Los Pixies continúan adelante con su carrera, por supuesto ya hace tiempo sin Kim Deal. Sus nuevos pasos les llevarán a sacar álbum el próximo 13 de septiembre. El sucesor de ‘Head Carrier’ se llamará ‘Beneath the Eyrie’ y el primer sencillo que puede escucharse desde hoy, puro rock noventero, recibe el nombre de ‘On Graveyard Hill’. Asimismo se ha revelado el tracklist del álbum, que puedes consultar bajo estas líneas.
Como ya os informamos hace un par de meses, la banda de Black Francis presentará estas nuevas canciones a través de varias fechas en nuestro país: el 23 de octubre en el Sant Jordi Club de Barcelona, el 24 de octubre en La Riviera de Madrid, y el 26 de octubre en el Teatro Coliseum de A Coruña. Las entradas para Barcelona continúan disponibles a través de Ticketmaster, pues el Sant Jordi Club acoge hasta a 5.000 personas mientras que el aforo de La Riviera ha pasado a ser de 1.800 personas, por lo que los tickets para este concierto están agotados. El Coliseum es mucho más grande y aún podéis también comprar entradas para ver a los Pixies en A Coruña en Ticketea.
Secuencia de ‘Beneath the Eyrie’:
01 In the Arms of Mrs Mark of Cain
02 On Graveyard Hill
03 Catfish Kate
04 This Is My Fate
05 Ready for Love
06 Silver Bullet
07 Long Rider
08 Los Surfers Muertos
09 St. Nazaire
10 Bird of Prey
11 Daniel Boone
12 Death Horizon
Como habéis podido observar los atentos a las novedades discográficas de cada semana, en mayo no se ha editado absolutamente nada nuevo de The 1975. Como recordaréis todos los seguidores del grupo, fue la misma banda de Matty Healy la que anunció que muy poco después de su disco de 2018, saldría otro álbum parejo de la banda. Primero se especificó que eso sucedería durante «la primavera» y que el disco se publicaría bajo otro alias, su viejo nombre Drive Like I Do; después se puntualizó que el largo saldría en mayo como The 1975, pero eso ya es imposible porque estamos en junio, y lo peor es que el grupo no ha dado demasiadas explicaciones al respecto. Y eso que el disco misterioso incluso tiene nombre: ‘Notes on a Conditional Form’.
Mientras se promocionaba el disco anterior, ‘A Brief Inquiry into Online Relationships‘, se especificaba que esta era de The 1975 se compondría de dos álbumes: el que conocemos todos y ese otro nuevo que no ha terminado de llegar. Lo que sí hemos tenido es una pequeña actualización este año: en febrero la banda indicó que el primer single de ese otro álbum llegaría el 31 de mayo y el disco se retrasaba: llegaría «antes del festival de Reading», esto es, antes del 23 de agosto, durante este verano. The 1975 aseguraban entonces estar dudando entre varias canciones para ese primer sencillo, pero ha pasado el fin de semana del 31 de mayo y tampoco hemos conocido single alguno, lo que no sabemos en qué afectará a su calendario.
En declaraciones al programa de Annie Mac, Matty dijo que el disco estaba inspirado por la cultura de noche británica, lo que no se refiere solo a los clubs, sino a las carreteras, los neones y luces del «McDonald’s» o «los discos de garage oídos en la neblina de un Peugeot 206». Musicalmente y hablando con la revista Q, lo situaba más cerca de «The Streets y Burial».
Un vistazo a lo que ha sido la agenda de The 1975 este 2019 de momento nos deja unas cuantas elucubraciones. El grupo ha dado 3 conciertos este fin de semana y hoy lunes tiene un cuarto en Canadá. The 1975 han actuado prácticamente todos los días o cada 2 días durante toda esta primavera, y en cuanto acaben en América esta semana, les aguarda Europa, con fechas en multitud de ciudades y festivales, como Mad Cool o FIB el próximo mes de julio. ¿Conclusión? Si el disco no estaba terminado el año pasado cuando ya hablaban de su lanzamiento, o lo terminaron durante un par de semanas libres que tuvieron entre febrero y marzo, o es muy difícil que puedan terminarlo ahora mismo, pues no han parado ni van a parar de dar conciertos.
Otra posibilidad es que su sello lo esté conteniendo, aunque terminado, porque no esté a la altura del que fue el álbum del año para el NME; porque esté aguardando un momento mejor según el calendario de la industria musical (el viernes pasado fue muy concurrido en cuanto a nuevos lanzamientos) o porque esté un poco desconcertado con la acogida del último disco de The 1975. Tres cosas pasaron con ‘A Brief Inquiry into Online Relationships’ en las listas: la primera es que el disco fue número 1 en las islas, la segunda es que se desplomó de las listas de manera inesperada… y la tercera es que el álbum vivió un pequeño resurgir a principios de 2019, debido al moderado éxito de ‘It’s Not Living (If It’s Not With You)’.
Este tema no lograba llegar al top 40 británico, pero lo cierto es que cuando todo el mundo lo daba por muerto y había desaparecido del top 100, volvió a las listas hasta en dos ocasiones: primero a mediados de diciembre, y luego una tercera vez en enero, no sabemos si alterando la campaña promocional del álbum, o recuperando la original abortada. En cualquier caso, no mucho más ha pasado en cuanto a sencillos y vídeos desde entonces (¿cuándo demonios iban a poder grabarlos?), y al menos el grupo sigue en la carretera. Suponemos que pronto aclararán en las redes sociales qué aguarda su futuro.
Como es habitual cuando se acerca el verano y la Semana del Orgullo Gay (¿alguien recuerda ‘Tukutú‘?), en la que suele ser invitada a actuar, Leticia Sabater tiene nuevo single. Con esta portada lo ha presentado en las redes sociales, convirtiéndose instantáneamente en «trending topic» en Twitter y dedicando este texto desde Instagram: «Para mis fans y seguidores, aquí os dejo la portada de mi nuevo temazo veraniego !!18 CENTIMETROS PAPI!! Ya disponible con videoclip en YouTube y plataformas digitales para que lo bailéis y canteis como locos, os amo».
El título de ’18 centímetros papi’ parece dejar a entender que la autora de ‘Toma Pepinazo‘ se conforma no con poco pero sí con menos que Ramón Salazar en el guión de ’20 centímetros’. Musicalmente, en cambio, sí ha puesto toda la carne en el asador, comenzando con unos beats de electrónica experimental noventera y una voz de ultratumba que pronto apuesta por lo atonal, lo desacorde y el recitado de frases desestructurado. En un intento de aproximarse a la moda urban, en un par de momentos parece que ’18 centímetros papi’ va a convertirse en otro remix de ‘Con calma’, pero ella decide ir por libre.
Las frases de este tema corren ya tras la gloria de ‘La salchipapa‘, como es el caso de «Eres mi microondas, ya estoy caliente» o «Tírame del pelo, malote, y en mi nalga un azote». ’18 centímetros papi’ es una improvisación constante en la que apenas se repiten un par de ideas: «Dame tus 18 centímetros papi, que cuando me la metes me moja» o «Qué rico despertarme desayunando hamburguesa jugando a pringarme la cara con tus 18 centímetros con mayonesa». El vídeo estrenado al mismo tiempo que la canción, además de presentar a Leticia Sabater con un vestido hecho de fajos de billetes, termina mostrándola posando junto a una hamburguesa mordida, con la boca llena de mayonesa y las piernas manchadas de… Dios sabe qué. ¿Se ha superado a sí misma haciendo una especie de homenaje sui generis a John Waters o mejor no preguntar?
Nuestro último Disco Recomendado ha sido ‘IGOR’ de Tyler the Creator, que además ha dado al artista el número 1 en el Billboard 200. El single principal del álbum, ‘EARFQUAKE‘, ya pasaba por nuestra sección «Canción del Día», pero hay caminos aún más accesibles para entrar en este disco como es este tema que ya ha destacado en las plataformas de streaming sin tener vídeo propio.
‘I Think’ es un ágil corte de sintetizadores electro en el que Tyler the Creator se pregunta adónde le llevarán los caminos del amor y muestra toda su vulnerabilidad nada más empezar («I don’t know where I’m going / But I know what I’m showing / feelings, that’s what I’m pouring / What the fuck is your motive?»); mientras el estribillo es una muestra de amor cantada a medias con Solange Knowles: «Creo que me estoy enamorando / y esta vez creo que es de verdad».
Mucha gente pensaba que el bajo de ‘I Think’ estaba recién sacado de ‘Stronger’ de Kanye West, que a su vez se inspiraba en ‘Harder, Stronger, Faster’ de sus colegas de Daft Punk. Pero no es así, las únicas personas acreditadas en este tema aparte de Tyler the Creator son Nkono Teles, pues contiene elementos de su tema ‘Get Down’, y un artista nigeriano llamado Bibi Mascel, del que se ha sampleado ‘Special Lady’.
Un único disco editado en 1982 aparece de Bibi Mascel en Discogs, y su vinilo aparece valorado en casi 200 euros. Con tan solo 7 pistas pero un montón de ritmos y bajos disco-funky cuando no cercanos al Georgie Dann de aquella década (atentos a ‘I Am So Lonely‘), el álbum de Bibi Mascel en físico es una reliquia solo al alcance de unos pocos… que muchos están descubriendo gracias a Tyler the Creator, como muestran los comentarios del tema de Bibi Mascel en Youtube.
En los últimos días se ha visto a Madonna en Instagram ensayando algunas canciones en vivo, como ‘Human Nature’ o ‘I Rise’, sin que se supiera muy bien cuál era el destino de este set, pues su gira propiamente dicha no arrancará hasta septiembre. En el vídeo de ‘Like a Prayer’ de hecho incluía un “fuck you bitches” que parecía su respuesta al backlash eurovisivo.
El caso es que en cuanto América ha amanecido este lunes se ha confirmado que Madonna estará actuando en el World Pride de Nueva York, en concreto el día 30 de junio, donde se espera que presente “algunas canciones” en vivo, por lo que parece que tampoco será un concierto propiamente dicho. Las entradas en cualquier caso se agotaron en marzo, antes de revelarse el cartel. La cantante también realizará una entrevista con Harry Smith para la NBC. Se espera que el evento sea especialmente significativo, pues se cumplen 50 años de los altercados de Stonewall, que supusieron el nacimiento del Orgullo.
Para este viernes 7 de junio, una semana antes de la edición de su nuevo disco ‘Madame X’, se espera el lanzamiento del 5º adelanto del álbum, el corte ‘Dark Ballet’, que según las primeras críticas recibidas por el disco es uno de los más interesantes y experimentales, bajo la co-producción de Mirwais. En principio es la evolución del ‘Beautiful Game’ que se presentó en la Gala MET y fue presentado en Eurovisión en forma de interludio.
We're breaking some big news from @Madonna! She'll be appearing at Pride Island in NYC, where she'll perform a few songs on June 30.
Posiblemente recuerdes al peculiar artista Jai Paul, que hace 8 años pasó por nuestra sección “Revelación o Timo”, vio su disco publicado en Bandcamp como por accidente (ahora sabemos que en formato “demo”), después se borró y luego nunca más se supo. Un mito ha rodeado a este álbum, con gran parte del público pensando que había subido él mismo su álbum a Bandcamp para cabreo de su sello XL (The xx, Vampire Weekend, Adele). Este fin de semana finalmente ha aclarado que no fue así en una larga misiva.
Jai Paul ha sido noticia este fin de semana porque al fin aquel debut se ha subido a las plataformas de streaming de manera oficial, 6 años después, y además se han publicado 2 temas nuevos que en verdad son el desarrollo de 2 temas escritos en aquella época. El artista detalla en el texto que lo que se subió a la red “de manera ilegal” eran «maquetas en las que había trabajado entre 2007 y 2013», unas mejor acabadas que otras. Lo califica en el largo texto como una “catástrofe” con la que no supo cómo lidiar, pues la filtración se produjo además un sábado a las 3 de la mañana, con su equipo fuera de juego.
Unos pensaron que era una maniobra de márketing y otros creyeron que aunque no lo fuera, tenía que sentirse afortunado de que su música hubiera generado tal interés. Sin embargo, Jai Paul se quedó totalmente bloqueado: “Me había sido negada la oportunidad de acabar mi trabajo y compartirlo de la mejor manera posible”. El artista indica que para “poner las cosas peor” y ante la indecisión de no saber qué hacer, le aconsejaron ser “ambiguo” con la posibilidad de haber filtrado él mismo ese trabajo, cosa que no había hecho. Durante 3 años permaneció la confusión y asegura que nadie le preguntaba otra cosa que no fuera por este tema. Lo cierto es que llegó a haber una investigación en la que se detuvo a dos personas y se puedo devolver el dinero a los fans que pagaron por aquel álbum falso a través de Paypal y Bandcamp.
Gracias a «terapias de varios tipos», Jai Paul ha terminado por aceptar que «no hay forma de reparar lo que pasó» y que ha de «continuar con su camino». “Es triste pensar sobre lo que pudo haber sido, pero es lo que es y tuve que dejarlo pasar”, afirma como consciente de que ya no volverá a generar tal interés mediático como el que le rodeaba en 2013. De hecho, ha fundado el Paul Institute para ayudar a artistas con las presiones que sufren por parte de la industria musical y para editar música.
Aceptando su situación, ha consentido que el disco, tal y como se filtró, se suba por fin a las plataformas de streaming, con la salvedad de un par de samples. «Es completamente surrealista para mí que esta música exista de manera oficial en esta forma, inacabada y secuenciada por la gente que la filtró”. La buena noticia es que ha podido terminar 2 pistas en las que estaba trabajando en la época de la filtración, ‘Do You Love Her Now’ y ‘He’, ambas disponibles en las plataformas de streaming junto a ese disco que ahora ha decidido llamar ‘Leak 04-13 (Bait Ones)’. En casi todos los temas figura el subtítulo “unfinished” o “demo”.
Bon Iver terminaba anoche un concierto en Londres avisando a los asistentes de que, al término del show, se iban a proyectar 2 temas nuevos en las pantallas. Después de que esos temas circularan por la red, este mediodía han aparecido en las plataformas de streaming de manera oficial. Según la web del evento celebrado en Victoria Park, All Points East, estos dos temas estarán incluidos en el próximo disco de Bon Iver, que es el sucesor de ‘22, A Million‘, publicado hace ya 3 años.
Las canciones se llaman ‘Hey, Ma’ y ‘U (Man Like)’. La primera usa unos teclados típicos del sonido de Bon Iver para situarse en un punto medio entre el dream pop, el ambient y algún resquicio de folk marcado por las típicas sonoridades de la voz tratada de Justin Vernon. Su vídeo, haciendo honor al hombre de ‘Hey, Ma’, es un retorno a la niñez incluso a través de una ecografía o de unas viejas imágenes de unos niños jugando en un lago.
En cuanto a ‘U (Man Like)’, es un tema al piano en el que, en sus 2 minutos y medio, muy tímidamente se asoma un estribillo (“man like you, man improve”). Aunque el “lyric video” de Youtube nos indica la parte de la letra que corresponde a una mujer cantando (Elsa Jensen y Jenn Wasner ponen coros al tema), la curiosidad la aportan los coros de Moses Sumney. Entre tanta voz, el tema queda a las puertas de convertirse en un góspel. Ahora, solo cabe preguntarse si estos temas u otros nuevos se incorporarán al repertorio de Bon Iver, que nos visitará de gira el próximo 11 de julio dentro de la programación de Mad Cool.
Después de las varietés chaladas de ‘Hang’, Foxygen parecen haber querido retornar al punto de salida de ‘… And Star Power’. O al de llegada. Me explico: si en ‘… And Star Power’ parecían quererse reflejarse en Todd Rundgren, ‘Seeing Other People’ se sitúa en un viraje al pop sofisticado ochentero (en versión chatarrera) con una pizca de funk, pero también con sus habituales guiños a los sesenta. A ese respecto, este es un álbum mucho más conservador que el anterior y que depara pocas sorpresas al particular universo del dúo. Sam France y Jonathan Rado siguen con su espíritu gamberro, dedicándose a su carrusel enloquecido de disfraces, a recrear de manera lo-fi, distorsionada y paródica estilos, canciones, artistas y todo lo que se les pase por la cabeza. No, de su prometido viraje al drama hay muy poco. Porque nada, ni el desencanto con la industria, puede cambiarlos. Y no hay de qué preocuparse: el álbum está repleto de singles.
Porque, ¿qué si no un hitazo en toda regla es la deliciosa ‘Work’, su brillante inicio? Esta es una pieza de funk-pop algo tosca pero irresistible. La voz de France parece querer remedar la de Springsteen esta vez sobre una base de piano, en que destaca un estribillo memorable, en el que le replican coros en falsete: “Doing all the work / If you got something to say then say it”. Después se enfundan el traje de Chris Rea para montarse un ‘Mona’ que no desentonaría en un recopilatorio de “lo mejor de los 80” gracias a una línea de bajo y unos sintetizadores sobre los que se pasea otra melodía rotunda, aunque les delate el aire caricaturesco que la recorre. Mientras, en ‘Seeing Other People’ resucitan al último John Lennon con bien de épica para entonar su particular himno sobre “conocer gente” (con erótico resultado) .
El cachondeo máximo llega en ‘Face the Facts’: “When I think of you / It feels like I am living in 1975”, y así lo recrean sónicamente. El tema es un funk-disco de esos de saltar y dar palmas en la pista, salpicado de guitarras y sintetizadores de lo más prog y una letra bastante desconcertante: “I’m never gonna dance like James Brown / I’m never gonna be black”. La anunciada melancolía llega en ‘Livin’ a Lie’, la canción que presentó el disco en febrero; la única en que, letra y música parecen circunspectas, en que incluso las referencias están lo suficientemente diluidas para ser menos evidentes, aunque sigan la deriva ochentera. Y quizás, por eso, es el tema más sentido y emocionado del disco. Así que para recuperar el tiempo perdido, France se vuelve a disfrazar de Springsteen para cantar ‘The Thing Is’; de hecho, el tema fusila ‘Hungry Heart’ que es un primor; quien sea capaz de resistir la tentación de ponerse la “original” justo después, premio para él o ella.
También hay sitio para el semi-delirio à la ELO en ‘News’ y… si no fuera porque dudo que los conozcan, su arranque es digno de los primeros Mecano. El final del disco parece querer retornar hacia terrenos sesenteros; ‘Flag Half-Mast’ es una especie de epifanía que reivindica a los Rolling Stones de manera bufa (cómo no), que incluye unos versos que juegan con la autorreferencia irónica: “But she ain’t got any notion of who I am / She surely don’t listen to Foxygen’. Y, aun así, su hermoso cierre instrumental oxidado la convierte en la segunda pieza emotiva del disco.
El disco encandilará a los fans de Foxygen, a los ya convertidos y advenedizos curiosos, porque es breve, divertido y, aunque jueguen a quedarse con el personal (como siempre), siguen manteniendo la maña para construir canciones y melodías redondas. Pero para detractores y advenedizos que no entren en el juego, puede resultar irritante su personal batiburrillo. ¿Que en qué grupo estoy yo? En el primero, por supuesto.
Calificación: 7,4/10 Lo mejor: ‘Work’, ‘Mona’, ‘Seeing Other People’, ‘Livin’ a Lie’. Te gustará si te gusta: el quién es quién; si eres fan de Foxygen, pero no te agradó ‘Hang’.
«Cristina Alonso (Burgos, 32 años) y Cristina Valbuena (León, 35 años) viven en Madrid y son las jefas supremas de Girly Girl Magazine, una revista online que aborda temas culturales, de ocio, moda y estilo de vida con una perspectiva feminista. Juntas acaban de publicar su primer libro ‘Esto va de chicas’ en el que defienden que las cosas de chicas son todas las chicas y proclaman que sí, ha llegado nuestro momento, el de todas». Así se presentan estas dos mujeres que, de una forma totalmente independiente –al más puro estilo de esta publicación que estás leyendo–, están contribuyendo a trazar en su medio online un perfil feminista ajeno a los tópicos. Además, sus textos sobre moda, estética, libros, cine, series, tiendas o viajes –que ahora se recopilan y extienden en el libro que antes citaban– están muy cuidados y emplean en ellos un lenguaje directo y coloquial, ajeno a lo formulaico de las típicas revistas para chicas. De hecho, sus artículos son de recomendable lectura para cualquiera. Por todo ello hemos invitados a las dos Cristinas a responder nuestro Tipo Test para conocer también sus filias y fobias musicales. [Imagen: Cristina Alonso y Cristina Valbuena, por Dora Sicart.]
¿Tenéis canción favorita de todos los tiempos? En caso negativo, ¿una canción que os haya obsesionado últimamente?
Cristina Valbuena: «Está es difícil, siempre me bloqueo cuando tengo que escoger solo una. Diría que ‘La javanaise’ de Gainsbourg, ‘Oh! You Pretty Things’ de David Bowie, ‘Summertime’ de Billie Holiday y ‘La leyenda del tiempo’ de Camarón son canciones que siempre me emocionan pase el tiempo que pase».
Cristina Alonso: «Tengo muchas favoritas, pero sí que es verdad que hay dos que me pongo por las mañanas para que me suban el ánimo. Una es ‘Ten Storey Love Song’ de los Stone Roses y la otra ‘Sweetness’ de Yes.
¿Alguna canción que asociéis a un recuerdo infantil?
C.V: «‘Bailando’ de Alaska y los Pegamoides, recuerdo cantarla en bucle durante meses, debía tener a mis padres fritos».
C.A: «‘La Lambada’ de Kaoma, que mi madre la ponía el verano que salió a todo volumen cada vez que la ponían en la radio. Siempre la bailábamos cuando sonaba».
¿Qué canción desearíais haber escrito?
C.V: «‘Ain’t Got No. I’ve Got Life’ De Nina Simone».
C.A: «‘Please Stay’ de Teenage Fanclub».
¿Qué canción odiáis con toda vuestra alma?
C.V: «El himno del PP. Encima es que es muy pegadizo».
C.A: «Yo no soporto a Shakira, que también es muy pegadiza».
¿Seguís comprando discos? En caso afirmativo, ¿cuál fue el último y en qué formato?
C.V: «Menos de lo que debería, aunque voy por rachas, hay meses que me da por ir varias veces a La Metralleta (Nde: histórica tienda madrileña de discos de 2ª mano) a ver lo que hay, y otros que no compro ni uno. El último que compré fue en formato vinilo, que es el único en el que suelo comprar, y fue ‘El mal querer’ de Rosalía.
C.A: «Sí, en vinilo sí. Los demás formatos me dan igual. Pero sí es verdad que me compro pocos, solo discos que tengo especial cariño y que sí me apetecen tenerlos para escuchar en el tocadiscos y tener la portada como si tuviese una obra de arte. El último que compré fue ‘Screamadelica’ de Primal Scream».
¿Cuál es vuestra plataforma favorita para escuchar música ahora mismo? Por ejemplo, al margen de los Spotify/Apple Music, ¿escucháis discos enteros en Youtube?
C.V: «Sobre todo Youtube, busco un/a artista y me lo pongo en bucle hasta que me canso».
C.A: «Yo solo uso Spotify, me hago mis listas y las repito como un loro».
¿Qué opináis del supuesto revival del vinilo o peor aún, del cassette? ¿Es puro postureo u os interesa especialmente?
C.V: «Mi padre coleccionaba discos en vinilo y yo (quitando mi adolescencia) nunca he comprado discos en otro formato. Puede que haya gente a la que la tendencia le haya llegado ahora pero para mí siempre ha sido así. Es casi como un ritual el ir a las tiendas, buscar y rebuscar hasta encontrar alguna joyita».
C.A: «A mí me pasa igual, es algo que siempre he visto en casa, el armario del tocadiscos con vinilos de todo tipo de música. Yo lo siento como algo normal que estaba en casa de mi abuela, de mi madre… Si se ha convertido en una moda, yo no me he enterado. Yo a los cassettes creo que los tengo manía de haber tenido tantos de adolescente, porque era lo único que podía pagar».
Actuación vocal que adoréis.
C.V: «La de Amy Winehouse en el Teatro Astoria en 2007. Me flipan su voz y todos los temazos».
C.A: «Yo cuando vi a Blur casi me da un ataque al corazón. Me sonaron igual que en los discos. Y Phoenix y Nada Surf también tienen muy buen directo».
¿Alguna canción que en algún momento os haya avergonzado que os guste o no existe tal cosa como el «guilty-pleasure”?
C.V.: «Pues ahora mismo no me acuerdo pero seguro que alguna de la Pantoja o algo así, me vengo muy arriba con la copla, sobre todo si he bebido algún vermú. Así que sí, yo creo que existen los guilty pleasure y de hecho, molan un montón».
C.A: «Yo no sé si me avergüenzo, pero no es mi estilo para nada y sin embargo me flipa bailarla si la escucho: ‘La bomba gitana’ de Lola Flores».
¿Mejor secuencia de canciones en un disco que hayáis oído?
C.V: «‘Un soplo en el corazón’ de Family, para mí es un disco redondo con una cadencia perfecta. Jamás me cansaré de escucharlo».
C.A: «‘Moon Safari’ de Air, es un disco adictivo. Tiene una secuencia de canciones marciana, pero que sorprendentemente encajan a la perfección».
¿Algún disco que os encante pero cuya secuencia os parezca un desastre y lo escuchéis siempre en modo «shuffle»?
C.V: «Eso no suele pasarme, lo que sí me ocurre es que los grandes éxitos de un disco me acaban aburriendo de tanto escucharlos y al final cuando llega ese tema, me lo salto. ¡Siguiente!»
C.A: «‘Forever’ de las Spice Girls. No lo escucho, solo quería decir que por qué pasó este disco… jaja»
¿Qué necesita una canción para ser perfecta?
C.V: «Como no controlo de tecnicismos te diré que para mí una canción es perfecta cuando la vives desde tu experiencia, cuando te recuerda a cosas que hayas vivido o sentido. Y no me refiero solo a la letra, porque puede que ni la entiendas pero para mí es perfecta cuando la haces un poco tuya».
C.A: «Una canción es perfecta cuando te hace sentir cosas cuando la escuchas. Si te trae recuerdos, te acelera el corazón, te pone de buen humor o incluso te hace llorar… Eso es un temazo».
Un remix que os haya vuelto loca
C.V: «Pues cualquier de New Order, el de Vandalism del tema ‘Blue Monday’, por ejemplo. TE MA ZO».
C.A: «Jo pues yo remix no tengo ninguno favorito, estoy quedando fatal. Jajaja».
Un disco que haya marcado tu vida.
C.V: «‘Transformer’ de Lou Reed, llegó a mis manos en un momento en el que andaba un poco desorientada en cuanto a gustos y elecciones y me abrió la puerta a muchas cosas que acabaron marcando mi interés por la música».
C.A: «‘Stone Roses’ de los Stone Roses. Cuando descubrí este grupo me quedé obsesionadísima con él y hasta hoy. Tengo mucho cariño a ese vinilo porque tras mucho buscarlo me lo compré en el mercadillo de Camden Town de Londres, cuando tenía 19 años y fue como encontrar una aguja en un pajar. Porque aquí en España no lo encontré jamás. Además no se compraban tantas cosas por internet, ni yo vivía en Madrid. Fue un flechazo lo mío con ese grupo. ¡Tengo hasta una camiseta de la portada del disco! Jajaja. Fanclub total».
Por la tarde Nilüfer Yanya y su banda presentaron ‘Miss Universe’ aunque por momentos no sonaron muy bien. Los bajos eran extremos llegando a retumbar y a veces la voz de Yanya era inaudible. El setlist fue lo mejor, incluyendo temas antiguos como ‘The Florist’ y del mencionado álbum como ‘The Unordained’ y cerrando con dos temazos como son ‘In Your Head’ y ‘Heavyweight Champion of the Year’. Entre el público escuché a dos personas asombradas porque les estaba gustando el concierto quizá porque no habían oído a hablar sobre Yanya hasta ese momento, lo cual solo puede ser buena señal. Foto: Sergio Albert
Nathy Peluso, la artista más agradecida del momento, congregó a un público importante. Vestida para marcarse un buen tango, Peluso lo dio todo en el escenario porque no sabe hacerlo de otra manera, llevando el concierto a su punto culminante en la coreada ‘Corashe’. Fue bonito escucharla hablar sobre la gratitud que siente por dedicarse a la música y poder actuar frente a un público que la adora: no puede ser más consciente de donde está y exprime cada segundo al máximo.
Hace un año Rosalía estrenó el show de ‘El mal querer’ en el Sónar de Barcelona en un recinto tan pequeño como el Sónar Hall. Ya muy popular tras el éxito de ‘Los ángeles’ y el lanzamiento de ‘Malamente’ hacía solo un mes, la cantante provocó unas colas tremendas para verla en el mencionado espacio, dejando a mucha gente fuera y, sin duda, anticipando lo que se avecinaba. El Sónar Hall se le había quedado pequeño y donde Rosalía actuaría un año después es en grandes festivales como el Coachella o el Lollapalooza. En Primavera Sound, el volumen de público era espectacular como era de esperar, pues Rosalía es ahora mismo una superestrella en nuestro país, algo evidente en cuanto salió al escenario, provocando un rugido ensordecedor. Su presencia escénica pone los pelos de punta por momentos, y está claro que Rosalía y sus coristas, bailarinas y músicos -entre ellos El Guincho, cuyas bases electrónicas no pudieron sonar mejor- han trabajado con toda la disciplina del mundo para ofrecer el mejor show posible. Fue divertido, emocionante y dinámico a partes iguales Incluso tuvo el detalle de invitar a James Blake al escenario para interpretar juntos ‘Barefoot in the Park’, la primera vez que esto ocurre.
El concierto de Rosalía, en general, fue deslumbrante, pero no perfecto, porque donde algunas canciones se crecieron respecto al disco, otras se empequeñecieron. La interpretación de Rosalía de ‘A ningún hombre’ fue tan desgarradora que sigo pensando en ella un día después y ‘Catalina’ acapella fue una preciosidad, mientras ‘De aquí no sales’, con su desafiante coreografía final, fue el momento más espectacular. También la teatral presentación de ‘Como ali’ dejó a mucha gente hipnotizada. Sin embargo, ‘Que no salga la luna’ y ‘Bagdad’ pierden cierta magia en comparación con sus versiones de estudio: hay algo en ellas que no se traslada del todo bien al directo. Y sobre todo ‘Malamente’, como cierre, da cierta bajona sobre todo después de la bailable ‘Aute Cuture’. No sé si es que ya está muy rallada o es como canción no funciona al final de un concierto, pero me supo a poco. Lo mejor fue el sampler de jaleos de El Guincho, ¿cómo es que El Mundo Today no ha hecho todavía una noticia sobre él? Espero que al menos añaden un nuevo jaleo al repertorio, la nueva palabra favorita de Rosalía: “Barcelona”. Creo que anoche salió de su boca unas… ¿12 veces? Sí, las contamos…
Stereolab ofrecieron en Primavera uno de los primeros conciertos de su gira de regreso, 10 años después del lanzamiento de su último álbum. Un set que sonó de manera inmejorable, con el escenario aparentemente lleno de instrumentos, pese a algún problema técnico puntual, y y que se caracterizó por su potencia y energía. Fue por supuesto un show de grandes éxitos que conjugó la despreocupación de ‘Miss Modular’ con los guitarrazos de ‘French Disko’ y los sintetizadores hipnóticos y ácidos de ‘Metronomic Underground’. Un concierto que mucha gente vio sentada en las escaleras pues ya era de madrugada, pero que seguro hizo a Stereolab ganar algún adepto que otro en el año en que acaban de reeditar sus álbumes clásicos.
Muy divertido el concierto de Róisín Murphy sobre todo a medida que avanzaba hacia los ritmos bailables y progresivos de temas como ‘The Rumble’. La cantante irlandesa fue el alma de la fiesta en un show en el que no dejó de cambiarse de vestuario casi ni un segundo, llegándose a cambiar varias veces en una misma canción. Murphy pareció una parodia intencionada de sí misma disfrazándose de mil cosas o retozándose por los altavoces, como queriendo decir «¡miradme, soy una estrella del pop!» pero no se le olvidó entretener ni mucho menos deleitarnos con su derroche de voz. Sé de primera mano que a gente que no la conocía de nada o que la conocía poco le encantó el concierto, porque Murphy trae ritmos sofisticados y además en el escenario se vuelve completamente loca en el mejor de los sentidos. El gran momento de la noche llegó con ‘Forever More’, la única canción que recuperó de Moloko, impresionante; y el cierre con ‘Overpowered’ fue épico. Lo único malo, un setlist extraño, que incluyó un remix electro, un poco Thom Yorke, de una canción en principio tan poco esencial en la carrera de Murphy como ‘Unputdownable’.
La toxicidad de las redes sociales ha sido de nuevo puesta a debate tras la denuncia que Vega ha realizado de un tuit en el que una usuaria le deseaba un accidente de coche. El tuit original decía: “Madre mía la payasa de la Vega que mal me cae la pollavieja de los cojones a ver si el próximo taxi que coja se estrella”.
Vega leyó el tuit y realizó una denuncia a Twitter, encontrándose con su inacción, recurriendo estos a un mail tipo que decía: “algunos tweets pueden parecer abusivos cuando se los mira de forma aislada, pero pueden no serlo cuando se los considera en el contexto de la conversación de la que forman parte. Si bien aceptamos que cualquier persona nos envíe denuncias por incumplimientos, en ocasiones también necesitamos la opinión de la persona afectada”. Otro mensaje recibido decía: “analizamos tu denuncia y llegamos a la conclusión de que no hubo violación de las reglas de Twitter en relación con el comportamiento abusivo”.
Vega respondía: “Gracias Twitter por vuestra respuesta dejando claro que en vuestra red que alguien insulte llamando “pollavieja” y que le desee a uno que se estrelle en un coche es normal”. El mensaje de Vega ha sido apoyado por gente como Virginia Maestro. Cuando alguien le pregunta a Vega qué esperaba de Twitter responde: “No esperaba nada distinto pero es importante que se retraten al respecto. Esto está lleno de adolescentes a los que alientan en determinados comportamientos bajo una falsa “libertad de expresión”. Esto se llama permitir el acoso digital y punto”. En otro mensaje, Vega indicaba: “No le doy publicidad, señalo a un acosador digital para que actúen las competencias necesarias y para avisaros a los demás. Y lo seguiré haciendo. Cero tolerancia al acoso”, indicaba al tiempo que citaba a la policía y a la Guardia Civil, que tienen departamentos específicos para este tipo de mensajes. El mensaje original de la usuaria ha sido borrado.
En la última jornada de Primavera Sound, me moví prácticamente todo el rato entre los dos escenarios principales. A las 20:45, Kali Uchis comenzaba su show subida en una plataforma blanca (que en ocasiones giraba) con ‘Loner’ de su EP ‘Por vida’, del que también sonaron ‘Ridin’ Round’, una poco inspirada ‘Rush’ y la balada dreamy ‘Melting’. Las canciones que cantó de ‘Isolation’ supieron a poco… no se entiende mucho que teniendo temazos como ‘Miami’, ‘Flight 22’ o ‘Feel Like a Fool’ decidiese que era mejor idea hacer tres covers (recortadas) de ‘Pobre Diabla’, ‘Creep’ y ‘Beautiful’ de Pharrel Williams. O se entiende si lo que quería era demostrar que puede coger un hit de reggaetón o uno de rock y que suenen igualmente suyos. Pero, Kali, lo de que eres una cantante ecléctica y con un gran registro vocal ya lo sabíamos. El concierto se vio perjudicado por la elección de temas y el orden en el que se presentaron. Cuando llegó ‘Tyrant’, ya para cerrar, a nadie parecía importarle mucho. Ni siquiera a ella. No hubo conexión con el público, y pese a que tanto su preciosa voz como los instrumentales sonaron de maravilla, la fuerza y ritmo de sus canciones se perdieron en el directo. No nos dio lo que esperábamos de ella: un concierto divertido y enérgico. En cambio, tuvimos uno descafeinado que no mostró la mejor versión del indudable talento de la cantante colombiana. Una pena. foto: Eric Pamies
Quien sí ofreció lo mejor de sí misma fue una excelente Solange, presentando su último trabajo ‘When I Get Home’, protagonista absoluto de su set, ya que hubo una clara mayoría de canciones de este. Si bien es un álbum que a una primera escucha puede dejar frío por su autoconsciente falta de singles instantáneos, va ganando con escuchas, y ya en directo confirmamos que estamos ante uno de los mejores discos del año. El show se abrió con el “Taking on the light” que se encuentra al final de su canción ‘Things I Imagined’ y que sirvió como leitmotiv durante todo lo que duró, sonando al principio, a la mitad y al final. En el escenario había una gran escalera por la que subían los bailarines e incluso a veces la propia Solange, que para sorpresa de todos, nos demostró que con su música también se puede hacer twerking. El set que presentó fue perfecto, yendo desde la reivindicación racial encadenando ‘F.U.B.U.’ y ‘Almeda’ a la coreada ‘Cranes in the Sky’, que precedió a un discurso de Solange (de lo más bonito que hemos visto en esta edición) en el que explicaba lo importante que era para ella el festival –ya es la tercera vez que ha sido invitada-, y también cómo fue el proceso de su último álbum. Empezó a contar la historia de que cuando tenía unos diez u once años su madre la llevó a un campamento religioso. Allí, una mujer se iba acercando a las niñas para hablarles sobre el alma, el espíritu, etc. O algo parecido. Ella estaba aterrada, y desde entonces siempre ha tenido miedo a enfrentarse a su parte más espiritual. ‘When I Get Home’ nace en un periodo de tiempo en el que Solange pasó por problemas graves de salud. Cuenta que escribir esas canciones (a veces en el hospital cuando no se podía ni tener en pie) le salvó la vida. El disco entero trata sobre hacerle frente al espíritu. Y usa la repetición para convencerse a sí misma de las cosas que piensa, que hace o que se imagina. Fue muy emotivo ver a una artista abriéndose al público de esa manera, hablando durante unos cinco minutos, mostrándose fuerte y vulnerable al mismo tiempo. Diosa terrenal. Y después de esto, llegó el momento de bailar con la genial ‘Losing You’. Ya en el bis, como no podría ser de otra forma, cantó por fin la famosa repetición de ‘Things I Imagined’ completando así la canción, y, finalmente, cerró con ‘Don’t Touch My Hair’.
Muy diferente fue el show de J Balvin, reivindicando el reggaetón como un género musical tan válido como cualquier otro. Toda una declaración de intenciones que lo primero que sonase fuese, precisamente, ‘Reggaetón’. ‘Con altura’ también sonó, al igual que en el concierto de Rosalía, pero esta no salió a cantar con él. El show fue, en definitiva, una fiesta en la que el colombiano sacó al escenario diversos muñecos, incluidos unos cabezones Cardi B y Bad Bunny para ‘I Like It’ en el que probablemente fuese el punto más álgido. Es cierto que podría haber cantado muchas más canciones de ‘Vibras’, que tienen el mismo potencial bailable que cualquier otra de las que sonaron (‘No es justo’, que fue de las pocas que incluyó, fue de las mejores), pero otras como ‘Si tu novio te deja sola’ o ‘Downtown’ (su colaboración con Anitta) estuvieron igualmente divertidas. J Balvin–pasándoselo bien con el público- llevó a Primavera Sound un espectáculo desenfadado con el que por muy indie que fueses, el culo se te movía solo.
Y justo después de perrear a ritmo de reggaetón, vino James Blake. Sí, una combinación muy extraña. Solo de pensarlo era un poco bajona, pero ya durante la primera canción, el británico rompió el ambiente festivo del colombiano e instaló un clima mucho más íntimo. Sentado con su teclado durante casi la mitad del tiempo, Blake entonaba las canciones de ‘Assume Form’, donde destacaron ‘Mile High’ el single principal del álbum y la bonita balada ‘Are You In Love?’ en la que su voz sonó más angelical que nunca. Otra vez escuchamos una canción que ya sonó en el set de Rosalía: su colaboración ‘Barefoot in the Park’, en la que la cantante de ‘Malamente’ no volvió a salir, pues ya la interpretaron juntos en su concierto un par de horas antes. James Blake dio prioridad a los temas más nuevos, haciendo hueco únicamente a tres canciones de ‘Overground’ -destacando ‘Retrograde’, uno de sus mayores éxitos- y solo ‘Timeless’ de ‘The Colour in Anything’. También la cover de ‘The Limit of Your Love’ de Feist que rara vez falta en sus giras. Fue un concierto bonito, atmosférico y técnicamente irreprochable.
Terminaba así otra edición más de un festival en el que hemos visto grandes conciertos. Ha apostado principalmente por el talento femenino y ha ganado. Estaría muy bien que siguiesen por este camino.
No tenía nada fácil Tyler Okonma, más conocido como Tyler, the Creator, impactar tras un disco tan completo y diferente a todo lo que había hecho hasta el momento como fue ‘Flower Boy’. Un trabajo en el que se desnudaba emocionalmente y se desmarcaba del ámbito del rap para abrirse a nuevos enfoques artísticos. Pues bien, ‘IGOR’, lanzado poco menos de 2 años después de aquel, es un digno sucesor que además le muestra como un artista polifacético, que no sólo rapea sino que también canta (discreta, pero personal y correctamente) y, sobre todo, que se eleva en su papel de productor.
En ese sentido, ‘IGOR’ muestra a Tyler en sintonía con otros heterodoxos de la música negra contemporánea. El trasfondo de retro-funk, psicodelia, jazz de los 70 y soul clásico sobre el que cimenta estas doce nuevas canciones sintonizan con las propuestas estéticas de artistas como Frank Ocean, Solange, Kendrick Lamar (por momentos, parece que estemos ante una secuela de ‘To Pimp a Butterfly’), Thundercat, Travis Scott, Childish Gambino o Kanye West … y algunos de ellos, de hecho, colaboran aquí. Lo cual no significa que El Creador no deje su propia huella en todo este trabajo, que coincide con la que ha venido mostrando en distintas facetas de su carrera, también en la estética: ese punto de locura que juega con estereotipos y retuerce la realidad. Lo de Tyler no es solo música de la calle… salvo que nos refiramos a una calle de dibujos animados al estilo Bob Esponja o Ren & Stimpy.
Toda esa tendencia a lo pirado nos sumerge también en ‘IGOR’ en una realidad alternativa en la que arriba puede ser abajo y en la que una canción va y viene, tiene varias caras e incluso hay dos (o más) dentro de un solo corte. Sin embargo, ese viajazo se ve beneficiado esta vez por un concepto cerrado y una estructura lógica: en este posiblemente autobiográfico disco, Tyler narra una relación con un chico que, para su desdicha, mantiene su affair en secreto y, a la vez, un noviazgo público con una mujer. El álbum comienza narrando su cuelgue total por esa persona (‘EARFQUAKE’), un amor totalmente desquiciado que le minimiza (‘I THINK’) y le hace anularse a sí mismo. Él, que no puede soportar la situación, trata de revertirla y forzar a su amante a que deje a su chica (‘RUNNING OUT OF TIME’), hasta el punto de dejarse poseer por fantasías homicidas en las que se imagina terminando con la vida de ella (‘NEW MAGIC WAND’, ‘A BOY IS A GUN*’). Pero finalmente, tras compadecerse de sí mismo por ser una marioneta (‘PUPPET’), un segundón como el “Igor” que acompañaba al Dr. Frankenstein de Mel Brooks, se rebela (‘WHAT’S GOOD’) y asume que la mejor manera de seguir adelante con su vida es romper desde el punto de vista más positivo posible (‘GONE, GONE / THANK YOU’) e incluso quedar como amigos (‘ARE WE STILL FRIENDS?’).
Por descontado, todo esto no se narra de la manera más convencional imaginable, sino todo lo contrario. No podíamos esperar menos de un Tyler que siempre se ha caracterizado por sus metáforas zumbadas, sus referencias populares coladas con mucha gracia (‘Call Me By Your Name’, su pasión por el skate, Jim Henson, la implícitamente citada ‘El jovencito Frankenstein’) y un sentido del humor que le lleva, por ejemplo, a citar su famoso accidente de tráfico con un Tesla que destrozó tras dormirse al volante. Pero sí que sorprende encontrarnos, de cabo a rabo, con aquel Okonma romántico y frágil que durante un tiempo no sabíamos que existiera y que empezó a asomar la cabeza en ‘Flower Boy’. Y es que si ‘EARFQUAKE’, tema principal del disco, recordaba no poco a su amigo Frank Ocean, lo cierto es que es una tónica bastante habitual en ‘IGOR’.
Con ese perfil nos regala los temas más inmediatos del disco, canciones como ‘RUNNING OUT OF TIME’ (incluso la voz con el pitch retocado recuerda a ‘Blonde’) o el precioso y clasicista final ‘ARE WE STILL FRIENDS?’ que, con la participación crucial de Pharrell Williams (y Al Green, vía sample), nos remite a ‘Channel: Orange’. Pero Ocean no es el único artista, como decía antes, que es referenciado de manera explícita en ‘IGOR’. Por ejemplo, Kanye West no sólo participa activamente con un verso y coros en ‘PUPPET’, sino que su ‘Stronger’ es aludido implícitamente en ‘I THINK’ con el empleo de su línea de bajo (que en realidad proviene del tema ‘Special Lady’ del nigeriano Bibi Mascel). Y no sólo eso, sino que el sample de ‘Bound’ de Ponderosa Twins Plus One –que West usó en dos temas con ese título de ‘Yeezus’– vertebra también ‘A BOY IS A GUN*’.
Pero West tampoco es suficiente para reflejar el sonido multidireccional de ‘IGOR’. El espíritu fuera de los cánones de los últimos trabajos de Solange –presente en varios de los cortes como corista–, o el rap-rock de Childish Gambino –en buena medida, ‘WHAT’S GOOD’ recuerda a ‘This Is America’, sobre todo en la segunda parte, en la que colabora el británico slowthai– sirven como referentes del nuevo Tyler, the Creator. En todo caso, como coetáneo de todos ellos, esa conexión es recíproca: a nadie se le escapa a estas alturas que el que fuera cabeza visible de Odd Future ha influenciado muchísimo también a todos ellos, lírica, musical y estéticamente.
Y eso tiene que ver también con la vocación universal, sumaria, que presenta este trabajo de Okonma, con unos samples que albergan homenajes claros (Erykah Badu, RUN-D.M.C., la figura del city pop Tatsuro Yamashita, el ex Smith Westerns Cullen Omori o el citado Al Green) y una cohorte de colaboradores que, de manera nada aleatoria, alterna eclécticos como Santigold y Jack White con raperos como Lil Uzi Vert y Playboi Carti y soul men como Cee Lo Green y el veterano Jessy Wilson. Se puede tachar a ‘IGOR’ de perder algo de pulso en una parte final llena de subidas y bajadas, giros inesperados y tramos más farragosos. También cabe admitir que depende demasiado de su hilo argumental. Quizá esté por eso (al menos de momento) un pelo por debajo de ‘Flower Boy’. Pero de lo que no hay duda es que Tyler, The Creator está ya a la altura creativa (y también comercial, tras lograr su primer número 1 en EEUU) de los grandes referentes contemporáneos mencionados.
Calificación: 8,1/10 Lo mejor: ‘EARFQUAKE’, ‘RUNNING OUT OF TIME’, ‘I THINK’, ‘WHAT’S GOOD’, ‘PUPPET’, ‘ARE WE STILL FRIENDS?’ Te gustará si te gusta: el Kanye West pre-tabardillo, Frank Ocean, Solange, Childish Gambino, ‘To Pimp A Butterfly’ de Kendrick Lamar. Escúchalo:Spotify
‘Never Really Over’, con la recuperación del sonido de Katy Perry en algún punto medio entre ‘Teenage Dream’ y ‘Prism’, está suponiendo la recuperación de público para la artista. El vídeo del tema superaba la nada desdeñable cifra de 16 millones de visualizaciones durante las primeras 24 horas y su acogida en Spotify ha sido fantástica, mucho mejor que la de ‘365’, ‘Bon Appetit’ o ‘Swish Swish’. Ninguna de estas 3 pistas alcanzó nunca el top 40 global de Spotify y está canción ya ha llegado al número 10 a nivel global, suponiendo el mejor debut de este competitivo viernes, por encima de Miley Cyrus, Cardi B, Mark Ronson o The Chainsmokers.
‘Never Really Over’ ha debutado en el top 10 global de Spotify con 3 millones de reproducciones en el primer día. La acogida ha sido especialmente buena en Estados Unidos y Canadá, donde la canción no ha llegado por poco al top 10, quedando en los puestos 11 y 12. La respuesta del público también ha sido buena en Brasil (top 16) y Reino Unido (top 31), siendo algo más fría en territorios latinos como Italia (84), España (106) y Francia (135).
Lógicamente, el apoyo de las playlists “New Music Friday” ha sido fundamental, y también su situación a la cabeza de la codiciada lista «Today’s Top Hits», pero la respuesta a la canción del sábado, segundo día, ha sido positiva también, sumando otros 3 millones de reproducciones. ¿Es este el gran comeback comercial de Katy Perry? Nuestra redacción publicará su veredicto durante la próxima semana.
Es habitual que Primavera Sound revele alguna sorpresa durante su celebración, de cara al año siguiente. Como indica la propia nota de prensa del festival, a las 21:50 del sábado 1 de junio, el festival «se ha detenido. Los 17 escenarios del Parc del Fòrum se han quedado en silencio. Las pantallas, a oscuras. Miles de personas, expectantes. ¿Un unexpected? Pues algo así: de repente, por las pantallas y la megafonía del festival ha empezado a sonar el irresistible “Uh huh uh uh, huh huh” de Cut Your Hair. Un vídeo con recuerdos de las 19 ediciones del festival ha recorrido el camino que ha llevado hasta la sorpresa final: Pavement son el primer grupo confirmado para Primavera Sound 2020 Barcelona y para NOS Primavera Sound 2020 en Oporto».
Serán, además, los dos únicos conciertos que ofrecerá el grupo a nivel mundial y después de una década sin tocar. El grupo no saca disco desde 1999, aunque después se reunió para una gira y Stephen Malkmus ha seguido sacando discos. Con estos dos conciertos se celebrará el 20º aniversario de Primavera Sound. Las primeras entradas para Primavera Sound 2020 Barcelona se pondrán a la venta el lunes 17 de junio.
La organización ha anunciado que este 2019 se han superado las 220.000 asistencias y que ayer sábado se registró la cifra récord de 63.000 personas. Por otro lado, el festival ha anunciado edición en Los Ángeles. Tendrá lugar los días 19 y 20 de septiembre de 2020 en el Los Angeles State Historic Park de la icónica ciudad.
No ha habido suerte para el disco póstumo de Cranberries y, así, ‘In the End’ está pasando bastante desapercibido por las listas de éxitos. Pese al meritorio top 10 en lugares como Reino Unido, España y otros países europeos, el número 119 de Estados Unidos, que fue su mayor bastión al principio por delante de las islas británicas, es desolador; como también lo es la longevidad del álbum en las listas, que está siendo escasa dada la falta de apoyo de radios, playlists y también del público, que quizá no ha asumido que este disco pueda ser verdad y hasta pueda estar bien. Nunca pensé que vería esto, y menos tras la muerte de Dolores O’Riordan, pero la crítica ha acogido mejor que el público un álbum de Cranberries: nada menos que un 77/100 en Metacritic.
Habrá por supuesto quien diga que la crítica ha sido generosa con Cranberries influida por la muerte de Dolores, pero lo cierto es que la reseña del NME es tan gratuitamente ácida como solía serlo con Dolores en vida, y que la historia está llena de álbumes póstumos tan tibiamente acogidos por la crítica como el primero de Michael Jackson, el tercero de Amy Winehouse o el reciente de XXXTentacion.
Si la crítica ha sido más generosa que el público es porque el álbum es sorprendentemente sólido y entre los 3 o 4 sencillos que habrían podido ser exitosos al menos durante los 90, destaca ‘Got It’. Empieza con un punteo un tanto ‘Dreams’, hasta el punto de que pareces estar escuchando el nuevo ‘Analyse’, pero después evoluciona decididamente a otra cosa para hablar sobre algunas de las grandes incertidumbres del mundo (“¿dónde viviremos? / ¿cuándo moriremos?”), que Dolores afronta sin esconder todas las inseguridades que mantenía a los 46 años.
El estribillo es una confrontación entre el estado de lucidez (“thought that I got it”) y la locura (“then I lost it all”) que probablemente resume de manera demasiado directa lo que fueron los últimos años de la vida de O’Riordan. Esta es la única autora de la canción, a diferencia de lo que sucedía con los acordes de ‘Dreams’, canción compartida con Noel Hogan, y era este precisamente quien nos indicaba en una entrevista que ‘Got It’ fue la última grabación que Dolores le envió, unas pocas horas antes de morir. En otra charla posterior, revelaba que no obstante ya habían trabajado en otra maqueta del tema con anterioridad. En cualquier caso, una de esas canciones agridulces que caracterizaron el sonido de la banda, con la letra hablando de los males del mundo, pero la música incitándote a mantenerte en pie.
A las 4:45 de la tarde en el escenario Ray Ban aparecía Lucy Dacus con su banda. La cantante tuvo un gran año pasado gracias a las buenas críticas recibidas por ‘Historian’, su segundo álbum, y por ‘Boygenius’, un supergrupo formado junto a Phoebe Bridgers y Julien Baker. Tras abrir con ‘Addictions’, Dacus agradeció al público estar allí tan pronto y expresó que no podía esperar para ver cómo todo el mundo se quemaba por culpa del sol. En su set hubo espacio para la cover que sacó recientemente de ‘La vie en rose’, que servía como interludio entre el enérgico final de ‘Nonbeliever’ y ‘Yours & Mine’, canción que habla de lo mucho que odia a veces su Virginia natal pese a tenerle cariño. También se escuchó ‘My Mother & I’, último single que lanzó por el día de la madre, y una sentida balada para cerrar el concierto, aún inédita, que pidió que por favor no grabásemos (podría llamarse ‘I Would Kill Him’ o algo parecido). La calidez de la voz de Dacus junto al componente rock característico de su música vivió su momento de gloria con la excelente ‘Night Shift’, con la que el público lo dio todo. Foto: Sergio Albert
Acto seguido la jovencísima Snail Mail, quien viene de publicar uno de los discos más celebrados del año pasado, comenzó con mal pie debido a problemas técnicos y guitarras mal afinadas durante todo lo que duró ‘Heat Wave’. Después de la canción intentaron solucionarlo pero ella no parecía del todo conforme con el sonido en ningún momento hasta que llegó, ya casi al final, ‘Pristine’, con la que tenía pensado cerrar hasta que se dio cuenta de que aún le quedaban diez minutos de set. Finalmente tocó ‘Deep Sea’ y una cover –sin su banda en el escenario- de ‘Second Most Beautiful Girl in the World’ de Courtney Love. El concierto, pese a no ser en un desastre en absoluto, se vio lastrado por esa aparente falta de preparación. Los temas de ‘Lush’ no brillaron con la misma fuerza que en estudio.
Primavera Sound además de traer siempre lo más aclamado de la temporada, siempre sirve para descubrir artistas. En OCB Sessions, un nuevo y diminuto escenario rodeado por el mar situado cerca de los principales, las japonesas Chai fueron una bienvenida dosis de aire fresco. Fue un mini concierto (no llegó a la media hora) muy divertido en el que tanto ellas como el público disfrutaban de su “rock kawaii”. La banda, formada por cuatro chicas, tocaba otra vez con un set más largo por la noche en el escenario Adidas (aunque ahí ya no se pudo ir a verlas).
Ya por la noche, cerca de las dos de la mañana, el esperado concierto de Robyn -vestida de blanco y con una sugerente puesta escena- se inauguraba con ‘Send to Robin Inmediately’ y ‘Honey’ de su último álbum. El concierto fue todo un despliegue de hits que, pese a las horas y el cansancio acumulado de todo el día, hizo bailar a todo aquel que estuviese por allí. Su presencia llenaba en el escenario mientras cantaba y bailaba sin que le temblase mínimamente la voz. Hubo un momento en el que abandonó el escenario y dejó a un bailarín que llevaba puestas unas alas de ángel mientras ella se cambiaba de ropa y peinado. Volvía, ahora vestida de rojo, contrastando con el blanco del escenario para encadenar el punto chill out de ‘Because it’s in the Music’ y ‘Between the Lines’ con las electrónicas ‘Love Is Free’ y ‘Don’t Fucking Tell Me What To Do’. Tras esto, llegó uno de los mejores momentos de todo el festival: su himno por excelencia, ‘Dancing On My Own’, donde Robyn dejó que la primera vez que suena el estribillo lo cantase al completo el público. Después de otro de sus grandes éxitos, ‘Call Your Girlfriend’, abandonó el escenario. Desgraciadamente solo hubo tiempo para una canción en el bis, y la elegida fue ‘With Every Heartbeat’. El concierto se pasó volando y dejó con ganas de más. Hubiese sido un puntazo que cantase ‘Hang with Me’, que además encajaba a la perfección en su set, pero ya sabemos que todo no se puede.
Kurt Vile, el trovador de Pensilvania, tiene a la gente pegada a su concierto a eso de las 19.30 de la tarde. El sol pega fuerte y ya hay gente dormida en el césped, pero también mucho fan fascinado por escuchar en directo temas tan magnéticos -y en algunos casos tan delicados- como ‘Bassackwards’, ‘Walkin’ on a Pretty Day’ o ‘Pretty Pimpin’. Aunque desde mi posición apenas alcanzo a ver su larga melena, su set resulta una gozada para las últimas horas de la tarde. Una pena que no estuviera su colega Courtney Barnett por ahí para ver a los nuevos «Kurt & Courtney» en carne y hueso. Foto: Sergio Albert
Cuando aun quedan varias horas para que Miley Cyrus suba al escenario del Primavera, descubro a varios fans de la artista pululando por el set de Carly Rae Jepsen, quizá porque al final no son tan diferentes los intereses de ambas “fanbases”. Veo camisetas estampadas con la cara de Miley y un chico con un pendiente de Hannah Montana, pero en cuanto sale Carly al escenario los pierdo de vista. Espero que disfrutaran del concierto de la canadiense, porque fue realmente divertido. Carly, ataviada con un vestido rojo transparente y una malla amarilla, es decir, vestida con los colores de la bandera española no sé si a propósito, presentó sus mayores éxitos, entre ellos un coreadísimo ‘Run Away with Me’, y también algunos de los temas más queridos por su público, como ‘Emotion’. Decepcionó un poco ‘Want You in My Room’, que no terminó de brillar en vivo, y de hecho los temas de ‘Dedicated’, con la excepción de ‘Now That I Found You’, no fueron los más populares, quizá por ser demasiado recientes. ‘Call Me Maybe’ llegó hacia la mitad produciendo un coreo ensordecedor, y además fue el mejor momento del show, pues Carly la interpretó correteando de un lado a otro de la pista, saludando al público y recogiendo la espada de turno (la del meme). No me quedó claro si el concierto de Carly fue demasiado “cheesy” para una parte del público, pero desde luego no puede decirse que fuera aburrido. El cierre con ‘Cut to the Feeling’ lo concluyó por todo lo alto.
Lo de Janelle Monáe fue un portento. Aunque la puesta en escena fue sencilla, la cantante se comió el escenario junto a sus bailarinas y músicos con su carisma y sus diversos cambios de vestuario, todos ellos ultra llamativos en el sentido “funky” del término. El show pudo parecer corto cuando descubres que solo se compuso de 11 temas, pero fue largo y sobre todo muy dinámico debido a algunas de las versiones extendidas que Janelle interpretó de algunas de sus canciones, como la divertidísima ‘Make Me Feel’. Fueron espectaculares el rap de ‘Django Jane’ y el momento “crowdsurfing” de ‘Come Alive (The War on the Roses)’, mientras ‘Pynk’ fue como presenciar su videoclip en directo, con Janelle portando sus “pantalones vagina”. Aunque el mejor momento de todos llegó en ‘I Got the Juice’, irónicamente pues este ni siquiera es uno de sus temas más conocidos. Pero Janelle se superó seleccionando a tres personas del público para el tramo final de la canción, a tres “ordenadores sucios”, invitándoles a subir al escenario y por un momento ser los protagonistas del show. Cada uno de ellos obtuvo su momento de gloria bailando al ritmo de la canción como si fuera un concurso de talentos en directo, ante la atenta mirada de Janelle y el jolgorio del público, provocando un momento de éxtasis colectivo y la envidia de los fans en las últimas filas. Y también hubo un momento emotivo que elevó el espectáculo de Janelle más todavía, cuando la cantante dedicó su concierto a todas las “personas marginadas”, incluyendo por supuesto a las mujeres y la “comunidad LGBT” pues ella es una “mujer negra queer” . No le faltó una pullita a Donald Trump (“odio lo que está haciendo en Estados Unidos”) e incluso le saltó alguna lágrima. Un concierto insuperable.
Lo mejor del concierto de Miley Cyrus en Primavera Sound fue su magnética presencia escénica. Una rockera en el sentido clásico del término, la cantante posee también un elemento de mujer “badass” que no puede ser más genuino, y aunque no es una performer épica y salvaje como una Florence, su actitud en el escenario es la de una superestrella sin nada que demostrar y muchas ganas de darlo todo en directo. Su show no fue espectacular, pero sí correcto y sobre todo, la emoción general por verla creó una intensa sensación en el ambiente que elevó su disfrute. ‘Nothing Breaks Like a Heart’ fue el mejor comienzo posible, aunque lo que presentó Miley justo después fueron algunos de los temas incluidos en su nuevo EP, no demasiado conocidos por el público pues habían salido ese mismo día. ‘Mother’s Daughter’ gustó especialmente al público, pero lo que terminó triunfando fue su repertorio de clásicos. Y no, no me refiero a los de Hannah Montana pese a que un grupo de personas se puso a cantar ‘Best of Both Worlds’ antes de que empezara el set, quizá buscando que sonara la flauta. Subida en una plataforma con forma de altavoz gigante, Miley produjo euforia colectiva cuando empezaron a sonar los primeros compases de ‘We Can’t Stop’, mientras ‘Party in the U.S.A.’ fue el momento álgido de la noche y ‘Jolene’ el más bonito: es su mejor versión, a mí siempre me ha parecido mejor que la original y es un acierto absoluto que incluya este tema en sus conciertos como si fuera propio. De alguna manera lo es. ¿Y qué fue lo peor del concierto de Miley? Sin duda una extraña versión downtempo de ‘Malibu’ que no pudo sonar más descafeinada. Con lo bonita que es la canción…
Me repito más que el ajo, pero no puedo entender lo que hace Tame Impala en directo con las canciones de ‘Currents’. Al margen de que sigue presentando ese álbum -por muy clásico que sea- como si fuera 2015 -sí sonaron ‘Patience’ y ‘Borderline’, pero Kevin Parker sigue reservándose el resto de sus temas nuevos para otro momento- el traslado de las canciones de aquel disco al directo se me hace realmente torpe. Son canciones melódicamente deslumbrantes, históricas en algunos casos como ‘Let it Happen’, según el día que me preguntes, en mi opinión la mejor canción de la década; además elaboradas con el máximo mimo posible en el estudio, con producciones ricas y detallistas. Pero como tal parece que no están hechas para el directo. Fallan totalmente en los momentos cumbre: los subidones de ‘Let it Happen’ y ‘Eventually’ son una bajona total, estos y otros temas suenan a maqueta, como elaboradas in situ. En comparación, sus temas más viejos, como ‘Elepehants’ o ‘Feels Like We Only Go Backwards’, suenan mucho mejor. No pasa nada por que un artista sea mejor en estudio que en directo; no es verdad que un artista muestre su verdadera valía solo cuando hace buenos directos, de hecho el trabajo de producción en general debería estar más valorado. Kevin Parker es un talento portentoso en estudio, pero en vivo me ha vuelto a decepcionar.
Coincidiendo con el primer cumpleaños de ‘Malamente’, la canción que ha cambiado rotundamente la carrera de la propia Rosalía y, más importante aún, el establishment del pop nacional, la artista barcelonesa ha lanzado ‘Aute Cuture’. No es una canción nueva para los que han asistido a sus conciertos (o visto sus vídeos en directo): ya en aquella espectacular presentación llevada a cabo en la Plaza de Colón de Madrid fue presentada por Vila como “su canción favorita del concierto”. La versión lanzada como single este jueves 30 de mayo difiere poco de la que interpretaba entonces, si bien, obviamente, la grabación permite escucharla con mucho más detalle. Sabemos que, aunque se lance ahora, surgió de las sesiones de ‘El Mal Querer’, y está producida como todo el álbum por El Guincho y Rosalía. Además, en este caso la letra ha sido escrita también por ella junto a Leticia Sala, la poeta barcelonesa que colaboró con ella en ‘Bagdad’. Sin embargo, ‘Aute Cuture’ quedó fuera de su exitosísimo segundo trabajo de estudio por razones evidentes.
Primero, es claro que líricamente hubiera tenido un difícil encaje en aquel trabajo sobre una relación de maltrato machista. Es un divertimento, repleto de sentido del humor ya desde su propio título: “si vamos a pronunciar “aute cuture”, ¿qué sentido tiene llamarla ‘Haute Couture’?”, imaginamos que pensarían Rosalía y Leticia. Porque efectivamente es un tema de empoderamiento, que se jacta de haber superado un desamor (“su nombre en el cora ya no está clavao”) gracias a la gente que tiene siempre cerca, su familia y amigos, a la música (“encima’l stage olvido lo’ pecao”) y a la providencia (“E’ que el de arriba no’ ha señalao”, canta). Pero su enfoque es totalmente divertido, diría incluso que autoparódico, mostrándose orgullosa de la parafernalia flamenca/choni que se le atribuye despectivamente: “tacones, lunares pa’ matar / el fleco, la trenza pa’ matar / eyeliner, leopardo pa’ matar” canta en ese post-estribillo que remata cada frase con un “bájale” que se convierte en chascarrillo para repetir a todas cuando una segunda voz remata con “¡madre mía, Rosalía, bájale!” Tarde: Rosalía está ya muy arriba.
Y segundo, musicalmente ‘Aute Cuture’ tampoco habría tenido mucho sentido dentro de ‘El Mal Querer’. Si bien es cierto que las palmas que van marcando el compás tienen métrica de flamenco (mis pobres conocimientos en la materia apenas me permiten intuir que pueda tratarse de unos tangos) y que el soul y el R&B tienen su peso específico en esta propuesta de Rosalía, ningún tema de su segundo largo suena tanto a puro pop como este. Su sonido, de hecho, remite inequívocamente a los 00s y a la figura de Timbaland y sus bombásticas producciones para Beyoncé (‘Crazy In Love’ parece un referente directo con esos redobles percusivos), Justin Timberlake, Nelly Furtado y Madonna de aquellos años. Esas falsas trompetas que llenan el fondo de toda esta canción no podían ser más características. Pero Rosalía demuestra su pericia al convertirlo en mucho más que una mera fotocopia –o apropiación, como querrán pensar los más escépticos hacia su figura–, y se pasa el reto aplicando a aquella fórmula su filtro personal (y el de El Guincho, claro).
Y es que, como ya ocurriera en ‘Con altura’, ‘Aute Cuture’ es una muestra de esa capacidad que han demostrado Vila y Díaz Reixa de esconder todo un rico submundo sonoro dentro de la aparente sencillez de estas canciones. Más allá de esos adlibs que enfatizan el punto cómico que citaba antes y que dinamizan los fraseos, hay multitud de detalles que hacen de su escucha con auriculares y a buen volumen (fantástico el trabajo de graves, hay que destacarlo) una gozada: los dos contrapuntos que irrumpen a mitad del estribillo mientras se repite “esto está encendío” (y que no son los mismos en el primero y en el segundo) y hay un leve cambio de acorde, el post-coro al primer estribillo (el de “bájale”) de nuevo con otro acorde, el drop después del segundo verso, otro cambio de acorde (y coros distintos) en la entrada del segundo estribillo… que se interrumpe para introducir el puente que, a su vez, se entremezcla con el estribillo final al extender el “sonando”… Toda una montaña rusa disfrazada de sólo aparente simpleza.
Una idea que se traslada a imágenes en el cachondo vídeo dirigido por Bradley & Pablo e ideado por la propia Rosalía y su inseparable hermana Pili, con cierta estética post-spaghetti western al más puro estilo Tarantino. Rosalía se muestra como la jefaza al frente de un taller clandestino de la manicura ornamental más extrema, con looks icónicos al más puro estilo de una diva pop de su tiempo. Que es en lo que se ha convertido este año con el lanzamiento (de momento) de dos singles tan bárbaros como ‘Con altura’ y ‘Aute Cuture’.
“Hay un discurso penetrante sobre la tecnología como deshumanizadora. Contrastamos con eso. No es que huyamos de ello; nos abalanzamos hacia ello, pero con nuestras propias reglas. Optar por trabajar con un conjunto de humanos es parte de nuestro protocolo. No quiero vivir en un mundo en el que los humanos sean automatizados en escena. Quiero una Inteligencia Artificial que sea educada para apreciar e interactuar con tal belleza”. Así explica Holly Herndon sus objetivos a la hora de alumbrar Spawn, un software de I.A. co-creado por ella (cabe recordar que se doctoró en esa materia en la Universidad de Stanford) al que han enseñado a analizar cientos de voces humanas reales para ser capaz de reproducir sus giros únicos y que participa como protagonista en todo ‘PROTO’ (que alude a esos protocolos relativos a I.A. antes citados), el tercer largo de la artista norteamericana. Con ello, dice Herndon, se logró en cierto modo evocar una suerte de pregunta-y-respuesta entre la voz humana y la artificial, en una suerte de diálogo que a ella le ha recordado a los cantos religiosos entre los que se crió en su Tennessee natal.
Y, ciertamente, algo de espiritual se entrevera en todo el disco, recordando ocasionalmente a la música new age. Particularmente en las dos “sesiones de entrenamiento” de Spawn grabadas en directo en Berlín reproducidas en él, ‘Canaan’ e ‘Evening Shades’, invitándonos a asistir al “nacimiento” de su “criatura” –‘Birth’, el introductorio corte inicial, parecen de hecho sus primeros balbuceos–. Pero también se vislumbra ese halo de música conectada con lo sobrenatural en canciones entendidas a la manera tradicional, como la coral ‘Frontier’ –que parece una reinterpretación del folclore de los Apalaches– o la preciosa ‘Fear, Uncertainty, Doubt’ –en la que la voz digital de Spawn, como solista, logra su teórico fin último: emocionar–.
El resto del álbum se debate entre lo sublime y la mera curiosidad. En el primer conjunto se alinean el single ‘Eternal’ y una ‘Alienation’ que suena como una variación de aquel, ambas casi bailables. También fascinan, aunque con un perfil más contemplativo, cortes como ‘SWIM’, mientras la final ‘Last Gap’ también traduce toda esa investigación en melodías asimilables, bonitas, en un magma de instrumentación oscura y desafiante. En el plano de la curiosidad, en cambio, se engloban las regurgitaciones de la máquina en cortes como ‘Godmother’ –en la que Spawn filtraba la voz de la reputada Jlin– y ‘Bridge’, o la interesante teoría expuesta en ‘Extreme Love’, según la cual define al ser humano como recipiente de las formas de vida más perfectas y resistentes de nuestro planeta (y que posiblemente subsistirán a nuestra extinción): las bacterias y microorganismos.
La gran cantidad de interludios, algo ariscos, sumados a algún número que tarda demasiado en revelar su sentido (‘Crawler’ obra el milagro ya en sus últimos segundos, cuando el coro entona con claridad esos “why am I so lost?”), lastra un poco el valor de ‘PROTO’ en su conjunto y lo convierte en un álbum menos sólido que el gran ‘Platform‘. Aun así, la valentía artística de Holly Herndon y su propósito de proponer dilemas éticos del entorno tecnológico camuflados en música electrónica e incluso pop son dignos de un gran aplauso.
Calificación: 7,6/10 Lo mejor: ‘Eternal’, ‘Frontier’, ‘Alienation’, ‘SWIM’, ‘Fear, Uncertainty, Doubt’ Te gustará si te gusta: Oneohtrix Point Never, Tim Hecker, Matmos Escúchalo:Spotify
Unas semanas después de haber publicado su single ‘Ruido’, La Prohibida ha publicado el disco también así llamado, el cual incluye otra colaboración con Víctor Algora llamada ‘Bouvet’, otro tema escrito por este llamado ‘Mariposa negra’, así como temas escritos por Nacho Canut y Mauro Canut (‘Basura espacial’) y una versión de la canción ‘La tristeza de ser un electrón’ de Carlos Fernández Tejero.
Mauro también ha co-escrito ‘Cemento y hormigón’ junto a Fernando Delgado y Francisco Javier Franco Fernández, quien a su vez es autor del tema que abre el álbum ‘Galaxia desierta’. Los italianos Diego Palazzo y Piergiorgio Pardo (Egokid) están detrás de ‘Il Compromesso’ y ‘Rosa’.
Este es el tracklist del álbum:
1.-Galaxia desierta
2.-Bouvet
3.-La tristeza de ser un electrón
4.-Ruido
5.-Il Compromesso
6.-Schlesqig-holstein
7.-Basura espacial
8.-Rosa
9.-Mariposa negra
10.-Cemento y hormigón
11.-Ruido (remezcla club)
En las últimas horas se ha conocido la muerte de Roky Erickson, el que fuera el líder de la banda de psicodelia 13th Floor Elevators, a los 71 años de edad. De momento no se conoce cuál ha sido la causa del fallecimiento, pues simplemente se ha hecho público el siguiente comunicado: “Roky Erickson, el icono heroico del rock & roll y uno de los mejores amigos que la música jamás tuvo, ha muerto en Austin, Texas, el día de hoy. Erickson nunca titubeó en su camino, y mientras afrontó desafíos increíbles en diferentes puntos de su vida, su coraje siempre le guió a nuevas aventuras musicales, que continuó sin compromiso durante toda su vida. Su familia pide privacidad mientras luchan con la pérdida de un hijo, un hermano, un esposo y un padre”.
El grupo solo existió entre 1965 y 1969, pero discos como ’The Psychedelic Sounds of the 13th Floor Elevator’ (1966) y ‘Easter Everywhere’ (1967) están considerados entre los mejores álbumes de la década de los 60, siendo una influencia para gente como R.E.M., ZZ Top, The Jesus and Mary Chain, Primal Scream, Echo and the Bunnymen o Queens of the Stone Age. La banda se separó en 1969 tras la edición de un último álbum llamado ‘Bull of the Woods’. Después, se reunieron ocasionalmente.
Como informa Pitchfork, entre los artistas que han lamentado la muerte de Roky hay miembros de Garbage, Dinosaur Jr., Spoon, Neko Case, Mogwai, sus colaboradores en ‘True Love Cast Out No Evil’ Okkervil River, así como artistas tan dispares como Oneohtrix Point Never y Mark Lanegan.
Ariana Grande tenía que ofrecer esta semana dos conciertos que iban a tener lugar en Estados Unidos, pero ha tenido que suspenderlos contra todo pronóstico. ¿La razón? Una recién descubierta alergia a los tomates.
Este es su texto explicativo en Instagram: “hemos descubierto que he tenido una desafortunada reacción alérgica a los tomates y que mi garganta está bastante cerrada. Todavía tengo la sensación de estar tragándome un cactus, pero estoy progresando poco a poco. Gracias por todo vuestro amor y comprensión. No puedo esperar para volver a tocar y actuar en Tampa y Orlando en noviembre”. Como posdata, indica en referencia a su nacionalidad más desconocida: “nada más injusto que una mujer italiana desarrollando una alergia a los tomates a los veintitantos”.
Ariana Grande continuará en breve con la gira de presentación de ’thank u, next’, que no pasa por nuestro país. El álbum ha vendido lo equivalente a más de 2 millones de copias y continúa bien situado en las listas internacionales, por lo que podría terminar convertido en su álbum más exitoso.
Julien Baker actuaba en esta nueva edición del Primavera Sound el jueves a las 5 de la tarde. Ha sido un gran acierto de la organización que, pese a que fuese tan temprano, tocase en el Auditori: un ambiente que, sin duda, es el más adecuado para disfrutar de su música. En el escenario, únicamente estaba ella con un teclado y su guitarra, y en algunas canciones acompañaba una violinista. ‘Something’, de su primer álbum, fue lo primero que sonó en un setlist que presentaba un equilibrio en cantidad de canciones entre este y su último trabajo ‘Turn Out the Lights’, del que sonaron el tema homónimo, ‘Sour Breath’, ‘Shadowboxing’ y ‘Appointments’. La impresionante voz de Baker con la gran acústica del espacio conseguía ponerte el vello de punta desde el principio hasta el final. De vez en cuando se dirigía al público diciendo muy tímidamente “gracias”, pero enseguida, sin entretenerse, volvía a entonar otra de sus desgarradoras letras con un sentimiento que parecía rompérsele el corazón con cada palabra. Especialmente emocionantes fueron ‘Rejoice’ y ‘Appointments’, aunque absolutamente todas sonaron impecables. Julien Baker nos invitaba con su concierto a una parte de su intimidad: se abría en canal en cada nota ante un montón de desconocidos. Y, cómo no, fue precioso. Foto: Eric Pamies.
Una intro de lo más rockera servía para presentar en el escenario a Soccer Mommy, el proyecto de Sophie Allison, quien se ha convertido en una de las jóvenes promesas del indie actual con ‘Clean’, su primer álbum de estudio, que salió el año pasado. Sin embargo, ella prefirió comenzar con su nueva versión de ‘Henry’, una canción compuesta para su primer proyecto de 2016 titulado ‘For Young Hearts’. Le siguió ‘Try’ antes de llegar a los temas de su último disco, con los que ha ido cosechando éxito crítico como ‘Last Girl’, el gran ‘Your Dog’, ‘Cool’ o ‘Wildflowers’. Su banda dejó a Allison sola en el escenario para la bonita balada ‘Still Clean’, que precedió a la enérgica ‘Scorpio Rising’, ya con todo el grupo de nuevo. Terminaron en alto, aunque hubo momentos en los que el set se hizo algo monótono.
Los que venían a presentar uno de los discos más aclamados del año hasta el momento fueron Big Thief. El cuarteto de Brooklyn encabezado por Adrianne Lenker apareció en un escenario donde los instrumentos y los altavoces habían sido decorados con ramos de flores a propósito, probablemente, del importante papel que juega la naturaleza en ‘U.F.O.F’. No faltaron, por supuesto, las estupendas ‘Shark Smile’ y ‘Mythological Beauty’ de su segundo álbum ‘Capacity’, o ‘Masterpiece’, aunque en su mayor parte el concierto estuvo dedicado a la presentación del nuevo trabajo (aquí solo se echó en falta en el setlist a ‘UFOF’). También hubo un momento para Buck Meek, guitarrista de la banda, que tocó una de las canciones de su disco en solitario. Big Thief podrán gustar más o menos, pero pocas dudas quedan tras verles de que nos encontramos ante una banda que lo que sabe hacer, lo hace realmente bien. Es cierto que probablemente se disfruten más en una sala que en un festival, pero escuchar la dulce voz de Lenker y la belleza de los instrumentales mientras bajaba el sol en uno de los escenarios principales (donde ahora el suelo está cubierto de césped artificial) fue una experiencia casi mística.
A Sigrid se le quedó un poco pequeño el escenario Pitchfork. La cantante noruega, una de las grandes promesas del pop, que al fin este año lanzó su debut ‘Sucker Punch’, contaba con un gran grupo de fans que coreaban todas las canciones. Aunque de primeras su disco no pareciese –al menos a mí- demasiado sólido más allá de algún temazo como ‘Never Mine’ o ‘Strangers’ (el mejor momento de todo el concierto), lo cierto es que todas ellas crecen bastante en directo. Sigrid, con un look de lo más casual y cero aires de diva, tiene un carisma arrollador. Fue un show muy ameno y divertido gracias al que confirmamos que, en el momento en el que tenga más hits, puede llegar a hacer cosas grandes. El álbum sonó prácticamente entero, y de las más antiguas (además de ‘Don’t Kill My Vibe’ y ‘Dynamite’) cantó ‘Plot Twist’ y ‘High Five’. Sigrid estuvo muy entregada al público –y viceversa- e indicó que estaba muy contenta porque además su hermana estaba allí viéndola. ‘Don’t Feel Like Crying’ cerró un set que fue toda una celebración de -buen- pop bailable.
Danielle Balbuena o más conocida como 070 Shake se reafirma como artista a seguir muy de cerca. Hiperactiva, yendo de un lado a otro del escenario, subiéndose por los laterales, tirando sillas o diciéndole a su DJ que quitase la música porque estaba harta ya de esa canción… todo en su concierto fue pura energía. Al comenzar dijo que quería que jugásemos al pingpong con nuestras energías (la suya y la del público), y así fue. La rapera –quien ha colaborado con Kanye West en ‘Ghost Town’ y ‘Violent Crimes’ y con Pusha T en ‘Santería’- el año pasado estrenó su EP ‘Glitter’ y ya prepara un nuevo proyecto del que pudimos escuchar dos canciones inéditas, entre ellas ‘Under the Moon’, además de su reciente single ‘Morrow’. Su inclasificable voz (con efectos o sin ellos) y su mencionado carácter entre macarra y a veces dulce –hubo un momento a lo Florence en el que pidió que todo el mundo se abrazase- hace que sea una presencia fascinante en el escenario. No puedes apartar los ojos de ella. El mejor momento fue ‘Honey’, un temazo -ella misma lo definió como su favorita- que no dejó a nadie sin bailar.