Entre los nuevos discos publicados esta semana se encuentra ‘Fountain Baby’, el nuevo trabajo de Amaarae. Se trata de su debut en Interscope y será el Disco de la Semana en estas páginas.
‘Co-Sign‘, el segundo sencillo de ‘Fountain Baby’, ya fue Canción Del Día gracias a sus divertidas referencias zodiacales. En ‘Fountain Baby’ son varios los cortes destacados, entre los cuales hoy nos detenemos en otro de los singles oficiales.
‘Wasted Eyes’ es uno de los temas más potentes de ‘Fountain Baby’ a nivel de producción. Es evidente porque su base contiene efectos de disparos, una idea que no podemos asociar ya solo a M.I.A., pues también La Zowi le ha sacado jugo.
El contraste entre la dureza de la base y la dulce voz de Amaarae sobresale en ‘Wasted Eyes’, construyendo una dignísima producción de afrobeat moderno. En ella, Amaarae nos canta que es una «ninja» en la discoteca, pero que prefiere no enamorarse: «tengo demasiadas cosas que perder, y tú no me quieres con todo tu honor».
El videoclip de ‘Wasted Eyes’ continúa en la paleta de color azul oscuro que podemos ver por ejemplo en la portada de ‘Fountain Baby’ o en la imagen que ilustra este post. Dirigido por Lauren Dunn, en el clip vemos a Amaarae haciendo de ninja frente a una pecera. Misteriosos visuales para una canción imponente.
Slappy Av, el proyecto de Moisés Mena Díez, es uno de los jóvenes emergentes que ha apostado por el hyperpop en España. Lleva unos años haciendo música pero sus últimas mixtapes suenan especialmente actuales. ‘Warro Namorao’, ‘Astrozorras’ o ‘Tóxico Namoradizo’ son perfectos titulares de lo que son sus letras y estilo. Slappy Av es el invitado de nuestra sección Meister of the Week, comisariada por Jägermusic, en la que un artista nos habla de una pasión oculta. Él ha elegido hablar de un tema (o temas) que a simple vista parecen muy poco homogéneos: el skate, la ropa ancha y la música.
¿Por qué has elegido hablar de skate, ropa ancha y música en esta sección?
El skate fue lo que me introdujo en el mundo de la música, la ropa y todo lo relacionado. Lo que me cambió la forma de pensar e hizo que descubriese mundos que no estaban a mi alrededor.
¿De qué manera son términos que se puedan unir en tu día a día?
Aunque ya patino muy poco, ha seguido influyendo en mí en la forma de vestir, en las marcas que llevo y en la música que hago, en la que meto alguna referencia de skate.
El skate para ti, ¿es una estética o un hobby?
De pequeño me pasaba el día en la plaza de mi pueblo patinando horas y horas todos los días. Ahora está más en un segundo plano detrás de la música, pero claramente es un hobby antes que una estética, aunque vayan muy ligados.
¿Cómo entraste en contacto con este mundo?
Empecé a patinar por mi primo mayor y me junté con su grupo de amigos, los que mantengo hasta hoy. Por eso pasé mi adolescencia con gente 2 o 3 años mayor que yo. Igual hizo que viera algunas cosas de otra manera. Actualmente en el grupo patinamos poco, pero sigo manteniendo otros colegas que hice gracias al skate que siguen patinando a diario.
¿Qué opinas del prejuicio generalizado de que los skaters son unos rompecorazones y terribles compañeros amorosos?
(risas) Totalmente cierto. Los skaters solo piensan en ellos y su skate, nunca te van a tener como prioridad. Quizá es eso (risas). Supongo que habrá de todo, pero muchas veces el prejuicio acierta.
Ropa ancha, ¿para acompañar al estilo skater o por comodidad?
Por las dos, supongo que también es lo que más me ha gustado siempre. Con lo que mejor me he visto y lo que mejor creo que le queda a mi físico.
En tu último lanzamiento hablas de que a tu Maison Margiela no se le van unas manchas muy específicas y muy difíciles de quitar… ¿en qué situación te pones una prenda de haute couture como esa?
Sinceramente hasta para cocinar a veces. No me doy cuenta. Suelo ir por casa vestido. Nunca me ha gustado mucho llevar pijama, así que en cualquier situación (risas). Tampoco tengo tantas prendas de diseñador, no soy rico, pero sí me gusta ir teniendo más.
Gus Van Sant retrató la estética skate en su peli ‘Paranoid Park’. ¿Es un referente para ti? ¿Algún otro cinematográfico?
Lo conozco, pero tampoco es que sea uno de mis referentes. Siempre me han gustado más las pelis de Woody Allen y su humor absurdo.
La ropa, la moda, ¿te inspira a la hora de hacer tu música?
Siempre. Me gusta meter referencias de moda en los temas, es algo que hacen muchos. También me gusta influir con ello en el público y que conozcan cosas de la moda que no conocen, sin ser tampoco yo un experto.
Si pudieses robarle el armario a un artista, ¿a quién sería?
(Risas) Supongo que a alguien como Lil Uzi Vert o Bladee. Seguro que tienen mucha ropa, sobretodo Uzi.
¿Cómo de importante es la forma de vestir a la hora de ser artista musical?
Más que la forma de vestir, para mí es muy importante la imagen en general. Tampoco hay que llevar una imagen forzada ni ponerte cosas que no te gustan solo por moda, hay que intentar cuidarla vistiendo como te salga a ti mismo.
Rosalía ha visitado El Hormiguero para presentar ‘Tuya‘, su nuevo single. En la entrevista, Rosalía habla de las influencias del tema, que van del reggaetón al tecno pasando por la música japonesa que ha estado escuchando, y recuerda que el rodaje del videoclip fue intenso por la escena de las aguas termales, que son naturales, y en las que se «achicharraba».
Rodado en Tokio, el vídeo de ‘Tuya’ ha servido de excusa a Rosalía para volver a visitar uno de sus países favoritos. Cuenta que Japón le hace sentir segura y admira el sentido de ritual que caracteriza a la población japonesa.
En otros puntos de la entrevista, Rosalía vuelve a hablar sobre temas de los que ya ha hablado en entrevistas previas, como la gira de ‘Motomami‘, que lleva un año en carretera; su relación con Rauw Alejandro, su amor por la producción musical o su afición a cocinar tacos.
La sorpresa de El Hormiguero viene después: Rosalía se ha vuelto a disfrazar y ha protagonizado una «cámara oculta» en la que se hace pasar por camarera de un bar madrileño. «Cristina» toma pedidos mientras interpreta partes de la letra de ‘Tuya’ y deja confundidos a los comensales. Rosalía pasa desapercibida al principio, pero pronto es reconocida.
Cuenta Vila Tobella en la entrevista que, gracias al gag, ha ganado un gran respeto por la profesión del camarero, debido a lo «dificilísimo» que es sostener una bandeja llena de platos mientras debe atender otros mil «frentes abiertos».
Primavera Sound Madrid cierra su primera edición con 150.000 asistencias a lo largo de toda la semana pasada. 42.000 personas fueron a la jornada del viernes en Arganda del Rey, y 48.000, el sábado. Las 60.000 restantes proceden del Brunch Elektronik del domingo, el concierto gratuito en el Metropolitano de Pet Shop Boys, el improvisado show de Blur en La Riviera, los múltiples conciertos en distintas salas repartidas por toda la ciudad y ese inabarcable etcétera que lleva unos años caracterizando al festival.
No son los 253.000 asistentes de Primavera Sound Barcelona 2023, pero no está mal. Sobre todo teniendo en cuenta los 30 kilómetros que separan la Ciudad del Rock de Madrid, y que hubo que cancelar una jornada en Arganda por lluvia. Además, las mismas lluvias durante días seguramente desmotivaron la venta de última hora. Durante demasiadas horas la previsión del tiempo fue desoladora. Bien pensado, es una suerte que el festival se haya podido celebrar, pese a bajas tan importantes como Halsey o New Order.
De hecho, aunque ya ni nos acordemos, el pasado jueves se vivieron momentos desconcertantes respecto a la celebración o no de Primavera Sound Madrid. Circulaban todo tipo de bulos y manipulaciones por las redes sociales. Cada cual decidió dar su opinión, cuando estaban pronosticadas tormentas eléctricas a la misma hora a la que tenían que tocar Blur en medio de la nada. «¿Qué opinas de la cancelación de esta noche?», me preguntó una compañera que me encontré en el Metro. «Nada. ¿Hay algo de lo que opinar?», fue mi respuesta. ¿Qué había que decir cuando no se sabía ni siquiera si iba a diluviar, ni durante cuánto tiempo?
Y es que por un lado estaban los de que no había que cancelar, pues no existía la certeza de que fuera a llover (y al final no llovió tanto). Y por otro, los que aseguraban que se iba a cancelar todo porque el recinto estaba ya destrozado.
En esta última línea, se tuitearon fotos del recinto encharcado que en realidad eran de 24 o incluso 48 horas antes. Se compartieron fotos del montaje de escenarios que en realidad ya habían circulado en torno a una semana antes. Había quien perjuraba que la mismísima organización quería cancelar el festival porque no había vendido entradas suficientes. Y el baile de cifras en los mentideros había sido realmente rocambolesco. Hace no tanto alguien me aseguró que Primavera Sound Madrid solo había vendido 1.500 abonos. En un evento el mismo jueves 9 de junio, alguien dio la cifra de 20.000. Y de ahí pasamos a que el festival estuviera a punto de morir de éxito (al menos en lo que a Arganda respecta), cuando durante unas horas habíamos creído que no iba a celebrarse en absoluto, por una supuesta falta de interés del respetable, lo cual resultó otra invención por completo.
El recinto el viernes lució bastante lleno, a lo largo de su decena de escenarios, con momentos de grandes aglomeraciones, sobre todo cuando se juntaron los fans de Depeche Mode actuando con media hora de retraso, con los de Kendrick Lamar, que no acertaban a adivinar a qué hora iba a salir el rapero finalmente en el escenario contiguo. Y el sábado era evidente que el festival estaba abarrotado, que era un éxito y que allí había decenas de miles de personas con la pulserita de abono o entrada de día. No, no todo el mundo lucía como invitado, que es otra de las cosas que circulaban por doquier.
Tanta gente había allí, que no hubo forma rápida de huir de Arganda, salvo que fueras uno de los afortunados que reservó plaza en el parking hace tiempo. Antes de suceder el último dramático desplazamiento de asistentes de Arganda a Madrid en la madrugada del sábado al domingo (aquello terminó siendo la mañana del domingo más bien), la organización había dado una rueda de prensa a las 17.00 horas del sábado para hacer una primera valoración sobre esta edición. Y la conversación la capitalizaba el problema de los accesos, como es normal. El tiempo medio de llegada a un recinto de conciertos desde el centro de Madrid no puede ser de 2 horas y media. Más que nada porque eso es lo que tarda el AVE de Atocha a Sants, y la tentación del Fòrum sigue siendo demasiado fuerte. Sí, escaleras, incluidas.
Almudena Heredero, directora de Primavera Sound Madrid, aceptó que valoraría si continuar en Arganda. La razón principal es la movilidad, concretamente la movilidad en situaciones excepcionales de lluvia, como las que se han visto en Madrid estos días. Un 50% de plazas de párking quedaron inhabilitadas por las tormentas: “Solo se pudieron habilitar el 50% de las plazas de párking. Nosotros apostamos por un modelo de transporte colectivo con lanzaderas, también de taxis, pero es verdad que la falta de aparcamientos dificultó ayer los accesos al recinto y tuvo que ver con las zonas inhabilitadas por las lluvias”.
Sobre la posibilidad de cambiar de recinto, Heredero indicó: «La voluntad es continuar en Madrid. Creemos en Madrid y en los madrileños. Desde la próxima semana vamos a trabajar para 2024. Consideraremos Arganda del Rey, pero tenemos que reflexionar sobre varias cuestiones (…) Hay cuestiones que tenemos que evaluar para el futuro, como la movilidad y la meteorología, porque con el agua se sufre y se hace sufrir. Una vez reflexionemos, veremos, aunque este recinto es idóneo para el festival, con limitaciones de aforo y sin inclemencias del tiempo”.
El recinto sí es idóneo para el festival, porque permite la fácil accesibilidad de un escenario a otro, multitud de barras y puestos de comida, y multitud de baños por todas partes. También hay que elogiar dos cosas que no se pueden dar por garantizadas. Una es el ambiente. Parece un milagro que no se registraran incidentes en las colas de las lanzaderas, pese a que doy fe de que la situación era desesperada tras 1, 2 y hasta 3 horas en la fila. Por suerte no llovió, ¿os imagináis? Se me ocurren varios eventos donde creo que habría ardido Troya en la misma situación. Y todo lo contrario: el ambiente era sano, por momentos divertido (¿está por ahí el malabarista de vasos?), el personal responsable de acomodar al público aguantó estoicamente, y por ejemplo nosotros terminamos compartiendo una furgoneta de taxi con otras personas de la cola, resultando en una ridícula cuenta de 60 euros entre 5 personas, por 30 kilómetros de carrera.
Y por otro lado, está la espectacular línea artística, tan diferente al resto de festivales, tan preocupada por la paridad y el público LGTB+ (incluso con puestos de información y lemas sobre lo que es «normal»), que nos ha dejado conciertos de Rosalía, St Vincent, Caroline Polachek, pero también Kelela, Sevdaliza, Kyary Pamyu Pamyu, Villano Antillano… Es este un festival que lo mismo te trae a Moldy Peaches que a Laurie Anderson, a Bad Religion que a My Morning Jacket, y no son cosas tan fáciles de ver por aquí. Salvo casos aislados, se nota que el público ha pagado 200 o 300 euros por su abono, es decir, está muy interesado en escuchar música, y así, el silencio por ejemplo ante una propuesta tan arriesgada como la que ofreció Christine and the Queens fue sepulcral. No demos nada de esto por garantizado.
‘WHERE SHE GOES’ de Bad Bunny sigue siendo el número 1 de singles en España. La batalla contra Shakira y su ‘Acróstico’ comenzaba hace tres semanas, pero parece que se ha estancado. Shakira se mantiene en la 2ª posición. Da la impresión de que han hecho una alianza por los dos primeros puestos y ni siquiera Bizarrap ha podido con ellos.
Al tema de Peso Pluma con Bizarrap (y su orgullo mexicano) le ha costado un poco más llegar a esas primeras posiciones, aunque consigue el número 3. El listón estaba alto con las últimas «sessions» de Shakira o de Duki, que sí lograron el número uno.
Además, entran en el número 9 Sky Rompiendo, Feid y Myke Towers, que se han unido en ‘El Cielo’. La posición 13 grita «Argentina» por los cuatro costados con ‘Los del Espacio’ de LIT killah, Duki, Emilia, Tiago PZK, FMK, Rusherking, Maria Becerra y Big One. Por otro lado, Quevedo entra en la lista de singles con dos temas: en el número 37 con De La Ghetto en ‘My Love’ y en el 54 ‘Quevedo #49’ con DJ Saot ST.
‘LAS BABYS’ de Aitana también ha entrado en la lista. Lo hace en el puesto 46, pero probablemente subirá más en las próximas semanas, pues el tema no se editó un viernes sino que se adelantó. Finalmente, en el puesto número 100 están Tainy y Jhayco con ‘FANTASMA / AVC’.
‘Tuya’, el nuevo tema de Rosalía, ha dado lugar a muchas especulaciones en redes sociales (para variar). La canción ya había sido calificada de historia de amor incluso antes de su estreno. Y el protagonista no era Rauw Alejandro.
El detonante fue una vocal malentendida en el estribillo: «Solo esta noche soy tuya, tuya / Solo esta noche ere’ mío, mío». El acento y la pronunciación de la segunda frase hacen que parezca que Rosalía dice «mía». Por su lado, los fans en Twitter quisieron creer que la canción estaba dedicada a una mujer. Las sospechas incluso se aventuraban a relacionar ‘Tuya’ con la amistad entre Rosalía y la actriz de ‘Euphoria’ Hunter Schafer.
Estos rumores no son nuevos: ya se había relacionado a ambas antes de que Rauw entrase en escena. Pero en esta ocasión, Rosalía sí ha dicho algo. Esta mañana ha dado una entrevista en LOS40 en la que le han preguntado por este tema. Normal, porque el hilo de Twitter en el que se explicaba toda esta teoría lleva ya 11 millones de impresiones. «Algo he visto por ahí, sí…», respondía.
Pero luego no se ha dejado caer para ningún lado de la historia. «Con lo bonito que es que cada uno se haga su historia… A mí como escritora me gusta que cada uno se haga su propia película. Es la gracia. Yo como escritora tiro de ficción y de experiencia personal. Nunca voy a romper la magia de decir esto es ficción y esto es personal. La mayoría de veces está mezclado».
Posteriormente ha hablado acerca de una colaboración soñada con Lana del Rey o del significado de ciertos números en el videoclip. También ha desmentido el discurso secreto que se les había dado. De todas formas, en Twitter, siempre habrá alguien con más imaginación que ella misma que le dé otras connotaciones. Quizá alguna vez acierten.
El próximo single de Rosalía 'TUYA' esconde una dedicación MUY especial. Nos cuenta la historia de una noche de pasión entre ella y alguien que fue muy importante en su vida: Hunter Schafer
Empieza la semana del Sónar. El festival barcelonés celebra su 30 aniversario con una programación que incluye grandes nombres como Aphex Twin, Fever Ray u Oneohtrix Point Never, entre otros imprescindibles que hemos repasado. El festival se celebra del 15 al 17 de junio, como siempre, dividido entre Sónar de Día (Fira Internacional, en la Plaza de España) y Sónar de Noche (en Fira Gran Via L’Hospitalet). Sin olvidar la siempre interesante programación de Sónar +D, el Sónar celebra 30 años de vanguardia con otro cartel lleno de joyas imperdibles como los que comentamos a continuación.
Black Coffee
El Sónar tiene fama de guardarse muchas de sus grandes joyas para el Sónar de Día. Ahí encontramos al sudafricano Nkosinathi Maphumulo, conocido por el alias de Black Coffee. Su elegante sonido rítmico, que no se centra «ni el tecno melódico, ni en el afrohouse, ni en el amapiano, sino en todo a la vez», le ha valido hasta un Grammy anglosajón. Tampoco es que lo necesitara…
Amelie Lens
“This is where I wanna be / in the club for days / I’m addicted to bass”. Este es el lema de uno los temas más populares de Amelie Lens. La DJ y productora belga está desde hace rato posicionada en el Olimpo del tecno gracias a sus intensos sets de tecno ravero, en los que confluyen influencias del acid y del tecno tribal, construyendo un show colosal.
Shygirl
Cualquiera que haya leído últimamente Jenesaispop sabe que Shygirl es una de las artistas favoritas de la redacción de los últimos años. Su innovador sonido de pop electrónico -en el que caben influencias de UK bass, garage, deconstructed club, etc- ha conquistado a Björk y Shygirl ha aparecido en el disco de remixes de Lady Gaga, pero es su disco ‘Nymph’ el que debes escuchar.
2manydjs y Tiga
Entre las propuestas únicas que se podrán ver por primera vez en Sónar 2023 se encuentra una colaboración de órdago, la de 2manydjs y Tiga, que pincharán juntos por primera vez, acompañados de la DJ británica Peach. Se avecina uno de los sets más divertidos de la jornada, seguramente.
Daito Manabe
Viejo conocido del Sónar y también de Sónar +D, el artista digital Daito Manabe, uno de los más prestigiosos de nuestra época, vuelve al festival para presentar su live show “antidisciplinar”. Además, estará poniendo visuales para ‘Continua’, el show de Nosaj Thing. Y, por partida triple, Manabe estará dando una masterclass sobre inteligencia artificial en Sónar +D.
Marina Herlop
Después de dejarnos con la boca abierta con ‘Pripyat’, un álbum que le ha llevado a girar por todo el mundo y que también ha hecho cosquillas a Björk, que ha pinchado alguno de sus temas, la catalana presentará en Sónar un nuevo show con el que buscará “expandir su imaginario audiovisual”.
Kode9
Steve Goodman, fundador del sello Hyperdub, y DJ bajo el alias de Kode9, casi no necesita presentación. Y no la necesitará para los asistentes al Sónar, que tienen tres citas con él este año: Kode9 presentará su show ‘Escapology’, primera muestra de su proyecto multidisciplinar ‘Astro-Darien’, que explora un posible futuro en el que Escocia se separa del Reino Unido y se dirige hacia las estrellas. Además, con Sherelle pinchará juke, footwork y jungle en un emocionante set colaborativo. Y, en Sónar +D, Goodman y Moor Mother compartirán un rato de charla sobre ficción especulativa y futurismo.
Jokko Collective
Una de las propuestas más interesantes que nos llegan recientemente del underground barcelonés es la de Jokko Colletive, un colectivo de músicos que busca investigar y difundir el sonido de la electrónica africana más futurista. Entre sus integrantes destacados se encuentran Ikram Bouloum y Baba Sy. En la mixtape de Jokko Collective de 2020, en sus oscuros y brutales beats, está el sonido del futuro.
Merca Bae
Otro de los estrenos de Sónar 2023 es el primer live de Merca Bae. Conocido por ser productor de Bad Gyal, Aitana, María Escarmiento o Erik Urano, Alejandro Silva se ha hecho un nombre también como DJ buceando entre ritmos de jungle y grime pero también de dancehall y reggaetón. En ‘2048’ dará un paso adelante como artista de directo.
Erika de Casier
El Sónar es conocido por promover la vanguardia electrónica, pero también pone sus tentáculos en otros géneros. Erika de Casier, recuperadora del R&B dosmilero desde Dinamarca, también es una de las joyas de esta edición, y lo sabe cualquiera que haya escuchado su disco ‘Sensational’, su excelente single ‘Little Bit’ o su preciosa y aterciopelada voz.
Janelle Monáe se dio a conocer por sus proyectos ambiciosos y conceptuales. ‘The ArchAndroid‘, su primer disco, publicado en 2010, continuaba en realidad con un relato presentado en epés anteriores, inspirado en la ciencia ficción y protagonizado por la androide Cindi Mayweahter, que venía a salvar el mundo del odio y la destrucción. ‘The Electric Lady’ era el siguiente episodio y ‘Dirty Computer’ (2018) rompía la tradición pero aún su lanzamiento se acompañaba de una película.
En ‘The Age of Pleasure’, Monáe se va de vacaciones creativas y entrega su disco más libre y relajado. En las entrevistas, Janelle cuenta que antes era una “futurista” y que ahora es una “turista del presente”. En su presente actual, Monáe se desnuda y disfruta del placer del sexo. Es humana, por fin.
Claro que lo de vacaciones creativas va en serio: estas nuevas canciones de Janelle son las menos inspiradas de su carrera. La paleta de sonidos es idónea para la creación de un trabajo sexy y seductor: aquí hay afrobeat, soul latino, reggae, trompetas, maracas… Pero las canciones están tan desdibujadas que no transmiten ningún magnetismo. Más bien dejan indiferente.
El primer single, ‘Float’, ya anticipaba cierto desgaste. Nunca un primer single de Janelle ha pasado tan desapercibido… pero tampoco es que su colaboración con Seun Kuti & Egypt 80 a ritmo de trap sea muy excitante. El reggae relajadito de ‘Lipstick Lover’ es simpático pero lo mejor que se puede decir de él es que no es tan olvidable como ‘Paid in Pleasure’, que continúa después con el mismo sonido.
Extrañan algunas decisiones tomadas en ‘The Age of Pleasure’. El organillo de ‘Champagne Shit’, que también trae ritmos reggae, es pegadizo, pero no hacía falta recuperarlo en el interludio de ‘Haute’ un par de pistas después. Más raro es que la siguiente pista a ‘Haute’ sea otro interludio en el que además aparece Grace Jones recitando un texto en francés. ¿Para eso llamas a esta diosa? Otra estrella invitada, Sister Nancy, pionera del dancehall, pasa por aquí sin pena ni gloria.
Hay un evidente intento en ‘The Age of Pleasure’ por sumar una aportación a la tendencia del afrobeat actual. La de Janelle es más veraniega y orgánica. Muchas pistas se basan en ese sonido y cuentan con algunos de sus mayores representantes: ‘Phenomenal’ con Doechii, ‘The Rush’ con Amaarae y ‘Know Better’ con Ckay. Nadie puede dudar del buen gusto de Monáe para las colaboraciones, pero estas canciones, aún graciosas, pasarían desapercibidas en el catálogo de estos artistas y lo hacen en el de Monáe.
Janelle presentó las canciones de ‘The Age of Pleasure’ en fiestas organizadas por ella misma en su casa, a la que acudían sus amigos de la comunidad panafricana. Cuenta que si una canción no funcionaba en ese contexto de fiesta, no entraría en el disco. Pero es difícil imaginar alguna de estas canciones animando cualquier fiesta, a menos que se conformen con sonar de fondo, pues no parecen querer llamar la atención en absoluto.
El viaje de ida a la Ciudad del Rock en la jornada del sábado fue más llevadero que el viernes, con menos tráfico y mejor preparación para recibir a los asistentes (el verdadero infierno sería la vuelta a casa). Fue más sencillo llegar a un concierto de la tarde que el día anterior, así que se agradeció no ver a Arlo Parks con la lengua fuera.
La cantante británica, que recientemente ha publicado su último disco ‘My Soft Machine’, convence con su dulce indie-rock y su humilde presencia en el escenario. Vestida con una camiseta ancha de Rage Against the Machine y sin ningún aire de grandeza, brilla por su bonita voz y su conexión con la banda que la acompaña. En alguna ocasión las notas más graves retumbaban demasiado y ensuciaban ligeramente el sonido, pero por lo general, todo el espectáculo fue agradable y bonito. Canciones como ‘Eugene’ o ‘Caroline’ (donde Parks incitaba al público a cantar con ella), crecen en directo y atrapan con sus melodías delicadas y sofisticadas. Merece mención el pasaje guitarrero con el que termina ‘Devotion’ antes de dar paso a ‘Softly’, cerrando con honores un más que digno concierto.
Poco después, en el escenario Estrella Damm, Sevdaliza atraía a un número considerable de personas teniendo en cuenta que aún era bastante pronto (las 20:05h), entre ellas, Samantha Hudson. Tras una introducción instrumental con dj, violonchelo y batería, aparecía en el escenario la cantante iraní-holandesa y abría con ‘Darkest Hour’, una canción misteriosa que paulatinamente va creando su momentum. “It’s a perfect world / I’m the perfect girl / I am the dream” repite constantemente sobre una base electrónica guiada por la melodía del chelo mientras va de un lado al otro moviendo su larguísima melena.
Le lleva un par de minutos sentirse plenamente cómoda en el escenario, pero para cuando termina el primer tema, ella ya está totalmente concentrada y el público absorto. Siguen las pistas atmosféricas con ‘Human’ y ‘Human Nature’, asegurando la potente presencia de la artista en el escenario y mostrando su buen hacer como vocalista. ‘Oh My God’ vira progresivamente el ambiente hacia algo más discotequero. La canción se cierra con unos minutos de electrónica ravera mientras se proyectan frases como “Nothing is special. Everything is important. Reduce work. Refuse work”. De repente, el show de Sevdaliza ha mutado en algo totalmente distinto, pero lo mejor de todo es que más sorpresas aguardan pronto. Presenta su nuevo sencillo, que saldrá en un par de semanas con Villano Antillano, que es una mezcla de su característico r&b experimental con reggaeton. Poco más tarde, anuncia que ha colaborado con Grimes en una nueva canción y procede a mostrarnos cómo esta aúna los estilos de ambas de forma efectiva.
Cuando aún quedan aproximadamente 20 minutos para que termine, la banda y Sevdaliza abandonan el escenario sin avisar. Los técnicos colocan rápidamente una mesa de mezclas y la cantante vuelve a aparecer en el escenario y ofrece un improbable y excelente DJ Set. El público sorprendido y encantado lo da todo y ella, por supuesto, también. Una vez termina, reaparecen los músicos y cierra la faena por todo lo alto cantando ‘Rhode’. Fernando García.
Un terremoto llamado Villano Antillano
Villano Antillano es otra de las grandes sorpresas que nos deja Primavera Sound, tras haber derrochado carisma frente a un Escenario Amazon Music completamente abarrotado. Es una alegría que el festival haya evolucionado hacia el apoyo a artistas LTGB+ con discursos tan potentes, y tanto brillaron sus hits con y sin Bizarrap (‘Kaleidoscópica’ tiene por ejemplo poco que envidiar a la famosa Session 51, que cierra el set); como su discurso.
Villano Antillano presenta canciones que critican la transfobia y los feminicidios, grita «¡vivan las lesbianas!» y es dura con los comentarios racistas que ha tenido que sufrir Vini Jr, del Real Madrid, recientemente. «Las personas racistas me parecen mierda. ¡Basurísima!», chilla. Y va más allá aún: «El racismo es algo que nos enseñan, y luego hay que deconstruirse». La cantante mandó por tanto al futbolista «todo su amor» y su apoyo en un set tan desmelenado en lo bailable como político.
Maggie Rogers es capaz de sobrevivir al hecho de competir con grandes nombres del cartel desde el coqueto Escenario Cupra, al final uno de los más cómodos y recogidos del festival. Conquista a su séquito de fieles con un buen sonido, un buen repertorio en cuyo primer cuarto de hora suenan ya temas con la pegada de ‘Want Want’ y ‘Give a Little’ y con su actitud. Al mismo tiempo, The Voidz se asoman por el Escenario Brugal sin advertir en los titulares que lo que allí está sucediendo es que estamos viendo al líder de los Strokes. Julian Casablancas luce de día tan ido como siempre, oculto tras sus gafas de sol mientras las canciones pululan libremente y sin guías entre el rock velvetiano, los ritmos jamaicanos, los sintetizadores… Sebas E. Alonso.
Dos gigantes bien dispares: de St Vincent a Kelela
En los primeros compases del concierto de St. Vincent ya queda clara una cosa: Annie Clark es una profesional y ha nacido para esto. Qué presencia en el escenario, qué carisma y qué gran repertorio de canciones memorables. Con una puesta en escena minimalista pero bastante lucida y con inclinación teatral (muy pensada para las pantallas), la artista salió al escenario acompañada de su banda y una corista. El inicio estuvo marcado por su álbum homónimo y su trabajo más reciente, ‘Daddy’s Home’. Daba rabia observar que no había demasiada gente viéndola, al menos no de cerca, y tampoco es que el recinto fuese poco a poco llenándose, pero la hora a la que estaba programada coincidía con varios artistas jugosos.
No pude ver el set completo por esto mismo, pero al menos la primera mitad ofreció algunos de los momentos más especiales del festival, como la preciosa ‘New York’, donde Clark se bajó a interactuar con el público e hizo un amago de hacer crowdsurfing. La voz de la cantante brilló en todo momento, así como su talento como guitarrista. Tras las excelentes interpretaciones de ‘Los Ageless’ -con su intenso juego de luces-, ‘Sugarboy’ y ‘Fast Slow Disco’, me alejé del escenario con el corazón dividido mientras oía de fondo ‘Pay Your Way In Pain’. Quería estar ahí pero tampoco quería perderme ni un minuto de Kelela, que presentaba uno los mejores discos de lo que va de año.
En el Plenitude, un escenario más pequeño y apartado de los principales, Kelela apareció sola, con una pantalla de colores detrás. Muy emocionada con el cariño con el que la recibieron los fans madrileños, la cantante, que empezaba con la ambient ‘Washed Away’, dejó claro nada más terminarla que estábamos asistiendo a un espectáculo dance y que, por ello, quería ver a todo el mundo bailar. Lo consigue la mayor parte del tiempo, pese a tener algún percance con sus auriculares in-ears y tener que ausentarse unos segundos entre canción y canción.
Principalmente sonaron temas de ‘Raven’, como el corte homónimo junto a ‘Bruises’ -un excelente combo de r&b electrónico-, ‘Happy Ending’, ‘Contact’ o ‘Enough for Love’. De ‘Take Me Apart’ únicamente hubo espacio para ‘Bluff’ y ‘Waiting (sorprendiendo la ausencia de ‘LMK’, su canción más pop). Kelela hizo gala de su fuerza como vocalista, aunque quizá faltó algo de gancho en la puesta en escena para poder lucirse más. El show terminó con la fantástica ‘All the Way Down’, coreada por el público. Fernando García.
Calvin Harris arrasa sin merecerlo; Bad Gyal cumple
Calvin Harris empezaba puntual a las 00:20 en el escenario Santander ante miles y miles de personas. Desde el primer instante de su set, el productor escocés dejó clarísimo -si es que alguien aún no se había dado cuenta- que es una fábrica de hits. Asistir a uno de sus conciertos es inmediatamente una experiencia familiar: te sabes la gran mayoría de las canciones porque han sonado hasta la saciedad allá por dónde hayas ido. Sorprende que un festival como Primavera Sound lo haya elegido su cabeza de cartel, ya que dista bastante de su habitual línea editorial, poblada de propuestas a menudo más cerebrales y menos mainstream. Pero lo cierto es que, incluso desde lejos de las primeras filas, el público cantaba todas las canciones con entusiasmo y grababa con sus móviles sin cesar. A veces es agradable simplemente dejarse llevar por la música que conoces y no darle mucha importancia a nada más.
Harris no ofrecía nada que fuese imprescindible ver en el escenario, oculto entre varios proyectores gigantes (uno delante de él, otro detrás y dos a los lados) que mostraban imágenes abstractas de diferentes colores. De vez en cuando salían ráfagas de humo y usaba juegos de luces genéricos que no conseguían calar al público con su personalidad. Todo el rato sonó correcto pero monótono, más cercano a un DJ set que a un directo como tal. En ocasiones se creaban momentos bonitos entre los asistentes cuando llegaban las canciones más famosas (dentro de que todas lo son) como ‘We Found Love’, ‘One Kiss’ o ‘How Deep Is Your Love’, ya que todo el mundo las coreaba a voz en grito y generaban esa sensación de unidad que puede llegar a ser tan poderosa.
Desgraciadamente, en lo musical no hay demasiado que rascar. Hay varios temas buenos, aunque podrían haber puesto una lista de grandes éxitos de los 2010s en los altavoces y el resultado hubiera sido el mismo o muy parecido. Sin carisma ni alma, lo mejor que se puede decir es que fue una hora y cuarto entretenida. Y ya.
Calvin Harris (Clara Orozco)
Nada más terminar el concierto de Rosalía, a las 3.20 horas Bad Gyal daba comienzo a su esperado bolo multitudinario en el escenario Amazon Music. Con el recinto a reventar, la catalana ofreció exactamente lo que uno esperaría de ella: un buen puñado de hits con los que bailar y pasárselo bien. Con aires de diva inalcanzable, Alba Farelo y sus bailarines daban al público un recital de autotune, perreo y movimientos sexys con el que cerrar la noche. Con gran ayuda del playback, la artista defendía sus temas a veces de forma solvente, otras algo desganada. ‘44’, ‘Santa María’ o ‘Nueva Tork (Tot*)’ fueron grandes momentos de euforia colectiva, mientras que ‘Zorra’ y ‘Flow 2000’ quedaron bastante deslucidas en sus muy inferiores respectivas versiones remezcladas. La única explicación a esta elección es que la cantante así podía coger aire mientras el verso del artista invitado sonaba.
Nunca nadie va a un concierto de Bad Gyal esperando ver grandes interpretaciones vocales, pero al menos sí un poco más de interacción con el público, menos seriedad y algo de humor. Incluso la invitación a Tokischa al escenario para el inminente remix de ‘Chulo’ fue algo extraña, por breve y poco entusiasta. Pese a todo, viendo el resultado, no se puede negar que la cantante ha trabajado duro para conseguir confianza y seguridad en el escenario. El show es irregular y va algo a trompicones, pues hay demasiado tiempo entre canción y canción y no se entiende muy bien por qué todo el escenario se funde en negro entre pista y pista, pero en sus puntos más álgidos proporciona la diversión que promete. Fernando García.
Épico cierre con DJ Coco
Si entre las decepciones de la jornada, además de a Calvin Harris, podemos añadir a la misma Tokischa (con un abuso del playback con el que era muy difícil meterse en su set, por muchas bailarinas y almohadas que portasen); entre las alegrías, el cierre con DJ Coco. Es absolutamente historia de Primavera Sound que la última jornada los trabajadores se suban al escenario junto al co-director, y ahora acompaña ya todo tipo de parafernalia. Confeti, cañonazos pirotécnicos, pompas de jabón… convivieron en el Escenario Ron Brugal mientras sonaban temas de Daft Punk, Caribou, Kate Bush, Jessie Ware (en una remezcla muy adecuada), coronando una gran jornada en lo artístico, a destacar la apuesta por las cabezas femeninas: Rosalía y Caroline Polachek. De hecho, la sesión de DJ Coco se había abierto con ‘Antihero’ de Taylor Swift y ‘CUFF IT’ de Beyoncé. Sebas E. Alonso.
Nothing But Thieves anuncia conciertos en España para 2023. El grupo de Essex actuará el 29 de febrero de 2024 en la sala Razzmatazz de Barcelona y el 1 de marzo en La Riviera de Madrid. Las entradas estarán a la venta el viernes 16 de junio a partir de las 10 horas en los puntos de venta habituales. Habrá preventa el 14 de junio también a las 10 horas.
El motivo de la gira de Nothing but Thieves es por supuesto el lanzamiento de su nuevo disco, ‘Dead Club City’, que sale el 30 de septiembre. El disco ha dejado ya dos singles, el pop-rock ochentero de ‘Overcome’ y ‘Welcome to the DCC’, de ecos a Michael Jackson. El grupo se acerca por tanto al pop, después de darse a conocer con un sonido más guitarrero y duro.
Es el que exhibía por ejemplo en ‘Amsterdam’, su mayor éxito, que supera los 100 millones de reproducciones, o ‘Sorry’. Ambos singles pertenecen al segundo disco de Nothing but Thieves, ‘Broken Machine’, que llegó al top 2 de Reino Unido en 2017. Antes, su debut homónimo de 2015 había llegado al 7º puesto y, después, el tercero, ‘Moral Panic’, alcanzó el número 3.
El grupo, formado en 2012 por el cantante y guitarrista Conor Mason, el guitarrista Joe Langridge-Brown, el guitarrista y tecladista Dominic Craik, el bajista Philip Blake y el batería James Price, nunca ha huido de la política en su música. En ‘Broken Machine’, por ejemplo, dedicaban temas a la intolerancia o a Trump y ‘Moral Panic’ hablaba sobre las «tensiones» en nuestra sociedad. De hecho, aunque su lanzamiento coincidió con la pandemia, su génesis es anterior.
‘Dead Club City’, el nuevo álbum de Nothing but Thieves, se ambienta en la ciudad que le da nombre y cuenta una historia protagonizada por «diferentes personajes y arcos narrativos». La ciudad puede ser una «conciencia compartida», «otro planeta» o un «basurero corporativo», por lo que parece que el capitalismo atravesará de alguna manera las canciones.
Aleesha es una cantante de Ibiza afincada en Barcelona que será ya una vieja conocida para todos quienes estén interesados en la música urbana. Aleesha cuenta con dos discos publicados, ’19:19′ (2019) y ‘La Patrona’, y con varios singles multimillonarios, a destacar ‘Angelito’ con Recycled J, que supera los 11 millones de reproducciones en Spotify.
Otro de los hits insignia de Aleesha es ‘La patrona’, el que le da su mote, y varios cortes incluidos en el álbum igualmente titulado han alcanzado gran popularidad: es el caso de ‘828’, ‘Ke sientes’ y ‘Arrepentío’, en el que participa Nicki Nicole.
A Aleesha le ha tocado la fortuna de colaborar recientemente con JC Reyes en ‘ESO’, pero ella no necesita necesariamente asociarse con nadie. Especialmente sus últimos singles, sin «featurings», pueden ser los mejores que ha publicado.
‘cómo t va?’, disponible desde este 9 de junio, es una de esas producciones que pasan por diferentes estados. De base rítmica cambiante, próxima a la favela funk, la Canción Del Día de hoy empieza con una extraña mezcla de guitarras eléctricas y voces apitufadas, para después ir hacia otros lados. Melódicamente, es una de las canciones de Aleesha más cercanas al R&B…
…como la que publicó previamente. ‘Sin kerer’ se coloca en el lado opuesto de ‘cómo te va?’, pues no puede transmitir una energía más diferente. En un estilo de R&B y hip-hop clásic, ‘Sin kerer’ plantea un escenario de desolación frente al recuerdo de un episodio de violencia doméstica, un episodio que ha dejado a Aleesha «con el cora frío», pero también fortalecida. No hay, de momento, noticias de nuevo disco. Esperaremos.
Parte de la redacción evalúa ‘LAS BABYS’, el nuevo single de Aitana, que se basa en la melodía de ‘Saturday Night‘ de Whigfield, y ya se ha posicionado en el top 5 de Spotify España.
«Me dice el otro día una amiga, medio escandalizada: “¡Aitana ha hecho una versión del ‘Saturday Night’ de Whigfield ! ¡Ahora la gente joven no conocerá la original!”. Yo le recordé que nuestra generación se tragó que el ‘Désenchantée’ era una canción de Kate Ryan, hasta que descubrimos que la original era de Mylène Farmer. Empatados. ‘LAS BABYS’ es una versión bastante fiel (“Dee dee na na na” inicial incluida), desenfadada y vitalista, que potencia el elemento épico, añade subidón y rebaja la melancolía de la original. De paso la convierte en una oda a la sororidad y al carpe diem. Lo que faltará por ver es quién va a ganar la batalla de bodas, saraos y fiestas mayores este verano. Porque el mayor handicap de ‘LAS BABYS’ es que no tiene coreografía… O la mayor ventaja: las que nunca logramos aclararnos con estas cosas de mover ahora la mano así, ahora la pierna asá, le agradecemos a Aitana que nos la permita bailar, al fin, a nuestra bola». Mireia Pería
«Aitana es la última en subirse al carro de la moda de arrasar con éxitos antiguos de eurodance para conseguir uno propio con LAS BABYS, cuyo gancho se lo debe enteramente a Saturday Night de Whigfield. Ni aquella es una canción particularmente buena -digamos que es simplemente graciosa- ni por supuesto lo es esta. La música de Aitana no se caracteriza precisamente por su originalidad pero esto ya es una fórmula tan desganada, tan predecible que no causa indiferencia sino puro rechazo. De la misma manera que la espantosa ‘I’m Good (Blue)’ de David Guetta y Bebe Rexha, se las apaña para que los menos de 3 minutos que dura sean absolutamente irritantes. Qué bajón ver cómo Aitana ha pasado de sacar una canción tan sólida como ‘Los Ángeles‘ a LAS BABYS, una horterada en la que no funciona nada, ni siquiera cuando quiere ser graciosa con ese «Fuck you, baby (iba a decir sorry perdón)» a lo Rigoberta Bandini. No quiero volver a escucharla en mi vida, pero todo parece indicar que me espera un verano largo, largo…» Fernando García
Tres años después de ‘El encuentro‘, Alizzz y Amaia protagonizarán un «reencuentro» con el lanzamiento de un nuevo single conjunto. ‘Sexo en la playa’ se estrena el viernes 16 de junio. El sábado 17, Alizzz pincha en el festival Sónar de Barcelona.
Con ‘Sexo en la playa’ continúa el trabajo colaborativo entre Alizzz y Amaia. ‘El encuentro’ fue su primera colaboración y estaba incluida en el disco de Cristian, ‘Tiene que haber algo más‘. Después, Alizzz se encargó de la producción de ‘Cuando no sé quién soy‘, el segundo disco de Amaia, uno de los mejores de 2022.
Tanto Amaia como Alizzz han lanzado nueva música este 2023. Ella se ha animado a publicar oficialmente su versión de ‘Fiebre’ de Bad Gyal (producida por Cristian). Él ha publicado ‘BOICOT‘, un breve EP de cinco pistas. Amaia aparecerá próximamente en ‘Las Mesías‘, la nueva serie de Los Javis. Entre las producciones más recientes de Quirante se encuentra ‘Correcaminos’, de Alejandro Sanz.
Algunas ya las había visto: ‘Infiesto’, ‘Lobo feroz’, ‘Centauro’… Y otras me las he tragado estos días para corroborarlo: ‘Fenómenas’, ‘Las niñas de cristal’, ‘A través de mi ventana’… La última ha sido ‘Tin & Tina’, la más vista de la plataforma estas últimas semanas. ¿Por qué la producción de películas españolas de Netflix es tan mediocre? Thriller vulgares, comedietas del montón, romances juveniles que parecen funciones del colegio…
Hasta los proyectos a priori más interesantes como ‘Un hombre de acción’ y, sobre todo, ‘Rainbow’, han resultado un fiasco. Sin apenas presencia en festivales, sin nominaciones a premios… Por no hablar de los documentales, claro: ‘La creación de Malinche: Un documental de Nacho Cano’, ‘El caso Figo: El fichaje del siglo’, ‘¿Qué le pasó al rey de los delfines?’…
Lo curioso es que no empezaron mal. Los primeros títulos que distribuyeron -‘7 años’, ‘Fe de etarras’, ‘Hogar’, ‘Diecisiete’- estaban bastante bien. Eran producciones modestas, sin demasiadas pretensiones, pero con resultados como mínimo aceptables. Nadie se preguntaba “qué hago yo viendo-pagando por esto”. En los últimos años, la cantidad de producciones ha aumentado. De una o dos por año, se ha pasado a más de diez. Pero la calidad ha caído en picado.
Un buen ejemplo es ‘Tin & Tina’. El debut en el largometraje del prometedor cortometrajista Rubin Stein (el filme es la versión larga de su corto homónimo) es un cuento de misterio narrado echando mano de todos los recursos dramáticos facilones y gastados que te puedas imaginar: nostalgia ochentera, imaginería católica “siniestra”, infantes chungos (que hacen dibujitos igual de chungos), música que es el equivalente a subrayar con un rotu fosforito, trucos de guión que se ven venir de lejos si has visto más de dos películas en tu vida (¿hay algún espectador que no sepa lo qué le va a pasar al perro o al abusón?)…
Salvo alguna solución de puesta en escena imaginativa, que demuestra que Stein tiene más talento expresivo de lo que parece, todo lo demás es un desastre: los actores están increíblemente mal (en vez de hablar, susurran o berrean), los personajes parecen caricaturas (Milena Smit peinada a lo Mia Farrow en ‘La semilla del diablo’ entra a su gallinero diciendo “pitas, pitas”), el guión es tan ortopédico como la pierna de la protagonista (un guiño a Buñuel sin mucho sentido) y el final, un plano secuencia de veinte minutos, es más un ejercicio gimnástico que artístico (y eso sin entrar en la lógica de la planificación, con ese fuego que sube y baja por donde a Stein le sale… le viene en gana).
En suma, una tortilla de referentes –en el caso de ‘Buenas noches, mamá’ (2014) bordea el plagio- con los huevos más caducados que la carne mechada sevillana. ¿Subirá el nivel de Netflix con las esperadas ‘La sociedad de la nieve’, de J.A. Bayona, y ‘Hermana muerte’, la precuela de la excelente ‘Verónica’ (2017) de Paco Plaza? Esperemos.
Mala Rodríguez ha hablado con El Español con motivo del lanzamiento de ‘No molestar’, su nuevo single con Polimá Westcoast, y ha dejado un titular jugoso: «No soy de izquierdas: he ganado dinero, no lo he repartido y no quiero pagar tantos impuestos».
Las malas lenguas dirán que las palabras de la Mala han sido sacadas de contexto: literalmente ese es el sentido de un titular, sacarlo del contexto en el cual se ha producido, y ponerlo en otro. En cualquier caso, Rodríguez ha dicho más cosas, sus declaraciones no se han quedado ahí.
En palabras reproducidas por Edatv (el artículo de El Español es exclusivo para suscriptores), Mala habla de la lucha obrera en Andalucía -ella ha nacido en una familia humilde- y se distancia de la izquierda: «No me siento de izquierdas, no al ciento por ciento, porque si realmente fuera de izquierdas repartiría todo lo que tengo».
A pesar de que la Mala dice querer pagar menos impuestos, también asegura que le «encantaría poner una educación libre y gratuita, y una sanidad libre y gratuita, que todo el mundo tenga acceso a una casa y a formación, (porque) esa es la forma de ser libre».
En la entrevista, Rodríguez propone un modelo económico como el de Noruega, el «capitalismo compasivo», en el que, en palabras de Rodríguez, «se fomenta el emprendimiento y la educación libre, y puedes estudiar lo que quieras, está cubierto por el Gobierno, por el Estado».
El nuevo disco de Mala sigue sin anunciarse. Se espera que tanto ‘No molestar’ como ‘Sombrilla’ formen parte de él. En otra entrevista, con Shangay, la Mala cuenta que el álbum traerá una colaboración con Villano Antillano. Paralelamente, Rodríguez ha grabado un tema con JC Reyes, el rapero que difundió nudes falsos de Rosalía. Dice que con Reyes trabajó antes de la polémica y asegura que está «arrepentido» de lo que hizo y que no le va a cancelar porque «cancelar es de folclórica y de nazi».
Lo último que supimos sobre Sophie Ellis-Bextor es que se había convertido en toda una sensación durante la pandemia, gracias a su serie «Kitchen Disco», que tanta popularidad recuperó para ella. Tuvo que sacar un recopilatorio y realizar unos conciertos en arenas junto a Steps. Una vez pasado aquel momento de excepcionalidad, y un par de singles sueltos, la autora de ‘Murder on the Dancefloor’ retoma su carrera en el punto en el que estaba. 7 años después, eso sí.
Entre 2014 y 2016, la artista había sacado dos discos más orgánicos e introspectivos, producidos por alguien tan raro como el cantautor Ed Harcourt, destacando la sorpresa que representó ‘Wanderlust‘ sobre la calidad de ‘Familia‘. ‘HANA’ completa de alguna manera una trilogía, en la que Ellis-Bextor recuerda un viaje a Japón… desde antes incluso de realizarlo. Como tanta gente, tuvo que posponerlo por la covid-19.
De ahí el título del álbum, que significa «flor», títulos como ‘Tokyo’ o sonoridades orientales como la parte orgánica de ‘A Thousand Orchids’. La otra mitad de esta pista es electrónica, y la otra mitad del álbum, también. ‘HANA’ en verdad deambula por diferentes estilos de música. Ora ofrece un disco de synth-pop oscuro, próximo a alguien como Bat for Lashes o Eurythmics, como podemos entender por ‘Beyond the Universe’ o ‘Everything Is Sweet’; ora ofrece un disco de pop-rock, como influido por Coldplay o alguien así. Esa parece la filosofía de ‘Until the Wheels Fall Off’ y el single ‘Breaking the Circle’.
En cuanto a temática, las canciones hablan de aguardar la llegada de la luz (‘Breaking the Circle’), la incapacidad de soñar (‘He’s a Dreamer’) o anhelar el verano (‘Lost in the Sunshine’), influidas claramente por una pandemia que ya todos queremos olvidar.
No se ha decidido Sophie Ellis-Bextor, en estos 7 años, a dar un paso hacia algún lugar, con canciones además que resultan más majas que señeras. Ni abrumadoras, ni alegres; ni oscuras, ni luminosas; ni cohesivas del todo, ni estridentes del todo; se dejan escuchar más que nada gracias a una cuestión de cariño y carisma.
‘Tattoo’ de Loreen asciende al número 1 de la lista de lo más votado de JENESAISPOP, tras haber sido apoyada masivamente a través de Twitter. Es la segunda vez que la artista sueca logra ser lo más votado de nuestra web. Y lo has adivinado: la primera vez fue en 2012 con ‘Euphoria’. ‘Tattoo’ sigue bien posicionado en listas internacionales: esta semana está en el top 7 en UK, en el top 40 en España y en el top 53 en el Global de Spotify.
‘Padam Padm’ de Kylie Minogue queda desplazada al segundo lugar en nuestra lista, mientras Triángulo de Amor Bizarro logran llegar al número 3 con ‘Estrella solitaria’.
Primavera Sound Madrid cerraba su jornada más multitudinaria en la Ciudad del Rock de Arganda del Rey, habiendo resuelto los problemas de acceso al recinto del día anterior. No se conocieron atascos para llegar a ninguna hora de este sábado. Sin embargo, se agravaron las dificultades para la vuelta.
Según la organización, cerca de 90.000 personas se reunieron en el recinto entre el viernes y el sábado, la mayoría este último día, y los problemas para volver a Madrid, a 30 kilómetros, fueron visibles. La hora de espera del viernes en las colas de las lanzaderas a Méndez Álvaro, Plaza Castilla o el Cívitas, se convirtió en más de 2 horas de espera en la madrugada del sábado al domingo, el mismo tiempo que tardamos en conseguir un taxi a la civilización.
La artística y la logística una vez dentro del recinto, como en la jornada anterior, fue espectacular, eso sí. El cartel tuvo una clara ganadora: Rosalía. Pese a que muchos dudasteis (ver comments) de su condición de cabeza de cartel de este festival, ni Kendrick Lamar ni mucho menos Depeche Mode lograron convocar a tantos decenas de miles de personas -y tan atentos- en la explanada entre los Escenarios Santander y Estrella Damm.
El espectáculo ‘MOTOMAMI Tour‘ que Vila ya presentó en arenas del año pasado aparece muy pulido, y las cucamonas de Rosalía a la cámara mantienen al público expectante durante 1 hora y media, pese a haber dado comienzo a las 2.10 de la madrugada. Parece que su concierto solo consiente hits cuando empieza con ‘Saoko’, ‘Bizcochito’ o ‘La Fama’, pero también se permite temas más experimentales como ‘De aquí no sales / Bulerías’ o ese icónico ‘Hentai’ al piano.
Además, en los últimos meses se han sumado nuevos singles como ‘Beso’ y ‘Vampiros’ (‘Despechá’ ya lo estaba), ‘LLYLM’ o una versión de ‘Héroe’ de Enrique Iglesias. ‘TUYA’ aún no aparece y Tokischa no se pasó por ‘Linda’ pese a que estaba por allí y de hecho había cerrado su set con la misma canción. Tokischa sí se pasaría, en cambio, por el concierto de Bad Gyal, como os contaremos mañana.
El momento en que Rosalía se lanza al público para hacerle cantar los fragmentos de Bad Bunny de ‘LA NOCHE DE ANOCHE’ o el paso del piano al baile de ‘CANDY’, la breve recuperación de ‘MALAMENTE’, el añadido del sped up de ‘DESPECHÁ’ o el cierre con una ‘CUUUUuuuuuute’ cada vez más radical permanecerán tiempo en nuestra memoria. Hemos podido ver a pocos artistas españoles en este Primavera Sound, pero al fin y al cabo ha estado la mejor en carisma, voz y montaje. Una artista con todo el magnetismo de las grandes.
El nombre internacional más esperado en nuestra redacción por sus posibilidades en las listas con lo mejor de 2023 era Caroline Polachek. La cantante nos hizo temblar por una posible cancelación de su set, pues después de Primavera Sound Barcelona perdió la voz y llegó a tener que cancelar un concierto como telonera de The 1975 en Irlanda. Polachek hizo alusión a este incidente, también nos aseguró que el Primavera era su «festival favorito» del mundo, y sobre todo se entregó al máximo en la defensa de su álbum ‘Desire, I Want to Turn Into You‘.
El álbum suena casi al completo y más o menos en orden, sin miedo a que las primeras 4 canciones del repertorio estén entre sus 4 mejores: ‘Welcome to My Island’, ‘Pretty In Possible’, ‘Bunny Is a Rider’ y ‘Sunset’, esta última dedicada a España por motivos evidentes, deslumbran con los músicos que acompañan, el volcán de fondo y sobre todo el encanto y la voz flexible de Polachek. No es ‘Sunset’ el momento más orgánico del concierto, de hecho su guitarra suena enlatada, pero los detalles son más perceptibles en ‘Oceans of Tears’.
De otros discos se escogen cortes como ‘Pang’ o de cierre el viral ‘So Hot You’re Hurting My Feelings’ -por supuesto no suena nada de Chairlift ni otros proyectos- creando una sensación de magia que te lleva a otro lugar. Me pasé medio concierto pensando en Madrid como si fuera una tierra lejana y yo estuviera en una fantasía de isla y no en Arganda.
Quizá por el entorno medio underground en que nos encontrábamos, Måneskin no actuaban en ninguno de los dos escenarios grandes, sino en el Amazon Music, y compitiendo en tiempo con gigantes como Calvin Harris. Pese a todo, convocaron a una buena multitud y se vio a más y más gente acudir corriendo desde que enfilaron la 3ª canción, ‘ZITTI E BUONI’, con la que ganaron Eurovisión.
Pero aún les quedarían muchísimas bazas, como esa ‘BLA BLA BLA’ en que Damiano se tiraría al público, sus trucos de ir quitándose ropa hasta quedarse en topless o su desafío a las normas. El carismático líder de Måneskin defendió en casi perfecto castellano su recuperación del clásico de los 60 ‘Beggin»: «Nos dicen que esta canción no es tan buena pero nos importa un culo». En la última parte del show, ‘I WANNA BE YOUR SLAVE’ y ‘Kool Kids’ mantuvieron los ánimos arriba entre banderas LGTB+. No revolucionaron el rock’n’roll, ni siquiera pondría mucho la mano en el fuego por que Måneskin sean realmente un grupo de rock’n’roll, pero desde luego tienen un gran sentido del espectáculo.
Publicaremos más crónicas de este sábado en Primavera Sound este lunes.
Dorian y Delaporte se han unido en ‘Techos de cristal’, una canción que tiene desde el principio una primera apariencia como himno feminista. El tema formaba parte del último álbum de Dorian ‘Ritual’. En su nueva versión la voz femenina tiene un mayor protagonismo, lo cual tiene mucho más sentido. Es nuestra Canción del Día.
Al inicio, una melodía electrónica aguda se funde enseguida con la voz de Belly de Dorian. «Perdiste el tiempo viendo a ese cabrón / Con el temor y el hielo siempre cerca del corazón». Hablan del miedo que dicta y dirige. Y de la posibilidad de no tenerlo más, de que la mujer decida liberarse. No exigen un cambio de mentalidad: la canción anima con mucho cariño, no empuja. «Y fundarás una nueva verdad / Y cambiarás miedo por tempestad / Y romperás los techos de cristal». El sonido pop conduce a través de afirmaciones positivas durante toda la canción.
El videoclip es obra de Joaquín Restrepo y está creado por una inteligencia artificial. Hay referencias a Silvia Plath, Virginia Woolf y Mary Shelley. Los cuerpos de mujeres con las caras del grupo van transformándose durante todo el vídeo. Aunque podría haber sido un intento de apropiarse de cuerpos y rostros que no corresponden a los hombres, el resultado final no es desagradable. Lo masculino no está metido con calzador, no hay línea divisoria y se percibe el sentido de solidaridad.
Dorian actúa en unos días en el Gran Teatre Del Liceu, en Barcelona. En el concierto estarán acompañados por cinco músicos (cuerda, percusión, piano) y algún que otro invitado aún no desvelado. Es el día 15 de junio y aún quedan algunas entradas aquí.
Ha llovido desde que ‘Hawái‘ de Maluma se convirtiera en uno de los éxitos del verano allá por 2020. Desde entonces los hits del colombiano han sido bastante contados: ‘Sobrio’, de 2021, suma 500 millones de streamings, pero ningún single realmente reciente de Maluma se ha acercado a igualar la repercusión de ‘Hawái’.
Maluma tiene nuevo proyecto entre manos, en el que adopta un nuevo alter ego, ‘Don Juan’, y acaba de lanzar un single que merece la mena comentar solo por un motivo: trae un sample de Daft Punk. El organillo midi que suena de fondo en ‘Coco Loco’ está sampleado de ‘Veridis Quo’, uno de los cortes incluidos en el histórico álbum de Daft Punk de 2001, ‘Discovery’. Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo aparecen debidamente citados en los créditos.
Curiosamente, ‘Coco Loco’ no es el único tema que contiene un sample de ‘Veridis Quo’. También Temples, en ‘Paraphernalia’, y Jazzmine Sullivan, en ‘Dream Big’, han utilizado la base de la pista 11 de ‘Discovery’.
En cuanto a ‘Coco Loco’, Maluma entrega en él un merengue simpático a la par que genérico en el que las típicas insinuaciones sexuales («no es tu cumpleaños, pero sóplame la vela», «vamos arriba, que ahí abajo va a llover») se alternan con rimas algo incómodas de escuchar, como la de «¿será que si le hablo de pronto responde? / decirle la verdad no me hace menos hombre»).
«Papi Juancho» está a punto de actuar en España, pues es uno de los artistas confirmados en el cartel de O Son Do Caminho, que se celebra en Galicia los días 15, 16 y 17 de junio.
Los discos de versiones no están muy bien vistos en general. A menos que aporten algo, estos discos suelen ocupar un espacio discreto en la discografía de cualquier artista. Rufus Wainwright tiene razones personales para sacar el suyo, pues, al fin y al cabo, proviene de una familia de músicos de folk y creció empapándose de este sonido. Pero, aunque él ha colaborado con su padre, Loudon Wainwright III, y con su madre, Kate McGarrigle, en varias ocasiones, Rufus nunca había publicado un disco de canciones tradicionales propiamente dicho.
‘Folkocracy’ es ese disco, una antología de canciones tradicionales y otras que no son exactamente tradicionales, pero que Rufus parece considerar como tal, como es el caso, curiosamente, de una composición propia, ‘Going to a Town’, o de una canción de Van Dyke Parks no de la época de ‘Song Cycle’, sino del año 2013, la cabaretera -y muy italiana- ‘Black Gold’.
Rufus tenía sus reservas antes de grabar ‘Folkocracy’: él siempre ha huido del folk mientras no ha dudado en componer óperas, adaptar a Shakespeare o cantar por Judy Garland. Cuenta que, como hombre gay, nunca se ha sentido cómodo dentro de este mundo tan heterosexual, en el que, irónicamente, las mujeres lesbianas sí han logrado históricamente hacerse un hueco.
El timing es curioso: a Rufus le acabamos de ver tocar para Miley Cyrus y, sobre todo, acaba de cantar con Carly Rae Jepsen el mini hit ‘The Loneliest Time‘, de ritmos disco-pop situados a una galaxia de distancia de lo que este nuevo álbum, tan solemne y serio, ofrece.
La gracia de ‘Folkocracy’ es que Rufus ha querido llamar a sus amigos de la industria para colaborar en las canciones. Él no tiene ningún reparo en reconocer que ‘Folkocracy’ es un anzuelo que le tira a los Grammy y, por ejemplo, una de las niñas mimadas de la Academia, Brandi Carlisle, canta con él el single principal, el escabroso ‘Willow in the Garden’, de bonitos arreglos decorando una historia trágica como pocas. ‘Heading for Home’, con una letra preciosa, sobrecogedora, de Peggy Seeger (hermana de Pete), cuenta con la participación de John Legend, siempre tan sentido al micrófono. Casi al final de la secuencia, Chaka Khan sobrecoge con su rota interpretación de ‘Cotton Eyed Joe’, una balada tradicional del sur de Estados Unidos.
No siempre los “featurings” parecen aprovechados. Con Andrew Bird y Chris Stills versionando con Rufus ‘Harvest’ de Neil Young no es de esperar nada radicalmente diferente a la pieza original. Las armónicas, los coros, todo está en su sitio. Sin embargo, quizá ANOHNI podría haber asumido más protagonismo en ‘Going to a Town’ -ya que estaba- y no sé si tiene muchísimo sentido llamar a Nicole Scherzinger (sí, de Pussycat Dolls) para que apenas se le escuche cantar en la canción tradicional hawaiana ‘Kaulana Na Pua’. Un momento que podría haber sido diferente termina pasando desapercibido.
En este trabajo producido por Mitchell Froom no hay sorpresa: los arreglos son preciosos, Rufus canta como un ángel y, sí, como ocurre en todos sus discos, su manera lánguida de cantar termina empalagando, aunque, escuchada suelta, por ejemplo, ‘Arthur McBride’ emociona solo con piano y voz. La secuencia podría aletargarse menos, lo que significa que la versión de Mamas and the Papas, de la alegre y bucólica ‘Twelve Thirty’, con Sheryl Crow saludando entre los artistas implicados, llega demasiado pronto.
La noticia que relaciona románticamente a Kelis y Bill Murray aparece ya en medios generalistas como El Mundo o La Vanguardia. Otros, como El Correo, ni siquiera mencionan a Kelis en el titular y simplemente se refieren a ella como la «nueva novia» 30 años más joven de Murray. Qué valor.
La exclusiva la ha dado The Sun US y después la han reproducido otros tabloides como PageSix. Kelis y Murray se conocen desde hace tiempo y, de hecho, existe una imagen de ambos juntos tomada en junio de 2022, en el backstage de Mighty Hoopla, un festival de Londres. Murray habría acompañado a Kelis en otros conciertos. Ninguno de ellos ha confirmado o desmentido la noticia.
Nadie podría haber adivinado realmente la supuesta relación entre Kelis y Murray, aunque, según The Sun US, a ambos les han unido sus recientes experiencias vitales. El marido de Kelis, el fotógrafo Mike Mora, falleció el año pasado a los 37 años a causa de un cáncer, y la ex-mujer de Murray, Jennifer Butler, murió en 2021 a la edad de 57 años por causas que no han sido desveladas.
La relación entre Butler y Murray fue tumultuosa. Ambos se divorciaron en 2008, 11 años después de contraer matrimonio, después de que Butler acusara al actor de ‘El día de la marmota’ y ‘Ghostbusters’ de violencia doméstica y de adicción al sexo, al alcohol y a la marihuana. Recientemente, varias mujeres han acusado a Murray de acoso sexual.
Antes de conocer a Mike Mora, Kelis estuvo casada con el rapero Nas y su matrimonio también estuvo envuelto en polémica. Ambos se casaron en 2005 y, 4 años después, Kelis pidió el divorcio de Nas citando diferencias irreconciliables. En 2018, Kelis habló públicamente acusó a Nas de haberle sometido a actos de violencia física y psicológica durante sus años de casados.
Primavera Sound Madrid abrió puertas en Arganda del Rey por primera vez este viernes 9 de junio, una vez superados los problemas que había dejado la lluvia durante toda la semana y que llevó a la cancelación de la jornada de jueves.
La disposición de autobuses para ir a la Ciudad del Rock desde el Cívitas Metropolitano era espectacular, si bien hubo un elemento con que no contó la organización: la operación salida del fin de semana. El resultado fueron unos atascos considerables para acceder a Arganda durante la tarde, que pusieron por encima de las 2 horas el tiempo de llegada al recinto desde el centro de Madrid. A la vuelta, no había atasco alguno, pero sí cola de una hora para las lanzaderas de vuelta a Méndez Álvaro, Plaza Castilla o el Cívitas. La organización habría agradecido en ese sentido la clásica jornada de prueba y error del jueves, siempre un día menos multitudinario, para un cálculo mejor. Eso sí, una vez allí y como prometían desde la dirección, el recinto no puede ser más cómodo en la disposición de elementos.
Con un formato más cuadrado y menos rectangular que el Fòrum, se reduce el tiempo de llegada de un escenario a otro: no renuncias a ver a un artista durante un rato porque te pille demasiado lejos. No existen las colas en baños ni barras, al menos de manera significativa, y apenas podemos quejarnos de algo de barro en contados puntos del recinto. Pero nada de lo que se aventuraba tan sólo un día antes en redes sociales. Apenas parecía haber estado lloviendo durante los días previos. Y nada pasó cuando cayeron 4 gotas en torno a las 4 de madrugada.
En la línea artística, se recuerdan pocas jornadas tan variadas, ni después de 20 años yendo a festivales: el rock de The Mars Volta, el soul de Gabriels, el lo-fi de Moldy Peaches, la electrónica de Four Tet, el synth-pop de Depeche Mode, el rap de Kendrick Lamar, el art pop de Nation of Language, el teatro de Christine and the Queens, la EDM elegante de Fred again.., la experimentación de Yves Tumor, el reggaetón rapero de Trueno, el j-pop de Kyary Pamyu Pamyu, la sesión de Daphni, el funk de Channel Tres… cada cambio de escenario parecía un cambio gigantesco de tiempo, no solo de espacio.
Sharon Lopez
Así arruinaron los fans de Depeche Mode el concierto de Japanese Breakfast
De milagro debido a los atascos, pero llegamos a Japanese Breakfast, que tocaba en el escenario Santander a las 18:50 y arrancó con ‘Paprika’, la espléndida apertura de su tercer álbum ‘Jubilee’. En el estribillo, Michelle Zauner le da rítmicos golpes al gong que hay situado en mitad del escenario. Su preciosa voz –delicada y poderosa a la vez- y su dominio vocal es sin duda uno de los grandes atractivos de la banda, que actuaba por primera vez en Madrid. Siguió la magnífica y bailable ‘Be Sweet’, pero el público no hacía ni caso. Los fans de Depeche Mode habían hecho una barrera en las primeras filas impidiendo el paso a cualquiera, y lo que hacían o dejaban de hacer Zauner y los suyos en el escenario les importaba más bien poco. Entre las continuadas y molestas charlas entre colegas era difícil disfrutar plenamente del concierto, que sonaba magnífico. Ojalá hubieran tocado en un escenario más pequeño ante gente que de verdad quería estar ahí viéndolos.
‘In Heaven’ o ‘The Body Is a Blade’, dedicadas a su madre que falleció de cáncer, son conmovedoras, y en directo más aún. ‘Boyish’ es una amarga canción de desamor que toca el alma; ‘Savage Good Boy’ un divertido número indie-rock anticapitalista. Zauner y su banda le ponen corazón a cada instante, y se nota que disfrutan de su tiempo en el escenario. El setlist equilibró tanto canciones de ‘Psychopomp’ como ‘Soft Sounds from Another Planet’, prestando más atención, eso sí, a su último trabajo.
En el escenario Estrella Damm, otro de los principales, Baby Keem empieza con retraso. Aparece solo y detrás de él se proyectan imágenes sugerentes: a veces abstractas y psicodélicas, a veces de ciudades postapocalípticas, de agua cayendo, de fuego, etc. El joven rapero aguanta perfectamente el tipo siendo la única persona en un escenario tan grande, y consigue que la gente se mueva con sus canciones. Es un show discreto pero divertido, donde no faltan recursos resultones como lanzadores de humo. En ‘Honest’ hace que la gente ponga las manos arriba, y con ‘Family Ties’ (sin Kendrick Lamar) el público lo da todo. Lástima que en el punto más álgido, el concierto se termine abruptamente. Baby Keem se va a su hora originariamente marcada, pero habiendo empezado tarde, su set no llegó ni a la media hora.
The Mars Volta son un torbellino de rock y ritmos latinos recién traídos de El Paso, exultantes en el carisma de Cedric Bixler-Zavala. Su música deambula entre géneros simpática, con energía contagiosa y desvergonzada, aunque el camino del amor al odio es muy corto, y odias a The Mars Volta un poco cuando los cambias por otros artistas en escenarios cercanos… y continúas oyendo a The Mars Volta a todo volumen.
El principal afectado es el concierto de Gabriels. Soul por un lado intimista y por otro revitalizante, que solo puede brillar en este último caso, debido al sonido que llega desde otros escenarios. Aun así, Jacob Lusk, en esmoquin, y su banda de coristas, vientos, etcétera, defienden como pueden favoritas personales como ‘Professional’. Entre los momentos mágicos que deja Primavera Sound Madrid, todo el público coreando “Cumpleaños Feliz” para la técnica de sonido del set de Gabriels, Louisa, que no daba crédito.
Christian Bertrand
Y todavía duraba lo de Mars Volta cuando saltaban al escenario Moldy Peaches. Era un verdadero «a quién quieres más, a papá o a mamá», elegir entre Depeche Mode y Moldy Peaches, pero por suerte el retraso de los primeros disminuyó el drama.
El show de Adam Green y Kimya Dawson estuvo entre lo mejor de la jornada. El primero, con tintes de marinero en su vestuario, la segunda cubierta con una manta y la cara pintada de rata. El resto de la banda, vestida de Pierrot, directamente en pijama, de animalito, o de algo indescifrable. Adam parecía algo enfadado con su micro en las primeras canciones, pero por nada que el público pudiera advertir, y sus encantadoras melodías y surrealistas letras fueron emocionando a los seguidores del lo-fi, más numerosos y de edad más variada de lo esperado.
‘Jorge Regula’, ‘Steak for Chicken’ o ‘Rainbows’ con aquella letra sonora «tienes que tener polla, para tener una polla en la boca» están entre sus momentos más celebrados. De hecho, no hace falta esperar a su gran hit ‘Anyone Else But You’, tocado en antepenúltimo lugar, para hablar de «highlight». El «highlight» bien pudo ser la mezcla de ‘Nothing Came Out’ con un par de frases de ‘Private Dancer’ y ‘We Don’t Need Another Hero’ de Tina Turner. O el infernal solo de flauta dulce de Adam (LOL). O por supuesto el final con pogo de ‘Who’s Got the Crack’.
Depeche Mode lo dieron todo. Más que el público
El primer concierto realmente multitudinario del día fue el de Depeche Mode. El escenario Santander fue llenándose para asistir al espectáculo de la mítica banda. Salieron media hora tarde, lo cual provocó que el resto de conciertos de los escenarios principales que vinieron después también se retrasaran. Una gran M aparecía por fin en la pantalla, inaugurando el show, donde se iban proyectando diferentes recursos visuales, por momentos hipnóticos, que lograban crear una atmósfera oscura e inquietante. Aunque, por supuesto, lo más electrizante que sucedía en ese escenario era la propia música y sus responsables. Dave Gahan aún posee la actitud que uno espera de la estrella del rock que es: pavoneándose con gracia, posando para el público, derrochando carisma por todas partes. Su voz sigue sonando espectacular, y su presencia es arrolladora.
Los británicos acaban de publicar su disco ‘Memento Mori’, y abren su set con dos canciones del mismo, ‘My Cosmos Is Mine’ y ‘Wagging Tongue’, que brillan en sus versiones en directo. Aunque enseguida echan la vista atrás y tiran de su largo catálogo de éxitos como ‘Walking In My Shoes’ o ‘It’s No Good’.
Efectivamente, en su primera vez en España tras la muerte de Andy Fletcher, al que se dedica el tema ‘World in My Eyes’ con proyecciones suyas con los ojos abiertos y cerrados, Martin y Dave optaron por un espectacular “greatest hits”. Siguieron encajando algún tema del nuevo, como el excelente ‘Ghosts Again’, y algún capricho como ‘John the Revelator’. Pero es que la sucesión de clásicos fue tremenda: ‘Everything Counts’ con unas proyecciones de “manos ladronas” y un ritmo más electro, ‘Precious’, ‘Home’ con Gahan al final bailando el tarareo del público una vez que Martin la había finiquitado, ‘Stripped’, ‘Enjoy the Silence’… y luego lo de los bises.
El acertado retraso de media hora del show -de lo contrario hay gente que se lo habría perdido- nos hizo plantearnos si prescindirían de ese bloque. Pero sonaron ‘Just Can’t Get Enough’, ’Never Let Me Down Again’ y ‘Personal Jesus’ y ahí fue emocionante ver a los fans de Kendrick Lamar que aguardaban, grabar vídeos para el recuerdo. Por lo demás, el público de las últimas filas había permanecido mucho menos entregado que Dave y Martin.
Eric Pamies
Altibajos en el set de Kendrick Lamar
Si hubiese que elegir un rapero de los últimos 10 años, es prácticamente imposible no pensar en Kendrick Lamar, por su urgencia social y su visionario acercamiento al género. Sus letras le han valido un premio Pulitzer, su talento ha conquistado tanto a la crítica como al público desde sus inicios. Ver a Kendrick Lamar en Madrid por primera vez era cuestión de tiempo, aunque se ha hecho de rogar más de lo que debería. Su primer show en la capital española se enmarca dentro de la gira de su más reciente trabajo, ‘Mr. Morale & the Big Steppers’, pero sobre todo, le sirve para repasar sus singles más exitosos.
Con nadie más sobre el escenario que su propia presencia y una enorme tela con pinturas que reivindicaban y celebraban la cultura negra, empezaba la introducción de ‘The Heart Part 5’ encadenada a ‘N95’. Kendrick, con un chándal rojo brillante y gafas de sol, es una presencia magnética. Se mueve de un lado al otro con energía y recita sus versos a un ritmo que impresiona por su altísimo grado de dificultad. El público, joven y ecléctico, está entregado y consciente del privilegio que supone estar presenciando un espectáculo suyo.
Poco más adelante, unos bailarines vestidos de blanco y negro se unen al artista en el escenario. Con expresivas coreografías, acompañan las canciones mientras la gran tela que hacía de fondo cambiaba y mostraba distintos cuadros. ‘ELEMENT.’ es la primera que moviliza a la gente, pero tan solo un par de temas más tarde la supera ‘King Kunta’, coreada con entusiasmo por los asistentes. El sonido del concierto es impecable, también lo es el carisma de Kendrick, que consigue trasmitir que todo lo hace sin aparente esfuerzo.
Sin embargo, algunos momentos funcionan mejor que otros, y es ligeramente decepcionante ‘LOYALTY.’, una canción que no termina de convencer en su versión en directo, ya que la voz de Rihanna es el alma de esta y ocupa un lugar amplio e irremplazable. Tampoco lucen con la misma intensidad las canciones de su nuevo álbum como el resto, aunque hay excepciones como ‘Count Me Out’. En general, al artista se le ve más cómodo repasando sus éxitos y viendo cómo la gente disfruta de ellos. ‘Money Trees’ es un momento particularmente eufórico, donde hasta uno de los bailarines se monta en un monopatín mientras el público la corea con energía.
Hacia el final del set, Baby Keem es invitado al escenario para defender ‘Family Ties’. ‘Alright’ –uno de los mejores cortes de su obra maestra ‘To Pimp a Butterfly’- y ‘Savior’ ponen punto final a un concierto que sirve como despliegue del gran talento de Kendrick Lamar. Pese a algunas irregularidades de ritmo, poco más se puede objetar de un espectáculo convincente y siempre bien ejecutado.
Uno podría pensar que Four Tet, programado al mismo tiempo que Depeche Mode, estaría vacío, pero nada más lejos de la realidad. El set de Kieran Hebden estuvo a reventar desde el principio. El productor inglés ofreció una irresistible sesión de electrónica cañera donde lo mismo encajaba canciones como ‘Only Human’ –con ese fantástico sample de ‘Afraid’ de Nelly furtado’-, otras con texturas más ambient (‘Mango Feedback’) o incluso un divertidísimo remix de ‘Love Story’ de Taylor Swift. Suena disparatado, quizá hasta hortera, pero el buen gusto y el refinado oído de Hebden para capturar atmósferas permanecen intactos en su directo. La energía del público no decae en ningún momento y un contagioso buen rollo se instala entre los asistentes desde el inicio. Four Tet remezcla también sus colaboraciones con sus colegas Fred Again.. y Skrillex, adaptando ‘Baby again..’ y ‘Butterflies’ a su set. El resultado es una auténtica fiesta llena de momentos memorables, donde Hebden demuestra ser uno de los mejores DJs del mundo en estos momentos.
Christine and the Queens hipnotiza incluso en la dificultad
Llevamos años esperando a Christine and the Queens en España. Uno de los talentos más interesantes salidos del panorama internacional de la última década, logró vender más de 1 millón de copias de su debut ‘Chaleur humaine‘ sumando no solo su Francia natal, sino también Reino Unido. Cuando actuara por aquí, pensamos que el artista lo haría con su impresionante corte de bailarines, pero no ha sido posible. Está en otra etapa de su vida, en concreto presentando con los recursos que puede una obra tan intensa como la dupla formada por ‘Redcar les adorables étoiles’ y ‘Paranoia, Angels, True Love’.
Esta última había salido durante la misma jornada de Primavera Sound y no había tiempo para que el público asumiera esta historia de ángeles caídos inspirada en ‘Angels in America’ de Tony Kushner, que narra la historia de un grupo de personas enfermas de sida que reciben la visita de ángeles desde el cielo.
También es metáfora sobre la transición de Christine, que se arranca el vestido de novia ya durante la primera canción, ‘Ma bien aumée bye bye’, con toda la cara de felicidad posible, y que luego se arranca la parte superior de su ropa, dejando ver sus pechos, únicamente cubiertos los pezones por tiritas. Christine nos va narrando el significado de cada canción, nos indica que lo que estamos escuchando, más que una obra de teatro, es un “poema”. Ahí integra algún hit pasado como ‘Saint Claude’ o ‘People I’ve Been Sad’, pero lo verdaderamente impresionante es presenciar su expresión corporal bailando sobre una plataforma o retando al excelente percusionista que le acompañaba junto a 2 músicos más.
Es ahí cuando muestra que es un animal de escenario capaz de captar atención incluso aunque sea a la 1 de la madrugada, con una obra tan complicada, y compitiendo con varios escenarios simultáneos. Allí nadie abrió la boca para ponerse de charleta, y “Red” se mostró de lo más agradecido. Pocas cosas más emocionantes este viernes que sus primeros planos en las pantallas, incluyendo ese tatuaje «WE ACCEPT YOU».
La diferencia entre Fred Again.. y otros dj’s
En el escenario Santander Fred Again.. comienza su directo. Sobre el escenario un DJ a la izquierda y él, con un teclado y un micrófono a la derecha. El escenario es alargado y en el centro, cerca del público, hay una pequeña caja de mezclas. En las pantallas, situadas a los lados y en la mitad, aparecen vídeos hechos con la cámara frontal de los colaboradores de sus canciones cantando sus respectivas partes. Una puesta en escena sencilla pero muy efectiva, que otorga ese aire cotidiano, como de diario, que tienen los proyectos del británico. Al principio del concierto, en las pantallas salen unos textos de Fred Again.. en inglés y en español, donde da las gracias por estar allí y cuenta que era la primera vez que tocaba en Madrid.
‘Kyle (I found you)’ fue la primera en sonar, que empieza siendo una balada y va progresivamente subiendo hasta estallar. Le sigue ‘Baby again..’, segunda vez que la escuchamos en la jornada, con una espectacular progresión que rompe por todo lo alto tras construir durante unos minutos su clímax. ‘Jungle’ es otro banger espectacular, y vivirlo rodeado de gente en un festival es exactamente para lo que la canción está hecha.
En ocasiones, Fred corre hacia el centro del escenario, aporrea su caja de mezclas mientras la cámara lo graba, ayudándote a comprender mejor su proceso creativo. Estos pequeños detalles son los que marcan la diferencia entre él y un DJ corriente. También que hay baladas tocadas con teclado en mitad del set, momentos en los que nos hace cantar con él el sample de ‘Angie (I’ve Bee Lost)’, otros de pura euforia elaborada de forma extravagante (‘Sabrina (I Am Party)’… Si alguien tenía alguna duda del valor de Fred Again.. como músico, anoche quedaron completamente despejadas.
Por su parte, Skrillex trajo su pirotecnia –visual y sonora- a Madrid tras casi incendiar el escenario en Barcelona la semana pasada. Viendo su show, no extraña nada, ya que múltiples y altísimas llamaradas de fuego le rodeaban cada poco tiempo. El estadounidense ofreció todo lo que uno puede esperar de él. Fue una fiesta macarra hasta la médula y divertidísima que no escatimó en nada: luces epilépticas, láseres, humo, lanzallamas. Y, lo más importante, llena de buena música, de alegría contagiosa…
Skrillex logra que su personalidad salga mucho más allá de su mesa de mezclas. Frecuentemente chapurreaba español dirigiéndose al público (“¡vamos, guapos y guapas!”, “Madrid, mi amor”) y nos animaba a cantar con él “¡eeeooo!”. El set estuvo marcado por su gran disco reciente ‘Quest For Fire’, del que sonaron la espectacular ‘Xena’, ‘Leave Me Like This’, ‘Ratata’ o ‘Rumble’, entre otras. Aunque tampoco faltaron varios remixes de hits como ‘Dákiti’ de Bad Bunny y JhayCo o ‘Humble’ de Kendrick Lamar y, por supuesto, ‘Baby again..’ (¡again!), siendo la tercera y última vez que la escuchábamos anoche.
Lo único que se le puede echar en cara al maravilloso desfase de Skrillex es que Four Tet y Fred Again.. no salieran a tocar con él, ¡con lo fácil que lo tenían!
La madrugada nos dejaba un batiburrillo de estilos impagable, muy poco habitual en festivales, y completamente efectivo. Sonaron realmente profesionales y contundentes, sobre todo para ser un trío Nation of Language. Entre guiños al glam de David Bowie, a la querencia por el synth-pop analógico de Metronomy y el kraut pop de Stereolab, hicieron bailar a una serie de incondicionales que no cabían o no quisieron caber en el show de Kendrick Lamar. Avisaron de que van a regresar muy pronto a nuestro país.
Después, podías pasarte por el latineo del argentino Trueno, tan pronto sobre beats reggaeton como en plan banda de rap (y reivindicando que España no es un país racista, con una camiseta de Vinicius Junior); o por el delirio experimental de Yves Tumor, en plan glam con efectos especiales recién salidos de 2023; o por el set de Kyary Pamyu Pamyu.
Sergio Albert
Como ya nos advirtió nuestro compañero Jordi Bardají, este era uno de los shows más coloridos de Primavera Sound, recién llegado desde Japón. Kyary Pamyu Pamyu junto a sus dos bailarinas hizo a la gente partirse de risa en su mezcla de EDM, brostep, hyperpop y tonos pastel. En concreto tarta de fresa. Temas como ‘Fashion Monster’ resonaron en nuestras cabezas incluso cuando aquello terminaba, mientras la gente no daba crédito entre coreografías y vestuario. Ojalá solo Kyary Pamyu Pamyu sonando en las lanzaderas a Arganda del Rey, pero a todo volumen.
La lluvia apareció muy tímidamente durante el set de tecno, house y acid de Daphni, algo monótono al menos en la media hora que le escogimos, pero de allí no se iba casi nadie. VTSS B2B LSDXOXO subieron los bpm’s de manera considerable, ofreciendo la sesión más acelerada de la madrugada, y Channel Tres optaba por un set más melódico, de ritmo disco-funk en torno a las 4 y 5 de la madrugada. Fue una jornada larga pero muy agradecida en su diversidad, a veces tan desconcertante que, al llegar a Méndez Álvaro, un guiri se acercó para preguntarnos «si ya estábamos en el centro de Milán» (sic). Sebas E. Alonso, Fernando García.
El éxito de ‘Escapism.‘ de RAYE continúa. Aunque su repercusión global ha menguado, en Reino Unido continúa fuerte, posicionado en el número 27 de Spotify y en el 62 de la lista de singles oficial. Pero RAYE ha pasado página hace rato promocionando otro de los sencillos de diferentes maneras.
‘Flip a Switch.’ ha sido otro éxito para RAYE, pues ha alcanzado el puesto 35 de la lista de singles británica. Para promocionarlo, RAYE ha lanzado una versión «sped up» del tema y también un remix con la participación de la rapera Coi Leray. Entre todas tres versiones, ‘Flip a Switch.’ supera holgadamente los 30 millones de reproducciones en Spotify.
Sexto single extraído de ‘21st Century Blues‘, ‘Flip a Switch.’ utiliza un beat próximo al dancehall jamaicano y cuenta una historia de empoderamiento. RAYE pasa de un chico que no ha respetado sus límites y, en el estribillo, canta: «si me busca, dile que estoy muerta».
Aunque ‘Flip a Switch.’ se extrajo de single en abril, no ha sido hasta ahora cuando ha llegado su videoclip oficial. En él, RAYE y Coi Leray interpretan ‘Flip a Switch.’ en el interior de un autobús en marcha. El vídeo cuenta con su dosis de violencia, pues empieza con RAYE muerta de un disparo… solo para ser ella después quien aprieta el gatillo.
RAYE, que estos días se encuentra teloneando a SZA en Estados Unidos, es una de las artistas confirmadas en el cartel de Mad Cool de Madrid, que se celebra los días 6, 7 y 8 de julio.