertos parecidos estéticos y narrativos (esa voz en off), el intento es muy distinto y diferenciable. Sin duda, ‘Sky Rojo’ es una serie que no se entendería sin el éxito de ‘Vis a vis’ y ‘La casa de papel’, pero incluso desde el punto de vista estructural, el resultado es bastante diferente.

Esta primera temporada de ‘Sky Rojo’ (la segunda llegará el 23 de julio) consta tan sólo de 8 episodios de 25 minutos de duración. Y hay alguno que sin los créditos finales se queda en 20. Estrenada estratégicamente en el Puente de San José y muy poquito antes de Semana Santa, la idea es que se devore en un fin de semana y, de tan ágil, es muy fácil de hecho consumirla de una sola sentada: está estructurada a golpe de cliffhanger. Sin embargo, lejos de irritar con esos viejos trucos, es bastante divertida.

Situada en un prostíbulo llamado Las Novias, nos cuenta la historia de tres víctimas de trata (Verónica Sánchez, Lali Espósito, Yany Prado) que escapan del burdel tras una accidentada noche, siendo perseguidas por su proxeneta (Asier Etxeandia) y sus dos ayudantes (Miguel Ángel Silvestre y Enric Auquer, muy querido por su papelazo en ‘Vida perfecta‘). Llaman la atención, además de las escenas de acción, las intenciones cómicas y poperas: ya no es que la serie comience con un hit rockero de Primal Scream, suene una versión perdida de Amy Winehouse, así como canciones de Bambino, Lou Reed o Eels. Hay playlist oficial con la música de ‘Sky Rojo’, como siempre, y estamos acostumbrados a esos trucos. Pero mientras en otras producciones como ‘Élite’ es difícil imaginar a según qué personajes escuchando a James Blake, en esta serie el uso es mucho más adecuado. Cuando los personajes tienen que hablar de música lo hacen de Hombres G, y después, cierto tipo de canciones se utilizan para acentuar lo dramático o lo humorístico, sin que resulte tan forzado. A los creadores les debe de gustar de verdad esta música y saben transmitirlo: no creo que ‘Duele’ de Bomba Estéreo vuelva a ser lo mismo tras salir en cierta escena; y el final de ese capítulo en el que suena ‘Atomic’ de Blondie es, como busca, apoteósico y delirante.

Sumando una fotografía a cargo de Migue Amoedo, muy tarantinesca y próxima a ‘Kill Bill’ (o sea, ideal para aquellos que tenemos el vídeo de ‘Telephone’ de Lady Gaga y Beyoncé en un pedestal), ‘Sky Rojo’ es por momentos bastante próxima a ‘Spring Breakers‘. Una serie protagonizada por unas mujeres capaces de liarse a tiros y en la escena siguiente tomarse un cóctel en bikini en una piscina, que tiene más sentido si cabe en la era #MeToo, movimiento referenciado en uno de los capítulos finales. ¿Serie de culto? Solo un par de cosas se cruzan en su camino:

La falta de riesgo extremo

‘Sky Rojo’ es ahijada de series como ‘Prison Break’, ‘Breaking Bad’, ‘Orange Is the New Black’… además de las dos citadas referencias nacionales. En ese sentido y ya que su público objetivo no es el familiar, no es muy atrevida en lo gore: en un par de momentos se queda demasiado a las puertas de dar verdadera cosica, a diferencia de lo visto en años pasados en otras producciones. ¿A que nadie ha olvidado la castración de ‘Vis a vis’? Aprovechando que por su temática, su público potencial es bastante más minoritario que el del atraco a un banco, se hubiera agradecido más sangre, más humor negro, más de todo.

El enfoque «feminista»

En segundo lugar y más importante, las protagonistas Coral (Verónica Sánchez), Wendy (Lali Espósito) y Gina (Yany Prado) llegan a la prostitución por problemas relacionados con la violencia de género, la inmigración o la pobreza. Una es además lesbiana. Los creadores de ‘Sky Rojo’ afirman haberse documentado para no «resultar frívolos», pero el guión es muy parco y hueco en contenido social. Cuando las protagonistas hablan entre sí de empoderamiento y sororidad las frases tienen mucha menos fuerza que el discurso del proxeneta Asier Etxeandia («la polla es la que mueve el mundo»). El guión parece escrito de hecho eminentemente por hombres, si bien se da la circunstancia de que una de los dos creadores de la serie es mujer (Esther Martínez Lobato), y también hay una guionista femenina (Mercedes Rodrigo) entre un arsenal de hombres (hasta 5).

El caso es que esa mayoría masculina se nota demasiado. Sonoras han sido las palabras de la crítica de cultura de El Periódico Beatriz Martínez, a las que se han sumado otros periodistas, como recoge Fotogramas: «es injustificable de ninguna manera. A nivel moral es vomitiva, su discurso es deplorable y su forma de plasmarlo da vergüenza ajena. Ficción inmunda y misógina que provoca arcadas pretendiendo molar y solo da mucho ASCO». En su afán pop y con referentes tipo Russ Meyer, la serie se ha olvidado un poquito de que hoy ya no estamos en los 60. Estamos en otros tiempos en los que los proxenetas dan asco y no esto:

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