Una de las artistas que han pasado por Monkey Week este fin de semana y de la que nos hablaba nuestro cronista Pablo Tocino es Girl Ultra. Se trata del proyecto de Nan de Miguel, que, desde el sur de México, ofrece una atractiva mezcla de R&B y lo-fi underground, con Erykah Badu muy claramente en el punto de mira, pero también cerca de proyectos tan singulares como Sean Nicholas Savage. Estéticamente se dice más influida por Melanie C, la Spice favorita de casi todo el mundo.
Tras un disco llamado ‘Adiós’, del que las reproducciones del single ‘Llama’ se cuentan por millones; ha publicado un álbum llamado ‘Nuevos Aires’, del que se han extraído varios singles destacables. Tenemos la sugerente y sexual ‘Ella tú y yo’, a cuyos juegos de guitarras y sintetizadores tampoco haría ascos Linda Mirada; ‘DameLove’, junto a Cuco, el verdadero hit de esta era; ‘Ruleta’, en la que el R&B se mezcla con la new-jack swing, y en cuyo vídeo habla de sororidad porque según ella «la música no es una competencia»; o esa ‘fuckhim’, en la que colabora Ximena Sariñana y que habla de empoderamiento, de no obsesionarse con mantener «la línea» y de «lo bien que te ves bailando esa canción de Prince». “fuck him, girl, no te viene bien sufrir”, dice su estribillo.
Tras pasar también por Madrid, Girl Ultra es la estrella invitada este viernes 29 de noviembre en el fiesta Fuego de Razzmatazz Clubs. Una sesión por la que han pasado superestrellas de la música urbana como Post Malone, C. Tangana o Bad Gyal; y en la que este viernes Girl Ultra estará acompañada por Alvva y la crew de Fuego Squad.
Esta semana ve la luz al fin ‘Sensaciones’, el nuevo disco de Sen Senra (muy bien traído el título). Es el debut de Christian Senra en Sonido Muchacho, el primero de sus discos cantado íntegramente en español y también la consolidación de ese giro estilístico que había mostrado en singles previos como ‘Toca morder’ o ‘Nos dará alas’, explorado en recientes singles de sonido muy R&B como ‘No me sueltes más‘ o ‘RRIIINNGG‘.
‘Ya no te hago falta’, el enésimo single que acaba de lanzar Sen Senra en adelanto de ‘Sensaciones’, suena más parecido a ‘Toca morder’ en tanto se compone únicamente de la voz de su autor y del sonido de una guitarra eléctrica. Con estos pocos elementos con los que han hecho maravillas recientemente artistas como Frank Ocean, King Krule o Nilüfer Yanya, Senra construye una balada preciosa sobre la aceptación de una ruptura inesperada. El artista canta en ‘Ya no te hago falta’ sobre «perseguir» el calor de esa persona especial y recibir solo miradas esquivas e indiferencia. Pero la reacción de Senra es de resignación: «ya no hace falta que me enseñes los dientes si ya no te hace gracia y no quieres más de mí», lamenta el artista, antes de apostillar esta frase con un tierno «corazón».
La sensación «loser» impregna la letra de ‘Ya no te hago falta’ desde su mismo título, y para su videoclip, Sen Senra y el director Juan LaFlor aka Jean Lafleur han potenciado esa «sensación» haciendo un posible homenaje al cine de John Waters y parece que, en concreto, a ‘Pink Flamingos’. Una familia de «outsiders» que vive en una caravana en las afueras de la ciudad, e integrada por sus posibles análogos de Divine o Eddie, protagoniza esta «mini película» que, como cualquier obra de Waters, alterna lo turbio con lo entrañable.
Guardian publica hoy una entrevista con Melanie C en la que la cantante británica repasa su carrera y su reciente gira con Spice Girls y habla sobre sus planes más cercanos. Entre ellos se encuentra un nuevo álbum inspirado en la cultura drag del que la Spice deportiva acaba de ofrecer el adelanto ‘High Heels’ con Sink the Pink, de sonido electropop.
El titular del periódico británico es que Melanie al fin se ha «aceptado a sí misma» en relación a los altibajos de su carrera, pero el texto revela un dato especialmente interesante en relación a ese disco que está preparando, y es que la cantante ha escrito, para este nuevo largo, con tres estrellas del pop británico alternativo con las que quizás no era tan obvio imaginarla. Se trata de Shura, Little Boots y Rae Morris. Y la noticia no es que una Spice Girl trabaje con artistas alternativas (ahí está Kylie Minogue colaborando con gente de lo más dispar, como Nick Cave, múm, Tove Lo o The Vaccines), sino que lo haga con artista alternativas con la entidad de las tres, y además en un mismo disco. Mel C debe ser lectora de Popjustice o algo parecido.
La autora de ‘Someone Out There’ de hecho ha co-escrito ‘High Heels’, mientras la periodista Laura Snapes, al frente de la entrevista, revela que Shura y Little Boots han participado en otras canciones a cuyas maquetas ha tenido acceso, y que suenan tanto al «disco bañado en synth-pop de la Robyn clásica» como al pop «alegre y despreocupado de Carly Rae Jepsen». La periodista añade que las nuevas canciones de Mel C son las mejores que ha escrito en 20 años, pero quizá era de esperar a tenor de sus colaboradoras. La misma Morris publicaba en 2018 el notable ‘Someone Out There‘, mientras Shura ha lanzado uno de los mejores álbumes de 2019 y Little Boots, que ha ido más a su bola sacando EPs o no dejando de pinchar por todos lados, ha seguido entregando trabajos tan interesantes como ‘Working Girl‘.
Tras la cancelación de su edición de 2019 por motivos meteorológicos, Visor Fest había prometido volver en 2020, y hoy revela el primer nombre de ese cartel que, como es habitual, reunirá a algunos de los artistas y grupos más queridos de décadas no tan remotas, dentro de una programación que podrá disfrutarse cómodamente y sin solapaciones, en el estilo de los primeros festivales que tuvieron lugar en España.
Visor Fest regresa los próximos 18 y 19 de septiembre al Parque de l’Aigüera de Benidorm y la primera banda confirmada en su cartel es The Sisters of Mercy, una de las bandas fundamentales para entender la oleada de rock que se hizo fuerte en Europa a principios de los 80, nacida en plena efervescencia del post punk británico. Discos como ‘Floodlands’ son esenciales para entender su discografía, que no se encuentra disponible en Spotify pero sí en Apple Music. Sobre su show, el grupo explica: «Vamos a encabezar uno o dos festivales en verano. Tenemos algunas canciones antiguas, algunas nuevas, algunas luces cegadoras y muchas máquinas de humo».
Coincidiendo con este primer anuncio, ya se encuentran disponibles los abonos de Visor Fest 2020 en oferta de lanzamiento. Se pueden adquirir al precio de 42 euros (más gastos de gestión).
El festival barcelonés Cruïlla se encuentra en pleno despliegue del cartel de su edición del año que viene, que se celebra los días 2, 3 y 4 de julio, como siempre en el Parc del Fòrum de Barcelona.
Las primeras confirmaciones de Cruïlla se habían centrado en su lado urbano, y habían sido Residente, Kase.O y Lágrimas de Sangre. Hoy miércoles, un total de seis nombres se suman a la programación del festival, y son más variadas en estilos. La principal es la del exitoso cantante británico Rag N’ Bone Man, que se encuentra ultimando su nuevo álbum tras el éxito de su debut: en verano aseguraba que lo tenía terminado en «tres cuartas partes», por lo que su lanzamiento en 2020, de hecho antes de que llegue el Cruïlla, es bastante seguro.
Al autor de ‘Skin’ se añaden también Of Monsters and Men, que este año han publicado su nuevo álbum ‘FEVER DREAM+’. Los islandeses repiten en el festival igual que los iconos del dancehall y el reggae alemán Seeed, otro de los grupos confirmados. A todos ellos se suman además tres grupos nacionales: Leon Benavente, Novedades Carminha y No Logo (‘herència de Aspencat). Toda la información sobre las entradas, en la web de Cruïlla.
‘The Book of Traps and Lessons’ es uno de mis discos del año. Una epopeya sonora que acongoja y, a la vez, consuela. El verbo de Kate Tempest es poderoso y, por eso, hace días que las entradas estaban agotadas para verla en La [2] de Apolo. Hoy, 27 de noviembre, actúa en la Sala But de Madrid, donde aún queda alguna entrada disponible. [Fotos: Indi Van Vega.]
Kate emerge de elegante negro, con su eterno aspecto de adolescente y su presencia imponente. La acompaña una DJ-encargada de teclados, que lanza bases y añade sintetizadores en momentos puntuales. Kate está risueña. Primero nos da las gracias, porque le encanta la ciudad. Y nos explica que de adolescente estaba como loca por tener extraños escuchándola, y cómo de agradecida está por actuar delante de esos extraños noche tras noche. Nos informa que va a interpretar canciones de sus dos primeros discos. Y, después, ‘The Book of Traps and Lessons’ en su totalidad. Abre con ‘Europe Is Lost’ y el Apolo se viene abajo. Su dicción es clara y poderosa. Su gestualidad, su presencia y su personalidad llenan el escenario. La actuación de Kate requiere atención, para no perder una coma de sus palabras.
Pero la recompensa merece todo el esfuerzo. Pocas veces he visto el Apolo tan en silencio, y las conversaciones son rápidamente acalladas por un público ávido. Kate nos rompe en ‘We Die’, y sus “on, on, on”. Suelta tralla marcial en ‘Ketamine for Breakfast’. Las proyecciones y las luces son austeras, pero efectivas. No deja espacio entre canción y canción. La atmósfera que Kate genera es asfixiante. Apenas hay agarraderas para asirse, como cuando canta “I’m thinking of you” de ‘Grubby’, lo más cerca que está de una canción convencional en toda la noche. Kate alterna azotes y respiros, porque para la mezcla entre ‘Tunnel Vision’ y ‘Circles’ nos sepulta con su torrente de palabras y apocalipsis sonoro, pero también nos baña en dance noventero y nos sonríe, para volver a atacarnos con la angustia de ‘Tunnel Vision’ y su demoledora sentencia: “The myth of the individual has left us disconnected, lost, and pitiful”.
A partir de aquí, prosigue ya con su nuevo disco, en orden y sin pausa. Brutal ‘Thirsty’ y su intensa tristeza afectiva. Subraya rabiosa los “Seven point two billion humans” de ‘Keep Moving Don’t Move’ o el motivo que se repite en ‘Brown Eyed Man’. La oscuridad apenas se alivia con la melancolía melódica de ‘Three Sided Coin’, pero enseguida retorna la base angustiosa –apenas una excusa leve– para subrayar la crueldad de los dirigentes y la indefensión de los ciudadanos. ‘I Trap You’ es espectacular, desesperada, con su sonido de cajita de música que apenas suaviza la aflicción y, a la vez, ayuda a captar su anhelo.
En ‘All Humans Too Late’, Kate nos ofrece una interpretación brutal, sin música, a pelo. ‘Hold Your Own’, con un órgano, emerge como himno religioso. ‘Lessons’ nos hunde, pero aparece otro rayito de luz en forma de R’n’B sedoso en ‘Firesmoke’. Y Kate se nos muestra tierna, sonriente: “And there is something in this tenderness that makes me want to live”. Pero vuelve a la oscuridad y a liquidarnos a palabras, a ansiedad, con ‘Holy Elixir’. Su base electro es sofocante. Sube la atmósfera, la asfixia: “I was atoms, magnesium, calcium / I was real”. Y acaba con esa pequeña esperanza que es ‘People’s Faces’: “There is so much peace to be found in people’s faces”. Kate canta y cierra ojos con devoción. Un cierre emocionantísimo. Y aquí acaba el recital, pero Kate quiere volver solo para decirnos que ha sido una noche fantástica y que usemos la energía de esta noche. La vida será una mierda, pero necesitamos a gente como Kate Tempest para recordarnos que vale la pena vivirla y luchar. Un recital soberbio. Catártico. 9.
Tras el flojito programa de la pasada semana, ‘La hora musa‘ volvía a ser un escaparate de propuestas musicales que mereció mucho la pena ver por televisión. Todo comenzó con Dorian que, sin medias tintas, arrancaron con su mayor hit histórico, ‘A cualquier otra parte’. Y, mostrando la inteligente evolución de su épico pop rock electrónico desde aquel éxito, continuaron con ‘Duele‘, uno de los temas más brillantes de su fantástico último disco, ‘Justicia universal‘. En el pase televisivo no se pudo ver la interpretación de la vibrante ‘La tormenta de arena’, que sí está hoy en Youtube, pero sí de ‘Los amigos que perdí’.
Fue el colofón previo a la charla que Marc Gili y Belly Hernández mantuvieron, en representación del grupo, con Maika Makovski. Como nota especialmente interesante, explicaron cómo sus giras por países americanos donde no son tan conocidos, incluido EEUU, les fuerzan a partir de cero en su enfrentamiento con el público, evitando acomodarse y estimulando su creatividad. También, Maika sacó a la luz que Marc conoce muy bien los estudios de Barcelona en los que se rodaba el programa gracias a su padre, que fue realizador de TVE.
Continuando con la interesante propuesta de este octavo capítulo de la segunda temporada del programa, unos Derby Motoreta’s Burrito Kachimba que han pasado en año y medio de comidilla del underground a ser ampliamente reconocidos, protagonizaron la actuación exterior al plató. Interpretaron dos poderosas visiones del cancionero de Camarón de la Isla: una, ‘Nana del caballo grande’, la conocíamos del 7″ publicado hace algunas semanas; pero la otra no fue ‘Viejo mundo’, sino la popular y lorquiana ‘La tarara’. El sexteto sevillano explicó también su visión de la música, a su entender, es muy de este tiempo aunque esté basada en sonidos pretéritos.
Tras el reportaje de Ramiroquai dedicado a artistas experimentados que deciden hacer música para niños –más interesante de lo que pueda parecer, las entrevistas a Chumi Chuma y Yo soy Ratón se quedaron escasas–, Mon Laferte ejerció de absoluta estrella del programa de anoche. Si sus discos ya muestran a una artistas interesantísima, donde la chilena despliega todo su poder de seducción es en directo. Y no tanto porque a que en esta ocasión fuera vestida con un camisón de satén negro… aunque lo cierto es que así su interpretación evocaba a una mujer que aprovecha la soledad de la noche para llorar sus males de amor, expuestos en hitos como ‘Tu falta de querer’ y ‘Mi buen amor’ o la reciente ‘Chilango Blues’.
Sin duda sus composiciones con ecos 50s y su voz de otro mundo –que además ese día, por increíble que parezca al escucharla, estaba mermada– son sus cualidades artísticas más destacables. Pero son su gestualidad –esos mohines faciales que parecen brotar de ella como si estuviera poseída por el espíritu de Gilda– y sus miradas las que completan la brutal presencia escénica de, quizá, la mayor dama de la canción –un apelativo de otro tiempo, como no podía ser de otra manera– en lengua hispana que ha alumbrado esta década. La entrevista de Makovski no fue de las más atinadas que la recordemos: vale que temporalmente era inviable referirse a su posicionamiento en el grave conflicto político social de Chile, pero fue extraño que obviara por completo hablar del interesante ‘Norma‘, que además tuvo entre sus manos. Pero si alguien se había amuermado, nos desperezó con una magnética traslación al directo de ‘Ronroneo’, puro sexo con trasfondo latino… y gatuno, completando así, quizá, el episodio más completo de esta añada de ‘La hora musa’. Podéis verlo al completo y con extras a continuación.
El debate en torno al papel que la Inteligencia Artificial jugará en el futuro de la música ha enfrentado esta semana a Grimes y a Zola Jesus en una interesante conversación no exenta de ataques personales. Cuando Grimes opinaba que la música en directo está abocada a la desaparición debido a la consolidación de la tecnología en el día a día de los seres humanos, Zola contestaba que sus palabras provenían del «privilegio fascista de Silicon Valley» (Grimes es pareja de Elon Musk) y del «cinismo» de una persona que «no tiene nada que perder». Grimes replicaba a las palabras de la autora de ‘Okovi‘ después, explicando: «No hay duda que una persona que toca en directo es una de las cosas más emotivas que los seres humanos podemos vivir, pero eso no significa que no podamos participar en experimentos mentales sobre lo que podría pasar en el futuro».
Al debate se ha sumado ahora Holly Herndon, una experta en la materia pues acaba de completar un doctorado sobre la relación entre música y tecnología y ha explorado el concepto de Inteligencia Artificial en su trabajo musical, como en su recomendado último álbum, ‘PROTO‘. La artista opina que la «Inteligencia Artificial con sentimientos es una fantasía que a veces nos distrae de las cosas en materia política y económica que están pasando en el mundo de la tecnología ahora mismo», y añade que a ella lo que le preocupa no es que los robots se terminen imponiendo tiránicamente sobre los seres humanos, sino que ciertas «empresas transnacionales nos entrenen para entender la cultura como si fuéramos robots».
En su extenso texto, Herndon habla de varias cosas, como la música automatizada de Spotify, hecha para las playlists; o la relación entre la cultura del sample y el meme con un «orden económico construido en base al individualismo liberal». La artista apunta que la tecnología «debería permitirnos ser más humanos y expresivos», que al fin y al cabo la música solo tiene sentido si los seres humanos la dotan de significado y la disfrutan juntos, y aboga por el concepto de «música interdependiente», que una a seres humanos e inteligencia artificial para crear música mejor y con mayor propósito.
Le Parody ha publicado uno de los discos nacionales más interesantes de este año, como en su momento lo fueron ‘Cásala’ y ‘Hondo’. En su nuevo álbum ‘Porvernir‘ canta sobre la vieja Europa utilizando tanto samples como sonidos del folclore de nuestro país, orientales y ritmos techno. Lo continúa presentando en directo y, tras pasar por Monkey Week, el viernes 30 de noviembre aguarda concierto gratuito en Barcelona, el 6 de diciembre en Madrid y el 13 de diciembre en Tenerife. Sole es la nueva invitada de nuestra sección «Meister of the Week» auspiciada por Jägermusic, en la que ha querido hablar sobre cómo realizar giras por todo el mundo sin grandes presupuestos o infraestructuras.
¿Cómo explicas que una artista como tú haya podido girar por diferentes lugares del mundo como Manila, México, Londres o Berlín sin promo y sin publicidad?
Bueno, hay muchos factores y cada viaje ha tenido una razón distinta, pero yo diría que ser un culo inquieto es el ingrediente principal de la receta. Tengo buenos amigos en muchos sitios, ese es otro elemento clave. No es lo mismo intentar entrar en la escena musical de una ciudad de nuevas, sin conocer a nadie, que entrar de la mano de alguien que vive y se mueve por allí.
En ocasiones, has expresado que crees que hay una especie de red underground que conecta diferentes locales del mundo. ¿Te refieres más a locales, ciudades, escenas?
Sí, me refiero a un tipo de escena muy concreta, que he visto repetirse en casi todas partes: esa escena que se construye a partir del público y no a partir del artista. O sea, un grupo de gente se junta y programa cosas en un sitio, y la artista que toque en cada ocasión da más o menos igual. El público está allí, tú eres la invitada y no al revés. Eso me parece precioso y me ha dado las mejores experiencias que he tenido haciendo música. Llegar a un sitio y que la gente no sepa ni cómo te llamas pero flipen con lo que haces… Formar parte de la fiesta, acabar en cualquier sitio, conocer las escenas desde dentro, sin presiones de ventas o promociones. Digo que es como una red porque funciona un poco así, tocas en Londres y allí conoces a alguien que te pasa un contacto en Buenos Aires, o te escribe alguien que vio que tocaste en el Lady Fest de Madrid porque está montando un Lady Fest en Bruselas…
A veces los artistas cuentan que han tocado en sitios muy peregrinos gracias a subvenciones públicas o acuerdos de España con otros países para promocionar la cultura. No sé si ha sido tu caso, o no siempre, pero alguna vez…
¡Sí! He hecho tres giras así, dos gracias al programa de artistas en itinerancia de la AECID, por USA y Sudamérica y luego el viaje a Filipinas, con el Cervantes y la embajada. Fueron experiencias muy variadas, muy intensas y también duras. Ahí la cosa no es como te contaba antes, que vas a un sitio a tu aire y te integras; es casi lo opuesto: llegas como en una cápsula espacial y apenas te da tiempo a asimilarlo todo. Porque aparte de los conciertos ofreces talleres, y luego hay que hacer promo, reuniones, visitas institucionales… Lo de los sitios peregrinos, yo más bien diría que son como conciertos sorpresa. Toqué para una sala llena en Washington DC, en una especie de oficina de un centro cultural en La Paz con la gente entrando y saliendo, en otro centro cultural lleno de gente de la tercera edad en Miami, en un teatro enorme (medio vacío…) en Santiago de Chile, en un garito muy animado en Manila lleno de una mezcla de público español y público local, en un café-teatro en Santa Cruz en Bolivia, en un bar de spoken word en Nueva York…
¿En qué lugar te ha parecido que la gente era más receptiva aunque no te conociera, hacia tu música?
En muchos sitios se han dado situaciones maravillosas de gente muy emocionada con mis conciertos, pero más que con las ciudades yo creo que ha tenido que ver con los tipos de eventos. Me pasó en Londres, las primeras veces, que toqué en DIG, una okupa increíble de allí que ya no existe (las okupas en Londres son, o eran, algo distintas a las de aquí, porque hasta hace poco había una posibilidad legal de cesión y la gente montaba eventos increíbles), en Buenos Aires, en Bruselas… En Puebla (México) se me formó una cola enorme para que firmara autógrafos, pero luego me dijeron que allí es un poco tradición, seas quien seas, je…
«Muchas veces fuera de España me he sentido más relajada, sin tanta ansiedad pensando en ventas y asistencia»
¿En algún momento de tu vida has sentido que ha sido más fácil girar por 5 países distintos a España que por 5 provincias de nuestro país?
A ver, desde luego no más fácil en cuanto a logística o contratación, porque aquí en España con Born, mi agencia, nos movemos bien, pero sí que muchas veces fuera me he sentido más relajada, sin tanta ansiedad pensando en ventas y asistencia.
¿Puede tener algo que ver que en muchos países están acostumbrados a ir a conciertos de lo que sea, a ver cosas en directo porque sí, mucho más que en España, que salvo en recintos contados, solo vamos a ver en directo cosas muy concretas?
Quizás sí, aunque como mis experiencias han sido tan variadas no puedo generalizar. Pero sí que me ha llamado mucho la atención en muchos sitios que la gente viniera a ver el concierto sin conocerme previamente. Sí que me parece que hay lugares en los que hay mucha más cultura de ir a ver cosas. En Buenos Aires hace cuatro años fue una locura. Iba para un mes a ver a una amiga, con un concierto programado, y acabaron saliendo otros tres, y en todos los sitios había gente. En Londres también me parece que hay mucho movimiento.
Cuando has escogido este tema, ¿estabas pensando en algún tipo de evento underground concreto internacional que te haya gustado de manera concreta?
Más bien pensaba en este asunto en general, ya sabes que yo estoy todo el rato a vueltas con el tema del dinero, la angustia esta de que todo tenga que moverse en los términos del capitalismo, y resulta que en la música me he encontrado esta especie de resquicio de mundo antiguo, lo de poder ir así trotando de ciudad en ciudad como un juglar… Me gusta hablar de esto, contar que es posible.
«Frente a la angustia de moverse en los términos del capitalismo, en la música he encontrado esta especie de resquicio de mundo antiguo, poder ir trotando de ciudad en ciudad como un juglar»
Cuando nos comentabas el tema, decías que habías compartido este mismo sentir de la «red underground» con otros artistas. ¿En quién estabas pensando? Por ejemplo, recuerdo que Hinds contaban que se habían hecho amigas de Anna of the North, que es algo que nunca habría adivinado. No sé si te ha pasado algo así, coincidir en un sentir con alguien que por estilo no tenía nada que ver.
Me he cruzado con un montón de artistas en estos años, y tengo anécdotas curiosas como que compartí escenario con Nicola Cruz en uno de sus primeros conciertos, en el Niceto en Buenos Aires, y así han surgido también otras amistades con gente que ahora es bastante grande, pero que no te nombro porque esto es como lo de hacerse fotos con famosos, me da mucha vergüenza ajena la gente que lo hace, así que yo no lo hago… Pero sobre todo me he cruzado con artistas más o menos underground y sí, independientemente del estilo de música con todos he sentido una conexión parecida. Con Dat García o Mariana Parawäy, de Argentina, con Olivier Margerit en Francia, con BP Valenzuela en Manila, Algodón Egipcio en DF, Gizmo Varillas en Londres, con los de GusGus, un dúo islandés de techno que me encanta y que (esto fue alucinante), los conocí en un festival en un pueblo de Galicia este verano, o con Ami Dang, una música estadounidense, de Baltimore, con ascendencia hindú, a quien conocí casi de casualidad en Chile después de que contactara conmigo porque le había salido mi disco ‘Hondo’ como música relacionada a la suya en Spotify.
También nos decías que parece que si no eres una megaestrella, no puedes hacer una gira internacional. No sé si por megaestrella entendemos solamente Rosalía, Enrique Iglesias, o estabas hablando de gente tamaño Delorean en su momento, Hinds, etcétera.
Bueno, giras al estilo Rosalía o Enrique Iglesias desde luego que quedan a años luz de lo posible para artistas como yo, pero también me parece que Hinds y Delorean se mueven a un nivel bastante grande. Llenan salas, pueden girar por ahí de forma sostenida (y sostenible). A mí me encantó cómo iban compartiendo su experiencia las Hinds cuando empezaban, porque se veía que la cosa fue surgiendo también así, en circuitos underground. Pero yo aquí a lo que me estoy refiriendo es a una capa aún más «under». Es posible moverse y hacer cosas fuera aún sin tirón de público previo. Y aunque muchas veces se pinche y se haga casi más por placer que por dinero, muchas otras veces, por sorprendente que pueda parecer, llega incluso a salir rentable.
«Aunque muchas veces se pinche y se haga casi más por placer que por dinero, muchas otras veces, por sorprendente que pueda parecer, llega incluso a salir rentable»
¿Cuál es el sitio o la fiesta más insólito en que te has encontrado actuando?
Jaja, ¡no podría elegir uno solo! Me estoy acordando de que en Manila, para promocionar el concierto, toqué en una radio local, un programa al que podía entrar público. Después de mí actuaba un dúo de chicos por lo visto muy famosos allí, que hacían algo así como K-pop, y aquello se llenó de público filipino muy joven con peinados increíbles. Cuando los chicos pasaron a actuar después de lo mío, se hicieron una versión de ‘Despacito’. A veces la globalización colisiona con lo ultra-local y te explota la cabeza…
¿Alguna otra anécdota que recuerdes de este tipo de conciertos en países recónditos y no hayas contado nunca?
Anécdotas tengo miles, así pensando en lugares recónditos se me viene a la cabeza Ivano Frankivsk, en Ucrania. Toqué en un festival allí, había un montón de historias a la misma hora que tocaba yo, que además tocaba temprano, y pensé que no vendría nadie, pero aquello se llenó: otro ejemplo de lugar en el que la gente se mueve a ver cosas sin tener que ser necesariamente conocidas. Luego pasé la noche de fiesta con gente de allí. Recuerdo que nadie hablaba apenas inglés, y lo curioso es que al cabo de un rato, sin saber cómo, estábamos hablando en una mezcla de español y ucraniano de lo más fluida. Que sí, que el alcohol igual influye… (risas) pero no solo. Se dan situaciones de comunicación increíbles cuando conectas con gente en la misma onda… me ha pasado en más sitios.
¿Algún país en el que, después de todas las vueltas que has dado, te parece absurdo haberte saltado? Por ejemplo, no has mencionado los más cercanos: Italia, Francia, Portugal… no sé si por ser muy obvios o cómo…
Pues mira, en Portugal sí que he tocado bastante, y en sitios muy guays, porque Born, mi agencia, se mueve también ahí. Quizás por eso no lo he mencionado, se me hace casi parte de las giras por España. Portugal es increíble, los músicos españoles tendríamos que estar tocando por allí mucho más. Y en Francia también he tocado, aunque no tanto como me gustaría. Pero justo ahora que lo mencionas, sí que se me hace raro no haber tocado en Italia, que me gustaría, vaya, más aún viniendo de familia italiana… ¡A ver qué sorpresas me trae (el) porvenir!
The Weeknd había avanzado una canción nueva mediante un anuncio emitido en la televisión germana que sonaba totalmente ochentera. En Twitter, escribía que el martes empezaba «el otoño» o «la caída» (sus palabras originales eran «the fall stars tomorrow») y sin duda algo ha empezado: la premiere de ‘Blinding Lights’ ha tenido lugar en Apple Music según informa Stereogum, mientras otra canción totalmente nueva puede escucharse ya en Spotify.
Por producción (a cargo principalmente de Metro Boomin’), ‘Heartless’ anda más cerca de la onda de ‘Reminder’ que de ‘Starboy’, si bien cuenta con una atmósfera urbana más cargada de misterio y confusión. Su letra vuelve a dar vueltas sobre las mismas cuestiones que han plagado la cabeza de Abel Tesfaye durante años, en este caso para contar que él es incapaz de amar pese a lo mucho que intenta ser «un buen hombre». Hay menciones a modelos, drogas, la fama, el dinero… pero nada de esto hace feliz a Tesfaye porque él sigue siendo un hombre «sin corazón».
La etapa siguiente a ‘Starboy‘ está en marcha y Tesfaye ha dicho que con ‘Heartless’ empieza un «capítulo psicótico que derretirá vuestros cerebros». Esta es la tercera canción publicada por The Weeknd en 2019 tras ‘Power is Power’ con SZA y Travis Scott y ‘Lost in the Power’ con Geffalstein, mientras su último EP ‘My Dear Melancholy,‘ veía la luz el año pasado.
Parece una evidencia ya que Coldplay van a vivir el resto de su carrera –con suerte, porque eso significará que siguen siendo relevantes– dividiendo al mundo entre los que les aprecian incluso en pasos de cuestionable calidad (‘Mylo Xyloto’, ‘A Head Full of Dreams’ y su epílogo ‘Kaleidoscope’), los que les repudian a pesar de que aún sean capaces de publicar discos notables (‘Ghost Stories’) o los que aún les respetamos en su condición de grupo de estadios que de vez en cuando nos sorprende y/o conmueve. Y, ya que este nuevo trabajo se vertebra en un espíritu cocacolesco de llamamiento a la unidad de todas las razas, clases y creencias, pueden estar satisfechos. Porque con ‘Everyday Life’ logran congregar a esas tres facciones y satisfaciendo plenamente las expectativas de todas.
Los primeros gozarán con la dosis de catarsis colectiva, presta para corear a voz en cuello e incluso bailar, innegable en varios de los temas del disco. La ya archiconocida ‘Orphans’ (bastante grower, a qué negarlo), ‘Church’ (con su caja de ritmos en plan breakbeat noventero y ecos de U2 en sus coros; dejaremos de mentarlos cuando ellos dejen de recordárnoslos) y la fantástica ‘Champion Of The World’ son, por más predecibles que puedan parecer, estupendos ejercicios de pop rock. A buen seguro funcionarán de perlas en sus mastodónticos conciertos que, si es que algún día vuelven a ofrecer, definitivamente no cabrán en recintos de medio-gran tamaño como el WiZink Center o el Palau Sant Jordi, donde les hemos visto hace no tanto tiempo.
El segundo grupo de reacciones hacia Coldplay ya habrá encontrado, con las canciones antes citadas y sumándoles cierta pretenciosidad ya inherente al grupo, el hueso donde roer: lo de los conciertos vía Youtube desde Ammán (ya que se ponen quisquillosos con la sostenibilidad de sus giras, ya hay estudios que señalan la huella ecológica de ver vídeos en streaming), la foto de portada en la que se integran en la Original Dixieland Jazz Band (considerado el primer grupo de jazz de la historia), la coartada literaria de los fragmentos de poemas en árabe o igbo recogidos en ‘بنی آدم (Children of Adam)’ (y que sus seguidores probablemente no leerán/leeremos), el impepinable tufo colonialista de cualquier privilegiado blanco que nutra sus canciones con folclore ajeno a su arraigo cultural… Un largo etcétera, vamos. Todos los argumentos que se enarbolen contra ellos en esos sentidos son comprensibles, pero también hay que pensar algo: dada su incontestable posición de privilegio, ¿es mejor que, a su manera, aporten un granito de arena a la convivencia y al entendimiento entre pueblos y culturas o que simplemente miren hacia otro lado y se dediquen a hablar de lo bien que les va todo como adinerados hombres blancos con problemas del primer mundo?
En cuanto al más escéptico tercer grupo de espectadores de la carrera de Coldplay, entre los que me incluiría, ‘Everyday Life’ es una muy grata noticia. Básicamente porque a estas alturas no creíamos que pudieran presentar un disco tan desenconsertado y libre: dentro no hay un disco experimental y otro comercial, como se especuló, sino que ambas cosas conviven en armonía (¿lo pilláis?) en toda su extensión. Es, sobre todo, una agradable sucesión de sorpresas que, lejos de esconderse, comienzan enseguida. El tercer corte del disco, sin ir más lejos, es una maravillosa ‘Trouble In Town’ que con delicadeza remite a una veta que, en lo melódico, podríamos identificar próxima a los mejores The Police. Mientras que en lo lírico Martin alude al racismo dejando un poso de tristeza en la escena final, una espeluznante outro que retrata una cruenta identificación policial a una persona de una etnia minoritaria. Y, seguidamente, ‘BrokEn’ es un liberador góspel (dedicado a su exproductor Brian Eno, por cierto) que busca cobijo en lo espiritual a las injusticias y el dolor.
Esto ya ha sucedido cuando apenas media la primera parte de la primera parte de ‘Everyday Life’ –la llamada «Sunrise»–, en la que también se engloba uno de los momentos más poderosos, y a la vez experimentales, del álbum. Hablo de ‘Arabesque’, con esa increíble coda arropados por el buen hacer de Femi Kuti y su banda. Y antes de ella, Martin nos había dejado absolutamente afligidos con la preciosísima ‘Daddy’: una canción que se dirige a sí mismo desde la perspectiva de su hijo, que lamenta que muchas veces no esté cerca de él por su trabajo y su situación personal. Pero que, a la vez, le abre sus brazos y le dice “está bien, no pasa nada”. Por naíf que resulte, hay que tener el corazón muy negro –al fin y al cabo todos somos hijos o padres, si no ambas– para que termine sin dejarnos con una enorme congoja.
La tónica es similar en «Sunset». Si bien contiene la citada orgía de coros de ‘Orphans’, el precioso homenaje (y jugosa donación a sus herederos en forma de royalties, a qué negarlo) para Scott Hutchison que es ‘Champion of the World’ y un final de emoción desbordada como es el bonito tema que da nombre y cierra el disco (que además, curiosamente, comparte acordes con la apertura de ‘Church’), también contiene intríngulis inesperados. Por ejemplo, el folk blues de ‘Guns’ que, entre referencias explícitas a Dylan, cuestiona la segunda enmienda de la constitución de EEUU con ironía, llamando a fundir los trombones y trompetas porque, definitivamente, “necesitamos más armas”. En cierta sintonía, ‘Cry Cry Cry’ es una coqueta aproximación contemporánea al “oldie” de Garnett Mimms & The Enchanters, ’Cry Baby’ –aquel que años después, con mucho más éxito, versionó Janis Joplin–, con bonitos arreglos (y voz apitufada) del interesante Jacob Collier. Mientras que ‘Old Friends’ vuelve a recurrir a lo íntimo y acústico para sacarnos otra vez la lagrimita. Esta vez recordando a un amigo de la infancia de Chris Martin que, si es cierto lo que dice en su letra y entendemos la parábola, le salvó la vida una vez y ahora ha fallecido. Si andabais pensando en llamar a esa persona que hace tanto que no veíais, no lo dudéis.
Hay, por supuesto, algún momento supuestamente inocente hasta lo irritante en todo esto que desgrano y Martin es (o parece) excesivamente simplista en su enfoque. Por ejemplo en ‘Everyday Life’, la canción, habla de aferrarnos a la aburrida rutina para mantenernos enganchados a la vida… como si no hubiera «rutinas» que lo hacen todo infinitamente más fácil que otras. Del mismo modo, también nos cuelan boutades como la sacra ‘When I Need a Friend’ o una ‘WOTW / POTP’ presentada en formato demo e inacabada (en sus conciertos desde Jordania se presentó, “al fin”, la letra acabada) junto a cortes que son tan monos en lo estético como inanes en el fondo (‘Èkó’). Pero, siendo positivos, lo mucho bueno que contiene este trabajo supera con creces sus flaquezas y, aún más, estas también contribuyen, con sus vaivenes, a hacer de ‘Everyday Life’ un disco imperfecto pero icónico, de esos cuya secuencia recuerdas perfectamente con pocas escuchas. No duelen prendas en decir que estamos ante el disco más completo, honesto y sustancioso de Chris Martin, Will Champion, Guy Berryman y Jonny Buckland desde ‘Viva la Vida’.
‘El Irlandés’ es una película que Martin Scorsese llevaba años queriendo hacer. Han tenido que pasar muchos hasta que el proyecto finalmente se ha podido llevar a cabo debido a motivos de financiación. La llegada de Netflix ha alterado y revolucionado la industria de la distribución cinematográfica, guste o no. Lo que antes no se estrenaba en cines y salía directamente en televisión se llamaban telefilmes, pero el gigante del streaming ha hecho todo lo posible desde el principio para que sus producciones no cayeran bajo ese término, ofreciendo a autores de renombre el dinero necesario para levantar sus proyectos. Han conseguido colarse en secciones oficiales de festivales como Cannes –seguido de un rifirrafe que aún dura entre la empresa americana y Thierry Fremaux, director del certamen- o Venecia –donde el año pasado ‘Roma’ se alzó con el León de oro a la mejor película- e incluso han llegado a los Oscar con la mencionada película mexicana. Scorsese ha sido el fichaje más importante para Netflix a nivel comercial, en la que la plataforma ha invertido 140 millones de dólares. La diferencia con esta nueva vertiente de películas de autor producidas por ellos, es que están teniendo estrenos limitados en cines un par de semanas previas a su lanzamiento en vídeo bajo demanda.
‘El irlandés’, antes que una película, es un acontecimiento. Desde el papel ya era un homenaje a las películas de mafia que tanto han marcado su filmografía como ‘Uno de los nuestros’ o ‘Casino’. Y no solo suponía la vuelta del director a su tema estrella, sino que también contaba con la reunión de sus actores fetiche: Robert De Niro y Joe Pesci (que llevaba casi diez años alejado de las cámaras); con la nueva incursión de Al Pacino, icono del cine de mafiosos gracias a ‘El padrino’ en su primera colaboración con Scorsese. La película adapta la novela de Charles Brandt ‘I Heard You Paint Houses’, que a su vez de basa en la biografía de Frank Sheeran (Robert De Niro), conocido como El Irlandés, un veterano de la Segunda Guerra Mundial que trabajó como sicario para organizaciones criminales. El guion está escrito por Steven Zaillian (‘La lista de Schindler’, ‘Gangs of New York’ o ‘Moneyball’).
La ambición del proyecto por ser una película épica “de las que ya no se hacen” está impresa en la película desde su propia duración (tres horas y media) a su arriesgadísima decisión de no cambiar de intérpretes para representar una historia que se desarrolla durante varias décadas, utilizando tecnología para rejuvenecer sus rostros. Y, aunque en un principio ver a Robert De Niro de joven descoloca, lo cierto es que la técnica está bastante bien lograda. Puede parecer una decisión caprichosa, pero en realidad no lo es: ‘El irlandés’ no sería lo mismo sin sus actores, todos espléndidos, ofreciendo un auténtico recital interpretativo. Scorsese lo sabe y comprensiblemente no quería prescindir de ellos en ninguna de las etapas en las que sucede la cinta. La relación entre los personajes está construida de manera en la que incluso hay momentos que parece una “buddy movie” sin olvidarse de la naturaleza cruel del relato.
Es prácticamente imposible decir algo malo de ‘El irlandés’. Es sin lugar a dudas la obra de un maestro. Técnicamente es espectacular. Scorsese dirige con una precisión y un dominio de los espacios y de los tempos narrativos admirables. Lleva años haciéndolo, y en esta ocasión cuenta con un guion muy potente (y denso: lleno de detalles y subtramas sobre la mafia en las que es fácil perderse). Y en el aspecto visual la cuidadísima fotografía de Rodrigo Prieto destaca –tanto en digital como en 35mm- retratando las texturas de ese mundo turbio en el que se mueven sus personajes. Todo resulta épico y clásico. Y eso que la película no escatima en utilizar recursos narrativos postmodernos, generalmente aportando notas de humor (como congelar la imagen cada vez que aparece un nuevo personaje con un texto en el que se nos dice su nombre y la manera en la que murió).
Sin embargo –y esto es algo personal- toda la espectacularidad técnica y habilidades narrativas no se traducen en emoción o interés por lo que Scorsese cuenta. Y él lo hace con una visible pasión. En mi caso, no sentí conectar con nada de lo que veía, más allá de apreciar la evidente calidad de la obra. Ni me caló durante su visionado, ni lo ha hecho posteriormente.
Lo más interesante es la visión crepuscular de su autor expuesta en sus últimos minutos, donde realmente se ve la reflexión que busca y la profundidad de la película. Es todo un acierto la decisión de no aturullar con música, ni voces en off, ni otros de los anteriores recursos usados a lo largo del metraje en este final. Para muchos, esta es una de las obras cumbres de Scorsese. No comparto ese pensamiento pero sí que queda claro que es una película realizada desde la madurez y la sabiduría. Sería ser muy injusto decir que ‘El irlandés’ es una película floja o fallida, o simplemente indicar que “está bien y ya”, pero decir que la he disfrutado sería de ser mentiroso. 7.
‘Alocao’ de Omar Montes y Bad Gyal vuelve a ser la canción más escuchada en España una semana más, y de hecho acaba de ser certificada con su correspondiente Disco de Platino, noticia que la propia Alba Farelo no ha dejado de celebrar en sus redes sociales.
La entrada más fuerte en la lista de singles esta semana es el remix de ‘Gang-Ga’ de Bryant Meyers con Anuel AA. La versión original de esta canción de trap se estrenaba a finales del pasado mes de julio, sumando desde esta fecha cerca de 36 millones de streamings. No ha sido casual la inclusión de Anuel AA en la canción, pues el portorriqueño es uno de los reyes del pop en España ahora mismo: su nombre aparece en hasta 7 canciones presentes en el top 100, incluida por supuesto ‘China’, que fue número 1 durante semanas y ahora es top 10; y destacando ‘Whine Up’ con Nicky Jam, top 3; ‘Aventura’ con Lunay y Ozuna, top 5; y ‘Adicto’ con Tainy y Ozuna, top 12.
Otra entrada destacada en la tabla de singles es la de ‘everything i wanted’, el nuevo single de Billie Eilish, que es top 16; aunque quizá la noticia del día sea la llegada, en el número 84, de ‘ROXANNE’, el tema con el que el rapero de Maryland Arizona Zervás está empezando a despuntar comercialmente (ahora mismo es top 12 en el Billboard por detrás de ‘Panini’ de Lil Nas X y de ‘Truth Hurts’ de Lizzo). Finalmente, también entran en lista Tyga con su homenaje a ‘La macarena’, en el número 48; y J Balvin con ‘Blanco’ en el 56.
Cuando solo hace un mes que Mónica Naranjo ha sido número 1 de ventas en España con su nuevo EP, la cantante debuta en igual posición esta semana con el disco que ha publicado posteriormente, el recopilatorio ‘Renaissance’. Con la Navidad a la vuelta de la esquina, este trabajo promete mostrar mayor longevidad en la lista de ventas española que la primera parte de ‘Mes Excentricités’, que solo un mes después de su publicación ya se encuentra fuera de todo el top 100 debido a que solo ha sido puesto a la venta en formato vinilo y digital.
En este caso, el disco que no ha podido ser top 1 en España esta semana por culpa de la autora de ‘Desátame’ es ‘Basado en hechos reales’ de Rulo y los Contrabandos, que, debutando en el número 2, registra asimismo la mayor entrada en la lista de streaming, en el número 28. Por su parte, ‘Indiscutibles’ de Adexe & Nau es top 3 y ‘Courage’, el nuevo trabajo de Céline Dion, que ha sido top 1 en Estados Unidos y top 2 en Reino Unido, se queda a las puertas de entrar en el top 10 entrando un puesto por debajo.
Otras entradas dentro del top 20 de la lista de ventas son ‘Artesanía’ de El Sebas de la Calle (13), ‘La otra orilla’ de Ainhoa Arteta (15) y ‘Corazón de rock and roll’ de Los Rebeldes (15). Más abajo, en el top 40, entra la banda sonora de ‘Frozen II’, película de la que hemos enumerado puntos a favor y en contra; mientras en el 52 entran Second con la reedición de su álbum de 2009 ‘Fracciones de un segundo’, en el 60 Sharif and Mxrgxn con ‘Pyramo’, en el 66 Tindersticks con su recomendable nuevo álbum ‘No Treasure But Hope‘, en el 68 David Bowie con una versión remasterizada de ‘Space Oddity’, en el 79 Westlife con ‘Spectrum’ y en el 91 Wim Mertens con el álbum que celebra el 40 aniversario de ‘Inescapable’.
En streaming, las únicas entradas en tabla, además de la de Rulo y la Contrabanda, las firman Lil Peep con su nuevo disco póstumo ‘Everybody’s Everything’, en el 84; y The Chainsmokers con su nuevo EP ‘World War Joy… Push My Luck’, en el 94.
En los últimos años, y debido a la mala salud de la venta de discos físicos, la industria musical ha experimentado un repunte de la venta de «bundles», que se refiere a la práctica de vender CDs o descargas junto a entradas para conciertos u otros productos de merchandising como camisetas, gorros o cadenas. Este año, numerosos artistas que han sido número 1 en el Billboard, como Taylor Swift, Post Malone, Vampire Weekend, Madonna, Tyler, the Creator o Billie Eilish, lo han sido en parte gracias a los «bundles». En algunos casos, la venta de discos se ha convertido en una cuestión ya no de quién ha hecho el disco más popular, sino de quién ha anexado a él los productos más atractivos. Artistas como Taylor Swift o Travis Scott han sido de los más atrevidos al poner a la venta «bundles» con la inclusión de discos cuya fecha de lanzamiento aún no había sido anunciada (‘Lover’), o de entradas para conciertos cuyas fechas aún se desconocían (Travis Scott).
Billboard lleva tiempo recibiendo críticas por esta práctica incluso por parte de artistas a los que les ha perjudicado aún habiéndola ejercido también, como Nicki Minaj (que fue top 2 por culpa de Travis Scott) o DJ Khaled (que logró igual posición por culpa de Tyler, the Creator). Estaba claro que el éxito del «merchandising» no podía reflejar la verdadera popularidad de un disco, y el portal norteamericano ha anunciado que cambiará las reglas de su clasificación de ventas para ajustar más sus resultados a la realidad.
El cambio se hará efectivo a partir del 3 de enero de 2020 e incluye los siguientes requisitos: los productos añadidos al disco como parte de un «album bundle» deberán poder comprarse también por separado a través de la misma web; en caso de estar disponibles por separado, el precio de los productos deberá ser inferior al coste total del «bundle»; y la compra de estos productos podrá efectuarse solo directamente a través de la web del artista; es decir, ya no podrán urdirse acuerdos extraños con terceras partes que permitan a artistas como Taylor Swift despachar copias de un disco junto a pizzas. Y en todo caso, la venta de un disco dentro de un «bundle» contará en el recuento de Billboard solo cuando el disco o su descarga hayan sido enviados al comprador (es decir, cuando los detalles de este ya sean públicos).
De manera interesante aunque quizá algo tardía por su aparente obviedad, Billboard impedirá que ciertos descuentos tramposos consigan que un álbum compute en sus listas asegurándose de que el precio mínimo que necesita un disco para contar en ellas (3 euros aproximadamente) está integrado en el de los «bundles». Es decir, si un «bundle» sin CD cuesta 30 euros, con el CD deberá costar 33, así la venta de un álbum será segura y por tanto computable, dentro de estas nuevas reglas.
En un momento hace unos años, Iseo estuvo entre nuestros proyectos revelación favoritos gracias a canciones como ‘Last Night’ o ‘The Wolf’, en la estela jazzie de la primera Lily Allen; pero el éxito de Iseo & Dodosound durante las últimas temporadas ha excedido toda previsión, haciendo que casi, casi nos olvidásemos de todo aquello. Los temas de sus dos discos, influidos por el dub y el reggae, exceden cómodamente el millón de streamings sin el apoyo ahora mismo de esas playlists mágicas de Spotify; más bien fidelizando al público que se ha ido enganchando a los sonidos de ‘Frozen Desert’ y ‘Fresh Air’ del primer álbum, o ‘Vampire’ y ‘Digital Shoots’ en el segundo. Son más atemporales de lo que adivinábamos.
Este otoño el grupo está cerrando ciclo con una serie de actuaciones por todo el país, mientras que el año que viene no actuarán en España. La gira ha pasado por Granada, Madrid, Barcelona o Valladolid colgando el cartel de “sold-out”, tampoco hay entradas para verles en Navarra el 29 de diciembre, ni en Vitoria en enero; pero sí para un concierto especial, con aforo para unas 1000 personas, que ofrecerán el 20 de diciembre en el Escenario Santander como parte del ciclo San Miguel On Air. Será también el cierre de este ciclo por este año. Las entradas están a la venta aquí.
¿Qué pasará el año que viene? La nota de prensa nos avanza: «Durante el 2020, Iseo & Dodosound harán un trabajo intensivo de creación, producción y grabación de su nuevo álbum de estudio y sólo se los podrá ver en algún que otro festival internacional. La vuelta con el material inédito será un suceso más que esperado para un público que los sigue de cerca».
Como Fuerza nueva, Leticia Sabater solo estrena música en fechas especiales, como el Orgullo Gay o Navidad. Precisamente un año después de regalar al mundo ‘El polvorrón‘, la ex-presentadora reconvertida en cantante trash vuelve con un nuevo «villancico» solo apto para gente ya curada de todo tipo de espanto.
‘Trínchame el pavo’ sigue en la temática gastronómica de ‘La salchipapa’, ‘Toma pepinazo’ o el mencionado ‘El polvorrón’, esta vez para hacer un homenaje clarísimo a la ruta del bakalao de los años 90, década favorita de Sabater al menos a tenor del sonido de sus últimas composiciones. Los protagonistas de ‘Trínchame el pavo’ son un acento cubano totalmente random y el cacareo muy ‘Toy’ de Nétta del pavo titular, que según la letra reproducen personajes ilustres como Beyoncé o Maluma, además «a saco».
Compuesto íntegramente por Sabater por si había alguna duda, ‘Trínchame el pavo’ está hecho para ser un himno en cenas familiares, de amigos o de empresa, y su lema vital es: «Trínchame el pavo un poquito, es Navidad, final feliz y polvito, turrón, champán y un buen pedito». Mientras el mundo intenta averiguar a qué «final feliz» se refiere Leticia si no es a un polvo (¿o lo de «polvito» tiene otro sentido?), no te pierdas otro vídeo inenarrable de la artista, con aproximaciones a la estética «glitch» o psicodélica.
Rina Sawayama, que debutaba en 2017 con el mini álbum ‘RINA’, es una de las artistas pop que más ha explorado recientemente el sonido del pop de los años 2000 en su trabajo, junto a compañeras como LIZ, Slayyyter o Kim Petras. Especialmente estelares son sus singles ‘Cyber Stockholm Syndrome’ o ‘Cherry’, tan buenos que la cantante incluso cuenta con su propio hilo en nuestros foros.
Lo nuevo de Sawayama, sin embargo, es una reinvención en toda regla reflejada también en la deriva artística de la última Poppy. ‘STFU!’, el single que la cantante londinense nacida en Japón (y este dato es relevante en relación a esta canción) publicaba hace unos días, es nu-metal y por tanto remite a Linkin’ Park, Korn o Slipknot, aunque sin abandonar el interés por la melodía de quien ha escrito una canción como ‘Tunnel Vision’ o de quien cuenta con una voz como la de ella.
En cualquier caso, ‘STFU!’ es mucho menos pop que los últimos singles de Poppy, de hecho subraya la potencia de las guitarras porque viene a servir de crítica al racismo que Sawayama ha sufrido en su vida incluso ya dentro de la industria musical, donde su apellido ha llegado a ser ridiculizado. En el vídeo de ‘STFU!’, Sawayama cena con un individuo que suelta una sarta de estereotipos sonrojante relacionados con la cultura japonesa, y es un entretenimiento tratar de comprobar cuál de ellos será la gota que colma el vaso para la artista. Ni cabe decir que toda esa rabia está expresada en la canción, aunque su momento cumbre puede ser la risa maléfica del minuto 1.30.
El festival Planeta Sound de Ponferrada anuncia los primeros nombres de su próxima edición, que se celebrará los días 17, 18 y 19 de julio en el Estadio Colomán Trabado. Todos aquellos que quieran asistir a este «evento cósmico» podrán conseguir sus entradas a partir del próximo lunes 2 de diciembre a las 12:00h a través de su página web oficial (www.planetasound.com), o de sus redes sociales.
Cabe destacar, en el cartel de Planeta Sound, la presencia de tres cabezas de cartel como son Amaral, que presentarán su nuevo disco ‘Salto al color‘ (de manera más musical que su paso por La Resistencia, seguro); La Casa Azul, que harán lo propio con ‘La Gran Esfera‘, el esperado disco que Guille Milkyway ha publicado tras 8 años de espera; y Shinova, uno de los grupos nacionales con más proyección de la actualidad gracias a trabajos como el que editaba el pasado año, ‘Cartas de navegación‘.
También se suman a la programación del festival leonés el joven grupo madrileño Comandante Twin, que en 2017 lanzó su primer álbum ‘1984’ y este año ha editado el segundo, ‘Hoy’, que gustará a seguidores de Enrique Bunbury o Izal; y BAUER (no confundir con el productor Baauer), los hermanos germano-malagueños autores de discos como ‘Otra vuelta al sol’ o ‘Azul eléctrico’, que practican un pop-rock en la onda de los artistas mencionados, si bien melódicamente pueden remitir a Manolo García.
Fuerza nueva, el grupo que une Los Planetas y a Niño de Elche, ha anunciado un nuevo concierto en la Sala Riviera de Madrid que tendrá lugar el próximo viernes 24 de enero de 2020. La entrada ha salido a la venta a un precio de 30 euros (anticipada + gastos de gestión) y a otro de 35 euros (taquilla). La apertura de puertas será a las 19.30. Recientemente se ha confirmado también su presencia en el Festival Internacinal de Benicàssim (FIB). Antes, el 21 de diciembre, Fuerza Nueva actuará en la Industrial Copera de Granada.
El debut de Fuerza Nueva, que ha sido top 2 en España, veía la luz el pasado 12 de octubre en medio de un contexto política muy convulso en Cataluña y en el resto de España, una casualidad (¿o no tanto?) casi cósmica, pues el componente político del grupo es transparente y este ha llegado a publicar canciones en fechas nada aleatorias como la Diada, el Día del Alzamiento o el Día de la Hispanidad, entre ellos una versión de ‘Els segadors’ u otra del himno de la Legión. Uno días después de su lanzamiento, el grupo lo presentaba en Joy Eslava dentro de una atmósfera especialmente enrarecida.
El disco ha sido uno de los más importantes del año a nivel nacional. Mi compañero Raúl Guillén escribía sobre él que «plantea una interesantísima reflexión antropológica sobre cómo una canción puede llegar a transformar su significado a lo largo del tiempo excluyendo no ya a sus oyentes o a quienes la hicieron popular, sino a sus autores y su sentido original», «o cómo el contexto socio-económico y político puede llevarnos a denostar una buena construcción musical»,y concluía que representa un «pequeño gran hito en la cultura popular de España». Sobre el álbum hablábamos con Jota y Francisco Contreras unos días antes de su lanzamiento.
Continúan las confirmaciones casi diarias de Mad Cool, después que el lunes desvelara en su cartel la presencia de varios nombres importantes de la música electrónica actual, como Diplo (que actuará en solitario y junto a Major Lazer), Modeselektor o Tycho.
Hoy son dos nombres los que llegan a la programación de Mad Cool, y son, también por su importancia e influencia en el pop-rock anglosajón de las últimas dos décadas, dos automáticos cabezas de cartel. Se trata, por un lado, de The Killers, que acaban de anunciar su nuevo disco, ‘Imploding the Mirage’, además de una gira mundial cuyas primeras fechas aún permitían una confirmación en algún festival en España, como ha sucedido; y por el otro, Kings of Leon, que seguirán presentando en directo su último trabajo, ‘WALLS‘.
Ambos grupos acompañan en el cartel de Mad Cool a artistas como Taylor Swift, Billie Eilish, Pixies, Richard Hawley, Tones and I, The Rapture, Khalid, London Grammar, Paul Weller, Hinds, Natos & Waor, Octo Octa, CCL o Maricka Hackman. Los abonos saldrán a la venta este domingo 1 de diciembre con los precios indicados en el tuit adjunto bajos estas líneas.
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En las últimas horas hemos estado rumiando la gran noche de Taylor Swift en los American Music Awards 2019, donde cosechó toda la atención y seis premios que la han llevado a desbancar a Michael Jackson como el máximo ganador histórico de estos galardones. También hemos visto, ya de manera oficial y completa, algunas de las numerosas actuaciones que allí desplegaron artistas como la propia Taylor, Dua Lipa o Billie Eilish. Esta, además, obtuvo dos premios, incluido el de artista revelación. Pero, si hubo una revelación en esta gala ese fue, sin duda, el microbolso que lució Lizzo en la alfombra roja.
La autora de ‘Cuz I Love You‘, un disco que la ha encumbrado comercialmente después de haber pasado por momentos realmente difíciles (a los que aludía en un mensaje en sus redes sociales en las últimas horas), se presentó allí con un vestido de volantes naranja coronado como complemento con un minúsculo, casi invisible, bolso de color blanco de Valentino que sujetaba y mostraba con dos deditos. La propia intérprete de (la polémica) ‘Truth Hurts’ desataba las bromas al subir una foto de ese look a su Instagram acompañada del mensaje «bag big enough for the fucks I give» (algo así como «un bolso lo bastante grande para lo poco que me importa todo»).
A partir de ahí, las redes han hecho su trabajo y han convertido en meme la imagen y al bolso en sí: primero referenciándolo como el recipiente perfecto para la autoestima, las posesiones de algunos o el apoyo que recibieron BTS en los AMAs, donde obtuvieron tres premios. Los que la propia Lizzo ha reunido en otro post de Insta, horas después, y los que referencian al talento que desplegó en la interpretación de su tema ‘Jerome’ en la gala –podréis ver un fragmento subido por ella al final– son muy buenos, pero quizá no tanto como el que compara su look con otro de Ariana Grande o los que emite el mismísmo bolso «en persona» desde su propia cuenta de Twitter. «Buenas noticias: tu polla cabe dentro de mí», dice uno.
En la última –quizá literalmente– edición en nuestro país del talent-show ‘Factor X’ –esa que ganó Pol Granch, al que encontrábamos hace poco en el debut de Alba Reche, y que nos dejó para la «eternidad» a los virales Glitch Gyals– nos llamaron la atención varias artistas femeninas. De ellas, la que menos recorrido tuvo en el programa fue una jovencísima chica de Vigo llamada Daniela DiCostas. Pese a poseer una bonita voz y personalidad, fue descartada por Risto Mejide y no accedió a la fase final del programa.
Ahora reaparece con un nuevo nombre artístico, dani (en minúsculas), eliminando un «apellido» que era en realidad un homenaje a su familia musical: su padre es Silvino Díaz, miembro junto a su madre es Silvia Rosa Costas de los históricos Aerolíneas Federales –y por tanto su tío es Miguel Costas, de los aun más míticos Siniestro Total. Sin esa mochila, se presenta con un nuevo single que edita El Volcán (Joe Crepúsculo, Tomasito, Los Nastys) y que borra de un plumazo aquel agridulce paso por el casi siempre efímero y traicionero mundo televisivo.
Se titula ‘Mira’ y es una canción compuesta por Daniela y producida por Aaron Rux, artista de su mismo sello y cómplice frecuente, tanto en estudio como en vivo, de Crepus. Juntos crean un artefacto seductor en su forma, envuelto en teclados nebulosos, casi vaporwave, que evocan el pop audaz de tintes clásicos de la belga Angèle o de Lio (ambas representadas en una playlist de referentes creada por ella). Instrumentalmente resulta tan fascinante como el hipnótico fraseo de dani en las estrofas, introduciendo silencios previos a las últimas sílabas de algunas palabras, enganchándonos a su mensaje.
Mensaje que, explica, retrata «el anhelo y la ilusión cuando intentas alcanzar un sueño» junto a «la incertidumbre y la frustración al enfrentarnos a los obstáculos que nos encontramos por el camino». «La rutina nos lleva a perder el tiempo», prosigue, «mientras esperamos a alcanzar nuestros sueños, convirtiéndonos en espectadores pasivos de nuestra propia vida». Una visión realmente madura para una chica de apenas 22 años. Al menos, comparada con los artistas de esa edad ante los que solemos topar. dani es una promesa a la que seguro perseguiremos en el futuro pero, de momento, es ya nuestra Canción del Día.
Días atrás reseñábamos el tercer largo de Michael Kiwanuka, titulado con su apellido en mayúsculas, ‘KIWANUKA‘, dando una imagen muy poderosa: ya no repudia su apellido y sus implicaciones sociales y, al contrario, se enorgullece de él. Es uno de los álbumes más impresionantes que hemos escuchado en los últimos meses y parece bastante probable que se cuele entre lo mejor del año para JENESAISPOP. Ahora, además, celebramos el hecho de que anuncie su presentación en directo con una minigira por nuestro país.
Live Nation anuncia tres conciertos de presentación que tendrán lugar el próximo mes de mayo, al margen de su ya anunciada presencia en Mallorca Live 2020. Serán el 12 de mayo en la sala Oasis de Zaragoza, el 14 de mayo en La Riviera de Madrid y el 15 de mayo en Razzmatazz, Barcelona. Las entradas para Madrid y Barcelona saldrán a la venta el viernes 29 de noviembre a las 10h en www.livenation.es y Ticketmaster.es. Los registrados en www.livenation.es tendrán acceso a una preventa exclusiva el jueves 28 de noviembre a las 10h. El precio único será de 30€ (+gastos) en venta anticipada y 35€ (+gastos) en taquilla.
Michael Kiwanuka, londinense de origen ugandés, despuntaba en 2012 al ser coronado por la BBC como «el sonido de aquel año». Poco después llegaba su álbum de debut, un ‘Home Again‘ que se nutría de sonidos de soul clásico, con toques jazzy y pop. Pero la auténtica explosión de su talento llegaría en 2016 con su ya muy notable segundo trabajo, ‘Love & Hate‘, con una espectacular ‘Black Man in a White World’ que enamoró a la mismísima Adele. Y, hace tan solo unas semanas, ‘KIWANUKA’ ha venido a consolidar su imagen como garante de la música negra más elegante y perdurable. Os dejamos con ‘Hero’, uno de sus singles.
🆕🆕🆕 ¡Anunciados conciertos de @michaelkiwanuka en Madrid, Barcelona y Zaragoza!