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Robyn, Nena Daconte, INNA y Tronco entran en el top 40 de JNSP

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Rosalía se mantiene en el puesto 1 de lo más votado en JENESAISPOP con ‘Di mi nombre’, si bien la colaboración entre Miley Cyrus y Mark Ronson protagonizan la subida más destacada de la semana, pasando del número 15 al 2. También despunta la de Grimes con ‘We Appreciate Power’ del 20 al 7. Entre las entradas de la semana, la más alta es la de Robyn con ‘Honey’, directa al puesto 8, mientras en los últimos puestos aparecen Nena Daconte, INNA y Tronco. Toca despedirse de La Casa Azul, el Taki Taki y Cariño, con 10 semanas o más y ya en la mitad baja de la tabla. Ya podéis escuchar nuestra última lista de novedades y votar por todas vuestras canciones favoritas aquí.

Top Ant. Peak Sem. Canción Artista
1 1 1 5 Di mi nombre Rosalía Vota
2 15 3 2 Nothing Breaks Like a Heart Mark Ronson, Miley Cyrus Vota
3 3 1 20 Pienso en tu mirá Rosalía Vota
4 4 1 28 Malamente Rosalía Vota
5 8 2 9 1999 Charli XCX ft Troye Sivan Vota
6 5 1 5 thank u, next Ariana Grande Vota
7 20 7 2 We Appreciate Power Grimes Vota
8 8 1 Honey Robyn Vota
9 11 1 13 Mariners Apartment Complex Lana del Rey Vota
10 2 2 3 Perdona (ahora sí que sí) Carolina Durante, Amaia Romero Vota
11 12 1 10 Shallow Lady Gaga, Bradley Cooper Vota
12 19 6 6 Baby Clean Bandit, Luis Fonsi, Marina Vota
13 9 3 9 breathin Ariana Grande Vota
14 13 2 36 One Kiss Calvin Harris, Dua Lipa Vota
15 16 2 22 God Is a Woman Ariana Grande Vota
16 18 1 19 Missing U Robyn Vota
17 10 2 32 Hunger Florence + the Machine Vota
18 14 14 3 Un veneno C. Tangana, Niño de Elche Vota
19 6 4 11 Hoy la bestia cena en casa Zahara Vota
20 24 19 3 Merlí Miss Caffeina Vota
21 21 21 7 Booty C. Tangana, Becky G Vota
22 29 17 6 Party for One Carly Rae Jepsen Vota
23 17 6 12 Nunca nadie pudo volar La Casa Azul Vota
24 27 24 2 Without Me Halsey Vota
25 36 10 7 Procuro olvidarte Amaral, Najwa Vota
26 7 7 4 Guerra y paz Zahara, Santi Balmes Vota
27 26 26 3 Yo sigo iual Bad Gyal Vota
28 23 23 3 It’s Not Living (If It’s Not Without You) The 1975 Vota
29 32 29 3 Let You Love Me Rita Ora Vota
30 30 16 10 Taki Taki DJ Snake, Selena Gomez, Ozuna, Cardi B Vota
31 33 24 10 Llorando en la limo Cariño Vota
32 35 14 5 Hurricanes Dido Vota
33 37 33 3 Come Out and Play Billie Eilish Vota
34 34 1 Mi mala suerte Nena Daconte Vota
35 34 34 2 Vicios y defectos Dorian, Javiera Mena Vota
36 39 36 2 All My Friends Are Falling In Love The Vaccines Vota
37 37 1 Iguana INNA Vota
38 22 22 2 Hoy será un día horrible Confeti de Odio Vota
39 39 1 Animales Tronco Vota
40 40 1 6 Contigo Nos miran Vota
Candidatos Canción Artista
Mi mundo Antifán Vota
Cerdo sorpresa Tórtel Vota
Ya no te veo Novedades Carminha, Dellafuente Vota
La higuera Kiko Veneno Vota
Tell Me It’s Over Avril Lavigne Vota
Las Palmas Playback Maracas Vota
Los Ángeles Ms Nina Vota
Putochinomaricón Mucho Vota
Un nuevo lugar Amaia Vota
Raros Miqui Puig Vota

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Miley Cyrus brilla con su versión de ‘no tears left to cry’ de la mano de Mark Ronson

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Mark Ronson y Miley Cyrus han sido los últimos invitados al Live Lounge de BBC Radio 1 para presentar en directo su single conjunto, ‘Nothing Breaks Like a Heart’, actual top 4 en Reino Unido. Lo han hecho acompañados de una orquesta y después, por supuesto, se han animado a versionar un tema pop, como suele suceder en el programa.

El tema escogido es ‘no tears left to cry’ de Ariana Grande, lo cual es interesante teniendo en cuenta que Cyrus y Grande han cantado juntas en el pasado, concretamente en 2015, cuando interpretaron una brillante versión de ‘Don’t Dream It’s Over’ de Crowded House vestidas en pijama de animales. Cyrus siempre ha destacado por sus versiones y de hecho la razón por la que ha terminado trabajando con Ronson, como ha explicado el propio artista, es porque este descubrió su versión en Saturday Night Live de un éxito de ’50 Ways to Leave Your Lover’ de Paul Simon.

Haciendo un gran uso de su robusta y expresiva voz, Cyrus interpreta ‘no tears left to cry’ con una garra y dramatismo especiales, casi convirtiéndola en una canción nueva. A esto hay que sumar un arreglo orquestal lleno de pasión, similar al de ‘Nothing Breaks Like a Heart’. Os recordamos que el single principal de ‘Sweetener’ es top 2 en las mejores canciones de 2018 para JENESAISPOP.


Cardi B se gasta el “dinero” en coches pero no sabe conducir, como demuestra en Carpool Karaoke

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Cardi B ha sido noticia esta semana por el mal trago que le ha hecho pasar su ex y padre de su hija, el rapero Offset, durante un concierto en Los Ángeles, cuando este aparecía en el escenario para rogarle que volviera con él, interrumpiendo el show, ante la mirada atenta y las cámaras bien enfocadas de sus fans.

La rapera agradecerá ahora ser noticia por otro tema y de hecho acaba de publicarse su participación en Carpool Karaoke, la famosa sección de música y humor del programa de James Corden. En el segmento, Belcalis no se corta en hacerse notar cuando por ejemplo Corden conduce alrededor de un parque, propiciando que la rapera se dirija a gritos a unos niños para aconsejarles que sigan en el colegio y que hagan caso a su madre.

Cardi explica en su “Carpool” que posee cinco coches pero reconoce que no sabe conducir porque le da miedo, y que los tiene por postureo. La rapera intenta conducir en el segmento animada por Corden, pero la cosa no sale demasiado bien. Mientras los dos cantan éxitos como ‘Bodak Yellow’, ‘Money’ o ‘Drip’, Cardi habla también de su afición al ASMR o de su juventud en Bronx, y termina bailando con un grupo de ancianos.

Jerva y I-Ace de Agorazein transforman ANTIFAN en un proyecto post-punk

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C. Tangana y Sticky M.A. son los miembros más populares del colectivo de hip hop madrileño Agorazein, que han aprovechado el impulso que obtuvieron con el notable ‘Siempre‘ –uno más que otro, como ya sabemos–. Pero no son los únicos. En un confeso segundo plano –no un anonimato, como afirman en su nota de prensa, pero casi– el MC Jerv.AGZ (en adelante Jerva) y el autor de beats I-Ace aún no habían destacado tanto como sus colegas… hasta ahora. Ambos conforman la base del proyecto ANTIFAN, un nombre con el que el año pasado lanzaban la mixtape ‘Un daño‘, 8 canciones de rap al estilo contemporáneo en las que se acompañaban del sevillano Pedrito LaDroga, por ejemplo, pero que no lograba una repercusión semejante a la de sus compañeros de crew.

Pero se han decidido a que eso cambie y han dado un giro notable a esa propuesta. Ahora, contando con un tercer miembro –un «productor de hip hop» apodado Hartosopash– se desmarcan del todo no ya de su anterior trabajo sino de lo que está haciendo cualquier otro artista de su cuerda del ámbito nacional. Lo hacen en ‘Mi mundo’, un single que publica el sello madrileño Sonido Muchacho. Efectivamente, se trata de la etiqueta ultraindie que cobija a grupos noveles como Carolina Durante o La Plata y más curtidos como Kokoshca, Disco Las Palmeras! o Airbag. ¿Raro? Para nada, porque esta canción está en perfecta sintonía estética con el espíritu del sello al tratarse de un corte de raíz after-punk que tiene nombres como PiL, The Durutti Column, Sleaford Mods o Ciudad Jardín entre sus referentes. ¿Qué está pasando aquí?

Pasa que, en sintonía con otros acercamientos de héroes del nuevo rap hispano –me refiero a Cupido, claro– al rock, ahora ANTIFAN son «un amasijo de guitarras, bajos y autotune», en palabras de Jerva, que se queda a gusto en una llamativo texto que acompaña su nota de prensa y que dice, sobre todo, que en sus nuevas canciones buscan acoger influencias más genuinas (Eskorbuto, The Cure, Manolo Kabezabolo o Ana Curra surgen por ahí) para, sobre todo, no dejar indiferente. Las negritas son nuestras, todo (sic):

«A ver, si escuchas Ever fallen in Love de Buzzcocks puedes entender nuestro disco del todo. A ver, vas a tener que escucharlo con subtítulos, porque a no ser que hayas sido un puto conguito de colegio privado no vas a pillarla en inglés; eso es así. Déjate los postureos lejos que no somos universitarios guapos, lo siento. Esto va de cuando el amor y la droga dejan de molar. Hemos salido del dolor, de la fealdad y del anonimato. Imposible triunfar desde ahí. Somos la cara oculta del éxito. Ni siquiera somos yonskis guays como los Clash o los Eskorbuto. Somos perderos de barrio como Perros Callejeros y de ahí no nos sacas. Y ahora que hemos oído My Generation de los Who nos confirman lo que nos decía Chinatown. No pertenecemos a nada, como tú. Somos hijos de Internet y del no tiempo. Una maravilla catastrófica antimusical. Ojalá un profeta como Jim Morrison o como David Koresh pero no. No soy Johnny Rotten, ni el Javi es Sid Vicious; hasta he tenido que buscar su puto nombre en Google para escribirlo bien. Pero me se el del Manolo, el del Deker, que me vendía pajucha, el del Gere, que dejó sin luz todo mi bloque montando un armario. No somo yankis, ni guiris, ni yonkis, pero tenemos historias de puta madre que contar. Que nos subtitulen ellos. Os imagináis a Susan Janet to vieja leyendo nuestras letras? o a Ana Curra tirandonos por insta? Robert Smith mola, pero si hubiera nacido en Colmenar o en Tres Cantos o Alcorcon el notas sería otra cosa fijo. Debería escucharnos y decir que le parece. Eso sí, con subtítulos, porque no creo que el notas entienda mi castellano de una. Me gustan los Sleadford Mods. Entiendo su origen, su energía. Es muy parecido al nuestro, aunque nosotros tenemos más pasta y no somos tan chungos. El Isidro y yo curramos nuestras ocho horas porque nos gusta tener un salario. Ya sabes, trabajar para otro y todo eso. Uno que gana más que tu. El tiempo de los heroes se ha pasado. Ahora eres tu el héroe. Tu eres lo importante. Tu eres el que manda. Un puto gilipollas al mando; que maravilla. C Tangana me dijo que al final los músicos somos artesanos. Artesanos que hacen canciones como sillas y te las venden cuando no tienes ni donde ponerlas. Este es el negocio más raro, sucio e inútil en el que me he visto involucrado nunca. Ahora hablo por mi. Aún así, estoy deseando que os encante. Que disfrutéis de lo que no entedeis y me cometeis lo guapo que esta el rollo y le estetica que llevamos. En el fondo me encantáis los humanos. Sois de lo más interesante. Hell comes to the frogtown, Escoria, Arrebato, El cortador de césped, Waco, Ruby Ridge, 13th chime, Colmenar Viejo, etc. De ahí viene todo. Investigar. Besos».

Como escucharéis y veréis a continuación en el clip dirigido por Borja Bernal –inspirado en las pelis kinkis de Alejandro De La Loma–, ‘Mi Mundo’ supone la colisión de dos mundos musicales y estéticos muy distintos que, sorprendentemente, suenan muy bien conjuntamente. Es, además, el anticipo de un 7″ que se editará a principio de año con más canciones de ANTIFAN.

Los mejores discos de 2018

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Al igual que hacíamos ayer con la lista de Las mejores canciones de 2018, este martes a las 20.00 revelaremos las que han sido para la redacción los mejores discos de 2018, desvelando ya los puestos entre el 100 y el 11. Al igual que destacábamos en el apartado de singles, 2018 ha sido un año con casi tantas decepciones como alegrías en el pop internacional, pero de nuevo los artistas españoles han demostrado una realidad excitante. Una realidad que, además, está dominada por las mujeres, que como parte fundamental de grupos (Low, Hazte Lapón) y sobre todo solistas (Kacey Musgraves, SOPHIE, Soleá Morente, Zahara, US Girls, Snail Mail) copan buena parte de esta lista, de 50 posiciones. En ella hay rock (IDLES), electrónica (Jon Hopkins, Against All Logic), folk (Los Hermanos Cubero), tecnopop (Betacam) y rap (Pusha T), pero sobre todo se caracteriza por la transversalidad de géneros que caracteriza el pop actual.

50
Ariana Grande

Aunque la discutida producción de Pharrell en parte de este disco dejaba algunos de sus momentos más fallidos y también alguno de los más adictivos, una buena «clase media» de canciones y, sobre todo, tres singles como tres soles (‘No Tears Left To Cry’, ‘God Is A Woman’, ‘Breathin’) hacían que la balanza se inclinara hacia el lado positivo y que ‘Sweetener’, a las puertas de ser el mejor disco de Grande, sí sea un paso decisivo en la consolidación de la artista como uno de los nombres fundamentales de su tiempo, quizá tanto por los mensajes positivos que suele enviar como por sus méritos musicales.

49
Mariah Carey

Con el éxito actual de Ella Mai y, sobre todo, Ariana Grande , parece el momento idóneo para que vuelva Mariah Carey. ‘Caution’ es su 15º álbum y un nuevo prototipo de las muchas virtudes de Carey como compositora y visionaria del R&B, además de un rara avis en el catálogo reciente de la artista al componerse únicamente de 10 canciones, algo que no sucedía desde 1994. En ‘Caution’, el relleno es inexistente y los buenos momentos abundan. Es contemporáneo, emocionante y divertido del primer segundo al último, y contiene razones de sobra para seguir admirando a la cantante y su visión.

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Summer Spree

Tras esta “juerga veraniega” se oculta Álvaro Muñoz (de cierta popularidad por su proyecto rockero Tarik y la Fábrica de Colores), al que ya podríamos tachar de ser el Lawrence español. Como la del ex-líder de Felt, su música está hecha a la manera de otra era y él es un artista como de otro tiempo, depositado accidentalmente en un momento en que arte se mide en likes y cifras de streaming. En ‘Sub Lumine’, más que apuntar al “ochentismo” con ese tono de ironía perversa de propuestas con vitola “cool” como las de Ariel Pink, John Maus o Sean Nicholas Savage, Álvaro muestra una vocación puramente emocional, en la misma medida que la tienen muchas canciones de Pulp, de Linda Mirada, de Betacam, de Caliza y de Bart Davenport.


No exageraban Arctic Monkeys cuando decían que ‘Tranquility Base Hotel & Casino’ requería de unas 10 escuchas para poder entrar en ese mundo. No es un disco fácil, pues ha dividido a sus fans y muchos han pasado de dedicarle más allá de dos o tres escuchas. Pero es cierto que la persistencia, en este caso, tiene premio, y va desnudando que este es un gran disco que brilla –eso sí– por cosas distintas a las que solemos valorar en el pop. Si este fuera el último disco de los Monkeys –una posibilidad con la que se viene especulando desde hace tiempo–, sin duda sería un epitafio difícilmente superable.

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Tracey Thorn

Tracey Thorn ha logrado hacer otro disco breve y universal, en el que apenas algún número está algo por debajo de la media. Y aunque hay mucha vistosidad en los arreglos a lo Daft Punk de ‘Dancefloor’ y el soul-funk de ‘Sister’, ‘Record’, llamado así porque lo que le gusta a Thorn es “grabar”, hacer “discos” y no conciertos -de nuevo, no habrá gira-, nos regala también momentos intimistas que se crecen con el tiempo por encima del resto. Los singles bailables están bien, pero con el paso de las semanas, las canciones que hacen pupa son ‘Smoke’ y ‘Face’.

45
María Rodés

Maria Rodés es una artista que parece habitar otra dimensión, situada fuera del tiempo y las modas. ‘Eclíptica’ debe su existencia a la figura de un tío-bisabuelo astrónomo de Maria, Lluís Rodés, astrónomo reconocido internacionalmente que ocupó un observatorio estratégico durante la Guerra Civil española. El disco le homenajea sin nombrarlo -aunque sus vivencias sí aparecen de manera velada- a través de canciones en las que, aunque tocan muchos palos, prevalece un carácter mediterráneo aletargado, que nos sumerge en una atmósfera de duermevela. Canciones que más que tratar de ciencia, rebosan de la poética de la astronomía, de la fascinación que, desde tiempos remotos, hemos sentido los humanos por el cielo nocturno, las estrellas, constelaciones y sus significados.

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Snail Mail

Lindsey Jordan es aún una adolescente que ya coquetea con cierta popularidad y que vive su sexualidad con la mayor naturalidad, apoyada al 100% por su entorno familiar. Pero nada de esto incide en su música bajo el nombre de Snail Mail por voluntad propia, lo que ya da cuenta de su sorprendente madurez. Una madurez que queda constatada también en sus composiciones, extraordinariamente sólidas y propias de una artista experimentada, que destacan por encima de la etiqueta “indie 90s” que, hoy por hoy, aplica muy bien a su sonido. ‘Lush’ es una suerte de relato de una ruptura sentimental que dota al álbum de un dramatismo que sostiene la unidad del álbum por encima del gancho de sus canciones… aunque muchas de ellas sean deslumbrantes.


El nuevo de Villagers no es un disco de folk cualquiera. Su afán experimental está presente en unas canciones que no es tan fácil adivinar hacia dónde se van a encaminar. La nota de prensa habla de este disco como «bailable» y no es una broma. El bajo, la sensualidad y las palmas de ‘A Trick of the Light’ lo ponen sobre la mesa; la segunda parte de ‘Long Time Waiting’ es bastante loca, con ciertas partes que parece haber producido alguien con un concepto de la belleza similar al de Jon Hopkins; ‘Love Came With All That It Brings’, que presenta un sample de ‘What Then’ del grupo de góspel Dixie Hummingbirds, es algo en lo que podría haber trabajado Moby hacia finales de los 90; y ‘Real Go-Getter’ tiene también su ritmo. El discurso de Conor nunca deja de ser rico e inquieto, confirmando que es una de las voces más interesantes que escuchar en el panorama actual.

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Ferran Palau

El también miembro de Anímic dice que este es un trabajo de pop metafísico. La etiqueta en sí puede ser algo complicada de definir, pero según él viene dado por su título (blanco, en español) y su doble sentido: la inmensidad de un espacio infinito y, del mismo modo, la ausencia de todo, lo cual se traduce en unas letras que huyen de lo narrativo y apelan a la libre interpretación del oyente. Nocturno, frágil hasta el susurro, con arrebatos de experimentación, ‘Blanc’ es uno de esos álbumes que han nacido para ser escuchados en esta época del año en la soledad de casa con la calefacción hasta los topes. En él Palau vuelve a demostrar que es uno de los compositores más cautivadores y auténticos de la actual música catalana.

41
Fino Oyonarte

Atraído por un estilo alejado de sus trabajos como miembro de Los Enemigos o productor de Los Planetas y Lagartija Nick, el veterano músico sorprendía con un debut en solitario enraizado en pretéritos, con Elliott Smith o Nick Drake como exquisitos referentes. Pero ‘Sueños y tormentas’, impulsado por un grave incidente de salud, resulta del todo cautivador complementado por su aspecto lírico. Y es que lo más mágico de él es que, siendo un disco profundamente intimista y personal, muestra una lectura universal. Una lección vital que a todos nos debería servir, no para alimentar la compasión propia o ajena, sino para celebrar lo que tenemos, querernos y no perder la esperanza de que, no importa lo negra que se ponga la cosa, todo puede ir bien.

40
La Estrella de David

En su regreso en solitario tras 7 años –los transcurridos desde ‘Maracaibo’– ganan los medios tiempos en los que David Rodríguez sube pocas veces la voz, como si más bien nos susurrara sus penas y quebrantos. Medios tiempos de letras tiernas con bordes aflictivos, de melodías suaves, casi de pura de canción pop romántica, a las que se añaden sus querencias kraut, las baterías sincopadas y los bajos postpunk, mientras David pasea ese aire de tipo de-vuelta-de-todo, de perdedor cínico-romántico. Aunque mucho más romántico que cínico, recreando la derrota del tipo que va a fiestas en contra de su voluntad, pero que se acaba erigiendo en el antihéroe que siempre estará ahí, a tu lado. Aparentemente desdeñoso, pero profundamente empático y humano.

39
Kokoshca

Los navarros Kokoshca han ido labrando su personalidad tomando ideas del indie noventero nacional e internacional, el rock urbano de los 80, puntualmente los ritmos latinos de rumbas y boleros y la combinación de voces masculina y femenina de sus co-líderes Amaia Tirapu e Iñaki López. Tras ‘Hay una luz‘ y ‘Algo real‘, ‘El mal’ ahonda en esas premisas, ahora optando deliberadamente por estructuras más complejas y letras con diversas lecturas, enriqueciendo su discurso. Ellos lo consideran un álbum menos inmediato, pero no lo es necesariamente, pues el grupo no ha renunciado tampoco a su faceta más pop, entregando un par de himnos 100% Kokoshca.

38
cupcakKe

Si crees que comprendiendo el juego de palabras de su nombre ya has conocido a cupcakKe, espera a leer sus letras: “creí haberme corrido, pero me meé en su polla” es la mejor ordinariez de ‘Ephorize’, el tercer disco de la rapera, pero desde luego no la única. Pero no sería acertado afirmar que este es únicamente un disco de “dirty rap”, como sugieren las frases citadas, o siquiera un disco de hip-hop al uso. Hay momentos muy bailables y discotequeros, tropical house, future bass, dancehall y hasta salsa, estilos que siempre vienen acompañados de canciones a cada cual más carismática, de las que siempre es posible destacar una frase, un ritmo, un estribillo que hacen de ‘Ephorize’ un disco de hip-hop asequible para otros públicos no tan interesados en el género.

37
Betacam

El debut –pese a que han pasado 10 años desde la primera vez que hablábamos de él– del proyecto de Javier Carrasco evoca a épocas pretéritas, a nuestra infancia, a nuestra adolescencia, a nuestra juventud, a italodisco, a synthpop, a tecno, a electropop. A épocas en las que, como él, una sola persona con un sintetizador y una caja de ritmos eran capaces de emocionarnos, haciéndonos indistintamente bailar o llorar, y sentir que estaban hablándonos de nosotros. Él mismo cita como influencias a Jean-Michel Jarre, Franco Battiato, Parade y Javiera Mena , y podríamos añadir a Mecano, Iván/Miguel Bosé o Wham!, artistas variopintos en origen y épocas, pero unidos por una sensibilidad próxima. Todo acotado con sus letras, retratos del individuo urbanita contemporáneo, joven y culto esbozados con un reparador sentido del humor.

36
C. Tangana

Qué es una mixtape y en qué se diferencia de un disco es un debate recurrente entre los seguidores del hip hop. Y ‘Avida Dollars’ tampoco nos lo aclaró. ¿De verdad no había muchas “pretensiones”, como decía su nota de prensa? Pues menos mal, porque aquí es verdad que caben algunas canciones más anecdóticas y algún interludio irrelevante, pero la primera sensación de que esto era una colección de canciones de 2 minutos inacabadas se va diluyendo para dejar que muchas de esas pistas brillen con luz propia y todas funcionen, como decía, como un todo que escuchar en bucle. Empiezas preguntándote qué es este disco solo 6 meses después de ‘Ídolo’ y terminas deseando que todo “ídolo” lance su mixtape 6 meses después de su “disco” para contar en ella cómo le ha ido… Debería ser obligatorio. ¿No tienen todos los artistas esa necesidad de expresarse?

35
Ezra Furman

Si en su anterior disco, ‘Perpetual Motion People’, Ezra jugaba a ser una estrella del pop fastuoso de los 60, esta vez lleva el foco a los años 80 y 90, eleva un poco el histrionismo, desata la imaginería queer y se catapulta al Paraíso. ‘Transangelic Exodus’ es infinitamente mejor que su predecesor. Como si de una road movie se tratara (¿acaso la portada no parece un cartel de película?), Ezra narra la huida con su amante de un entorno hostil. El álbum está dedicado a los inmigrantes, a los refugiados, a los encerrados a la fuerza en los armarios; a todos esos seres vulnerables, heridos y perseguidos por la sociedad y que buscan un mundo mejor. Pero el contenido no sirve de mucho si el continente no te sacude. Y el continente es abrumador: pop melodramático con poco drama y sí con mucha euforia contagiosa. La que emana Ezra, con su voz poderosa, elástica, ligeramente nasal, levemente rasposa, dominando todo.

34
Pusha T

De entre todos los discos de 7 pistas cada uno que ha producido Kanye West este año, ‘DAYTONA’ de Pusha T es el mejor de todos. El álbum llegaba a la calle acompañado de polémica debido a su portada, una imagen del baño lleno de drogas de Whitney Houston que se publicó en los medios en 2006. Y aunque ‘DAYTONA’ habla, sobre todo, y como es habitual en el trabajo de Pusha T, sobre drogas, por lo menos su contenido es de mejor gusto: ‘DAYTONA’ suena clásico, pero a su vez nuevo, y aunque Pusha T y Kanye West parecen existir en mundos totalmente opuestos en estos momentos, ambos hallan en el álbum un asombroso punto común en el que street rap y la suprema musicalidad y elegancia de hip-hop clásico dan con un sonido magnético y fresco.


Chenta Tsai, Putochinomaricón, se ha revelado como uno de los grandes personajes de la primera generación de artistas españoles que no conocen un mundo (o ya no lo recuerdan) sin Internet, WiFi y teléfonos móviles. Su música parece consecuencia directa del bombardeo directo y masivo de información, sea de la calidad, el signo o la intención que sea. Chenta actúa como un filtro que deglute una amalgama que atraviesa nuestro cerebro dejando restos de colores ácidos, luces LED, estética glam, hip hop, raver y kitsch, una masa resplandeciente que podíamos acercarnos a definir como una molécula palpitante en la que La Casa Azul, Pet Shop Boys, Charli XCX, Eiffel 65, A.G. Cook, Unicorn Kid, Bom Bom Chip, Lil Yachty, Perfume, La Prohibida e Hidrogenesse permanecen en perfecto equilibrio.

32
Parcels

Muchos conocerían a Parcels a través de una canción co-escrita junto a Daft Punk, pero nada más ver la portada del disco homónimo de los australianos afincados en Berlín te das cuenta de que el producto va a ser muy diferente al perpetrado con el dúo francés. Aquí no hay lugar para robots, sino más bien para el mundo viejuno. Evidentemente hay puntos en común, como los ritmos funky, los desarrollos largos y ese poso de soft rock que había en particular en ‘Random Access Memories‘, pero en general, el resultado es diferente hasta el punto de que puede que te gusten Daft Punk y no te gusten nada Parcels. La suya es un aura de encantadora decadencia retro pero apta para el público de hoy, que sirve para envolver unas canciones que pueden partir de cierto parecido a sus compatriotas Tame Impala… solo para viajar a diferentes lugares.

31
La Plata

¿En qué momento se asumió que los jóvenes españoles solo escuchaban trap, reggaetón o a Pablo Alborán? La existencia de bandas como La Plata es la prueba viviente de la vigencia del formato clásico de guitarra, bajo y batería, en su caso añadiendo teclados, y la obligada dosis de crisis existencial. Desde Valencia y con una media de 25 años, La Plata tienen algunas canciones que hablan de desencanto social y desarraigo, como ‘Esta ciudad’, ‘Me voy’ o el pelotazo ‘Miedo’. La voz de Diego Escriche, cantante del grupo, además tiene un poso triste y melancólico idóneo para transmitir la desesperanza de la vida cotidiana; una voz modesta pero con el poder de meterte en su canción en un segundo: todos somos él cuando canta “ya no estoy contento, paso de esperar / solamente pienso en mi cama y en follar”.

30
Yung Beef

PXXR GVNG fueron el primer guantazo del trap a la escena española, y hay quien dice que el mérito de Yung Beef está en haber abierto el camino para gente como Kinder Malo, Cecilio G, Pimp Flaco, MON DVY o Hwoarang, pero que él ya quedó atrás, que ahora la escena la dominan otros. A eso el granadino responde “no tienes tú fe ni na” en este disco que acoge el hit ‘Me perdí en Madrid’ y otros grandes temas como ‘Rosas Azules’, ‘Cold Turkey X Te Dejé Caer’ o ‘Brazy’. Un disco en el que sobre todo domina la verdad de Yung Beef: cualquiera puede soltar cuatro frases sobre meterse de todo y sobre metérsela a todos, cualquiera puede escribir tres versos ñoños… pero lo que sale de la boca del rapero sigue sonando real.

29
Hazte Lapón

‘Tú siempre ganas’ es el tercer y definitivo álbum de Hazte Lapón, que el grupo ha ido revelando a lo largo del año, primero con un volumen inicial de 10 canciones bajo el subtítulo de “La vida adulta (instrucciones de uso)”, ampliado luego con un interludio de dos canciones de temática estival; y después con otros 10 temas inéditos, coincidiendo con la publicación del disco en formato físico, bajo el título “Tú y yo (y todos los demás)”. primera parte de la despedida de Hazte Lapón se vuelve a centrar en las relaciones de pareja, pero de una forma diferente a ‘No son tu marido’, mucho más atormentada y melancólica. La segundaba usaba referencias a Andy Warhol y The Velvet Underground, Leopold y Molly Bloom, Wes Craven y Werner Heisenberg o William Masters y Virginia Johnson para para crear pequeños relatos y paradojas que en realidad reflexionan sobre su propia relación con Saray, sobre su hijo, sobre la muerte, sobre la creación artística en estricta oposición a una vida normal, el ego, el sexo… Cuestiones filosóficas que, convertidas en cuidadas piezas de pop atemporal, ayudan a tragar la píldora e invitan a tomar nuestra propia posición.

28
Tove Styrke

Autora de temazos pop como como ‘Number One’, ‘Borderline’ o ‘Ego’, nunca ha estado claro qué podía aportar Tove Styrke en un panorama saturado por artistas en principio con más personalidad que ella. La sueca ha encontrado su línea claramente en un ‘Sway’ que no podría haber publicado otra persona, un disco de producción sutil, pulida y fresca como la menta, además de exquisita, a través de la Styrke comparte un buen puñado de tiros electropop, como los singles ‘Say My Name’ y ‘Mistakes’ o las también destacables ‘On a Level’, ‘On the Low’ o ‘I Lied’. Un disco de 26 minutillos cuya brevedad no hacía sino resaltar la complejidad musical y emocional de las canciones incluidas, dando lugar a una escucha que, como expresa el dicho, por breve es dos veces buena.

27
U.S. Girls

Meg Remy de U.S. Girls está hasta el coño de la guerra, la violencia doméstica, el patriarcado, el machismo y la violación. Y en ‘In a Poem Unlimited’ ha encontrado la manera más directa de contarlo. Empleando formas disco, R&B y funk en singles tan certeros como ‘M.A.H.’, ‘Velvet 4 Rope’, ‘Rosenbud’ o ‘Pearly Gates’, Remy y su experta banda suman una riqueza instrumental inédita hasta entonces en su discografía. Es una suerte tener a artistas como U.S. Girls que nos animen a acelerar el proceso para que las cosas cambien a mejor, y que hagan posible que la lucha feminista, no solo se pueda defender y sufrir, sino también bailar.

26
Jon Hopkins

Tras la extensa gira de ‘Inmunity’, Hopkins decidió dar un paso atrás, interesándose por la meditación trascendental y algunas prácticas alternativas de yoga. El viaje que el artista plantea a lo largo de este disco es apasionante incluso a pesar de los nubarrones que le amenazan en el camino, retratando a Hopkins casi al borde del precipicio o la inquietud y la sensación de irrealidad que merodeaban por su cabeza por aquel entonces. En ciertas composiciones a la suavidad le sigue una tremenda agresividad, y algunas bases suenan deliberadamente cortadas, como si Jon Hopkins fuese buscando a través de ellas un despertar. ‘Singularity’ es un disco de electrónica que cualquiera puede disfrutar como ha sucedido en otros momentos de la historia con la música de Wim Mertens o Michael Nyman. Hay un carácter inequívocamente cinético en esta música y… ¿no es la banda sonora uno de los géneros favoritos del público generalista?

25
Los Hermanos Cubero

En ‘Quique dibuja la tristeza’ ya no hay versiones de cantos antiguos, referencias a la tierra ni puyas laborales. Este es un autorretrato íntimo de Enrique Cubero en un momento terrible, un monumento a la memoria de Olga, su esposa, fallecida a causa de un cáncer. Y de todo esa aflicción surge un diálogo continúo de Quique con su mujer. Casi todas las canciones se las canta, se las cuenta a ella, tratando de exorcizar el dolor, de entender la pérdida, de sobrellevar la pena insondable por su partida, por ese amor que no desaparece, pero cuyo objeto ya no está. También es un homenaje, de manera implícita, a la música como asidero y refugio en los momentos más duros.

24
J Balvin

’Vibras’ ha reforzado la figura de J Balvin como el artista más dispuesto a derribar prejuicios y barreras comerciales para el reggaetón, propiciando que este frecuentemente denostado género deje de ser marginado para integrarse en la cultura popular y alcanzar a cada vez más gente. El disco se vertebra alrededor de ‘Mi gente’, que no ha perdido un ápice de atractivo más de un año después y se ha convertido en lo que es por ese inapelable riff de voces distorsionadas y por su letra sana y limpia, que incita a bailar sin discriminar. Es un mensaje potente y
necesario para un género estigmatizado por su sexismo, y se percibe que J Balvin se ha esmerado en ‘Vibras’ en aportar letras que, aun persistiendo en la temática emocional/sexual, sean respetuosas con la mujer, como en los temazos ‘Ambiente’, ‘Ahora’, ‘Cuando tú quieras’ o ‘Noches pasadas’.

23

MGMT parecen haber encontrado en ‘Little Dark Age’ todo un universo de inspiración transformándose en una especie de falsa banda tributo a un artista/grupo maldito de los 80. Como si, en el fondo, ellos mismos se vieran a sí mismos como un grupo que triunfó de manera casual y que, tras una travesía por el desierto, vuelve a reclamar su cetro. Solo que todo suena deliberadamente demodé y decadente, como una gran burla, una broma con la que se les desencaja la mandíbula. Sin embargo, nada en este trabajo está dispuesto a la ligera. Todo encaja y, además, coincide con un reactivado interés por el gancho melódico de MGMT, confirmando su regreso, probablemente incidental, al pop en temas enormes, entre la psicodelia marca Bowie y el synth-pop, como ‘When You Die’, ‘Me and Michael’ o ‘Hand it Over’.


IDLES han irrumpido como un elefante en la cacharrería del rock con vena punk no sólo británico sino mundial gracias a dos discos fantásticos que perfilan su carácter: rock agresivo pero con un punto amable, políticamente posicionado (en la izquierda) y empeñado en derribar clichés tanto musicales como líricos. En ‘Joy as an Act of Resistance’ muestran una entidad totalmente consolidada, con una manera transversal de entender el hardcore, presentando ritmos que se inspiran en el techno o el jungle, equilibrando violencia y amabilidad y ofreciendo un discurso combativo pero positivo y divertido. Las referencias, de Iceage a Killing Joke pasando por Pixies o Protomartyr, no dejan de sucederse en casi tres cuartos de hora de rock que pasan en un suspiro, con contundencia, audacia y gancho.

21
Zahara

En la coartada de la astronomía, la ufología y la ciencia espacial que en este caso envuelve el cuarto álbum de Zahara, la artista encuentra una metáfora para hablar de su maternidad, pero también de otras cosas, y ‘Astronauta’ vuelve a a presentarla como una fantástica retratista de las relaciones humanas, sentimentales y sexuales. Descartando que ‘Astronauta’ sea un “disco sobre la maternidad” –el potente single ‘Hoy la bestia cena en casa’ sí trata el tema, pero como un combativo posicionamiento en contra de la gestación subrogada-, ‘Astronauta’ contiene en buena medida el pop rock con gran poso electrónico/sintético que la caracteriza, dejando temas tan potentes como “La bestia”, ‘Guerra y paz’ o ‘El fango’.

20
Nacho Vegas

Tras el aparentemente ligero ‘La zona sucia’ y el político ‘Resituación’, el ambicioso ‘Violética’ viene a ser una especie de consecuencia de sus dos trabajos previos, puliendo aristas, evolucionando en buena dirección las ideas esbozadas en aquellos. Y lo que más destaca de este álbum doble, de 90 minutazos de duración (Nacho parece ir siempre a contracorriente), es que no lo parece y pasa volando, algo que ya tiene un mérito supino. Cada una de las 18 canciones ofrece algo singular y memorable, que cuando no es un gancho pegadizo es una interpretación destacable, un arreglo sorprendente o una letra fantástica.

19
Spiritualized

Pierce no tenía presupuesto para hacer el disco que quería, una grabación con el sonido de estudios históricos como los de Columbia o los de Capitol pero que aparentara ser emitida desde un satélite orbitando desde el espacio. Así que se compró un portátil y trató de reproducir en su dormitorio prácticamente cada sonido excepto los de instrumentos que no cabían allí, como timbales o un contrabajo. Este proceso artesanal de literalmente años por poco llevó a Pierce a la locura, pero lo que reina sobre todo en ‘And Nothing Hurt’, que Pierce dedica a su madre, fallecida el pasado año, es un sentimiento de ternura inconmensurable, aderezada aquí con toques de autocompasión y sarcasmo en grandes canciones como I’m Your Man’, ‘Let’s Dance’, ‘The Morning After’ que nos hablan de la muerte y del amor.

18
Soleá Morente

Gestado por Soléa junto a Alonso Díaz de Napoleón Solo y Lorena Álvarez, ‘Ole Lorelei’ se aleja del “ambiente indie” que sugieren esos nombres y toma de todo tipo de palos del pasado y del presente con total naturalidad para acotar un espacio genuino y propio. Un espacio artístico en el que el pop convive con el flamenco más reconocible y canónico con un pop aflamencado o un flamenco popizado o… algo que en realidad no requiere de etiquetas. Como inspira su desarmante verso final (“deseo que pase algo, algo gordo de verdad, y me da igual bueno o malo, puede que esté pasando ya”), ‘Ole Lorelei’ es muy “gordo” y la emancipación artística de Soleá está pasando ya. Un disco, en sus propias palabras, “a favor de la evolución, de la traducción de la tradición, de la libertad” y en contra del “corrosivo anquilosamiento que no nos lleva a nada”. “Ábranse las puertas de la percepción”.

17

Sin aportar un sonido claramente propio –quizá la estupenda ‘I Like It’, sacando a relucir sus orígenes dominicanos y tirando apropiadamente del hilo de lo latino, sea lo más genuino del conjunto–, la personalidad de Belcalis Almanzar se infiltra tanto y tan bien en estos 13 números de rap contemporáneo, muy escorado al trap, que el estilo es casi lo de menos. Sin caer nunca en la patochada o el circo, ‘Invasion of Privacy’ resulta lo bastante variado como para gustar a públicos diversos, mientras Cardi B llega a destacar también por su lírica, absolutamente noqueante en muchas ocasiones. Al fin y al cabo, estamos ante un personaje universal: narcisismo, ambición, celos, lujuria, violencia… ¿De verdad dista esto tanto de la temática de la obra de Shakespeare? El valor como documento cultural y social del hoy y el ahora de ‘Invasion of Privacy’ es certero, crudo y, sobre todo, muy divertido. Y eso tiene un grandísimo valor.

16
Bad Gyal

“Soy la más regalá / pa ganar no tengo que pelear” comenzaba diciendo Bad Gyal en ‘Intro’, presentando una primera parte de ‘Worldwide Angel’ que no daba tregua, con dos temazos como son ‘Internationally’ y ‘Tra’. Reuniéndose con productores como Jam City, Dubbel Dutch o Fakeguido, la artista catalana desplegaba en su mixtape muchas razones por las que se ha convertido en una de nuestras artistas más internacionales, dancehall mediante: ‘Candela’ o ‘Yo sigo iual’ eran hits claros llenos de ritmos sugerentes y frases para enmarcar y las palmas a lo ‘Pon de Replay’ de ‘Blink’ se instalaban en tu cerebro conscientes de que habían llegado para quedarse. Como su autora.


Sería de necios no reconocer que NME tenía parte de razón en llamar ‘A Brief Inquiry into Online Relationships’, el nuevo álbum de The 1975, el “OK Computer de los millennials”. Algunas comparaciones con el clásico de 1997 de Radiohead las da en bandeja el propio grupo no solo centrándose -también en su tercer disco, tras el exitoso “I Like It When You Sleep…”- en letras que hablan sobre la vida moderna, drogas o las redes sociales, sino incluyendo varias canciones que recuerdan muy claramente al grupo de Thom Yorke. En un sentido global, ‘A Brief Inquiry into Online Relationships’ es un trabajo millennial porque los sonidos de los que se nutre sin ningún tipo de rubor son muchos, pero sería injusto detenerse simplemente en las influencias de un disco que durando una hora nunca se hace pesado y en el que hay tantas buenas canciones que es difícil escoger una favorita.

14
Kacey Musgraves

‘Golden Hour’ ha sido el paso definitivo de Kacey a un country más abierto, experimental y pop. Un trabajo hermoso por su mimada y cristalina producción en la que los instrumentos, más que sonar, flotan en el océano y en el espacio, y también por sus melodías y letras, llenas del amor que Musgraves profesa a su marido. Un disco de canciones sencillas, dulces y emotivas, como ‘Slow Burn’, ‘Butterflies’ o ‘Space Cowboy’, en las que el costumbrismo de antaño no se echa de menos, ya que Musgraves nunca incurre en cursiladas de todo a cien, ni siquiera cuando en la deslumbrante ‘Happy & Sad’ la artista se muestra “colocada” de amor. Pero además esta transmite una sinceridad que incluso en pasajes tan manidos como en los del tema titular emociona: su “todo saldrá bien” es, en voz de Musgraves, una de las frases más reconfortantes que se han oído este año.

13
Against All Logic

Nicolas Jaar ha roto todas las reglas de la industria musical lanzando al mercado nuevo material sin previo aviso, sin explicación alguna mediante y con otro nombre. ‘2012–2017’ es una auténtica obra de arte de la electrónica y se erige sobre tres pilares básicos: el techno, el house y el soul setentero, segregando un magnetismo instantáneo tan fuerte que te entran ganas de llevártelo a la cama. Por su versatilidad, por su clase y su buen gusto inconmensurables, por lo extraordinariamente sexy que es, ‘2012-2017’ es uno de los mejores discos del año desde su misma publicación, un trabajo 100% bailable, pero desde infinidad de ángulos distintos, que despliega toda una orgía de samples, beats, soul y electrónica de club a altas temperaturas frente al minimalismo arquitectónico de antaño.


¿Qué dices si te preguntan cuál es el nexo entre Madonna y ‘Ghost In The Shell’? Tras escuchar ‘Oil of Every Pearl’s Un-insides’, se te puede ocurrir una respuesta: SOPHIE. En contraste con ‘Product’, una colección de singles potentísimos y otros no tanto, “Oil” es una representación más cercana de hasta qué nivel llega lo que nos quiere ofrecer la productora. Está su faceta más brutal y también su obsesión por lo fluctuante, reflejada en la estructura del disco, y que busca dar un portazo a lo binario, a lo establecido. “Oil” es mucho más que una introducción al bubblegum bass, es directamente un viaje por el mundo paralelo de SOPHIE, en el que la productora da con una propuesta arriesgada, posiblemente incomprendida y, aunque esto sea tópico, adelantada a su tiempo. Si mañana SOPHIE confiesa que es una robot, nos lo creeríamos, pero mucho menos que en la época de ‘Product’, porque dentro de toda la artificialidad buscada de este álbum, hay una capa de humanidad. Aunque sea una humanidad inmaterial.

11
Kali Uchis

En el álbum de Kali Uchis caben referencias en castellano a la droga (“Me llamo Perico pero no me gusta coca”, dice su invitada BIA), al pop francés (“All we ever do is French like Brigitte Bardot”), aparecen interludios que desearas duraran toda la vida (‘Gotta Get Up’) y alegatos feministas (‘Coming Home’). Entre unos y otros, entre la perversión y la delicadeza, el ayer y el futuro, está claro que ha nacido una estrella con las ideas claras: “¿pero por qué iba yo a ser Kim, si podría ser Kanye?”, se pregunta decidida en ‘Miami’. Pues eso…

10
Janelle Monáe

En ‘Dirty Computer’ Janelle Monáe vuelve a profetizar un futuro, aún más próximo que en sus discos anteriores, en el que los humanos cuya manera de pensar, aspecto físico, raza o condición sexual difieren de lo que una élite considera la norma, son etiquetados como “ordenadores sucios”, como CPUs que tienen un bug o un virus y deben ser reseteados, transformados para conseguir que encajen en la sociedad. Es el leitmotiv de un álbum en el que, aunque referentes como inspiración Stevie Wonder tienen una importancia manifiesta, es patente que la muerte de Prince, amigo y mentor de la artista que en el momento de su muerte colaboraba con Janelle en la creación de este disco, ha marcado drásticamente su vida y esta obra que funciona a menudo como un homenaje a su figura. Más allá de esa ‘Kiss 2.0’ que es ‘Make Me Feel’, la influencia del llorado genio de Paisley Park se filtra en prácticamente todo el álbum, incluso en los pasajes más acústicos (‘Dirty Computer’), reposados (‘Don’t Judge Me’) y psicodélicos (‘So Afraid’). Sin embargo, no sería justo menospreciar por eso la personalidad interpretativa de Monáe, que la sitúa sin peros entre los grandes nombres del R&B contemporáneo.

9
Mitski

Mitski recuerda a veces a Lorde, al igual que podemos mencionar la clara influencia de St Vincent, o de la delicadeza de Sufjan, de la honestidad intensa de Tove Lo, la simplicidad de Belle & Sebastian, el dramatismo de Lykke Li y hasta la épica liberadora de Florence. Porque en ‘Be The Cowboy’, producido junto a su amigo y colaborador habitual Patrick Hyland, cabe todo. Y toda esa mezcla de influencias, estilos y detalles está aderezada con la visión personal de la japonesa, que se traduce en capas que se descubren poco a poco. “Sé el cowboy que quieres ver en el mundo”, comenta Mitski parafraseando la cita atribuida a Gandhi. “Cada vez que me encontraba a mí misma haciendo exactamente lo que el mundo espera de mí como mujer asiática, me decía “¿y qué haría un cowboy al respecto?””. Tanto ella como su público pueden plantearse ser sus propios cowboys.

8
Christine and the Queens

‘Chris’ se abre con una ‘Comme si’ que definitivamente nos pone en situación. Una insinuación sexual explícita y descarada que establece una complicidad entre el oyente y el artista que, pretende, se prolongue durante todo el disco con el explícito y hermoso “es como si nos amáramos / cuando me escuchas alto / es como si nos amáramos / cuando me pones rápidamente / Concéntrate en mi voz y déjate llevar”. Con ese poderoso preámbulo es difícil resistirse a lo que Héloïse Lettisier nos ofrece en flor en este disco, un tránsito por el deseo sexual de una mujer y su consecución, con sus luces y sus sombras. Y nos conduce por él en un austero pero seductor vehículo de retrofunk, que se mira tanto en Prince y Michael Jackson como en Arthur Russell o el g-funk.

7
Let’s Eat Grandma

‘Hot Pink’, el primer single extraído de este ‘I’m All Ears’, transmitía las sensaciones experimentadas al encontrarse por primera vez con nombres como The xx, James Blake o Lana del Rey, a esa excitación de sentir que alguien, en este caso Let’s Eat Grandma, irrumpía para redefinir los patrones del pop pasado, presente y futuro. Y el segundo disco del jovencísimo dúo británico confirma esas buenas sensaciones, destacando su autenticidad, esa pureza extraña que desprenden propia del talento en su forma más primigenia. Ese sentir la música casi como un juego, remitiéndonos a aquella Lorde que con apenas 16 años lanzaba ‘Tennis Court’ o a la Björk que refulgía entre los Sugarcubes. Valiéndonos de esta analogía, podríamos decir que ‘I’m All Ears’ es su ‘Debut’ particular.

6
Robyn

El camino hacia ‘Honey’ ha sido arduo. Robyn entró en una depresión tras la muerte de su amigo y productor Christian Falk en 2014, y la sueca explica en las entrevistas que tras este periodo de duelo dejó de ser la Robyn que era antes. En ‘Honey’ queda claro que ella ha cambiado y también su aproximación a la canción pop, en este caso más elegante, sutil y madura que antes. Por manido que suene decirlo, ‘Honey’ es la suma de sus partes, y a esta apreciación contribuye enormemente su cuidada secuencia, que además de seguir el orden en el que las canciones fueron escritas, presenta un claro desarrollo conceptual en el que el duelo (‘Missing U’) da paso a varios estados de euforia y serenidad (‘Honey’) y termina en algo parecido a la esperanza (‘Ever Again’). Robyn siempre ha sido más que un tipo de canción, y ‘Honey’ demuestra que puede seguir siendo muchas más cosas.

5
Christina Rosenvinge

“Ser hombre es llevar un corsé que aprieta tanto como el de las mujeres” era el interesante titular que Christina Rosenvinge nos dejaba durante la promoción de su disco anterior, ‘Lo nuestro’. Inspirada por su padre, la artista ha escrito ahora un álbum de título masculino, ‘Un hombre rubio’, escrito desde “un yo masculino indefinido”, sobre “la cárcel” que puede suponer también la masculinidad al no permitir, por ejemplo, la muestra de sensibilidad, sentimientos o debilidades. Al posicionarse finalmente en el lugar de la persona que le ha dado tan reconocible primer apellido, Christina abre en ‘Romance de la plata’ la veda de la derriba de géneros, pues que esta canción sea el punto de partida de todo el disco sirve a la artista para entregar un álbum que reflexiona sobre los roles paternales y patriarcales en nuestra sociedad actual, dejando un discurso más rico y lleno de aristas que en el caso de que simplemente se añorara o se reflexionara sobre un familiar perdido o un antepasado. Además, en un mundo en el que incluso a nivel internacional podemos contar a las productoras femeninas que han decidido producir 100% solas, con los dedos de las manos, Rosenvinge ha producido el álbum sola, inspirada por el último Bowie aunque situándose más bien en los crudos terrenos de la primera PJ Harvey, sin renunciar a elementos embellecedores propios de nuestro folclore.

4
Beach House

‘7’ es, a la vez, familiar y desconocido, como alguien querido con quien te reencuentras tras años sin verle. La oscuridad y la candidez, el misterio y la luminosidad, lo dulce y lo perverso vuelven a darse la mano en otra fantástica colección de canciones. Canciones preciosas en su capacidad evocadora y su poesía que, aseguran, nos habla esta vez de “la empatía y el amor que emergen tras un trauma colectivo” y “el retorcido doble filo del glamour”. Letras, como siempre, muy simbólicas y abstractas que vuelan libres en un conjunto sin apenas tacha, que cautiva de inmediato y brilla tanto en su faceta más reconocible como en la más sorprendente. Beach House han atinado a renovarse lo suficiente como para no sonar caducos sin perder un ápice de su carácter y, de paso, entregar su enésimo disco claramente notable. Algo legendario, a la altura de muy pocos grupos de la historia del pop, en activo o no.


Es realmente significativo que Low no celebren sus 25 años de carrera con un facilón grandes éxitos, o una sempiterna vuelta a los orígenes o la onomástica reedición de alguno (o varios) de sus primeros discos, sino publicando su álbum más incómodo, desafiante y exigente de su historia, un disco que, si no estás sobre aviso, te hará preguntarte si se te acaban de estropear justo en ese instante los auriculares o altavoces con los que estés escuchando. Pese a que algunas críticas insisten en ver en ‘Double Negative’ una respuesta a la era Trump, los textos de Alan y Mimi son lo bastante abstractos y difusos como para hacer pensar que estamos ante un disco que no sólo resistirá el paso del tiempo sino que hará de él su mejor aliado. Una obra de una densidad y una emotividad tal que no duelen prendas en decir que podría ser el ‘Disintegration’ de nuestra era o, como mínimo, de Low.


‘Antología del cante flamenco heterodoxo’ es una obra que oculta tantos significados como las decenas y decenas de artistas en ella referenciados, maravillosa sobre todo cuando las mejores composiciones coinciden con las historias más apasionantes que ocultan. El disco muestra que los caminos del flamenco han sido, son y serán insondables. ¿En serio puede dar pereza un disco que empieza hablando del derecho a la pereza? ¿En serio un disco tan presto a ser puntuado con un 0 o con un 10 incluye unas ‘Seguiriyas del silogismo’ en reivindicación del “término medio” por la vía de Tomás de Aquino? Hay que tener valor, pero no importa. Lo que importa es que esta o cualquier otra crítica de este álbum está inacabada. Durante los próximos semanas, meses o años tendremos aquí un disco con el que ahondar no solo en la historia del flamenco, sino en la de España, Europa o América, incluso destapando errores, incongruencias, nuevos sentidos enriquecedores o “paradojas” en su ejecución. Esa y no decidir la valía de este disco en cinco segundos antes de pasar corriendo al siguiente habría de ser nuestra labor.

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Rosalía

Quizá la mayor sorpresa que ha dado Rosalía con ‘El mal querer’ es que este es un álbum mucho más tradicional de lo que auguraban sus singles. Reflejo de una artista entregada de lleno a ofrecer una obra compleja y fascinante, que no se consuma con ligereza, la mayor parte del disco indaga en la equidistancia entre lo contemporáneo y la visión orgánica y personal del flamenco que ya mostró en ‘Los ángeles’. El flamenco, con tangos (‘Di mi nombre’), bulerías (‘Que no salga la luna’), pregones (‘Reniego’) y fandangos (‘De aquí no sales’), sigue nutriendo el universo de Rosalía Vila, fiel a su esencia, pero ella, implicada al máximo en la producción dirigida por El Guincho, se esmera por “traducir” esos palos a una visión formalmente moderna y nada ortodoxa.

Inspirado en la novela ‘Flamenca’, de autor anónimo, la potente carga inspiradora que ‘El mal querer’ puede suponer para un público potencial femenino muy joven un enorme valor social, que ejemplifica hasta qué punto la cultura puede y debe influir en la vida diaria de todas y todos. Pero ese carácter está inducido en esta obra con sutileza, siempre con la música y el arte como vehículo y fin, respectivamente. Siendo ‘Los ángeles’ un gran debut, ’El mal querer’ muestra a una Rosalía cada vez más consciente de sus capacidades y de su figura poderosa: con vocación popular pero inconformista, complaciente pero desafiante, es una obra irrefutable en lo artístico, destinada a marcar una época en el pop, sin ninguna otra etiqueta que lo reprima.

King Crimson y Underworld actuarán 3 días consecutivos en Doctor Music Festival 2019

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Como sabemos, el próximo mes de julio se vivirá la resurrección de Doctor Music Festival, uno de los eventos musicales más importantes en España durante el cambio de siglo. Tras convocar en sus primeras ediciones a artistas de la talla de David Bowie, Bob Dylan, Lou Reed, Patti Smith, Blur, Rage Against The Machine, Beastie Boys, Nick Cave & The Bad Seeds o Portishead, el festival dejó de celebrarse durante los últimos 20 años y ahora vuelve buscando hacerse hueco en una oferta superpoblada –de hecho, se celebra en la semana del 11 al 14 de julio, coincidiendo con Bilbao BBK Live y Mad Cool–.

Por eso el evento ligado a la promotora Doctor Music pretende diferenciarse del resto, más allá de su peculiar ubicación en un bonito valle del Pirineo que, en contra de algunas informaciones, sus organizadores aseguran que no corre riesgos de riada o inundación. Y la primera de ellas es muy curiosa: dos de sus artistas principales, anunciados hoy, actuarán en cada una de las 3 jornadas del festival. Esto permitirá al público tener más oportunidades de ver los shows que les gustan y, además, los muy fans podrán ver a su artista favorito más de una vez. En palabras del director del festival, Neo Sala, «nuestro festival no será una acumulación de conciertos, una colección de cromos. No quiero que la gente tenga la sensación que se perderá algo si no corre. El famoso efecto FOMO (“fear of missing out”, en español “miedo a perderse algo”) que te coge en estos grandes eventos se verá notablemente reducido en el Doctor Music Festival”.

Y los dos artistas anunciados que actuarán 3 días seguidos no serán precisamente unos amateur: se trata de King Crimson, el grupo de rock progresivo erigido en torno al guitarrista Robert Fripp, y Underworld, dúo británico que se consolidó en los 90 como un nombre seminal de la electrónica contemporánea. Ambos se suman a The Smashing Pumpkins, que actuarán el jueves 11 de julio en la jornada inaugural, y a una batería de nombres que se anunciará mañana, 19 de diciembre.

Deerhunter, Digitalism, Cass McCombs y Las Odio, nuevos nombres para Tomavistas 2019

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Deerhunter, Digitalism, Cass McCombs, Ángel Stanich, Mucho, The Beths y Las Odio se unen al cartel del festival Tomavistas en su quinto aniversario, que se celebra los días 24 y 25 de mayo en el Parque Enrique Tierno Galván de Madrid. Siete confirmaciones que se añaden a los ya anunciados Beach House, Cigarettes After Sex, Firendly Fires, Triángulo de Amor Bizarro, Hinds, Carolina Durante, Niña Coyote eta Chico Tornado y Cariño.

Varios de estos artistas y grupos confirmados están a punto de publicar sus nuevos trabajos: Deerhunter anunciaban semanas atrás la llegada de su nuevo disco, ‘Why Hasn’t Everything Already Dispapeared’, el 19 de enero, adelantándolo con una canción para escuchar en bucle como ‘Death in Midsummer’. Igual que Cass McCombs, que el pasado viernes avanzaba ‘Estrella’, canción inspirada por la muerte de Juan Gabriel que forma parte de ‘Tip of the Sphere’, que llega en febrero. Mucho también publica en las primeras semanas del añó el álbum que contiene el sonado ‘Putochinomaricón‘ y Las Odio harán lo propio con ‘Autoficción‘.

Los abonos para Tomavistas se mantienen a la venta por 60€ hasta fin de existencias o hasta nuevo aviso. Toda la información sobre el festival aquí.

6ix9ine / DUMMY BOY

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Si hubiera que hacer una lista con los personajes más polémicos y controvertidos del año, muy probablemente el rapero 6ix9ine (detrás de quien se esconde Daniel Hernández, también conocido como Tekashi) tendría el dudoso honor de encabezarla. En estos momentos está entre rejas esperando que le juzguen por formar parte de una banda organizada y tenencia de armas, por lo que le podrían caer de 32 años en prisión hasta cadena perpetua. Pero si eso no fuera suficiente, en numerosas ocasiones la web TMZ ha publicado vídeos en los que tanto él como su squad se han liado a golpes contra otros raperos y, en 2015, incluso se declaró culpable de un turbio caso de abuso de menores del que no tuvo impedimento de presumir a través de sus redes sociales (en Instagram ahora mismo le siguen 15,6 millones de personas). A sabiendas de que Nicki Minaj siempre ha tenido muy buena relación con pedófilos confesos, como su hermano sin ir más lejos, se entiende que le haya defendido públicamente y que se haya pasado por el arco de triunfo cualquier atisbo de moralidad a la hora de promocionar aquel ‘FEFE’ que se incluyó en ‘Queen’ y ahora vuelve a aparecer en este ‘DUMMY BOY’ que nos ocupa.

Por mucho que estéticamente viva en un mundo de grillz multicolor que han atraído a la muchachada estadounidense, él se ha definido como un gánster de los pies a la cabeza y realmente dista muchísimo de ser un referente para alguien por sus amistades y los numerosos enemigos que han querido su cabeza. Su agresiva verborrea ha sido una constante desde que debutara el pasado año con aquellas ‘GUMMO’ y ‘KOODA’, pero de cara a este álbum de debut el joven en muchos momentos ha dulcificado su flow, imaginamos que para “limpiar” su imagen. Por ejemplo, en ‘BEBE’ y ‘MALA’ se alía con Anvel Aa en dos piezas de puro reguetón con los que quiere reverenciar sus raíces latinas (su madre es mexicana) y, ya de paso, mostrar su ambición por otros géneros musicales. Cualquiera de estas dos canciones dista de ser brillante, pero no hay que negar que ‘BEBE’ se engancha cosa mala y que bien se podría considerar su tema más inofensivo (y hasta elegante) junto a ‘DUMMY’.

A nivel de producción no nos encontramos con nada realmente dramático (contar con Murda Beatz, habitual de Drake o Travis Scott, siempre es una apuesta segura), pero en lo que las letras se refiere ya pueden imaginarse por dónde van los derroteros. Más allá de soltar cada segundo que puede la prohibidísima palabra que empieza por n sin ser él afroamericano, ‘DUMMY BOY’ es misógino, cuenta con innumerables rimas de primero de primaria (ese “Bang, bang, bang and a chicken wing, bitch” de ‘KANGA’ –junto a Kanye West– es de vergüenza ajena) y le sirve básicamente para alzarse como el más malote de Brooklyn con apenas 22 años. Cierto es que hay números como la guitarra de ‘TIC TOC’ o el punto tropical de ‘KIKA’ que suben el nivel del álbum, pero para nada nos encontramos con algo que sea realmente trascendente. Alguien debería decirle que hay vida más allá de los bisílabos para titular las canciones, gracias.

Otro aspecto que no ayuda demasiado a que se tome en serio a 6ix9ine es que de estas trece canciones doce cuentan con featurings. El nivel de las colaboraciones es de primerísimo nivel (ahí están por partida doble los ya mencionados Kanye West o Nicki Minaj, así como Bobby Shmurda, Tory Lanez o TrifeDrew), pero al escuchar ‘DUMMY BOY’ queda la sensación de que el rapero está realmente de paso y que son todos esos invitados los que llevan realmente la batuta. Su ascenso mediático se ha frenado en seco desde que está en prisión preventiva, por lo que en realidad ‘DUMMY BOY’ va a ser el testimonio sonoro de un juguete roto que difícilmente va a optar a otra oportunidad.

Calificación: 4,5/10

Lo mejor: ‘TIC TOC’, ‘KIKA’, ‘BEBE’, ‘DUMMY’

Te gustará si te gustan: los raperos que no tienen vergüenza alguna en explotar un personaje de dudoso gusto

Escúchalo: Spotify

‘Un nuevo lugar’ de Amaia Romero no es un single pero sí una canción muy significativa y cuca

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Amaia Romero ha estrenado el primer tema de adelanto de su nuevo disco. Como ella misma explica en una entrevista exclusiva con JENESAISPOP, “no es un single” del álbum que graba con Refree, sino simplemente “un aperitivo” que cuenta con vídeo propio. “Quisimos hacer algo pequeño, pero muy cuidado. Muy trabajado. Estoy supercontenta porque la imagen, las luces y todo me parece de muchísima calidad para ser algo pequeño”. El vídeo es de Joana Colomar, de la que podéis conocer su trabajo pasado en Vimeo. La letra dice «me dejo llevar y no debería» refiriéndose, sobre todo «a la gente». «Estamos superexpuestos y a veces termino haciendo cosas porque esa gente quiere y no debería. Yo debería hacer lo que quiera y yo lo intento. Aunque a veces coincide: igual me gusta lo que quiere la gente».

‘Un nuevo lugar’ no será el gran single del disco, pero es una composición mucho más significativa de lo que parece en la primera escucha, por todo lo que cuenta, y contiene en tan sólo 1 minuto y 45 segundos. La línea de guitarra en este caso creada por Refree es tan hermosa como la de ’The Rip’ de Portishead (a Amaia le recordó enseguida a Sufjan Stevens) y los coros atmosféricos que se incorporan en momentos estratégicos son una absoluta maravilla.

Romero escribió la canción inspirada por su salida de OT, si bien ahora mismo le recuerda más a su entrada en el programa, y en ella caben varias referencias a la sobreexposición mediática: ese “os veo mirar a través del cristal / me da un poco de miedo” parece también contener algo de su humor particular por el modo en que se pronuncia. Es por supuesto un punto de partida y ese «os digo adiós” final no en vano son de lo poco que decide cantar en el videoclip.

Lo mejor del mes: escucha las últimas «Canciones del Día»

Delorean publican las fechas de sus conciertos de despedida

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Delorean anunciaron su separación el 17 de octubre, revelando que ofrecerían unos últimos conciertos de despedida antes de abandonar definitivamente los escenarios. Las fechas acaban de ser desveladas y son el 26 de enero en Intxaurrondo KE, Donostia; el 22 de febrero en La2 de Barcelona, el 23 de febrero en Joy Eslava de Madrid y finalmente el 15 de marzo en Kafe Antzokia de Bilbao. El artista invitado para abrir las cuatro fechas será EJ MARAIS.

Sobre la separación de Delorean, JENESAISPOP hablaba recientemente con su batería, Igor Escudero, que explicaba: “Todos llevábamos casi un año con otros trabajos y, cuando llegó el momento en que teníamos que hacer otro disco, porque teníamos bastantes temas, te planteas todo lo que eso conlleva, hacer el disco, pasar todo el verano que viene tocando, combinándolo con nuestros trabajos… De repente pensamos que nos apetecía tener otra vida, probar otras cosas, ¿sabes? Miramos atrás y dijimos “llevamos 18 años, hemos hecho bastantes cosas y estamos orgullosos de lo que hemos conseguido”. Así que lo dejamos y ya está”.

Como ya es sabido, Delorean ha sido enormemente importante en elevar el nivel del pop alternativo español, abriendo brecha más allá de nuestras fronteras con discos como ‘Ayrton Senna’ o ‘Subiza’. Los guipuzcoanos se despiden tras 18 años de carrera, meses después de publicar su última referencia, ‘Mikel Laboa’.

Votación: los lectores de JNSP escogen lo mejor de 2018

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JENESAISPOP publica esta semana su lista de las mejores canciones y mejores discos de 2018. Como cada año, paralelamente a estos resúmenes, la redacción anima a sus lectores a participar en las votaciones de lo mejor del año que tienen lugar en nuestros foros, y que en este caso están abiertas desde principios de diciembre.

Podéis acudir a la página enlazada para descubrir el sistema de votaciones y dejar vuestro top 5 de discos y de canciones del año; o, si lo preferís, os animamos a enviar un mail con vuestras votaciones a jenesaispop@gmail.com. Dejaremos de contabilizar votos el sábado 23 de diciembre a las 23.59.

Gracias a @Dardo por su iniciativa.

Cigarettes After Sex siguen invocando el espíritu de Mazzy Star en la romántica ‘Neon Moon’

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Publicadas ya casi todas las listas del año, entre las últimas semanas de diciembre y el inicio del año nuevo algunos artistas se arriesgan a lanzar canciones que corren el riesgo de ser devoradas por las festividades. Es el caso por ejemplo de Cigarettes After Sex, que arrancan la antepenúltima semana de 2018 publicando nuevo single.

Aquí cabe matizar, ya que grupo de Texas liderado por Greg González no ha ido tan lejos de lanzar el single principal de su próximo disco precisamente ahora que la gente está más pendiente de los turrones que de las novedades musicales. Lo que presenta en realidad es una versión del mayor éxito del dúo de country Brooks & Dunn, ‘Neon Moon’, lanzado en 1992. En manos de Cigarettes After Sex, el tema toma por supuesto una forma mucho más similar al estilo languidecido y romántico de Mazzy Star, y además la elección del cover recuerda que Cigarettes After Sex ya tenía una canción llamada ‘John Wayne’.

‘Neon Moon’ es la tercera canción publicada por Cigarettes After Sex en 2018, tras la preciosa ‘Crush’ y su cara b ‘Sesame Syrup’. El debut del grupo fue uno de los mejores de 2017 para la redacción de JENESAISPOP, quedándose a las puertas del top 10. Incluía la 35ª mejor canción de aquel año para la redacción, ‘Apocalypse’.

¿Por qué hasta 6 grandes estrellas del pop han rechazado actuar con Maroon 5 en la Super Bowl?

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Cuando meses atrás se aseguró que Maroon 5 serían los artistas invitados para actuar en el descanso de la Super Bowl 2019, uno de los eventos deportivos más seguidos en todo el mundo y, en consecuencia, uno de los momentos televisivos más vistos de cada año, muchos pensaron que no era una buena idea. Su disco ‘Red Pill Blues‘ había recibido en general críticas bastante malas y la respuesta comercial estaba en sintonía, pese a la buenísima recepción de singles como ‘Don’t Wanna Know’ (con Kendrick Lamar) y ‘What Lovers Do’ (con SZA). A ellos se sumaba este verano ‘Girl Like You‘, que tras pasar algo desapercibida en el álbum vivía un verdadero pelotazo en un remix que contaba con versos de Cardi B, convirtiéndose contra todo pronóstico en el 4º número 1 de su carrera y salvando del todo esta etapa. ¿Quién se atrevía entonces a decir que no eran los artistas apropiados para suceder a Justin Timberlake como acto musical estelar de la final de fútbol americano?

Pues, a pesar de ello, parece que su papel sigue siendo muy discutido, y no sólo por el público sino por sus propios compañeros de profesión. Según Variety, más de media docena de estrellas de la música que han sido invitadas por el grupo de Adam Levine a actuar con ellos en Atlanta el próximo mes de febrero han declinado, ofreciendo distintas excusas. Mientras que Cardi B, co-artífice de su último éxito, dijo en principio que sí para más tarde rechazar sumarse a ellos, la publicación estadounidense cita a Mary J. Blige, Andre 3000 de Outkast, Usher, Lauryn Hill y Nicki Minaj como supuestas alternativas que habrían rechazado actuar con Maroon 5. La presencia en la ciudad –todos por eventos musicales relacionados también con la Super Bowl– de Bruno Mars, Post Malone y la misma Cardi hacen albergar algo de esperanza de que el show de la banda, de celebrarse, no sea un fail.

¿Y a qué puede deberse? Pues muy probablemente a la campaña que existe contra la NFL por haber despedido al jugador Colin Kaepernick. Kaepernick se convirtió en todo un símbolo contra la brutalidad policial tras persistir en el gesto de hincar su rodilla en el suelo (en señal de falsa sumisión) cuando el himno estadounidense sonaba antes de sus partidos. Un controvertido gesto que la liga de fútbol americano prohibió y que él se negó a acatar, en respuesta a la opresión a las minorías raciales de EE UU por parte de Donald Trump, que señaló personalmente al deportista y provocó un boicot a la marca deportiva que le apoya. La negativa de la NFL a readmitir al jugador ya supuso el rechazo por parte de Rihanna a actuar en este espectáculo, y muchos han afeado a Maroon 5 la aceptación del encargo por lo que implica tácitamente. De hecho, hay una campaña en Change.org que acumula más de 73.000 firmas reclamando que los intérpretes de ‘Moves Like Jagger’ no sean los elegidos para actuar en este evento. A todo esto, la NFL tampoco ha confirmado de manera oficial la presencia del grupo. Algo huele a podrido en Atlanta.

The Strokes, Rosalía, Thom Yorke, Vetusta Morla y Suede en la primera tanda de confirmaciones de Bilbao BBK Live 2019

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Tras haber confirmado a Weezer a la finalización de su edición 2018, Bilbao BBK Live acaba de confirmar la primera gran tanda de artistas para su edición del año que viene. La encabezan The Strokes, que no está claro si vendrán para presentar un nuevo álbum o no pero cuya presencia siempre es muy atractiva. Junto a ellos, los de Rosalía –ya con halo de cabeza de cartel tras el impacto de ‘El mal querer‘–, Thom Yorke –que acaba de lanzar la BSO de ‘Suspiria’ y presentará un proyecto conjunto con el productor Nigel Godrich–, los superventas nacionales Vetusta Morla y Suede –que meses atrás lanzaban ‘The Blue Hour’– son los nombres más llamativos de esta tanda, para una edición que tendrá lugar en el recinto de Kobetamendi los días 11, 12 y 13 de julio de 2019.

Pero estos no son los únicos artistas anunciados: junto a nombres consagrados como Hot Chip, Cut Copy, John Grant, The Voidz (grupo paralelo de Julian Casablancas), Nils Frahm, Omar Souleyman, Modeselektor, Pony Bravo o Sleaford Mods, en Bilbao BBK Live también destaca su apuesta por incorporar a nombres nuevos y menos frecuentes por nuestros lares, además de sonidos muy diversos. Por ejemplo, incorporan también al rapero Vince Staples, la boy band Brockhampton, los rockeros británicos IDLES, Nathy Peluso, Princess Nokia, The Blaze, Viagra Boys, Yaeji, Nicola Cruz, Mueveloreina, Cala Vento, Uniforms o Ms Nina.

El bono de 3 días para Bilbao BBK Live 2019 está a la venta a un precio de 125€ + gastos (140€ + gastos en la modalidad que incluye acceso al camping) hasta las 21:00 horas del 7 de enero. Puedes ver todos los nombres de esta tanda de confirmaciones y más información sobre el festival en el vídeo que puedes ver a continuación.

Twenty One Pilots / Trench

Preparando la reseña de ‘Trench’ me di cuenta de una cosa: en los foros de JENESAISPOP no existía, a pesar del tremendo éxito de sus últimos discos, hilo propio para Twenty One Pilots hasta hace dos meses, cuando el usuario @ecosengris decidió crearlo, entusiasmado con los últimos adelantos de la banda. El pobre no pudo contagiar ese entusiasmo al resto de foreros, que echaron pestes del grupo: “la música no está mal, pero el envoltorio repele” decía uno, mientras otro zanjaba con un “pop para heteros” (respondiendo el creador del hilo con un maravilloso “yo solo sé que soy maricón y me gusta”). Cuento esto no porque me parezca gracioso el flop nivel ‘Bionic’ de ese hilo -que también-, sino porque no es en absoluto algo exclusivo de los usuarios de nuestra web: es bastante representativo de lo que Twenty One Pilots simbolizan para gran parte de quienes realmente podrían ser público potencial (la importancia del “envoltorio” del que hablaban en ese hilo está ahí) y es también representativo del gran aprecio (#no) que le tienen en los medios especializados como Pitchfork, que no se ha molestado en reseñar ninguno de sus álbumes, pero sí tuvieron que sacar la noticia de que el vinilo más vendido de 2016 fue el suyo. Es un recelo parecido al que existe hacia Imagine Dragons (o, salvando las distancias, Maroon 5) como grupo superventas (también en España) que suponemos en la antítesis de la música independiente… pero la cosa es que realmente Tyler Joseph y Josh Dun no han estado tan lejos de lo independiente como se cree.

El dúo de Ohio autoeditó, de hecho, sus dos primeros discos: su debut homónimo en 2009, y ‘Regional at Best’ en 2011. Ya dentro de Fueled by Ramen –la rama de Warner que lleva también a Paramore, All Time Low o Panic! At the Disco–, publicaron ‘Vessel’ y el disco con el que conocieron la fama que tienen ahora: de ‘Blurryface’ salieron los megahits ‘Stressed Out‘ (#2 en Billboard, solo contenida por ‘Love Yourself’) y ‘Ride’, que meses más tarde coincidirían en lo alto de la lista de Billboard (porque allí seguían, sí) con ‘Heathens‘, el tema que sacaron para ‘Escuadrón Suicida’. Su condición actual de grupo mainstream no les impide marcarse algo que no esperaríamos de una banda de estas características como es el hecho de marcarse un disco conceptual sobre salud metal y continuos simbolismos sobre los demonios interiores del cantante y cómo lucha contra ellos.

Si ya ‘Blurryface’ hacía esto, en ‘Trench’ lo llevan más allá, creando un universo propio: la historia de DEMA, una ciudad perdida en la que, como si de ‘Perdidos’ se tratase, hay buenos, malos y neutrales, y entre todos representan (a través de sus videoclips) la propia mente, los miedos, la depresión y la incapacidad de aceptar ayuda, las adicciones a sustancias, etc. Precisamente como en la serie de JJ Abrams, a los de Ohio les encanta aderezar toda esta mitología con easter eggs y distintos guiños para sus fans, que llevaban recibiendo pistas mucho tiempo atrás. No es de extrañar que, para unir todo esto, Tyler necesite muchas palabras y, como él mismo explica, es por esto por lo que usa el rap, más como herramienta que como parte del hip hop: “gran parte de la cultura hip hop es ver a los raperos intentando demostrar algo, y yo no intento demostrar nada, solo intento decir algo; la verdad es que ni siquiera me considero un rapero, lo que pasó es que escribía tanta poesía, tenía tantas palabras y quería ponerlas en una sola canción”. Decir abiertamente que no te consideras un rapero aunque rapees tampoco es algo común en un grupo cuyo anterior disco vendió casi dos millones de copias en 2016.

Y es que, aunque ese lado de la cultura hip hop no case con Tyler, es cierto que el rap y las bases de sonido clásico son una parte clave del estilo de Twenty One Pilots, mezclado con pop, rock y toques de electrónica. En este disco, además, el dúo toca un poco de todo sin que eso trastoque su cohesión a nivel narrativo: tenemos el tinte reggae de ‘Nico and the Niners‘ poco después del final hardcore a gritos en ‘Jumpsuit‘, la funky ‘In My Blood’, el rap melódico de ‘Neon Gravestones’ o la más cercana a Police que nunca ‘Cut My Lip’ (con unas gotas de psicodelia que le sientan de maravilla), todo ello en el mismo disco que la más tradicional (y muy efectiva) ‘The Hype’. La banda consigue aunar todo esto con un equipo de producción bastante más escueto que en el anterior disco, donde había cinco productores: aquí todo está en las manos del propio Tyler y de Paul Meany, vocalista de Mutemath.

Hay, claro, momentos más inspirados que otros, y es cierto que temas como el propio single ‘Nico and the Niners’ se hacen un poco pesados, y que el tener, como decía Tyler, muchísimo contenido de letras hace que en muchas ocasiones lo mismo se pueda contar con menos, pero esta intensidad ofrece también momentos más acertados, como la identificación en ‘Chlorine‘ de la música y la creación como algo que duele pero que a la vez sana, o el componente de lealtad en ‘My Blood‘, las posibles referencias a la romantización de enfermedades mentales en ‘The Hype‘ o la optimista ‘Cut My Lip’, encargada de motivar a sus fans con ese “I don’t mind at all, lean on my pride / lean on my pride, I’m a lion”. ‘Trench’ es, por tanto, con sus defectos, un buen disco, posiblemente el mejor de Twenty One Pilots y un álbum para escuchar sin dejarse llevar por “el envoltorio”. Si estás abierto a conocer a un grupo cuyo estilo es a su vez una fusión de distintos estilos y que en su mejor momento de popularidad deciden hacer un disco conceptual tomando ellos el mando creativo (para lo bueno y para lo malo), puedes encontrar muchas cosas interesantes.

Como os contamos, Twenty One Pilots presentarán ‘Trench’ el año que viene en España, primero en el BEC! de Barakaldo, el 15 de marzo, y después en el WiZink Center de Madrid, el 16 de marzo. Las entradas están disponibles en Ticketmaster.

«Soy gay, soy nazi… bollera; soy rojo y gordo… marica» es lo nuevo de Miqui Puig

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Miqui Puig aparecía entre las novedades musicales del pasado viernes (playlist aquí) con el single que presenta el que será su próximo disco. Se llamará ’15 Canciones de amor, barro y motores’, saldrá el próximo 1 de febrero y ese primer adelanto es un tema inmediato de menos de 2 minutos llamado ‘Raros’. Es un tema de pop-rock aderezado con un coro en plan vocoder que habla, sí, de «raros». Su letra no está exenta de polémica: «Soy gay, soy nazi… bollera; soy rojo y gordo… marica», indica alternando cosas que le han dicho y otras que no. El propio Miqui explica así la canción en nota de prensa, revelando que cuenta con una colaboración de Svper y que se ha autocensurado con esta canción durante 10 años:

«Raros está inspirada y basada en el acto diario de ser diferente ante la norma.
Raros estuvo por miedo guardada en un cajón más de diez años.
Raros ahora tiene sentido, creo que mucho.
Raros somos todos.
Raros está tocada por la ACP, con la colaboración de SVPER y coros de la LAV all stars.
Raros contiene samplers de house de Nueva York, tambores de Brasil y un trombón.
Raros tiene siete acordes, ninguno menor.
Raros tiene referentes claros, que pagaron caro ser pioneros.
Raros también va por ellos.
Raros no quiere, pero es una canción protesta».

En el tema llama la atención la contraposición de palabras con mejores y peores connotaciones, de «nazi» a «bollera», por lo que hemos querido preguntar a Miqui Puig por este asunto. Él niega que «compare colectivos». «Como bien dice la nota de prensa, ‘Raros’ estuvo en un cajón una temporada larga con miedo.
Ya sabes que las redes siempre han sido muy amigas mías, y que a pesar de ello hemos seguido. Por suerte a la salida del single, nadie reaccionó desairadamente. Has hecho la pregunta que tuvo en duda a mi ingeniero y a mi manager en el estudio un par de veces durante la grabación: «¿y si alguien cree que comparamos colectivos?». NO comparo colectivos, ni mucho menos, solo han sido insultos recopilados, vivencias en propia carne, mías y de amigos, porque bollera no me lo han llamado (todavía). Sidoso sí y no lo metí. ¿Sonoridad? Por supuesto. ¿Impacto? También, ‘Raros’ no quiere ser protesta y lo es, pero NAZI me lo han llamado tanto y en contextos tan distintos y en bocas tan pulcras, educadas y progresistas, etc, que ya ni recuerdo. Por eso lo metimos…»

Continúa: «El otro día un amigo músico me decía que tenía un hermano NAZI declarado y que podía entender que él también en la soledad de su habitación se sintiera Raro, al ver cómo nadie (ojo al dato) le entendía en su posición. Detalle: es la apreciación de un amigo, NO es mía». A su vez elogia el trabajo que están haciendo artistas más jóvenes, apelando al tema llamado ‘Putochinomaricón’ que acaba de editar Mucho. «Trabajar con grupos jóvenes y ver el miedo que ellos han perdido a la confrontación con el que insulta, a todo aquel que no responda al estándar, anima, inspira y hace que esta canción ahora para mí sea vital. Ver a Mucho, Putochinomaricón y el resto de gente como Tribade, etc… que no tienen miedo a nada a la hora de cantar me hace pensar y aplaudir y querer cantar RAROS en la nueva gira».

Las mejores canciones de 2018

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Este lunes a las 20.00 revelaremos las que han sido para la redacción las mejores canciones de 2018. De momento desvelamos los puestos entre el 100 y el 11, sumando un puesto por hora, como ya es tradición. No ha sido el mejor año que recordamos para el pop internacional, pero sí ha sido apasionante para el pop nacional y para el encuentro de géneros. En total hemos valorado medio millar de canciones de 400 artistas diferentes (casi todos han pasado por nuestra sección «Canción del Día«), lo que da una idea de la cantidad completamente desorbitada de música que se edita hoy en día. El pop de guitarras sobrevive mediante nombres como Rolling Blackout Coastal Fever y también lo hace el punk, Idles mediante, pero la tendencia hacia lo urbano y lo latino es clara (J. Balvin aparece como «featuring» hasta en 2 ocasiones, aparte de por su cuenta), empapando incluso indirectamente a artistas aparentemente ajenos como Lykke Li o Javiera Mena. Despunta la cantidad de grandes canciones que se han hecho sobre feminismo y sororidad, probablemente en reacción a la era Trump, y llegan de mano de artistas tan dispares entre sí como Nathy Peluso, Tracey Thorn, Triángulo de Amor Bizarro o Aitana Ocaña y Ana Guerra. Os invitamos a suscribiros a la playlist con las mejores canciones de 2018.

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Marcelo Criminal

Aunque apostamos por él como uno de los artistas nacionales a seguir en 2018, ni se nos pasaba remotamente por la cabeza que ocurriera lo que ha pasado con esta canción de la que nos hacíamos eco allá por julio, en su versión original. Pero aunque Carolina Durante y Amaia la hayan sacado de su antes previsible modestia, eso no implica que ya en su forma primigenia (que aunque pueda parecer lo-fi, para el estilo de su autor es casi un «wall of sound») no fuera una melodía fantástica y desoladora como mejor expresión del orgullo «loser» de este simpar personaje, a medio camino de Daniel Johnston y La Estrella de David.

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Dido

‘Hurricanes’ llama la atención desde el principio con su intrigante melodía, que Dido interpreta acompañada solo de una guitarra y unos pocos adornos electrónicos. Con la primera frase, “y quiero verte, cómo pasas por la puerta, y el tiempo nos hará, a veces menos y a veces más”, la artista empieza a desgranar una meditación sobre su relación amorosa, que, desde el sentimiento de felicidad y seguridad que da la persona amada, encierra un poso de angustia en la negativa de Dido a acomodarse. Ella no solo quiere “hablar mientras miro la vida pasar”, sino que desea sentirse viva, emocionarse, enfrentarse a “huracanes” y al “sonido de la furia”. “No me dejes escapar de la felicidad y el dolor”, reclama la cantante. Con esta reflexión a la guitarra, Dido se dirige poco a poco hacia la catarsis, la liberación que buscaba, representada en la entrada de un ritmo trip-hop que parece despegar hacia el cielo, llegando el tema a su cumbre emocional. Las dos partes de ‘Hurricanes’ no pueden estar más diferenciadas, pero Dido siempre ha brillado en el menos es más, y esta canción es un nuevo ejemplo de ello.

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Kylie Minogue

«Cuando me vaya (cuando me muera), quiero hacerlo bailando» puede ser la mejor frase de toda la carrera de Kylie Minogue, aquí entregada a un hábil encuentro entre EDM y country. Como nadie quería que Kylie se sumergiera en la música negra tras el fiasco de Roc Nation y su colaboración con Pharrell que, quizá sí, “tendría que haber cancelado”, había dos posibles caminos para ella: seguir la línea un tanto folk de Miley Cyrus, Lady Gaga o Kesha, o seguir por el electro pop de toda la vida y que aún defiende gente como Dua Lipa, Tove Lo o Troye Sivan. Kylie Minogue aquí escogía las dos.

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Roosevelt

El electropop se mantiene vivo a través de los temazos que publica el alemán Roosevelt, normalmente tristes y sobre el despecho, pero contrarrestados con un ritmo y melodía aptos para la pista de baile. ‘Shadows’ es una maravillosa canción inspirada por las guitarras de Nile Rodgers de Chic, que también podemos vincular con la Róisín Murphy de ‘Let Me Know’.


‘Comida para insectos’ debería acumular a la postre los mismos millones de reproducciones en las plataformas de streaming que los hitazos de Miss Caffeina, Tino Casal o los Radio Futura más pop. Se trata de una canción synth-pop totalmente eufórica, con una capacidad llenaestadios que ni los Killers, y una letra bastante curiosa que nos remite sobre todo a Dorian, pero también a Alaska (‘El cementerio de mis sueños’, ‘Qué piensas de los insectos’) y a Mecano (la rima “nicho” con “bichos” les pertenece). Pese a lo rocambolesco del título de la canción, que si se llamara “Esta ciudad” y la editara Sony ya sería top 20 en Los 40 Principales, estamos ante un tema hedonista que no puede celebrar más alto que “esta ciudad tiene algo que atrapa” y que, a fin de cuentas, concluye insaciable: “esta ciudad… nos consume / hasta dejarnos en los huesos / es constante ese ruido en mi cerebro / y aun así me dejaré llevar”.

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Carlos Sadness

En ‘Longitud de onda’ continúan los clásicos arpegios de guitarra a lo Vampire Weekend o Two Door Cinema Club que ya hemos oído de mano de Carlos Sadness, pero su base rítmica y la producción está en sintonía con las últimas tendencias de pop urbano, que van de Drake a The xx. El tema, de pegada instantánea, se presentaba con un vídeo igualmente estupendo, repleto de planos llamativos y protagonizado por cuatro jóvenes que llegan a una época crucial en sus vidas. “La canción nace de la imposibilidad de volver a revivir un momento perdido a pesar de poder volver al lugar”, cuenta Sadness, que sentencia que es un tema sobre “la fuerza irreversible del tiempo”.

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Carmen Boza

‘Gran Hermano’ da muestra de cuán lejos pueden llegar las influencias en el nuevo álbum de Boza: tras un arranque impetuoso gobernado por una guitarra funky aunque oscura y una batería contundente, el precoro se ralentiza a niveles de trip-hop, antes de regresar a una rítmica bailable en el estribillo, envuelto en autotuneados coros de sabor soul. Una progresión en la que brillan las guitarras, reminiscente de ‘Blond’ y el trabajo de (Sandy) Alex G en ese disco de Frank Ocean. Además, Boza, como en sus otras canciones, se aleja de la sempiterna temática del amor romántico, en una letra de autoafirmación en la que las redes sociales, el nuevo Gran Hermano, funcionan como una dictadura virtual. Un interesante movimiento que seguiremos, sin duda, de cerca en los próximos tiempos.

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Rusos Blancos

‘Señores’ es un fantástico tema muy Belle and Sebastian con un gancho instantáneo, dotado de sutiles detalles sonoros: las palmas, la autorreferencia de Betacam a su ‘No más’ en los sintes tras el primer verso, los cantos de pajarillos, los coros de Muni Camón –Maddening Flames, pareja y mano derecha de Loco en su estudio de El Puerto de Santa María–… Pero, sobre todo, asistimos a otra letra demoledora de Manu sobre el fin de la juventud, ese momento en que los que son iguales a tus ojos comienzan a verte y tratarte como “señor”. Ante eso, en lugar de asumirlo y agachar la cabeza dócilmente, Rusos Blancos plantean quemar sus naves, ir “a trabajar con la ropa de ayer”, tarde y medio drogados, “bajar al bar y dejarse querer por lo primero que pase a mi [su] lado”. Así, el nihilismo de ese estribillo que dice “hoy no quiero hacer nada que mañana no lamente muy fuerte” resulta realmente enternecedor, aunque sólo sea una distracción momentánea con la que “huir de la muerte”.

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Travis Scott

‘SICKO MODE’ ya era uno de los singles del año cuando lo redondeaba su vídeo, una de las mayores idas de olla visuales que podíamos ver en Youtube. Era obra de Dave Meyers que, como demostrara con sus últimos trabajos para Ariana Grande y, algo más atrás, en piezas para Kendrick Lamar, no se pone límites a la hora de dar rienda suelta a las ideas más locas. En este caso, sumerge a los propios Drake y Scott en un mundo que, aunque se parece al real, está completamente distorsionado, como si esa bocaza en la cabeza gigante de Travis que también vemos en la polémica portada de ‘Astroworld’ fuera un portal a una realidad paralela. Una en la que una luna enorme provoca un eclipse que da rienda suelta a imágenes delirantes y repletas de exceso, desde graffitis parlantes a un Scott montando a caballo por el barrio, pasando por una bailarina de twerk en los párpados de Drake o chocantes efectos que hacen aumentar y reducir su tamaño a los raperos o simular que la tierra se inclina.

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Bajo esta melodía muy Klaus&Kinski, se escondía un tema que parecía una reivindicación del patetismo y del derecho a quejarse, con frases como “yo ya sé que doy lástima / es lo que hay”. Alexandro Martínez Moya nos hablaba sobre su creación, concluyendo: «puedo conocer gente que haga de la queja y el victimismo su bandera, pero por otro lado, ¿quién no se ha recreado en la mugre nunca?». Y de recrearse en la mugre, esta composición sabía un rato, si bien curiosamente es alegre. ¿Dios aprieta aunque no ahogue o todo lo contrario?

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Aitana War

Se acabó el querer a los chicos cuanto más malos, mejor. Se acabó el «te quise como solo se quiere a los cabrones» de aquella ranchera que cantaron Nosoträsh. El tropical house adaptado por Brisa Fenoy al castellano era un himno de empoderamiento con una letra casi todo el rato digna de enmarcar con unas cuantas frases que, al menos en cuanto al pop concierne, han hecho historia. ¿De verdad alguien puede preferir a los «chicos malos»? ¿Quién puede querer en su vida algo malo? ¡No, no, no!

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Confeti de Odio

El nuevo proyecto de Lucas de Laiglesia despuntaba con una dramática que se presenta con un vídeo envuelto en un mar de lágrimas, construyendo un gran crescendo cuando al final Lucas se desnuda para concluir: “soy una pose y solo tú conoces a mi verdadero yo”. Un tema tan emotivo como medio divertido que podemos vincular con los drama-queenismos de los Smiths, pues no puede sonar más a Morrissey ese “sonreír me cuesta y hablar no me interesa, y tampoco que me vean como un chico raro y misterioso”.

88
Natalia Lafourcade

Con ‘Musas Vol. 2’, Natalia Lafourcade culminaba un ejercicio de aproximación y difusión del cancionero tradicional latinoamericano, recuperando numerosos clásicos. Aunque lo más llamativo de este trabajo es hasta qué punto la mexicana es capaz de emular la emoción genuina de aquellas canciones en composiciones propias y nuevas. Como ‘Danza de gardenias’, un desbordante son cubano que conecta también con la samba brasileña y que desborda en su forma de evocar tiempos pretéritos. También en una poesía que rememora un amor pasado con el secreto anhelo de un “reflorecer”.

87
Recycled J

Un “mic-drop” en toda regla: producido por Selecta basándose en un popular tema de Don Omar y Tego Calderón (‘Bandolero’), es un trallazo de hip pop en el que Recycled J canta con tanta rabia y soltura como rapea una letra de autoafirmación en la que alude a las burlas por mostrar sus sentimientos (“Aunque digan que yo soy un fracasao, soy un perdedor (…), soy rosa algodón, soy un maricón”). Y devuelve ese odio gratuito y furibundo (“aunque hablen mierda sé que el tiempo a todos pone en su lugar”) convirtiendo esa supuesta debilidad en su fuerza, lo que le distingue y le eleva. Encaramado en lo alto de su poderosa base, Recycled J se marca una melodramática retahíla “yoísta” a lo Raphael, con un punto folclórico y una misteriosa cita a “Ana Torroja”. ‘Aunque digan que yo’ está llamado a ser un punto de inflexión en la carrera de Recycled J, claramente.

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Summer Spree

Aunque el primer álbum de Álvaro Muñoz con su nuevo alter ego está más escorado al synthpop de los 80, su composición más deslumbrante es, curiosamente, un contrapunto. Un medio tiempo que persigue en espíritu a Todd Rundgren y que evoca a las grandes baladas de los 70, aquellas eternas que escribieron autores como Burt Bacharach y Hal David o Carole King. Y, sin rubor, esta historia de «alguien que se lamenta de haber querido ser “ultracool” a base de poses y de rodearse de gente que, en realidad, no aportaba nada positivo a su vida, pero se le va de las manos y ya es tarde cuando se da cuenta de que ha descuidado el amor hacia la persona que de verdad quería» está a la altura.

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La voz de Nina de Juan es una de las mejores cosas que le han pasado al pop rock nacional en mucho tiempo. Y en ‘Air’, el segundo disco de Morgan, despliega majestuosamente su poso soul combinado con rock de raíz country y blues, algunas con pátina contemporánea a lo Matthew E. White) como ‘Oh Oh’ y ‘Another Road (Gettin’ Ready)’) y otras más clásicas. Entre las últimas está ‘Sargento de hierro’, una balada espeluznante en la que Nina implora al viento que la cure y la lleve lejos, y al tiempo que pase más rápido y salve a los demás. El dolor que transmite por la pérdida de alguien querido se multiplica por 1000 cuando, superados los dos minutos de canción, unos metales van introduciéndose sutilmente en ella, explotando mientras discurre su solo de guitarra y propiciando el abrumador regreso de la voz de la cantante.

84

‘Los sentimientos’ conecta a Vainica Doble y The Magnetic Fields como una victoria de la sencillez, una joya de pop acústico que conmueve por su simplicidad. Y su primer adelanto, ‘Tres dimensiones’, con requiebros de puro pop beatleniano combinados con folclore patrio, emociona por su discurso de hombre enamorado y unos versos que, de puro cursi, encandilan: “tampoco necesito ir al Museo del Prado, que paisajes más bonitos ya los tengo yo a mi lado”. Y esos “más bonitos” te rompen, por la manera tan trémula en que los entona.

83
Lily Allen

Una sencillísima y minúscula línea de guitarra eléctrica sirve en ‘Apples’ para que Lily Allen recree una sensación de intimidad y confesionalidad absolutas, mientras va relatando la decadencia de su relación marital. “¿Te acuerdas de cuando estábamos en mi viejo piso y nos pasábamos el día en la cama teniendo sexo y fumando? Han pasado muchas cosas desde entonces, ojalá pudiéramos volver”, comienza diciendo, antes de excusarse en el estribillo: “es un cliché que lo diga, pero nunca quise romper tu corazón / yo tengo la culpa de toda tu tristeza”. En la segunda estrofa continúa, justificándose, mientras en la tercera Lily Allen hace el conteo, año a año, de cómo ha sido su relación: “el primer año me diste tus llaves, el segundo me pediste la mano, el tercero nos fuimos a vivir al campo, el cuarto me diste mis preciosos bebés, pero fue demasiado para mí”. Y cuando creías que la canción no podía ser más bonita, termina haciendo una analogía con sus padres: “ahora estoy exactamente donde no quería estar / no soy más que como mi madre y mi padre”.

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Tove Styrke

Tove Styrke se ha apuntado un gran tanto con el tema titular de su disco, muy apto para seguidores de la Lorde más electropop, que como detalla la artista es una de sus canciones más románticas. Hábilmente, el sencillo vídeo hacía coincidir la cumbre de su producción con la cumbre narrativa, que es simplemente un beso entre los dos protagonistas. Todo esto en sintonía con frases como “¿qué haces con el móvil? la verdad es que no estoy buscando amistad”, “los dos somos tímidos, pero no tenemos tiempo, quiero que nos quitemos la ropa”, “no me importa, podemos ir a cualquier lado / quiero ver adónde nos lleva esto” o “no mires por ahí, quiero ver qué más planes podemos hacer”. Una sencilla canción de amor, pero de las infalibles, enriquecida con la historia dirigida por Joanna Nordahl, quien ya había trabajado antes con Styrke o con Say Lou Lou.

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Hazte Lapón

El dúo malagueño formado por Lolo Lapón y Saray Botella decidían poner fin a su carrera tras 10 años y 3 buenos discos, especialmente el ambicioso ‘Tú siempre ganas’. Un disco ecléctico en el que, como en las obras de sus artistas favoritos, cabe de todo. También pelotazos de kraut rock con vocalista mesiánico con aspiraciones de Jarvis Cocker o James Murphy como este ‘Yo los he visto’, en el que enarbolan una oda a la gente normal, «gente idiota o sabia, gente atribulada o tranquila, gente que no ha leído un libro en su vida o que ha leído todas las grandes novelas rusas, y sin embargo, no siente la necesidad de hacerlo saber a la audiencia digital». Un broche de oro perfecto para hacer pogo con sentido.

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Pimp Flaco y Solo Astra, que ya habían compartido escenario, han sorprendido este año anunciando su proyecto conjunto, Cupido. Y lo han hecho mediante una canción esforzadamente pop, sin ironías, redonda y cercana al sonido de Cuco, boypablo o Clairo, que además era lo suficientemente chiclosa como para quedarse con ella desde la primera escucha.

79
Rolling Blackouts Coastal Fever

‘Talking Straight’ tiene ese encanto especial que nos hizo comenzar a adorar en su día a grupos como The Drums, si bien su estilo vocal tiene como referentes más próximo a Lou Reed que a Morrissey, y su letra no parece, desde luego, un tontorrón himno playero que invita a surfear. Al contrario, es algo sombría, invitando a pensar que habla sobre la depresión. Cualquiera lo pensaría a priori, con esa melodía tan pegadiza y luminosa.

78
Cariño

Este jovencísimo trío madrileño ha irrumpido en la escena nacional reivindicando el tontipop (su versión de ‘Llorando en la limo’ ha disputado directamente un puesto al original en esta lista), demostrando que lo que siempre se identificó como indiepop o jangle pop puede ser apto para públicos más amplios, muy en línea a cómo lo hacían exactamente 30 años antes grupos como Aerolíneas Federales u Objetivo Birmania. Y el pelotazo punk-pop con toques synth que es ‘Bisexual’ es un vibrante acercamiento a la sensibilidad millennial, la que entiende la libertad sexual y de género como algo natural, pero sin perder una indispensable capacidad para reírse de todo, incluso de una misma.

77
Javiera Mena, Li Saumet

Producida por El Guincho, ‘Intuición’ es una canción de ritmo reggaetón pero producción moderna, con guiños al tropical house y a la música dance británica de los 90, que no obstante sí que muestra a Javiera Mena más próxima que nunca a los ritmos latinos. De hecho, si en ‘Espada’ intuimos una aproximación a los característicos fraseos de Shakira (ella misma la reconoce como influencia), aquí los ecos de la colombiana son evidentes. La vocalista de Bomba Estéreo, Li Saumet, pone la guinda a este pastel con un fantástico verso.

76
Joe Crepúsculo

‘Quizá’ tiene todo lo que más nos gusta de Crepus: esa singular mezcla de tecno bailable que es todo punch, sintetizadores retro con los que nos amenizaban las mañanas de sábado las familias gitanas con su cabra en nuestros barrios, castañuelas y una letra llena de emoción y de verdad. En ella, Joël Iriarte comienza describiéndose como un hombre que “vive los problemas con desinterés” al que “le falta un grado de emoción”, y que aunque “el mundo sea mejor con internet”, cuando busca “algo en que creer, todo es humo y alcohol”. Pero eso no quita que él y tú, y nosotros, tengamos algo que empezar, incluso aunque “el mundo esté a punto de acabar”, como indica su potente estribillo. Imprescindible, también, escuchar su discurso sobre la insensibilidad de la era de las redes sociales.

75
Becky G, Natti Natasha

Antes de que ‘Sin pijama’ fuera número 1 en España, la defendíamos como «un incontestable pepinazo de reggaetón pop de magnetismo inmediato», que seguro iba a competir con el que estaba siendo el otro dueto femenino del año, ‘Lo malo’». En su letra, Natti y Becky muestran, sin metáforas que valgan, su interés por pasar una noche con alguien fumando marihuana para luego meterse en la cama sin pijama. Y luego ya tal. Evidentemente, y como muestra su vídeo con Prince Royce como partenaire, se puede interpretar como una fantasía masculina, como ya se discutió ardientemente con respecto a ‘Mayores’. Pero también cabe preguntarse si es tan descabellado que la misma letra sea una fantasía sexual femenina –en realidad, libre de género– perfectamente asumible.

74
Miss Caffeina

‘Merlí’, inspirado en la serie catalana del mismo nombre porque “todos necesitamos un Merlí que nos guíe espiritualmente”, es más que un homenaje a la serie, un canto a la libertad. Alimentada por un vídeo inspirado en los Stories de Instagram, el tema es un medio tiempo electropop de corte ciertamente espiritual, siendo el estribillo “he perdido el tiempo buscando en los demás lo que no me deja ser libre / He buscado excusas para no mirar lo que hay aquí dentro”, que podemos situar ya entre lo mejor de la carrera de Miss Caffeina.

73
Dorian, León Larregui

Nada funcionaría en el videoclip con Anna Castillo sin esta espléndida canción de italo también inspirada en el French Touch que puede vincularse con todo el catálogo de Italians Do It Better, y cuyo padre primigenio podría ser Giorgio Moroder. Una letra sencilla y una producción catalogada por ellos mismos como un tanto fría sirven para recalcar la crudeza de título y texto de este tema cuyo germen no estuvo en Marc ni en Belly de Dorian, sino en otro miembro de Dorian, Lisandro, ahora con más protagonismo. El estribillo hace referencia a la necesidad de huir de uno mismo frente a la soledad (por eso Castillo aparece en el vídeo hecha una braga): “Nadie puede encontrarte / Cuando huyes de ti / Nadie puede salvar a nadie / Cuando duele así”. Y si estos “así” podemos vincularlos tímidamente a los “así” de ‘Borracho’ de Los Brincos, solo que aquí desprovistos de carácter cómico, el puente es de nuevo pura desesperanza: “Duele la levedad / Duele la soledad / Duele la realidad / Duele la oscuridad”.

72
Clean Bandit, Demi Lovato

‘Solo’ cuenta con la melancolía inherente a las composiciones de Clean Bandit, aquí materializadas a través de unos arreglos medio orientales que volverían locas a las delegaciones de Chipre y Grecia de Eurovisión. La letra de la canción es una dicotomía constante entre “puedo hacerlo sola” y “no puedo hacerlo sola”, en la que Demi Lovato lucha por salir adelante tras una ruptura. El estribillo es por tanto una constante adversativa entre “Quiero f* (woop woop woop), pero me han roto el corazón”, “llorar pero me gusta la fiesta” y “quiero tocar a alguien pero no tengo a nadie”.

71
cupcakke

‘Crayons’ ha sido una de las canciones más celebradas del primer disco de cupcakke de este año por su pegadizo ritmo caribeño, pero sobre todo por su letra, una defensa, como siempre afilada, de la comunidad LGBT que abarca, una por una, las cuatro letras del acrónimo, para concluir en cada estribillo: “boy on boy, girl on girl, like who the fuck you like, fuck the world”. La letra habla de sexo lésbico («lesbian, gon’ head and eat it, get the dildo and Michael Jackson – Beat It» (“beat it” es jerga de “masturbación”)) y sexo gay (“gay guy brave takin’ anal / when it cum that’s a volcano”), pero también alega de manera directa a favor de la tolerancia y la aceptación de la bisexualidad (cupcakKe relata un episodio en un bar gay en el que se da cuenta que una mujer no es lesbiana sino bisexual, al intentar ligar ella y su pareja, y concluye “aprende a conocer a la gente, y no des cosas por hechas”), y de la transexualidad (“transgender are people, so I’ma treat ’em equal”).

70
Jorja Smith

Sin duda uno de los debuts del año ha sido ‘Lost & Found’, en el que esta joven artista británica demuestra, con apenas 21 años, unas maneras vocales y creativas impresionantes. Más allá de sus singles principales, los cuales había publicado en 2016 y 2017, canciones como ‘On Your Own’ dejan fuera de toda duda el talento de Smith. Esta última, con su elegante base a cargo de J.LBS (Kendrick Lamar, Jay Rock) y su ajuste de cuentas a una pareja dominante y celosa, deja claro que las comparaciones con Lauryn Hill, Sade o Amy Winehouse no son gratuitas.

69
Lady Gaga, Bradley Cooper

‘Shallow’ no esconde su categoría de canción cinematográfica, su pretensión de ser un tema “bigger-than-life”. Es una balada poderosa, melodramática, calculadamente desgarrada, algo impostada en su emoción quizás, empezando por esa guitarra a lo ‘More Than Words’, continuando con la factura clásica de hit adulto, su muy cuidado crescendo… Otra muestra más de que la evolución de Lady Gaga a gran diva de la canción le está saliendo estupendamente bien. Y, por supuesto, se merienda a Bradley Cooper. Pero eso era ya previsible

68
Tracey Thorn

Es tentador, al incluir ‘Sister’ en una playlist con lo mejor del año, recurrir al «radio edit» disponible en Spotify. Ya sabéis, para que el público no «la pase». Pero merece la pena decantarse por la versión completa, no porque sea muchísimo mejor, pues la esencia de esta composición de Tracey Thorn está también en la versión corta; sino porque es necesario que el público se detenga para preguntarse qué demonios es esto que suena durante 8 minutos. Un muy necesario himno a la sororidad contra el machismo incluso dirigentes políticos como Trump y, en el que Thorn afirma luchar «como una chica» porque es lo que es y eso no es ni mejor ni peor: es lo que es y punto.

67
Calvin Harris, Dua Lipa

Calvin Harris es el Terminator de la música dance: no importa las veces que parezca muerto, siempre vuelve. Tras los discretos resultados comerciales de ‘Funk Wav Bounces Vol. 1‘ (‘Feels’ y ‘Slide’ aparte), ‘Nuh Ready Nuh Ready‘ –ahora suponemos que era un descarte de ese disco de 2017– no resultaba muy halagüeño. ¿Dónde iría el escocés, tras haber sorteado hábilmente la losa en que se había convertido el subgénero que le dio sus mayores glorias, la EDM? Pues la respuesta es al revival 90s, pero no tanto a la estridencia de C+C Music Factory o Technotronic –ese parece un coto más apropiado para Azealia Banks– como al house más elegante y sutil, el de Inner City o Frankie Knuckles. Ahí, o en esa línea, se sitúa este ‘One Kiss’ que, por más que muchos desprecien su carisma como cantante, no sería lo mismo sin Dua Lipa. Sus giros vocales, la sensualidad no obscena que imprime al cantar, no son baladí. ‘One Kiss’ es el perfecto equilibrio entre el Harris de 2012, el de ’18 Months’, y el de 2017, el de ‘Funk Wav Bounces Vol. 1’ y eso es muy bueno”

66
Putochinomaricón

Pese a que las mejores canciones del disco de Putochinomaricón se habían dado a conocer en 2017, de ‘Gente de mierda’ a ‘No tengo wi-fi’, su breve LP nos deparaba aún unas cuantas sorpresas. Una de ellas era este R&B pasado por el filtro de PC Music, en el que Chenta Tsai canta sobre las bondades de estar en casa sin hacer nada y sin estar enganchado al móvil. Un himno para estar con uno mismo en la era del consumo y la adicción a las redes sociales. Como siempre pasa con sus textos sencillos, un tema con mucha más enjundia de lo que parece.

65
Kendrick Lamar, SZA

La aportación de Kendrick Lamar y SZA a la fantástica BSO de canciones de ‘Black Panther’, penúltimo exitazo de la franquicia cinematográfica de Marvel, casi se sitúa más cerca del The Weeknd más ochentero, colorido y accesible que de los ritmos R&B y acústicos de SZA o del Lamar más urban, jazzy y soul. No sería descabellado imaginar a Daft Punk tras la producción de esta canción –en realidad toda la base musical es obra de Sounwave y Al Shux, colaboradores frecuentes del de Compton– que resulta magnética y bailable, y cuyo espectacular clip realizado por Dave Meyers complementaba a la perfección.

64
Father John Misty

El primer adelanto de ‘God’s Favorite Costumer’, el notable (uno más) álbum que Father John Misty lanzaba este año, es un medio tiempo guiado por el piano que, más allá de su mención al cantante de country Jason Isbell, es un tibio recibimiento de Mr. Tillman (o sea, el propio artista) en un hotel. El/la recepcionista le indica que se dejó su pasaporte en el minibar de la habitación, le pregunta si sus invitados se lo han pasado bien -incluyendo “el chico joven de tatuaje en la cara”- y termina sugiriendo: “quizá no debería beber usted solo”. Pero Father John Misty decide continuar a lo suyo, pues, como dice en el estribillo, “vivo en una nube sobre una isla en mi cabeza”. Y así, culmina esta breve canción de 3 minutos, con un silbido que dice “no me importa nada” que ni ‘Dock of the Bay’.

63
Low

Marcada por un ritmo repetitivo y machacón que se clava en el cerebro, ‘Disarray’ no renuncia a las maravillosas armonías vocales de Mimi Parker y Alan Sparkhawk, que se lucen especialmente en el tramo final, pero lo verdaderamente llamativo es su concesión a la electrónica, que seguro que tiene mucho que ver con el hecho de que en esta era hayan colaborado con el productor e ingeniero B.J. Burton, quien a su vez ha trabajado con James Blake. Low han creado este brumoso y atormentado fondo que da título al tema (“disarray” es “desbarajuste”, “confusión”, “desorden” aquí absoluto) para hablar de “espíritus malignos” y “drogas” que nos acercan al mal, capturando perfectamente un estado mental de todo menos bonito. Y aun así, cabe la esperanza: es lo que nos transmiten las voces de Mimi y Alan, su mención a la posibilidad de “vivir de otra manera” y sobre todo una melodía estupenda, que está ahí, no tan al fondo, como lo ha estado casi siempre en su larguísima carrera.

62
La Estrella de David

Con su habitual sorna, David Rodríguez regresaba con ‘Consagración’, un disco que él mismo define como una mezcla de kraut rock y canción melódica. Una etiqueta a priori imposible que se materializa en canciones como ‘Cariño’, una fantasía post-New Order con la que David nos emociona al hacernos partícipes de ese amor imposible que con desarmante ternura desnuda en su letra.

61
Betacam

Javier Carrasco (Rusos Blancos, Templeton) había dilatado demasiado la publicación de su debut en solitario ‘Mítico’, pero la espera merecía la pena. Un disco repleto de nostalgia por el tecnopop de otros tiempos (perfectamente vigente) y melodías irresistibles como la de esta ‘Otras chavalas’, capaz de enardecer a audiencias que, sin que tengan ni puta idea de quién es el larguirucho de melena y gafas sobre el escenario, acaban coreando su estribillo y dando palmas. Bigger than life.

60
Nicki Minaj

Ya no recordamos que durante algunos (pocos) meses a principios de este año Nicki Minaj dio tregua en su habitual bombardeo de novedades prácticamente semanal durante algunos meses. Y su regreso fue poderoso, con ‘Barbie Tingz’ y este ‘Chun-Li’, un furioso tema con cierta inspiración old-skool y guiños a la cultura asiática (producido por ella misma con Chevi Music) en el que Nicki emplea heroinas de décadas atras (la luchadora de ‘Street Fighter’ que da nombre al tema; Tormenta de la Patrulla X; Lara Croft…) para dejar claro que su recorrido es largo y, rememorando un célebre monólogo de ‘Scarface’, lo necesaria que es: «Necesitan raperas como yo / para poder subirse a sus putos teclados / Y conventirme en la villana Chun-Li». Un grower que acentúe el carácter más genuinamente hip hop, menos pop, de ‘Queen’, un disco que quizá no haya sido recibido tan bien como merece.

59

‘Bet Ain’t Worth the Hand’ es una canción clásica, muy años 50, y en ella Bridges lamenta el dolor de un amor imposible marcado por la distancia, dejando claro que no va arriesgarse a comprometerse con un amor inestable, pues no podrá soportar el dolor, a sabiendas de que pueda estar renunciando al amor de su vida. “I might regret that I can’t be your man, but sometimes the bet isn’t worth the hand”, canta. Es una canción desesperanzada que, sin embargo, logra sonar cálida y arropadora, preparada para consolar a corazones rotos como el suyo. Y vaya si lo consigue.

58
Yves Tumor

‘Noid’ presenta a un Yves Tumor cercano al sonido de Madchester y también a esos Avalanches empeñados en samplear canciones perdidas de la historia del pop. El sonido que envuelve esta pista es por tanto embriagador y fascinante, casi veraniego, si bien la letra es mucho más asfixiante: “temo por mi vida / no confían en nosotros”, por no hablar del estribillo “lo llaman enfermedad, trastorno por estrés post-traumático, depresión”. En sintonía, la canción se va haciendo un ovillo de repeticiones incluso de la letra, con la composición derivando en una llamada a Emergencias “911”, en la que esos “seguros en sus manos / ahí es donde siento la presión” no puede sonar menos confortable. Sin duda Tumor está aquí planteando un juego de contrastes, contraponiendo una letra bastante agobiante con una música accesible para casi todos los públicos. ¿Una metáfora sobre los métodos para el adormecimiento del pueblo? En cualquier caso, una canción realmente contagiosa.

57
Charli XCX, Troye Sivan

‘1999 evoca aquel año en el que, además de ‘Matrix’, triunfaban ‘Baby One More Time’ de Britney Spears, Eminem, las Nike Air y los Mercedes clásicos, todos ellos citados explícitamente en la letra del tema junto con un Michael Jackson que por entonces no estaba precisamente en su mejor momento de popularidad. En ese sentido, ‘1999’ nos ha recordado a ‘2002’, tema incluido en el último álbum de Anne-Marie que también evocaba su infancia a través de las canciones que estaban de moda entonces y ella escuchaba, que es lo mismo que hacen Charli y Troye aquí. El resultado es el mayor hit de él y el de ella en muchos años.

56

Alejada de las tendencias recientes del rap, tan marcadas por el trap, ‘Nice For What’ es un tema de construcción tirando a clásica, en el estilo más reconocible del propio Drake de ‘Take Care’ que el de ‘No More Life’, por ejemplo. Producida por, entre otros, sus habituales Noah “40” Shebib y Murda Beatz, toma la base de ‘Ex-Factor’ de Lauryn Hill y acelera sus BPMs, algo que ya hace volar sola la canción, un trasfondo perfecto para que Aubrey Graham construya unos versos muy necesarios sobre cómo muchas mujeres contemporáneas luchan por obtener relevancia en sus carreras profesionales y en sus vidas a pesar de sus dificultades añadidas y del juicio constante del resto de la sociedad. Tras dos minutos de lucimiento ascendente, el minuto final del tema se convierte en un intercambio brutal de versos y giros en la base verdaderamente espectacular. Además, el vídeo dirigido por la joven Karena Evans estaba protagonizado por actrices, escritoras, guionistas, músicas, directoras, ejecutivas que ejemplifican esa lucha que expone la letra: Olivia Wilde, Rashida Jones, Zoe Saldana, Emma Roberts, Syd, Michelle Rodriguez, Issa Rae, Jourdan Dunn o Tracee Ellis Ross, entre otras, figuran en el clip.

55
Sticky M.A.

Demostrando que Agorazein era mucho más que C. Tangana, Sticky MA brillaba en este tema de su mixtape ‘Las pegajosas aventuras de…’, caracterizado por las sonoridades de la música urbana norteamericana gracias a la producción de Steve Lean, un título que podría pertenecer a The Weeknd y una letra con varios dardos sobre haters (“si eres uno de mis haters, gracias de verdad”), la fama o el rencor (“si se va siempre vuelve como un puto yoyó / como yo, si me muero siempre quedará mi voz”). Sus colegas de la crew madrileña, Jerva.AGZ y el propiop Puchito, contribuyen también en el apartado vocal, el último riéndose de los “raperos del montón”.

54
Alex Andwanter

Entre ecos disco y funk de los 90, ‘Locura’, condensa en buena medida lo que se extiende a lo largo y ancho de ‘Latinoamericana’, fantástico disco del chileno que contiene este single: una audaz mezcla de ira, irreverencia, clasicismo, modernidad, energía, melancolía, baile y delicadeza, destinada a remover conciencias y emociones en torno a cuestiones tan fundamentales política y socialmente como la identidad de género, la identidad sexual, la identidad de los pueblos de América Latina y la identidad de clase.

53
Beach House

El single estrella este año de Beach House tiene un punto psicodélico, acentuado en la producción por una línea de sintetizador oscilante que recorre toda la canción de principio a fin, acompañada de otros detalles ensoñadores -entre ellos, lo que parece un coro gótico que aparece intermitentemente a lo largo de la canción- y de las guitarras distorsionadas que podían escucharse abundantemente en ‘Thank Your Lucky Stars’. Es una canción preciosa, pero también especialmente oscura. Por momentos parece que ‘Lemon Glow’ nos habla de un éxtasis sensual (Victoria Legrand canta a una persona que se “queda toda la noche” y que le hace “sentir viva”, en una habitación con las “luces bajadas”, en “luz de miel”), y por otros, de un exorcismo espiritual (“mira en qué estado estoy, se mete bajo mi piel, la fiebre ha vuelto a mí, y me ha dado la vuelta”), y quizá no sea casualidad que el tema empiece con Legrand conociendo su futuro a través de su mano, pidiéndole a su receptor que dibuje una cruz en su palma… ¿la cruz mística según la cual tus sueños se harán realidad?

52
Jessica Pratt

El primer avance de ‘Quiet Signs’ recuerda en principio a las tiernas baladas de blues tropical de los años 50 y 60 (su sello, Mexican Summer, la compara con Caetano Veloso). Sin embargo, el tema adquiere un tono más taciturno en cuanto Pratt empieza a cantar, evocando “vientos sombríos” y situándose en la “hora más oscura de la noche”. Es ahí cuando emerge, como de la nada, una delicada melodía de sintetizador que parece levitar alrededor de la artista, iluminándola con su luz tenue. El efecto es hipnótico, y lo es más gracias a la interpretación de Pratt, quien se entrega aquí, con la mayor delicadeza posible, a una de sus letras más lóbregas. Hablándonos también de “años extraños y perdidos”, panoramas grises y una “cruel lucha”, la declaración final –“it makes me want to cry”– no puede ser más conmovedora, como tampoco lo puede ser la eterna melodía de ‘This Time Around’, una de las más bellas y misteriosas jamás compuestas por Pratt.

51
Teyana Taylor

‘Gonna Love Me’ es una canción de amor de cabo a rabo, y de manera particular rompe una lanza por la buena comunicación en la pareja, manifestando en su letra una preocupación por esas veces en que “decimos cosas que realmente no pensamos” o “no decimos tanto como deberíamos”. “¿Por qué es tan difícil mantener el contacto cuando estamos tendidos el uno al lado del otro?”, se pregunta Teyana, que solo quiere “pasar las noches” con su amante y entregarse a ese “amor”, a esos “abrazos” y a esos “achuchones” que esquiva cuando piensa las cosas “demasiado”. Claramente se deja llevar por el amor -y nosotros con ella- en esta preciosa canción.

50
US Girls

‘Pearly Gates’ presenta la historia de una mujer que se propone seducir a San Pedro para asegurarse su entrada al reino de los cielos –las “puertas de perlas”, según algún pasaje de la Biblia–, aunque no logra su propósito como ella esperaba. Como no podría esperarse menos, su letra va por derroteros más terrenales: “Haría cualquier cosa que pidiera San Pedro para poder ser un ángel a su lado / Parecía una apuesta segura, así que cerré mis ojos y abrí de par en par mis puertas y San Pedro entró”, dice. Efectivamente, es un símil sexual: “hace años me contaron la historia de un tío intentando convencer a una chica para tener sexo sin protección, diciendo “tranquila, soy muy bueno sacándola”. Pensé que era algo tan estúpido de decir que supe que algún día le dedicaría una canción sobre eso”, explica Remy. Pero más allá de su divertida sordidez, ‘Pearly Gates’ destaca por su exuberancia, su ambientación glam y sexy –la producción es de Meghan y Louis Percival, su colaborador más frecuente–, cuyo colofón es ese estribillo con coro góspel cantado por el artista de Toronto James Bailey que, como su propio Pepito Grillo, reprocha a la osada protagonista “nunca vas a estar segura, ni siquiera en las Puertas / solo eres la hija de un hombre”.


Aparte de tener su miga hablando sobre el mundo de la modernidad en el siglo XXI, el disco de The 1975 esconde un buen puñado de singles tales como el muy Smiths ‘Give Yourself a Try’, ‘Love It If We Made It’ o este ‘It’s Not Living (If It’s Not With You)’ cuyo vídeo estaba inspirado en el concierto grabado de Talking Heads ‘Stop Making Sense’, subrayando la inspiración de The 1975 en la década de los 80. Eran protagonistas algunas de las pesadillas recurrentes que puede tener un cantante sobre un escenario: no llegar al micrófono, hundirse bajo las tablas… mientras la letra presenta un lado más oscuro, hablando de las adicciones de Matt.

48
Nos Miran

En ‘Contigo’, Nos Miran suenan más tristones que nunca, con una melodía de tintes clásicos que les conecta con Jeanette o, como mínimo, con La Bien Querida cuando se pone en plan Jeanette. De hecho, sigue remitiéndonos al proyecto de Ana Fernández-Villaverde en sus inicios, cuando empleaba bases abiertamente bailables y synthpoperas, a lo Saint Etienne. Pero, como con estos, la combinación de tristeza y baile resulta también infalible. Presentada con un vídeo sencillo, barato, mono –con el punto inquietante de no ver nunca el rostro del hombre con el que “la vida duele menos”–, esta estupenda canción sitúa a Nos Miran como nuevos referentes del pop electrónico y emotivo nacional.

47
Nacho Vegas, María Rodes

Una lectura tranquila de lo que en principio parecía una delicada canción de amor nos ofrece una perspectiva muy distinta, más coherente con la faceta más comprometida políticamente que el asturiano ya mostró en ‘Resituación’ y su apéndice ‘Canciones populistas’. Porque aunque ese plural y esos ocasionales “mi amor”, sumadas a la dulzura de la interpretación, invitaban a pensar en una relación de pareja que se asienta y se entrelaza, en realidad pueden ser interpretados como parte de algo más grande. Leído desde un punto de vista social y político, ese enraizar en la tierra, que tiene descendientes que “ululan con el viento” y conforman “un bosque” que es “un ejército implacable”, evoca una vuelta a los orígenes, a la naturaleza, al trabajo concienzudo, a la persistencia de unos ideales. La alusión, acercándose al minuto 2:30, de una mujer que “se ha ganado el cielo” y “tan sólo quiere morir” y “volver a la naturaleza”, parece una alusión a la importancia de la solidaridad y la admiración por la lucha social de los mayores.

46
Kanye West

‘Yikes’ puede tomar la melodía de un par de canciones de ‘The Life of Pablo’, en concreto de ‘Wolves’ y ‘Frank’s Track’, pero al menos no es un interludio de 38 segundos ni un tema extendido hasta los 5 minutos con un falso final. Al contrario, ‘Yikes’ es un conciso tiro de 3 minutos casi justos que comienza por un estribillo muy fácil de retener, realmente repetitivo para bien, y que debido a su brevedad, apetece escuchar en bucle más que ‘Wolves’. En el tema, West trata de manera muy clara y explícita su bipolaridad, su adicción a los medicamentos (se menciona el 2C-B y el DMT, aunque no se sabe su reconociendo su consumo o cuestionando los datos facilitados por la prensa rosa) y su ingreso hospitalario por problemas mentales durante la gira de ‘The Life of Pablo’. Mientras el estribillo habla de “encontrar ayuda” y de temer por nuestra propia supervivencia (“a veces me asusto a mí mismo. A mí mismo”), la outro referencia el mensaje de la portada de ‘Ye’, “Odio ser bipolar. Mola un montón”. La letra dice: “tío, esto es mi mierda bipolar, ¿qué? Es mi superpoder, no es ninguna discapacidad. Soy un superhéroe, soy un superhéroe”. Después, un grito como recién salido de ‘Yeezus‘, el disco.

45
Delaporte

Entre la riqueza de Chairlift, la sensualidad de Mueveloreina, el R&B moderno de James Blake o la electrocumbia, ‘Un jardín’ es a la vez elegante y salvaje, moderna pero no epatante, magnética y sexy, coronada con ese irresistible estribillo tribal. Un trasfondo perfecto para una letra cuidada y sentida, bonita y no demasiado obvia. Un verdadero acierto que obliga a mirar a Delaporte como posibles abanderados del future pop estatal, conectado con lo que esperan las nuevas generaciones.

44
Mon Laferte

Aunque en las últimas semanas del año nos ha sorprendido con una audaz aproximación a ritmos latinos en ‘Norma’, la canción de Mon Laferte que más huella nos ha dejado este año es ‘Antes de ti’, un single entre este álbum y su antecesor. Un baladón de esos más-grandes-que-la-vida, henchido de ampulosos arreglos orquestales e innegable inspiración setentera, que recuerda a las grandes canciones de Manuel Alejandro para Rocío Jurado o Raphael. Como también a esas memorables canciones que Tarantino suele escoger para sus BSOs y, de hecho, el clip del tema es un evidente homenaje a una escena de ‘Kill Bill’.


De leitmotiv psicodélico e hipnotizante, repitiéndose a lo largo de toda la canción como un sample loco sacado de algún cajón de The Haçienda, entre referencias a Pink Floyd y el hit ‘Niggas in Paris’ del productor del tema (Kanye West), el single más potente de ‘Daytona’ afronta el consumo y el tráfico de drogas por parte del propio Pusha T. Como él mismo ha verificado comentando la letra de Genius, ‘If You Know You Know’ también pretende ser un retrato de verano, algo sórdido, de su recuerdo asistiendo a partidos de baloncesto con las prostitutas y las peleas de barrio aguardando fuera de la cancha.

42
Fernando Alfaro

Fernando Alfaro publicaba este año ‘Sangre en los surcos’, un ambicioso doble álbum en el que reinterpretaba canciones de toda su carrera a un nuevo formato, primordialmente acústico –aunque la riqueza de arreglos fue acrecentándose en la grabación– y eminentemente oscuro. También se incluían 4 nuevas canciones que le muestran en un maravilloso estado de forma creativo, como ejemplifica ‘Dominó’: una composición en la que la voz cantante de Surfin’ Bichos habla de un episodio personal conectando el presente con sus inicios en el grupo de Albacete, tiempos al límite en el que el consumo de drogas le hicieron retirarse a su pueblo por el miedo al sida, que entonces asolaba a la juventud. Un espeluznante ejercicio biográfico metamusical al alcance de pocos.

41
La Casa Azul

‘ATARAXIA’ es la certificación de que La Casa Azul nos ha tomado el pelo para bien cuando se ha defendido de las críticas por inmovilismo y repetición de la fórmula, asegurando que su proyecto siempre iba a sonar más o menos igual. “Mi afán nunca ha sido innovar ni sorprender sino hacer la música que me gusta, intentando cada vez hacerla mejor o más cerca del ideal que tengo en mi cabeza. (…) Para mí sorprender sería cantar acerca de un partido de cricket o hacer un disco de doom o de trap. Bueno, de trap no sorprendería mucho en realidad…”, avanzaba hace dos años. ‘ATARAXIA’ es una canción 100% La Casa Azul, como muestra el puente tan raphaelesco, pero hay momentos en su producción que parecen más Mad Decent que factoría Elefant, y lo curioso es que todo ese atronar acelerado de beats del pre-estribillo, el drop del estribillo y la multitud de voces sampleadas le sienta como un guante. Sumando ese vídeo en el que Guille se quita para siempre la careta de grupo naíf para entregarse a las virtudes del sexo, sobre todo el oral, tan injustamente ignorado en ocasiones en el mundo audiovisual, en lo que supone su gran revolución sexual con orgía y todo, estamos ni más ni menos que ante su mejor lanzamiento desde 2007. Nada en contra de ‘La Polinesia Meridional’, pero por A o por B no logró reunir un single+vídeo tan chulos.

40
Kim Petras

Puede que Kim Petras esté redefiniendo el concepto de “guilty pleasure” con sus singles producidos por Dr. Luke, el paria de la industria del pop. Y uno de esos placeres culpables es el temazo de pop ochentero ‘Heart to Break’. “Por mucho que vaya a terminar hecha añicos, no importa, te voy a dar mi corazón para que lo rompas”, canta Petras en el gran hitazo pop del Día de San Valentín que no esperábamos.

39
George Ezra

En ‘Paradise’ George Ezra vuelve a disfrazarse de crooner para declararle su amor a una chica. En un prometedor pre-estribillo le dice que ya sabe que otros chicos le han dicho lo mismo antes, pero que “esta vez es de verdad”. Después, el estribillo es toda una explosión de júbilo en su declaración de amor situándose, como, indica el título del tema, en el “paraíso” y dejando el camino abierto para que sea el amor el que “nos guíe”. Y por supuesto, mejor que su letra, es la cantidad de energía contenida en este tema que ha dedicado a su novia recordando la emoción de los inicios de su relación, y empapándola de segundas voces de lo más coreables en el puente final, ritmo hooligan y espíritu algo más próximo al canallismo de unos Libertines o unos Arctic Monkeys de lo habitual.

38

Como la gran ‘Something on Your M.I.N.D.’, ‘Everybody Wants To Be Famous’ suena otra vez como un feliz collage de influencias entre electro, synth-pop, psicodelia, un pelín de urban y voces tratadas sobre un fondo medio minimalista: las estrofas son casi a capella. Es una reflexión sobre hasta dónde va a llegar la obsesión por la fama de la generación Youtube/Instagram, planteada en clave de humor, y musicalmente es un festín de bajos duros, cajas registradoras y distorsión en el que Superorganism se autorreivindican y proclaman: “el mundo es demasiado pequeño para mí”.

37
Triángulo de Amor Bizarro

El tema más inmediato de ‘El gatopardo’ es de corte feminista, algo que queda bastante claro en la letra y en su tono condescendiente, que apela a “pobres niñas que corretean” o a “pobres madres, (que) aún no saben (que) son la presa del conde de Barcelona”. Pese a que es Isa Cea quien entona esta composición, no está tan claro quién es el verdadero narrador, pues el tema es una crítica al paternalismo. Además, no se puede pasar por alto la fecha de edición de la canción: un sándwich entre el Día de la Mujer Trabajadora, en el que Isa participó activamente, y la Semana Santa, a la que alude su imaginería en el potente estribillo: “Les llevaré mi cruz / Los guiaré con el peso de mi cruz / los guiaré con un clavo y con el peso de mi cruz”.

36
Lykke Li

Vivimos una etapa fascinante en la música pop, una era en la que los estilos fluyen sin barreras y no hay convenciones ni preconcepciones. ‘deep end’ es un reflejo de cómo el hip hop contemporáneo se va filtrando como una influencia ineludible en muchísimos artistas aparentemente alejados de ese género, y el resultado en este caso es fascinante, además de muy pop. Además, la metáfora cromática / marítima de su estribillo “swimming pool, indigo, deep blue” para expresar un amor que ha tocado fondo no podría estar mejor traída.


El primer single del nuevo álbum de Zahara conecta con su vertiente más electropop, con vocación bailable y épica a la vez, y es especialmente poderoso en lo lírico. Como dice su propio título, la cantante “invita a La Bestia a cenar en casa” y, en una retahíla de falsos elogios, retrata a una de esas personas que piensan que están por encima del resto de los humanos, especialmente de las mujeres (ese “si eres tan valiente, préstame tú tu vientre” es un contundente latigazo contra el machismo). El “traje” que le fabrica la andaluza le hace parecer pequeño, insignificante.

34
Lana Del Rey

En muchos casos, ‘Venice Bitch’ es una composición clásica de Lana Del Rey. Empezando por el título, siguiendo por su sonido nostálgico de veranos pasados y continuando por la retahíla de lanaísmos que deja su letra, desde ese “fresh out of fucks forever” con el que arranca el tema hasta la rima “ice cream, ice queen”, hasta la frase “nothing gold can stay”, que ya salía en ‘Music to Watch Boys To’ y pertenece a un poema de Robert Frost: ‘Venice Bitch’ es Lana a más no poder. Sin embargo, ‘Venice Bitch’ es novedosa en el repertorio de Del Rey por su larguísima duración de 9 minutos y 36 segundos. En este sentido, ‘Venice Bitch’ es una canción para conducir como lo son las de The War on Drugs o Kurt Vile, y de hecho podría decirse que, como canción, toca cumbre al minuto cinco. Lo que sigue después es un dinámico desfile de guitarras eléctricas, cuerdas y un sintetizador analógico de carácter cósmico, en el que Lana va “perdiéndose” y con ella nosotros. Especialmente bonito es el momento en que, tras construir el tema una montaña de distorsión, Lana emerge con su preciosa melodía “we’re getting high now, because we’re older”, cual oasis en el desierto.

33
Post Malone

El hitazo espontáneo de Posty se compone de una melodía tan infalible que, aun permaneciendo fiel a esos ritmos pausados de música urbana (trap pop o comercial, R&B y demás), es fácil imaginar en ella una remezcla electro, trance o incluso una reducción a la acústica o al piano. Además, aunque se ha acusado y con razón a Post Malone de ser machista en algunos de sus textos, aquí los roles no parecen especialmente marcados por el género y ‘Better Now’ suena como un himno de superación de una ruptura bastante universal y correcto. De hecho, hay escenita de celos bien resuelta (“te he visto con otro tío / y la verdad es que parecía bastante guay”). Un himno optimista en medio del dolor.

32
Parcels

‘Tieduprightnow’ fue todo un banderazo de salida para la temporada musical primavera/verano: se trata de una canción que reincide en esa frescura y candor que ya irradiaban en temas como ‘Older’, ‘Gamesofluck’ –si, lo de no separar las palabras en sus títulos es una marca personal– o ‘Hideout’. Pero lo hace con una perspectiva más cercana a Kings of Convenience que a los grupos franceses siempre citados, más luminosa, diurna, evocando el sol, las playas, el campo, los cuerpos semidesnudos… mientras cantan sobre anhelar el amor (o solo el cuerpo) de esa persona que está “comprometidaahoramismo”.

31
Spiritualized

Jason Pierce reaparecía este año con el soberbio ‘And Nothing Hurt’, un disco que, al contrario de lo que sugiere su sonido expansivo, fue gestado de manera doméstica y en solitario, lo cual le llevó a sus límites físicos y mentales. Algo que subyace en la letra de este blues cantado con sumo cariño, que se va poco a poco inflamando con arreglos de metales y un coro gospel: Spaceman conmueve asumiendo su papel de eterno perdedor, entonando “puedo ser fiel, honesto y sincero, (…) pero si buscas alguien acabado, borracho, permanentemente noqueado, yo soy tu hombre”».

30
Thom Yorke

Guiada por unos sencillos acordes de piano en tres por cuatro, “el vals” ‘Suspirium’ es una tremebunda canción totalmente atemporal, accesible como poquísimas canciones de Thom Yorke en solitario, y decorada por una preciosa flauta que nos sitúa más bien en algún territorio pastoral, transitado por The Free Design a finales de los 60, o Vashti Bunyan a principios de los 70. No andan lejos esos Cat’s Eyes que recientemente también han puesto música a bandas sonoras inspiradas en historias de aquellos tiempos; mientras la letra de Yorke se divide en tres estrofas sin estribillo (el verdadero gancho es el piano). La primera se pregunta qué será de nuestros cuerpos en la salvación y habla de oscuridad; la segunda habla de “bailar” en referencia a la temática de la película y de “viejas canciones” que nunca han dicho la verdad; y la tercera es una pregunta quizá post mortem: “cuando llegue, ¿vendrás a mi encuentro o, entre la multitud, serás uno/a entre ellos”. Una bonita canción cuyo final especialmente vuelve a ligar a Yorke con PJ Harvey, en concreto con la de ‘White Chalk’.

29

‘Trick of the Light’ maravillaba gracias a su cadencia entre la americana y el soul contenido, hermosísima en sus punteos de guitarra y arreglos de cuerda. Aunque el artista irlandés dice que el sonoro texto “There’s an ocean in my body / There’s a river in my soul” no es una referencia a ninguna canción concreta, esa parte en particular despunta conteniendo parte del imaginario de la música popular estadounidense desde su pureza y carácter religioso. La canción habla de fe y de encontrar la espiritualidad a través de frases como “Es momento de dejar ir las cosas que no puedo controlar, el camino que he tomado es el único que conozco”, mientras el tono de la canción se mantiene confiado y tranquilo.

28
La Plata

El grupo valenciano ha superado su mayor hit ‘Un atasco’ este año con ‘Miedo’. De ritmo y punteos a lo Smiths con una esperanza puesta en los teclados synth-pop de Patricia Ferragud, ‘Miedo’ es una canción para escuchar en bucle que parece muy clara en su cometido: “Miedo al fracaso, al vacío, al rechazo, miedo a la nada, miedo a la nada / Miedo al futuro, al presente, al pasado / Miedo a la nada, miedo a la nada”. Aquí, la sencilla pero muy expresiva voz de Diego Escriche suena tan de la calle y ocasionalmente desgarrada como la de Eduardo Benavente de Páralisis Permanente o el cantante de Los Claveles, Marcos Rojas.

27

A principios de año Fernando Gálvez publicaba el esperado volumen 4 de su serie ‘ADROMICFMS’, cuyo mayor pelotazo era este ‘Me perdí en Madrid’ que, producido por LOWLIGHT, tiene un punto bailable e hipnótico con el que parecía querer trascender al ámbito del nuevo rap. Además, el granadino nos introduce con su ingenio habitual en la historia de una infidelidad en una ciudad extraña (aunque ahora ya vive en ella), perdido (“¿eso son Las Ventas (…)? No lo sé”) en buena medida por culpa de la ingesta de drogas (“estoy high como Dumbo”). Lo cierto es que los efectos vocales y el punto psicodélico de la producción casi hacen sentir ese globazo que debía de llevar el protagonista del tema aquella noche.

26

‘Danny Nedelko’ es un fabuloso himno anti-racismo: su letra es un completo alegato a la unidad ante el discurso contra la inmigración que parte de la clase política mundial sostiene y que, tristemente, parece estar calando en parte de la sociedad. “Mi hermano de sangre es un inmigrante, un bello inmigrante», comienza cantando Talbot antes de citar migrantes de adopción británica tan populares como Freddie Mercury o el atleta Mo Farrah, además del frontman de la banda Heavy Lungs (de origen ukraniano) que da nombre a la canción.

25
Christina Rosenvinge

‘Ana y los pájaros’ es una oda a la libertad como ‘Romance de la plata’, pero también es un tema más alborozado y menos dramático, que relata no sin cierta nostalgia la historia de una mujer que ya es solo un recuerdo en la vida de nuestra intérprete. Lo hace a través de formas también más ligeras y más pop para evocar el paso de Ana por la vida terrenal desde un punto de vista que roza el costumbrismo: “cada mañana era una ofrenda, cada noche fue imperial, una semana hizo leyenda, lo escribí en tu portal”. Rosenvinge se pregunta entonces: “¿ahora quien lamerá cada elegante pluma de tu nido?”, pero dejando a un lado la desazón, clama: “cuando se acabe el mundo, que se acabe así”.


El single de regreso de Grimes es un considerable trallazo pop en el que el enfoque arreglístico emplea guitarras pesadas propias del metal noventero que se mezcla con el tecno industrial –onda Nine Inch Nails, Marilyn Manson o Rammstein–, lo cual no está reñido con su estupendo gancho pop ni con un puente preciosista, interpretado por la artista invitada, HANA. ‘We Appreciate Power’ se presentaba además con un lyric video alucinante, centrado en una estética futurista que remite claramente a mangas como ‘Alita: Ángel de combate’ y videojuegos como ‘Honkai Impact 3rd’.

23
Kali Uchis

‘In My Dreams’, una de las varias colaboraciones que Kali Uchis ha hecho este año con Gorillaz, es una canción de ensueño como su propio nombre anuncia, en la que Uchis imagina que “su madre no es adicta a la coca”, que “su chico nunca la lía”, que juntos “compran una casa en el aire, para solo tener que mirar hacia abajo”, mientras el fondo musical, sin instrumentos “clásicos” (al menos mandan claramente una caja de ritmos y los sintetizadores), nos revela que este mundo es una construcción de Kali. Que no existe. Que es imaginado. Pese a todo, el estribillo es reluciente y edificante, aunque Damon Albarn cante dos frases para decir que “los momentos en que somos más felices son los momentos en que no existimos”, añadiendo una dimensión de misterio y existencialismo ¿o quizá evasión? al tema.

22
Nicky Jam, J Balvin

‘X’ ha sido el gran éxito que ha unido a Nicky Jam y J Balvin, una producción de Afro Bros & Jeon que pese a sus consabidos trucos musicales (tibio ritmo dancehall, estribillo de trompeta instrumental, letra sexual) supone un verdadero éxito no solo comercial sino artístico para ambos, gracias en primer lugar a su producción gustosa y elegante (una característica que define el sonido de J Balvin son sus cuidadas producciones), en segundo al mencionado estribillo, muy pegadizo, y sobre todo a la composición melódica de la canción, que es de un supremo gusto pese a su letra “cuéntale a tu amiga cómo te quito el estrés”.

21
Mitski

“Dios, qué sola estoy” es literalmente la frase propia de Estela Reynolds con la que empieza ‘Nobody’. La canción habla por supuesto de la soledad, haciendo uso en su letra de pasajes verdaderamente deprimentes como “estoy sola, así que abro la ventana para escuchar el sonido de la gente” o “no quiero tu compasión, solo quiero a alguien cerca”, emparejados a su vez con frases de tintes más bien tragicómicos, como el que menciona que el “cambio climático destruyó Venus, el planeta del amor” para preguntarse: “¿es que esa gente también quería demasiado?” Es curioso, por otro lado, el ritmo disco que presenta la canción, constituyendo casi automáticamente una de las canciones más instantáneas que ha publicado Mitski hasta ahora.

20
Nathy Peluso

Sobre el mantra “este es mi jazz latino”, Nathy Peluso despliega una muy atractiva mezcla de géneros en los que cabe hip-hop, ritmos urban, guitarras españolas, vientos latinos y voces soul hacia el final, bajo la producción de Pedro Campos. La letra vuelve a ser para enmarcar debido a su autoafirmación desde el momento en que arranca: “Soy nena muy rica latinoamericana / de chiquita tenía bombachita de bandana / Lo que menos me importa es tu banana / Acércate que te enseño katana”… hasta que acaba “Al escribir yo siento la paz / Me importa un pepino que concha dirás / Yo hago música para el mundo / Mi mensaje es tan profundo / For all motherfuckers”. ‘La Sandunguera’ logra que la idea de una Celia Cruz de nuestro tiempo no resulte escandalosa ni exagerada.

19
Christine and the Queens

‘Chris’ es un trabajo mucho más complejo y rico de lo que deja ver en su superficie, un tratado de funk retro y pop aparentemente ligero bajo el que subyace un ejercicio de afirmación femenina, sexual y social. Uno de los más brillantes ejemplos de esto es ‘Doesn’t Matter’: pese a su apariencia desenfadada, con Prince y MJ en el retrovisor, esconde una letra oscura en la que le asaltan fantasmas del pasado –la idea del suicidio derivada del acoso escolar–. Y ella decide ahuyentar esos fantasmas de la mejor manera: bailando.

18
Troye Sivan

‘My My My!’ es el ‘Green Light’ de Troye Sivan, el himno de un joven gay que saborea su juventud y libertad al máximo, subyugado por la vorágine de una pista de baile abarrotada y por la euforia del momento, atreviéndose además a explotar su sensualidad sin ataduras. Es la mejor frase de una canción de Madonna hecha canción (es muy fan). Ella cantaba “only when I’m dancing can I feel this free” en ‘Into the Groove’, y las connotaciones sociales de aquella frase, inevitablemente ligadas a la comunidad LGBTQ en el Nueva York de 1985, resuenan en esta ‘My My My!’ que invita a liberarse en la pista de baile (el templo de la comunidad queer), sin que importe lo demás. En un momento crucial para la representación “queer” en el mundo del pop, ‘My My My!’ es importante e irresistible.

17
Azealia Banks

La falta de profesionalidad ha dañado durante estos años la imagen de Azealia Banks y parece difícil que alguien en la industria vuelva a apostar en firme por ella. Por eso es un alivio que, para lo que nos importa, la cantante nos haya devuelto la fe en su música con este pepinazo de música house en la onda de Ce Ce Peniston que se llama como la directora de ‘Vogue’, pero sin mencionarla. Hay quien ve en ‘Anna Wintour’ una canción para el “voguing” popularizado en la comunidad gay de Nueva York a finales de los 80, pero para Banks es una vía para expresar su empoderamiento y lo orgullosa que está de sí misma. Lo cual es compatible a su vez con la llegada del amor, con unos celebratorios “then you show me, now I believe” y “now I feel in love” que nos devuelven definitivamente la fe en el amor, en ella y en lo imperecedero del mensaje de Donna Summer y Chic. La música de baile como camino para encontrar la felicidad y el amor y para acentuar esa sensación de plenitud y euforia.

16
Robyn

‘Missing U’ recuerda a otros clásicos de Robyn como ‘With Every Heartbeat’, quizá demasiado tras tanta espera, si bien se beneficia de la falta de interés que han mostrado los artistas de 2018 hacia el electropop, con alguna salvedad como Troye Sivan. En un escenario lleno de ritmos dembow, trap o latinos, ‘Missing U’ consigue sonar fresca donde en 2012 quizá no lo habría hecho tanto. Además, su letra, traumatizada por la pérdida de alguien, recuerda “los planes que íbamos a hacer y nunca ocurrieron” o “el olor que has dejado sobre mi almohada”, consolándose: “al menos me has dejado algo” y, al final del todo, “todo el amor que has dejado todavía me define”.

15
Janelle Monáe

Compuesto junto a Justin Tranter y Julia Michaels, ‘Make Me Feel’ era un auténtico pepinazo funk con el que Janelle se postulaba como heredera directa a todos los efectos de Prince. Y no sólo porque musicalmente se nutriese claramente de singles como ‘Kiss’ o ‘1999’, sino porque ella misma adoptaba la posición icónica del genio de Minneapolis –incluso guitarra en mano–, mostrando su bisexualidad en un ultracolorido vídeo en el que aparece muy sexy pero no sumisa, sino poderosa. Janelle aseguraba además que Prince había «ayudado a aportar sonidos» a este single y al disco.

14
Let’s Eat Grandma

Un auténtico temazo de pop poderoso, ‘It’s Not Just Me’ tenía gran potencial comercial pero era a la vez personal. De nuevo producida por SOPHIE y Faris Badwan y compuesta por las propias Rosa Walton y Jenny Hollingworth, se trata de una canción repleta de ganchos, que recuerda a las mejores composiciones de Chvrches, está interpretada con la garra y ese extra de emoción post-adolescente que tan bien captura Lorde, y suena, por momentos, como si los noruegos Röyksopp estuvieran en el ajo.

13
J Balvin, Rosalía

Como eje principal de ‘Vibras’, a modo de pináculo, deslumbra la gran joya del notable álbum de J Balvin, una colaboración con Rosalía que se mueve entre dos aguas. ¿Es un tema de la catalana, que brinda ese rotundo gancho melódico, con «tra»s y pitos a modo de adlibs sobre esqueléticos acordes de guitarra? ¿O es un ejemplo de la audacia del colombiano para tomar de aquí (ritmo de cumbia susurrado) y allá (dub) y llevárselo a su terreno? Todo eso a la vez, claro, pero lo que sí es con toda seguridad es una brillante (¡je!) colisión entre dos de los artistas más relevantes de 2018, que además destaca en su apartado lírico al mostrar a una mujer que toma la iniciativa en una relación.

12
Soleá Morente

‘Baila conmigo’ se presentaba con un vídeo dirigido por Silvia Coca que ponía el acento en la estética retro, con bolas discos, cromas con figuras geométricas y la propia artista con una espectacular cresta punk hecha a base de rulos. El clip ayuda a realzar una letra –obra de Lorena Álvarez, de nuevo– con algunos puntos alucinantes que se aleja de los tópicos de una canción hedonista y antimoscones: frases como “no tengo nada de qué hablar, hoy tengo el guapo subido”, “deja de hablar del sistema, el sistema no tiene la culpa de todas tus penas, y baila con esta morena”, “¿de qué te sirve ser tan listo si ni siquiera puedes seguirme el ritmo?” o ese “siento si te he ofendido, pero cuando me hablas solo oigo un zumbido y yo lo que quiero es bailar” de su estribillo son dianas clarísimas.

11

En muchos sentidos, ‘Little Dark Age‘ recupera el espíritu pop que la música de MGMT había esquivado deliberadamente desde que se acabó la promoción de ‘Time to Pretend’ y ‘Kids’. Y la mejor muestra es este tema claramente inspirado en el italo disco ochentero con resultados más explosivos que el último disco de Phoenix, con el estribillo más reluciente que se recuerda a cualquiera de las dos bandas en al menos un lustro. La letra parece la culminación de todo un “bromance” que no puede dejar de recordar al himno gay de Franz Ferdinand, que de hecho también se llamaba ‘Michael’.

10
Carolina Durante

Carolina Durante han pegado el petardazo con este tema encandilando tanto a gente que se ríe de los pijos, como a pijos conscientes de serlo, como a gente que cree ser del primer grupo y es del segundo. Esta pegadiza canción, que incluye frases ya míticas del repertorio de los Durante como «Todos mis amigos se llaman Cayetano / no votan al PP, votan a Ciudadanos” o “Morat, Taburete / qué grupazos / en sus conciertos, cómo lo pasamos”, era el mayor hit del grupo hasta la llegada de su colaboración con Amaia, y su vídeo, con cameos de Inés Arrimadas, por supuesto Morat y Taburete e incluso un vinilo de Los Nikis (posiblemente la mayor influencia del grupo) era absolutamente imperdible.

9
Bad Gyal

Algunos de los muchos ganchos de ‘Candela’ dicen exactamente “yo me pongo el Gucci y empiezo a confiar (vacilar)”, “salgo pa la calle y pico a la maría” o “ya me lo prendo… ¡¡pásalo!!”. También generan adicción esos “quiero que la música llegue pa’ tos / Vamos para el party y nos juntamos tos / Vamo’ a hacerlo” que quedan descolgados para bien o, después, el “tequila me hace moverme loquita”. Pero lo que termina de volvernos locos en medio de esta ambientación dancehall -y ojo, la música ha sido co-escrita por el productor Marc Gassel, Dubbel Dutch, quien ha trabajado con Popcaan-, son esas guitarras eléctricas tocadas por Noah Gersh (ex Portugal. The Man), un poco latinas en el sentido Juanes de la palabra, pero también muy John Frusciante y un pelín Nirvana. “Yo no quiero irme pa’ casa”, termina repitiendo el tema en su glorioso final. ¿Y quién sí, después de esto?

8
Christina Aguilera

Independientemente de cuál haya sido su recorrido comercial, Christina Aguilera puede estar bien orgullosa de este ‘Accelerate’ que está entre lo más avanzado que jamás haya grabado. Aguilera menciona Nueva York (“y todo el mundo”) nada más empezar, y Ty Dolla $ign Los Ángeles (“y todo el mundo”), como si se hubieran planteado este single como un homenaje a la música de moda en estas ciudades a lo largo de las décadas. Hay algo del jazz de Harlem en ese ritmo acelerado sobre el que algunos de los participantes parecen improvisar, hay algo de las fiestas funky de Studio 54 y de Parliament en ese teclado que emerge tan cósmico de vez en cuando pero que nunca llega a mutar en explosión disco; hay algo de la vocación pop de las artistas curtidas en Nueva York de toda la vida (de Debbie Harry a la propia Aguilera) en un pre-estribillo y un estribillo nítidos en medio de todo esto; pero también, como anunciaban ambos, esto es un viaje por el mundo. En ‘Accelerate’ cada pista parece provenir de un lugar diferente, haciéndonos recordar marcianadas olvidadas como aquel momento en que los alemanes Kraftwerk influían en los albores del hip-hop tanto en el Bronx, con ‘Planet Rock’ de Afrika Bambaattaa (1982), como en el de Los Ángeles, vía Uncle Jamm’s Army (1984). Pero sobre todo ‘Accelerate’ despunta porque nada de eso parece estar ahí en absoluto, conformando todo un himno del futuro. De una primera escucha en que te pasas 2 minutos esperando a que la canción empiece de una vez… hasta la revelación final en que todo encaja y se te va la olla preguntándote de dónde coño viene cada una de sus apasionantes pistas.

7
Childish Gambino

El impacto que ha tenido Childish Gambino con el vídeo de ‘This Is America’ ha estado claro desde que lo vimos viralizándose hasta en el Youtube español. Esta canción de hip-hop con partes góspel y percusiones tribales le ha dado al también actor su primer número en Estados Unidos y es ya su canción más icónica. En ella colaboran hasta siete raperos, que son Chance the Rapper, Offset, Problem, Blocboy JB, Young Thug, 21 Savage y Big Sean. Pero lo más recordado de ella será su explícito videoclip, en el que un Donald Glover descamisado interrumpe la interpretación de la canción para asesinar a varias personas, en un turbio retrato de la brutalidad policial en Estados Unidos (y con cameo de SZA).

6
Cardi B, Bad Bunny, J Balvin

Una de las canciones del verano, ‘I Like It’ presenta la particularidad de basarse en ‘I Like It Like That’, el clásico bugalú de Pete Rodríguez, y de hecho el título del tema de Cardi B no es casual, ya que el sample es tan prominente que conforma la base melódica de la canción, que da lugar a su vez a su parte más pegadiza, la que se corresponde al estribillo, interpretada por Cardi (“Oh I need the dollars, beat it up like piñatas”). Se llegó a hablar de ‘I Like It’ en términos de que pudiera ser la próxima ‘Despacito‘, y aunque realmente no ha alcanzado tal popularidad, el tema estaba igualmente lleno de ganchos, destacando ese “they call me Cardi Bardi, banging body, spicy mami, hot tamale” y más de una referencia a la cultura popular, con menciones a Lady Gaga y a ‘Mi gente’.

5
Kacey Musgraves

‘High Horse’ ridiculiza a esos tipos misóginos que se creen por encima del bien y del mal y ven en las mujeres a meros objetos de sus bromas y deseos (John Waynes, les denomina explícitamente en su canción). Este híbrido country-disco-pop, llevado a la gloria por la gran frase contra el machito arrogante del viejo Oeste “¿por qué no haces “arre, arre” y te piras de la ciudad?”, es el gran puente entre la antigua y la nueva Kacey, la prueba irrefutable de que el country también puede ser amigo de los nuevos tiempos, a pesar del poco interés que puedan haber mostrado por ella las radios.

4
C. Tangana

‘Llorando en la limo’ se alejaba del autoendiosamiento generalizado de ‘Ídolo’ y nos devolvía a ese Puchito romántico y emocional de sus inicios, con esos “que le jodan al dinero, quiero estar contigo / estoy enamorao del queso [Nde: los euros], pero prefiero tus besos”. De paso Antón, mientras “llora a 180 en un Ferrari (parece un tsunami)”, se mofa de las críticas, presumiendo de su nuevo estatus estelar”. Luego pasa al ataque: en la segunda parte del clip oficial suena la sorprendente y pseudo-Kendrick Lamar ‘Cabernet Sauvignon’, con la que se despacha a gusto contra sus enemigos y, de paso, hace un recuento de viejos y nuevos aliados. Pero donde mejor escenifica Tangana que no olvida sus orígenes en la escena del rap urbano y underground es citando a Chirie Vegas, mostrando en el vídeo el CD de ‘Vintage’ durante la frase “Dios bendiga al reggaetón, Dios bendiga a Daddy”, a su vez una referencia a Daddy Yankee. Un detallazo.

3
SOPHIE

Conocida en foros como ‘Immaterial Girl’ desde que SOPHIE la presentara en directo hace unos meses, por su mismo título y sobre todo por su estribillo “immaterial girls, immaterial boys”, la pista 8 del álbum debut oficial de SOPHIE remitía a ‘Material Girl’ de Madonna. 30 años después de la publicación de aquella canción, en la que Madonna subvertía el rol de género tradicional cantando que ella, una mujer, tenía más dinero que muchos hombres, SOPHIE se encuentra en un “mundo totalmente nuevo”, en el estado más avanzado de lo que Zygmunt Bauman ha venido a llamar “modernidad líquida”, en el que las identidades humanas ya no se definen tanto por la rígida dualidad hombre vs. mujer, sino que son en sí mismas flexibles, elásticas, permutables y, como en el caso de esta canción, “inmateriales”. SOPHIE celebra en ‘Immaterial’ que puede convertirse en “todo lo que yo quiera, en cualquier sitio, cualquier persona, cualquier estilo y forma, todo lo que quiera”, pero a la vez se muestra perdida, preguntándose: “sin mis piernas ni mi cabello, sin mis genes ni mi sangre, sin nombre y sin ningún tipo de historia, ¿dónde vivo? ¿dónde existo?” La belleza de ‘Immaterial’ es que expresa la validez de una identidad “inmaterial”, de espíritu, que puede llegar a ser muy familiar al colectivo LGBTQI+, y lo hace mediante unos ritmos contundentes, bailables e incluso un poco “bubblegum”, constituyendo un verdadero himno que en directo se crece como una bestia.

2
Ariana Grande

Ariana Grande estaba en una posición difícil con su regreso, y no solo por las posibilidades de éxito, sino también por las implicaciones éticas: tras lo ocurrido en el atentado del pasado año, muchos consideraban que volver con un rompepistas a lo ‘Into You’ mostraría poco tacto respeto a sus fans fallecidos, y que debería dedicarles una balada como primer single… posible movimiento que otros criticaban por ser una forma de aprovecharse de la tragedia. ¿Y qué ha hecho Ariana? Ni una ni otra: ha vuelto con un medio tiempo más cercano al bop que a la balada y con un mensaje que, si bien no está explícitamente dirigido a los supervivientes y familiares de fallecidos, puede entenderse como tal, y desde luego como mensaje de superación al margen de lo que sucedió en Manchester. Lo extramusical es de evidente importancia en este contexto, pero es que lo musical no se queda atrás: la autora de ‘Dangerous Woman’ presenta un estribillo que es a la vez melancólico y alegre, y un post-estribillo con gancho inmediato, todo envuelto en ese sonido noventero que parece estar de vuelta. Confirmado como un homenaje muy sutil a las víctimas del atentado (hay un guiño a la ciudad en su videoclip, que también parece incluir referencias a las arquitecturas imposibles de Escher o a los espacios mentales de ‘Origen’), ‘no tears left to cry’ viene a decir claramente que ella va a seguir adelante porque no le quedan “lágrimas que llorar”.

1
Rosalía

‘Malamente’ suponía la reinvención de Rosalía, compensando el flamenco pseudotradicionalista de su debut ‘Los Ángeles’ y la faceta contemporánea, con tintes de R&B y hip hop, a los que dio rienda suelta en sus varias colaboraciones con C. Tangana (quien co-escribe el tema y hace coros). ‘Malamente’ es exactamente lo que cabía esperar de ese choque entre folclore y modernidad que prometía. Con un potente ritmo construido a partir de un tocar de palmas, un tambor herreño (la nota de prensa explica que el origen de esta canción tuvo lugar en la Isla del Hierro) y la clásica caja de ritmos TR-808, Rosalía canta una melodía aflamencada sobre mal fario y “mal querer” que, a la postre, se entrelaza con maneras R&B y soul, salpicadas de coros y jaleos (los “mu mal”, los “illo”) en la que es posiblemente su única conexión real con el trap, como la propia Rosalía ha explicado. Una canción fascinante, en la que pasan muchas cosas por segundo, que hipnotiza y seduce, y que ha catapultado a Rosalía al éxito nacional (es triple platino pese a no haber sido número uno) e internacional, gran actuación en los EMA incluida.

Offset invade el escenario de Cardi B para pedirle otra oportunidad: sale mal

13

Apenas una semana después de que Cardi B anunciara que la relación entre ella y su marido, el rapero integrante del trío Migos conocido como Offset, estaba rota, volvemos a saber del devenir de esta pareja. Al parecer el artista de Atlanta no se resigna a dejar escapar a la madre de su hija Kulture y anoche, durante la actuación de Cardi en un festival de Los Ángeles, se plantó sobre el escenario interrumpiendo la actuación, con un ramo de rosas blancas en las manos y unos carteles compuestos también por flores donde se leía «Take Me Back Cardi» («Déjame volver Cardi», más o menos). Quizá esperaba que su amada se derrumbara y se echara en sus brazos, pero nada más lejos de la realidad: como atestiguan vídeos de espectadores, la rapera, visiblemente contrariada, le abronca sin que pueda oírse qué le dice. Offset finalmente abandona el escenario con el rabo entre las piernas y las flores son retiradas.

Horas después Cardi subía un vídeo a Instagram aunque no hablaba específicamente del asunto, sino que justificaba la defensa que había hecho de su futuro ex-marido en los últimos días, ante los insultos que sus fans habían proferido hacia él. “Violentando al padre de mi bebé no me va a hacer sentir mejor en absoluto, porque al final del día, sigue siendo mi familia», dice en el clip, asegurando que se había malinterpretado sus palabras pidiendo que se dejara de insultar a Offset con una posible reconciliación. El integrante de Migos, que debía haber publicado un disco en solitario el pasado viernes que ha sido pospuesto sin nueva fecha, publicó un vídeo pidiendo perdón a Cardi días atrás por sus supuestas infidelidades, recibiendo numerosos insultos y desprecios.

Por otra parte, Pitchfork recoge que el director del festival Rolling Loud donde todo esto acaeció asegura que ellos no permitieron el acceso de Offset al escenario, puesto que sólo el equipo de Cardi B, como el de cualquier otro artista, tiene el control de lo que sucede sobre él.

‘Worry About the Wind’ de HAL: tu primer tema puede destruir tu carrera

2

A veces una sola canción, casi perfecta, es todo lo que basta para hacer a un grupo grande. Pero a veces esa sola canción resulta ser la única. Cuando se trata de un grupo tan joven como HAL lo eran en 2004 -año de la publicación de este single de debut- parece realmente injusto, un pico alcanzado tan pronto que se traduce en una carrera inevitablemente cuesta abajo. Y sin embargo, ese momento feliz, suspendido en el tiempo, ¡es tan perfecto!

Los hermanos Dave y Paul Allen formaron HAL en 2003 en Irlanda y para el año siguiente ya se los estaban rifando varias indies, de las cuales se llevó la palma finalmente Rough Trade. Su soft-rock con reminiscencias bitransatlánticas (sonidos californianos pero también ecos de los mejores Supertramp) encerraba mucho potencial, sobre todo con canciones bajo el brazo como ‘Play the Hits’ o esta ‘Worry About The Wind’. El sello no escatimó en productores para preparar su primer álbum (Ian Stanley de Tears for Fears, Stephen Street, Edwyn Collins…) y todo apuntaba a que serían unos dignos sucesores de sus compatriotas The Thrills en su fórmula tan early 00’s de rock retro y melodías pop. Y sus pintas, que recordaban a los Small Faces, sólo podrían ayudar a ese objetivo.

‘Worry About The Wind’ comienza con madera de clásico: un riff de guitarra sutil pero memorable, sobre una base de reposado soft-rock con un precioso piano. En el momento justo entra la voz de Dave Allen, en un falsete transparente que frasea una melodía hermosa y melancólica: “Sigo pensando, preocupándome, por aquel tiempo / en el que solías escapar y no calculabas el coste”. Un verso inicial que anuncia una letra de dificultades sentimentales que sobrevuelan la bella sucesión de giros melódicos hasta alcanzar un estribillo que parece anticipar el desencuentro (“a mí me preocupa el viento / y a ti la lluvia”) pero que en la segunda vuelta del mismo -máximo drama en la voz- alcanza la redención (“seguiré esperándote, cariño, deseando, esperando y rezando / porque tengo un dulce corazón para ti”) y una desarmante empatía “He estado preguntándome cómo te sentirás con todo ese dolor”). Alrededor de todo ello, una instrumentación verdaderamente preciosa:

Stephen Street supo dotar a la grabación de un sonido actual pero muy compatible con la tradición de pop y rock de los 60, y detalles elegantísimos, como ese remanso de paz y suaves vientos después del último estribillo, que concluye la canción en preciosa calma, con notas sueltas de órgano envueltas en lejanos ecos y el piano haciendo un maravilloso arpegio.

Meses después de tan sublime single llegaría el álbum. A pesar de las críticas entusiastas y de haber acabado en las listas de lo mejor del 2005 en Mojo y Uncut, las ventas fueron decepcionantes y el grupo acabó quemado después de un largo tour de año y medio que no trajo muchas alegrías. A pesar de que en 2007 se anunciaba la continuación, HAL acabaron tomándose dos años sabáticos y para cuando se propusieron de verdad regresar, el panorama discográfico había empeorado radicalmente (¡bienvenidos a los años 10!) y tuvieron que acabar autoediándose ese ‘The Time The Hour’ en 2012. Disco que era un digno sucesor de su debut, pero que tuvo un impacto pequeñísimo. Triste final para una carrera que nació cuesta abajo pero que no debería ser obstáculo para que disfrutemos del milagro de cómo una primera canción puede deslumbrar de tal manera. ‘Worry About The Wind’ es un verdadero clásico oculto de la década pasada.

HAL suenan en el último Popcasting de Jaime Cristóbal, disponible en este enlace.

«‘Merlí’ nos ha dejado un mensaje muy potente detrás de una trama que puede parecer meramente de instituto»

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Miss Caffeina avanzan su nuevo disco, ‘Oh Long Johnson’, previsto para principios de 2019, con ‘Merlí’, un tema electropop sobre empoderamiento y ánimo a ser uno mismo, que se ha inspirado en la serie de TV3 adoptada por Netflix. Llena de ganchos y todo un grower, claramente una de las mejores canciones del momento, está ya asentada entre lo mejor de la banda. Hablamos con Alberto Jiménez sobre cómo descubrieron la serie, el puente en catalán de la canción, el vídeo con formato Stories de Instagram o las redes sociales, que será un tema recurrente en dicho álbum. Os recordamos que la nueva gira de Miss Caffeina ya está anunciada.

¿De quién fue la idea de hacer una canción sobre la serie ‘Merlí’? ¿Qué miembros del grupo han visto la serie y cuáles realmente no?
Creo que el primero que vio la serie fue Álvaro y estuvo insistiendo durante mucho tiempo en que la viese. Luego Sergio también la vio y no paraban de hablar de los personajes y las tramas, y finalmente caímos Antonio y yo. ‘Merlí’ la compuso Sergio, fue de las primeras demos que nos mandó. La verdad es que a los cuatro esta serie nos ha tocado la fibra, y nos ha llegado un mensaje muy potente detrás de una trama que puede parecer meramente de instituto.

Sacar un single sobre un tema tan concreto, tan ajeno para la gente que no ha visto la serie, ¿no era una decisión un poco arriesgada por ejemplo de cara a intentar sonar en Los 40 como con el disco anterior? Al final la reacción ha sido buena, pero por un momento pensamos que era un poco «buzz single».
Es que la canción no pretende ni ser banda sonora de la serie, ni enteramente descriptiva de esta. Normalmente te inspiras en una relación rota, en una persona que no te hace bien, en algún momento muy feliz… y en este caso nos ha inspirado una serie, pero no quiere decir que cuando escuches la canción necesariamente tengas que relacionarlo sólo con la serie. Creo que habla más de verdades universales o patrones que no paramos de repetir una y otra vez. En definitiva no tienes que ver la serie para entender la canción. ¿Es arriesgado? Sí, pero es que si no lo hacemos así son aburrimos rápido de todo.

¿Habéis tenido alguna reacción de la productora de ‘Merlí’, los creadores de la serie o de la cadena?
Varios de los actores compartieron la canción en sus redes sociales y nos hizo mucha ilusión, pero más allá de eso nada. Supongo que la han escuchado, pero no nos han comentado directamente.

«Nosotros estamos metidos a saco también en este mundo de la sobreexposición y sería absurdo creernos especiales»

¿De qué manera creéis que el vídeo inspirado en los Stories de IG enriquece el contenido de la canción? Al final parece más como una celebración de los mismos que una crítica a las redes, como parece que va a tratar el álbum.
Nysu siempre crea imágenes muy potentes y la idea en este vídeo también era que fuese algo que la gente tuviese que ver una y otra vez. Un buen vídeo siempre ayuda a que la canción llegue mejor. He crecido con la MTV, supongo que me entiendes. En realidad no es una crítica sin más, porque nosotros estamos metidos a saco también en este mundo de la sobreexposición y sería absurdo creernos especiales, es más un análisis del mundo en el que vivimos. Nosotros te lo describimos y tenemos una opinión, pero en realidad es más interesante hacer pensar a la gente, no masticarlo demasiado. Al final a nosotros este mundo también nos beneficia.

Estos días están saliendo noticias sobre el spin-off de ‘Merlí’, centrado en el personaje de Pol. ¿Estáis siguiendo las noticias con excitación o tenéis vuestras reservas?
Estamos muy expectantes, no he hablado con los chicos bien sobre esto, pero yo creo que en mi caso soy muy facilón. Una vez me he enamorado de los personajes quiero saber más sobre lo que fue de ellos. No te digo más que seguí viendo ‘Anatomía de Grey’ cuando ya era un sinsentido. Tenemos ganas de ver la nueva serie.

¿Creéis que la canción podría llegar a sonar en ese spin-off? ¿Alguien en vuestra editorial está ya manos a la obra con este tema?
Sería un honor y tendría mucho sentido, pero nosotros no vamos a forzar nada. Tiene que ser más orgánico. Al final la canción está ahí para quien la quiera escuchar.

El puente en catalán es una de las gracias de la canción, pues más o menos todo el mundo sabe qué significa «què fem» o «viure, nen». ¿En algún momento a alguien en el grupo, sello, amigos o familiares, le ha parecido una decisión controvertida meter una parte de letra en catalán? No lo digo tanto por la situación política como por la mezcla de idiomas. Hasta hace poco ni siquiera el Spanglish estaba muy bien visto en las letras de las canciones.
No pensamos nada al respecto hasta que decidimos que iba a ser el single y alguien, de forma anecdótica, dijo: «¿Te imaginas que a alguien le sienta mal que cantemos en catalán?» y la conversación acabó ahí. No le dimos más importancia. No había pensado en lo que me comentas del Mix de idiomas, pero supongo que no es lo mismo ‘La isla Bonita’ de Madonna, o con la gracia que lo hacía Gloria Estefan, que el «I love you, mi vida» que fue a Eurovisión. Todo es cuestión de cómo lo utilices.

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Muere Chiquetete a los 70 años a causa de un paro cardíaco

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Esta madrugada ha muerto Antonio José Cortés Pantoja «Chiquetete», en Sevilla, al sufrir un infarto, a los 70 años de edad. El cantante de flamenco estaba hospitalizado debido a una operación de cadera que se ha complicado, falleciendo finalmente a causa de un paro cardíaco.

El artista se había abierto camino en el mundo de la música tan pronto como a los 12 años como parte de Los Algecireños. En 1976 obtuvo el Premio Mairena del Alcor y emprendió una carrera en solitario con el disco ‘Triana despierta’. Desde los 80 alternó el flamenco con la balada, cosechando varios éxitos. Los álbumes ‘Aprende a soñar (1982) y ‘Ser amante’ (1983) recibieron sendos discos de platino mientras que ‘Eres mía’ era disco de oro en 1984. Este último contenía su canción más recordada, ‘Esta cobardía’, que alcanzaba el top 20 de las listas españolas precisamente durante la Navidad de aquel 1984.

En 2017 había editado el álbum ‘La magia de una voz’ tras un parón de más de una década en cuanto a nuevos lanzamientos, llegando a realizar gira. Este año era noticia por haberse quitado la barba en la Cabalgata de Reyes Magos de Madrid. Entre quienes han reivindicado su figura en los últimos años encontramos a Diana Aller,Las Chillers o Pastora Soler, que acaba de comentar sobre su muerte: «Un creador único y genuino que tanto aportó a la nuestra música, una voz personal y emocionante que siempre recordaremos. DEP».

Kanye West y Pete Davidson dan un toque a Ariana Grande sobre salud mental

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Este viernes Ariana Grande lanzaba una nueva canción llamada ‘Imagine’ y una de las formas de promocionarla era un tuit en el que la cantante apelaba indirectamente al beef entre Kanye West y Drake. Kanye acusaba a Drake de haberle «amenazado», y Ariana escribía, jocosamente, que sabía que el mundo estaba muy ocupado con “dos hombres adultos discutiendo online” pero que la gente hiciera hueco para su nueva canción “y la de Miley”, en este caso un villancico en el que Cyrus versiona a John Lennon con Sean Ono Lennon.

La broma de Grande no ha gustado nada a Kanye, que ha puesto en Twitter que sabe que “Ariana ha dicho esto como algo guay, y que no tenía ninguna intención de hacer daño”, pero ha mostrado su preocupación por que la gente se tome “la salud mental a broma”. Ariana Grande ha borrado el tuit, y se ha disculpado por su “insensibilidad” y por la “estúpida broma”.

Pete Davidson, ex de Ariana y uno de los destinatarios de ‘thank u, next’, el mayor hit mundial ahora mismo, ha apoyado a Kanye en Instagram: “Bravo Kanye West por levantarte para hablar de salud mental. No puedo explicaros lo difícil que es y el miedo que da hablar con honestidad de esto. Necesitamos gente como Kanye. Nadie debería señalarte por tu valentía al hablar de salud mental. Estoy seriamente asqueado. Hago lo que puedo para seguir con vosotros pero de hecho no sé cuánto aguantaré. Realmente ya no quiero seguir en este mundo”. Después, ha borrado su cuenta de Instagram, como cuenta Pitchfork. Tras la lógica preocupación por su estado, la policía de Nueva York ha tenido que intervenir para confirmar que Pete Davidson se encuentra bien. Ariana ha visitado a Davidson y según ha tuiteado: «estoy abajo (de tu casa) y no me voy a ir a ningún lado si necesitas algo o a alguien. Sé que tienes a todo el mundo que necesitas y no soy yo, pero estoy aquí también».

Travis Scott / Astroworld

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De manera totalmente inaudita, Travis Scott alcanzaba el número 1 de la lista de streaming en España con ‘Astroworld’, su tercer álbum oficial. ¿Y qué tiene este rapero que no tengan otros, aparte de ser pareja de una de las mujeres más populares del mundo en este momento, Kylie Jenner? Pues la verdad es que, aunque su talento es innegable, la impresión es que la popularidad de la hermana pequeña de Kim Kardashian ha propulsado mucho la carrera de su chico. Lo cual no quiere decir que ‘Astroworld’ sea un mal disco, más bien al contrario: pero no es un disco especialmente comercial –aunque en él colaboren nombres tan conocidos como Kanye West, James Blake, The Weeknd, Frank Ocean, Tame Impala y hasta Stevie Wonder– ni tampoco sigue los preceptos del hip hop de moda.

Y es que la transversalidad de géneros que Travis muestra en su visión musical es, de largo, lo más brillante de ‘Astroworld’, un título que evoca de un parque de atracciones de su Houston natal (al que, pese a la polémica, evoca mejor su portada final que la primera versión). Un centro de ocio local hace pocos años se demolió y hoy, fruto de la especulación, sigue siendo un solar vacío: el respeto por las raíces musicales y familiares es, por encima del sexo, las drogas y el dinero, el tema principal del álbum. Trap, soul, rock, R&B, psicodelia, yacht-rock y funk se fusionan y mezclan entre sí en un caleidoscopio multicolor que, en una imagen recurrente en varios textos de sus canciones, suponen un trip alucinógeno de proporciones considerables. Un mix muy seductor que brilla muy especialmente en la primera parte del álbum, donde no dejan de suceder cosas fantásticas muy diferentes, a veces incluso dentro de un mismo corte. Sirva como ejemplo el bárbaro arranque con ‘Stargazing’ dividido en dos movimientos muy distintos –uno más sinuoso, otro más agresivo– que derivan en la vibrante ‘Carousel’ –con sample de Beastie Boys– coronada con un gran gancho de Frank Ocean, a la que sucede la poderosa ‘Sicko Mode’, epítome de esa montaña rusa de canciones dentro de la canción, gancho tras gancho, que caracteriza la primera parte de ‘Astroworld’.

El avezado corte junto a Drake es la joya de la corona de un estilo de producción que encumbra a Scott en esa faceta (sí, produce varios temas, pero más que los beats en sí lo alucinante es su visión para hacer encajar elementos aparentemente inconexos). Un estilo que despliega en todo el álbum y lo dota de entidad, más allá de los estilos hacia los que se escore o lo algo más desacertado de su segunda mitad, donde el magnetismo de su propuesta se hace más intermitente, con temas de trap más recurrentes que, pese a todo, siempre guardan detalles interesantes. Como ‘Astrothunder’, con el maravilloso fondo musical que aportan dos estrellas tan lejanas a priori como John Mayer y Thundercat, la ascética combinación de piano y bajo de ‘%5 Tint’, o ‘Coffee Bean’, con un elegantísimo best old-skool de Nineteen85.

Quizá aquejado de una extensión innecesaria (puliendo los 17 cortes hasta dejar los 12 mejores resulta una obra magnífica; a ver si cunde el ejemplo de la concreción en los últimos trabajos de Kanye), cuesta decir que ‘Astroworld’ sea la obra maestra de Travis Scott. Pero sí es indudable que ha dado un paso de gigante con respecto a ‘Birds in the Trap Sing McKnight’, gracias a canciones que conjugan de manera fabulosa contemporaneidad y clasicismo, como ‘Stop Trying To Be Good’ en la que un par de golpes de armónica del bueno de Stevie Wonder sirven de gancho hasta que un puente de James Blake nos desarma del todo.

O la gelidez electrónica contrapuesta a un candoroso Autotune de ‘R.I.P. Screw’. O el contraste de rock setentero que despliega Kevin Parker (Tame Impala es ya casi una tendencia, ahora que también han recurrido a él A$AP Rocky y Theophilus London) en ‘Skeletons’ con el magnífico flow de Travis y la inconfundible voz de Abel Tesfaye, que se multiplica y se adueña (se dice que estaba pensada para ‘My Dear Melancholy’, y que se descartó en último momento) de la sugerente ‘Wake Up’, el tema más abiertamente pop del disco. O el tándem que conforman ‘Yosemite’ y ‘Can’t Say’, con preciosas combinaciones de hip hop y guitarras. O el asfixiante ambiente de ‘Houstonfornication’, con algunos de los mejores versos del disco, que casi deja en mera anécdota al single principal del disco, ‘Butterfly Effect’. Un álbum notable, en resumen, que eleva drásticamente la figura de Travis Scott como artista y creador, haciendo que el hecho de ser pareja de una celebrity sea meramente anecdótico.

Calificación: 7,9/10
Lo mejor: ‘Sicko Mode’, ‘Wake Up’, ‘Stop Trying To Be God’, ‘Stargazing’, ‘Skeletons’, ‘Yosemite’
Te gustará si te gustan: A$AP Rocky, Rae Sremmurd, Drake
Escúchalo: Spotify

El directo de Carolina Durante, con Amaia Romero y Joaquín de Los Nikis, «sin bises ni hostias», anticipa discazo

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Asistir a un concierto con el cartel de «sold-out» colgado con meses de antelación es un éxito seguro. Tienes que ser muy cafre para joderla: la gente está entregada desde antes del segundo cero, cada vez que un pipa aparece por el escenario para comprobar un cable o un micro, hay vitoreos; cada minuto de retraso puede implicar una pitada que denota de todo excepto indiferencia. Carolina Durante se retrasaron solo unos minutos en el primero de sus dos «sold-outs» en OchoyMedio, pero se palpaban las ganas de fiesta en una noche en la que Madrid, atontada ya por las luces de Navidad desde hace un par de semanas, servía docenas de miles de cenas de empresa. Fotos: Nabscab.


Carolina Durante no salieron encorbatados como todos esos Cayetanos que te cruzabas por la calle camino al concierto. El cuarteto afrontó la que tenía que ser su gran noche en vaqueros y camiseta, muy confiado en sí mismo después de una considerable gira de llenazos en pequeñas salas por toda la península, y mostrando que podían ventilarse este club con capacidad para algo más de 1.000 personas… y más. ¿Acaso es la última vez que podrán hacer el OchoyMedio en mucho tiempo, en concreto hasta que decaigan, como han anticipado en Shangay?

En cualquier caso, la gente lo cantó todo: las 8 canciones que tienen subidas a las plataformas de streaming, desde que ‘Niña de hielo’ sonó en tercer lugar, hasta la final ‘La noche de los muertos vivientes’ -«sin bises ni hostias» en sus propias palabras-, pasando por ‘300 golpes’ o ‘El himno titular’ en la primera mitad, ‘Necromántico’ en el ecuador o ‘En verano’ en penúltimo lugar. En ellas volaron los minis de cerveza, abundaron los pogos, espontáneos y espontáneas se subieron una y otra vez al escenario hasta que alguien los echó. Incluso uno osó hacerse un selfie con el cantante, Diego Ibáñez, tras ‘Cayetano’. Pero es que hubo más.

El grupo ha cuidado su sonido y, aunque en directo parecen más concentrados en su vena punk que en desarrollar sus matices, con Diego sin parar de moverse hecho un ovillo por todo el escenario, la clave del éxito de su directo actual es que las letras de los futuros hits se entienden perfectamente, anticipando un disco aparentemente muy notable que no puede estar más hypeado. Hay un tema nuevo llamado ‘Joder, no sé’. Hay otro con la grandiosidad de ‘Heroes’ de David Bowie que dice algo así como «Y acabará / es lo normal / el tiempo pasa / lo nuestro, igual» (¿será su ‘Qué nos va a pasar’?). Hay otro que dice «cuídame como a tu perro, es lo que soy» (ya en Youtube) y otro muy pegadizo que podría llamarse «Qué te parece«.

El show ya estaba enfilado a ser de lo mejor visto este año cuando, de repente, sí, pasó: Carolina Durante invitaron a «alguien muy especial», que no era otro que Joaquín de Los Nikis vestido de preso, con quienes el grupo ha sido tan comparado, para realizar una versión de ‘Diez años en Sing-Sing’. Y 5 minutos después, Amaia Romero en su versión conjunta de Marcelo Criminal de ‘Perdona (ahora sí que sí)’, estrenada en Razzmatazz, provocando el delirio general. Fue un subidón verla en este lugar, a esta hora, quién lo va a dudar; pero prometo que no robó por completo el show: fue la guinda, más bien. Lo más excitante de un grupo novel -recordemos, aún sin disco, lo distribuirá Universal en relación con Sonido Muchacho- es que se vaya superando, y Carolina Durante no han hecho otra cosa desde que los conocimos. 9.