CMAT es una cantante irlandesa que recibe su nombre de las iniciales de su verdadero nombre, Ciara Mary-Alice Thompson. ‘Diet Baby’ es el nombre del EP con el que ha debutado, disponible en 7″ con dos temas por cada cara, destacando de momento los dos que aparecen en la cara B, ‘I Wanna Be A Cowboy, Baby!’ y ‘I Don’t Really Care for You’. Este último ha sido el primer ganador de la 3ª Edición del JNSP Song Contest de nuestros foros y es hoy nuestra «Canción del Día».
Aunque su lugar de residencia pasó de ser Dublín a ser Manchester porque no podía permitirse su manutención en su ciudad soñada para escribir, Londres, la música de CMAT nos lleva más bien a la América de Dolly Parton o más recientemente Kacey Musgraves. La razón es que a menudo utiliza los códigos estéticos del folk, el blues, el country tan solo para cuestionar lo establecido. O como mínimo para resolver los problemas de salud mental de los que ha hablado en profundidad con Irish Times, recurriendo al viejo truco de servirse de la autoría de canciones a modo de terapia.
Eso es algo muy palpable en ‘I Don’t Really Care for You’, y también en su videoclip. Una canción que pasa del amor al odio en un santiamén, cuyo estribillo repite «te habría salvado pero dijiste que no me preocupo realmente por ti», y cuya estrofa más llamativa viene a decir así:
«he pasado 7 horas viendo viejas fotos mías
tratando de detallar cuándo empecé a ser una zorra
fue en algún punto después de ‘La pasión de Cristo’
y antes de tener Instagram».
En el vídeo, sencillo y teatral, se retrata una cita desastrosa en la que CMAT se siente ignorada por su acompañante, terminando realizando una coreografía. Es interesante cómo la cantante ha hablado en la citada entrevista de la feminidad, de cómo para ser una cantante alternativa de éxito en Irlanda sentía que se tenía que parecer a Dolores O’Riordan y Sinéad O’Connor, ambas de estética andrógina, y de cómo en la comunidad gay se percibe la hiperfeminidad.
Dice la cantante: «de pequeña, y todavía a día de hoy, hablaba mucho y muy alto. De niña, solía meterme en problemas porque hablaba mucho y a la gente no le gustaba. Está bien porque puede ser molesto, pero la primera vez que me sentí aceptada por ser como soy, donde sentía que no tenía que autocensurarme, fue en los clubs gays. Empecé a ir a los 15 y es la primera vez en mi vida que sentía que decir algo alto y claro era bueno, que se supone que puedes tener tu personalidad (…) La hiperfeminidad en el contexto de la comunidad gay es algo que se puede ver como algo radical o contra la norma. Especialmente en Irlanda ahora mismo, es ridículo que se critique la hiperfeminidad, pero la escena gay me hizo sentir envalentonada».
Es 2001. Tengo 9 años. La televisión está encendida, sintonizo la MTV. En algún momento se emite el vídeo de ‘Can’t Get You Out of My Head’ de Kylie Minogue y el impacto es inmediato. En ese momento no existe cosa más «cool» en el mundo. ¿Quién es esa mujer venida del futuro que conduce con gafas de sol a través de una autopista? ¿Qué es esa coreografía robótica que realiza con sus bailarines? ¿Qué es ese vestido? ¿Por qué literalmente «no me puedo quitar esta canción de la cabeza»?
Ver el vídeo de ‘Can’t Get You Out of My Head’ por primera vez es uno de mis primeros recuerdos musicales. ‘Fever’ fue además uno de mis primeros CDs. Mi madre no consiguió encontrarlo en ninguna tienda, quizá porque aún no había salido (en aquel momento no manejaba fechas de lanzamientos) y pidió a la madre de un compañero de clase que le ayudara a encontrarlo. Finalmente el CD de ‘Fever’ llegó a mis manos en algún momento de los meses siguientes, no sé si en 2001 o ya en 2002, pues el disco llegó al mercado un 1 de octubre hace 20 años. Obviamente cuando te gusta la música desde pequeño, los CDs son un regalo recurrente en los días especiales, y ‘Fever’ fue un disco que escuché sin parar durante muchos años, cuando mi colección musical aún no abarcaba probablemente ni 10 títulos.
Todo el mundo conoce la historia de ‘Fever’: Kylie venía de triunfar con ‘Light Years‘ en su regreso a la música disco y a los sonidos del dance-pop europeo y se juntó con una serie de productores y compositores semi desconocidos, entre ellos Rob Davis, Greg Fitzgerald y una Cathy Dennis que a la postre escribiría ‘Toxic’ de Britney Spears (canción que la misma Kylie rechazaría) para llevar el sonido de ‘Light Years’ a su nivel más elegante y sofisticado. Cuando Kylie ya carga con 15 años de carrera a sus espaldas, lo cual entonces parece otra vida, la australiana «renace» y ‘Fever’ se convierte en el disco más vendido de toda su carrera, superando los 9 millones de copias vendidas.
El responsable de tremenda repercusión fue el single principal del disco, ‘Can’t Get You Out of My Head’, más conocido como «la la la». Es el más exitoso de la carrera de Kylie en aquel momento y también hoy. De niño me fascinaba la coreografía «brazo derecho toca hombro izquierdo, mano izquierda apunta hacia arriba, mano izquierda enhebra brazo derecho y se posa sobre codo derecho, las dos manos saludan al aire y hacen palmadita a las piernas, las dos manos van hacia la cabeza, la cabeza da vueltas» y, sobre todo, la canción me parecía como venida de otro mundo. Entonces la música que escuchaba era teen-pop (Britney, Lene Marling, Billie Piper), R&B (Lutricia McNeal; sí, en serio) o recopilatorios (‘Boom’) y, si ‘Gourmandises’ de Alizée ya me parecía casi música de alienígenas, lo de ‘Fever’ me resultaba totalmente avanzado, como entrar de niño en un bar de adultos.
Puede que ‘Fever’ no fuera un trabajo ultramoderno y «avanzado» cuando el pop mainstream de la época ya había absorbido el sonido French House uno o dos años atrás, pero el álbum ha aguantado el paso del tiempo gracias a sus propios méritos. La estética de ‘Fever’ -sonora y visual- propone una refinación absoluta de lo futurista, un minimalismo casi gélido. Kylie ya no es humana sino un cyborg y los ritmos dance mecánicos del disco están producidos con una precisión quirúrgica pero, a la vez, parecen pesar como una pluma. Las canciones admiten influencias del latin house, el eurodance o el electro y se regocijan en los placeres de la vida: la música, el baile, el deseo, el sexo, el amor. En ‘Fever’, Kylie -que al fin y al cabo es humana- está enamorada, obsesionada incluso, pero no nos lo cuenta con baladones insufribles, sino con temazos dance que bailar hasta que la discoteca cierre.
Ya en la época me resultaba curiosa la secuencia de ‘Fever’: el disco se abre con su pista más larga, ‘More More More’, una sobrada de sensualidad que se «desliza» sin esfuerzo hasta alcanzar los casi cinco minutos de duración. Y se cierra con un trallazo llamado ‘Burning Up’ cuando tantos discos de la época chapan con la balada de turno. ‘Burning Up’ es la producción más afilada de ‘Fever’ y también es una de sus pistas más divertidas, pero suele pasar inadvertida en las retrospectivas del álbum porque todo lo que sucede anteriormente es digno de comentario, especialmente los singles. Pocas canciones de la época han capturado la euforia de un amor como ‘Love at First Sight’, todo un clásico; la hipnótica ‘Come Into My World’ suena incluso más a futuro que ‘Can’t Get You Out of My Head’, apreciación a la que contribuyó su fascinante videoclip dirigido por Michel Gondry; e ‘In Your Eyes’ es pura elegancia latin-house que hierve hasta explotar en un final ensoñador.
Pero no solo por los singles ‘Fever’ es uno de los discos clave del siglo XXI. De los discos más vendidos de 2001 y 2002 también es uno de los más cohesivos y equilibrados en cuanto a su secuencia y la razón es que no contiene una sola balada. El disco se toma un respiro en la etérea ‘Fragile’ y la canción que siempre me ha parecido la balada de ‘Fever’, ‘Your Love’, por lo melódica y bella que es su melodía, en realidad es bailable. Incluso cuando ‘Fever’ explora hacia otras direcciones consigue mantenerse en su eje: el electropop de ‘Fever’ es el epítome de lo «cool» y la producción de ‘Give it To Me’ es un festín de rayos láser y marcaciones telefónicas que aporta agresividad al conjunto, siempre elegante. De vuelta al nu-disco, ‘Dancefloor’ te sume en lo más profundo de la noche y el exaltado nu-disco de ‘Love Affair’ te eleva hacia los cielos. «Quizá haya algo en el aire…», canta Kylie, enamorada de esa persona pero, sobre todo, de la música.
En algún momento de su carrera, Kylie afirmó que «el objetivo de mi trabajo es hacer que lo difícil parezca fácil». En este sentido, ‘Fever’ suena como todo un milagro, un dechado de creatividad e inspiración en el que todos los músicos involucrados se encuentran en la misma onda. Escuchado hoy -sobre todo en un buen equipo- sigue siendo una de las experiencias más divertidas que puede tener cualquier aficionado a la música pop y el motivo principal es que nunca se toma a sí mismo demasiado en serio. Para lo denostado que ha solido estar el pop desde ciertos sectores -incluida la crítica musical- no hay cosa más adulta.
Confeti de Odio es el nuevo fichaje de Sonido Muchacho, el sello de Natalia Lacunza, Sen Senra o Carolina Durante. Su segundo disco podría estar a la vuelta de la esquina, lo cual es una excelente noticia pues ‘Tragedia Española‘ fue uno de los mejores discos de 2020.
A falta de averiguar qué depara el año que queda para Lucas de Laiglesia o el siguiente, el trovador madrileño se ha estrenado en Sonido Muchacho con el lanzamiento de un primer single de destino incierto pero que ya ha presentado en directo, en el programa Los Felices Veinte de Orange TV. Se trata de un tema llamado ‘El cielo son los otros’ que reincide en todas sus virtudes como compositor y letrista, pero que a su vez lleva su sonido hacia una nueva dirección.
‘El cielo son los otros’ es un tema principalmente acústico, a guitarra y voz, casi folk o sin el casi, pero que después, a la entrada de las baterías, se transforma en una pieza de corte country como inspirada en Bill Callahan o similares. La melodía de ‘El cielo son los otros’ se repite como un mantra a través de siete pareados tridecasílabos (los últimos aparecen juntos a modo de copla) y, cuando entran las baterías, el tema deja un segundo mantra antes de darse por concluido con una última reflexión.
El nuevo single de Confeti de Odio toca uno de los temas recurrentes en su cancionero: el «odio» a sí mismo. Rimas llenas de autoflagelación como «he cambiado tanto que a veces no sé quién soy, mi yo de pequeño lloraría al verme hoy» o «he fallado a tantos que prefiero no intentar, crear ningún vínculo de tipo emocional» se suceden una tras otra antes de que Lucas encuentre el consuelo que necesita en sus amigos, recordando las cosas de ellos que le hacen reír.
Al final, la esperanza se impone en ‘El cielo son los otros’ cuando Lucas canta que, el día en que sus amigos mueran, él también lo hará. El mundo de Confeti de Odio sigue motivado por la «tragedia» personal pero también por un sentimiento subyacente de que todo siempre puede ir a mejor. O, como mínimo, de que nunca es mal momento para reír.
Mont Ventoux publica esta semana el disco de debut de Flores, el proyecto personal del músico valenciano Quique Gallo, conocido por otras formaciones como Aullido Atómico. Se trata de un álbum de corte bastante feliz, que se define como «mediterráneo» justo ahora que el clásico de Serrat cumple 50 años, y que recibe el nombre de ‘Gloria’.
Gloria es el nombre de la hermana de Flores, a cuya memoria se dedica la colección de estas canciones, que ha buscado conformar «un álbum bonito» que quiere servir de «canto a la vida», porque «la vida es así: unas veces maravillosa y otras dura como una hija de puta». El disco se ha presentado con temas como ‘Mente azul’ y ‘Como tantas veces’, como habéis podido ir descubriendo a través de nuestras playlists de los últimos meses, y es el corte que abre ‘Gloria’ el que seleccionamos hoy como «Canción del Día». Se trata de ‘Hacia ningún lugar’.
Presentada por su sello como una de esas canciones alternativas para el verano que ahora ya pasó, ‘Hacia ningún lugar’ pretendía captar el «olor a playa, el cántico de los pájaros» y una «melancolía que pasar de la tristeza a la esperanza». Si ‘Como cantas veces’ era un tanto Beach Boys y un tanto Brincos en sus coros sesenteros, ese mismo aire (brisa) amanece en este tema de ritmo country trotón.
¿Hacia dónde se dirige, tan alegre, este viaje? El propio título del tema nos da la respuesta, con una letra que habla de lo «divertido que es perderse», «cambiar de destino» cuando nos encuentran. Del sentido de «buscar lo imprevisible», de «golpearse, para ver las cicatrices». Una composición aventurera, por tanto, que se queda con lo bueno de la vida, pese a los baches, exactamente como sugiere su estupenda melodía.
Joe Crepúsculo es el primer invitado que acude a «REVELACIÓN O TIMO, el podcast de JENESAISPOP» para comentar toda su discografía. Además el artista tiene la generosidad de compartir con nosotros 2 canciones inéditas que no cupieron en ‘Supercrepus II’: ‘Radio Grima’ y ‘Sangre y fuego’, la primera la pinchamos en los primeros minutos de un podcast que estamos muy tentados de rebautizar como «Podcast Grima», y la segunda la puedes oír en los últimos minutos del episodio, pese a que en verdad estaba destinada a abrir el mencionado ‘Supercrepus II’. Foto: Silvia Coca.
Una vez hechas las presentaciones, repasamos cronológicamente la carrera de Joël Iriarte, matizando que nos vamos a detener especialmente en joyas perdidas de su carrera, pues como sabéis, sus «grandes éxitos» ya están recopilados en un álbum llamado ’10’, disponible en las plataformas de streaming.
“Cuando empecé, no sabía lo que era el indie”
Comenzamos el recorrido por su discografía de estudio por supuesto por ‘Escuela de zebras’ y ‘Supercrepus’, los dos álbumes que publicaba en 2008, el segundo de los cuales terminó siendo el «Disco del Año» para la revista Rockdelux. Joel nos cuenta cómo lo vivió. «Jamás imaginé que la música que hacía pudiera considerarse bien. Flipé con lo de Rockdelux. No sé si fue una decisión política», elucubra hablando del underground y ‘Alegranza’ de El Guincho, que había salido el año anterior, pero no a tiempo de ser «Disco del Año».
Recordamos singles y temas preferidos de obras como ‘Chill Out’ y ‘Nuevo ritmo’, a destacar el carácter pionero de este último por su acercamiento a ritmos como el country o la cumbia vishera, esta última la revisión de ‘Escuela de zebras’ y no de ‘El día de las medusas’ (pese al lapsus). Después es el turno de ‘El caldero’, un disco que gusta especialmente a Crepus, y de ahí llegamos al que fue su punto de inflexión, ‘Baile de magos’ en 2013. «‘Mi fábrica de baile’ es la canción que me ha permitido hacer tantos conciertos (…) pero yo no sabía que era el single del disco. Cuando haces un disco no eres capaz de ver la potencialidad de las canciones. Te absorbe y estás pensando en tu disco, en la mezcla… No ves con una perspectiva sensata las canciones».
«Después de ‘Supercrepus’, me veía en limousine. Qué chalao estaba»
Joe Crepúsculo explica el doble sentido del álbum ‘Nuevos misterios’, en algún punto medio entre Madrid y Grecia, y cerramos hablando de ‘Disco Duro’, el álbum que apareció en ‘Un viaje por 200 discos clave del siglo XXI‘, y del reciente ‘Supercrepus II’. Sobre este último confiesa: «Sabía que ‘Supercrepus II’ no iba a gustar a la mitad de la gente que viene a los conciertos. Pero estaba llegando a una saturación del techno. Me daba igual que no gustara a nadie».
Por el camino hay momentos para hablar de filosofía («Si no hubiera hecho filosofía, no haría estas canciones»), artistas cercanos, la colaboración con una Ainhoa Arteta que al principio no estaba muy contenta con el tema que iba a cantar, o los planes inmediatos de futuro. Crepus nos avanza a qué sonará su nuevo trabajo y qué proyecto paralelo va a retomar. Os recordamos que fue Joe Crepúsculo fue quien bautizó JENESAISPOP como «La Jeni» un poco involuntariamente, y que de ahí viene la historia de nuestras camisetas promocionales, que podéis seguir comprando en nuestra tienda.
«El nivel poético que han conseguido Hidrogenesse es de los más altos que hay»
Hace un cuarto de siglo veía a la luz uno de los discos más importantes de la historia de la música cubana: ‘Buena Vista Social Club‘ (World Circuit /BMG, 1997). Una anomalía en el mundo del pop contemporáneo, que trascendió los márgenes de la entonces llamada «world music» para convertirse en un clásico indispensable en cualquier colección de discos que se precie. Una auténtica joya, producida por el estadounidense Ry Cooder en La Habana, que inmortalizó a un extraordinario plantel de leyendas del son y la guaracha (Compay Segundo, Ibrahim Ferrer, Rubén Gonzalez…), prácticamente desconocidos fuera de la isla hasta el momento. Eliades Ochoa (Santiago de Cuba, 1946) fue el más joven de todos ellos y uno de los pocos que queda con vida. A día de hoy continúa llevando la música tradicional cubana por todo el mundo, colaborando con artistas de distinto pelaje (de Manu Dibango a C. Tangana). Foto: Susan Teilman.
Se cumplen 25 años de la publicación de “Buena Vista Social Club”. ¿Cómo ve en retrospectiva el disco y todo lo que supuso para los músicos que participaron?
Lo que estoy viendo es que todavía perdura la alegría de la gente con Buena Vista Social Club. Hay una cosa que yo siempre digo y la voy a repetir ahora: el público no estaba conforme con que se acabara Buena Vista y lo demostraban allá donde quiera que llegáramos. Se veía la alegría y la felicidad de la gente en cualquier escenario en cualquier parte del mundo. Y nosotros felices de compartir estas canciones con el público.
¿Eran conscientes en ese momento de que estas canciones llegarían a todos los rincones del mundo y cambiarían la vida de tantas personas, incluso las suyas propias?
No se puede decir que fuéramos conscientes o que estuviéramos seguros del éxito que iba a tener el disco de Buena Vista Social Club. Nosotros estábamos haciendo el disco con la alegría de reencontrarnos con viejos compañeros. Gente que hacía por lo menos 30 o 40 años que no nos veíamos. Estábamos felices y contentos haciendo el disco de Buena Vista, con la sabrosura que siempre ponemos a la música que hacemos. Porque la música que nosotros hacemos tiene esa alegría de por sí. Así que estábamos muy alegres y felices.
Compañeros como Compay Segundo, Ibrahim Ferrer, Rubén González, Omara Portuondo, Amadito Valdés, Papi Oviedo… ¿qué hay en Cuba que hace que haya tantísimo talento musical?
Yo creo que la música cubana tiene algo que engancha. Tiene una sabrosura que yo no sé. Tendrían que analizarlo los científicos. En Santiago de Cuba, que es la cuna del son, todos los días tiembla la tierra. El sol en Santiago de Cuba es más caliente que en el resto de la isla. Se toma el ron sin hielo, a palo limpio. Parece que todas esas cosas tienen algo a favor de la música que hacemos. Los científicos tendrían que analizar cómo influye todo eso en la música que hacemos.
El sol en Santiago de Cuba es más caliente que en el resto de la isla. Se toma el ron sin hielo, a palo limpio. Los científicos tendrían que analizarlo
¿Quién tuvo más culpa de aquella reunión de músicos tan extraordinaria? ¿Ry Cooder o Juan de Marcos González?
Yo creo que Juan de Marcos González. Cuando el label decide hacer un disco con artistas cubanos, sencillamente le dan la tarea a Juan de Marcos González (músico y productor cubano) de buscar a esos artistas.
Originalmente Ry Cooder planeaba grabar un encuentro de músicos cubanos con músicos de Mali, pero estos no llegaron nunca a la isla…
Bueno, es que se decidió hacer lo que se pudo. A mí me habían planteado hacer una grabación con unos africanos. Ya estaba todo preparado en el estudio, la gente había llegado de Londres. Pero los africanos no llegaron. Y es entonces cuando Nick Gold (director de la discográfica británica World Circuit) decide grabar un disco con músicos cubanos. Y le dan la tarea a Juan de Marcos (músico y productor cubano) de seleccionarlos. Pero no podía trabajar cualquiera en este proyecto. Tenían que ser músicos con una historia detrás.
De hecho, aunque este disco llevó vuestras voces y canciones por todo el mundo, en realidad muchos de ustedes ya eran muy conocidos en Cuba. Compay Segundo era una leyenda en la isla y usted mismo había publicado muchos discos con el Cuarteto Patria. Incluso grabaron juntos una versión de ‘Chan Chan’ en 1986…
La primera versión que se hizo del ‘Chan Chan’, de hecho. Yo saqué el ‘Chan Chan’ a la luz pública. En ese momento Compay Segundo era también un integrante del Cuarteto Patria. Así que en un momento dado, además de otros temas suyos, empezamos a tocar el ‘Chan Chan’ en nuestros conciertos. Y yo fui dándole una vuelta a mi manera, incluyendo la linea de guitarra que se quedó para siempre. Después de grabarla por primera vez, el “Chan Chan” cogió mucha fuerza, se volvió casi una bandera para la música de la isla. Pero bueno, nos dio mucha alegría que esa canción llegase a todo el mundo para quedarse.
La explosión de la Salsa en EEUU (Celia Cruz, La Fania, Gloria Estefan) y la Nueva Trova en Cuba (Silvio Rodríguez, Pablo Milanés), terminó por hacer olvidar otras músicas cubanas pre-revolucionarias como el son, la guajira, la guaracha… ¿Qué supuso para sus compatriotas la popularidad de Buena Vista Social Club?
Imagínate. El proyecto Buena Vista Social Club abrió las puertas de la música cubana al mundo de una forma que nunca se había hecho antes. Los músicos comenzaron a viajar fuera de Cuba. Muchas agrupaciones salieron al extranjero gracias a la promoción de Buena Vista en el mundo.
El nombre de Buena Vista Social Club se tomó de un club social muy popular de La Habana, que llevaba cerca de 40 años cerrado, aunque tengo entendido que algunos de los participantes en el disco llegaron a actuar allí, ¿fue su caso?
No, no. Yo personalmente no. El Buena Vista era como una sociedad de viejitos retirados. Jubilados que iban allí a darse sus tragos de aguardiente y de ron, a fumarse sus puros y a jugar al dominó. Todos los meses los miembros del club aportaban unos pocos de pesos para mantener el ambiente del local y, a veces, tocaban músicos. Hasta que poco a poco se va cayendo aquello. Los mismos artistas van cogiendo otro rumbo. Rubén Gonzalez era uno de los que iba allí. Él compuso un danzón dedicado al Buena Vista Social Club. Cuando estábamos grabando el disco Rubén toca ese instrumental y Nick Gold y Ry Cooder lo escuchan. Les gusta mucho y le piden que lo ensaye para que vaya en el disco y de ahí sale el nombre.
El Buena Vista era una sociedad de viejitos retirados que iban allí a darse sus tragos de aguardiente y de ron, a fumarse sus puros y a jugar al dominó
El álbum ‘Lost and Found’ (2015) incluía varias canciones inéditas de aquellas sesiones y esta nueva reedición del disco incluye otras tantas (‘Vicenta’, ‘La Pluma’…), ¿cómo es posible que grabaseis tantísimo material tan bueno en solo 7 días?
Bueno, bueno (risas). Es que no nos cansábamos. Nos pasábamos el día tocando y cantando. Y Nick Gold y Ry escuchando en la cabina lo que estaba sucediendo en el estudio. Y agotando temas. A mí me habían dicho ya que tenía que cantar ‘El carretero’ y ‘El Cuarto de Tula’, así que tenía esos dos temas preparados. Sabía que eso es lo que iba que cantar. Pero después yo le dije a Ibrahim (Ferrer) que cantara ‘De camino a La Vereda’. Y a Ry y Nick Gold les gustó. Lo mismo pasó con ‘Candela’. Ellos iban seleccionado el repertorio. Y después venían y nos decían: “venga ahora haced esto y esto otro”. Nosotros todos los días ensayábamos vete tú a saber cuántos temas. Y después esos temas quedaron guardados. Temas como esta misma ‘Vicenta’, que la cantamos a dúo Compay Segundo y yo. Íbamos haciendo cosas. Algunas iban para el disco de Buena Vista y otras quedaron guardadas hasta ahora. Canciones que tenían calidad para salir en cualquier disco. Pero bueno, ¡no se podía hacer un disco de 40 canciones!
También ayudó mucho a la popularidad del disco el documental ‘Buena Vista Social Club’, dirigido por el alemán Win Wenders, que llegó a estar nominado a los Premios Oscar en 1999. Sin embargo, ustedes no recibieron un dólar por aquel documental…
No, a nosotros no se nos pagó el documental. No ganamos dinero por eso. A nosotros nos dieron 150 dólares para ir a un lugar a tocar unas canciones para la promoción del disco. Luego nos enteramos que iba a salir una película, pero nosotros no teníamos ningún contrato. Pero no solo Eliades Ochoa. Ninguno de los que salimos cobró por salir en la película.
No sé si ha tenido alguna vez la oportunidad de hablar esto con Ry Cooder o Win Wenders…
Yo personalmente nunca he hablado de eso. A mí esas cosas me tienen sin cuidado. De cualquier forma se agradece mucho porque la película llevó la imagen de los artistas cubanos por todo el mundo. Así que una mano lava la otra y las dos manos lavan la cara.
En su momento Ry Cooder tuvo que pagar una multa de $25,000 por haber roto la Ley de Comercio con el Enemigo, una cláusula del embargo de EEUU sobre Cuba. Años después ustedes llegarían a actuar en la Casa Blanca, invitados por el presidente Barak Obama. ¿Cree que Buena Vista Social Club ayudó a descongelar las relaciones entre ambos países?
No sé ni qué decirte. No sé ni qué decirte (repite). Nosotros fuimos invitados a la Casa Blanca, cierto. Sabíamos que estaba pasando algo, por los comentarios que oíamos, pero no sabíamos de verdad qué era lo que iba a pasar. Fuimos para la Casa Blanca, invitados por el presidente Obama. Nos recibió personalmente, nos dio la mano, nos tiramos fotos con él… Estuvimos muy alegres, conversando mucho. Y luego nos fuimos a una sala de la Casa Blanca donde había muchas personas y allí hicimos una presentación de tres o cuatro temas. Y hasta ahí llegó nuestra visita a la Casa Blanca. Pero en ningún momento pensando en ninguna historia política. Fuimos allí a tocar, aceptando la invitación del presidente. Desde luego era algo muy significativo. Pero hasta ahí.
Me voy a morir en un escenario
Tengo que preguntarle por la situación tan delicada que se está viviendo en Cuba en estos momentos. ¿Qué le parecen las masivas manifestaciones que estamos viendo en las últimas semanas? ¿Y la actuación del gobierno?
Chico, yo te voy a ser sincero. No me gustaría meterme en esto de hablar lo que está pasando en Cuba. Ahora bien, yo sé que todos los gobiernos aceptan las manifestaciones pacíficas. Yo estoy en contra de la agresividad y tengo mucha confianza en la inteligencia de la juventud. Y te repito: no me gusta la agresividad. Pero tengo entendido que las manifestaciones pacíficas están autorizadas en cualquier país del mundo. Por lo tanto, mientras se reclamen cosas pacíficamente… Que se reclamen hasta que se resuelvan. Pero yo no soy ducho para estar hablando de estas cuestiones. Yo nací con música en la sangre y me voy a morir en un escenario.
Si no me equivoco usted comenzó a tocar el tres cubano cuando era pequeño, al igual que su madre y su padre. ¿Es muy común en Cuba que el conocimiento musical se herede de padres a hijos? ¿Tiene usted ya heredero para su guitarra tres?
Yo aprendía a tocar viendo a mi mamá y mi papá tocando . Yo no sé si podría pasar algo así a día de hoy en ningún lugar del mundo. Todavía hay canciones en mi repertorio, muchas canciones, que las aprendí cuando tenía 7 años, escuchando a mis padres tocarlas. Mi familia es una familia muy musical. Mi hermana Maria Ochoa canta. Otras dos se dedican a la medicina pero cantan perfectamente. Uno de mis hermanos, ya fallecido, tocaba la guitarra conmigo: Humberto Ochoa. José Ochoa, mi otro hermano, también tenía su propia agrupación. Por parte de mi padre todos eran músicos y uno de ellos cantaba y tocaba las maracas con Luis Puebla. Era una familia muy musical. Yo estoy ahora en casa de mi hija. Y mi hija también tiene música en la sangre. Lo que pasa es que yo no quiero que se vaya por arriba porque no quiero jubilarme tan pronto (risas). Estudió solfeo en la escuela y aunque no sea una profesional se mueve muy bien en la rama del arte.
Su característico sombrero de vaquero y su inclinación por vestir de negro han llevado a algunos a llamarlo “Johnny Cash de Cuba”. ¿Cuándo y por qué comenzó a vestir esta indumentaria tan particular?
Hace muchos años. No sé si 60 ya. Es una imagen que he creado. Si no ando vestido de negro y con el sombrero yo creo la gente no me conoce. Ni yo mismo. Yo me siento mal si no tengo el sombrero puesto. No me siento bien. Sencillamente me gusta. No hay otro motivo, esa es la verdad.
Si no ando vestido de negro y con el sombrero yo creo la gente no me conoce. Ni yo mismo.
A lo largo de los años usted ha colaborado con muchísimos artistas (desde Manu Dibango a Toumani Diabaté pasando por Jarabe de Palo). Este año hemos podido escucharle en ‘El Madrileño’, el disco de C. Tangana, ¿cómo surgió esa colaboración?
Le conocí en La Habana. A él le dio mucha alegría conocerme. A mí también. Sentí mucho cariño por este muchacho joven haciendo cosas. Y me invitó a que cantara algo, a que participara en la grabación. Fuimos a grabar precisamente al mismo estudio en que grabamos ‘Buena Vista Social Club’. Y todo surgió allí. No hubo ensayos. Fue algo rápido. “Usted cante este pedazo y después nosotros hacemos esto y lo otro”. Y así se quedó.
En 2015 tuve la suerte de verle en directo en Madrid en la gira de despedida de Buena Vista Social Club, ya sin muchos de los miembros de la formación original… ¿volverá a ocurrir algo parecido?
No creo. Porque, bueno, ya no quedamos muchos Buena Vista. Todos los viejecitos han ido desapareciendo físicamente. Pero yo quiero hacer una gira el año que viene por toda Europa. Allí nos veremos.
Después de vender millones de discos, ganar varios premios Grammy y tocar por todo el mundo… ¿hay algún sueño que le quede por cumplir a Eliades Ochoa?
No, chico, no. El sueño que tengo es sencillamente andar por el mundo haciendo música. Que siga viendo la alegría de la gente. Las sonrisas. Los aplausos. Ese calor humano que la gente me brinda en el mundo. Ver el teatro parado de pie. Tener que salir una, dos y tres veces. Ver a gente de todo el mundo pidiéndome mis canciones y llamándome por mi nombre y mi apellido. Eso es lo que me da vida y me hace sentir fuerte. Es lo que quiero seguir haciendo mientras la naturaleza me dé salud.
Conocimos a Poppy allá por 2014 gracias a su canal de Youtube, en el que interpretaba a una especie de androide atrapado en el espacio liminal de internet. Sus comentarios sobre la sociedad moderna o la era digital, junto con la inquietante música de fondo que sonaba en sus vídeos, propia de una película de David Lynch, convirtieron a Moriah Pereira en una estrella de Youtube y su canal sigue siendo uno de los productos más interesantes y originales jamás surgidos de la plataforma en sus 15 años de historia. Puro arte performativo instalado en el valle inquietante que sigue fascinando tanto como el primer día.
En los años posteriores a su aparición en Youtube, Poppy ha cogido también las riendas de una carrera musical que la ha llevado por caminos de lo más inesperados. Sus primeros discos se enmarcaban en el sonido PC Music y bubblegum-pop, en los siguientes ya asomaban influencias del metal o el rock industrial y el último, ‘I Disagree‘, se entregaba absolutamente a estos estilos aunque sin renunciar a la experimentación, dando cabida a influencias que iban de t.A.T.u. a los Beach Boys (en algún momento incluso llegó a publicar un álbum de ambient). Todos estos trabajos, incluido su canal de Youtube, han contado con la participación del director Titanic Sinclair, con el que Poppy ya no colabora por razones personales conocidas por cualquiera que haya seguido su trayectoria.
‘Flux’ es el primer disco de Poppy en el que Sinclair no aparece, pero en él la artista estadounidense se ha rodeado de gente incluso más interesante. El disco ha sido producido por Justin Meldal-Johnsen, que ha trabajado con Nine Inch Nails, Garbage o Paramore, y Pereira comparte los créditos de composición especialmente con dos nombres, por un lado, Simon Wilcox, que ha compuesto para Selena Gomez o Nick Jonas, y Chris Graetti, mano derecha de gente como YUNGBLUD o blink-182. Las buenas referencias llegan al punto de que la portada es obra de Frank Ockenfels 3, que ha fotografiado a David Bowie o Kurt Cobain.
La idea de Poppy con ‘Flux’ ha sido hacer un disco de rock orgánico, prácticamente improvisado, y durante su grabación, Justin Meldal-Johnsen comentó a Poppy que nunca se había presentado a un estudio con tan pocos deberes hechos, lo cual emocionó a la artista. ‘Flux’ explora diversas ramas de la música rock y sus composiciones ya no presentan tantas capas y derrapes como las anteriores, sino que son más sencillas e inmediatas. Lo cual, su vez, resulta adecuado para unas letras que se desprenden de la ira de antaño para encontrar la paz… lo que no significa que ‘Flux’ esté falto de berridos y guitarrazos.
En el épico corte titular, Poppy declara que «ha sido pisoteada y utilizada» y que no es más que «una posesión» y el tema llega a su cumbre cuando la cantante se desfoga con una serie de gritos a lo «screamo» con los que parece exorcizar todos sus demonios. El punk-rock industrial de ‘Lessen the Damage’ menciona heridas y disparos y en la balada dream-pop ‘As Strange As it Seems’, Poppy detalla una relación abusiva. En el divertido pop-punk de ‘So Mean’ incluso manifiesta que ha llegado a «odiarse» a sí misma.
Sin embargo, en ‘Flux’ Pereira nos cuenta que ha conseguido salir de ese pozo y el disco traza su camino hacia la felicidad. El primer single, ‘Her’, el único compuesto por ella de manera exclusiva, relata que la ira ya no forma parte de su vida, el melódico grunge de ‘On the Level’ celebra la llegada de un nuevo amor (no tóxico) y su letra habla de la decrepitud y la muerte solo para anunciar que el amor lo sobrevive todo, y en ‘Bloom’ la artista se empodera para recuperar todo aquello que la otra persona le «arrebató».
Poppy suena estupendamente en este contexto más crudo, despojado de los trucos de producción o estructuras extrañas de antaño. La radio universitaria americana de los 90 no habría dudado ni dos segundos en pinchar canciones como ‘Lessen the Damage’, ‘So Mean’ u ‘On the Level’ y, aunque la potencia de las composiciones decae a medida que el disco avanza, estas resultan interesantes por diversas razones. ‘Hysteria’ raya el sonido Sonic Youth, ‘Bloom’ sí alterna guitarras jevis con otras acústicas y ‘As Strange As It Seems’ se inclina hacia lo gótico. Porque sí, este también es un sonido que Poppy sabe hacer bien.
PinkPantheress es una de las revelaciones musicales de 2021. Su single ‘Break it Off’ lo ha petado en TikTok y su breve cancionero acumula decenas de millones de escuchas en Spotify. La artista británica ha conseguido diferenciarse de sus colegas de industria gracias a su recuperación del sonido UK garage, jungle y drum ‘n bass de los 90, aplicado a canciones brevísimas, de 1 o 2 minutos, que destacan por la dulzura de su voz y sus melodías, muy PC Music a su vez. ‘Passion‘ es una de las mejores.
Uno de los motivos del éxito de PinkPantheress es el misterio que rodea a su figura. Se desconoce su nombre real, en sus redes sociales no es que se prodigue mucho y algunos de sus últimos movimientos son enigmáticos. El vídeo de su single ‘Just for Me’ ha llegado a Youtube a través de un canal no oficial y en muy baja calidad y, esta semana, un nuevo tema llamado ‘I Must Apologise’ ha aparecido también en el visor de Google solo para desaparecer poco después.
Hoy, de momento, llegan noticias más concretas sobre PinkPantheress. Su debut oficial, ‘to hell with it’, sale el 15 de octubre con una portada tan adecuada para Halloween como sugieren su título y fecha de lanzamiento. El tracklist de 10 pistas abarca apenas 19 minutos de duración e incluye los singles conocidos por todos menos ‘Attracted to You’. ‘Just a Waste’, el corte que sampleaba ‘Off the Wall’ de Michael Jackson, fue retirado recientemente de las plataformas de streaming y tampoco aparece por aquí.
Mientras esperamos a que ‘I Must Apologise’ vuelva a aparecer en algún lado es buen momento de detenernos precisamente en ‘Just for Me’. Producida por Mura Masa, ‘Just for Me’ otra de las delicadezas UK Garage por las que PinkPantheress es conocida y su letra retrata uno de esos amores adolescentes que bordean la obsesión. De hecho, se puede decir que la artista de Bath se convierte en una acosadora en esta canción en la que nos cuenta que ha «encontrado la casa en la que vive» la persona que ama o que incluso le ha perseguido por la carrera «para verte de lejos», a lo que añade: «y si te dieras la vuelta me moriría, haría ver que soy una persona que pasaba por allí».
El vídeo de ‘Just for Me’, aunque no esté disponible de manera oficial, es el colmo de lo «cool», un ejercicio de nostalgia noventera tan bien traído que cualquiera lo confundiría con un vídeo de la época. En el clip, PinkPantheress y su DJ actúan para un público entregado desde un fondo completamente blanco.
01 Pain
02 I Must Apologise
03 Last Valentines
04 Passion
05 Just for Me
06 Notice I Cried
07 Reason
08 All My Friends Know
09 Nineteen
10 Break it Off
Shakira es una loba en el armario que tiene ganas de salir, pero a veces simplemente es una ciudadana de a pie a la que le pasan cosas. Estos días, la colombiana ha sido víctima del ataque de dos jabalíes cuando paseaba por un parque de Barcelona, donde reside con su pareja y padre de su hijo, el futbolista Gerard Piqué.
La autora de ‘Don’t Wait Up‘ caminaba por el parque con su teléfono móvil cuando dos jabalíes se le acercaron y le hostigaron hasta arrebatarle mochila y teléfono móvil, con el resultado de que dejaron ambos artículos inservibles. La cantante recuperó su mochila, pero no su teléfono. Por suerte, la cantante ha salido ilesa del percance y ha querido contar su experiencia en los stories de Instagram.
«Miren cómo me han dejado el bolso dos jabalíes que me han atacado en el parque. Me han atacado y me han reventado todo, y se llevaban mi bolso para el bosque con mi teléfono», ha relatado la artista. «Al final me han dejado el bolso. ¡Me los he enfrentado!» Y a continuación se dirige a su hijo: «Milan, di la verdad, ¿cómo se ha enfrentado tu mami a los jabalíes?».
En Barcelona, la presencia de jabalíes es especialmente grave en barrios altos como Sant Joan Desvern (donde vive Shakira), situado en el Parque Natural de Collserola. Solo este verano se han registrado 728 ataques en la ciudad, explica El País, debido a que en 2020 «se realizaron pocas capturas» por motivos evidentes.
Los jabalíes, que son una de las especies más invasivas del mundo, acuden en manada a las calles en busca de comida, sobre todo por la noche. Husmean en contenedores y, a veces, atacan a viandantes -o a otros animales- cuando tienen hambre o se sienten amenazados. Otras veces dejan a nudistas sin su ropa.
Lil Nas X es el nuevo número 1 de JENESAISPOP con su single ‘THATS WHAT I WANT’ y es la primera vez que llega a la cima tras quedar en el puesto 2 tanto con ‘INDUSTRY BABY’ como con «MONTERO». O la aceptación de esta canción entre nuestros lectores es consecuencia de los singles anteriores, o esta producción a lo Outkast ha sido un acierto total. ABBA entran en el top 3 con ‘Don’t Shut Me Down’ igualando el dato de ‘I Still Have Faith In You’. Al top 10 también llega José González con uno de los temas de su último álbum.
Entre los artistas que consiguen un nuevo máximo hay que hablar de Cabiria y Little Simz, mientras la lista de novedades se completa con Eels, Bomba Estéreo, Sufjan con Angelo de Augustine, Triángulo de Amor Bizarro, Sofía Comas y Lorena Álvarez. Entre los muchos eliminados de esta semana, lo poco que ha durado lo nuevo de Kanye West.
Los rumores acerca del sucesor de ‘25‘ son como el villancico de Mariah Carey, vuelven cada Navidad. Todo el mundo sabe que Adele solo sacará disco en estas fechas, pues depende principalmente de las ventas físicas, y esta vez dichos rumores parecen bien encaminados aunque, de nuevo, habrá que esperar a que sea Adele quien confirme su regreso oficialmente. De momento, una serie de proyecciones con el número 30 han sido avistadas en las últimas horas en edificios de varias ciudades del mundo, como Londres, Dubai, Roma o Berlín. Adele había dicho que no titularía su disco con una cifra, pero también había bromeado con que «’30’ será un disco de drum ‘n bass, para que lo sepáis». Además, la cantante ha cambiado su imagen en las redes sociales, optando por un fondo azul oscuro, casi negro.
Estos días los foros de música pop se han llenado de informaciones (no verificadas) que parecen confirmar el lanzamiento. Un realizador acaba de rodar un videoclip de Adele en Los Ángeles, el locutor de una estación de radio ha tuiteado que «lo nuevo de Adele sale esta semana» para después borrar el mensaje luego de que haya sido retuiteado por otras emisoras y fans de la cantante, Deuxmoi ha dado bola a la misma información y parece que la británica prepara un concierto televisado desde Las Vegas que se emitiría el 10 de diciembre. Todo rumores, de momento.
Existía otro rumor según el cual el nuevo álbum de Adele vería la luz el 5 de noviembre, improbable pues es la fecha en la que se edita el esperado nuevo disco de ABBA. A la industria le gusta una buena lucha de titanes, pero no a este nivel. Y ahora ha sido Taylor Swift quien parece haber aclarado las cosas con su última decisión. La cantante ha anunciado que la versión regrabada de ‘Red’ verá la luz una semana antes de la fecha original: del 19 de noviembre ha pasado al 12, lo que se está entendiendo como una confirmación indirecta de que el nuevo disco de Adele saldrá el 19 de noviembre.
La noticia de Taylor Swift da cierta fiabilidad a los rumores sobre el álbum de Adele, pues la norteamericana no tiene ninguna necesidad de adelantar o retrasar su disco por ningún motivo aunque este sea una regrabación, a menos que de repente se vea compitiendo con un lanzamiento igual de gordo, y ninguno de ellos son de Ed Sheeran o Coldplay, pues sus álbumes están programados para octubre.
More ‘30’ projections have been spotted in Scotland, Germany, and Italy amid rumors of Adele’s imminent return to music. pic.twitter.com/e5r4gFRGLh
«Yo soy Britney Spears». Estas palabras ponen los pelos de punta cuando descubres que, en algún momento, fueron pronunciadas no por la artista, sino por su propio padre. Es una de las revelaciones que dejó el interesantísimo reportaje sobre el caso de la tutela de Britney firmado por Ronan Farrow y Jia Tolentino y también uno de los momentos más inquietantes que muestra ‘Britney vs. Spears’, el nuevo documental sobre Britney estrenado en Netflix que investiga los 13 años de corrupta curatela bajo la cual ha estado sometida la cantante.
La profundidad de dicha corrupción es abominable y la atención mediática que el caso de Britney ha recibido solo este año ha contribuido a que la artista, por fin, esté viendo la luz al final del túnel. ‘Britney vs. Spears’ pone su grano de arena en el caso con la dirección de Erin Lee Carr, cineasta conocida por filmes que investigan figuras femeninas como ‘Thought Crimes: The Case of the Cannibal Cop’ o ‘Mommy Dead and Dearest’; y la ayuda de la periodista de Rolling Stone Jenny Eliscu, autora de dos reportajes sobre Britney en 2001 y 2008, y una figura hasta ahora desconocida en la lucha de Britney por su libertad.
En el documental, Eliscu cuenta la misión secreta que emprendió en 2009 para reunirse con Britney en el cuarto de baño de un hotel de Los Ángeles, donde le entregó unos documentos legales que la cantante debía firmar para verificar que estaba interesada en escoger un nuevo abogado ante la desconfianza que le provocaba el que le había sido asignado, Sam Ingham (que ha resignado este mismo año); misión que quedaba en agua de borrajas porque Britney había sido declarada «incapaz» de «mantener y dirigir» a su propio letrado. Juntas, Carr y Eliscu repasan también durante la película una serie de documentos confidenciales que han llegado a sus manos que prueban la corrupción de la tutela o el deseo de Britney de liberarse de ella, ya en 2009, así como la oposición a la misma de su entonces prometido, Jason Trawick.
Estas dos historias permiten acceso al espectador a los entresijos de la tutela y ‘Britney vs. Spears’ será importante a la hora de visibilizar el caso de Britney aún más de lo que ha podido hacer ‘Framing Britney Spears’, pues su audiencia es mucho más millonaria. Además, Carr -que es fan de Britney desde niña- evita usar las humillantes imágenes de Britney que todos conocemos, huye del sensacionalismo barato y se centra en hablar con personajes clave de la vida de Britney a los que nadie había tenido acceso hasta ahora, en concreto su ex novio Adnan Ghalib (entonces uno de los paparazzi que la acosaban en 2007 pero con quien Britney se encariñó hasta entablar una relación romántica con él) y su ex mánager Sam Lufti. Sin embargo, el documental presenta una imagen de ellos bondadosa que será cuestionada por los fans y las declaraciones de ambos sobre su relación con Britney aportan poco a la historia.
En más casos, el visionado de ‘Britney vs. Spears’ es frustrante. Quizá tenga que ver con que todo el mundo ya ha visto ‘Framing Britney Spears’ y con que su continuación, ‘Controlling Britney Spears’, presenta una serie de revelaciones tremendamente chocantes que suman más gravedad al caso, como que el padre de Britney colocó una grabadora debajo de su cama para espiar todas sus conversaciones o que monitorizó su teléfono móvil; pero ‘Britney vs. Spears’ nunca consigue llegar tan lejos en su investigación. En parte la culpa es de los entrevistados. La ex asistente de Britney, Felicia Culotta, se niega a hablar tanto de Jamie Spears como de Lou Taylor (aunque deja entrever que no les tiene ninguna estima) y cuando el doctor Jonathan Edward Spar, la persona que supuestamente declaró a Britney incapaz de mantenerse a sí misma, se sienta ante la cámara es solo para negarse a revelar información confidencial o a confirmar siquiera haber conocido a la tutelada. ¿Para qué acepta ser entrevistado entonces?
Esto ni significa que la perspectiva desde la cual ‘Britney vs. Spears’ aborda el caso sea errónea. Simplemente parece haber llegado demasiado tarde a pesar de que, según Erin, lleva en el horno desde hace dos años. El documental expone de manera excelente el significado de una tutela o «conservatorship» gracias a uno de los personajes entrevistados, experto en la materia; nos acerca a la verdad de Britney a través de grabaciones de audio o cartas antes desconocidas por el gran público y no es sensacionalista, un problema en el que sí caía ‘Framing Britney Spears’ de vez en cuando, y quizá de manera necesaria. También evita repetirse con «Framing» porque no habla ni de Justin Timberlake ni de los escándalos que todo el mundo conoce ni profundiza en el movimiento #FreeBritney. Sin embargo, las entrevistas podrían haber dado más de sí y la información expuesta no revela grandes datos. A todas luces, ‘Britney vs. Spears’ llega perjudicado por la avalancha de documentales que se han emitido recientemente sobre el caso.
Aunque la brevedad es una constante en la obra de Joan Pons, El Petit de Cal Eril, esta vez se supera (por lo bajo): apenas 21 minutos de duración tiene ‘N.S.C.A.L.H’. Si pestañeas, te lo pierdes. En esto tanto se parece él a sus coetáneos Renaldo & Clara o Ferran Palau: en ese afán de no llegar a la media hora. Pero, ¿quién quiere malgastar el tiempo, cuando puedes decir lo que te bulle en la cabeza en nueve temas que no llegan a los tres minutos (a veces ni a los dos)? Joan Pons confesaba a elnacional.cat que intentaron alargar las canciones y que no funcionó: “Finalmente decidimos hacer de la brevedad una virtud: canciones concretas en que nos hemos deshecho de la paja y nos hemos quedado con el grano”.
En la misma entrevista Pons explica que hace los discos “de una vez”, lo que da idea de por qué son tan breves, tan concretos y uniformes, estilísticamente. ‘N.S.C.A.L.H’ lo compuso durante los últimos tres días de 2020. Escribió dieciséis canciones, pero grabó nueve. “Sigo pensando en discos y no en canciones. Me interesa el disco como concepto”, puntualizaba. A primera escucha no está muy claro cuál es el concepto aquí, por eso. El propio Pons aclara en la entrevista que cree que es “el tiempo”.
Un tiempo circular ya que, aunque corto, el disco está repleto de temas que son espejo unos de otros, de detalles e ideas que resurgen de un tema a otro (teclados, autotune). También hace referencia Pons a la “atemporalidad” de las canciones, que parecen provenir de un pasado lejano. Si ‘Energia Fosca’ decía “hola” a los 80 más atmosféricos, un poco en la línea de The War on Drugs, aquí mejora su fórmula de pop refinadísimo y liviano. Pero esta vez con mucho más groove y una fuerte impronta del jazz-funk progresivo laietano de los setenta. Una atmósfera lograda gracias a unos teclados que suenan concienzudamente vintage y una guitarra eléctrica juguetona.
El juego con el autotune, un guiño a Ferran quizás en la inicial ‘Totes les estrelles’, es la mayor concesión contemporánea. ‘Quan estic amb tu’ sublima y culmina la onda laietana, gracias a unas guitarras y acordes muy mediterráneos y pegadizos que se prolongan en ‘Ara o mai’ con más brío y repleta de imágenes evocadoras: “Suau com una espada roent s’enfonsa en la neu” (“suave como cuando una espada al rojo se hunde en la nieve”). ‘Non tornerai’ es de una brevedad deliciosa, con un arranque mágico de guitarras y chispitas. Y Pons resulta gracioso y entrañable cantando en italiano. Las letras también ayudan a crear el ambiente mágico, gracias a versos entre naïves y trascendentales, que casan estupendamente con la música, como “Cada dia surt el sol, cada dia cau de nou” (“cada día sale el sol/cada día cae de nuevo”), en ‘Cada dia surt el sol’. ‘Las cosas que creo’, el tema en castellano apenas difiere del resto del disco: es otra muestra de la maestría de Pons para las canciones pop delicadas y bonitas.
La preciosa portada de David de la Heras otorga a nuestro protagonista y su banda una pátina de gravedad pero también ironía que contrasta con la ligereza de su contenido. ‘N.S.C.A.L.H’ es el acrónimo de “No saps com acabarà la història” (“No sabes cómo acabará la historia”). Y quizás, más que centrarse en la historia, si la hubiera, lo mejor es dejarse llevar.
Tras quince años y cinco películas a sus espaldas, Daniel Craig pone fin a su etapa como el mítico agente 007 con ‘Sin tiempo para morir’, una película que ha estado en un cajón durante más de un año debido a la pandemia y a la trágica situación en la que esta ha dejado a las salas de cine. Una decisión que una vez vista no puede sorprender a nadie ya que se trata de una superproducción cuidada al detalle y cuya grandilocuencia visual merece ser vista en la pantalla más grande posible.
La cinta comienza con un prólogo que se alarga hasta pasados los veinte minutos, donde tras un flashback a la infancia de la doctora Madeleine Swann (Léa Seydoux), James Bond aparece con ella en Italia, viviendo un idílico romance. Este pronto se verá interrumpido por unos misteriosos villanos, lo que dará lugar a una espectacular escena de acción trepidante. Como no podría ser de otra manera, inmediatamente después pasamos a la secuencia de créditos correspondiente donde esta vez suena la sugerente ‘No Time to Die’ de Billie Eilish. La trama realmente comienza cuando años más tarde, un Bond retirado en Jamaica recibe la visita de su amigo Felix Leiter pidiéndole su ayuda con una misión que hará que 007 vuelva al servicio secreto.
‘Sin tiempo para morir’, como toda la franquicia Bond, se caracteriza por poseer un sentido de la acción refinado, que no implica simplemente ver persecuciones y explosiones todo el tiempo, sino que también se apoya en un guion elaborado, en el que se generan situaciones tensas e inquietantes. La puesta en escena de Cary Joji Fukunaga es tan eficiente como cabría esperar, manejando con soltura las rocambolescas secuencias de acción y sacando el máximo partido posible a las impresionantes localizaciones. En comparación con la de Sam Mendes (‘Skyfall’, ‘Spectre’) su dirección es más discreta, haciendo que la cámara pase más inadvertida dentro de la historia que en aquellas películas, sin que esto signifique que esté del todo exenta de cierto virtuosismo formal.
Al igual que Mendes, Fukunaga también consigue extraer lo mejor de sus intérpretes, desde el propio Craig hasta los secundarios. Léa Seydoux dota a su personaje de un halo enigmático, donde a veces resulta tierna y otras una peligrosa amenaza. Pero la verdadera revelación es Ana de Armas en un papel muy breve en el que aprovecha cada segundo para demostrar que tiene aura de superestrella. Su imponente presencia en pantalla, su acertadísimo tempo cómico y su química con Daniel Craig muestran que ha llegado a Hollywood para quedarse.
En el apartado técnico destacan la deslumbrante dirección artística de Mark Tildesley, reforzada por los preciosos colores y texturas de la fotografía de Linus Sandgreen. No obstante, la película pese a su impoluto empaquetado no está libre de algunos defectos que lamentablemente lastran el resultado final. El ritmo, aunque en la mayor parte de su metraje funciona de forma eficaz, es irregular en algunos tramos que se sienten algo alargados o incluso por momentos innecesarios. Pero este cierre de saga quería -y probablemente tenía que- abarcar mucho narrativamente para atar cabos sueltos y cerrar todas sus subtramas, algo que hace que en ocasiones corra el riesgo de saturar con demasiada información. Sea como sea, aunque como conjunto resulte más inconsistente que, por ejemplo, ‘Skyfall’, Fukunaga ofrece un entretenimiento sólido que culmina con un clímax emocionante y que sirve como broche final a la era de Daniel Craig, un Bond elegante, inteligente y sin miedo a lanzarse al vacío si hace falta. Como la propia película.
Hoy 1 de octubre salen nuevos discos de Lady Gaga & Tony Bennett, Tirzah, Flores, Brandi Carlisle, Quique González, Pond, REYKO, Kedr Livanskiy, The Body, Salmo, Ray BLK, Juçara Marçal, la banda de lo-fi canadiense Cindy o Headie One.
El viernes llega cargado de novedades con nuevos singles de Vetusta Morla, Ashnikko, La La Love You con Delaporte, Agnes, Chica Sobresalto (una versión de Susana Estrada), çantamarta con rukowsky, IZAL, Ant Cosmos, Connan Mockasin, Tanya Tagaq, SIMONA, Burna Boy con Polo g, Carmen Boza, Cœr de Pirate, Oscar and the Wolf, Molly Sandén, Remi Wolf, Pirámide o RomeroMartín.
A lo largo de la semana ha visto la luz el esperado nuevo single de Amaia, filtrado antes de lo acordado. Además, Arca ha iniciado nueva era, así como Confeti de Odio, nuevo fichaje de Sonido Muchacho; Christine and the Queens ha sacado dos temas nuevos de la nada; Sega Bodega, Tori Amos, Years & Years y George Fitzgerald han avanzado sus respectivos álbumes y también se ha conocido el adelanto del disco perdido de David Bowie. El esperado single conjunto de Kali Uchis y SZA (en realidad un remix de ‘fue mejor’) y en portada hemos estrenado el nuevo single de Algora.
En la playlist actualizada encontrarás también novedades de Nathy Peluso (una versión de Daddy Yankee), la revelación Pongo, Rancid Eddie, IZAL, Courtney Barnett, Field Music, Cupcakke (foto), Soccer Mommy con Kero Kero Bonito, Peg Parnevik, Wet Leg, Arde Bogotá, Bearoid con KICKBOMBO, Coque Malla, Elton John con Stevie Wonder, Nicki Nicole, Borneo, Sweet California, White Lies, Bicho Raro o Alberto & García.
Atención especial merece la nueva canción propuesta de Janelle Monáe. El góspel de ‘Say Her Name (Hell You Talmbout)’ recita durante 18 minutos los nombres de varias mujeres negras víctimas del racismo con la compañía de Beyoncé, Alicia Keys, Brittany Howard, Chloe x Halle, MJ Rodriguez, Tierra Whack o Zoë Kravitz.
La La Love You, que en los últimos tiempos han arrasado gracias a su single ‘El fin del mundo’, que pareció anticipar la pandemia, ultiman ya su nuevo disco, que verá la luz a principios de 2022 a través de Subterfuge con varias colaboraciones interesantes. ‘Huki Huki‘ ha contado con la cantante gallega dani en los coros y con Carlos Sadness en los arreglos y ‘Bang Bang’, su nuevo single, es una colaboración con Delaporte.
El concepto galáctico de ‘Big Bang’ va mucho más allá de su título. Es un tema de pop-rock ochentero, de ambición llenaestadios, cuyos sintetizadores nos llevan al espacio y cuya letra no puede estar más plagada de referencias a dicho lugar.
En su retrato de una relación amorosa que se ha enfriado, La La Love You y Delaporte dejan en la Canción Del Día frases como «cariño, quién lo iba a pensar, tu estrella era una estrella fugaz», «hemos creado esta brecha espacio-temporal» (esta se la han sacado a La Casa Azul, pero fijo), «separados a miles de años luz», «dejé un agujero negro donde estabas tú», «dos cometas que han perdido el control» o «somos polvo estelar, universos paralelos en nuestro sofá». Sí, las canciones conceptuales también existen, aunque hablen de amor.
En lo musical, ‘Big Bang’ presenta diversos ingredientes. Los ochenta están muy presentes en su base rítmica y en los teclados, pero también en unas guitarras eléctricas que, en realidad, suenan ligeramente jevis. A su vez, el autotune aplicado a las voces instala ‘Big Bang’ en nuestro tiempo. En cuanto a la contribución de Delaporte, Sandra aporta coros y canta sola el puente, mientras Sergio ha retocado la voz de ella en su estudio. La producción es de Daniel Alcover.
De cara a los próximos meses, La La Love You se enfrentan a una gira que les llevará por las siguientes ciudades:
4 de octubre – Lugo – San Froilán (entrada gratuita)
16 de octubre – Vigo – Auditorio Mar de Vigo (Directos Vibra Mahou) (entradas agotadas)
23 de octubre – Madrid – La Riviera (entradas agotadas)
29 al 31 de octubre – Benicàssim – San San Festival
6 de noviembre – Valencia – Festival de Les Arts (entradas agotadas)
11 de diciembre – Burgos – Burgosonora
6 de agosto 2022 – Burriana (Castellón) – Arenal Sound
4 al 7 de agosto 2022 – Covaleda (Soria) – Covaleda Music In The Woods
El año que viene el intermedio musical de la Super Bowl no contará con un único protagonista como The Weeknd, Lady Gaga o Katy Perry, o con un dúo de titanes como Jennifer Lopez y Shakira, o con una banda superventas como Maroon 5 o U2. El 12 de febrero serán hasta cinco artistas los que se subirán al escenario de la Super Bowl para entretener a la audiencia del macroevento deportivo más visto del año en Estados Unidos durante 15 minutos, algo que sucede solo de vez en cuando.
Kendrick Lamar, Dr. Dre, Mary J. Blige, Eminem y Snoop Dogg son los «performers» confirmados, por lo que la Super Bowl apuesta este año claramente por poner su foco en el hip-hop. De ellos, Mary J. Blige es la única que repite en el escenario de la Super Bowl, pues ya fue una de las artistas invitadas en la edición de 2001, la de Aerosmith y *NSYNC, junto a Britney Spears.
Por otro lado, la confirmación de Kendrick Lamar viene a apuntar que su esperadísimo nuevo disco, sobre el cual habló recientemente en una carta que firmó con el nombre de Oklama, saldrá ya en 2022, y Dr. Dre ha señalado que su actuación en el intermedio «introducirá la nueva saga de mi carrera».
La última actuación del intermedio de la Super Bowl, la de The Weeknd, dejó un extraño sabor de boca: el canadiense venía de arrasar con ‘Blinding Lights’ y gastó 10 millones de dólares (7 de su propio bolsillo) para financiar la actuación, pero esta quedó algo desangelada al final debido, quizá, a la falta de público, o una puesta en escena decepcionante.
Últimamente estamos oyendo hablar mucho de la “nostalgia” en el análisis político. Tenemos interesantes argumentos al respecto de Ana Iris Simón y Elizabeth Duval, pero esta semana hemos tenido también este meme y, ya sabéis, una imagen vale más que mil palabras. Iron Maiden son uno de esos grupos que siguen vendiendo a lo grande décadas después de formarse (en nuestro país llegaron cómodamente al número 1 con este nuevo lanzamiento), pero también hay una parte importante de sus fans que se lamentan porque Iron Maiden ya no hacen la misma música que antes. Y tienen razón. Algunos de sus coetáneos siguen sacando el mismo disco desde los 80, pero la banda inglesa hace ya unos cuantos años que decidió explorar cada vez más lo progresivo, y reducir la presencia de hits tan inmediatos como fueron ‘Run to the Hills’ o ‘The Number of the Beast’. Y en cada disco queda más claro, siendo este ‘Senjutsu’ otro paso más en el camino de una banda que es nostálgica, pero no mucho.
Aunque grabaron ‘Senjutsu’ en 2019, la banda lo mantuvo a buen recaudo hasta que las aguas de la pandemia empezaron a calmarse en Occidente, y es ahora cuando se ha publicado, siendo la primera vez que pasan seis años entre disco y disco de Iron Maiden (‘The Book of Souls’ salió en 2015). Para la grabación han repetido con los estudios Guillaume Tell, con la producción de Kevin Shirley y, por supuesto, con la mano de Mark Wilkinson en el arte gráfico: en esta ocasión Eddie se convierte en una especie de samurái, a juego con el título del disco y con las menciones a guerras en las letras. En cierto modo la banda, y quizás sobre todo Steve Harris, es una especie de samúrai: desde los inicios, Harris ha luchado con muchos frentes para sacar el proyecto a flote, luego para mantenerlo entre idas y venidas de sus miembros, y ahora para lidiar con los achaques de salud propios de una banda que sigue activa casi medio siglo después de su formación, siendo este ‘Senjutsu’ su 17º disco de estudio. Se dice pronto. ‘Senjutsu’ es también el primer álbum en llegar tras la mala racha sufrida por el vocalista Bruce Dickinson, que pasó por un cáncer de garganta, una rotura del tendón de Aquiles y un implante de cadera.
Precisamente al álbum que supuso el regreso de Dickinson (y del guitarrista Adrian Smith), ‘Brave New World’, es al que más nos recuerda, quitando los últimos, este ‘Senjutsu’, por su mayor cuidado de las melodías, su sentido de la épica y su empeño en mantenerla durante largas estructuras, con una estupenda labor en la creación de atmósferas. ‘Hell on Earth’ es quizás el mejor ejemplo de todas estas características, y una estupenda opción para cerrar el álbum. El tema viene además con otros dos compañeros que tampoco escatiman en duración, quedando una traca final de más de media hora para solo tres canciones (ninguna de ellas supera, eso sí, los 18 minutazos de ‘Empire of the Clouds’). ‘Death of the Celts’, la hermana pequeña durando “solo” diez minutos, llega a recordarnos a ‘Transylvania’, el maravilloso instrumental de su debut, y ‘The Parchment’ es toda una carrera de solos entre Adrian, Dave y Janick.
Pero el álbum está cuidado de principio a fin, y ya comienza a lo grande con el tema homónimo: ‘Senjutsu’, que incorpora unos tambores taiko y suena cercana a Tool, es toda una declaración de intenciones, continuando su temática en ‘Stratego’ (elegida como single a pesar de no ser lo más destacable de este trabajo). Siguen temazos como ‘Days of Future Past’, con esos riffs capaces de levantar a cualquiera; la acertadísima alianza con el rock sureño y el blues que encontramos en el lead single ‘The Writing on the Wall’, la más clásica ‘Time Machine’, una ‘Lost in a Lost World’ que nos puede hacer pensar en ‘Hallowed be the Name’, o lo más cercano a una balada, ‘Darkest Hour’, ‘Senjutsu’ muestra, pues, a unos Iron Maiden deseosos de hacer vibrar y saltar a su público en directo, pero también de llevarles de viaje por solos que se toman su tiempo y estructuras mucho más cercanas a lo progresivo. Al fin y al cabo, para explorar nuevos territorios y compartir el futuro, qué mejor compañero de viaje que un viejo amigo.
Algora prepara ya nuevo disco solo un año después del lanzamiento de ‘Un extraño entre las rosas‘. ‘Pódium’ será su disco «más introspectivo hasta la fecha», según relata El Genio Equivocado, un trabajo construido «a base de vivencias, recuerdos de su infancia y adolescencia, tratando temas como la homofobia, la incomprensión o la soledad en edades tempranas».
Los dos avances que se conocían de ‘Pódium’ hasta la fecha han sido bastantes diferentes entre sí: de la balada ‘Días de nieve’ hemos pasado a la pizpireta y burbujeante producción de ‘Luna de cazador’ y el tercero también va por otros derroteros. ‘Medalla de oro’ es el nuevo adelanto de ‘Pódium’ y hoy estrenamos en JENESAISPOP su videoclip, dirigido por Leo Merman.
El sonido de ‘Medalla de oro’ vuelve a ser electrónico y synth-pop pero, esta vez, la producción apuesta por un minimalismo evidente en el sonido. La canción reflexiona sobre el acoso escolar en una letra de versos un tanto lorquianos que hacen referencia a personajes que llevan «chándal negro y un disparo en la mirada» o a un «príncipe de periferia hambriento de sudor y hierro».
«En ‘Medalla de oro’ quise hablar de esas conductas tóxicas en las que el sistema nos educa desde el colegio», explica Algora. «Un sistema agresivo, competitivo, que humilla al vulnerable y al diferente. Ese acoso que se manifiesta de forma evidente en el patio de un instituto, se traslada luego a todos los aspectos de la vida adulta, ya de forma interiorizada, y la asumimos, por ejemplo, en nuestras relaciones sexuales. El otro es un premio, un sujeto al que someter, un simple trofeo. La eterna imagen del cazador y la presa».
El vídeo de ‘Medalla de oro’ profundiza en la imagen homoerótica que deja el último verso de la canción: «y me mordías la nunca, como cuando follan los gatos, y me quemaba la espalda tu medalla de oro». Algora y dos compañeros se desafían en mitad de un descampado y el vídeo se inspira claramente en la erótica de la vestimenta deportiva y fetish, decantándose finalmente por la reconciliación.
Måneskin han anunciado su primer single original desde que ganaran Eurovisión el pasado mes de mayo. ‘MAMMAMIA’ sale el 8 de octubre con la portada que veréis abajo de estas líneas, puro Rolling Stones.
El título de ‘MAMMAMIA’ no puede ser más italiano pero lo gracioso es que el éxito de Måneskin ha supuesto que el grupo pueda ser considerado el mayor fenómeno eurovisivo desde ABBA… autores de una canción titulada casi igual, y justo en el año en que los suecos han vuelto.
Dispuestos a seguir comiéndose el mundo, Måneskin parece que pasan página de su buen disco ‘Teatro d’ira vol. I‘ cuando su versión de ‘Beggin’ de Four Seasons continúa entre las 20 canciones más escuchadas en Spotify a nivel global (11) y su single ‘I WANNA BE YOUR SLAVE’ se mantiene en el 44. No hay rastro en todo el top 100 de ‘ZITTI E BUONI’, la canción con la que Måneskin proclamaron su victoria en Eurovisión.
En los últimos meses, Måneskin han seguido elevando su perfil internacional colaborando con Iggy Pop en un remix de ‘I WANNA BE YOUR SLAVE’. Además, Miley Cyrus les ha versionado.
Con él llegó el escándalo. Paul Verhoeven irrumpió en el pacato Hollywood de los noventa como la protagonista de su ‘Instinto básico’ (1992): sin bragas y empuñando un picahielos. Con ‘Robocop’ (1987), ‘Desafío total’ (1990), ‘Showgirls’ (1995), ‘Starship Troopers’ (1997) o el mencionado thriller que convirtió en sex symbol a Sharon Stone, el cineasta holandés recibió todo tipo de acusaciones: sexista, ultraviolento, morboso, fascista…
Y eso que estaban avisados. ‘Delicias turcas’ (1973), el romance erótico que le lanzó a la fama (y a su protagonista, Rutger Hauer), fue nominada al Oscar a la Mejor película de habla no inglesa. Y ‘El cuarto hombre’ (1983), su último filme en Países Bajos antes de volar a Los Ángeles, estaba lleno de sexo y gore. Con el cambio de siglo, el director neerlandés regresó a Europa. Y siguió tan insobornable e irreverente como siempre: ‘El libro negro’ (2006), ‘Steekspel’ (2012), ‘Elle’ (2016).
‘Benedetta’ es su segunda producción francesa tras el exitazo de ‘Elle’. La película está basada en el ensayo de Judith C. Brown ‘Afectos vergonzosos: sor Benedetta, entre santa y lesbiana’ (Crítica, 1989), y narra la historia de Benedetta Carlini, una monja italiana que vivió en el siglo XVII y fue investigada por la Inquisición a causa de sus sospechosas visiones místicas y pecaminosas relaciones con Sor Bartolomea, otra monja del convento.
Verhoeven ha adaptado la vida de esta religiosa mezclando referentes de todo tipo, del más elevado al más prosaico. Desde la iconografía blasfema de Buñuel (las sacrílegas visiones místicas de Benedetta), el marxismo cristiano de Pasolini (el levantamiento revolucionario que protagoniza la monja) o el discurso lesbofeminista, hasta el melodrama religioso -tipo ‘La religiosa’ (1966) o ‘Agnes de Dios’ (1985)-, el esteticismo de ‘Narciso negro’ (1947), o el subgénero de la nunsploitation. De hecho, tiene gran importancia la aparición de un dildo sacrílego que recuerda a las escenas de masturbación de ‘Los demonios’ (1971) o ‘Interior de un convento’ (1978).
La mayoría son referentes pasados de moda o desprovistos de la potencia transgresora que podían tener en épocas menos laicas y relajadas moralmente que la actual. Sin embargo, Verhoeven consigue combinarlos de tal manera, con un desparpajo, socarronería y sabiduría narrativa (son más de dos horas que pasan en un suspiro), que en ningún momento parece un refrito anacrónico o una parodia posmoderna. No escandaliza, pero sorprende y divierte.
‘Benedetta’ es una gamberrada erótica y escatológica, una fábula sobre el deseo y la corrupción (moral y carnal), una fantasía pegajosa y hortera que está muy cerca temática y espiritualmente de una de las películas más infravaloradas del director: la “pestilente” ‘Los señores del acero’ (1985). Una visión terrenal, irreverente y kitsch de la vida de la mística Benedetta Carlini, que bordea gustosamente el ridículo y se acerca por momentos a lo sublime.
El sello Mushroom Pillow ha cumplido 20 años y lo celebra con una colección de 6 lanzamientos que recuerdan temas icónicos de su historia. Cada lanzamiento se compondrá de la canción original y 2 versiones de esa composición. El formato físico tendrá un empaquetado de lujo realizado por el estudio de diseño Outerview, con relieve y en una edición limitada de 500 copias en vinilo de color para cada uno de los lanzamientos.
La nota de prensa recuerda que Mushroom fue «una idea que empezó desde la nada, con la ambición de proyectar, expandir e internacionalizar el talento underground de aquí». Con este 20 aniversario han querido dar importancia a todo lo «inherente a la cultura Pop» que ha publicado a lo largo de los años. «Es la hora de que les rindamos tributo desde aquí insuflando nueva sangre en ellas y así agradeciendo a los que las crearon, a los que las hicieron crecer y a los que las disfrutaron trayéndolas hasta el presente», explican refiriéndose a esas canciones y a sus autores.
Los 6 artistas protagonistas del proyecto son The Sunday Drivers, Deluxe, Sr. Chinarro, La buena vida, Triángulo de amor Bizarro y El columpio asesino. Los artistas seleccionados para las versiones son Hinds, Rufus T. Firefly, ST. Woods, Cala Vento, Mishima, Aiko el grupo, Mikel Erentxun, Delaporte, Margarita Quebrada, La Villana y La Estrella de David.
El primer título ‘MP/510’ incluye ‘Do it’ de The Sunday Drivers, y las versiones de dicho tema de ST. Woods y Rufus T. Firefly, con tres miembros originales de The Sunday Drivers, incluido su vocalista Jero Romero.
El segundo título ‘MP/511’ cuenta con la grabación original de ‘Del Montón’ de Sr. Chinarro, y las versiones de Cala Vento y Mishima en una versión con su propia letra.
Por su parte, el tercer título ‘MP/512’ incluye ‘Toro’ de El columpio asesino, y las dos nuevas versiones de Delaporte y Aiko el grupo.
Para el cuarto título ‘MP/513’ la canción protagonista es ‘De la monarquía a la criptocracia’ de Triángulo de amor Bizarro, que ha sido revisada por Hinds y Margarita Quebrada.
En el quinto título ‘MP/514’ se han grabado dos versiones de ‘Que no’ de Deluxe, por parte de los artistas Mikel Erentxun y el ya mencionado El columpio asesino.
Y finalmente en ‘MP/515’, el sexto título, entrará la versión original de ‘Un actor mejicano’ de La buena vida, y dos nuevas grabaciones: una de Triángulo de amor Bizarro y la otra de La Villana junto a La Estrella de David.
Después de lograr el ansiado objetivo del 70% de población vacunada contra la COVID-19 el pasado 31 de agosto, Madrid y Cataluña son algunas de las comunidades que ultiman los detalles para reabrir, entre otras cosas, el ocio nocturno. Un paso más hacia la antigua normalidad dentro de lo que ya era «la nueva normalidad».
Madrid ya tiene una fecha concreta. El próximo lunes 4 de octubre se eliminarán las restricciones de aforo en bares, restaurantes, discotecas, espacios multiusos, cines, teatros y centros deportivos, que eran los últimos espacios que quedaban con restricciones. Una noticia comunicada por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para ‘Telecinco‘. Hasta que llegue el lunes, se sigue manteniendo el 75% del aforo en actividades deportivas en interiores, en espacios multiusos, teatros, cines y auditorios. Los detalles se comunicarán entre hoy y mañana, pues de momento no se sabe más que lo que Ayuso ha contado en Telecinco.
«Vamos a quitar todas las restricciones de aforos», declaraba en dicha entrevista: «prácticamente estamos a un paso de seguir como antes de la pandemia en una comunidad que afortunadamente ha conjugado lo más importante, que es la vida y la salud con la economía y lo que nos ha situado en una situación privilegiada», añadía. Sin embargo, según datos que ofrece el periódico ‘El País‘, desde el inicio de la desescalada en 2020 Madrid «ha sido la autonomía con las restricciones más laxas», aun encabezando la estadística de incidencia acumulada. Desde la quinta ola es «la segunda comunidad que más contagios registra», y además es una de las escasas comunidades del país en las que sube el paro según los últimos registros de agosto.
Por lo que respecta a Cataluña, otra de las comunidades más afectadas por la COVID-19, su plan pasa por regresar al horario habitual de los locales de ocio nocturno (hasta las seis de la mañana), entre otras cosas, para luchar contra los botellones de las últimas semanas. Sin embargo, al contrario que en Madrid, todavía no hay una fecha concreta para el fin de las restricciones. Además, aun cuando se lleve a cabo, el aforo seguirá siendo limitado y las mascarillas también serán obligatorias en el interior. La comunidad está a la espera de que el Tribunal Superior de Justicia en Cataluña avale su decisión. El certificado covid será su mayor herramienta para gestionar este plan, la aplicación de acceso que desarrollará el Govern servirá para verificar que la persona que desea entrar al local tiene una PCR negativa o está vacunada.
Amaia había anunciado que su nuevo single, ‘Yo invito’, salía el viernes 1 de octubre. En Instagram compartía además una imagen de ella vestida de gala y posando estirada en el suelo. Sin embargo, el vídeo ha aparecido en Youtube un día antes de tiempo, y sabemos que es una filtración porque la canción no ha aparecido a la vez en Spotify, Tidal, Amazon Music, etcétera, como es habitual en estos casos. Irónicamente, Amaia ha «agradecido» a Universal y Youtube por la filtración a través de su cuenta de Twitter. La buena noticia es que tanto vídeo como noticia han aparecido en las listas «trending» instantáneamente.
‘Yo invito’ es un medio tiempo a la guitarra eléctrica en el que emergen teclados y ciertas ambientaciones sombrías. Se trata de una canción de desamor y ruptura en la que se introducen frases 100% Amaia («la Luna está preciosa»), más en la línea de su disco que en la de ‘El encuentro’, pese a que Alizzz está etiquetado en la promoción de este tema en Instagram.
En el vídeo, Romero supera su despecho rodeada de ovejas, caminando y realizando una coreografía que se parece en ocasiones al lenguaje de signos. La coreografía es de Ariadna Monfort, mientras el vídeo lo ha dirigido Virgili Jubero, mano derecha durante mucho tiempo de Najwa Nimri.
‘Yo invito’ es el primer single en solitario de Amaia desde que ‘Pero no pasa nada‘, su álbum debut, viera la luz hace dos años. En todo este tiempo, la navarra ha triunfado con ‘El encuentro’, su bailable single con Alizzz, que suma ya más de 15 millones de reproducciones en streaming, el doble que los sencillos más escuchados de su disco, ‘Quedará en nuestra mente’ y ‘El relámpago’.
Precisamente ‘El encuentro’ ha sido un punto de partida musical en el nuevo disco de Amaia, como la artista revelaba recientemente en una entrevista con SMODA. Contaba entonces que la gente «notará un cambio» en su música cuando la escuche ya que a ella le interesan muchos tipos de música y que está «cómoda» en varios estilos. Texto: Sebas, Jordi.