Más plancha acumulada para el fin de semana: hoy salen nuevos álbumes de James Blake, Niño de Elche, Porches, Magdalena Bay, BadBadNotGood, Apartamentos Acapulco, bigott, The World is a Beautiful Place, And I Am No Longer Afraid to Die (el mejor nombre de grupo de la historia), Lala Lala, Don Toliver, Hombres G o el directo de ‘Madame X’ de Madonna.
El single destacado del día es ‘Ateo‘ de C. Tangana y Nathy Peluso, que comentamos en portada; pero no es el único. Måneskin lanzan su primer single tras ganar Eurovisión, Sen Senra saca otro tema acústico marca de la casa, Kelis vuelve con un tema que samplea el llanto de un bebé, a la manera de Aaliyah; y El Columpio Asesino editan su versión de ‘Que no’ de Deluxe para el proyecto de reediciones de Mushroom Pillow.
La semana ha venido cargada de novedades interesantes. Arca ha sorprendido aliándose con Sia en el primer single de su nuevo disco, Mitski ha vuelto tras un parón de cuatro años, Tears for Fears ha despertado de su cabezada de casi dos décadas, Kylie Minogue y Years & Years se han intercambiado los looks en su nuevo single conjunto, PinkPantheress ha seguido avanzando su disco y han anunciado nuevos trabajos de versiones Cat Power y Dave Gahan.
En la playlist de «Ready for the Weekend» actualizada encontrarás asimismo novedades de Oh Wonder, Big Thief, Eartheater, Colectivo da Silva, yeule, Chico Jorge, Marissa Nadler, Blanco Palamera, Corizonas con DePedro, Leiva con Fer Casillas, Bizarrap con Ptazeta, Tame Impala (un remix de ‘Breathe Deeper’ con Lil Yachty), Sam Fender o Las Dianas, entre otros.
C. Tangana y Nathy Peluso han publicado esta noche su anunciado single conjunto llamado ‘Ateo’. Compuesto y producido por los artistas mencionados junto a Alizzz, Victor Martínez (colaborador de Pucho) y Rafa Arcaute (colaborador de Nathy), ‘Ateo’ es una bachata de sonido clásico en el que El Madrileño y La Sandunguera se profesan la pasión que sienten el uno por la otra y viceversa, tan inesperada que ambos han pasado de no creer en Dios a hacerlo.
La letra de ‘Ateo’, hoy la Canción Del Día, no está falta de imágenes religiosas, como el verso que dice «Quiero hacerle religión a tu melena, a tu boca y a tu cara / Y que me perdone la Vírgen de la Almudena / Las cosa’ que hago en tu cama». El videoclip de ‘Ateo’, dirigido por el propio C. Tangana con el apoyo de la productora Little Spain, por supuesto juega con esta imaginería y tiene lugar en la Catedral de Toledo.
A su vez, el vídeo incluye cameos de Cayetana Guillén-Cuervo o Pedrerol, que comentan el modo en que Puchito agarra del pelo a Nathy Peluso en un supuesto programa llamado ‘Que hablen’. “Busca provocar y poco más”, dice Pedrerol. “Se va el patriarcado”, comentan cuando este se levanta y se va. En el teaser, Brays Efe comentaba el supuesto tamaño del pene de Puchito y su relación con la presión del heteropatriarcado, como avance de un videoclip que va a dar que hablar.
‘Ateo’ es el nuevo single de C. Tangana tras una nueva ristra colaborativa que ha incluido la polémica ‘Yate’, ‘Ya no vales’ con Alizzz y ‘Tranquilísimo’, siendo esta última contra todo pronóstico la más exitosa de las tres. En cuanto a Nathy Peluso, tras triunfar con ‘Calambre‘ y su tema con Bizarrap, su último sencillo ha sido ‘Mafiosa‘.
Hoy llega a Paramount+ ‘Madame X – Music from the Theater Xperience’, el documental que recoge la última gira de Madonna por teatros, en concreto su paso por Lisboa, ciudad que inspiró en gran parte el álbum ‘Madame X‘. Finalmente, para los países que aún no tienen acceso a la plataforma, su cadena hermana MTV emitirá el concierto a las 20.00, MTV España incluida. Igualmente habrá una redifusión mañana sábado 9 de octubre a las 17,15 horas y el domingo 10 a las 8 de la mañana. Al mismo tiempo, el directo del disco ha aparecido en las plataformas de streaming bajo el paraguas de Warner, símbolo de que la alianza de la cantante con su sello original va hacia adelante para la edición de nueva música, no sólo para las reediciones que veremos desde 2022.
Madonna realizará esta noche una actuación en Harlem, de corte jazzy, cuyos ensayos está dejando ver en el Stories de su red social favorita, y también ha acudido a promocionar el documental al programa de Jimmy Fallon, con el que siempre ha tenido muy buen «feeling», empezando por que sus estudios le pillan a 5 minutos en taxi de su casa en Nueva York. La química entre ambos es palpable en contraste con otras apariciones televisivas de Madonna, llenas de tensión y cierta incomodidad (como la última y desangelada en los premios MTV) y la entrevista ha tenido un punto muy divertido por lo que tiene de metafórica: Madonna enseñando culo, Madonna subiéndose a una mesa, Madonna intentando llevar toda la conversación hacia el sexo incluso durante un juego infantil, es decir haciendo todo lo que el público odia que haga «a su edad»; y Jimmy Fallon representando al público conservador en clave de humor, tratando de preservar su programa «familiar», entre gritos de «¡compórtate!», «no, no, no, ¡tápate!» y también «oh, Dios mío, te quiero».
Ha habido tiempo para un par de datos interesantes: Madonna ha contado que no se arrepiente de haber rechazado un papel en ‘Showgirls’ pero sí un papel de Catwoman en ‘Batman’ y otro en ‘Matrix’, y ha explicado por qué va a dirigir su propia «biografía visual» (no le gusta la palabra «biopic»). Reiteradas veces le han mostrado guiones sobre su vida que no se ajustaban a la realidad, escritos por hombres, «incluso iba a dirigirlo uno que no voy a mencionar, un conocido misógino», por lo que ha decidido contar ella su propia historia.
Red Hot Chili Peppers han anunciado una gira mundial que pasará por España en verano de 2022. Las fechas son el 4 de junio en el Estadio de la Cartuja de Sevilla y el martes 7 de junio en el Estadi Olímpic de Barcelona. Las entradas salen a la venta a partir del viernes 15 de octubre a las 10 horas.
La gira mundial de estadios de Red Hot Chili Peppers visitará 32 ciudades y de hecho arrancará en España. Después pasará por Londres, París, Dublín, Los Ángeles, Chicago o Nueva York antes de finalizar en el Globe Life Field de Arlington, Texas el 18 de septiembre.
El tour contará con artistas invitados de primer nivel: A$AP Rocky, The Strokes, Beck, HAIM, St. Vincent y Anderson .Paak & The Free Nationals acompañarán a la banda durante el transcurso de dicha gira, mientras Thundercat y King Princess tocarán en algunas fechas. No, no es el nuevo cartel del Primavera Sound aunque lo parezca. Los artistas invitados en España serán A$AP Rocky y Thundercat.
En los conciertos, Red Hot Chili Peppers presentarán los temas de su próximo álbum, y hay que recordar que este será el primero tras la vuelta de John Frusciante a la formación. El último disco de los Red Hot, ‘The Getaway‘, salió en 2016.
En sus inicios, Julie Campbell grababa su música en una grabadora de casete y, en directo, se dedicaba a cantar y tocar la guitarra eléctrica con un beat programado de fondo. Esta manera tan económica de hacer música nunca le ha abandonado. La cantante y productora británica, aficionada a la psicogeografía del post-punk, pues ella es de Manchester nada menos, siempre ha presumido de usar equipos baratos que le han obligado a activar su imaginación, y una persona que debuta en el sello Warp desde luego no puede estar falta de buenas ideas, aunque el indie-rock de ‘Nerve Up’ haya dejado hace rato espacio a otras cosas.
Si ‘Hinterland’, el segundo álbum de Campbell bajo el alias de LoneLady, incorporaba sintetizadores en temas de títulos tan representativos como ‘Bunkerpop‘, ‘Former Things’ se entrega definitivamente a ellos, en el que es su trabajo más pop hasta la fecha. Y no es una hipérbole: la producción es impecable y explosiva, las canciones no le temen a los buenos estribillos pop y entre las influencias que ha manejado LoneLady durante su composición se encuentran ‘Raw Like Sushi‘ de Neneh Cherry o la banda sonora de ‘Beverly Hills Cop’, además del clásico del electro ‘Enter’ de Cybotron. La sombra de New Order y Prince sobrevuela también varias pistas en el que es un trabajo conciso -8 pistas- pero robusto que se regodea en las mieles del electro-funk a la vez que suena tan industrial y mecanizado como es el paisaje de la ciudad natal de LoneLady, llamada así porque trabaja sola, sin músicos externos.
‘Former Things’ es un disco que habla del pasado en varios lenguajes. En el musical, con las referencias mencionadas en el épico ‘The Catcher’, que incluye campanillas propias del hip-hop primigenio a su vez; en el single ‘Fear Colours’, que suena como si los 80 fueran hoy; o en el frenético ‘(There is) No logic’, pero también en el mensaje. Porque las «cosas que fueron» de las que habla este disco aluden a las viejas ilusiones, a aquellos sentimientos de euforia, alegría o excitación que la vida adulta ha erosionado con el paso de los años. En ‘The Catcher’, LoneLady se pregunta dónde está la niña que un día fue; en ‘(There is ) No Logic’ acude a los «susurros de las décadas» porque «todo lo que somos es memoria»; en el estupendo funk-pop de ‘Former Things’ canta que «ya no soy quien era, yo solía ver la magia en todo, pero eso ya no está en mí»; y en el bailongo ‘Treasure’ -de pegadizos «na na nas»- ruega que no le dejes «desaparecer para siempre en el éter».
Si ‘Former Things’ parece un disco cegado por la nostalgia, no lo es en absoluto. En su tercer trabajo discográfico, Campbell hace que lo viejo suene contemporáneo. Quizá sea su gusto por los ritmos rígidos y mecánicos de la synth-wave, quizá sea su intuición a la hora de hallar buenos ganchos vocales, quizá la producción de las canciones es especialmente creativa y burbujeante, pero la música de ‘Former Things’ es estimulante en todo momento. ‘The Catcher’ alterna teclados new wave con guitarras a lo New Order, los ecos sampleados de ‘(There is) No Logic’ parecen de un hit perdido de la MTV, el electro-funk nervioso de ‘Time Time Time’ nos lleva a los tiempos de Chaka Khan, el bombardeo de disparos y rayos láser de ‘Threats’ da lugar a todo un pepinazo y el estribillo de ‘Fear Colours’ lo podría haber entonado Janet Jackson en sus inicios.
En ‘Former Things’, LoneLady absorbe estas influencias en su discurso sin traicionarlo. ‘Former Things’ de hecho es un disco tan «Manchester», tan industrial en su exploración de los sonidos electro con los que Campbell creció, que es una pena que Mark Fisher no esté vivo para escucharlo porque apuesto a que, como mínimo, le habría gustado. Su espíritu sí está presente en los textos, como cuando Campbell canta que los «sueños se disolvieron en el aire», o en un vocabulario lleno de imágenes como el «ruido blanco», el «éter», los «circuitos», la «memoria» o las «señales». ‘Former Things’ también suena como un «futuro que jamás llegó a ocurrir», lo que en este caso significa que consigue que el pasado suene a nuevo. En una época tan plagada de pastiches y ejercicios de nostalgia manidos, la cosa tiene mucho mérito.
Adele es protagonista del número de noviembre de la edición británica de VOGUE. La cantante británica posa en la portada como pocas veces se la ha visto, convertida en toda una «femme fatale». El movimiento recuerda al de Billie Eilish a principios de este año.
La portada, claro, viene con charla incluida. El periodista que tiene el honor de hablar con Adele en la primera entrevista que la artista ofrece en 6 años es Giles Hattersley, además una de las primeras personas en el mundo que ya ha escuchado ‘Easy on Me’, el single que Adele publica el próximo 15 de octubre. Cuenta que el tema habla sobre la «infancia llena de tensión» de Adele, su «matrimonio perdido» y las «lecciones aprendidas y desaprendidas sobre la familia, el amor y el abandono».
En lo musical, Adele prepara el lanzamiento de su disco más «ecléctico». Al margen de sus típicas baladas y canciones de «cantautora» el disco incluirá una canción electrónica tipo «Balearic», otra con «ecos a Goldfrapp» y una de influencias noir jazz. La pista final «invoca a Judy Garland», es «jazzy» y «campy», tendrá «grandes cuerdas» y durará siete minutos.
Entre los músicos involucrados en el nuevo trabajo de Adele se menciona los nombres de Greg Kurstin, colaborador habitual de la artista; Max Martin, que co-escribió el single ‘Send My Love (To Your New Lover)’ de ’25’; e Inflo, productor de algunos de los álbumes mejor valorados por la crítica de los últimos tiempos, los de Michael Kiwanuka, Little Simz o SAULT. Al contrario de lo que se ha especulado en redes, en el largo volverá a haber 0 artistas invitados.
En otro punto de la entrevista, Adele habla sobre el momento en 2019 en el que afirmó que su disco saldría en septiembre. Dice que «estaba borracha» y que ese día «oficiaba la boda».
¿En qué medida hablará el nuevo álbum de Adele sobre su divorcio? La artista revela que ‘Easy on Me’ es explícita al respecto pero que el resto de canciones no lo son tanto, aunque el periodista, que ha podido escuchar hasta cuatro canciones, discrepa. La autora de ‘Hello’ explica que ha escrito el disco específicamente para su hijo: «quería que supiera, cuando tenga 20 o 30 años, quién soy yo y por qué decidí voluntariamente desmontar toda su vida para perseguir mi propia felicidad». El arco del disco pasará de la «autodestrucción» (Adele se refiere a su consumo de alcohol) a la «redención».
Tears for Fears, banda autora de varios clásicos pop de los años 80, como ‘Everybody Wants to Rule the World’, ‘Shout’, ‘Mad World’, ‘Woman in Chains’ o el gran ‘Sowing in the Seeds of Love‘ que recordamos hace unos años, ha anunciado nuevo disco. ‘The Tipping Point’ verá la luz el 25 de febrero a través de Concord y es el primer trabajo discográfico del dúo en 17 años. ‘Everybody Loves a Happy Ending’ salió en 2004.
En nota de prensa, el grupo explica por qué ha decidido publicar un nuevo álbum ahora. “Para que todo fuera perfecto para este disco, antes todo tuvo que ir mal, llevó años, pero algo sucede cuando nos juntamos», cuenta Roland Orzabal. «Tenemos un equilibrio, un toma y daca – y funciona bien”. Curt Smith añade: “Si el equilibrio no funciona en un álbum de Tears For Fears, es imposible que el álbum funcione. Para simplificar, un disco de Tears For Fears y lo que la gente conoce como el sonido Tears For Fears, son las cosas en las que estamos los dos de acuerdo».
‘The Tipping Point’ es también el título del primer single del disco, que «captura el dolor de ver a alguien que quieres perder una larga batalla a la enfermedad». Musicalmente, el tema se ajusta a un estilo de pop-rock épico y emotivo marca de la casa.
1 No Small Thing
2 The Tipping Point
3 Long, Long, Long Time
4 Break the Man
5 My Demons
6 Rivers of Mercy
7 Please Be Happy
8 Master Plan
9 End of Night
10 Stay
11 Let It All Evolve [deluxe edition]
12 Secret Location [deluxe edition]
13 Shame (Cry Heaven) [deluxe edition]
Cuando pienso en cuál es mi canción favorita de la década (pasada), la que va de 2010 a 2019, inmediatamente me viene a la mente ‘Video Games‘ de Lana Del Rey. Puede que no sea la mejor… o puede que sí pero, al final, los conceptos de «mejor» y «peor» son abstractos y subjetivos. De lo que no hay duda es que es una de las más relevantes y significativas porque catapultó la carrera de una de las cantantes más influyentes de la última década (y no solo porque lo diga Taylor Swift). De ‘Electra Heart’ de Marina a los últimos pasos de Billie Eilish pasando por Lorde o Halsey, el sad-pop vintage de Lana ha marcado la música pop de esta década te guste o no.
El primer single de ‘Born to Die‘, que salió oficialmente el 7 de octubre de 2011, por lo que hoy cumple una década de vida, ha tenido mucho que ver con ello. Recuerdo, en su momento, leer opiniones entusiastas sobre la canción que la tildaban de «perfecta», algo que no se suele ver tan a menudo cuando se trata de una canción nueva. Pero ‘Video Games’ encaja en esa descripción. Es una canción maravillosa en todos los sentidos: la intérprete tiene carisma y estrella, mucho más de lo que crítica y público, siempre dispuestos a adorar a las grandes voces de turno, le atribuyeron; los arreglos de cuerda, arpas, redobles y campanas son dramáticos en el sentido más cinematográfico del término y la melodía es tan buena que podría haber sido escrita en la etapa dorada del pop de los 60 o 70. La escuchas y agradeces estar vivo.
Especialmente el estribillo de ‘Video Games’ es oro puro. El inicio con «it’s you, it’s you, it’s all for you, everything I do» te mete en un escenario de romanticismo dependiente y «creepy» (ella misma usará esta palabra en las entrevistas para describirse a sí misma), y el modo en que Lana abre y concluye la melodía de «heaven is a place on earth with you / tell me all the things you wanna do» pone los pelos de punta. «I heard that you liked the bad girls, honey, it’s that true?» es una de las frases más «Lana Del Rey» jamás escritas por Lana Del Rey. El tremebundo dramatismo de la canción podía situarnos en la escuela de Roy Orbison pero, a su vez, la pieza sonaba triste y sexy al mismo tiempo. Ella, que decía ser una «Nancy Sinatra gangsta», lo sabía.
‘Video Games’ es una de las canciones que mejor representan el «Hollywood sacdore» que Lana practicaba en este momento: voz apática y depresiva, fastuosos arreglos que parecen salidos de una orquesta de los años 40, y una letra llena de amor y obsesión fatales por un mindundi que, en este caso, juega a videojuegos y bebe cerveza. Lana ha intentado capturar su espíritu en ‘Arcadia‘, el último adelanto de ‘Blue Banisters’, el disco que publica en unas semanas; pero la magia de ‘Video Games’ realmente es irrepetible.
La canción también fue el principio de una próspera carrera que se ha sustentado en el éxito comercial de ‘Born to Die’, que llegó a alcanzar las 300 semanas de permanencia en el Billboard Hot 200, empatando con ‘Tapestry’ de Carole King y ’21’ de Adele; pero que, musicalmente, ha fascinado especialmente a crítica y público por sus diversos derrapes, desde el sadcore a lo Mazzy Star de ‘Ultraviolence‘ hasta la Americana de ‘Chemtrails Over the Country Club‘. Lana no ha vuelto a hacer una canción igual que ‘Video Games’ y, a la vez, ninguna de sus composiciones suenan a otra persona. Es una autora que tuvo la suerte o la desgracia de, en su debut, enfundarse el vestido de pop star. Está claro que no le interesaba demasiado.
El tiempo ha puesto la figura de Lana Del Rey en su lugar. Y no porque Pitchfork haya decidido repuntuar ‘Born to Die’ (de 5,5 a 7,8) o por la influencia que se le pueda atribuir en la industria. Hoy nadie duda de que ‘Born to Die’ es un clásico de nuestros días, pero entonces había muchas dudas. El cuestionamiento de la identidad de Elizabeth Grant, alimentado por las dudas sobre su pasado, su nombre artístico (una cosita, Bob Dylan no se llama así en realidad) y su artificioso aspecto, llevó a la crítica a percibir en ‘Born to Die’ una obra inauténtica y carente de alma. No recuerdo si, en 2011, la «autenticidad» (habría que definir qué significa esto exactamente) era el mayor valor que se podía adjudicar a la música pop o si las malas críticas a ‘Born to Die’ venían en realidad cegadas por la luz del márketing, pero la longevidad de ‘Video Games’ y de ‘Born to Die’ habla por sí sola.
Pedro Almodóvar ha sido muy odiado por la derecha sin que su cine sea el más político que nos puede venir a la cabeza. Ha trabajado con sus travestís y sus personajes leyeron muchísimo durante unos años El País. Ha habido personajes LGTB+ por aquí y mujeres empoderadas por allá, pero no es que haya sido Ken Loach. Muchas de sus películas son disfrutables como dramas universales, como ‘Volver’ o ‘La flor de mi secreto’, y como comedias para (casi) toda la familia, como ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’.
Y sin embargo, es decir su nombre en ciertas redes sociales, y emerger los ríos de odio, normalmente desde perfiles a la bandera rojigualda pegados cuando, paradójicamente, Pedro ha representado la marca España mucho más de lo que los votantes de VOX y sus bots asociados jamás podrán llegar a soñar.
En ese sentido, ‘Madres paralelas’ es una tocada de huevos en toda regla: es la peli más política de Almodóvar. Ya no es que su crítica a Mariano Rajoy por jactarse de destinar «cero euros» a la ley de memoria histórica sea explícita nada más comenzar la película. Es que está subrayada con rotulador flúor: la camiseta «todas las mujeres debemos ser feministas», la referencia constante a Janis Joplin, la mención al izquierdismo de la mayoría de los actores -prácticamente el único momento divertido de la cinta-… Es casi demasiado, a destacar, eso sí, una escena que está pasando desapercibida pero esencial, en la que el director juega de manera muy sutil con el racismo interiorizado del espectador. La foto de los responsables de una violación, en referencia inequívoca a La Manada.
‘Madres paralelas’, que narra la vida de dos mujeres de diferente generación que dan a luz a la vez, es también uno de los mayores dramas de Almodóvar. Un drama que más que salir moqueando, produce «muchas ganas de llorar», como dice el personaje de Rossy de Palma en un punto del metraje. Llorar por todos aquellos que ya no están y nos faltan, y por todos aquellos que convirtieron el dolor humano en una mierda de «trending topic».
Sin necesidad de artificios ni caracterizaciones, Penélope Cruz está espectacular como nunca; la adolescente Milena Smit cumple y Aitana Sánchez-Gijón, que interpreta a la madre de esta, reclama lo suyo al ofrecer una visión de la maternidad diferente a la que se había visto en el cine de Pedro. Es un papel interesante de actriz fracasada que deja en segundo plano a su hija en pos de su propia libertad y de su trabajo interpretando una obra de Federico García Lorca (¿de quién, si no?). Algo que ya no podemos echarle en cara desde que existe una asociación de enorme alcance, muy acertadamente llamada Malas Madres.
Ciñéndonos a lo formal, ‘Madres paralelas’ es una gozada en su retrato de las calles de Madrid y otros puntos de España, como todas las películas de Almodóvar. No demos nunca esta maravilla por hecha: está el estupendo diseño de producción centrado en el arte y fotografía en honor al papel de Janis, el simpático guiño a Los Javis, los cameos justos… todos empujando la cinta a la estética pop, y nunca a una película-panfleto de la España de los 90.
Pero sobre todo ‘Madres paralelas’ reincide en la verdadera maestría de Almodóvar: su búsqueda de sentido y de justicia poética para la historia de varias generaciones, presente en sus mayores obras maestras, como en ‘Todo sobre mi madre’ con el bebé que «sustituye» al hijo perdido; o de manera muy clara en todo el desarrollo de ‘Volver’. En ‘Madres paralelas’ hay algo de esa vibrante estructura circular, quizá de manera demasiado insistente, porque las dos historias principales (la de las madres y la de la memoria histórica) corrían el peligro de no terminar de casar del todo. Nada que no pudiera resolver la aparición de Julieta Serrano.
El multipremiado Alberto Iglesias subraya aquí sobre todo las escenas de sexo además de las tensas, realzando esa categoría de drama de la que hablaba y que empuja ‘Madres paralelas’ a veces un poquito de más a la mitad desagradecida del cine de Almodóvar, la más telenovelera: ‘Carne trémula’, ‘La flor de mi secreto’, ‘Los abrazos rotos’. El papel de Milena Smit tiene mucho que ver en eso. Por suerte, la escena final es más ‘Dolor y gloria‘. Estéticamente no solo es impresionante sino que deja la puerta abierta a la interpretación, a la polisemia y a los paralelismos con los debates de actualidad. Volviendo al principio de este texto, esta no es solo la película más política de Almodóvar, sino la más provocativa en ese sentido.
Rojuu es otro de los fichajes más fulgurantes de Sonido Muchacho, que acaba de recibir en sus filas a Confeti de Odio. El artista barcelonés se dio a conocer en su canal de Youtube, cuando apenas contaba 10 años -ahora tiene 18- y desde entonces no ha parado de ganar adeptos gracias a sus canciones de emo trap inspiradas en el anime. Ha publicado varias mixtapes en este estilo, pero el reciente ‘Roku Roku’ acusaba un sonido más popero y melódico y sus últimos pasos continúan por esa dirección.
‘¿Cuánto tiempo nos queda?‘, el primer single de Roc Jou en Sonido Muchacho, se sumergía en las aguas de la power ballad mediante una mezcla no tan imposible de guitarras eléctricas, teclados y autotune y el siguiente, ‘Un paseo más’, lo hace incluso de manera más decidida todavía.
En ‘Un paseo más’, Rojuu entrega un baladón sobre el desamor que, según Sonido Muchacho, está llamado a «quedarse con nosotros para siempre». Un ritmo programado, una guitarra eléctrica y ciertos ecos de hyerpop en el tratamiento de las voces sirven a Rojuu para expresar su confusión ante una persona que ha cambiado y está a punto de salir de su vida. Dice estar «pasando una etapa rara» y observa a esa persona irse «sin decirme nada» e incluso anticipa que «pronto llegará tu nueva identidad». Frases como «quieres que se acabe pero no lo paras» dibujan el escenario de una relación complicada, llena de obstáculos.
El verdadero drama de ‘Un paseo más’ llega, claro, en el estribillo, cuando Rojuu proclama que «nada volverá a ser igual». La melodía parece ascender hacia los cielos en los primeros segundos, pero pronto se desinfla como un globo, llevándonos de nuevo a una situación de tristeza y desamparo. El tema sobrecoge hacia el final, cuando las voces autotuneadas entran en acción para insuflar más emoción todavía a la pieza, a la manera de una Charli XCX.
El vídeo de ‘Un paseo más’ parece aludir a una crisis de identidad. Rojuu aparece en dos escenarios opuestos, por un lado, en el interior de una limusina y, en el otro, en un vertedero de coches. En un punto del vídeo ambas identidades se encuentran.
Son buenos tiempos para Alejandro Sanz. Excelentes. ‘#ELDISCO‘ fue un enorme éxito comercial pese a sus escasos méritos creativos y ahora le han dado una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, la número 2.703, situada en el 1750 de Vine Street. Desde mañana 8 de octubre lo celebra con una gira de 12 conciertos por Estados Unidos.
En este contexto, se estrena la piedra angular de su próximo disco, lo que se ha llamado su «kilómetro cero». Como single, ‘Bio’ representa un riesgo para él como «spoken word», al margen de su nombre de yogur o frutería de última hornada. Eso sí, alguien con sus ventas actuales debería ser un «líder» más que un «follower», y el parecido con ‘René’ de Residente, un tema tan sólo del año pasado, es demasiado.
Residente nos entregaba una composición desgarrada y confesional, de las que dejan el alma al aire, en la que recorría algunos de los recuerdos más duros de su vida. Aunque no hubieras oído jamás hablar de Calle 13, era muy difícil contener las lágrimas durante su relato sobre gente que ya no está, sobre la persona que ya ni es ni podrá ser. Fue una de las 10 mejores canciones de 2020, y desde luego la más bonita.
Por el contrario, el tema de Alejandro Sanz, aún aderezado con piano, cuerdas y guitarras, muy sutiles, eso sí, resulta mucho más frío. Uno atiende con interés a su sensibilidad artística de niño: lo poco que le gustaba el fútbol, lo poco que encajaba con los «malos de extrarradio» (sic), y cosas así. Pero no hay cumbre para este relato: uno se pasa unos minutos esperando a que pase algo, pero lo único que emerge es la duda: ¿Será que la vida de Sanz no tiene realmente nada más interesante que contar, o simplemente no se ha atrevido a desnudarse de verdad frente a su audiencia? ¿De verdad averiguaremos más cosas sobre quién es Alejandro Sanz siguiendo su incómodo Twitter que en esta canción que tenía que representar su gran momento?
No vuelve, pero sí. O sí, pero no. A Dani Martín no le apetece volver al grupo que hoy solo podemos asociar con la España que podía elegir disfrazarse de pijo o de macarra, como explica Juan Sanguino en su sublime análisis de El Canto del Loco.
Pero sí le apetece volver a explotar el fenómeno, recuperar el repertorio 20 años después, repasar las canciones, hablar de ello. Por eso ha regrabado 10 temas de su repertorio en el grupo que le hizo famoso junto a una inédita, conformando todo esto lo que se considera su 5º disco de estudio. Una fantasía navideña próximamente en sus tiendas físicas que justifica así: «Durante 10 años tuve una banda que ahora es vuestra. Desde que ECDL terminó, muchas veces, me han preguntado cuándo íbamos a volver. La vida pasa; las personas elegimos, crecemos, somos felices también en otros lugares, pero no significa que no queramos mantener vivo un recuerdo que ha hecho nuestro camino y que nos ha traído hasta el presente. Por eso es precioso ordenar las fotos, elegir las mejores, hacer el collage que te hace sonreír y quedarte con lo bonito de lo vivido. El tiempo lo cura todo. Este es mi homenaje a aquellos años. A Chema, David, Iván, Jandro, Nigel y a todos aquellos que formasteis parte de mi ilusión, de aquella que nació en el salón de mis padres, EL CANTO DEL LOCO».
La canción inédita se llama de manera imaginativa -y no es ironía- ‘No, no vuelve’. Es tremendo baladón que hace temer que esas regrabaciones de 10 cortes escogidos de El Canto del Loco suenen demasiado invernales y retraídas. Dani Martín habla de manera muy emocionada de las «zapatillas» que solía usar. Justifica por qué «no vuelve, no» («Me cansé de oír mi nombre / Me aburrí del falso amor»). Reconoce una vez más su enfermizo complejo sobre el estatus social de su banda («Me arruiné con tanta pose»). Sitúa la acción en el salón de sus padres donde empezó su grupo cuando eran solo unos chavales. Termina recordándonos que lo importante es la canción, ¿pero cuán buena es la suya?
Hemos mejorado desde ’16 añitos, fiera’. Tampoco es que fuera muy difícil. ‘No, no vuelve’ es más adulta y eficaz: su clímax «no vuelve, ¡no!» es aplicable a cualquier cosa que anhelas que vuelva y no termina de hacerlo, como por ejemplo, digamos, El Canto del Loco o la vida sin mascarillas. Sin embargo, la gracia de este tipo de canciones biográficas de autoafirmación, de ‘My Way’ a ‘It’s My Life’ o últimamente la sublime ‘René’, es su independencia, y esta es más bien un pastiche de diferentes cosas. Comienza con una sucesión de acordes clavada a la de ‘Zombie’ de Cranberries (versión acústica), para después acercarse a los territorios emocionales de un Alejandro Sanz y terminar entregándose a una épica próxima a Queen, Coldplay o incluso la balada jevi. Es una canción muy meditada con visos de hit. Bien resuelta está, pero revolver, no revuelve.
Pitchfork celebra sus 25 años. Parece mentira, ¿verdad? Quizá sea porque su influencia comenzó a ser mucho mayor hacia mediados de los 2000, y al menos en Europa rara es la persona que descubrió en su seno valores como The Avalanches o Magnetic Fields, procedentes de finales de los 90. Por aquí éramos más de Rockdelux, Mondosonoro y Radio 3. Fue alrededor de 2005, cuando empezaban a despuntar Arcade Fire, Sufjan Stevens, The National o The Knife, que la influencia de lo que entonces se llamaba Pitchforkmedia empezó a sentirse de verdad en el plano internacional. Pero existir, existían desde 1996.
25 años después, podemos abrir el enésimo debate sobre la relevancia de los medios de comunicación en la era de las redes sociales, cuestionar el atino de sus últimos hypes o su aproximación paulatina a la música comercial, pero nadie puede citar un medio de comunicación musical que resulte más influyente en el globo terráqueo. Lo que no sabemos es si Pitchfork celebra este aniversario con la mejor idea: un listado de los 200 artistas más importantes para ellos durante estos 25 años, en el que no está Adele, la autora del disco más vendido del siglo y ganadora de varios Grammys; y un artículo en el que se pretende corregir la calificación de 19 discos mal puntuados cuya valoración «cambiarían si pudieran». Ni 21 ni 25. 19 como el debut de la misma Adele.
La idea es divertida, hasta que hace aguas por todos lados. Un disco de Liz Phair que recibió un 0 pasa a recibir un 6. Se hace un poco de justicia -tampoco mucha- a ‘Born to Die’ de Lana del Rey; a ‘Stories from the City, Stories from the Sea’, el clásico de PJ Harvey que fue inexplicablemente castigado por el portal; o al EP de Charli XCX que tan importante fue para el desarrollo del hyperpop. Una de las cosas que comentábamos en nuestro podcast «Criticar por criticar» era la necesidad de informar a la audiencia sobre aquellas reseñas de las que nos arrepentíamos. Justin Timberlake, el segundo de Beyoncé, Joanna Newsom son algunos ejemplos recurrentes de nuestros archivos. Pero en este caso, Pitchfork no la ha ejecutado de la mejor manera. No a la altura de sus interesantes reseñas dominicales, por las que hace poco pasó nada menos y al fin, el debut de The Cranberries puntuado con un 8,5 sobre 10.
En este caso, Pitchfork no ha explicado bien por qué ha escogido 19 discos en lugar de otra cifra. Se limitan a decir que son álbumes de los que hablan a menudo en la redacción. Parte de la selección parece totalmente irrelevante: nadie había dejado de dormir por 1 punto de más para el último disco de Grimes, ni por 1 punto de menos para el último disco de Chairlift. Una selección de disco por año, es decir, 25, habría sido una decisión no sé si muy relevante pero desde luego sí más estética y narrativa: nos habría dicho algo de la misma evolución de Pitchfork. Rolling Stone y Rockdelux hacen ese tipo de artículos muy bien.
Otra opción habría sido preguntar a varios redactores o excolaboradores de qué crítica se arrepienten más. Sin embargo, los nuevos textos no están escritos por los críticos musicales originales, por lo cual en ocasiones la selección se convierte en una manera totalmente aleatoria de desacreditar a compañeros de profesión y de medio. O directamente son un crimen. Todavía no me he recuperado de esto: alguien ha decidido que era buena idea bajar la nota del disco final de Daft Punk, ‘Random Access Memories’, porque no ha sido tan «crucial» o «influyente» para la música pop como lo fue ‘Discovery’. El propio autor de este nuevo texto reconoce que las escuchas de ‘Random Access Memories’ siguen siendo multimillonarias, así que sólo puedo añadir que ojalá hubiera sido más «influyente», pero probablemente en los tiempos del bedroom pop no todos los músicos tenían millones de dólares para afrontar una superproducción tan prodigiosa y pornográficamente cara.
Pero el verdadero peligro de esta selección de 19 discos mal puntuados, en la que también se ha subido 1,2 puntos al segundo de los Strokes (de un 8 a 9,2), es que parece revalidar que el resto de miles de críticas publicadas por el portal son correctas. Y eso incluye las rácanas valoraciones realizadas en su momento de ‘Back to Black’ de Amy Winehouse, quien misteriosamente sí aparece en el listado de artistas esenciales (puntuado con un 6,4); ‘Vespertine’ de Björk (puntuado con un 7,2); ‘Parachutes’ de Coldplay (puntuado con un 5,3); o ‘NYC Ghosts & Flowers’ de Sonic Youth, que recibió un orondo 0. Hablo de críticas no borradas por el site, como sucedió con ‘The Boy with the Arab Strap’ de Belle & Sebastian, que se puntuó con un 0,8 en su momento, pero luego fue revisitado con un 8,5. Pero también habría que hablar de todos aquellos «best new music» ensalzados que no es que hayan sido demasiado influyentes. Grimes e Interpol han sido las víctimas fáciles de un troleo por su popularidad, pero lo bueno habría sido abrir el melón de dónde quedó el hype de gente como Girls, EMA o Hercules & Love Affair, pese al cariño que siento por los tres.
Y es que, si realmente Pitchfork se arrepiente tanto de sólo 19 críticas, ¿no habría sido lo suyo revisitarlas durante los próximos meses o años, una a una? Una jugada rara, de la que lo único bueno que se puede decir es que nos ha hecho pasar un rato, debatir… y también recordar, paradójicamente, los inicios más amateur de Pitchfork, que no sé si era la intención.
Revisitar un álbum, cambiarle la nota, genera un debate lícito y necesario: es un ejercicio incluso habitual cuando, por ejemplo, nos enfrentamos a un aniversario o una reedición, porque el tiempo y el devenir de las modas pone a cada cosa en su lugar. Pero con estas formas el movimiento genera cierto recelo. No se puede pasar por alto que el creador original de Pitchfork, Ryan Schreiber, vendió el site en 2015 al gigante editorial Condé Nast, dueño de Vogue, The New Yorker, GQ, Glamour o Vanity Fair. Entre 2018 y 2019, Schreiber se desvinculó definitivamente del portal. El giro de Pitchfork hacia el mainstream, lejos de los inicios de indie radical, había empezado algo antes, si bien consolidándose a lo grande estos últimos tiempos. No seré yo quien diga que Pitchfork ya no es lo que era, porque ignorar el mainstream siempre me pareció un error, pero antes al menos estaba claro de qué pie cojeaba el sitio y cuál era su alma, equivocaciones incluidas. Este último revuelo simplemente parece un clickbait torpe, holgazán y sin demasiado sentido. Que ‘Born to Die’ es un clásico ya lo sabemos, pero respecto a lo que hoy en día piensa Ryan Schreiber de tal álbum, lo cierto es que nos hemos quedado igual.
La discografía de El Canto del Loco abarca una década: su debut, ‘El Canto del Loco’, es de 2000 y su quinto y último álbum, ‘Personas’, de 2008. Esa casualidad los convierte en un símbolo de una época cultural muy concreta, con internet pero sin redes sociales, con discos superventas pero con piratería y, sobre todo, con un público que tenía mucho dinero. La España de El Canto del Loco es la España del chalet con piscina. La España en la que el ascensor social no solo existía sino que iba a toda velocidad y en una sola dirección: hacia arriba. Esta movilidad de clase estaba personificada en el líder de la banda, Dani Martín, ejemplo vivo de cómo en los 2000 la clase media tenía el lujo de travestirse de macarra por diversión.
El verano antes de su debut musical, Dani Martín apareció en ‘Al salir de clase’ interpretando a un miembro de “La banda del bate”. Desde luego tenía el aspecto, la postura y la voz de un macarra. Cuando salió el grupo se decía que en realidad era pijo, que era un intruso que se hacía pasar por malote, que su pose como líder de El Canto del Loco no era más que una interpretación como la que había hecho en ‘Al salir de clase’. No era verdad. Dani Martín no era ningún pijo, sino algo con muchas más posibilidades: era un chaval de clase media bienestante.
Martín creció en Alalpardo, un municipio madrileño a 50 kilómetros del centro de la ciudad compuesto mayoritariamente por chalets. Sus padres vivían en uno, en una urbanización de protección oficial. Alalpardo tenía 2000 habitantes y era el 20º municipio con mayor renta per capita de los 179 que conforman la Comunidad de Madrid. Es una especie de extensión residencial de Valdeolmos, lo cual la convierte en una localidad que no tiene tradición de pueblo pero tampoco ha desarrollado una cultura poligonera de extrarradio como otros municipios madrileños con una población cien veces mayor (Móstoles, Alcorcón, Leganés). Es decir, es una localidad sin identidad definida. Eso quiere decir que los que se crían allí pueden elegir presentarse ante el mundo como pijos o presentarse como macarras.
Dani Martín eligió la segunda opción. Y si lo tachaban de pijo encubierto era porque su pose se notaba impostada. A diferencia de los Estopa, Martín no venía del barrio. Tampoco tenía influencias musicales alternativas. Su primera exhibición artística fue a los 9 años, haciendo un playback de Hombres G en el colegio con una guitarra de madera. A los 10 se pasaba las tardes dibujando las portadas de sus futuros discos. Su aparición en varios programas y series de televisión sugería que había sido un “niño artista” de esos que van a castings infantiles. Pero también había sido repartidor de pizzas durante su adolescencia. “Mira, El Canto del Loco te puede gustar o no, pero no somos un producto. Hemos sido de mucho currar. Nadie nos ha regalado nada” insistía Martín en El País en 2008.
La gente criada en Valdeolmos podía elegir presentarse ante el mundo como pija o presentarse como macarra. Dani Martín escogió lo segundo
Martín se travestía de macarra con artefactos como una ceja partida (no en una pelea, sino con una maquinilla de afeitar), una cresta (David Beckham también la llevaba) o un tatuaje en el brazo que decía “Niñato”. Su dicción al cantar, completamente forzada, también invocaba un barrio en el que él no había crecido. Su postura habitual era con la barbilla elevada con gesto desafiante. Y por supuesto nunca sonreía. Aunque se echaba gomina, fruncía el ceño y se levantaba los cuellos de la chupa (vaquera, claro), se mostraba incómodo con su, por otro lado indiscutible, condición de sex symbol generacional: según la masculinidad imperante en la época, querer gustar se consideraba una debilidad. Por eso él se empeñaba en parecer desganado.
En su canción ‘Besos’ evidenciaba esta tensión: en las estrofas se reía de un metrosexual (“¿Por qué te echas mil cremas por el cuerpo si no se te ven?”) mientras que en el estribillo exultaba un sentimentalismo tradicional (“Eso es lo que quiero, besos, todas las mañanas me despierten besos”). En el videoclip de ‘Eres un canalla’ resolvía sus diferencias con otro chaval echando un partido de fútbol sala. La cancha estaba rodeada de chalets. Dani Martín, por tanto, nunca tuvo ninguna credibilidad como macarra. Pero eso al público nunca le importó: se notaba cuánto se esforzaba en parecerlo, como tantos chicos de su época. Para la clase media de los 2000 disfrazarse de pijo o disfrazarse de macarra eran fetiches de quita y pon. Y eso convertía a Dani Martín en un chaval representativo de su generación con el que el público podía identificarse.
Para la clase media de los 2000 disfrazarse de pijo o disfrazarse de macarra eran fetiches de quita y pon. Y eso convertía a Dani Martín en un chaval representativo de su generación
En España hay cierto complejo cultural con la teatralidad. Las estrellas del pop españolas, a diferencia de las anglosajonas, siempre parecen personas normales. El Canto del Loco pertenecía a una corriente musical dominada por la clase media: chavales con nociones musicales gracias a sus clases de solfeo en el conservatorio que vestían con la misma ropa que sus fans. La imagen de marca de artistas como La Oreja de Van Gogh, Álex Ubago o Rosana era la sencillez. Cuando uno nace pijo o pobre tiene dos opciones: continuar su estirpe o rebelarse contra ella. Pero cuando uno nace en plena clase media como Dani Martín no tiene nada contra lo que rebelarse y, de hecho, puede elegir su tribu cultural e incluso oscilar entre una y otra. Por eso El Canto del Loco conectó con la España más apacible que ha habido: a los adolescentes de los 2000 les gustaba escuchar canciones con letras genéricas porque su vida era genérica. El rock, para entonces, ya no era una cuestión ideológica sino cosmética. De ahí el éxito de Avril Lavigne, Simple Plan o Evanescence. Y lo más transgresor que un adolescente podía hacer en aquella época era ponerse un nick de Messenger alternando mayúsculas y minúsculas.
Al nacer entre los 70 y los 80, tanto los integrantes de El Canto del Loco como sus oyentes solo habían conocido la España de la prosperidad. Las hipotecas a cincuenta años, la segunda residencia en la playa, los fines de semana en Londres, los dos coches por familia. Si en los 80 La Movida ejerció un rol similar a la contracultura estadounidense de los 60 (había que romper con un pasado opresivo, cursi y autoritario), los 2000 españoles serían el equivalente a la apoteosis económica de los 80 de Reagan: una etapa de crecimiento económico sin precedentes. Todo el mundo tenía dinero. Nadie tenía motivos para quejarse. No había nada contra lo que enfrentarse.
Los 2000 españoles serían el equivalente a la apoteosis económica de los 80 de Reagan: una etapa de crecimiento económico sin precedentes
Las canciones de El Canto el Loco encajaban en este estado de ánimo. Sus letras, al igual que las de La Oreja de Van Gogh o Ubago, no tenían dobles sentidos, ni ironías, ni metáforas. Hacían música literal para una sociedad literal. Si los artistas de los 80 tenían influencias más poéticas que sus oyentes (Baudelaire, Poe, Bécquer), en parte porque la mayoría venían de buenas familias, los de los 2000 habían crecido escuchando a esos grupos (el nombre de El Canto del Loco venía de una canción de Radio Futura) y habían absorbido su sonido pop-rock pero no su riqueza lírica. Los chicos de El Canto del Loco solo tenían el mismo aspecto que sus fans, también tenían las mismas inquietudes.
Su música venía de las salas de ensayo. El guitarrista y Dani Martín eran primos. Y podían ser tus primos. Su marca era la de “una banda de instituto que ha llegado lejos” y se vestían como tal: vaqueros desteñidos, gorros de lana y camisetas de manga larga con camisetas de manga corta encima. En vez de botas de motero llevaban botas Timberland. Si un videoclip se rodaba en invierno salían con abrigos de ante y jerséis de punto. Si era verano, collares de surfero (otra estética que en los 2000 se podía fetichizar sin haber pisado nunca una tabla de surf). No parecían estrellas del rock en absoluto. Hasta el nombre de su líder, Daniel Martín García, estaba en las antípodas de una rockstar. Pero precisamente esa normalidad fue una de las claves de su éxito. Los 2000 fue la última década en la que, tras la subversión cultural de los 80 y el grunge antisistema de los 90, ser normal era lo mainstream.
La crítica los despreció como un grupo de rock para niñas o, más concretamente, un grupo de rock para niñas pijas. Y es cierto que El Canto del Loco manufacturaba, empaquetaba y despachaba un rock destilado para que sonase aceptable para el público mainstream. Ese que berreaba “Lega-legalización” de Ska-P o ‘La fiesta pagana’ de Mago de Oz para luego coger el búho a su chalet de extrarradio. El público generalista de clase media y clase alta adoptaba códigos del barrio: empezaron a tatuarse, jugaban a robar coches en el Grand Theft Auto y escuchaban hip hop. Y El Canto del Loco ofrecía una versión inofensiva y sin consecuencias del macarrismo.
El Canto del Loco ofreció una versión inofensiva y sin consecuencias del macarrismo
Cuando se declaraban ‘A contracorriente’, no estaba claro en contra de qué corriente estaban. De hecho pocos grupos nadaban más a favor de la corriente que ellos. Se trataba de una rebeldía genérica, abstracta e intercambiable. Sus letras no eran concretas, de manera que cualquiera podía identificarse con ellas: “Solo necesito que alguien crea en mí” (un sentimiento adolescente de manual), “Eres un cobarde que me ha robado lo mío” (evoca ‘Devuélveme a mi chica’, pero sin entrar en detalles de qué es “lo mío”), “Sentir que nadie me escucha / Escondo mis palabras y vuelvo a la ducha”. Cuando no resultaban directamente inconexas aunque sonasen fenomenal: “Son sueños que son de verdad / Me gustaría que fuera real”.
No es que tuvieran influencias, es que cada canción sonaba a alguna que ya existía. ‘Llueve en mí’ o ‘Son sueños’ parecían de Los Secretos, ‘Eres un canalla’ sonaba a ratos a Seguridad Social y a ratos a Gabinete Caligari y el solo de guitarra parecía el de ‘Sin documentos’ de Los Rodríguez. Tenían varias canciones sobre estar harto de la gente y cantarle las cuarenta a un examigo o una exnovia (“Eres un examen de retrasado mental”, cantaba en ‘No quiero nada’) y todas parecían versiones inconfesas de ‘Corazón de tiza’ de Radio Futura, pero ninguna concretaba qué había hecho el/la canalla en cuestión. En la intro hablada de ‘La madre de José’, Dani Martín directamente suena igual que David Muñoz de Estopa. Los coros también suenan como si los cantase su hermano José. En el videoclip, Dani caía en la seducción de la susodicha madre (interpretada por un cruce entre la señora Robinson y Olvido Hormigos), que lo embaucaba para subir a la segunda planta del chalet. Pero él no era un chaval de barrio que se tiraba a una pija. Él venía de un chalet igual al final de la calle. Y todas esas canciones sonaban un poco a Green Day.
En sus conciertos versionaban a Antonio Vega, Guns ‘n’ Roses u Hombres G. El Canto del Loco reivindicaba a estos últimos, con quienes llegaron a hacer una gira conjunta en 2006, años antes de que una parte de la comunidad indie los elevase a la categoría de iconos de la modernidad. Precisamente la imagen pública de El Canto del Loco era similar a la de los Hombres G: una pandilla de niños bien que se hacían los canallas para triunfar como fenómeno fan entre las niñas.
Pero El Canto del Loco tenían mucho público más allá de las adolescentes pijas. El Canto del Loco le gustaba a muchísima gente distinta. “Éramos un grupo de albañiles, de pijos y pijas, de señoras de la limpieza, de todo. Cuando haces tres noches es Las Ventas tiene que ser algo muy para todo el mundo”, defendía Martín en 20 Minutos. Y que todas sus canciones se pareciesen a otras canciones de los 80 no las hacía peores. Todas eran buenos y efectivos temas de pop guitarrero. Pero el cantante despertaba antipatía por haber triunfado con ese rollo de malote vestido de El Corte Inglés, especialmente entre los círculos indies masculinos: no hace tanto tiempo, David Broncano y Queué insistían en el cliché de que El Canto del Loco eran unos pijos, Ignatius Farray le deseaba la muerte a Martín o Nacho Canut vaticinaba que “en tres años nadie se acordará de El Canto del Loco”. La banda jamás recibió el beneplácito de la élite musical y Dani Martín no tenía claro si lo deseaba o no.
Él mismo era consciente de este prejuicio. Cuando fue a un programa de Radio 3 para pinchar las canciones de su vida (Soundgarden, Piratas, Los Ronaldos) confesó que miraba al técnico y le imaginaba pensando “Joder, este tío escucha esto y luego vaya mierda de música que hace”. En 2008, mientras presentaba ‘Personas’, lamentaba que mucha gente no fuera a escucharlo porque existía una barrera de prejuicios contra el grupo. Y añadía: “Yo, seguramente, también la tendría”. En aquella época la autenticidad y la calidad todavía parecían incompatibles con la comercialidad.
El Canto del Loco despertaba inquina entre los melómanos porque no escondían sus aspiraciones comerciales. No intentaban ganarse el beneplácito de la élite. Desde que empezaron a ensayar en la oficina del negocio del padre de Martín a finales de los 90, convocaban a sus compañeros de clase para que votasen con sus canciones favoritas y al acabar recogían los papelitos y seleccionaban las más populares para los conciertos. El Canto del Loco siempre quiso gustar. Los críticos veían en la vocación mainstream de El Canto del Loco una falta de autenticidad y una estrategia de márketing, pero con los años se ha revelado la verdadera naturaleza de esa identidad: los Millennials son la primera generación que se siente perfectamente cómoda adoptando signos de clases sociales a las que no pertenecen. De ahí que hoy Bad Gyal, hija de un artista e intelectual burgués, pueda travestirse de barrio sin que nadie lo cuestione.
Los Millennials son la primera generación que se siente perfectamente cómoda adoptando signos de clases sociales a las que no pertenecen
La identidad de Dani Martín era líquida. No era un pijo, pero sí era un niño bien que se disfrazaba de macarra: “El chaval es buena gente” escribía Fernando Neira en El País en 2009: “Charla con los tenderos, cede el asiento en el autobús y participa en las campañas contra la violencia de género. Dani debe de ser un aliado potable para compartir birritas y una de patatas con alioli”.
El mayor éxito de El Canto del Loco llegó en 2005 con ‘Zapatillas’. No es casualidad. Es, junto con ‘La madre de José’, una de sus letras más originales y narrativas (aunque tenían relatos escondidos en sus discos tan interesantes como ‘El agricultor’, una sátira sobre los nuevos ricos) y sobre todo es una declaración de intenciones. Es un trallazo pop con guitarras punk que critica el esnobismo de las discotecas de pijos donde solo te dejan entrar con zapatos. Una costumbre habitual en los 90 que en realidad, para 2005, ya no ocurría en casi ninguna discoteca. Por eso ‘Zapatillas’ funciona. Porque propone un mensaje de rebelión costumbrista con el que se puede identificar todo el mundo. Hasta los pijos, que en 2005 ya se habían apropiado de las Converse. Por supuesto, a Dani Martín hacía años que ningún portero le impedía la entrada a ninguna discoteca pero él supo conectar con un orgullo de clase obrera, con una reivindicación del barrio que él no conocía, pero que ya tenía dominada de tanto adoptarla para su personaje artístico.
Zapatillas vendió 400.000 copias cuando la piratería ya estaba causando estragos. En el quinto y último disco de la banda, ‘Personas’, Martín había cubierto su tatuaje de “Niñato” con una flecha que recorría su antebrazo. Acababa de sufrir una crisis de identidad al cumplir los 30 años y necesitaba avanzar en alguna dirección. En 2008 presumía en El Mundo de que su gira llevaba “el sonido más grande que se ha utilizado nunca en España, una pantalla de leds trasera de 20 metros y una pasarela que llega hasta el medio del estadio”, pero sentía la necesidad de subrayar que seguía siendo una persona normal: “No es lo mismo ser famoso que querer serlo. Yo me llevo mi maleta, yo conduzco mi coche, yo me hago la compra”. A los 33 años, Martín entrenó varios meses para ponerse en forma y corrió la maratón de Nueva York.
El Canto del Loco desapareció justo cuando llegaba la crisis económica, una casualidad que cierra un círculo perfecto en su trayectoria: esa música para todos los gustos, esa mentira de la movilidad social y ese apoliticismo no iban a tener cabida en la sociedad post-crisis. Martín insistía en que su banda no tenía ideología, que solo eran “loquistas” y del Partido del Amor. Y lo cierto es que, a día de hoy, sigue costando adivinar en qué dirección vota (en alguna ocasión ha contado que su familia es de izquierdas). Pero esa postura al margen de la política, sencillamente, no habría sido sostenible después de 2008.
El grupo ha tenido un devenir paralelo al de sus oyentes. Primero descubrieron que el capitalismo es una mierda (su manager pasó cuatro años en la cárcel por robarles 220.000 euros y al salir publicó un libro en el que señalaba a Patricia Conde, con quien Martín mantuvo una relación, como “la Yoko Ono de El Canto del Loco”) y luego han acudido a terapia para gestionar su ansiedad. Tanto Martín como su primo, David Otero, han hablado con naturalidad sobre salud mental. En su carrera en solitario, Martín ha cantado canciones sobre la dificultad de gustarse a sí mismo y sobre la personalidad pública que adoptó en sus inicios por miedo a ser ridiculizado. “Me disfracé de uno que no era yo”, cantaba en ’16 añitos’.
“Mi amigo Nacho me decía el otro día: ¿Pero por qué sufres tanto? ¿Cuál es el motivo? Explícamelo». Y no lo sé, tío. Soy muy autoexigente, me pongo mucho encima y debería relajarme. Yo no me gusto mucho a mí mismo. Me doy bastante caña”, explicaba en Jot Down. En ‘Los valientes de la pandilla’ narraba su infancia por primera vez: “Ser el pequeño era difícil de aceptar / No tener fuerza, no saberla utilizar”. En 2010 confesaba en El País que en el colegio “No jugaba al fútbol tan bien como el resto”. “Y a la hora de pegarme tampoco he sabido hacerlo”, continuaba: “Por eso me llamaban el pequeño, coño. Porque era el pequeño”. Su primer single, ‘Pequeño’, entablaba un diálogo con el que había sido primer single de El Canto del Loco, ‘Pequeñita’, y sugería que cuando un tío trata con esa condescendencia a una chica suele ser porque está atestado de complejos. Como no le gustaba el fútbol, los fines de semana prefería ir al teatro con su madre. “Sí, era sensible y mantengo el orgullo de serlo», defendía. Los verdaderos valientes son los que no ocultan lo que son”.
Dani Martín ha regrabado diez canciones de El Canto del Loco, se supone que para darles un sonido más adulto con el que incorporarlas al repertorio de sus conciertos. Lleva varios años diciendo que le da cierto pudor cantar las más gamberras como ‘Zapatillas’ o ‘La madre de José’, pero a la vez sabe que el público quiere seguir escuchándolas. También lanzará una canción inédita de la banda y otra que homenajea aquellos años, curiosamente titulada ‘No, no vuelve’. Así que esto es lo más cerca que estaremos de ver de nuevo a El Canto del Loco. Este pseudoregreso, por tanto, no solo ejercerá un masaje nostálgico sino que estará en sincronía con la madurez de su público. Que Dani Martín se haya hecho mayor significa que tú y que yo nos hemos hecho mayores. Y sorprende por igual. Su amigo Carlos Tarque, cantante de M-Clan, se lo resumió a Martín un día mientras tomaban una cerveza: “¿En qué momento íbamos a pensar que Dani Martín iba a tener 40 años?”.
Cálida pero inquietante, íntima pero profundamente extraña, reconfortante pero capaz de desorientar, la música de Tirzah se mueve en dicotomías que parecen imposibles pero no lo son en su mundo. ‘Devotion‘, su primer disco, huía de los beats medio bailables de sus primeros epés para asentarse en un extraño cruce de R&B lo-fi, pop y electrónica casera que evocaba la serenidad de la vida doméstica. La voz de Tirzah sonaba desganada, como recién levantada de una siesta, pero las producciones de Mica Levi no podían resultar más mimadas y exquisitas. El disco fue un éxito de crítica.
Tres años después, el segundo disco de Tirzah ha llegado al mercado bajo el título de ‘Colourgrade’, que en español se traduce como «etalonaje». La palabra describe una técnica parecida a la corrección de color que se utiliza en el mundo del cine para «crear un ambiente ideal para cierto tipo de situación mediante la modificación de los colores y su temperatura en un video o escena». En ‘Colourgrade’, el ambiente es incómodo e impuro: Tirzah y su grupo de músicos formado por Coby Sey y la mencionada Mica Levi apuestan por la crudeza de las maquetas en lugar de por pulir las canciones lo máximo posible, y lo que resalta es la atmósfera extraña de la música, pero también el realismo de la voz de Tirzah -siempre tan cercana- y la corporeidad de los instrumentos.
En ‘Colourgrade’, las canciones viran más hacia lo experimental que en el álbum anterior. En la intro de la canción titular, que luego forma la base de dicha composición, la voz de Tirzah suena ralentizada y robotizada, como proveniente de una cloaca. ‘Hive Mind’ y ‘Recipe’ hacen uso de bajos graves y profundos y de otros efectos que enrarecen la producción, como ecos, atmósferas asfixiantes o tempos descompasados. ‘Crepuscular Rays’, que Tirzah considera la pieza clave de ‘Colourgrade’, no es más que un balbuceo de seis minutos que la artista y sus músicos acompañan con un drone de guitarra eléctrica y otros efectos. Si ‘Sleeping’ es una nana solo sonaría en el mundo de ‘Salad Fingers‘: el ambiente es gris, frío y grotesco más que tierno, pero la voz de Tirzah y sus letras se encargan de poner las cosas en su lugar.
Principalmente, ‘Colourgrade’ es un disco sobre la maternidad. Tirzah ha sido madre de dos criaturas entre los años 2018 y 2020 y su vida se ha tornado «cómica y mundana» porque «te pasas el día lavando botellas y poniendo lavadoras». En el downtempo de ‘Beating’, en el que los sintetizadores suenan como olas que rompen en las rocas, Tirzah celebra haber «creado vida», en el denso ‘Recipe’ promete a sus criaturas que les entregará «cada recuerdo, cada sueño, cada receta y seguridad» y ‘Sleeping’ es efectivamente una nana creada durante el sueño de uno de sus hijos que describe dicha actividad. El modo en que ‘Colourgrade’ investiga la maternidad es de todo menos azucarado y sentimental. Más bien apuesta por una intimidad casi secreta, en la que manda la ambigüedad más que la narración de historias.
La música de ‘Colourgrade’ suena íntima también en el sentido de que no puede desprender menos intención de ser apreciada por todo el mundo, lo cual no es malo de por sí, pues el disco suena desprovisto de todo estrés por el qué dirán. Y los singles son una muestra de ello: ‘Send Me‘, que apela a la calidez y a la curación, es completamente cautivador en su extremo minimalismo R&B; apenas ‘Sink In’ parece una balada clásica convencional -en su caso post-punk- y ‘Hive Mind’ es espeluznante hasta lo indecible. En otro de los cortes destacados, ‘Tectonic’, la base se compone de pequeños movimientos sísmicos sobre los cuales Tirzah canta que «cuando me tocas salgo de mi cuerpo» y «sabes que eres mío y yo soy tuya». ‘Hips’, el tema final, busca el calor… pero la música suena espacial, líquida y alienígena. Todo ‘Colourgrade’ es extrañamente acogedor, un paseo por el Londres lluvioso en el que el gris de la ciudad lo empapa todo, incluido el amor, pero por el que siempre terminan asomando destellos de «color».
Renovamos nuestra playlist de pop nacional o en castellano «Sesión de Control» comenzando con lo nuevo de Javiera Mena, que ha sido la primera chilena en pasar por COLORS y ha aprovechado para presentar un tema llamado ‘Debilidad’ que sigue sonando ochentero, pero ahora por la vía del funk y el saxo. Ruiz Bartolomé es el nuevo proyecto de Nine Stories (Mont Ventoux), en el que alternará el folclore castellano con ritmos kraut y otros sonidos marcianos. En ‘Jota de la Sierra’ le hacen coros Elle Belga y Alondra Bentley. También entre las revelaciones están Rebote, una joven banda formada por jóvenes entre 13 y 16 años que cita entre sus influencias a The Go Go’s, Melenas, Elastica, Deviot y Hinds; los murcianos Mala Cotton (a medio camino entre Devendra Banhart y Cupido); o la argentino-madrileña Jordana B, que ha publicado varios poemarios y ha fichado por Subterfuge. El nuevo rock está representado por el segundo single de Semana Santa para Intromúsica y RomeroMartin acerca una milonga popularizada por Pepe Marchena a Bristol.
Igualmente hay nuevos singles de habituales del site como María José Llergo, Coque Malla, Tachenko, Santiago Motorizado, Viva Belgrado, Confeti de Odio, Bearoid -en este caso con KICKBOMBO- y La Habitación Roja. Juárez han avanzado el disco que saldrá ya a principios de 2022, como Compro Oro, a medio camino entre Los Chichos y Remedios Amaya. Continúan presentando su disco Algora y Vetusta Morla (Guille Galván estrena tema con Marlango para una banda sonora), mientras ya encontramos en la calle los álbumes de Flores, el segundo de Reyko y Diamante Negro.
Desde Foehn Records, Myōboku tienen EP. El cuarteto madrileño La Paloma estrena su segunda canción, ‘Siempre así’, de melodía Strokes y sonido un poco más garage. SIMONA, a quien acabamos de ver en vivo en Festival Brillante, ha estrenado el tema ‘Te veo’. el momento incómodo, el proyecto de Malena Fernández que ya os presentamos en una edición anterior, tiene nuevo tema; y el grupo Omago cuenta en su balada desgarrada ‘Ningún ser’ con la colaboración de Nacho Vegas.
Entre las sorpresas, la versión de Arde Bogotá de ‘Mi carro’ de Manolo Escobar; y Chica Sobresalto, que se ha arriesgado a versionar uno de los hits picantes de Susana Estrada en la era del destape, ‘¡Gózame ya!’, para un documental al respecto.
PSOE y Unidas Podemos ultimaron ayer unos Presupuestos que ahora tienen que aprobar el resto de formaciones en el Parlamento. Ayer era noticia la ayuda de 250 euros mensuales para el alquiler de los jóvenes entre 18 y 35 años con una renta anual inferior a 23.750 euros, y hoy Pedro Sánchez ha anunciado un bono cultural joven de 400 euros con el que se pretende incentivar la cultura, coincidiendo con la mayoría de edad. El anuncio coincide con el Día Nacional del Cine Español.
Sus palabras han sido: “Quiero anunciarles que en los Presupuestos Generales del Estado que vamos a llevar a las Cortes la próxima semana, llevamos también un bono joven, un bono cultural joven, como hacen Francia e Italia, una ayuda directa a todos aquellos jóvenes que pasen de 17 a 18 años y cuando tengan 18 años, les daremos si se aprueban los Presupuestos”. Es decir, en caso de aprobarse, lo recibirían en 2022 los jóvenes que dicho año cumplan 18 años, y se podrían gastar en literatura, teatro, cine, danza o música.
Ha dicho: “Son 400 euros para la compra de libros o para el consumo de cualquier tipo de actividad artística escénica, como pueda ser el teatro, el cine, como pueda ser la danza, la música (…) Lo que queremos es seguir protegiendo a los jóvenes, darles más ayudas precisamente para la emancipación y para que entre todos ayudemos, echemos una mano a una industria tan importante como es la cultural en nuestro país, y además acercar a los jóvenes aún más a la cultura en nuestro país”. El bono cultural, que se podrá gastar en conciertos, también ha sido anunciado por Yolanda Díaz al asistir junto al ministro de cultura Miquel Iceta a un evento en el Cine Doré, como informa El País.
Los #PGE2022 también van a contemplar un bono cultural joven. Será una ayuda directa de 400 euros que facilitará el acceso de las y los jóvenes de 18 años a la cultura. Seguimos ayudando así a la juventud y a una industria fundamental en nuestro país. pic.twitter.com/WRxhpumzOS
Alfred García ha anunciado al fin el disco que contendrá las canciones que ha venido estrenando últimamente: ‘Los espabilados’ de una banda sonora, aquel ‘Toro de cristal’ que contó con vídeo de estética norcoreana dirigido por Eduardo Casanova, y ‘Praia dos moinhos’, un tema que apuesta por sonoridades próximas a Coldplay y Vetusta Morla. El álbum se llama ‘1997’, pues este fue el año de nacimiento de Alfred, al modo de Taylor Swift y su disco premiado con un Grammy ‘1989’.
La sorpresa viene dada por las colaboraciones. Alfred venía tiempo diciendo que era amigo de Niño de Elche y que le encantaría colaborar con él. «Me voy a sentir underground toda mi vida porque es de donde vengo, nos contaba en aquella ocasión en que dejaba caer que tramaba algo con Paco. Pues bien, Niño de Elche es precisamente el invitado del tema titular, que cerrará el álbum.
Otros colaboradores serán La La Love You, triunfales desde la reivindicación que les hizo Amaia Romero, Denise Rosenthal y Kurt. Aunque quizá la mayor sorpresa por la polémica que suele suscitar todo lo que toca y por su carácter político es Albert Pla, junto a Judit Farrés en una composición que se llama ‘Si algún día’.
Alfred define ‘1997’ como «un homenaje a la vida, al camino que he construido hasta ahora y a los que me han acompañado en él. Una confirmación de que estamos vivos, celebrando cada día como si fuera 14 de marzo de 1997». La continuación de ‘1016‘ está prevista para el 29 de octubre.
1.-Jesus gave me water
2.-Just a light
3.-Praia dos moinhos
4.-Mi canción (con La La Love you)
5.-Toro de cristal
6.-Contigo (con Denise Rosenthal)
7.-Los espabilados (canción original de la serie Los Espabilados)
8.-Si algún día (con Albert Pla y Judit Farrés)
9.-Otra liza (con Kurt)
10.-Someday
11.-For so long
12.-1997 (con el Niño de Elche)
Kylie Minogue ha estrenado el primer single de la reedición de ‘Disco’ que anunciaba hace unas horas. Se trata de la colaboración con Years & Years, ‘A Second to Midnight’, un engendro ochentoso para el que ya han presentado un sencillo videoclip. Lo mejor del mismo, esos breves planos en que Kylie se convierte en Olly Alexander y viceversa. Ambos ya habían colaborado en ‘Starstruck‘.
Minogue había anunciado que se encontraba preparando una edición especial de ‘DISCO‘, su último álbum de estudio. Finalmente, el «disco» llevará por título ‘DISCO: Guest List Edition’ y saldrá a la venta el 12 de noviembre en diversos formatos, entre ellos DVD y Blurray pues el concierto ‘Infinite Disco’ será uno de los contenidos incluidos en la reedición.
El álbum estándar incluirá dos CDs: el primero traerá el disco original con los bonus tracks y el segundo una serie de temas inéditos y remixes, entre los cuales se encuentra ‘Real Groove‘ con Dua Lipa, que ya conocíamos, y la de Years & Years que ahora se suma. Finalmente, la colaboración con Jessie Ware será una realidad en un tema llamado ‘Kiss of Life’, y la sorpresa que deja el tracklist es que la reina de la música disco, Gloria Gaynor, aparecerá en un tema nuevo llamado ‘Can’t Stop Writing Songs About You’.
Por supuesto, Kylie, que acaba de celebrar los 20 años de ‘Fever‘ con otra reedición en vinilo, no se ha andado con chiquitas a la hora de reeditar ‘DISCO’ en diversos formatos, lo cual le facilitará el camino hacia el número 1 de Reino Unido, que, en cualquier caso, se le complicará debido al relanzamiento de Taylor Swift. Podéis verlos todos en la web de la artista.
Disc 1
Magic
Miss a Thing
Real Groove
Monday Blues
Supernova
Say Something
Last Chance
I Love It
Where Does the DJ Go?
Dance Floor Darling
Unstoppable
Celebrate You
Till You Love Somebody
Fine Wine
Hey Lonely
Spotlight
Disc 2
A Second to Midnight (With Years & Years)
Kiss of Life (With Jessie Ware)
Can’t Stop Writing Songs About You (With Gloria Gaynor)
Real Groove (With Dua Lipa) (Studio 2054 Remix)
Say Something (Basement Jaxx Remix)
Say Something (F9 Club Mix)
Say Something (Syn Cole Extended Mix)
Magic (Purple Disco Machine Extended Mix)
Real Groove (With Dua Lipa) (Studio 2054 Initial Talk Remix)
Dance Floor Darling (Linslee’s Electric Slide Remix)
En celebración de una nueva gira mundial, Mitski, autora de ‘Be the Cowboy‘, estrena un nuevo tema llamado ‘Working for the Knife’ que dura 2 minutos y medio pero que en su versión videoclip, tan teatral, filmado en Nueva York, se extiende más allá de los 5. Dice en la nota de prensa, que el tema es sobre «pasar de ser una niña con un sueño a una adulta con trabajo, y sentir que algo ha quedado por el camino». El camino es bastante turbio atendiendo a las distorsiones que pueden escucharse en la producción.
En ella, la voz de Mitski se funde en una dramática atmósfera construida a base de un sintetizador, una guitarra eléctrica y unas sutiles notas de piano. La cantante se entrega, con su habitual registro vocal, tan cálido como desesperado, a una realidad desagradable: incluso habiendo alcanzado el éxito, habiendo logrado sus sueños, nunca es suficiente para estar completamente satisfecha. Ese “cuchillo” al que la canción alude no es más que una metáfora para referirse a estar atrapada en un sistema que nos obliga siempre a mostrar una cara de nosotros que a menudo no tiene que ver con la verdadera para gustar a otros, lo cual crea unas expectativas irreales de nosotros mismos que nunca seremos capaces de cumplir. Mitski comienza hablando de una crisis creativa y la frustración que esta trae consigo con “Lloro al principio de cada película / supongo que porque desearía estar haciendo cosas también / pero trabajo para el cuchillo” y termina rindiéndose y aceptando que, por mucho que lo intente “muere por el cuchillo”.
Tras ‘Be the Cowboy’, Mitski se quitó las redes sociales y anunció que dejaría de hacer conciertos por un tiempo. Sin embargo, sus streamings y su popularidad han ido en aumento gracias a Tik Tok y Twitter que la han convertido en una suerte de icono indie para la generación Z. En ‘Working for the Knife’, la artista interpreta este éxito más bien como una derrota que como una victoria, como si no se lo mereciera, como si fuese una impostora. Pero nada más lejos de la realidad: su melodía pegadiza, su letra desesperanzada y su asombroso talento para describir los sentimientos más feos de la manera más directa, brusca y poética imaginable es todo lo que sus fans han estado esperando y, como siempre, un bienvenido soplo de aire fresco en el panorama indie internacional.
Estas son las fechas de la gira:
Thu. Feb. 17, 2022 – Asheville, NC @ The Orange Peel
Fri. Feb. 18, 2022 – Raleigh, NC @ The Ritz
Sat. Feb. 19, 2022 – Atlanta, GA @ The Eastern
Mon. Feb. 21, 2022 – Birmingham, AL @ Iron City
Tue. Feb. 22, 2022 – New Orleans, LA @ Civic Theatre
Thu. Feb. 24, 2022 – Houston, TX @ The Lawn at White Oak Music Hall
Fri. Feb. 25, 2022 – Dallas, TX @ The Factory in Deep Ellum
Sat. Feb. 26, 2022 – Austin, TX @ ACL Live at Moody Theater
Mon. Feb. 28, 2022 – Phoenix, AZ @ The Van Buren
Thu. Mar. 3, 2022 – Los Angeles, CA @ Shrine Exposition Hall
Fri. Mar. 4, 2022 – Oakland, CA @ Fox Theater
Mon. Mar. 7, 2022 – Portland, OR @ Arlene Schnitzer Concert Hall
Wed. Mar. 9, 2022 – Seattle, WA @ Moore Theatre
Sat. Mar. 12, 2022 – Denver, CO @ Ogden Theatre
Mon. Mar. 14, 2022 – St. Paul, MN @ Palace Theatre
Tue. Mar. 15, 2022 – Milwaukee, WI @ The Riverside Theater
Thu. Mar. 17, 2022 – Detroit, MI @ Royal Oak Music Theatre
Fri. Mar. 18, 2022 – Toronto, ON @ Massey Hall
Sat. Mar. 19, 2022 – Montreal, QC @ St-Jean-Baptiste Church
Mon. Mar. 21, 2022 – Boston, MA @ TBD
Thu. Mar. 24, 2022 – New York, NY @ Radio City Music Hall
Fri. Mar. 25, 2022 – Philadelphia, PA @ Franklin Music Hall
Sat. Mar. 26, 2022 – Washington, DC @ The Anthem
Tue. Mar. 29, 2022 – Pittsburgh, PA @ Stage AE
Wed. Mar. 30, 2022 – Louisville, KY @ Old Forester’s Paristown Hall
Thu. Mar. 31, 2022 – Nashville, TN @ Ryman Auditorium
Thu. April 21, 2022 – Bristol, UK @ Marble Factory
Fri. April 22, 2022 – Leeds, UK @ University Stylus
Sat. April 23, 2022 – Glasgow, UK @ Queen Margaret Union
Mon. April 25, 2022 – Dublin, IE @ Vicar Street
Tue. April 26, 2022 – Manchester, UK @ O2 Ritz
Thu. April 28, 2022 – London, UK @ The Roundhouse
Sat. April 30, 2022 – Brussels, BE @ Botanique
Mon. May 2, 2022 – Tourcoing, FR @ Le Grand Mix
Tue. May 3, 2022 – Paris, FR @ Le Cabaret Sauvage
Wed. May 4, 2022 – Amsterdam, NL @ Paradiso
Fri. May 6, 2022 – Zurich, CH @ Les Docks
Sat. May 7, 2022 – Lausanne, CH @ Les Docks
Mon. May 9, 2022 – Berlin, DE @ Metropol
Tue. May 10, 2022 – Copenhagen, DK @ Vega
Wed. May 11, 2022 – Stockholm, SE @ Nalen
Thu. May 12, 2022 – Oslo, NO @ Rockefeller Music Hall
Sat. May 14, 2022 – Hamburg, DE @ Fabrik
Sun. May 15, 2022 – Cologne, DE @ Stollwerck
Tue. May 17, 2022 – Vienna, AU @ WUK
Wed. May 18, 2022 – Prague, CZ @ Rock Cafe
Thu. May 19, 2022 – Munich, DE @ Strom
Tainy, uno de los productores más punteros del mejor reggaetón gracias a su trabajo con gente como Bad Bunny y J Balvin, va a publicar un álbum de debut en solitario. Se llamará ‘Data’.
El primer single sorprende por sus colaboraciones. No la de Bad Bunny, que es su principal valedor, sino la de Julieta Venegas. Tainy ha tenido el detalle de declarar que, aunque la gente le vea como un productor de reggaetón, al crecer escuchó todo tipo de música y Julieta fue una parte enorme de lo que escuchaba. «Su música influyó cómo veía las melodías, los acordes y los ambientes en mi música”, ha dicho.
‘Lo siento BB:/‘ no presenta a Julieta Venegas y Bad Bunny en absoluto unidos ni compenetrados. Cada uno va completamente a su aire. Más que haber roto, parecen no haberse siquiera conocido. Ella abre la canción a piano en su universo particular, y después se incorpora Bad Bunny con su típico reggaetón triste, en la onda de la colaboración que ya realizó por ejemplo con Dua Lipa y el mismo Tainy, ‘One Day‘. La canción de desamor nos habla en su videoclip de muerte más bien, con una historia que definitivamente apunta a lo tristón.
La producción tiene armas para constituir uno de los mayores éxitos en streaming para Tainy y Julieta Venegas, pero ella no parece más que un fantasma que se desvanece tras la intro. Una vez que Bad Bunny emerge con lo de «no trates de enamorarme o no te hago coro», ella rechaza volver a aparecer. Quizá con motivo.
Los 40 Principales celebrará una nueva edición de sus premios anuales el próximo día 12 de noviembre en el Velódromo de Palma de Mallorca, reuniendo a artistas internacionales que serán confirmados en unas semanas.
De momento, se ha celebrado en Ibiza una gala para anunciar los nominados y entre los invitados han estado Pablo Alborán, Aitana, Malú, Leiva, Lola Indigo, Melendi, Ana Mena, Vanesa Martín, Alfred García y Dani Martín, que acaba de anunciar que va a regrabar en un disco canciones de El Canto del Loco junto a un tema llamado ‘No, no vuelve’.
C. Tangana con 4 nominaciones, Ana Mena y Pablo Alborán con 3, y Aitana, Álvaro de Luna, Dani Martín, Lola Índigo y Sidecars con 2 son los más nominados del apartado nacional. Los más nominados en el plano internacional son Ed Sheeran, que aspira a 4 candidaturas, seguido por Olivia Rodrigo y The Kid Laroi con 3 y BTS, Dua Lipa, Imagine Dragons, Justin Bieber y Lil Nas X con 2. En el apartado latino, Rauw Alejandro y Sebastián Yatra parten con 3 nominaciones y Bad Bunny, Camilo, J. Balvin y Karol G tienen 2.
*CATEGORÍA ESPAÑA*
MEJOR ARTISTA O GRUPO
Ana Mena
Pablo Alborán
Vanesa Martín
C. Tangana
Lola Índigo
MEJOR ARTISTA O GRUPO REVELACIÓN
Marc Seguí
Marlena
Álvaro de Luna
Pole
Belén Aguilera
MEJOR ÁLBUM
Vértigo – Pablo Alborán
Ruido de fondo – Sidecars
Lo que me dé la gana – Dani Martín
11 razones – Aitana
El madrileño – C. Tangana
MEJOR CANCIÓN
Tú me dejaste de querer – C. Tangana, La Húngara y El Niño de Elche
Juramento eterno de sal – Álvaro de Luna
Si hubieras querido – Pablo Alborán
A un paso de la luna – Ana Mena y Rocco Hunt
Portales – Dani Martín
MEJOR VIDEOCLIP
No pegamos – Pol Granch
La niña de la escuela – Lola Índigo
Whisper – Sweet California
Magia – Álvaro Soler
Ingobernable – C.Tangana, Gipsy Kings, Nicolás Reyes, Tonino Baliardo
MEJOR ARTISTA O GRUPO EN DIRECTO
Marlon
Bombai
Aitana
Dani Fernández
Sidecars
MEJOR ARTISTA O GRUPO DEL 40 AL 1 (VOTACIÓN POPULAR)
Ana Mena
Beret
Dvicio
Nil Moliner
Omar Montes
*CATEGORÍA INTERNACIONAL*
MEJOR ARTISTA O GRUPO
Imagine Dragons
BTS
Ed Sheeran
The Weeknd
Doja Cat
MEJOR ARTISTAS O GRUPO REVELACIÓN
The Kid Laroi
Olivia Rodrigo
Griff
24KGoldn
Måneskin
MEJOR ÁLBUM
Justice – Justin Bieber
Love Goes – Sam Smith
Sour – Olivia Rodrigo
F*ck Love3+: Over You – The Kid Laroi
Positions – Ariana Grande
MEJOR CANCIÓN
Dynamite – BTS
Drivers License – Olivia Rodrigo
Bad Habits – Ed Sheeran
Without You – The Kid Laroi
Montero (Call Me By Your Name) – Lil Nas X
MEJOR VIDEOCLIP
Bad Habits – Ed Sheeran
Montero (Call Me By Your Name) – Lil Nas X
We’re Good – Dua Lipa
Higher Power – Coldplay
Don’t Go Yet – Camila Cabello
MEJOR ARTISTA O GRUPO EN DIRECTO
Ed Sheeran
Shawn Mendes
Imagine Dragons
Justin Bieber
Dua Lipa
MEJOR ARTISTA O PRODUCTOR DANCE
Majestic
Topic
Riton X Nightcrawlers
Purple Disco Machine
David Guetta
*CATEGORÍA INTERNACIONAL LATINA*
MEJOR ARTISTA O GRUPO LATINO
Camilo
Tini
Danna Paola
Becky G
Sebastián Yatra
MEJOR ARTISTA O GRUPO REVELACIÓN
Nathy Peluso
Mariah AngeliQ
María Becerra
Nicky Nicoles
Nio García
MEJOR ARTISTA O GRUPO URBANO
J. Balvin
Justin Quiles
Rauw Alejandro
Jhay Cortez
Karol G
MEJOR CANCIÓN
Dákiti – Bad Bunny y Jhay Cortez
Pareja del año – Sebastián Yatra y Myke Towers
Vida de Rico – Camilo
Pepas – Farruko
Todo de ti – Rawn Alejandro
MEJOR VIDEOCLIP
Location – Karol G, Anuel AA y J. Balvin
La noche de anoche – Rosalía y Bad Bunny
Todo de ti – Rauw Alejandro
Pareja del año – Sebastián Yatra y Myke Towers
In da Getto – J. Balvin y Skrillex
‘mal mal‘ ha sido una de las canciones del verano para nuestra redacción. El tema del cuarteto murciano trashi estaba contenido en un EP llamado ‘LO QUE PASÓ ESE VERANO’ donde también podías encontrar otros hits como ‘dime que sí’ y ‘mañaneo’, esta última junto a Innercut y Pedro LaDroga. Aprovechando que trashi están realizando una gira por todo el país en estos tiempos tan complicados, son los nuevos invitados de nuestra sección «MEISTER OF THE WEEK» comisariada por Jägermusic y han elegido hablar de una de nuestras debilidades: las películas de miedo.
trashi actúan este 8 de octubre en Donosti, el día 9 en Zaragoza, el día 21 de octubre en Valencia, mientras en noviembre les aguarda Valladolid (4 de noviembre), Madrid (5 de noviembre), Barcelona (6 de noviembre) y Granada (25 de noviembre).
¿Por qué habéis elegido hablar de pelis de miedo?
Queríamos hablar de un tema que nos uniese a todos a parte de la música. Y sí es verdad que uno de nuestros planes favoritos es juntarnos y pasarnos una hora eligiendo una peli de miedo para cagarnos todos juntos.
Una de las críticas generalizadas al cine de terror es lo de «pues a mí no me ha dado miedo». ¿Cuál es esa peli que sí que os ha hecho pasar miedo de verdad, de verdad, bien haya sido en casa o en el cine?
Hay varias pero recordamos un par que nos marcaron mucho. Por ejemplo, ‘No apagues la luz’ de David F. Sandberg, una de las pelis más terroríficas que hemos visto en mucho tiempo. Además, viene de un corto de dos minutos que ganó un montón de reconocimiento al ser literalmente una pesadilla. Vimos primero la peli y nos cagamos, luego vimos el corto y no pudimos hacer pis en el baño solas en un mes.
También una peli que vimos juntos y nos gustó mucho fue ‘Ju-On: la maldición’. Una película japonesa que trata de una maldición que se va “contagiando” de unas personas a otras. «Ju-On» es la maldición del que muere lleno de rabia. Ésta se concentra y actúa en los lugares donde vivió la persona. Los que la encuentran mueren y nace una nueva maldición. Tiene varias partes, pero la primera nos gustó bastante.
¿Sois más de slasher tipo ‘Scream’ o más de terror psicológico tipo ‘Martyrs’, ‘Wolf Creek’, etcétera?
La verdad que el slasher no nos llama mucho la atención. Somos muy fans de ‘American Horror Story’ y la novena temporada. ‘1984’ es un slasher muy clásico rollo campamento en el bosque, años 80, asesino suelto, y no nos convence mucho la verdad. Es entretenida, pero no nuestra favorita. Tampoco nos gusta el terror sin historia, mola que haya un argumento sólido y una historia para que no sea miedo x miedo. Es mucho más guay cuando los hechos que acontecen tienen su historia y su justificación.
Dentro de las pelis de terror, ¿tenéis algún subgénero favorito como pueda ser, por decir algo, el giallo italiano?
La verdad es que no somos muy entendidos en subgéneros cinematográficos. Sin embargo, siempre que vamos a ver una peli juntos las clasificamos en dos subgéneros de que nos hemos inventado: las películas de espíritus y las pelis de locos. Cada persona tendrá más miedo a unas o a otras dependiendo de su forma de ser, te puede dar más miedo ‘La visita’ (gente loca) o ‘Sinister’ (espíritus cabrones).
Entre los grandes clásicos de los 70 y los 80 (‘El Exorcista’, ‘Poltergeist’, ‘Al final de la escalera’, ‘El Resplandor’…), ¿hay alguna que hayáis visto decenas de veces y os sepáis de memoria?
Saberlas de memoria igual no, pero algunos clásicos como ‘El Resplandor’ son, aparte de películas increíbles, referencias estéticas que incorporamos en varias ocasiones.
¿Dónde podemos ver la influencia del terror en la música de trashi? Por ejemplo la música de ‘mañaneo’ sí que es un poco de terror.
Nunca habíamos pensado en tomar inspiración de bandas sonoras de terror pero sería una idea increíble, ¡nos la apuntamos! (risas).
«Si quieres no dormir ‘Sinister’ es la peli»
¿Qué opináis del cine de terror de los 90? ¿Creéis que fenómenos como ‘El Proyecto de la Bruja de Blair’ han envejecido bien? ¿Habéis tragado mucho «found footage»?
Hemos mencionado antes la peli de ‘Sinister’ que contiene partes de found footage y ha sido clasificada la película más terrorífica hasta el momento. Todas las de ‘Paranormal Activity’ están bien pero si quieres no dormir ‘Sinister’ es la peli.
¿Cuáles os han marcado más recientemente, en los últimos años? Se habla de ‘Déjame salir’, ‘Déjame entrar’, ‘Midsommar’, ‘Crudo’, ‘La Cabaña en el Bosque’… como los últimos grandes clásicos.
Pues ‘Midsommar’ nos llama mucho la atención, Ari Aster hace unas películas de miedo que se salen bastante de los esquemas de las demás pelis de miedo. ‘Hereditary’ es fuerte también. ‘Babadook’ es otra que nos asusta mucho aunque el final sea un poco flojillo.
¿Y en cuanto a cine de terror en español?
No vemos mucho, deberíamos intentar investigar más. Hace poco vimos ‘Verónica’ del director Paco Plaza y nos encantó. Es muy guay y creemos que hay que darle más oportunidades al terror español. ‘Malasaña 32’ también nos gustó bastante.
¿Habéis ido alguna vez a Sitges o algún otro festival de cine de terror o fantástico? ¿Cómo fue la experiencia? Sitges es una locura, eso de ver 20 pelis de terror en 4 días… ¡Me flipa!
¡Nunca hemos ido! Pero suena a plan increíble. Sí hemos oído hablar del festival de Sitges y sabemos que es muy reconocido y muy guay, pero nunca hemos podido ir :(
¿Por qué creéis que en IMDB, Filmin, este tipo de sitios en que la gente vota, las pelis de miedo tienden a tener una valoración tan baja? ¿Está denostado como género?
Es cierto que suelen tener una valoración baja. Creemos que hay muchas veces que, buscando que la película asuste mucho, se pierde un poco el argumento y la historia. Sencillamente, si una peli tiene un argumento mediocre, da igual el miedo que dé, porque no te va a llamar la atención ni te va a marcar de ninguna forma.
Que las historias sean interesantes, estén bien hiladas y bien contadas, es muy importante para que una peli no sea solo sustos.
¿Qué opináis de parodias tipo ‘Scary Movie’?
Hacen gracia y son muy entretenidas, hemos visto casi todas, jajaja. Además, si te ha dado mucho miedo una peli, son una manera de quitarle hierro.
¿Algún compositor de bandas sonoras de terror que os resulte favorito? Los hay muy míticos tipo John Carpenter.
Una canción muy guay que nos pone los pelos de punta es la nana que Mia Farrow canta en los créditos iniciales de ‘La semilla del diablo’ compuesta por Krzysztof Komeda. También queremos mencionar a Kyle Dixon y Michael Stein, autores de la BSO de ‘Stranger Things’ para un toque más moderno. Y cómo no, como buenos fans que somos, queremos nombrar a la intro de todas las temporadas de ‘American Horror Story’ compuesta por César Dávila-Irizarry.
La globalización y el éxito de plataformas como TikTok está permitiendo que una serie de artistas que no proceden de los países de siempre lleguen a las listas de éxitos. Es el caso del nigeriano Ckay, cuyo adictivo single de afrobeat ‘Love Nwantiti’ aterriza hoy a la lista de singles española en su último remix, al número 67, tras viralizarse estos días.
La entrada más fuerte de la lista, que sigue liderada por zzoilo y Aitana con ‘Mon Amour’, es ‘Experimento’ de Myke Towers, que entra en el 37, seguido por ‘SEJODIOTO’ de Karol G, que lo hace en el 42. ¿Será otro «grower» de la colombiana en las listas como fueron… todos sus éxitos anteriores?
En el 63, Coldplay y BTS colocan su single conjunto, el popero ‘My Universe’, que es número 1 en Estados Unidos y número 6 en Reino Unido. Parece que, en España, la fanbase de BTS no tiene tantísima fuerza como en estos dos territorios anglosajones.
Un puesto por debajo, en el 64, saludan Recycled J y Selecta con ’40 Noches’, una de las pistas destacadas de su último EP, que acaba de entrar en la lista de álbumes. Más decepcionante es la entrada,, en el 74, de ‘Romeo y Julieta‘ de Lola Indigo y RVFV, que se ha viralizado en Youtube (que no cuenta en la lista) pero ya está fuera del top 50 de Spotify Spain. ‘La niña de la escuela’, el hitazo de ‘La Niña‘, se mantiene en el 34.
En cuanto al resto de títulos que se estrenan en la lista de singles española, ‘Soñar’ de Morad entra en el 78, ‘Inmortales’ de Funzo y Baby Loud en el 82 y ‘Emojis de corazones’ de Wisin, Jhay Cortez y Ozuna con Los Legendarios en el 91.