En ‘Blue Hearts’ Bob Mould pone las cosas claras. Trece temas, 35 minutos, directos al hipotálamo (y a la yugular de Trump y su podredumbre política y moral). Si en el anterior álbum ‘Sunshine Rock’ ya asomaba el punk, aunque la sombra de Sugar era más alargada, aquí Mould recupera, del todo y sin ambages, a los Hüsker Dü de ‘New Day Rising’. Pero no sólo hay ira y energía; también euforia. ‘Blue Hearts’ emana una rara alegría que sobrevuela el conjunto, a pesar de su condición de puñetazo-en-la-mesa; parece haber poca premeditación y mucha necesidad de sacar mierda fuera. Bob se encarga de la producción, como viene siendo habitual, y se enfrenta al mundo solo con su guitarra, un bajo y una batería. Quizás esa urgencia redunda en una calidad de sonido no muy buena, pero precisamente esto, el aire a pieza urgente grabada casi de una tacada, subraya su frescura. ‘Blue Hearts’ es un disco que se enfrenta a tiempos duros, pero sin asomo de pena o depresión.
Que no engañe el inicio, breve, y solo con guitarra acústica, de ‘Heart on My Sleeve’, aunque Bob ya deja asomar cierta rabia: “The Left Coast is covered in ash and flames/Keep denying the winds of climate change”. A partir de aquí, todo son pepinazos acelerados de puro hardcore punk. En ‘Next Generation’ reinan las inflexiones melódicas marca de la casa, feroces y pegadizas a la vez, mientras Bob grita fiero: “No celebration!”. Y resopla, brama, en ‘American Crisis’, que contiene unas filigranas a la guitarra que quitan el sentido: aceleran, frenan en seco y se enlazan con las de la espídica (¡1:40 minutos!) ‘Fireball’. Mould encadena temas sin respiro, aunque levanta el pie del acelerador en ‘Forecast of Rain’, un hermoso estribillo mecido por el ruido noventero, en que Bob denuncia la hipocresía de la religión institucionalizada. Estos tres temas forman algo así como el meollo del disco.
Luego el conjunto se desinfla un poquito, en comparación a su fulgurante arranque, pero sigue repleto de destellos memorables. Los riffs que dibuja en ‘When You Left’ vuelan la cabeza; también lo hace el embrujo a base de guitarrazos con el que abre ‘Little Pieces’. En el tramo final, algo más virado al pop, Bob baja un poco la velocidad. No mucho, lo suficiente para que recuperemos el aliento, aunque aún guarda petardazos como ‘Password of My Soul’. Pero nos aterriza suave en ‘The Ocean’, donde brilla el Bob más tierno (aunque sin pasarse).
‘Blue Hearts’ está repleto de canciones y sonidos aparentemente trillados de punk-rock alternativo de los 80 y 90, muy fácilmente reconocibles por cualquier conocedor de la obra de Bob Mould. Pero, ay, qué bien los hace y cómo sigue tocando la fibra. Ahora que IDLES están recuperando el punk para las nuevas generaciones, ahora que demuestran que lucha y música están indisolublemente unidos, qué mejor que acudir a una de de las figuras más emblemáticas del género en su disco más político y fiero.
Calificación: 7,5/10 Lo mejor: ‘American Crisis’, ‘Fireball, ‘Forecast of Rain’, ‘When You Left’ Te gustará si te gusta: Hüsker Dü, el hardcore-punk, el rock alternativo americano de los 80-90, IDLE Youtube:vídeo de ‘Siberian Butterfly’
Annie publica el próximo viernes su nuevo disco, ‘Dark Hearts’, el primero en 11 años. La autora de ‘Anniemal’ ha ido presentando el álbum con singles de lo más variopintos, desde el synth-pop escuela ‘Drive’ de ‘American Cars’ hasta el trance de ‘The Bomb’ pasando por el posible homenaje a Julee Cruise de ‘Corridors of Time’. Pero el mejor single de todos puede ser ‘The Streets Where I Belong’ . Al menos, es el que más pinta tiene de terminar convertido en un clásico del repertorio de la artista noruega, debido a su melodía atemporal.
‘The Streets Where I Belong’ es una balada inspirada en el pop-rock de radiofórmula de los 80, un poco ‘Every Breath You Take’ but make it ‘Twin Peaks’, que Annie dedica al «amor de su vida», Erot, el muchacho con quien la cantante escribió aquel temazo de su primer disco que sampleaba ‘Everybody’ de Madonna, ‘Greatest Hit’. Erot falleció muy joven, a los 23 años, cuando Annie y él salían juntos, debido a un problema cardiovascular congénito que padecía, y la cantante recuerda su relación y los buenos momentos de su juventud en Bergen en una canción que, por su componente nostálgico, llega a poner los pelos de punta.
La canción no puede conmover más desde su inicio, en que Annie cita al propio Erot («Annie, están pinchando nuestra canción») para empezar a relatar el origen de su relación: «por un momento viajo al lugar de donde soy, amantes adolescentes, cuando éramos jóvenes, íbamos a todas las fiestas bajo el sol de medianoche, ahi es donde conocí al amor de mi vida, él era DJ y bailamos toda la noche», canta la noruega, antes de reflexionar: «dime, ¿adónde has ido? Todavía puedo escuchar nuestras canciones en la radio». Para cuando llega el estribillo es posible que ya estés llorando a mares. «¿Qué nos ha pasado?» se pregunta Annie, que recuerda con suma nostalgia las noches de verano de su juventud. A continuación aparece en la historia un tal Johnny que «viajaba por todo el mundo, se enamoraba de las chicas de pelo corto y se fue de la ciudad siendo un tipo solitario para volver convertido en una estrella». Este Johnny no puede ser otro que Jonas Pettersson, quien aparece listado en los créditos de ‘The Streets Where I Belong’ y a quien la misma Annie reclama en la canción para tocar un solo de guitarra eléctrica. Más adelante en el tema llega el relato de «una reina de la belleza» que «murió en el suelo de un motel» y que fue muy importante en la vida de Annie. «Ella me solía decir: Annie, no te quedes aquí, vete a cantar tus canciones o sino desaparecerás».
En un medio noruego, Annie ha profundizado en la historia de su relación con Erot. Su debut iba a ser un trabajo enteramente producido por él, pero consciente de su situación, el productor recomendó a Annie que empezara a trabajar con otras personas. Era la primavera del año 2000: «Teníamos un contrato con Loaded Records y el plan era hacer un álbum juntos, y justo después de asentar el acuerdo, Erot se puso muy enfermo y tuvo que ir al hospital, lugar del que no dejó de entrar y salir en el último año de su vida». La artista detalla: «Al final me dijo: «Anne, ahora tienes que empezar a trabajar con otros productores, para que puedas llegar un poco más lejos». Entonces preferiremos retomarlo cuando mejorase, pero fui muy terca con esto, no quería trabajar con nadie más que con él. Fue duro cuando me di cuenta de que probablemente no sucedería».
Para Annie, ‘The Streets Where I Belong’ es una de sus canciones más personales, y también la que de manera más directa habla sobre su relación con Erot y también sobre «la alegría y la tristeza de volver a Bergen». La artista indica: «Estuvimos juntos mucho tiempo, teniendo en cuenta lo jóvenes que éramos. Estábamos muy unidos y compartimos mucho debido a nuestros intereses en común y a nuestro amor por la música. Pienso en él más o menos todos los días. El siempre está conmigo. Era una persona absolutamente hermosa». En 1999, Erot publicó un doble single con dos canciones instrumentales dedicadas a Annie por su cumpleaños, y la noruega dice que ‘The Streets Where I Belong’ es su regalo de cumpleaños a él, 21 años después.
Róisín Murphy ha firmado esta semana nuestro «Disco de la Semana»: ‘Róisín Machine‘ es una gran obra de pop bailable e inmersivo que además acaba de dar a su autora la mejor posición comercial de su carrera en Reino Unido: un top 14. La propia Róisín nos ha detallado en una entrevista cómo sonará su siguiente trabajo con DJ Koze, pero aprovechamos el buen momento actual en su carrera para hacer un listado a las que consideramos sus mejores canciones en solitario, cuya discografía abarca algunas de las producciones más aventuradas, modernas y exquisitas que se han oído en la música pop.
La discografía de Róisín en solitario puede dividirse en un repertorio bailable y en otro más «arty». ‘Overpowered‘, su segundo disco, es además su gran obra comercial, un trabajo hecho mano a mano con decenas de compositores y productores, y es por tanto la excepción de la regla, pues como nos ha contado también Róisín en dicha entrevista, ella «ama a los hombres» y durante su carrera se ha caracterizado por trabajar codo con codo con un solo productor: Mark Brydon en Moloko y después Matthew Herbert en ‘Ruby Blue‘, Eddie Stevens en ‘Hairless Toys‘ y ‘Take Her Up to Monto‘, DJ Parrot en ‘Róisín Machine’ y ahora DJ Koze en el siguiente son los hombres que han marcado su trayectoria profesional.
Muy lejos en el tiempo queda especialmente ‘Ruby Blue’, el álbum más «orgánico» de la discografía de Róisín a pesar de ser una verdadera obra de artesanía sonora en su mezcla de pop, funk, free jazz, ritmos tribales, viento metales, guitarras eléctricas más secas que un desierto y los cachivaches de Matthew Herbert (relojes, cadenas de bicicleta, etc.) que sigue sonando tan fascinante como hace 15 años. Incluimos ‘Ramalama (Bang Bang)’, que no fue uno de los dos singles extraídos del disco, pero alcanzó mayor popularidad que ‘Sow into You’ y ‘If We’re in Love’ debido a su aparición en un episodio de ‘Anatomía de Grey’; la hipnótica ‘Through Time’, el single ‘Sow into You’ y cerrando, cómo no, la preciosa ‘The Closing of the Doors’, probablemente su mejor balada.
Como habéis visto, no nos hemos quedado con las ganas de preguntarle a Róisín si es «consciente de que ‘Let Me Know’ es una de las mejores canciones de pop de todos los tiempos», a lo que he ella ha asentido. ‘Overpowered’ es la gran superproducción de la discografía de Róisín con la que EMI intentó llevarla a la liga de las Madonnas y las Kylies, y aunque funcionó mucho peor de lo esperado, sí funcionó a modo de «sleeper» vendiendo unas 60.000 copias y ha envejecido estupendamente: sigue sonando moderno. ‘Let Me Know’ es la gran canción disco de Róisín, pero no por nada la muy Daft Punk ‘Overpowered’ es la más escuchada en Spotify, mientras el épico dance-pop de ‘You Know Me Better‘ dejaba un estupendo videoclip.
8 años después de ‘Overpowered’ llegó ‘Hairless Toys’, a todas luces el verdadero sucesor de ‘Ruby Blue’ dada la obvia influencia del jazz y la música de cabaret en muchas de sus canciones. El disco, nominado a un Mercury Prize, se caracteriza por su sonido elegante y refinado, también oscuro y melancólico, quedándose cerca de crear un género nuevo por momentos, como en el single ‘Gone Fishing’, que suena como un tema de lounge-pop hecho por alienígenas (preciosa su letra inspirada en ‘Paris is Burning’); o la épica ‘Exploitation’, una obra maestra de electro-jazz moderno, ultra sintético, aparentemente improvisado en su hipnótico tramo final, que solo vale la pena degustar en sus 9 minutos de duración originales. El último single del álbum fue ‘House of Glass’, aunque Róisín decidió usar para el vídeo un remix de Maurice Faulton en lugar de la maravillosa versión original, la cual retuerce sonidos de deep-house y jazz para llevarlos a una especie de guerra interestelar.
‘Take Her Up to Monto’, publicado un año después de ‘Hairless Toys’ y de nuevo producido por Eddie Stevens, aunque aquí dejando un sonido electrónico más bruto y sucio inspirado por el brutalismo, técnica arquitectónica de la que Róisín es una gran aficionada, es posiblemente el disco de la irlandesa peor valorado por el público, pero aún así tiene temas tan reivindicables como el estupendo single synth-pop ‘Mastermind’, el electro-pop deslizado de ‘Romantic Comedy’, de alucinante final; o el piano-pop electrónico y abstracto de ‘Thoughts Wasted’, que sería una gran canción de Jenny Hval y se cierra con un spoken word de Róisín recitando un poema de la poetisa inglesa Zadie Smith que pone los pelos de punta.
Finalmente de ‘Róisín Machine’ incluimos en la playlist la «monstruosidad» de ‘Kingdom of Ends’, una ‘Shellfish Mademoiselle‘ que acerca a Róisín a los terrenos de Janet Jackson y Gwen Guthrie, los singles ‘Murphy’s Law’, ‘Incapable’ y ‘Narcissus’ en sus versiones extendidas, y ‘Simulation’ en su versión original de 11 minutazos, para que no se pierda esa bonita melodía de guitarra eléctrica que irrumpe hacia la mitad, y que ha sido omitida en la nueva mezcla. De los singles con Maurice Faulton suena ‘Plaything’. ¿Cuál es tu favorita? ¿Falta alguna? ¡Cuéntanos en lo comments!
El Meister puede ser el hombre en España que lo hace todo. No contento con su labor en Arizona Baby y también en Corizonas -aquel proyecto paralelo junto a Los Coronas cuyo éxito a punto estuvo de salirse de madre-, ni con ejercer de productor de gente como Ángel Stanich o The Levitants; desarrolla sin prisa pero sin pausa una carrera en solitario. En 2014 publicó en Subterfuge su disco ‘Bestiario’, un álbum de fábulas sobre el ser humano «en clave zoológica» (sic), y en 2018 ‘Fantasmagoría’, un EP que incluía el que era su mayor éxito hasta ahora, un ‘Autómata’ que sonaba en la estela de Aviador Dro. ‘Fuego en Castilla’ no sigue esa línea particularmente sino la máxima de la actualidad de que ya no tiene por qué haber un solo género en un disco. El álbum es una locura en la que caben ritmos tradicionales españoles, referencias líricas a Valle-Inclán y sonoras a Gary Numan. Ora te toco una jota, ora me acerco al kraut.
‘Fuego en Castilla’ se abre y se cierra con sendos instrumentales -uno se llama ‘Castilla Medieval’, el otro ‘Viernes Santo’-, que van del ambient a la marcha de dichos fastos, y se presentaba con un single llamado ‘Max Estrella’ en referencia al personaje principal de esa obra creada hace 100 años pero que parece actual llamada ‘Luces de bohemia’. En ella el proyecto de Javier Vielba proclama que no quiere terminar «como un Max Estrella más, tirado en un portal» en referencia al -SPOILER- final del libro -FIN DEL SPOILER-, todo ello sobre un fondo folkie, el violonchelo invitado de Rocío Navarro y una melodía que podía haber escrito Nino Bravo.
El modo de ser de los españoles es un tema también en el corte que precede en la secuencia, ‘Estafas tradicionales’, en el que se habla de la «picaresca» para concluir irónicamente: «es todo tan nuestro que se hace sin querer». Es como si El Meister hubiera tomado la tradición y a autores como Cervantes, Zorrilla y Manuel Machado, para construir un relato sobre la vida, la muerte y la libertad (‘El curioso impertinente’) y los males de la política (‘En la chopera negra’ nos habla de «cráneos de hombres fusilados» y de un «alcalde que se ha ahorcado»).
El artista podía haber ofrecido su discurso sobre melodías setenteras de cantautor y ese ritmo de jotas que tanto engancha en pistas como ‘Loco mundo’, sobre «tontos que se hacen los listos y listos que se hacen los tontos», o ‘La copla’, una canción sobre el poder de la música popular: «hasta que el pueblo las canta / las coplas, coplas no son / y cuando las canta el pueblo / ya nadie sabe el autor». Sin embargo, las referencias en producción han sido más bien Brian Eno y Kraftwerk, y también el indie pop. Si ‘Estafas tradicionales’ es como un imposible encuentro entre The Doors y B-52’s, la excelente ‘Doce de cada diez’ tiene un riff de guitarra tan cristalino que ni The La’s.
El Meister hace honor a su nombre alemán haciendo funcionar esta amalgama de cosas que hasta incluye el electro-rock de ‘En la chopera negra’ y a Vicente Castro realizando un speech en la mitad del disco, un corte muy apropiadamente llamado ‘Discurso histérico’. Por poner una pega, cuando llega algo como ‘Convidado de piedra’ no es que añada mucho a lo que ya hemos oído: por algo los discos de los también versátiles León Benavente tienen solo 9 o 10 canciones. Por lo demás, podemos estar fácilmente ante su proyecto más interesante y atrevido.
Calificación: 7,5/10 Lo mejor: ‘Doce de cada diez’, ‘Estafas tradicionales’, ‘Max Estrella’, ‘El curioso impertinente’ Te gustará si te gustan: Eric Montefusco, León Benavente, Lorena Álvarez Youtube:Doce de cada diez
Fleet Foxes están volviendo a cosechar grandes críticas con ‘Shore‘, su nuevo disco anunciado por sorpresa y publicado durante el equinoccio de otoño. ‘Shore’ no ha pasado por nuestra sección de «Discos Recomendados» debido a cierta falta de canciones históricas -de las que el grupo de Robin Pecknold ha escrito varias- pero eso no significa que no cuente con composiciones tan estupendas y dignas de mención como ‘Can I Believe You’, hoy nuestra «Canción Del Día».
Una de las canciones más accesibles del disco más accesible de Fleet Foxes, se da la circunstancia que ‘Can I Believe You’ es también la primera canción del disco que Robin compuso, en concreto durante un descanso de su gira anterior. La melodía es luminosa y clara como el sol y en cuanto a la instrumentación, manda un diálogo de guitarras acústicas y eléctricas además de un ritmo de batería intenso pero tocado a medio tiempo. Aunque el dato más curioso de ‘Can I Believe You’ es que contiene coros proporcionados por los propios fans de Fleet Foxes, que el año pasado enviaron sus pistas a Robin a través de Instagram. Son «unas 400» personas escondidas las que cantan en esta grabación de folk-pop que, por cierto, cuenta con su propio videoclip desde hace solo unos días, como es lógico pues es la que mejor ha funcionado de todo el disco con diferencia en Spotify, sumando ya cerca de 3 millones de reproducciones.
En un análisis del disco canción-por-canción, Robin ha contado que la estructura de ‘Can I Believe You’ refleja su temática -problemas de confianza en la pareja- de manera involuntaria: «lo primero que escribí fue la frase de «can I believe you» con la melodía y la progresión de acordes, sin saber si eso era el verso o el estribillo o cuál sería la función de esa parte en la canción. A medida que la canción se fue desarrollando se volvió en un temazo sobre problemas de confianza, lo cual me hacía gracia pues es una canción muy divertida. Tenía sentido que una canción que habla sobre problemas de confianza tuviera un verso que funciona como un estribillo y un estribillo que funciona como un puente. La canción entera está un poco del revés».
El caos mental de Robin está plasmado también en la letra de ‘Can I Believe You’, en la que el artista parece señalar las dificultades que sufre para confiar… en que su persona amada confía en él. «¿Puedo creerte cuando me dices que estás bien? No necesitaba hacerlo cuando esperaba que lo hicieras» es una de varias cuestiones que se hace a sí mismo Robin en la canción, antes de que unos espeluznantes coros como venidos de los años 40 -un saludo a la ingeniera de Robin que produjo los coros de la canción, y la a que el artista traía «la comida y chocolates para agradecerle tal ardua labor»- le acompañan en la parte de la composición que correspondería al puente: «últimamente me estoy preguntando qué tipo de deseo puedo romper, cuando estoy con ellos por un lado y por otro contigo, ¿cuál es la mitad de mí que he remediado?»
Si ‘Colapso’, una de las grandes series de este verano, se adelantó al apocalíptico 2020 al haberse rodado el año pasado; ‘Vernon Subutex’ suena ahora como una señora precedente de lo que ha pasado, está pasando y puede pasar definitivamente con el «colapso» de la industria musical. La serie que puede verse en Filmin, un éxito en Francia inspirada en el «best-seller» de Virginie Despentes, uno de los mejores libros de 2018, comienza con una fantasía de felicidad en torno a una tienda de discos de París, llamada como la barcelonesa Revólver: clientes a mansalva, fiestas a cascoporro, alcohol, drogas, sexo, un propietario que es una eminencia… y de repente, unos años después, la hecatombe. La falta de ventas, los impagos en el alquiler y la decadencia del indie, en definitiva, llevan al prota a los umbrales de la pobreza y más allá.
A su propio ritmo, sin las prisas de las series que se devoran a día de hoy, solo para después olvidarse demasiado rápido, ‘Vernon Subutex’ funciona en varios sentidos. El primero es su retrato de la desolada Generación X, que si en los 90 parecía algo deprimida y desubicada entre pantalones rasgados, camisetas anchas y discos de indie-rock (suenan en la serie Sonic Youth o The Jesus and Mary Chain, entre muchísimos otros), ahora luce peor aún ahogada en deudas e hipotecas y, cuando no, aún ahogando penas en el alcohol, entre muestras evidentes de odio por uno mismo.
En segundo lugar, su elenco es espectacular. La directora Cathy Verney ha optado por no hacer un relato tan coral como el de la trilogía de libros de Despentes, se ha centrado en dos de los tomos y ha dado un protagonismo descomunal al propio Vernon Subutex. Romain Duris (‘Una casa de locos’) está absolutamente fantástico interpretando al otrora guay de la clase, ahora adulto «enrollado», de sonrisa irresistible, barba larga tipo Band of Horses y graves dificultades para autogestionarse. La gracia de haber seleccionado al actor es que lleva 25 años siendo conocido en Francia, siendo nominado a los Premios César hasta en 6 ocasiones, por lo que una generación entera ha crecido y evolucionado con él, y para muestra, el enfoque de la trama «transgénero». Pero aunque no conozcas al actor o al personaje, el efecto está la mar de conseguido: en uno de estos 9 capítulos de 30 minutos quieres darle una hostia, y al siguiente abrazarle muy fuerte.
Después están las excelentes secundarias. Hay un par de cantantes con un considerable papel, Fischbach y Calypso Valois, pero aquí quien corta el pescado son Céline Sallette, la pesadilla de cualquier persona con miedo a ser «cancelada» en Twitter; Florence Thomassin, en el papel de Sylvie, el sueño húmedo de cualquier terapeuta; y hacia el final de la serie Gaëlle Jantet, en el papel de la mendiga Olga, dejando un par de escenas delirantes. De manera significativa, personajes de tan diverso pelaje confluyen en un desenlace musicado por Moderat, que parece uno de los mejores vídeos de Caribou.
Lo fácil es concluir que ‘Vernon Subutex’ es una serie nicho para melómanos como en otros momentos lo fue ‘Alta fidelidad’, tanto el libro de Nick Hornby como película de Stephen Frears. A este tipo de espectador no se le va a escapar el valor de esa edición coleccionista de The Thugs en vinilo que aparece un par de veces, ni ese momento en el que se recomienda a The Cure por encima de Adam & The Ants. Pero lo importante es que logra trascender lo musical para llegar al retrato social hasta rozar lo espeluznante: esta serie no es sino un retrato de la fragilidad (la inexistencia, quizá) de la clase media en ciudades como París, Madrid o Nueva York. Un día pagas 1.500 euros por un alquiler, el siguiente no tienes donde caerte muerto, y lo mejor que se le ocurre decir a alguien al respecto es algo tan esnob como probablemente cierto: «La gente adora a los vagabundos que leen». 7,5.
Bebe Rexha ha tenido un año tranquilo de cara al público… porque ha estado ocupada terminando su segundo disco, que la artista tiene listo pero publicará, dice, cuando «el mundo se vuelva un lugar mejor».
De momento, la autora de ‘Meant to Be’ estrena el primer adelanto de este nuevo largo, por lo que quizá el sucesor de ‘Expectations‘ no ande demasiado lejos después de todo. Se trata de un single con Doja Cat llamado ‘Baby, I’m Jealous’, en cuyo videoclip las protagonistas huyen a otras épocas donde no había redes sociales, comenzando por los años 60, pero después yéndose cada vez más atrás, hasta llegar a los tiempos de Adán y Eva.
‘Baby, I’m Jealous’ vuelve a ser una producción de pop que no alcanza los tres minutos de duración, y en la que se intercalan guitarras funky, muy Chic, con otras sonoridades y ritmos más propios del hip-hop, recordando por momentos tanto a ‘Fancy’ como al trabajo de DNCE.
En la letra, Bebe expone su «inseguridad» por que la chica que le gusta aprecie a otras en las redes sociales: «esto ha pasado de bonito a feo, porque la inseguridad me ha dicho que no me quieres, y solo hace falta que aparezca una chica por delante de mí en tu «timeline» para convertirme en nada», canta la artista antes de sentenciar: «esta soy yo, una mujer en una dicotomía, me quiero hasta que no lo hago». En el estribillo, Bebe enumera las cosas de las que está celosa, en concreto de «las fotos a las que das ‘me gusta'» y de «las chicas con ojos más claros».
La parte de Doja tiene más mala baba, como cabía esperar de la autora de ‘Hot Pink‘: «te he robado a tu hombre» es una de las frases que salen de su boca, antes de expresar: «él tiene la libertad de perseguir lo que le gusta, sé que estás enfadada, pero él no vale la pena, no quiero ser mala pero él es basura, y no será el último que te lo haga saber tarde o temprano».
Melanie C ha sabido a todas luces ejecutar un «comeback» que pocos han visto venir: inspirada por el exitoso regreso de Spice Girls a los escenarios del año pasado, y probablemente también por lo chulo que era su single ‘Anymore‘, Mel se ha entregado al electropop, aliándose con el colectivo queer Sink the Pink para publicar el single bailable ‘High Heels’ y después exponiendo su afición por Robyn y el synth-pop en ‘Who I Am’ y en la contundente ‘Blame It On Me‘. Además, la británica ha abrazado como nunca antes su estatus de icono gay a la vez que no ha dejado de mimar unos videoclips estupendos no exentos de guiños a su pasado en la banda autora de ‘Wannabe’. En el tercer single, ‘In and Out of Love’, la artista hasta ha buscado sin descaro hacer su propio ‘Don’t Start Now‘. Y animada porque al fin se siente bien consigo misma y ha aceptado quién es, ha llamado el disco -el octavo de su carrera en solitario, nada menos- con su nombre.
‘Melanie C’ no será un «comeback» en términos comerciales a la altura de otros, pero por algo seguimos hablando de esta artista y no de otros ni otras y el disco es un compendio de buenas canciones de pop comercialote que nos llevan tanto a la pista de baile como a reflexionar sobre nuestro propio ser. «La temática del álbum es la aceptación de una misma», nos contaba Melanie C recientemente en una entrevista, por lo que el sentimiento de empoderamiento es el motor que mueve todas estas canciones. ‘Who I Am’, en el que Mel se presenta tal y como es después de un tiempo en que ha «callado para evitar el drama» y se ha encontrado a sí misma «en las ruinas de quien pensaba que debería ser», es un estupendo single de pop con dos estribillos que merecía más éxito del obtenido, y ‘Blame it On Me’, sobre una amistad truncada por la traición, incide de manera más contundente en el electropop a la vez que presenta un fondo ultra-noventero. Más contundente en su aproximación a la pista de baile es ‘Good Enough’, que directamente nos lleva a esos tiempos que no queríamos de vuelta de David Guetta, Afrojack… o a los temas más discotequeros de Mónica Naranjo.
Finalmente, Little Boots no aparece en ‘Melanie C’ para posiblemente aportar un punto de vista más alternativo al conjunto y Shura solo lo hace como co-autora en ‘Good Enough’, pero el disco se reserva curiosamente sus dos mejores bazas para el tramo medio. ‘Overload’ no es el nuevo ‘Overload‘… pero esta producción de maduro disco-pop de George Raid (sí, el de AlunaGeorge) es la mejor del álbum a pesar de empezar como la típica canción de tropi-pop ya hecha mil veces (el tema se permite hasta una referencia al disco anterior). Y ‘Fearless’ con Nadia Rose, que, como su propio título indica, es una composición que anima a ser valiente y a creer en una misma, el cual ha sido el gran viaje hacia la aceptación propia de Melanie C en los últimos años, sí se atreve a salirse de la tangente para presentar un ritmo próximo al trip-hop de los años 90 y un extraño estribillo ingrávido y envolvente que esta vez sí recuerda a las Sugababes y que, dependiendo de a quién preguntes, puede ser lo más parecido a un nuevo single de las Spice que escucharemos jamás.
A partir de la segunda mitad, el nuevo álbum de Melanie C pierde fuelle, y nada demuestra esto más que el hecho de que el single sea ‘In and Out of Love’, básicamente una variación de ‘Don’t Start Now’ sin su chispa ni espectacularidad (no tiene nada de malo «copiar» fórmulas de canciones de éxito, se ha hecho toda la vida, pero el resultado se queda a medio gas en este caso). Por otro lado, las baladas no están especialmente inspiradas: la bélica ‘Here I Am’ transmite irónicamente poca fuerza a pesar de su mensaje sobre la importancia de la asertividad, y el trap-pop siniestro de ‘Nowhere to Run’, en el que Mel canta sobre un ataque de pánico que ha sufrido recientemente, no hace un uso especialmente interesante del sonido Billie Eilish, una influencia reconocida por la artista.
Uno de los temas tratados en el nuevo trabajo de Mel C es el «ageism»: «decían que era demasiado mayor, pero estoy que me salgo», canta la artista en ‘Here I Am’. Estos días, Mel ha tenido una de las respuestas más divertidas hacia el «ageism» que he visto recientemente. Y no sé decir si más por el hecho de que el entrevistador no se atreviera a usar esta palabra en ningún momento, provocando en la artista una mueca no sé si de incredulidad o de aprobación; o por la respuesta siguiente de Mel: «mi cara de vieja no ofende a nadie en la radio». Ciertamente ‘Melanie C’ merecería más aprobación por parte de la radio, pues como intento por llegar a nuevos públicos y generaciones, es más que digno y nunca suena demasiado desesperado.
Calificación: 7/10 Lo mejor: ‘Who I Am’, ‘Blame it On Me’, ‘Overload’ Te gustará si te gusta: Dua Lipa, Robyn, Selena Gomez, Jonas Brothers Youtube:vídeo de ‘Who I Am’
Hace un par de temporadas una canción del dúo francés Videoclub enamoró a todo aquel que se molestara en escucharla: ‘Amour Plastique’, nuestra «Canción del Día» el 2 de enero de 2019, empezó siendo un éxito «tapado» pero con 62 millones de reproducciones en Spotify ya no es que pueda considerarse un éxito underground, pues ha sido escuchada masivamente en países como por supuesto Francia, pero también México, Chile o Turquía.
Es verdad que en España la canción no es tan conocida, pero ahí estaba Natalia Lacunza para resolverlo, y la cantante ha decidido sumarse a otra composición de Videoclub llamada ‘Enfance 80’ que ya había sido editada este año sin su participación. La autora de ‘otras alas‘ indicaba en redes: «Me MORÍA de ganas de postear esto 😭😭😭😭😭😭😭 Sale por fin la versión en español/frances de ENFANCE 80 y ¡estoy que exploto de emoción! Muchísimas gracias Videoclub por contar conmigo, esta ha sido una de mis canciones favoritas de este año y me muero de ganas de que la escuchéis y lloréis cantándola con vuestros amigxs».
Natalia Lacunza aparece cantando en castellano nada más arrancar esta producción de la escuela ‘Drive’, pero también después en francés en el estribillo, dejando parte de la segunda estrofa para su intérprete original, Adèle Castillon, y después a Matthieu Reynaud el «rap» a modo de puente. El tema ha sido acortado más de 1 minuto aunque no se note, lo cual a simple vista parece un acierto. Una producción modesta pero llena de encanto que afianza la posición de Natalia Lacunza lejos de la desesperación por el éxito comercial, como se ha visto en la indie pop ‘Modo avión’ junto a Cariño.
Todos los días son buenos para reivindicar a Fleetwood Mac, aunque sea por un viral de TikTok, pero lo cierto es que Stevie Nicks está de actualidad por otras razones también. Por un lado, hoy publica una canción nueva llamada ‘Show Them The Way’, inspirada en un sueño que tuvo en 2008 en el cual coincidía en un acto político benéfico con -agárrense- Martin Luther King Jr, John Lennon y JFK, entre otros.
El tema ha contado con colaboradores de lujo, como Greg Kurstin (Adele, Lily Allen) y Dave Grohl de Foo Fighters a la batería, y se mueve cómodamente entre el sonido clásico de su música tanto en banda como en solitario y cierto toque sintético, que parece corresponderse más con la actualidad que con sus trabajos de los años 80. En otras palabras, va a encantar a su discípula, Miley Cyrus, y a sus seguidores de generaciones anteriores. Además, hay una versión reducida a piano, evidenciando que el co-autor de ‘Hello’ no anda demasiado lejos, sobre todo al inicio.
Por otro lado, Stevie Nicks es noticia porque el 21 de octubre se va a exhibir en cines de todo el mundo su concierto ’24 Karat Gold’, grabado durante la gira de 2016 que recorrió 67 ciudades. Milagrosamente en España también habrá proyecciones, las cuales puedes consultar en la página creada ad hoc. Ojo porque no solo Madrid y Barcelona están entre las ciudades agraciadas. Es el preludio de la edición física en doble LP, doble CD y digital a partir del 30 de octubre del propio concierto, y del que se han adelantado tráiler y singles como ‘Rhiannon’ y ‘Gypsy’.
C. Tangana ha publicado su nuevo single ‘Demasiadas mujeres’. Se trata de un nuevo avance de ‘El madrileño’, el nuevo disco que Antón publicará próximamente y en el que ofrecerá su propia visión de la música tradicional que le ha inspirado en los últimos tiempos, tanto española como latina. Sin ir más lejos, ‘Demasiadas mujeres’ samplea prominentemente ‘Campanera’, el famoso pasodoble que Joselito interpretaba en ‘El pequeño ruiseñor’ (1957), pasándola por un filtro de electrónica ravera que no anda especialmente lejos de lo escuchado en ‘Nunca estoy’.
El tema, hoy nuestra «Canción Del Día», arranca con unas percusiones de marcha, como de procesión, para dar paso a unas trompetas de sonido festivo. Pronto la voz de Antón y los sintetizadores de Alizzz, que emulan el sonido de unos violines tocados en staccato, irrumpen para exponer la temática de la canción, una especie de respuesta a ‘Nunca estoy’ desde el punto de vista de él. Antón enumera a varias mujeres que han pasado por su vida, desde la que se «folló en el baño de un garito, borracho en Berlín» hasta la que se fue «con (sus) ganas de amar, (sus) ganas de vivir» para plasmar un sentimiento parecido al hallado en el mencionado single, el de cierta inevitabilidad por cagarla, hacer daño a los demás e huir de los problemas: «La miro pensando cuánto faltará para que empiece a odiar, la forma que tengo de amarla tan mal, mi manera de huir, que no puedo parar», canta Antón, llorando las penas. El tema evoluciona hacia ritmos medio raveros para hacer progresivamente más evidente el sample de Joselito. El videoclip de ‘Demasiadas mujeres’, rodado en un pueblo de Segovia, presenta la imaginería castiza que cabía esperar desde este nuevo proyecto, en concreto para narrar un funeral.
En redes, el autor de ‘Mala mujer’ había compartido una playlist de Spotify con canciones que han inspirado este nuevo single, y el tema que lo abre es precisamente ‘Campanera’, una de las canciones más conocidas de Joselito por su aparición en la película de 1957 ‘El pequeño ruiseñor’. En la lista aparece también Kanye West y la producción de ‘Demasiadas mujeres’ ha recibido alguna comparación con el trabajo del rapero, dado su gusto por modernizar el viejo soul. También pueden escucharse temas tanto de Antonio Molina como de Crystal Castles, además del mencionado ‘Nunca estoy’ y el gran tema con el que estos días hemos descubierto a Rigoberta Bandini, ‘In Spain We Call it Soledad‘. Por cierto, recientemente Rigoberta protagonizaba nuestra «canción del día» con otra de sus composiciones destacadas.
Volviendo a C. Tangana, el autor de ‘Yelo‘ ha sido noticia estos días por sus diversos problemas de salud: en primer lugar, el artista ha sufrido una fisura y esguince en un pie después de practicar deporte (incluso compartía un vídeo-diario de su experiencia hospitalaria a través de sus stories, aquí una foto de su pobre pie para valientes), y además acaba de contraer el coronavirus, como ha informado a través de la misma red social, «por si no era suficiente con la pata chula». Pucho se enfrenta a un «mes y medio» de recuperación de su esguince, y ahora también al covid, al tiempo que se encuentra en el proceso de «terminar el proyecto de (su) vida». ¿No hay mal que por bien no venga?
Lykke Li ha sorprendido hoy con una canción que no, no está ideada para conquistar las playlists internacionales de Spotify. Se trata de una canción pequeña llamada ‘BRON’, cantada íntegramente en sueco y escrita junto a Little Jinder y Ludwig Göransson. De momento, se desconoce si hay un álbum en sueco en camino, al modo de esa carrera paralela que algunos artistas de este país tienen en su lugar de origen, como algunos miembros de The Cardigans y Roxette.
Se trata de la primera canción de Lykke Li en solitario desde su álbum de 2018 ‘so sad so sexy’. En este tiempo, sí ha publicado algunas curiosidades y colaboraciones, algunas realmente muy visibles como aquel día que cantó para el último disco de Mark Ronson y otras menos visibles como la versión triste de ‘I Will Survive’ de Gloria Gaynor, el remix con Lil Baby de ‘sex money feelings die’ o el de ‘two nights’ con Skrillex y Ty Dolla Sign. Como apunta el NME, Lykke Li llegó a declarar que el sucesor de ‘so sad so sexy’ sería un álbum pequeño. «Creo que quizá para decepción de todo el mundo, voy a reducir de escala y bajar el ritmo en el siguiente disco. Será más bien como soul, será aún triste, y aún sexy». Llegó a decir: «El pop es horrible, me da dolor de cabeza», por lo que cabía esperar una reacción.
Más que «decepcionar» con esta producción onírica y esta melodía marca de la casa, con el cambio idiomático, Lykke Li más bien se expone a la indiferencia de sus fans internacionales. En todo caso, y como decía, basta echar un ojo a las estadísticas en Spotify de Per Gessle o Nina Persson para comprobar que, para ellos, dedicarse al público local de vez en cuando es un camino.
Esta semana han llegado a las plataformas de streaming nuevos adelantos de los discos que van a salir próximamente de C. Tangana, que firma la «Canción Del Día»; Roosevelt, AC/DC, Kevin Morby, The War on Drugs (álbum en directo), Mourn, The Antlers, HAERTS con Ed Droste, Bleached, Wild Pink, Bicep, Helena Deland, Smerz, Meghan Trainor, quien como Dolly se ha adelantado a la Navidad; o el de una cuca banda sueca llamada I Love Your Lifestyle que gustará a los amantes del indie-pop de toda la vida. Mario del Valle de Carolina Durante presenta proyecto en solitario con ‘Quiero besar’ -firma como Temerario Mario- y S. Carey la reedición de su debut con una versión de Tom Waits.
Por otro lado, CocoRosie han editado un single suelto instando a la salida de Trump de la Casa Blanca junto ANOHNI, Big Freedia, Brooke Candy y Cakes da Killa, llamado muy gráficamente ‘End of the Freak Show’. Además editan single conjunto Bebe Rexha y Doja Cat por un lado, y Natalia Lacunza y la banda francesa Videoclub por otro. Najwa le da al reggaetón en ‘Mira como van’ y Stevie Nicks tema nuevo justo cuando Fleetwood Mac no pueden estar más de actualidad y Lykke Li estrena un tema en sueco. Atentos también al nuevo single de la banda gallega NÉBOA, entre Radiohead, Vainica Doble, Nadadora y la música tradicional gallega; y al del dúo argentino Borneo, que presenta la agradable ‘Limoneros’ y cuenta a España entre el país que más escucha su música. Entre los lanzamientos nacionales, a destacar también lo nuevo de DELLAFUENTE ft. Maka y Morad, Bejo ft. Alejo o La Claridad.
Entre los discos destacados que se publican el viernes, los nuevos lanzamientos de Future Islands, Carla Bruni, Travis, Yo La Tengo (en este caso un EP), METZ, Touché Amoré o Machinedrum. También salen los nuevos trabajos del querido compositor de ambient Laraaji, la arpista Mary Lattimore (que este año ha aparecido en el último trabajo de Julianna Barwick), Raffaella Carrà, Miguel Campello o Cepeda.
Seguramente hayáis leído en la prensa estos días que un vídeo con música de Fleetwood Mac se ha viralizado en TikTok, que ‘Dreams’ ha subido un montón en streamings y que el grupo vuelve a estar actualidad. El vídeo viral, que podéis ver al término de este artículo, es una cucada; y la respuesta del batería y fundador Mick Fleetwood imitándolo mola todavía más. Pero no os dejéis engañar: que Fleetwood Mac suban 20 puestos en una lista de éxitos no es ninguna noticia: aquí la única noticia es que a diferencia de lo que sucede con muchos de sus contemporáneos, los discos de Fleetwood Mac llevan años enganchados a las listas de éxitos como si al grupo le hubiera pasado algo. Y no entendamos por «algo» algo «malo». También podía haber existido una película como la de Elton John o la de Queen. El caso es que aquí no ha pasado nada más que su música se sigue consumiendo y viralizando, constantemente, no solo ahora, como si fuera el primer día. La noticia de la semana no es que ‘Rumours’, su gran número 1 de 1977, suba unos peldaños por TikTok. La noticia es que tal disco lleva 856 semanas en el top 100 británico y 392 semanas en el Billboard 200. Y dediquemos un momento a pensar cuántas semanas son 850 semanas porque estamos hablando de 16 años dentro de las listas. Ahí van algunos datos solo de los últimos años:
‘Rumours’ (1977) fue el 30º álbum más vendido en UK durante 2019
‘Rumours’ (1977) fue el 48º álbum más vendido en UK durante 2018
‘Rumours’ (1977) fue el 90º álbum más vendido en EE UU durante 2019
‘Rumours’ (1977) fue el 91º álbum más vendido en EE UU durante 2018
‘Rumours’ (1977) fue el 155º álbum más vendido en EE UU durante 2017, etc.
En resumen, ha sido un señor en patinete cantando ‘Dreams’ como antes fueron otros memes del tema o en el futuro podrán serlo una actuación en un Factor X de una Amaia cantando ‘You Make Loving Fun’, un gato maullando ‘Go Your Own Way’, un perrete con el lema ‘The Chain’ o una banda sonora empoderada diciendo a tu ex que pasa a ser ‘Second Hand News’. Las canciones que hicieron de ‘Rumours’ un álbum multiplatino a finales de los 70, capaz de vender 10 millones de copias en un mes, y una obra capital de aquella década, están hechas para volver a nuestra vida una y otra vez. No sorprende nada que conquisten ahora, desde su atemporalidad, a una nueva generación, como en los 90 nos conquistaron a quienes las descubrimos a través de una banda sonora, un disco de versiones o la radio, donde Fleetwood Mac siempre fueron «recurrentes».
España nunca fue uno de sus grandes apoyos, pero si leías entrevistas de Courtney Love, si te gustaban The Corrs o The Cranberries, o si te interesaba VH1 y no solo ver al artista de moda en MTV, todos los caminos conducían a Fleetwood Mac. Amparado en el soft-rock de la época, con algún momento bluesy como ‘Oh Daddy’, pero también en el pop-rock de cualquier tiempo (guitarra, bajo, batería, teclados), el ganador del Grammy a Álbum del Año de 1978 tiene varios protagonistas al mando. Cada miembro tiende a componer y cantar sus canciones, con la excepción de ‘The Chain’, que es una colaboración de todos, pero hay momentos de verdadera comunión y sinergia, gracias a lo que unifican la guitarra de Lindsey Buckingham y el Hammond y el piano Rhodes de Christine McVie. ‘You Make Loving Fun’ es una canción de Christine pero el momento del final en el que entra la guitarra de Lindsey es extático: ahí es cuando el «amar» del que habla la canción es realmente electrizante, «divertido». Y lo mismo puede decirse de las aportaciones de Christine al teclado, de las que no se libra ni la mismísima ‘Go Your Own Way’.
Lindsey Buckingham y Stevie Nicks se habían incorporado a Fleetwood Mac, que funcionaban desde finales de los 60, en el disco anterior, ‘Fleetwood Mac’. El éxito del largo de 1975 a partir de singles como ‘Rhiannon’ (tema referenciado en la portada de ‘Rumours’, pues Stevie Nicks aparece vestida de este personaje, una bruja galesa), inspiró a la banda a seguir adelante pese a las múltiples tensiones, las habituales cuando pones a componer a 3 personas con tantísimo carisma como Buckingham, Nicks y McVie, y cuando a eso sumas dobles parejas a la ecuación. Christine McVie y el bajista John McVie se habían divorciado tras 8 años de matrimonio en 1976, mientras Stevie y Lindsey, que ya habían funcionado como dúo por su cuenta, tenían un penoso currículum de idas y venidas, y de amor y odio que se extiende hasta nuestros días: Buckingham fue, de manera insólita, expulsado recientemente de la banda tras 40 años de actividad, oficialmente, porque a Stevie Nicks no le gustó una «mirada de superioridad» de Lindsey. ¡Con las cosas tan bonitas que se habían dicho el uno al otro en este siglo!
En verdad, una de las razones por las que el disco parece tan bien amalgamado es porque confluyeron los astros para que a todos les pillase en medio de una crisis sentimental, en un verdadero culebrón narrado en directo, como es el caso de la letra de ‘Go Your Own Way’. Si Stevie y Lindsey estaban que si sí que si no, Christine empezó a salir con el ingeniero de luces tras su separación de John, y a Mick Fleetwood, batería y fundador de la banda, su mujer empezó a ponerle los cuernos con su mejor amigo. Aunque hay momentos de luz, como ‘Dreams’, y ‘You Make Loving Fun’ es una canción para el mencionado chico de las luces, la desazón embadurna otras como ‘Songbird’, que fue escrita también por McVie a medianoche, en media hora, decidiendo la artista quedarse despierta toda la noche para que no se le olvidara la melodía ante la imposibilidad de poder grabarla. Dejando a un lado las bromas sobre la vida antes de las Notas de Voz del móvil, ¿no se para el mundo cada vez que McVie canta aquello de «por ti, no habrá ni una lágrima más»?
Tampoco es que la noche fuera ajena para la banda. El grupo, debido a las tensiones, no alternaba demasiado fuera del estudio, pero Chris Stone, uno de los propietarios de Record Plant, el estudio de Los Ángeles donde se grabó gran parte del disco, contó en 1997 que la dinámica de grabación de ‘Rumours’ era la siguiente: «El grupo llegaba a las 7 de la tarde, se pegaba un banquete, un fiestón hasta la 1 o 2 de la madrugada, y cuando estaban tan desfasados que no podían hacer nada más, entonces se ponían a grabar». Conocido por el modo en que la cocaína circuló durante la grabación, el proceso propició quizá momentos tan fieros como el final de ‘The Chain’ y consintió que la nocturna ‘Gold Dust Woman’, la pista final, terminara registrándose a las 4 de la mañana. Después de todo, Stevie Nicks llegó a decir que Fleetwood Mac hacían «la mejor música en la peor forma».
Por supuesto, ‘Rumours’ no fue lo último que nos daría la formación clásica de Fleetwood Mac. En 1979 publicarían algo mucho más arriesgado, el álbum doble ‘Tusk’, y con sus más y sus menos volverían a triunfar en los años 80 con una espectacular retahíla de singles, los extraídos de ‘Mirage’ (1982) -allí estaba ‘Gypsy’- y el infravalorado ‘Tango in the Night’ (1987). Esperad a que alguien en TikTok sepa mostrar cuánto molan ‘Big Love’, ‘Seven Wonders’, ‘Little Lies’ y ‘Everywhere’.
No abrirán discotecas ni salas de conciertos ni espacios similares en Cataluña por el momento, informa El Periódico reproduciendo declaraciones de la Conselleria de Salut, que ha decidido parar la reapertura de dichos espacios debido a la actual situación epidemiológica que vive la región. Los especialistas médicos consideran irresponsable dicha apertura ya que creen que provocaría más contagios: 2La situación en la que estamos no permite que nos desviemos de la coherencia del discurso del Govern de cara a la población» han sido las palabras de Jaume Padrós, presidente del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona. Por su parte, el secretario general de la patronal de Locales de Ocio Nocturno, Joaquim Boadas, ha lamentado la decisión de la Generalitat: «La culpa de los rebrotes, que son nuestro verdugo, los ha provocado la propia Administración, prohibiendo el ocio nocturno cuando no tocaba prohibirla y haciendo aumentar, con esta decisión equivocada, el botellón y las fiestas ilegales. Y se nos hace a nosotros víctimas de esta decisión equivocada»,
La decisión aprobada este martes permitía la apertura de espacios de ocio nocturno en Cataluña hasta las 3.00 de la madrugada, tal y como señalaba el acuerdo alcanzado este martes por la Generalitat de Cataluña y el sector de ocio de Cataluña y confirmaba la FECASARM (Federación Catalana de Asociaciones de Actividades de Restauración y Musicales) en un comunicado.
En concreto, el comunicado detallaba que las «actividades recreativas musicales que se beneficiarán de esta nueva resolución son las actividades con licencia de discoteca, sala de baile, sala de fiesta, bar musical, café teatro, café concierto, sala de conciertos, establecimientos con régimen especial, discotecas de juventud, karaokes, salas de fiestas con espectáculo y conciertos de infancia». Quedan fuera del dictamen «locales con reservados anexos». El horario de cierre para bares musicales y discotecas de hecho será prácticamente el mismo que el habitual: los primeros cierran a las 2.30 y los segundos a las 3.00 según aparece estipulado en la Orden de Horarios de la Generalitat.
La resolución llegaba con limitaciones esperadas e las circunstancias actuales y las actividades que se lleven a cabo en dichos espacios iban a estar controladas al milímetro. Entre ellas, la programación de actuaciones en directo sería obligatoria. Además, «la pista de baile no podría ser utilizada y debería ser ocupada con mesas o solo sillas, el aforo debería estar limitado al 50% y el público debería llevar mascarilla siempre que no esté consumiendo». También sería obligatorio «crear un registro de los asistentes y facilitarles gel hidroalcohólico para su uso en cualquier momento».
El secretario general de FECASARM, Joaquim Boadas, aplaudía la decisión de la Generalitat pero con reservas, ya que la Asociación consideraba «insuficiente» el horario estipulado porque a las 3 de la madrugada no opera el transporte público y temía que dicho horario incentivara el «botellón». A su vez indicaba que «la clausura del ocio regulado nunca tendría que haberse producido ya que los contagios han aumentado». Sin embargo, celebraba que la Generalitat «haya reconocido expresamente que el sector de ocio nocturno legal no ha sido causante de los contagios ya que han estado cerrados».
Recientemente, Primavera Sound ha anunciado la celebración de un «concierto-estudio» en la Sala Apolo de Barcelona que «consistirá en la realización de un cribaje rápido de COVID-19 a las personas asistentes a un concierto de música en directo». El propósito del estudio es «probar diferentes fórmulas que puedan garantizar la creación de un ambiente seguro para la realización de acontecimientos relacionados con el ocio en espacios cerrados en tiempos de COVID-19», y en el cribaje se prevé que participen un total de 1.000 personas. El estudio tendrá lugar en alguna fecha por determinar de este mes de octubre.
Róisín Murphy firma esta semana nuestro «Disco de la Semana» con ‘Róisín Machine‘, un trabajo que está recibiendo elogios por doquier y que va en camino de darle a su autora la mejor posición comercial de su carrera en Reino Unido. Hemos tenido el placer de charlar con ella vía telefónica sobre sus nuevas canciones y también sobre etapas previas y la que viene: su disco con DJ Koze está casi terminado y no puede tener mejor pinta, a tenor de sus propias palabras. Nos atiende una entrevistada encantadora, consciente -como debe ser- de su valor inestimable en la historia del pop, pero a la vez con muchísimo sentido del humor. No son pocas las veces que suelto una carcajada hablando con ella, y leyendo esta entrevista entenderéis por qué.
‘Róisín Machine’ está cosechando grandes críticas. ¿Te está faltando que se destaque en ellas algo en concreto?
No… Realmente creo que el disco se está entendiendo porque presenta un aspecto y sonido muy unificados. El público ya había asimilado los singles y sabía qué esperar de él. En cualquier caso, ‘Róisín Machine’ ofrece una «experiencia de álbum», lo cual ha sido deliberado. Hemos hecho un «álbum» y si conoces la cultura de clubs y de discotecas sabes que el disco no está hecho para la discoteca, sino para ser escuchado como un «álbum» con una secuencia particular. Por otro lado, todo el proyecto de ‘Róisín Machine’ incluye también las remezclas, las cuales son igual de importantes en la historia que el resto de canciones. El álbum es solo una parte de la historia.
¿Por qué dices que las remezclas son igual de importantes?
El álbum es una «simulación» de una experiencia en una discoteca: entras y paseas por diferentes habitaciones en las que ocurren cosas distintas. En el caso de las remezclas, DJ Parrot produce unas «suites» en las que coge una canción, saca todos sus elementos sonoros y los coloca en diferentes «habitaciones» o espacios, lo cual sucedía también en los años 80. En esa época era muy habitual, sobre todo en la vanguardia, que ciertos productores se apropiaran de canciones de música disco y las modificaran con el propósito de orientarlas hacia la pista de baile. Pasaba no solo con canciones de (estrellas de la música post-disco de los 80 como) Gwen McRae o Gwen Guthrie sino también de gente como Bananarama o Sylvester. En el estudio, todos estos artistas de estilos diferentes recibían el mismo trato con el propósito de que sus canciones fueran llevadas a la discoteca. Pasa lo mismo en los clubs, que no son lo mismo que un concierto, donde actúas y puedes ni tocarte con los músicos. En los clubs todo el mundo está en contacto directo con todo el mundo, es más igualitario. Por eso ‘Róisín Machine’ presenta una mezcla de géneros pero una mezcla que tiene sentido.
Cuando hablamos con DJ Parrot él decía que es aficionado a remezclar canciones porque así las puede vestir con diferentes «disfraces».
Yo diría más que bien que es capaz de construir diferentes «habitaciones» para cada canción dependiendo de la mezcla que haya decidido usar. Me voy a venir un poco arriba con mi metáfora de la «simulación», pero puede decirse que ‘Róisín Machine’ se compone de diferentes espacios dentro de un enorme complejo de alegría y hedonismo. Entras por la puerta, esta se cierra tras de ti, y te sumerges en un mundo sucio y hermoso… luego llegas al Studio 54 y sigues caminando hasta pasar por la habitación del «UK Bass»… ¡y entonces llegas a The Loft, con toda la gente bailando ya pasadísima!
¿Atribuyes una habitación a cada canción?
Así es cómo lo siento al escuchar el disco. Y también al escuchar las remezclas: tú la escuchas y de repente descubres algo en ellas en lo que antes no habías reparado. Esta forma de hacer música me parece una forma más igualitaria y menos egocéntrica de abordar dichas grabaciones…
Escribiste ‘Murphy’s Law’ durante las sesiones de ‘Overpowered‘. ¿Ha sufrido muchos cambios en todos estos años?
Originalmente, la canción estaba en un tono mayor, pero DJ Parrot y yo no lográbamos dar con el arreglo adecuado para ella, porque la música y la estructura de la canción son muy clásicas, se quedan cerca de ser una verdadera horterada. Entonces transpusimos la canción toda hacia abajo y grabé una nueva toma vocal, pero la toma vocal «transpuesta» nos pareció tan chula que ya no podíamos vivir sin ella, nos parecía un soplo de aire fresco dentro de lo sumamente hortera que era la producción. Entonces pusimos esa toma vocal como toma principal y luego yo grabé una nueva imitándola con mi voz natural.
«Muchas de mis letras dicen: «persigue el deseo, teme al deseo, que no sentir deseo sea en sí mismo un impulso!»»
¿Qué sentido le das a que ‘Kingdom of Ends’ sea pista 2? Cuéntame también cómo surge esta canción, cuál es la inspiración.
‘Kingdom of Ends’ es una especie de purificador entre lo que ha venido antes y lo que viene después. Pero sobre todo la hemos colocado en la pista 2 para sacárnosla de encima, porque es una monstruosidad de canción, es una pieza de música brutalista con todos esos ángulos y cambios y formas orgánicas y brutales. ‘Kingdom of Ends’ es una canción que habla sobre la relación entre el fin del deseo y el fin del capitalismo y está dedicada a (el escritor y teórico británico) Mark Fisher (NdE: Fisher falleció en 2017). Compré la antología ‘K-PUNK’ el año pasado y descubrí una crítica que había escrito sobre Moloko que me pareció que daba totalmente en el clavo. Me llamaba la «princesa perdida del glam».
También te comparaba con Kylie Minogue para señalar que su estilo de «performance» evoca el «profesionalismo de una azafata de vuelo».
(ríe) En el libro, (Fisher) habla mucho sobre J.G Ballard, de la que soy una gran aficionada; y también sobre David Cronenberg… Habla de todos esos signos y señales que suelen ser considerados intelectualmente inferiores pero que siguen formando parte de un ecosistema del deseo. Es lo que pasa en ‘Crash’: sientes que debes tener el accidente. Fisher usaba mucho el concepto de «reino de los fines» cuando hablaba sobre el fin del capitalismo y del deseo. Y muchas de mis letras dicen lo mismo, dicen «persigue el deseo, teme al deseo, que no sentir deseo sea en sí mismo un impulso!»
Mencionas el deseo y puede decirse que ‘Shellfish Mademoiselle‘ habla sobre el deseo de bailar y de no dejar de hacerlo nunca…
También habla sobre otras cosas, no sé si me entiendes…
Musicalmente, ¿qué querías expresar con ella? Suena romántica, pero también contundente…
La canción está inspirada en el trabajo de Mantronix, que fue un grupo muy importante en Sheffield y también en Manchester. También tiene elementos de Jimmy Jam and Terry Lewis, Janet Jackson… Es una canción de amor. El estribillo lo escribí durante la cuarentena: «cómo te atreves a condenarme a una vida sin bailar»… Pensé: ¡pedazo de cliché me he marcado! Pero bailar es tan importante…
«Yo sigo esperando que mi música resulte ser pop así como por accidente, pero todos mis discos suenan vigentes a día de hoy, y eso es lo que busco»
¿Y cómo surge ‘Game Changer’? Es muy intrigante…
Con esta canción intenté sumergirme en un «flow». Algunas canciones las escribo desde el corazón, y otras, por su ritmo y estructura, son como puzzles. En cuanto a la letra, verás, a mí me interesan los personajes magnéticos, en especial los hombres magnéticos, y la canción habla sobre un hombre hermoso, porque yo amo a los hombres, ¡AMO A LOS HOMBRES! Los hombres han sido grandes aliados en mi vida, simplemente los amo y tengo mucho en común con ellos, así como con los hombres gay. Yo amo a los hombres y los hombres gay aman a los hombres así que tiene sentido. Amamos a los hombres todos juntos.
También te interesa la música pop que es interesante y un poco extraña, la cual nos suscita interés también a muchos gays.
Yo sigo esperando que mi música resulte ser pop así como por accidente. Ya no me preocupa si suena pop o no, porque mi música pop favorita es aquella que surge de otro tipo de experimentos, de intentar no ser pop. Lo cual es gracioso porque muchos productores con los que he trabajado vienen al estudio con la idea contraria. Me dicen, entusiasmados: «¡¡HOY ES EL DÍA QUE ESCRIBIMOS UN HIT!!» o «acabo de hablar con el sello y le he dicho: ¡¡¡vamos a escribir hits!!!» Yo ese pensamiento lo he dejado atrás.
Una canción como ‘Gone Fishing’ también es pop aunque no la escuches en la radio.
Se trata de hacer música atemporal. Mucha gente me dice «he escuchado el disco que sacaste hace 10 años y sigue sonando actual». Y yo les respondo: «sí, ¿pero qué hay de mis otros discos?» Todos mis discos suenan vigentes a día de hoy, y eso es lo que yo busco.
¿’Cómo recuerdas la etapa de ‘Hairless Toys‘?
La recuerdo como una etapa muy especial. ‘Hairless Toys’ fue mi primer disco después de ser madre de dos niños y lo hice con Eddie Stevens, que es mi mejor amigo en todo el mundo y ha sido mi director musical desde que era una cría en Moloko. Hemos viajado juntos por todo el mundo. También venía de sacar mi EP de versiones italianas, con las que aprendí muchísimo. Aprendí a usar un tono más conversacional en mis canciones, inspirada en artistas como Mina, Patty Bravo o Lucio Battisti. Canciones como ‘Exploitation’ están inspiradas en eso, cuando en esta recito la frase: «nunca subestimes a la gente creativa y las profundidades a las que irán». En esa canción sentía que estaba siendo total y absolutamente yo misma.
¿Consideras ‘Exploitation’ la cumbre de tu carrera?
No lo miro desde ese punto de vista. Más bien valoro los discos enteros. Para mí todo el catálogo es la cumbre.
«A mis nuevas canciones con DJ Koze les corre el hip-hop por todo su ADN, el disco que estoy haciendo con él es el más pop que he hecho nunca»
¿Cómo valoras la recepción hacia los singles que sacaste con Maurice Faulton? ¿Crees que están infravalorados?
No lo sé, ¿lo están? Creo que la gente terminará descubriéndolos. Esas canciones ya están ahí para siempre. Y Maurice es el tipo con el talento más natural con el que he trabajado nunca. Le sale talento por los poros.
¿Eres consciente de que ‘Let Me Know’ es una de las mejores canciones de pop de la historia?
Sí, amo ‘Let Me Know’, es una de mis canciones favoritas de las que he hecho.
Te encuentras ultimando tu próximo álbum, producido por DJ Koze. Dices que está terminado en un «80%». ¿El material suena similar a ‘Scratch That’ e ‘Illumination’? Has dicho que el disco lo petará en Estados Unidos…
Un poco pero DJ Koze va hacia otros muchos lugares, él también hace «bangers» y música disco. Pero a la vez, todo lo que hace DJ Koze tiene una resonancia del hip-hop, y a estas nuevas canciones les corre el hip-hop por todo su ADN, por tanto el disco que estoy haciendo con él es el más pop que he hecho nunca, suena a lo que hoy en día suena en la radio pero hecho con gusto. Al fin y al cabo, toda la música que triunfa hoy en día viene del hip-hop, desde hace ya años. Aún no me habéis escuchado lo mejor.
En entrevistas recientes has mencionado la influencia de gente como Black Uhru y Rhythm & Sound, no sé si estás dejando caer que estás coqueteando con el reggae o el dub…
Lo cierto es que he estado trabajando con Mad Professor, que es una leyenda del dub. Es como el Quincy Jones del dub. Él vive en el sur de Londres desde hace 30 o 40 años y tiene un estudio ahí. Es el mejor estudio que he pisado en mi vida. El tipo es una completa leyenda. Y te digo una cosa: él me pone sus temas y yo solo tengo que sentarme y cantar, porque las canciones ya son buenas, musical y estructuralmente ya son muy potentes. Él es un genio de los «old dubs», ¡es el «dub master»! Estoy muy emocionada por trabajar con él.
¿Qué preparas para tu anunciado directo en streaming?
Será un concierto filmado. Es una película. Realmente tengo ganas de tocar. Haremos todos los singles y también un par de temas viejos.
¿Quieres decir algo más sobre ‘Róisín Machine’?
¡Que no lo compréis en Discogs, que está a 150 libras!
Sophie Ellis-Bextor ha publicado estas últimas semanas una versión de ‘Crying at the Discotheque’ que tiene su gracia en este momento histórico: una discoteca es prácticamente el único sitio en el que no podemos llorar, y pronto será aquel en el que lloraremos… porque no podremos bailar.
En cualquier caso, tiene sentido esta recuperación por parte de la autora de ‘Murder on the Dancefloor’ -aquella canción que escribió junto a Gregg Alexander de New Radicals, qué tiempos-, pues la cantante ha estado entre las más imaginativas con el entretenimiento discotequero durante la pandemia: unas «kitchen discos» convocadas a través de Instagram que luego han sido subidas a Youtube y acumulan cientos de miles de visitas.
Ella misma lo explica así: «Me emociona mucho sacar ‘Crying at the Discotheque’ porque solía cantarla a veces cuando hacía algún set de club, ya que siempre me había encantado la canción. Como la canté durante las «Kitchen Discos» (de Instagram, durante la pandemia), siempre tendrá un lugar especial en mi corazón. Me encanta esta versión, es una gran canción llena de la imaginería de las discotecas a las que voy mentalmente cuando estoy cantando». La versión es muy respetuosa con la «original» de Alcazar que fue un éxito entre finales de los 90 y principios de los años 2000, apareciendo en el top 20 de varios países, incluido España. En sus créditos encontramos a Chic, debido a un sample de Sheila and B. Devotion, en concreto de un tema de 1979, ‘Spacer’. Era esta maravilla:
El marco de este single de Sophie Ellis-Bextor es un «greatest hits» que sale el 13 de noviembre en honor a esta «kitchen disco de confinamiento», pero no os preocupéis porque, entre las versiones, hubo lugar para su mejor canción: la colosal balada ‘Young Blood’ también aparece por ahí. Finalmente, se han anunciado una serie de fechas para una gira que por supuesto no saldrá de Reino Unido: será en mayo si todo va bien, y en otoño de 2021, también realizará un tour en compañía de Steps.
1 Groovejet (If This Ain’t Love) 2020
2 Take Me Home (A Girl Like Me)
3 Murder On The Dancefloor
4 Get Over You
5 Music Gets The Best of Me
6 Mixed Up World
7 Catch You
8 Me And My Imagination
9 Today The Sun’s On Us
10 Bittersweet
11 Starlight
12 Not Giving Up On Love
13 Heartbreak (Make Me A Dancer)
14 Young Blood
15 True Faith (BBC session)
16 Do You Remember The First Time? (Live)
17 Come with Us
18 Wild Forever
19 Crying at the Discotheque
20 My Favourite Things
Cuando poco después del cambio de siglo empezaron a proliferar proyectos como Lali Puna, The Notwist o Dntel, uno se sumergía en aquellos discos con sus auriculares cada noche, casi a modo de ritual, y aquello parecía que iba a ser el sonido del pop del siglo XXI. 20 años después, el mundo ha cambiado tanto que es una rareza reivindicar o mencionar siquiera a aquellos artistas. El dúo Sylvan Esso, que ha asegurado en Mondosonoro que se toma la comparación como un halago, pues específicamente Dntel es uno de sus artistas de cabecera, llega a su tercer álbum mejorando su fórmula.
Tienen difícil igualar el impacto que alcanzó el tema ‘Coffee’ de su debut o repetir la nominación al Grammy de Electrónica que conseguía su segundo disco ‘What Now’, donde se incluía otro de sus pequeños éxitos, ‘Die Young‘. Pero su conjunto suena cada vez más sofisticado.
‘Free Love’ se compone de 10 canciones que se preguntan por nuestro devenir: si su segundo álbum se llamaba ‘What Now’, ahora han decidido abrir el tercero preguntándose ‘What If’. Y no se refieren tanto al amor como a la vida, en concreto a la «destrucción del mundo y de las cosas que amamos». ‘Ring’ habla de la enfermedad de tinnitus y de miedo a la muerte, el single ‘Ferris Wheel’ sobre descubrir en tu adolescencia el poder de tu sexualidad y utilizarlo, y ‘Runaway’, con todo lo bailable que puede resultar, se inspira en las matanzas en un festival de Las Vegas y tras el concierto de Ariana Grande de Mánchester. La cantante Amelia Meath y el productor Nick Sanborn están casados, pero no les gusta mucho hablar de eso, lo cual no impide que Amelia hable a partir de la letra de ‘Frequency’, sobre una chica que se enamora de una locutora de radio que no conoce, sobre su bisexualidad.
Lo suficientemente bien relacionados como para que Moses Sumney les dirija un vídeo y les echen un cable en la promoción de este álbum artistas tan dispares como tune-Yards y Jeff Tweedy de Wilco (el dúo también ha colaborado este año con Real Estate, por ejemplo), Sylvan Esso prefieren trabajar casi totalmente solos cuando se trata de grabar los álbumes. Así, ellos componen y producen con la única ayuda esporádica de algún corista, batería o guitarrista en algún tema suelto. Probablemente una manera de reforzar la cercanía de unas canciones que suenan susurrantes aunque llenas de detalle: de esas voces corales que emergen a lo Go! Team en un momentito de ‘Rooftop Dancing’ a la flauta del último segundo de ‘Ferris Wheel’.
Al margen de los muchos singles con que han promocionado el álbum, como estos dos últimos temas mencionados o ‘Frequency’, ‘Free Love’ ofrece producciones tan loables como ‘Runaway’, más cercana al synth-pop de Goldfrapp y Hot Chip; ‘Train’ y su ritmo a punto de desbocarse; ‘Ring’, que pasa de una estrofa acelerada, casi hablada, a un estribillo más melódico; o ‘Numb’, que empieza como una bossa para después alzar el vuelo en un viaje que resulta excitante. ¿Son The Postal Service? ¿Y de repente Purity Ring? No, son Sylvan Esso.
Calificación: 7,3/10 Lo mejor: ‘Numb’, ‘Frequency’, ‘Runaway’, ‘Ferris Wheel’ Te gustará si te gustan: Psapp, Lali Puna, The Postal Service Youtube:‘Numb’
Baiuca se ha convertido en uno de los nombres fundamentales de la escena desde que publicara en 2018 su excelente disco ‘Solpor’, en el que la tradición y la vanguardia se daban de la mano conquistando a miles de personas (sus oyentes en redes son sorprendentemente altos), y ofreciendo decenas de shows por todo el país en los últimos dos años. Sucediendo a su nuevo single ‘Adélia’ publicado este verano, invitamos al artista gallego a nuestra sección «Meister of the Week«, comisariada por Jägermusic, en la que ahonda en la escena gallega, desde los nombres que todos conocemos hasta la más emergente.
¿Cuál fue tu primer contacto con la música tradicional gallega? La primera vez que tocaste un instrumento tradicional, por ejemplo.
Recuerdo que el primer instrumento que me regalaron fue un acordeón pequeño. Fue el regalo de mi abuelo por mi cumpleaños, pero yo era todavía muy pequeño y no me hizo mucha gracia, así que fue mi padre el que lo empezó a tocar. Luego, con 8 o 9 años, empecé a tocar el clarinete, y ya después la gaita en una asociación cercana a mi casa. Era el instrumento que me permitía poder tocar las piezas que se escuchaban en mi casa, en el coche de mis padres o mis tíos. Por ahí empezó todo.
¿Qué te ha dicho tu familia sobre tu música? Recurriendo a una mezcla de electrónica uno se imagina al típico abuelo/tía, etc., diciendo que lo que mola es la parte tradicional y que qué pena…
Para nada. En general les gusta. Mi abuelo tiene una radio en casa que escucha todas las tardes y cuando voy a visitarlo me dice que ha sonado una canción mía y siento que le hace mucha ilusión. Eso es algo que a mí me emociona mucho, aunque haya tanta diferencia generacional: que una persona que nació en la década de los 30 disfrute con lo que hago es algo muy especial.
Es cierto que me costó que mi familia entendiera que lo que yo estaba haciendo para llegar hasta el día de hoy era un trabajo y un camino para buscarme la vida y poder vivir de la música. Creo que ahora lo entienden porque las cosas van saliendo bien, pero todavía se nota en la sociedad en general que ser músico no es un trabajo que se entienda como propiamente un trabajo. Parece que hay que tener algo más estable para vivir…
«Todavía se nota en la sociedad en general que ser músico no es un trabajo que se entienda como propiamente un trabajo»
He leído que eres de Catoira, un sitio de 3000 habitantes, ¿cómo fue tu educación musical allí? Sobre todo en los 90, de muy pequeño, antes de internet…
Parte de lo que soy ahora es por nacer y educarme en mi pueblo; poder crecer en un lugar pequeño donde la convivencia siempre es más cercana que en una gran ciudad y en una época donde desde muy pequeño pasábamos las tardes a nuestra bola, explorando el monte, la naturaleza. Desde muy pequeño me gustó mucho la música, cantar, tocar… y tuve la suerte de que justo se creó la Escuela de Música de Catoira cuando yo tenía 6 años, y ahí de cabeza que fui. Nunca fui al conservatorio y no soy ningún virtuoso de ningún instrumento y es algo que en parte agradezco. Aprendí lo básico para tener a día de hoy las herramientas para hacer lo que quiero.
¿Después has dado con algún club o bar de referencia en Galicia, cuando había clubs y bares, quiero decir? La escena de Vigo fue bastante famosa al menos en mi niñez y adolescencia, aquel «tren» Madrid-Vigo incluido…
Una sala que me gustaba mucho para ir a conciertos era la Sala Nasa en Santiago de Compostela. Viví en la ciudad desde los 19 a los 24 años, y solíamos salir en bares de la Zona Vieja, donde mayoritariamente ponían rock & roll y bebíamos cerveza. No llegué a encontrar nunca un sitio de referencia para ir a escuchar música, pero daba igual; al final, lo bonito de Santiago es coincidir con la gente en los bares y pasártelo bien. Vigo no me tocó tan de cerca y todo el tema de la Movida ya había pasado cuando yo empecé a salir. De los grupos de esa época mi favorito son Golpes Bajos. Recuerdo como un punto de inflexión en mi música el Sónar Galicia que se celebró en Coruña por el Xacobeo 2010 durante 2 años, y después el festival WOS que se celebra en Santiago y que siempre trae propuestas muy enriquecedoras.
¿Cuál te parece el nombre más prometedor de la escena actual ahora mismo? Hemos visto que sigues a Laura LaMontagne, por ejemplo…
Empieza a aparecer una generación de mujeres muy prometedora en Galicia de estilos y géneros diversos, pero en la mayoría de los casos con un ojo en las nuevas músicas y con una profunda admiración por nuestros referentes, como pueda ser Rosalía de Castro. Es el caso de Laura LaMontagne o de Sila Lua. Se está rompiendo una barrera imaginaria que muchas veces existía entre el underground y la música tradicional y eso hace que propuestas de ambas direcciones se enriquezcan. También me gustan mucho Marem Ladson, Dani o Luadsant, que la he descubierto recientemente. Y con propuestas de corte más tradicional me gustan mucho Lilaina y Tanxugueiras.
¿Qué sello, artista, de Galicia te parece que sigue estando más infravalorado a pesar del paso de los años? Me da rabia que no reventase por ejemplo Bflecha de Arkestra, con aquella cosa tan guay de mezclar ritmos R&B, synthpop, tropical… de todo un poco, antes de que lo hiciera muchísima gente.
Mwëslee podría ser uno. Logró cosas impensables en Galicia en ese momento y apenas tuvo repercusión, creo yo. Y Arkestra, si lo ves con perspectiva, han sacado cosas muy buenas. Bflecha por supuesto, pero también aquel EP de Alizzz (‘Whoa!’ se llamaba), que fue donde lo conocí.
Otro proyecto que tampoco ha tenido la repercusión que merecía fue Nistra, de Anxo Ferreira y Adrián Canoura. Anxo estuvo hace poco en una residencia en Berlín, ahora forma parte de Novedades Carminha y está produciendo cosas para artistas como Sen Senra. Y Adrián es cineasta y ahora también es la persona que se encarga de toda la parte visual y estética en Baiuca.
¿Qué opinas de aquella corriente del Galician Bizarre, en algún momento te sentiste próximo?
Recogió muy bien parte de lo que estaba pasando en toda Galicia en ese momento. Había grupos de todos lados. La portada del “Volumen I” es brutal. Me sentí próximo por cercanía con los grupos que estaban más metidos en la escena. Compartíamos local de ensayo con algunas de esas bandas con un grupo que tenía cuando empecé. En esa época había muchísimos grupos y coincidió con cuando yo vivía en Santiago e íbamos a los conciertos. No es fácil en Galicia que aparezca una escena, porque normalmente cada grupo es diferente al otro. Es algo muy enriquecedor cuando lo vives, pero hace que sea más difícil captar la atención cuando nada se parece a lo otro. Fue una pena que no tuvieran más relevancia algunos de los grupos que estaban en esos recopilatorios.
¿Qué lo diferenciaba de playlists que puedan hacerse ahora como esa que hay en Spotify de «a qué suena Vigo»?
No conocía esa playlist de “a qué suena Vigo” ni conocía a la mayoría de proyectos. Al final es una playlist de lo que está pasando en una ciudad. El Galician Bizarre eran grupos de todos lados de Galicia, y en cada zona fueron apareciendo colectivos o micro-escenas en puntos determinados. Lo recoge muy bien Fernando Fernández Rego en su libro ‘Unha Historia da Música en Galicia’. En O Grove, por ejemplo, había un montón de grupos; en la zona de Valga había varios proyectos previos a Músculo o Trajano!; todos los grupos de Seara Records en Vigo; Franc3s o SraSrSra en Coruña; el colectivo Porno en Ourense; la gente de Lixo Urbano en Santiago…
De alguna manera, Triángulo de Amor Bizarro y ahora Novedades Carminha son la cara más visible del underground de allí, ¿qué te ha venido pareciendo su evolución? Me sorprende que los sigas en Instagram, uno mira y remira y piensa que no tienes nada que ver ni con unos ni con otros.
Triángulo de Amor Bizarro explotaron prácticamente desde el primer disco y han sabido mantenerse arriba; y el caso de Novedades Carminha es muy diferente, en mi opinión: han sabido evolucionar disco a disco buscando su camino, sin repetirse y haciendo en todo momento lo que les ha dado la gana. Se merecen todo y más. Lo bonito de un sitio como Galicia es poder conocer y compartir escenario con gente que hace cosas muy diferentes a ti y poder estar en contacto con ellos. Además, en el Instagram de Novedades nunca sabes lo que puede pasar: merece la pena seguirlos.
Respecto a esto último y a lo que sueles decir de que compones sobre Galicia desde Madrid, ¿crees que es imprescindible emigrar para que te vaya bien? ¿Crees que a TAB les hubiera ido mejor de mudarse a Madrid?
No lo creo. Mira el caso de TAB, que siguen viviendo en Boiro. Y hay muchos más casos así. Yo creo que cada uno tiene que buscar su camino. Yo no me mudé para que me fuera mejor; me mudé por necesidad de conocer la vida en una gran ciudad. En mi caso, estar en su momento viviendo en Madrid me ayudó en el plano artístico a componer sobre algo que echaba de menos, mi tierra; pero creo que en el plano profesional da un poco igual dónde viva. Ahora vivo en otra ciudad y no ha cambiado nada.
¿Alguna opinión sobre la escena trap/urban/whatever, como Kaixo Samo, Royce Rolo u otro artista a destacar?
Conocí mucho de la escena de Vigo (entre ellas, el colectivo Banana Bahía, en el que estaban Kaixo o Rolo) porque en aquel momento me lo enseñaba Sen Senra cuando ambos vivíamos en Madrid. Me alegra mucho ver el éxito que está teniendo el último disco de Senra. Se lo merece mucho. Cuando lo conoces en la cercanía te das cuenta de todo el talento que tiene y de la facilidad que tiene para componer y crear cosas hermosas: siempre tuve claro que su momento llegaría más pronto que tarde.
¿Crees que tu carrera estará marcada por esta vena gallega o no necesariamente? Pienso en lo de Alex Casanova y es que nada que ver…
Creo que ya forma parte del ADN del proyecto, y que me ayuda en parte a guiar cada paso que quiero dar. El cambio a Baiuca fue algo natural para mí. Una ruptura de mi adolescencia a la madurez, donde me apetecía hacer algo diferente y con lo que estoy metido y conectado al 100%.
Roosevelt, uno de nuestros artistas favoritos en el panorama electropop, anuncia al fin su nuevo disco tras haber avanzado un par de adelantos del mismo, las recomendables ‘Sign’ y ‘Echoes‘, esta última ahora mismo destacada en nuestra playlist con lo mejor del mes. El proyecto de Marius Lauber se hizo muy conocido por los temazos contenidos en discos como su álbum homónimo y ‘Young Romance‘, y ahora confirma su regreso de cara al año que viene, al tiempo que, como sabéis, visitará nuestro país para presentar todo esto. Será el 23 de marzo en Razzmatazz (BCN) y el 24 de marzo en OchoyMedio (Madrid).
El nuevo álbum recibe el nombre de ‘Polydans’, saldrá el 26 de febrero de 2021 a través de City Slang / Greco-Roman y según la nota de prensa, se define «como una especie de carta de amor a la música dance, con Roosevelt abrazando su propio historial musical y su amor por la naturaleza multifacética del género, reconectando con los matices íntimos que pueden hacer que la música dance se sienta realmente viva».
Siguiendo con su filosofía escapista habitual, ‘Feels Right’ es «una oda a adherirse a tu propia intuición», influida «por leyendas de la danza de vanguardia de ESG». Indica el artista: “Cuando escribí la canción, comenzó con un bucle funk influenciado por ESG, que incluso en su forma más cruda tenía algo muy eufórico y divertido. Es definitivamente, una de las canciones del álbum que se creó muy fácilmente: una de esas donde la canción dicta en qué dirección ir en lugar de pensar en ello durante semanas». Os dejamos con el tema y la secuencia de ‘Polydans’, de la que, como veis, ya conocéis las dos últimas pistas.
1.-“Easy Way Out”
2.-“Strangers”
3.-“Feels Right”
4.-“Closer To My Heart”
5.-“Montjuic”
6.-“Forget”
7.-“See You Again”
8.-“Lovers”
9.-“Echoes”
10.-“Sign”
La «solución» de Haim para lo injustamente desapercibido que está pasando su último álbum ‘Women In Music Pt. III‘ es un videoclip para la canción más impopular de todo el álbum. ‘Man From the Magazine’ parecía una anécdota de 2 minutos grabada en una sola toma, pero cobra una importancia crucial desde que el grupo ha presentado hace unas horas un interesante videoclip para la misma.
El habitual y popular Paul Thomas Anderson dirigió esta sencilla pieza en directo mientras el grupo se hacía la foto de portada del álbum y está íntimamente relacionada con toda la imaginería del largo, que reflexiona sobre la posición de la mujer en la industria musical. La letra de ‘Women In Music Pt. III’ nos habla de micromachismos, de cómo el hombre de la tienda de música enseña a Haim una guitarra de principiante y se ofrece a tocar algo, deduciendo que ellas no saben tocar nada, que es lo que se cuenta en el segundo párrafo. En el primero, un hombre en la tienda se atreve a decir: «¿pones la misma cara en la cama?», mientras el estribillo «you don’t know how it feels» parece referenciar la canción favorita de Haim de Madonna ‘What It Feels Like for a Girl’, que justo mientras se gestaba el álbum, Danielle había llegado a manifestar que escuchaba «cada mañana», y tiene exactamente la misma temática.
El vídeo tira por ahí, rodado en un Canter’s Deli en Los Ángeles y con Danielle Haim lidiando con clientes masculinos e interpretando el tema en directo. El desencadenante es el momento en el que el cliente pide una «salchicha», lo cual no es ninguna tontería, pues las salchichas son emblemáticas de este restaurante y de esta era de Haim: aparecen en la portada del álbum, nutrieron sus redes durante la promoción del largo y ellas mismas explicaron en Los Angeles Times que decidieron rodearse de «salchichas» en la promoción precisamente en base al micromachismo que han sufrido durante su carrera.
En Apple Music, Este Haim profundizó en la cuestión recordando de dónde viene la primera estrofa de la canción: «un entrevistador me preguntó si ponía las mismas caras que pongo en el escenario, en la cama. Y obviamente no se refería a cuando estoy bostezando. Mi mecanismo de defensa es intentar hacer una broma de eso. Así que le dije: «pues solo hay una manera de averiguarlo». Hubo una risita y pasamos a otra cosa. Si ahora me lo preguntaran, le daría un puñetazo».
Continúa: «como mujer, nos enseñan a ser siempre agradables y educadas. Y creo que esa fue mi manera de ser educada y agradable. Gracias a Dios, las cosas están cambiando un poco. Llevamos hablando de mierda así desde siempre y creo que ahora al fin las cosas están cambiando, la gente está empezando a escuchar finalmente».
No tenemos noticias sobre la participación de Billie Eilish en Mad Cool 2021: Taylor Swift sí cancelaba definitivamente, pero las nuevas confirmaciones del festival madrileño previstas para finales de verano no terminaban de llegar. De manera que la única forma de ver ahora mismo a la cantante en directo es mediante una actuación online.
Si hace unos días ofrecía una estupenda presentación en vivo de su canción para la nueva película de James Bond (la puedes degustar bajo estas líneas), hoy anuncia un concierto online de cara al próximo 24 de octubre. Los pases para poder verlo cuestan 30 dólares y después tendrás el vídeo bajo demanda durante 24 horas para poder volver a disfrutarlo algunas veces más. El primer cupo lleva merchandising de regalo, terminando la reserva de este el próximo 12 de octubre. Toda la información disponible puedes encontrarla aquí.
La iniciativa, además de en promoción del último disco de Billie Eilish, al que remite el nombre del concierto «Where Do We Go», se enmarca en una tímida renovación por parte de la industria para ofrecer shows de artistas punteros online.
Tras un “teaser”, contra todo pronóstico bastante prometedor, RTVE ha estrenado la canción que representará a España en Eurovisión Junior. Porque sí, la organización del festival primigenio no fue capaz de apañárselas para celebrar el certamen de manera telemática la pasada primavera, pero sí habrá edición Junior pese a la covid-19. Será el 29 de noviembre en Varsovia y puedes consultar en todo momento cuáles serán los países participantes en Wikipedia.
Los años que acudimos, Eurovisión Junior se nos da muchísimo mejor que el festival madre, y el caso de este año puede que no sea ninguna excepción. Tras ganar con María Isabel y ‘Antes muerta que sencilla’ en 2004, y quedar en una digna tercera posición el año pasado (nunca hemos quedado por debajo del 4º puesto en la versión infantil); ‘Palante’ de Soleá puede dar otra alegría más a los espectadores españoles.
Un inicio algo tibio más próximo a la new age va dando lugar a una producción llena de palmas a lo Rosalía, hasta llegar a un estribillo de flautillas y mensaje empoderador que no puede hacernos pensar sino en cualquiera de los hits que ha venido sacando durante el último par de años Lola Indigo. Y no se nos está yendo la olla: en sus créditos encontramos a Hajar Sbihi, que ha co-escrito ‘Ya no quiero ná’ (2018) de Lola Indigo, aunque las cosas no acabaron muy allá entre ellas, ‘Booty’ de C. Tangana & Becky G y ‘Oye Pablo’ de Danna Paola.
Junto a ella en los créditos del tema encontramos a Bruno Valverde, productor igualmente de ‘Yo ya no quiero na’. La tercera persona involucrada según la web de RTVE es Cesar G. Ross, quien ha trabajado con en La Voz Kids y con Gemeliers, y adivinamos por tanto que es más próxima al entorno de Soleá.
RTVE anuncia que la seccionada Soleá estará acompañada de varios bailarines durante su actuación. Son Lucía Arcos, Tania Gálvez, Carlos Damas e Iván Cuadros. Todo parece tan bien pensado que ya solo cabe preguntarnos por qué demonios no enviamos algo así a concurso cuando se trata de ganar el Eurovisión de los adultos. ¿Estará Blas Cantó tomando buena nota de todo?
‘Smile‘, el último disco de Katy Perry, acaba de abandonar las listas británicas y las estadounidenses después de tan solo 4 semanas de permanencia. El álbum estaba condenado al fracaso tras la falta de impacto de sus últimos sencillos de presentación, pese a que varios de ellos han tenido cierto apoyo por parte de las radios en los países anglosajones y hasta cierto punto de las playlists de Spotify, si bien en ambos casos ha sido tímido, no como en sus mejores momentos comerciales. La decepción vuelve a dejar en punto muerto la carrera de la artista, pues se empeoran por mucho los ya malos datos de ‘Witness’, lo cual es una pena dados los esfuerzos promocionales realizados por la cantante incluso a pesar de estar a punto de dar a luz. Su bebé nacía justamente cuando el álbum salía.
Las ventas globales de ‘Smile’ deben de rondar las 200.000 unidades cuando ‘Witness’ se acercó algo al millón, y es muy difícil que pueda mover muchísimo más estando fuera de las listas. Por momentos parecía que Australia podía volver a salvar un poco los muebles, como lo pareció también en la era ‘Swish Swish’, pero el disco también ha caído en este territorio en su 5ª semana, del puesto 9 al puesto 20. Como decíamos, está ya fuera de todo el top 100 en Reino Unido y fuera del top 200 en Estados Unidos y nadie sabe muy bien qué podría hacerle volver. ¿Hará Katy un vídeo para ‘Cry About It Later’ o la disco ‘Champagne Problems’ cuando el empeño puesto en ‘Smile’ y ‘Harleys In Hawaii’ no ha servido para nada?
A toro pasado, es imposible no apuntar la distancia entre el lanzamiento del single ‘Never Really Over’ y el del resto del álbum como el mayor fallo promocional. A posteriori, las cifras de ‘Never Really Over’ (400 millones de streamings) apuntan a hit, mientras ‘Daisies’ parece que habría sido un buen segundo sencillo que promocionar justo a la salida del álbum. Es fácil decirlo ahora, pero no parece que la lluvia de temas y «buzz singles», incluidos los que han terminado siendo «bonus tracks», hayan ayudado en nada a devolver su imagen al pop después del arriesgado y aún notable ‘Witness’. Es como si, al ni ahondar en lo underground o diferente, ni terminar de quitarse el punto infantil de encima con sus antiguos seguidores ya creciditos, se hubiera quedado en tierra de nadie.
Hits
Echando un ojo al Billboard 200 en busca de ‘Smile’, sigue siendo llamativo el enorme número de «recurrents» que hay, lo que por aquí llamábamos «series media» de toda la vida: discos que llevan meses y meses, o más bien años y años «vendiéndose». Entre aquellos de bajo precio y aquellos que contienen hits de streaming, la lista está plagada de álbumes antiguos de los Beatles, Notorious B.I.G., Fleetwood Mac, Queen, Elton John y así podríamos seguir un buen rato. ¿Pero es que nadie «nuevo» tiene opción de ocupar la parte baja de la tabla durante unas cuantas semanas o meses en plan «sleeper»?
Sí, tenemos, entre algún otro caso ya comentado en ediciones pasadas de «Hits & Flops«, el de Chris Brown. Beneficiado por el streaming de un par de hits sueltos, pues las normas del Billboard lo permiten a diferencia de las españolas o las británicas, dos de sus álbumes se mantienen en el top 100 meses después de su publicación. ‘Indigo’, su álbum del año pasado, permanece en el puesto 91 en su 66ª semana en lista. Se trata del disco que contenía ‘No Guidance’, una canción junto a Drake que va a terminar convirtiéndose en el mayor hit de su carrera, ya con más de 500 millones de streamings en Spotify. Después, no solo hay que sumar colaboraciones de Nicki Minaj o Justin Bieber, sino una edición especial que incluye hasta 42 pistas. Eran 30 en honor a su 30º cumpleaños, pero después se han ido añadiendo más. «¡Así cualquiera!», exclamaréis, con mucha razón. El álbum ha sido platino en Estados Unidos y Nueva Zelanda, y oro en Brasil y Canadá. En Reino Unido ha sido disco de plata, por lo que no puede decirse que su éxito no haya salido de Norteamérica, aunque es cierto que a España no ha llegado demasiado.
Más aún, no contento con eso, este año Chris Brown ha sacado una mixtape con el rapero Young Thug: 13 temas más allá de los 40 minutos de duración, y también le ha funcionado fenomenal, pese a la tibia recepción inicial (puesto 24 en Estados Unidos). Casi medio año después de su lanzamiento, el álbum se mantiene fuerte en el puesto 89 del Billboard 200, no se ha hundido en 3 semanas como la mayoría de álbumes, y una canción suya no ha parado de crecer hasta convertirse en otro éxito para su curriculum. Se trata de ‘Go Crazy’, top 10 en USA y UK; y, como podéis comprobar, para sus seguidores no existen conceptos como «genérico», «repetirse a sí mismo» o «facilón».